San Lorenzo 35 Diario del AltoAragón - Viernes, 10 de agosto de 2012 >Maestro de los guiones y de la dramaturgia, en sus obras teatrales sus diálogos parecen en muchos casos auténticos poemas nar a Soria en busca de aire puro. Luego ya la tragedia, la muerte de la amada, el amor ido. “Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería./ Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar./ Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. / Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.” (Por las tierras sorianas, una década después andaría por el mismo instituto otro joven poeta extraordinario, Gerardo Diego, también caminante y solitario por esas riberas. “Río Duero, río Duero/ nadie a acompañarte baja…/”) Julio Alejandro, culto y afable, gastrónomo, tenía la bonhomía machadiana. Con Buñuel colaboró en lo mejor de su filmografía mejicana, pero hasta 109 guiones es un ingente trabajo para gloria del arte y la industria cinematográfica mejicana. Gracias a la tenacidad de José María Escriche, de Alberto Sánchez y sus compañeros del Certamen de Cine de Huesca, y muy seguramente otros, se colocó un digno monumento en la plaza de la Constitución, en tiempos del Alcalde Elboj, que recuerda a quien nombra los premios nacionales de Guión de la Academia de Cine. Cabe traer también en esta miscelánea recordatoria la colaboración de su hermano pequeño Fernando, fallecido hace poco. Recordar unas entrevistas filmadas por Feliciano Llanas, que ayudan a refrescar obra y biografía del Julio de los finales cuarenta en España, antes de que marchase a Méjico para seis meses, que se convirtieron en 35 años. La cultura, creación humana y social, no surge de la nada. El lenguaje y con éste la literatura devienen de un intenso y extraordinario (y misterioso) proceso de acumulación más que histórica, vital, que nos diferencia para bien de los animales y demás seres vivos. Se dice que a la literatura se va desde la literatura, como la reciente académica Carme Riera afirma al estudiar a los poetas barceloneses de la generación de los 50, singularmente a Jaime Gil de Biedma y a José Agustín Goytisolo. Transmisión e influencias en los oficios del arte de la palabra escrita. Todo parece estar escrito, pero no. La línea de Machado, con la enorme influencia de Bécquer, y la maestría sobre Julio Alejandro, son indudablemente un ejemplo magnífico y cercano. A la vera del Moncayo que une. Es testigo. Testimonios de Carlomagno en Huesca Por Mariano LAMANA ESCARTÍN Empresario E N LA historia existen aniversarios, centenarios o milenarios que se celebran porque están en la mente de todos, porque forman parte de nuestro patrimonio cultural, porque los demás nos identifican con este acontecimiento histórico. En Aragón, por ejemplo, la fecha del 12 de octubre se relaciona con el Pilar, con la aparición de la Virgen al apóstol Santiago, las peregrinaciones a su sepulcro; el Pilar, la fecha y la basílica son nuestros símbolos más conocidos fuera de nuestro territorio. Sin embargo, hay otros hechos que han existido pero que han pasado casi desapercibidos para nosotros, o no les hemos dado la importancia que se merecen. Para nuestros vecinos franceses o para la mayoría de los europeos son su símbolo: Carlomagno, el Cantar de Roldán, Imperio Carolingio. En Huesca, en Aragón o en España, aún habiendo tenido relación directa o indirecta con este personaje y los acontecimientos que ocurrieron durante su época, no los hemos llegado a hacer nuestros. Y tuvieron su importancia. ¿Qué ocurrió en Huesca y en el Alto Aragón, principalmente, el año 812? Hablamos de hace 1.300 años. Retrocedamos al año 711, en que los árabes entraron en la península y tres años más tarde llegan hasta el valle del Ebro. Los habitantes de nuestros territorios van ocupando las zonas del río Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. El año 724 derrotan a los árabes en la batalla de Aínsa. Esta batalla representa un punto de inflexión: por un lado, a pesar de la derrota, los árabes continúan hacia el norte, llegando hasta Poitiers donde, afortunadamente para Europa, son derrotados por los francos (año 732) capitaneados por Charles Martel, padre de Pipino El Breve y abuelo de Carlomagno; por otro, los rebeldes van sintiendo deseos de independencia y, con la ayuda de los francos y de su jefe Aureolo (a la peña Oroel se la llama también peña de Aureolo), enviado por Carlomagno para gobernar este territorio, crean unas bases militares en Echo y Ansó que darán paso, más adelante, al Condado de Aragón. Dos años después de esta derrota, un poderoso ejército, procedente del Al-Ándalus y dirigido por Abd al-Rahman, sale de Córdoba con el objetivo de arrasar y destruir las fortificaciones del Pirineo. ¿Qué motivó que Carlomagno (742(¿)- 814) entrase en contacto con Aragón? La ciudad de Zaragoza fue la clave. En el año 770 conquistó nuestra capital Sulayman ibn al-Arabí, el cual se rebeló contra Abd al-Rahman. ¿Qué podía hacer para defenderse de los ataques que se avecinaban? San Martín de Santa María de Buil. Ábside románico de la iglesia de San Martín Recurrir a la ayuda del más fuerte. Así lo pensó el gobernador de la ciudad, Sulaimán, que junto con los gobernadores de Barcelona, Huesca y Gerona se desplazaron hasta Paderborn (actual Westfalia, Alemania) para pactar el apoyo que necesitaban. A cambio, le someterían las principales ciudades del norte de la península: Gerona, Barcelona, Lérida, Huesca y Zaragoza. Carlomagno preparó dos columnas. Él dirigiría la primera, entrando por Navarra y Tudela. La segunda pasaría por Le Perthus y Barcelona; las dos se encontrarían en Zaragoza. Cuando Carlomagno llegó hasta las murallas de Zaragoza, fue recibido por los gobernadores de Barcelona y Huesca y el resto de gene- rales. Éstos no le dieron buenas noticias: la ciudad de Zaragoza no cumplió el pacto de abrirle las puertas. El rey franco se lo tomó como una traición de los gobernadores (aunque eran totalmente ajenos a la reacción del jefe de la guarnición de Zaragoza, Husayn) y, después de esperar un mes y medio sin atacar la ciudad, intentando que muriesen de hambre sus habitantes, optó por el regreso, no sin antes haber desarmado a los nobles árabes, incendiado los campos y arrasando también Pamplona. No contaba con el paso de Roncesvalles, donde sufrió una fuerte derrota por los vascos y gascones, el 15 de agosto del año 778. Dió origen esta derrota a numerosos cantares épicos, como La canción de Roldán, y leyendas como La Brecha de Rolando, corte entre dos montañas que tenemos al lado del Monte Perdido, por el cual consiguieron escapar los francos perseguidos por los musulmanes. Continuó Carlomagno con su obsesión de tener controlado el valle del Ebro, y en el año 812 consiguió establecer su ejército en tierras de Sobrarbe, ya que por esta región accedieron los árabes a cruzar los Pirineos llegando, como hemos dicho, hasta Poitiers hace 40 años. Creó unos puntos fuertes en Buil, Las Bellostas y Matidero. El conde carolingio, Aznar Galíndez I, es Continúa en la página siguiente