REVISTA ELECTRÓNICA DE PSIQUIATRÍA Vol. 1, No. 2, Junio 1997 ISSN 1137-3148 Alteraciones del sueño: evolución en una zona básica de salud de Oviedo. J. A. Pedregal, J. Bobes, Ma. Paz González, M. Bousoño, J. Díaz, P. Saiz Área de Psiquiatría. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo. Correspondencia: Área de Psiquiatría. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo. C/. Julián Clavería, 6 Tel. +34 (9)8 510 35 53 - Fax +34 (9)8 510 35 52 ARTÍCULO ORIGINAL [Resumen] [Abstract] Introducción Material y método Objetivos Resultados Discusión Conclusiones Agradecimiento Queremos expresar nuestro agradecimiento a las personas, que desinteresadamente han participado en la realización del estudio, pertenecientes al Centro de Salud de Otero (Oviedo). Introducción El sueño es un fenómeno periódico, elemental e indispensable para todo animal y, por ende, para el ser humano. Un hecho fisiológico, y como tal tiene su patología como no podría ser de otra manera. La más frecuente es la imposibilidad de dormir, el insomnio, que puede ser producido por un trastorno intrínseco o por la dificultad de conciliar el sueño por alguna enfermedad física o psíquica (1). A finales de los sesenta surge una nueva aproximación al estudio del sueño: Los estudios epidemiológicos. Bobes (2) pone de manifiesto la importancia de este tipo de estudios ya que permiten un acercamiento al conocimiento de la prevalencia de los trastornos del sueño en la comunidad. Presentan con respecto a los métodos de laboratorio (registro polisomnográfico) una serie de ventajas. Una de ellas es la oportunidad de seleccionar una muestra representativa de la población, evitando así el sesgo en la selección asociado con el número mucho más pequeño de individuos que pueden ser atraídos al laboratorio. Estos estudios comunitarios son un modo eficiente de obtener un amplio espectro de información de la población de individuos que sufren trastornos del sueño. Por sí solos, este tipo de estudios únicamente proveen información subjetiva concerniente a la distribución y severidad de los trastornos del sueño en la comunidad. Desde los setenta la literatura acerca de este tipo de estudios ha experimentado un gran incremento. Todos los estudios coinciden en señalar el incremento de los trastornos del sueño con la edad y, que este incremento se acompaña de un aumento en el uso de hipnóticos. También coinciden en poner de manifiesto la mayor prevalencia de este tipo de trastornos entre las mujeres (3). Material y método El trabajo desarrollado fue el resultado de estudiar a 235 personas que fueron las que cumplimentaron dos entrevistas realizadas en dos evaluaciones en el tiempo de una muestra total de 404 personas. Criterios de inclusión: z z z Ser de 45 ó más años de edad. Pertenecer a la Zona Básica de Salud de Otero del Área sanitaria de Oviedo (IV). Figurar entre los 404 sujetos obtenidos mediante un muestreo aleatorio simple. Cronograma: 1ª Evaluación del estudio Fase de campo, realizada: Enero/Junio de 1990. Se utilizaron las versiones españolas de los siguientes instrumentos: z z z z Cuestionario de Salud General (Goldberg y Blackwell, 1970) (4). Mini Examen Cognoscitivo (Folstein, 1975) (5). Protocolo "ad hoc" concerniente a pautas de sueño y consumo de hipnóticos. Índice de bienestar psicológico general (Dupuy, 1978) (6) Procesamiento de los datos: Junio/Septiembre de 1990. Análisis de resultados y elaboración de conclusiones: Octubre/Diciembre de 1990. 2ª Evaluación del estudio o seguimiento Fase de campo, realizada: Junio 1993/Enero 1994. Se utilizaron los siguientes instrumentos: z z z z Cuestionario de Salud General (Goldberg y Blackwell, 1970) (4) Mini Examen Cognoscitivo (Folstein, 1975) (5) Protocolo "ad hoc" concerniente a pautas de sueño y consumo de hipnóticos. Protocolo de calidad de vida de Ruiz y Baca (1991) (7). Creación de una base de datos: Febrero/Mayo de 1994. Procesamiento de los datos: Septiembre de 1994/Enero de 1995. Análisis de resultados y elaboración de conclusiones: Febrero/Octubre de 1995. En cuanto al Método decir que el presente trabajo de investigación se trata de un estudio epidemiológico transversal con dos evaluaciones en el tiempo. Objetivos Determinar el perfil y evolución de los trastornos del ritmo sueño/vigilia, en personas mayores de 44 años, a través de la evaluación de: variables sociodemográficas, problemas de sueño subjetivamente referidos, patrón de sueño diurno, patrón de sueño nocturno, historia farmacológica del insomnio. Resultados 1. Variables sociodemográficas: Mostramos éstas variables en forma de gráficos por parecernos más ilustrativo. { Variable Edad, Gráfico 1. { Variable Sexo, Gráfico 2. { Variable Estado civil, Gráfico 3. { Variable Grado de soporte familiar o Modo de convivencia, Gráfico 4. { Variable Estudios, Gráfico 5. { Variable Profesión, Gráfico 6. 2. Estudio descriptivo de las variables estudiadas: 1. Problemas de sueño subjetivamente referidos (Quejas de sueño) (TABLA 1): Vemos como éstas quejas incrementan su prevalencia con el tiempo, así como se observa que dentro de los sujetos que presentan queja de sueño hay un desplazamiento hacia el consumo de medicación con fines hipnóticos. 2. Patrón de sueño nocturno: 1. Latencia de sueño (TABLA 2): En cuanto al tiempo de inicio del sueño una vez que el sujeto se pone a dormir no vemos diferencia importante desde el punto de vista descriptivo con el paso del tiempo. 2. Número de horas de sueño nocturno: En el año 1990, dormían 6 horas o menos el 40,2% (92 sujetos), la media por este año de horas dormidas fue de 6,677 ± 1,405, con un rango de 2 a 11 horas. Por el año 1993, dormían 6 horas o menos el 46,7% (106 sujetos), la media de horas dormidas era de 6,612 ± 1,607, con un rango de 2 a 11 horas. 3. Fragmentación del sueño (TABLA 3): En relación a la existencia de despertares nocturnos vemos en esta TABLA 3 cómo éstos aumentan su prevalencia en el año 1993. 4. Número de horas que permanecen en cama: La media de horas de permanecer en cama en el año 1990 era de 9,214 ± 1,576 con un rango de 4 a 14 horas; en el año 1993 la media era de 9,361 ± 1,662 y un rango de 4 a 14 horas. 5. Eficiencia del sueño: Vendría definida por el cociente entre número de horas dormidas y el número de horas permanecidas en cama y multiplicado por 100. La eficiencia del sueño en el año 1990 fue del 72% y en el año 1993 3. 4. 5. 6. del 70%. 6. Prevalencia del insomnio, según los criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10, OMS, 1992) (8): para su estudio se ha decidido excluir las condiciones de "preocupación por la falta de sueño" y "marcado malestar o interferencia con las actividades sociales y laborales", debido a la especial situación (ausencia de compromisos laborales, marcada inactividad con la consiguiente disponibilidad de tiempo libre, ....) del grupo de 65 años y más edad que compone nuestra muestra y que es mayoritario en la composición de la misma. En función de los dos primerios criterios de la CIE-10, "quejas de trastorno de sueño" y " presentación por lo menos tres veces por semana durante por los menos un mes", se ha obtenido una prevalencia del insomnio del 25,7% (52 sujetos) en el año 1990 y del 32,6% (74 sujetos) en el año 1993. Patrón de sueño diurno (TABLA 4): En el transcurso de 3 años vimos que la prevalencia de sueño diurno aumenta, pero más sujetos duermen menos cantidad de tiempo y en otro período distinto al postprandial. Alteraciones durante el sueño (TABLA 5): Esta Tabla muestra como aumenta la prevalencia de estas alteraciones con el tiempo, así como el número que se presentan de éstas, pero no a expensas del ronquido. Soporte psicofarmacológico para el sueño (TABLA 6): Aquí vemos como aumenta la prevalencia del consumo de psicofármacos con fines hipnóticos en el devenir del tiempo, sobre todo a expensas de los tranquilizantes. Analizamos ahora la consistencia en el tiempo de las siguientes variables: Para ello homogeneizamos las dos muestras (de ambos años) a un tamaño de 226 sujetos, seleccionando los sujetos que puntúan por encima de 17 en el Minimental en el año 1990 y seleccionando posteriormente los que puntúan por encima de 17 en el Minimental en el año 1993. Año 1990 Año 1993 Insomnio criterios OMS Insomnio criterios OMS 25,5% (51 sujetos) 32,3% (73 sujetos) (Se mantienen el 92,2%) Quejas de sueño 35,4% (80 sujetos) Quejas de sueño 38,8% (81 sujetos) (Se mantienen el 76,3%) Gráfico 1 Grafico 2 Gráfico 3 Gráfico 4 Gráfico 5 Gráfico 6 TABLA 1 - Problemas de sueño subjetivamente referidos AÑO 1990 AÑO 1993 Sí 35,8% (82 su.) 36,1% (82 su.) Sí, molestias 20,1% (46 su.) 17,2% (39 su.) Sí, medicación hipnótica 15,7% (36 su.) 18,9% (43 su.) TABLA 2 - Latencia de sueño 10 minutos o menos AÑO 1990 AÑO 1993 22,3% (51) 23,3% (53) 30 minutos o menos 68,6% (157) 68,7% (156) 60 minutos o menos 83,8% (192) 81,1% (184) Más de 1 h. Resto Resto TABLA 3 - Fragmentación sueño AÑO 1990 AÑO 1993 Despertar nocturno 75,1% (72) 82,4% (187) 1 vez 34,9% (60) 39% (73) 2 veces 34,9% (60) 31,6% (59) 3 veces 19,2% (33) 21,4% (40) TABLA 4 - Patrón de sueño diurno AÑO 1990 AÑO 1993 Duermen durante el día 35% (80) 55,1% (25) Duermen < 30 minutos 48,2% (40) 61,6% (77) Duermen 30-59 minutos 30,1% (25) 20% (25) Duermen 60 minutos o más 21,7% (18) 18,4% (23) Somnolencia postprandial 96,2% (77) 92% (115) Somnol. 3 días o > / semana 91,3% (73) 78,4% (98) TABLA 5 - Alteraciones durante el sueño AÑO 1990 AÑO 1993 Alteraciones 38% (87) 59,9% (136) Dos alteraciones 4,3% (10) 9,2% (21) Ronquidos 94,2% (82) 93,3% (127) Somniloquio 14,9% (13) 15,4% (21) Bruxismo 1,1% (1) 0,78% (1) Parálisis sueño 1,1% (1) Pesadillas 5,1% (7) Sonambulismo 0,7% (1) TABLA 6 - Soporte psicofarmacológico para el sueño AÑO 1990 AÑO 1993 Consumo fines hipnóticos 15,7% (36) 18,9% (43) Tranquilizantes 55,5% (20) 65,1% (28) Hipnótico / Sedantes 33,3% (12) 27,9% (12) Antidepresivos 8,3% (3) 2,3% (1) Neurolépticos 2,7% (1) 4,6% (2) Consumo 7 días/semana 77,7 % (28) 72,1% (31) Dosis 1 comprimido/día 97,2% 76,7% Efectos secundarios 2,7% 4,6% Discusión 1. Problemas o Quejas de sueño En nuestro estudio en el año 1990 referían problemas de sueño el 35,8% de las personas estudiadas, por el año 1993 esta cifra era de 36,1%. La variable problemas de sueño subjetivamente referidos o quejas de sueño se correlacionaba con las variables Edad, Sexo y Profesión. De manera que en el año 1990 los mayores de 64 años presentan más quejas de sueño que los más jóvenes; más mujeres presentan problemas de sueño y en el año 1990 se observó que los sujetos con profesión sus labores padecen más problemas de sueño que el resto de profesiones. Cifras parecidas a la nuestra en cuanto a problemas o quejas de sueño la encuentran Karacan et al. (9) en adultos de un Condado de Florida y Morgan (10) en una muestra de ancianos Ingleses. Resultado más alto que el nuestro es reportado por Bixler et al. (11) en adultos del área metropolitana de los Angeles, pero se debe tener en cuenta que estos autores tienen en cuenta quejas actuales o previas; Rodríguez y Mateos (12) en población gallega mayor de 16 años; Bobes y Bousoño (13) en población mayor de 64 años perteneciente a una Zona básica de Salud de Oviedo, probablemente por ser población más envejecida que la nuestra; González García-Portilla (14) en población mayor de 64 años de la ciudad de Oviedo, posiblemente por el mismo motivo que el anterior; Blanquer et al. (15) en población de un centro de Salud de Alcoy, cifra más alta por tratarse de población atendida en las consultas a demanda. Resultado más bajo es informado por Zeitlhofer et al. (16) en una muestra representativa Austríaca. La mayor prevalencia de estas quejas con el incremento de la edad y en las mujeres es hallada por los siguientes autores: Hammond (17) en EE.UU.; Karacan et al. (9) en adultos de un condado de Florida; Partinen (18) en Finlandeses mayores de 18 años; Morgan (10) en ancianos Ingleses; Rodríguez y Mateos (12) en población gallega mayor de 16 años; Buysse (19) en un estudio comparativo entre sujetos sanos mayores de 80 años y sujetos jóvenes, no halla diferencias en cuanto al sexo; Hyyppä (20) en Finlandeses de 30 a 80 años de edad; Bobes y Bousoño (21) en un estudio comparativo entre sujetos de una Zona básica de Salud de Oviedo de 45-64 años y mayores de 64 años; González García-Portilla (14) en población mayor de 64 años de la ciudad de Oviedo; Skoog et al. (22) en población urbana Sueca anciana; Zeitlhofer et al. (16) hallan un mayor incremento con la edad en una muestra representativa Austríaca. 2. Insomnio La tasa de prevalencia para el insomnio en nuestro estudio según los criterios OMS para el año 1990 fue del 25,7% y en el año 1993 del 32,6%. Hemos encontrado correlación estadística entre esta variable y las variables Edad y Sexo, de modo que hay, hay más insomnes en las edades de 65 años y más que en los más jóvenes, y las mujeres presentan una prevalencia mayor de insonmio que los varones. Una prevalencia parecida a la nuestra la hallan los siguientes autores: Kales (23) en una muestra representativa de la ciudad de Los Angeles; Bixler et al. (24) en un examen nacional (U.S.A.) de los médicos en donde los psiquiatras informan de la prevalencia más alta, que coincide con la nuestra; Bixler et al. (11) en el área metropolitana de Los Angeles hallan una queja actual similar; Mellinger et al. (25) en población no institucionalizada de Estados Unidos; Soldatos y Lugaresi (26) en población adulta de U.S.A.; Seva et al. (27) en el estudio de Salud mental en la Comunidad de Aragón; Balter (28) en un estudio sobre insomnio en U.S.A. y siete países Europeos halla una tasa de prevalencia para España similar a la nuestra; el grupo de estudios sociológicos Bernard Krief (29) en el estudio de ámbito nacional conocido como Insomnio 2000 entre los españoles mayores de 15 años; Weyerer y Dilling (30) en sujetos mayores de 15 años de la alta Bavaria; DeAlberto (31); González García-Portilla (14) en población mayor de 64 años de la ciudad de Oviedo, halla una prevalencia según criterios OMS similares; Haponik (32) en una encuesta sobre 45 geriatras en EEUU; Klink et al. (33) en población general adulta; Foley et al. (34) en americanos de 65 años y más edad. Cifras más altas las informan: Quera-Salva (35) en población Francesa mayor de 15 años; Zhang (36) en población China; Blanquer et al. (15) en población de un centro de Salud de Alcoy, quizá por ser población demandante de atención sanitaria. Una prevalencia más baja es hallada por: Ford y Kamerow (37) en personas mayores de 18 años Americanas; Bobes y Bousoño (13) en sujetos mayores de 64 años pertenecientes a una Zona básica de Salud de Oviedo, lo explicamos porque usaron un criterio de insomnio más estricto; Vela (38) en población adulta de la Comunidad de Madrid; Bobes y Bousoño (21) en un estudio comparativo sobre los trastornos del ritmo sueño/vigilia en las edades preseniles y seniles, por usar un criterio de insomnio más estricto; González García-Portilla (14) en población mayor de 64 años de la ciudad de Oviedo, utilizando el criterio Hartmann de insomnio que es más estricto; Ohayon y Caulet (39) en dos muestras tomadas en Francia y Quebec; Ohayon et al. (40) en población general Francesa mayor de 14 años. Hallan una mayor prevalencia de insomnio con el incremento de la edad y en las mujeres, los siguientes: Kales (23); Bixler et al. (11); Lugaresi et al. (41); Mellinger et al. (25); Ford y Kamerow (37); Balter (28), con la edad; Bernard Krief (29); Bobes y Bousoño (21), con la edad; DeAlberto (31); González García-Portilla (14); Klink et al. (33); Blanquer et al. (15); Barcia y Morcillo (42). 3. Consumo de psicofármacos En nuestro estudio en el año 1990 utilizaban psicofármacos con fines hipnóticos el 15,7% de los sujetos estudiados. En relación al tipo de fármaco: el 55,5% tomaban tranquilizantes, el 33,3% tomaban hipnótico/sedantes, el 8,3% tomaban antidepresivos y el 2,7% tomaban neurolépticos. En el año 1993 tomaban psicofármacos con fines hipnóticos el 18,9% de los sujetos estudiados. En relación al tipo de fármaco: el 65,1% tomaban tranquilizantes, el 27,9% tomaban hipnótico/sedantes, el 4,6% tomaban neurolépticos y el 2,3% tomaban antidepresivos. Se ha hallado correlación estadística entre ésta variable y las variables Sexo y Estado civil, de manera que, las mujeres son más consumidoras de psicotropos y en el año 1990 hallamos que los casados consumen menos psicotropos y los viudos consumen más. Estudios con una prevalencia similar serían los realizados por: Morgan (10) en una muestra de ancianos Ingleses; Cañellas (43) en sujetos que acuden a la consulta médica general en un Centro de Salud de Palma de Mallorca; Hohagen et al. (44) en pacientes atendidos en la consulta general mayores de 65 años; Blennow et al. (45) en población adulta de Estocolmo. Una prevalencia más alta de consumo es hallada por: Cohen (46) en ancianos institucionalizados del área de Nueva York, quizá por el hecho de ser institucionalizados; Bobes y Bousoño (13) en población mayor de 64 años pertenecientes a una Zona básica de salud de Oviedo, quizá por ser población más envejecida que la del presente estudio; González García-Portilla (14) en población mayor de 64 años de la ciudad de Oviedo, por el mismo motivo que el anterior; Nygaard y Rotevatn (47) en personas ancianas residentes en un geriátrico; Seppälä et al. (48) en sujetos ancianos residentes en un geriátrico; Plelissolo et al. (49) en población general Francesa. Cifras más bajas son informadas por: Karacan et al. (9) en personas adultas de un Condado de Florida; Partinen (18) en Finlandeses mayores de 18 años, población más joven que la nuestra; Mellinger et al. (25) en población de 18 a 79 años no institucionalizada de Estados Unidos; Vázquez-Barquero et al. (50) en comunidad rural de Cantabria; Balter et al. (28) para España; Quera-Salva (35) en sujetos mayores de 15 años; Zhang (36) en población China; Ohayon y Caulet (39) en dos estudios epidemiológicos, encuentran una prevalencia más baja en Quebec que en Francia Hay autores que también encuentran una mayor prevalencia de consumo de los Tranquilizantes sobre los Fármacos hipnóticos más específicos: Bernard Krief (29) en el Estudio Insomnio 2000 de ámbito nacional; Bobes y Bousoño (13). Una mayor prevalencia de consumo entre la mujeres es hallada por: Karacan et al. (9); Partinen (18); Mellinger et al. (25); Morgan (10); Vázquez-Barquero et al. (50); Balter et al. (28); Bobes y Bousoño (13); Cañellas (43); Bobes y Bousoño (21); González García-Portilla (14); Skoog et al. (22); Blennow et al. (45); Ohayon y Caulet (39). En relación al estado civil: Karacan et al. (9) halla que los solteros tenían el índice más bajo de consumo, mientras que los divorciados, separados y viudos lo tenían casi 3 veces más alto. Conclusiones 1. Los trastornos del sueño son fenómenos crónicos más prevalentes en las poblaciónes involutivas, que requieren sin duda una mayor atención y nivel asistencial. 2. Las mujeres presentan mayor riesgo de padecer este tipo de trastornos. 3. Las tasas de consumos de hipnóticos permanecen estables y son similares a las reseñadas para el área europea (afectan al 16-19% de la población general). 4. Existe una alta resignación de los enfermos afectos de éste problema y limitada utilización de los recursos disponibles, por lo que dado su alta influencia y peso en la calidad de vida de los pacientes se sugiere incorporar ésta parcela del quehacer clínico a los recursos de formación continuada de la Asistencia Primaria. Referencias 1. El sueño [Editorial]. Jano 1994 Junio;46(1085):11. 2. Bobes J, G G-Portilla MP, Pedregal JA, Bousoño M. 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