Otras aplicaciones de la radiación gamma en el ININ Banco de Tejidos Radioesterilizados El poder de esterilización de la radiación gamma permite aplicarla a tejidos biológicos lo que representa una importante alternativa terapéutica: las lesiones en la piel ocasionadas por quemaduras, úlceras crónicas y otras alteraciones frecuentes, hoy se pueden atender satisfactoriamente por medio de los apósitos procesados en el Banco de Tejidos Radioesterilizados (BTR) del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ): amnios, piel de cerdo y piel humana. Fachada del Banco de Tejidos Radioesterilizados Procesamiento de los tejidos en el BTR Un banco de tejidos es el establecimiento donde son colectados, procesados, almacenados y distribuidos tejidos para uso clínico. Los tejidos procesados en el BTR se obtienen a partir de materia prima simple, de costo bajo, que puede ser obtenida en el país y que no requiere instrumentos de alta especialziación. Al tratar con estos tejidos a un paciente con pérdida cutánea se disminuye la inflamación, el dolor y la pérdida de líquidos además de que se reduce significativamente la posibilidad de contraer una infección, el uso de medicamentos, los días de hospitalización y la restricción de movilidad, permitiendo incluso el tratamiento ambulatorio. Los tejidos que produce el BTR no son un injerto, sino que se colocan sobre las heridas de manera similar a una venda, por lo que reciben el nombre de apósitos. Una de las opciones para producir los apósitos son los amnios, que es el tejido que cubre al bebé en el vientre materno, obtenido después del parto separándolo del resto de la placenta. Los amnios son donados por futuras madres elegidas tras un escrutinio minucioso. Deben ser pacientes sanas, con gestación a término, sin sufrimiento fetal, sin haber cursado enfermedades infecciosas, degenerativas u otras, con resultados serológicos negativos para virus de inmunodeficiencia humana (VIH 1 y 2), hepatitis B, hepatitis C y sífilis. Después de estas pruebas, los tejidos reciben una limpieza preliminar en el hospital y se trasladan al ININ en envases estériles a temperatura de refrigeración. Ya en el BTR se lleva a cabo un procedimiento minucioso que incluye verificación de documentos, lavado, secado al aire y control microbiológico para determinar la carga microbiana inicial y calcular dosis de esterilización. Posteriormente, el tejido se empaca al vacío, se etiqueta y se esteriliza con radiación gamma de cobalto-60 en la Planta de Irradiación Gamma del Instituto. Ya irradiados, se realizan pruebas de esterilidad y se almacenan a temperatura ambiente, en espera de resultados serológicos negativos practicados a las donadoras 6 meses después, para confirmar que no existe ningún agente infeccioso que pudiera transmitirse de donador a receptor. Si este es el caso, los tejidos son liberados para su distribución y aplicación clínica. Todas las etapas se llevan a cabo bajo un control de calidad riguroso bajo la certificación ISO 9001:2008. En la instalación del BTR ha resultado fundamental el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que, a través de su programa de Radiación y Bancos de Tejidos, ha promovido el establecimiento y/o actualización de bancos de tejidos que usan la radiación ionizante, como la radiación gamma del cobalto-60, para esterilizar tejidos biológicos. Mejoramiento de pseudocereales La radiación gamma también puede aplicarse para el mejoramiento de ciertas características de cultivos con alto valor nutrimental. Este es el caso de los llamados pseudocereales como la quinua y el amaranto. Se denominan pseudocereales porque sus semillas son como las de los cereales, ricas en materiales harinosos y aptos para la panificación, pero pertenecen a las dicotiledóneas, es decir, plantas con hojas embrionarias o cotiledones en sus semillas; son distintas a las monocotiledoneas gramíneas (llamadas cereales verdaderos) como el arroz, el sorgo, el maíz y el trigo. Otra ventaja de los pseudocereales es que crecen de forma rústica y son adaptables a varios ambientes adversos como bajas temperaturas, alta salinidad y sequías. No obstante sus ventajas, la quinua y otros pseudocereales como el huauzontle en su forma natural no son atractivos para el paladar humano por tener un sabor similar al jabón. Esto se debe a su alto contenido de saponinas que son compuestos naturales (glicósidos) en forma de cristales que se encuentran pegados a la cubierta de la quinua. Para lograr cambios en los cultivos y que presenten características más favorables existen técnicas como la mutagénesis por radiación. Un aspecto que debe destacarse es que en la naturaleza se dan miles de mutaciones diariamente provocadas de forma natural por diversos factores. Probabilísticamente, puede darse una mutación natural en un millón, mientras que aplicando la técnica de la mutagénesis se incrementa la probabilidad a una mutación en diez mil. Antes de irradiar las semillas fueron necesarios estudios de radiosensibilidad, con el propósito de determinar la dosis óptima a la que se debería exponer la quinua. Una vez establecida (entre 200 y 250 grays) y en virtud de que las mutaciones se dan en forma aleatoria, se irradiaron las semillas a varias dosis para lograr alguna o algunas de las variaciones deseadas. En el Gammacell 220, uno de los irradiadores experimentales del ININ, se irradiaron 200 gramos de quinua por cada dosis (en un gramo hay entre 200 y 300 semillas) lo que implicó irradiar más de 40 mil semillas por dosis. Por su alta capacidad de penetración, además del efecto directo de la radiación gamma sobre el ADN, se generan radicales libres que son altamente reactivos y que al interaccionar con el ADN pueden producir mutaciones. Las semillas irradiadas se plantaron y se seleccionaron aquellas plantas que presentaron ausencia de saponinas, rendimiento y resistencia a condiciones adversas. Cada año, se hace la siembra bajo un diseño experimental que incluye un testigo no irradiado y tres repeticiones, para confirmar estabilidad de los caracteres. Otras plantas se seleccionaron para volverse a irradiar, pues se observó que con irradiación recurrente, se reducía el contenido de saponinas. Para obtener dos generaciones de quinua por año en vez de la que se da de manera natural, se instaló un invernadero en el Departamento de Biología del propio Instituto. Actualmente en el ININ se cuenta ya con mutantes de bajo contenido de saponinas, además de que las plantas cumplen con otras cualidades, para lo que se evalúan la altura de planta, la longitud y el diámetro de panoja (sitio donde tiene la semilla), el número de ramas, el número de entrenudos (espacios entre rama y rama), el diámetro de tallo y el rendimiento (que dé suficientes semillas). Con base en estas cualidades se han caracterizado unos 15 materiales o líneas que cumplen con ellas. El Colegio de Posgraduados de Chapingo inició un programa de mejoramiento de semillas de pseudocereales por métodos convencionales, como la selección. De ellas, 15 fueron proporcionadas al ININ para complementar este proyecto. Envejecimiento por radiación en la calificación de equipo La calificación de equipo es un requisito regulatorio en centrales nucleares. Permite verificar el diseño y fabricación de los equipos y demostrar su capacidad funcional bajo las condiciones ambientales y operacionales en que se encuentra la instalación, mediante Planta de chía Tamales elaborados con chía pruebas, análisis, o ambos. Se consideran aquellas condiciones severas que resulten de un accidente base de diseño postulado (DBA, Design Basis Accident), que generaría ambientes de alta temperatura y presión, vapor húmedo y radiación. La calificación debe demostrar la capacidad del equipo durante su vida instalada y determinar la degradación potencial de sus partes envejecidas por las condiciones ambientales y de servicio normal, denominada vida calificada. Asimismo, deberá evaluarse su actuación operacional, si se presentara un DBA, al término de su vida calificada. Los principales parámetros de esfuerzo o estresores que provocan el envejecimiento de los equipos eléctricos y mecánicos son la temperatura, la radiación, la humedad, presión, vapor, soluciones de aspersión (spray), vibración y los ciclos operacionales (eléctricos/ mecánicos). Dos aspectos de la colocación de un transmisor de nivel instalado en la cámara de exposición del Irradiador JS-6500 En una planta nuclear existen cuatro tipos de radiación: alfa, beta, gamma y neutrones que provienen, principalmente, de los productos de fisión contenidos en el reactor. Por su poder de penetración y la ubicación de los equipos, la radiación gamma es la de mayor interés para la calificación de equipo. En términos generales, la radiación nuclear (como la gamma) provoca cambios en la estructura atómica y molecular de los materiales. Parte de la energía absorbida a través de la radiación se convierte en calor (por la interacción con los electrones) incrementando el envejecimiento térmico del material. Para determinar los efectos de la radiación sobre los componentes no metálicos (plásticos, elastómeros, polímeros, cerámicos y otros) de los equipos de una central nuclear se requiere determinar el impacto acumulativo durante largos períodos de servicio en condiciones normales, que pueden ser hasta de 40 años y, adicionalmente, probar el impacto provocado por la dosis de radiación generada durante un accidente base de diseño. En calificación de equipo, para la mayoría de los compuestos no metálicos se considera la premisa «igual dosis produce igual daño» sin considerar la rapidez de dosis, ya que los experimentos realizados en diferentes materiales indican que los efectos de la radiación dependen principalmente de la cantidad de dosis absorbida por el material y, de manera secundaria, de la rapidez de dosis y tipo de radiación. La dosis de radiación aplicada para simular el envejecimiento acelerado está basada en la dosis estimada en condiciones de servicio y la vida calificada esperada. Se requiere envejecimiento por radiación si se determina que la dosis por radiación durante condiciones normales de servicio excede el umbral de daño. El umbral de daño por radiación se refiere a la dosis más baja en la que se genera un cambio significativo en las propiedades físicas del material de los componentes de los equipos. La calificación evalúa los efectos del envejecimiento simulándolos experimentalmente, o bien, manejándolos por análisis, por experiencia o con resultados del mantenimiento. La evaluación requiere de la comprensión total del diseño del equipo, de su construcción, operación y función. Las partes y los materiales constituyentes son identificados, junto con las propiedades de materiales relacionadas con el envejecimiento. La prueba de radiación para el proceso de calificación, se efectúa en irradiadores gamma con fuentes de cobalto-60. En el proceso de calificación que se realiza en el ININ, la exposición a la radiación se efectúa en el irradiador gamma JS-6500 (con fuente de cobalto-60) en donde se cubre el requisito de generar un ambiente mezclado de radiaciones beta y gamma.