Janusz Korczak Janusz Korkzac nació en el año 1878 en Varsovia, Polonia. Fue médico, escritor y educador. Su verdadero nombre era Henryk Goldzmit, pero fue conocido mundialmente con el nombre literario de Janusz Korczak. Estudió medicina en Varsovia, impulsado por su deseo de ayudar a la gente, especialmente a los más débiles de la sociedad. Como médico se especializó en pediatría y trabajó en el hospital de niños, adquiriendo rápidamente fama de profesional respetable. Cuanto más aprendía acerca de los niños enfermos, más reforzaba su teoría sobre la importancia de que el niño pueda descubrir sus propias fuerzas internas para poder luchar contra las debilidades de su cuerpo. En los años 20 fue director de orfanatos para niños judíos y polacos. Allí trabajó como médico y como educador, y fue, además, instructor en los campamentos de verano para niños. Por sobre todas las cosas, le apasionaba la educación, y solía dar charlas en radios de Polonia y de diversos lugares del mundo. Conocido como “el médico educador”, escribió libros infantiles y artículos en los que expresó su forma de pensar y su teoría pedagógica, por cierto revolucionaria para aquellas épocas. A mediados de los años treinta, cuando la derecha antisemita se fortaleció en Polonia, se acercó Janusz Korczak a los grupos sionistas y visitó la Tierra de Israel en dos oportunidades. Estaba interesado en conocer la educación en Israel, y en especial en los kibutzim. Su paso por Israel despertó en él el ideal sionista y el deseo de hacer aliá, pero a causa de sus niños decidió permanecer en Varsovia. Si bien Janusz Korczak no tenía familia sanguínea, todos los niños del orfanato lo consideraban como su propio padre. Incluso los niños huérfanos que sobrevivieron después de la guerra se han hecho llamar a sí mismos “los niños de Korczak”. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Korczak dirigía el orfanato judío en Varsovia, sabía que los nazis querían enviar a los niños al campo de exterminio de Treblinka. Los nazis le habían dicho que él podía quedarse en Varsovia por ser considerado un hombre importante, y que no era necesario que fuera con los niños hacia la muerte; pero Korczak no estaba dispuesto a abandonar a los pequeños en el campo de exterminio, y decidió ir junto a ellos en el camino final hacia la muerte. No quedó ningún sobreviviente que relatara los últimos momentos de Janusz Korczak y sus niños en Treblinka; sin embargo, la gente recuerda su imagen junto a los niños en el camino hacia la estación del tren. Hoy en día hay en Treblinka unas 17.000 piedras que representan a todas y a cada una de las comunidades que perecieron en la Shoá, y una piedra más para Korczak y sus niños. Texto elaborado en base a Janusz Korczak: Debates del Congreso Internacional, en el Centenario de su nacimiento, En Ivrit min Hahatjalá, tomo 2, Pág. 163, Ed. Akademon, 2001, Jerusalén, Israel