Carnaval Año X X X I I . Madrid, 1 de Número 1.602. marzo de 1930. 4o cts* I m p r e n t a 2^oila A M a r t í m ¿ « l o * Heroo» 6 0 P i a « vrtmm^mmmtoa. «•> l a m^gxufUmé 4 « « « « • • IIOMMÍ <>«»» « w BL AGENTE 55 LECOQ —'Kl juez soy yo—'rupuso el señor Segmuller. —No...; el otro. —¿ Qué otro ?. —El que fué n. interrogarme ayer noche. —-LÍ; híL .sucedido una desgracia; a poco de se¡líirárse de vos se rompió una pierna. —¡Oh!... —Y yo .soy quien le reemplaza.... Kl acusado ya no jiarecía oírle. A su frenética e.-íaltación hahía seguido repeutínaniente un ahatiraiento moral. Sus facciones, contraidas por la rahia. recohrahaii ]xx:o a JJOCO SU ser natural. Una intensa palidcí*. .se extentlíó ¡x>r su fisononiia y su ciu'r|H) se tambaleó... —Tranquili/raos—le dijo el juez con Irondad—, y si os sentis demasiado débil para permanecer (le pie, coged una sillai... Pero por un verdadero prodigio de energía, ya el hombre .se había incorporado, y la satisfacción cu sus ojos brillo como uu relámpago, que en se-' ¿.iiida desapareció. —Muchas gracias i>or vuestra boudad, señor juez—repuso—; pero creo que no será nada...; he tenido un valiido, pero ya pasó. —¿Tal vez haga niuciii) tiempo que no habéis comido?... —•En efecto; no he prohado bocado desde que tstc—}• señalaba a Jx-cori—^nie llevó pan y jamón a la prevención-—'¿Os sentis con necesidad de tnmar algo? —'[Is'o!.... aum[ue.... si' me lo permitierais., bcbpría: un poco de agua. —^¿La queréis con vino?... , —Prefiero agna sola. Le trajeron lo que pedía; en seguida le ecli'' un vaso, que se bebió de un tirón, y luego otro, que fué bebiendo lentamente. Hubiérase dicho que Ijebía la vida. Parecia rei'acer. XVIII E kts veinte acasados que comparecen ante d juez de Instrucción, diez y ocho por lo nienos se presentan arjuados con un sisíema completo de defensa, concebido y di.scuítido en el silencio de la incomuiu'cación. CiiI|Kdj]es o inocente han adoptado im papel que eniipieza en ol momento en que. httiéndoíes el corazón y con la garganta seca, atraviesan el' imibrí^ílel temido dlespacho, en donde les espera el magistrado que instruye el sumario. Poii eso, en eí momento de la enitrada del acusado es <Iondc d juez pone en juegvv todo d poder de .su penetración. T^ actitud del hombre debe revelar el sistema, como el íiKlice resume las materias de un volumen. Pero en aquella )Ocasión el señor Segmuller no tenía per qué desconfiar de failsas apariencias. Era evidente que el deteiu'do no había podido ipeiisar en fingir y í|ue la de.ses]>eración de su llegada era tan verdadera -como sti abatimiento de después. D I-'or lo menos todos los ]ieligT0s de que hablaba d director dd' Depósito habían desapai-ccido. El juez, por consiguientte. fué a colocarse ante su mesa de daspacho. en donde se hallaba más a su gusto, y, ip&r decirlo así, más fuerte. Alíí daba la espalda a la Iwz, su cabeza desapareda en la sombiia y sí era ]>rccis(j sólo con bajarse podía disimular una sorpresa, una impresión demasiado viva. El detenido, al contrario, k- daba la k\7. de plano y ni un estremecimieuto de su rastro, ni im movimiento de sus párpados podía escapar a una profimda atención. Pare-ía ya completamente repuesto y sus facciones habían recobraílo la indiforienle imnovilídad de la resignación. —¿Os sentís ya mejor?...—le preguntó el señor S^muIIer. —Ya estoy del todo bien. —Supongo—priísigiuó patcraalineute el juez— ((iie ahora ya sabréis moderaros. Ayer tratasteis de suicidaras. Ib que em tm gran crimen. :madirtío a 'los otros, un crimen que... 'Con un gesto l)ru,sco cl acnsadn le ii^lcr--'in¡i>ió: —Yo no he cimctído crimen alguno—i.lijo con voz ruda todavía, jrjro no amenazadora—. Atac'xio, he dcfcn^.lidn mí peU'::JL>, y de eso tcnciuos derecho todos. Eran tres contra mí y estaban furicisos... he uiüíado para íjue no me matairtm. Es lUia gran desgracia v daría mi mano derejclia por repararla si fuLra ¡cosible, ptTO mi conciencia no me acusa ni'i esto... Esto... era el chasquido de la uña de su dedo pulgar bajo sus dieníes. 1^ 54 Biblioteca —^Y, sin embargo, so me h,i detenido y tratado como a lui asesinio. Cuando me he visto soílo en ese fénetro de piedra que llamáis calabozo de inconmnicados he tenido miedo y he perdido la cabeza. Me dije; "Hijo mío, te han enterrado vivo; se trata de morir y pranto si no quieres sufrir." Y por eso traté de aJiorcarme. Al i muerte no .perjudicaba a nadie; no tengo ni mujer ní hijos que cuenten con el trabajo de mis brazos, por consiguiente me pertenezco. Eso nb fjuita para que después de la sangría me hayan atado en un saco de híib como a un loco... y loco he creido volverme. Toda Ja noche han e-s^tado los carceleros junto a mí, como niños que atormentan a iira fiera encadenada. Me tocaban, me miraban, me pasaban una vela pcf los ojos... Todo esto esta.i)a dicho' con un scutin>icnto de profunda amaiigura, i>ero sin ira; ron violencia, pero sin declamación, como todas las co.sas que se sienten viv;nnentc. E idéntica refíe.-íión se les ccurria al mismo tiem¡>o al juez y al' joven agente de Policía. —'liste—pensaban—es muy listo y no dará fácilmente su brazo a torcer. Pasado \m minuto, de meditación el señor Segmidler prosiguió: ^.'>—-Hasta cierto punto puedo exjilicarme un primer momeivto fie dcscsperlación en la cárcel; pero luego, esta misma mañana, os habéis negadív a tomar los alimentos que os ofrecían.,'. El sombrío rostro del hombre se despejo re•péiitinajnente al oír estas palabras, guiñó Tos ojos de un modo cómico, y por fin se edhó a 'fíeír idon una rís^T a'lcgre, frrnca y .sonora, —'Eso —dijo — es harina de otro cost:U. Es cierto que lo he rehusaído todo, pero vais a saber por qué. Tenía las manos sujetas dentro del saco y los guardias pratendían hacerme comer como a uri rorro a qnicn su nodriza da la papilla... ¡ Ah! lo c|ue es eso.no Ib he consentido, he cerrado ilbs ilabios con todas mis fuerzas. Entonce.-: hubo uno que trató de abrirme la boca a la fuerza para introducir la cuchara en ella, como se abre el íiocico de un perro enfermo para .pbligarie a tomar ima medicinal... iji Lo qu*e es a ése. ;díanfre!, he tratado de morderle, no( lo, niego, y sí su dedo llega a estar entre mis dientes allí se queda. Y por esa razón todos ban puesto el grito en el cielo y decían .wñalándome: "[Ese es un malhechor terrible. un bribón muy grande!" , , . ,, Este recuerdo le parecía, m u y divertido, porr|uc volvió a soltar la carcajada, con gran cstuJKir de Eecoq y gran escáÍKlalo de Goguet, el escribano. ALREDEDOR DEL Ai UN DO Por su jKirte al señor Segmullcr le ccstalia trabajo el disimular completamente su soc(prcsa. —.Supongo que soíis demiLsiado raránafile—dijo por fin—para guardar rencor a esos hcmbre.i que al altaros obedecían a sus jefes y qiie por lo deniíiis no-tnataban má.s que de saiVarod de vuestros proii>io5 furores. —¡Huml...—'dijo el acu.sado moviendo la cabeza y poméiKltse serio—; todavía les guardo un poco, y si yo cogiera a algmio por mi cuenta en una esquina..., I^ero ya pasará, ¡xjrque me conozco y no tengo más hiél que un pichón... —Además que de vos dqiende el que os traten bien; estad tranquilo y no os volverán a iponer la camisa de fuerza, i)eiro es prec'so cjue tengáis calma... El homicida movió tristemente la cabeza. —^Bueno, seré juicio.so—dijo—. aunque sea terrib'emente duro el estar en la cárcel cuando na se ha hecho nada malo. .Si a 1:> menos tuviera camaradas hablaríamos y ]iasaría eil tiempo... püiíoi estar solo, oomp'ota mente solo en aque.! frió agujero, en donde no se oye ruido ailgimo... es terrible, l-ucgo es tan hinnsdo i|Ue el agua corre a k> largo de la pared, casi jurarla uno C[Ue son verdaderas ilágiimas de hombre que síücn de la piedra... El juez de Instrucción .se había inclinado sobie la mesa de despacho para tomar una nota. La palabra "camaradas" le había llamadt> la atención y se proponía hacérsela explicar después. —Si sois inocente—prosiguió—pronto se os pondrá en libertad, pero es prcc Bo p'.obaí vue.^tnt inocencia. —íQué debo hacer para eso? —i^ccir la verdad, toda la verdiKl; contestar con [toda sinceridad sin restricciones ní segunda intención a his preguntas que yo os haga. —En cuanto a eso podéis contar conmigo. Y ya levantaba la mano Como para tomar a Dit.s y a ilüs hombres por testigos de su buena fe cuando el señor Segmuller le mandó que la bajara, añadiendo: —Los detenidos no prestan' juramento. —¡Calle!—dijo el hombre con sorpresa—•, ¡es raro! Mientras parecía dejar que el preso hablara a su gusto el juez no le perdía de vista. Lo que había <|Uerido con todos esos prdiminares era tranquilizarle, desechar en lo posible sus desconfianzas y pensaba que había conseguido ya el objeto que se proponía. '•—Os ruego de nuc\'o—^prosiguió—que me prestéis toda vuestra atención y no olVidéis que de vuestra franqueza dq>cnde vuestra libertad. ¿Cómo o« llamáis ? Al del SoBcrípcí^n. i'apnfía, un .ifío, so peseta^; KI9 meses, 10 pesetas. América 7 Portugal, iin flfio, 30 pesetas. Numera sucllo, 40 ceitiinios. Direcciún y Administración: M A R T I N DE LOS I I E R O S , Teléfono 31.136.—Apartado 8.083 M A D R I D 65. P I op iet a ri •• Ge rtul e 1 Zoila A«casibar y A t i o l a Afta X X X I I . V o l . Fundada t». «n 1899 de dor Mundo POF D . Manuel M a d r i d . 1 de M a r x » da I f S O . HOJAS DEL A l h a m . M«.««i Víúm. i . 6 « s SÁBADO |L- las primeras cosas que Ici cíe " F í g a r o " fué ^u millones los h o m b r e s que murieron victimas de las trá;t(iiuiralj;c articulo " T o d o el año es Carnaval". gicas carnavaladas d e unas pocas má.scaras. ¿ Q u é de Ai|iiella prosa áfíil. vibrante, sarcástica, me pru'e x t r a ñ o tiene que se sienta malestar y prevención ante (iujo una profuiula sensación. P e r o no UMI balla -sola sospecha de encontrarse frente a una m á s c a r a ? (It; estaba mi despertar a la curiosidad Jiieraria, e n m a r c a d o en el cuadro violento y I)rutal de !a guerra europea. En el ciclo de "iJecar, liaccr penitencia y luego vuelta ,a pecar", llegaba mt curiosiilad en la bora ¡Si viviera " F í g a r o " ! ¡Con qué satisfacción le m o s t r a trágica de la inexorable penitencia, merecida por los ríamos esta nueva fase de la h u m a n i d a d , que él n o p u d p pecados cometidos desde la otra ver iii conocer! L e advertiríamos de fuerte penitencia: la Revolución uiifemano que no habían desaparefrancesa. E r a por aquellos ano.s en cido por entero los grotescos figiique llevar careta era estar a dos rones que él satirizó. P e r o las trapasos del fusilamiento; porque a pacerías iban quedando, día por día, la? máscaras se las llamaba espías. para a n d a r por sus respectivas casas. V, luego, le iríamos m o s t r a n P o r todas estas razone.s, era nado el espíritu m o d e r n o que, en tantural (|uc junto a la impresión de tas y tantas cosas, no es m á s que lector, ante el admirable artículo un balbuceo. P e r o ya es aígo. E s de "Fijíaro", se uniese un sentido m u c h o ' m á s que aquellas lágrimas crítico qnc bacía c|iie sc me apareardientes ^ne él d e r r a m ó a solas, ciese anticuado cl espíritu que inante la tristeza de no poder creer forma a " T o d o , el año es Carnaen muchas cosas en las quei queval''. .'\lli había demasiado pesiría querer. Las generaciones postemismo pa-sivo; demasiado sarcasriores descubrieron que no \'a]ía la mo estéril; demasiada reticencia pena intentar, querer aquello que mordaz. no se debía querer; que era inútil Kl Carnaval desenfrenado y alellorar por el cántaro roto. Ante es1 es un tóf'iea imh. La iiiic.'a era detiortiva a r e había m u e r t o bacía muchos, te hepbo, para tener a salvo nuesmuchos año,s. L a carnavalada, cruel nspirilu grieso. Pero no ic. Irala de un tuino t r a necesidad de beber, lo único y baja, de toda la época moderna, Retiiiciin-cn.i}. \o en baUc ¿crininó .v dio su.' sensato era p r o v e e r s e . d e nueva vamaguifici'S frutos iml.i la i-ultiirn de Ociidenic. estaba on aquella .sazón liqjídanlija. P r i m e r o es el agua. Después, Más <!iie re!iai''inicnto, cí verdadera suferacii'-n do .sus cuentas y atraso.'!. Queda.le agitci csfSrilu de hfllcsa y de arnionta que vcndrft el cántaro. P r i m e r o son los ba, pues, una impresión de vejez y earaclerisa el csl'lrta i/ricgo, pera que , no roidea'.es, impfecisc<s. cmbriagado.s. '"- esterilidad ante los sarcasmos uiviii el svfliti'a ür(t\ Después surgirán los moldes que Slnlc.ns ¡idmiraHc Je toih cl espíritu inodefde " F í g a r o - y i,na interrogación los c o n t e n g a p . Desde luego, lo qt)é ti, insertado en ¡a Grecia clásica, es cl odmiracatcgr.nca hacia el porvenir. la humanidad no acepta e^ verter ,<!•• fonjuniK que iint acoititaüa. Bl solo es 11» tuhmrahle Iraiado de Hstéliea. Si los huertos alee¡ vino nuevo en los odres viejos. lí cir.ifj- íi'iíiíifíiruii lit ciibrsa. .rCnlirian celas de ¡Pobre " F í g a r o " ! " Y a lo ve^ niwslra época.,. . — e x c l a m a — ; en todas partes hay F.l a g u d o espíritu de Osear Wilmáscaras todo eJ a ñ o ; aq,iiel m i s m o (le escribió: " P ñ c a sinceridad, es a m i g o <ilie te quiere hacer creer l*<''¡fí'"'-'^«: mticba .sinceridad, es faque lo e.';: la esposa qua dice que te ama, la querida QUi" I, "f .^''^>T "~ ''' • ' " ^ ^ ^''^ todo — escribió el calificatil e ' r e p i t e que te adora, ¿no te están etñbromando toda Ta vo tatal. N o s o t r o s lo .sustituiríamos por este o t r o : inev i d a ? " Fl ,= í que tuvo la vida mal e m b r o m a d a . Su d r a m á xoratjle — para bien o para mal. E n t r e las in^iniías colico a n h e l o por ver, le cegó. A n t e un amigo desleal, vio JILV P'^'^'^'fon c " la gran g u e r r a . hy«-a u-i curioso rlcsleal a la a m i s t a d ; ante una esposa liviana, yjó livianas giiardarropas de la Immanidad. Allí acabaron curiosas a las santas esposas que cruzaron i;ccaladas y bermosae vestimentas, atributos, insignias. A p a r e c í . u n a mucbcpor su ciego camino. uunilire edénica; pero después del pecado original. E r a ü p u n t o y h o r a en que no podían seguirse m á s que Carnaval anacrónico de 1930. ¿ T o d o el a n o es Carnanos c a m i n o s : o ser sinceramente impíidicos, o vestirse val! ¡ P o b r e " F í g a r o " ! _ : con el pudor de la sinceridad. Más tarde apareció una " P o s t - e s c r i p t u m " . D a r e m o s , como final y síntesis, uii teicera solución, intL-rmedia, ecléctica, que estaba llamatelegrama que la P r e n s a lia publicado estos d í a s : ( a a fomar la m a y o r í a entre la.=; dos minorías aimntaBerlín.—La " G a c e t a de W o s s " anuncia que e! Fiscal las. h s t a forma m t c r m e d i a ora "la m a s a " . Aquí, cada .._ Reich . . lia . . abierto un proceso por el delito de alta t r a i del D Í . " \ n L / ° ^^ sentirse, m á s que cubierto, encubierto. ción contra las f á b r i c a s ' K r u p p y T h v s s e n . a cousecucnr n h í n r f : '""'^P^' <=' e n c u h n m i e n t o en masa e.s má.s desria de la publicación del libro titulado ^'La Internaciíir n m e r t o que el encubrimiento individual. P a r a niras enna! Roía de la industria de hi'. armas*' sas. esta dema.siado r e c e n t e la trágica niemnria. iMieron HeHoJora CmtplmUTo! 11 225 ,«Ca o d i s e a c l e i m -: pnaiunero :- se ha comprniíado que las monedas datan de !a primera mitad del siglo XVf, y debieron ser escondidas en la pared durante la invasión dci ejército . turco. El liallazgo tiene un gran valor liisió"CO." , ;J; pi^L-strc dü 3.70U Ki" ióii[étr<!fe, joliann vania lui rügrcsauo a i u liogar en KI pucDio <lc Aüa (ici bailado i^umganaj, ÜCI yuü iü.iuii,a hace quiíicc aiios. Varna lüe Xa deuda inglesa lieciio prisionero por los ruE lia publicado el dt;t;iíl-:; hSOs en 11)15 y oUngaüO a ir de lüi que cuesta anuala pie llanta un campo iiuiítar de conceiitntcjóu mi bi- mente la deuda pública iugt'..'sa. Resulta que se paga mi beria. Hace aos anos clcciüiu regresar a su hogar, y como millón diario de libras estercarecía de íoiiaos, empren- Jiiias para la amortización y lo3 intereses de la dcuíla. J-oa dió a pie la jornada, intereses de la deuda ascien'Una iimcr/pcfóii de den a 310 injlknes de libras itíuittti tuüt'e ^Virgilio esiterlinas. Las pensiones a los "ex comuiUNTü la resiauracióu de la galena de 'Os batíentes y a las viiíwhs y Cü-üalleros de KoJcs, situada huérfanos de la guerra dísentre los mercados de 'Iiraja- niinuj-croii el año pasado en 110 y el foro de Augusto, se tres inülones de libras esterlia dcsciibicrto luiii curiosa linas. El númeto de personas inscripción. Al pie de un re- que reciben pensión es de trato de Virgilio se hallairon 1.476.000, y desde que termi• escritas astas lineas del Dante, en las que' Virgilio dice: "iüii un poeta y canté ai hiFIGURA DE j o justo de AiKiuises, que vino de Troya después que la soberbia ilion íué destruida per ol fuego". Se cree que esta ínscTiiKÍón íué escrita sobre el siniro liace !o ni e n o s cuatrocientos años, ,, nó la guerra esas pensiones han costado al Tesoro inglés la suma de 845 inÜlcties áü libras esterlinas. £1 censo ««colar alemán D URANTE el año 1928-29 liabia en A l e m a n i a 6.Ü06.OÜO alumnos en las escuelas p r i m a r i a s , contra 9.000.000 en I p i l . Esta es la atuiseciiencia de la disminución de los nacimientos durante la guerra. S D Clneitialogruiia £ [ cultivo d e l lo b a c o en f s p a i i u C* N d i e z a ñ o s , tiempo SLf transcurrido dcsdlc que se inició su intensificación, el os 850.000 líabitantes de nijmero de cultivad res lia Madrid coiisiimioroii el .|>a.sado de 18 a 8.500; el de p l a n t a s , de i .500.000 a año 1927 52.123.603 litros de leclic. Una tercera parte de 88.000.000. Lo invertido anualmente en esa cantidad procede de los jornales i>asa de nueve millo- esitablos de la villa, y el rosnes de pesetas, y es de tener to, de los pueblos del orliitomo y de í í r a s provincias. Soh, por lo tanto, poco más de treinta y a i a t r o millones de litros. Hl año 1927 hai>ía LA SEBIAC^'A cu Ma(h-id 496 establos con unas fi.ooo vacas. L e i mriporfo d e IOK E itiántlaa p I- doctor Jules Foris, injLé ventor, -que reside en Gyula (Austria), lia coiistnido un curicso aparato, merced al cual se consigue una proj'G c c i ó n cincinat;gráfica plástica. El invento del doctor Foris es tajíto más digno de ser tenido en cuenta cuarto que para conseguir esa proyección plástica son insignificantes las modificaciones que liabrán de ser introducidas en los actuales aparatos de pn> yccción, y ,por tanto, no es preciso efectuar grandes gastos. , Vlnneilnn de oro -• del «iffio Xtl - U NOS albañiles que derribaban una casa en la aldea de Fcrtorakos (Hungría), han encontrado, escondida.^ en una pared, 800 monedas de oro antiguas. Llevadas- al Museo de Sopron, Dav ei] ciiciila que las faenas que el lalxico requiere se hacen cu éiKjca en qui; flojean las de otros cuiltivos, de manera que contribuyen a ilisminiuir las crisis que iM;riódicajnente se proditCeiii en algtuias znna§. El taliaco es uji elenientidfe equiliJírio en aquellas regiones en que I>or depreciación de l i r o s i>roductcíS agrícolas la riqueza coimarcal lia sufrido graves dañiKi, y, por último, son uiKis So niilione;s de ixísetas lo que se invierte en compras de tabaco extranjero. e l nonsuiiio de le: c h e «•• f i í a d r i d : ^rnniisco Lambo. fCaricatura de 226 Moníagiid,) Mndcs L emporio imiincral íncaScidaljlc de los Andes va a ser pronto explotado inten • samciite por el Gobierno de la Nación. Con frecuencia de ese pedazo de suelo argient'no se lia dicho, y ccm razón, que es un ntusera de niincralys. Filones de inestimable valor esconde aquel territorio, que, si lioy abarca una zona desipoblaíki, no ha de tardar eiij convertirse en un centro industrial q u e asombrará a l>ropios y extraños. Las riquezas del subsuelo son alli 'áiinensas. Aparte del plomo, la mica, el amianto, el cuarzlcl, c! oro, la plata, el estaño y el azufre, hay en el territorio s-ilares tic bórax que tienen hñsla un metro y die^ ccjitímalrüs de espesor. Todo ello en afl-raniicntos 'cknsos y ramificaciouea abuiwlantes ,quc constituyen reservas grandiosas para el porvenir. Como de licis Andes, puede decirse lifeuaí cosa de todo el costado orÍcnt;il andino. Desde Jujuy liasta Ncuquen, ilos contrafuertes cordilleranos son Ecrtiles en substancia.^ valiosas. L A junción de tiempo purLcnece .'i (7 la categoría tic Ifis (jue no pui¿den definirse sin faltar a Ií)s prcceptop de la buena lóf^rica: pero cu camiíio podemos y sabemos establecer la igualdad de intervalos de tiempo y !a expresión de un intervalo Ígva\ a la suma de otros dos; cho lugar; pero la elección de dicho y la Geometría, enseña (|nc las m a g punto, de m o d o que satisfaga a las nitudes cnya igualdad y suma 6e pueexigencias de la ciencia y n o motive de definir de una m a n e r a precisa, dudas ni contradicciones en la prácpueden medirsiei, y quedan sometidas tica, ofreció serias dificultades y dio a todas las oijcraciones del cálculn. lugar a la adopción de diversas esL a Física estudia a cad;i m o m e n t o pecies de .tiempo, contadas desde orímagnitudes cuya esencia nos es y genes distintos, aun cuando sea suacaso nos será siempre desconocida: m a m e n t e fácil la reducción o conlas mide', las c o m p a r a , expresa nuversión (ic un tiempo en otro, Y para méricamente sus relaciones, las sofamiliarizarse, con este noción d e lop mete a las operaciones del cálculo diversos tieiuptis se necesitan algumatemático, y deduce leyes y saca nos desarrollos, que vamos a exponer, sin a b a n d o n a r el aspecto clemcmtal q u e ' n o s hemos propuesto dar a este artículo. En la figura 1.", P P ' representa el eie del m u n d o o el de rotación de la Tierra indefinidamente prolongado; Kq Eq. el ecuador celeste o círculo m á x i m o t>erpeiulicnlar a P P ' ; Z N a , la vertical del nn punto de Ja superficit' terrestre; S F. A, el horizonte o círct:lo m á x i m o perpendicular a Z N a . y P Z P ' N, el meridiano- del. lugar, círculo m á x i m o determinado P^r F P ' y Z Na. Rl horizo"te cort^ o! ecuador en los p u n t o s " E s t e y Oest e " , y al meridiano en los puntos _ " N o r t e y .Sur", representados en hi figura por la.s letras E . O, N y S. Considerando todos los astros como enclavados en una esfera tiólída ideal, el movimiento uniforme de la Tierrn consecuencias CIUB llevan su influenalrededor de su eje nos hará ver que cia, a los usos prácticos de la vida. dicha esfera crira en sentido contraL a Naturaleza nos ofrece fenómerio v con la m i s m a velocidad: :in nos que se repiten sistemáticamente punto cualnuiera A describirá " nn y de nn m o d o uniforme; pues bien, rírculo ncmendicular a P P', n parauno de estos f t n ó m e n o s servirá de lelo a En Eq, en el sentido di" la fífunidad de medida para el tiempo, en rha, V podemos t o m a r por origen del tales términos, que un intcr\falo igual día CJI instante físico en nue ocimn a la duración del fenómeno será 'a nolición n. o pasa ñor e' meridiaigual a la unidad, y un lapso de no del lugar en la rcpión superior del tiempo en que el mismo hecho se mismo, esto o<=. en In parte P Z S. repita dos, tres, "n veces", será un nuí- va del polo visible al cénit del tiempo doble, triple y, en Rjeneral, •-.1i=;'''ryador, T r a t á n d o l e dn ima c-" n " v c c ' s mayor que el primero. frella nue describa el paralelo a' A Desde loR tiempos má=; r e m o t o s se n. n o d r m o s fiinr el m o m e n t o en que tiene noción del movimiento aoarenocupa la posición ÍT. y cuando, en sn te de la esíefra celeste alrededor d_e movimiento jle rotación llecnie do la Tierra, ocasionado por el movinuevo a' mísnio sitin. diremos que m i e n t o de rotación de nuestro globo ha transcurrido nn día. v así suceen sentido opuesto al anterior. E ' sivamente formarí'mni lo-; m.i'lltíplno tiempo que e m p H i nuestro p ' a n e l a de la unidad de tiempo. SÍ se consen efectuar este giro se llama día. v truve un reloi. cuya acuta describa se ha t o m a d o como unidad de m e ima circunferencia en el m i s m o tíemdida de la magnitud en cuestión. nii que, la estrella describa sn p a r a F o r m a n d o a nuestro antojo múltileío. V se hace nue ej reloi marnnc plo-; y submijitinlos del esta tmidad, cero horas, cuando el astro ocupe la tendremos el tiempo 'expresado n:ioosición 17, cada ,vez nue In atru-a méricamente y rcsuelfa la cuestión vuelva al cero, ^a estrella volverá ? desde un nunlo de vista teórico; pern pasar por el meridiano, con las p^!a "unidad d í a " lia de t e ñ i r un orinuepac díccrcpancias inherentes a la gen que nueda fijarse v comprobarse imperfección de la=: obra<: human.as, con precisión, en t é r m i n o s que -•siem• puesto ouri alfTo adelnntnrñ n rí^+rapre Be ptieda contestar catecrórícacnrá el rolor al cabo de nn día. P e r o m e n t e a fa nrep-unta: ; c u á n d o cobien se r o m o r e n d c nue. siriTto iguamienza el día? Kl n a s o de un p i m t o les, los intervalos cnrresnondíen'es n fiio de la esfera celeste por el meric i d a dos pasos consetutivos do In diano de un Juear dado, 'puede toe-itrella por el p u n t o a, podrán mem a r s e c o m o origen de^l día para rlidirse con el auxilio de un reloj, v medida del tíempo 227 que no sería posible efectuar esla medida si el astro emplease tiempos diferentes en sus pasos sucesivos, pues no habría máquina a l g u n a capaz de reflejar tales variaciones. Si dividimos en un n ú m e r o cualquiera (le p a r t e s iguales la circunferencia descrita por la manecilla del reloj, cada una de estas partes equivaldría al arco de igtial n ú m e r o de grados descrito por la estrella en el círculo A a a'; c vi den temen te ' / . , , de (lia será el tiempo empleado por e! astro en recorrer un arco 24 veces menor que el descrito en un día completo; ,es debir, que en un tiempo 24 veces m e n o r que el día, qne es el submúltiplo llamado hora, el arco descrito será 360": 24 = 15°, y si dividimos la hora en 60 p a r t e s iguales llamados minutos y el minuto en 60 segundos, y análogamente, c] grado en 60 m i n u t o s de arco, el J},.n minuto en 60 segundos, etc., podremos escribir las igualdades lli = 15", I m ^ 15'. Is = 15", que sirven para convertir el tiempo en arco, y significan que los t i e m p o s tic los priiriCTOP miembros son lo^ ei'ipteado.s por el astro en recorrer los^ari'os escritos en los segundos, designándose siempre los minutos y segundos de tiempo con las iniciales m y s, y los de arco con uno y dos acentos, respectivamente. Las igualdades a n t e riores pueden escribirse bajo esta forma: 60m =: 15", 60s = .15',' Is = IS", o, dividiendo por 15, 1» = ' 4 m , ] ' = 4s, 1" = I s ; IS, que. se, utilizan para reducir arcqs a tiempo, o para formar tablas de equi\'alenc¡a, frecuentemente utilizadas en la p r á c tica con estos fines. T o d a s las cslrecas d e s c r i b m circuios de la esfera celeste, paralelos j.l ecuador, en el m i s m o espacio de tiempo, que es la duración del día. definido por el intervalo entre dos pasos consecutivos pgr el meridiano, y llamado .-día sidéreo; pero si se imagina un astro 0, que describa el paralelo a' A a, con movimiento uniforme, pero empleando un tiempo mayor o menor que la estrella A, y se construye un reloj cuya aguja recorra su esfera en el mismo tiemp o empleado por 0 en describir su paralelo, t e n d r e m o s otro día de distinta duración que el sidéreo, y. que deberá designarse con otro n o m b r e . Y si ,»^Jj^íímievo día se divide, carpo el yfYl^éffi, t-n 24 partfi, llinimiVn;;' horasV'^a; ''cada-.una de éslas correspondcrii':Ch el paralelo' a* A a : un arco (le.rS". ü cíifía minutó de tiempo 15' de afeo, etc.; de m o d o r[Je la distancia entre dos puntos, contada sobre nn par.ilelo ccifs'íe o terrestre, que es lo tine se llama diferencia de Ibngitudes. podrá cxprc-' s a r í c por la graduación del arco correspondiente en el paralelo, o por este arco expresado en tiempo,, sea éste de la ciíspccic que <|niera: imeslo quo cada hora, de cualquier. especie y duración, equivale exactamente a 15". El olvido de esta cir-, cUTistancia puede dar lii^ar en la p r á c t i c a ' á lamoniablcs confjsioncs. iQuó. falta ya para \itilizar el tieimpo s i d é r e o , ' que es el cnipleaclo casi siempre en problemas astronómicos y Reodcsicos. y el que registran muchos c r o n ó m e t r o s y t o d o s los péndulos m a g i s t r a k s , instalados en los Observatorios junto a los anteojos meridianos, de los cuales son compañeros inseparables? Elegir la es^ trella o punto de la bóveda celeste, que ha de marcar el orÍRon del día sidéreo, de m o d o que sea Oh Om Os de tiempo sidéreo en un higar cual(juiera de la superficie de la Tierra, cuando el p.mto elegido pase por el meridiano del hiyar t-n cuestión. Mas este asunto, que se enlaza con cuantos problemas se refieren al tiempo, y ha de. llevarnos al esclarecimiento de las cuestiones suscitadas al principio, rci|inerc una ligera digresión. Ade'müs de movimiento de rota-•ion r,'rcdédor de .«ÍU eje, nuestro Globo posee un segundo ni.oviniÍcntn de tr.'i«'•ación alrededor del Sol, «lUt da liMrnr al movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra en virtud ('el ciml describe en la esfera celeste una curva llamada "ecliplica", en un plazo- que nos da la primera noción del año. que es el tiempo comprendido desde que el Sol parte de un punto fijo de la bóveda celeste hasta qyc vuelve a coincidir con el mismo. L a eclíptica no es paralela a| cenador, sino que lo corta, formando con él !••' •ip"nl'-* de 2.1" 27' y ViE n la figura 2.', P P ' y pp' - -i ' " pi^loí de la ecliplica y del ecuador. r-i-riilns máximos de la estera i-olestc ritie se cortan según el diá-iietr» , cuyos extremos =,';. .'htiupn respectivamente, " p r i m e r punto de Aries y primer punto de TJbra" y nmbos "puntos equinocciales", designando^<e con el sicno el punto en tiuc el. Sol cruza el cenador para pa^^rr del hemisferio S al N. y con el s'g'io :.' "lint" en (]ti" 'e cruza p^ra volyor ;il hemisferio S. Pues bjen: el punto . llamado ' ' i ' - ' '••'"'ñioccio de primavera o punto vernal", es el dne se tnm:i c'^m o origen del día ."iídcreo, 'síeu'lo Oh Oin Os de tiempo fiid"fco cii un Ingár cualquiera cuando e ' punto qti<', como todos l o s ' de la esfera celeste. participa del movimiento diurno. '=," encuentra sobre el meridiano ?uperí'-r •deV l^igar.en-pucstión, E l . m i s m o punió e" á la vez üriy;en'de las "ascensiones r e c t a s " o distancias de los astros al punfT> , contadas sobre el ecuador, y a partir de dicho punto en el sentido de •©. a E . • El flía 21 de marzo el Sol atraviesa el ecuador y hay un m o m e n t o en que su ascensión recta es nula, como i-JLiialmente sn declinación o distancia al ecuador; a-nbas coortlonadas v a " aumentando cuando el So! recorre el arco de eclíptica C; al llegar a este punto llamado "solsticio de veran o " , la declinación adquiere sn máyimo valor positivo C Q , medida de! ái.gido C Q, ([Ue es la inclinación de la eclijilica, y la ascensión recta O e.í 9!t •'• r>h. Del 21 de junio al ;".! de s'"ii't"'rhro el a'^íro de) día recorre el arco C . la a-^censión recta aunuíTila basta llegar a 180" ó 12h en el ecpiinoccio de otoño y la declinación decrece hasta anularse en dích;! fecha. D e s d e h a s t a C , "solsticio de invierno", la ascensión recta aumenta liasta 27(1" ó 18b, y la declinación pasa a negativa o austral, alcanzando en 22 de diciembre su mayor valor Q'C igual y de SÍRUO contrarío a QC. Por último, de C a la ascensión recta aumenta hasta 360", 241i o cero, y 'a declinación se anuía de nuevo el 21 de m a r z o ; ti Sfi ha descrito la eclíptica y se encuentra en las condiciones iniciales. Sí el punto . intersección de la eclíptica y el ecuador, permíinecicse absolutamente fijo en el espacio, como por ahora admitiremos, el Sol habría demerito exactamente u n a circunferencia en la bóveda celdste y el tiempo empleado sería í/ií año, puesto t¡ue este es e! !ntür\'ata entre dos pasos sucesivos por un m i s m o punto. . D o s observaciones debemos h a c e a propósito del movin>ien(o anare-itc: del Sol alrededoi; de I--" T-Sí-rra. P r i m e r a : El aiitro n o describe arcos riguales de la eclíptica en tiempos iguales; la trayectoria real (fig. 3,"1' es una eliose. en uno de cuyos foros e='!i '-i T i e r r a ; cl radio vector T S dc'nrribc Áreas lííuales cu tiempos iguale-;, y los arcos de eclíptica correspondientes serán mayores en la proximidad • lid' 'n'-i-irreo n, "ue e-i la región a del r o o p e o . 2," Aun cuan do el Sol re-<u-i'^=" .'¡obre la e c j p t i - 228 C3 arcos iguales en .tiempos' iguales, las proyecciones de eslus arcos Sobre cl ecuador serían distintas; insÍ)cccÍonan(lo j a figura. 2." se ,ve que íiun cuando las " l o n g i t u d e s " , a distancias de a los diversos p u n t o s S ocupados por el Sol en el curso dfl afu', aumenlíiran prupurciona'm e n t c al tiempo, las ascensiones rectas M no guardarían tal jiroporcionalida'I; la'; m á s elementales nociones de la Geometría de la esfera nos enseñan que cuando cl Sol csfá en S,. S,> M ; al llegar a C. G = Q. y .solamente hay ignahhid entre las longitudes y las ascensiones rectas en cuatro épocas de,[ a ñ o : los solsticios y los equinoccios. E s tas observaciones las tendremos en cuenta más tarde para la buena inteligencia del cómputo del tiempo por medio del Sol. H e m o s visto (¡no e'íte otro, además del movimiento diurno, de E, -i O., común ñ. todas las estrellas, tiene otro peculiar, de O- a K. En virtud de este último, si concebimív. que, en un mismo instante, el Sol y una estrella E pasan por el meridiano de u n a localidad (figura 2,""), ai cabo de un día cl Sol halirá caminado un grado en el sentido tle la flecha, y como la rotación diurna SLadelantará nlros 4m al día siguiente, y así ocurrirá todos los días h a s la ganar 360". 24h o un día, en cl término de tm año. A h o r a bien: si cl pinito elegido para contar c' tiempo es el centro del Sol, dicho tiempo se llamará "solar v e r d a d e r o " ; será mediodía verdadero en cualquier punto de la T i e r r a cuando el centro del Sol se encuentra sobre el meridiano del lugar, y "día solar v e r d a d e r o " será cl intervalo de tiempo, comprendido entre dos pasos consecutivos del centro de! Sol por un mistno meridiano. Si dividimos la esfera celeste en 360 busos por medio de otros tan to.s horarios, círculos máximos trazados líor .el eje del m u n d o P P ' , éstos determinarán arcos de un grado sobre el ecuador y sobre ios paralelos al m i s m o : el Sol recorrerá su paralelo en 24h a cada una de las a i a l e s corresponderá un arco de ! 5 " ; a cad;i 4m un arco de 1" y, en una palabra, ctxistirá entre la división de la circunferencia en arco y en tiempo la misma relación que si se tratara de tiempo sidéreo, no obstante la desigual duración de las unidades de tiempo .de «na y otra clase. ^túmero úc raúfoescucims en S i-Ldi'N las últimas estadísticas, él nt^ituero tic radioescuchaB e s , de 2O5-905 t'n Dinamarca, 2.776.75ÍI en Inghtterra, 25.381 en Irlanda, 70.000 en halia, 59^.399 en t-l Japón, óij.ios en Noruega, 131.642 en Holanda, 412.115 en SiKxia, 75.720 en Suiza y 241035 en Cliec:esIovaqnia. 4 VIAJES Y AVENTURAS DE STEFANSSON UN AÑO ENTRE E / Q U I M A L E / (CtíH/ÍJHÍÜc/(5íi). • I^JB cazad-i"cs de ballenas ác la i.sl^ Horscho! le liabían puesto ase a,pod"i (-•11 1880. cuaiKÍo ('. :lav'a iTa un mozo y itraíjajiiha en mi barco. 1~ rtli iiic aconsejó que me instalase en el l)í>tc ballenero (le Rnxy para los ;|no kilómetros desde Macplierson a la isla Hei-schel. V asi lo cíectnc, zarjíando el 30 de jidio de iQofi. Los ftsqiiiinales no usaii apell¡<lo d • faiiriilia. Qiaudo un . luümhre se llama Juan, se le dosipia .por Juan: y si Sii mujer se llama María, se la dcisigna tanbiéfi por este nombre. A la sazón 110 sabía yo esto, y así anoté en mi diario que nuestra compnñía cslalm formada por el capitán Roxy. por la señora Ríiixy y por la hija N'avallun. entóneos de unos dioí; años de edad. Tíoxy era un h:inibre aUo, con nariz asiiileña: su piel no era más obscura i]\:: la de im euroijco: tenía cabello ir.'f;:de chino, como todos Kw csíiiiima.les. y un poco de barba. Pocos cíí([iiimalfusan barbas; pero con Roxy Irabaja-'n un bomhro rotíiisto y rcchonclio, llam'do Obíutok. ([ue llevaba una bavha hirsuta y negra, , u» barco que íes llevase a Nome y \uv go a San Francisco. Sin barca a remolque, avanzamo.'í bien al principio. Pero luego estalló uii.'i rec'-i t rmenta, iiuc IKÍS enlretuvti, lustn el punto de que para loí ino kilómetros necesitamos cinco• días eníeros. y no pudimos ilcs.ir al puerto de la isla Herschel híLSta las primeras horas dv la mañana de! 9 cíe agosto. Quien t o t l a v i a e s extraíío en el Ártico encuentra ]toT todas partes tante? cosáis nuevas, que sus impresiones sv confunden al principio, ,A.lírunas varlaci nes se efectúan tau despacio, que a! principio ni se las advierte; otras, más repentinas, se atro¡K.'llan en tal abundancia que. no se las disitinpiic con claridad. Una di; las variacioueü. que se presentan al observador muy dcijiacio, c la gradiml dcisaparicióui de; la mxlie. Al abandonar ol ferrrcarril en Kdmonton. el día dura.tia catorce o qyince horas En el la^^o de los Esclavos habían llr gado a ser diez y siete f diez y ocho y 110 mnclio nms al Norte alcanzamo. uu punto en que, :uni a niediíi noch" siontpre haibía en til cielo un huero rfsplaiidor. Si ntls hiihiéi-amos trasladadAparte de mí, se encontraban en el con la velocidad del' ferrocarril dirícbarco cinco pasajeros, entre i'llo?; d' r tamente hacia el Norte, la uodie si nn.inero.í. Ixis mineros se llamaban Suiiuientc hubiera sido en el río l.'^ ba.slli'ran y Wauffli. El uno era xm hnmbre tanile clara para jwder leer a med'i alto y n:il«tst<) de barba ncsra, qu? ivinoche un libro. Al comienzo del deii rec'a muy agresivo; ol otro era más dcil Mackenzie fué doiule por vez p;ÍIHiqueño y apocado. . mera me sorprendió este fenómeu' Él viaje, de 250 kilónietrcíi ]wr u n e ' NoPotrr.s creíamos poder contemplar • ^ de Icfi brazos del Mackcnzie, se hizo sol de media noche, y ío cspera.iT»rs \n . sin Tioveflad. A unos 150 kilómctroíí dos sobre culiicita. Efectivamente, la lu.de dí^'ilaueia, los árboles eran lodavi'i ••:n' lau clara c-mo en las latitudes coRramdes; luepo vimrs de pronto árl'o rrientes, cinco minutos después del ocales, que eran más .pequeños. Pocos kilómetros miLs abajo, ya no había á"fwles en ab.soliilo; las islas,, entre laíjí-ie seripca el Mackeuzic perez'-fwment cu incontables vueltas, sólo están cubiertas (le bierba y de matas aclia-parrada de mimbres. En el sitio donrle el braz T~í STA coleccifir, única en su KÍnero, es b del delta ii>o.r <lnudc navcfíábamos dr-" j iiiíts a iiropiísito i)ara premios y ra^~* E.ilos.'Todos los volúiti'cnc.i van adorcmJxKa en el mar. npis detuvimos, porindos con veinte primorosoa fotograbadDH, que el tiempo era malo y el mar estah' en niaRiii Tico papel couclié: im mapa dr picado, con fuerte .rompiente, Ann c-n lofl lufinrcs recorridos por loa cicploradorüs, y una artlatira cubierta a ircs colares. buen tiempo, un viaje de ino Idlón-e Iros desde el rít^ a Ta is^Ia TTersclu-l e VOLÚMENES PUBLICADOá pclig-rosn. sobre tmlo cuando mi IKI I.—VILITJADMUR S P ^ F A N S E O N . Un ballcnoro de vela lia de remolcar un a fia entre CíflHÍiitiííi. barca com ^pesadi'' cargamento. En ti^em I I . — P I I I L I P P líERGES. Viajes for po malo, esto seria enteramente inco" ct Orieníe. III.—GlíRHARD R O H L F S . A iravli ccbíhlc. N(xs (lucdamos. p„c.s. nn par d ••!rl Sahara. días acanip.ados. Scliutzniann Walkcr. I V . - ^ I I E N R l ' HOEK. Por las mwuaña. filie cdn dos iiídio.s custodi.dian el carJe Boüviá. V.—FKANCISCO DRAKE. Piraieríaí írajmento destmado a la p^hcía de la en América, i.íla Hcnsclicd. había de iiuedarse atiui Precio de cada volumen, elegantemente mientras que Roxy había de lleTOrnoi^ ene nade nia(io_ 3.50 DCSCtaS. a iTosotrcíi tres a la isla. Y - estaba Venia en tntlas Ins librerías iniíacientc por coiitinuar. pues le había Editor: B R U N O D E L A M O ¡iromctulo a LefruiírívHl 1]^,.^^ ^ l¡i Toledo, 72. A p a r t a d o 5.003. isla Hcrscbel hacia el 10 de afrosto. M A D R I D U B mineros esperaban encontrar allí Viajcs y a v e n t u r a s ántijíiios y modernos 229 )• su, pero el sol ntisnio so quedó por debajo» del !K>rÍ7onte. Permanecimos tantv. i:uup > en i'urt Macplierson, cjuc aun en nuestro viaje más tardío a la isla 'Tcrsrbel el roí n.. ai>aroció ya en el hotrizonte. Pero durante varias semanas hubo tanta luz ípie los viajes podían iiacerse durante la nodie lo mismo qtic si el s.ril alnmbrase. Después <lel sol fué el hielo polar \u que más atrajo nuestra atención; |>or cierto con sentimientos alRo coníiisos. poríjiie la inipresión recog-ith en ios libros lias pnxUicía tanior. E n nuestro camiiv desde la descmbcx:ad«ra deí río ha.ita la isla Hersclxd .síRuía dominando la tempestad, cuando Roxy nos dijo: "Allí delante está el hielo," K&ta noticia me dejó aterrado, pues había yovisto tantas ilustraciones de barcos y iHvtes lanzadas jKir Vis témpanos de un laílo liara ortro que creí sería ÍRual que cuamlo una cnüjarcación se nictc entro rocas. Pero proaito vi que los esquimales Iiablaljaii del hielo con alefírría. Roxy me lo explicó, respondiendo a mis prcptnitas. Había, esta<lo con I s blaiKCS en Ijarcos balleneros durante veinte años, y sabía, poriilo tanto, la cau.sa de mi temor. CoinOiél decía, los blancos tienen mietlo del liicJo. -pero los esquimales bpn vivido tanto liemix> ya en el que le han tcroado cariño y no están cont i'f'-s cnand-i lo oierdeñ mucho tiem'•• vi'ítn. Añad'a que el hielo ofrece también muchas ventajas para la navegación a vela. Sí se necesita agua para beber, no hay más que acercar"a un tímí>ano y cojíer .iRua dulce dsu suixsrficie, procedimiento mucho niAs expetliiliva'quc el ir a tierra, aparte d^ que el apiia resirlta así más fresca y mejor, Al iiriucipio quedé asombrado, pero una larga experiencia me enseñó que t d o esto litne Í;II f'nidaincntn. Cuando nn témpano es tan prande qiK- la esm r r a empujada p->r la tormenta no lleca a la mitad, se cncnentra en él im alül'e con el aRua dulce más espléndida, Kl mar iMt^nr es naí'.iralmente tan salol:re come. cu:i'qivier otro Océano, y el hieln nuevo está muy saladíi inmediatamente desimé-í de su formación. Pero iluranlc el primer im-ierno .«;c va dulc'ficando, y p co a poco flota errante eii forma de bollo suelto, y al verano sÍR-iÍente está tan dulce que casi no se adviento ya ol tínsto de la saJ, Roxy me dijo además que las olas eran bastante altas y su hija estaba mareada; así que se alegraba mucho de c[uc hubiéramos dado con el hielo, donde nos libraríamíis de la molestia del oleaje. Así fué. Los témpanos flotaban Q5parcidí>y. , (Sin grasa) Gran invento Si.1 tsfíirla» ni arrancarla» r.íco artículo que S I N TEÑIR, hace desaparecer las canas, devolviendo ol cabello a su color primitivo, o hace que U no salgan'si se empieza a usar antes de tenerlas, proporcionándole el jugo necesario, sin el cual pierde su color. Co:npuc¿to de raíces y hierbas indias aromáticas. Inofensivo. Garantizado. Conserva muy bien el rizado natural o arlificiai del cabello. Premiado en la Exposición de Higiene. Exíjase en la etiqueta la figura de la india, M A R C A IiIiGI.SLRA.DA. Precio en España, 5 ptas. frasco en Perfumerías y Droguerías. Por mayor, J O S É D A U I ¿ £ I R A . C a l l e de M a f i a z T o r r e r o , núfn. 6, M A D R I D , y en los principales almacenes. A F R T S G R A R I C O FOTOGRABADO EÍWi'^ HorffllBza, 32.-TeléfDnD 14B23.-MAÜRID LEA USTED LOS SÁBADOS ALREDEDOR DEL MUNDO VINO Y JARABE Oeschiens ala Hemoglobina boa HMlooB prooíaman irn» «iit« Hierro Tltal d* la Sangre em moy mporlof • IB oame crutlk, • loa l«mijilia«so«. ito. — Da •kln4 y tuerra. -FAMia TALLER DEENCUAnEHNACION DE I M E W T O R A L V A R E Z = Trabnjos d e todas c l a s e s = Ci.ilflSiDtaMiria,82 T6léf.7S264-MADRID f a l a « mOrlípaC Proveedor d c l o i principales [ D j a a IllIjUltillil ealablcciinicDtos ben^ticos. V. Sobritto.-InÍKni», 7, M a d i l J P I O A N CATALOGO Un cutis suave y bien afeitado lo o b t e n d r á c o n el u s o de Lactina C A L B E R que sin necesidad de agua, brocha ni j a b ó n le proporcionará un rápido y agradable afeitado. No es una crema más: es un preparado científico. Perfumería Higiénica CALBER San Sebastian Cada tubo contiene tres hojas d e afeitar de la r e n o m b r a d a marca EL FÉNIX 230 núm . io Alrededor del Mundo Co«tuinl>res, v i a j e s , cíencinN, i n v e n t o s » artes» curíosídadefl Año XXXII-V«1. 6 i Mudriil. 1 de m i ' r o de 1 9 3 0 IGNACIO N ú m «r O I.60S B O L Í V A R laboratorio de la Universidad. Se h a ocupado especialmente cn el estudio de los o r t ó p t e r o s , hcmínteros y crustáceos, publican(LT n u m e r o s a s M e m o r i a s en revisla-i españolas v extranjeras sobre ellos, y IIH colaborado en (í " G e n e r a I n s e c t o r u m " , q u e se publica en Bruselas ( P i r g o m o r f i t i o s ) ; se na i j n p a d o ei-. el resultado del viaje al Pacifico realizado por una comisión enviada p o r el Gobierno español; c n el del conde Zichy, por el norte de Asia, publicado e n Budapest; en los del doctor E a r r o i s y M. Escalera por Siria, y de este úilimo H e ai"|uí u n a nota sucinpor el Muni y M a r r u e c o s ; t a de la vida y obra de en el del señor Gadeau de nnevítro sabio naturalista: K cr bi II e. p o r K r o u m iría; Ignacio Bolívar nació en cn el de Biró p o r N u e v a Madrid el 9 tte noviembre Guinea, y publicado varias de 1850. E s licenciado en monografías, como I a d e D e r e c h o y doctor en Cienlos Pirgomorfinos, en los cias. E n 1877 g a n ó por opoanale'^ de la Sociedad E s sición la cátedra de E n t o pañola de H i s t o r i a N a t u mología de la Universidad ral (1884); la de los T e l t i C e n l r a l , (|iie h a d e s e m p e ñ a ,gÍnos, en los de la E n t o do basta q u e se le jubiló, mológica de! Bruselas (1887) por edad, en 1922. L a cátey la de los Mccopodínos, e n d r a cambió de n o m b r e , y los del M u s e o h ú n g a r o de fué flesignada con el d e Budapest (1903). H a conZoografia de articulados trilniido al estudio de l a s vivientes y fósiles. colecciones ortopterológicas Bolívar b a colaborado esríe los M u s e o s de Lisboa, pecial inon le en !a reforma París. Bruselas, Ginebra, de la Facultad de Ciencias Genova, A m s t c r d a m , Cnimde 1900, y es m i e m b r o h o hra. O x f o r d y otros varios, norario d e i'íis 'sociedades publicándose los resultados •entomológicas de Bélgica, de estos trabajos en varias L o n d r e s y P r a g a , corresrevistas. T a m b i é n h a dado pondiente de las de E s t o a conocer y .denominado un colmo y Filadelfia, de la n ú m e r o considerable de g é .Real Academia de- Ciencias neros y especies nuevos. E n y Arles de Barcelona, de colaboración con l o s s e ñ o la Sociedad Zoológica f'o res Quiroga y Calderón b a L o n d r e s , de U Científica escrito: " Manual de Z o o A r g e n t i n a de Buenos Aires logía", a c o m p a ñ a d o de u n y de uiiiiiero de o t r a s v a atlas (1885); "Elementos rias. E s fund.i-.liir de la S o J e H i s t o r i a N a t u r a l " (1895); ciedad E s p a ñ o l a de H i s " N u e v o s elementos de H i s ria Natural (1871), y de la toria N a t u r a l " (1800). d e •de Física y Química. H a /íjMíci'd Búlíi'nr. bieéndosele a d e m á s : " C u a representado a España en dro sinóptico tiara el e s t u el C o n g r e s o de Argel de la dio de las especies del génclro Grillus"' (1873). " A p u n t e s Asociación francesa para el a d e l a n t o de las ciencias: cn acerca de la caza y conservación de los i n s e c t o s " (1876), el de Zoología de Berna y eii las fiestas en honor de " A r t r ó p o d o s del viaje al Pacifico, insectos n e u r ó p t e r o s D a r w i n . celebradas en C a m b r i d g e cn 1909. H a contriy o r t ó p t e r o s " (1884), " Essai s u r les Acredíents de la buido a modernizar la enseñanza de la liistoria natural tribu des T e t t i g i d a c " (1887), " E n i i m e r a t i o n des O r t l i o p en España con sus obras y su enseñanza en clase. T a n teres de I He de C u b a " (1897). " L e s bnlion á 1 ótudc t o e n E s p a ñ a c o m o fuera de ella, es considerado entre l o s distinguidos e n t o m ó l o g o s c o n t e m p o r á n e o s y su c o - des a c r i d e n s ' ' (2898), "Revisión de la Sect-Ommepcec h a " (1899 " C a t á l o g o sináptico de los arfópteros d e laboración es buscada con e m p e ñ o p o r las más imporla fauna ibérica" (1900), " C o n t r i b u t i o n á l'étude des t a n t e s revistas nacíonalcB y extranjeras. H a viajado m u M e c o p o d i n a e ' ' (1903), A d e m á s de las M e m o r i a s citadas cíio por E s p a ñ a y c! n o r t e de África, liabÍcndo organise le deben los siguientes t r a b a j o s : cn los Anales d e zado y formado l a s colecciones del gabinete e n t o m o l ó !a Sociedad E s p a ñ o l a de H i s t o r i a N a t u r a l , " O r t ó p t e r o s g i c o del M u s e o de Ciencias N a t u r a l e s , de Madrid, y el G ran señor—en todos 1os órdenes de la palabra— sí:bio vorfiadero, lííiiacin Bolívar rehuye ct aiilauso y Ja pulilicidad. Actualmente, sin solicitarlo, por «.lerecho i-iropío, ha iiipre-iado en la Real Academia i£sp a f i o a . Bolívar es el trabajador ad ni i rabie cuya vida os u n a estela luminosa de lal)or fecunda. Nadie le busque fuera de sns cotidianos trabajos. Nadie le pida datos biofíráTICOS, Bolivar. en la a l t u r a serena de la inveetijíaeiún cientiíica. es e i m a e s t r o insigne, el a m i g o cordial, el fijan señor, ^1 de Espaüa, nuevos o poco conocidos" (1873), "Sinopsis ele los ortópteros de E s p a ñ a y P o r t u g a l " {1876), " A u a l e c ' t a ortiioptcrolügica" (1878). " E n u meración tic los hemípteros observados en E s p a ñ a y P o r l u t í a l " (1879). " I l e m í p t c r o s nuevos doi Museo de M a d r i d " (1879), " N o t a s entomolófí¡c a s " (1881), " E s t r u c t u r a de las patas prensoras de la Matispa p e r l a " (1882), "Especies nuevas o críticas de ortópte*ros" (1887); en el N a t u ralista de París, "Grillodes littorelus'^, (1885), "Dia^moses d ' O r t h o tc-res-noiiveaux" (1885); en los Anales de la Sociedad Entomológica <le Fraiicia, " N o t e sur les Locustin?; cavdrnicolcs d'Europe"' (18 79) . "Description d'ortUoplcrci et obpervatíon synonymiqucs di verses'* (1883); en los Anales de la Sociedad E n t o m o l ó g i c a de Bclc;ica, " O b scrvations sur les o r t h o p l e r c s d'Eiirope et d'J hassin de la Mcditerran c c : o r t h o p t e r c s recueillis en P o r Iiipral et en Afrique", p a r M, C. V a n V o l x e n " , "Acridicns d'A frique", de! M u s e o Real de Bélgica. En el Dia rio de Ciencias m a t e m á t i c a s , físicas. y naturales de T^isboa, " E l u d e s rur les insectos d'Angoia qui se trfliiycnt au Museuní national d e Lisljonne" (1881); en la revista chilena (te Historia N a t u r a l , "Acrididos nuevos americanos: algunos coiipcefalinos sudamericanos"; en «^í*» «*fe £os las Coi"«nicac¡ones del - M u s e o Nacional de Buenos Aires, " U n nue • vo o r t ó p t e r o niismecófclo"; cu el TermeszCitrajzi Fü^ctcli. " Contribu tions a l'étnde des Pliancropterinae de lá Nouvelle-Guinéc", advenías de o t r a s ya citadas; en e! Anuario del M u s e o Zoológico de lia R Universita di Napoli, " O b s e r v a i o nes sobre la Epliíppigera c o r o n a t a " ; en el Btilletiii de la Société e n t o m o logique sui.s.'ic, " L e s blattes myrm'Cco|jhiIes", en los Anales des Sciences naturclle de París, " Revisión des EpiíLppigerinac"; en el D e u t s che E n t o m . Zeitschrift, " l l e b e r die G a t t u n g Amorplioscelis S t a l " , etcé tera etc. El seiíor Bolívar t o m ó posesión de su plaza de académico en la di' Ciencias Exactas, Físicas y N a t u r a les, el 20 de junio de 1915, con un notable discurso sobre " L o s Museos de Historia N a t u r a l " , al que contestó, cii n o m b r e de la Academia, don Daniel de Cortázar. Sucedió allí en la medalla nú m e r o 2 a don Marcos J i m é n e z de la Espada, V fué elegido en 14 de diciembre de 1898. E s a d e m á s académico lionorariii de la de Medicina, director del Museo de Ciencias Naluraleis y de! J a r dín Botánico de Matlríd, socio de h o n o r de casi todas las Sociedades avances T ono lo interviene hoy c! aspecto científico de los asuntos. L a "cs[)ccial¡zacinn", el c s t u I . d i o adecuado a cada problema, SL': lleva a un límite tal, que exige la ,jjilen.'ención del técnico capacitado, para dictaminar sobre detalles q u í habita hace, poco se consideraban secundarios, o al menos no se tomaban en Consideración. P o r e j e m p l o : se trata de construir un. (id¡.ficto, un canal de riego, un túnel;, un puente, cualquier obra de a l g u n a importancia; pues el ingeniero,, el arquitecto responsable de la seguridad futura, r e d a m a por anticipado el iníürnifi. del geólogo, que e x a m i ne el terreno, reconozca la cstrucluracjoii del subsuelo, baga los sondeos quc[,descubran lo que hay debajo, dé luz flp la forma y m o d o que han de practicarse las cimentaciones, para evitar dudas y n o fiarse de las apariencias, de las trieos, eléctricos, que al efecto traía, materia} costoso, poco conocido, con el cUal la ciencia se engalana para iluminar los trabajos del h o m b r e . E n o t r a ocasión vinieron a visitarme linos profesores 'de A l e m a n i a , que traían profusos elementos de exploración ' para dictaminar sobre los lagos de altura del Bierzo y Cabrera, en León, de origen glaciar, de los que apenas nos o c u p a m o s nosotros y que tienen para las consecuencias científicas g r a n interés. H a s t a una casa desmontai)lc componía su "i)arq u e " , que llevaba un vagón ile ferrocarril,. Ahora, hace pocos días nos enteramos dtí que para proyectar la instahtción de las centrales de energía eléctrica v de las líneas de t r a n s p o r - Xo recuerdo que una vez me pídicjTtjn , u n o s a m i g o s de I n g l a t e r r a oniíijón aceirca de unas canteras de pizarra, de clara y .secular explotación. La, di amplia y razonada, y al poco • tiempo la visita de im "geólogo", profesional,, ;inglés también, que venía, • —jUsttd robó Kíiíi iiialncklctn ccw el freli-.i-hi ílc frnba^lai' "."ii?/?.!lír3, c o m p r o b a r aquellos asertos, •—NalnraUncnte, íeiior catiiisario; la tnolosinp a a m p l i a r ,las investigaciones, i ciclela tenia -tin nvito que ¡dcda: "Probarli conÍo\s a p a r a t o s magnéticos, gravimé^z es í¡ucdarsc con cüa". 232 entorno'(jgicas extranjeras, y, uno d e los veinticinco ''ForcJng M e i n h c r s " de la Suciedad Zoológica de L o n dres. P o s e e el premio Echcíraray; q u e sólo .se ha concedido hasta la fecha a Cajal, T o r r e s Quevcdo, Einstein, Lnrenz, Saavcdra y al Principe de Monaco. E s doctor "honoris c a u s a " par la Universidad de Piítsburg- y m i e m bro honorario de la Academia Vaticana de los Nuevos Linces, de R o ma, y de las más afamadas Socie<les de zoólogos y e n t o m ó l o g o s del cx.tranjero. L a elección de la Rea! Academia E s p a ñ o l a no puede ser, por consiguiente, m á s acertada. El n o m b r e de! señor Bolívar m a r ca fecha en la liistoria de la t;ntomologia. y trac a la ma<lrc patria tan k-gítima gloria. E! hecho de íiEurar como m i e m b r o de honor en la í.imosa AcadeTuia r o m a n a de los Nuevos Linces, establecida en la Ca.s;n:; de P¡o IV. en los jardintí; de' \'Liricano. d e m u e s t r a la cstimacíoiT que tienen por v\ señor Bolíva'-. sn .«aVcr y sus actividades cientílicaa, el Pepa, los cardenales y los roligtc\f<^. especialmente jesuítas, que íorman parte de aquella Acadcnna o bien se interesan en su funcionamiento. ci ene i as "^^ ^^^ te a distancia de la corriente, precede el estudio de la naturaleza del t e r r e no, para descubrir las probabilíclades d e ' q u e las descargas eléctricas afecten a la seguridad. Esa especialidad afecta a la influencia de la naturaleza del terreno y de las líncns eléctricas en los p u n tos de caída del rayo, y se refiere a los corles geológicos, aná'isis geofísicos, la historia de los accidentes fior descargas eléctricas en los a l r c dc-dnres, cuantas condiciones de seguridad aconseja la ciencia, desde la la conductiliilidad del terreno basta l;i rad.ioact¡vi<lad del Sol. Y ese largo proceso no osla dedicado a servir tan só'o de elucubración científica; es. al contrarío, base de medidas de precaución que salvaguardan intereses, defienden el capital invertido, por la instalación de aparatos de segnridafl en los l u g a r e s m á s a m e n a z a d o s por las t o r m e n t a s atmosféricas, evílando, a ser posible, que las líneas eléctricas crucen p o r esos pararrayos, dcsviándolas de ellos y liaciendo que las de baja tensión, tenidas por inofensivas, estén a m p a radas contra las posibles superticmsiones. El " g e ó l o g o " y d "geofísico" han toiTladn puesto de p r i m e r a línea en la ingeniería" m o d e r n a . Severo G ó m e z Núñcz • • I " R . i r :!!agw>''-A7^tat'wsf.vii'KyyA-T'-'.k.'-:'i'a;-.>. V'.'i^; Xugitres de ^itristuó Valenciana V Ai.KNCiA. la ]ILT1:I (k'l Turin. la Ix'lla capilal del litoi-al moditcrráiico, la torcera capilal de Españ;; y nna TÍC las primeras para 'as nitas del hirismo. i>:i- su IwIIa situación, hermoso clima y faciiliílad de conim-:¡caciones, nfrrc-j muchos ali-iciitcr; ÍLI turista, como arte antigtio y nicderno. deportes y diversiones, biicnos hoteles. In.s encantos de una Rran urbe niod-íTna junio a las reliquias de seculares monumento.';: la mejor luicrta de Españn con Ja clásica barraca morunoyalcnciana; una plétoi-a de flores en sus jardines: nna serie inacaljable de festejos peculiares, entre los (¡uc descuellan las fallas y la batalla de n r r c s : un puerto ¡mporlanlc y unas píaj-as animadas, y. 'sohre toílo olio, la incomparable Albufera, _ separada del mar por los bcIIís'iTios pina^res de la Dehesa. I r a Valencia y no asomarse a la Albufera es perdersi; un espectáculo grandioso de la Naturaleza y una grata excirsión en anlcmóvil. de las que ]io se olvidan nunca, Por olio se va a construir d'^sd" Valencia tma Rran pista por orilla del m a r ; y allá, restaurantes, campo de "tennis", balnearios, embarcaderos y d r o s atractivos. ¿Qué es la ./lííiiifiTn? Así se denomina el lapi?, q-,ic. sitiTad<> junto al Morlitcrráneo. está a diez kilómetros al sur de Valencia, siendo ya tic su absoluta pr-piedüd, Una Un fasco La excursión a la Albufera (la mayor y más pintoresca dv España) puede íiaccrsc si se quiere hrewmenlc en una mañana, nwdniffando un pocicv o en una uirdc. regresando al anochecer;, pero es mejor dedicarle nn día completo para jKiderse embarcar y visitar detalladamenle la Dehesa, kis poblados marítimos y los bellos alrededores. I.^ cc^íida se hará en el Palmar, encargando la clñsiai paella valerKÍana o mejor el arroz a banda o a la marinera, el original a¡l y {•cbro y .ctros guisos de pescado, aves y anguilas del lago. Hasta ahora liabía r|ue ir en tren o tranvía eléctrico a Silla Cu kilómetros), allí tomar la Ijarca-corre-T en el canal hasta el Palmar (viaje económico, poro algo molesto), o mejor aún alquilar para iodo el día. [)or veinte o treinta pesetas, ÍHÍtTíJjiTJrtc •isla di-i lagQ. '•í'-¡!-..i: 233; {•or ri liiai'. una barca iiarticnlar de veía, y tranquilamente y a voluntad recorrer todo el lago ( I ? kilómetros). Ahora, desde la cesión del lag-.-' a la ciudad y consiguiente airreglo de los caminos, es preferible ir en ceclie o en " t a x i " por Mouteolivete (orilla derecha del T u r i a ) a Kazarct (playa del Sur) y seguir por orilla del mar hasta la Dehesa. Seguramente no íanlará en ser un liecluí la proyec tada pís ta. o pa-scn de Valencia al lago, el tren eléctrico para llegar a éí, la coiistnicc'ón <le Iwiíelcs para veraneante?, y buenr,s restaurantes y garaje i)ara I';s turistas. Albufera signilica en árafx^ lago o mar pequeño. Plinio La llamó estanque ameno. ActuainKnte es ya una remini.scenc¡a de un gran lago Ac tiempos remotos, pues por causas físicas y por creciente usurpación de los terratenientes colindantes que aumentan sus camI)os de arroz aterrando el lago, éste merma en progresión credeiíte; en 1760 ora d e 14.000 hectáreas su siipcnficíe, f|ue al fÍna,IÍzar el siglo pasado ya n o llegaba a .i.ooü. En ticm[>fí'í priirútivos casi lindaría con \'alcncia y debió tener vivierKias palatiticas o poblados lacustres. El i\\w\ de sus aguas dulces, aíluíflas por barrancos, lluvias y sobrantCN de acequias de riego, dimanantes del '['uria V del Ji'icar. es algo más subido «)ue el nivel del mar. y a ésíie desagua el lago ñor dos " g o l a s " deiKflninadas el " P e r e l l ó " y cl "Pcnrllonct", Estos desagües los cierran en noviembre los cultivadores del arro!^. después de hacer Fas siembras en sus campos limítrofes, que quedan itiimdados al crecer el nivel del lago El fondo de éste varía de una a cinco metros, .siendo muy escaso en las orillas y en las " m a t a s " , que son trece islotes cubiertos de espesos matorrales y esplénflida vegetación^ donde anidan las ánades reales y fúlicas (collverls y foches). R o d e a » el lago siete términos municipales. E n ¡los •,Altéroiis se catjstriiy^n '«Sin c a o a s , ^ íf>r.c^ -• rpntémplarf a, mK5tro ajrídcdor el graní zas í'.s rliHÍitíuláílofl pMcsfos de t;ií:a,'riu¿ dioso panorama de intensa luz, con los . se pagan en l;is stihastas. a precios, faleñejos de las harc;i.s en c\ agua, las nianclias obsciira.i de los matorrales y buV>sos, p-'ra lis tinicias re pía mentar ias canavcrales, el incesante volar de mi(!•• . S^n M^i-''-! V San';i Catalin;!. La '•larcs de patos y los típ¡c:s detalles de abxuidancia de estas palmípedas voladofí'i. "--'• :n 'leí liíí^ y (1 • l^s zancudas las orillas, que cierran como marco grandioso este cuadro encantador. En mmítrrantc" •'" 'os pa''-'"S fríos de Enr<i>m islote del lago liay \m jiriblado In pa, os iw>tabilísiina, convirtiendo el laFc cistrc de pescadores, denominado el Palen inmenso c;iz.'idfra, conii) I • es tainm a r ; en las orillas rt-ñcjan sus b l a n c a hicn ima tr-raii pi'^'-ina •r'e eiioniifíi anguir^siTÍos el Salcr y d Porello. Entre la las y. sabuesos llovarros. Es dij^no dj Alb'ifpra y el Mediterráneo se tiende verse nna' " a r r a s t r a " o pesquería en una pt^olongada lengua de tierra, de nuelanclia y más aún ".mi d- e^as fiestas ''e kilómetros de longitud ]x>r uiui ib' cinegéticas a las qii^ lian concurrido nn.~l'ura, cubierta de matorrales y espelos Alfonsos TIT •'- \ ' y mt'clios Ansses pinares. Es la Delicsa, que nos brintrias. y Borixiiies Iiasta m-estrn a u ^ i s da iin paseo en eocbe entre dos ai^uas: to Monarca D. Alfonso X I I I . Desde ía díl man- y la del lagDi aptipuo !a organización de esta caza tiene realas propias y es muy oflmpliFl Roy Conqiiistíidor se reservó j-^ira cada, P e r o en todo ticmpfi se celebren sí la Albufera por su caza mayor y m-> o no esas aniínatlas cacerías, ima visita nor y abundante pesca, y permitía pesal lago "Iluent" es deliciosa cnandn en car a sus súbdit:* con el pago del diezd'a tranquik. se desliza ía barca sobre ino (le dicha pesca. P a r a gastos de cámara ccdicTon el usufructo de este lago les cristales de la superficie y podemos eí c uUivo E l azafrán, r-zyo np-ihi-e c'enlífico es " Crocus S a t i v u s " , es una planta in<lusirial. tintórea, condimcnlicia y medicinal, perteneciente a la familia d':- las " I r i d c a s " , •y f'p;- originaria fie Orienle. d é l a SÍ afr importancia de la cosecha 3' el precio que se obtenga. C o m o planta medicinal, el azafrán es m u y usado en la terapéutica por lur: i ' f i n i c ' n - ' " - tónicas, estimulantes. antiespasmódicas, antihistéricas, para Planta de Azuir-^*^ facilitar el sueño, para fricciones y p a r a la p r e p a r a c i ó n dé varias composiciones farmacéu ticas, entre las cuales la m á s usada es el láudano líquido. C o m o nlanta tintórea es empleada p a r a teñir tejidos finos y particularmente sedas y encajes; y como planta condimcnlicia se usa en gran escala en la cocina para dar m á s sab o r y m á s color, a los guisos; en la t-tipostcría sirVe para colorear dulces, pasteles, bizcochos, Me*, sien- ZM . ^ C a r i o * S n r ' I i o a Carrcrva Án ','Plinio babla ya del azafrán, {|ue se cultivaba en Asia, África y Sicilia. F u é ínlVoducido en España por los árabes, como Ío d e m u e s t r a su n o m bre, que se deriva de "z.Thafaran", palabra árabe que significa atnarillo. E n E.spaña su cultivo está m u y dt^syt'rrolladn, sobre todo en la Mancha, Alcarria, Murcia. líetiuena, Teruel y ^'áraguza. y los terrenos; m á s aprortiados son los calcáreos, areniscos y afe-llopos. Ca''a flor, de un olor muy •penetrante, posee tres ''cstienias de cbior rojo de 2 a 5 c e n t i m e t r o s . d e largo, • que disecados cDn.stituycn el aíia'ffán del comercio, ' Su cultivo, la recolección de la flor, ')•. ••i>npr,Tctóii 'le lo-, ci-^tignias, su cla'sificación y su torrefacción requiei-cn el concur.ao de nn personal m n / n u m e r o s o y m u y práctico. L a operación de torrefacción es ihuy delicada, y de ella depende en •'grail parte el valor del azafrán y S'J conpervaeión. El azafrán tostado p e sa una qi'int.i parte de lo que "lesa •antes de tostar. Se considera que ta•da cinco hectáreas y medía de azaf r á n producet! dos kilo.s y medio de azafrán en vf>rde v medio kilo de 'azafrán t o s t a d o ; esto explica su precio .tan elevado. ••.Eú l a actualidad, E s p a ñ a es el ;ipals que produce m a y o r cantidad de azafrán, que se exporta a todas par•tóBi y .se calcula que el promedio de nlieslra Península oscila entre 15 y ] 20;,millones de pesetas, según sea la !.U iproducción anual de azafrán en a J?,. Reina, su ^ónyuge,, P e d r o . - I I y Fernando I. Don Alfonso Í I l de V a lencia incorporó la Alb-.iíera y sn Dehesa 3 la Cormia, con juranu'nto de no enajenarla jamás (nrivilegiií de I4ifí. dado en Valencia). En la Edad Media los caljalleríis templarías y los mercerlarlos percibían parte de los praluctos de la Albufera. Felipe V la cedió a! conde de laí Torres, con el marquesado de Cullcra. hasta T7íir en que se incorporó nuevamente a la Corona. También la gozó Godíoy. el Prínc'iie de la Paz, y en í^^2 el mariscal Soiichet, pivr concesión de Napoleón, con el título de duque de La Albufera,, con goce de los dercdm.s <Ie- caza y nesca. Al volver al T r o no de España Fernando V i l volvió al Estado el lauo liasta 19H. en que por ley pasó a la ciudad de Valencia, pero ctiii ciertas restriccionefí. Iwrradas ya por el Gobierno, que recientemente concedió el absoluto dominio, sin limitación alguna, a la ciudad. en e s p aña do especialmente usado en la industria de líastas alimenticias, para dar a éstas un color amarillento, parecido al de la yema de huevo. C o m o consecuencia inmediata de su Ldevado precio (t'l cual está sujeto a grandes oscilaciones, pues m i e n t r a s en el año 1919 se pagaba a lOS pesetas el kilo, en el año 1924 lleg') hasta 5S0 pesetas, siendo, sin end>argo, el orccio promedio n o r m a l de unas 140 pesetas kilo), y a causa de lo limitado que es su zona de cultivo, de lo entretenido y costoso de sus labores, del riesgo de malas cosechas, especuladores de poca conciencia lian tratado desde hace mucho tiempo de adulterar el azafrá" u s a n d o para ello diferentes procedimientos y diferentes sustancias, entre los cuales loa niás corrientes son de teñir con azafrán mismo lilamcnto". ('e otras ílores, como de cardo, de caléndula, etc., y hasta so ha llegado a falsificarlo con fibras de esparto bien machacado, y también han intentado a u m e n t a r su peso con acci^ te, con productos químicos y hasta con tierras, que se hacen adherir al azafrán m e d i a n t e miel, aceite, glicerina, colas, etc., si bien estas sofistiíñcaciones son muy fáciles de descubrir por n-'.edio «le análisis químicos. Curiosiüadcg U NA de las curiosidades más notables! de la flora del África del Sur consiste en una orquídea cuya flor tiene arrollada 'jna larga liana en foi'ma de tulK), de la que .se sirve para beber cuando tiene neccíxiad de agua, desarrollándola lentamente y slnnergiénd»la e,ii el liqulílo, del cual está siempre c«rca, . -. ; i ¿Cómo era en realidad el 3>araiso herrenal? K H;i escrito y lwi}la;ík-, imiclio sobre cuál pudo ser ía situación geoíín'iíicH tlol lidcu y de iiqvicl (lelickiso jardín en él colocado, que g^iieraliiK^ule coiiooLiinos con el iv.pnbre de Paraíso 'i'errcnal, sin que se haya llegado a un acuerdo sobre tan inte redante cuestión, } \ en aunbict, se ha. dicho Eiuy .jíoco iiccrcíi de cónm di-'hió ser el iisodxlio ja,rdín. GenL-rahionie, inos éonlCTitamrs c:(ii saber lo ÍJUC de el dice la n:trnic¡ón bíblica, o &c;i cjue liabia aüi toda clase de árboles agradables a fel-vista y buenos para comer, y en medio cl árbol de la vida y el de la ciencia, del bien y <M nial. Pero. ,3cóino eraii esto$ árboles?; ¿ D e que manera estaban dispuestos? j l í r a el Paraíso un jardín como los qi:c boy c-1iK*:einos, cuidacl;A;iiniiete arreglado, o un;i especie <lc selva virgen, Ilcná de vegetacióii, inculla y exuberante ? ' Pesdc luego, en todos la^í lenguas prientalcs el término "pjradcsba", " par'üts'!v ''firdauz", ," fardáis^)", de dond.procede el castellajio paraíso, signiilca, ho un lugar dütcrniiiiiadi:^, sin'_) c'-ialt|uier jardín extenso y bien arreglad'), clondc, además de árboles y florea, 5L ven anintalc-s enjaulados o en libcrta^-l. Viene a .SIT algo así como lo que n:isolros llamamos un parque. Con !.i maVor frL'cncncia ccbíúndense íes conceptos f ' é n y paraíso, pero son realmcnlr das cosas diferaites, Edén era una rc•y,:ót\ geográfica, im país, y el Paraís') no era SÍTW ".m parque, buerfo o jardín, situado en la parte oriental de diclia región. .Milton, en su "ParaífiD) Perdklij". e^ ia.1 vez ol escritor que c(Jii más lujo de flcl-allcs ha tratado de describir el jardín que sirvió de morada a nuestros rr^'iujKros padres.. PinUlo situado en una •eminecia y deíendid::. por una e.'^-'-icii' de muro natural, de imipenetrablc Jxwcaje. S'.-gi'in cl pncta mglés, el Paraíso debió ser un jardín debidaniicntc cu]Uvad'.\ P'-iesto que nos presenta a fa primera pareja ícupatla cu pcidar los árboles >• cu otros menesteres de jardíncriaV .=¡ bien se advierte (|ue los lak's tralJajo.<; nr» lo eran. _\-a que no les i:icasi'Mia:han disgustos ni fatí.iia de ningún género. Loü jiwlias íalin'jjclistals ban imajííliRilo un Paraíso celeste, que parecí; in':piraidi £i|bre lo que deí terrestre dice I--' "Biblia" y que eii cierto modo puede tarríirse como dcscrij^ión de Cite ú l timo. Tiene cfiln mansión fié' rlclicias dos puertas guardadas por setecientos mil ángeles. i¡uc recÜK-n a los jiiMos' cánlando y danzando: "CoÍTie y goza". El interior dtil jardín es una esiH-'cie d ' lauja. regado por ctratr.'1 rírjs; de- leClT", de miel, de viino y de incienso. ' Crecen allí ochocientos íníl' 'Árbdl?s. .bajo jos cuales Jiay mesaí de ijiedtTis preciosas, y eii modio de todo se levanta S e! árbol de la vida, cuyo follaje cubre cl jardín entero. Con mucha, más frecuencia que k s t5crit;|rc9, lian buscado los pintores en cl jardín del ParaLso un asunto parrct Mii obras, o n-iás bien diríamos pretexto para lucir sus habilidades en pirtttar animales. El Bassano, Breugl-iel y Snydcrs pinta:ron Paraísos terrestres que no MJii, en realidad. siiK> grnpos más o menos bien combinados de toda clase do bestias. Esta Iníinia de convertir e^ Paraíso en casa de fieras es c Jniún : lodos los artistas, y, sin emixirgo, el texto sagrado no dícc ni una sola ve2 (¡lio IOL-; am'ninles estiivJescn reunidos en el jardín, sino sólo que Dos los presentó a Adán para que los ¡¡tisiesc nombre. L'no de Jos' Pai^áísos pintad^is p'.r '"••-"igliel se conserva ía-i uiía de lac; salaí dé! 'Museo del Fijado, en "Madri i.n l-íi Haj'ít se conserva otro p¡ntac!<. por c! mismo artista en coULboraciú c:n Rnlxins.. el, t u a l se •.í'í'presentó a sí mi.-^ni'.) contó'Adán. E^te cuadro, que ha sirio objeto de los mayores elogios por parte de 'numerosias críticos, fué comprado en 1766, en Leydcn. por 7.350 florines. F,s también muy uMableel P a raíso de Snyders, del Lotivrc. donde se ven, representados de tamaño natural. una pareja de caballos, otra de perros, r'ira d e cíenlos, un gato, una garduña. un león, un avestruz y cín>s muclio:auÚTtiílefi, mieníras en último lérnru'i se verificaba h creación de la -tnujer. Los grabados que en alíímias obra;; antiguas se encuentran repres?rilando cl Paraíso, son. tal -vez yiús dignos de i::lerés que lO'S citados cuadros. En la obra "paradisiis ¡n Solc", d" REFLÜXIOh! .OPORTUNA —'¡.o 'liic ,V(» deiic Jiactrr cslo lem/frradíi PT mrícniíi: o empresario de teatros y cañaré dilu-i-íi fiirguc aii' lodos andan ¿^e Caoeísa, yode cabv~i¡ •lio ando mdt. / .'.••• '•! • ,'if.f,-Kr ..::i'. 235 Parkínson, íarmacéutico inglés del siglo X \ T I , .se encuentra un gríibaclí del jarílín de EdéiL en cuy» centro crecen claveles y t i r a s flores de tanuxño verdadcramcmc colosal, Otru libro muy curios;', el "Schaízbehaller"' editado e n N u - ' remlierg, por Kolurger, a fines dfl siglo XV", Ikva mía lámina en donde se ve en perspectiva lodo el Paraíso, -sin fieras, p:-rrc'S ni caballos, í?ero coii una fuente que jxira si la quisieran niuclios jardines nuidenv:Éh, y un miim ailmenadu que recuerda el alcázar de Sevilla. Innumerables avecillas cruzan el usriiacio, y niieiitras en el fondo se representa la cre.'ición de la imijcr, en primer ténrjio ?e ven a Adi'm y Eva , d e jámlo.se engañar por la serpicnle. Húniúos musculares en el gramófouo OR f': [: lionibrcs de ciencia, un^-» -dj e'Ikfe el profi^or, AdHán de Caiiihrid.fíe, ha .*ido jmiprcsa rccientcinenle una íle las .placas de gramófono, ttiós* extrañ-'Ls que existen. El ,prufe,s(ir Adrián se p e r f o r ' ^ c l músculo del antebrazo con 111^1 laj"g-.. aguja de !a cual partía un .-il.-unbre fiiK-. que iba a parar a im apjirato airípi.'d(br, de fantástico diseñe; de este aijBrato partía im ciible liasta un instnimenlo registnidor situada en luia saín coiitig:ia. El" ¡ir.ríes T Adrián movió entonces el brazo y la contracción ,d músculo quedó registrada en lérminrr tie sonido ampliarlo 5.000 veces. Se produjeron una serie de golpes crepitan, como de señales del telégrafo Mrirs-, seguidos de ruido c:>mo el de una ametrallad'ra. A\ principio, td ruido era tlcmasiado fuerte y hubo (juc cnmen?;i de nuevo cl 1 rufes-;.ir Adrián fu-é niovienrlo el braz.-:' poc.l a pocn, prcxiitoiéiidosc una descarga ccjislant.? de s<jrtidos M'cos. Después, cerrando y apretando l i n:ia!no, no sólo aumentaron en frecuencia éstos, sino que pudo (Krse más. de una pene de golpes secos. Caíia múscul'> es ima esp-ític de batería eléctrica. reacciouEnd:; en mensajes despedidos rapidi si mámenle desde cl cerebro a razón de uníw cincuenta, por sogundu, y aplicando eslc nuevo ^.^arato a un píLcicnte, es po.íihíe descubrir la razón de Jos desórdenes musculares npr\'iosofi allí donde lia fallado la diagnosis actual. E.ste método se e s tá empleando ya en la investigación de cicrt' |-< cfccfí'Js precurwre.s ds la enfermedad del sueño, que causa ijia contracción nerv*Íosa de los múscti'os. El experimento ha sido poisibV g— cias a la perfección de la ampliación del sonido por váH-Tjlas o lámparas. El descubrimiento realizado por '' 1 d(k:Uyr Aflríán reviste una ín^wrlancir inédita definitiva. . . ' . L'i"" P '•'-. •• •• . • - . - •: - i " ; i ' "Tílí'V .. •'i-i. -.--'iii \ V''r ?0 i; •n> ^'.ff--•-•;•" ju'-i-p.,^satr.wj."ji-.;t:t^.=->tv.'-;.ij-;j Jl r I e £1 escuifor Ofero y eí eoncurso de carteles del Circulo de aellas Jlrles I s. (líjüciosu visii^in iiif impreI SÍDIK'I vÍv:'.nn;iiU\ «luedó su r c •*' ^ ciR'rdo pertinaz cu mi m e m o ria, entre I;is varias obras que guardo; aún 5U emoción soliresaie at|iK-l (Icsnudilo femé niño, de belleza delicada e x t r e m a , tjue surge al IÜISO con la seducción y encanto de la m á s linda, m á s fina fior, en una de aquellas salas del Salón de Arte Motlerno de líarcelona. Su blanca silucla menuda, cuya expresión suave encier r a un idealismo y fien ti miento exquisito, mjLi íií'jó e! sabor de una e m o tivíílad apacible; ia sensacivm de un verdadero delcile en su contemplación, despertó en mí gran interés, Otcr<), artista (|Ue de tal suerte atrajo mi atención, satisface hoy m i afán c interés por conocerle extens a m e n t e ; su esi)l¿ndi<la labor, en p!cn;i sazón, fruto de alisoluto ílominio d'' facultades y energías, dcuiucslra con toda intensidad AU y a afianzada personalidad, Su espíritu exquisito Sc aparta de esa cfervíDscencia de inquietud actual, a b s t r a y é n d o s e en el clasicismo, poniendo su ideal en el logro de una m á x i m a belleza serena, d,e suave sugestión. ÍLuamoratlo tal vez de los e n c a n t o s Klcnícos dio a la forma esa finura de linca, esa esbeltez y movilidad tan distiufíuida quL', la baco de una flexibilidad y turgencia en sumo Rr?.d<t delicada. E s t a condición es la princ¡i>al virtud suya, es la caractcrislica que da relieve a su obra, el refin a m i e n t o la exquisitez de su linca; en ella estriba y es la base de su e m o ción tranquila, especie de éxtasis deli'-í-'ío. Eli» '-s la que da t-ise m o vimiento o r i t m o elefante, scncincz graciosa en la postura de un result a d o plástico de lo m á s armonioso. A m o r profundo a la belleza idealizada, q u i n t a c s m c i a d a basta ser elevada a ' a sublimidad de! altar profano, nos revela este artista en su e x p r e s i ó n ; su alma parece reconcentrarse en el anbelo de alcanzar '•uanto .=ea posible aquellna cánones h a s t a añora no solamente no mea»rados, ni siquiera igualados que al t r a v t s del inconmensurable esi^acio dp los tiempos, resistiendo inconmovibles toda la evolución, conservan ' a pauta, el imperio j a m á s extiuRnidn dfl la forma soberana. Fiia su mirada en esta ambición de belleza perfecta, divinizada muchas veces y divina r e a l m e n t e , tan deseada como sentida, ba dado calor, vida a su "nsÜTnr, mármol <^x„<nsilo co¡oc<nio en los jardines ,fe la Ros,th:l^ oripttal del artista Otero. ol)r;L; hay en su creación un matiz tan exquisito, de delicadeza tal, que en su aliento de vita'idad cs como un reflejo riel lejano ¡inperJo profundamente a d m i r a d o . O t e r o , eiilrcRado p o r completo a su .sentimiento ¡clásico, e m b r i a g a d o en su idealismo de elevación y excclsitud ¡le la Forma, espiritualizand o la ríe-alidail, purificáudolii lia.sta casi convertirla en ilivinidad pagana, nos ofrece una visión de belle;:a íntegra; cuyo atractivo poder se m a n t e n d r á firme, sea cual '^ca la evo--' lución de las id'cas. Cuando se lofiran concebir v realizar alcanzando el don inapreciable de idealidad. la materia s/ci inmortaliza, adquiere una suffestión irreiil entonces, cual si fuese un espíritu latente entre la h u m a nidad, de la que le separa su cxquísl236 ,h ¡l/iííilj'inVJi,' obni tez y la proximidad de ló sobrenatural, que es s u ilusión, su m á s férvido afán; la i n m o r t a idad sostiene incólum.e en la obra el vigor, su lozana juventud, haciéndola ctermí, deja r e tenida su vitalidad que alienta entre la realidad y el ensueño. E s t a obra, apareciendo en c! m o mciuto actual, tropel de m u y contrapuestas modalidades, de Inciuietudes (pie van ciegas tras el anhelo de nuevas emociones buscando saciar su sed en la oritíinalidad y exotismo. !:".in urcocuparse casi de 'a belleza, acaso para n^uchos resulte bibrida, también fuera de lu'':ir: p e r o su preseníacif r en ic'sta verdarlera orgía de expresiones, más de la inlclígencia que de^ sentimiento, ha impresionado, sin cnib.Trfío de manern honda; su expresión apacible^ serena, aunque ninguii?. noveilad aporta, ni produce la c m o - 'Virgij\qr, preeiosn cabrritir dh-a i<r\fi\nal tic! artlsla Otero. ción fiRTlc, coníiem.' c-l uricanto irresistible (le !o t[iic no iiíisa, de la llnr p'rivikííiadn o inin^rcliila. Insi>iránrloiii:i,'í en afine II a bellísi ma estrofa d c I poe ta, q ue (1 ico; " M i e n t r a s exista una mujer liabrá p o e s í a s " . (hJrcmns: " Mieniras haya t a n sólo iin átnmn de scnliniiciUo, ,Ia hcllcza existirá; de todo y por encima de todo, ella triunfará". Kl conciirío de cnrte'cs para c-I baile del Círcnln de Bellas Arles 1M sitio este año algo fíojo; no obstante la (ixtensa colección,, causaba un líueii efecto^ p u e s había balseante bueno donde poder cscot^cr. La originalidad, virtud esencial del cartel, n o 'tra ciertamente nota que sobresaliera, pero tampoco faltó, y aun<|.io anduvo parca, consiguió, a pesor de ésto, hasta llevarse el segunda, premio. Kl buen gusto era, nota corrjeiuc, tanto c o m o ej buen hacer, en general respecto a la buena factura \' aniiLiinas brillantes de color, Cu 11 los premios estamos coiilormes y no Lo estamos. Como e| cartel, a nuestro juicio, debe ser una ex|.rejión original y alyu estilizada, a :?iás de una a r m o n í a brillante <le colur, por las dos primeras razones no a c a b a m o s de estar del todo acoi^LÍí'3 con el primer premio, Tocajite a tonalidad, el lema " J a - J a " es nota <lc un grn vigor, aílmirablcmuntc armonizada y de una diafanidad extraordinaria; pero la idea está desarrollada de m a n e r a tan complicada qu*,acaba casi por desaparecer bajo el brío de su entonación, resultando su forma muy barroca e inconcreta su (•^-presión. Con el s e g u n d o eoincidiiiiOft, porque " S e r p e n t i n a s " contiene por completo tof!as las virtudes; necesarias, sobre todo la tan escn i.iril de la originalidad:' ninguno como éste la posee; es la nota única de verdad nueva en ¡dea y realización: arlcmás, hay en su estilizada forma cierto sello etegante apropiad o al caso. Kl tercero, " F í o r e n z e " , nos gusta mucho, es cosa ñna^ de gran distinción, ¡lero m á s que de cartel tiene dotes de ilustración; su lugar lo hubiera ocupado con mayor afierto aquél, sin lema, del píerrot bailando con 'a Minerva, idea qiis la' vez va este tocada: m a s por su forma tan del día parece original; o también " J a l e o " n o hubiera lieclu. mal papel en este sitio; este es otro que aun cuando tampoco tenga y-T novedad, aparece c o m o si la' tuviera. Y el cuarto premio, " C a b a r e t " , aunque reconocemos que e s ' uh cartel de factura excelente y bonito cié entonación, con la lig^ura m u y b'icii mcivifia, lio nos convence, iio acal ¡a de llenarnos, pues le e n c o n t r a m o s un t a n t o vulgar, lo misjno en esencia que en la forma de suicxprcsión. Después hallamos varios que nos a g r a d a r o n , y recordamos con g u s t o : " M e r i r ' , p o r ' s u bonita tonalidad: " C a s c a b e l e s " , como n o t a de gran brillantez y color; "1930". porque es una silueta r o m á n t i c a modernizada corj Inien gu-^tr • E n . esta vez lian estado algo fjébiles nuestra Ic.gión de carteüslas. v algnno que otro m á s débil: é s t o . s i g nifica iiidniencia o exceso Ú'Í> .producción; cualquiera que sea el m o í i y o , é s niencster reaccionar un pocq,.,!:^.;:' brar energías y sacudir la apatía ,o jiereza para que este matiz de ¡nupstrn p.rte actual no empiece a perder lo m u c h o alcanzado en cstur t e r r e n o ; sería lástima que e s t a modalidad, ,IJ-|Pra c o m e n z a d a a estar en d^-Rlen;tud do au vigor, decaiga y pierda, ,fu interés. Mas no nos alarmemos,, ^-^i CL'inrusífi ni demos rienda sue! 1,7. a n u e s t r a vehemencia pues es easj. -^tí-'.xTo que a 'a p r ó x i m a ocasigniiíodo temor quedará desvanecido.. - 1.;;, • LOS N U E V O S V A L O R E S E xiste, evidentemente, u n a g r a n corriente de interés hacia la juventud, P e r o — d i p á m o s i o con sinceridad—no se ayuda a la juventud en la medida que debiera hacerse. Ouisidra A L R E D E D O R D E L M U N D O — d e tan vieja y noble hi"torial—•servir de medio nnra dar a conocer a ióven'!'; de valer positiv-^. A fin de 'oi^rrario. A L R E D E D O R D E L M U N D O se dirige a la juvenU-"\ C'^tirdirsa y t r a b a j a d i r a . ofreciendo su:; cnlumnn" a cuantos no^ envíen trábalos (> vi''Ecari.''''ción científica y de n u - v - . inventos, de raK?s V co'-tumbrc:;: de trrbaj'-s, en fin, cine ccncucrden con e l ' e s p í r i t u tradicional d e A L R - E i D E D Ó R D E L M U N D O . Q u e d a n cKcIuídos los trabajos p u r a m e n t e lit?rarÍos (cuentes, peerías, etc.). A L R E D E D O R D E L M U N D O ha constituido un Comité integrado por píirsonm competentísimas que han tenido )a d c r e n n c i a de hac r r r e cargt.J de misión tan delicada como es la de decidir la aceptación o nn cíe Hs nrifT'n?. i'ís encomendados, A L R E D E D O R D E L M U N D O no devolverá les originales que el Comité rechace, ni m a n t e n d r á correspondencia acerca de los miamos, CusntOT deseen enviarnos SU:Í trabajos, deberán dirigirlos a A L R E D E D O R D E L M U N D O , A p a r t a d o 8,082. Madrid, consignando en el s o b r o : "Colaboración J u v e n t u d N u e v a " . E l m e r o hecho de acudir a este llamamiento supone una absoluta conformidad con el espíritu y letra del mismo,. ..•--r..-.,•••- ••,- -ni ci,^: ,,. 237 '7,11 •jri'íJn del casto", ' "' ^ • " • bronce original del Otero. artiíla. • ' ' • • I : - , '•wr; fe llalla situad;! en la llanura de la Mancha, entro los ríos Guadiana y Jabalón. Su casería blanco, sotirc ci que se elevan torres y chapiteles, ofrece a distancia una agradable perspectiva. E! Rey Don Alfonso el Sabio, descoso de c o n t r a r r e s t a r el poder y pujanza de la temida Orden de Calalrava. d c l c r m i n ó fundar una población en el Icnnitni de Alarcos. antifíua ciudad de Orelania, ctn una dé sus aldeas, llamada Pozuelo de Don Oü, cuyo noni!)re cambió por c! de Villa Real. Quiso el Monarca fundador de la " g r a n d Villa e h o n a " , como él la llamara, (|uc tuviese un Tuáximo apoRío, pr.ra lo cual le concedió el [am.oso Fuer o de Cuenca, con oíros muchos privilcKios. Pocos años después de la fundación, D o n F e r n a n d o , y sr hacía, fuerte en la villa D o n Sancho, quien con la ayuda de don L o p e Díaz de H a r o y otros caballeros, se proclamó heredero del reino, a la vez que enviaba refuerzos a todas partes, para atender a las necesidades de la Ku:rra. Según Garibay, en el año 1421 el Infante Don Enriqi:e se apoderó de la persona de Don Juan n , y logrando éste evadirse del castillo de Xíontalbán, hizo un llamami'.'pnto a sus reinos, acudiendo solícitas las herm a n d a d e s de Castilla, y en primer t é r m i n o , la de Vill.i Real, por lo qiie el Rey o t o r g ó a dicha Villa el título de Ciudad, o r d e n a n d o que dftsdc entonces se llam a s e Ciudad Rea'. L a historia de Ciudad Real en la Edad Media, e-stá concentrada en la lucha porfiada y sangrienta contra la Or<]cn de Calatrava, hasta que ésta f|ié incorporada a la Corona. Desde aquel m o m e n t o gai;.6 Ciudad Real • de los beneficios de nnn larga paz hasta la invasión francesa, ya que esta provincia su- moría el Iiifa::lc frió una de las etapas más funestas de la Guerra de la. Independencia. Circundan a I?, población campos de c c r e a k s , virie(lo.s V arboledas. D e sus antiguas murallas, sólo queda la '•P.ucrta de T o l e d o " , con algunos metros <ie iii^nallas a sus lados, que, a u n q u e ruinosas, permiten formarse idea de l a ; a n t i c u a s defeui^as de la ciudad. Ciudad Rea' tiene el aspecto general d^- los r e s t a n t e s lugares de la M a n c h a ; sus calles son rectas v s-.r-, c o n s irucciones anchas y bajas. E n los interiores, d i 1;;.? cR.ias vicias, son frecuentes los •patios y carrales, aim<|i:e ya la n^.jderna'arquíteclurn va cambiando el aniig-io ¡uijíecto de la ciudad. El centro de esta lo constituye In plaz.T llamarla cíe la Constitución, formada ¡lor nn r e , " ini;>;'ü d e 1?0 i-i-s r'c l:^r,'To. / un ancho .:n poco ir-c:::T: ÍT:^ rie sus frentes están ocupados i)or Lialerias salcdizr.s snbrc iopi-irv'^s de hierro, y el cuarto por la Casa Aytmt.i.n!Í'^:n -. q\u c.^ un bonito edificio de estilo g r e c o r r o m a n o . Tiene dos paseo-; ]irinc:pa!cs, e! de! IVudo y el deCisncros. y el parque Gasset, ry.l:ho *ecici:^ [•mente coi todo c m e r o , Tiene una h e r m o s a r o saleda, qm'o'xo de m ñ í ' 'a, bancos y fuentes de cerámica sevillana. Una cata renacimiento. 238' U n o lie los monunuMiios más in ten-san tes de 'a p o i), r<.i'i ón es la " P u e r t a de T o l r d o " , pre-rioía resto de 1a arqnitei-fi- T i r i ü l a r del siglo X I V . e m p ' a z a d a al final de la calle de ToVrlo. nue e.s el ]>rincii)io dei antiL;. n i-aniíno que conduce a la imperial ciudad. Está declarada monumento nr.cional, y se c o m p o n e de seis arcos de variada forma, tlaiK[uea<los por dos fuertes t o r r e o n e s de planta r e c t a n g u l a r ; debió estar coronada de a l m e n a s con sus correspondientes p a r a petos, aunque hoy se e n c u e n t r a ruinosa en la parte superior. L o s •'• u's T-ópex. Posee esta, (las arcoí; cxlrciiicis HOLI inlesia I?, belli-jima imapen tic estilo ojival, los iicdiade tm N a z a r e n o , atribuido neros de los l'amados de a Montañés. luTradura, del ¡irimcr | R ' Iglesia de S a n t i a g o . — riodo de 1.1 arfp.iitcctiira (ofrece l>a«1.''nlc n a f c i d o aralf-j, y ]ns centrales de Con la anterior. E n el síestilo tróticu. ulo Xyi fué r e s t a u r a d a Parroquia d e Santa Rrlablo ifr San Prdrn r'e un m o d o tan disparataMaría de! Prado.—Eii el 'lo 'uic lia nrrdido erran pasco del P r a d o se eleva parle de su carácter. El tcclio, cubierto hoy por casetones esta _igl;lsir-„ hoy Cátedra', \í. de estilo pótico de la decade yeso, oculta un valioso a r t e s o n a d o con a r m a d u r a deiicia,_ y está fahricada de ladrillos con arcos de sillares. de lazo de a cuatro, tallada en el HÍJÍIO X I V , con El abeldé, que íuó d com¡ciiz:T de la ccnstniccicSn de la l>intura,s moriscas, que deben estar ya deterioradas ijílcsia. dala de principios del sit-ln XV, Tiene ima orna por !a<; obras de restauración. Esta iplcsia conserva retablo del altar mayor, atribuido a Giraldo de Merlo. El '•'braí de inter-^s, ermio los cuadros de la P - r í s i m a y S a n mentación modesta siendo lo más importante el magnífico TIdefonFo. y el retablo del altar mayor, con una efÍRic camarín está a d o r n a d o con una cabeza de San J u a n Bantisde Sanfiaiío. la, pintada por Caxcs. y un cuadro de la Concepción de L u c a s J o r d á n . P o r el M o n a s t e r i i de Vc'éf. fué donado el P o r ' a c'udad existen dÍ5emÍna''a5 a l p c n a s obras arlísri(|uí'^inio imrtaiiaz qi:c po5e- y la silla de Uclcs, de estilo lie.-i-, de interés. E n Ja casa n u m e r a 4 de la calle tlel L i trólico, c|ue liov sirve de a.'^icnto iio-ntifical en eil coro de rio se p':ede apreciar un h e r m o s o are:i mudejar la Catedral. 1 p P i n u t a c i ó n . in^'abT-'a en el mejor edificio de la ciuIglesia de San P e d r o A p ó s t o l . — E s el templo m á s vied.-'l. pos^e tina biblioteca y pinacoteca pr.iv'nciales. a s í jo y m á s i m p o r t a n t e , de ('e el punto de vista m o n u m e n t a l . r o m o c' Senr'nario conciliar con s e r v í ifi m a s m tico cuaque exiüte en la ciudad. Kn la. fachada principal se abre dra de -San J e r ó n i m o pintado p o r Ribera. una claraboya de estilo ojival, y debaio de ella, una p u s r t a E x c u r s i o n e s . — L a s excursiones m á s interesantes d e s con cinco archivoUas scmicir-u",ares claveteadas de puntas de Ciudad Real a lugares próximos s o n : (le diamantes. Se conoce e-.ta punrla con el n o m b r e del Perdón por encontrarfic frente a la cárcel y entrar por ella los .•\ Calatr.iva la Nueva Í4.^ k i l ó m e t r o s ) . donde se e n ajusticiados. Tiene esta iglesia otras dos i i i t r r d a ; laterar u e n t r a el f a m o s o Sacro Convento y vcstipio.s d&l Castillo les, la llamada del Sol. de estilo pótico, cii la íacliada de! dé Salvatierra: a Alarc.os (8 k i l ó m e t r o s ) . lujíar de la fasur, y 3a denominada U m b r í a , abierta al norte, de estilo '"n'^a bntnlla. «iondc sobre un montíciilo se eleva e' h i s árabe. El interior del templo fe divide en trc-. naves. E n tórico S a n t u a r i o : a A l m a g r o (26 kÜóniclros). una de las la central e.xiste un r c l a b ' o churrigueresco, de escayola, ciudadclí más interesantes de la provincia, rica en casas notable en su estilo. El coro,- con sillería de talla, es obra solariegas, a d o r n a d a s con magníficos e s c u d o s : una plaza del SÍK'IO X V I . Debe mencionarse la capilla, fundada a e x típicamente española, de las m á s bellas de la península, y^ pensas del presljitcro Coca, que conserva el sepulcro de el Convento de los Dominicos, notable por su claustro e alabastro de! fundador, un retablo gótico y un cuadro de interiores.—P. N , T . 239 S i a ti I o III ó r i J en • r.rr.EDReeves, cl director g e n o . r:il de la N'alioiial Aiilonioljilc C h a m b e r of Comerce. acal);i (k- imhllcar los datos preliminares del boletín anual de la C á m a r a : " r a d í ; aiirl figures" atfío así como " H c c l u i s y c i f r a s " de la industria americana en 1929. Estadística, pero estadística de la m á s alta clase áci más graíide iiileTés la de " F a c t s and fií;ur[!s". P a r a conocer exactamente toda la fenomenal importancia del auto moví] en los E s t a d o s Unidos y, por consecuencia, en el m u n d o eintcro. se liacc indispensable estudiar esos datos (¡uc míster Reeves acaba de facilitan y que publicamos a conliniiación. H • así únicamente como sci pue<ic tenc:nn.', ide[! precisa y clara del p u e s t j principal y destacado que ocupa la industria de los V'C'liículos automóviles éiitrc todas las industrias... P o r q u e se trata de hechos y de cifras que tienen la m á s alta íí^ranta oficial. Y cp este caso. la estadística se salva iW !a a c o s t u m b r a d a aridez (|uc la coloca, g e n e r a l m e n t e , fuera de toda oportunidad e interés perioíllslico, gracias a la enorme sujíerencia de los grandes hechos y de las grandes cifras que •e:i.--;eiia. 1 PRODUCCIÓN A u t o m ó v i l e s y autocamiones fabricados en los E s t a d o s U n i d o s y en el Canadá, 5.651.000. Automóviles, 4,846.000. Autocamiones, 805.000. Poducción de c o c h e s cí?rrados, 4.218.000. Proporción de coches cerrados, 87 p o r 100. I m p o r t e de los automóviles al por m a y o r , ? 2.952.900.000, I m p o r t e de 'os autocamiones al por m a y o r . $ 531.000.000. Tni'inrtc de los automóviles y a u t o camión r s al por mayor, dólares 3.4ÍÍ3 yoo.ooo, Prncio medio de los automóviles a1 p o r n'.^nor. $ R12. Precio medio de los autocaníione,-: ni por menor, $ 877. Valor total de las piezas y accesorios de repuesto, así como el equipo df ••--'"fío al por mayor, d ó ' a r t s 92fi f^n 000. Pr-^'lTic-'ÓT de nfun'áticn.s cu les E s t a d o s Unirlos. 75.000.000. I m p u e s t o al por mavor de los netitnáticos de repuesto, $ 600.000.000. M A T R I C U L A C I Ó N ' - ^ ' ' ' •' Vehículos de m o t o r matriculados «n los E r a d o s L'nídos, 26.400.000. Automóviles. 23.030.000. Autocamiones. 3.37O.O0O. Matricuiación mundial dí^ v c h i b u - los de motor, 34.700.000. Proporción del a u m e n t o de la ma- IrlcuLición los sobre !•' astados 1928, 8 pur 1 on. Proporción de los automóviles del minido en los Estados Unidos. 76 por 100. Matricuiación de veliículofi de m o tor en el campo, 5.800.000. Total de millas d e caminos pavimentado.s, 6CQ,000. N ú m e r o total -de millas de camino;-, en Ins Estados Unidos. .101(5.281. Desembolsos para la ecMistrucción de vías en 1929. $ 2.000.000.000. N ú m e r o de ])crsnnas empleadas en ol neiíocio de vehículos de mt>tor y r a m o s aiiálog'os. 4.300.000. I m p u e s t o de RasoUna, $ 415.000.0(10. Total de impuestos sobre vehículos de motor, $ 925.000.000. RELACIÓN ENTRE LOS AUTOMÓVILES y OTROS NEGOCIOS N ú m e r o de furgones de vehículos de motor dcspaehado.s por ca^^^-l por f e r r o c a r r i l e s durant-i el 1929, 3.r.oo.ooo, Proporción del caucho consunn'do por la industria de automóviles, 85 por 100. Proporción del vidrio empicado en la industria de automóviles, í)7 por 101). Proporcii'in de hierro y acero eniideado icii la industria de automóviles, 19 por 100. Proporción de .cobre empleado en la industria de automóviles, 15 por 100. Proporción de plonio empleado en ¡a indu.'itría de automóviles, 27 VÍT 100. C o n s u m o de f^asolína en la ÍTUIUStria de automóviles, 80 por tOO. Consumo de g a s o j u a por vehículos de motor en 1929 en cajas (le •IS fials), 297.000.000 cajas. (-'oiistiino de c a n d i ó en bruto c[- la i ' " h F ' r i n (le n.uInmóviles durante el año 1929 (Ihs.), 913.920.000 C o n s u m o de tejidos para neumáticos d u r a n t p 1929 (Ihs.). 287.000.000. AUTOCAMIONES Y AUTOBUSES EN S E R V I C I O S .-^utoc.irnicnés en servicio. 3.370.000. D u e ñ o s de autocamiones. 2.4i50.OD0. Autobures en servicio, 95,000. Escuelas asociadas quc militan el rervicio de t r a n s p o r t e en vcbiculos de motor. 16.500. .'\utoliuses al servicio de escuelas asociadas, 43.000. Autobuses al servicio de 'as I£ml^rcsas de tranvías. 11.500. Autobu.ses al servicio úc^ la? E m presas de ferrocarriles a vapor, 1.900. '•" ••-••'—>'• •'. tranvías que ntt'liran a u t o b u s e s , 30(1. E m p r e s a s de ferrocarriles que utilizan autoI)uses, 70, E m p r e s a s ferroviarias que ntÜiza'i Unidos autocíimionea como parte del servicio de ir.'insporle, 75. A u t o c a m i o n e s al servicio de la i Envre.<:as de ferrocarriles a vapor, 7 000. VENTAS EN EL EXTRANJERO N ú m e r o de vehículos d-e motor vcudiílos fuera de los Estados Unidos 'exportaciones de los Estados Unidos y iiroducción del Canadá) !.015,000. fir.norle de ]cs vehículos de motor, r!e las piezas y de los n^raimáticos • -'dido'; fuera ríe lo.^ Estados Unidos, $ 757.400.000. P r o p o r c i ó n del a u m e n t o de vcnta.s en el extranjero sobre las de 1928- 23 por lOq.^ Proporción d:( las ventas efectiiadaá fuera de los Estados Lniidns, 18 por 100 N ú ' ' i e r o de vehícuos de motor importados. 710. DE VENTAS AL POR MENOR VEHÍCULOS DE MOTOR EN L O S EE. UU. N ú n í c r o total de revendedores de auiomóvi-es y autocamiones, 5Ó.3ÜÜ. t.iarajes púhlicos, 51.200. Estacinuicb; de servicia y talleres de I eparacioncs, 95.800. l'-stahlecimientos para la venta de repue.Uos. 76.(iOÜ. l'.siaciones para la venta de i-asQlina. 320.000. Bombaíi de gasolina en uso, 610.000. JCu responsabilidad del anuncio . I. Tnhunal de Gcmercio, de P a r i i , - 1 - , ..r^^bn de ver un prcceso muy original. On lector de un iK.'ii;dicu n... cit-rü, seducido jKir el a n m x w de c.cr..s operaciones de B o l ^ , ix-rdió una u . . . te ,^uma, c iuineilialanu-nte presentó una demanda contra el i^chódiat, i)i-et,.'iidten(i'-' que ¿.Sie le iiideinniz^ise ([c| qu^c-brani•'O.- . , , r..ni:iai na hallado a favor de la revista de finanzas. Indiidabk-niente, el íiboyvid:. defúisi^r se habrá apoj-ado en tni sencillo a.flumento. Si el letor realiza una brillaaite operación financiera, sÍRiiiendo los conSí-'jos dul ainiiido,, ¿hubiera dado porticipación de la t^Lnancia .il periódico? I-a -sentencia es nmy interesante iwra l'.s periodistíis, pnea, de nsilltar adver.«^o el fallo, coiinienz^trían a Ilct-er fado generi-. de reclamaciomc-s, y los directores de periódicos, antes de iitserlar (-:'ak|uier reclamo, un ospccífioo para el cr.'ciiniento del cabello, por oji-mplo, ; verían fhlíga<Ios a ensayarle en su • he:ía • ei; ¡a de un redactor alnpócir para no e.-^p mersc al pago de daños y i:erjuicios. ., > •. , EL SÉPTIMO ARTE • lllllill»!' »i iiiiiiiiiitiiiiliiiiiiiiiiiiiiiiiii>.r..iii. i<Miiiiiiniiitiiiiiiiiimiiiiii|iiiiiiiiiimiiliiiiii]iiiiiiiiiiiiiniiiMiiiii]i»iiiiiiiiNiii»iilllllliililllllillIIIIIIIIINilllllllIllim n iiiniiiiiiii.i u 'ilotu» curiosas Pero lo que más impresiona, lo que transcurren entre una fuerte tempestad lino no soñaría nunca, es el reparto; —dice el ffran actor cómico—creí q'_'c EÍISD;-: (|IIL' el ciu^ SíJiory hlza su apa.lohu Gilberl, Marión Davies, Norma me dejarían permanecer " e n seco" dui-ición. íL" lian hcclio loda tlasc de Shearer, William Haíncs, Jcan Crawrante algunos nramcntos...; per-;' mi incciiijctiiríis acL-ixa de cuál lia ác íord, Bi:sít.T ICea'ton, Bessíe Love, O i a r grata i>rofesióii no me permite tales voser su porvenir y desenvolví miento. les King, Lioncl Barrymore, Marie ruptuosidadcs." Algunos, nuiy pocos, no alcanzando a Üresler, CJus lul\vard»„. Karl Dañe y iEíhvard Sedwínck, su director, !e •divÍKir los vastos y luminosos horizontes George K. ArCur. Slan l a u r e l y Olíhizo filmar, seguidamente, una escena (juc se abrían a la inicva mcudalidad cinever Hanly, C:nrad Nag^d. ,-\.uita Page. en la que se va de cabeza a una pismatografíe;!, llegaicii a negarle tixla iniPolly Moran v Gwen Lee. cina de un club náutico, en la que pasa jiortancia y sjgniñcación en el orden de Todas estas estrellas det cinema se graiKles apuros por no saber nadar, eslas aplicaciones. Otros, en núiner.i más ren secundadas por los famosos actores tando a punto de ahDgarse. considera:!)le, pretendieron Cjiíc l&s grancV la escena liablada v del music-hall Y como p:sln's tuvo que liacer otra des films del ííéiicro dramático deberían Clííf Edwards (líkulufe Ike). Nalacha escena en ía que figura que •va en un continiuir siendo silenciosos y c|ue la so- \at1ova, Jack Beiiny, Rrox Sisters, los bote de mctor tomando las escenas de noridad ([uediLría exclusivamente p;ira la líounders y Albertina Rasen, btn,!ci. una regata, j ' cae también aparatosa•opereta y la revista e¡neinatojír;tft«XH. .'\.dem:Ls, esta revista ofrece la re\-clamente en el agua. Bien pront^j la realidad se lia encargac'ón iiisc&pecha<ía. de Marión Davies, " A s í es que ÍI-ÍÍ papel en esta pelícudo de desmentirles a ti.Klos; r-lumUimeiiJoan Crawíord y Q>nrad Nagel cw.r.o la nn nucde ser más " húmedo,", termite a los unos, y a los otros en parte. tres magtiificos caiiznmtistas. na dicicntl:? Bi:ster ICiaton fiilosóficaHoy no es ya nada avciiUirado ;L-iegumente. rar que -el cine sonoro ha triunfado en Continúan los ensayos para empbar el todas sus maiiifefitacicnes. lüi el drama y En una carta de S. Tristmi Webb al color en IJÍ¡S películas, es decir, los coloen la comedia, ccuno un c:mplenicnto vaeditor deJ "Daily Telegraph": son. vi^ res naturales, que realzan notablemente lisísimo que les dará mayor efectividad iiU valar fotiígráfico. imprimiendo, al es- vamcnte criticadas algunas películas y realismo, y en la opereta y en ía rcproyectadas en Ta India, en las cuales cenario un vigoroso realismo, visUi. com,:i iu propia razón de ser. se da una falsa visión de la vida y de .-\ ¡«sar de que eí calor no ha llegad':- a Ciñéncioncs aliora a la revista cinemalas coslmnbres del Oodcíente. E l , auia perfección en su aplicación cincmatográfica, sus ¡MisÜiilidades son ilimitator cree que la visión de Í2.Ies pelícutográlica, mw atjievemos a a.segurar que das. las sea sumamente p : r ju<|iicia.l para la prontíi logrorán vencerse totUis las difiSi yn do tle^ipo liemos convenido en impresirm y fa -influcucia qtie estas c(ditades, pues I- I;. técnicos trabajan inque el cine g':za de enormes y múltiples proj'ecciones pueden ejercer sobre las Lesantemcnte para resolver tan íntiTi,'ventajas si Jire el teatro, en general, fájjoblaciones ind'.gei'Ki'j, poco instru'das. íante asunto. cilmente,se eclia de ver tjne es en la reijite ac.iban p . r considerar nv'.iy mal los O vista donde se liarán más notorias aque•pueblos del Occidente. A vida de BuSt:r Kcatnn ^e reíujo llas ventajas. |K>r tratarse de un género • a un constante reniujón diir;inte la teatral cuyas principales características fiímación de su última película " E l caEn Londres, bajo los auspicios'de la son la riqueza en la preS'Clitación y los meraman'*. Film Societ\', ha dads- ua-i serie de sorpreralcnilcs efectos de visualidad. Y " D-sTJués de haber estado traba.jaiT:l'.". ciinferencias sobre técnica cinematográen cst« asiwcto forzosamente hemos de durante tres días en unas escenas que fica el director ruso S. M. Eisenstcin. convenir en que el cinema no tiene Tiva! y que su enorme capacidad econóinxa y su it-cnica adm¡r:d>U. habrán de depararnos grandes s r p r e s a s . D © . -- En breve se proyectará una película SCmora titulada HoUyivaod Rcvin'. que es la primera irevísta verdadera, que ha producido el cinc sonoro y su demostración •de las pitsihilia'ilfs q'jc pue<lcn alcanzar en él las ¡deas de los graiKlcs ])otíiilados neoyorquinos del iiiusic-Imll, los scñ'rrcs Zi'jgfcld, Carrol! y Wliite. Los dibujantes, escritores, modistos, masajistas. pc,r:um.''stajs y los individuo. de diversas profeíioiies que Ivm iitlerveniílo en la prcnarncióii de los :(rtii;tas y (11 ej montaje <\'.' los cuadros llegan a la í.ibnlosa suma de 2,000, K\ <Itirecitor. Clmrles F . líii'sner, ha mav'dado r"dar 7on.ono'irietros de iieÜcnla i>ara aprovechar .1.200, y de ncuerflo con el jefe de modistos de M. G. M.. niandó confeccionar ,1.300 trajes, de los cnr'cs han sido anrovechados solainxnte T.Sofi. ,Er supervisar musical, Arthtir T-angc. se hizo asistir-poír diez famosos composit):res an-vcricaiios. % Li¡ cdchrada estrdJa Norma Shcarer cu «iirt •"!'•—n > i-.tmin ¡if ¡a f-rlinila suerte". "I.a cliíoi 'le la Xo s L progresos O J i Astrnncimía e s - u n a <le las creiicia'J cuya enseñanza niás necesita flci método intuitivo. L o s movimientos ajiarcntes áa los astros parecen estar en contradicción con los moviniicnios r e a cu, establecidos por cl sistema de Copérnico, y la piCrfccta comprensión de estos movimientos rcr.lcs n i í ) n l a para tjue !a imaginación se familiarice con los nioviminiit c ! auaroníe^, Di'sdc que Copcrnico f-'r-h^r-i-tñ su sistema a t.«odiados del sicílo X V I . nialem.áticos v mecánicos re f)íi'—.rnn a cnnstrnir aparatos para cxn'icar a' viitpro n i á s t i c a m ' ' " ' ' ' dic'-n --'stcma. Tal es el origen del pla.n.'-'nrio. . Eii la Aliadía de E s t r a s b u r g o funrínna constan temen te, desde el año 1843,. un magnífico reloj planetario, obra ir.aostra de Sclnviljíués. En el Mu^eo Alemán de ^í^^licl^ existe otro planetario <Ie (íraiidcs di mcnis iones, construídn por el inírenlero F. Meyer, cuyo funcionamiento mecánico es pcrfcctisimo. Y, desde niños, liemos victo c:i la flscuela o t r o s iilnnctaríoí m á s modestos, en que los ptaaetas, rn-i^tos a varillaR. giran en torno al Sol. y los satélites, en torno' a' los plpnet^s. Pero, -en rca'ídad; los planetario-í escolr.res, como todos los planctario^s piameiñrio de mecánicos, sólo sirven i i a r a ' f o r n i a r s e idea del t a m a ñ o relativo ríe los planetas, de su distancia y de su movimiento " r e a l " . A h o r a lii'jn, si en teoría interesan m u c h o los movimientos reales, en la ]iráctica interesan m u • d i o m á s ios movimientos aparentes. Tyos movimiento.'! apañantes son los ti'ie interesan al aviador y al marino. Y de 'os movimientos aparentes de los astro.'i no da idea cl planetario mecánico. Explicad la Cosmografía a un a l u m n o de Aviación o Marina vn presencia de un planetario mecánico; poned'c hieeo fren^-al rn--'Tn'"ilo e-iirellado, y veréis que su ima(íinacir¡ii se de-;oricnta. que sus conocimientos teóricos no le sirven en la práctica. P a r a poder estudiar c ó m o d a m e n t e los movimientos " a p a r e n t e s " de los f.stror. lia^ria que disponer tina bóvr-rl? hemisférica, c o m o la del cie'ü, donde los astros correspondientes a cada linrÍ7ontc. representados por ptmtos luminosos, recorríeisen sus trayectorias aparentes con la suficiente r^nidez. i)ara que el movimiento pu diera ser a r r e c i a d o a simple vista. E n tonces seria fácil familiarizarfie inf.iffivr.mcnte con el aspecto y situación ''e las constelaciones, con el rumli'i de los planetas o estrellas errantes, con la posición d : 's.n estrellas fijas prospección respecto de toiloií lüs Iiorízontcs, Éste problema es precisamente el que ha venido a. resolver el i^lanetario de p n r e c c i ó i ! , construido por la casa Z c i - ' . (le Jena, bajo la direrción oeJ ing-^niero Bauersleld, e instalado ya en varias ciudades alemanas, co:no Berlín, Munich, Drt-,=den, Duc.-",-;-Idorf. ]-Iamburf;n, H a n n o v e r , Lcip/ií'. Mamiiieiiii. Nvrcinberff y Stuttgart. El peiisamiedto fundamenta' de! lluevo )^'anetario, c o m o dice cl astr')jiomn Kluebcr en la revista a l e m a n a "Dic 'Naturwi.ssenschafdcti'*—es el sicruieute: I.as estrella'^ fiir.s. e! ."íol, la luiK' V ).T: e'ilrella»; errantes, visibles a simple vista, se han de rcprt'scntar m un firmamento artificial, de tal m o do "lie c' esi-c'-tador reciba en lo pn^-'i'e Iri impre'íión de liallarsí; !)aio ri f,-.nr. — ^.-i^ v'^rdadcro. L o s m o v i mientos de Ine a'ilros Cl cítc -firmanient-^ artificio' se lian de "-ticedifr en íiistf-S pro"orcioncs cmnolóp-icas. per-, -TN-i f-ilís- vclcridad'":, nrhitrariam e n t e elerilíles. que el 'espectador .-•ip-'n. rflf-tiV córrodarn"'*iite cl curso r'.'*..ln-S-f'^nó'''"'no^. cnsmicos., en pcjneri1. ea-fra'>rd'ti;iriamen+í' 'e^tito- P a r a nbteiier e~ta ihis-ói'. Wt iii"f!nioco noarnto de Rroyección, provi.sto de p o lentas focos, proyocia e! cielo estre- liado sobre la cara blanca interior de lilla jjiUii;. u.y>C(iú' jif.Ikijj'^lkTíii. iiÜK- -^• iiciiiu L:.Í i ' i i i b u ^ o . í^t~^ «..iLi'Ciiuj a p i i rt;i.i;iJ' uoi'itu i.e<^ui:iitja ^^,¡t^a iiiiiiin.^- sus-aojjr-tf la- ijiHiica c<>nca.viaaa u u c riui". iiíi se iitiiie cLtiuadü ue qiii; la visia uci ouáturvaüor no ciicueiiu'u Sist e m a s ut I eíi,-ii;.i.ia eu ti IIILL.Í.^.I' .,,; lá cuT'-.iia, laiüi como pilastras; lámp a r a s , etc., evidentemente no seráiJOaiij.í :.,;rcciar i.ii aíH't^i esjiacio obscuro la vcrdaticra cli.stancia de esic cielo ariiíicia , y el [cnóiiicno se localiza autoniiiticíimeiite, p o - asociación de r^-cuerdus, en el esj'aLio libre. El i";¡ t c l a d n r -sc fi^nra, [.crfcclamcnic ilusionado, <¡iie está eonlcmplaiulo ,-;o¡,re .su cabtva el linnaii":ent<i n^al... T'ur el mi?nio ]'rocc<lipiieiito .^e prtiyeflan sobre este firmamento artificial 1,1-; ••••líigenea del sol y de la Uina y los d:scns m.i-^ pequeño'? fie los i)l;tr.el:;s. Si liicf-M se loRia l u r e r K'^ar •en forma adecuada al aparato qtie proyecta toda esla.s iniágcnt'is, se obt e n d r á la ilusión del movimiento diur3Ío de In bóveda eylrcUada. Y si lueg o se logra comunicar a los dislintos provee lores, correspondientes a los planetas, tales movimientos, <|nc las imátíeiics proyectadas se muevan adccup.daincnle snbrt^ el cielo artiticia , se habrá obten i th» el fin deseado. Para comprender la multitud de dificultades técnicas, con que tan artificiosa construcción !ia de tropezar, Asfccro Ijr.slará recordar on pocas palabras el funcionamiento, de la máquina celeste^ Rn cl centro de nuestro propio sistema está cl sol, en torno al cual giran por trayectorias eliplicas, a di • (ancias cada vez mayores, una serie de estrellas errantes, los llamados lilanetas, y entre éstos la tierra. Los planetas visibles se snccdeu en este orden a r r a n c a n d o del sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Ss t u r n o . L a s trayectorias de Mercurio y Venus están encerradas dentro de la órbita de la Tierra, y la de los restantes pipnetas envuelven a dicha órbita. T o d a s estas trayectorias se hallan aproximadamcufc on un plano, respecto del cna' sólo se inclinan algunos prailos en cl caso m á s extremo. Como plano ríe referencia en el espacio se ba elegido arbitrariamente el plano de la ó r b ñ a d^ la Ti'-n.-x. que se llamo eclíptica. I.as ir-ívi'ctorias de los planetas se modifican lentamente . en el curso de grand e s inlerva'os de tiempo en ^-aianto a íoriT-.a y posición. P e ro estas modificaciones son tan pequeñas, que han de despreciarse en cl planetario. Los tiempo? que los plan-elas invierten en su traslación en torno al sol, crecen a medida que crece la distancia del astro central. Mercurio da la vuelta alrededor del Sol en 88 dias, la T i e r r a en un año, Júpiter en 11, S a t u r n o en 29 años. En torno a la T i e r r a g i r a . la L u n a en 27 días y pico,' por nua . ,, . , iraj'^eítoria ligera•-••"•••'•u-'•'"•'•'••''líente dííitíca, que SÜ '•1 -f'i >>.''; .*'•" .••'.-j _E¡¡pt/inotffÍa de proyeccién. de íii í'cWvrfo a¡ e-rli-ríor. t.xJ!-j:J',-i' •• • 243 . • inclina respecto de la elíptica unos 5 g r a d o s . L a velocidad de los planetas y de la L u n a no es constante en todas las partes de su trayectoria. M á s bien es función de la distancia a! centro de] sistema, la cual varía por la elipticidad de la trayectoria planetaria. M á s allá de nuestro sistema, en el espacia infinito, vemos el m u n d o de las estrellas fijas, d-: las cuales a simple vista percibimos u n a s 6.000. E n t r e ellas .se cuentan la zona de la Via Láctea, las consteJaciones y las nebulosas. Este, cielo estrellado parece a s i m p e vista invaríablf; a través de los milenios. La T i e r r a gira «n su rotación diaria en t o r n o a un eje, que se inclina respecto del plano de la eclíptica unos 23 grados, y produce por esta rotación el movimiento a p a r e n t a diurno de h Ijovctiu uci cíe) o. Ir'or otra p r r t e . la dirección de este eje en t i ec-pacio es variable, puer describe en f-1 cur"/! de 26.000 afios (el llamado ' a ñ o p l a t ó n i c o " ' la fiju'fa de un cono, ''• al es --n po'MS pLlabras la descripción copcrnicana del m u n d o . A h o r a bien, la misión del i)lanelar¡o h l de ser reproducir el aspecto J e isñz t-Ie'o estrellado desde cualquier p u n t o de la superficie de la T i e r r a y eit cualquier m o m e n t o , ya sea el actual, ya otro anterior o posterior a c! en miles de años. La imaginación se a b r u m a al considerar la multitud de dificultades técnicas, que habrán tenido que resolverse, para construir un aparato que responda a tan m a g n a s exigencías. P e r o todas esas dificultades se han venciilo. El planetario de proyección es acaso una de ^fis creaciones de que el h o m b r e puede estar m á s orgulloso. P u d i é r a m o s decir que el a s t r ó n o m o que gobierna el funcionamiento de lan complicado aparato e i la encarnación m á s sublime á^ la h u m a n i d a d racional. • • ,. -.,;,. . EMILÍO R. . S Á t ) l Á • X o s Siac.ehaualia o r í g e n e s :< i.i-/\ en el hosque sagrado de Stimiila, cercano a la enibocatkira <IeI Tiber, p r ó x i m o a R o m a V aun más cL-rca de los muelles y atracaderos de Ostia, el p u e r t o principal del comercio latino, óycnsc de noche íjrilos afriidísinios y cstridiciiitcs, KC'Ip'-'í'f 'l*^ músicos iiislrninciit o s / t o d o el jaleo y la a'fjazara de las g r a n d e s fiestas. L a s t r i r r e m e s . m c r caiilcs dudan en acercarse a la cofita, donilc lal vez las llama con pérfidos lialagos otra Circe; huyen en todos sentidos las aves pobladoras del Ijos,que, consternadas ante c] e s t r u e n d o inusitado que apaga el leve r u m o r de las hojas y el tran<iuilo correr de las fuentes; la luna, vista a través de r a m a s y troncos, parece un a s t r o lied l o tri^ías cnyos pedazos p u g n a n por juntarse. A F,n el interior del bosque celébrase con luco regocijo, con furiosa alegría rayana en la desesperación y m u c h o m á s allá de los límites de la borrachera, las fiestas de líaco, e! Hernioso (loncc' coronado de p á m p a n o s y hiedra, vencedor de los tirrcnos, hijo rdofitivo de las ninfas, rival en belleza del m i s m o Apolo. Fantástica iiroccsíún f|i]e parece arrastrada por los huracanes, corre por sendas y vericuetos en dirección a la estaiua de " D y o n i s í u s " , y sólo Se inlcrrunipcn las carreras frcnélic3í: para dar lugar a bailes epilépticos y a danzas i n en-ib I es. . \ m i a d a s con el tirso, de cuya pifia d o r a d a penden cintas y p á m p a n o s , marchan las bacantes, apenas veslldas con una piel de fifrrc; otras hacen sonar los címbalos, los sis tros, las flautas y los crótalos. H o m b r e s disfrazarlos di- s á tiros y silenos, coronados de hojas dr_vid y e m b a d u r n a d o el roslro con las heces del vino, alumbran con antorchas la desordenada cabalp:ata o b'aiiíicn las aííujadas jabalinas, enfundadas de flores: turbas de niños, próximos a entrar en las iniciaciones dionisiacas, corren a vanguardia y se extienden por los flancos, sin m á s traje sobre su cuerpo que un c i n t u r ó n con hojas de parra. F a u n o s y fauncsas, m é n a des y sacerdotisas, hombres a píe o cabalgando en b u r r o s , cierran el cortejo, y suelen a m e n u d o quedarse a t r á s p a r a e x p r i m i r en las crátcra.s el z u m o de las uvas. Hl íiusto del ídolo aguarda impasibla sobre su pedestal a las víctimas y a los sacrificadores. Cuando la turba de éstos llcRa y se esparce en torno suyo aimienlan la alfjarabía y el bullicio; la (ichrc de la música y de la danza contagia a los má?; reacios y enardece, a los que y a estaban vencidos por la fatiga; el propio " D y o n í sius". pafeco dirigir bacía el suelo sus d e l ojos sin pupilas, buscando eu la hernia que le sustenta piernas que dancen y brazos que se agiten. Cuando el alba r o m p e y a s o m a el sol a flor de tierra, marcando en el horizonte manchas cárdenas y sanguinolentas c o m o si r a s g a r a el cielc^ haciéndole daño, sólo el dios de piedra se mantiene en pie en medio de los restos y postrimerías de la bacana!. JCupercaUa C onuKs las calendas de marzo. 'r<KÍa,vía líos ví'eintos heladores del invierno azotan los pórticos y columnatas del F o r o ; los árboles de la campiña rouiana extienden sus brazoH desnudos c o m o imiílorando de] ciclo las primeras hojas: aún hay nieve en las altas colinas que circundan la ciudad de R ó m u l o , y sin e m b a r g o los lupercos, desnudos como estatuas grieg-as, untados "(fe aceite y sin m á s adorno que una piel de cabra mal su;ela sobre los ríñones, tlesafían !a inclemencia del tiempo con su litúrgica desnudez, y preparan sacrificios al dios P a n metidos en e! a n t r o famoso que se abre allá en la escarpadura occidental del monte P a atino, sobnL' los vestigios y ruinas de los muros |>elásgÍcos. Pan. e! dios de los campos y de los paslorcs, el dios cuya vida es un idilio y cuyo cuerpo es una metamorfosi.s a medio hacer, eleva sobre el pedestal su cabezota de pelo crespo, arrima a sus labios el dulce caramillo, y con sus patas de cabra parece llevar el comi)ás de la mri.sica. E s la provirleii. cia camiieslre de Crecía y de R o m a ; su meindica flauta congrega a los ganados y . a l e g r a a los arcaicos pastor e s ; su estentórea voz, que la ninla F,co repite, ahuyenta a los lobos, consterna a los malhechores, jione en fuga a los enemigos de la reptiblica. como sucedió en M a r a t ó n , donde lo-, persas corrieron a la desbandada don^inados por un t e r r o r que se llainu pánico por venir de P a n , ¡ L u p e r c a ü a ! Todos !o.s sacrificios son pocos para h o n r a r al m a t a d o r (le los lobos feroces y h o n r a r a la única loba buena, aquella quic a m a m a n t ó a los gemelos R ó m u l o y a R e m o . T.ns " l u p e r c o s " o sacerdotes de P a n a g r ú p a n s e en t o r n o del dios y sacriíj.can una cabra y un ¡ierro; el sacrificador e m p u ñ a el cuchillo sagrado y moja con sangne; la frente de t o d o s ; q u i t a r s e luego la m a n c h a con lana empapada en leche, y el pontífice m á x i m o reparte entre los circunstantes la piel de las víctimas propiciatorias. Abrense las puertas del templo, v d e s b o r d a n d o hacia afuera la multitud, i-omicnzari las Verdaderas "luperca¿44 e n r n a v a t l e s " ; estupenda y fantástica procesión, ([ue no es lal, sino frenética y loca carrera a través de las calles de Roma, atropellando vendedoras y transeúntes, azotando con fustas y látigos a las curiosas turbas y haciendo huir a los perros, cuyos ladridos son menos ingratos que el canto gutural de los " l u p e r c o s " en h o n o r del dios P a n . T r e s días vive R o m a en íumuito y bullicio inacabables. Divididos los lupercos en dos bandadas, corren frenético- dando al aire las palas y rabos de las pieles de cabra con que apenas disimulan su desinidez; comenzados los himnos no <!an paz a las leucuas, V .eijiarbolaudo las fustas no d a n paz a la mano. Jóvenes patricios de las ^mejores Ifamilias de R o m a s e uncu al cortejo lupcrcal, y apenas si ]>ude!i .'^eguir la desenfrenada carrera ;i ti>do galope de sus caballos. H u y e n de los cruentos latigazos el m e d r o s o niño, el pobre va'etudinario, el perro vagabundo, pero las mujeres de R o ma buscan el golpe de los látigos, cntiyendo que el fuslazo de las l u p e r cales hace fecundas a las estériles y felices 3 las mal casadas. El pueb'o rey se divierte; el pueblo rcv es ilu'cño de la ciudad hasta caer rendido y aporreado, .'\ no ser en esta éjioca de libertad frenética y licencia salvaje, ^cómo se hubiera atrevido el pulciblo de R o m a a silbar a César, el héroe de las Gallas, cuando Antonio, en medio d e unas lupereales, quiso a d o r n a r las sienes del vencedor con la corona de N u m a y de A n c o Marcio? Saíiírnalia L A i»iebe, a m o n t o n a d a con ese hervor de las multitudes impacientc.«, aguarda en el F o r o la piresta del sol y con ella el comienzo de las saturnales, las fiestas m á s e x t r a o r d i n a rias y estupendas que celebra R o m a ; tan estup^endas y extraordinarias, que el orden social parece resquebrajado y roto durante siete días, las c o s t u m bres vueltas do arriba abajo, las condiciones civiles invertidas, y derogados t e m p o r a l m e n t e los d u r o s preceptos de la seca legislación decenviral. Cuando c] sol enii»icza a ea'or y a ponerse rojo, cuando las soberbias columnatas del F o r o , los arcos de triunfo, las columnas rostrales, los t e m plos y palacios que allá se asientan, van a c e n t u a n d o su perfil entrle; \a5 s o m b r a s y parecen mía legión di?¡ fantásticos y negros titanes, un pontífice de alba vestidura sale del templo de .Saturno, dlcl templo m á s respetadt? que ningún otro, porque desde q u e Tillo H o s í i l i o le c o n s t r u y ó es el a r c a santa del T e s o r o público. Raja cl pontífice la grandiosa escalera, y al reunirse con mi pueblo V07. e s t e n t ó r e a : "¡Saturnales!""' "¡ Saturnales!... " Un ;ilts:re rugido clel pueblo acojíc aquella r|c'dentora voz de libertad: disemínase por las callea de la urbe al grito de " ¡ l o safiirnalc!", y turbas de esc'iavos corren a all)orotar y a e m b r i a g a r s e llevando en la cabeza el g o r r o de los manumitidos. M a n u m i sión temporal tan sólo, pero niuj- intensa por lo mismo que es corta; siéntanse a la mesa do sus amos, y éstos les sirven tCit vino y la comida; cuelgan sobre íiis h o m b r o s aiiorrcados la tdga pretexta, y ÜUS dueños les ayudan y visten; agarra el patricio los bajos enseres riel esc'avo, y c¡ esclavo se sienta en las sillas cumies y grita con afectación cómica: "¡Civis roniainis s u m ! , , . " Loca y frenética algarada de esclavos ebrios y de amos f|iie gozan oyéndolos disparatar; ¡larodia ridicula ' U n solo r e m e d i o piieiic ciiríir ri lü I liimaníii-'irl; I-.n F e . E s iltí In F e »1P diinilc n a c e el n m o r . N o Hmar a s u s ciieniiBtis es un .ininin B i o s . Ln ensi'ñnnzíi del i>ndr(.c« l i (.•iiscñ.Tii?-! i\i- C r i í l n r c l o v a d i cu csf.n í-iHica por la F e , " ( L n aureiiln ik' I.T concieiici.T.l F t T, sonido lento y suave apenas l>erceplib!e en la gran ciudad -' lie una campana, atrajo mi cur'i'sidad r."a m a ñ a n a tria y lluviosa de diciembre hacia una capilla d-, aspecto h u m i ' d e en la calle de \*'crgnniaud. I ' " pT.íici de c.-i,lialleros v.-^i'^:-; de largí.s ¡evitas abotonadas bastn el cuello y tncadn^ por amplios somhroro'í de borde plano y alta copa de fieltro penetraban por una nucrfa románica t|ue precedía a u;i pe(|ueñn ia'-din 'ine daba acceso a i.n gran salón de severo aspecto. S.g'jiendo a los oscuros caballeros i r e rffugíé en este lugar, ivi poco cttríosa de presenciar alguna cosa extraordinaria, ya que el aspecto de m i s t e r ' o nue envolvía su porte y actitud decidieron mi atrevimiento, r e sultando ser arpifl lugar el punto de i'eunión de los h e r m a n o s " A n t o ñ í s las ". L a amplísima estancia está provista de u n a especie de cátedra, y por encima de ella y adosada al muro, cu i'ii cuadrante! de piedra se Ice la inscripción de "T,a aureola de la F e " y que se resume !a doctrina que en ella se profesa. A un costado del pulpito hay un gran cuadro que r e p r e senta el árbol de la ciencia del bien y del mal, y al lado opuesto aparecr en t a m a ñ o natural el r e t r a t o de] " P a dre Antonio". _ E s esta figura principal de la iglesia antoñista la m á s extraordinaria representación que en n u e s t r o s tiempos pueden lencr las teorías antifilosóíicas. Nació el p a d r e Antonio, el prodigioso m a g p del siglo X I 5 Í , y él qué - d e . ]a"-ciudBdaJiíaj^cchít-'pOr'H,C»5'^?;á[-' • pitis d i i n m u t i o " ; comilonas i n t e r m i nables de, minuta estrambótica, d u rante las cuales el rey del festín, tilcgido entre los ^\sc]avos m á s humildes, manda como mi déspota a sus comliaTieros y a sus a m o s ; coronan éstos úii rosas a sus siervo.s y ]es llenan las copas de los vinos mas caros; el es'clavo de un orador imita a su a m o en la tribuna, c" de un magistrado administra justicia cómicaincnte, el de un filósofo se pasea con gravedad sosteniendo con sus com]5Ínchcs larga y ])eripatética conversación. F.n ios c a m p a m e n t o s , en los talleres, en las escuelas, en los tribunales, en las villas del c a m p o r o m a n o co • mo cu sus provincias y colonias, celéliranse de igual manera las saturnales desde el punto y bora en que el pontilice saturnino anunció a la puesta del sol af|uclla " R o m a al r e v é s " . Proliiliense las ejecuciones, condó- Sedas cristíanas había de formar luego un culto tic su recuerdo, en M o n s - C r o t t c u x , puebiccillü de la provincia de Lieja, en Bélgica, eil año 1840. Desde los doce años traiiajó con su i>adre, pobre minero, en la iniluslría metalúrgica, viviendo alternalivamcinlc en Alemania, 1'olonia y Bélgica, basta que se instaló definilivaiiienle en J e m o p p e - S n r Meuse, donde se casó con una dama de 'listinguida pi>sición social. Fué ciilonces cuando recÜnó la revelación del Señor, haciendo millones de curaciones, t a n t o físicas c o m o m o rales, las que le valieron el título de " c u r a d o r " , extendiéndose su fama rápidamente por la multitud de los prodigios que obraba con sólo apenas mirar a los enfermos y desconsolados. Sin apenas tener noción tic las prinn-ras letras creyó firmemente en la divina inspiración, conceptuando púl-lic;in-.enle innecesaria la ciencia pala conocer el verdadero objeto de la vida, estimando sobre todo el perfeccionamiento moral de las almas, y así logró marcar cii su cerebro y en su corazón ciertos postulados que le sirvieron para la conquista de sus prosélitos, " L a creencia en Dios resulta de la inteligencia: la fií que en ello no se opone !a hace palpable por el conoitimieiilo de s¡ m i s m o . " L o que equivale a decir que n o es en los libros donde se debe buscar la existencia de Dios ni en el Univer'-0, sino únicamente en el e x a m e n de la conciencia misma. T.,a única niaiiifcslación doctrinal del padre Antonio e.s el a m o r al p r ó jimo, completo, absoluto, a m o r uni versal, la m á s pura exprcisión de confianza íiti^ se agota en cl seno de •"' 245..,. míseros mientras rfiiran aquellas fics+ ' tas c(ue ponen la férula c n ' m a n o s del"*' discípulo, el águila de los c a b a l l e r o s " ; en el p u ñ o del más luiniiide legionario, la púrpura en el traje de los siervos, las haces del pretor al servicio y para salvaguardia del último de los ' esclavos. Tales son la.s fiestas de Saturno, e n las cuales los grandes señores de R o ma no sólo rien y celebran los a t r e vimientos y donaires de sus siervos ' e m b o r r a c h a d o s , sino c¡ue honran al dios, al viejo Cronos, marido de C i beles y padre Júpiter, ofreciéndo'e presentes y regalos, copas de plata, crátera-; labraílas. "corbcillcs" de aceitunas, higos de Libia confitados y obras de los grandes poetas, t o d o ello a c o m p a ñ a d o de misivas burlescas o e x á m e t r o s fcistivos y disparatados, Luia R o y o Villanov». Dios sin adición de d o g m a ni p r á c tica ritual determinada. l'ara el ejercicio de estas doctrinas de a m o r elevado se congregan ios fieles en c?.\.^ gran sala de la calle de V e r g n a u d . En breves m o m e n t o s s',' reúnen m á s de doscientas personas de a m b o s s e x o s ; las mujeres vcslid-ns también de negro, con amplios velos que les penden del s o m b r e r o por la espalda. El oficio comienza. N o hacen l a señal de la cruz. Anles del recogimiento o la plegaria mcnlal, cierran los ojos, tomándoseí las manos unos a o t r o s en una cadena infinita, c o m o si de esta forma hicieran el j u r a m e n to eterno de una amistad o de u n amor, sosteniéndose de esta m a n e r a varios minutos. C o m o si obedeciesen a un espaciu marcado de tiempo se sientan en los amplios líancos del salón, y de entre todos se levanta uno, el h e r m a n o a q\iien corresponde cu t u r n o , y desde la cátedra Ice con una unción singular la doctrina de a m o r y de paz que predicó el padre Antonio y que fué recogida por sus continuadores. L a ceremonia que presencio a p e n a s ha durado una media hora. Silenciosamente van niarc liándose de la iglesia los fieles, que deben r e unirsf periódicamente, q.uedando la estancia cu la m á s profunda soledad, t ' n o de los caballeros antoñistas se deliene a colocar en un tablero a la entrada de la sala un impreso indicador de cuál ha de ser el ejercicio :L' 'ectura en la p r ó x i m a reunión. ^''i;,-amcntc me inforir.i •'[ este culto y me dice que cl padre Antoniose ha descarnado el a ñ o 1912, p e r o su obra es continuada por su viuda, la qnc " o p e r a " en su lugar en J c meiipe. Las curaciones de la m a d r e , , según me asegura cl caballero a n t o ñista, son sorprendentes y m a r a v i llosas, .. !<• D o c t o r » C . ^or esos tnutidos Staro y curioso Xa v.ociiiit (Iv.l iiómnda H K ;;i|iií !;t e s t a i n ^ de un Imiiibr'.iiiúii'itti:'. (le las estepas ík Kbirg:ize en la Kiisia Asiática. Kn s-i: vida de oc-iiTlioircí andar, han de ir provuitüLde todos los elementos necesarios para •el vivir (le cada d'a. Viven en tieiidaí', de fieltro impermeable y i)ruiito i n ^ r o visan su cocina. P e r o no su Ivjgar; porque no lo tienen. Record<imt)'S— bueno recirdairlioi con frecuencia-—i|nc' 1K> son sÍnónimo& hogar y C(K;ina. 1 .n mayor parte de lo que llamamos li garcs,- desciiRaficmonos, no son más i)iU' cocinas. Y sus gentío viven espirituaimestilcs: Sin la qsiperanza de ell.:s, meiite tan nómadas aimo estns qu" tal Ve/, los iiiiiffüinos no fueran tan pu•cruzan las estepas tic a Rusia Asiática. lirlos y rL-uiiratt:'s c . n sus ilustres visitas. Si lois pinsiiinos no se cond'.iccn por tales móvikw. habrá que declararlos •n'iuy superiores a muclios hombres... üüil^Sísi d^ara ios poetas E Jtacia las eslrellns E l. coríií es inia marttiria caJcárea segregada por iñuclus espacies de zoófittjis, es decir, de seres qne constituyen el límite entre los animales j vegetales. \JÍS zoófitos qire pi"dncen el ocral stfli animales que se nniltiplic.in por una especie de geniíiíiion. De un póliiK) bruta otro, que contribuye con su j)orción de caliza que permanece fija, y dcs¡M]és protlucc un uiiev^o i>úlipü. De estt; niodo los heníC'Sos corailcs Se con-slituycn ]xjr un mcdicf natural; cada capa rodea y corona otra, y en ül todo toma la forma de una copa, un í;banÍro, itn arbusto o una (n:txsa d_inusgo. Ksta especie de musg*;,' calcáreo se fortalece con uníi mezcla de materia animal cirnca. s alñinms colcgi';s extranjer, r, \YÍ' cc\\ú]K\ ballestero c|ue cultiva el bello deiMjrtc del arco. Fie aq;n' ri • Ixílla nuichacha cstudiatíte tied¡ci:da al deporte. ¡ Bien apunta Itacia la.s estirelias I Como veis, además de d'-íporliva. esta mncJiaclia es una ensoñadora (íel ideal. Es posihlc que no llegue la flcclri hasta el blanco ideal. P e r o no c a b : ducUi íle que la nuichaclm salx; mirar serenamen¡te hacia h a]t:> y que será una ballosU:ra admirable. ^ideilúaú ílv. un líen o L A fidelidad de los perros es un asunto viejo, |Kíró es tan noble y hermoso que -.'ix- u... se cau-;.. Je ctini •.\larlo. Mace |K3CO tiempo un automóvil vulcó en lui camina y el pasajero que lo conducía qnctíó gravemente herido. Ciiamlo uiwxs traseuntes vieron jxxo despué-s a] veh.'culo destn-.7ado se apresuraroii a prestar su ayuda, y ahrienda el coche vieron al hombre malherido y a un jK'rrito (¡uc salió ileso, Ellos condujeron al herido al hospital sin preocuparse del perro. Poco des¡niés vieron a! aninial c;iT¡endo descs]>crado CU) e! lugar del accidente. T r a t a ron de agarrarlo,, pem no lo consiguieron. Desde entonces el ainnial sigue en el misinj hi.nar, escondiéndose cuando ve que la gente quiere acercarse a él. Un veterinario consultado sobre tiste asmifo dij'O que era irn'itM tratar de s.'i cario de allí, pues el perro no comería en ninguna psirtc y niiíiiriria de hambre. El perro es el ñnicn aiii::nil tpi'j mucre de tristeza al j u r d o r a su a m o . v.\ !^^ Q^ingiiinos F INOS, -diplomáticos y estilizados pingüinos. Posen a macavilla el art e de la cortesía y bentileza. Ahora, por ejemplo, ante la visita de la d a ma, todos saben adoptar cl aire distíntíuidü dci los fríos " c l u b i n a n s " , con sus elcRanles fracs y las blancas y almidonadas pecheras. Entre la ceremoniosa cortesía la dama se siente halajíada. ¿Que extrañ a será que Uicgo corresponda ella enviajKlo un bu$n cesío de golosos co- H th,m fv* ^^H"C :-:^ •Á B "Hfl B~" . • ^ • ' ^^¿¿^ 246 ^^^ •". ' " ' ' '^^V ^ ^:k J^^l "--»U7f5^-aM- .•.'..•i-'.f. -riAri:: ^ L I B R o S ;3 Catálogo de 3>rema Sspüfwla dil<ul(' ¡mr h, Casa Rudolf íiüilhl rcan popii (a res Cen o ules. ^ de su revolución, y describe d despertar del pueblo más noblemetiie idealista rfe América con rédos trazos. p DiTAüos por ia t'ampafiía Ibe" roaiiifricaiu ele Publicaciones, lian npnrcciílo dos nuevos víih'imcntB r!e csln selecta bihÜOleca: "Milagros de Nues^a SeñiíTti", ultra íervicnte y devotu, ilcl clcrigo poeta Ucrccs, g^randioso pncm'a de la literatura castclla. na; y "RHiiar dcsimés tic ninrlr" y "I,a luna de la S i e n a " , de i uis Vílc/ de ("¡nevara. (|iic tepr«Kciiia cu «-'I Italrii i'si)afin] del Si KIO de Oro alao esencial y viKor"Bíi, r]uc tiacc de él uiJa fitrura iliK^ia <!e colocar junto a !a del mismo I opi! de Vi'Ka; cl niá? eerlcrn. intcrprele del valor emolivo de las leyendas iiopidares de los roninnces y canciones. COI! Apé»d!cc Esfa Pura de Pn'usa publicación, única cu sil género con que está editada, Al pie de la Giralda, per Juan A, Caves tan y, se puede apreciar, un cflemcnto ICmociones andaluiias: el Guadalrjuivir, claveles, i>atios, guitarras, la tierra del sur con sus Iielle/.as ir.'anlillas, jacas, manzanilla. Tod.i 'iccliííOH, Kstc ts el libro, nntolDRia de una de las figuras más conipVtns Eii el cuadrri de las letras ño puesto V /« Jndvsiria, cos y revistas tugal, de España hacer gratuilamciUe JiJAA' A. flilPíE CAVESTAW DE l/i GlHAlDft ci'omdn de qnc pianíar su.^ campañas Ci-niiiU> v,i rsti' iruniiuüo. por Fn("pniií P'Oi's. Inicia este librn la colecció-i ilc OIJ.MS ciitnpletas de Eugenio D'Or:>. c.ir.-eníada aliora bajo cl litma 'Ir "Orbis Píctus". Aparecerán cuatro vnti'iiiiencs por aiío. En todos ellos campea lina ciiHurn prodigiosa, y contri Unirán a difundir la enorme íibi-n filosófica, literaria y crítica del gran escritor catalán. Mosse estas, S. A., que dicho hecho *t*- " - ' • -. Mitología de Marli, nández Cata. a que flU^S Lydia sucedió cu el trono a su Aliantes UM Hora- tfndicf dr iilaflas ¡]a¡¡e¡ias. por Co rrea Calderón. El autor de este libro es una Evoca este libro la vida y <! esde las grandes figuras del pcriopíritu de Galicia con justicia y liamo hispanoamericano. Fervien- apasionamiento, fiando una idea te defensor de .«uí'Stra cnmñn exacta con sus temas de la mulcultura hispánica c india anle 1« tiplicidad de valores gallego!. Temas todos ellos (ic Kran interés y muchoSjde ellos nuevos. Por CFO íst& destinado este tomo B una am'plia difusión. el ai"io acordes rie puí-blñs que que en flue el no número Creso some- aumentó la Casa es mw considerHÍjle- Rudaíf y hacemos de los. varios la E,Tpos!eián de que le Inferiiacional y McduUn Í'ÍCO flfllC preguntarle , pi CveSO! comrcía otro hombre m á s íe\'¡z, .contestó el ateniense: "¡Muchos!" mayor caudal— interrogó amc&tazado e r aoberano. —Xo, más dió meiKs; empero dichosos... cri Y se cf-Ortunas son exten- considera- en guerras k-licos y humanaif. dirle de que varón alguno, an- le asigna cree Herodn- to que pudieron per el [ruto (ic ciertas inínas inmediatas al rio. Pactoíb, cuyas aguas arrrjstTabñYi arenas de oro, se;íi.in 'a ííirnU:. Después df, tes de su muerte riesgo pueda sin \'anagloTÍarse de Y ciertamente que la . for- txma se niaaiiíestó más conquÍ.stks en una. cacería y fué d¡.'vpo- inilitnres y de Tos tesoros nue jado prisionero en uarcn se pnidujo como el más lialíilla Timbrca, liberal dole <!c la hoguera ol uiaguíificn ile su corte a k s sabios de lodos los países, «deseoso de aprovecharse de sus conocimientos y de re:rear tarde muy adversa con Creso, pues acunmíó. e^tr kgcJKlario nioy su ventura. perdió ni heredero del tn>in las licTn]JO rilra>TÍ¿Io a su su espíritu, nada ofus- bre de de la corona • y la la .Sclón, que libertán- ineiitc pronunciara en lau t e rribles momentos recordando SII5 Sabia.'; niáüúnas. -A contar de tai desasiré, es- dioses enriqueciera De So- tón fíuedósc admirado, cuajido luEgo de - mostrarle las pre- ciosidades de su morada y 'de nom- fcrvosa- te rey que en tiempos le oltirgaran. heclio riiTíJinlirada cado en las mírccdes que 1''B 247 de publicidad. ciones encaminadas a persua- fama Hernández Cata, escritor representativo de las más puras esencias cubanas, acaba de publicar un esplendido libro sobre Marti, cl glorioso creador de la nación de Cuba. Por el espíritu y la acción,' Marti fué una de las cúspides del mundo hispano, Pudtr •cr un eran místico español, o _c! iicscubridor más insigne La bisloria le hiío ser neso de amor entre dos patria-s. Cerrando el Imperio con amor y ju^ticin. Tendiendo entre .Iis)iaña y Aincricn cl puente de la tota! cnnlinuidad histórica. que exigen- mentc His heredados dominios Las inmensas riquezas que h por .\. Her- a esfitcrso, — Tendrá tió a su poder, com-ienen en ¡ / fl.r nacionaiidadrx. por Friinuscí) Pj y Margal!. Kdicioncs Mundo I.iliiio. Libro ya célebre. Rloriqso e inmortal, es éste de ennstanlc actua¡idad: inspirado en el tuás san" federalismo, quiere la fraternidad le los niicleos humanos, envueltos wj la armazAn política, .pedagógica y juriiliea de un mi-^mo Estado. Precursor de las niodcrnaa teorías inteniacionalcB, es este libro de uno de los españole* más-íntegros y de espíritu noblemente liumano. 657 C Jiistoriadores E-stán tengan de las la concediese, el Gran- premio STE Último rey de antes de J. Paiiaramas tnciJconos, yor cio Blanco Fombona. necesi- necesidad cu virtud en rrctimpeh.^a a sus métodos p^dre lo cuando de publicidad: felicitamos esfticrco arasen populnren E en la ' emproporcio*iar que para por su hahie acreedora de Barcelona penrsulares del HÍKIO X|X y principios del XX. Cavcslany, poeta en todos los monientos de su vida, último_ retoño de la clásica escuela sevillana. que o iuduslral i^mpivciablcs columnas Ibérica. constar oro, elogio, de Por- publicidad. comerciales. Desde han Comerperiódi- restiwen de nuk-U que el dé al comerciante dalos por lo qnc para cl tarifas cu su otro te, cias apar- ulillúmo cada día se hacc más conslanie Helln ni'odnccÍfin li'-favii i!"1 '> lili ir-ítirn. dnnde 1.1 i'ra'''.i ''•••• > ••iT s.illa. ''vprPFiada rn fnnnns fá,-:|,.s. iir'l.'i--. rasi ir-f-i'-l—'. ' N " fi'•11 ni ni tiiniíitna: colecció" modcrnn. T-a ñltinia edición oite ye IIIM fii'- en 17"S, Los amantes de la* \'-'-\s rcüihiráii en?' ^ll>oro?n nsfa fl..-n casi inédiln , d d .prestigioso isL-rilor. ' en España, consiiluyc, y un estogido constar, presa no ha presidido r 1930, que conlÍe»e iodos los cóH SUS coircspoiidicntes ¡Icbemos S. . / . . ¡u- de Hsfaña Porlugai. te del esmero PústKri'x n BcU'-ii, ror T'inc de W.i;a, Kilicioues •Rcnncimientn. iUiKiia/ador.i [inrbaric del Norte, cuyoH . -pelillos dcnnnoió con ini^stria y btio insuperables en su libm anterior "Crín.taica del imjicj-idlisniD y,inqu¡". ('"' escribir cu defensa de la Kipúhlica Dbminicaiia fué encar•-ulado'. y c^pulsadú. Se refugió rn Cuba, y. Méjico, En Míjiro vivió durante varios anos la epopeya Mossc JbiHca, uiús rpcibido r! Catálogo los airas templos de toda la Grecia, vióse obligado a vivir de la g«iiertMJcla<! del vencedor Ciro. '"' CÓMICO/ AL Coleecido lie aiiócdoiRB d'e actTices, Bctotes DE/NUDO y autores, con sos z&aioa de iníenio de ¡ánornncia ' r Q D O ' ' l ; 0 CONTRARIO espectatbres eran flamencos de profesión, chulos de colmado, torteros y cíimtaf>res y bailaores de taljlaio, IJoii Juüáii [^»mea, attor que fué de la clase <Ie dístínA pesar de eslía ¡íléyadc de incondicionales, hi obra íínkiíis, en lo nue tocít, ;i IjonOittl ¡urtistica y educación iba. de mal en peor, y eso i^wc tod:i la gitanería baci.i l'iji'-sonal, autor de El ícñor Joiu¡ttut., lli padrino del nene inauditos esfuerzos pafrai que la comedi;i llegase a puerto y otras varias preciosas zarzuelas', y padre tlcl attuaí noíle salvación. líiihilísijiio comediante Alberto Romea, tuvo en ciei-tfi ocasii'm lUHís amores fugaces con una primera tipit de su Un espectador más sincero, y ajeno por completo a compañía. , intereses de amifitart'ni co(n,sÍderación, demos'trab-i su descontento golpeanil'o el suelo con los -pies, de una manera O>mo !,;i actriz en cuestión no atesoraba iitás encantoá poco dcliciiila y un tanto primitiva. A su lado estaba un tiue luiít belleza nmy problemática, I>. Julián decidió ílamenco (|ue sufnía lo índeciiblc viendo como aquel fío rioinper a(iuelIos lazos», lo que consiguió al fin, a fuerza parf-caba el fruto de .9U amigo el comediógira'fo. íh frialdaíl c indiferencia. Como en el acto seguiKlo el ^palteo continuase con más Pero la tiple, que no se resignaiba fácilmente a tafuerza, ya el ílamenco no se jmdo contienen- y dijo a.su niiifuL vejación iJe su 'amor propio, queriendo por todos los meditís molestar a su infiel 'imiigo. b dijo un día en allxiroUiidor vecino: —H¡ Giieiio, zeñó, ya está bien ! i Rezerve osté las otras dos patas >pa( luego, que aún farta otro acto! pleno .ensayo y dfelante •de todcrs los coinpaiñeros: —'Oiga, don Juliúíi. Tengo entenidido que se va usted alabando por ahi' de haber dhrtenido mis faivores... Y Rííinea, que todo cuanto tenía de buen cómico teníalo de iiigiéniosf), resipondió: —¿ AlaibaiKto?... Todo lo contrario, señora: i Acusántionie! A R T E FTJR-0 UNA iCUENTA ^ N D ü E N T E Un empresíirio de provincias, muy tnimposo, llamado /o.sié Gome?, Rodrígnez y conocido más vulgarmente por el apodo de el Buitre, en imo cíe sus accidfentaldos negocios había queda<ío a deber una muy res|)etable caaitidaíl íi un pol1>re actor. Esite i>crseguíá a sn deudo!' por todas partea, sin que lograse ver un solo céntimo. Pasaron mciws y meses—cerca tle dos años—, y ya el infortunado comediante había dadto por perdido su i:Hintíro, cuando una noclie se encontró en el café CnloniaJ con el diesaprensivo deudor. El cómico, ü] ver al Buitre, le; saludó cordialniíentc, y a renglón seguido, le dijo; —Seííor Gómez, ¿cuándo me va ust'd a |)íigar a[¡i;cl IJiquillO que me adeuda? Y el Buitre, con su proverbial can\ clurn. responrlió: —^¡ Qué ocurrenciate-tiene usted! i Cuándo le voy a pagalr! ¡Cuándo le voy a pagar! ;Usted se ha creído (lue yo soy profeta? Hn un teatro principal de Berlín se anmiciaron unos UN MUDO QUIC HABLA conciertos de obras de Hacndel, cxclusivatmente. y que Dirigía el célebre actor T). José Mata pna excelente el nu'isico famoso hiahríáde dirigir en porsoiia. compañía cHi'aniática en la qu? figuraban, entre otros, Como faltaran diez minutos pura empegar y se hu- tos notahilístlnos artísitas Concha Conslñn. Mantiel Esbiera vendido uii ñuiy reducildo número de localidades, .pejo y José Palacios. el ^oi^ite dle la Empresa se áiihi a todos los diabios, En sus andanaas por pueblos v capitales habían llegamás ([ue ijor el fracaso económico, pon el aji-tístico, pues do a un' lugar de Andalucía, llamado AValá la R ' i l , se daJlial cuenta del disgusto que el gran compositor—que donde en los úhimos dia.'^ de actuación, y para dhir n aún no haibía llegado al teatro:—iba a experimentar al atracción al cartel, se anunció el beneficio del prim. ver la s a k vacía. actor del elenco. 'Por fin, dos o tres minutos antes dte la hora antuiciaSiempre que D. José celebraba sn fn;ición de hoi'.or. d;i, llegó llaendd, y el geirenite. qne esperaba cu la missolía! hacerlo con el populaír dn?..ma La aldea' de San Loma pulcrta. tras muchos rodeos se atrevió la comtmÍL-ar!e renzo, en cuyo pa]íel de Cabo Simón estaba inimitable; !a ttosagradail>lc noticia dci la escasez de público. mas como su compañía era, aquella vez. ilé reciente for•Y el insigne maestro, lejos fdc enojarse, contestó sonmación, daba la ca.sualíílad <|ne n!ngu.no d-- los artista.riendo: , ,,•„.„,• I tenía hecha la obra. —*¡ Magnitfico I Así .sonará mejor mi música. ,Como el cartel ya estaba becbo, y de una manera o de otra, el ilriuna tenía.que( ir al d'a siguiente, el direcUN ES7^RE!N0 DK TAiNTOG tor dijo a sus compañero&, parii Infundirles ánimo: iCUando se estrenó la comedia D,c la AUiambra al Ave—iNo preoaiparse, EstiKÜad lo que buciiamfcnte pollano, original dt Jos^ María Granad:-, citsi toílos los dáis, y, últimamente, como en la tíbra yo estoy ca.si 24fl siempre en csíren-i con vosotros y me sé tmlos Ins p i peles (h cabo a i-aibo, lo que no oiffAis al iipuiitadDr y-a os lo diré por lo bajo. Y Ihgó la noche sifíuicnic y 'lió princijíio la olira, que .wlo Iiahía tenido un m,i] ensayó. 'U primer acto pasó bien, y cada cual dijo lo que buenamente o^a (1 recortFaba; pero ya en el siguiente, que es el más comprometido,, y en ,d cual el iCabo Simón se vuelve nnilíb, los cómicos esta-bom más torpes y hacían unas pausas tremendas. A iD. José todo sie le volvíia apuntaír frases por lo bajito; maift sus azorados comiiiañerós se hacían u a lio, por no Kibcr a <]juiéii pertcnlecíaiii los "'bocadillos". y llcííó mi momento en que. a pesar rFc los bueims nucios del Cabo Simón, el bache fué tan enorme, que J), Manuel Uspejo, rIb#espen;ido y echándolo iodo a rodar, exclamó eii voz alta: —.j Pii...ñaJe&! ¡Aquí el úmco que habla es el mudo! LA ELOCUENCIA D E UNA RST.ATUA El nunca bien ponderadíi actor D. Emilio Thuillier tenia a sus órtlenes, en cierta ocasión, un meritorio, polliito de la ariatocraoia, pei-fectanícnte estulto, que se habita pro]niesto ser cómico con k férrea terquedad con que los hombres nos empeñaiuo.s en coii5>cí?uir cualquier iinposiíjle. líl joven tenía, eso sí, mua educación e-.snier.adísiiina: era nuie-'^tro consumado en saludos, parabienes, genufiexiiHies y frailes dc exquisita banalidad; dominaba, en iin, cuantos conociniieutos constituyai la más imitil de, todas las carrerafi; la carrera diiplomática. Pero, con respecto al íu-te exotérico de Zíiniacois, tenía menos disposiciones (pie un Rencnal de bris'adn, El mei-itorio molestall)a a Thuillier constantemente, d¡ciénidoile: _ i • —JDOU Emilio, ,:cuáiido me va usted avtííir un papciilo? \Si ^dera usted quié gfanas tengo de-verme en esceiiEi, para poder denrostrar tmlo lo que valgo! • —Ya veremos, ya veranos—decía ev;ils¡vaínente el hoy maestro íle cometí i antes—. En cuanto haya una ocasión. Pero, claro' está, no se prem-ntaba uunoa, pues ThuilliuT, que ya en varios ensjiyos haibía .sometid'o a pi'ucba ni ¡ispiívuite a conuco, suponía, y con m^ón, que el tal era un caso perdiólo. 1^*05 actoi^es de la comipañía, hartos ya de las pretensiones del crethio, le decían tíi.mbién a Thuillier:. —Hombre, si, don Emilio. ¿tPor qué no le da n.sted un papel, a ver si le matan de una vez y nos dteja en paz? El novel .histrión uo puío, cu verdatl, nuiv buena cara. A(,iií!llo le parecía poco jiará sus mérii.os: xnrrs bii*u era laibor propia dt un ooriiparsa. Pero D. Emilio, afectando una seriedad que no stentia, le dio explicaciones: —Ya &é yo—le dijo—tjue esto no es nada para usted; pero principio quieren las cosas. Además, el papel de estatua, paiece aiSÍ, a p n m t r a vista, im papel msignírficartte; mas, Ibien mirado, no lo es. Claro está que la estatua [de Don Gonzalo! no halbla^en este, cuarifo del cementerio; mas, por lo mismo, íes preciso que el público vea en el gesto y en la íictitud'' um hálito de vida, una sondira de humano simboli.smo, algo, en fin, que pudiéramos llamar la elocuencia áé silencio, y esto no lo puede h;icer jamás un conip<'irsa. ^ S í , señor, ya me hago cargo ^—res])oiuIía el i¡K>llito, yá aisi conforme al ver que su páp'él tenia' más importancia í\k h\ que habia supuesto. —lUsttd procure, únicamente^ servir la situación, que en ello estriba el mérito—aíiadíu 'hiuHlíer—. En esta clase de papeles es ílondo ste desaibre la madera de los gnnoides comedíiantes. '*'. " —'Sí. lUm Emilio, sí; yo procuraré... —i¡ Cesto! ¡IVIucho gesto... y a llegar! * * * Seis días, con sus noches corre.spondÍentes. estuvo el aspiríiiitc a Vico meditando qué gesto y qué actitud podrííii adoptar .Don Gonzalo convertido en pic<lra; y como no dalna: en el qiiiíl. decidió dejarlo a la. inspiración del nwiniento, como habia oído qiite solían hacer los grandes aiiislas. Y así llegó la noche de la función, y con ella, el acto del cementerio, en el que, subido de roíbllas solirc el marmóreo iK-dJcstiid, y con las-niaiios tmidaíí en actitud dj orar, se encontraba inquieto y emocionado nuestro incipiente actor. —•;,Qué haré yo. Dios m í o ? ^ e pregnntíliKi—. ¿Qué haré paira que don EnuTio vea qiíe hay mj un airtistiai? Y cuando Don Juan, intrépítlo y gaJlanlo, le invitó idiciendo: " ¡ Y si qníerteí;, te cóÜVído a ceiuar, comendaíforl", él, separando sus monas y adoptando un discreto aire de humildad', respondió en voz alta: —; Hombre, yo!... SE JUGABA LA 'CABEZA En el sajoncillo dte un teatro, y. en !a visperai de un estreno, se discutía sobre las defectos y exceliencias cte la nueva obra. iHaibía -frw h reunión, a más del autor de la comcília, x'ai'ios escritores de bien. proJwdo talento: líchegaray, Chrín^ Ensebio Blasco, Vital Aza, Ramos í ^ r r i ó n , y otros. El más contrario a ¡a obra era el airtor <ie La Regenta. que. fraiicaHicnte, sin amJbages ni tajpujos, exponía su opiniíVn ajdVtS'ifia ante el propio.paídric ih fa criafiira. Éste, ya fuera de isv, exicílfWnó encaráindose con D. Leopoldo: —(¡ Pues \'o me j'Uego 3a ca3>eza á' que raí obrai obtiene mañana un éxito! —'^Que sle juega usted h. calieza? — repuso Clarín—. i Eso és niaíturad ! • * + -^; T-íonibre! ¿Y por qué es natural? Y llegó \íi éi)oca .de los: '}\^iiorlos, y como el mentorio —•; Porque .si yo tuviera su caibeza db iMt-Qcí, íaimbién insistía en sus pretcnsiones, a Tlmillier se le ocurrió nte la jugaría! repairtiiile una e.sti:itua en el acto del cementerio: la de . Don Gonzalo, prcciisiuiiente. • Enrían* Povedamo niiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii[!iiiiiii]iiiiiiii[iiii[[iiii[iiii]i[iiiiii¡ii[i[ii]i^ CarriV Cisa Ange J''r«f*. PERñEO Aparicio / / . £xposScx6tt y venta ac MUEBLES de luío y cconóxuSco« ¥ Aleo» ham ¥ DespacKofl * ComedoTcm Ga* bonetes y TapícJería «ft r# 7 *% ^ &ll&M.4rA«iU W •* Lince ¿..V^--^' • * Corado) '.pRAGÓN fl^ Cabfillora •. r«^ > * ' ^ 3 i BOYERO ,Utf^s O e s c r í p c i ó n d e l c í e l o e n loa p r i m e r o * d í a s d e m a r x o Hortalesa. 6l, y HcTnáni Coirtés, 21 Cerca iltl cciHt, pero ya nn poco a ia | MADR ID I Teléfono 11439 I Recoucndantos vi- | s i t e n «fita C A S A i izquierda, iiurstoB cara al Norte, veremos A Cochero, que representa, segUn los atiliguDa, R Kricton, fiijo de VuJcano y üí Minerva, inventor del primer carrg terrestre de cuatro caballos, imitando al tie Apo Ifi y piiesfo en el ciclo por Jviplter por este flTnn deScuIjrmilenio. Utron Jaulorcn creen ijiic este grupo de estrellas representa al injortunado i'eatonte, nuicn, espantado {lor la viata riel J^acorpidn, pcrecid en el n o Lriclano. Hacia la iiquierda se ve a l'erseo, lanopea, Andrómeda y el Lantero. t-n el CKLE'SOARIO 2. DOMINGO. Quincuag^aima (Carnaval). San Simplicio, San Pablo, Santa Jenara, virgen, San Jovino y San Locío. 3. LUNES. San Emeterio y San Cecdonio, patrones de Calahorra, San Marino y San Ticiano. 4. J I A R T E S , San Casimiro, patrfin d e los sastres, San Lucio, mártir.—Se cierran las velaciones. í. M1ERC0LES_ D E CENIZA. San Ensebio, San Adrián, Nuestra Señora de .áfrica. 6. J U E V E S . San Víctor, San Victorino. San Marciano, San Olegario y San 7. V I E R N E S . Santo T f o m á B de Aquino, |3ttón de estudiantes, Sania FelliciU. R, RAP.Ann. San Juan de _ Dios, ahogado contra la locura, San Cirilo y ^an [urbano. Crecienld en Gcmints a las cuatro y nueve minutos lie la madrugada. * PAPE FUMAR Tempiir.Tl h<f-ivt de primavera habrS carioa rilas Ikivi.isns, reinando vientos vanaMes de riii;tl'.i y íiicrjia; Jan madrugaiias -rráii frías, ciin algunas escarchas; pero durante el din el ambiente será suave y liunicdc, bencricioso para los camjKJS. Illelporología popu1nr METEOROLOGÍA POPULAR.—No es de buen .lugurio, ni decir del pueblo, qtic la Pascua caiga dentro de! mes de n^^rco. En manera alguna: Paícua marcclina. Iiambre canina. Pascua mnreal, hambre mortal. Y no son solamente éstos, aína que podríamos copiar a docenas los aforismos. Sobre todo l,ns refranes al lieiu[>D revuelto; meridiano, del cénit al liorizontc, la insignificante Girafa, la Polar y Cefeo, La Polar, conin la estrella más prdxim^ al polo (if: las visibles a simple vista, dístanle de éste actualmente l o - i i ' . describe un circulo muy pcquci'io. La Tramontana es sinónimo de Hurte. lÍB realmente doble, pero su compaficra es tan dciiil, de novena magnitud, que aolo con un buen anteojo se puede descubrir, A la derecha se ven la Usa mayor, el Dragón, quien «ruardaba las manzanns ¡le oro del jardín tic l.is líCBliérides, la Corona y rl ¡Joyero. Agua en marzo, peor que mancha en paño. En marzo, cada gat^ quita un cuarto. Pero todavía tiene un defecto este mes, ttue no se le perdona, y es, la inconsciencia del tiempo, sobre loHo en siis úllin.'os días. De aquí el dicho; Si marro vuelve el raba, no deja pastor enzamarrado ni cordero encencerrado. Prediccione* astroIdji9c«« Pi&ct!.—Del a al 8 de marüo. Este signo procura honores y bifenes por los propios', esfuerzos, pero da, en cambio, un espíritu inquieto y decontentatliio de todo -y de todos, con marcada tendencia a la terquedad y al Jespotismb. Las personas nacidas en marzo el J Subirán, p e r o tcndríín envidiosos y celosos. 3 Fidelidad p o r relaciones. 4 Serán condenadiis a trabajos penosos en acrricultura. 5 Viajes peligrosos. f> Serán prudentes en sus negocios y saldrán cor bien. 7 Correrán grandes peligros por agua. 8 Aíicián a los deportes, poligros jxjr los animales. Ferlaa y mvrcailaa Dia a.—En Sariñcna, Briviesca, Barco de Avila. j . — E n Ciudad Rodrigo. Oropcsa, Barco ¿t Avila y Cardona. 4.—Oropesa y Barco de Avila. S.—Torqiiemada y Almirán. 7.—Sori*. 8.—AmÍBco y Soria. IKai'so atff'icúla A(¡lUCUl-T[IliA.—Se re;iliz;iii b>i lulwrtís \iaiA lü sicnibi'u ílo primavera y se terminan las sementeras de ci^rtalcíi. Rn lus tribales lie inviernri [luedc seni¡ir;irsc alfalfji, trébol, cslJurccC.'i y iiiL'zclaa - de Kraniiiic.iíi. pura la formación <h ¡iraiios lemporales. Se escardan los triiíos tli; ínvicrn". También se .•iiemhra el lino, taliacn en el vivtro, plantas oleaginosas, riatalas y patacas. Se dístriliiiye en los seniliraiioB nitrato de sosa. Se c'fecli'iati las siemlirns de yarliaiiíos, tratándolos con mía sdlnííón de siilfntu de cubre al tnVflio jior iiid, ¡jara ¡ireservarloH dc líl ri;/ii'a. (.'omienzaii las .sicirlirás <le reniíilaeliaa a'.ncarera y forrajei-a, y en donde no son (le lotner ¡os hielos, la <le maíz. V I S A S . ^ S e u-r"iina la |Hjda, asi comu Ins iiiicvaK plantiicInTies. 5c dan las laliore.s ile eava. Coutini'ian cünfeccionárdo.'ic los ¡njerlus de taller. Se tratan las cepas contra la aiiti'aciiOítís y se da [>rin«rt.|iÍQ a las opecacioneü del injerto. VINOS,—Prosiguen los trasicBos, con e¡ lin de separar los vinos de mía heces, lo i|ue eon viene se haya re.-ilizodo antes <]Uc la elevación' lie lu lenliier.'ttnra iif^ li.iKa revívii' los Kérnieiies ijuc eun i-sta se iküarrollAii, IO<Í L'Uale» son ta causa principal üe las alteraeiones ijuc sobrevienen a los vino.'i. I'ittrdcii tandiién ésio.t claríHcaráe, si su tras|iarenc¡a deja ijue desear. Se procede a ctectuar las n i t e l a s o ajii/'apfs de las distintas clases dc vino. I^fl meses de mar/o y septiembre son los nifis apropiados para embotellar, Tt-iiK.oac presente i\\\e para esto dehen haber sido previamente clarilicados los linos das o lri.-.s veces, jiur lu mcnos, con intervalos de seis a siete semanas, y que han de calar ni alirÍKo dc toda clase de fernienlaeiones sccundariaf!. De no ser asi, fáeili.Vcnie se enturbiarán y furninriui los jiúsitos desagradables «int desacreditan las hneims marcas, ~-,. t)r.,I\'.\K.—Sostener con las labores el mayor frescor dc I;>. tierra v la retención ilcl agua, ya que ésta coii.slítnye el principal íactnr dc una floración abimdanie. r^i primera (juinccna' dc este mes es la más apropiada para aplicar los abonos ^uiniicos a lo.H olivos; a.sí como en olnfio incorporar a las tierras los abonos urgínicos y al sicinentc con abonos oniínicos. Ks esie el mejor síatcnia para tener arli"Iado sano y productivo. SKLVK.L:LrURA,—Se terminan los «íe,;montcq. ,'5e acaba la monda de los álamos, nances y la <\c los loimbres. Kmpíezan las siembras de Jas scmillaB y especies resinosas y se tra^'ldaiitan bis árlwics de éstas. Se ]iri)ieKen lus semille:IIH con ramas espinosas, retama o jiiiii.'oS. Se terminan los trasplantes. Knipieza la extracción ik- la resina. Se terminan las plantaciones de las moreras. K R U T A M Í S . — S e van tirniinando las plantaciones de ínitnles, especialmente en los terrenos arcillnsos y liiimedos. Se efcctiian los iniLTlOH de pña y le.-mina la poda- Se procede a sembrar las semillas dur;is, • ijue habrán sido puestas en eslratilicación. Ks la O|)ocíi dc someter los frutales extremadamente vigorosos a incisiones. Se pulverizan los iiCTíiies y manzanos con soluciones de sulfato dv cobre. Se hacen plantacÍDnes de alícarnibos. HL.'KR'i'.\¡,—E| niVs (le marzo es dc nmclias actividades para H hortelano, liactendo sienibra.s numerosas y •variadas. Se dan Ügcras binas a los csi)arr;ina1es y ,=t- rfeeliian plantaciones dc los mismos. rontinú.in las siembras dc palaias y en los fresales se reponen las Iiajaa Jiabidas. m ¡Snvenio maravilloso! La primera máquina de escribir movida por electricidad, la ^Mercedes Original tlectra La más rápida y la más suave. Trabaja sin descanso. Máquina de escribir MERCEDES ui'im. 5 en tamaño hasta 60 cm. Ultima creación, la más completa y perfeccionada. Desmontaje fácil. Se hacen cambios de máquinas usadas. Procedentes de los cambios de la sin par MERCEDES, se venden máquinas de escribir de ocasión en inmejorables conid¡clones. Accesorios para toda clase de máquinas. Reparaciones. P i f l ft ff H maflf"'"» calculadora complda y perieceionada. para iodas ^ ^ • f/ o * €!> y lu^ operacíonc* arilméticas. Se desean represenianles aeíivos. 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De vninill.t. ijue es una csliecic de aziictir brillante n.Xiy fina. Iiaatará la can .¡dad 'luc^cahe en un cc'ntimito. líl ,-irroz cocerá n fuego lento, cuidando dc que no se pcnue al fundí: del pe-'ól. y cuando el grano fsfí tríinsparcnic, se üi-para <ic la Iiimlirc, y, nioviéndolii sin cesar, se le incorpii.an tres yemas d[- lluevo Salidas, . .'\clri Hcguidn s; celia en unos eacharritos de pnreelann y se meten tn ci horno diirantt diez o rjuince niiniitos. Iissla que cm|iÍL'í a a dorarse el arroz. l''nti]i|ccE sc sacan y sc sirven. Jlbc\ns úesmoraUstadJíN por el alcohol Cuando u m c o I m.F.n fi |ia i|uedad(i liiiéríana, esto 'ca, HÍn madre o. reina, y las nlicjas no lian tenido la precaución dc pre]>nríir uiui nueva reina, la pohlacion dinminnye dc día en día, .'•ucede tnlonccs 'iue las aliejas ve- I fináis, :il ver <]t:c l;i_ cnlmena no se ! encuentra en condiciones de de- | fciidursc, la atacan y la despojan. I Ea muy ra-o fine las abejas sc dedinucii al robo; i-sto no cuadra cu l.is eoslumbres tan justas y ordciiailas con'"o las suyas, y sólo lo hacen bajo la ñifhienein de alguna círcuñslancia accidental, tal como la embriaguez. I.a absorción de ciertos ni'ciarcB, ai'm ni.il conoeidos, loa dulces fermentados n las frutas son la causa mAs frecuente dc O B t a dcsmor.ilízaciÚR que se apodera de las abejas en raras circUnsUincías. lí'adft ináa fácil que deí e m i n a r cslri ""embriaguez en lina alwja, haciéndole absnriHrr miel a la riuo sc le liabrA aKregado una [icíiueña | cantidad de ¡ilcolial. , L'n fajuliin del ejército tranciis. ilarnadu .\lix, ijut instaba cíccluando nianiubnis con üu rcBimientt> en los .\l¡ics, presenció un cslicctaciilu mu/ curioso. Un' día iiue estaba libre buscando llores silvestres pai-a una L'idección, *c jirejiaraLa a liajar poi* una cuesUi em]>in:ida, y niicnlrjs lircparaba las soyas ¡«ira hacerl'', vio que sti perrü, nieneandü la cola coa simonías de fran alegría, ¡o mi rabil y luegu volvía la cabeza hacia la cue.sta cubierta de tiicve |ior liundc debijín bajar, como íiivitándolo a hacerlo. Mientras seunía sus Iralinjoa, advirtió con aslinibro que el animal se colocaba dc lomo, crin las palilaa para arriba y la cabcía para abajo, en el si^ntido L-n 'ptc erecia sti pelo, y sc deja lia caer hasta abajo. Una ve/ allí se lev.-nitó, sacudió la nieve y meneando r.ipirianiente la cola miró hacia arriba a su ducfio, con la evidente Intención dc animarlo a repetir la cpcración. Vicndu <iue éste iio se rcholvia a imitarlo, se sentó tranquilanieiiti; Bobrc la nieve, esi>eraado que bajara. C U III |J O 8 i C f Ú II coilira lux Jittéedoia.-Sucedida XeitUüatl tf ficcláit Un viajero, rebiaiiilo sUs aventuras a unos amijjos, les dijo que él y sil criado habían liedlo coírer a cincucnia árabes. Sus amigos le miraron sorprendidii-s, ereyendo que sc hurlaba de ellos, peni' el viajero ascRUró que no eia nada extraordinario liara no pofler creerlo, explienndo: —j Nosotros corriamos, y ellos corriaii delrás dc noso[:'os!.,. Sardinas rellüiiaii Una vez limpias y sm cnlicna, se les quita la espina y se cuiuean en uña fuente, la ciuc previamcníe se liahrá untado con un poco lie aceite crudo. Sc corlan tiritas Je jamón del largo dc las sardinas y otras dc pimiento de lata, las cuales sc colocan entre dos inedias sardinas. ,Sc lleva al liorno la fuente, que con anlerioridad se habrá rociado «ron ¡wn rallado, sal lina t-n poca c;mtidad y unas gotas de limón. t'uanílo están doradas se sacan i se sirven calientes en la misma fuente en i|ue se han <"' '?idr>. 'Un bnen perro guardián •. de pecas 'manera sorprendente romper un baslún rostr" K.'^istc ¡lara suprimir del las pecas, <|uc tanto lo afean, una composición muy clíca/. £ s la si- ' yuienie; _ I Leche virginal, joo B'<>">DB¡ tfb- 1 cerina neutra, u o ; ácido elorhi- I drico medicin.il, ;u; clorhidralo de .' amoniaco, 40 gramos. .Mézclese minuciusmcnie y sc •ncaráu en» esta mi Mura las pecast ead.n. mai^ana, piii' n.^dio dt' nn pincel i to. Ciiidailu de los ojos Póuíían.sc bis dos e>;lrenins_ de mi pnlo de esfoli.i en dos anillas de pajiel, suspendidas dc dos cortes de hoja de cucbillns. listos cuchillos los aostrcntlr.'m dos espectadores, Dando un golpe seco con cualqnier objclo en medio del palo dc escoba, éste se romperá sin que Ins anillas de papel padezcan lo má.s mínimo. Lo t|ue imporla es que el p i pe se dc con limpieza en la milad del palo. Kjercilado uno en este juego, I ¡lucdc modificarlo ajioyando los dos ¡Refranes extremos del palo en un soporte ; I!u;.'n cjenii'lü y buenas razonen cualquiera; por ejemplo, en floa , copas puestas Sííbre dos taburetes, ava>iallan los coiazuncs. fon el misra'o golpe sc romiierá Xi tras pared ni tras seto dieaS el ¡laln sin dctrmcnto de los vasos. | tn secreto. Cuidado dc I".í ojos.—Va se s:ibe que In exiircsion lie la vista hace la mayor parle de la hellc,za dc los ojos; pero ca precini' que no estén enrojecidos ni indamados, ni faltos dc pestañas. Ni> es frotéis nunca los ojos. Cunndo un cuerpo extraño sc inlriiduiicíi en nn ojo, nn se inlenle sacarlo imr mctlios violentos. Ciérrense los párpados, y espérese un cuarto dc llora, si es menester: las iáxriiiias, naturalmente, echaran al intruso. —I Bandido! Llevo veinte mum>"s parado cu la esquina, crcynilio •:11c venía iin auio. (De The Humarits.) L-'n perro ll.imado Rex, y sr ducjJc. condujer.m unas ovejas al mercado. j\lli estás fueron corr.pradas por otro colono, que pidió al vendedor perniilicra qUe su perro lo ayudara a llevarlos bajita sU casa, que quedaba a varios kilómetros de distancia. —Dele QI^O de comer cuanrio hayan llegado—•indicó el dueño del animal—, y dígate que sc vuelva a cíisa. Si lo hace asi, todo andará bien. Pero cuando lícx Ileso, con sus ovejas a la nueva casa era ya Mrile, y al cam]jesiiin se le ocurrió que seria mejor darle de coni'c" y dejarlo que pasara lu noclic aili, ordenándole al dia s.guien-e que volviera a su casa, ¡ Kl homlire durmió l"da la n cli!', jieru cuando fué al ilia siguiente a ver a sus nuevas ovejas sc encHitró ron que ésias hablan desaparecido, lo miínio quc el i,crro. l-'ste luiliia loiítado romjier la soga con que estaba ala1!':, y, una vc^ libre, arreó Jas ovejas liaala su aiiLifítla tasa. t/liiliiiales en caiilirldml I.os animales cautivos emplean en _ ejercicios de gimnasia la actividad que no les permite utilizar la estrechez dc su jaula. La ninrta. por ejcmpld, se entretiene ili'iarite larcas horas en hacer esIraños saltos, Salta en una dc las extrcnndadcs de la jaula, rebola dando vueltas sobre ella misma, toca el suelo en medio de su prisión y repite nuevamente la ojieración. En pocas patabr.as, lince lo que .se llama un ocho con lauta rapidez que el especl^dor cree ver realmente la cifra dibujada. Equilibrio. (D« LUt. HucvK Yorll}. 252 S£ AGENTE LECOQ 55 —Mfíi. fíaniente. también tenía una anrga que .se lo co—^d V vuestro nombre do pila? ,mió to<lo.., —No le teng-o. ¿Se hurlaba o hablaba serianientc? Kra tan di—íKs iniposiljlé. fícil el comprenderlo fjue e! ^fior Begmuller y • Un moviinionto del acusado dcmmstrn una im- I.ecoq estaban igualmente ind^p^os^ Coguet. en píicicncin, que en seguida dominó. cambio, mientras esci'ibía «I interrogatorio, no ^Esta es—contestó—;la tercera vé» desde ayer dejalm de reírse. ^lue me cficcn esto nii^smo, y, no obííantc. es la —¡Basta!...—internnnpió e!'jitojz—, ¿quK edad verdad. Si fuera mentiroso, nada más /sen- t e n é i s ? . '• •' •• '• • cillo que deciros que me llamo Pedro, Juan o —Cuarenta y cuatro o cuareitta y clncí años. Santiago... ¡lero mentii' no es mi fuerte. La ver—¿En dónde habt-is nacitto?... dad es que no tengo nombre de pila. Si se tratara —Probablemente, en Bretaña. die ajx)dos sería otra cosa; de éstos he tenido El señor Segmuller creyó noíar en esa contes"nichos... tación una intención irónica que era preciso repr.imir. ' ' —¿Cuáles?... —\''amos a ver... para enipezan% cuaníio csíaba —Os prevengo—dijo duramente—f|ue si conen •casa d¡el fio FousasAe, me llamaban el Afila- tinuáis así vuestra libertad está muy compromedor.. tida. Cada una de vuestras rcspuesta.s es una inconvenjenoia. —í Quién era ese tib Fotigasse? En el rostro del homicida se dibujó el más —^El rey de Ins hombres tratándose de fieras, señor ju€z. ¡Ah!..., bien podía envanecerse de te- sincero disgusto mezclado de iuquiettul. iier una hermosa ca'bcción. Tigres, íléones, coto—¡ Ah!... no os ofendáis, señor juez^—re])uso—. rras y loros de todas clases y colores, serpientes ^Te preguntáis y contcstn. Ya 'veréiis cómo digo gi'uesas como el muslo, de todo tenía. Desgraciala verdad si me dejáis contaros "mi histniia. XIX CUSADO liablaflor, causa bien iiistTuída", dice un antiguo provci-bio del Palíicio de Justicia. y es que parece inijiosilile, en efecto, que un culjíablt. espiado por el juez, pueda hablar mucho sin que su lengua descubra su intvnción o su pensamiento, sin que stEvapore algo del secreto "que pretende guardar. Los detenidos más listos han cornprendido esto; por eso, obligados a una prodigiosa contención de espíritu, son generaiímonte muy reservados. Encerrados en su sistema de defensa, como una tortuga en su caparazón, salen de él lo menos posible y con la mayor circunspección. En ilbs interrogatorios responden jorque no tienen más remedio, pevo tío hacen a disgusto, br.°vemente y con ¡x)cos detalles. En esta ocasión el acusado era pródigo de palabras. ¡Ah!... no parecía, temer el "cortarse". No vacilaba como los otros que temen destruir con una palabra la novela que se esfuerzan en sustituir a la verdad. A En otras circunstancias esto habría sido unn prueba a su favor. , —¡Explicaos, pues!—contesta'el señor Segmuller a la iX'tición del deteiiido. ' El' homicida no disimuló hábilmente la alegría ^ que le causaba la lil>eníad de hablar que le concc^lían. El brillo de sus ojps reveló una satisfaicción semejante a la del cantante de roinanziLs cuando lo llevan al piano. Colocóse en posición, con la cabeza echada hacia atTÓs, cual orador seguro de sus efeictos. humedeció con ib, lengua sus labios resecos y dijo: —;T>G. modo que d^eáis saber mi historia? . —Sí" ^, ': ^ —Pues bien, señor juez. U n día, hará de esto aiarenta y cínco anos, el tío Triuglot, director de una compañía de acróbatas, pasaba ]x>r la caiTetera de Guingrjjnp a Saínt-Bríenc. Naturalmente, viajaba en sus dos grímdes carruajes, con su mujer, .su materia.1 y sus artistas; pero a poco de haber pasado por una gran aldea llamada Chatelandren, mirando a un lado y a otro vic- ,J.,.IEJ.. . 56 Biblioteca ron en ©1 borde de un fi^sn una cosa blanca que se movía. "Es preciso que yo vea lo qtic es", dijo a su csi>osa. Se ddiivo, bajó dol carruaje, fué al foso, tomó el objeto en cucvtióu y lianza Tin grito. Me preguntaréis: ¿Qué liabía cncontradü aquel boinbru? Pues muy sendlb. ¡Dios mío! Acababa de !ia]Iar a vuestro servirlor, que fintonces tenia unos diez mescfl. Después de estas úkiinasi pa]al>r;i.s salu<ló a lodos los asistentes. ^ —Naturahneíite—prosiguií'i—, el tío Tringlot me llevó a su esposa, que era verdadfcramenté una buena mujer. Esta me cf^ió, me iniró, me palpó y dijo: "Es fuerte este muñeco y no es feo, es preciso quedarnos con él, puesto que la madre ha hecbo la picardía de abandonario. Yo le daré lecciones y dentro de cinco o seis años nos bará honor," Luego empezaron a buscarnie un nombre. Entonc-es estaban a principios del mes de mayo y se decidió que me llamarla Maí (i), y Mai soy desde aquel día, sin más nombre de pila, ni apellido, ni nada. Internmipióse y su mirada se detuvo siuccsivamente en sus treá oyentes como si hubiese mcnr digado una señal de aprobación... pero como ésta no venía prosiguió: —(El tío Tringlot era un hombre sencillo c ignorante de las leye^s. No declaró su encuentro a las autoridades, de modo que yo vivía, pero no exis-tía. puesto que es preciso -estar, inscrito en el Registro de Ta Alcaldía para existir. Mientras fui niño esto nol me preociii]JÓ. Luego, cuando llegué a los díez y seis anos y comprendí la negligencia del buen hombre, me alegré mucho de ello, porque me decía: "Mai, amigo mío, no estás inscrito en ningún libro del Gobierno, luego no tendrás que ser soldado". Y como no me convenía el ser soldado no me habría hecho inscribir, aunque me hubiesen pegado un cañonazo. Mucho más tarde aún, pasada ya la edad de !as quintas, un il'etra-do me dijo que sí reclamaba para tener un estado civil me castigarían. Entonces me decidí a existir de contrabando. El no ser nadie tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es cierto que no be servido; iKro tampoco he podido tener nuncíi docuuiento alguno^ Esto me ha hecho estar algunas veces en la, cárcel: ¡jcro como en último Ticsultado no me han hallado íaJta alguna, en seguida nic han puesto en libertad... Y he ahi por qué no tengo nombre de pila y por que no sé con exactitud en dónde he nacido... Ci) Mai, en españoí niíiyn, ALREDEDOR DEL , MUNDO Si la verdad tiene un acento part icudár, como han escrito Jos moralistas, el homicida había ha^ liado esc acento. Voz, gesto, mirada, expresión, tixlo estaba niQordo, ni una pnbihra de su larga naírración había desentonado. —Y ahora^—dijo fríaincnte el señor Scgmuller—. ¿cuáles son vuestros medios de existencia? AI ver el rostro desconsolado dol homicida, habríase jurado que contaba con que .su elocuencia iba a abrirlo Itis puertas de la cáricel. —Tengo un oficio-—repu.so—, el que me enseñó Ja tía Tringlot, 1 ^ él vivo y he vivido en Francia y en otros países. El juez pensó hallar en este punto una falta en la coraza. —-¿Habéis vivido en el Exiraujcro?—^pregimtó. —'¡lUn poco!..,. Hará unos diez y seis años que trabajo ya en Alemania, ya en Tnglatorra. con la compañía del señoi-, Siniflison. —^¿De modo que sois saltimbanquis? ¿Cómo tenéis tí>n este oficio las manos tan blancas y tan cuidadas? ' • Lejos de parecer turbado, el detenido alargó las manos y las examinó con visible complacencia. —'La verdad es que son bonitas—dijo—; yo soy quien me las he cuidado. —¿Luego os mantienen para no hacer nada? —¡ Ah!... i eso no!... ScVb que yo tengo el cargo de hablar ail público y "arengarlo'' y, sin que esto sea alabarme, lo bago bastante bien. . El señor Segmullor, se rascaba la barba, lo quiera su costumbre cuando suponía que d detenido se atascaba. —En ese caso, tenetl la bon<lad de darme una prueba de vuestro talento. ¡Oh!... dijo el homicida, ¡xireciendo creer que se trataba de una bronia—.^ ¡ Oh!... ,Qs ruego que obedezcáis—insistió al juez. El homicida no se negó más. Un eegundo después su movible fisioiíjomía tomó una nueva expresión, mezcla singular de tontería, cinismo e ironía. A guisa de batuta, CÜÍ;ÍÓ una Tegla que había sobre la mesa del juez, y con voz estridente y de falsete, y entonaciones bufas, empezó: —^"¡•Cálle.se la música!... ]Y tú, bombo, déjanos un poco en paz!... He aquí, señores y señoras, llegada la hora, el iiistante y el momento de la grande y única representación del teatro de los prestigios, sin igual en el mundo ^iara el tra]>ecío y el baile en la cuerda floja. Jas elevaciones, dislocaciones y otros ejercicios de gracia, flexibiilidad y fuer;ía. con el concurso, de artistas de la capital,.," —^¡Basta!—interrumpió el juez—; eso lo re- ' f ' I * ' ! ' ' ! ' i 'iTHr'g''l''B'Tr^''y'i''»''i''i'y^Hr^spHrT^nrTHr"^ CORO N A t n á q [ u i n a ie e s c r i b i r p o r t á t i l , . la m á s antigua y l a mejor n o v í a i t n o modlclo 4, a d o p t a d o paj-a i r a « b a j o libero d e ofícína* t e c l a d o aiúv«rflal* c a m b i o de c i n t a vevdaderatttCAte aatomátScop eacritnra completaiiiciite visible y Éodaái l a s v e n t a j a s d e u n a ' matlnína ¿rande peaada- E^ Hay tambícD C O R O N A plejfable p a r a viaye a p r e c i o s ttkás r e d u c i d o s . Garantía completa Ventas y al a contado plajE'OS ^ i d a catAlo^o alok aj^entes l o c a l e s o a R á p i d a » l i g e r a y f u e r t e . GASTONORGE C. A . ScviUa* 16 - Madrid • • ^ < " B ' 8 " i i'^'M^HK^^*^Hf'»•-^>B-*fr4^'W'4H^-^»'fr-l^4^^ # • t H #•»•< • * * *--^.-t^^' Círculo Filatélico de Madrid Sociedad constituida legalmente para el fomento de la Filatelia en España y Unión de aücionados serlos y solventes. • Magnífico salón de £ ubastas.-Exposición constante de sellos clásicos y novedades . - M a t e r i a l filatélico de todas clases. • C o m p r a de toda clase de colecciones y lotes de sellos de alguna importancia. V e A t a de sellos de todos los países con grandes descuentos. 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