29 de julio Miércoles SANTA MARTA Aparece tres veces en el Evangelio: en Betania, cuando, junto con su hermana María, recibe al Señor en su casa; en la resurrección de su hermano Lázaro, cuando ella profesa su fe en Jesús, y en el banquete ofrecido a Jesús seis días antes de la Pascua. En todas estas ocasiones el relato evangélico recalca su papel de ama de casa, servidora de los demás. PRIMERA LECTURA Del libro del Éxodo: 34,29-35 Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en las manos, no sabía que tenía el rostro resplandeciente por haber hablado con el Señor. Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y al ver que su rostro resplandecía, tuvieron miedo de acercársele. Pero Moisés los llamó, y entonces Aarón y todos los jefes del pueblo se acercaron y Moisés habló con ellos. A continuación se le acercaron también todos los israelitas y él les comunicó todo lo que el Señor le había ordenado en el monte Sinaí. Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con un velo. Siempre que Moisés se presentaba ante el Señor para hablar con él, se quitaba el velo de su rostro, y al salir, comunicaba a los israelitas lo que el Señor le había ordenado. Ellos veían entonces que el rostro de Moisés resplandecía, y Moisés cubría de nuevo su rostro, hasta que entraba a hablar otra vez con el Señor. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL Del salmo 98 R/. Santo es el Señor, nuestro Dios. Alaben al Señor, nuestro Dios, y póstrense a sus pies, pues el Señor es santo. R/. Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre aquellos que lo honraban, clamaron al Señor y él los oyó. R/. Desde la columna de nubes les hablaba y ellos oyeron sus preceptos y la ley que les dio. R/. Alaben al Señor, a nuestro Dios, póstrense ante su monte santo, pues santo es nuestro Dios. R/. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12 R/. Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/. EVANGELIO + Del santo Evangelio según san Juan: 11, 19-27 En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para consolarlas por la muerte de su hermano Lázaro. Apenas oyó Marta que Jesús llegaba, salió a su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aun ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas". Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Ya sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?". Ella le contestó: "Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo". Palabra del Señor.