américa latina en la encrucijada - Ministerio de Energía y Minería

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AMÉRICA LATINA EN LA ENCRUCIJADA
Andrés Kozel
1. El mundo
El Nacional Intelligence Council (NIC) del gobierno de los Estados Unidos elaboró en 2008 el
documento Trends 2025: A Transformed World1. Habida cuenta de la amplitud de su
orientación y de la creatividad del ejercicio prospectivo que propone, será productivo
comenzar estos apuntes con un breve comentario al respecto. Los elementos clave
indicados por Trends 2025 se dejan condensar del siguiente modo:
a) En torno a 2025 el mundo tendrá unos 8 mil millones de habitantes, es decir, mil
millones más que en la actualidad. Fruto del crecimiento demográfico y del
crecimiento económico, la demanda de alimentos será un 50% mayor a la actual.
Paralelamente tendrán lugar cambios significativos en las preferencias de consumo
de la cada vez más numerosa clase media global, proceso en el cual las zonas más
dinámicas de Asia tendrán el papel más destacado. Esta situación propiciará no sólo
un acrecentamiento de las oportunidades y rivalidades comerciales sino además una
intensificación considerable de la presión sobre recursos como la energía y el agua,
que podrá exacerbarse todavía más en función de los efectos del cambio climático:
los debates acerca de la cuestión medioambiental y energética serán
crecientemente centrales en los lustros por venir. Aunque el escenario de la transición
a una civilización post-petróleo es ineludible a largo plazo, no cabe imaginar que
para 2030 se haya completado (con todo, es probable que en torno a esa fecha se
esté en condiciones de elaborar prospecciones más precisas en ese sentido).
b) El panorama demográfico y las problemáticas derivadas serán muy distintos en los
países avanzados con pirámides poblaciones envejecidas (en particular, Japón y la
Unión Europea) y en los países emergentes con pirámides poblaciones jóvenes (por
ejemplo, los países árabes y sus legiones de jóvenes desocupados). Los
desplazamientos migratorios seguirán siendo motivo de esperanza para millones de
personas, al tiempo que potenciales fuentes de conflictos diplomáticos, políticos y
sociales.
c) En 2025 el sistema internacional que emergió tras de la segunda guerra mundial
será en gran medida irreconocible. Ello se deberá, ante todo, a la enorme dimensión
demográfica y económica que para entonces habrán adquirido los nuevos pesos
pesados: China e India –y Rusia si, de acuerdo con los autores del documento, apura
ciertas modificaciones inaplazables. Vale la pena retener dos elementos: a) Las
poblaciones agregadas de China e India constituyen, y seguirán constituyendo por
décadas, alrededor de un tercio de la población mundial; b) Más temprano que
tarde, la economía china superará a la estadounidense en tamaño, convirtiéndose
así en la mayor economía del mundo –en términos de dimensión del PIB, aunque no,
por supuesto, de ingreso per cápita ni de hegemonía militar y cultural. El mundo de
2025 será un mundo decididamente multipolar, en el cual no sólo tendrán peso los
actores estatales, viejos y nuevos, sino también un número creciente de actores no
estatales. Es difícil imaginar que para entonces subsista la idea de una “única
1
NACIONAL INTELLIGENCE COUNCIL (NIC), Trends 2025: A Transformed World, US Government,
november 2008. Disponible en
www.dni.gov/nic/NIC_2025_project.html (última consulta 06/02/2012).
comunidad de naciones”. Considerando que históricamente los sistemas multipolares
han sido más inestables que los uni o bipolares, los autores de Trends 2025 imaginan
modificaciones y conflictos derivados de la nueva situación: con toda probabilidad,
cambios en las alianzas y emergencia y robustecimiento de distintas instancias de
integración regional. Constituye una pregunta abierta y de difícil respuesta el
establecer cómo, cuándo y hasta qué punto los nuevos pesos pesados traducirán su
colosal envergadura demográfica y económica a la escena de la política global,
convirtiéndose en jugadores gravitantes a ese nivel.
d) Aunque da la impresión de que las rivalidades estratégicas en ciernes concernirán
sobre todo a temas relativos a las relaciones comerciales, a la geopolítica de la
energía y a la inversión y la innovación tecnológica, no cabe descartar sin más
potenciales escenarios de mayor y más abierta hostilidad –carreras armamentísticas,
formas de racismo, expansiones territoriales, rivalidades militares, enfrentamientos
directos. En esta línea, la cuestión de Medio Oriente y las repercusiones regionales y
globales de un eventual ascenso de Irán al estatus de potencia atómica son
consideradas con insistencia por los autores del documento.
En suma, el futuro perfilado en Trends 2025 es en lo fundamental un futuro “signado por Asia”,
y cada vez más marcado por la cuestión ambiental –agua, cambio climático– y energética.
Para los países occidentales, el desafío parece estar centrado a desempeñarse con
efectividad en las disputas por el acceso y el control relativo de los enormes mercados
asiáticos y de los recursos energéticos clave. En cuanto a América Latina, los autores del
documento señalan que los países más importantes de la región serán potencias intermedias
hacia 2025; otros, como Venezuela y Bolivia, tienen un dudoso futuro en la medida que
continúen enrevesados en los vericuetos del las “políticas populistas”; Haití aparece
prácticamente condenado a la miseria y a la ingobernabilidad. No hay muchas más
referencias a la región. En términos generales, Trends 2025 plantea que América Latina, aún
con su economía creciendo a tasas relativamente altas, continuará bastante atrás de las
zonas más dinámicas de Asia en términos de crecimiento y competitividad: La región jugará
su papel en el drama global, aunque en calidad de actor secundario.
Los autores de Trends 2025 proponen el ejercicio prospectivo de imaginar cuatro escenarios
posibles: 1) el caracterizado por la “desaparición de occidente” (en rigor, por la presencia
de un occidente abrumado e inoperante); 2) el signado por un impacto inesperado del
cambio climático (definido por un megahuracán cernido sobre Nueva York, que obliga a
tomar medidas drásticas, como la relocalización de ciudades costeras); 3) el marcado por
un conflicto por recursos entre los dos nuevos pesos pesados China e India, y 4) el
caracterizado por un eclipse de los poderes estatales convencionales, consecuencia del
accionar de redes no estatales promotoras de una agenda centrada primordialmente en el
tema ambiental. En términos metodológicos se trata de una propuesta creativa, interesante
desde el punto de vista del la prospectiva global, y que en otro momento valdría la pena
replicar, con los matices del caso, para América Latina.
2. América Latina. Población
2.1. Salida generalizada del escenario previo
En los últimos lustros América Latina ha experimentado un descenso considerable y
presumiblemente definitivo de los ritmos de crecimiento de su población2. Fruto de la caída
de la tasa de fecundidad y del aumento de la esperanza de vida, el tiempo de la explosión
demográfica masiva parece haber quedado definitivamente atrás. De acuerdo con las
proyecciones de los especialistas, en torno a 2025 la mayor parte de los países que
componen la región habrán llegado al nivel de reemplazo (2.1 hijos por mujer) o estarán por
debajo de él, adentrándose así en la antesala de un eventual escenario de estabilización o
decrecimiento poblacional.2 Es obvio que, en un continente tan vasto y diverso, los datos y
tendencias agregados poseen un valor muy relativo: se verifican importantes diferencias
entre los países y, también, profundas brechas sociales y regionales, así como innumerables
matices y situaciones específicas. Esta última observación, que vale para la tendencia
pesada demográfica recién referida –no en todos los países y regiones se llegará al nivel de
reemplazo “al mismo tiempo”–, no debe perderse de vista en ningún momento en lo que
sigue.
2. 2. Bono demográfico
Los especialistas ponen de relieve el hecho de que la región atraviesa en nuestros días una
etapa singular, a la que designan como bono demográfico. El escenario puede
caracterizarse así: como consecuencia de la disminución de la fecundidad, se ha visto
reducido el número de niños (consumidores) respecto de los adultos activos (productores), lo
cual ha generado un escenario potencialmente favorable en varios sentidos3.
Sostener lo anterior no debe conducir a desconocer que el trabajo infantil sigue siendo una
realidad masiva en las regiones rurales más empobrecidas del mundo y de América Latina:
por dar un ejemplo, UNICEF da para México la cifra de por lo menos 3,6 millones de niños y
adolescentes que trabajan, dato oficialmente reconocido por las instituciones del estado4, y
frente al cual sería difícil afirmar que en América Latina todos los niños son sólo consumidores.
Sin embargo, la imagen del bono se refiere a algo real, y que es realmente importante.
En efecto, de ser adecuadamente aprovechado, el bono –que desde luego no durará para
siempre–, podría significar una ventana demográfica de oportunidades para el crecimiento
económico y para la anticipación de escenarios futuros. En esta línea de argumentación, el
desafío consistiría en invertir con decisión e inteligencia en capital humano –educación y
salud–, con vistas a que la población joven consiga insertarse en forma productiva,
contribuyendo a incrementar la competitividad y el ahorro. Se aduce que los tigres asiáticos
han superado exitosamente análogo desafío5.
2.3. Hacia una pirámide poblacional envejecida
Los países latinoamericanos deben comenzar a prepararse para enfrentar el repertorio de
problemáticas asociadas al envejecimiento de la población. De acuerdo con las
proyecciones de los expertos, si actualmente los mayores de 60 años representan no más del
10% de la población total, hacia 2025 constituirán el 25% de la misma: la forma de la
2 CEPAL, Transformaciones demográficas y su influencia en el desarrollo de América Latina y el Caribe,
CEPAL-Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2008, cap. II.
3
Ibídem, cap. III.
4
“Trabajo infantil”, en el sitio de UNICEF México:
http://www.unicef.org/mexico/spanish/proteccion_6928.htm (última consulta: 06/02/2012).
5 “Fecundidad y desigualdad en América Latina”, en Notas de la CEPAL, número 70, diciembre de
2011. Disponible en http://www.eclac.cl (última consulta 01/02/2012) También, Alejandra MARTINS, “Los
retos de América Latina ante el crecimiento demográfico”, en La Nación, 31 de octubre de 2011.
Disponible en http://www.lanacion.com.ar/1419283-somos-7000-millonescinco-desafios-ambientales
(última consulta 06/02/2012).
pirámide poblacional irá dejando de parecerse a una pirámide para asemejarse cada vez
más a un muffin. El cambio es importante, y traerá consigo desafíos considerables: no sólo
habrá mayores presiones sobre los sistemas de pensiones y jubilaciones, sino que se abrirá un
nuevo abanico de problemáticas, ligadas, entre otras cosas, a qué tipo de cobertura podrá
dársele a las considerables franjas de población joven hoy empleada informalmente o
desempleada, así como también a un haz de demandas inéditas sobre la infraestructura y
sobre la estructura de las profesiones –vgr., será necesario contar con un mayor número de
médicos especialistas, de enfermeros, etc. Casos particulares, Cuba y Uruguay presentan
actualmente una pirámide poblacional envejecida, rasgo que, lejos de revertirse, se verá
intensificado en las próximas décadas.
Sólo con la finalidad de fijar una cadena de razonamientos de potencial valor heurístico,
cabe señalar que aquellas regiones o países donde la fecundidad ha descendido hasta o
casi hasta el nivel de reemplazo, donde la esperanza de vida supera los 70 años y donde el
saldo migratorio es negativo, son los que antes y más intensamente deberán enfrentar el
conjunto de desafíos planteados por el envejecimiento poblacional.
2.4. Nuevas pautas en las migraciones internacionales
Otra tendencia demográfica fuerte concierne a la modificación de algunos de las pautas
migratorias características de los años centrales del siglo XX. La emigración de mexicanos a
Estados Unidos se incrementó de manera sustantiva a partir de la década de 1990, a un
punto tal que, en México, el número anual de emigrantes –más de medio millón de
personas– supera ligeramente el número de decesos. Los demógrafos mexicanos ponen de
relieve que la abrumadora mayoría de los emigrantes son jóvenes en edad activa y que, de
proyectarse los datos actuales a los lustros por venir, las consecuencias del envejecimiento
de la población se verían agravadas. El fenómeno de la emigración de mexicanos a Estados
Unidos presenta diversas facetas de interés, entre las cuales se cuenta la emergencia del
universo chicano, con sus múltiples dimensiones, entre las que se incluyen notables
expresiones artísticas y culturales. Por otra parte, una serie de excesos conexos a este tema,
así como al de las peripecias de los emigrantes centroamericanos que ingresan a territorio
mexicano con la intención de dirigirse, también, a Estados Unidos, viene siendo objeto de
sistemáticos señalamientos por parte de distintas organizaciones de derechos humanos,
repercutiendo en los medios masivos de comunicación y en los debates políticos de los
países involucrados.
Al parecer, los desplazamientos de sudamericanos hacia otros países de la región también se
han incrementado últimamente. Los países que reciben mayor cantidad de inmigrantes son
Argentina, Brasil y Venezuela. Los países con mayor número de emigrantes son Paraguay y
Bolivia (los principales destinos son Argentina y Brasil) y Colombia (el principal destino es
Venezuela). La emigración de colombianos se explica en gran medida por el conflicto
político que asuela Colombia desde hace décadas, pero el reciente incremento de los
desplazamientos al interior de la región parece estar ligado a las crecientes restricciones que
sufren los sudamericanos para acceder a Europa y a Estados Unidos6. También en
Sudamérica se registran casos de abusos, explotaciones y violaciones a los derechos
humanos de los inmigrantes. Al mismo tiempo, se identifican procesos identitarios y culturales
de enorme interés desde un punto de vista sociológico y antropológico.
2.5. Nuevas pautas en las migraciones internas
En las últimas décadas ha variado también de manera significativa la pauta de las
migraciones internas, esto es, de los desplazamientos de población dentro de los países
Maximiliano SBARBI OSUNA, “Crecen las migraciones internas en Sudamérica”, en Observador
Global.Com.
Disponible
en
http://observadorglobal.com/crecen-las-migraciones-internas-ensudamerica-n21018.html (última consulta 06/02/2012).
6
singularmente considerados. En los países más grandes y poblados hace ya unos 25 años que
los grandes centros urbanos han dejado de ser los únicos espacios receptores de migrantes,
cediendo su lugar, al menos en parte, a ciudades intermedias, así como también a nuevos
patrones de desplazamientos, de los cuales no hay que excluir los movimientos al interior de
regiones específicas ni, tampoco, los movimientos pendulares. Sin que haya dejado de
presentar un saldo migratorio negativo, la región nordeste de Brasil ha comenzado a retener
más población; por otra parte, si es cierto que el eje de desplazamiento nordeste/sudeste
conserva su importancia en el país, también lo es que los destinos de los nuevos migrantes se
localizan crecientemente al interior de sus regiones de origen7. En México, el DF ya se ha
convertido en un foco expulsor de población; de un tiempo a esta parte, los principales
atractores de población vienen siendo las ciudades de la frontera norte – donde se ha
instalado la industria maquiladora y otras fuentes de empleos codiciados– y el estado de
Quintana Roo en la península de Yucatán –donde hay un poderoso polo turístico–8. En Perú,
Lima y su zona metropolitana siguen siendo el principal polo atractor; no obstante, al
considerar los desplazamientos de población al interior de Perú en la actualidad hay que
tomar en cuenta la presencia de dinámicas asociadas al narcotráfico (en particular en la
selva alta), el proceso de pacificación de la región de Ayacucho-Huamanga (que ha
propiciado una reducción relativa de la emigración así como el retorno de desplazados) y el
desarrollo de la minería ilegal9.9
2.6. Apreciación
En un sentido general, podría decirse que las tendencias pesadas de la demografía parecen
favorecer de momento a los países latinoamericanos. De un lado, está la ventana de
oportunidades abierta por el bono demográfico. Del otro, está el hecho simple pero
verdadero que indica que, de mantenerse una tasa de crecimiento económico razonable
en el marco de un escenario tendiente a la estabilización de la cantidad de población,
terminará habiendo más riqueza para repartir entre igual número de personas. Por supuesto,
aprovechar el bono no es algo que se produzca automáticamente; tampoco lo es
garantizar el crecimiento sostenido de la actividad económica ni, menos todavía, la
equitativa distribución de sus frutos. Parafraseando y extrapolando una afirmación que un
analista formulara en relación con el caso mexicano, es posible afirmar que, si la población
ya le cumplió al desarrollo, ahora falta que el desarrollo le cumpla a la población10.
3. América Latina. Economía y Sociedad
3.1. Intercambios Sur-Sur y crecimiento
Las explicaciones y las estimaciones relacionadas con la economía y la sociedad de ninguna
manera pueden ser tan precisas como lo son parte de las consideraciones vertidas por los
demógrafos. Si la cantidad de población, su estructura por edades y otras dinámicas
7 Antônio Tadeu RIBEIRO DE OLIVEIRA, Leila Regina ERVATTI y Maria Monica VIEIRA CAETANO O’NEILL, “O
panorama dos deslocamentos populacionais no Brasil: PNADs e censos demográficos”, en Luiz Antonio
PINTO DE OLIVEIRA y Antônio Tadeu RIBEIRO DE OLIVEIRA (orgs.), Reflexões sobre os deslocamentos
populacionais no Brasil, Rio de Janeiro, IBGE, 2011.
8 Virgilio PARTIDA, “Migración interna”, en Manuel ORDORICA y Jean-François PRUD’HOMME
(coordinadores generales), Los grandes problemas de México, México, El Colegio de México, 2010,
Tomo I: Población. Los dieciséis volúmenes que componen esta obra están íntegramente disponibles en
http://2010.colmex.mx/tomos2.html
9 Ernesto MAGUIÑA SALINAS (responsable), Perú: migraciones internas 1993-2007, Lima, INEI, 2009.
10 Manuel ORDORICA, “Las proyecciones de la población hasta la mitad del siglo XXI”, en Manuel
ORDORICA y Jean-François PRUD’HOMME (coordinadores generales), Los grandes problemas de
México, op. cit., Tomo I: Población. Ordorica retoma una expresión de Gustavo Cabrera.
conexas son variables cuyo desempeño puede explicarse y hasta predecirse con un margen
razonable de precisión (siempre y cuando no se presenten catástrofes inesperadas), el
comportamiento de la economía y la sociedad suele ser más opaco e incierto. Distinguir
tendencias pesadas en estas esferas es un ejercicio delicado.
Un documento reciente de la CEPAL sostiene que en la última década han sido las
economías emergentes las que han venido sustentando el crecimiento global. En virtud de
ello, hoy se asiste a una situación hasta cierto punto inédita: mientras las economías
avanzadas se encuentran estancadas, las emergentes han dado signos de vitalidad.
De hecho, los intercambios comerciales Sur-Sur crecieron de manera significativa en la última
década. La mayor parte de esos intercambios se realiza por la vía marítima. El Océano
Pacífico se ha consolidado como nuevo espacio protagónico.
En dicho marco, América Latina ha incrementado sensiblemente sus niveles de participación
en el comercio internacional, aumentando de manera considerable el volumen de sus
intercambios con China y con otros países de Asia Oriental. Para decirlo gráficamente: si las
exportaciones latinoamericanas crecieron en general a un 7% anualizado durante el último
lustro, las exportaciones dirigidas a Asia Pacífico crecieron a un 22% anualizado –más del
triple– en el mismo periodo11. Un somero examen de la composición de las exportaciones
latinoamericanas revela que se trata mayormente de bienes primarios: recursos energéticos,
minerales y agropecuarios, los también llamados commodities. La región del MERCOSUR es la
principal productora de alimentos del planeta; Chile es el principal productor mundial de
cobre; Brasil, además de ser el mayor exportador de carnes y café, se cuenta entre los
principales productores de hierro y manganeso; Venezuela y México figuran desde hace
décadas en el top ten de los exportadores de petróleo.
El conjunto de elementos mencionado explica en una medida importante las altas tasas de
crecimiento presentadas por muchas de las economías latinoamericanas durante la última
década.
Pero hay que tener en cuenta que Asia no es el único destino de las exportaciones
latinoamericanas: Paraguay, por ejemplo, exporta su soja mayormente a Europa. Sin
embargo, la mayor presencia relativa de Asia en el sentido indicado es uno de los datos más
importantes del panorama global de nuestro tiempo.
3.2. Modificaciones espacio-territoriales
Desde el punto de vista espacio-territorial, esta mayor participación en el comercio
internacional aparejó y seguirá aparejando importantes modificaciones: vastos espacios han
sido “puestos a trabajar” para satisfacer las nuevas demandas; muchas fronteras agrícolas se
han desplazado, áreas enteras del mapa fueron incorporadas a la actividad productiva, en
tanto que otras vieron modificada parcial o totalmente pautas y orientaciones preexistentes.
Elemento clave en esta dinámica, la expansión de la soja no sólo ha afectado a nuestro país,
sino también a Brasil, Paraguay, Bolivia y, en menor medida, Uruguay.
De acuerdo con un documento de la FAO, si la producción de soja creció 58% a nivel global
entre 1996 y 2004, en los países mencionados se incrementó un 123% en el mismo periodo: en
torno a 40 millones de hectáreas se dedican al cultivo de la soja en la región. El boom
mundial de esta leguminosa de alta rentabilidad es un fenómeno especialmente
sudamericano o, más específicamente, conosureño12. En cuanto a los efectos de la
sorprendente expansión del cultivo, el documento citado pone de relieve el fortalecimiento
de un modelo productivo en gran escala, altamente tecnificado y mecanizado, basado en
CEPAL, Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe. La región en la
década de las economías emergentes, CEPAL-Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2011.
12 SANTANA, Carlos y Óscar SISMONDI, Expansión futura de la soja 2005-2014. Implicaciones para la
seguridad alimentaria, el desarrollo rural sostenible y las políticas agrícolas en los países del MERCOSUR y
Bolivia, Santiago de Chile, FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura), 2007.
11
explotaciones de gran tamaño y muy concentradas, y orientado casi de manera exclusiva al
mercado internacional. La expansión ha estado acompañada por una notable
intensificación de las actividades de compra y arrendamiento de tierras. Desde luego, en el
desarrollo de esta nueva modalidad de explotación agropecuaria han desempeñado un
papel central algunas grandes compañías multinacionales. En los casos de Argentina y Brasil,
se asiste también a importantes transformaciones agroindustriales; en particular, al desarrollo
de una pujante industria procesadora de soja y, también, a la perspectiva de que emerja y
se robustezca una industria nacional de subproductos diversos.
Sin dejar de reconocer el destacado papel de esta expansión en el mejoramiento
económico de los países mencionados, el documento de la FAO indica también una serie de
riesgos e interrogantes que permanecen abiertos: sobre la conveniencia de adoptar el
monocultivo como pauta, sobre los peligros asociados al empleo de las nuevas tecnologías,
sobre cuán sostenible es la actividad y cuán serios pueden ser sus efectos sobre el medio
ambiente, sobre las consecuencias de los desplazamientos de otras actividades
agropecuarias a zonas antes marginales –lo cual ha supuesto, en algunos casos, cambios de
los horizontes vitales de enteros contingentes de población campesina13: a este último
respecto, el impacto social de la nueva modalidad de explotación ha sido particularmente
fuerte en Paraguay, donde se han registrado movilizaciones, conflictos y desplazamientos de
miles de campesinos14.
3.3. Impacto distributivo
En los últimos dos lustros América Latina logró reducir la brecha entre su nivel de ingreso per
cápita y el correspondiente a los países avanzados, revirtiendo así los desempeños
alcanzados en décadas anteriores y consiguiendo recuperar, al menos en parte, el terreno
perdido15. Si es cierto que el dato correspondiente al ingreso per cápita es un promedio que
encubre situaciones particulares muy distintas, también lo es que en algunos países se
registraron mejoras efectivas en lo que respecta a la distribución del ingreso y a la reducción
de los niveles de desigualdad, de pobreza y de indigencia. Dicha tendencia, y el notable
contraste que ha supuesto en relación con el panorama de las décadas anteriores, es un
elemento de importancia a la hora de dar cuenta de la perdurabilidad en el tiempo de
algunos de los proyectos políticos más característicos de esta etapa, destacando en este
sentido los casos de Argentina, Brasil y Venezuela. Numerosos intelectuales progresistas han
dado muestras de apoyo –en todo o en parte– a estos procesos16, en tanto que otros se han
mostrado más escépticos en lo que respecta a su alcance y nivel de radicalidad17.
3.4. Pasos hacia la integración regional en América del Sur
Ibídem.
El sociólogo paraguayo Tomás Palau es uno de los intelectuales que con mayor radicalidad ha
cuestionado este proceso. Una entrevista reciente puede consultarse en
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120744 (última consulta 06/02/2012).
15
CEPAL, Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe…, op. cit., p. 16.
16 Por su enorme repercusión global, destaca, sin ser naturalmente el único ni el único relevante, el
apoyo público de Noam Chomsky a la gestión de Hugo Chávez y a los procesos de integración
latinoamericana en sentido amplio: Noam CHOMSKY, “Launidad latinoamericana”, en Esperanzas y
realidades, Barcelona, Urano, 2010.
17 Para una buena condensación de esta posición, véase la argumentación que despliega Raúl
ZIBECHI, “El pensamiento crítico en el laberinto del progresismo”, en Observatorio Social de América
Latina, Buenos Aires, CLACSO, año XII, N° 30, noviembre de 2011. También puede consultarse en el
mismo número de OSAL la entrevista a Francisco “Chico” de Oliveira sobre el Brasil lulista, a cargo de
Massimo Modonesi.
13
14
Sin desconocer la importancia de procesos e instancias pioneros de la integración
latinoamericana, la creación de la UNASUR parece constituir un hito en la materia, que ha
tenido entre sus efectos la instalación de una nueva agenda regional. Entre otras cosas, el
organismo ha promovido una serie de iniciativas (i) infraestructurales –destaca, sin ser la
única, la carretera interoceánica–, (ii) económicas –creación del Banco del Sur, propuesta
de conformar un fondo anticíclico–, y (iii) sociopolíticas –como el área de libre residencia y
trabajo–, de gran trascendencia histórica, y que serán seguramente decisivas en el
delineamiento de los escenarios del futuro. El camino que queda por recorrer para alcanzar
y consolidar niveles genuinos y profundos de integración es largo, y en modo alguno se
presentará libre de dificultades ni de controversias. Uno de los problemas más importantes en
este sentido tiene que ver con las notorias disparidades –de envergadura y peso específico,
pero también, en ocasiones, de intereses concretos– que existen entre los países que
componen ésta y otras instancias, tal y como sucede en el MERCOSUR: casi todos los días se
aprecian en los diarios asperezas ligadas a estas cuestiones.
Otra problemática abierta concierne al rezago infraestructural. Normalmente se reconoce
que América Latina adolece de un rezago considerable en términos de infraestructura. En la
última década, la combinación de (a) la mayor participación de la región en el comercio
global, (b) el crecimiento económico sostenido y (c) la intensificación de la demanda
interna, ha generado múltiples y más intensas presiones sobre la infraestructura existente, que
sufre una suerte de estrangulamiento. Distintos tipos de déficit afectan a cada uno de los
países y regiones en particular, repercutiendo, por ejemplo, sobre los tiempos de traslado de
los productos y sobre los costos de su transporte y comercialización. Se trata de una cuestión
relevante por muchas razones, además de las más evidentes (tiempos y costos): tal como
puso de relieve un panel de expertos en el Foro Económico de Davos 2012, parte importante
de los alimentos que se producen en el mundo “se pierden” entre el momento de la cosecha
y el consumidor final debido a rezagos infraestructurales –rezagos que no son sólo
latinoamericanos, por supuesto–18.18
Según estimaciones recientes de la CEPAL, reducir la brecha de infraestructura en América
Latina–transporte, energía eléctrica, telecomunicaciones, agua potable y alcantarillado–
requeriría invertir U$S 170,000 millones anuales por varios años; eso sólo para “estar a la altura”
de la situación. La cifra citada equivale al 5% del PIB regional; alcanzarla significaría más que
duplicar lo que se viene invirtiendo, y eso sólo para “estar a la altura” del crecimiento
proyectado. Sería preciso invertir casi el doble si se aspirase a alcanzar los niveles que
actualmente ostenta Asia Pacífico19. A comienzos de 2012 el gobierno de Brasil ha
anunciado un proyecto para ampliar la oferta de energía a través de la construcción, en
países vecinos –sobre todo Perú–, de centrales hidroeléctricas conectadas a Brasil: suerte de
“plan B”, la ruptura de las fronteras intenta ampliar los márgenes de certidumbre en lo que
respecta al abastecimiento de energía en el futuro cercano, previendo atrasos en el
cronograma de instalación de hidroeléctricas en el territorio nacional. El dato es interesante,
en la medida que permite apreciar la escala de lo que hay en juego20.
Cuando se hace referencia a Asia Pacífico, se suele poner de relieve el alto nivel de
integración económica alcanzado: la planificación y la inversión en infraestructura han
jugado un papel decisivo a ese respecto. Aunque es cierto que en Sudamérica todavía falta
un largo trecho por recorrer, también lo es que últimamente se han dado pasos importantes
en esa dirección. En los últimos años, la UNASUR ha absorbido en su seno el foro técnico
“Foro de Davos: el 40% de los alimentos se pierde entre la cosecha y el consumidor”, en La
Vanguardia, 26/01/2012.
Disponible
en
http://www.lavanguardia.com/vida/20120126/54245358998/40-alimentos-mundo-sepierde-entre-cosecha-y-consumidor.html (última consulta 06/06/2012)
19 Notas de la CEPAL, números 68 y 70. Disponibles en http://www.eclac.cl (última consulta 01/02/2012).
20 “Governo acelera usinas nos vizinhos para garantir energia”, Folha de Sao Paulo, 14/02/2012.
Disponible en http://www1.folha.uol.com.br/mercado/1048284-governo-acelera-usinas-nos-vizinhospara-garantir-energia.shtml (última consulta 14/02/2012).
18
“Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana” (IIRSA), con la
finalidad de generar y robustecer espacios regionales de diálogo, planificación y ejecución.
En la cumbre de mandatarios sudamericanos que tuvo lugar en Cochabamba a fines de
2006, Evo Morales había hecho referencia a la necesidad de replantear IIRSA para
considerar el deseo de la gente de ver caminos para su desarrollo, y no carreteras para la
exportación que simplemente atravesaran los corredores de la miseria y aumentasen la
deuda. El balance de la absorción de la IIRSA por la UNASUR es sin duda positivo:
actualmente se dispone de un diagnóstico y de una cartera de proyectos tan integral como
probablemente no los había habido en ninguna otra etapa previa21. La cartera de proyectos
establece diez ejes de integración y desarrollo, distinguiendo a su vez entre subespacios
consolidados, de potencial crecimiento y emergentes, que requieren estrategias distintas.
Más allá de las dificultades que puedan presentarse en fases subsiguientes, la sola existencia
de la instancia, del diagnóstico y de la cartera de proyectos es un aporte medular a la
conformación de una agenda regional genuina. Una pregunta derivada es la de si
estaremos asistiendo a la conformación de un bloque sudamericano crecientemente
integrado, aunque de alguna manera separado de América Central y México. En cuanto a
América Central, es importante consignar que ha habido esfuerzos por integrarse al bloque
sudamericano, en particular a las iniciativas promovidas por el gobierno de Venezuela, como
el ALBA y Petrocaribe. Para numerosos analistas, el golpe de estado que depuso a José
Manuel Zelaya en Honduras en 2009 tuvo que ver, al menos en parte, con la adhesión del
mandatario a dichas iniciativas. En relación a México, un acceso de la centroizquierda al
gobierno –escenario que hoy no aparece como demasiado probable– multiplicaría las
posibilidades de un “giro latinoamericanista” de su política exterior.
3.5. Casos y situaciones
* Dadas su envergadura y su capacidad de dinamizar la economía regional en su conjunto,
el caso más impresionante de la última década latinoamericana ha sido el de Brasil, que se
ha convertido en la potencia más importante a nivel regional. De hecho, hay observadores
que ubican a Brasil, junto a China, India y Rusia, entre las potencias globales del futuro –los
BRICs de Goldman Sachs–. Esto ha generado, al menos en algunos sectores de la opinión
pública brasileña, un clima de entusiasmo y hasta de euforia por “nosso novo poder”. Desde
una perspectiva sociológica no deja de ser interesante seguir en la prensa y en otras
expresiones culturales las huellas y peripecias de este tipo de manifestaciones y de los
impulsos ambivalentes que encierran22.
Sin embargo, en el Brasil actual persisten las dudas sobre la fortaleza de la situación
alcanzada y sobre el peso de los obstáculos que amenazan la continuidad del ciclo
expansivo en curso. El debate es intenso, y sumamente interesante. La raíz del problema
parece ser el hiato existente entre la entrada de productos de alta tecnología en
Véase el Plan Estratégico Territorial (PET) de la República Argentina, editado por el Ministerio de
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (MINPLAN), en particular en su volumen 4:
“Integración Territorial Internacional. Planes, programas y proyectos para la consolidación de la
integración regional”.
21
Tomé la expresión “nosso novo poder” (“projetar nosso novo poder”) de Sérgio MALBERGIER, “Cuba é
una grande oportunidade”, Folha de S. Paulo, 02/02/2011. Disponible en
http://www1.folha.uol.com.br/colunas/sergiomalbergier/1042852-cuba-e-umagrandeoportunidade.shtml (última consulta 06/02/2012). Véase también, entre otras cosas, Vanessa CORREA,
“PIB de SP pode mais do que dobrar en 30 anos” Folha de S. Paulo, 25/01/2011. Disponible en
http://www1.folha.uol.com.br/cotidiano/1039034-pib-desp-pode-mais-do-que-dobrar-em-30-anos.shtml
(última consulta 06/02/2012).
22
comparación con la exportación de productos formados predominantemente por
commodities agrícolas y mineras, y ello pese a los esfuerzos y avances –el Brasil actual
exporta automóviles, celulares, aviones–. Ante este panorama, el gobierno se endeuda y
queda forzado a generar niveles altos de superávit fiscal para cumplir con los compromisos.
* Pero no sólo Brasil creció a altas tasas durante la primera década del siglo XXI. Sobresale
también el caso de Chile, cuya economía se ha consolidado como la más desarrollada de
América Latina según varios indicadores, entre ellos el ingreso per cápita. Aunque la
estructura de las exportaciones chilenas es más diversificada y multilateral que la de varios
de los otros países de la región, su dinamismo continúa centralmente recostado sobre los
altos precios del cobre, mineral del cual el país es primer productor mundial. De hecho, Chile
no ha conseguido todavía elevar a niveles significativos la producción de bienes industriales
con alto valor agregado; a ello hay que sumarle las dificultades derivadas de la
dependencia energética. Pese a los esfuerzos, Chile tampoco ha logrado alcanzar
resultados satisfactorios en lo que concierne a la reducción de la elevada desigualdad de los
ingresos que le es característica23. Con alguna frecuencia los intelectuales de la derecha
latinoamericana postulan a Chile como el modelo a seguir por los demás países
latinoamericanos24.24
* También ha crecido Venezuela, donde el balance de la década es favorable aún
considerando el sobresalto que supuso la baja de los precios del petróleo en 2008, situación
que, como ya indicamos, se vio agravada a raíz de la alza de los precios de los alimentos.
Actualmente se observa en Venezuela un interesante debate que parte de la constatación
de que el crecimiento experimentado por el país ha sido un crecimiento “de baja calidad”,
en la medida que no ha sido debidamente acompañado por un crecimiento industrial
proporcional y significativo. Ricardo Menéndez, ministro de Industria, admite que el índice de
ociosidad del aparato productivo es alto. Por su parte, Efraín Velázquez, presidente del
Consejo de Economía Nacional, sostiene que en la última década se ha producido una
relativa des-industrialización del país, dado que la manufactura tendió a perder peso en la
composición del PIB. De acuerdo con este alto funcionario, la realidad de la industria
nacional es “consecuencia directa” de una política económica errada, marcada por la
sobrevaluación de la moneda y por la excesiva dependencia de las importaciones25.25 Si es
cierto que el gobierno de Hugo Chávez impulsó varias medidas orientadas a superar esta
situación, procurando pasar a una etapa pos-hidrocarburífera, también lo es que ellas no
surtieron, al menos no todavía, el efecto esperado de dinamizar el sector manufacturero.
Actualmente Venezuela ostenta la inflación más alta de la región y un fuerte incremento de
los niveles del gasto público –el cual presiona a su vez sobre la inflación–, rasgo que
observadores y analistas ligan a la inminencia de las elecciones presidenciales26.
* También han crecido las economías de Perú y Colombia. En el caso de Perú se ha hablado
y se habla de milagro económico, cuestión sobre la cual hay de hecho un debate –hasta
cierto punto análogo al venezolano–, que cuenta entre sus ejes la cuestión de la
Véase la síntesis referida a Chile del último estudio sobre indicadores sociales de la OCDE. Disponible
en http://www.oecd.org/dataoecd/39/23/47572883.pdf (última consulta 06/02/2012).
24 Señaladamente, y sin ser el único, Andrés Oppenheimer.
25 Roberto DENIZ, “Industria nacional permanece estancada”, en El Universal, Caracas, 23/01/2012.
Disponible
en
http://www.eluniversal.com/especiales/area-productiva/120123/industria-nacionalpermanece-estancada#.TyvDvGrjh0I.email
(última consulta 06/02/2012).
26 Pablo STEFANONI, “Estado de la democracia en Venezuela, Bolivia y Ecuador”, en Observatorio Social
de América Latina, Buenos Aires, CLACSO, año XII, N° 30, noviembre de 2011. También, Ender
MARCANO, “Gasto efectista alimentará la economía en 2012”, en El Universal, Caracas, 23/01/2012.
Disponible en http://www.eluniversal.com/especiales/economia-entransicion/120123/gasto-efectistaalimentara-la-economia-en-2012#.TyvDdbBTAFo.email (última consulta 06/02/2012).
23
“desmineralización de las fuentes de ingresos”27.27 Todavía hay expectación en lo que
respecta a cuál será la política del nuevo presidente Ollanta Humala. Centrada, como la
peruana del (segundo) periodo de Alan García, en la defensa a ultranza del libre mercado y
la apertura económica, la economía colombiana está asimismo en condiciones de
presentar un balance favorable de su desempeño en la última década, y ello pese a la
relativa persistencia del conflicto con la guerrilla y el narcotráfico.
* También han crecido economías más pequeñas como las de Uruguay, Paraguay, Ecuador
y Bolivia. Bolivia enfrenta actualmente el desafío de la superación del “rentismo”: nueva
potencia minera según la publicidad gubernamental, la sociedad boliviana deberá debatir
más temprano que tarde el hecho que las transferencias de renta y compensaciones
simbólicas que últimamente han beneficiado a los sectores más postergados no
necesariamente son indicativas de que el país haya ingresado efectivamente a un esquema
de desarrollo más equilibrado28. En Ecuador también es dable observar un interesante
debate relativo a la superación del “rentismo” y a la eventual conformación de una
economía pos-extractiva. En este caso, el énfasis parece estar colocado en mejorar la
articulación de las instancias estatales ocupadas de la educación superior, la investigación
científica y la inversión productiva; hay también en marcha, en el mismo sentido, un
proyecto de Ciudad del Conocimiento en colaboración con Corea del Sur29.
* México fue, sin duda, la excepción más notable a la tendencia generalizada de
recuperación económica: el ingreso del país al TLCAN no trajo los resultados buscados, y en
los últimos lustros su economía ha crecido a un ritmo menor a lo esperado y requerido.
Analistas y observadores debaten acerca de las razones del relativo estancamiento30. Uno
de los factores que más frecuentemente se aduce para explicarlo es la falta de rentabilidad
de la inversión privada, rasgo que deriva en una tasa de inversión baja y en que la economía
opere por debajo de su potencial.
Al respecto, también aquí hay un debate sobre si conviene devaluar o no la moneda. Es
importante señalar que México coloca el 80% de sus exportaciones en Estados Unidos.
En lo que concierne a la industria, la dependencia del ciclo económico de Estados Unidos es
casi absoluta: las industrias de México y Estados Unidos son en gran medida
complementarias. A ello hay que sumarle dos elementos que complican el panorama desde
el punto de vista mexicano: 1) la estructura productiva mexicana depende en una medida
importante de “importaciones no competitivas”, es decir, poco sensibles a los precios
relativos; 2) las exportaciones chinas han tendido a desplazar a las mexicanas en el mercado
estadounidense.
El ingreso de México al TLCAN supuso entre otras cosas la reducción de las barreras
arancelarias y de las garantías de precios y otros subsidios que protegían a los cultivos
básicos. En general, las reformas y la liberalización no han provocado las modificaciones
Raymundo CHIRINOS, “¿Puede el Perú ser un nuevo milagro económico?”, Lima, Banco Central de
Reserva del Perú, 2008.
Disponible en http://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Documentos-de-Trabajo/2008/DocumentoTrabajo-03-2008.pdf (última consulta 06/02/2012). También, Benjamín H. DE LOS HEROS V., “Perú:
¿milagro económico?”, en Perú Económico, edición de enero de 2009. Disponible en
http://perueconomico.com/ediciones/27-2009-jan/articulos/272-peru-milagro-economico
(última
consulta 06/02/2012).
28 Pablo STEFANONI, “Estado de la democracia en Venezuela, Bolivia y Ecuador”, artículo citado.
27
Ibídem, pp. 104-105.
Sigo los principales argumentos que ofrecen los estudios reunidos en los tomos IX (Crecimiento
económico y equidad, coordinado por Nora Lustig) y XI (Economía rural, coordinado por Nora Lustig
junto a Antonio Yúñez Naude y Alfonso Castañeda Sabido) de la obra colectiva coordinada por
Manuel ORDORICA y Jean-François PRUD’HOMME Los grandes problemas…, op. cit. Véase también
Perspectivas OCDE: México. Reformas para el cambio, enero de 2012.
29
30
sustanciales esperadas en el sector. El campo mexicano sigue caracterizándose por un bajo
nivel de inversión y de crédito; se produce en predios pequeños, mayormente orientados a la
autosubsistencia; se sigue produciendo maíz, sin que haya aumentado significativamente, tal
como se esperaba, la producción de frutas y hortalizas más competitivas. El elemento que sí
se vio alterado es la parte del “ingreso salarial” en los hogares rurales: en una medida
significativa, se trata del ingreso proveniente de las remesas de los emigrantes en Estados
Unidos; hay estudios empíricos que demuestran que este mecanismo está teniendo el
paradójico efecto de contribuir a desarrollar, de un modo particular, el campo mexicano.
Más allá de eso, hay que decir que, más allá de su indudable riqueza cultural, la situación del
campo mexicano es extremadamente delicada. Pese a los esfuerzos, la estructura
productiva sigue siendo mayormente arcaica y no competitiva; la población es por lo
general muy pobre y carece de acceso a servicios y coberturas elementales. En los últimos
lustros México se volvió importador neto de alimentos, lo cual vino a complicar todavía más
su situación en un contexto internacional donde los precios de los alimentos tienden al alza.
No parece excesivo aventurar que, si a la economía estadounidense le hubiese ido mejor en
los últimos lustros, la economía mexicana habría resultado favorecida: las dificultades de
Estados Unidos se han hecho sentir en México, cuyas exportaciones, como vimos, se orientan
casi en su totalidad a ese país.
El panorama mexicano aparece todavía más incierto si se toma en consideración la
escalada de violencia asociada al narcotráfico y a los resultados contradictorios y en última
instancia negativos de la política desplegada al respecto por la última gestión presidencial
(2006-2012). Entre las consecuencias de dicha política han de contarse la “fragmentación
por descabezamiento” de los grandes cárteles de la droga y el incremento dramático del
número de sucesos violentos y de víctimas fatales, hechos que, según la opinión de
reconocidos especialistas, son indisociables. De manera análoga a lo sucedido en Colombia,
la expansión de las actividades del narcotráfico – proceso que en México inició como tal en
la década de 1990, justo con el descabezamiento de los grandes cárteles colombianos– ha
alterado por completo las dinámicas productivas y sociales de vastos territorios del país31.
Hay un dato en el último documento de la OCDE sobre México que tal vez convenga
subrayar, sólo para ilustrar con una pincelada adicional la complejidad del caso: en México,
que de hecho es miembro de la OCDE desde 1994, el ingreso per cápita equivale a menos
de la mitad del promedio de los países integrantes del organismo, y los niveles de violencia y
de homicidios son mucho mayores. Sin embargo, “en respuesta a las preguntas que se les
formularon, los mexicanos manifestaron niveles medios de satisfacción vital superiores a los
de otros países que cuentan con ingresos per cápita comparables.” Sorprendidos, los
expertos de la OCDE consignan, en la única nota al pie del documento: “Los altos índices de
satisfacción vital en relación con el PIB per cápita también aparecen en muchos otros países
de América Latina. Estos esquemas quizás reflejen influencias culturales profundas (por
ejemplo, los latinoamericanos tienden a manifestar más satisfacción que los pueblos de otras
latitudes en relación con un conjunto determinado de circunstancias personales y
condiciones sociales) y la repercusión en la satisfacción vital de algunos factores no
vinculados al ingreso32.”
La situación de México es preocupante en más de un sentido y que el debate entre los
analistas es intenso, siendo su desenvolvimiento de gran interés para los observadores del
resto de la región: en tamaño de PIB y en cantidad de población México es, por lejos, la
segunda potencia regional detrás de Brasil. Durante 2012 habrá elecciones presidenciales en
el país.
El tomo XV de Los grandes problemas…, op. cit., está dedicado a cuestiones de seguridad, y
contiene varios estudios relevantes sobre la problemática del narcotráfico. Por su calidad y su
orientación comparativa, es altamente recomendable revisar con atención la contribución de Marco
PALACIOS y Mónica SERRANO: “Colombia y México: las violencias del narcotráfico”.
32 Perspectivas OCDE: México. Reformas para el cambio, enero de 2012, p. 59 y nota al pie
correspondiente.
31
3.6. Balance y perspectivas
Los analistas de la CEPAL se muestran prudentes en lo que respecta a las perspectivas futuras
de América Latina. La continuidad de las altas tasas de crecimiento no es algo que esté
garantizado.
Un escenario crítico como el que ahora se cierne sobre Europa y sobre el resto de los países
avanzados seguramente alentará el despliegue más o menos generalizado de restricciones
comerciales. Entre los efectos de dichas restricciones podrían contarse descensos de la
demanda y de los precios de los bienes exportados por los países latinoamericanos. En un
escenario así también podrían tender a incrementarse los flujos de capital dirigidos a las
economías emergentes–hoy eventualmente más dinámicas–, apreciándose sus monedas, y
generándose presiones para proteger la producción local y/o problemas de balanza de
pagos. La proyección que se deriva del razonamiento anterior es cristalina: si la crisis de las
economías avanzadas persiste, tarde o temprano acabará por repercutir en las economías
emergentes: lo que sucede en éstas no es ni será ajeno a lo que acontece en aquéllas.
La imagen de una economía global que se mueve, y que tal vez siga moviéndose, a distintas
velocidades no debe conducir a infravalorar las incertidumbres y los riesgos que se derivan
de las dificultades por las que atraviesan actualmente Estados Unidos, Japón y Europa. Por lo
demás, el entusiasmo asociado a lo que la situación actual pueda tener de auspicioso
tampoco debe llevar a desconocer el alto grado de vulnerabilidad a los vaivenes de los
mercados internacionales que presentan las economías latinoamericanas. Esto último pudo
observarse claramente durante la crisis de 2008, cuando bajó el precio del petróleo y subió el
de los alimentos, situación que resultó muy complicada de afrontar para los países
exportadores del primero e importadores netos de los segundos, como México y Venezuela33.
En suma, más allá de los logros alcanzados, las economías latinoamericanas siguen siendo
altamente permeables al impacto de los vaivenes de los mercados internacionales y se
encuentran sometidas a distintos tipos de presiones sobre sus balanzas comerciales y de
pagos. La vulnerabilidad se ve potenciada por la enorme centralidad que cobró el comercio
exterior y por la naturaleza todavía regresiva de los patrones de especialización. Cualquier
cambio en la estructura de la oferta, cualquier modificación en la orientación de la
demanda, cualquier fluctuación propiciada por distintos tipos de maniobras especulativas,
cualquier incremento en la demanda interna de bienes importados, podrían tener
consecuencias señaladamente negativas sobre las perspectivas de crecimiento.
3.7. Apreciación
¿Conseguirá América Latina superar su condición endémica de región subdesarrollada y
vulnerable? No es sencillo responder a esta pregunta. Pensando en el largo plazo, hay que
decir que, análogamente a lo indicado en relación con el bono demográfico, el escenario
favorable a las commodities no parece que vaya a ser eterno: todo, o casi todo, depende
de lo que se haga con él precisamente ahora. Sin duda que en nuestros días el arte político
del desarrollo queda indisolublemente ligado a la certera identificación de las vías que
permitan no sólo sostener las tasas de crecimiento alcanzadas en la última década, sino
además poder traducirlas en un horizonte de desarrollo consistente, equilibrado y menos
33 Un reciente ejercicio prospectivo elaborado en el INTA explora cuatro escenarios para el sistema
agroalimentario argentino considerando muy especialmente el modo en que se resuelva –o no– la crisis
económica mundial (salida con protagonismo chino, salida con protagonismo occidental-corporativo,
salida con protagonismo occidental-estatal, estancamiento y recesión prolongados). Se trata de un
ejercicio estimulante, en la medida que permite apreciar una serie de conexiones y nudos
problemáticos centrales. Véase PATROUILLEAU, Rubén Darío; Marcelo SAAVEDRA; María Mercedes
PATROUILLEAU y Diego GAUNA, Escenarios del SAAAargentino al 2030. Las fuerzas que impulsan su
evolución, Unidad de Coyuntura y Prospectiva, INTA, diciembre de 2011.
vulnerable a los vaivenes de una dinámica global singularmente incierta y volátil. Este es el
debate que, con las especificidades de cada caso, se da actualmente en casi la totalidad
de la región.
Hace cuatro décadas, Raúl Prebisch sostenía que no habría salida genuina del subdesarrollo,
de la insuficiencia dinámica y de la vulnerabilidad de las economías latinoamericanas sin un
impulso extraordinario a la industrialización, centralmente basado en el ahorro nacional, y
capaz de desembocar, a mediano plazo, en la superación de la subordinación técnica. En
otras palabras, sólo a través de la industrialización podrían nuestros países quebrar los círculos
viciosos superpuestos que erosionaban la viabilidad a largo plazo de los esquemas basados
en patrones de especialización regresivos –id est, centrados en la colocación de bienes
primarios en los mercados internacionales34. El mundo actual no es, desde luego, el mismo de
hace cuatro décadas; sin embargo, el núcleo del planteamiento de Prebisch parece
conservar en una medida importante su vigencia. Prebisch también era consciente de otra
dimensión de la problemática, no menos crucial: cambiar el patrón de especialización
supondría una vasta movilización de recursos, una fuerte disciplina, un enorme sacrificio
social. No lo olvidemos: el prodigioso crecimiento de los tigres asiáticos se basó en la ultraexplotación de una mano de obra abundante y mal pagada.
Hace pocos años Javier Medina y Edgar Ortegón plantearon seis escenarios posibles para
América Latina: 1) Continuar del mismo modo; 2) Agregar valor a los recursos naturales
(generar encadenamientos productivos innovadores con base en el aprovechamiento de las
ventajas comparativas); 3) Acudir a la inversión extranjera (bajo la forma maquilas o de otras
modalidades); 4) Cambiar el patrón de especialización; 5) Cambiar el patrón de
especialización por la vía de agregar valor a los recursos naturales; 6) Cambiar el patrón de
especialización por la vía de acudir a la inversión extranjera (maquilas u otras modalidades).
No parece excesivo sostener que, desde el punto de vista de Medina y Ortegón, el horizonte
deseable para América Latina es justamente la modificación del patrón de especialización,
situación eventualmente alcanzada por Japón, Finlandia, los tigres asiáticos y algunos países
más, perfilados como modelos a seguir35.
Un escenario posible para América Latina –que es además el deseable a los ojos de muchos
actores y observadores– podría ser el definido por el cambio en el patrón de especialización,
la superación de la subordinación técnica y el acceso a un nuevo umbral de
industrialización.
Aunque no resulta fácil imaginar cómo sería el camino que debería recorrerse para llegar a
ese escenario, numerosos analistas optan por preservarlo en tanto horizonte a ser alcanzado
en el largo plazo.
Otra gama de escenarios posibles podría quedar caracterizada por el predominio de
distintas combinatorias de las tendencias en curso que fijen nuevas modalidades y versiones
de esquemas en última instancia incapaces de rebasar el patrón de especialización
regresivo, y sujetos, por tanto, a fases sucesivas de expansión y contracción en el marco de
una considerable vulnerabilidad a los vaivenes de los mercados internacionales, aunque
capaces de propiciar “ráfagas de desarrollos”, fragmentarios y desequilibrados. En la
medida que las realidades económicas y sociales son constitutiva y crecientemente
dinámicas, cabe pensar que los esquemas en cuestión tenderían a presentarse, no
únicamente como “más de lo mismo”, sino también como articulaciones novedosas de los
factores en juego.
Tampoco hay que descartar del panorama de los escenarios posibles el definido por un
mayor peso político y decisorio de quienes sostienen enfoques centrados en la problemática
medioambiental. En este caso, el horizonte no sería tanto el de la superación del patrón
PREBISCH, Raúl, Transformación y desarrollo. La gran tarea de la América Latina, México, FCE/BID,
1970.
35 Javier MEDINA y Edgar ORTEGÓN, Manual de prospectiva y decisión estratégica: bases teóricas e
instrumentos para América Latina y el Caribe, ILPES/CEPAL, Santiago de Chile, 2006, Serie Manuales,
núm. 51.
34
regresivo de especialización y el acceso a un nuevo umbral de industrialización, sino que,
más bien y al contrario, se caracterizaría por la “apuesta por el decrecimiento” y, más
ampliamente, por el advenimiento de un nuevo paradigma civilizatorio. Tampoco resulta
sencillo imaginar cuáles serían las vías a recorrer para alcanzar semejante punto de llegada,
al menos en el corto plazo. El cuarto escenario prospectivo imaginado en Trends 2025 trabaja
justamente con algunos de los meandros contenidos en dicha posibilidad.
4. Nota sobre medio ambiente y energía
* Es posible identificar una serie de temas ligados a la cuestión medioambiental que
ocuparon el centro de la agenda pública latinoamericana durante la última década o
década y media. Algunos de esos temas siguen siendo gravitantes en la actualidad.
Mencionemos, sin pretensiones de ser exhaustivos, el conflicto conocido como la guerra del
agua en Cochabamba (Bolivia), las diferencias generadas por la instalación de una fábrica
de producción de celulosa en Fray Bentos (Uruguay), el debate sobre los riesgos ligados al
cultivo de la soja transgénica, la discusión sobre los peligros ambientales derivados de la
minería a cielo abierto, las consecuencias de la deforestación de la región amazónica.
Para ilustrar el alcance y la complejidad de este tipo de problemáticas, puede ser de utilidad
observar más de cerca uno de los casos. En las últimas tres décadas, el 17% de los bosques
amazónicos –unos 60 millones de hectáreas, el mayor bosque tropical continuo del mundo–
ha sido destinado a otros usos, en particular a pasturas de baja productividad. La expansión
de la soja y de otros cultivos como la caña de azúcar (demandada para la producción de
etanol) propicia el desplazamiento del ganado hacia áreas recién deforestadas. Es
altamente probable que esta tendencia –que involucra cierto matiz caótico, dado el
carácter remoto de las zonas en cuestión– se intensifique en los lustros por venir, justo en
virtud del previsible aumento de la demanda que acompañaría el eventual auge de los
biocombustibles. Por otra parte, casi un tercio de la región amazónica resultó degradado por
efecto de prácticas insostenibles vinculadas a la explotación de la madera y a deficientes
prácticas agrícolas de corta y quema. En sus declaraciones oficiales el gobierno de Brasil se
ha revelado consciente de la necesidad de promover la infraestructura en la región a través,
por ejemplo, de la construcción de carreteras asfaltadas que acrecienten los niveles de
accesibilidad, conectividad y control; se sabe, empero, que la presencia de carreteras
asfaltadas es uno de los factores que más promueve la deforestación y la degradación de
los bosques –más del 70% de las prácticas de deforestación tiene lugar precisamente en el
espacio colindante a las carreteras–: y éste no es más que uno de los múltiples ejemplos
capaces de ilustrar la complejidad de la problemática, indudablemente irreducible a una
única arista. De acuerdo a la opinión de los expertos, el mejor modo de quebrar ese tipo de
círculos viciosos es combinar la sinergia de las distintas políticas, la planificación regional
participativa y, en este caso particular, la firme decisión de establecer una zonificación
agroecológica y de favorecer la expansión y conservación de áreas protegidas. Según
Claudia Azevedo-Ramos, quien se desempeñaba como directora del Servicio Forestal
Brasileño en el momento en que se publicó el texto que venimos comentando, el gobierno
ha revisado su política de concesiones forestales y está empeñado en garantizar la
presencia del Estado y la observancia de la ley en las regiones amenazadas36. Una mirada
amplia sobre la cuestión amazónica tampoco debe descartar un posible escenario
conflictivo, signado por una suerte de escalada de “presiones primermundistas” orientada a
que los ecosistemas poco intervenidos por el ser humano, los “grandes pulmones del
planeta”, se mantengan en tal condición, y ello por las dos razones siguientes: (i) se trata de
Claudia AZEVEDO-RAMOS, “El desarrollo sostenible y los retos de la deforestación en la Amazonia
brasileña: lo bueno, lo feo y lo malo”, en Unasylva, núm 230, Vol. 59, 2008. Disponible en
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/011/i0440s/i0440s03.pdf.
36
reservorios de biodiversidad y (ii) constituyen sumideros naturales de dióxido de carbono,
apareciendo por eso como ámbitos clave desde el punto de vista del control de las
consecuencias del cambio climático37.
No hay dudas de que la ecuación por la que sociedades y gobiernos procuran equilibrar
crecimiento económico, beneficios sociales y sustentabilidad es extremadamente delicada y
compleja. Su resolución, invariablemente provisional, no admite una única fórmula. La
tendencia pesada en este sentido es que las cuestiones ligadas a lo medioambiental
ocuparán un lugar cada vez más importante en los debates de la región, sin excluir la
intensificación de distintos tipos de presiones ni, tampoco, un espinoso abanico de
potenciales tensiones y conflictos.
* En cuanto al tema energético, parece ser un hecho incontrovertible que a lo largo del siglo
XXI la humanidad transitará el camino que la conducirá a un tipo de civilización que ya no
estará basada en el consumo de petróleo. También parece ser un hecho incontrovertible
que la obtención de electricidad a partir de la quema de carbón perderá peso, ganando
importancia el uso de otras fuentes de energía: solar, geotérmica, eólica, nuclear,
biocombustibles de nueva generación. En relación al carbón, hay un debate abierto sobre el
“carbón limpio”, esto es, sobre la posibilidad de capturar y almacenar geológicamente, en
domos subterráneos, el dióxido de carbono.
Mario Molina, experto mexicano que obtuvo el premio Nóbel de Química en los años
noventa, propone una estrategia compleja basada en (a) ahorrar energía –usar bien lo que
se tiene–, (b) no dejar de invertir en la exploración y explotación petroleras –de hecho, nos
encontramos en una etapa de transición, en la cual el petróleo todavía contribuye a
solucionar una parte principal de la demanda mundial de energía–, (c) invertir en el
desarrollo de las nuevas tecnologías más prometedoras –solar, geotérmica, biocombustibles
de nueva generación–, (d) enfocar acciones a controlar otros gases y partículas –como el
hollín y el metano– que afectan al clima de manera “más eficiente” que el dióxido de
carbono, y (e) ser optimistas en cuanto a que más antes que después se llegará a un
acuerdo internacional que aborde el problema de la transferencia de recursos en esta
materia38. La CEPAL, por su parte, ha venido recomendando a los gobiernos
latinoamericanos una mayor inversión orientada a fomentar matrices energéticas limpias
desde el punto de vista ambiental39.
Desempeñándose como enviado especial del Secretario General de la ONU a la cumbre
sobre cambio climático realizada en Bali en 2007, el ex presidente de Chile Ricardo Lagos,
sostuvo que a raíz del cambio climático tendremos que “modificar nuestros estilos de vida,
nuestra forma de organizar las sociedades… Implica aceptar que los estados van a perder
parte de su soberanía.
Porque tiene que haber una soberanía global, porque es un problema global40.”40 Es
altamente probable que el debate sobre estos temas también gane importancia en los
próximos lustros. El señalamiento del ex presidente Lagos permite entrever que entre los ejes
de los debates por venir se contará la puesta en entredicho del élan desarrollista, del
horizonte de lo deseable y de los modelos a seguir.
Fernando ESTENSSORO, “Crisis ambiental y cambio climático en la política global: un tema
crecientemente complejo para América Latina”, en Universum, núm. 25, vol. 2, Universidad de Talca,
2010.
38 Mario MOLINA, entrevistado por Omar López Vergara en Nacional Geographic, edición especial
sobre energía del futuro, 2009.
39 Notas de la CEPAL, números 68 y 70. Disponibles en http://www.eclac.cl (última consulta 01/02/2012).
40 Recogido por Fernando ESTENSSORO, “Crisis ambiental…”, artículo citado, p. 72.
37
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