14 | SOCIEDAD TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 27 de febrero de 2016 La nueva normalidad En las últimas semanas, los libros No te ama, Gay gigante y No ficción han estado entre los más vendidos en Chile. Se trata de tres obras cuyos protagonistas son homosexuales, un éxito que habría sido impensado 20 años atrás, pero que muestra que Chile cambia y sus lectores también. RR Alberto Fuguet. POR: Mariano Tacchi H ace algunas semanas, la escritora Camila Gutiérrez subió a su cuenta de Instagram (@joven_y_alocada) una foto de la lista de los libros más vendidos. En la imagen, su segunda novela, No te ama, aparecía en el segundo lugar, justo después de Isabel Allende. Mientras que Gay gigante, de Gabriel Ebensperger, se instalaba en el quinto puesto del conteo. Y ellos, junto a No ficción, de Alberto Fuguet, siguen entre los libros más solicitados en sitios online como Buscalibre.cl. El común denominador de las tres novelas es la sexualidad de sus personajes, algo que hubiese sido un tema en sí mismo años atrás: No te ama habla de la vida amorosa de una joven bisexual, mientras que Gay gigante aborda el tema de la identidad sexual de un adolescente. Por otra parte, No ficción relata la discusión de dos hombres sobre la naturaleza de su relación. Estas tres obras tal vez sean las más conocidas en este momento, pero no son las únicas que abordan el tema: Yo, gay, de Jaime Parada; Los amantes caníbales de Pablo Illanes; La misma nota, forever de Iván Monalisa Ojeda; Chile gay de Juan Pablo De La Hoz; Cuarto oscuro, de Jorge Marchant y Lo que una ama, de Salvador Young, son algunas otras. Para entender el porqué de este cambio, hay que remontarse algunos años. En octubre de 2014 hubo un título que levantó polvareda: Nicolás tiene dos papás, un cuento infantil donde se relata con toda naturalidad la historia de un niño que en vez de papá y mamá, está al cuidado de dos hombres. El cuento fue propuesto por el Movilh y contaba con el apoyo de la Junji, pero algunos grupos conservadores pidieron evitar su distribución. El asunto llegó a la corte, que falló a favor del libro en dos ocasiones. Aún más atrás: en agosto de 2013, Camila Gutiérrez presenta su libro Joven y alocada, sobre la exploración sexual de una adolescente evangélica que, un año antes, tuvo una versión fílmica que intentó ser censurada. En 2004, Pablo Simonetti se vuelve éxito de ventas con Madre que estás en los cielos, algo que se repetiría con sus novelas posteriores. Sin embargo, su primer golpe fue ganar el concurso de cuentos Paula en 1996 con Santa Lucía, donde el tema de la homosexualidad está presente. Mucho antes, en el año 2001, Pedro Lemebel saca Tengo miedo torero, un libro que estuvo casi un año entre los más vendidos del país. Pero si vamos más atrás, el panorama es menos alegre. Hay un evento en particular, en 1981, cuando el escritor Mauricio Wacquez es invitado a la Feria del Libro de Santiago para presentar su novela Frente a un hombre armado: “Wacquez vino a presentar un libro que no se iba a vender. La editorial pensó que el tema podía ser problemático al ser explícitamente gay y de un autor abiertamente gay. Más aún, en una reseña del Artes y Letras de El Mercurio, publicada por Jorge Edwards, se comenta el libro pero nunca se menciona que aborda la homosexualidad”, aclara el escritor Óscar Contardo, autor de los libros Siútico y Raro, el cual aborda la historia de la homosexualidad en Chile. Por años –y por diferentes autores– la figura del homosexual en la literatura, si es que había sido presentada, aparecía como una imagen lejana a los conflictos cotidianos, más bien destinada a la tragedia (como, por ejemplo, en la novela Casa de campo, de José Donoso). No había una novela con un personaje que se identificara como gay. “El primer paso lo dio Lemebel, transformó la escena primero por su personaje, después por su literatura y finalmente por vincular sexualidad y política. La gente insiste en la marginalidad de Lemebel, pero creo que ese fue un primer paso que ha permitido que gente escriba, que la industria editorial reciba estos textos de autores nacionales”, agrega Contardo. Por eso no es casualidad que recientemente las primeras obras de Lemebel comiencen a ser reeditadas y a ganar espacio en las librerías, lo que sólo se intensificó tras su muerte hace un año. Los nuevos lectores “La literatura gay es una tendencia mundial. Basta con ver la explosión de Para acabar con Eddy Bellegueule, de Édouard Louis, o la novela La tentación de Trump, de Elijah Daniel, que se tomó el ranking de Amazon en días y donde el candidato a la presidencia de Estados Unidos tiene un romance con un empleado de hotel”, señala Alejandro Jofré, dueño del sitio Paniko.cl, enfocado a la literatura contemporánea. Algo que también se está viendo en las librerías locales: “Con Raro pasaba que mucha gente lo compraba y le daba explicaciones a los libreros. Lo principal es que a mucha gente se le quitó el susto de comprar esos libros. Ese acto tan trivial como tomarlo y llevarlo a la caja sin decir nada”, dice Contardo. GAY GIGANTE 284 páginas. Precio aprox.: $ 14.800. NO TE AMA 150 páginas. Precio aprox.: $ 8.500. NO FICCIÓN 176 páginas. Precio aprox.: $ 10.400. Han pasado cuatro años desde que Raro apareció en librerías y parece que lo homosexual ya no es extraño. Tal como dice Catalina Infante, editora de Catalonia, hoy existe “un libro rosado que grita la palabra gay en su portada” y que está “prácticamente en todas las librerías del país”. Se trata de Gay gigante, novela gráfica que recopiló las viñetas que el diseñador Gabriel Ebensperger subía a internet. Uno de los libros que más dio que hablar a fines del año pasado fue No ficción, la última novela de Alberto Fuguet. “Ver las reacciones, las lecturas, las críticas en su mayoría positivas, pero incluso las adversas, fue muy gratificante porque desde su título es una novela que pone en cuestión, que desafía etiquetas”, dice Vicente Undurraga, de Penguin Random House y editor de la novela. Para los lectores, la interpretación va muy ligado al autor: “Fuguet es toda una institución y su libro se leyó como una salida de clóset y hubo todo un juego y una intención desde el título”, comenta Jofré. Tras la aparición de la novela de Fuguet, no hubo un comidillo de pasillo o invitaciones a estelares en la televisión para hablar sobre su sexualidad. El tema de la novela no fue el tema, la historia de la novela sí lo fue, o así lo interpretó el mismo Fuguet: “No hay titulares de escándalo. No está sucediendo lo que pasó tantas veces: censura, conmoción, miedo a comprarlo por el qué dirán, etc. Lo que pasó ahora es lo que se llama el tipping point (punto de inflexión), creo. Todo eso es cosecha de lo que se ha sembrado. Esto es parte de lo que han pavimentado, por ejemplo, Pablo Simonetti y Óscar Contardo y, por cierto, Lemebel”. Fuguet da con un punto clave. Gracias a múltiples voces, lo que se percibe es que se ha llegado a un punto donde no existen libros para un público específico, sino para lectores. La verdadera clave parece estar en el nuevo lector, que no tiene miedo a entrar en todo tipo de lecturas. Catalina Infante así lo cree: “El lector chileno ha cambiado. También creo que hay nuevos lectores, gente que quizás nunca se hubiera interesado en la literatura ahora está comprando libros, y eso es porque se están publicando libros más variados, en formatos y temáticas”.