Dos jóvenes locales practican su puntería con un fusil de francotirador Dragunov y un AK47 en la galería de tiro virtual. 2 4 zazpika posar con la mano como visera. Jayanti Chandrasekar, vicepresidenta de la empresa india D’gipro, afirma haber venido solo por un motivo: «Me interesa mucho el último modelo de tanque T-72». De hecho, uno de los acuerdos oficiales más importantes durante la Russia Arms Expo ha sido el alcanzado precisamente con India, aliado y cliente desde hace medio siglo. Adquiere repuestos para los tanques T-72 y vehículos de combate. Carlos Pestano, general del Ejército de Venezuela, parece alegrarse de oír castellano y explica el motivo de su visita: «Vemos esta feria con mucho agrado. Hemos sido invitados por nuestro aliado estratégico, con quien mantenemos un acuerdo de cooperación». Ante la pregunta de si es cierto que Venezuela podría ser el primer país en fabricar armas rusas fuera de sus fronteras, Pastano ni desmiente ni confirma. «Aún no estamos en ese punto, lo estamos negociando». Entre las delegaciones destacadas de este año se encuentran Sri Lanka, Malasia, India, Bielorrusia, Vietnam, Emiratos Árabes, Cuba y Congo. Pero el único invitado estrella es, sin duda, Arabia Saudí, el mayor comprador de armas del mundo y que visita la feria por primera vez. Aunque a día de hoy no se ha materializado ningún acuerdo entre esta monarquía absoluta y Rusia, su presencia en la Russia Arms Expo supone la tercera visita de una delegación saudí a un mercado de armamento ruso en menos de seis meses. Y podría llegar a significar un cambio relevante: una alianza estratégica con Rusia soslayaría las evidentes tensiones que los saudíes mantienen con Siria e Irán, clientes y aliados del Kremlin. La guerra, festividad nacional. A mediodía, las puertas de la feria se abren al público. Una banda de música comienza a desfilar entre los pabellones. Bombos y platillos advierten de que se acerca la hora de la exhibición en el campo de pruebas. Está anunciado el discurso del primer ministro, Dimitri Medvedev. De pronto, una riada de gente inunda los pabellones y rodea los carros de combate. Familias enteras entran por turnos en los tanques y camiones, como si estuvieran en un parque de atracciones. Forman cola para hacerse una foto sosteniendo un lanzagranadas RPG, mientras un campo de tiro virtual empieza a recibir a los visitantes ansiosos por probar sus habilidades con el ga-