escribir creativamente los cinco sentidos

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ESCRIBIR CREATIVAMENTE
CON
LOS CINCO SENTIDOS
Paula Vázquez Pérez
Rosa Cazón Fernández
Escribir con los cinco sentidos.
Paula Vázquez Pérez
Rosa Cazón Fernández
http://educreate.iacat.com/biblioteca.html
Frei Rosendo Salvado, nº 13, 1ºportal, 7º B, Edificio Zafiro.
C.P. 15701- Santiago de Compostela - A Coruña - España.
Teléf. (+34) 981599868 - Mail: info@iacat.com
© Educreate.IACAT-CI
1ª Edición. Santiago de Compostela. Febrero 2016
© Paula Vázquez y Rosa Cazón
Edita: Educreate.IACT-CI
http://educreate.iacat.com
El precio simbólico de éste libro va destinado enteramente al desarrollo e investigación en
creatividad, dentro del proyecto Educrea(te), para reInventar la educación por sus protagonistas.
ÍNDICE
Presentación. ESCRIBIR CREATIVAMENTE CON LOS CINCO SENTIDOS. David
de Prado Diez…………………………………………….………………………
Pág. 7
1. ESCRIBIR CREATIVAMENTE CON LOS CINCO SENTIDOS. DI-VAGANDO VAPOROSAPág. 8
MENTE, POR EJEMPLO. …………………………………....…………...….…
2. PENSAR Y ESCRIBIR CON LOS CINCO SENTIDOS……………. …………
Pág. 10
3. ESCRIBIR CON SENTIDO Y RAZÓN CON LOS CINCO SENTIDOS PARA MARCAR EL
Pág. 14
PORQUÉ Y EL PARA QUÉ DE LA ESCRITURA MULTI SENSORIAL. ……….
3.1. ¿Por que necesitamos los sentidos para escribir?
3.2. ¿Para que sirve la escritura creativa con los cinco sentidos? ¿qué sentido tiene?
3.3. Como llevar a cabo una escritura multi sensorial y creativa
4. ¿CÓMO ESCRIBIR CREATIVAMENTE CON LOS CINCO SENTIDOS, APLICANDO LOS
Pág.16
DISTINTOS ACTIVADORES CREATIVOS? …………………………..……....
4.1. La escritura-imagen.
4.2. Escritura literaria básica: la palabra, la frase y el discurso hechos y deshechos.
4.3. Escritura dialéctica con discurso problematizador y resolutorio.
4.4. Escritura torbellinica indagadora en estado relajatorio.
4.5. Escritura fantástica metafórica metamórfica.
Capítulo
I.
LOS
ACTIVADORES
CREATIVOS
EN
LA
ESCRITURA
………………………………………………………………………………………
Pág. 21
Pág. 22
1. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTIVADORES CREATIVOS ………………….…
2. ACTIVADORES CREATIVOS DE ANÁLISIS……………………………………....
Pág. 24
• EL TORBELLINO DE IDEAS Y EL DESARROLLO DE CONCEPTOS
• EL DESARROLLO DE CONCEPTOS
• DEFINIR UN CONCEPTO ANALÓGICAMENTE
Pág. 26
3. ACTIVADORES LINGUÍSTIVCO-LITERARIOS. …………………………………..
• EL JUEGO LINGÜÍSTICO
• DESGUACE DE FRASES
• ANÁLISIS RECREATIVO DE TEXTOS
Pág. 30
4. ACTIVADORES DE TRANSFORMACIÓN FANTÁSTICA……………………..
• ANALOGÍA INUSUAL
• METAMORFOSIS DEL OBJETO
Capítulo II. LA VISTA…………………………………………………………
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11.
EL SENTIDO DE LA VISTA………………………………………………..
EL CUENTO DE COLORES……………………………………………….
POEMAS DE COLOR……………………………………………………....
LOS OJOS DE LOS POETAS……………………………………………...
EL MISTERIO EN UNA FRASE………………………………….……..…..
LECTURA RECREATIVA DE IMÁGENES…………………………….…...
SOMOS DE COLORES…………………………………………………….
TODO ES SEGÚN EL CRISTAL DEL COLOR CON QUE SE MIRA………
PUNTOS DE VISTA ………………………………………………………..
LA VISTA ENGAÑA……………………………………………………..…..
EL ESPACIO Y LOS SENTIDOS……………………………………….…..
Pág. 33
Pág. 34
Pág. 36
Pág. 43
Pág. 46
Pág. 51
Pág. 52
Pág. 56
Pág. 60
Pág. 61
Pág. 68
Pág. 68
Capítulo III. EL OÍDO ….……………………………………………………...
Pág. 71
QUÉ ES EL OÍDO? …………………………..…………………………......
LOS RUIDOS DE LOS LUGARES Y LAS COSAS…………………………
EL TERROR DE LO QUE OÍMOS………………………………………….
NUEVOS INSTRUMENTOS, NUEVOS SONIDOS…………………………
LA PÉRDIDA………………………………………………………….……..
MÚSICA PARA IMAGINAR…………………………………………………
Pág. 72
Pág. 73
Pág. 76
Pág. 80
Pág. 82
Pág. 84
1.
2.
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7. ALLEGRO MA NON TROPO. EL CUENTO MUSICAL…………………….
8. LA POESÍA: ESA MÚSICA CONSTANTE………………………………….
9. DIBUJAR EL POEMA …………………………………………………..…..
Pág. 86
Pág. 90
Pág. 94
Capítulo IV. EL OLFATO. Paula Vázquez y la colaboración de Rosa Cazón.
…………………………………………………………………………….………....
FAMILIAS OLFATIVAS ……………………………………………..……..
EL PERFUME DE LA VIDA ………………………………………………..
EL OLOR Y LA MEMORIA……………………………………………..…...
LOS AROMAS DE LA COCINA……………………………………………
EL OLOR Y EL SEXO………………………………………………..……..
EL OLOR QUE NOS DEFINE ………………………………………….….
EL AROMA DE LAS CORRESPONDENCIAS……………………………..
EL MAL OLOR……………………………………………………………....
EL OLFATO DOMINADOR…………………………………………………
LOS RITUALES. EL HUMOR………………………………………………
RITUAL DE PURIFICACIÓN …………………………………………….…
12. RITUAL DEL DINERO ……………………………………………………..
13. CONJURO PARA QUITARLE LA HALITOSIS A MI AMADO………………
14. EL APÉNDICE NASAL…………………………………………………........
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Capítulo V. EL GUSTO………………………………………………………...
Pág. 99
Pág. 100
Pág. 102
Pág. 107
Pág.111
Pág.112
Pág. 113
Pág. 115
Pág. 116
Pág. 118
Pág. 120
Pág. 120
Pág. 121
Pág. 122
Pág. 123
Pág. 131
EL SENTIDO DEL GUSTO………………………………………………….
MESA Y MANTEL………………………………………………………..…..
LOS POETAS TAMBIÉN COMEN……………………………………….….
LOS CLÁSICOS……………………………………………………………...
LOS CUENTOS TRADICIONALES O MARAVILLOSOS………………..…..
LOS SABORES DE LA NIÑEZ………………………………………………
LOS MANJARES PECADORES…………………………………………….
COMER EN EL CIELO………………………………………………...……..
COMER EN EL INFIERNO…………………………………………………..
LOS PACIENTES ALQUIMISTAS…………………………………………...
Pág. 132
Pág. 134
Pág. 138
Pág. 147
Pág. 150
Pág. 154
Pág. 161
Pág. 170
Pág. 173
Pág. 176
Capítulo VI. EL TACTO………………………………………………………...
Pág. 181
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EL SENTIDO DEL TACTO…………………………………………………..
EL MUNDO EN LA PUNTA DE LOS DEDOS. LA TEXTURA DEL TEXTO…
EL TACTO ASESINO………………………………………………………...
EL SENTIDO OFERENTE…………………………………………………...
EL SENTIDO CULPABLE…………………………………………………....
EL MUNDO INTOCABLE…………………………………………………….
EL MUNDO EN LAS MANOS………………………………………………...
UN VIAJE HACIA EL FINAL. ………………………………………………..
LO QUE NOS SOBRA. ………………………………………………….…..
EL GOCE Y LA LUCHA. …………………………………………………….
TOCAR LO IMAGINADO……………………………………………………..
Pág. 182
Pág. 183
Pág. 187
Pág. 192
Pág. 193
Pág. 195
Pág. 199
Pág. 201
Pág. 205
Pág. 207
Pág. 209
EPÍLOGO……………………………………………………………………………
Pág. 211
BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………….
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11.
-6-
PRESENTACIÓN
ESCRIBIR CREATIVAMENTE
CON LOS CINCO SENTIDOS.
David de Prado Diez
-7-
1. ESCRIBIR con sentido y razón CON LOS CINCO SENTIDOS. Una síntesis estructural, para
marcar el sentido, la necesidad, el porqué y el para qué, de la escritura multi sensorial.
1.1. ¿Por qué necesitamos los sentidos para escribir?
1.2. ¿Para qué sirve la escritura creativa con los cinco sentidos? ¿qué sentido tiene?
2. ESCRIBIR CREATIVAMENTE CON LOS CINCO SENTIDOS. Di-vagando vaporosa-mente, por
ejemplo.
3. PENSAR Y ESCRIBIR CON LOS CINCO SENTIDOS
3.1. Como llevar a cabo una escritura multi sensorial y creativa
4. ¿CÓMO ESCRIBIR CREATIVAMENTE CON LOS CINCO SENTIDOS, APLICANDO LOS
DISTINTOS ACTIVADORES CREATIVOS?
4.1. La escritura-imagen.
4.2. Escritura literaria básica: la palabra, la frase y el discurso hechos y deshechos.
4.3. Escritura dialéctica con discurso problematizador y resolutorio.
4.4. Escritura torbellinica indagadora en estado relajatorio.
4.5. Escritura fantástica metafórica metamórfica.
1. ESCRIBIR CREATIVAMENTE CON LOS CINCO SENTIDOS.
Di-vagando vaporosa-mente, por ejemplo.
Estoy aquí y ahora, preparándome mentalmente, tumbado,
tomando
conciencia de mi estado corporal. Asumo la sensación de las propias
sensaciones. Tomo contacto con el peso del cuerpo y las sensaciones táctiles
cálidas de la ropa que me protege del frío, y noto la presión del cuerpo sobre
el colchón en el que reposo. Me percato del ambiente de la habitación sereno y
tranquilo. Puedo escuchar el silencio de la noche entre estas cuatro paredes.
Pronto amanecerá la escritura sensorial con la parte sustantivamente de las
sensaciones y conciencia sensitiva emocional ligada al objeto de la escritura.
En este momento escucho por las ondas de la radio una entrevista con un
escalador del Everest que cuenta sus peripecias y peligros, su esfuerzo y la
necesidad de descanso. Uso la imagen de la escalada a las cumbres para
conquistar el propio pensamiento superior en las conexiones neuronales de mi
cabeza: vislumbro y toco las cumbres del saber vivir y ser, reflejadas en la
escritura a través de los sentidos.
Mediante los sentidos propioceptivos describo no sólo un estado de ánimo,
sino una posición en la existencia, una búsqueda de sentido la vida, como una
escalada con una escalera flexible y plegable para poder alcanzar lo que me
propongo.
Enfrente un armario con una borla roja me devuelve mi estado natural de
descanso y reposo absoluto. Es cierto que no siento ninguna necesidad
descarnada de moverme de ir y venir, de dirigir mi devenir existencial, de subir
y bajar por mi propio pie.
Toda mi ropa encubridora y todos mis impedimentos psico-corporales están
colocados en el perchero. Me despojo de lo superfluo para escalar la escritura
de mi propio pensar y sentir. No necesito nada, solo mi piel y mis manos y mis
sentidos y mi cerebro evocador imaginativo para escalar, avanzar paso a paso,
encontrar puntos de apoyo, los caminos seguros y los vericuetos enrevesados
-8-
de mi conciencia, evitando el precipicio del miedo e inseguridad para explorar y
encontrar las mejores sendas de la escritura creativa auténtica, nacida de mi
interior rico o pobre. Para escribir bien hay que pensar y escribir mucho más: es
fundamentalmente describir sensaciones, imágenes, recuerdos e ilusiones
emergentes en cada momento, transcribiéndolas con palabras, gestos y
diseños automáticos sin censura ni corrección en el instante. Se barajan y
presentan todas como un todo conjunto caótico, como una inexplorada torre
de Babel en la que vas subiendo y bajando libre, cayendo y escalando en lo
más profundo del inconsciente, redibujando tu imaginario individual y colectivo.
Pues todo el universo de la vida está dentro de uno mismo. no hay nada más
que destaparlo, dejar que se dispare a través de los cinco sentidos, los mismos
por los cuales todas las cosas que existen, han existido y existirán en nuestro
universo vital como experiencias sensoriales y emotivas que van quedando en
el armario de nuestros recuerdos, en el desván de nuestra biografía de la
escritura multi-sensorial. Esta conecta con el reloj medioambiental tic-tac de
escribir y rescribir, de pensar y re-pensar, de dejar tranquilamente que existan
lapsos y bloqueos, como paradas para respirar y descansar parar escalar y
conquistar las cumbres del propio inconsciente e imaginario colectivo. Escucho
mi reloj biológico: en este momento mi corazón está tranquilo y sosegado, no
tengo ninguna ansiedad por hacer algo extraordinario, pues pensar y escribir
es algo simple y natural como la vida misma como pasear o estar tumbado,
como caminar sin ton ni son, sin rumbo, como carraspear y dejar que la voz del
pensamiento salga más nítida, más clara o más oscura. Este bio-reloj marca
vías de conexión con el entorno del blanco de las paredes con grises obscuros
de varia gradación.
La lámpara de papel está colocada bajo el techo; las luces difuminadas en
distintas tonalidades de blanco me conectan a través de las sensaciones y de
las imágenes con esa lámpara cuadrada que acoge una bombilla circular,
cuadrada y circular, estrecha y amplia como el respirar hondo hasta sentir los
pulmones pletóricos de energía de oxígeno-luz y descubrir el interior del propio
cuerpo y la presión de la ropa y del cinturón y percibir los sonidos insertados en
el propio tímpano que escucha a lo lejos el canto del gallo, anunciando el
amanecer y anticipando un día alegre, dinámico, relajado, cargado con la
alegría de la libertad y la democracia de libertad de pensamiento y expresión.
Y así imaginar un futuro en el que cada línea, cada palabra, cada pequeño
discurso se convierta en una obra magistral por lo sencillo y lo natural y lo
sorprendente. Te animas a apuntar, tomar notas, a ensayar y mezclar las
palabras, sensaciones tal como vienen. Te parece normal equivocarte.
Logras evocar, mirando hacia atrás y evocar la memoria del futuro y tomar
notas y pegar un salto en el vacío blando, blanco, cromosoma azul luminoso,
azul pálido, oscuro azul Te lanzas desde el trampolín de las cumbres de la
imaginación sensorial evocativa para originar algo original, para escribir
libremente en el libro de la vida la vida tal como la ves y la sueñas, con las
hazañas heroicas y los peligros estúpidos, con el esfuerzo inútil de ir y venir
por el corazón del bolígrafo o del lápiz sobre la tierra del folio y de escalar la
montaña del propio pensamiento luminoso que está en las entrañas del cerebro
y de mirar a través de la claraboya hacia mundos nuevos cargados de una gran
riqueza sensorial de músicas y sonidos naturales, al amanecer de cada
instante, de estar y ser aquí y ahora, pensando y escribiendo en reposo total
-9-
de un modo automático, dejando fluir el vaivén del pensamiento, de las ideas de
las imágenes y de las sensaciones en la memoria del repertorio del pasado y
en la imaginación imprevisible del futuro
2. PENSAR Y ESCRIBIR CON LOS CINCO SENTIDOS.
¿Qué es pensar? Dejar sueltos los pensamientos, las ideas, las imágenes
que brotan de un modo natural y automático de nuestro cerebro, sin prisas sin
pausas, sin buscar ni pretender nada, sin controlar ni dirigir. En la medida que
pienso, voy plasmando en la palabra oral y escrita mis pensamientos del
momento: escribir las palabras conexas o impertinentes, encontrar los nexos
entre ellas, recoger las evocaciones, los sinsentidos, la razón de las cosas en
su propia sustancia y funcionalidad.
Míralas con los cinco sentidos, tocando, acariciando, presionando con las
manos con el sentido del tacto que te permite coger, manejar, utilizar, manosear
e ir más allá de la dimensión funcional de las cosas. Las cosas te hablan solas,
te cuentan de dónde vienen a dónde van, marcando su sentido y razón de
ser… ¿qué valor tienen para mí en este momento?
Érase una vez una pluma de pavo real y con ella un escritor, Cervantes, narró
las aventuras de don Quijote y Sancho con las hazañas y sucesos fantásticos.
Con ella emborronó folios blancos, con ella planteaba con la fantasía de un
niño las ideas y sensaciones, con ella cuando se paraba, bloqueaba y se sentía
vacío, incapaz de seguir el discurso y la historia iniciada. Se cabreada y
después firmaba el laberinto quijotesco de la novela.
Es la mano el vehículo del sentido del tacto. A través de las sensaciones de la
piel de todo nuestro cuerpo se marca el primer relato de la vida: son las
sensaciones táctiles las que deben iniciar, a través de la simulación y de la
práctica del manejo y de la caricia de la mano, la escritura creativa sensorial. Y
muy probablemente o al mismo tiempo son nuestros pies con su caminar en la
dinámica del movimiento o del descanso, los que nos permiten vagabundear
por el folio por las aventuras y de las sensaciones de las cosas, pasear
lentamente, correr y tomar nota de lo que percibimos, apuntar y conjuntar
sensaciones múltiples de todo lo que encontramos a nuestro paso; seleccionar
e improvisar el escrito.
Pero muy probablemente y por encima de todo está nuestro corazón con el
sentido de la emocionalidad atractiva y distintiva, con el sentido del
placer de lo que me atrae y de lo que me gusta, de lo que ha modelado lo
que quiero o me apasiona, lo que representa mi ilusión y mi sueño en este
instante, junto a la necesidad de focalizar la atención casi obsesiva en algo
para quererlo definitivamente, adaptándolo y asimilándolo para que no se
escape y repose en mi conciencia para siempre. Este foco de atención es
claro y deslumbrante. Es absorbente.
Todos los objetos y las cosas tienen su olor; este es un factor para re-crear la
realidad. Tomarle gusto al olor y las fragancias naturales y artificiales o
disgustarnos por aquellos olores que nos resulta poco placenteros y paladear y
gustar, masticar, paladear y degustar activando el sentido del gusto para
- 10 -
que aquellas cosas que realmente amamos y queremos pueden ser sentidas
por mí y por los demás, algo digno de ser asimilado, de ser mostrado o
demostrado
Y quizá avancemos en el doble sentido de la escucha y el habla, del oído y la
pronunciación, para percibirlas los sonidos ocultos en el interior de las cosas y
los que se expresan nítidos o confusos en su exterior. Lo que se oye está
haciendo resonar los sonidos internos, sordos o apagados en las entrañas de
las cosas. Dejamos que estos sonidos escapen tarareándolos: son nuestra
música entonada, susurrada o cantada. Interiorizamos y expresamos los ruidos
del ambiente, re-creándolos de nuestra inspiración sensorial sonora,
apropiándonos de ellos, domesticándolos, provocando con ellos mediante la
exageración del rimo e intensidad, haciendo un murmullo con los mismos que
nos produce una sensación de relajamiento sustancial, de estar como perdidos
en los sones y ruidos del ambiente, hasta convertirnos en una metáfora y
onomatopeya del perro que ladra, del gallo que anuncian amanecer, de la brisa
que nos diluye por todo el espacio entre los árboles del bosque….
- 11 -
- 12 -
Y por encima de todo o antes que nada, el sentido de la visión y de la revisión para lograr ver las cosas con los cinco sentidos: verlas en su forma y
estructura, verlas con el tacto que nos hace presentir la suavidad, la
consistencia, las partes y la materia de que las cosas están hechas. Un ojo
abierto desde el exterior al interior de las cosas como si actuara como un
láser o un bisturí que va eliminando cada capa del objeto hasta entrar en la
visión metafísica de su mundo más íntimo y esencial, en la entraña de la casi
nada de su ser.
Y claro está que no podemos operar con los cinco sentidos si no tuviéramos un
cerebro emocional; en el centro del mismo está el corazón que es el que
selecciona lo que ahora hacemos y lo que amamos, lo que queremos y
deseamos aportar para estar fuera de nosotros mismos y lo que queremos que
esté atento y alerta desde nuestro mundo íntimo, porque no queremos perderlo
de vista, porque lo tenemos en las entrañas del corazón y del vientre.
Este cerebro archiva y evoca todas las cosas que nos han ocurrido a lo
largo de la vida, todas las sensaciones y emociones, las aventuras y
desventuras, los disgustos y los momentos felices, los espacios, las personas,
los animales y los sonidos.
Todo lo vivido está recogido en nuestro inconsciente. por eso la escritura
creativa con los cinco sentidos empieza a trabajar de un modo automático
con todas las evocaciones que al ver el objeto de nuestra escritura se
producen en el interior de nuestro cerebro y en este caso las evocaciones son
felices y falaces; felices porque nos alegra encontrar las cosas del pasado y
falaces porque aquellas cosas nunca serán igual, después de haber
transcurrido un tiempo enriquecido con las vivencias tan distintas de la
existencia, por eso toda evocación y toda memoria es en parte inventiva y
difusa, y la escritura no hace nada más que evocar y traducir en texto e
imágenes
transgresoramente y traicioneramente los sucesos y
sensaciones del pasado; en este caso el proceso natural y torbellínico del
cerebro es una memoria viva, libre, emocional y total.
Pero te preguntarás como yo me pregunto ¿cómo es que yo escribo creativa y
multi-sensorial? De un modo muy sencillo, re-pasando el espacio y el objeto
con cada uno de los sentidos hasta hacer intervenir a todos ellos y tomando
nota de las imágenes y sensaciones visuales, auditivas, olfativas, táctiles,
gustativas y afectivas emocionales que el objeto produce.
Pero puedo actuar al mismo tiempo con dos sentidos o con tres o cuatro. en
este caso estoy metiéndome directamente en la dinámica bi o tri-sensorial como
en la realidad ocurre: vemos, oímos y sentimos en nuestra piel las sensaciones
que un árbol, una luz o un espacio producen en nosotros.
En definitiva actúo y actúas de modo espontáneo multi-sensorialmente con
una finalidad automática: evocar, pensar y hablar o escribir, presentar y pintar
o diseñar imaginativamente aquello que cae en la telaraña delicada de
nuestros sentidos. Obviamente un cerebro funcional y materialista que
recuerda motrizmente las cosas en funcionamiento, y hace y ejecuta todo
aquello que sientes y evocas, piensas y escribes.
- 13 -
Y sacas del rico abanico funcional y dinámico del objeto que describes y pintas
una tensión espiritual y espiral de sones y silencios y te dejas llevar hasta una
finalidad difusa, un sentido y un para qué ignoto, remoto e imprevisible, que
claramente tiene que ver y te conecta con el desarrollo total y la recuperación
sensorio-motriz primigenia del niño borrosamente sentido desde el momento de
nacer hasta hoy, que perdimos o nos olvidamos. Y así la escritura sensitiva
es la huida y caza de la infancia sensitiva, motriz, imaginativa y mágica.
Y nos percatamos de que nuestros sentidos son
para conocer, para informarse, para prescribir
fundadas sobre las sensaciones auténticas para
para describirlas e imaginarlas, para conversar
mismos y dialogar con los demás.
la fuente inagotable y gratuita
normas y desregular reglas
pensar y repensar las cosas,
con las cosas, con nosotros
Y así al agudizar y actualizar los sentidos, ordinariamente dormidos y
olvidados, empezamos a estar viviendo aquí y ahora, en el instante, de un
modo existencial y pleno, consciente e inconscientemente. Porque escribir con
los cinco sentidos nos permite hacer un recorrido regular por todos ellos. Y por
lo tanto, usando los datos, las informaciones, las sensaciones que nos aportan
y realizando un proceso evocativo distinto con cada uno de los sentidos puede
quizá que iniciemos un modo nuevo de escritura que sea distinta en función del
sentido básico en el que ésta se apoya: escribir y abocetar con los ojos
cerrados, escribir oyendo los sonidos en el aire, escribir táctilmente de modo
que vea y lea con formas de acaricia suave y decadente o, por el contrario,
escribir rascando las cosas y devastándolas, escribir machaconamente con el
esfuerzo y la tensión sobre el bolígrafo, sobre la piel del papel,…
Arar y sembrar el terreno de nuestro yo: escribir, pensar, repensar,
imaginar y reinventar con los cinco sentidos.
Escribir sensitivamente: Abrir y descubrir el tempo y tempero del yo
interior.
3. ESCRIBIR con sentido y razón CON LOS CINCO
SENTIDOS. Una síntesis estructural, para marcar el sentido, la
necesidad, el porqué y el para qué, de la escritura multi sensorial.
3.1
¿POR QUE NECESITAMOS LOS SENTIDOS PARA ESCRIBIR?
En la filosofía empirista nada hay en el cerebro que antes no haya pasado
por los sentidos. Todo absolutamente todo el universo de la memoria
consciente e inconsciente está radicado en nuestro cerebro como dinámica de
todos y cada uno de los sentidos. Parece por tanto natural que a la hora de
escribir acerca de aquello que pensamos, imaginamos y evocamos, recurramos
a los sentidos no sólo como medio de rastreo y evocación sino como dinámica
peculiar para estimular la escritura y el pensamiento.
Todo lo que hemos visto, oído, tocado, sentido en nuestra piel, u olfateado sin
proponérnoslo ni pensarlo se ha depositado en nuestro sistema neuronal. Pero
son muchas las sensaciones, imágenes y rasgos de lo que hemos percibido
- 14 -
que se borran con el paso del tiempo; es más, incluso en el momento de la
percepción la mayoría de los estímulos escapa a nuestra precisión sensorial.
Pues una cosa completa es lo que oigo y otra cosa mínima es lo que
realmente percibo, dándome cuenta, de lo que estoy oyendo.
Es por ello importante usar y entrenar los sentidos a lo largo de la vida en
todos los momentos de convivencia, de relación, de análisis de la realidad, de
estudio, de pensamiento o discurso.
Los sentidos nos ofrecen simultáneamente una información varia y compleja,
mezclada y caótica de la realidad distorsionada: cada sentido nos da su
versión de los objetos. Esta mezcla de sensaciones hace que a menudo
seamos usuarios casi exclusivos y conscientes del sentido focal o
predominante. Hay personas preferentemente
visuales, la mayoría de
nosotros. Otras personas tienen un sentido del oído muy agudizado y
prominente, de modo que perciben con nitidez una gran variedad de tonos, de
matices,…. Otras personas más escasas tienen la capacidad del olfato cercano
al animal del perro de caza.
Lo ideal sería que todos nuestros sentidos tuvieran una fuerza perceptiva y
reactiva similar. Pero es cierto que la mayoría de seres humanos hemos
relegado el olfato y el gusto para las experiencias de la alimentación y comida.
3.2
¿PARA QUE SIRVE LA ESCRITURA CREATIVA CON LOS CINCO
SENTIDOS? ¿Qué sentido tiene?
La escritura sensorial es sustantiva en todos los ámbitos de la vida y la
enseñanza para mantener vivas las vías naturales del conocimiento del medio,
del saber, del aprender y del comprender la naturaleza de las cosas, a través
de la aparente superficialidad de sus manifestaciones en las formas, en los
colores, en los sonidos, en la dinámica de su movimiento, en las materias de
que está hecho,….
Nos facilita enriquecer selectivamente el objeto de estudio y análisis, añadiendo
formas y usos sensoriales para el aprendizaje en los distintos sectores del
conocimiento. Le doy una visión artística a un objeto pensado para su diseño
funcional de fácil uso, percibiendo y acentuando su dimensión estética de
figura y fondo, de color y función, de partes y todo.
La escritura con los cinco sentidos nos puede mantener alerta para poder
darnos cuenta en cada momento de las cosas extrañas, raras o inusuales
que pueden ocurrir a nuestro alrededor, sirviendo de mecanismo de
supervivencia como ocurre con los animales. Éstos presienten con horas de
anticipación la aparición de un terremoto, de un volcán, otros un tsunami.
El marcaje de los sentidos para pensar y escribir ayuda a realizar un esfuerzo
de evocación desde el presente al pasado más remoto, aquilatando detalles,
resaltando componentes, formas y colores, poniendo de relieve el ritmo de los
sonidos que producen los objetos…. En definitiva contribuye a restituir el valor
de los sentidos en la vida ordinaria, en el trabajo, en el esparcimiento, en el
tiempo de ocio creativo.
- 15 -
3.3
COMO LLEVAR A CABO UNA ESCRITURA MULTI SENSORIAL Y
CREATIVA
La forma más común y usual de recurrir a los sentidos en la escritura consiste
en actuar de un modo libre, usando los sentidos, según la propia preferencia o
gusto e interés, de acuerdo con las formas preestablecidas de conocimiento
sensorial.
Es recomendable seguir un camino prefijado de exploración sensorial:
• Primero activar el sentido de la vista que explore todos los recovecos del
objeto, situación o ambiente,
• En segundo lugar escuchar el sonido o el silencio del objeto desde su
interior,
• En tercer lugar palpar, manosear, acariciar el objeto con los ojos
cerrados,
• En cuarto lugar paladearlo y degustarlo, si es posible porque no hay
ningún inconveniente, para ver las sensaciones que nos produce en la
lengua, activando el sentido del gusto.
• Finalmente elaborar el recuerdo de la impresión directa del olor del
objeto de estudio, análisis, o escritura
La aplicación simultánea de dos o más sentidos, simultáneamente, para ver
cómo éstos se articulan, generando procesos de gran riqueza, sin especificar,
que se traducen a menudo en figuras sinestésicas del lenguaje, como
escuchar los colores, tibios, azules y verdes del viento o como pintar y ver las
vibraciones sonoras del mismo.
En última instancia dejarse avasallar y poseer de un modo obsesivo por un
cúmulo múltiple que abarquen todos los sentidos. Es la sensación total. Esta
nos lleva necesariamente a una obra plástica, sonora, literaria, dinámica, multisensorial y, sin duda alguna, un libro inteligente múltiple que se traducirá y
proyectará en múltiples medios de expresión sensitiva, propios de un sistema
creativo multimedia.
4. ¿CÓMO ESCRIBIR
CINCO SENTIDOS,
CREATIVAMENTE
APLICANDO
LOS
CON LOS
DISTINTOS
ACTIVADORES CREATIVOS?
¿Cómo estimular la creatividad, la inventiva, la imaginación, la
búsqueda de alternativas, para ir más allá de la reproducción
puramente multi-sensorial que podría ser común a todas las personas,
que están en esa situación, para que cada una de ellas responda de un modo
- 16 -
distinto, original, con su propio sello no solamente en el momento de la
percepción y evocación, sino sobre todo en el instante de la plasmación en
palabras, en imágenes, en dinámicas gestuales y corporales, en trazos y
diseños de artista?
En este trabajo se recurre a la participación de cada uno de los sentidos
estimulados de un modo distinto con los distintos activadores creativos, para
estimular el cerebro creador, para armonizar la lógica y planificación de los
procesos de escritura en discursos razonables imaginarios o irracionales, que
auguren y garanticen un conocimiento y comprensión fácil del discurso, una
convicción en el sujeto de la autenticidad, de la racionalidad, de sentido lógico y
consciente de la escritura de un artículo o un ensayo de razonamiento social,
ético, filosófico o político.
4.1.
La escritura-imagen.
A través de la vista y de la evocación de lo observado podemos desarrollar la
lectura recreativa de imagen (LRI). En ella observamos fidedignamente lo
que existe en el paisaje, en el objeto o en el cuadro. Reproducimos todos los
elementos a través de la palabra. Es difícil, pues reclama un esfuerzo de
evocación espontánea de las palabras que encubren o descubren la razón de
la realidad. Después podemos entrar en un proceso de inferencia lógica de los
mensajes, de las ideas del artista, de lo que los colores o las formas nos
quieren decir, independientemente de lo que el autor haya pensado o quiera
expresar en sus diseños. Finalmente podemos recrear esa imagen con su
contraria o con otros ingredientes y elementos distintos: Soltamos nuestra
imaginación inventiva y nos imaginamos el cuadro que nosotros queremos
pintar y que vamos a pintar con la pluma y con el pincel. Y lo hacemos.
Cambiamos los colores. Cambiamos las formas. Lo hacemos más oscuro o
más luminoso.
El paso natural de la LRI nos lleva a la obra integrada plástico-literaria: el
cuadro poético, el diseño narrado, la ficción pintada, la poesía objeto…
4.2.
Escritura literaria básica: la palabra, la frase y el discurso
hechos y deshechos.
La los activadores propios de la escritura son el juego lingüístico (JL), el
desguace de frases (DF), la lectura recreativa de textos (LRT) de autor.
Jugar con las palabras, descomponer las frases, usar verbos distintos o
contrarios, llevar a cabo un cambio sistemático del texto original del autor de
referencia o de nuestro autor favorito o aborrecido para establecer nuestro
propio discurso frente al ajeno, de acuerdo con nuestras sensaciones y
evocaciones, con nuestros deseos e imágenes es una dinámica fundamental en
la escritura. Porque escribir consiste en hilvanar palabras, de acuerdo con el
sentido y sin sentido de las circunstancias. Una suma de frases bien
construidas con el sentido de la sorpresa, para no caer en caminos trillados en
frases hechas que ya no dicen nada, es un camino elemental y seguro para una
escritura creativa, apoyada siempre en nuestras propias frases, en las frases o
títulos de un texto, de un periódico, en la estrofa de un autor o un verso
peculiar del mismo.
- 17 -
- 18 -
4.3.
Escritura dialéctica con discurso problematizador y resolutorio.
Describir con los cinco sentidos es estar pegado a la realidad para percibir sus
pros y contras, sus peligros, amenazas y aportaciones u oportunidades, para
percibir lo positivo y negativo de cada situación, hacer un balance, establecer
criterios de mejora, generar alternativas óptimas para mí, para los ciudadanos,
para los consumidores, para los espectadores, para los destinatarios de mi
escrito. La dinámica de pros y contras y alternativas (PCA) es un buen
mecanismo para llevar a cabo una dialéctica y un diálogo con la realidad más
allá de lo que las apariencias sociales, el oportunismo de lo políticamente
correcto sugieren, ocultando las partes oscuras, vergonzosas o vergonzantes,
peligrosas u obscenas de la realidad. Pero ellas están ahí, como la serpiente
oculta bajo la hierba de lo aparencial.
Estar metido en la realidad, enfangado en las circunstancias que nos configuran
y nos construyen, significa ser consciente y sensible a todos los problemas,
peligros y situaciones insatisfactorias de las mismas, por su mal
funcionamiento, porque atacan a una parte de la población, porque perjudican a
los usuarios o consumidores,…. Hacer una escritura interesante y atractiva,
original y polémica reclama la solución creativa de problemas (SCP). No
para quedarse en la situación enmarañada, dolorosa, lamentándonos de la
misma, sino para rastrear sus cauces y sus causas y encontrar vías y salidas
de solución real, imaginativa, fantástica o mágica.
4.4.
Escritura torbellinica indagadora en estado relajatorio.
Pero sin duda alguna el elemento dinámico creativo fundamental radica en la
imaginación en estado de relajación creativa: estar relajados y tranquilos
en contacto directo con nuestro interior, con nuestro estado de ánimo,
con nuestro estado corporal, conscientes de nuestro dolor o de nuestro
bienestar de las sensaciones en las distintas partes de nuestro cuerpo,
nos permite en este estado de quietud, de bienestar y de tranquilidad llevar a
cabo una evocación torbellínica automática de todo lo que el objeto suscita en
nuestro interior o de todas las evocaciones en relación con el tema o asunto;
sin duda alguna, emergerán imágenes e ideas automáticas, partiendo del
torbellino de ideas (TI), como libre asociación y conexión lógica o ilógica,
absurda o consistente. Y estas mismas evocaciones y sensaciones
inconsistentes o impertinentes pondrán en el disparadero al sujeto dubitativo, al
ser que duda y se interroga: la interrogación divergente (ID), las preguntas
que no tienen respuesta aprendida, o suscitan respuestas que inician nuevas
respuestas.
El torbellino de ideas y de interrogación divergente en estado de
relajación, favoreciendo los automatismos gráficos y escritos, son el mejor
camino para iniciar cualquier tipo de escritura, basado en el pensamiento
caótico natural y espontáneo de cada sujeto.
4.5.
Escritura fantástica metafórica metamórfica.
Las dinámicas de pensamiento y escritura creativa más poderosas radican en la
metáfora y en el desarrollo evolutivo transformista de las cosas. Para ello
- 19 -
disponemos de la analogía inusual (AI), que nos permite relacionar el objeto
de estudio, análisis y escritura, con cualquier objeto cercano o distante,
estableciendo nuevas conexiones que sin duda alguna romperán los moldes de
las conexiones lógicas y automáticas de la realidad ofreciendo un discurso
realmente innovador, ingenioso y sorprendente. Establecer la relación de la
bombilla con una pera y hacer que la luz de la bombilla sea masticada por cada
una de las células de nuestro cuerpo y sea asimilada no solamente con la
energía lumínica sino también calórica nos da una sensación distinta a nuestro
estado corporal, emocional y espiritual.
Hacer que la bombilla sea vista en su proceso natural hasta llegar a ser
bombilla, desde el momento en el que su diseñador la imaginó con forma
esférica o cuadrada o de cualquier otra índole, e imaginándola en forma de
granos de arena, que se fueron poco a poco transformando en una hoja o
lámina transparente y luminosa, dura y consistente o blanda con el calor del
fuego en el crisol, nos permite establecer discursos metamórficos trasformativos que alientan el cambio radical de la realidad a cada instante en el
laboratorio o fragua de nuestra imaginación creadora con el activador creativo
de la metamorfosis total del objeto (MTO).
La analogía inusual y la metamorfosis total del objeto son activadores
sustantivos para establecer discursos, escritos, diseños, narrativas, políticas
realmente originales y singulares, acordes con los gustos y deseos del propio
creador escritor o artista.
Este libro que tienes entre las manos te ofrece textos literarios y ejemplos
didácticos de cómo puedes proceder para llegar a ser creativo usando los cinco
sentidos, a la hora de pensar, imaginar, expresar, reinventar la realidad y la
propia escritura.
- 20 -
Capítulo I.
LOS ACTIVADORES CREATIVOS PARA UNA
ESCRITURA FLUIDA Y FANTÁSTICA.
- 21 -
1.
2.
3.
4.
CLASIFICACIÓN DE LOS ACTIVADORES CREATIVOS
ACTIVADORES CREATIVOS DE ANÁLISIS
2.1.
EL TORBELLINO DE IDEAS Y EL DESARROLLO DE CONCEPTOS
2.2.
EL DESARROLLO DE CONCEPTOS
2.3.
DEFINIR UN CONCEPTO ANALÓGICAMENTE
ACTIVADORES LINGUÍSTIVCO-LITERARIOS.
3.1.
EL JUEGO LINGÜÍSTICO
3.2.
DESGUACE DE FRASES
3.3.
ANÁLISIS RECREATIVO DE TEXTOS
ACTIVADORES DE TRANSFORMACIÓN FANTÁSTICA
4.1.
ANALOGÍA INUSUAL
4.2.
METAMORFOSIS DEL OBJETO
En este libro la pretensión fundamental es desarrollar la creatividad de los
procesos de la escritura a través de los Activadores Creativos, técnicas de
escritura que ofrecen la posibilidad de manejar los procesos esenciales y
sistemáticos que articulan la creatividad y ayudan a superar ese temido
momento de la página en blanco o el no saber por dónde seguir.
Presentamos aquí estos activadores y su forma de trabajarlos en la escritura
creativa de manera muy resumida para entrar en contacto con estas técnicas. A
lo largo del libro estas técnicas aparecen ilustradas suficientemente para que el
futuro escritor pueda aplicarlas y desarrollarlas con facilidad, además, las
propuestas de trabajo están apoyadas por textos de autores reconocidos y de
ejercicios resueltos para facilitar el proceso de trabajo.
1. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTIVADORES CREATIVOS.
1. DE ANÁLISIS
OBJETIVOS
APLICACIÓN
EN
CREACIÓN LITERARIA
EL TORBELLINO
. Fomentar la libertad de
expresión (fluencia
ideacional, agilidad,
flexibilidad mental)
.Listado exhaustivo de las
características formales de una
obra de arte.
DE IDEAS
. Desinhibición grupal
(clima social de libertad, de
expresión de respeto, de
tolerancia)
JUEGO LINGÜÍSTICO
DESGUACE DE FRASES
LA
. Herramienta fundamental en la
planificación de la obra.
.
Generación
de
divergentes y originales
ideas
.Romper la fijeza
estructural y significativa
de la palabra. Flexibilidad
semántica y morfológica de
las palabras.
. Construcción de textos a partir
de la descomposición de las
palabras.
. Descomposición de la
frase: fomentar el análisis y
revisión de los procesos
que facilitan la fluencia de
pensamiento y expresión
. Transformar textos de diversa
índole y convertirlos en textos
literarios.
- 22 -
. Extractar los ritmos derivados
de la descomposición de la
palabra
ANÁLISIS RECREATIVO
DE TEXTOS
LECTURA RECREATIVA
DE IMÁGENES
. Desarrollar y estimular el
proceso de lectura,
implicando al sujeto crítico
y creador del texto.
. Interiorización de la estructura
sintáctica de un texto.
. Desarrollar el
pensamiento visual.
Comprender los entresijos
y elementos de la
comunicación visual.
. Construcción de un texto a
partir
de
la
lectura
y
transformación de una imagen.
. Reelaboración de textos ya
existentes en otros diferentes.
2. DE BÚSQUEDA Y
SÍNTESIS CATEGORIAL
OBJETIVOS
APLICACIÓN
EN
LA
CREACIÓN LITERARIA
BÚSQUEDA
INTERROGATORIA
Potenciar y estimular La
capacidad de
descubrimiento, de
preocuparse por la
indagación de un tema.
. Indagar todo lo que se sabe
sobre un tema a partir de la
formulación de preguntas
convergentes y divergentes.
(Interrogación
Divergente)
Ser original haciendo
preguntas divergentes
sobre un tema
Realizar textos y solucionar
problemas sobre los mismos a
través de la respuesta a las
preguntas.
3. TRANFORMACIÓN
FANTÁSTICA
OBJETIVOS
APLICACIÓN
EN
LA
CREACIÓN LITERARIA
ANALOGÍA INUSUAL
. Desarrollar la asociación
lógica de fenómenos my
dispares.
. Creación de objetos, seres
fantásticos y otros elementos
a partir de la comparación
crítica de dos seres u objetos
muy dispares entre sí
. Acostumbrarse a ver la
realidad interconectada y
creando una curiosidad
permanente que fomente la
comprensión, la
comparación crítica y el
poder de síntesis.
METAMORFOSIS DEL
OBJETO
Visualizar y estimular la
fantasía y el pensamiento
visual.
. Flexibilización
transformativa y agilidad
frente al procesamiento de
la realidad
- 23 -
. Transformar objetos,
paisajes, personas, etc. a
través de un proceso de
visualización previa a la
escritura.
. Crear mundos fantásticos en
los
que
las
cosas
se
transforman
mediante
intervenciones.
2. ACTIVADORES CREATIVOS DE ANÁLISIS
2.1. EL TORBELLINO DE IDEAS Y EL DESARROLLO DE CONCEPTOS.
Es una técnica muy útil en la creación literaria en la fase de planificación, en la
creación de personajes y en la descripción.
El creador del Torbellino de Ideas o Brainstorming fue el psicólogo americano
A. F. Osborn y desde entonces su aplicación se ha extendido a muchos
ámbitos, desde la empresa hasta la educación, como un valioso potenciador de
la flexibilidad, la fluencia, el ingenio y la originalidad.
El TI es un recurso inagotable en la creación literaria; a partir de él se pueden
escribir todo tipo de textos.
El proceso de aplicación del TI tiene una serie de reglas que se deben seguir de
manera estricta para su buen funcionamiento.
1. Decir todas las ideas que surge, tanto individual como en grupo, sin
rechazar ninguna idea por muy absurda y extraña que pueda parecer.
2. Escucharse a uno mismo y escuchar a los demás para mejora las
ideas iniciales pues esto supone una escalada de pensamiento sin
entrar en críticas o rechazos.
3. Proceder con rapidez, sin pararse a pensar y sin censurar ni
censurarse. No entrar en discursos ni discusiones, ni con los demás
ni con uno mismo.(De Prado, ; 3)
Un ejemplo de aplicación en la creación literaria sería el siguiente:
Imaginemos que queremos escribir sobre el mes en que nacimos., por ejemplo
Abril
Estimulamos la producción de ideas a través de preguntas.
El mes de Abril… ¿A qué huele? ¿A qué sabe? ¿Qué sonidos hay en este
mes? ¿Qué recuerdos me trae? ¿Qué sabores? ¿Quién está contigo? ¿Qué
siento? ¿Qué paisajes están en este mes?...
Y así podemos seguir al mismo tiempo que tomamos notas sin pensar, sin
juzgar y sin rechazar ninguna.
Este que hemos mostrado es un ejemplo convergente de TI pero también
podemos escribir de modo caótico sin categorizar ninguna idea.
2.2. EL DESARROLLO DE CONCEPTOS.
La base del conocimiento primordial es el desarrollo de conceptos que están
asociados a objetos y sucesos reales. Los conceptos o las ideas se
materializan en palabras; el desarrollo del vocabulario que le corresponde a
cada objeto, que define sus cualidades y que nos dice las acciones que realiza,
son los elementos imprescindibles sobre los que se asienta el lenguaje y sólo a
- 24 -
través de él podemos tener una comprensión del mundo y crear un
pensamiento propio (De Prado; 1994)
El Torbellino de Ideas es una herramienta eficaz para enseñar a definir con
exactitud un concepto que tengamos incompleto o confuso, expresando todo
aquello que una palabra y las relaciones con otras semejantes nos sugiere y
tratando de comunicar el concepto a través de varios lenguajes como el plástico
o el dramático; de esta manera es más fácil aprehenderlo y hacerlo nuestro.
Desarrollo simplificado de conceptos
Partiremos de la definición conceptual de un objeto común, por ejemplo mesa.
1. Hacemos un torbellino de ideas sobre todo lo que conozcamos
sobre la mesa
2. Definimos mesa con las características que le son esenciales y
distintivas que hacen que ese concepto sea exactamente mesa y
no otro.
3. Definición verbal y abstracta. Acudimos al diccionario para
comprobar si nuestra propia definición se ajusta a la acuñada por
el libro.
4. Definición plástica. La palabra se representa plásticamente en
todas sus variantes.
Concepto innovador ampliado: la mensa inusual
Trataremos de encontrar nuevas mesas que no se parezcan en nada a la mesa
norma. Aquí emplearemos el TI y la imaginación guiada
Concepto inventado: la realidad nueva e imaginada
En el proceso de desarrollo de conceptos, podemos tratar de hallar nuevas
realidades y tratar de definirlas de manera analógica (basado en De Prado)
2.3. DEFINIR UN CONCEPTO ANALÓGICAMENTE
•
•
•
•
•
•
Geométricamente: con figuras: fórmulas, leyes de la Geometría
Naturalmente: con elementos provenientes de la naturaleza: aire, mar,
tierra.
Cibernéticamente. Con elementos provenientes de las nuevas
tecnologías: robots, aparatos, etc.
Culinariamente. Con ingredientes procedentes del mundo de la cocina:
recetas, ingredientes, sabores, olores…
Aerodinámicamente: con explicaciones del mundo de la aerodinámica.
Cinematográficamente: con símiles provenientes del mundo audiovisual:
funciones, posición, materiales…
Ej. ¿Cómo describir un viaje imaginario en el que encontraremos cosas que
nunca hayamos visto y que queremos describir a los lectores con todo lujo de
detalles?
- 25 -
Proceso:
• Hacemos un TI tratando de obtener toda la información sobre ese
lugar imaginario
Imaginemos que viajamos a un nuevo planeta: ¿Cómo son sus
habitantes? ¿Cuál es su característica más peculiar? ¿De qué
tamaño es el planeta? ¿Qué medio de transporte se utiliza?
¿Cómo son sus habitantes? ¿Cómo se relacionan entre
ellos?¿Dónde viven?¿ Qué actividades llevan a cabo?¿De qué
viven?¿ Cómo se alimentan?¿Qué costumbres tienen?¿Cómo se
divierten¿ Hacen la guerra?¿Cómo se divierten?¿Cómo se
reproducen?¿Tienen ciencia y religión?¿hay algún objeto que
caracterice este lugar?¿Cómo es el arte’…
• Organizamos esta información en un gra´fico de constelaciones.
• Escribimos definiciones del planeta y sus habitantes.
• Hacemos un juego lingüístico para darle un nombre
• Escribimos el texto final.
3. ACTIVADORES LINGUÍSTIVCO-LITERARIOS.
3.1. EL JUEGO LINGÜÍSTICO
Objetivos del juego lingüístico.
•
•
•
•
SIGNIFICADO RADICAL
o Analizar y comprender radicalmente la palabra: su raíz,
significado, su forma y su sonido.
o Descomponer la palabra y trabajar con sus elementos.
o Utilizar el diccionario para buscar su origen, la forma y los distintos
significados de una palabra.
FLUIDEZ ASOCIATIVA
o Fomentar la afluencia verbal y las asociaciones de la palabra.
o Generar fluidez de ideas partiendo de la palabra mediante la
elaboración de familias o redes de significado alrededor de los
vocablos elegidos.
o Establecer relaciones cercanas (convergencia) y lejanas de
significados (divergencia)
CREACIÓN COMBINATORIA
o Crear nuevos significados con la combinación de los diversos
componentes de la palabra.
o Crear nuevas palabras, frases y textos.
APLICACIONES DIVERSAS
o Transferir el proceso de trabajo del juego lingüístico a otros
ámbitos de expresión como la plástica o la publicidad.
o Aplicar los procesos del juego lingüístico a los conceptos y
palabras clave de los distintos temas de la enseñanza de las
matemáticas, las ciencias sociales y naturales, etc.
- 26 -
EJ. VENTANA SOBRE LA PALABRA
Magda recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las
guarda en cajas. En cajas rojas guarda las palabras furiosas. En caja verde, las
palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, ls tristes. Y en
caja transparente guarda las palabras que tienen magia.
A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las
palabras se mezclen como quieran. Entonces las palabras le cuentan lo que
ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.
Hacemos un TI de palabras furiosas, amantes, tristes, neutrales y mágicas.
Elegimos siete palabras de cada categoría y escribimos textos. Para los textos
amantes, puedes escribir una carta de amor; par los mágicos , un cuento
maravilloso; para los tristes, una noticia triste; para los furiosos, una protesta;
etc.
Si lo que queremos es aplicar este activador al lenguaje plástico, aplicamos el
juego lingüístico para la elaboración de collages. La idea de trabajar con textos
furiosos, amantes, neutrales, etc., se puede utilizar para crear uno o varios
collages
3.2. DESGUACE DE FRASES.
Objetivos de este activador creativo:
•
•
•
•
•
•
Fomentar el análisis y revisión en los procesos básicos del lenguaje y
pensamiento.
Desarrollar la fluencia mental y verbal.
Expresarse de forma original y creativa.
Profundizar en el conocimiento de la estructura de las palabras y las
relaciones que éstas establecen en la frase.
Fomentar el uso del diccionario para buscar palabras de significado
opuesto (antónimos o parecidos (sinónimos).
Asociar palabras de similar significado o forma.
Etapas de desarrollo.
1. Elegimos una frase o un texto y procedemos a aplicar el activador
creativo.
Al que madruga, Dios le ayuda
2. Subrayamos las dos o tres palabras clave de la frase
3. Asociamos a cada una de ellas expresiones de similar significado o
forma que puedan sustituirlas.
4. Buscamos palabras o expresiones de significado opuesto o distinto.
5. Sustituimos la palabra inicial con las nuevas palabras y comprobamos la
variación, validez o falsedad de la nueva proposición
6. Escribimos palabras al azar y procedemos a sustituir las palabras de un
área lingüística concreta. A continuación, componemos la frase.
- 27 -
Expresiones afines.
Madruga
Dios
ayuda
Adelanta
divinidad
sostiene
Antecede
Hacedor
asiste
Levantarse temprano
todopoderoso
ampara
Amanece
Padre
contribuye
Y así sucesivamente seguimos trabajando con sinónimos y luego con
antónimos con la ayuda de un diccionario.
A partir de todas estas posibilidades, construimos frases y textos
combinando los sinónimos y los antónimos.
Este activador lo podemos ampliar hasta llegar a textos narrativos y
textos poéticos.
3.3. ANÁLISIS RECREATIVO DE TEXTOS.
Los objetivos del análisis recreativo de textos son:
•
•
•
•
Comprender e interiorizar determinadas estructuras gramaticales y
poéticas.
Adquirir seguridad y autonomía lingüística.
Entender que la mejor forma de comprender un texto consiste en intentar
comprobar cómo está realizado.
Entender su estructura y composición
Proceso de desarrollo.
•
•
•
•
•
•
Selección del texto o tema.
Leer el texto comprensivamente, sintiendo su ritmo, rima (si es un texto
poético). Subrayar las expresiones y palabras- verbos, nombres, etc.clave para la comprensión del sentido del mismo.
Destacar las figuras retóricas que enriquecen literariamente el texto
(metáforas, símiles, paradojas…)
Buscar, crear otras expresiones y figuras afines/ contrarias y escribirlas.
Encontrar la estructura lógica o expresiva que unifica el texto.
Esquematizar gráficamente el contenido central.
Reescribirlo modificando fondo y forma
Ej. Resultado de la aplicación de este proceso del poema de Luisa Castro.
Caída
Las montañas cristalizan en mil años
Y el mar gana un centímetro a la tierra
Cada dos milenios.
Horada el viento la roca
En cuatro siglos
- 28 -
Y la lluvia
También la lluvia se toma su tiempo
Para caer
Sé paciente con mi corazón
Que suspira por una obra duradera
Como el viento,
Como la lluvia,
También mi corazón
Se toma su tiempo para caer.
Proceso homo sintáctico/ paráfrasis
Caídas
Siete siglos sobrevive Roma
Y el musulmán duerme el lecho
Ibérico
Las mil y una noches.
Luce el brillo español
Por doscientos años
Y el sajón,
También el sajón se toma su tiempo
Para caer
Sé paciente con América
Pues desprende un hedor insoportable
Como Roma
Como España
También América se toma su tiempo
Para caer.
Luisa Castro.
3.3. LECTURA RECREATIVA DE IMÁGENES
(Este activador creativo está desarrollado en su totalidad en este libro, por esta
razón no aparece desarrollado en este capítulo)
- 29 -
3.4.
ACTIVADORES DE BÚSQUEDA Y SÍNTESIS CATEGORIAL
BÚSQUEDA INTERROGATORIA
Objetivos
•
•
•
•
Potenciar y estimular La capacidad de descubrimiento, de preocuparse
por la indagación de un tema.
Ser original haciendo preguntas divergentes sobre un tema
Indagar todo lo que se sabe sobre un tema a partir de la formulación de
preguntas convergentes y divergentes.
Realizar textos y solucionar problemas sobre los mismos a través de la
respuesta a las preguntas.
Ej. Hacer preguntas sobre un texto, por ejemplo, Caperucita Roja
¿Por qué la madre le hizo una caperuza roja si sabía que el lobo andaba
cerca?¿ Dónde estaba el padre de la niña?¿Por qué la abuela estaba sola si
estaba enferma?¿Es la madre una irresponsable por enviar a la niña al
bosque?¿ Por qué no cazan a ese lobo?¿Por qué el lobo habla?¿La niña no
asiste a la escuela?¿Por qué no se comió el lobo a la abuela al principio del
cuento?¿Por qué no fue la madre a llevarle la comida a la abuela?¿Qué ropa
llevaba el lobo?¿Es el mismo bosque en el que vivía Blanca Nieves con los
enanitos?¿Se parecía el lobo a alguien conocido o famoso?...
Así podemos seguir hasta hacernos muchas preguntas que sean divergentes y
originales. A partir de aquí, podemos elaborar muchos tipos de textos referidos
al mismo tema.
4. ACTIVADORES DE TRANSFORMACIÓN FANTÁSTICA.
4.1. ANALOGÍA INUSUAL
Lo que nosotros denominamos Analogía Inusual, es la “asociación lógica entre
fenómenos muy dispares” (Prado, 1988; 92), de manera que se desarrolle la
inventiva y el pensamiento divergente. En la literatura y, sobre todo, en la
poesía, hay abundantes ejemplos sobre esto, ya que la analogía es la raíz del
símil, de la metáfora, de la alegoría.
El dominio de la técnica de la AI, implica el conocimiento del lenguaje y del
vocabulario; para establecer comparaciones entre objetos dispares hay que
saber describirlos y hay que conocer su significado en detalle: forma, utilidad,
aplicaciones, sabor, olor, gusto, tacto…cuáles son sus connotaciones, etc.
Cuando creamos AI unimos “la denominación lingüística y la profundización del
lenguaje merced a la comprensión abstracta y sensorial, lo que ocasiona “ver”
la razón de ser de la comparación y ello genera la creación de las estructuras
ideo-lingüísticas bien arraigadas (Prado, 1994)
El proceso de la analogía inusual consiste en:
- 30 -
•
•
•
•
Observación multisensual del objeto
Visualización interior de lo procesual y figural (figura y función)
Representaciones analógicas asociadas en la memoria (símil, analogía,
metáfora)
Asociación analógica distante (metáfora surrealista, greguería)
Para comenzar a describir el objeto hacemos primero una observación
multisensorial: convertir lo familiar en extraño nos ayuda a ello. Describir un
objeto, un ser, una acción, un personaje,… a un extraterrestre
Vamos a crear un personaje fantástico resultante de una “fusión” entre dos
elementos dispares, por ejemplo: un águila y un zapato.
Descripción minuciosa (multisensual, procesual y figural) de los objetos,
extrañamiento.
Un águila
Un zapato
Animal
Cosa
Vuela
Utilizado por los humanos
para caminar
Tiene plumas
Es de piel o de tela
Tiene pico y ojos
Tiene puntera y tacón
Es parda o blanca y negra
Es de muchos colores
Por el pico se alimenta
El humano introduce el pié
Tiene dos patas con garras
Tiene suela de goma, cuero, etc.
Establece comparaciones entre los objetos ¿En qué se parece un águila a un
zapato? ¿Qué pueden tener en común? ¿En qué se diferencian? Consulta un
diccionario o una enciclopedia para ver las definiciones de ambas cosas.
Ej.
El águila tiene dos patas y los zapatos son dos
El águila tiene piel y los zapatos son de piel
El águila tiene pico y los zapatos punteras
El águila camina y los zapatos sirven para caminar
El águila tiene ojos y los zapatos pueden tener “ojetes”
Con los zapatos no puedes volar; el águila vuela
El águila tiene lengua y los zapatos pueden tener lengüeta, etc.…
Fusión de ambos objetos. Si fundiésemos un águila y un zapato, ¿Qué objeto o
animal tendríamos ¿Cuál sería su nombre?¿Para qué serviría?
"Crea tu propio animal o personaje a partir de un animal y un ser humano,
observa qué tienen en común, las diferencias, descríbelo, cuáles serían las
características o utilidades. Ponle un nombre que sea una fusión de los dos.
- 31 -
Deja volar tu imaginación para conformar algo inusual, no inventado todavía. A
continuación, dibújalo y escribe su descripción e historia.
4.2. METAMORFOSIS DEL OBJETO
David de Prado en su libro Expresión creativa Total, resume en un cuadro el
proceso de transformación del objeto (Prado: 97-99)
[Escriba una cita del documento o el resumen de un punto interesante. Puede situar el
cuadro de texto en cualquier lugar del documento. Use la ficha Herramientas de dibujo
para cambiar el formato del cuadro de texto de la cita.]
1. Percepción de la
situación actual
Objeto dado real
2. Imaginación de
formas diferentes de
ser/proceder
Objeto imaginado
3. Diseño y descripción
del nuevo objeto
Objeto transformado
La percepción: para conocer bien un objeto debemos saber apreciarlo en su
totalidad: aprehenderlo con los cinco sentidos, observarlo, conocer sus
funciones.
(Eaberle y Osborn)
Proceso:
1) Producir un cambio físico material en el objeto, cambiándolo de forma,
color. Imaginando el cambio desde que nace hasta que desaparece
(cambio evolutivo) . O viendo cómo se construye de modo distinto.
2) Cambio relacional: cómo se relaciona con diversos elementos y cómo se
adapta y sobrevive.
3) Poniendo énfasis en el cambio lingüístico; cómo siente, de que forma se
expresa, qué desea para ser feliz.
Un ejemplo en Literatura: La Metamorfosis. Kafka.
Proceso.
•
•
Formular preguntas divergentes. Ej. ¿cómo se hace? ¿de qué otro material
se podría hacer? ¿qué otras funciones y usos tendría? ¿cómo lo
combinaríamos con otros objetos o elementos de la naturaleza (u otros)
para hacer algo diferente? ¿qué pasaría si el material se convirtiese en otro
impensable?...
Describir y dibujar los cambios que van ocurriendo.
o r, material, privándole de alguna de sus partes, etc.
o Cambio o transformación
de carácter funcional: nuevos usos y
funciones, acciones más simples o más complejas
- 32 -
Capítulo II.
EL SENTIDO DE LA VISTA
LA LÁMPARA DEL MAESTRO.
Un maestro zen y su discípulo andaban por un camino en plena noche. El
maestro sostenía una linterna.
-Maestro- preguntó el discípulo-, ¿es verdad que puedes ver en la oscuridad?
-Sí, es verdad.
-Entonces, ¿para qué llevas esa linterna?
-Para que los otros no choquen conmigo.
- 33 -
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
1.
EL SENTIDO DE LA VISTA
EL CUENTO DE COLORES
POEMAS DE COLOR
LOS OJOS DE LOS POETAS
EL MISTERIO EN UNA FRASE
LECTURA RECREATIVA DE IMÁGENES
SOMOS DE COLORES
TODO ES SEGÚN EL CRISTAL DEL COLOR CON QUE SE MIRA
PUNTOS DE VISTA
LA VISTA ENGAÑA
EL ESPACIO Y LOS SENTIDOS
EL SENTIDO DE LA VISTA
El sentido de la vista (fragmento)
“Los amantes incorporan el mundo entero a su totalidad. Todas las
imágenes clásicas de la poesía amorosa lo confirman. El río, el bosque, el cielo,
los minerales de la tierra, el gusano de seda, las estrellas, la rana, el búho, la
luna, demuestran el amor del poeta. La poesía expresa la aspiración a esa
correspondencia, pero es la pasión la que la crea. La pasión aspira a incluir
el mundo entero en el acto de amar. El hecho de querer hacer el amor en el
mar, volando por el cielo, en esta ciudad, en aquel campo, sobre la arena, entre
las hojas caídas, con sal, con aceite, con frutas, en la nieve, etc., no significa
que se precisen nuevos estímulos, sino que expresa una verdad que es
inseparable de la pasión. La totalidad de los amantes se extiende, de manera
diferente, a fin de incluir el mundo social. Todos los actos, cuando son
voluntarios, se llevan a cabo en nombre de la persona amada. Lo que el
amante cambia entonces del mundo es una expresión de su pasión.
(...)
La totalidad de la pasión oprime (o socava) al mundo. Los amantes se aman
con el mundo. (Al igual se podría decir que con todo su corazón o con sus
caricias.) El mundo es la forma de su pasión, y todos los sucesos que
experimentan o imaginan constituyen la iconografía de su pasión. Por eso
la pasión está dispuesta a arriesgar la vida. Se diría que la vida es tan sólo la
forma de la pasión. "
John Berger
¡Hágase la luz! Y la luz quedó hecha. Y así, a través del sentido de la vista, el
mundo se mostró ante nosotros en toda su belleza y su fealdad. Pero, aunque
las palabras de la Biblia son optimistas y casi mágicas, la revelación del mundo
no fue, ni tan sencilla, ni tan rápida, ni le fue dada al hombre sino a los seres
que habitaban en los antiguos mares que desarrollaron un trozo de piel sensible
a la luz para poder moverse en la oscuridad y, más tarde, estos seres
- 34 -
desarrollaron ojos. Uno de los recuerdos de nuestro origen marino es que
nuestros ojos deben estar siempre bañados en agua salada (Ackerman. Una
historia Natural de los sentidos.)
Los ojos, son, en realidad, similares a una cámara fotográfica cuya función
consiste en recoger la luz. Recordemos brevemente unos datos sobre la
fisiología del ojo.
A través del sentido de la vista podemos percibir la forma de los objetos y su
color. La luz que llega de ellos es captada por una capa sensible, la retina, que
manda la imagen al cerebro para ser interpretada
Estos órganos de la visión son una compleja maquinaria que está compuesto
por varios elementos.
El globo ocular: Cada globo ocular está protegido por diversas estructuras y
se halla dentro de la cuenca correspondiente. Tiene una forma casi esférica, de
unos 24 mm de diámetro y cubierto con dos capas: la esclerótica y la coroides
El globo ocular está dividido en dos cámaras: la anterior o frontal, que es la
menor, y la posterior, que constituye la mayor parte del globo ocular. Existen
dos capas que lo conforman, recubren y protegen en su totalidad: la esclerótica
y la coroides.
Esclerótica. Está formada por fibras de tejido colágeno entretejidas en todas
las direcciones del espacio, que constituyen una capa blanquecina que se
encarga de mantener consistentemente la forma del ojo. Se halla por fuera de
la coroides, y en la parte anterior del ojo da lugar a la córnea.
La Córnea. Es la capa que deja traspasar la luz, pone el ojo en contacto con el
aire y es muy resistente pues está formada por fibras de colágeno.
El Iris es la parte del ojo que contiene un orificio, la pupila, por el cual pasa la
luz al fondo. En este órgano, compuesto de una capa muscular, se depositan
pigmentos de melanina que dan lugar a los ojos de distintos colores. Cuando
este pigmento no existe, se producen los ojos azules.
Esta visión científica fría de los órganos de la visión ha dado lugar a las más
hermosas páginas de la literatura y de la pintura. No hay poeta ni escritor que
no haya hablado de los ojos de alguien y de la mirada. Esta es la más
inmediata forma de comunicación del ser humano: con una mirada podemos
mostrar amor u odio, simpatía o rechazo; alegría o tristeza, inocencia o astucia.
Aunque toda la atención de la visión se centra en los ojos, en realidad quien
realmente ve es nuestro cerebro, ni siquiera los ojos son imprescindibles para
ver todo lo que hemos percibido a través de ellos, pues es nuestra mente la
que nos trae imágenes del pasado, de nuestra niñez o de un suceso que nos
haya impresionado que permanece guardado en la mente y podemos evocar a
través de imágenes. Nuestra imaginación también nos permite “ver” aquellas
cosas que no existen y que podemos reproducir con toda exactitud en
imágenes. De la misma manera, podemos volver a ver, con los ojos cerrados
un paisaje que nos hayamos detenido a contemplar.
- 35 -
2.
EL CUENTO DE COLORES
El color debe ser pensado, soñado, imaginado
Henry Matisse
El mundo se nos revela como una paleta de colores. Millones de corpúsculos
en forma de conos y bastoncillos situados en nuestra retina se encargan de que
este milagro se produzca. Y, como era de esperar, los escritores no podían
eludir la tentación de teñir de color sus obras y crearnos sensaciones de distinta
índole y revelarnos trabajos preciosistas como los de Marguerite Yourcenar, de
quien veremos algunos ejemplos. Este “lenguaje silencioso” (Ackerman) nos
permite valorar los matices y la riqueza del mundo que nos rodea con toda su
complejidad y belleza.
Para escribir relatos en los que queremos introducir un tema como leitmotiv, es
imprescindible trabajar el campo semántico, en este caso, el color y todas sus
gamas. En “Un cuento azul”, M. Yourcenar escribe un cuento dominado por ese
color
Cuento azul. Inédito hasta 1993.
Los mercaderes procedentes de Europa estaban sentados en el puente, de
cara a la mar azul, en la sombra color índigo de las velas remendadas de
retazos grises. El sol cambiaba constantemente de lugar entre los cordajes y,
con el balanceo del barco, parecía estar saltando como una pelota que rebotara
por encima de una red de mallas muy abiertas. El navío tenía que virar
continuamente para evitar los escollos; el piloto, atento a la maniobra, se
acariciaba el mentón azulado. Al crepúsculo, los mercaderes desembarcaron
en una orilla embaldosada de mármol blanco; vetas azuladas surcaban la
superficie de las grandes losas que antaño fueran revestimiento de templos. La
sombra que cada uno de los mercaderes arrastraba .tras de sí por la calzada, al
caminar en el sentido del ocaso, era más alargada, más estrecha y no tan
oscura como en pleno mediodía; su tonalidad, de un azul muy pálido,
recordaba a la de las ojeras que se extienden por debajo de los párpados de
una enferma. En las blancas cúpulas de las mezquitas espejeaban
inscripciones azules, cual tatuajes en un seno delicado; de vez en cuando, una
turquesa se desprendía por su propio peso del artesonado y caía con un ruido
sordo sobre las alfombras de un azul muelle y descolorido. Se levantó la luna y
emprendió una danza errática, como un espíritu endiablado, entre las tumbas
cónicas del cementerio. El cielo era azul, semejante a la cola de escamas de
una sirena, y el mercader griego encontraba en las montañas desnudas que
bordeaban el horizonte un parecido con las grupas azules y rasas de los
centauros.
Todas las estrellas concentraban su fulgor e n el interior del palacio de las
mujeres. Los mercaderes penetraron en el patio de honor para resguardarse
del viento y del mar, pero las mujeres, asustadas, se negaban a recibirlos y
ellos se desollaron en vano las manos a fuerza de llamar a las puertas de
acero, relucientes como la hoja de un sable.
- 36 -
Tan intenso era el frío, que el mercader holandés perdió los cinco dedos de su
pie izquierdo; al mercader italiano le amputó los dedos de la mano derecha una
tortuga que él había tomado, en la oscuridad, por un simple cabujón de
lapislázuli. Por fin, un negrazo salió del palacio llorando y les explicó que,
noche tras noche, las damas rechazaban su amor por no tener la piel
suficientemente oscura. El mercader griego supo congraciarse con el negro
merced al regalo de un talismán hecho de sangre seca y de tierra de
cementerio, así es que el nubio los introdujo en una gran sala color ultramar y
recomendó a las mujeres que no hablaran demasiado alto para que no
despertaran los camellos en su establo y no se alterasen las serpientes que
chupan la leche del claro de luna
Los mercaderes abrieron sus cofres ante los ojos ávidos de las esclavas, en
medio de olorosos humos azules, pero ninguna de las damas respondió a sus
preguntas y las princesas no aceptaron sus regalos. En una sala revestida de
dorados, una china ataviada con un traje anaranjado los tachó de impostores,
pues las sortijas que le ofrecían se volvían invisibles al contacto de su piel
amarilla. Ninguno advirtió la presencia de una mujer vestida de negro, sentada
en el fondo de un corredor, y como le pisaran sin darse cuenta los pliegues de
su falda, ella los maldijo invocando al cielo azul en la lengua de los tártaros,
invocando al sol en la lengua turca, e invocando a la arena en la lengua del
desierto. En una sala tapizada de telas de araña, los mercaderes no obtuvieron
respuesta de otra mujer, vestida de gris, que sin cesar se palpaba para estar
segura de que existía; en la siguiente sala, color grana, los mercaderes huyeron
a la vista de una mujer vestida de rojo que se desangraba por una ancha herida
abierta en el pecho, aunque ella parecía no darse cuenta, ya que su vestido no
estaba ni siquiera manchado.
Pudieron al cabo refugiarse en el ala donde estaban las cocinas y allí
deliberaron acerca del mejor medio para llegar hasta la caverna de los zafiros.
Constantemente los molestaba el trajín de los aguadores, y un perro sarnoso
fue a lamer el muñón azul del mercader italiano, el que había perdido los dedos.
Al fin, vieron aparecer por la escalera de la bodega a una joven esclava que
llevaba hielo granizado en un ataifor de cristal turbio; lo depositó sin mirar
dónde, sobre una columna de aire, para dejarse las manos libres y poder
saludar, levantándolas hasta la frente, donde llevaba tatuada la estrella de los
magos. Sus cabellos azul-negros fluían desde las sienes hasta los hombros;
sus ojos claros miraban el mundo a través de dos lágrimas; y su boca no era
sino una herida azul. Su vestido color lavanda, de fina tela desteñida por hartos
lavados, estaba desgarrado en las rodillas, pues la joven tenía por costumbre
prosternarse para rezar y lo hacía constantemente.
Poco importaba que no comprendiera la lengua de los mercaderes, pues era
sordomuda; así, se limitó a asentir gravemente con la cabeza cuando ellos
inquirieron cómo ir hasta el tesoro mostrándole en un espejo sus ojos color de
gema y señalando mercader griego le ofreció sus talismanes: la niña los
rechazó como lo hubiera hecho una mujer dichosa, pero con la sonrisa amarga
de una mujer desesperada; el mercader holandés le tendió un saco lleno de
joyas, pero ella hizo una reverencia desplegando con las manos el pobre
vestido todo roto, y no les fue posible adivinar si es que se juzgaba demasiado
indigente o demasiado rica para tales esplendores.
- 37 -
Luego, con una brizna de hierba levantó el picaporte de la puerta y se
encontraron en un patio redondo como el interior de un pozal, lleno hasta los
bordes de la fría luz matinal. La joven se sirvió de su dedo meñique para abrir la
segunda puerta que daba a la llanura y, uno tras otro, se encaminaron hacia el
interior de la isla por un camino bordeado de matas de aloe.
Las sombras de los mercaderes iban pegadas a sus talones, cual siete víboras
pequeñas y negras, en tanto que la muchacha estaba desprovista de toda
sombra, lo que les dio que pensar si no sería un fantasma.
Las colinas, azules a distancia, se volvían negras, pardas o grises a medida
que se aproximaban; sin embargo, el mercader de la Turena no perdía el valor
y para darse ánimos cantaba canciones de su tierra francesa. El mercader
castellano recibió por dos veces la picadura de un escorpión y sus piernas se
hincharon hasta las rodillas y cobraron un color de berenjena madura, pero no
parecía sentir dolor alguno e incluso caminaba con un paso más seguro y más
solemne que los otros, como si estuviera sostenido por dos gruesos pilares de
basalto azul. El mercader irlandés lloraba viendo cómo gotas de sangre pálida
perlaban los talones de la muchacha, que andaba descalza sobre cascos de
porcelana y de vidrios rotos.
Cuando llegaron al sitio, tuvieron que arrastrarse de rodillas para entrar a la
caverna, que no abría al mundo más que una boca angosta y agrietada. La
gruta era, sin embargo, más espaciosa de lo que hubiera podido esperarse y,
así que sus ojos hubieron hecho buenas migas con las tinieblas, descubrieron
por doquier fragmentos de cielo entre las fisuras de la roca. Un lago muy puro
ocupaba el centro del subterráneo, y cuando el mercader italiano lanzó una
guija para calcular la profundidad, no se la oyó caer, pero se formaron pompas
en la superficie, como si una sirena bruscamente despertada hubiera expelido
todo el aire que llenaba sus pulmones. El mercader griego empapó sus manos
ávidas en aquella agua y las sacó teñidas hasta las muñecas, como si se
tratara de la tina hirviendo de un tintorero; mas no logró apoderarse de los
zafiros que bogaban, cual flotillas de nautilos, por aquellas aguas más densas
que las de los mares. Entonces, la joven deshizo sus largas trenzas y sumergió
los cabellos en el lago: los zafiros se prendieron en ellos como en las mallas
sedosas de una oscura red. Llamó primero al mercader holandés, que se metió
las piedras preciosas en las calzas; luego, al mercader francés, que se llenó el
chapeo de zafiros; el mercader griego atiborró un odre que llevaba al hombro,
en tanto que el mercader castellano, arrancándose los sudados guantes de
cuero, los llenó y se los puso colgados al cuello, de tal suerte que parecía llevar
dos manos cortadas.
Cuando le llegó el turno al mercader irlandés, ya no quedaban zafiros en el
lago; la joven esclava se quitó un colgante de abalorios que llevaba y por señas
le ordenó que se lo pusiera sobre el corazón.
Salieron arrastrándose de la caverna y la muchacha pidió al mercader irlandés
que la ayudara a rodar una gruesa piedra para cerrar la entrada. Luego, colocó
un precinto confeccionado con un poco de arcilla y una hebra de sus cabellos.
El camino se les hizo más largo que a la ida por la mañana. El mercader
castellano, que empezaba a sufrir a causa de sus piernas emponzoñadas, se
- 38 -
tambaleaba y blasfemaba invocando el nombre de la madre de Dios. El
mercader holandés, que estabahambriento, trató de arrancar las azules brevas
maduras de una higuera, pero un enjambre de abejas ocultas en la espesura
almibarada le picaron profundamente en la garganta y en las manos.
Llegados al pie de las murallas, el grupo dio un rodeo para evitar a los
centinelas y se dirigieron sin hacer ruido hacia el puerto de los pescadores de
sirenas, que estaba siempre desierto, pues hacía largo tiempo que no se
pescaban ya sirenas en aquel país. La barca flotaba blandamente en el agua,
amarrada al dedo de un pie de bronce, único resto de una estatua colosal
erigida antaño en honor a un dios del que ya nadie recordaba el nombre. En el
muelle, la esclava sordomuda hizo intención de despedirse de los hombres,
saludándoles con las manos puestas en el corazón; entonces, el mercader
griego la tomó por las muñecas y la arrastró hasta el barco, movido por el
propósito de venderla al príncipe veneciano del Negroponto, de quien se sabía
que le gustaban las mujeres heridas o afectadas de alguna invalidez. La
doncella se dejó llevar sin oponer resistencia y sus lágrimas, al caer sobre las
maderas del puente, se transformaban en bellas aguamarinas, así es que sus
verdugos se las ingeniaron para darle motivos que la hicieran llorar.
La dejaron desnuda y la ataron al palo mayor; su cuerpo era tan blanco que
servía de fanal al barco en aquella noche clara navegando entre las islas.
Cuando hubieron terminado su partida de palillos, los mercaderes bajaron a la
cabina para echarse a dormir. Hacia el alba, el holandés subió al puente
aguijoneado por el deseo y se acercó a la prisionera, dispuesto a violentarla.
Mas he aquí que la niña había desaparecido: las ligaduras colgaban, vacías, del
tronco negro del mástil, como un cinturón demasiado ancho, y en el lugar donde
se habían posado sus pies suaves y delgados no quedaba otra cosa que un
montoncito de hierbas aromáticas que exhalaban un humillo azul.
En los días que siguieron reinó una calma chicha, y los rayos del sol, que caían
a plomo sobre la lisa superficie color de algas, producían un chirrido de hierro
candente sumergido en agua fría. Las piernas gangrenadas del mercader
castellano se habían puesto azules como las montañas que se columbraban en
el horizonte y purulentos regueros se deslizaban desde las tablas del puente
hasta el mar. Cuando el sufrimiento se hizo intolerable, el hombre sacó del
cinturón una ancha daga triangular y se cercenó a la altura de los muslos las
dos piernas envenenadas.
Murió agotado al despuntar la aurora, después de haber legado sus zafiros al
mercader suizo, que era su enemigo mortal.
Al cabo de una semana recalaron en Esmirna y el mercader de Turena, que
siempre había temido al mar, optó por desembarcar, con intención de continuar
su viaje a lomos de una buena mula. Un banquero armenio le cambió los zafiros
por diez mil monedas con la efigie del Preste Juan. Eran piezas perfectamente
redondas y el francés cargó alegremente con ellas hasta trece mulos; pero, así
- 39 -
que llegó a Angers, tras siete años de viaje, se encontró con la sorpresa de que
las monedas del monarca preste no tenían curso en su país.
En Ragusa, el mercader holandés trocó sus zafiros por una jarra de cerveza
servida en el mismo muelle, pero tuvo que escupir aquel insulso líquido
aventado que no tenía el mismo gusto que la cerveza de las tabernas de
Ámsterdam. El mercader italiano desembarcó en Venecia con el propósito de
hacerse proclamar Dogo, mas pereció asesinado al día siguiente de sus
nupcias con la laguna. En cuanto al mercader griego, se le ocurrió atar los
zafiros a un cabo largo y suspenderlos en el costado de la barca, esperando
que el contacto con las olas fuera benéfico para su hermoso color azul. Al
mojarse, las gemas se volvieron líquidas y apenas si añadieron al tesoro del
mar unas pocas gotas de agua transparente. El hombre se consoló pescando
peces y asándolos al rescoldo de la ceniza.
Un atardecer, al cabo de veintisiete días de navegación, el barco fue atacado
por un corsario. El mercader de Basilea se tragó sus zafiros para sustraerlos a
la avaricia de los piratas y murió de atroces dolores de entrañas. El griego se
echó al mar y fue recogido por un delfín, que lo condujo hasta Tinos. El
irlandés, molido a golpes, fue dejado por muerto en la barca, entre los
cadáveres y los sacos vacíos; nadie se tomó la molestia de quitarle el colgante
de falsas piedras azules, que no tenía ningún valor. Treinta días más tarde, la
barca a la deriva entró por sí misma en el puerto de Dublín y el irlandés echó
pie a tierra para mendigar un pedazo de pan.
Estaba lloviendo. Los tejados oblicuos de las casas bajas sugerían grandes
espejos destinados a captar los espectros de la luz muerta. La calzada
desigual se encharcaba más y más; el cielo, de un parduzco sucio, parecía tan
cenagoso que ni los ángeles se hubieran atrevido a salir de la casa de Dios; las
calles estaban desiertas; el puesto de un mercero ambulante, que vendía
calcetines de lana cruda y cordones para los zapatos, se veía abandonado al
borde de una acera debajo de un paraguas abierto. Los reyes y los obispos
esculpidos en el pórtico de la catedral no hacían nada para impedir que cayera
la lluvia sobre sus coronas o sus mitras, y la Magdalena recibía el agua en sus
senos desnudos.
El mercader, todo desalentado, fue a sentarse bajo el pórtico junto a una joven
mendiga, tan pobre que su cuerpo, azulenco de frío, se veía a través de los
desgarrones de su vestido gris. Sus rodillas se entrechocaban ligeramente; sus
dedos cubiertos de sabañones apretaban un mendrugo de pan. El mercader le
pidió por el amor de Dios que se lo diera, y ella se lo tendió en el acto.
- 40 -
El mercader hubiera querido regalarle el colgante de abalorios azules, puesto
que no tenía ninguna otra cosa que ofrecer; mas en vano buscó en sus
bolsillos, alrededor de su cuello, entre las cuentas de su rosario. No hallándolo,
se echó a llorar desconsolado: no poseía ya nada que pudiera recordarle el
color del cielo y la tonalidad del mar en donde había estado a punto de perecer.
Suspiró profundamente y, como el crepúsculo y la fría niebla se espesaban en
derredor, la muchachita se apretujó contra él para darle calor. El hombre le hizo
preguntas acerca del país y ella le contestó en el tosco dialecto del pueblo que
dejara antaño, siendo aún muy chico. Entonces, apartó los cabellos
desgreñados que cubrían el rostro de la mendiga, pero tan sucio estaba que la
lluvia iba trazando en él regueritos blancos, y el mercader descubrió horrorizado
que la niña era ciega y que una siniestra nube velaba el ojo izquierdo. No dejó
por ello, sin embargo, de posar su cabeza en aquellas rodillas mal cubiertas de
harapos y se durmió sosegado: el ojo derecho, que había visto privado de
mirada, era milagrosamente azul.
M. Yourcenar
"Es éste un cuento en el que predomina el color azul y sus distintos matices.
Ej. Azul, lapislázuli, índigo, azulenco, basalto, cielo, zafiro, brevas,
aguamarinas…
El Torbellino de Ideas es un activador muy eficaz para la obtención rápida de
los matices de color con los que queramos trabajar un cuento o un relato. Una
propuesta de escritura es buscar un color y buscar nombres, adjetivos y frases
para tener una primear idea del cuento.
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SINÓNIMOS
DEL
COLOR
ELEGIDO
Personajes
Elementos
SABORES
OLORES
REFERIDOS
AL
COLOR
de la
naturaleza
Vocabulario
Colores
UN CUENTO
DE COLORES
CUENTO
ESPACIOS
QUE
CONTENGAN
ESE COLOR.
ROPAS,
OBJETOS
MUEBLES
DE ESE COLOR
Espacios
Sinónimos
de colores
PERSONAS QUE
LLEVEN EL
COLOR
EN SU
CUERPO
Adjetivos
Adverbios,
etc.
Este es otro ejemplo de cuento de colores.
La araña
En la soledad muerta de la gran casa la lluvia proyecta una luz fría sobre la
alcoba; a través de la ventana de múltiples cuadrados biselados, los árboles del
jardín se multiplican en réplicas exactas. Bajo esa luz, su cuerpo brilla en la
noche lechosa; un aroma de jazmín penetra a través de la ventana semiabierta.
Con precisa lentitud, Aranne se dirige hacia su cómoda de ébano y enciende
los cirios erguidos sobre un candelabro de plata de seis brazos: el pabilo
chisporrotea un instante con la corriente de aire que entra por la ventana,
instante que ella aprovecha para contemplar sus uñas pintadas de un negro
luminoso mientras sueña con un cuerpo joven por donde poder deslizarlas.
Hace frío, el viento helado de diciembre deposita en los árboles agujas de
escarcha que brillan bajo las estrellas. Su blanco corazón desea con violencia
una presa esta noche. En silencio, se despoja de sus ropas y purifica su cuerpo
con aceite perfumado de caléndula y de nardo. Un aroma espeso se extiende
por toda la estancia; ella se dirige hacia su armario secreto cuya puerta está
oculta bajo un manto de terciopelo negro; suavemente descorre la cortina y
saca un traje de interminable tul que por un instante parece flotar en la
habitación.
- 42 -
Su corazón palpita con violencia mientras va ajustando su atuendo a su cuerpo.
De pronto, el pomo dorado de su cuarto gira con un chasquido rápido. Ella lo ve
en el espejo; pálido y palpitante avanza hacia ella. Aranne se estremece
cuando él pisa su vestido. Silencio. Rápida y precisa lo envuelve en un mundo
de tul.
La luz del alba la despierta; el camisón, cuajado de escarcha brilla bajo la tenue
luz de un sol incipiente; Aranne contempla el amasijo de tules entre los que se
confunden unos huesos impolutos, recuerdo de un ansia saciada. Desnuda,
sale al jardín y se despereza lentamente bajo un aire tibio, una sonrisa de
placer transforma su rostro mientras comienza a saborear el festín de la
próxima noche
Paula Vázquez. Bestiario
En este cuento los colores que predominan son el blanco y el negro Escribe un
relato con estas características con la ayuda del TI
Escribe la historia de un color. Con la interrogación divergente puedes ir
construyendo la historia. Ej. ¿De dónde viene? ¿Cómo era ese lugar? ¿Por qué
se convirtió en color? ¿Es un color puro o un color resultado de una mezcla?
¿Quién vivía con él? ¿Cómo salió de su casa?...Sigue haciendo preguntas y
escribe el relato. Recuerda que debes hacer un uso moderado de los adjetivos
y los adverbios, colócalos allí dónde sean necesarios y sólo para darle color al
texto.
3.
POEMAS DE COLOR
De la misma manera que hay cuentos en los que el color es uno más de los
protagonistas, también hay poemas teñidos de tintes diversos y otros dedicados
a un color, como es el caso de Rafael Alberti quien, en su libro de poemas a la
pintura, dedicó poemas a los colores básicos entre otros homenajes a los
grandes pintores que él admiraba. ROJO (fragmento)
1
Soy el primer color de la mañana
Y el último del día
2
Lucho en el verde de la fruta y venzo
3
El mismo que mis otros hermanos, sometido
-Giotto- al rigor del éxtasis geométrico
4
Pleno rubor redondo en la manzana
5
Me llamo excitación, cólera, rabia,
Estallido del día de la ira.
6
Me violento y subo
- 43 -
Hasta de pronto reventar en sangre.
7
Rojo en el labio y menos
En las pequeñas cumbres
Donde gustosamente
Venus ganando pierde las batallas.
9
Soy el infierno- Brueghel,
Bosch- y el nocturno espanto
En los ojos insomnes de los niños.
10
Pluma en las alas de Luzbel, ardiendo
Azul (fragmento)
1
Llamó el azul. Y se pintó su tiempo.
2
¿Cuántos azules dio el Mediterráneo?
3
Venus, madre del mar de los azules.
4
El azul de los griegos
Descansa, como un dios, sobre columnas.
5
El azul Edad media delicado
6
Trajo su virginal azul la Virgen:
Azul María, azul Nuestra Señora.
7
A su paleta descendió. Traía
El azul más oculto de los cielos.
De rodillas pintaba sus azules
Lo bautizaron con azul los ángeles
Le pusieron: Beato Azul Angélico.
8
Hay paletas celestes como alas
Descendidas del blanco de las nubes
9
Los azules de Italia,
Los azules de España,
Los azules de Francia.
10
Rafael tenía alas.
También el Peregrino tenía alas
Que al pintar derramaban sus azules.
Rafael Alberti
Dos ejemplos de este último poeta dedicados al color rojo y al azul
- 44 -
Y un ejemplo más de Juan Eduardo Cirlot: un poema que alude a las luces en
color claramente verde que se contemplan en estado místico, según lo describe
el sufismo oriental
Visio smaragdina
Maresmer
Maresmer vad
Valma resdar
Mares delmer.
Deser verdal
Vernal damer
Adler es mar
Verden lervad.
Maresmer ver
Desmeraldar
Dar
Ver
Verd
Verd esmerald
Juan Eduardo Cirlot (1916-1973)
#
Con el juego lingüístico podemos trabajar en un poema al estilo del de
Luis Eduardo Cirlot.
o
o
o
Elegimos un tema y los colores que lo definan.
Escribir palabras o expresiones afines relacionadas (Torbellino de ideas)
Analizar su estructura descomponiéndola en sus diversos elementos. Por
ejemplo. Amarillo: amar, rio, mari, mar, arilo…). Escribir frases con la
palabra original y sus partes. Ej. Introducir más colores.
Amar
Mar
El río
o
o
Cambiar y jugar con las letras, quitándoselas, añadiéndoselas, etc. para
crear nuevas palabras y definirlas.
Componer el poema con los resultados obtenidos
- 45 -
4.
LOS OJOS DE LOS POETAS
Todo cabe en lo breve. Pequeño es el niño y encierra al hombre; estrecho es el
cerebro y cobija el pensamiento; no es el ojo más que un punto y abarca leguas.
Alejandro Dumas
Los ojos y la mirada son temas recurrentes en la poesía. Los ojos “una ventana
del alma”, la famosa frase de la que nadie sabe su origen, pero que muestra
muy bien la importancia de la mirada. Es la mirada el sentido de la
comunicación con el otro; en ellos desciframos de manera inmediata cuál es la
naturaleza de nuestro encuentro y la impresión que nos causan y que
causamos a los demás ; a través de nuestra mirada comunicamos todos los
sentimientos y nuestro estado de ánimo, por ello los adjetivos que pueden
calificar la mirada pueden ser casi infinitos, hablamos de una mirada fría,
amorosa, hiriente, oblicua, siniestra, inocente, cordial, triste, alegre, una
mirada de incertidumbre, vacía, muerta, vivaz… En fin, podríamos seguir y
no terminaríamos . Plotino decía que el ojo no podría ver el sol si no fuese
en cierto modo un sol. Esto explica su esencia y el fondo de la cuestión pues,
siendo el sol un foco de luz y ésta símbolo de la inteligencia y el espíritu, el acto
de ver muestra una correspondencia entre a la acción espiritual y simboliza, por
tanto, el comprender (J. E. Cirlot. Diccionario de Símbolos)
TUS OJOS
Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
otoño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro de un árbol y
son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.
Octavio Paz
He
aquí un ejemplo de una definición de los ojos escrita por Octavio Paz. El
poeta hace una definición poética de todo lo que le sugieren los ojos de la
persona a la que va dedicado el texto. Comienza con una presentación de la
parte del cuerpo de la que va a tratar, los ojos, para seguir definiendo lo que le
sugieren y continúa explayándose con una larga enumeración poética, sin
nexos, una característica de la poesía de Paz. El poema recorre un abanico de
comparaciones en las que aparece el carácter erótico de su poesía y termina
con una sola palabra, páramo, como resumen del lugar, alto, llano y raso que
él identifica con los ojos.
- 46 -
# Escribe un poema dedicado a una parte del cuerpo de una persona.
Recurre al TI libre para encontrar todo aquello con lo que quieras comparar esa
parte del cuerpo.
A continuación, escribe comparaciones de este tipo:
Tus manos son como una playa en calma…
Tus manos son el cobijo de mi alma…
Tus manos son como un remolino de fuego…
Ahora construye el poema. Para ello, deberás mencionar la parte del cuerpo al
principio y después sigue haciendo comparaciones, pero sin utilizar nexos:
Tus manos son una playa en calma,
Un remolino de fuego…
Aquí tenemos otro ejemplo de un poema de Manuel Altolaguirre en el que los
ojos también son objeto de comparación.
Ojos de puente los míos
por donde pasan las aguas
que van a dar al olvido.
Sobre mi frente de acero
mirando por las barandas
caminan mis pensamientos.
Mi nuca negra es el mar,
donde se pierden los ríos,
y mis sueños son las nubes
por y para las que vivo.
Ojos de puente los míos
por donde pasan las aguas
que van a dar al olvido.
Manuel Altolaguirre
Y así “ve” el poeta José Ángel Valente a su admirado Blas de Otero
Blas de Otero in memorian
Pájaro
Pez
Paloma
Pluma
Pálida
Perdida
Por
Petrificados
Pozos
Pútridos
Palpita
- 47 -
Pulsa
Plácidas
Patrias
Prometidas
Para
Poder
Partir
Perfila
Pórticos
Penetra pechos
Paladea
Pétalos
Pura
Perdurable
Planetaria
Palma
Paz
Palabra
Pido
Permanece.
José Ángel Valente.
Fulgor. Galaxia Gutemberg. Círculo de Lectores. Barcelona
Percepción vivencial emotiva.
Con esta creativacción podemos elaborar un poema como éste, escrito con
palabras que empiezan por la letra que quieras, de modo que, con una sola
palabra, consigamos decir todo de un amigo. Se pueden usar nombres, verbos,
adjetivos, preposiciones, adverbios…todas las categorías de palabras que
queramos incluir...
El activador tiene los siguientes pasos:
Echa un vistazo a una persona o a una foto de ella durante breves segundos.
Luego escribe todo lo que se te ocurra sobre:
•
•
•
•
La persona de cuerpo entero
Solamente la cara
Los ojos (ampliados)
Otro detalle
•
•
•
•
•
Lo que más te gusta de ella o de él
Sus obras
Sus ideas
Sus detalles en la actividad diaria
Aquellas cosas con las que puedes compararla o compararlo.
- 48 -
Ahora puedes elegir, de entre todas las posibilidades que te han surgido, las
que quieres convertir en poema al estilo de José Ángel Valente y buscar una
letra con la que quieras trabajar. Utiliza el diccionario de sinónimos para ampliar
tus opciones.
Otros poemas dedicados a los ojos
Poema II –
La Vista
Para tus ojos.
Para tus ojos fieramente abiertos.
Para tus ojos fijos.
Para tus ojos con caudal de fiebre.
Para tus ojos grandes.
Una orquídea de carne voluptuosa
para tus ojos ávidos
con vocación de abejas.
Josefa Parra
Un poema como esta dedicatoria de Josefa Parra se puede trabajar con
el TI o haciendo comparaciones. El poema está estructurado de la siguiente
manera: Cuatro versos alternados formados con una dedicatoria , Para tus ojos;
los versos alternos siguientes repiten esa misma dedicatoria y un adjetivo que
añade información…, Para tus ojos fijos…para tus ojos grandes…para tus ojos
ávidos. Los otros tres versos están compuestos de frases más largas y
metáforas. Finalmente, el poema se termina con una ruptura de la estructura
con vocación de abejas.
Palabras Para Una Mirada
Miras, con ojos luminosos,
mientras hablo, los míos. Los cabellos
son fuego y seda,
y el rosa laberinto del oído
desvaría en la noche,
acepta las razones que doy sobre una vida
que ha perdido la dicha y su mejor edad.
¿Cómo me ven tus ojos? Yo sé, porque estás cerca,
que mis labios sonríen,
y hay en mí delirante juventud.
Inocente me miras, y no quiero saber
si soy el más dichoso hipócrita.
Sería pervertirte decir
- 49 -
que quien ha envejecido es traidor,
pues ha dado la vida
o dado el alma,
no sólo por placer, también por tedio,
o por tranquilidad;
muy pocas veces por amor.
He acercado mis labios a los tuyos,
en su fuego he dejado mi calor,
y emboscado en la noche
iba espiando en ti vejez y desengaño.
Francisco Brines
Amor a primera vista
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
- 50 -
o incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es más que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.
Wislawa Szymborska "F I N
Y PRINCIPIO"
1993
El poema de la escritora polaca Wislawa Szymborska cuenta la historia de
un encuentro fortuito como comienzo de una historia de amor. La propuesta de
escritura consiste en escribir un relato que nos complete la información del
poema. Escribe la historia de esta pareja desde el punto de vista de uno de los
protagonistas. Szymborska menciona varios acontecimientos que han podido
propiciar el encuentro, ¿es posible que se hayan encontrado en algún lugar y
ellos no se acuerden? ¿Hubo algún encuentro en la infancia? ¿Han coincidido
en un tren, en un aeropuerto o en algún otro lugar? El narrador debe buscar,
escudriñar todos los detalles por mínimos que sean para dar una versión lo más
verosímil posible de la historia que quiere contar.
Para buscar las ideas de la historia se puede recurrir a la interrogación
divergente, haciéndose preguntas sobre los personajes, el lugar, el ambiente,
etc.
5.
EL MISTERIO EN UNA FRASE
Una tarde, caminando por la ciudad, nos damos de bruces con una fotografía
pisoteada y sucia de una mujer. Por detrás tiene dedicatoria que dice: “Para
que nunca olvides mis ojos”, es lo único que hemos podido descifrar de esta
misiva. ¿Qué más le cuenta esta mujer?
- 51 -
Imagen de Fontcuberta
El hallazgo de una imagen o de un fragmento, incluso de una mirada en la
calle o en cualquier otro lugar, le sirven al escritor o a la escritora para la
creación. Es conveniente tener en cuenta que hay que estar siempre atento y
anotar las pequeñas anécdotas o los sucesos que nos ocurren por si acaso;
nunca se sabe donde hay una historia escondida.
Esta propuesta sugiere un pequeño cuento o el germen de una novela. En
este caso, vamos a proponer un cuento cuya posible estructura ya ha sido vista
en otros capítulos de este libro. Sin embargo, antes de comenzar hay que
arrancarlo de nuestra imaginación; para ello, podemos utilizar varias técnicas
como la ID (interrogación divergente), el TI (torbellino de ideas) o las
acciones encadenadas. Veamos cómo trabajar con esta última.
Se tiene que acordar de sus ojos porque:
Es el oftalmólogo de la mujer >la operó y se equivocó
> no se hizo
responsable de ella
>antes había tenido una relación con ella > ella quiso
vengarse…etc.
La propuesta es escribir un relato en primera persona, siendo la mujer la
narradora principal.
6.
LECTURA RECREATIVA DE IMÁGENES
El palacio denominado Delicias de los ojos o Sostén de la memoria era un continuo
encantamiento. Se hallaban allí, en profusión y buen orden, rarezas traídas de todos
los rincones del mundo. Podía verse una galería de cuadros del célebre Mani y
estatuas que parecían animadas. Allí una perspectiva bien buscada encantaba la vista;
aquí, la magia de la óptica la engañaba placenteramente; acullá se hallaban todos los
tesoros de la naturaleza. En una palabra, Vathek, el más curioso de los hombres, no
había omitido en aquel palacio nada de cuanto podía satisfacer la curiosidad de
quienes lo visitaban.
Vathek
- 52 -
La finalidad de la lectura creativa de imágenes consiste en analizar, entender y
transformar una imagen visual a través de una visión subjetiva, haciéndola
“visible” a un ciego mediante el discurso.
El proceso de una lectura recreativa de imágenes desde el punto de vista de la
literatura consiste en relacionar los elementos de la imagen con la visión
subjetiva del espectador y la transformación que se puede hacer del cuadro o
de la imagen añadiendo nuevos elementos, interpretando a los personajes u
objetos que aparecen en dicha imagen, analizando el color y su sentido;
contextualizando el cuadro en un lugar y en una época; en resumen, se trata de
“rehacer” el cuadro o la imagen y así poder escribir narraciones, poemas o
textos nuevos basados en imágenes que hemos reinterpretado.
La ladrona del tiempo. Urbano Lugrís
El proceso es el siguiente:
•
Visión objetiva: descripción a través de un Torbellino de Ideas de los
elementos del cuadro
- 53 -
•
Descripción analítica
Se hace un análisis detallado de todos los elementos que aparecen en el
cuadro para examinarlo a fondo
•
Visión inferencial
Se trata de interpretar el cuadro desde el punto de vista subjetivo. ¿Qué
mensaje te transmite? ¿Qué dicen los personajes? ¿Qué se dicen entre
ellos? ¿Cuál es su estado de ánimo? ¿Qué significado encierran?
¿Hacia dónde miran?
En cuanto al espacio: ¿En dónde están?
Respecto al tiempo ¿En qué época de la historia viven o podrían vivir?
¿En qué estación del año?
¿Qué nos transmite el autor a través de sus colores y de sus formas?
•
Simbología
La figura principal del cuadro es una mujer y varias mariposas
revoloteando a su alrededor. Para los antiguos, la mariposa era el
emblema del alma y la atracción inconsciente hacia lo luminoso. Para el
psicoanálisis simboliza el renacer y en China, este leve animalito
aparece como el sentido de la felicidad conyugal.
La mujer representa múltiples arquetipos en la esfera de lo simbólico,
aunque aparece en tres aspectos fundamentales: como sirena o ser
monstruosos que encanta y aleja de la evolución; también como madre y
- 54 -
representa a la patria, la ciudad y la naturaleza, relacionándose con el
informe aspecto de las aguas y del inconsciente; y, en la psicología
jungiana, como doncella desconocida. En cualquier caso, el pintor o el
escritor no tiene por qué tener en cuenta esta simbología para elaborar o
interpretar y reinterpretar una obra,
ya que los autores no
necesariamente acuden a la simbología cultural para la creación de sus
obras.
•
Transformaciones
El siguiente paso consiste en introducir uno o varios elementos en el
cuadro.
Introducimos un personaje nuevo: ¿Quién es? ¿Qué hace ahí? ¿Por qué
está ahí ahora? ¿Qué relación tiene con los demás? ¿De dónde viene?
¿Qué cambio produce en el cuadro? ¿Qué pasó antes? ¿Qué ocurrirá
después?
•
Analogías
Seguimos trabajando sobre el cuadro, utilizando la analogía como
herramienta, por ejemplo, preguntándonos: ¿a qué se parece esa mujer?
¿Con qué asocias los elementos introducidos en el cuadro?
Averigua más sobre la pintura y sus ingredientes, objetos o personajes
a través de la percepción: a qué huelen; a qué saben; cómo es su tacto;
qué música tiene este cuadro.
Estos poemas pueden servir de inspiración para el texto que se va a
escribir. Uno es un fragmento de Una mujer desnuda, del escritor
uruguayo Mario Benedetti y el otro es otro fragmento de Mujer negra, del
senegalés Léopold Sédar Senghor, poeta y presidente de Senegal.
Una mujer desnuda (fragmento)
Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.
Mario Benedetti. Poemas del Alma
- 55 -
Mujer negra (fragmento)
¡Mujer desnuda, mujer negra
Vestida de tu color que es vida,
de tu forma que es belleza!
He crecido a tu sombra;
la suavidad de tus manos vendaba mis ojos.
Y en pleno verano y en pleno mediodía,
te descubro.
Tierra prometida desde la alta cima de un puerto calcinado,
tu belleza me fulmina en pleno corazón,
como el relámpago del águila.
Mujer desnuda, mujer oscura,
fruto maduro de carne tersa,
sombrío éxtasis del vino negro,
boca que haces lírica mi boca,
sabana de horizontes puros,
sabana estremecida
bajo caricias ardientes del viento del Este.
Leopoldo Sédar Senghor. Cantos de Sombra
Escribir un texto o un poema sobre el cuadro y las transformaciones que
se han hecho.
Hazte preguntas, menciona los colores y, en general, explota la percepción.
Trata de reproducir todas las emociones y las sensaciones que te suscita y
trabaja en la historia que te sugiere.
7.
SOMOS DE COLORES
El arte es el hombre agregado a la naturaleza
Vincent Van Gogh
Muchos pintores y pintoras célebres se han pintado así mismos a lo lardo de su
trayectoria profesional para dar fe de su existencia en algunos casos; en un
acto de supremos narcisismo o para conocerse a ellos y ellas mismos. Un caso
muy conocido es el de Frida Kahlo y su exhaustiva repetición de su autorretrato
hasta convertir casi toda su obra pictórica en representarse siempre doliente y
siempre tratando de manifestar su verdadero yo a través de torturadas
imágenes de sí misma. Pero no es el único caso, Picasso, Van Gogh, Da Vinci,
Rafael, Renoir, Rubens, Durero, Velázquez y una larga lista han dejado
testimonio de cómo se veían a sí mismos cuando pasaban por la interpretación
de sus pinceles.
También los escritores se han retratado a sí mismos en diversos textos y
poemas. De los más conocidos, mostramos aquí tres ejemplos: Cervantes,
Alberti y Neruda.
- 56 -
Veamos cómo se define Rafael Alberti.
EL TONTO DE RAFAEL
(AUTORRETRATO BURLESCO)
Por las calles, ¿quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tonto llovido del cielo,
del limbo, sin un ochavo.
Mal pollito colipavo,
sin plumas, digo, sin pelo.
¡Pío-pic!, pica, y al vuelo
todos le pican a él.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tan campante, sin carrera,
no imperial, sí tomatero,
grillo tomatero, pero
sin tomate en la grillera.
Canario de la fresquera,
no de alcoba o mirabel.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tontaina tonto del higo,
rodando por las esquinas
bolas, bolindres, pamplinas
y pimientos que no digo.
Mas nunca falta un amigo
que le mendigue un clavel.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Patos con gafas, en fila,
lo raptarán tontamente
en la berlina inconsciente
de San Jinojito el lila.
¿Qué runrún, qué retahíla
sube el cretino eco fiel?
¡Oh, oh, pero si es aquél
el tonto de Rafael!
Rafael Alberti
“El tonto de Rafael”. En este retrato que el poeta advierte que es burlesco,
Rafael se define buscando sus defectos y sus debilidades. El poema resultante
es un ejemplo de gracia y de autocrítica al mejor estilo gongorino.
- 57 -
Otra muestra muy ilustre es el de Miguel de Cervantes. En el prólogo de sus
Novelas Ejemplares (1613) encontramos la descripción que hace de sí mismo
el ilustre manco.
"Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y
desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada;
las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes
grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene
sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen
correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni
grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de
espaldas, y no muy ligero de pies. Este digo, que es el rostro del autor de La
Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso,...
Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra”
Cervantes. Novelas Ejemplares
Y otro autorretrato en verso es del de Pablo Neruda, que no ahorra ni una sola
confesión para hablar de sí mismo, con sus defectos y sus virtudes.
Por mi parte, soy o creo ser duro de nariz,
mínimo de ojos, escaso de pelos
en la cabeza, creciente de abdomen,
largo de piernas, ancho de suelas,
amarillo de tez, generoso de amores,
imposible de cálculos,
confuso de palabras,
tierno de manos, lento de andar,
inoxidable de corazón,
aficionado a las estrellas, mareas,
maremotos, administrador de
escarabajos, caminante de arenas,
torpe de instituciones, chileno a perpetuidad,
amigo de mis amigos, mudo
de enemigos,
entrometido entre pájaros,
mal educado en casa,
tímido en los salones, arrepentido
sin objeto, horrendo administrador,
navegante de boca
y yerbatero de la tinta,
discreto entre los animales,
afortunado de nubarrones,
investigador en mercados, oscuro
en las bibliotecas,
melancólico en las cordilleras,
- 58 -
incansable en los bosques,
lentísimo de contestaciones,
ocurrente años después,
vulgar durante todo el año,
resplandeciente con mi
cuaderno, monumental de apetito,
tigre para dormir, sosegado
en la alegría, inspector del
cielo nocturno,
trabajador invisible,
desordenado, persistente, valiente
por necesidad, cobarde sin
pecado, soñoliento de vocación,
amable de mujeres,
activo por padecimiento,
poeta por maldición
y tonto de capirote.
Pablo Neruda
Para hacer nuestro autorretrato es conveniente trabajar con el TI tratando
de abarcar todos los aspectos que conforman nuestro físico y nuestra
personalidad.
- 59 -
El escritor argentino Bernardo Schiavetta, escribió un original autorretrato en el
que se describe a sí mismo con colores, no recurre a más palabras ni otras
definiciones.
Autorretrato
Renegrido, negral, bruno, quemado,
Pardusco, ceniciento, gris, plomizo,
Perlino, cano, cándido, rojizo,
Rosa, amaranto, carmesí, encarnado.
Lacre, rubí, coral, arrebolado,
Bermellón, escarlata, bermejizo,
Naranja, flavo, rútilo, pajizo.
Melado rubial, áureo, dorado.
Glauco, turquí, cerúleo, azulino,
Violáceo, morado y jacinto
Mi color es color camaleón.
Bernardo Schiavetta. Con mudo acento. Barcarola. Poesía
Para hacer un autorretrato de colores podemos recurrir al TI y tratar de
convertir en colores todos los aspectos de nuestro físico y de nuestra
personalidad.
El poema, que está escrito en versos endecasílabos, muestra muchos gamas y
matices de color. Es preciso recurrir al diccionario para ver todas las
posibilidades que tienen los colores.
8.
TODO ES SEGÚN EL CRISTAL DEL COLOR CON QUE SE
MIRA.
Esta frase de Campoamor da pié para meternos en el punto de vista literario
que es más complejo de lo que parece, pues no se trata solamente de conocer
la opinión del escritor, que se nos revelará en un momento de la narración, sino
que, de una manera que nos permita entender, se trata de que el narrador o los
narradores, colocan su mirada en un punto elegido por el escritor para tener
una visión óptima de los acontecimientos y, de esta manera, establecer una
relación con los personajes y el lector.
Desde el punto del lenguaje, se trata de analizar varios aspectos y hacernos
estas preguntas:
¿Quién habla? ¿A quién? ¿Desde dónde? ¿Qué lugar ocupa? ¿Qué
limitaciones tiene para contar los acontecimientos? ¿Desde qué postura vital o
ideas directrices nos habla? ¿Con qué tono? Todas estas cuestiones nos darán
la visión final del escritor que, en complicidad con el lector, hará que la obra
final tome un sentido y aclare cuáles son sus ideas, sus juicios y lo que,
finalmente, nos quiere contar.
- 60 -
La respuesta a todas las preguntas mencionadas anteriormente nos debe hacer
posicionarnos, cuando queremos escribir una narración. En primer lugar,
tenemos que encontrar la voz, es decir, deberemos decidir con qué clase de
narrador queremos contar o si vamos a recurrir a un solo o varios
narradores. La clasificación más simple que se puede hacer acerca de los
narradores: la tercera persona (Él corre por el pasillo a oscuras); la segunda
persona (Corres por el pasillo a oscuras) o la primera persona (Corro por el
pasillo a oscuras). Los cuentos en tercera persona los relata un narrador, en
primera y segunda persona los cuenta un personaje.
En el relato de Eduardo Galeano titulado Puntos de vista, nos encontramos con
el otro sentido del punto de vista: una reflexión del autor sobre las distintas
formas de considerar los acontecimientos desde el prisma cultural,
histórico, económico y moral. Una aguda observación de la realidad que
obliga al lector a reflexionar sobre la diversidad y la ética: es fácil conformarse
con aquello que nos conviene creer o aceptar como verdades lo que nuestra
cultura nos ha enseñado, sin tener en cuenta la “mirada” del otro.
9.
PUNTOS DE VISTA
Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno. Desde el punto
de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía. Donde los hindúes
ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa. Desde el punto de
vista de Hipócrates, Galeno, Maimónides y Paracelso, existía una enfermedad
llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre. Desde el
punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que
andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable: El Toto nunca tiene frío -decían. El no decía nada. Frío tenia, pero no tenia
abrigo. Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del
ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno. La lluvia es una maldición para el
turista y una buena noticia para el campesino. Desde el punto de vista del
nativo, el pintoresco es el turista. Desde el punto de vista de los indios de las
islas del mar Caribe, Cristóbal Colon, con su sombrero de plumas y su capa de
terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas. Desde el punto
de vista del oriente del mundo, el día del occidente es noche. En la India,
quienes llevan luto visten de blanco. En la Europa antigua, el negro, color de la
tierra fecunda, era el color de la vida, y el blanco, color de los huesos, era el
color de la muerte. Según los viejos sabios de la región colombiana del Choco,
Adán y Eva eran negros y negros eran sus hijos Caín y Abel. Cuando Caín
mato a su hermano de un garrotazo, tronaron las iras de Dios. Ante las furias
del señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció que blanco
quedo hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Caín. Si Eva
hubiera escrito el Génesis, ¿cómo sería la primera noche de amor del género
humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna
costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios
nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas son
puras mentiras que Adán contó a la prensa. Si las Santas Apostolas hubieran
escrito los Evangelios, ¿cómo seria la primera noche de la era cristiana? San
José, contarían las Apostalas, estaba de mal humor. El era el único que tenía
cara larga en aquel pesebre donde el niño Jesús, recién nacido, resplandecía
en su cuna de paja. Todos sonreían: la Virgen María, los angelitos, los
pastores, las ovejas, el buey, el asno, los magos venidos del Oriente y la
- 61 -
estrella que los había conducido hasta Belén de Judea. Todos sonreían, menos
uno. San José, sombrío, murmuro:-Yo quería una nena. En la selva, ¿llaman
ley de la ciudad a la costumbre de devorar al más débil? Desde el punto de
vista de un pueblo enfermo, ¿qué significa la moneda sana? La venta de armas
es una buena noticia para la economía, pero no es tan buena para sus difuntos.
Desde el punto de vista del presidente Fujimori, esta muy bien asaltar al Poder
Legislativo y al Poder Judicial, delitos que fueron premiados con su reelección,
pero esta muy mal asaltar una embajada, delito que fue castigado con una
aplaudida carnicería.
Eduardo Galeano
#
Escribe un texto en el que te cuestiones muchas “verdades” de tu cultura y
tus creencias, al estilo de Eduardo Galeano. Usa el narrador en tercera persona
y empieza como el texto: Desde el punto de vista…Puedes recurrir al Torbellino
de Ideas y/o a la Interrogación Divergente.
Pero, analicemos otro punto de vista, el del personaje o el del narrador que
juzga a las personas que está observando o aquél que juega con el lector y le
sorprende con un final inesperado que cambia por completo el punto de vista de
la historia, ya que, en ocasiones, las cosas no son lo que parecen o no parecen lo
que son. Este galimatías puede quedar claro si leemos este delicioso cuento del
escritor norteamericano O. Henry, quien, con un sentido del humor benevolente
desmosta una historia de amor, ciertamente cursi y sacrificada y convierte en una
sonrisa de comprensión la inútil acción de dos jóvenes amantes. Ciertamente, por
amor, somos capaces de hacer tonterías y el dinero es el instrumento que puede hacer
que nuestros sueños se cumplan.
EL REGALO DE NAVIDAD
Un dólar y ochenta y siete centavos. Era todo. Y setenta de los centavos
reunidos en peniques. Peniques ahorrados discutiendo con el almacenero, el
verdulero y el carnicero, hasta que ella, la silenciosa implicación de avaricia que
aquel ávido regateo implicaba, le hacía arder las mejillas. Delia contó tres veces
el dinero. Un dólar con ochenta y siete centavos. Y al otro día era Navidad.
Evidentemente, sólo podía echarse sobre el mísero lecho y llorar. Y eso fue lo
que hizo Delia. Lo cual provoca la reflexión moral de que la vida está
compuesta de sollozos, resoplidos y sonrisas, predominando los resoplidos.
Mientras la señora de la casa pasa gradualmente de la primera etapa a la
segunda, echemos un vistazo a su hogar. Era un departamento amueblado de
los que cuestan ocho dólares a la semana. No se puede decir precisamente
que fuese algo indescriptible, pero merecía sr clasificado por la policía como
refugio de pordioseros.
En el rellano del primer piso había un buzón en el cual no podía echarse
ninguna carta, y un timbre eléctrico al cual ningún dedo mortal sería capaz de
arrancar un sonido. También pertenecía al departamento una placa que
ostentaba el nombre de “Sr. James Dillingham Young”.
Aquella placa había nacido a las caricias de la brisa de un periodo anterior de
prosperidad, cuando a su dueño le pagaban treinta dólares a la semana. Ahora
- 62 -
que sus ingresos se habían reducido a veinte, las letras del apellido
“Dillingham” estaban borrosas, como si pensaran seriamente en ajustarse a una
modesta y humilde “D”. Pero siempre que el señor James Dillingham Young
regresaba a su hogar y entraba en su departamento del primer piso, lo
llamaban “Jim” y era calurosamente abrazado por la señora Dillingham Young,
quien ya ha sido presentada al lector con el nombre de Delia. Y todo esto está
muy bien.
Delia dejó de llorar y se retocó las mejillas con una borla de cisne. Se detuvo
frente a la ventana y miró con tristeza a un gato gris que caminaba sobre una
tapia gris en un patio gris. Al otro día era Navidad y ella solo disponía de un
dólar con ochenta y siete centavos para comprar un regalo a Jim. Había
ahorrado los peniques posibles durante meses y ese era el resultado. Con
veinte dólares a la semana no se llega muy lejos. Los gastos fueron superiores
a lo calculado, como siempre. Sólo un dólar con ochenta y siete centavos para
comprar un regalo a Jim: su Jim. Había pasado muchas horas felices
imaginando algo bonito para él. Algo bello y raro. Algo auténtico…Algo digno,
una pizca digna del honor de ser poseído por Jim.
Entre las ventanas del cuarto había un espejo de pared, alto. Quizás ustedes
sepan cómo es un espejo de pared en un departamento de ocho dólares.
Alguien muy delgado y ágil podría obtener, mirando su imagen en una rápida
sucesión de tiras longitudinales, una idea bastante exacta de su aspecto. Como
Delia era esbelta, logró dominar aquel arte.
De pronto se alejó de la ventana y se paró frente al espejo. Sus ojos brillaban,
pero a los veinte segundos su tez perdió el color. Con gesto rápido se soltó la
cabellera y la dejó caer cuan larga era.
Ahora bien, James Dillingham Young y su mujer estaban orgullosos de dos
cosas: del reloj de oro de Jim que había sido antes de su padre y de su abuelo,
y del cabello de Delia. Si la reina de Saba hubiese habitado en el apartamento
situado al otro extremo del rellano, Delia habría colgado algún día su cabellera
fuera de la ventana para que se secase y para demostrar así que desdeñaba
las joyas y los lujos de Su Majestad. Si el rey Salomón hubiera sido el portero y
cuantos tesoros poseía hubieran estado amontonados en el sótano, Jim habría
sacado siempre el reloj al pasar frente a él, sólo para ver cómo se mesaba la
barba de envidia.
Así que, ahora, la cabellera de Delia cayó ondulante sobre sus hombros,
brillando como una cascada de pardas aguas. Era casi como un vestido, al
llegarle más debajo de las rodillas. Y, entonces, Delia lo recogió de nuevo
nerviosa y ágilmente. Por un momento se sintió desfallecer y se quedó inmóvil
mientras un par de lágrimas mojaban la raída alfombra roja.
Luego, se puso la vieja chaqueta marrón y el viejo sombrero marrón. Todavía
con aquel brillante fulgor en los ojos y un revuelo de faldas, salió nerviosamente
del departamento y descendió por las escaleras a la calle.
Poco después se detuvo frente a un letrero que decía: “Madame Sofronie.
Cabellos de todas clases”. Delia subió corriendo un tramo de la escalera y se
paro, jadeante. Madame Sofronie no parecía la misma del letra.
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Era más blanca, más fría. – ¿Me compra mi cabello? –pregunto. Compro
cabello –dijo madame–. Veámoslo. Quítese el sombrero. Delia dejó caer la
cascada
de
sus
cabellos
castaños.
–veinte dólares –dijo Madame, sopesando la masa con mano experta.
–Démelos pronto –dijo Delia.
¡Ah! Y qué velozmente transcurrieron las dos horas siguientes, como sobre
rosadas alas. Perdonen la fácil metáfora. Delia se dedicó a fisgonear los
bazares, buscando el regalo para Jim.
Por fin lo encontró. Sin duda, aquello lo habían fabricado para Jim y para nadie
más. En ningún otro bazar había nada comparable. Y ella los había registrado
todos. Era una cadena de reloj, de platino, muy sencilla, de diseño humilde, que
proclamaba su valor con su mero metal, sin necesidad de ninguna
ornamentación, como sucede con todas las cosas de valor real. Era una cadena
digna del reloj. Apenas la distinguió, Delia supo que debía ser para Jim. Se
parecía a él: poseía valor y serenidad, ambos términos aplicables a los dos.
Valía veintiún dólares y volvió a casa, precipitadamente, con los ochenta y siete
centavos. Con aquella cadena en su reloj, Jim podía demostrar una justificada
ansiedad por saber la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj
Era estupendo, Jim siempre lo miraba a hurtadillas a causa de la desgastada
correa de cuero que usaba como cadena.
Cuando Delia volvió a su hogar, su embriaguez cedió el paso, en parte, a la
prudencia y la razón. Encendió el gas y tomando las tenacillas del cabello se
dispuso a reparar, en parte, los estragos causados por la generosidad añadida
al amor. Lo cual siempre es una tarea terrible, queridos amigos…Una tarea
mastodóntica.
En menos de cuarenta minutos, su cabeza se cubrió de apretados y diminutos
rizos que le hacían parecerse a un estudiante que ha faltado a clases. Se miró
en el espejo larga, atenta y críticamente.
“Sí Jim, antes de mirarme por segunda vez, no me mata, pensará que parezco
una corista de Coney Island, pensó. “Pero, ¿podía hacer otra cosa? ¡Oh! ¿Qué
se puede hacer con un dólar ochenta y siete centavos?
A las siete de la tarde, el café ya estaba hecho y la sartén lista y caliente para
recibir la carne.
Jim nunca se retrasaba. Delia apretó la cadena del reloj que sostenía en su
mano y se sentó junto a una esquina de la mesa, próxima a la puerta por la que
entraba siempre Jim. Después oyó sus pasos en la escalera en el primer rellano
y se puso pálida por un primer momento. Tenía el hábito de decir mudas
plegarias por las cosas sencillas y cotidianas y murmuró.
–Dios mío, te lo ruego. Haz que rea que todavía soy bella.
La puerta se abrió y Jim entró cerrándola tras él. Estaba delgado y serio. Pobre
muchacho–… ¡Tenía sólo veintidós años y ya sobrellevaba una carga familiar!
Carecía de guantes y necesitaba un abrigo nuevo.
- 64 -
Jim franqueó el umbral, impertérrito, como un perdiguero que está sobre la pista
de una codorniz. Clavó su mirada en Delia con una expresión que su esposa no
pudo descifrar y aquello la aterrorizó. No era ni enfado, ni ira, ni desaprobación,
ni horror, ni ninguno de los sentimientos que creyó leería en su rostro. Sólo
sentía que su esposo la miraba fijamente con aire extraño.
Delia se levantó nerviosamente y se acercó a él.
–Jim, querido mío –gritó. Me he cortado el pelo. No me mires así. Lo vendí
porque quería hacerte un regalo de Navidad. No te importa, ¿verdad? ¡Volverá
a crecer! ¡Tuve que hacerlo! El cabello me crece con mucha facilidad. ¡Dime,
“Feliz Navidad”, Jim, y seamos felices! No puedes imaginarte qué bonito… ¡qué
precioso regalo te he comprado!
– ¿Te has cortado el cabello? –murmuró Jim con pena, como si después de
una intensa tarea mental sólo fuese capaz de advertir aquel hecho tan evidente.
–Me lo he hecho cortar y lo vendí –añadió Delia -. De todos modos, no te gusto
lo mismo, aunque sin mi cabello, sigo siendo la misma ¿verdad?
Jim paseó la mirada por el cuarto con curiosidad.
– ¿Dices que te has quedado sin tu cabello? –preguntó con aire casi tonto.
–Lo he vendido, te digo –repuso ella. No lo busques…Vendido para siempre. Es
Nochebuena, chico. Lo he vendido por ti, sé bueno conmigo. Tal vez mis
cabellos fuesen importantes, pero más importante aún es el amor que te tengo
–prosiguió la muchacha con repentina y grave dulzura –. ¿Pongo la carne al
fuego, Jim?
Pasada su impresión del primer momento, Jim pareció despertar rápidamente y
abrazó a Delia. Durante diez segundos miremos en dirección opuesta a algún
objeto sin importancia. Ocho dólares semanales o un millón anual… ¿qué
importa? Un matemático o un hombre de ingenio nos darían una respuesta
errónea. Los Reyes Magos trajeron regalos muy caros, pero aquel no estaba
entre ellos. Luego explicaremos mejor este oscuro aserto.
Jim extrajo un paquete del bolsillo de su abrigo y lo arrojó sobre la mesa.
–No te formes una idea equivocada de mí, Delia, –dijo -. Ningún corte de
cabello será capaz de hacerme querer menos a mi mujercita. Pero cuando
abras ese paquetito, comprenderás por qué me desconcertaste tanto en el
primer momento.
Los pálidos y ágiles dedos de Delia retiraron la cuerda y el papel. Y entonces,
dio un grito de alegría; y luego… ¡ay!, pasó en rápida transición femenina a las
lágrimas y los gemidos, lo cual motivó al señor del apartamento el inmediato
uso de todas sus facultades consoladoras.
Porque frente a Delia estaban las peinetas: el juego de las peinetas que admiró
durante mucho tiempo, en un escaparate de Broadway. Un par de bellas
peinetas de auténtico carey, de bordes adornados con piedras preciosas y un
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tono de color adecuado para armonizar perfectamente con su hermoso y
desaparecido cabello. Su corazón había ansiado aquel par de peinetas de lujo
sin tener la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora las tenía; pero las
trenzas que debían adornar las codiciadas peinetas habían desaparecido.
No obstante, Delia las oprimió contra su pecho y por fin, tras mirarlas, pudo
decir con una sonrisa y ojos empañados por las lágrimas:
–Jim, mi cabello crece muy deprisa.
Y tras saltar como un gatito chamuscado exclamó:
– ¡Oh, oh!
Jim no había visto aún su bello regalo. Ella lo depositó con vehemencia sobre la
abierta palma de la mano. El valioso y opaco metal fulguró como un reflejo del
alegre y apasionado espíritu de Delia.
– ¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí toda la ciudad para encontrarla.
Ahora podrás mirar la hora cien veces por día. Quiero ver cómo sienta la
cadena al reloj. ¡Dámelo!
En lugar de obedecer, Jim se dejó caer sobre el sofá y se pasó las manos por
la nuca. Sonrió.
–Dejemos por el momento nuestros regalos de Navidad, Delia –dijo –. Son
demasiado hermosos para usarlos ahora. Guardémoslos. Necesitaba dinero
para comprarte las peinetas, por eso… ¡vendí el reloj! Y ahora… ¿no crees que
podríamos poner la carne al fuego?
Los Reyes Magos, como ustedes sin duda saben, eran unos señores muy
sabios –maravillosamente sabios que ofrecieron regalos al Niño en el pesebre.
Inventaron el arte de ofrecer regalos de Navidad. Como eran sabios, sus
presentes fueron, sin duda, los más sabios y tal vez tuvieran el privilegio de
poder ser cambiados en caso de resultar repetidos. Y aquí, torpemente, les he
contado a ustedes la tranquila historia de un par de chicos atolondrados que
vivían en un apartamento y que sacrificaron imprudentemente, el uno por el
otro, los tesoros más grandes que poseían.
Pero para terminar, digamos a los sabios de hoy en día que, de todos los que
hacen obsequios, esos dos fueron los más sabios. De todos los que dan y
reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los
Reyes Magos.
Al final con un punto de vista totalmente inesperado; las cosas no son como
parecen o, en ocasiones, parece aquello que no es. A ver si aclaramos este
galimatías.
O. Henry
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En este caso, el narrador en tercera persona nos muestra, durante casi todo el
relato, el punto de vista de la joven Delia, dispuesta a sacrificar su pelo para
hacerle el mejor regalo que puede imaginar para su querido Jim; lo que no se
nos revela hasta el final, es que Jim ha hecho lo mismo y, al final, ambos
regalos resultan inútiles, pues ninguno de ellos podrá usarlos hasta mucho
tiempo después.
Imaginemos ahora la historia de la creación ¿la recuerdan? Dios creó a
Adán y a la mujer la creó de su costilla. Pues bien, la propuesta de escritura
consiste en escribir dos relatos desde dos puntos de vista, la de Adán y la de
Eva. El escritor norteamericano Mark Twain escribió dos diarios de cada uno de
los personajes primigenios. ¿Imaginan los distintos puntos de vista?
¿Qué diría Adán sobre el tema de abandonar el Paraíso? ¿Y Eva? ¿Quién
culparía a quién?
Este es un fragmento del diario de Eva. ¿Cómo sería la página correspondiente
al diario de Adán? ¿Cómo se siente Adán ante esta misma situación y cuál es
su opinión sobre Eva? ¿Acaba bien esta historia? ¿Aprecia Adán la postura de
Eva? ¿La comprende? ¿Tiene idea del trabajo que está haciendo?, etc.
Miércoles
Ahora nos llevamos muy bien y ya nos vamos conociendo cada vez mejor. El
nunca intenta evitarme, lo que es una buena señal y demuestra que le gusta
estar conmigo. Me complace que así sea y yo me esfuerzo por serle útil de
todas las maneras que puedo para que así crezca su estima hacia mí. En los
últimos dos días me puse la labor de nombrar todas las cosas que él señalaba
con las manos. Fue un gran alivio porque a él no se le dan muy bien estas
cosas y creo que me está muy agradecido. Él no es capaz de poner un nombre
adecuado pero yo hago como que no estoy al tanto de su defecto. Siempre que
una criatura nueva aparece, yo la nombro antes de que a él le dé tiempo de
exponerse a un incómodo silencio. Desde ese punto de vista, lo estoy librando
de muchos apuros embarazosos. Yo no tengo sus defectos. En cuanto pongo
los ojos en un animal, ya sé lo que es. No tengo que reflexionar ni un momento;
el nombre correcto se me ocurre súbitamente, justo como si fuese una
inspiración, como si no hubiese duda posible., pues estoy segura de que no
estaba en mí ni medio minuto antes. Me parece que sé que el animal que es
con solo ver la forma de la criatura y la manera en que actúa…
Recuerda que el diario personal se escribe en primera persona y que en él se
expresan sentimientos, pensamientos, dudas, acciones diarias, impresiones,
deseos, lo importante, sobre todo, es la sinceridad del que escribe. Suele estar
fechado... No suele ser muy largo ni muy elaborado, aunque en el caso que
hemos visto, el escrito tiene un valor literario añadido.
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10.
LA VISTA ENGAÑA
El arte de ser sabio consiste en saber a qué se le puede hacer la vista gorda
William James
La vista es el sentido más poderoso de todos; somos predadores, lo que
significa que, gracias a los ojos, podemos distinguir desde muy lejos a nuestra
presa a pesar de las distancias. La lengua está llena de referencias a la vista:
“me ves con buenos ojos”; “lo vi con mis propios ojos”; incluso “ojos que no ven,
corazón que no siente”, “ver para creer”. Pero ¿no nos engañamos nunca con
este sentido que parece infalible? Claro que sí, conocemos los engaños que
nos produce un espejismo, ese falso charco que se nos coloca delante de
nuestro coche cuando vamos conduciendo y que no es más que un espejismo,
un efecto producido por el sol; o ese enamoramiento engañoso que nos hace
ver a la persona amada con ojos distintos a los que lo ven los demás. En la
literatura hay numerosos ejemplos de ilusiones ópticas que nos hacen ver
cosas que no existen, porque, en verdad, no siempre necesitamos la vista,
tenemos nuestra visión interna y nuestra imaginación que nos permite ver
marcianos o hadas.
Hay un famoso cuento que se repite en varias culturas diferentes; se llama El
traje nuevo del emperador, en el que todo un pueblo resulta engañado por unos
supuestos sastres que confeccionan un traje nuevo al emperador que no es
más que una ilusión, el traje no existe. Sólo un niño en su inocencia es capaz
de darse cuenta de la verdad y no repara en exclamar:” ¡Mirad, el emperador va
desnudo!”
José Saramago escribió un libro sobre la ceguera, se llama Tratado sobre la
ceguera
#Escribe un texto que tú ya conozcas (puede ser un cuento tradicional) en el
que el narrador sea ciego. Para ello, haz un TI con las sensaciones de todos los
sentidos a excepción de la vista. Si haces descripciones, recurre al tacto, al
oído y al olfato; a las sensaciones que producen estos sentidos en el narrador y
los personajes. Introduce sabores, olores y texturas.
11.
EL ESPACIO Y LOS SENTIDOS
Recuerdo cuánto tiempo me llevó escribir sobre el pueblo a donde va Milkman,
cuando al fin llega allí. Me llevó meses, y no podía comenzar. Podía verlo, pero
quería escribir sin pasar por las largas y complicadas descripciones del pueblo.
Luego recordé a las mujeres caminando sin nada en las manos, y eso ambientó
la escena.
Toni Morrison
Para trabajar el espacio en los textos literarios, el elemento más importante
es la descripción. Es, como si dijéramos, el elemento que nos va mostrando el
entorno donde ocurre la historia; también nos permite hacer pausas descriptivas
para darle ritmo al texto y crear la intriga y nos permite crear la fotografía, o
mejor, el cuadro del espacio en el que se desarrolla la narración.
- 68 -
La mera descripción del espacio físico no es suficiente para crear en el lector
una sensación completa de lo que le queremos mostrar. Además, el narrador
debe añadir el elemento subjetivo que transmita al lector el estado de ánimo de
los personajes; la atmósfera que los rodea, la actitud emocional de quien
cuenta la historia.
A menudo, el estado de ánimo de los personajes se identifican con el espacio y
esto nos ayuda a caracterizarlos y a entenderlos, hasta tal punto que, a veces,
el espacio se convierte en co-protagonista de la narración.
En un cuento de Guy de Maupassant encontramos una descripción llena de
emociones que tiene lugar durante una ceremonia de una primera comunión. El
cuento se llama La casa Tellier
De pronto el Kyrie Eleison brotó hacia el cielo, lanzado por todos los pechos y
todos los corazones. Granos de polvo y fragmentos de madera carcomida
cayeron incluso de la antigua bóveda, sacudida por esta explosión de gritos. El
sol que hería la pizarra del tejado convertía en un horno la pequeña iglesia; una
gran emoción, una ansiosa espera, la proximidad del inefable misterio, oprimían
el corazón de los niños, ponían un nudo en la garganta de sus madres…
…De pronto se propagó por la iglesia una especie de locura, un rumor de
muchedumbre delirante, una tempestad de sollozos y gritos ahogados…
…los campesinos, en mangas de camisa, bebían vasos llenos de sidra pura, y
en medio de cada grupo se veían dos niños, aquí dos niñas, allá dos
muchachos comiendo en casa de una de las dos familias…
Describe el ambiente de un mercado. Haz un Torbellino de Ideas de todos
los sentidos que allí aparezcan.
Recuerda que en la descripción hay un abundante uso de adjetivos explicativos,
figuras retóricas y lenguaje connotativo. Dosifica bien los adjetivos, no abuses
de su uso
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Capítulo III
EL SENTIDO DEL OÍDO
Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de
los demás; pero reserva tu propia opinión.
William Shakespeare
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EL SENTIDO DEL OÍDO
No es la voz la que ordena la historia, es el oído.
Ítalo Calvino
1.
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7.
8.
9.
QUÉ ES EL OÍDO?
LOS RUIDOS DE LOS LUGARES Y LAS COSAS
EL TERROR DE LO QUE OÍMOS
NUEVOS INSTRUMENTOS, NUEVOS SONIDOS
LA PÉRDIDA
MÚSICA PARA IMAGINAR
ALLEGRO MA NON TROPO. EL CUENTO MUSICAL
LA POESÍA: ESA MÚSICA CONSTANTE
DIBUJAR EL POEMA
Cuando nos despertamos, nuestra primera prueba de que estamos todavía en
el mundo viene a nuestra conciencia a través de los ruidos que van
reconstruyendo nuestro mundo: los pájaros, el tráfico, los sonidos de la cocina,
los rumores de la conversación del salón… El mundo en el que vivimos está
lleno de vibraciones que nos permiten aprehenderlas y codificarlos para
comprender el entorno y convertirlas en sonidos que nos alertan, como una
sirena o una explosión, o que nos confortan, como la voz de un ser querido, o
nos permiten gozar de la belleza de la música, reconocer un animal por su voz
y una máquina por el ruido que emite. Esta posibilidad de codificar los sonidos y
poder emitirlos a través del aparato fonador nos ha permitido crear el lenguaje
humano.
1. ¿QUÉ ES EL OÍDO?
El mecanismo que nos permite percibir los sonidos es el aparato auditivo, un
complejo sistema compuesto por el oído interno, que es el que capta luna
parte de las vibraciones y las transmite al sistema nervioso; el oído medio,
alojado en el hueso temporal, y el oído externo, formado por el pabellón de la
oreja y el canal auditivo. El yunque, el martillo, los canales semicirculares, el
vestíbulo, el tímpano…son nombres con los que denominan muchos de los
huesecillos y membranas que forman el aparato auditivo y que dan una idea de
la compleja arquitectura de la que está compuesta este sentido, sin el cual, la
vida se convertiría en un mundo de silencio muy difícil de comprender porque,
si falta el oído nos falta ese hilo de conexión con el mundo. Es difícil de
imaginar el silencio total porque en nuestro mundo no existe, sólo en el espacio
exterior la ausencia de sonido es total. Si no fuéramos capaces de percibir el
sonidos, no podríamos ni escribir ni apreciar la musicalidad de la poesía, y, ni
que decir tiene, la música no tendría cabida en nuestro mundo, Nos es
imaginable un mundo sin música, el perfume del oído como la define Diane
Ackerman quien también cuenta que la música nació como un acto religioso,
mágico durante el cual se tocaban tambores, se frotaban ramas y se recurría
caracolas, piedras, cañas de bambú cortadas y afiladas de tal manera que
producían distintos sonidos y así fueron sofisticándose hasta llegar a la
perfección de un Stradivarius. Y con la música nació la danza: se hacían
danzas con carácter religioso y más adelante la danza ya formó parte de
nuestra vida, de nuestras fiestas y celebraciones. A la música se le incorporó el
canto, la voz; sólo con ella podemos crear una emoción en nosotros mismos y
- 72 -
en los demás; una melodía nos produce llanto o alegría sin que por ello
tengamos que entender su estructura o no sepamos leer las notas, pero, no
cabe duda que la música es un lenguaje que comenzó a desarrollarse a la vez
que los seres humanos comenzaron su evolución, es algo tan arraigado en
nosotros que nadie puede vivir sin ella. Hay que imaginar la desesperación que
tuvo que sentir Beethoven cuando se quedó totalmente sordo que, aunque
pudiera “oír” su música en su cerebro, no podía disfrutar del canto de la
naturaleza, del sonido suave d las olas o del furor de la tormenta. Helen Keller,
la famosa sordo-ciega escribió:
(…) Si volviera a vivir, haría mucho más de lo que he hecho por los sordos. He llegado
a la conclusión de que la sordera incapacita mucho más que la ceguera.
2. LOS RUIDOS DE LOS LUGARES Y LAS COSAS
Ay, también a vosotros, almas grandes, os susurra él al oído sus
siniestras mentiras.
Friedrich Niestzsche
Cuando mencionamos la palabra “ruido” nos referimos a un sonido que no
resulta agradable a nuestros oídos, es más, nos molesta y, a veces puede
llegar a ser tan molesto o tan fuerte que nuestros oídos no lo pueden resistir y
nos llegan a causar lesiones con posibles graves consecuencias en el futuro y
es que el ruido es un sonido que contiene todas las frecuencias, lo que hace
que lo rechacemos y nos alejemos de él lo antes posible.
La literatura ha trasladado el mundo sonoro a través de varios artificios, la
musicalidad del verso o del párrafo se construye con la aliteración; cuando
queremos transmitir el sonido de las acciones que se designan se una la
onomatopeya; si queremos reflejar un estado de ánimo de los personajes
relacionado con la situación espacial que se está viviendo utilizamos la
metáfora. La prefiguración consiste en crear unas imágenes que nos van
avanzando aquello que va a suceder, pero sin desvelarnos el final. Veremos
ejemplos de todas estas maneras de utilizar el sonido en la escritura.
Julio Cortázar trabajó el mundo de los sentidos en sus obras, uno de sus
cuentos más conocidos, Casa Tomada, nos muestra una historia cargada de
significados y de estados psicológicos de dos hermanos en los que el ruido
forma parte del mundo de misterio y miedo que viven. Es un ejemplo de utilizar
el ruido como prefiguración:
Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene
estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió
poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta
de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el
comedor o en la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de
silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo
tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas
hasta la puerta. Me tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de
golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además
corrí el gran cerrojo para más seguridad.
- 73 -
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le
dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.
Casa Tomada. Julio Cortázar. Bestiario.
#
Hacer un Torbellino de Ideas categorizado de todos los sonidos
desagradables que recordemos.
VOCES RUIDOS DE MÁQUINAS SONIDOS IRRECONO CIBLES SONIDOS
DESAGRADA
BLES
RUIDOS MÚSICA DESAGRA DABLE MISTERIOSOS RUIDOS DE LA CALLE Escribir un texto que tenga estas dos consignas: ruidos desagradables y la
explosión de ira y sus consecuencias.
El escritor italiano Italo Calvino escribió un libro titulado Bajo el sol Jaguar
sobre tres sentidos: el olfato, el gusto y el oído. El título lo tomó del Popol Vu, el
libro sagrado de los mayas, que explica que las primeras criaturas humanas
que aparecieron en la tierra fueron: El Jaguar de la Risa Dulce, el Jaguar negro,
El Jaguar de la Noche y Mahucutah, el No Tocado, y todos ellos tenían una
cosa en común: podían hablar. El cuento dedicado al oído se titula Un rey
escucha; reproducimos aquí un fragmento:
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(…) Las horas se alargan; en la sala del trono de las lámparas es siempre igual.
Escuchas el tiempo que pasa: un rumor como de viento; el viento sopla en los
corredores del palacio, o en el fondo de tu oreja. Los reyes no tienen reloj: se supone
que son ellos los que gobiernan el fluir del tiempo, la sumisión a las reglas de un
dispositivo mecánico sería incompatible con la majestad real. La extensión uniforme de
lenta avalancha de arena; pero tú sabes cómo escaparle. Te basta aguzar el oído y
aprender a reconocer los ruidos del palacio que cambian de una hora a otra; por la
mañana resuena la trompeta del que iza la bandera en la torre, los camiones de la
intendencia real descargan cestas y barricas en el patio de la despensa; las criadas
sacuden las alfombras sobre la barandilla de la galería; or la noche chirrían al cerrarse
los portales de hierro; de las cocinas sube un entrechocar de calderos; desde los
establos algún relincho avisa que es la hora de cepillar los caballos.
El palacio es un reloj: sus cifras sonoras siguen el curso del sol, flechas invisibles
indican el cambio de la guardia en el camino de ronda con pisadas de ronda con
pisadas de suelas claveteadas, un golpeteo de culatas de fusiles al que responde el
chirriar del pedregullo bajo la oruga de los tanques que hacen ejercicios en la
explanada. Si los ruidos se repiten en el orden habitual, tu reino no corre peligro: por
ahora, por esta hora, por este día.
Hundido en tu trono, te llevas la mano a la oreja, corres los drapeados del baldaquín
para que no atenúen ningún susurro, ningún eco. Los días son para ti un sucederse de
sonidos, unas veces claros, otras casi imperceptibles; has aprendido a distinguirlos, a
evaluar su proveniencia y la distancia, conoces su sucesión, sabes cuánto duran las
pausas, cada retumbo o crujido o tintineo que está por llegar a tu tímpano ya te lo
esperas, lo anticipas con la imaginación, si tarda en producirse te impacientas. Tu
ansiedad no se calma hasta que no se reanuda el hilo del oído, hasta que la urdimbre
de ruidos bien conocidos no se remienda en el punto en que parecía abrirse una
laguna.
Vestíbulo, escalinatas, galerías, corredores del palacio tienen cielos rasos altos, cada
paso, cada chasquido de cerradura, cada estornudo despiertan ecos, retumban, se
propagan horizontalmente por una serie de salas que se comunican, vestíbulos,
columnatas, puertas de servicio, y verticalmente por cajas de escaleras, vanos, pozos
de luz, tuberías, conductos de chimeneas, huecos de montacargas, y todos estos
recorridos acústicos convergen en la sala del trono. En el gran lago de silencio en el
que flotas desembocan ríos de aire movido por vibraciones intermitentes; tú las
intereptas y las descifras, atento, absorto. El palacio es todo volutas, todo lóbulos, es
una gran oreja en la cual anatomía y arquitectura intercambian nombres y funciones:
pabellones, trompas, tímpanos, caracoles, laberintos; tú estás aplastado en el fondo,
en la zona más interna del palacio-oreja, de tu roja, el palacio es la oreja del rey.
Italo Calvino. Bajo el sol jaguar. Tusquets. Barcelona
#
El rey es poderoso; escucha y controla todo lo que sucede en el palacio:
ruidos, conversaciones, vibraciones, música, voces, susurros, etc.
Agudiza tu oído, edúcalo y anota todos los ruidos que sientes a tu alrededor,
desde que te despiertas hasta que te acuestas; asócialo a sensaciones,
emociones, sentimientos y escribe un texto describiendo estos ruidos.
Ej. Pájaros: relax, alegría
Aspiradora: molestia, agresividad
Voz de un ser querido, paz, confort, etc.
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3. EL TERROR DE LO QUE OÍMOS
El silencio es el sonido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos
Miles Davis
Una voz amenazante, un ruido atronador, el sonido de una ametralladora, todo
esto puede llegar a atemorizarnos, incluso a horrorizarnos, pero ¿qué sucede
cuando lo que nos amenaza el sonido que nos llena de terror, que puede llegar
a enloquecernos, es el latido de un corazón? Edgar Allan Poe, el gran
maestro del cuento de terror, es especialista en trabajar la percepción hasta
sus límites más insospechados. En muchos de sus cuentos, los sentidos son
casi los protagonistas más aterradores que los hechos: la sensación de
una tela tocando nuestra piel, el calor que nos amenaza en forma de un fuego
incandescente que no podemos ver pero sí percibir; la imposibilidad de ver
porque el protagonista está en total oscuridad , pero que su tortura consiste en
someterlo a estímulos sensoriales que le producen el mayor de los terrores, una
casa que produce escalofríos; todas estas sensaciones son tratadas
magistralmente por el escritor norteamericano.
En su cuento El corazón delator, Poe cuenta la historia de un hombre que
enloquece, porque es capaz de oír el corazón de un hombre al que él ha
matado. Reproducimos aquí el cuento entero.
¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia. Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre. Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh, tan cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche, a las doce... pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin - 76 -
miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dormía. Al llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás... pero no. Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente. Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando: ­¿Quién está ahí? Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte. Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena... ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la chimenea... o un grillo que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que lo movía a sentir ­aunque no podía verla ni oírla­, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación. Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna. Así lo hice ­no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso cuidado­, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre. Estaba abierto, abierto de par en par... y yo empecé a enfurecerme mientras lo miraba. Lo vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el haz de luz exactamente hacia el punto maldito. ¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una excesiva agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel sonido también me era familiar. Era el - 77 -
latir del corazón del viejo. Aumentó aún más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un soldado. Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin embargo, me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí... ¡Algún vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme. Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuarticé el cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas. Levanté luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco. Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano ­ni siquiera el suyo­ hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada que lavar... ninguna mancha... ningún rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba había recogido todo... ¡ja, ja! Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora? Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar. Sonreí, pues... ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi víctima. Los oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte, me hallaba perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes, mientras yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía percibir un zumbido en los oídos; pero los policías continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando - 78 -
y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... hasta que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos. Sin duda, debí de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre insignificancias en voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé espumarajos de rabia... maldije... juré... Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto... más alto... más alto! Y entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían... y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez... escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte! ­¡Basta ya de fingir, malvados! ­aullé­. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí... ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón! Edgar Allan Poe. Todos los cuentos. Vol. 1. Galaxia Gutemberg. Círculo de Lectores. Traducción de julio Cortázar. Barcelona. #
Cierra los ojos y trata de captar los sonidos que hay a tu alrededor, presta
atención y quédate con el sonido que más te llame la atención. Procura
imaginarte este sonido con la mayor intensidad posible, con un timbre muy alto.
Comparar este sonido con algo o alguien:
Este sonido se parece a…
Suena como si…
Me siento a punto de…
Anota todas estas sensaciones. A continuación haz un Torbellino de Ideas y
añádele más sonidos: un grito, un golpe, etc. Ve construyendo una historia en
la que estos sonidos, voces y ruidos tengan una importancia fundamental.
Finalmente escribe un cuento de terror resultado de esa historia que has ido
elaborando. Procura que la historia sea en primera persona, como la del cuento
de Poe; así será más fácil de contar y resaltar la importancia y la influencia de
los ruidos.
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4. NUEVOS INSTRUMENTOS, NUEVOS SONIDOS
La facultad del oído es una cosa sensible: muy pronto se sacia y al poco tiempo se
cansa y se aburre.
Martin Lutero
Si bien la música en sus orígenes debió de ser muy elemental, reiterativa y
ejecutada con instrumentos muy rudimentarios que ofrecían pocas posibilidades
de variación, poco a poco, los instrumentos fueron afinándose y sofisticándose;
se cortaron cañas con distintos tamaños para que los sonidos fueran diferentes;
se tensaron las cuerdas para que las notas fueran más agudas o más graves, y
así hasta llegar al complejo y variado mundo de los instrumentos musicales,
medios imprescindibles para materializar el complejo y abstracto mundo de la
música.
#
De la misma manera que un lutier crea su instrumento, pongamos nuestra
imaginación a trabajar para crear nuevos sonidos por medio de instrumentos
insólitos y fantásticos. ¿Cómo sería un instrumento que fuera el resultado de la
fusión de un pez y una pipa? La Analogía Inusual nos permite “crear” seres,
objetos y mundos imaginaros. Veamos cual sería el resultado de este la fusión
de estos dos elementos para crear un instrumento:
•
Analiza cada uno de los componentes del animal y de la pipa: color,
forma, textura, partes de las que están compuestos, materiales,
aplicaciones, acciones.
EL PEZ
LA PIPA
El pez tiene ojos, escamas y
aletas.
Es de colores
Nada en silencio.
Mueve las aletas y desplaza el
agua, etc.
Su tacto es suave
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La pipa tiene un ojo
Se fuma en silencio
Echa humo al aspirar, etc.
•
•
•
•
•
•
Comprueba lo que tienen en común
El ojo y los ojos
Sus actividades se realizan en silencio
Su tacto es suave, etc.
Fusiona el animal y la pipa
Crea un nuevo objeto que sea un instrumento musical
Dale un nombre
Describe su sonido
Realiza un catálogo de venta, indicando todo lo trabajado anteriormente,
dibújalo, explica de qué materiales está hecho, qué colores puedes
encontrar, etc.
Autobiografía
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abedecedario
Con él las palabras que pienso y declaro
Madre amigo hermano y luz alumbrando,
La ruta del alma del que estoy amando
Violeta Parra
¿Tenemos una autobiografía sonora? Quizás, cuando leemos una autobiografía
de alguien famoso, un personaje sobresaliente e influyente, pensamos más en
los hechos que se cuentan y, a menudo, pasamos por alto los sonidos y las
músicas que le han acompañado. Pero las biografías de un Beethoven o de un
Mozart no se podrían entender sin un mundo dedicado a la música, al sonido,
aunque, en el caso del primero, los dioses le privaron de la facultad de oír, el
peor castigo que podríamos imaginarnos para un músico.
El escritor colombiano Guillermo Valencia escribió un poema llamado Biografía
en el que, en un tono irónico, cuenta la historia de una vida a través de
monosílabos.
Cuna, Babero, Escuela, Libros, Diploma.
Pobreza, Pleitos, Jueces, las Cortes, Ruido.
Comités. Elecciones. Tribuna. Gloria. Olvido.
Viajes. El Bosque. Londres. París. Roma.
Ilusión. Señoritas. La sociedad. Marido.
Bailes. Celos. Pesares. Esclavitud. Gemido.
Nietos. Babero. Escuela. Griego. Latín y Doma.
Vejez. Gota. Desvelos. Desilusión. Novenas.
Ceguera. Gripe, vértigos. Callos. Penas.
Abandono. Esquiveces. El patatús. La fosa.
Llanto. Duelo. Discursos. Decretos. Paz. Sonrisa.
Risa. Chalets. Pianola. Paseos. Una misa.
Tumba. Silencio. Ortigas. Ausencia. Cruz mohosa.
Guillermo Valencia. Obras completas, Aguilar
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#
Escribir una biografía de los sonidos de nuestra vida. Se puede hacer un
poema como el de Guillermo Valencia o un texto en prosa. Podemos recurrir a
las onomatopeyas para describir esos sonidos. Las onomatopeyas imitan el
sonido que quieren reproducir; pueden ser de animales, por ejemplo, el miau,
de un gato; reproducir el llanto de un bebé: buaaaa y, en general, todos los
sonidos que existen.
Para buscar las ideas, podemos recurrir al TI o a la ID (interrogación
divergente).
Ejemplo de ID. ¿Cuáles son los primeros sonidos que yo recuerdo? ¿Son
personas, animales, máquinas? ¿Qué sonidos nos acompañaron en la
escuela? ¿Y en los juegos? ¿Dónde fui consciente del silencio? ¿Recuerdo los
sonidos de la cocina? ¿Los grifos, el chisporroteo de la sartén? ¿Qué música
me acompañaba en las distintas etapas de mi vida? ¿Qué ruidos me molestan
más? ¿Cómo es el ruido del viento? ¿Y del mar? ¿Yo solía chillar y llorar
cuando era un bebé?....Y así hasta hacernos muchas preguntas sobre los
sonidos de nuestra vida.
Al construir el texto, podemos usar la onomatopeya
y las palabras
onomatopéyicas para mejor describir sucintamente estos sonidos: por ejemplo,
usar verbos como rasgar, murmurar, zigzaguear, mamar, zumbar, ulular,…que
son verbos cuya pronunciación reproduce el sonido de aquello que describe.
5. LA PÉRDIDA
Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente
mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo.
Oscar Wilde
A pesar de esta ingeniosa frase de Oscar Wilde, la sordera nos priva de un
sentido tanto o más incapacitante que la vista. ¿Se imaginan un mundo de
silencio total?
Si bien para todos los seres humanos perder la facultad de oír es una tragedia,
para un músico es privarle de su herramienta principal: el oído. El caso más
paradigmático es el de Beethoven. ¿Alguien se puede imaginar lo que debió de
sufrir el genial músico a medida que su sordera avanzaba? Solamente una
voluntad de hierro y su amor a la música hizo que no la abandonara "...Por
supuesto que estoy resuelto a elevarme por sobre cualquier obstáculo, pero
¿Cómo será eso posible?..” Estas palabras se las escribió a un amigo de Bonn
al que confió su secreto desde el primer momento
Se sentía confuso y avergonzado cuando no podía oír, cosa que no le sucedía
continuamente, incluso al final de sus días, había momentos en los que podía
oír algo. A ese mismo amigo le escribió:”... Te suplico que mantengas un
profundo secreto acerca del asunto de mi sordera, no lo confíes a nadie, no
importa a quien…” No es difícil imaginar la tortura que supuso para el gran
artista perder la facultad que era fundamental para su vida y su trabajo.
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Veamos la descripción de la pérdida del oído tomada de la obra del escritor
indio Vikram Seth en su novela Una música constante. En ella, la protagonista,
Julia, escribe una carta en la que relata el proceso de su sordera:
(…) Pero mi situación no es tan digna de lástima. El hecho es que, a medida que mi
sordera progresa, al menos me da tiempo a hacerme a la idea. Ha sido cuestión de
meses, no de minutos y no ha tenido ningún efecto secundario terrible.
No es que intente quitarle importancia. Al principio pensé que no podría superarlo. La
música es lo más importante de mi vida. Y que me traicionara el oído me resultaba
más insoportable que a cualquier otra persona.
¿Cómo empezó todo? (…) Al principio no noté nada raro, aunque me parecía que la
gene murmuraba en lugar de hablar, sobre todo por teléfono, u comencé a observar
que cuando tocaba el piano los golpeaba más fuerte. En un par de ocasiones me
pregunté por qué no oía cantar a los pájaros tan a menudo, pero me dije que aquel año
en Nueva Inglaterra la primavera era más silenciosa que de costumbre…
…A la semana siguiente la pérdida auditiva era ya de sesenta decibelios, y los médicos
parecieron preocupados y sorprendidos. En mi familia no había antecedentes de que
eso le hubiera ocurrido a una persona joven…
(…) Qué extraña fue la transición del mundo del sonido al mundo de la sordera…que
no hay que confundir con el silencio, pues oigo todo tipo de ruidos, sólo que,
normalmente, los que no debería oír. ¡Me daba tanto miedo tener que abandonar la
música, estaba tan asustada por Luke, a veces sólo con una madre que ni siquiera lo
oía llorar!
(…) De modo que me sumergí en el ignoto mundo de los sordos: clases de terapia
preventiva: clases de terapia preventiva del habla, clases de lectura de los labios con
horas de práctica delante de un espejo; incluso aprendía un poco el lenguaje de los
signos, aunque nunca lo he utilizado. …
(…) En cuanto a la interpretación musical, puesto que aún toco música de cámara, he
aprendido a juzgar – a partir del arco, los dedos, el cambio de posición, la visible
anacrusa de la respiración, a partir de todo y nada- cuándo tocar y a qué tempo. El otro
día, con Mozart, ya oíste mi triste y nuevo virtuosismo. Pero funcionó porque conocía
bien la sonata, y sabía cómo leer tus manos, tus ojos y tu cuerpo. No pude oír gran
cosa de lo que tocaste, y sin embargo, puedo decir que tocaste bien…
Vikram Seth. Una música constante. Anagrama
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Imagínate que estás en una cámara insonorizada o en el fondo del mar.
Enciérrate en una habitación en la que haya un silencio total No puedes oír
nada, el silencio te rodea, Escribe todas las sensaciones que te produce el
hecho de no oír: tus pensamientos, tus miedos, tu impotencia. Anota sin orden
todo lo que se te ocurra. Luego, escribe un relato sobre el silencio. Puede ser
un cuento de terror, sobre los ruidos imaginaros o un cuento de calma y relax
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6. MÚSICA PARA IMAGINAR
Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción.
Proverbio chino
Mucha gente necesita escuchar música para trabajar, y escritores que no
pueden escribir sin música que le sirva de inspiración: Haruki Murakami
escucha música y también Stephen King. Pero la música puede ser la
inspiración para la creación y para provocar un estado de relajación que nos
permita tener las ideas frescas y estar en una situación de paz y tranquilidad a
la hora de escribir.
El Relax Imaginativo es un activador creativo con el que podemos rescatar
imágenes de nuestra memoria, ejercitando la parte del cerebro en la que se
aloja la fantasía e imaginación.
Pensar en imágenes fomenta el desarrollo de la concentración mental, de la
creatividad y la fantasía, de la serenidad y harmonía interior, de la integración
de lo sensorial- somático y lo imaginativo mental (Prado, 1995:34).
Lo que pretendemos con el relax imaginativo-literario es suscitar imágenes
sensoriales a partir de un texto y con ayuda de la música, de manera que esa
evocación del subconsciente pueda crear otro texto.
#
Para hacer estos ejercicios, necesitamos situarnos en un lugar cálido,
silencioso y agradable. Tenemos que estar muy cómodos y comenzar a respirar
pausadamente. Elegiremos una música suave y sugerente que nos permita
liberar nuestra mente y dejar que las imágenes surjan sin censura ni orden. A
continuación, haremos un Torbellino de Ideas de todas nuestras sensaciones,
nuestras imágenes y todo lo que hayamos experimentado. Finalmente,
escribiremos un texto con estas sugerencias.
Esta es una manera muy elemental de trabajar con imágenes y música.
Podríamos contar, si fuera posible, con un experto en relajación creativa que
nos ayudara a controlar nuestra respiración y nuestro cuerpo; que leyera un
texto, recreándolo, dando las instrucciones precisas (esto es importante, no
todo el mundo conoce las técnicas de relajación) adecuadas a cada técnica:
relajación muscular por tensión/ distensión; la concentración mental autógena,
la reiteración monótona, etc. Como hemos advertido, si no somos expertos en
relajación creativa y queremos aplicar estas técnicas con otras personas, es
mejor quedarnos en el primer nivel y aprender a relajarnos con ayuda de la
respiración y de la música.
Veamos algunos ejemplos de relax imaginativo- literario:
Texto elegido: Las líneas de la mano. Julio Cortázar
Música: ENYA
De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de
pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el
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piso del parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de
Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinad en un diván, y por fin escapa de la
habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es
difícil seguirla a causa del tránsito pero con atención se la verá subir por la rueda del
autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón
cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa y
repta y zigzaguea hasta el muelle mayor, y allí (pero es difícil verla, sólo las ratas la
siguen para trepar a bordo) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas
de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor, y en una cabina
donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la
costura del pantalón por el chaleco de punto, se desliza hasta el codo, y con un último
esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese momento comienza
a cerrarse sobre la culata de una pistola
Julio Cortázar. Historia de Cronopios y de famas. Alfaguara
(Relajación imaginativa: concentración autógena. Técnica de Schulzt)
(Incluir aquí la música)
…La pistola se dispara y la línea va alojada en la bala que cruza y corta
el aire…Poco a poco, asciende más y más…llega a las nubes y allí se empapa
de lluvia…ilumina el cielo…y comienza a descender…baja por la ladera de la
montaña, rodea las rocas, zigzaguea entre los pinos… salta entre los
arbustos…dibuja el contorno de las flores y llega al prado… Allí se revuelca en
la hierba y se empapa con su aroma… A su paso, la vida brota y reverdece…
…Y llega a ti… Entra por tu boca, la refresca…, sube hasta tus ojos que
se iluminan con una fuerte luz…, es una sensación muy suave, acariciadora…
ecorre tu cerebro… a su paso va borrando tus preocupaciones… las limpia…
tus ideas están ahora más claras… todo está en calma
Pero la línea sigue invadiéndote… baja por tu garganta y aclara tu voz…
llega a tu estómago, borra tus problemas… ese nudo que te atemoriza ya no
existe…
Se introduce en tu aparato circulatorio y sigue la dirección de la sangre
arterial… y la venosa… Todo tu cuerpo está incandescente… Emanas calor
interior… desde tu corazón… la luz se irradia a todo tu ser… la respiración
marca el ritmo de tu luz… suave… acompasada.
… Pero la línea ha de continuar su curso por otros cuerpos… y te
abandona… pero su calidez sigue en ti, te invade… tu cuerpo se va
apagando…y tú, poco a poco, comienzas amoverte, relajada, contenta,
tranquila…
Ahora plasma tus sensaciones por escrito. Primero haz un TI de tus
sensaciones, sentimientos, recorridos, lugares, sonidos, etc. Luego escribe un
texto sobre el viaje de tu línea interior. Trabaja en el lenguaje más adecuado
para ser preciso en tu texto. Busca adjetivos, metáforas, sinestesias, etc.
Escríbelo pensando quién va a se el narrador de tu historia, puedes ser tú o la
línea que ha realizado el recorrido.
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7. ALLEGRO MA NON TROPO. EL CUENTO MUSICAL
Cada voz es un himno destruido
Cioran
Hay sonidos que pueden producir terror si nuestra mente está alterada o si nos
encontramos rodeados en la oscuridad total aunque esos ruidos sean familiares
y nos acompañen durante el día. Pensemos en los ruidos de pasos en la noche,
o en el crujir de las maderas, en estas situaciones, nuestro aparato auditivo se
pone en máxima alerte y es el primer sentido que reacciona ante un sonido no
esperado.
El escritor francés Guy de Maupassant titulado La noche en el que el escritor,
un reconocido noctámbulo hace un paseo por París en plena noche y, lo que
iba a ser un placer, se convierte en una pesadilla cuando, ante los ojos del
paseante se van desvaneciendo las personas, las luces se apagan y el
personaje entra en una atmósfera opresiva y terrorífica. Vamos a reproducir un
momento, al final del cuento en el que al paseante sólo le queda el silencio,
como un presagio de muerte, que envuelve toda la ciudad.
(…) Una vez más me perdí. ¿Dónde estaba? ¡Qué locura apagar tan pronto el gas!
Ningún transeúnte, ningún rezagado, ningún vagabundo, ni siquiera el maullido de un
gato en celo. Nada.
¿Dónde estaban los agentes de policía?, me dije. –Voy a gritar y vendrán.- Grité, no
respondió nadie.
Llamé más fuerte. Mi voz, sin eco, débil, ahogada, aplastada por la noche, por esa
noche impenetrable.
Grité más fuerte: ¡socorro! ¡Socorro! ¡Socorro!
Mi desesperada llamada quedó sin respuesta. ¿Qué hora era? Saqué mi reloj, pero no
tenía cerillas. Oí el leve tictac de la pequeña pieza mecánica con una desconocida y
extraña alegría. Parecía estar viva. Me encontraba menos solo. ¡Qué misterio! Caminé
de nuevo como un ciego, tocando las paredes con mi bastón, levantando los ojos al
cielo, esperando que por fin llegara el día; pero el espacio estaba negro,
completamente negro, más profundamente negro que la ciudad. ¿Qué hora podía ser?
Me parecía caminar desde hacía un tiempo infinito, pues mis piernas desfallecían, mi
pecho jadeaba y sentía un hambre horrible.
Me decidí llamar a la primera cochera. Toqué el timbre de cobre, que sonó en toda la
casa; sonó de una forma extraña, como si este ruido vibrante fuera el único del edificio.
Esperé. No contestó nadie. No abrieron la puerta. Llamé de nuevo; esperé…nada.
Tuve miedo. Corrí a la casa siguiente, e hice sonar veinte veces el timbre en el oscuro
pasillo donde debía dormir el portero. Pero no se despertó, y fui más lejos, tirando con
todas mis fuerzas de las anillas o apretando los timbres, golpeando con mis pies, con
mi bastón o mis manos todas las puertas obstinamene cerradas.
Y de pronto, vi que había llegado al Mercado de les Halles. Estaba desierto, no se oía
un ruido, ni un movimiento, ni un vehículo, ni un hombre, ni un manejo de verduras o
flores. Estaba vacío, inmóvil, abandonado, muerto.
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Un espantoso terror se apoderó de mí. ¿Qué sucedía? ¡Oh, Dios mío! ¿Qué sucedía?
Me marché. Pero ¿y la hora? ¿Y la hora? ¿Quién me diría la hora?
Ningún reloj sonaba en los campanarios o en los monumentos. Pensé: “Voy a abrir el
cristal de mi reloj y tocaré a aguja con mis dedos”. Saqué el reloj…ya no sonaba… se
había parado. Ya no quedba nada, nada, ni siquiera un estremecimiento en la ciudad,
ni un resplandor, ni la vibración de un sonido en el aire. Nad. Nada más. Ni tan siquiera
el rodar lejano de un coche, nada.
Me encontraba en los muelles, y un frío glacial subía del río. ¿Corría aún el Sena?
Quise saberlo, encontré la escalera, bajé… No oía la corriente bajo los arcos del
puente…Unos escalones más…luego la arena…el fango… y el aguahundí mi brazo, el
agua corría, corría, fría, fría, fría… casi helada…casi detenida… casi muerta.
Y sentí que ya nunc tendría fuerzas para volver a subir… que iba a morir allí abajo…
yo también, de hambre, de cansancio, y de frío.
Guy de Maupassant. La noche. Cuentos fantásticos
del XIX. Vol. I. Italo Calvino. Siruela / bolsillo Madrid
# En este maravilloso relato, Guy de Maupassant maneja el tono, el ritmo y el
lenguaje de manera magistral para describir una atmósfera cada más opresiva
que culmina con la oscuridad y el silencio como las mayores privaciones que un
ser humano pueda tener para mantener su cordura por el miedo a la muerte.
Fijémonos en la utilización del lenguaje: “...mi voz voló, sin eco, débil, ahogada,
aplastada por la noche, por esta noche impenetrable.”… “Oí el leve tictac de la
pequeña pieza mecánica con una desconocida y extraña alegría…”toqué el
timbre de cobre, que sonó en toda la casa: sonó de una forma extraña, como si
este ruido vibrante fuera el único del edificio…”
La propuesta de escritura consiste en cambiar el narrador de los
acontecimientos. Imaginemos que quien narra esta parte de la historia es el
reloj, o el llamador de la puerta o el río Sena que observan al paseante y
cuentan lo que ven desde su punto de vista. ¿Qué dirían? ¿Qué pensarían?
¿Cómo usarían su propia voz para indicarle al protagonista una salida para su
angustia?
Haz una lista de verbos, adjetivos y frases que reflejen lo que se le quiere
transmitir al paseante protagonista del cuento.
# Describir una ciudad a través de sus sonidos es otra propuesta de escritura.
Para ello, tomaremos un ejemplo del libro Las ciudades invisibles, de Italo
Calvino. En este libro, Marco Polo le va describiendo a Kublai Kan, en los
paseos que los dos comparten, las ciudades maravillosas que ha visitado en
sus largos viajes. Veamos un ejemplo de una de esas ciudades.
Las ciudades y los cambios. I
A ochenta millas de proa al viento maestral el hombre llega a la ciudad de Eufemia,
donde los mercaderes de siete naciones se reúnen en cada solsticio y en cada
equinoccio. La barca que fondea con una carga de jengibre y algodón en rama volverá
- 87 -
a zarpar con la estiba llena de pistacho y semilla de amapola, y la caravana que acaba
de descargar costales de nuez moscada y de pasas de una ya lía sus enjalmas para la
vuelta con rollos de muselina dorada. Pero lo que impulsa a remontar ríos y atravesar
desiertos para venir hasta aquí no es sólo el trueque de mercancías que encuentras
siempre iguales en todos los bazares dentro y fuera del imperio del Gran Kan,
desparramadas a tus pies en las mismas esteras amarillas, a la sombra de los mismos
toldos espantamoscas, ofrecidas con las mismas engañosas rebajas de precio. No sólo
a comprar y a vender se viene a Eufemia sino también porque de noche junto a las
hogueras que rodean el mercado, sentados sobre sacos o barriles o tendidos en
montones de alfombras, a cada palabra que uno dice – como “lobo”, “hermana, “tesoro
escondido”, “batalla”, “sarna”, “amantes” – los otros cuentan cada uno su historia de
lobos, de hermanas, e tesoros, de sarna, de amantes, de batallas. Y tú sabes que en el
largo viaje que te espera, cuando para permanecer despierto en el balanceo del
camello o del junco se empiezan a evocar todos los recuerdos propios uno por uno, tu
lobo se habrá convertido en otro lobo, tu hermana en una hermana diferente, tu batalla
en otra batalla, al regresar de Eufemia, la ciudad donde se cambia la memoria en cada
solsticio y en cada equinoccio.
Italo Calvino
# Como dice este pequeño relato, en Eufemia, la memoria se cambia en cada
solsticio y en cada equinoccio. Imaginemos que el viajero vuelve a la ciudad
después de un tiempo y transforma la ciudad con músicas que trae de lejanos
lugares. ¿Cómo sería esa ciudad? ¿Qué música habría en sus mercados, en
sus plazas, en los templos? Trabaja la Interrogación Divergente a fondo para
obtener ideas sobre la ciudad y luego, reescribe el texto para reinventar esta
ciudad de nuevo.
# Describe una ciudad que esté dedicada a la música; que haya música en el
aire, en las casas; que sus edificios estén construidos de manera que suenen…
y muchas cosas más. Busca imposibles.; hazte preguntas como éstas: ¿Qué
pasaría si la ciudad de la música tuviera edificios musicales? ¿Qué pasaría si el
viento rozara estos edificios? ¿Qué lengua hablarían sus habitantes?...etc.
Incluimos una tabla con ejemplos para trabajar la descripción.
- 88 -
Elementos Sensoriales
Elementos
Lingüísticos
Adjetivo
COLOR
Verde intenso
Azul
tornasolado
OLOR
SABOR
Olor
apestoso
Sabor
agrio
Aroma
exquisito
Sabor
dulce
SONIDO
Voz profunda
Voz chillona
TEXTURA
CONSISTENCIA
Una superficie
muy
Rugosa
Un
bosque
tupido
Melena lisa
Sabor
amargo
Nombre
Verbo
Sinestesias
Suena
La flaccidez
Romero
A tambor
De su
de un
Olor a pan
Suena el
Rostro era
árbol viejo
violín
evidente
Un rojo sangre
Olor a
Un verde
manzana
El
niño
coloreaba
el
libro
Sabe a pan
La habitación
El pastel
El piano
Cuando tocabas
Olía
Sabía a
sonaba
Aquel ser era
con fuerza
Fuertemente
Fresa y a
continuamente
Como si tocase
Aquella puerta
a aguarrás
chocolate
en la casa
Un sapo
Azul río
El olor
Paladeó un
Los sonidos
Una áspera
me dirigió
Rojo caliente
Sutil de la
sabor
angustioso
negros
Sonrisa
una mirada
envidia
en su boca
comparación
La rigidez
del cante
Golpeó
pétrea
flamenco
Negro como
Huele como
Sabe
Una voz
Suave como
Tiene un brazo
La noche
Un toro
a manzana
Clara
Una superficie
como una roca
amarga
Como una
esponjosa
cascada
Personificación
Aquel traje
El olor
El sabor
El despertador
Su risa
Sus suaves
Rojo me hirió
Embriagaba
A chicle
Me asustó
Aterciopelada
palabras
La vista
Mis
Me traía
Con su
Erizó mi
ablandaron
sentidos
Recuerdos
timbre
Piel
mi corazón
infantiles
8. LA POESÍA: ESA MÚSICA CONSTANTE
Puedo entregarme a ella en sus sueños, murmurándole sus propios poemas al oído
mientras duerme a mi lado.
- 89 -
Yosano Akiko
Decir que la poesía y la música están estrechamente relacionadas no es
descubrir nada nuevo. Ambas nacieron unidas: la poesía se cantaba y ambas
tenían una función religiosa y mística. Más tarde, las dos disciplinas se
desarrollaron independientemente y crearon sus propios códigos y tuvieron sus
propios autores.
Pero a la poesía le ha quedado el ritmo, la cadencia y la rima. Ellos configuran
los poemas como piezas musicales compuestas de palabras.
Hay poemas dedicados a la música, como este de Ángel González, que define
la tristeza como una canción que hace daño en el alma.
Esa música…
Insiste, hace daño
En el alma.
Viene tal vez de un tiempo
remoto, de una época imposible
perdida para siempre.
Sobrepasa los límites
de la música. Tiene materia,
aroma, es como polvo de algo
Indefinible, de un recuerdo
que nunca se ha vivido,
de una larga esperanza irrealizable. Se llama
Simplemente:
canción.
Pero no es sólo eso.
Es también la tristeza.
Ángel González. Palabra sobre palabra. Seix Barral
#
Escribir un poema que comience como el de Ángel González y responda a
estas preguntas:
•
•
•
•
•
•
•
•
¿Qué es?
¿Cómo es?
¿Tiene colores?
¿Cómo suena?
¿Qué efecto provoca en nosotros?
¿Con qué la comparamos? (metáfora)
Un verso final que la defina.
Pero esta música es también… (Nombre)
Hay otros grandes ejemplos de poemas y poetas que han recurrido a la música
como tema de sus obras. Veamos algunos ejemplos.
Vals del atardecer
Los pianos golpean con sus colas
enjambres de violines y de violas.
Es el vals de las solas
- 90 -
y solteras,
el vals de las muchachas casaderas,
que arrebata por rachas
su corazón raído de muchachas.
A dónde llevará esa leve brisa,
a qué jardín con luna esa sumisa
corriente
que gira de repente
desatando en sus vueltas
doradas cabelleras, ahora sueltas,
borrosas, imprecisas
en el río de música y metralla
que es un vals cuando estalla
sus trompetas.
Todavía inquietas,
vuelan las flautas hacia el cordelaje
de las arpas ancladas en la orilla
donde los violoncelos se han dormido.
Los oboes apagan el paisaje.
Las muchachas se apean de sus sillas,
se arreglan el vestido
con manos presurosas y sencillas,
y van a los lavabos, como después de un viaje.
Ángel González “Vals de atardecer”; Tratado de urbanismo. El Bardo. Barcelona
Ángel González fue crítico musical durante un tiempo, de ahí su inclusión de la
música en sus poemas. En este último, de su libro Manual de Urbanismo, el
poeta utiliza recursos fónicos para asemejar los versos con el vals al que se
refiere; con la aliteración del sonido /s/, el poema discurre como un leve susurro
del movimiento del vals y la velocidad la traduce con el cambio de ritmo al
introducir el verso quebrado.
Otro ejemplo de poema musical es Sonatina, de Rubén Darío
Sonatina
La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña, dice cosas banales,
y vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Gioconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
- 91 -
para ver de sus ojos la dulzura de luz,
o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
¡Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal!
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(la princesa está pálida, la princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!
-¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
en caballo con alas hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!
Rubén Darío. Obras completas. Círculo de Lectores
El poema mundialmente conocido es un ejemplo de musicalidad por el uso de
versos alejandrinos, muy comunes en el Modernismo y la rima AABCCB que
asemejan al ritmo y sonoridad de una sonatina.
El cantante y poeta Sabina escribió esta canción autorreferencial en versos de
16 sílabas en la que cuenta aspectos de su vida: sus primeras ilusiones en la
niñez y en la juventud y las desilusiones a lo largo de la vida
YO QUERIA ESCRIBIR LA CANCIÓN MÁS HERMOSA DEL MUNDO
Yo tenía un botón sin ojal, un gusano de seda,
medio par de zapatos de clown y un alma en almoneda,
una hispano olivetti con caries, un tren con retraso,
un carné del Atleti, una cara de culo de vaso,
un colegio de pago, un compás, una mesa camilla,
una nuez, o bocado de Adán, menos una costilla,
una bici diabética, un cúmulo, un cirro, un strato,
- 92 -
un camello del rey Baltasar, una gata sin gato,
mi Annie Hall, mi Gioconda, mi Wendy, las damas primero,
mi Cantinflas, mi Bola de Nieve, mis tres Mosqueteros,
mi Tintín, mi yo-yo, mi azulete, mi siete de copas,
el zaguán donde te desnudé sin quitarte la ropa.
Mi escondite, mi clave de sol, mi reloj de pulsera,
una lámpara de Alí Babá dentro de una chistera,
no sabía que la primavera duraba un segundo,
yo quería escribir la canción más hermosa del mundo.
Les presento a mi abuelo bastardo, a mi esposa soltera,
al padrino que me apadrinó en la legión extranjera,
a mi hermano gemelo, patrón de la merca ambulante,
a Simbad el marino que tuvo un sobrino cantante,
al putón de mi prima Carlota y su perro salchicha,
a mi chupa de cota de mallas contra la desdicha,
mariposas que cazan en sueños los niños con granos
cuando sueñan que abrazan a Venus de Milo sin manos.
Me libré de los tontos por ciento, del cuento del bisnes,
dando clases en una academia de cantos de cisne,
con Simón de Cirene hice un tour por el monte Calvario,
¿qué harías tú si Adelita se fuera con un comisario?
Frente al cabo de poca esperanza arrié mi bandera,
si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera,
heredé una botella de ron de un clochard moribundo,
olvidé la lección a la vuelta de un coma profundo.
Nunca pude cantar de un tirón
la canción de las babas del mar, del relámpago en vena,
de las lágrimas para llorar cuando valga la pena,
de la página encinta en el vientre de un bloc trotamundos,
de la gota de tinta en el himno de los iracundos.
Joaquín Sabina
#
Podemos escribir una canción autorreferencial al estilo de Joaquín Sabina
en versos de dieciséis sílabas, con rima AA BB en la que contemos algunos
aspectos de nuestra vida. Para ello, primero haremos un Torbellino de Ideas
del estilo del siguiente.
- 93 -
Mi
Familia
Amigos
relaciones
Aspectos
de
mi vida
Mis
Mis
Filias y mis
Fobias,
mis deseos…
Pertenencias
Mis fetiches
Ej.
Yo tenía un balón con lunares, un paraguas de flores,
Un sillón de madera, un lápiz de colores…
9. DIBUJAR EL POEMA
- 94 -
Este es un caligrama musical de la canción tradicional americana Over the
waterfall en la que la caída del agua está representada por la acumulación y
descendimiento de las notas en el pentagrama hasta figurar un salto de agua.
#
Busca una canción y fíjate en una frase o en el significado del título y trata
de representarlo formando un caligrama.
El poeta y artista catalán Joan Brossa, conocido universalmente por su poesía
visual y poesía objeto, escribió un largo poemario en el que aparece este texto.
ECO
¿Podrías decirme qué es el sol?- El sol
¿Y la luna, podrías? – Es la luna
¿Y por qué llora Pedro inconsolable?
-Porque en su vida no ha tenido suerte
¿Y qué son las montañas y las estrellas?
- Son solamente estrellas y montañas
¿Y éstas raíces qué? ¿Y estas cañas?
-Pues no son más que cañas y raíces.
¿Qué es esta mecedora? ¿Y esta mesa?
¿Y estas manos que forman sombran chinas?
Dime: ¿y el mundo, el hombre?
Ved aquí
la faz final de la sabiduría
Mírate a fondo, afirma siempre el ser
Y aprende: nada más puedes hacer.
Joan Brossa. Antología Poética. Galaxia Gutemberg. Círculo de Lectores
El poema es una reflexión sobre la vida y sobre el destino del hombre. Está
estructurado en forma de preguntas retóricas a una segunda persona que le
responde con el eco sobre lo más elemental de la vida del hombre hasta que
llega a la pregunta fundamental: ¿qué es el mundo y qué es el hombre? para
terminar con una reflexión sobre la libertad y el destino: lo único que podemos
hacer es tener conciencia de uno mismo y aprender.
# Hacer un texto en el que nos planteemos preguntas retóricas, pero en tono
humorístico. Ej. ¿Qué es este periódico? – El periódico de hoy.
Cerramos este paseo por el sentido del oído y la literatura con unos ejemplos
de poemas en los que el oído y la música son los protagonistas.
El primero es de Ángel González
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Quinteto enterramiento para cuerda en cementerio y piano rural
El primer violín canta
en lo alto del llanto
igual que un ruiseñor
sobre un ciprés.
Como una mariposa
la viola apenas viola
el reposo del aire
Cruza el otro violín al ras del cello,
semejante a un lagarto
que entre dos manchas verdes
deja solo el recuerdo de la luz
de su cola.
Piano negro,
féretro entreabierto:
¿quién muere ahí?
Sobre los instrumentos,
los arcos
dibujan lentamente
la señal de la cruz
casi en silencio.
Pianista enlutado
que demora los dedos
en una frase grave, lenta, honda
todos
te acompañamos en el sentimiento
Ángel González
Otro ejemplo es un poema de Federico García Lorca.
Poema Al Oído De Una Muchacha
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
Federico García Lorca
Finalmente, un hermoso texto del poeta ruso Vladimir Mayakovsky
Oigan
Oigan: si encienden las estrellas
es porque alguien las necesita, ¿verdad?,
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es que alguien desea que estén,
es que alguien llama perlas a esas escupitinas.
Resollando tormentas de polvo
del mediodía penetra hasta Dios,
teme haber llegado tarde, llora.
Le besa la mano carniseca,
implora que pongan sin falta una estrella,
jura que no soportará este tormento inestelar,
y luego anda preocupado,
aunque aparenta calma.
Dice a alguien:
Ahora no estás mal, ¿eh?
¿A que ya no tienes miedo?
Oigan si encienden las estrellas
es porque alguien las necesita, ¿verdad?
Es indispensable que todas las noches sobre los tejados
arda aunque sea una sola estrella.
Vladimir Mayakovsky
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- 98 -
Capítulo IV.
EL SENTIDO DEL OLFATO
Paula Vázquez y Rosa Cazón
Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de los
demás; pero reserva tu propia opinión
William Shakespeare
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EL OLFATO
El palacio de los perfumes, que se llamaba también Aguijón de la
voluptuosidad, estaba dividido en varias salas. Antorchas y lámparas
aromáticas estaban siempre encendidas, incluso en pleno día. Para disipar la
agradable embriaguez que aquel lugar producía, se bajaba a un vasto jardín en
el que la unión de todas las flores hacía respirar un aire suave y reparador.
W. Beckford: Wathek (Cuento árabe)
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14.
FAMILIAS OLFATIVAS
EL PERFUME DE LA VIDA
EL OLOR Y LA MEMORIA
LOS AROMAS DE LA COCINA:
EL OLOR Y EL SEXO
EL OLOR QUE NOS DEFINE
EL AROMA DE LAS CORRESPONDENCIAS
EL MAL OLOR
EL OLFATO DOMINADOR
LOS RITUALES. EL HUMOR
RITUAL DE PURIFICACIÓN
RITUAL DEL DINERO
CONJURO PARA QUITARLE LA HALITOSIS A MI AMADO
EL APÉNDICE NASAL
1. FAMILIAS OLFATIVAS
Todos aquellos que no se han adentrado en este voluptuoso palacio lo
consideran un edificio menor, superfluo, en comparación con el Templo de la
melodía o el de las Delicias de los ojos. Platón señalaba que “el género de los
placeres relativos a los olores es menos divino” y para Condillac, este sentido
es “el que parece contribuir menos a los conocimientos del espíritu humano”.
Si deseas experimentar los placeres del olfato y refutar estas aseveraciones,
entra con nosotras en el Aguijón de la voluptuosidad y déjate llevar por las
sensaciones olfativas, las más primitivas, ocultas y olvidadas.
Los receptores olfativos, la mayoría situados en el epitelio nasal (unos cinco
millones de neuronas) son sensibles a sustancias químicas que están
suspendidas en el aire. Aunque es un sentido que, según los expertos, está
poco desarrollado, es capaz de reconocer unos diez mil olores por separado.
Aristóteles, Linneo, Zwademaker, Henning, o Amoore han intentado dar una
clasificación de los olores básicos (figura 1), aunque no coinciden en ellos.
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ARISTÓTELES
Dulce
Amargo
Picante
Áspero
Ácido
Untuoso
AMOORE
HENNING
Picante
Floral
Almizclado
Mentolado
Alcanforado
Etéreo
Pútrido
Etéreo
Pútrido
Fragante
Aromático
Resinoso
Quemado
Figura. Clasificación de los olores básicos
Para describir las impresiones que nos proporcionan los sentidos, tenemos una
gran variedad de palabras y expresiones. No así del olfato, que casi no dispone
de sustantivos ni de adjetivos. La inmensa mayoría de impresiones olfativas
tienen que ser descritas con la misma sustancia o cosa que las genera, así dice
P. Turina: “La tierra huele a tierra y el mar a mar (...) La madera huele a
madera, la piedra como piedra, el macho como macho, la hembra como
hembra. Huelen las edades: olor de niño, de joven, de anciano.” Pero ¿a qué
huelen la tierra, el mar, el macho, la piedra...?
Los adjetivos para los olores son vagos y de aplicación a otros sentidos:
“fuerte”, “débil”, “rico”, “rancio”, “pútrido”..., muchos se identifican con el sentido
más cercano al olor, el sabor: “dulce”, “amargo”, “picante”, “ácido”. O con el
tacto: “suave”, “untuoso”, “áspero”. Esta falta de detalles en los idiomas puede
deberse, quizá, al papel secundario que ocupa el sentido del olfato frente a la
vista y al oído. Sin embargo ¡Hay unos 2000 olores diferentes que nosotros
podemos percibir y que, en su mayoría, no tienen nombre!
Diane Ackerman señala, en Una Historia natural de los sentidos, que es casi
imposible explicar cómo huele algo a alguien que no ha olido. Existen nombres
para toda una gama de matices de colores, pero ninguno para los tonos y tintes
de olor. En general, podemos clasificar los olores en varias familias olfativas.
- 101 -
Los perfumes: familias olfativas
Llamados “afrutados”. Se extraen de las cáscaras de algunas
frutas como la lima, el limón, la naranja, la mandarina…
Proceden de las flores naturales o aromas similares producidos
sintéticamente.
Llamados también “amaderados”. Materias primas leves y
frescas, normalmente extraídas de maderas, tubérculos o raíces
Se extraen de musgos, normalmente del roble.
Son mezclas normalmente que incluyen vainilla, pachulí, nardo
y/o ylang ylang.
Son fragancias muy secas. Extraídas del tabaco, madera, cuero,
musgo, algas, etc.
Mezclas en general sintéticas, con un frescor inicial
característico y picante.
Mezclas de secos y afrutados, que crean una fragancia híbrida.
Pueden contener fragancias extraídas de especias como el
y comino, el estragón, la canela, nuez moscada, azafrán, pimienta,
etc.
Cítricos
florales
Florales
aldehídos
Helecho
(fougère)
Chipre florales
Orientales
florales
Cueros secos
Aldehídos
florales
Aromáticos
secos
afrutados
2. EL PERFUME DE LA VIDA
“El recuerdo es el perfume del alma”
George Sand
Patrick Süskind en su novela más célebre, El Perfume cuenta las dificultades
que Grenouille, perfumista y asesino de muchachas, tuvo en su infancia para
aprender a hablar:
Las palabras que no designaban un objeto oloroso, o sea, los conceptos
abstractos, ante todo de índole ética y moral, le presentaban serias dificultades.
No podía retenerlas, las confundía entre sí las usaba, incluso de adulto, a la
fuerza y muchas veces impropiamente: justicia, conciencia, Dios, alegría,
responsabilidad, humildad, gratitud, etcétera, expresaban ideas enigmáticas
para él.
Por el contrario, el lenguaje corriente habría resultado pronto escaso para
designar todas aquellas cosas que había ido acumulando como conceptos
olfativos. Pronto, no olió solamente a madera, sino a clases de madera, arce,
roble, pino, olmo, peral, a madera vieja, joven, podrida, mohosa, musgosa e
incluso a troncos y astillas individuales y a distintas clases de serrín y los
distinguía entre sí como objetos claramente diferenciados, como ninguna otra
persona habría podido distinguirlos con los ojos. Y lo mismo le ocurría con otras
cosas. Sabía que aquella bebida blanca que madame Gaillard daba todas las
mañanas a sus pupilos se llamaba sólo leche, aunque para Grenouille cada
mañana olía y sabía de manera distinta, según lo caliente que estaba, la vaca
de que procedía, el alimento de esta vaca, la cantidad de nata que contenía,
etcétera... Que el humo, aquella mezcla de efluvios que constaba de cien
aromas diferentes y cuyo tornasol se transformaba no ya cada minuto, sino
cada segundo, formando una nueva unidad, como el humo del fuego, sólo tenía
un nombre, «humo»... Que la tierra, el paisaje, el aire, que a cada paso y a
- 102 -
cada aliento eran invadidos por un olor distinto y animados, en consecuencia,
por otra identidad, sólo se designaban con aquellas tres simples palabras...
Todas estas grotescas desproporciones entre la riqueza del mundo percibido
por el olfato y la pobreza del lenguaje hacían dudar al joven Grenouille del
sentido de la lengua y sólo se adaptaba a su uso cuando el contacto con otras
personas lo hacía imprescindible.
Patrick Süskind
Vamos a ayudar a Grenouille a poner nombre a esos olores sin tener que
apelar a la substancia o cosa que los genera. En las figuras que aparecen a
continuación podemos ver todas las formas de designar el buen olor y el mal
olor; el olor y la acción de oler. Como puedes apreciar, son pocas las palabras
que disponemos para ello:
Describir el mal olor…
Apestoso
Hediondo
Carroñoso
Infecto
Fétido
Maloliente
Nauseabundo
Olisco
Pestífero
Describir el buen olor…
Almizcleño
Aromático
Ambarino
Balsámico
Pestilente
Repugnante
Viciado
Bienoliente
Fragante
Odorífico
Perfumado
Figura 2. Adjetivos para referirse al buen olor y al mal olor
Olor
Aroma
Efluvio
Esencia
Tufillo
Fetidez
Hedor
Fragancia
Miasma
Hediondez
Perfume
Tufo
Figura 3. Sustantivos para referirse al olor.
Peste
Pestilencia
Tufarada
Oler
Apestar
Barruntar
Heder
Husmear
Atufar
Cantar
Exhalar
Oliscar
Olisquear
Figura 4. Verbos para referirse a la acción de oler
A través de la composición y de la derivación (ver figura 5) podemos crear
neologismos, en este caso, nuevos adjetivos:
Inventemos nuevos adjetivos para distintos matices de olores: arce, pino, olmo,
peral. Madera vieja, joven, podrida, mohosa, musgosa. Tronco, astilla, serrín.
Leche caliente, templada, fría, nata. Humo de madera, de carbón, de papel, de
paja…
- 103 -
PREFIJOS
SIGNIFICADO
EJEMPLOS
a-, ananti-
falta, carencia
oposición
ateísmo, analfabeto
antinatural, anticongelante
bi-, bis-
dos, dos veces
bimensual, bífido
de-, des-
negación
ex-
que sale fuera
deflación, desagradable
excepción, excedente
extra-
fuera de
extraordinario, extraradio
hiper-
superioridad, exceso
hipertensión, hipermercado
hipo-
debajo
hipoglucemia, hipodérmico
i-, in-
negación
insano, irracional
re-
repetición, aumento
reemplazar, reformar
sobre-, super-
superioridad, exceso
sobresalir, superdotado
sub-
inferioridad
Subestimar, subdesarrollo
SUFIJOS
SIGNIFICADO
EJEMPLOS
-able, -ible
que puede ser
amigable, reconocible
-ado, -ido.
semejanza
perfumada, azulado, fétido
-ano, -ana
-bundo
origen y pertenencia
intensidad
toledano, luterana
nauseabundo, vagabundo
-ante, -ento, ente
-es, esa, eño
condición, cualidad
repugnante, maloliente
-ico, -ino
nombres y adjetivos
gentilicios
que tiene, que pertenece a
genovés, portuguesa,
almizcleño
Aromática, ambarino
-ondo
que despide, que presume
Hediondo, sabiondo
-oso
acción, abundancia
apestoso, carroñoso
Figura 5. Algunos prefijos y sufijos españoles con los que podemos crear
adjetivos
Por ejemplo, ¿cómo definir el olor de la leche caliente? Con ayuda de tu
imaginación y de los cuadros anteriores, te pedimos que “bautices” ese olor
¿podría ser “lactoso”? ¿O quizá “lactilante”? ¿Prefieres “calorláctico”. Tú eliges.
¿Y cuál es el olor del pino? ¿pinoso, pinano, pínido, pinondo?
¿Y el de la madera podrida?, etc.
- 104 -
Para poder ampliar nuestro vocabulario “oloroso”, nos apropiaremos de
otros adjetivos referidos a otros sentidos, y estaremos empleando una figura
retórica, la sinestesia.
Describe un olor…
Amarillento
Carnoso
Crujiente
Húmedo
Hueco
Fanático
Nebuloso
Tornasolado
Ruidoso
Taciturno
Lascivo
Inmoral
Festivo
Ignorado
… Hay perfumes tan frescos como un cuerpo de niño,
Dulces como el oboe, verdes como praderas.
Ch. Baudelaire. “Correspondencias”, en Las Flores del Mal.
Baudelaire describe dos olores (olor fresco y olor dulce) utilizando la
comparación. Otra manera de definir un olor es utilizando comparaciones, por
ejemplo, Un olor hueco como el aire estancado de una cueva; Un olor fanático
como las cloacas de mi ciudad…
Un olor…
Amarillento como
Carnoso como
Crujiente como
Húmedo como
Hueco como
Fanático como
Nebuloso como
Tornasolado como
Ruidoso como
Taciturno como
Lascivo como
Inmoral como
Festivo como
Ignorado como
- 105 -
Ahora ya tenemos la materia prima para construir una canción. Imitando al
cantautor Joaquín Sabina, vamos a definir el olor de una persona que
conocemos bien:
Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso...
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones...,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
J. Sabina. Así estoy yo sin ti
Para ello utilizamos los adjetivos con los que hemos trabajado u otros que tú
decidas, siempre que no sean comúnmente atribuidos al olor:
1º Realiza un Torbellino de ideas categorial con todos los sentidos,
excepto el del olfato.
2º Elige aquellos adjetivos poco empleados para el olfato, aquellos muy
distantes al concepto de olor.
3º Elige un verso para repetir a lo largo de la canción, por ejemplo: ese
es tu aroma, eres tú, eres tú o guardo en mí tu olor, tu olor, etc.
4º Comienza a hacer las comparaciones siguiendo el proceso anterior.
Ahora que ya sabes cómo jugar con las palabras para describir los olores, te
proponemos que salgas a pasear, al atardecer, el lugar donde vives y vayas
anotando a qué huele. Detente de vez en cuando para poder cerrar los ojos y
dejarte llevar sólo por el olfato.
Todo olía fuertemente en esa hora próxima a un crepúsculo que pronto
incendiaría el cielo durante unos minutos, antes de disolverse en una noche
repentina: la leña mal prendida y la boñiga pisoteada, la lona mojada de los
toldos, el cuero de las talabarterías y el alpiste de las jaulas de canarios
colgadas de las ventanas. A arcilla olían los tejados húmedos; a musgos viejos
los paredones todavía mojados; a aceite muy hervido las frituras y torrejas de
los puestos esquineros; a fogata en Isla de Especias, los tostadores de café con
el humo pardo, que a resoplidos, arrojaban hacia las cornisas de clásico
empaque, donde demoraba entre pretil y pretil, antes de disolverse, como una
niebla caliente, en torno a algún santo de campanario. Pero el tasajo, sin
equívoco posible, olía a tasajo; tasajo omnipresente, guardado en todos los
sótanos y trasfondos, cuya acritud reinaba en la ciudad, invadiendo los
palacios, impregnando las cortinas, desafiando el incienso de las iglesias,
metido en las funciones de la ópera...
- 106 -
Aspirando un olor que por fin le era grato y alternaba con los humos de un
nuevo tostadero de café, hallado en la vuelta de una capilla. Carlos pensaba,
acongojado, en la vida rutinaria que ahora le esperaba.
A. Carpentier: El Siglo de las Luces
Puedes empezar tu texto como lo ha hecho Alejo Carpentier: “Todo olía…”
Utiliza tus notas e intenta incluir solamente sensaciones olfativas, pues vas a
describir tu pueblo o ciudad sólo con ese sentido.
#También puedes describir la historia de un olor que
hayas inventado, para
ello, puedes servirte del material con el que hemos trabajado anteriormente.
Piensa en su origen, por qué se creó, para quién, qué beneficios o problemas le
produjo, por qué se hizo famoso, cómo llegó hasta nosotros. Como
desconocemos este perfume, usa comparaciones, adjetivos distantes del
sentido del olfato y dale un nombre.
3. EL OLOR Y LA MEMORIA
¡Encanto profundo que nos excita
en nuestro presente el pasado vivo!
Ch. Baudelaire: “El perfume”, en Las Flores del Mal.
El olfato es nuestro sentido más primitivo y el único que se haya directamente
conectado a nuestro sistema límbico, el cual resulta esencial en nuestras
emociones y en nuestra memoria. El olfato es un poderosísimo reforzador de la
memoria, incomparablemente superior a la vista y al oído. El recuerdo de los
olores permanece mucho más tiempo que las imágenes o los sonidos. La razón
de todo esto está ligada a su relación con las emociones: los recuerdos
asociados a olores no son tanto de hechos o escenas, cuanto de emociones.
El sentido del gusto está muy unido al olfato: la mayor parte del sabor de los
alimentos proviene de su aroma que flota hasta las fosas nasales o llega hasta
las células olfativas a través de la boca. Las papilas gustativas sólo nos
proporcionan cuatro sensaciones claras: dulce, salado, agrio y amargo. Todos
los demás sabores provienen del olfato, así, cuando nos resfriamos los sabores
nos parecen insípidos o demasiado suaves.
En nuestros días, a pesar de la contaminación, el aire acondicionado o la
abundancia de perfumes de la cosmética, nuestro olfato sigue siendo diez mil
veces más sensible que el gusto. Los olores sobresaltan la memoria, tal como
señaló Françoise Sagan, como “animales de presa salvajes y feroces”,
llevándonos a nuestro pasado, regalándonos una brizna de nuestro tiempo
perdido.
Marcel Proust, en su obra En busca del tiempo perdido, después de haber
tomado una cucharadita de té en el que había mojado una magdalena, nos
habla de este efecto que produce el sabor y sobre todo el olor:
- 107 -
(…) Apenas había tocado mi paladar el tibio líquido mezclado con las migas, un
estremecimiento recorrió todo mi cuerpo y me detuve, atento al extraordinario
fenómeno que me estaba sucediendo (…) Un exquisito placer había invadido mis
sentidos… sin sugerir su origen (…) Repentinamente el recuerdo se reveló a sí mismo.
El sabor era el de un pequeño pedazo de magdalena, que en las mañanas de domingo
solía darme mi tía Leona, sumergiéndolo primero en su propia taza de té (…)
Inmediatamente la antigua casa gris sobre la calle, donde estaba su habitación, se
elevó como un decorado… y el pueblo entero, con su gente y sus casas, sus jardines,
su iglesia y sus alrededores, fue tomando forma y solidez, cobró vida desde mi taza de
té.
(…) Nada me había recordado la vista de la pequeña magdalena, antes de que la
hubiera gustado, tal vez porque, al haberlas visto después con frecuencia, sin
comerlas, en las bandejas de las pastelerías, su imagen había abandonado aquellos
días de Combray para unirse a otras más recientes, tal vez porque de aquellos
recuerdos abandonados, tanto tiempo fuera de la memoria, nada sobrevivía, todo se
había disgregado; las formas –y también la de aquella conchita de repostería tan
sensual, bajo sus devotos y severos pliegues - se habían abolido o habían perdido,
adormecidas, la fuerza de expansión que les habría permitido llegar hasta la
conciencia. Pero, cuando después de la muerte de las personas, después de la
destrucción de las cosas, nada subsiste de un pasado antiguo, sólo el olor y el sabor –
más débiles pero más vivaces, más inmateriales, más persistentes, más fieles perduran durante mucho tiempo aún, como almas, recordando, aguardando,
esperanzador, sobre la ruina de todo lo demás, portando sin flaquear sobre su
gotita casi impalpable el inmenso edificio del recuerdo.
Marcel Proust
¿Qué olor lleva a tu infancia? Tal vez una caja de lápices de colores Alpino, el
aroma a goma de las muñecas nuevas de Famosa o quizá el de un bizcocho
recién horneado… Sólo una pequeña brizna odorífera nos puede transportar a
una época pasada y a rememorar emociones pasadas. A medida que las
neuronas olfatorias mueren, una capa de células troncales ubicadas debajo de
ellas, generan nuevas neuronas olfatorias para mantener un suministro
constante.
UN OLOR
¿Qué clara contraseña
me ha abierto lo escondido? ¿Qué aire viene
y con delicadeza cautelosa
deja en el cuerpo su honda carga y toca
con tino vehemente ese secreto
quicio de los sentidos donde tiembla
la nueva acción, la nueva
alianza? Da dicha
y ciencia este suceso. Y da aventura
en medio de hospitales,
de bancos y autobuses, a la diaria
rutina. Ya han pasado
los años y aún no puede
pagar todas sus deudas
mi juventud. Pero ahora
- 108 -
este tesoro, este
olor, que es mi verdad,
que es mi alegría y mi arrepentimiento,
me madura y me alza.
Olor a sal, a cuero y a canela.
A lana burda y a pizarra, acaso
algo ácido, transido
De familiaridad y de sorpresa.
¿Qué materia ha cuajado
en la ligera ráfaga que ahora
trae lo perdido y trae
lo ganado, trae tiempo
y trae recuerdo, y trae
libertad y condena?
Gracias doy a este soplo
que huele a un cuerpo amado y a una tarde
y a una ciudad, a este aire
íntimo de erosión, que cala a fondo
y me trabaja silenciosamente
dándome aroma y tufo.
A este olor que es mi vida.
Claudio Rodríguez. Alianza y condena
Te proponemos jugar con el poema de Claudio Rodríguez y evocar un olor o
un hedor del pasado. Mediante el “enderezamiento postista” o “mejoramiento
protésico”, que Jaume Pont define como “una especie de regla de oro postista
que, a partir de la métrica eufónica, sirve de molde para introducir un texto
paralelo creativamente reinventable ad infinitum”. Es decir, respetando la
medida de los versos, buscamos palabras o expresiones que “suenen igual,
que rimen” con las escritas por el autor. Por ejemplo:
RETRATO
RETRETE
Mi infancia son recuerdos de un patio de
Sevilla,
Y un huerto claro donde madura el
limonero;
Mi juventud, veinte años en tierra de
Castilla;
Mi historia, algunos casos que recordar
no quiero.
Mi estancia con los cerdos un pato y una
silla
Y un tuerto avaro conde que apura su
dinero
Mijo caliente y caños que entierra la
semilla
Mi zanahoria en unos ocasos ¡qué
más quiero!
…
Antonio Machado
Carlos Edmundo de Ory
Para ello, verso a verso:
1. Busca palabras o expresiones que suenen y midan igual que las del
poema (T.I.)
2. Selecciona las que temáticamente tengan que ver con el olor, o con el
hedor.
3. Combínalas hasta tener un verso que te satisfaga.
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Puedes hacerlo de forma flexible, jugando con el poema a tu gusto.
Te ofrecemos un ejemplo para que puedas empezar:
UN HEDOR
¿Qué clara contraseña
me ha abierto lo escondido? ¿Qué aire viene
y con presteza asquerosa
veja al puerco sudando rabia y corta
con filo hiriente ese discreto
vicio de los sentidos donde siembra
una secreción,
…
Hedor a gas, a muerto y a
a la pútrida cagarria, acoso
fláccido, corrompido
….
Abre tu caja de los recuerdos y busca un olor de tu infancia. El perfume es
como un interruptor que enciende una cadena de estados de ánimo,
emociones, imágenes y escenas enterradas en el inconsciente, pero vivas en el
momento en que se registraron. Todos tenemos un olor en la memoria: el
aroma de los bizcochos de Proust o de la lana burda y la pizarra de Claudio
Rodríguez. Vuelve a tu niñez ¿cuál es ese aroma que te traslada a ese tiempo?
Vuela a tu infancia, aspira de nuevo ese olor ¿dónde estás? ¿Quién está
contigo? ¿Qué haces?... describe ese olor, cada uno de sus tonos y matices.
Vuelca tus imágenes a palabras, no te detengas en correcciones (ya revisarás
más tarde), deja que tus recuerdos de vuelquen sobre el papel.
Te ofrecemos ejemplos:
La escuela
Contemplé la clase donde me condujo: jamás ningún lugar me había causado tanta
impresión de abandono y desolación. Todavía lo veo. Una sala larga, con tres filas de
pupitres y seis filas de bancos, rodeada de erizadas perchas para colgar sombreros y
pizarras. Fragmentos de viejos cuadernos y de ejercicios se amontonan en el suelo
sucio (…) Huele de un modo extraño y malsano, como la pana enmohecida, las
manzanas dulces sin ventilar y los libros apolillados.
Charles Dickens. David Copperfield.
El olor de unas manos
Esta fue la primera y única vez que le vimos exhibir sus habilidades con el lápiz. Me
atizó un coscorrón y se fue a la cocina a servirse una taza de achicoria y a preparar la
merienda de Susana, pero sus manos manejando el lápiz se quedaron un buen rato
ante mis ojos y tan cerca que sentía en el rostro la cálida efusión de la sangre, la
pulsión de sus venas abultadas y oscuras. En primer lugar, el suave olor a alcachofas
que capté en el dormitorio de la señora Anita se confirmó plenamente; en realidad, yo
nunca había sido consciente del olor de las alcachofas crudas, ni tampoco si ese olor
- 110 -
era lo bastante intenso, característico e inconfundible como para distinguirlo de otros
olores, y desde luego no me explico por qué esas manos elegantes pero de piel tan
maltrecha me sugerían el olor de la alcachofa. Se trata de una convicción enquistada
en el recuerdo, una particular devoción a mi propio jardín de la infancia (…)
Inmediatamente después de haber percibido ese aroma que sólo podría definir de
forma tan precaria, contingente y devota, la mano que movió el lápiz ante mis narices
con tanta maestría me envió también una calentura sosegada y persistente, su extraño
fluido, suaves oleadas de una combustión vegetal que parecía nutrirse de la propia piel
manchada; como si acabara de exponer la mano al calor de la estufa.
Juan Marsé. El embrujo de Shanghai
4. LOS AROMAS DE LA COCINA.
DEL OLOR DE LA COCINA
Penetrante fragancia de la cocina. Olor inconfundible de la trasmutación; que lo crudo
hiede y el arte consiste en convencer a la gente por el olfato. El alimento entra 'por la
nariz. Nadie come lo nauseabundo: la vista es secundaria y mero lujo. ¿A qué huele?
¿Qué se guisa? ¿Qué se sancocha? ¿Qué se estofa o sofríe? Algo se churrusca o
ahuma. ¡Cómo viene el olor despertando apetencias! ¡Qué gana! La lengua restriega
los dientes y sale a relucir, puntera, a remojar levemente los labios. ¿Qué se saltea,
rehoga o soasa?
Los batiborrillos pierden lo fundamental, sólo cuajan los olores de lo sencillo. Alimento
de la sartén, con el aceite hirviendo que, en un instante, convierte lo crudo en
comestible. Enrique percibe el vaho, por algo tienen ventanas las narices, y aun alas
para transmitir velocísimas, el ardimiento al estómago. Ventea la comida, se le hace la
boca agua. Se deja penetrar por el agradable aplacimiento. Suave conformidad del
presente del aire con el futuro tangible, del olfato con el gusto. ¡Qué bien huele! ¡Cómo
se introduce e interna el aroma hasta los ojos, figurando lo servido, mientras el oído, a
su servicio, atiende al ligero crepitar de lo que se fríe!
Con el olor no hay engaño, lengua universal, pupila siempre abierta, sin tacto que
valga: Llega, envuelve, se introduce, penetra, embarga, asciende al cerebro, se anuda
en la garganta llevando en pos de sí a los demás sentidos. ¿A qué huele? Huele a
pescado frito, huele a carne asada. Regodeo papilar que desciende hacia la entraña,
recubriendo las paredes del estómago con el ansia venturosa del apetito.
Max Aub. La uña
Ahora que ya has viajado por tu vida, ya tienes la materia prima para elaborar
un autorretrato con las fragancias de tu vida: has rescatado sustantivos,
adjetivos y verbos referidos al olor.
Cierra los ojos y trata de viajar hasta un momento de tu vida…intenta
recordar a las personas que están allí…ahora céntrate en una persona o en
alguna cosa que quieras recordar…trata de evocar su tacto, su voz, su olor…
presta mucha atención a este último aspecto…
Cuando termines, anota todas las sensaciones olfativas que hayas recuperado,
a continuación, escribe un texto en el que aparezcan estas sensaciones
olfativas.
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5. EL OLOR Y EL SEXO
Te acercas a mí
con el olor
del pasto matinal
recién cortado:
mis pezones se endurecen.
Yuko Kawano
El olfato resulta esencial en nuestras emociones, en nuestras relaciones
interpersonales y, por supuesto, en la atracción sexual. Algunos autores como
Helen Fisher sugieren que lo que llamamos enamoramiento podría estar
desencadenado por el olfato. Existe una especie de sensor en nuestras fosas
nasales
capaz de detectar ciertas señales químicas que proporcionan
información sexual. Son las llamadas feromonas, elementos claves en la
atracción sexual en diversas especies animales.
El cuerpo humano, sobre todo durante la excitación sexual, emana un olor
marítimo similar al de los mariscos y pescados. El sentido del olfato es tan
importante en la atracción sexual y en el deseo que en algunas regiones del
mundo la palabra besar significa oler. El olor de los genitales y de las axilas
provoca señales químicas que viajan directamente a nuestro cerebro desde el
órgano vomeronasal (situado justo detrás de las fosas nasales, en el tabique de
la nariz) que es el receptor de esas señales. Las feromonas parecen ser las
desencadenantes de la atracción sexual.
Aunque actualmente los científicos han estudiado poco las feromonas, ya los
griegos, los chinos o los hindúes conocían el poder de las mismas y las
utilizaban en los perfumes, porque el deseo empieza en la nariz.
El olor de cada persona es inconfundible y exclusivo, como las huellas
dactilares o la forma del iris. Este olor único desencadena emociones diferentes
en cada persona, una “química” invisible que nos hace reaccionar ante ella:
Fumaba un cigarrillo tras otro. Entonces fumaba unos cigarrillos ingleses muy fuertes,
de tabaco opiado, cuyo humo me mareaba un poco. Pero ese olor también le
pertenecía, como la fragancia de heno del armario donde tenía su ropa interior; le
gustaba que le aromatizaran toda la ropa con esa amarga esencia inglesa de heno
¡Cuántos pequeños detalles forman a un a persona!
Sandor Márai. La mujer justa
Me gusta, por ejemplo, el olor marronoso del pelo de las mujeres cuando reclama un
lavado. Mi hija, una solterona maniática –ay, estoy convencido de que nunca se
casará-, no huele a nada, al menos que yo haya notado. Esta es otra de las numerosas
cualidades que la diferencia de su madre, cuyo hedor a animal, para mí la fragancia a
estofado de la vida misma, y que ni el perfume más fuerte podía disimular, fue lo
primero que me atrajo de ella, hace tantos años. Ahora, misteriosamente, en mis
manos hay trazas del mismo olor, su olor, no puedo librarme de él, por mucho que me
las retuerza.
John Banville. El Mar
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A las tres de la mañana, después de una de esas intempestivas duchas calientes que
sólo ayudan a fijar la desesperación y el cansancio, me tendí en la cama de Lo, que
olía a castañas y rosas, a menta, a ese delicado y peculiar perfume francés que le
había permitido usar hacía poco. Sólo entonces fui capaz de asimilar el hecho de que
por primera vez en dos años estaba separado de mi Lolita.
Vladimir Nabokov. Lolita
La fragancia de la amada
Es de noche. Llueve. En la casa desierta
(ella me ha dejado hace un año),
ordenando el arcón de los trajes,
surgen de golpe de uno de ellos
flores rojas de malvavisco,
su perfume personal de magnolia.
Y la vuelvo a encontrar entre mis brazos,
me acaricia con esa leve fragancia
que me repite las palabras de amor de un tiempo.
Llueve más fuerte: hace frío.
Intento dormir con la huella de su perfume
Que la ha hecho revivir unos instantes para mí.
Po Chu I
6. EL OLOR QUE NOS DEFINE
Quedaron luego mirándose en silencio, y él sintió el perfume que venía en olas
sin fuerza desde el pecho de Perla, que subía y bajaba junto al portal vacío."
Juan Carlos Onetti
Un olor, un aroma que desprende una persona va variando a lo largo de su
vida: la lozanía, la juventud desprende un aroma reconocible y la vejez también
paga el tributo del acabamiento en el olor. Estas diferencias en el tiempo se
pueden solapar con el uso de perfumes, sin embargo, la realidad es que, así
como cambia nuestro cuerpo con el paso del tiempo, de la misma manera
cambia el olor que de él se desprende a lo largo de nuestra vida. Es
perfectamente distinguible el olor de un niño recién nacido, el de una madre que
está amamantando a su hijo; el de un joven en su adolescencia y el de una
anciana o un anciano en la última etapa de su vida.
Veamos este otro fragmento del escritor italiano Luigi Capuana.
“El doctor Hammond de Nueva York, ha curado a un hipocondríaco que desprendía de
su piel olor a violeta, otro que desprendía un olor a pan fresco, dos histéricas que olían
a lirio y olor a piña. Un doctor con un nombre que parece un estornudo Orowicz, si no
me equivoco, tuvo una paciente histérica que exhalaba efluvios de vainilla. Estamos
hechos así, ¿Dios bendito! Y por una parte se avanza demasiado deprisa, y, por otra,
se plantea la hipótesis de que a cada estado psicológico corresponde la producción de
- 113 -
determinados olores que cada pensamiento nuestro (aunque por defecto de nuestros
sentidos no seamos capaces de darnos cuenta), se traduce continuamente en un
lenguaje de olores.
Luigi Capuana. Perfume. E. El Nadir, 2007
Escribe una historia cuyo tema central sea el olor que desprenda un
enfermo o una enferma. Plantéate esta pregunta: ¿Qué sucedería si una
persona enfermara y despendiera un olor a caramelo? ¿Cómo se comportaría?
¿En qué lugar viviría? ¿Cómo la diagnosticarían los doctores? ¿Qué nombre
tendría su enfermedad?¿qué remedios habría para ella? ¿Qué repercusiones
tendría en los demás? ¿Sería contagiosa su enfermedad? Continúa haciendo
preguntas similares a ésta y escribe un pequeño cuento.
El escritor estadounidense William Faulkner escribió un cuento titulado “Una
rosa para Emily” en el que aparece la protagonista en las distintas etapas de su
vida hasta su muerte. El cuento está narrado in ultima res, es decir, comienza
en el mismo día de su muerte y luego comienza un complejo entrelazado de
Dejando aparte esta aclaración de carácter compositivo, ponemos aquí
ejemplos de las distintas etapas de la vida de la señorita Emily: en orden
cronológico, muy distinto al orden en el que aparece en el relato.
…Al fondo, la esbelta figura de la señorita Emily, vestid de blanco: en primer término,
su padre dándole la espalda, con un látigo en la mano, y los dos, enmarcados por la
puerta de entrada a su mansión. Y así, cuando ella llegó a sus 30 años, con un látigo
en la mano, y los dos, enmarcados por la puerta de entrada a su mansión. Y así,
cuando ella llegó a sus 30 años en estado de soltería, no sólo nos sentíamos
contentos por ello, sino que hasta experimentamos como un sentimiento de venganza.
A pesar de la tara de locura en su familia, no hubieran faltado a la señorita Emilia
ocasiones de matrimonio, se hubiera querido aprovecharlas. (Emily tiene 30 años)
…La señorita Emily estuvo enferma mucho tiempo. Cuando la volvimos a ver, llevaba
el cabello corto, lo que la hacía aparecer más joven que una muchacha, con una vaga
semejanza con esos ángeles que figuran el los vidrios de colores de las iglesias, de
expresión a la vez trágica y serena (30 año, un poco más tarde)
…- Necesito un veneno- dijo al droguero. Tenía entonces algo más de los 30 años y
era aún una mujer esbelta, aunque algo más delgada de lo usual, con ojos fríos y
altaneros brillando en un rostro del cual la carne parecía haber sido estirada en las
sienes y en las cuencas de los ojos, como debe parecer el rostro del que se halla al pie
de una farola. (Algo mayor de 30 años)
…Todos se pusieron en pie cuando la señorita Emily entró – una mujer pequeña,
gruesa, vestida de negro, con una pesada cadena en trono al cuello que le descendía
hasta la cintura y que se perdía en el cinturón-; debía de ser de pequeña estatura;
quizás por eso lo que en otra mujer pudiera haber sido tan solo gordura, en ella era
obesidad. Parecía abotagada, como un cuerpo que hubiera estado sumergido largo
tiempo en agua estancada. Sus ojos, perdidos en las abultadas arrugas de su faz,
parecían dos pequeñas piezas de carbón, prensadas entre masas de terrones, cuando
pasaban sus miradas de uno a otro de los visitantes, que le explicaban el motivo de su
visita. (Emily alrededor de los 70 años)
…Cuando vimos de nuevo a la señorita Emily había engordado y su cabello empezaba
a ponerse gris. En pocos años este gris se fue acentuando, hasta adquirir el matiz del
- 114 -
plomo. Cuando murió a los 74 años, tenía aún el cabello de un intenso gris plomizo, y
tan vigoroso como el de un hombre joven…( 74 años)
# La señorita Emily aparece descrita por William Faulkner en diferentes momentos de
su vida, pero no sabemos qué perfumes, qué olor podría desprender nuestra
protagonista en cada momento. La propuesta consiste en insertar un pequeño párrafo
describiendo el perfume que desprendía la señorita Emily en cada momento de su
vida. Hay que tener en cuenta que cada situación es diferente: Emily en su casa con su
padre, Emily enferma; la señorita enamorada; Emily cuando enloquece; Emily
muerta…
Para hacer estos pequeños textos, es conveniente leer el cuento que aparece al final
de capítulo, y, para escribirlos, podemos utilizar el activador de transformación del
objeto juntamente con los cuadros referidos a las esencias y a los perfumes que
aparecen a lo largo del capítulo. Utiliza comparaciones y adjetivos de tu propia
creación si lo crees necesario, Recurre también a las sinestesias.
Ej. Su pelo desprendía un olor amarillento y etéreo como esas flores que, al cortarlas,
se desvanecen entre los dedos y dejan un polvillo tenue y pegajoso Se podría decir
que su pelo olía a talquina y su piel a roseabunda
7. EL AROMA DE LAS CORRESPONDENCIAS
Los olores son más seguros que las visiones
y los sonidos para hacer sonar las cuerdas del corazón
R. Kipling
Además de las personas y las cosas, también los conceptos y las ideas se
pueden representar a través del olfato. A menudo, escuchamos frases referidas
el “olor del miedo” o del “olor de la soledad”. Estas figuras se llaman sinestesias
(del griego συν, 'junto, y αισθησία, 'sensación'), es, en retórica, estilística y en
neurología, la mezcla de varios sentidos.
Ej. Ray Bradbury. Crónicas marcianas.
Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el
tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo?
Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste, y unas gotas sucias que
caen sobre cajas vacías, y un sonido de lluvia. Y aún más ¿a qué se parecía el
tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una
película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden
como esos globitos de cine muy viejo, que descienden y descienden en la nada.
Eso era el tiempo: su sonido, su olor. Y esa noche (Tomás sacó una mano
fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo.
Vamos a hacer definiciones poéticas utilizando sinestesias: definamos el
miedo, el olvido, el tiempo, el olor de nuestra abuela, etc.
- 115 -
Matriz. 1ª definición: Nombre+ frase complementaria
2ª definición .Se repite la misma estructura en las tres frases
3ª definición
Ej. Ramón Dachs
Polvo acumulado en libros
Huellas en el desván
Fotos que envejecen
(El olvido)
Ruidos en la noche
Temblor en los labios
Miradas de sangre
(el miedo)
Haz un torbellino de ideas sobre los olores de diversas personas que te han
acompañado en tu vida. Recuerda el olor de tu abuela, de tu madre o de tu
padre, de tu primera novia o novio. Después, escribe pequeños poemas como
el que te mostramos
8. EL MAL OLOR
Fétido, hediondo, pestilente, maloliente…estas son unas cuantas
denominaciones del mal olor. La literatura ha tratado estos temas en múltiples
ocasiones relacionando el mal olor con la maldad o la fealdad:. Sería poco
imaginable una princesa del cuento tradicional que despidiera un olor
desagradable y, aún así, se casara con el príncipe azul sin haber remediado su
problema de olor corporal; tampoco podría tener mucho éxito un mercado
oriental poblado de olores pestilentes y pútridos. Sin embargo, las palabras nos
pueden sumergir en historias apasionantes en las que el olor desagradable,
incluso insoportable lo domina todo, transmitir estas sensaciones a los lectores
sin tener éstos que sufrirlos y, hacerlo tan fielmente que, si alguna vez
llegáramos a percibir un olor que nunca hemos tenido ocasión de tenerlo
delante, quizás podríamos llegar a reconocer gracias a las descripciones que
algunos autores nos han dejado en sus páginas.
Un ejemplo lo tenemos en El perfume, de Patrick Süskind, que nos hace una
descripción maloliente del París del siglo XVIII. Otros autores, como los
realistas del siglo XIX han dejado en sus obras testimonios olfativos
desagradables: el olor de las calles de Londres en Dickens o los olores de los
campos de batalla en Tolstoi.
En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas
concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios
interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera
podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero;
los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a
sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los
- 116 -
orinales. Las chimeneas apestaban a azufre; las curtidurías, a lejías cáusticas;
los mataderos, a sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a
ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a
cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria
y a tumores malignos. Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las
iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los palacios. El
campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del
maestro; apestaba la nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un
animal carnicero y la reina como una cabra vieja, tanto en verano como en
invierno, porque en el siglo XVIII aún no se había atajado la actividad corrosiva
de las bacterias y por consiguiente no había ninguna acción humana, ni
creadora ni destructora, ninguna manifestación de la vida incipiente o en
decadencia que no fuera acompañada de algún hedor.
El Perfume. Patrick Süskind
" Haz un Torbellino de ideas de malos olores y describe un lugar que te sea
familiar (un váter, la escuela, un paisaje con animales, un establo, etc.) en la
que el mal olor predomine como en el texto del ejemplo.
En el cuento de Roberto Arlt La ola de perfume verde se describe un olor
desconocido y pestilente que se extiende por la ciudad y que provoca
determinados efectos en las personas y en los animales. Veamos algunos
fragmentos.
…El olfato de profesor Hagenbuk había funcionado un poco defectuosamente,
pero debo convenir que no éramos nosotros solos los que percibíamos ese olor
en aquel restaurante de después de media noche, concurrido por periodistas y
gente ocupada en trabajos nocturnos, sino que también otros comensales
levantaban intrigados a la cabeza y fruncían la nariz, buscando alrededor el
origen de esa pestilencia elaborada como con gas de petróleo y esencia de
clavel…
…A las tres de la madrugada la ciudad estaba completamente despierta. La
tesis de que el hedor-clavel petróleo fuera determinada por la emanación de un
gas de guerra, se había desvanecido, debido a la creencia general en nuestro
público de que los gases de guerra son de efecto inmediato. Lo cual contribuía
a desvanecer un pánico que hubiera podido tener tremendas consecuencias.
“…Comunican que la ola de perfume verde ha llegado a San Juan”…
…Este perfume penetrante petróleo- clavel se fijaba en las pituitarias con tal
violencia, que terminaba por hacer vibrar en la pulpa del cerebro cierta
ansiedad crispada. Las personas se revolvían en las camas impacientes,
aturdidas por la calidez de la emanación repugnante, que acababa por infectar
los alimentos de un repulsivo sabor aromático. Muchos comenzaban a
experimentar los primeros ataques de neuralgia, que en algunos se prolongaron
durante más de sesenta horas…
Este curioso y humorístico cuento de Arlt continúa enumerando las
consecuencias que la ola de perfume verde causó en la población y en el
- 117 -
profesor Hagenbuk que escribió un tratado titulado “Descripción de los efectos
que los hidrocarburos cometarios pueden ejercer sobre las poblaciones de la
Tierra”
Te proponemos dos ejercicios: el primero sería darle un nombre a ese
perfume petróleo-clavel del que habla Arlt.
El segundo es narrar un fenómeno semejante a la ola de perfume verde,
describir los efectos que puede causar en las personas, las instituciones, el
paisaje, etc. y darle un nombre al fenómeno. Haz un TI para trabajar en todos
estos aspectos. Recurre también a los TI de buenos olores y de malos olores
para elaborar el texto.
9. EL OLFATO DOMINADOR
Rápido, efímero, dulce, breve
El perfume y el anhelo de un minuto
W. Shakespeare
En las antiguas Grecia y Roma existía la creencia en la magia. Se hacía una
clara distinción entre la magia buena, que era practicada por los augures,
hombres que tenían una función estatal y ejercían una influencia considerable
entre los estadistas. En cambio, la magia considerada como una mala influencia
era practicada fundamentalmente por mujeres (maleficae) Las hechiceras más
conocidas de la antigüedad clásica son Circe y Medea que se convirtieron en
los arquetipos de la hechicería de la antigüedad. Desde entonces, hemos
asistido ininterrumpidamente a la proliferación de magos y magas, hechiceros y
hechiceras que, contra viento y marea y a pesar de los graves tormentos y
ejecuciones que sufrieron a partir de la Edad Media y varios siglos más
adelante, sin embargo, no han dejado de existir y, aún hoy en día todavía
asistimos a sus predicciones, conjuros y consejos tanto a través de consultas
privadas o su intervención a través de los medios de comunicación.
En su famosos libro El retrato de Dorian Grey, el escritor irlandés Oscar Wilde
retrata una de las tares a las que se dedica su protagonista.
…Por ello se entregó durante algún tiempo al estudio de los perfumes y a los secretos
de su fabricación, destilando aceites intensamente aromáticos, y quemando gomas
odoríferas del Oriente, lo que le permitió darse cuenta de que no había estado de
ánimo que no tuviera correspondencia en la vida de los sentidos, consagrándose a
descubrir sus verdaderas relaciones, preguntándose por qué el incienso empuja a la
mística, por qué el ámbar gris desata las pasiones, por qué la violeta despierta el
recuerdo de amores muertos y por qué el almizcle perturba el cerebro y el champac la
imaginación, tratando en repetidas ocasiones de elaborar una verdadera psicología de
los perfumes, y de calcular las diversas influencias de las raíces poseedoras de olores
suaves, de las flores cargadas de polen, o de los bálsamos aromáticos, de las maderas
oscuras y fragantes, del espicanardo que provoca la náusea, de la hovenia que
enloquece y del os áloes de los que se dice que logran expulsar del alma la
melancolía…
Oscar Wilde. El retrato de Dorian Grey
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Hagamos un recuento de los perfumes y sus efectos tal y como los narra Oscar
Wilde.
aceites
gomas odoríferas
incienso
ámbar
violeta
almizcle
Destilar
Quemar
Empuja a la mística
Desata las pasiones
Despierta el recuerdo de amores
muertos
Perturba el cerebro
champac
Perturba la imaginación
espinacardo
Provoca la náusea
hovenia
áloe
Causa la locura
Expulsa la melancolía
1. EUCALIPTO- se usan con fines terapéuticos. Tanto la decocción de las hojas como
el aceite esencial son febrífugos y expulsan parásitos intestinales. Son cicatrizante de
heridas y
2. ALBAHACA- es eficaz contra el dolor de estómago, la falta de apetito y el
estreñimiento
3. ARTEMISA- Tiene la facultad de provocar y regular la menstruación en caso de
periodos irregulares
4. MEJORANA- es muy adecuada para problemas del aparato digestivo, abre el apetito
y es
5. MENTA_ para el aparato digestivo y para aliviar los dolores menstruales
6. ORÉGANO- contribuye al buen funcionamiento de la vesícula biliar y el hígado
7. ROMERO- Influye positivamente en los trastornos gastrointestinales, dolencias
renales, reuma, gota, agotamiento nervioso y ayuda a fortalecer a los convalecientes.
8. SALVIA- ayuda a que se haga bien la digestión y, tomándola en infusión, es un buen
medio para combatir la sudoración excesiva, usándose, además, para enjuagues bucofaringeos.
9. TOMILLO- Sirve para aliviar las alteraciones gástricas o intestinales y forma parte de
muchos
10. AJO- Regula tas funciones glandulares y normaliza las secreciones de humores
digestivos
11. NABO- Anticatarral, anti inflamatorio. El caldo de este tubérculo se beba como
pectoral y calmante, contra las enfermedades inflamatorias del pecho, la tos,
bronquitis, asma e 12. ANIS- La semilla de anís posee propiedades estomacales,
estimulantes, anti inflamatorias y digestivas, expulsa los gases del estómago y de los
intestinos, calma los dolores de cabeza. El aceite de anís sirve para matar los piojos de
la cabeza de los niños.
- 119 -
13. ACHICORIA- Sus hojas se comen crudas en ensaladas, es refrescante digestiva,
aperitiva y tónica; depura la sangre y los riñones es muy útil a las personas de
temperamento bilioso e histérica
#
La magia de la creación.
“El perfume es el eco de las flores”
Ramón Gómez de la Serna
De acuerdo con el texto de Oscar Wilde y utilizando la tabla anterior y las
propiedades de las plantas, podemos crear perfumes nuevos, añadiendo
elementos de nuestra cosecha para hacerlos personales y únicos.
Por ejemplo
o
o
o
o
o
o
o
Un perfume para una famosa actriz de cine.
Un perfume paar un político honesto
Un perfume para un político corrupto
Un perfume para un famoso presentador de televisión
Un perfume para Napoleón
Un perfume para Cleopatra
Un perfume para un faraón…etc.
Para crear estos perfumes, haremos un Torbellino de Ideas sobre la
personalidad del futuro dueño del perfume. También debemos pensar en los
efectos que queremos que este perfume cause en los demás y no olvidarnos de
darles un nombre que sea atractivo para su venta.
10.
LOS RITUALES. EL HUMOR
A pesar de que nadie cree en ella, la magia sigue atrayendo a todo tipo de
gente, bien a aquella que, por ignorancia o por creer que puede haber atajos en
la obtención de determinados beneficios o a la que, por juego o por tradición
recurre a rituales, conjuros o amuletos que puedan resultarles útiles. En los
rituales y en los conjuros, la palabra mezclada con los ingredientes que se
utilizan crea una especie de efecto hipnótico que ayuda a que la persona que
busca estas fórmulas como remedio a sus carencias acabe creyendo en ellas.
11.
RITUAL DE PURIFICACIÓN
Ingredientes:
Plantas frescas o secas de Jazmín, Lavanda, Canela, Romero y Salvia 1 vela blanca
Sal.
.Llena un recipiente con agua (si es de lluvia mucho mejor). Ponlo al fuego.
Añade todas las plantas y un puñado de sal. Déjalo hervir 10 minutos, apaga el
fuego y espera que se enfríe la infusión. Tienes que colar la infusión. Prepárate
un baño al que echas la infusión.
- 120 -
Encienda en el baño una vela blanca y métete en la bañera. Si no tienes
bañera, toma un ducha con lavado de cabello y termina echándote la infusión
encima de la cabeza.
Mientra te relajas, repita esta oración:
Agua y Fuego - vuestra ayuda os ruego. El agua me quita toda impureza. Mi casa
quedará como una fortaleza Contra las fuerzas del mal me protege este ritual.
Con esta limpieza yo quedo protegido de pie a cabeza.
Deja que tu cuerpo se seca al aire.
Encienda una varilla o cono de incienso de Romero, sándalo o salvia y pasa el
humo por todas las esquinas de la habitación donde vas a efectuar el ritual.
Ponte ropa blanca, suelta y ¡ya estas listo!
12.
RITUAL DEL DINERO
Para conseguir dinero o mejoras económicas.
Materiales:
Una vela amarilla ungida con aceite del dinero.
Incienso de canela o jazmín.
Perfume aroma de Verbena o Pino.
Un saquito amarillo.
Cordón verde para atar el saquito.
Un cordón dorado.
Purpurina dorada.
Un pedacito de imán.
Una moneda dorada.
Ceniza de una hoguera de San Juan.
Procedimiento
Enciende la vela verde la noche de San Juan (preferiblemente usando alguna
madera de la hoguera) y luego enciende el incienso.
Toma el cordón dorado y hazle siete nudos en él, mirando la vela y
visualizando, al realizar este acto, que atraemos el dinero hacia nuestro bolsillo.
Al tensar cada nudo se dirá:
"Por las fuerzas de esta noche mágica, ato el dinero hacia mí."
Realizado esto, toma la mitad de la purpurina y la arrójala al aire, de modo que
parte de ella nos caiga encima. Dices "Que este polvo brillante ilumine y guíe el
camino del dinero hacia mí"
A continuación, introduce en el saquito el cordón con los nudos, una bolita con
cera de la vela (mejor si la amasamos en forma de moneda y trazamos un
pentagrama sobre ella), parte de la purpurina que queda y un poco de ceniza
de la hoguera. A continuación, debes decir:
- 121 -
"¡Símbolos de la prosperidad y de los poderes de esta noche mágica, llenen mi
saquito del dinero para atraer hacia mí el bienestar económico que me está
destinado, para llenar mi vida de tranquilidad y felicidad por el poder de este
saquito de San Juan! ¡Que así sea!."
Deja arder la vela hasta el final. Tras esto, se añadirá a la bolsa un pedacito de
imán, y una moneda dorada cierra el saquito con el cordón verde y llévalo
contigo durante todo el año o bien debes ponerlo debajo de tu colchón.
# Pues como no podemos tomarnos en serio estos rituales que solucionan
nuestros problemas a través de la palabra, de las hierbas mágicas y de
acciones sin sentido, la propuesta de escritura es hacer un ritual en tono
humorístico, exagerando las acciones y buscando que el olor sea el
protagonista. Ej.
13.
CONJURO PARA QUITARLE LA HALITOSIS A
MI AMADO
Ingredientes
•
•
•
•
•
•
Un cepillo de dientes, si es posible, eléctrico
12 hojas de menta fresca
3 cucharaditas de tomillo comprado en bote
10 hojitas de salvia
1 pizca de autoridad
4 gritos bien ensayados
Llenar una olla de agua bien grande para que la infusión dure varios días y
llevarla a ebullición. Echar las hierbas, la pizca de autoridad y los gritos bien
ensayados. Hacer que cueza durante media hora. Enfriar y servir en una taza
de porcelana fina.
Para que ese conjuro funcione bien, es necesario que nos armemos de valor y
digamos estas palabras mágicas. “por los cuernos de Satán (o cualquier otra
expresión que suene a amenaza), o te tomas este brebaje que te he preparado
o te vas a casa de tu madre”
Hacer este tratamiento durante varios días. ¡Ah! L más importante es que le
regales el cepillo de dientes eléctrico y que se lave los dientes tres veces al día.
Si el tratamiento no funciona, te recomendamos que dejes a tu amado y que
otra le aguante la halitosis.
- 122 -
14.
EL APÉNDICE NASAL
Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan los lentes cuando se
tienen sobre la nariz.
Gustavo Dorz
La nariz, el elemento fundamental para percibir el olor, siempre ha sido objeto
de admiraciones y chanzas dependiendo de su tamaño o su belleza. Famosa
ha sido la leyenda sobre Cleopatra y su nariz que, dicen, era su rasgo físico
más característico y por el que era alabada aunque la desilusionante
investigación histórica haya demostrado lo contrario. Otros ilustres conocidos
por sus obras, pero también por su famosa nariz han sido distinguidos con
apodos o referencias a este apéndice tan notorio como el poeta latino Ovidio,
cuyo apodo era Nasón por las dimensiones desproporcionadas de su nariz o,
en la literatura, el personaje de Cyrano de Bergerac, cuya desdicha era poseer
una nariz enorme lo que le impedía ser reconocido por su brillantez e
inteligencia. En nuestra literatura española, el texto más famoso en el que la
nariz es la protagonista absoluta, es el soneto satírico que Francisco de
Quevedo escribió parodiando a Luís de Góngora.
A una nariz
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
Francisco de Quevedo
Este soneto consta de dos cuartetos y dos tercetos, con rima ABBA, ABBA,
CDC, DCD. En este texto, debemos conservar la estructura del poema, la rima
y la anáfora (repetición de palabras: érase…) para hacer más clara la parodia
- 123 -
#
Parodiemos al parodiador escribiendo un poema homofónico al de l de D.
Francisco. Ej.
Érase un hombre a una nariz pegado
Érase una nariz superlativo
Érase un hombro de una perdiz dañado
Érase una perdiz muy decidida…
Y así seguimos el poema: sustituyendo las palabras clave del poema por otras
que tengan el mismo sonido como ya hemos indicado en ejercicios anteriores.
Una rosa para Emily
Por William Faulkner
The Modern Library, Random House. Nueva York, 1946
1.
Cuando murió la señorita Emily Grierson, todo nuestro pueblo fue a su funeral: los hombres por
una especie de respetuoso afecto hacia un monumento caído, las mujeres sobre todo por la
curiosidad de ver el interior de su casa, que nadie, excepto un viejo criado —mezcla de
jardinero y cocinero— había visto, por lo menos, en los últimos diez años.
Era una casa de madera, grande, más bien cuadrada, que alguna vez había sido blanca; estaba
decorada con cúpulas, agujas y balcones con volutas, según el airoso y pesado estilo de los
setenta. Se ubicaba en la que antiguamente fue nuestra mejor calle, después invadida por
talleres y limpiadoras de algodón que se inmiscuyeron e hicieron caer en el olvido incluso los
apellidos más ilustres de ese vecindario. Sólo la casa de la señorita Emily seguía alzando su
obstinada y coquetona decadencia por encima de los camiones de algodón y las bombas de
gasolina —un adefesio entre adefesios. Y ahora la señorita Emily había ido a reunirse con los
que otrora portaran aquellos ilustres apellidos en el lánguido cementerio de cedros, donde
yacían entre las tumbas, ordenadas en filas y anónimas, de los soldados de la Unión y la
Confederación que cayeron en la batalla de Jefferson.
En vida, la señorita Emily había sido una tradición, una preocupación y un deber; algo así como
una obligación hereditaria que recayó sobre el pueblo desde aquel día de 1894 en que el
coronel Sartoris, el alcalde —quien creó el decreto por el cual ninguna mujer negra podría salir
a la calle sin un delantal— le condonó el pago de impuestos desde la muerte de su padre y a
perpetuidad. No era que la señorita Emily hubiera aceptado una obra de caridad. El coronel
Sartoris inventó una complicada historia según la cual el padre de ella había prestado dinero al
pueblo, dinero que la comunidad, por cuestiones financieras, prefería pagarle de esta manera.
Sólo un hombre de la generación y con la mentalidad del coronel Sartoris podría haber
inventado algo así, y sólo una mujer podría haberlo creído.
Este acuerdo generó cierto descontento cuando la siguiente generación, con ideas más
modernas, llegó a la alcaldía y al Consejo. El primer día del año le enviaron por correo una
notificación del pago de impuestos. Llegó febrero y aún no había respuesta. Le escribieron un
oficio para pedirle que se presentara en la oficina del alguacil en cuanto le fuera posible. Una
semana después, el alcalde mismo le escribió, ofreciéndose a visitarla o enviarle su coche y
recibió como respuesta una nota escrita en un papel de apariencia anticuada, con caligrafía fina
y fluida y tinta desvanecida, en la que la señorita Emily le decía que ya no salía nunca. También
incluía la notificación del pago de impuestos, sin comentario alguno.
Convocaron a una junta especial de concejales. Una delegación fue a buscarla y tocó la puerta
por la que ningún visitante había pasado desde que ella dejó de dar clases de pintura en
porcelana ocho o diez años antes. El viejo negro los guió hacia un oscuro vestíbulo, desde
donde ascendía una escalera que se adentraba en una oscuridad todavía más profunda. Olía a
polvo y desuso —un olor a encierro, a humedad. El negro los condujo a la sala, donde había
pesados muebles de piel. Cuando él abrió las persianas de una ventana, pudieron ver las
grietas en la piel de los muebles y al sentarse, un ligero polvillo se elevó perezosamente
alrededor de sus muslos, girando con lentas motas a la luz del único rayo de sol. En un
caballete dorado deslustrado que se encontraba frente a la chimenea, se erigía un retrato al
carbón del padre de la señorita Emily.
- 124 -
Se levantaron cuando ella entró —una mujer pequeña y gorda, vestida de negro, con una
delgada cadena de oro que descendía hasta su cintura y desaparecía en su cinturón. Se
apoyaba en un bastón de ébano con cabeza de oro deslustrado. Su esqueleto era pequeño y
enjuto; quizás por eso lo que en otra persona hubiera sido simple gordura, en ella era obesidad.
Se veía hinchada y con el mismo color pálido que un cuerpo sumergido por mucho tiempo en
agua estancada. Sus ojos, perdidos en las protuberancias que formaban los pliegues de su
cara, parecían dos pequeños carbones presionados en un bulto de masa que se movían de una
cara a otra mientras los visitantes explicaban el motivo de su visita.
Ella no los invitó a sentarse. Solamente se paró bajo el marco de la puerta y escuchó en
silencio hasta que el hombre titubeó y se detuvo. Entonces ellos pudieron escuchar el tictac del
invisible reloj que colgaba de la cadena de oro.
Su voz era seca y fría. “Yo no tengo que pagar impuestos en Jefferson. El coronel Sartoris me
lo explicó. Quizás alguno de ustedes pueda tener acceso a los registros de la ciudad y
comprobarlo por sí mismo.”
“Ya lo hicimos. Somos las autoridades de la ciudad, señorita Emily. ¿No recibió una notificación
del alguacil, firmada por él mismo?”
“Sí, recibí un papel —dijo la señorita Emily—. Quizás él se cree el alguacil… Yo no tengo que
pagar impuestos en Jefferson.”
“Pero, verá usted, no hay ningún registro que lo demuestre. Debemos seguir…”
“Vean al coronel Sartoris. Yo no tengo que pagar impuestos en Jefferson.”
“Pero, señorita Emily…”
“Vean al coronel Sartoris. (El coronel Sartoris había muerto hacía casi diez años.) Yo no tengo
que pagar impuestos en Jefferson. ¡Tobe! —el negro apareció—. Muéstrale a los caballeros
dónde está la salida.”
2.
Así que los venció, por completo, tal y como había vencido a sus antepasados treinta años
atrás en relación con el olor. Eso fue dos años después de la muerte del padre de la señorita
Emily y poco después de que su enamorado —el que todos creíamos que la desposaría— la
abandonara. Después de la muerte de su padre ella salía muy poco; después de que su novio
se fue, ya no se le veía en la calle en lo absoluto. Algunas damas tuvieron la osadía de buscarla
pero no las recibió, y la única señal de vida en el lugar era el negro —joven entonces— que
salía y entraba con la canasta del mercado.
“Como si un hombre —cualquier hombre— pudiera llevar una cocina adecuadamente”, decían
las damas. Así que no se sorprendieron cuando surgió el olor. Fue otro vínculo entre el mundo
ordinario, terrenal, y los encumbrados y poderosos Grierson.
Una vecina se quejó con el alcalde, el juez Stevens, de ochenta años de edad.
“¿Pero qué quiere que haga al respecto, señora?”, dijo.
“Bueno, mande a alguien a decirle que lo detenga —dijo la mujer—. ¿Acaso no hay leyes?”
“Estoy seguro de que no será necesario —dijo el juez Stevens—. Probablemente sea
solamente que su negro mató una víbora o una rata en el jardín. Hablaré con él al respecto.”
Al día siguiente recibió dos quejas más, una de ellas de un hombre que le dijo con tímida
desaprobación: “De verdad debemos hacer algo al respecto, juez. Yo sería el último en
molestar a la señorita Emily, pero debemos hacer algo.” Esa noche el Consejo se reunió —tres
hombres con barbas grises y un hombre más joven, miembro de la nueva generación.
“Es simple —dijo este último—. Enviémosle un aviso para que limpie su propiedad. Le damos
un plazo para hacerlo y si no lo hace…”
- 125 -
“Por Dios —dijo el juez Stevens—, ¿acusaría a una dama de oler mal en su propia cara?”
Así que la noche siguiente, después de media noche, cuatro hombres cruzaron el jardín de la
señorita Emily y se escabulleron en la casa como ladrones, husmeando a lo largo del
basamento de ladrillo y los huecos del sótano mientras uno de ellos hacía un movimiento
regular con el brazo, como de sembrador, sacando algo de un saco que colgaba de su hombro.
Rompieron la puerta del sótano y espolvorearon cal ahí y en todo el exterior de la casa. Cuando
cruzaron de nuevo el jardín, una ventana que había estado apagada estaba ahora iluminada y
se podía ver a la señorita Emily sentada, con la luz detrás de ella y la parte superior de su torso
inmóvil como la de un ídolo. Se deslizaron silenciosamente a través del césped hacia la sombra
de las acacias que bordeaban la calle. Después de una semana o dos el olor desapareció.
Eso fue cuando la gente ya había comenzado a sentir verdadera pena por ella. El pueblo
recordaba cómo la anciana Wyatt, su tía abuela, se había vuelto completamente loca y creía
que los Grierson se sentían más importantes de lo que realmente eran. Ningún joven era lo
suficientemente bueno para la señorita Emily y su familia. Habíamos pensado durante mucho
tiempo en ellos como si fueran un cuadro, la delgada figura de la señorita Emily en el fondo y la
figura de su padre al frente, con la espalda vuelta hacia ella y sujetando un látigo, ambos
enmarcados por la puerta principal abierta. Así que cuando ella cumplió treinta años y aún era
soltera, no fuimos precisamente complacidos, sino vengados; incluso con la locura de su
familia, ella no hubiera rechazado todas sus oportunidades si éstas se hubieran materializado
de verdad.
Cuando su padre murió, se rumoraba que la casa fue todo lo que le dejó, y de alguna forma, la
gente estaba contenta por ello. Finalmente podrían compadecerse de la señorita Emily. Al
quedar sola y pobre, se había humanizado. Ahora también ella sabría lo que eran la
desesperación y el temor de tener un centavo de más o de menos.
El día siguiente a la muerte de su padre, todas las damas se prepararon para ir a su casa y
ofrecer sus condolencias y ayuda, como es nuestra costumbre. La señorita Emily las encontró
en la puerta, vestida como siempre y sin señal alguna de aflicción en el rostro. Les dijo que su
padre no estaba muerto. Lo hizo durante tres días, con todo y que los ministros y los doctores la
buscaban tratando de persuadirla para deshacerse del cuerpo. Justo cuando iban a recurrir a la
ley y la fuerza, ella tuvo una crisis y ellos enterraron a su padre rápidamente.
Entonces no decíamos que estaba loca. Creíamos que tenía que hacer lo que hizo.
Recordábamos a todos los jóvenes que su padre había ahuyentado y sabíamos que, ahora que
nada le quedaba, tendría que aferrarse a quien la había robado, como cualquiera en su lugar lo
haría.
3.
Estuvo enferma durante mucho tiempo y cuando volvimos a verla, se había cortado el cabello,
lo que la hacía parecer una niña, con un ligero parecido a esos ángeles de los vitrales de las
iglesias —entre trágicos y serenos.
El pueblo acababa de aceptar los contratos para pavimentar las aceras y las obras comenzaron
en el verano que siguió a la muerte de su padre. La compañía de construcción llegó con negros
y mulas, maquinaria y un capataz llamado Homer Barron, yanki —un hombre grande, de piel
oscura, vivaz, con una voz fuerte y ojos más claros que su rostro. Los niños lo seguían en
grupos para escucharlo maldecir a los negros y a éstos cantar al compás con que subían y
bajaban los picos. Muy pronto Homer Barron conocía ya a todo el pueblo. Siempre que se
escuchaban risas en algún lugar de la plaza, él estaba en el centro del grupo. Poco tiempo
después comenzamos a verlo con la señorita Emily las tardes de domingo, conduciendo su
coche con ruedas amarillas y el par de caballos bayos de la caballeriza.
Al principio nos dio gusto que la señorita Emily estuviera interesada en alguien, porque todas
las damas decían: “Por supuesto, una Grierson no tomaría en serio a un obrero del norte.” Pero
otros, mayores, afirmaban que ni siquiera la aflicción podría hacer que una verdadera dama
olvidara la noblesse oblige —sin llamarla exactamente noblesse oblige. Solamente decían:
“Pobre Emily. Su familia debería visitarla.” Ella tenía algunos parientes en Alabama; pero años
atrás su padre se había peleado con ellos por la herencia de la anciana Wyatt, la loca, y ya no
- 126 -
había comunicación entre las dos familias. Ni siquiera habían enviado a alguien en su
representación al funeral.
Y tan pronto como los ancianos dijeron “Pobre Emily”, los rumores comenzaron. “¿Crees que
sea cierto? —se decían entre ellos—. Por supuesto que sí. ¿Qué más podría…?” Lo decían a
sus espaldas; y el susurro de la seda y el raso detrás de las persianas cerradas bajo el sol de la
tarde de domingo conforme sonaba el rápido clop-clop-clop de los caballos: “Pobre Emily.”
Ella llevaba la frente muy en alto —incluso cuando creíamos que había caído. Era como si
demandara más que nunca el reconocimiento de su dignidad como la última Grierson; como si
ese toque de desenfado reafirmara su impenetrabilidad. Como cuando compró el veneno para
ratas, el arsénico. Eso sucedió un año después de que comenzaran a decir “Pobre Emily”,
durante la visita de sus dos primas.
“Quiero un veneno”, dijo al droguero. Entonces ya rebasaba los treinta, era aún una mujer
delgada, aunque más delgada de lo normal, con ojos negros, fríos y arrogantes, en una cara
con la piel estirada sobre las sienes y alrededor de los ojos, como uno imaginaría que debe
verse la cara de un guardafaros. “Quiero un veneno”, dijo.
“Sí, señorita Emily. ¿De qué tipo? ¿Para ratas y cosas por el estilo? Le recomiendo…”
“Quiero el mejor que tenga. No me importa de qué tipo sea.”
El droguero mencionó varios. “Matarían hasta a un elefante. Pero lo que quiere es…”
“Arsénico —dijo la señorita Emily—. ¿Ése es bueno?”
“¿Arsénico?… Sí, señora. Pero lo que usted quiere…”
“Quiero arsénico.”
El droguero bajó la mirada. Ella lo miró, muy erguida, con el rostro como una bandera tirante.
“Bueno, por supuesto —dijo el droguero—. Si eso es lo que desea. Pero la ley exige que diga
para qué va a usarlo.”
La señorita Emily sólo lo miró, con la cabeza inclinada hacia atrás para verlo a los ojos, hasta
que él desvió la mirada, fue por el arsénico y lo envolvió. El repartidor, un niño negro, le llevó el
paquete; el droguero no volvió. Cuando ella abrió el paquete en su casa, estaba escrito sobre la
caja, debajo del símbolo de la calavera y los huesos cruzados: “Para ratas.”
4.
Así que al día siguiente todos dijimos “Va a suicidarse”; y pensábamos que era lo mejor que
podía hacer. Cuando se le había comenzado a ver con Homer Barron, habíamos dicho “Se
casará con él”. Luego dijimos “Todavía puede convencerlo”, porque el mismo Homer había
puntualizado que él no era para casarse, le gustaba alternar con hombres y se sabía que bebía
con los jóvenes en el Club de Elk. Después dijimos “Pobre Emily” detrás de las persianas,
cuando pasaban por la tarde de domingo en el brillante coche, la señorita Emily con la frente en
alto y Homer Barron con el sombrero ladeado y un puro entre los dientes, tomando las riendas y
el látigo entre sus guantes amarillos.
Luego algunas damas comenzaron a decir que era una desgracia para el pueblo y un mal
ejemplo para los jóvenes. Los hombres no querían intervenir, pero finalmente las damas
forzaron al pastor de la iglesia bautista —la familia de la señorita Emily pertenecía a la iglesia
episcopal— a que hablara con ella. Él nunca habría de decir qué pasó durante la entrevista,
pero se negó a regresar. Al domingo siguiente ellos pasaron de nuevo por las calles y el lunes
la esposa del ministro le escribió a los parientes de la señorita Emily en Alabama.
De modo que de nuevo tenía parientes bajo su techo y nosotros esperamos para ver los
acontecimientos. Al principio no sucedió nada. Luego estábamos seguros de que se casarían.
Nos enteramos de que la señorita Emily había ido con el joyero y le había pedido un juego de
tocador de plata para hombre, con las letras H.B. grabadas en cada pieza. Dos días después
nos enteramos de que había comprado un juego completo de ropa de hombre, incluyendo un
- 127 -
camisón para dormir. Entonces dijimos “Están casados”. De verdad estábamos contentos. Lo
estábamos porque las dos primas eran aún más Grierson de lo que la señorita Emily había sido.
De modo que no nos sorprendió que Homer Barron se fuera —las obras en las calles habían
terminado desde hacía algún tiempo. Nos desilusionó un poco que no hubiera una despedida
pública, pero creíamos que él se había ido para preparar la llegada de la señorita Emily, o para
darle la oportunidad de deshacerse de sus primas. (Para entonces ya era una conspiración y
todos éramos aliados de la señorita Emily para ayudar a ahuyentar a las primas.)
Efectivamente, después de una semana partieron. Y, como todos esperábamos, tres días
después Homer Barron volvió al pueblo. Una vecina vio al negro recibiéndolo por la puerta de la
cocina en la penumbra una noche.
Ésa fue la última vez que vimos a Homer Barron. También a la señorita Emily, por algún tiempo.
El negro entraba y salía con la canasta del mercado, pero la puerta principal seguía cerrada. De
vez en cuando la veíamos en la ventana por un momento, como cuando la vieron los hombres
que esparcieron la cal, pero durante casi seis meses ella no se apareció en la calle. Entonces
supimos que también esto era de esperarse; como si la personalidad de su padre, que había
frustrado su vida de mujer tantas veces, hubiera sido demasiado virulenta y furiosa como para
morir.
Cuando volvimos a verla, había engordado y su cabello se estaba volviendo gris. Con los años
se tornó gradualmente más gris hasta que llegó a ser de un gris acerado, entrecano parejo, y
así permaneció. El día de su muerte a los setenta y cuatro años seguía siendo el mismo brioso
gris acerado, como el cabello de un hombre activo.
A partir de entonces la puesta principal de su casa permaneció cerrada, excepto por un periodo
de seis o siete años, cuando ella tenía alrededor de cuarenta años, durante el cual dio clases
de pintura en porcelana. Acondicionó una de las habitaciones a manera de estudio en la planta
baja y allí le enviaban a las hijas y nietas de los coetáneos del coronel Sartoris, con la misma
regularidad y el mismo espíritu con que las mandaban a la iglesia los domingos, con una
moneda de veinticinco centavos para la canastilla de la limosna. Para entonces ya le habían
condonado el pago de impuestos.
Entonces la nueva generación se volvió la columna vertebral y el alma del pueblo, las alumnas
de pintura crecieron, se fueron y no enviaron a sus hijas con cajas de colores y tediosos
pinceles e imágenes recortadas de las revistas para damas a la casa de la señorita Emily. La
puerta principal se cerró por última vez detrás de la última alumna y permaneció cerrada para
siempre. Cuando el pueblo tuvo correo gratuito, únicamente la señorita Emily se negó a dejarlos
poner los números metálicos sobre su puerta y a instalar un buzón. Ella no los escuchaba.
Día con día, mes con mes, año con año, vimos al negro encanecer y encorvarse, entrando y
saliendo con la canasta del mercado. Cada diciembre enviábamos a la señorita Emily una
notificación para que pagara sus impuestos, notificación que regresaría por correo una semana
después, sin haber sido abierta. De vez en cuando la veíamos en una de las ventanas de la
planta baja —evidentemente, había cerrado el piso superior de la casa— como el torso tallado
de un ídolo en un nicho, sin que supiéramos si nos veía o no. Así siguió de generación en
generación —cercana, ineludible, impenetrable, impasible y perversa.
Y así murió. Se enfermó en la casa llena de polvo y de sombras, con sólo el negro senil para
atenderla. Ni siquiera nos enteramos de que estaba enferma; hacía mucho que habíamos
dejado de intentar obtener información del negro. Él no hablaba con nadie, quizás ni siquiera
con ella, ya que su voz se había vuelto áspera y oxidada, como por el desuso.
Ella murió en una habitación de la planta baja, en una pesada cama de nogal con cortina, su
cabeza gris apoyada en una almohada amarillenta y mohosa por el tiempo y la falta de luz del
sol.
5.
El negro recibió a las damas en la puerta principal, con sus cuchicheos silbantes y sus miradas
furtivas y curiosas, y luego desapareció. Atravesó la casa, salió por la parte trasera y nadie
volvió a verlo.
Las dos primas vinieron en seguida. Ellas organizaron el funeral al segundo día y recibieron al
pueblo que venía a ver a la señorita Emily bajo un ramo de flores compradas, con la cara al
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carbón de su padre meditando profundamente por encima del ataúd, las damas repugnantes
susurrando y los muy ancianos —algunos con sus uniformes de la Confederación recién
cepillados— en el porche y el césped, hablando de la señorita Emily como si hubiera sido
contemporánea suya, creyendo que habían bailado con ella y que quizás hasta la habían
cortejado, confundiendo el tiempo y su progresión matemática, como le pasa a los ancianos,
para quienes el pasado no es un camino que se estrecha, sino un vasto campo al que el
invierno nunca toca, separado de ellos por el estrecho cuello de botella de la década más
reciente.
Ya sabíamos que había una habitación en el piso de arriba que nadie había visto en cuarenta
años, cuya puerta debería forzarse. Esperaron, sin embargo, hasta que la señorita Emily
estuviera decentemente bajo tierra antes de abrirla.
La violencia al romper la puerta pareció llenar la habitación con un polvillo penetrante. Un paño
delgado como el de la tumba cubría toda la habitación que es taba adornada y amueblada
como para unas nupcias: sobre las cenefas de color rosa desvaído, sobre las luces rosas, sobre
el tocador, sobre los delicados adornos de cristal y sobre los artículos de tocador de hombre,
cubiertos con plata deslustrada, tan deslustrada que las letras estaban oscurecidas. Entre ellos
estaba un cuello y una corbata, como si alguien se los acabara de quitar; al levantarlos, dejaron
sobre la superficie una pálida medialuna entre el polvo. Sobre una silla estaba colgado el traje,
cuidadosamente doblado; debajo de éste, los mudos zapatos y los calcetines tirados a un lado.
El hombre yacía en la cama.
Durante un largo rato nos quedamos parados ahí, contemplando aquella sonrisa profunda y
descarnada. Parecía que el cuerpo había estado alguna vez en la posición de un abrazo, pero
ahora el largo sueño que sobrevive al amor, que conquista incluso los gestos del amor, le había
sido infiel. Lo que quedaba de él, podrido bajo lo que quedaba del camisón, se había vuelto
inseparable de la cama en la que yacía, y la cubierta uniforme del paciente y eterno polvo
cubría el cuerpo y la almohada a su lado.
Entonces nos dimos cuenta de que en la segunda almohada estaba la marca de una cabeza.
Uno de nosotros levantó algo de ella e, inclinándonos hacia delante, con el débil e invisible
polvo seco y acre en la nariz, encontramos un largo mechón de cabello color gris acerado.
William Faulkner
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Capítulo V.
EL SENTIDO DEL GUSTO
El Mundo es una gran olla, el corazón la cuchara. Según como remuevas, te
saldrá la comida”. Aforismo zen.
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EL GUSTO
“Dime qué comes y te diré quién eres”
Brillat-Savarin, “Fisiología del Gusto”
1.
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8.
9.
10.
EL SENTIDO DEL GUSTO
MESA Y MANTEL
LOS POETAS TAMBIÉN COMEN
LOS CLÁSICOS
LOS CUENTOS TRADICIONALES O MARAVILLOSOS
LOS SABORES DE LA NIÑEZ
LOS MANJARES PECADORES
COMER EN EL CIELO
COMER EN EL INFIERNO
LOS PACIENTES ALQUIMISTAS
El más débil de los sentidos, a decir de algunos clásicos y uno de los más
alabados últimamente, sobre todo desde que la nueva cocina, el saber comerque no el mero hecho de alimentarse- ha convertido a los cocineros en
restauradores, en maestros de obras de arte que nos conquistan el estómago,
los ojos, y la nariz a la vez que nos destrozan el bolsillo sin pasar por los
excesos de la gula, muy al contrario, el arte, ahora consiste en la escasez bien
administrada; en la conquista del sabor por encima de la cantidad, en la
sorpresa con la firma de los grandes, en una palabra: en el placer refinado que
pone a todos nuestros sentidos alerta ante un ofrenda delicada, picante, con
sentido del humor o con sabores llenos de evocaciones de lugares que nunca
hemos visitado, pero perfectamente reconocibles gracias a la buena retórica
del maitre, quién, sin tratar de parecer pedante, te pone en antecedentes de
aquella pequeña composición que tienes delante y a quién tú escuchas
reverentemente esperando que desaparezca para poder destrozar la obrita de
arte sin la menor piedad del artista.
Pero, hablemos del gusto en su sentido fisiológico.¿Cuál es el complejo
mecanismo que nos hace disfrutar de la comida?
1. EL SENTIDO DEL GUSTO
“Nadie puede ser sensato con el estómago vacío.”
George Elliot.
El gusto consiste en saber registrar el sabor e identificar las diferentes
sustancias que son disueltas por medio de la saliva en un proceso químico que
produce el llamado bolo alimenticio. En el acto de llevarnos un alimento a la
boca, nosotros somos capaces de identificar, no sólo los sabores dulce,
salado, agrio y amargo, sino también apreciar su textura y su temperatura.
El olfato es un aliado imprescindible para que el gusto funcione a la perfección
y así poder enviar al cerebro los sabores y las sensaciones que nos
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proporcionan placer o disgusto. De hecho, el olfato percibe antes que el gusto
el tipo de alimento que vamos a ingerir; así cuando estamos constipados y
nuestra nariz no funciona a la perfección, los alimentos nos parecen insípidos,
faltos de sabor.
En el complejo mecanismo que convierte los sabores en placer o disgusto
intervienen muchos elementos y fases; en primer lugar, los órganos propios de
la degustación: la nariz, la boca y la lengua que serán los encargados de
transmitir el sabor a un lugar de nuestro cerebro denominado centro gustativo;
además, en nuestra lengua se encuentran las papilas gustativas que son las
que trabajan para reconocer de manera inmediata los sabores primarios tan
pronto como los ingerimos. En nuestra lengua hay miles de papilas gustativas
funcionando para reconocer las combinaciones de sabores ayudadas por la
saliva, un líquido ligeramente alcalino secretado por las glándulas salivares
cuya función es ablandar la comida y favorecer la digestión. Y los dientes
juegan el imprescindible papel de cortar, triturar, desgarrar y masticar.
Como ya dijimos, el gusto, en realidad, el sabor, resulta de la interacción de los
sentidos del gusto y del olfato. Pero, además, hay más sensaciones que nos
proporciona la comida: la textura, el sabor fuerte de una hierba como la menta,
la efervescencia de las bebidas espumosas. A esto hay que añadir que la vista,
la presentación de la comida tiene un lugar primordial cuando vamos a comer.
Aunque los niños al nacer ya son capaces de percibir una gran variedad de
sabores, a medida que pasa el tiempo el gusto cambia y, al igual que con el
resto de los sentidos, la capacidad de saborear plenamente también disminuye
con la edad avanzada y ello puede provocar una disminución del apetito que
puede dar lugar a graves consecuencias si se descuida una alimentación sana
y completa.
También el sentido del gusto sufre de alteraciones que no han merecido la
atención de la comunidad médica, no así las enfermedades que pueden afectar
a este sentido como la estomatitis y sus múltiples manifestaciones de mayor o
menor gravedad, la glositis o la inflamación de la lengua y otras enfermedades
menos comunes pero, que si no se tratan pueden llegar a alterar nuestra salud
de manera considerable.
Médicos y restauradores parecen coincidir en el hecho de relacionar comida
con buena salud. Y así, hoy en día hay un abandono de las comidas
pantagruélicas y ricas en grasas que son sustituidas por platos sanos pero no
menos sabrosos. Pero dejemos las aportaciones de la nueva cocina para más
adelante.
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2. MESA Y MANTEL
”Mis gustos son aristocráticos; mis acciones, democráticas”
Víctor Hugo
No existe un buen festín si no está todo dispuesto para agradar todos nuestros
sentidos. El comer por comer es gula, que no gustar ni saborear. Así que,
preparemos la mesa y el mantel y dispongámonos a recibir a nuestros
invitados. Desde los tiempos más remotos en los que existen manuales o libros
de cocina, en ninguno de ellos se omite el arte de saber agradar; una mesa
amplia y cómoda, un mantel limpio y, en algunos casos lujoso; vajilla, cristalería
y cubertería componen la escenografía perfecta para representar la ceremonia
de la degustación. Un buen anfitrión o anfitriona no deben descuidar ningún
detalle, aún en los tiempos que corren en los que la falta de tiempo parecen
estar en contra de la búsqueda de la sofisticación un verdadero arsenal de
elementos fáciles de usar y limpiar compuesto por sencillos manteles,
servilletas de papel de colores combinados, vasos de caprichosas formas,
detalles para la mesa e invitados, se muestran en tiendas especializadas en la
buena mesa y la buena presentación. Así, la vista el olfato y el oído- nunca falta
una buena música en una cena de amigos- se alían para ofrecerle al invitado
momentos previos que serán como un cortejo para llegar en condiciones
inmejorables a la buena mesa.
Aunque las normas para ser un buen anfitrión y un buen invitado parece que
las sabemos todos desde siempre, casi sin darnos cuenta y sin que nadie nos
las hubiera enseñado, sin embargo, varios autores han escrito sobre ellas; de
comportarse con las convenciones adecuadas depende el éxito de la reunión,
casi tanto o más que de los buenos manjares. Naturalmente, las formas de
relación han cambiado con los tiempos, ahora somos menos barrocos, menos
formales en nuestros encuentros sociales, y han quedado para ocasiones muy
restringidas y especiales las rígidas reglas que presidían un banquete.
Brillat-Savarin, en Fisiología del gusto, escribió unas recomendaciones para
ser un buen anfitrión, claro que corría el año de 1825. Prestemos atención por
si todavía podemos aprender algo. Nuestro insigne cocinero nos recomendaba
lo siguiente:
o
o
o
Que el número de invitados no exceda de doce, a fin de que la conversación
pueda ser constantemente general .Hoy en día, el número trece sigue sin ser
una buena idea en las mesas.
Que sean elegidos de tal manera que tenga ocupaciones variadas, sus gustos
parecidos y que tengan puntos de contacto que no les obliguen al recurso de la
formalidad odiosa de las presentaciones. Esta última una buena idea que se
podía recuperar para no tener que soportar cenas de negocios o de
compromiso en las que unos pocos conocen a unos cuantos y el resto no
conoce a nadie.
Que el comedor esté bien iluminado, los cubiertos muy limpios y la temperatura
sea de trece a dieciséis grados. En nuestras casa ponemos la temperatura más
alta, quizás entonces los complicados ropajes compensaban la falta de
temperatura ambiente.
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o
o
o
o
o
o
Que los hombres estén llenos de un buen espíritu y las mujeres sean amables
sin llegar a ser excesivamente coquetas.
Que los alimentos hayan sido elegidos con gran cuidado y exquisitez, pero en
cantidad restringida; los vinos de primera calidad y cada uno con la graduación
adecuada.
Que la progresión, para los primeros platos vaya de los más sustanciosos a los
más ligeros; y para los segundos de los más simples a los más complicados.
Que el café esté hirviendo y los licores sean de una calidad digna de los
grandes maestros.
Que el salón que debe recibir a los invitados sea de gran amplitud para permitir
organizar algún juego a aquellos que lo deseen. En este punto nos paramos
para mostrar nuestra envidia: pocas casas de hoy en día tienen el espacio
adecuado para organizar juegos, a no ser que hablemos de la play-station.
Que los huéspedes estén entretenidos por el placer de estar en sociedad y
esperanzados por que la velada no trascurra sin prometer placeres ulteriores.
En ocasiones esta esperanza todavía se mantiene.
Brillat-Savarin
Y todavía continua Brillat-Savarin dando consejos a sus coetáneos para ser el
perfecto anfitrión. Nosotros dejamos aquí sus consejos pues ya nos hemos
hecho una idea, no estamos seguros de poder cumplir todas las disposiciones
pero, las cosas no parece que hayan cambado demasiado si de satisfacer a
nuestros amigos y a nosotros mismos se trata.
Mucho más tarde, el escritor Julio Camba, en su libro La casa de Lúculo nos
proporciona las Normas del perfecto invitado, que aunque menos completas y
exigentes, completan el círculo propuesto por Brillat-Savarin para que todo
salga perfecto, si bien, en este caso, el sentido del humor y la ironía le dan un
tono de exageración e incredulidad a las proposiciones del escritor.
Veamos cuales son esas normas:
Cuando aparezca en la mesa un plato notoriamente inferior a todos los otros, elógiese
sin reservas. Indudablemente, ese plato es obra de la dueña de la casa. Desde luego
esta es una llamada de atención a un invitado despistado o poco sutil que no repara
en decir la verdad sobre un plato cuando nadie se la pide, y lo que es peor, nadie- y
menos el autor o autora del plato- se lo va a agradecer.
No se lleve usted nunca, durante la comida, el cuchillo a la boca y reserve para mejor
ocasión sus habilidades de tragasables. Todos tenemos conocidos que con el cuchillo
que pelan la fruta y con una habilidad extraordinaria pinchan el pedacito que han
cortado y se lo llevan a la boca haciendo caso omiso al tenedor que se les ha puesto
en el lado izquierdo.
No diga usted jamás “¡Qué sopa tan rica! Es la mejor sopa que he oído en mi vida”,
aludiendo de este modo al faccioso al ruido con el que la toma su vecino de mesa.
Tampoco debe usted, en ningún caso, colaborar con el vecino y tomar parte en el
concierto.
En el restaurante tenga usted siempre un rasgo compensador. Lance generosamente
un duro sobre la bandeja del guardarropa y no retire nunca más de cinco pesetas.
¡Felices tiempos los de la propina de cinco pesetas!.
- 135 -
El agua del aguamanil, con su rajita flotante de limón, es para limpiarse los dedos. No
vaya usted a confundirla con una taza de té a la rusa y se vea usted obligado a
beberla por cortesía. De sobra se conocen jocosas anécdotas del comportamiento de
ciertos comensales que, por no actuar con naturalidad y no atreverse a preguntar han
comido o bebido algo que no eran ni para lo uno ni para lo otro.
Julio Camba
Algunos consejos más da Julio Camba pero hemos considerado que con
éstos y con un poco de sentido común y mucho más de humor, podremos
triunfar como anfitriones y como invitados.
Ya que hemos visto como dos insignes escritores en el campo de la cocina
y de la literatura nos enseñan a comportarnos en la mesa, vamos a proponer la
elaboración de instrucciones para añadir más sugerencias en forma de
instrucciones y así, quién sabe, añadir novedosas formas de relacionarnos
alrededor de la comida.
Para hacer esta actividad
se ha tomado como modelo el estilo del
extrañamiento imitando a Julio Cortázar en su libro Historias de Cronopios y
famas y que consiste en contar como se realiza una acción cotidiana como si
fuera la primera vez que nos diéramos cuenta que esta actividad hay que
explicarla. Un ejemplo de este tipo de relato es este fragmento de
Instrucciones para subir una escalera.
( )...Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan
particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los
brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen
ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y
regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo
situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo
excepciones cabe exactamente en el escalón....
Veamos cuál es el proceso.
1.
Hacemos un Torbellino de Ideas (T.I.) sobre acciones, hechos y
sucesos que pueden ocurrir en una comida o una cena en una casa. Ejemplo:
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UTENSILIOS
Vajillas
Mantel
Utensilios
cocina
PLATOS
Número
Elección
Aperitivos
Postres…
AMBIENTE
Música
Iluminación
Adornos en
La mesa
COMIDA
O
CENA
EN
CASA
INVITADOS
Número
Cómo
colocarlos
2.
Ahora escribimos un texto o pequeños textos en los que daremos
instrucciones al estilo de Cortázar, Julio Camba o Brillat-Savarin en los que
elegiremos el tono de humor, de corrección en la mesa o el carácter
surrealista que define a Cortázar como por ejemplo Instrucciones para beber.
T.I.
Beber, agua, vaso, copa, jarra, grifo, botella, fuente, vino, boca, tragar, alzar,
cerrar, abrir, respirar, tener sed, dejar, masticar, derramar, comprobar, saciar...
Si en algún momento del día usted tiene sed, no tiene más que buscar un grifo, una
botella o una fuente. Si opta usted por el grifo, al operación se complica pues
necesitará una jarra para verter allí el agua. Hecha la elección, no vacile; tome con
decisión la jarra en su mano izquierda (si es usted zurdo, use la mano contraria) y, con
un movimiento giratorio, abra usted el grifo, teniendo en cuenta que su muñeca no
debe sufrir demasiado como consecuencia de esta acción. Luego, coloque la jarra bajo
el chorro abundante de agua fría- cerciórese usted de que ha accionado el mecanismo
del agua fría- . Cuando tenga la cantidad de agua necesaria, retire la jarra de debajo
del chorro y cierre el grifo, procurando que estos dos movimientos sean muy
coordinados y rápidos. Diríjase con la jarra al lugar donde ha dejado el vaso; alce la
jarra unos veinte centímetros por encima del vaso y vierta el agua en él. Luego, deje la
jarra encima de la mesa, alce el vaso a la altura de su boca, introduzca el vaso entre
sus labios y beba el agua. Tenga cuidado, no trate de masticarla, de hacerlo así, el
agua se derramaría por las comisuras de sus labios; debe tragarla directamente.
- 137 -
Finalmente, compruebe que ya ha saciado su sed; si no es así, repita este último paso
tantas veces como sea necesario.
Cortázar
3. LOS POETAS TAMBIÉN COMEN
“Si como soy como soy”
Carlos Edmundo de Ory”
El gusto por los alimentos, el placer que proporciona una buena comida, la
sencillez de una barra de pan han sido escritas en poesía en todos los tonos y
en todos los tiempos. También el sabor que evoca un momento de amor, el
gusto de la persona amada o una tarde que pasa ante nosotros y que el
escritor paladea como si fuera un suculento plato o un recuerdo amargo que
vuelve una y otra vez a nuestro paladar, todo nos hace recordar que nuestro
cuerpo es la razón suprema como bien decía Nietzsche y es en él donde
quedan las huellas de nuestra vida.
El recuerdo de una tarde Ángel González la titula Meriendo algunas tardes.
Meriendo algunas tardes
Meriendo algunas tardes:
No todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto a la mar
Muerdo primero los acantilados,
Luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotasy para postre dejo los bañistas
jugando la pelota y despeinados.
Si estoy en la ciudad
Meriendo tarde a secas:
Mastico lentamente los minutos
-tras haberles quitado las espinasy cuando se me acaban
me voy rumiando sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.
Ángel González, La promoción poética de los 50. Col Austral Espasa Calpe.
Madrid 2000
En este poema, toda un alarde de una evocación a través del sabor de una
vida que, al final, deja un gusto acre, el autor literalmente come, mastica, rumia
y muerde el recuerdo imborrable de una vida que ya está en el atardecer en un
ejercicio lúcido y crítico de la experiencia personal con un lenguaje sin adornos,
simple y asequible.
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Ahora imitaremos a Ángel González:
Hay un verso que enuncia lo que hace el poeta:
Verbo en 1ª persona + complemento de tiempo
Meriendo algunas tardes...
Después tenemos una oración condicional Si estoy junto a la mar.. y después
toda una serie de acciones propias de la comida: muerdo, escupo..
De nuevo se repite la estructura: Si estoy en la ciudad... y un conjunto de
acciones: masticar, rumiar, devorar...así hasta acabar con un verso de cierre.
Pongámonos a escribir el poema. Hacemos un T.I. con los elementos
siguientes: Primero buscaremos el momento de la comida: El desayuno, la
comida, la merienda o la cena, según queramos describir el comienzo de
nuestra vida, nuestra edad juvenil o la madurez. Luego, buscamos los lugares
que queremos evocar: nuestra casa, la montaña, la ciudad... Nuestros
recuerdos, buenos y malos, las vivencias que tenemos de aquellos momentos,
los objetos, las personas, las sensaciones... Seleccionamos los verbos que
tengan que ver con las acciones que queremos describir: tragar, masticar,
morder..Y pongámonos manos a la obra.
Ángel González escribió este bellísimo poema como una metáfora del paso
de la vida. Pero hay otros poetas que hicieron alusión a la comida de modo
directo para contarnos una historia de dos, una historia de amor en el que la
complementariedad de dos personas está escrita en términos directamente
referidos a la comida. La costarricense Ana Istarú escribió este texto:
:
Y colgaríamos naranjas en cada nube
Si yo fuera azúcar
Y tú fueras almohada,
Si yo fuera pan
Y tú amor escarchado en la nevera,
Si fuéramos
La ranura blanca
De una puerta que se abre en la oscuridad,
Las luciérnagas que brotan
De las latas de conserva,
Si fueras mi bolsillo
Y yo un puño de moras recién cortadas,
¡cómo se enredaría la brisa alrededor nuestro
par formar una canción inmensa
de burbujas celestes y amarillas
enmarcando la extensión antigua de las ventanas!
Ana Istaru: La estación de la fiebre y otros amaneceres.
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Podemos intentar escribir un poema parecido a éste. Es una sucesión de
oraciones condicionales en las que los pronombres yo y tú se van alternando
en los versos para concluir en un verso en primera persona del plural
Este es un ejemplo.
Si yo fuera un helado
Y tú fueras chocolate caliente…
Si yo fuera fruta fresca
Y tú el azúcar que la cubre…
Si fuéramos
Alimento el uno del otro…
El hambre no tendría nombre.
El amor, el contacto físico del acto amoroso, el beso tienen sabor dulce como
así lo canta Javier Marín Cevallos, en un poema muy corto y esclarecedor en
el que el beso dulce es comparado con el alimento, tan necesario como es la
comida para un animal; en este caso, la hierba para un búfalo.
La vida de las abejas
Ella robaba azucarillos en las cafeterías y salía radiante
Poniéndose el azúcar en la lengua
Para que yo acudiera a besarla
(como un búfalo en extinción acude al olor de la hierba)
Javier Marín Cevallos. Bufes, vida mía
De la escritora argentina Olga Orozco hemos seleccionado el poema
Señora tomando sopa, un hermoso e inquietante texto, sugeridor de durísimas
experiencias a través de imágenes de gran eficacia, metáforas de la
aceptación o de la renuncia cuyo pretexto es un plato de sopa que hay que
aceptar porque no hay otra salida.
Señora tomando sopa
Detrás del vaho blanco está la orden, la invitación o el ruego,
Cada una encendido sus señales,
Centellando a lo lejos con las con las joyas de la tentación e el rayo del
peligro
Era una gran ventaja trocar un sorbo hirviente por un reino,
Por una pluma azul, por la belleza, por una historia llena de
Luciérnagas.
Pero la niña terca no quiere traficar con su horrible alimento:
Rechaza los sobornos del potaje apretando los dientes.
Desde el fondo del plato asciende en remolinos oscuros la condena:
Se quedará sin fiesta, sin amor, sin abrigo,
Y sola en lo más negro de algún bosque invernal donde aúllan los lobos
Y donde no es posible encontrar la salida.
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Ahora que no hay nadie,
Pienso que las cucarachas quizá se hicieron remos para llegar muy
Lejos.
Se llevaron a todos, tal vez, uno por uno,
Hasta el último invierno, hasta la otra orilla.
Acaso estén reunidos viendo a la solitaria comensal del olvido,
La que traga ese fuego,
Esta sopa de arena, esta sopa de abrojos, esta sopa de hormigas,
Nada más que por puro acatamiento,
Para que cada sorbo la proteja con los rigores de la penitencia,
Como si fuera tiempo todavía,
Como si atrás del humo estuviera la orden, la invitación, el ruego.
Olga Orozco. Eclipses y Fulgores .Lumen.1998.
Un escritor que ha dedicado un gran número de poemas a alimentos, casi
todos ellos sencillos condimentos que forman parte del acompañamiento o de l
enriquecimiento del plato principal es Pablo Neruda. En sus Odas elementales,
el escritor chileno dedica sus mejores alabanzas a humildes alimentos como el
pan, la cebolla, la alcachofa.
Oda al pan
Pan,
Con harina,
Agua
Y fuego
Te levantas.
Espeso y leve,
Recostado y redondo,
Repites
El vientre de la madre,
Equinoccial
Germinación
terrestre.
Pan,
Qué fácil
Y qué profundo eres:
En la bandeja blanca
De la panadería
Se alargan tus hileras
Como utensilios, platos
O papeles,
Y de pronto,
La ola
De la vida,
La conjunción del germen
Y del fuego,
Creces, creces
De pronto
Como
Cintura, boca, senos,
Colinas de la tierra,
Vidas,
Sube el calor, te inunda
- 141 -
La plenitud, el viento
De la fecundidad,
Y entonces
Se inmoviliza tu color de oro,
Y cuando se preñaron
Tus pequeños vientres,
La cicatriz morena
Dejó su quemadura
En todo tu dorado
Sistema de hemisferios,
Ahora,
Intacto,
Eres
Acción de hombre,
Milagro repetido
Voluntad de la vida.
Pablo Neruda, Odas elementales.
La propuesta ahora es escribir una oda y tomaremos la de Pablo Neruda
como ejemplo perfecto para hacer un pequeño homenaje a nuestro alimento
favorito,
Lo primero que debemos recordar es que una oda es una composición poética
en tono solemne de alabanza a alguien o a algo. Para saber escribir un, nada
mejor que analizar la estructura de la que hemos puesto de ejemplo:
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•
•
Se alaba un alimento, le trata en segunda persona (tú/ usted)
Se describe su aspecto.
Se describe cómo se cocina.
Se describe cómo lo saboreamos y /o cómo nos gusta.
Ahora vamos a analizar un fragmento de la estructura del poema.. En primer
lugar fijémonos en los adjetivos aparecen encadenados y que nos sugieren
formas, colores, sentimientos y adjetivos de carácter antitético. También
prestaremos atención a las metáforas, como la comparación que hace el autor
con el cuerpo de la mujer, sus senos que son colinas de la tierra o la cicatriz
morena para denominar la hendidura que divide en dos una hogaza o una
barra de pan.
Veamos la composición de un fragmento del poema:
1.
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4.
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8.
9.
sustantivo (al que se le dedica la oda)
preposición + sustantivo
conjunción +sustantivo
verbo en 2ª persona
Definición: adjetivo + adjetivo.
adjetivo + adjetivo.
verbo en 2ª persona.
sustantivo (comparación)
encadenado de metáforas.
- 142 -
Ahora vamos a escribir. Procuraremos buscar un alimento que produzca en
nosotras un sentimiento ambivalente, por ejemplo la miel. Su excesivo dulzor y
su espesa textura puede provocar
en nosotros agrado o desagrado
dependiendo de nuestra capacidad de saturación de dulce.
Una primera aproximación al alimento y, desde luego, al poema sería una
exploración completa de la miel. Debemos tener en cuenta:
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Lo que de la miel vemos.
Lo que oímos.
Lo que olemos.
La sensación que nos produce cuando la saboreamos
Los sentimientos y las sensaciones que nos produce. (exploración
multisensorial).
Después de esta primera aproximación, buscamos metáforas que nos sirvan
para ensalzar lo que tiene de positivo y que nos critique lo que tiene de
negativo.
Ya tenemos el material – las palabras- con las que confeccionar el poema.
Veamos una propuesta:
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Primer verso: Miel
Segundo verso: néctar
Tercer verso: adjetivo + adjetivo (antitéticos)
Cuarto verso: Adjetivo + adjetivo.
Del quinto al décimo verso: encadenado de metáforas.
Undécimo verso: Un vocativo.
Duodécimo : Miel
Para hablar de los poetas comenzamos con una merienda, la de Ángel
González, terminaremos con un desayuno de Luis Alberto de Cuenca, un
elegante juego de amor cotidiano en la que el poeta hace un recorrido por los
hábitos y los gestos que le gustan de la persona a quién ama y que termina
con unos versos con humor referidos a la relación del amor y las ganas de
comerse a la persona amada.
El desayuno
Me gusta, cuando dices tonterías,
Cuando metes la pata, cuando mientes,
Cuando te vas de compras con tu madre
Y llego tarde por tu culpa.
Me guata más cuando es mi cumpleaños
Y me cubres de besos y de tartas,
O cuando ere feliz y se te nota,
O cuando eres genial con una frase
Que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno)
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
No puedo resistir lo que me gustas
- 143 -
Cuando, llena de vida te despiertas
Y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana,
Voy a empezar contigo el desayuno.”
Luis Alberto de Cuenca..
Tenemos aquí
una composición de estructura repetitiva:
Me gusta + cuando + verbo+ nombre
Se pueden hacer poemas con estructuras repetitivas con variedades: diciendo
lo que gusta y lo que no gusta de una persona. Para ello, escribimos un T.I.
para recordar todas aquellas cosas que nos agradan o nos desagradan, o
ambas cosas de una persona y luego escribir un poema con una estructura
sintáctica repetitiva para terminar con un verso o dos de ruptura.
Y ahora vamos a darle un giro a la poesía. Escritores ha habido que se han
servido de la mesa para dar rienda suelta a su sentido del humor. Un ejemplo
famoso es el poema del escritor del siglo XVI Baltasar del Alcázar, Cena
jocosa, en el que se describe, con todo lujo de detalles el transcurso de una
cena copiosa y los sentimientos y sensaciones que cada vianda y cada plato
producen en el invitado, todo ello regado con buen vino.
Cena jocosa
En Jaén, donde resido,
Vive don Lope de sosa,
Y diréte, Inés, la cosa
Más brava dél que has oído,
Tenía este caballero
Un criado portugués...
Pero cenemos, Inés,
Si te parece primero.
La mesa tenemos puesta;
Lo que se ha de cenar, junto;
Las tazas y el vino, a punto:
Falta comenzar la fiesta.
Rebana pan. Bueno está.
La ensaladilla es del cielo;
Y el salpicón, con su ajuelo,
¿no miras que tufo da?
Comienza el vinillo nuevo
Y échale la bendición:
Yo tengo por devoción
De santiguar lo que bebo.
Franco fue, Inés, ese toque:
Pero arrójame la bota:
Vale un florín cada gota
Deste vinillo aloque.
¿De que taberna se trajo?
Mas ya: de la del cantillo;
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Diez y seis vale el cuartillo;
No tiene vino más bajo.
Por Nuestro Señor, que es mina
La taberna de Alcocer;
Grande consuelo es tener
La taberna por vecina.
Si es o no invención moderna,
Vive Dios, que no lo sé;
Pero delicada fue
La invención de la taberna.
Porque allí llego sediento,
Pido vino de lo nuevo,
Mídenlo, dánmelo, bebo,
Págolo y voime contento.
Esto, Inés, ello se alaba:
No es menester alaballo;
Sólo una falta le hallo:
Que con la priesa se acaba.
La ensalada y salpicón
Hizo fin; ¿qué viene ahora?
La morcilla. ¡Oh, gran señora,
Digna de veneración!
¡Qué oronda viene y qué bella!
¡Qué través y enjundias tiene!
Paréceme, Inés, que viene
Para que demos en ella.
Pues ¡sus!, encójase y entre,
Que es algo estrecho el camino.
No eches agua, Inés, al vino,
No se escandalice el vientre
Echa de lo trasaniejo,
Porque con más gusto comas:
Dios te salve, que así tomas,
Como sabia, mi consejo.
Mas di: ¿no adoras y precia?
La morcilla ilustre y rica?
¡Cómo la traidora pica!
Tal debe tener especias.
¡Qué llena está de piñones!
Morcilla de cortesanos,
Y asada por esas manos,
Hechas a cebar cebones.
¡Vive Dios!, que se podía
poner al lado del Rey
puerco, Inés, a toda ley,
que hinche tripa vacía.
El corazón me revienta
De placer. No sé de ti
Cómo te va. Yo, por mí.
Sospecho que estás contenta.
Alegre estoy, vive Dios.
Mas oye un punto sutil;
¿No pusiste allí un candil?
¿Cómo remanecen dos?
Pero son preguntas viles;
Ya sé lo que puede ser:
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Con este negro beber
Se acrecientan los candiles.
Probemos lo del pichel.
¡alto licor celestial!
No es el aloquillo tal,
No tiene que ver con él.
¡qué suavidad! ¡Qué clareza!
¡Qué rancio gusto y olor!
¡Qué paladar! ¡Qué color,
todo con tanta fiereza!
Mas el queso sale a plaza,
La moradilla va entrando,
Y ambos vienen preguntando
Por el pichel y la taza
Prueba el queso, que es extremo,
El de Pinto no le iguala;
Pues la aceituna no es mala:
Bien puede bogar su remo.
Pues haz, Inés, lo que sueles:
Daca de la bota llena
Seis tragos. Hecha la cena;
Levántense los manteles.
Ya que, Inés, hemos cenado
Tan bien y con tanto gusto,
Parece que será justo
Volver al cuento pasado.
Pues sabrás, Inés hermana,
Que el portugués cayó enfermo...
Las once dan; yo me duermo:
Quédese para mañana.
Baltasar del Alcázar (1530-1606)
Poesías, edc. De F. Rodríguez Marín, Madrid, 1910, Págs.33 y 78
Baltasar del Alcázar escribió este larguísimo texto para describir una cena
en la que el pretexto de la conversación es contar una historia sobre un
caballero que tenía un criado portugués. Nosotros no vamos a pretender tanto,
pero podemos intentar aproximarnos a este poema humorístico tratando de
imitar al autor. Si examinamos el poema, vemos que se van describiendo todos
los elementos que deben acompañar una buena cena: la mesa y su
disposición; luego se van sucediendo los platos que son descritos y alabados
por su gusto y por su aroma: el salpicón, la morcilla, los vinos y el queso
reciben todos alabanzas fervorosas antes de ser devorados.
El autor cuenta esta historia en redondillas, un tipo de versificación en versos
octosílabos con rima ABBA, en un tono desenfadado y con un lenguaje
coloquial. El texto es un monólogo en verso, con un supuesto interlocutor que
aparece nominado, su hermana Inés, con quien comparte la cena..
Veamos cómo podríamos hacer un poema parecido.
1. Haz un T.I de comidas que te agraden y que podrían formar parte de una cena,
comida o merienda.
2. Busca un comensal con quién compartir la cena
- 146 -
3. Decide el orden de los platos que se van a servir.
4. Busca adjetivos y metáforas que se puedan aplicar a los platos y que sirvan para
alabarlos . Ej.: La morcilla ilustre y rica; o ¡Oh, gran señora / digna de
veneración!.
5. Escribe un texto siguiendo la estructura de la estrofa..
Otra actividad de escritura consistiría en crear un interlocutor para el
comensal. Así, podríamos escribir un diálogo teatral, transformando el texto
anterior tratando de adivinar cómo le contestaría Inés. Ej.:
Para hacer el diálogo tenemos que imaginar como es el interlocutor.
¿Es Inés realmente la hermana del narrador de la cena? ¿Cómo es? ¿Es
piadosa, pícara, solícita, inocente? ¿Quiere mucho a su supuesto hermano? ¿A
qué se dedica? ¿Por qué le cuenta el autor la cena con tanto detalle? ¿Es
glotona, buena cocinera,...? De esta manera iremos haciéndonos una idea de
cómo es el personaje con el que vamos a escribir el diálogo.
El comensal: Cenemos, pues, cara Inés
La mesa tenemos puesta
Comencemos ya la fiesta
Y te contaré después...
Inés:
Voy a echar la bendición
Aqueste vinillo nuevo
Si te parece, primero
Antes es la devoción.
Comensal: Comencemos, ya es la hora,
Ya presiento la emoción,
Ante este salpicón,
Yo me rindo, mi señora.
Inés:
¿Qué decís de la morcilla?
¿Un poco fuerte, quizá?
¿Preferiríais tortilla?
No me ocultéis la verdad.
Comensal:
¿Después de este salpicón?
Quitad, por Dios, Doña Inés
La morcilla ¿no lo ves?
Pues no tiene parangón.
Así pode. os seguir el diálogo sobre esta copiosa cena hasta llegar al final
tratando de incluir situaciones divertidas.
4. LOS CLÁSICOS
“Comamus, mea Lesbia, atque amemus”
Catulo
Las menciones a la comida están presentes en la Literatura desde sus
comienzos, la buena mesa y la abundancia se muestran como ejemplos de
alegría y agasajo; en la Biblia, el episodio de Las Bodas de Canaán se resuelve
gracias a la intervención de un Jesús que empieza a ser conocido por sus
- 147 -
milagros y que aquí realiza la maravilla de la multiplicación de los panes y los
peces.
El recorrido de episodios y libros en los que la comida tiene una presencia bien
fundamental, bien anecdótica no tendría fin. Recordemos el famoso Satiricón
de Petronio cuyo episodio más famoso es El convite de Trimalción, muestra de
una elegante y cruda narración de los excesos de la mesa además de otras
consideraciones.
Sabemos lo que comían los antiguos Griegos gracias a Homero:
“......Asomó el trinchador bien en alto sus platos de carne de distintas especies,
les puso las copas de oro e invitólos así Menélao, el de rubios cabellos: Poned
mano al manjar y gozad a placer...” siempre una buena mesa era lo primero
para ser un buen anfitrión. En la Edad Media, se comenzó a hablar de los
sentidos pecadores; había una hostilidad manifiesta en los excesos de la carne,
por eso no aparecieron tratados sobre ellos puesto que eran los servidores del
pecado. La representación dramática que Calderón de la Barca hace sobre
los sentidos, éstos aparecen personificados en el Auto El nuevo palacio del
Retiro, pero es en Los encantos de la Culpa en donde vemos ejemplos de las
expectativas de cada uno de ellos ante la llegada a un mundo desconocido. Así
el Gusto habla:
Mal habéis deseado todos
En no desear y creer
Que sea la tierra de Egipto
Esta tierra, para que
En ella hallemos las ollas
Que en ella dejó Moisés
Pues no hay en el mundo gusto
Sin comer y sin beber.
Calderón de la Barca
En el siglo XIV el Arcipreste de Hita nos regala los sentidos con El libro del
Buen Amor, quien con la excusa de hablar de ellos a aquellos que abusan de
su uso hace una auténtica exaltación de los placeres. En lo que al gusto se
refiere, la decimotercera dama: la monja Doña Garoza nos ofrece un delicioso
texto:
Decimotercera dama: La Monja doña Garoza
(...)
Muchas ricas bebidas les mandan muchas veces;
De cidra, de membrillo, licor hecho con nueces,
Otro con zanahorias y demás pequeñeces;
Unas y otras regalan cada día con creces.
Comanda oriental, con el buen tragacante,
El diacitrón abbatís, el jengibre excitante,
Miel rosada, diantosso y el comino delante
Y el licor de las rosas que debí citar antes.
Adragea, alfeñique con estomaticón,
El clavo, la bebida que anima el corazón;
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La que a sándalo huele y la que es aguijón
De galanes, muy rico, preciosos y noble don.
Toda clase de azúcar es allí prodigado;
Polvo, terrón y cande y mucho del rosado,
Azúcar de violetas y azúcar confitado,
Y de tantas maneras que ya he olvidado.
Mal se nos pondría no pecar ante la dulzura que hace la boca agua y altera
nuestros jugos gástricos con la lectura de este sabrosísimo texto.
Como vemos, éste es un poema que rima de cuatro en cuatro versos en los
que se describen las cualidades, los colores y las distintas variedades que
puede presentar un alimento o un condimento
Podemos atrevernos con una composición clásica como la anterior
1. Elegimos una serie de alimentos que, o bien procedan de
diferentes lugares por su fama o popularidad, o que sean nuestras
viandas favoritas.
2. Le adjudicamos adjetivos que sean exactos para definir su sabor
o su forma de estar preparados. No debemos usar adjetivos que
sean lugares comunes como ácido limón o dulce chocolate . Los
tópico son fatales en la escritura
3. Busca en tus recuerdos sensaciones para describir estos
alimentos: a lo qué huelo, cómo sabe, qué textura tiene, su aroma
y su sabor.
4. Explora los sonidos para buscar la rima, la aliteración y otras
recursos que puedan enriquecer tu poema.
Nuestro Don Quijote pasa fatigas para llenar su olla desde el comienzo de la
novela, recordemos que “.......Una olla de algo más de vaca que de carnero,
salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes,
algún palomino de añadidura los domingos, consumían tres partes de su
hacienda”. Hoy en día no podríamos considerar este menú demasiado parco
porque la calidad ha sustituido a la cantidad, los banquetes y los menús de
nuestros antepasados basaban su éxito en la gran cantidad de alimentos que
se disponían sobre la mesa y en eso, nuestro caballero no era muy afortunado.
La buena mesa está representada por el episodio de Las bodas de Camacho
en las que Sancho queda maravillado ante el espectáculo que se ofrece ante
sus ojos: “lo primero que se le ofreció a Sancho fue, espetado en un asador de
un olmo entero, un entero novillo y en el fuego donde se había de asar ardía un
mediano monte de leña, y seis ollas que alrededor de la hoguera estaban no se
habían hecho en la común turquesa de las demás ollas; porque eran seis
medias tinajas, que cada una cabía un rastro de carne......” y así va
enumerando la gran abundancia de manjares que no podían faltar en tan
grande acontecimiento de la época.
Y, aunque podríamos seguir disfrutando de sabores y olores a comida por
infinidad de los platos que nos ofrecen los clásicos de todas las literaturas,
vamos a seguir probando de otros platos que a lo mejor, ya tenemos un poco
olvidados o que, simplemente ya no los saboreamos con el mismo placer y
fruición de cuando éramos niños.
- 149 -
6. LOS SABORES DE LA NIÑEZ
“La tarde del tercer día llegaron a una extraña cabaña hecha de pan, con un tejado de
bizcocho y ventanas de azúcar brillante.”
Hermanos Grimm. Hansel y Gretel
Son los recuerdos de nuestra infancia aquellos que perduran de una manera
más nítida y llena de emoción que cualquier otra memoria. Están grabados en
nuestro cuerpo y son, como bien dijo el poeta, nuestra auténtica patria, el lugar
en el que nos reconocemos. La memoria de nuestra niñez es un emocionado
cúmulo de ecos que nos traen continuamente sensaciones tan vívidas que no
podemos evitar que se conviertan en nuestro lugar de referencia. Los cuentos
que nos contaban y que leíamos una y otra vez nos explicaban el mundo; a
veces, un mundo maravilloso en el que había mil aventuras y en el que todo
acababa bien; las cosas se ajustaban, los buenos triunfaban y los malos
recibían su castigo. Pero, el sufrimiento formaba parte de esa conquista de la
felicidad y todos los niños dábamos por bien empleados los afanes de los
héroes, las muertes aparentes de las princesas y el paso del tiempo que, a
veces, era el precio que había que pagar para ser rescatada o para redimir
hechos que habían llevado a la ruina a todo un reino por culpa de una mala
acción de un mal rey o un insensato caballero.
En todos los cuentos – o en la mayoría de ellos- los acontecimientos felices se
celebraban con grandes banquetes en los que la abundancia y la exquisitez de
las viandas estaban en perfecta proporción con la riqueza de los reinos y el
éxito de la historia. “Y seremos felices y comeremos perdices” era el lema final
de los cuentos en nuestra lengua. El privilegio de comer perdices era reservado
a los nobles y a los poderosos; el hecho de la continua repetición de este
deseo o promesa suponía una esperanza para todos aquellos que leían o
escuchaban los cuentos y que basaban la dicha futura en un deseo que no era
fácil de obtener en aquel tiempo: la felicidad de una vida sin sobresaltos y la
comida.
Los cuentos no se conformaban con este anhelo final. Hay multitud de ellos
que tienen la comida como protagonista e, incluso, la antropofagia: comer
tiernos niños además de otros suculentos manjares era una práctica que movía
a reyes, ogros y brujas a realizar odiosas acciones que siempre eran resueltas
por los héroes salvadores si bien antes nos tenían a todos en vilo ante la
cantidad de peligros y obstáculos que tenían que vencer.
Veamos algún ejemplo. Los Hermanos Grimm recogieron, entre otros, este
cuento llamado Hansel y Gretel en el que un par de niños son seducidos por
una bruja que viven en una fantástica casita hecha de dulce y son retenidos en
ella con el pretexto de darles refugio y con el malvado fin de engordarlos
para luego poder comérselos.
Cerca de un bosque, espeso y oscuro, vivían un leñador y sus dos hijos, Hansel y
Gretel. La madre había muerto y el leñador volvió a casarse la mujer antipática que no
quería a Hansel y Gretel.
El padre iba todos los días a cortar 1eña al bosque. Trabajaba con ahínco, pero, por
mucho que se esforzaba, no ganaba lo suficiente para alimentar a su familia..
- 150 -
Una noche, cuando Hansel y Gretel estaban acostados, el leñador dijo a su mujer:
Cómo haremos mañana para dar de comer a los niños? No queda apenas nada en la
despensa.
Pues no les daremos de comer-dijo ella ásperamente-. No tenemos dinero. Son
jóvenes y fuertes. No tendrán más remedio que buscarse la comida por su cuenta.
Mañana los llevaremos al centro del bosque y volveremos sin ellos. Los dejaremos allí
¡y ya está!
El leñador alzó las manos, horrorizado.
¡Abandonar a mis hijos en el bosque!¡Podrían ser devorados por los osos!
Ya no tenemos con qué alimentarlos. ¡Que se vayan! -dijo su ;mujer con
desprecio.
El leñador intentó convencerla. cuando ella se enfadaba, él
temblaba de miedo, así que al final accedió a su plan.
Los niños, que se habían despertado al oír la discusión, escucharon los proyectos de
su madrastra para abandonarlos en el bosque. Gretel se puso a llorar. Pero Hansel
susurró:
-No te preocupes. Yo también tengo un plan.
Esa misma noche, cuando todo el mundo dormía, Hansel bajó sigilosamente por la
escalera de la casa, abrió sin hacer ruido la puerta de la cocina y salió al jardín. Allí,
sobre el fondo oscuro de los parterres, centenares de guijarros blancos
Resplandecían a la luz de la luna. Hansel llenó rápidamente los bolsillos con guijarros
y volvió a la cama silenciosamente.
Por la mañana, su madrastra los llamó:
-¡Hansel! ¡Gretel!. ¿Qué os parece si fuéramos hoy al bosque? Vosotros podríais jugar
mientras yo ayudo a vuestro padre a cortar leña. ¿No os gustaría?
Hansel y Gretel no contestaron, y echaron a andar detrás de sus padres hacia el
interior del bosque.
-Espabila, Hansel- gritó la madrastra- ¿Por qué vas tan despacio?
Pero Hansel seguía retrasándose y cada vez que su madrastra le volvía la espalda, él
dejaba caer al suelo uno de los guijarros blancos.
Finalmente, después de dar muchas vueltas y revueltas entre los árboles, los padres
se detuvieron y la madrastra les dijo fingiendo compasión:
-Pobrecitos niños, debéis estar cansados de tanto andar. Sentaos y descansad. Aquí
tenéis un poco de pan para almorzar. Ahora, esperad aquí hasta que vengamos a
recogeros.
Los niños comieron el pan y después de jugar un rato se quedaron dormidos al pie de
un árbol. Cuando despertaron era ya casi de noche y seguían solos.
-Nos han abandonado-sollozaba Gretel- Ahora nunca volveremos a encontrar el
camino de casa ¡Nos devorarán los osos!
- 151 -
Pero Hansel señaló la fila de guijarros que brillaban a la luz de la luna. Tomó a Gretel
de la mano y siguieron la pista de las piedras blancas hasta su casa.
Cuando llamaron a la puerta, su padre abrió y al verlos los abrazó una y mil veces.
Estaba encantado de que la cruel estratagema de su mujer no hubiera dado resultado.
Pero la madrastra los miró con rabia y los mandó a la cama.
-Esto no les servirá de nada- dijo el leñador-. Mañana tenemos que perderlos en el
bosque y aseguramos de que no vuelven a encontrar el camino de casa.
Los niños no se habían dormido aún y oyeron las malévolas palabras de su madrastra.
Hansel se quedó tranquilamente acostado hasta que todo el mundo estuvo dormido, y
entonces bajó sin hacer ruido para recoger más guijarros. ¡Pero la puerta estaba
cerrada a cal y canto!
¡Pobre Hansel! Volvió a la cama y permaneció despierto, pensando qué podría hacer.
-¡Vamos!-gritó su madrastra a la mañana siguiente- Pasaremos de nuevo el día en el
bosque. ¡Hansel, lleva el pan par el almuerzo!
Al igual que la vez anterior, Hansel caminaba detrás de los demás. Y cuando sus
padres no le miraban, desmigajaba pedacitos de pan y los dejaba caer.
-¡Avanza, Hansel!- gritaba su madrastra-¿Por qué tardas tanto?.
Después de mucho caminar, llegaron al centro del bosque.
-Ahora quedaos sentados y comed vuestro pan mientras cortamos leña.
Les había cansado tanto la larga caminata que pronto cayeron dormidos.
Cuando despertaron, ya había oscurecido y estaban solos. Pero esta vez Gretel no
lloró.
¿Dónde está la pista, Hansel?-preguntó- ¿Cómo señalaste el camino esta vez?.
-¡Con migas de pan!- contestó el hermano.
-Pero ¿dónde están? No veo ninguna.
Buscaron y buscaron, pero no hallaron ni una sola de las migajas que Hansel había
dejado caer.¡Los pájaros se las había comido todas!
En el centro del oscuro bosque, Hansel y Gretel se abrazaron.
Pronto el suelo del bosque se cubrió de escarcha. Se arrimaron al pie de un árbol
como protegiéndose del intenso frío y los pájaros, apesadumbrados, los miraban
desde las ramas. “¡ Nos hemos comido la pista de migas de pan!”, cantaban
tristemente. “¡No lo sabíamos! ¡Y ahora no pueden volver a su casa por nuestra culpa!”
Entonces, los pajarillos empezaron a picotear los pecíolos de las hojas y éstas caían
sobre los cuerpos de los niños formando un manto que les protegió del frío.
Por la mañana, Hansel y Gretel caminaron por el bosque hasta llegar a un claro. Con
ojos atónitos descubrieron allí una magnífica casa, construida con deliciosas
golosinas. Los muros eran de mazapán, las ventanas de azúcar y el tejado de
chocolate.
- 152 -
Estaban tan hambrientos que se precipitaron hacia la casa y se pusieron mordisquear
las tejas de chocolate y ventanas de azúcar. En aquel instante una vieja salió cojeando
del interior de la casa, regañándoles:
-Dejad de comer mi casa, niños. Si tenéis apetito os daré bizcochos y tarta. Entraron
en la dulce mansión y los niños dijeron que se habían perdido y no encontraban el
camino para volver a casa. Antes de que pudiesen terminar, la vieja puso delante de
ellos tartas humeantes que rezumaban almíbar y nata azucarada.
-¡Muchísimas gracias! -dijo Hansel al final, mientras se limpiaba la boca-. ¿Puedo lavar
sus platos, señora?
-No, niño -dijo la vieja-. Pero si quieres ayudarme, barre la jaula que en esa esquina.
Era una jaula tan grande que Hansel pudo introducirse en ella con la escoba. De
repente la puerta se cerró detrás de aquella y la vieja soltó una risotada.
-¡Ya te he atrapado! ¡Una bruja, eso que soy, una bruja! ¡Mi casa de mazapán es una
trampa! ¿Y a quién atrapo en mi trampa? ¡A niños! ¡Je, je!
La bruja obligó a la pobrecita Gretel a ser su sirvienta, y la hacía barrer, fregar y
limpiar. Respecto a Hansel tenía otras intenciones.
¡Je, je! Te voy a cebar, muchacho, y cuando estés bien gordito haré contigo un asado.
Un día, mientras barría la casa, Gretel se dio cuenta de que la bruja veía muy mal.
Cada mañana la vieja se acercaba a la jaula de Hansel y le ordenaba:
-Pasa tu dedo a través de los barrotes, muchacho.
Y entonces palpaba el dedo de Hansel para comprobar si engordaba. Unos días más
tarde Gretel se acercó sigilosamente a la jaula y le susurró un plan a su hermano.
Así pues, cuando la bruja le ordenó que pasara su dedo entre los barrotes, él le ofreció
un hueso de pollo para que lo palpara.
-Demasiado flaco, demasiado flaco- gruñía la vieja- Nunca estarás suficientemente
gordo para un buen asado. ¡Tendré que hacer una sopa contigo!.
Al día siguiente la vieja bruja dijo a Gretel: Pon a calentar una gran olla de
Agua sobre el fogón y aviva el fuego al máximo para cocer a tu hermano.
Al cabo de un rato la vieja se acercó al fuego para avivarlo todavía más y Gretel,
rápida como el rayo, le dio un empujón que la hizo caer sobre las llamas. Al instante
una nube de humo rojo brotó del fuego y Gretel abrió presurosa la jaula de Hansel.
-¡Salgamos de este horrible bosque!-gritó ella-. ¡Y no volvamos nunca más!
-Espera un segundo- dijo Hansel-. No podemos llegar a casa con las manos vacías.
Papá no tiene bastante comida para alimentarnos. Tenemos que llevarle algo.
Hicieron un trineo con el tejado de chocolate de la casa. Rompieron los muros de
mazapán y los cargaron sobre el trineo, junto con trozos de ventanas de azúcar, de
barandillas garrapiñadas y de sillas de caramelo. Después arrastraron el trineo por el
bosque hasta hallar el sendero que conducía a su casa.
- 153 -
Cuando la divisaron, pudieron ver a su padre delante de la puerta. Su mujer había
huido con un rico comerciante de maderas y él se sentía muy solo sin sus hijos.
Cuando vio a Hansel y Gretel se le inundó el rostro de alegría, los abrazó y los besó.
Entonces, llevaron el trineo a la ciudad y vendieron su carga de dulces a todas las
familias que allí vivían. Y trajeron tanto dinero a casa que nunca jamás volvieron a
pasar hambre.
Hermanos Grimm. Cuentos completos. Ed. Juventud. Barcelona
5. LOS CUENTOS TRADICIONALES O MARAVILLOSOS
Los cuentos tradicionales o maravillosos son el patrimonio común de todos y su
explotación didáctica es una fuente sin límites para crear nuevas historias,
recontarlas, imitarlas y dar a conocer de una manera lúdica la estructura
narrativa del cuento. Muchos son los autores que lo han estudiado desde
diferentes teorías e interpretaciones, aquí vamos a seguir al estructuralista ruso
Vladimir Propp quién estudió la estructura de los cuentos de muchas culturas y
tradiciones en sus libros Morfología del cuento (1.928) y Raíces históricas del
cuento en los que sienta las raíces del Estructuralismo narrativo En su afán por
establecer los rasgos comunes de los cuentos maravillosos define el concepto
de función como el elemento nuclear del cuento: “descripción de una acción o
lo que hace el personaje” y llega a la conclusión de que el cuento maravilloso
es una sucesión invariable de treinta y una funciones que, aunque no todas
puedan aparecer en todos los cuentos pero, aquellas que aparecen son
constantes en cuanto a su orden y la estructura no se altera.
Vladimir Propp. LA ESTRUCTURA DE LOS CUENTOS
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
Uno de los miembros de la familia se aleja de la casa (alejamiento).
Recae sobre el protagonista una prohibición (prohibición).
Se transgrede la prohibición. (trasgresión).
El agresor intenta obtener noticias (interrogatorio)
El agresor recibe informaciones sobre su victima (información).
El agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes
(engaño)
La víctima se deja engañar y ayuda así a su enemigo a su pesar (complicidad)
EI agresor daña a uno de los miembros de la familia o le causa perjuicios
(fechoría).
. Algo le falta a uno de los miembros de la familia; uno de los miembros de la
familia tiene ganas de poseer algo (carencia).
Se divulga la noticia de la fechoría o de la carencia, se dirigen al héroe con una
pregunta o una orden, se le llama o se le hace partir (mediación, momento de
transición).
EI héroe-buscador acepta o decide actuar (principio de la acción contraria)
El héroe se va de su casa (partida).
El Héroe sufre una prueba, un cuestionario, un ataque, etc., que le preparan para
la recepción de un objeto o de un auxiliar mágico ( primera función del donante.)
El héroe reacciona ante las acciones del futuro donante (reacción del héroe)
El objeto mágico pasa a disposición del héroe (recepción del objeto mágico)
El héroe es transportado, conducido o llevado cerca del lugar donde se halla el
objeto de su búsqueda ( desplazamiento en el espacio entre dos reinos, viaje con un
guía).
- 154 -
XVII.
XVIII.
XIX.
XX.
El héroe y su agresor se enfrentan en un combate ( combate)
El héroe recibe una marca (marca).
El agresor es vencido (victoria).
La fechoría inicial es reparada o la creencia colmada (reparación).
XXI.
XXII.
XXIII.
El héroe regresa (la vuelta)
El héroe es perseguido (persecución)
El héroe es auxiliado ( socorro)
XXIV.
XXV.
XXVI.
XXVII.
XXVIII.
XXIX.
XXX.
XXXI.
El héroe llega de incógnito a su casa o a otra comarca (llegad de incógnito)
Un falso héroe reivindica para si pretensiones engañosas (pretensiones engañosas).
Se propone al héroe una tarea difícil (tarea difícil)
La tarea es realizada (tarea cumplida).
El héroe es reconocido (reconocimiento).
El falso héroe o el agresor, el malvado, queda desenmascarado (descubrimiento)
El héroe recibe una nueva apariencia (transfiguración)
El falso héroe o el agresor es castigado (castigo)
El héroe se casa y asciende al trono (matrimonio).
XXXII.
Nuestra propuesta consiste, naturalmente en escribir un cuento en el que la
comida tenga un protagonismo de manera directa o indirecta.
1.
2.
3.
4.
Leer el principio de un cuento y ver qué función o funciones aparecen en él
Elaborar un cuento que incluya:
Las funciones de Propp indicadas en el posterior recuadro.
Un elemento o elementos de carácter gastronómico.
VIII: Fechoría o VIII-a: carencia.
XIV: Recepción del objeto mágico.
XIX: Reparación.
XXX: Castigo
Roland Barthes, estudioso de la lógica interna del cuento y, naturalmente de V.
Propp comenta en su libro El grano de la voz que en la escuela habría que dar
a los niños la posibilidad de crear “objetos completos” y que habría que
imaginar, casi cada alumno va a escribir un libro y así se plantearía todas las
tareas completas para su realización. Queda muy lejos la escuela actual de
imaginar siquiera esa posibilidad pero, al menos, demos la oportunidad a los
niños de “darse el gusto” de escribir un cuento completo sabiendo manejar las
tareas precisas.
Muchos autores se han dejado tentar por los sabores en sus cuentos para
niños (y mayores) como el maravilloso Roald Dahl quien en Charlie y la fábrica
de chocolate consigue que al lector se le haga la boca agua con la narración
del deseo de Charlie. ¿Quién se pude resistir a las golosinas del señor
Wonka?
(…) Y además- continuó el abuelo Joe, hablando ahora muy lentamente para que
Charlie no se perdiera ni una sola palabra-, el señor Willy Wonka puede hacer
caramelos que saben a violetas, y caramelos que cambian de color cada diez
segundos a medida que se van chupando, y pequeños dulces ligeros como una pluma
que se derriten deliciosamente en el momento que te los pones en los labios. Puede
hacer chicles que no pierden nunca su
- 155 -
-sabor, y globos de caramelo que puedes hinchar hasta hacerlos enormes antes de
reventarlos con un alfiler y comértelos. Y, con una receta más secreta aún, puede
confeccionar hermosos huevos de azulejos con manchas negras, y cuando te pones
uno de ellos en la boca, éste se hace cada vez más pequeño has que de pronto no
queda nada de él excepto un minúsculo pajarillo de azúcar posado en la punta de tu
lengua.
Roald Dahl, Charlie y la fábrica de chocolate. Alfaguara, 1985
En la famosísima serie de Harry Potter los caramelos y las golosinas adquieren
aspectos y propiedades de carácter mágico, parecidas a las propuestas de
Roald Dahl pero adaptadas a las posibilidades que da la magia para crear
sabores que serían muy difíciles de conseguir...por ahora.
¿Es posible crear caramelos y golosinas con maravillosas cualidades sin
ser un famoso chef?. Esta es la propuesta de escritura que hacemos a
continuación. Para ello, trabajaremos la técnica de la Analogía Inusual. Para
ello, vamos a proponer hacer analogías fantásticas.
Si vamos a crear golosinas, primero tendremos que pensar qué clase de dulces
queremos degustar. Supongamos que queremos caramelos voladores con
sabor a pollo. Lo primero que tenemos que hacer es buscar dos objetos o dos
elementos que nos sirvan para poder conseguir nuestro propósito. Pero,
primero hagamos una revisión del proceso de la Analogía Inusual:
1.
2.
3.
4.
Observación multisensorial del objeto.
Visualización interior de lo figural y procesual (figura y función)
Representaciones analógicas asociadas a la memoria (símil, analogía, metáfora)
Asociación analógica distante (metáfora surrealista, greguerías).
Entonces, lo primero que vamos a hacer es buscar esos dos elementos: un
globo y un pájaro y ahora comenzamos el proceso de la Analogía Inusual.
•
Descripción minuciosa (multisensorial, figural y procesal) de los
objetos, extrañamiento y así definimos los objetos.
GLOBO
PÁJARO
Objeto
* Animal
Vuela
* Vuela
Es de plástico
* Tiene plumas
Es de colores
* Tiene colores
Tiene pintados ojos y boca
* Tiene ojos y pico
Se alimenta de aire
* Come en al aire.
Ahora establecemos comparaciones entre los dos objetos para averiguar en qué se
parecen y en qué se diferencian un globo y un pájaro.
- 156 -
Ejemplo:
•
•
•
•
El pájaro tiene dos patas y el globo se sujeta por un hilo.
El pájaro tiene piel y el globo tiene una “piel” de plástico muy suave.
El pájaro tiene ojos y boca y el globo a veces tiene pintados ojos y boca.
El globo y el pájaro se elevan y vuelan, etc.
El paso siguiente es la “fusión” de los dos objetos. Si juntamos un globo y un
pájaro ¿Qué objeto o qué animal obtendríamos? ¿Cómo lo convertiríamos en
una golosina?¿Qué sabor tendría? ¿Qué colores? ¿Qué otras cualidades
tendría además del sabor? ¿Cómo se llamaría? ¿Podría volar ¿Tendría alas?
¿Sabría a dulce, a carne o cambiaría de sabores? ¿Yo podría volar con él? Si
tuviera plumas, ¿serían comestibles? ¿A qué huele? El resultado de este
proceso sería una golosina única. Es recomendable dibujarlo o representarlo
en volumen y escribir su descripción. Si queremos tener una
buena
descripción o explotarlo comercialmente, esta ficha puede ayudar a tener todos
los datos.
TALLER DE INVENTOS
1.
2.
3.
4.
NOMBRE:
DESCRIPCIÓN (forma, tamaño, materiales, textura, color, sabor, olor...)
CARACTERÍSTICAS:
OTRAS APLICACIONES: (¿puede venderse en otro formato que no se una
golosina?)
5. FRASE PUBLICITARIA (eslogan de venta, jingle...)
Rumiando Rimas
El pimiento ha de ser verde;
Los tomates, colorados:
La berenjena, espinosa,
Los ojitos, entornados.”
Anónimo. En Ana Pelegrín. Poesía Española para niños. Alfaguara Infantil.1997.
Si los cuentos son las historias que alimentan nuestra infancia, los poemas nos
enseñan, desde muy niños a conocer el mundo de la palabra como metáfora,
como ritmo, como sugerencia de imágenes que nos desvelan mundos
desconocidos pero presentidos y encantados; nos enseñan a jugar y a
connotar, a cantar y a imaginar que podemos construir nuevas realidades a
través de la palabra.
Nuestros poetas se han sentido niños porque ellos lo han sido y han escrito
para que ellos se inicien en el mundo misterioso de la poesía a través de la
metáfora, la imagen, el ritmo y la rima, la aliteración y el juego. Y a través del
juego de la palabra y con la palabra, los niños incorporen el lenguaje lírico con
placer y con facilidad. Y, como es de esperar, el sabor tiene una gran
representación en estos poemas. Aquí tenemos un ejemplo de aliteraciones.
- 157 -
Lucila con L
Lucila lame su helado.
El labio se le congela
Y la lengua se le hiela
Con el hielo limonado.
Su abuelo mira alelado
Cómo el barquillo vacío
Destila un hilo de frío
Que corta como un serrucho,
Mientras en el cucurucho
Se cuela el sol del estío.
Carlos Murciano, Premio nacional de literatura, 82, 36-37 en Ana Pelegrín,
Poesía española para niños, Alfaguara Infantil, 1997.
Podemos escribir un poema con aliteraciones partiendo de un nombre
propio. El proceso es así:
•
•
•
•
Elegimos un nombre propio. Le adjudicamos un adjetivo que empiece
por la misma letra con la que empieza el nombre.
Hacemos un T.I. de los hechos, las acciones, los objetos y otros
elementos que queramos incorporar sobre lo que conocemos de esa
persona.
Escribimos un texto en prosa que cuente una pequeña historia.
Finalmente, le damos una estructura poética al texto.
Piluca pela pequeñas peras.
Pone pan, pone pimienta.
¿Qué hará Piluca?- mamá piensa.
En la mesa pone el mantel.
Papá se sienta y se impacienta..
¿Estará preparando una sorpresa?.
En una hermosa panera
Adornada con puntillas,
Piluca pone plátanos y peladillas.
Mami y papi esperan, ¡desesperan!
Y la pícara Piluca disfruta y juega
Paula Vázquez
Los escritores de las vanguardias han creado textos jugando con la forma
visual, uno de ellos es el chileno Vicente Huidobro: hemos elegido un texto
que cuenta una pequeña historia sobre una princesa y la hemos adaptado
para escribir otra que incluye el sentido del gusto.
- 158 -
Thesa
La bella
Gentil1princesa
Es una blanca estrella
Es una estrella japonesa.
Thesa es la más divina flor de Kioto
Y cuando pasa triunfante en su palanquín
Parece un tierno lirio, parece un pálido loto3
Arrancado una tarde de estío del imperial jardín.
Todos la adoran como a una diosa, todos hasta el mikado
Pero ella cruza por entre todos indiferente
De nadie se sabe que haya su amor logrado
Y siempre está risueña, está sonriente.
Es una Ofelia japonesa
Que a las flores amante
Loca y traviesa
Triunfante
Besa.
Vicente Huidobro.
Canciones de la noche. Ed. Castalia
Como vemos, es una composición con una estructura acumulativa que está
dispuesta en forma de triángulo doble que asemeja un espejo. Ahora veremos
un poema parecido, con una estructura en forma que asemeja un cucurucho
doble.
Lina
la dulce
bella dulcera
es una gran cocinera.
Lina come helados y espera
a su amado Lolo en primavera.
Se cogen de la mano, se regalan helados
Se relamen con la crema de brillos nacarados
Mientras se miran suspirando, embobados
un chorrito va cayendo del helado.
y al ver que le corre por la mano
su Lolo se la lame, embelesado,
Lina se sonroja y su helado
se derrite como un polo
triste, llora Lina
y feliz ríe
Lolo.
Paula Vázquez
- 159 -
Y así, rumiando rimas podemos poner más ejemplos de maravillosos poemas
dedicadas a los niños que tienen sueños de golosinas.
También en los juegos tradicionales el sentido del gusto tenía su espacio. Hay
infinidad de rimas, cancioncillas y retahílas con sabrosos contenidos. En el libro
Repertorio de Antiguos Juegos Infantiles, hay una cantidad ingente de juegos
de todo el país y de Latinoamérica recogidos y estudiados por Ana Pelegrín
con ejemplos en los que frutas, dulces y platos típicos son objeto de los juegos
de los niños. Aquí tenemos algunos de ellos:
Arráncate cebollino.
No puedo pollino.
Arráncate nabo.
No puedo de harto
Los jugadores “cebollitas”, se colocan en fila asidos por la cintura y el
“cebollero” tiene que arrancarlas una a una.
Al Highí al Highí
Abrir las bocas que está madurí.
Este confite se gane así,
Saltar y bailar que se gana así.
En este juego los participantes tenían que alcanzar una fruta que pendía de
una palo. Sólo podían utilizar la boca sin ayuda de las manos.
Aunque los juegos de ahora no son como antaño, no debemos renunciar a
inventar uno con su cancioncilla incluida.
¿Cómo podemos hacer un juego? Hay varias posibilidades. Aquí va una:
1. Pensemos en algo de comer que nos pueda servir para hacer un juego. Ej.: un
huevo de chocolate.
2. ¿Cuándo se juega? La fecha más adecuada es Pascua. Ya tenemos el objeto y
el tiempo .
3. ¿Qué sabemos del huevo de Pascua? Es un regalo que le hacen los padrinos a
los niños.
4. ¿Qué tiene el huevo de Pascua? Todos los huevos llevan una sorpresa.
Cuánto más grande sea, mayor y mejor será la sorpresa.
5. El huevo de Pascua va envuelto en papel de plata de colores y lleva lazos ya
adornos.
Ya tenemos los elementos necesarios para hacer una cancioncilla que nos
permita jugar.
Los niños – y algunos mayores- todavía no han perdido la ilusión de que les
regalen una mona o un huevo de Pascua el Sábado Santo. Hoy en día no se
pierde el tiempo en escribir o recitar cancioncillas que aludan al tema, pero las
hay y podemos hacer una para agregar una sorpresa litearia.
- 160 -
Por Pascua florida
Sorpresa tendré
Un huevo de plata
¡Me lo comeré!
El juego puede consistir en hacer que los jugadores se coloquen en corro y otra
niña o niño corra alrededor de ellos con un huevo de juguete en la mano.
Cuando termine la canción, el niño que corre deja el huevo detrás de otro que
está en el coro y de espaldas y eche a correr. Si lo coge antes de dar una
vuelta completa, el segundo jugador gana y pasa a ocupar el puesto del
primero.
Esta antigua cancioncilla habla de los regalos de Pascua.
“Lo Disapte Sanct tots busquen
qui els regale una moneta.
Lo menys que tinga dos hous,
Y si quatre, mes alegra. (...)
O esta otra
Monas y dulces finos
En este día a los niños
Les regalan sus padrinos.
Terminamos estas rimas para niños con esta
cantaba en una rueda:
preciosa cancioncilla que se
“A las ollas de San Miguel
que están cargadas de miel” (...)
7. LOS MANJARES PECADORES
“Voy, voy a mi jardín, hermana mía, esposa,
a coger de mi mirra y de mi bálsamo;
a comer la miel virgen del panal,
a beber de mi vino y de mi leche.
Venid, amigos míos, y bebed
Y embriagaos, carísimos.
Salomón. Cantar de los Cantares.
El primer pecado cometido por el hombre fue causado por una simple y
apetitosa manzana. Parece ser que el fruto poseía unas cualidades tan
extraordinarias que el pecador Adán y la incitadora Eva fueron expulsados del
Paraíso y desposeídos de su inocencia; y todo por desobedecer al Dios
creador del árbol quedaba frutos tan incitadores . Más adelante supimos de los
infortunios de nuestros primeros padres y de lo terribles y desproporcionadas
- 161 -
consecuencias que había tenido aquel acto trasgresor, pero, de la manzana y
del árbol de la Ciencia del bien y del Mal no se volvió a saber más. Es posible
que por no haber podido probar la fruta de un árbol semejante haya traído
como consecuencia nuestra tendencia a comer sin continencia, lo que dio
lugar a un pecado mucho mayor y pernicioso para nuestra salud: la gula. Y
que, desde entonces busquemos en la comida efectos que vayan más allá de
la nutrición de nuestro cuerpo y del placer del gusto; lo que buscamos en la
comida es, además, la providencia de efectos afrodisíacos que conforten
nuestro apetito sexual, es decir, la lujuria. Los efectos de haber comido la
manzana se han multiplicado y traído más quebraderos de cabeza de lo que
los pobre Adán y Eva merecían.
Pero es reconfortante comprobar que la búsqueda del placer sexual por medio
de los alimentos no fue considerada pecaminosa en otras culturas. Los griegos
invocaban a Afrodita y a Venus para obtener, de una, los manjares que
preparasen convenientemente para disfrutar de los placeres que podía
proporcionar la otra y hacerlos más intensos y placenteros. Así, Afrodita era la
depositaria de los secretos de los efectos de ciertas viandas, los afrodisíacos, y
la Venus poseía los secretos de los placeres del amor. La ventaja que tenían
los adoradores de estas diosas paganas es que no tenían que sufrir la
expulsión de ningún paraíso; al contrario, cuando ambas diosas concedían sus
favores, el paraíso estaba al alcance la mano.
Con o sin pecado, en todas las culturas a lo largo y ancho de la Historia ha
habido expertos y expertas en preparar pócimas consistentes en extraer polvos
del más insólito elemento, arrancar hierbas y buscar y rebuscar desde las más
escondidas raíces hasta el fruto de la mar o de la tierra adecuado para
potenciar el vigor que proporciona el placer sexual deseado. Y, aunque hoy
sepamos cuáles son los componentes de los alimentos que ayudan a
potenciar el vigor y la fuerza necesarias para tener una buena salud y, por ello,
una buena vida sexual, preferimos pensar en las ostras, las nueces, las
criadillas o los huevos de codorniz porque son mucho más estimulantes que
llamarles proteínas, ácidos grasos y vitaminas, elementos indispensables, entre
otros para tener una buena salud, pero que carecen del descaro de una ostra o
de la recóndita evocación de una trufa.
“Y el alimento escondido con tus besos y mi pan.”
De entre el vasto grupo de escritores y escritoras que han unido con gran
acierto la cocina y el placer sensual – y sexual- hemos elegido a unos cuantos
que pueden servirnos de modelo para solazarnos con la lectura y con el gusto.
En Manuel Vázquez Montalbán coinciden muchas virtudes que han hecho de él
uno de los mejores escritores en lengua castellana actual. Y, cómo no, su amor
a la buena mesa y su vastísima cultura culinaria han hecho del personaje de
Pepe Carvalho uno de los detectives más originales por una cualidad muy
especial: la cocina. En su último libro Milenio, publicado después de su muerte,
los personajes de Carvalho y Biscuter dan la vuelta al mundo, se ven
envueltos en una trama política que nos va mostrando los diversos conflictos
que asolan a nuestra sociedad actual, además de eso, el autor no deja de
enseñarnos las delicias de la comida, de los productos, tiendas y restaurantes
donde comerlos y de aconsejarnos con las mejores recetas de todos los
- 162 -
continentes. He aquí una magistral descripción de una comida griega que le
hace evocar la posguerra en Barcelona:
(…) Comieron los entrantes habituales, entre los que Carvalho introdujo pimientos
verdes rellenos de arroz y una pasta de queso fresco, ajo, pimentón y aceite, ungüento
idóneo para el excelente pan griego y para adecuar el estómago a las texturas del
pajel asado en su punto y de la sandía más absoluta de las sandías, rigurosamente
griega, esencialmente griega y que a Carvalho le recordaba las de su infancia cuando
las plazas de los barrios populares de Barcelona se llenaban de carpas de vendedores
de melones y sandías, y en la apenumbrada posguerra, el personal las compraba a
rajas y se las comía por la calle, un refrescante impúdico, anterior a cualquiera posible,
pero entonces inimaginable, futuro de consumidores.”
M. Vázquez Montalbán. Milenio. Carvalho Ed. Planeta
En un librito titulado Recetas Inmorales, escribe un
comentadas, y con un gran sentido del humor.
conjunto de recetas
BERENJENAS A LA MANERA ALEJANDRINA
Para cuatro personas:
4 berenjenas
Un pellizco de coriandro en grano
8 hojas de menta fresca
12 dátiles
2 cucharaditas de café de vinagre
piñones.
Una cucharadita sopera de miel.
Una cucharadita de café de salsa de anchoas.
1 pizca de comino.
½ vaso de vino blanco.
1 cucharada sopera de aceite de oliva.
1 pizca de pimienta.
1 pizca de sal.
Cocer las berenjenas en una cacerola con agua hirviendo. Escurrirlas y pelarlas.
Ponerlas en una fuente.
Picar los piñones y dátiles. Ponerlos en un recipiente hondo. Mezclarlos con la miel, el
vinagre, el garum, el vino blanco y el aceite.
Majar en un mortero el coriandro en grano, la menta y el comino.
Mezclar todos los ingredientes.
Echar esta preparación sobre las berenjenas.
Calentar hasta que comience a hervir.
Bajar la intensidad del fuego y cocer a fuego suave durante 15 ó 20 minutos.
Salpimentar antes de servir.
M. Vázquez Montalbán
Esta receta —alejandrina tenía que ser—, aunque se atribuye a Apicio,
cocinero y gourmet neurótico, del que se insinúa un cierto lío nada claro, con
Druso, hermano de Tiberio, lo cierto es que se trata de un comistrajo
- 163 -
mediterráneo en su materia prima fundamental, sin que aporte la prueba de la
berenjena como demostración de que la mediterraneidad es cosa poco clara,
digan lo que digan De Chirico, D'0rs y Joan Manuel Serrat. En el inventario de
las mediterraneidades, figuran por derecho estético propio el pino, el laurel, el
limonero y el olivo, sin que se sepa qué desliz creador hizo que Jehová,
mediterráneo al fin y al cabo, situará un objeto tan raro y ambiguo como la
berenjena, entre la llora y launa del Mare Nostrum.
Porque para empezar, ¿la berenjena es carne o vegetal?
Mala pregunta para iniciar una cena, mejor olvidarla, aunque tratándose de una
cena de Homosexuales masculinos, a la que este plato viene a la medida, no
está mal una pizca de erudición y en un momento determinado, al tiempo que
se glosa el aspecto fálico-demoníaco de la berenjena negra, recordar la
equívoca relación entre Apicio y Druso, a la sombra de aquella olla de grillos
que se llamó Tiberio. Plato de verano y de mar. Por qué no, el Mediterráneo.
Conviene que los cenantes estén morenitos.
Y ahora, a escribir. La propuesta consiste en hace una receta a la manera
de Vázquez Montalbán siguiendo el proceso siguiente.
•
•
•
•
Buscamos una receta que tenga ingredientes considerados “eróticos” o
placenteros: ostras, berenjenas, especias, frutas tropicales, etc.
Procuramos conocer el origen del plato, o el origen de los ingredientes;
en este último caso, le adjudicamos una nacionalidad.
Hacemos un ejercicio de Interrogación Divergente ( I.D) para conocer
todos los datos posibles sobre el Plato. Ej. : Para quién es el plato? ¿A
qué hora debemos servirlo? ¿Es caliente o es frío? ¿Qué colores deben
acompañarlo? ¿Qué conversación lo acompaña? ¿ Es para jóvenes o
para mayores?¿ ¿Hay un día, una fecha o un acontecimiento especial
para servirlo? ¿Qué efectos iniciales produce?¿Se sirvió en la
antigüedad a alguien importante? ¿Con qué bebida se sirve? ¿Es muy
caro? ¿Es difícil encontrar los ingredientes?¿Ha aparecido en algún
cuadro, algún libro, en una película?¿ hay que usarlo con cuidado
¿Cuáles son las contraindicaciones? ¿Tiene efectos secundarios? ¿Se
debe servir en un ambiente especial?
Una vez obtenidas todas estas respuestas, escribimos un texto que tiene
que tener como condición sine que non que la receta se pueda hacer y
que cuente una historia o una anécdota y que produzca en el lector la
idea de que es una verdadera receta afrodisíaca.
La escritora mexicana Laura Esquivel escribió un libro que se hizo famosos en
el mundo entero, titulado como Agua para chocolate en el se narra una
historia de amor imposible y fantástico estructurado alrededor de recetas de
suculenta comida mexicana. Los efectos que las recetas producen en las
personas que las prueban desencadenan los acontecimientos que llevan a los
protagonistas a un final espectacular. La comida es presentada así como acto
de amor, como bálsamo, como perfume delicioso, como elixir y, finalmente,
como una celebración de la vida.
- 164 -
Como ejemplo de la escritura de la comida de Laura Esquivel incluimos aquí
una receta publicada en una revista en la que el plato es el pretexto para
evocar recuerdos de la niñez.
SOPA DE MANZANA
Ingredientes: 3manzanas. 6 tazas de caldo, 2 jitomates (tomates), 1 cebolla,
2cucharadas de harina, 1 cucharada d e perejil, .aceite, sal!, pimienta.
Las manzanas se pelan, se parten en cuadritos y se ponen a remojar en agua con
una cucharada de sal para que se conserven blancas. Desde que yo recuerdo, esta
sopa se preparaba en casa con motivo de la visita que mi tío realizaba a la capital
cada año. Cada vez que yo ayudaba a mi madre a prepararla, escuchaba lo sencillo, lo
bueno, lo inteligente, lo guapo, lo simpático y lo maravilloso que era mi tío. Las
palabras de mi madre actuaban en mi interior como gas vanidoso, que inflaba mi
pecho cual si fuera un globo y lo enderezaba con orgullo. ¡Qué importante me sentía
de pertenecer a la familia Romero! En todo México no podía existir una de mejor casta,
linaje y alcurnia. Era inevitable que mientras se doraba la harina y se ponía a freír en el
aceite hasta que dorara, se hablara de la última empresa del portentoso tío, y mientras
se molían el jitomate y la cebolla y se ponían a hervir hasta que sazonaran, se
comentaran sus más rédenles adquisiciones. Fue una de esas tardes, mientras movía
continuamente el caldillo para que no se le formaran grumos, cuando escuché que mi
tío había sido llamado por el gobernador a ocupar un puesto político en el Estado de
Tabasco. Vo no tenía idea de que clase de trabajo realizaba un político, pero por la
reacción jactanciosa de mi madre, me imaginaba que uno muy importante y bien
pagado. Al poco tiempo, lo corroboré al ver el incremento del costo de los regalos que
nos traía en sus visitas, y el tipo de vida que llevaba. Cada vez eran más frecuentes
sus viajes a la capital y al extranjero. Podía darse el lujo de visitar Europa, China,
Japón y demás países exóticos. Mi casa se llenó de objetos extraños que podíamos
presumir con las vecinas. Cuando mi tío anunciaba su visita, de inmediato nos
poníamos a prepararle la sopa de manzana, su preferida a pesar de haber comido en
los mejores restaurantes del mundo. ¡Con qué esmero cuidábamos todos los detalles
de su preparación! Nuestro deseo por agradarlo nos hizo convertirnos en unas
expertas. Sabíamos perfectamente cuál era el tamaño indicado para partir los trozos
de fruta, en qué momento era necesario dejar de dorar la harina e incorporarle el
jitomate, en qué momento éste estaba sazonado y listo para agregarle el caldo, la sal y
la pimienta y cuál era el instante perfecto para incorporar las manzanas bien
escurridas y el perejil. Las dejábamos hervir hasta que estuvieran cocidas como a mi
tío le gustaban y retirábamos la olla de la lumbre. No recuerdo una sola vez en que
nos haya quedado mal. Sin embargo, desde que mi tío murió asesinado el año pasado
no nos ha vuelto a quedar bien. No sé por qué. No sé si es porque el fantasma de mi
tío impregna de un sabor desilusionante la sopa, no sé si es porque al ir a su entierro a
Tabasco nos enteramos de que todos lo odiaban. O porque supimos que había robado
y matado a muchos hombres, o porque descubrimos que siempre nos mintió y que su
verdadero trabajo era el del tráfico de drogas y no el de la política- O porque dejó una
gran cantidad de hijos regados, de los que nos sentimos responsables, o porque nos
quitó para siempre el orgullo de tener un pariente prominente. No sé. Pero el caso es
que la sopa de manzana ya no nos sabe igual.
Laura Esquivel
- 165 -
Una receta nos va a servir de pretexto para escribir una historia que tenga
que ver con nuestros recuerdos. El proceso es como sigue:
•
Hacemos un T.I categorizado sobre nuestros recuerdos.
Sentimientos
Recuerdos de
sucesos,
anécdotas,
personas,
Celebraciones
etc.
Sensaciones
NIÑEZ
Lugares
Objetos
Juguetes
Comidas
Colores
Sabores
Olores
Paisajes
•
Elegimos, de entre todos estos elementos, un hecho que haya
hecho huella en nuestra vid y lo relatamos, incluyendo, a la
manera de Laura Esquivel, la receta y su elaboración completa.
Un ejemplo:
LA ANSIEDAD DEL DULCE
Cada noche del veinte de agosto, desde que era pequeña, en la aldea donde pasaba
los veranos, mi tía, que se quedaba a cargo de mis hermanos y de mí mientras
estábamos allí, se ponía a preparar la comida del día siguiente porque celebrábamos
la fiesta de cumpleaños de mis hermanos, mi prima, mi tía y el mío propio ya que
todos habíamos nacido el mismo mes.
Mis hermanos y yo observábamos con impaciencia mientras ella hacía nuestra tarta
favorita: tarta de chocolate.
En nuestras caras se dibujaba una leve y pícara sonrisa en espera de la oportunidad
de hundir nuestros dedos en el untuoso chocolate o en la vainilla sin que ella se diera
cuenta., pero ella siempre nos pillaba, supongo que sería por las marcas de chocolate
que se trasladaban a nuestra ropa o a nuestra cara.
Mi tía ponía mucho empeño y ternura en aquella tarta; sabía lo mucho que nos
gustaba, así que, cuando estaba terminada, nos daba una cuchara de madera a cada
uno y nos dejaba rebañar los restos de la crema. Luego, la observábamos en silencio
mientras ella mojaba galletas en leche y en vino. Ella decía que el vino era del bueno,
pero yo me preguntaba cómo era posible que un vino bueno viniera metido en un
cartón como el de la leche. De la leche decía que la que bebíamos era muy cara y
difícil de encontrar. Bueno, cara sí que era, pero difícil... claro, para mí era difícil pasar
frío y cargar con las lecheras cuando iba a recogerlas a la de Torres, después de
ordeñar. Una vez, la vaca, que nunca se movía, salió corriendo detrás de mi hermano.
- 166 -
¡Menudo susto se llevó!
Cuando mi tía sacaba del horno la tarta ya era hora de irnos a dormir y nosotros
subíamos a las habitaciones envueltos en el aroma de la trata, ansioso porque llegara
el día siguiente que siempre amanecía con sol y con el ansia de la fiesta de
cumpleaños.
Miriam Ríos
El humor y la descripción minuciosa del elemento principal de una comida se
presentan aquí de la mano de dos escritores magistrales y muy diferentes entre
sí; el primero, en un escrito de Julio Camba; y el segundo en un texto de Max
Aub.
Camba se muestra como un experto conocedor de la sardina, un manjar poco
apreciado en los restaurantes de lujo pero de sabor insuperable si está bien
preparada;
Max Aub nos hace una descripción tan detallada de lo que sucede cuando
comemos carne que es inevitable que no terminemos de leerlo y creer que
acabamos de comerlo
La sardina
Preveo que voy a quedar muy mal. En todos los libros de cocina, al llegar al capítulo
de los pescados de mar, se encarece ante todo la finura del lenguado, la delicadeza
del rodaballo, etc., etc. Por mi parte no tengo nada que decir contra estos estimables
acantopterigios, que pueden ponerse en todas las mesas, así como las novelas de don
Ricardo León pueden ponerse en todas las bibliotecas. Son pescados muy ricos, sin
duda alguna, pero no creo que ninguno de ellos logre inspirar jamás una verdadera
pasión. ¿Se imaginan ustedes a alguien, por ejemplo, cometiendo una estafa para
comer lenguado o rodaballo? Pues bien; yo, cajero hipotético de una sociedad
cualquiera, sería capaz de fugarme un día con los fondos confiados a mi custodia
nada más que para irme a un puerto y atracarme de sardinas. Una sardina, una sola
es todo el mar, a pesar de lo cual yo le recomendaré al lector que no se coma nunca
menos de una docena; pero vea cómo las come, dónde las come y con quién las
come. No se trata precisamente de un manjar «de buena compañía», sino más bien de
eso que los franceses llaman un petit plat canaille. No es para tomar en el hogar con la
madre virtuosa de nuestros hijos, sino fuera, con la amiga golfa y escandalosa. Las
personas que se hayan unido alguna vez en el acto de comer sardinas, ya no podrán
respetarse nunca mutuamente, y cuando usted, querido lector, quiera organizar una
sardinada, procure elegir bien sus cómplices.
Yo suelo comer sardinas todos los años en Galicia, donde me las asa Pepe Roig, el
boticario de Villanueva de Arosa. Si usted quisiera que Pepe Roig le confeccionase
unas píldoras, yo le daría con mucho gusto una recomendación para él; pero si quiere
que le ase unas sardinas, no le hace a usted falta recomendación alguna. Todos los
días durante el verano le llegan a Pepe Roig gentes de Cambados, de Pontevedra, de
la Puebla y de Portosín, que, atraídas por su fama de Vatel de las sardinas, van a
rogarle que les ase algunas, y no se sabe de nadie que haya hecho el viaje en balde.
Pepe consigue siempre las sardinas, busca luego los carozos —palabra vernácula con
que se designan los zuros o raspas de las espigas de maíz- , coge las parrillas y se
mete en seguida en faena.
Las mejores sardinas, en opinión de Pepe Roig, son las del jeito, un arte catalana que
se introdujo en Galicia durante el reinado de Carlos III, y contra la que protestaron'
todos los mareantes del litoral. Las otras artes cogen indistintamente sardinas de
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varios tamaños y alteran su sabor con el engaño de que se sirven para atraerlas, pero
el jeito, no. El jeito es una red que se coloca como un muro al paso de un banco de
sardinas con unos corchos arriba y unos plomos abajo. Las sardinas demasiado
pequeñas meten la cabeza en la malla, pasan luego el cuerpo y se encuentran acto
seguido en el otro lado, libre y feliz hasta que crezcan y se pongan más apetitosas.
Las demasiado grandes, no pudiendo introducir en la malla toda la Cabeza, se quedan
libres, aunque, si en el mundo de las sardinas existe algo de ternura familiar, su
libertad no debe de serles muy ligera al verse alejadas de la prole sin saber hasta
cuándo. Y, eliminadas así las tobilleras y las jamonas, sólo quedan en la red aquellas
sardinas que tienen la edad y el tamaño requeridos. Quedan presas por la gatada y, al
debatirse y desangrarse, depuran considerablemente su •sabor.
Cuando estas sardinas llegan al puerto se las echa encima una verdadera montaña de
sal y se las deja así dos o tres horas. Mientras tanto, una mujer ha preparado los
cachelos —patatas cocidas con unto y laurel, a las que no 'se les quita la piel hasta
después de la cocción— y los carozos se han convertido en brasas. Y entonces es
cuando entra en funciones Pepe Roig. Amorosamente, va cogiendo las sardinas, una
por una, y, como si las elevase a un puesto honorífico, las va colocando en las
parrillas. Luego forma sobre el hogar un lecho de brasas, busca unas piedrecitas y
sobre estas piedrecitas coloca las parrillas a la debida altura para que el pescado vaya
asándose «al romance», poco a poco y con el mínimo de calor. Tan pronto como una
sardina está asada por un lado, el gran Pepe la vuelve sin hacerla nunca esperar por
las otras, y, cuando queda asada por los dos lados, la coge delicadamente y se la
ofrece a usted.
Obsérvese que a estas sardinas no se les ha quitado la escama ni se les ha sacado la
tripa. Pescadas unas horas antes, no habría habido más remedio que limpiarlas, y
entonces ya no serían buenas para asar, aunque serían excelentes para freír. La
sardina asada supone una primera materia perfecta. Una hora más en el barco o
media hora menos de sal y el fracaso sería espantoso.
Considero inútil advertir que las sardinas asadas no deben comerse nunca con
tenedor. ¿Se imagina usted, querido lector, el espanto de una familia inglesa que,
habiéndole invitado a usted a comer en su casa, le viera llevarse los manjares a la
boca con sus propios dedos? Pues ese espanto no sería nada comparado al que se
produciría en Villanueva si usted comiese allí con tenedor las sardinas asadas. El
tenedor dislacera de un modo brutal las carnes de la sardina y, aunque sea de plata,
altera sus preciosas esencias. Nada de tenedor, por lo tanto. Esa invención italiana,
especie de mano artificial, sirve para ahorrar la natural cuando se trata de una comida
mediocre; pero en las grandes ocasiones no hay que andarse con remilgos. Coja
usted su sardina con los dedos, colóquela encima de un cáchelo y siga esta regla de
oro: para cada cáchelo una sardina y para cada sardina un vaso de vino. '
Y si después de haberse tomado una docena de vasos de vino con una docena de
cachelos y una docena de sardinas no está usted satisfecho, tómese usted una
docena más, pero no cometa el error de tomar otra cosa; en primer lugar, porque
habrá tomado usted ya un alimento completo, y, en segundo lugar, porque todo
seguiría sabiéndole a usted a sardinas, como todo seguirá sabiéndole a sardinas por
la noche y todo seguirá sabiéndole a sardinas al día siguiente. Si, querido lector. Las
sardinas asadas saben muy bien; pero saben demasiado tiempo. Después de
comerlas uno tiene la sensación de haberse envilecido para toda la vida. El
remordimiento y la vergüenza no nos abandonarán ya ni un momento y todos los
perfumes de la Arabia serán insuficientes para purificar nuestras manos.
Julio Camba. La casa de Lúculo. Espasa Calpe. Madrid, 1956
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En el texto de Max Aub, titulado De la carne se puede apreciar la finísima
capacidad de descripción del autor para hacer llegar a nuestros sentidos, con
todo detalle, la degustación de un buen pedazo de carne.
De la carne
Suspende los sentidos no dar prisas a la boca y sentir cómo se tritura, de muela a
muela, la carne tibia a medio asar. Aplastada suavemente, despide su jugo
salpimentado que se combina sabiamente con el sabor mismo del filete. Finas hebras
todavía consistentes, para que haya una leve resistencia, dulce de vencer
Enrique alarga el sabor, rodeando la lengua por el paladar, cueva deliciosa de la carne
en su punto, bien sazonada por el fuego y las especias necesarias al condimento.
Punto en su punto, y más de media tajada de solomillo todavía por delante. Golosina
su regalo; suavidad y regosto, copia de la mezcla del aceite de la plancha, de la sal, de
la pimienta, de la carne mollar; goza del sabor a su sabor, paladea sin prisas la
blandura firme de la carne magra; cortada por el cuchillo, que muestra sus cálidos
colores, del tostado aparente a la grana sanguínea de su centro, para volver
degradados – canela, parduzco, bronce- al mismo siena, en la superficie contraria,
tabacada, como la otra, brillo y mate, según su roce con el hierro caliente; y el gusto
varía, según el tono, con ligero aumento del amargor sabroso en lo más tostado,
dando contrapuntos varios al deleitoso deje sápido.
Y el pan candeal, rubio. La corteza melada, con sus canteros morenos, sus hendiduras
transversales irregulares, trigueñas en las vertientes bronceadas de sus cumbres.. el
molledo blanco, blando encaje sobre encaje. Príngalo, cuando no le ven, en el jugo y
la salsa, mezcla de rojos y parduscos que la miga reproduce ligeramente más claros.
Gusto sabroso de la hogaza empapada que se machihembra placenteramente con el
bocado de la carne antes de desaparecer deglutida. Vuelta a empezar.
Y el tomate, partido en dos, enseña su rosada anatomía en forma de flor,
luciente, sobre las hojas tiernas, verde clarísimo en amarillo, de la lechuga fresca.
Más lejos, en una fuente, lucen, a quién puede más, uvas, melocotones, granadas.
Max Aub, La Uña, Ed. Bruguera, 1997.
Dos estilos, dos ideas para hablar de dos elementos básicos de nuestra cocina:
carne y pescado.
El texto de Max Aub es excelente para hacer un Relax Imaginativo (R.I.)
A
través de la relajación pretendemos rescatar imágenes de nuestra memoria y
de la memoria sensorial y así captar toda la riqueza de matices de nuestros
datos almacenados.
Para poder sacar partido del texto y liberar la imaginación necesitamos
situarnos en un lugar apropiado, silencioso y estar cómodos. Lo leemos
despacio y, si es posible, acompañamos la lectura de una música suave y con
volumen bajo. Lo ideal sería que un dinamizador o dinamizadora expertos en
técnicas de relajación creativa, nos leyera el texto después de habernos hecho
un ejercicio previo y / o durante la lectura. Es muy importante que la persona
que lo haga sea un experto, en caso contrario, la relajación puede resultar un
fracaso y producir el efecto contrario. Si no es posible hacerlo así, lo mejor es
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seguir las instrucciones sugeridas al comienzo y dejarnos llevar. Luego,
podemos plasmar las imágenes que nos han producido la lectura del texto en
otro texto escrito inmediatamente después.
8. COMER EN EL CIELO
“Tengo el más simple de los gustos: estoy siempre satisfecho con lo mejor”.
Oscar Wilde
Además de ser una actividad mundana, cuando se trata de comer bien, a
cualquier plato le aplicamos enseguida y sin rubor adjetivos celestiales, sobre
todo al dulce; como prueba veamos algunos nombres que aluden a la gloria
celestial cuando las vemos en una pastelería o en una carta: “tocinillo de cielo”;
“glorias”; píos-nonos”, “jesuitas”; “besitos de monjas”; “cabello de ángel”.. Lo
cierto es que el sabor dulce ha sido siempre imaginado como el manjar que se
debía comer en el cielo a todas horas. Hasta Rafael Alberti se le ocurrió que el
oficio más indicado para un ángel es el de confitero.
El ángel confitero
De la gloria, volandero
Baja el ángel confitero.
-Para ti, Virgen María,
y para ti, carpintero,
¡Toda la confitería!
-¿Y para mí?
-Para ti,
Granitos de ajonjolí.
A la gloria, volandero,
Sube el ángel confitero
Rafael Alberti. El alba del alhelí.
Y todo oficio tiene su santo. El santo patrono de los pasteleros es Lorenzo,
cuya historia no deja de tener un deje de humor negro puesto que durante su
martirio, atado sobre una parrilla ardiente, parecer ser que se permitió el lujo de
decirle al emperador Valeriano: “ De este lado ya estoy asado; dame la vuelta y
cómeme”.
Las vidas de los santos han sido, para algunos, lectura obligada de la niñez en
la escuela. Todos habían sufrido una conversión al cristianismo que le había
conducido a un terrible martirio y que era narrado con todo detalle libros por el
profesor de Religión que solía contarlo con más detalle y con entonación tan
enfática y engolada que producía en los escolares una impresión tan fuerte que
todos quisimos, alguna vez en nuestra infancia, emular a alguno de aquellos
héroes y heroínas que aguantaban estoicos y sin chistar el terrible martirio al
que estaban siendo sometidos con la seguridad absoluta de que tendrían un
lugar privilegiado en aquel cielo tan cinematográfico.
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¿Y qué nos impide ahora convertirnos en
escritores creadores de santos?
Nuestra propuesta es que nos hagamos un santo a la medida, con mayor o
menor dramatismo y dedicado a proteger algún manjar de nuestra devoción.
Para ello, tendríamos que inventar información suficiente con respecto al santo.
Con el T.I elaboramos una batería de preguntas para poder conformar al
personaje.
¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿De qué o quién es la patrona/patrón?¿
Dónde vivió? ¿Cuándo vivió? ¿Cómo fue su niñez? ¿Cómo era
físicamente?¿A qué olía? ¿Qué le gustaba? ¿Cuál era su comida
favorita? ¿Tiene relación su comida favorita con su martirio? ¿Con quién
vivió? ¿Estaba casada/casado? ¿Tenía familia? ¿Qué la hizo
convertirse? ¿A qué se convirtió? ¿Cómo vestía? ¿Tenía tentaciones?
¿Deseos? ¿Qué sentimientos inspiraba a los demás? ¿Quién o quienes
eran sus enemigos? ¿Qué le ofrecieron? ¿Qué le sucedió? ¿Quién la
ayudó? ¿Cómo murió? ¿Hubo alguna anécdota especial durante su
martirio o su vida? ¿Con qué y cómo se la representa? ¿Por qué?
Para completar el trabajo de escritura proponemos la representación plástica
del santo o de la santa dibujando una estampa que la o lo represente con el
objeto que la caracteriza (por ejemplo, un utensilio de cocina.)
Sin oración o sin letanía un santo o una santa no tendría nadie que se dirigiera
a ellos. Pondremos un ejemplo del poeta catalán Joan Brossa que escribió
unas letanías en las que se enumera, alternándose, los nombres de los
templos de culto religioso y los templos del culto al buen bebe:.
DOVE-TAIL SHUFFLE
Catedral Basílica
Boite Tropical
Virgen de Gracia y San José
Boccaccio
Parroquia de Santa Inés
Sokoa
Nuestra Señora del Pilar
Coconut
Parroquia del Espíritu Santo
Le Clochard
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
Ricava
Jesús, María y José
Club Romano di Capri
Basílica de Santa María del Pino
Scotch Bar Nov
San Raimundo de Peñafort
Club doble Cero
Santuario de Santa Gema
Wahiwa
Santuario de San José de la Montaña
Green Plaza
María Reina
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Bikini
San Ramón Nonato
Old-Pub
Corpus Christi
La Cova del Drac
Santa Teresa del Niñó Jesús
Kit Kat
San pío X
Baccara
Basílica Santos Justo y Pastor
Orotava club
Templo de María auxiliadora
Boite HI-FI
Nuestra Señora de Pompeya
Río
Santa Tecla
Shahrazada
San Felipe Neri
Emporium
Santísimo Redentor
Whisky club King George IV
Basílica San José Oriol
Mario’s
San Pedro de las Puellas
El Papagayo
Nuestra Señora de la Bonanova
La buena sombra
San Gregorio Taumaturgo
Barcelona de Noche
Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Las Vegas
Joan Brossa. La Piedra Abierta. Círculo de lectores Barcelona
Las posibilidades de hacer unas letanías con el sentido del humor de Joan
Brossa son múltiples. Una propuesta sería la de intercalar platos de comida con
nombres de iglesias; o de ingredientes y de templos; o de nombres de pasteles
y nombres de santos. Para ello, hacemos un T.I con nombres de santos y
otro con nombres de iglesias, y después, todo consiste en alternar los nombres
y, si es posible, y para añadir algo de nuestra cosecha, añadir una frase final en
Latín, naturalmente, para conseguir que nuestras oraciones sean escuchadas
con mayor eficacia. Un ora pro nobis, o un miserere nobis, serían las frases
más adecuadas para la ocasión.
Ejemplo:
Santa Catalina de Siena
Bombas de nata
San Juan Crisóstomo
Trufas de chocolate
Santa Isabel de Hungría
Milhojas de merengue
Ora pro nobis
... y así sucesivamente hasta terminar las oraciones, que son largas, pero
eficaces.
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9. COMER EN EL INFIERNO
“El gusto de complacer al amigo es diablo tentador”
Quevedo
Más allá de la tentación de satisfacer nuestro estómago y nuestros sentidos
confesables, ha habido, y hay, otros gustos, unos reales y otros fruto de la
invención de la literatura que alimentan nuestras fantasías y nuestros instintos
más recónditos; el gusto por la sangre, el vampirismo, cuyo más famoso
representante literario es Drácula de Bram Stocker , recreación de la leyenda
del temible Vlad el Empalador; o el canibalismo, también tratado en la literatura,
quizás como un vestigio de lo que nuestros remotos antepasados fueron,
comedores de carne de los enemigos o de los parientes con el propósito de
adueñarse de las cualidades del otro; o el deseo animal-sexual de poseer
enteramente al otro, como el cuento de la tierna Caperucita; todos ellos nos
dejan adivinar un sabor que no reside en las papilas gustativas sino en nuestra
imaginación pero, no por ello dejan de ser menos apetecibles.
El escritor Virgilio Piñera escribió un cuento en tono humorístico en el que los
protagonistas se devoran a sí mismos a raíz de la falta de comida en su
entorno. El cuento se titula La carne.
La carne
Sucedió con gran sencillez, sin afectación. Por motivos que no son del caso exponer,
la población sufría de falta de carne. Todo el mundo se alarmó y se hicieron
comentarios más o menos amargos y hasta se esbozaron ciertos propósitos de
venganza. Pero, como siempre sucede, las protestas no pasaron de meras amenazas
y pronto se vio a aquel afligido pueblo engullendo los más variados vegetales. Sólo
que el señor Ansaldo no siguió la orden general. Con gran tranquilidad se puso a afilar
un enorme cuchillo de cocina, y, acto seguido, bajándose los pantalones hasta las
rodillas, cortó de su nalga izquierda un hermoso filete. Tras haberlo limpiado lo adobó
con sal y vinagre, lo pasó —como se dice— por la parrilla, para finalmente freírlo en la
gran sartén de las tortillas del domingo. Sentóse a la mesa y comenzó a saborear el
hermoso filete. Entonces llamaron a la puerta; era el vecino que venía a
desahogarse...Pero Ansaldo, con elegante ademán, le hizo ver el hermoso filete. El vecino preguntó y Ansaldo se limitó a mostrar su nalga izquierda. Todo quedaba
explicado. A su vez, el vecino deslumbrado y conmovido, salió sin decir palabra para
volver al poco rato con el alcalde del pueblo. Éste expresó a Ansaldo su vivo deseo de
que su amado pueblo se alimentara de sus propias reservas, es decir, de su propia
carne, de la respectiva carne de cada uno. Pronto quedó acordada la cosa y después
de las efusiones propias de gente bien educada, Ansaldo se trasladó a la plaza
principal de pueblo para ofrecer, según su frase característica, "una demostración
práctica a las masas".
Una vez allí, hizo saber que cada persona cortaría de su nalga izquierda dos filetes, en
todo iguales a una muestra de yeso encarnado que colgaba de un reluciente alambre.
Y declaraba que dos filetes y no uno, pues si él había cortado un hermoso filete, justo
era que la cosa marchase a compás, esto es, que nadie engullera un filete menos.
Una vez fijados estos puntos, diose cada uno a rebanar dos filetes de su respectiva
nalga izquierda. Era un glorioso espectáculo, pero se ruega no enviar descripciones.
Se hicieron cálculos acerca de cuánto tiempo gozaría el pueblo de los beneficios de la
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carne. Un distinguido anatómico predijo que sobre un peso de cien libras y
descontando vísceras y demás órganos no ingestibles, un individuo podía comer carne
durante ciento cuarenta días a razón de media libra por día. Por lo demás era un
cálculo ilusorio. Y lo que importaba era que cada uno pudiese ingerir su hermoso filete.
Pronto se vio a señoras que hablaban de las ventajas que reportaba la idea del señor
Ansaldo. Por ejemplo, las que ya habían devorado sus senos no se veían obligadas a
cubrir de telas su caja torácica y sus vestidos concluían poco más arriba del ombligo.
Y algunas, no todas, no hablaban ya, pues habían engullido su lengua, que, dicho sea
de paso, es un manjar de monarcas. En la calle tenían lugar las más deliciosas
escenas; así, dos señoras que hacía muchísimo tiempo que no se veían no pudieron
besarse; habían usado sus labios en la confección de unas frituras de gran éxito. Y el
Alcaide del penal no pudo firmar la sentencia de muerte de un condenado porque se
había comido las yemas de los dedos, que, según los buenos gourmets (y el alcaide lo
era) ha dado origen a esa frase tan llevada y traída de chuparse las yemas de los
dedos.
Hubo hasta pequeñas sublevaciones. El sindicato de obreros de ajustadores
femeninos elevó su más formal protesta ante la autoridad correspondiente, y ésta
contestó que no era posible slogan alguno para animar a las señoras a usarlos de
nuevo. Pero eran sublevaciones inocentes que no interrumpían de ningún modo la
consumición por parte del pueblo de su propia carne.
Uno de los sucesos más pintorescos de aquella agradable jornada fue la disección del
último pedazo de carne del bailarín del pueblo. Éste, por respeto a su arte, había
dejado para lo último los bellos dedos de sus pies. Sus convecinos advirtieron que
desde hacía varios días se mostraba inquieto. Ya sólo le quedaba la parte carnosa del
dedo gordo. Entonces invitó a sus amigos a presenciar la operación. En medio de un
sanguinolento silencio cortó su porción postrera y sin pasarla por el fuego la dejó caer
en el hueco de lo que había sido en otro tiempo su hermosa boca. Entonces todos los
presentes se pusieron repentinamente serios.
Pero se iba viviendo, y era lo importante. ¿Y si acaso?... ¿Sería por eso que las
zapatillas del bailarín se encontraban en el Museo de los Recuerdos Ilustres? Sólo se
sabe que uno de los hombres más obesos del pueblo (pesaba doscientos kilos) gastó
toda su reserva de carne disponible en el breve espacio de quince días (era
extremadamente goloso, y, por otra parte, su organismo exigía grandes cantidades).
Después ya nadie pudo verlo jamás. Evidentemente se ocultaba... Pero no sólo se
ocultaba él, sino que otros muchos comenzaban a adoptar idéntico comportamiento.
De esta suerte, una mañana, la señora Orfila, al preguntar a su hijo —que se
devoraba el lóbulo izquierdo de la oreja— dónde había guardado no sé qué cosa, no
obtuvo respuesta alguna. Y no valieron súplicas ni amenazas. Llamado el perito en
desaparecidos, sólo pudo dar con un breve montón de excrementos en el sitio donde
la señora Orfila juraba y perjuraba que su amado hijo se encontraba en el momento de
ser interrogado por ella. Pero estas ligeras alteraciones no minaban en absoluto la
alegría de aquellos habitantes. ¿De qué podía quejarse el pueblo que tenía asegurada
su subsistencia?. El grave problema de orden público creado por la falta de carne, ¿no
había quedado definitivamente zanjado? Que la población fuera ocultándose
progresivamente nada tenía que ver con el aspecto central de la cosa, y sólo era un
colofón que no alteraba en modo alguno la firme voluntad de aquella gente de
procurarse el precioso alimento. ¿Era, por ventura, dicho colofón el precio que exigía
la carne de cada uno? Pero sería miserable hacer más preguntas inoportunas, y aquel
prudente pueblo estaba muy bien alimentado.
Virgilio Piñera, Cuentos, Ed. Alfaguara, Madrid 1983.
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El cuento de Virgilio Piñera nos da pié para trabajar en la creación de un
personaje como el del señor Arnaldo, un individuo que, al parecer, tiene tal
capacidad de convicción en el pueblo que todos le hacen caso: él enseña cómo
hay que cortar la carne; decreta qué hay que cortar y cuándo.
Una de las tareas más complicadas de una narración es dar vida a los
personajes porque ellos son los principales creadores de la acción. Son los que
tienen que resolver los problemas y enfrentarse u oponerse a otros. Para ello,
tenemos que hacer todo lo posible por conocerlos en su totalidad y, aunque no
aparezcan en un texto todas las características y peculiaridades, los escritores
tienen que conocerlos en totalidad; de lo contrario, los personajes podrían
mostrarse como seres acartonados, sin estar perfectamente definidos y esoentre otras cosas- los haría aparecer insulsos.
Veamos cómo crearíamos un personaje que fuera capaz de hacer una acción
semejante a la del señor Arnaldo.
¿A qué se dedica?
Aspecto físico
Profesión
Rasgos generales
Aficiones
Rasgos peculiares
Costumbres
Edad
Gustos
Manera de actuar
Cotidianeidad
Personalidad
NOMBRE
Vida pasada
¿De dónde viene?
¿Por qué es así ahora¿
Historia personal
Vida social
¿Qué lugar ocupa en la sociedad?
Amigos
Familia
Rasgos generales
Manera de hablar,
Virtudes, defectos
Rasgos peculiares
Vida secreta
Secretos
¿Por qué lo oculta?
¿Le persigue alguien?
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Ya tenemos el personaje. Ahora, buscaremos una acción, un problema que el
personaje tenga que resolver en una o varias situaciones. Ya tienes una idea para un
cuento.
El gran Henry Miller en su libro Sexus, relata con furia y desesperación un acto de
canibalismo, el acto erótico absoluto, la posesión amorosa total
Soy insaciable. Comería pelo, cera sucia, coágulos de sangre, cualquier cosa y todo lo que
sea tuyo. Preséntame a tu padre con sus trapisondas, con sus caballos de carreras, sus
entradas gratis para la ópera; los comeré a todos, los tragaré vivos. ¿Dónde está la silla en
que te sientas, dónde está tu peine favorito, tu cepillo de dientes, tu lima de uñas? Sácalos
para que los pueda devorar de un bocado. Dices que tienes una hermana más hermosa que
tú. Muéstramela…quiero arrancarle la carne de los huesos.
Difícil tarea la que propone Miller, comer a la persona amada y a todo lo que le
rodea. Pero no imposible.
Busquemos todos los verbos sinónimos de comer: tragar, devorar, degustar,
masticar, deglutir….
Pensemos en la persona amada y hagamos un inventario de todo lo que podemos
comer de él o ella: su físico, trozo por trozo; sus pertenencias, sus deseos, sus
pensamientos, sus miedos, sus trabajos, sus recuerdos… y comámoslo todo sin
dejar rastro de la persona que era.
10. LOS PACIENTES ALQUIMISTAS.
“Poner los frijoles a cocer fue lo primero que hizo Tita en cuanto se levantó a las cinco de la
mañana.
Laura Esquivel. Como agua para chocolate.
Si hay una creación del hombre que merece ser alabada ésa es la cocina. Durante
siglos, no se le dio más importancia a la cocina y a los cocineros y cocineras que el
hecho vital de alimentarse; ésto se debía a que conseguir comida era ya harto difícil
para la mayoría como que, por añadidura se pudiese pensar que el hacer de comer
tuviese que ser considerado un arte. Sin embargo, a lo largo y ancho de la historia
ha habido verdaderos artistas creadores en los fogones, algunos de los cuales han
sido tratados en el capítulo correspondiente al sentido del gusto. Recordemos a
Brillat-Savarin; a Apicio y, genio entre los genios, al mismísimo Leonardo quién no se
privó de escribir sobre los modos y artes de la cocina. Más adelante, la leyenda nos
proporcionó a un personaje del que no se sabe a ciencia cierta si existió realmente:
Vatel, supuesto cocinero de la corte de Luis XIV quién dejó constancia de su saber
con la incorporación a la cocina de verdaderas innovaciones como la crema de
chantilly y sus extraordinarias puestas en escena de suntuosos banquetes para
deleitar al rey y sus invitados.
Pero, fue a partir del siglo XIX con la aparición de los restaurantes cuando podemos
hablar ya de la cocina profesional. A partir de entonces, la cocina ha llegado a cotas
altísimas de innovación, siendo Francia la pionera en ser famosa por sus cocineros
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y, ahora, en nuestro país podemos decir que estamos a la cabeza de la creación
culinaria de la mano de muchos e importantes cocineros, destacando sobretodos
ellos los nombres de Arzak y Ferran Adriá, verdaderos alquimistas y magos de una
cocina que pretende ir más allá de lo ya existente, y que nos proporcionan continuas
sorpresas fruto de una paciente labor investigadora y, sobre todo creadora.
En un delicioso libro titulado “Los secretos de El Bulli”, Ferran Adriá reflexiona
sobre diversos aspectos de la cocina y de la creatividad y el proceso creativo.
Seleccionamos aquí un párrafo sobre su idea de la cocina de vanguardia.
En el ámbito de la creatividad existe un gran número de tendencias y corrientes, y las más
polémicas siempre se han relacionado con la vanguardia.
Ser vanguardista significa, en síntesis, adelantarse al tiempo, el cual, paradójicamente,
decidirá si el proceso que se ha producido es vanguardia o no lo es. Si lo que actualmente
creemos que es cocina de vanguardia dentro de unos años no ha arraigado y no se ha
consolidado, no merecerá ese nombre; se tratará, en ese caso, de una simple moda
pasajera. La vanguardia ha existido siempre. En el caso de la gastronomía se puede afirmar
que hubo un tiempo más o menos remoto en el que, por poner un ejemplo, la tortilla de
patatas, la mayonesa, el hojaldre, fueron vanguardia. La cocina, como muchos otros campos
del conocimiento humano, ha evolucionado gracias a una serie de personas que, olvidando
los prejuicios, conservando la entereza y la serenidad y relativizando las críticas, han creado
conceptos nuevos con la ayuda de unas técnicas y unos conocimientos amplios.
Ferran Adriá. Los secretos del El Bulli.
Pues bien, no vamos a pretender crear conceptos nuevos en esta aproximación a la
escritura pero sí que podemos tratar de ser innovadores y originales con la ayuda de
la creatividad y con el ejemplo de otros escritores.
Comenzaremos con una receta literaria. El texto motivador es de Susana Langer
que nos ofrece una desoladora manera de cocinar todas nuestras frustraciones.
Oriental de pollo y jamón
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Una cebolla, un puerro, un apio picado.
Un pocillo de aceite.
Una zanahoria pelada.
Una cabeza de tomate triturado.
100gr.. de Miguel en cuchillos afilados
'1/4 de pollo destrozado (Afuera llueve. No limpié los baños)
1/2taza de champignones en láminas.
Una copa de vino blanco con vidrio triturado.
Sal, pimienta, salsa de soja.
Un pocillo de caldo.
Procedimiento:
Rehogar la rutina con Miguel, el puerro y el apio en el aceite. Agregar la zanahoria y cocinar
unos minutos. Añadir el tomate, la angustia, el pollo, la cuenta de Entel, el crédito vencido, el
vino, los champiñones y condimentos. Calcinar unos treinta minutos más. Finalmente
incorporar el caldo, dejar unos minutos para tirar bien y caer con la pasta de su elección
sobre la mesa de su cocina. Caer ahí y dejarse estar, hasta que vengan los chicos con sus
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dedos pringosos que engrasan el pelo y pidan agua y pidan pis y pidan caca y levantarse
como todos los días y abrir la heladera y encender la luz del baño y darse cuenta de que el
rollo de papel higiénico se terminó y colocar otro y mirarse al espejo y ver, no sé, una mujer
gris, desconocida, con el pelo aceitado y ojos de robot
Una receta de cocina es una manera de redactar instrucciones, pero, si a eso le
añadimos toda una serie de vivencias, deseos, frustraciones, emociones, tristezas y
alegrías, podemos crear textos de forma inusual y creativa.
Procedimiento:
•
•
•
De manera torbellínica (T.I. ) vamos a decir todos los pensamientos,
sentimientos, preocupaciones, deseos, intereses, disgustos, etc., que
tenemos hacia esa persona.
La receta ¿ a qué huele? ¿qué textura tiene? ¿a qué sabe? ¿cómo vamos a
llamarla? ¿qué ingredientes, además de los necesarios vamos a añadir?
¿qué queremos conseguir? ¿queremos expresar algo alegre? ¿o triste? ¿o
queremos expresar nuestra rabia? ¿nuestro amor? ¿nuestro desamor? ¿es
dulce? ¿salada? ¿picante? ¿especiada?
Finalmente, elegimos la receta adecuada e intercambiamos
los
sentimientos, deseos, pensamientos con los que hemos trabajado antes y
escribimos el texto.
Ramón Gómez de la Serna escribió greguerías relacionadas con la cocina y los
alimentos. Ej. :
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•
•
•
Cuando hay mucho ajo en la cocina es que se ha soltado la trenza la cocinera.
La goma de borrar es el polvorón que se come los dibujos.
Un beso de primera calidad está hecho de fresa con chantilly.
Cocido e una pecera en que a veces hay un hueso, un ala, un pedazo de mejilla a
medio afeitar y al fondo unas piedrecitas de río.
La morcilla es una transfusión de sangre con cebolla.
La fresa está hecha d corazones de pájaros verdes.
La propuesta es hacer greguerías referidas a la cocina.
Ramón Gómez de la Serna, definió las greguerías como “lo que gritan confusamente
los seres desde su inconsciencia, lo que gritan las cosas”. En realidad consiste en
hacer una asociación inusual entre objetos o ideas muy distintas a las que les damos
nombres originales o sorprendentes..
Estos son algunos ejemplos. Ahora vamos a ver cómo se hacen las greguerías.
a)
Exploración multisensorial del objeto: Primero, definiremos las
características de dos objetos: El baño y la sopa. Hacemos una descripción de
estos dos elementos y decimos lo que nos sugiere a cada uno.
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SACACORCHOS
RAYO
Tornado
Tirabuzón
Trenza
Muelle
Remolino
Zigzag
Trallazo
Quebrada
Escalera
Río de fuego
b)
Asociación inusual de ambos objetos: Un objeto y otro se funden siguiendo
el esquema de Gómez de la Serna: A es B: Ejemplo:
a.
b.
c.
d.
El sacacorchos es una escalera en el corcho de la botella.
El rayo es el tirabuzón que propulsa el Champán
Otro tipo de greguería es: A actúa sobre B, siendo “actúa” cualquier verbo. Ej. :
El vino con sifón se sube más pronto ayudado por las burbujas.
Ahora llega el momento de hacer greguerías relacionadas con el sentido del gusto. Hacemos
aquí unas propuestas:
•
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•
•
La botella....................................................................
Lo único que comen las puertas..................................
Las galletas son............................................................
Los lunares son............................................................
La sopa es.....................................................................
Nuestras greguerías pueden transformarse en poemas, en títulos para futuras
narraciones o en eslóganes publicitarios.
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Capítulo VI.
EL SENTIDO DEL TACTO
Pero más, más ternura trae la caricia. Lentas, las manos se demoran, vuelven, también
contemplan.
Jorge Guillén
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EL TACTO
“La piel es lo más profundo que hay en la persona”. Paul Valery
1. EL SENTIDO DEL TACTO
2. EL MUNDO EN LA PUNTA DE LOS DEDOS
3. LA TEXTURA DEL TEXTO
4. EL TACTO ASESINO
5. EL SENTIDO OFERENTE
6. EL SENTIDO CULPABLE
7. EL MUNDO INTOCABLE
8. EL MUNDO EN LAS MANOS
9. UN VIAJE HACIA EL FINAL.
10. LO QUE NOS SOBRA.
11. EL GOCE Y LA LUCHA.
12. TOCAR LO IMAGINADO
1. EL SENTIDO DEL TACTO
El tacto es la primera de las sensaciones del ser humano; antes de nacer el bebé se
mueve en el líquido amniótico del vientre de su madre y ya siente la caricia de esa
casa acuosa y caliente que le protege, lo acaricia y le da vida. Aunque no es un
sentido al que se le haya prestado tanta atención como a la vista o al oído, el tacto
es un sentido muy extenso e imprescindible, tanto, que un ciego y sordo pueden
arreglárselas sin ver ni oír, pero sería inimaginable que, además, pudieran prescindir
del tacto. Gracias a él podemos apreciar la suavidad de la seda y distinguirla del
áspero estropajo; saber si algo está caliente, frío o templado, experimentar la
diferencia entre lo húmedo, mojado o seco, excitarnos sexualmente a través de la
exploración de la piel del otro; conocer la ternura que proporciona la piel de un bebé.
Sentir dolor, notar cómo la piel se nos eriza ante una situación de peligro o de miedo;
sufrir escalofríos cuando tenemos fiebre. Somos capaces de leer con las yemas de
los dedos y apretar la mano de los amigos para transmitirles nuestro afecto.
Todas estas funciones y muchas más que trataremos de mostrar sucintamente
constituyen el sentido del tacto. La recepción de las distintas sensaciones está
repartida en diferentes elementos y constituida por distintas capas de la piel, que es,
podríamos decir, el vestido del que no podemos prescindir; tenemos unos seis kilos
de este maravilloso traje que se puede regenerar con las nuevas técnicas de los
injertos; se puede tatuar, pintar, exponerla al sol para que nuestro cuerpo cambie de
tono; mojar – porque es impermeable-, y se conserva bastante bien a lo largo de
nuestra vida aunque mucha gente se empeñe en estirarla con cirugía estética .Las
sensaciones de frío y de calor las percibimos gracias a unos pequeños corpúsculos
que están situados en el nivel más profundo de la hipodermis. Están repartidos por
todo el cuerpo y la sensibilidad es diferente según la zona. Son los corpúsculos de
Krause; hay unos 260.000 para sentir la sensación de frío y los receptores de calor
se llaman corpúsculos de Ruffini y de Vater-Pacini.
Pero esto no es todo; además, a través de las terminaciones nerviosas sentimos el
dolor. Están situadas en la capa profunda de la dermis. Hay lugares en la piel en la
que se concentran más de 200 unidades por centímetro cuadrado. Para más
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precisión, cada uno de los pelos de nuestro cuerpo posee un músculo con el literario
nombre de horripilador que, al contraerse provoca la llamad “carne de gallina”.
Siguiendo por este apasionante mundo del tacto, nos encontramos con los
corpúsculos de Meissner que están localizados en la parte papilar de la dermis. Son
de un tamaño de 50 y 100 micras y son muy sensibles a la presión y al tacto. Están
muy desarrollados en la punta de la lengua y de los dedos, de ahí que notemos esa
presión con mayor intensidad en esos lugares.
En zonas subterráneas, en el tejido subcutáneo existen las glándulas sudoríparas,
reguladoras de la temperatura del cuerpo y que se abren al exterior por los poros.
Las glándulas sebáceas rodean el pelo y segregan una sustancia aceitosa que lo
empapa y le proporciona suavidad y flexibilidad. El pelo, que también es parte de
nuestra piel, tiene bulbo y tallo y se mueve gracias al músculo horripilador que hace
que se erice en determinadas situaciones.
El tejido adiposo, reserva energética de nuestro organismo y manifestación de la
suma belleza en las Venus esteatopigias de la antigüedad, rodean las nalgas,
mamas y abdomen y algunos órganos como el corazón y los riñones. Aunque hoy
en día no goza de demasiada popularidad, es un estupendo colchón que amortigua
los golpes y las caídas.
Pero aquí no se acaba la historia, todavía hay más capas y complicados
mecanismos; sin embargo, dejaremos aquí esta introducción a este viaje que es el
sentido del tacto para adentrarnos en periplos más literarios aunque no podemos
decir que éste no haya sido poco poético.
2. EL MUNDO EN LA PUNTA DE LOS DEDOS. LA
TEXTURA DEL TEXTO.
Decía Freud que todo aquel que tenga ojos para ver y oídos para escuchar, podrá
convencerse de que ningún mortal puede guardar un secreto. Si sus labios
mantienen silencio, parloteará con la punta de los dedos; la traición brotará por todos
sus poros. Es de todos sabido que la punta o la yema de los dedos es uno de los
lugares de mayor agudeza táctil, tanto que los antiguos ladrones de cajas fuertes se
limaban las puntas de los dedos para adelgazar un poco la capa epidérmica que
contiene células muertas y así aumentar la sensibilidad de los dedos.
Las manos, el órgano del cuerpo que usamos preferentemente- no únicamente- para
tocar, se convierten en un elemento de adoración en el poema de Vicente Aleixandre
“Mano entregada”
Mano entregada
Pero otro día toco su mano. Mano tibia.
Tu delicada mano silente. A veces cierro
Mis ojos y toco leve tu mano, leve toque
Que comprueba su forma, que tienta
Su estructura, sintiendo bajo la piel alada el duro hueso
Insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca
el amor. Oh carne dulce, que sí se empapa del amor
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Hermoso.
Es por la piel secreta, secretamente abierta.
Invisiblemente entreabierta,
por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce;
por donde mi voz penetra hasta tus venas tibias,
para rodar por ellas en tu escondida sangre,
como otra sangre que sonara oscura, que dulcemente
besara
por dentro, recorriendo despacio como sonido puro
ese cuerpo, que ahora resuena mío, mío poblado de
mis voces profundas,
Oh resonado cuerpo sólo sonido de mi voz poseyéndole.
Por eso, cuando acaricio tu mano, sé que sólo el hueso
rehúsa
mi amor- el nunca incandescente hueso del hombrey que una zona triste de tu ser rehúsa,
mientras tu carne entera llega un instante lúcido
en que total flamea, por virtud de ese lento contacto
de tu mano,
de tu porosa mano suavísima que gime,
tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida.
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne.
Vicente Aleixandre, Historias del corazón .Espasa Calpe.
Esa parte del cuerpo adorada y explorada por el poeta la tomaremos prestada
para una propuesta de escritura. Pero, antes haremos una exploración sensorial de
la mano del otro utilizando todos nuestros sentidos, para su conocimiento exhaustivo.
Para ello, pensemos cómo podemos conocer los secretos de esa parte del cuerpo;
así, dediquémonos a pellizcar, oler, lamer, perfilar, dibujar, palpar, palmotear, pegar,
besar, mojarla con nuestras lágrimas, escribir, modelar, estrujar, estrechar,
mordisquear, acariciar, sentir su temperatura, sentir su estructura interior, ver como
despliega los dedos… y todo lo que se nos ocurra, lentamente tratar de conocer ese
universo que será nuestro paisaje e imaginarnos qué es ¿una isla?, ¿un río?, ¿una
ciudad misteriosa?
Vamos a intentar describir ese paisaje con todos sus accidentes, habitantes, sonidos,
olores, sabores ¿qué puede ofrecer al viajero este extraordinario lugar que ha sido
nuestro descubrimiento? Como ejemplo, aquí va el texto de Alberto Manguel de
“Breve guía de lugares imaginarios” dedicado a una isla “Las manos”
Manos, Las. Nombre que reciben dos pequeñas islas del Confín de Levante del
archipiélago de Derramar. Deben su nombre a los promontorios montañosos que
apuntan al norte, hacia las islas de Imperio Kargo, como los dedos de dos manos.
Ambas islas están cubiertas de vegetación densa e impenetrable.
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La costa de la Mano este es inhóspita. En las rías que se internan entre los dedos los
acantilados caen en pico hasta el agua, y en el resto de la isla no existen playas.
En la Mano oeste hay una aldea situada allí donde un río turbulento da en el océano.
Sus pobladores son gente rústica y tímida, pero hospitalaria. Sus barcas son de
planchas montadas y remachadas una sobre otra para asegurar la resistencia del
casco en una mar encrespada.
Son pocos los barcos de Derramar que llegan a Las Manos y las canciones que
fueron compuestas hace cientos de años resultan para los isleños toda una novedad.
Ursula K. Le Guin, A wizard of Earthsea, Nueva York, 1968
Vamos a escribir.
Este ejercicio requiere la exploración táctil de la mano de una persona. Antes de
hacerla, nos planteamos las siguientes preguntas.
¿Qué clase de paisaje es la mano del otro? ¿Una isla, u desierto, una ciudad
poblada de miles de personas? ¿Cuáles son sus secretos, qué es aquello que revela
y aquello que esconde? ¿Cuál es vuestro rincón favorito? ¿Y aquél accidente que
nos apareció por sorpresa? ¿Arrecian tempestades o reina siempre un clima benigno
y apacible? ¿Dónde se aprecia el paisaje agreste que nos dificulta el avance y
dónde el apacible en el que podemos reposar? ¿Por qué nos asesta un golpe de vez
en cuando, si lo que esperamos es una caricia? ¿Cómo me desplazo a través de
ella?
Este tipo de interrogantes daría lugar a un texto de carácter lírico, emocional.
Podríamos titularlo: Mapa para amantes.
Pero, si hiciéramos otro tipo de exploración, de carácter más físico, nos daría como
resultado un texto que podría aparecer en cualquier guía turística.
Ej.: ¿Hay ciudades en este paisaje? ¿Cómo son? ¿Dónde están situadas? ¿Hay
carreteras, autopistas o caminos estrechos y tortuosos? ¿Qué clima predomina en
este lugar? ¿Llueve? ¿Hace mucho frío? ¿Hay hoteles o lugares donde refugiarse?
¿Hay playas? ¿Montañas o colinas? ¿Se aprecia algún río? ¿Algún valle? etc.…
Y así, haciéndonos preguntas, indagando sobre el paisaje del otro podemos escribir
textos, o guías a la manera del ejemplo que mostramos más arriba en la que la
mano del otro se describa como un territorio totalmente explorado a través del tacto.
Otra opción es escribir un poema en el que podamos mostrar nuestro conocimiento
y emoción resultado de una exploración sensorial previa. Para ello, podemos utilizar
una estructura o matriz anafórica en donde “encajar” los versos.
Tu mano es + identificación metafórica
Ej.:
Tu mano es una isla que me acoge,
Tu mano es el oasis que yo espero,
Tu mano es un bosque en el desierto…
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Y así seguiremos hasta terminar esta serie con un verso final que rompa esta estructura
repetitiva. En este caso, la mano del otro se compara con un paisaje, un fenómeno
atmosférico, un accidente, etc.
Él escuchaba, mantenía la vista fija en un marco de plata, vacío, colgado de la pared, hasta
que al final te bese en el corazón, porque
Te deseo, morderé la piel que late sobre tu corazón, porque te deseo, y con el corazón entre
mis labios tú serás mío de verdad, con mi boca en el corazón tú serás mío para siempre, si
no me crees abre los ojos, amado señor mío, y mírame, soy yo, quién podrá borrar este
instante que sucede, y este cuerpo mío ya sin seda, tus manos que lo tocan, tus ojos que lo
miran, dijo ella, se había inclinado hacia la lámpara, la luz se reflejaba en las hojas y pasaba
a través de su vestido transparente, tus dedos en mi sexo, tu lengua sobre mis labios, tú que
te deslizas debajo de mí, aferras mis caderas, me levantas, dejas que me deslice sobre tu
sexo, despacio, quién podrá borrar esto, tú dentro de mí moviéndote lentamente, tus manos
en mi rostro, tus dedos en mi boca, el placer en tus ojos, tu voz, te mueves lentamente
pero hasta hacerme daño, mi placer, mi voz, él escuchaba, de pronto se volvió a mirarla, la
vio, quiso bajar los ojos pero no lo consiguió, mi cuerpo sobre el tuyo, tu espalda que me
alza, tus brazos que no dejan que me marche, los golpes dentro de mí, es violencia dulce,
veo tus ojos que buscan en los míos, quieren saber hasta dónde hacerme daño, hasta
donde quieras, amado señor mío, no hay final, no acabará, ¿lo ves?, nadie podrá borrar este
instante que sucede, para siempre echarás la cabeza hacia atrás, gritando, para siempre
cerraré los ojos separando las lágrimas de mis pestañas, mi voz dentro de la tuya, tu
violencia que me tiene aferrada, no queda ya tiempo para huir ni fuerza para resistirse, tenía
que ser este instante, y este instante es, créeme, amado señor mío, este instante existirá, de
ahora en adelante, existirá hasta el final. Hasta el final, dijo ella, con un hilo de voz, después
se detuvo.
No había más signos en la hoja que tenía en la mano: la última. Pero cuando le dio la vuelta
para dejarla vio en el envés unas líneas más, ordenadas, tinta negra en el centro de la
página blanca. Alzó la vista hacia Hervé Joncour. Sus ojos la miraban fijamente y ella
percibió que eran unos ojos bellísimos. Volvió a bajar la vista hacia la hoja.
-No nos veremos más, señor.
Dijo.
-Lo que era para nosotros, lo hemos hecho, y vos lo sabéis. Creedme: lo hemos hecho para
siempre. Preservad vuestra vida resguardada de mí. Y no dudéis un instante, si fuese útil
para vuestra felicidad, en olvidar a esta mujer que ahora os dice, sin añoranza, adiós.
Alexandro Baricco, Seda
Este bellísimo texto es el fragmento de una carta de despedida que la misteriosa
protagonista le escribe a Hervé Joncour. En ella, la mujer le recuerda el tacto y el
ruido de la seda, ese tejido hecho con los capullos de los gusanos de seda que él se
encargaba de comprar para llevar a Italia.
La propuesta de escritura consiste en escribir una carta en la que analizaremos el
tacto de un tejido para después describir un acto amoroso que refleje las mismas
sensaciones que la experiencia de la exploración táctil.
Para ello, elegiremos un tejido cualquiera, por ejemplo, el terciopelo. Pasamos las
yemas de los dedos sobre el tejido; lo contrastamos con la sensación que produce
en otras partes del cuerpo. Lo tocamos a favor del tejido y al revés; analizamos
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nuestras sensaciones transformándolas en adjetivos, en frases que nos sugiera esta
experiencia. Luego, seguimos con la exploración sensorial; lo olemos, le pasamos
delicadamente la lengua y evocamos situaciones que traigan a nuestra memoria
recuerdos personales relacionados con el tacto, por ejemplo, la sensación que
provoca en nosotros la piel de un bebé, el tacto de una persona anciana que tenga o
haya tenido una estrecha relación con nosotros, el recuerdo del amante, un objeto al
que estemos muy apegados, o un animal con el que tengamos una relación de
afecto. La tarea consiste en escribir una carta en la que demos rienda suelta a
nuestros recuerdos sensoriales, sobre todo el tacto.
Pero el texto es, en sí mismo, algo que casi podemos tocar si descubrimos el
entramado que lo conforma. Es como un tejido hecho de palabras y de silencios,
tiene una trama, es una tela que puede ser áspera, sensible, dura, cálida o fría;
colorida o gris; ancha o estrecha y de todas las miles de formas que podamos
imaginar. Tratemos de describir un libro por su tacto; descubramos en él texturas de
todo tipo, en una palabra, intentemos descubrir cómo está tejido ese texto que
tenemos ante nosotros. Es un buen ejercicio para ir más allá de una lectura
puramente visual.
Pensemos en un texto que tenga la textura del terciopelo ¿Qué clase de texto sería?
Probablemente estaríamos hablando de un cuento de carácter amoroso, lírico o,
quizás, del género fantástico.
¿Qué vocabulario incluiría? Pues, no cabe duda que tendríamos que incluir adjetivos
como “suave”, “silencioso”, “cálido”, “elegante”, “nocturno”, “perfumado”,
“aristocrático”, “regio”, “caro”, “sinuoso”, “misterioso”, etc.
3. EL TACTO ASESINO
“En la audacia el tacto consiste en saber cuán lejos se puede llegar”
Jean Cocteau.
Si bien en un libro se cuentan historias que tratan de mostrarnos fragmentos de la
vida de otros, también esconden secretos en sus propias páginas que pueden
conducir a sus protagonistas por senderos peligrosos.
En la novela “El nombre de la rosa”, de Umberto Eco, una peligrosa trama se
escondía tras la muerte de los monjes de una abadía benedictina. Una de las
muertes se produce por envenenamiento por estar en contacto con tinta envenenada
con la que los monjes trabajan para confeccionar sus libros.
Escribir un cuento de misterio y terror parece una tarea de especialistas. Y lo es,
pero ¿por qué no intentarlo sin tenemos maestros a los que poder imitar?
Imaginemos una mano que aparece un día en nuestro jardín. Es una mano humana
•
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¿De quién?
¿Lleva alguna marca de distinción?
¿Hace algo malo?
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¿Qué hacemos nosotros?
¿Por qué apareció en nuestro jardín?
¿Qué sensación nos ha causado?
¿Ha causado alguna muerte?
¿De qué color son las uñas?
¿Y la piel?
¿A qué profesión se dedicaba el dueño o dueña de la mano?
¿Lleva algún perfume?
¿Es de una persona joven?
¿De qué color sería el guante que cubriría esta mano en invierno?...
Podemos seguir haciéndonos preguntas para estructurar el relato. Luego
elaboramos un texto en primera persona la que la mano es la protagonista.
Veamos un ejemplo del escritor español Max Aub. Es un relato muy corto y tiene un
tono humorístico, pero nos sirve de ejemplo para ver que, de un detalle como es la
uña, se puede hacer un buen relato.
El cementerio está cerca. La uña del meñique derecho de Pedro Pérez, enterrado ayer,
empezó a crecer tan pronto como colocaron la losa. Como el féretro era de mala calidad
(pidieron el ataúd más barato) la garfa no tuvo dificultad para despuntar deslizándose hacia
la pared de la casa. Allí serpenteó hasta la ventana del dormitorio, se metió entre el
montante y la peana, resbaló por el suelo escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de
la pared para seguir tras la mesilla de noche y subir por la orilla del cabecero de la cama.
Casi de un salto atravesó la garganta de Lucía, que ni ¡ay! dijo, para tirarse hacia la de
Miguel, traspasándola. Fue lo menos que pudo hacer el difunto: también es cuerno la uña.
Max Aub. La uña y otros cuentos. Ediciones Picazo. Barcelona.1972
Otro ejemplo de un cuento sobre un misterio es éste de Guy de Maupassant que
también trata sobre una mano.
La mano
Estaban en círculo en torno al señor Bermutier, juez de instrucción, que daba su opinión
sobre el misterioso suceso de Saint-Cloud. Desde hacía un mes, aquel inexplicable crimen
conmovía a París. Nadie entendía nada del asunto.
El señor Bermutier, de pie, de espaldas a la chimenea, hablaba, reunía las pruebas,
discutía las distintas opiniones, pero no llegaba a ninguna conclusión.
Varias mujeres se habían levantado para acercarse y permanecían de pie, con los ojos
clavados en la boca afeitada del magistrado, de donde salían las graves palabras. Se
estremecían, vibraban, crispadas por su miedo curioso, por la ansiosa e insaciable
necesidad de espanto que atormentaba su alma; las torturaba como el hambre.
Una de ellas, más pálida que las demás, dijo durante un silencio:
-Es horrible. Esto roza lo sobrenatural. Nunca se sabrá nada.
El magistrado se dio la vuelta hacia ella:
-Sí, señora, es probable que no se sepa nunca nada. En cuanto a la palabra sobrenatural
que acaba de emplear, no tiene nada que ver con esto. Estamos ante un crimen muy
hábilmente concebido, muy hábilmente ejecutado, tan bien envuelto en misterio que no
podemos despejarlo de las circunstancias impenetrables que lo rodean. Pero yo, antaño,
tuve que encargarme de un suceso en que verdaderamente parecía que había algo
fantástico. Por lo demás, tuvimos que abandonarlo, por falta de medios para esclarecerlo.
Varias mujeres dijeron a la vez, tan de prisa que sus voces no fueron sino una:
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-¡Oh! Cuéntenoslo.
El señor Bermutier sonrió gravemente, como debe sonreír un juez de instrucción.
Prosiguió:
-Al menos, no vayan a creer que he podido, incluso un instante, suponer que había algo
sobrehumano en esta aventura. No creo sino en las causas naturales. Pero sería mucho
más adecuado si en vez de emplear la palabra sobrenatural para expresar lo que no
conocemos, utilizáramos simplemente la palabra inexplicable. De todos modos, en el
suceso que voy a contarles, fueron sobre todo las circunstancias circundantes, las
circunstancias preparatorias las que me turbaron. En fin, éstos son los hechos:
«Entonces era juez de instrucción en Ajaccio, una pequeña ciudad blanca que se extiende
al borde de un maravilloso golfo rodeado por todas partes por altas montañas.
«Los sucesos de los que me ocupaba eran sobre todo los de vendettas. Los hay soberbios,
dramáticos al extremo, feroces, heroicos. En ellos encontramos los temas de venganza
más bellos con que se pueda soñar, los odios seculares, apaciguados un momento, nunca
apagados, las astucias abominables, los asesinatos convertidos en matanzas y casi en
acciones gloriosas. Desde hacía dos años no oía hablar más que del precio de la sangre,
del terrible prejuicio corso que obliga a vengar cualquier injuria en la propia carne de la
persona que la ha hecho, de sus descendientes y de sus allegados. Había visto degollar a
ancianos, a niños, a primos; tenía la cabeza llena de aquellas historias.
«Ahora bien, me enteré un día de que un inglés acababa de alquilar para varios años un
pequeño chalet en el fondo del golfo. Había traído con él a un criado francés, a quien había
contratado al pasar por Marsella.
«Pronto todo el mundo se interesó por aquel singular personaje, que vivía solo en su casa
y que no salía sino para cazar y pescar. No hablaba con nadie, no iba nunca a la ciudad, y
cada mañana se entrenaba durante una o dos horas en disparar con la pistola y la
carabina.
«Se crearon leyendas en torno a él. Se pretendió que era un alto personaje que huía de su
patria por motivos políticos; luego se afirmó que se escondía tras haber cometido un
espantoso crimen. Incluso se citaban circunstancias particularmente horribles.
«Quise, en mi calidad de juez de instrucción, tener algunas informaciones sobre aquel
hombre; pero me fue imposible enterarme de nada. Se hacía llamar sir John Rowell.
«Me contenté, pues, con vigilarlo de cerca; pero, en realidad, no me señalaban nada
sospechoso respecto a él.
«Sin embargo, al seguir, aumentar y generalizarse los rumores acerca de él, decidí intentar
ver por mí mismo al extranjero, y me puse a cazar con regularidad en los alrededores de
su dominio.
«Esperé durante mucho tiempo una oportunidad. Se presentó finalmente en forma de una
perdiz a la que disparé y maté delante de las narices del inglés. Mi perro me la trajo; pero,
cogiendo en seguida la caza, fui a excusarme por mi inconveniencia y a rogar a sir John
Rowell que aceptara el pájaro muerto.
«Era un hombre grande con el pelo rojo, la barba roja, muy alto, muy ancho, una especie
de Hércules plácido y cortés. No tenía nada de la rigidez llamada británica, y me dio las
gracias vivamente por mi delicadeza en un francés con un acento de más allá de la
Mancha. Al cabo de un mes habíamos charlado unas cinco o seis veces.
«Finalmente una noche, cuando pasaba por su puerta, lo vi en el jardín, fumando su pipa a
horcajadas sobre una silla. Lo saludé y me invitó a entrar para tomar una cerveza. No fue
necesario que me lo repitiera.
«Me recibió con toda la meticulosa cortesía inglesa; habló con elogios de Francia, de
Córcega, y declaró que le gustaba mucho este país, y esta costa.
«Entonces, con grandes precauciones y como si fuera resultado de un interés muy vivo, le
hice unas preguntas sobre su vida y sus proyectos. Contestó sin apuros y me contó que
había viajado mucho por África, las Indias y América. Añadió riéndose:
«-Tuve mochas avanturas, ¡oh! yes.
«Luego volví a hablar de caza y me dio los detalles más curiosos sobre la caza del
hipopótamo, del tigre, del elefante e incluso la del gorila. Dije:
«-Todos esos animales son temibles.
«Sonrió:
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«-¡Oh, no! El más malo es el hombre.
«Se echó a reír abiertamente, con una risa franca de inglés gordo y contento:
«-He cazado mocho al hombre también.
«Después habló de armas y me invitó a entrar en su casa para enseñarme escopetas con
diferentes sistemas.
«Su salón estaba tapizado de negro, de seda negra bordada con oro. Grandes flores
amarillas corrían sobre la tela oscura, brillaban como el fuego. Dijo:
«-Eso ser un tela japonesa.
«Pero, en el centro del panel más amplio, una cosa extraña atrajo mi mirada. Sobre un
cuadrado de terciopelo rojo se destacaba un objeto rojo. Me acerqué: era una mano, una
mano de hombre. No una mano de esqueleto, blanca y limpia, sino una mano negra
reseca, con uñas amarillas, los músculos al descubierto y rastros de sangre vieja, sangre
semejante a roña, sobre los huesos cortados de un golpe, como de un hachazo, hacia la
mitad del antebrazo.
«Alrededor de la muñeca una enorme cadena de hierro, remachada, soldada a aquel
miembro desaseado, la sujetaba a la pared con una argolla bastante fuerte como para
llevar atado a un elefante. Pregunté:
«-¿Qué es esto?
«El inglés contestó tranquilamente:
«-Era mejor enemigo de mí. Era de América. Ello había sido cortado con el sable y
arrancado la piel con un piedra cortante, y secado al sol durante ocho días. ¡Aoh, muy
buena para mí, ésta.
«Toqué aquel despojo humano que debía de haber pertenecido a un coloso. Los dedos,
desmesuradamente largos, estaban atados por enormes tendones que sujetaban tiras de
piel a trozos. Era horroroso ver esa mano, despellejada de esa manera; recordaba
inevitablemente alguna venganza de salvaje. Dije:
«-Ese hombre debía de ser muy fuerte.
«El inglés dijo con dulzura:
«-Aoh yes; pero fui más fuerte que él. Yo había puesto ese cadena para sujetarle.
«Creí que bromeaba. Dije:
«-Ahora esta cadena es completamente inútil, la mano no se va a escapar.
«Sir John Rowell prosiguió con tono grave:
«-Ella siempre quería irse. Ese cadena era necesario.
«Con una ojeada rápida, escudriñé su rostro, preguntándome: "¿Estará loco o será un
bromista pesado?"
«Pero el rostro permanecía impenetrable, tranquilo y benévolo. Cambié de tema de
conversación y admiré las escopetas.
«Noté sin embargo que había tres revólveres cargados encima de unos muebles, como si
aquel hombre viviera con el temor constante de un ataque.
«Volví varias veces a su casa. Después dejé de visitarlo. La gente se había acostumbrado
a su presencia; ya no interesaba a nadie.
«Transcurrió un año entero; una mañana, hacia finales de noviembre, mi criado me
despertó anunciándome que Sir John Rowell había sido asesinado durante la noche.
«Media hora más tarde entraba en casa del inglés con el comisario jefe y el capitán de la
gendarmería. El criado, enloquecido y desesperado, lloraba delante de la puerta. Primero
sospeché de ese hombre, pero era inocente.
«Nunca pudimos encontrar al culpable.
«Cuando entré en el salón de Sir John, al primer vistazo distinguí el cadáver extendido
boca arriba, en el centro del cuarto.
«El chaleco estaba desgarrado, colgaba una manga arrancada, todo indicaba que había
tenido lugar una lucha terrible.
«¡El inglés había muerto estrangulado! Su rostro negro e hinchado, pavoroso, parecía
expresar un espanto abominable; llevaba algo entre sus dientes apretados; y su cuello,
perforado con cinco agujeros que parecían haber sido hechos con puntas de hierro, estaba
cubierto de sangre.
«Un médico se unió a nosotros. Examinó durante mucho tiempo las huellas de dedos en la
carne y dijo estas extrañas palabras:
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«-Parece que lo ha estrangulado un esqueleto.
«Un escalofrío me recorrió la espalda y eché una mirada hacia la pared, en el lugar donde
otrora había visto la horrible mano despellejada. Ya no estaba allí. La cadena, quebrada,
colgaba.
«Entonces me incliné hacia el muerto y encontré en su boca crispada uno de los dedos de
la desaparecida mano, cortada o más bien serrada por los dientes justo en la segunda
falange.
«Luego se procedió a las comprobaciones. No se descubrió nada. Ninguna puerta había
sido forzada, ninguna ventana, ningún mueble. Los dos perros de guardia no se habían
despertado.
«Ésta es, en pocas palabras, la declaración del criado:
«Desde hacía un mes su amo parecía estar agitado. Había recibido muchas cartas, que
había quemado a medida que iban llegando.
«A menudo, preso de una ira que parecía demencia, cogiendo una fusta, había golpeado
con furor aquella mano reseca, lacrada en la pared, y que había desaparecido, no se sabe
cómo, en la misma hora del crimen.
«Se acostaba muy tarde y se encerraba cuidadosamente. Siempre tenía armas al alcance
de la mano. A menudo, por la noche, hablaba en voz alta, como si discutiera con alguien.
«Aquella noche daba la casualidad de que no había hecho ningún ruido, y hasta que no fue
a abrir las ventanas el criado no había encontrado a sir John asesinado. No sospechaba de
nadie.
«Comuniqué lo que sabía del muerto a los magistrados y a los funcionarios de la fuerza
pública, y se llevó a cabo en toda la isla una investigación minuciosa. No se descubrió
nada.
«Ahora bien, tres meses después del crimen, una noche, tuve una pesadilla horrorosa. Me
pareció que veía la mano, la horrible mano, correr como un escorpión o como una araña a
lo largo de mis cortinas y de mis paredes. Tres veces me desperté, tres veces me volví a
dormir, tres veces volví a ver el odioso despojo galopando alrededor de mi habitación y
moviendo los dedos como si fueran patas.
«Al día siguiente me la trajeron; la habían encontrado en el cementerio, sobre la tumba de
sir John Rowell; lo habían enterrado allí, ya que no habían podido descubrir a su familia.
Faltaba el índice.
«Ésta es, señoras, mi historia. No sé nada más.»
Las mujeres, enloquecidas, estaban pálidas, temblaban. Una de ellas exclamó:
-¡Pero esto no es un desenlace, ni una explicación! No vamos a poder dormir si no nos
dice lo que según usted ocurrió.
El magistrado sonrió con severidad:
-¡Oh! Señoras, sin duda alguna, voy a estropear sus terribles sueños. Pienso simplemente
que el propietario legítimo de la mano no había muerto, que vino a buscarla con la que le
quedaba. Pero no he podido saber cómo lo hizo. Este caso es una especie de vendetta.
Una de las mujeres murmuró:
-No, no debe de ser así.
Y el juez de instrucción, sin dejar de sonreír, concluyó:
-Ya les había dicho que mi explicación no les gustaría.
Guy de Maupassant
Cuando escribamos el relato hay que tener en cuenta
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•
•
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El narrador
El tono
La estructura
El escenario
El inicio
El final
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4. EL SENTIDO OFERENTE
“No hay deseo inocente”
Luís Buñuel
Hay un relato del escritor japonés Yatsunari Kawabata llamado “El brazo”, en el
que la protagonista, en un acto de amor le ofrece a su amado la parte del cuerpo
que le resulta más erótico: el brazo. Sin dudarlo, la joven arranca su brazo y se lo
da a su amante para que lo lleve siempre consigo.
(…)- Puedo dejarte uno de mis brazos para esta noche -dijo la muchacha.
Se quitó el brazo derecho desde el hombro y, con la mano izquierda, lo colocó sobre mi
rodilla.
-Gracias -me miré la rodilla: el calor del brazo la penetraba.
-Pondré el anillo. Para recordarte que es mío -sonrió, Para recordarte que es mío- sonrió y
levantó el brazo izquierdo a la altura de mi pecho-, Por favor.
Con un solo brazo, para ella era difícil quitarse el anillo.
-¿Es un anillo de pedida?
-No, un regalo. De mi madre.
Era de plata, con pequeños diamantes engarzados.
-Tal vez se parezca a un anillo de pedida, pero no me importa. Lo llevo, y cuando me lo
quito es como si estuviera abandonando a mi madre. Levanté el brazo que tenía sobre la
rodilla, saqué el anillo y lo deslicé en el anular.
-¿En éste?
-Sí -asintió ella-. Parecería artificial si no se doblan líos dedos y el codo. No te gustaría. Deja
que los doble por ti.
Tomó el brazo de mi rodilla y, suavemente, apretó los labios contra él. Entonces los posó en
las articulaciones de los dedos.
-Ahora se moverán.(…)
Yatsunari Kawabata
En este pequeño fragmento, el objeto de culto erótico parece tener una identidad
independiente del resto del cuerpo, es el mejor regalo que ella pude hacerle
porque, además, es el brazo que lleva el anillo que le regaló su madre, lo cual lo
hace más valioso. A partir de entonces, es el brazo el verdadero protagonista del
relato, se convierte en una metonimia de la joven que está representada única y
exclusivamente por ese miembro que llena todas las aspiraciones del protagonista.
Partiendo de este fragmento de Kawabata proponemos un ejercicio de
flexibilidad dinámica. Lo haremos cambiando el punto de vista de la narración
haciendo que el narrador sea otro, el brazo.
¿Qué pensaría el brazo cuando fue arrancado de la joven? ¿Por qué le dio calor a
su rodilla? ¿Qué hizo cuando el protagonista se lo llevó consigo? ¿Sintió nostalgia?
¿Alegría? ¿Duda? ¿Qué quiere expresar con el movimiento de sus dedos? ¿Siente
nostalgia del cuerpo? ¿Qué hará cuando tenga que rascarse? ¿Tiene las mismas
sensaciones que antes? ¿Se siente querido? ¿Qué piensa hacer ahora?...
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Seguimos haciéndonos preguntas de manera torbellínica y escribimos un texto en el
que el narrador sea el brazo. Podemos intercalar una descripción de los lugares por
donde se mueve pero, en vez de utilizar el sentido de la vista, el brazo sólo puede
utilizar el tacto.
Pensemos en un relato en primera persona en el que el brazo cuente su experiencia
como elemento intermedio entre la joven y el amante, pero, en este caso, es un
partícipe activo en el relato.
En una segunda opción de escritura imaginemos que queremos dejar en herencia
a la persona que más amamos aquellos órganos de nuestro cuerpo, aquellos
recuerdos que están relacionados con el sentido del tacto.
¿Cómo redactaríamos este original testamento?
Ej.: Es mi deseo que, después de mi fallecimiento, mis más preciados bienes que
están relacionados con lo que toqué y amé, pasen a mi querido/a Julián.
Así, quiero que reciba, en primer lugar mis labios. Recuerdo el tacto de las fresas
recién cogidas cuando, al introducirlas en la boca mis labios se cerraban como una
gran O alrededor de la carnosa pulpa cubierta de pequeñas semillas que me
cosquilleaban los labios. Era ese instante previo al mordisco que haría explotar en mi
boca el delicioso sabor a verano.
También quiero que reciba las yemas de mis dedos, principalmente las yemas de mi
mano izquierda pues creo que los tengo más sensibles al tacto que las de la
derecha. Con ellas desearía que el beneficiario de mis bienes recorriera, muy
lentamente, espaldas, labios, torsos, rodillas, piernas, pies; que aprisionen trozos de
pelo entre ellas; que mojen agua fresca de una fuente para llevársela a la boca y que
pongan silencio a unos labios con una caricia…
El testamento del tacto puede ser interminable, pero el párrafo anterior es una
pequeña muestra de cómo trabajar. Se trata de hacer una lista de nuestros
recuerdos táctiles, seleccionarlos y escribir un texto que tenga las características de
un testamento.
5.EL SENTIDO CULPABLE.
“El tacto es la audacia de saber cuan lejos se puede ir”.
Guy de Cars
En “Las raíces históricas del cuento”, Vladimir Propp explica cómo, entre otros
impedimentos, a los reyes y a los hijos de los reyes les estaba prohibido tocar la
tierra y ser tocados por los demás y por eso el rey vivía en lo alto, encerrado en
una torre, lo más lejos posible del suelo (p.48). La razón no era otra que preservar
a su pueblo y a él mismo de los misteriosos e inexplicable males que les rodeaban
y que ellos no podían vencer si no era a través de sacrificios y ofrendas. Terrible
destino ser desposeídos del sentido que se extiende por todo nuestro cuerpo y que
nadie desearía perder pues eso significaría perder el contacto directo con el otro,
no sentir nada al ser acariciado o besado. En los cuentos de hadas, éstas ofrecen
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sus mejores dones y regalos tocando con una varita mágica al receptor de los
dones; muchos males y desgracias acaecían si algún personaje tocaba algo que
estaba prohibido.
La historia que representa por antonomasia el poder del sentido del tacto y de los
males que pueden resultar de una demediada ambición es, sin duda, el relato
mitológico del Rey Midas.
El Rey Midas
Cuenta la leyenda que Dionisos, mientras vagaba por Asia menor, echó en falta a un
compañero suyo, un anciano llamado Sileno. Éste se había quedado dormido al pie de un
árbol, donde lo encontraron los criados del rey Midas, hombre rico y lleno de avaricia. Midas,
sabedor de que Sileno era compañero del dios, le trató con respeto, agasajándolo por
espacio de diez días.
Cuando Sileno manifestó deseos de marcharse, el rey le acompañó hasta los confines de su
territorio, Frigia, prodigándole muestras de respeto y afecto por lo que conmovido el dios
Dionisos por la forma con que Midas había tratado a Sileno, le preguntó qué don deseaba le
concediese. Midas exclamó que si pudiera escoger pediría que todo cuanto tocara se
convirtiese en oro.
Dionisos deploró que el rey hubiera hecho semejante petición, pero sin embargo le
complació en todo. En efecto, ya de regreso a su casa andaba el rey Midas muy contento
con el don recibido del dios y queriendo comprobar si era cierto, desgajó una rama de un
árbol, observando que inmediatamente quedaba convertida en oro, cogió luego una piedra
del camino y ocurrió lo mismo. Quebró unas espigas maduras y el trigo se tornó también
oro. Contentísimo voló a su palacio y ordenó a sus criados que le prepararan la comida,
pero cuando sus manos tocaron el sabroso y crujiente pan, éste se convirtió en una pieza
mineral, fría y brillante, e igual ocurrió con la carne, el agua, la fruta, etcétera.
Desesperado, comprendió el castigo de que había sido víctima al formular petición tan
imprudente; podía ser el hombre más rico del mundo y sin embargo ya no podía ni comer ni
beber, puesto que todo cuanto tocara se convertía en oro. Lleno de angustia se llevó las
manos a la cabeza y ésta también se convirtió en oro, por lo que, dirigiéndose al dios y
levantando los brazos suplicaba encarecidamente que le perdonase y le librase de aquella
maldición.
Compadecido Dionisos de lo que le estaba ocurriendo y queriendo deshacer el maleficio, le
dijo que si quería curar su mal debería sumergir su cabeza en las aguas del río Pactolo.
Lleno de alegría, el rey Midas se apresuró a cumplir la orden del dios y en aquel mismo
instante fue curado del hechizo mágico, con la circunstancia de que, a partir de entonces,
aquel río lleva grandes cantidades de tan preciado metal.
Adaptación de E. Molist, Enciclopedia de la Mitología
El rey de la leyenda fue perdonado del pecado de la ambición y el tacto por el
dios Dionisos y nosotros podemos tomar este relato como ejemplo para escribir
nuestra propia leyenda partiendo de estos elementos que no deben faltar en el
relato.
•
Un espacio irreal: un lugar mágico, un bosque misterioso, el fondo del
mar…
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•
•
Un tiempo imaginario.
Un o una protagonista que desea algo que pueda alcanzar con el uso del
sentido del tacto: el deseo, el amor, las riquezas, la sabiduría…
Una intervención de un personaje de carácter superior: un dios, un hada,
un mago.
Un conflicto que haga desear al personaje la vuelta a su estado inicial:
demasiada ambición, no cumplir con las normas establecidas por el ser
superior, la ruptura de una promesa…
Una resolución gracias a la intervención del dios, hada o mago para
solucionar el conflicto: la vuelta a la realidad y a la bondad, pagar un
precio muy alto, perder algo o a alguien que haga reflexionar al
protagonista sobre la inutilidad de su acto.
Un resultado, feliz o infeliz del que se desprenda un acontecimiento
posterior de carácter mágico (el río que lleva oro), didáctico (un final
punitivo del que todos pueden aprender), transformativo (todo el entorno
sufre la transformación provocada por el uso o mal uso del efecto
provocado por el tacto y surge una nueva forma de vida).
6. EL MUNDO INTOCABLE
“Y si de pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego
ceniciento, mírala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y
la oigo”.
Julio Cortázar
Supongamos que poseemos la capacidad de percibir más allá de lo que
consideramos normal. Imaginemos que nuestros sentidos se aceleran y oímos,
vemos y sentimos en niveles mucho más elevados que lo que el resto de las
personas. Lo que sucede, entonces es que nuestro ritmo cardíaco se acelera,
nuestra piel se eriza, nuestras alertas sensoriales activan mecanismos de defensa
y todo nuestro organismo se prepara para tomar medidas ante situaciones
extremas. Reacciones así son la respuesta característica del miedo; en mayor o
menor intensidad todos hemos tenido alguna experiencia de esas características.
El gran maestro E.A. Poe es el que mejor ha relatado esta exaltación de los
sentidos. El protagonista de su cuento “La caída de la casa Usher” mostraba una
extrema sensibilidad ante cualquier experiencia sensorial y la casa parecía un ser
viviente, orgánico, un reflejo de la decadencia y padecimiento de su amo, el señor
de Usher. Otros relatos del gran escritor están íntimamente relacionados con la
capacidad de sentir de una manera extrema y, como consecuencia, el terrible
sufrimiento que recae sobre los protagonistas. Un ejemplo es “El pozo y el
péndulo”, un relato en el que el protagonista, que no puede ni ver ni moverse, sólo
oír el terrible vaivén de un péndulo que lo matará irremisiblemente, siente y anticipa
el efecto mortal que el tacto del instrumento de tortura producirá sobre su cuerpo
en un tiempo que se dilata para mayor angustia del torturado…y del lector.
Reproducimos aquí un fragmento:
Y entonces, mientras seguía dando cautelosos pasos hacia adelante, vinieron agolpándose
en mi recuerdo mil vagos rumores de las atrocidades de Toledo. Cosas extra–as se
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contaban sobre los calabozos — siempre había creído yo que eran fábulas —, pero aún
así resultaban ex¬trañas y demasiado horrorosas para ser repetidas como no fuese en voz
baja. ¿Me dejarían morir de hambre en este subterráneo mundo de tinieblas?, o, ¿qué
destino, quizá aún más espantoso, me aguardaba? Demasiado bien conocía yo el carácter
de mis jueces para dudar de que el resultado sería la muerte, y una muerte más amar¬ga
que la habitual. Todo lo que me preocupaba y me en¬loquecía era el modo y la hora en
que llegaría tal muerte.
Por fin mis manos extendidas tocaron algún obstáculo sólido. Era una pared, al parecer de
piedra, muy lisa, vis¬cosa y fría. Empecé a seguirla, avanzando con toda la cuidadosa
desconfianza que antiguos relatos me habían inspirado. Pero este proceder no me ofrecía
los medios para averiguar las dimensiones de mi calabozo, puesto que podía dar toda la
vuelta y regresar al punto de parti¬da sin advertirlo, tan perfectamente uniforme parecía la
pared. Por eso busqué el cuchillo que llevaba en mi bolsi¬llo cuando me condujeron a la
cámara inquisitorial, pero había desaparecido; mis ropas habían sido cambiadas por un
sayo de burda estameña. Tenía pensado meter la hoja en alguna pequeña fisura de la
mamipostería para identifi¬car mi punto de partida. La dificultad, sin embargo, era
insignificante, aunque en el desorden de mi fantasía al principio me pareció insuperable,
arranqué al fin un tro¬zo del borde del sayo y lo coloqué bien extendido y en ángulo recto
con respecto a la pared.
Edgar Allan Poe. El pozo y el péndulo.
Muchos de los relatos de Poe transcurren en lugares cerrados, agobiantes,
sin aparente salida para los protagonistas: el interior de un ataúd, la celda con un
pozo en el medio y un péndulo amenazante, una casa amenazadora. Crear
espacios y sus atmósferas es un elemento determinante en la narración.
Para crear espacios que enriquezcan la narración es necesario tener en cuenta tres
elementos que constituyen la escena: el marco, la atmósfera y la acción. Si el relato
carece de alguno de estos componentes es posible que, en algunos casos, la
información que llega al lector pueda ser confusa.
El marco es el lugar físico en donde se tiene lugar la acción. Si es en una casa, el
cuarto dónde se desarrolla; si es en el exterior, es necesario aclarar si es el mar, el
campo o la montaña.
La atmósfera es el conjunto de detalles que varían según sea de día o de noche, si
hace calor o hace frío; si hay humo, si hay estrellas en el cielo o si, de golpe, hay
un cambio hacia la lluvia o hacia el sol.
La acción es el conjunto de acontecimientos que ocurren en el relato. Con
frecuencia, los escritores noveles suelen poner demasiado énfasis en la necesidad
de narrar los sucesos que se suceden en el relato y olvidan recrear la atmósfera o
describir el marco con claridad para situar al lector.
Los tres elementos están íntimamente relacionados entre sí. A menudo la creación
de una buena atmósfera es fundamental par explicar lo que sucede en el relato, por
ejemplo, si hay misterio gracias a la graduación de la luz; si se quiere dar la
sensación de miedo describiendo sonidos que produzcan este efecto. Una
descripción adecuada del marco ayudará al lector a estar situado y no sentirse
perdido en un momento determinado del relato.
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Leyendo atentamente el ejemplo del relato de Poe es evidente la importancia que
tiene la construcción de la escena para crear la sensación de miedo y angustia que
tiene el protagonista:” la pared viscosa y fría”, la total oscuridad en la que el
protagonista se ve inmerso y la necesidad de guiarse a través del tacto para poder
reconocer el lugar en el que lo han encerrado. Con él vamos haciendo terribles
descubrimientos hasta que, a través del tacto, del sonido y del olor, llegamos a
conocer la escena en su totalidad.
Por tanto, la propuesta de escritura consiste en la creación de una escena
en la que el marco y la atmósfera estén perfectamente descritos.
Primero elegiremos el marco, el lugar en el que queremos desarrollar la escena.
Pude ser un lugar exterior, abierto, el campo, la playa, la montaña, etc. Tenemos
que tener en cuenta qué clase de relato queremos contar para elegir el marco
adecuado, por ejemplo, supongamos que queremos contar un crimen que tiene
lugar en un barco deportivo. No es un lugar demasiado grande, así que podremos
crear una atmósfera angustiosa y misteriosa gracias a la utilización de la luz, de los
sonidos y de otros detalles que provoquen distintas sensaciones en el lector. Si lo
que queremos es tratar el sentido del tacto preferentemente, podemos hacer que el
o la protagonista de la historia sea ciega o ciego, o que la acción se desarrolle en la
oscuridad de una noche sin luna en la que en el barco no haya ninguna luz, las
baterías se han agotado, no hay posibilidad de encender un fuego con petróleo o
cualquier otro combustible y los personajes se tienen que mover por el barco
guiándose con sus manos, en silencio para no ser descubierto por el otro.
La sensación que todavía no se ha experimentado pero que se predice y se teme debido,
probablemente, a miedos atávicos, aprendidos a través de los siglos, que está en nuestro
imaginario social como el miedo a determinados insectos, ha sido reflejada en multitud de
cuentos e historias desde el principio de los tiempos; atribuir a algunos animales
cualidades malignas o convertirlos en símbolos de la expresión del mal no es algo nuevo,
El escritor mejicano Juan José Arreola en su cuento “La migala” nos introduce en una
historia del horror personal, buscado conscientemente , simbolizado por la amenaza
permanente de la presencia de la temible araña, horror cotidiano que se espera, se
anticipa su tacto emponzoñado y no se rehúye. Es el “infierno personal que instalaría en mi
casa para destruir, para anular al otro, el descomunal infierno de los hombres”
La migala
La migala discurre libremente por la casa, pero mi capacidad de horror no disminuye.
El día en que Beatriz y yo entramos en aquella barraca inmunda de la feria callejera, me di
cuenta de que la repulsiva alimaña era lo más atroz que podía depararme el destino. Peor
que el desprecio y la conmiseración brillando de pronto en una clara mirada.
Unos días más tarde volví para comprar la migala, y el sorprendido saltimbanqui me dio
algunos informes acerca de sus costumbres y su alimentación extraña. Entonces
comprendí que tenía en las manos, de una vez por todas, la amenaza total, la máxima
dosis de terror que mi espíritu podía soportar. Recuerdo mi paso tembloroso, vacilante,
cuando de regreso a la casa sentía el peso leve y denso de la araña, ese peso del cual
podía descontar, con seguridad, el de la caja de madera en que la llevaba, como si fueran
dos pesos totalmente diferentes; el de la madera inocente y el del impuro y ponzoñoso
animal que tiraba de mí como un lastre definitivo. Dentro de aquella caja iba el infierno
personal que instalaría en mi casa para destruir, para anular al otro, al descomunal infierno
de los hombres.
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La noche memorable en que solté a la migala en mi departamento y la vi correr como un
cangrejo y ocultarse bajo un mueble, ha sido el principio de una vida indescriptible. Desde
entonces, cada uno de los instantes de que dispongo ha sido recorrido por los pasos de la
araña, que llena la casa con su presencia invisible.
Todas las noches tiemblo en espera de la picadura mortal. Muchas veces despierto con el
cuerpo helado, tenso, inmóvil, porque el sueño ha creado para mí, con precisión, el paso
cosquilleante de la araña sobre mi piel, su peso indefinible, su consistencia de entraña. Sin
embargo, siempre amanece. Estoy vivo y mi alma inútilmente se apresta y se perfecciona.
Juan José Arreola. Confabulario personal.
El trabajo de escritura consistiría en tratar de describir la sensación que nos
produciría el hecho de que un animal o un insecto se pasearan por nuestro cuerpo
y nosotros no pudiéramos hacer nada para evitarlo. Podemos partir del texto de la
migala; sabemos que ese terrible ser que nos produce miedo y asco está en
nuestro entorno y que, en cualquier momento llegará hasta nosotros. Ese momento
llega, el insecto se encarama a nuestro cuerpo y lo recorre sin que nadie pueda
evitarlo.
El escritor inglés M.R. James aportó a los cuentos de fantasmas la creación de
seres repugnantes, mitad humanos, mitad animales que cambiaron la iconografía
de la idea que se tenía de los fantasmas: seres espectrales que eran
perfectamente reconocibles porque habían tenido una vida terrenal y que, debido a
circunstancias determinadas, aparecían después de la muerte. El miedo, lo
fantasmagórico en sus cuentos lo provocan estos seres extraños, representantes
del mal o del demonio que se aparecen en los cuadros, en los libros o en lugares
sagrados. Resulta difícil deshacerse de ellos y sólo cuando se consigue, el
protagonista logra liberar su alma del peligro que le acecha.
La propuesta de escritura consiste en la creación de este tipo de ser repugnante
que nos asusta y nos repugna por su carácter maligno y por desconocido.
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Hacer un torbellino de ideas de los animales que más nos disgusten. Elegimos
uno.
En torbellino de ideas buscar un objeto que sea peligroso. Elegir uno.
Elaborar una Analogía inusual buscando elementos comunes entre el animal y el
objeto. (volver lo conocido en extraño).
Describir detalladamente el nuevo animal
Hacer un dibujo del animal resultante.(A. I.)
Escribir un relato en primera persona tratando de establecer una conexión entre
nuestros propios miedos y el horror que nos produce el animal que hemos creado,
para ello es importante seguir un plan detallado que responde a preguntas cómo
éstas:
¿Qué es?, ¿Cómo se llama? ¿Por qué está ahí?, ¿Qué tiene que ver conmigo?,
¿Por qué me aterra? ¿Qué sensaciones táctiles me produce? ¿Qué pasó?
¿Cuándo y cómo comenzó? ¿Qué lo desencadenó?¿ Cuál fue mi reacción?, ¿Cuál
es el estado actual? ¿Cómo es el final de esta historia?
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7. EL MUNDO EN LAS MANOS.
“La mano es la parte visible del cerebro”.
Kant
Muchos escritores han dedicado cuentos a las manos o a la mano en singular
como símbolo de la agresividad que todos llevamos dentro. Es la mano la que
acaricia, la que escribe, la que dirige la orquesta. Pero, también es la que mata, la
que ejecuta, la que tortura.
Ramón Gómez de la Serna escribió un relato sobre una venganza llevada a cabo a
través de una mano ejecutora. El cuento tiene un tono humorístico pues presenta la
escena de la caza del “arma asesina” y la resolución del juez en un tono de humor
muy característico del gran escritor vanguardista.
LA MANO
El doctor Alejo murió asesinado. Indudablemente: murió estrangulado.
Nadie había entrado en la casa, indudablemente nadie, y aunque el doctor dormía
con el balcón abierto, por higiene, era tan alto su piso que no era de suponer que por
allí hu¬biese entrado el asesino.
La policía no encontraba la pista de aquel crimen, y ya iba a abandonar el asunto,
cuando la esposa y la criada del muerto acudieron despavoridas a la Jefatura.
Saltando de lo alto de un armario había caído sobre la mesa, las había mi¬rado, las
había visto, y después había huido por la habita¬ción, una mano solitaria y viva
como una araña. Allí la ha¬bían dejado encerrada con llave en el cuarto.
Llena de terror, acudió la policía y el juez. Era su deber. Trabajo les costó cazar la
mano, pero la cazaron y todos le agarraron un dedo, porque era vigorosa como si en
ella radi¬case junta toda la fuerza de un hombre fuerte.
¿Qué hacer con ella? ¿Qué luz iba a arrojar sobre el su¬ceso? ¿Cómo sentenciarla?
¿De quién era aquella mano?
Después de una larga pausa, al juez se le ocurrió darle la pluma para que declarase
por escrito. La mano entonces es¬cribió: «Soy la mano de Ramiro Ruiz, asesinado
vilmente por el doctor en el hospital y destrozado con ensañamiento en la sala de
disección. He hecho justicia».
Ramón Gómez de la Serna. La mano
Imitando al maestro, la propuesta es escribir un relato de un asesinato ejecutado
por una mano o por unas manos asesinas .Pero, para ser un poco originales
tendremos que salir del tópico del estrangulamiento. ¿Cómo plantearíamos este
asesinato?
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Una posibilidad es trabajar con una Creativacción que llamaremos “Hallar
imposibles”. Así, veremos que acciones le adjudicamos a una mano, o a unas manos
que no son habituales…pero no imposibles. Pensemos en acciones que
normalmente no se hacen con las manos.
Las manos pueden: cantar, bailar, besar, llover, comer, estornudar, soñar, conspirar,
ver, oír, sonreír, angustiarse, recordar, etc.
• Elegimos la manera de matar con una de las acciones anteriores, por ejemplo, besar.
• Ahora tenemos que pensar en los protagonistas: el asesino y el o la asesinada, en este
caso el asesino o la asesina sería la mano que “besa” a la víctima.
• Un móvil. ¿Por qué querría matar esa mano?: para robar, por venganza, por celos, por
aburrimiento,…
• ¿Cómo ha sido descubierta la mano? ¿Se delató? ¿Pertenecía a alguien al que le faltaba
y por eso se descubrió?.
• Final. ¿Cuál fue su condena?
La presentación de la mano como un miembro extraño que ha sido arrancado del
resto de un cuerpo anónimo produce, en un cuento de Guy de Maupassant, el
horror descrito con todo detalle; es una amenaza a la vez que anticipa una terrible
historia de misterio y crímenes.
(…)Eso es una tela japonesa. : Pero en mitad del entrepaño más grande, algo extraño me
llamó la atención. Sobre un terciopelo rojo destacaba un objeto negro. Me acerqué: era una
mano, una mano humana. No una mano de esqueleto, blanca y limpia, sino una mano
negruzca, reseca y con uñas amarillas. Se le veían los músculos y podían apreciarse
rastros de sangre vieja, de esa sangre que parece mugre, sobre los huesos cortados de
cuajo, como de un hachazo, hacia la mitad del antebrazo. Alrededor de la muñeca, una
gruesa cadena de hierro, unida, soldada a ese sucio miembro, la ataba a la pared con una
argolla lo bastante fuerte como para sujetar a un elefante (…)
Guy de Maupassant, La mano
Decíamos que con las manos podemos expresar casi todo, tanto lo bueno como lo
malo. Si más arriba vimos ejemplos de agresividad y de misterio, de amor y de
avaricia, en la poesía de Rainer María Rilke encontramos unas manos que son
organismos vivos, que necesitan enfriarse para poder desahogarse, que sienten
rabia y se alzan con el puño cerrado en señal de rabia y protesta.
"Son manos demasiado calientes,
que quieren siempre refrescarse
y se posan
como a su pesar sobre objetos
fríos, y dejan pasar el aire entre los dedos.
En estas manos la sangre podría
precipitarse como
cuando se sube a la cabeza
y cerradas en un puño
eran parecidas a cerebros
locos, delirantes de
extravagancias."
Rainer María Rilke
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Para escribir un poema a la manera de Rilke veamos primero como está
estructurado este poema.
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Primer verso: Definición: son manos demasiado calientesSegundo verso: Deseo: que quieren siempre refrescarse.
Tercer verso: Acción 1: Y se posan
Cuarto verso: Modo y lugar: como a su pesar
Sobre objetos fríos
Quinto verso: Acción 2: y dejan pasar el aire entre los dedos.
Sexto, séptimo y octavo versos. Suposición: en estas manos la sangre podría
precipitarse
Comparación: como cuando se sube a la cabeza
Noveno verso. Gesto: cerradas en un puño
Décimo, decimoprimero y decimosegundo versos. Comparación: eran parecidas a
cerebros locos, delirantes de extravagancias.
Imitando al maestro, podemos escribir un poema de igual estructura dedicado a los
ojos, a la lengua, a un olor, a un recuerdo.
8. UN VIAJE HACIA EL FINAL
julio Cortázar en “Cronopios y Famas” escribió un relato muy corto e inquietante.
Dice así:
En un pueblo de Escocia venden un libro con una página en blanco perdida en
algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esta página al dar las tres de la
tarde muere.
El cuento breve ha sido cultivado por multitud de autores. Sus inicios están en la
tradición oral en forma de fábulas y apólogos y es en la Edad Media cuando
comienzan a tomar cuerpo las leyendas, las adivinanzas y las parábolas. Pero es a
partir de las vanguardias en la época moderna cuando el microrrelato o cuento
breve se populariza a través de su publicación en revistas que publicaban cuentos
breves ilustrados en sus páginas de difusión cultural. Tanto en la primera
vanguardia como en la segunda, grandes autores como Kafka, Slawomir Morozek y
una pléyade de escritores de todo el universo de la literatura mundial han dado
muestras de auténtico ingenio con la publicación de micro cuentos sorprendentes
algunos, llenos de sentido del humor otros o de misterio y terror como es el caso
del cuento de Cortázar.
Hay muchos componentes que tener en cuenta a la hora de escribir un
microrrelato. Desde luego, la brevedad es el elemento clave para poder contar una
historia o un suceso que enganche al lector y que lo convierta en cómplice para
lograr la compresión completa del cuento. En el caso del cuento citado
anteriormente, los recursos a los que acude el escritor son, fundamentalmente,
dos: tener un desenlace rápido y hacer uso del misterio no resuelto que provocan
una sensación vertiginosa e incómoda en el lector ya que puede llegar a pensar
que ese libro puede caer algún día en sus manos y provocar un desenlace fatal.
- 201 -
"
No vamos a adentrarnos en las dificultades que rodean la creación de un
cuento breve, pero podemos tomar este cuento como base para escribir un cuento
táctil. Para ello, haremos uso de una técnica: las creativacciones,
(Prado: 1997) pequeñas acciones para activar la creatividad que desarrollan el
pensamiento divergente, la percepción sensorial, el trabajo con el pensamiento
visual y con nuestras emociones, todo ello de manera rápida y efectiva.
Para el cuento de Cortázar trabajaremos con el pensar fluido y ágil. Centrémonos
en la parte más importante del cuento: esa página en blanco que se encuentra en
un lugar desconocido del libro y que, si desembocamos en ella, el resultado será
fatal para nosotros. Para evitar ese final trágico pensemos ¿qué puede haber en es
página en blanco que provoca nuestra muerte?
Un veneno, un grito tan horrendo que nos puede causar la muerte, un maleficio, un
puñal o una daga que al abrir el libro se dirija directamente a nuestro corazón, una
bala perdida, un lago profundo y misterioso que nos haga precipitarnos a su
interior, un laberinto del que no podamos salir nunca, una horca, una araña mortal
que nos atrape en su tela…y así podríamos seguir, con el Torbellino de Ideas,
diciendo todo lo que se nos ocurra hasta llenar es página en blanco.
Seguimos empleando el TI para proseguir con nuestra averiguación: ¿Qué
sucede? ¿Por qué? ¿Qué puede pasar? ¿Qué descubre? ¿Qué ve? ¿Qué
escucha? ¿Por qué a las tres? ¿A quién espera? ¿Quién muere? ¿Qué hacía allí?
¿Qué está pensando? ¿Qué escucha? ¿Qué otras sensaciones percibe? ¿Qué
recuerda? ¿Cómo termina este relato?
Una vez que hayamos agotado todas nuestras ideas, elegimos un tema y
escribimos un pequeño relato que se mezcle con ese cuento de Cortázar y que nos
resuelva el misterio de la página en blanco.
Ej.: En un pueblo de Escocia venden un libro con una página en blanco. Esa página
contiene un misterio que nadie ha querido desvelarme y que yo, amante de los libros,
mataría por conocer.
Mucho tiempo he estado haciendo planes para poder librarme de mis ataduras y poder
marcharme a Escocia, libremente, sin tener que responder ante nadie de mis actos. Por fin,
a pesar de la oposición de todos los que me aman, un día de invierno partí par Escocia. Me
costó trabajo encontrar el pueblo y la librería. Nadie quería decirme dónde se encontraba
aquel lugar que encerraba un terrible secreto.
Por fin, un día entré en una taberna cansado ya de tanta búsqueda. El nombre del pueblo
no lo recuerdo pero sí tengo muy presente el lugar sórdido en el que me fue desvelado el
secreto y la forma de conseguir el ejemplar tan ansiado. En medio de una descomunal
borrachera, un individuo al que le faltaba un ojo y una mano me habló de la página en
blanco.
-Será tu final si caes en ella, amigo
- ¿Y si paso las hojas y no aparece?
- Eso no sucederá, te lo puedo asegurar. Tendrás que ser muy listo para salir de esta.
-¿Tú lo has sido?
Obtuve una carcajada como respuesta que me heló la sangre. Sin dilación, me dirigí a la
librería en busca del ejemplar. El librero me miró con pavor. Mi insistencia no le dejó otra
opción que venderme el libro. Me dirigí a mi alojamiento temblando de emoción y de
- 202 -
miedo. Cerré la puerta de mi habitación, me tendí en la cama y a abrí el libro. Allí estaba, la
página en blanco. Un segundo después de caer en la página fatal, un hálito helado salió
del libro, con tal fuerza que me arrojó de la cama. Como pude cerré aquel demoníaco
objeto. Un gemido se escapó de su cubierta. Luego, caí sin sentido. Fue justo antes de
quitarme las vendas cuando mi familia se atrevió a decirme la verdad: aquel viento helado
había destruido mi rostro como si una garra me lo hubiera arrancado de cuajo. Desde
entonces vivo recluido en mi habitación. No veo a nadie, no hablo con nadie. Guardo el
libro en un compartimiento secreto detrás del armario. Mi familia no sabe nada, de lo
contrario lo destruiría y yo sueño con abrir el libro de nuevo y desembocar en la página
fatal pues sé que todavía puede desvelarme secretos que yo anhelo conocer.
Andrea Andrade
Trabajar la fluidez conceptual es fundamental para tener ideas nuevas y ser
original, de lo contrario, nuestros textos pueden ser convergentes y tópicos, no
lograremos sorprender al lector con nuevos hallazgos y así seremos aburridos y
carentes de interés. Una manera de trabajar la fluidez conceptual es emparejar
conceptos contrarios. Veamos un ejemplo referido al tacto.
Me gusta tocar
No me gusta tocar
La piel de un bebé
La piel de una serpiente
El terciopelo
El esparto
La seda
La tiza
La nieve al caer
La carne cruda
La hierba húmeda
La baba
El papel de los libros
Un insecto
El pelo de una niña
Un pez muerto
El cuello
La lengua de un perro
La masa de pan
el fango
El agua
A partir de aquí podemos crear un poema repetitivo a la manera de Mario Benedetti
Corazón coraza
Porque te tengo y no
Porque te pienso
Porque la noche está de ojos abiertos
Porque la noche pasa y digo amor
Porque has venido a recoger tu imagen
Y eres mejor que todas tus imágenes
Porque eres linda desde el pie hasta el alma
Porque eres buena desde el alma a mi
Porque te escondes dulce en el orgullo
Pequeña y dulce
Corazón coraza
Porque eres mía
Porque no eres mía
Porque te miro y muero
- 203 -
Y peor que muero
Si no te miro amor
Si no te miro
Porque tú siempre existes dondequiera
Pero existes mejor donde te quiero
Porque tu boca es sangre
Y tienes frío
Tengo que amarte amor
Tengo que amarte
Aunque esta herida duela como dos
Aunque te busque y no te encuentre
Y aunque
La noche pase y yo te tenga
Y no.
Mario Benedetti
Si analizamos el poema vemos que es una estructura repetitiva. La primera estrofa
remata con un verso de ruptura contundente que rompe el ritmo y rompe la forma:
corazón coraza. Siguiendo este modelo, podemos hacer un poema repetitivo referido
al tacto con esta estructura:
Me gusta…
Porque…
No me gusta..
Porque…
Ej.
Me gusta el papel de los libros
Porque toco tus palabras
No me gusta el fango
Porque olvido tus caricias…
Tomemos otra creativacción para trabajar sobre un relato de Santiago Davobe. Este
cuento de tintes surrealistas y lleno de sentido del humor, un humor negro y sensual,
logra transformar en cuento sugerente lo que no sería más que una anécdota
sucedida en un viaje.
Íbamos en el tren, y una señora vestida de amarillo, como una gallina amarilla, cayó
entre las dos filas de asientos, que se convirtieron repentinamente en una especie
de platea., disgustada y espantada. Algunos abandonaron el teatro.
Yo, como hipnotizado por la agonía, me puse a observar ese pecho que subía y
bajaba, y la cara que el espasmo y el ahogo transformaban en un carnaval de
caretas sucesivas cada vez más trágicas. Poco después vinieron algunas personas,
tomaron el pulso, auscultaron y se fueron a pedir socorro. Pero yo vi que el labio
superior se replegaba en una mueca y se levantaba como la tapa de un piano de
juguete. Los dientes blancos, cuadrados, fuertes, y uno que otro negro alternando.
Puse mis dedos en ellos, y como nada resonara, ni en la laringe ni en el vientre. Está
muerta, dije.
Santiago Dabove, De la musique avant toute chose
- 204 -
"
Siguiendo el ejemplo de Santiago Davobe escribir un cuento con una
creativacción:
a) Describir la escena. Dónde se desarrolla la acción, cómo es la atmósfera.
b) Acción. Qué sucede
c) Descripción después de haberse transformado la escena a causa de la
acción anterior.
d) Acción referida al tacto.
e) Descripción.
f) Final sorprendente.
9. LO QUE NOS SOBRA
“Puedo creer cualquier cosa con tal de que sea increíble”
Oscar Wilde
Pensamos que la belleza perfecta es aquella que no tiene mácula. El aspecto de
nuestra piel, su tersura, su luminosidad y su juventud son cualidades indispensables
para que la belleza humana sea considerada inigualable. La industria de la
cosmética invierte en el intento de perfeccionar la piel y en alargar la juventud más
que el presupuesto nacional de algunos países. Pero, a veces, una excrecencia en
la piel, una verruga puede afear nuestro aspecto, desnaturalizarlo y hacer que esa
insignificante anomalía se convierta en el centro de todas las miradas.
Afortunadamente, hoy en día la cirugía puede hacer desaparecer esta incómoda
extrañeza. Pero ¿qué sucedería si una incómoda verruga lograra hacerse con la
vida de un hombre cualquiera. En un cuento de Max Aub, la pesadilla se convierte
en realidad.
Caballero, cuando le digan que la piedra pó¬mez es de origen volcánico, sonríase.
No proteste ni haga correr la voz de la verdad, que es viejo, feo. Deje decir a los que
no saben, si así les place sacan orgullo de donde no tienen otra cosa. La piedra
pómez, caballero, es de origen humano, la engendra el hombre; yo lo he visto, yo,
personalmente, vi como me está viendo a mí: cara a cara. »Le salió una verruga,
una verruga de nada. Él no sabía, vio aquella excrecencia fea en su hombro
izquierdo, un poco hacia atrás, y se la arrancó sin gran olor, sangró y no me dijo
nada. Las verrugas son como los pelos: cuanto más se las cortan, más crecen, los
cuatro días ya estaba ahí otra verruga, o la misma, no lo sé, mayor. ¿Era la misma o
no? Es un prob¬lema idéntico a aquel famoso y viejo que se empeña en resolver si
dos es el doble de uno o éste su mitad. Si se corta un pelo, el que crece ¿es el
mismo u otro? Si se cortan las uñas, ¿son las mismas u otras? la verruga ¿era la
misma u otra?
Era la misma y no era la misma. No podía ser otra porque tenía las raíces de la
anterior, y esa raíz era él mismo. Sin embargo, si se arrasa un edificio y se construye
otro sobre las mismas fundaciones, de esti¬lo distinto, nadie dirá que se trata de la
misma casa, pero el que sienta la tierra ¿qué dirá? Son problemas difíciles de
resolver: los hombres distan mucho de ser inteligentes. No vaya a creer, caballero,
que quiero sugerirle que mi hijo era tonto. Nada de eso. Tal vez, tampoco una
- 205 -
luminaria, pero ¿quién lo es? Y para lo que sirven: ya ve lo que le ha sucedido a
Oppenheimer.
Lo cierto es que Mario no le dijo nada a nadie hasta que ya no se pudo ocultar, no
que fuese particularmente callado, no: siempre había sido un muchacho normal y
ahora acababa de cumplir cincuenta años. A mí siempre me pareció corriente, sin
complicaciones, buen hijo, lo que se llama un buen hijo, caballero.
Teníamos nuestros altercados de cuando en cuando, ¿quién no los tiene? Pero no
se emperraba, reconocía sus faltas, por lo menos conmigo; no se casé decía que
estaba bien así. No que no me hubiera gustado tener nietos, pero él me dijo hace
algún tiempo, hacia 1924, que eso presuponía una hija lítica, una yerna, una hiena,
como aseguraba sor riendo, porque, ya le he dicho, que no era tonto, sé que no
todas son así. Aunque yo me llevé mi mal con mi suegra y no conozco ningunas que
se ven bien, a menos que ambas tengan queja de misma persona. Total, se quedó
soltero y créame! tan ricamente hasta que le salió aquella verruga.
Ni él mismo pudo precisar
me nunca cuántas vences se la arrancó de cuajo, no lo recordaba; lo cierto es que
se reproducía cada vez más de prisa y mayor. Hasta el punto que llegó a nacer y
crecer desmesuradamente en una sola noche. ¿Usted no ha visto nunca una
verruga de cerca? No es hermosa, no. A menos que crea, caballero, que es hermosa
o puede serlo una piedra pómez.
¿No ha visto nunca una piedra pómez de cerca? ¿No ha visto nunca una verruga
con lupa? Hablo de una verruga corriente, mírela con un cristal de aumento, se lo
recomiendo: es una peña, un menhir, una roca, una estalagmita, un mundo de
piedra pómez, un universo desolado, una corteza enferma que se abulta como una
buba cerrada, lava que se levanta y barre con todo, pero lava verdadera, humana,
sin volcán a la vista.
Aquella verruga fue creciendo, creciendo, creciendo, haciéndose enorme, caballero,
hasta que le impidió salir a la calle. Llena de surcos, de ranuras, de lorzas, de
plisados, de fruncidos, de recogidos, pero de piedra, de piedra vieja, arrugada; como
si dijésemos escarolada: créalo o no, aquella verruga se lo comió; lo recubrió todo,
absolutamente todo hasta convertirlo en una enorme piedra pómez. Ahí la tengo.
¿Quiere verla, caballero?
Le advierto que no es del tamaño de un hombre normal, no: a medida que la verruga
le iba recubriendo, mi hijo se encogía, aunque no perdió gran cosa de su peso, ¿qué
cree, caballero, fue por la pérdida de agua? ¿De verdad no quiere ver a mi hijo
convertido en una gran piedra pómez? Le advierto que no pasa del tamaño de un
guarda cantón y de que, si yo no lo hubiese visto, nadie creería que ese molón es mi
hijo; ahora bien, si usted, caballero, lo mira con lupa, no hay equivocación posible:
es idéntica a la verruga que lo fue recubriendo, la excrecencia es la misma,
petrificada: rasca y raspa igual. Ahí lo tengo guardando, no se lo enseño a nadie,
¿para qué?, ¿no le parece, caballero? Pero si usted quiere verlo...
Le salió una verruga, la tronchó y ésta creció, creció y se lo comió; bueno comérselo
no: lo recubrió, como un fósil. ¿Usted no cree, caballero, que alguien rascó, tal vez,
un monte o lo cortó, o lo taló y éste se enfureció y le echó la lava por montera?
- 206 -
Claro, usted no lo sabe, ni yo tampoco; pero, a veces, me pongo a pensar de que
quizá la luna es una gran verruga, una verruga ¿se da usted cuenta, caballero?, una
verruga enfurecida...
Max Aub. Escribir lo que imagino
"Esta historia de corte kafkiano y de corrosivo sentido del humor nos puede servir
de pretexto para escribir una anécdota de alguien que es devorado por una
imperfección de su piel. ¿Qué pasaría si :
Un señor muy gordo decide adelgazar y es engullido por la piel sobrante?
A un hombre blanco le sale un lunar, se le extiende y se convierte en un hombre de
color?
A un señor le crecen las cejas de tal manera que cree que es ciego?
A una mujer le crecen tanto los brazos que la contratan para realizar tareas de “largo
alcance”
El texto de Max Aub está escrito en segunda persona: un padre le cuenta a un
supuesto interlocutor-lector lo que le ha sucedido a su hijo. No parece poner
demasiad extrañeza en ello, el hecho de que una verruga acabe con su hijo no le
parece un hecho extraordinario, es como un suceso fatídico. Pero la comparación
final de la verruga con la luna añade un elemento de humor corrosivo a la narración.
No olvidemos este elemento comparativo en el texto que vamos a escribir.
10.
EL GOCE Y LA LUCHA
“Puedo resistirlo todo, excepto la tentación”.
Oscar Wilde
El goce supremo que puede ofrecer el tacto es el acto amoroso; las caricias que
preceden al acto sexual y el momento culminante del amor serían inimaginables si
nos faltara el sentido del tacto, si no pudiéramos experimentar el goce en nuestra
piel.
Miles de textos y de poemas han sido escritos para describir el goce que supone el
acto sexual, no sabríamos cual elegir para ser justos en cual es el más adecuado.
Un fragmento de “El amante” de Margarita Duras y un poema de Octavio Paz
ilustran de muy distinta manera la experiencia del amor carnal, su goce, su lucha,
su descubrimiento y su enfrentamiento.
(…)|La piel es de una suntuosa dulzura. El cuerpo es delgado, sin fuerza, sin
músculos, podría haber estado enfermo, estar convaleciente, es imberbe, sin otra
virilidad que la del sexo, está muy débil, diríase estar a merced de un insulto,
dolido. Ella le mira a la cara. No lo mira. Lo toca. Toca la dulzura del sexo, de la
piel, acaricia el color dorado, la novedad desconocida. Él gime, llora. Está inmerso
en un amor abominable.
- 207 -
Y llorando, él lo hace. Primero hay dolor, después ese dolor se asimila a su vez, se
transforma lentamente arrancado, transportado hacia el goce, abrazado a ella.
El mar, informe, lentamente incomparable (…)
Margarita Duras. El amante (fragmento)
" La propuesta aquí es la descripción del acto amoroso. Analicemos lo que nos
quiere transmitir Margarita Duras y cómo lo hace.
La descripción de este acto amoroso es tan vívida, los sentimientos y las
sensaciones son expresadas con tal sutileza que da la sensación que narradora y
personaje llegan a confundirse. Para la protagonista de esta novela, su relación con
un hombre oriental es la primera experiencia sexual que tiene y la que más la
marca para el resto de su vida. En este fragmento, la primera vez que hace el
amor, la protagonista muestra la curiosidad que le produce el descubrimiento del
sexo y el placer y el abandono que le produce el acto expresado a través de la
metáfora del mar. Comienza describiendo su piel, pero es una descripción a través
del tacto: habla de la sensación que le transmite su piel y su sexo, es una
sensación de dulzura. El momento del dolor que desaparece y da paso al goce. Y,
finalmente, la sensación de plena entrega y abandono como cuando se está
abandonado al mar.
Busquemos a través del Torbellino de Ideas sensaciones táctiles: suavidad,
rugosidad, la aspereza de la barba o de cualquier otro accidente corporal, el olor, la
sensación de incertidumbre o de espera o de excitación. Finalmente, una metáfora
para describir el momento culminante: el mar, la arena caliente, un mar de hierba.
Un poema de Octavio Paz nos sirve igualmente para entender el acto amoroso.
Dos cuerpos
Dos cuerpos frente a frente
Son a veces dos olas
Y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
Son a veces dos piedras
Y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
Son a veces raíces
En la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
Son a veces navajas
Y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
Son dos astros que caen
En un cielo vacío.
Octavio Paz. Libertad bajo palabra.
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En este hermosísimo poema de estructura repetitiva Octavio Paz explora una
gama muy extensa de sensaciones del acto amoroso a través de identificaciones
metafóricas.
Podemos utilizar la estructura del poema del maestro para escribir nuestra propia
composición poética.
Con el T.I. escribimos todos aquellos objetos, fenómenos de la naturaleza, partes
de nuestro cuerpo, obras de arte, elementos naturales que más nos gusten y
fenómenos que más nos satisfagan.
Ej. Color, sabor, textura, olor, cuadro, libro, piedra, río, cascada, flor, etc.
•
•
•
Si nuestros
cuerpos fueran un fenómeno de la
serían…porque…
Si nuestros cuerpos fueran una obra de arte serían…porque…
Si nuestros cuerpos fueran una fruta serían…porque.
naturaleza
Para convertir estas ideas y metáforas en poema podemos seguir la estructura de
la composición de Octavio Paz o una parecida: Ej.
Nuestros cuerpos son libros
Abiertos en la noche.
Nuestros cuerpos son mares
Que chocan en las rocas, etc.
Para finalizar se escribe un verso que rompa la estructura del poema.
11. TOCAR LO IMAGINADO
En todas las culturas el imaginario social está repleto de seres que no existen
producto de nuestra fantasía. Nadie tiene que hacer un gran esfuerzo de
imaginación cuando hablamos de hadas, duendes o gnomos, todos estos seres
forman parte de nuestra vida literaria, todos pueblan el universo de nuestra
imaginación. Son seres de diversa naturaleza; los hay bellos y buenos como las
pequeñas hadas que pueblan los bosques de las culturas nórdicas, seres de luz y
de diminuta perfección y los hay que nos infunden temor y rechazo como los trolls
o los temibles ogros, antagonistas indispensables de nuestros cuentos.
Todos ellos son perfectamente identificables en nuestra imaginación, sabemos
dónde y cómo viven, conocemos su indumentaria, lo que les gusta, su manera de
comunicarse, sus usos y costumbres y hasta sus diversiones. Pero, ¿podríamos
imaginar cuál sería nuestra sensación si tocáramos alguno de estos seres?
¿Seríamos capaces de identificar, a ciegas, a un hada o a un gnomo ¿Huiríamos
inmediatamente ante la caricia de un dragón? Es posible que no. Tenemos
innumerables ejemplos de cómo son estos seres imaginarios como para
sorprendernos ante una prueba a ciegas si nos ponen delante a cualquiera de
ellos.
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El gran maestro de la literatura fantástica, J. R. R.Tolkien, quizás el más grande
creador de mundos y personajes de ficción, nos dice, en el primer libro de su serie
de El Señor de los anillos, como es un hobbit.
...pero, ¿qué es un Hobbit ?Supongo que los hobbits necesitan hoy que se los
describa de algún modo, ya que se volvieron bastante raros y tímidos con la Gente
Grande, como nos llaman. Son (o fueron) gente menuda de la mitad de nuestra
talla, y más pequeños que los enanos barbados. Los hobbits no tienen barba. Hay
poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a
desaparecer en silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida como
vosotros o yo se acerca sin mirar por dónde va, con un ruido de elefantes que
pueden oírse a una milla de distancia. Tienden a ser gruesos de vientre, visten de
colores brillantes (sobretodo verde y amarillo); no usan zapatos, porque en los
pies tienen suelas naturales de piel y un pelo espeso y tibio de color castaño,
como el que les crece en las cabezas (que es rizado); los dedos son largos,
mañosos y morenos, los rostros afables, y se ríen con profundas y jugosas risas
(especialmente después de cenar, lo que hacen dos veces al día, cuando
pueden). Ahora sabéis suficiente como para continuar el relato.
J.R.R. Tolkien. El Hobbit
" Todos tenemos suficiente bagaje y conocimientos como para intentar describir
a un ser fantástico, como en este caso, a un grupo de hobbies
Si prestamos atención al texto de Tolkien, podemos comprobar que no es
necesario hacer una descripción exhaustiva de seres imaginarios; de los hobbits
se señalan sus peculiaridades, aquello que los diferencia de los otros grupos que
aparecen en el libro: son pequeños, no tienen barba, su pies son grandes y
peludos, sus barrigas prominentes, sus vestidos coloristas y su carácter es alegre
y comunicativo.
El trabajo que se propone aquí es la creación de un ser (o un grupo de seres) que
no existen en la realidad. Para ello, lo que más interesa es ser originales y, muy
importante si es que van a formar parte de un relato, conocer todas y cada una de
sus peculiaridades.
Empezaremos a trabajar con analogías ¿a qué o a quién se parece el personaje
que queremos describir? ¿Es un animal o una persona? ¿Qué efecto queremos
crear en los lectores: un ser bueno, un animal terrible, un ser simpático e
inofensivo?
Tomemos, por ejemplo, un elemento animado y otro inanimado: un joven soldado
y una lata de un refresco. Es una analogía inusual; los dos objetos son distantes y
poco tienen que ver entre ellos. Como ya hemos visto el proceso de trabajo con la
A.I., centraremos la atención en el tipo de personaje que queremos crear, en este
caso, un personaje “malo”, un soldado que pertenece al grupo de los atacantes de
un supuesto mundo o lugar que tiene un ejército compuesto por estos soldados.
Cuando tengamos una idea clara de cómo es el soldado, comenzaremos a
hacernos una idea de todo el mundo que le rodea.
- 210 -
EPÍLOGO
“La inteligencia es una prolongación de nuestros sentidos”
George Bernard Shaw
Este recorrido por los sentidos y la escritura es sólo una puerta abierta para
trabajar de una manera lúdica y creativa los mecanismos fisiológicos de la
percepción. Pretende ser un viaje lleno de sabores, colores, olores, sonidos y
sensaciones de nuestra piel, y un disfrute a través de los textos que grandes
autores han dedicado a profundizar en este don que todos poseemos y que
podemos conocerlos y conocernos mejor cuando ponemos por escrito un cuento
breve, un pequeño poema o un texto insólito por su rareza y por su sentido del
humor.
¿Podemos imaginar cómo sería un ser humano al que se le hubiera privado de sus
sentidos? Realmente es difícil de imaginar; diríamos que es un vegetal, como
ocurre a veces con las personas que están en ese estado vegetativo y lucharíamos
denodadamente para restituirle su condición de vivaz y dinámica humanidad.
Incluso los grandes escritores se atrevieron con la idea de imaginar qué sucedería
si nos viéramos privados, no de un sentido, sino de todos. Aquí les dejo con un
cuento de Julio Cortázar, en el que a un hombre le cortan la cabeza y le privan de
sus sentidos. El ansia por recuperarlos es tan humana, tan vital, que este hombre
no se da cuenta lo que pasaría si pudiera recuperar los todos, incluso el recuerdo
terrible de lo último que oyó antes de ser ejecutado.
ACEFALÍA
A un señor le cortaron la cabeza, pero como después estalló una huelga y no
pudieron enterrarlo, este señor tuvo que seguir viviendo sin cabeza y arreglárselas
bien o mal.
En seguida notó que cuatro de los cinco sentidos se le habían ido con la cabeza.
Dotado solamente de tacto pero lleno de buena voluntad, el señor se sentó en un
banco de la plaza Lavalle y tocaba las hojas de los árboles una por una, tratando
de distinguirlas y nombrarlas. Así al cabo de varios días pudo tener la certeza de
que había juntado sobre sus rodillas una hoja de eucalipto, una de plátano, una de
magnolia foscata, y una piedrita verde.
Cuando el señor advirtió que esto último era una piedra verde, pasó un par de días
muy perplejo. Piedra era correcto y posible, pero no verde. Para probar imaginó
que la piedra era roja, y en el mismo momento sintió como una profunda repulsión,
un rechazo de esa mentira flagrante, de una piedra roja absolutamente falsa ya que
la piedra era por completo verde y en forma de disco, muy dulce al tacto.
Cuando se dio cuenta de que además la piedra era dulce, el señor pasó cierto
tiempo atacado de gran sorpresa. Después optó por la alegría, lo que siempre es
preferible, pues se veía que a semejanza de ciertos insectos que regeneran sus
- 211 -
partes cortadas, era capaz de sentir diversamente. Estimulado por el hecho
abandonó el banco de la plaza y bajó por la calle Libertad hasta la avenida de
Mayo, donde como es sabido proliferan las frituras originadas en los restaurantes
españoles. Enterado de este detalle que le restituía un nuevo sentido, el señor se
encaminó vagamente hacia el ete o hacia el oeste, pues de eso no estaba seguro,
y anduvo infatigable, esperando de un momento a otro a oír alguna cosa, ya que el
oído era lo único que le faltaba. En efecto, veía un cielo pálido como de amanecer,
tocaba sus propias manos con dedos húmedos y uñas que se hincaban en la piel,
olía como a sudor, y en la boca tenía un gusto a metal y a coñac. Sólo le faltaba oír
y justamente entonces oyó, y fue como un recuerdo, porque lo que oía era otra vez
las palabras del capellán de la cárcel, palabras de consuelo y esperanza muy
hermosas en sí, lástima que con cierto aire de usadas, de dichas de muchas veces,
de gastadas a fuerza de sonar y sonar
Julio Cortázar. Historias de Cronopios yFamas
A partir de aquí, les aconsejo que se dediquen a escribir de los otros
sentidos que nos quedan por tratar: ¿Más sentidos? De alguna manera
podríamos llamar así al sentido común, al sentido de la vida, al de la
oportunidad, a tener visión de futuro, al humor. En fin, a todo aquello
que da sentido a nuestra vida y que la hace más agradable a veces,
otras veces más peligrosa, pero siempre incitante, excitante y
maravillosa.
Paula Vázquez
Santiago de Compostela, Otoño, 2011
- 212 -
BIBLIOGRAFÍA
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ACOSTA GÓMEZ, Luis A. (1989): El lector y la obra. Teoría de la recepción
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ALCÁZAR, BALTASAR DEL (1910) en Poesías de Francisco Rodríguez
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Dª
PAULA VÁZQUEZ PÉREZ
• Licenciada en Filología Inglesa. Catedrática de inglés de Instituto.
• Master en Creatividad Aplicada Total.
• Su carrera docente está concentrada en la aplicación de nuevas metodologías
participativas, creativas y expresivas en enseñanza de la lengua y la literatura
española e inglesa.
• Estudia los procesos de escritura creativa, cuyo fruto son los libros: Técnicas
creativas de escritura, Fantástico va de cuento y Escribir creativamente con los
cinco sentidos.
• Escribe poesía y narrativa
Dª
ROSA CAZÓN FERNÁNDEZ
• Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación
• Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación. Diplomatura en
Profesorado de E.G.B.
• Magíster en Creatividad Aplicada Total
• Co-autora de los libros: Técnicas creativas de escritura, Fantástico va de cuento.
http://educreate.iacat.com
Frei Rosendo Salvado, nº 13, 1ºportal, 7º B, Edificio Zafiro.
C.P. 15701- Santiago de Compostela - A Coruña - España.
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