Trastornos de la conducta alimentaria: anorexia y bulimia Estos males pueden evolucionar a padecimientos que ponen en peligro la vida si no son tratados. Resulta alarmante la cifra creciente de casos cada año 3La anorexia Red de Comunicación y Divulgación de la Ciencia, de la Universidad de Guadalajara* y la bulimia son males que pueden iniciarse en la niñez o en la adolescencia. Foto: José María Martínez ciencia seguido A unque la obesidad es el trastorno de la alimentación más común en la sociedad actual, existen otras afecciones que incluyen deformaciones más graves del proceso de la alimentación. Trastornos alimenticios como la anorexia y bulimia pueden evolucionar a padecimientos que ponen en peligro la vida si no se tratan. Resulta alarmante la cifra creciente de casos cada año. Con frecuencia se desarrollan durante la adolescencia o la vida adulta temprana (85 por ciento de las ocasiones), aunque algunos informes indican que pueden iniciarse en la niñez o más tarde, en la vida adulta. Las personas con anorexia y bulimia nerviosas pueden presentar una gama amplia de complicaciones de su salud física, que incluye padecimientos cardiacos importantes e insuficiencia renal que quizá conduzcan incluso a la muerte. Efectos físicos de la anorexia Anorexia nerviosa Este desorden evoluciona de un estado mental peligroso a un padecimiento físico, que con frecuencia pone en peligro la vida. La enfermedad se caracteriza por una pérdida extrema de peso, una imagen corporal propia deformada y un temor irracional, casi mórbido, a la obesidad y el aumento de peso. Aunque en esta enfermedad está relacionado el alimento, proviene más bien de un conflicto psicológico. Los pacientes con anorexia nerviosa frecuentemente presentan trastornos de su personalidad, teniendo una baja autoestima y niveles elevados de ansiedad. Son introvertidos, obsesivos, perfeccionistas y tienen la impresión de ser poco efectivos, a pesar de que la realidad muestra lo contrario. Muchos viven la anorexia como una forma de mostrarse a sí mismos cierto grado de autocontrol. La enfermedad puede iniciarse con intentos simples de perder peso. Quizá tan sólo se requiera un comentario bien intencionado de un amigo, un familiar o un entrenador que sugiere que la persona parece estar aumentando de peso o está muy gorda. Existen cuadros clínicos en los que predomina el fenómeno restrictivo de la ingesta de alimentos, grupos que se les reconoce como los restrictivos puros, y hay otros en los que existe también un componente bulímico. Bulimia nerviosa La bulimia nerviosa es un trastorno caracterizado por la existencia de episodios compulsivos de ingesta incontrolada y exagerada de alimentos en periodos cortos de tiempo, junto a una conducta tendiente a eliminar los efectos de esta ingesta calórica, mediante la provocación del vómito, del uso desmesurado de laxantes y diuréticos, del ayuno voluntario y la hipergimnasia (ejercicio excesivo) Los episodios compulsivos de ingesta de alimentos no pueden ser prevenidos ni parados una vez iniciados. La paciente tiene la sensación de una pérdida total de control sobre los mismos. Está extremadamente preocupada por su imagen corporal, que desea mantener por cualquier medio un peso adecuado. Es consciente de que sus episodios compulsivos de ingesta de alimentos podrán desencadenarle el desarrollo de una obesidad, que evita a toda costa, y en consecuencia pone en marcha todos los mecanismos anteriormente enumerados, con el objetivo de limitar al máximo la ganancia de peso. En contraste con los anoréxicos, que se alejan de la comida cuando afrontan problemas, los bulímicos acuden a ésta en situaciones críticas. Suele ser difícil identificar a las personas con este trastorno, porque conservan sus conductas de hartazgo y purga en secreto, y sus síntomas no son obvios. Tratamiento El tratamiento de ambos desórdenes requiere de un grupo multidisciplinario que incluya médicos experimentados, dietistas certificados, psicólogos y otros profesionales de la salud que trabajen en conjunto. Debe aplicarse una terapia que incluye ayudar a la persona a afrontar y cambiar sus creencias irracionales sobre su imagen corporal, alimentación, relaciones y peso. El terapeuta identifica y aborda problemas subyacentes, que pueden ser la causa de la enfermedad. De la misma manera, se hace necesaria una terapia nutricional para, primero, reducir al mínimo o suspender cualquier pérdida de peso adicional. El aumento de peso debe ser suficiente para incrementar el índice metabólico a lo normal y revertir tantos daños físicos de la enfermedad como sea posible.[ • Intolerancia al frío por la pérdida del tejido adiposo. • Metabolismo más lento a causa de una disminución de la síntesis de hormonas tiroideas. • Fatiga fácil, desmayo y una necesidad abrumadora de sueño. • Anemia. • Piel áspera, seca y escamosa. • Baja de glóbulos blancos, lo que aumenta el riesgo de infecciones. • Pérdida de pelo. • Potasio bajo en sangre. • Pérdida de periodos menstruales. • Depresión. Problemas de salud por bulimia La exposición repetida de los dientes al ácido del vómito causa desmineralización. Con el vómito regular o el uso de ciertos diuréticos, disminuye en forma significativa el potasio sanguíneo, altera el ritmo cardíaco y causa incluso muerte súbita. En algunos casos se presentan úlceras gástricas, hemorragias y desgarres del esófago. Estreñimiento por el uso excesivo de laxantes. *Dora García Pérez lunes 19 de marzo de 2007 15