Viajes con Heródoto; Ryszard Kapuscinski

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KAPUSCINSKI, R.: VIAJES CON HERÓDOTO
1. Cruzar la frontera
En los años cincuenta, en Polonia, un joven reportero del periódico Sztandar Mlodych sueña con cruzar
la frontera; un dÃ-a le llega la oportunidad de la mano de su redactora jefe: Irena Tarlowska. Su misión es ir
a La India a estudiar sus costumbres. En el avión que le llevó a hacer escala en Roma, conoció a un
periodista italiano llamado Mario, que fue quien le dio cobijo y ayuda en su corta estancia en la capital
italiana.
2. Condenado a la India
Después de su estancia en Roma, Kapuscinski se va, por fin, a la india, su primer viaje allÃ- es Benarés,
aconsejado por los recepcionistas del hotel.
Pasó la noche en vela para, antes del alba, ir a una escalinata de piedra que rodea el Ganges, y ver salir elsol.
AllÃ- presenció como gente de todas las clases y condiciones hacÃ-an el ritual del rÃ-o, y como muchos
cadáveres eran incinerados allÃ- también (ya que se cree que las personas que son incineradas en el rÃ-o
Ganges van directamente al Nirvana).
3. La estación y el palacio
Desde Benarés se fue a la Sealdah Station de Calcuta. En el tren que lo llevó allÃ- se dio cuenta de que
todo el mundo tenÃ-a allÃ- esclavos, que, incluso les llevaban a sus señores colchones para viajar en el tren
(la única forma de ir cómodo ya que los trenes no tenÃ-an ni butacas). Al llegar se fue hacia el sur, a
Hyderabad, donde los servidores del rajá local lo confundieron con alguien y se lo llevaron a su palacio
donde se quedó hasta que volvió a Polonia de nuevo.
4. Rabi canta los Upanishads
Estando de vuelta en Varsovia, Kapuscinski se dedica a lo que hacÃ-a antes de irse a la India, viajar por
dentro de las fronteras polacas, con una diferencia: la estancia en La India le hace comprender la ignorancia
en la que vivÃ-a y dedica sus ratos libres a leer sobre ella y a estudiar inglés.
5. Las cien flores del dirigente Mao
Su siguiente destino fuera de Varsovia es China. Donde le esperan dos periodistas del periódico Chungkuo.
Uno de ellos no se separará de él en toda su estancia. Lo lleva a ver la gran muralla china, pero no puede
ir solo a ningún lado ya que el periodista no le deja. También intenta aprender chino aunque pronto se da
por vencido por la dificultad del idioma.
6. El pensamiento chino
Kapuscinski nos sigue contando las dificultades del chino. Además comienza a observar claras diferencias
entre la población china y la hindú. Su amigo periodista vuelve a sacarle de excursión, esta vez a Shangai,
que es totalmente diferente a PekÃ-n, cuando regresa comienza a leer a un poeta chino llamado Han Yu.
Pero finalmente le llega una carta de Varsovia, sus colegas de redacción le informan de que el periódico
está pasando por un mal momento y debe decidir si se queda o se va como otros de sus compañeros,
Kapuscinski decide volver a Varsovia.
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7. La memoria en los caminos del mundo
Cuando llega a Varsovia, decide seguir el camino de algunos de sus compañeros y deja la redacción, y se
va a la agencia de prensa polaca, donde su trabajo será basado en Extremo Oriente.
Continúa con sus lecturas a Heródoto y observa como este le da mucha importancia a sus memorias y a
escuchar lo que la gente tiene que contarle en sus viajes.
8. La felicidad y la desdicha de Creso
Heródoto afirma en sus obras que los persas más sabios y cultos dicen que los causantes de la guerra entre
Oriente y Occidente son los fenicios, porque raptan a las mujeres de los contrarios y crean disputas.
Nos cuenta una anécdota de la guerra entre Ciro y Creso, que eran dos de los personajes mas importantes,
ricos y poderosos de la zona de Asia en esa época.
9. El fin de la batalla
Kapuscinski sigue contándonos la narración de su libro de Heródoto. Los persas empiezan a conquistar
todo el mundo. Mientras tanto Ciro se marcha a Asia para conquistar el pueblo mascÃ-geta, ya que querÃ-a
dominar las tierras de Tomiris, a la cual intenta engañar. Ella se da cuenta del engaño y le declara la
guerra, finalmente Ciro acaba muriendo.
10. Sobre el origen de los Dioses
Kapuscinski comienza a tener mucho interés en el continente africano por la influencia, una vez más, de
las lecturas de Heródoto. Empieza a despertarse en ella curiosidad sobre cómo eran los viajes que
Heródoto realizaba. Nos cuenta la narración de Heródoto de su viaje a Egipto, y su análisis del modo de
vida y las costumbres del pueblo egipcio. Su duda final acaba siendo cómo se produce la idea de dioses
griegos.
11. Vista desde un minarete
Kapuscinski viaja al Cairo y se queda en un hotel de un barrio burgués. Un dÃ-a un hombre trabajador para
el autoritarismo llamado Ahmed, habla con Kapuscinski y le ofrece visitar una mezquita. Kapuscinski va con
él, al llegar se encuentra con un edificio muy grande con una gran escalinata. Los dos suben con el pretexto
de una impresionante vista desde el punto más alto del edificio pero cuando llegan arriba Ahmed lo único
que querÃ-a era robarle todo su dinero a Kapuscinski amenazándolo de tirarle de allÃ- si no se lo da.
Finalmente se sale con la suya y se va corriendo.
12. Un concierto de Louis Armstrong
Esta vez Kapuscinski está en la ciudad de Jartum, tiene una cita con dos periodistas checos para viajar al
Congo pero estos se retrasan, por esto conoce a dos estudiantes con los que acuerda ir a fumar al desierto. Dos
dÃ-as más tarde vuelven a quedar para ir a ver un concierto de Louis Amstrong, al final del concierto
vuelven al hotel y allÃ-, más tarde, se encuentran al cantante, que estaba totalmente enfermo y apagado.
Finalmente llegan los periodistas checos con los que habÃ-a quedado y viajan a Aba, en el Congo.
13. El rostro de Zópiro
Se quedan en Paulis ya que no pueden seguir conduciendo porque se quedan sin gasolina, son acogidos por
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una escuela llevada por misioneros. Esa noche Kapuscinski lee a Heródoto, que cuenta la historia de la
batalla de DarÃ-o (un guerrero persa) contra Babilonia.
14. La liebre
Kapuscinski nos sigue contando el relato de Heródoto de la guerra de DarÃ-o contra Babilonia. En la batalla
final, están los ejércitos uno contra el otro cuando pasa una liebre y los escitas la empiezan a perseguir. A
DarÃ-o le da la impresión de que este hecho puede tener un significado oculto y decide retirar su ejército.
15. Entre reyes muertos y Dioses olvidados
Kapuscinski viaja del Congo a Irán, por una lectura sobre DarÃ-o en el libro de Heródoto, en el que relata
la creación de una ciudad: Persépolis. Primero va a Teherán, donde todo son manifestaciones y muerte
de los manifestantes, y es imposible moverse. Cuando llega el ramadán, por fin puede ir en autobús hasta
Shiraz, desde donde podrá coger un taxi e ir a Persépolis. Cuando llega allÃ- ve todas las maravillosas
construcciones y se pone en la piel de los que vivieron allÃ- hace años. Ya de vuelta, lee a Heródoto, como
cuenta que un pueblo entre los Tracios, llamado Trausos, que se apenan del nacimiento y celebran la muerte
de la gente.
16. Honores a la cabeza de Histieo
Después de las últimas batallas en las que DarÃ-o no es capaz de vencer al pueblo escita decide
abandonar Escitia y volver a Persia pero los escitas comienzan a perseguirlo.
Finalmente DarÃ-o consigue escapar gracias a Histieo de Mileto, al que premia llevándoselo con el a Persia
como consejero. Hay una pelea interna en Persia y Histieo decide huir, estará de parte de los jonios, contra
DarÃ-o. Finalmente el ejército Persa lo mata y le corta la cabeza para llevarsela a DarÃ-o, que lo entierra
con honores, debido a la ayuda prestada en un pasado.
17. En casa del doctor Ranke
Kapuscinski está todavÃ-a en el Congo con los otros dos periodistas, esta vez en Lisala, una ciudad tomada
por gendarmes y muy peligrosa, aunque peligroso lo es todo el paÃ-s.
Es allÃ- cuando conoce al doctor de un pequeño hospital donde lo acogieron, el doctor se llama Ranke. No
pueden volver a casa porque no se permiten los viajes fuera del paÃ-s.
18. El taller del griego
Por fin consiguen salir de la ciudad al encontrar un coche en la carretera lleno de gente con la misma idea.
Kapuscinski pretende llegar a Kampala, ya que desde allÃ- podrÃ-a comunicarse con Varsovia. Mientras
sigue leyendo a Heródoto fijándose e indagando en su personalidad, es un hombre muy extrovertido y
observador. Intenta contar la verdad siempre y todo le fascina, por eso seguramente viajarÃ-a tanto.
19. Antes de ser despedazado por los perros y las aves
Al fin consigue llegar a EtiopÃ-a (no sin dar un gran rodeo) gracias a un hombre llamado Negusi que lo lleva.
Consigue comunicarse con Londres, les explica su situación y desde allÃ- se la remiten a Varsovia.
Se va de excursión a los lagos Abaya y Chamo con Negusi y llegan al Bekele Mole Hotel. AllÃ- sigue
leyendo la historia de Heródoto sobre DarÃ-o de Persia, que muere y es sustituÃ-do por su hijo, Jerjes.
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Kapuscinski quiere regresar a Addis Abeba.
20. Jerjes
Cuando por fin consigue regresar allÃ- comienza a contar la historia del sucesor de DarÃ-o: Jerjes, que sube
al trono con 32 años y comienza a ir a la guerra con un gran ejército, aunque pierde todas las batallas en
Termópilas. Al final huye a Susa (Capital de Persia) y muere asesinado a los 56 años.
21. El juramento de Atenas
En la conquista de Persia, dirigida por Jerjes, del resto del mundo, le tocaba la hora a Grecia; no parecÃ-a ser
tarea muy difÃ-cil, porque los griegos no luchaban, únicamente se retiraban cuando veÃ-an algún peligro,
pero todo cambió cuando el jefe del ejército pasó a ser TemÃ-stocles, que optó por crear una nueva
tropa. En la lucha entre Grecia y Persia, por tierra ganaba Persia pero en mar eran más débiles, aunque
aún asÃ- eran más fuertes que Grecia. Los griegos, como siempre, atemorizados por la batalla intentaron
dar marcha atrás cuando se metieron en el Golfo de Salamina, TemÃ-stocles, conociendo la dificultad de las
grandes flotas para manejarse en ese pequeño golfo, consigue atraer a Persia hacia allÃ- y les gana. Jerjes
asustado manda a sus hijos de vuelta a casa, y posteriormente nombra a Mardonio su sucesor y se va el
también. Mardonio llama a Alejandro, rey de Macedonia para que vaya a Atenas a negociar el fin de la
guerra, pero Atenas no está dispuesta y jura venganza a Jerjes.
22. El tiempo desaparece
En sus tardes en la terraza Sea View, en la multicultural ciudad Dar es Salam, Kapuscinski lee a Heródoto.
Heródoto habla de la dificultad de sus tiempos de tener la concepción que existe más mundo más allá
de nosotros y nuestros vecinos, otras culturas y otras costumbres. Heródoto seguramente escribió este libro
al final de su vida consciente de que si no, todas las historias que habÃ-a vivido, se perderÃ-an en la
memoria. Kapuscinski comienza a darse cuenta de que casi vive más en la historia de su libro que en la
realidad, ya que le interesan más los temas que en este se narran.
23. El desierto y el mar
Kapuscinski deja el relato de Heródoto para contarnos una de sus historias. El embajador de Argelia, Judi lo
llama un dÃ-a a que vaya a hablar con él, y lo anima a que haga un viaje a Argel. Kapuscinski en un
principio no entiende por qué ha de hacer tal cosa pero llevado por la intriga va. Al llegar le cuentan que ha
habido un golpe de estado por parte de un grupo en el que Judi participaba, y que en el poder ya no están los
que estaban. En un principio Kapuscinski no entiende por qué ha de estar allÃ-, pero luego, aprende a
aprovechar la increÃ-ble ciudad en la que se encuentra y a dejar de buscar cosas impresionantes y sangrientos
para encontrar pequeños detalles importantes.
24. El ancla
Volvemos a la batalla grecopersa. El comandante Mardonio envÃ-a esta vez a MurÃ-quidas a hablar con los
griegos, aunque estos siguen con la misma opinión, solo uno, LÃ-cides, habla de la conveniencia de firmar la
paz, y muere lapidado, al igual que su mujer y sus hijos. Por lo que continúa la guerra, en la batalla de Platea
muere un segundo comandante del ejército persa, Masistio, esto destroza las esperanzas de los persas. En la
batalla final muere Mardonio, y al perder a su comandante, todo el ejército se retira.
25. Lo negro es bello
Kapuscinski hace un viaje desde Dakar a la isla de Gorée en barco, cuando llega una pareja le acoge en una
casa pensión. La pareja que le acoge es de otra raza y Kapuscinski reflexiona sobre los orÃ-genes de esta y
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el cambio que hay entre tratar con una raza o con otra, simplemente por la diferencia del color.
Más adelante va a las fiestas de Dakar, donde las calles cobijan numerosos espectáculos teatrales. Termina
con una reflexión sobre la idea de que Heródoto tuviera esclavos, y cual era su comportamiento hacia ellos.
26. Escenas de locura y sensatez
Kapuscinski cuenta como en Gorée tiene dificultades para leer a Heródoto de noche ya que, al encender
las luces, vienen miles de insectos que le pican peligrosamente. Por otro lado nos cuenta como en la historia
de la guerra grecolatina cambia totalmente el rumbo que llevaba, de ser una historia meramente bélica,
pasamos al tema del amor y la venganza, e incluso una reflexión final.
Finalmente, Kapuscinski recibe una llamada de Varsovia, debe regresar a casa.
27. El descubrimiento de Heródoto
Antes de marcharse de la isla de Gorée, Heródoto invita a un amigo suyo, Jarda, a las fiestas de Dakar. Un
dÃ-a su amigo ve un libro de Heródoto y comienzan a hablar de él, Jarda también estaba enganchado a
su lectura y ambos empezaron a debatir sus dudas. A ambos les parecÃ-a muy interesante toda la sabidurÃ-a
y experiencia que mostraba Heródoto ya que en su época habÃ-a muchas dificultades para viajar y él lo
habÃ-a hecho, no cabÃ-a duda, porque no se podrÃ-a haber enterado de esas cosas de otro modo.
28. Rodeados de luz en medio de la oscuridad
Kapuscinski finalmente nos resume lo que ha sido su vida bajo la influencia de Heródoto. Habla de la
obsesión que conllevó ese libro, de la conexión mental que sentÃ-a con Heródoto. Su miedo a caer en el
provincialismo, una obsesión con una época determinada (en este caso en la que vivió Heródoto), ya
que hubo momentos en las que el pasado le interesaba más que el presente. Como esos libros le impulsaron a
viajar por dos motivos, por su trabajo de corresponsal, y por el viaje al pasado de la mano del escritor.
Finalmente Kapuscinski va a Halicarnaso, ciudad natal de Heródoto, es el último viaje que se nos relata.
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