UNIVERSIDAD VERACRUZANA Facultad de Historia “CONFLICTOS ARMADOS EN PAPANTLA 1810-1896”. MONOGRAFÍA QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN HISTORIA PRESENTA: ABEL OLMEDO HERNÁNDEZ DIRECTOR: DR. ABEL JUÁREZ MARTÍNEZ LINEA DE INVESTIGACIÓN: HISTORIA REGIONAL XALAPA, VERACRUZ FEBRERO 2015 Agradecimientos Quiero agradecer a mis padres, Belinda y Abel por su inigualable apoyo en todo momento durante mi estancia en la facultad de historia, por sus consejos y comprensión, de verdad muchas gracias. A mis hermanos Ali y Melina que siempre me dieron palabras de aliento, a mis abuelitos, Obdulia, Eutiquio y Raquel, a mis tíos y tías que siempre me brindaron sus apoyo cuando lo necesité. A Yolmar que ha estado en todo momento conmigo, acompañándome en mis desvelos y ayudándome muchas veces a que este pequeño trabajo tomara forma, a tu mami, a tu papá y tu hermano, por recibirme en su casa y por apoyarme siempre. Estoy seguro que sin él apoyo del Dr. Abel Juárez Martínez quien en todo momento me brindo su tiempo y su comprensión este trabajo no hubiera sido posible. A mis amigos y compañeros, Rafa, Jesús, Yarin y Beto por su apoyo incondicional y por facilitarme algunos textos para poder sacar adelante este trabajo. A la Dra. Julieta Arcos, el Maestro Héctor Santamaría y el Dr. Jorge Rodríguez que amablemente dieron lectura a este pequeño trabajo y con sus observaciones pertinentes lograron contribuir a mejorarlo. Y finalmente a mi pariente (Isaías) quien en toda ocasión me dio motivos para sacar este trabajo, al final tuviste la razón, algún día nos volveremos a ver. ÍNDICE INTRODUCCIÓN .............................................................................................................5 Capitulo1.-El contexto físico, social, geográfico, las formas de gobierno y la influencia de la religión .....................................................................................................................8 1.1.- Contexto geográfico y físico. ............................................................................................ 10 1.2.- Flora y Fauna ....................................................................................................................... 12 1.3.- contexto social, cultural y político................................................................................... 15 1.4 La religión ................................................................................................................................ 17 1.5 Papantla en la colonia, el caso de las revueltas de 1760 a 1800 .............................. 18 1.5.1.- Papantla en la Independencia “Serafín Olarte” .............................................23 Capítulo 2.- conflictos armados después de la independencia y antes del Porfiriato en Papantla .........................................................................................................................29 2.1 El Movimiento Olartista: La lucha continúa (1836-1838).............................................. 30 2.2 El Plan de Papantla............................................................................................................... 43 2.3.- El papel de Papantla en los diversos movimientos antes del Porfiriato 1838-1876 .......................................................................................................................................................... 51 Capítulo III: Problemas agrarios en Papantla durante el Porfiriato .................................61 3.1.- La importancia de Papantla en el Porfiriato .................................................................. 63 3.2.- Antonio Díaz Manfort: “Libertad, fueros y religión” 1886 ........................................... 68 3.3.- ¿Un nuevo reparto de tierras?, Agresión un Jueves de Corpus, ¿Venganza política? 1891 ................................................................................................................................ 73 3.4.- Victoriano Huerta en Papantla, ¿Fin a los condueñazgos? ...................................... 75 3.5.- 1896 una sublevación alentada ....................................................................................... 79 CONCLUSIONES ...........................................................................................................84 ANEXOS ........................................................................................................................86 MAPAS…………………………………………………………………………………………102 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 105 FUENTES ELECTRÓNICAS: ....................................................................................... 109 INTRODUCCIÓN La presente monografía se centra específicamente en el estudio de los conflictos que surgieron en Papantla entre 1810 y 1896 es precisamente en este periodo en que se dan los mayores movimientos sociales con carácter militar y agrario pues antes se puede observar un pequeño malestar que no causo mayor trascendencia y después de 1896 es muy poca la participación del pueblo de Papantla en los grandes movimientos que movieron a la nación, se tiene como único fin dar a conocer un poco más de lo que ya se sabe de la historia de esta ciudad. La importancia que tiene el tema a desarrollarse para la Historia radica en que México ha sido un país con problemas agrarios por muchos años, de hecho son algunos de los factores de esta índole los que llevan a la primera gran revolución en el siglo XX en el mundo, la ciudad de Papantla no fue la excepción, la población mayormente indígena sufrió por muchos años los malos tratos y los timos de la “gente preparada” quienes se aprovechaban de su falta de conocimiento para así poder despojarlos de sus riquezas fruto de sus largas jornadas laborales. En este sentido podemos afirmar en el presente trabajo que Papantla no solo es Tajín y sus voladores, Papantla también es historia, al igual que las grandes historias de otras localidades la de esta ciudad tiene como preámbulo a su pueblo, un pueblo que ha sufrido durante muchos años y se ha resistido dignamente a los cambios impuestos desde los gobiernos federales y estatales, la gente de Papantla ha dado la cara en innumerables batallas la mayor parte de ellas encabezadas por gente de la raza totonaca. En el primer capítulo nos adentraremos en el contexto físico y geográfico, con las interrogantes de ¿Dónde se encuentra Papantla? ¿Cómo es Papantla?, así mismo podremos ver la fantástica flora y fauna oriunda de esta mágica ciudad. Nos adentraremos en el contexto social, cultural y político, esta parte es muy importante pues veremos cómo estaba conformada la sociedad de la época y como es que con el paso del tiempo siguió conservando la esencia básica que los caracterizo 5 siempre, nos detendremos a analizar un poco la forma en la que estaban organizados políticamente hablando, para después ver el papel que la religión jugo en la zona. En los libros de historia de México, Papantla siempre ha resaltado por varias cosas y algunas de ellas son las revueltas que se llevaron a cabo entre 1770 y 1800, para pasar a ver el papel desempeñado por el caudillo1 totonaca Serafín Olarte y su papel en la lucha por la independencia de México, sorprendente es saber que fue de los pocos personajes que lucharon cuando las cosas estaban aparentemente perdidas y que no se le reconozca como uno de los grandes héroes del estado y la nación. En la segunda parte de este trabajo, tocaremos el tema de la revolución olartista encabezada por el teniente coronel Mariano Olarte, hijo del caudillo Serafín Olarte, lucha que tenía como objetivo defender el federalismo y evitar a toda costa el centralismo, el papel que jugó Olarte fue muy importante pues en la zona se le llego a conocer como el “padre de los Indios” y el tenía la facultad de mover masas y pueblos enteros por terrenos que solo él conocía, ese fue un punto clave para que su lucha durara mucho años en la zona del Totonacapan. Analizaremos el plan de Papantla, dirigido a la nación mexicana en donde está plasmado en varios puntos lo que Olarte considero para poder mantener la nación a flote y evitar caer en el centralismo. Veremos los conflictos que se dieron después de la “revolución Olartista” estos en su mayoría fueron por tierras y medidas que afectaron la integridad de los indio, antes del arribo del general Porfirio Díaz al poder. En el tercer capítulo iniciaremos hablando de la importancia que tomo Papantla en el Porfiriato gracias a la producción de vainilla, tabaco y hule, tan importante fue que en algún momento llego a aportar el 6% del presupuesto total del estado de Veracruz, se verá con detalle el paso de Antonio Díaz Manfort un curandero oriundo de Jalacingo y su breve lucha por mantener a decir de él “Libertad, Fueros y Religión”, así también abordaremos el papel que las autoridades desempeñaron para contrarrestar este conflicto armado. 1 Hombre que dirige algún gremio, comunidad o cuerpo principalmente en las cuestiones militares. 6 Y en los últimos puntos se tocara el tema del reparto de tierras comunales, los malestares que los indígenas pasaron, las agresiones debido a revanchismos políticos, así como la llegada a su fin de los grandes condueñazgos 2. Esta lucha por la tenencia de la tierra se dio en el transcurso de 1886 a 1896, a pesar de las humillaciones de las que fueron parte los indígenas, siempre salían a flote y buscaban la manera de seguir de pie contra los ricos de la villa y del ayuntamiento mismo. Hablaremos brevemente de la estancia de dos personajes con no muy buena reputación en México, el primero al que nos referimos es Victoriano Huerta quien llego a Papantla a realizar la labor de la división de tierras comunales y como es que para esos tiempos los grandes lotes fueron fraccionados. El otro caso es el del general Rosalino Martínez hombre de gran carácter y de mucha utilidad para el gobierno en las cuestiones de guerra, siempre emprendiendo batallas sangrientas contra la población indígena de México. No es una historia detallada de Papantla, pero si se habla de grandes acontecimientos que se dieron en los años anteriormente mencionados, vayamos pues a conocer un poco más de los Olarte, de Simón Tiburcio, de la producción de vainilla y de la división de las tierras comunales en este pequeño trabajo. Los libros claves utilizados en esta monografía fueron Aquellos que vuelan de Victoria Chenaut, la recopilación de obras de Papantla de Luis Salas García, de igual manera se citó de manera efusiva La revolución de Olarte de Jorge Flores, Papantla de Adriana Naveda, Un pueblo dividido de Emilio Kouri entre otros autores que se han enfocado en la historia de Papantla. 2 Colonia integrada por copropietarios originarios del mismo pueblo, con derecho a una acción de tierra que satisficiera las necesidades, la cual era conocida como “derecho primitivo” y representaba el dinero aportado por cada socio, factor que en un momento determinado marcó diferencias en cuanto a la superficie de tierra amparada por cada acción . José Velasco Toro y Luis Juventino García, Perfiles de la desamortización civil en Veracruz, p. 54 7 1.-El contexto físico, social, geográfico, las formas de gobierno y la influencia de la religión El primer capítulo de este trabajo tratará de ubicar al lector en el espacio en donde se desarrolla la trama de los conflictos armados y agrarios, así como también se buscará conocer los aspectos geográficos y sociales de la entrada a la región del Totonacapan, y narraremos un poco de su historia desde la colonia hasta 1900. El objetivo principal de este capítulo es que el lector imagine las condiciones tanto físicas como sociales en las que se desenvuelven los movimientos agrarios y armados en la zona, a la par se trata de situar el espacio social, para poder explicar ¿Dónde se ubica Papantla?, ¿Cómo es Papantla?, ¿Cuál es la historia de Papantla?, ¿Por qué se dan estos eventos en esta región?, ¿Qué importancia tiene Papantla para el estado y el país? Entre otras más para poder poner en contexto al lector. Este capítulo está dividido en 5 secciones, en la primera de ellas abordaremos el contexto geográfico y físico, es decir, vamos a ubicar el municipio en cuestión, resaltando las condiciones en las que se encontraba en la época donde situamos la investigación, así como también daremos pormenores de algunos viajeros que nos describían a su manera la ciudad de Papantla. En la segunda sección se dará cuenta de la flora y la fauna características de la zona, esto producto del tipo de clima y suelo de la región, se describirá un poco la fauna más significativa de la ciudad como el papan, y también tocaremos el punto de la flora en donde entra algo muy emblemático de esta ciudad su vainilla. La tercera sección, se refiere al contexto social y cultural de Papantla, aquí se tratarán las cosas que en ese tiempo realizaba la población, así como su comportamiento tanto social como cultural, abordaremos algunos sucesos que marcaron pauta para levantamientos sociales en la ciudad. En esta misma sección se dará cuenta de las formas en las que la población se organizaba, y como se maneja el ayuntamiento por personas no ajenas a la zona pero no nacidas ahí, también mencionaremos brevemente como administraban las finanzas de la población. 8 La cuarta sección comprende la influencia ejercida por la religión católica entre la población indígena y como es que gracias a una prohibición de este carácter Papantla enfrentó un nuevo levantamiento social armado. La quinta y última sección abordaran los problemas sociales originados en la ciudad, esto debido a que la población indígena no se ponía de acuerdo con la clase gobernante española llegada a la provincia totonaca, así como también la importancia que Papantla jugó en la independencia de México en manos del caudillo totonaca Serafín Olarte, esto como antecedente de los grandes movimientos que la región vivió en casi todo el siglo XVIII y parte del siglo XIX. En suma, con todos estos elementos como base se pretende facilitar el estudio al lector sobre la región, ya que es de gran importancia el conocer el entorno geográfico, social y cultural en toda investigación monográfica. 9 1.1.- Contexto geográfico y físico. La ciudad de Papantla de Olarte se encuentra ubicada en la región del Totonacapan, situada en la parte norte del estado de Veracruz, cabe resaltar que es el único de los 212 municipios que conforman el estado de Veracruz que colinda con el golfo de México y el estado vecino de Puebla, ya que se encuentra ubicado en la parte más angosta del estado. El municipio se encuentra ubicado sobre un conjunto montañoso de la sierra madre oriental, la cual recibe localmente el nombre de la sierra de Papantla, tiene una topografía irregular con cerros de poca altura y con predominación de valles. Localización de la ciudad de Papantla de Olarte Latitud norte Longitud oeste Altitud el sobre Área en KM2 % nivel del del municipio municipio respecto mar del al estado 20° 27’ 97° 19’ 180 metros 1184.00 km2 1.6441 % La ciudad que perfuma al mundo como es ampliamente conocida limita “al norte con los municipios de Cazones de Herrera y Tihuatlán, al sur con el estado de Puebla y Martínez de la Torre, y al Oeste con Poza Rica de Hidalgo, Coatzintla y Espinal” 3 3 INEGI. Anuario Estadístico de Veracruz. 1999. Tomo I 10 Mapa 1: Ubicación de Papantla en la actualidad Tomado de: Luis Salas García, “Cachiquin” p. 6 A decir de varios estudiosos (entre estos, arqueólogos e historiadores) Papantla pudo haberse fundado a finales del siglo XII o principios del siglo XIII, con población que había abandonado posiblemente la capital tolteca, Tula, para refugiarse en la región totonaca. Numerosos cronistas en diferentes tiempos, tanto locales como nacionales e incluso internacionales atinadamente describían las condiciones en las que se encontraba la bella ciudad de Papantla, todos coincidían en su relieve un poco quebrado, es decir, con grandes cerros que cuidaban a la población, tal es el caso que en alguna ocasión un virrey mando a llamar a un funcionario local para describir el terreno de dicha localidad, este funcionario contestó que era igual a una hoja de papel estrujada, ahí nos damos cuenta de lo laborioso del lugar, de igual manera se hacía alusión a la gran riqueza cultural, social y económica que abordaremos más adelante. Luis Salas García ilustre personaje papanteco en sus apuntes nos describe las características de Papantla para el año de 1519: 11 “…ques [sic] tierra muy caliente y muy humida [sic] y lo más del año ay neblina y las aguas ordinarias son desde el mes de abril hasta septiembre y llueve tanto que crecen en gran manera los ríos y arroyos que se llevan los arboles e ciegan los pasos y caminos, los vientos que corren de hordinario [sic] son norte y sur”4 En otra parte de sus notas se nos hace referencia a la geografía y calidad de la tierra, así como también nos aporta algunos datos interesantes: “… questa [sic] este dicho pueblo entre unos cerros montuosos porque los naturales se hallan mejor allí, ay muchos arroyos quen [sic] sus riberas se cojen [sic] muchos frutos de la tierra en gran cantidad que falta jente [sic] que las goze [sic] y coma y las comen los pajaros [sic], cojese [sic] mucho maíz hay abundancia de gallinas de castilla y de la tierra ay abundancia de pastos”5 1.2.- Flora y Fauna En este pequeño apartado se abordarán los temas de la flora y la fauna, hablaremos un poco de dos símbolos muy importantes de la ciudad, el Papan un ave característica de la zona y la vainilla una planta que colocó los ojos del mundo en la ciudad. Su naturaleza está calificada como selva mediana subperennifolia, esta selva varía de 15 a 30 metros de altura desarrollándose en climas cálido húmedo y subhúmedos., de 25 a 50% de las especies que la constituyen pierden sus hojas en la época seca del año, se presenta sobre terrenos de pendientes muy fuertes como se mencionó con anterioridad, de naturaleza rocosa característica generalmente de un drenaje rápido, este tipo de flora se distribuye tanto en las vertientes del golfo como en las del pacifico y en extensas áreas de la península de Yucatán. 4 Luis Salas García, cachiquin… p. 4. Ídem, p. 4. 5 12 Debido a su suelo fértil Papantla contaba y cuenta hasta la fecha con infinidad de plantas y árboles entre los que destacan: el zapote, el cedro, el chicozapote, la caoba, el palo de rosa, la ceiba, el frijolillo, el moral, la flor de mayo, el tulipán silvestre, la limonaria, así como también la vainilla en sus dos formas, la fina y la silvestre. Es el cultivo de la vainilla, el más importante de la región desde la época colonial, cuando en 1746 ingresaron los primeros mercaderes españoles en su búsqueda. Para darnos una idea de la gran flora y de los recursos que provenían de esta en el libro de Papantla de la colección Veracruz: imágenes de su historia, citamos lo siguiente: “…De las descripciones de Juan de Carrión, se desprende con claridad la noción de que paulatinamente se ampliaba la rama de productos naturales requeridos por los mercados interno y externo : cera, miel, la pita floja (lechuguilla), chile, zarzaparrilla, pimienta, copal, hule, frutas, hortalizas, vainilla fina y silvestre, se sumaban al maíz, pescado y madera. También: “Sacaban de la leche que destilan los arboles de chicos zapotes, una especie de recina [sic, por resina] que nombran chicle y sirve para algunos medicamentos.”6 No hablar de la vainilla sería no hablar de la identidad y de Papantla, ¿Por qué se le llamó o se le llama la ciudad que perfuma al mundo? La vainilla fruto con el que se ha identificado a Papantla a través de su historia es una orquídea nativa de los bosques tropicales o selvas húmedas de México y Centroamérica, los totonacos le dan el nombre de Xanath que quiere decir flor, la vainilla es una orquídea posiblemente la única no apreciada como flor, pues el fruto de dicha planta es utilizada por su dulce aroma, al madurar en una gran cantidad de cosas, en la Antigüedad se utilizaba junto al copal y otras sustancias como perfume para aromatizar espacios cerrados y posiblemente la usaban en rituales totonacos, principalmente elaboraban collares como amuletos de suerte y protección contra algunas enfermedades, sin embargo, la función más importante de este fruto en el 6 Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla… pp. 14 y 15 13 pasado y presente es la de saborizante natural en diferentes bebidas como el chocolate. Vainilla Imagen 1.- Flor y fruto verde y seco de la vainilla Tomada de la revista soy chef p. 30 Sin duda por la ubicación geográfica, el pueblo de Papantla se convirtió en uno de los principales productores de vainilla del país, y es así que con el pasar del tiempo al llegar a vivirse los últimos años de la época colonial y gran mestizaje de etnias, el estado de Veracruz agrandó la producción de materias primas y se destaca que gran parte de estos recursos provenían de la zona papanteca, y lo corroboramos en el censo económico de 1807: De los 222 mil kilos de zarzaparrilla, un millón 800 mil de pimienta, 110 mil de cera virgen y mil 500 millares de vainilla que registran las cifras de la intendencia de Veracruz en 1807.7 A medida de que paso el tiempo las técnicas para su recolección, producción y venta fueron cambiando, de la transportación en mulas y el secado artesanal pasaron a la transportación en vehículos automotores y su secado en grandes hornos industriales. 7 Ídem, p. 15 14 Con la aparición de la vainilla sintética por ahí del año de 1876 y otros problemas principalmente por la posesión de las tierras a finales del siglo XIX y principios del siglo XX hicieron que la producción decayera en una enorme proporción, en la actualidad existen pocos productores de vainilla en la zona y de aquella ciudad que alguna vez llego a perfumar al mundo solo quedan recuerdos. Dejando atrás el tema de la flora, nos centramos ahora en la fauna de la zona que es una de las más extensas que puede haber en el estado de Veracruz, el clima con el que se cuenta es idóneo para muchas especies como el armadillo, el jabalí, el tejón, el coyote, el conejo, la ardilla, la tuza, el mapache, el zorro, el gato de monte, el tigrillo, etc. En cuanto a las especies de ave se encuentran muchas otras como la perdiz, el gavilán gris, la chachalaca, el pico canoa, el tucán collajero, el cucarachero, el duraznero, el chayotero, el cubanito, el pichón y sin faltar el papan en sus dos tipos el real y el común, así mismo encontramos una gama amplia de serpientes entre las que destacan la víbora voladora, la nauyaca, la coralillo, la ranera, la coral falso etc. Para darnos una idea de la cantidad de fauna que existía y existe en la zona un testimonio importante es el que dejó el fray Alonso de la Mota y Escobar obispo de Tlaxcala que estuvo de cacería en la región en 1610 Estuve aquí dos días y mate en ellos más de 70 conejos, 3 armadillos, un tejón y una grande y espantosa víbora de 10 cuartos de largo.8 1.3.- contexto social, cultural y político Una vez señalada la ubicación de la ciudad y las grandes riquezas naturales que se ofrecen, hablaremos un poco del conjunto de circunstancias culturales y políticas que rodean este bello espacio, empezando con el número de habitantes de Papantla. 8 Ídem, p.14. 15 Tomaremos como fecha de inicio el año de 1519, Luis Salas García en su libro cachiquin nos dice que el distrito de Papantla contaba con aproximadamente 15 000 o 16 000 jefes de familia que integraban una población de 60 000 a 64 000 habitantes, posteriormente para la época que comprenden los años de 1535 a 1551 Papantla junto con sus estancias tenía 421 jefes de familia con 1685 habitantes aproximadamente, podemos observar claramente una pequeña reducción de la población, en los años posteriores este problema fue en ascenso, pues para el año de 1570 había solamente 150 jefes de familia y 600 habitantes, es decir, aproximadamente 1085 habitantes menos que en el conteo anterior, esto debido a las luchas y enfermedades que trajeron consigo los españoles, para el año de 1610 se ve un aumento y Salas García nos indica que Papantla tiene ya 300 jefes de familia con 1200 habitantes.9 Como en otras partes del país podemos notar claramente que a la llegada de los españoles las cosas cambiaron, pues en pocos años se da una baja en la población principalmente en hombres, este problema trajo consigo la disminución de la población, al no haber hombres había un índice de natalidad pequeña. En el año de 1746 podemos observar que “Villaseñor y Sánchez en su Theatro Americano, afirma que hay 15 familias españolas, 535 familias indígenas y 200 mulatos, en esta época ya se contaba con dos compañías de milicia para proteger a la población de ataques de piratas ingleses y holandeses, debemos de recordar que estos se adentraban a las poblaciones cercanas a la costa a buscar agua y provisiones no sin antes dejar destrucción y muerte a su paso. Para el año de 1767 el pueblo tenía por lo menos ocho barrios indígenas con 3134 habitantes, y 117 familias entre españoles, mestizos y mulatos, en cuanto a las casas que habitaban estaban hechas con techos de palma y la iglesia sin la torre del campanario, en el año de 1830 existe registro de 5471 habitantes, para el año de 1834 hay un censo con una exactitud en cuanto a la población puesto que el jefe político del cantón ordena elaborar un censo muy detallado con los siguientes resultados: la cabecera tenía una población total de 4789 personas de las cuales 1916 son casados, 295 son viudos, 464 solteros y 2114 son niños, en los siguientes años se hacen más 9 Luis Salas García, Cachiquin… p. 8 16 censos demográficos de los cuales resaltaremos los de 1837 con una población total de 7108 habitantes, en 1868 hay 9908 pobladores, para el año de 1871 existen 14058 habitantes y en el año de 1873 ascienden a 14267 habitantes en estas fechas comienzan las tramas y movimientos armados, a detalle se verán los censos más adelante. 1.4 La religión El papel que jugó en esos tiempos la religión ha sido objeto de mucho estudio, para el año de 1570 Papantla pertenecía al obispado de Tlaxcala, y Luis Salas menciona en su libro Cachiquin que ese mismo año Juan Torres, un clérigo en lengua mexicana visitaba el poblado de Papantla y Tuzapan enseñando la doctrina en esa lengua, pues eran poblaciones bilingües. En diversos escritos del Obispo de Tlaxcala Mota Y Escobar quien acudió a Papantla el 11 de febrero de 1610, da referencia de que hacia finales del siglo XVI en dicha localidad se encontraba comisionado el clérigo Antonio Santoyo, experimentado en lengua totonaca quien se dio a la tarea de traducir el catecismo y el confesionario a la lengua natural para así poder seguir con la encomienda evangelizadora que requería Nueva España. Para eso años (1610-1612) Papantla debió de contar ya con su primera iglesia, esto se entiende porque ya había un sacerdote comisionado y exclusivo para este poblado, años atrás las misas las realizaban en pequeñas capillas e incluso en casas de los más prominentes habitantes del pueblo, dichas misas eran celebradas por un cura que era enviado por el obispado desde Mecatlán o Chicontepec. Al igual que en muchas otras regiones apartadas, con la visita del Obispo Alonso de la Mota y Escobar en 1610 a Papantla, los indios totonacos le darían la primera queja de la que se tenga registro10. Se entregaban por lo menos 3 gallinas cada domingo, 1 real cada que asistieran a misa, y tres reales cuando no acudían, es decir, uno por el día de misa, otro por faltar 10 Ídem, p.14. 17 la misa anterior y el otro por multa, numerosos conflictos se suscitaron por esta situación, que a decir de los obispos de Tlaxcala en un principio y posteriormente del obispado de Puebla dichas cantidades eran exorbitantes. Más adelante se abordarán a detalle las cuestiones de cómo la religión jugó un papel importante en la vida social y política. 1.5 Papantla en la colonia, el caso de las revueltas de 1760 a 1800 A finales del siglo XVIII la corona española implementó un gran programa de actualización colonial, es decir, de mejoramiento, el cual fue denominado como las Reformas Borbónicas, de las cosas importantes de dichos cambios fueron un sin fin de medidas que intentaban recaudar más fondos para la metrópoli y es así como se crean impuestos al monopolio real del tabaco, la sal y los naipes el impuesto a la caña y al aguardiente. Las nuevas medidas también incluyeron una reorganización administrativa y territorial al dejar a un lado el sistema de alcaldías mayores y crear las intendencias, Veracruz no fue ajena a dichos cambios y se conformó lo que en la actualidad es una entidad federativa, en este reordenamiento Papantla quedó como cabecera de distrito. Las nuevas medidas coincidieron con el incremento en las protestas indígenas y Michael T. Ducey en su ensayo Vivir sin ley ni rey: Rebeliones coloniales en Papantla, 1760-1790 afirma que en la jurisdicción de Papantla hubo por lo menos cinco revueltas entre 1762 y 1787. La revuelta de 1762 tuvo sus inicios durante la administración del alcalde mayor Don Juan Manuel Mora y Horcasitas, este conflicto que terminó con el incendio de la casa del alcalde se dio porque un importante comerciante de la zona de nombre Placido Pérez pretendía quitarlo de su puesto y un grupo de indígenas liderados por Nicolás Nava gobernador indígena, pretendían que se quedara y a su vez señalaron a Nicolás de Olmos como el principal incitador a tan desagradable suceso, bien se puede observar que desde tiempos remotos las alianzas entre gobernantes-gobernados fueron 18 de gran importancia, pues aquí el alcalde mayor fue defendido por la república de indios, esto contra los intereses de la gente acaudalada de la cabecera distrital. En 1764 tiene lugar otro hecho de gran magnitud debido a la imposición del monopolio del tabaco, dicho proceso consistía en prohibir la siembra de tabaco en Papantla y a su vez facultaba al alcalde mayor a solicitar a todos los indios de la región a entregar a las casas reales (alcaldías) todo el tabaco que se había producido sin recibir compensación alguna por su trabajo, la mayoría de los indígenas cumplió con dicha orden sin embargo al ver que el alcalde mayor Manuel Chacón trató de quemar el producto decomisado, estalló la protesta que terminó de la misma manera que el acontecimiento que un par de años atrás se había suscitado con la quema de las casas reales. Otros apuntes señalan un desacuerdo electoral entre los sacerdotes y los aldeanos como se apunta a continuación: Los vecinos españoles mencionaron la existencia de un desacuerdo entre los aldeanos y los sacerdotes José Ortíz y Miguel Márquez. La política electoral vino a ser parte del conflicto cuando el pueblo eligió como gobernador a Alonso Martín en contra de los deseos de los sacerdotes. Dichos sacerdotes culpaban a Martín por el desorden y pidieron a las autoridades civiles que lo excluyeran tanto a él como a sus dos aliados, Manuel González y Francisco Beatriz, “voz activa pasiva en las elecciones.” El alcalde mayor apoyó al candidato del sacerdote y cuando se llevaron a cabo las nuevas elecciones, Lucas Méndez ganó el puesto de gobernador y Cristóbal Ramírez el de alcalde primero a pesar de las protestas de “aquellos partidarios de Alonso Martín y Manuel González” no existe un informe detallado de esta revuelta, pero parece que el gobierno tuvo que movilizar a la milicia local para pacificar al pueblo y detener a Manuel González. 11 11 Michael T. Ducey, Viven sin ley ni rey: Rebeliones coloniales en Papantla, 1760-1790, en Victoria Chenaut, Procesos rurales e Historia regional (sierra y costa totonacas de Veracruz), p. 31. 19 Para el año de 1867, se ocasiona un nuevo conflicto que tenía como actores principales de nuevo a un cura y miembros de la población, claro que este nuevo momento de tensión tenía muchos intereses de por medio, esto en relación a los impuestos comunitarios que se les cobraban a los indios, en más de una ocasión Nicolás de Olmos, un indio reconocido, llamó al desorden en la iglesia del pueblo después de las misas. Las cosas se salieron de control pues en una ocasión el cura al tomar asistencia de los indígenas reprimió fuertemente a uno por faltar a una de las homilías anteriores, a decir del alcalde mayor de ese tiempo el señor cura se dirigió con mucha modestia y mesura al reclamar la falta que había cometido el indio, sin embargo otras voces señalarían lo contrario: Dicen que Olmos interrumpió al cura mientras estaba recogiendo el real de comunidad, un impuesto de la Republica de Indios que consistía en recoger un real por cada habitante para el fondo de la comunidad…En esta versión, Olmos exigía saber “que se hacía de aquel real de comunidad además de que no aparecía tanto dinero [en la caja de comunidad] como se había juntado y que no hacían sino quitarles reales de comunidad que [después] no aparecían…12 De nueva cuenta es el alcalde mayor y sus hombres quienes llegan a tratar de detener al revoltoso, quien junto a sus seguidores huye y se refugian en los montes cercanos a la población defendiéndose en todo momento con piedras y palos. Podemos apreciar claramente que la población papanteca estaba cansada por el frente que se le viera, la religión y la forma de hacer política era algo que no se les podía imponer a estos personajes de carácter fuerte, siempre estuvieron atentos a no dejar de valer sus derechos. Esta vez sólo un par de años duró la calma que se vivía en Papantla, pues a mediados del mes de julio se produce una nueva protesta, esto debido a las “injusticias” del vicario de la parroquia Mariano Díaz, es así que el señor alcalde mayor al informar 12 Ídem, pp. 31 y 32. 20 de este suceso, menciona que le llamaba la atención con la debida “mesura” por haber faltado a misa, sin embargo, un filósofo criollo español señala que el vicario ordenó azotarlo como castigo por la falta cometida, la revuelta inicia por que la esposa del indio da aviso a Nicolás Olmos defensor de los indios, es así que acude a liberar a su esposo, la turba de indios toma al señor vicario y lo golpean hasta que la guardia de la alcaldía mayor llega en su rescate, como en las turbias anteriores el movimiento indígena al mando de Olmos se repliega y se esconden en montes cercanos, no sin antes dejar algunos guardias heridos, pues los indígenas eran mayoría y golpearon con piedras y palos a los anteriormente mencionados. El problema surge el 17 de Octubre de ese mismo año pues tras el arresto de Nicolás de Olmos por parte del alcalde mayor y a saber que lo trasladarían a México la revuelta estalló, pues muchos de los defensores de Olmos pensaron que se lo llevaban a la capital para venderlo, otros incluso afirmaban que acabarían con su vida en su largo trayecto, por la mañana a la hora en que salía de la cárcel para ser trasladado por el batallón, la turba lo esperaba listo para liberarlo, el alcalde mayor afirmaba que Olmos había planeado un motín desde las celdas y al salir les indicaría el momento preciso para atacar, la esposa de Olmos dio aviso de inmediato a los jerarcas indígenas pues estaba desesperada al no ver claramente el destino de su marido, sin proceso alguno que fue intencional por parte de Vergara para que de esa manera pudiera denostar el movimiento indígena y empezar con una venganza. La revuelta se desarrolló bajo la dirección de los jefes José Juárez, Andrés Olarte y la familia Díaz: Ellos organizaron con rapidez una expedición de indios para perseguir a los milicianos que ya habían salido de Papantla con su reo Olmos. Estos indígenas, armados con garrotes, alcanzaron al pelotón cerca de El Espinal y liberaron a Olmos después de castigar a los soldados. Al mismo tiempo, en el pueblo, los indígenas empezaron a buscar al alcalde mayor. Cuando alguien tocó las campanas de la iglesia, una multitud de hombres y 21 mujeres se congregó en la plaza frente a la casa del alcalde mayor gritando, “vengan, vengan, que ya huye el alcalde mayor.13 El alcalde mayor tuvo que resguardarse en la casa de un viejo amigo, al saber de esto los indígenas se congregaron frente a esta y exigieron en más de una ocasión el que se abriera la puerta y se permitiera el ingreso para saber si ahí estaba el sujeto en disputa, De la Varga se ocultó entre dos petates para no ser agarrado, de lo contrario, el tumulto lo habría matado. Una comisión llegó de México tiempo después para hacerse cargo del problema, sin embargo, estos abusando de su cargo amedrentaron a los jefes indígenas y les quitaron sus títulos y sus bastones de mando, con esto la comisión daba por hecho que los indígenas aceptaban sus culpas y excusaban al alcalde mayor, cuando las cosas se pacificaron el alcalde mayor mandó presos a más de una treintena de indios a Perote como muestra de que las cosas debían de hacerse apegadas a la ley y que él era la máxima autoridad para hacer valer este derecho. La respuesta de la audiencia real de México fue el inmediato envío de un juez para investigar el caso y ahí se dio cuenta que el alcalde mayor tenía un sin fin de negocios e intereses, no sólo políticos: El comisionado, Domingo Basaráz, un oidor de la Audiencia Real de México, descubrió, profundas divisiones dentro de la comunidad. Notó que De la Varga tenía intereses comerciales muy activos y hacia uso extenso de las ventas forzadas, repartían telas, mulas, azúcar, jabón, velas, sombreros y otros bienes a los campesinos indígenas. También compraba todo tipo de productos agrícolas, como vainilla, cera, aguardiente, chicle y maíz a precios fijos. No solamente busco participar en el mercado, sino que dispuso de su autoridad para fijar el precio de los productos y excluir a los comerciantes competidores de su jurisdicción.14 13 14 Ídem, p. 33. Ídem, p. 34. 22 Como bien lo señalé con anterioridad, no sólo el alcalde buscó hacer valer su poder político sino que ahora lo estaba haciendo en la cuestión económica, y todo esto con el apoyo de dos de tres curas que existían en la localidad, así como también el de algunos ex alcaldes y jefes indígenas. En 1789 otro nuevo suceso menor fue el del amotinamiento de un grupo de indios para quemar la bodega donde se tenía guardado el tabaco incautado por órdenes de la corona española, no se llegó a mayores consecuencias por lo que los indios y Papantla volvieron a la normalidad. 1.5.1.- Papantla en la Independencia “Serafín Olarte” El pueblo de Papantla al igual que otras regiones del país se sumó a la lucha por la independencia de México de 1810 a 1820, en esta zona José María Bauza nos relata la atroz desgracia, “He aquí trabada una lucha obstinada y sangrienta por diez años, lucha que dio por resultado desastroso, la desolación, el horror y la muerte. Sin plan, sin coherencia y divididos todos los que figuraban como jefes en los campos de Coyuxquihui, Palo Blanco y Palo Gordo; perseguidos atrozmente por las huestes virreinales, la pluma se resiste a describir los asesinatos, latrocinios y desordenes que tuvieron lugar en perjuicio de los inocentes. Se entronizó el más inaudito despotismo real y él acabó de consumar la ruina de un pueblo admirado por sus riquezas naturales 15 Hay un gran número de personas que demostraron tenacidad y amor por su patria, sin embargo, hoy en día han sido olvidados, este es el caso de Serafín Olarte, indígena de raza totonaca del que hablaremos a continuación debido a su valiosa intervención en la lucha por la soberanía nacional. 15 Luis Salas García, Cachiquin, pp. 12 y 13. 23 Numerosos fueron los levantamientos en el país secundando su apoyo al cura Miguel Hidalgo en su lucha por derrotar al mal gobierno que en esos años manejaba la Nueva España, en el caso de Veracruz fueron numerosos los pronunciamientos principalmente en los núcleos rurales, los cuales se dieron gracias a la expansión del movimiento de José María Morelos en la zona de Orizaba. En la serranía de Papantla se une a este movimiento el caudillo Serafín Olarte, del Indio Serafín poco se puede decir respecto a su vida, Luis Salas García en su libro Juu Papantlan, menciona que Don Serafín Olarte fue originario de Cuyuxquihui, indio totonaca de raza pura, que debió haber nacido en el año de 1767, puesto que en la hoja de servicios de su hijo Mariano fechada en 1828, este dice tener 42 años, de modo que hay fundamento para asegurar que Mariano nació en 1786 y su padre Serafín, para esta fecha, tener más o menos la edad 19 años, lo cual da sustento a la teoría de que Serafín Olarte nació en 1767 (hay que considerar que los indígenas tienen la costumbre de casarse jóvenes). Se desconoce quiénes fueron sus padres 16 Coinciden varios autores que desde el año de 1813 Don Serafín Olarte comenzó su lucha por la independencia de México, esto después de que los aires de insurgencia llegaron a la huasteca, corriendo hasta sus oídos el rumor del agobio de los campesinos ante el maltrato de los grandes hacendados, así como también la doctrina de Morelos que dictaba libertad para los esclavos y derecho para los americanos. Serafín Olarte no dudó en unirse bajo estos ideales al movimiento insurgente, y así solicitó a Ignacio López Rayón su apoyo en cuestión de que este último le entregara armas y municiones a cambio de ponerse bajo sus órdenes, Olarte tuvo grandes victorias sobre los realistas que mandaban a combatirlo, la operación de los insurgentes totonacos tuvo lugar en la comunidad de donde Olarte era originario, Coyuxquihui que se encuentra situado a 35 kilómetros al Noroeste de la ciudad de Papantla muy cerca de la Ex Hacienda de San Miguel Del Rincón, a las faldas del llamado cerro blanco, este lugar es casi inaccesible incluso en la actualidad pues la vegetación abundante y la falta de caminos empeoran la situación y más en la época de lluvias, en esta zona Serafín Olarte se refugió con sus más de 4000 mil hombres, para dar una pequeña idea 16 Luis Salas García, Juu Papantlan, p. 69. 24 de cómo la zona era impenetrable, Margarita Olivo Lara en su libro Biografías de veracruzanos distinguidos nos dice que, el ingeniero don Manuel Rivera Cambas en su Historia antigua y moderna de Xalapa y de las revoluciones del estado de Veracruz hacen mención de que…“sin que pudieran penetrar allí ni los fusiles ni la astucia de Calleja, sin ser derrotados” 17 La posición estratégica del Cerro Blanco permitió que Olarte resistiera a los embates de los cuales era objeto su movimiento, así mismo, los confines del monumental cerro eran semejantes a una fortaleza en la cual se vigilaban los caminos para que en el momento indicado se molestara a los grupos oponentes al movimiento. El levantamiento a diferencia de otros que se suscitaron en distintos puntos del país puedo mantenerse activo ya que la región en la que se ubicaban era abundante en recursos naturales, durante los momentos en los que no llegaban compañías hostiles a este recóndito lugar los soldados de Olarte ocupaban extensiones de tierra habilitadas para la siembra de insumos de primera necesidad como maíz y frijol. El movimiento Olartista se mantuvo vigente por lo menos 10 años, auspiciados por Ignacio López Rayón, tras la muerte de este ultimó la llegada de provisiones principalmente de armas se vio mermada así que los contingentes campesinos fueron a la guerra con armamento elaborado por su propia mano como lanzas, flechas y arcos e incluso portaban instrumentos de trabajo, con lo que lograron en más de una ocasión poner en peligro a los realistas. Es de resaltar que el movimiento encabezado por Serafín Olarte de acuerdo a Margarita Olivo Lara para el año de 1815 junto con el de Vicente Guerrero en el sur del país se mantenía en pie de lucha. Más de siete expediciones intentaron poner fin a la revuelta insurgente, sin embargo, no les fue posible derrotar al guerrillero totonaca, fue en la última expedición que estuvo dividida en dos partes, es decir, en un primer término estaba al mando del coronel Barradas quien al tener a su cargo 700 hombres se sintió invencible, pero no fue así pues dos días después de haberse internado en Coyuxquihui tuvo que salir con 17 Margarita Olivo Lara, Biografías de veracruzanos distinguidos, p. 87. 25 la tropa derrotada y dispersa, empero el cerco de la batalla se fue reduciendo y con esto el movimiento se delimito a la región de Coyuxquihui, lo cual quedó asentado en la Gaceta de México del día sábado 6 de enero de 1821 en donde se dice lo siguiente: Un terreno montañoso abundante en bosques, de clima húmedo y cálido, su extensión de oriente a poniente estimada en 20 leguas y su latitud de ocho a nueve. Limita por el oriente con el Golfo de México, y por el poniente con Mextitlán y la Huasteca. Rodeado de oriente a poniente por dos ríos, el de San Pedro y San Pablo, (hoy conocido como Tecolutla) al norte y el de Nautla al sur, los cuales en sus desembocaduras forman dos puertos para goletas y otros buques que hacen el comercio costanero. Su terreno está ocupado por tres o cuatro mil indios, y algunas casas con pocos blancos. 18 Para el año de 1820 la segunda parte de la expedición rindió al fin frutos, ahora al mando del coronel Rincón quien organizo y dirigió una lucha de 5 meses en las que hubo por lo menos tres aguerridas batallas, algunos adeptos de Olarte aceptaron el indulto como medida desesperada al verse cercados por los realistas, es para mediados de ese mismo año en que las tropas del coronel Rincón son relevadas por las tropas bajo el mando del Coronel Barradas que tras una excelente táctica logra apresar a Olarte y a saber de su indomable carácter ordena hacerle lo mismo que a los curas Hidalgo y Morelos, decapitarlo, fue la única forma en que se pudo detener a este hombre a escasos meses de los tratados de Córdoba, su cabeza fue expuesta en una estaca a la salida hacia Gutiérrez Zamora, en un paraje conocido como la Cruz chiquita pretendiendo con esto calmar los ánimos de la raza totonaca que luchaba por su libertad. La lucha que el insurgente totonaco gestó en la zona de Coyuxquihui no fue en vano, meses más adelante la nación mexicana obtuvo lo que tanto anheló. 18 Filiberta Gómez Cruz, Serafín Olarte (1767?-1821), en Abel Juárez Martínez, veracruzanos en la independencia y la revolución, p. 130. 26 Los conflictos en Papantla siguieron más adelante y de la mano de Mariano Olarte hijo de Serafín. Como una pequeña muestra de agradecimiento el pueblo de Papantla rinde homenaje al insurgente totonaco con el cambio del nombre del municipio, el cual pasó de Papantla de Hidalgo a Papantla de Olarte el 20 de diciembre de 1935 mediante el decreto núm. 168 del congreso del estado de Veracruz. Imagen 2.- Estatua de Serafín Olarte Tomada del H. Ayuntamiento de Papantla en su página web En conclusión podemos determinar que en este primer capítulo se llevará al lector a conocer más a fondo al pueblo de Papantla, conocer sus situaciones físicas, culturales, sociales y así también entender el porqué se dio un gran auge y una gran importancia a estas tierras situadas en el norte del estado de Veracruz. 27 Se aprecia con gran medida que como en otros lugares la religión jugó un papel muy importante en cuestiones de pacificación y enseñanza, revueltas y abusos, en muchas ocasiones los vicarios jugaron el papel de juez y parte en los conflictos de interés social de los indios. Los movimientos sociales surgidos por las numeras violaciones y arbitrariedades que desde siempre causaron malestar a los indios fueron por cuestiones meramente políticas y agrarias, lo único que la gente quería era que se respetaran sus derechos y se les tratara como iguales antes la población originaria, así mismo la lucha por el saber quien debía de gobernarlos y de representar sus intereses. Al igual que muchos pueblos Papantla fue un gran activo al momento de la independencia pues el Indio Serafín Olarte al mando de 3000 o 4000 valientes hombres se unió a la sangrienta lucha, el resultado de dicho movimiento se puede apreciar en paginas anteriores, y en paginas posteriores, se verá otro movimiento encabezado por su hijo Mariano Olarte. Con esto queda comprobada la grandeza histórica de la ciudad que en ese momento jugó un papel crucial he importante en el país. 28 Capítulo 2.- conflictos armados después de la independencia y antes del Porfiriato en Papantla En este segundo capítulo expondré algunos levantamientos sociales que se dan después de 1821 y hasta el año de 1876 en la que el General Porfirio Díaz ocupa por primera vez la presidencia de México. El primer punto a tratar será el movimiento Olartista encabezado por Mariano Olarte, hijo del caudillo insurgente Serafín Olarte, este evento ha sido investigado muy poco y es Jorge Flores quien nos empapará en gran medida sobre el mismo. Analizaremos el Plan de Papantla con 26 artículos, así como otros documentos que nos revelarán el porqué del movimiento y la publicación de dicho plan, así como las medidas que fueron tomadas por los “guerrilleros”19 para hacer valer gran parte de sus derechos, que a decir de varios de los lideres eran vulnerados en sin fin de ocasiones exponiendo tres causas; la primera era porque los grandes terratenientes habían invadido de ganado los terrenos de las comunidades indígenas ocasionando con esto la perdida de grandes campos de labor, la segunda por la acusación del administrador de aduanas quien afirmaba que diversos campesinos habían hecho contrabando de armas por la barra de Tecolutla y la tercera la cual abordaremos en el capítulo siguiente la prohibición por parte del obispo de Puebla Don Francisco Pablo Vázquez, a cuya diócesis pertenecía Papantla, había prohibido las celebraciones indígenas en la semana santa; así como también apoyar la causa por la república federal pues estos querían que los estados mantuvieran la soberanía en su gobierno interior. Hablaremos en gran medida también de los conflictos comunales que se suscitaron en los años posteriores al movimiento Olartista y hasta antes del primer periodo del General Porfirio Díaz de 1821 a 1876. Para esto estaremos apoyándonos de Victoria Chenaut en su libro procesos rurales e historia regional (sierra y costa totonacas de Veracruz). 19 Persona que forma parte de una guerrilla 29 2.1 El Movimiento Olartista: La lucha continúa (1836-1838) Tras la muerte del insurgente totonaca Serafín Olarte muchos pensaron que la paz a la zona de Papantla regresaría, sin embargo al pasar no más de 10 años del último altercado entre la población, la revuelta volvió en manos de otro Olarte, esta ocasión fue el hijo de Serafín, Mariano quien encabezaría un nuevo movimiento ahora defendiendo la integridad de los indios, así como también apoyar la instauración de la república federal en lugar de la centralista propuesta Para conocer un poco más sobre este nuevo movimiento en gran parte de la región denominada totonaca hablaremos un poco sobre su líder, Mariano Olarte: Don Mariano Olarte debe haber nacido por el año de 1786, según la nota que aparece en una hoja de servicios fechada en 1828, en la que dice tener 42 años de edad: viudo, de salud achacosa; de valor reconocido, pero sin ninguna capacidad ni instrumentación en matemáticas y ordenanza. 20 Don Mariano había participado en la lucha por la independencia junto a su padre Don Serafín, Olarte hijo inicio su carrera militar con el grado de Alférez21 participó en el ataque y la toma de Nautla, así como también en la defensa de Boquilla de Piedra, a decir del historiador Jorge Flores este último era un punto muy esencial para tener comunicación directa con Nueva Orleans. Su participación en una lucha enérgica y despiadada dura desde 1813 hasta finales de 1820 año en que su padre muere fusilado a manos del jefe de la plaza militar Don José María Luvian. A la muerte de su padre, Don Mariano se hace cargo de las tropas que aún quedan en la lucha por la independencia y es en noviembre de 1820 (meses antes de la proclamación del Plan de Iguala) en que Olarte y sus huestes atacarían la zona de Papantla, siendo esta una de sus últimas resistencias, para que posteriormente el 11 de 20 Jorge Flores D., La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 11. Oficial que llevaba la bandera en la infantería, o el estandarte en la caballería, con un rango inmediatamente inferior al teniente. 21 30 Diciembre a través del cura don José María Aguilar, Olarte aceptara una oferta de Paz enviada por el virrey Don Juan Ruiz de Apodaca que dice lo siguiente: Por cuanto atendiendo a las buenas circunstancias de don Mariano Olarte y haberse acogido con su gente al gobierno de S.M., sus leyes y constitución, he venido en conferirle el empleo de Capitán de Fieles Rurales del Distrito de Coyuxquihui.22 Debemos de recordar que para el año de 1817-1818 el Virrey Ruiz Apodaca había ofrecido indultos a los insurrectos de los cuales la mayoría habían aceptado, salvo Vicente Guerrero, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria quienes mantuvieron sus actos de rebeldía hacia la corona. A pesar de el cargo concedido por el último virrey de la Nueva España, Don Mariano Olarte al saber de la promulgación del Plan de Iguala por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero no dudó en unirse de nuevo a los insurgentes, y basándose en dicho plan despoja de sus armas a los pobladores de Teziutlán, argumentando la indiferencia que los pobladores presentaban para secundar a Iturbide, gracias a esto logra armar a sus antiguos soldados y marchan hacia Papantla con destino hacia el puerto de Tecolutla el cual toma con la ayuda del capitán insurgente Bullosa que tenía situado el puerto de Nautla. Para Junio Don Mariano Olarte recibió el grado de capitán de infantería permanente, en octubre ubicamos al capitán Olarte al asedio de la plaza del puerto de Veracruz del cual se marcha el 30 de diciembre de 1821, poco se sabrá de sus movimientos y es hasta 1823 cuando se le ve afiliado al Plan de Casa Mata luchando ahora contra el imperio de Iturbide. Para 1825 Mariano Olarte le escribió al general Guadalupe Victoria en demanda de su grado de Coronel, reconociéndole sus méritos, bien es sabido que el General Victoria conocía muy bien los mismos del Capitán Olarte pues había luchado este último bajo las órdenes del primer presidente de México, así que el Presidente se dispuso a 22 Jorge Flores D., La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 12. 31 darle a Olarte una constancia para hacerla valer en la junta de premios instituida para recompensar los servicios de los antiguos insurgentes, es por ello que los integrantes de dicha junta conceden con fecha de 16 de mayo de 1825 su retiro del ejército con grado de capitán y no como coronel en servicio activo como él quería, sin embargo, “Mas el humano y bondadoso Presidente Victoria no titubeo [sic] en escribir al calce del dictamen: “Concedido el empleo de teniente coronel efectivo”, rubricado con una firma que no admitía replica” 23 Lastimosamente la orden presidencial no se cumplió algo que para esas fechas no era inusual, los ministros de guerra en turno le negaron tajantemente al pobre campesino totonaca el grado que se le había concedido, le exigían un sin número de papeles, sellos, firmas y contraseñas que eran imposibles de reunir, Olarte desesperado por las jugarretas con las que se le impedía un derecho que él consideraba justo, para conseguir su objetivo, el capitán Olarte movió algunos viejos contactos y obtuvo lo que los insurgentes le negaban de un realista, el general Don Manuel del Rincón que le dio su aval plenamente certificando los servicios de su antiguo enemigo, Rincón desde su estancia en la ciudad de Querétaro por el año de 1826 le enviaba lo acordado con Olarte al ministro de Guerra. La nota enarbolaba el excelente servicio y patriotismo dado por el capitán hacia el país en la lucha por la independencia. Debo de manifestar a V.E. que Olarte ha sido uno de los que prestaron los mejores servicios para conseguirla (la independencia) en ambas épocas, y que ciertamente es recomendable por su moderación y circunstancias, pues lo caracteriza un verdadero patriotismo y acaso esto y su sencillez no le han hecho advertir la necesidad de adjuntar los documentos que le he recomendado. V.E. y no dudo del Exmo. Señor Presidente, tengan en consideración los servicios que ha prestado, pues no le pueden ser ocultos.24 En vano fue su exhausta búsqueda por apoyo de gente conocida para que le hicieran valer el grado que le había dado el General Guadalupe Victoria y no hubo más 23 24 Ídem, p.14. Nota enviada por el General Manuel Rincón en La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838 32 que regresar a la ciudad y puerto de Tuxpan a servir de nuevo al ejercito con el grado de capitán. Fue el día 11 de julio de 1829 que el presidente en turno Vicente Guerrero ratificó su puesto de teniente coronel, esto gracias a que días anteriores Olarte y un puñado de hombres habían apresado cerca de cabo rojo a un grupo numeroso de españoles que planeaban reunirse en Tampico con otro contingente de expedicionarios que tratarían de reconquistar la nación, posteriormente, se encarga de la gente que se encontraba en Tampico, llevando el mando de la compañía activa de caballería de Tuxpan25. Tres años después Don Mariano Olarte es uno de los personajes que combaten al gobierno en turno encabezado por el General Anastasio Bustamante, es el General Antonio López de Santa Anna quien al encontrarse en Orizaba Veracruz, le hace llegar de nuevo la patente de teniente coronel, de ahí en adelante el teniente coronel Don Mariano Olarte se convertiría en jefe supremo de una amplia región al norte del estado de Veracruz y algunos estados colindantes. Desde el Coyuxquihui hasta Tantoyuca, desde las playas del Golfo hasta las serranías de Huahuchinango y Huejutla, su autoridad crece, se impone. Su poder patriarcal se emplea en proteger a los indígenas de los abusos y exacciones de las autoridades civiles y militares. Por el año de 1836 ya reclama abiertamente el nombre de “Padre de Papantla.26 Para adentrarnos más en el tema del Movimiento que Don Mariano Olarte encabezó en la zona de Papantla principalmente tenemos que analizar un poco el ámbito nacional, es decir, ver que acontecía en esos años (1835-1838). El 25 de Octubre de 1835 se publican las Bases Constitucionales que establecerían el sistema central del gobierno y transformaban a los estados en departamentos cuyas autoridades quedarían sujetas al ejecutivo de la nación, con estas 25 Ídem, pp. 14 y 15. Ídem, pp. 15 y 16. 26 33 nuevas medidas centralistas los grupos federalistas intentaron encender la antorcha de la rebelión en diferentes estados, por citar algunos, el Estado de México, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y las Huastecas. La falta de organización entre los grupos más importantes ocasionó que pronto grupo por grupo fueran reprimidos a excepción de las Huastecas donde algunos líderes fueron capturados y algunos otros continuaron libres resguardándose en la zona de Coyuxquihui, aquí encontramos a Don Mariano Olarte, debemos recordar que algunos autores nombran a la vasta zona norte de Veracruz como la huasteca y la dividen en la huasteca y la huasteca totonaca, las autoridades iniciaron el debido proceso contra las huestes federalistas, empero no pudieron con todos pues los que quedaron libres continuaron con este nuevo movimiento que cimbraría al país. En el ámbito local podemos encontrar por aquel tiempo que los moradores de Papantla eran presas de un vivo desasosiego. Sorda agitación medraba en todos los ánimos; el odio y la venganza se sumaban a los agravios acumulados; y lo que antes daba apariencia de una Arcadia, a la sazón no era sino un lugar sombrío, sin alegría para nadie. 27 Bien podemos apreciar que la ciudad de Papantla se encontraba inmersa en la desdicha pues había sido un lugar importante de gran número de batallas, incluso desde antes de la independencia ya se habían suscitado, en pocas palabras la villa de Papantla no conocía la Paz desde hacía décadas. La guerra civil de 1832 había dejado surcos profundos en la zona, se sabe que en ese tiempo los gritones (Personas que pregonaban noticias en voz alta por las calles)28 influían mucho en la población, y por ellos era sabido que se habían introducido un gran cantidad de armas de contrabando algo que no era ajeno para el administrador de la aduana, fue así como se les denuncio y se les apresó, fueron atados y enviados a la ciudad de Xalapa como unos peligrosos criminales, al llegar a la ciudad capital sin explicación alguna se les desató y se les dejó en libertad, el enojo del 27 28 Ídem, p. 16. Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 32 34 grupo de campesinos no se hizo esperar y al trasladarse a la villa de Papantla se levantaron en armas. El papel jugado por los curas hasta ahora sin duda fue el de conciliadores y enlaces entre la población inconforme y el gobierno estatal más que nada porque se suponía representaban una figura respetable en la localidad y sobre todo neutra, así el cura Joaquín Espinosa de los Monteros llama al diálogo a los inconformes pero sobre todo a deponer las armas y prometiéndoles pronta justicia, así con estas promesas lograba el objetivo y los rijosos deponían sus armas, la justicia llegó pronto pero fue sólo para volveros a apresar y en esta ocasión si mandarlos a prisión. El descontento social aumentaba día con día, más que nada en la población indígena que sufría un sinfín de bajezas y las autoridades solo los ignoraban, uno de esos hechos lamentables en donde no fueron escuchados por las autoridades competentes fue en la de la invasión de sus grandes campos de siembra por el ganado principalmente vacuno de los habitantes más ricos de la villa, las vacas causaban en su mayoría una pérdida total pues al entrar a los campos agrícolas arrasaban con la producción, dejando a muchos de sus propietarios principalmente indígenas en la ruina, los españoles eran sin duda otro factor importante de división entre los naturales del pueblo pues la mayoría de estos tenían preferencia por sobre todas las cosas. En la villa ya no se podía vivir tranquilo ni respirar aires de paz, por las noches un grupo de malvivientes se dedicaban a masacrar a ciudadanos pacíficos, el descontento seguía en aumento sin que las autoridades hicieran algo de provecho por salvaguardar la integridad social.29 Empero, la gota que derramo el vaso a decir de algunos historiadores como Jorge D. Flores, llegó el día en que el señor obispo de Puebla, Don Francisco Pablo Vázquez dictara la prohibición para que se siguieran celebrando las tradicionales procesiones de semana santa en la villa de Papantla argumentando que solo quería aplicar el reglamento aprobado por sus antecesores en los que la iglesia católica se negaba categóricamente a dichas fiestas pues estaban llenas de colores, danzas meramente prehispánicas y la peor de todas la embriaguez por todos lados, esto caló 29 Ídem, p. 33. 35 muy hondo en la cultura fanática de la población indígena. Tal caso se puede corroboran con una carta que el mismo Obispo de Puebla envío al ministro de guerra en funciones José María Tornel: Que las procesiones que se hacían en los pueblos por la noche eran ocasión de muchísimos y muy graves desórdenes; desórdenes que el celo de los ilustrísimos señores obispos Fuera y Campillo, mis respetables predecesores, se vio precisado a impedir quitándoles la raíz la ocasión, y que vueltos a renacer en el tiempo de mi gobierno me obligaron a renovar las prohibiciones que por sus Edictos hicieron los referidos prelados.30 La embriaguez a que tales ocasiones recurren ciertas gentes como arbitrio oportuno para soportar el desabrigo y destemplada temperatura por la noche, y la libre y confusa reunión de los dos sexos, siempre peligrosa en las tinieblas; pero mucho más con el preparativo de la bebida, son abusos que aún por sí solos, y sin la deformidad que les pudiera dar otras circunstancias no debe tolerarlo ninguna autoridad; más aun cuando acompañados de las muy notables de verificarse en los días que la religión tiene por más sagrados, y con motivos de un acto y ceremonia piadosísima y de las más edificantes y patéticas, como son las procesiones, en las cuales se sensibilizan y honran públicamente los Ministerios de la Redención; y cuando para colmo de la profanación muchas gentes del concurso después de pasadas algunas horas de la noche en libertades, vienen del regreso de las procesiones a guarecerse a la Iglesia para entregarse allí, o bien al sopor de la embriaguez si ha sido excesiva, o bien si no lo fue tanto, a otros más torpes pasatiempos, y esto a la presencia del adorable Sacramento, en la noche sacratísima del jueves santo, destinada al recuerdo de su institución; no pueden en lo absoluto mirarse con indiferencia, 30 ni mucho menos tolerarse por un Obispo, Jorge Flores D., La revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 16. 36 principalmente cuando su celo se ve excitado por las quejas de los párrocos. Tales han sido los poderosos motivos que, representados de nuevo por algunos Curas, dieron lugar a que yo dictase aquella providencia general, o más bien a que renovase las que desde tiempo anterior se tenían dictadas como del todo necesarias. Estos, ruego a vuestra excelencia, se sirva exponerlos al excelentísimo señor Presidente para que en vista de ellos, su religiosidad y delicada conciencia, juzgue si convendrá prestarse a la referida solicitud, que sobre ser, en mi concepto, ridícula y pueril, al acceder a ella sería origen de muchas y gravísimas ofensas contra Dios no sólo en Papantla, si no en toda la Diócesis, pues este ejemplar desvirtuaría la prohibición de mi Edicto y renacerían unos excesos que tanto ultrajan la santidad y pureza de nuestra religión y ocasionarían muchos más pecados que en la época de mis dignos antecesores, en que la corrupción de costumbres no era tanta ni tan libre como en la desgracia que vivimos”31 Las cosas estaban más que listas para ponerse difíciles y eso lo sabía muy bien el gobernador del estado Don Joaquín Muñoz y Muñoz que había solicitado al cura interviniera y llamara a la cordura a la población indígena pues el no dudaría ni un segundo en poner en orden a toda la gente rijosa de la villa, pero el gobernador Muñoz y Muñoz al no obtener resultados por parte del sacerdote decide relevarlo del encargo por no estar de acuerdo en las medidas en las que Espinosa de los Monteros aplicaría, y es así que lo inevitable llegaba Mariano Olarte en cuestión de horas se convertiría en la esperanza de los reprimidos anhelos populares y desde las selvas cercanas bajo a la villa a iniciar el ultimo y trágico capítulo de su vida. 31 Carta del obispo de Puebla Francisco Vázquez al ministro de guerra José María Tornel, 29 de diciembre de 1836, en “Los factores étnicos de la rebelión de Olarte en Papantla (1836-1838)”, en Cuicuilco, 14-15 ENAH, 1984, pp. 26 y 28, tomadas en Victoria Chenaut, “Aquellos que vuelan los totonacos en el siglo XIX”, pp. 82 y 83 37 Meses antes, el jefe político interino de Papantla había advertido en vano al gobernador Muñoz la descripción del autonombrado “padre de los Indios” “Olarte es jefe de [la] revolución desde el año diez; ha sido cruel y sanguinario, hijo de estos montes y criado en ellos los sabe a palmos: como indio es el oráculo de los de su clase: es el hombre del prestigio para ellos; se halla pregonado por traidor cuyo delito lo conduciría al patíbulo: esto no debe ignorarlo él pues hasta ahora no se ha presentado ni debe estar lejos de estos montes, pues tiene hijos y muchos pariente” 32 A las causas anteriores mencionadas que fueron tres, no hubo otra más que hacer estallar la rebelión el 5 de noviembre de 1836 cuando el Teniente Coronel Don Mariano Olarte mandaba una advertencia al señor alcalde de la villa de Papantla. “S. Alcalde 1° de Papantla.-Entrada de quisintla,[sic] Nov. 5 de 1836.-digollo el teniente coronel D. Mariano Olarte al yllustre [sic] ayuntamiento [sic] que determine lo que mejor hallare para conveniente si rendir las armas o romper la guerra. Mándeme avisar para tomar mis providencias y entrar varonilmente [sic] y arruinar a Papantla hasta su total.-Dios y Libertad.-Mariano Olarte.”33 Con semejante advertencia no se hizo esperar mucho para que la plaza de Papantla incluyendo el cuartel de soldados fueran evacuados, los resultados un incendio que acabó con media villa, cuatro muertos y algunos heridos, ese mismo día el Teniente Coronel Olarte escribe lo siguiente: El día 5 del presente—escribe Olarte—tube [sic] el honor de ver resplandeciente el ermoso [sic] laurel de nuestra libertad. Yegó [sic] el día en que el pueblo Papanteco sacudió para siempre en su suelo la pesada carga de la Tiranía y tubo el placer de fijar el hermoso Pabeyón de Constitución y Lelles. Federación o muerte 32 33 Victoria Chenaut, Aquellos que vuelan, los totonacos en el siglo XIX, México, p. 100. Jorge Flores D., La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 24. 38 es el berdadero [sic] camino que debe llevar por norte todo buen mejicano 34 No hay mejor explicación que la que nos da el historiador Jorge Flores: ¡Día resplandeciente, hermoso laurel! El viejo insurgente ha recogido un haz de agravios: odioso atropello a los denunciantes del contrabando; destrucción de las sementeras; odio al español intrigante; alevoso terrorismo; prohibición de las procesiones; y de todo ha hecho un firme argumento ¡Federación o muerte! El campesino sigue siendo federalista. Su convicción es inmutable; todo el espíritu de su raza ésta en esa decisión. Y la sostendrá hasta morir, después de haber oído a los que saben y entienden de estas cosas.35 Era evidentemente que el Teniente Coronel Don Mariano Olarte había planeado acertadamente la toma de la villa, y supo poner en sus manifiestos la lucha por la federación, la cual defendería férreamente hasta el final de sus días. El ayuntamiento en pleno, envió una misiva al gobierno central desde una hacienda cercana a la zona en la que explicaban a detalle como tuvieron que abandonar Papantla para así poder evitar una masacre total, y solicitaban al gobierno su apoyo inmediato debido a la delicada situación y advirtiendo que las cosas podían empeorar en los días venideros. El parte fue el siguiente: E.S—El regidor decano del Ilustre Ayuntamiento encargado del Juzgado 1° y 2° y el cuarto regidor, tenemos el sentimiento de comunicar a V.E. la desagradable noticia de haberse posesionado del pueblo de Papantla el traidor Mariano Olarte, con su gavilla hasta ahora de indios, y unos cuantos de razón, proclamando en su plan federación o muerte… A la consideración de V.E. está el calcular cual será el desorden que reina en un pueblo mandado 34 Ídem. , P. 27. Ídem., P. 27. 35 39 por bandidos: sin autoridad y si mas ley que el capricho y la inmoralidad: debe entender V.E. que las filas de ellos se han aumentado con los presos que se hallaban en la cárcel, y más particularmente los pertenecientes a la asonada del 24 de Octubre del año ppdo [sic]…. Mas hasta ahora permanecemos en este punto, pero siempre a la disposición de nuestro gobierno como súbditos más obedientes a nuestras leyes nacionales, sirviéndose V.E. participar esta ocurrencia al E.S. Ministro Superior de Justicia del Departamento, manifestándoles que no se logró por más que se hizo el salvar el archivo, el cual es muy regular sufra el extravío consiguiente a tal desorden. Con tal motivo tenemos el honor de protestar a V.E. la más distinguida consideración y sumiso respeto.-Dios y Libertad.-Ayotezco, a las seis de la tarde… Pedro P. Muñoz.—Pedro Ramírez.—Cayetano García.—Manuel Danini.36 Bien podemos observar en esta nota enviada por el ayuntamiento en funciones desde la hacienda de Ayotezco en Puebla, solicitaba la presencia inmediata de apoyo para tratar de recuperar la villa de Papantla y señalaba con toda saña al caudillo totonaca Don Mariano Olarte y sus huestes, de la misma manera podemos notar que siempre se dirigieron con mucho respeto hacia las autoridades competentes, claro eran palabras pomposas y siempre tratando de hacer valer su defensa del porque no se quedaron a defender la villa. El gobierno central se valió nuevamente del cura Espinosa de los Monteros quien era muy reconocido en la comunidad y había intervenido en numerosos conflictos anteriores, el citado cura trató de negociar en vano con los guerrilleros comandados por Olarte, negociación que fracasó a pesar de los llamados a la paz y a desistir de la lucha armada. De igual manera el gobierno central giró órdenes a los comandantes de las zonas aledañas a la villa de Papantla para que apagaran o por lo menos neutralizaran el movimiento, estas (Comandancias de Puebla, Tuxpan, Veracruz y Zacapoaxtla) contestaron negativamente argumentando que estaban imposibilitadas para correr en 36 Ídem., p. 28. 40 apoyo de Papantla principalmente por falta de armas, municiones y sobre todo hombres. A la ocupación de la villa de Papantla por el Teniente Olarte este pretendió que se le unieran algunos sectores políticos que él conocía y sabia dispuestos, por lo que se da a la tarea de enviar al alcalde de Tuxpan su plan para que este se manifestara a favor obteniendo un duro revés dado que José Victoriano Estopian se negó rotundamente argumentando que la paz y la justicia eran más importantes para él. Nuevamente el párroco hace un intento para llegar a un acuerdo para que la paz por fin llegara a la villa antes mencionada y obtiene respuesta favorable pues en una minuta que es enviada por el mismo párroco al jefe de la plaza de Tuxpan Coronel Lucio López se puede observar lo siguiente: He hablado con Olarte y he procurado valerme de toda la persuasión de qe.[sic] soy capaz pa.[sic] convencerle a fin de qe.[sic] desista de sus pretensiones, manifestándole todos los males que resultarían de su obstinación, y en contestación me dijo, q. bien lejos de procurar los males a sus compatriotas, ha propuesto un plan cuyos artículos todos tienden al bien general de la República, de cuyo plan me dice ha mandado a V. copia y lo ha hecho al Gob°[sic] del Departamento y al Gral. Y qe.[sic] espera ambas contestaciones; que entretanto las recibe ofrece no separarse de este punto ni molestar a nadie, con tal de que a él y a su fuerza no se les moleste por las tropas del gob° pa. [sic] cuyo fin espera V. influirá en todo lo posible si se quieren evitar las desgracias consiguientes a la guerra; que ésta resuelto a dejar las armas de la mano hasta qe. [sic] el Supr. Gob° tome en consideración su plan, y qe.[sic] conseguido esto se retira a su casa y familia, sin pretender honores ni distinciones.37 A esta nueva intervención se unió también la del alcalde de Teziutlán Don Francisco Ávila quien era viejo conocido de Olarte, el alcalde Ávila era un reconocido 37 Ídem., p. 29. 41 comerciante de la sierra norte de Puebla y era muy probable que tuviera una grata relación con el coronel desde tiempo atrás pues ambos pertenecían a la clase comerciante y era bien sabido el repudio que ambos compartían por la población española principalmente los comerciantes. El gobierno poblano autorizó entonces al alcalde Ávila al saber los antecedentes de la relación que había, fue así que obtiene respuesta favorable al diálogo y es el mismo Olarte quien le envía lo siguiente, Comandancia Militar. —Deseoso de obsequiar el encargo que Supremo Gobierno se ha servido conferir a V. por el cual ha tenido la bondad de invitarnos con la paz, la aceptamos gustosos y daremos la prueba de sumisión al mismo Supremo Gobierno, si éste usando de la benevolencia que se le caracteriza accede a las preposiciones que le haré por conducto de V. las que le remitiré al lugar que V. me designe. Esta demora la ocasiona la ausencia de un oficial de graduación que será el que debe de extender dichas proposiciones, y actualmente se halla fuera y lo espero de un momento a otro. Con este motivo tengo la satisfacción de repetir las consideraciones de mi aprecio. — Dios y Libertad. Papantla, 2 de Diciembre de 1836. —Mariano Olarte. —Sr. Comisionado D. Francisco Ávila.” 38 Olarte deseaba la paz en la región y de igual manera quería darles a los campesinos la solución a todos sus problemas es por ello que hace algunas proposiciones, para esto se reúne una junta de guerra el día 6 de diciembre de 1836 y en esa misma junta se aprueban las bases que podrían llevar a un acuerdo con el gobierno general que constaba de varios puntos, ningún documento tenía detalles políticos, ni refutaba el sistema establecido, estos acuerdos se limitaron a las peticiones campesinas de carácter urgente, el documento constaba de 13 artículos (anexo 1) los cuales fueron aceptados por el ministro de guerra y marina el general José María Tornel y cumplidos en su mayoría por el gobierno central que no quería más problemas en la zona, así pues, se concretó la pacificación de la región en cuestión, se concedió el retiro de Olarte como se había solicitado en el documento enviado que constaba de 13 puntos, se le ordenó al gobernador de Veracruz impartiera justicia a las víctimas de la denuncia de contrabando, se aceptó realizar nuevas elecciones apegadas a la ley, así 38 Ídem., p. 30. 42 como el pago de un precio justo por la armas de propiedad particular, salvo el punto número 7 que dice: 7° Que el Supremo Gobierno interponga sus respetos para que el Ilustrísimo señor obispo de Puebla, conceda sus antiguas procesiones a los hijos de este pueblo, que por un edicto de dicho señor obispo se han suspendido.39 No se había podido resolver con una repuesta favorable pues el señor obispo negó categóricamente la negociación argumentando que las cosas religiosas no se resolverían como las terrenales, la comunicación que el Coronel Olarte mantenía con el General Tornel supuso que Papantla saldría pronto de esa tensión y olor a guerra que por muchos años permeó en la villa, sin embargo las autoridades locales desconocían este acuerdo entre el gobierno central y los rijosos en cuestión, y fue el día 18 de diciembre de 1838 cuando las tropas del gobierno del estado entraron a la villa en son de guerra y con esa amenaza Olarte dio por terminada la tregua y se refugió en la zona de Coyuxquihui para un par de días después regresar y lanzar el “Plan de Papantla” 40 que se abordará detalladamente en el siguiente punto. 2.2 El Plan de Papantla A lo largo de la vida política independiente en México ha habido un sin número de Planes que diversos actores tanto políticos y militares han presentado a decir de ellos por el bien de la nación, este es el caso del Plan de Papantla un documento de 26 artículos, presentado por el Coronel federalista Mariano Olarte que como bien hemos visto fue un caudillo totonaca autonombrado por sí mismo como el padre de los indios. Tras una serie de descontentos sociales aunados al gobierno centralista por el que México atravesaba, Mariano Olarte decidió tras un rompimiento por parte del Estado con las negociaciones políticas para llevar la paz a la villa de Papantla, presentar su plan bajo el lema ¡Federación o Muerte! Exaltando a todos los mexicanos a tomar las armas en defensa de sus derechos y así mismo “para la salvación de la 39 40 Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México (1819-1906), p. 337. Josefina Zoraida Vázquez, Planes en la Nación Mexicana, pp. 96 y 98 43 republica”, con este nuevo plan los ideales agrarios se esfumaron y fueron sustituidos por aspiraciones políticas en las que se hablaba ya de una nueva república. ¿Pero que había obligado al Coronel Olarte a tomar una medida tan drástica si ya se había llegado a un acuerdo político entre el gobierno central y los rijosos en cuestión? Bien sabemos que el 18 de diciembre un grupo del ejercito sitió la villa de Papantla ignorando con esto los acuerdos entre el secretario de guerra y marina y el coronel Olarte, este grupo militar estaba comandado por el general Juan Vicente Arreola quien había avanzado desde Teziutlán bajo las órdenes del comandante general de Puebla con la firme intención de tomar Papantla, desde ahí podemos apreciar la idea de que en Puebla no se quería negociar con los rebeldes Olartistas, las ordenes de la milicia se cumplieron tal y cual debían, estos (militares) llevaron una política de tierra arrasada, es decir, población que era ocupada era quemada y su población reubicada en puntos estratégicos de fácil control que a un largo plazo permitía ubicar las bases de los rebeldes. El argumento militarista fue que Olarte rompió la tregua por que iba a estallar una “revolución a favor del sistema federalista en Santa Anna de Tamaulipas [Tampico]”, a la cual se iba a unir Olarte, según Arreola, el plan rebelde, publicado posteriormente a la toma de Papantla, mostraba que las negociaciones eran una “farsa”.41 Tras la publicación del Plan en la que los artículos más notorios resaltaban la conformación de un gobierno federal, la modificación de la constitución de 1824, la realización de una nueva división del territorio nacional, además de garantizar la existencia del ejército y la abolición de las alcabalas y de las obvenciones parroquiales, se puede hacer notorio que las peticiones habían girado drásticamente y ya en ningún punto hablaban sobre los atropellos de los que sufrían los campesinos, Antonio Escobar Ohmstede coincide en cierto punto con el General Arreola al decir que existe una posibilidad muy importante para que Olarte sólo utilizara a los campesinos y en un principio solicitara grandes apoyos para ellos, para que así los indígenas se vieran 41 Antonio Escobar Ohmstede, El movimiento olartista, origen y desarrollo, 1836-1838. Una revisión histórica. en Victoria Chenaut (coord.) procesos rurales e historia regional (sierra y costa totonacas de Veracruz) p. 62 44 obligados a apoyar en todo momento su movimiento federalista. Para finales del año de 1836 el gobierno central recibía la notificación de que en la villa de Papantla el general Arreola se encontraba rodeado por guerrillas rebeldes, de la misma manera daba parte a la autoridades de que la aldea se encontraba vacía pues lo “indios” habían huido a selvas cercanas y los de “razón” huyeron a otros pueblos ante el temor de las barbaries que se cometían. Mientras esto pasaba en Papantla, el jefe del movimiento Mariano Olarte avanzaba al puerto de Tuxpan con su primera división sostenedora del sistema federal con el fin de extender su plan y agregar adeptos, la rebelión se extendió en los estados de Puebla, Veracruz y el Estado de México, así como en los pueblos de Temapache, Tihuatlán, Coatzintla y el Estero. La gente adherida a la guerrilla se dio a la tarea de invadir distritos y cantones de Zacapoaxtla, Zacatlán, Huauchinango, Altotonga, Tuxpan, Jalacingo, Chicontepec, Tantoyuca, Misantla, Huejutla, Tulancingo y Zacualtipán, debido a la respuesta rápida de la población para reconocer al plan federalista, el gobierno central dio órdenes con calidad de urgentes con anterioridad para que se prepararan a los comandantes de las zonas de Puebla, Veracruz y Tamaulipas para que unieran sus tropas y defendieran las zonas que Olarte había atacado, las respuestas no fueron como el gobierno central esperaba, pues de Puebla salieron fuerzas al mando del Coronel José Antonio Saldaña con la intención de atacar a Olarte por la costa, cosa que no sucedió pues en determinado momento las tropas poblanas llegaron a necesitar de un cirujano debido a batallas que habían dado antes de llegar a su destino, donde era por lo menos necesario contar con materiales básicos de curación, Don José de las Piedras comandante general de los estados de Tamaulipas y Nuevo León hizo un gran sacrificio y sólo pudo mandar cien hombres al puerto de Tuxpan de los cuales únicamente llegaron noventa, debido a que los diez restantes habían contraído diversas enfermedades en el trayecto a Veracruz la noticias fueron peores, el coronel Antonio de Castro se dio a la tarea de enviar al supremo gobierno la siguiente nota: Comandancia General del Departamento de Veracruz. —Mesa 1ª—Exmo. Sor. —A pesar de q. estoy impuesto de que mi antecesor se le ha manifestado a V.E. para conocimiento del E.S. 45 Presidente interino, cual es el estado de miseria en q. se halla aquí esta guarnición como la de todo el Departamento; creo de mi deber renovar el mismo recuerdo; agregando q. los caudales dedicados a cubrir las atenciones de la guarnición son absolutamente insuficientes y por. La misma razón, la causa inmediata del entorpecimiento de muchas determinaciones q. tienen la más íntima conección [sic] con el servicio militar ordinario. “Y si estos inconvenientes concurren al querer expeditar el servicio en el orden común; a la consideración de V.E. dejo el inferir cuales sean los embarazos que se pulsan al querer obsequiar una orden como la q. ahora se presenta con motivo de la sublevación de Olarte. “Pero para qué encarecer el estado aflictivo en q. se encuentra esta guarnición, cuando estoy persuadido q. a V.E. no se le oculta y por lo mismo solo añadiré en conclusión q. si no se consigna para las urgencias indicadas, el producido de otro ramo más capaz, las dificultades se hacen de día en día más insuperables. —Dios y Libertad. —Veracruz, Noviembre 14 de 1836. —Antonio de Castro.42 Con esta carta a simple vista podemos apreciar que México no estaba en condiciones para enfrentarse a un movimiento de esa magnitud, debido a que a principios de 1836 se había organizado un ejército de 6000 hombres comandados por el general Antonio López de Santa Anna que se habían perdido en Texas, otra de las grandes muestras de declive de la nación en esas fechas llegó a tal grado cuando se le ordenó al comandante don José Arango encargado de la fortaleza de San Carlos en Perote, mandara pólvora y pertrechos43 a las tropas que combatían a la guerrilla federalista, este contestó solicitando instrucciones terminantes, pues en caso de obedecer órdenes superiores la fortaleza se quedaría sin municiones para alguna eventual contingencia. 42 Jorge Flores D., La revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 39. 43 Municiones, armas y demás instrumentos necesarios para los soldados y las defensas de fortificaciones. 46 Ante la falta de dinero, armas, pólvora y otras cosas básicas, la milicia se vio obligada a solicitar créditos entre los comerciantes de Puebla y aun así no pudieron cubrir todas las necesidades, de nuevo se verían obligadas ahora a las cajas de las administraciones de rentas, esta vez con calidad de préstamos forzosos, de las cuales juntaron 854 pesos y 6 reales para equipar a 800 hombres que se encontraban en Puebla. La sección operativa que se había reunido en Teziutlán estaba al mando del general Juan Vicente Arreola, soldado nacido en San Andrés Chalchicomula a finales del siglo XVIII, éste astutamente se hizo de la villa de Papantla informando que los que ahí estaban había dejado las armas y huido a los montes cercanos, confiado de tal cosa pernoctó en el centro de la villa, y al amanecer siguiente cerca de cinco mil indígenas de los cuales 800 contaban con armas de fuego rodeaban ferozmente la villa antes citada listos para acatar órdenes del comandante Olarte: Como no había víveres para los soldados, ni forraje para los caballos, el general Arreola, con 100 soldados, rompió el “sitio a fuerza de balas”. Pudo llegar a la ranchería llamada el Cepillo en la cual encontraron algunos refuerzos. Los campesino, por su parte, que en este momento ya eran 5 000 –en su mayoría de Coyuxquihui y rancherías circunvecinas--, tenían 800 armas de fuego y lograron ampliar el cerco de Papantla. Dicho cerco se extendió a la ranchería de San José Quisintla, así como a los cerros del Campanario y del Calvario.44 En los primeros días del mes de enero de 1837 las cosas para el general Arreola y sus soldados se habían tornado algo difíciles, la estancia en la villa le transformaron el carácter de aquel soldado arrogante que no escuchaba y que no quería negociar ya poco quedaba, ahora clamaba por alguien que hiciera ver en los corazones de los totonacas para desertar de la guerra, pensó entonces en el cura Don Joaquín Espinosa conocido y querido por la comunidad por sus anteriores intervenciones ante el Estado por la necesidades campesinas, así como también solicitaba la presencia del general Don Guadalupe Victoria primer presidente de México y viejo conocido de Olarte, Victoria se encontraba en su hacienda del Jobo en Veracruz, o del general Don José Rincón de 44 Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México (1819-1906), pp. 328 y 329 47 igual manera conocido por la población de Papantla, la desesperación era tal que así lo podemos constatar en la carta dirigida al jefe político de Zacapoaxtla: Sr. Teniente Coronel Don Domingo Salgado. —Papantla, 2 de enero de 1837. —Mí querido amigo: Contesto a su papelito de V. diciendo que al Sr. Coronel Torres ya le ordeno lo que debe de hacer; y V. podrá decir al Exmo. Sr. Gobernador de ese Departamento que se sirva escribir a Méjico por extraordinario violento procurando la venida del Exmo. Sr. General Don Guadalupe Victoria, la del Sr. Cura de este mismo punto, o la del Sr. Gral. Don José Rincón; pues solo así o por uno de los medios que Dios Nuestro Señor dispone (Y los hombres no alcanzamos) podrá concluir la revolución pronto, con ahorro de dinero, de tiempo y de sangre. S.E. el General Victoria tiene poderes sobre los corazones de estos indígenas; los tiene asimismo el Sr. Cura Párroco de este pueblo que fue a Méjico en comisión; y el Sr. Rincón hizo la guerra en tiempo de la revolución pasada en estos rumbos: conoce el terreno como yo nó,[sic] y podrá hacer que esto termine bien y pronto. Esto podrá V. manifestar al Exmo. Sr. Gobernador y Comandante General de Puebla para su inteligencia y disposiciones superiores, asegurándole de mi parte que lo que yo haga por terminar pronto la revolución, como que son éstos unos montes tan tupidos, y las cordilleras de la sierra tan largas; así como que el enemigo no espera, sino que cuando se le hace una carga, huyen como vencidos y a los pocos momentos que la tropa se retira, vuelven a aparecer; no es tan fácil que se consiga pronto, sino a la larga; para lo cual se necesitan más fuerzas y recursos. Queda de V. su afectísimo que I.b.s.m.—Juan Vicente Arreola.45 La idea de contar con Don Guadalupe Victoria no era mala, ni mucho menos una ocurrencia del general Arreola, a decir no solo de él si no de muchos estudiosos del tema el primer presidente de México contaba con toda la experiencia y autoridad moral 45 Jorge Flores D., La revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 50. 48 para negociar con las fuerzas guerrilleras de Olarte, conocía perfectamente la zona y había convivido con el insurgente totonaco Serafín Olarte y era más que supuesta la relación que tenía con Mariano, hijo del indio Serafín. El general Guadalupe Victoria aceptó con gusto la idea del gobierno central para que fuera intermediario y así tratar de resolver la situación de la mejor manera posible, Victoria llego a Papantla a pedirle a Olarte un arreglo pacífico esperando se concretara una reunión la cual fue acepta más nunca cumplida por Olarte, al no haber respuesta favorable giro instrucciones al general Arreola para que se continuara con las acciones bélicas comprendidas contra la guerrilla federalista, un mes después de este suceso Guadalupe Victoria fija una segunda cita y es el día dos de febrero en la desembocadura del rio Tecolutla cuando el ex presidente de México trata de desprestigiar el movimiento Olartista frente a los jefes más visibles de las guerrillas, esto nuevamente con un saldo negativo, al contrario cada día que pasaba el movimiento federalista ganaba más simpatizantes, ante esta medida el General Guadalupe Victoria decide instalarse en Papantla y desde este lugar busca por todos los medios posibles la atención de los jefes guerrilleros, el día esperado llegó el 13 de febrero, Victoria se reunió con algunos líderes del movimiento entre estos José García segundo de Olarte y acordaron firmar un pacto dejando excluido a Mariano Olarte, los jefes guerrilleros habían aceptado este plan pues contenía en su mayoría las necesidades e inquietudes que Olarte había dejado en un segundo término con el Plan de Papantla, salvo el que regresaran las procesiones en la semana mayor todo era garantizado, miles de campesinos desertaron de las filas del movimiento olartista y volvieron a sus lugares de origen a trabajar sus tierras más tranquilos por haber conseguido su objetivo gracias a la “astucia” de líderes consientes de las necesidades más vitales. Gracias a la peripecia del general Guadalupe Victoria la villa de Papantla quedó librada del cerco que la rodeaba, lo que permitió que el general Arreola primeramente surtir de todo tipo de cosas a su ejército y en segundo lugar ir tras el coronel Mariano Olarte jefe del movimiento federalista, después de esta maravillosa táctica el gobierno central nombró a Guadalupe Victoria jefe de la División de Operaciones y a Arreola 49 como segundo al mando, ambos aceptando el cargo, para marzo de 1837 para ser más exactos el día 7 el general Guadalupe Victoria consideraba que la paz estaba ya segura en toda la región que meses antes había apoyado el movimiento olartista, para estas fechas el ex presidente de México consideraba ya innecesaria su estancia por lo que solicitó al gobierno central se le concediera su retiro para poder descansar pues consideraba que su salud se estaba deteriorando en la zona y necesitaba estar en un lugar confortable como su hacienda. Mientras todo esto pasaba en el estado de Veracruz, en la capital del país era electo Anastasio Bustamante como presidente de México este recién llegado de su exilio, días antes de su toma de posesión los federalistas de diferentes partes del país se reunirían en San Luis Potosí para anexarse al movimiento olartista, ahí se pronunció un plan del cual se enviaron copias a Zacatecas, a Mariano Olarte en Veracruz, a Cristóbal Mejía en Querétaro y los federalistas de la ciudad de México como Gómez Pedroza y Manuel Crescencio Rejón, el plan fue pronunciado en San Luis Potosí el 14 de abril de 1837 bajo el lema “Federación o Muerte” dicho plan repudiaba el sistema central que imperaba en la nación pues consideraba que en vano se había conseguido la independencia al retomar de nuevo este sistema que consideraban imperial. En la zona del Totonacapan la resistencia armada continuaba, el día glorioso para el general Arreola llegó y dio alcance al coronel Mariano Olarte y sus no más de 200 escuderos, una batalla feroz tuvo lugar en Coatzintla, cercano a Coyuxquihui, al ver perdida la pelea el Coronel y sus huestes deciden refugiarse en los montes cercanos que conocían a perfección y desde ahí Mariano Olarte solicitará apoyo al general federalista Esteban Moctezuma que operaba en San Luis Potosí sin saber que este ya había fallecido, apoyo que nunca llegó por evidentes razones. Olarte tomó la decisión de atacar diversas poblaciones en la Huasteca veracruzana estableciendo su cuartel en Tantima población enclavada en la sierra de Otontepec en donde varias veces persuadió al cura de la localidad para que este incitara a la rebelión, el movimiento fue adquiriendo de nuevo fuerza y los enfrentamientos continuaron hasta que el día 12 de mayo de 1838 el general Martín 50 Perfecto Cos jefe de las fuerzas militares informó que un capitán había dado muerte a Olarte y algunos seguidores: En la sorpresa que la valiente 2ª sección de Tuxpam, al mando del muy recomendable y bien conocido Capitán del Batallón Activo de Tres Villas, Don José Mariano Fernández, dio a los sublevados la madrugada de antes de ayer, murieron los cabecillas Olarte y Moreno, con Rosalino Vicencio, Manuel Pilulla y otros dos desconocidos; quedaron dos hombres prisioneros, quince armas de fuego y algunas municiones, habiendo sido conducido a esta Villa el cadáver de Olarte para darle sepultura…. Estoy dictando las órdenes conducentes para aprovecharme de la confusión y desorden que debe producir entre los sublevados este acontecimiento.—Tuxpam, 14 de Mayo de 1838.46 Grandes luchas continuaron a la muerte del Coronel Mariano Olarte y poco a poco las fuerzas centralistas lograron sofocarlas, hasta no quedar de ellas más que los grandes recuerdos de las hazañas y maniobras heroicas de aquellos que habían defendido a su país al grito de ¡Federación o Muerte! 2.3.- El papel de Papantla en los diversos movimientos antes del Porfiriato 1838-1876 Después de los conflictos en los que se vio envuelto el pueblo de Papantla que encabezaron el Coronel Serafín Olarte en su lucha por la independencia y su hijo el Teniente Mariano Olarte en su búsqueda por la restauración del federalismo, la villa vivió un periodo largo de paz aunque nunca bajó la guardia debido a la tensión que se vivía en el estado de Veracruz. Para finales de 1846 en el puerto de Tecolutla a escasos 45 kilómetros de la villa antes mencionada, anclaron cuatro fragatas y una corbeta del gobierno de Estados 46 Ídem., p. 66. 51 Unidos para que sus tripulantes bajaran a comprar víveres, las reacciones en pueblos vecinos al puerto de Tecolutla no se hicieron esperar y en vísperas de una invasión a México por parte del gobierno norteamericano, una agitación generalizada dominó la zona, a Papantla fueron enviados 200 fusiles y 8 cajones de parque, sin saber que meses más adelante ya en el año de 1847 anclaría en el puerto de Tecolutla la fragata norteamericana llamada “La Germanten” adueñándose del humilde caserío que en ese entonces existía, el pueblo de Tecolutla sucumbió ante atroz ataque, y es bajo mentiras y presiones que obliga a la autoridad del puerto a firmar un documento en el cual reconocían el gobierno estadunidense como único capaz para mandar sobre ellos, así mismo sin necesidad de atacar la villa de Papantla el comandante de las fuerzas norteamericanas envío a la autoridad papanteca un comunicado exigiendo la rendición total en los términos en los cuales la población de Tecolutla se había rendido, reconociendo solo al gobierno norteamericano. Hilarión Pérez y Olazo jefe político de Papantla rechazó tajantemente la propuesta enviada por parte de los invasores y con patriotismo y valentía don Hilarión contesto lo siguiente: Las autoridades y el pueblo de Papantla desconocen absolutamente al gobierno de los Estados Unidos del Norte, reconociendo más que nunca a México cuya suerte compartirán por siempre y ofrecen perecer en su defensa sacrificando sus fortunas, sus familias, y cuanto les es más sagrado, como víctimas de su patriotismo, y sobre sus cadáveres pasaran los enemigos de su nacionalidad e independencia a ocupar las ruinas y escombros que dejarán a su retaguardia, sólo de este modo sucumbirán. 47 La valentía y lealtad con la que el jefe del cantón y el pueblo habían actuado dio frutos pues a los pocos días pues se armaron 400 guardias nacionales con fusiles y 300 zapadores48 con machetes, poblaciones enteras como fue el caso de Espinal se sumaron a las acciones de la defensa, en Tuxpan y Teziutlán se colaboró con la defensa, sin embargo los planes de las tropas norteamericanas no tenían en 47 48 Cristina Garza Rivera, Nadie me verá llorar, p. 56. Soldados que trabajan en obras de excavación 52 contemplación el ocupar Papantla, pues sus rutas trazadas hacia la capital mexicana eran por el centro del estado. Sin embargo no por eso no se debe de reconocer el papel que los habitantes de esta villa totonaca tuvieron en la invasión norteamericana de 1847 demostrando su amor y fervor por la patria. El desenlace de la invasión norteamericana de 1847 ya lo sabemos y no entraremos en más detalles. A principios de la década de los cincuenta los problemas agrarios y la agitación indígena que se vivía en la zona volvieron a manifestarse, y no había nada que no hubiera pasado antes, el alza de impuestos, la gran molestia hacia las propiedades comunales y la imposición de las autoridades por un lado, y por el otro la temida leva que obligaba a la población principalmente indígena a ocultarse en el monte en cañadas casi inaccesibles, Adriana Naveda hace mención de que la población indígena de la zona de Papantla se dedicaba gran parte del año a tomar, por lo que la cantinas y la venta de alcohol clandestina floreció muy rápido, año tras año con la llegada de nuevas autoridades se pretendía poner en marcha importantes planes para sacar a la población de la cruel situación en la que se encontraban, sin embargo, el progreso no podía llegar, aunado a esto los indígenas no querían dejar a un lado sus costumbres. Varios intentos organizados de resistencia indígena surgieron en la zona norte de Veracruz para defender a la patria de la invasión norteamericana, o para pelear por las restituciones de tierra, tales casos como los planes de Amatlán en 1847, de Tantoyuca en 1848, y el nuevo plan de Tantoyuca por ahí de 1856, fueron sin duda movimientos que en la actualidad muestran como la población principalmente indígena buscaba expresarse organizadamente, para pelear por sus derechos. El cantón de Papantla estaba compuesto principalmente por población indígena, para el año de 1850 habitaban aproximadamente 25 35049 personas en la jurisdicción del mismo, con nuevos conflictos en puerta como la ley del sorteo de 1853 que fue mucho más agresiva que la leva que se aplicaba con anterioridad, la organización social indígena se vio afectada, y para el año de 1854 de acuerdo a un censo realizado por el gobierno del estado en el cantón habitaban 28 350 personas, los años en 49 ESCOBAR, Ohmstede, Antonio, La rebelión de Olarte en Papantla, en Victoria Chenaut, procesos rurales e historia regional (sierra y costa totonacas de Veracruz), p. 59. 53 Papantla corrían y una epidemia de cólera azotó la región en 1857 con estos sucesos lamentables la desorganización social creció con mayor rapidez, y no fue sino hasta finales de la década que nuevos aires rodearon a la población, la llegada de colonos principalmente Italianos al puerto de Tecolutla trajo consigo pequeñas inversiones que con anterioridad se le habían pedido al gobierno en turno, lamentablemente el clima hostil de Papantla hizo que la mayoría de los habitantes italianos optaran por buscar un mejor lugar para vivir y es así como se trasladaron de Papantla a un lugar denominado cabezas del Carmen hoy conocido como Gutiérrez Zamora. Para darnos un pequeño ejemplo de en qué condiciones se encontraban los italianos asentados en Agua Dulce pequeña comunidad perteneciente a Papantla de acuerdo a la vieja tradición oral citaremos lo siguiente: Estaban muriéndose de hambre y vino un italiano a pedir auxilio al cura, entonces fueron familias de la villa y les llevaron comida y medicina, entre otras cosas curiosas encontraron que un italiano estaba cocinando un zopilote. Cuando un papanteco le dijo que eso no se comía, él respondió: Tutte ave che vola a la tavola [sic] Un problema que tenían (los italianos) eran las niguas porque todos estaban llenos y no sabían qué era eso hablaban y no se entendían pero había uno que entendía el español y les dijo que eso se los iban a sacar. Ya todos acarrearon espinas de naranja y cal y empezaron a sacar las bolsitas de niguas y a llenarlas de cal y así les sacaron todo.50 Después de radicar en cabeza de Carmen los Italianos regresaron a Papantla pues el clima era mucho más agradable y no había enfermedades típicas de las costas como el paludismo y la gran cantidad de reptiles que los asechaban. La villa de Papantla creció debido a que los inmigrantes rápidamente invirtieron e hicieron de la zona un excelente centro comercial, pronto se dedicaron al cultivo de la vainilla, del tabaco y las maderas preciosas, se tienen registros que un par de colonias de gente de Estados Unidos llegó tras huir de la guerra civil sin embargo estas no 50 Cristina Garza Rivera, Nadie me verá llorar, pp. 56 y 57. 54 prosperaron debido a las fuertes inundaciones de 1863 pues sus construcciones estaban muy próximas al río. Los planes “colonizadores” que el gobierno del estado tenía para el cantón de Papantla eran argumentados pues decían que la villa tenía solo una quinta parte de la población de Xalapa con casi el doble de su territorio. Encontramos que para el año de 1857 en el que la guerra de reforma o de los tres años comenzó en el cantón de Papantla se mantenían alrededor de 900 hombres armados y divididos en dos batallones, Adriana Naveda concluye que la guardia se encontraba debido al temor de nuevos levantamientos indígenas, se debe de recordar que esta zona siempre estuvo en conflicto por motivos meramente agrícolas que tenían que ver con la propiedad comunal, un tema que abordaremos posteriormente. Papantla tuvo un papel activo políticamente hablando en la guerra de los tres años, pues el 11 de marzo de 1858 mientras el General Miguel María de Echegaray jefe conservador de Veracruz festejaba la reciente toma de la capital recibió una notificación de apoyo por parte del partido de la villa totonaca, en el cual se aseguraba que pueblo y gobierno de Papantla acogían el Plan de Tacubaya, y al frente del contingente papanteco estaban Juan M. Vidal y el jefe político José Danini, aunque su alineamiento fue para con el bando perdedor los habitantes obtuvieron un triunfo al concedérseles la categoría de cabecera de cantón poniendo fin a años de pertenecer al cantón de Jalacingo, esto claro después de años de pelear políticamente hablando por esto, así mismo se les concedió abrir el puerto de Tecolutla al comercio de altura. La guerra de los tres años dividió a la población a tal grado que familias enteras se dividieron y desgarraron sus vestiduras a favor de la clase conservadora y la clase liberal, destaca entre los papantecos distinguidos en esta lucha el General Lázaro Muñoz, Miguel Herrera Leal y José Samarti entre las figuras que apoyaron al ala liberal, esta significativa disputa entre ambos bandos trajo luto a Papantla y las regiones aledañas que a decir de José Sierra solo se comparan con los años de la guerra de independencia, gran parte de los pobladores se acogieron en las huestes imperiales 55 claro está que era en búsqueda de nuevas suertes en momentos duros para la republica 51 No podemos dejar de lado el papel hábil y oportunista que los franceses manejaron en la zona al ofrecer al pueblo la proclama del respeto a la propiedad comunal así como también ofrecer abundante armamento para que los indígenas lucharan a su favor, de igual manera con la derrota de los soldados del viejo mundo, represalias y venganzas en contra de los “traidores” no se hicieron esperar, en 1865 los franceses fueron dominando poco a poco la zona norte, y derrotaron al ejército nacional en Agua Dulce y Tlahuanapa, a principios de 1866 los franceses tomaron Papantla, sin embargo, es ahí donde se da una lucha fuerte entre los nacionales por defender a su patria, de nueva cuenta vemos al pueblo unido como en momentos anteriores cuando se trata de luchar contra países invasores por el bienestar de todos. En esta lucha contra los franceses encontramos a Rosalindo Fajardo y al joven Simón Tiburcio de tan solo 22 años de edad que en Juu Papantlan de Luis Salas García encontramos una narración de la odisea que tuvo que pasar para poder iniciar una lucha con solo 60 elementos, de igual forma vemos claramente como se hizo del gran apoyo de los indios para la compra de pólvora entre otras cosas: Tuve que valerme de varias familias indígenas para que en distintas tiendas y por medios y reales a fin de no despertar sospechas, compraran pólvora, municiones y postas, logrando reunir por este procedimiento, una arroba de la primera y media de la segunda […] Mientras se trabaja en el sentido que llevo expuesto, alistándose los pertrechos indispensables para principiar la campaña, procuraba yo reunir mayor número de partidarios entre los indios totonacos, para lo cual, valiéndome de su idioma o dialecto le manifestaba, que sólo las mujeres o los cobardes carentes de patriotismo y dignidad podían dejarse gobernar por extranjeros de distintas costumbres y raza, pues estos mandatarios intrusos acabarían por quitarnos nuestros terrenos, teniéndonos en la condición de esclavos sujetos a su voluntad o 51 Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 27. 56 capricho. Excitábales [sic] por este medio su patriotismo, gozando la satisfacción de que ninguno de los que me escuchaban intentara separarse de nuestro partido.52 Todo esto sin el apoyo de los personajes reconocidos como el General Lázaro Muñoz. La toma de Papantla fue sin duda el inicio de su gran carrera militar siempre exaltando el fervor que guardaba con para la patria. Las batallas del teniente coronel Simón Tiburcio53 se situaron en la sierra norte de Puebla, en Querétaro y finalmente en la toma de la capital con el triunfo definitivo del gobierno juarista. Apreciamos claramente y sin dudarlo que Papantla siempre fue un activo importante de héroes anónimos que sin pensarlo luchaban por las causas que consideraban nobles, el pueblo fue creciendo poco a poco en todos los sentidos, sin embargo, las cuestiones agrícolas seguirían por muchos años más siendo un dolor de cabeza para los gobiernos estatales en turno, pues a la mayoría les preocupaba una sola cosa; privatizar la tierra de los indígenas, con lo que el gobierno estatal no contaba es que los totonacas siempre unidos afrontaban esos problemas, y muchos de ellos enviaban solicitudes al congreso local para mantener sin cambios sus propiedades, años pasaron para que el congreso les respondiera “todos los pueblos de este cantón tienen terrenos comunales y deseosos de seguirlos poseyendo en estado proindiviso.” 54 con esto lograrían por un tiempo mantener sus privilegios sobre sus tierras, los cuales fueron cancelados posteriormente para proceder a aplicar las leyes de división. Al inicio de 1870 el cantón se había recuperado notoriamente y de acuerdo a los censos de la época la población era de aproximadamente 20 272 habitantes, de los cuales 50 eran de origen extranjero, principalmente de origen español, aunque 52 Victoria Chenaut Aquellos que vuelan, los totonacos en el siglo XIX, p. 210. Teniente coronel Simón Tiburcio, Ilustre personaje Papanteco nacido el 24 de agosto de 1818 en la congregación de Poza Larga, municipio de Papantla, defendió a la patria en diferentes ocasiones durante la guerra de reforma, la segunda independencia contra la intervención francesa y abrazo el plan de Tuxtepec, murió en la ciudad de Teziutlán el 14 de septiembre de 1915. 54 Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, México, p. 31. 53 57 encontrábamos también italianos, norteamericanos, alemanes incluso franceses y austriacos que se dedicaban al comercio, de acuerdo a Carmen Blázquez la cabecera del cantón contaba con 8 regidores, 2 síndicos, 1 juez de primera instancia y 3 jueces de paz, en los censos económicos podemos apreciar que se encontraban 84 comerciantes, 18 cigarreros, 24 carpinteros, 1 farmacéutico y 2 escultores, en cuanto a la educación funcionaban 3 escuelas con igual número de maestros, las cuestiones religiosas no pueden dejarse a un lado en el pueblo habitaban 4 curas para protección de las almas que se dirigían en 3 diferentes templos, es para estas fechas cuando se construye la torre para albergar el campanario del templo. La cuestión del campo repuntó y por la cuenca del Tecolutla se embarcaban con dirección al extranjero productos como el zapote, jabón, estopa, cuero de venado, hule, pimienta, tabaco, maíz y el producto principal la vainilla, los ingresos eran de aproximadamente 166 mil 577 pesos para 187355 de los cuales la mayor parte correspondían a la vainilla, las cantidades de producción de la vaina fueron en aumento de casi el 50% con un crecimiento bárbaro, “…Mientras que, a finales del siglo XVIII y principios del XIX la cuenca del río Tecolutla proveía sólo un décimo de las exportaciones de vainilla de México, hacia 1860 su porción era ya de 50%, y continuaba en aumento. En términos absolutos representaba un incremento –en promedios anuales—de alrededor de 200 kilogramos, a tanto como 6 000 kilogramos por año. La economía de la vainilla de Papantla alcanzaba finalmente la mayoría de edad.”56 Gran parte de la vainilla producida en Papantla era exportada a países de Europa, principalmente a Francia, tan solo en 1873 se habían embarcado 6 690 kilogramos de vainas57 ya no se podía hablar de que en Papantla se robaba la vainilla de campos cercanos pues ahora no había la mínima necesidad, el negocio estaba en sus mejores momentos. Si en la época de Humboldt, Misantla rendía casi siete veces más que Papantla, 70 años después esta relación se había invertido generando la región que nos ocupa tres veces más. En efecto, de 55 Ídem., p. 31 Emilio Kouri, Un pueblo dividido. Comercio, propiedad y comunidad en Papantla, México, p. 140. 57 Ídem., p. 406. 56 58 la cantidad total registrada en 1873, Jalacingo producía 50 millares, Tuxpan 60, Xalapa 10, Misantla 1 010 y Papantla 3 mil 200. El valor de la industria papanteca de acuerdo a estos datos, ascendía a la cantidad de 256 mil pesos de la época.58 Papantla no solo fue reconocida por sus riquezas culturales (El Tajin) y agrícolas (La vainilla), desde 1870 se mencionaba con insistencia de las nuevas riquezas que manaban del seno de la tierra, un producto que siempre había estado ahí, pero que ahora empezaba a tener una valoración sorprendente en los países más desarrollados, fue así como el Doctor Adolfo Autrey, un norteamericano autoexiliado que buscaba encontrar en las hierbas de la región cura para diferentes males, dio con tan preciado producto y para suerte encontró material abandonado en la zona donde se encontraba el chapopote y es así que decide empezar con la explotación de este, llamando a su compañía exploradora y explotadora “la constancia”, para 1871 el gobernador en turno Francisco Hernández y Hernández en su informe de labores daría a conocer los criaderos y manantiales de petróleo que se habían encontrado en la región, así mismo hablaba de numerosas minas de asfalto y de yacimientos subterráneos que en un futuro no muy lejano se comenzarían a explotar modificando el equilibrio natural por completo. 58 Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 31. 59 En conclusión podemos apreciar que la tranquilidad del pueblo de Papantla no se había podido recuperar del todo, tras la muerte de Serafín Olarte el movimiento guerrillero siguió al mando de otros, hasta que en un nuevo intento para no permitir de nuevo atropellos e injusticias se desata la revuelta de Mariano Olarte. Mariano Olarte desafío al gobierno central por amor a su gente, siempre luchó para que se le reconocieran sus meritos militares y sociales, y ante la negativa del estado por no permitir realizar sus celebraciones religiosas-tradicionales se vio en la necesidad de lanzar un Plan que llevó el nombre de la tierra que lo vio nacer, el poco conocido Plan de Papantla que intentó implementar sin mayor éxito, que el de recuperar sus grados militares y algunos beneficios para los indígenas que lo acompañaban. Vemos que el pueblo de Papantla no era ajeno al acontecer nacional y estatal, que su economía al igual que la de muchos lugares se volvió importante no solo para el estado si no que para la nación. Demostrado está que los indígenas de Papantla fueron luchadores incansables por hacer valer lo que ellos consideraban como sus derechos fundamentales, y que muy pocos pueblos le dieron serios problemas al gobierno federal como este, por sus innumerables problemas que fueron desde la división de tierras hasta las cuestiones de imposiciones tanto políticas como sociales y religiosas. 60 Capítulo III: Problemas agrarios en Papantla durante el Porfiriato En este tercer capítulo hablaremos de los problemas agrarios que surgieron en la región del Totonacapan algo que para el periodo de 1876 a 1911 vivió su mayor auge, los despojos de tierras de los cuales los indígenas eran los más afectados, trajeron nuevas inconformidades, la aplicación de leyes que hasta el momento se desconocían, así también las mañas de los ayuntamientos para dotar de tierras a gentes que no conservaban un título se volvió algo común. Como era de esperarse la reacción de los despojados no fue pacífica, por lo que en más de una ocasión abrazaron las armas como la única manera de solucionar sus problemas, la iglesia jugó un papel poco decoroso pues al igual que el gobierno abusaba de la “inocencia” de la población indígena. En el primer punto hablaremos de la importancia que representó Papantla en las cuestiones principalmente económicas durante el periodo conocido como el Porfiriato, trataremos de explicar cómo el cantón llegó a aportar gran cantidad de recursos monetarios al estado de Veracruz, los cuales provenían principalmente del cultivo de vainilla y el petróleo que comenzaba a tener importancia mundial. En el segundo apartado daremos a conocer el movimiento iniciado por Antonio Díaz Manfort, revisando a detalles su proclama y cómo es que en el cantón de Papantla se le combatió. En la tercer parte del tercer capítulo, abordaremos uno de los tantos malestares indígenas que hubo en Papantla ante ¿Un nuevo reparto de tierras?. En 1891, en este suceso fueron despojados varios indígenas por parte del gobierno municipal de sus tierras para beneficiar a gente de dinero del pueblo. La cuarta sección tratará de hablar de las agresiones que indígenas papantecos sufrieron el jueves de corpus, esto en el año de 1891, el descontento de las autoridades locales ante los levantamientos por parte del pueblo, aunado a la desobediencia que los 61 pobladores habían hecho para no festejar en grande su fiesta patronal obligó a tropas de la milicia a atacar para imponer orden social. En los tres temas siguientes analizaremos el fin de los condueñazgos y el reparto de tierras que en más de una ocasión se realizaron hasta que el gobierno del estado designó a Victoriano Huerta para que se encargara de dividir las propiedades y así poder repartirse entre los “legítimos” dueños, veremos la sublevación alentada de 1896 un antecedente de lo que vendría para los años posteriores no solo en el estado si no en el país y la forma en que el gobierno actuó. 62 3.1.- La importancia de Papantla en el Porfiriato Con la llegada del General Porfirio Díaz al poder, la situación económica del país a decir de varios expertos en la materia empezó a mejorar, y en cuestiones locales como lo fue el caso del cantón de Papantla no fue la excepción a pesar de que en 1878 las epidemias se dejaron sentir en el pueblo, entre septiembre y noviembre la fiebre amarilla se instaló entre la población, el pueblo no estaba preparado para una pandemia de esta magnitud pues el hospital con el que Papantla contaba está cerrado desde 1875 debido a la falta de recursos y sobre todo de material para su funcionamiento adecuado, de esta manera la población se vio obligada a organizarse de una manera diferente y es así como los médicos Alfredo Higareda, un profesor de medicina comisionado por el municipio y Adolfo Autrey médico americano con negocios importantes en la zona, fueron quienes colaboraron en todo momento para sacar la fiebre amarilla de la región, al lograr su cometido fueron declarados bienhechores de la humanidad por el gobierno del estado.59 Sin embargo no todo en Papantla fue tragedia, al dejar atrás la pandemia que afectó al pueblo, las cosas empezaron a mejorar en la cuestión urbana principalmente en el centro de la ciudad, se logró terminar el nivelamiento del parque y se continúo con la remodelación del palacio municipal, se terminó la construcción de la calle Humboldt hoy en día conocida como la calle José María Pino Suarez, así como también se dio inicio al remozamiento de calles aledañas al parque y la construcción de diversos puentes.60 En la cuestión educativa se reportaron por parte del jefe del cantón más de 60 escuelas públicas con un total de 1 700 alumnos que eran atendidos por 60 profesores de estas escuelas, la mitad se encontraban en la cabecera, podemos apreciar claramente como el pueblo de Papantla empezaba a crecer en la mayoría de las cuestiones, no mucha información más que la mencionada se puede apreciar en cuestión académica, pues en ocasiones a decir del gobernador los jefes de cantón no 59 60 Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 30 Luis Salas García, Cachiquin, p. 16. 63 reportaban en su totalidad los datos requeridos para los informes anuales presentados por los últimos mencionados. Una de las cuestiones más notables en las que Papantla sobresalió en los años que comprenden el Porfiriato fue el comercio de la vainilla que se exportaba a diferentes partes del mundo, mientras que a finales de la década de 1870 se habrían embarcado entre 15 000 y 16 000 kilogramos de vainilla de la cual la gran parte salió de los cultivos de Papantla, para 1880 la producción de dicha vaina alcanzó la cifra de 50 000 kilogramos en una sola cosecha61 de igual manera el aumento de la producción se dio gracias a las nuevas técnicas62 aplicadas en Papantla, para finales de 1890 el cantón paso de ser el aportador de un 50% a un 66 % es decir un 16% más de producción, de igual forma ahora Papantla tenía el mayor centro de beneficio de vainilla superando a San Rafael que estaba controlado principalmente por productores franceses, incluso los productores de vainilla de Misantla ahora le vendían a los beneficios de Papantla su producción. El corte de la preciada vaina se hacía entre el día de la virgen de Guadalupe y el día de la Candelaria, es decir, del 12 de Diciembre al 02 de febrero y de acuerdo por ley así tenía que ser, esto según decían los productores era para fomentar la libre competencia, lamentablemente muchos indígenas no respetaban la ley, no por carecer de conocimientos si no porque si esperaban los tiempos de cortes la gran parte de su producción era robada por las noches e incluso por los días, llegando a causar la muerte ya de más de un indígena que al defender sus productos era privado de la vida. Con el paso del tiempo y como anteriormente comentamos Francia dejó de adquirir en gran medida el producto mexicano en ciertos periodos, en cambio los Estados Unidos pasaron a ser los principales compradores del aromatizante totonaco, debes de dejar muy claro que la mayor producción que salía hacía el extranjero era de calidad netamente papanteca como lo demuestra la siguiente gráfica. 61 Emilio Kouri, Un pueblo dividido. Comercio, propiedad y comunidad en Papantla, México, p. 170. 62 La polinización manual que se había puesto en práctica en 1836por un herborista belga, rendía sus primeros frutos en Papantla en 1880, esta nueva forma de acelerar el procedimiento natural trajo grandes beneficios, dicha práctica la realizaban principalmente las mujeres debido a su delicadeza para con la planta, la polinización manual fue traída y enseñada por los franceses. 64 Exportación de Vainilla mexicana, 1890-1910 Año fiscal EUA (kg) Francia (kg) Otros (kg) Total (kg) 1889-1890 66 748 5 333 18 72 099 1890-1891 36 648 9 834 500 49 982 1891-1893 94 633 2 665 1 142 98 440 1892-1893 87 984 3 445 1 148 92 577 1893-1894 64 657 3 328 2 056 70 041 1894-1895 24 605 1 100 0 25 705 1895-1896 80 857 1896-1897 33 984 721 5 34 710 1897-1898 11 319 7 552 16 18 887 1898-1899 42 798 1 279 43 44 120 1899-1900 43 748 2 050 0 45 798 81 504 1900-1901 25 588 1901-1902 36 644 1902-1903 58 945 6 782 537 66 264 1903-1904 97 103 1 168 63 98 334 1904-1905 117 406 2 762 486 120 654 1905-1906 220 387 3 947 376 224 710 1906-1907 156 929 5 667 1 148 163 744 1907-1908 95 581 12 168 322 108 071 1908-1909 132 669 8 650 212 141 531 1909-1910 136 644 12 902 1 837 151 383 Fuente: XIX, p. p. Fuente:Emilio EmilioKouri: Kouri:La Lavainilla vainillade dePapantla, Papantla,agricultura, agricultura, comercio comercio yy sociedad sociedad rural rural en en el el siglo siglo XIX, 129. 129. Como anteriormente mencionamos, Papantla no solo brindó recursos por la cuestión de la vainilla, también aportó los primeros yacimientos de petróleo en las costas del golfo, y fue precisamente en Papantla y la región donde se reportaron los primeros manantiales de crudo tal y como lo reportó el Gobernador Francisco Hernández y Hernández. El médico bienhechor de la humanidad Adolfo Autrey fue de los primeros si no es que el primero a quien se le concedió un yacimiento para poder ser explotado, así 65 también en Papantla se instaló la primera refinería que fue de su propiedad, a decir del periodista Aurelio Regalado en su columna nuevos horizontes citando al estudioso José Domingo Lavín en cuanto a las cualidades del terreno reclamado por Autrey eran las siguientes: En la superficie medida se hallan un pozo principal que es del que está haciendo uso el doctor Autrey, que tiene seis varas de profundidad, el líquido que contiene y que es asfalto tan líquido que tendrá a lo más el espesor del aceite de linaza cocido, de este pozo que está arriba se filtra la materia dicha a otro tanque que está a setenta y siete varas abajo, cuyo tanque tiene cosa de seis varas de circunferencia por tres de profundidad el líquido y de aquí se filtra aún y recorre veinte varas un arroyuelo de petróleo bruto que corre lentamente para descargar en una pequeña zanja. (Existe) otro pozo con vestigios de haber tenido antiguamente brocal de piedra de la misma de que son las ruinas encontradas en el tránsito (se refiere a 'unas ruinas toltecas') y la citada en la posesión. Mide este pozo una profundidad de cinco varas, no tan rico como el anterior por tener agua además de petróleo. (Hay) otro manantial de esta sustancia con agua al pie de un higo silvestre y de unas tres varas de profundidad. Un pequeño volcancito, si es admisible la expresión, situado en un lugar plano de la falda del cerro mismo, que en su base tiene una circunferencia de dos pies, por medio de alto, y del pequeño cráter que presenta, se ven desprender vapores que bajo una bombita de la materia indicada, asoma el cráter y reventando ésta se desprende una pequeña cantidad de humo. Desde la base hasta la cima este volcancito es puro asfalto. Hay otros criaderos de petróleo más de buenas condiciones que también van a descargar a la zanja del pozo principal. En varios puntos de la superficie medida hay lugares planos en que parado un hombre inmediatamente siente que se hunde como dos líneas por minuto. Y probando con el machete, con muy poca fuerza se 66 introduce éste hasta el puño. Cortada una pequeña parte de esta tierra se extrajo y se encontró que en su mayor parte es puro asfalto y agua. 63 Con esto podemos comprobar claramente la riqueza que había en Papantla en cuanto al oro negro se refiere. Así pues, Papantla adquiriría fama los siguientes años debido a la gran demanda del producto que los países primer mundistas empezaban a solicitar. No podríamos dejar este tema de la importancia de Papantla en el Porfiriato sin hacer mención también a otro producto de suma importancia que el cantón aportó a la nación, hacemos referencia a un recurso natural muy preciado incluso en la actualidad: las maderas preciosas y el tabaco en los cuales Papantla se encontraba bien posicionada, en las maderas preciosas principalmente el cedro se encontraba en primer lugar en el Estado, el cultivo del tabaco se encontraba en el quinto lugar a decir del gran productor que era San Andrés Tuxtla. Con estos datos podemos afirmar con seguridad que el cantón de Papantla perteneciente al distrito de Tuxpan fue en esta época uno de los cantones más estables económicamente hablando, de los ingresos totales con los que el Estado contaba, por lo menos un siete por ciento eran aportados por este cantón, socialmente me atrevería a decir que fue uno de los que más conflictos generó debido a los movimientos indígenas por el sin número de veces en los que se repartieron sus tierras, así como también por las cancelaciones de sus festividades de índole religioso en los que mezclaban lo “pagano” que no eran más que sus danzas-rituales con las cuestiones netamente religiosas, una vez que conocemos a perfección el entorno procederemos pues a seguir indagando sobre los movimientos por los repartos agrícolas, sin dejar de ver los movimientos totalmente religiosos. 63 Aurelio Regalado , “El pozo petrolero de Adolfo Autrey (I)” [En línea], [fecha de consulta: 17 de diciembre de 2014]. Disponible en http://www.oem.com.mx/esto/notas/n1242056.htm 67 3.2.- Antonio Díaz Manfort: “Libertad, fueros y religión” 1886 Uno de los problemas más comunes en Papantla fueron los religiosos, que aunados a los agrícolas pusieron a más de un campesino indígena a la espera de que surgiera un líder para que los guiara en sus luchas por las injusticias cometidas por las autoridades tanto civiles como religiosas, si desde el año de 1836 se habían prohibido ciertas costumbres tradicionales religiosas y de igual manera se dio un aumento a las contribuciones civiles, por parte del clero y los ayuntamientos, para el año de 1874 se expidió una ley de carácter regulador emitida por el señor obispo de Puebla en donde prohibía a decir de él, por ortodoxia religiosa las fiestas de la semana santa argumentando libertinaje total por parte de los participantes que se embriagaban y al suceder esto el “diablo se desataba” y se cometían infinidad de pecados. Si ya la inconformidad del pueblo se dejaba sentir por las prohibiciones del obispado de Puebla, para el año de 1885 por disposiciones del gobierno del estado se prohibieron las peregrinaciones callejeras, con esto fue solo cuestión de tiempo para que una voz surgiera desde el espacio regional para dirigir las manifestaciones contra el Estado y el clero. Apreciamos con claridad que a pesar de la relación que el gobierno debía de llevar con la iglesia desde las leyes de reforma de 1857 esto no era así en las comunidades más alejadas de la capital aquí en vez de que el pueblo y la iglesia fueran de la mano, era el gobierno y la iglesia contra el pueblo. El 30 diciembre de 1885 en la comunidad de Arroyo del Potrero perteneciente al municipio de Martínez de la Torre se realizó un levantamiento encabezado por Antonio Díaz Manfort bajo la proclama “Libertad, Fueros y Religión”, este movimiento tenía como único fin el de representar las voces inconformes principalmente de los indígenas por el nuevo proceso de deslinde de tierras comunales, que innumerables veces habían repetido el mismo proceso en los cantones de Papantla, Jalacingo y Misantla, muchos propietarios perdieron sus tierras, la realidad era que ningún indígena se había beneficiado con tanta división agraria, de igual manera buscaba con su movimiento desconocer el gobierno del General Porfirio Díaz y cuestionaba seriamente las grandes cuotas que debían de pagarse por los casamientos y las ceremonias eclesiásticas, así 68 también los impuestos a los pequeños comerciantes64, reconocía como única la religión católica y mostraba su rechazo a los extranjeros pues decía que estos acaparaban las mejores tierras, manejaban el comercio y fijaban a su antojo y beneficio el precio de la vainilla. ¿Pero quién era Antonio Díaz Manfort? Antonio Díaz Manfort era un curandero religioso, un hombre conocido en toda la tierra caliente de la antigua Totonacapan como el Médico Santo.65 Conviene decir que Díaz Manfort era originario del Cantón de Jalacingo, y que posiblemente era un curandero o que pertenecía a los habitantes de prestigio dentro de la región, y es que el Gobernador Enríquez en sus memorias lo describe como un Medico Santo o Santo Tuerto, al tiempo que, describía a sus seguidores como fanáticos religiosos, los cuales debido a la religión los orilla a cometer los crímenes más atroces.66 Otra de la referencia que tenemos de Manfort proviene del Gobernador Juan de la Luz Enríquez en uno de sus informes: Manfort era un individuo apellidado el Médico Santo, de gran prestigio entre las masas que pueblan los campos de Jalacingo, Misantla y Papantla. Como Mora, proclamó a levantarse en armas religión y fueros, y como él dio á los pueblos una proclama67 64 65 Ver en anexos el documento 3 Emilio Kouri, Un pueblo dividido. Comercio, propiedad y comunidad en Papantla, México, p. 257. 66 Roberto Reyes Landa, La revuelta de Antonio Díaz Manfort en el municipio de Misantla, ver, 18851886, pp. 96 y 97. 67 Carme Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 2288. 69 Como se mencionó con anterioridad la revuelta iniciada en Martínez de la Torre llegó a Papantla a donde hicieron un llamado para dar paso a una nueva era donde se prometía restauración social y moral, en sus proclamas a las afueras de la cabecera del cantón decía contar con por lo menos 7 000 hombres dispuestos a dar su vida para el bienestar de la población indígena, pero solo se trataba de mera estrategia para tratar de intimidar a las autoridades locales, pues lo que realmente buscaba eran hombres armados a los que les ofrecía un salario de aproximadamente 4 reales diarios si decidían acompañarlo en esta lucha.68 El ayuntamiento de Papantla encabezado por el español Agapito Fontecilla y Vidal temiendo un ataque en contra del pueblo de Papantla ordenó a la guardia nacional local que estaba al mando de Pablo Hernández Olmedo69que persigan al agitador, al respecto el gobierno del estado sobre este suceso menciona lo siguiente: Al frente de la Jefatura de Papantla por ministerio de la ley el C. Agapito Fontecilla y Vidal, apenas supo que los sediciosos de Manfort se acercaban, levantó tal número de vecinos, que solo puede comprenderse el fenómeno por la fé[sic] que tiene el pueblo en sus autoridades constituidas y la repulsión que le inspiran esos corifeos, que solo buscan en las revueltas su medro personal y el de sus secuaces. 70 Para finales del mes de abril de 1886 los hombres al mando de Olmedo lograron capturar a 15 rebeldes, persiguiendo y ahuyentando al resto, entre los detenidos figuraba Francisco Pérez, vecino de las mesillas y uno de los condueños del gran lote número 15 ubicado en la localidad antes mencionada, para estas fechas Antonio Díaz Manfort había abandonado ya el cantón y se dirigía al de Misantla en donde intento sin mayor éxito organizar a sus tropas, por lo que decidió avanzar a diferentes puntos de la zona centro del estado en donde incursionó sin éxito alguno, para el día dos de mayo la milicia que lo seguía logró dar con el líder santo y en un enfrentamiento este cayó 68 Ídem, p. 2288 Pablo Hernández Olmedo, nació en Papantla a mediados de 1840, en 1866 se le encuentra peleando contra los austriaco, para el año de 1876 pelea por las causas del General Porfirio Díaz bajo las órdenes del Coronel Simón Tiburcio 70 Carmen Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 2288 69 70 muerto para que en los días posteriores a su muerte sus seguidores que se encontraban en Misantla fueran arrestados y con esto la breve rebelión fue suprimida. A pesar de la aparente facilidad en la que el movimiento fue sofocado, la tranquilidad en Papantla ya no sería la misma, pues a raíz del levantamiento de Manfort se vivió en los siguientes años una inestabilidad intensa marcada por los enfrentamientos agrarios debido al nuevo reparto de tierras. 71 Mapa 2.- Desplazamiento del ejercito de Antonio Díaz Manfort de Diciembre de 1885 a Mayo de 1886 Tomado en: Renné González de la Lama, Los papeles de Díaz Manfort: una revuelta popular en Misantla (Veracruz), 1885-1886, p. 481 72 3.3.- ¿Un nuevo reparto de tierras?, Agresión un Jueves de Corpus, ¿Venganza política? 1891 Desde el año de 1889 se había comenzado a repartir individualmente diferentes condueñazgos en Papantla, es decir, las grandes extensiones de tierra se transformarían en propiedades privadas hoy conocidas como ejidos71, esto a pesar del malestar que más de un indígena manifestó, a decir de Ramón Ramírez se constituyó una comisión para la división de los grandes lotes que representara a la parte del pueblo, dicha comisión estaba constituida por el militar Simón Tiburcio quien tenía conocimiento pleno de los males que aquejaban a la región en cuanto a la división de tierras pues él había actuado como intermediario ante el gobierno del Presidente Juárez para que se pudieran dotar de tierras a los campesinos, lo que llegó a conocerse con el tiempo como condueñazgos, la comisión también la integraban Pablo Hernández soldado al servicio de Tiburcio y Antonio Jiménez y por parte del gobierno participo una brigada al mando del ingeniero Víctor M. Assenato. Sin embargo la población inconforme no obtuvo respuesta favorable frente a la comisión enviada por el gobierno, por lo que una comisión de indígenas totonacos decidió trasladarse a la ciudad de México para entrevistarse con fomento agrario, manifestándole sus inconformidades, el secretario de y es así como este último decide enviar una nueva comisión mediadora, sin embargo, meses después vendría otro lamentable suceso que marcaría por mucho tiempo a los papantecos. Debido al atrevimiento de los indígenas papantecos que decidieron no seguir negociando con el ayuntamiento el alcalde en turno Marcelino Sánchez emitió un comunicado al gobernador Juan de la Luz Enríquez en donde se quejaba de las dificultades que se tenían para repartir los lotes que existían. 71 Sistema de distribución y posesión de la tierra que se institucionalizó después de la Revolución mexicana y que consiste en otorgar un terreno a un grupo de personas para su explotación. 73 Astucia y mala intención de los explotadores (refiere a los agitadores) que llega hasta azuzar a los indígenas para que a mano armada se opongan al fraccionamiento individual.72 Bajo estos argumentos el jefe político del cantón ordena atacar a los indígenas quienes un jueves de corpus se encontraban reunidos en la plaza principal poniéndose de acuerdo sobre qué pasos seguir para evitar las injusticias de las que eran parte. Marcelino Sánchez dijo en su informe que había actuado con apego a la ley, ya que estos “naturales” iban a dar su apoyo armado a las propias personas locales que procederían con el deslinde de los lotes. El ataque por parte de las guarniciones federales locales fue certero causando la baja de un indígena e hiriendo de gravedad a por lo menos seis de los cuales 2 eran hombres, 3 niños el mayor de los heridos contaba con 8 años de edad, y una mujer. A las autoridades locales les había molestado que el gobierno federal a través de la secretaria de fomento capacitara a los indígenas para que fueran ellos mismos en comisiones los que llevaran a cabo el reparto de los lotes. La gente que sufría los múltiples abusos de las camarillas del poder, citaban que tenían que pagar impuestos personales, así como de leña, educación, y sacar permisos especiales para producir café, tabaco y caña, además los cobros por diferentes servicios en el registro civil eran sumamente exorbitantes, cobraban por registrar a un niño la cantidad de $3.00 pesos y por niña $1.50 pesos, por casamiento cobraban $7.00 pesos, y por el derecho de sepultura se cobraban $3.00 pesos más.73 Como vimos el auge económico de la vainilla floreció durante el periodo del Porfiriato, sin embargo en lugar de ver esos beneficios económicos los pobladores cada día sufrían por la baja del producto, los productores denunciaban que la vainilla en tiempos pasados se vendía entre quince y veinte pesos el ciento dependiendo la calidad de la misma, pero ahora la compraban en cinco pesos, y el jefe político del 72 73 José Velasco Toro y Luis J. García Ruiz, Perfiles de la desamortización civil en Veracruz, p. 63. Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 33 74 cantón Marcelino Sánchez giró instrucciones para que se les comprara en dos cincuenta y si era de buena calidad lograban venderla en tres pesos. Adriana Naveda menciona que incluso se divulgó entre la población indígena un nuevo impuesto que obligaba a los hombres a usar pantalón y las mujeres enaguas y sacos de pergal, persona que no acatara las nuevas reglas era multada por primera vez con $3.00 pesos, la segunda multa si no respetaban lo mandado por la autoridad era de $5.00 pesos y la tercera vez que se cometiera la infracción la multa llegaba a los $10.00 pesos. 74 En los anexos podremos ver las causas justas a decir de los nativos por las cuales estos se habían reunido en la plaza principal del pueblo y fueron víctimas del ataque ordenado desde el gobierno municipal. Sin embargo, la situación no para con la agresión del jueves de corpus, pues el gobierno del estado en apoyo del jefe político del cantón de Papantla ordenó el desembarque por el puerto de Tecolutla de poco más de 400 hombres, quienes al mando del general Rosalino Martínez procedentes del puerto de Veracruz se ingresaron al cantón y fusilaban a cuanto sospechoso se encontraban, lo único que hicieron los pobladores para salvaguardar su integridad y las de sus familias fue la de adentrarse en los montes cercanos a Martínez de la Torre. 3.4.- Victoriano Huerta en Papantla, ¿Fin a los condueñazgos? Corría el año de 1892 y en Papantla continuaban los repartos de los condueñazgos que ahora pasaban a convertirse en tierras individuales, sin embargo la inconformidad seguía presente dado a que el gobierno municipal empezaba a acaparar a través de particulares los lotes que se declaraban como baldíos, sin embargo, estos lotes “baldíos” tenían dueños. 74 Ídem, p. 34 75 El jefe político del cantón mediante engaños había convencido a más de un propietario de los grandes lotes de que entregaran sus títulos para que el ayuntamiento se encargara de ingresarlos al registro nacional, sin embargo, al quedarse sin títulos, los particulares que en su mayoría eran prestanombres del alcalde en turno solicitaban al gobierno del Estado que los declarara baldíos y así podían disputarlos. Lo que la gente estafada no sabía era que el gobierno municipal no estaba en condiciones de entregar título alguno pues era exclusiva del gobierno federal la dotación de tierras. Entre febrero y marzo de 1892 el gobierno federal al enterarse de los atropellos, ordenó a una comisión al mando del Ingeniero Victoriano Huerta deslindar los condueñazgos en Papantla75, dejando sin efecto las divisiones realizadas por el teniente Simón Tiburcio, a pesar de que con la imagen de un soldado enviado de la capital se pudieron contener las revueltas, no se logró reducir la cuestión social pues la mayoría de la población que era accionista de los condueñazgos y había resultado “beneficiada” con la nueva división de los lotes se manifestaba inconforme. Teodoro Dehesa en su informe presentado a la legislatura local en el año de 1896 hace referencia al informe del ingeniero y Diputado Ignacio Muñoz a quien se le había encomendado la tarea de dar a conocer los avances de los repartos de condueñazgos en Papantla y este menciona ciertos abusos que se cometían por parte de las autoridades municipales, “…maliciosamente se ha hecho creer á los descontentos, que los títulos de propiedad expedidos por el Ayuntamiento, no tienen valor alguno, porque sólo el Gobierno Federal puede concederlos, induciendo á los agraciados á denunciar los terrenos como si fuesen baldíos…”76 El mismo diputado encargado de hacer los reportes menciona que “Los ingenieros militares serían, en mi concepto, los más propios para hacer la medida y reparto de los lotes, no solamente por el hábito de obediencia que han contraído en el servicio militar, y que naturalmente los hace muy abnegados para soportar las fatigas y 75 Ver en anexos mapa 1 Carmen Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 4661. 76 76 cumplir las órdenes que se les dan, sino porque podrán hacer dichos trabajos por un precio más módico que cualesquiera otros.”77 A decir del informante, al Estado le convenía que los militares se encargaran del deslinde pues eran garantes de paz y tranquilidad en una de las zonas más conflictivas del estado y se ahorrarían grandes sumas de dinero pues estos cobrarían mucho menos que cualquier grupo de ingenieros particulares. De las primeras acciones que el ingeniero Huerta realizó en el cantón de Papantla fue deslindar los terrenos que de las tierras comunales que se habían dotado de 1875-1876 a los campesinos, y pronto Victoriano junto con su comisión habían sido contratados para medir seis grandes lotes, sin embargo, a la par que la comisión iba avanzando también lo hacia el alcalde que recogía los títulos para después con la ayuda del notario público local y Simón Tiburcio aquel héroe de grandes batallas por amor a su patria, los desaparecían o cambiaban ciertos datos para verse beneficiados con la nueva repartición, sin embargo eso no fue con todos los problemas que la comisión militar se encontró, en algunos lugares hubo resistencia por parte de los locales, y de igual manera los hijos o nietos de los accionistas originales no contaban con documento alguno para retener los lotes a la hora que se dividieron en parcelas. En algunos casos los ingenieros enviados por el gobierno celebraban contratos de deslinde, división y adjudicación con particulares “…cobrando por el trabajo de deslinde, según datos de la época, alrededor 75 centavos por hectárea; es decir. 0.75% del precio por hectárea reportada en 100 pesos para 1878…” 78 En muchos casos no había certeza en cuanto a las divisiones sobre todo cuando se encontraban en producción o se encontraban en zonas de difícil acceso principalmente entre la costa y la sierra totonaca, en muchos de los reportes dados a conocer por la comisión se omiten los en cuanto a las dimensiones y los números de lotes y predios divididos individualmente. 77 78 Ídem., p. 4662. José Velasco Toro y Luis J. García Ruiz, “Perfiles de la desamortización civil en Veracruz, p. 66. 77 José Velasco menciona que “se observa que por lo menos se fragmentaron 82, 712 hectáreas en 4, 208 predios.” 79 Y a decir del gobernador Teodoro Dehesa en su informe presentado a la legislatura local en 1898 en el cantón de Papantla había “…pasado a ser propietarios tres mil novecientos diez y nueve comuneros habiéndose repartido terreno en una superficie de noventa y un mil doscientos cincuenta y nueve hectáreas.” 80 Para el año de 1884 y con el fin de no agobiar más a los indígenas papantecos se expidió en la legislatura local un decreto por el cual se exentaban de los derechos del registro público los títulos respectivos, es decir, no debían de pagar ni un solo peso para obtener sus documentos aun cuando el valor de los terrenos pasara de los doscientos pesos. Así mismo los terrenos ejidales que correspondían al ayuntamiento municipal fueron divididos y sus acciones puestas a la venta para obtener más ingresos en la tesorería municipal ya que dichos terrenos estaban lejos de la zona centro y no se necesitarían jamás para albergar alguna institución pública. Ese mismo año el gobierno del estado informó que por acuerdo con el señor presidente de la republica Don Porfirio Díaz, la comisión de ingenieros militares que estaba a cargo de Victoriano Huerta debía de concluir para después abandonar su labor al frente del reparto agrario en Papantla y su región, para dar paso al ingeniero y diputado Ignacio Muñoz en la tareas de seguir con la división de los condueñazgos existentes. Al ingeniero Muñoz le toco dividir los lotes 2 en Coatzintla, 3 de igual manera en Coatzintla, el 4 en Coatzintla, el 19, 20, 21 y 22 en diferentes puntos de Papantla81 En junto estos terrenos tenían una extensión de 35,423 hectáreas y 31 áreas y se han dividido en 1,093 parcelas82 79 80 81 82 Ídem., p. 67. Carmen Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 4660-4665. Ver mapa en la página 78 Ídem., p. 4664 78 De igual manera para tranquilidad de los propietarios de las tierras comunales, el gobierno federal y el gobierno del estado a través del municipio implementó un programa para que se informara con tiempo y forma los terrenos que se encontraran baldíos para que de nueva cuenta se hicieran las mediciones y deslindes correspondientes, esto para evitar posteriormente conflictos como los que ya habían marcado fuertemente el cantón de Papantla años atrás. A la salida de Victoriano Huerta las divisiones seguían y conforme fueron pasando los gobiernos los términos fueron cambiando, podemos decir que debido a esto los condueñazgos llegaron a su fin, posteriormente pasaron a ser lo que hoy en día en algunas partes del país se conocen como ejidos, y en otras solo queda el recuerdo del auge de la tierra comunal. 3.5.- 1896 una sublevación alentada A pesar de los últimos años agitados que Papantla había vivido, la cuestión económica se podría decir que estaba estable y la cabecera de cantón crecía como muchos otros cantonés del estado, se había incrementado la producción y venta de productos locales como era el caso de los ladrillos, las tejas, las vigas y la cal, de igual manera el cultivo de tabaco, vainilla y hule seguían dejando grandes ganancias en la zona. Para estos años (1895) ya Papantla contaba con un lugar para hospedarse, tenía cantinas y cafés y dos establecimientos de baños para toda clase social, un registro de profesionales daba a cuenta que existían 445 industriales, artistas y artesanos, 420 comerciantes, 60 personas con profesión alguna y 33 empleados públicos, los últimos censos realizados sostenían un incremento poblacional sostenido y de alrededor de 30 mil habitantes en 1882 se llegó a la cifra de casi 45 mil habitantes para 1895 es decir la población aumentó en 15 mil personas, de las cuales poco más del noventa por ciento se dedicaban a las labores del campo, el incremento de extranjeros en esta década seguía en tan solo diez años (1885-1895) la población de españoles pasó de 27 79 personas a 66, los estadunidenses pasaron de 24 personas a 38, en la villa se registraba la presencia de personas de diversas nacionalidades, existían turcos, suecos, polacos, griegos y hasta chinos, José Sierra dice que en la villa poco más de 42 mil habitantes, de los 45 mil que existían en el cantón eran analfabetas. El reparto agrario continuaba claramente con diversos problemas debido a la resistencia social indígena, para 1896 los tambores de guerra sonaban de nuevo en la incipiente Papantla que tanto había sufrido. La historia local narra a través de la prodiga hija de Papantla, la poeta y escritora María de la Luz Lafarja Urrutia como es que se dio el levantamiento de 1896, nos narra que un buen día llegaron a tierras totonacas un grupo de ingenieros que a decir de estos últimos venían a deslindar y repartir tierras, recordemos que la villa estaba en pleno proceso de divisiones de los condueñazgos, y al escuchar la noticia cientos de indígenas bajaron de todas las rancherías del cantón trayendo consigo sus morrales llenos de oro y plata, así como documentos que los hacían acreedores de las propiedades que en sus tiempos ocupaban, al pasar de un mes con exactitud la comisión dejó las tierras papantecas llevándose consigo los planos, algunos títulos parcelarios y como es obvio todo el dinero que pudieron. Este nuevo agravio en contra de los indígenas se sumaba a la crisis por la falta de semillas debido a que la producción no había sido la planeada por una larga sequía en 1895, la ambición con la que los acaparadores buscaban ampliar sus ganancias fue otro de los factores que los totonacos no pasaron por alto. Una mañana, aquel totonaca vejado, decidió hacerse justicia y en unas cuantas horas encendió la insurrección levantando todas las fuerzas disponibles. Materialmente Papantla estaba cerrada por una enorme red humana que le pusieron los indios, cuyos trajes blancos destacaban en las cimas de los cerros. ¡La ciudad está en sitio! Hay por ahí una frase popular que reza: “En el cantón de Papantla donde quiera es camposanto”. Esta frase tiene su origen en aquellos días trágicos en que había que sepultar a los muertos en los patios de las casas, por que los “pronunciados” (así se 80 llamaban a los indios) tenían precisamente en el cementerio su cuartel general. 83 Emilio Kouri en su libro un pueblo dividido, dice que el día de San Juan descendieron sobre la villa de Papantla, a decir de algunos informes, cerca de 900 hombres de las comunidades de Polutla, Arroyo Grande, Boca de Lima, Cedro, Palmar y Cerro del Carbón cuyas tierras aún permanecían intactas a las divisiones que el gobierno del estado por ordenes de la federación había estado haciendo en el cantón, los disidentes a su paso cortaron la línea del telégrafo, derribaron cuanto poste encontraron a su paso y bloquearon toda vía de entrada a la villa, esto sin llegar a la plaza principal que estaba custodiada por militares locales como Antonio Jiménez y Pablo Hernández, aquellos que habían peleado por respetar la propiedad comunal junto con Simón Tiburcio, ahora eran férreos defensores del reparto en el cual se encontraban los lotes de Papantla. Ante estos terribles sucesos el señor Lucido Cambas tomó el mando del ayuntamiento pues el alcalde Muñoz se encontraba en Xalapa haciendo algunas diligencias para seguir con el reparto comunal, Cambas se organizó con las fuerzas federales que se encontraban en Papantla y junto a seguidores leales a la causa se unieron para defender a la villa del asalto que intentaban hacer los indígenas, el día 25 de junio Ignacio Muñoz comunicaba de la situación al presidente Porfirio Díaz manifestando que los rebeldes estaban molestos porque el ministerio de fomento no había dado cause a sus denuncias y argumentaban que el gobierno les quería quitar las tierras para regalárselas a los amigos del gobierno. Las huestes indígenas lograrían amedrentar varias zonas cercanas a la villa, y el alcalde Cambas logró enviar un telegrama al gobernador Teodoro Dehesa informándole de la terrible situación que aquejaba la villa y este se dio a la tarea de avisar al gobierno federal, no tardaron dos días y en el puerto de Tecolutla ya encallaban los buques de guerra Independencia y Libertad, enviados desde el puerto de Veracruz al mando del General Rosalindo Martínez, viejo conocido en Papantla por sus batallas ganadas con anterioridad, Martínez al mando de 500 hombres y artillería pesada se adentró con 83 Luis Salas García, Juu Papantlan, p. 203 81 dirección al cantón, dos días después el ejercito ya estaba en la zona y había empezado la limpia, capturando a cuanto sospechoso encontraran, la mayoría de las fuerzas indígenas tuvieron que replegarse al monte de donde habían salido, en poco tiempo ya sumaban 400 presos que por órdenes presidenciales tenían que ser apartados de la región para recibir un castigo severo y ejemplar, la mayoría de ellos fueron embarcados con rumbo a Coatzacoalcos para de ahí ser llevados a Tehuantepec. …Cosa común y corriente en aquellos días era la traición y el espionaje, elementos de que se valía en gobierno para llenar las cárceles de presos o “mandar cuerdas” a Quintana Roo y a Valle Nacional de donde seguramente jamás volvían los deportados infelices.84 La búsqueda implacable de Martínez no paró y el día 17 de julio lograron capturar al jefe de la insurrección Francisco Ramírez y sin juicio alguno fue colgado en el camino que va de Papantla a Agua Dulce. Pronto Ignacio Muñoz se reuniría con el General Díaz para darle a conocer lo que pasaría en Papantla después del nuevo levantamiento, se le informo a Muñoz que el general Rosalindo Martínez regresaría al puerto de Veracruz dejando solo una compañía de infantería en la villa, y que este (Muñoz) debía de regresar al cantón a continuar con los deseos del gobierno federal, la división de las tierras comunales, de igual manera se decidió que Lucido Cambas debía de seguir en el poder por un tiempo más, para después a petición de la población alejarlo de la villa dotándole de un escaño en el congreso nacional. De igual manera se logró detener a Severiano Galicia a quien se le acusaba de ser el autor intelectual de los hechos pues este había corrido el rumor de que el General Díaz regalaría las tierras de los indígenas, sin embargo, la detención no generó los frutos necesarios y Severiano fue puesto en libertad después de “un juicio justo”. 84 Ídem, p. 203. 82 A decir de José Velasco Toro, el gobierno del estado prácticamente alentó la sublevación indígena esto, claro está, para utilizarla a su conveniencia por sus pugnas con políticos de oposición radicados en Papantla, mientras el gobierno del Estado afirmaba que el movimiento indígena se había desatado debido a un mal entendido y no tenía nada que ver con asuntos políticos, pues solo se buscaba seguir con lo que se venía haciendo tiempo atrás. Así pues, terminaría otro lamentable suceso, uno de los últimos levantamientos en los que se vio envuelto el cantón de Papantla y también uno de los últimos que afrontó con severidad Porfirio Díaz antes de la revolución mexicana. Hasta 1891 podemos apreciar que Papantla seguía siendo importante para la nación mexicana debido a sus riquezas naturales, ahora el petróleo proyectaría al cantón que alguna vez perfumo al mundo. Sin embargo, los problemas en cuanto a las divisiones territoriales estaban a la orden del día, claro ejemplo el fin de los condueñazgos en Papantla a cargo de la comisión de medición de tierras al mando del ingeniero Victoriano Huerta. Las prohibiciones de las fiestas religiosas, detonante clave para el surgimiento de nuevos movimientos como el de Antonio Díaz Manfort el médico santo, que buscó con los indígenas levantar prohibiciones de carácter social, económico, político y sobre todo territorial. Con esto vemos que los ideales de los líderes totonacos de antaño no habían muerto, por el contrario se encontraban más vigentes que nunca a través de los indígenas que seguían en la lucha por recuperar lo que les pertenecía por derecho. 83 CONCLUSIONES Durante el desarrollo de este trabajo se trató de dar a conocer la situación en varías líneas de la ciudad de Papantla, en los tres capítulos que contiene esta monografía se detalló en cada uno diferentes sucesos desde históricos hasta sociales y políticos, respaldados por fuentes bibliográficas y electrónicas. En el presente trabajo se trata de dar una visión más específica de algunos hechos de los cuales se conoce muy poco, de igual manera buscamos ubicar en un solo texto los puntos importantes abordados por los clásicos de Luis Salas García, Victoria Chenaut, Ramón Ramírez Melgarejo, Adriana Naveda, José Velasco, José Sierra entre otros importantes investigadores que se dieron a la tarea de trabajar diferentes temas que envuelven a Papantla. Héroes que permanecen en el anonimato por la mayoría de los libros de Historia están presentes en este texto, Serafín Olarte, Mariano Olarte y Simón Tiburcio, los tres militares destacados que lucharon por los indígenas pero más que nada por el amor que le tenían a su patria. Se puede apreciar con claridad el papel importante que jugó Papantla desde 1810 en su lucha por la independencia de México con Serafín Olarte, así mismo, las batallas que se dieron por defender la república federal sobre el centralismo con Mariano Olarte, el papel que jugó la población quedó demostrado en este trabajo, la lucha que emprendieron los indígenas por sus derechos naturales al mando de Simón Tiburcio, el papel que desempeño la religión y la población de origen extranjero de igual manera están plasmados en esta monografía. La defensa de la tierra por los indígenas totonacos de Papantla es sin duda una de las tantas luchas por las que esta población pasó, en México las clases sociales más altas siempre han despojado de los objetos valiosos principalmente a la población vulnerable y en este trabajo narramos como es que los papantecos sufrieron. 84 A pesar de que el presente trabajo está enfocado en épocas distintas, siempre se resaltó la importancia que Papantla ha jugado a lo largo de la historia, económicamente, políticamente y socialmente hablando. La importancia de este estudio se debe a la poca información que se encuentra sobre la parte norte del estado de Veracruz en específico la región del Totonacapan, dado a que la mayoría de la información que se tiene sobre el Estado se centra en la zona centro, los movimientos sociales característicos de este pueblo son dignos de un extenso estudio, el aporte historiográfico que hemos dado a conocer es sin dunda uno de los más extensos en cuestión, al final la meta que tiene este trabajo quedó satisfactoriamente cumplida. 85 ANEXOS PETICIONES DEL PUEBLO DE PAPANTLA AL GOBIERNO DE LA NACIÓN (6 DE DICIEMBRE DE 1836). En el pueblo de Papantla cabecera del cantón de su nombre en el Departamento de Veracruz a los seis días del mes de diciembre de 1836, se celebró junta de guerra para acordar las proposiciones que por conducto del cura párroco de este pueblo se han de hacer al Supremo Gobierno a consecuencia de la comisión que les envió a conferir del mismo Supremo Gobierno a D. Francisco Avila jue de la 1ª. instancia del pueblo de Teziutlán, cuyas proposiciones son las siguientes: 1ª.---Que el Supremo gobierno se digne a conceder un indulto general para todos los individuos comprendidos en los pronunciamientos hechos en favor del sistema federal reponiéndolos en sus empleos. 2ª.---Que al teniente coronel D. Mariano Olarte actual comandante de la fuera pronunciada en ese Cantón se le conceda su retiro con goce de fuero, paga y uniforme, abonándole los sueldos que ha dejado de percibir desde el mes de noviembre del año próximo pasado permitiéndole su residencia en este pueblo como Padre de los indígenas, para impedir que estos sean tratados como lo ha ido siendo de tres años a esta parte. 3ª.---Que a los individuos del año anterior remitió amarrados a Jalapa el ex jefe del Cantón C. José Danini imputándoles delitos de Estado, y todo por haber denunciado un contrabando que se introdujo por la barra de Tecolutla y en el que estaban complicados el administrador de la aduana... se les indemnice por dicho acusador de los mencionados perjuicios. 86 4ª.--- Que el ganado vacuno que (contra la orden de la naturaleza) pastea en las inmediaciones de este pueblo donde tienen pastos y la necesidad les hace forzar los cercados y destruyen las labores, el que pastea desde el paraje llamado Cabezas por el Norte hasta el pueblo de El Estero, y el paraje llamado Santa Águeda, lo saquen sus dueños en el término que el gobierno les fije, sin que por ningún pretexto quede en dichos terrenos. Esta petición hecha varias veces al gobierno del departamento ha sido desoída, prefiriendo el bien de algunos individuos al de más de mil habitantes, sin otro motivo que el ser los más de estos últimos indígenas. 5ª.--- Que las elecciones primarias se hagan en todas las partes arregladas a la ley de la materia, para no dar lugar a los abusos cometidos en los años de 1834 y de 1835. 6ª.--- Los individuos que han dado lugar a tantas desgracias ocurridas en este pueblo que no se han ocupado en más que en perseguir a los que no se han prestado a sus maldades como son dar tiros al abrigo de la obscuridad de la noche y que algunos de ellos años atrás han sido expulsados lo sean también hoy del cantón no permitiéndoles por ningún pretexto volver a él... Los individuos más mareados como perturbadores del orden son los siguientes: José González (español), José Danino, Manuel Danino, Pascual García, Pedro Muñoz, Martín Muñoz, José Cornejo, Pedro Bandala, Diego Fosati y José María Lozano. 7ª.--- Que el supremo gobierno interponga sus respetos para que el Ilmo. Sr. obispo de la Puebla, conceda sus antiguas procesiones a los hijos de este pueblo, que por un edicto de dicho Sr. obispo se han suspendido. 8ª.--- Que habiéndose incorporado a las fuerzas del teniente coronel don Mariano Olarte varios individuos obligados por las persecuciones de algunas autoridades que ya por miras personales, ya por de interés los han acusado de infidencia, se vuelvan a sus 87 hogares y se les oiga en justicia por jueces imparciales resarciéndoles de sus respectivos pueblos los daños y perjuicios que se les han causado. 9ª.--- Que a los desertores que se incorporan a la revolución, se les conceda licencia absoluta. 10ª.--- Que los españoles residentes en este pueblo se abstengan en lo sucesivo de tomar parte en las desavenencias de los vecinos como lo han hecho hasta aquí, y cuyo manejo dio principio en la acusación que hicieron contra el finado cura de este pueblo D. Mariano Castañeda, sin más motivo que ser desafecto a ellos. 11ª.---Que se haga cargo el supremo gobierno de satisfacer las mezquinas cantidades que se han tomado para subvenir a los gastos de la fuerza que cubre este punto. 12ª.---Para dar pruebas al supremo gobierno de nuestro amor y patriotismo nos comprometemos a sostener a toda costa sus disposiciones; y si fuese necesaria alguna guarnición en este pueblo para sostener al supremo gobierno, gustosos nos prestamos a ello, con tal de que los individuos que han servido en el piquete llamado de seguridad queden excluidos de este servicio, en el que han dado pruebas de servir más que para azotar el erario e introducir el desorden. 13ª. ---Que las armas que pertenezcan a los individuos que las tienen propias, no se les exijan, poniendo sólo a disposición del gobierno las que entregó el jefe del cantón el comandante militar el día que ocupamos este pueblo. Josefina Zoraida Vázquez, “Planes en la Nación Mexicana”, México: Senado de la República/ COLMEX, 1987. P. 93. 88 PLAN DE PAPANTLA. Artículo 1°. Se restituirá y sostendrá el régimen representativo, popular, federal. Los estados continuarán gozando de la soberanía en su gobierno interior. Artículo 2°. Un congreso de diputados electos según electos según el modo y forma que prevenía las leyes de elecciones, se encargará de hacer las reformas necesarias y convenientes a la constitución de 1824. Los individuos que compongan dicho congreso, vendrán facultados por el pueblo para ese objeto. Artículo 3°. Ínterin se verifica su instalación, se depositará el gobierno nacional en tres individuos. Artículo 4°. El jefe o ciudadano que acaudille el pronunciamiento de la capital de la Federación, queda autorizado para convocar una junta de ciudadanos conocidos por su honradez, virtudes cívicas y amor por la libertad. Esta junta tendrá por único objeto elegir tres personas de que habla el artículo anterior; pero no podrá ser nombrado entre ellos el que haya acaudillado el pronunciamiento. Artículo 5°. El congreso se ocupará únicamente en las reformas de la constitución y en elegir tres personas que sigan encargadas del ejecutivo de la Unión, hasta que tome posición de él el magistrado electo según el nuevo orden constitucional. La duración del congreso será de seis meses, prorrogable hasta ocho a juicio del mismo, y en ningún caso y bajo ningún pretexto transpasará este término. Artículo 6°. El consejo de los dos gobiernos provisionales de que hablan los artículos 3° y 5° será el que debió haber funcionado desde 1833 hasta 1836. Artículo 7°. En las reformas de la constitución se afianzarán de la manera más sólida las garantías individuales: se establecerá la división de los supremos poderes, fijando inequívocamente su organización, sus deberes y sus atribuciones; y por último se expresarán con toda claridad las circunstancias, modo y requisitos con que deben de elegirse. 89 Artículo 8°. Se hará nueva división de territorio. Artículo 9°. Las leyes civiles serán las mismas para todos los habitantes de la República, y todos quedarán sujetos a ellas. Artículo 10°. Los Estados, conforme se libren de la opresión, organizarán su gobierno particular sujetándose a las leyes federales y a sus constituciones respectivas, hasta que se promulgue la constitución federal reformada. Artículo 11°. Para dicho fin, la persona que en cada estado dirija el movimiento en favor de este plan y de la liberad, queda autorizada para nombrar, ocupada la capital del Estado, una junta de sujetos notoriamente liberales y patriotas, quienes elegirán un ciudadano que en calidad de jefe político, conserve el orden público y convoque a nuevas elecciones, conforme a las leyes particulares del mismo Estado; dicho funcionario cesará luego que se reúna la Legislatura y disponga lo conveniente. Artículo 12°. Los militares, empleados civiles y ciudadanos que protejan eficazmente este plan, obtendrán los premios que decretará el primer congreso constitucional a propuesta del gobierno; sin prejuicio de los ascensos de escalafón que toquen a los primeros y segundos; pero estos ascensos no podrán ser conferidos por General, Jefe, ni persona alguna, sino por las autoridades a quienes corresponda según las leyes. Los que perciben asignaciones de la Hacienda pública conservarán los derechos que las leyes les tienen dados en esta materia, siempre que guarden una estricta neutralidad respecto de este plan. Artículo 13°. Los que sin pertenecer al ejército se comprometieron a sostener con las armas en la mano el presente plan, disfrutarán durante el tiempo que sus servicios fueren necesarios el haber correspondiente a la clase en que se les destine, como si fueran veteranos; y si se inutilizaren o murieran en campaña, ellos, sus mujeres e hijos tendrán el derecho a las asignaciones pecuniarias que corresponden en tales casos a los individuos del ejército con arreglo a las leyes y reglamentos vigentes. Artículo 14°. Se sostendrá la integridad del territorio de la república contra cualquiera clase de pretensiones tentativas para menoscabarla. 90 Artículo 15°. Se garantía la existencia del ejército bajo el pie y fuerza que demanden los objetos de su instituto. Artículo 16°. A nadie se perseguirá por opiniones políticas, ni se desterrará del territorio de la república, y sólo podrá hacerse esto con los que contraríen este plan. Artículo 17°. Cesan para siempre las aduanas interiores de la república y quedan solamente las de los puertos habilitados hasta el año de 1824, cesando de igual modo todos los derechos de alcabala a los efectos que circulan en la república, inclusive los extranjeros que solo pagarán al tiempo de su introducción bajo las medidas que el gobierno dicte. Artículo 18°. Queda prohibido para siempre la introducción en la república de los efectos y frutos que hay en ella, así como de los efectos que sean fabricados y en lo sucesivo se fabricaren en la misma, quedado al efecto facultados cualesquiera vecino de la república para decomisar y hacer uso libre de la mitad del comiso, sin más requisito que de presentar los efectos decomisados al juez más inmediato para que certifique la aprehensión; la mitad de ello será para el aprehensor y la otra mitad para la Nación, de la que dará recibo el Juez que dé el certificado aplicándole a más una multa de la mitad del valor del comiso al introductor. Y si nó una prisión que compense. Artículo 19°. Se le aumentará un tanto más el valor a la moneda por medio de una reseña qe el gobierno dispondrá en el interdispone el gobierno q. a la moneda que nuevamente se acuñe se exprese en ella el duplo de su valor y presentando cada vecino de la república el capital que tenga en reales efectivos a las comisiones q. el gobierno señale. A cada uno se le devolverá la mitad que valdrá por el total de lo que presente, y la otra mitad con igual reseña entrará a las cajas nacionales. Sujeto a las penas que el gobierno imponga a los que así no lo verifiquen, el gobierno dictará las medidas necesarias para evitar los fraudes. Artículo 20°. Se prohíbe en lo absoluta la extracción de plata y oro pa. fuera de la república q. no sea sellado y tenga el requisito que exprese el artículo anterior, quedando sujeto a decomiso según el artículo 18. 91 Artículo 21°. Quedan abolidas las obvenciones parroquiales como son bautizos, entierros, casamientos y misas de precepto todo lo que se le dará sin estipendio alguno; y sólo se pagarán las misas de cofradías que haya fondos destinados al efecto, así como las que quieran mandar decir por devoción, o los bautizos entierros y casamientos que quieran hacerse pomposamente, pero los párrocos estando en el pueblo donde ocurra el mismo deberá ocurrir a él y sólo por una enfermedad o cosa semejante será disimulado. Artículo 22°. Se pagarán muy escrupulosamente los diezmos y primicias, siendo recaudados por los señores Curas con intervención de los Jueces de los pueblos. Se presentarán listas al público manifestando en ellas lo que cada uno pagó pa satisfacción de los interesados: las cantidades que resulten serán remitidas a los Obispos y los recibos serán firmados por los señores Obispos y Gobernadores de los Estados. De cada masa se pagarán los sueldos de los Señores Curas: habrá curatos de tres clases, la 1 ª. disfrutará doscientos ps., la segunda ciento cincuenta y la tercera cien ps. mensuales. Tendrán vicarios dotados proporción de los Sres. Curas. Procurarán los sres. Obispos dotará el Supremo Gobierno a proporción de su dignidad, así como a los demás empleados qe. fueren en sus palacios episcopales, y todos estos sueldo saldrán de los diezmos. Artículo 23°. Cesarán las funciones de los señores canónigos y en su lugar pa. q. las catedrales no carezcan del culto necesario, los conventos religiosos cada mes se turnarán asistiendo a todas las ceremonias de los canónigos, y a cada sacerdote de los q. asistieren se pagará un peso diario. La cantidad que resulte será entregada a sus prelados pa. q. distribuya según las instrucciones de cada religión. Artículo 24°. El tesorero de la masa de diezmos será el cuidado de los Sres. Obispos y estos serán los q. correrán con la pagas de los Sres. Curas y demás empleados, dando cuenta al Gobierno de la existencia siempre y cuando el Gobierno lo exija, necesitando autorización de acuerdo con el gobierno pa. la inversión de los dineros que se destinen al culto divino, así en las iglesias de las ciudades, como en las de los pueblos de los obispados que tengan alguna necesidad. 92 Artículo 25°. Todos los vecinos de la república en atención a quedar libres de toda clase de pensiones, así parroquiales como de alcabalas, se les impondrá una iguala general, pero por clases, es decir, según sus proporciones; la cual será pagada según disponga el gobierno, y recogerán los Sres. Alcaldes de los pueblos, presentando éstos una lista en cada cobro al Tesorero del Estado, quien con su recibo y visto bueno del Sor. Gobernador la pasará a la imprenta para que impresa que sea, la firmen y la devuelvan a los pueblos, para que fijándola al público, se satisfaga: debiendo ser éstas por duplicado: una para el púbico y otra para el archivo de dichos alcaldes. Estas igualas se renovarán cada año para el aumento o disminución del tanto de los igualados: pudiendo además cualquier vecino ocurrir al Juez para que le rebaje el tanto, probando el quebranto que hayan tenido en sus intereses. Artículo 26°. Los ayuntamientos según sus presupuestos de gastos que hayan obtenido la aprobación del gobierno, tomarán lo necesario pa. cubrirlos de la recaudación de las igualas, procurando que los preceptores sean aptos. Y si la dotación no fuere bastante, se ocurrirá al gobierno pa. su aumento, para qe. de este modo se logren adelantos en la juventud. Papantla, Diciembre 20 de 1836.-Sor Coronel Dn. Mariano Olarte. Josefina Zoraida Vázquez, op. cit., pp. 96-98. 93 PROCLAMA DE ANTONIO DÍAZ MANFORT, 1886 “Proclamo el que se acrediten las palabras de nuestra madre Santísima en unión de Espíritu Santo, el que proclama que la fé no ha de ser comprada y que los casamientos eclesiásticos no han de tener cuota ninguna más que dará una gratificación al según su proporción si dos pesos tiene el cura los terrenos se proclaman libres que no ha de meterse ningún hombre por más rico que sea ni el gobierno intervenir en ello mas solamente Dios es el que tiene facultad de meterse en la tierra, que se reconoce por amo y estableciendo este gobierno establecerá la procesión como antes y por lo mismo tanto debemos hacer todo empeño para desconocer el gobierno de Porfirio Díaz acreditando la fé de Cristo para así mismo hacer ver la libertad. Que comprendo es lo que se debe proclamar en el país mexicano desconociendo a toda clase de extranjeros que son los que deben pagar renta en el país mexicano a si es que debemos acreditar la honra de nuestro país en cuanto les dice su Querido servidor quien les desea las felicidades a todo mi próximo. Antonio Díaz Manfort.” Periódico Oficial del Estado de Veracruz, Jalapa, 16 de enero de 1886, citado en en Victoria Chenaut, “Aquellos que vuelan: Los totonacas en el siglo XIX”, México: Ciesas, 1995, p. 262. 94 PROCLAMA DE ANTONIO DÍAZ MANFORT: “LIBERTAD, FUEROS Y RELIGIÓN”, 1886 “Acreditando la ley cristiana si [queremos] ver la felicidad de nuestro país [h]aciéndoles ver a los curas de que la fé no debe ser comprada ni los casamientos eclesiásticos han de tener [cuota] ninguna mas de que todo individuo que quiera abrazar la santa iglesia dará una gratificación voluntaria porque es el casamiento que se debe de acreditar en nuestro país mexicano, desconociendo los casamientos civiles porque es un amancebamiento público y deshonra de nuestra patria y así se desconoce la palabra del extranjero porque el extranjero no [h]a de ser superior a nosotros los mexicanos, [h]a de ser subalterno de nosotros, y se desconocen las contribuciones y todos los impuestos del gobierno de Porfirio Díaz; no acreditando el reparto de los terrenos comunales, encargando de que los terrenos han de quedar enteramente libres como anteriormente; se establecerán las procesiones como antes; se reconocerán las cosas católica como los antecesores. Que es lo que se procura ver la felicidad de nuestro país porque este gobierno humano procura la honra del cristianismo. Y de los entierros y nacimientos no se pagarán derechos ningunos porque de la tierra no se reconoce más amo que es Jesucristo y los comerciantes no pagarán derechos [de] ninguna clase, sólo pagará aquel gran comerciante que tenga más de cien pesos de ganancia, dará una gratificación a la aduana, y los matanceros no pagarán derechos de ninguna especie, sólo pagará aquel nacatero [matancero] que tenga un gran expendio como en las ciudades, pagarán seis reales por cabeza. Y de que logremos de que el ferrocarril quede por [para] nosotros los mexicanos y si por casualidad en los compañeros [h]hubiere algún masón o protestante y si quisiera abrazar el partido católico acreditando las leyes de Dios y si entre estos [h]ubiera alguno quien se opusiera en contra del gobierno humano; todo masón o protestante o gachupín se recaidrá [sic] sus capitales y si abrazara el partido algún masón o protestante se le perdonará y tendrá las mismas consideraciones que los demás porque no se acredita más religión que es la católica, que es la que debemos de nosotros los mexicanos, que es un bien público para todo género humano y toda persona que comprenda el derecho [cristiano] y que tenga una mediana ilustración y quiera la honra 95 de su patria deberá ser digno de favorecer al gobierno humano que se trata de establecer en nuestro país mexicano, favoreciéndolo con las armas en la mano; que este es el derecho libertino y mérito de nuestra república y [de esta] manera siempre el indio [racional] es el que tiene el derecho porque demasiado en nuestro país hay hombres capaces para poder desempeñar, no acreditando las estampillas del expendio que tienen los comerciantes y [así] es que creo que todo individuo se prestará para honrar su patria, y [así] se desconocen las injusticias de las leyes de Porfirio Díaz. El título de esta proclamación es Libertad, Fueros y Religión, que fue lo que se gritó a orillas de Papantla el día miércoles, con siete mil hombres, el día 30 de diciembre de 1885. Lo que se tienes es que se espera revolución y movimiento de la costa para que sea un golpe de Estado para auxiliarse unos a los otros, [así es] de que les encargo que sea lo más pronto y posible que traten de este movimiento y para quitarnos esta venda de los ojos que nos está quitando la luz del conocimiento. Éstos que acompañen empuñar las armas serán socorridos a cuatro reales diarios los soldados rasos. Libertad, Fueros y Religión. Enero 25 de 1886. Antonio Díaz Manfort.” Periódico Oficial del Estado de Veracruz, Jalapa, 15 de mayo de 1886, citado en Victoria Chenaut, op. cit., pp. 263-264 (la ortografía y acentuación se han modificado). 96 CARTA DE INDIGENAS PAPANTECOS EXPONIENDO LAS CAUSAS DE LA REBELION DE 1891 “Coyuxquiui, junio 6 [de] 1891. Sr. Ingeniero D. muy señor de nuestro respeto: pues señor, mandamos a San Juan de los Llanos a 5 compañeros para que con 9 caballos los esperan; más el jefe político de Papantla los exhortó diciendo que eran unos ladrones, lo cual no es cierto, pues Ud los conoce, y sólo iban a esperar a Ud.; fueron traídos en medio de maltratos hasta aquí, temiéndose que hayan sido fusilados. Los pueblos al saber esto, creyeron que también Ud. y nuestro apoderado venían presos o ya los habían matado, por lo que se juntaros el jueves de Corpus para ver lo que hacíamos, y esto hizo creer al jefe político que éramos pronunciados, y destacó fuerzas y pidió auxilio a Veracruz de donde vinieron 400 hombres del 22 que desembocaran en Tecolutla, entrando luego a los pueblos en donde han fusilado a muchos, por lo que hemos huido todos al monte, y sólo esperamos el resultado de la comisión que fue a México; han venido a cortar los alambres del telégrafo para que nosotros no podamos dar noticias. Por último, ya van 15 días que andan las familias en los montes huyendo, pues el jefe político no perdona a nadie. Van nuestros comisionados y le dirán la verdad. El jefe político no quiere que midamos nuestras tierras que dice son baldías, y quiere hacernos aparecer pronunciados para que se nos quite la concesión de deslindar nosotros mismos nuestros terrenos, que nos dio en 23 de enero el Ministro de Fomento. Todo esto le dirá de palabra o por escrito la comisión al Sr. Presidente, y más quejas como las fuertes contribuciones y multas que nos imponen sin darnos recibos. Por los maltratos que sufrimos ya parece que somos esclavos del jefe político. Haga todo lo que esté de su parte por defendernos de la calumnia de que nos hemos pronunciado, lo que pasa es que hemos huido a los montes por miedo a la venganza, y no otra cosa. Reciba el cariño de sus amigos que pronto desean verlos por acá […] Abraham Santos.” 97 El Monitor Republicano, núm. 151, ciudad de México, Jueves 25 de junio de 1891, citado en Victoria Chenaut, op. cit., pp. 264-265 (se trata de una Carta enviada a un ingeniero residente en la ciudad de México, quien a su vez la envió al periódico). CARTA ENVIADA POR LOS VECINOS DE LOS PUEBLOS DE PAPANTLA AL DIRECTOR DE EL MONITOR REPUBLICANO DENUNCIANDO ABUSOS, 1891 “México, Julio 7 de 1891. Sr. D. Vicente García Torres, Director del Monitor Republicano. Presente. Muy apreciable señor: Hemos reconocido que el periódico que Ud. dirige, es el defensor de los pueblos, de la parte débil de la Nación, por lo cual no vacilamos en suplicarle que se sirva dar cabida en las columnas de su apreciable diario a las siguientes líneas: El periódico oficial del Estado de Veracruz, contestando a los artículos de queja consignados en una carta que con motivo de los sucesos de Papantla, vio la luz pública en el Monitor Republicano, asienta hechos inexactos, como pasamos a demostrarlo. Asegura que el comienzo de la actitud hostil de algunos indios (de muchos pueblos) fue debido a que el Jefe Político de Papantla, supo que trataban de apoyar con mano armada las pretensiones de hacer el deslinde de sus terrenos por sí mismos; conforme a la concesión que se les ha otorgado por el Ministerio de Fomento en 23 de Enero próximo pasado, y que sabiendo que se reunían en cierto lugar con carácter sedicioso, mandó un piquete de seguridad a hacer un reconocimiento siendo recibido a balazos esta fuerza. Esto no es exacto: lo que dio márgen al levantamiento, fue el haber exhortado el Jefe Político, a los CC. Gregorio Santiago, Pedro Salazar, Esteban Pérez, Francisco Pérez e 98 Hilario Jiménez, que esperaban en la estación de San Juan de los Llanos al ingeniero que iba a medir sus terrenos; habiendo tenido conocimiento los pueblos de este abuso punible cuya responsabilidad se va a exigir ante los tribunales, se reunieron para tratar el asunto y mandar un comisionado a México y estando en actitud pacífica, fueron atacados sin más preámbulo, muriendo uno de los vecinos y cayendo gravemente heridos seis, 2 hombres, 3 niños (el mayor de ocho años) y una mujer. Ya se comprenderá por esto, que no había carácter agresivo, cuando formaban parte de la reunión mujeres y niños inermes. Como el periódico oficial nada dice respecto del paradero de los exhortados por el Jefe Político, ni en el vecindario se tiene noticia de ellos, se cree con fundamento que han sido vilmente fusilados en la sierra y suplicamos a la prensa que una su voz a la de los huérfanos para pedir justicia. Fueron aprehendidos por el Jefe Político de San Juan de los Llanos y conducidos a pie, no obstante de disponer cada uno de su cabalgadura y cuatro más de mano, cuyo paradero se ignora también, así como el de las armas y dinero (cerca de 300 pesos) que los aprehendidos poseían para los gastos. En otra ocasión fue fusilado en San José Caté, Antonio Vázquez, que venía de México a gestionar el mismo asunto, desapareciendo con él 800 pesos de su propiedad. Fue Rosalindo Soto el que acompañó a los rurales para aprehender a Vázquez en Dos Caminos. Es cierto que hemos sido víctimas del timo y estafados por algunos tinterillos, y entre otros fue X: nos prometían recabar el testimonio de nuestros títulos del Archivo General de la Nación, después de haberle entregado grandes cantidades sin provecho alguno; pero en la actualidad estamos dirigidos por personas cuya honorabilidad reconocemos, puesto que a la fecha no han pedido nada por su trabajo, y gracias a esa dirección hemos obtenido la licencia para deslindar por cuenta propia las excedencias y demasías de los terrenos, a fin de obtener los títulos que legitimen para siempre nuestra propiedad. El señor Presidente de la República nos ha asegurado que nuestras justas pretensiones se verificarán, por lo cual esperamos mucho del Ministerio de Fomento, no obstante la opinión del periódico oficial, que dice que nada tenemos que pedir ni esperar de esa secretaría. Agrega el periódico citado que los terrenos son de nuestra propiedad y que nos los disputa: los primero es cierto, lo segundo inexacto. Si es disputable nuestra propiedad ¿por qué nos exigen, por cada árbol que en nuestros 99 montes derribamos para hacer combustible y madera para nuestras casas, cuatro, cinco o seis pesos que ingresan a la Jefatura Política, diciéndonos que esa cuota debe pagarse porque los montes no nos pertenecen? Sabemos que el Congreso del Estado podrá legislar sobre los fundos legales y los ejidos pero no sobre las excedencias de estos, que pertenecen únicamente a la Nación, que es la que, por conducto del Ministro de Fomento, nos hemos dirigido para obtenerlas y ensanchar la propiedad que nos corresponde como vecinos de los pueblos. Los lotes (que hemos comprado), debiendo habérsenos repartido gratuitamente, por pertenecer a los ejidos, abarcan una extensión de 25 varas cuadradas cada uno y cuando más valdrán $20. El poseedor de un lote paga $5 de contribución predial, es decir, el 25% anual, que es un subsidio superior al arrendamiento. Así pues, el verdadero dueño de los terrenos es el fisco, a quien pagamos una renta excesiva. En el Estado de México, por ejemplo, la contribución es del diez al millar, y en Papantla el ¡doscientos cincuenta al millar! Pagamos, además: 50 centavos cada mes; por la cosecha de tabaco, caña de azúcar y café, se nos exige esta licencia que cuesta $5, aunque la siembra abarque únicamente 10 matas; y al verificar la venta de estos artículos o sus derivados, se nos cobra una alcabala muy subida. En el registro civil pagamos: por el nacimiento de un varón, $3; por el de una niña, $1.50; por casamiento $7; por informar la muerte de alguna persona, 1.50; por derecho de sepultura, $3. Las multas son igualmente subidas. Se nos impuso la obligación de usar pantalones y a las mujeres enaguas y sacos de percal; la persona que por pobreza no usaba esas prendas de vestir, por la primera vez se le imponía una multa de 3 pesos, por la segunda de 5 y por la tercera de 10. Aquí no es raro ver que por un simple capricho se impongan multas de 300 pesos. Anteriormente, el precio de la vainilla era de 15 a 20 pesos el ciento, después bajó a 5, y últimamente el jefe político dio orden que se nos pagara a $2.50 o a $3, a fin de no enriquecernos (esas fueron sus palabras). D. Emilio Arenales compró, no obstante esa orden, algunas existencias de la vainilla a razón de 5 pesos el ciento, y por no haberla infringido se le impuso una multa de 300 100 pesos. Parecerán exagerados y hasta inverosímiles los hechos que dejamos referidos y otros que omitimos; pero no es así, y ojalá que el Gobierno mandara levantar una información judicial a este respecto, para comprobar la verdad de nuestro dicho. En los recibos que se nos expiden jamás se asienta la cantidad, y únicamente se consigna el hecho que motiva la expedición del documento, y la mayor parte de las veces ni siquiera se nos entrega éste. Señor Director, en nombre de todos los pueblos de Papantla damos a Ud. las gracias más expresiva por la publicación de la presente y quedamos como sus reconocidos y atentos servidores. […] Mateo Xochichua. Arcadio Malpica.” El Monitor Republicano, ciudad de México, 11 de julio de 1891, p.2; citado en Victoria Chenaut, op. Cit., pp. 266-269 (la ortografía y acentuación se han modernizado). 101 MAPAS Mapa numero 3 Croquis aproximado del fraccionamiento de las tierras comunales de Papantla en los lotes o condueñazgos, 1875-1876 Fuente: Luis María Gatti y Victoria Chenaut, La costa totonaca: cuestiones regionales II, México, CIESAS, 1987, p. 96 102 Mapa numero 4 Fraccionamientos de las tierras comunales en lotes o condueñazgos, 1874-1878. Municipios de Papantla y Coatzintla Fuente: Ramón Ramírez Melgarejo, La política del Estado mexicano en los procesos agrícolas y agrarios de los totonacos, México, Universidad Veracruzana, p. 106 103 Mapa numero 5 Parcelamiento de lotes o condueñazgos, 1892-1898. Municipios de Papantla y Coatzintla Fuente: Ramón Ramírez Melgarejo, La política del Estado mexicano en los procesos agrícolas y agrarios de los totonacos, México, Universidad Veracruzana, p. 115 104 BIBLIOGRAFÍA BLAQUEZ, Carmen, Veracruz: Historia breve, México, D.F.: El Colegio de México: Fideicomiso Historia de las Américas: Fondo de Cultura Económica, 2011. Colección de leyes y decretos de Veracruz 1824-1919, Xalapa, Ver. : Universidad Veracruzana, 1997. 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