O D N A SPONSABL RE EM EN E T INF OR M E OS ARÑ 7 ANDO M O INF ENTE BLEM ONSA RESP 160 años de actividad petrolera en el mundo n un día cualquiera de 1854, con la perforación del pozo de Titusville, se dió inicio a la modernidad en materia de producción de petróleo en el mundo. En la edición pasada de Documento Petroleoenergético, se consignaron estos hechos. Además vimos que esta empresa fue labor no sólo del Coronel Drake en ese lugar. Científicos, empresarios, aventureros hicieron parte de esta historia. Tuvieron que pasar muchos años para que esta industria se consolidara como una de las más importantes para la humanidad. De una actividad sin mayores perspectivas, pasó a ser la causa de una fiebre por fortunas en apariencia fácil. En estas páginas veremos cómo pasó la exploración petrolera a ser el germen de la revolución industrial. El motor de combustión interna fue la consecuencia final de esta industria. Vimos que desde tiempos antiguos sirvió como impermeabilizante, fuente de energía lumínica, hasta remedio para dolencias en las articulaciones. Los hombres que protagonizan esta historia –George Bisell, Benjamín Filliman, Edwin Drake, John D. Rockefeller- son seres comunes que se transforman en extraordinarios. Verdaderas fuerzas de la naturaleza. La fecha que coincide hoy con el 160 aniversario es una excusa y a la vez una respetuosa conmemoración. Para entender la historia de la industria del petróleo, sus antecedentes, su auge y las proyecciones que tiene hacia el futuro es necesario adentrarnos en la vida de sus protagonistas. Esta es la historia de hombres que tuvieron un sueño, una epifanía y no descansaron hasta que los hicieron realidad. La curiosidad es inherente al ser humano. Hechos a semejanza del creador, Dios nos brinda la capacidad de poder crear. Todos estos individuos construyen sus empresas sobre el trabajo de sus predecesores. Nunca se parte de cero y lo único cierto es que estas empresas siempre implicarán desafíos. Siempre serán empresas difíciles, por lo menos improbables y por esto mismo dignas de ser realizadas. La historia de un recurso energético que se convierte en el mejor negocio, genera empleo a cientos de miles de personas que a su vez son cómplices de este sueño. La industria está allí para ser vista, las torres de extracción, las refinerías, los oleoductos diseminados en miles de kilómetros. El petróleo, el keroseno, el fuelóleo y todos sus derivados son productos vendidos y benefician a millones. Este es el mensaje al recorrer esta historia. Las empresas más disparatadas, hechas realidad por hombres que se convierten en fuerzas de la naturaleza. Personas que a nuestros ojos llevaron existencias privilegiadas, precisamente por los arduos desafíos que se impusieron. Vidas peculiares, interesantes y a veces extrañas. (Segunda parte) Investigación y redacción: Sergio Escorcia EL MEJOR GRUPO HUMANO AL SERVICIO DE SU OPERACION 2 160 años de ACTIVIDAD petrolera en el mundo El padre de la industria más poderosa del mundo Mayo - Junio - Julio de 2014 /periodico@documentopetroleoenergetico.com.co • John D. Rockefeller fue la figura más importante en la historia de la Revolución Industrial norteamericana y como todos los genios siempre estuvo rodeado por la controversia. L a palabra imposible no existía en el vocabulario de John D. Rockefeller. Fue capaz de enfrentar los desafíos más complicados y hacerlos realidad. Su imagen estuvo y está asociada a la del mayor magnate que ha existido en el orbe. Amasó la mayor fortuna del mundo y llegó a monopolizar el negocio del petróleo. El hecho de que semejante industria estuviera en poder de un solo hombre, debe ser situado en contexto. Siempre apoyó al Partido Republicano y fue educado en la estricta ética Calvinista. Hijo de su tiempo, Rockefeller fue un hombre riguroso, metódico e implacable. La entrada en la modernidad de la industria del petróleo tiene una fecha precisa. Febrero de 1865, nació la Standard Oil Company, la empresa que organizó el caos de la oferta petrólera. Factores como la Guerra Civil, así como la conciencia de las posibilidades de este “aceite mineral” como la mejor fuente energética, son las claves para comprender el exponencial crecimiento de la Standard Oil Company. Maurice Clark no creía en el futuro de este negocio, al igual que muchos de sus colegas pensaba que era un bien efímero. Además de las grandes inversiones que implicaba su obtención, el rumor que circulaba era que todo era una ilusión. Según los geológos y expertos de la época las reservas de los yacimientos se agotarían inevitablemente. La infraestructura quedaría como vestigios para futuros historiadores. La novela “Oil” de Upton Sinclair relata la historia del desarrollo de la industria petrolera en los Estados Unidos de América. Daniel Plainview su protagonista, es el símbolo de esta fiebre del oro negro. Una sociedad pauperizada es capaz de vender su alma para coronar sus sueños de fortuna rápida y fácil. Plainview representa el espíritu de John D. Rockefeller. Un empresario emergente se transforma en magnate, llegando a poseer el 1,54 del producto interno bruto de su país, cifra absurda hoy. Ese febrero de 1865 cuando Maurice Clark vende su parte de la empresa y sella el trato con un simple apretón de manos, John D. Rockefeller pronuncia lo que luego sería su ética empresarial. Son palabras que hoy suenan a un burdo Darwinismo social, en el cual el más apto, el mejor educado, el más capaz sobresale y finalmente vence: “El crecimiento de un gran negocio es simplemente la supervivencia del más apto... la bella rosa estadounidense solo puede lograr el máximo de su esplendor y perfume que nos encantan, si sacrificamos a los capullos que crecen a su alrededor. Esto no es una tendencia maligna en los negocios. Es más bien solo la elaboración de una ley de la naturaleza y de una ley de Dios”. Estas palabras fueron recogidas por uno de sus biógrafos, Richard Hofstader, en un discurso en una institución educativa. John D. Rockefeller pensaba su industria como su propio imperio. Ubiquémonos en la época, la Doctrina Monroe proclama que los Estados Unidos detentaban derechos divinos para dominar en todo el hemisferio. Desde 1846 Estados Unidos invade Centroamérica, primero invadió a México, apropiándose de gran cantidad de territorio. Ocupó a Nicaragua, al Salvador, Honduras, luego en 1898 a Cuba y a Puerto Rico. Luego sin mucha resistencia se toman a Panamá. Incluso las lejanas Filipinas hacen parte de este espíritu “expansionista” que inspira a nuestro empresario; políticas de promoción y de defensa estricta del interés propio por encima de otros intereses, son las “políticas” que Rockefeller aplica a su naciente empresa. Corazón Negro 1865 es una fecha trascendental para la industria del petróleo en los Estados Unidos por dos razones, en ese momento se da fin a la dolorosa Gran Guerra Civil y se produce la Revolución Industrial. Aparecen todo tipo de patentes para artefactos de toda naturaleza, así mismo se expanden industrias como la siderúrgica, la de las comunicaciones y la de los alimentos enlatados. Es algo como el paso de una sociedad de tipo agrario, con una estructura casi feudal, en la cual unas cuantas familias manejan la economía con mano de obra de los esclavos. H.G. Wells predice una sociedad industrializada, masificada, en la que el individuo pierde su identidad. John D. Rockefeller está como un pez en el agua y bautiza a esta época como la del “Gran Juego”. Las inversiones crecen, representadas en nuevas y mejores refinerías pero sobre todo en el manejo a su antojo de la oferta y demanda del petróleo y sus subproductos. Para lograr este incipiente monopolio, se encargó de tejer todo un tejido comercial para su producto. Esta red consistía en cubrir cada una de las fases en la cadena de extracción y producción del petróleo. Ahora ya no alquilaba tierra a pequeños y medianos granjeros, sino que ahora las compraba al precio que fuera. También en un movimiento inesperado compra medios de transporte como ferris en las vías fluviales y vagones en los ferrocarriles. Adquiere inmensos territorios con bosques de robles con los cuales fabrica los barriles y compra puertos fluviales y bodegas para almacenarlo. Daniel Yerguin en su “Historia del Petróleo” nos relata acerca de estos tiempos: “Así pues, antes de finalizar la década de 1860, había acumulado suficientes recursos monetarios para que su John D. Rockefeller compañía no tuviese que depender durante más tiempo de los banqueros, financieros y especuladores en los que los ferrocarriles y otros grandes sectores se habían tenido que apoyar. El dinero en efectivo no solo aislaba a la empresa de las violentas convulsiones y depresiones que podían llevar a la ruina a los competidores, sino que además le permitía sacar partido de los altibajos”. En 1867 Rockefeller se asocia con Henry Flager quien sería además su mejor amigo durante toda la vida productiva de la Standard Oil Company. La frase que John F. Kennedy pronunciaría un siglo después “No preguntes que hace tu país por ti, sino que puedes hacer tu por él” era el lema que unía a los dos empresarios. “Mantén tu cabeza por encima del agua y apuesta por el desarrollo de tu país”. Un país desangrado por la Guerra necesitaba ser reconstruído. Una amistad así no podía ser más productiva, el carácter metódico y puntilloso de Rockefeller encajaba con el carisma y optimismo de Flager. La consolidación de la Standard Oil Company se convirtió en una militancia. Las trincheras eran dos simples escritorios, desde los cuales se gestionaban reuniones, se redactaban cartas a posibles clientes y proveedores. El blanco en el que hacer diana eran los ferrocarriles nacionales. El objetivo, conseguir descuentos para sus productos. Dichos descuentos -que rápidamente consiguieron- consistían en un sistema llamado de “reintegros”; se reintegraba al comprador veinticinco centavos del dólar que se invertía al comprar un barril de petróleo. Este novedoso y ventajoso sistema, rapidamente sometió a todos sus competidores y puso en jaque al mismo gobierno. La impunidad de este monopolio en estas circunstancias fue un escándalo que ni la prensa ni las huelgas ni el mismo gobierno pudo neutralizar. Sin embargo, a la Standard Oil Company le esperaba la primera gran crisis a finales de la década de 1860. Las proyecciones de desabastecimiento no se cumplieron. Un barril de agua potable era más costoso que un barril de petróleo. Demasiado petróleo para una demanda diez veces menor que la necesitada por el mercado. Esto sumado al real peligro que representaba el manejo de este combustible extremadamente inflamable. Muchas personas murieron al querer iluminar su hogar. La solución surgió de la misma empresa. Ésta garantizaba la calidad del producto a través de estandarizar sus características y así hacerlo un producto seguro. Sin embargo, no se solucionaba el mayor problema, la sobre oferta. La ilusión de muchos de encontrar en el patio trasero un pozo fértil como en la comedia “Beverly Hill Bills” ya no era atractiva. Este periodo fue llamado “La depresión de las refinerías”. Daniel Yerguin analiza este momento en su libro premiado con el Pulitzer: “Fue por aquella época de inquietudes cuando Rockefeller concibió su arriesgada visión de consolidar casi todo el negocio de refinación en una gran explotación verticalmente integrada. “Era oportuno hacer algo para salvar el negocio”, decía más tarde. (...) “eliminar el exceso de capacidad, suprimir las fluctuaciones en los precios, y de hecho salvar el negocio.” Esto es lo que Rockefeller y sus empleados llamaron “nuestro plan”. Mayo - Junio - Julio de 2014 /periodico@documentopetroleoenergetico.com.co 160 años de ACTIVIDAD petrolera en el mundo Monopolio Henry Flager (1830-1913) Líder del progreso de La Florida F • Cómo una estrategia de mejoramiento empresarial consolidó a la Standard Oil Company como la mayor industria del sector petrolero en el mundo. L a figura de John D. Rockefeller es tan relevante que no es posible relatar la historia de la industria petrolera, sin mencionarlo. Por supuesto existieron individuos que también la impulsaron. Cuando hablamos de industria del petróleo hacemos referencia a un proceso de construcción colectivo. Henry Flager hijo de un pastor protestante es el responsable del desarrollo de esta industria en la Costa Este de los Estados Unidos de América. Construyó los ferrocarriles en el territorio más difícil de América del Norte, un sector lleno de manglares y pantanos infestados de caimanes y mosquitos. Fue un moderno “conquistador”, fundó lo que actualmente es Miami y West Palm Beach en la Florida. La infraestructura ferroviaria proyectada por Flager buscaba el progreso en un país en posguerra. No obstante en un nivel más pragmático el directo beneficiario es la compañía Standard Oil Company. Los usuarios de estas vías ferroviarias, sin duda, ignoraban que estaban subvencionando a esta empresa. Para finalmente blindar y consolidar a la Standard, los dos socios emplean la estrategia que los destacaría en la historia como los autores de un monopolio puro. Esto ocurre el 10 de enero de 1870. Se crea una sociedad anónima con el nuevo nombre de la South Improvement Company. A su alrededor hay una nube de misterio. ¿Quiénes 3 John D. Rockefeller son sus dueños?, ¿Qué intenciones reales tenían?. Sus directos competidores estaban razonablemente preocupados. El principal objetivo de la South Improvement Company era absorber a todas las empresas posibles, las propias y ajenas bajo un solo nombre y así obtener el control total. Daniel Yerguin recogiendo el testimonio de algunos biógrafos confirma la imagen de persona sin escrúpulos e implacable de Rockefeller: “De todos los planes para la extinción de la competencia este fue el más cruel y el más devastador de los concebidos por cualquier grupo de industriales norteamericanos.” ue el fundador de la ciudad de Miami y diseñó y construyó su paisaje urbano. La fortuna de este magnate fue hecha a pulso, con mucho trabajo y sacrificio. A pesar de no poseer una buena educación, la influencia de su padre -un pastor protestante- fue suficiente para formar una firme base ética y de valores. Desde los catorce años trabajó y pasó por más de veinte empleos. De estas arduas experiencias aprendió a no rendirse, aunque le cerraran la puerta más de cien veces en sus narices. Inicialmente trabajó en el negocio de granos de su tío. Allí amasó pacientemente una pequeña fortuna con la cual compraría una exitosa destilería de whisky bourbon. La prosperidad como se esperaba vino rápidamente pero su conciencia no estaba Henry Flager en paz, se estaba lucrando con el vicio y estaba directamente destruyendo familias, estructura social que siempre defendió. Así, vendió finalmente la destilería con una excelente ganancia y con este dinero creó la sociedad anónima Rockefeller, Andrews & Flager. Esta es la semilla de lo que sería la Standard Oil Company. El mismo Rockefeller aceptó que detrás del éxito Pasa página 4 4 160 años de ACTIVIDAD petrolera en el mundo Mayo - Junio - Julio de 2014 /periodico@documentopetroleoenergetico.com.co El paso definitivo • En su afán de controlar el “volátil” negocio del petróleo, Rockefeller asume su producción. N John D. Rockefeller o obstante, la Standard Oil Company se hiciera cargo de la mayor extracción industrial del crudo a nivel nacional, también se encargaba de la fabricación de más de trescientos subproductos -keroseno, nafta, gasolina usada como disolvente, el llamado gas ciudad o gas iluminador, del lubricante para las piezas móviles de los vagones de los ferrocarriles, hasta como golosina con la llamada “goma parafinada ideal para degustar en las reuniones de señoras”. El propio Rockefeller en la cadena de la industria del petróleo: extracción, refinación y producción, evitaba la fase de la producción. Sentía aversión hacia los hombres que trabajaban directamente en los pozos de producción petrolera, pues los veía como seres llenos de codicia, como a vulgares buscadores de fortuna. En esta general “fiebre” del petróleo, Rockefeller y sus colegas eran muy conscientes de que el futuro de este negocio estaba en el urgente descubrimiento de nuevos pozos ya que nadie -los expertos del Departamento de Geología de Pensilvania- les garantizaba que este recurso no se agotara. Por lo tanto la esencia de la Standard Oil Company, representada en las refinerías, en los elementales oleoductos, las cisternas y las redes de transporte terrestre, fluvial y marítimo, no valdrían mucho en la medida en que también poseyesen pozos pródigos. Para los más pesimistas el fenómeno del petróleo era algo pasajero, efímero. Rockefeller con su proverbial olfato para los buenos negocios, fue capaz de adelantarse a los hechos que vendrían. Decide dar el paso que definitivamente consolidará a la Standard y a sus filiales como a la firma más importante del mercado. En primer lugar transladarían sus operaciones de la zona en que surgió el primer ciclo de la Historia de la industria petrolera. Los campos de Lima Indiana operaban con todas las expectativas productivas. Aunque la calidad de este crudo era diferente. Lo que generó dos grandes problemas. Tenía un olor insoportable, azufrado como de huevos en descomposición. El segundo gran problema era la sobre producción. En las oficinas de la 26 Broadway, en Nueva York, se decide luego de muchas discusiones comprar, almacenar, acaparar todo el crudo producido en este nuevo pozo. La estrategia habitual de acaparar la producción es en este momento un paso definitivo. Gracias a los experimentos de refinado del crudo con óxido de cobre buscando eliminar su mal olor, por parte del Doctor en Química, Herman Frasch, Pozo petrolero Lima Indiana todo el crudo almacenado duplicó su valor. Así con esta ganancia Rockefeller entra de lleno en la producción del crudo. Emprende lo que sería la mayor refinería del mundo. La refinería de Whiting, en la zona desértica de Indiana, Estado de Michigan. La construcción de esta refinería, se realizó en el más absoluto secreto. En la década de 1891 la Standard dicta los precios del crudo sin tener en cuenta las cotizaciones de los mercados mundiales. Daniel Yerguin como colofón de esta historia comenta: “Desde entonces, manifestó que el precio que se pague en todas las compras será tan alto como justifiquen los mercados mundiales, pero no será necesariamente el precio cotizado en las lonjas del petróleo representado en certificados(...). En su condición de comprador o propietario de entre el ochenta y el noventa por ciento del petróleo de Pensilvania y Lima Indiana, la Standard Oil determinará de un modo efectivo el precio de compra del petróleo norteamericano, aunque siempre dependa de la oferta o la demanda”. Viene página 3 financiero de la sociedad estaba el cerebro de Henry Flager. Flager tenía un gran olfato para los negocios y siempre imaginó a la Florida como un lugar ideal para el descanso. Fundó la cadena de hoteles Palm Beach Inn. Miami en ese entonces era un simple caserío. Flager visita a los pocos habitantes de estas tierras y les vende la idea de fundar una ciudad totalmente nueva. Una ciudad que fuera construída sobre planos. La comunidad le da su voto de confianza y le cede parcelas de sus propiedades. Flager canaliza las aguas negras, construye puentes y vías, y crea la primera red eléctrica y el primer acueducto de los Estados Unidos. Unas tierras inaccesibles necesitaban vías si el proyecto era el de ocupar sus bellos hoteles totalmente en madera. De su propio bolsillo Flager construye una de las redes ferroviarias más grandes del mundo en ese momento. Desde entonces Miami se proyecta como la principal ciudad turística del país. Las conexiones realizadas no solo fueron terrestres, las obras también comprenden puertos fluviales. En un esfuerzo descomunal, draga ríos para crear puertos de aguas profundas, construye puentes, remueve toneladas de tierra, rocas, tierra y arena. Paradójicamente las máquinas que realizan estos trabajos funcionan a base de carbón y con vapor. El comercio se activa rápidamente y se crea un circuito que parte de Cayo Hueso, pasa por Cuba y conecta con el Canal de Panamá, lo que supuso el desarrollo de la ciudad de Miami como puerto comercial. Esta época fue llamada “La Edad de Oro” de los ferrocarriles en los Estados Unidos. Como todas las grandes empresas, ésta tuvo enormes desafíos. La infraestructura que le dió el progreso a la Florida, sufrió el rigor de los elementos de la naturaleza. El llamado “segundo ciclón del siglo” destruyó todas estas obras casi en su totalidad, con el saldo de más de cuatrocientas muertes. Todas las vías, puentes y puertos se vieron afectados. Campo petrolero de Standard Oil Company. Hace poco uno de estos puentes fue descubierto por unos constructores y se restauró, como un monumento a la memoria de Henry Flager. Fué un hombre muy querido en su comunidad. Se decretó bautizar a su ciudad con el apellido de este hombre, pero él se negó y sugirió bautizarla con la voz indígena de Mayaimi. Hoy la avenida principal de Miami lleva su nombre, así como otra calle lleva el nombre de su segunda esposa Luisa García Toledo. Henry Flager muere el veinte de mayo de 1913. ¡VIAJA SIEMPRE MÁS FÁCIL! 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Esta noticia correría como el viento y rápidamente todas las regiones petroleras se unirían definitivamente para enfrentar al denominado “monstruo”. Por primera vez los medios de comunicación ejercerían lo que el político Edward Burke llamaría “el cuarto poder”, es decir, con su opinión influirían decisivamente en el curso de los hechos. Los titulares en letras mayúsculas y con fuentes de color rojo, alertaban al pueblo sobre la amenaza que los acechaba. Caricaturas en las cuales aparecía Rockefeller como un Zar ruso o un Napoleón demente buscaban quitar el velo de la aparente transparente Standard Oil Company. Se decía que el auténtico poder lo detentaba Rockefeller, por encima del mismo Estado. Estos comentarios continúan hasta nuestros días, sugiriendo por ejemplo que los terrenos de la sede de la ONU en Nueva York los cedió la familia Rockefeller buscando influencia política mundial. Los empresarios, los trabajadores y hasta los hombres del común de las regiones de Tittusville o Pittsburgh se unieron en un abierto boicot a la empresa. Rockefeller ripostaba: “Es fácil escribir artículos, en los periódicos, pero nosotros tenemos otros negocios más importantes.” Se produjo una auténtica batalla entre los refinadores y los ferrocarriles. Lo que supuestamente sucedería de este enfrentamiento ya Rockefeller lo había calculado. La South Improvement Company se quebró como estaba previsto y en conclusión la Standard Oil Company obtuvo el control total del negocio. Mientras la Standard Oil se encargaba de reabsorber a la competencia, la sobre producción del crudo, la multiplicación de los pozos y la especulación de los precios eran los hechos ideales para su dominio. Contra las cuerdas En la década de 1870 Rockefeller y sus socios enfilaron su “artillería” hacia el único objetivo de comprar. Su deseo era poseer cada una de las áreas de la industria petrolera. Es así como surge otra de las características estrategias empresariales del grupo Rockefeller. Si alguno de los competidores de la Standard Oil Company se negaba a vender o a dividirse en una filial de ellos, Rockefeller se encargaba de agobiarlos con una desigual competencia de tarifas. Especulaba con los precios del transporte ferroviario, con los precios del crudo o con las tarifas de almacenaje en bodegas, hasta especulaba con la madera de roble de los barriles. Los ponía entre la espada y la pared y terminaban vendiendo luego de esta desgastante dinámica. Los socios de la firma de Rockefeller siempre fueron los mejores, los más educados, los Pasa página 7 Mayo - Junio - Julio de 2014 /periodico@documentopetroleoenergetico.com.co Viene página 6 más ambiciosos y entusiastas; en muchos casos ellos eran antiguos competidores que conocían secretos de los que aún continuaban en el otro bando. Hacia el final de esta década, la Standard Oil Company poseía el 90% de la industria del petróleo representada en terrenos con pozos o con estudios de los geólogos, en refinerías y en los sistemas de transporte terrestre y fluvial. En un último esfuerzo por competir contra este inmenso monopolio, los contados productores de Pensilvania hicieron causa común. Reunieron sus capitales y se embarcaron en el -hasta ese momento- experimento de un oleoducto a “gran escala”. El transporte del crudo en esa época se realizaba vía tren. Los pocos oleoductos, eran muy primitivos, inseguros y de corta extensión. Bajo el nombre de Reading Railroad, con una extensión de ciento ochenta kilómetros, el oleoducto fue un verdadero éxito. Se realizaron estudios topográficos en secreto y se construyó en un tiempo récord. La Standard Oil no encajó muy bien el golpe que representó este oleoducto. 7 Fue un movimiento totalmente inesperado y la única solución a la vista era construir uno propio y claro absorber al Reading Railroad. La opinión pública ya estaba prevenida con cualquier maniobra de la Standard Oil Company y denunció estos planes. Un “ejército” de abogados, auténticos esbirros de Rockefeller presionó a los medios de comunicación buscando distraerlos acerca de sus verdaderas intenciones: manipular al Gran Jurado y al Gobernador de Nueva York. Daniel Yergin analiza estos hechos, que en un futuro serían citados como maniobras monopolizadoras en otros sectores empresariales: “Solamente había una manera de controlar a este gigante, y era a través del sistema político y los tribunales. A finales de la década de 1870, los Productores de las Regiones Petrolíferas lanzaron una serie de asaltos jurídicos en Pensilvania contra las tarifas discriminatorias. Denunciaron el “control desmesurado del sector petrolero por parte de la Standard Oil Company”, la tildaron de “autocrática” y de “banda de ladrones” y buscaron el procesamiento de sus principales directivos” 160 años de ACTIVIDAD petrolera en el mundo Mayo - Junio - Julio de 2014 /periodico@documentopetroleoenergetico.com.co 9 Standard Oil Trust Nueva estrategia para lograr el control total • Trust o confianza fue el nombre que la Standard Oil Company ideó para tener el control de la industria petrolera, sin que las autoridades intervinieran. C on todos los ojos puestos -los tribunales, la opinión pública, los medios de comunicación- sobre las empresas de Rockefeller, se creó esta figura un tipo de “holding” empresarial, evitando perjurar. Rockefeller ya no podía adquirir las empresas que se les antojara, ni tampoco podía acosarlas mediante presiones para quebrarlas. La Ley decía que las mismas empresas no podían poseer acciones de otras empresas. Ante los tribunales los empleados de Rockefeller jurarían que solamente eran “reclamantes de dividendos” y que ellos eran personalmente los accionistas de otras corporaciones y no la Standard Oil Company. Daniel Yerguin comenta de esta figura en su Historia del Petróleo: “El concepto legal de “Truste 2 se refinó y formalizó en el Acuerdo de la Standard Oil Company, que se firmó el 2 de enero de 1882. Era una respuesta a los ataques judiciales y políticos de finales de la década de 1870 y principios de la de 1880. También había más razones personales. Rockefeller y sus asociados comenzaron a pensar en la mortalidad y la herencia (...)”. Para preparar esta acción se hizo un balance de todas las propiedades de la empresa. Se emitieron setecientas mil acciones legales de la Standard Oil Company. Rockefeller se quedaría con el 36% de estas, Flager con el 11% y las restantes en manos de los administradores y otros accionistas. Estas acciones representaban un total de catorce empresas propiedad de la Standard y veintiséis de propiedad parcial. Este acuerdo proporcionó finalmente la libertad legal para actuar a nivel bursátil. Lo que no calcularon Rockefeller y su equipo fue que su empresa ya tenía dimensiones mundiales. Se dio un tipo de burocracia que entorpecería sus movimientos en sus mismas oficinas. Se crearon comités y sub comités para controlarla. El Comité Nacional, el de Comercio Exterior, el Comité de Fabricación, etc. Hacia la década de 1870 la nueva meta de la Standard Oil Company era lograr la excelencia en la calidad de los productos a los menores costos posibles. Bajo el lema de que “todo contaba en los negocios” la Standard se convirtió en un modelo en los negocios de calidad a bajo costo. Siempre buscaron estar a la vanguardia en la tecnología y Estación de servicio de Standard Oil Company. eficacia de las operaciones, siempre buscando nuevos mercados. Con estas políticas empresariales, con la ventaja de la figura del “trust” y mediante el nuevo espionaje industrial, la Standard Oil ahora controlaba el mercado mundial del crudo. En esta década ya no los alarmaba la caída de los precios o la sobreoferta, esta era para Rockefeller una nueva oportunidad de comprar y acaparar al crudo. En un edificio de nueve pisos en el número 26, de Broadway en el bajo Manhattan, de Nueva York funcionaba una empresa sin precedentes. El comité ejecutivo encabezado por Rockefeller, su hermano y Henry Flager luego de discusiones sobre estrategias se decidía el movimiento de todo un país. NUESTRO PROPÓSITO: Lo que hacemos y por qué importa Todos los días hacemos el mundo un lugar más limpio, seguro y saludable, protegiendo las personas y los recursos vitales. Servicios NUESTROS VALORES: En lo que creemos Conventional Oil & Gas Solutions ALCANZAMOS NUESTRAS METAS. Entregando resultados para nuestros clientes, nuestros accionistas y cada uno de nosotros. 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El vertiginoso desarrollo científico y tecnológico del mundo a mediados del siglo XX es similar a la serie sin interrupción de inventos y descubrimientos que por fin lograba controlar a la naturaleza finalizando el siglo XIX. Esto sumado a la gran cantidad de exploraciones que permiten conquistar a la tierra. El ferrocarril a vapor, el telégrafo acortan distancias. Los descubrimientos en la biología redundan en beneficios para la medicina. El dínamo es la piedra filosofal que permite multiplicar la energía, todo en pos de una sociedad del bienestar y la armonía. En este mundo del progreso, del optimismo nace y crece John D. Rockefeller. En el seno de una pequeña familia burguesa de provincias en 1839. Tiene principios éticos y morales que hereda de su padre pastor protestante. La compasión, el rigor y el método son los valores que caracterizan al Rockefeller niño. En su escuela recibe clases de aritmética aplicada, materia en la que siempre se destaca. Se dice que su primer negocio fue la venta de piedras coloreadas a sus condiscípulos y parientes. Las ganancias irían a un tarro de mermelada vacío. En cosa de un año Rockefeller tiene sesenta dólares, una pequeña fortuna en la época. En una ocasión un tío necesita un dinero para cubrir la cuota de la hipoteca. Gracias a los consejos de su padre, Rockefeller presta el dinero con un interés del tres por ciento, recuperando así su dinero con una buena ganancia. De esta época viene uno de sus primeros lemas en los negocios: “ No hay que trabajar por el dinero, el dinero debe trabajar por nosotros”. Motivado por el éxito en este ambiente rural, quiere participar en la epopeya de la conquista del mundo cae, en la fiebre de la tranformación del mundo a través de la industria. Durante diez años malvive en los más diversos trabajos, pero siempre relacionados con los asuntos contables. Descubrió que los detalles más ínfimos tienen consecuencias en cualquier empresa. Siempre fue crítico de los excesos y del despilfarro, todo esto eco de los sermones paternos y de su educación puritana. En sus palabras: “como comencé mi vida laboral como contable, aprendí a tener gran respeto a las cifras y a los hechos con independencia por pequeños que fuesen”. Con el tiempo es uno de los hombres más ricos de Norteamérica, pero para verguenza de su esposa y familiares usa siempre los mismos dos trajes. Llega a acudir a sastres remendones para cambiar los puños y los cuellos de las camisas y vestidos. Su mayor lujo culinario es el pan con leche. Estos años le dieron experiencia, trabaja como energúmeno. De cinco a ocho horas diariamente labora en la firma Hewwit & Tuttl, para luego estudiar todos los resquicios de los asuntos financieros en la bolsa. De forma empírica estudia los temas bursátiles. A pesar de sus diecisiete años decide fundar su propia firma consultora. Cuenta con 600 dólares para este proyecto pero necesita mil dólares más. Su padre le proporciona dicho préstamo con el usurero interés del 10 por ciento anual. La firma M.B. Clark & Rockefeller obtiene ganancias en ese primer año de cuatro mil dólares. El llamado Imperio Rockefeller nace con esta firma. Hubo factores fundamentales que originan este desbordado crecimiento. Una sociedad golpeada por una dolorosa Guerra Civil y la Revolución Industrial pueden explicar un fenómeno empresarial como éste. El temperamento férreo, la conducta disciplinada unida a lo que Howard Gradnerd llamaría Inteligencia Empresarial, crearon el mayor monopolio de la Historia. Mientras las castas de los Vanderbilt, los Morgan y los Rockefeller se convierten en un verdadero poder detrás del poder institucionalizado. Se llega a afirmar en varias biografías que Rockefeller apoyaría económicamente a los bolcheviques, a los campesinos y siervos de la Rusia Zarista y a su vez lo haría con los grupos nacional socialistas y fascistas de Italia y Alemania. Se proyecta un conf licto de dimensiones inesperadas que en última instancia beneficiaría a sus empresas petróleras. La Segunda Guerra Mundial. La democracia celebrada por Walt Whitman, el llamado “sueño americano” simbolizado por Rockefeller, en realidad es padecido por millones de inmigrantes, italianos, judíos, irlandeses... La residencia y las oficinas de Rockefeller se instalan en esta nueva Babilonia. Su casa a pesar de sus valores, es ejemplo del derroche en este mundo. Rockfeller llega a poseer la fortuna más grande del mundo, unos 665.400 millones de dólares de hoy. Charles Darwin la justificaría y explicaría, “solo el más fuerte, más apto domina y vence”. Estas ideas son acogidas junto a otras “interpretaciones” del llamado superhombre de Nietzsche, por los nazis. Federico García Lorca en su obra maestra “Poeta en Nueva York” hace un retrato de esta ciudad. No es la radical distopía de George Orwell de su obra “1984”. Nueva York es algo tremendo, pocos días después del “crac” y de la Gran Depresión económica era “normal” los suicidios, o encontrar hombres aplastados contra el asfalto. John D. Rockefeller delega su inmenso imperio a sus hijos en 1911. Dedica su vida a la labor filantrópica, funda instituciones educativas, universidades y da partidas para apoyar la investigación científica y para la iglesia. Su último proyecto está en el sector inmobiliario, en el llamado Rockefeller Center. Muere a los 97 años el 23 de mayo de 1937. La Asociación de Egresados de la Universidad Industrial de Santander capítulo Bogotá INFORMA QUE: Tiene formación empresarial y personal en las siguientes áreas: Diplomados en: Convenio educativo con la UIS. Especializaciones en: Alta Gerencia. Evaluación y Gerencia de Proyectos. Ingeniería Ambiental. Ingeniería del gas. Gerencia de Hidrocarburos. Gerencia de Mantenimiento. Gerencia de Mercadeo y Logística. Producción de Hidrocarburos. Diplomado en gerencia de proyectos. Diplomado en PNL. Diplomado en gerencia integral de HSEQ. Diplomado bases de datos Oracle. Diplomado creación de páginas WEB. Diplomado en control de la corrosión. Diplomado en manejo de materiales peligrosos y emergencias HAZMAT. Diplomado en BD LIBRES + JAVA + INTERFASE WEB. Diplomado en legislación y administración del deporte. Diplomado en formación Investigativa aplicada a docentes. Diplomado didáctica como eje de la enseñanza aprendizaje. Diplomado en diseño gráfico. Diplomado en logística aplicada. Diplomado en Innovación y tecnología. Cursos de informática: Word, Excel, Power Point. Curso en manejo defensivo y conducción preventiva. Cursos en seguridad industrial y salud ocupacional. Pregunte por nuestras inscripciones abiertas en: Calle 119 No. 5 - 25 B. Usaquén / PBX. 637 4777 diplomados@aseduisbogota.com / info@aseduisbogota.com www.aseduisbogota.com