Sobrevivir en la boca del lobo Jorge Olivera Castillo Prólogo de Víctor Manuel Domínguez García ehc editorial hispano cubana Sobrevivir en la boca del lobo © Jorge Olivera Castillo © Reservados todos los derechos de la presente edición a favor de: Editorial Hispano Cubana, Madrid, 2012. Primera edición: Enero de 2012 ISBN: 978-84-937423-7-9 Cubierta: © Fotografía Publiberia. Editorial Hispano Cubana. C./ Orfila, 8, 1º A 28010, Madrid. España. Telf.: 34 91 319 6313 Fax: 34 91 319 7008 Internet: www.hispanocubana.org E.mail: f.h.c@hispanocubana.org Este libro se publica con la colaboración de la Consejería de Inmigración y Cooperación de la Comunidad de Madrid, así como con la Asociación Damas de Blanco. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, salvo autorización por escrito de la editorial. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Impreso en España. Para Nancy, Cristina, Elisa, Tamara, Silvia, Yissey y Noelvis. Lo nuevo no está en lo que se dice, sino en el acontecimiento de su retorno. Michel Focault Si volviesen los tiempos, los tiempos que ya una vez volvieron. Arthur Rimbaud El año que pasó ya no vuelve a ser nuestro. Ayer pensábamos en hoy y hacíamos planes y no nos alcanzó el día y ya mañana es hoy que se nos va y seguimos pensando en otro día. W.L. Todo esto sucede de asomarse a unas rejas: es la cárcel. Mientras, viene al pasto el crepúsculo y un pájaro remoto no acontece. Ángel Cuadra No hay verdadera historia que no tenga como fondo una cárcel. Heberto Padilla Índice Prólogo: Escribir en la boca del lobo.......................................... 13 Víctor Manuel Domínguez García Primera parte Viaje al infinito.............................................................................. 25 Instrucciones para un asalto.......................................................... 27 Banquete al amanecer................................................................... 29 Sonidos en el viento...................................................................... 31 Paisaje bucólico............................................................................ 32 Breves apuntes sobre la suerte...................................................... 34 Caballería rústica.......................................................................... 36 Suspicacias.................................................................................... 37 Conjeturas..................................................................................... 39 Prueba de vida............................................................................... 40 No es fácil..................................................................................... 42 Tácticas de defensa....................................................................... 43 Segunda parte Antídoto contra los naufragios...................................................... 47 Sin consuelo.................................................................................. 49 Mírame.......................................................................................... 50 Accidentes geográficos................................................................. 52 Provocación................................................................................... 54 Inmortalidad.................................................................................. 56 Convocatoria................................................................................. 57 Imaginándote................................................................................. 59 Enigmas......................................................................................... 60 Feria de ilusiones.......................................................................... 62 Meditación.................................................................................... 64 Anhelos......................................................................................... 66 Conquista...................................................................................... 68 No sé olvidarte.............................................................................. 70 Amor eterno.................................................................................. 72 Tercera parte ¿Qué es la patria?.......................................................................... 77 Del manual para la supervivencia................................................. 78 Andar La Habana.......................................................................... 80 En los bordes del abismo.............................................................. 82 Jardín botánico.............................................................................. 84 Ataque aéreo................................................................................. 86 Éxodo masivo................................................................................ 87 Trámites migratorios..................................................................... 89 Interrupción eléctrica.................................................................... 90 Alta cultura.................................................................................... 92 Ni blancos, ni negros..................................................................... 94 Frente al mar................................................................................. 96 Nadie............................................................................................. 98 Vencedores vencidos..................................................................... 99 Realismo socialista...................................................................... 101 Acto de repudio........................................................................... 102 Poemas de fuego......................................................................... 104 Escribir en la boca del lobo Los primeros poemas de Jorge Olivera Castillo asumieron el reto de abordar desde el verso “una conciencia de la trivialidad y las tribulaciones de la vida de los demás para humanizar el canto”, como dejara escrito en su Tratado de poesía el novelista, poeta y ensayista polaco, Czeslaw Milosz, Premio Nobel de Literatura 1980. En los diálogos con la realidad que establece Olivera en su libro inicial Confesiones antes del crepúsculo (Miami, 2005), ya se vislumbran, junto a la humanización del verso, la densidad conceptual, la riqueza lírica y la diversidad temática que hoy adquieren perdurabilidad en su madurez poética. Si bien en estos primeros tanteos de sus confesiones íntimas la realidad desborda un verso aún sin las herramientas para conseguir la solidez expresiva, la contención, y la eficacia en el dominio del poema, se muestran destellos que en su devenir poético conformarían el cosmos propio de Olivera. La irrupción en interrogaciones éticas que moldearían las huellas posteriores del poeta, asoman sin afeites metafóricos o trascendencias semánticas en versos que no obstante a su aparente sencillez, revelan un mundo interior lleno de matices, y una mirada abierta hacia la vida en todas sus tribulaciones: Qué puedo hacer, si hoy tu verdad no llega/ y mañana el ánimo tropieza (“Poesía latente”), y, Perdóname,/ fue una Prólogo tarde mínima,/ la única posible en estos tiempos/ de vértigos y espantos (“Cargo de conciencia”), son textos que hurgan en una cotidianidad que más allá de la experiencia personal, se multiplica en vivencias que recorren a cualquier ser humano y delinean su entorno. Otra peculiaridad de los versos que aparecen en Confesiones antes del crepúsculo, y en su posterior poemario, En Cuerpo y Alma (Pen Club República Checa, 2008; Galén, Francia, 2010), es que fueron escritos desde la prisión a la que había sido enviado el poeta, en marzo de 2003, a cumplir 18 años de condena por sus ideas políticas. Si bien la experiencia carcelaria ha sido cantada desde la antigüedad, en Cuba asume singulares características en el denominado período revolucionario, que se inició en el año 1959 y aún no culmina. Los poetas condenados a la cárcel por razones políticas no pueden publicar en el país. En la isla, figuras con bien ganadas credenciales por el alcance temático y estético de su obra poética, como Ángel Cuadra, Ernesto Díaz Rodríguez, Heberto Padilla, Raúl Rivero, María Elena Cruz Varela, entre otros, fueron marginados de las editoriales cubanas o enviados al exilio luego de cumplir sus sanciones. Jorge Olivera Castillo no ha sido la excepción, aunque se negó a dejar el país. Por eso, no es extraño encontrar en el poemario En Cuerpo y Alma, similitudes temáticas y una visión poética adquirida desde el desgarramiento que provoca la prisión, hecho que no anula los valores estéticos de una obra tejida contra el tiempo desde la rabia y el dolor, pero sin rencores. En este poemario, como en el de alguno de los citados poetas, el tiempo asume un papel protagónico a partir de la imposibilidad de verlo transcurrir desde su encierro, aunque lo sientan pasar con una intensidad opresiva. 14 Víctor Manuel Domínguez García Inventarse una primavera, el corretear de los niños, la mirada de una mujer, y hasta los acordes de un piano, es la poética que surca y deja huellas en la sensibilidad del poeta encarcelado. Y el libro En Cuerpo y Alma es eso: un inventario de sensaciones perdidas y reinventadas en el enclaustramiento. Un canto desde el no ser que fructifica en versos escritos para encontrar las fuentes vivenciales que más desean los humanos: La libertad y el amor. Si algún texto puede resumir la génesis y el estado anímico del poeta en el libro En Cuerpo y Alma, es el poema “Duelo a Muerte”. Con una economía de medios encomiable, en un estilo directo que sin el auxilio de una metáfora rimbombante que impida concentrar la atmósfera poética, expande una luz sensorial abarcadora, Olivera nos dice: Imponente la puerta. Recio el candado. Tres cerrojos traspasando el sueño. Una aldaba de vapor y La brisa en sintonía con los rumores. Dentro un hombre en posición de combate Contra La Tristeza. Y de combates se desborda el libro. No importa si de amor, Los enamorados se enroscan/sobre el muro frente al mar (“Retrato de una tarde”); de nostalgias, Madre, ven cuando tú quieras a romper mis desamparos/ a pulverizar este tiempo que me cubre/ con alambres de púas (“Encuentro con mi madre”), o de rebelión y enfrentamiento al destino, al estilo de “Sobrenatural”: Sobrevivir es mi linaje natural. Un mandato de la naturaleza que me libera De la urgencia de las adaptaciones. 15 Prólogo En este segundo libro, Olivera afina sus instrumentos poéticos, adquiere más fluidez rítmica y traza un nuevo rumbo hacia el empleo de figuras retóricas que sin lastrar la claridad del poema, le abre otros causes estéticos a una poesía cuya misión primera es comunicar. Ya con el dominio de metáforas y símiles, Olivera se adentra en su tercer libro, Cenizas alumbradas (Polonia, 2010), que marca la madurez conceptual del poeta, sin alejarlo de la intención primera de llevar a todos, desde un corpus temático y formal (ahora con un estilo definido), los presupuestos estéticos de su poesía. Cenizas alumbradas es un libro sereno más allá de las tempestades emotivas que provocan sus poemas en el lector. Si bien no es un punto y aparte en el recorrido temático del poeta, delimita un antes de un después cognoscitivo desde un sitio más alto para la poesía. El vigor del estilo y el regodeo armonioso en cuanto tema sea de importancia para el más insignificante de los seres humanos, si existiera, nacen desde una voz íntima con alcance coral y nos revela la eficacia de la poesía para tender puentes entre la sensibilidad y la razón. Poemas como “Terremoto local”, Estamos bajo la soberanía de las sábanas blancas/interrogándonos sobre el origen/de las vibraciones, o, Todo tiene su tiempo/es la hora de las erupciones, nos muestran a través de la intimidad o la necesaria toma de decisiones, que la poesía es aliento y plenitud al centro de la vida. En el libro de poemas que nos ocupa, Sobrevivir en la boca del lobo, no sólo se demuestra la coherencia argumental de sus proposiciones poéticas, sino también el vuelo sereno hacia la cima de una poesía que no deja de crecer y alumbrar desde las interioridades del poeta, la angustia existencial que atenaza a los seres humanos en el decursar del tiempo. 16 Víctor Manuel Domínguez García Dividido en tres secciones que agrupan 44 poemas sobre temas universales como el amor, la muerte, y, en general, la vida, Sobrevivir en la boca del lobo anuncia un nivel superior y la mayoría de edad en la cosmovisión del poeta. La buena suerte de Arthur Rimbaud de no escribir poemas por debajo de las Iluminaciones recopiladas por Verlaine; o la mala ventura de Edgar Lee Masters de no superar jamás su Antología de Spoon River, no le han tocado a Jorge Olivera Castillo. El poeta, con paciencia de orfebre y talento sostenido, ha ido creando un mundo verso a verso hasta alcanzar el equilibrio creativo que muestra este conjunto de poemas, donde las interrogantes, las interpretaciones y toda esa materia que nos da la vida para amasar la auténtica poesía, se mezclan y entrecruzan en ese señorío umbroso que llamamos acto de creación. En el poemario Sobrevivir en la boca del lobo, nada escapa a la visión del poeta. A veces con acento conversacional; en ocasiones con intimismo lírico; en otras con notoria crudeza, pero siempre desde una visión poética comprometida con la realidad en sus diversos matices, Olivera hace entrega de una poesía a tono con la sensibilidad de todo tipo de lectores. En la primera sección del libro, los poemas “Conjeturas”, “Instrucciones para un asalto”, y “Viaje al infinito”, Olivera refleja en diversidad de tonos la esencia de un país que asfixia con sus contradicciones éticas y desgarramientos sociales, a través de interrogantes y acciones cuando dice: Aún nos preguntamos/ si somos la sutura o la herida./ Desde hace cinco décadas/ todos tratando de descubrir el misterio/ mientras crece el caudal de la sangre (“Conjeturas”). Sin embargo, en las “Instrucciones para un asalto”, la esperanza es un manto al que acude el poeta en su afán de revertir las decepciones, y sobre todo, enfrentar los retos de una vida estancada que si no ayudamos a mover, pasa por al lado sin detenerse. 17 Prólogo “Instrucciones para el asalto” Desgárrale la piel al horizonte. No uses cuchillos Ni verbos de acero acabados de amolar Afina tu estrategia Resume las variantes Para sortear los empedrados caminos Del fracaso (…) Convéncete de que la esperanza No es un retazo de fábula Ni una sombra que se pierde Entre las mandíbulas del viento. La esperanza Vive Retoza Y canta Bajo la piel del horizonte. Pero en “Viaje al infinito”, el escape de la sordidez es imaginario, una vía que si bien alivia al que se siente acorralado, no es la solución para lograr un cambio definitivo. El poema es algo así como un alto en el camino, un breve descansar, no una opción definitiva. Sólo un poco de solaz en medio de las tribulaciones. Canto válido para refrescar el alma: Tengo la fórmula para tocar el cielo/ cuando se me antoje (…) Basta pulsar la tecla/ para que despegue la nave/ pilotada por Louis Amstrong. / La trompeta suena/ el blues inunda la sala/ y sus rincones. / Cierro los ojos/ y comienzo a palpar el cielo. El contrapunteo poético que Olivera estable entre la reflexión y la sensibilidad, más que una antítesis entre la vida y la muerte, es una conjunción de la libertad y el amor, en una carrera donde la poesía es la meta para que el lector se identifique con el reflejo de su realidad. 18 Víctor Manuel Domínguez García En dos de los poemas de la segunda sección, transcurre el escarceo entre la desconfianza razonada y el amor, como en un mar surcado por el verso de ola en ola, de una orilla a otra orilla, en un viaje infinito que de no saber sortear las mareas de las tribulaciones, nos hará naufragar en playas distantes de la vida. Leamos si no estos fragmentos donde el poeta dice: Dentro de esa sonrisa/ puede haber un lobo al acecho/ que disimula (“Enigma”). O, Estoy aquí,/ atrapado en las redes de mi inconformidad,/ midiendo las alturas/ imaginando que mis dedos comienzan a caminar/ por el borde de tus sueños (“Imaginándote”). La tercera y última sección del poemario nos depara un encuentro con esa zona de la vida circunscripta al poder, donde escribir poesía suele ser ese campo minado en el que vuela el poeta hecho pedazos por las esquirlas intolerantes del sistema. Por escribir libertad, cambios, derechos, puede ir a la cárcel el poeta. Sin embargo, se arriesga, reclama para sí el concepto de Patria raptado por los gobernantes de la isla. Tensa la palabra, prepara el verso, y dispara el poema: Mi patria es la familia/ los buenos amigos/ es tener voz propia/ capacidad para darle un puntapié al miedo./ La patria no puede ser/ un cuarto alquilado/ una palabra hueca/ una sombra sin fin/ una moneda falsa./ (…) Mi patria es todavía el lugar inhóspito/ donde el más común de los sonidos/ es el grotesco rugir de los tiranos (“¿Qué es la Patria?”). En medio de este contexto la obra del poeta alcanza su más onda resonancia ontológica. El cuestionamiento de la legitimidad del poder desde la poesía, las concepciones éticas que a través del poema se adentran en la conciencia de los atribulados, de esos “nómadas del valle” a los que pedía cantar Milosz por ser los más desfavorecidos, son el mayor reconocimiento para un poeta comprometido con la vida. Y Jorge Olivera lo está. Basta con leer este poema: 19 Prólogo “Del manual para la supervivencia” Prefiero no pensar Que soy un objetivo fácil En el colimador. Un número cualquiera Dentro de la aritmética De la barbarie. El ser humano que identifican En el árbol genealógico De los invertebrados. Camino por la ciudad Como si fuera un hombre libre Como si nadie tuviese intenciones De quitarme la vida Como aquel muchacho ingenuo De hace 40 años. He aprendido a morir Viviendo cada día Como un hombre feliz En medio de los cañones sedientos Los ojos grises de la delación Y las alas tremebundas del fanatismo. Así existo Pienso Escribo poemas Sobrevivo en la boca del lobo Hasta que Dios quiera. Esa combinación de sobriedad y desembarazo en el tono y el ritmo que nos recuerda aquello que la poesía tiene, y debe tener, de azar y de equilibrio, muestran las vivencias que se entrecruzan entre la sabiduría y la experiencia de un hombre como Jorge Olivera, quien más que pretender impresionar con sus versos, prefiere compartirlos a la manera de Walt Whitman: 20 Víctor Manuel Domínguez García (…) Yo soy para ti y tú eres para mí No sólo por amor a nosotros mismos Sino por amor a los demás Un recorrido por las tribulaciones que marcan al ser humano. Un reflejo creativo de un entorno demoledor, transparentado por el poeta en textos como “Feria de ilusiones”, “Convocatoria”, “Antídoto contra los naufragios”, y “Anhelos”, entre otros, eso y mucho más, es Sobrevivir en la boca del lobo. El lector está invitado a entrar. Víctor Manuel Domínguez García Poeta y escritor Club de Escritores de Cuba 21 Primera parte Jorge Olivera Castillo VIAJE AL INFINITO No he de ser el poeta de un mundo caduco. Carlos Drummon de Andrade Tengo la fórmula para tocar el cielo cuando se me antoje. El viaje de hoy lo haré sin camisa y en chancletas. Quiero el máximo de concentración en el acto de retomar esas experiencias que conocen la entrada principal de mi espíritu. Allí desembarcan sin pedir permiso con una maniobra simple y eficaz que retribuyo con diez lágrimas de júbilo y una sonrisa montada sobre los pilotes de la autenticidad. Estas manos conocen al detalle el tejido de la envoltura azul del universo saben que es suave como las almohadas de los ángeles que es tibio y húmedo como la piel de una mujer enamorada. 25 Sobrevivir en la boca del lobo En pocos segundos seré un huésped del espacio sideral. Reanudaré el diálogo con los transeúntes de la Vía Láctea y compraré un refrigerio en la Constelación de Andrómeda. Basta pulsar la tecla para que despegue la nave piloteada por Louis Armstrong. La trompeta suena. El blues inunda la sala y sus rincones. Cierro los ojos y comienzo a palpar el cielo. 26 Jorge Olivera Castillo INSTRUCCIONES PARA UN ASALTO Desgárrale la piel al horizonte. No uses cuchillos ni verbos de acero acabados de amolar. Hazlo al atardecer cuando el sol enrumba sus pisadas hacia otras avenidas del mundo. Afina tu estrategia. Resume las variantes para sortear los empedrados caminos del fracaso. No te envuelvas en las cómodas sábanas del tiempo y comienza a pertrecharte como un soldado valiente y precavido. Al hundir las uñas en esa piel dura y lejana te dolerán los dedos un río de sudor descenderá por tu espalda 27 Sobrevivir en la boca del lobo y hasta es posible que una voz áspera se adelante a proclamar tu derrota. Pero no temas repite el ataque aunque las dudas vengan a acampar con sus tribus en tu memoria. Convéncete de que la esperanza no es un retazo de fábula ni una sombra que se pierde entre las mandíbulas del viento La esperanza vive retoza y canta bajo la piel del horizonte. 28 Jorge Olivera Castillo BANQUETE AL AMANECER Le gusta morder el alba sentir sus partículas entre la dentadura imperfecta. Es una vieja costumbre un reflejo omnipresente tal vez el vicio encadenado a sus arterias desde tiempos inmemoriales. Celebra la gentileza de un Sol adolescente que comienza a desplegar los manteles y las servilletas. Muy pronto en el borde del ventanal los destellos de la mañana oliendo a frutas frescas y carne de primera De pie y soñoliento desayuna como un rey. Entre mordida y mordida va enterrando en el olvido los panes de piedra y el café amargo. 29 Sobrevivir en la boca del lobo Hoy estará a salvo del encrespado mar de lágrimas montado sobre los ejes de una sonrisa impermeable. 30 Jorge Olivera Castillo SONIDOS EN EL VIENTO Tiembla el hierro bruñido alza su voz de fina tesitura Después del último golpe la campana de la iglesia aún repartiendo su excelsa melodía. 31 Sobrevivir en la boca del lobo PAISAJE BUCÓLICO A la orilla del camino de pie, en el aire, pálido, cabizbajo, con los ojos en ruinas y aprisionado en las tupidas redes del silencio un poeta permanece bajo la rama inflexible del árbol de las contradicciones. Sobre la hierba los espesos sudores de la cobardía los coágulos de las confesiones más amargas un montículo de versos erizados por el frío glacial de la ingratitud. El poeta en el aire delante de la soberbia mirada de la soledad tardíamente arrepentido 32 Jorge Olivera Castillo de sus impurezas, de los brindis secretos con los verdugos. El poeta como un péndulo marcando el ritmo de la noche a la espera de que alguien lo entierre. 33 Sobrevivir en la boca del lobo BREVES APUNTES SOBRE LA SUERTE La suerte es un cristal cóncavo que refleja en toda su dimensión la lenta andadura del amanecer. Tras la superficie pulida y redonda observamos el vuelo ágil de los pájaros alrededor del campanario. El discreto danzar de las nubes. Los helechos que cuelgan de un balcón herido como la cabellera de una mujer estremecida por un beso apasionado. La suerte se alcanza orientando eficazmente el lente de la vida. La suerte es aprender a impresionarse con un mínimo acceso a la ternura. La suerte es descubrir entre las ruinas de la ciudad 34 Jorge Olivera Castillo entre los periódicos accidentes personales los gestos caritativos de la madre naturaleza. 35 Sobrevivir en la boca del lobo CABALLERÍA RÚSTICA No sé si es enfado o regocijo la razón de sus violentas sacudidas que me convierten en prisionero de las náuseas y siembran en mi pecho un bosque de palpitaciones. Tampoco he podido entender la causa de esos brutales pisotones sobre mi cuerpo deformado por las múltiples caídas y por los huesos arrugados de las pezuñas. Otra vez rehén de su perturbadora inquietud buscando el equilibrio para retrasar la hora del próximo accidente. Muy pronto volveré a caer entre el fango del tiempo como consecuencia de las delirantes agitaciones. Debo reconocer que soy un pésimo jinete en el lomo de la Historia. 36 Jorge Olivera Castillo SUSPICACIAS Y por el poder de una palabra yo recomienzo mi vida nací para conocerte para nombrarte Libertad. Paul Eluard Acaban de anunciar que es lícito reírse delante de un payaso que es justo aplaudir en público cualquier discurso contra el fanatismo. Repiten que es auténtico el permiso para matar las desesperanzas y los miedos con la misma ligereza que se lanzaban sobre la honestidad y la decencia un tropel de burlas amargas y escupitajos violentos. Por fin será posible ver el sol del mediodía sin el dedo arrogante del profeta que quiso convertirse en la única fuente de luz y en el mismísimo centro del universo. No será ilegal decir en voz alta: ¡Nos curaremos los dolores del alma con agua bendita! ¡Iré el próximo verano al museo del Louvre sin esperar la mano peluda con el salvoconducto! ¡Abajo la doble moral! 37 Sobrevivir en la boca del lobo ¡Viva el vuelo de las mariposas y el respeto al prójimo! Voy a ser cauteloso con todos los permisos que divulgan por los megáfonos. En medio del alborozo general no me atrevo a gritar libertad frente a mi casa. Todavía veo el odio cabecear en las penumbras y el brillo de los cuchillos confundirse con los espesos relumbrones del entusiasmo. 38 Jorge Olivera Castillo CONJETURAS Aún nos preguntamos si somos la sutura o la herida. Desde hace más de cinco décadas todos tratando de descubrir el misterio mientras crece el caudal de la sangre. 39 Sobrevivir en la boca del lobo PRUEBAS DE VIDA A menudo siento la fría hoja de un puñal de sombras jugando con mis vísceras estropeadas por los zarandeos del tiempo. Son ataques iracundos perpetrados por algunas de las manos que abrazan la maldad con la fuerza de los amores profundos. Nuevamente el pecho abierto a causa de una larga herida en diagonal. La espalda con tres pequeños surcos que dejan ver los tenues latidos de mi paciencia. El vapor del alma escapándose por cada ranura abierta con el arma que nunca veo entre el emergente camuflaje de los saludos gentiles y la sonrisa bordada con los hilos de la franqueza. 40 Jorge Olivera Castillo No conozco a todos mis asesinos pero sé de sus puñales afilados de sus calculadas embestidas. Confieso que no estoy preparado para morir a merced de esas estocadas que salen de las penumbras. Todavía me faltan por escribir otros poemas, mirar el mar cientos de veces desde un resquicio de la bahía junto a mi esposa y continuar aprovechando el par de minutos diarios en que le pido a Dios que proteja a esa pobre gente perseguida por sus fobias en perpetuo delirio y siempre con la obstinada decisión de matar todos los escrúpulos a sangre fría. 41 Sobrevivir en la boca del lobo NO ES FÁCIL Alguien ha dicho que las tribulaciones sirven para amoldar el alma para determinar el precio de la vida y para acceder al altar de la sabiduría. Desandar por esos bosques tupidos y con fieras es en esta tierra una cultura de masas una fiesta pavorosa y sin epílogo. Agujereados por las agonías y con las magulladuras de la incertidumbre continuamos atravesando la selva sin hondas ni jabalinas. Entre la perpetuidad del desamparo y las ancestrales tristezas no es fácil adivinar los puertos de la excelencia. Son demasiados los árboles y los depredadores. 42 Jorge Olivera Castillo TÁCTICAS DE DEFENSA Hay quien puede endulzar sus cataclismos con una apacible canción de Los Beatles. Otros se escabullen de sus tragedias bajando precipitadamente el telón de los ojos. Piensan que así será más distendida la carrera e inmejorable la vista panorámica de la felicidad desde hace muchos años patrullada por los ejemplares más fieros del linaje de las tribulaciones. También conozco las fugas a través de un silbido melódico que levita como un duende sobre la superficie limpia y sin hondonadas de una ráfaga de viento matinal. Tengo constancia del grito empeñado en abrir las compuertas de las aflicciones. Admito haber oído la frase vulgar que sale de la garganta como una bala de cañón sin retroceso 43 Sobrevivir en la boca del lobo con la divina idea de pulverizar todos los infortunios. He visto la soga sujetando el cuello roto de aquel que no pudo encontrar la puerta de escape en los oscuros callejones de sus pesadillas. A mis calamidades le he puesto ventanas y un bombillo de cien bujías. En un rincón de este espacio estropeado por las pisadas monumentales de la adversidad se amontonan los instrumentos de mayor precisión para achicar el diámetro de los labios que desde un lugar impreciso me atiborran de insultos y blasfemias. Así he sobrevivido a mis catástrofes, discretamente, sin ser protagonista de suntuosos actos heroicos, soportando a mi manera las embestidas de los insomnios y protegido por el recio blindaje de la esperanza. 44 Segunda parte Dónde estaré en Diciembre Bajo qué cielo Con qué manos entre las mías Frente a qué ojos Abrumado por qué conversación intrascendente Diciendo qué fórmulas vacías Haciendo qué planes Que nunca cumpliré ¿Prometiéndome qué vida? Raúl Rivero Jorge Olivera Castillo ANTÍDOTO CONTRA LOS NAUFRAGIOS El amor no puede ser un animal en extinción una pelota desinflada un árbol cortado por un rayo tampoco el suspiro que se lleva la brisa. Voy a pensar que son percepciones apuradas que tuercen los significados o lentes oscuros que despojan a las primaveras de sus gentilezas y de esos amaneceres con olor a rosas juveniles. No quiero imaginarme que el amor ya tiene epitafio que duerme bocarriba pálido y con un traje gris sobre una cama sin colchón ni almohadones. Ése es el rumor que me empuja por la borda de esta nave palmoteada por las olas. No puedo aceptar el hecho de haberme quedado huérfano 47 Sobrevivir en la boca del lobo en medio de las marejadas y cuando se acercan un par de tiburones. Me habían dicho que el amor era eterno que era un antídoto contra los naufragios y sin embargo ahora anuncian que sobran capataces y jornaleros para enterrarlo en los confines del olvido. Afortunadamente entre las olas y los truenos encuentro un espacio para calcular el producto de mis temores. Gracias a la luz del último relámpago sé que el amor no ha muerto. Vivo para contarlo. 48 Jorge Olivera Castillo SIN CONSUELO La empuñadura de marfil adornando el pecho. El alma desbordándose por la herida. La hoja metálica de la angustia clavada en las entrañas de aquella mujer inmune al consuelo sin lágrimas con que lavar su imponente tristeza sin fuerzas para decirle al mundo que ha perdido la fe que hoy va a morir sola entre el perfume de las promesas que crecen y retoñan en el valle de un falso jardinero. 49 Sobrevivir en la boca del lobo MÍRAME Me gusta sentir el peso de tu mirada redonda y tierna cuando aterriza en mis hombros cansados o sobre el bigote de dos tonos. No menos enfático y convincente es su vuelo a baja altura sobre los cuatro puntos cardinales de mi anatomía cubierta por una camisa de sudores fríos un pantalón de ansiedades y medias fabricadas con los hilos dorados de las emociones. No importa si hoy tu mirada es una paloma blanca que candorosa y gentil sobrevuela mi geografía o es la pistola que mejor se cotiza en el mercado de los amores profundos para terminar con el furor de las ambigüedades. 50 Jorge Olivera Castillo Átame a tus ojos como si fuera el culpable de alguna célebre travesura. Quiero continuar siendo el hombre que juega con la paloma de alas relucientes. El invitado especial al banquete de luz que ofrecerá esta noche la Luna Nueva. 51 Sobrevivir en la boca del lobo ACCIDENTES GEOGRÁFICOS Entre dos penínsulas desafiantes decido ponerle un dogal al tiempo y declararme dueño absoluto de esas tierras vigorosas que palpitan como un volcán asustado. Me deleito con el sonido del leve discurrir de las corrientes de aire cálido desplegándose por las erizadas extremidades de un país del que me reservo el nombre. Heme aquí como un náufrago festejando su salvación a través de un silencio deslumbrante. Otra vez soy el único habitante en este territorio libre de palabras huecas y recuerdos estrujados. Refugiarme entre las dos terminaciones de un territorio sin desiertos es un procedimiento puntual una acción audaz 52 Jorge Olivera Castillo bajo la soberanía de los deprimidos fulgores del Cuarto Creciente. Basta un paso para adentrarme en los valles fértiles del deseo y observar la doble peninsularidad que nace de tu pecho con la misma fascinación de un astrónomo que descubre dos nuevos planetas del sistema solar. 53 Sobrevivir en la boca del lobo PROVOCACIÓN Su desnudez me perturba. Es imposible matizar los anatemas que mis ojos articulan con miradas de lenguaje claro y fecundo. Quiero vestirla y no puedo. He perdido de momento la facultad de controlar mis decisiones. Aún no se si proclamar que soy el hombre más inútil del universo o si huir a la carrera de esa exposición impúdica encima de la tabla de madera que se tambalea sobre la armazón de hierro. No hay palabras ni saliva sobre la superficie árida de mi garganta. Trago en seco y por las pupilas pasan en orden cronológico: Un adorno descolorido de cerámica 54 Jorge Olivera Castillo colgado en la pared. La prodigiosa modernidad del refrigerador de doble temperatura. Una flauta de pan viejo. El sofá que pide a gritos la jubilación y el bombillo fluorescente pegado al techo como una luciérnaga dormida. Me aterra esa obscena desnudez dentro de mi casa justamente sobre la mesa Casi siempre antes del mediodía la hoja en blanco provocándome a la espera de que esta vez la viole con el suave discurrir de las metáforas de un poema inspirado en alguna historia de amor o el testimonio de un hombre desesperado. 55 Sobrevivir en la boca del lobo INMORTALIDAD Ella no sabe que es inmortal que la fama es su sombra que en las primaveras sus pies se hunden sobre un tapiz de rosas rojas. No creo que se haya enterado de los prodigios de su voz convertida en un haz de luz subiendo en espiral por mi cuerpo. ¿Sabrá algo del verano que se retorcía de celos? ¿Y del rubor del otoño al verla desnuda frente a un espejo? Ella sigue ajena a ese mundo que comienza donde terminan sus labios de fina puntería. Les presento a una dama inmortal. Eterna siempre entre estos versos cálidos y transparentes. 56 Jorge Olivera Castillo CONVOCATORIA Únete a mi tiempo para que veas las venas del alba Vuelve a tomar mi mano para guiarte sin dilaciones al umbral de la primavera. Si me salvas de la muerte con un beso de lujo prometo que le pediré a alguien un arma de fuego para espantar de nuestros dominios los impertinentes aullidos de la incredulidad. No permitas que la paciencia se evapore y vengan los desiertos a administrar el desamparo. Por favor no demores en caer entre estas columnas de músculos y pasiones. 57 Sobrevivir en la boca del lobo Recuerda que en mis antebrazos vienen a morir los inviernos y estallan las fiebres de un verano que nos colma de sudores tiernos y de un torrente de sentimientos de última generación. 58 Jorge Olivera Castillo IMAGINÁNDOTE Estoy aquí, atrapado en las redes de mi inconformidad, midiendo la altura de los enormes silencios apostados en los rincones del viejo apartamento, imaginando que mis dedos comienzan a caminar por el borde de tus sueños y un golpe de aire certero y vital llega para darle otra connotación a tu belleza Minuto a minuto reconstruyo tu cuerpo quizás ahora desplazándose sobre una calle rota, en medio de una conversación informal con una amiga, frente al piropo de un necio o a merced de una impertinente mariposa que te exige un remedio para el desaliento. De tanto imaginarte nunca te alejas. Siempre permaneces al alcance de estas manos desesperadas por amortiguar los derrumbes que te sobrevienen tras los penúltimos besos de cada noche. 59 Sobrevivir en la boca del lobo ENIGMAS Dentro de esa sonrisa puede haber un lobo al acecho que disimula. Un niño columpiándose mientras saborea su inocencia. Un golpe de hacha. Una ardilla que entre las ramas del sauce impregna el suave olor de la ternura. Dentro de esas lágrimas puede que esté durmiendo ahora un oso inclemente que lanzará zarpazos al viento. Alguien que huele una rosa y suspira. Un rayo iracundo que mata o una luna que corre desnuda por las calles anchas del universo. Ese hombre ríe. Esa mujer llora. Es solo una traducción simultánea del acontecimiento. Una mirada que choca 60 Jorge Olivera Castillo contra las paredes macizas del enigma. 61 Sobrevivir en la boca del lobo FERIA DE ILUSIONES La mujer que se supone toque la puerta dentro de media hora se acerca. El hombre se defiende del tenaz acoso que las dudas aprendieron con los más sobresalientes maestros de la jungla. Presume que ella está cerca y decide poner en práctica un nuevo plan de contingencia para combatir sus depresiones. Es cierto que ella avanza en línea recta y sin pausas que viste un jeans amarillo a la cadera y se cubre el torso con una blusa rosada sin planchar hecha en alguna factoría de Hong Kong. Él se impacienta y bombardea la madrugada con diatribas de varios kilotones. Los trozos carbonizados de sus ilusiones caen a ambos lados de la cama. 62 Jorge Olivera Castillo En el margen de la espera intensa amanece y nadie ha tocado la puerta. Su pecho palpita sin control y el sudor vuelve a imponer la arrogancia en la vasta escenografía del silencio. Nadie ha tocado la puerta pero puedo asegurar que él seguirá a la expectativa en su próxima noche de insomnio. 63 Sobrevivir en la boca del lobo MEDITACIÓN Qué puedo decir de esta noche impresionantemente azul de la luna en su regazo de estrellas del pensamiento que hace olas en mi mente y se desborda como el tsunami que quiso tragarse a una ciudad entera. Prefiero hablar como un mudo balbucear si acaso un poema de amor o extender una mano para acariciar el lado más terso de tu sonrisa. No puedo hacer otra cosa mientras sueño que soy el jardinero de una primavera magistral el hombre que aprendió a saltar encima de las catástrofes. el caballero que le unta agua de colonia a la tristeza. Me miro por dentro y veo el latir del corazón como explotan los recuerdos como me convierto en un ser vulnerable y tembloroso. 64 Jorge Olivera Castillo Es un derrumbe íntimo un desastre benigno que se prolonga bajo las sombras azules de esta noche de verano. 65 Sobrevivir en la boca del lobo ANHELOS Estrellarme en tu esplendor es un deseo de mil pulsaciones que me convierte en un temblor vestido de hombre. Quiero ser huésped de ese abismo perfumado y sin asideros descender sin escalas como un avión averiado o como el águila que recibe un golpe de viento y cae en espiral con las alas rotas. Camino sin inquietarme por los fríos resquicios de esta noche que se desliza bajo el mágico destello de dos candelabros de Persia. Es suficiente la luz para ver tus ojos fundirse con el vacío y el pelo negro y ensortijado en un leve movimiento sobre tus hombros tiernos. Desde la cima de esta pasión alta y escarpada me arrojo al precipicio 66 Jorge Olivera Castillo y comienzo a hundirme en tu dulzura ancha y sin fondo. 67 Sobrevivir en la boca del lobo CONQUISTA Entre las columnas del tiempo observo tus pasos hundirse sobre el pétalo de una rosa. La sonrisa que llega como un golpe de suerte. Los cabellos retozando en el fondo de la tarde. Y esos ojos que alumbran como antorchas los laberintos del alma. Hoy vuelvo a mirarte para corregir mis pasos tras tus destellos infalibles y disfrutar de la fiebre que me proporciona las energías para el último asalto. Entre las columnas de este tiempo que ahora detengo te observo como un cazador encantado. En el colimador puedo divisar la fabulosa esbeltez de tu inocencia y las ondulaciones de la luz refulgente que escapa de tu hermosura. 68 Jorge Olivera Castillo Estás a merced de mis confesiones. Las únicas armas con que cuento para llevarme como trofeo tu cuerpo con su estela de sombras azules y rigurosa geometría. 69 Sobrevivir en la boca del lobo NO SÉ OLVIDARTE Mi olvido es ciego de nacimiento. Ahora se sujeta a una baranda de aire puro con una maniobra inocente y trata de empuñar sin éxito el picaporte de mi conciencia. Dentro de mi pecho bullen tus reproches se inflaman las suspicacias que cultivas en tus soledades siento en pleno rostro el vapor de la melancolía que fluye a raudales de tu ceño fruncido. Hoy tu enojo es una flecha de hierro con la punta envenenada un bosque de espinas el reclamo injusto un vendaval sin tregua tus celos impresionantes. 70 Jorge Olivera Castillo A pesar de todo insisto en continuar como un huésped ilustre de tus laberintos. Hoy hago pública mi incapacidad para olvidarte mientras pienso en el beso alado y pertinaz sobre el que acostumbramos a escaparnos hacia el infinito. 71 Sobrevivir en la boca del lobo AMOR ETERNO Madre, yo te haré una cadena de perlas para tu garganta con lágrimas de mi dolor. Rabrindanath Tagore Yo puedo besar a mi madre al levantarme antes del almuerzo después de la comida y mientras construyo el sueño bajo el fulgor de la luna. Es una suerte contar con su total disposición a entregarme sus mejillas su cabellera invadida por las canas y las bellas arrugas de la frente para que mis besos se conserven tibios y lozanos. Ahora está sentada en un cómodo butacón sonriente y en bata de casa. Aún no ha oscurecido y pienso sorprenderla con un nuevo gesto de ternura. Yo puedo besar a mi madre a cualquier hora en cualquier lugar. 72 Jorge Olivera Castillo Para hacerlo basta con decidirme a sacar del álbum la más nítida fotografía. 73 Tercera parte Qué no podemos derribar nosotros Golpeando con el filo de la razón. Ernesto Díaz Jorge Olivera Castillo ¿QUÉ ES LA PATRIA? Mi patria es la familia los buenos amigos es tener voz propia capacidad para darle un puntapié al miedo. La patria no puede ser un cuarto alquilado una palabra hueca una sombra sin fin una moneda falsa. Patria es donde nacimos y el sitio donde tienen que envejecer nuestros huesos. Mi patria es todavía el lugar inhóspito donde el más común de los sonidos es el grotesco rugir de los tiranos. 77 Sobrevivir en la boca del lobo DEL MANUAL PARA LA SUPERVIVENCIA Prefiero no pensar que soy un objetivo fácil en el colimador. Un número cualquiera dentro de la aritmética de la barbarie. El ser humano que identifican en el árbol genealógico de los invertebrados. Camino por la ciudad como si fuera un hombre libre como si nadie tuviese intenciones de quitarme la vida como aquel muchacho ingenuo de hace 40 años. He aprendido a morir viviendo cada día como un hombre feliz en medio de los cañones sedientos los ojos grises de la delación y las alas tremebundas del fanatismo. 78 Jorge Olivera Castillo Así existo pienso escribo poemas sobrevivo en la boca del lobo hasta que Dios quiera. 79 Sobrevivir en la boca del lobo ANDAR LA HABANA Me gusta ver de cerca los árboles empinados sobre sus testarudas raíces restregando sus hojas verdes en el fondo de la tarde. Es un roce místico y sensual que hace palidecer al aburrimiento y esparce por algunos resquicios de la ciudad el antídoto contra la tristeza. Dentro de este fugaz retrato hay un lugar para la mirada noble de los adoquines atentos a las huellas de los turistas enrojecidos por el sol y a los pasos de la gente que reside encima del parche de tierra más largo del Mar Caribe. También están presentes los vendedores de libros convencidos del éxito en sus faenas. El perfume del mar evaporándose en la piel de los transeúntes que pasean 80 Jorge Olivera Castillo por los alrededores de la bahía y la exuberante humareda de un Chevrolet de 1954 dispersándose en los muros del majestuoso Castillo de la Fuerza. La luz cenital que alumbra todo el perímetro del paisaje es un auténtico reflejo de mi satisfacción. De vez en cuando vale la pena un breve paseo por La Habana colonial que día a día renueva su belleza en medio de las torvas miradas de las ruinas que acampan en los rincones más insospechados de la ciudad. 81 Sobrevivir en la boca del lobo EN LOS BORDES DEL ABISMO Aquí cerca del centro de La Habana los abismos se reproducen como las malezas en los bosques tropicales. Son miles los mutilados rutinarios los descensos por el hueco neblinoso de las necesidades pero a la banda sonora de la tragedia le han puesto un filtro de alta calidad que convierte las alucinantes lamentaciones en un aplauso de doscientos decibelios. Con tal de mantener los vivos colores de la fachada se alquilan las mejores primaveras, las más soberbias acciones humanitarias y lotes de promesas que igualan el peso de una ballena azul. Allá lejos, en un tercer plano borrosas e inaudibles quedan en el anonimato las fracturas múltiples y el clamor urgente del poeta que resbala y cae al vacío 82 Jorge Olivera Castillo por haber intentado poner sobre la larga herida de la nación un verso alejandrino. En estos confines no hay terreno para cultivar la suerte solo espinas desengaños alegrías mínimas y temblorosas. La Habana es una montaña descomunal con numerosos residentes en el filo de las laderas luchando contra los golpes de viento y las aves de rapiña. En la cima son notables los privilegios. Hay quienes llevan paracaídas, cinturones de seguridad y hasta una escoba para espantar a los pájaros agoreros. Buscan afanosamente retrasar la hora de su muerte donde hace tiempo se acabó la vida. 83 Sobrevivir en la boca del lobo JARDÍN BOTÁNICO Las plantas de Bambú nos ofrecen una danza majestuosa. Somos sus invitados de honor esta tarde noble y gentil ataviada de prodigiosas fluorescencias y sombras de texturas envidiables. El aire nos regala su música de violines y guitarras como parte de un programa de sublimes intenciones. Es difícil creer en la existencia del llanto grueso que fluye de los dolores más profundos del alma. Tampoco es factible pensar en que la pobreza física y espiritual circula libremente por la anchura del mundo ni que mucha gente sea capaz de perpetrar un crimen violento con el cuchillo brilloso y amolado de la insensatez. 84 Jorge Olivera Castillo A los corazones llega definitivamente el mensaje purificador. Sobre el agua serena del lago cerca de los peces furtivos con sus trajes rojos a la medida flotan los rostros sonrientes de los excursionistas. En el recuerdo sin una mancha de olvido la tierra cubierta de flores amarillas las espléndidas sinfonías del viento el ondular de la rala cabellera del bambú más espigado y en la profundidad de mi pecho como carbón encendido, los deseos de extender hasta aquí las fronteras de esa bendita parcela del paraíso. 85 Sobrevivir en la boca del lobo ATAQUE AÉREO Será una drástica embestida contra la ciudad y sus alrededores. Una invasión a gran escala sin imperfecciones de envergadura y objetivamente capaz de una victoria rotunda. Estoy feliz por la inminencia del ataque y por los vaticinios que anticipan un desenlace satisfactorio. A lo lejos el relámpago y un trueno. Sobre el cristal de las persianas las primeras gotas del colosal aguacero que viene a liberarnos de las altas temperaturas. 86 Jorge Olivera Castillo ÉXODO MASIVO Desterrado en la tierra, burlado en su amargura, sus alas de gigante le impiden caminar. Charles Baudelaire Despavorida la multitud se desplaza encima del agua. Nadie se hunde. Todos ágiles equilibrados y con la vista al frente. Algunos empuñan una maleta de cartón y salitre. Otros llevan entre las manos solo el rocío de la mañana. La estampida en plena efervescencia y los peces en el fondo atormentados por la incesante agitación en la superficie. ¿Dónde está el monstruo antediluviano? ¿Cuál es su nombre? ¿Cuántos sus dientes afilados? ¿De qué textura su oprobioso linaje? Todos corren sin mirar atrás quieren borrar de la memoria 87 Sobrevivir en la boca del lobo las espaciosas fauces del pasado los zarpazos incontrolados del presente y el probable ataque de un futuro que en la fotografía parece una hiena dispuesta a matar violentamente. 88 Jorge Olivera Castillo TRÁMITES MIGRATORIOS Se recomienda entrar rezando y con los nervios protegidos por una pared de acero inoxidable. Son las primeras indicaciones a pocos segundos de entrar en el escenario bélico. En la trinchera un hombre de uniforme verde con su garganta en plena disposición combativa, listo para accionar el gatillo de la impunidad, feliz ante su inminente victoria, ebrio de una alegría hecha con uvas podridas. Muy pronto el regreso de un hombre herido con la derrota tallada en ambos ojos y a sus espaldas todavía el eco de la tajante sentencia: ¡No puedes salir del territorio nacional! 89 Sobrevivir en la boca del lobo INTERRUPCIÓN ELÉCTRICA Mientras los murmullos rebotan en las paredes lastimadas de la calle Merced me deslizo a hurtadillas entre las siluetas que entrecruzan maldiciones y ritos de furia. ¿Por qué mis vecinos permutaron con los fantasmas? ¿Por qué tengo que andar con esta adicional armadura de sombras cuando la noche muestra el comienzo de sus más enérgicos delirios? A tientas sigo adelante quebrando las redes del enojo propio y ajeno cuidándome de los espectros iracundos de los cráteres inextinguibles de las heces fecales de perros y gatos sembradas en el asfalto. Estoy sediento de luz ansioso de encontrar mi casa en algún resquicio de las tinieblas. 90 Jorge Olivera Castillo “Estamos en la boca de un lobo” la afirmación llega como un mar embravecido que se lleva de un golpe mis expectativas. Otra vez morando entre las brumas como vampiros. Otra vez sacudidos por los brazos hercúleos de una crisis sin piedad ni punto final. 91 Sobrevivir en la boca del lobo ALTA CULTURA La mujer de los altos en vez de hablar gruñe. Es alta y profunda su tesitura claro el tono del extraño lenguaje que su garganta procesa. No sé si ha perdido el juicio o si es un alarde intelectual. Lo cierto es que en ese idioma no existen palabras para decir Buenos Días dar las gracias por un favor ni los recursos mínimos para articular una disculpa. Ella es parte de una nueva raza que se multiplica entre los húmedos escombros de las unanimidades y la abominable transacción de cambiar todas las virtudes por un portazo en las narices. Poco a poco hemos ido evolucionando hacia una cultura superior. 92 Jorge Olivera Castillo Dicen por ahí que se trata de un evento extraordinario en el camino a la grandeza. Entre gruñidos y golpes en el pecho festejamos con antelación una victoria hecha de fango y hierbas secas. Subrayo que son solo detalles quizás nimios de una catástrofe sin límites. Así está la república que inauguraron con fuegos artificiales y vibrantes consignas un primero de enero de 1959. El país donde nací un día cálido de septiembre y donde quizás tenga que morir de un susto. 93 Sobrevivir en la boca del lobo NI BLANCOS, NI NEGROS Blanca es la hoja en que escribo un poema de amor. Blanca la nube que me regala un sueño. Blanco el ventilador que me ayuda a enfrentar los músculos de un verano con ganas de imitar a Arnold Schwarzenegger. Negra es la computadora marca Dell que me permite escapar a hurtadillas del subdesarrollo. Negra la tinta del bolígrafo con que hago los apuntes para la próxima nota informativa. Negros los zapatos que calzo en las tardes de algún domingo jovial y tranquilo. Digo y repito que ese hombre no es blanco y aquel otro no es negro. Es hora de poner la verdad en letras gigantes sobre un lienzo y pasearla por el universo. 94 Jorge Olivera Castillo Por qué detenerse en tan mediocre dicotomía ¿cuando nadie es blanco, ni es negro? Si de colores se trata Todos somos de alguna manera carmelitas. 95 Sobrevivir en la boca del lobo FRENTE AL MAR Disfrutemos este baño de paz frente al mar sin olas que besa centímetro a centímetro la sinuosa espalda de la bahía. A un lado tres niños descalzos corren como gacelas sobre el césped recortado. Mas allá un hombre tararea una vieja canción de amor y el sol se marcha a hurtadillas para no romper de repente el molde de una tarde irrepetible. Sereno y preciso llega el crepúsculo para derrotar las últimas terquedades de los pescadores sin suerte. Ablandar los resentimientos más duros y darle el certificado de garantía a estos momentos en que la tristeza es una necedad amarga 96 Jorge Olivera Castillo carcomida por los dientes de ese mar que ahora duerme como un niño recién nacido. 97 Sobrevivir en la boca del lobo NADIE Nadie es profeta en su tierra ni los déspotas ilustrados ni sus discípulos más competentes ni los hechiceros que manosean la bola de cristal ni el sacerdote que cierra los ojos para ver el infinito ni el proletariado que aplaude con sabia maestría. Nadie es profeta en su tierra nadie nadie nadie. 98 Jorge Olivera Castillo VENCEDORES VENCIDOS Somos los únicos vencedores de una guerra encarnizada. Eso aseguran los historiadores en las últimas páginas de sus memorias. En los libros se puede leer que fue una conflagración sui generis ajena al ruido de los disparos de fusil, sin nada en común con las explosiones, contraria a la sed en las trincheras, distante del humo y el polvo de los escombros calcinados. Por fin vencimos al enemigo del Norte que nunca vino. Luchamos como valientes soldados frente a las espectrales divisiones blindadas. Es hora de festejar la victoria y escoger la mejor sonrisa en los baúles del circo. 99 Sobrevivir en la boca del lobo El triunfo es un hecho consumado un decreto con el olor a la pólvora de otras guerras más terrenales más cotidianas más azarosas en las que muchos continúan muriendo de una ráfaga de miedo a manos de un aguerrido burócrata de un disparo de indiferencia o bajo el despiadado bombardeo oral de algún funcionario del partido. 100 Jorge Olivera Castillo REALISMO SOCIALISTA Ser feliz aquí es una orden. Casi unánime el convencimiento de que la agonía es la madre más prolífica que ojos humanos hayan visto. La muerte es el abrazo fraternal que multiplica sus energías tras el clamor de las consignas. 101 Sobrevivir en la boca del lobo ACTO DE REPUDIO Ellos saben romper el límite de la razón con la punta afilada del delirio. Vienen como un mar embrutecido que se lleva hasta las sombras de los balcones pegadas al pavimento. Los brazos ondean como sables sin piedad. Las manos amenazan con convertirse en pistolas de alto calibre. El grito tribal sacude el polvo de las paredes desconchadas. Ya se acerca la muchedumbre desafiante. En las plataformas de lanzamiento aguardan los más voluminosos improperios. Han usurpado la tarde con violencia. Es casi seguro que matarán a alguien antes del anochecer. 102 Jorge Olivera Castillo Al margen de sus intenciones la manada ofrece una cuota adicional de sus furias renovadas. Frente a las ráfagas de odio las víctimas insisten en permanecer tras el encanto de sus herejías. 103 Sobrevivir en la boca del lobo POEMAS DE FUEGO El día parece un animal furioso. Veo sus ojos desorbitados asomándose en la parte alta de una nube inmensa como la muralla china. Muy pronto estaré en algún rincón de sus entrañas ¿de pie? ¿en cuclillas? ¿horizontal como un árbol derribado? De veras no sé cuál será la mejor postura para curar mi ánimo herido de muerte para darle un masaje terapéutico a la esperanza que llora para descubrir el escondite de la suerte. Puedo afirmar que este lunes tiene malas intenciones se ha puesto gris y deja caer sobre mi cuerpo sus sudores cristalinos. 104 Jorge Olivera Castillo En medio de la tormenta desembarcan en mi memoria la pobreza con sus bombas incendiarias el perseverante ronquido de un borracho los vicios incurables de los burócratas el basural que se expande en la esquina como un imperio y el ojo negro del policía amenazándome otra vez con un bautizo de sombras fatales. Este lunes es parte de la manada que a diario me enseña sus colmillos y sus garras relucientes. Si no fuera por las llamas de estos poemas estaría muerto. 105 Este libro se terminó de imprimir en España, en enero de 2012.