LANZA-TARRICONE G, ET AL ARTÍCULO ORIGINAL Avances Cardiol 2010;30(3):221-224 Alteración del sodio y potasio en pacientes hospitalizados por insuficiencia cardíaca Drs. Giuseppe Lanza –Tarricone1 MASVC, Mailyn Soto2, Yleana Márquez2, Kelly García2 Cardiólogo, Adjunto al Servicio de Cardiología del Instituto Médico “Dr. José Gregorio Hernández” del IVSS. Caracas-R.B. de Venezuela. 2 Médicos adscritos a la residencia programada de Medicina Interna, Instituto Médico “Dr. José Gregorio Hernández” del IVSS. Caracas-R.B. de Venezuela. 1 RESUMEN Introducción: La insuficiencia cardíaca es un síndrome ocasionado por múltiples factores y va produciendo un proceso de remodelado ventricular. Es un verdadero problema de salud pública que incrementa el número de hospitalizaciones. Los diuréticos siguen siendo útiles en el tratamiento, aún así se producen alteraciones de los electrólitos que pueden ocasionar arritmias, empeoramiento de la insuficiencia cardíaca y disminución de la fracción de eyección. Objetivo: Este trabajo evalúa la alteración del sodio y potasio en pacientes hospitalizados por este síndrome. Métodos: Se revisaron las historias de pacientes con insuficiencia cardíaca ingresados al servicio de Cardiología, registrando datos en base a un protocolo. Resultados: Se revisaron 33 historias de las cuales 11 pacientes eran mujeres y 22 eran hombres, con un promedio de edad de 72,64 y 71,52 años respectivamente. Días de hospitalización promedio de 14,91 días. Todos los pacientes tenían dieta hiposódica excepto uno debido a diarrea. El 57,6 % tenían una sola patología y el resto dos o tres. La hipertensión arterial es la patología más frecuente en un 81,8.%, seguido de cardiopatía isquémica en un 30,3 %. Recibieron tres diuréticos (furosemida, espironolactona, hidroclorotiazida) el 48,5 % de los pacientes y dos diuréticos el 48,5 %. El 51,5.% de los pacientes tenían potasio bajo y el 57,6 % sodio bajo. Conclusiones: En un 50 % de los pacientes se encuentra que CORRESPONDENCIA Dr. Giuseppe Lanza-Tarricone Instituto Médico “Dr. José Gregorio Hernández” del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Servicio de Cardiología. Primer Piso. A 30 metros de la Biblioteca Nacional, en el final de la Av. Panteón. San José. Caracas. Email: giulanza@msn.com Teléfono: 58+212-8622910 Recibido en: octubre 05, 2009 Aceptado en: junio 30, 2010 Avances Cardiol el potasio y sodio están bajos que se relaciona con el uso de diuréticos y una dieta hiposódica. Habría que considerar el uso de suplemento de potasio en estos casos. Palabras clave: Insuficiencia cardíaca, alteraciones electrolíticas, potasio y sodio bajos, diuréticos. Alteration of sodium and potassium levels in patients hospitalized for heart failure SUMMARY Introduction: Heart failure a syndrome caused by multiple factors engenders a process of ventricular remodeling. It is an enormous public health problem, with an increasing number of hospitalizations. Diuretics, still useful for treatment, produce electrolyte abnormalities that can cause arrhythmias, worsening heart failure and a larger reduction in the ejection fraction. Objective: This study evaluated the alteration of sodium and potassium levels in patients hospitalized with this syndrome. Methods: We reviewed the charts of patients with heart failure admitted to the cardiology service, recording data with the use of a standardized form. Results: We reviewed 33 records for 11 women and 22 men with a mean age of 72.64 and 71.52 years respectively. The average number of days of hospitalization was 14.91 days. All patients had a low sodium diet except one because of diarrhea. A single pathology was present in 57.6% with the rest having two or three. Hypertension was the most frequent pathology in 81.8%, followed by ischemic heart disease in 30.3%. Three diuretics (furosemide, spironolactone, hydrochlorothiazide) were used in 48.5% of patients and two diuretics in 48.5%. In 51.5% of patients there was low potassium and in 57.6% low sodium. Conclusions: Potassium and sodium were low in 50% of patients, which was associated with the use of diuretics and a low salt diet. Potassium supplements should be considered in these cases. 221 ALTERACIÓN DE SODIO Y POTASIO Key words: Heart failure, electrolyte abnormalities, low potassium and sodium, diuretics. INTRODUCCIÓN La insuficiencia cardíaca (IC) es un síndrome ocasionado por múltiples factores: arterioesclerosis coronaria, hipertensión arterial, enfermedad de Chagas, genética, sustancias tóxicas, sobrecarga miocárdica por volumen o presión, entre otros. Los diferentes elementos que inciden en este síndrome van produciendo crecimiento e hipertrofia de los miocitos, seguido de fibrosis intersticial, apoptosis, dilatación de cavidades, disfunción diastólica y/o sistólica de los ventrículos. Este proceso de remodelado es nocivo para la arquitectura miocárdica produciendo alteración de su fisiología mecánica, eléctrica y molecular. La IC se ha incrementado (1) como motivo de admisión en los hospitales y es un verdadero problema de salud pública, aumenta con la edad tanto en hombres como en mujeres. La hipertensión arterial y la enfermedad coronaria son las patologías más frecuentes. La diabetes mellitus y la hipertrofia ventricular izquierda son factores que se asocian a mayor riesgo de IC. De acuerdo al estudio de Framingham, la IC afecta al 1 % de la población a los 50 años de edad y cerca del 10 % al acercarse a los 80 años. La incidencia se duplica por cada década de edad. Una vez hecho el diagnóstico de IC se estima, en los próximos dos años, una mortalidad de 37 % en hombres y 33 % en mujeres. El tratamiento de la IC ha disminuido la morbimortalidad (2) con la aparición de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, los antagonistas de los receptores de angiotensina II, los betabloqueantes de nueva generación. Los diuréticos siguen siendo parte del tratamiento al disminuir los edemas, la congestión pulmonar y la sobrecarga de volumen en los ventrículos. A pesar de su utilidad, los diuréticos alteran potencialmente los electrólitos, el equilibrio ácido-básico, que podrían convertirse en 222 factores que aumentan la mortalidad al inducir arritmias mortales, disminución en la capacidad de conducción eléctrica del corazón, disminución de la fracción de eyección (3-6). Considerando estos factores adversos en el uso de los diuréticos, este trabajo evalúa la alteración del sodio y potasio en pacientes hospitalizados por IC. MÉTODOS Se revisaron las historias clínicas de los pacientes hospitalizados en el Servicio de Cardiología del Instituto Médico “Dr. José Gregorio Hernández” en Caracas, adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, con el diagnóstico de IC durante el lapso Julio 2007 a Julio 2008. Se excluyeron los pacientes con alteraciones renales, sepsis, enfermedades degenerativas, desnutrición, neoplasias, cetoacidosis diabética, tratamiento con esteroides y suplementos de potasio, hemorragia digestiva, inmovilización prolongada, eventos cerebrovasculares agudos, miopatías, alteraciones de sodio y potasio al ingreso (valores altos y/o bajos), tirotoxicosis, y toda otra patología que no fuera cardiovascular excepto la diabetes controlada. Se recolectaron los siguientes datos: número de historia, edad y sexo del paciente, diagnósticos principales, diuréticos recibidos y dosis, tipo de dieta, electrólitos séricos realizados durante toda la hospitalización sin tomar en cuenta la fecha con respecto a la de ingreso, días de hospitalización, clase funcional. Se consideraron los valores normales de sodio entre 137 y 142 mEq/L, los de potasio entre 3,5 y 5,1 mEq/L. De 100 historias revisadas solo cumplieron los requisitos 33. Para efectos estadísticos se utilizó la media aritmética y la desviación estándar. Todas las operaciones matemáticas se hicieron a través de una hoja de cálculo (software Excel de Microsoft versión 2003). RESULTADOS Todos los pacientes presentaban clase funcional Vol. 30, Nº 3, septiembre 2010 LANZA-TARRICONE G, ET AL III o IV en la escala de la NYHA. El promedio de edad de los pacientes es de 71,52 ± 10,19 años, con un rango entre 49 y 90. El de las mujeres (n = 11) es de 72,64 ± 7,42 años, con un rango entre 65 y 85. El de los hombres (n = 22) es de 70,95 ± 11,44 años, con un rango entre 49 y 90. Los días de hospitalización oscilan en promedio en 14,91 ± 6,94 días, con un rango entre 2 a 30. Las mujeres dan 13,09 ± 6,63 días, con un rango entre 7 y 30. Los hombres dan 15,82 ± 7,06 días, con un rango entre 2 y 29. Todos los pacientes tenían dieta hiposódica excepto un paciente que tenía dieta normosódica debido a síndrome diarreico. Pacientes con una sola patología se encontraron 19 (57,6 %), con dos patologías 12 (36,4 %), con tres patologías 1 (3,0 %). De las patologías encontradas se tiene: hipertensión arterial sistémica 27 (81,8.%), cardiopatía isquémica crónica 10 (30,3 %), diabetes mellitus 8 (24,3 %), enfermedad de Chagas 2 (6,0.%), miocardiopatía hipertrófica 1 (3,0 %). Todos los pacientes recibieron diuréticos entre furosemida, espironolactona e hidroclorotiazida. Recibieron tres diuréticos 16 (48,5 %) pacientes, dos diuréticos 16 (48,5 %) pacientes y un diurético un solo paciente (3,0 %). Todos los pacientes recibieron furosemida endovenosa con una dosis diaria promedio de 78,18 ± 26,16 mg en un rango entre 40 y 120. Recibieron espironolactona 28 pacientes con una dosis diaria promedio de 21,88 ± 8,07 mg en un rango entre 12,5 y 50. Recibieron hidroclorotiazida 20 pacientes con una dosis diaria promedio de 14,38 ± 8,69 mg en un rango entre 12,5 y 25. No hubo pacientes con potasio alto, 17 (51,5 %) pacientes con potasio bajo, 19 (57,6 %) pacientes con sodio bajo, 2 (6,1 %) pacientes con sodio alto, 8 (24,2 %) pacientes con potasio y sodio bajo simultáneamente, ningún paciente con potasio y sodio alto simultáneamente. De los pacientes con potasio bajo habían: 12 (36,4 %) con tres diuréticos, 4 (12,1 %) con dos diuréticos y 1 (3,03 %) con un solo diurético. De los pacientes con sodio bajo habían: 5 Avances Cardiol (15,1 %) con tres diuréticos, 14 (42,4 %) con dos diuréticos y ninguno con un solo diurético. DISCUSIÓN Los diuréticos usados en la terapia de la IC ocasionan efectos colaterales que no se pueden desconocer: hipokalemia, hiponatremia, hiperkalemia (en los casos de los diuréticos ahorradores de potasio), hipomagnesemia, alteración del equilibrio ácido-base. Los efectos como: ototoxicidad, nefrocalcinosis, daño neurológico (7), son situaciones a considerar en todos los pacientes aunque no forma parte de esta investigación. En el estudio realizado se encuentra que 17 (51,5 %) pacientes tienen potasio bajo y 19 (57,6.%) pacientes con sodio bajo. Si consideramos que todos los pacientes tenían electrólitos normales a su ingreso, se deriva que toda alteración de los mismos se produce durante la hospitalización. No hay duda que a medida que aumenta el número de diuréticos se incrementan las alteraciones de electrólitos. Hay que recalcar que las alteraciones electrolíticas aumenta el riesgo de muerte, empeoramiento de la IC, mayor días de hospitalizaciones (8-10). Con respecto a este último parámetro es necesario mencionar que el promedio de días de hospitalización en este estudio es más alto con respecto a otros reportes. Se debe considerar que en la institución donde se evaluaron los pacientes, incluidos en esta investigación, presenta retardo en la realización de estudios complementarios lo que ha podido prolongar la estancia hospitalaria. Si consideramos el uso de diuréticos intravenosos durante más tiempo de lo esperado y que las alteraciones de electrólitos no corregidas pueden empeorar la IC, se traduce en mayor tiempo de hospitalización. Estas circunstancias deben inducir un proceso de reflexión sobre el uso benéfico o potencialmente peligroso de los diuréticos (11), sin dejar de mencionar que en los casos de resistencia a los diuréticos se tiende a usar en alta dosis de manera indiscriminada (12,13). El uso de furosemida endovenosa en todos los pacientes hospitalizados es un factor muy importante para explicar el alto porcentaje de hiponatremia 223 ALTERACIÓN DE SODIO Y POTASIO e hipopotasemia, sumado al uso simultáneo de hidroclorotiazida. Otros investigadores presentan a la torasemida (14), en comparación a la furosemida, con menos efectos colaterales; sin embargo, las estadísticas de morbimortalidad no están bien documentadas. En el caso de las tiazidas utilizadas en la hipertensión arterial aparentemente se muestran de manera segura a baja dosis, pero hay que hacer seguimiento en los casos de infarto del miocardio, diabetes mellitus (15). La relación de la hipopotasemia y el empeoramiento de la IC están relacionados con alargamiento del potencial de acción (16,17). En el estudio realizado se encuentra que se sigue utilizando dieta hiposódica y no usan suplemento de potasio a pesar del trastorno electrolítico, sabiendo que tiene beneficios importantes para este tipo de problemas (18,19). Habría que plantear el uso de suplementos de potasio a baja dosis de manera rutinaria en los casos hospitalizados. Int. 2007;72:1483-1492. 6. Greenberg A. Diuretic complications. Am J Med Sci. 2000;319:10-24. 7. Presne C, Monge M, Mansour J, Oprisiu R, Choukroun G, Achard JM, et al. Diuretic-based therapy. Nephrol Ther. 2007;3:392-426. 8. Domanski M, Tian X, Haigney M, Pitt B. Diuretic use, progressive heart failure, and death in patients in the DIG study. J Card Fail. 2006;12:333-335. 9. Krum H, Cameron P. Diuretics in the treatment of heart failure: Mainstay of therapy or potential hazard. J Card Fail. 2006;12:327-332. 10. 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