Cambiar de sistema para salir de la crisis En mi anterior articulo afirme que no estábamos ante una crisis si no que estamos frente al final de un sistema que ha fracasado. Su fracaso nos ha llevado a esta situación tan dramática y angustiosa. Se ha demostrado de manera practica que un sistema económico y financiero basado en las ideas neoliberales no es viable a largo plazo y lleva al desastre. Ya paso la última vez que se puso en practica la misma o parecida política económica. Acabo en la Gran Depresión. Todavía no hemos llegado al mismo escenario pero si los políticos y los economistas, que los asesoran, siguen emperrados en que el sistema debe resucitar iremos inexorablemente al abismo de otra gran depresión de impredecibles consecuencias. Pero que acabaría al final con otro sistema. Por tanto cuanto antes se empiece a sustituir el sistema actual por otro, más pronto acabara esta situación. Todas las iniciativas que se han tomado no han tenido resultado por qué no han ido a la raíz del problema. Las medidas que se han aplicado y las que se quieren aplicar en Cataluña son contraproducentes. Echemos una ojeada a las que se quieren implementar. Subida de los carburantes, del canon del agua, de los transportes públicos y de las tasas universitarias, copago sanitario (la generalitat no tiene competencias para hacerlo) y rebaja de los sueldos de los funcionarios. El gobierno de Rajoy seguramente tomara medidas similares. Hacer recortes y subir impuestos baja la renta y por tanto el consumo, lo que contrae la economía. Solo se consigue disminuir la deuda pública, pero no sirve para reactivar la economía. Se necesita que fluya el crédito para que las empresas puedan funcionar adecuadamente y reactiven la economía. El cambio de sistema no se puede realizar muy rápido por las dificultades y complejidad que comporta, además de que tiene que haber un acuerdo internacional. Pero mientras eso ocurra se pueden adoptar decisiones encaminadas hacia un sistema en que los estados regulen y controlen la economía y los mercados de una manera razonable. Pero primero los economistas, que en su inmensa mayoría son de pensamiento neoliberal tienen que desideologizarse y empezar a volver a aplicar su ciencia y admitir que sus postulados nos han llevado a esta situación. El neoliberalismo no ha conseguido el crecimiento continuo ni acabar con los ciclos económicos como prometia. Las soluciones mágicas o definitivas no existen. En el ámbito europeo se tendría que bajar el valor del euro para mejorar las exportaciones, cambiar la regulación de los mercados, regular o prohibir los hedge funds (fondos de alto riesgo no regulados), prohibir las hipotecas y créditos basura y otras medidas que desconozco por no ser economista. En España se debería obligar a los bancos y entidades financieras a alquilar una parte de las viviendas que poseen a precios de mercado y a alargar el plazo de las hipotecas para que baje la cuota y evitar una parte de los impagos. Prohibir durante un tiempo los créditos al consumo, quizás con alguna excepción, para dirigir los fondos hacia las empresas y los emprendedores. Dejar de subvencionar a los partidos políticos, sindicatos, cine, teatro, pasarelas de moda, carreras de Fórmula 1, ferias, y otro sin numero de subvenciones. Hay que acabar con la cultura de la subvención y solo darla cuando sea estrictamente necesaria. La sociedad civil debe asumir su función y el estado e instituciones facilitar legal y fiscalmente su funcionamiento. Restablecer el impuesto de patrimonio (Ricardo y Adam Smith, “los padres del capitalismo” escribieron que los ricos debían ayudar a los que no habían tenido la misma suerte que ellos, frase que no se cita casi nunca), subir los impuestos del tabaco y alcohol, cobrar 1 céntimo por llamada telefónica, reducir a lo imprescindible la publicidad institucional, austeridad en los actos festivos, reducción de gastos suntuarios, ahorro energético, recuperar el dinero abusivamente obtenido por directivos de cajas (por abuso de poder o a través de los poderes del banco de España), y otras medidas. Lo propuesto anteriormente para aumentar ingresos y disminuir gastos no sería suficiente y por tanto desgraciadamente habría que aumentar el gasto público para obtener fondos para hacer circular el crédito y mantener a tanta población en paro. Es la política económica que se aplica en tiempos de guerra. La reactivación económica es prioritaria por qué no se podrá pagar la deuda pública si no hay crecimiento. El nivel de endeudamiento todavía puede aumentar sin que se hunda el país pero después habrá que pagarla. Además otra cuestión importante es que los ciudadanos vean cuanto antes una ligera mejora de la situación para que tengan esperanza. La situación seguirá empeorando por que no se observa ninguna intención de querer cambiar el sistema y solo se preocupan por reducir el déficit presupuestario, por la prima de riesgo, por que el euro mantenga su valor, etc., esperando que la economía se recupere sola o esa es la impresión que da. Daniel Vilaseca Dreischer 28 de Noviembre de 2011 Daniel Vilaseca Dreischer , naci en Londres el 12 de junio de 1967. Sufro de una enfermedad genética muscular degenerativa, que me obliga hace 25 años a vivir en una Clínica. Soy Licenciado en Derecho y Geografía e Historia por la Universidad Nacional de Educación a Distancia.