jat5esmucclon del so céntimos

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Afio I V - N Ú M . 152
S E M A N A R I O I L U S T R A D O E N C I C L O P É D I C O Y DE B U E N H U M O R
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DIPUTACIÓN, « 1 . BARCELONA. - VALVERDE, M y iX MADRID
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26 DE MARZO OE19321
JAT5ESMUCCLON
DEL
ÁTOMO COM L A E N E R r
GIADELR¿>iYO.
'OS 3m05
B £ m J N E 5 £ S BRASCH.LANGE
y ÜW^H HCxt^ INSTALADO £ N T R £ DOS
MONTAÑAS DE LOS A L P £ 5 UNA ANTENA DE 7 5 0 METROS DE l^ONGITUDPARA
T^COGETi L A FUERZA K)RMIDABl^ DE
LOS TLAVOS, LA CUAL ES " m A N S M I T I D A .
AL LABOR^rOT^IO QUE HAN MONTADO
NO 1 £ J 0 5 DÉLA ANTENA.LOS 6ABI0S
EMPICAN ESA FUERZA. PARADE5TRUIR
L . 0 5 ÁTOMOS y REALÍZATE OTROS IMPOR
TANTE5 £XPEI^IMENT05
ing FearuresSyndÍcai&
Can t«t« Rúmaro cincuBnta piginai de follotiRsi meuademabtas
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Una lámina en t<
TODO ENCUAÜBHNABI
S O
CÉNTIMOS
REDACCIÓN
ALGO
Y
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Diputación, 2 1 1 . — Barcelona.
SE PUBLICA L O S S Á B A D O S
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España: Tras m e s a s
Id. : Sais m e s e s
Id. : Un a n o . .
8 pasetas j
. 12
Id. \
. 24 (d.
América: Un año. . . 28
Demás países: Un ano. tO
Ejemplar s u e l t o : 50 c é n t i m o s
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SEMANARIO ILUSTRADO ENCIGLOPÉDIGO
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BARCELONA; Plaia de Cataluña, 8, 1.* Teléfono 16405. Apartado 228. ^
Concurso núm.
de
Nuestros lectores de América se lian quejado repetidas veces de no poder tomar parle
de medio mes en llegar a manos de aquellos lectores y con el mismo retraso llegarían
curso, por haber transcurrido el plazo de un me.' que se ha venido lijando. En vista
tico, los concursos de ALQO tendrán desde ahora dos meses de duración, es decir,
motivo, será bien acogida
Los trazos del irrabado adjunto son letras incompletas que forman una
frase de iodos conocida y que con frecuencia olmos vocear. La solución del
concurso consiste en completar esa frase — y, por lo tanto, cada una de
las letras que la forman— tal como nosotros lo hemos hecho ya en la solu•, clon exacta que conservamos en nuestra administración bajo sobre cerrando y lacrado, a disposición de los lectores que quieran hacer en él una señ a l como garantía de
/que el sobre no se abre
ni se cambia.
Para enviar la solución h a y que calcar o
copiar exactamente la
frase incompleta, añadiendo después los trazos que faltan. En el mismo papel han de constar la firma y las sefias del
solucionista. También hay que pegar en la solución el cupón que insertamos al final de la primera columna de esta p^'igina.
CMa
MBcnrtaate wmeét
lat solachme* qne «lUera
rnaatur
REGLAS: 1.» Con cada cupón ha de venir un sello de quince céntimos.
Si se quieren mandar v-irias soluciones y no s e enom-ntran cupones sufi-
BAJO EL VELO
DEL A NON/MO
S . A . , O r g a n i z a c i ó n Moderna d e Publicidad
MADRID: Avenida Pi y Margall, 9, ent.» Teléfono 18375. Apartado 911
ALGO,
con premio
en los concursos de ALGO por falla de tiempo. En efecto, el periódico tarda más
a nuestro poder sus soluciones, de modo que éslas no podrían entrar en conde ello, y con el deseo de atender a nuestros hermanos del otro lado del Atlándoble que antes. Confiamos en que la modificación,
teniendo en cuenta su
por nuestros
lectores.
v í i n H Í i n . í í ' ^ """^
®"
°°
<1« «niinoe céntlmos, uno de
vemticmco por cada cupén que se omiU. 2.» En nineún caso un mismo
concursante podrá merecer má» de un premio ni su nortóre t^hdrá derecho 2
t^™^"."^,?"^^*^
* " «orteos. 3 . . El premio consiste en un lote dS
25 tomos escogidos de nuestra colección de «Novelas Hogar, y se otorgará
al solucionista que acieiie U solución exacta o al que más se acerque a ffla. <
Si son dos o más l o s
que están en las mismas
condiciones para merecer el premio, se sortea- '
rá entre ellos. 4.» Las
soluciones deben estar
en nuestro poder ?íntes
l'e''*í'i»''°T»"™
"eguen despné» de las *doce* de U noche^d"
ese día. Tampoco serán válidas las que carezcan del sello o del cupón, firma
y señas, no se entiendan o falten a cualquier regla del concurso.
'Es eonveniente mandar las soluciones a nuestra casa de Barcelona
tación, ill) y poner en el sobre: Concurso n.' Si de Algo.
No mamteadieíaoi correspondencia acerca de este concurso.
LOt «llANaM MOMBKSi
BEETHOVEN
RIBERA
SON
TOMOS
EN
PUBLICADOS
LA N O V Í S I M A
COLECCIÓN
BIOGRÁFICA
DE
##. Courtha
MaMer
Ea la nueva novela que en forma
de folletín
encuadernable
Films
Selectos
empezará a publicar en el número
correspondiente
al día 16 de abril
= = = = = (sábado)
i" i i ' ' . .'
H. COURTHS
MAHLER.
autor de Bajo
el velo
que es el
del
anóni-
mo, hizo una novela tan emocionante, tan interesante,
que toda
ella está llena de la más amable
trascendencia:
aquella que consiste
en ganar, deleitándqle,
el ánimo
= = = = = del lector, i
n =
FILMS
SELECTOS
. aEMANARIO
Sale
todos
PK'ECIO DEL
CINBMATOQRAFICO
los
sábados
EJEMPLAR:
30
De venta
puestos
céntimos
en todos los quioscos y
de venta de periódicos.
ilupón para el Concurso
núm. 33 de AL60
'4i
BEETHOVEN
Vma btoaraiia J un eattitflo ertOe» de aua obraa,
por
Edmundo Vermeil
Es B e e t h o v e n , s i n género de duda, u n o de
l o s m á s grandes talent o s m u s i c a l e s del Univ e r s o . Y t o d a s u obra
— serena u n o s m o m e n t o s , agitada c o n
frecuencia, pero s i e m pre n o s t á l g i c a y d o lorida — está í n t i m a m e n t e ligada c o n l o s
rasgos de s u carácter
y los acontecimientos
p e n o s o s de su vida.
La lectura, pues, d e
su biografía e s el m e dio m á s eficaz para
penetrar en el s e n t i d o
i n t i m o de s u m ú s i c a
sublime
LOS GRANDES
m 08MBRES a
BtriniM M M e n
• B M n i M Mtfrdtat
En rástica . S^M ptas.
Entela y oro. S ' - »
M fMii • tote US
mnrtu r •
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BIpotacMg, lÉn. 211.-BarcelOBa
iBlrarde, B ^ . 30 f 32.-Nadnd
RIBERA
Uaa M o a r a i U y M •mtmeritica de
«braa,
par
Jorg*
Piilemanf
Dice el autor: € En
t a n t o q u e e n el G r e c o
e n c o n t r a m o s la forma
m á s espiritual, la m á s
Inmaterial del m i s t i c i s m o , n o s i m p o n e en
Ribera la materializac i ó n d e u n a fe recia,
l a fe a d u s t a y tenaz de
los primeros apóstoles, de l o s e r m i t a ñ o s
de la Tebaida: u n a fe
vigorosa, fuerte, v i o lenta, casi agresiva.»
Y, para d e m o s t r a r l o
escribe t o d o un libre
c o n la s o l t u r a propi&
del crítico q u e c o n o c í ,
a f o n d o la obra y l a
(Dipu-
224
HISTORIA
NATURAL
LA
primer síntoma es un ruido extraño. Algunos han dicho que se parece al susurro
del viento entre las ramas de los pinos o al ruido de la lluvia; otros al rugido
lejano del mar; otros al trepidar de un tren a distancia. El ruido aumenta. La
tierra empieza a temblar; luego a estremecerse con fuerza. Pronto el suelo empieza a abultarse, a
correr en ondas visibles, parecidas a
las olas del mar, pero de menos altura
y mucho más rápidas. El rumor se
convierte en rugido.
Es difícil tenerse en
pie y a poco se hace
imposible. Las personas se tienden en
el suelo para evitar
ser derribadas. Los
árboles oscilan con
violencia, a l g u n a s
veces tanto que tocan el suelo con las
ramas. Al pasar las
olas, la tierra se abre,
cruje y se vuelve
a cerrar. Al cerrarse las grietas, el aire
comprimido en ellas
hace saltar arena y
grava; a veces escu(Fot. Boyer)
pe a g r a n altura
F I G . 168.- -Muros agrietados por los terremotos de 1910, en Costa Rica.
agua y arena. El estruendo se hace espantoso. Se oyen truenos profundos y solemnes que parecen ¡
la voz de un Poder superior que hablase desde las entrañas del universo. De \
súbito la tormenta se calma, la tierra se inquieta rápidamente y todo ha pasa- i
do. (Fig. 172.)
j
Y, sin embargo, dice el Mayor Dutton, esta descripción sugiere sólo un sim- ,Í
pie ejemplo o unos pocos ejemplos de lo que son los terremotos. En algunos
toda la violencia de la convulsión llega con explosiva precipitación. La gente se^
halla de súbito arrojada contra el suelo, como sí la tierra hubiera huido debajo;
de sus pies. Algunas veces no hay ondas y el movimiento es un violento temblor ¡
que vibra en todas direcciones, que retuerce la tierra en contorsiones como con'
TIERRA
209
En ciertas zonas arenosas de los desiertos, y en especial del Sahara, encuéntranse aguas profundas pero abundantes. Muchos oasis son irrigados por
medio de las "foggaras", pozos profundos que comunican mediante largas galerías, jalonadas de
trecho en trecho por
unos pozos de ventilación. En algunos
oasis esta red circundante de galerías
alcanza hasta 30 y
40 km. de longitud
(figura 152).
T a m b i é n existen en el desierto poz o s aislados construidos a lo largo de
los itinerarios de las
caravanas y en los
lugares arenosos en
que la capa de agua
no es muy profunda
y tampoco faltan los
pozos naturales e n
los que brota el agua
espontáneamente (figura 153).
S i e m p r e que
una capa acuífera es
cortada por la superficie del terreno,
y éste es un caso
m u y frecuente en
los valles, el agua
fluye al e x t e r i o r
^
„
(Fot. Boyer)
•'
F I G . 1 5 5 . — Rio subterráneo en P a d i r a c .
formando una fuente o manantial. Otras veces nO son aguas de filtración sino corrientes subterráneas las que cortadas por una ladera o un barranco dan lugar a que mane el
agua. Se da a estas fuentes el nombre de vauclusianas porque se ha tomado
como tipo de ellas la de Vaucluse, situada en el sur de Francia, cerca de Aviñón.
Las fuentes vauclusianas son de régimen irregular, presentando variaciones
acentuadas en relación con las lluvias. Sus aguas son menos puras que las de
los manantiales y sufren enturbiamientos repentinos.
HISTORIA NATURAL, I I .
14
210
HISTORIA
NATURAL
En España abundan las fuentes de este tipo, sobre todo en la región de Le- I
vante. Son notables las fuentes del Fraile y de la Cadena en el macizo del Ca-.
roche (Valencia). En las cercanías de Antéquera se halla el caudaloso nacimiento
de la Villa, cuyas aguas proceden sin duda del célebre Torcal próximo. También,
merecen mencionarse las fuentes de Fontibre, cerca de Reinosa (Santander), consideradas como.el nacimiento del Ebro; pero la fuente vauclusiana más notable.
LOS TERREMOTOS EN GEOLOGÍA
de España es acaso la de la Celia (Teruel) cuyo caudal es de unos 2.000 litros
por segundo.
Las fuentes intermitentes son aquellas que no manan constantemente ni depende su caudal del régimen de lluvias, sino que fluyen de tiempo en tiempo, con
cierta periodicidad. Para comprender el mecanismo de estas fuentes es preciso
recordar la teoría de los sifones. Si introducimos en una vasija el extremo de
un tubo doblado, cuyo otro extremo exterior está más bajo que el nivel del líquido en la vasija y absorbemos el agua por este líltimo extremo, el tubo se llenará
de agua, que empezará a correr hasta que la vasija se haya vaciado por completo.
Al considerar las transformaciones de la superficie terrestre, después de
estudiar las causas que podríamos llamar superficiales, tendremos que fijarnos
en las profundas.
Es más que probable que los terremotos en el pasado geológico fueran mucho más violentos, extendidos y frecuentes que hoy y quizá tuvieran mayor
influencia en los trastornos de la corteza terráquea. Aun ahora sus efectos y
las circunstancias que los acompañan son tremendos y terroríficos. Un gran
terremoto, dice el Mayor Edward Dutton en su obra "Los Terremotos", viene
de prisa y de prisa se va. Su duración es, generalmente, de segundos más que
de minutos, aunque se han conocido casos en que han durado de tres a cuatro
minutos. Quizá cuarenta y cinco segundos sea un termino medio justo. La primera sensación es un confuso murmullo de carácter extraño y aun sobrenatural.
Casi simultáneamente los objetos sueltos empiezan a temblar y a chocar entre
sí. A veces casi en un instante, otras gradualmente, pero siempre con rapidez,
el murmullo se convierte en rugido y el entrechocar en crujir. El rápido temblor
se convierte en ruda y violenta convulsión de creciente amplitud. La tierra parece
batida por rápidos martillazos de poder inconmensurable. Los objetos sueltos
parece que empiezan a volar; los más ligeros penden rotos de sus ligazones. La
convulsión aumenta en violencia. El suelo empieza a levantarse y a balancearse
como un bote sobre las olas. Los techos de yeso se hunden, las paredes crujen,
las chimeneas caen con estrépito, todo se mueve, se levanta y se agita. Grandes
olas parece que pasan, como impulsadas por una galerna, por debajo de los
cimientos. La oscilación se hace ahora más larga y aun más poderosa. Las paredes
se abren. Una súbita sacudida derriba la pared maestra de la fachada o convierte en un montón de escombros un ángulo entero del edificio. Luego viene
un oscilación más larga, parecida a la de un barco en el mar, pero más rápida
y no sólo de un lado a otro, sino también de adelante atrás, combinados ambos
movimientos con un retorcimiento que nada puede resistir. Esta combinación de
movimientos en figura de 8, es tan destructora que derriba las más fuertes armazones como si estuvieran hechas de arcilla. Es la culminación del terremoto.
Sigue una oscilación más regular y menos violenta; luego, de súbito, disminuye
y cesa. (Figs. 168 a 171.)
Pues bien, lo mismo ocurre en la naturaleza, siempre que el manantial no
En campo abierto las señales y presagios son de un carácter diferente. El
Entrada a las cuevas de Arta, en Mallorca.
222
HISTORIA
NATURAL
la lengua de tierra que unía la Holanda septentrional con la Frisia. A causa de
este hundimiento progresivo desde el siglo ix hasta el xviii se registraron en
Holanda treinta y cinco grandes inundaciones, algunas de las cuales causaron
hasta cien mil víctimas. Esto obligó a los holandeses a construir grandes diques
y otras obras defensivas. La empresa en la que actualmente están empeñados
consiste en rellenar parcialmente el golfo de Zuiderzee y cerrar su comunicación
con el mar de manera a volver poco más o menos a las condiciones de varios
siglos atrás (figs. 164 a 167).
LA
TIERRA
211¡
tiene salida directa al exterior sino que llena una cavidad subterránea de mayor
o menor capacidad, la cual comunica con el exterior mediante un conducto tortuoso en forma de sifón. El manantial va llenando poco a poco el depósito interno y cuando el agua
alcanza la altura necesaria para que se
l l e n e el conducto,
aquélla comienza a
correr por el orificio de salida, hasta
que se vacia la cavidad. Entonces deja de correr el agua
hasta el momento en
que el depósito se
ha llenado de nuevo.
Un ejemplo notable
de estas fuentes es
la de Santa Elena,
cerca de Panticosa.
Las fuentes minerales, q u e tanto
abundan en España,
no se distinguen por
lo común de los demás tipos de manantiales sino en que sus
aguas llevan en disolución substancias
minerales de propiedades curativas.
Muchas de e s t a s
aguas hacen grandes
F I G . 157.—Teatro de las hadas en las Cuevas'del Drach (Mallorca).
recorridos subterráneos y llegan a bastante profundidad, por lo que adquieren una temperatura
elevada, que las convierte en aguas termales. También esta clase de aguas abunda en España, como lo atestiguan las numerosas Burgas y Caldas. Es notable
entre éstas el manantial de Caldas de Malavella (Barcelona), cuyo caudal de
4.500 litros por hora mana sin interrupción a la temperatura de 70°. En realidad,;
las aguas termales son fenómenos de vulcanismo atenuado.
fíf
.
1%
La acción disolvente de las aguas subterráneas es particularmente intensa
en los terrenos calizos. El anhídrido carbónico que el agua lleva en disolución
212
HISTORIA
NATURAL
LA
TIERRA
221
un barro finísimo, que se designa respectivamente con el nombre de cieno o
fango de globigerinas, fango de radiolarios y fango de diatomeas.
Junto a la labor de los organismos consideremos un momento la labor del
hombre, que al fin y al cabo no es más que un organismo de orden superior. Sus
obras, por grandes que sean, no alcanzan sin embargo, la magnitud de esas cons-
á
F I O . 158. — G r u t a s de Post
. . .
,
„„
(Fot. Boyer)
.\bisrao de 20 m. por el que se arroja el rio Finca.
F I G . 167. — Obreros t r a b a j a n d o en las obras de relleno del Zuiderzee.
F I G . 159 . — Curso subterráneo del Finca, en las grutas de P o s t u m i a .
(Fot. Boyer) i;
trucciones maravillosas de los poliperos, cuya extensión, segtín acabamos de ver,
se mide por centenares de millas.
El hombre ha perforado las montañas mediante túneles hasta de 20 km. como
el del Simplón; pero sus obras más grandiosas son precisamente las relacionadas
con el mar. El canal de Suez tiene una longitud de 160 km. por 70 a i i o m. de
anchura en la superficie y 38 m. en el fondo, que varía de 9,5 a 10,5 m. El canal
de Kiel alcanza 99 km. de largo, por 102 de ancho en la superficie y 44 m. en el
fondo de I I m. El canal de Panamá tiene más de 81 km. de largo, con una profundidad de 12 a 14 m. (fig. 163).
Una obra comparable con éstas es la del desecamiento del Zuiderzee, en la
que están empeñados los holandeses desde hace muchos años. El Zuiderzee era
antiguamente un lago interior; pero de algunos siglos a esta parte las costas de
Holanda se van hundiendo poco a poco, y en el siglo xii las aguas destruyeron
|
Courteline cuenta su primer e n c u e n t r o '
con Vcrlaine, u n día q u e é s t e estaba ebrio.
Courteline le m e t i ó en un coche y le prei»mitó su dirección. Verlaíne n o recordaba.
— ¿Vive usted en la ribera derecha?
i
— No.
— ¿En Montmartre?
^ No.
— ¿Del lado de la Ba.stilla?
— Sí.
— ¿Boulevard Beaumarchaís?
— No.
— ¿Calle de la R o q u e t t e ?
— vSÍ.
— ¿Qué ni'unero?
— N o recuerdo.
— ¿Nvímero 1 ?
- No.
- ¿Niímero 2?
— No.
— ¿Número 8?
No.
V Courteline terminaba:
~- ¡Y v i v í a en el n ú m e r o 124!
lioniitente: J.
Álhalniti'jo.
¿Reflexiva, callada, buena y bella?
¿Pero es que exi.ste, aca.so,' esa doncella?
n e m l l e n l e : ./. Prirrnnilu
i; l'arrondn,
Madrirl.
Si
N o h a c e m u c h o , un catedrático de la
Universidad de E d i m b u r g o (E.scocía) hizo
colocar en su clase un cartelito que decía:
«El doctor Wil.son tiene el g u s t o de poner
en c o n o c i m i e n t o de .sus di.scípulos la alta
distinción de que acaba de ser objeto, al
ser n o m b r a d o médico particular de la Reina.»
Poco rato después, al pie del cartel figuraba o t r o que decía simplemente: Grd
save the Oueen\ (Dios .salve a la reina.)
R e m i t e n t e : L.
Hnrrioi^ssJ¿/-,Bjagpza).
lieniitente: Diinanche,
Madrid.
m
Al hablar de u n a mujer preguntaban ,
n u e s t r o s abuelos: «¿Es hónracla?»
i
N u e s t r o s padres solían ya preguntar: '
«¿Es hermosa?»
N u e s t r o s jóvenes de la actualidad preguntan s i m p l e m e n t e : «¿Es rica?»
SKVKRO
CATAI.IXA
m
vSí los japoneses c uíeren tener el derecho
de arrojar a los b a n d i d o s fuera de las I
poblaciones, ¿por qué n o se les ce<le la j
ciudad de Chicago?
'
San Itir:;o VnUhi, de San Diego b'l'..
W.
Inca (Raleares).
».
m
— ¿De m o d o , doctor, que u s t e d cree
q u e e s t o s granos y e s t e picor son cosa del
tiempo?
— Sí, señor: del t i e m p o que hace q u e
n o se lava u s t e d . . .
J^SLS mujeres a
veces
son c o m o libros,
que se compran por n u e v o s
y . . . están leídos.
J.
ORION A
m
El impenitente b o h e m i o A. T. a s i s t e a
la lectura de u n libro d e m á x i m a s m o rales. Y el ciue lee llega a la siguiente;
«Haz lo ciue d e b a s y n o lo que quieras.»
— ¡Qué bien e.staría eso! — interrumpe
T. —. Porque sí y o pudiera hacer lo que
d e b o . . . haría dinero.
Heniílente: / , . / ? . T., Ililhao.
m
1\1 d i l u v i o n o "tuvo é x i t o , porque quedó
mi homlire.
Hk.vrv Bpxqtii:
m
Aloyano, el e x m i n i s t r o de la época de
los moderados, va a coger un coche. E s
el m o m e n t o en que el socialismo comienza
a enloquecer a u n o s c u a n t o s cerebros, y
el cochero a quien se dirige Moyano es socialista. Moyano se le acerca, le saluda,
abre la portezuela, va a entrar...
— Oye, compañero — le pregunta el
auriga: — ¿«dónde vamos?
Moyano deja el estribo, cierra la portezuela y dice:
— ¡Yo a tomar o t r o coche y u s t e d a
la m...!
Itemitenl.e: J. Xiraii,
de estar durísima. Cuando .se c o n v e n c e
de su impotencia para lograrlo, se dirige
al camarero, que se encuentra abstraído
e s c u c h a n d o la mú.síca, y le pregunta indignado:
— ¿Qué es esto?
— Un trozo d e El Conde de Tu
remhurgn,
.señor.
Hemitente; Kl f/iie
Me parece que he ndelsfaz.Kln. Itufinn. Vay.i
•I 1;Í r.'irniacin v vea cuj^nto peso.
.\ los caballos n o les .gu.sta el vino, sea
d e la clase q u e .sea.
H a y quien dice que n o es que n o les
gusten s i n o que n o lo quieren beber, a
causa de la imposibilidad material en que
se encuentran de devolver los cascos.
(De Buen Humor.)
NÉSTOR O . I.opií
Ilarcelona.
m
F u é a presidio Juan Pascual
por artes de u n a mujer,
y — ¡La mataré al volver! —•
dijo, blandiendo un puñal.
Pero, ¿la mató? N o tal.
Cuando, del puñal armado,
la fué a asesinar, turbado,
n o p u d o vengar su queja,
porque al verla fea y vieja,
exclamó: — ¡Ya estoy vengado!
E s indudable que los japoneses han inv e n t a d o el s i s t e m a m á s ofensivo de guerra
m á s defensiva del m u n d o .
l.ouisvilU
Times (Ivouisvílle. E E . UU.)
m
lo oyó.
m
Dicen que n o se debe hacer c a s o de la
hermosura, que es pasajera; pero m e n o s
ca.so d e b e m o s hacer de la fealdad, que
dura toda la vida.
SANTIACO
RUSIÑOI,
m
— Señorita, tengo el honor de pedir su
mano.
— ¡Oh, caballero! y o n o esperaba... Déjeme usted que reflexione un m o m e n t o . . .
— ¡Oh, por Dios, píén.selo pronto! Teng o un taxi a la puerta...
Remitente: S. R. fl., Sevilla.
CAMI'OAMOR
m
En el comedor de u n o de los principales
hoteles de Madrid, se celebra la cena de
fin de año, por cuya cau.sa las me.sas se
hallan rodeadas de elegantes personas, que
con las mejores formas degluten los m a n jares .servidos.
Un caballero intenta, inútilmente, cortar con el cuchillo u n pedazo de carne que,
a juzgar por los esfuerzos que hace, debe
Premios del número anterior 1
f''i:i que a estos animales no les
152
!
D e 10 p e s e t a s : al rasgo de ingenio
e n v i a d o p o r Juan I t a , Madrid.
D e 5 pesetas: a los r e m i t i d o s por
R a i m u n d o S . Valor, Madrid, y Alfon,so de R o s e .
I
—
—
—
—
Í A dónde va usted en ese . • s h i i i n Al sermón.
¿Al sermón a estas lloras? ¿ D ó m l c ^ \-'
En mi casa.
tado,
.t M,'
T'NQT'^K el e s t a d o actual d e la astrot a a o . señalaríamos
señalaríaluos siempre a.iiiiis
mes a
¿viarve
m á s . H a s t a Cristo, m á x i m a autoridíul jia
TNQT^K
que
nomía permite conjeturar q u e nmmu-- q
u e a la Tierra.»
ra t o d o s l o s cristianos, cuando dijo q u e
D e v e z en cuando, oímos hablar de q u e
clios d e las m u n d o s existentes contieí>lir,c
T i i i i i i d í v 5 pxi.stentc.s contieDe vez
cuando, enviar
oímos hablar
que
en la casa de su padre, fuera de la Tierra,
iiliíuieu
se en
propone
señales deluminen vida,
p orifc o Ir»<¡
sabemos
aún d e cierto sobre
había m u c l n s habitaciones, dejó ya e n n o s a s a n u e s t r o s planetas hermanos para
ello, p u e s t o q u e nuestros m á s p o t e n t e s tetrever la habitabilidad de otros mundos,
llamarles la atención .sobre nuestra exislescopios n o bastan para descubrir las huepues ¿para qué han d e servir, si no, aquellas
llas de vida ni aun en l o s planeviviendas celestes? ¿para estar
t a s m á s cercanos. Kn el alma de
desiertas?
tos pueblos moflemos e x i s t e , a
Federico Oauss, el príncipe de
pesar de esta inseguridad m a t e los matemáticos, convencido co m o
rial, la íntima e i n t u i t i v a d e q u e
tantos otros sabios de que en o t r o s
el hombre de la Tierra posee herm u n d o s h a y .seres q u e piensan,
m a n o s en el r e s t o del Tniverso.
señaló y a la posibilidad de u n a
S?,í¿()l) años antes de Jesucristo,
corresponden cia telegráf i colu min oya afirmaba el griego Metrodor de
sa en el porvenir, por m e d i o de
Lampsacos cpie era una locura tan
espejos gigantes que p r o y e c t a s t n
grande creer q u e .sólo nuestro
al espacio l o s rayos del s o l , idea
m u n d o estaba habitado c o m o s u que Cross, el célebre inventor franponer ciue eti un c a m p o de trigo
cés i n t e n t ó poner en práctica mar sólo poaría crecer u n a espiga. El
c i n d o , por medio de tales rayo.s,
filósofo K a n t n o d u d ó nunca d e
figuras geométricas en u n a región
la liabitabilidad de otros cuerpos
desértica d e Marte, pero murió sin
celestes y añadía que era incomacabar su proyecto.
prensible que tanta magnificencia
Otro astrónomo, el vienes L i t en el cielo liubiese s i d o creada s ó trow, t u v o la idea inversa; prolo para recreo de los habitantes
yectar dichas figuras, mediante
de u n o d e los astros m á s pequefortísimas lámparas eléctricas, en
ños, y lo mi.suio pensó (íoetlie. El
el desierto d e Sallara para q u e
gran astrónomo austríaco Palisa,
pudieran los habitantes de los
fallecido hace seis años, decía m á s
otros planetas, en el supuesto de
aún: «Si n o s lialláranios en un
F.mliajada rii' niiesti-a Ti rra a los habitante"^ hipoti^ti os de Marte, l ' n
que posean telescopios, comprobar
p u n t o del espacio intermedio y
de .Marte. Idea
e r u H T i i c espejo refleja IÜÍ rayos del Sol en u n desiertí
nuestra existencia, Lástima que n o
del i n v e n t o r Cross
equidistante d e la Tierra y d e
viva Littrow todavía para p<xler
Marte, .sin conocer la liabitabiliaprovechar en beneficio de su prodad d e atiuélla ni otra cosa q u e lo q u e
tencía. E n el año 1924, en coincidencia
y e c t o el i n v e n t o de un ingeniero ameriSf>))re a m b o s m u n d o s n o s revelase desde
con u n a m á x i m a aproximación de Marte,
cano q u e lia logrado construir un proyec.tIIí un telescopio, y apareciese un ángel
....
^ . . .
h u b o gran e n t u s i a s m o con tales proyectos
tor d e millcn y medio d e bujías.
para p r e g u n t a m o s cuál'de l o s d o s m u n d o s
que lue.i^o no pudieron realizarse, pero que
Otro ingeniero, de nacionalidad inglesa
tenía m á s probabilidades d e estar habídemostraron la fe que se tiene eu que la
tiene u n proyecto para enviar señales lupluralidad de 1 o s
^
L mnmiJli
-ni-yi'jr-:jr.
m u n d o s habitados
MoNTiEi. JUR.'^DO
A
\
™
"
^
•
no son una f a n t a s í a
(Continúa en la página ti.)
• •••••
^.lmiu p n . y r ' C t n i\o un inuii.i l'i.im sitíc d e balones
p r t h o i a Iiinifndsa, situados a 1.') kin. de altura, cuya luz cpsradoscBúii su i i i M ' i i l o i - podrá apreciarse c o n los telescopios marcianos.
\ 1 I i / q u í e r d a , se ven los lílobo*; flotando en el espacio; a la derecha, en
el m o m e n t o de estallar.
>i'riiih'- idiMiMitsjis instantrineas a otros nuin<lo>.
•.•<iiit rti iiiL'li'':>. t riii cliisitn fK'ct l i c a lince i - s t a l l a t
ito de haferfas que podrán e n \ iar señales lunn^(^^il^ al
n. o la derecha, la señal vista en conjunto desde fnera.
J o c k e y s femeninoN
No h a y que p e r d e r l a s e s p e r a n z a s
OS alemanes han echado a pique un
L
acorazado con objeto de demostrar
al m u n d o que han t o m a d o en serio lo de!
desarme. En la foto v e m o s u n o s c u a n t o s
marineros del buque despidiéndose de su
cañón f a v o r i t o antes de separarse de él
para siempre. D e m o d o que, a pesar del
conflicto chinojaponés, de las maniobras
de la escuadra norteamericana en el Pacífico, de los terribles i n v e n t o s de guerra
que se están realizando en todo el rmmdo,
n o h a y que perder las esperanzas: los alem a n e s tienen u n acorazado m e n o s .
Q u i n c e aflos de i n s o m n i o
E
S T E caballero, Paul K e m , agente d e
seguros que vive en Budapest y e s t u v o
c-ii la Guerra Europea, trae de cabeza a
( F o * . Oofttordoí,
C
OMO ya h e m o s dicho otras veces en
estas m i s m a s páginas, la época actual
se caracteriza, n o .sólo por la crisis económica, s i n o también por el empeño que
parece tener la mujer en hacer la conqietencia al hombre, dedicándose a toda clase
de trabajos por viriles que parezcan. Vedlas, por ejemplo, en la foto, preparadas
para tomar parte como jockeys en una carrera de caballos celebrada recientemente
en Berlín. D e m o d o que, como h a y siete
mujeres por cada hombre, resulta
que
ahora es ocho veces m á s difícil que- antes
conseguir una plaza v a c a n t e .
Ivs decir, ,sí las m a t e m á t i c a s n o mienten.
Muelle f l o t a n t e
La utilidad d e los z a p a t o s c u l m i n a c u a n d o h a y q u e subir escaleras d e n o c h e . N o
E aquí la liltíma palabra en m u e l l e s
H
flotantes, a d o p t a d o por un club n á u t i c o de California. Hendiduras abiertas a
un l a d o y a otro del muelle hacen que las
n a v e s , al atracar, queden c o m o encajon a d a s y c o m p l e t a m e n t e a s a l v o d e los
e m b a t e s del mar. Otra ventaja es la de
que el muelle, en un d o s por tres, puede
trasladarse de lugar. Además, n o h a y pet w l o s los hombres de ciencia de su país,
jiorque resulta que hace cerca de quince
a ñ o s que n o duerme. Hallándose en el
frente, recibió una herida gravísima en la
cabeza. Los médicos lograron curarle y
entonces se produjo el prodigio. El señor
Kern n o puede dormir ni tiene suefio.
Sin embargo, se encuentra perfectamente.
Y lo que el señor K e m debe de sentir
e s que n o le sucediera lo m i s m o en c u a n t o
al a s u n t o de la slímentación.
cabe duda de q u e el i n v e n t o r ha t e n i d o
u n a idea luniíno.sa.
Viajeros ilustres
E
N el Sudán se u s a m u c h o el buey
como vehículo de viaje, y c o m o este
pobre animal n o puede dar de por sí idea
de lujo ni de grandeza, cuando una personalidad sudanesa ha de hacer im viaje,
manda colocar sobre el cuadrúpedo una
especie d e t r o n o lleno d e colgaduras y
adornar al animal profusamente. Sólo así
pueden distinguirse los aristócratas d e los
que viajan a pelo. E n el grabado p o d e m o s
Bl castillo de Kronbortf
ligro de que las n a v e s sufran desperfect o s si chocan contra el flotante embarcadero. T o d o s sabemos que los muelles
amortiguan los golpes.
Zapatos luminosos
A R A evitar t r o p e z o n e s en las n o c h e s
P
d e m a s i a d o oscuras, en N o r t e a m é r i c a
se han i n v e n t a d o e s t o s zapatos provis-
E
N e s t e castillo s i t u ó el inmortal S h a kespeare su obra, también inmortal,
Hamlet. Se halla en Copenhague, en la
boca del Oresund, vía fluvial por donde
jenetra gran parte de la riqueza de la pojlación. Y he a q u í cómo se unen la grandeza espiritual de la poesía con el m a t e riaUsmo del tráfico comercial.
t o s de lámparas eléctricas que han t e n i d o u n gran é x i t o entre d e p e n d i e n t e s
d e oficina, obreras d e fábricas y d e m á s
clases femeninas que han de emplear frec u e n t e m e n t e el «vehículo» d e los pies. La
lámpara va en la parte delantera del zap a t o , d e n t r o del tacón h a y u n a pila y
d e t r á s del tacón e s t á la llave q u e permite apagar o encender la luz a v o l u n t a d .
ver a una de las esposas del reyezuelo de
la tribu Messeria instalada en u n o de esos
pullman con cuernos.
M M I L DEHOMBRE PRÁCTICO
C ó m o s e h a c e una a n t o r c h a
C a r b o n e r a prActica
í^a antoreha q u e reproduce nuestro dit'iira impedir que e) carbón almacenado
bujo es m u y útil para el campo. Para
I en gran cantihacerla se necesita u n trozo d e cañe• ~ " V . . , dad se salga por
ría d e u n o s cuatro centímetros d e
'l'.'i la boca o puerdiámetro por quince d e ancho, con
-i t a d e la carborosca en los extremos.
ñera y, al m i s m o :
E n u n o d e é s t o s se atornilla u n a
tiempo, poder
tapa y en el otro u n a reducción d e
sacarlo cómodacuatro centímetros por d o s para
.'.-'{ mente con la
aju.star u n t u b o d e este idtimo diá..! pala, es lo m e metro. E n este t u b o pequeño .se
jor poner denpone la meclia q u e puede ser de altro de la cargodón torcido. El aceite o la grasa
bonera un plano inclinado en la forma q u e
se echan en el tubo ancho. Ivl m e CID
indica el d i b u j o .
jor combustible e s la grasa o el aceite c o Este sistema ofrece también la ventaja
mún.
de impedir que se levante p o l v o y además
A p a r a t o para s e c a r la ropa
n o deja q u e el carbón o b s t r u y a las portezuelas impidiendo cerrarlas.
Muchas veces e s un conflicto para las
a m a s d e casa el poner a .secar la r o p a ,
P a r a limpiar f r a s c o s
porque las viviendas m o Para limpiar botellas se emplea corriend e m á s , sobre
temente u n procedimiento q u e c o n s i s t e e n
t o d o las m o echarles u n poco de
destas, s o n
arena y u n o s cuantos
m u y reduciclavos y a,gua y agitar
das. Para solucionar
t o d o , pero a v e c e s
el problema, o al mecuesta trabajo sacar
nos atenuarlo, basta
la arena > lo.s clavos,
construir un secador de madera
cosa que se evita con
con varios listones dispuestos en
el 1 rocedimiento que
forma de estrella, c o m o indicp. el
indica nuestao grabagraljado. El secador ocupa
peco
do, y q u e deja perespacio y, en cambio, cabe en él muclia
fectamente lim]:)ios los
ropa. Se pueden instalar u n o o varios d e
frascos.
ellos en el balcón o en la galería. \ü secaIvl limpiador de botedor puede perfeccionarse «rticuloudo los
llas se hace con u n a
listones, para poder plegarlo d e s i u é s del
cadena n o m u y grueempleo.
sa, fija al corcho con
una argollita. l,a cadena debe tener d e
C ó m o s e d e s t a p a una b o t e l l a sin
trecho en trecho u n o s n u d o s de bramante.
llave ni s a c a c o r c h o s
Al emplear el «aparato» se echa un poco
El
procedimiento
.sólo e s aplicable a los
de agua caliente en la botella, se pone un
t a g o n e s llamados d e «corona». Basta rodear
corcho con la cadena y se agita bien.
el cuello de la botella i
i'omo se ve en el grab
U
( o n i i n u n c i ó n d e \:\ página 4)
COMU<VICAGION
INTERPLANETARIA
m i ñ o s a s in.stantáneas a otros m u n d o s . Consiste en una serie de globos cautivos, s i t u a d o s a 1.5 Icilómetros de altura y llenos
de pólvora lumino.sa. U n a chispa eléctrica
lanzada desde abajo, hará esta lar los glob o s inflamando la pólvora que contienen
y produciendo u n a luz intensísima que,
según el inventor, podrá percibirse desde
Marte.
Además de éstos, q u e .son l o s principales, se conocen otros m u c h o s p r o y e c t o s
de comunicación interplanetaria, ba.sados
tocios en señales luminosas que son las cjue,
al parecer, m á s p r o b a b i l i d a d e s tienen d e
.solucionar e.ste interesante problema.
Quizás parezca t o d o esto tan utópico
coíu'j los vuelos interplanetarios, y, s i n
embargo, pronto .se harán las pruebas d e
uu veliículo cohete que cruzará la estratosfera y que construyen actualmente u n o s
ingenieros alemanes. E s casi .seguro q u e
nosotros n n presenciaremos los viajes a
otros n u m d o s ni la comunicación interplanetaria, pero esto n o quiere decir q u e
sean cosas irrealizables y nietlos ai'm d e
burla como creen t a n t o s ignorantes q u e
n o saben mirar adelante porque t a m p o c o
han mirado nunca atrás, a través d e l o s
tiempos.
I.,.
MoxTiEt
JURADO
La coiBcción completa de ALOO puede consultarse en
el Archivo de ia Ciudad, PI. de la Cütedrai y calle de
Sania Lucia, 1, «Casa dei Arcediano» todos los días
llborables de 9*30 a 13'30
B L
T G K I t O K
L, piraya o piraña ( P y g o c e n t m s piraya)
E
es el pez de presa m á s peligroso de los
ríos sudamericanos. A pesar d e su reduc i d o tamaño, resulta tan temible c o m o el
tiburón y otros gigantes d e l mar. y m á s
que el cocodrilo, en c u y a s m i s m a s a g u a s habita. Pertenece al género d e los caracínidos, c o n el que forma u n .grupo al que .se
da el nombre de peces sierra o caribes,
por causa d e .sus a g u d o s dientes q u e .se
asemejan a los de u u a sierra y porque su
ferocidad recuerda a l o s terribles guerreros
Kl Piraya.
caribes que, en t i e m p o s del descubrimiento
de América, constituían la triLu dominante en el continente sudamericano.
Poseen dichos peces uua longitud de
sólo u n o s ífO centímetros, son azulados en
su parte superior y amarillentos, con manchas oscuras, en sú vientre. Están d o t a d o s
de una voracidad tan desmedida, que Huniboldt la mencionó en s u s relatos de las
cosas sorprendentes d e Sudamérica. Todo
lo q u e se m u e v e a su alrededor, abejas,
moscas, patos, despierta inniediatamente
tirón hacia arriba,
mente.
tapen
iltíi
fáii
No esfá de más saber que.
:
:
i
:
•
i
\
\
i
:
•
!
:
\
•
I
•
•
'
Hasta el aüo 6S2 de la fundación
de Homa nn existió ley alguna couIra el parricidio,
pues no sr concebía
fuese posible (¡ue el hombre
pudiera
cometer tan horrendo
crimen.
Un
ocasión en que vn tal l'nbliiius
Maleolus mató a su madre, se decidió
que en adelante los parricidas
serian
metidos en un saco de cuero, que, dispues de cosido, se arrojaría al agua, líl
cónsul l'ompeyo
confirmó esla ley,
oña'licndo que se metiesrv en el saco
con los parricidas,
un gallo, un perro,
una serpiente y un mono, t'dos vi7,'(>.'> por supuesto. I-lxcusado es decir
que los condenados
a este
castigo
mnriaii, más bien que por asfixia
o ahogados, por los furiosos
ataques
de los animales
con él
encerrados.
I I B
L O S
K I O Ü
su fiera voracidad, v, si n o Imye a tiempo,
cae en [lodcr d e una mannda d e e s o s m o n s truos insaciables cjue lo destrozan in.stantái'camente. cualquiera cjuc sea su tamaño.
Perro.s, bueyes, caballos o cualquier otro
animal q u e s e acerque al río a beber, despierta s u s instintos cazadores. H a s t a para
el hombre es peligrosísimo, y ])obre del cpie
tenga la desgracia d e encontrarse r o d e i d o
de u n a familia de estos peces voraces. E l
dolor d e los mordiscos, la jiérdida d e sangre y el íerror acaban con s u s fuerzas a n tes de q u e pueda alcanzar la orilln. Más
de u n a vez buenos nadadores caídos al
agua de.sde alguna embarcación, se ¡lan
v i s t o rodeados de tal c m t i d a d de e s t o s
pequeños ])cces cjue, en u n abrir y cerrar
d e ojos, y en presencia d e sus Iiorrórizados
compañeros, han sucumbido a .sus ataques
y desaparecido para siem]>re bajo las
aguas.
Hasta los animóles d e aquellos i)arajes
conocen el peligro d e l o s jaeces caribes, v
por e s o , cuando se acercan a lo.s ríos á
beber, procunm n o mover ni enturbiai el
agua, seguros de que, d e otro modo, atraen
al enemigo. En efecto, tan pronto como
los peces, escondidos e n t i e las rocas del
fondo, vislumbran el liotín, acuden en tal
n c m e r o y con tal rapidez que casi siempre
algiti animal sale huyendo ccti un trozo de
hocico m e n o s .
Su hambre insaciable es aprovechada
por los indios para limpiar los esqueletos.
.'\lgunas tribus del Orinoco acostumbran
introducir a .sus muertos en el agua en\ u e l t o s en redes. . \ los jiocos rlías, los esqueletos e.st.án p e r f c c t a i i K - n i r Hriji. ..s y
cíispuestos par.n ser e n t e n a d o s e r m n m - g i o
a los ritos indígenas.
220
HISTORIA
NATURAL
baja tienen en muchos lugares el aspecto de las rocas calizas de la tierra firme.
En las lagunas donde las corrientes tienen en continuo movimiento las arenas de
coral, todos los granos son redondos, porque se deposita en ellos el carbonato
de cal disuelto en el agua. Cuando estos granos se agrupan formando una masa
constituyen lo que se denomina un oolito. Pues bien; en muchos terrenos calizos
que actualmente constituyen tierras de labor se encuentran oolitos, lo que indica
que la formación de dichos terrenos fué parecida a la de los arrecifes coralíneos.
En el océano Pacífico existen unas trescientas islas de coral sin contar los
grandes arrecifes que circundan las islas volcánicas. También se las encuentra
en el Océano Indico (fig. 162). Eos arrecifes coralíneos abundan asimismo en
las Indias Occidentales, en muchas de cuyas islas forman parte de la tierra firme.
En Cuba, por ejemplo, se encuentran estas formaciones hasta 400 m. sobre el
nivel del mar. La gran barrera de arrecifes madrepóricos de las costas del noreste
de Australia se extiende en una longitud de 1.250 millas por 10 a 90 de anchura.,
LA
213
TIERRA
convierte la caliza en carbonato calcico, que es fácilmente soluble, y gracias a
esta acción se van agrandando poco a poco las grietas naturales, que acaban
por convertirse en galerías y cavidades de enormes proporciones algunas veces.
Algunas de estas galerías son profundos pozos verticales, que reciben el
nombre de abismos
y de simas y son
impracticables, a no
ser que se descienda
a ellos por medio de
cuerdas y de escalas. Citaremos entre
las simas el abismo
del Bruch (Barcelona), cuya profundidad excede de 130
metros; el de Trebiciano, c e r c a de
Trieste, que alcanza
322 m.; los de Jean
Nouveau y de Padirac en Francia, est e líltimo provisto
de varias e s c a l a s
p a r a que p u e d a n
descender por ellas
los visitantes (figuras 154 y 155).
Otras veces las
galerías son más o
menos horizontales
y constituyen 1 a s
grutas o cavernas,
F I G . ICO. — Deslizamiento de tierra en la extensión de 2 5 0 m. y en la
en las que suelen
profundidad de 4 m.
encontrarse amplias
salas decoradas por estalactitas y estalagmitas, de las que ya hemos tratado en
otro lugar. Son muchas las grutas notables que podrían citarse. Sobresalen en
España las de Arta y de Manacor, ambas en Mallorca, las primeras de impresionante grandiosidad y las segundas de sin igual belleza (figs. 156 y 157). La
célebre Cueva de Ramales, en Santander, no explorada por entero, tiene varios
(Fnt.
F I G . 166. — Depósito de grava para la construcción de bloques de hormigón.
En la llamada zona pelágica del océano, los materiales sedimentarios o sedimentos pelágicos de origen orgánico proceden de unos seres microscópicos de
esqueleto calizo, como son las globigerinas, y de otros de esqueleto silíceo, como
los radiolarios y las diatomeas, estudiados todos ellos en la Zoología. Los sedimentos formados por la acumulación de los restos de dichos animales forman
Bnyerí
214
HISTORIA
NATURAL
quilómetros de recorrido. Las grutas de Postumia, que ya mencionamos ante­
riormente, presentan un abismo de 20 m. por el que se precipita el río Pinca (fi­
guras 158 y 159).
En América son muy notables las cuevas de Bellamar, en Matanzas (Cuba),
que algunos consideran como las más bellas del mundo, y las del Mamut en Kentucky (Estados Unidos), cuyas galerías tienen un desarrollo extraordinario de
50 a 60 quilómetros.
El hundimiento de la bóveda de las cuevas fragua a veces grandes abis­
mos de forma sensiblemente circular que se van estrechando hacia el fondo,
a la manera de un embudo gigantesco. Estos accidentes se denominan torcas
y se les encuentra con relativa frecuencia en los terrenos calizos. Se encuentran
algunos en las cercanías de San Vicente de la Barquera (Santander) y en Pinar,
de los Palancares (Cuenca). En este último lugar alcanzan 200 m. de diámetro
por 80 m. de profundidad.
Las aguas de infiltración determinan en ciertas clases de terrenos corri­
mientos y deslizamientos de tierras, a veces en extensiones considerables. Por
ejemplo, una capa arcillosa situada entre rocas y materiales impermeables, puede
empaparse de agua, formando un plano resbaladizo por el que se deslizan las
tierras y las rocas que están encima de él (fig. 160). Generalmente este fenó­
meno es de poca extensión; pero en ciertos casos se han venido abajo lomas y
montículos o sé han desplazado montes y terrenos que han descendido por las
laderas al valle, derribando casas y alterando los límites de las propiedades.
LA
TIERRA
219
condiciones muy limitadas: no pueden vivir a una profundidad mayor de 30 a
35 m. y no son capaces de resistir ni el sol ni el aire.
Al morir el pólipo queda su esqueleto y el conjunto de millares y millones de
esos restos constituyen una ramita de coral. Donde más se desarrollan los pólipos
es en la parte exterior de los arrecifes, pues allí reciben directamente el alimen­
to suministrado por las olas. Esto explica la tendencia de los arrecifes a exten­
derse hacia el mar y a aumentar su amplitud. También puede darse el caso de
ÍFot.
Kerstone)
F I G . 1 6 3 . — Diques defensivos en Medenblili.
que a medida que los poliperos construyen los fundamentos de una isla, éstos
se vayan hundiendo poco a poco por algún movimiento de depresión del fondo
del mar. Cuando así ocurre es de suponer que esos minúsculos arquitectos en vez
de extenderse mar adentro edifican hacia arriba para mantenerse al mismo nivel;
y de este modo, y en el transcurso de muchos siglos, llega a formarse un espesor
considerable de roca (fig. 161).
El célebre geólogo Archibald Geikie llamó la atención acerca de la rapidez
con que los restos de los pólipos coralíneos se transforman en masa compacta
de roca. La acción química y disolvente del agua del mar, junto con el barro y
las arenas contribuyen a dicha transformación. El agua, según vimos, facilita la
cementación de la roca. Los arrecifes que quedan al descubierto durante la marea |
218
HISTORIA
NATURAL
Se ha calculado que por cada quilómetro cuadrado del océano hasta la profundidad de 200 m. existen más de diez toneladas de carbonato de cal en forma
de huesos y de conchas de animales vivos. Y conforme éstos van muriendo cae
al fondo una verdadera nevada de productos calizos. En diversos lugares, especialmente en las proximidades de las islas volcánicas, han ocurrido levantamien- j
tos de parte del fondo del mar que han puesto de manifiesto masas enormes de \
rocas calizas. La composición de estas rocas es la misma que la de las conchas \
EL FONDO DEL MAR
Y LA LABOR DE LOS ORGANISMOS
Hemos hablado ya de la influencia del mar en las transformaciones de la
corteza terrestre. El trabajo que verifica el océano es doble: en primer lugar la,
erosión marina produce un desgaste continuo en las costas; en segundo lugar,
las aguas de los mares distribuyen en su fondo los materiales tomados directa
o indirectamente a la tierra firme. Estos materiales terrígenos, cuidadosamente
almacenados en capas sucesivas, pónense de manifiesto cuando por cualquier causa se retiran las aguas o cuando en virtud de algún trastorno geológico parte del
fondo del mar se eleva hasta el nivel de las tierras.
Vimos asimismo en otro capítulo las alteraciones continuas que sufre la línea
de las costas. Pero, después de todo, las costas representan una parte muy pe-,
(Fot.
Eeystone)
F I G . 1 6 4 . — Barcazas empleadas para el relleno del Zuiderzee.
de los animales marinos que viven en aquellos mismos lugares; y su cementación es debida a la acción del agua del mar, que penetra por todos los intersticios de la masa caliza, disolviendo la parte exterior de ésta y depositándola
en la parte interna, donde obra a la manera de mortero.
Los arrecifes de coral son uno de los mejores y de los más familiares ejemplares de esta transformación de los restos de animales pequeñísimos en grandes
masas de sólida roca. En los mares tropicales, y especialmente en el curso de las
grandes corrientes oceánicas, se encuentran numerosísimos pólipos coralíneos que
echan raíces, por decirlo así, en lo alto de las rocas sumergidas y en las costas
de las islas. Los pólipos coralíneos tieiien el cuerpo gelatinoso, pero dentro de
ese cuerpo transparente hay un esqueleto calizo. Estos animales son grandes colonizadores y no llevan una vida solitaria, sino que se agrupan en comunidades inmensas hasta formar un arrecife. Los pólipos, para su desarrollo, requieren unas
F I G . 1 6 1 . — Roca madrepórica en la costa de los Somalis.
'
quena de la superficie total del globo. Mucha más importancia geológica tienen^
los yacimientos submarinos.
.1
Al fondo del océano van a parar los sedimentos acarreados por los ríos y]
que no se acumulan en la desembocadura de éstos. Por lo común, este proceso)
216
HISTORIA
LA
NATURAL
de sedimentación es muy largo: las partículas más finas son arrastradas por las
aguas hasta unos 500 km. mar adentro antes de caer al fondo. Dentro de este
radio de 500 km. los diversos materiales se van sedimentando según su peso.
Cerca de la costa se encuentra la grava y la arena gruesa; más adentro la arena
fina y el fango, con manchones de grava aquí y allá; más adentro todavía existen
grandes extensiones recubiertas de un barro finísimo, verdoso o azulado, formado por pequeñísimas partículas de los materiales que forman las rocas ordinarias en la superficie terrestre.
Pasada esta zona de sedimentaciones terrígenas, encuéntranse depósitos o
yacimientos propios exclusivamente de los mares, yacimientos que no son de
origen continental sino oceánico.
Uno de estos depósitos consiste en extensiones inmensas de una arcilla sumamente fina de color pardo o rojo; es la arcilla roja de los grandes fondos,
así llamada por ser el sedimento que más abunda en las regiones profundas del
océano. ¿De dónde procede? Este barro es indudablemente de origen volcánico,
y está formado o bien del polvo de los fragmentos volcánicos arrojados al mar
217
TIERRA
grandes explosiones. Más adelante consideraremos esta cuestión; de momento
basta que conozcamos la existencia del fenómeno.
Por el examen de los depósitos de arcilla roja se ha venido en conocimiento
de que su sedimentación es sumamente lenta. En la que se extrae de los lugares
más apartados de las costas se encuentra- profusión de dientes de tiburón y de
( F o t . Techno Fhotograph.
Arvhiv.)
F I G . 163. — Buque atravesando el Canal de Panamá.
( F o t . L « Tien-a)
F I G . 162. — Isla madrepórica de Gilbert (Oceania).
por las erupciones de las costas y de las islas o bien, y esto es lo más probable,
del procedente de las erupciones submarinas. Recuérdese que el fondo del mar
está de tres a ocho quilómetros más cerca de las rocas ardientes del interior de
la tierra que la superficie de la tierra firme. Por consiguiente, al ponerse en
contacto con dichas rocas el agua del océano, el vapor que se produce determina
huesos de ballena. Algunos de esos restos son recientes; pero, en su mayoría están
recubiertos de una capa pardusca, más o menos espesa, de peróxido de manganeso. Requiérese un espacio de tiempo muy grande para que se forme en los
huesos esta capa de manganeso; pero la arcilla se deposita con más lentitud
todavía que éste; de manera que el tiempo necesario para formar una capa de
arcilla roja de mediano espesor es en verdad considerable.
Además de estos materiales acumúlanse en el fondo del mar innumerables
restos de toda clase de moluscos, crustáceos, peces y otros animales marinos,
grandes y pequeños. Al morir los miles de millones de seres que pueblan el mar,
las conchas y los caparazones que los protegen y los huesos que forman su armazón van cayendo continua y pausadamente. El fondo del océano está cubierto
con los restos de animales pequeñísimos, mucho más numerosos que los astros
del firmamento; y el cieno grisáceo que forman se convierte por la enorme presión a que está sometido en una roca sedimentaria. De esta manera se ha ido
formando la corteza terrestre, la cual, mientras crecía por el exterior gracias
a estas sedimentaciones, aumentaba por su parte interior a causa del endurecimiento de las rocas ígneas.
,
T I P O S CORRIENTES DE HELÉCHOS
1. Blccnc (Btechnum
apicant). — J. Escolopendra (Scoloprndrinm
vulgare).—3.
Woodaia fívensÍM). —
4. Asplenlo (Asplen um trichomanes).—5.
Adianto o cnlanlrillo de poio (Adiantum capillis veneria).—6. Ceteraqne (Ceterach offíctnulis). — 7. Orobsnque (Orobanche fascícalata).—8.
Osmunda ( Oamunda
regalis).
9. Teridto (Píeridiam
aquilinum). — tO. Polipodio (Polgpodium
lalgare).
PM(A
L I B I R O S !
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F. M«ñoE y Pabón
Paul B o u r g e t
B e r t a Ruck
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