ID 10.889-2013 DERECHO DEL TRABAJO - CORTE SUPREMA Cobro diferencias de sueldo base y gratificaciones Jornadas de trabajo inferiores a 45 pero superiores a 30 horas semanales constituyen jornada ordinaria de trabajo HECHOS Demandado interpone recurso de unificación de jurisprudencia contra la sentencia de la Corte de Apelaciones, que rechazó recurso de nulidad impetrado contra la sentencia que acogió demanda por cobro de diferencias de sueldo base y de gratificaciones. La Corte Suprema rechaza el recurso de unificación de jurisprudencia deducido ANTECEDENTES DEL FALLO Recurso: Recurso unificación de jurisprudencia (rechazado) Rol, fecha, corte: 10.889-2013, ocho de abril de dos mil catorce, Corte Suprema Partes: Segevalpo Ltda. con Vega Román Hilda del Carmen y otros Ministros: Guillermo Silva G., Ricardo Blanco H., señora Gloria Ana Chevesich R., señor Carlos Aránguiz Z., y el Abogado Integrante señor Arturo Prado P. Voces: Derecho del trabajo – contrato de trabajo – contrato de trabajo a tiempo parcial – derechos del trabajador – jornada de trabajo – jornada parcial – remuneracion – recurso unificacion de jurisprudencia – protección de la remuneracion Doctrina, bibliografía: DOCTRINA Se debe deducir que una jornada de 40 horas semanales, para todos los efectos legales, tiene la naturaleza de jornada ordinaria, y la única parcial es aquella cuyo máximo es de 30 horas semanales, respecto de la cual el legislador autorizó, según se señaló, a pagar un sueldo proporcional. Refuerza lo anterior lo que esta Corte ha señalado en sentencias anteriores, en cuanto a que el tiempo laborado en exceso sobre la jornada parcial acordada debe considerarse jornada extraordinaria, la que debe pagarse de acuerdo a lo establecido en el inciso segundo del artículo 40 bis A o conforme lo dispuesto en el artículo 32, inciso 3º, ambos del Código del Trabajo. Lo anterior, descarta la existencia de jornadas parciales superiores a 30 horas semanales, pues, como se señaló, el exceso se entiende como horas extraordinarias. En ese contexto, sólo cabe concluir que las jornadas de trabajo inferiores a 45, pero superiores a 30 horas semanales constituyen jornada ordinaria de trabajo, toda vez que las partes han podido libremente pactarla con una duración menor al máximo legal, sin que pueda quedar encasillada dentro de lo que la ley califica como jornada a tiempo parcial, por exceder de los parámetros legales; razón por la que el pago proporcional en relación a las horas trabajadas cuando se está en presencia de una jornada ordinaria de trabajo, infringe lo dispuesto en los artículos 22, 40 bis, 42 letra a) y 44 del Código del Trabajo, pues lo que procede es el pago del ingreso mínimo mensual en su totalidad (Considerandos 6° y 7° sentencia de la Corte Suprema) NORMA RELEVANTE CITADA art. 22, 40 bis, 42 letra a), 44 C. Trabajo Sentencia Santiago, ocho de abril de dos mil catorce. Vistos: En autos RUC 1240036306-2, RIT O-806-2012, del Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso, doña Hilda del Carmen Vega Román, doña Jubitza Roslyn Pedraza Tapia, doña María Soledad Bruna Castro, doña María Soledad del Carmen Galdamez Alarcón, doña Cecilia del Carmen Rodríguez Cabrera, doña Julia Margarita Bravo Araya, doña Nuvia Jacqueline Henríquez Muñoz, doña Lisette Isabel Betancourt Cerda, doña Catherine Cristina Kimer Espinoza, don Alex Alberto Sariego Zamorano, don Enrique Alberto Avayu Gómez, doña Patricia Andrea Silva Peretta, don Exequiel Fernando Correa Labbé, doña Ana María Erices Oñate, doña Claudia Alicia Cornejo Bermúdez, doña Deborah Paola González González, don Francisco Javier Rosel Aguilera, doña Yolanda de las Nieves Pardo Galaz, doña Silvia Janet Ruiz Valdés, doña María Francisca Fernández Pereira, doña Maritza Roxana Fuentes Navia, doña Rosa Marlene Quezada Riquelme, doña Margarita del Carmen Zárate Pereira, doña Teresa del Carmen Puebla Salinas, doña Ximena Vitalia Aravena Zárate, don Mauricio Isaac Barrera Canto, doña Catherine Alejandra Tello González, don Gonzalo Andrés Pino Varela, don Claudio Andrés Araya Tabilo, doña Paola Elisa Vergara Sanhueza, don Jaime Andrés Plaza Quiroz, don Pablo Alejandro Madrid Cornejo, don Carlos Fabián Soto Muñoz, don Julio Alejandro Alarcón Morasso, doña Iris Beatriz Carvajal Pereira, doña Alicia Margarita Olmos Santis, don Norman Roberto Castro Castro, doña Constanza Denisse Pérez Carvallo, doña Sandra Marisol Castillo Molina, don Héctor Javier Aravena Ramírez, don Juan Pablo Bettancourt Antipa, doña Jocelyn Andrea Araos Ríos, don Álvaro Andrés Reyes Donoso, doña Verónica del Carmen Maldonado Stuardo, doña Sandra Marisol Schmidt Riquelme, doña Evelyn Alejandra Retamal López, doña Claudia Virginia Fernández Pereira, don Jonathan Rodrigo Guerra Acevedo, don José Miguel González Martínez, doña Marisol Johanna Carabelli Gutiérrez, don John Frank Oberreuter Mayorga, don Patricio Alberto Osorio Rojas, don Harry Mike Rost Campos, doña Katiuska Joselyn Lepe Valenzuela, doña Elizabeth del Carmen Olmedo Elgueta, doña Claudia Andrea Jaime Urrutia, doña Daniela Teresita Garrido Espinoza, don Carlos Andrés Garnett Olavarría, don Heriberto Arturo Orellana Córdova, doña Marjorie del Carmen Schmidt Riquelme, doña Scarlett Andrea Lobos Cáceres, doña Karen Pamela Vidal Vega, doña Alejandra Soledad Núñez Alvarado, don Sebastián Cristóbal Contreras Caballero, don Ramón Alejandro Barboza Fernández, doña Patricia Judith Chaparro Chaparro, don Jorge Leonardo Huerta Tello, doña Melyssa Andrea del Pilar Carvajal Beltrán, doña Yordana Mónica Vilches Mena, doña Priscila del Carmen González Ardiles, don Luciano Antonio Mancilla Cárdenas, don César Daniel de Jesús Segovia Figueroa, doña Lisa Andrea Torres Acevedo, doña Elizabeth Andrea Muena Chandía, doña Lucila Andrea Cárdenas Silva, doña Nicolle Andrea de las Mercedes Durán Vega, doña Denisse Alejandra Ramírez Contreras, doña Marjorie Andrea Sepúlveda Tapia, doña Leslie Valeska Beltrán Manríquez, don Kevin Jozic Jara Mendoza, doña Sabrina Loreto Álvarez Navarro, doña Denisse del Pilar Leal Morales, doña Constanza Valentina Friedli Rivas y doña Dasne Soledad Pulgar Cabrera, dedujeron demanda de cobro de prestaciones laborales, en procedimiento de aplicación general, en contra de Segevalpo Ltda., representada por don Juan Claudio Silva Burgos, a fin que se la condene a pagar las diferencias de sueldo base y de gratificaciones que indican, por no corresponder que se les aplique la regla de proporcionalidad contemplada en el inciso 3° del artículo 44 del Código del Trabajo, dado que su jornada de trabajo es de tipo ordinaria superior a las treinta horas consagradas en el contrato a jornada parcial que, en su oportunidad, celebraron. La parte demandada solicitó el rechazo de la demanda por estimar que los pagos efectuados a los trabajadores se ajustan a la normativa vigente, pues las remuneraciones han sido satisfechas en relación a las horas laboradas. La referida demanda fue acogida por sentencia de seis de agosto de dos mil trece, con costas, la que fue impugnada por un recurso de nulidad que se basó en las causales contempladas en el artículo 477 del Código del Trabajo, esto es, por haberse incurrido en infracción de ley con influencia sustancial en la parte dispositiva del fallo, y en la letra c) del artículo 478 del mismo código, por estimar que es necesaria la alteración de la calificación jurídica de los hechos, sin modificar las conclusiones fácticas del tribunal inferior, y una sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso lo rechazó por sentencia de ocho de octubre último, escrita a fojas 77 y siguientes. En contra de dicha sentencia la parte demandada dedujo recurso de unificación de jurisprudencia, solicitando que se acoja y se la unifique en el sentido que los demandantes no tienen derecho a las diferencias de remuneraciones que reclaman, ya que corresponde su pago en forma proporcional al tiempo trabajado, de acuerdo a lo establecido en el artículo 44, inciso 3°, del Código del Trabajo, y en la sentencia de reemplazo que corresponde dictar se desestime la demanda o, en subsidio, se haga lugar a la excepción de prescripción contemplada en el artículo 510 del Código del Trabajo, con costas. Se ordenó traer los autos en relación. Considerando: Primero: Que, de acuerdo a lo que dispone el artículo 483 del Código del Trabajo, el recurso de unificación de jurisprudencia procede cuando respecto de la materia de derecho objeto del juicio existen distintas interpretaciones sostenidas en uno o más fallos firmes emanados de tribunales superiores de justicia. El escrito respectivo debe ser fundado, incluir una relación precisa y circunstanciada de las diversas interpretaciones adoptadas en las sentencias que se mencionan y concernidas al asunto de que se trata y que han sido objeto de la sentencia contra la que se recurre, y, por último, se debe acompañar copia fidedigna del o los fallos que se invocan como fundamento. Segundo: Que, en primer lugar, el recurrente hace alusión a los antecedentes de la causa, esto es, a los términos de los escritos de demanda y de contestación, como a los puntos que fueron fijados como materia de la controversia, agregando que pese a la contundencia de sus fundamentos se hizo lugar a las pretensiones de los actores y se desestimó la excepción de prescripción opuesta, transcribiendo los motivos octavo a décimo segundo de la sentencia del grado y su parte resolutiva, como también íntegramente la sentencia que desestimó el recurso de nulidad. En segundo lugar, indica que la materia de derecho objeto del juicio dice relación con la circunstancia de si es procedente pagar un sueldo base proporcional cuando se acuerdan jornadas de trabajo superiores a treinta horas e inferiores a cuarenta y cinco horas semanales, conforme a lo dispuesto en el artículo 44, inciso 3°, del Código del Trabajo y el artículo 8 del D.L. N° 670, y afirma que los demandantes no tienen derecho a las diferencias de remuneraciones que reclaman sino a que el sueldo base sea una proporción del ingreso mínimo vigente para la jornada ordinaria, todo según lo señalan dichas disposiciones. Por último, indica que la exégesis correcta es aquella que contiene la sentencia dictada el 11 de abril de 2011 por la Corte de Apelaciones de Santiago en los autos número de rol 1.124-2011, por la que se rechazó el recurso de nulidad intentado por la parte demandante, transcribiendo los motivos 6° a 8°, como también los fundamentos séptimo a octavo de la de primer grado que fue impugnada por dicha vía; Tercero: Que, de la lectura de la sentencia dictada por una sala de la Corte de Apelaciones de Santiago en los autos número de rol 1.124-2011, se advierte que está concernida a la procedencia del cobro de diferencias de sueldo base generadas entre lo pagado a cada uno de los trabajadores demandantes y lo que correspondía solucionar a título de ingreso mínimo mensual, originada porque desarrollaron una jornada laboral de entre 37,5 a 40 horas semanales, por estimar la parte demandante que no obstante no laborar la jornada completa tienen derecho a un sueldo base igual o superior al referido ingreso, establecido para dicha jornada, y no uno inferior que sea proporcional a las horas trabajadas. La parte demandada estimó que en la situación descrita sólo procede pagar la jornada parcial de trabajo, aplicando la proporcionalidad que establece el artículo 44, inciso 3°, del Código del Trabajo. Dicha controversia se resolvió en contra de los intereses de la parte demandante, pues se estimó que era correcto el pago proporcional en la medida que la remuneración es la contraprestación del servicio prestado; decisión que se fundó en la interpretación que el tribunal del grado hizo de las normas contenidas en los artículos 40 bis, 42 letra a) y 44 inciso 3°, todos del Código del Trabajo, la que la Corte compartió, porque, en síntesis, según se lee en el considerando séptimo, “…lo que hace la sentenciadora de la instancia es interpretar las normas a aplicar, dándoles el sentido y alcance que considera debe darse a los contratos en análisis, a fin de armonizar las diversas normas en juego, con la libertad de las partes para contratar, sobre todo en el caso de funciones en que tanto el empleador como el trabajador acordaron una jornada de menor duración, dada la naturaleza de las funciones a desempeñar. Sostener lo contrario, conlleva a que quienes por razones de estudio o familiares, no pueden desempeñar una jornada completa, en definitiva no serán contratados, más aún si el artículo 21 del Código del Trabajo estatuye que la jornada de trabajo es el tiempo que el trabajador presta servicios efectivos en conformidad a su contrato”. Cuarto: Que, en cambio, en la sentencia que motiva el recurso que se analiza se advierte que se decidió de manera opuesta. En efecto, en los motivos séptimo, noveno, décimo y undécimo se sostiene que “…una jornada de trabajo puede perfectamente tener el carácter de “ordinaria” pese a ser inferior a 45 horas semanales y que por otra parte no puede configurar el carácter de jornada “parcial”, una jornada superior a 30 horas semanales, se debe concluir que una jornada superior a 30 horas semanales e inferior a 45 horas a la semana, comparte perfectamente el concepto de lo que se debe entender como una jornada ordinaria de trabajo”; “…la conclusión a que se ha derivado es perfectamente consistente a la necesaria causalidad y correspondencia que debe existir entre las remuneraciones y las jornadas y así el artículo 40 bis A del Código del Trabajo permite expresamente que los contratos a tiempo parcial se pacten horas extraordinarias, de manera tal que si existen jornadas superiores a 30 horas a la semana y que sus remuneraciones se pretendan ser sometidas al régimen de jornada parcial, entonces el exceso de tiempo debería ser pagado como hora extraordinaria lo que arrojaría, seguramente, un resultado de monto superior y aún más favorable al trabajador”; “… esta interpretación que conceptualiza como jornada ordinaria de trabajo aquella superior a 30 horas semanales, aunque inferior a 45 horas semanales, ha sido afirmada por nuestra Corte Suprema en fallo sobre unificación de jurisprudencia…”; y “…se colige que la sentencia recurrida, al hacer exigible el pago íntegro del salario mínimo a casos de trabajadores contratados a jornada de 40 horas semanales, ha hecho una correcta interpretación del derecho y no ha vulnerado lo dispuesto en los artículos 40 bis y 44 del Código del Trabajo y el artículo 8 del D.L. 670…” respectivamente; Quinto: Que, en consecuencia, existen distintas interpretaciones sobre una misma materia de derecho, a saber, si procede o no el pago de un sueldo proporcional cuando el trabajador y su empleador pactan una jornada de trabajo superior a treinta horas e inferior a cuarenta y cinco horas semanales; por lo que corresponde que esta Corte determine cuál es la correcta, y, para ello, se debe tener presente que las normas que regulan el asunto son aquellas que se refieren a la jornada semanal ordinaria de trabajo como a la parcial, y la que establece el ingreso mínimo mensual para los efectos de remunerar las labores desarrolladas por un dependiente. La jornada ordinaria de trabajo puede definirse, de acuerdo a lo que prescriben los artículos 21 y 22 del Código del Trabajo, como el tiempo durante el cual el trabajador debe prestar efectivamente servicios en conformidad al contrato, y aquél durante el cual se encuentra a disposición del empleador sin realizar labor por causas que no le son imputables. Su duración no puede exceder de cuarenta y cinco horas semanales. Como puede advertirse, se establece un máximo de horas semanales pero no un mínimo, de modo que las partes pueden libremente, en virtud del principio de autonomía contractual, pactar un número de horas inferior. No obstante lo anterior, se debe tener presente que la jornada parcial tiene una reglamentación particular. El artículo 42, letra a), del citado cuerpo legal establece lo que debe entenderse por “sueldo”, y, en su inciso 1°, señala que no puede ser inferior a un ingreso mínimo mensual; mandato que reitera el artículo 44, inciso 2°, parte primera. En materia de jornada laboral, el legislador distingue entre jornada ordinaria, extraordinaria y parcial. Lo que excede de la jornada ordinaria es la extraordinaria, conocida frecuentemente como “horas extraordinarias”, y se entiende como tal la que excede del máximo legal o de la pactada contractualmente, si es menor. Las horas que exceden el máximo legal se pagan, conforme lo dispone el artículo 32, inciso 3°, del código del ramo, con un recargo del cincuenta por ciento sobre el sueldo convenido para la jornada ordinaria, y si fuere menor que el ingreso mínimo mensual, este índice constituye la base de cálculo para el respectivo recargo. Por último, la jornada parcial se encuentra regulada en los artículos 40 bis a 40 bis D del estatuto laboral, estableciendo el artículo 40 bis que “se podrán pactar contratos de trabajo con jornada parcial, considerándose afectos a la normativa del presente párrafo, aquéllos en que se ha convenido una jornada de trabajo no superior a dos tercios de la jornada ordinaria, a que se refiere el artículo 22”. Lo anterior, significa que la jornada parcial de trabajo es aquella que no puede exceder de 30 horas semanales y que debe remunerarse, según lo previene el artículo 44 inciso 2°, segunda parte, con un sueldo que no puede ser inferior al mínimo vigente proporcionalmente calculado en relación con la jornada ordinaria de trabajo. Es decir, se permite remunerar la jornada parcial –aquella que no excede de 30 horas semanales- con un sueldo proporcional al ingreso mínimo mensual que se paga por la jornada ordinaria; en otras palabras, permite pagar la proporción del ingreso mínimo mensual por las horas trabajadas, de modo que si la jornada parcial puede extenderse hasta dos tercios de la jornada ordinaria, el sueldo será de dos tercios del ingreso mínimo mensual. Como se aprecia, la ley en esta materia ha regulado los pisos mínimos remuneracionales; Sexto: Que, por lo expuesto, se debe deducir que una jornada de 40 horas semanales, para todos los efectos legales, tiene la naturaleza de jornada ordinaria, y la única parcial es aquella cuyo máximo es de 30 horas semanales, respecto de la cual el legislador autorizó, según se señaló, a pagar un sueldo proporcional, Refuerza lo anterior lo que esta Corte ha señalado en sentencias anteriores, en cuanto a que el tiempo laborado en exceso sobre la jornada parcial acordada debe considerarse jornada extraordinaria, la que debe pagarse de acuerdo a lo establecido en el inciso segundo del artículo 40 bis A o conforme lo dispuesto en el artículo 32, inciso 3º, ambos del Código del Trabajo. Lo anterior, descarta la existencia de jornadas parciales superiores a 30 horas semanales, pues, como se señaló, el exceso se entiende como horas extraordinarias; Séptimo: Que, en ese contexto, sólo cabe concluir que las jornadas de trabajo inferiores a 45, pero superiores a 30 horas semanales constituyen jornada ordinaria de trabajo, toda vez que las partes han podido libremente pactarla con una duración menor al máximo legal, sin que pueda quedar encasillada dentro de lo que la ley califica como jornada a tiempo parcial, por exceder de los parámetros legales; razón por la que el pago proporcional en relación a las horas trabajadas cuando se está en presencia de una jornada ordinaria de trabajo, infringe lo dispuesto en los artículos 22, 40 bis, 42 letra a) y 44 del Código del Trabajo, pues lo que procede es el pago del ingreso mínimo mensual en su totalidad; Octavo: Que, en consecuencia, si bien se constata la disconformidad denunciada al interpretarse y aplicarse los preceptos analizados en la sentencia que motiva el recurso, en relación a aquella de que da cuenta la copia de la sentencia dictada en los antecedentes N° 1.124-2011, no constituye la hipótesis prevista por el legislador para que esta Corte invalide la sentencia que se pronunció sobre el recurso de nulidad y altere lo decidido sobre la materia, porque se ajusta a derecho la línea de razonamiento esgrimida por una sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso para desestimar la pretensión de la demandada, de tal forma que el arbitrio intentado debe ser desestimado. Por estas consideraciones y en conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 483 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza el recurso de unificación de jurisprudencia interpuesto por la parte demandada a fojas 98, en relación con la sentencia dictada por una sala de la Corte de Apelaciones de Valparaíso de ocho de octubre de dos mil trece, escrita a fojas 77 y siguientes. Regístrese y devuélvanse, con sus documentos. Redactada por la Ministra señora Gloria Ana Chevesich Ruiz. Nº 10.889-2013. Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Guillermo Silva G., Ricardo Blanco H., señora Gloria Ana Chevesich R., señor Carlos Aránguiz Z., y el Abogado Integrante señor Arturo Prado P. No firma el Ministro señor Silva y el Abogado Integrante señor Prado, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar en comisión de servicios el primero y por estar ausente el segundo. Santiago, ocho de abril de dos mil catorce. Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema. En Santiago, a ocho de abril de dos mil catorce, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la resolución precedente.