juris 109 - Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad

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Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
COMISION DE ACTUACION PROFESIONAL
EN PROCESOS CONCURSALES
.
.
SUBCOMISION DE JURISPRUDENCIA
RECOPILACION DE FALLOS N° 109
Integrantes de la subcomisión:
Presidente: Bengoechea Elba ebengoeche@consejo.org.ar
Secretaria: Ramirez Isabel
drairamirez@hotmail.com
Villoldo Juan Marcelo
Del Castillo Elba
Iannaconne Silvia
Corrado Florencia
Germann Maria
-Octubre 2012 –
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INDICE
1. ACCION DE RESPONSABILIDAD: Extensión de la Quiebra –
Nulidad – Nuevo fallo -Secreto Fiscal. Sala B (2 fallos)
2. TEMA SINDICOS TITULARES y/o SUPLENTES
3. INEFICACIA CONCURSAL El caso de un Escribano muy
generoso.
4. BANCOS
• Pr.Distr. Reconocimiento de intereses a Bco. retenido.
• SCBA :Banco fallido no compensa.
5. AFIP - SCBA rechaza Verificación tardía.
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1. ACCION DE RESPONSABILIDAD
CONCURSOS:
EXTENSION
DE
LA QUIEBRA Y RESPONSABILIDAD DE
TERCEROS. RESPONSABILIDAD DE REPRESENTANTES.
ACCION DE RESPONSABILIDAD CONCURSAL. PROCEDENCIA.
TRANSPORTES PERPEN SA S/ QUIEBRA C/ ERNESTO PERPEN S/ ORDINARIO
-ACCION DE RESPONSABILIDAD-.
CAMARA COMERCIAL: B. 20/12/06
RESULTA PROCEDENTE LA ACCION DE RESPONSABILIDAD INCOADA POR EL
SINDICO DE UNA QUIEBRA, CONTRA LOS ADMINISTRADORES SOCIALES DE
LA EMPRESA FALLIDA. ELLO ASI, TODA VEZ QUE SE VERIFICA DEL
INFORME GENERAL DEL SINDICO -INIMPUGNADO-, DECLARACIONES DE
TESTIGOS, Y DEMAS CONSTANCIAS DE LA CAUSA, QUE LOS IMPUTADOS
ABANDONARON
LOS
NEGOCIOS SOCIALES, OMITIERON SOLICITAR EL
CONCURSO EN TIEMPO OPORTUNO LUEGO DE LA CESACION DE PAGOS, NO
LLEVARON REGISTROS CONTABLES EN FORMA CORRECTA ENTRE OTRAS DE
LAS TANTAS IRREGULARIDADES QUE SE PRESENTAN A LO LARGO DE LA
CAUSA. TODO ELLO LES HACE MERECEDORES DE LAS RESPONSABILIDADES
PREVISTAS
EN
LA
LEY
19550:
59
Y 274, CONSTATADO EL
INCUMPLIMIENTO NEGLIGENTE DE OBLIGACIONES LEGALES Y ESTATUTARIAS
QUE OPERO DIRECTAMENTE SOBRE LA APTITUD PATRIMONIAL DE LA
EMPRESA QUE YA OPERABA CON PERDIDA Y LA DEMORA EN HACER CESAR SU
ACTIVIDAD
INCREMENTO
EL
PASIVO,
GENERANDO
PERJUICIO AL
PATRIMONIO SOCIAL CON CONEXION CAUSAL ENTRE TAL CONDUCTA Y EL
DAÑO CAUSADO A LOS ACREEDORES DE LA FALLIDA (CFR. CNCOM, SALA C,
22.5.87, IN RE "KUCKIEWICZ, IRENE C/ ESTABLECIMIENTO METALURGICO
CAVANNA SA S/ ORDINARIO").
DEDUCIDA UNA ACCION DE RESPONSABILIDAD CONCURSAL CONTRA LOS
ADMINISTRADORES DE UNA SOCIEDAD FALLIDA, ES DE MERITUAR QUE LA
MEJOR FORMA CON LA QUE CUENTAN LOS DIRECTORES PARA ACREDITAR LA
EXISTENCIA
Y
DESTINO
DE LOS FONDOS ES A TRAVES DE LA
PRESENTACION
DE
LOS LIBROS CONTABLES DE LA SOCIEDAD. LA
OBLIGACION DE LLEVAR LIBROS DE CONTABILIDAD SE JUSTIFICA POR: A)
EL INTERES DEL COMERCIANTE PARA CONOCER SU ESTADO FINANCIERO Y
ORIENTAR CORRECTAMENTE SU GESTION, B) EL INTERES DE QUIEN
CONTRATA CON EL, Y C) EL INTERES GENERAL DEL COMERCIO. SIENDO
ESTA UNA OBLIGACION DE LOS COMERCIANTES (CCOM: 43 Y 44 Y LEY
19550: 61 Y SS.) LA INCORRECTA PRESENTACION DE LOS MISMOS POR
PARTE DE LOS DEMANDADOS OBRA COMO GRAVE PRESUNCION EN SU CONTRA
(CCOM: 56 Y 63; CFR. CNCOM, SALA B, 24.9.80, IN RE "RIO CUARTO
SA C/ CONTINENTAL SA").
PARA DETERMINAR LA PROCEDENCIA DE UNA ACCION DE RESPONSABILIDAD
CONCURSAL SEGUIDA CONTRA LOS ADMINISTRADORES DE UNA SOCIEDAD
FALLIDA, CORRESPONDE ANALIZARLA A LA LUZ DE LA LEY 19550: 59 Y
274,
TODA
VEZ
QUE
EXISTE UNA CONEXION LOGICA CON LAS
DISPOSICIONES DE LA LEY 24522. AQUELLA IMPONE A LOS DIRECTORES
OBRAR CON LA LEALTAD Y LA DILIGENCIA DE UN BUEN HOMBRE DE
NEGOCIOS
(LS: 59); Y ESTOS NO SOLO DEBEN CEÑIRSE A LAS
IMPOSICIONES NORMATIVAS SINO QUE DEBEN ATENDER UN DETERMINADO
DEBER DE CONDUCTA. ASIMISMO, SI BIEN IMPORTA DIRIMIR LA FORMA EN
QUE LOS DIRECTORES DE LA FALLIDA DEMANDADOS DESEMPEÑARON SUS
CARGOS (LS: 274) ANTES DE LA DECLARACION DE QUIEBRA, TAMBIEN
DEBE TENERSE EN CUENTA SU CONDUCTA DURANTE EL PROCESO FALENCIAL
Y HASTA EL PRESENTE, PERO RECORDANDO QUE LA RESPONSABILIDAD DEL
DIRECTOR
FINIQUITA
CUANDO ESTE CESO EFECTIVAMENTE EN SUS
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FUNCIONES, YA SEA POR RENUNCIA, REEMPLAZO O REMOCION, EN TANTO Y
EN CUANTO LA RESPONSABILIDAD LEGAL ES DIRECTA.
EN EL MARCO DE UNA ACCION DE RESPONSABILIDAD CONCURSAL, EL MAL
DESEMPEÑO DE LOS DIRECTORES NO SOLO CONSISTE EN PARTICIPAR
DIRECTA O INDIRECTAMENTE EN HECHOS O ACTOS POSITIVOS DE LA LEY Y
LOS ESTATUTOS, SINO TAMBIEN POR OMISION DE LAS DILIGENCIAS
EXIGIDAS POR LAS CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, LUGAR Y MODO, PARA
EVITAR
O
SUBSANAR
INCORRECTOS
PROCEDERES QUE NO PODIAN
DESCONOCER DE HABER APLICADO LA DEBIDA ATENCION Y PREOCUPACION
POR LOS ASUNTOS SOCIALES (LEY 19550: 59, 274 Y CC.; CCIV: 502 Y
902). EL CONCEPTO DE CONDUCTA (LS: 59) COMPRENDE ACTITUDES
POSITIVAS Y OMISIVAS; LA ACCION DAÑOSA EN EL SUB EXAMINE
CONSISTE EN PROCEDERES Y OMISIONES QUE PRODUZCAN, FACILITEN,
PERMITAN, AGRAVEN Y/O PROLONGUEN LA INSOLVENCIA DE LA SOCIEDAD.
LOS DEMANDADOS SERAN RESPONSABLES EN TANTO SUS CONDUCTAS TENGAN
EFECTO NEFASTO SOBRE LA SOLVENCIA DE LA FALLIDA.
PIAGGI - DIAZ CORDERO.
SALA B (segundo fallo )
En Buenos Aires, a los 7 del mes de septiembre de dos mil nueve,
reunidos los señores jueces de Cámara en la Sala de Acuerdos -integrada del
modo que resulta de las Resoluciones 261/06 y 261/07 del Consejo de la
Magistratura y de los Acuerdos del 15-06-06 y del 01-06-07 de esta Cámara-,
fueron traídos para conocer los autos seguidos por “TRANSPORTES
PERPEN S.A. S/ QUIEBRA contra PERPEN, ERNESTO Y OTROS
sobre ORDINARIO” (Expte. N° 53.726/05), en los que al practicarse la
desinsaculación que ordena el art. 268 del Código Procesal, resultó que debían
votar en el siguiente orden: Jueces Miguel F. Bargalló, José Luis Monti y María
Elsa Uzal.
Estudiados los autos la Cámara planteó la siguiente cuestión a resolver:
¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada?
El señor Juez de Cámara Miguel F. Bargalló dijo:
I. Antecedentes de la causa.
1) A fs. 1/6 DANIEL RODRIGUEZ, en su carácter de síndico de
los autos “TRANSPORTES PERPEN S.A. S/ QUIEBRA” (Transportes
Perpen”) demandó por indemnización de daños y perjuicios a ERNESTO
PERPEN (Perpen), ADA MARGARITA GIANELLI DE PERPEN (Gianelli),
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RICARDO ADOLFO ROZZI (Rozzi), LUTECIA E. LESIEUX DE
PERPEN (Lesieux), MARÍA JACQUELINE PERPEN DE FALCÓN (Perpen
de Falcón) y MUNDITRANS S.A. (“Munditrans”), por cobro de PESOS DOS
MILLONES QUINIENTOS MIL ($ 2.500.000), más intereses y costas.
Aclaró que los codemandados eran administradores de
“Transportes Perpen”. Explicó que, en su carácter de síndico de la quiebra de la
sociedad referida presentó el informe previsto por la ley 19.551, 40 actualmente ley 24.522: 39- que fue consentido por los administradores de la
sociedad y en el cual se informó que el pasivo de la fallida excedía en más de
cinco veces el activo. Atribuyó responsabilidad a los administradores y a
“Munditrans” por considerar que las causas del desequilibrio patrimonial de
“Transportes Perpen” radicaron en su propia conducta y consideró que la
responsabilidad provenía del deterioro de mantener una fuente de trabajo
deficitaria. En ese sentido, dijo que los directores: i) no solicitaron la propia
quiebra de la entidad en tiempo oportuno y fueron haciendo una “minuciosa
liquidación extrajudicial de la empresa” endeudándola cada vez más, ii)
incumplieron normas previsionales y sociales, iii) no pagaron los alquileres de
un inmueble, iv) contrajeron obligaciones con hipoteca, v) descontaron facturas
antes de su vencimiento realizando importantes quitas a favor de quienes
abonaban un servicio que en manera alguna se había realizado y con la
intención de obtener “fondos frescos”, vi) en el ejercicio cerrado el día 30-0988 pasaron a retiro gran cantidad de unidades rodantes lo que importó una
notoria reducción del activo fijo, vii) vendieron dos inmuebles utilizados como
depósitos -uno en la localidad de Resistencia y el otro en la provincia de
Mendoza- sólo para hacer frente a la hipoteca que pesaba sobre esos bienes.
Destacó que los libros de comercio de la fallida se encontraban
truncos, atrasados y con ciertas imprecisiones en el balance de septiembre de
1989. Aclaró que al cierre del ejercicio del 30-09-87 “Transportes Perpen” tenía
un patrimonio neto de U$S 585.374 y que al momento de pedir su propia
quiebra tenía un pasivo superior a los $ 2.450.000; al que debía adicionarse
aproximadamente $ 1.800.000 por juicios iniciados y pendientes del dictado de
la sentencia.
Por todo ello, en los términos de la LCQ., 166 y 168 y la LSC., 59
y 274, pretendió que sean solidariamente responsabilizados los codemandados
por los daños y perjuicios que su conducta le ocasionó a la masa de acreedores
de la fallida.
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2) A fs. 20/22 ERNESTO HECTOR PERPEN y ADA
MARGARITA GIANELLI contestaron a la demanda y solicitaron su rechazo,
con costas.
Sostuvieron que en un incidente de calificación personal de su
conducta rebatieron las consideraciones que efectuó el síndico en el informe
previsto por la ley 19.551, 40. Dijeron que el negocio de la sociedad habría
quedado fulminado de requerirse el concurso preventivo y que la quiebra se
debió a la disminución de ventas, pérdida de clientes y al descalabro
económico-financiero que vivió el País a causa de la inflación y la
hiperinflación. Señalaron que fracasaron las innumerables alternativas que
intentaron para sanear la situación financiera de la sociedad y que tuvieron que
desprenderse de sus acciones sin contraprestación alguna y de la administración
de la sociedad a pesar de que continuaron en sus cargos de directores.
Resaltaron que su interés siempre fue salvaguardar la fuente de trabajo de los
empleados.
Aclararon que recurrieron al descuento de los intereses de las
facturas como un modo de obtención de crédito y liquidez para hacer frente a
las obligaciones imprescindibles para la continuidad de la empresa. Sostuvieron
que la imputación de falta de cumplimiento de obligaciones previsionales quedó
extinguida por la moratoria previsional ofrecida por el Estado a los acreedores.
Dijeron que los vehículos que se enajenaron eran obsoletos, negaron haberlos
vendido a precio vil y que el monto correspondiente a las ventas no haya
ingresado al giro de los negocios sociales y aclararon que la tendencia del
mercado era tercerizar el servicio de transporte. Sostuvieron que las dificultades
financieras los obligaron a gravar los depósitos de Resistencia y Mendoza y que
otros fueron vendidos pasando la sociedad a alquilar inmuebles.
Aseguraron que todos fueron recursos lícitos destinados a paliar la
crisis, que como no medió dolo de su parte no resultaba aplicable la LCQ., 166
y que no le cabe al síndico la acción societaria prevista en la LSC., 59 y 274.
3) A fs. 24 RICARDO RODOLFO ROZZI contestó a la
demanda, adhiriendo a los argumentos esgrimidos por Perpen y Gianelli y
solicitó su rechazo, con costas.
4) A fs. 81/6 MUNDITRANS S.A. contestó a la demanda y
también solicitó su rechazo, con costas.
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Destacó que medió ausencia, por un lado, de imputación de
hechos concretos a su parte y, por otro, de relación de causalidad. Aclaró que su
parte firmó con los accionistas de “Transportes Perpen” un contrato de opción
de compra del paquete accionario por el plazo de seis meses y dijo que tras
tomar conocimiento de la verdadera situación económica de la sociedad,
finalmente el día 28-05-91 decidió no ejercitar la referida opción. Resaltó que
los hechos a los que refirió la sindicatura no acontecieron durante el escaso
tiempo de vigencia del contrato de opción de compra. En virtud de ello,
aseguró que no había hechos concretos de administración imputables a su
parte.
5) A fs. 96 LUTECIA JOSEFINA RAFAELA PERPEN DE
LAROTONDA (Perpen de Larotonda) dijo haber renunciado a la herencia en
la sucesión de su madre -Lesieux- y solicitó ser excluida de la acción.
Subsidiariamente, contestó a la demandada y solicitó su rechazo, con costas (fs.
105/6).
6) A fs. 117 la actora desistió de la acción respecto de Perpen de
Larotonda.
II. Sentencia.
En la sentencia de fs. 389/98 se rechazó la demanda interpuesta
por el síndico de la quiebra de “Transportes Perpen”, con costas.
Así se decidió pues se consideró que la demandante no probó, por
un lado, que los hechos que invocó como generadores del daño le fueran
imputables a los codemandados a título de dolo o culpa y, por otro, que esos
hechos hayan sido ilícitos.
III. Recurso.
1) Dicho pronunciamiento fue apelado por la accionante a fs. 400,
quien fundó su recurso a fs. 422/6, el cual no mereció réplica de las
codemandadas.
2) La Sra. Fiscal de Cámara dictaminó a fs. 429/30 que debe
rechazarse el recurso y confirmarse la sentencia apelada por cuanto: i) la
acción de responsabilidad concursal intentada por el síndico no atribuye
responsabilidad a los administradores por el solo hecho de ocupar
determinado cargo en la sociedad, ii) no se especificó en la demanda qué
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conducta se atribuyó a cada codemandado, iii) no surge con un “grado de
convicción suficiente” que los directores hayan actuado a título de dolo o culpa
y iv) las conductas imputadas no tienen relación de causalidad con el estado de
cesación de pagos.
IV. Sentencia de segunda instancia. Nulidad.
1) A fs. 447/61 este Tribunal dictó pronunciamiento en el cual no
intervine por hallarme en uso de licencia (fs. 447).
2) A fs. 503/4, por razones de índole procesal, se decretó la
nulidad de ese pronunciamiento y de todo lo actuado en su
consecuencia.
3) A fs. 526 se dispuso la nueva integración de este Tribunal que
quedó conformado por los Magistrados señalados en el encabezado de esta
sentencia.
4) Superadas las situaciones que motivaron el decreto de nulidad
del decisorio de fs. 447/61, fueron pasados los autos a dictar sentencia;
providencia que se encuentra firme.
V. Decisión.
A) De modo previo cabe señalar que la demanda nunca le fue
notificada a la coaccionada Perpen de Falcón. En virtud de ello, los efectos de
lo que se decida en este pronunciamiento no alcanzarán a la nombrada. Una
solución contraria infringiría la garantía constitucional de defensa en juicio
(CN., 18).
B) El primer agravio de la actora, en lo sustancial, se dirigió a
cuestionar lo decidido en la sentencia en punto a que no se probó la
imputabilidad a los codemandados por los hechos generadores del daño.
Cuestionó lo decidido sobre la ausencia de dolo de los codemandados y
respecto de la imposición de la carga probatoria de la ilicitud de los hechos.
También sostuvo que en las acciones de una sociedad contra sus socios o
administradores, se debe prescindir de la ilicitud del acto, ya que la valoración
debe efectuarse de acuerdo al standard de conducta exigido por la LSC., 59.
Juzgo acertada, en lo pertinente, esta queja de la recurrente.
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1) En la demanda se encuadró la pretensión de extensión de
responsabilidad en lo establecido por la ley 19.551, 166 y 168 y en la LSC., 59 y
274.
a) En el ámbito concursal, se responsabiliza a los administradores
de la fallida que -en cuanto aquí interesa- hubieran producido, facilitado,
permitido o agravado la situación patrimonial del deudor o su insolvencia,
quienes deberán indemnizar los perjuicios causados.
En lo atinente al factor de atribución, la actual legislación (ley
24.522, 173) sólo admite la procedencia de la acción cuando se acredite que
medió conducta dolosa, mientras que la antigua versión (ley 19.551, 166), con
carácter más amplio, también la admitía en los casos en que se hubieran
infringido normas inderogables de la ley, interpretado este concepto como
inclusivo de conductas culposas (CNCom., Sala D, “Phonotone Co. S.R.L. s/
quiebra”, del 10-09-92; LL. 1993-B-280).
b) En el plano societario, la ley de sociedades comerciales establece
que la sociedad es un sujeto de derecho (LSC, 2) y, en su mérito, un ente
distinto de las personas de los socios y también de sus directores (misma ley,
arts. 1, 58 y cctes). La gestión empresaria, que se encuentra a cargo del órgano
de administración y les impone a los administradores ciertas pautas a las que
deben ajustar su conducta. En ese sentido, el artículo 59 determina que los
directores deben actuar con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de
negocios. Esta pauta, es la concreción en el ámbito societario del principio de
diligencia y buena fe contenido en el CCiv., 512 y 1198.
Frente al mal desempeño en el ejercicio de las funciones de los
directores y en los casos en que mediante su obrar se infrinja la ley, el estatuto o
el reglamento o cuando obrando con dolo, abuso de facultades o culpa grave se
produzca cualquier otro daño, la LSC., 274 los responsabiliza en forma ilimitada
y solidaria hacia la sociedad, los accionistas y los terceros.
2) Sentado ello, corresponde resaltar las siguientes circunstancias:
I.
Se encuentra acreditado que la sociedad fallida no llevaba
sus registros contables en debida forma.
Cabe destacar que sin perjuicio de que Perpen no acreditó que,
como dijo, la contabilidad era llevada de manera “prolija” mediante un sistema
de computación (fs. 92 y fs. 99 del incidente de calificación de conducta, que
tengo a la vista), sí reconoció expresamente que “Es cierto que la contabilidad
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se encontraba sin registrar partir de 1989…” (fs. 99 vta. del incidente de
calificación de conducta).
La legislación comercial obliga a todo comerciante a llevar cuenta y
razón de sus operaciones y a tener una contabilidad mercantil organizada
(CCom., 43). La carencia de libros de comercio obstaculiza, por un lado, la
averiguación del contenido de su contabilidad y del desenvolvimiento de sus
negocios y, por otro, el conocimiento de las causas reales que llevaron al estado
de insolvencia (Santiago, Alicia N. “Omisión de libros y documentación…”,
LL. 1993 - E - 232).
En ese contexto, cabe advertir que los administradores de las
sociedades anónimas, en cuanto son los encargados de la gestión social, deben
velar por el cumplimiento, no sólo de aquellas normas que regulan
específicamente tal tipo social, sino también por todas las dictadas para
disciplinar la actividad de los comerciantes, entre las que se encuentran las
relativas a los libros de comercio, quedando obligados por los perjuicios que
ocasione la falta de alguno de ellos o por las irregularidades cometidas al
llevarlos
(Rodríguez Olivera, Nuri “Responsabilidad
civil de los
administradores de sociedades anónimas”, Montevideo, 1973, pág. 108, n°
100).
I. Fue reconocido por el propio Perpen que el balance del ejercicio que
comprende el período que va desde octubre de 1988 a septiembre de 1989 no
reflejaba la situación económica de la sociedad hoy fallida. En ese sentido, dijo
que “…precisamente por no compartir los criterios de valuación que allí se
volcaban” no suscribió los aludidos estados contables (fs. 92 del incidente de
calificación de conducta). Asimismo reconoció que el aludido balance no fue
puesto a consideración de la asamblea (fs. 92 vta. del citado incidente de
calificación de conducta); ello así, en contradicción con el deber del directorio
de presentarle al órgano de gobierno los estados contables anuales para su
aprobación (LSC., 234) (Martorell, Ernesto E., “Los directores de las
sociedades anónimas”, Bs. As., Ed. Depalma, 1990, pág. 387),
Además, Perpen no acompañó -como dijo que haría (fs. 136 vta.
del proceso universal)- los balances de los ejercicios cerrados en los años 1990 y
1991. De ello, se deduce -tal como refirió el síndico en el informe previsto en la
ley 19.551, 40 (hoy ley 24.522, 39) (fs. 1447 del proceso universal)- que
“Transportes Perpen”, transgrediendo la obligación legal impuesta por el
CCom., 52, no confeccionó los aludidos balances al cierre de los ejercicios
respectivos.
El directorio, como órgano de gestión social del ente debe
formular anualmente los estados contables (Gagliardo, Mariano
“Responsabilidad de los directores de sociedades anónimas”, Ed. AbeledoPerrot, 2001, pág. 572). En ese sentido, la falta de confección de balances y la
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omisión de convocatoria de la asamblea para su tratamiento y aprobación,
importa de parte de los directores una violación a sus funciones propias, ya no
de su condición de gestor del patrimonio sino del órgano ejecutivo y
administrador, emanadas de la ley (Martorell, E. E. “La falta de elaboración de
balances y de convocatoria a asamblea como causal de remoción del
directorio”, LL. 31-05-90).
c) Lo señalado en el apartado precedente se ve agravado por el
hecho de que en el último balance regular confeccionado al día 30-09-88 el
patrimonio neto ascendía a A 5.429.161,42 (fs. 5 de la quiebra) y al solicitar la
propia quiebra el día 20-11-91 de “Transportes Perpen” se denunció un pasivo
falencial de U$S 2.500.000 (fs. 138 de la quiebra), sin que medie respecto de ese
desfasaje una explicación coherente ni se aportara un adecuado respaldo
documental.
d) En el caso, también se acreditó que los directores desatendieron
la custodia de los bienes sociales.
El testigo R.I. Braciel Juncal –quien trabajó para la fallida- relató
que desaparecieron cinco máquinas eléctricas, dos mesas de la sala de
reuniones, un escritorio, una lámpara, diversos escritorios, cartón y chapas de
fibrocemento. Dijo también que fueron forzadas las oficinas, armarios y cajones
de archivo de la fallida (fs. 1560 del proceso universal).
La testigo L.L. Matozzi -quien también laboró para la
“Transportes Perpen”- expuso que uno de los problemas que tuvo que afrontar
la sociedad fue lo referido a los robos y hurtos en sus depósitos (fs. 259).
La testigo G.A. Saglimbeni -quien asimismo cumplió su actividad
laboral en la fallida dio cuenta de que de un sótano que estaba cerrado con llave
se robaron máquinas de escribir eléctricas, una máquina de calcular, una mesa
de directorio grande y fotocopiadoras y que salieron camiones que “decían”
llevar cartones y documentación de años anteriores (fs. 1879 del proceso
universal).
Es preciso destacar que los accionantes no tomaron ninguna
medida tendiente a evitar la sustracción de elementos de los depósitos de la
empresa que contenían bienes del activo social ni efectuaron la pertinente
denuncia policial, a pesar de que entre las obligaciones de un “buen hombre de
negocios” se halla la de conservar los bienes sociales (CNCom., Sala D
“Phonotone Co. S.R.L. s/ quiebra”, supra cit.).
e) Reconocieron Perpen, Gianelli y Rozzi la información del
síndico referida a la venta de los rodados y de los depósitos de Resistencia y de
Mendoza. Dijeron que se trató de la realización de “vehículos obsoletos” y que,
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en reemplazo de ellos, la sociedad contrataría fletes. Respecto de los inmuebles,
aclararon que la entidad alquilaría otros en “reemplazo” de los vendidos (fs. 21
vta.).
Sobre ello, cabe advertir que los directores: i) nada precisaron
sobre las características, condiciones o valor por el cual fueron vendidos los
inmuebles y los rodados, ii) no acreditaron el destino de los fondos obtenidos
por esas ventas y iii) no identificaron ni probaron la contratación de fletes ni la
locación de inmuebles que efectivamente se hubieran concretado para
reemplazar las prestaciones brindadas por los bienes vendidos, vinculadas a la
actividad destinada al cumplimiento del objeto social.
Ello impone considerar que: i) el incumplimiento de llevar una
adecuada registración contable de las operaciones -en el caso imputable a los
directores-, impide verificar lo manifestado por los demandados en sustento de
su defensa y ii) de tal modo han incumplido la carga de probar los hechos
impeditivos atinentes a las conductas indebidas que les fueron imputadas.
En ese contexto, no puede receptarse lo postulado por Perpen,
Gianelli y Rozzi en punto a que su intención como directores fue siempre la de
conservar para los acreedores todos los activos sociales y mantener viva la
fuente de trabajo (fs. 20/2, fs. 24 de estos autos y fs. 93 vta. y fs. 88 vta. del
incidente de calificación de conducta); máxime, considerando que como
“Transportes Perpen” se dedicaba al transporte, acopio y preparación de
mercadería (fs. 128 de la quiebra), disponer con una flota de vehículos y
depósitos resultaba de vital importancia para el desarrollo de las actividades
concernientes al objeto social. En ese sentido, cabe señalar que de la prueba
producida -informes de distintas secciones del Registro de la Propiedad
Automotor (fs. 1833, fs. 1851/3, fs. 1855, fs. 1883, fs. 1886, fs. 1892, fs. 1939
vta., fs. 1957 y fs. 3130)- surge que desde que la fallida dejó de registrar los
negocios sociales, se transfirieron trece vehículos.
f) Admitieron Perpen, Gianelli y Rozzi la falta de cumplimiento de
obligaciones previsionales por parte de la sociedad.
Ese incumplimiento que, en definitiva, importó una violación a la
ley, al orden público laboral, al sistema previsional, a la buena fe y que, en
definitiva, puede conducir a la frustración de derechos de terceros, por su
trascendencia, no pudo ser ignorado ni desatendido por los directores (CCiv.,
902) a quienes les es exigible, en los términos de la LSC., 59 y 274, una debida
atención y preocupación por los asuntos sociales.
3) En ese contexto, y contrariamente a lo juzgado en la sentencia
recurrida, en el sub lite sí se verificaron todos los presupuestos de la
responsabilidad civil cuya configuración es exigida para juzgarla operativa
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(CNCom., Sala B, “Armanino, Leopoldo c/ Colegio del Árbol S.A.”, del 28-1005).
a) El obrar antijurídico aparece evidenciado por las siguientes
circunstancias:
En primer término, ha sido la actuación de los administradores la
que ha causado (“producido” en los términos de la ley) la insolvencia de la
sociedad, respecto de cuya configuración cabe referir dos elementos: i) uno
objetivo, constituido por un pasivo que al momento de solicitarse la propia
quiebra el día 20-11-91 ascendía a U$S 2.500.000 (pedido de quiebra, fs. 138)
cuando el último balance confeccionado y aprobado por la sociedad
correspondiente al ejercicio cerrado el día 30-09-88 arrojaba un patrimonio neto
positivo de A 5.429.161,42 (balance, fs. 5 de la quiebra) -equivalente a $ 542,91y ii) otro subjetivo, relativo a que fueron justamente los demandados Perpen,
Gianelli y Rozzi quienes en esa época -en algún período, juntamente con
“Munditrans”- administraron la sociedad.
Como la obligación de llevar la contabilidad conforme a derecho
fue incumplida por los administradores -según la ya considerado-, la posibilidad
de demostrar que el aludido desfasaje económico se produjo por factores
exógenos, atribuidos a las consecuencias derivadas de la crisis económica que
tuvo que afrontar el País a parir del año 1989 debe descartarse, cobrando
virtualidad lo argumentado por el síndico en cuanto a la concurrencia de un
obrar que calificó como intencional. Además, no puede obviarse que es
justamente en los referidos contextos económicos -hiperinflación en el caso- en
los que los directores deben guardar una mayor atención y diligencia en el
ejercicio de sus funciones, contrariamente a lo que revela el comportamiento
aquí considerado.
En otros términos, el incumplimiento de la obligación de llevar los
libros de comercio, impidió a los directores desvirtuar la irregularidad atribuida
al manejo de los negocios sociales cuando la prueba de ello, era carga que les
competía (CPr., 377).
Una interpretación distinta conduciría a la insólita situación de que
la omisión de presentar la documentación contable -por el motivo que fuere,
intencional o no- obstaría atribuir responsabilidad a los administradores en
supuestos como el examinado por el solo hecho de que la ausencia de la
contabilidad –y demás elementos correlativos- ha devenido imposible la
reconstrucción del patrimonio y de los negocios sociales, resultado que condena
la interpretación.
En segundo lugar, también revelan el expresado obrar antijurídico
de parte de los directores sociales la advertida desatención de la custodia de los
bienes sociales, de las ventas de los rodados y de los inmuebles de la sociedad,
13
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
sin justificar el destino del precio de esas enajenaciones, y su consecuente
imposibilidad de desarrollar la actividad inherente al objeto social y el
incumplimiento a la normativa previsional.
b) En lo que al factor de atribución refiere, es indudable que a la
luz de las consideraciones precedentes, debe calificarse la actuación de los
directores como de carácter fraudulento, subsumible en el supuesto de acción
dolosa regulada por el CCiv., 931, que opera como prius de funcionamiento del
supuesto de responsabilidad de la LCQ., 173.
En definitiva: i) la generación de un significativo pasivo
insusceptible de ser atendido con el activo desaparecido o cuanto menos
disminuido de modo relevante, ii) la omisión de presentar la documentación y
libros de comercio que hicieran posible la reconstrucción del patrimonio de la
sociedad y sus negocios y iii) el incumplimiento de las obligaciones
previsionales y sociales, son conductas que tradicionalmente calificaron como
fraudulentas; y basta para ello referir lo establecido en la ley 19.551 a los efectos
de establecer la conducta fraudulenta del deudor (art. 235, acap. e incs. 1°, 6° y
11°). A ese respecto debe advertirse lo señalado por la doctrina en cuanto a que
a los efectos de determinar la responsabilidad prevista en la LCQ., 173, es útil
acudir a la nómina de los actos que la ley 19.551 calificaba como fraudulentos
(Martorell, E. E., “Tratado de Concursos y Quiebras”, Ed. LexisNexis, Bs. As.
2004, págs. 457/8).
A todo evento, cabe señalar que en casos como el examinado en
que se intenta responsabilizar a los directores de una sociedad anónima, el dolo
al que alude la ley -ya sea en su antigua o actual redacción- puede ser también el
de carácter eventual; máxime cuando la norma inherente no lo descarta en
ninguna de sus dos versiones (Fassi, Santiago C. y Gebhardt, Marcelo,
“Concursos y Quiebras”, Ed. Astrea, 2004, pág., 450; CNCom., Sala A, “Ponce
Nuri, Juan s/ quiebra c/ Ojeda, Alejandro”, del 12-03-08). Una interpretación
contraria del precepto, lo tornaría de difícil aplicación; máxime, teniendo en
cuenta el carácter subjetivo del dolo.
c) Es notorio que los hechos configurativos de ese obrar
antijurídico, son aptos para responsabilizar a los administradores, en tanto son
susceptibles de ocasionar daños -en lo que aquí interesa- a la masa de
acreedores sociales, bastando para ello remitir a la existencia de un significativo
pasivo concursal insoluto.
Por todo lo hasta aquí expuesto, en los términos de la LCQ., 173,
juzgo procedente la acción de responsabilidad intentada por la actora contra
los directores de “Transportes Perpen”.
4) A su vez, examinada la cuestión en el ámbito del derecho
societario, los señalados incumplimientos de Perpen, Gianelli y Rozzi (apartado
14
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
V.B.2), evidencian que desatendieron las obligaciones relativas a su cargo de
directores sociales que la ley les imponía y que, en definitiva, su conducta no se
ajustó a los parámetros establecidos por los citados artículos 59 y 274.
Sin perjuicio de ello, aprecio conveniente complementariamente
advertir que resultan irrelevantes las excusas invocadas por los directores
codemandados: i) Perpen manifestó que tuvo una minoritaria participación en
el capital social, escasa intervención en la toma de decisiones del directorio (fs.
22) y que padeció problemas de salud que le impidieron esa intervención, ii)
Gianelli, sin perjuicio de que en el incidente de calificación de conducta alegó
no haber tenido “funciones ejecutivas” (fs. 127 -actuación ratificada a fs. 132-),
en los presentes actuados no desconoció haberse desempeñado como directora
de “Transportes Perpen” (fs. 20/2) y iii) Rozzi, quien adhirió a la contestación a
la demanda de Perpen y tampoco negó haber formado parte del directorio (fs.
24), en el incidente de calificación de conducta resaltó que los accionistas
mayoritarios lo excluyeron de “todo tipo de consulta” (fs. 111 vta.). Tales
invocaciones no habilitan liberar de responsabilidad a los codemandados
Perpen, Gianelli y Rozzi pues no probaron la configuración de las excusas
invocadas (CPr., 377)
Pero, además, resulta dirimente el hecho de que los directores
hayan reconocido tener conocimiento sobre: i) la ausencia de registro contable
de los negocios sociales, ii) las irregularidades respecto de los balances, iii) las
ventas de los muebles e inmuebles sociales y iv) el incumplimiento de las
normas previsionales. En ese sentido, cupo a ellos oponerse al indebido actuar
societario y dejar asentada su protesta con anoticiamiento de ello al síndico único medio eximente de la responsabilidad que aquí se les imputa (LSC., 274,
pár. 2°)-; extremo que tampoco se verificó en el caso.
En ese sentido, no puede soslayarse que la responsabilidad del
director de una sociedad anónima nace de la circunstancia de integrar al órgano
de administración, lo cual determina que su conducta debe meritarse en función
de su actividad -u omisión- y aunque no actúe directamente en hechos que
originan responsabilidades, es función de cualquier integrante del órgano de
administración controlar la gestión empresaria (CNCom., Sala B, “Only Plastic
S.A. s/ quiebra s/ inc. de calificación de conducta”, del 26-03-91, ibidem
“Eugenio Izak S.A. s/ quiebra s/ incidente de calificación de conducta”, 07-1294; ibidem “Marsicano, Oscar c/ San Sebastián SACIF y otros”, del 28-04-09);
dando lugar su incumplimiento a una suerte de culpa in vigilando, pues el
distingo entre la condición de administradores y su ejercicio efectivo, antes de
dispensarlos de responsabilidad, la agrava, porque comporta haberse
desinteresado de la conducción que les estaba encomendada, desatendiéndose
de las consecuencias de procederes que debieron haber vigilado (CNCom., Sala
15
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
C, “Comisión Nacional de Valores Equity Trust Company (Argentina) S.A. s/
verificación de crédito”, del 31-10-08, conf. dictamen fiscal nº 83.858; idem.
Sala A, “Minetti y Cía.”, L.L. 1999 - F - 163).
En virtud de lo expuesto, corresponde responsabilizarlos solidaria
e ilimitadamente por los perjuicios causados a la masa de acreedores (LCQ.,
173) que, en el caso de autos, representan el total del pasivo concursal que no
pueda ser cancelado mediante la liquidación de su activo; advirtiéndose que la
expresada solidaridad la determina la naturaleza aquiliana de la responsabilidad
relativa a la relación de los administradores con los acreedores de la sociedad
que, por cierto, no es contractual.
5) En lo que a “Munditrans” refiere, cabe señalar lo siguiente:
a) La documentación acompañada por Perpen da cuenta de que el
día 30 de agosto de 1990, “Munditrans” suscribió con “Transportes Perpen” un
convenio de administración accesorio al convenio con opción de compra del
paquete accionario de la fallida. Dicho convenio tuvo vigencia hasta el día 28 de
mayo de 1991 (acta de fs. 54 del incidente de calificación de conducta).
b) Del escrito de responde a la demanda de “Munditrans”, se
desprende que tuvo participación en la administración de la fallida. En ese
sentido, expresamente dijo que efectuó y adoptó “acciones y medidas para el
ordenamiento de la firma” (fs. 83) y que participó en la organización y
productividad (fs. 84).
c) El testigo A. R. Barttfeld dio cuenta de que durante la
participación de “Munditrans”, la gerencia de los negocios de “Transportes
Perpen” quedó en manos de ésta (fs. 253 vta).
Asimismo, el testigo E. P. Ellman dijo que durante un prolongado
período “Munditrans”, a través de representantes, manejó la empresa (fs. 258).
Cabe señalar que las aludidas declaraciones no fueron impugnadas
por “Munditrans”.
En ese contexto, si bien “Munditrans” no resultó formalmente
designada por la asamblea de accionistas para formar parte del órgano de
administración de “Transportes Perpen”, lo cierto es que de las constancias de
autos surge que en forma personal, directa y activa participó en la gestión de los
negocios sociales en virtud de lo cual, deber ser considerada “administrador de
hecho”. Consecuentemente, deberá responder frente a los terceros en los
términos señalado por el referido artículo 173 de la LCQ (Martorell, E. E., op.
cit, pág. 460) y con el alcance referido en la LSC., 59 y 274 habida cuenta que
frente a terceros sus actos deben reputarse válidos como si la designación se
16
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
hubiese concretado con las formalidades legales; de lo contrario, podría
afectarse la buena fe y la seguridad de los negocios (Filippi, Laura, “La figura
del 'administrador de hecho' en las sociedades anónimas”, LL 2004-A, 1262;
Fargosi, Horacio – Fargosi, Alejandro E., “Nota sobre los directores de hecho”,
LL 1987-E, 577; CNCom., esta Sala “Frigorífico Setti s/ quiebra”, del 02-12-66;
ibidem “Kohan, Salomón c/ Inastillex SA”, del 22-04-66, LL-123, 1006 N°
14.199-S).
A fin de establecer la extensión de la responsabilidad solidaria e
ilimitada de “Munditrans”, resulta razonable diferir la determinación del
quantum indemnizatorio reclamado para la etapa de ejecución de sentencia,
oportunidad en la que actuará un perito árbitro (CPr., 516) que se designará a
los efectos de esa determinación cuantitativa.
A dicho fin, el experto deberá tener en cuenta: i) el precio de
mercado de los rodados dominio B-1373187 y B-1579756 -por ser, conforme
las constancias de autos, las únicas transferencias efectuadas durante la
administración de “Munditrans”, (fs. 1853 y fs. 1892)- y ii) por las sumas
reconocidas en el proceso falencial por incumplimiento de la normativa
previsional durante el período en que “Munditrans” intervino en la
administración de la sociedad hoy fallida.
Los intereses que también fueron reclamados se reconocen y
deberán computarse a partir del día 20 de abril de 1994 -notificación de la
demanda (fs. 12)- y conforme doctrina plenaria del fuero en autos “SA La
Razón s. quiebra s. incidente de pago de los profesionales”, del 27-10-94,
aplicándose la tasa que cobra el “BNA” en sus operaciones de descuento a
treinta días.
VI. Conclusión.
Por todo lo expuesto propongo al Acuerdo: admitir el recurso del
actor con el efecto de: a) revocar la sentencia de fs. 389/98, b) extender
solidaria e ilimitadamente la responsabilidad a ERNESTO PERPERN, ADA
MARGARITA GIANELLI DE PERPEN y RICARDO ADOLFO ROZZI
por la totalidad del pasivo falencial y a MUNDITRANS S.A. por la suma que
resulte de la liquidación que se manda a practicar en la etapa de ejecución de
sentencia conforme los términos establecidos en el considerando V.B.4, c)
rechazar la demanda respecto de MARÍA JACQUELINE PERPEN DE
FALCÓN y d) imponer las costas de ambas instancias a los codemandados
vencidos, según los alcances de sus respectivas condenas (CPr., 68 y 279).
Así voto.
Por análogas razones los Doctores José Luis Monti y María Elsa
Uzal adhirieron al voto que antecede.
17
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
Con lo que se terminó este Acuerdo que firmaron los señores
Jueces de Cámara.
MIGUEL F. BARGALLÓ JOSÉ LUIS MONTI
MARÍA ELSA UZAL
Buenos Aires, septiembre
7 de 2009.-
Y VISTOS:
Por todo lo expuesto propongo al Acuerdo: admitir el recurso del
actor con el efecto de: a) revocar la sentencia de fs. 389/98, b) extender
solidaria e ilimitadamente la responsabilidad a ERNESTO PERPERN, ADA
MARGARITA GIANELLI DE PERPEN y RICARDO ADOLFO ROZZI
por la totalidad del pasivo falencial y a MUNDITRANS S.A. por la suma que
resulte de la liquidación que se manda a practicar en la etapa de ejecución de
sentencia conforme los términos establecidos en el considerando V.B.4, c)
rechazar la demanda respecto de MARÍA JACQUELINE PERPEN DE
FALCÓN y d) imponer las costas de ambas instancias a los codemandados
vencidos, según los alcances de sus respectivas condenas (CPr., 68 y 279).
Regístrese por secretaría, notifíquese y devuélvase. María Miguel F. Bargalló,
José Luis Monti y María Elsa Uzal. Es copia del original que corre a fs.
de los autos de la materia. JUZ. 23 SEC. 45.
JORGE DJIVARIS
SECRETARIO
Poder Judicial de la Nación
"Año del Bicentenario"
CNCom. Sala B
Expediente n° 53726/05 - "TRANSPORTES PERPEN SA / S QUIEBRA C/
ERNESTO PERPEN Y OTROS S/ ACCION DE RESPONSABILIDAD"
Juzgado n° 23 - Secretaría n° 45
Buenos Aires, 6 de julio de 2010.
Y VISTOS:
18
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
1. El co-demandado Ernesto H. Perpen a fs. 613/616
deduce un nuevo planteo de nulidad con relación a la sentencia de Alzada
de fs. 591/609.
El síndico contestó traslado a fs. 629/629 vta. y solicitó su
rechazo.
2. Indicó el nulidicente, en sustento de su pretensión,
que se omitió cumplir con el auto de fs. 418, que ordenó notificar a las
partes que el expediente se encontraba en Secretaría, a los efectos del art.
259 del Cpr.
Agregó que únicamente se notificaron los autos de fs.
502/504 (resolución de fecha 8/06/07 que decreta la nulidad de la
sentencia), y fs. 526 (resolución de fecha 25/10/07 que informa la
integración de la Sala).
Expuso que la omisión incurrida lo colocó en un estado
de indefensión, pues lo privó de contestar el traslado respecto del escrito
de expresión de agravios de la sindicatura obrante a fs. 422/426.
3. a) En el marco referido cabe señalar que las nulidades
del procedimiento son relativas, de acuerdo a su posibilidad de
convalidación (cpr 170).
En este sentido, tiene decidido la Sala que las nulidades
procesales son susceptibles de convalidación por consentimiento expreso o
tácito de la persona a quien presuntamente perjudiquen y no haya reclamo
dentro de los cinco días subsiguientes al conocimiento (art. 170, 2º Cpr.; cfr.
CNCom., esta Sala, “Centro Comercial La Prudencia S.A. s/ quiebra s/
incidente de extensión de quiebra”, del 31-3-98).
De la compulsa de estas actuaciones se advierte que el
pedido de nulidad impetrado se basa en la falta de notificación de la
misma providencia de fs. 418 que motivó la declaración de nulidad
dispuesta por esta Sala a fs. 503/504. Esta última resolución le fue
correctamente notificada a fs. 504 vta., en consecuencia, se encuentra
consentida la decisión que anula lo actuado desde la sentencia.
Con posterioridad se dictó el auto de fs. 526 que dispuso
la integración de la Sala, resolución que permitió conocer el estado procesal
y el avance de la causa; de la cual, el accionado fue notificado en dos
oportunidades (fs. 547 y fs. 571).
19
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
Debe señalarse que el traslado de los agravios del síndico
notificado al recurrente a fs. 504 y el hecho de que la providencia de fs.
526 fuese también correctamente notificada al aquí nulidicente, surtió los
mismos efectos que la providencia de fs. 418, cuya nulidad se plantea y que
puso los autos a los efectos del cpr 259. En efecto, el objeto de dicha
actuación procesal no fue otro que poner los autos en la oficina a fin de que
las partes expresen agravios (Colombo-Kiper, "Código Procesal Civil y
Comercial Nacional -Anotado y Comentado-", Ed. La Ley, 2° ed. 2006, T. III,
pág. 156) y, en la especie, esto es dirimente, el aquí nulidicente no dedujo
recurso de apelación, con la cual si a fs. 504 fue notificado de los agravios
planteados por el síndico recurrente, es claro que el objeto del acto
procesal impugnado fue finalmente cumplido.
Además, también sella la suerte
adversa de la
pretensión sub examine, la circunstancia de que a fs. 589, se dictase la
providencia dispuesta en el cpr. 268, llamándose a autos para sentencia y
que tal disposición tampoco fue oportunamente cuestionada.
Así las cosas, las notificaciones producidas en autos
revelan que el planteo nulidificatorio es extemporáneo, a la luz de las
disposiciones contenidas en el Cpr. art. 170.
Ello obsta al planteo de nulidad incoado.
b) Pero aún si se obviara la argumentación introducida
en el apartado precedente, la solución no variaría.
Conforme el cpr 172 el nulidicente debe expresar el
perjuicio sufrido y, en su caso, las defensas que no pudo oponer.
No se trata de exigir la exposición pormenorizada y
definitiva de su defensa, ni siquiera de su descripción o reseña, pero sí de
una alusión concreta, con un mínimo contenido explicativo que permita
discernir la seriedad de la pretensión.
En la especie, el nulidicente expresó genéricamente que,
ante la falta de notificación de la radicación del expediente ante la Alzada
se lo condena al pago de una suma millonaria sin permitirle ejercer el
derecho de defensa (fs. 614).
Sin embargo no explicó, ni siquiera someramente, el
contenido sustancial de la defensa que intenta resguardar, lo cual impide
tener por cumplido el recaudo del cpr 172 y también conduce al rechazo de
la nulidad articulada.
20
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
4. Como consecuencia de lo expresado: se rechaza el
planteo de nulidad incoado a fs. 613/616. Con costas (cpr 69). Notifíquese.
Oportunamente devuélvase.
MATILDE E. BALLERINI
JOSÉ LUIS MONTI
MARIA ELSA UZAL
VERIFICACIÓN DE CRÉDITOS. CAUSAS DIVERSAS. SECRETO FISCAL. PREVALENCIA
AL ORDEN PÚBLICO CONCURSAL
Si bien el proceso concursal se asienta en principios de orden público, también debe tenerse en
cuenta que el “secreto fiscal” instituido por la ley 11683 en igual modo conjuga principios de
orden público que, en el caso, deben considerarse prevalecientes al orden público concursal, ya
que no solo se encuentra en juego aquí la política de privacidad ofrecida por el Estado en
protección de la garantía de inviolabilidad de los papeles privados consagrada por el artículo 18
de la Constitución Nacional, sino también el resguardo de la recaudación a través de la
confidencialidad de los datos de los contribuyentes. (En el caso, se trató de una pretensión de la
sindicatura relativa a levantar el secreto fiscal con relación a los sujetos demandados en un
proceso ordinario en el cual la quiebra es actora, no dándose ningún supuesto de excepción
mencionado
en
el
art.
101
de
la
L.
11683).
TRANSPORTES PERPEN SA S/QUIEBRA C/PERPEN,
RESPONSABILIDAD - CÁM. NAC. COM. - SALA B - 05/06/2012
ERNESTO
Y
OTROS
S/ACCIÓN
DE
En letra - 022629 TRANSPORTES PERPEN S.A. S/QUIEBRA c/ ERNESTO PERPEN Y OTROS S/ Ordinario
Base: Juzg. Nac. de 1ª Inst. en lo Comercial Nº 23 Sec 045 . Acceso: por copia del dia 30/10/2012 12:36 hs. Procs:14
SINDICO PRESENTA REVOCATORIA CON APELACION EN SUBSIDIO
Poder Judicial de la Nación
022629 - "TRANSPORTES PERPEN S.A. S/QUIEBRA c/ ERNESTO PERPEN Y OTROS S/
Ordinario"
Juzgado Comercial Nº 23
Secretaría Nº 45
Buenos Aires, 28 de diciembre de 2011.- gt.
1. Con la presentación a despacho la sindicatura interpone recurso de
revocatoria con apelación subsidiaria, contra el auto de fs. 731 que
desestimó su pedido orientado a obtener el levantamiento del secreto
fiscal que protege a los demandados.
2. Adelanto que habré de mantener el temperamento adoptado en la
providencia en crisis.
3. En efecto: con independencia de las razones esgrimidas por la
sindicatura a los efectos de justificar su pretensión (vgr. necedidad de
contar con tales antecedentes para recomponer el activo de la fallida); lo
cierto es que, en estricto rigor, ninguna de ellas se encuentra prevista
en el art. 101 de la ley 11.683 como causal para dispensar del secreto
fiscal -que esa misma norma establece-, en relación a la información que
es requerida.
En tal sentido, tengo para mi que dado los intereses que mediante tal
disposición se pretenden proteger, los supuestos no alcanzados por ellas
(art. 101 párr 5°)constituyen claras excepciones no susceptibles de ser
extendidas por vía de analogía.
21
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
Así, y siendo que en el caso no se verifica ninguna de tales hipótesis,
corresponde mantener el temperamento oportunamente adoptado.
4. Por lo demás, el hecho de que la AFIP sea acreedora en la quiebra,
tampoco autoriza a decidir la cuestión del modo pretendido por el auxiliar
del juzgado.
Y ello así, en tanto que la posibilidad de obtener tal información
presupone la existencia de un juicio en que la parte contraria sea el
Fisco Nacional, y el pedido del levantamiento del secreto fical sea a
instancia del propio intersado, lo que claramente no ocurre en el caso.
5. En virtud de lo expuesto, desestímase la reposición intentada,
manteniendo el proveído dictado a fs. 731 en todos sus términos.
6. Sin perjuici de ello, se concede en relación el recurso de apelación
interpuesto en forma subsidiaria, y atento al estado de autos elévense al
Superior en la forma y con nota de estilo.
María José Gigy Traynor
Juez Subrogante
Transportes Perpen SA s/quiebra c/Perpen, Ernesto y otros s/acción de
responsabilidad
SALA:B
Buenos Aires, 5 de junio de 2012.
Y VISTOS:
I. Apeló subsidiariamente la sindicatura la resolución de fs. 731 mediante la cual la Juez a quo
desestimó su pretensión de levantar el secreto fiscal con relación a los accionados Ernesto Perpen,
Margarita Gianelli de Perpen y Ricardo Adolfo Rozzi.
Sus agravios corren a fs. 732.
A fs. 743 se encuentra agregado el dictamen Fiscal.
II. Esta Sala comparte lo decidido por la Magistrada a quo.
El art. 101 de la ley 11.683 establece que las declaraciones juradas, manifestaciones e informaciones
que los responsables o terceros presenten a la AFIP son secretos, y que dichas informaciones no serán
admitidas como prueba en causas judiciales.
De tal modo, resulta improcedente requerirle al Fisco que brinde determinada información cuando, como en el caso-, no se advierten configurados ninguno de los supuestos de excepción mencionados en
dicho artículo.
No es óbice para decidir de este modo el argumento referido a que la propia AFIP es acreedora de la
quiebra pues, la télesis de la norma citada impone adoptar una postura restrictiva de modo tal que en caso
de duda, debe preferirse el mantenimiento del secreto fiscal, sin forzar la interpretación respecto de las
excepciones allí previstas (C.S.J.N., "Genchi Santos c/ Casalini Lituarde" del 1.1.76).
Y si bien el proceso concursal se asienta en principios de orden público, también debe tenerse en
cuenta que el "secreto fiscal" instituido por la ley 11.683 en igual modo conjuga principios de orden
público, que en el caso deben considerarse prevalecientes al orden público concursal, ya que no solo se
encuentra en juego aqui la politica de privacidad ofrecida por el estado en protección de la garantía de
inviolabilidad de los papeles privados consagrada por la CN. art. 18, sino también el resguardo de la
recaudación a través de la confidencialidad de los datos aportados por los contribuyentes (CCom. Sala A in
re " Erke SRL s/ Quiebra s/ Inc. de revisión por Zelarrayan María" del 17.10.06).
Frente a ello, y en tanto -se insiste- no se advierten en el caso configuradas las excepciones previstas
en la citada norma del art. 101 de la ley 11.683, corresponde decidir del modo adelantado, desestimando
la pretensión del órgano sindical y por ende su recurso.
22
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
III. Por lo expuesto y oída la Sra. Fiscal General, se desestima la apelación subsidiaria de fs. 732, sin
costas por no haber mediado contradictor. Notifíquese a la Sra. Fiscal de Cámara en su despacho.
Cumplido, devuélvase encomendándose a la Sra. Juez a quo las notificaciones.
Matilde E. Ballerini
María Elsa Uzal
2. SINDICOS TITULARES y/o SUPLENTES
SÍNDICO QUE APELA DESIGNACIÓN POR REMOCION DE OTRO. SALA A
Si bien el artículo 253, inciso 8), de la ley de concursos y quiebras establece que los síndicos
suplentes se incorporan a la lista de titulares cuando uno de estos cesa en sus funciones, esa
norma no pudo ser de aplicación en el caso, ya que el síndico removido no integraba la lista de
este cuatrienio (2009-2012), por lo que no dejó vacante alguna para ser ocupada por un síndico
suplente y claramente la nueva designación debió ser efectuada entre los titulares.
COHEN FREUE, JOSÉ S/CONCURSO PREVENTIVO - CÁM. NAC. COM. - SALA A - 29/06/2012
Buenos Aires, 29 de junio de 2012.
Y VISTOS:
1) Apeló en forma subsidiaria el síndico desinsaculado, en cuanto fue designado en autos.
Los fundamentos obran desarrollados a fs. 700.
Por su parte la Sra. Fiscal General actuante ante esta Cámara se expidió a fs. 704, en el sentido de
desestimar la apelación.
2) Se quejó el recurrente porque, ante la remoción del anterior síndico, se efectuó sorteo entre los
síndicos incluídos en la lista de titulares, cuando debería haberse otorgado el lugar a uno de la lista de
suplentes, conforme el art. 253, inc. 8° LCQ. Indicó que el perjuicio que le acarrea el nombramiento es
que el trámite de este proceso se encuentra en estado avanzado y que, de este modo se le impediría de
participar en los próximos sorteos de nuevos procesos concursales.
3) Ahora bien, debe señalarse en primer lugar que en autos no se trata de un supuesto de licencia del
síndico titular (inc. 9° del art. 253 CPCC), sino que, conforme surge del auto de fs. 694, el anterior síndico
actuante en autos fue removido, por lo que correspondió la designación de un nuevo funcionario.
Cabe recordar que, el art. 253, inc. 8° CPCC, establece que los síndicos suplentes se incorporan a la
lista de titulares cuando uno de éstos cesa en sus funciones.
Tal diposición no pudo ser de aplicación en el sub lite, pues el síndico removido no integraba la lista de
este cuatrienio (2009-2012), por lo que no dejó vacante alguna para ser ocupada por un síndico suplente,
por lo que claramente la nueva designación debió ser efectuada entre los titulares.
Ello sólo resulta suficiente para rechazar el presente recurso.
4) En consecuencia, y de conformidad con lo dictaminado por la Sra. Fiscal General, esta Sala
RESUELVE:
Desestimar el recurso incoado por el síndico Alberto A. Bouzigues, y por ende, confirmar el decreto
apelado.
Notifíquese a la Sra. Fiscal General en su despacho y oportunamente devuélvase a primera instancia,
encomendándose al Sr. Juez a quo disponer las notificaciones del caso con copia de la presente resolución.
La Señora Juez de Cámara Dra. Isabel Míguez no interviene en la presente resolución por encontrarse en
uso de licencia (art. 109 del Reglamento para la Justicia Nacional). Alfredo Arturo Kölliker Frers, María Elsa
Uzal. Ante mí: María Verónica Balbi. Es copia del original que corre a fs. 705 de los autos de la materia.
María Verónica Balbi
Secretaria
3. INEFICACIA CONCURSAL DE PLENO DERECHO.
La ineficacia de ciertos actos celebrados por el deudor constituye una causal objetiva que priva al
negocio jurídico de efectos frente a los restantes acreedores y que opera de pleno derecho. Por
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ende, si no se cumplió con la autorización exigida por la ley, tal inobservancia conlleva a la
ineficacia del acto, resultando irrelevante la existencia o no de perjuicio.
LERNER, HORACIO COLMAN S/QUIEBRA - CÁM. NAC. COM. - SALA B - 16/05/2012
Buenos Aires, 16 de mayo de 2012.
Y VISTOS:
I. Apeló subsidiariamente "Sociedad Hebraica Argentina" la resolución de fs. 2051/2052 mediante la
cual el Juez a quo declaró ineficaz de pleno derecho la renuncia del fallido a percibir ciertos honorarios.
Sus fundamentos obran a fs. 2069/2078 y fueron respondidos por la sindicatura a fs. 2089/2094.
II. Los argumentos del dictamen fiscal que antecede y que esta Sala comparte resultan suficientes
para desestimar el recurso.
Es necesario encuadrar de modo liminar el marco normativo en el cual se basó el Magistrado de la
anterior instancia para declarar la ineficacia del acto a través del cual el fallido -en aquél entonces
concursado- renunció al cobro de ciertos honorarios por tareas realizadas como escribano.
A tal efecto, y con criterio que se comparte, fundó el Juez a quo la declaración que se recurre en la
específica regulación de los arts. 15 y 16 LCQ. con relación a la administración de los bienes del
concursado.
Desde dicha perspectiva debe ser juzgada la cuestión pues la renuncia a la percepción de un honorario
expresado en dinero, y que es reclamado en un proceso ordinario importó sin dudas un acto que significó
"...alterar la situación de los acreedores por causa o título anterior a la presentación".
En efecto, la presentación en concurso imponía al actual fallido -e incluso a la nulidicente- la
necesidad de someterse a las reglas del procedimiento universal. Además, la mentada renuncia representó
un acto que excedió la administración ordinaria de los negocios y, como tal, debio ser sometida a la
autorizacion del juez; por lo cual dicho proceder encuadra directamente en la infracción prevista por los
arts. 16 y 17 de la ley 24522 (en similar sentido: CCom. esta Sala in re "Mirina SA. s/quiebra c/Allende
Antonio s/ord." del 10.04.97.
No obsta a esta solución el argumento de la nulidicente en el que afirma que el Juez a cargo del
proceso falencial no es competente para evaluar la operación de cesión así como la onerosidad o gratuidad
de las labores realizadas por el fallido, pues más allá de lo que decida el Magistrado que entiende en el
reclamo ventilado en sede civil respecto de los cuestionados honorarios, es el Juez concursal quien debe
analizar la existencia de actos ineficaces, como necesaria derivación de su competencia para proceder a la
liquidación de los bienes de la masa atribuida por la ley 24.522 y sus antecesoras.
En efecto, la ley prohibe que los actos llamados de disposición se realicen sin la autorización del juez
concursal. Por ende, si no se cumplió con la autorización exigida por la ley, tal inobservancia conlleva a la
ineficacia del acto, resultando irrelevante la existencia o no de perjuicio, pues la ineficacia de ciertos actos
celebrados por el deudor constituyen una causal objetiva que priva al negocio jurídico de efectos frente a
los restantes acreedores y que opera de pleno derecho. A mas, estos efectos serían impracticables si
tuviera incidencia en la decision la buena fe del contratante in bonis o la existencia de perjuicio. (CCom.
Sala D in re "Contruvial Técnica SA. s/quiebra" del 31.03.00).
Por lo demás resulta contradictorio que la recurrente postule que el escribano realizó tareas a título
gratuito y luego sostenga la validez de una renuncia a percibir honorarios (ver fs. 2070) que no considera
debidos.
Tampoco obsta a ello la discusión en torno a si la cuestionada labor fue realizada en calidad de socio o
si lo fue como un profesional externo, pues más allá de lo que en definitiva resuelva el Magistrado Civil al
respecto, lo que aquí se afirma es que el fallido no pudo (rectius: debió) renunciar a la percepción de
honorarios encontrándose en trámite su concurso preventivo; ello en tanto la citada ley 24.522 le prohíbe
ciertos actos de disposición contrarios a la integridad del patrimonio y por ende a la masa de acreedores
(arg. arts. 16 y 17 ley citada).
En definitiva, más allá de que se decida que existieron tareas y que éstas deban o no ser
remuneradas, es ineficaz el acto mediante el cual el fallido renunció al cobro de tales eventuales
remuneraciones.
Ahora bien, sentadas tales consideraciones corresponde señalar que, contrariamente a lo afirmado por
los recurrentes, no cupo efectuar sustanciación alguna con su parte pues como ya se explicó supra la
cuestión se encuadró en las estipulaciones de los arts. 16 y 17 LCQ., pues el acto de renuncia efectuado
por Lerner se realizó durante la tramitación de su proceso concursal.
Además, nada ha impedido a la apelante, articular los remedios procesales que consideró pertinentes
en defensa de sus argumentos, lo que soslaya la invocada violación de su derecho de defensa.
En tal contexto nada corresponde decidir respecto de las cuestiones referidas a los arts. 118 y 119
LCQ., pues no fueron las normas aplicadas a esta controversia.
No puede dejar de señalarse que es por ello que no corresponde examinar el planteo de
inconstitucionalidad de tales artículos, los cuales fueron atacados por tal vía por la recurrente quien
también pidió su aplicación.
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Desde tal perspectiva, las demás cuestiones atinentes a la relación habida entre el fallido y la
Sociedad Hebraica, exceden el marco de esta decisión tampoco serán examinadas.
Resta por último entonces examinar el planteo de caducidad de la acción de ineficacia.
Debe recordarse nuevamente que la cuestión fue encuadrada en las normas estatuidas por los arts.
16 y 17 LCQ.
Pero aún cuando el litigio haya sido decidido de tal modo, lo que importó una declaración de ineficacia
de pleno derecho, debe señalarse que el plazo consagrado por el art. 124 LCQ. tampoco se encontraba
vencido en tanto la petición de la sindicatura data del 15 de agosto de 2008 (ver fs. 1983) y el decreto de
quiebra del 16 de septiembre de 2005, de lo que resulta que el aludido término de tres años no se
encontraba vencido.
Con los alcances expuestos, procede desestimar la apelación y nulidad planteadas por Sociedad
Hebraica Argentina así como el planteo de inconstitucionalidad articulado a fs. 2072.
III. Por lo expuesto, se desestima la apelación subsidiaria de fs. 2077 vta. y se confirma la resolución
recurrida, con costas. Notifíquese a la Sra. Fiscal de Cámara en su despacho. Cumplido, devuélvase
encomendándose al Sr. Juez a quo las notificaciones. La señora Juez de Cámara Dra. Ana I. Piaggi, no
interviene por hallarse excusada (art. 109 del R.J.N.).
MARÍA L. GÓMEZ ALONSO DE DÍAZ CORDERO
MATILDE E. BALLERINI
4. BANCOS
•
LIQUIDACIÓN Y DISTRIBUCIÓN. INFORME FINAL Y DISTRIBUCIÓN.
RESTITUCIÓN DE FONDOS. PROCEDENCIA DE INTERESES.
Siendo que el juez siempre conserva la facultad de impartir instrucciones al órgano sindical para
que adecue el proyecto a las decisiones relativas al reconocimiento y privilegios de las
acreencias que componen el pasivo concursal, la circunstancia de que el banco que pretende la
restitución de fondos -derivados de la aplicación del precedente de la CSJN “Algodonera Llavallol
s/quiebra”, del 20/4/2010- al devengamiento de intereses en un plazo fijo impuesto en el proceso
falencial no haya impugnado el aludido proyecto en su oportunidad no obsta a que, en la
actualidad y ante una sentencia firme que reconoce sus derechos, intente obtener su
reconocimiento.
ESTABLECIMIENTOS TEXTILES SAN ANDRÉS SA S/QUIEBRA - CÁM. NAC. COM. - SALA B - 12/07/2012
Buenos Aires, 12 de julio de 2012.
Y VISTOS:
I. Apeló el Banco de la Ciudad de Buenos Aires la resolución de fs. 8286/8288 mediante la cual el Juez
a quo desestimó su pretensión de que se le restituyan ciertos fondos derivados de la aplicación del
precedente de la Corte Suprema "Algodonera Llavallol s/quiebra" -del 20.04.10- al devengamiento de
intereses en un plazo fijo impuesto en este proceso falencial.
Sus agravios de fs. 8301/8303 fueron respondidos por la sindicatura a fs. 8305/8306.
A fs. 8321 se agregó dictamen fiscal.
II. Esta Sala no comparte la decisión del Magistrado a quo.
La restitución de fondos reclamada por el banco recurrente encuentra asidero en la decisión de la Sala
"E" de este Tribunal, quien con sujeción a lo dispuesto por el Alto Tribunal in re "Algodonera Llavallol SA.
s/quiebra" del 20.04.10 ordenó aplicar un interés compensatorio derivado de lo pactado a los plazos fijos
que originariamente se impusieron en dólares y que fueron pesificados compulsivamente.
Desde tal perspectiva, y con prescindencia del monto al que se arribe una vez tratadas en la anterior
instancia las impugnaciones efectuadas por la sindicatura, el dinero descontado en exceso a la entidad
bancaria debe ser restituído en tanto lo contrario importaría habilitar un enriquecimiento carente de
asidero legal.
No se soslaya que el Magistrado de primer grado valoró -para decidir lo contrario- que el Banco no
había impugnado el proyecto de distribución correspondiente.
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Sin embargo dos son los reparos para esta conclusión.
El primero, es doctrina de este Tribunal que el instituto de la preclusión, cosa juzgada e imposibilidad
de parte del juez de ordenar la reformulación de un proyecto de distribución, no es aplicable si este no se
adecua a lo que surge de la realidad de las constancias de las actuaciones -vrg. verificación de los
créditos, regulación de los honorarios de los profesionales que se encuentre a cargo de la quiebra,
graduaciones entre otros-.
Ello pues, el juez siempre conserva la facultad de impartir instrucciones al órgano sindical para que
adecue el proyecto a las decisiones -estas si pasadas en autoridad de cosa juzgada- relativas al
reconocimiento y privilegios de las acreencias que componen el pasivo concursal (En similar sentido CCom.
Sala C in re "Lutz Ferrando y Cia SA s/quiebra" del 12.11.97).
Desde tal perspectiva, la circunstancia de que el recurrente no haya impugnado el aludido proyecto en
su oportunidad no obsta a que en la actualidad, y ante una sentencia firme que reconoce sus derechos,
intente obtener su reconocimiento.
Y en segundo término, porque no se comparte la afirmación del Magistrado a quo referida a que el
apelante no ejerció sus derechos, pues la totalidad de las instancias seguidas para arribar a la aplicación
del citado precedente del Alto Tribunal, son prueba concreta de que no sólo reservó sus derechos (ver fs.
6852) sino que los ejerció ampliamente para obtener ese resultado.
Y no obstaba a esta solución la circunstancia de que no existieran fondos en la quiebra, pues ello
atañe al modo en que ha de concretarse la devolución de fondos y no al derecho del recurrente de
perseguir su restitución.
Por lo demás, en la actualidad parece haber fondos depositados en el proceso (ver fs. 8295) lo que
obsta a considerar también el cuestionado argumento.
En tal contexto, corresponde ordenar la devolución de las sumas cobradas en exceso, una vez
determinada dicha suma por el Magistrado a quo.
Con tales alcances debe admitirse el recurso en examen.
III. Por lo expuesto se hace lugar a la apelación de fs. 8294, con costas. Notifíquese a la Sra. Fiscal de
Cámara en su despacho. Cumplido, devuélvase encomendándose al Sr. Juez a quo las notificaciones. La
señora Juez de Cámara Dra. Ana I. Piaggi no interviene por hallarse excusada (art. 109 del R.J.N.). María
L. Gómez Alonso de Díaz Cordero, Matilde E. Ballerini. Es copia fiel del original que corre a fs. 8324/8324
vta. de los autos de la materia.
Ruth Ovadia
Prosecretaria de Cámara
• SCBA Banco fallido no compensa créditos
ACUERDO
En la ciudad de La Plata, a 3 de octubre de 2012, habiéndose establecido, de conformidad con lo
dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores
de Lázzari, Negri, Genoud, Soria, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en
acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 103.910, "Banco Integrado
Departamental Cooperativo Limitado (su quiebra) contra Fumix S.R.L. y otros. Cobro de pesos".
ANTECEDENTES
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial San Nicolás revocó la
sentencia de primera instancia que había condenado a los demandados al pago total de la deuda
reclamada, admitiendo la compensación con los importes que surgían de los certificados de
plazo fijo adeudados por la actora.
Se interpuso, por la Sindicatura, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Dictada la
providencia de autos, y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema
Corte resolvió plantear y votar la siguiente
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CUESTIÓN
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
VOTACIÓN
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo:
I. 1. En el marco de la quiebra del Banco Integrado Departamental Cooperativo Limitado, inició la
Sindicatura demanda contra Fumix S.R.L. y sus fiadores solidarios y principales pagadores,
Andrés Matellicani y Juan Alberto Perotti, reclamando la suma de U$S 139.878,92 por capital e
intereses, correspondientes al crédito documentado otorgado por la entidad financiera para su
aplicación al pago en el exterior de la importación de un espectrómetro (fs. 34/40).
Corrido el traslado contestaron demanda los accionados sosteniendo el pago parcial, basándose
en la compensación de esa deuda hasta la concurrencia del importe de U$S 51.039,11
correspondiente a los depósitos a plazos fijos de los que eran titulares, impuestos en la entidad
bancaria liquidada por lo que eran acreedores de ella (fs. 62/66).
Se abrió el juicio a prueba y se dictó sentencia admitiendo la demanda por la suma de $ 73.920,
con más el índice de estabilización que establecían las normas vigentes y los intereses pactados,
los que no podían superar dos veces la tasa que cobraba el Banco de la Provincia de Buenos
Aires en operaciones ordinarias de descuento (fs. 269/272).
Apelaron los demandados el pronunciamiento presentando memorial (fs. 287/292), disponiendo
la Cámara, antes de su pronunciamiento, una pericia contable como medida para mejor proveer
(fs. 301).
2. Producido el informe contable la alzada revocó la sentencia de primera instancia haciendo
lugar a la compensación parcial de las obligaciones y en razón de ello modificando el monto de
condena a la suma de $ 22.073,20 con más los intereses y la aplicación del coeficiente de
estabilización de referencia (C.E.R.; fs. 317 vta.)
Para así decidir el tribunal consideró que:
a) Transgredía normas elementales de justicia compensar los dividendos del crédito devengado
por los plazos fijos y no el que surgía de los certificados, pues se le imponía al accionado aceptar
que se le abonara en moneda devaluada aquello que había estado autorizado a compensar al
vencimiento de la obligación (fs. 314);
b) en la fecha en que vencía el crédito documentado (22 de agosto de 1995) por la suma de U$S
73.920, los fiadores habían ofrecido a la entidad financiera compensar esa deuda con los
importes que surgían de los certificados de plazo fijo (U$S 51.846,80), de los que eran titulares,
lo que fue inmotivadamente rechazado según el acta notarial obrante en el expediente (fs. 314 y
vta.);
c) teniendo en cuenta los arts. 818 y 819 del Código Civil y 130 de la ley 24.522 y doctrina de
autores, estableció que se daban en el caso los supuestos allí contemplados para que se
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dedujera, de la suma adeudada, el crédito proveniente de los plazos fijos como lo habían
postulado los demandados al verificar el crédito (fs. 314 vta./315 vta.);
d) no había sido dictada resolución denegatoria del crédito de los fiadores en el juicio universal,
y por las liquidaciones practicadas por la actora en ese ámbito se reflejaba su voluntad de
compensar aunque utilizando un procedimiento incorrecto para ese fin (fs. 315 vta.);
e) del acta notarial surgía el concreto ofrecimiento de los interesados a compensar, propuesta
realizada a la contadora de la sucursal bancaria, por quien fueron recibidos, sin que la actora
desvirtuara la calidad de aquélla para realizar la compensación cuando estaba en mejores
condiciones de probar algún impedimento (fs. 315 vta.);
f) era coherente el comportamiento de los fiadores cuando al peticionar la verificación de sus
plazos fijos manifestaron mantener la voluntad de compensar (fs. 316).
II. Se agravia el Síndico de la quiebra, por medio de apoderada, denunciado la violación de los
arts.
818, 819, 820, 822 y 828 del Código Civil; 37 y 130 de la ley 24.522; de las leyes 21.526 y 24.144,
de la cosa juzgada y del principio de los actos propios; la falta de aplicación del art. 2 inc. 7 de la
ley 24.485.
Sostiene en su impugnación que:
a) En la quiebra de la entidad financiera se ha declarado verificado el crédito proveniente de los
plazos fijos de los fiadores que integran la masa los que serán abonados con el producido de la
liquidación de los bienes de la entidad (fs. 327 y vta.);
b) no puede la Cámara considerar que con los plazos fijos se canceló la deuda extinguiéndose
con fecha 22 de agosto de 1995 cuando luego fueron verificados en la quiebra (fs. 327 vta.);
c) de la conducta de los demandados se desprende su voluntad de no compensar al presentarse
a
verificar el crédito por los plazos fijos, situación que los pone en contradicción con su posición al
contestar demanda y sostener la compensación (fs. 328/329);
d) señala que la entidad bancaria fue suspendida para operar en intermediación financiera el 14
de abril de 1995 y terminada la suspensión se le revocó, con fecha 16 de agosto de 1995, la
autorización para actuar como entidad financiera (fs. 329 vta.);
e) describe los requisitos de la compensación y señala que a la fecha en que vencían los plazos
fijos -22 de agosto de 1995-ya había sido dispuesta la suspensión y luego la revocación de la
autorización para funcionar como entidad financiera, lo que impedía la exigibilidad de sus
pasivos de conformidad con el art. 49 de la Carta Orgánica del Banco Central de la República
Argentina (fs. 330/331);
e) los plazos fijos opuestos no conformaban un título ejecutivo hábil ni el crédito era líquido ni
exigible y devengaron intereses sólo hasta el momento de la suspensión agregando que la Corte
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Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
nacional había reconocido el poder de policía bancario que ejercía el Banco Central (fs. 331 y
vta.);
f) no advirtió la Cámara que el documento de fs. 255 (sic) fue agregado en forma extemporánea
pero sí tuvo en cuenta que su parte no había presentado la resolución administrativa que
denegaba la compensación (fs. 331 vta.).
III. El recurso debe prosperar.
Se debate en esta instancia si corresponde la compensación planteada por los demandados y
admitida por la Cámara.
La Sindicatura de la entidad bancaria liquidada por quiebra sostiene su improcedencia,
desarrollando agravios en torno a la limitación que la entidad bancaria en su funcionamiento
como tal había dispuesto el Banco Central de la República Argentina, destacando la revocación
de la autorización para funcionar decretada el 16 de agosto de 1995.
Con ello pretende demostrar que los plazos fijos que los codemandados fiadores solidarios de
Fumix S.R.L. poseían contra la entidad y vencían con posterioridad a la fecha de la revocación
para funcionar dispuesta por la autoridad de contralor, no podían ser utilizados para compensar,
sosteniendo que la situación planteada estaba sometida a un tratamiento especial por la Carta
Orgánica del Banco Central de la República Argentina y por la Ley de Entidades Financieras (fs.
329 vta./331 vta.). Considero que le asiste razón a la recurrente.
El art. 130 de la ley 24.522 dispone que "La compensación sólo se produce cuando se ha
operado antes de la declaración de quiebra".
Pablo D. Heredia, opina sobre este artículo remitiéndose, para ello, a las disposiciones de los
arts. 818 a 831 del Código Civil, donde se establecen los requisitos de la compensación legal, a
saber: obligaciones recíprocas, exigibles, líquidas, expeditas, embargables y fungibles entre sí;
agrega que esa compensación debe ocurrir con anterioridad a la declaración de quiebra y que el
crédito, correspondiente a una de esas obligaciones, debe ser verificado ("Tratado exegético de
derecho concursal"; T. 4; págs. 803/812).
Ahora bien, en el sub lite encontramos que una de las partes es una entidad bancaria, además,
fallida, cuyo funcionamiento estuvo regulado por la ley 21.526 -de entidades financieras-y que
actuaba bajo la superintendencia del Banco Central de la República Argentina como lo disponía
la ley 24.485 (Carta Orgánica).
También que se le había revocado la autorización para funcionar el 16 de agosto de 1995 y que
los codemandados fiadores solidarios se habían presentado, el 22 de agosto de 1995, en la
sucursal de esa entidad bancaria con el objeto de compensar la deuda que vencía en esa fecha,
con los certificados de plazos fijos impuestos en esa entidad, los que totalizaban un importe
menor y resignando intereses (v. fs. 10/12, 59/61 y 330 vta.).
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Considero que en razón de las circunstancias especiales que presenta el caso no se dan las
condiciones para que pueda operarse la compensación legal que regula el art. 130 de la ley
24.522.
Ello es así ya que la entidad bancaria a la fecha en que vencía el préstamo otorgado -22 de
agosto de 1995-no podía operar porque el Banco Central de la República Argentina le había
revocado la autorización, como consecuencia de la suspensión que había dispuesto el 14 de abril
de ese mismo año.
De esta manera, si la entidad financiera no podía operar como entidad bancaria no podía
producirse ningún movimiento en sus cuentas y por lo tanto las obligaciones que se pretenden
compensar no se encontraban exigibles, o sea, no cumplían con el requisito del art. 828 del
Código Civil. Por ello, tampoco es relevante el hecho de que los demandados hayan verificado el
crédito.
IV. En consecuencia, se hace lugar al recurso extraordinario interpuesto, se revoca la sentencia
de Cámara en lo concerniente a la compensación de las obligaciones, confirmándose el capital
de ejecución establecido en la sentencia de primera instancia, con costas a los demandados
(arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Negri y Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor
de Lázzari, votaron también por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo:
1. El recurso debe prosperar.
a. La cuestión debatida ha sido claramente expuesta por el doctor de Lázzari (v. puntos I, II y III
primer a tercer párrafo de su voto), a cuyo desarrollo por razones de brevedad me remito.
i] En el sub lite, ha quedado establecido que la deuda en litigio vencía el día 22 de agosto de
1995, oportunidad en la cual a juicio de la Cámara de Apelación se encontraban reunidos los
presupuestos que tornaban admisible su extinción por compensación.
En apoyo de tal decisión, y en lo que aquí interesa destacar, el tribunal a quo señaló que en la
mentada fecha los deudores ofrecieron compensar las remesas que surgían de los plazos fijos de
los que eran titulares, reputando que la negativa "inmotivada" del banco acreedor colocó a este
último en mora respecto de la obligación debida (v. fs. 314 vta.).
Seguidamente, con cita de los arts. 130 de la ley 24.522 y 819 y 822 del Código Civil, estimó que
debía admitirse la compensación ofrecida de modo concreto por los interesados al constituirse
en la sucursal del Banco Integrado Departamental Cooperativo Limitado el 22 de agosto de 1995
día del vencimiento de la obligación aquí reclamada-, siendo tal fecha anterior a la declaración
de quiebra de la entidad financiera (v. fs. 314 vta./316).
ii] El art. 130 de la ley 24.522 establece que "la compensación sólo se produce cuando se ha
operado antes de la declaración de quiebra". Dicho precepto regula la denominada
compensación legal cuya procedencia exige la concurrencia de los recaudos establecidos en los
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arts. 819, 820 y 822 del Código Civil, entre ellos los atinentes al carácter líquido, exigible y de
plazo vencido de ambas deudas.
Ahora bien, conforme surge de las constancias incorporadas al proceso, con fecha 18 de agosto
de 1995 se inició la causa "Banco Integrado Departamental Cooperativo Ltdo. s/revocación para
funcionar Bco. Integrado Departamental", luego devenido en quiebra por resolución recaída el
24 de abril de 1996 -expediente 1379 de trámite ante el Juzgado Civil y Comercial de Venado
Tuerto, Provincia de Santa Fe-(v. fs. 10/12 y 151). Tal revocación tuvo como antecedente la
previa suspensión de la entidad financiera dispuesta por resolución del Banco Central de la
República Argentina del 14 de abril de 1995.
En este contexto, a fin de dilucidar si efectivamente concurren los recaudos exigidos por ley que
hacen procedente a la compensación (arts. 818, 819, 822 del Cód. Civ. y 130 de la ley 24.522), no
es posible soslayar que a tenor de lo normado por el art. 49 de la Carta orgánica del Banco
Central de la República Argentina, dispuesta la suspensión transitoria de una entidad financiera
no sólo resultan "nulos los compromisos que aumenten los pasivos de las entidades", sino que
se "suspende" tanto su exigibilidad como el devengamiento de sus intereses. Esta previsión fue
mantenida, en lo esencial, por el art. 49 según texto ordenado por el art. 2 inc. 7 de la ley
24.485.
En adición, el art. 46 de la Ley de Entidades Financieras -21.526-establece que "A partir de la
notificación de la resolución que dispone la revocación de la autorización para funcionar y hasta
tanto el juez competente resuelva el modo del cese de la actividad reglada o de la liquidación de
la ex entidad, serán nulos cualquier tipo de compromisos que aumenten los pasivos de la misma
y cesará su exigibilidad y el devengamiento de sus intereses", previendo en su segundo párrafo
que los procesos de "autoliquidación, la liquidación judicial y/o la quiebra de las entidades
financieras quedarán sometidas a lo prescripto por las leyes 19.550 y 24.522 en todo aquello que
no se oponga a lo dispuesto en la presente ley".
Siendo ello así, y toda vez que a la fecha en que se produjo el vencimiento de la deuda motivo de
autos esto es el 22 de agosto de 1995-, sobre la entidad financiera acreedora pesaba la
revocación de la autorización para funcionar dispuesta por el Banco Central de la República
Argentina, lo cual motivó el inicio de los autos "Banco Integrado Departamental Cooperativo
Ltdo. s/revocación para funcionar Bco. Integrado Departamental" (v. fs. 10/12 y 151), por
imperio de los preceptos citados y cuya violación denuncia el recurrente (arts. 46 de la ley
21.526 y 49 de la ley 21.144), cabe concluir que el crédito derivado de los plazosfijos cuya
compensación se pretende no resultaba exigible.
Esta circunstancia obsta a que pueda tenerse por operada la defensa opuesta por los deudores
(arts. 819, 829, su doct. del Cód. Civ. y 130 de la ley 24.522).
b. De otra parte, cierto es que al presentar el pedido de verificación tempestiva de su crédito
con causa en los depósitos a plazo fijo los demandados insistieron en su tesis en torno a la
compensa - ción parcial de su crédito con la deuda reclamada en autos y de la que resultan
garantes. En tal oportunidad expresaron que " considera[ban] que [su] crédito se encuentra
compensado con el referido crédito de la fallida por lo que en caso de ser ratificada dicha
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situación debe ser considerado como no presentado el presente pedido de verificación" (v. fs.
255).
Mas no lo es menos que el crédito por los plazos fijos en cuestión fue verificado por el señor Juez
interviniente en el proceso colectivo y que, según ellos mismos alegaron y fue corroborado
mediante la ampliación del dictamen pericial de fs. 306/307, en la quiebra de la entidad
financiera fueron liquidados dividendos concursales a favor de los accionados. Concretamente,
con fechas 23 de diciembre de 1999, 11 de noviembre de 2002, 15 de noviembre de 2004 y 31
de agosto de2007 se liquidaron dividendos los que fueron retenidos e imputados como pagos
parciales a cuenta de la deuda original del crédito reclamado en autos, sus intereses e I.V.A. (v.
fs. 306 vta.).
Lo expuesto evidencia que dichos plazos fijos fueron admitidos dentro del pasivo de la entidad
financiera y dispuesto su pago mediante liquidación de dividendos en la quiebra del Banco
Integrado Departamental, circunstancias que presuponen el no reconocimiento en dicho
proceso universal de su previa extinción por compensación.
2. Por las razones hasta aquí expuestas, comparto la solución de los colegas que me preceden en
la votación en cuanto postulan la revocación del fallo en lo concerniente a la compensación en
los términos pretendidos por los demandados y la confirmación de la decisión de primera
instancia, sin perjuicio de que oportunamente deberán tenerse en cuenta los pagos parciales
efectuados mediante imputación de los dividendos concursales liquidados llevada a cabo en la
quiebra de la actora. Con este alcance, voto por la afirmativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
S E NT EN CI A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar al recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley interpuesto, revocándose la sentencia de Cámara en lo concerniente a la
compensación de las obligaciones, confirmándose el capital de ejecución establecido en la
sentencia de primera instancia, con costas a los demandados (arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA
LUIS ESTEBAN GENOUD CARLOS E. CAMPS Secretario
5. AFIP – SCBA rechaza verificación tardía intentada
A C U E R D O
32
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
En la ciudad de La Plata, a 31 de octubre de2012, habiéndose
establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo
2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación:
doctores Pettigiani, de Lázzari, Soria, Negri, Kogan,
enoud, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de
Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia
definitiva en la causa C.102.549, "Fisco Nacional AFIP-DGI
contra Grandes Sederías Dalí S.A. Incidente de verificación
de crédito".
A N T E C E D E N T E S
La Sala I de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y
Comercial del Departamento Judicial de Bahía Blanca revocó
el fallo de primera instancia y en consecuencia hizo lugar
al incidente de verificación tardía promovido por el Fisco
Nacional AFIP-DGI.
Se interpuso, por la concursada, recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en
estado de pronunciar sentencia,la Suprema Corte resolvió
plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley?
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani
dijo:
1. La jueza de primera instancia había rechazado el
incidente de verificación tardía. Había entendido que los
incidentistas intentaron verificar tardíamente créditos que
ya habían sido insinuados tempestivamente y declarados
inadmisibles en la sentencia prevista por el art. 36 de la
ley 24.522, Concluyendo que los créditos habían sido
rechazados enaquella oportunidad por no encontrarse firme la
resolución administra tiva que realizara la determinación
del tributo en forma oficiosa,por lo que el insinuante, al
elegir la vía del art. 32 de la ley 24.522, no podía luego
intentar la incorporación de la misma acreencia a través de
la verificación tardía,pues
la elección de la insinuación ordinaria (art. 32 y ss., ley
24.522) excluía aquélla, ya que lo contrario importaría la
posibilidad de canalizar una doble reclamación (v. fs.75y
vta.).
2. La Cámara, para revocar la decisión,sostuvo que:
A) Cuando la resolución del art. 36 de la ley 24.522 omite
pronunciarse sobre alguno de los créditos insinuados (en la
medida que tampoco haya resolución implícita sobre el punto)
sin que el interesado requiera la integración del pronuncia
miento por vía de aclaratoria ni promueva incidente de
revisión, el crédito preterido puede ser materia de un
incidente de verificación tardía (art.56, L.C.Q.), pues nada
obsta a que el interesado proponga nuevamente una pretensión
33
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
que no ha sido tratada y que es separable de las efectiva
mente resueltas (v. fs. 98).
Adunó el magistrado votante en segundo orden que el atributo
de "cosa juzgada" a que se refiere el art.37 párrafo 2º in
fine de la ley 24.522, sólo podía predicarse de un pronuncia
miento de inadmisibilidad que hubiese examinado el fondo de
la pretensión verificatoria intentada. Por lo que aún enten
diendo que en la especie hubiera mediado una declaración de
inadmisibilidad implícita respecto de los
créditosinsinuados, el óbice consignado en la resolución
dictada en los términos del art. 36 de la ley 24.522 fincaba
en la falta de firmeza de la resolución administrativa
antecedente de la emisión de
la respectiva boleta de deuda, con lo que el pronunciamiento
tendría -en el mejor de los casos- un alcance meramente
inhibitorio, que no podía obstar a que el acreedor repusiese
la cuestión por la vía verificatoria que tuviere a su
disposición (v. fs. 99 vta./100).
B) Luego, a la fecha de interposición de la demanda verifica
toria tardía, la acción no se encontraba prescripta, por no
haber fenecido el término concursal (bienal, del art. 56,
ley 24.522) a dicha fecha (v. fs. 98vta.).
C) Finalmente, consideró que el acreedor era merecedor de
ingresar con el crédito objeto de autos (generado en el
Impuesto a las Ganancias y en el Impuesto al Valor Agregado,
intereses y multas) al pasivo del concurso, por entender
acreditados -con lo resuelto por el Tribunal Fiscal de la
Nación y la propia ley fiscal que impone las multas al
contribuyente frente al incumplimiento de sus obligaciones
fiscales-, la causa e importe del crédito objeto de la
insinuación tardía (v. fs. 99).
3. Contra dicho pronunciamiento se alza la concursada por
vía del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en
el que denuncia absurdo e infracción de los arts. 16, 17, 18
de la Constitución nacional; 15 de la Constitución
provincial; 194 de la ley 11.683 (t.o. 1998); 21, 32, 36,
37, 56, ley 24.522; 163 incs. 5 y 6, 164 y 384 del Código
Procesal Civil y Comercial.
Aduce en suma que:
A) La omisión de la A.F.I.P. de promover el incidente de
revisión contra la resolución del art. 36 de la ley 24.522
del juez concursal, que declaró inadmisible el crédito
resultante de la Boleta de Deuda 40.258/2002,dejó firme esa
resolución con los efectos de la cosa juzgada; por ello, el
incidente de verificación tardía que pretende insinuar -por
segunda vez- el crédito que no había sido verificado, debió
ser rechazado. La solución contraria, sostiene, importó la
violación de lo normado por el art. 37 del citado cuerpo
legal (v. fs. 114/118).
B) Por demás, afirma que el crédito fiscal era en verdad
exigible desde agosto de 2002 (con la notificación a la
34
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
concursada del rechazo del recurso que había sido
interpuesto ante el Tribunal Fiscal de la Nación), razón por
la cual al momento en que la A.F.I.P. promovió el incidente
de verifica ción (11 de mayo de 2006) había transcurrido en
exceso el plazo bienal del art. 56 de la ley 24.522, por lo
que debió hacerse lugar a la defensa de prescripción. La
solución contraria, se agravia, importó la violación de lo
dispuesto por el citado art. 56 del mencionado cuerpo legal
(v. fs. 118 vta./123).
C) Alega, finalmente, que la violación de los arts. 21 inc.
1º y 32 de la ley 24.522 se produjo cuando el tribunal a quo
permitió la verificación del crédito de la A.F.I.P. en base
a la sentencia dictada por la Cámara en lo Contencioso
Adminis trativo federal de la Capital Federal, cuando
anteriormente el insinuante había pretendido verificar la
Boleta de Deuda emitida en agosto de 2002, debiendo
entenderse ejercida la opción prevista por la citada norma
(v. fs. 123/4).
4. Pues bien, conforme seguidamente se dará cuenta, el
recurso deviene fundado.
A. Respecto del primer cuestionamiento efectuado por el
impugnante, sustentado en la alegada violación de lo
establecido por el art. 37 de la ley 24.522, el mismo no
puede ser de recibo.
Cabe reconocer que, en la generalidad de los casos, si el
crédito que se intenta verificar fue declarado inadmisible,
la canalización de su impugnación debió efectuarse por la
vía del art. 37 de la ley 24.522 y no por el incidente de la
verificación tardía (art. 56, ley 24.522). También que de
este modo, si el crédito declarado inadmisible no es cuestio
nado dentro del plazo de los veinte días siguientes a la
fecha de la resolución prevista en el art. 36 de la ley
24.522, se convierte, de pleno derecho, en no verificado,
con los efectos de la cosa juzgada, salvo dolo (conf. arts.
37 y 38, ley 24.522) y torna improcedente el incidente de
verificación tardía pretendido.
Se ha dicho en este sentido que "es improcedente el
incidente de verificación tardía para revisar la sentencia
que declara inadmisible la insinuación del crédito, ya que
esta última sólo es impugnable mediante el incidente
específico contempla do en la segunda parte del art. 37"
(Heredia, Pablo, "Tratado Exegético de Derecho Concursal",
t. I, Buenos Aires, Ábaco, 2000, pág. 765).
Y ello es así, en la generalidad de los casos, más allá de
los motivos -formales o sustanciales que expusiese el
juzgador para declarar la inadmisibilidad del crédito
tempestivamente insinuado. En efecto, el art.37 de la ley
24.522 establece un recurso específico del Derecho
Concursal, en atención a sus particularidades: se trata de
un proceso necesario y típico que desplaza a otros que
correspondieren según la naturaleza del derecho invocado por
35
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
el tercero (conf. CNCom., sala B, 11-V-2000,"Don Aire S.A.,
s/ Concurso Preventivo s/ Incidente de Verificación por José
Rodríguez", cit. por Rivera –Roitman -Vítolo, "Ley de
Concursos y Quiebras", t. I, tercera edición actualizada,
Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2005, pág.602).
Sin embargo, en autos, por las particulares circunstancias
acreditadas, no es posible sostener -con el rigor que el
cercenamiento de la presente vía judicial impone- que se
puedan válidamente adjudicar al pretenso acreedor -de la
forma en que plantea la concursada- los efectos jurídicos
(cosa juzgada) de aquélla insinuación del crédito efectuada
ante la sindicatura en los términos de los arts. 32 y ss. de
la ley 24.522.
Ninguna duda cabe que lo decidido por el magistrado de
primera instancia respecto de la originaria insinuación de
los créditos efectuada por la A.F.I.P. no importó el
tratamiento de cuestión alguna vinculada con la existencia,
causa, montos y/o privilegios de los créditos representados
por la boleta de deuda fiscal mencionada;sino que los
fundamentos que llevaron a la declaración de su inadmisibi
lidad fincaron en la falta de su exigibilidad,atento a no
hallarse firme la determinación oficiosa efectuada por la
autoridad fiscal, por encontrarse pendiente de resolución
ante la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal de la Capital Federal, el
recurso de apelación limitada concedido contra la sentencia
del Tribunal Fiscal de la Nación que había interpuesto la
propia oncursada y generado la instancia revisora
jurisdiccional en curso en los términos del art. 192 y ss.
de la ley nacional 11.683.
Así, emana con toda claridad tanto de los fundamentos dados
por el magistrado de primera instancia en la resolución del
art. 36 de la ley 24.522 para rechazar la solicitud verifica
toria (aún por remisión a la opinión de la sindicatura
concursal), como de lo actuado con posterioridad por el
tribunal judicial ante el cual se hallaba radicado el
recurso contra la determinación de deuda fiscal (en el que
recién se dictara resolución desestimatoria el día 18 de
octubre de 2005), que la señalada inexigibilidad del crédito
fiscal, ajena a actuación concreta por parte del
incidentista, no hubo de modificarse tampoco dentro del
plazo previsto por el art.37 de la ley 24.522.
Por ello, más allá del acierto o error,total o parcial, en
que pueda haber incurrido el juez delconcurso al declarar
inadmisible, por prematura, la completa insinuación de los
créditos efectuada por el ente fiscal (atento a los diversos
conceptos sometidos a verificación), el cumplimiento de los
fines para los que la legislación concursal ha sido dictada
impide ante este especial supuesto, otorgar a la norma del
art. 37 de la ley 24.522 una hermenéutica incompatible con
la tutela del derecho de propiedad y el adecuado ejercicio
36
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
del derecho de defensa del acreedor insinuante, quien una
vez anoticiado de la declaración de inadmisibilidad del
crédito fiscal en cuestión fue colocado en la situación de
recién instar una nueva verificación del crédito fiscal una
vez que dicha inhibición temporal hubiera fenecido, en tanto
el estado procesal de la determinación oficiosa en curso tal como sobre dicho trámite había resuelto el magistrado
concursal ajeno a la concreta actuación del insinuante, no
había recibido modificación alguna a la fecha en que la
revisión debió haberse canalizado (arg. arts. 1º párr. 2º,
32, 36,37, 56 y ccdtes., ley 24.522; 1º, 4º, 17, 18, 31, y
ccdtes., Const. nacional; 1º, 11, 15 y ccdtes., Const.
provincial).
Tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que es
regla de interpretación de las leyes dar pleno efecto a la
intención del legislador, computando la totalidad de sus
preceptos de manera que armonicen con el ordenamiento
jurídico restante y con los principios y garantías de la
Constitución nacional, y en casos no expresamente
contemplados debe preferirse la inteligencia que favorece y
no la que dificulta aquella armonía, y los fines perseguidos
por las reglas (conf. C.S., junio 16-994,in re: "Sumarios
por infracción art. 44, ley 17.351 y modif."; íd., julio 28994, in re: "Moschini, José María c.Estado Nacional s. Cobro
de pesos"; entre otros).
Así, si bien los cauces procesales de la Ley de Concursos no
resultan disponibles para que el frustrado insinuante
tempestivo cambie luego por una verificación tardía, para
que el contenido de la sentencia de inadmisibilidad del
crédito dictada en los términos del art. 36 de la ley 24.522
alcance la calidad de cosa juzgada (ante su falta de
revisión en los términos del art. 37 del mismo cuerpo
legal), ella debe haber recaído sobre la fundabilidad de la
pretensión o la ausencia de algún requisito de admisibilidad
de la misma (en sentido
parcialmente análogo, CNCom., sala B, 28-II-2002, "Obra
Social Fed. Gremial Personal de la Industria de la Carne s/
Concurso Preventivo s/ incidente de verificación por
Vergara, Omar", RSyC Nro. 15, pág. 107), mas cuando aquélla
tiene fundamentación -como en el caso- en la provisoria
inexigibilidad de las acreencias insinuadas, insusceptible
de alteración en el plazo previsto en el art. 37 de la ley
24.522, tales razones no obstan a que la pretensión, una
vez subsanada la deficiencia, sea propuesta nuevamente por
la vía pertinente (arts. 1º párr. 2º y 56, ley 24.522).
Por ello, considero que en la cuestión analizada, no asiste
razón al recurrente.
B. Corresponde ingresar ahora al tratamiento de los agravios
vertidos por el impugnante en torno del rechazo de la
prescripción opuesta a la verificación tardía del fisco
nacional.
37
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
Inicialmente cabe reconocer razón al recurrente en torno del
yerro incurrido por el tribunal a quo, al sostener que la
decisión determinativa de los gravámenes había sido
confirmada por el Tribunal Fiscal de la Nación con fecha 18
de octubre de 2005 (fs. 98 vta.,121), pues ésta es la fecha
en que la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Conten
cioso Administrativo Federal de la Capital Federal rechazó
el recurso de apelación limitado interpuesto por la
concursada justamente contra el decisorio de aquel tribunal
administra tivo, que había recaído el 1º de julio de 2002.
Sin embargo, dicha inexactitud no resulta idónea para
alterar la conclu sión del tribunal por la cual consideró
que "el término
concursal comenzó a correr (para el fisco insinuante) desde
la fecha de notificación de tal decisión -14-XII-2005, fs.
46 vta.-, con lo que a la fecha de interposición de la
demanda verificatoria tardía el 11-V-2006, fs. 54 vta.,
dicha acción no se encontraba prescripta" (fs. 98 vta.).
Ahora bien, resulta de las constancias de la causa que el
concursado efectuó su presentación o solicitud de apertura
del proceso universal el 13 de marzo de 2003,la que fue
favorablemente proveída el 18 de marzo de ese año, siendo
que la resolución del magistrado de primera instancia en los
términos del art. 36 de la ley 24.522 tuvo lugar el 30 de
septiembre de 2003. Asimismo, como fuera dicho, la Sala IV
de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
Federal de la Capital Federal rechazó el recurso de
apelación limitado interpuesto por la concursada contra el
decisorio del Tribunal Fiscal de la Nación en fecha 16 de
octubre de 2005, resolución que fuera notificada a la
A.F.I.P. el 14 de diciembre de 2005. Luego,la A.F.I.P.
insinuó su acreencia ante el pasivo concursal finalmente el
11 de mayo del año 2006, pretensión que el tribunal a quo
reputó tempestivamente canalizada (fs. 98vta.).
Si bien el recurrente insiste en que el plazo bienal de
prescripción debió haber corrido para la
A.F.I.P. desde el 19 de julio de 2002 (fecha desde la cual
considera que el crédito fiscal se había vuelto exigible,
atento a lo decidido por el Tribunal Fiscal de la Nación,
fs. 119 vta.), cierto es que dicho plazo no podía sino
comenzar a correr una vez efectuada la presentación del
deudor en concurso preventivo, vgr. 13 de marzo de 2003,
sin perjuicio de lo cual, asiste razón al recurrente en que
al 11 de mayo de 2006 éste se debía reputar ya expirado.
Es que considerando lo resuelto por el magistrado de primera
instancia en ocasión del dictado de la resolución del art.
36 de la ley 24.522, por la que otorgara carácter prematuro
o inexigible a la totalidad de los conceptos tributarios que
la A.F.I.P. había insinuado ante la sindicatura concursal,
por hallarse pendiente de resolución el recurso de apelación
limitado interpuesto por la concursada contra la decisión
38
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
del Tribunal Fiscal de la Nación que confirmara la
determinación de los gravámenes y accesorios, no es posible
sostener -por un lado- que tal inhibición del ente fiscal
para someter a verificación su acreencia importara un
supuesto de un derecho o una acción aún sin nacimiento (en
torno del adagio latino actioni non natur non
praescribuntur, Ac. 64.506, sent. del 10-XI-1998;AC. 78.553,
sent. del 12-II-2003; Ac. 87.447, sent. del 20-IV-2005), en
tanto el procedimiento administrativo previo constituye el
modo necesario del organismo recaudador para determinar
oficiosamente con precisión su preexistente acreencia (conf.
arg. C. 83.109, sent. del 17-XII-2008).
Así como, por otro lado, tal actuación administrativa
llevada a cabo en tales términos por el propio Fisco, por no
consti tuir el ejercicio de una pretensión demandable,
tampoco puede ser considerada "juicio" a los fines de la
atracciónconcursal (conf.Munne, Raúl D., "Verificación de
créditos fiscales", JA,1996-III-923; Judkovsky, Pablo, "La
armonización entre la
determinación y la verificación concursal de créditos fisca
les", JA, 2003-III-198; asimismo, C.S.J.N., Fallos:308:1856;
310:785; 310:719; y sin perjuicio de lo resuelto por el
máximo Tribunal en Fallos: 326:1774; 325:3248; en autos
"Baterplac S.R.L. c/ A.F.I.P. s/contencioso administrativo"
del 18-IX-2007 y "UOL Sinectis S.A. c/Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires y otros/impugnación actos administrativos"
del 20-XII-2011, atento a sus particularidades); ni
"demanda" en los términos del art.3986 del Código Civil
(conf. Arean, Beatriz, su colaboración en la obra colectiva
dirigida por Bueres,lberto y coordinada por Highton Elena,
"Código Civil y
normas complementarias. Análisis doctrinaly
jurisprudencial", t° 6 B, Buenos Aires, Hammurabi, 2007,pág.
682).
Por lo que cabe concluir más bien, atento a la concreta
decisión del magistrado judicial a cargo del procedimiento
concursal (al no haber dispuesto la verificación de la
acreencia siquiera en forma eventual, ni establecido la
suspensión del proceso verificatorio hasta tanto se
resolviera el recurso judicial pendiente, ni impulsado una
contienda de competencia respecto de las actuaciones en
trámite ante la justicia contencioso administrativa),que en
el presente caso pendía sobre la pretensión verificatoria
fiscal una verdadera imposibilidad jurídica de orden
individual (en sentido análogo,Graziabile, Darío J.,
"Créditos fiscales en el concurso.Fuero de atracción y
prescripción", LL, 2006-A-589), que se prolongó durante todo
el lapso en que la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal de la Capital Federal
mantuvo a estudio el recurso de apelación
limitadainterpuesto por el concursado y hasta que su
39
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
resolución fue notificada a la A.F.I.P. (el 14 de diciembre
de 2005).
Consecuentemente, con posterioridad a esa fecha, y siendo
que el plazo de prescripción bienal para las verificaciones
tardías en el concurso preventivo del recurrente había
fenecido el 13 de marzo de 2005 (conf.art. 56, ley 24.522),
sólo cabía que la A.F.I.P., a los fines de obtener la
dispensa de la prescripción vencida,urgiera la solicitud de
verificación de su acreencia en el término trimestral
previsto en el art. 3980 del Código Civil, lo que sin
embargo no tuvo lugar sino recién el 11 de mayo de 2006,
cuando aquél ya se hallaba vencido (arts.23, 28 y 3980, Cód.
Civil).
En efecto, conforme surge de un análisis gramatical del
texto del art. 56 de la ley 24.522, no existen dudas en
cuanto a que el término previsto en el mismo es de prescrip
ción, debiendo descartarse que se trate de un plazo de
caducidad; por lo que el instituto señalado debe ser
analizado en los términos de la legislación de fondo. Siendo
así, el plazo puede ser suspendido (art.3983, Cód. Civ.),
dispensado (arts. 3980, Cód. cit. y 845 del Cód. de Com.) o
interrumpido (art. 3998, Cód. Civ.;conf. Roitman, Horacio;
"Prescripción en la Ley de Concursos" en Revista de Derecho
Privado y Comunitario, nº22, Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
págs. 197/197 vta.)conforme a las previsiones del derecho de
fondo (Ac.77.817, sent. del 28-V-2003; C. 94.342, sent. del
27-II-2008).
Así, la finalidad del art. 56 de la ley 24.522, tendiente a
cristalizar el pasivo del concursado y favorecer la
negociación con los acreedores, no impone obviar la
existencia de causales de dispensa de la prescripción. El
citado artículo, en su párrafo sexto, in fine, no excluye
totalmente las disposiciones sobre dispensa de plazos de
otros ordenamientos (en sentido parcialmente análogo, Ac.
77.817, sent. del 28-V-2003).
Consecuentemente, ante la ausencia de insinuación de dicha
alegada acreencia fiscal en el término trimestral previsto
por el art. 3980 del Código Civil,corresponde declarar la
prescripción de la acción verificatoria de marras de
conformi dad con lo establecido en el art. 56 de la ley
24.522.
5. Si lo que dejo expuesto es compartido,deberá hacerse
lugar al recurso interpuesto y revocar la sentencia de este
incidente de verificación tardía que admitió y declaró
verificados los créditos insinuados por el Fisco nacional
AFIP-DGI, haciendo lugar a la prescripción opuesta por la
concursada, con costas (art.289, C.P.C.).
Voto por la afirmativa.
El señor Juez doctor de Lázzari, por los
mismos fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votó
también por la afirmativa.
40
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
A la cuestión planteada, el señor Juez
doctor Soria dijo:
1. En mi opinión, el recurso debe prosperar pero por
fundamen tos diversos a los expuestos por mi colega
preopinante.
2. Quien aquí recurre alega que la sentencia impugnada viola
los arts. 32, 36 y 37 de la ley 24.522, así como su doctrina
legal, en cuanto permite al Fisco nacional verificar tardía
mente su crédito (art. 56, ley 24.522), no obstante que la
misma acreencia había sido insinuada en la oportunidad del
art. 32 de la normativa referida y declarada inadmisible,
sin que, frente a ello, el acreedor hubiese promovido la
revisión de la resolución dictada en la oportunidad del art.
36.
a. Como es sabido, en el sistema de la ley concursal, los
acreedores pueden obtener la verificación de su crédito en
forma tempestiva o en forma tardía.
Por un lado, el art. 32 prevé que todos los acreedores por
causa o título anterior a la presentación y sus garantes
deben formular al síndico el pedido de verificación de sus
créditos, indicando monto, causa y privilegios. Esa norma
asigna expresamente al pedido de verificación los efectos de
una demanda judicial. De existir observaciones -como en el
caso de autos- el juez debe decidir declarando admisible o
inadmisible el crédito o el privilegio (art. 36). Tal
decisión, a su vez, puede ser revisada a petición del
interesado, dentro de los veinte (20) días siguientes,
transcurridos los cuales, sin haber sido cuestionada, queda
firme y produce las consecuencias jurídicas de la cosa
juzgada, salvo dolo (art. 37). Ello es lo que establece el
régimen aplicable.
Por otro lado, el art. 56 regula la verificación tardía,
instrumento del cual pueden valerse los acreedores que no
insinuaron su crédito en la oportunidad del art. 32.
En principio, entonces, se han diseñado vías procesales
alternativas; de suerte que si se ha elegido una, no cabe,
luego, acudirse sin más a la otra para discutir la misma
cuestión.
b. Es que, en el contexto del concurso preventivo, los
medios previstos en los arts. 32 y 37 (insinuación y
posterior revisión) revisten, a criterio del legislador, una
amplitud cognoscitiva suficiente para que la decisión que se
adopte sobre la existencia del crédito haga cosa juzgada en
sentido formal y material. A tenor de lo así regulado, el
pronuncia miento judicial que origina la contienda ahora en
tratamiento extraordinario, tiene las notas de
irrevisabilidad e inmutabi lidad inherente a la cosa
juzgada. Con ello, se ha procurado que tanto el deudor como
la masa de acreedores logren certi dumbre sobre el pasivo
concursal.
41
Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
c. En el caso, no encuentro razones que justifiquen
apartarse del criterio señalado y desproteger los intereses
tutelados al amparo de la norma que instituye la cosa
juzgada.
Coincido con mi colega preopinante en que el juez en la
resolución del art. 36 declaró inadmisible el crédito. En
este sentido, no le asiste razón al acreedor cuando afirma
que hubo una omisión al respecto. Por el contrario, de la
decisión aludida se desprende que el juez consideró la
insinuación de ese crédito promovida por el Fisco y declaró
su inadmisibilidad por los fundamentos expuestos por el
síndico.
Como fuere, más allá del acierto o el error de tal pronuncia
miento, o de considerar incluso que no ha habido pronuncia
miento sobre la existencia y cuantía del crédito, lo dirimen
te aquí es apreciar que el Fisco pudo haber controvertido
oportunamente esa decisión. Era una carga adjetiva que debió
encarrilarse a través de la vía pertinente (art. 37, ley
24.522).
d. Por último, vale recordar que, con un razonamiento
similar, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el
caso I. 337. XLII. ("Industria Publicitaria Ital ART S.A.
s/conc. prev. s/inc. revisión por: González,Roberto
Asencio", sent. de 6-IV-2010), decidió denegar,bien que de
conformidad con el art. 280 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, el recurso extraordinario articulado
contra una sentencia emanada de la Sala B de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial, por la que se hizo
prevalecer la firmeza de una decisión que, pese a su
ambigüedad, había inadmitido el crédito, en tanto dicho auto
no mereció embate tempestivo por la vía del incidente de
revisión prevista en el art. 37 de la ley concursal.
Al así resolver, la Corte se apartó del dictamen de la
Procuración General en el que se propiciaba acoger el
remedio federal, al considerarse que no se había valorado
suficiente mente los términos y el efecto que implicó el
auto que declaró inadmisible la verificación de crédito
deducida tempestivamente en el concurso preventivo,sobre la
base de encontrarse controvertido, en otro proceso en pleno
trámite.
3. Por las razones y con el alcance
expuesto, voto por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez
doctor Negri dijo:
Adhiero al voto del doctor Soria.
Sin perjuicio de ello recuerdo que según mi criterio los
fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sólo
resultan vinculantes para el caso en que se dictaron (conf.
P. 43.994, sent. del 29-X-1991; P. 47.881,sent. del 29-XII1994; Ac. 78.215, sent. del 19-II-2002,entre muchos otros).
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Subcomisión Jurisprudencia - cpcecaba
Lo que no obsta que su contenido sea receptado en orden a su
validez conceptual.
Voto por la afirmativa.
La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos fundamentos
del señor Juez doctor Soria, votó también por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo:
Adhiero al voto del doctor Soria,adicionando a los
fundamentos expuestos otros que,considero, integran la
respuesta que corresponde brindar en autos.
Se ha sostenido que "las vías de ingreso al pasivo concursal
que representan la verificación tempestiva (y su eventual
secuela: la revisión) y la verificación tardía, no son
compatibles ni acumulables. Es una u otra. Elegido un
camino, no hay retorno hacia el otro. Y esto porque (a) la
decisión que recae en ocasión del art. 36 L.C.Q. (Adla, LVD,4381) hace 'cosa juzgada salvo dolo' -cuando consiste en
verificación- o sólo es revisable en trámite sujeto a plazo
de caducidad -cuando consiste en declaración de admisibi
lidad/inadmisibilidad-; (b) porque la verificación tardía
solo puede deducirse, lógicamente, una vez concluido elTiem
po de verificación tempestiva. Ergo, en el primer caso la
deserción del trámite de verificación tempestiva/revisión,
proyectará efecto de 'cosa juzgada', impidiendo que el tema
se suscite de nuevo en incidente tardío y, en el segundo
caso,por existir imposibilidad lógica de acceder a un
trámite que temporalmente estará fenecido cuando se actúe
por verificación tardía" (Truffat, Edgardo Daniel, “Sobre la
‘cosa juzgada concursal’ y otras cuestiones”, publicado en
LL 2006-D, 715-Derecho Comercial - Concursos y Quiebras –
Doctrinas Esenciales Tomo II, 389).
Asimismo, en antecedente de este propio tribunal (C. 94.915,
"Leibman", sent. del 12-III-2008), en el cual -cabe
reconocer lo- se ventilaba una situación no del todo igual a
la presente en cuanto a los trámites procesales impuestos,
se sostuvo que "la resolución que declara inadmisible el
crédito y que no es impugnada por la vía de revisión (art.
38, ley 19.551, actual 37 de la ley 24.522) tiene los mismos
efectos que la que resuelve ésta:cosa juzgada, salvo dolo, y
sus efectos tienen alcance extraconcursal, tanto respecto
del deudor como de los acreedores concurrentes". Principios
concursales plenamente adoptables en autos, pues nos llevan
a idéntica solución en cuanto a que no caber admitir una
revisión por vía de presentaciones tardías de aquello que
fue objeto de juzgamiento (art. 36, L.C.Q.) sin deducirse en
su
oportunidad el respectivo incidente de revisión.
Sostuvo la doctora Kemelmajer de Carlucci que "La vía
procesal para atacar la decisión verificatoria es la
revisión y no el incidente de verificación tardía, ni otro
incidente innominado. La decisión que declara el crédito
verificado produce los efectos de la autoridad de cosa
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juzgada de modo inmediato; la que declara el crédito
admisible o inadmisible adquiere tales efectos cuando
transcurre el plazo previsto en la ley sin haber deducido
revisión, o cuando contra lo decidido en la revisión, ya no
queda recurso alguno. Esta afirmación se funda en que la
revisión es el remedio procesal que tiene por
finalidad,precisamente, evitar que la sentencia que declara
admisible o inadmisible un crédito o privilegio adquiera
efectos de cosa juzgada; por eso, como regla, ésta es la
única vía para modificar una decisión que aun no está firme.
Con el mismo criterio se afirma que, ‘en principio, revisión
e incidente de verificación tardío son vías proce sales no
compatibles, o mejor dicho, no acumulables; la regla parece
simple y clara: la revisión presupone la existencia de un
pedido en tiempo por parte de un pretenso acreedor; por el
contrario, la verificación tardía supone que el acreedor no
se ha presentado tempestivamente pues, precisamente, es la
vía para los acreedores dormidos, en expresión de Maffía
que toda la doctrina repite. En otros términos, la verifica
ción tempestiva (y su secuela eventual, la revisión) es un
trámite alternativo y no acumulativo respecto de la
verificación tardía. La regla es, pues, que un acreedor
declarado inadmisible debe promover incidente de revisión
dentro del plazo legal; si no lo hizo, la declaración de
inadmisibilidad lo dejó definitivamente fuera de juego’;
'... los cauces procesales de la ley de concursos no
resultan disponibles para que un frustrado insinuante
tempestivo cambie luego por una verificación tardía, desde
que la verificación tardía no es una alternativa sino que
constituye en sí una posibilidad para quien no accedió a la
insinuación tempestiva, pero no funciona para que el
acreedor soslaye el medio propio establecido por la ley a
fin de obtener un nuevo análisis del tema.'... El objetivo
principal de la etapa
verificatoria es establecer el pasivo del deudor; tal
finalidad no se lograría si se admitiera posteriormente la
modificación de la graduación oportunamente reconocida, en
el tiempo y la forma que al acreedor le resultare convenien
te" (“Cosa juzgada y procedimientos concursales en la
jurisprudencia del nuevo milenio”, Kemelmajer de Carlucci,
Aída, Acad. Nac. de Derecho 2010 –junio-).
Sin perjuicio de todo ello, la distinguida autora reconoce
que en forma excepcional "La cosa jugada no puede ser
invocada cuando no hubo pronunciamiento sobre el fondo del
reclamo. O sea, para que se la tenga por tal (como cosa
juzgada), la decisión que deniega la petición debe fundarse
en no haberse acreditado algún requisito intrínseco de
admisibilidad; en cambio, no existe dicho efecto cuando
tiene fundamentación en requisitos que no obstan a que la
pretensión, una vez subsanada la deficiencia, sea propuesta
nuevamente o adquiera ulterior eficacia. En definitiva, la
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recta hermenéutica del art. 37 de la ley concursal conduce a
la conclusión de que la cosa juzgada que obsta a un ulterior
nuevo pedido de verificación sólo puede ser aquella en la
que el juez ha rechazado la pretensión verificatoria por
razones sustanciales (por ej., falta de acción, inconcurren
cia de los extremos de derecho o por carencia de prueba,
etc.)".
Pero lo ocurrido en autos, dadas las particulares
circunstancias que se advierten, me llevan a considerar que
ante la resolución del juez de primera instancia que declaró
inadmisible el crédito insinuado por el ente recaudador
(ninguna duda cabe abrigar respecto de ello, fs. 73 vta.,
75), debió éste deducir en tiempo el respectivo incidente de
revisión a fin de mantener viva su expectativa en relación
al crédito que, en todo caso,surgía como condicional, sujeto
a la ulterior determinación del tributo o consolidación
definitiva de su acreencia.
Por todo lo expuesto, con las aclaraciones que preciso y
reiterando mi adhesión al voto del doctor Soria, doy también
el propio por la afirmativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,se hace lugar al
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
interpuesto, se revoca la sentencia de este incidente de
verificación tardía que admitió y declaró verificados los
créditos insinuados por el Fisco nacional AFIP-DGI, con
costas (art. 289, C.P.C.C.).
Los depósitos previos deberán ser devueltos al recurrente
(art. 293, C.P.C.C.).Notifíquese y devuélvase.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA
LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN EDUARDO JULIO PETTIGIANI
CARLOS E. CAMPS
Secretario
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