PAMPLONA 24 de Julio de 1906 AÑO XII DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN NÚM. 273 Con censura eclesiástica •i&Iiofeca (£afóíico~propagandista T E J E R Í A ,u_ 4 0 , SB.% izq.' TIEMPOS APOCALÍPTICOS NA nube negrísima, preñada de tormentas, se ve avanzar por el horizonte político de nuestra patria; nube llena de nombres de blasfemia, según el expresivo lenguaje del Apocalipsis. Aquí donde el que no se casa por la Iglesia tiene el buen sentido de no pedir la bendi-. ción al Juez, con lo cual se ha sustituido el matrimonio civil por el matrimonio perruno, que sobre ser igual en punto á moralidad, es más barato, los sectarios piden el matrimonio civil obligatorio; aquí donde el que no profesa el cuitó católico no quiere ninguno, pues los falsos dioses no han podido arraigar en el pueblo teológico y católico por excelencia, los sectarios piden la libertad de cultos; aquí donde la beneficencia oficial es un modas vivendi sin nombre, y lo único que hace soportables los hospitales, casas de maternidad y caridad es la presencia de las Religiosas que han hecho del servicio del prójimo pobre y desamparado, enfermo y viejo, su manera de vida, los sectarios piden la laización de los hospitales y casas de beneficencia; aquí donde se ha puesto á contribución hasta la muerte y las almas del Purgatorio, pues enterrar á un pariente cuesta un dineral, y el negocio de las sacramentales (sin el recuerdo del sacramento) explotadoras de los cementerios ha dado pie á escandalosas causas criminales, los sectarios piden la secularización de los cementerios; aquí donde la enseñanza oficial es refugio de • i-. we- paniaguados, semillero de impíos y plantel de títulos inútiles, los sectarios piden la supresión de la enseñanza privada, con la mira puesta en acabar con los colegios de religiosos; aquí donde la libertad de asociación alcanza á tahúres y perdidos, y gozan de singular predicamento la casa llana y las casas de juego, los sectarios piden la supresión de las órdenes y congregaciones religiosas. Con este programa parece deseaba gobernar el Sr. Moret, previa disolución de Cortes para hacer unas á su imagen y semejanza conque sacar adelante todas las atrocidades sectarias que van numeradas; con ese programa quedaba á retaguardia el Sr. Canalejas que tantas ganas tiene de ser presidente del Consejo de Ministros; con ese programa iba á emprenderse lo que ya se llama la europeización de España, porque á la cuenta han venido extranjeros que querían que la religión del maldito Lutero se celebrase en magníficos templos y se han quejado de verla reducida á capillas palurdas; á la cuenta no hay bastantes escándalos, ni ha caído aún bastante bajo nuestra patria y se quiere que caiga más; á la cuenta ya el liberalismo del turno tan maldito como fracasado ha tirado el antifaz que le presentaba como respetuoso con la Religión, que para mayor escarnio continúa llamándose la del Estado, y vamos á entrar por la senda de la Francia apóstata y perseguidora de la Iglesia católica. Y vamos á entrar: no se llamen á engaño los que cierran los ojos para no ver y los oídos para no oir. Vamos á entrar, primero porque eso es el liberalismo y eso son los liberales, y nadie debe extrañarse de que sean lógicos y de día en día se muestren más inFernales. Pero segundo y principalmente, por la prevaricación de tantos católicos; por los avances terribles de la confusión reinante entre los que se llaman amigos y defensores de la justicia; porque ya no falta ni el canto de un du- 162 LA AVALANCHA ro para llamar al mal bien y al bien mal, al liberalismo de muchos, prudencia y templanza, y al rezar el Padre nuestro y decir venga á nos el tu reino, blasfemia y abominación; vtmos á entrar por ese camino porque, como ha dicho recientemente el Rdo., P. Valencina en El Adalid Seráfico, "estamos de lleno en los tiempos apocalípticos». Pero repitámoslo para que quede bien grabado: no los han traído y traen la maldad de los malos, sino la cobardía de los buenos, los silencios criminales, la complicidad con capa de celo, la abominación de la desolación. A propósito de lo cual recordamos esta escena ocurrida á un amigo nuestro en un tranvía de una importante ciudad, donde se encontró al subirse, con un hombre calificado que hizo profesión de perfección evangélica "eligiendo la mejor parte", el cual iba muy orondo y confiado leyendo en público uno de los diarios liberales que más daño han hecho y hacen en España. Y dijo nuestro amigo á otro, á tal propósito:—¿No le parece á usted que esto, después de lo que está ocurriendo, forma parte de la abominación de la desolación? A lo cual contestó el interpelado con esta gracia: —Ciertamente; pero tiene usted que observar, amigo, que el tranvía no es el lugar santo. ESTANISLAO. SANTIAGO SPAÑA fue siempre la nación privilegiada que mayores días de gloria ha dado al mundo católico; la raza ibera pudo leer en las brillantes páginas de su historia encarnizadas luchas impresas con caracteres de sangre, precediendo á las gloriosas victorias escritas con doradas letras. Palpitaba en los hispanos pechos el fuego de la Fe y de la Patria; ardía en los corazones de los intrépidos y valientes guerreros la llama vivificadora del amor á lo grande, á lo sublime, á lo divino, y España lanzó al viento su inmaculada bandera pregonando sus hazañas y loando incesante al Dios de los ejércitos. No hubo soldado sin Rey ni campamento sin Cruz; por eso no quedó herida sin remedio ni batalla sin corona. Y no podía ser menos. Héroe tenía que ser quien sembró en nuestro suelo el germen del amor al sacrificio, á la Fe y á la Patria; héroe, pero héroe divino, quien con brioso caballo y flamante espada, confundiendo á la morisma hizo flotar el español estandarte en los días gloriosos de nuestra Reconquista. Y héroe es el Apóstol Santiago capitaneando á los soldados de D. Ramiro en las cercanías de Albelda, los cuales, entre los épicos sonidos del clarín que llama á la lucha, al enérgico grito de ¡/Santiago y cierra España!! coronan sus sienes con el laurel de la gloria y desbaratan con vergüenza á las huestes agarenas. Santiago, á quien España tiene por su apóstol y Patrón, es uno de los Apóstoles más amados de Jesús, por quien fue el primero en dar au sangre en la sanguiuaria Jerusalem, y especialmente asistido de la Reina de la cristiandad, nuestra Inmaculada Madre. Cristo sin duda veía en Santiago al coloso enviado que al peso de la divina elocuencia, como rayo que hiriera á las almas, había de rendir á los dioses y hundirlos para siempre en el lango de la materia, y había de iluminar y allanar los escabrosos y oscuros senderos que nos condu- jeran á la cumbre del Gólgota, esto es, $ la vida del sacriñcio para poseer la eterna vida del amor. Y porque mucho esperaba de Santiago, y no le arredrara el constante sacrificio para el que necesitaría especiales auxilios, Cristo le hace uno de sus predilectos, y con Cristo ascienden al glorioso Tabor los tres amados para contemplar al Maestro transfigurado y oir la voz del Padre que en el Hijo se complace. Así prueba Jesús el amor especial -. que á sus tres apóstoles siente; no para levantar todavía : sus tiendas en la cumbre de la gloria, sino para mirar . fijamente á la cruz del sacrificio, necesario medio que la milicia apostólica ha de adoptar antes que conseguir la corona del Tabor. Santiago ama con singular predilección á Cristo en el . Huerto de las Olivas, cuando riega la tierra el copioso sudor de sangre que el Hijo del hombre derramaba en aquel esfuerzo titánico, en la lucha terrible del espíritu pronto y de la carne flaca; y Santiago, el predilecto de su Maestro viene á España, robustecido con las doctrinas del Salvador y confortado con las especiales gracias del Espíritu Santo, á rasgar la tupida niebla que envolvía á la infeliz Iberia, sentada en las sombras de la idolatría, y, como imponente tormenta amenaza concluir con la re- ' gión sobre que descarga, acaba de hecho la presencia de nuestro sublimo Patrono con las antiguas y falsas deidades, al vivísimo relámpago que representa á la luz de la Fe y al estruendoso ruido del trueno con que significamos la elocuencia del Apóstol: no sin razón le llamó Jesucristo «el Hijo del trueno», como recuerda la Iglesia en el himno de esta festividad. Fue asistido nuestro Santo Patrono como no lo fue* Apóstol alguno por la Virgen María, cuando las costumbres de la ciudad de Cesaraugusto trituraban su alma, y la santa semilla de la Fe era al parecer inútilmente derramada, siu que encontrara sólido y preparado terreno sobre que fructificar. A orillas del Ebro rogaba el Santo Apóstol por la salvación de la raza ibera que desconocía . la vida del Redentor, cuando la elocuencia del Apóstol era iucapaz de grabar tan hermosos sentimientos en los iberos corazones, cuando al eco de su vibrante voz tan sólo contestara el monótono murmurio del Ebro que á sus pies pasaba; mas he aquí que la virginal Madre de la cristiandad naciente, circuida de refulgente nimbo y ro- ' deada de Ángeles que la bendecían y proclamaban su Reina, consuela al apóstol de nuestra fe, dignifica nuestro suelo con sus virginales plantas y nos deja el más glorioso monumento que orgullosa podrá ostentar Espa- "' ña, el sagrado Pilar, que ha sido y será la columna firmísima sobre la que se estrellen las saetas del error y loa dardos de la impiedad. Santiago ve con asombro germinar la semilla de la Fe, y la doctrina de Cristo es más tarde sellada con la sangre de los Mártires innumerables. Quiso para sí Jerusalem la vida de nuestro Apóstol; mas no por eso abandonó Santiago á España. España luclió con vergüenza y triunfó con honra de . las huestes que guiadas de infernales instintos quisieron arrebatar su más preciada joya: la fe que la hizo grande. Iberia tuvo caballeros que, con el lema Dei defensio escrito en los pomos de sus espadas, lucharon hagta-vencor y murieron antes que rendirse por las sublimes enseñanzas de nuestro sauto apóstol. El espíritu guerrero por Dios caracterizó á nuestro Patrono, que la Iglesia llama vindex hostium. Este espíritu dio días de gloria á nuestra EspaÜa cuando de los intereses de Dios se trataba; y este espíritu batallador debe también animarnos cuando las maquinaciones del mundo quieren llevarnos hacia él, cuando el demonio con sus perversas intrigas nos tiende sus mallas para aprisionarnos y cuando la carne, propensa á brutales pasiones, no quiere reconocer la soberanía del espíritu que, como sae- •. ta disparada, tiende á su Dios. Creyentes COÜ Santiago, oremos ante el Pilar, origen y símbolo de las glorias españolas; y predilectos del Señor con tan preclaro Apóstol, descansemos después de la lu. cha en el eterno Tabor celestial. EDUARDO. LA AVALANCHA ' 163 Todo lo antedicho era, como colegirá el lector, falso y mentido. - , Alegría se llevó el pañuelo á los ojos. —¡Si vieras—añadió con voz de llanto—qué de sinsabores me ha costado el haber ido á tu cita la otra noche, y de qué mentiras he tenido que valerme para disculpar mi larga ausencia! Tú nada de eso tienes que sufrir; por eso siempre te dije que yo te quería más que tú á mí, pues de ello te doy más pruebas. Los amantes iban tan ensimismados y embebidos en lo que hablaban, que no vieron á un hombre embozado que parado había estado frente al zaguán de Clemencia, y los venía siguiendo. Cuando entraron eu casa de la marquesa, estaban completamente reconciliados. Alegría afectaba aún un airecito melancólico, como el de la inocente víctima de una injusticia y de una triste suerte. Paco Guzmán estaba CAPÍTULO V más alegre, más petulante que nunca. Aquella noche la marquesa no se había recogido aún, y estaba sentada en un sillón; á su lado estaba tranquila é impasible, como siempre, su hija Constancia. o llevaba Alegría, al ealir de casa de Clemencia, tan ofendido su Alegría entró primero, pretextó dolor de cabeza, y se amor propio y tan picada su vasentó al brasero. En seguida de ella entró doña Eufrasia; nidad como podría pensarse de poco después Paco Guzman. una persona de su índole y pasioAl verle doña Eufrasia, que le conservaba toda su ojenes. Esta clase de mujeres tienen, riza, dijo á Constancia á media voz: sobre las que carecen de lauros y —[Vayu un disimulo!... Con tu hermana venía, que yo apasionados, la desventaja de sulos vi. frir á vecea gran cosecha de desengaños, cuando no de —Nada de extraño tendría,—contestó ésta. desdenes ó de ridículos, de que están libres las otras. —¿Con que nada de extraño tendría?—repuso la severa Paco Guzmán, con"quien estaba en relaciones de amor, dragona.—Vamos, hija mía, parece que tienes confesor había entrado en casa de Clemencia antes de haberse desde manga ancha. Sabes que su marido no quiere que se pedido sir George, había notado el juego de Alegría, se acompañe con él, y la mujer que no hace lo que quiere había encelado, y esto había sido para ella un goce que su marido, cate usted ahí un divursio. compensaba su fiasco en la emprendida conquista. —Cambio de ministerio,—dijo Paco Guzmán despuéa Salió acompañada por él, á pesar de que sabía que, de saludar y de informarse del estado de la marquesa. aun antes do casar. . . . . . . , —]Qué rae imporse, el marqués había ta! contestó la pobre tenido celos de éste señora suspirando. su apasionado. —Salir de Sillas Apenas se hallaron y entrar en Caribes, en la calle, cuando —exclamó doña Eup r o r r u m p i ó Paco frasia, que quería deGuzmán en amargas cir Scila y Caribdis. quejas y recrimina—¿Qué le han heciones. cho á usted los iniAlegría se echó á nistorios, que los poreir; lo que exaspene de caribes?—preró más á Paco. guntó Paco Guzmán. —No has muda—¿Qué me han do, no, exclamó irrihecho? ¡Pues no es tado. Sí, tu placer nada! El día del Juiha sido siempre reir cio lo verán. ¡Picadel mal que causas. ros! ¡Ladrones! ¿Y usted los defiende? —Río, repuso AleSerá por espíritu de gría, de lá idea de contraposición. , que pudiera semeADIÓS.—Iglesia y easa parroquial jante varal, con su —Los defiendo á cara de pero de Ron(fotografía dtl socio J). Jllberto Ofkialdegui) capa y espada; se da, gustarmo á mí. ' • ha hecho en extremo ganso y vulgar criticar á los gobiernos. Nadio de buen —No has hecho sino dirigirle la palabra. tono lo hace. Pero usted, señora, ¿por qué arma contra —Porque me divierte en extremo oírle pronunciar el ellos sus formidables baterías, de que habla Napoleón en español; no me he reído en sus barbas por la negra honsus Memorias? ¿Qué han hecho á usted los ministros, rilla de dama de la corte. esos pobres Atlantes? —Pero le has invitado á ir á Madrid. Doña Eufrasia levantó al cielo sus redondos ojos sin —Por hacer rabiar á Clemencia, á la que no creo le contestar. parezca el tarasco costal de paja. Además, Paco,—añadió Alegría con descarado cinismo,—ya sabes que soy coque—Que no le pagan; claro está,—dijo con impaciencia ta; me gusta, sí, me gusta mucho que todos me miren y la marquesa. se enamoren de mí; me gusta que rabien las demás. ¿Qué —[Ah! [Ya! |La viudedad!—exclamó Paco Guzmán.— te importa,—añadió con zalamería,—si sabes que tú eres ¡Las viudas! ¡Qué plaga! ¡En el mundo hay un país con el hombre que llena mi corazón, mi capricho, mi gusto y más viudas que España! Son aquí innumerables, son inmi vanidad, al que sólo he querido siempre, quiero y mortales, son dobles, pululan, se multiplican: cada miliquerré? Nada borra un primer amor, Paco mío; mi madre tar deja un ciento, cada empleado una docena. No hay mo casó con el alma de Dios de mi marido sin consultarpresupuesto que alcance á, pagar las viudedades: son el me; cuando le habló de ti, quiso enviarme al. campo como pozo Airón de las rentas del Estado: me desespero en á Constancia; me amedrentó; soy dócil, y cedí; pero ceder pensar que las contribuciones tan crecidas que pagamos, no era arrancar de mi pecho mi primero, mi solo amor. eu vez de ser para hacer carreteras, son para tanta viuda, 164 LA AVALANCHA á cual más inútil, que viven de nuestra sangre como sanguijuelas monstruos. Debería haber un sabio y económico Herodes que dispusiese un degüello de inocentes viudas. Futí tal el asombro é indignación de doña Eufrasia al oir esto, que por primera vez en su vida depuso el aire marcial é indomable para tomar el de víctima, y exclamó con tínfasis: —Hasta ahora el huérfano y la viuda, si bien no habían tsido pagados, habían sido tratados en el mundo con gran consideración y lástima; pero en el día hasta eso se pierde. ¡Señor, ya nada va á detener tus iras! Y el fuego del cielo caerá sobre España como sobre Coloma. —Sonora,—prosiguió Paco Guzmán—cuando sea diputado propondré, para remediar la plaga de viudas que nos aüige, el establecer aquí la sabia costumbre que existe en el Malabar. —¿Y cuál es esa costumbre?—preguntó dofia Eufrasia, á la que interesaba en extremo todo proyecto concerniente á este asunto. —Señora, en aquel sabio país, cuando se muere un hombre que tiene esposa... —Bien, ¿qué? —A esta interesante viuda... —Bien, ti esa interesante... —No vayáis á pensar que se le busca otro marido, eso no. ' —¿Pues que" se hace? —Se le enciende una hoguera. —¡Una hoguera!!! |Vaya una idea! ¿Y qué se le remedia con eso? —Todos sus males, pues en esa hoguera se quema ella. —¡Jesús, María y Josél—exclamó dofia Eufrasia, poniéndose las manos en la cabeza.—Qué herejía! ¡Qué barbaridad! ¡Qué sacrilegio! Eso clamaría al cielo si fuese Aun recuerdo cou gusto, Dios mío, los tiempos aquellos que, al amor do la lumbre agrupados, las noches de invierno, con afanes pueriles se ola contar á mi abuelo mil historias de tiempos remotos, historias ó cuentos que en sus labios seniles tomaban calor, vida y cuerpo. Ya jamás volverán, oh Dios mío, los tiempos aquellos; ya he dejado de ser inocente, ya he llegado á un tiempo en que casi me rio, ¡insensato! de mi pobre abuelo que eróla con fe tan sencilla historias tan cuentos. ¡En!, silencio, que empieza, atención, mirad con qué acento unas veces describo un paisaje, lugar de un sucoso, y otras cuenta la historia do un hombro, costumbres de un pueblo, y batallas sangrientas quo daban terribles guerreros: todo, todo desciendo ordenado y todo revuelto de los labios augustos y dulces de aquel santo viejo. verdad; pero como se miento hoy día más que lo que se da por Dios, no hay que creerlo. —1^aya si es verdad! Y es lo más sabio que he oído en mi vida. En aquel país, modelo de delicadeza conyugal, toda viuda honesta se avergonzaría de sobrevivir á su marido. —Si se encendiesen las hogueras para los embusteros, y fuesen allá por grados, me parece que iría usted el primero,—repuso dofia Eufrasia dejando el tono sentimental y declamatorio. —No miente, mujer,—dijo con displicencia la marquesa, como para cortar la disputa que le fatigaba oir;— me han dicho que eso se hace allá entro unos salvajes que no sou cristianos. —¡Ya! ¡Cómo habían de serlo!—exclamó dofia Eufrasia.—Pero no quita que Paco Guzmán, que tampoco lo es, sea capaz de aconsejarlo en esa Samblea de Madrid, á la que sólo faltaba esto para coronar sus herejías y disparates. ¡Y luego nos vendrán hablando de la Inquisición! Esa quemaba, según malas lenguas, á los judíos que no se querían convertir—|benditn sea su alma!—pero pensar en proponer quemar á las viudas porque eso se hace allá en Malapar ó en los quintos infiernos, ¡hasta allí podía llegar el espíritu de mitacióní ¡Oh! Si Matamoros viviese, ya vería esa Samblea para qué había nacido. ¡Herejes! ¡Desalmados! Pues oiga usted, Paquito, á usted no le disgustan las viudas; y ahora un mes andaba usted tras de una que bebía los vientos; yo todo lo sé, ¿está usted? —Pues ya se ve que me gustan las viudas: como que no soy ministro fie Haciendn; me gustan siempre que sean posteriores á la guerra de la pendencia,—contestó Paco Guzmán, al que no había hecho gracia ninguna la observación de dofia Eufrasia, la que aludía á Clemencia. (Continuará.) (Jlitstraeienes de Ramiro f(os gáfales-) Otras veces levanta piadoso sus manos al cielo, y enarcando sus cejas pobladas parece un momento un Moisés descendiendo del monte de gloria cubierto. Muchas nochos contaba milagros, milagros tremendos que obligaban de espanto á ponorso en pie los cabellos. Y siempre era la Virgen María, la flor del Carmelo, la que hacía milagros tan grandes á los hombres buenos y á loa niños quo son obedientes y no son traviesos. Y la Virgen, quo un nicho ocupaba allá en un extremo, parecía mandar sonriente dulcísimos besos á la frento arrugada y curtida de aquel pobre viejo. ¡Que foliz era entonces, Dios miol ¡qué tiempos aquellos! ¡Oh quo fo tan sencilla y tan pura ardía en mi pecho! Luego vino la ciencia explicando do todo el misterio; y me hizo má3 sabio la ciencia, pero no más bueno. CONFERENCIA PATRIÓTICA distinguido colaborador el ilustre escritor navarro D. Arturo Campión dio el día 11 del actual una hermosa conferencia en San Sebastián, en el solemne acto de la distribución de premios del concur- ¡Oh! la ciencia, qué cosa tan santa para el vulgo necio qué so empeña en que un sabio es un dios, poco más ó menos. Yo conozco algún sabio que diera, por'poco dinero, lo que tiene de sabio, por ser un poco niás bueno; y es que viene del mundo la ciencia, la bondad del cielo; ai las dos marchan juntas, muy bien, si no, es el talento un verdugo que mata á su padre* pues mata al cerebro. ¡Oh! la ciencia quo cosa tan grande para el vulgo necio, ese vulgo que cree ser más un sabio que un bueno. Mas, dejando hoy cuestiones á un lado, tan solo deseo que me dejen honrar la memoria de mi pobre abuelo, y creer en la Virgen dej, Carmen como cree ol pueblo: ese sabio que lleva alpargatas y va A pie, y es bu£no. Eso quiero, dulcísima Virgen, ¿lo oyes?, eao quiero, BRISTAN. so literario-musical organizado por el consistorio de Juegos florales euskaros. He aquí los términos en que da la noticia un diario de dicha ciudad: «Leyó su gran discurso, su elocuentísimo y maravilloso trabajo el insigue hombre de letras D. Arturo Campión. Su labor fue" á cada momento interrumpida por salvas estruendosas de aplausos. LA AVALANCHA Analizando las constituciones políticas modernas desde los tiempos revolucionarios, y al compararlas con la constitución vizcaína, con nuestra personalidad política, tuvo períodos relampagueantes de enérgica ironía. Cantó un himno al Árbol de Guernica, con brillantes imágenes y comparaciones de vigoroso color; y al analizar la humilde pero grande personalidad de Iparraguirre, á quion Campión conoció en las montañas de Navarra, felicísimos conceptos brotaron de aquel cerebro, cuadros vibrantes de luz iban desarrollándose á medida que relataba la vida de infortunios y desgracias del inmortal cantor de nuestras libertades. El numeroso auditorio que con sepulcral silencio le escuchaba, conmovido de tristeza ante la narración de la venida de Tparraguirre de América, y su triste muerte en el país vasco, prorrumpió á su final en estruendosa salva de aplausos que duró largo rato. Por fin, y en un brillante período terminó su conferencia, que como decimos es un primoroso trabajo que sumará á otros tantos que lleva ya escritos, para gloria de este país. El señor Campión fue objeto de una larga ovación, que duró unos diez minutos.» LOS AMIGOS DE LOS JESUÍTAS (i) son los amigos, los favorecedores, los protectores de la Compañía de Jesús? UIÉNES Los Jesuítas han tenido siempre en su favor y constantemente todo aquello que la Iglesia, es decir, el mundo católico, ha tenido de más ilustre en ciencia y santidad. Los Santos deberán sin duda Ber más apreciables en sus juicios, pues tienen más purificado su entendimiento, y su corazón más libre de las pasiones: pues todos ellos están en su favor. San Felipe Neri amó y apreció tanto á la Compañía, que más de una vez pidió á San Ignacio que le recibiese entre los suyos, aunque éste, iluminado para conocer los designios de Dios sobre aquella grande alma, no consintió en ello. San Carlos Borromeo se valió de los Jesuítas para la dirección de su conciencia, les abrió casas y colegios en Milán y en Suiza, murió en sus brazos, y en todo tiempo lea dio muestras de predilección. San Cayetano de Tiene tuvo un especial amor á la Compañía, como lo testifican dos autores de su vida. Lo mismo leemos de San Juan de Dios, y puede verse en Lancisio. El beato Juan Micon enviaba á los Jesuítas á todos aquellos en quienes descubría amar la vida perfecta: Majore Societatis laude, quam re/erre modestum sit. Santo Tomás de Villanueva, grande arzobispo y singular ornamento de la Orden de San Agustín, les profesaba tanto afecto, que no podía menos de prorrumpir en amorosas quejas cuando los superiores le quitaban algún operario de la Compañía. Juan de Avila y Luis de Granada, dos de los mayores maestros de espíritu que han florecido en España, hacían tal aprecio de la Compañía, que el primero envia"ba sus mejores discípulos para que se hiciesen religiosos de ella; y el segundo, sabiendo que su celebre hermano Melchor Cano había principiado á impugnarla, escribió cartas de excusa muy afectuosas, y llegó á temer que viniese por aquel hecho algún castigo de Dios sobre toda BU Orden. El beato Juan Texeda afirmaba que la Compañía no era perseguida sino porgue siempre jué grata al (1) Ya quo nos hallamos próximos á la fíOBta del glorioso San Ignacio de Luyóla, fundador de la ínclita Compañía de Jesús, creemos loerán con gusto nuestros amigos este interesante articulo. 165 Señor. El beato Juan Marinonio decía de ella: Si sures donum Dei, y desconfiando de su propio juicio, seguía el dictamen que en materias de conciencia le daban los Jesuítas. Santa Teresa amó tiernamente á la Compañía, y tuvo al menos doce confesores y directores de ella; y da gracias al Señor por haberlos tenido, y los alaba extraordinariamente en muchos lugares de sus obras. San Luis Bertrán se valía de un jesuíta para confesor y director, y los protegía y defendía en todas partes con su autoridad. Santa María Magdalena de Pazzis, gran serafina del Carmelo, fue dirigida por los Jesuítas desde su infancia, y apreció tanto su espíritu, que recomendaba á sus religiosas se sirviesen en todo tiempo de su dirección; y cuando la princesa María, hija del Duque de Toscana, se dirigía á Francia para desposarse con Enrique TV, la recomendó con mucha instancia que recabase del rey él restaUecimiento, en su reino, de los Padres de la Compañía de Jesús, diciéndole que este era uno de los mayores servicios que ella podía hacer á Dios para el bien de aquel reino. De San Félix de Cantalicio, del beato Alejandro Sauli, y de San Camilo de LeliB, sabemos por sus vidas que tuvieron una predilección especial á la Compañía. San Félix detenía en las calles de Roma á los Jesuítas y les tributaba el honor que todos le daban á él; el beato Alejandro era el grande amigo de San Carlos, y eso lo dice todo; y de San Camilo se lee que fue muy afecto a los Padres de la Compañía, teniendo siempre viva la memoria del Padre Octaviano Capelli, que le había amado y dirigido en IOB principios de su fundación. ¿Qué diré de aquellos dos grandes santos Francisco de Sales y Juana Francisca de Chantal? El primero se retiraba á sus casas todos los años para hacer bajo su dirección los ejercicios espirituales, se gloriaba de ser su especial amigo, y quiso morir en sus manos. Santa Francisca, viéndose vecina á la muerte, suplicó á un Padre jesuíta que viniese á asistirla, y antes de morir le dijo: Os debemos tantas obligaciones á vos y á vuestra santa Compañía, que nunca podremos agradecerlas suficientemente. ¿Qué diré de aquel grande apóstol San Vicente de Paúl? Lo que ól decía para humillación propia y exaltación de la Compañía es de tal naturaleza, que no puede de ningún modo referirse sin faltar á la modestia; pero muestra hasta qué punto la amaba y apreciaba. El beato Hipólito Galantini, de santidad tan notoria en Toscana, tuvo dos Jesuítas por confesores, y protestaba con vivo reconocimiento que debía mucho á la Compañía por la dirección que había recibido de ella en las cosas de su espíritu. Es cosa muy digna de observación que todos los santos fundadores de congregaciones religiosas que han florecido después de San Ignacio, todos so han dirigido á la Compañía de Jesús para pedir dirección y consejo. El beato Juan Bautista de la Concepción, fundador de los Padrea Descalzos de la Orden de la Santísima Trinidad, debió mucho á los Padres de la Compañía de Jesús, que fueron los que le dirigieron, aconsejaron y defendieron cerca del Pontífice, y trabajaron con religioso empeño para que se lograra él cumplimiento de sus deseos. La beata Ma- ría Fornari Strada, fundadora de la Orden de la Santísima Anunciada, llamada Las Azules (Le Turchine) fue dirigida por un jesuíta, el cual escribió las reglas para su congregación; y suplicó siempre á los Jesuítas con el mayor empeño que no se negasen á, gobernar su Orden, aunque éstos siempre evitaron ese compromiso. El beato Pedro Fourier sometió al juicio de cuatro religiosos de la Compañía las reglas de su nueva congregación. La venerable Juana María Chezard de Matel, fundadora de las religiosas del Verbo Encarnado, fue auxiliada muy eficazmente por loa Jesuítas en la fundación de su Orden, y los tuvo siempre por hombres apostólicos que trabajan por la gloria del nombre de Dios. Al venera- ble Luis Griñón de Monfort, fundador de muchas piadosas congregaciones en Francia, los jansenistas no le perdonaron jamás su inviolable afecto á los Jesuítas, sus antiguos maestros y sus ordinarios directores. El venerable Juan Bautista de la Salle, fundador de los Hermanos de las Escuelas cristianas, amó y apreció á los Jesuítas, y consultó con ellos los puntos más esenciales de su insti- 166 LA AVALANCHA tuto. La venerable Motalvo, fundadora de los célebres los hombres. De ese modo Vuestra Santidad ha respondimonasterios de la Quiete y de ítipoli en Toseana, consuldo á IOB malévolos que procuraban destruir la estimación, ~ tó igualmente con ellos las reglas que dio á las casas inno sólo de sus personas, sino aun de su Instituto: en dicadas, y principalmente con el P. Señeri. La beata Macuanto á nosotros, pastores de las almas, que tenemos en ría de la Encarnación y Santa Verónica Juliani consultael celo y en IHS fatigas de estos óptimos religiosos un ron también con los Padres de la Compaflía las cosas de grande auxilio para dirigir nuestra grey, y yo, entre otros, su espíritu para obque soy el último de tener su aprobación los obispos, damos á y consejo; y hasta la Vuestra Santidad beata Mariana, llamuy humildes gramada la Azucena de cias por lo que ya ha Quito, beatificada en hecho, y le suplicaestos últimos tiemmos que se digne pos, fuó siempre diproteger siempre esrigida por la Compata Orden, que ha dañía deJesús,álaque do á la Iglesia tan siempre amó tiernabuenos obreros, á la mente. Pero cerrefe tantos mártires y mos ya este catálogo á todo el mundo tancon el grande y piatos ejemplos. En todosísimo San Alfondas partes se ven so de Ligorio, el cual sus fatigas apostólivivió en los tiempos cas, y los países cade mayores persecutólicos, heréticos ó ciones para la Cominfieles han sido repafifa, y escribía sogados con sus sudobre esa materia en res (1)». Todas esas estos términos: «Espruebas de amor y toy con más cuidado de aprecio que los que si las persecumayores Santos de ciones fuesen dirigiestos últimos siglos das contra nuestra dieron constantemínima congregamente á la Compación, tratándose de ñía de Jesús, y otras una Orden que ha muchísimas que se santificado pordeeirpodrían alegar, si lo así todo el munfuese necesario, no do, y sigue-todavía sé qué impresión posantificándole... Adedrán hacer en el ánimás del gran bien mo de algunos; sin que hacen en el deembargo espero que seinpefio de los mipara todo lector prunisterios apostólicos, dente compensarán deben ser tenidos en suficientemente laa grande aprecio por injurias y el odio del el talento particular apóstata Norberto, que tienen para inde los herejes, de los fundir en el corazón apelantes, de Vicende la juventud pre te Gioberti, y aun, si cíosos gérmenes de queréis, de los granvirtud, de modo que des autores de la BiALTO RELIEVE DEL ALTAR MAYOR DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO sus discípulos, cuanblioteca civil de los DE LAS SALESAS DE PAMPLONA do entran en el munitaliano,*. Ciertamendo, sirven de edificate los Jesuítas tienen ción á toda clase de personas y en todos los países. Los mayor consuelo con el favor de todas aquellas almas tan jansenistas y todos los novadores desearían arrojar de este grandes delante del Señor, que tristeza y decaimiento con mundo á la Compañía, para quitar, por decirlo así, el bael odio de estos émulos. luarte de la Iglesia de Dios. Si llegasen á faltar los JesuíY sin embargo tienen todavía en su favor un juicio totas, los impíos se verían libres de poderosísimos adversadavía más auténtico, y es el de la Santa Sede, cátedra de rios. Los Jesuítas son hombres resueltos, y su Compañía la verdad. Por la causa de la verdad no se ha encargado se hará siempre un honor de combatir á todos los enemiá los Santos (por autorizado y respetable que sea su dicgos de la Iglesia».Finalmente.cuando Clemente XIII salió tamen), sino á la Cátedra de Pedro. Ahora bien; la Santa en su defensa, el santo obispo no pudo contenerse, y escriSede en mil ocasiones, ya públicas, ya privadas, con bubió al Sumo Pontífice la carta siguiente: «Santísimo Palas, breves y constituciones apostólicas alabó constantedre, la bula que Vuestra Santidad ha publicado en loor mente, aprobó, promovió y defendió la Compañía de Jey confirmación de la Compañía de Jesús, ha llenado á tosús, después de haberle dado ser y vida. Para un católico dos los buenos de una alegría en la cual yo también he debería ser suficiente, para dirimir toda controversia, estomado parte. Profeso la mayor estimación á esa Compaclarecer ese punto: lo cual por otra parte es muy fácil; ñía, por el gran bien que hacen esos santos religiosos con porque principiando por Paulo III, que con su aprobasus ejemplos y fatigas de toda clase, en cualquiera parte ción fundó la Compañía, hasta el día do hoy, cuantos donde se hallen. Puedo dar testimonio de los prodigios han ocupado la Sede Vaticana, otros tantos han sido sus de su celo y caridad, que he debido admirar viviendo en constantes defensores. Ñapóles. El Señor ha permitido que en estos últimos ' P. SESÜNDO FRANCO, & J. tiempos fuesen probados con terribles persecuciones; pe(Concluirá.) ro Vuestra Santidad los lia consolado superabundantemente; porque como jefe de la Iglesia y padre de todos (1) Vida de San Alfonso, por el Sr. Jeancard. los fieles ha tomado solemnemente su defensa, publicando con una santa bula sus méritos delante de Dios y de • • ( • LA AVALANCHA NUESTROS GRABADOS Iglesia y casa parroquial de Adiós.—En el pintoresco valle de Ilzarbe, á 26 kilómetros de esta capital y próximo á las villas de Muruzábal y Obanos, se halla situado el pueblo de Adiós, cuyos católicos vecinos han dado buen número de individuos á diferentes comunidades religiosas. Su iglesia parroquial esta dedicada á San Andrés Apóstol. Hace algunos años se hicieron en este templo importantes reformas de ampliacióu, celebrándose con este motivo solemnes cultos á los cuales asistió la venerable Comunidad de Franciscanos de Olite, predicando uno de los Padres en la fiesta. También merece especial mención en esta iglesia su artístico pulpito. Al urente de esa parroquia se halla el celoso ó ilustrado sacerdote navarro D. Valentín Erro. Alto relieve del altar mayor de la iglesia del Monasterio de las Salesas de Pamplona.—Gonio 167 cante y henchido de santa admiración el de la Beata Margarita, que aparece extasiada contemplando á su Amado. La parte decorativa del cuadro-relieve, en el cual se ve un altar ante el que oraba la fiel y privilegiada sierva del Corazón Deífico, es de muy buen efecto y presenta uua perspectiva bien estudiada. El decorado del ropaje ea también de muy buen gusto, componiéndole flores llamadas pasionarias y follaje de cardos. Mide el alto relieve 3,60 metros de altura por 2,50 de ancho, próximamente, y las figuras hállansepor completo desprendidas del fondo, especialmente la de la Beata. Iluminado de una manera especial, en el retablo produce maravilloso efecto. Felicitamos á los artistas, y de un modo particular á la Comunidad de Religiosas de la Visitación por su acierto en la elección de aquéllos, así como á las señoras que componen la Asociación de la Guardia de Honor, que son quienes, con un desprendimiento digno de ellas, han costeado tan artístico relieve. El Príncipe de Viana en su gabinete de estu- dio.—Hace poco tiempo, la Diputación foral de Navarra encargó á la Comisión de Monumentos Históricos y Ardigna coronación á tísticos un cuadro las obras del nuevo que representara al Monasterio de la Príncipe de Viana, Visitación que las por .entender que Hijas de San Franla memoria de tan cisco de Sales dedicelebrado personacan á Santa María je histórico debiera de Pamplona en perpetuarse de este •esta ciudad, el día modo dentro del 24deMayoseinauPalacio provincial. guró en la nueva y La Comisión espreciosa capilla eritudió con atención gida en honor al especial y meditó Sagrado Corazón sobre la mejor made Jesús, el altar nera de cumplir á mayor con su gransatisfacción encardioso y artístico rego tan agradable, tablo, obra del acrepor entender que ditadísimo artista aquel infortunado pamplonés D. Flopríncipe era muy rentino I s t ú r i z , acreedor al tributo quien, secundado que hoy le rinde por el buen gusto la Corporación proy la pericia de sus vincial, poniéndole no menos inteligenal frente y como tes hijos D.Fermín presidiendo á loa y D. Ambrosio, ha reyes que figuran sabido conquistaren el amplio y sunse renombre entre tuoso salón de su-cuantos al arte rebastas, sito en el ligioso se dedican lado oriente de la en España. planta principal del Palacio. Colocado en el centro de ese retaLa Comisión de blo, cuyo grabado Monumentos, vista procuraremos pula dificultad de obblicar en cuanto tener un cuadro adquiramos fotohistórico, con la grafías de él, destápropiedad de épocase un magnífico ca, tema que está, alto relieve escultóerizado de dificulrico cuya reproductades, fijó su aten£1 Príncipe de Uiana en su gabinete de estudio ción ofrecemos á ción en dos cuanuestros lectores, y drosde indiscutible (CUADRO RECIENTEMENTE ADQUIRIDO POR LA DIPUTACIÓN DE NAVARRA) que honra sobremérito: uno, el de manera al taller de los señores Arques y Bernadás, de Sala y Francés, existente en el Museo municipal de BarBarcelona. Representa la Aparición del Sagrado Coracelona, y otro, el de Moreno Carbonero, existente en el zón de Jesús á la Beata Margarita de Alacoque. Museo español de Arte moderno. Es un trabajo artístico de muy buen gusto y que ha El primero, que obtuvo premio de primera clase en la satisfecho por completo á las personas peritas en escultuexposición de 1871, es un lienzo apaisado do dimensiones ra y decoración, pues además del buen dibujo, corrección extraordinarias y representa al príncipe D. Carlos visitado de estilo y valentía en la actitud de las figuras que comen la prisión por su repulsivo padre, quien despiadado ponen el grupo, es de admirar la expresión de los rostros: rechaza la rendida súplica del encarcelado joven. El lien•dulce y lleno de mansedumbre el de el Salvador; suplizo cautiva pur lo cuninuvedor de la escena, por la exac- 168 LA AVALANCHA . titud con que aquellas dos almas antitéticas, todo lujuria y perfidia la del padre, todo bondad y amargura la del hijo, están asomadas á los rostros respectivos. También son de admirar en el lienzo los personajes secundarios, un pajecillo y el decorado. El segundo cuadro obtuvo también primer premio en la exposición artística del afío 1881, y con ser de menores dimensiones, con carecer de tantos accesorios como al otro acompañan y no representar un episodio ni más personajes que el que da título al lienzo, resulta sin embargo Una producción en muy alto grado estimable. En ella se Te al príncipe D. Carlos sentado en amplio y elevado sitial del más puro estilo gótico, con los brazos apoyados naturalmente, la cabeza un tanto caída hacia adelante, recostada la espalda en suave almohadón rojo; y sobre otro de estos, algo adelantado respecto al sitial, se apoya el pie izquierdo. Ante sí tiene el de Viana un gran libro abierto sobre atril sencillo de madera, y en un estante del mismo se ven arrollados algunos pergaminos cuyas iniciales miniadas y sellos de cera pendientes concuerdan con la época y condición social del personaje. Otro códice entreabierto, y también con sellos céreos colgantes, tiene en su mano izquierda el Príncipe, á cuyos pies duerme tino galgo de blanca y lustrosa piel. Más lejana, se descubre un arca por la cual rebosan pergaminos; y el fondo se halla totalmente ocupado por robusta estantería invadida de altos y gruesos libros, más algunos pergaminos sueltos. La Diputación foral, á propuesta de la Comisión de Monumentos, acordó la adquisición de este cuadro de Moreno Carbonero, que es el que reproduce nuestro grabado. Los señores Altadül y Ansoleaga pidieron la designación de un buen copista á los señores Mélida y Moreno Carbonero, quienes garantizaron la perfecta reproducción del cuadro que hemos descrito en segundo lugar, por el Sr. D. Adolfo Lozano Sidro, un pintor cordobés que ha puesto varias veces de manifiesto su valía y que ha hecho honor á su designación en la ocasión presente. La copia está hecha sobre las mismas dimensiones que el original, con una fidelidad y exactitud intachables, con una riqueza de colorido cautivadora, y con tal precisión de detalles que justiñcan plenamente la aprobación que á la obra han prestado los electores del señor Lozano, verdaderas autoridades en la materia. La reflexiva actitud y plácida mirada del personaje, su rico ropaje, admirablemente plegado con seductora naturalidad, la riqueza de detalles en el sitial, almohadones, perro, libros, códices, pergaminos, sellos, etc., etc., hacen sin duda calificar de muy valiosa la hermosa adquisición que ha realizado la Diputación de Navarra. Con ella se rinde verdadero tributo al simpático cuanto infortunado Príncipe de Viana, figura que muchas personas echaban de menos en aquella hermosa casa. EL INFIERNO REVUELTO que un día, allá en las profundidades del Averno, se encontraban los diablos celebrando sesión solemne y continua, con el fin de ver la mejor manera de enredar á los mortales, cuando sin decir allá voy! un temblorazo'de padre y muy señor mío hizo saltar á los diablos en sus asientos de hierro hecho ascua. —[Cachimbas!—gritó el Diablo Mayor que presidía—¿qué es lo que pasa? —Tenemos una alta—respondió el portero.—Acaba de llegar un peine de campanillas, y sin querer, las piernas se me aflojaban... El Diablo zapateó de rabia, cogió su tridente con la ÜEKTAN diestra, y lanzando chispas de fuego por los ojos rugió" desesperado: —Hacedle al instante venir á mi presencia. Al cabo de dos minutos regresó el portero. —Vuestra Majestad Infernal me perdone—dijo;—perome oa imposible acercarme dos metros al recién, venido; con su mirada me confunde. —¿Qué es lo que oigo? |Ah zamarro, cobardón, alma de gallinal ]Ya me la pagarás! ¡A ver cuarenta diablos valientes ahora mismo! Id al punto y traedme arrastrado á ese títere de tantas campanillas... Salieron los condenados como unos rayos á cumplir la orden de Su Majestad. Pero aun no había acabado de salir el último de los comisionados, cuando en tropel terrible, con los pelos de punta, rabo entre piernas y temblando como azogados, se presentaron delante del Rey de los Infiernos los cuarenta diablos que se tenían por valientes. Uno de ellos salió: —¡Señor! El peine que nos ha caído parece ser hijo legítimo de Vuestra Majestad Excelentísima. Tiene loacuernos enormes, más desarrollados que un melocotonerode los trópicos. Y el rabo es tan soberbio, tan tremendo, que casi nos ahorca con él á los cuarenta de una sola arremetida... Todo el concurso diabólico, al oir estas palabras, abriótamaños ojazos y sintieron ¡cosa rara! escalofríos... —Camaradas—exclamó el Diablo Mayor, un tantotembloroso—preparad vuestros tridentes. ¡Quizá hoy tenga necesidad de vuestro nunca desmentido arrojo!... Ya. sabéis cuánto os he estimado y os estimo desde las puntas de mis cuernos hasta las uñas de mis cascos. —I Viva nuestro Rey!—gritó un diablo flacucho y envejecido. - Y otro dijo: —Sería conveniente que Vuestra Majestad fuera enpersona á ver quién es ese intruso desconocido, y aplastarlo con su brazo... Estaban en esto, cuaudo un segundo temblor de tierra,., ochenta veces más fuerte que el primero, hizo palidecer de espanto á toditos los diablos, desde el capataz para abajo Un segundo después penetraba en el salón de sesionesel terrible diablo que venía por primera vez á vivir en los infiernos. El silencio era sepulcral. —Amigos míos—dijo el recién llegado,—debéis reconocer mi autoridad y rendirme vasallaje. Soy vuestro Rey. ¿Quién de vosotros es capaz de compararse conmigo? —¿Y quién eres tú?—se atrevió á balbucear el Diablo Mayor. —¿Yo? Soy más y valgo más que la mentira, la calumnia, la lujuria, la soberbia y todos los vicios conocidos y por conocer. Yo solo hago en el mundo más diabluras en un año que todos ustedes juntos en un siglo. Para mí es una cosa muy sencilla manchar corazones, torcer inteligencias, robar la fe de los pueblos, pervertir á los niños, corromper á los jóvenes, endurecer á los viejos, turbar la paz de las familias y de los estados, hacer llamar vicio á la virtud y virtud al vicio, armar la mano del asesino y del ladrón, mover la lengua del mentiroso y del sucio, y poblar, en fin, el mundo entero de crímenes y pecados», de todo género de condición y especie. Ante semejante discurso, los diablos se quedaron con la boca abierta. —¿Todavía no me conocéis? Pues yo os diré que si el mundo actual está como está, podrido hasta los huesos, se debe sólo á mis omnipotentes esfuerzos... Vosotros no-pasáis de ser unos grandísimos haraganes... ¿Sabéis quiéa soy?... ¡La prensa liberal é impía! |0h! —¡Albricias!... |01! —¡Bravo! —¡Mil enhorabuenas!... LA AVALANCHA —¡Bravísimo,..—exclamaron los diablos, riéndose con los colmillos y meneando las colas que era una maravilla. Desde ese día, refieren las crónicas que sou'dos los emperadores del Infierno: el diablo de la soberbia, que se rebeló contra Dios allá en el Paraíso; y el diablo de la prensa liberal é impía, que con sus papeles periódicos, novelas, libros, folletos y demás productos de su satánica astucia, envenena verdaderamente la atmósfera moral del siglo en que vivimos. PINCELADAS DE BASGONIA •F*c*'ir*í»ii « a Ü* Siesos s uno de los cuadros más hermosos, alegres y clásicos de la tierra euskara. Allí aparece en sugestivo relieve el espíritu y la manera de ser del país bascongado. El casero es el factor más importante de nuestras romerías, que tanto han llamado la atención del forastero y han sido el estudio de grandes filósofos. Aunque para muchas imaginaciones pesimistas no existe la antigua pureza de costumbres que se observaba en las excursiones y romerías á los santuarios y ermitas; aunque se ha perdido bastante de lo bueno que conservábamos como tesoro de incalculable valor, efecto sin duda alguna, á más de una causa principalísima y que constituía la base y cimiento del edificio del solar bascongado, á la de las nuevas corrientes de vida, las distintas comunicaciones con sin fin de países, los nuevos adelantos y desarrollo de la industria, y por lo tanto aumento de un contingente de extraños al país y manera de vivir euskaldunas; aunque el amor á todo lo nuestro que es grande y hermoso como el sol, y nítido como la luna, no es tan patente y fogoso como debiera serlo; no obstante todavía queda algo, mucho: todavía nuestras romerías constituyen como la apoteosis del vivir de una raza, todavía son de ver los habitantes de nuestros baserris divertiéndose al son de un llamativo castañeteo y danzando en armonioso conjunto con sencillas mujeres de nuestras aldeas. Lezo, los dos Pasajes, Rentería, Alza, Hernani, Iciar, Guadalupe, Aránzazu y Urnieta en Guipúzcoa; San Antopio de Urquiola, San Miguel de Excelsis, Nuestra Señora de la Encina y otras renombradas en las provincias hermanas, son las más frecuentadas por los romeros, á las que mayor afluencia de gente concurre, y en las que resplandece como en un espejo, la sencillez y moralidad que brillan en la constitución de la familia euskalduna. Al alba bajan ya de las montañas las parejas de jóvenes por un lado, alegres y contentas, dirigiéndose inocentes risas, secundadas por llamativas carcajadas, traspasando los manzanales, marchando por los senderos, salvando los zarzales, desafiando á la intemperie y guiados por los albores del día que comienza; loa viejos salen de sus caseríos coronados por la argentina y pálida luz de las últimas estrellas; las mujeres con sus rostros sombreados por negra mantilla, llevan cual valiosa joya la ofrenda que han de colocar en el umbral de los altares del santuario; los varones apoyados sobre altas mahillas las acompañan con sus rostros cuidadosamente rasurados, su limpio vestir y sus clásicas abarcas, al rezo del santo rosario y edificantes conversaciones, entrecortadas á veces en verso, por agudeza de buena ley, hijas de uua franca y santa alegría. La antigua iglesia aparece de madrugada nutridamente iluminada, y á medida que llegan los romeros se convierten en ascua casi interminable, efecto del sin número de velas que ofrecen al santo de su predilección. Bajo la bóveda del santuario están congregados multitud de romeros. Tanto las puertas laterales como la central se encuentran abiertas de par en par. El edificio rebosa de gente. El espectáculo es genuinamente consolador, digno de que se le admire de rodillas. No hay fastuosidad, lujo, exuberancia; todo es sencillo, natural, netamente elocuente. La muchedumbre espera; los unos rezando, los otros leyendo libros de devoción y todos guardando el recogimiento y silencio debidos. Las entradas y salidas en la iglesia se suceden hasta el momento de la celebración de la solemne misa mayor; pero todo se hace con ol mayor orden, como si se tratara de una Orden religiosa, con su rezar tranquilo y sosegado. El repique de las antiguas campanas anuncia el comienzo de la Misa, y al último toque apenas si en la aldea queda nadie que deje de acudir. El golpe de vista de nuestras santuarios es entonces imponente, las voces del coro unidas á la majestuosidad del órgano conmueven sobremanera, y aquellas innumerables luces iluminan esplendorosamente en todos los ámbitos del templo. Parece que todo, unido armoniosamente á aquel conjunto de hombres y mujeres, canta al unísono las gloria sublimeB del Creador. La bendición del párroco, unida al cantar de la marcha de San Ignacio, pone digno remate á acto tan cristiano y euternecedor. Ya salen, ya salen todos, satisfechos y envueltos en el lábaro del más puro regocijo, saludándose unos á otros, dirigiéndose miradas de amor, dándose las manos las mujeres y como apoyándose unos en otros los hombres, en fraternales grupos, marchando eutre hurras y gritos por todas las cercanías y plazas de la aldea. En algunas de ellas báilanse preciosos aurreshisy danzas a la antigua usanaa, amenizados por el clásico tamboril; pero en todas reina sano entusiasmo, realzado por garbosos irrintzis, que son le algazara de la juventud de los caseríos. Entre tal entretenimiento y placer, entre tan honesto divertir, ljega el mediodía al toque de las campanadas del Ángelus, y aquella multitud de personas que rompía en bulliciosa expansión, se detiene, y en medio del silencio más solemne descubren sus cabezas y con el rezo de la clásica y dulcísima plegaria responden al maternal toque de la campana. Es la hora de la comida. El Ángelus recitado por uno de los más venerables anciaüos de los que tanto acuden á las romerías,y contestado por todos los comensales, es la bendición y comienzo de la opípara comida. El chocar de los cubiertos y platos, el murmullo de las conversaciones, el llamar de los unos á los otros: todo repercute como lejanos ruidos por los espacios de la solitaria aldea. Durante la comida, no resuena la voz ni el canto de báquicas fiestas; ni se entonan himnos eróticos al dios de la embriaguez; ni se oye el clamoreo de exaltadas voces; ni los gestos de sensualismo y placeres conducen á desafíos y encuentros; ni los jolgorios terminan en delirio ni devaneos atroces; ni las miradas son voluptuosas. Todo es pulcro, altamente moral y alegre; pero alegre á manera del canto de nuestras montañas, de la melodía del serpenteo de los arroyos, do las juguetonas llorecillas de las praderas, de la extraña música de resonantes é impetuo- LA AVALANCHA 170 sas cascadas, del perfume de árboles frutales y de todas las campiñas. Al final de la comida, es raro que no existau entre tanto bascongado chistularis ó dulzíiineroa que con sua instrumentos típicos hagan danzar y divertirse á todos los concurrentes. En general, ellos son los que con ayuda de la filarmónica hacen organizar parejas que alegran faus* tamo rito la fiesta de la tarde. Los unos y las otras forman un gran corro que constituye el bailar más inocente y placentero; ellos, mirando á sus parejas, bailan al son de rítmico castañeteo, en medio de aglomerados grupos y el entusiasmo de todos los concurrentes. (Fiesta consoladora, en donde lo moral y lo alegre corren parejas de la manera más deliciosa! (Manifestación inimitable del vivir de la raza de Basconial El día declina; el sol corre hacia el ocaso y la aldea va adquiriendo su vida normal, su tranquilidad propia, su ser habitual. Van retirándose los romeros: van los habitantes de nuestros caseríos con aquellas almas de fuego que destilan vida y entusiasmo; van formando hileras ordenadas de hombres y mujeres, bailando y saltando al toque de las filarmónicas; van hacia sus hogares, repitiendo aquellos ¡aufas! que se gritan bajo los cielos de Euskaria, y los irrinizis que alegran los espacios; van con la gloria del contento, que germina en el noble solar euskaro. La romería ha tocado á su término y en los hogares de nuestras montañas se cuentan á las madres y nietezuelos los pormenores y detalles de la feliz excursión. Todo está saturado de un ambiente de paz y amor de familia. Euskaria vive. En su seno laten las costumbres más tradicionales, dignas del canto inmortal de Iparraguirre. ADRIAN DE LOYARTB. San Sebastián. BIBLIOGRAFÍA Encabezado con cariñosísima dedicatoria, que agradecemos en el alma, hemos recibido un folleto editado por la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales y escrito por nuestro ilustrado colaborador y notable médico de Irurita D. Fermín Irigaray. cNoticia biográfica del ilustre botánico Sr. Lacoizqueta», titula el Sr. Irigaray á su importante labor, que es una Memoria acerca de los trabajos y méritos científicos de uno de tantos sacerdotes oscurantistas cuya ciencia corrió parejas con su modestia y que víctima de la ignorancia ó mala fe reporteril, que sólo sabe encumbrar á la ciencia de oropel, creada merced al reclamo de los interesados en aparecer sabios, vivió olvidado casi de la prensa en uno de los más pintorescos valles de nuestras queridas montañas, en Narvarte. No nos detenemos á reseñar el folleto de nuestro querido colaborador ni á encomiarlo cual SD merece, porque lo primero haría, quizá, desmerecer á su labor y lo segundo podría parecer á nuestros lectores producto de interesados afectos y adulación injustificada. Nos reservamos, pues, el juicio crítico, limitándonos á felicitar al autor del folleto por haber tenido ol buen acierto de sacar de la obscuridad en que yacían los méritos y ciencia del que fue navarro ilustre, sacerdote ejemplar y sabio botánico, D. José María de Lacoizqueta; prometiendo hacer cuanto esté de nuestra parte para que los lectores de esta revista puedan conocer algo de lo mucho y bueno que legó á la ciencia. ' Si esperamos á saber antea de creer, nunca llegaremos á una cosa ni á otra, pues la fe debe preceder á la ciencia y luogo aer su compañera.—(San Juan Orisóstomo.) —Una gracia atrae otra gracia, y un vicio llama á otro vicio. REVUELTA Por S a n t i a g o Apóstol.—Nuestra Sociedad Biblioteca Católico Propagandista celebrará la festividad m del Patrón de España cou misa y comunión reglamentaria que tendrá lugar mañana, 25 del actual, á las siete de la mañana, en la iglesia de las Madres Dominicas. A cuantos asistan á ese religioso acto se les repartirá el interesante folleto titulado «La virtud de la fe», escrito por el R. P. Remigio Vilariño, de la Compañía de Jesús. Excitaciones necesarias.— Ha celebrado una importante asamblea en París la Obra de las bibliotecas populares cristianas, que tiene por fin el facilitar á las Parroquias, Patronatos y otras Obras católicas la instaialación de bibliotecas circulantes. El famoso P. Coubé, 8. J., ha pronunciado en dicha asamblea un discurso que ha llamado grandemente la atención, mostrando la influencia profunda ejercida por el libro, poderoso apóstol del bien ó del mal. Sus excitaciones á la generosidad cristiana para fomentar esta clase de Obras tienen perfecta aplicación á los españoles. E n honor d e u n mártir.—Nuestros hermanos los católicos vizcaínos hao celebrado la última semana, en la villa de Elorrio, brillantísimos cultos con motivo de la beatificación del insigne vascongado Fr. Valentín de Berrio-Ochoa. Han asistido á esos actos el Sr. Nuncio de Su Santidad, el celoso prelado de la diócesis vascongada y egregio navarro Dr. D. José Cadena y Eleta, y los Obispos de CiudadReal y Sion. También han acudido representaciones de las cuatro provincias hermanas: la de Navarra ha estado representada por los diputados Sres. Larraya y Oroz, y el secretario Sr. Goroaábel. En la fiesta principal predicó el ex diputado provincial de Vizcaya ó ilustrado ingeniero, hoy dignísimo Hijo de Sau Ignacio de Loyola, R. P. Gabriel Vilallonga. Oiga...—¿Usted es católico?... Y siendo católico, ¿usted compra, lee y sostiene con su dinero periódicos ácratas? —No señor: yo sólo compro y leo El Imparcial, El Heraldo, El Liberal... el Trust... —Basta, basta amigo mío: y usted se dice católico? y lee y sostiene la prensa enemiga de Dios, de su Iglesia y de todo cuanto huele á Religión católica?... Usted... católico... y... sosteniendo con su dinero á la prensa liberal que prefiere ver hundida la sociedad entre los horrores de una bomba, á que ee coarte en lo más mínimo la santa libertad de pensamiento que educa incrédulos, incendiarios y anarquistas?... Qué entenderá usted por ser católico?... Y espera usted salvarse? Medítelo usted con sosiego; y á solas, vea ai es propio de un buen católico la cooperación al mal que en el campo cristiano ocasiona la prensa impía, no dejando de consultarlo con un docto confesor. Fio X no transige con el Gobierno.—Parece un hecho que Su Santidad se declarará en contra de las Asociaciones culturales, recomendando en cambio que los católicos franceses se unan para formar Asociaciones parroquiales que se rijan por los preceptos de la ley de Asociaciones de 1901. Cero y van —En Santander murió cristianamente, abjurados sus errores, D. Miguel Martínez López, que en las planchas de la Masonería figuraba con el nombre de Marte y había subido hasta el grado 33, teniendo el número 25 en el Supremo Consejo de la Masonería española desde el año 1893. Cuando recibió los santos sacramentos, y poco antes 171 LA AVALANCHA de morir, manifestó que aquellas horas eran las más felices de su vida, cuando habla dado eterno adiós á las patrañas sectarias y se había abrazado con la verdad de la Religión de Jesucristo. B i e n hecho.—Por disposición gubernativa han sido cerradaa en el llano de Cartagena tres escuelas laicas, por no reunir condicionea y propagarse en ellas ideas disolventes. Las tres escuelas clausuradas pertenecían á los cincuenta anarquistas que, según afirmó Carlos Malato en el periódico libertario de Paría L'Actión, funcionan en España. El Heraldo de Madrid censuró agriamente el cierre de dichas escuelas, porque (jpásuuense nuestros lectores!), constituye un ataque directo contra la libertad de concien-da. ¡Cinismo se necesita para hablar y escribir de ese modol Hubiera sido católico ó de religiosos ol colegio clausurado, y... el diario jacobino de Canalejas hubiera aplaudido hasta rabiar. ley de separación, alquilaría la iglesia parroquial para hacer de ella una cuadra para sus caballos; pero Dios ha querido castigarle en lo que él más amaba: su caballeriza ahora se halla vacía, En pocoa días todos sus caballos han muerto sin que los veterinarios hayan podido definir de qué enfermedad. |Pobre infeliz! ahora ya no piensa en arrendar la iglesia para cuadra de sus caballos. Opúsculo recomendable.—Con el título de Ejercicio de los siete domingos de San José, se ha publicado en la imprenta de San Joso de la Montaña, de Barcelona, un bonito librito de más de cien páginas con los actos propios de esta piadosísima devoción, que se halla enriquecida con numerosas indulgencias. Pueden adquirir nuestros lectores, como así les recomendamos, este librito en la citada imprenta de Barcelona, al precio de 50 céntimos en rústica y 1 peseta en tela. ¡Ta vendrá el triunfo!—En Charente (Francia) T7n centenario católico.—Escriben de Nueva York que en este año todos los católicos de la América del Norte festejarán solemnemente el primer centenario - ^ la restauración de la Compañía de Jesús en la gran república americana. Consta que desde 1806 hasta nuestros días loa reverendos Padres jesuítas en los países de Washington, de Pesur y de Franklin no fueron nunca molestados por el gobierno ni por los particulares, y que pudieron consagrarse á la educación de las masas y fundar colegios y universidades, confiriendo también certificados de estudio y diplomas de la misma validez y legalidad que los de las universidades y centros oficiales de enseñanza del Estado. L a m a n o d e Dioa.—Leemos en un diario francés el siguiente sucedido, que se presta á serias reflexiones, ü n sectario y feroz anticlerical de Dompaire (Vosges) tenía una magnífica caballeriza, y, por odio al Catolicismo, había dado á sus caballos los nombres más respetables y sagrados. A veces se le oía decir que, apenas se votara la ha tomado las proporciones de calamidad pública la epidemia de fiebrea perniciosas. Con tal motivo ha sido necesario multiplicar el número de enfermeras en loa hospitales, habiéndose dado el caao de no encontrar quien preste servicio tan comprometido, á pesar de las importantes sumaa que ae ofrecieron. El Gobierno, ante tan gran conflicto ha acordado se acuda á laa Hermanas de la Caridad, que no teniendo para nada en cuenta loa deaprecioa y laa peraecucionea de que han sido objeto, ae apresuraron á cumplimentar la obra de misericordia, exponiendo su vida al sacrificio que ahora como hace poco en Marsella timbrará con las palmas del martirio aus frentes. Los perseguidores de la Caridad que se inspira en la Fe, único sitio donde puede tomar sólida base, han tenido que recurrir á la Caridad para Balvar del abandono sus cuerpos flacos y enfermos; pero aus almaa muertas por la tiranía de las malas predicaciones se niega y se negará aún, por permisión divina, á las fuerzas de la Gracia, que así sabe preparar y asegurar aua futuros triunfos. ¿Y siguen los sectarios sin comprender los llamamientos del Cielo? t Don Melitón Fernández de Garaplde, socio de la Biblioteca Católico-Propagandista. falleció en Pamplona el 31 de Mayo de 1906 —£>. E. P.— £ a referida Sociedad y su órgano en la prensa L a A v a l a n c h a , ruegan á los socios, lectores y personas piadosas, hagan, la caridad de encomendarle á ©ios en sus oraciones. Su Santidad el Papa León XIII, en Breve de 19 de Diciembre de 1890, concedió sesenta diaa de indulgencia por rezar cinco Padrenuestros y Avemarias en sufragio de las almaa de los socios difuntos. tOI VICEHTE FELIPE í 1RÍECUI, soda fie la Biblioteca CakHlco-PropaganiHsla, falleció en Pamplona e! 12 de Junio de 1906 —D. E. P.— .La referida Sociedad y su órgano en la prensa La Avalancha, ruegan á los socios, lectores y personas piadosas, Hagan la caridad de encomendarle á ©ios en sus oraciones. * . So Santidad e-l Papa r<eón XIII, on Brev« de 19 de D¡ciembra de 1890, outioedió sesenta dias de indulgencia por rezar oinoo Padrenuestros y Avemarias en sufragio de las almas de los socios difuntos. PAMPLONA.—Imprenta y Librería de Erice y García, calle do la Estafeta, número Si. LA AVALANCHA 172 OBRA NUEVA OBRAS NUEVAS LA VIDA INTBRIOR ENSEÑANZA POPULAR DK LA RELIGIÓN, por el Reverendo Padre Ruiz Amado.—En tela, 3'50 pesetas. LAS LUCHAS DEL ALMA, instrucciones á las Hijas de María y á las personas piadosas,—Eti tela, 3'50 EL EVANGELIO, explicado en laa Dominicas. Breves discursos acerca de las principales tiestas del año, por Frassinetti. —Tela, 10. URBANIDAD y buenas maneras del sacerdote, por el abateBranchereau, traducción por el P. Fierro.—Tela, 4'50. EUSKARIANA. Algo de Historia. (El genio de Navarra, Ensayo apologético, histórico y critico acerca del P. Moret, y curiosísimos Apéudlcee), por D. Arturo Campión.—5. LOS NIÑOS MAL EDUCADOS.-Entela, 6 DE COLOR DE CIELO, narraciones para niños por ol P. Moreu, S. J.—Tela con bonita plancha, 2'50. DON FAUSTO, novela de costumbres vizcaínas, por D. Francisco de Ulacia, precedida do una carta-prólogo de D. ArturoCampión.—3. NUEVO diccionario enciclopédico de la Lengua castellana, ilustrado con numerosos grabados, por Toro y Gómez.—Tela, 8. MEDITACIONES SACERDOTALES, por el P. Chaignon.Cinco tomos, en tela, 15. 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