Revisia iluslrida de 1a Arinrn y $ ervi eiox u MIMISTERIODEL EJ ERC ITO • ejército REVISTAILUSTRADADE LAS ARMASY SERVICIOS Año XIV • Núm. 158 • Marzo 1953 • SUMARIO. de zonas inmediatas a cursos de agua. —General Alonso Alonso. Ideas para la teoría de la fortificación. —Capitán Lansac. Empleo táctico de los campos de minas. —Capitán Águila. Estadísticas retrospectivas. Orígenes de la decadencia española.—ArturO Pérez Camarero. El cuartel más alto .e España. —Teniente Echeverría. La defensiva en montaña. (La cuestión de los efectivos.) —Comandante Pardo Martínez. El urbanismo y la guerra.__ComandanteLóPe2 Medranda. Voladuras sobre maquetas. —Comandante Martínez Jiménez. Defensa Información e Ideas y Reflexiones. PactoEl Atlántico. (Traducción.) El mando Único para la infantería y la aviación de apoyo.—Coronel Standing. (Traducción.) La estructura de un Eje’rcito moderno. (Traducción.) Pequeños problemas de inspección en la fabricación de armamentos.—William C. Tucker. (Traducción.) Experimentación de vehículos militares.—Coronel Heiberg. (Traducción.) Armas contracarro de gran movilidad.—Coronel G. Dolvin. (Traducción.) Enseñanzas y nuevos puntos de vista de la guerra de Corea.—Impresiones de un Oficial sueco a su regrcso del Lejano Oriente. (Traducción.) Vías de comunicación africanas.—T. Coronel De Sotto Montes. La defensa de Europa.—Géneral H. J. Kruels. (Traducción.) Notas breves.—Una moderna escuela militar: El “City College” de la N. A. T. O.=La cuestión de los radioaficio nados.La voluntad de resistir alemana. Del soldado suizo. Planes de guerra.—General J. 1?. C. Fuller. (Traducción.) El VII Ejórcito norteamericano. (Traducción.) Detergentes nacionales de iiuerós militar.—Doctor Gómez Herrera. Artillería autopropulsada.—T. Coronel Bidwell Moore. (Traducción.) El nuevo material del Eje’rcitofrance’s.—Las comunicaciones militares por cable. (Traducción.) La infantería blindada es diferente.—Capitán Charles W. Koburger. (Traducción.) ¿Para quó sirve una ametralladora?—MaYor Robert H. Clagett. (Traducción;) El problema de la articulación de la División de Infantería en agrupaciones tácticas.—T. Coronel Giuseppe Ronga. (Traducción.) Guía bibliográfica.—Comáfldaflte Martínez Bande.;1] - • Las ideas contenidas en los trabajos de esta Revista representan únicame la opinión del respectivo firmante y no la doctrina de’los organismos oficio RedacciónyAdministración:Alcalá,18,30 MADRID Teléf.22-52-54 ApartadodeCorreos;0] - - - 1 MINISTERIODELEJERCITO jéreitó REVISTA ILUSTRADADE LAS ARMASY SERVICIOS - DIRECTOR: ALFONSO FERNÁNDEZ, Coronel de E M. JEFE DE REDÁCCJÓN: Coronelde E. M. Excmo. Sr. D. José Dfaz de Villegas, Director General de Marruecos y Colonias. REDACTORÉS: General de DivisiónExcmo. Sr. D. Rafael Alvarez Serrano, de la Escuela Superior del Ejército. General de E. M. Excmo. Sr. D. Emilio Alamán Ortega, del. Estado Mayor Central. Coronel de Artillería, del Servicio de E. M., D José Fernández Ferrer, de la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Infantería D. Vicente Morales Morales, del Estado Mayor Central. Coronel de E. M. D.. Gregorio López Muñiz, de la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Caballería,del Servido de E. M., D. Santiago Mateo Marcos, de la Escuela de Aplica ción de Caballeria. Coronel de Infantería del Servicio de E. M., D. Gonzalo Peña Muñoz, Jefe del Regimiento de Infantería Wad-Ras núm. 55. Coronel de ingenieros D. Manuel Arias-Paz Guitián, del Ministerio del Ejército. Córonel de Artillería, del Servicio de E. M., D. Carlos Taboada Sangro, del Alto Estado Mayor. Teniente Coronel de Infantería, del Servicio de E. M. de los EE. de Tierra y Aire, D. Joaquln Calvo Escanero, del Estado Mayor Central. Teniente Coronel de Infantería, del Servicio de E. M., D. Alfonso Romero de Arcos, del Estado Mayor Central. Teniente Coronel Interventor D. José Bercial Esteban, del Ministerio del Ejército. T. Coronel Ingeniero de Armamento D. Pedro Salvador Elizondo, de la Direc. Gral, de Industria. Comandante de Intendencia D. José Rey de Pablo Blanco, Profesor del Centro de Estudios y Experimentación de Intendencia. PUBLIACIONMENSUAL . Redacción y Administración: MADRID, Alcalá, 18, 4o Teléfono 22-52-54 * Correspondencia, Apartado de Correos317 Ptaz. PRECIOS DE ADQUISICION Ejemplar Para militares,en suscripcióncolectivapor intermedio del Cuerpo6,00 Para militares, en suscripción directa (por trimestres adelantados)7,00 Para el públicoen general(por semestresadelantados)8,00 Número suelto900 Número atrasado Extranjero(12,00 ptas., ms 4,00 de franqueo) 16,00 Correspondencia para colaboración, al Director, Córrespondencia para suscripciones, al Administrador, D. Francisco de Mata Diez, Comandante de Infantería, Defensa de zonas inmedia las a cursos deaÍIUa General de Brigada de Infantería, del S. E. M., MARIANO ALONSO ALONSO, Profesor de la Escuela Superior del Ejército. Tódos los problemas tienen su solución táctica, aunque muchas veces no la acertamos a ver. FRANCO. GENERALÍSIMO ENtrabajo gracia “Defensa, a la brevedad, podíade titularse de cursos agua”, y este se LO ESENCIAL NO ES EVITAR QUE EL ENE MIGO PASE ‘UN RIO, SINO IMPEDIR SU PENETRACION guramente quien lo leyera entendería perfecta mente que se iba a estudiar la defensa de las ‘Todavía no tenemos doctrina establecida so zonas que tienen delante un río o canal, pues bre esto, pues ni nuestro Reglamento para el hoy no puede hablarse de defender lítieas, sino empleo táctico de las grandes Unidades, ni las zouas, dada la potencia de los medios ofensivos. normas provisionales sobre la organización de Una línea se rompe fácilmente y es indispensa fensiva deI terreno, ni las publicadas para el ble dar profundidad. a la organización defen combate de la Infantería, aluden al caso parti siva; esto es tan evidente, que no debemos per cular de ataque y defensa de ríos. Por ello puç der el tiempo en razonarlo. de ser interesante dedicar unos minutos a ana-. Sin embargo, ejercen tanta influencia los tí lizar el problema táctico para contestar a dicha tulos o denominaciones, que hemos creído con-• pregunta. veniente aclarar el concepto, porque al expre El río es un obstáculo que, cualquiera que sea sar la idéa de defender un curso de agua, ins su aiichura, puede cruzarse perfectamente con tintivamente pensamos en la obligación de im medios adecuados, y es evidente que si lo que pedir a toda costá. que el atacante lo cruce y pretendemos es impedir que el enemigo lo atra ponga en susdefensa orillas; dedetalahímodo llegamo& a or viese, solamente con. una barrera de fuegos con ganizar pie nuestra que todos tinuos y densos podremos prohibir el paso; es los fuegos de artillería e infantería tengan ‘di tos fuegos han de ser de armas automáticas de cha finalidad, y que la barrera principal actúe Infantería en tiros de flanco, o sea que para sobre el curso de agua y en la orilla opuesta. ejecutar este sistema de fuegos habrá que lle Descartada la idea de defender una línea, sea var la línea principal de resistencia a lá orilla’ un curso de agua, una carretera o ferrocarril o del río. En realidad, para garantizar, en lo po una costa, vamos a estudiar cómo debemos ac sible, que un atacante no atraviese una línea, tuar para defender la zona que tiene a vanguar sea carretera, ferrocarril, de observatorios o río, dia un río o canal. Más concretamente: ¿Debe lo que hay’que hacer es situar á vanguardia de ser preceptivo en estos casos que la lÍnea principal ella una zona de resistencia; por tanto,, para de resisteiicia sea la orilla propia y que la barrera impedir el cruce de un río, deberíamos situarnos principal se lleve al cauce del río? . , 3 delante de él, cuanto más profundamente, mejor. tancia especial y favorable de tener un obs Ahora bien, conviene pensar si el verdadero problema para el defensor está en impedir el táculo natural a vanguardia, que es el río. Vea mos qué condiciones debe reunir esta zona de paso del río, o será mucho más interesante pro resistencia y dónde debe situarse. hibir su penetración en la zona de la orilla propia, o sea evitar que constituya una amplia cabeza dé puente que le permita profundizar su LINE4 PRINCIPAL DE RESISTENCIA NO avance. Del fin que se pretenda conseguir de-. LADEBE COINCIDIR, NORMALMENTE, CON penderá la manera de realizarlo. LA ORILLA DEL RIO La operación de cruce de un río nunca será el objetivo de un atacante, sino un medio para Los principios generales de la táctica son per lograr cierta finalidad. Los alemanes pasaron el manentes y deben tenerse en cuenta- en todos Mosa en 1940, para llegar después al mar y des- los casos; el río sólo es un obstáculo que condi truir a los Ejércitos francés, inglés y belga que quedaron embolsados. Los aliados pasaron el ciona el combate en los primeros momentos. Rin para penetrar en Alemaniá y terminar la Nodebemos olvidar que el /ii únicó de la ba guerra. En nuestra Cruzada de liberación, el talla defensivá es la destrucción del enemigo que ataca y, por tanto, estableceremos nuestro C. E. Marroquí, al mando del General Yagüe, sisteiia defensivo del modo que mayor daño o cruzó el Ebro en marzo de 1938, para destruir destrucción podamos causar al atacante con el a los rojos que estaban entre este río y la fron tera francesa y avanzar hasta Lérida y línea del, menor desgaste propio. Como se trata de estudiar si la línea principal Segre. de resistencia debe estar o no en la orilla del río, El río es sólo un obstácúlo a salvar en la zona de avance. La victoria se obtiene al otro lado supongamos que tenemos fuerzas para defen del río, pero no en él. A nadie se le ocurrirá derlo, y no sólo para vigilarlo o realizar una de con la modalidad de frente extenso. pasar un río, siendo su único objetivo quedarse fensiva Desde luego, esto último será el caso normal inmediato a su orilla combatiendo teniéndole a impuesto por el principio de economía de fuer retaguardia, en malas condiciones. Si se quedan, zas para aprovechar la existencia del obstáculo será por razones morales o por otras causas; que aumenta la fortaleza del terreno e imprime pero su propósito inicial no pudo ser sé. En carácter a la defensiva; pero no queremos ra ñuestra Cruzada se pasó el Manzanares, asal zonar con el pie forzado de escasez de fuerzas, tando la Ciudad Universitaria, -pensando. en la posibilidad de liberar Madrid, y luego, por no porque no habría medios para organizar en pro fundidad una zona de resistencia completa, y dar un paso atrás, se mantuvieron nuestras po entonces la línea principal, por no existir, no &iciones, a pesar de estar batido el paso del río estaría en la orilla ni en ninguna parte. por armas automáticas enemigas. La determinación de la línea principal de re Luego si el propósito del atacante es profun sistencia tiene capital importancia; de que esté dizar en la zona de la orilla opuesta y ocupar bien o mal dependerá la eficacia del plan de una posición que impida a la artillería de la fuegos y el éxito o fracaso del combate defen defensa actuar sobre los puntos de paso donde Bien elegida, destruirá al enemigo; mal, se han tendido los puentes, y además que le pro sivo. ocasionará la destrucción propia. porcione el necesario espacio de maniobra para asegurar que el atacante acumulará fuerzas importantes, es evidente que lo. esencial en Podemos el punto elegido para el paso del río elemen para el defensor es impedir estos propósitos. tos superiores a los del defensor y que tendrá Quedá, pues, claramente de manifiesto que también superioridad en el aire. Es, por tanto, lo verdaderamente importante para el defeñsor importancia vital evitar la acción destruc np es impedir que el enemigo pase el río, sino de tora de la Aviación médiante la diseminación, evitar a toda costa que. penetre en la zona de enmascaramiento y fortificación de los subele la orilla propia y que alcance la línea de obser-. mentos .de resistencia. ¿Será posible enmascarar vatorios artilleros sobre el cauce y sus. dos ori y ocultar a la Aviación la situación de éstos llas; mientras el atacante no ocupe esta línea, subelementos, si establecemos como doctrina combatirá en malas condiciones y su situación que se sitúen en la orilla del río los que formen en la orilla del defensor será muy difícil, por te parte de lá línea principal de resistencia? Con ner cortadas sus comunicaciones, o con un ren bombardear una línea tan claramenTte determi dimiento muy escaso. nada e imposible de enmascarar, incluso de no Estamos, por tanto, en el caso normal de la che, tendrá asegurada el atacante la destruc defensiva: organizar una zona de resistencia de ción o neutralización de las- armas encargadas lante de una línea de observatorios para impe de la barrera principal. dir que el enemigo llegue a ella, con la circuns El problema para’ el defensor es determinar - - • 4 la zona de terreno donde ha de organizarse de fensivamente para aniquilar delante de ella al enemigo. El caso ya hemos dicho que es exac tamente igual que en el combate defensivo. También podemos afirmar que el enemigo ac tuará con fuegos potentes de su artillería en el punto por donde preténda pasar. Ocultación a los observatorios, diseminación y dispositivo de las organizaciones en profundidad, es la forma de luchar contra la artillería. La infantería bien establecida y con un hábil plan de fuegos, nada teme de la infantería contraria; pero debe hur tarse a la poténte destrucción de los fuegos de artillería. Las condiciones que debe reunir la zona de resistencia, y especialmente su borde anterior o línea principal de resistencia, son las de estar desenjilada de las vistas de los posibles observato rios artilleros del e.semigo y bajo la vista de los propios. Por ello, la situación de las organiza ciones defensivas en la orilla del río es la menos adecuada, pues serán perfectamente localizadas y destruídas, antes de que puedan actuar sus armas. Sería todo lo contrario del fin a conseguir; aquí se ofrece al enemigo la fácil destrucción de armas y hom bres propios, antes de que éstos le hayan podido ocasionar el menor daño. Confirmación de esto la tenemos en el paso del Mosa por las fuerzas alemanas del General Guderian, el 13 de mayo de 1940, al norte de Sedán, a las i6 horas, previo un bombardeo de la aviación y una preparáción arti llera de dos horas con 8 Grupos en un frente de 2,5 kilómetros; corres pondían unos 3 Grupos por kilóme tro, que es proporción ampliamente rebasada después, ya que en ataques a posiciones no cubiertas por obstácu los tan importantes, aunque cierta mente mejor defendidas, se han lle gado a emplear hasta 17 Grupos por kilómetro de frente. Dicho General- ha relatado: “Noté que la ibera sur del Mosa estaba poco defendida y que las fuerzas enemigas parecían débiles. Por tanto, decidí destruir las casamatas que habían re sistido la preparación artillera, tra yendo -:los cañones de 88 mm. a la orilla septentrional del río y -dista raisdo directameite contra las troneras de las casamatas. El ataque tivo éxito, y la infantería cruzó fácilmente el Mosa en botes neumáticos.” Como se deduce de este relato, no había ocultación de -las casamatas si- tuadas en la orilla, y la artillería alemana pudo destruirlas en tiro directo, sin que sus ocupantes pudieran utilizar sus armas contra la infantería, que pasó el río con facilidad. El 2 de noviembre de 1944, una División del 1 C. E. Británico pasó de noche el río Mark (Holanda). Dice el relato que las defensas se com ponían de tropas y cañones atrincherados en asentamientos cólocados a lo largo del dique, que corría paralelo a la ribera septentrional del río. Se realizó preparación de artillería y armas de apoyo de infantería, y la cabeza de puente se constituyó cón escasas bajas; se hace cons tar que el éxito se debió, entre otras causas, a la neutralización por la artillería de las armas ene migas y ataque inmediato por la infantería. Es otro caso de armas de. la defensa, en la orilla del río y tan perfectamente observadas y localizadas pór el atacante, que permitieron. su neutralización aun de noche. Podrá decirse, y no faltará raz6n,. que en am bos casos los defensores estaban en condiciones tales, que su moral no permitió hacer una resis - - - - - - • - - - - 5 • tencia obstinada; pero vamos a ver otro ejem bilizados de aquella guerra, y la localización de plo de la guerra 1914-18. las armas de la defensa hizo inútil la tenaz re Paso del [sonzo.—Ei Mariscal italiano Cavi gua relata el paso del Isonzo por el XXIV C. E. sistencia de los austriacos y la utilización del el 19 de agosto de 1917. Al describir el terreno río como obstáculo, ya que las armas que ba su cauce fueron neutralizadas en aquella del valle del río, dice que: “Con excepción de tían preparación artillera de casi dos días, sin que algunos limitados ángulos escondidos, desde una pudieran impedir el tendido de los puentes. ladera del valle se ve perfectamente cuanto so bre la otra ocurre, como si se leyera en un libro abierto. El arbolado no basta para ocultar las cosas ni los hombres. En la izquierda del Ison DISTANCIA DESDE LA ORILLA HASTA LA ZONA DE RESISTENCIA zo, los centinelas áutriacos estaban en la orilla del río y’ tras ellos se hallaba organizada una Visto que la orilla no es lugar ‘adecuado para línea continua de defensa, con ametralladoras y cañones de pequeño calibre y tiro rápido, bas el límite anterior de la zona de resistencia, vea tante bien colocados para batir todo el cursé del mos a qué distancia deberá situarse. Desde luego, a vanguardia de los observato río. A retaguardia y a media ladera, los austria cos tenían una segunda línea con soluciones de rios sobre el cauce, para poder actuar con nues continuidad. Una tercera línea, más elevada, tros fuegos sobre los puntos de paso. Además, hay que buscar en el terreno ocultación a la ob corría por la cresta.” Como vernos, se trata de la organización ca servación enemiga para las armas de la defensa. Pero, por otra parte, no conviene abandonar racterística de aquella guerra con la línea prin al atacante una zona amplia donde pueda rea cipal de resistencia, de sostenes y de detención, sin preocuparse de la ocultación a los observa lizar su despliegue cómodamente para continuar su avance; solamente debe cederse la zona que, torios contrarios. Continúa el Mariscal Caviglia: “Cada uno de por quedar bajo los fuegos eficaces de todas los Jefes de nuestras Divisiones había estudiado nuestras armas, resulta apta. para cumplir el fin minuciosamente las líneas enemigas, señalando que nos proponemos en el combate defensivo, sobre el plano la situación exacta de todas las o sea destruir ‘las fuerzas enemigas. “La batalla defensiva__ha dicho nuestro Ge armas aisladas, Baterías conocidas y elementos neralísimo—se caracteriza pór la formación al de trinchera. El Comandante del C. E. empleó enemigo de un verdadero infierno, donde se com personalmente toda una semana en controlar y completar el estudio de las, posiciones enemigas, bine la acción de todas nuestras armas en fuepasando largas horas en las trincheras. Fué una gos cruzados.” Por ello, lo verdaderamente interesante es labor detallada que nos permitió’ localizar to crear entre la orillá del río y la línea principal das las armas ocultas o enmascaradas del frente de resistençia una zona donde se concentren y adversario.” acumulen los hombres, el material y ganado del ‘La preparación artillera con 6o Baterías de atacante, y sobre la que podamos situar nues Ejército y C. E., más las divisionarias, empezó tros fuegos bien observados; enemigo, con es a las 14 horas del 17 de agosto y continuó hasta caso espacio para desplegar, elposiblemente algo ‘Ja mañana’ del i en Ja madrugada de este día desorientado si pasó el río de noche, sin fortifi se’ tendieron los puentes y se pasó el río. Se combatiÓ duramente ese día y los siguientes, y caciones ni tiempo para hacerlas y con difícil co él 23 se había producido la brecha en el frente municación a retaguardia para el municiona ‘del XXIV C. E.; que no se profundizó ni ex miento, abastecimiento y evacuación de bajas, resultará muy vulnerable y estará en las mejo :plotó; esta operación costó al C. E. 6.400 bajas. res condiciones físicas y morales para ser des El’frente de 8 Km. estaba ocupado por.una ‘División austriaca; pero el Mariscal Caviglia truído. La solución óptima, en cada caso, la, dará el ‘af’ir,ma también que combatió contra 56 Bata terreno y los medios de que dispongamos. Si te ‘llones, o sea más de 4 Divisiones; debe referirse nemos potente artillería, en condiciones de no a las fuerzas que acudieron a la batalla en los ser fácilmente neutralizada por su fortificación : dfas -i él 23, pues también el xxiv C. E., que .ó, mejor, por su enmascaramiento,.y poseemos tenía .inióiálmente 3 Divisiones, llegó a dispo además buena observación, podremos alejar ner de las fuerzas de Divisiones. La moral de más de la orilla a la infantería, pues la artille Ios ‘austriacos fué magnífica, pues se dice en el ría, los morteros y armas de apoyo batirán con rélato: “Y .reciban los adversarios el tributo de eficacia lo que las armas automáticas no alcan admiración, merecido por su bravura.” cen. Pero si esto no ocurre, será preciso reducir Corno se habrá observado, fué una de tantas la faja de terreno entre nuestra posición y la ‘7”áhólladuras” o inflexiones de los, frentes esta- orilla, pues toda ella debe ser batida por nues 6 jo de Fayón, entre éste y Ribarroja, ‘pues pára tros fuegos; en este caso, la solución estará en desenfilarse de las vistas de la orilla opuesta hay tre los 2.000 y los 1.000 metros. que perder la observaciófl sobre el cauce, y por En definitiva, se trata de solucionar un pro las fuertes pendientes, las vaguadas son casi blema táctico conjugando el terreno con los fue perpendiculares al ríó y no favorecen la oculta gos; como las posibilidades de nuestras armas ción.’ Pero en estos terrenos no se pasan los ríos. y sus trayectorias son constantes, será preciso en fuerza, pues faltan caminos de acceso para armonizarlas con las variables condiciones del trasladar los materiales para el tendido de los terreno; el arte del Jefé consistirá en encontrar puentes y’ para llegar con los camiones al’ río y la mejor solución. progresar en la orilla enemiga. Podrá pensarse que no es fácil hallar posicio nes desenfiladas de las vistas desde la orilla opuesta, en la zona situada entre el río y la lí APROVECHAMIENTO DEL OBSTACULO nea de observatorios sobre su cauce; sin em PARA LA DEFENSA bargo, laspendienteS de las laderas de los valles no son uniformes y siempre hay yaguadas y Pudiera pensarse. qile al separar la línea prin cambios de pendiente qúe ofrecen posibilidad de cipal de resistencia de la orilla del río se pierde ocultación a unas armas automáticas enterra el valor del obstáculo y se desaprovecha la oca das. Si la orilla propia es llana o ligeramente on sión de batir al enemigo durante la travesía. dulada, por la amplitud del valle, será más fácil En primer lugar, un obstáculo tiene el valor encontrar estas posiciones desenfiladas y ade que puedan representar los fuegos que reciba más utilizar la vegetación que suele existir en quien intente atravesarlo; si no hay fuegos que estas fajas de regadío para enmascarar armas, la flanqueen, de poco sirve una alambrada. Y si cosa. que no puede hacerse en la orilla, pues las armas que tengan la misión de’ colocár sus siempre estará dicha línea localizada, aunque proyectiles sobre el río han sido destruidas—por se oculten las armas. estar observadas y localizadas—antes de ac Unidades de la División 13 organiZaron la de tuar, de nada valdrán. fensa de la derecha del Segre entre Lérida y la Dada la velocidad de los medios modernos de cabeza de puente propia de Balaguer, y se en travesía de los ríos y la escasa anchura de éstos contraron posiciones para ócultar los subele en nuestra Patria, es muy difícil batir a los ata mentos dé resistencia a la observación enemiga, cantes durante el cortó tiempo del cruce, pues delante de la meseta o escalón donde estaban aunque algunas armas hubieran escapado a la los observatorios propios, manteniendo una II destrucción, es fácil al enemigo ocultar con nu nea de puestos avanzados en la orilla del río; bes’ de humo las zonas de pasó mientras se rea la faja de terreno batida por todas nuestrasar liza. Por ello, la eficacia de las armas de tiro ra mas entre el río y la línea principal de resisten sante de la infantería durante el cruce será nula cia tenía unós 1.000 metros de anchura, tipo o muy escasa. Siempre será más éficaz batir al medio, pues la División ocupaba un frente de enemigo cuando esté en aquella zona de in unos 25 Km., y al no disponer más que de su fierno, de la que no podrá salir con tanta ra artillería orgánica, se estaba en el caso de no pidez.’ convenir ceder más terreno que el capaz de ser Por otra parte, con la solución preconizada batido por las armas de Infantería; además, la no se desaprovecha el valor del río como obs línea de observatorios flO estaba a mayor dis táculo. Este, por sí sólo, impide un ataque in tancia de la orilla. La necesidad de enlazar con tenso de carros y frena el avance de Unidades la cabeza de puente Balaguer y de defender Lé motorizadas. El paso de los carros ha de ha rida y la fábrica del pueblo de Menarguens, si cerse en compuertas o puentes que resistan su tuadas en la orilla, obligó a llevar la línea prin peso, cuya construcción requiere tiempo. ‘Los cipal de resistencia a la margen del Segre, sola carros anfibios también imponen bastantes ser mente en estos puntos. vidumbres. Como el cañón contra carros no po Podemos afirqiar que lo mismo en otros fren drá actuar a distancia eficaz desde la orilla del tes de la Cruzada de liberación, que en distintos defensor, porque no lo permitirá el ataçante y estudios para resolver temas tácticos en el lo destruirá antes, serán la artillería y los mor Ebro, Duero, Tajo y Jarama, siempre hemos teros los encargados de batir a los carros, las encontrado posiciones con las condiciones di compuertas y el puente, dificultand@ su cons chas. truçción o destruyéndolos. El caso más difícil es aquel en que el río va Por ‘tanto, el río como obstáculo, estará ba encajonado y a ámbas orillas hay, alturas de más tido por las armas que, más eficazmente pueden de 200 metros de desnivel sobre el. cauce a dis hacerlo y cuya neutralización será más difícil tancias de unos 1.000 metros, con pendientes que la de las situadas en la orilla. muy fuertes, como ocurre en el Ebro aguas aba 7 Además, la idea de línea de obstáculo o río es preciso sustituirla por la de zona de obstáculos. río, Rápido en Italia, según la “Historia del Por ello hay que aprovechar en la zon3 de. la Y Ejército norteamericano, tomo IV”. Para abreviar el relato, resumiremos lo más.’ orilla propia las’ canalizaciones de riego, ace interesante. quias, cortaduras, campos de minas y alambra La misión del Y Ejército en Italia en enero das que profundicen la citada zona, y estén ba de 1944 era penetrar la línea Gustavo y evitar que los alemanes llevasen sus reservas para oponerse al desembarco en Anzio; el éxito de CRUCEDELRIO RÁPIDO esta operación hubiera cortado las comunica TOMADO DE MIL1TARYREVJEW ciones del Ejército de Kesselring y abierto el N°J1.-TOMØ 29. camino a Roma. El II C. E. debía envolver el flanco derecho (sur) de la posición alemana en Cassino. Para, ello se encomendó a la 3a Di visión cruzar el Rápido por 5. Angelo y estable cer úna cabeza de puente ‘que incluyera a Pignataro (a unas 4 millas del río). El ataque, con dos Regimientos acolados, co menzaría a las 20 horas del zo de enero (el des embarco de Anzio ‘sería el 22), previa una pre paración artilera de treinta minutos. El río medía de 9 a 15 metros de ancho, de corriente ‘fuerte y orillas abruptas de 3 a 6 pies de alto. Los alemanes tenían posiciones avanzadas pro tegidas por alambradas y campos ‘de minas, y. a retaguardia de dichas posiciones había más nidos de ametralladoras y armas C. C. Toda la zona fortificada—dice el relato oficial—estaba protegida por fuego cruzado de ametralladoras. “El día 20 de enero, el XII Mando de Apoyo aéreo realizó 124 incursiones sobre los objetivos alemanes. A las i8 horas, el ,et Batallón del 141 Regto. de Infantería partió hacia el depó sito de lanchas, donde llegó a eso de las 19 ho ras. En aquel momento dispararon al otro lado del río un cohete de iluminación. La sorpresa se ‘perdió. Inmediatamente la artillería alemana ‘abrió fuego sobre todas las probables zonas de reunión, depósito de lanchas ‘y ‘Posiblessitios de travesía. El Batallón sufrió numerosas bajas y muchos botes neumáticos de asalto fueron des truídos. A las 21 horas sólo unas cuantas lan chas habían cruzado el río. Los ingenieros, lu chando contra la veloz corriente y en medio del fuego ‘enemigo, se esforzaban valientemente por tidos por las armas de Infantería; ametrallado ras y C. C. C. de la zona de resistencia, situada construir pasaderas. No bien terminaban una, la destruía el luego enemigo; con los restos de en, las condiciones expuestas. Si al mismo tiempo, que sometemos al ene cuatro pasaderas construyeron una a ‘las cua tro horas, por la cual atravesó el remanente de migo, detenido ante nuestra zona de resisten Batallón no pudo cru cia, ‘a un intenso desgaste,, principalmente cón dos Compañías. El zar, y poco antes de amanecer se retiró a su los fuegos de armas, automáticas, batimos con artillería y morteros los puntos de paso, ‘aislán zona de reunión. Por la mañana del u de ene dolo de su b.ae, habremos utilizado todos los ro todas las comunicaciones con las fuerzas al obstáculos y las armas con amplio criterio, de otro lado del río estaban destruídas.” “El •er Batallón del ‘Regimiento 143 tuvo coordinación y conseguiremos la destrucción del mejor suerte en el sur. La Compañía de van contrario, mucho mejor que si no hubiera pa guardia pasó el río antes que el enemigo se per sado el río. Veamos un caso de eficaz defensa de un río, catara de ello. A las 5 horas ya se habían ins relatado por el atacante. Se trata del cruce del talado dos pasaderas y cruzó ‘el resto del Bata-’ ilón. Los alemanes destruyeron a las 7 horas 8 • OBSERVATORIOS PR?PuOS OBSERVATORIOS ENEMK3OS u ECCIONDEATAQUE CAUCEDE UN EJEMPLO. - (EL PERFIL ESTA TOMADO DE UNÁ CARTA). La zona de resistencia aprovecha una contrapendrnnte q quede ocu/La a la observación efieft?iga. El cauce del rio sus ec’csos quedan vistos desde los ob.ger. ,tor,os propios. • • una de las .pasade.rás y averiaron seriamente la otra. El Batallón no pudo avanzar hacia el inte rior debido al nutrido fuego de amL ralladora y morteros. El Comandante del Batallón ordenó la retirada para evitar su total aniquilamiento,. y a las ‘o h. estaba en la orilla oriental del río. Más hacia el sur, el 3.er Batallón fracasó totalmente en su intento por cruzar el rio. Lo&inten tos subsiguientes realizados esa noche para cru zar el río fueron rechazados por el fuego de la arti llería enemiga. Al amanecer, el Batallón se ha bía retirado a su zona de reunión.” “Segundo intento, 21-22 enero.—El Jefe de la División ordenó reanudar el ataque el 21 de enero. Por el sur, el 3. Batallón del 143 Regi miento se lanzó al asalto a las i6 horas. A las i8 horas 30 minutos, tres Compañías cruzaron el río en botes protegidas por cortinas de humo. El resto del Batallón y el 2.° Batallón pasaron a la orilla opuesta por una pasadera y avanza ron unas 500 yardas antes que los detuviera el juego enemigo. Hacia el norte, dos Compañías del •er Batallón del 143 lograron pasar a las i8 horas 35 minutos. El resto del Batallón no pudo seguirlas por el intenso fuego, enemigo. Los elementos de asalto de esos tres Batallones desplegados en el terreno frente a ‘la posición de resistencia enemiga no pudieron progresar más. Sus posiciones eran insostenibles. A las 12 ho ras 40 minutos del 22 de enero, los tres Bata llones se vieron forzados a retirarse.” “El 141 Regimiento realizó grandes esfuerzos durante la noche para reforzar los elementos del 1et Batallón, que pasaron al otro lado del río. A las 2 horas del., 22 se habían construído dos pasaderas y los Batallones 2.° y.° cruzaron el río. El progreso era lento y costoso. A las í6 ho ras, las comunicaciones con esos tres Batallo nes quedaron interrumpidas; todos los puentes habían sido destruídos y aisladas las fuerzas, al otro lado del río. La artillería no podía brindar fuego de apoyo inmediato debido a la limitada visibilidad. Los ale’manes aprovecharon la opor tunidad para contraatacar; a las. 20 horas, prác • • ticamente no se escuchaba el fuego de nuestras tropas. A las 20 horas 30 minutos se oían los disparos alemanes. Cerca de 40 hombres regre saron; el resto del Regimiento murió o fué cap turado.” La División—afirma la historia del V Ejér cito—era veterana y victoriosa en Salerno, Maunt, Maggiora y S. Pietro, y sufrió su pri mera derrota. Los Oficiales y tropa estaban bien adiestrados; lós planes se prépararon cuidadosa mente; los abastecimientos y equipos eran su ficientes, y los botes y pasaderas permitieron el paso del río a los Batallones. A nuestro juicio, la causa del fracaso—que no puede atribuirse a falta de medios ni de moral por parte de los atacantes, que por las bajas que soportaron puede calificarse de ejemplar, y que tenían buen apoyo de aviación y artille ría—se debió a la buena elección de la zona fortificada de los alemanes, cuya línea principal de resistencia no estaba en la orilla, como lo demuestra que actuaron desde el primer mo mento con su artillería y morteros sobre los de pósitos, de lanchas y posibles sitios de travesía y que hicieron fracasar los intentos de cruzar el río al 3. Batallón del 143 con el fuego de la ar tillería. Dada la anchura del río, de 9 a 15 me •tros, no hubieran podido tirar sobre el río por falta del margen .de seguridad, si su línea prin cipal de resistencia hubiera estado en la orilla. Pero además—nos dice el relato’—hubo Bata llones que avanzaron 500 yardas después de pa sar el río antes dé que los detuviera el fuego enemigo, y tres Batallones estaban desplegados al otro lado frente a la posición de resistencia alemana, sin poder progresar. Esto prueba que había una zona entre el río y lade resistencia, y que en la orilla sólo tenían puestos. vanzados que hicieron fracasar la sórpresa. En esa zona se creó el infierno de que habla nuestro Cau dillo. Se acusa también la falta de apoyo. artillero a los atacantes por falta de visibilidad; cierta mente pudo influir la niebla o el humo de las 9 - • • explosiones; pero es el caso que ni estas cir cunstancias, ni siuiera la noche, impidieron a los alemanes destruir una y otra vez las pasa derasy. batir el río, de escasa anchura, para ais lar a las fuerzas que habían pasado. Como es seguro que la superioridad artillera sería de los atacantes, podemos deducir que la diferente eficacia de los fuegos de unos y otros se debió a que las posiciones alemanas estaban desenfi ladas a la observación de los norteamericanos, y, en cambio, los puntos de paso del río y zona delante de la posición de resistencia eran per fectamente observados por los defensores. Como prueba de la eficacia del aprovecha miento del terreno en. la elección de una posi ción defensiva cúbierta por un río, citamos los siguientes casos:. El 26 de enero de 1944, la 34.a División nor teamericana, que habf a tenido éxito en octubre atravesando el río Volturno, después de tres días• de duros combates, volvió ‘a fracasar en el paso del río Rápido. En la noche del 12 al 13 de febrero se asigna la misión de cruzar el Rápido a la 2.a División neozelandesa, y tampoco lo consigue. Esta Di visión vuelve a intentarlo, el 17 de febrero, des pués de un intenso ataque aéreo que destruyó el monasterio de Cassino, construído por San Benito, y consiguió establecer una cabeza de puente y llegar a la estación del ferrocarril de Cassino; pero ante la imposibilidad de recibir appyo de los carros de asalto, que no pudo ser sustituído por la artillería por la proximidad a la línea de defensa, hubo de retirarse presio nada pór un contraataque germano., Solamente en la gran ofensiva aliada del u de mayo, tres meses después, fué posible pasar el Rápido y ocupar Cassino, mediante la ma niobra de ruptura que se efectuó a la izquier da (sur) por el río Garellano. . CASO DE NO DISPONER FUERZAS PARA DEFENDER TODA LADE LINEA FLUVIAL Es el más .corriente; pero no por la escasez de fuerzas debemos situar todas enun cordón de pustos en la orilla, que sería roto fácilmente en cualquier ‘punt’o. El estudio detallado de este problema táctico no vámos ‘a abordarlo ahora, para no .dar excesiva éxtensión ‘a este trabajo. Nos limitaremos a decir ‘que debe vigilarse el río y disponer de reservas para impedir. su pe netración. Así se procedió en nuestra Cruzada de libera ción en los casos siguientes:: Los rojos pasaron el Ebro por .Amposta en la noche del .24 a 25 ‘de julio de 1938; pero no, ‘o pudieron profundizar, y .nuestras reservas les obligaron a repasarla, dejando en nuestro poder unos 700 cadáveres y mucho armamento. Entre Fayón y Mequinenza también pasaron, y sólo consiguieron profundizar unos Km. hasta el Alto de los Auts, donde fueron deteni dos por nuestras escasas reservas; pese a que hasta el 6 de agosto nO fué posible disponer de fuerzas para el contraataque y, por tanto, pu dieron fortificarse y recibir refuerzos y muni ciones, fueron’ arrojados el día 7 a la orilla iz quierda del Ebro, perdiendo 817 cadáveres y 1.328 prisioneros. El de agosto de 1938 pasaron los rojos el Segre por Villanueva de la ‘Barca, entre Lérida y Balaguer; pero no pudieron profundizar y también fracasaron, perdiendo muchas bajas, al no poder resistir el contraataque nacional. Lo mismo les ocurrió en otró paso del Segre entre Serós, Soses y Aytona, al sur de Lérida, el 6 de noviembre de 1938. E,n todos estos casos, el río estaba sólo vigi lado; pero las reservas impidieron la penetra ción, que es lo peligroso; pasar un río sin pro fundizar resulta más peligroso para el que lo atraviesa que para el defensor. El paso del Ebro por los rojos entre Fayón y Cherta es un caso’ de cobertura en vigilancia, sin que las reservas del sector pudieran hacer otra cosa que limitar el avance en la línea Pobla de Masaluca-Villalba de los Arcos-Gañdesa-Cru ce de carreteras de Prat de Comte, por carecer de fuerzas para contraatacar; el enemigo llegó cerca de Gandesa, prolundizando unos i8 Km., pero al día siguiente de pasar el río quedó de tenido. Se llegó a crear esa faja de terreno entre la citada línea y el Ebro, entre Fayón y Cherta, de excesiva amplitud, pues en ella estaban en poder del enemigo no solamente los observato rios sobre el río, sino también sobre nuestra lí nea, con la posesión de la sierra de Caballs. Pero ampliando la escala, nuestro Generalí simo nos ofreció un ejemplo del aprovecha miento de esa zona de terreno con río a la es palda que resulta un infierno para los que la ocupan, si no son capaces de avanzar y el con trario acumula sobre ella la pótencia de sus fue gos. El Caudillo aprovechó la concentración de la masa principal y más selecta del Ejército rojo de Cataluña, torpemente reunida allí, para des truirla ‘y ganar ‘la guerra. Si una pequeña ca beza de puente de varios Batallones se destruye en uno o dos días, esta gran bolsa costó 114 días y millón y medio de proyectiles .de artillería; pero los frutos fueron decisivos. Los rojos pa saron él Ebro, pero se dejaron en la orilla dere cha más .de 13.000 cadáveres, que son los en terradós por nuestrasfuerzas, y unos 20.000 pri • Recojamos, pues, las enséñanzas de nuestra sioneros; sufrieron unas ioo.ooo bajas y perdie Cruzada y también las de la G. M. II para for ron mucho material y toda su moral. La División 13.a pasó el río Ebro por Quinto mar nuestra doctrina en un aspecto tan inte en la noche del 22 al 23 de marzo de 1938 con resante como la defensa de líneas fluviales. relativa facilidad, porque los rojos, que se de fendieron obstinadamente, ocupaban la orilla; BIBLIOGRAFIA CONSULTADA si en vez de fortificarse en las Casas de Aznarez y Miralrío, hubieran organizado un centro de resistencia a 500 6 i.ooo metros de la orilla, cu Generalísimo Franco: ABC de la Batalla Defensiva. General García-Valido Marcén: Guerra de Libera briendo las a1turas de cotas 247-250-231-223 y Teniente ción Española (1938-1939). 224, situándose a su. vanguardia, podemos áfir Teniente Coronel de E. M. Carmelo Medrano: Campañas mar que el combate hubiera sido mucho más en Europa. duro y no se hubieran ocupado dichas alturas Mariscal Cariglia: La Batalla de la Bainsizza. (Versión es pañola de E. Ahumada.) otos,línea de lo observatorios las 7 horas 30 minu como hicieron los aTabores de Ifni-Sáhara Military Review” (edición Hispanoamericana): La De,ensa y 5.° de Regulares dé Melilla. de Curso de agua, torno XXIX. núm. xx. EL PASODEL EBRO POR QUINTO EXPO5ICION DE UN CASO CONCRETO 5ANTIAGOMATEO.COMANDANTEDTPLOMADO DE EM. 11 A NUESTROS COLABORADORES Concurso de premios para los colaboradores de la Revista en el período de tiempo comprendido entre i.° de enero de del mismo año. EJERCITO que regirá 1953 al 31 de diciembre Él Excmo. Sr. Ministro del Ejército ha dispuesto que, bara estimular y recompensar los trabajos de los colaboradores de EJERCITO, se establezcan, con cargo a la Revista, en el periodo de tiempo antes expresado, premios en el numero y cuantia y para los grupos de materias que a continuación se £xpresan:’ 1.—CUESTIONES GENERALES DE ESTRATEGIA, TÁCTICA Y TECNICA MILLTÁR.—D05 premios: uno primero de 2.500 pesetas, y otro segundo de 2.000. 11.—TÁCTICAPARTICULAR DE LAS ARMAS Y TIRO (exceptuada Infantería)._Dos premios: uno primero de 2.500 pesetas, y otro segundo de 2.000. III.—SERYICIOS.—Un premio de 2.500 pesetas. 1V.—RISTORIA.-_-IJnpremio do 2.500 pesetas. V.—ESTUDIOS DE PSICOLOGIA, MORAL MILITAR Y EDUCACION E INSTRIJ4JCION._ Dos. premios: uno primero de 2.500 pesetas, y otro segundo de 2.000. VI.—ESTUIHOS SOBRE ORGANIZAClON, ARMAMENTOY EMPLEO DE LA. INFANTERIA._ Doe premios: uno primero de 2.500 pesetas, y otro segundo de 2.000. .VH.—INGENIERIA DEL ARMAMENTOY DE LA CONSTRUCCIONY ELECTRICIDAD._JJ premio de 2.500 pesetas. VIII.—Tros premios de 2.000 pesetas cada uno para artículos que traten de cualquiera de las materias comprendidas en los siete grupos precedentes. - • REGLAS PARA LA REALIZACION DEL CONCURSO » I.a Tendrán derecho a tomar parte en este concurso todos los trabajos que se publiquen en lá Revista entre las fechas de i de enero de 1953 y 31 de diciembre del mismo año. z. Los premios establecidos en los siete primeros grupos de materias reseñados anteriórmente serán adjudicados a los trabajos merecedores de ellos, tanto si sus autores han sido premiados por la Revista en concursos anuales anteriores como si no lo han sido. n el fin de añadir. un mayor estímulo para los escritores noveles, los premios que se establecenen el grupo VIII serán reservados para los autores que no lo hayan obtenido en los siete pri meros grupos de este concurso ni en los concursos de años anteriores, siempre que el trabajo consi derado tenga el mérito indispensable para ser premiado. 3.& Los trabajos serán enviados al Director de la Revista, quien elevará al Estado Mayor Cen tral la correspondiente propuesta de premios, precisamente en el mes de enero de 1954. 4a Está dispuesto en el artículo 12 de la Orden Ministerial de 4 de enero de 1951 (D. O. nú mero 23), que el premio de un trabajo de la Revista autoriza a la anotación correspondiente en la hoj a de servicios del autor. 5a Debiendo procederse a pagar los trabajos publicados inmediatamente después de su apa rición, sin esperar a la concesión de los premios, la Revista descontará del importe de estos últimos la cantidad recibida anteriormente como pago de colaboración. 12 * ideas para la TEORIA DELAFORTIFICACION Capitán Ingeniero de Ármamento y Construcción MANUEL LANSAC SAMPER Los principios de la guerra, según el Reglamento es pañol, son la voluntad de vencer, la acción de conjunto y la sorpresa. Estos principios, de indispensable conside ración, tieneñ un inevitable carácter de generalidad ante los variados problemas concretos que en la lucha real mente aparecen, pues se ocupan de causas remotas por las cuales se pierden o ganan las batallas. Por eso mismo se llaman principios y son acaso la traducción al lenguaje militar de otros tres que se dice son necesarios para ha cer una cosa: querer, saber y poder hacerla. En nuestro caso, la- cosa que hay que rea’izar es vencer, batir al enemigo. Estimo que es de indudable, sentido práctico para nos otros considerar ahora con preferencia los elementos utilizados para poner en acción esos principios4 elementos que, como sabemos, son el fuego, el movimiento, el tra bajo y la disimulación, en cuyo armónico empleo verda deramente descansa el arte de la guerra. Estos cuatro elementos se inscriben en un marco que determina la facilidad o dificultad de que entren en jue go, a la manera de un tirano que los hace sus esclavos; este marco es el terreno, y nada se puede planear sin con tar con él. De las comunicaciones, los accidentes, la po sibilidad de observatorios, etc., dependen los elementos para poder desarrollar la parte que les corresponda en la acción guerrera. Ya sobre los principios que citamos anteriormente también tiene el terreno una gran in fluencia, incluso sobre la misma voluntad de vencer, como irsinúa gráficamente aquella famosa frase: “A por ellos, que son de regadío”, sintésis de un fenómeno. de influencia del medio geográfico sobre la psicología del guerrero. El continuo evolucionar del arte de la guerra no es triba en otra cosa que en la variable preponderancia de uno u otro elemento de acción. La guerra siempre va a lo mismo: a destruir al enemigo u obligarle a someterse a nuestra voluntad; los elementos generales puestos en juego también son los mismos; lo que varía son los me-. dios puestos al alcance de los Ejércitos, que con la supremacía de este o el- otra elemento determir.an una dis tinta realización de la guerra. El fuego, el movimiento, el trabajo y la disimulación son piezas del ajedrez que se juega en el tablero del terreno; ninguna de estas pie zas falta; pero no todas tienen la misma importancia para el que las maneja, ni tampoco en todas las partidas jugadas a través del tiempo tuvieron el mismo valor re lativo. La clásica lucha entre el proyectil ‘y la coraza nó es más que un caso particular de la lucha entre los ele mentos de la acción para sobresalir. Esta primacía da lugar a lás distintas doctrinas que tras una guerra siem pre aparecen como consecuencia de la última experien cia, y que triunfan o fracasan en las siguientes. Si un elemento de acción alcanzó una primacía tal que eclip só a los demás, la guerra toma un carácter definido’ por ese que tiene mayor rendimiento y perfección’ que los otros; pero sucede que la técnica se polariza en el sen tido de solucionar los problemas creados por la prima cía de aquél, buscando los medios para que los otros ele mentos prosperen hasta ponerse acaso por encima, con lo que la siguiente guerra puede tener un desenvolvi miento completamente distinto. En que la técnica per mita la primacía de-uno u otro elemento, por los medios que pueda poner en manos de los’ Ejércitos, radica el éxito o el fracaso de tal o cual doctrina. Por eso las armas o los sistemas de más espectacular aparición son -los que ayudan a levantar al elementé que estaba postergado, pues son capaces de dar uñ ritmo muy distinto a la lucha. El carro frente a la ametralladora es un ejemplo, pues con éste, el elemento movimiento gana terreno al elemento fuego. No es preciso citar la in fluencia de la aparición de la artillería sobre el castillo. ,Claro está que el poder de un elemento puede estre llarse ante un ‘terreño que sea inadecuado para el juego de ese elemento; por ello rio debemos olvidar nunca que los medios que pueden ser aptos para llevar una guerra con un estilo determinado acaso sean impotentes en un cierto teatro de operaciones, con lo que la guerra en éste habrá de cambiar de estilo o fracasará. En realidad, huelga traer aquí ejemplo alguno refe ,rente al caso, dada la evidencia de las cuestiones anali za das; pero uno de ellos es tan preciso, que no podemos resistir el deseo de incluirlo. Prescindiendo ‘de conside rar toda la.sucesión histórica, fijémonos en tres momen tos de la evolución del arte militar: Napoleón, la guerra del 14 y la última guerra. Al movimiento le otorga Na poleón un papel importantísimo en sus campañas; por ello, las batallas de este gran General marcan una gran evolución en el guerrear: su fracaso nace de que el ele mento, movimiento, éuya prepónderançia tantas victo- INTRODUCCION - • 13 rias le había dado, resultó inadecuado para la campaña de Rusia: el terreno no permitía allí la utilización de su estilo de lucha. El movimiento encarnado en la Caba llería como su arma predilecta queda postergado en la guerra del 54 por el gran auge que en ella alcanzan el fuego y el trabajo. La ametralladora y las masas de ar tillería frenan el movimiento, el trabajo protege a los Ejércitos enterrados e inmóviles. El éxito de los france ses da lugar a que en el período que sigue a esta guerra se tenga una gran predilección por las doctrinas basadas en las experiencias adquiridas en ella, que los mismos franceses precoñizan y profesan, preparando sus Ejér citos para una guerra del mismo estilo y creando la lí nea Maginot, exponente de sus ideas. En cambio, los aiemanes preparan los medios para devolver a sus Ejér citos la movilidad y logran que el elemento movimiento terga de nuevo la primacía: aviones y carros se lanzan en el çomienzo de la G. M. II con un éxito indiscutible en la llamada guerra relámpago, muy semejante a las napoleónicas, y para más analogía, también se estrellan cuando el terreno, por su extensión, no es apto para este estilo de lucha. El movimiento y la sorpresa lograron en la última guerra indiscutibles éxitos; pero ¿acaso hemos de fundar nuestras doctrinas en estos dos elementos, como los primordiales, en una guerra futura? La evolución del arte de la guerra continúa; un Ejér cito que quiera prepararse para luchar con éxito én la futura contienda ha de prestar mucha atención a conse guir una técnica que dé primacía al elemento fuego, que parece estar próxima con la utilización de la energía atómica y el perfeccionamiento de los cohetes. Este paso puede echar por tierra todas las doctrinas que se basen en las experiencias de la G. M. II; pues si se lo grara, por ejemplo, un arma antiaéreá de gran rendi miento, basada en proyectiles autodirigidos, ¿para qué valdrían las flotas aéreas, que tan febrilmente preparan las nacionés? a otro, es preciso que realice sobre éste y sucesivamente varias acciones: i. Verlo; 2.a Combatirlo; Alcanzarlo, y 4fl. Destruirlo. Sobre la primera acción hay que hacer la salvedad de que puede combatirlo, alcanzarlo y destruirlo por ca sualidad, sin haberlo visto. Examinemos ahora estas acciones, empezando por ha cerlo desde el punto de vista ofensivo o positivo, el de ataque. Cuando intentamos destruir una cosa, lo primero que necesitamos es verla, conocer su posición, saber dónde está, -y para ello nuestro elemento de combate ha de contar con observación e información adecuada a su mi sión. Estos serán los medios que darán al elemento con siderado la cualidad de ver, sin la que sería ineficaz. Una vez visto el objeto de nuestra misión, es nedesa rio combatirlo, entendiendo como tal el poder hacer empleo de nuestras armas sobre él, utilizar las armas del elemento para luchar. Si en nuestro ejemplo del hom bre que quiere destruir a otro, aquél está armado con piedras, pero se encuentran muy separados, de tal modo que no pueda tirárselas, tampoco puede haber lucha, por que no puede combatirlo. Igualmente sucedería con una Batería - de corto alcance que quisiera atacar a un avión que vuela a mucha altura: no puede combatirlo. Los fac tores que influyen en esta cualidad combatiente pode mos deducirlos de los mismos ejemplos, y son primera mente el campo de tiro de nuestras armas, y luego la movilidad de ellas, que .acaso nos permitan acercarnos hasta que el objeto de nuestra misión se encuentre en el campo de tiro propio. Estos dos factores, el campo de tiro y la movilidad, son susceptibles de englobarse en un solo concepto, que denominaríamos campo de ac ción del elemento en un tiempo determinado. Una vez visto nuestro objetivo y puestos en posibili dad de combatirlo, es preciso realizar sobre él la acción EFICACIA, VULNERABILIDADY RENDIMIENTODE de alcanzarlo, o sea acertar -en la aplicación de nuestras armas sobre una parte importante o vital del elemento UN ELEMENTODE COMBATE enemigo objeto de nuestra destrucción. Los factores que Con la denominación general de elmento de combate intervienen directamente en la cualidad de alcanzar son entenderemos aquí a todo agente que desempeña un pa la precisión de las armas y la masa de fuegos. Si se trata pel en la lucha, al sujeto que realiza una acción comba simplemente de un arma, serían su precisión y su capa tiva cualquiera. Este sujeto o agente puede ser simple cidad de tiro; si fuera un conjunto de ellas, sería la pre o complejo, comprendiendo como tal a un hombre con cisión, el número de bocas de fuego, la organización en su arma, en la forma más sencilla, a toda una Unidad el tiro, etc. Todavía nos queda por analizar la cualidad referente combatiente,, grande o pequeña, a un ingenio cualquiera que con sus hombres aparece en el campo de batalla, un a destruir, que evidentemente depende de la potencia carro, o avión, o pieza de artillería, u obra de fortifica de nuestros fuegos. ción, etc. Al conjunto de todas estas cualidades que hemos es A un elemento de combate cualquiera, arma, obra de tudiado para un elemento de combate desde el punto de fortificación, Unidad combatiente grande o pequeña, po vista del ataque, lo podemos llamar eficacia del elemento. El elemento de combate a que nos venimos refiriendo, demos considerarlo siempre bajo dos aspectos: ofensivo y defensivo, y, según prepondere en él la aptitud para su junto a las cualidades ofensivas, que ya hemos estu aplicación en uno u otro aspecto, se suele decir que es diado y que le permitirán el cumplimiento de su misión, más o menos idóneck para una u otra forma de acción; poseerá otras cualidades defensivás que facilitarán en pero todos, absolutamente todos, participan en mayor o mayor o menor grado su acción, porque llevan consigo menor grado de dichos aspectos. la posibilidad de escapar de su destrucción por el ene Este elemento de combate, para llevar a cabo su mi migo. Y así como para destruir es- necesario lograr las sión en la lucha,’ poseerá ciertas cualidades, que vamos cuatro acciones que al principio citamos, para escapar a a examinar a continuación. la destrucción es preciso evitarlas una a una; esto es, si un Sea, por ejemplo, un hombre el elemento de combate elemento no puede ser visto, combatido, alcanzado y des truído por el enemigo, éste no podrá eliminarlo de la lucha. que considéremos. Para que en su lucha pueda destruir 14 Afectan a la primera cualidad, de no ser vistos, el en mascaramiento y la movilidad. El enmascaramiento es evidente que se opone a la observación enemiga, y la movilidad a la información; y en casos especiales, a la misma observación también, como lo es en una Batería que cambia frecuentemente de asentamiento. Para no ser combatido producen su efecto las obs trucciones (obstáculos y destrucciones), que, oponién dose a la movilidad del enemigo, se óponen también a su combatibilidad. De un modo notable es necesario se ñalar el fuego propio como factor que influye en la cuali. dad de no ser combatido, pues, en general, el procedi miento que se sigue para realizar la defensa es precisa mente la utilización del fuego propio. Y, por último, el tercer factor que influye en la cualidad que estamos es tudiando es la movilidad, porque, evidentemente, puede evitar que el enemigo nos combata. En cuanto a las cualidades de no ser alcanzado y no ser destruido, el tamaño y la velocidad está claro que se oponen a ser alcanzados, y, naturalmente, queremos decir que el primero sea pequeño, y la segunda, cuanto mayor, mejor para esta cualidad; La protección, por úl timo, es el factor que corresponde a la cualidad de no ser destruidos. Al conjunto de estas cualidades que hemos apuntado desde el punto de vista de la defensa, midiéndolo inver samante, lo llamaremos vulnerabilidad de nüestró ele mento de combate, y así diremos que es más vulnera ble cuanto menores sean sus cualidades defensivas o cuanto mayores sean las cualidades ofensivas que el ene migo puede ejercer contra él. Y, por fin, definiremos como rendimiento del elemento a la relación que exista entre su eficacia y su vulnerabilidad. Así, diremos que un elernénto tiene mucho rendimiento cuando sea mu cha su eficacia y poca su vulnerabilidad. y análogamente, si llamamos P’v, P’c, P’a y P’d las pro babilidades de que nuestro elemento pueda ser visto, combatido, alcanzado o destruido por el enemigo, la vul-’ nerabilidad será: Vul = P’v P’c P’a P’d. El cociente de estas dos será el rendimiento del elemento de combate. Anteriormente citamos que puede ser destruido un objetivo, sin verlo, por casualidad. Este hecho es inde pendiente del anterior (del destruirlo viéndolo); luego habrá que añadir a esa probabilidad otra, en la que no figure el término P’v, y cuya probabilidad de alcanzar’ no sea la misma, sino muchísimo menor. Así, quedaría: Vul=:P’v P’c- P’a P’d ± P’c i’a .P’d. La importancia de este sumando que hemos introdu cido es muy rélativa y, en general, podemos prescindir de él. Sin embargo, hay casos en los’ que es el principal y único sumando que determina la probabilidad, por ejem pio, cuando el valor de Pv es pequeño, como sucede en un refugio antiaéreo de una ciudad que, por estar, ente rrado, no puede observarse desde eel aire; entonces pode mos decir que está totalmente enmascarado; el valor de Pu es cero; luego lo será el sumando en el que figura como factor, y la probabilidad de que el refugio ‘sea destruido es precisamente el otro sumando. Análogamente, pudiera considerarse la destrucción de un elemento sin ser visto, ni combatido, ni alcanzado; caso que correspondería a la eventualidad de un puro ac cidente; pero como esto no tendría ninguna explicación, nos ahorraremos la consideración. LAMASA EXPRESION SIMBOLICA DEI. Y APLICACIONES RENDIMIENTO Entre lós factores que hemos consignado hay algunos numerables: pueden medirse y relacionarse; pero no es nuestro propósito intentar expresar en fórmulas más o menos complicadas las cualidades que determinan, por que, además de laborioso, no creo que ello conduzca a resultados prácticos. Citaremos que la. Balística de Efec tos llega a expresar las cualidades de alcanzar y destruir un objetivo por una cierta arma, y en el libro del Te niente Coronel Martínez Lorenzo, Base de una doctrina para la valoración y tanteo de un artillado, puede verse un estudio de esta índole. Nosotros, para el uso en lo que sigue, nos conformare mos con establecer unas fórmulas simbólicas, que no tienen más valor que el de resumir nuestro estudio y evitarnos pesadas reiteraciones. Si llamamos, simbólicamente, Pv, Pc, Pa y Pd a las probabilidades de que nuestro elemento. pueda ver, com batir, alcanzar y destruir, respectivamente, a su obje tivo, como quiera que para llevar a ‘cabo su misión han. de los cuatrototal hechos soii dependientes entreverificarse sí, la probabilidad será que el producto de las pro-U babilidades de que se realicen los hechos aisladamente. Con la palabra masa queremos expresar la multiplici dad de eleméntos combativos que tienen una misma mi sión; de tal modo que si algunos son destruidos en el ejercicio de su cometido, sean los demás los que lleguen a completar aquella misión encomendada a todos. La biología nos enseña que las especies perduran, bien por su fortaleza, bien por su astucia.o bien por su fecun La eficacia será, pues: Ef Pv Fc Pa Pd, 15. - - didad, de tal modo que si alguna no tuviera una de es tas características al menos, desaparecería rápidamente. Esta enseñanza podemos aplicarla a nuestro estudio y obtener alguna consecuencia interesante simplemente • con traducir las palabras, y diremos: los elementos dé combate lievana cabo su misión, bien por su rendimiento, bien por sorpresa o bien por su masa, de tal modo que si alguno de ellos no poseyera una de estas característi cas al menos, fracasaría en su misión. Esta ley nos explica perfectamente el desarrollo de las armas de combate. La artillería, en sus orígenes, triunf 6 plenamente, debido al gran rendimiento que te nía sobre los sistemas de defensa que no estaban pre parados para resistir su acción. Fué una gran sorpresa pará la fortificación medieval; pero a medida que la sor presa iba desapareciendo y se construían defensas sufi cientemente preparadas para resistir los efectos de las nuevas armas, fué preciso buscar el éxito de la artillería en su utilización en masa, y aun vemos que, hasta hoy, de dla en día, o se aumenta la potencia o se multiplican las bocas de fuego cada vez más. El ejemplo que precede se refiere al rendimiento de un elemento por la consideración de su eficacia; pero también podríamos buscar otros en los que el rendi miento estuviera afectado pór la vulnerabilidad: el ca rro y el avión. Estos elementos de combate tienen una gran vulnerabilidad, pues el valor de la probabilidad dé verlos es muy grande, con lo que pecan nada menos que contra un principio de la guerra; bien es verdad que el carro tiene una protección activa y pasiva muy grande, o sea qué las probabilidades de combatirlo y de des truirlo son relativamente pequeñas, y que el avión tiene una probabilidad de ser combatido y alcanzado muy pe queña, por el distinto medio en que actúa y su gran velocidad. Peró podemos observar cómo al ir desapare ciendo la sorpresa de su aparición en los campos de ba talla, ha sido forzoso su empleo en masa. Y aún más: ¿debemos conside-ar estos ingenios como definitiva mente incorporados a los campos de batallá? Saliéndo nos de nuestro tema, haremos notar que esta pregunta no tiene clara contestación afirmativa, pues todavía es tos ingenios viven bastante de la sorpresa y no por su valor intrfnseco. La facilidad de ver un avión y de des truirlo (una vez alcanzado, queremos decir) no es preci samente una garantía para que perdure; todo depende del progrés9 que puedan alcanzar las armas antiaéreas, de que permitan combatirlo y alcanzarlo, que son las piedras fundamentales donde se basa su grado de vulne rabilidad. Análogamente, le sucede al carro: su protec ción no es una garantía para que llegue a ser un arma clásica; se ve mucho, y cosa que se ve, tarde o temprano está condenada a ser destÑída. De momento ya hemos visto cómo estos ingenios han de actuar en masa; del futuro no sabemos, pero dudamos. CONCENTRACIONY DISEMINACION En el apartado anterior hemos visto cómo cuando un elemento de combate tiene poco rendimiento, es necesa rio utilizarlo en masa, pues simplemente lo que con esto logramós es aumentar ese rendimiento Si ahora consideramos como elemento de combate una obra de fortificación, también podrá aplicarse la ley antes formulada de que si este elemento tiene poco ren dimiento, hemos de emplearlo en inasa. Emplear una 16 fortificación en masa puede traducirse en establecerla en varias líneas y en varias obras independientes, en la intención de que si algunas de ellas fueran destruidas, las demás puedan continuar la defensa. Esto es el con cepto de diseminación. Mas con la diseminación todavía nos es dado lograr otra ventaja independiente del con cepto de masa, pues al dividir las obras, el tamaño de éstas disminuye, con lo que el enemigo tiene mayor dificultad en alcánzarlas. Así, pues, queda bien claro que con la diseminación obtenemos dos ventajas: de una parte, disminuir la vulnerabilidad del sistema defnsivo, y de otra, crear una masa de obras para la defensa. Pero esto no sucede siempre así, porque la disemina ción también lleva consigo ciertos inconvenientes, que en algunas ocasiones acaso no compensan las ventajas aludidas. El mayor gasto, la dificultad para ejercer el mando, la disminución posible de su potencia de fuego, una menor protección activa de las obras al estar disemi nadas, pueden disminuir la eficacia o aümentar la vul nerabilidad del sistema, disminuyendo en ambos casos el rendimiento. Por esto no sería prudente el admitir la diseminación como principio inconmovible de la fortificación.. Desde luego, sí que podemos admitir qúe si una obra es muy vulnerable, es preciso repetirla para que exista masa, profundidad, Pero la conveniencia de dividir una obra en otras más pequeñas ha de ser motivo de deta llado estudio en cada caso particular. En general, cuando una obra o sistema de ellas es poco vulnerable, no conviene la diseminación. Fijémonos en el siguiente ejemplo: Deseamos construir un refugio antiaéreo para el uso de los vecinos de una manzana de casas en una ciudad, y entre las soluciones qué estudiamos, sea una el hacerlo en un solo sitio y sea otra el hacer tres refugios indepen dientes y separados. Estas obras están perfectamente enmascaradas, y la vulnerabilidad ya vimos que en este caso venía dada por Vul = P’c P’d, ya que se había anuladó un sumando de los de la expre sión general, por ser nulo uno de los factores que lo formaban: el de la probabilidad de ser visto. Esta vul nerabilidad en el primero de los casos que consideramos tendrá un determinado valor para la solución de cons truir un solo refugio con la capacidad total. Si los dise minamos haciendo tres diferentes, es cierto que, al ser destruido uno, sufriremos la tercera parte del daño que si la destrucción hubiera sido total; pero es que la pro babilidad de alcanzar a uno cualquiera de ello,s también es tres veces mayor, con lo que la solución bajo este as pecto es idéntica a la anterior. Ahora bien, si pensamos en la economía, no cabe duda que es mucho más conve niente hacer un solo refugio de la capacidad total que tres parciales, sobre todo si los organizamos juntos y dispuestos en tres pisos, uno debajo de otro, con la mis ma cubierta protectora. La diseminación en este caso no tiene objeto. Otro caso puede presentarse en que la diseminación no sea conveniente; imaginémonos una obra que tiene unagran protección debida á su fuego propio, a la ma nera de un fuerte, semejante a un acorazado incrustado en el terreno, de tal modo que la diseminación dismi nuya su capácidad de fuego y protección; entonces, lo que en todo caso interesa es construir otro fuerte de análogas condiciones para lograr el efecto de masa; pero no fraccionar el que corno unidad desempeña un com pleto papel todo él. La ley que rige la diseminación pa rece ser función de la posibilidad que tiene el enemigo de alcanzar el sis tema que consideremos. La disemina ción debe ser mayor, cuanto más pró ximas estén las obras del enemigo. Una zona de vigilancia ha de tener sus posiciones muy diseminadas; en cambio, una zona de reacción con viene que tenga agrupados sus ele mentos y posiciones. En retaguardia mucho más; y si dudáramos de ello al pensar que la aviación enemiga puede atacar con ventaja tales orga nizaciones, no debemos olvidar que también éstas son mucho más fáciles de defender, con lo que de nuevo ve mos cómo la conveniencia de disemi nar o agrupar está íntimamente ligada con la vulnerabilidad. Fijémonos en la eficacia tan grande que parece lle gará a tener el bombardeo atómico contra las instalacio nes industriales, si de él no ns podemos defender fácil mente; es preciso buscar la diseminación, porque la vul nerabilidad será grande; pero si llegamos a poder esta blecer una 4efensa contra ello, entonces no tendrá ob jeto dispersar las instalaciones, sino qué, agrupá.ndolas, podremos realizar una defensa más eficaz. CONTINUIDAD - Veamos cómo evoluciona el concepto de continuidad a tenor de la capacidad relativa de la ofensiva y de la defensiva. En esta capacidad incluimos la que se deduce de todas las cualidades que lleva consigo la acción de atacar y, análogamente, la de defender. Al leer la historia del arte militar, se aprecia cómo hay épocas en las cuales predomina el ataque sobre la de fensa, y otras en que, por el contrario, el ataque decae y pasa por crisis más o menos pronunciadas. Natural mente, esto es motivado por el rendimiento de los me dios empleados en una u ótra manifestación de la acción guerrera; es la lucha por la primacía entre los elementos de la acción de que al principio hablamos. La primacía del movimiento da auge a la ofensiva, y la del fuego y el trabajo marca la crisis de ella, en general. Ahora digo que si la defensiva es en tal o cual mo mento de más rendimiento que la ofensivá, la fortifica ción a emplear es la lineal y continua; si el rendimiento de la defensiva es menor que el de la ofensiva, la fortifi cación adecuada es la discontinua, con sus puntos fuer tes e intervalos débiles; y si, por el contrario, hay equili brio entre uno y otro modo de acción, la fortificación que resulta conveniente es la formada por varias líneas defensivas. Paralelamente también podemos decir lo mismo para la ofensiva, y en ésta imperará el ataque a viva fuerza, el ataque por sorpresa o los ataques sucesivos, según predomine, sea inferior o igual a la defensiva, respecti vamente. Como era de esperar, es curioso observar que, para cada forma de defensa, la del ataque es la adecua da, y viceversa, para cada forma de ataque, la defensa adopta la adecuada. La justificación de la ley, de las formas de la defensa, en relación a• la continuidad en la justificación, es fácil. Si los medios de ataque son superiores a los de la defensa, el Ejército que combate a la defensiva, percatado del mayor rendimiento de aquélla, se orienta en el sentido de establecer puntos fortificados que le sirvan de apoyo para maniobras de contraataqUe, que cuenta con más rendimiento que la simple defensa estática en aquel mo mento de la evolución del arte guerrero. Esos puntos son los que protege fuertemente, dejando intervalos dé biles para lograr la economía de fuerzas. Si sucediera lo contrario, entonces- el defensor prefiere esperar a que los ataques del adversario se estrellen en cualquier punto que éste elija para aplicar su esfuerzo, y si el frente fuera roto, lo que procura es taponar la brecha. Después de la primera guerra mundial se había esta blecido la llamada continuidad en el fuego y en el obs táculo como idónea, y así se conciben las fortificaciones en ese tiempo, en el que la ametralladora y las masas de artillería hacen que el elemento fuego tenga una -gran importancia, y, en consecuencia, la defensiva se pueda llevar con gran rendimiento. Pero hoy día que- ésta atra • viesa por una época -de crisis frente al arrollador em puje de los Ejércitos cuando maniobran en las grandes ofensivas, ¿cabe todavía hablar - de continuidad en el fuego y el obstáculo? Desde luego, esto seria lo ideal, mas un tanto utópico, por cuanto que si queremos lo grar con nuestra -fortificación una economía de fuerzas, la debilidad de toda la línea continua en el fuego será manifiesta contra un potente Ejército que ataca en el punto que él elige. Obsérvese que el número de contracarros a emplear, si se calculan para lograr una eficaz continuidad de fuego, está muy reñido con la economía de fuerzas, e igual ocurre con los elementos antiaéreos, piezas artilleras, etc. Algo parecido nos ocurre al inten tar crear obstáculos eficaces, que, por mucho que apro 17 vechramos los naturales, representaría un ingente tra bajo y terribles gastós materiales. Pero la misma característica que hoy da primacía al ataque sobre la defensa, nos da la solución paraestable cer una continuidad adecuada. El movimiento puede ser utilizado también por la defensa, y, contando con él, podriamos establecer la continuidad en acción; esto es, que en un momento determinado tengamos la pósibili dad dé llevar nuestra acción defensiva a cualquier punto del frente que tratamos de defender. Acaso pudiéramos llamarla también continuidad potencial, y, en resumen, esto constituye la misma doctrina que la actual para con los, desembarcos aéreos, por ejemplo. No ‘quiero acabar este apartado sin hacer mención de otra clase de continuidad que en pocas ocasiones he oído nombrar, y a la que, sin embargo, también se debería prestar atención por su importancia, no sólo en el arte militar, sino también en política y economía. Se trata del tienpo, de la continuidad o discontinuidad de las ac ciones a su paso. Tanta importancia, o acaso más, tiene el estudio de las evoluciones de la lucha a lo largo del tiempo, de los Ejércitos en la lucha, comó las evolucio nes en el espacio. El estudio de las posibilidades, tanto propias como enemigas, prá adelantarse a los aconte cimientos, para prever las situaciones futuras o las con secuencias que pueden derivarse de una acción, debía constituir una rama importante de la Ciencia de la Guerra. una mayor precisión (proyectiles autodirigidos acaso sobre aviones y carros), mayor alcance y- potencia (ener gía atómica). Referente a la diseminación, la vulnerabilidad de la actual fortificación la hace necesaria; mas no conviene abusar de ella. Se dóben agrupar las obras que por su protección, disimulación o fuego defensivo propio no sean muy vulnerables. Si el progreso de los medios del fuego que antes hemos citado se lograra, la diseminación carecerá de sentido. Como consecuencia del mayor rendimiento del ataque trente a la defensa, el tipo de fortificación adecuado es el discontinuo. Acaso sea conveniente para esto estable cer regiones bien defendidas que dejen intervalos gran des sin defensa; pelo a cambio de que estas zonas forti ficadas sean capaces de sostenerse y servir luego de eje para la maniobra defensiva, que estaría a cargo de Ejér citos con iguales características que los que atacan. Queda ya pequeño el concepto de Continuidad en el tue go, siendo necesario’ sustituirlo por el de continuidad en la acción. Este tipo de fortificación, que parece idóneo para el momento actual, es la vuelta de nuevo a la idea del cas tillo, un castillo adaptado a los presentes medios de lu cha; una región potentemente fortificada y muy prote gida, hábilmente colocada en un nudo de comunicacio.. nes, puede ser de fácil sostenimiento, impidiendo o re trasando el paso de los Ejércitos atacantes, puede servir de apoyo para las leacciones del nuestro y de base de CONCLUSION operaciones que pongan en peligro los flancos del ata cante si quisiera jenetrar. Valen para la elección de esta En realidad, no sé si debo atreverme a sacar conse cuencias de lo que hasta aquí he expuesto; pero ya que regién las consideraciones de aprovechar el terreno al máximo, buscar el obstáculo natural, etc.; esto es, hacer toda la ilusión que he puesto en el trabajo es la de lle más fuerte una región que ya lo es. gar a este punto, me aventuraré a expresar algunas ideas • Ruego perdón al paciente lector que haya llegado referentes al estado actual del arte militar y al rumbo hasta aquí en este mal trazado ensayo, a la vez que pido que parece tomar. -fije sólo su atención en las ideas y no en la exposición La movilidad es el elemento de la acción que predo mina, y, en consecuencia, el ataque predomina sobre la harto deficiente e incompleta, que, sin embargo, no dudo será claramente interpretada gracias a la sagacidad y co defensa. La atención de la técnica militar está centrada nocimientos de los lectores, y no al valor de mi modes en aumentar la eficacia de las armas de fuego, buscando tísimo trabajo. 18 Capitán de Ingenieros FRANCISCO AGUILA DEL COLLADO, del Batallón de Transmisiones del VI C. E. ELae Mando es quien, incluyéndólos en la de orden operaciones, elige los asentamientos los campos de minas, teniendo en cuenta la situación táctica y otras circunstancias de tiempo, lugar y medios disponibles, y conjugando su efecto con los obstáculos naturales y con las obstrucciones, destrucciones y barreras de fuego establecidas o proyectadas. Constituye el campo de minas el obstáculo artificial y activo de mayor eficacia demostrada en la última guerra mundial, y que representando por sí un medio potencial, propor ciona, sobre todo a las órganizaciones defensivas,, una elevada capacidad de solidez y resistencia. En relación con los demás obstáculos activos y pasivos, el campo de minas es más eficaz: Por los efectos psicológicos que produce. Porque añade a cualquier obstáculo existente una acción de fuego que aumenta su valor. — — — — — Instálase con gran rapidez. Se enmascara más fácilmente, por tanto, su peligrosidud. Es más difícil destruirlo. aumentando, Por ello, los campos de minas pueden emplearse en todas las fases de la lucha, pues aunque, por su origen, tengan un carácter esencialmente de fensivo, por su evolución, y transformación han llegado a tener, hasta en el campo estratégico, un adecuado empleo, sobre todo cuando se trate de impedir el paso por zonas donde no sea posible establecer una organización defensiva normal; para cerrar grandes espicios entre puntos no amenaza dos directamente; para impedir los desembarcos y penetraciones por mar o por el aire, y en zonas fronterizas o en campos extensos donde se presuma sea fácil realizar una acción aerotransportáda. Pero lo que elevó la, importancia de la mina fué la gran utilización del carro de combate en la guerra moderna, haciendo sentir la necesidad dé crear un obstáculo activo, capaz de impedir o, por lo menos, estorbar su progresión, para dar lu gar a que las armas contracarro pudieran ba tirlo. Lógicamente se deduce’ que el empleo táctico de los campos de minas en todas las fases del com 19 bate lleva aparejada una mayor difusión de los posible; fases de la lucha en las cuales tienen las principios y doctrinas para su uso y un exacto co obstrucciones un papel más elevado. nocimiento del material de minas por todas las El asentamiento ideal para un campo de minas Armas combatientes, ya que se presentaran- mu- es aquél qüe tenga a, cubierto dé las vistas y de chas ocasiones en que lós Zapadores no. podrán los bservatorjos enemigos tanto el campo como atender por sí solos todas las peticiones de ayuda, •las armas que. lo defienden. Así se consigue un sobre todo en los levantamientos de campos que máximo de sorpresa. El enemigo, en su ataque, la rapidez de las operaciones hagan imposible su se encontrará metido dentro’ del campo, cuando demora, acentuándose, sobre todo, en determina la acción de las armas de la defensa sea más efi das acciones ofensivas en que las mi’iltiples mi caz, y sólo, contando con su propia observación siones asignadas a Ingeniéros impidan la disper aérea, el apoyo de su artillería será escaso para Sión de este personal. poder neutralizar estas armas. Tácticamente, se emplean los campos de minas: Se e•mpleauÇ por tanto, los campos de minas en En la marcha de aproximación y tóma de con la defensa: tacto; ante un enemigo con medios acorazados Delante’ y en el interior de la zona avanzada. en las detenciones, si son largas; cubriendo los iti Délante y en el interior de la zona de resistencia. nerarios de acceso. En los intervalos entre organizaciones defen En el ataque: Una vez conquistada la posición sivas. para asegurarla de los contraataques; para pro En los flancos y a retaguardia del sistema. teger los flancos. ,(Línea de detención.) En la explotación del éxito: Para reforzar los puntos, clave conquistados. En la maniobra en retirada: Para reforzar las EN LA ZONA AVANZADA posiciones sucesivas; reforzar las destrucciones; apoyar las posiciones intermedias que se organi Los campos de minas en esta zona (antes lla cen; sobre las vías de comunicación, impidiendo mada de seguridad) tienen que ser de gran ex el fácil uso de ellas por el enemigo; proteger los tensión, y se colocarán delante de la línea de vi flancos de las posiciones cuando falten obstáculos gilancia y en el interior de la zona, o sea en los de importancia, contra tentat,ivas de envolvi escalones de combate y reserva; pero de forma miento a pequeña distancia. que no obstaculicen el repliegue de los puestos y En los estacionamientos del ‘movimiento: En de las patrullas de vigilancia, y que tampoco im la dirección en que puedan irrumpir los medios pidan o retarden los movimientos de las fuerzas acorazados. del enemigo; con objeto de facilitar el de los diversos escalones. rápido levantamiento de estos campos al reanu El trazado de los campos debe hacerse de la darse el movimiento, .su delimitación tiene que forma más irregular posible y cuidando mucho su ser exactísirna. enmascaramiento, idaptando al terreno las ba En la defensa de costas y fronteras: Para impe rreras de minas y estudiando cuidadosamente to dir los desembarcos en puntos fáciles; obstaculi dos los detalles de su colocación. En los sectores zar los itinerarios de penetración; impedir el paso inaccesibles o donde el terreno presente ‘formas por las vías de acceso y caminos; para impedir el difíciles, ‘pueden colocarse masas de minas espar despliegue defensivo. cidas y de poca densidad. Igualmente se coloca rán minas diseminadas en el interior de la zona, con objeto de desorientar al ‘enemigo y a las pa-’ EN LA DEFENSIVA trullas que intenten la localización de los campos. Se ve, pues, que el valor de los campos de mi Es aquí ‘donde el campo de minás tiene su em nas en esta zona es muy elevado, ya que tienen pleo más eficaz, bien en frente estabilizado, en la la misión no sólo de dificultar el avance enemigo, maniobra retardatriz o en el combate defensivo, sino de desviar sus movimientos hacia las zonas donde hay que ceder terreno lo más lentamente de obstáculos canalizando el ataque. • — — — - - • - 20 - todos los campos previstos para la organización defensiva de la Enea. En el interiorse tendrán en cuenta todas las si tuaciones particulares que se deban considerar, tales como caminos y vías de penetración, zonas de espesuras de bosques y malezas, etc.; pero todo esto siempre que una vez cubierta la organización Las minas se emplearán con gran profusión, y los campos serán de tipo mixto (minas contra personal, contra carro, antimagnéticas, de sal to, etc.), siendo también conveniente colocar mi nas luminosas con objeto de que constituyan un buen aparato de alarma, que impida la sorpresa nocturna. Y como complemento, colocando en 7t __ a-— a— ‘4-, periférica, y especialmente la de vanguardia, se disponga de minas suficientes. Es ocioso advertir que en estos casos particulares hay que proceder de forma que la existencia de estos campos no impida los movimientos ni las acciones de con EN LA ZONA DE RESISTEN CIA traataque de las tropas propias o que puedan ‘producir daño en las alternativas de la lucha, debiendo, por tanto, estar perfectamente delimita A) En la línea principal de resistencia. dos, y señalados para poder ser identificados tan La distancia de los campos de minas a la Enea to de día como de noche. Las barreras de minas principal de resistencia dependerá principalmente en estos casos deben, ser poco ‘profundas, y los del plan de fuegos de las armas automáticas, es pasillos, amplios. pecialmente fusiles ametralladores, y tratando de conseguir asimismo que el fuego enemigo de arti B) Entre centros u organizaciones de resistencia. llería .y. morteros sobre las fortificaciones propias Lós campós de minas colocados, en los interva no afecte directamente .a dichos campos. Los prin-1 cipios fundamentales para su establecimiento en los de los centros de résistencia de la línea prinesta zona deben tender, ea primera urgencia, a: cipal o en la líñea dó sostenes’, entre organizacio-’ Obtener un máximo desarrollo lineal y úna nes del mismó orden, deben desarrollarse en un sentido aproximadamente paralelo al limite an densidad normal en el frente principal. Un desarrollo y’ t*a menor :densidád- -eú- el terior de lá---posición, y’en el seutido de la profun frente posterior (gola) de la línea. 1 .didad, cuando “cubrañ intervalos entre centros de diverso orden, y estando constituida en uno y •Luego, progresivamente, se van completando esta zona algunos campos de minas simulados o falsos, se consigue engañar al enemigo y se le obli. ga a perder tiempo ‘en inútiles localizaciones. , - ‘ — — ‘ 2-1 Z0rn9evenlao’e Cernpode n,,»aCen un e/e,nento o ,ee/stenc,e (4nt re la e/amb opIv,o,,g la de/ponto de oOFo). D) DPC O Pozo1Irpoa,’ - —- Bappepaode mlna •• #aoen nL- zomee ene/tea En los flancos y sobre la retaguardia de Ja organización defensiva. Tienen por objeto retardar o, por lo menos, desviar, hacia las zonas principales de la defensa las penetraciones del enemi go, cuando éstas sean consecuencia de una maniobra envolvente, de una acción de• desembarco aéreo en retaguardia o de la actuación de patrullas, llamadas en la úl tirna guerra “acción de guerrillas en reta guardia”. Aquí los campos serían de tipo mixto y deben colocarse en los sectores de más fácil acceso o vialidad, siendo, na turalmente, las minas antimagnéticas las más efi caces para este caso particular, y debiéndose en comendar la vigilancia de estos campos a pequeñas patrullas móviles. • • otro caso por una sucesión de barreras, de tramos intercalados entre ellas, y con ramales transversa les complementarios que Compartimenten la or ganización y canalicen la penetración. Con objeto de evitar su localización anticipada por el enemigo, se deberá tener en cuenta: Establecer los campos con un trazado muy irregular. Esparcir minas sueltas sin orden ni concierto delante de ellos. Emplear lnicamente minas magnéticas. Establecer campos simulados. Las características de estos campos de interva los, así como sus misiones y tipos, se derivarán, como es natural, del plan general defensivo; pero siempre debe tenerse en cuenta que, a través de ellos, se desarrollarán las acciones de las reservas y, por consiguiente, su trazado debe quedar su jeto a esta exigencia. • — — — — • - C) Campos para protección del despliegue lleroydelosP.C. arti Los campos de minas representan un valioso elemento para proteger’ las zonas de despliegue dé la artillería, así como el emplazamiento de los puestos de mando, ya que, aunqüe no ejercen una protección completa, se puede conseguir con éllo no sólo demorar el ataque, sino un sistema de avi so que evita la sorpresa. Son campos sencillos y poco complicados en su instalación, y deben cons tituirse por tramos y barreras de minas o masas esparcidas, y situadas en aquellos puntos donde sean más fáciles o se puedan prever las infiltra ciones. -• 22 EL TERRENO Y LOS CAMPOS DE MINAS Es indudable que en el empleo de- los campos de minas tiene -una gran influencia el relieve que presente el térreno, influencia que afecta más a las características especiales de la forma del cam po que al fondo mismo -del problema. Sin embar go, hay que tener en cuenta que la forma del te rreno influye enormemente en el combate, y así, en los terrenos no montañosos, los campos de mi nas aumentan la acción retardatriz de la zona avanzada y cooperan a asegurar la impermeabili dad en todas las direcciones de las posiciones de resistencia. -Es lógico que así suceda, porque en este terreno es donde el carro tiene mayor empleo. En el terreno de montaña media, los campos fortalecen la defensa en las zonas aptas para la circulaóión de los carros y en los puntos accesibles para personal a pie o semovientes, dando protec ción a centros más espaciados. En la alta montaña, los campos son empleados para fortalecer la defensa de los puertos y vías de penetración, sucediéndose en profundidad a caballo, de los caminQs principales. En los terrenos ‘con vegetación espesa, más que ‘campos de minas regulares, es más indicado ins talar masas de minas y dispositivos con trampas. En los ríos, pantanos y zonas costeras se emplean minas debajo del agua, y en los vados, minas en- - Zon o’eRee/etenc/a Co/ocac,on de un campo de mmee de/ante de ¿‘o Centro de ReWttenc,a. terradas. En el fondo de valles profundos, en vertientes y barrancos que puedan ser . vías de penetración, se colocan minas es parcidas con gran densidád. En las zonas édificadas y poblados en general, tiene común empleo ci uso de trampas y arte factos explosivos de cualquier clase que actúen por sorpresa.. En las zonas nevadas y en desiertos o zonas arenosas se tendrá en cuenta, ade más de la configuración del terreno, la ac ción de los -ientos reinantes, de forma que, acumulando la nieve o arena, no perjudi AtO/Of)armas automaticar L___) .“ aras quen el enmascaramiento o el funciona Saprera, de nonas Puntos de Ipoqo miento de las minas. Y resumiendo, en cuanto al tipo de los ñalados, orientados y estudiados sus emplaza campos, éste dependerá, en gran parte, de la via mientos, también estorban la acción propia, por lidad que ofrezca el terreno. En aquellos que pue lo que es de todo punto indispensable efectuar un dan ser recorridos por vehículos y carros de com bate, se colocarán campos mixtos. Cuando de la detenido estudio de la situación y del terreno an naturaleza del terreno se desprende que no es po tes de ordenar su colocación. La rapidez de su instalación y enmascaramien sible el ataque con carros, se colocarán solamente to, junto al importantísimo detalle de aumentar campos de minas contra personal. la acción de fuego de la defensá, da una sensación de seguridad y confianza al combatiente, que se cree más protegido, sobre todo de la sorpresa, ÇQNCLUSIQN cuando sabe que un campo de miñas le resguarda de ella. Y para el enemigo, el saberse dentro de La mina, y al decir esta palabra incluyo.no sólo un campo de minas no localizado bién por sus las conocidas contra personal y cóntra carros, tropas, le produce una depresión moral y un des sino todos los artefactos, trampas y dispositivos aliento que rebaja en gran manera su capacidad que son desperdigados por el campo de batalla con combativa. Está más preocupado en saber dónde profusión, rapidez e ingenio, constituyen un for pisa o dónde cae que del fuego adversario, y este midable obstáculo que entorpece la acción de las efecto psicológico, bien aprovechado por la de fuerzas enemigas; pero que si no están bien se- fensa, da unos resultados excelentes, además de la pérdida de tiempo que supone para el contra rio el dedicarse a la localización e inutilización de un campo bien dispuesto. Interi’aIo de C.de Resistencia. ¿niÓ,?entre ca”pos ¿“em,naC. Por eso. se ha extendido el empleo de los cam pos de minas a todas las actividades del terreno de batalla, y por ello también el personal que se dedica a esta especialidad ha aumentado enor rneinente, en proporción sólo comparable a la importancia concedida a la defensa contracarro. No solamente no ha defraudado en ninguna ocasión este obstáculo activo, sino que a su 8ar,erea de ¿‘md,? perfeccionamiento debe dedicarse la mayor atención. - - . - — 23 NORMASSOBRECOLABORACIÓN EJERCITO se forma preferentemente con los trabajos de colaboración espon tánéa de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oficialidad, sea cualquiera su empleo, escala y situación. También publicará EJERCITO trabajos de escritores civiles cuando el tema y su desarrollo interese que sea difundido en el Ejército. Todo trabajo publicado es inmediatamente remunerado cón una cantidad no menor de 6oo pesetas, que puede ser elevada hasta i.oo cuando su mérito lo justi fique. Los utilizados en la Sección de “Información e Ideas y Reflexiones” tendrán una remuñeraejón mínima de 250 pesetas, que también puede ser elevada según el caso. La Revista se reserva plenamente el derecho de publicación y el de suprimir lo que sea ocioso, equivocado o inoportuño. Además, los trabajos seleccionados para publicación están sómetidos a la aprobación del ‘Estado Mayor Central. Acusamos recibo siempre de todó trabajo recibido, aunque no se publique. ALGUNAS RECOMENDACIONES A NUESTROSCOLABORADORES Los trabajos deben venir escritos a máquina, en cuartifias de 15 renglones, con doble espacio entre ellos. Aunque no es indispensable acompañar ilustraciones, cónviene hacerlo, sobre todo si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpreta ción del texto son indispensables, bastando que estén ejecutados con claridad, aun que sea en lápiz, porque la Revista se encarga de dibujarlos bien. Admitimos fotos, composiciones y dibujos, en negro o en color,’ que no vengan acompañando trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para la publi cación. Las fotos tienen que ser buenas, porque, en otro caso, no sirven para ser re producidas. Pagamos siempre esta colaboración según acuerdo con el autor. Toda colaboración en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o trabajos deben ser citados detalladamente y acompañar al final nota completa de la bibliografía consultada. En las traducciones es indispensable citar el nombre completo del autor y la pu blicación de donde han sido tomadas. Solicitamos la colaboración de la Oficialidad para Guión,.revista ilustrada de los Mandos subalternos del Ejército; ‘Su tirada, 25.000 ejemplares,, hace de esta Revista una tribuna ‘resonante donde el Oficial puede darse la inmensa satisfacción de am pliarsu labor diaria de instrucción y educación de los Suboficiales. Pagamos los tra baios destinados a Guión con DOSCIENTAS CINCUENTA a SEISCIENTAS pesetas. Admitimós igualmente trabajos de «la Oficialidad para la publicación titulada Revista de la Oficialidad de Complemento. Apéndice de Ejércitó, en iguales cóndiciones que para Guión, siendo la rélnuneración mínima la de TRESCIENTAS pesetas, y la • — 24 máxima, de SETECIENTAS CINCUENTA. Esiadisticasretropectiv8 ORIGENES DELADECADENCIA ESPAÑOLA ARTURO PEREZ CAMARERO. del Instituto Nacional de Estadística. La Población enrarecida y desproporcionada no pudo sostener una gran poteñcia militar. DESPUES • • - - de analizadas, en etas mismas colum- - y cuyo encadenamiento es, en definitiva, la base de nas, las causas que durante el siglo XVI üénnuestras informaciones. tralizaron con exceso el crecimiento natural o Oportunamente enumeramos las principales cala vegetativo de la población española hasta motivar uu1 midades—pestes, hambres, sequías, riadas y terre descenso no inferior a millón y medió de habitantes, motos—que, unidas a la guerra de Reconquista y a cerrábamos nuestro- anterior ensayo coii la deducción las luchas entre los propios reinos cristianos, merma de que, al finalizar la citada centuria; España debió ron a lo largo de la Edad Media la demografía espa de contar tan sólo o’cho millones y medio de almas ñola. Está probado que los Reyes Católicos y los dentro de la Península. monarcas de la Casa de Austria instituyeron fundaTomás González estima qué aún era menor la -ci- ciones benéficas e iniciaron prácticas sanitarias que fra; pero su cálculo parte del error de suponer que significaban un notable prógreso en cuanto se re al comienzo del siglo XVI España no llegaba a su- fiere a la defensa de la población. mar ocho millónes de habitantes, mientras que ColLos léctores de esta Revista conocen cuánto en tal meiro, que se basa en la cifra inicial de los diez milloperíódo avanzó la sanidad militar, en el acuartela nes, obtiene conclusiones análogas a las expuestas en nuestro anterior trabajo. y en miento las ambulancias. Mi primer lección de cosas fué saber- que el resto de los lienzos de la mu Sólo a título de curiosidad consignaremos que Hae bles cree que la población española llegó a descender - ralla a cuya sombra nací fueron derribados por orden del Divino - Vallés, protomédico de Felipe II, para hasta cinco millones de habitantes, y que García Barzanallana opone una suma tan precisa conio la - que los aires se lleqasen las pestes—l que prueba de 9.147.111, ni uno más ni uno menos, en la segurique ya se iniciabá la higienización de las villas—, dad- de que no habrá de tener lector capaz de contary todavía son hoy orgullo de aquella época la nble los para contradecirle. prestancia arquitectónica de sus hospitales y de sus asilos. Pero estos loables ,comienzos no pisaban de. De todas sueres, extraordinariamente sensible hubode ser la despoblación, puesto que de eMa se tener un valor relativo, y tanto la sanida4 como la - lamentan los Procuradores en -Cortes de 1571., 1574, higiene estaban en sus albores, por cuya causa las 159Ü y, sobre todo, en las de 1600, y que las quejas epidemias, que originaban mortandad extraordina aumentaban a medida que iba terminándose la cenria, - continuaron sucediéndose con terrible frecueñçia durante los siglos XVI y XVIL turia. intentar Para al menos—puesto que conseguirlo- no : - - Causas naturales de la despoblación y comienzos de la defeusa demográfica. - - No era una novedad, ciertamente, el alegar la despoblación como argumento en contra de los - proyec- tos de contribuciones y de cargás. En los mismos Censos o recuentos de fuegos, que tenían casi siempre: por principal objeto fijar el número de contribuyen tes, los pueblos y ciudades tendían a la oçultación de habitantes para que la base contributiva -fuese lo más pequeña posible, éircunstancia que se ha de tenér en cuenta al «considerar las: cifras -cuya selección es posible—abarcar la magnitud del gigantesco esfuerzo que constituyó la expansión de la España im no penal, basta conocer las fulgurantes páginas de cuya lectura se deduce la enorme extensión de los territorios - descubiertos, explorados, conquistados y colonizados y las incontables muchedumbres domi nadas y civilizadas; es necesari6 también rebuscar esas breves noticias, que la generalidad de los bisto riadores omiten, ea las 4ue se registran las circuns tancias adversas en que - el pueblo y los monarcas hibieron de afrontar, coininuar y concluir sus em presas. - 25 1 La capital de Cataluña y su puerto en el siglo XVI. Apenas comnzado el siglo, en 1519, una peste maligna se extendió por parte de Ca taluña, en ocasión en que se hallaba en ella el César Carlos 1, quien tuvo que abandonar la ciudad y aislarse en Molíns del Rey, y en 1521, otra epidemia hizo estragos en Bar celona. Un doctor levantino homónimo de nuestro Caudillo, Francisco Franco, nos ha legado el relato de la horrible mortandad de Sevilla en 1524. De nuevo en 1527, una epi demia mueve al Emperador. y a su esposa a recluirse, esta vez- en Palencia, “como si estuviese cercada de enemigos”. En 1528 fué Madrid uno dé los principales focos de la peste, y la familia imperial se trasladó a To leda. Esta epidemia fué seguida de una ex tremada escasez de comestibles. Por segunda vez, -eñ 1533, el César Carlos buscó en Paleticia defensa contra el géneral contagio pestilente. Las epidemias se suceden aterra doras eñ Cataluña los años 1558, 1560,563,: 1564, 1580 y 1589. Verdáderas catástrofes fueron también las pestes de Andalucía de 26 Bilbao y la ría en el siglo XVI. - 1565 y 1568, y excepcionalmente asoladora la que duró desde 1598 a 1601. Antes había padecido Casti lla la gran mortandad de 1597, y para no volver sobre este triste tema dejemos ahora consignado que ya en el siglo XVIIse padecieron las epidemias de 1618, 1648, 1649, 1651 y 1679, y algunas sequías de grandes penu rias generales y las limitadas a Cataluña de 16(17y 1651, la última de las cuales tuvo caracteres excepcionales. ni las hecatombres, no habrá Estadística que expli qué cómo la España empobrecida y despoblada pudo vencer los pavorosos obstáculos que las calamidades enumeradas suponen y aun le sobrase ímpetu bas tante para lanzar sus naves victoriosas cara a todos los vientos y plantar sus banderas bajo todos lós cielos. La burocracia No sólo la Armada Invencible lichó contra los elementos. • Véase, pues, cómo Felipe II, al conocer el desastre de las 130 naves y los 29.635 tripulantes de la Armada Invencible, ya estaba avezado, tanto él como su augusto padre, a ver mermadas sus fuerzas y sus re-. cursos, no por mano de sus enemigos, sino pór las malaventuras que ponían a prueba el temple de sú espíritu. Por eso, acas9 sea más expresivo que la famosa frase popularizada el comentario que la puso: “Doy gracias a Dios de que me haya dejado recursos para soportar tal pérdida, y no créo que importe mucho que nos hayan cortado las ramas, con tal que quede el árbol de donde han salido y pueden salir otras.”, No es baldía esta digresión, porque en estos tiempos en que cualquier restricción pasaj era y aun el senci llo trámite de un racionamiento encocora a no pocos, es necesario recordar de modo prçciso cómo reaccior naban los españoles de antaño ante las adversidades de mayor alcance. De otro modo, sin valorar aquella fuerza espiritual que no mermaban ni los desastres desplazó a la nobleza función directiva. en su En la demografía española del siglo XVI no era el único de los males su disminución, puesto qúe tam bién era anormal su composición por la falta de ade cuada proporcionálidad entre los elementos compo nentes. La póblación de la Península se dividía, en primer término, entre dos grupos esenciales: el que integra ban los elementos aut,óctonos o españoles viejos y el grupo exógeno formado por los extranjçros, los gitanos y, en mayor número, por los moriscos. El núcleo genuinamente español se hallaba afec tado. poi dos divisiones de índole distinta. La una estaba determiñada por el hecho de que los naturales de cada uno de los reinós cristianos de la Península se consideraban aún extranjeros en los restantes, por no estar todavía bien soldada la unidad, como lo prueban las guerras de Por;ugal y su posterior sepa ración y las sublevaciones de Cataluña años más tarde. La otra división del conjunto netamente espa ñol, que es la que importa a nuestro objeto, radiçaba n la distinción de clases sociales. La nobleza tradicional, que tan decisiva influencia ejerció en la rudimentaria orga nización políticoadministrativa los reinos de la Reconquisti, durante eldereinado de los Reyes Católicos bajó de sus peñas bra vas, no. sólo para formar una Corte palacie ga, como rutinariamente se ha venido repi tiendo, sino también para constituir por reflexi6n o por instinto el núcleo direçtivo permanente que era ya necesario en la nueva concepción de los .Estados que co menzaba a cristalizar en la España de la Edad• Moderna. Mas en la práctica, durante los reinados de los dos primeros Austrias, la alta nobleza continuó asumiendo su hon rosa y destacadá misión de ejercer los ele vados mandos de los ejércitos, de las armadas y de los virreinatos y, en cambio, fué - - - gradualmente sustituída por la segunda nobleza en cuanto a la intervención en los ñegócios del Estado y en las funciones pú -blicas sin duda porque los cargos, Conse jos, Juntas, Comisiones, etc., que en la nueva órganización se iban creando tenían. ya- un cierto relativo carácter .bu*ocrálico. y. un tecniéismo y eran geñeralmente 27 La capital de Castilla en el reinado de Felipe II. confiados a hidalgos, clérigos y burgueses le trados. Así, lós grandes linajes, sin quehacer en torno a los reyes, fueron convirtiendo sus palacios en pequeñas cortes, rivales en boato y derro che, hasta el extremo de labrarse muchos de ellos su ruina económica, con lo que su influen cia política quedó aún más reducida. Un contrasentido de la Estadística: exceso de caballeros y de hidalgos. - - Los grados de la segunda nobleza eran: los ca balleros—señores de vasallos o de lugares, de jurisdicción o solariegos—, los hidalgos de es tirpe y los hidalgos de privilegio, que eran los burgueses que conseguían el título por merced real o por adquisición. Estas clases eran excesi vamente numérosas y estaban exentas de tri butos y del servicio de armas; en el que entraban por orden real, directa o delegada, a solicitud o pre ‘da aceptación del interesado, y generalmente con puesto de mando, y desde luego se hallaban en abso luto separados de todo trabajo agrícola, industrial o mercantil. Según el Censo formado en 1541 para el reparti miento de Servicios, que se conserva en el archivo de Simancas y que cita Lafuente, la proporción entre hidalgos y !ees era en Castilla la siguiente: PROVINCIAS Burgos León Granada.. Sevilla Córdoba Murcia Jaén: Zamora Toro AvilaSoria Salamánca Segovia Cuenca Guadalajara Valladolid Madrid Toledo Totáles. Pecheros 50.947 . 29.680 38.317 74.176 31.735 17.976. 32.346 75.500 37.482 28.321 29.785 122.880 31.542 30.777 24.238 38.922 12.288 74.730 731.742 Hidalgos• 12.737 29.680 3.483 6.481 2.644 1.284 2.281 10.778 3.748 2.832 2:978 10.240 2.253 2.564 2.019 4.865 1.024 6.227 108.118 Hemos prescindido, en la suma, de las cifras de León (29.680 pecheros y 29.680 hidalgos), puesto que 28 hay en ellas un ostensible error de transcripción o de imprenta que no podemos subsanar. El total de las restantes supone que en Castilla ha bía casi exactamenté un hidalgo por cada cuatro pecheros. Esta ruinoia desproporción fué enauménto por la facilidad con que se concedían las hidalguías de privilegio. Un solo acuerdo del Consejo de Hacien da, para allegar recursos al Tesoro, puéo á la venta 1.000 ejecutorias de hidalgo, que, al precio de 5.000 ducados, se sacaron al mercado en lotes de 150, para que el exceso de oferta no envileciese el precio. Exenciones y privilegios mermaron. más aún la población productora. Otra clase social privilegiada y exenta la formaban las personas . eclesiásticas y las pertenecientes a las congregaciones y comunidades religiosas, cuyo nú mero y propiedades aumentaban también con perjui cio de la economía general, como lo demuestran las repetidas peticiones hechas por los pueblos a los Sobéranos en las Cortes para procurar su limitación. También gozaban de privilegios y franquías los estudiantes y los profesores de las Universidades y los graduados en ellas. La petición número26 de las Cortes de 1534 hace patente la multitud de letrados, doctores, maestros y licenciados que en lasO Universi dades de estos reinos y en las del Extranjero y por rescriptos apostólicos se graduaban para rehuir las cargas y contribuéiones en perjuicio de los peche ros, y propone que las exenciones sólo alcancen a los graduados en Salamancá y en Valladolid, dentro de España, y énBolonia fuera de ella. Felipe II aceptó esta propuesta,, y más tarde extendió la indicada pre rrogativa a la: Universidad de Alcalá. La demografía española tenía una composi ción antieCOflólfliCa. Todos estos grupos sociales—alta nobleza, ca balleros, hidalgos, eclesiásticos, monjes, cate dráticos y graduados_contribuyeron a forjar la grandeza espiritual del siglo de oro, y de ellos salían los elementos dirigentes de las explora ciones, conquistas y colonizaciones; pero, ajenos a la producción nacional y libres de aportación a los crecientes gastos públicos, eran, econó micamente, un excesivo peso para una nación pequeña y empeñada en las más grandes eni presas sobre Europa, Africa, América y Oceanía. Tampoco podía coñtar la economía española, En esta bella estampa de Sevilla aparecen damas y caballeros de la época y diversas escenas pintorescas, como La conducción de reses bravas, dos suplicios infamantes y el muladar con osamentas de añimales. El sitio de Chartres por los españoles, según una esta/tipa de 1568. es decir la ajricultura, la industria, el comercio. y el erario público, con los esçuderos, dueños, ayos, guar das, caballerizos, lacayos, mozos, pinches y toda suerte de servidores, que seguramente formaban un núcleo más numeroso que el citado, puesto que no se concebía. una persona principal sin un criado cuando menos. Aún había que descontar eñ el trabajo próductivQ y en las contribuciones a los mendigos y vagabundos, cuyo número constituyó un problema tratado en las Cortes de 1528, 1534, 1538, 1555 y 1612. La deducción obligada es que la población neta mente española estaba aquejada, además dé su dis, minución, una crecientemeáte tdesproporcionada composición deantieconómica, a lo que ha de añadirse - la falta de unidad y cohesión, puesto que durante mucho tiempo en cada reino siguieron considerándose como extranjeros los naturales de los restantes anti guos Estados peninsulares 30 p • La crisis de la Hacienda y el aumentoS de la Deuda Pública. Muchos son - lós estudios nacionales y extranjeros publicados acerca de la economía española en el si glo XVI. Para nuestro objeto, basta relacionar estas cifras: Al abdicar Carlds 1, en 1556, la Deuda Pública era ya de 20 millonés de ducados; en 1573, e elevaba a 34, y al morir Felipe II, en 1598, llegaba a los 100 millones de ducados. Los intereses de la Deuda repre sentaban, a mediados del siglo, la tercera parte de los ingresos públicos. No existe coincidencia en cuanto a la apreéiación de las causas del desastre de la Hacienda, pero entre las muchas que se alegan hay tres sobresalientes: el excesivo derroche de la Corte borgoñona; los crecidos gastos de las expediciones militares y marítimas, que culminaron en lü necesidad del llamado “impuesto de millones” con ocasión de los gastos de la Armada Invencible, y la defectuosa orgaaización administra tiva. Mas el supuesto lujo de la Corte de los Austrias era tan sólo relativo por su comparación con la auste ridad de las monarquías de la Reeonquista, y, en cambio, aún resultaba pobre al lado del boato y es jjlendor de otras cortes europeas contemporáneas. En cuanto a las conquistas, probado está que en sí no füeron onerosas. Ballesteros calcula que sus colonias europeas le proporcionaban a Carlos 1 un ingreso anual de 4 millones de ducados—sólo los Países Bajos representaban 1 millón—, y es un alemán, Haring, - el que ha detallado las rentas de América, que a me diados del siglo XVI estima en 1 millón de ducados al año. Adviértase que Aragón, Cataluña y Valencia juntas no rendían más que 600.000 ducados... cada tres años. En cuanto a la mala administración, nunca es un fenómeno tislado imputable a personas y orga nismos concretos, sino que siempre es reflejo o conse cuencia del modo de ser y de estar el cuerpo social. Dos aspectos de Cádiz a fines del XVI.—Las No pudo empobrecer a un pueblo el conquistar exten sos territorios feraces con escasas fuerzas mal paga das; ni el coste de las sedas, joyas y banquetes de los cortesanos bastaron para arruinar a un reino en cuyos dominios no se ponía el sol, ni tiene precisión alguna el achacar la ruina a la Administración. El mal radicaba en el débil cimiento de la econo mía española, forzosamente enraizada en una demo grafíá raquítica, con mucha cabeza, poco cuerpo y menos brazos, que en lugar de crecer menguaba, y que por añadidura estaba aún falta de unidad y de cohesión efectivas. El Ejército y Itt Marina al servicio de una coyuntura favorable. Grandes fenómenos de índole universal fueron la conquista de Constantinopla por los turcos, cuyas piraterías desarticularon el floreciente comercio en• el Mediterráneo, y el descubrimiento de América, escenas de la pesca, de la cantina y de las cocineras tienen valor documental. que origin6 e incrementó aceleradamente el tráfico se reflejó en la potencia militar de España. La deta en el Atlántico. España hubiese podido compensar llada demostración de este aserto alargaría desmesu con creces la pérdida en un mar con lá ganancia en radamente este ensayo con datos y testimonios indu otro; pero prácticamente, como dejamos dicho, sub dablemente conocidos por los lectores de EJERCITO. sistía aún la división de estados bajo un mismo cetro. Concretémonos, pues, a resumir el problema con la Por ello, al comienzo de la colonización americana sólo síntesis de Bernardino de Mendoza: “Los soldados de podían fletar naves y embarcar para América los cas otras naciones pedían las pagas antes de pelear y al tellanos y leoneses; más tarde se extendió el privile tiempo de venir a las manos con sus enemigos; los gio a los aragoneses, y al fin se generalizó á todos los nuestros sólo reclamaban lo que se les debía después reinos españoles, pero subsistió el monopolio del de haber combatido.” Y de haber triunfado, añadire puerto de Sevilla como lugar d arribo de las naves mos. Sin cobrar sus legítimos haberes partieron de de Indias. Ello explita que el industrioso y comercIal España las tropas del Gran Capitán para cubrirse de Levante español padeciese las consecuencias del co gloria en Italia; “con un arcabuz roto”, “con una pica lapso comercial mediterráneo, sin que Castilla y León, tuerta y sin bierros, y a veces desarmadós”, cuenta labradores, obtuviesen ventaja, por no estar prepa Marcos de Isaba que iban los soldados a Flandes, y radas ni tener vocación para improvisar una indus “con vestidos que harían ascos al más miserable pas tria y un tráfico que respondiese lucrativamente a tor” llegaron a servir en la nüsma Es paña, al decir las crecientes demanda del inmenso mercado del del segundo Don Juan de Austria; y aún nos quedará Nuevo Mundo. el famoso retrato del soldado: “a veces suele ser su De esta suerte, el oro material de América pasaba, desnudez tanta que un coleto acuchillado le sirve en gran parte, como. sobre un puente, por España de gala y de camisa, y en la mitad del invierno se para pagar sus empréstitos y préstamos, o sólo servía suele reparar de la inclemencia del cielo estando en para acrecentar la población improductiva, alejando la campaña rasa con sólo el aliento de su boca, que, a los fácilmente enriquecidos de las tareas de la in como sale de lugar vacío, tengo por averiguado que dustria, del comercio y, en muchos casos, de la misma debe salir frío de toda naturaleza”, bosquejo de la agricultura. mayor autenticidad por estar trazado por el soldado La incesante actividad de las Armadas y de los Miguel de Cervantes SaavédÑ. Ejércitos españoles, durante todo el siglo XVI, en el El mismo valor, igual arrojo y aún mayor abnega Mediterráneo y en sus costas; las expediciones con- ción que los soldados de Carlos V, ante los cuales, tris la piratería y contra las plazas del Norte de Africa según el Duque de Borbón, no podía estar seguro ni y las islas y bahías de los mares Adriático, Tirreno y su Rey en París, tenían “aquellos que aún heredó y Egeo, con sus alternativas de triunfos y fracasos coro poseyó Felipe IV en Alemania y Flandes, como no náds por la desapióvechada victoria de Lepanto, no volverán a verse en España ni en ninguna parte”, tenían por finalidad única una guerra de religión. como Cánovas recuerda. Pero las virtudes militares También représentaban ñna bien orientada política y las excelencias raciales fueron lentamente contra económica, puesto que perseguían la reconquista de rrestadas por el influjo de la crisis demográfica que los mercados necesarios para el fomento de la na razonada queda. Cierto que España, como reconoce ciente industria y la défensa de los caminos del mar Mathorez, desde 1526 a 1598 fué la primera potencia por los cuales llegó a esta Península occidental, casi del mundo e impuso su ley a Europa. Pero en ese isla, gran parte de áu grandeza moral y espiritual. mismo período se incubó, dentro de ella misma, su Del mismo modo, los soldados curtidos en las gue propia decadencia. La honrosa frase del Duque de rras de Grisnada, de Italia y de Flandes, que luchaban Alba, según la cual sus soldados en cincuenta días en tferras americanas, estaban procurando aflorar habían ganado un reino, como el de los cielos, ayu nuevas fuentes de riqueza y abrir nuevas rutas comer nando, no podía ser base de un sistema. militar, ya en ciales. plena Edad Moderna. Al - cabo, la crisis de la población se reflejó en su mejor espejo: el• Ejército. - Pero no sólo no se pudo aprovechar Ía coyuntura que el esfuerzo militar ofrecía, sino que la crisis demo gráfica, a través de su secuela la crisis económica, - 32 Véase, pues, cómo el -Caudillo Franco, al cimentar su obra de gobierno en una política de defensa y fomento de la demografía y al procurar sin tregua la revalorización de la agricultura y de la industria lización de España; forja la potencia militar y está comenzando a ganar sabe Dios qúé gloriosas batallas futuras. El cuartel de Estás (1.850 m.) Fi CUARTEL MASALTO DEESPAÑA Teniente de Infantería, del Batallón de MontaSa de Gerona n.° 8, RAMON ECHEVERRIA GAINZA. LOS esquiadores le llamamos Refugio dé Astos, y empiezo por decir que me parece extraño el nombre dado a este cuartel, así como la costumbre de llamar a esta, región “Astos”, siendo así que el mapa nacional en 1 : 50.000 y otras cartas la deno minan de “Estós”. La región así llamada- me atrevo a asegurar que es una de las más abruptas y bellas de nuestr6 Pi rineo. Circundada, aunque desde lejos, por nues tros mastodontes montañeros: Aneto, Maladeta, Enmedio, Posets, Perdiguero y otros, da asiento a varios lagos (ibones) ‘de una ]elleza incomparable. Asimismo, barrancos y arroyos torrenciales atra viesan pródigos el valle, para luego, cual héroes anónimos, entregar su fruto al río Esera, para que éste se haga famoso alimentando algunas de las más grandes centrales eléctricas de la Nación. Y como mi propósito no es describir, ni siquiera informar, sobre este mportante sector de nuestro Pirinéo central, me ceñiré en este pequeñísimo re lato a citar con todo respeto y admiración al rey indiscutible de estos montes, de estos valles, de es tos ibones y de estos torrentes, ese animalito tan bello llamado el sarrio o gamuza. Quien haya visto la ‘película Bambi, comprenderá las razones que tengo para ensalzar esta especie, que, aunque dis tinta a la de la citada película, la aventaja en inte rés y belleza. Pero no es éste el propósito, sino el de decir a todos, lleno de satisfacción, que, una vez más, podemos estar orgullosos: el Ejército ha cons truído un refugio-cuartel para tropas de esquiado res-escaladores que honra nuestra profesión y nues tra organización. Ya están lejos los días aquellos en que parecía imposible terminar esta ambiciosa obra. Los tra bajos fueron inenarrables; todos los maten les hubo que traérlos a lomo, y si bien la distancia entre Benasque y el refugio es corta, esta distancia tan pequeña resulta dificilhsima de recorrer para hom bres y mulos, porque hay que salvar 700 metros de desnivel, caminar .por una senda .de almogáva res, desafiar la crudeza del tiempo y otros mil in conveni ntes que nuestros soldados tuvieron qe superar. Mi admiración a la Comandancia de Cons trucciones Militares, pero sin olvidar a nuestros infantes—soldados peones—, que fueron el brazo ejecutor. Y el refugio se hizo, y aquí está para or gullo y satisfacción de propios y extraños. El refugio, exteriormente, presenta un aspecto de perfecto acabado, en él que se admira por igual la solidez que se advierte y el confort que se adi vina. Esta admiración sube de punto si se tiene 33. - - en cuenta que, para llegar a él desde. Benasque, hay que caminar por una inmensa soledad que dura cuatro horas largas. Nuéstro refugio-cuartel es todo él de piedra, y sus tejados de pizarra. Consta de tres grandes plan tas, en las que se aloja con toda comodidad una Unidad tipo Compañía EsquiadoresEscalador5 con toda su servidumbre, distribuído en la siguiente for ma: En la primera planta, comedor y sala de Ofi ciales;cuatro habitaciones con sus correspondientes cuartos de baño, también para Oficiales; hogar del soldado, comedores de tropa y cocinas para tropa y mandos, y, por último, salón guardaesquís y cuarto de aseo para la tropa. En la segunda plantá, dormitorios y cuartos de aseo y duchas para la tropa, observatorio, comedor, sala y dormitorio para Suboficiales. En la tercera planta, depósitos de víveres, un se gundo dormitorio y cuarto de aseo para la tropa, así como estación de radio y botiquín. En la actualidad—i5 de noviembre—, y aun desde mucho antes, el frío es intenso y el bloqueo por la nieve puede durar todo el invierno, lo que sitúa en primer plano todo lo referente a calefac ción y suministros. Todo esto lo tenemos perfecta mente resueltó en este magnífico cuartel. Los 6o.ooo kilos de leña que se han cortado y almacena do durante el verano—antes es impósible, por estar todo cubierto de nieve—son más que suficientes para tener constantemente encendidas las siete grandes chimeneas que se reparten por todo el edificio. Además, y en todo el primer piso, contamos con ca lefacción central, lo que, todo junto, proporciona al refugio una temperatura más que agradable. En esa misma época de verano son suministra dos y almacenados todos los víveres necesarios para el invierno. Finalmente, el edificio está dotado en todos los pisos y dependencias de agua corriente, caliente y fría, además de estar todo él sobria pero elegante mente amueblado. Pero aún no he terminado con mi información. Ya dije al principio que este refugio-cuartel era una obra perfecta y acabada. Anexo al edificio principal existe otro de igual solidez y belleza, aun que bastante más reducido, y en el que cómoda mente se encuentran el horno de pan—moderní simo todo él—y el grupo electrógeno y depósito de gasolina para el alumbrado de este cuartel, el más alto de España. Todo esto nos ha regalado la Nación; ¿se lo sa bremos pagar? La vieja bandera que en lo alto del mástil, a 1.850 metros de altitud, preside toda nues tra vida, sabe mucho de afanes y sacrificios en es tas inhospitalarias pero muy queridas alturas de nuestra Patria. Re/ugio de Arlos, a i de noviembre de ¿952. Región de Benasque.-_-Lago grande de Pontisielles (2.600 m.) y Tuca de ¡gea (2.840 m.) 34 LA DEFENSIVA EM MONTAÑA.. (La dueslidn deJosç/ctfros) Comandante del N ORMALMENTE, las obras de los tratadistas militares hablan ampliamente de la Defen siva y luego dedican unos párrafos o, a lo ‘sumo, algún capítulo a tratar del “caso” particular de la defensiva en montaña. Y suelen ver ésta favo recida y simplificada pór la cómoda teoría de las zonas impermeables a los grandes efectivos y a los ingenios modernos, y por la no menos expe ditiva y fácil del estudio de los puntos débiles y los puntos fuertes. En oposición a esto, antes de seguir adelante, yo querría confesar sinceramente y dejar con signada aquí mi modesta opinión de que no en cuentro justificado ese optimismo tan extendido sobre las facilidades que el terreno montañoso presta a la defensa y sobre la posibilidad de de fender las regiones montañosas’ con pocos efec tivos. Sobre todo, este último concepto, bastante de Servicio Infantería de E. SERAFIN M., de la PARDO División de MARTINEZ, Montaña 52. generalizado, ‘lo encuentro en contradicción con el otro, que consideramos fundamental en la guerra de montaña, del cual siempre oímos ha blar: que la compartimentación en la montaña hace independientes las operaciones en los dis tintos valles y es difícil la intercomunicación. Consecuencia: importancia de las pequeñas Uni dades y descentralización del Mando. Pero las acciones llevádas por la cresta (para algo están las tropas de montaña) ¿no amenazan a dos va lles a lá vez? Habrá que coordinar su defensa. Y además, si el Mando se descentraliZa, habrá que dotar a cada tino de todo lo necesario, y con sumirá, por tanto, la montaña más elementos que el llano. Pero veamos esto poco a poco y por su orden. Cuatro son los medios con que contamos para nuestra acción en el combate, y en cuanto a su . y importancia para la defensa en terrenos monta. ella los suficientes efectivos, los fuegos son más fosos, yo los enunciaría en el siguiente orden: densos, las enfiladas quedan mejór conseguidas Fuego, Trabajo, Choque y Movimiento. y la defensa es, por tanto, en montaña muy El Fuego, que en el combate ofensivo, tiene su eficaz. máxima expresión en las acciones aéreas y arti Hemos mencionado en .segundo lugar, a con lleras; las armas de los fuegos potentes y pro tinuación del fuego, el Trabajo. Tendremos en fuñdos, en la defensiva y, sobre todo, en la de cuenta al hablar de este medio dos cosas nada fensa estática de una posición, primera de que más: la fortificación y las comunicaciones, ya nos ocuparemos, pasa a adquirir un grado de que consideramos las demás de un índice medio mayor importancia el fuego de las armas de in -análogo al del llano. fantería, ya que regularmente se encontrará la La fortificación en la montafiase ve favore artillería atacante en tal proporción de superio cida, indudablemente, por la configuración del ridad, que’ no sólo dificultará, sino que muchas terreno, que proporciona muchas desenfiladas y veces impedirá a la propia el apoyo y la protec facilidades para la instalación de las Unidades ción. Así, pues, al hablar del fuego en la defen e incluso la posibilidad de que la construcción de siva, hablamos en infante casi éxclusivamente. muchos asentamientos no lleve consigo más que El fuego defensivo se caracteriza por esa co la modificación y complemento de lo que el te lección de elementos que forman el esqtieleto de rreno da naturalmente. Todos hemos encontrado la defensa, “las ametralladoras” en general, las en la montaña esos célebres monolitos que tanto armas automáticas, rasantes todas, mientras que ayudan a la instalación defensiva, a pesar de las trayectorias por el segundo sector se limitan cuanto se diga sobre el peligro de las piedras. a rellenar huecos y huecos que en la ‘montaña Pero también es cierto que en la montaña es son más que las zonas aptas para los fuegos más corriente encontrar terrenos difíciles para tensos. el trabajo: roca, terreno pedregoso, tierras duras, Solución simplista inmediata: invertir en mon vegetación leñosa, etc. En conjunto, la fortifica tafia la dosificación de armas y dar a nuestros ción exige trabajos fraccionados con profusin Batallones muchos morteros y pocas armas auto de voladuras y hace falta mucha herramienta máticas. Pero todos lo sabemos y no es necesa especial. rio insistir en ello: esta solución simplista no es Si dejamos la fortificación para fijarnos en la solución; convertir lo fundamental en relleno y construcción, reparación y entretenimiento de el relleno en lo fundamental es absurdo. Algu comunicaciones, ya la cosa se complica más. nas características de los morteros: imprecisión e Hay que hacer y reparar un extraordinario intermitencia de sus tiros y dificultad para el cúmulo de obras de fábrica, colgadas en pasos municionamiento, bastan ellas solas para con difíciles y obligados, y aun así, con grandes tra vencernos de que, si bien a las tropas en mon bajos, no se puede lograr una red viana tan den taña hay que darles más morteros que en el llano, sa y buena como en el llano. Es necesario acudir ello no podrá ser para disminuir las ametralla a’ los abastecimientos a lomo y con porteadores, doras y fusiles ametralladores, sino para com como se ha venido haciendo y se hace en la cam pletarlos. paña de Corea. Resultado: más efectivos, esta ¿Cuál es la verdadera solución? Un buen estu vez en’ forma de trabajadores que manejen el dio del plan de fuegos y colocación de cuantas pico y la pala, la espalda o el ganado. armas automáticas sean necesarias para enfilar En este repaso rápido que estamos haciendo, todas y cada una de las avenidas aptas y buenas al llegar a considerar el choque y el movimiento, para el atacante; es decir, aumeñto de armas y, es donde más razones veo para apoyar el aserto por tanto, aumento de efectivos. de que la montaña no puede defenderse con po Sólo la razón fuego conduce a inspirarnos la cos efectivos. sospecha de que “la montaña, para una defensa Como con efectivos poco abundantes no es po eficaz, exige más efectivos que el llano”. Tam sible defenderse en todas partes, la lucha se ha bién es cierta la resultancia de que, puestos en ‘centrado en dos teorías, a mi juicio, igualmente 36 De acuerdo con que las alturas se defienden erróneas: Primera, mantenerSe en las alturas con peligro de los desbordamientos profundos y los con pocos efectivos, desde luego; pero no con que puedan abandonarse alegremente a una de envolvimientos amplios de las zonas montaño sas, y segunda, cerrar los accesos que suelen ser fensa eventual encomendada a unas fuerzas cuya por los valles, con el peligro casi mayor de que el misión principal es el contraataque. La montaña favorece la defensa estática, que es la que puede enemigo ocupe las alturas y haga insostenibles hacerse detrás de cada pledra y de cada árbol las posiciones del valle. con efectivos débiles; pero en cuanto ée inicia el Una tercera solución es la que propugna el es tablecimiento de posiciones cerrojo en los pasos combate, la probabilidad de la victoria es del que obligados, muy fuetes y con sus defensas muy haya desplegado mayores efectivos, lleve la ini bien estudiadas, y al propio tiempo sitúe en las ciativa y, sobre todo, que ataque. Y lo normal alturas fuerzas apropiadas que se encarguen de es que las iniciativas y los mayores efectivos sean precisamente del que ataca, que al reunir las tres la defensa por el movimiento mediante contra ataques de arriba abajo, que son los más fáciles condiciones, lleva las de ganar. ¿Quiere esto decir que se renuncie al movi y los más fructíferos. miento, a la defensa dinámica? De ninguna ma Pero las alturas no pueden ser simplemente nera. Pero si, a mi juicio, que deben existir nú bases de partida de los contraataques. Deben ser cleos fuertes en los accesos y vías de penetra también posiciones, y posiciones cuidadosamente organizadas y defendidas por guarniciones fijas, ción, núcleos organizados, aunque de efectivos más débiles en las alturas y espolones, y que sólo independientes de esas reservas móviles destina las medias laderas pueden quedar sin organizar das a los contraataques. o 37 de modo permanente. Y que estas fuerzas deben :Ser independientes de las reservas móviles que han de. efectuar los contraataques. Y si necesitamos defender las alturas, defen der los valles. y tener reservas, la densidad de fuerzas. kilómetro lineal de frente no puede ser muy por débil, como por algunos se pretende. minio e infiltración que suponen la ruptura. En montaña, cuando iniciamos una retirada im .puesta en pleno combate, no sabemos nunca lo que nos espera al revolver de cada piedra o de cada espolón, y la diferencia de nivel moral en tre el que ataca y el que acaba de ser derrotado hace el resto. Peroaún’tenemos la cuestión de los contra Así, pues, creemos que la defensa en montaña ataques. Se habla constantemente de la descen debe hacerse a base de núcleos fuertes que de tralización de Mando y de la independencia tác fiendan “a toda costa”, sin idea de repliegue, las tica de los compartimientos. Pero los contraata alturas y los pasos obligados; estas fuerzas, para ques deben partir, para ser fructíferos, de las al realizar una defensa tenaz, no necesitan para turas y las crestas, y éstas son la separación de nada ser de montaña, sino disponer de “arma dos valles. Cada cresta ¿debe tener dos núcleos mento de posición” apropiado a cada caso (mor independientes para contraatacar hacia uno o teros, lanzacohetes, etc.). Las posiciones deben hacia otro? Entonces resultan para cada valle ser erizo,,rodeadas de alambradas, con profusión también dos núcleos para contraatacar desde una de campos de minas contra personal en todas u otra cresta. Claro que esto no es absoluto. En partes y contra carro en cualquier sitio donde la muchos casos, el terreno en que combatimos, las posibilidad de aparición de carros exista, aunque posibilidades del enemigo y, sobre todo, “los me sea remotamente. dios.con que çontamos” nos obligarán a estudiar Si la defensa activa que constituyen las minas varios cóntraataques desde una base de partida es magníficá en el llano, mejor y más eficaz es única con un núcleo de reservas único, porque en la montaña, donde la abundancia de pasos repartir las normalmente nómico, pocoreservas táctico eserá incluso antihurnano,antieco por obligados forzará al atacante a abrir las brechas en sitios de antemano conocidos por nosotros y, que será llevarlas a un aniquilamiento estéril. como es natural, bien vigilados y batidos. Pero muchas veces el estudio de estas ideas Habrá lugares que será necesario defender so básicas (si los medios son abundantes, claro está) lamente porque son buenos observatorios, ya que revelarán la necesidad de estudiar varios contra si en el llano lá guerra es una lucha por los ob ataqties independientes desde bases de partida servatorios (y las carreteras y los aeródromos), distintas, sobre todo desde crestás opuestas, y en la montaña lo es por los caminos y los obser lo que no cabe de ninguna manera ezi montañá vatorios. es tener reservas centradas que pueden acudir, a Y esta red de posiciones interdependientes, tu todas partes en cada valle, porque indefectible pida, habrá’ de ser completada por la existencia mente llegan tarde. de núcleos pequeños de reservas móviles’ (éstas Veamos, pues, cómo concebimos la defensa en sí, tropas especialistas de montaña), para’ los los terrenos de montaña: c.ontraataques inmediatos o contraasaltos, y lue go, más a retaguardia, centradas y con buenos INFANTE RIA accesos a distintas bases de partida previamente estudiadas, reservas más numerosas y concen Puede y debe hacerse la defensa con núcleos tradas para los contraátaques de conjunto. repartidos en profundidad; pero no la defensa Pero estos contraataques no han de montarse elástica, pues los que pierden una posición, tie cuando’ se rompe el frente, sino, muchas veces, nen muchas probabilidades de ser aniquilados, antes, cuando las fuerzas atacantes se encuen a pesar de la superabundancia de. zonas desenfi tran en un período critico, como es el agotamien ladas que proporciona’ la montaña; la superiori to de sus Servicios o en una postura incómoda dad numérica que hay que suponer en el ata quizá provocada por nosotros, inclusive en el es cante le permitirá ese ániquilamiento én.. cuánto tudio del trazado de la línea principal de resis domine las alturas y se infiltre por los valles, ‘do-’, tencia. La intangibilidad de ésta debe ser preocu ‘ 38. pación primordial, y a con seguirla deben cooperar los defensores estáticos de las posiciones y el Mando con sus defensas dinámicas. Si para mover las reser vas locales esperamos a que el frente esté roto, muchas veces llegarán tarde; ni si quiera podrán ocupar sus bases de partida, y su único empleo posible será el de taponar un paso obligado para ganar tiempo y orga nizar otra zona de resis tencia. Para eso preferible hubiera sido sacrificarlos desde el primer momento, aumentando la densi dad de la primera línea, quedándose sin reservas. La situación de las Unidades en reserva puede ser la siguiente: Las reservas locales para los contraataques inmediatos, en las crestas y en cuantía, a mi juicio, pequeña, ya que la ocupa ción de posiciones en fuerza no permitirá que las pequeñas Unidades destinen reservas nume rosas, lo que habría de ser a costa del debilita miento de las guarniciones. Las reservas de conjunto en puntos centrales a retaguardia y bien comunicadas. Pero... el pero en la montaña es que, aun contradaques previstos y bien estudiados, no será posible al gunas veces montarlos y lanzarlos, por falta de tiempo para que su ejecución sea en momento oportuno. Entonces quizá valga más, si el ene migo se nos adelantó, ceder el terreno perdidó y taponar en un paso obligado, en espera de otra operación mejor, antes que lanzar un contraataque abocado al fracaso. 2.° CABALLERIA Y CARROS Cuando se disponga de estos elementos y el te rreno sea apto para su empleo, cosa que se ha demostrado que’ sucede con mucha más frecuen cia de lo que pensábamos hace doce años, con vendría invertir en montaña las zónas y poner la de reacción a vanguardia de la zona de resis tencia. Me explicaré: El atacante, para pasar sus elementos, abre pasillos en las defensas acÇeSQ rias, especialmente en los campos de minas, y esos pasillos, desembocadura del ataque, son los mismos que en los primeros momentos emplea rán los Servicios para alimentarias. Pues bien: si se presenta el momento oportuno, los contra ataques potentes pueden ser lanzados sobre esos mismos pasillos para estrangular la corriente de abastecimiento. Si el ataque ha sido por infiltra ción, la brecha, aunque sea profunda, es estre cha y los flancos resisten; en montaña esto es posible, y a los atacantes se les puede convertir en fuerzas cercádas. Convendrá entonces refor zar las posiciones de los bordes de la brecha para obligar al enemigo a una lucha de desgaste, en la que siempre lleva ventaja el que se defiende es táticamente; sólo resulta la defensa antieconó’ mica si se pierde la posición; pero si la conserva, es prod.uctivo el desgaste. Por eso puede ser útil el empleo de reservas en réforzar posiciones. Reforzados los flancos, se cierra la boca de, la bolsa, y tras el desgaste podrá con el tiempo. venir el aniquilamiento del que fué atacante; en ese cerrar la bolsa es donde más útiles pueden ser las Unidades acorazadas para pequeñas operacio nes de corto radio de acción. 3.0 ARTILLERIA En un examen somero de la cuestión, refe rente a la Artillería, y para darnos una idea de lo que ésta es en la defensiva, hagamos unos cálcu los previos. 39 La densidad artillera para el ataque, sobre todo en la ruptura de un frente medianamente orga nizado, puede cifrarse en un Grupo de artillería por Sección de infantería en el escalón de fuego; en cambio, la defensa lo frecuente será que no tenga más que un Grupo por cada Batallón en línea o menos. Si además tenemos en cuenta que la proporción de infantería entre atacante y de fensor• será de tres a uno como mínimo, resultará a frentes iguales una proporción de artillería de veinte a uno o más. y aceptando que la mitad aproximadamente de la artillería atacante se dedique al apoyo y protección de la infantería, un cuarto a la contrabaterfa y un cuarto al resto de misiones, tendremos que, para la misión de con trabaterfa, podrá dedicar el atacante aproxima damente cinco Grupos por cada uno del defen sor; como normalmente un Grupo hace bien cuatro concentraciones por hora, dispondrá el ataque de veinte concentraciones por hora y Grupo defensor, por lo cual se puede asegurar qué Batería de la defensa. descubierta será, en un máximo de diez minutos, obligada al silencio. serán muy útiles y obligarán a montar el ataque con arreglo a las normas clásicas frente a “po sición fuertemente organizada”. Si la detención no va a ser eficaz, hay algo en lo que la artillería puede hacer mucho provecho en poco tiempó; gastar sus últimos disparos en be neficio de su hermana la infantería; por mucho que sea el secreto con que se monta el ataque, los últimos días, o al menos las últimas horas, los preparativos forzosamente se ven, se oyen y has ta se palpan por la infantería que está en línea y por los observatórjos de tódas las Armas. Cons trucción de nuevos asentamientos, tendido de transmisiones, acumulación de municiones y, por último, entrada en la base de partida de las tropas atacantes. Cuando esto último ha sucedido, se pueden lo calizar puntos de gran densidad de infantería, en los que una concentración rápida y oportuna puede llegar a hacer abortar, al menos parcial mente, un ataque. Así, pues, una coñtrapreparacjón bien estu diada puede ser quizá la más eficaz de las accio nes que puéden realizarse por la artillería de la CONCLUSIONES defensa. Pero, cualquiera que sea su empleo, tampoco Necesidad ineludible de Baterías silenciosas y la densidad de artillería podrá ser menor de la del nomadeo por parte del defensor, y conven normal cuando se actúa en montaña, pues si es cimiento de la eficacia del empleo de la artillería escasa, las zonas sin batir serán muchas, ya que de la defensa en la contrapreparación. la maniobra de las trayectorias, además de de Es indudable que en todo momento debe exis pender del alcance, depende de las posibilidades tir artillería dispuesta a abrir el fuego ante un que ofrece el terreno, que en montaña son nor ataque enemigo, y también lo es que si utiliza malmente menores que en el llano. los asentamientos reiteradamente, la contraba Así, pues, la defensa en las montañas, a nues terí a los batiría desde el primer momento y du tro juició, exige efectivos análogos o superiores a. rarían minutos, de donde se deduce consecuen los que se juzgan normales en terreno llano, por temente la.necesidad de mantener a esa artille que a todas estas causas apuntadas se une el ría silenciosa tanto como se pueda. aumento de longitud real.- de frente por el perfil, La acción de fuego. diaria debe hacerse con a igualdad de distancia reducida. Admitamos Baterías nómadas que, desde asentamientos even también que, admitido el empleo de esos efecti tuales, actúen dando sensación de mayor densi vos, puede lograrse una defensa sólida y eficaz dad artillera de la que realmente exista. y se puede.hacer. fallar lo que resulta casi axio Los asentamientos en caverna que una esta mático para el llano: que sector atacado es fren bilización prolongada haya permitido construir teroto... - 40 ELURBAÑISMO YLÁ GUERRA. Comandante de la Escuela de Aplicación de Ingenieros ANGEL LÓPEZ MED RANDA La Ciudad desde el punto de vista 41a La La bomba atómica.—Si los daños causados en las c’udades por la aviación han sido ingéntes debido a los bombardeos en masa con las bombas corrientes y a la repetición de los .ataqués, no existe adjetivo para calificar los daños causados por el ataque con una sola bomba atómica sobre Hirosima o Nagasaki. Si ante los ataques aéreos la ciudad se encontraba en análoga incertidumbre que la producida por la arti llería en el siglo XV, ¿qué cabe decir ahora ante los ataques atómicos? No es necesario insistir sobre el tema, y a nosotroé lo único que nos importa señalar es que, con ser por ahora la impotencia enorme, no es tan grande que pueda apagar el ansia por combatirla y recordár qué no hubo ni habrá arma alguna contra la que no que pa protección, pensando,. en primer lugar, que las armas soir cosas materiales, que de ninguna forma pueden abatir el espíritu, y en segundo, que seríá denigrante y opuesto al temperamento español aban donarse al pánico o simplemente al desconsuelo de sentirse inerme. Los americanos dicen que desde los ataques al Ja pón hasta nuestros días han conseguido perfecciona mientos muy grandes en la bomba atómica; poco .se sabe del adelanto conseguido por los rusos, aunque hay noticias de que conocen el procedimiento de’ fa bricación de la bomba de uranio y trabajan en el aprovechamiento del bismuto para fines atómicos, lo que les reportará evidente economía. Pero si quizá se pueden fabricar bombas atómicas más potentes que las lanzadas sobre el Japón,, tam bién es verdad que las ciudades japonesas atacadas eran un pocoS de pacotilla y que los efectos causados sobre ciudades europeas habrían de. ser mucho me nores. .. Nada diremos sobre la bomba de hidrógeno, pues aunque se ha especulado mucho sobre ella, la verdád’ es que todavía no ha llegado a fabricarse.H Contraste entre la bomba atómica y los . explosivos ordinariosc—A raíz del ataque de Hiroshima fué anun ciado oficialmente por el Presidente Truman que la energía explosiva de la bomba atómica ‘utiliiada era equivalente a la que produciría la explosióñ de 2Q.000 ‘Tm. de. trilita. Indudableméñte,.i’sta equiva.. lencia iba dirigida al vulgo, probablemente con ‘fines de propaganda y para darle una idea de su colosal po-. der destructor; .porque, en. realidad, ‘las. explosioñes ordinarias y las atómicasl no .son, fácilmente: compara. bles por ser de distinta naturaleza. energía defensa atómica almacenada en un explosivo como la trilita es química, y cuando se libera, se traduce en la rápida conversión de su materia en gases. Debido a la enorme presión de estos gases, que tienden a ocu par iñi mayor volumen, la envuelta metálica de la bomba se rompe en fragmentos (metralla), que son proyectados a gran velocidad en todas direcciones. Pero a los gases no les basta ocupar un volumen algo mayor que el del explosivo sólido, sino que necé sitan un espacio enormemente más grande y su vio lenta expansión ejerce una gran presión sobre las ca pas de aire que los rodea, por las cuales se transmite de forma sucesiva. Esta especie de anillo, cinturón o esfera a gran presión se traslada con gran rapidez (onda explosiva) hastá puntos lejanos del de la ex plosión y sus efectos, llamados efectos de onda; son los que causan los mayores resultados destructivos. Aun cuando en toda explosión ordinaria se libera calor, su contribución al efecto conseguido es mínima en la mayoría de los casos. En el proceso de desintegración atómica, la ener gía se origina por la destrucción de las partículas in finitesimalés, llamadas átomos, de la materia utili zada; es decir, que’ la materia se transforma en energía (1). Parte de la energía liberada con esta destrucción se transforma en calor, comunicándose a los productos de la desintegración y a la envuelta de la bomba, que quedan sublimados o convenidos en gases, por lo que la bomba atómica no produce metralla. Otra fracción de dicha energía liberada es absor bid’a’ por el aire próximo, que sufre una extremada elevación de temperatura que lleva consigo una rá pida expansión de las capas de aire con las presiones (1) Parece que el cuerpo destruido es el uranio; pero én el instante de la desintegración no se transforman en energía toda la masa dé uranio existeute.en la bomba, sino una pequeña par. te; a pesar de ello, la energía que se desprende es enorme, pues, aegún Einstéin, tiene por valor: E = mv2. Siendo ni la masa .de uranio transformada en energía y y 3 X lO m. ‘x 1” la velo. cidad de la luz. . . Así, por ejemplo, si la botha atómica tuviese 1 Kg. de ura nio y en al’instante de la desintegración se transforman en ener gía oIameáte 3 gramos; es decir, o,ooaKg., la energía obtenida será::. E=.O,OOSKg. x 9:x ‘1O’5m.= 27’X. lO13Kg.= 36 x lO”HPt ‘: 26.496 X .105,Kw. Esta enorme cantidad de energía se desdobla en tres sumandos: ené±gía de: onda, energía calorífica y energía radiante. 41 enormes subsiguientes. Estas capas de aire se despla zan en forma análoga a la onda explosiva corriente. Al mismo tiempo, gran parte de la energía produ cida es radiada con variadas longitudes de ondas: rayos luminosos, X, Y, de pequeñísima longitud de onda, y neutrones. Estas dos últimas radiaciones son mica a grañ altura, no se produjeron embudos, pero la presión inclinada fué la que ocasionó la mayoría de los déstrozos; el más característico de us efec tos fué el barrido o cepillado de los tejados planos, dejándolos a veces como un plato y destruyéndo los en otras ocasiones. Esta presión de arriba abajo tiene va lores muy grandes, como lo demuestra el : M6x/mc’pres/ófl hecho de que los postes que permanecie ron en pie debajo del lugar de funciona miento de la bomba fueron, en cambio, tumbados a distancias muy grandes. La acción de pantalla de obstáculos di Pre.uoncnni:fe,iccnormc/versos se notó sensiblemente; por ejemplo, el pequeño valle de Nagasaki fué protegido Tiempo casi por completo por el sistema de colinas que lo flanquea. La figura 2. da idea de la protección debida a la acción de pantalla. Fig. l.a__Curva de presiones del aire. El efecto de succión fué muy irregular en el Japón y pequeño si se compara con mortíferas, atraviesan’ paredes y muros, y además el anterior; produjo el transporte a distancia de ma vuelven radiactivos los objetos por ellas atacados. teriales ligeros, como puertas, vallas, postes y peque Como contrasté, en las explosiones normales no se ñas chimeneas, siendo más acusado en Hiroshima que originan rayos de esta naturaleza. en Nagasaki. Eficacia de la bomba atómica.—Las bombas lanza 2. Efectos caloríficos.—Ya se ha dicho que parte de das sobre Hiroshima y Nagasaki funcionaron en el la energía liberada es radiada bajo la forma de calor, aire a alturas de 540 a 600 m. sobre el suelo, llamán en escala muy grande. Se propaga como una onda o dose lugar cero a la intersección con el suelo de la relámpago de elevadísima temperatura, que hace ar vertical del punto de funcionamiento y produjeron los der a una gran variedad de materiales, sobre todo si siguiientes efectos: por tener color negro u oscuro absorben mejor el calor. 1. Deflagración.—Es decir, anillo de presiones que El fuego afectó en e’l Japón no sólo a las casas de marcha a la velocidad del sonido. En la figura l. se papel y de madera, sino también a las de hormigón ve la forma de la curva de presiones del aire; en ella se y otros materiales incombustibles; pero esto último aprecia un aumento casi instantáneo que va disminu fiié debido no a las causas directas: radiación calorífica yendo hasta alcanzar valores inferiores a. la presión y convención, sino más bien a las indirectas: propaga atmosférica normal, o sea una gran presión seguida ción de los incendios de, los edificios adyacentes y las de una succión, de menor valor, pero suficiente para derivadas de otras destrucciones, como son las rotu arrancar enlucidos, ladrillos y chapados de piedra. ras de hornillos de gasolina, cañerías de gas y corto Una bomba explosiva corriente destruye, por efecto circuitos. de onda, una pequeña parte del edificio, por ejemplo, Aunque la devastación producida por el fuego fué un muro - o un pilar, y luego el edificio se arruina por la acción de la gravedad. En el caso de ataque atómico, el efecto de onda se deja sentir sobre el con junto del edificio, empujándolo y deformándolo en diversos gra dos, en dirección opuesta a la de procedencia de la explosión. Este efecto recuerda el produ cido por vientos muy fuertes y actúa ‘como en los huracanes de vastadores. Por fortuna, como las venta nas se suelen romper instantáñearnente, la presión se mete dentro del edificio y sujeta los muros exteriores, a veces antes Fig. 2.5—La acción de pantalla. de que la presión exterior haya vencido su inercia y los haya movido. Le mismo su enorme en Hiroshima, hay que tener en cuenta que cede en los edificios de estructura aporticada de hor el viento favoreció mucho la propagación de los in migón armado, que se rompen las ventanas y los mu cendios. ros de cerramiento. si son ligeros, pero se salva así el En los habitantes, la onda calorífica produjo graves edificio. ,,. , quemaduras; pero la. protección de los vestidos euro Al tener lugar la desintegración: de la bomba ató. peos sería mucho ‘más eficaz. f 42’ las dos ciudades japonesas no eran verdaderamente 3. Efectos radiactivos.—El proceso de desintegra representativas de las ciudades del mundo occidental, ción atómica produce radiactividad de tres clases: pueden facilitar en cierta medida un término de com a) La desprendida y radiada en forma penetrante paración. Si bombas de la misma potencia se lanzasen por los ñeutrones y rayos Y, muy nociva para los se sobre una gran ciudad de nuestro mundo, causarían res humanos. daños casi equivalentes y, desde luego, la dejarían b) La de los productos radiactivos por sí mismos sumida en el caos y la confusión”. Y después: “La que no han sido desintegrados, así como la debida a única defensa eficaz y completa contra la bomba ató los subproductos de la descomposición del elemento mica, será un sistema que logre evitar la guerra.” base, ya sea uranio o plutonio. Una “Misión británica” realizó en el terreno un es e) La producida por las sustancias que, activadas tudio miniacioso, siendo de carácter casi oficial el in por los neutrones desprendidos, llegan a hacerse ra forme que después publicó y del que se han tomado diactivas a su vez. muchos de los datos de este artículo. Debido a la gran altua á que funciónaron las bom Edificios ligeros.—La tabla siguiente da una idea bas en el Japón, la mayor parte de la radiactividad de los daños causados por el efecto de onda (deflagra se disipó por la atmósfera. Si la altura de funcionaff ción y viento) en las residencias japonesas de estruc miento fuese menor, el suelo conservaría mayor tiem tina de madera, muros de cañizo con yeso y cubiertas po el efecto radiactivo. La vegetación, que tardó casi de maderas, enlatado o ripia y barro. cuatro años en reaparecer en Alamo Gordo (pequeña Distancia del lugar cero altura de funcionamiento), sólo necesitó dos meses en EFECTOS EN EDIFICIOS LIGEROS el Japón para normalizarse. La radiación no afecta los edificios, pero ataca a sus Destrucción complete800 metros. Daños imposibles de reparar1.600 — habitantes. Las personas que sufrieron directamente sin gran reparación2.400 — las radiaciones, murieron si estaban a menos de Inhabitables 3.200 ° — 800 metros dél lugar cero. Entre 800 y 1.200 metros de Habitables después de una reparación de urgencia dicho lugar se salvó un 50 por 100.Hasta 2.400 me Edificios ligerós de hormigón, con una sola planta tros, dichas radiaciones produjeron vómitos, diarreas, calvicie e impotencia, y otros trastornos orgánicos más empleados para talleres y almacenes, se derrumbaron a 1.600 metros del lugar cero. leves se comprobaron hasta los 3.200 metros. Los edificios industriales, parecidos a los europeos, La vulnerabilidad atómica.—Mucho se ha escrito formados por muros de mampostería o ladrillo con sobre los efectos de la bomba atómica; pero el caso eí armaduras metálicas y cubierta de ehapa metálica o que los distintos escritores no están de acuerdo 11 va uralita, fueron destruidos por la distorsión completa lorar su eficacia, pues mientras algunos dicen que no de soportes y armaduras de cubiertas hasta 1.200 me existe posibilidad alguna de defensa contra ella, otros tros, y si tenían cubierta ‘de chapa metálica, grave dicen que resultan más eficáces la trilita y el fósforo mente dañados hasta los 2.000 metros, resistiendo me adecuadamente repartidos, e incluso alguno no cree jor los edificios de cubierta de uralita. Los tejados fue en la eficacia de la bomba atómica y hasta duda de su ron, destruidos hasta 3.500-metros del lugar cero. existencia; Las causas principales de tan grandes ‘daños fueron No es difícil adivinar a qué sector político, pertene la falta de arriostramientOs en las uniones y la existen cen los primeros ni hasta qué punto los lleva el amor cia de muros extensos y elevados, situados frontala su profesión aeronáutica a los segundos; pero sí re mente a la dirección de la onda. sulta más difícil cómprender el escepticismo de los Edificios resisterues.—Grandes edificios de hormigón terceros. de construcción concienzuda, a 185 m. del centro de También existe discrepancia entre los que visitaron la explosión resultaron con la estructura intacta; las las ciudades atacadas del Japón, pues algunos técni cubiertas de losas de hormigón de 10 a 15 cm. fueron cos’ aeronáuticos, como el Comandante Seveski, afir man que la cosa no era para tanto, porque si bien el barridas; pero las de 20 a 25 cm. parecen ‘suficientes para aguantar las deformaciones permanentes en ellas aspecto de Hiroshima desde el aire era similar al de producidas sin derrumbarse. otras ciudades japonesas batidas con bombas incen • La figura señala el comportamiento de los edi diarias, ya en tierra vió muchos edificios intactos, así ficios del Japón afectados por los ataques atómicos. como parararrayos, astas de banderas, barandillas, ‘Componamiento de los refugios.—La mayoría de los cornisas, remates .y otros objetos perecederos’ que no. refugios de Hiroshima eran semiprofundos, de 6 m. sufrieron daños. Aunque está de acuerdo con que el de longitud, con marcos de madera cubiertos con ro número de muertos fué muy elevado, lo atribuye a la llizos y una capa. de tierra apisonada de 50 a 60 cm. fragilidad de la ciudad y, sobre todo, al efecto de sor de espesor. La bomba atómica no afectó lo más mí presa.. . . £ nimo a ninguno, probablemente por la altura a que Y en otro lugar dice que si para Hiroshima la bom hizo explosión. ba atómica puede equivaler a 200 superfortalezas car En Nagasaki los refugios estaban ubicados en caver gadas de explosivos ordinarios, para Nueva York o. nas práctieadas en las colinas y nada sufrieron; pero en Chicago se necesitaría una bomba atómica diferesite el centro de la población, la mayoría de los vecinos- se que estalle de un modo distinto, para igualar siquiera habían preparado zanjas estrechas: cubiertas con 30 la acción de una sola superfortaleza con bombas de 6 35 cm. de tierra, soportadas por tablas; estos. refu alto explosivo, y concluye subrayando que la bomba. gios rudimentarios tienen, sin embargo, gran flexibi atómica tiene que mejorar, porque ,es un arma. que: lidad y’ masa suficiente frent&a la acción ‘de la bomba. está muy en mantillas. ,. Muchos de ellos vieron forzados sus techos por enPor el contrario, el General Nichols dice: “Aunque 43 conirarse debajo o casi debajo del punto de funciona. miento; pero, a partir de los 800 m. del lugar cero, ninguno fué afectado. Los refugios públicos europeos, tales como los pre vistos en los tuneles del Metropolitano y los situados en los sótanos, con techos reforzados de hormigón, ca paces de aguantar los escombros, serían invulnerables ante bombas atómicas como las del Japón y que de flagrasen a párecida altura. Daños producidos en los servicios púhlicos.—Gran parte de las instalaciones de estos servicios no sufrie ron daños, por ir enterradas. Las tuberías de gas y agua sólo fueron destruidas en lugares que iban ten didas al aire. Los gasómetros fueron destruidos o ave riados seriamente a distancia de 2.400 m.; los postes de los tendidos de líneas eléctricas, telefónicas, tele gráficas y tranvíás fueron gravemente averiados has ta 1.500 m. Los transpones públicos sufrieron poco por los efectos de onda, aunque fueron muy afectados por los incendios. Los puentes de hormigón y los me- D/stcrociasa/lugar cero Fig. 3.5CornpoTtomieflto de los-edificios del Japón: tálicos no fueron afectados, excepto uno metálico que estaba en mal estado de conservación; los puentes de madera fueron más afectados por los efectos de on das, y la mayoría de ellos quedó destruída por el fuego. Edificios.__Como resumen de las anteriores consi deraciones, se deduce (fig. 4. a): 1.0 El efecto de onda es el más temible de la bomba atómica y, por consiguiente, el que más hay que tener en cuenta para la construcción de los edifi cios 2.° Los muros corridos de ladrillo es el tipo de es tructura qué presenta menos resistencia,. siendo asi mismo muy arriesgado el empleo de bloques de hor migón para la fabricación de muros. 3.° Los forjados de pisos con viguetas y losas de hormigón prefabricadas, así como las de elementos cerámicos, carecen de resistencia ante los bombardeos aéreos; son poco recomendables ante los ataques ató micos, porque proporcionan pequeños arriostramientos. 3•0 Tiene mucho valor la continuidad de la estruc tura resistente, por lo que se recomienda el empleo de pórticos corridos dé hormigón armado, enlazados trans versalmente con vigas sólidas. También resulta aconsejable el empleo de mu-• ros de cerramiento de hormigón armado, solidarios a 44 los pilares y vigas que forman la estructura, por el arriostramiento que proporcionan, sobre todo si exis ten grandes ventanales. 6.0 Es preferible el empleo de la uralita o el amian to mejor que la chapa ondulada metálica en las cu biertas de grandes naves de fábricas y almacenes. 7.° En las casas-se recomiendan las cubiertas cons truidas con losas de hormigón armado de 25 cní. de espesor. Habitantes.—Con las modernas bombas atómicas se calcula que una ciudad del tipo de Madrid o Barce lona podía tener 40.000 muertos, si sufriese el ataque con una sola bomba. Si se Ponsigue una instrucción previa elemental, como la que más adelante precisa mos, el número de bajas se podría reducir a la mitad; Pero si además se diese la alarma atómica con diez minutos de anticipación al funcionamiento de la bomba, el número de bajas no alacanzaría la décima parte. Todo ciudadano debe saber que los refugios anti aéreos protegen con seguridad contra los ataques atómicos. Que las personas resisten mejor que los edificios el efecto de onda o rebujo, y que el shock sobre el cuerpo humano se reduce mucho coi la distancia y con la protec ción de cualquier obstáculo. Si la deflagración sorprende sin protec ción de ninguna clase, resulta aconsejable tumbarse en el suelo, cerrar los ojos y sus pender momentáneamente la inspiración. El hombre que no resulta reventado en el acto se encontrará perfectamente a los pocos minutos, y claro es que sólo mo rirán las personas que se encuentren sin protección muy cerca del lugar cero. Hay que procurar alejarnos de venta nas, vidrieras, escaparates, cornisas, bal cones o miradores y chimeneas; cosa fac tible, pues el rebujo que los hará saltar en añicos marcha a menor velocidad que pl relámpago inicial. Es precisa desenfilarse de la onda de calor radiante que se propaga en línea recta y que alcanzaa gran dis tancia; pero conviene no olvidar que las ropas, sobre todo si son gruesas, protegen mucho, por lo que con viene cubrirse la cabeza y manos con ellas, a falta de cualquier otra protección. El efecto más grave contra las personas es el radiac tivo; pero hay que tener en cuenta que el 99 por 100 de las radiaciones se producen en el instante del fun ¿ionamiento y que solamente el 1 por 100 es emitido en los segundos que siguen. Si el punto de funcionamiento está situado a gran altura, sus efectos no son de temer a un kilómetro del lugar cero; pero son mortales para las personas que se encuentren sin protección adecuada en las proximi dades de dicho lugar. Como consecuéncia de la radiactividad inducida más tarde (cuerpos radiactivados por -los-neutrones), sepropagarán más tardé rayos y, (3 e incluso algunos neutrones; pero esta nueva radiación es detenida porlos muros, vidrios de las ventanas e incluso vestidos gruesos. Tiene que temer la radiación toda persona que se encuentre en él surtidor de la base, en el hongo o en una zona barrida por ellos, si los ha desplazado el viento. En estas zonas hay que evitar el trabajo, remover escombros, llevarse objetos a la boca y levan tar polvo; incluso el solo hecho de respirar en ellas resulta peligroso, aun cuando el filtro de las máscaras antigás parece dar suficiente protección para penetrar en ellas después de pasados algu nos minutos. Ciudades. — Las considera ciones hechas en la página 41 son fácilmente adaptables a la vulnerabilidad atómiça, re saltando únicamente que en todas las ciudades existen sub urbios y barrios antiguos muy poco aptos para resistir los ataques atónicos. La ordenación lineal, que resulta tan adecuadá desde los puntos de vista en la circula ción y la ecoñomía, es también la más eficaz contra la bomba atómica, sobre todo si, te niendo en cuenta la topogra fía, se hace seguir al eje lon gitudinal de la cindad una di rección tal que vaya cortando transversalmente varios valles o vaguadas. Todo ello con objeto de com partimentar la ciudad por el efecto de pantalla. - tando el número de sus habitantes y ruralizándolas, aunque haya que aumentar su número. Coincidiendo así el beneficio en muchos aspectos: higiénico, econó mico, social, circulatorio y defensivo. Estas ideas ya han prendido en muchos urbanistas que se dedican a proyectar su ciudad futura, en susti CONCLUSION Con este artículo de vulga rización se trata, sobre todo, de recordar la necesidad de defender a las ciudades y sus de madera habitantes contra los ataques I88Si Desuaccidocasi?otcf aéreos y atónicos. Esta misma preocupación ______ • Neçesilan qicno’es IeJxff acionesdefensiva ha servido para la i Hab/kb/es conpequeñosfeparce/ones concepción de casas acoraza das y rascacielos blindados, y al pensar que con el aumento tución de la ciudad ideal, fatalmente condenada por de la potencia de destrucción, explosiva o atómica, nunca se estaría seguro, se pretendió buscar la pro- la aviación, antes de llegar a construirse. Muchas de estas ciudades futuras tienen planta li tección en subterráneos o conejeras enormes, a modo neal, incluso algunos proyectos de ordenación urba de grandísimos hipogeos, con patios de luz y ventila nística de ciudades antiguas tratan de cambiar su fi ción, que también serían vulnerables. sonomía concéntrica en lineal, utilizando para ello un Otros creen quela única protección reside en la mo método llamado por los arquitectos urbanistas de las tilidad y aconsejan la casa locomóvil, que significa tangentes colectoras. ría la disolución de la ciudad, con lo que se daba Por último, conviene recordar que los ataques aé hecho-el trabajo de antemano a los aviadores ene reos clásicos con bombas explosivas e incendiarias re migos. -sultan más destructores, para las ciudades, que los Los edificios—más resistentes - y más espaciados— ataques atónicos, siendo necesario el empleo de va subsistirán; pero así como los ataques aéreos no crea rán un nuevo estilo arquitectónico, sí será preciso rias bombas atómicas para conseguir resultados aná logos a los logrados por un ataque aéreo en masa. cambiar la estruciura genéral de las ciudades, limi ru • - - 445 ;1] VOLAI)URASSOBRE)’IAQIJET1;0 Comandante de Ingenieros JOSE MARTINEZ JIMENEZ INTRODUCCION A) la velocidad (m/seg) de la onda de choque al generarse en la superficie de la carga, es decir, a una distancia R del centro de explosión; y1 dicha velocidad a una distancia R1 > R; i0 la intensidad’de compresión de la onda de choque por unidad de superficie (Kg/m2) a la distancia R del centro de explosión; equivale a la fuerza eficaz de la onda sobre un m2 de obstáculo rígido, en contacto con la carga, que cede hacia fuera al producirse la explosión; i1 dicha intensidad de compresión a una distancia R1> R; Ei0, Ej1 los impulsos totales de la onda de choque (Kg.) en la superficie de la carga y a la distancia R1 del cen: tro de ésta, relativamente; se expresan en función de las intensidades de compresión: y0 Si es práctica usual en la preparación de acciones tác ticas el empleo de modelos a escala de los futuros obje tivos: obras, organizaciones y zonas de terreno, no es me nor la importancia que, durante la última guerra, han alcanzado los ensayos de voladuras sobre maquetas. El tamaño de las estructuras defensivas y los nuevos tipos de cargas utilizados hacen impracticable o excesi vamente costosa la experimentación en obras a escala natural, hasta el punto de que muchos problemas de asalto y demolición que parecían insolubles, solamente han podido resolverse al perfeccionar la nueva técnica de pruebas explosivas sobre maquetas. Como no es caprichosa la preparación de modelos, ini ciamos este interesante tema con la deducción sumaria de algunas leyes de las ondas de choque (1) que sirven de base para la determinación analítica de las escalas convenientes; sigue el estudio de esta cuestión en SUS dos aspectos: teórico y práctico, y, por último, con un simple resumen de las posibilidades de investigación que ofrece el sistema, se hace destacar la importancia utili taria de su aplicación. Ej0 =4it 4r = y [3] [3’] R2j0 R2 ‘ i1 como [4] • B) R2 i LEYES DE LAS ONDAS DE CHOQUE Supongamos unacarga explosiva de forma esférica y se tendrá: Ej0 = Ej1. radio R; si es d la densidad del explosivo, el peso de la carga viene dado por P = 4/3 R3 d y el valor del Según Rudenberg, los valores de la velocidad de la radio es onda de choque y de su intensidad unitaria de compre R=[” lila sión, al generarse, vienen dados por las expresiones: I4’dJ Sean: y, gL p la masa específica del aire (Kg seg2/m°), que se ob tiene en función ie su densidad y: Po 1 (g = 9,81). [5] ______ I!_. . Po(,2v2) = p’ la. masa especifica de los gases producidos en la ex plosión, deducida del volumen específico de los mis mos y (ni2/Kg), o sea de la cantidad que se obtiene de un kilogramo de explosivo: k—i 2 2 ______ Lv, siendo y. la velocidad normal del sonido en el aire (m/seg) y k la relación entre los calores específicosa presión cons Po V-g tante y a volumen constante (1,405 para el aire seco y gases diatómicos). L La capacidad de trabajo del explosivo (Kgm/Kg) La expresión [7] se puede escribir corno sigue: L = 427 Q, siendo Q el potencial calorífico del explosivo y 427 Kgm. el equivalente mecánico del calor; Vs Po’o el llamado “coeficiente de gasificación”: cociente del VS2 volumen específico de los gases de la explosión y el io= volumen de un Kg. de explosivo sólido: h—I • — fr’ i 1 d d p’0g 2 — Para un estudio más completo de la cuestión, puede consultarse ,i Lehrbuch der Ballisiih del Dr. C. Crauz, edi ción 5926 (tomO II, págs. 171 y siguientes). (ij 1 h—iv,/ [2] — p0.v,2 k—1 2 ,v,J 4+ 2 (vsV — 2 ——PoV0 k—1 , k—tv,J 47 [6] siendo a) Conocidas las posibilIdades de empleo de cargas límites en espacios reducidos, ¿qué escala lineal debe adoptarse?; es decir, fijar las dimensiones del modelo de forma que la carga reducida admisible produzca so bre él efectos semejantes a los que se obtendrían en la voladura qe la obra. b) Fijada una escala lineal adecuada, ¿en qué pro porción varían las restantes magnitudes que influyen en la acción de las ondas de choque? Para obtener deducciones útiles, es indispensable que varias de dichas magnitudes: presiones unitarias, velo cidades y trabajos de deformación por unidad de volu men, permanezcan constantes. c) ¿Es realizable el modelo a la escala teórica dedu cida?, ya que puede suceder que no haya en el comercio materiales de las dimensiones requeridas y sea preciso modificar la escala para ajustarse a los existentes. Veamos cómo quedan resueltas cada una de estas cuestiones: a) Escala ljneal.—Son datos: P1 carga máxima utilizable en el lugar de la experiencia; P2 cantidad necesaria de explosivo para la voladura de la obra a escala natural. De [11] deducirnos: v/ 1 + 2(vs h—i ‘.v0/ que tiende hacia la unidad si.v0 es muy grande respecto avs:f3—÷i cuandoS!_-o-o. vi Sustituyendo vi0 por el valor deducido de [61, resulta: 2(3 2(3 p’0.g.L. .p0.f!.g;L= [8] k—i Po hi Esta fórmula rige, con gran aproximación, cualquiera que sea el medio en que se efectúe la explosión,, siempre que y0 resulte grande respecto al valor d,eVs en ese medio. Para el impulso total i0 se deduce de [3], [1], [8] y [2]: k—i .p’0.g.L EiÜ=4Ri=4.[3]/i. = - gp0 =t/5’.Pi/a. d 2(3 1,405—1 .d’/s. L23,gAíL.P2/3.f3. ./Ç._f!i!_.p2/3.S. 0,405 . L. 3 / = I? El valor de la intensidad unitariii de compresión i1 a la distancia R1 se obtiene de las relaciones [3’], [5] y [9]: = 1 Ej1 4R11 Ej0 = 47rR12 = 2 (3’i/l1/s 0,405 I4) 1if3 • 1a La expresión - = constante, = r, Di ti .12. D 21 ‘n3 . y teniendo en cuenta que R21 1,, es invariante para . una misma fuerza total de compresión de las ondas de choque provocadas por cargas de diferentes explosivos. 2? Para cargas de un mismo ekplosivo, el cociente P11 u debe tener un valor constante; las presiones resul R52 tan directamente proporcionales a la potencia 2/3 del-peso del explosivo e inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia al centro de explosión, y se verificá qúe r1i R3 pi/3 = Di ti De aquí concluimos las leyes siguientes: 2 it it3 s.¡ fi realidad al modelo (segunda ley de las ondas de choque), o sea: se ha de verificar d,11s Pi2Ia = 1: ha de tener un valor constante en el paso de la En consecuencia, si consideramos dos explosivos cl características d1, &, L y da’,, L3, y queremos esta blecer la igualdad de efectos de sus ondas de choque en función de pesos y distancias, deberá verificarse; P3Is = La escala lineal es la inversa de la raíz cúbica del co ciente: carga real necesaria dividida por carga reducida admisible. b) Va?jaci4n de magnitudes.—Elegida la escala lineal 1, las áreas variarán en la proporción X y los volúmenés en la X. Para que la intensidad de compresión por uni dad2 de. síp&rficie permanezca 1invariable, la fracción [lo] d11/s 3 /h P, [9] P2 ‘ resulta fE = r, re lación que se podría haber obtenido directamente al re solver la primera cuestión. Al ser constante la presión unitaria, las presiones to tales varíafr’ como las áuperficies sobre las que se ejer cen, o sea X2,y resultan constantes la fuerza viva de las ondas y la de los gases por unidad de volumen !!!_ 2—. y puesto que las masas M y los volúmenes V varían en la proporción X1, de la última expresión deducimos que las velocidades it permanecen constantes; los tiempos variarán en la proporción X y las aceleraciones en la X—’. El trabajo de deformación por unidad de volumen de obstáculo x distancia: permanece resistente tonstante (presión y las total energías o trabajosvolumen) totales varían en la propórción X3. DETERMINACION DE LAS, ESCALAS DE LOS En resumen: MODELOS Son iguafes las ‘elocidades las tensiones especificas, Supuestos los mismos materiales para la estructura las presiones unitarias y las energías de movimiento y real y la maqueta, y el mismo explosivo para. las cargas trabajos de deformación por unidad de volumen. en una y otra, el problema de elección de escala ha de Se reducen en.la proporción X las medidas lineales y los responder a las siguientes cuestiones: tiempos: C) • - 48 - Varian como )2 las áreas y las presiones de choque to tales. Se reducen en la proporción ? los volúmenes, las ma sas, los pesos y las energías o trabajos de deformación totales. Las aceleraciones crecen como 1 : c) Modificaciones de escala.—En la confección de los modelos es condición precisa, para obtener resultados exactos, que los materiales que se empleen tengan igua les características y dimensiones semejantes a los de la estructura real; esto, que es fácil de lograr en muchos casos, presenta inconvenientes de carácter práctico cuando en el comercio no se dispone de materiales con las dimensiones adecuadas, correspondientes a la escala elegida. Tales dificultades se salvan, a costa de una ligera dis minución admisible en la rigurosidad de los resultados experimentales, modificando la escala dentro de limites reducidos, de forma que sea dato básico la dimensión real del material existente. Un ejemplo servirá para aclarar estas ideas: Sea una estructura de hormigón armado que, para ser volada a escala natural, requiere 4.000 Kg. de ex plosivo; los granos de grava del hormigón tienen un ta maño máximo de tres centímetros y el diámetro de los• hierros de armadura es de 2,7 cm. Se trata de estudiar los efectos de la voladura sobre una maqueta, en la que no se debe emplear más de medio kilogramo de ex plosivo. La escala teórica es: Una última obsrvación, que se refiere particular mente a horniigones, es que, al preparar el modelo, han de someterse a las mismas manipulaciones o tratamien tos especiales: vibrado, precompresión, etc., que se apli quen al construir la estructura real. D) UTILIDAD PRACTICA DE LOS ENSAYOS SOBRE MAQUETAS Las pruebas sobre maquetas permiten investigar: la influencia variable que, en los efectos de una vo ladura, ejercen diversos factores: naturaleza, forma y dimensiones de la carga, situación de ésta y grado de contacto con las paredes de la obra, etc.; los resultados que se obtienen en estructuras varias (fortines, puentes, muros, presas, diques) con cargas normales o de especiales características: cargas hue cas, plañas o diédricas; la acción de cargas subacuáticas sobre el casco de di. versos tipos de buques (1); las penetraciones y embudos producidos por proyec tiles y bombas en diferentes medios (roca, mampos tería, hormigón...) y los efectos que se consiguen SO jre instalaciones subterráneas; las caracteristicas más favorables, a tener en cuenta en, los proyectos, que deben reunir cuantas obras y construcciones pueden ser objetivo de, bombardeo o de’ la acción de cargas explosivas. La enumeración de estas posibilidades indica la im portancia extraordinaria que ha alcanzado la técnica y empleo de modelos en los ensayos con explosivos. Es X = 1 :/4000 =1 :/8.0O0 = 1:20. • 0,5 una técnica compleja en su organización inicial, ya que han de contribuir a impulsarla centros y laboratorios de Pero como las armaduras del modelo tendrlan que índole muy diversa; pero el esfuerzo quedará compen prepararse con alambre de acero de 27: 20 = 1,35 mm. sado, a buen seguro, con las ventajosas enseñanzas prác y la industria no fabrica alambre de este calibre, sino de ticas que se obtengan. 1,3 mm. el más aproximado, habrá que corregir la es Una colaboración estrecha entre el Consejo Superior cala, eligiendo de Investigaciones Científicas, Obras Públicas y Orga nismos militares puede hacer realizable esta fructifera labor. = 1: = 1: 20,77. — — — — - — 1,3 Dada la imposibilidad de reproducir exactamente a escala el hormigón, es práctica común reducir sólo el tamaño mayor de la grava; en nuestro ejemplo seria sus tituída por arena en granos de un diámetro de 30 : 20,77 = 1,4 mm. (i) A este respecto, es curioso el llamado efecto “bub ble” (burbuja): regeneración de sucesivas ondas, de choque que hacen que, aun con grandes fondos, la explosión de car gas debajo de un submarino sea más peligrosa que si se pro duce a un costado o encima del mismo. IMPRENTAS DEL COLEGIO DE HUERFANOS El Patronatode Huérfanos deOficialesdel Ejércitotienetres imprentas: en MADRID, TOLEDOy VA LLADOLID, que,ademásdelosimpresos oficiales,de adquisición obligatoriaen dichosestablecimientos, tambiénrealizantrabajosparticulares de esmerada confección, garantizando la CANTIDAD,CALIDADy ECONOMIA.Losingresos queporestosconceptos obtienen pasanINTEGRAMENTEa engrosar lostondos del Patronato y sedestinan a MEJORARla situaciónde losHUERFANOS. Seencarece a losseñores Jetes y Oficialesefectúenpedidosa esasimprentasa fin de.incrementarlos recursosde los HUERFANOS. 49 o dMjyQef(e%fo*eJ’ ElPactoAtlántico.—LoqueeslaN.A.T.0.(‘) desarrollado en el Centro de Información de Antiguos Combatientes.—De la publicación francesa Revue Militaire d’Information. (Traducción del Comandante de Caballería, del Servicio de E. M., Joaquín Portillo Togores, del E. M. C.). Estudio En el momento de la capitulación alemana (mayo de 1945), los deseos del E. M. C. de los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña eran que los problemas plantea dos por la paz podrían resolverse dentro del espíritu y según los métodos empleados durante la guerra. Todo estaba basado en la cooberación entre las grandes potencias. Cierto número de reuniones internacionales han esta blecido ya los principios y trazado las grandes líneas de tal coóperación. En ellas se acordó: 1.0 Que los ministros de Asuntos Exteriores de las cinco grandes Potencias (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética) constituirían un Con sejo, que tendría su sede en Londres, donde funcionaría un Secretariado y un Consejo permanente de Suplentes (Declaraciones de Moscú, de El Cairo, de Teherán, de Yalta y de Póstdam). 2.° Que las naciones que habían luchado juntas o que acepten los principios en cuya defensa se había he cho la guerra, constituirían una organización interna cional que reemplazaría a la antigua S. D. N.; ésta sería la Organización de las Naciones Unidas (O. N. U.). Los Cinco Grandes, miembros permanentes de su órgano eje cutivo (Consejo de Seguridad), serían dotados de poderes especiales, en particular mediante un derecho de veto (la Carta de las Naciones Unidas fué aprobada en San Francisco el 2 de junio de 1945). El fracaso de la cooperación. 1.0 Desde la primera reunión de los Ministros de Asuntos Exteriores (Londres, septiembre de 1945), la U. R. S. 5. puso de relieve tales pretensiones, que el sistema de los Cinco pareció ya condenado al fracaso, antes, incluso, de haber empezado a funcionar. Las tres mayores potencias que han hecho la guerra (Estados Unidos, Gran Bretaña y la U. R. S. S.) se es fuerzan en evitarlo mediante un acuerdo directo: es la conferencia de Moscú de 1945. Así se llega, poco más o menos, al año 1946, en el que se logra: (1) 0. T. A. N. en el nriginal.—N. del 7’. a) La organización de las Naciones Unidas. b) La reunión de los Ministros de Asuntos Exterio res de los Cuatro (la China, trabajada por la guerra civil, cesa de ocupar su puesto en el Consejo, que no trata más que de problemas europeos). c) Reunir la conferencia de París (julio-octubre), que elabora los tratados de paz con Italia, Hungría, Bulgaria, Rumania y Finlandia. 2.° Pero la Unión Soviética prosigue una política de usurpaciones poco compatible con el espíritu de coope ración interaliado, expuesto oficialmente por los que la dirigen. Igual que la Alemania hitieriana entre 1933 y 1938, realiza, sin recurrir a la guerra, una expansión te rritorial sistemática y al mismo tiempo impresionante. a) Una después de otra, en noviembre y diciembre de 1945, Yugoslavia y Albania se conviertén en “Demo cracias populares”. b) En 1946, elecciones más que discutibles dan la mayoría a coaliciones dominadas por los comunistas en todos los países de Europa central. Después, estos países se convierten en “Democracias populares”, uno detrás de otro. Esto sucede en Polonia, en Bulgaria, en Hungría, en Rumania. En Checoeslovaquia, sin embargo, será ne cesario un verdadero golpe de estado: el de Praga de fe brero de 1948. Pero ya se ha abierto la crisis a la que se va a dar el nombre de “guerra fría”. 3.° La crisis se ha desarrollado esencialmente en dos sectores (Extremo Oriente aparte, puesto que no hay que olvidar que China se ha pasado al comunismo). a) En las Naciones Unidas, con el uso que del dere cho del veto hace la U. R. 5. 5., empleado especialmente para impedir que los aliados acaben con su política de intervención directa o indirecta en los asuntos de Grecia y del Irán. b) En Alemania y en Austria, donde los Cuatro Gran des no acaban de entenderse acerca de las cláusulas de un tratado de paz. Después del fracaso de las Conferen cias de Moscú (abril) y de Londres (noviembre de 1947), Alemania parece definitivamente dividida en dos partes por una “cortina de acero”: la Alemania del Este se transforma en “República popular”, satélite de la U.R.S.S. Desde entonces, los occidentales deciden afrontar las consecuencias de la política constantemente agresiva de la U. R. S. S. En prueba de tal afirmación, merece fijarse la memoria en dos fechas: 1a La del iz de marzo de 1947, en la que el Presi dente Truman anuncia que los Estados Unidos impedirán a la U. R. S. S. alcanzar el Mediterráneo (ayuda a Gre cia y Turquía). Es el comienzo de la política llamada de “contención” (de poner diques, de barrear). 2.a La del 5 de junio de 1947, en la que el General IVIarshall (Secretario de Estado norteamericano, es decir, Ministro de Asuntos Exteriores) ofrece a los Estados europeos la ayuda económica de los Estados Unidos. Ha surgido el “Plan Marshall”, del que la U. R. S. S. se excluye ella misma. La Conferencia de París (julio de 1947) consagra la división de Europa. Por su parte, Moscú organiza la parte europea orien tal, que se encuentra bajo su “control”: desde julio de 1947, mediante la firma de un determinado número de tratados ligando las distintas economías nacionales con la de la U. R. S. S.; el 9 de octubre de 1947, por la crea ción de la Komin/orni, que asegura la coordinación poli tica entre los Estados satélites de la U. R. S. S. A partir del verano y el otoño de 1947, la Europa libre se detiene, pues, en el “telón de acero” (i) tendido por los ru sos, violando con ello sus compromisos y especialmente la Carta de las Naciones Unidas. Esta Europa mutilada, es la que hay necesidad de defender; tal es la tarea que van a asumir los firmantes del Pacto Atlántico. El Pacto Atlántico. ría bastante y se deseaba repatriar lo más pronto posible a las tropas norteamericanas que aún permanecían en Europa. Fué el bloqueo de Berlín lo qúe convenció a los norteamericanos de que no podrían desinteresarse mili tarmente de la defensa de Europa. 2.a El Tratado de Wáshington (4 de abril de 1949) es una alianza defensiva entre los Estados Unidos, el Canadá, tres países escandinavos (Dinamarca, Islandia y Noruega), los cinco de Bruselas, Italia y Portugal (a los cuales se han unido recientemente Grecia y Turquía). Este capital tratado, fundamento del Pacto del Atlán tico Norte, aparece, ante todo, como la consecuencia del bloqueo de la O. N. U. por las maniobras soviéticas y la política agresiva de la U. R. S. S. Así, su parte esencial está constituída por las cláusulas militares; pero para que estas cláusulas lograsen todos sus resultados prácti cos, era necesario poner en vigor, de manera inmediata, un plan de defensa común. 3.& De aquí, el Programa de Ayuda Militar.—Ya el 5 de abril de 1949 los firmantes del Pacto de Bruselas habían pedido a los Estados Unidos una ayuda militar, que fué definitivamente acordada por las Convenciones de 27 de enero de 1950. Su firma hizo posible la entrada en vigor de la ley de Defensa Mutua, firmada por el Pre sidente Truman el 6 de octubre de 1949. A esta ley nor teamericana y a las Convenciones internacionales de 27 de enero de 1950 hay que referirse cuando se habla del Programa de Ayuda Militar, que es el complementp del Pacto Atlántico Norte. No es nuestro objeto estudiar ahora el funcionamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (N. A. T. O. uO. T. A. N.: “Nord Atlantic Treaty Orga nization” u “Organisation du Traité de l’Atlantique Nord”), cuyo Secretariado general tiene la sede en París. Nos referiremos únicamente a las instituciones militares, cuya tarea consiste en asumir la defensa del mundo libre todavía, y especialmente de Europa. Mientras que el Plan Marshall llegaba a la creación de la O. E. C. E., en abril de 1948 (la Organización Europea de Cooperación Económica, que agrupa a dieciséis Es tados) tienen lugar dos acontecimientos muy graves: el golpe de Praga (ya citado) y el bloqueo de Berlín (deci dido en junio de 1948) demuestran que la U. R. S. S. no duda en recurrir francamente a la fuerza. Los europeos comprenden que no hay otro remedio más que el de pre parar la defensa militar de la Europa que aún queda libre. Esta defensa se va a organizar en tres jases: •a El Pacto de Bruselas (r de mayo de 1948) es una alianza defensiva entre el Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), Francia y Gran Bretaña; crea un Comité de Comandantes en jefe de Europa occidental (con sede en FontainebleaU, cuya presidencia se confía al Mariscal Mongómery); organiza un Comité Militar per manente (Jefes de Estado Mayor de las cinco Poten cias), un Comité de Armamentoy un Comité de Coman dantes en Jefe. El cometido de los dos primeros es orga nizar las fuerzas puestas a disposición del tercero—orga nismo operativo—y crear la infraestructura necesaria para “sostener a las fuerzas y Ja acción del Mando”. Muy pronto los precedentes acuerdos se revelan insu ficientes: la libre Europa, a causa de los esfuerzos y de los sacrificios realizados para la defensa del mundo libre y en vanguardia durante las dos guerras anteriores, no tiene medios suficientes para realizar la política que se esfuerza en desarrollar; en consecuencia, los Estados Uni dos se dan cuenta de la necesidad de una alianza militar más amplia, en la cual han de tomar parte. Hasta entonces no había en Wáshington la menor in clinación hacia una alianza semejante, poco conforme con sus tradiciones; se creía que un apoyo económico se (i) El límite señalado por el “Telón de acero” corresponde, en líneas generales con la frontera este del imperio de Carlomagno. Primera organización en la historia de la delensa del mundo occi dental contra la penetración eslava. 1 Las Instituciones militares de la N. A. T. O. La organización militar del Pacto Atlántico no está más que bosquejada en el Tratado, que se contenta con prever la creación de un Consejo del Atlántico, .cuyas atribuciones se determinaron a continuación. Despúés de sucesivas modificaciones, la organización militar del Pacto Atlántico ha lomado su aspecto actual en la Con ferencia de Bruselas de diciembre de 1950, que ha de cidido la creación “bajo un mando centralizado de una fuerza unificada adecuada para prevenir la agresión y asegurar la defensa de la Europa occidental”. De esta Conferencia data el Cuartel general de las fuerzas atlán ticas en Europa (Shape: Surerne Hecidquarter Atlantic Powers in Euro), del que el General Eisenhower asu mió la jefatura el 19 de diciembre de 1950. Para poner a punto los planes estratégicos y organizar las fuerzas ne cesarias para la defensa, se creó un órgano ejecutivo: el Comité Militar de los 14 Jefes de Estado Mayor. El Grupo Permanente, que es la más alta instancia militar de la N. A. T. O., está compuesto por los representantes de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Asegura el enlace entre el Comité de los representantes de los Jefes de Estado Mayor y los Mandos locales; coordina los pla nes de defensa elaborados por estos últimos; propone al Consejo del Atlántico las medidas adecuadas para au mentar la intensidad de los esfuerzos a realizar y las cargas a repartir; actúa enlazado con la Oficina de Pro ducción, que tiene el encargo de crear el armamento ne cesario y producirlo, estrechamente ligada con ‘el Comité 51 financiero. Estos’últ irnos organisrnos se han fusionado en el senode1 Secretariado General Permanente, recien temente creado en París. Del Grupo Permanente dependen: la Oficina Militar de Regulación, con sede en Londres, y el Colegio de De /ensa de la N. A. T. O., con sede en París; estando afec Cuartel general, basta saber que el Comandante Supre mo de las fuerzas aliadas en Europa, el General Ridgway está asistido por un Comandante Supremo adjunto: e Mariscal .Montgómery; un adjunto para el Aire: el Ge neral británico Saunders; un adjunto para la Marina: e Vicealmirante francés Lemonnjer. El Jefe de Estad INSTITUCIONES MILITARES DE LA N.A.T.O. 1 COMITE MILITAR ORGANO NO PERMANENTE (JEFES DE ESTADO MAYOR) COMITE DE REPRESEN TANTES MILITARES (WASHINGTON) 1 • ¡ MANDOINTERALIADO DE LA MANCHA L(PORTSMOUTH) GRUPO PERMANENTE ‘/A,QRAMB/?ETAÑ4) II NGTON) COLEGIO DE DEFENSA DE LA N.A.T.O. (PARIS) MANDO INTERAIIADO MANDOINTERAL1AJ. DELATLANTICO 1 EUROPA EN (NORFOLK) (PARIS) tos al Grupo Permanente los Mandos interaliados siguien tes: Mancha (Portsmouth), Atiantique (Norforlk), Euro pa (París), Grupo Regional Canadá-Estados Unidos. II Organización militar del S. II. A. P. E. La organización del Mando interaliado en Europa es pasablemente compleja. Dos aspectos interesa señalar: la organización del Cuartel general (el SHAPE) y la ar ticulación territorial del Mando. En lo que sé refiere al CANADA-ESTADOS UNIDOSj GRUPO REGIONAL AM/PICAdOR DEPL Mayor del General ‘Ridgway es el General americano Grürither. La articulación territorial del Mando aliado se pre senta todavía de manera incompleta, principalmente en .o que se refiere al Mediterráneo. Subsiste aún un des acuerdo reciente entre las potencias interesadas sobre el punto çoncreto de saber si habrá una sola o varias zonas de mando en el Mediterráneo, y en la segunda hipótesis, a quién corresponderán los diversos mandos; la reciente integración de Grecia y de Turquía plantea, además, problemas mal resueltos. Actualmente existen tres Mandos territoriales: la Zona Norte Europa, que manda el Almirante británico Brind, ORGANIZACIONMILITAR. DEL S.H.A.P. E. GENERAL RIDGwAY _____________ NORTE 1 EUROPA (ALMIRANTE BRIND)G.8. OSLO FONTÁINE fuerzas 5//a terres tres de Noruega (GLHAUSTEEN N.) OSLO fuerzas aijadas terres tres de Dinamarca (CI. MOELLERD.)COPENI-IAGIJE fuerzas suadas sereas (GI.CARTER U.S.A.) OSLO fuerzas aiiadas saya/es (Ami BRIND GB.) OSLO SUR CENTRO EUROPA - BLEAU fuerzas’ a//ac/as. o’e- t/ep,’a (MARISCAL JÚIN Fr.) fuerzas a/’da aéreas (GENERAL NORSTADU.S.A.) ft’erzas (ALMIRANTE -a/ladas’ (VICEALMIRANTEJANJARD Fr. • EUROPA CARNEY)IJ.S.A. NAPOLES EUROPA MERIDIONALEUROPA DEL SURESTE fuerzas’ a/la das de t/erra (GI.FRATTINI1.)VERONA Fuerzas a/,ó’ds, fuerzas sitadas seres. de tierra (GENERALSCHLATTER U.S.A.)FLORENCIA(GEÑERAWYMAN U.S.A.) fuerzassuadas (ALMIRANTEWRIGHT) ESMI RNA U.S.A.)NAPOLES - que tiene su sede en Oslo; la Zona Centro Europa (Fon tainebleau), a las órdenes directas del General Ridgway, con el Mariscal Juin, que manda las fuerzas terrestres; el General Norstad (U. S. A.), que manda las fuerzas aéreas, y el Vicealmirante Jaujard, que manda las fuerzas na vales; la Zona Sur Europa, que manda el Almirante Car ney, con sede en Nápoles, y que está dividida en dos regiones diferentes: Europa meridional y Europa dél reducción del nivel de compra de os trabajadores, un alza general del coste de la vida, la baja de un nivel de vida tan penosamente conseguido, será el amplio con •tabalance de la consecución de un crecido número deDivisiones, en forma de una baja considerable del poten cial moral de las naciones del Pacto Atlántico. No se re petirá nunca bastante que la gente no se bate más que si tiene algo que defender. Este_algo puede ser espiritual ORGANIZACION DEL,-,JÁRTE1LGENERAL (S.H.A.P. E.) rMÁNDOSUPREMOENEÚRÓPA (GENERALRWGWAY1 IMA0 1 1 SUPREMOADJUNTO (MARISCALMONTGOMERY)j ADJUNTOPARA EL AIRE (GENERALSAUNDEIS) G.B. 1 • - ADJUNTO PARA LA MARINA I(VICLMIRANTELEMONNIER)Fr. JEFE DE ES TADO M AVÓ R (GENERALGRÜNTHER)U.S.A. - JEFE E.M. ADJUNTO Logi.5tico y eo’n7’ JEFE EM. ADJUNTO r,ístf’aciófl P/anc. y operaciofle& (GENERALVALLEY)Fr.. (01.HUDESTON)U.S.A. CFI C 1 NAS sudeste; un General norteamericano manda lasfuerzas terrestres puestas a disposición de la N. A. T.Q. por Grecia y Turquía en este segundo sector, teniendo un General italiano en el primer sector el Mando de las fuerzas terrestres aliadas. Véase el esquema siguiente: y moral. También puede ser material: el norteamericano se bate bien porque defiende un nivel de vida único en el mundo; el ruso se bate bien porque le han hecho creer que su patria y sus bienes están amenazados; el europeo dispuesto está a’ defender sus libertades, pero no lo hará sino vuelve a encontrar un determinado bienestar du rante mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo se necesitará? III lo sabe. Nadie La declinación real del comunismo y del neutralismo europeo señalará la reconquista de Europa El problema militar fundamental de la Europa libre, sobre sí misma y su voluntad de defenderse en unión de sus aliados. Mientras, sin embargo, es necesario regular La defensa de Europa en el momento actual se basa en: el problema de la defensa, pues hay que afrontarlo desde 1.—La amenaza psicológica que significa el considerael Priic1Pio. ble avance atómico de los Estados Unidos. Ciertamente que los Estados Unidos pueden contri económica y humanamente a sostener concretamente 11.—Las bases norteamencaflaS en Gran Bretana, Ma- buir la defensa de Europa—son los roios Gobiernos europeos rruecos y PrÓximo Oriente, y la flota de portaaviones.de -los que lo han solicitado—, porque independientemente de los ahados. la contribución actual de Europa a la defensa común (per III: Las poderosas résérvás del pótencial iñdustrial soral, bases, infraestructura), esos países europeos—y norteamericano, que le arrastrarían a conseguir el éxito especialmente Francia—han pagado suficientemente en en una guerra de desgaste. su propia carne y en sus bienes esta defensa durante las 1V—Las esperanzas dadaspór el SHAPE coitse- do guerras precedentes, para asa la cuenta de los sa cución de una defensa común. crificios .pasado y pedir ayuda material sin sentirse Como cÓnseuencia de todó elló; ¿cómo Tiabr de orga- mortificados én su amor ptopio. Pero además de que las nizarse una defensa europea? : ::.: posibilidades :de los Estados Unidos no son ilimitadas; -La defensa de Europa tiene por objetb eséncial alcan- pórque hau de enfrntarse con gran número de proble zar un nivel tal de las fuetzás militares del Atlántico ca mas (y ayudar a más de medio mundo), los Estados lJi paz de disuadir a un posible agresor dél: Cóieite,Y dos- nO :pdrán lograrlo ‘más que si los europeos demues y-que, -en el caso -de que la-agresión-llegue a-producirse, tran, por lo menos, una cierta voluntad en contribixir:a sean capaces de rechazar y vencer a las fuerza.s armadas su propia -defeiisa. :Si nó, llegará un momento- en que el soViéticás. -Ahora bien, el desénvolvinientó :de -las -fuer- itribuyente “yankee”-se pasará más y más al campo zas militares lleva consigo, ecónómicá y fiscalmente, tina del aíélaciórúsntOo,-en cualquier caso, dará prioridad a carga muy pesada para las naciones europea arruinadas los problemas del Extremo Oriente. Entonces ya no será por la última guerra y minadas por el comunismO. ocasión de-plantear la defensa de Europa... Una corriente Es evidente que si el esfuerzo del rearme provoca una de opinión como la descrita no podría ser detenida más - - - -. -. ..: -. • 58 que por un Jefe prestigioso como Eisenhower, elegido para la Presidencia; pero ello no podrá conseguirse más norteamericanas en Europa no responde solamente a u plan militar establecido seriamente, sino también a ui que de una manera temporal, si Europa no colabora. plan psicológico, factor éste de la mayor importancia El problema de la defensa puede, de manera esquemá efectivamente, en la medida en que los Estados Unida tica, dividirse en tres problemas distintos: el del Ejército, sacrifiquen más hombres (y no sólo material) en Europa el de la Marina y el de la Aviación. El problema marítimo renacerá en ella la confianza en sí misma y comenzará es sencillo, porque la superioridad aijada es decisiva, una creer que podrá ser, en caso de guerra, algo más qu vez que las costas y los puertos de Europa occidental es “tierra quemada”. tán en manos amigas. Se lamenta que en las dos anteriores guerras los norte El problema de la aviación es más complicado, porque americanos llegaron siembre demasiado tarde. Esta ve únicamente los Estados Unidos, en este aspecto, son ca paces en el momento actual de hacer frente a las nece acuden a la cita no sólo a la hora fijada, sino antes de la sidades estratégicas; este problema se convierte, pues, en hora. ¡No nos quejemos or ello! Está bien que, eserán dola, los europeos aseguren solos su roia defensa y que otro de arreglo de bases seguras y de infraestructura general, así como de organizar las correspondientes fuer los norteamericanos estén allá en lugar preferente frente a los rusos. El día en que Europa esté integrada suficiente zas tácticas. mente y suficientemente REC UPERA DA E C ONOMICA Queda el problema terrestre—el del número de Divisio PODRA DEFENDERSE ELLA nes necesarias para resistir eficazmente a un ataque—, y Y MORALMENTE, no para atacar: no olvidemos que no se ha tratado nunca’ de MISMA con el apoyo de las armas y de los créditos, norte americanos, y entonces el ro blema de la presencia de nu la cuestión de ataque o de liberación de los pueblos, oprimi merosas Divisiones ultraaltántjcas podrá volver a estu dos satélites o miembros çle la U. R. S. S., sino simple diarse. Entonces, tales Divisiones podrán retirarse sin que mente de defender la Europa occidental. En cato de gue rra, es evidente que tales fines se confundirán; a la hora los rusos se vean tentados or ello a franquear el Ru. bicón. actual no puede, evidentemente, plantearse el problema. Pero queda una gran tarea por realizar aún, y en tan El SHAPE ha fijado el número en sesenta Divisiones sólidamente instruidas, equipadas y animadas de buena to que esta situación dure, debemos considerarnos dicho moral, apoyadas or potentes fuerzas aéreas. Este número sos por el hecho de que una poderosa nación amiga asu ha parecido escaso a algunos; pero no hay que olvidar ma, a su vez, lo esencial de las responsabilidades del mundo libre, que impida, por el hecho mismo de su po que la superioridad técnica, numérica y de armamento de una División atlántica sobre una División rusa com tencia, una conflagración al amparo de la cual una so pensa la inferioridad cuantitativa total; además de que ciedad totalitaria mundial avasallaría los espíritus y ani estas Divisiones modernas son, a igualdad de efectivos, quilaría nuestras libertades. Hemos de quedar, sin embargo, convencidos de que dos veces más eficaces que las Divisiones tipo 1945 y cuatro o cinco veces más que las Divisiones francesas esta superioridad puramente potencial no es y no puede tipo 1939. Este número de Divisiones de acción, al cual ser eterna; es, al decir de los expertos, válida durante un habrá de afladjrse otro número de Divisiones de reserva, plazo de quince años, durante los cuales el ritmo de la ha sido considerado por los expertos como suficiente. producción y del crecimiento demográfico soviético ame Además, este número debe lograrse en principio, en los nazan a la larga superar el ritmo norteamericano; es de próximos años, según parece desprenderse de la reciente çir, entonces Norteamérica necesitará a Europa, y esto, Conferencia de Lisboa, siempre que las dificultades eco cada vez más. Esperemos que la potencia económica y la fuerza mi nómicas no impidan su cumplimiento. litar recuperadas de, Europa, juntamente con las de los El número de Divisiones provistas por los norteameri canos depende de los acuerdos del Congreso y de los re Estados Unidos, harán posible el fracaso de los planes sultados de la guerra de Corea. El número de Divisiones de agresión soviéticos y orientar al mundo hacia el equi librio y la paz. - El‘mandoúnicoparalainfanteríaylaaviacióndeapoyo. Coronel Aruhony Standing. De la publicación norteamericana The Cern bat Forces Journal. (Traducción del Comandante Arechederreta.) “Las Secciones de fusileros asaltantes fueron material mente ‘llevadas en volandas hasta el mismo objetivo.” Acabamos de ‘citar un comentario que muy frecuente mente hacen los testigos presenciales, refiriéndose al efec to moral que en las fuerzas terrestres atacantes ejerce un apoyo aéreo perfectamente coordinado. Tal e’fecto moral no es cosa de magia y se explica fácil mente. Como ya vimos en artículos anteriores (i), cada uno de nosotros ‘tiene su límite mental. Este limite es la divisoria entre’ la salud mental y los trastornos mentales de una - (i) bre de Fueron publicados 1952. en los números de octubre y noviem • u otra clase; es Jo más que el sistema mental-emocional de cada uno puede “encajar” sin trastornarse. Radica en el subconsciente y desde él ejerce su función de guar dián, y fué fijado para toda la vida por el medio am biente en que cada’ uno pasó la infancia y la primera par te de Ja niñez. La figura i muestra cómo se establece un límite mental elevado típico; los dos requisitos que en ella se fijan deben ‘existir, so pena .de que el limite mental sea bajo.. Cuando nos enfrentamos con una “situación” inmi nente, nuestro subconsciente hace un cálculo de nuestro nivel de tensión mental situacioncd. Este nivel es la resul tante de todas las fuerzas favorables y desfavorables que nuestro subconsciente cree que la situación hará actuar Debemos tener en cuenta que las fuerzas que mide el sobre nosotros. Queda determinado por la dinamia si subconsciente 50fl fuerzas para él y que son favorables tuacional, suma final positiva o negativa de todas las desfavorables en su apreciación. El que verdaderamente fuerzas que en la inminente situación os impulsarán a no lo sean o que el subconsciente se equivoque al apre hacerle frente o a evitarla. ciar su caráçter, no importa (este punto es la clave de la El subconsciente resuelve automáticamente el pro preparación previa del soldado para el combate. Si nos blema por sí solo. Predice el nivel de tensión y después hubiéramos preocupado menos de explicarle “por qué actÚa de acuerdo con su previsión. coPibate” y más de ambientarle, por ejemplo, en los rui Para ilustrar el caso, veamos cómo prevé el subcons ciente de un fusilero una “situación de ataque inminente”. Su Sección está avanzando sobre una posición enemiga [dad enqoe:e fi’a y acaba de entrar dentro del alcance del fuego directo el 1//ii/te ,fientó’/ enemigo (fig. 2). Primeramente, el subconsciente del fusilero sitúa el cálculo en la hora cero (el momento presente) y al nivel de su propio límite de estabilidad mental. Seguidamente mide las fuerzas que influencian su cálculo. Por ejemplo, una fuerza desfavorable (es decir, una razón para no atacar) puede ser, por ejemplo, el horror a ver mutilados a sus camaradas. Por tanto, traza la ra zón desfavorable número i (cuanto mayor sea el horror, mayor será el ángulo). Pero quizá piense que este horror le durará solamente una media hora, porque, pasado ese NIÑEZ tiempo, la excitación del combate lo hará desaparecer; en este caso, la fuerza cesará a la media hora. La magni tud del ángulo (desfavorabilidad de la fuerza) y el ele mento tiempo determinarán el efecto de esta fuerza. Seguidamente medirá la razón desfavorable número 2, que será, probablemente, el miedo a que le “den” a su duéño. Puede ser que le maten; pero también puede re sultar solamente lo suficientemente herido para que le evacuen a los Estados Unidos. Y calcula que esta causa fi rnñoempieza de temor durará hasta la toma y consolidación del obje-. ‘4acomprende’ tivo, es decir, unas dos horas. Después considera las fuerzas favorables. También en /NTJNCM éstas quedará determinado su efecto por la magnitud del FUNDA ClON ángulo (favorabilidad de la fuerza) y por el elemento tiempo. La razón número i puede ser la lealtad del fusi tos iei?tiO’O8 eiio,ei 4 f(I/?c/onar ,? lero a su Escuadra y su determinación de no abandonar la. A juzgar por su actitud presente, esta determinación 105 DOSRIQIJ/S/TOS PARAti ¿OGRO DF,uN durará durante toda la acción. La razón favorable número 2 podría ser un buen abrigo !LEI’JDO 1/JI/Ti Df ESTiflh/DAD JIfA/TAL que ve delante, pero que tendrá que rebasar una media Fig. x. hora después. Una vez estimadas todas las fuerzas (en este caso, dos favorables y dos desfavorables), el subconsciente inicia dos del combate, habría muchos menos fusileros que se sus moniciones (fig. 3). Ya no recuerda el elemento tiem po ni la naturaleza de las fuerzas; sólo le interesan los quedan “clavados al terreno por el fuego enemigo” cuan do un subfusil, que sólo hace fuego eficaz hasta los 200 me efectos y los resultados. Calcula la resultante de las fuer zas desfavorables; esta linea “no puede hacerlo”; sería el tros de distancia, está tirando a otros blancos desde una resultado de todo el cálculo, si sólo se aplicaran las dos distancia de 600...). fuerzas desfavorables. Traza a continuación la resultante “puede hacerlo” y, finalmente, la resultante de ésta y Todo lo anterior nos lleva lógica y directamente a algo de la línea “no puede hacerlo”; con ello obtiene la dinamia de ataque, que fija el efecto de todas las fuerzas y, por que el combate ha demostrado que es el medio más po tanto, el nivel de tensión para el ataque que se avecina. deroso que hasta la fecha ha inventado el hombre para Llegado este punto, el subconsciente compara este ni aminorar la dinamia de ataque. del fusilero combatiente: el apoyo aéreo. En este trabajo vamos a considerar, el vel de tensión con su límite mental y decide si la. situa avión únicamente en este aspecto; vamos a mirarlo como ción va a ser demasiado dura para afrontarla. En nues tro ejemplo, el nivel de tensión es demasiado elevado; un arma vital que puede disminuir mucho el nivel de el “monitor” del fusilero comienza a aconsejar a su mente tensión mental del combate en la línea. Lo consigue no solamente como arma adecúada que es para la destruc consciente que se esconda o que se rezague. El proceso de estimación de estas fuerzas primarias es, ción del enemigo, sino también por su simbolismo dra por supuesto, infinitamente más complejo que lo que re mático. ¡Es la arrolladora antítesis de la “soledad en el sulta de nuestra sencilla explicación; pero el calculador- campo de batalla”! (r). Para lograr lo anterior, es necesario que una fuerza afecte relámpago del subconsciente lo ejecuta casi instantánea ménte. Cada “razón” de las que hemos representado’ en la situación inmediata. del fusilero. En el ataque, los avió el diagrama era en sí misma la resultante de muchas nes deben atacar al objetivo del fusilero y hacerlo exacta docenas de fuerzas primarias y había además muchas mente en el momento oportuno. Es importante bombar más razones que las que hemos representado. Pero una dear los objetivos importantes que están más adentra vez que se establecieron las líneas “puedo y no puedo (i) Véase “Los Mandos de pequeñas Unidades en el com hacerlo”, nuestro ejemplo ha seguido exactamente el bate”, trabajo publicado en nuestro número de abril de ¡948. proceso habitual en todos estos casos. _____ — 55 dos en territorio enemigo; pero ahora no estamos ha blando de ello. El objetivo del fusilero debe ser alcan zado precisamente en el momento oportuno, tanto por razones tácticas como por razones de dinamia de ataque: si el ataque tiene lugar demasiado pronto, antes de que el fusilero pueda llegar al objetivo y ócuparlo, un ene migo agresivo lo volverá a ocupar y se perderá, por falta de sincronización, la ventaja táctica que podríamos ha- Para lograr esto se precisa una coordinación tierraaire ábsoluta, coordinación cuya perfecta precisión sólo se podrá conseguir mediante una instrucción cuidadosa y completa. Y como queremos lograr estos resultados desde los combates iniciales, la instrucción deberá ser añterior a la entrada en combate de los fusileros. Además, sin esta instrucción previa, la misma arma que se espera haga disminuir la dinamia situacional del fusilero podría o IffENTÁI O½11% 2//oras que e/mooitop cpee que actuaI’i.’)/aa fuerra. Tiempo t44 + Fig. 2.- ¿lo ejemplo de la repre.entacjó,, de las fuerzas ber logrado. Además se perderá también cualquier efecto favorable que pudiera haber logrado en la dinamia de ataque, debido a que el lapso de tiempo que después transcurrirá permitirá la repetición de todas las fuerzas desfavorables y la actuación de otra fuerza muy desfa vorable: la ventaja táctica lograda a destiempo se habrá perdido y habrá que ocupar de nuevo la posición enemiga. De aquí se deduce que el que el apoyo aéreo sea una fuerza favorable dependerá principalmente de su per fecta sincronización. Si un jinete tiene que utilizar la fusta para ayudar a su montura, lo hará en el momento preciso de empezar el salto y nó tres o cuatro trancos antes o después. Afortunadamente, el momento opor tuno tácticamente es el mismo que el adecuado para la dinamia de ataque. Si el ataque aéreo alcanza el objetivo en el preciso momento en que los defensores están a punto de hacer fuego eficaz contra los atacantes, queda rán satisfechas tanto las exigencias tácticas como las de la dinamia de ataque. En la figura 3, el fusilero, que acaba de oír unos cuan tos disparos enemigos, está siendo excitado por su sub consciente a no participar en el ataque. En ese preciso momento pasa sobre su cabeza una Escuadrilla, o un solo avión, con los colores norteamericanos; segundos déspués se produce en su objetivo una tremenda detonación, o se rie de detonaciones, seguidas de una densa humareda. La figura 4 muestra el cambio que entonces se operaen los cálculos del subconsciente. El fusilero siente una fuer te sensación de que está acompañado: desde: muy lejós, allá en la retaguardia, le llega, vívido y espectacular, el testimonio de que todos están con él. Allí, delante de él, están actuaxido contra el enemigo común y urgiéndole a que avance sobre el objetivo. El resaltado es inevitable: Juan Fusilero ataca y, con él, la mayoría de los (en otro caso) no combatientes, cuyos subconscientes no les hubie ran permitido atacar, a no ser por el oportuno ataque aéreo. . que ent,’a,, ea el calculo del aubcoa.zc,ent. atemorizarle durante el combate y producir resultados negativos. ¿Estamos consiguiendo hoy en día esta absoluta coor dinación para mejorar nuestra dinamia de ataque? Por parte de nuestra Aviación, no. Los aviadores de la In fantería de Marina han demostrado que puede lograrse. Nuestra Aviación, a pesar de haber mejorado en Corea, ni siquiera se da aún cuenta de que existe este problema de coordinación “al segundo”. Y no es culpa suya si con sideramos que tampoco se da cuenta de ello mucha gente del Ejército. Los aviadores de la Infantería de Marina pueden lle var a cabo bombardeos que afectan favorablemente la dinamia de ataque, porque pertenecen al Cuerpo, y los soldados a quienes apoyan son sus compañeros de armas; es como si fueran artilleros y la misión de los infantes es su misión; sólo hay una misión, la misión. La conocen en todos sus detalles, la siguen muy de cerca, empleando un sentido de anticipación para proyectar de antemano la superación de los obstáculos existentes para su realiza ción. Y, aceptando riesgos, son tan semer /isdelis como sus fusileros. Nada les sorprende ni coge de nuevas: se instruyeron juntos y cada parte conoce perfectamente a la otra. La mutua confianza hace maravillas durante el combate. La Infantería de Marina ha demostrado que esta clase de bombardeos aéreos es enteramente posible, y los lleva a cabo siempre que existe la organización ade cuada indispensable para su realización. No es casualidad que la “unidad de mando” sea un principio básico en la guerra. Si se viola, se va contra toda la experiencia, humana, militar y no militar. La. per fección que exige el bombardeo (que, para abreviar, llá maremos de “dinamia de ataque”) exige perfección en la organización. La coordinación aire-tierra en ese grado de precisión nunca puede lograrse por la mera “coopera ción”; sólo puede lograrse mediante el mando Único. Un solo hombre debe tener la autoridad para. dar órde nes a todo el personal que haya de participar en una ac ción y no solamente a parte de él. Los Jefes de las dis tintas Armas y Servicios son sus asesores, y el de la Avia ción es uno de ellos. Hace ya mucho tiempo, las relaciones entre la Infan tería y la Artillería se basaban más en la cooperación que en el mando único. Los resultados eran satisfactorios para los tiempos del caballo y de la calesa... Pero las batallas se hicieron más complicadas y la sincronización más im portante; por ello las dos Armas se aproximaron, se es forzaron en conocerse y eliminaron los desajustes. Hoy en día, la coordinación infantería-artillería es normal mente perfecta. La “cooperación” desapareció y fué sus tituída por el mando único. Las dos Armas actúan ahora tan unidas, que virtualmente se han convertido en una sola, y cada una estudia tan completamente la misión de la otra, que un Oficial de cualquiera de las dos está cali ficado para el mando de las dos combinadas. Nuestros camaradas aviadores están pasando por un proceso similar. Pero las circunstanciasdel combate que llevaron bajo un mando único a la Infantería y a la Ar tillería son hoy aún más complicadas y críticas. Hoy, el problema es la sincronización de los ataques aéreos so bre los objetivos de la Infantería. Tenemos que decir, pues, a los aviadores: “Sentimos no poder esperar a vues tro crecimiento natural. Necesitamos tan vitalmente lo que, sabemos podéis hacer, que debéis alinearos en la ta rea con nosotros desde este momento, en la misma forma que lo hacen los aviadores de la Infantería de Marina... cuando la organización se lo permite. Pero ¡alegraos! ¡También vosotros podréis llegar algún día a mandar una División de Infantería! ¡Venid a ver a nuestros com batientes de Infantería y os daréis cuenta de que no es pequefio el honor!” El relativo alejamiento actual entre la Aviación y el bombardeos favorables a la dinamia de ataque consiguen los “Marines” y nuestra Aviación demuestra claramente que, cualquiera que sea el dispositivo que se adopte, de berá basarse en el Mando único. Esto puede lograrse de uno de los dos modos siguientes: x.°, asignando al Ejér cito el Mando Táctico Aéreo, o parte de él; 2.°, creando un nuevo Cuerpo de Aviación del Ejército de Tierra. La Aviación ha rechazado ambas soluciones. El factor más importante para determinar cuál de las dos soluciones es mejor, es el tipo de avión que haya de emple’arse. La Aviación insiste en que los más adecua dos son los que ahora se emplean, afirmación que de bemos objetar. Pero suponiendo que tal afirmación sea correcta, tampoco es aceptable el punto de vista de Aviación. La Artillería, como la Aviación, tiene objetivos mu cho más lejanos que los inmediatos de la Infantería; la diferencia es únicamente de cantidad de alejamiento. Por esto, quienquiera que objete a la asi gnación de Uni dades de apoyo de Aviación a las Unidades y Mandos de las fuerzas terrestres, en buena lógica, debe abogar porque la Artillería se constituya en el cuarto Ejército (Ejército, Marina, Aviación y Artillería) y que coordine su acción con la de Infantería mediante la cooperación, en lugar de a través de un Mando único. Pero este mé todo ya se empleó... ¡y fracasó! Hizo falta que la Arti llería aceptara simple y llanamente el Mando único para llegar a la perfecta coordinación Infantería-Artillería de hoy en día. Debemos convencer a los aviadores de que una avia ción de apoyo táctico no desperdigará los aviones de que el país disponga e impedirá con ello su concentración. También en este punto existe el precedente de la Arti llería, y cualquier artifiero dirá que esa contingencia se DECUSON DEL. MONLTOR: ‘Le gituaclón excede en Codo eato e mia po:/bi/io’eo’ea” Efecto de la [fecto A9ZÓfl 17°/ de /o,’azon’,2 Fi g.3. - Corno llega el .gubconac/ente .9 .S’(/$ moniCiOflCS Ejército puede empeorar, en ‘lugar de mejorar. Las cosas han mejorado en Corea, pero la tónica general ‘persiste. Cuando nos “unificaron” en tres Ejércitos, en lugar de los dos que antes había, la Aviacián simbolizó su tenden cia adoptando el término “aviador” en lugar del de “soldado”. El infante de Marina tiene un nombre para sus aviadores: los llama “Marines”. La comparación de los result3dos que en lo relativo a evita muy sencillamente: basta asignar directamente a las fuerzas terrestres un mínimo de aviones, a efectos de instrucción y de pequeñas acciones, y mantener el grue so en reserva en un escalón superior.. Las Unidades de apoyo táctico aéreo que se asignen permanentemente tendrán pocos aviones, pero cada una de ellas será es tructuralmente reforzable cuando sea preciso. Se habrá de asegurar el contacto con la Aviación en el escalón conveniente (en principio y como prueba en el teatro de operaciones) mediante una -Sección de E. M. mixta Aviación-Fuerzas aéreas terrestres y las propuestas au tomáticas consiguientes de misión y de agregación. Esta Sección mixta deberá ser mandada por un Jefe de Avia ción competente y muy conocedor del Ejército y de las Fuerzas aéreas del Ejército. Cuando la Aviación precise concentrar más aviones de apoyo que los que tiene dis i- g.4. - Efecto de uo bomba,’deo tóctico aireo perfectemefite ponibles, notificará la necesidad inmediatamente a la Sección mixta, y ésta alertará a las Unidades de Avia ción de las fuerzas terrestres necesarias. Cuando el Jefe del teatro, o la autoridad en que delegue (probable mente, el mismo Jefe de la Sección mixta), lo juzgue oportuno, se dará la orden de “acción”, y los aviones afectados irán al “punto de cita” fijado por la Aviación. Incluso, en los casos en que la prontitud sea una consi deración vital, las instrucciones sobre la misión podrán iniciarse por conducto de mando de las Fuerzas aéreas del Ejército por el tan repetido Jefe de la Sección mixta. La Aviación sabe perfectamente que este método es com pletamente hacedero, porque es el mismo que ella em plea normalmente. Otra posible objeción de los aviadores pudiera ser que los aviadores del Ejército no servirán para el combate aéreo. Tal deficiencia se puede evitar. Bastará que la instrucción de todos los aviadores corra a cargo de Avia ción e incluya en su programa el combate aéreo; una vez elegidos por un Comité mixto Aire-Tierra, los aviadores que hayan de prestar servicio con el Ejército pasarán a las Escuelas de apoyo aéreo táctico y después a sus des tinos. Cuando los cambios en la técnica u otras causas lo hicieran necesario, podrían volver a las Escuelas de Avia ción a recibir la instrucción complementaria consiguiente. La asignación al Ejército de parte del Mando Aéreo Táctico nos daría una órganización muy similar a la hoy vigente en la Aviación de Infantería de Marina. ¡Nadie ha acusado aún de incompetentes para el combate aéreo alos aviadores de este Cuerpo! - - - - Pero hay buenas razones para creer que los aviones actuales de la Aviación no son los mejores tipos para el bombardeo táctico. Su empleo en misiones de apoyo inmediato a la Infantería es algo parecido al de un mar- 58 tillo-pilón para clavar una tachuela. ¡Con el precio d un martillo-pilón podemos comprar muchos martillos cc rrientes y clavar con precisión muchas más tachuelas! Las características con las que debe ser construído U avión de apoyo inmediato a las fuerzas terrestres debe rán proporcionarnos el tipo más pequeño, más barato construído con materiales no críticos (r), apto para des pegar en los campos de aviación más avanzados, ir sobr coordinado .‘obre la dmam/o o’eataque. el objetivo, bombardearlo, ametrallarlo, volver y repe tir el mismo ciclo. ¿Hasta qué profundidad, dentro del territorio enemigo, deben elegirse sus objetivos? Si queremos dotarlo a raja tabla de las características mínimas antes citadas, cosa que debemos hacer, los objetivos no deberán elegirse más lejos de lo que exija la perfecta coordinación con los ataques de los infantes. Deberán ser los objetivos terres tres inmediatos. Su empleo contra objetivos más aden trados en las líneas enemigas resultaría, indudablemente, demasiado costoso, a causa del fuego terrestre enemigo. Los bombardeos más profundos que nos proporciona actualmente el Mando Aéreo Táctico de Aviación son satisfactorios, porque su modalidad no exige una sin cronización al segundo. El Ejército debe a sus combatientes de Infantería una inmediata gestión en el Congreso en favor del “Proyecto Bombarderos de Apoyo Inmediato”. Con esta clase de bombarderos bajo la dependencia inmediata del Ejér cito tendremos más infantes con el distintivo de Infante Combatiente y menos en los cementerios de campaña. Y el Congreso hará bien en analizar los móviles que ani men a los “técnicos” de Aviación, que querrán torpedear ese proyecto. Esos técnicos tienen el mismo derecho y la misma competencia para juzgar la necesidad de bombar deros de apoyo inmediato en el Ejército que para opinar sobre los morteros o las ametralladoras que, también para el apoyo inmediato, precisa el Ejército. Tampoco los tienen para opinar sobre cómo su adquisición “ago biaría” la económía nacional. Ya -ha llegado la hora de poner fin a la actitud de “sébelotodo” que empezó cuan do un vuélo transoceánico, por ejemplo, era aceptado por demasiáda génte como patente para saberlo -todo de casi tódo. (i) Es decir, escasos. El Ejército debe prescindir de bambollas heroicas y decir: “Tenemos que conseguir bombardeo “de dinamia de ataque” o, en otras palabras, el tremendo crecimiento de la moral de combate, que sólo se logra mediante la perfecta -coordinación, que es patrimonio exclusivo del Mando único Infantería-Apoyo aéreo. La experiencia de muestra que la misma persona debe mandar la aviación que apoya y las fuerzas terrestres apoyadas. Y o bien se deben nombrar Oficiales de Aviación para el man do de nuestras tropas, o hacer que la aviación de apoyo dependa de nuestros Jefes. La única alterna tiva al dilema anterior es que el Ejército empiece a cero y cree sus propios medios de apoyo aéreo inmediato.” Está en litigio un principio vital, íntimamente relacio nado con el problema más grave de la defensa nacional. El Ejército tiene el deber de emplear cualquier procedi miento posible y practicable para aumentar el porcen taje de fusileros combatientes, y el apoyo aéreo inme diato es el método más eficaz inmediatamente disponi ble. Nuestros verdaderos combatientes son los mejores del mundo, pero están maniatados. Quienquiera que in sista en negar al Ejército la clase de apoyo aéreo que tan críticamente necesita, debería explicar a esos comba tientes por qué a estas alturas deben seguir maniatados. Laestructuradeunejércitomoderno. Un informe oficial francés publicado en la Revue Militaire d’Information y reproducido en la publicación inglesá The Ármy Cuartely. (Traducción del inglés del Coronel Peña, Jefe del Regimiento de Wad-Ras n.° 50.) Desde que terminó la G. M. II, ha constituido una preocupación para muchas personas la- necesidad de rea lizar reformas fundamentales en la estructura del Ejér cito. Ello ha sido el tema de muchos documentos, péro nada definitivo se ha realizado todavía. Sin embargo, el sistema actual se caracteriza por una creciente inflexibi lidad y coste, que son los obstáculos principales que se oponen a la organización de una eficaz fuerza defensiva. En ello radica el peligro mortal para la defensa de Occi dente. La única forma de disminuir este peligro está en bus car nuevas soluciones audaces, teniendo en cuenta las pasadas experiencias, pero liberándose de las trabas que representen. Ello constituye un problema complejo, porque la “po tencia”—que es indispensable—habrá de ser conciliada con la “movilidad” y la “agilidad”, que son necesarias más que nunca para hacer posible la maniobra, al mismo tiempo que habrá que mantener dentro de límites razo nables la proporcionalidad de los costes. En un momento como éste, en el que muchas nacio nes han empezado a reformar sus Ejércitos, pero conti núan haciendo experimentos para hallar una fórmula sa tisfactoria, será útil examinar en detalle los aspectos principales de este problema: a) Eligiendo las ideas principales que podrían servir de base a estudios más profundos. b) Delineando algunas de las más importantes conse cuencias que dimanan de esas ideas. Aunque parezca sorprendente, todavía no se ha apre ciado completamente la importancia de este cambio. Sin embargo, ciertos hechos debían haber dado motivos para estudiar el problema con detenimiento. El hecho, por ejemplo, de que en 1940 el Ejército alemán, con unos cientos de miles de hombres, consiguiera derrotar a un Ejército de varios millones de hombres, equipado con material comparable, en todos los aspectos, al suyo propio. En todo caso, está claro que la fuerza numérica ya no es el único factor de la potencia. Hoy día hay que consi derar a una tropa desde un ángulo completamente nue vo, para poder ver qué capacidad combativa real puede producir y cómo se puede aplicar esta capacidad de una manera efectiva. a) La idea de la capacidad de conibate.—En una Divi sión de tipo americano, de 18.705 hombres, hay sola mente un total de 1.159 infantes “combatientes”, lo que viene a ser escasamente el 6 por ioo. Si añadimos a estas fuerzas las que presten apoyo directo, tales como artillería y carros, tenemos un 12 por ioo ó 15 por 100 como máximo. El resto de los hombres no es personal propiamente combatiente. ¿Podría haber algún tipo de organización que, en igualdad de circunstancias, pueda soportar tales gravámenes? Esto basta para explicar ciertas características de los primeros meses de guerra en Corea. Las fuerzas de las Naciones Unidas disponían de una gran superioridad en material; sin embargo, por tener que estar sujetas a dos ejes de carreteras solamente, que les servían de ar terias, se vieron forzadas a una espectacular retirada por las actividades de un enemigo que no era ni muy nume Primera parte: Ideas generales. roso ni estaba bien armado; pero que sabía cómo sacar de las zonas difíciles que el adversario era inca 1.- Potencial humano.—En los días que los Ejércitos partido paz de controlar. Por el contrario, siempre que los chinos se enfrentaban en formaciones macizas, cuando los hom comunistas han lanzado ataques en masa, han fracasado, bres se estrechaban unos con otros en anchura y profun didad, el número de combatientes efectivos que -condi a pesar de contar con una superioridad numérica que, ocasiones, ha sido abrumadora. cionaban el volumen -de etas formaciones era un ele en Examinemos el caso de la célula primaria, el gru mento esencial, si no determinante, de la potencia de po decombate. ahora La misión esta célula es operar con un esos Ejércitos. Pero la idea de “efectivo” cambió consi armadé fuego automática, dereforzada con un arma ligera derablemente al mismo tiempo que la disposición tác contracarro. Un Jefe de Grupo y cuatro o ciuco hombres tica, evolucionando progresivamente, primero destru deben ser bastantes para esto. El personal que actual yendo la formación compacta para dar nacimiento a la mente se asigna al Grupo de combate responde a tres Línea de fuego de los fusileros y produciendo gradual ideas falsas: mente el “vacío del campo de batalla”. - 59 La primera de ellas es la de que es necesario manio b) La idea de la e/icacici,—Como resultado de los pro. brar alrededor del arma, para protegerla o para bene gresos técnicos, los conceptos de eficacia en el combate ficiarse de sus fuegos. Pero solamente un arma auto y de masa son cada vez más opuestos. mática vecina puede realizar estas dos funciones con Casi siempre ocurre que el éxito de una acción es de toda la eficacia que el caso requiere. cidido por un pequeño número de armas bien situadas y La segunda idea falsa es que ha de haber un adecuado manejadas hombres de grandes bríos. No tiene sen número de individuos para transportar municiones tido colocar por hombres inertes e inútiles junto a las armas para el arma; Pero con tropas bien instruídas, la ac •modernas que pueden esparcir la muerte y la destruc ción armónica “fuego y movimiento”, casi siempre ción dentro de un radio de varios cientos de metros. representan una constante. Si uno se mueve, se dis Resulta algo más que un desatino intentar atacar tales para poco. Si uno está en una posición estática y armas con una masa de hombres que no estén bien ar hace mucho fuego, las técnicas modernas-_en forma mados y pretender que la superioridad en potencia de de vehículo oruga—permiten que las tropas comba fuego se puede conseguir por el peso del número. La tientes puedan ser abastecidas con poca dificultad. única solución útil es la “maniobra”, realizada por una Por último, la tercera idea errónea es la de que el gru tan flexible como se pueda. Y así nos surge de po deberá persistir aún con algunas bajas. Pero in fuerza nuevo la idea de fluidez que antes mencionamos. cluso este argumento está fuera de lugar, porque todo El número de hombres necesario para actuar con un aumento en el número de hombres automáticamente arma debe disminuir a medida que el arma vaya aumen llevará consigo un correlativo aumento en el número tando en potencia. Un avión que transporte una bomba de bajas. atómica tan eficaz como varias docenas de aviones Este estado de cosas tiene consecuencias directas de cargados escon bombas ordinarias. Llevando este argu carácter grave. mento a sus últimas consecuencias, es posible imaginar En primer lugar, se viene haciendo un mal empleo de uno de los más eficaces procedimientos en cualquier con los hombres disponibles. Los que no toman ninguna par flicto futuro, como sería el de un solo soldado, ac te en la producción real del fuego, quedan reducidos a la tuando delmás ocultamente, que colocase en los situación de los auxiliares de un caballero medieval: rio centros vitaleso menos del enemigo un artefacto de terrible po hacen más que seguirlo. ¡Qué participación tan distinta tencia destructora. Su completa soledad le proporciona tendrían si se les asignara también una misión principal ría una seguridad casi absoluta. Esto es, desde luego, en el combat& Pero estos auxiliares significan también una visión imaginaria; pero muy bien pudiera ser tam más bocas para alimentar, y por eso consumen las racio bién una realidad el día de mañana. nes sin ser de verdadera utilidad. Y a causa de ellos, las Cabe argüir que no puede haber eficacia sin coordina necesidades del Grupo han aumentado sin ningún bene ción de esfuerzos y que esta coordinación exige una ficio compensador. en el ejercicio del mando que es incompatible La suma de estas necesidades afecta a los escalones de exactitud con la dispersión excesiva. Pero esta crítica es igualmente retaguardia y los implica en una expansión progresiva, errónea. El progreso en las comunicaciones por radio que es más de carácter geométrico que aritmético. Y esto la pasada guerra ha revolucionado el ejercicio produce la paradoja de que la retaguardia, cuya misión durante mando, y es en esta dirección en donde será posible es la de alimentar al frente, encuentra cada día más di del encontrar la clave del problema. fícil sostenerse por sí sola y pide ayuda al frente. Pense También es importante que se instruya al hombre, en mos solamente en los casos muy frecuentes de unidades todos los escalones, en la “iniciativa”, que es un factor retiradas del frente para un descanso, las cuales tienen que resolutivo en la concepción y ejecución de realizar toda clase de tareas fatigosas para ayudar a los la maniobra.importante El Jefe de una Unidad de cualquier clase, servicios. Esto significa una completa inversión de valores. e incluso el soldado de filas, deberá ser instruído para Finalmente, y esto es todavía más serio: el tener hom que pueda actuar sin necesidad de que sus superiores le bres superfluos significa un número de bajas innecesa tengan que “llevar constantemente de la mano”. En el rias. Estas son tanto mayores cuando mayor es la den Ejército francés, esta finalidad es muy fácil de con sidad de las tropas. Y esta regla se aplica tanto en el seguir. frente como en la retaguardia. El poder destructor del ar Igualmente se podría objetar que las fuerzas dema mamento moderno, especialmente el de las fuerzas aé siado “flúidas” son incapaces de detener al enemigo y reas, impone el que las tropas desplieguen con formacio están siempre en peligro de quedar “empantanadas”. nes sumamente diluidas. Este argumento es importante, particularmente en el En la actualidad, lo que está ocurriendo es precisa caso de Francia, que tiene un interés vital en evitar que mente lo contrario. Aun cuando es más esencial que nun enemigo pueda cruzar las fronteras. Sin embargo, es ca, se está haciendo cada día más difícil conseguir la dis el un argumento falso. Solamente una fuerza rígidamente persión en el campo de batalla, especialmente en la reta estática puede quedar empantanada; no hay posibilidad guardia. que, eso ocurra a una fuerza flúida y flexible que se Desde el punto de vista de la capacidad de combate, el de apoye en un sistema de defensa territorial, en el que, equilibrio que se mantiene en la actualidad resulta com como veremos más adelante, tome parte toda la nación. pletamente trastrocado. La. masa no debería ser nunca Así que, desde los puntos de vista de la eficacia y de la consideración dominante; debería serlo la “velocidad”; la capacidad para combatir, el empleo del potencial hu velocidad en los movimientos, en el quite, en la concen mano debe ser objeto de nuevo examen. Reunir masas tración. En resumen: velocidad de maniobra. En este de tropas no conduce más que al aumento de los costes aspecto resulta desalentador comprobar que aunque los y al incremento de las bajas. Una mejor y más Ejércitos compuestos principalmente de infantería, con globales equilibrada distribución de los servidores de las armas una capacidad de marcha de 4 Km. por hora, acostum braban a cubrir 25 Km. por término medio de marcha y de las misiones de las armas; indudablemente, condu cirá a una notable dismintición en los efectivos humanos diaria, los Ejércitos actualés; equipados abundante mente con vehículos de motor capaces de velocidades de de las actuales Unidades de combate. 40 Km. por hora, se mueven a razón de unos 6o Km. por II. La ieacjón en armas.—Hemos de concluir de’ lo día. De hecho, no es posible tener velocidad, si no se tie que llevamos llicho que solamente una pequeña parte de ne agilidad y, sobre todo, “fluidez”, concepto éste sobre la población es la que ha de asegurar la defensa del país? el que volveremos más adelante. Esto no tendría sentido, especialmente en el caso de — — . , 60 Francia, porque se encuentra abierta a un ataque en masa, en el que se intentaría arrollar sus defensas y anu lar rápidamente sus centros vitales. Así fué cómo los rusos conquistaron Alemania en 1944-45. Frente a tales peligros, toda la población tendrá que tomar parte en la defensa. Cada ciudad, pueblo o lugar de importancia deberán estar preparados para conver tirse en un islote de resistencia que pueda ser defendido por la población local, la cual, al mismo tiempo que hace su vida de trabajo ordinaria, deberá organizarse e instruirse de forma que esté en condiciones de tomar parte en la lucha tan pronto reciba instrucciones para ello. Alrededor de estos islotes, distribuídos por todo el país, la invasión enemiga perderá fuerza y quedará ab sorbida como el agua en la arena. Entonces, la decisión correrá a cargo de fuerzas que serán ligeras, pero po tentes y móviles, las cuales contraatacarán al enemigo. Además, estas fuerzas serán solamente una parte de las fuerzas de campaña propiamente dichas, las cuales, en sí mismas, tendrán una misión más específica, cual es la de la defensa de las fronteras y los accesos a las mismas. En términos generales, el país necesita estar dotado de una “lanza de acero” y un “escudo”. Esto es, esencial mente, una cuestión de organización y articulación de las varias partes del sistema de defensa, de forma que púeda funcionar adecuadamente. Ello constituye la me jor y más completa forma de la “nación en armas”. Para sacar todo el valor de ella, la lanza deberá estar diseñada de forma que pueda reunir las consideraciones mencionadas anteriormente. Es la “lanza de acero”, más que ninguna otra cosa, la que deberá estar dotada de las cualidades de fluidez, flexibilidad y maniobrabili dad, pues solamente ellas le permitirán realizar su mi sión, que es la de asegurar que las fuerzas necesarias para interceptar y destruir al enemigo sean concentra das en el lugar preciso y en el momento indicado. Sola- G L.J1 0 N mente será capaz de hacer esto si sus partes tes han sido proyectadas y adaptadas para sión. Esto nos llevará a plantear la cuestión cipio divisionario” y de ver hasta qué punto aplicado. componen dicha mi del “prin puede ser III. La maniobra y el rinciio divisionario.—El principio divisionario nació de la necesidad de descen tralización que resultú del progreso de las armas; conti núa sin perder nada de su validez. Pero en el curso de los años ha sido completamente falseado en su aplicación; porque, con el correr del tiempo, la División ha ido cre ciendo continuamente, se ha hinchado más y más, como todo el nuevo personal introducido en ella por el pro greso técnico. El resultado de todo ello ha sido un abul tamiento continuado, que hay que deplorar por tres ra zones: Primera. No contribuye a la eficacia de la División. Cualquiera que sea la situación, la División actual no puede llevar a cabo ninguna acción sin un adecuado refuerzo, particularmente de artillería y de carros. Segunda. El volumen priva a la División de agilidad. A causa de su volumen, la División se encuentra emba razada e incapaz de realizar movimientos rápidos y con tramovimientos, que es lo que exigen las guerras mo dernas. Tercera. La División tiene una capacidad de com bate absurdamente reducida, pues el número de tropas combatientes actuales no es de más del 15 por 100, como hemos visto antes. La prioridad que las ideas de capacidad de combate y eficacia toman ahora sobre la idea de masa deben con ducir a la reorganización de la División actual, para darle aptitud de maniobra, que es la verdadera razón de su existencia. Esta agilidad se ha hecho ahora más esencial REVISTA ILUSTRADA DELOS MANDOS SUBALTERNOS DEL EJERCITO Sumario del número de marzo de 1953. La instrucción del recluta. El grupo de conocimientos generales. Comandante Vicente Izquierdo.—Tiro de ametralladoras con puntería indirecta. Teniente Gil Miravalles.—Recuerdos de Marruecos. Tazarut, sede del Raisimi. Teniente Coronel M. López-Castro.—-Cosas de Ayer, de Hoy y de Mañana. Comandante Ory.— Perros en el Ejército. Teniente L. Mena.—Dibujo de croquis rápidos. Capitán Jalón García.— De la lucha con la obesidad. Capitán Grijelmo García.—Divulgación naval. Los buques, su casco, máquinas y servicios. Capitán de Fragata Martínez Valverde.—Nuestros lectores!preguntan. Redacción. REVISTA DE LA OFICIALIDAD APENDICE DE COMPLEMENTO DE LA REVISTA “EJERCITO” Sumario del número de marzo de 1953. La aportación española en el duelo entre.Occidente y Oriente. Alférez López Berenguer.—Un problema muy discutido en Norteamérica. Porqué no hace fuego la mitad de los combatientes. Publicista Bili Davidson. (Traducción.)—Notas sobre Pedagogía general. (Redacción).—Atención al cuidado de los aparatos ópticos. Comandante Munilla Gómez.—Slntesis de información militar. (Redacción) .—He vuelto a ver España.. Hamish Frazer. (Traducción.)—Al habla con los paracaidistas. Comandante Gárate Córdoba.—La organización militar musulmana. Teniente Mendizábal Oses.—Un libro al mes. Las traiciones del “Mariscal”. Comandante Gutiérrez Martín.—Qué quiere usted saber? Comandante Rupérez Frías.—Legislación de interés para la Oficialidad de complemento. (Del D. O.) 61 que nunca. La potencia destructora de los ejércitos y las limitaciones que hay que tener en cuenta respecto a sus efectivos, ante la necesidad de tener cada día más tro pas en la retaguardia para satisfacer sus necesidades, hace difícil comprender a todo el mundo que, pueda ex tenderse un “frente continuo” por toda la península eu ropea, en forma de barrera, desde el Báltico hasta el Me diterráneo, especialmente al comienzo de la guerra. Inevi tablemente, este frente tendría boquetes y puntos débi les. En su explotación y defensa, la maniobra tomará de nuevo una importancia enorme, tanto en el ataque—en el que el empleo de una fuerza poderosa está fuera de toda cuestión—como en la defensa, en donde la maniobra solamente puede ser contrarrestada por la maniobra. Solamente aquellas Unidades que combinen la potencia con la movilidad y la flexibilidad dispondrán de la capa cidad de maniobra que necesitan. Solamente ellas per mitirán al Mando concentrar las fuerzas donde sean ne cesarias, con el requisito de. la velocidad, y retener su li bertad de acción, deslizándose de las garras de una fuer za enemiga superior. Y és en este aspecto en el que la estructura de la División debe constituir el objeto de reformas trascendentes, tanto en la composición como en su articulación. En contraste con la División actual, la del futuro ha brá de reunir las siguientes condiciones: Si tiene iguales efectivos, deberá tener un aumento considerable de su eficacia. Si tiene la misma eficacia, deberá ser considerable mente más reducida. — — IV. Los hombres y el malerial.—Hemos dicho ante riormente que, a medida que la eficacia de las armas aumenta, debe disminuir el personal necesario para su manejo. El desarrollo de esta idea. merece la pena. Parece cierto que los progresos que continuamente se vienen haciendo en las armas no producen un resultado correlativo en lo que respecta al personal en ellas em pleado. De la misma manera que todo progreso realizado por una máquina supone una disminución de la mano de obra necesaria para lograr una determinada producción, de la misma manera todos los progresos en las nuevas armas debieran conducir a una manifiesta reducción en el número de hombres necesario para producir un deter minado grado de efectividad en el combate. Pero ocurre exactamente lo contrario y las Unidades continúan au mentando sus efectivos. Por lo que se refiere a la forma cómo actualmente se emplean las tropas, no merece la pena repetir la conve niencia de asegurarse de que el enemigo no encuentre objetivos que sean más grandes de lo que deben ser; ni tampoco señalar el hecho de que, por muy potente que sea un carro de combate, un cañón contracarro, bien co locado y manejado, lo tendrá siempre a su merced. Igual mente es inútil negar que todo progreso realizado en el material de guerra implica un incremento en el personal empleado para su abastecimiento y mantenimiento. Es en este aspecto en el que nos parecen equivocadas y ne cesitadas de revisión las tendencias actuales. La utilización de los diversos elementos del material de combate presenta un problema que es completamente diferente del de su abastecimiento y conservación. En las grandes Unidades de ahora no se hace suficiente dis tinción entre estos problemas; el resultado es una mul tiplicación de organizaciones que llevan consigo la infle xibilidad y la perturbación de esfuerzos. El uso del material es una cuestión relativamente sim ple. El instinto dice a los niños cómo hay que usar los juguetes que reciben, por muy complicados que sean. Sin perder nuestro sentido de la proporción, podemos decir que el. adulto tiene la misma facultad y que, em pleándola racionalmente, sería posible simplificar mucho 62 la misma instrucción militar. Entonces, la instrucciós sería orientada, de manera más precisa, a dar a conocei la esencia de la táctica al desarrollo de la iniciativa y a dar una instrucción de equipo. Un programa como éste es el adecuado para lo que nosotros denominamos “tro pas a la línea del frente”, que deberán, en tanto sea posi ble, estar libres de cualquier misión que no sea la de luchar. Por lo que se refiere al abastecimiento y conservación o mantenimiento, incuestionablemente se pueden reali zar sustancialmente economías laborando continuamente hacia la concentración de los recursos en los aducuados escalones de mando, empleando más y más, a medida que nos alejemos del frente, una estructura nacional propiamente coordinada, que, para el Ejército francés, podría ponerse en funcionamiento casi inmediatamente. Así, pues, que todo lo dicho nos lleva a distinguir entre: 1. Tropas de combate propiamente dichas, y con ellas, las tropas de “apoyo directo”, sin las cuales aqué llas no pueden existir, y II. Las tropas encargadas del abastecimiento y man tenimiento. Cuando se hace esta distinción, muchos problemas se ven bajo una nueva luz, especialmente el de la “fuerza de cobertura” fronteriza. La primera categoría constituye el “filo cortante de la herramienta”, pero es solamente una parte de la mis ma. Deberá estar siempre con sus efectivos de tiempos de guerra y fácilmente podrá ser así habida cuenta de su volumen limitado. Si la “División” fuera aliviada de sus elementos de “base”, sus efectivos quedarían consi derablemente reducidos, y, para una potencia efectiva determinada, sería posible disponer de un mayor nú mero de Unidades de esta clase listas para la acción. La segunda categoría, de menor importancia inme diata para la batalla, habrá sido ya reducida,- concen trando los recursos de la manera indicada. Podría con tener una sustancial proporción de reservistas, sin que por ello quedaran afectadas en su eficacia, con tal que puedan ser movilizados en un período de tiempo relati vamente breve. No habría cuestión en lo que se refiere a la formación de una categoría privilegiada dentro del Ejército. A ex cepción de los casos en que determinadas calificaciones profesionales tendrán una influencia definitiva en los ascensos, los hombres que en sus años jóvenes hayan ser vido en las “Unidades de combate” gravitarán más tarde hacia las “Unidades de retaguardia”, sin dejar por ello de realizar su período de instrucción para el servicio, principalmente la “instrucción de combate”, que habrán recibido en el curso de sus años de servicio más activo. • V. La influencia del “Arma aérea”.—Si llega a es tallar la guerra, ninguna nación o grupo de naciones será capaz de ganar la superioridad aérea hasta el punto de que las fuerzas aéreas enemigas sean completamente arrojadas de los cielos. “El dominio del aire” continuará siendo una cuestión de carácter local y temporal durante mucho tiempo. Además, y no obstante los progresos rea lizados en el campo de la defensa antiaérea, es imposible establecer una barrera que cierre el paso a los aviones enemigos. En realidad, la amenaza desde el aire se hace cada día más grave. La aparición de muchas nuevas ar mas defensivas y su empleo apropiadamente coordinado, el enmascaramiento y aprovechamiento de los terrenos cubiertos a la observación aérea y de la noche, son muy importantes para los ejércitos. Pero estas fórmulas son meros paliativos. La única respuesta eficaz contra esta amenaza está en la dispersión, que es la única manera de lograr, en la am- )litUd requerida, el “vacío del campo de batalla”, hoy an esencial en vista de la potencia de las armas. Esta lispersión deberá ser llevada a cabo de tal forma que io queden perjudicadas la fuerza ni su cohesión. Sola nente podrá ser conseguida “podando” la estructura de as Unidades y mediante una más flexible articulación le sus elementos componentes. Y de esta manera nos enfrentamos de nuevo con la iecesidad—esta vez un imperativo categórico—de crear Jnidades que tengan la necesaria potencia y movilidad ara cumplir las necesidades de la maniobra y que, al nismo tiempo, dispongan del suficiente grado de flexi iidad y agilidad. Y éstas son cualidades deque carecen as Divisiones actuales. evolución progresiva, cuyas causas son difíciles de de terminar, se ha convertido en una práctica común el que los escalones del mando ejerciten funciones que an teriormente eran de la responsabilidad de los mandos inferiores. Estas prácticas producen malas consecuen cias; por lo pronto, destruyen el sentido de la iniciativa y de la responsabilidad. En ello reside el daño y es muy importante que se tomen las medidas necesarias para remediarlo. Segunda parte: Algunas consecuencias. Los extremos tratados anteriormente nos muestran que las fuerzas de tierra actuales deberán librarse, a costa, de todos los estorbos que las paralizan y las VI. El Mando.—Desde Clausewitz a nuestros días se toda privan completamente de eficacia. ha escrito mucho sobre el embarazoso impedimento de es nuestro propósito sacar conclusiones definitivas Los Estados Mayores y la complejidad de la cadena de y No presentar ningún plan autorizado para un nuevo Ejér mandos. El último trabajo sobre este tema es uno del cito. es una labor de especialistas, que puedan Ii Capitán Liddle Hart, publicado en The Army Quartely berarseEsta de preconcebidas y que puedan probar sus de julio de 1950. Al igual que todos los trabajos de este concepcionesideas con experimentos. Sin embargo, distinguido autor, plantea numerosos problemas y da parece que ciertasnumerosos ideas vitales deberían ser lanzadas a materia para meditaciones. discusión pública. Es indudable que los numerosos Estados Mayores, su la La única finalidad que llevamos al hacerlo así es colo perpuestos unos sobre otros en el Ejército, representan car las cosas en su verdadera perspectiva, y está claro importantes y sustanciales recargos, que habrán de ser que estas ideas constituyen solamente un esquema ele reducidos. Esto no contradice las ideas expuestas ante riormente, cuya finalidad es la de simplificar las Divi mental del problema en su conjunto. siones y. luego aumentar su número. 1. La célula 25rimaria.—Sea el arma en uso una auto Lo que nosotros buscamos, en realidad, es la “célula mática de Infantería, un cañón contracarro o una pieza táctica fundamental”, que posea las cualidades recono Artillería de campaña, la célula primaria deberá estar cidas de potencia, movilidad, flexibilidad y facilidad de de en sus efectivos al número de hombres que sea manejo, y dentro de la cual pueda tener lugar la “acción limitada necesario para el manejo del arma, supri combinada” de las armas básicas. No importa cuál sea estrictamente miendo todo elemento que no sea esencial, que son la el nombre que se dé a esta célula. El control de esta cé causa del embarazo y de las bajas innecesarias. La po lula táctica no presenta nuevos problemas; por estar tencia necesaria para “perdurar” buscarse no por dedicada solamente al combate, requerirá un número el procedimiento de aumentar losdeberá efectivos de la célula, de eslabones mucho menor del que necesitan las Divi sino incrementando el número de éstas. siones actuales. La célula no deberá estar recargada de municiones; El escalón de mando superior a estas células estará proyectado y organizado para manejar un cierto número su abastecimiento deberá correr a cargo de Unidades de cuya misión deberá ser traer a las tropas de de estos elementos básicos. No será aconsejable fijar un retaguardia, vanguardia todo lo que necesiten. Sobre estos supuestos, número de células arbitrarias, sino que el número de parece que la “Célula de Infantería” típica, la Unidad ellas y la composición del mando será suficiente para lle de combate, no necesitará más de cinco hombres, inclu var a cabo una misión específica. Liddle Hart tiene razón cuando considera que un yendo el mando de grupo. Este número es suficiente para Mando, si se le dieran cuatro o cinco de estas células, se combatir con un arma automática más un arma contraindividual. Raramente fué mayor de este número ría capaz de manejarlas sin dificultad, y que incluso po carro dría manejar un número mayor si las circunstancias lo durante la lucha de los años 1943-45, un período, ade exigieran. Con tal de que cada célula conserve una li más, en el que la Infantería francesa demostró una efi bertad adecuada a su cometido, una agrupación de este cacia más allá de toda comparación. tipo sería siempre ventajosa, y con el perfeccionamiento II. El grupo de células rinarias.—El grupo de cé de los medios de transmisiones no hay nada que se lulas primarias, tanto en el escalón Sección como en el oponga a su realización. Esta es la clase de agrupación que sería deseable en Batallón (refiriéndose solamente a la Infantería), ten los distintos escalons de mando para reducir el número drá que adaptarse a la importante regla de que el sol combatiente de primera línea deberá estar exento de intermediarios que existen entre el Comandante en dado de toda misión u obligación que no sea la de combatir. Jefe y el ejecutante en el frente. embargo, no parece expeditivo reducir los efectivos Una delicada cuestión queda todavía por resolver: Sin de estos grupos en la misma proporción que hemos he la de fijar en qué punto de la cadena de mando las Uni los grupos elementales o células. dades de combate se conectarán con los servicios de choUnpara Jefe de Sección puede, de hecho, controlar muy abastecimiento y mantenimiento. Este problema nece •cuatro o cinco de las células antes citadas. sita ser estudiado detenidamente siguiendo las líneas fácilmente fijadas en este estudio. Parece como si cualquier trabajo Mediante ellas verá su capacidad de acción grandemente de esta clase tuviera que reconocer el punto de vista aumentada, y también podrá emplear un arma de tra fundamental, expuesto anteriormente, de que las for yectoria curva para completar el efecto de sus armas maciones y Estados Mayores de vanguardia deberán es de. trayectoria rasante. Sobre estas bases, parece que tar exentos de toda función que no sea la del combate los efectivos más indicados para una Sección serán en tre los 25 y los 30 hombres. actual. De la misma manera, la Compañía puede contener Para terminar, llamemos la atención sobre la necesi bien cuatro o cinco Secciones, inçluyendo la de dad de devolver a cada escalón de mando la amplitud muy armas pesadas, que, en conjunto, proporcionarán al de acción que antes tuvieron. Como resultado de una 63 Mando una fuerza esencialmente encargada de la con 2. La célula “Acorazada”.—Esta célula estaría pr ducción del combate. En tal caso, el Batallón deberá es yectada para operaciones más predominantemente din tar organizado de forma que contenga los elementos ne micas que estáticas. Podría consistir en: cesarios para darle suficiente capacidad de acción. Pro 2 6 3 Regimientos de carros, cada uno con cuatro bablemente, la fÓrmula más adecuada sería la de un cinco Compañías, a i8 carros cada una. Batallón de cinco Compañías, incluyendo la de armas 2 6 Batallones de Infantería. pesadas. De esta forma, los efectivos del Batallón esta i Grupo de Artillería. rían entre los 6oo y 700 hombres. Ingenieros, Transmisiones, etc., en proporción sem Y por lo que se refiere al Regimiento (la Brigada bri jante a la célula de Infantería. tánica) —que para los propósitos de instrucción y de movi Este tipo de célula tendría efectivos totales entre le miento llenan una función utilísima en tiempos de paz—, 6.ooo y los 8.ooo hombres. se presenta la cuestión de si sería deseable su conservación como Unidad de combate. Este problema está estrecha IV. El Grupo de células tácticas básicas.—Esta cuestiói mente relacionado con el de la “célula táctica básica”. fué planteada en el capítulo relativo al Mando. Un Cuar tel General podría manejar, sin grandes dificultades, cua III. La célula táctica básica.—Lo que debería com tro o cinco de las células estudiadas anteriormente. E prender esta célula constituye el problema crucial en conjunto tendría el máximo de flexibilidad si el Cuarte toda consideración sobre la forma que deben adoptar General adapta a su misión la forma de las células colo los Ejércitos modernos. Pero antes de tratar de este pro cadas bajo su control. Este escalón es también el luga; blema, convendrá que definamos los términos que va natural y apropiado para los servicios de abastecimient mos a emplear. El nombre que habría de darse, even y mantenimiento, cuya misión es la de servir a las célu tualmente, a esta célula—ya sea División, Brigada u las básicas, y también el de las varias Unidades de h otra denominación más adecuada—tiene poca importan reserva general—especialmente artillería y carros—asig. cia para el caso. Lo importante es que dispongamos de nadas para uso eventual como refuerzos. una definición práctica, algo que diga, poco más o me En resumen: En el escalón superior al de esas céluIa nos, lo siguiente: tácticasbásicas habría un órgano de coordinación que “La célula táctica básica es el organismo compuesto realizaría la función que hoy desempeñan los actuales dentro del cual tiene lugar la acción necesariamente Cuarteles Generales de Ejército, pero que tendría un combinada de la Infantería, Artillería y carros; consti campo de acción mucho más amplio y mayor capacidad tuye también el instrumento con el cual el Mando rea para la acción. liza la maniobra.” Es esta célula la que, sobre todo, habrá de poseer las Y. Conclusióu.—E st a rápida investigación puede ser cualidades de potencia, movilidad, flexibilidad y facili resumida mostrándo que: dad de manejo que hemos considerado tan vitales, y es i. Las formaciones y Unidades actuales son dema esta célula la que, por encima de cualquier otra conside ración, deberá mantenerse libre de toda misión que no siado voluminosas, impotentes e ineficaces. sea la de la lucha real. Desde luego, el ideal sería tener n. Para permitirles realizar su misión, deberán ser solamente un tipo de célula táctica básica, que pudiera podadas y sus partes deberán estar articuladas en una responder a todas las necesidades; pero todavía no ha forma más moderna. llegado el momento para esto. Estando las cosas como Atascadas en una masa de fórmulas anticuadas, las están, parece inevitablemente necesario que haya dos Unidades de tropas se ven imposibilitadas de ir al ritmo tipos principales de células tácticas: una, formada a base de las exigencias de las guerras modernas. En lo que res de infantería, y la otra, a base de fuerzas acorazadas. pecta a la División, para que pueda recuperar. su valor én la guerra y responder a las exigencias del Mando, de i. La célula “In/antería”.—Este tipo de célula es berá ser transformada según el esquema que hemos tra taría proyectado para la realización de operaciones que tado de presentar de “célula básica táctica”. ‘No hay ne tuvieran un carácter más estático que dinámico. Su com cesidad de hacer constar que creemos que este cambio posición podría ser la siguiente: no podrá ser realizado de la noche -a la mañana. Sin em 4 ó 5 Batallones de Infantería. bargo, puede ser puesto en marcha mediante una evo i Regimiento de carros (para apoyo de la Infantería y lución gradual y rápida; una progresiva reorganización, acción contracarro). empezando las Unidades de la “fuerza de cobertura” i Grupo de Artillería de 4 ó Baterías de 6 piezas y tratando, con de satisfacer las necesidades esenciales, de cada una. jando a un lado, por el momento, las menos importantes. x Batería de A. A. A. de i6 piezas. Debemos esperar que los especialistas en estas cuestio 1 Batallón de Ingenieros. nes estarán dispuestos a hacer los necesarios esfuerzos Elementos de Mando y Transmisiones. para salir de las rutinas del pasado. Su labor será crea i Unidad de transporte, parte de la cual estaría es dora, si la dirigen hacia nuevas soluciones. Corresponde pecialmente organizada para llevar los abastecimien a Francia, a la vista de su sólida cultura militar, tomar tos al mismo frente y evacuar las bajas. la en este esfuerzo y mostrar el camino a se Los efectivos totales de esta célula estarían entre los guir.iniciativa Porque será la úniáa manera de procurar una segu 7.000 y 8.ooo hombres. ridad real para Europa y, por tanto, para Francia. — — — — — — — — —. — — Lea Ud. “Guión” y la “Revista de la Oficialidad de Com plemento”, donde encontrará una ampliación estimable de las informaciones de EJERCITO. 64 Pequeíosproblemasdeinspecciónenlafabricacióndearmamen tos.—Troceadodepalanquillaparaelaboracióndeproyectiles. William C. Tucker. De la publicación norteamericana Ordnance. (Traducción del Teniente Coronel Pedro Salvador Elizondo.) Exponemos este sencillo y en apariencianimio problema. que, como otros di índole análoga, se pre sentan constantemente en las tareas de inspección de fabricación del material de guerra, como un ejemplo que muestre la importancia que es preciso siempre conceder aun a los procesos más sencillos de elaboración, para que ésta satisfaga a las mínimas condiciones de bondad y economía exigibles en toda fabricación.—NOTA DEL TRADUCTOR. En numerosos contratos actualmente en vigor en Norteamérica para el proceso de forja de proyectiles de artillería, se han planteado múltiples cuestiones entre los contratistas ocupados en la fabricación sobre cuál pueda ser el mejor y más aceptable ‘método de, trocer la palan quilla de acero destinada a procurar la primera materia de la que se han de obtener ulteriormente los proyectiles. Sin decidirnos por nuestra parte por ninguna de las di versas opiniones sustentadas sobre el particular, vamos a limitarnos a hacer una somera exposición de las mis mas, en la inteligencia de que su examen estimamos ha brá de resultar provechoso a todos los que se ocupen, o puedan estar ocupados en su día, en la técnica de la forja de proyectiles. El método de efectuar la entalla valiéndose del so plete, y fractura ulterior de la palanquilla, posee mu chos partidarios; pero no deberán menospreciarse los in convenientes que son de esperar. Habrán de tenerse en cuenta los elevados costos de la operación. También re sulta difícil evitar una repetida manipulación del mate rial. Finalmente, los costos del gas empleado en la ope ración de entalla previa constituyen una partida de im portancia. Si se utilizan prensas hidráulicas para conseguir la fractura. en lugar de prensas mecánicas, los costos de entretenimiento serán más elevados. Además, las frac turas son frecuentemente irregulares y difíciles de con trolar, conduciendo a ulteriores dificultades en la forja. Inexistencia Fuerzas de un método preceptivo. Las conversaciones mantenidas con el personal téc nico de la industria militar y naval de los Estados Uni dos, así como el detenido estudio de las especificaciones existentes relativas a la forja’ de proyectiles ‘de acero, muestran de una manera que no deja lugar a dudas que no se le exige al fabricante el empleo de un método deter minado para el troceado de la palanquilla de acero, con preferencia a cualquier otro que pudiera también emplearse. Sin embargo, se especifican claramente los re quisitos exigidos para la inspección de los diversos mé todos posibles. Ocurren con frecuencia desavenencias o equívocos en tre los fabricantes cuando se interpretan los requisitos exigidos. Las especificaciones establecen que el mate rial troceado por el método de entalla y subsiguiente fractura deberá experimentar el ensayo de fractura en cada tocho, pero solamente sobre el extremo destinado a constituir el culote del proyectil. En el caso de utilizarse otro método distinto del de entaila y fractura, tal como el cizallamiento, el ensayo de macroestructura deberá verificarse sobre cada ex tremo de la barra. Esto quiere decir que no habrá de efectuarse sobre cada tocho, sino sobre cada porción de barra de una longitud máxima de 7,50 m. El ensayo de fractura posee un positivo valor y es ex tensamente utilizado para revelar las características de calidad del acero. La inspección visual de las fracturas deberá ser efectuada, siempre por inspectores diestros, correctamente instruídos para apreciar las grietas o de fectos. Las especificaciones dictadas por la Industria Mi litar son completamente claras y precisas sobre la opera ciónde inspección, tanto en lo que se refiere á la que se verifica en el taller de forja como la que se hace en el ta ller de laminación. Una descuidada inspección ocular de los extremos fracturados puede tener graves consecuen cias. - contrapuestas. Cuando se cizalla un metal, como en el caso de una pa lanquilla cuadrada o redonda, las cuchillas de la cizalla representan dos fuerzas opuestas que dan origen a una presión dirigida en ángulo recto respecto al eje longitu dinal de la palanquillá. En el método de entalla y frac tura, la entalla se efectúa corrientemente sirviéndose de un’ soplete de gas, aplicando después una presión sobrs el extremo de la palanquilla, en una dirección normal al eje longitudinal de la misma. Sin embargo, a causa de la ventaja ofrecida por el can tilever, la presión ejercida se multiplica transmitiendo el esfuerzo al área situada inmediatamente debajo de la entalla, en forma de un esfuerzo de tracción, en lugar de un esfuerzo cortante. La fractura resultante es, con fre cuencia, basta e irregular, cuando se la compara con una fractura por cizallamiento. Otros métodos, diferentes del soplete de gas, han sido ensayados para efectuar la entalla de las palanquillas, habiéndose obtenido resultados más o ‘menos satisfac torios. Se ha observado que una entalla en V muy aguda puede iniciar con éxito una fractura, si bien existirá siem pre cierta limitación sobre el tamaño de la palanquilla, cuando se quiera obtener una buena fractura. Se han obtenido buenas fracturas .sobre palanquillas hasta de ioo centímetros cuadrados de sección inclusive, pues por encima de dicha secciÓn la palanquilla presenta cier ta tendencia a doblarse por la presión, más bien que a fracturarse. El cizallamiento no significa necesariamente un corte de cuchillo a todo lo largo .de la sección de la palanquilla, que hienda cada fibra con su borde córtante. Tal con cepción ha conducido a la errónea creencia de que las superficies de la palanquilla son ensuciadas por la cu chilla, impidiendo la observación de defectos. Sin embargo, analizado correctamente, e) cizallamiento no’ es más que una operación combinada de entalla y • 65 fractura repetida con rápida secuencia y:sin desperdicio de material. La penetración de la cuchilla-cizalla sóbre la corteza de acero es raramente superior a 5 mm., sien- Toclws resultantes del isocendo de ‘alanquilla realidad, el cizallamiento facilita la inspecciónvisual detección de tales defectos, resultando mucho más fáci el observar dichos defectos sobre las caras cizalladas d los tochos que cuando éstas se han obte nido por fractura. Por otra parte, con los grandes perfec cionamientos conseguidos en la cizalla par palanquillas utilizadas en el taller de forja la calidad del corte queda definitivament asegurada. Las modernas cizallas para pa lanquilla están equipadas con mordazas qw sujetan la palanquilla rígidamente durant€ la operación de corte, soltándola rápida mente para permitir el movimiento de la palanquilla y la próxima operación de cor te. Unas mesas de alimentación automática acercan cada tocho al calibre donde se com prueban sus dimensiones. Tal clase de equi po permite un cizallamiento continuo auto mático a dimensiones precisas. de roo cm2 de succión. Dimensiones uniformes. Estadísticasobtenidas en múltiples insta laciones automáticas de la índole acabada de indicar mues tran que los tochos cortados de palanquilla de ioo centíme tros cuadrados de sección no suelen presentar una diferen cia de peso que exceda de los 6o gramos. Esto constituye una ventaja importante que asegura un dimensionado uniforme de los mismos, lo que no sucede cuando se em plea el método de entalla y fractura. Por lo demás, esta uniformidad de dimensiones se estima altamente bene ficiosa para mejorar los subsiguientes procesos de con formación de los proyectiles. Cuando el contratista de forja planea la operación de • do entonces cuando ocurre la. fractura, pues en dicho instante la presión originada por el filo de la cuchilla rebasa el límite de fluencia del material cizallado. Localización de la fractura. La proximidad de los dos filos de las cuchillas-cizallas en el plano vertical de corte localiza la fractura con gran precisión entre las huellas de las cuchillas. De esta ma nera se ejercerá el mejor control posible sobre la lim pieza y lisura de los bordes de la fractura. Es un hecho bien conocido que las palan quillas con una sección superior a los ioo centímetros cuadrados y una proporciór de carbono superior al 0,50 por ioo no se pue den cizallar fácilmente en frío. La dificultad no obedece a la presión requerida para ciza llar el acero, sino que, cuando se cizalla en frío, el acero presenta cierta tendencia a desarrollar grietas de tensión, las cuales se agrandarán en la operación de forj a subsi guiente haciendo ésta impracticable. La solución a este estado de cosas es ci zallar el acero a una temperatura no infe rior a los 427°. El calentamiento del metal para este objeto no es perjudicial para la buena práctica de la forj a, de tal modo que la palanquilla deberá pasar directamente al horno para recalentar. De esta manera se conservará una cierta porción del calor original de la palanquilla. Por otra parte, si el acero se calienta como acabamos de sugerir, no será necesa rio forjar inmediatamente después de ciza llar. El acero cizallado a 427° puede alma cenarse indefinidamente sin que exista por ello peligro de grietas de tensión y subsi guiente rechazo. •1 Inspección exagerada. Moderna cizalladora con alimentación y control de tuedida automáticos. Ensayos xclusivos han probado que el cizallamiento de palanquilla, bien sea ésta cuadrada o corté de la palanquilla, piensa siempre en obtener la redonda, no ensucia o borra las indicaciones visibles de mayor producción posible de tochos para forjar con el porosidad o sopladuras sobre la superficie cizallada. En mínimo asto en la operación. Esto se consigue, iñduda )lemente, tanto con el cizallamiento en frí o como en aliente. Se han obtenido datos estadísticos muy satisfactorios or muchos fabricantes de tochos para proyectiles, tan- t ahora como en el pasado decenio, y siempre de com pleta conformidad con las especificaciones dictadas por el Departamento de Industria Militar en lo que se re fiere a ensayos e inspección. Experimentacióndevehículosmilitares. Coronel H. H. D. Heiberg. De la publicación Automotive Industries. (Traducción del Teniente Coronel, Ingeniero de Armamento, Pedro Salvador Elizondo.) campaña, lo que permite las labores de reparación co Al elaborar cualquier proyecto de un material desti sin necesidad de que el material ensayado aban nado al Ejército en campaña, lo primero que se suele rriente, done el campo de pruebas. Dentro de esta zona, o adya establecer son las exigencias militares que debe satisfa a la misma, existen pistas campo a través, áreas cer el mismo. Una vez determinado dicho requisito, una centes pantanosas, pendientes hasta del 6o por roo, riachuelos oficina especial fija las características militares del ma vadeo) y otras instalaciones de ensayo naturales o terial de que se trata. Estas características militares son (para artificiales. Rutas pavimentadas y descarnadas, con gra las que definen en términos prácticos el rendimiento va y cenizas, existen por doquier con destino a la expe (en distintos aspectos) que se desea obtener de dicho ma terial, no siendo especificaciones propiamente técnicas, rimentación, aunque los vehículos sometidos a prúebas pueden rodar por las autopistas y carreteras ex con sujeción a las cuales deberá construirse éste. Así, por también ejemplo, una de las características del camión militar teriores a los confines del campo de experimentación. 2,5 t. establece: “Será capaz de marchar eón una carga útil de 2,5 t. y remolcar una carga de 3 t. sobre carreteras de Ensayo de las características del vehículo. terioradas, caminos y rodadas en todo terreno, incluso. El objeto de esta prueba es determinar las caracterís montuoso, tanto en zonas árticas como tropicales, y marchar con una carga de 5 t. remolcando otra del mis ticas físicas del vehículo ensayado y estudiar aquellas otras que difieren fundamentalmente de las del vehículo mo peso, sobre carretera perfectamente acondicionada.” que sirve de control. Este último es un tipo de vehículo Otra de las características militares establece simplemente: “El diseño de la transmisión deberá procurar la máxima ya utilizado por las fuerzas de campaña. Así, para el nue facilidad practicable para el cambio de velocidades.” De las vo cañÓn de 2,5 t. se utilizó el de 2,5 de la G. M. II. dos clases de camiones construídos con arreglo a esta úl Para ejecutarla se pesan, miden, fotografían y comparan, tima característica, uno de ellos emplea una transmisión tanto el vehículo que se ensaye como el que sirve de “synchromesh”, y el otro, una transmisión automática. control. Utilizando la coordinación establecida con los orga nismos interesados en el empleo, o usuarios, y revisadas Pruebas de marcha en carietera. que hayan sido por el Jefe de las fuerzas de campaña, las mencionadas características militares se someten, me Para llevar a cabo este ensayo, los vehículos que han diante el Departamento del Ejército, a los apropiados de probarse se comparan en servicio con los vehículos servicios técnicos, para que se tengan en cuenta durante que sirven de control, en las más diversas condiciones y la confección del correspondiente proyecto de fabricación. sobre las carreteras más variadas, tanto funcionando La debida solución práctica al requisito referente a ca aisladamente como en convoy, en vacío, cargados con racterísticas militares suele establecerse a base de un el peso previsto, con sobrecarga del roo por roo y con compromiso entre las consideraciones de orden técnico cargas remolcadas de diversa magnitud. Se registrará la y las de fabricación, establecido el cual, se elabora el cantidad de combustible y lubricante consumidos, com correspondiente proyecto. Efectuado el proyecto, ma parándose con su capacidad de rodar y su aptitud para queta y estudiadas las fases de producción del proto el tráfico. El vehículo ensayado efectuará marchas de tipo, la autoridad militar, actuando como enlace de las varias horas sobre carretera a una velocidad lo más ele fuerzas armadas de campaña con la correspondiente en vada posible, con el máximo de carga útil, con carga re tidad productora, sigue de cerca la realización del proto molcada y sin ella. Se registrará el rendimiento del mis tipo, haciendo las sugestiones pertinentes para que re mo, así como su capacidad para mantener una elevada sulte lo más adecuado a las condiciones de servicio. velocidad de manera continuada. Una vez acabado el modelo piloto o prototipo, se so mete a los correspondientes ensayos técnicos y después a las pruebas de servicio. Estas últimas, cuando se refie Prueba de frenos. ren a material automóvil del Ejército, son de exclusiva Para su ejecución se determinará la distancia necesa competencia de la segunda Sección del Consejo de las Fuerzas Armadas de Campaña, establecida en Fort Knox ria para conseguir la detención absoluta del mismo con Ky, que se ocupa de la experimentación de todos los la carga útil, sobrecargado con un ioo por roo, con o sin equipos automóviles del Ejército, incluyendo vehículos carga remolcada y marchando a velocidades de 32,48 y anfibios con tren de rodaje por ruedas y cadenas y ve 64 Km/h. También se determina la aptitud de los fre nos para detener el coche en una pendiente de 6o por roo hículos acorazados. con su carga útil. Se intentará fatigar los frenos, hacién El campo de experiencias de Fort Knox tiene una ex dolos funcionar con el vehículo sobrecargado al roo por tensión de unos 14 kilómetros cuadrados, reservada ex y con remolque lo más pesado posible sobre largas y clusivamente para ser usada por el citado Consejo, y en. ioo la cual hay instalados unos talleres de reparación de pronunciadas pendientes. Finalmente se examinarán las . 67 guarniciones dé los frénos de manera periódica, con objeto de apreciar la condición en que se encuentran y des gaste sufrido. Prueba de aceleración. Se efectúa para comparar la aceleración del vehículo de ensayo con el de control, sirviendo como medida la agilidad relativa del mismo. Los vehículos con su carga útil y con una sobrecarga del ioo por roo se comparan sobre un recorrido de i.5oo m., partiendo de la posición de parados y obser vando la máxima velocidad que pueden adquirir du rante dicho recorrido; también se registrarán los tiempos transcurridos en cada ioo m. recorridos. Para registrar todos estos datos se utiliza un acelerómetro remolcado con su correspondiente cinta registradora. Se efectúa este ensayo inmovilizando el vehículo e un terreno enfangado, baches encenagados, obstáculos trincheras y amarrando el cable del cabrestante a un S porte fijo; haciendo funcionar el cabrestante, deber desatascarse el vehículo. • Ensayo de transportabiidad aérea. Sirve para determinar lo adecuado que resulta el v hí culo para utilizarlo en operaciones aerotransportada Se efectúa en ensayo, inspeccionando el vehículo en 1 que respecta a sus dimensiones generales, dispositivos d sujeción y obstrucciones que pueda sufrir durante 1 operación de cargarlo en avión apropiado. El vehícul de ensayo se cargará, finalmente, en el interior del avión amarrándolo convenientemente para su transporte aére y lanzamiento a tierra, sirviéndose de un paracaídas. Prueba de trepabilidad. Tanto el vehículo de ensayo como el de control se ha cen marchar sobre una carretera pavimentada y con una pendiente del 5 por ioo en un recorrido de 1,5 Km. y sobre otra de grava, con el ro por ioo de pendiente y en un recorrido de 750 m. Se efectuarán diversas marchas en vacío con la carga útil, sobrecargado al 100 por ioo y con la carga útil y remolque normal. Se registrarán los tiempos requeridos para efectuar los recorridos. Final mente se intentará recorrer una pendiente de unos roo m. de ruta descarnada con una pendiente máxima del 6o por ioo a salida parada, con presión reducida en los neu máticos (1,44 Kg/cm2) y estando cargado al o por roo de la carga útil o con la totalidad de ésta. Esta prueba tiene por objeto determinar si el vehícul satisface las cáracterísticas militares para el arranqu en frío. Se prepara el motor del vehículo de ensayo para s funcionamientó en condiciones de frío ártica, utiizand aceite REO 72 para motores y combustible ártico de grado C (presión de vapor Reid, 0,85 Kg/cm2); la baterf de acumuladores se cargará al completo. Después di mantener el vehículo durante cuarenta y ocho horas la témperatura prescrita, se intentará poner el motor er marcha. Prueba de movilidad en terreno enfangado. Ensayo Para proceder a este ensayo se marchará sobre una ruta extremadamente enfangada en todo terreno, compuesta de pendientes resbaladizas y baches profundos y encenaga dos, comparándose la movilidad relativa con el de control, el efecto del lodo sobre sus diversos componentes y par ticularmente sobre la vida y accionamiento de los frenos. Está destinado a comparar el ángulo de basculamiento del vehículo que se ensaya con respecto al del vehículo de control, comparando también, al mismo tiempo, la estabilidad en pendiente lateral de ambos vehículos. Para efectuar la prueba, los vehículos descargados y con la carga normal se bascularán sustentados por cables hasta determinar el ángulo de basculamiento. Se les hará marchar con la carga normal sobre pendientes laterales, comparando su estabilidad. Se anotarán la fuerza de tracción, resbalamiento lateral, acción de la suspensión y facilidad de control. Prueba de tracción con carga remolcada. Se verifica en conjunción con otras pruebas, valorando el rendimiento del vehículo de ensayo cuando remolca apropiadas cargas; es decir, la carga útil cuando marcha por todo terreno, y una sobrecarga del ioo por roo cuan do marcha por carretera. Prueba de marcha en todo terreno. Se hará marchar al vehículo unos i.6oo Km. sobre te rreno abierto y montañoso, cuya consistencia varia des de la pantanosa hasta la dura, y de constitución acciden tada y polvorienta (se incluirá el ensayo de movilidad sobre grandes extensiones pantanosas). Se anotará par ticularmente el consumo de combustible y lubricante, “mortalidad” de las distintas piezas y fatiga del conduc tor. Después de terminar la prueba de comparación de los r.6oo Km., el vehículo de ensayo marchará otros i.6oo Km. adicionales. Durante ambas marchas, tanto el vehículo de ensayo como el de control serán cronome trados sobre un recorrido de 1,5 Km. a la máxima velo cidad en la pista de todo terreno, comparándosé los tiem pos empleados en dicho recorrido. Prueba del cabrestante. Tiene por objeto esta prueba comprobar si el cabres tante del vehículo que se ensaya es çapaz de desatascarlo cuando se encuentra inmovilizado por el fango o terreno escabroso. 68 Ensayo de resistencia al frío. de estabilidad en pendiente lateral. Ensayo de capacidad para vencer obstáculos. Se hará marchar a ambos vehículos, el de ensayo y el de control, a Lravés de baches de profundidad y anchura variable, y sobre obstáculos verticales de altura también variable, hasta que queden inmovilizados. Ensáyo de vadeo. Para realizarlo, se hará marchar al vehículo de ensayo, sin equipo especial de vadeo, en una corriente de agua de fondo firme y con profundidades variables de 45 y 12i cm. Después de efectuar las operaciones de vadeo, el vehículo se examinará detenidamente para determinar los efec tos del agua sobre sus diversos componentes, así como sobre los sistemas de alimentación de combustible y lu bricante. Ensayo de acondicionamiento del equipo y carga. Tiene por objeto determinar la colocación más satis factoria del material que se ha de transportar sobre el vehículo, determinar las limitaciones de su plataforma para transportar diversos tipos de cargas militares y de terminar lo adecuado del vehículo para transportar per a las inclemencias atmosféricas de la cabina )nal completamente equipado, particularmente los sir yde resisténcia conducción. Finalmente se comprobará la capacidad ientes de las armas remolcadas o transportadas por el del conductor para manejar el vehículo cuando esté equi ehí culo. pado con el traje especial para soportar el frío ártico. Durante todos los ensayos se harán observaciones sore la colocación óptima del. equipo respecto a la accesi ilidad y seguridad durante las operaciones. Las cargas Ensayo ‘de duración y seguridad. e ensayo serán de material ti picamente militar, tal como Para ejecutar esta prueba, después de efectuar todos ajas de municiones, bidones de gasolina, determinán ose la capacidad del vehículo para cada tipo de carga. los ensayos específicos ya mencionados, el vehículo con tinuará marchando hasta hacer un recorrido de unos ‘ambién se efectuarán cargamentos de personal comple 32.000 Km., de los cuales, unos 20.500 serán sobre ca amente equipado, observando la seguridad y comodidad el mismo y determinándOSe la capacidad del vehículo. rreteras de- primer orden; unos 6.500, sobre carreteras secundarias, y el resto será sobre “todo terreno”. nsayo sobre la facilidad de conducción y comodidad de los conductores. Ensayo de entretenimiento y consumo de combustible. Durante todas las operaciones de ensayo se efectuarán Tiene por objeto determinar las exigencias de entrete bservaciones comparativas sobre la facilidad operato nimiento y consumo de combustible y lubricante del ja y comodidad de la tripulación. El personal que inter de ensayo. nene en los ensayos será interrogado sobre la facilidad vehículo Durante todas las operaciones de ensayo se llevará le efectuar los cambios de marcha, la conducción del un registro del tiempo requerido para el entretenimiento 7ehículo, accesibilidad de los mandos, visibilidad, ‘como del vehículo, de las piezas recambiadas y del consumo lidad y opinión general respecto a la conducta del ve de combustible y lubricante. iículo. También se observarán los ruidos, temperatura Armascontracarrodegranmovilidad. Coronel Welborn C. Dolvin. De la publicación norteamericana Ár mor. (Traducción del Teniente Coronel Pedro Salvador Elizondo.) La movilidad ha sido siempre una de -las consideracio nes fundamentales tenidas en- cuenta en el desarrollo de las armas para el Ejército de Tierra, y desde la aparición del motor de combustión interna no ha cesado de inten tarse la adopción de montajes automotores para toda clases de armas, desde, la simple ametralladora hasta la más moderna pieza de• artillería atómica. Las armas sin retroceso tampoco han constituído una excepción en esta, evolución, y así hemos visto cómo, después de terminada la G. M. II, se han hecho múlti ples intentos para hacerlas más móviles montándolas en “jeeps” (fig. 1.8), Bren Gun carriers (fig. 2.8), “vea seis” (fig. 3.a) y otros múltiples vehículos de transporte y blindados en el campo de batalla (fig. 5.8). Debido a su reducido tamaño y peso, el cañón sin re troceso puede montarse fácilmente sobre un vehículo muy rápido y ligeramente blindado, tal como los aca bados de mencionar. Esta clase de vehículos son de fa bricación relativamente barata, y los proyectiles del ca ñón sin retroceso, muy eficaces contra los carros de combate. ¿Será, por tanto, este tipo de vehículos la ré plica eficaz contra la gran masa de carros de combate de que disponen nuestros enemigos en potencia, o, por el contrario, volveremos a pensar de nuevo en el complejo vehículo denominado “destructor de carros”? (fig. 4.8). Aquellos que propugnan la adopción del nuevo tipo de vehículo, fundamentan sus pretensiones en el magní fico rendimiento teórico del mismo, y constituye no sola mente la respuesta de la defensa contracarro, sino que también sirve para ejecutar las misiones asignadas ac tualmente a los carros de combate, llegando a pregun tarse qué es lo que puede efectuar un carro de combate que no pueda ser ejecutado por tales vehículos. Otros, en cambio, los conciben como un arma suplementaria para rellenar las lagunas o claros existentes en los ac tuales dispositivos contracarro, estimando que pueden prestar una valiosa protección a los elementos de pri mera línea en las situaciones defensivas. Una cuestión análoga se planteó en la G. M. II cuando se pensó en contrarrestar la acción de las fuerzas aco - F’ig. i.a_Caión sin retroceso de 105 ninl. montado sobre un “jeep’ no’rteaflie’riCaflO. razadas. De manera general puede decirse que fueron dos las tendencias que se enfrentaron: una estimaba. que el carro de combate era de. por sí la mejor arma contra- 69 carro que podía utilizarse; la otra asignaba esta misión a un sistema de cañones contracarro, dejando libre al carro de combate para cumplir su misión primaria de eliminar las ametralladoras y personal enemigo; que Fig. 2.8_Cañón sin retroceso de zo mm. montado sobre un “Bren Gun mientos y acciones preparatorias, actuaban agresiv mente enfrente de los carros, sufriendo severas pérdid a causa de su virtual falta de blindaje.” Como resultado de este empleo inicial de los destru tores de carros, el Cuartel Gener de las Fuerzas Aijadas modificó doctrina del empleo de los mismo haciendo especial hincapié en la n pidez de los reconocimientos, a como en el ocultamiento más con pleto posible en posiciones previ mente preparadas, evitando k fuegos delatores prematuros. Esi nuevo concepto de la táctica d destructor de carros fué seguid con ligeras variaciones, durante l fases defensivas deiresto de la gm rra. En las operaciones ofensjv fué práctica corriente para los de tructores de carros utilizar sus má potentes cañones para contrarre5 tar los contraataques de los carrc de combate. Hacia el final de la G. M. II s cambió de nuevo de ideas, estimán dose que la correcta solución al pro blema “carro de combate-destruc tor de carros” era montar sobre c carro de combate un cañón capa de destruir los carros enemigos, en comendando al mismo carro d Cayrjer” de origen engus. combate la misión asignada hast entonces al destructor de carros Es decir, que se consideró que e carro de combate constituía, de hecho, el mejor cañóx contracarro, tanto en el combate ofensivo como en el de fensivo. Durante el período que siguió a la G. M. II, las cir cunstancias económicas fueron tales, que el coste del equipo acorazado, así como el de los restantes armamen tos, resultaba más del doble que lo que había costado anteriormente. Además, Se llegó a la conclusión de que nosotros sepamos, prevalecieron las ideas de esta se gunda tendencia, organizándose para atender a la pri mera misión Unidades de cañones contracarro, y últi mamente, Unidades a base de destructores de carros. Resulta interesante observar cómo el cambio de nom bre de contracarro al de destructores de carros fué idea del General McNair, quien insistía constantemente en que las Unidades contracarro debían utilizarse más agresiva mente, estimando que el nuevo nombre indicaba mejor el espíritu de ofensiva. La Escuela de Destructores de Carros, establecida en Fort Hood, Texas, insistía cons tantemente sobre la agresividad. El lema de los des tructores de carros, “Ver, Atacar y Destruir”, constituía el mejoro título de su ejecutoria, y Unidades entrenadas con arreglo a esta doctrina fueron las que entraron en acción en los primeros dfas de los combates norteafrica canos. Los informes provenientes de las primeras acciones en que intervinieron, fueron, sin embargo, desfavora bles. El mismo General McNair hizo las siguientes ob servaciones respecto a la agresividad de los destructores de carros: “Puesto que el carro de combate debe avanzar, el destructor de carros solamente necesita maniobrar para alcanzar una posición favorable, ocultándose completa mente para tender una emboscada al carro de combate. Parece correcto imaginarse al destructor de carros ac tuando ofensivamente, buscando al éarro y situándose en posición de batirlo eficazmente. Sin embargo, sería ciertamente una locura el intentar que el destructor ac túe ofensivamente en forma análoga a como lo hace el Fig. 3.—Cañón sin retroceso de 75”mm. montado sobre un carro de combate, ya que tal táctica lo situaría en con Weasel de origen norteamericano. diciones de tener que sacrificar innecesariamente las ven tajas que posee por su misma naturaleza. Los percances norteafricanos fueron debidos a que los destructores de rusos poseían carros de combate en cantidades in carros, en lugar de disparar desde posiciones ocultas, los mensas y con una gran capacidad combativa. Por otra maniobraban demasiado libremente durante el combate. parte, puesto que cualquier decisión para dominar y En lugar de actuar agresivamente durante sus reconocícombatir las fuerzas acorazadas rusas sobre una base pu- 70 défensas contracarrO, suministrándolas un potente ele ramente cuantitativa implicaba una elevada capacidad• mento acorazado para los contraataques lanzados en este productiva y costes unitarios considerablemente eleva escalón. En las acciones retardatrices, los carros de com dos, se consideró natural el buscar una solución más ba bate utilizan su potencia de fuego para infligir al má rata para derrotar las citadas masas de carros de com-’ bate rusos. Volviendo de nuevo al tema de nuestro vehículo ligero de gran mo v.ilidad, la comparación de sus ca racterísticas con las del destructor de carros no nos permite apreciar una superioridad de empleo res pecto a la de este último. Dichos vehículos, maniobrando en campo abierto, serían fácilmente destruídos, de la misma manera que lo fueron los destructores de carros durante los primeros días de la G. M. II. Vemos, pues, que, según esto, el correcto empleo de este nuevo tipo de armas sería también atacar a los carros de combate ene migos desde posiciones ocultas y bien preparadas. En cuanto a su aptitud para re emplazar a los carros de combate, examinemos las funciones al que tendrían que atender: en las ope raciones ofensivas, su misión con sistiría en acercarse y destruir al Fig. 4.a__Desfructcer de carros (M-Io). enemigo. Para ejecutar esto, cuan do setrata del equipo Infantería-. Carro de combate, este últin de ximo castigo al enemigo, forzándole a’un despliegue pre berá eliminar del campo de batalla todas las armas per maturo.. Esta acción deberá efectuarse a distancias rela sonal enemigó que se opongan al avance-de su propia in— tivamente grandes, con objeto de poderse retirar a otra fantería, utilizando al máximo su grai potencia de fuego posición sin -necesidad de verse gravemente comprome protegida por el blindaje, así como su movilidad y efecto tidos. de choque. Durante el ataque, una vez tomado el obje Ahora bien; con objeto de poder ejecutar estas diver tivo, los carros de combate utilizarán su cañón para des sas funciones, el carro de combate deberá poseer no sola truir ,las fuerzas, acorazadas que intenten impedir la eje-. mente una eficaz aptitud contracarro a distancias rela cución de ‘la misión asignada al citado equiPo. En la de tivamente grandes, sino también una gran potencia mor fensiva, el’carrode combate proporcionará la protección tífera. Su protección será tal que le permita subsistir en el campo, de batalla, consintiéndole acercarse al enemigo hasta colocarle dentro del alcance eficaz sin ser destruído. Deberá transportar suficientes cantidades de municiones y gasolina para permitirle una acción sostenida, al mis mo tiempo que poseerá una gran robustez y seguridad mecánica. Finalmente, será capaz de disparar sus armas portátiles y su cañón por encima de las fuerzas propias en su vecindad próxima. Expuestos los requisitos exigidos a los carros de comba te, un análisis de las características militares teóricas de los vehículos ligeros contracarro nos revela que sólo poseen suficiente aptitud para efectuar algunas de las misiones actualmente asignadas a los carros. En efecto, estos ve hículos pueden incrementar en gran medida la protec ción contracarro de los elementos de primera línea, ya que podrán disparar desde posiciones cuidadosamente elegidas y ocultas contra los carros de combate enemigos que se muevan en campo abierto. También tendrán suf i ciente alcance para atacar a los carros enemigos antes de que éstos invadan las posiciones de sus fuerzas pro pias. Mantenidos en reserva, dichos vehículos podrán dirigirse rápidamente a posiciones previamente elegidas, Fig. 5.a_Detalle del montaje de un cañón sin retroceso de 75 mm. sobre la barca de. era carro de combate M-32 flor/Carne una vez determinada la dirección principal del ataque ricafio, al cual se le ha quitado la torreta (experimentado ea enemigo. Sin embargo, no estando suficientemente blin Corea). dados o armados, no podrán participar’ en los contraata ques contra una potente fuerza acorazada. Insistiendo en lo dicho, los vehículos contracarro lige contracarro, reforzando los fuegos de los Batallónes de ros, lo mismo que los destructores de carros de la G. M. II, primera línea y participando en los contraataques. no pueden maniobrar en campo abierto contra las fuer Si nos referimos a las Unidades .de carros divisionarios zas acorazadas enemigas. En el ataque no solamente esy de Cuerpo de Ejército, proporcionan profundidad á las • • - • ‘ - 71: tarán expuestos a las fuerzas acorazadas enemigas, sino que también serán incapaces de combatir a aquellas armas y personal que se opongan al avance de su pro pia infantería. Finalmente, la cantidad de munición que sean capaces de transportar será a todas luces insuficiente para sostener un combate continuado, no siendo, por con siguiente, aptas para mantener el ataque con Ja infante ría que acompañen hasta conseguir el éxito final. Por otra parte, al mismo tiempo que la cuestión de sus características, se plantea también en estos vehículos la cuestión de su aptitud para practicar una táctica de vai vén, es decir, de ataque y retiradas alternativas. La ma yor parte de los combatientes experimentados están de acuerdo en reconocer que cuando el enemigo desencadena el ataque, la utilización del principio de disparar y re troceder resulta desastrosa. Por el contrario, lo correcto es procurar’mantenerse en posición a toda costa. La ra zón de esta firmeza a ultranza la encontramos en la mis ma naturaleza humana. En efecto, es evidente que cuan do se ocupa una posición sometida a un atatjue en que el enemigo utiliza 1s más modernas armas, la reacción na tural del sr humano es huir. Esta reacción normal debe ser vencida por el dominio de sí mismo, acompañado de una buena instrucción y una alta consideración del sentimiento del deber. Cuahiuier movimiento apresurado hacia la retaguardia es temiblemente contagioso. Cada combatiente se imaginará que han sido dadas las órdenes de retirarse, aunque ellos no hayan llegado a oírlas. Por consiguiente, cualquier plan para el empleo de un arma que implique la acción de efectuar unos pocos disparos, retirándose después para volver a municionarse, o que exija un cambio radical de posición, conducirá probable mente a resultados poco satisfactorios. Al lado de las ra zones psicológicas, existen también las razones contun dentes del fuego enemigo, que hará sumamente dudoso el éxito de tales tácticas. El enemigo, lo mismo que nuestras propias fuerzas, empleará su artillería en el ataque para neiftralizar en la medida de lo posible al personal que ocupe la posición atacada. Además, intentará al mismo tiempo aislar la zona atacada, con objeto de impedir a las fuerzas oponentes toda oportunidad de ser reforzadas. En resumen: podemos decir que aquella armas, tales como los vehículos ligeros que vayan armados con caño nes sin retroceso, constituirán una valiosa e importante contribución al arsenal de las armas contracarro. Sin em bargo, para su córrecto uso, habrán de estar necesaria mente integradas dentro de un completo y general sis tema de defensa contracarro, pues no hay duda de que estas armas serán capaces de ejecutar cualquier misión defensiva asignada actualmente a los carros de combate; pero como carecerán del armamento y blindaje necesario para mantener una acción continuada, no podrán efec tuar aquellas otras ofensivas encomendadas también a estos últimos. Ense?ianzasynuevospuntosdevistádélaguerradeCorea.— ImpresionesdeunOficialsuecoasuregresodelLejanoOriente. D.c la publicaciÓnalemana Die Deu*scheSoldasenzcitung (Traducci6n del comandante Wilhelmi.) Las guerras en Corea e Indochina no son nada extra ordinario, ni desde el punto de vista técnico ni desde el táctico. Ninguno de estos teatros de guerra es una nueva España, sobre la que las grandes potencias pruebansus medios en suelo extraño, antes de la gran decisión. Tanto en Corea como en Indochina se trata de unas “guerras políticas”. Guerras de todas formas, en las que las operaciones de las grandes potencias dependen más de puntos de vista políticos que tácticos o estratégicos. Pero, sin embargo, dan motivo estas guerras para inves tigar sobre algunas particularidades, que probablemente caracterizarían el capítulo inicial de una G. M. III. Tal vez nos encontremos en el comienzo de. una nueva época en la historia de la conducción de la guerra. producirse en Europa. Tal vez esté próximo también aquí el tiempo de las guerras civiles ideológicas, si la unidad, la firmeza y la cordura no llegan a tiempo de evitar la tormenta que se avecina. Sería engañarse a sí mismo, y pudiera constituir un gran peligro para el futuro de los países occidentales, si no se reconociera el hecho de que, tanto en Corea como en Indochina, los soldados indígenas del lado comunista se baten con mucho más fanatismo y destreza que sus compatriotas que luchan al lado de las Potencias occiden tales. Y esto, aun cuando unos y otros proceden del mis mo pueblo y no se diferencian entre sí nada más que por una línea trazada de una manera más o menos arbitraria sobre la sala de conferencias de un lejano país de Europa o América. No pasaría de ser un hermoso sueño figurarse que es únicamente el miedo al castigo lo que impele a Guerras civiles ideológicas. aquellos soldados amarillos que luchan bajo la bandera roja, a lanzarse en. masa como un rodillo entre las barre Nos encontramos en una época en la que los combates ras artilleras y los campos de minas, o a batirse como no se deciden entre, sino en el seno de las naciones. Pero “partisános” en las espaldas del enemigo. La frase tan en la historia nada es completamente nuevo, ni siquiera empleada de “rebaños asiáticos” no basta para explicar esto. No hace falta más que cambiar actualmente los ese hecho. Los jóvenes de todos los tiempos y de todos noiiibres de las principales sectas religiosas del siglo XVII los países se han convertido en buenos soldados simple por los de las grandes doctrinas de nuestro tiempo, y mente por medio de una adecuada instrucción, fuerte sustituir también los nombres de Corea e Indochina por disciplina y fe en su causa. No se han hecho, en cambio, Alemania y Polonia, y encontraremos una situación. que nunca buenos soldados, como dijo una vez Federico recuerda a la guerra de los Treinta años. No hay nada Grande, por miedo a sus superiores. En Europa exis que se oponga a que el desarrollo militar actual en el el ten hoy día muchos soldados de los países satélites de la lejano Oriente pueda ser análoo al que mañana pudiera Vnión Sviéica que, como puede suponerse, reciben una 72 instrucción militar y una enseñanza que recuerda en todo a la que tienen sus compañeros de manada en el lejano Oriente. tUn enemigo al que se valora en menos de lo que realmente es, puede ser más peligroso que nin gún otro! Soldados infrahumanOs3 La táctica rusoasiática parece que procura escapar, por todos los procedimientos a su alcance, a los efectos de los modernos medios de combate. Esto lo realiza si guiendo una línea general, que consiste en que, casi sin excepción, toda su actividad y movimientos los des arrolla durante la noche; elige sistemáticamente el te rreno más difícil para su aproximación (el que se consi dera inaccesible); prócura llegar rápidamente al com bate próximo y a la lucha cuerpo a cuerpo, con objeto de zafarse de la artillería y aviación enemiga, y, por úl timo, aun cuando se mueve constituyendo pequeñas Unidades, lucha luego con una enorme superioridad tác tica en hombres. Como consecuencia de la infiltración de fuerzas, de los partisanos y de las organizaciones de resistencia, el frente está en todas partes y en ninguna. Por esto, así como también porque los comunistas desprecian todos los convenios internacionales de tipo humanitario, que, naturalmente, estorban a su manera de conducir la gue rra, los rojos convierten la lucha en una guerra total; pero de una forma distinta y tal vez incluso más eficaz que la conseguida por las potencias occidentales con sus bombardeos aéreos contra ciudades y pueblos, su com pleta movilización industrial, etc. Pasan meses hasta que un soldado normal europeo o DE RECIENTE americano se acostumbra a las crueldades que parecen indefectiblemente unidas a la forma asiática de dirigir la lucha. Como nuestra superioridad técnica por sí sola no es suficiente para contrarrestar esta circunstancia, po dría darse fácilmente en la idea de dar resueltamente un paso y devolver mal por mal. ¿Qué sucedería si nosotros enroláramos también, con arreglo a la línea de conducta rusoasiática, a soldados con “sangre de perro” que pudie ran infundir miedo y pavor entre las filas enemigas, que nada o poco supieran de democracia y de humanidad y que únicamente se inclinaran ante la violencia y ante una mayor fuerza? Tales soldados de “sangre perruna” podríamos tal vez encontrarlos también en Europa. Pero ¿sería realmente recomendable esta resolución? No, na turalmente que no. Un solo paso en esta dirección, y no seríamos ya, ni por un momento más, el Occidente; no valdría tampoco ya la pena de batirnos por sus ideales. ¿Es, pues, la masa, en último extremo y sin esperanza, superior a la técnica? La respuesta, a pesar de todo, es negativa, pero siempre que se emplee la técnica de for ma adecuada. Al comienzo de la guerra coreana, los tro pas de la O. N. U. empleaban una forma de combate que recordaba a la táctica de los blindados de Patton sobre las llanuras tan ricas en caminos de la Europa occiden tal. Pero esta táctica no tenía la menor perspectiva de éxito sobre los terrenos pantanosos, los campos de arroz y las colinas pedregosas de aquella península. Hasta hace aproximadamente un año, el 75 por ioo de las fuerzas francesas de Indochina estaban atadas, con su superior potencia de fuego, a unos blocados y fortines de modelo sahariano. Unicamente en este último tiempo ha sido sus tituída esta desgraciada táctica por otra móvil que tien de a buscar al enemigo. y a batirle, en lugar de esperar pacientemente su ataque. PUBLICA ClON LOS DOCE ESCUDOS. DEL EJERCITO ESPAÑ Por el Teniente Coronel Capellán Doctor Roberto Madrid 260 Precio: páginaS. NOTA.—Al personal militar y Orjanismos del Ejército se les hará un descuento del 15 por PEDIDOS 30 100sobre este pesetas. precio. A EDICIONES EJERCITO Alcalá, 18._MADRID 73 Masa y fanatismo. más de éstos, en cada Compañía, no háy menos de 5o hom bres especialmente instruí dos para la propaganda entre sus camaradas, entre los prisioneros, la población civil, etc. Actualmente, el arte de la guerra occidental no puede ciertamente festejar triunfos en Asia oriental. Pero, a largo plazo, las democracias, unidas, tal vez puedan te ner grandes ventajas si consideramos en conjunto la si tuación. Sus aproximadamente roo.ooo soldados apren den una táctica y una forma de conducir la guerra con la cual, hasta ahora, sólo lbs alemanes y los finlandeses habían entrado en contacto. Aprenden también a cola borar con soldados de otras nacionalidades, venciendo las dificultades naturales que se derivan de la diversidad de idiomas, de las distintas exigencias, de las diferencias de entender la disciplina y de muchas otras cuestiones. Aprenden que las diferencias psicológicas en el serio de un Ejército, compuesto por personas de diferente nacio nalidad puede ser una ventaja si se sabe aprovechar el hecho de que dichas diferencias pueden complementarse. Aprenden, y esto es tal vez lo más importante, lo que su cruel y astuto enemigo puede enseñarles en muchas co sas. Esta es una dura lección, pero una lección que debe ría aprenderse rápidamente antes de que sea demasiado tarde. Lo que hoy sucede en el lejano Oriente puede re petirse mañana en Europa. Cuando ataca una Unidad occidental, normalmente pone en cabeza a tropas escogidas, especialmente, ms truídas y equipadas, para que luego sean las que abran la brecha. En los campos de batalla del lejano Oriente nos tropezamos frecuentemente con todo lo contrario. Allí el enemigo emplea como punta de asalto casi exclu sivamente Unidades de ínfima calidad; su masa ha de compensar la escasez de medios técnicos y la mala ins trucción. Es interesante señalar que estos soldados de segunda o tercera clase muchas veces han recibido una instrucción mucho más política que militar. Mueren por millares, pero mueren por una causa en la que creen a ojos cerrados. La técnica y la instrucción no han sido sustituidas únicamente por la masa, sino también por el fanatismo. Las tropas blancas en Corea y en Indochina se baten generalmente hábil y valientemente. Su espíritu es bue no. Pero puede decirse, sin exageración; que sólo muy pocos soldados sienten el ideal por que se baten y cuáles son los objetivos de esa guerra. Esto constituye un punto débil que no existe en el enemigo. En Tonquín, los fran ceses tienen io agentes permanentes para su propaganda; los comunistas poseen en aquella misma zona 300, y ade Vías de comün icación africanas. Teniente Coronel de Caballería, del Servicio de E.. M., Joaquín de Sotto. Montos. - Antes de la pasada G. M. II, Africa todavía era consi derada, en términos generales y, como es natural, con excepciones, como una región geográfica relativamente independiente de los problemas europeos, y tan sólo apta para servir de base a imperios coloniales, protecto rados, etc. Hoy día puede afirmarse que el mundo en tero, muy cuerdamente por cierto, e viene dedicando a descubrir el Continente africano, interesándose, muy acti vamente por cierto, en el extraordinario potencial con tenido en las tierras africanas; de aquí que ahora las vicisi tudes de tales comarcas se vayan saliendo paulatinamente de la órbita de las potencias protectoras o colonizadoras para pasar a un rango internacional hasta el presente désconocido y de alcances difíciles de predecir. Como es natural, la idea de revalorizar el potencial africano ha traído consigo la necesidad de mejorar y per feccionar las pósibilidades de comunicación entre el. in terior del Continente y su periferia, así como la de ésta con el resto del mundo interesado en tal empresa, en cu yas filas fácilmente puede comprenderse se encuentran, además de las naciones de dicho Continente, las poten cias protectoras entre las que figuran España, entre otras. Nosotros, en este trabajd, no nos vamos a referir con cretamente a las vías de comunicación terrestre del Pro tectorado español, ya que la limitada extensión de él y el acertado plan de obras públicas existente no precisa comentarios; así, pues, fundamentándonos en las ense ñanzas obtenidas con motivo del Rallye Internacional automóvil “Mediterráneo-El Cabo”, trataremos de co mentar asunto de ,tno interés. 74. Organización del “rallye” Mediterráneo-EJ Cabo. Esta prueba automovilística, celebrada en los últimos días del año 1950 y principios de 1951, a diferencia de otras más modestas realizadas en pasados tiempos con fines de acreditar una marca de automóviles determi nada, ha perseguido más ambiciosas aspiraciones, entre las que destacan las dos siguientes: Establecer relaciones continuas entre la gran mayo ría de los pueblos y razas de Africa, con el propósito de conseguir una cierta solidaridad africana y una unidad económica y hasta cierto punto cultural. Mejorar y multiplicar en lo posible el número de itinera rios viables al automóvil por el interior del Continente. Así, pues, tal prueba no debe ser considerada bajo un aspecto puramente deportivo, aunque tal consideración también haya sido tenida en cuenta por los participantes, y sí, en cambio, deberá ser estimada como un paso gi gante dado sobre Africa por nuestra civilización, con la aspiración dé incluir en las corrientes culturales y comer ciales existentes en Europa a los pueblos africanos del in terior del Continente vecino, asunto ciertamente un tan to descuidado. Volviendo sobre el tema, es preciso indicar que el nú mero de vehículos participantes fué el de 36, de los cua les llegaron sin novedad al punto de destino 35, lo que bien claramente demuestra que el “rallye” que se comen ta constituyó un verdadero éxito y que consecuentemente ha abierto amplios horizontes al porvenir del transporte automóvil por el interior de Africa. — — En cuanto al desarrollo material de la prueba, las ne cesidades logísticas, las severas dificultades que para la circulación automóvil presentaban las comarcas a atra vesar y también el amplio fin práctico perseguido, obli dificultades al paso de numerosas caravanas de vehículos, se siguió el sistema de organizar pequefias agrupaciones de marcha, de unos cuatro o cinco vehículos con unos io a 15 pasajerOs en total; agrupaciones éstas que, en Á,cR/CÁ ¡URA fR/CA Y LINEAS DE coAfuN/cAclo - HESAFRICANAS garon a los organizadores a seleccionar una red de itine rarios a propósito para recorrer zonas de verdadero inte rés como fuentes de producción y, por tanto, de posible aplicación en un futuro para fines militares. También d•ebe indicarse que, debido a la escasa capacidad logís tica de las rtitas seleccionadas, ya que en este primer in tento de circular ampliamente por el interior del Conti nente africano las pistas saharianas presentaban grandes términos militares y aunque su misión no fuera bélica, pudieran ser consideradas como patrullas de exploración de la civilización europea. Como se ha indicado, se seleccionaron varios itinera rios con vistas a constituir una verdadera malla de vías de comunicación; las citadas fueron (véase el croquis): Desde el Mediterráneo hasta Fort Lamy (próximo al lago Tchad), tres itinerarios, a saber: 75 •a Argel’- Am Sefra Colom Bechar- Beni Abbes, Adrar Reggan Tesalit Bouren Gao- Niamey Kano Fort Lamy. 1 2. Argel -El Golea in SaJah- Tamanrasset Kano Fort Lamy. 3.a Túnez Gabés Derd’j Fort Leclerc Zouar Lar geau Moussoro Fort Lamy. Desde Fort Lamy a Stanleyville, esto es, en Africa Ecuatorial, tan sólo puede ser utilizado el siguiente iti nerario: Fort Lamy Fort Archambault Fort Crampesi Bambari Bongassou Buta Stanleyville. En el Congo belga y Rodesia, el terreno permitió la ampliación de un itinerario más, quedando constituída la red por las siguientes: a Fort Portel Elisabethville Broken Hill. 2a Siguiendo la margen oriental del lago Tangañica, comprendía las siguientes localidades: Fort Portef Kam pala Nairobi Iringo M ‘beya Isoka Mpika.. Broken Hill. En la región de Rodesia, y más exactamente en Li vingstone, la red volvió a unificarse en un solo itinerario hasta El Cabo, atravesando la Unión Sudafricana por Bulawayo Pietersburgo Johannesburgo Bloemfontein Nelspoort y Worcesley. Como puede verse, prácticamente las patrullas expio radora motorizadas han recorrido casi la totalidad del interior del Continente Negro, obteniendo los siguientes resultados prácticos, aparte de los de orden cultural: Por lo que al carácter material y técnico se refiere, sé ha conseguido, con motivo del “rallye” que se comenta, - - - -: - -, - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - crear, mej orar y precisar una red de comunicaciones a base de carreteras, cañadas y pistas de unos 30.000 kiló metros de desarrollo. Igualmente se crearor puestos de mantenimiento de todos los órdenes, asunto de vital in terés en zona tan inhóspita como la que se atravesó. Se ha demostrado igualmente la posibilidad de atra vesar el Continente africano con caravanas motorizadas de vehículos de serie equipados convenientemente. En cuanto al militar, su importancia es notable, dado que el día que se consiga un total dominio del transporte por carretera, las enormes reservas de potencial humano y de materias primas de aplicación militar influirán con siguientemente en actuales planes estratégicos. El interés que tal cuestión tiene para nosotros puede ser considerado trascendental, ya que España, indepen dientemente de su presencia real en el Continente afri cano y de los lazos de amistad y comprensión mutua des de antiguo vigentes, por su situación geográfica, es ver daderamente puerta natural en el Mediterráneo del ca mino que de Africa se dirige a Europa y viceversa; de aquí que en todo momento, y muy en particular en caso de guerra, en que la actividad submarina dificultaría la navegación, las relaciones, tanto comerciales como de transporte de tropas y pertrechos de guerra de uno a otro Continente, por economía y también por seguridad, tenderán a buscar nuestras comunicaciones terrestres, las cuales, para hacer frente a la intensa circulación que tal medida habrá de producir, habrán de disponer de una capacidad logística y protección adecuada. LadefensadeEuropa. General H. J. Kruls. De la publicación norteamericana Las premisas para el estudio de la defensa de Europa occidental pueden sintetizarse como se expresa a conti nuación. En primer lugar, puede asegurarse que la Unión So viética trata de extender el comunismo por todo el mun do para dominarlo. Es cierto que en la Rusia actual ape nas tienen vigenciá las doctrinas de Marx y Engels, y que un régimen basado en la dictadura de Stalin y en el ca pitalismo estatal contribuye muy poco, en realidad, a la propagación del credo comunista, pues, en definitiva, es la interpretación que Stalin da a ese credo lo que Rusia trata de imponer al resto del mundo, mediante la serie de acciones inspiradas por su política. En segundo lugar viene la Certeza de que los dirigentes del Kremlin emplearán Cuantos medios consideren ade cuados a la consecución de su fin, incluso la guerra, si es necesario. Por último, en la actual situación internacional, es in dudable que si Rusia acudiera abiertamente a la fuerza de las armas, se desencadenaría la tercera guerra mun dial. A pesar de los enormes recursos humanos de Rusia, de siis’ satélites y de sus aliados chinos, su potencial mi litar es y será considerablemente inférior al de sus pre suntos enemigos. Por consiguiente, mientras los dictado res soviéticos sean prudentes en sus decisiones, no acu dirán abiertamente a la guerra, a menos que vean una posibilidad de modificación, a su favor, de la añtes citada desproporción de recursos, mediante la obtención de rá pidos éxitos iniciales en una ofensiva por sorpresa. 76 Fóreign Affairs. (Traducción del Teniente Coronel Casas.) No hay que olvidar que los rusos, durante algún tiem po, han mantenido prestas para actuar importantes fuer zas terrestres con el correspondiente apoyo aéreo, lo que hacía posibles el ataque, por sorpresa y el consiguiente éxito inicial. Dichas fuerzas de tierra y aire están ahora en condiciones de iniciar la agresión en varias direcciones y de llevar a cabo una defensiva general. Gran parte de la industria rusa ha sido dispersada para servir a distintas zonas de su proximidad, entendiendo ésta “proximidad” en sentido relativo, a causa de las enormes distancias y de las características de su sistema de transporte. Estos fac tores hacen que la guerra en frentes ampliamente distan ciados lleve implícito un riesgo que deba ser tenido en cuenta por la Unión Soviética. Si sus dirigentes se decidieran francamente por la gue rra—tal vez después de haber obtenido grandes progresos en la guerra fría—, sólo se les presentaría un camino ha cia la victoria final, previa la expansión de su propio po tencial a expensas del Oeste. Dicho camino es el de la Europa occidental, que conduce a las costas del mar del Norte y del Atlántico. En tal caso, deberían ocupar tam bién el ‘Oriente Medio. La ocupación de Europa occidental proporcionaría a Rusia materias. primas, capacidad industrial y excelente mano de obra en cantidades considerables; sus costas le darían bases, desde las cuales los submarinos rusos po drían infligir mayores daños a sus enemigos; su terri torio le facilitaría aeródromos y zonas de lanzamiento de proyectiles dirigidos. El Oriente Medio produce petróleo; tados. Unidos, ‘porque. -su -situación geográfica es la que ha evitado que Rusia. alcance las costas del Atlántico. -Si -esto sucediera, -los-rñso.s se. encontrarían én situación -estratégica mucho más fuerte para dar la batalla final a los norteamericanos. Aunque éstos estarían aún lejos de perder la partida, pues podrían reducir considerable mente el valor de la ventaja rusa, destruyendo (durante o después de haberla aquellos conseguido) todas las ins talaciones y muchos de los recursos en que se basa la for -taleza de Europa occidental. El porvenir de los citados países es completamente di ferente. La ocupación rusa significaría el fin de su exis tencia, pues, al igual que las- actuales naciones satélites, serían absorbidos en beneficio de los Soviets, su pobla ción diezmada y sometida al terror, su industria desman telada y trasladada a Siberia, a menos que hubiera sido previamente destruida por las bombas américanas. Tal vez, al cabo de muchos años, estos desgraciados países serían liberados si los Estados Unidos ganaban, al fin, la guerra; pero para entónces todo -lo peor habría ya suce dido, y a tan alto precio hubieran proporcionado una protección solamente temporal a los Estados Unidos. Es claro que los referidos países no sienten el heroísmo en tan alto grado y es natural que no tengan otra idea fija que la de asegurar su propia pervivencia. Por ello, el interés fundamental y común de los Esta doS Unidos y Canadá, por un lado, y de Europa occi dental, por otro, se puede definir más concretamente diciendo que consiste en evitar que Rusia provoque una tercera guerra mundial y, al mismo tiempo, negarle el triunfo en la guerra fría. Así, pues, el fin primordial de la estrategia occidental es asegurarse de que si la gue rra llega, la perderá Rusia, y de que los propios dirigen tes soviéticos lo comprendan así. -Naturalmente, las ne cesidades para la obtención del éxito de dichá estrategia determinarán, a su vez, la organización militar occiden tal y tos efectivos de las fuerzas que déban ser creadas. La puesta a punto de la organización y los preparati vos para su funcionamiento, ante la eventualidad de guerra, requieren la dirección de un jefe enérgico, que tenga claramente presentes los fines supremos de su ac ción. Si se admite que las fuerzas occidentales, previa una retirada inicial, deben ser capaces de detener a las Para comprender los diferentes elementos que integran hordas agresoras procedentes del Este, la primera cues el factor dirección, revisemos la situación política y estra que se plantea es si podrán resistir lo suficiente para, tégica del Este y del Oeste. La G. M. II reforzó la posi tión una vez rehechas, presionar a los rusos hacia atrás. ¿Y ción de Rusia y los éxitos que posteriormente ha alcan sería entonces concebible que impulsaran su contraofen zado en la guerra fría le han proporcionado “paracho siva hasta el extremo de derrotar y destruir a las fuer ques” de amistad y estados satélites en el Este y el Oeste; zas soviéticas de tierra y aire dentro de las fronteras limitada al norte por el Artico .y al sur por fuertes fron rusas? teras naturales y países neutrales, la rodea un cinturón Si las tropas occidentales hubieran sido desarrolladas protector, en dos puntos del cual se lucha actualmente, amplia y perfectamente, podrían, con la ayuda de una si bien Rusia no es beligerante, aunque sí parte alta actividad de las quintas columnas, conseguir la libera mente interesada; nos referimos a Corea e Indochina, ción de los países satélites y, tal vez, provocar una revo donde las fuerzas de las Naciones Unidas y las de la lución en estados rusos tales como Ucrania. Pero no es Unión Francesa, respectivamente, han aceptado el reto razonable suponer que serían capaces de salvar los obs comunista. táculos que presenta la enorme extensión de la Unión Los Estados Unidos y el Canadá son forzosamente los Soviética, sus malos ferrocarriles y carreteras, y la cru últimos objetivos de Rusia para la dominación del mun de su clima. El Gobierno- ruso ha aprovechado ple do. Ambos países están casi totalmente rodeados por deza namente sus condiciones geográficas dispersando su má océanos. Al otro lado del Atlántico y del Pacífico existen quina productora en la Rusia asiática. Napoleón llegó a países e islas que bordean el cinturón protector de Rusia Moscú, Hítler se vió detenido a las puertas de la ciudad; o dominan susOcostas. Todos, excepto China, ahora bajo pero esta vez los Ejércitos que quieran conquistar Rusia régimen comunista, son amigos de América del Norte y tendrían que continuar más allá de Moscú. Y al final desean evitar el yugo comunista (porque les desagrada su chocarían con el vacío. El Oeste únicamente puede ven régimen dictatorial, su bajo nivel de vida, la negación cer a Rusia neutralizando el principal origen de su fuer absoluta de los derechos humanos y la esclavitud que za—su tremenda extensión—mediante una imponente reina en la Unión Soviética y sus países satélites). Por arma aérea. ello, aunque pueda habor diferencias de matiz, aquellos Esta, como tal fuerza aérea estratégica, deberfa, en Estados e islas tienen los mismos intereses fundamenta primer- lugar, barrer del aire a la fuerza análoga de los les que los Estados Unidos. Soviets, destruyendo sus aeródromos, bases, factorías En el Oeste, la situación es aún más clara. Los países aéreas y, en lo posible, sus fuentes de materias primas, y de Europa Occidental merecen la protecciÓn de los Es- su ocupación abre las puertas de Africa, y, en todo caso, es un adecuado lugar de enlace entre el Oeste y el Lej ano Oriente. El Mediterráneo, desde el Oriente Medio a la Península Ibérica, es el viejo mar de la civilización que ha modelado la historia de la Humanidad durante mu chos siglos. Si Rusia va a la guerra para conquistar la hegemonía mundial, tendrá necesariamente que imponer su voluñ tad a los Estados Unidos de América. No es posible con quistar y ocupar con fuerzas terrestres el continente ame ricano, y por ello las fuerzas aéreas de los rusos tendrían que desempeñar un papel decisivo en la destrucción del potencial de guerra americano. Pero los rusos no podrían nunca someter a Norteamérica sin haberse apoderado de Europa occidental y acaso del Oriente Medio. Los hombres del Kremlin desearían poseer otros obje tivos que existen en diversos lugares del mundo; pero so lamente la posibilidad de apoderarse de Europar les ten taría para desencadenar la guerra mundial, que en modo alguno desearían afectarse a Asia, pues como las fuerzas occidentales de Corea amenazan directamente importan tes intereses rusos, éstos, al comienzo del conflicto, se ve rían en el difícil trance de tener que luchar en dos frentes. Durante la G. M. II, los aliados no quisieron o no pu dieron tener presentes los tradicionales objetivos de Ru sia; pero ahora han vuelto de su error y se aprestan a la defensa. Ello no debe ser obstáculo para tratar de evitar la guerra por todos los medios posibles. Sin embargo, está demostrado que la lenidad y la debilidad a nada condu cen, y que lo único que imprsiona a los dirigentes rusos es la fuerza y el poder. Por eso la actual e incipiente fuer za de Occidente debe ser considerablemente incremen tada, lo que constituye una dura tarea y requiere una enérgica dirección. La cuestión de si el Oeste será capaz de mantenerse firme ante Moscú y conseguir sus fines políticos, depen de de tres factores. A efectos de discusión, llamaremos a estos factores: dirección, medios e información, que vamos a considerar en el orden citado. - - - - -- - - - 77 posteriormente emprender una continuada acción coútra para permitirles organizar sus fuerzas y han enviado a el resto de las industrias y organizaciones en que se f un Europa tropas dispuestas para la lucha, estimulando, por damenta el poder militar ruso. Y solamente entonces po estos medios, los esfuerzos ajenos. dría el Oeste imponer su voluntad y vencer a Rusia. Por todos Los Estados Unidos reprochan a Europa, con razón, consiguiente, si aquél está decidido a evitar que Moscá su desunión, es seguro que los preparativos para la vaya a la guerra, su cometido es doble: organizar un lucha y esta pues misma, en su caso, hubieran sido más fáci Ejército aéreo capacitado para cumplir la misión aca les si los norteamericanos tenido que negociar bada de indicar y crear los medios que impidan a Rusia con una Europa coherente. hubieran iCuánto más sencillo hubiera conquistar la totalidad de Europa occidental durante el sido entonces parael Comandante supremo organizar el espacio de tiempo que las fuerzas aéreas estratégicas ne mando y el conducto a través del cual debería recibir di cesiten para realizar la referida misión. Y para todo ello rectivas políticas superiores! Convencidos de la necesi esrequisito primordial que los países occidentales actúen dad y urgencia de una mayor unidad europea, seríamos unidos bajo la autoridad de un Jefe que sepa lo que hace necios si pensáramos que el conseguirla sea cosa fácil, y a dónde va. incluso ante una mayor tensión del peligro común. Las Dicho Jefe debe ser proporcionado por los Estados relaciones internacionales europeas son muy antiguas, Unidos, y ello rio a causa del Pacto Atlántico, sino de las profundamente arraigadas en la historia del continente realidades de la situación estratégica y de la potencia y en el carácter y nacionalismo de los distintos pueblos, económica y financiera del país. El Pacto es un convenio todo lo cual no puede ser eliminado de un golpe. Europa entre Estados Unidos, Canadá, los Estados que forman debe procurar, sin descanso, aumentar el grado de su pro la cabeza de puente occidental del continente euroasiá integración; pero el proceso ha de ser tan lento, que tico y, posteriormente, Grecia y Turquía. En esta orga pia no ha de tener favorable influencia en la peligrosa situa-. nización defensiva todos los miembros son iguales; pero ción presente. La solución de las deficiencias de la NATO esta igualdad ocasiona dificultades, puesto que es com solamente puede darla el reconocimiento del hecho de pletamente imposible que los catorce países ejerzan igual que no es posible la defensa contra el imperialismo de influencia en la dirección de una guerra en que todas las sin la ayuda de los Estados Unidos, realidad inne decisiones enemigas estarían centralizadas en un solo Stalin gable que obliga al mundo libre a aceptar la jefatura de punto: el Kremlin. Todos los miembros de la NATO tie los Estados Unidos en la preparación y dirección de las nen voz en sus organismos, lo cual es natural, pues los operaciones militares. países europeos son los que están más directamenté ame Una vez expuesto este primer aspecto del problema, nazados. Unicamente el más alto órgano permanente de deduzcamos su corolario: la aceptación y reconocimiento expertos militares—.la Comisión Permanenté— del que de la jefatura de los Estados Unidos no debe significar el Comandante supremo es subordinado, está formado que los demás países han de ser excluídos de consulta o por un número limitado de representantes de Estados de un bien definido derecho de voz en cuanto se refiera Unidos, Gran Bretaña y Francia, y ya ha habido gran a sus propios intereses. Es esencial que todos tengan oca oposición, incluso a este pequeño grado de centralización. sión de hacerse oír, y solamente si los más expertos de Hay otra razón, en virtud de la cual la NATO nunca- todos los países pueden poner sus conocimientos y expe ofrecerá una solución efectiva al problema de hacer riencia al servicio de la çausa común serán los Estados frente a los Soviets o de asegurar la dirección eficaz de Unidos capaces de llevar con éxito la pesada carga de la las operaciones en caso de guerra. El conflicto entre los seguridad colectiva. Los Estados Unidos no deberían ac bloques opuestos es tan amplio como el mundo mismo. tuar sin consultar previamente a los otros países, a la Los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, y en me vista de sus intereses, definidos por su naturaleza o por nor grado otros paises, no deben olvidar que tienen inte zona del mundo afectada; asuntos éstos que son deli reses en otros lugares del mundo ausentes de la NATO, la cados y requieren mucho tacto y cuidado. En ciertos pro y que a veces dichos intereses deben determinar su pos blemas, los expertos de otros países tienen un mejor co tura dentro de la organización. Además, los Estados nocimiento y más experiencia que los americanos, pues Unidos saben que, aunque la mayoría de los países del el hecho de disfrutar de una privilegiada situación estra Pacto Atlántico precisan la ayuda militar y económica tégica y económica no es razón para tratar como infe americana, cuyos recursos evidentemente no son ilimi riores a los demás países; el obrar como si así fuera pro tados, deben apoyar también a otros países: Japón y ducirá rencillas y nunca la concordia que todos bus Corea, por ejemplo. A los miembros del Pacto atlántico camos. hay que añadir ahora los que integran los dos convenios La consecuencia que debemos sacar de lo que antecede para la seguridad del Pacífico: uno, un pacto tripartito es que hay que remediar las deficiencias de la NATO. con Australia y Nueva Zelanda, y el ótro, con Filipinas. Ello requerirá un acuerdo sobre la política a seguir con Los tres convenios citados ofrecen a cada uno de sus sig Rusia en caso de guerra. También es necesaria la crea natarios la seguridad de ayuda por parte de los demás ción de dos órganos supremos para desarrollar dicha po en caso de ataque; pero ninguno de los tres garantiza que lítica: uno de carácter meramente politico y otro militar. la organización del esfuerzo defensivo del conjunto anti Ya se ha dicho que la NATO no puede proporcionar di sovietico sea rápido, eficaz y apropiado. chos órganos y, por razones obvias, tampoco las Nacio La NATO no ha conseguido que sus componentes em nes Unidas pueden hacerlo. El ideal sería una Jefatura prendan intensamente sus preparativos defensivos. A este de E. M. combinado, compuesto, a lo más, por tres altos respecto, no ha podido evitar retrasos importantes, ni Jefes militares, uno de ellos norteamericano, en el que ha producido el necesario grado de subordinación de los los demás países no cómunistas delegarían la alta direc intereses nacionales a los más importantes de la comuni ción de las operaciones en caso de guerra global. Dicha dad atlántica. Repito que, en su forma actual, la NATO Jefatura, con sede en los Estados Unidos, daría directi no ofrece las garantías necesarias en cuanto a decisiones vas al Comandante supremo y decidiría sobre la distri rápidas y dirección eficaz en caso de guerra. Su mejor bución y empleo de las fuerzas, especialmente de las realización se ha producido como consecuencia de que el aéreas estratégicas, no atribuidas en particular a un mayor de sus participantes ha comprendido bien su pro determinado teatro de operaciones. pio interés, pues, efectivamente, los Estados Unidos han Durante la guerra, los Jefes de E. M. combinado esta elevado su producción de guerra en tiempo de paz a tér rían, a su vez, supeditados a un alto órgano político, que minos sin, precedentes, han reformado la marcha econóL actuaría en nombre de todos los países empeñados en la mica de su nación, han dado ayuda material a los demás lucha. Creo que sería de importancia máxima que este 78 Consejo Supremo de Guerra estuviera también formado por no más de tres miembros, uno de ellos el Presidente de los Estados Unidos o su representante. Para que el Consejo Supremo de Guerra y los Jefes de Estado Ma yor combinado puedan ser asesorados rápidamente, des de el punto de vista de las naciones no representadas en ellos, se podría agregarles representantes políticos y mi litares, especialmente autorizados para hablar y hacer su gerencias referentes a sus paf ses de origen. La determina ción—tan difícil—de los países que estarían representa dos en los dos órganos supremos citados escapa al objeto de esta proposición preliminar. La segunda cuestión es la de los medios, es decir, la cantidad, la calidad y el tipo de las fuerzas armadas que se han de organizar. Aquí la dificultad principal continúa siendo el temor de muchos países occidentales a que una mayor intensidad de sus esfuerzos militares debilite sus economías y acuse inquietudes sociales favorables a Sta un. Pero no se puede esperar que los Estados Unidos con tinúen indefinidamente aumentando la cuantía de sus tropas en Europa. Y silo hicieran, dejarían de represen tar su papel principal—no siempre bien comprendido— de actuar como árbitros del esfuerzo global, pues el cuar tel general central debe disponer de reservas para hacer sentir su acción donde sea preciso, y cuanto de mayor entidad sean dichas reservas, mayores serán las oportu nidades para su acción efectiva. Para que las fuerzas armadas sean eficaces instrumen tos de poder contra los rusos, es preciso: que estén dis puestas a desplegar en cuanto surja la agresión comu nista; que puedan impedir a la Unión Soviética obtener por sorpresa un éxito inicial, y contar con la necesaria aviación para iniciar inmediatamente la contraofensiva. Para evitar la agresión rusa y detenerla si tiene lugar, es preciso disponer de fuerzas terrestres “locales”, en ínti ma cooperáción con otras armas, cuyo cometido será ga nar el dominio del aire y apoyar tácticamente a las terres tres. Los efectivos necesarios deben calcularse basándose en los que el enemigo dispondrá para lanzarlos contra Europa occidental y en la dirección más probable de su acción. De esta evaluación de medios formará parte in separable la que de todos los factores adecuados hará el Jefe que mandará las fuerzas en cuestión. Aquí no vamos a intentar este cálculo. Pero es patente que las fuerzas, actualmente dispuestas o previstas para un futuro inme diato, son insuficientes, no sólo en el frente europeo, sino en el Oriente Medio y en otros teatros que Rusia puede atacar, por sí misma o por medio de sus satélites. En estas condiciones, el problema esencial es obtener el máximo efecto con los medios mínimos, no sólo en fuer zas terrestres, sino en aeródromos, transmisiones, orga nización del mando y en todos los demás elementos para llevar a cabo la guerra. Como la principal misión de las fuerzas, ya dispuestas para actuar, es resistir durante la primera fase de la lucha, deben tener gran movilidad y estar desprovistas de todo aquello que no sea absoluta mente necesario. Sin embargo, una mayor movilidad no debe obtenerse aumentando el número de vehículos, sino, por el contrario, disminuyéndolo, mediante la supresión de elementos o servicios, cuya necesidad sólo está justi ficada en una guerra de larga duración. Este criterio res trictivo se traducirá también en la reducción de los efec tivos de los Cuarteles generales y Estados Mayores. En cuanto al soldado, asignémosle misiones dentro de sus posibilidades para asegurarnos su buen rendimiento y espíritu. Y en cuanto a material, demos a estas fuerzas el mejor de todas clases, que no debemos reservar para fases posteriores de la lucha. Lo que se busca es máxima potencia de fuego e impedimenta mínima. La instrucción de estas primeras tropas dbe ser perfecta, lo que’ exige tan larga duración del servicio como sea posible. Y, por último, el arma aérea será objeto de principal atención. Como norma general, las fuerzas terrestres para Euro pa dében ser proporcionadas por las naciones europeas. Alemania incluída, con una importante contribución• de Gran Bretaña, cuya primera línea dedefensa contra ope raciones por tierra está en el continente. Como ya se ha dicho antes, las fuerzas terrestres norteamericanas no deben ser hipotecadas, desde el principio, en un determi nado frente, pues los Estados Unidos deben retener en sus manos las reservas generales para poder desplegar las desde su ventajosa posición central. Pero las tropas americanas deben permanecer en Europa para demos trar que los Estados Unidos luchan, codo con codo, en todo el mundo, con los europeos. Y mientras éstos no consigan los mínimos efectivos requeridos, las fuerzas americanas deberán llenar tal vacío. Si la integración política de Europa fuera una posibi lidad real, en un futuro próximo, el Ejército europeo se ría una parte del conjunto global de las fuerzas armadas; pero como dicha meta parece más bien muy lejana, sería un error contar con un único Cuerpo de Ejército europeo. Después de todo, la posesión de fuerzas mimitares ¿no es el principal atributo de la soberanía de una nación? Mientras las europeas se preocupen celosamente de otros aspectos de la soberanía, el nacimiento del Ejérçito euro peo parece poco probable. El Plan Pleven parece un in tento en el sentido indicado; ahora bien, ‘si ha sido inspi rado más por el temor de una nueva o renacida Wehr mach que por el verdadero deseo de tal Ejército, enton ces cabe asegurar que el miedo es un mal consejero. Pero aunque no fiemos mucho del éxito del Plan Pléven, hay que esperar que se ha de llegar a un acuerdo sobre una doctrina estratégica común sobre la unificación del armamento y material y sobre la creación de centros europeos de enseñanza militar y de E. M.; éstas son’ las medidas adecuadas para preparar el camino al Ejército europeo. Por otra parte, los países interesados deben producir su propio material con ayuda de los Estados Unidos pára hacer pleno uso de su potencia industrial. Es depresivo y lastimoso reconocer ‘que, mientras las’ fuerzas aptas para la lucha en Europa sean excesiva mente débiles, tengamos que contar muy seriamente con la posibilidad de que, ante la eventualidad de la guerra, habremos de abandonar gran parte de vitales zonas eu ropeas. No debemos confiar en que podremos conservar la Alemania occidental fuera de manos rusas, si la gue rra estalla en un futuro próximo, ni tampoco podemos asegurar que la totalidad de Europa occidental al oeste del’ Rin permanecerá en nuestro poder. El sistema para evitar tal catástrofe no está en la adopción de un plan es tratégico que podría fracasar ante el Kremlin, sino en re doblar nuestros esfuerzos para informar al pueblo euro peo de la situación y de la necesidad de esfuerzos her cúleos. Es de primordial importancia conservar un fuerte re fugio en el gran bastión ‘de Africa y hacer las debidas gestiones para integrar a España—una cabeza de puente hacia Africa—en la defensa del continente europeo. No es menos esencial evitar que el enemigo domine el Medi terráneo, que le daría acceso al Oriente Medio y exten dería su esfera de influencia al Lejano Oriente. El fin primario del Oeste es evitar la guerra, y por ello debe mos estar preparados para sostenerla en diversos frentes y, al mismo tiempo, mantener sobre los dirigentes del Kremlin la amenaza de una total devastación aérea, si se deciden por la guerra. La oposición de Dinamarca, en Ottawa, a la admisión de Grecia y Turquía en la NATO 79 y el horror mostrado por la mayoría de los países euró peos a la idea de una cooperación militar con la España de Franco, prueban cuán lejos están aún muchos euro peos de comprender el carácter de la seguridad colectiva. Por eso Europa no se salvará si el problema se enfoca desde el estrecho punto de vista meramente europeo. Por ello volvemos al tema con que comenzamos: la ur gente necesidad de una más enérgica dirección y a la in capacidad de la NATO para actuar con la energía y ra pidez precisas. El esfuerzo que se requiere de todos los ciudadanos de Europa occidental se realizará solamente si hay mayor fe en que la meta se puede alcanzar. Frente a la dominación soviética, que significa la equiparación del nivel de vida al de Rusia, la pérdida de la libertad personal, el’ reinado del terror y la eliminación de la civi lización, era difícil creer que las naciones europeas no hi cieran los máximos sacrificios para salvarse, y, sin em bargo, no los hacen. Mucha gente parece que no com prende la realidad del peligro, o la posibilidad de conju rarlo, si todos suman sus energías. Es casi inconcebible que ni aun los numerosos comunistas europeos tengan una noción clara de cuál sería su porvenir, silos Soviets Notas sojuzgaran. sus respectivos países; claro que los idealista y los doctrinales no la tienen, pues, en caso contrario, n asegurarían que Rusia está simplemente empeñada ej un intento ideológico para la propagación de las teoría de Marx y Engels. Se admite que las actividades de 1a quintas columnas están encaminadas al comunismo abs tracto, siendo la realidad que ayudan a extender el im perialismo ruso y el capitalismo estatal de Stalin. Y, pm supuesto, los ingenuos se ven acompañados por los in adaptados y los cínicos que quieren pescar en río re vuelto. El tercer requisito para la defensa de Europa es, sin duda, una mejor información respecto a la crisis con que estamos enfrentados. Esta información debe ser difun dida intensa y organizadamente, no sólo acerca de la naturaleza y gravedad del peligro, sino sobre los modos de evitarlo. Deben ser vencidos el pesimismo y la indife rencia que impiden al Oeste ejercer toda su fuerza. Y así cuando los europeos se den cuenta de lo que pueden es perar de la victoria rusa, sumarán, al unísono, tod5s sus esfuerzos para evitar la guerra o, si es necesario, conse guir la victoria. breves. UNA MODERNA ESCUELA MILITAR: EL “CITY COLLEGE” DE LA N. A. T. O.—(De la publicación portu guesa Revisia Mililar.) —En junio de ri, a propuesta del General Gruenther, Jefe de E. M. del S. H. A. P. E., que creía necesario instruir a sus Jefes y Oficiales de E. M. en la dificultad e interdependencia de algunos pro blemas de los Ejércitos modernos, así como reforzar los lazos de conocimiento y compañerismo de los Oficiales de distintas nacionalidades, se aprobó la creación de una Academia con este fin. En noviembre de 1951 se inauguró en París el edificio central de la Escuela, que se puso a las órdenes del Ge neral Lemonnier, del Ejército francés, director del Ins tituto de Altos Estudios Militares de este país y adjunto naval en el S. H. A. P. E. El profesorado quedó consti tuído por tres Generales de Brigada y un diplomático, con la categoría de profesores, y diez Jefes de distintas nacionalidades, como auxiliares. Las características especiales de los alumnos—todos ellos destacados Jefes de nacionalidades diversas—, los elevados objetivos a cubrir y los flexibles procedimientos pedagógicos impuestos por estas razones y en consecuen cia empleados, hacen de interés tener, al menos, una no ticia del desarrollo de los cursos, que nos presenta uno de los alumnos del primero de ellos, el Teniente Coronel de E. M. del Ejército portugués Julio Pereira. • El primer curso y su plan de estudios. El primer curso tuvo lugar desde noviembre de 1951 a mayo de 1952. Los alumnos—denominados oyentes— fueron organizados en grupos de seis, dirigido cada gru po por un profesor auxiliar. Los procedimientos de instrucción empleados fueron los siguientes: Conferencias, por destacados técnicos civiles y mili tares. Resolución, por los grupos, de distintos problemas o temas. Visitas a los diversos países europeos de la N. A. T. O. y a sus centros militares y establecimientos fabriles. Las clases comenzaban a las 9,30 horas, consistiendo en una conferencia de cincuenta minutos de-duración, seguida de tres cuartos de hora de preguntas, hechas al conferenciante por los alumnos. Después, hasta las 12,45 horas, se verificaban discusiones, por los grupos, sobre temas propuestos, dirigidas por el profesor auxiliar correspondiente. Tras un descanso para efectuar la comida, se reanudaba el trabajo a las 14,15 horas. En este período se presenta ban los temas a resolver por los alumnos, con copiosa bibliografía y antecedentes, y se realizaban estudios so bre ellos, durando el trabajo hasta las 17 horas. De estos temas se realizaron seis durante el curso, siendo presenta dos por los grupos totalmente terminados y en limpio. Tres de ellos versaron sobre materias exclusivamente mi litares, dos sobre asuntos económicos y otro fué de tipo político. Posteriormente fueron discutidos por el colegio en pleno. Después de las 17 horas, los alumnos eran dejados en libertad, con la obligación de estudiar el tema de la con ferencia del día siguiente, para estar en condiciones de presentar las adecuadas preguntas. Los idiomas empleados para todos los trabajos fueron el inglés y el francés. Intercaladas en este plan normal, fueron realizadas visi tas de las indicadas anteriormente. Y como final del cur so, se realizó un último “tema relámpago” de carácter militar, que hubo de ser estudiado y totalmente resuelto en tres días. Los alumnos fueron también invitados, en la última semana, a presentar sus apreciaciones sobre el curso, su resultado y sus posibles mejoras. — - Otros cursos. — En el pasado verano se desarrolló otro curso, y en la actualidad se celebra otro, que comenzó el mes de octu bre último. Este último tiene la particularidad de des- 5. Dar facilidades a los aficionados para adquirir material de radio de desecho procedente de Organismos oficiales a precio asequible. 6.° Organizar en colaboración con las Sociedades de radioaficionados concursos patrocinados por, el Ministe LA CUESTION DE LOS RADIOAFICIONADOS.— rio del Ejército. 70 Que en la banda de frecuencia autorizada para En estas líneas quiero hacer resaltar la importancia que para la nación tiene el desarrollo de la radioafición, sólo aficionados no se deje trabajar a otros servicios. y exclusivamente desde el punto de vista militar, así 8.° Fijar la edad mínima para obtener permiso de como también exponer normas para fomentarla. estación de quinta categoría, de acuerdo con el ingreso Todos sabemos lo difícil que es conseguir buenos es en las filas del Ejército. pecialistas en la rama radioeléctrica (operadores, mecá Cada párrafo de los antes expuestos tiende a favorecer nicos, etc.), sacándolos del contingente de un reemplazo el aumento del número de radioaficionados, como ex e. instruirlos convenientemente durante su corta perma plico a continuación. nencia en filas. apartados r.° y 2.° tienden a poner a los aficiona En cada reemplazo. suelen llegar a las Unidades de dosLosespañoles en igualdad de condiciones que sus colegas Transmisiones un exiguo número de reclutas con cono extranjeros. cimientos elementales y casi todos con carencia absoluta El 3.°, 4.° y 50, a disminuir los gastos que ocasiona el de práctica. Entre éstos y los de más cultura (escasa, por montaje una emisora de quinta categoría, ya de por cierto) hay que sacar los especialistas en un período de sí bastantede elevado con el precio actual de los materiales tiempo teórico de veinticuatro meses, que en la práctica necesarios. se reducen a catorce o quince meses, y que como no son El 6.° y 8.°, a fomentar y encauzar la afición con vis de asistencia continuada a las clases, pues se interrum tas ,a su posterior utilización en beneficio de la patria. pen con los permisos, hospitalidades, licencia por en El i.°, a contribuir que los comunicados entre aficio fermo, etc., cada vez que el alumno se ausenta por cual nados sean una delicia y no un tormento para el sistema quier motivo de los expuestos, el nivel de conocimientos nervioso. y práctica en el manejo de aparatos baja sensiblemente. Una vez dicho lo. que hay que hacer en pro de la afi Estas razones harán comprender al más profano en la ción, diré lo que no debe hacerse: materia las dificultades con que se tropieza para obte “Reglamentar las redes de radio de aficionados en su ner especialistas. métodos de trabajo y bandas de fre Pero lo más triste es que, una vez licenciado este per establecimiento, cuencia, guardando con las transmisiones mili sonal, no vuelve a practicar más ni a perfeccionar sus Ltres.” Y digo esto, analogía porque los radioaficionados no tie conocimientos, y si desgraciadamente hay que móvili redes, -sino que trabajan libremente, y lo contrario sano en caso de guerra, no se encuentra en condiciones nen quitaría aliciente a este pasatiempo tan útil y neceSaçio. de ser empleado inmediatamente. Trabajar una, u otra banda de frecuencia no es pro Veamos cómo podría solucionarse en parte el problema blema alguno para quien conoce la técnica de las comu o enfocarlo para resolverlo a largo plazo. radioeléctricas, y por ello no hay que sacar a Durante la G. M. 1, había en los Estados Unidos unos nicaciones los aficionados de sus bandas propias asignadas en Con 6.000 radioaficionados con emisoras propias, oficialmente venios internacionales. autorizados, y de ellos sirvieron como especialistas en Los aficionados son disciplinados, atentos, corteses y las Fuerzas Armadas casi 4.000. En la G. M. II, el nú caballeros, y si alguien lo duda, que escuche una de las mero de dichos radioemisores en el mismo país era de muchas interminables “ruedas” que se organizan’ en la 75.000, y en proporción aún mayor que en la priniera banda de los 7 Mc.’ acudieron a prestar sus servicios como especialistas en Si este plan se pone en práctica, yo creo que dentro de el Cuerpo de Señales norteamericano, manejando esta años tendríamos en España- unos 10.000 radio ciones de radio, equipos de radar, etc., siempre con su pocos aficionados. preciado bagaje de conocimientos técnicos, que, unidos Las puertas para su ingreso en las Unidades de Trans a ciertos períodos de práçtica, los ponía en condiciones misiones están abiertas con sólo acogerse al artículo 316 de manejar cualquiera de los modernos equipos radio del Reglamento provisional para el reclutamiento y eléctricos empleados en la pasada guerra. reemplazo del Ejército, tan sabiamente dictado por la Ya sé que con los 550 radioaficionados que aproxima Superioridad y con clarísima visión del problema de los damente existen en España, gran parte de ellos fuera de desde hace tiempo. edad militar, desgraciadamente no podemos •resolver el especialistas Puede ser que este plan parezca algo revolucionario problema; pero. fomentando y encauzando bien -esta afi en el aspecto técnico; pero yo sólo pregunto: ¿Hacen falta ción, podremos, como ya se dijo antes, resolverlo a “lar especialistas? —Comandante de Ingenieros Juau Hernán— go plazo». des Cánovas. Para ello será necesario: 1.0 Crear varios tipos de concesiones de emisoras de quinta categoría, a cada una de las cuales le correspon LA VOLUNTAD DE RESISTIR ALEMANA. (De la dería una potencia determinada. publicación alemana Die Deutsche Soldatenzeitung.) Para cada tipo de concesión sería necesario una prueba ¿Tiene sentido, desde el punto de vista militar, la idea de aptitud, en la que demuestre el solicitante su capaci de una contribución alemana a la defensa europea fren dad técnica y conocimientos de la Legislación vigente. te al gigantesco rodillo rojo?. Esta pregunta surge siem z.° Aumentar la potencia máxima de 50 W. autori p,re en toda discusión sobre esta posible contribución. zada actualmente, por lo menos hasta 2oo W. como bl que mira el problema únicamente desde el lado ale. mínimo. mán, llegará, indudablemente, a falsas conclusiones. .° Disminuir a lo estrictamente indispensable el des Desde Moscú, el panorama se verá seguramente de otra embolso en metálico que el solicitante de concesión tiene forma. En el caso de una nueva-guerra mundial, Alema nia no sería más que uno de tantos teatros de operacio. que hacer previamente para obtener el permiso. Rusia ha de enfrentarse, por primera vez en su histo 4.° Rebajar el canon anual de 8 pesetas por W. que nes. ria, con una guerra de frentes múltiples. La ventaja que, se paga actualmente. 81 arrollarse en distintos lugares: comenzó en Farnborough (Tnglaterra), para seguir en Noruega, Holanda y Bélgica. Comandante De Benito Sola. -. — indudablemente, lleva hoy día el Oeste en el mar y en deberá disponer de más de 143 flotas aéreas de a 30 gran la capacidad industrial para el rearme no es discutida des bombarderos y 200 cazas cada una. por nadie. En cambio, las opiniones sobre la relación de Una ojeada al globo terráqueo muestra que, geopolíti fuerzas en el aire difieren entre sí. Pero sin un cuidadoso camente considerado, todo el bloque oriental se encuen enjuiciamiento del factor aéreo, no es posible opinar hoy tra cercado. Cualquiera de sus ciudades cae dentro de día sobre la situación política mundial y, con ello, tam radio de acción de la aviación estratégica occidental poco sobre la situación alemana. La cadena de puntos de apoyo de las potencias occiden En la potencia aérea de un Estado influyen decisiva puede ser completada en cualquier momento ile mente las siguientes circunstancias: el estado actual de tales vando portaaviones a los puntos neurálgicos necesarios sus fuerzas aéreas y de sus desarrollos técnicos; la posi Sobre los supuestos realizados este año durante las gran. ble potencia industrial movilizable a estos efectos y su des maniobras de la flota escribía un corresponsal de li situación estratégica aérea. Marina americana: “El corazón de Rusia puede alcan La potencia total del Arma aérea roja se cifra, actual zarse en tres horas de vuelo, partiendo desde los porta mente, en unos i6.ooo a 20.000 aparatos, dispuestos que operan en el Mar del Norte. En el sur, en e para entrar en acción. A éstos hay que añadir algunos aviones Mediterráneo, hay otros portaaviones que están en si millares más en reserva. El número de aviones de los alia tuación de alcanzar también el mismo objetivo en igual dos occidentales no será apenas mayor; En cambio, la tiempo.” composición de ambas aviaciones en el Este y en el Oeste Los campos petrolíferos rojos de Rumania y de la re es muy distinta. Los Estados Unidos disponen de la flota gión del Cáucaso están especialmente amenazados, en aérea estratégica más poderosa del mundo, en tanto que virtud de su proximidad a los frentes. Parece casi impo Rúsia ha concentrado, hasta ahora, todos sus esfuerzos sible que los rusos puedan establecer una defensa aérea principalmente en la constitución de una aviación tác totalmente impenetrable de las largas y vulnerables lí tica. La formación de una flota aérea estratégica por neas férreas sobre las cuales ha de moverse necesaria parte rusa parece que no empezó hasta 1950. Además mente el abastecimiento rojo, a causa del mal estado de el Oeste posee una mejor y más numerosa flota de cazas la red de carreteras. con posibilidades de volar en cualquier situación meteo Se ve que aun cuando nadie puede dejar de apreciar rológica y también de cazas nocturnos, lo cual es muy la enorme fuerza militar roja, sin embargo, sus posibilida importante para la defensa aérea. des, y con ello, naturalmente, la de la política exterior En el desarrollo técnico, los Soviets han logrado al soviética, no son ilimitadas. Por eso la situación de Ale canzar la ventaja que primitivamente tenía sobre ellos mania, y en general de Europa occidental, no es, en ma el Oeste, gracias al empleo obligado de técnicos alema nera alguna, desesperada, como lo pretende una propa nes en diversas materias. Pero en técnicas tan importan ganda a todas luces malintencionada. Sin embargo, los tes para la guerra moderna como son el radar, la elec Soviets aprovechan mejor el tiempo que el Oeste. Si no trónica y, en general, la alta frecuencia, los Estados queremos vernos arrollados, tendremos que aumentar y Unidos e Inglaterra están seguramente muy por delánte, acelerar nuestros esfuerzos. No podemos únicamente de a pesar de que la artillería antiaérea roja en Corea ha dicarnos a aumentar nuestra aviación. Pues, en ese caso, empezado a conseguir cifras de derribo de más del 30 nuestros puntos de apoyo podrían verse ocupados un por ioo de los bombarderos atacantes. La cuestión está día, pese a nuestra superioridad aérea, por las fuerzas en saber si la Unión Soviética dispondrá, en la medida terrestres rusas. Incluso concediendo la primacía a la necesaria para las exigencias de una guerra, de los equi estrategia aérea, es indispensable para ello la constitu pos de técnicos y científicos. Una muestra del adelanto ción de fuertes Unidades de apoyo para el Ejército de técnicó en los desarrollos occidentales lo constituye, por Tierra. Sin embargo, sus misiones no habría que verlas ejemplo, el nuevo caza americano a reacción “Starefire”. como una cuestión restringida a la guerra terrestre con Está equipado con 350 válvulas electrónicas, cuyo peso tinental, sino con miras a una estrategia global combi es de 550 Kg. El avión es dirigido por medio de señales nada de todas las diversas fracciones de las fuerzas armade radar desde una estación de tierra hacia el lugar del das. Dentro de este gran marco, una contribución ale combate. Una vez que el piloto ha encajado al blanco en mana a la defensa tendría un valor nada despreciable. su pantalla de imágenes, conecta su aparato electrónico Por eso, indiscutiblemente, vale la pena de tomar las ne director, con lo cual el “Starefire” es dirigido ya automá cesarias medidas de protección para un eventual ataque ticamente, y al llegar a la distancia de tiro, suelta su sal desde el Este. Jamás se ha evitado un gran peligro por va de cohetes. Este caza puede alcanzar una altura má medio de la defeccjón y la holganza. Lo interesánte hoy xima de 14.000 metros, y su velocidad, mantenida en día es que nosotros contribuyamos, al menos para em secreto, sobrepasa, indudablemente, los 970 kilómetros pezar, con una clara y decidida voluntad de resistencia. por hora. El potencial para la producción y abasteci E. von Pfister.—Traduccián del Comandante Wilhelmi. miento del Arma aérea en el Este está por debajo del oc cidental. Este potencial es función de las importantes primeras materias: petróleo, carbón, acero, aluminio y DEL SOLDADO SUIZO. (De la revista alemana Die energía eléctrica. La producción rusa de petróleo com Deutsche Soldatenzeitung.)_El más hermoso de los edi prende solamente un 8 por ioo aproximadamente de la ficios, en cualquier pueblo suizo, incluso en el más pe mundial. Los aproximadamente 40 millones de tonela queño, es siempre la escuela. Pero los edificios mayores y das de producción de acero en el Este se encuentran fren más modernos son los cuarteles. En Suiza, estos cuarte te a 147 millones que se producen en el Oeste. Mientras les no son, naturalmente, tan numerosos como en otros Rusia produce actualmente unos 8o millones de kilova países en donde existe un Ejército permanente, pero las tios hora, la cifra sobre esta misma producción en el instalaciones y servicios son los más modernos, con objeto Oeste es de 700.000 millones. Aumentando su produc de que no note demasiada diferencia entre su nivel de vida ción anual de aluminio en unas 300.000 toneladas anua civil y el período en que sirve como soldado. No vive les, podría la Unión Soviética construir para 1953 25.000 con el lujo que ostenta, por ejemplo, su colega ameri aviones, en tanto que la capacidad de producción de los cano, pero la calidad de las municiones, armas y equipos Estados Unidos, en caso necesario, podría ser de o mil es excelente; los vestidos, sobre todo, no están confec aviones. La producción mensual actual en los Esta cionados con miras a las formaciones en parada, pero son dos Unidos es aproximadamente, al final de 1952, de muy buenos; 1.500 aviones. Para ig56, la flota aérea norteamericana El soldado suizo, después de su servicio activo; con- 82 entre los 378 grupos de todas las regiones. Sólo el hecho erva tanto el fusil como el revolver reglamentario, la de que, en el curso de patrullas de octubre de 1951, en noto, el caballo o el mulo, el machete y el uniforme, Lucerna, hubieran de selecciOflarse 98 patrullas de cuatro .levándoSelO todo a casa, y está obligado a conservar hombres, de entre 738 presentadas, es ya una clara de :uidadosameflte todo este material que ‘las autoridades mostración del desarrollo y creciente popularidad que nilitares le han confiado. El que descuida su equipo es ha tomado esta competición militar veraniega en todo severamente castigado y además se le obliga a pagar los el país. Sólo el que se ha asomado a la vida y trabajo desperfectos de su propio bolsillo. Como desde 1898 no de las Unidades alpinas y deportistas puede darse idea ha tenido Suiza ninguna guerra, el mayor enemigo del de la cantidad de trabajo que hay acumulado detrás de uniforme suizo es... la polilla, y del arma, el moho. este deportivo empeño, conseguido voluntariamente y Por eso, la instrucción sobre conservación de las armas con gran sacrificio de tiempo y medios por parte de cada y del equipo constituye una parte relativamente impor uno, hecho éste no conseguido por ningún otro Ejército.” tante del tiempo que le queda libre en el servicio. Hace poco escribió un periódico alemán: “Suiza y El curso anual de tiro al blanco no es voluntario, aun Suecia pueden defender su neutralidad con unos Ejérci que asiste vestido de paisano, y durante el mismo ha de tos que, tanto desde el punto de vista de instrucción y conseguir cada ciudadano una marca mínima. Los ma equipo como también bajo el aspecto moral, pueden ser los tiradores han de repetir el programa de tiro a su pro designados como de los mejores Ejércitos existentes ac pia costa, y en caso de ‘que tampoco entonces consigan tualmente en Europa. ¿Dónde se encuentran hoy, aun la marca mínima, han de ir durante tres días completos, en Europa, hombres dispuestos a emplear voluntaria sin emolumento alguno y de uniforme, a un cursillo mi mente sus vacaciones para ser instruidos, por ejemplo, litar de tiro. en las maniobras de alta montaña, costeándose al propio Cada verano se realizan unos, cursos voluntarios de alta tiempo ellos mismos todos sus gastos, como sucede en montaña, y cada invierno hay cursos voluntarios tam Suiza? Todo Estado Mayor lo pensará mucho antes de bién de esquí y competiciones a base de patrullas. Tanto atacar a países como éstos, para cuya empresa tendrían unos como otros se ven nutridos, regularmeflte todos los que poner en juego una fuerza atacante varias veces su años, por millares de voluntarios, a pesar de que el sol perior numéricamente.” dado no recibe sueldo alguno y además ha de pagar a sus Los voluntarios se reúneñ en Sociedades, en el seno de expensas los viajes, mantenimiento y demás gastos, sin las cuales tienen oportunidad de ocuparse de activida esperar tampoco, de su asistencia, ninguna ventaja per des militares, aparte de las que durante su servicio ac sonal. Los soldados realizan con esto un gran sacrificio, tivo hubiesen de desarrollar. Las Sociedades deportivas ya que a los gastos de estos cursos hay que añadir, gene civiles se ocupan también de las actividades fuera de ralmente, la pérdida de jornales o sueldos que ello re servicio de los soldados y cuidan, en interés de la defensa presenta. del país, de mantençrlos físicamente en forma. Para Herber Alboth, Capitán del Ejército y conocido escri construir la munición necesaria para las competiciones de tor militar suizo, nos informa sobre estos cursos volunta tiro, fuera del servicio, el Parlamento ha votado en este rios, fuera del servicio, de las Unidades: “En la primera año siete millones de francos suizos._TradUCC del competición del Ejército de 1949 en Berna, tomaron par Comandante Wilhelmi. te 99 patrullas seleccionadas, en dura competición, de Planesdeguerra. Por el Mayor teneral J. F. C. Fuller. (Traducido y publicado por la Revista de los Servicios del Ejftcito, de la Argentina.) tratégicos, logísticos, tácticos, sociales, morales, etc.—, prácticamente, todos los potenciales de guerra de los pro bables beligerantes. Cuando se estudian sus valores, se llega a la conclusión de que unos son más importantes que otros. Entre los más importantes, los estrategas deben decidir cuál ‘de ellos es de tan vital interés para el enemigo que, una vez privado de él, resulte probable que pierda la guerra. A este factor lo llamaré “centro de gravedad estratégico de la guerra”. Porque éste debe constituir el eje de todo pian de guerra, es mi intención el hacerlo mi tema prin cipal. Hasta donde alcanzan mis conocimientos, Clausewitz fué el pnmer tratadista de guerra que abordó esta materia. Hablando de una guerra contra una coalición, dijo lo si guiente: En el caso de que uno de los Estados tenga intereses y fuerzas tan superiores a los otros que éstos dependan de él para sus éxitos en el campo de batalla, “lo más ‘factible Un problemacomplejo. es considerar a los diferentes enemigos como si fuesen uno Considerado en conjunto, esto constituye un problema solo, y cuanto más podamos simplificar nuestra empresa sumamente complejo, que abarca gran cantidad de fac capital dirigiendo, nuestros esfuerzos para aplicarle un tores—pOlíticoS, geográficos. industriales, financieros, es- El problema de Óccidente consiste, en primer término, en impedir que Rusia alcance el primitivo objetivo de Lenin por medio de la fuerza militar, y en se gundo lugar, en explotar la debilidad moral de la Unión Soviética Todo plan de guerra exige que el Gobierno defina, pri mero, su objetivo politico, y segundo, que sus estrategas concreten los medios de conseguirlo. Procediendo de una manera racional, el objetivo debe estar relacionado con las causas más probables de la guerra, y los medios deben ser suficientes en tiempo de guerra para crear una situa ción dentro de la cual pueda realizarse esa finalidad. Por consiguiente, el fin debe estar relacionado con los medios, porque lograrlo no debe estar fuera del poder que representan. ‘ - 83 golpe, lo mayor posible, por cualquier medio, tanto más habremos avanzado hacia un completo y definitivo éxito”. Luego agrega: Centro de gravedad. “Podemos, por tanto, sentar como principio que esta remos en condiciones de batir a todos nuestros enemigos venciendo a uno de ellos. La derrota de éste debe ser el objetivo de la guerra, porque al vencerlo hemos destruí do el centro común de gravedad de toda la guerra.” Clausewjtz hablaba principalmente de fuerzas milita res, porque en sus tiempos los potenciales de guerra eran pocos y simples. Pero como actualmente son muchos y complejos, todos deben ser incluídos en su idea, y siendo mi intención hacerlo así, pido indulgencia al lector y le ruego que no sea un crítico demasiado severo en el caso de no estar de acuerdo con mis deducciones. “Como una rueda”. - Después de todo, el punto de importancia real no es si ellas están en lo cierto o no, sino que, como ocurre con una rueda, cada plan de guerra debería trazarse alrededor de un eje: el centro de gravedad estratégico de la guerra. A fin de aclarar esto, primero voy a examinar en forma somera la G. M. II, y luego la situación política y estra tégica actual. Aunque la Historia demuestre que las causas de la gue rra son múltiples, en nuestra civilización industrial dos puntos son predominantes: el económico y el ideológico. Así, con respecto al primero, en septiembre de 1919, el Presidente Woodrow Wilson dijo, hablando de la G. M. 1: “Conciudadanos, ¿hay algún hombre o mujer aquí, hasta puedo decir algún niño, que no sepa que la semilla de la guerra en la época moderna es la rivalidad industrial y comercial?... Este conflicto, en su origen, fué una guerra comercial e industrial. No fué una guerra política.” Lo mismo puede decirse de la G. M. II. No fueron las doctrinas políticas de Hitler las que la precipitaron, sino el éxito de su nuevo orden económico, basado en el cam bio y el comercio subvencionado, con el cual pudo evitar o saltar las barreras aduaneras de sus competidores, ven der a precios más bajos que ellos y aumentar el número de los sin trabajo en los países rivales. Cuando estalló la guerra, este prop6sito se compli con un hecho aparentemente contrario a lo que Híth esperaba; su invasión de Polonia indujo a Inglaterra Francia a declararle la guerra. Esto quiere decir que, e el momento en que se resolviera invadir a Rusia, se ei contraría forzado a hacer la guerra en dos frentes. Pai evitarlo, decidió aniquilar, en primer término, a sus em migos occidentales. Esta fué una operación preventiva, una guerra par evitar a Alemania ser atacadá por la espalda, una ve que se hubiese empleado a fondo en Rusia. ¿Dónde e taba su centro de gravedad estratégico? En el Canal d la Mancha, pues, a no ser que Inglaterra fuese invadid y sometida, el frente oriental seguiría existiendo. Pero Hítier no estaba en forma alguna preparado pan invadir a Inglaterra, y, por otra parte, los medios pan hacerlo no podían improvisarse con rapidez. Tan ciert( es esto, que, después de su fracaso aéreo contra Ingla terra, abandonó el proyecto. De acuerdo con Napoleón, el cambio de la propia línea de operaciones es un acto genial; pero el General que fra. casa en este aspecto merece ser fusilado. Tal fué lo que 1 ocurrió a Hitler. El plan Barbarroja. Mientras tanto, su objetivo de buscar el espacio vital en la Europa oriental había sido elaborado dentro del plan Barbarroja. ¿Cuál fué su centro de gravedad? La respuesta es complicada, porque Hítler no pudo tener nunca la esperanza de conquistar por la fuerza la totalidad de Rusia. Sabiendo, sin embargo, que era un imperio, con muchas nacionalidades opuestas violenta mente al régimen bolchevique, de las cuales los ucranianos sumaban cuarenta y dos millones, se erigió en cam peón de su causa y les ofreció la liberación. La probabi lidad era que con su cooperación pudiese aplicar un fuerte golpe a Rusia. Su finalidad, sin embargo, no era su liberación, sino su conquista; por consiguiente, el centro de gravedad de su plan tenía que salir del campo psicológico al estratégico. Era el de ocupar Moscú, rio a causa de su valor político, sino porque era el centro de los ferrocarriles rusos, los cuales, una vez arrebatados a Rusia, la hubieran des truído logísticamente. Soldados desertores. Alemania, bloqueada. Hítler no se dió cuenta de que, además de las diversas causas potenciales de la guerra, su ataque contra la po tencialidad económica y comercial de sus competidores llegó a convertirse en la razón predominante de la misma. Lo que él vió fué que un país bloqueado, como era Ale mania, nunca podría sentirse seguro hasta que no consi guiese el dominio terrestre. Por otra parte, con obj,eto de neutralizar un segundo bloqueo_el factor decisivo que hizo perder a Alemania la G. M. 1—, él consideró como fundamental extender su espacio vital. Esto está claramente expuesto en Meix Kamp/, en el cual escribió: “Nosotros, los nacionalsocialistas nos he mos trazado ex profeso una línea de conducta para la política exterior alemana. Pusimos fin a la marcha per petua de Alemania hacia el sur y el oeste de Europa, y volvemos los ojos a las tierras del Este... Cuando habla mos de nuevos territorios en la Europa actual, debemos pensar principalmente en Rusia y en los Estados limí trofes sometidos a ella.” Cuando Hítier ordenó el avance sobre Moscú, en junio de 1941, cientos de miles de soldados rusos, en su mayor parte de nacionalidades no rusas, desertaron para incor porarse a lós Ejércitos alemanes, quienes en Rusia Blan ca y en Ucrania fueron recibidos por las poblaciones ci viles como libertadores. Pero fué tal la brutalidad y crueldad alemana, que esta gente se desilusionó en seguida y cesaron las deser ciones y ayudas, lo cual fué un factor aún más impor tante en la salvación de Moscú que la severidad del in vierno. En 1942, habiendo fracasado en la tomade Voronezh, Hítler, una vez más, abandonó su línea de operaciones para buscar su meta en los yacimientos petrolíferos del Cáucaso. Este fué un destino fatal para sus operaciones. Desde el centro, los Ejércitos rusos que se encontraban en la región del Volga fueron reforzados, y lo que ganó Hítier fué la derrota de Stalingrado. Aunque Hítler fracasó en su guerra, Inglaterra y Fran cia, y más tarde los Estados Uidos, cometieron tantos errores como él. Al entrar en la guerra, estas naciones hicieron constar que su finalidad era puramente ideol6- ica: el exterminio del hitierismo. ¿Dónde estaba su cen ro de gravedad? En el corazón del pueblo alemán, por ue si hubiesen estado persuadidos de que debían rebe arse y derrocar el régimen de Hitler, el hitierismo hu iese sido destruido por el mismo pueblo; como lo fué el :aiserisflio en 1918. Esto no fué tenido en cuenta, y mientras en la G. M. 1 os “Catorce puntos” del Presidente Wilson pusieron una ínea divisoria psicológica entre los Jefes enemigos y sus )ueblos, induciéndolOS a acortar la guerra, en la segunda, a “Rendición incondicional” del Presidnte Roosevelt re :rasó el derrumbamiento de Italia e hizo que la resisten ia de Alemania fuese fanática. Este desatino psicológico no sólo dilató la duración ie la guerra, sino que condujo al afianzamiento de la. autocracia rusa sobre casi todo el oriente de Europa y una buena parte de la Europa Central. Se tuvo tan poco en cuenta que el centro de gravedad de una guerra ideológica es psicológico, que el bombardeo estratégico fué absolutamente mal aplicado como pro paganda, En vez de ser dirigido contra los centros ale manes de transportes, lo que habría ocasionado una pa ralización creciente del tráfico, tanto civil como militar, y, por tanto, habría desmoralizado al pueblo y desorga nizado a las fuerzas combatientes, su móvil principal fué destruir la moral civil alemana. iniciativa estratégica al Kremlin. Por eso, la primera pr. gunta es conocer los fines de la política rusa. Hace más de treinta años Lenin dejó sentado ese propósito que invariablemente ha sido proseguido hasta hoy por Stalin. Se trata de “obtener el triunfo de la re volución mundial, para crear la república soviética del mundo”. En otras palabras, la revolución mundial sig nifica la expansión rusa. El objetivo primario que Lenin se propuso en este vasto plan de conquista fué “unir al proletariado industrial de Alemania, Austria y checosloVaquia con el proletariado ruso y así obtener una poderosa combinación industrial y agraria desde WladivoStock al Rin”. Luego, estraté gicamente considerado, la Europa Central sería el centro de gravedad del plan de Lenin, y, una vez sovietizada, dejaría libre el camino de la conquista mundial. ineptitud. Nada pudo haber sido más contraproducente, porque, como lo demuestra la Historia repetidas veces, un pueblo leal no puede ser aterrorizado rápidamente hasta obli garle a someterse, y aun en el caso de que algunas par tes del mismo séan desleales—Como fué el caso de ,Ale mania—, privarle de sus, hogares y de las subsistencias es más probable que lo induzca a depender de su go bierno, para conseguir los medios de supervivencia, y, por ende, lo estimularán a aceptar su autoridad más bien que a traicionarla. Aunque al final Alemania fué derrotada, debido a los grandes desaciertos cometidos, el hecho es que, por haber sido sustituido el bitierismo por el stalinismo, la finali dad política angloamericana nunca pudo ser lograda. guerra intercontinental. Debido a esto, la presente situación estratégica es in comparablemente peor ahora que en 1938. Entonces, las causas de la guerra se encontraban dentro de la civili zaciÓn occidental y la guerra fué todavía internacional. Ahora, esas causas radican entre lo que resta de esa ci vilización y el orientalismo asiático, por cuya razón la guerra se ha hecho intercontinental. Así, una vez más, Europa se halla frente a un problema básico estratégico, el cual, desde los tiempos de Jerjes y Darío, ha sido la defensa de su frontera oriental con tra la agresión asiática. Hasta el estallido de la G. M. 1., los grandes bastiones contra Asia eran los Imperios austrohúngarO y el ale mán. El primero desapareció en 1919, y el segundo, en i945 desde entonces, los eslavos han vuelto a lo que eran en los días de Carlomagno. Además, la desmilitari zación del Japón ha aliviado a Rusia de toda preocu pación con respecto a un segundo frente de guerra. - Desintegración moral; ¿Con qué medios estratégicos se propusO llevar a cabo la empresa? Como todas las modalidades de la política soviética, esos medios también se deben a Lenin. “La me jor estrategia de guerra —dijo él— consiste en postergar las operaciones hasta que la desintegración moral del ene migo haga posible y fácil darle el golpe mortal.” Por tanto, en este sistema de guerra, lo psicológico precede al ataque militar y a la defensa; pero—flótese bien—no predomina sobre el poderío militar porque éste es tan esencial para la parte psicológica como para la guerra física. La Rusia de hoy día posee un poderío militar inmenso, que. comprende 2.800.000 hombres en pie de guerra, fuerza que puede duplicarSe mediante la movilización. Esta gigantesca masa combatiente tiene dos fines. El primero es cubrir la guerra psicológica de Rusia con una barrera de terror, una amenaza permanente para todos los que se le opongan. El segundo fin es defenderse en el caso de que su ofensiva psicológica conduzca a la gue rra efectiva. Viendo que las potencias occidentales rio pueden riva lizar numéricamente con su potencial humano militar bajo ninguna circunstancia, ¿de qué proyecta Rusia de fenderse en caso de que su política conduzca a la guerra? Hay dos fundamentos: el primero es que, en el evento de un avance hacia el oeste,. sus soldados penetrarían en una zona contagiosa y correrían el riesgo de ser infecta dos por la cultura occidental; el segundo, y más impor tante, és que el más temible enemigo de Rusia se halla dentro y no fuera de sus fronteras. ¿Qué ocurrió en la G. M. 1? Rusia no fué derrotada por Alemania, sino por la revolución interna fomentada Ot Lenin, que ofreció la liberación del dominio zarista a to das las nacionalidades no rusas que se encontraban den tro del imperio, y cuando esta liberación fué obtenida, lo que les ofreció seguidamete fué la autodeterminación. Pero una vez que el régimen zarista estuvo derrocado y Trotsky ya había creado un respetable Ejército ruso, Lenin volvió a someter a todos los pueblos no rusos por la fuerza de las armas. son los propósitos rusos? La desmovilización de los Ejércitos que el occidente poseía durante la guerra y la retención de la mayor parte de su Ejército en pie de guerra, han entregado la Comienza la revoltición. Como he dicho anteriormente, una cosa muy parecida aconteció en la G. M. II. Tan pronto como Rusia fué invadida por Alemania, la revolución contra la autocra cia bolchevique empezó a levantar cabeza, y si Hitler hubiera sido tan astuto como Lenin, es probable que la contrarrevolución se hubiese extepdido, deponiendo el régimen bolchevique, como en 1917. había derrocado al zarismo. 85 Lo cierto es que la Unión Soviética es un gigante con pies de arcilla, y, debido a esta causa, y no a la bomba atómica, el Kremlin teme arriesgarse en una guerra agresiva. ¿Cuál es, pues, el problema occidental? En primer tér mino, impedir que Rusia alcance el objetivo primario de Lenin por medio de la fuerza militar, y en segundo lugar, explotar la debilidad moral interna de la Unión Soviética. El centro de gravedad de lo primero se encueñtra en la Alemania occidental, y de lo segundo, en los corazones de los pueblos no rusos subyugados que se hallan dentro y fuera de la Unión Soviética. La solución del primer punto está en una tarea de exhibición de fuerzas. Consiste en colocar dentro de Ale mania occidental guarniciones de tal poderío que hagan puramente especulativo cualquier avance de Rusia hacia el Oeste, porque el Kremlin, teniendo en cuenta la ines tabilidad interna de Rusia, no se atreverá a exponerse a una derrota inicial. como el A. B. N. (Bloque de Naciones Antibolcheviques y en el cual están incluidos Ucrania, Adserbeiyán y Turquestán, cubriendo el cincuenta por ciento de las fuer tes productoras de carbón, hierro, petróleo, así como d los recursos de la agricultura. Un cuarenta por ciento d los soldados rusos están reclutados en los países som€ tidos. El objeto del A. B. N. es lograr la libertad de sus miem bros. Se oponen a toda clase de imperialismo ruso, biei sea zarista, bolchevique, socialista o democrático. Su met es derribar a la Unión Soviética y reconstituir a todos lo pueblos subyugados como naciones independientes. Po tanto, sus miembros no combaten por ninguna especie d federación rusa. La solución. Tales son los hechos que constituyen el segundo pro blema. Por lo cual las potencias occidentales deben basar en ellos la solución del mismo. Necesidad de un Ejército occidental. Debe reconocerse que la intolerable dominación bol Aunque el rfuerzo de las tropas de ocupación de hoy chevique les ofrece el medio de disgregar a Rusia psico lógicamente y que este factor no podrá explotarse si no ha sido ya resuelto, nunca se conseguirá que su actua ción sea eficiente física y moralmente hasta tanto que no consideran que debe ganarse, en primer término, la coope haya creado un poderoso Ejército Alemania occidental. ración cordial de todos los pueblos sojuzgados. No es la bomba atómica, sino la idea de libertad la que puede Aun entonces, si la primera tarea no conduce a un des triunfar sobre el bolchevismo. enlace del segundo problema, lo único que puede espe Por consiguiente, si las potencias occidentales quieren rarse es el estallido eventual de la guerra, pues las carre ganar se las simpatías de las naciones sometidas, deben ras de armamentos llevan fatalmente a la guerra. Por otra parte, asegurándose la Alemania occidental, i nspirarlas. Y para conseguirlo deben reconocer abierta se habrá dado un gran paso a favor dé las potencias de mente su independencia y su derecho de autodetermjna Occidente en el aspecto estratégico, pues los factores de ción cuando las armas ideológicas, que ahora son em pleadas por Rusia contra todos los países no comunistas, la debilidad de la Unión Soviética son la gran superficie se vuelvan contra ella, manejadas por sus mismos pue de sus territorios y la escasez de ferrocarriles. La extensión del territorio hace también que la defensa blos no rusos. aérea de la Unión Soviética sea un problema insupera ble, cuyas dificultades se acrecientan por la dispersión creciente de las industrias rusas. Por último, los más Movimiento de resistencia. importantes ferrocarriles que unen la costa del Pacífico Puede preguntarse: ¿Por qué los occidentales, que se cori Polonia y Rumania atraviesan los Estados bálticos, la Rusia Blanca y Ucrania, todos los cuales son países declaran campeones de la libertad, no emplean los movi mientos de resistencia clandestinos dentro de las fronte sometidos. Estos hechos conducen a una conclusión general: que ras ideológicas de Rusia como medio de disgregarla inter namente cuando lós agentes del Kominform, inspirados por el equipo de las fuerzas combatientés rusas se encontrará en su máximo estado de eficiencia al comienzo de la con el Kremlin, se ocupan incesantemente de establecer quin tas columnas dentro de sus propios países? tienda, pero bajará rápidamente a medida que ésta pro El objeto del plan final debe ser la destrucción del im siga. Tal ha sido siempre el cáncer del poderío militar perialismo ruso, disgregando a la Unión Soviética en los ruso. elementos que la constituyen y creando Estados naciona La solución del segundo problema depende de un cui dadoso asesoramiento con respecto a la debilidad interna les independientes con gobierno propio. La paz del mundo se obtendrá cuando el imperio ruso esté de Rusia. Su factor básico es que los habitantes de la Unión Soviética son un sesenta por ciento rusos y un desmembrado, como lo fué el de los turcos, y dividido en cuarenta por ciento no rusos, y la mayor parte de estos una veintena de naciones independientes, aunque éstas se hagan la guerra localmente entre sí; esto es preferible a te últimos son enemigos del Gobierno bolchevique. ner una Rusia colosal, persistentemente trabaj ando en la Estos numerosos pueblos, que abarcan veinticuatro nacionalidades_trece dentro del territorio ruso y once tarea de subvertir el orden del mundo para conservar en afuera—están representados por la asociación conocida el poder a menos de diez millones de burócratas bol cheviques. ElVIIEjércitonorteamericano. De la publicación norteamericana Combat Forces Journal. (Traducción y extracto del Teniente Coronel Casas.) que consistían en sacar de sus cuarteles, a toque de sire La defensa del frente E. corre a cargo de las fuerzas na, a Batallones y Regimientos, lanzándolos al campo de los EE. UU., Gran Bretaña y Francia, así como de otras para hacerles a la idea de que ello algún día podía no ser naciones. La parte más importante de estas fuerzas es un ejercicio y que las Unidades bien instruídas tendrían el VII Ejército norteamericano, mandado por el Te mayores probabilidades de sobrevivir y vencer si la niente General Eddy. A diferencia del Ejército británico guerra llegaba. Dió gran importancia a la instrucción de del Rin y del Ejército francés de ocupación, el VII Ejér las pequeñas Unidades: Compañía, Sécción y Pelotón. cito no puede confiar en inmediatos refuerzos, y tendría Eddy, secundado por el General Handy, Jefe del Man que combatir con sus propios medios al comenzar las do europeo, consiguió que las dos primitivas Unidades hostilidades. de su Ejército—la 1a División y la Policía Militar—al La zona de acción asignada a la gran Unidad ameri canzaran un grado de instrucción no conocido por las cana es difícil; su terreno, accidentado y poblado de es fuerzas americanas de Europa desde el final de la gue pesos bosques. Su límite E. es una barrera montañosa rra. Aprovechó la actuación de la Policía Militar en la que se dirige al NO. a lo largQ de la frontera checoeslo zona fronteriza a fines de instrucción, y en el ciclo de ésta vaca, tuerce al O. en Hof, donde comienzalá frontera con incluyó ejercicios en el campo, que, aunque de menor Alemania oriental, y después vuelve al NO. para alcanzar importancia que las grandes maniobras anuales, lleva la frontera de la baja Sajonia, en la zona británica, en ban las Unidades a campo abierto mucho más frecuente Eichenberg. mente. Si los rusos atacan, debemos contar con que lo harán, Todo esto desarraigó las costumbres adquiridas du por lo menos, según las tres principales direcciones si rante cinco años y la moral aumentó, en contra de las guientes: en la zona británica, cruzan4o por el N. la lla predicciones de algunos, pues no terminaron las diversio nura alemana; en el centro, entre el Ejército del Rin y el nes, sino que .se redujo el tiempo a ellas dedicado. VII Ejército. hacia Kasel y la autopista que se dirige He aquí algunas deficiencias: al S. a Francfort y el Rin; y en la zona americana, con el El rápido crecimiento del Ejército en los Estados Uni esfuerzo principal a través de Fulda Gap y. otras accio dos continentales privó al VII Ejército de muchos de sus nes más al SE. mej ores Suboficiales. Estos ataques irán precedidos de una intensa acción Casi desde el comienzo de la expansión del VII Ejér de bombardeo aéreo, protegida por una caza superior en cito, de dos Divisiones a las seis actuales, hubo promesas número a la aijada e impulsados por el valor estoico del de dotarlas de armamento y material; pero la realidad soldado ruso. Y no trato de asustar a nadie, sino de ex es que no ha llegado más que. una parte, dedicado, en su poner los hechos con que tenemos que enfrentarnos. mayoría, a dotar tres Divisiones de Infantería y la Aco El anverso de la moneda que acabamos de mostrar razada, y se nota gran deficiencia en carros medios, ca está en el hecho de que en ningún sitio de Alemania e paces de luchar, en condiciones de igualdad, con los T-34 incluso de Europa, está la defensa mejor garantizada de los rusos. que en la zona americana, pues hoy el VII Ejército está La mayor parte de los vehículos de la r.a División y de compuesto por las Divisiones de Infantería 1•a, 4a, 28 la Policía Militar han sido reparados y sus usuarios los y 43, la 2.a División Acorazada y la Policía Militar (al consideran “como nuevos”. Esto tal vez sea cierto para principio, el VII Ejército solamente constaba de la tiempo de paz;pero ¿lo sería en caso de guerra? División y la organización de Policía Militar, llamada El material de transmisiones, especialmente en radio “Constabulary”); en total, unos 150.000 hombres, incluí- de campaña, es inadecuado. das las tropas no divisionarias. Sin embargo, estos efec Una cosa que llama la atención a quien está familia tivos y el material de que disponen son aún insuficientes. rizado con nuestro Ejército en Alemania es el considera El General Eddy y sus Jefes de División han realizado ble derroche de personal dedicado a cometidos no esen una magnífica labor en ,cuanto a la moral e instrucción ciales. de sus hombres. Cuando aquél tomó el mando de’las fuer zas de tierra en Alemania (aún no se había órganizado el VII Ejército), se dedicó a la tarea de sacarlas de la rutina Las maniobras de otoño de 1951 revelaron algo de lo propia de un ejército de ocupación y ponerlas en estado bueno y mucho de lo deficiente del VII Ejército. Dichas de alarma. Dichas fuerzas, entre 1945 y 1949, sC dieron maniobras son las más impórtantes que se han realizado buena vida: cines, reuniones, bailes, permisos en Gar en la zona americana desde el final de la guerra, intervi misch, excursiones en primavera para ver los tulipanes niendo en ellas más de 150.000. hombres, incluído un holandeses, partidas de bridge... Todo muy agradable y Cuerpo de Ejército francés y un Regimiento inglés de cómodo; pero no lo más apropiado en una situación que Artillería de campaña. podía degenerar en la tercera guerra mundial, cuando Según el General. Eddy, la principal deficiencia estuvo menos se esperara. La tropa era buena, al igual que la en el inadecuado empleo de las medidas indirectas contra Oficialidad; pero una y otra estaban aferradas a una los ataques aéreos. Se dieron casos de sorprendente igno placentera vida de guarnición y con buena paga; había, rancia acerca de lo que es capaz de hacer la Aviación en naturalmente, maniobras, pero así y todo, el Ejército, la guerra; en una ocasión, en la gran autopista de Franc según su propia confesión, “nunca había estado tan fort a Munich (que sería, en guerra, una importante ar bien”. teria) se encontraron agrupados cinco tanques de gasolina, Este fué el ambiente que el nuevo Jefe tuvo que cam mientras sus conductores, sentados en la cuneta, fuma biar; pero no lo hizo de modo radical, pues, en su opi ban amigablemente la artillería, en posición, cubría sus nión, los dos extremos eran perjudiciales. Puso a las tro piezas con la red desguarnecida de los elementos simula pas en alarma la tercera parte del tiempo e intensificó dores de ramaje; carros, camiones y personal se amontosu plan de instrucción, Y, sobre todo, prodigó ejercicios, 87 naban en los cruces de caminos, a veces durante media hora, mientras se adoptaba una decisión. Claro es que este glesas de otoño 1951 se acusó, por parte de los Jefes de las Unidades acorazadas del VII Ejército, la tendencia a desprecio del enmascaramiento tiene, en parte, justifica ción, pues las autoridades civiles norteamericanas de la lanzarse campo a través sin preocuparse de los flancos y zona recomendaron, antes de las maniobras, el respeto a a obrar con gran audacia. Todo eso estaba indicado en la propiedad, y a la tropa se le hizo saber que no debía la época del General Patton, cuyos flancos iban guarda arrancar plantas ni cortar ramas para disimular sus ca dos eficazmente por nuestra ilimitada potencia en el aire. rros y vehículos; y aunque esta orden fué revocada pos Pero ahora las cosas han cambiado, y silos rusos atacan, teriormente, tal vez no llegara, como suele suceder en serán ellos quienes dispongan, al comenzar la guerra, de superioridad en aviación, carros, artillería y hombres. casos análogos en la guerra, a conocimiento de los esca Otro problema del VII Ejército, que no afecta a las res lones inferioies. tantes fuerzas armadas en Alemania, es el de la población Esta sensibilidad a las quejas de los alemanes no ex civil, pues en caso de guerra tendría que preocuparse de plica, sin embargo, la falta de diseminación de las tropas la evacuación de los familiares de sus hombres y de los y vehículos en las carreteras. Y ello es particularmente importante, puesto que en las operaciones que puedan empleados civiles del Gobierno de los Estados Unidos tener lugar en Europa, durante los dos años próximos, en el país; en total, más de roo.ooo almas. Añádanse a ellas los centenares de millares de alemanes (conocedores las fuerzas aliadas se verán obligadas a combatir sin su perioridad aérea. Por supuesto, en el VII Ejército hay de los “procedimientos” rusos) que huirían hacia el O., muy pocos Oficiales y soldados que hayan luchado sin y se comprenderá el desorden y entorpecimiento que todo ello constituiría para un Ejército en operaciones. Sola dicha superioridad, y, por tanto, existe un desconoci miento total de lo que ese factor representa para quien mente la evacuación del personal norteamericano resta ría varios millares de soldados a otros cometidos más tiene que soportarlo. A pesar de las repetidas advertencias, se observó la importantes desde el punto de vista meramente militar. Y no se olvide que el éxodo de los indígenas favorecería tendencia a dar escasa importancia a las actividades de los guerrilleros. Un grupo de éstos, en la víspera de el espionaje y la quinta columna de los ihvasores.. Respecto a esto último, hay que contar con que el terminación de las maniobras, destruyó un depósito de gasolina y aceite, situado muy a retaguardia de la línea presunto enemigo tiene información sobre la localización de Unidades e instalaciones aliadas, y que a causa de la in del frente. Esto hizo meditar a algunos; pero mi impre sión es que, en general, no se comprenden la contusión, el dudable existencia de millares de agentes soviéticos en la retraso y los daños que los guerrilleros pueden causar en Alemania occidental al comenzar el ataque, veríamos caer las bombas rusas sobre las zonas de concentración de tro la retaguardia de un Ejército en campaña. Muchos de los defectos mencionados son inherentes a pas y organizaciones más importantes de la zona ameri cana. El contraespionaje propio ha hecho lo que ha po todas las tropas bisoñas y como las en cuestión, integra dido, pero ha empleado alemanes desde el comienzo de la das, en su mayoría, por individuos que jamás han entrado en combate. No obstante, existe otra causa de debilidad, ocupación, y nadie se atrevería a afirmar que dichos aleque reside, a mi modo de ver, en nuestra fe ciega en la Inanes juegan “limpio”. Claro es que todo esto tiene su contrapartida, pues, desde el principio, las tropas sovié máquina y que nos conduce a asignarle, automática mente, cometidos que los hombres podrían hacer mejor ticas han dependido de la ayuda germana en mayor es cala que las aliadas. Y, finalmente, aunque las potencias y más pronto. En las maniobras había que enviar deter occidentales no tengan simpatías en la Alemania occiden minada información desde un puesto de mando regimen tal a otro, separados ambos por unos cuantos kilómetros; tal, no son tan odiadas como lo es Rusia en el Este. se decidió emplear el teléfono, y como la información era El odio favorece mucho el espionaje, y aunque gran can importante, hubo que cifrarla en el origen y descifrarla tidad de la información que proporciona hay que po en su destino, cuyas operaciones duraron cinco horas; la nerla en duda, otra parte es muy valiosa. Precisamente mucho de lo que sabemos acerca del Ejército soviético, información era ya inoportuna, y todo por no -haber em pleado un agente que hubiera podido llevar, en claro, el en su conjunto, está basado en informes alemanes sobre mensaje, usando un jeep, en un cuarto de hora. Dicha fe las fuerzas rusas de la Alemania oriental. Indudablemente, el VII Ejército tiene sus deficiencias; en la máquina se manifestó durante los últimos meses de la pasada guerra, pues ante una Oposición, en una ca pero, con relación a lo que era al principio de 1951, ha rretera alemana, se acudía, para eliminarla, a los carros, aumentado en efectivos, moral, instrucción y algo en material. Su tropa es muy buena y sus cuadros de man cañones o aviación; resultado: un retraso en la marcha do, excelentes en los escalones superiores, están mejoque era lo que los alemanes buscaban. Me parecía enton ces, y me parece ahora, que el retraso originado por esta raudo en los restantes. Lo que el VII Ejército necesita manera de vencer el obstáculo ahorraba la vida de seis -—medios materiales-_-,-la potencia industrial de su país se hombres hoy, pero que mañana perderíamos una docena lo puede proporcionar sobradamente. El General Eddy, en la G. IVI.II mandó la 9. División de hombres, a causa de dicho retraso. de Infantería y el C. E. XII, distinguiéndose por su inte Además, el Ejército de los Estados Unidos es tan pro ligencia, energía y prudencia. Es un hombre enormemente penso, con el de Rusia, a aferrarse a los procedimientos corpulento, de sesenta áños, pero suficientemente ágil to tácticos que han triunfado en la campaña inmediata davía para intervenir, de incógnito, en una infiltración mente anterior. Durante las maniobras americanas e in nocturna. - Detergentesnacionalesdeinterésmilitar. Carlos GnzezHerrera, Doctor en Ciencias Químicas e Investigador del Instituto Especial de la Grasa y sus Derivados, del Patronato Juan de la Cierva de Investigación Te’cnica. gentes utilizables con todas las clases de aguas, coiite Se llama detergente, en general, a toda sustancia que niendo solamente materiales no estratégicos y prescin ctúa como agente de limpieza. El concepto de detergen diendo de los aceites de coco y de palmiste. Han de ser ia, en un amplio sentido de la palabra, puede aplicarse a aplicables en los casos siguientes: codo proceso mediante el cual una materia extraña e a) Usos generales del jabón de tocador. Lndeseable se separa de una superficie sólida, a la cual b) Limpieza de los utensilios del rancho. staba adherida con más o menos energía. Basta la simple definición anterior para comprender c) Lavado manual de ropas. fácilmente la importancia que tiene el disponer de pro d) Afeitada. ductos detersivos adecuados en numerosos aspectos de Además deben presentar características espumantes sa La vida militar. El aseo personal de la tropa, la limpieza tisfactorias. Como solución se ha propuesto una mezcla de materiales destinados a la alimentación, el lavado del de 47 por ioo de jabón de sebo y tres agentes tensio vestuario, la preparación de ciertas conservas, la extin activos de distintos grupos de detergentes sintéticos, ción de incendios, etc., y modernamente la guerra ató siendo uno de ellos un derivado sulfonado (4). mica y bacteriológica, necesitan en forma imprescindible de tales cantidades de detergentes, que su preparación y perfeccionamiento constituyen en la actualidad uno de Dcterge’ntes españoles. los problemas a que la química militar dedica atención preferente. En España, la fabricación de detergentes a partir de Hasta hace algunos años, los únicos detergentes que calidades inferiores de aceite de orujo de aceitunas pre se empleaban eran los jabones, obtenidos de materias senta gran importancia, puesto que se consiguen pro grasas de origen animal o vegetal. Sin embargo, la nece ductos de mejor calidad y de mayor número de aplica sidad de economizar productos alimenticios y el aprove ciones que las que presentan los jabones comunes actual chamiento de ciertas fracciones poco volátiles de los pe tróleos han dado origen a la fabricación de gran número inenfe preparados con los mismos. Entre ellos se obtie de productos, que se conocen con los nombres de “detergentes sintéticos”, “agentes tensio ÍQEÑTE $ULFONP’ITE activos”, etc., y cuya preparación suele en LEJIP LIQUIDO contrarse en tódos los países protegida por ACEITE LAVADO DE patentes. Aunque el jabón ha sido empleado satis factoriamente durante siglos para usos civi les, la fabricación de productos adecuados a las necesidades militares y navales ha pre sentado probleihas difíciles, puesto que han de utilizarse con aguas de todos los grados de dureza, desde aquellas que son extrema damente finas hasta las muy salobres de los mares. Antes del desarrollo de la preparación de los detergentes sintéticos, los jabones -de RLACTOV LAVADORA DCCANTADOR NEUTRFII.ICVDOD aceites de coco y de palmiste eran los más adecuados para aguas saladas. Sin embargo, Fig. 1. es preciso un consumo elevado de los mismos para poder lavar en el agua del mar, obte niéndose una escasa cantidad de espuma. nen detergentes de alto poder de espumación, que pue Al comienzo de la guerra, los Estados Unidos requisa sustituir total o parcialmente a los jabones de coco ron dichos aceites para la fabricación de jabones de uso den y de palmiste (5). militar (según la “Federal Specification P-S-6ii-Soap; Podemos señalar, entre otras, las dos posibilidades si Salt-Water” de 14 octubre 1930) pero una demanda de guiçhtes para su empleo en este tipo de industria: la Marina, en 1942, de 5 millones de libras de jabón de aceite de coco, sólo pudo ser cumplimentada por un to 1a Transformación directa del aceite mediante un tal de 1,5 millones (i). Las investigaciones realizadas proceso de sulfonación. hasta entonces sobre preparación de detergentes (supe. 2a Hidrogenación previa para producir alcoholes gra rieres al jabón de coco en el agua del mar, puesto que sos, seguida por la transformación de estos (iltimos en lavan mejor y dan más espuma) permitieron la fabrica agentes tensioaCtiVOs. ción de productos aptos para las necesidades militares, La sulfonación directa del aceite de orujo extraído por formados por mezclas de detergente y jabón en propor disolventes, el cual contiene una proporción apreciable ciones comprendidas entre 0,5 y i (2) y Estos pro productos orgánicos no grasos, tales como resinas, ductos, aunque mejores que el jabón, daban una espuma de mucílagos, oxiácidos, etc., es ün proceso de relativa faci que distaba mucho en calidad y cantidad de la que se ob lidad, aunque hay veces en que se encuentran grandes tiene con un jabón de tocador en aguas relativamente dificultades para la obtención de un producto estable con duras. un grado adecuado de sulfonación. En la figura i se in La solución de este problema aún no estaba completa serta un esquema del proceso unitario de sulfonación mente conseguida, como lo prueba el que recientemente aplicado al aceite. se ha encargado una investigación para fabricar deter - - 1j1 1 UVLLU L . . (a). 89 La hidrogenación del aceite de orujo para transfor, marlo en alcoholes grasos se encuentra actualmente en España en fase de ensayo e investigación, habiéndose alcanzado result°ados satisfactorios. Por las razones antes indicadas, un punto de indudable interés, dentro del tema general de investigación que se lleva a cabo en este Instituto de la Grasa sobre prepara ción de compuestos detersivos a partir de materias pri mas nacionales; lo constituye la obtención de sulfonatos, cuyas soluciones en aguas duras y salinas, e incluso con las del mar, actúen como detergentes eficaces. El objeto del presente trabajo informativo es dar cuenta de algunos de los resultados obtenidos sobre esta importante cuestión. los sulfonatos, extintores de incendiós, separación de mi nerales por flotación, etc. Para una mejor apreciación de las propiedades deter sivas de estos productos, a continuación se indican valo 100 t.. o oO UI ‘ N 60 40 Propiedades detersivas. q, 2o Jc ‘%... Todos los resultados insertos a continuación se refie ren a productos de sulfonación directa de aceites de oru jo de características diversas. Capacidad de espumación.—Según lo señalado anterior mente, la facilidad de formación y la estabilidad de la espuma son características detersivas muy cotizadas, tan to por la eficacia directa de su acción como por razones psicológicas. “La espuma abundante y blanca sugiere una sensación de limpieza tal que ‘e convincente para la mayoría de las personas” (6). Como las medidas de valoración técnica de la capaci dad de espumación no se encuentran muy bien correla cionadas con las cantidades formadas en las operaciones prácticas de limpieza, tanto de la piel como de los vesti dos y utensilios, prescindiremos de los datos numéricos y clasificaremos las espumas en excelentes, buenas, acepta bles, regulares y escasas. La espuma excelente corresponde a la de un jabón de tocador de alta calidad en aguas fi nas, siendo la escasa análoga a la que presentan los jabo nes de coco en el agua del mar. Todas las soluciones son al 0,2 por ioo, salvo las de agua del mar y las del sulfonaí o T, que contienen un 0,5 por ioo. TABLA DE PROPIEDADES CLASES Notación del sulfonato A B C D E F G H K L M T Destilada Excelente Idem Idem Idem Idem Idem Idem Idem Idem Idem Idem Idem DE Magnésica ESPUMANTES o 20 40 80 60 oo uo — Fig. 2. res comparativos con respecto a compuestos considera dos como típicos. La gráfica 3 representa la formación de espumas en la solución del sulfonato T de la tabla anterior en agua del mar. Como referencias se insertan las curvas correspon dientes a soluciones de jabón de aceite de coco en aguas destilada y del mar. La eficacia detersiva directa se ha determinado mi diendo el desengrasado de un tejido de algodón impreg nado con aceite mineral. Los resultados obtenidos em pleando un método fotométrico, señalan para el sulfo nato T disuelto en agua del mar una eficacia de un 8 por ioo respecto a la de la solución tipo de oleato y carbonato sódicos en agua destilada. Discusión de los resultados.—Las curvas de la figura 3 indican que las soluciones en agua del mar del jabón de coco apenas forman espumas, mientras que las del sul fonato T presentan una capacidad de espumación del AGUAS cálcica Regular Regular Buena Excelente Regular Escasa Aceptable Aceptable Idem Idem Regular Regular Idem Idem Excelente Excelente Aceptable Buena Escasa Escasa Idem Idem Buena Idem Cálcica y magnésica Escasa Regular Escasa Regular Idem Idem Escasa Idem Buena Idem Regular Buena Del mar agua Buena Idem Regular Buena Regular Excelente Idem Idem Idem Idem Idem Idem 1 000 0 deatt ¡ada —ja6os de Coco +..5’&:tfotoT —a 8oo agua ‘a‘e 6oc o, de) ae ‘e 4oo . Ja6oadec0cc y* 1’, , 2oo , —— — JÁlfollato T ‘It ,Jc - 1 t o Una característica de ciertos sulfonatos es la elevadí sima estabilidad de sus espumas. En la figura 2 se re presentan las cantidades de espuma que van quedando o 6 9 12 1 al transcurrir el tiempo en el sulfonato F y en el jabón —minuros— fabricado con el mismo aceite. Fig. 3. En ella puede observarse que a los cien minutos ha desaparecido totalmente la espuma del jabón, mientras que las de los otros agentes tensioactivos tí que la del si.ilfonato se conserva en un 6o por ioo de su mismoenorden agua destilada. volumen inicial. Esta persistencia de la espuma tiene picos Los datós de la valoración técnica del poder deter gran interés en algunas de las ‘aplicaciones prácticas de gente permiten admitir que el suifonato T presenta una - 90 notable eficacia detersiva, por lo que su empleo en la práctica ha de ser francamente aceptable. Los resultados anteriores, junto con los de otras ex periencias verificadas sobre la influencia de los principa les componentes de las aguas duras y salinas (‘), demues tran que una sulfonación adecuada del aceite de orujo puede conducir a agentes tensioactivos que presenten propiedades detersivas típicas al ser empleados con aguas de cualquier grado de salinidad y de dureza. Importanciá de los productos obtenidos. flotación en las proximidades de los yacimientos, con fas ventaj as consiguientes en el transporte, regularidad de la producción, etc. Germicidas y /ungicidas._AUnque bajo este aspecto los detergentes de tipo catiónico son los más eficaces, los derivados sulfonados pueden usarse como microbicidas y desinfectantes, bien por su acción directa sobre espo ras, staphilococus y streptococUs, o como medio de trans porte, solubilización y emulsificación, reduciendo el ta maño de las gotas de otros tipos de germicidas (fenólicos, dorados, compuestos metálicos, etc.). Eliminación de sustancias radiactivas.—La desintegra ción del átomo ha creado un concepto enteramente nue vo de la contaminación. Las radiaciones nucleares no pueden detectarse por los medios ordinarios, pues ni se ven ni se sienten. Actúan como entidades submicroscó picas de distintas clases (rayos alfa, beta y gamma, neu trones, etc.), que reaccionan con las células del cuerpo humano, provocando enfermedades y, en muchos casos; la muerte (8). La eliminación de estos focos venenosos invisibles, al igual que sucede con las bacterias infecciosas, debe ser una cuestión de vital importancia, que ha de extenderse a la limpieza de todas las superficies que hayan podido resultar contaminadas por materiales radiactivos. En los laboratorios destinados a investigación nuclear, el empleo de detergentes sulfonados estables en aguas duras ha dado resultados satisfactorios para la desconta mináción radiactiva (9); pero su utilización debe ser mucho más general. Por ejemplo, en los programas de defensa antiatómica, tanto militar como civil, ha de con siderarse la distribución de productos detersivos eficien tes para la descontaminación de las áreas afectadas, jun to con instrucciones para su adecuado empleo por cual quier clase de personas. Además de los usos ya señalados en el aseo personal y en la limpieza de ropas y utensilios, los productos deter gentes sulfonados ,presentan otras aplicaciones de im portancia desde el punto de vista militar. A continua ción haremos breves consideraciones sobre algunas de ellas, con objeto de resaltar el interés del problema que nos ocupa. Industria textil.—Los detergentes tienen un amplio campo de aplicación en las diversas operaciones unitarias de la industria textil. El desengrasado, lavado, teñido y acabado de los tejidos de lana, algodón y otras fibras naturales y sintéticas precisan grandes cantidades de agentes tensioactivOs, que actúan bien solos o en unión de otros productos, tintes, aprestos, etc. En Alemania y países de la Europa Central, el empleo en estas indus trias de detergentes estables en aguas muy duras pre senta una gran importancia, por el alto contenido de sa les cálcicas y magnésicas que tienen las aguas a utilizar en operaciones industriales. Preparación de alimentos.—En la fabricación de algu nos tipos de alimentos en conserva conviene emplear ciertas cantidades de productos tensioactivos. Por ejem plo, agregando a la margarina una pequeña cantidad de sulfonato de ácido esteárico, se evitan las salpicaduras de la grasa líquida al calentarla; el pelado de patatas y frutas mediante agentes químicos se acelera y favorece añadiendo un agente tensioactivo; su adición a la masa del pan produce resultados beneficiosos, etc. Extintores de incendios.—Una de las aplicaciones de los agentes de espumación es su empleo en los sistemas de extinción de incendios. La espuma de alta estabilidad puede actuar cómo transportador de gas inerte que aho gue las llamas procedentes de combustibles liquidos in flamados, o bien reteniendo el vapor y otros productos resultantes de la combustión para formar una capa de agua que cubra una superficie considerable. Beneficio de minerales por /lotczción.—Las menas de al gunos metales de mayor interés militar (hematites, ga lena, blenda, molibdenita, bauxita, ilmenita, etc.) se en cuentran a veces en forma de partículas pequeñas mez cladas con una gran masa inservible de rocas, arcilla, arena, etc. Para obtener resultados prácticos y económi cos, es necesario, en ciertas ocasiones, separar una por ción importante de esta ganga antes de someter el mine ral a los procesos metalúrgicos. La mejor forma de conseguir esta separación de sóli dos pulverulentos es la flotación mediante soluciones de agentes tensioactivos. En este proceso, un porcentaje elevado del mineral queda retenido por la espuma, mien-’ tras que en el fondo del líquido se deposita la ganga. Los detergentes actúan de tres formas: 1a, como espuman tes; 2a, como colectores, para que el mineral flote en la espuma, y 3., como modificadores del colector, exaltan do o reduciendo su acción. Los aceites sulfonados pueden servir de colectores y espumantes, y también como agentes emulsionantes, fa voreciendo la aplicación de colectores insolubles. Sus propiedades detersivas en aguas duras incrementan su importancias puesto que permiten verificar el prpceso de Consideraciones finales. Los resultados obtenidos en la preparación de com puestos detersivos sulfonados, y de otros tipos que están actualmente en fase de investigación, siempre a base de materias primas nacionales, permiten esperar que en plazo breve la industria nacional disponga de métodos de fabricación de detergentes de calidad en cantidades suficientes para cubrir con sus propios medios las exi gencias normales, sin necesidad de recurrir a los artículos de importación. El interés y conveniencia de tener resuelto este pro blema de la producción -de compuestos de tan diversas e importantes aplicaciones quedaría grandemente incre mentado en los casos de excepción que en cualquier mo mento pudieran presentarse. BIBLIOGRAFIA (i) (2) () (4) () (6) (7) (8) (9) Ruckman, Hughes y Clarke: Soap, t. 19, pág. si, enero 1943. Bureau of Ships Ad Interini SpecificatiOfl 51D7 (INT), abril de ¡942. QMC Tentative Specification OQMG. Specificatiofl No. iooA, enero 1944. Jelinek, Mayhewy y Yeager: Soap and Sanitary Chemicais, t. 28. pág. 42, agosto ¡952. Gómez Herrera y R. Guzmán: Anales de Física y Química, t. 47B, pág. ¡67, 1951. Sanders: Soap and Sanitary Chemicais, t. 27, pág. 39, diciem bre 1951. Gómez Herrera y R. Guzmán: Revista de Ciencia Aplicada, t. 6. pág. 220, 1952. Atomic Energy Commision; Atomic Encrgy and ihe Physical Sciences, U. S. Gov’t, Printing Office, enero 1950. Dept. of Commerce. Office of Technical Services; Final Sum mary Repon1 on Cleaning Vityeous Whiteware. ¡950. 91 Artilleríaautopropulsada. Teniente Coronel Bidwell Moore. De la publicaón norteamericana Combat Forces. (Traducción del Comandante Hernandez Angosto.) Ni ahora ni en el pasado ha habido nunca en nuestro Ejército una artillería ligera autopropulsada como tal. autopropulsada? Sus dos sobresalientes rasgos serían: su Esteincomprensjue tema queda aclarado al examinarlo movilidad y su agilidad; y entre estas dos, destacando más la primera. La movilidad supone el desplazamiento bajo la luz de lo siguiente: de una zona de posiciones a otra. La agilidad representa Para podernos entender unos con otros, necesitamos el rápido cambio de lugar dentro de la misma zona. La disponer de suficientes definiciones; permítasenos, pues, de ambas es el movimiento. definir los cuatro tipos generales de artillería, aparte de esencia Al considerar una tercera guerra mundial, debemos la modalidad normal de transporte remolcado. contar con que el conflicto alcance a Europa y Asia, y Ellos son: en ambas zonas, por su amplitud, la maniobra será un a) Artillería contracaryos.—Está moderadamente blin factor de significada importancia ante un enemigo posi dada, sin techo; es ligera y altamente maniobrera, dotada blemente má numeroso. de un cañón de gran velocidad y con un sector horizontal Excepto en el oeste de Europa, no debemos contar con de tiro de 360°. Va montada sobre un chasis de carro. unas redes de carreteras. Proporcionalmente, Francia tie b) Artillería de asalto.—Tiene un grueso blindaje fron ne la mejor red de carreteras del mundo y Alemania po tal, otro blindaje medio en los costados y otro ligero en see el más moderno sistema de autopistas, pero su red secundaria es de segunda clase. Estos dos países ofrecen las partes superior y posterior. Su cañón u obús puede ser de diferentes tamaños. Su una excelente base de partida para las operaciones sobre Rusia a través de la llanura nortegermana. misión es la de acompañamiento de infantería, para pro Y éste es el punto crítico de la cuestión: que la propia porcionarle apoyo directo. Rusia y los países que la rodean, incluyendo China, ca c) Artillería acorazacja.—Está moderadamente blin recen, desgraciadamente, de una mediana red de carre dada y sin techo; tiene un obús ligero o mediano con un teras. Razón por la cual nuestras fuerzas deben estar en sector limitado de puntería en dirección. Esta artillería condiciones de operar fuera de caminos. En los cambios está proyectada paraapoyar a la infantería blindada. de estación, los problemas se agudizarían aún más. Resulta innecesario recalcar la necesidad de una red d) Artillería autoProulsacla.—Es aquella cuyo trans de carreteras; pero no debemos olvidar que los vehículos porte se realiza mediante un- montaje autópropulsado. de cadenas son la llave del éxito en los combates sobre Puede tener un ligero blindaje o ninguno, llevar un obús Rusia Una lógica extensión de estas manifes ligero o medio con un amplio sector de dirección (360°). tacionesy Polonia. también a China, pues es lo más pro Su misión sería proporcionar un íntimo y directo apoyo a bable queincluiría una tercera guerra tuviese por escenario a las Unidades de Infantería de vanguardia y Unidades aquellos países. aerotransportadas. No podría usar el chasis de carro por aspecto de la cuestión de la movilidad es el apo ser demasiado pesado y costoso, sino un simple montaje yo.Otro La artillería debe ser capaz de moverse de modo que sobre cadenas, especialmente proyectado para este ob en todo momento pueda proporcionar un estrecho y jeto. Los U. S. A. no disponen de ninguno. continuo apoyo de fuegos a la infantería y a los tanques. Estos cuatro tiposde artillería tienen dos condiciones junto al movimiento general, debemos considerar el comunes: van sobre cadenas y son autopropulsados. El Así, movimiento específico. último tipo, sin embargo, tiene igual misión que la arti La infantería se mueve para atacar al enemigo por llería corriente de campaña y difiere de ella solamente donde sea más débil, haciéndolo frecuentemente a través en la forma de transporte. Es a este tipo al que aplica de dificultosos terrenos. La artillería, en tales casos, debe mos el título de artillería autopropulsada, pues en los ser capaz de acompañarla. La llave del éxito es un seguro restantes, esta condición de propulsión es secundaria e y abundante apoyo, que implica masas de arti incidental a su condición principal, que viene especifi llería autopropulsada; la artillería,grandes que no queda confi cada por sus propios nombres. a las carreteras y no está sujeta a la inmovilización Las condiciones a que habrá de satisfacer la artillería nada por el mal tiempo y por el consiguiente dificultoso terreno. autopropulsada referente a este tema son: movilidad, agi La movilidad de la artillería autopropulsada es tam lidad, agresividad y efectividad. bién la clave de una rápida concentración de fuerzas, Consecuentemente, las características de una tal arti pues con relativamente cortos alcances y con extensas herí a serían: que fuese ligera (de zz a 15 T.); que fuese zonas de acción, la artillería debe estar en condiciones de sencilla; que tuviese las mismas posibilidades de fuego poderse concentrar en todo momento, de manera de ob que la artillería normal (rodada), y que llevase un carro tener un efecto de masas de fuego en el más alto grado. remolcado para municiones. Ahora bien; como la rápida coIcentración depende de Sus principales desventajas serían: su rñayor costo ini la movilidad, resulta que la rotura del frente y embolsa cial, su más alto consumo de combustible, sus más ele- miento del enemigo dependen de la aptitud para su rá vados gastos de mantenimiento y su menor alcance. Sus pida reunión. cadenas son, sin embargo, de más duración que los neu No cabe duda, además, que una fuerza móvil, no sujeta máticos y menos vulnerables. a las carreteras y fácilmente diseminable, está en mejo La artillería necesita, desde hace tiempo, un tipo auto condiciones para hacer frente a un ataque atómico propulsado, especialmente proyectado para tal misión res que otra compuesta por un go por ioo de Unidades que (pero no cascos de tanques con piezas de artillería mon no puedan dejar la carretera, pues la dispersión es la tadas, pues esto, que sería una artillería blindada, ade base de la defensa atómica, y la movilidad es indispensa más de ser más costoso, resultaría más inconveniente y ble para conseguir aquella dispersión. sin las posibilidades de fuego de la artillería normal). Los vehículos de ruedas no tienen la capacidad de mo ¿Cuáles son las véntajas principales de esta artillería vimiento de los vehículos con cadenas, y, por tanto, - : • 92 queda de manifiesto la necesidad de estos últirños. La capacidad para cambiar rápidamente de posición ante un fuego de contrahatería; la posibilidad de hacer frente a un ataque de flanco; la aptitud para cubrir pron tamente una retirada o trasladarse a posiciones reserva das, desde las cuales se pueda hacer frente con ventaja a los tanques enemigos, son todas ellas maniobras, cuyo éxito depende de la agilidad. Del mismo modo, la agili dad es particularmente apreciable en la defensa de las posiciones artilleras o cuando en nuestra marcha haya mos sido sorprendidos por alguna emboscada enemiga. La guerra de Corea ha puesto bien de manifiesto la es pectacular diferencia entre la artillería rodada y la auto propulsada. La movilidad y la agilidad son prerrequisitos del éxito. El empleo de la artillería rodada contra un enemigo comoel que podemos esperar significaría un injustificado ries go. La superioridad aérea, las bombas atómicas, los mo dernos cohetes, las poderosas fuerzas navales, no podrán relevarnos de la necesidad de atrapar a las fuerzas terres tres enemigas, y estas fuerzas podemos contar con qu serán muchas. Un enemigo decidido y audaz, aun co inferiores armas, es capaz de una acción tremefida. ¿Cuán importante entonces que nuestro valor y tenacidad sean elevados? ¿Cuán importante también que nuestras armas sean mucho mejcr. El efecto de la artillería autopropulsada sobre las tro pas (tanto de las que sirven en ella como de las que son apoyadas) se puede pronosticar como de estimulante. Ciertamente engendra el entusiasmo1 un sentido de con fianza en la cooperación y, lo que es más importante, acrecienta el espíritu de ataque de las fuerzas. La caba llería de ayer, como las fuerzas blindadas y del Aire le hoy, tienen ese espíritu, esa voluntad para la acción. Cuanto más desarrollado tengamos este espíritu, más efectivos serán nuestros esfuerzos para contener la agre sión. Debe existir un cauto equilibrio entre el lento tipo de artillería rodada y la artillería de asalto. La artillería ligera autopropulsada proporcionará este equilibrio. Permítasenos ahora tratar de su coste y proyecto. Desde luego, ha de ser posible proyectar y construir una artillería autopropulsada con un coste menor que el re sultante como término medio para el equipo empleado en la artillería acorazada. Al examinar los antecedentes, observamos que -el tipo de artillería acorazada de los U. S. A. (en su calibre 105 -cm.) pesa de 22 a 26 T., mientras que la artillería germana de igual calibre pesa rz T. Esto es un dato re velador. En general, las artillerías autopropulsadas ale mana y norteamericana eran análogas, pero el proyecto de aquéllas era más sencillo: sobrepasaban nuestros al cances en 1.200 m. y, aun con la misma tripulación, su peso resultaba un 50 por roo menor que el nuestro. Este modelo alemán fué también la improvisación de un obús montado sobre el chasis de un tanque. Un modelo blindado, muy ligero, similar al germano antes descrito, es el tipo que nosotros proponemos para artillería autopropulsada en general. Debería tener an chas cadenas para dar una pequeña presión sobre el te rreno (unos 0,562 K. x cm2); suspensión “Christie”; baja silueta (menos de 2,40 m.); la separación del suelo del T-34 soviético (unos 40 cm.); capacidad pa.ra grandes ángulos de tiro (74grados), que podía alcanzarse con un montaje de pedestal; un sector de tiro horizontal de 6o’ a 900; corto retroceso; un armamento primario, consti tuído por un obús de 105 mm. con un alcance aproxi mado de .15.500 m., y un armamento secundario de una ametralladora ligera; con velocidad de 40 a 50 Km. por hora, y un remolque donde puedan cargarse roo dispa ros, además de los 50 ó 70 que pueda llevar en el ve hículo. Todo esto significa un ligero blindaje; dos plan chas de acero de 3 mm. de espesor, separadas por aire o fibra de cristal, proporcionarían un ligero blindaje para- el compartimento de la tripulación, incluída la cubierta. El motor debería ser un Diesel, que proporcionase unos ro HP por tonelada. El modelo alemán antes citado tenía una potencia de 11,5 HP por tonelada, teniendo además su rueda de engrane tractora en su parte ante rior y una transmisión sincronizada. Esta es la clase de artillería que necesitamos, expre samente proyectada, con ligero peso y gran simplicidad (por lo que no necesita muchbs de los últimos adelantos empleados en los tanques). Documentados Jefes del Servicio Técnico han opi nado que sería-posible construir un tipo eficaz de artille ría autopropulsada por un coste análogo al del equipo completo de artillería rodada. ElnuevomaterialdelEjércitotrancés.— Lascomunicacionesmilitáresporcable. De la publicación francesa Revue Militaire d’Information. (Traducción del Comandante de Ingenieros Juan López Díaz de la Guardia, del Parque Centriil de Transmisiones.) III.—El - material futuro. El progreso de la técnica en todos los órdenes ofrece nuevas posibilidades, pero también crea nuevas necesi dades. El material futuro debe ser capaz de satisfacerlas. ¿Cuáles son los principios generales que debe presidir su concepción? Ante todo, tenemos que hacer una síntesis de todas las enseñanzas obtenidas de las últimas cam pañas. Después, armonizar los nuevos materiales y su doctrina de empleo con las posibilidades actuales de la - técnica. Estas dos condiciones marcan la evolución, que se caracteriza: i.° Por nuevas exigencias que se ajustan a las nor mas clásicas y la facilidad de empleo: a) Ante todo, la necesidad de que -los materiales re sistan a todos los climas; tanto en las regiones tropicales y polares como en las templadas. b) La miniaturación y normalización de las piezas sueltas, que deben permitir presentar en ‘olumen más 93 - pequeño elementos más complejos y facilitar su indus trialización. e) Por último, el aislamiento de los materiales, prin cipalmente de los de las Unidades de campaña. Los aparatos de tendido para estos diversos tipos d cable corresponden, evidentemente, a la condición d empleo y a su calidad. Para la primera línea ha sido estu diado un procedimiento que permite al cable desenro llarse solo, como un ovillo de bramante devanándose sir 2.° En la explotación del materia]: ayuda de ningún órgano que dé vueltas. Independiente. a) Por un aumento del alcance de los circuitos im mente del beneficio en peso y poco trabajo para el sol dado, este nuevo método permite, entre otras de tendidc puesto por el alargamiento de zonas de combate, pu diendo obtenerse por el empleo de nuevos plásticos y la sobre vehículos, el lanzamiento de tal cable por mortero o cohete y la colocación de ciruitos por avión o helicóp realización de amplificadores de líneas. tero para el alto de cortaduras importantes. b) Por un aumento de tráfico justificado por la im No obstante, la utilización de bobinas no será abando portancia de los enlaces entre las Unidaaes de çombate y nada, puesto que permite de un modo sencillo la recupera los servicios que las aprovisionan, así como por la com ción del cable sobre el terreno. plejidad de los enlaces del Alto Mando. También ha sido experimentado otro dispositivo utili zable sobre vehículos. Hasta ahora, el cable se desenro Este aumento puede ser satisfecho: llaba obre el vehículo dando vueltas a la bobina; los 1.0 Por la multiplicación sobre una sola línea física cambios bruscos de velocidad ponían en juego la inercia de la bobina, engendrando desórdenes que llegaban has de varias comunicaciones telefónicas y telegráficas, me diante el empleo de cables que permiten hacer el servicio ta la rotura del conductor. Los experimentos han sido sa tisfactorios. de comunicación con corrientes portadoras. Para el cable en cuadrete ha sido realizado un sistema 2.° Por la intensificación del telégrafo gracias al em de enrollamiento-desenrollamjento sobre todos los te pleo sistemático de teletipos manuales, de transmisiones rrenos. automáticas y la utilización de aparatos de facsímil que Señalemos, por último, el interés que podría tener en reproduzcan tanto los croquis como los textos. muchos casos una línea compuesta de apoyos ligeros de implantación rápida que sirviera de soporte a cables li Veamos lo que la técnica nos permite eperar: geros multicanales o a un grupo en cuadrete capaz de dejar pasar sin debilitación una banda de frecuencias teó a) El porvenir de los cables. ricamente infinitas. Se puede. disponer actualmente, aparte del caucho, de cuatro nuevos termoplásticos: b) El malerial tele/ósico. 1.° El cloruro de vinilo, de una cualidad equivalente La técnica telefónica está suficientemente adelantada a la del caucho, pero de una resistencia al rozamiento para que quepa esperar en el material del porvenir me muy superior. La incorporación de plastificantes le per joras tan sensibles como para los cables. mite quedar flexible entre —25° y + 800. Sin embargo, aún es posible dar a los materiales actua les una mejor presentación (peso, manejo, estanqueidad, 2.° El polietileno, lo mismo que algunos de sus deri resistencia en el trópico); una mayor comodidad para su vados, de una constante de aislamiento dos veces más puesta en obra (piezas comunes a muchos aparatos, ele débil que el caucho, bastante poco resistente al desgaste, mentos desmontables y fácilmente transportables); una pero conservando todas sus propiedades entre 400 y mayor ligereza de explotación. + 900. El futuro teléfono de campaña, por ejemplo, destinado a las Unidades de primera línea, deberá permitir- todas 3•0 El nylon, dotado de una gran resistencia mecá las posibilidades actuales; pero deberá ser más ligero, es nica y, sobre todo, de una gran resistencia al desgaste. tanco y con mejores cualidades telefónicas. 40 Los silicones, de una excelente resistencia al aisla El aparato utilizado en el escalón de las grandes Uni miento y dotados de notables propiedades de estabilidad dades puede ser adoptado por la Administración civil, en una gama muy extensa de temperaturas (5O0 a 3oo0). actualmente fabricado en grande series. Se ha pedido Un empleo combinado de estos nuevos productos debe simplemente que se le añada una caja aislada para su permitir la mejora sensible del alcance de los cables, alar transporte. gar su gama de resistencia a la temperatura sin dismi Las primeras centrales de primera línea, en las que un nuir por ello su solidez ni su comodidad de empleo. primer estudio ha culminado en la realización de cua Los estudios en curso parecen cristalizar sobre la pues dros con 7 y i6 direcciones, pueden ser mejoradas, tanto ta a punto de cuatro tipos de cable. desde el punto de vista de su presentación como de su Un cable en espiral, aislado bien por cloruro de vinilo explotación. o por polietileno recubierto de nylon, cuya zona táctica Del mismo modo pueden mejorarse las centrales de de utilización englobaría a los de W. 130 y 110 W. División y C. E., incluso instalándolas sobre vehículos Un cable de larga distancia con dos conductores bajo con varios cientos de líneas. Por razones de normaliza pantalla inspirado en eJ 143 W., pero de cualidades eléc ción, las clavijas utilizadas en todos estos aparatos son tricas mejoradas por la utilización del polietileno. de. un tipo único. Para puestos de mando importantes, Un cable en cuadrete, en el cual el aislamiento será de pueden emplearse centrales automáticas de pequeña o polietileno, y la protección exterior de cloruro de vinilo. gran capacidad. Una central de este tipo ha sido ya ob Una trenza de acero colocada entre estos dos termoplásti jeto de experimentación satisfactoria. cos hará este cable autoportador. Provisto de enchufes es tancos, permitirá, enbuenas condiciones de diafonía, trans c) El punto de vista telegráfico. mitir un número de comunicacionés igual a 6, 12 ó 24. Con estos tres tipos de cables ya se han obtenido bue El teletipo se ha impuesto como instrumento de una nos resultados. importancia equivalente a la del teléfono. Las mejoras Un cable de tipo “coaxial”, que puede transmitir un introducidas no han podido lograr aún un aparato sufi gran número de comunicaciones telefónicas y utilizable cientemente ligero y que satisfaga todas las necesidades en el escalón de las grandes Unidades. militares de empleo. — :94 La explotaciÓn manual de un teletipo no permite al zparato dar todas sus posibilidades de velocidad de trans misión. En el caso de mucho tráfico, se utiliza la mani pulación automática. Se registra previamente por perf oración de una banda el mensaje a transmitir y se coloca Ea banda en un emisor automático. A su llegada el men saje es recibido y registrado en la misma forma. Laposibilidad, para las Unidades en campaña, de poder transmitir rápidamente croquis, imágenes, cartas con un texto manuscrito, puede lograrse actualmente por medio de aparatos tipo facsímil, que presentan numerosas mejo ras sobre los R. C. 58 y los R. C. 120 existentes. Un men saje puede ser transmitido con velocidad y claridad sufi cientes. Parece que se va a la realización de dos aparatos: Uno para grandes Unidades en tráfico continuo y grandes distancias. Otro para Unidades de primera línea portátil y pe queño consumo. El empleo de aparatos telegráficos simplificados y de una velocidad reducida correspondiente al tráfico de primera línea debe ser también estudiado. La utilización de estas radiaciones muchas posibilidades: invisibles ofrece t.° La visión de noche en el infrarrojo próximo. z.° La telefonía en infrarrojo. .° La detección y la fotografía en el infrarrojo lejano. Los aparatos para conducir vehículos de noche o efec tuar tiro nocturno están actualmente estudiados. En principio, consiste en iluminar el paisaje por el infrarrojo producido por un procedimiento cualquiera y en mirar este paisaje con la ayuda. de un dispositivo especial se leccionando el infrarrojo y llevándolo por un sistema óp tico a una célula fotoeléctrica. La detección de rayos infrarrojos enemigos puede ha cerse con otro aparato, basado en el empleo de capas fos forescentes impresionadas por la emisión a detectar. La telefoní a en el infrarrojo próximo consiste en mo dular por la voz una emisión, de infrarrojo y en, recoger ésta directamente por un aparato receptor. Los aparatos de este género son ligeros, de fácil manejo, pudiendo ser ventajoso para el funcionamiento de grandes cortaduras. El infrarrojo lejano es el que emiten la mayor part’e de d) Equipos de circuitos. los cuerpos. Se comprende fácilmente el interés que hay Un dispositivo con corrientes portadoras, previsto para en poder detectar por el calor propio que desprenden, ta encaminar seis canales telefónicos, ha sido objeto de una les como los carros, ‘las patrullas, un barco, etc., o en realización en cajas de aleación ligera transportables y obtener de un paisaje emitiendo radiacicines de una de estancas. Este material permite asegurar un enlace de cena de micras una fotografía de noche que interesa. 150 Km. con ayuda de dos repetidores encuatro hilos no vigilados, telealimentados por cada instalación terminal. Un dispositivo análogo, pero asegurando 12 6 24 ca Conclusión (i). nales telefónicos, podría ser estudiado como una exten sión del material precedente. Las posibilidades industriales en la técnica telegráfica Puede añadirse al dispositivo con corrientes portado y telefónica son suficientes para satisfacer rápidamente ras un equipo de telegrafía armónica, sustituyendo en las necesidades. En la técnica de cables, por el contrario, uno de los canales telefónicos un haz de ocho canales ciertas materias primas deben ser importadas (polietileno) telegráficos en duplex. y otras fabricadas en Francia (cloruro de vinilo); necesi El estudio del rendimiento de los circuitos de primera tan todavía una ligera transformación y la industria de línea ha llevado a la realización de un repetidor de cam fabricación de cables franceses se oriente hacia los equi paña y a la puesta a punto de un amplificador terminal, pos y herramientas más modernos para producirlos al uniéndose a un teléfono y pudiendo mejorar la comuni necesario. cación de un abonado colocado en defectuosas condicio ritmo Finalmente, la homogeneización de los materiales no se nes de transmisión. obtener más que aumentando el número de expe Es preciso, por último, decir algunas palabras de una puede riencias para su buen empleo. técnica ligada a las transmisiones con hilo y cuyas apli Y, para terminar, señalemos un punto de vista impor caciones militares presentan un interés innegable. tante: Al progreso en el material debe corresponder una evo Se trata del infrarrojo; se entiénde por infrarrojo la lución paralela en la instruccjófl del combatiente. No es su zona que se extiende entre las oñdas luminosas visibles y ficiente construir, es preciso instruir para la éxplotación las ondas radioeléctricas, osea desde o,8 micras a 400 mi del material. cras. Las longitudes de onda más interesantes están en o,8 a 2 micras, zona llamada “infrarrojo próximq” y al (i) Se refiere el autor a Francia. rededor de io micras, o “infrarrojo lejano”. La infantería blindada es diferente. Capitán Koburger. De la publicación norteamericana Armor. Reproducido por la brasileña A Defesa Nacional. (Traducción del portugués del Comandante de Artillería Eduardo Ory.) La in/cinteria blindada acli2a siempre en cooperación, nunca aislada, normalmente montada, pocas veces a pie, esencialmente por el movimiento y rara vez estáticamente. La organización y el empleo táctico de la infantería blindada (1. B.) difieren, esencialmente, de los de la in fantería normal o de línea, y, desde luego, no es, ni mu cho menos, esta última transportada en vehículos blin dados. Examinemos, pues, estas diferencias, para así com prender mejor la razón de ‘ser y forma de actuar de esta infántería. t Misión. La misión de la 1. B. es cerrar sobre el enemigo y des truirlo por el fuego y por la maniobra; rechazar en com bate próximo los ataques adversarios y, lo que es más importante, apoyar a las Unidades de carros de las Di visiones blindadas. ‘‘“ . .95 La diferencia fundamental en la 1. B. y la de línea queda de manifiesto en el hecho de que, en tanto en las Divisiones normales los carros de combate existen para facilitar el avance de la infantería (de línea, claro es), en la División blindada está la 1. B. para facilitar el avance de los carros. Para ello, la División blindada cuenta con cuatro Batallones de 1. B., cuya base la constituyen tres Batallones de carros medios y_un Batallón de carros pe sados. Según los reglamentos norteamericanos, la misión prin cipal de la 1. B. es apoyar a las Unidades de carros, y no parece existir otra razón que justifique su presencia en las Divisiones blindadas. Organización. Para cumplir la misión antes indicada, el Batallón de 1. B. (la mayor Unidad de esta clase de infantería) cuen ta, según la actual organización norteamericana, con un Mando con su E. M.; una Compañía de mando y servi cios, cuatro Çompañías de fusiles iguales y un destaca mento de Sanidad. Las diferencias entre los Batallones blindados y los de línea son evidentes. Aquéllos son administrativamente independientes; están montados totalmente sobre ve hículos. de ruedas, de oruga o mixtos (en tanto que los hombres de los de línea marchan a pie); tienen una ma yor proporción de armas automáticas en las Unidades más elementales, y aunque no disponen de los modernos cañones sin retroceso, tienen cuatro Compañías en lugar de tres, si bien no disponen de la Compañía de armas pe sadas de Batallón. Empleo táctico. - Los Batallones de 1. B. son Unidades altamente móvi les y francamente blindadas, capaces de ejecutar la ma yor parte de las misiones generales de la infantería nor mal y además otras varias específicas, tales como el acompañamiento de los carros en sus acciones ofensivas (transportando a sus hombres en sus vehículos blindadds orgánicos, a pie o incluso móntados en los carros atacan tes), con el fin de cerrar el contacto con el enemigo y des truirlo. La 1. B. tiene capacidad tanto para recibir y absor ber unidades de refuerzo (con el fin de constituir grupos tácticos de armas combinadas) como para proporcionar sus Compañías con el mismO- propósito. Puede también, aunque siempre con el apoyo de los craros o de otras ar mas, remover o establecer obstáculos, y, en- fin, organi zar y defender una zona de terreno. Las diferencias tácticas entre los Batallones 1. B. y los de infantería normal son claras: La 1. B. funciona normalmente como parte de un com binado carros-infantería. Siempre habrá algunos carros con la. infantería o alguna infantería con los carros, lo que no es regla general para la infantería de línea. La 1. B., en el ataque,, despliega montada en sus ve hículos, en tanto la de línea lo hace a pie. En la defensiva, la 1. B. realiza una defensa móvil, mientras la de línea preconiza una estática a toda costa. En fin, la 1. B. defiende las avenidas de aproximación del enemigo, en tanto la de línea guarnece las líneas prin cipales de resistencia. La 1. B. ha sido, pues, creada para emplearse como parte integrante de los grupos tácticos blindados—ca rros, infantería, ingenieros—, fuertemente apoyados -por la artillería y por las fuerzas aéreas, y por esto, el inter cambio entre los Batallones de carros y los de 1. B. es usuay aconsejable en las operaciones normales de blin dados; m4s aün, pueden formarse Batallones de 1. B. re- 96 forzados, constituidos por dos Compañías de 1. B., d Compañías de carros, Compañías de mando y servicic con su mando y E. M. de Batallón correspondientes. Dependencia del cañón del carro. Donde se vean elementos de 1. B., por reducidos ql. sean, habrá también Secciones o Pelotones de carro Esta parece ser la justificación de no haberse dotado los Batallones de 1. B. de las armas sin retroceso, cuya misiones pueden asumir, con ventaja, los cañones de 1 carros. Además, ésta es la razón de que la 1. B. no deb asumir misiones independientes, en las que otros tipc de infantería (ligera, de linea, de montaña o paracaidist se desenvuelven tan bien. La 1. B. es, pues, una infant ría pesada, yla mayor proporción de armas automática que la caracteriza actúa como un verdadero gravame para su movilidad a pie;- como contrapartida, ninguna d las otras infanterías actúa con los carros mejor que e11 Ahora bien, hay excepciones. Las patrullas nocturna5 la apertura de brechas en los campos minados, las opera ciones de paso de cursos de agua y los ataques nocturno son, por ejemplo, acciones que obligan a la 1. B. a actua a pie, en la forma tradicional de la infantería, bien po imposiciones del secreto o de la sorpresa o a causa de lo obstáculos que impiden a los carros el seguirla de cerca Son operaciones especiales, de objetivos limitados, y, er ellas, siempre la 1. B. tendrá el vigilante apoyo de lo carros. Conviene hacer notar, como consecuencia de las expe riencias de la campaña de Italia y últimamente de li guerra de Corea, que son excepcionalmente raros los te rrenos en que los carros no pueden actuar. Según el Ge neral Patton—tan conocedor del blindaje y de su em pleo—, “no hay, propiamente, un ‘terreno “para carros”, en el sentido restringido de la frase. Hay terrenos que son más favorables que otros, pero los carros han operado y pueden operar en cualquier parte”. El vehículo blindado de transporte de personal. Para aumentar su eficiencia como tropa de apoyo, la 1. B. está totalmente transportada sobre orugas o sobre ruedas. El moderno transporte de personal norteamericano es un vehículo blindado oruga y armado con una ametra lladora de 12,7 mm., asignado a la infantería, con el fin de capacitarla para el acompañamiento de los carros en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualesquiera circunstancias, si bien sin que pueda ser utilizado como vehículo de asalto. Las máximas posibilidades de la in fantería como tal sólo puede desarrollarlas a pie y con sus armas. Desmontada la L B., los vehículos de transporte pue den ser utilizados para constituir o completar la base de fuegos o como suplemento del plan de fuegos defensivos, según los casos. Pueden también utilizarse para proteger los flancos y la retaguardia de las pequeñas Unidades. De cualquier forma, representan un considerable poder de fuego, que no debe despreciarse ni dejarse inactivo. - El ataque. La misión de los “infantes enlatados” (como vulgar mente se los llama en Norteamérica) es, pues, ayudar e impulsar la velociad (movilidad) y la violencia (potencia de fuego) de los ingenios blindados, explotando al má ximo el efecto de choque resultante. La disponibilidad de los vehículos blindados para el transporte de las tropas le combate permite que la 1. B. despliegue en el ataque montada, manteniéndose así hasta llegar a la línea de asalto, siempre bajo la protección y cobertura de las Unidades de carros atacantes, con las que marchan en estrecho contacto. Esta manera de proceder tiene tres esenciales ventajas: primera, la infantería llega fresca, descansada y en el momento oportuno; segunda, un ma yor número de combatientes llegan hasta la línea de asal to; finalmente, el ataque se conduce a una velocidad que es la de los vehículos y no la de la infantería a pie. Un gran porcentaje de las bajas de la infantería se produ cenÇ normalmente, en el avance desde la posición de par tida a la de asalto. En ial. B., estas pérdidas se reducen al mínimo, recorriéndose esa distancia a una velocidad de 30 K p. h., en lugar de 3, en vehículos blindados, y haciendó el máximo uso tanto del efecto de los fuegos de los carros como de los de la artillería de apoyo y de la aviación, pira neútralizar la actividad física y desviar las fuerzas mórales del enemigo. Defensa. Esta movilidad táctica protegida de la 1. B. la hace también apta (siempre con sus carros de cooperación) para defender una zóna por el fuego y por la maniobra. Tal tipo de defensa móvil supone coloçar pequeños grupos de infantería-carros en una línea de puestos avan zados, manteniendo los puntos fuertes del terreno, cruces de caminos, etc., en tanto que el grueso de la fuerza (in cluyéndose en el rnismó la mayoría de los carros) es man tenido como reserva móvil. Cuando el enemigo define su dirección de esfuerzo y punto de aplicación, esa reserva—bastante fuerte en ca rros—contraataca de flanco, eligiendo un objetivo bas tante adelantado de la posición avanzada, en donde ten- ga posibilidades reales de destruir al enemigo. Si la infan tería normal tuviera que hacer esto y el enemigo dispu siese de cualquier pequeña fracción de artillería, el con traataque sería sofocado en poco tiempo. También la 1. B. utiliza la defensa móvil, como conse cuencia de los extensos frentes que normalmente debe mantener, y que, con sus efectivos, no puede pensar en defender palmo a palmo, aunque sí aceptar el riesgo pre meditado de defender los probables caminos de aproxi mación, vigilando el resto del terreno por la observación, por el fuego lejano o con patrullas. La infantería normal, dejando a un lado la maniobra, procura mantener su po sición de combate a toda costa, basando su defensa en la conservación de una L. P. R. con una L. D. (líneas con tinuas con fuegos rasantes), establecidas a lo largo de su frente y realizando sólo contraataques muy limitados, con el objetivo preciso y único de restablecer la si tuación. La 1. B. defiende, pues, el terreno por el luego y por la maniobra, y no se esfuerza en mantener sus posiciones. Aguarda al enemigo en las probables avenidas de apro ximación, que defiende tan sólo hasta localizar su es fuerzo principal, canaliza este ataque y gana tiempo y espacio para el decisivo contraataque de las reservas. La 1. B. puede asumir el 99 por ioo de las misiones de la infantería normal, de modo tan eficaz—o incluso mejor a veces—que la gloriosa infantería de línea, aunque nunca lo hará del mismo modo que ésta. La continua coopera ción de un gran número de carros, junto con la disponibi lidad de vehículos blindados de transporte de personal, aumentan en mucho la movilidad táctica de la 1. B., en relación con su hermana mayor la infantería de línea. Cuando su diferencia con aquélla sea bien comprendida, la 1. B. comenzará a desarrollar su completa potenciali dad, como verdadero elemento clave de los Grupos tác ticos blindados. ¿Paraquésirveunaametralladora? Mayor Robert H. ClageU. De la publicación norteamericana Cern. bat Forces Journal. (Traducción de la 8. Sección del E. M. C.) Desde la aparición de la ametralladora en los campos de batalla, hace alrededor de cincuenta años, su des arrollo ha sido regido más bien por las posibilidades téc nicas que por las exigencias tácticas. Por ejemplo,nadie ha estudiado nunca realmente cuál debería ser la óptima velocidad de tiro de una ametralladora para su empleo por las fuerzas de tierra contra objetivos terrestres. Nosotros (todos nosotros, en todas las armas) nos hemos movido sobre la creencia de que “cuanto más rápida, mejor”, basada solamente en lo que concierne a su po der mortífero. Logísticamente, sería más deseable una menor velocidad de tiro, y tácticamente, tendría igual efectividad. Consideremos la Am. 42 el arma de la “Wermacht”. Su velocidad de tiro era de 1.200 disparos por minuto. Esto representa 20 impactos por segundo o uno cada veinteavo de segundo de fuego. Supongamos que usted dispara aproximadamente sobre un blanco. La primera noticia queel blanco tiene de que está usted tirando so bre él es el chasquido de una bala en su proximidad (su primer tiro perdido). Supongamos además que el blanco tiene un período de reacción humano normal, esto es, cinco octavos de segundo. En este tiempo, ir balas ha brán pasado por su proximidad, cualquiera de las cuales podía haber matado o incapacitado. Entonces tiene que moverse o tomar alguna medida para protegerse. Esto le ocupará un considerable plazo de tiempo, durante parte del cual estará todavía bajo su fuego. Porque mientras él se mueva dentro del cono de dispersión de tiro, está expuesto a ser alcanzado por un disparo cada veinteavo de segundo. ¿Es necesaria esta gran velocidad de tiro? A deducciones completamente distintas llegaríamos si consideramos el factor psicológico. Preguntad a cual quiera que haya combatido contra la “Wermacht” y que en el silencio de la noche haya oído el canto desolador de una Am. 42. Muchos bravos corazones ha sobrecogido. No permitía mucha tranquilidad para ponerse a pensar que el tirador de esa ametralladora estaba desperdiciando la munición y pronto tendría que preocuparse del muni cionamiento. Yo no tengo ninguna solución, ni la tiene usted. En contrar una buena solución no es cosa fácil, sino un com plicado problema, en el que deben intervenir brillantes 97 cerebros, dedicados a la especulación objetiva y provistos trincheras de xgi8 había lugar para la barrera principa de los datos necesarios para llegar a conclusiones válidas. cuando la infantería asaltaba en olas con dos a cinc Las Fuerzas aéreas hicieron un estudio de la velocidad pasos de intervalo entre hombres; pero hoy la defens de tiro de sus ametralladoras y dedujeron que los cazas concierne más a la observación y al tiro contracarro rápidos alemanes se escapaban entre las balas dispara ¿No podemos defendernos_o más bien no nos defende das por las ametralladoras de los bombarderos america nos. Elevando la velocidad de tiro, precavieron tales mos—en posiciones elevadas y que se lleve el diablo l barrera principal? Preguntad a cualquier Oficial de ope fugas. Técnicamente, mucho puede decirse sobre la velocidad raciones de Batallón qué le ha sucedido cuando ha tra de tiro apropiada para cada tipo de ametralladora. En el tado de establecer las barreras principales situadas sobr€ instante de cada disparo, todo el mecanismo retrocede y superponibles para el plan de fuegos del Batallón. Por lo que se refiere al tiro indirecto, ¿puede una ame vuelve a entrar en batería. Si vuelve a disparar desde la tralladora, cualquiera que sea su velocidad de tiro, situar misma precisa posición desde la que disparó la anterior vez, puede decirse que éste es su “ritmo natural”. Si este más fuego efectivo en una zona alejada que los morteros de 71 mm. o de 4,2 pulgadas en un tiempo dado? Aun el ritmo se tiene en cuenta al proyectar las diversas ametra más ortodoxo tendrá que reconocer que la ametralladora lladoras, es muy probable que se consiga un cono de dis es un arma inadecuada para el tiro indirecto. persión muy cerrado. qué sirve entonces una ametralladora? Esta es Pero aún no hemos decidido si nos conviene un cono una¿Para cuestión si las barreras principales y el de dispersión cerrado. Quizá podría tolerarse uno más tiro indirecto razonable, se eliminan de su empleo táctico y de su abierto que el que nos proporciona la Browning actual. Mi respuesta es que deberíamos emplearlas como Después de todo, una ametralladora no necesita meter técnica. cada bala por el agujero abierto por la anterior. Tal vez realmente lo hacemos cuando pretendemos usarlas de fuera mejor la zona cubierta por la escopeta. Si esto es manera anormal. Las empleamos para pegar al enemigo así, podemos ahorrarnos mucho peso, prescindiendo del al terreno y restringir sus movimientos, mientras los fuajuste micrométrico en el mecanismo de retroceso y en siles y las armas de tiro indirecto le persiguen con su fue go. Las usamos para desarticular en lo posible el ataque. el montaje. Las usamos para sellar las aspilleras, mientras otras ar Es de desear que se empren da un estudio sobre veloci mas más efectivas llevan su fuego sobre las fortifica dades de tiro de las ametralladoras, y nosotros, la Infan tería, instaremos al investigador a que tenga en cuenta ciones. examen de la.s estadísticas de heridos muestra que todos los aspectos: táctico, logístico y psicológico. Como la Un munición las armas pequeñas produce un pequeño contribución de la Infantería a este estudio, nosotros de porcentaje de.debajas, en comparación con los otros tipos bemos proporcionar ideas sobre el empleo táctico de la de munición. Pero sabemos que nadie puede exponerse ametralladora. En este aspecto, yo soy heterodoxo. Sin impunemente al fuego de las armas pequeñas; de aquí tratar de rozar la tierna sensibilidad de los ortodoxos, plantearé algunas cuestiones que puedan ser objeto de que la más grande contribución del fuego de la ametra lladora a la táctica es mantener al enemigo pegado al meditación. terreno. Así es exactamente como usamos las ametralla ¿No estaremos en la mentalidad de 1918 cuando enca doras hoy. recemos el empleo de las ametralladoras en la barrera Para estos usos, yo creo que son convenientes veloci principal de una posición defensiva en la forma que lo dades de tiro más bajas, porque pueden cumplir su co hacemos? metido con menor gasto de munición. Se puede entonces ¿Podemos esperar prohibir y hacer infranqueable cual prescindir del ajuste micrométrico y suprimir el diez quier línea que pueda ser batida con tiro rasante? por ciento o más del peso del montaje. ¿No deberíamos considerar por un lado la barrera prin Establezcamos los infantes para qué necesitamos ver cipal y por otro la infantería que se infiltra reptando bajo daderamente la ametralladora y pasemos este informe a el fuego rasante? técnicos competentes que puedan determinar la veloci ¿Podemos normalmente esperar encontrar un terreno dad de tiro apropiada. Entreguemos entonces estos da a propósito para desencadenar la barrera principal cuan do se organice una posición defensiva a lo largo de la tos a la industria y pronto tendremos una ametralladora apropiada a nuestra misión: “cerrar con ella el paso al cresta militar de una colina o de una divisoria? y destruirlo”. Para encontrar este terreno, ¿no tendremos que bajar enemigo Al escéptico que diga que aprendemos por la experien de las colinas y divisorias y establecernos en posiciones cia, yo le recordaría que “el niño quemado huye del fue indefendibles? go” pero “huir” es todo lo que él ha aprendido por expe Nada tengo que decir contra las barreras producidas riencia. Un claro entendimiento le conduciría a usar un por ármas de tiro indirecto, las cuales pueden convertir atizador para manejar el fuego sin quemarse. una zona de terreno en un círculo de fuego durante unos Mi alegato es sencillo: Necesitamos proyectar ametra momentos; pero no son puertas de acero que puedan ser que llenen nuestras necesidades, no planear el cerradas en la cara de un determinado enemigo. En las lladoras uso que hemos de hacer de las ametralladoras que nos dan. 98 ElproblemadelaarticulacióndelaDivisión deInfantería(D.1.)enagrupacionestácticas. Teniente Coronel de Infantería Giuseppe Ronga. De la publicación italiana Rivista Militare. (Traducción del Coronel de Artillería Fern4ndez Ferrer.—Extracto de la Redacción.) [.—tQué se entiende por Agrupación táctical 11.—La articulación de la D. 1. en Agrupaciones tácticas en el aspecto táctico. En una de nuestras instrucciones reglamentarias, di El problema de dicha articulación origina las pregun cha agrupación se define como un conjunto de Unidades tas de si ésta es necesaria y, en caso, afirmativo, cuándo reunidas para un determinado /in práctico, en el cual deberá adoptarse. el Arma principal que representa su estructura (Infantería, Como es sabido, la experiencia ha demostrado que en Caballería, Carros de combate) constituye un complejo del la guerra aparece frecuentemente la necesidad de modi orden de Regimiento. ficar la articulación inicial de las fuerzas, constituyendo En otra disposición reglamentaria se manifiesta que conjuntos que tengan formación distinta y potencia pro la agrupación táctica es un complejo de Unidades de va porcionada a la misión que han de desempeñar. rias Armas reunidas bajo un mando único, para alcanzar Por tanto, la respuesta a la primera pregunta parece un particular fin táctico, aun con su propia maniobra, que debiera ser siempre afirmativa. en el cuadro ofensivo o defensivo de una G. U., cuando las En cambio, para contestar a la segunda, es preciso exigencias de situación o de terreno impongan una des considerar algunos razonamientos, con objeto de estable centralización de fuerzas y de mando. En el expresado cer puntos que nos sirvan de base de partida para que conjunto, la Unidad del Arma principal que constituye entremos en el estudio que nos hemos propuesto. su osamenta (bien sea de Infantería, de Carros o de Ca Nos es necesario considerar en parangón la columna ballería mecanizada) es del orden de Regimiento. de ataque y la agrupación táctica. Nuestra doctrina re La Agrupación táctica es, por tanto, un complejo he glamentaria define la columna de ataque como “un con terogéneo del cual podrán formar parte: i.°, un número junto de varios Batallones eventualmente reforzados” o de variable (no inferior a dos) de Batallones de Infantería un Batallón reforzado que—tomando parte en un ata o de Carros, o bien de Grupos de Escuadrones de Caba que efectuado por una División, Brigada alpina o acora llería mecanizada (estructura del conjunto); 2.°, Unidades zada—es empleado con acción unitaria a las órdenes de de Caballería, Carros e Infantería; 3.°, Unidades de Arti un solo Jefe, a fin de poder alcanzar un objetivo que llería y de Ingenieros (cooperantes). coincida o tenga conexión con el de la G. U. mediante La constitución de la Agrupación táctica es de carác una sucesión de esfuerzos efectuados a caballo de una ter temporal y se constituye teniendo en cuenta su rela dirección única. ción a un determinado cometido táctico. Por consi Por tanto, en la constitución de los dos conjuntos pa guiente, es variable. recen existir las siguientes características diferenciales: La espinosa cuestión de si las Agrupaciones tácticas Agrupación táctica: Tiene cons’ deben constituirse de manera fija o bien por una razón Columna de ataque: Tiene cons titución heterogénea (de va manifiesta, está dilucidada porque es, en efecto, evidente titución preeminenteifleflte rias Armas) y posee siempre homogénea y no tiene artille que tales conjuntos no pueden ser constituídos de ante artillería. ría propia. mano de manera constante y orgánica, porque si dicha constitución fuese rígida, impediría adaptarlos a las ne La diferencia sustancial entre los dos conjuntos con cesidades contingentes que, como es sabido, nacen de la siste, pues, en que la columna de ataque no tiene arti situación del terreno y de la misión. Por último, es conveniente poner de relieve que la ar llería propia, mientras que la agrupación la posee. Entre los dos conjuntos existen también otras diferen ticulación de la División en Agrupaciones tácticas es con secuencia de la necesidad, impuesta por la situación y el cias, a saber: terreno, de descentralizar parte de las fuerzas y por la a) Con respecto a la libertad de acción.—La columna acción de mando, y se halla subordinada a situaciones tiene una esfera de acción limitada y se le indican el ob contingentes. jetivo, la directriz, el dispositivo, etc. La Agrupación Por otra parte, las definiciones quq acabamos de citar táctica goza de plena libertad de acción y solamente re determinan que uno de los componentes de la Agrupa cibe la indicación de su cometido. ción constituya su estructura, lo cual es muy importante, b) En relación a la acción que ambas desenvuelven.— porque nos permite establecer: i.°, las modalidades de la La columna, por lo general, no maniobra, efectuando so propia Agrupación (que serán las del Arma principal); lamente una alimentación del esfuerzo, y, por tanto, no 2.°, los tipos de Agrupaciones tácticas que es posible tiene reserva ni parte alícuota de fuego en propiedad. constituir (de Infantería, de Caballería blindada o de La Agrupación efectúa una maniobra propia, para lo Carros). cual dispone de una reserva y dispone de una potencia alí En resumen, la Agrupación táctica presenta las siguien de fuego en propiedad (es decir, de artillería descen tes características: r.’, fuerza adecuada para el fin que cuota tralizada). se quiere alcanzar; 2., carácter temporal y heterogenei Como conclusión, podemos decir que la Agrupación dad de constitución; 3•a, preeminencia de las modalidades táctica es una gran Unidad reducida y un eslabón de del Arma principal; 4., Arma principal, constituyendo tránsito entre la columna de ataque y la División. un conjunto de orden regimental. La división de Infantería, en terrenos casi unitarios, A estas características conviene añadir la de autono se articula normalmente en columnas de ataque y reserva, mía táctica y logística (esta última, eventual). 99 y en terrenos compartimentados se articula frecueniemee en agrupaciones. Además, el empleo de la Agrupación se prescribe siem pre que la D. 1. efectúe una maniobra retardatriz. Por tanto, es evidente que nuestra doctrina considera que la D. 1. puede articularse: 1.0, en columnas de ata que y reserva; 2.°, en agrupaciones tácticas y reserva. Y eso muy oportunamente, puesto que las exigencias del combate son tales y tantas que no pueden satisfacerse completamente por la sola articulación de las columnas. Apoyándonos en lo que llevamos dicho, veamos cuá les pueden ser las diferencias entre la acción de una D. 1. que actúe por columnas y la de la misma G. U. que se articule en agrupaciones tácticas: Columna de ataque. Tiéne cometido de ruptura penetración. Actúa en un cuadro de coordi nación, sobre todo por razo nes de empleo de la artillería divisionaria. Opera con una acción metódica y lenta. Su Jefe conecta la acción de los Batallones (frontalmente y en profundidad), coordjné.ndola con la de las Armas regimen tales. t.—Ataque. Acción or columnas. A ccidn por agrupaciones tácticas. Es lenta y pesada; procede gra dualmente. Se basa en la fuerza y la organización. Es coordinada en el tiempo en el espacio. y Permite que la acción del Jefe de la D. 1. sea circunstan ciada, oportuna y sostenida. Permite un empleo concentrado y maniobrado de la artillería. Es económica 2. y unitaria. Es ligera y veloz. Se basa en la iniciativa, la rapidez de de oisión y la flexibilidad de ac ción; explota la maniobra, la velocidad y la penetración en profundidad. A grupación y Actúa en un cuadro de coor djnación níenos vinculada puesto que tiene artillería propia. Explota la maniobra y la pe. netración en profundidad. Su Jefe coordina la acción de las distintas Armas que com ponen el conjunto táctico. Las características diferenciales de la organización en la defensiva de un grupo de centros de resistencia y de •una agrupación táctica parecen ser: Grupos de centros de resistencia. Agrupación Organización frontal; soldadura de fuego sobre los flancos, con organizaciones similares. Organización rizonte. Es coordinada en el tiempo más que en el espacio. Limitada autonomía logística. rmpone parte Mayor autonomía gística. No tieiie artillería la descentralización de de la acción del Mando. No dispone Impone una descentralización de parte de la artillería. La intervención de fuego del Jefe di la D. 1. depende de la dis tancia de acción y de la si tuación (i). Es más dispendiosa, por la des centralización que impone, difícilmente coordjnable. La intervención del Jefe de la D. 1. no siempre es posible. Defensa .D. 1. Organizada en defensa por grupos de centros de resistencia, D. 1. organizada por agrupaciones Organización y dirección de la acción, de carácter unitario. Organización y dirección de la acción, de carácter sectorial. Organización del fuego de arti llería, de carácter unitario y posibilidades de maniobrar dicho fuego. Reserva divisionaria única. Organización de los servicios, tendencjalmeñte unitaria. Organización del fuego de arti llería sectorial y escasas posi bilidades de manjobrarlo en defensiva tácticas (a). Reservas sectoriales. Organización sectorial servicios. de los ¿Cuáles pueden ser las características diferenciales de la acción de una columna y de una agrupación táctica? Partiendo de un examen de la circular 2.6oo y de las publicaciones que han tratado de las agrupaciones y de los grupos tácticos, tanto respecto al empleo que se ha hecho de los mismos durante el reciente conflicto como de lo que se halla en estudio, dichas características pare-. cen ser las siguientes: (x) La acción maniobrada de la artillería en la esfera divisio naria dará la anchura de los frentes normalmente ocupados por la G. U,; debe considerarse como de difícil realización. (a) En la defensa, la articulación de la D. 1. en agrupaciones tácticas debe coqsiderarse excepcional (porque el empleo carac terístico de tales conjuntos es propio de la,s acciones de movi miento), a menos que la G. U. actúe en una defénsa sobre amplios frentes. táctica. Tiene misiones especiales en re lacjón a la situación y al te rreno en el cual opera. táctica propia. de reserva. y táctica. en vuelta de ho táctica y lo Tiene artillería propia. Dispone de reserva. Casos de empleo de agrupaciones tácticas de la D. 1. (r): A) Ocupación preventiva de localidades, combates re liminares. B) En el ataque a organizaciones dfensivas sobre fren tes normales y en terreno no comPartimentados, para i) Completar nario. el éxito divisio- a) Reforzar la acción columna. de una C) En el ataque a organizaciones defensivas de inon taña (terrenos compartimentados) Abrir brecha en la organización enemiga, procediendo a la conquista de uno o más centros de resistencia (según la fuerza de que se disponga). D) En la explotación del éxito. Una D. 1. que haya estado hasta entonces en segunda o tercera línea, al ser empleóda en la explotación del éxito, puede verse obligada a operar articulada en gru pos o agrupaciones tácticas. E) En las funciones de ‘escalón de seguridad (o for mando parte del mismo). F) En el coniraataque. Los expresados conjuntos, aunque comprendan Uni dades de diversas Armas, no tendrán artillería en pro piedad (salvo la autopropulsada y contracarros), puesto qué se beneficiarán dé la perteneciente a la propia Divi sión (o de las D. 1. de los sectores en qüe tengan acción, si se trata de contraataques de C. de E. o de tropas de dichas grandes Unidades). G) Maniobra en retirada. I.—Reliegue. II. —Maniobra retardatriz. La D. 1. que actúa en una maniobra retardatriz “se articula normalmente en dos escalones o excepcional (x) Es decir, agrupaciones tácticas de infantería y de caballe ría blindadas. Como es sabido, en la D. 1. no es posible constituir agrupaciones de carros. en columnas de ataque y reserva, para desencade neiite en tres (agrupaciones o grupos tácticos), que al dose nar una acción en masa yabrir brecha en la organización ernen en la resistencia y en el movimiento retrógrado. defensiva adversaria y completar la acción de una co H) En la constitución de un flanco defensivo. lumna, con el empleo de un grupo o de una agrupación táctica; 2.°, que utilice uno de los conjuntos citados en J) En la contraguerrilla. una brecha obtenida, a fin de completar el éxito divi Resumen final acerca de la articulación de la D. 1. bajo sionario. el aspecto táctico. Por último, la.División puede verse obligada a desta Como ya hemos visto, la División de Infanterla en el ata car uno de los conjuntos citados para todas las acciones que se articula: r.°, normalmente, en columnas de ataque de carácter autónomo (oci.ipación preventiva de centros y reserva (terrenos llanos o uniformes); 2.°, eventual de localidades, combates preliminares, etc.). mente, en agrupaciones tácticas y reserva (terrenos com La D. 1. en la defensa se art/cula: 1.0, normalmente, en partimentados). grupos de centros de resistencia; 2.°, eventualmente, por En el primer caso, las columnas de ataque actúan en agrupaciones tácticas, cuando se organiza en terrenos estrecha conexión y coordinadas. En el segundo, des fuertemente compartimentados o sobre frentes excep arrollan una acción más ligera y maniobrera. cionalmente amplios, o realiza acciones de movimiento Además de los dos casos citados, puede haber otros de carácter autónomo. dos, a saber: i.°, que la D. 1. inicie el ataque articulán Guíabibliográfica. Comandante Martínez Bande; del Servicio Histérico Militar. Sobro el Servicio de Información. Si definimos la Información en campaña como “con junto de noticias e informes sobre el enemigo adquiridos por el Servicio y necesarios al Mando para adoptar sus decisiones”, comprenderemos en seguida la importancia de tal Servicio. Conocer al enemigo es ya vencerle un poco, pues al saber sus intenciones nos pondremos en trance de esquivarlas, tomando a la vez las medidas agre sivas adecuadas. Si de los cuatro elementos en que el Mando funda su decisión, dos son sobradamente sabidos—la misión y los medios—y otro quizá no de modo absoluto, pero sí sufi cientemente—el terreno—, puede colegirse la importan cia del cuarto: el enemigo. La incógnita “que al ser co nocida transformaría la decisión en simple resolución de un problema, matemático, alejando de ella toda idea de arte y de personalidad, nunca estará suficientemente clara”, según señala el Teniente Coronel Mateo ‘Mar cos (i). Aunque se conozcan los efectivos contrarios, su situación y posibilidades y hasta el propósito del mando y altura moral de las tropas, no habrá forma de controlar los estados de ánimo sucesivos de los hombres y hasta el aumento o disminución de aquellos efectivos, y algunos factores, además, no es posible reducir a números. La información nunca es, ptles, absoluta, y en ella ra dica una de las dificultades del triunfo. Una historia de la Información en campaña sería curiosa y nos diría se guramente cómo siempre tratóse, de esta manera o de esta otra, de informarse, de saber qué hay dentro de ese misterio que es la faz de un hombre que tiene en’ sus ma nos quizá los hilos de nuestra suerte. El Teniente Coro nel Mateo Marcos recuerda, al caso, varios ejemplos. La retirada de los Ejércitos alemanes de 1916, sin que fuese conocida por sus adversarios, obligó a éstos a rea lizar una ofensiva enérgica y profunda en el mismísimo vacío. En nuestra guerra, la batalla de Brunete fué un fracaso de la información roja, y el fácil paso del’ Ebro Juan Mateo Marcos, Teniente Coronel de Artillería y dei E. M.: El Servicio de In/ormación (edición modenizada).—Edi ciones “Ejército”; Madrid. 1952, 304 páginas, con ilustraciones; 21 centímetrOs; rústica, (i) s. en julio de 1938. un &ito suyo. Y en la G. M. II, los fa llos de la información empujaroñ a los polacos a una aventura desgraciadísima, y luego, a los alemanes, a la hecatombe de Stalingrado. Es de notar cómo la complicación característica de nuestro tlempo ha extendido también aquí sus redes. Ya no es posible dominar desde ningún punto del terre no el lugar donde va a ventilarse la suerte de los Ejérci tos. Y es de creer que llegue un momento en que “todo” sea campo de Marte. El problema del conocimiento del enemigo, su actitud y posibilidades se ha acrecentado considera blemente por las enormes masas de hombres que hoy intervienen en :. los combates, por el considerable aumento de las dimensiones de los campos de batalla (aumento impuesto por el incremento de alcance de las armas de fuego, al cual se’añade hoy la intervención del mo tor) y por el creciente fenomeno del vacio del campo de batalla producido por disimulación y ocultación, con lo -que el S. I., que es quien resuelve estas dificultades, ha cobrado gran personalidad e im portancia. El Servicio de Información crece .y crece así. Antes estaba a merced de los naturales del país, guías de los Ejércitos y confidentes no siempre veraces, de los docu mentos diplomáticos, quizá vagos y no suficientemente técnicos, y de los espías profesionales. a sueldo casi siempre. La infórmación proporcionada por las propias fuerzas del Ejército—dando a esta palabra el amplísimo - ‘ . ‘ •.. ,.... ‘ . ‘-. ‘ .. . ‘ . ‘. ..• . - ..,...,.. -‘ - 101 sentido que exige la guerra moderna-_es cosa de hoy y, a la vez, la ciencia de la Información, que ha dado lugar a estudios, a libros y a una técnica especial para recoger y dar cuerpo vivo a las noticias. Porque no bastan éstas, generalmente simple relación de hechos, y sólo el Mando es capaz de calibrarlas debidamente después de hacerlas pasar por el tamiz de su criterio. En el “frente”—palabra ya de precisión muy proble mática—, los elementos que luchan, vigilan, observan, toman nota de todo. Pero más allá está la Información en profundidad, cuyo objeto es obtener datos sobre las zonas enemigas del interior, fuera del radio de acción de los órganos de la información de contacto; especiali dad ésta que debe funcionar en tiempos de paz y no re ducirse a noticias estrictamente militares, sino abarcar también las de tipo politico, económico ysocial. Y hay además, junto a la modalidad “ofensiva”—de obtención de informes—y “de situación”—para el estudio y aprovechamiento de los mismos—, la que bien podemos llamar “defensiva”, que busca oponerse a. la actuación del enemigo, dando lugar a la “contrainformación”, Todo forma un vasto panorama, de estudio bien su gestivo. El Teniente Coronel Mateo Marcos ha dividido su obra sobre la materia en dos partes: una teórica y otra práctica. Integra la primera la doctrina sobre In formación en todos sus aspectos, y en la segunda se des arrolla, con amplitud, un caso concreto, en el que, tras plantearse una situación bélica, se considera la actnacjóii informativa de las diversas Armas, realizándose luego una interpretación y difusión de noticias. Todo acompa fiado de la documentación necesaria, entre la que no fal tan los gráficos adecuados. Lo que es la Aviación a través de su historia. Es un fenómeno natural, fatal y explicable: desde los primeros tiempos, el hombre siente la ambición de volar. El anhelo no nace de él, sino que está en la naturaleza que le circunda y fluye así espontánea desde muy remola tas épocas. El mito, son innumerables los intentos, que terminan, casi siez pre, de forma sangrienta: desde torres y cimas se lanz; los hombres al espacio abrazando extraños artefact que de poco sirven. La intuición es aquí todo, y hay q llegar hasta Leonardo de Vinci para encontrar una ba científica, racional. Historia ésta en la que los países hispanos ocupan, cc honor, un lugar destacadísimo. El Coronel Gomá recuerd; al efecto, cómo en 1677 fray Antonio Fuente de la Pef define lo que ha de ser un aeroplano: “Es necesario que coz curran tres cosas: gravedad del cuerpo, extensión de al; y violencia del impulso, dé modo que lo intenso del pes lo supla o proporcione lo extenso de las alas, y lo intens de lo impulso y lo que faltare de proporcionada exter sión de alas lo supla el impulso mayor; y lo remiso d peso y la remisión de éste se supla con la gravedad y co las alas.” Dos años antes había nacido el religioso brasi leño padre Lorenzo de Guzmán, que acaba inventand el globo. Su visión profética sobre el papel que el nuev artefacto había de tener en el futuro militar lo expre san estas palabras pronunciadas ante Juan V de Portu gal: “Gracias a esta máquina voladora, será posible trans portar muy rápidamente la correspondencia y las mer cancías a los comerciantes. A las ciudades sitiadas se le podrá llevar auxilio, consistente en soldados, provisio nes, armas y otros elementos necesarios, así como la perspnas que deseen salir de estas plazas sitiadas podrár hacerlo sin que el enemigo lo pueda impedir.” Y en 1788 dos Oficiales profesores de Química, del Real Colegio de Artillería de Segovia, efectúan en esta ciudad las prime ras demostraciones del globo cautivo, que hacen decir al Conde de Aranda: “El día 14 lograron la satisfacción de operar en presencia del Rey cuanto conducía el objetivo premeditado de tener en campaña, y en cualquier situación y hora del día, una atalaya fija o ambulante a voluntad, y susceptible de mucha elevación para descubrir terrenos del contorno de su Ejército, y los movimientos como evo luciones del enemigo en la disposición de su ataque, y du rante él, las variaciones que intentase, con igual aplicación al registro anterior de una plaza o de ella hacia fuera.” Nos hemos entretenido quizá un poco en estos recuer dos, algo polvorientos, del ayer de la Aviación. Y aun podría situarse en ese “ayer” la Compañía de Aerosta ción, primera en la historia de la época relucionaria fran cesa; los globos utilizados en la batalla de Fleurus; las fotografías obtenidas del campo enemigo y desde un glo bo en la guerra de Secesión americana; etc. Poco a poco, a medida que avanzan las efemérides, se ve cómo van resolviéndose los problemas científicos. La Aviación crece con los días. Y nada diremos de su utili zación en la guerra de 1914, donde comienza verdadera mente su mayoría de edad, nuestra Cruzada y la G. M. II. Son historia actual, viva, en la que aparecen los moder nos aparatos, las grandes Unidades de combate, el radar, los planeadores de transporte, los desembarcos aéreos, las bombas dirigidas y volantes, las bombas atómicas, las superfortalezas, los aviones reactores. Y así está la Aviación, contada de extremo a extremo en el tiempo. Historia que el Coronel Gomá termina con estas palabras: “Lás Fuerzas aéreas tienen el secreto del porvenir del mundo. Que la Providencia las guíe en la próxima singular Cruzada.” leyenda, la tradición gi ran alrededor de dioses con alas, de animales fantásticos, de hombres extraños que surcan los espacios. Es erróneo, por eso, suponer a la Aviación sin tradición apenas, y todo parece concretarse en ese mito de Dédalo e Icaro que debió impresionar fuer temente a los hombres antiguos. El Coronel Gomá Or duña cuenta ahora, “con sencillez”, lo que es la Aviación (r). Para hacerlo, sigue un pro ceso de crecimiento: ________________________________ tira de los hilos de la ;0] historia, y así van sur giendo poco a poco los inventos, los progresos, la Aviación misma, total, tal RESE ÑAS BREVES como hoy la contemplamos. Su historia parece comenzar hacia el año. 360 antes de Alfredo Espiga Bordagorry, Comandante de Ingenieros: Cristo, con Archytas, el amigo de Platón, inventor de Máquinas para movimientos de tierras.__Editorial Dos “un páj aro niecánico” que vuela o pretende volar. Luego sat; Madrid, 1952; loS páginas, con ilustraciones; 21 centímetros; rústica. (i) José Gomá Orduña: La Aviación contada con sencillez.— Las necesidades militares de un país exigen muchas Escelicer, S. L.; Madrid-Cádiz-San Sebastián, ¡952; 394 páginas, veces, sobre todo si aquél se encuentra en guerra, la cons con ilustraciones; .59 centímetros; cartoné, trucción de obras en las que el movimiento de tierras ha;1] _________________________ CONTADA CO iNCILpz 102 le lograrse de modo económico y rápido a la vez, y con scaso número de trabajadores. Explanadas, caminos de nterés para la defensa nacional, reparación de las des:rucciones que hayan aquéllos sufrido, apertura de pasos, lescombros, obras de fortificación diversa, etc., son trabajos de importancia militar indudable. El Comandante Bordagorry estudia las máquinas para movimiento de tierras, describiendo más ampliamente Las que figuran en la dotación reglamentaria del Tren Excavador e incluyendo al final de su libro las características y el rendimiento de las excavadoras más convecientes para las necesidades militares. Doctor Roberto Madrid, Teniente Coronel Capellán: Los doce escudos del Ejército español.—Editorial Castalia; Valencia, 1952; 264 páginas, con ilustraciones; i8 centímetros; rústica. Un libro destinado a narrar los hechos heroicos de los Patronos de las distintas Armas del Ejército, Marina y Aviación, guías y guardianes de todo posible combatiente, y que forman como los escudos de éstos, protegiendo su cuerpo y, a la vez, su alma. Aquí están esos Patronos, queridos siempre, pero casi siempre también ignorados en lo que fueron durante vida terrena. El Cuerpo de Capellanes Castrenses tiene así a la mano una obra de utilidad; pero es claro que en toda biblioteca regimental hará buen papel la referencia escrita de quien, con su imagen, preside la vida del Re gimiento. En cada caso se da una breve referencia histórica, seguida de un panegírico. INDICE GENERAL (La cita de las obras siguientes, nacionales o extranjeras, se hace sólo a título de referencia, no habiendo sido leídas ni sometidas a juicio.) ESPAÑA PORTUGAL General Ferreira Martins: Educaço do soldado. Éscola do cidado.—Autor. Lisboa. Mayor Alfredo Pereira da ConceiçAo: A batalha da ex pansao e da unidades do Brasil.—Autor. Lisboa. FRANCIA G. M. Gathorne Hardy: Histoiro des événements inter nationaux de 1920 a 1939.—Presses Universitaires de France. París. R. Céré: La seconde guerro mondialo (1939-1945).—PressesUniversitaires de France. París. R. Céré: Entre la guerro et la paix (1944-1949).—Presses de Universitaires France. París. ITALIA A. Abusch: Storia della Germania moderna.—Einaudi. Tormo. G. Gigli: La seconda guerra inondiale.—Laterza. Bari. J. Foster Dulles: Gaerra o pace.—Capelli. Bologna. ARGENTINA Dardo Eugenio Capitán Ferreyra: Delensa contra tropas aerotransportadas.—Revista Militar. Buenos Aires. Jorge A. Catán Giovaneli: La conducción de la guerra. evista ilitar. Buenos Aires. INGLATERRA Albertini: Luigi Tite Orlglns o! tho War o! 1914 (vol. 1).— University Press. Oxford. Mayor R. C. W. Thomas: The Battles of Alam Halla and Varios: Los Estados Unidos de Norteamérica. Una revolución permanente. Aguilar, 5. A., Madrid. Comandante Burgos Iglesias, Capitán Desojo Aznar Teniente Eiroa Hermo: Enciclopedia Militar del sol dado.—Autores. Barcelona. R. Majó Framis: ‘Américo Vespuclo.—Gran Capitán (Colección “Milicia de España”). Madrid. rn TIP.—NÚÑEZ Alamein.—Williafl’ Clowes and Sons. Londres. Fletcher Pratt: War br tite World.—Yale University Press.Londres. UNIDOS ESTADOS F. Gaynor: The New Military and Naval Dictionary.— Phiosophical Library. Nueva York. DE BALBOA. 27.MADRID