CartasAudienciaII20111205.indd 1 05/12/2011 01:51:22 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 2 05/12/2011 01:51:22 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) CartasAudienciaII20111205.indd 3 05/12/2011 01:51:22 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 4 05/12/2011 01:51:22 p.m. Archivo General de la Nación Vol. CXLIX Genaro Rodríguez Morel Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Santo Domingo, D. N. 2011 CartasAudienciaII20111205.indd 5 05/12/2011 01:51:23 p.m. Cuidado de la edición: Jacqueline Abad Blanco Diagramación: Juan Francisco Domínguez Novas Diseño de portada: Esteban Rimoli Índice temático: Genaro Rodríguez Morel Primera edición, 2011 © Genaro Rodríguez Morel De esta edición © Archivo General de la Nación (vol. CXLIX), 2011 ISBN: ZZZZZ-ZZZZZZZZZZ Impresión: Editora Búho, S. R. L. Archivo General de la Nación Departamento de Investigación y Divulgación Área de Publicaciones Calle Modesto Díaz, Núm. 2, Zona Universitaria, Santo Domingo, República Dominicana Tel. 809-362-1111, Fax. 809-362-1110 www.agn.gov.do Impreso en República Dominicana / Printed in Dominican Republic CartasAudienciaII20111205.indd 6 05/12/2011 01:51:23 p.m. Presentación La documentación que presentamos en esta segunda entrega de las cartas y expedientes de la Real Audiencia de Santo Domingo es la continuación del legajo Santo Domingo 49 que iniciamos en el Tomo I de esta serie. El mismo continúa en el Ramo 17, Nº 103 hasta el Ramo 22, documento Nº 156. En total suman 153 documentos los cuales terminan el 6 de junio de 1561. Las cartas y expedientes de la Real Audiencia continúan en el legajo Santo Domingo 50. La signatura antigua de este legajo es Santo Domingo 53-4-10. El mismo abarca desde el año 1562 hasta el 1577. Este legajo está dividido en 13 ramos y estos en 91 documentos. Este segundo tomo de Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo abarca los años comprendidos entre 1547 hasta 1575, período durante el cual ocuparon la presidencia de la Real Audiencia los señores licenciados Juan López de Cerrato (15431548), Alonso Maldonado (1548-1552), Juan López de Cepeda (1557-1560), Alonso Arias de Herrera (1561-1565), Diego de Vera, (1566-1568), el doctor Antonio Mejía (1568-1570), y el licenciado Francisco de Vera (1572-1575).La razón por la que el Tomo II lo cerramos en el año de 1575 se debe a que en este año termina uno de los procesos más importantes sobre el contrabando en la colonia. Igualmente finalizan los requerimientos de la Corona para que los oidores de la Audiencia hicieran visitas anuales al interior de la isla. Durante las transcripciones de estas cartas he contado con la inestimable ayuda de Isabel Ceballos Aragón, una de las más importantes y experimentadas paleógrafas del momento. Sus observaciones paleográficas han despejado cualquier duda para que el texto llegue a los lectores limpio de incorrecciones. Sin embargo, Isabel queda liberada de cualquier error que este libro pueda tener. Sevilla, primavera de 2010 7 CartasAudienciaII20111205.indd 7 05/12/2011 01:51:23 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 8 05/12/2011 01:51:23 p.m. Los orígenes del despotismo colonial: Gobierno y autoridad local en Santo Domingo 1 Siglo XVI Genaro Rodríguez Morel La administración despótica Los cambios que se experimentaron en Santo Domingo durante el gobierno de Nicolás de Ovando transformaron aquella colonia en una sociedad marcada por las luchas que libraban los diferentes sectores enquistados en el sistema. Estas fuerzas sociales, generadoras de conflictos, estaban cada vez más polarizadas en torno al dominio del poder local y el aprovechamiento y el control de las escasas riquezas del territorio. Durante el gobierno de Ovando se establecieron las bases sobre las cuales se iba a desarrollar el orden colonial. A pesar de ello, el esquema diseñado por el Comendador tuvo que ser redefinido por dos acontecimientos importantes. En primer lugar, la muerte de la reina Isabel, ocurrida en 1504, fue aprovechada por la burocracia cortesana encabezada por Conchillos y Fonseca, para destituir al Comendador y de esa manera hacer un reordenamiento de las instituciones locales de la Española.2 Una de las razones de estos cambios fue la política despótica y autoritaria del extremeño. Otro hecho que cambió el rumbo de los acontecimientos fue el nombramiento de Diego Colón como gobernador de las Indias. En respuesta a esta situación, se tuvieron que acelerar los cambios iniciados tras el destronamiento de Ovando. La jugada maestra fue la designación de Miguel de Pasamonte como tesorero general de las Indias.3 Es muy sintomático que Pasamonte fuera investido de los máximos poderes cuatro meses antes de la llegada del II Almirante. Este cargo, Agradezco los comentarios hechos por los amigos Roberto Cassá, Frank Moya Pons, José Chez Checo, Juan Gil, Estaban Mira Caballos y Raymundo González. Sin lugar a dudas, los mismos han enriquecido de forma sustancial esta Introducción. 2 Además de las obras conocidas y clásicas sobre el Comendador, ver en Esteban Mira Caballos, Nicolás de Ovando y los orígenes del sistema colonial español. 1502-1509, Patronato de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, Santo Domingo, 2000. 3 Miguel de Pasamonte fue nombrado Tesorero General de las Indias en junio de 1508. Genaro Rodríguez Morel, «Poder y luchas políticas en la Española, Siglo xvi», En Antonio Gutiérrez Escudero, Ciencia, Economía y Política en Hispanoamérica Colonial, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla, 2000, pp. 269-290. 1 9 CartasAudienciaII20111205.indd 9 05/12/2011 01:51:23 p.m. Genaro Rodríguez Morel de nueva creación, le dejaba todo el poder en sus manos, desde la administración colonial de las Indias hasta el control de todo el aparato militar de la colonia. La autoridad de Pasamonte estaba por encima de todos los funcionarios de la Corona, incluyendo al mismo Diego Colón. Las dificultades y trabas legales impuestas al nuevo gobernador le condicionaron para actuar de forma despótica saltándose todas las normas y prohibiciones establecidas desde Castilla. Fue a raíz de este hecho cuando la Corona decidió crear un organismo regulador de la justicia en las Indias. Con la creación de la Real Audiencia se intentaba frenar los desmanes de Diego Colón o, al menos, poner fuera de la ley las acciones realizadas en temas tan importantes como los repartimientos de indios, de tierras, y fundamentalmente, la administración del oro.4 Durante el mandato de Diego Colón se reavivaron las luchas entre las distintas facciones creadas en la isla desde los albores del mismo proceso colonizador. De esta manera, el gobernador pasaría a ser el protector de los sectores sociales creados bajo el mandato de su padre y que habían quedado desplazados del poder a raíz de los cambios políticos que se sucedieron en la colonia. Diego Colón reunificó estos grupos a los cuales premió concediéndoles encomiendas de indios, y mercedes de tierra. Por su parte, y en contraposición a esta tendencia, el tesorero Miguel de Pasamonte aglutinó a los sectores llamados afectos al Rey. Ahora bien, el poder del tesorero no era suficiente, pues carecía de la autoridad jurídica que tenía el gobernador. La nueva estructura administrativa estuvo compuesta por los licenciados Marcelo de Villalobos, Juan Ortiz de Matienzo y Lucas Vázquez de Ayllón.5 Las medidas tomadas por dichos jueces no hicieron más que avivar las luchas entre los diferentes clanes existentes en Santo Domingo.6 Pero más que eso, fraccionaron la sociedad en pequeñas parcelas de poder mediante la utilización de mecanismos fraudulentos que traspasaban todos los dictámenes legales. Así, la Audiencia no fue más que un organismo al servicio del poder, desvinculado de todas las normas, violentando la legalidad en aras de los beneficios personales que percibían sus miembros. Durante el período en que estuvieron al frente de la Real Audiencia se produjo un relajamiento de las normas jurídicas que perduró a lo largo de toda la era colonial. Durante esos cinco años las pocas instituciones que hasta ese momento habían sido creadas en la isla perdieron mucha autoridad. Al no haber un organismo fiscalizador independiente, dichos jueces interpretaban las leyes a su manera, ordenando a jueces y fiscales en las causas en que ellos estaban involucrados, en perjuicio de los demandantes. José María Ots Capdequi, El Estado español en las Indias, Fondo de Cultura Económica, México, 1941, pp. 57-58. 5 El nombramiento del licenciado Lucas Vázquez de Ayllón como Juez de Apelación fue un claro aviso de la maniobra que se estaba montando. Vázquez de Ayllón había ocupado el cargo de Alcalde Mayor en Concepción de La Vega durante el gobierno de Diego Colón. Frank Moya Pons, Después de Colón: trabajo, sociedad y política en la economía del oro, Alianza Editorial, Madrid, 1987, p. 68. 6 Ver la real cédula enviada a Diego Colón, donde se nombra a dichos jueces. Burgos, 24 de octubre de 1511. Archivo General de Indias (en adelante AGI.), Indiferente General 418, Libro 3, Fol. 182. 4 10 CartasAudienciaII20111205.indd 10 05/12/2011 01:51:24 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Las pruebas de todos los desmanes que cometían las nuevas autoridades judiciales de la Española quedaron evidenciadas en 1516 cuando los miembros del gobierno de la Real Audiencia fueron residenciados por el juez pesquisidor licenciado Alonso Zuazo.7 Como era costumbre cuando había algún cambio de gobierno, a las autoridades salientes se les hacía un Juicio de Residencia mediante el cual se daba la oportunidad a todos los vecinos que tuvieran alguna queja contra cualquier funcionario que estuviera involucrado en el mal manejo de la cosa pública. No obstante, a pesar de todas las acusaciones que les fueron hechas a los licenciados Matienzo, Villalobos y Ayllón, no fueron castigados debidamente. Los miembros de la Audiencia crearon un mecanismo de control tan complejo que lograron neutralizar todas las fuerzas de la oposición, las cuales estaban en manos del gobernador Diego Colón y un grupo reducido de colaboradores. Los mecanismos utilizados por estos funcionarios les permitieran penetrar e influir en todas las instituciones de la colonia, principalmente en los ayuntamientos, manteniendo el control sobre los regidores y hasta en la Iglesia. Quienes no comulgaban con sus prácticas e ideas no tenían oportunidad de participar en los manejos turbios de los jueces, corriendo el riesgo de ser perseguidos y hasta encarcelados. Debemos destacar que la forma de gobierno diseñada por las autoridades locales reprodujo el sistema de valores de la aristocracia castellana, y llegó a trascender la misma política oficial. En ese sentido, Santo Domingo se convirtió en el primer espacio que no estuvo influenciado por el corporativismo de las órdenes militares ni por el peso de la nobleza.8 Por ello, y a pesar de que muchos de los conquistadores buscaban una continuidad en la adquisición de títulos nobiliarios, ascendieron mediante la acumulación de riquezas. Es muy probable que esto tuviera mucho que ver con la diversidad y pluralidad de los reinados de Castilla y Aragón. A partir de la muerte de la reina Isabel, el gobierno indiano quedaría bajo el control de los aragoneses, cuya figura más representativa en la isla era el tesorero Miguel de Pasamonte. Los esquemas de dominación y control político El período comprendido entre 1508, fecha en que fue nombrado Miguel de Pasamonte tesorero de las Indias, hasta 1516, cuando muere el rey Fernando, Santo Domingo se convirtió en el mayor centro de confrontación social, lo que la transformó en una sociedad difícil de gobernar. Esto se debió, entre otras razones, a la falta de una autoridad competente, capaz de concentrar todos los poderes para garantizar el equilibrio político entre las fuerzas en conflicto. Contrariamente a lo que En el Juicio de Residencia hecho a los citados jueces se les acusó, entre otras cosas, de mostrar parcialidades, formación de banderías y de confederarse con algunos alcaldes, regidores y caballeros de la isla. Al respecto ver la respuesta a la decimotercera pregunta de la probanza y pesquisa secreta. Juicio de Residencia tomado por el licenciado Alonso Zuazo a los licenciados Marcelo de Villalobos, Juan Ortiz de Matienzo y Lucas Vázquez de Ayllón, Jueces de Residencia de la Española. Santo Domingo. 1516. AGI, Justicia 42, Tercera Pieza. 8 Perry Anderson, El Estado Absolutista, Siglo XXI, Madrid, 1979, p. 57. 7 11 CartasAudienciaII20111205.indd 11 05/12/2011 01:51:24 p.m. Genaro Rodríguez Morel exigían las circunstancias, la Corona decidió burocratizarla aún más, nombrando a Diego Colón gobernador de las Indias. En realidad, este cargo tenía poco sentido debido a la escasa credibilidad que tenía el hijo del descubridor y por la falta de confianza que inspiraba al Rey. Justamente después de haber nombrado al II Almirante en ese cargo, fue creada la primera Audiencia del Nuevo Mundo. Aunque dicho organismo fue diseñado para aplicar la justicia, en la práctica sirvió para debilitar el poder que hasta ese momento tenía el gobernador. El hecho de que la Audiencia naciera sin una cabeza visible, capaz de poner orden entre quienes conformaban dicho organismo, provocó una relajación de las normas y un descontrol en la administración de la justicia. A partir de 1523 es cuando la Corona trata de poner cierto control, o al menos fiscalizar las acciones de los jueces.9 La dificultad de gobernar se debía a la administración central de Castilla, la cual, después de haber rebajado la autoridad al gobernador Diego Colón, no adoptó las medidas necesarias para corregir los males causados por el sectarismo y el autoritarismo de las autoridades locales. El vacío de poder tras el fallecimiento del Monarca, fue ocupado interinamente por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, el cual se vio obligado a tomar ciertas medidas tanto en Castilla como en las posesiones de Ultramar. Una de las primeras decisiones del cardenal Jiménez de Cisneros fue reorganizar la burocracia que rodeaba al extinto Rey, sobre todo al secretario Lope de Conchillos y al obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Libre el camino, mandó residenciar a los oidores que estaban al frente de la Audiencia de Santo Domingo. No obstante, como Cisneros sabía que la Española estaba controlada por el clan de Pasamonte, mandó a unos frailes de la orden de los Jerónimos como regentes de aquella isla. Los religiosos iban con suficientes poderes para tomar las decisiones pertinentes, pero carecían de conocimiento directo de la realidad sociopolítica de la isla. Junto a los Jerónimos debía ir también un Juez Pesquisidor encargado de residenciar a los licenciados Matienzo, Villalobos y Ayllón. Este pesquisidor encargado de tomar residencia a los jueces de la Audiencia fue el licenciado Alonso Zuazo, quien llegó a Santo Domingo cinco años después de haberse creado el primer tribunal y órgano de gobierno colegiado de las Indias. Otra de las prioridades de los frailes Jerónimos era evitar los malos tratos que estaba recibiendo la población nativa de la isla. Así quedó establecido en una real cédula enviada por el cardenal Cisneros a los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla. La misma está fechada en Madrid el 8 de agosto de 1516.10 El Cardenal regente tenía suficiente conocimiento del caso por las noticias que le había llevado fray Bartolomé de las Casas. La decisión tomada por Cisneros no fue bien recibida por el tesorero Pasamonte y el resto de la élite local, y no tomó por sorpresa a nadie, pues antes que el juez pesqui El primer presidente que tuvo la Audiencia de Santo Domingo fue el obispo de Concepción de La Vega fray Luis de Figueroa. Sin embargo, este no pudo ocupar el cargo dado que murió antes de que saliera para la isla. El nombramiento del fraile fue hecho el 23 de marzo de 1523. 10 Carta del Cardenal Cisneros a los oficiales de la Casa de la Contratación. Madrid, 8 de agosto de 1516. AGI, Indiferente General 419, Libro 6, Fols. 499-499v. 9 12 CartasAudienciaII20111205.indd 12 05/12/2011 01:51:24 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) sidor llegara a Santo Domingo, el cuestionario de su interrogatorio había sido filtrado. De manera que los pesquisados tuvieron tiempo para preparar las respuestas a las preguntas que se les harían. Gran parte del interrogatorio realizado por el licenciado Alonso Zuazo puso en evidencia los desmanes de los licenciados Matienzo, Villalobos y Ayllón. Durante el juicio fueron acusados de cometer todo tipo de irregularidades: adulterio, amancebamiento, utilización de los recursos de la Corona para beneficio propio, ejercer la justicia de forma parcializada, formación de banderías políticas, enriquecimiento ilícito, cohecho, prevaricación, comercio ilegal y utilización de la mano de obra indígena esclava para su provecho personal. Por ejemplo, Hernando Caballero, uno de los testigos presentados en el juicio, vecino de la ciudad de Santiago, respondiendo a la pregunta 13 del interrogatorio, dijo que: [...] sabe este testigo que los jueces tenían parcialidades en algunas villas, especialmente en Santiago, con el licenciado Juan Becerra, regidor de aquella villa y con su hermano el bachiller Becerra. Igualmente con el regidor Rodrigo Manso y con Carrillo Mejía y con Pedro de Herrera y otros amigos. En Puerto Plata tenía a Francisco Ceballos, Fernando de Jaén y Pedro Ruiz de Tapia. En San Juan de la Maguana con el comendador Rodrigo de Moscoso, en el lugar de Lares con Fernando de Porras. Dice saber este testigo que sabe que todas estas personas se favorecían y ayudaban entre si y se decían que eran del bando y parcialidad del tesorero Pasamonte y de los jueces, especialmente del licenciado Ayllón que era el que organizaba dichos grupos.11 Respondiendo a la pregunta 52 de la misma probanza, este testigo respondió que: [...] los licenciado eran muy deshonestos con las mujeres, especialmente con las casadas. Dice este testigo que viniendo por cofrade de la villa de Santiago de donde es vecino, a la ciudad de Santo Domingo, le dijo Antonio de Vallejo, hablando de las deshonestidades de los Jueces, que el licenciado Ayllón se había acostado con la mujer de García de Rozales, vecino de Santo Domingo, y que sobre eso había proceso. Dicen que la primera vez que se acostó con ella fue por la fuerza y que la había tenido por manceba pública. Después el dicho Antonio Vallejo le dijo a este testigo que el licenciado Ayllón se había juntado con García de Rozales para que no se quejase del Respuesta de Hernando Caballero a la decimotercera pregunta del interrogatorio. AGI. Justicia 42, Juicio de Residencia tomado a los licenciados Lucas Vázquez de Ayllón, Juan Ortiz de Matienzo y Marcelo de Villalobos. Santo Domingo, 1517-1518. El mismo fue realizado por el licenciado Alonso Suazo. 11 13 CartasAudienciaII20111205.indd 13 05/12/2011 01:51:24 p.m. Genaro Rodríguez Morel adulterio de su mujer, y a cambio le pagaba 200 castellanos. Esta declaración la confirma Pedro Romero, vecino de la villa de Salvatierra de la Sabana porque supo que el licenciado Ayllón le puso un puñal en el pecho al dicho García de Rozales diciéndole que si hablaba lo mataría. Contestando la pregunta 70 del interrogatorio dijo este testigo que: [...] el licenciado Matienzo fue a la ciudad de Santiago donde estaba una mujer presa por ciertos hurtos que había hecho a un Antonio Sánchez Hurtado. Dicha mujer se llamaba Ana de Ribera. Sostiene este testigo que el licenciado Matienzo la mandó a soltar y que cuando fue a la villa se hospedó en la casa de la dicha Ana Ribera. Según el este testigo el licenciado Matienzo se acostó con esa mujer porque cuando un tal Bartolomé López Terreño le propuso a la dicha Ana Ribera que se acostase con él, esta le respondió que ella no le ponía los cuernos al licenciado Matienzo.12 La influencia y el control que tenía el tesorero Pasamonte, tanto en Castilla como en Santo Domingo, le permitió neutralizar todos los cargos imputados a los Jueces. El grado de manipulación fue tan efectivo que, a pesar de las acusaciones hechas a los dichos Matienzo, Villalobos y Ayllón, los mismos fueron descargados de las imputaciones aun antes de que el juez pesquisidor fuera relevado de su cargo. El 16 de agosto de 1518 recibieron una Real Provisión en la que les retornaban todos los poderes como jueces de la Audiencia de Santo Domingo.13 El cuestionamiento hecho a las autoridades locales de la Española agudizó aún más la situación de la isla, pues los pasamontistas vieron en este hecho una amenaza para sus intereses, sobre todo, porque Zuazo se estaba convirtiendo en uno de sus más feroces competidores. Por esa razón el pesquisidor tuvo que enfrentarse a todos los obstáculos que le pusieron y enfrentarse a la enemistad de los más allegados al tesorero, quienes lo menos que hicieron fue ocultar las pruebas que incriminaban a los residenciados.14 Muchas de las personas que declararon en contra de los jueces fueron perseguidas y amenazadas por los miembros de este clan, principalmente por Miguel de Pasamonte. Por esta razón, el licenciado Zuazo tuvo que buscar apoyo en la facción de los Colones, los cuales fueron los únicos que testificaron en contra de los residenciados.15 Respuesta de Hernando Caballero a la pregunta 70 del interrogatorio. Real Provisión dirigida a los licenciados Juan Ortiz de Matienzo, Marcelo de Villalobos y Lucas Vázquez de Ayllón, Jueces de Apelación de la Española, para que siguieran usando sus oficios. Zaragoza, 16 de agosto de 1518. AGI, Indiferente General 419, Libro 7, Fol. 733v.-744. 14 En Genaro Rodríguez Morel, «Poder y luchas políticas», pp. 286-287. 15 El trabajo más completo sobre las luchas grupales de la Española ha sido escrito por Manuel Jiménez Fernández en su monumental obra Bartolomé de las Casas: capellán de Carlos I. Poblador de Cumaná, 1517-1523, Tomo II, Sevilla, 1970. 12 13 14 CartasAudienciaII20111205.indd 14 05/12/2011 01:51:24 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Así, el licenciado Zuazo se vio envuelto en las luchas que se libraban en la isla, siendo a su vez acusado de formar parte de la tendencia colombinista. Zuazo, al igual que Pasamonte y los Jueces de Apelación, comenzó a enriquecerse de forma ilegal. En la residencia que le hizo Rodrigo de Figueroa a Zuazo poco tiempo después se le atribuyeron las mismas infracciones de las que fueron acusados Matienzo, Villalobos y Ayllón. Zuazo fue acusado de: [...] haber recibido muchas dádivas […] especialmente de un Riscón, vecino de San Juan de la Maguana el cual le dio ciertos halcones. Que igualmente oyó decir a Antón Cansino, capitán y mercader de una carabela que va y viene de la costa de las perlas el cual había traído al licenciado Zuazo ciertos papagayos grandes y pequeños. Que igualmente el dicho Antón Cansino trajo en uno de sus viajes una perla muy fina al licenciado Lebrón, el cual era letrado del licenciado Zuazo. Igualmente dice que Juan Fernández de las Varas le había regalado muchas perlas, papagayos y otras aves y animales traídos de Tierra Firme.16 Otro de los casos más sonados en el que también se vio involucrado el licenciado Zuazo, fue su posicionamiento en la elección de los procuradores de la isla, los cuales votarían en la elección del Procurador General. Al parecer, los procuradores nombraron al licenciado Lucas Vázquez de Ayllón: [...] entonces sucedió que como el Almirante y su mujer, (María de Toledo) querían que la persona que saliera procurador fueran de su confianza para que hicieran lo que éstos les dijeran, […] el licenciado Zuazo se mostró a favor del Almirante, a pesar de que los procuradores había votado por el licenciado Ayllón. La persona que tanto el Almirante como el licenciado Zuazo querían poner como Procurador era el licenciado Francisco Tostado, muy amigo del Almirante.17 Además de los delitos antes señalados, también fue acusado de promover la captura de esclavos indios aún y cuando estaba prohibido por orden real. La ambición desmedida de Zuazo lo hizo caer en la misma tentación, convirtiéndose así en uno de los hombres más ricos de Santo Domingo, gracias a su relación con Diego Colón y otros empresarios, entre los cuales podemos señalar a Juan de Villoria, Gaspar Centurión, Juan Fernández de las Varas y Diego Caballero.18 El licenciado Alonso Zuazo fue suspendido de sus funciones en agosto de 1518. Respuesta de Pedro Gallego a la decimocuarta pregunta del interrogatorio realizado por el licenciado Rodrigo de Figueroa, contra el licenciado Alonso Zuazo. Santo Domingo, 1518. AGI. Justicia 42, tercera pieza. 17 Ibídem, Respuesta de Diego de Morales a la segunda preguntra del interrogatorio. 18 Sobre el particular, ver Enrique Otte, Las Perlas del Caribe: Nueva Cádiz de Cubagua, Fundación John Boulton, Caracas, 1977, pp. 139 ss. 16 15 CartasAudienciaII20111205.indd 15 05/12/2011 01:51:24 p.m. Genaro Rodríguez Morel El período comprendido entre 1515 y 1520 es uno de los más complejos de la historia colonial dominicana. Podemos decir que durante esta etapa fue cuando se definieron con más claridad las posiciones entre los grupos enfrentados, o sea, entre pasamontistas y colombinistas. Los enjuiciamientos hechos, tanto a los Jueces de Apelación como al licenciado Alonso Zuazo dejaron sentadas las bases para la instauración de un sistema político despótico carente de transparencia en el manejo de la administración y poco equilibrado en la aplicación de la justicia. La debilidad de unos frailes desconocedores del manejo de la cosa pública, unida a la consolidación de los principales grupos económicos de la sociedad, hicieron posible esta realidad. Debemos reconocer, sin embargo, que a pesar de la ausencia de un gobierno estable, fue durante este tiempo cuando se produjo un nuevo despegue económico de la colonia. Esto nos hace suponer que los grupos dirigentes, a pesar de sus diferencias, tenían una concepción clara sobre su papel como clase. Este hecho se pudo comprobar cuando se dictaron las Ordenanzas Reales sobre el Buen Tratamiento de los Indios, mejor conocidas como Leyes de Burgos en 1512. Estas leyes ponían en peligro la existencia de estos grupos pues trataban del tema de las encomiendas de los indios. En ese momento todas las tendencias grupales que existían en la Española cerraron filas a favor de mantener el régimen de las encomiendas.19 La desaparición casi total de la población nativa, en 1518, dio paso a un proceso caracterizado por la explotación intensiva de la mano de obra esclava de origen africano. Un año más tarde se darían licencias a particulares para que pudieran llevar negros esclavos para el sostenimiento de las plantaciones de azúcar. De este negocio saldrían beneficiados tanto los mercaderes sevillanos como los más importantes colonos de Santo Domingo. Ahora bien, la masiva intervención de capitales peninsulares en la nueva economía hizo que los sectores locales tuvieran que asociarse a empresarios sevillanos y entre ellos mismos. Este hecho debió haber influido en la difuminación de las diferencias que hasta entonces existían entre los distintos grupos que operaban en Santo Domingo. El esplendor de la economía azucarera dejaría jugosas ganancias tanto para los representantes de la tendencia de Pasamonte como para los amigos de Diego Colón. En lo adelante las luchas se iban a librar en otros planos no menos complejos. Las contradicciones entre poder local y gobierno El dinamismo que fue adquiriendo la economía dominicana abrió nuevos espacios para la aparición de enfrentamientos de tipo mercantil. La mayor obsesión que tenían los colonos de la Española era generar recursos materiales para su enriquecimiento personal. La Corona, por su parte, sacaba pingües beneficios a través de los impuestos provenientes de la producción y el comercio de los artículos agrícolas producidos en la colonia. Genaro Rodríguez Morel, «Poder y luchas políticas», p. 276. 19 16 CartasAudienciaII20111205.indd 16 05/12/2011 01:51:24 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Como la Corona era conciente de que sus intereses no estaban bien guardados por las autoridades coloniales, decidió nombrar una persona capaz de administrar la Hacienda Real con pulcritud que, además, adecentara la vida política de Santo Domingo. Por ello nombró como presidente de la Audiencia a fray Luis de Figueroa, obispo de Concepción de La Vega. Lamentablemente, este murió antes de ocupar los cargos que le fueron concedidos.20 En 1527 fue designado presidente de la Audiencia el licenciado Sebastián Ramírez de Fuenleal, el cual también fue consagrado Obispo de Santo Domingo. Fue la primera vez que la presidencia de la Audiencia recayó sobre el máximo representante papal en las Indias. Es muy probable que las dificultades encontradas por el prelado lo empujaran a abandonar el cargo cuando apenas tenía tres años al frente de ambos organismos. Durante el tiempo que permaneció el Obispo tuvo que enfrentar a la élite criolla representada en su gran mayoría por los oidores y regidores, los cuales se habían estructurado como clase independiente enfrentada en muchos casos a los mismos intereses reales. En diciembre de 1532 llegó a la Española el licenciado Alonso de Fuenmayor. Con apenas 36 años de edad, fue nombrado presidente de la Audiencia de Santo Domingo y obispo de las diócesis de Santo Domingo y Concepción de La Vega. Por razones que explicaremos más adelante, Fuenmayor fue la persona que permaneció más tiempo al frente de los máximos organismos civiles y eclesiásticos durante el siglo xvi, once años en total. Fue también, junto a Pasamonte, el funcionario más contradictorio y oscuro de todos los que hasta ese momento habían pasado por la isla. Al igual que los demás gobiernos de aquel siglo, el de Fuenmayor se caracterizó por la manera autoritaria y despótica con que manejó los recursos del Estado. Durante su administración se reprodujeron en grado superlativo los actos de corrupción del pasado. Sin embargo, la dualidad de funciones que éste desempeñaba le permitió arbitrar en los asuntos divinos como delegado papal y representar la autoridad civil. Sin embargo, todas las decisiones en las que intervenía tenían un marcado interés personal, las cuales respondían a sus propios intereses. Para citar un solo ejemplo que está relacionado con una real cédula enviada por Su Majestad, donde se ordenaba hacer parroquias en algunos ingenios de la isla, y se le daban instrucciones sobre el repartimiento de los diezmos, el licenciado Fuenmayor dijo que: [...] su majestad no era parte y no podía mandar ni entrometerse en ello. Que aquello solamente pertenecía al Papa y al Obispo, por ser cosas espirituales. Y que así, él como Obispo y su cabildo de la iglesia proveía en ello como les pareciese a sus clérigos y a su iglesia.21 Real Cédula enviada al general de la orden de San Jerónimo, rogándole que ordenen a fray Luis de Figueroa, prior de la Mejorada y que en virtud de santa obediencia acepte el obispado de la Concepción [de La Vega], la abadía de Santiago y el cargo de presidente de la Audiencia real de las Indias. Valladolid, 23 de marzo de 1523. AGI, Indiferente General 420, Libro 9, Fol. 107v-108. 21 Respuesta de Íñigo de Guevara, oidor de la Audiencia de Santo Domingo y testigo presentado en el juicio hecho al licenciado Fuenmayor. Residencia tomada al licenciado Alonso de Fuenmayor, presidente de la Audiencia de Santo Domingo y obispo de aquella ciudad, junto a los oidores Juan 20 17 CartasAudienciaII20111205.indd 17 05/12/2011 01:51:24 p.m. Genaro Rodríguez Morel En vista de esta situación y aprovechando más tarde que Fuenmayor no se encontraba en la ciudad de Santo Domingo, los oidores mandaron cumplir la real cédula de su majestad. Según testimonio del testigo antes señalado, como el presidente no la cumplió, [...] porque el cura que hay en la dicha iglesia, que es un fulano de Alfaro, se quejó a la Audiencia diciendo que el Obispo y el Cabildo eclesiástico no les daban los diezmos que les mandaba su majestad. Que esta queja la hizo el cura cuando el señor Presidente se encontraba en el Obispado de La Vega y que cuando este vino supo que el cura quería quejarse ante su majestad y le metió en la cárcel hasta que el cura desistió y no pudo quejarse.22 El licenciado Alonso de Fuenmayor utilizaba con total libertad e impunidad las prerrogativas que tenía como presidente y obispo. Así, cuando veía que sus intereses como pastor de la iglesia se veían afectados, asumía su papel de pastor de la iglesia. Por el contrario, si actuaba como funcionario real, imponía sus decisiones a los demás miembros del colectivo argumentando que «vosotros sois oidores para votar y yo presidente para mandar».23 El empecinamiento y la rigidez con que el presidente de la Audiencia tomaba sus decisiones le ocasionaron no pocos enfrentamientos con la aristocracia azucarera y demás sectores económicos de la colonia. Uno de los casos más sonados fue el pleito que tuvo con Hernando Gorjón, a quien de manera ilegal Fuenmayor le quitó el ingenio Santiago de la Paz después de someterlo a la justicia y apresarlo.24 Al igual que los demás funcionarios que habían ostentado cargos públicos, Fuenmayor fue acusado de todo tipo de violaciones y abusos de poder. En el Juicio de Residencia que le hizo el licenciado Alonso López de Cerrato en 1543, junto a los oidores Juan de Vadillo, Cervantes de Loaysa, Íñigo de Guevara y el fiscal Juan de Frías, salieron a relucir varios actos delictivos. Además del obispo, también fueron involucrados otros miembros de su administración.25 Debemos destacar que la permanencia en el cargo del licenciado Fuenmayor y los oidores no fue un hecho casual sino que tuvo mucho que ver con los lazos de parentesco que existían entre éstos y algunas figuras de Castilla. Los vínculos entre los miembros de la Audiencia son descritos por Gonzalo Fernández de Oviedo, quien de Vadillo, Cervantes de Loaysa, Íñigo de Guevara y el fiscal Juan de Frías. La misma fue tomada por el licenciado Alonso López de Cerrato en 1543. AGI, Justicia 57. 22 Ibídem. 23 Declaración del licenciado Juan de Vadillo a la cuarta pregunta del interrogatorio. 24 Genaro Rodríguez Morel, «Cartas privadas de Hernando Gorjón», Anuario de Estudio Americanos, Tomo LII, Nº 2, p. 216-217, Sevilla, 1995. 25 AGI, Justicia 57. Una Pieza. 18 CartasAudienciaII20111205.indd 18 05/12/2011 01:51:24 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) refiere que Fuenmayor era pariente de la mujer del secretario Juan de Samano. Y que el licenciado Cervantes era pariente del obispo de Sevilla, fray García de Loaysa. Y el licenciado Vadillo dicen que era pariente de la mujer del doctor Beltrán y el licenciado Guevara era pariente del doctor Guevara, del Consejo de Su Majestad.26 A pesar del interés que puso el licenciado Fuenleal para que la Audiencia de Santo Domingo funcionara al igual que las de Valladolid y Granada, no lo pudo conseguir pues su sucesor, Fuenmayor, cambió las normas de funcionamiento de este organismo. Era tanto el desorden que había que ni siquiera se llevaban las actas de las sesiones. Eso lo hacían, entre otras razones, para no tener que publicar las ordenanzas que llegaban de Castilla. Los intentos que se hicieron desde la Península para adecentar aquella sociedad, fueron todos infructuosos. Las mismas contradicciones que generaba aquel sistema hacían casi imposible cualquier tipo de reforma que implicara la modificación de aquel estado de cosas. Era algo que había penetrado en la cultura de aquella sociedad y que, además, se promovía desde las mismas instancias del poder y desde lo más alto de la esferas eclesiásticas. Evidentemente se trataba de una sociedad marcada por la laxitud en las costumbres y las normas de convivencia, en donde no se castigaban los delitos públicos. Por ejemplo, en aquellos años, la justicia era más severa con los juegos y otros delitos menores que con el amancebamiento y el adulterio. En referencia a este tema, se sabía que el mismo presidente de la Real Audiencia vivía amancebado con una mujer llamada Catalina de Zúñiga. Igualmente se sabía que el Deán de La Vega cohabitaba con Juana de Peláez, lo cual era tan público que cuando alguien quería nombrar la casa o nombre de ella decían: «…¿dónde vais?...», a lo que todo el mundo respondía «…a casa de la manceba del Deán. Y ¿de dónde viene?... de la casa de la manceba del Deán». También era público y notorio que su secretario, Toribio de Quirós, tenía varios hijos siendo casado en Castilla y que Rodrigo López, uno de sus criados, quien a veces se desempeña como maestrescuela «esta amancebado con una putilla muy pública y que el mismo presidente decía que Pedro López sería un hombre muy serio si no fuera por la putilla».27 Con todo, el gobierno del licenciado Alonso de Fuenmayor cerró uno de los ciclos más importantes de la historia del siglo xvi. En primer lugar, porque solo después de que este fuera destituido de su cargo es cuando se pudo mantener la separación de poderes, o sea, la Iglesia tendría sus obispos y el gobierno civil a sus gobernadores. Sin embargo, las contradicciones entre los distintos estamentos de la sociedad se mantendrían por muchos años enfrentando, fundamentalmente, a los oidores con la autoridad principal de la Audiencia. Respuesta del capitán Gonzalo Fernández de Oviedo a la pregunta 48 del interrogatorio. AGI, Justicia 57. Una Pieza. 27 Ibídem, declaración de Juan de Vadillo a la pregunta 22 del interrogatorio. 26 19 CartasAudienciaII20111205.indd 19 05/12/2011 01:51:24 p.m. Genaro Rodríguez Morel En lo adelante vemos cómo los presidentes que fueron nombrados para dirigir la Audiencia de Santo Domingo generalmente duraron poco tiempo en el cargo, y vemos, asimismo, un aumento gradual de las contradicciones entre éstos y los oidores y los demás organismos que funcionaban en la colonia. Esto se debía, en parte, a que quienes llegaban a la isla no lograban entender cómo los mismos funcionarios puestos por la Corona eran los principales responsables de violentar las normas establecidas. A partir de entonces la figura del presidente va a tener cada vez menos peso en la administración de la justicia y en los temas económicos. Esto se debió a que la mayor parte de los oidores, los cuales formaban parte de la élite económica, únicamente apoyaban las medidas que les beneficiaban a ellos o a sus amigos. En este sentido, y aunque los grupos de poder nunca se plantearon romper con la Corona, evidentemente se había desarrollado entre ellos una conciencia de clase. El mismo Alonso Zuazo y el licenciado Alonso de Espinosa, oidores, llegaron a decir que Santo Domingo era la «Patria común», refiriéndose a que allí estaban sus intereses económicos y familiares.28 El ordenamiento social diseñado por la clase política y económica de la Española durante el siglo xvi, originó una síntesis cultural y un modelo de gobierno que no necesariamente reproducía los esquemas de gobierno de la península. El énfasis que la «clase gobernante» ponía en cada decisión que tomaba distanciaba cada vez más las posiciones entre quienes exigían la imposición de un colonialismo dominante y quienes, desde un contexto local, se resistían a recibir dichos dictámenes buscando mantener una cierta independencia frente a los intereses económicos de la oligarquía castellana. Finalmente, debemos destacar que lo que dio originalidad a todo este movimiento fue el elemento criollo. Éste no solo desempeño un papel de primer orden en la composición social, sino que fue el sector que más aportó al diseño de una cultura marcada por la influencia de los elementos externos que gravitaban en Santo Domingo. La síntesis de todo esto será expresada en la famosa comedia escrita por el criollo Cristóbal de Llerena en la que describía la situación de la isla a raíz de la crisis por la que atravesaba la colonia.29 Lo que este autor hace en su obra es denunciar la actuación de los funcionarios, la corruptela, el contrabando, el fraude monetario y otros temas del diario vivir de la colonia. Carta escrita al licenciado Fuenleal por los licenciados Gaspar de Espinosa y Alonso Zuazo. Santo Domingo, 3 de julio de 1528. AGI, Santo Domingo 77, Ramo III, Doc. 52. 29 Sobre el entremés de Cristóbal de Llerena, ver la carta de Alonso López Dávila, arzobiso de Santo Domingo, a su majestad. Santo Domingo, 17 de junio de 1588. AGI, Santo Domingo 93. 28 20 CartasAudienciaII20111205.indd 20 05/12/2011 01:51:24 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) CartasAudienciaII20111205.indd 21 05/12/2011 01:51:24 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 22 05/12/2011 01:51:24 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 17, N° 103 Santo Domingo, 25 de enero de 1547 Sacra cesárea católica majestad: 1- Por otras cartas he avisado a vuestra majestad del estado de esta isla y de lo demás que de acá yo he podido saber y por esto tendré en ésta poco que decir, más de que recibí una cédula de vuestra majestad para Cuba la cual yo enviaré en habiendo navío. Y sobre aquello ya está proveído y el gobernador de Cuba muy avisado. Y asimismo recibí otra cédula de vuestra majestad para que los oidores de esta Audiencia tuviesen vara de justicia, lo cual ya otras veces vuestra majestad tiene proveído y mandado y no se había cumplido y ahora aunque con alguna dificultad se cumplió. Me parece que pues vuestra majestad manda que los oidores sean alcaldes y lo parezcan, vuestra majestad debía mandar que se les diese algún más salario porque trescientos mil maravedíes que aquí se les dan no bastan para comer medio año según la careza de la tierra. Y no puedo entender qué consideración se tiene en dar a los oidores de la Nueva España quinientos mil maravedíes de salario y a los de esta Audiencia a trescientos mil, porque valen en la Nueva España cien mil maravedíes más que aquí quinientos mil. También parece que convendría que los oidores de esta Audiencia, pues han de ser y son alcaldes de corte, usasen de la jurisdicción y llevasen los derechos como en la Chancillería de Granada y Valladolid. Digo las partes de penas que les dan las leyes que los derechos no llevan ningunos, porque a la verdad parece que tendrían (folio 1v) más cuidado de la ejecución de la justicia en lo criminal, de que hay aquí harta necesidad. (Margen izquierdo: que no hagan novedad en esto) 2- Yo he tomado cuentas de la hacienda de vuestra majestad del año pasado conforme a una cédula de vuestra majestad. Y es cierto que para la seguridad y buen recaudo de la hacienda ninguna cosa se pudo proveer que igual fuese y así lo confiesan los oficiales de la hacienda aunque para ellos no es nada sabroso, y porque no están sacadas en limpio no las envío en estos navíos pero irán en los primeros que fueren. Yo he esperado que vuestra majestad proveyera de tesorero para hacerle cargo de todas las deudas viejas y alcances y, visto que no se ha proveído, se hace al tesorero que es ahora aunque es de prestado. La razón de lo cual irá con las cuentas aunque yo no alzaré mano de la cobranza, que bien sé que si yo no lo cobro que no se ha de cobrar. 3- La deuda del Obispo de San Juan que debía a vuestra majestad por su padre, se averiguó sin pleito y él y su madre se obligaron por ella y les di alguna espera para la paga, porque a la verdad está muy alcanzado. Ya escribí a vuestra majestad cómo el licenciado Vadillo averiguó esta cuenta con el Obispo, él y Astudillo, los cuales deben ser tan buenos contadores que en ella fue vuestra majestad alcanzado por 23 CartasAudienciaII20111205.indd 23 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel tres mil castellanos, y yo la torné a recorrer y no solamente embebí los tres mil castellanos en que era alcanzado vuestra majestad más alcancé por otros tres mil cuatro castellanos, lo cual aunque se le hizo ahora lo consintió y se obligaron por ellos él y su madre. Por manera que aunque yo no hubiera servido a vuestra majestad en lo tocante a la hacienda más de en esta partida y en la del factor Juan de Ampiés, que de setecientos pesos que había sido alcanzado le alcancé en nueve mil cuatrocientos. Merezco el salario que he llevado y llevaré y estas tales obras y otras semejantes que yo he hecho en servicio de vuestra majestad son mis reciuras y bravezas y malos tratamientos que haya hecho. (Margen izquierdo: gracias.) 4- Las cosas de la justicia están en el estado que a vuestra majestad tengo escrito y, loores a Dios, ninguno se queja que no hay justicia sino que hay mucha más que querrían. También escribí a vuestra majestad que lo de los negros alzados estaba en mejor estado, ahora digo que loores a Dios está acabado porque en toda la isla (folio 2r) no se sabe de negro alzado, si no es unos que están en el Bahoruco viejo los cuales ni salen ni se sabe de ellos. Aunque todavía anda un capitán con gente tras de ellos a buscarlos. Y lo mejor que en ello hay es que ya la gente les tiene perdido el temor, que el mayor daño que hasta aquí había era el temor que les tenían. Y los negros mansos están muy sosegados, más que solían, y las minas se siguen y vuelven sobre ellas y cierto es cosa de espantar cuán presto se ha remediado esto, lo cual nunca se pensó. Y con esto y con haber subido el azúcar a peso y medio y a dos pesos, se ha remediado mucho la isla y vuelto sobre sí, aunque aquellas alcabalas y almojarifazgo de Sevilla les hace mucho daño. (Margen izquierdo: gracias.) 5- Hoy que son 25 de enero falleció Hernando Gorjón y queda ya enterrado. Me dicen que hizo un testamento de disparates. Trabajaré de enviarlo con ésta, si no en las primeras naos lo enviaré. Yo despacho luego un alguacil a Azua a tomar la posesión del ingenio y a ponerlo en cobro conforme a la cédula de vuestra majestad que yo tengo para ello. Me dicen que deja poco menos deudas que hacienda. En habiendo lugar lo averiguaré las deudas y haciendas que deja y enviaré de todo relación a vuestra majestad para que provea lo que sea servido. (Margen izquierdo: así lo haga.) 6- De las cosas del Perú no sabré decir cosa cierta a vuestra majestad porque cada día hay mil nuevas diferentes, aunque todas concurren en decir que aquellos rebeldes están cada día peores y más en deservicio de vuestra majestad. Y que tienen preso al licenciado Gasca y cada día les va mucha gente porque todos cuantos pasan se tornan traidores, y los mismos criados que fueron con el licenciado Gasca se pasaron luego a los contrarios. Y hay tan mal recaudo en Sevilla en esto que a todos cuantos quisieren pasar los dejan ir y llevar toda cuanta pólvora y armas quieren. Cada día esperamos naos del Nombre de Dios, en habiendo alguna nueva yo avisaré de lo que supiere. (Margen izquierdo: siempre avise.) 7- Yo he servido en este oficio a vuestra majestad lo mejor y más limpiamente que he podido, así en lo tocante a la justicia y gobernación como a la hacienda de vuestra majestad, y he puesto esta Audiencia en orden porque antes no era Audiencia ni tenía señal de ella. Y de esto no hay que maravillar porque los que aquí estaban y habían estado no tenían ni habían tenido plática ni estilo de Audiencia. Y con todo 24 CartasAudienciaII20111205.indd 24 05/12/2011 01:51:25 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) esto es sabido que dicen que los oficiales de Sevilla hacen informaciones (folio 2v) contra mí y que preguntan a los testigos si está la isla mal conmigo y, lo que peor es, que si alguno dice bien de mí dicen que se perjura. Si yo pensara que venía a oficio que había de estar sujeto a los oficiales de Sevilla no bastara todo el interés del mundo a hacerme venir a Indias. Yo prometo a vuestra majestad que si yo hubiese de tomar información contra ellos que me hallasen a mí justificado, y lo que ellos preguntan si la isla está mal conmigo, yo les confesaré que sí pero también diré que están mal con vuestra majestad y con su consejo porque es cierto que en todas estas Indias no hay cosa tan odiosa como es vuestra majestad y su consejo y los jueces que quisieren cumplir sus mandamientos, porque cualquier cosa que se provea allá o acá, que sea en perjuicio del menor vecino, luego dan gritos que se destruyen las Indias y se despueblan y que allá no entienden ni saben lo que proveen y que acá no se ha de ejecutar ni cumplir. Y de aquí nacen los desacatos y desobediencias y quejas, y como yo fui tan dichoso que vine a Indias en un tiempo tan alterado y de tanta desobediencia, y como aquí estaban mostrados a que ninguna provisión de vuestra majestad se cumpla si no era la que los vecinos querían, y los jueces tan partidos entre los vecinos que ninguno era compelido a hacer más de lo que él quería, y yo haya trabajado de hacer justicia también del Almirante como del zapatero y cumplir los mandamientos de vuestra majestad y poner en cobro su hacienda, les he sido muy odioso y dicen y escriben de mí lo que se les antoja. Loores a Dios que de mí no se quejan que les he robado sus haciendas ni tomado sus mujeres e hijas ni hecho otras afrentas. (Margen izquierdo: respuesta graciosa.) 8- Dos causas principales son de sus quejas, la principal es de haber puesto los indios en libertad y la segunda cobrar la hacienda de vuestra majestad. Yo les confieso que en esto dicen verdad, que yo he puesto en esto y en todo lo demás que vuestra majestad me ha mandado toda la diligencia y cuidado que se puede pensar por cumplir lo que vuestra majestad manda, y así lo pienso poner hasta que acabe. También se quejan de mí que soy recio, yo confieso que me tienen más temor que nunca tuvieron aquí a juez, y no tanto por los castigos que he hecho como por tenerme por hombre que no les he de perdonar de nada en cosas de justicia. Y también certifico a vuestra majestad que si no me hubieran tenido en esta posición me hubieran dado doscientas veces de coces, aunque (folio 3r) ya algo van conociendo su error y mi intención, y publican de mí más contento que solían. Pero sin embargo de esto yo suplico a vuestra majestad se tenga por servido de mí del tiempo que he estado aquí y mande proveer este oficio a quien fuere servido y les mande proveer a su voluntad juez aunque creo no será posible y en pago de cuanto he servido y trabajado no quiero ni suplico por otra merced sino ésta. Y si hubiere hecho lo que debo yo me contento con que vuestra majestad se tenga por servido de mí y, si no, yo tengo bienes y cabeza con qué lo pague. (Margen izquierdo: dígasele lo que escribe el Deán.) 9- Allá creo que se irá a quejar de mí un genovés que es muy gran amigo del licenciado Vadillo, que llaman Valián de Forne. Y es el caso que él fue proveído de receptor de la sisa o avería que se echó para la guerra de los franceses. Y en las cuentas que le tomé se hizo cargo de dos mil quinientos castellanos, y cuando vino 25 CartasAudienciaII20111205.indd 25 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel al descargo presentó un memorial de gastos sin libramiento ni carta de pago y presentó con él un auto firmado del Presidente y del licenciado Vadillo y del licenciado Guevara, oidores hechos dos meses después que ellos estaban suspendidos de los oficios y yo estaba en esta Audiencia, en que dicen que ellos aprueban aquella cuenta y la dan por buena. Cierto si aquí estuvieran el presidente y oidores, yo los cobrara de ellos. No le quise pasar en cuenta los gastos si no mostrase libramientos y cartas de pago, sé que se ha de ir a quejar de mí porque él está allá en España. Acordé avisar a vuestra majestad para que los del Consejo estén advertidos a esto y sepan que no se queja de mí con razón. 10- Orellana y los que fueron con él al Marañón se perdieron, y él murió y algunos de ellos aunque pocos aportaron a la Margarita perdidos y en un pliego que va con esta me dicen que va la relación de todo y por eso yo no la escribo. 11- Las iglesias de este Obispado padecen gran detrimento con la ausencia del Obispo, especialmente la de la Concepción de La Vega que dejó por provisor allí al Deán de ella el cual se ha dado tan buena manera que ha echado de allí todas las canonjías y dignidades que no ha quedado sino uno o dos. Y él no reside allá porque se está en un hato de vacas suyo, y los vecinos del Obispado, legos, se quejan mucho de las extorsiones que les hace sobre los diezmos. Y aunque aquí se remedia todo lo que se puede remediar no se puede tanto como convendría. A vuestra majestad aviso para que lo mande proveer por descargo de mi conciencia. También está aquí por provisor un fraile trinitario, ni es provisor ni nada por lo cual los clérigos andan tan sueltos que nos ponen en necesidad de tener pendencias (folio 3v) con ellos. Lo digo a vuestra majestad por descargo de mi conciencia como arriba lo dije. Al presente no se ofrece otra cosa de qué avisar a vuestra majestad. Sacra cesárea católica majestad guarde Nuestro Señor la real persona de vuestra majestad con tanto crecimiento de reinos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 25 de enero de 1547 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde criado y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Cerrato 26 CartasAudienciaII20111205.indd 26 05/12/2011 01:51:25 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo17, N° 104 Santo Domingo, 19 de marzo de 1547 Sacra cesárea católica majestad: 1- A los cuatro de este mes de marzo recibí una carta de vuestra majestad en respuesta de otras mías y porque por ellas no se me manda otra cosa más de responder a mis cartas, no tendré en esta qué decir en cuanto a ella. También recibí una provisión sobre la escribanía de Trejo, la cual se dio a quien venía porque el Trejo no fue condenado en residencia en cosa ninguna ni él usaba el oficio. 2- Este mismo día recibí un despacho del licenciado de la Gasca, presidente del Perú, con el cual vino aquí el capitán Boscan. Y en él venía una cédula de vuestra majestad para mí y otra para la Audiencia, por la cual se me mandó que yo hiciese todo lo que el licenciado de la Gasca me enviase a mandar y proveyese todo lo que enviase a pedir. Él me avisa cómo todos aquellos caballeros y gente de guerra que estaba en el Nombre de Dios y Panamá por Pizarro, se habían reducido al servicio de vuestra majestad y le habían entregado la armada y banderas. Y que Pizarro y los que con él estaban no se querían reducir al servicio de vuestra majestad, y que para esto convenía ir poderosamente sobre ellos y que para esto le proveyese de gente y armas y artillería y pólvora y caballos y mulas de carga y dineros y de todo lo demás que de aquí se pudiese proveer, en lo cual quedamos todos entendiendo con toda la diligencia y solicitud que el caso requiere y todo se proveerá muy bien con ayuda de Dios. Aunque como la gente de estas partes no tiene más fin que sus intereses particulares se les hace de mal que saquen ahora de aquí gente ni artillería, pero al fin ya saben que se ha de hacer lo que vuestra majestad mandare y que el que otra cosa pensare no le ha de valer. El Almirante va con la gente y con muy buena voluntad y gran deseo de servir a vuestra majestad aunque le tomó este negocio tan alcanzado que creo debe esta noche más de cincuenta mil ducados, pero en fin se ha empeñado e irá bien aderezado. 3- Esta ciudad quedará con todo buen recaudo y se tendrá todo el aviso que vuestra majestad manda por otra cédula en que nos avisa que hay nuevas de corsarios. Y así hemos tenido ahora aquí nueva que (folio 1v) en la Margarita llegó una nao de franceses y que llevaba tomada una carabela, pero no hizo cosa ninguna ni se sabe cierto si no de sospecha. Esta ciudad ningún peligro tiene si no es por el puerto de ella, y a la entrada está la fortaleza y tienen mucha y muy hermosa artillería, y considerando que podría venir una armada gruesa y aventurase a entrar y después de pasada la fortaleza no tendría ningún contraste, yo, con consejo de maestros y hombres que saben de estas cosas, he hecho hacer al surgidero una albarrada fuerte con sus troneras, por manera que no se puede desembarcar un hombre ni surgir un 27 CartasAudienciaII20111205.indd 27 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel barco en el puerto que no le echen a fondo. Y a mi parecer y al de todos, aunque viniese la armada de Francia e Inglaterra no son parte para entrar ni surgir en el puerto. Y todos dicen que es la mejor cosa que se ha hecho en Indias porque la otra que se había hecho, a mi ver, fue muy sin provecho y un enterramiento de la artillería, y a la armada que entrase no se puede tirar más de un tiro y acababa de pasar no sirve de nada la artillería. Y costó a vuestra majestad más de catorce o quince mil castellanos, así ésta que ahora se hace entre otras cosas buenas que tiene es que no cuesta a vuestra majestad un real ni una blanca porque es parte de la cerca, y cierto el puerto y la ciudad queda con ella muy seguro. 4- Por la otra carta que el otro día escribí a vuestra majestad, le avisé cómo aquel día había fallecido Hernando Gorjón y yo conforme a lo proveído por vuestra majestad envié luego a tomar la posesión de la hacienda contenida en la contratación que con vuestra majestad hizo. Lo cual todo envío a vuestra majestad con el testamento y codicilo que él hizo. Yo he hecho tasar el ingenio y toda la hacienda que dejó en Azua, y dicen los que de ello saben que valdrá hasta quince o dieciséis mil castellanos y que esto se hallará por ello. A todos parece que ésta es hacienda que requiere que su dueño la trate, y si no que se perderá, y que por eso conviene que se venda o se dé a censo. Él dejó de deudas hasta seis o siete mil castellanos y entre ellas hay un censo de doscientos cuarenta castellanos al quintar por dos mil, esta deuda es primera que el contrato que con vuestra majestad hizo y no se puede dejar de pagar y no sé si hay otra primera. Hay otras deudas que son hechas después de contratado con vuestra majestad, éstas parece que en rigor de justicia no tendrían remedio y a esto una que es de unas tierras que quedan en el ingenio, pero habido respecto a que en la verdad este hombre (folio 2r) no lo jugaba ni mal metió sino que, a dicho de todos, estas deudas las contrajo por respecto de esta hacienda y para sostenerlas, parece que sería justo pagarse de sus bienes. Yo he hecho pagar de sus bienes su enterramiento y lo que debía de aquel censo, porque estaban vendidos dos negros por parte de lo corrido y los quité y los volví al ingenio. Y proveeré todo lo que sea menester para aviar el ingenio pero no pagaré deuda ninguna de las contraídas después del contrato de vuestra majestad. Que hasta que vuestra majestad provea lo que sea servido por manera que vuestra majestad ha de proveer sobre esto dos cosas; lo uno, qué será de este ingenio y hacienda; y la otra, si se pagarán estas deudas o cómo. Y esto en cuanto a lo de Gorjón. (Margen izquierdo: que la Audiencia haga justicia y en lo del ingenio y otros bienes raíces que lo dé a censo, y lo del ganado haga lo que le pareciere que conviene que sea en más provecho de la hacienda.) 5- Acá me han escrito que los del Consejo de vuestra majestad me culpan que en esto de los indios yo he cedido. Ya tengo escrito a vuestra majestad que si yo he de ser juzgado por cartas de Indias e informaciones que de acá hacen, y aún allá mejor me estuviera habérseme quebrado entrambas piernas que haber venido a Indias. Lo que yo he hecho en este caso es lo que vuestra majestad y su consejo me ha mandado y no un punto más, y si se hallare que yo he cedido de esto en un cabello yo me condeno por alevoso y por hombre que ha mentido a su rey. Y ante mí no dirán ellos eso, solamente dicen y se quejan de mí en que dicen que aunque vuestra majestad 28 CartasAudienciaII20111205.indd 28 05/12/2011 01:51:25 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) mandase poner los indios en libertad ni hacer otras cosas que no les está bien a ellos, no lo había yo de cumplir que así lo hacían los jueces pasados, y dicen la verdad en esto. Pero yo ni he hecho ni he de hacer más de lo que vuestra majestad y su consejo manda, y así lo tengo dicho muchas veces y apercibido, porque en esta ley he vivido siempre y en ésta pienso vivir y morir. Y así hemos tenido ahora unas diferencias sobre que no quisieran que se hiciera aquí gente ni se sacara la artillería. Yo les digo que si esto va para el turco que tienen razón. Solamente tienen un apellido en esto de los indios que por ponerlos en libertad se hacen ellos borrachos y ellas malas mujeres y que andan perdidos y otras invenciones que yo se que allá han informado, y a esto digo a vuestra majestad en mi conciencia que lo que pasa es que cuando eran esclavos ellos y ellas se tenían este mismo vicio porque entre ellos no lo tienen por pecado ni (folio 2v) por cosa mal hecha. Y si todos los cristianos que son borrachos y las cristianas que son malas mujeres hubiesen de ser esclavos y esclavas, yo prometo que sobrasen hartos esclavos y esclavas, y que valiesen bien barato. Y a lo que dicen que andan perdidos es otra mayor maldad porque aunque ellos quisiesen no los dejan porque no ha salido un indio o india de casa de un amo cuando lo tienen 14 tomado y no se hallará que indio ni india esté un día sin amo ni aún sin servir y aún sin pagarles blanca. Toda la grita es que no se los dejan vender ni desollar como solían, que aunque algunos eran libres y los tenían por tales no los vendían a ellos pero vendían los zaragüelles y camisas y enaguas a cincuenta y sesenta pesos según era el indio o la india, y como ahora no pueden hacer esto es la queja. Y como este negocio de indios toca a frailes y clérigos y lejos y particularmente a todos, les es tan odioso el que habla en ello o lo defiende como un hereje. 6- Vuestra majestad tiene mandado por su cédula que los clérigos y beneficiados no lleven más derechos por los enterramientos y por administrar los santos sacramentos de doblado de lo que se lleva en Sevilla, la cual se les ha notificado. Y, puesto que sobre ello se han hecho todas las diligencias, que han convenido no aprovecha nada. Y como no tienen prelado y el provisor es parte, no quiere cumplir nada. Y se han desvergonzado a no quererlo cumplir y por ser clérigos no se ha proveído hasta avisar a vuestra majestad de ello. Suplico a vuestra majestad mande proveer lo que sea servido porque es un muy gran robo que no solamente no se contentan con llevar doblado pero aún tres o cuatro veces doblado y muy en breve ha de ser toda esta isla de frailes y clérigos según la prisa se dan a cogerlo todo. (Margen izquierdo: sobre carta que si no lo quisieren cumplir que los vecinos no paguen más de lo doblado.) 7- Por otra he suplicado vuestra majestad sea servido de darme licencia para volverme a mi casa, pues ya yo he estado aquí más tiempo del que pensé. Suplico a vuestra majestad sea servido de mandarme dar licencia y de mandar proveer este oficio como más sea servido. Y en esto (folio 3r) yo recibiré muy señalada merced y creo que vuestra majestad será servido. 8- De los negros cimarrones ya escribí a vuestra majestad cómo en toda la isla no había quedado más de una cuadrilla con un capitán que llaman Lemba con hasta veinte negros, y tras éste enviamos un capitán con veinticinco españoles el cual hace tres meses que fue, que ni de los negros ni de los blancos no hemos sabido más 29 CartasAudienciaII20111205.indd 29 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel nueva. Ayer vinieron dos nuevas juntas; la una que este capitán con los españoles había dado en los negros y que habían muerto diez y prendió siete, y que se les ha escapado el capitán con tres negros; otra nueva fue que el capitán español con la gente que llevaba se había embarcado en Puerto Real y se ha ido al Perú. De la una ni de la otra no tenemos certeridad y yo las creo. De lo que sucediere yo avisaré a vuestra majestad. 9- Arriba dice como se ha sentido aquí mucho el hacer gente y tomar la artillería para enviar al Presidente del Perú conforme a lo que vuestra majestad mandó. Y recelando que por menos ocasiones allá han dicho males de mí, y visto que ésta allá el alcaide que lo intimará hasta el cielo, acordé avisar a vuestra majestad de todo y enviar la memoria de la artillería que llevan y de la que queda, firmada del artillero mayor que es Juan de Mata el cual dice que queda artillería para tres fortalezas. Suplico a vuestra majestad si en esto hay culpa no se me eche a mí, sino al deseo y voluntad que tengo de cumplir lo que vuestra majestad manda aunque me tienen ya tan atemorizado en ver que de todo dicen mal que me hacen desatinar, que ni se cual es bueno ni malo. Porque sepa vuestra majestad, como ya otras veces he escrito, que no provee vuestra majestad cosa para estas Indias ni su consejo ni jueces de acá que si no está bien a algún vecino luego no dicen que destruyen las Indias y las despueblan y que no saben lo que proveen ni lo entienden y todo va de esta arte. 10- Estando escribiendo esta carta supimos cómo el capitán y españoles que arriba dije que eran idos tras los negros cimarrones eran llegados a Azua. Los cuales hallaron los negros en el Bahoruco viejo, que son unas montañas muy ásperas, y allí hallaron algunos indios en los cuales dieron primero y avisaron a los negros los cuales hirieron y solamente mataron uno principal de ellos y otro, y prendieron (folio 3v) ciertas indias que tenían los negros y los demás les huyeron y el capitán y [roto] se vino a Azua a proveerse de lo que habían menester y luego se les enviará todo lo que fuere menester y volverán sobre ellos porque no se ha de alzar la mano hasta acabarlos. Al presente no se ofrece otra cosa de qué avisar a vuestra majestad, habiendo alguna cosa yo tendré cuidado de ello. Sacra cesárea católica majestad guarde y prospere nuestro Señor la real persona de vuestra majestad con tantos crecimientos de reinos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 19 de marzo de 1547 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Cerrato 30 CartasAudienciaII20111205.indd 30 05/12/2011 01:51:25 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 17, N° 105 Santo Domingo, 19 de marzo de 1547 Sacra cesárea católica majestad: 1- A los cuatro de este mes de marzo recibimos una carta de vuestra majestad por donde nos manda que estemos sobre aviso para que si a estas mares pasaren corsarios escoceses y otros algunos se les haga todo el daño que pudiéremos, y que las naos que de acá fueren vayan a buen recaudo. Luego que recibimos la letra de vuestra majestad se avisó a los puertos de esta isla y a las provincias comarcanas y en este puerto se tendrá el recaudo que conviene, y las naos que de aquí saliesen a esos reinos irán en conserva y con la más seguridad que pudiere ser. Y así se hacen éstas que al presente parten. 2- Habrá 10 días que recibimos cartas del presidente de la Gasca en que nos avisa cómo el general Hinojosa y los demás capitanes de Gonzalo Pizarro que estaban en Panamá y el Nombre de Dios, se han reducido al servicio y obediencia de vuestra majestad. Y que, visto cómo los del Perú no habían querido usar de las mercedes que vuestra majestad les mandaba hacer, determina de pasar allá con mano armada con la más gente que pudiere, para lo cual envía por socorro a todas las partes de estas Indias. Y así nos escribe que le enviemos toda la más gente de guerra, armas, artillería, caballos, mantenimientos y otras cosas contenidas en su instrucción, y para ello nos envió una cédula de vuestra majestad por donde nos manda que le demos todo lo que nos escribiere como si su real persona nos lo mandase. 3- En cumplimiento de lo cual, luego que recibimos estos despachos, (folio 1v) se ha entendido y entiende en el proveimiento de todo ello por la forma que aquí haremos relación. 4- Se tomarán 10 navíos, los mejores de los que había en este puerto, y así el uno de ellos se despachó con un capitán a la isla de San Juan que se sacará de allí, según nos dicen, 50 hombres y 20 caballos y el navío cargado de bastimentos. 5- Se despachó otro navío a la isla de la Margarita con otro capitán para que saque de aquella isla y de la comarca de la Tierra Firme toda la gente de guerra que hubiere, y recoja unos soldados que aportaron de la armada de Orellana y traía el navío cargado de caballos y bastimentos. 6- Se envía otra carabela a un puerto de la Yaguana de esta isla, a cargar de caballos y mantenimientos. 7- Se envió otra carabela a la isla de Jamaica a sacar la gente y caballos que allí hubieren. 8- El gobernador de la isla Fernandina nos envía a pedir dos carabelas para ir con la gente y caballos y bastimentos que de aquella isla pudiere sacar. 31 CartasAudienciaII20111205.indd 31 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel 9- De esta isla tenemos entendido que saldrán de mar y tierra y artilleros más de 200 hombres. 10- Llevaban cien caballos de caballeriza y cien acémilas de carga, trescientos arcabuces y todas las picas y armas ofensivas y defensivas que se hallaren. 11- De la fortaleza llevarán 24 tiros de bronce de falconetes y tiros de campo y sacres y una media culebrina. Todos ellos los tiros que a parecido que conviene al propósito de este negocio, con la mayor parte de la pólvora que hay en la fortaleza y otras municiones. 12- Como más particularmente enviaremos relación partida que sea la armada, en el despacho de la cual se da toda la más prisa que puede ser como cosa tan importante al servicio de vuestra majestad. 13- El almirante don Luis Colón se anda aderezando para ir a servir a vuestra majestad en esta jornada. 14- (Folio 2r) Esta isla Española queda muy sola de gente, porque los pueblos de la tierra adentro están muy despoblados y cada día salen para otras tierras y gobernaciones y en especial ahora con esta armada. Convendría que vuestra majestad fuese servido de mandar pasar a ella labradores casados con sus mujeres puesto que la isla es tan fértil y abundante y donde podrían tan bien poblar y se daría sin duda ninguna pan y vino y los otros frutales de esos reinos. 15- Y así suplicamos a vuestra majestad, pues este puerto es el socorro de todas las necesidades que por acá se ofrecen y al presente se saca de ella esta artillería y pólvora y tanta cantidad de armas, mande se provea a la fortaleza de alguna artillería de bronce en lugar de la que se lleva y de mucho salitre y piedra azufre para pólvora para que haya en ella recaudo con qué armar contra los corsarios que acá pasaren. 16- Son grandes las querellas y relaciones que a esta Real Audiencia vienen de algunos de los gobernadores de estas provincias del distrito de ella de cosas que nos escriben que por allá hacen, que cierto que muchas de ellas no las osamos creer, en especial en cosas de intereses y cosas mal llevadas y mujeres y otras flaquezas de que nos apenamos por el mal sonido que tienen y por el daño que a los de sus gobernaciones se seguirían si fuesen verdaderas. Uno de los jueces de quien al presente más mala relación aquí se tiene es del licenciado Miguel Díez de Armendáriz, y a las vueltas de lo que de él escriben nos han informado que ha tomado cantidad del oro de vuestra majestad de su arca de las tres llaves que tiene en el Nuevo Reino. El cual dicho oro dice que hizo traer a Santa Marta a título de enviarlo a vuestra majestad, y venido que fue dicen que tomó de ello mucha cantidad para emplear en mercadurías que atravesó, de que lleva cargados siete bergantines. Aquí tenemos embargada cierta parte del dicho oro que dio a un mercader en pago de ropa que de él compró y la información se recibe. Y si se hallare que es oro del arca de vuestra majestad, se detendrá hasta hacer de ello relación. Y porque en algunos negocios de esta calidad parece que sería necesario hacer proveimiento en esta Real Audiencia contra los dichos jueces y sus tenientes, y aunque conforme a la ordenanza lo podríamos hacer, no determinamos con la facilidad que los negocios lo requieren por ser estos jueces enviados por vuestra majestad y por no haber pasado tanto tiempo que se presuma 32 CartasAudienciaII20111205.indd 32 05/12/2011 01:51:25 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) haber (folio 2v) noticia de sus excesos en vuestro Real Consejo. Vuestra majestad mande proveer lo que en esto hará, porque una de las cosas que les da avilantes para desmandarse es pensar que el remedio está tan lejos y entretanto se proveerá lo que nos pareciere que conviene. 17- En esta isla, por ausencia del Obispo de ella, entre los clérigos no han faltado ni faltan algunas diferencias en las cuales, como esta Real Audiencia no puede sino por vía de fuerza entender en ellas, no se ha proveído lo que convendría para su sosiego y remedio. En especial que el Obispo dejó en el Obispado de La Vega al deán de aquella iglesia por provisor y, según lo que de él se ha visto y ve, es muy perjudicial en todo aquel obispado y por su ambición y desordenada codicia y desenfreno que tiene para hacer y decir lo que quiere en perjuicio de los más honrados pobladores como se han visto en esta Audiencia cartas de esta calidad firmadas de su nombre. Tiene despoblado todo aquel partido y en breve se acabará si esto no se remedia, especialmente la Iglesia que no ha dejado en ella clérigo. Suplicamos a vuestra majestad mande a esta su Real Audiencia lo que se hará cuando cosas de esta calidad se ofrecieren, porque cada día nacen cosas entre estos clérigos y frailes que causan mucho escándalo y desasosiego entre los vecinos y ellos toman más aliento viendo que no tienen quién los castigue o envíe donde sean castigados. (Margen izquierdo: que se escriba al Obispo que entretanto que él va provea que se excusen estas cosas.) 18- Vuestra majestad por su real provisión tiene proveído que los concejos de los pueblos de esta isla no repartan ni den tierras ni aguas ni solares. Y para lo de esta ciudad de Santo Domingo y su término ha mandado dar la orden que se ha de tener en el dicho repartimiento, y conforme a ello se hace. Suplicamos a vuestra majestad mande declarar si por aquella orden se ha de regir lo de los otros pueblos de la isla, y lo mismo porque no se halla el repartimiento que se hizo de los términos de cada pueblo al tiempo que se comenzó a poblar y de aquí nacen algunas diferencias entre los vecinos. Se mande lo que en esto se hará. (Margen izquierdo: que se guarde esta orden si no les pareciere que hay algún inconveniente, y si lo hubiere avise.) 19- Entre las nuevas leyes y ordenanzas que vuestra majestad mandó hacer para la buena gobernación de estas Indias, hay una en la cual se contiene que las residencias de los gobernadores se vean en el Consejo de vuestra majestad y las demás se vean en las Audiencias, y no se declara lo que se debe hacer en las residencias de los tenientes de gobernadores y de los jueces de residencia que toman residencia a los gobernadores, (folio 3r) sobre lo cual hemos tenido algunas dudas. Suplicamos a vuestra majestad, porque no querríamos errar, nos mande avisar de lo que haremos en estos casos. (Margen izquierdo: el juez de residencia como el gobernador que guarden la ley, y en lo que el capítulo dispone en gobernadores lo guarden en los jueces de residencia que de acá se enviaren, pues van en lugar de gobernadores con provisiones de su majestad. Y tan bien guarden con los tenientes de gobernadores lo mismo porque no se despedacen las residencias del gobernador y sus tenientes.) 20- Lo de los negros cimarrones que andaban alzados en esta isla, ya por otras se ha hecho relación de cómo los más de estos fueron muertos y otros presos de que 33 CartasAudienciaII20111205.indd 33 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel se hizo justicia, que fue mucho sosiego para la tierra. No obstante lo cual todavía andan dos cuadrillas en seguimiento de algunos que andan derramados, y los traen tan alcanzados que presto esperamos se dará fin a este negocio y se alzarán las sisas y repartimientos que para ello han corrido y corren. 21- También se hizo relación de cómo se libertó por esta Real Audiencia a un negro que se dice Diego de Ocampo que había muchos días que andaba alzado en el partido de La Vega y hecho muchos daños en toda aquella comarca. Y lo mismo se hizo a su mujer y a otras dos personas, sus hermanos, porque pareció que así convenía a la seguridad de la tierra. Este Diego de Ocampo después acá ha estado y está muy seguro y sigue en todo lo que se ofrece contra los cimarrones, además que ha resultado que toda aquella provincia se ha asegurado. 22- [roto] parece que algunos clérigos de los que andan por acá aceptan comisiones apostólicas para conocer de algunas causas entre partes, de que se siguen y han seguido algunos desasosiegos y molestias. Y parece que la pragmática que en este caso dispone y la provisión que acá tenemos de vuestra majestad no se extienden a estos casos. Suplicamos a vuestra majestad mande lo que en esto se hará, y lo mismo en los excesivos dineros que llevan por enterramientos y velaciones y bautismos, que ninguna cosa guardan de lo que está proveído y convendría apremiarles a que lo guardasen. (Margen izquierdo: para todos.) Nuestro Señor la vida y muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 19 de marzo de 1547 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humildes siervos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Cerrato El licenciado Grajeda 34 CartasAudienciaII20111205.indd 34 05/12/2011 01:51:25 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 17, N° 106 Santo Domingo, 5 de octubre de 1547 Sacra cesárea católica majestad: 1- Por otras hemos dado cuenta a vuestra majestad de las cosas de esta isla y del estado de ellas y especialmente de los negros alzados, lo cual está en el mejor estado que ha estado después que en la isla hay negros. Verdad es que ello llegó a mucho porque hubo gran cantidad de negros alzados, pero se ha tenido tan buena manera en seguirlos que en poco más de un año y medio se han muerto y prendido y ajusticiado y echado de la isla sobre ciento cincuenta negros de los alzados. Hace poco que hicieron un atrevimiento muy grande, que vinieron a Azua y pasaron tres leguas de esta parte y dieron en un ingenio que dicen de Cepicepi. Y ellos eran 15 negros y en Azua había treinta cristianos, y los veinte de caballo, y fueron tan mal aventurados que no osaron salir a los negros. Y en Cepicepi había siete cristianos y dos ballesteros, y una buena torre, y siendo avisados que venían los negros fueron tan descuidados que se echaron a dormir en los bohíos de que resultó que venidos los negros los tomaron durmiendo e hirieron al mayordomo del ingenio de qué murió, y llevaron dos negros y ciertas negras y caballos y ropa. Y volvieron a pasar cerca de Azua y tampoco osaron salir a ellos los cristianos que allí estaban. Luego que en Azua sintieron los negros nos avisaron, que es veintidós leguas de esta ciudad, y a la hora se despacharon veintidós de caballo, los cuales llegaron a Azua y siguieron los negros y dieron en ellos y les quitaron los negros que llevaban y negras y caballos y ropa y hasta (folio 1v) las armas y mataron dos negros. Al tiempo que esta gente de caballo salió de Azua, y aún antes, salió otra capitanía de peones, los cuales los siguieron y dieron en ellos después de los de caballo y mataron otros dos negros y prendieron uno que se ajustició, y otra negra y un negrillo muchacho y un indio que traían consigo también muchacho. El capitán que de antes andaba tras estos negros había ido hacia la Yaguana y había matado a tres negros de camino y, sabido el atrevimiento de los negros, partió luego de la Yaguana y se vino al Bahoruco y dio también en los negros que habían quedado y mató dos principales de ellos y perdió siete negras. Y de estas se ha sabido cómo ya quedan con Lemba, que es el capitán, solo siete negros y no más y que andan sin un cuchillo ni otra arma más que varas. Luego volvieron dos capitanías tras ellos y esperamos en Dios que muy en breve no habrá memoria de aquella cuadrilla. Dos cosas hemos proveído en este negocio que creemos que ha de ser total remedio de este alzamiento; la una que hemos proveído, que en San Juan de la Maguana haya casas de piedra adonde los cristianos estén seguros, porque el mayor daño que había era que como no había casa sino de paja luego las quemaban y no había adonde defenderse y es allí la guarida de los negros 35 CartasAudienciaII20111205.indd 35 05/12/2011 01:51:25 p.m. Genaro Rodríguez Morel a causa de ser la tierra muy áspera y llena de comida y haber allí dos ingenios sin ningún vecino. Y ahora hemos ordenado que haya quince o veinte vecinos y les ayudamos con qué pueblen; la otra es que hemos escogido en toda la isla doce o trece negros, valientes hombres, y que los más de ellos son tan ligeros que en un campo acosan un novillo de cuatro años y un potro y le toman a pie, para que éstos anden con el capitán, lo cual ha sido y es tan provechoso que todos los negros que arriba decimos se han muerto ahora en estos tres reencuentros y prendido. Los han muerto y prendido los negros mansos porque éstos con ser tan ligeros y valientes no se les pueden ir, y lo hacen de buena voluntad porque también les hemos prometido (folio 2r) que sirviendo bien serán horros. Y hay negro que por su persona, en año y medio que ha andado con los cristianos, ha muerto nueve negros cimarrones. Y de éste tomamos experiencia para hacer lo que hemos hecho acerca de los negros en La Vega y Santiago, que solían andar gran cantidad de negros alzados. No sabemos que ande ni uno ni en toda la isla, excepto que al levante de ella hemos habido que un cristiano halló tres negros los cuales no solamente no le hicieron mal, más antes le dieron de comer y le trataron bien, allá hemos enviado sobre ellos. Vuestra majestad crea que es imposible en esta isla faltar negros alzados, pero no como solía. Una cosa se vio en esta entrada que ahora decimos que hicieron los negros que ha dado gran contentamiento, y es que con haber en Azua y su término mil negros y entrar los cimarrones tan a su placer y sin contradicción, no se fue con ellos de su voluntad ni un solo negro y los que llevaron se volvieron y uno que llevaron que no se volvió fue de los muertos que arriba dijimos. 2- Por una cédula de vuestra majestad y por una carta, vimos lo que escribió el deán acerca de la libertad de los indios de que estamos maravillados porque después que vinimos a esta isla no hemos entendido en cosa con más cuidado que en la libertad de los indios, de que no pocos agravio han sentido los vecinos. No podemos pensar que le pudo mover al deán a escribir tal, siendo lo contrario la verdad. 3- Acá vimos la provisión que vuestra majestad hizo de la tesorería, y en la verdad fue bien proveído, pero nos ha escandalizado mucho y aún a todo el pueblo ver que escribe Alonso de Peña, procurador de esta ciudad, que la Tesorería es suya y que le cuesta dos mil ducados y para la paga de ellos se ha vendido aquí la más de su hacienda y se llevan en estas naos. Y Francisco Dávila le envió luego la renunciación del oficio porque dice que los del Consejo de vuestra majestad no se la quisieron pasar y que iba a Alemania a su real (folio 2v) persona para que allá se la pasen. Y no se maraville vuestra majestad del escándalo que decimos porque además de ser él una persona tan baja como sastre e hijo de otro sastre, y lo demás y persona pobre y tablajero público, que no tiene él para jugar en el oficio tres días que se le dé la Tesorería. Parece acá cosa recia y que no cumple al servicio de vuestra majestad, y a nosotros pareció que debíamos avisar a vuestra majestad de ello porque semejantes oficios no es razón que se den a tales personas porque los oficiales de vuestra majestad comúnmente asisten con el presidente y oidores en cosas de hacienda y otros negocios y es razón que sean tales personas y no tales como Alonso de Peña ni de su ralea. 36 CartasAudienciaII20111205.indd 36 05/12/2011 01:51:25 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) 4- De las cosas de justicia no hay qué avisar a vuestra majestad porque en ellas hay todo despacho y lo mejor que podemos. Ahora nos han dicho que vuestra majestad ha proveído más oidores. Mucho hemos holgado de ello porque uno de los trabajos de esta gente es ver que nosotros hemos estado y estamos en toda conformidad, de que no poco sentimiento tienen ellos, y piensan que habiendo muchos tendrán más parte en la Audiencia de la que ahora tienen, y si Dios quisiere trabajaremos que ellos se engañen en ello y vean que no ha de ser lo que ellos piensan, que es meter discordia como suelen para ser ellos parte y mandar la Audiencia. 5- De las cosas del Perú no tenemos nueva, más que el Almirante nos escribió desde el Nombre de Dios y nos envió este memorial que va con ésta. Bien creemos que vuestra majestad tendrá allá más nuevas, pero que por no dejar de hacer lo que debemos la enviamos. 6- Habrá cinco días que vino aquí un barco de Venezuela que habíamos enviado con ciertos despachos de vuestra majestad al gobernador, el cual no le halló allí que era entrado a la tierra adentro. Dijo el maestre del barco que estando en Venezuela vino una canoa del Cabo de la Vela y que habían dicho que en el Nuevo Reino había habido cierto alboroto y que habían muerto al licenciado Armendáriz, juez de residencia de aquellas provincias. Hoy ha venido gente del Cabo de la Vela y hemos tenido cartas en las cuales hacen mención de aquella canoa que fue a Venezuela y no trae tal nueva, y los que vienen del Cabo de la Vela dicen que no había allá (folio 3r) tal nueva. Y porque creemos que según fue aquí público no faltará quien allá lo escriba, acordamos de escribirlo a vuestra majestad para que si allí se dijere se sepa que no es verdad. También hemos tenido hoy nueva de Panamá cómo el Almirante con toda la gente que de aquí llevó se había embarcado para el Perú donde el licenciado de la Gasca está, y que partió a 16 de agosto. 7- Son en estas partes tan aborrecidas las cosas de la justicia, especialmente de aquellos contra quien se hace, y como estamos tan lejos de vuestra majestad tienen licencia de blasfemar de ellas y convertirlas en maldades. Y porque ahora ha sucedido aquí una cosa que allá será bien blasfemada por el alcaide Gonzalo Hernández, nos pareció que era bien avisar a vuestra majestad de ello porque los del Consejo estén advertidos y sepan lo que pasa. Es el caso que vuestra majestad hizo merced al alcaide de noventa y ocho mil maravedíes en cada un año para siete hombres y un artillero que residen en la fortaleza, los cuales mandó que se pagasen a los mismos hombres y al artillero y que cada vez que se hubiesen de librar y pagar hiciesen alarde y que de otra manera no se librasen. Al tiempo que el licenciado Vaca de Castro pasó por aquí y, por mandado de vuestra majestad, visitó la fortaleza y halló que el alcaide llevaba estos noventa y ocho mil maravedíes en cada un año sin hacer alarde y aún sin tener la gente que era obligado. Por un auto mandó que de allí adelante no llevase estos maravedíes sin hacer el alarde que vuestra majestad mandaba, so pena de pagar con el cuatro tanto de lo que llevaba, y que no cobrase él el dinero sino la misma gente. Y lo de hasta allí remitió a vuestra majestad sin embargo de todo lo cual el alcaide se ha llevado sus noventa y ocho mil maravedíes en cada un año sin hacer de alcaide y se lo ha cobrado él sin que lo cobren los hombres conforme a lo 37 CartasAudienciaII20111205.indd 37 05/12/2011 01:51:26 p.m. Genaro Rodríguez Morel proveído por vuestra majestad. Y ahora en estas últimas cuentas que tomamos de la hacienda de vuestra majestad fuimos avisados de esto de que antes no sabíamos cosa alguna, y no quisimos pasar en cuenta lo que de esta manera se le había librado, y mandamos que en lo pasado se diese la voz al fiscal el cual ha puesto demanda de ello. Y en (folio 3v) lo por venir mandamos que se guarde lo proveído por vuestra majestad sin exceder de ello. Tenemos entendido que ha de ser esto tan dura cosa para el alcaide y tan escandalosa, que ha de decir blasfemias contra nosotros y si algo dijere vuestra majestad sepa que esta es la verdad y no otra cosa. 8- Una cédula de vuestra majestad recibimos en que manda enviar lo que acá hubiere. En la verdad la renta de esta isla es muy poca y la costa mucha porque, además del salario de presidente y oidores y otros oficiales, se pagan en cada un año los once mil ducados al Almirante y a su hermana. Y si no fuera por las deudas viejas y alcances que se han cobrado y cobran cada día, muchos días hace que no se pagara el juro del Almirante, especialmente que con la gente que se envió al Perú se gastó todo. Pero con todo esto apartamos tres mil y tantos castellanos en oro y casi seis cientos marcos de perlas que se envían a vuestra majestad en estas naos aunque los oficiales no quisieran que se enviaran porque pretendían que eran menester acá. Y aunque esto es verdad, pero hay deudas que deben a vuestra majestad que bastan y sobran para lo que acá es menester y por eso mandamos enviar esto. Al presente no se ofrece otra cosa de qué avisar a vuestra majestad. Nuestro Señor guarde la real persona de vuestra majestad con tanto crecimiento de reinos como vuestra majestad desea. De Santo Domingo de la Española, 9 de octubre de 1541 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humildes criados y vasallos que sus muy reales pies y manos besan. El licenciado Cerrato El licenciado Grajeda 38 CartasAudienciaII20111205.indd 38 05/12/2011 01:51:26 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 17, N° 107 Santo Domingo, 8 de octubre de 1547 Sacra cesárea católica majestad: Por otras cartas tengo dado aviso a vuestra majestad de las cosas de esta isla y del estado de ella, por lo cual y porque la Audiencia escribirá a vuestra majestad de lo que hay que dar cuenta seré en ésta breve. Solamente hay en esta más que decir que anoche que se contaron siete del mes de octubre, tuvimos aquí nuevas del Nombre de Dios que Gonzalo Pizarro había degollado cien hombres principales, y que con trescientos hombres de caballo y mucha cantidad de indios se iba huyendo la tierra adentro y que el licenciado de la Gasca quedaba en Lima, y que había enviado a mandar que no dejasen pasar gente al Perú. La carabela que trae esta nueva quedaba en Puerto Hermoso, que es veinte leguas de aquí, y lo supimos del maestre. No se sabe otra cosa ni de esto hay más certeridad sino que lo dijo una carabela que venía del Nombre de Dios y los de ésta que viene del Cabo de la Vela. Plega a Dios guiarlo todo como vuestra majestad desea. Acá me han dicho las cosas que los procuradores me oponen y acusan ante vuestra majestad. No me puede dejar de pesar de ello pero más me pesara si fueran verdad, yo me remito a la obra. Recia cosa es que porque no deje yo al alcaide robar a vuestra majestad cien mil maravedíes al año y a pena tener tabaquería públicamente en su casa tengan licencia para decir lo que se les antoja. Yo envío a vuestra majestad un testimonio de lo que he hecho en lo tocante a la hacienda de vuestra majestad y cobrado, todo lo cual y mucho más estaba perdido y sin pensamiento de pagarse una blanca ni cornado. Y lo contenido en el testimonio son mis reciuras y malos tratamientos, juntamente con cumplir los mandamientos de vuestra majestad, así en lo que toca a los indios, como a los casados para que se vayan a sus mujeres, y a que no vengan acá sin licencia de vuestra majestad y de sus oficiales, y otras cosas que vuestra majestad mandara. Y no hay otras reciuras ni mala condición ni desabrimiento sino esto, que son dos cosas muy odiosas para ellos y de que ellos solían estar muy libres y los jueces también, aunque con estas dos también se junta no hacer ellos en las cosas de (folio 1v) justicia lo que quieren como suelen. Y Dios es testigo que ellos han tratado conmigo para que yo mudase mi condición y que ellos hacían conmigo maravillas. Y aún, si fuera menester, enviaran otro procurador que dijera que esos otros no decían la verdad, pero yo los he desengañado que ni yo quería hacer lo que ellos quieren ni he de dejar de hacer lo de hasta aquí, que es poner en cobro la hacienda de vuestra majestad y cumplir sus cédulas y mandamientos y hacer justicia, y quien así me quisiere en buena hora el otro lo deje y yo espero en Dios que en Indias ni fuera de ellas ningún interés ni miedo me mudará 39 CartasAudienciaII20111205.indd 39 05/12/2011 01:51:26 p.m. Genaro Rodríguez Morel de este propósito. También envío a vuestra majestad las cuentas que se han tomado de su Real Hacienda después que Alonso de la Torre murió porque las demás están allá, y crea vuestra majestad que, si se guarda, no se pudo proveer cosa mejor que tomarse las cuentas en cara un año al fin de él. Pero ya dicen que luego que me vaya no se ha de cumplir más, ellos verán lo que les cumple. Al presente no se ofrece otra cosa de qué avisar a vuestra majestad más sino que además de los cuatro cajones de perlas que decimos que lleva en la carta de la Audiencia, creo que llevará otro que vino anoche. Y vuestra majestad proveyó muy bien en que las perlas vengan aquí y no a Santa Marta, porque corría mucho riesgo. También trajo nueva esta carabela que en el Nombre de Dios había una nao de franceses corsarios. Y también tuvimos aquí nueva este día, que llegó a San Germán otra nao de franceses, aunque no hizo daño porque no pudo. Sacra cesárea católica majestad. Nuestro Señor guarde y prospere la real persona de vuestra majestad con crecimiento de tantos reinos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, 8 de octubre de 1541 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Cerrato 40 CartasAudienciaII20111205.indd 40 05/12/2011 01:51:26 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 17, N° 108 Santo Domingo, 18 de diciembre de 1547 Sacra cesárea católica majestad: 1- Porque hace pocos días que escribí a vuestra majestad haciendo relación de las cosas de que al presente había que hacer no había en esta mucho que decir más de que después que escribí, recibí una carta de vuestra majestad en que me responde a lo que escribí sobre el ingenio y de Gorjón. Por la cual vuestra majestad manda que le dé a censo y conviniera que viniera más declarado lo que en aquello se ha de hacer que no vino porque solamente dice que dé el ingenio a censo y que de las vacas haga lo que me pareciere. Y no dice si el censo será perpetuo o al quitar, porque perpetuo no hay quien dé un maravedí y al quitar se hallarán a más, de lo que yo escribí a vuestra majestad, porque yo escribí que decían los que entendían algo de ello que darían por el dicho ingenio quince o dieciséis mil pesos de oro y dado a censo al quitar creo que se hallarán por él más de dieciséis mil. Yo lo tengo puesto en almoneda y con él se han de dar las vacas y todo lo demás. Quedó cuando murió Gorjón la cosa más perdida que se puede pensar porque no tenía una caña y ningún novillo para comer ni una herramienta, y los negros desnudos, en carnes, que ya había cuatro años que no les daban camisa ni zaragüelles ni manta. Yo les he proveído de vestir y desempeñado los que (folio 1v) estaban vendidos y pagadas las soldadas del mayordomo y oficiales y hecho poner cuatro suertes de cañas y comprado doscientos treinta novillos. Y todo se ha proveído de lo que el ingenio ha molido de maquilas de labradores, porque como dije él no tenía una caña, y aún he labrado una casa con una torre para defensa del mayordomo y gente. Así que convendrá que vuestra majestad provea de comisión más larga aunque yo tengo pensado de rematar el ingenio y todo lo demás a censo al quitar y enviar los autos a vuestra majestad para que lo mande ver y confirmar si fuere servido. 2- Del Perú tuvo la Audiencia carta del licenciado de la Gasca de cómo toda la tierra estaba por vuestra majestad y los rebeldes que habían quedado habían huido. Y el licenciado de la Gasca envió a mandar que no dejasen pasar allá a nadie porque hay mucha gente perdida y muerta de hambre y así se ha proveído aquí aunque es tanto el ansía que todos tienen por ir al Perú que no nos podemos valer con ellos. 3- Vuestra majestad tiene mandado que no se saquen de aquí indios ni indias para Castilla ni para otras partes, y puesto que aquí se pone sobre ello toda la diligencia que se puede, no basta para que no lleven hurtadas a lo menos las mujeres porque en Tierra Firme las venden públicamente en almoneda, y en Sevilla dicen que lo mismo. Y en esto los oficiales de Sevilla tienen mucho descuido porque a los que de aquí llevan indias hurtadas no solamente no se las hacen volver pero se las 41 CartasAudienciaII20111205.indd 41 05/12/2011 01:51:26 p.m. Genaro Rodríguez Morel dan (folio 2r) a ellos mismos para que las tenga, de donde ha procedido mucho atrevimiento para llevarlas hurtadas. Según la prisa les dan, yo creo que muy presto no habrá indio ni india en esta isla y aún en hartas partes de las Indias. (Margen izquierdo: a los oficiales de Sevilla que tengan especial cuidado que no se vendan estas indias.) 4- Vuestra majestad tiene mandado por un capítulo de las ordenanzas nuevas, que las Audiencias tasen los tributos que han de dar los indios, así a vuestra majestad como a los encomenderos, cada una en su distrito. Y a causa que las provincias de Cartagena y Santa Marta y Nuevo Reino están tan lejos de esta isla no se ha podido hacer. Yo soy informado que en aquellas provincias no hay tasa ninguna, más de que los indios han de dar todo lo que el encomendero pidiere y si no que los queman y matan, y sobre esto no hay orden ni justicia ninguna. Aviso a vuestra majestad para que provea lo que sea su servicio. (Margen izquierdo: que conforme a la ley se haga la tasación.) 5- En la carta pasada escribí a vuestra majestad en el estado que quedaba lo de los negros cimarrones. Después acá no ha habido ninguna novedad ni más hemos sabido de aquella cuadrilla de negros que anda alzada en el Bahoruco puesto que anda tras ellos una cuadrilla de cristianos y negros. Todo lo demás, loores a Dios, está seguro y tan sin memoria de negro alzado como cuando mejor estuvo, y si otra cosa allá dijeren no dicen lo cierto porque esta es la verdad. 6- En las naos pasadas se llevaron a vuestra majestad cuatro (folio 2v) cajones de perlas y tres mil y tantos castellanos en oro. Y porque éstas que ahora parten van en invierno no llevan otras pocas de perlas. En los primeros navíos que partieren pasado el invierno se llevarán cuatrocientos cincuenta marcos de perlas que quedan en el arca. 7- Lo que vuestra majestad manda que en lo de los clérigos guarden el arancel de Sevilla, ningún medio lleva con ellos por bien. Se ha de proveer en ello de corte que lo cumplan aunque no quieran. 8- Al presente no se ofrece otra cosa de que avisar a vuestra majestad, cuando alguna cosa se ofreciere yo tendré cuidado de avisarlo como suelo. Sacra cesárea católica majestad. Nuestro Señor guarde y ensalce la real persona de vuestra majestad con tanta vida y acrecentamiento de reinos como su real corazón desea. De Santo Domingo, a 18 diciembre de 1547 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Cerrato 42 CartasAudienciaII20111205.indd 42 05/12/2011 01:51:26 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 17, N° 109 Santo Domingo, 22 de diciembre de 1547 Sacra cesárea católica majestad: 1- Porque por otra carta mía que va en estas naos aviso a vuestra majestad de lo que se ofreció, al presente en ésta no había que decir más sino que se me olvidó de decir que vuestra majestad tiene mandado por muchas cédulas que los casados que aquí hay que tienen sus mujeres en Castilla los hagan ir a hacer vida con sus mujeres. Ahora ha mandado que ninguno pase a estas Indias sin su mujer o si fuere marino, que fue una cosa muy bien proveída. Hay y vienen muchos marineros, o so color de ellos, y dejan sus mujeres o están acá y no se quieren ir a ellas diciendo que la célula que habla en que los casados se vayan a sus mujeres que no se entiende a los marineros. Y debajo de esta color se están, y algunos con sus mancebas o indias, y como los vecinos no pretenden otro servicio de Dios ni de vuestra majestad sino que haya gente blanca, porque mandar ir a España a nadie convendría. Que vuestra majestad lo declarase para adelante. 2- También se ha dicho y escrito acá que han informado a vuestra majestad que por enviarse la gente al Perú quedó esta isla sin gente y despoblada. No les duele ahí, Dios sabe la verdad no tienen razón de decir esto porque de esta isla sino fue el Almirante y dos o tres criados suyos que fueron con él, no salió ningún vecino ni morador porque tuvimos advertidos que no se fuesen vaqueros ni estancieros ni hombre de ingenio, ni fueron, sino solamente los vagabundos y holgazanes que andaban por estas calles que estaban hartos recogidos que como había días que no dejábamos pasar gente al Perú había muchos. Que los vecinos fueron tan cuerdos que ninguno fue porque no les pareció que era justo ir contra sus prójimos y hermanos (folio 1v) por manera que la tierra quedó con gente y no tan sola como allá han dicho. Y aunque quedara, la ciudad está tal que tiene poco miedo a corsarios ni a todas las armadas de Francia ni Inglaterra, porque con solo un fuerte que ahora se ha hecho basta para la defensa de todo el mundo, aunque sé yo que él allí ha de decir que es mala cosa por no decir bien de cosa buena. También se ha hecho un muelle que hace muchos años que estaba mandado hacer que ha sido cosa muy provechosa y honrosa; lo uno porque la playa se ha ensanchado mucho; lo otro porque el río se ha estrechado y acanalado. De manera que dicen los marineros que no habrá el diezmo de la broma que suele, y lo otro que el muelle tiene ochocientos pies de largo al cual se puede llegar y llegan a descargar naos de doscientos toneles sin barco ni batel, y algunas sin plancha, y pueden descargar juntas 20 y 30 naos, que es cosa muy provechosa. No puede surgir ni entrar nao ni batel que no la eche a fondo en un credo, por manera que todos dicen que ha 43 CartasAudienciaII20111205.indd 43 05/12/2011 01:51:26 p.m. Genaro Rodríguez Morel sido cosa muy provechosa. Y tiene otra cosa buena, que no ha costado a vuestra majestad una blanca ni más. 3- Yo he sabido que la ciudad dice que escribe a vuestra majestad en estas naos entre otras cosas una, y es sobre mi residencia, que allá dicen que los procuradores han ahincado mucho sin mandato ni comisión que dicen que ellos no la pidieron ni la piden. Yo no sé si la pidió la ciudad o no, pero quiero avisar a vuestra majestad que yo juro por la fe que debo a Dios y a vuestra majestad y por el bautismo que recibí como cristiano que esto que ahora me dicen que escriben no es procurado por mí ni de mi voluntad ni he holgado de ello porque no soy tan sin razón que no veo que es justo que haga residencia, cuanto más que como por otras he escrito a vuestra majestad yo no he pretendido en este oficio más de servir a Dios y a vuestra majestad y hacer lo que me ha mandado, ni he querido otra merced ni mejora sino que vuestra majestad se tuviese de mí por bien servido y para esto bien veo que conviene que haga residencia. Y estos caballeros tampoco no han pretendido de mí otra cosa sino (folio 2r) echarme a mí de aquí. Y no solamente no querrían residencia, pero hacerme puente de plata por donde fuese. Y también saben, y así lo confiesan, que yo no tengo otra residencia más de haber cumplido los mandatos de vuestra majestad y por eso, puesto que los procuradores enviaron a pedir poder para que pidiesen residencia contra mí, no se lo quisieron enviar. Y si ellos ahora escriben a vuestra majestad sobre esto es porque ellos se contentan, como arriba digo, con echarme y ni quieren otra venganza ni más satisfacción. He dicho esto porque no se piense que esto es negociación mía, porque en verdad no es, porque si yo este fin tuviera ni fueran allá procuradores y ya que fueron el día que se supo que ellos habían tocado ahí ni enviara la ciudad otros y los revocara y fuera bien ligero de negociar y así yo lo consintiera se hiciera sin que yo hablara en ello, pero ni yo tuve tal fin ni me pasó por el pensamiento. Y yo confío en Dios que después de salido de aquí me echarán de menos y bien de veras, y ya se llora porque al cabo cada uno en mi tiempo ha sido y es señor de su hacienda y las personas han sido y son libres y no han visto ni hay mandones ni tiranos como algún tiempo los hubo. Y yo ni les he robado sus haciendas ni he hecho fuerzas ni malos tratamientos, y es lo bueno, que allá dicen que soy recio y cruel y acá me tienen por muy piadoso. Yo digo que de todo he tenido y ha convenido así. Sacra cesárea católica majestad. Nuestro Señor guarde y conserve la real persona de vuestra majestad con el crecimiento de reinos que su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, 22 de diciembre de 1547 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y criado que los reales pies y manos de vuestra majestad besa. El licenciado Cerrato 44 CartasAudienciaII20111205.indd 44 05/12/2011 01:51:26 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, N° 110 Santo Domingo, 10 de enero de 1548 Sacra cesárea católica majestad: 1- A cuatro de este mes de enero recibí una carta de vuestra majestad y las provisiones para tomar la residencia de los Confines y para que yo sirva a vuestra majestad allá de presidente y todas las otras provisiones y cédulas que vuestra majestad me mandó enviar. Fue tan grande para mí la merced que vuestra majestad me hizo en darse de mí por bien servido y en mandarme que le vaya a servir a aquella Audiencia, que no la sé ni puedo encarecer porque a la verdad fue la merced muy mayor que lo que yo he merecido por lo servido y cierto, además del deseo y natural obligación que yo tengo al servicio de vuestra majestad, se me ha echado doblado cargo y obligación para que de aquí adelante sirva con más voluntad y diligencia. Por todo beso los pies de vuestra majestad mil veces y plega a Dios que me dé gracia que yo os sirva a Dios y a vuestra majestad de manera que merezca alguna parte de tan señaladas mercedes que lo que en mí fuere yo trabajaré por merecer algo. Y aunque algunas personas con no buena voluntad y por sus pasiones particulares me han querido macular y notar de algunas cosas, en especial diciendo que tengo poca paciencia (folio 1v) y que trato mal a los negociantes, yo prometo a vuestra majestad que esto ha sido una maldad muy grande, lo cual se verá bien en mi residencia. Y si alguna vez me he enojado es por ser la gente de su natural indómita y descomedida y atrevida, de corte que algunas veces conviene enojarse el juez. Pero como esto no ha procedido a obras ni palabras injuriosas no me parece que hay de qué quejarse. 2- Decirle a vuestra majestad que hallé esta isla con gran número de negros alzados, y la dejo llana y con 34 ingenios molientes y corrientes, que cuando yo vine no molían diez. Y está la ciudad muy ennoblecida y poblada, más que cuando yo vine, y las rentas de vuestra majestad en buen cobro y orden. Si lo guardan en adelante y la Audiencia reformada y puesta en orden de Audiencia y si los que en ella quedaren guardaren la orden que yo les dejaré, la tendrán siempre en muy buen estado. 3- Los oidores que vuestra majestad envía para esta Audiencia no son llegados, luego que lleguen me partiré para Honduras y avisaré a vuestra majestad de mi partida y de lo que más hubiere que avisar. 4- Beso los pies de vuestra majestad por la merced que me hizo en darme licencia que haga mi residencia por procurador aunque yo, si no fuera estorbo a mi partida, más la quisiera (folio 2r) dar en persona para que se viera lo poco que la temía. Yo dejaré procurador y fianzas de cincuenta mil castellanos y espero en Dios que lo uno ni lo otro no será menester porque aunque hasta aquí ha parecido que han tenido 45 CartasAudienciaII20111205.indd 45 05/12/2011 01:51:26 p.m. Genaro Rodríguez Morel algunos de mí desabor, ahora veo que a todos les pesa de mi ida porque al cabo no saben si el que viniere será peor. 5- Los tres mil castellanos y seiscientos marcos de perlas que vuestra majestad manda enviar, ya se han enviado y en las primeras naos que fueren se llevarán otros cuatrocientos cincuenta marcos de perlas que quedan en el arca. 6- En lo que toca a la hacienda de Hernán Gorjón, sobre que también recibí otra carta de vuestra majestad que vino duplicada, ya escribí respondiendo a la primera cómo traía en almoneda el ingenio y la otra hacienda a él anexa para darlo a censo. Y antes había escrito a vuestra majestad que hombres que sabían de ella la habían tasado en 15 o 16.000 pesos. Y después la hice tasar particularmente y se tasó en catorce mil doscientos pesos. El domingo pasado la hice rematar y se remató en veintitrés mil doscientos pesos y por ellos dos mil trescientos sesenta pesos en cada un año de censo, de los cuales se pagan doscientos cuarenta pesos que de antes se pagaban sobre el ingenio y los dos mil ciento veinte, (folio 2v) que montan novecientos cincuenta y cuatro mil maravedíes. Quedan para lo que vuestra majestad mandare disponer de ellos, de los cuales se dieron muy buenas fianzas por manera que queda seguro. A parecer de todos la hacienda se vendió muy bien vendida. Se hallaron presentes a la venta el oidor de vuestra majestad juntamente conmigo y los oficiales de vuestra majestad y la justicia y regimiento y se hizo a contento y voluntad de todos. 7- De las cosas de la isla no hay al presente de qué avisar a vuestra majestad más de lo dicho en esta carta y escrito por otras. 8- Ya vuestra majestad sabe cómo cuando yo vine, vino conmigo por oidor de vuestra majestad el licenciado Alonso de Grajeda, el cual ha servido a vuestra majestad muy bien y con toda voluntad y diligencia. Es hombre muy limpio y muy recto y honesto y de muy buena intención. Hemos estado siempre en mucha concordia y muy conformes en la administración de la justicia, y yo prometo a vuestra majestad que en todas las Indias no hay oidor que le tenga ventaja y aún creo que le igualarán pocos. El oficio de aquí para en Indias es muy poco, sería cosa muy justa que vuestra majestad le mejorase a otra Audiencia aunque por el presente convendrá estar aquí por la plática y experiencia que tiene en los negocios, pues es justo que a los que sirven tan bien se les gratifique, mayormente (folio 3r) en este caso que no se le crece más de mudarle a otra Audiencia, y en ésta no faltará quien tome su plaza, y se contentará con esto y aún recibirá muy gran merced y yo la recibiría que vuestra majestad le mandase proveer a la Audiencia de los confines aunque él merece mucho más. 9- Al principio de este año se tomó la cuenta al tesorero de vuestra majestad conforme a la cédula que sobre esto está acá, y se envía a vuestra majestad la relación de ella como por ella verá. Y cierto si cada año se tomasen las cuentas como vuestra majestad tiene mandado, estaría muy bien a su hacienda. 10- Aquí se trajo una cédula de vuestra majestad por la cual se manda llevar ciertos bienes de un Juan Gutiérrez, piloto, el cual se ahorcó en esta ciudad y sus bienes fueron aplicados a la Cámara porque no tenía hijos ni descendientes y están 46 CartasAudienciaII20111205.indd 46 05/12/2011 01:51:26 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) en el arca de vuestra majestad y por esto no se envían. Si todavía vuestra majestad mandare que se envíen, se ha de cumplir como vuestra majestad mandare. (Margen izquierdo: que se envíen.) 11- Aquí han vacado dos canonjías y por parte de un Hernán Gómez de Porras, clérigo, nos fue pedido que tomásemos información de la habilidad y suficiencia de su persona para que vuestra majestad le hiciese merced de una canonjía. Yo certifico a vuestra majestad que es un clérigo muy honrado y muy (folio 3v) honesto y hábil y muy buen eclesiástico y que tiene todas las otras cualidades que se requieren para buen clérigo por manera que cabrá bien en él cualquier merced que se le haga. (Margen izquierdo: proveídas) Al presente no se ofrece otra cosa de qué avisar a vuestra majestad, cuando hubiere alguna cosa yo tendré cuidado de avisarlo. Sacra cesárea católica majestad. Nuestro Señor guarde y acreciente la real persona de vuestra majestad con mayor crecimiento de reinos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 10 de enero de 1548 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Cerrato 47 CartasAudienciaII20111205.indd 47 05/12/2011 01:51:26 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, Nº 111 Santo Domingo, 7 de marzo de 1548 Sacra cesárea católica majestad: 1- A cuatro de este mes de enero recibí una carta de vuestra majestad y las provisiones para tomar la residencia de los confines y para que yo sirva a vuestra majestad allá de presidente y todas las otras provisiones y cédulas que vuestra majestad me mandó enviar. Fue tan grande para mí la merced que vuestra majestad me hizo en darse de mí por bien servido y en mandarme que le vaya a servir a aquella Audiencia, que no la sé ni puedo encarecer porque a la verdad fue la merced muy mayor que lo que yo he merecido por lo servido y cierto además del deseo y natural obligación que yo tengo al servicio de vuestra majestad se me ha echado doblado cargo y obligación para que de aquí adelante sirva con más voluntad y diligencia. Por todo beso los pies de vuestra majestad mil veces y plega a Dios que me dé gracia que yo os sirva a Dios y a vuestra majestad de manera que merezca alguna parte de tan señaladas mercedes, que lo que en mí fuere, yo trabajaré por merecer algo. Y aunque algunas personas con no buena voluntad y por sus pasiones particulares me han querido macular y notar de algunas cosas, en especial diciendo que tengo poca paciencia y que trato mal a los negociantes. (Folio 1v) Yo prometo a vuestra majestad que esto ha sido una maldad muy grande, lo cual se verá bien en mi residencia. Y si alguna vez me he enojado es por ser la gente de su natural indómita y descomedida y atrevida, de corte que algunas veces conviene enojarse el juez. Pero como esto no haya procedido a obras ni palabras injuriosas no me parece que hay de qué quejarse. Decirle a vuestra majestad que hallé esta isla con gran número de negros alzados y la dejo llana y con 34 ingenios molientes y corrientes, que cuando yo vine no molían diez. Y está la ciudad muy ennoblecida y poblada, más que cuando yo vine, y las rentas de vuestra majestad en buen cobro y orden. Si lo guardan en adelante y la Audiencia reformada y puesta en orden de Audiencia y si los que en ella quedaren guardaren la orden que yo les dejaré, la tendrán siempre en muy buen estado. 2- Los oidores que vuestra majestad envía para esta Audiencia no son llegados, luego que lleguen me partiré para Honduras y avisaré a vuestra majestad de mi partida y de lo que más hubiere que avisar. 3- Beso los pies de vuestra majestad por la merced que me hizo en darme licencia que haga mi residencia por procurador aunque yo, si no fuera estorbo a mi partida, más la quisiera dar en persona para que se viera lo poco que la temía. Yo dejaré procurador y fianzas de cincuenta mil castellanos y espero en Dios que lo uno ni lo otro no será menester porque aunque hasta aquí ha parecido que han tenido algunos de mí desabor, ahora veo que a todos les pesa de mi ida porque al cabo no saben si 48 CartasAudienciaII20111205.indd 48 05/12/2011 01:51:26 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) el que viniere será peor. (Folio 2r) Los tres mil castellanos y seiscientos marcos de perlas que vuestra majestad manda enviar, ya se han enviado y en las primeras naos que fueren se llevarán otros cuatrocientos cincuenta marcos de perlas que quedan en el arca. 4- En lo que toca a la hacienda de Hernán Gorjón, sobre que también recibí otra carta de vuestra majestad que vino duplicada, ya escribí respondiendo a la primera cómo traía en almoneda el ingenio y la otra hacienda a él anexa para darlo a censo. Y antes había escrito a vuestra majestad que hombres que sabían de ella la habían tasado en quince o dieciséis mil pesos. Y después la hice tasar particularmente y se tasó en catorce mil doscientos pesos. El domingo pasado la hice rematar y se remató en veintitrés mil doscientos pesos y por ellos dos mil trescientos sesenta pesos en cada un año de censo, de los cuales se pagan doscientos cuarenta pesos que de antes se pagaban sobre el ingenio y los dos mil ciento veinte, que montan novecientos cincuenta y cuatro mil maravedíes, quedan para lo que vuestra majestad mandare disponer de ellos, de los cuales se dieron muy buenas fianzas por manera que queda seguro. A parecer de todos la hacienda se vendió muy bien vendida. Se hallaron presentes a la venta el oidor de vuestra majestad juntamente conmigo y los oficiales de vuestra majestad y la justicia y regimiento y se hizo a contento y voluntad de todos. 5- De las cosas de la isla no hay al presente de qué avisar a vuestra majestad más de lo dicho en esta carta y escrito por otras. (Folio 2v) Ya vuestra majestad sabe cómo cuando yo vine vino conmigo por oidor de vuestra majestad el licenciado Alonso de Grajeda, el cual ha servido a vuestra majestad muy bien y con toda voluntad y diligencia. Es hombre muy limpio y muy recto y honesto y de muy buena intención. Hemos estado siempre en mucha concordia y muy conformes en la administración de la justicia, y yo prometo a vuestra majestad que en todas las Indias no hay oidor que le tenga ventaja y aún creo que le igualarán pocos. El oficio de aquí para en Indias es muy poco, sería cosa muy justa que vuestra majestad le mejorase a otra Audiencia aunque por el presente convendrá estar aquí por la plática y experiencia que tiene en los negocios, pues es justo que a los que sirven tan bien se les gratifique, mayormente en este caso que no se le crece más de mudarle a otra Audiencia, y en ésta no faltará quien tome su plaza y se contentará con esto y aún recibirá muy gran merced y yo la recibiría que vuestra majestad le mandase proveer a la Audiencia de los confines aunque él merece mucho más. 6- Al principio de este año se tomó la cuenta al tesorero de vuestra majestad conforme a la cédula que sobre esto está acá, y se envía a vuestra majestad la relación de ella como por ella verá. Y cierto si cada año se tomasen las cuentas como vuestra majestad tiene mandado, estaría muy bien a su hacienda. (Margen izquierdo: ésta no vino acá.) 7- Aquí se trajo una cédula de vuestra majestad por la cual se manda llevar ciertos bienes de un Juan Gutiérrez Pilo el cual se ahorcó en esta ciudad y sus bienes fueron aplicados (folio 3r) a la Cámara porque no tenía hijos ni descendientes y están en el arca de vuestra majestad y por esto no se envían. Si todavía vuestra majestad 49 CartasAudienciaII20111205.indd 49 05/12/2011 01:51:27 p.m. Genaro Rodríguez Morel mandare que se envíen, se ha de cumplir como vuestra majestad mandare. (Margen izquierdo: véase la cédula.) 8- Aquí han vacado dos canonjías y por parte de un Hernán Gómez de Porras, clérigo, nos fue pedido que tomásemos información de la habilidad y suficiencia de su persona para que vuestra majestad le hiciese merced de una canonjía. Yo certifico a vuestra majestad que es un clérigo muy honrado y muy honesto y hábil y muy buen eclesiástico y que tiene todas las otras cualidades que se requieren para buen clérigo. 9- Esta carta escribí a 12 de enero pasado y la envié en un navío, después hice sacar las escrituras del ingenio de Gorjón y las envío con ésta a vuestra majestad para que las mande ver y confirmar si fuere servido. 10- Yo quedo esperando a los oidores para partirme y me parece que no vienen. Yo los esperaré todo este mes de marzo y parte de abril, y si no vienen me partiré porque en entrando mayo es muy peligrosa la navegación de aquí a Honduras por causa de los nortes, y adonde queda el licenciado Grajeda no haré yo falta. (Margen izquierdo: está bien.) 11- Ayer seis de este mes de marzo recibí otros despachos duplicados para Honduras, y todas las cédulas y despachos que venían para aquí y para San Juan y Cuba y Venezuela y Cabo de la Vela y Cartagena y Santa Marta y Honduras, y todos se enviarán como vuestra majestad manda. (Folio 3v) En estas naos se envían a vuestra majestad cuatrocientos cincuenta marcos de perlas, que el oro que había y las demás perlas se enviaron en una nao de un Bartolomé Sánchez que ya creo será llegada. 12- Por una carta que en aquella nao de Bartolomé Sánchez fue, escribió la Audiencia a vuestra majestad cómo en las cuentas que habíamos tomado últimamente de la hacienda de vuestra majestad habíamos hallado que el alcaide de aquí ha llevado mucha suma de maravedíes de la hacienda de vuestra majestad contra el tenor y forma de lo que vuestra majestad tiene mandado. Por lo cual se mandó que de aquí adelante no los llevase sino conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado y el fiscal le puso demanda de lo que había llevado. Y ahora escribe el alcaide amenazando a todos que nos ha de matar y que trae juez de residencia. Y cierto si él le trae antes que yo me parta, yo estaré a mi residencia, porque en mi presencia yo sé que no tengo residencia y en mi ausencia según la tradición y maldad de la gente de Indias podría ser que me levantasen algún testimonio de que me pesaría mucho. 13- Allá dicen que ha informado el alcaide que había doscientos pares de casas vacías en Santo Domingo, y no dijo lo cierto, porque si no es alguna tienda que hay aquí más que en Toledo no hay una casa cerrada si no es alguna suya, que tiene muchas, y por su no buena condición y careza no le han ganado de alquilarlas. Antes se hacen tantos edificios y tan costosos que ninguna calle hay en la ciudad donde no hay obras nuevas. En solo los edificios de la ciudad se averigua que andan mil quinientos y dos mil esclavos. 14- De las cosas del Perú no ha habido nueva ninguna. Cada día la esperamos y creo serán buenas si Dios quisiere, (folio 4r) porque si hubieran de ser malas ya 50 CartasAudienciaII20111205.indd 50 05/12/2011 01:51:27 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) fueran venidas. Al presente no se ofrece otra cosa de qué avisar a vuestra majestad. Nuestro Señor guarde y ensalce la real persona de vuestra majestad con tanto crecimiento de vida y reinos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a siete de marzo de 1548 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy cierto servidor y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Cerrato 51 CartasAudienciaII20111205.indd 51 05/12/2011 01:51:27 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, No 112 Santo Domingo, 27 de mayo de 1548 Sacra cesárea católica majestad: 1- A veinte días del mes de abril próximo pasado se partió de esta ciudad el licenciado Cerrato siguiendo su viaje a presidir en la Audiencia Real de los Confines en cumplimiento de lo que vuestra majestad le mandó, y no esperó la venida de los oidores que están proveídos para esta Real Audiencia a causa que se le iba el buen tiempo para su navegación, como creo antes que se partiese hizo relación a vuestra majestad, y después de su partida aunque solo he entendido y entré en el despacho de los negocios por la orden y forma que se ha de hacer, conforme a las ordenanzas sin exceder en cosa alguna de ello aunque los que tienen pleitos en revista y causas criminales donde se ha de imponer pena de muerte o mutilación de miembro, no dejan [letra diluida] que yo me quería ayudar para remedio de ello de una cédula de vuestra majestad que aquí se tiene por ordenanza, no provee sino que en caso que el presidente quede solo con un oidor y en tal caso el presidente y el oidor nombran un letrado que se junte con el oidor a despachar los negocios criminales en revista y no provee cosa alguna en los pleitos criminales de vista, de muerte o mutilación de miembro en que uno solo conforme a las ordenanzas de esta Audiencia no puede conocer, por manera que ni está proveído para en revista, en civil ni criminal en caso que uno solo quede presente en el nombramiento han de ser dos, ni en vista en caso de muerte o mutilación de miembro y pues esto se ve muchas veces, convendrá que vuestra majestad lo mande proveer para adelante. 2- Lo del alzamiento de los negros, según lo que tengo entendido, jamás ha de faltar alzados en esta isla por los alientos y aparejo que (folio 1v) para ello tienen, que parece cosa natural suya para cuyo remedio se ha proveído de cuadrillas que andan en su seguimiento como antes de ahora se ha significado a vuestra majestad, en especial contra un Lemba que ha salido un mal caudillo de ellos y con quien más gasto se ha hecho, y ahora contra otra cuadrilla que se ha descubierto que habrá quince días en la provincia de esta isla que se dice Higüey, que hace más de quince años que allí están alzados en unas sierras y montañas junto a la mar para lo cual despaché la gente que me pareció que convenía, con todo el recaudo y aderezo necesario. Y tengo relación que dieron en ellos y tomaron al capitán y le hicieron cuartos. Espero que los tomarán todos que será gran bien para la seguridad de la tierra, que aunque son pocos y no han hecho mucho daño más de haber muerto un español y dos o tres indios, podrían adelante dañar mucho multiplicándose la cuadrilla y haciéndose más prácticos como se ha visto en otros [en mal estado]. 52 CartasAudienciaII20111205.indd 52 05/12/2011 01:51:27 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) 3- Por otras muchas relaciones se habrá visto en su Real Consejo de las Indias la falta de gente que hay en esta isla Española y cómo conviene pasar a ellas labradores casados para que la pueblen, en especial que ha placido a Nuestro Señor que se comenzase a dar en ella trigo de que los vecinos están muy alegres y con instrucción de gastar en esta granjería mucho de lo que tienen. Convendría que vuestra majestad lo mandase proveer y que los que viniesen de la calidad que digo fuesen ayudados con fletes y pasaje para que con más voluntad viniesen. 4- Una de las cosas que convendría proveer sería excusar gastar en pleitos menudos de cosas de servicios y de maestres y mercaderes y gente de la mar porque éstos siempre requieren brevedad así para el despacho de los navíos como para el contentamiento de los que sirven por su soldada, y habiéndose (folio 2r) de llevar por términos ordinarios y conocer de ellos el presidente y los oidores en esta Real Audiencia es muy gran dilación para los que desean brevedad y en ella se pierden y gastan los que poco tienen. Me parece que convendría que vuestra majestad diese facultad a los oidores que cada y cuando cosas de esta calidad ocurriesen ante ellos particularmente lo librasen y despachasen cada uno de ellos por sí, sumariamente, la verdad sabida, porque si alguna de las partes se agraviase su remedio les queda de apelación. (Margen izquierdo: que abrevien las dilaciones en pleitos pequeños y otros que pudieren guardar.) 5- Se ofrece en muchos casos en esta isla donde no se puede haber información sino de negros esclavos y como de derecho no se les da fe sin tormento, se usa así. Y tengo sentido de ellos que los tienen por cosa muy agria por parecerles que sin culpa suya son castigados y de aquí han tomado alguna vez ocasión para alzarse y otras veces callan la verdad aunque la sepan por temor del tormento que especialmente [roto] para que vuestra majestad lo mande proveer como a su real servicio convenga. (Margen izquierdo: que el dicho proveimiento estoy conforme ojo a la ocurrencia de boca por fe lo provean teniendo atención que cuantos la [roto]. 6- El cabildo de esta ciudad de Santo Domingo tiene cédula de vuestra majestad para que las ordenanzas que hiciere de cosas de gobernación de ella las traigan a confirmar a esta Real Audiencia y de aquí viene que los concejos de los pueblos de la tierra adentro y aún de las otras provincias del distrito de esta Real Audiencia ocurren a ella por confirmación de sus ordenanzas y no se despacharon por parecer ser esto de vuestra real preeminencia y de los del vuestro Real Consejo de las Indias y vuestra majestad mande en ello lo que se debe hacer. (Margen izquierdo: que las traigan y por dos años se ejecute siendo por ellos aprobadas.) 7- Un vecino de la isla de la Margarita que se dice Cristóbal Jiménez de Pineda ha hecho relación en esta Real Audiencia que tiene información de indios de ciertas provincias de la costa de Tierra Firme que confinan con aquella isla, que hay (folio 2v) en ellas minas muy ricas de oro y plata y de otros metales, y ha pedido licencia para a su costa descubrirlo. Se tiene por cierto entre algunos que tienen noticia de la tierra que dice que vuestra majestad ha de ser de ello muy servido y conforme a lo que está proveído por estas ordenanzas nuevas le he dado licencia con que dé fianzas de guardar y cumplir ciertos capítulos que en nombre de vuestra majestad 53 CartasAudienciaII20111205.indd 53 05/12/2011 01:51:27 p.m. Genaro Rodríguez Morel le he mandado guardar por instrucción. Los cuales en sustancia dicen que la gente que llevare consigo para este descubrimiento vaya derechamente a las provincias que dice en su petición con que no sea a la gobernación de Venezuela ni a otra que tenga gobernador. Que a la vuelta que volviere, dé cuenta de la gente que a su cargo llevare y que si alguno muriere en la jornada haga inventario de sus bienes por ante escribano y los aproveche y beneficie y dé cuenta de ellos. 8- Ítem que no deje pasar por aquella tierra a persona alguna para el Perú ni Nuevo Reino ni para otra parte sino que la gente volviere la vuelta a donde la sacare so pena de 2000 pesos para vuestra Real Cámara. 9- Que vuelva a dar cuenta a esta Real Audiencia de lo que sucediere en la jornada dentro de dos años después que se hiciere a la vela en el puerto donde saliere. 10- Que a la vuelta no pueda traer ni traiga indio alguno aunque sea de su voluntad o diga que se los vendieron por esclavos so pena de muerte más de hasta dos o tres indios que pueda traer por lenguas si fuere menester para algún buen efecto y servicio de vuestra majestad. 11- Que no pueda haber ni tomar cosa alguna de los dichos indios contra su voluntad si no fuera por rescate a vista de la persona que para ello fuere nombrada por (folio 3r) esta Real Audiencia so pena de perdimiento de todos sus bienes y la persona a merced de vuestra majestad. 12- Que en todas las partes y lugares que llegare tome la posesión por vuestra majestad y tome las alturas del Sol. 13- Que dé fianzas en diez mil castellanos que cumplirá lo dicho y no excederá en ello en cosa alguna. 14- Lo que de aquí sucediere con lo demás que en esta isla se ofreciere haré saber a vuestra majestad. Nuestro Señor guarde y acreciente la real persona de vuestra sacra cesárea católica majestad con crecimiento de mayores reinos y señoríos como vuestro real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 27 de mayo de 1548 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Su humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 54 CartasAudienciaII20111205.indd 54 05/12/2011 01:51:27 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, No 113 Santo Domingo, 23 de junio de 1548 Sacra cesárea católica majestad: 1- Después de haber escrito a vuestra majestad la que va con esta, se ofreció que un barco que había salido de este puerto para San Juan de Puerto Rico, en que iba el provincial de Santo Domingo, volvió huyendo aquí de un corsario francés que estaba surto en una isleta cerca de ésta, que se dice Santa Catalina, junto a la Saona que es al paso de las naos que de aquí van para España. El cual había tomado otro barco que llevaba vinos y otros bastimentos para la Margarita. Luego envié un bergantín a toda prisa a dar aviso a una nao y una carabela que se habían partido el día antes para esos reinos porque no fuesen tomados de esta mala gente y así se hizo. Y vueltos aquí hice armar en veinte horas la misma nao que se volvió y otra carabela, y un barco con remos y todo aderezo. Y se partieron en demanda del francés al cual no hallaron aunque descubrieron todas las partes donde se presumía que estuviesen. Se cree que es ido al Cabo de la Vela o a Santa Marta. Se ha dado aviso a todos los puertos de esta isla y así se hará cuando cosas de esta calidad se ofrecieren. (Margen izquierdo: bien.) 2- El licenciado Zurita, oidor de esta Real Audiencia, entró en este puerto a diez del presente, y en otras naos que venían en su conserva para Nueva España venía el doctor Sepúlveda y licenciados Lebrón y Contreras que van proveídos para la Nueva Galicia. Y el doctor Sepúlveda falleció desde a tres días que aquí llegaron. Doy de ello noticia a vuestra majestad para que si por su muerte conviene proveer algo, se haga. 3- Vuestra majestad escribió en días pasados al licenciado Cerrato como se había crecido el salario a los oidores de esta su Real Audiencia como acá se vería, y hasta ahora no se ha visto despacho ni provisión de ello, más de que el licenciado Zurita trae en su título de oidor trescientos setenta y cinco mil maravedíes de salario y yo me estoy con los trescientos mil que tenía. A vuestra majestad suplico sea servido de mandar a los oficiales de esta isla (folio 1v) me paguen mi salario con el crecimiento desde el día que vuestra majestad lo mandó proveer, pues de justicia se me debe por estar yo sirviendo en el oficio a la sazón y antes y después, además de que por los servicios que he hecho no lo tengo desmerecido, ni ninguno de los que en estas partes están no me hace ventaja en deseo de acertar en las cosas de vuestro real servicio. (Margen izquierdo: proveído.) 4- De cuatro o cinco días a esta parte ha venido aquí un vecino del Cabo de la Vela, o Río del Hacha, con cartas del cabildo de allí en que dicen que han descubierto unas minas muy ricas junto a las Sierras Nevadas, que están entre aquel río y 55 CartasAudienciaII20111205.indd 55 05/12/2011 01:51:27 p.m. Genaro Rodríguez Morel Santa Marta. Traen de ello cierta información de la cual le envío a vuestra majestad el traslado que va con ésta. El oro que sacaron en las catas que hicieron es muy fino aunque es tan poco que no se qué pueda creer de ello aunque dicen que cargaron sobre ellos tantos indios que no les dieron lugar a sacar más y que esto lo sacaron sobre el haz de la tierra, cavando solamente hasta un palmo. Hasta ahora no se ha pedido nada por su parte si acá se pudiere proveer alguna cosa de lo que pidieren, se ha de hacer en el entretanto que vuestra majestad otra cosa manda. Guarde Nuestro Señor la vida de vuestra sacra cesárea católica majestad con aumento de muchos reinos y señoríos como vuestro real corazón desea. En Santo Domingo de la Española a 23 de junio de 1548 años. (Margen izquierdo: avise siempre.) De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 56 CartasAudienciaII20111205.indd 56 05/12/2011 01:51:27 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, No 114 Santo Domingo, 16 de octubre de 1548 Sacra cesárea católica majestad: 1- Habrá veinte días que por la vía de la isla de San Juan se recibió en esta Real Audiencia un pliego de cartas que vuestra majestad mandó despachar de Valladolid el mes de junio pasado. Y por una su real cédula que en él venía, vimos lo que se nos manda acerca de que estemos apercibidos por la nueva que se tenía que corsarios de Francia eran pasados a estas mares. Y en la hora visitamos la fortaleza de esta ciudad y se puso en orden la artillería y refinó la pólvora y aderezaron todas las armas y municiones que en ella había. Y se dio noticia a toda la gente de la ciudad para que tuviesen prestos sus armas y caballos. Incontinente despachamos mensajeros a toda diligencia a los puertos de la isla para que se apercibiesen y procurasen no solamente de defenderse pero ofenderles si por allí llegaren, con que se les prohibió que por ninguna vía entren con ellos en trato ni rescate, ni les dejen tomar agua ni leña ni carne como otras veces lo han hecho, de que ha redundado alguna más osadía para pasar por acá. (Margen izquierdo: bien.) 2- En esta visitación que hicimos de la fortaleza hallamos en ella poca cantidad de pólvora y, pues acá hay muy buen carbón para hacerla, convendría que vuestra majestad mandase a sus oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla que provean en los primeros navíos de alguna cantidad de salitre porque en la fortaleza hay piedra azufre. (Margen izquierdo: ya se ha enviado.) 3- Hace más de ocho meses que no han venido a esta isla directamente navíos de esos reinos, salvo algunos que de camino han tocado en este puerto para la Nueva España y el Nombre de Dios, de que ha sucedido que hemos estado sin pan ni vino y sin otros proveimientos que de allá se traen, en tanto que ha llegado a valer una pipa de harina podrida a sesenta y setenta castellanos y una pipa de vino bajo cuarenta y cincuenta pesos y la arroba de aceite a cuatro y cinco pesos y así a este respecto todo lo demás. Dicen que la causa de esta tan grande falta ha sido que se ha prohibido el pasaje y navegación de acá a las carabelas de las Islas Canarias y del Condado, por cierta provisión antigua del (folio 1v) tiempo de las guerras de Francia, en que se mandó que navíos de menos de ochenta toneles no pudiesen venir acá siendo la cosa que más ha sustentado esta tierra, así en el proveimientos que han traído como en llevar a esos reinos los azúcares y cueros, lo cual está al presente todo en calma porque no hay en qué cargarlo. Y si se ha de esperar a los navíos que vienen de Sevilla téngase por cierto que la tierra recibirá muchos daños porque para traer los mantenimientos que son menester cada año bastan diez navíos y para llevar las granjerías de la tierra no bastan cuarenta. Y de aquí ha venido que las rentas reales, 57 CartasAudienciaII20111205.indd 57 05/12/2011 01:51:27 p.m. Genaro Rodríguez Morel que solo el almojarifazgo según nos informan los oficiales de ella valía cada año quince mil castellanos arriba no ha valido este presente tres mil. (Margen izquierdo: tráigase lo proveído para Canarias y lo de las carabelas.) 4- Parece que convendría que vuestra majestad fuese servido de mandar que en esto no se hiciese innovación alguna tan en perjuicio de toda esta tierra y del trato y comercio de ella y además que dejasen venir libremente a esta isla todos los labradores y trabajadores que quisieran pasar a residir en ella pues estos son verdaderos pobladores. Porque nos dicen que por el defendimiento pasado, a causa del alzamiento del Perú, no se deja pasar ninguna gente, y pues Dios Nuestro Señor fue servido que todo ello se redujese al servicio y obediencia de vuestra majestad, como siempre lo tuvimos por cierto que así había de suceder y sin batalla, suplicamos a vuestra majestad que a lo menos para esta isla se dé licencia general a todos los que a ella quisieren pasar. Y mande que en todo sea favorecida y ayudada pues fue la primera que en este mar Océano se descubrió, y de donde todo lo demás se ha descubierto y poblado. (Margen izquierdo: que así está dado.) 5- Acá se ofrecen algunas veces que para la navegación de estas mares es menester examinar los pilotos que en ellas andan y navegan. Y en tiempos pasados tuvo comisión para ello el licenciado Zuazo, oidor de esta Real Audiencia, y así convendría que vuestra majestad lo mandase cometer acá a esta su Real Audiencia, o a quién fuere servido, el examen de los tales pilotos que con otros se podrá fácilmente hacer porque la navegación y trato no se impidiese. (Margen izquierdo: que ellos nombren personas que los examinen para andar [tinta diluida] de allá.) 6- A vuestra majestad se ha hecho muchas veces relación de los trabajos, daños, quemas de ingenios y muerte de españoles y otros robos que los negros cimarrones que andaban alzados han hecho y de cada día hacían. Y los grandes gastos y costas que para su seguimiento se gastaban, todo ello por averías sobre cuanto entra y sale en esta isla. Y que el capitán de ellos se decía Lemba, negro demasiado diestro y muy entendido en las cosas de la guerra y a quien todos obedecían y temían. Y aunque de ciento cuarenta que se juntaron los dejamos en menos de veinte, que todos los demás fueron presos y muertos y hecho justicia de los principales de ellos, este Lemba con los pocos que le quedaron inventó de andar a caballo él y ellos. Y llegó a tanto (folio 2r) su atrevimiento que ya salía a los caminos adonde ha hecho muchos robos y daños. Puesto que jamás se ha dejado de andar en su seguimiento una cuadrilla de españoles y negros ligeros, la cual cuadrilla lo siguió de tal manera que este mes de septiembre pasado, viniendo todos ellos a caballo, mató al dicho Lemba y a otros cuatro principales, sus capitanes. Y se escaparon seis o siete de ellos que se metieron y escondieron en los montes, tras los cuales anda una cuadrilla que no cesa hasta que los prendan o maten. Ha sido la muerte de este Lemba tan necesaria para la seguridad de la isla y para el ejemplo de los negros mansos que certificamos a vuestra majestad que se tiene por una de las cosas que más convenía a la población de ella porque no osaban castigar los negros, ni aun mandarlos, estando éste en el campo. (Margen izquierdo: agradecimiento.) 58 CartasAudienciaII20111205.indd 58 05/12/2011 01:51:27 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) 7- El primero que le dio una lanzada fue un negro ligero, esclavo del cabildo de esta ciudad, al cual se le dio la horría y libertad y licencia para traer armas, porque pareció que así convenía para el ejemplo de los demás. No obstante la muerte de este capitán y de los de su compañía, ya que pensábamos que quedaba todo seguro y allanado, se ha ofrecido la semana pasada que en el partido de La Vega se han levantado otra cuadrilla de quince negros los cuales han muerto un español que estaba en su hacienda y a los negros que con él tenía, y han venido a alzamiento real y hecho en él cierto robo y despojo. Nos escribieron de aquellos pueblos pidiéndonos socorriésemos con gente, armas y calzado. Y aunque las sisas que corren para esta guerra están empeñadas en más de cinco mil pesos de oro, por la poca entrada y salida que ha habido este año en la isla, todavía se les socorrió con todo lo que pidieron porque no suceda como en el pasado, que de pocos se junten muchos. 8- En días pasados, como yo el licenciado Grajeda hice relación a vuestra majestad, estando solo en esta su Real Audiencia se ofreció un Cristóbal Jiménez de Pineda de ir a descubrir minas de oro en la costa de la Tierra Firme, en la provincia de Caracas que cae cerca de la gobernación de Venezuela, porque se tenía noticia por indios que las había muy ricas y que se le había concedido licencia para ello guardando los capítulos que vuestra majestad manda en las ordenanzas. Estando aderezado para hacer este descubrimiento, ha venido navío de aquella gobernación que trajo nuevas cómo la gente de ella ha poblado en aquellos Caracas a efecto del coger oro en las minas y que quedaban entendiendo en labranzas y fundando un pueblo a la mar, de manera que ha cesado la ida de Pineda. De la dicha gobernación se escribirá con el primer pasaje encargándoles aquel descubrimiento de las minas por el servicio que de ello redundará a las rentas reales y por lo que toca a la población de aquella tierra. (Margen izquierdo: que no sea con indios y repartidores conforme a lo referido.) 9- Muchas veces se ha platicado los trabajos y gastos que se hacen en ir y venir al Nuevo Reino por los largos y malos caminos que se pasan por mar y tierra, a causa de lo cual aquel reino no está poblado, y los moradores de él se proveen de lo que han menester a excesivos precios. Y junto con ello se tiene por cierto que si se hiciese un pueblo en la culata de la laguna de Maracaibo, que ya está andada y caminada por mar y tierra así por los del dicho Nuevo Reino como (folio 2v) por los de Venezuela en cuya gobernación cae, que sería camino muy provechoso y sin ninguno de los trabajos que por éste otro se padecen. Y que el reino se poblaría y los vecinos serían abastecidos a muy poca costa y tendrían salida las granjerías de aquella tierra porque se averigua que desde la dicha laguna no hay más de cincuenta leguas al reino y todas ellas de tierra llana muy poblada de gente doméstica y abundante de mantenimientos, además que se descubrieron grandes minas de oro y otros metales de que tienen noticias. Y por aquel camino se iría al Dorado, de quien tanta relación se tiene. Y el camino por mar y tierra sería desde este puerto en menos de veinte días ordinariamente, con que se podría excusar otra Audiencia que dice que para aquella provincia se quería proveer pues no hay en toda ella doscientos vecinos, sino otros muchos beneficios que de andar este camino se redundarían. Y como en 59 CartasAudienciaII20111205.indd 59 05/12/2011 01:51:28 p.m. Genaro Rodríguez Morel aquella gobernación al presente no haya persona que le gobierne, porque el licenciado Tolosa que residía allí por juez de residencia es pasado al Cabo de la Vela, se ha ofrecido que es venido del dicho Nuevo Reino a esta ciudad el capitán Jerónimo de Aguayo que con gente de aquel reino descubrió aquella tierra y tiene asaz noticia y experiencia de todo ello además de ser persona en quien parece que concurren todo lo que para este efecto se requiere. Con el cual está en plática la parte de los Bélzares para que vaya a hacer esta población en la dicha laguna de Maracaibo, y de allí prosiga al Nuevo Reino allanando y asegurando el camino, como cosa que tanto conviene a su gobernación. Creemos que se concertará para ello y, siendo así, por lo que toca al real servicio de vuestra majestad se hará con él todo lo posible. Y que lo que se asentare y concertare acerca de ello, se hará relación en los primeros navíos. (Margen izquierdo: que se [tinta borrosa] si se desvela nuevo reino. Véase si está respondido o proveído algo.) 10- Si vuestra majestad no hubiere mandado prorrogar la merced del labrar de la moneda de plata, conviene a su real servicio la mande despachar (folio 3r) por la grande falta que la tierra tiene de la dicha moneda para el trato de ella. (Margen izquierdo: véase lo proveído y envíese a los oidores duplicado lo de las vacas y proceda.) Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 16 de octubre de 1548 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita 60 CartasAudienciaII20111205.indd 60 05/12/2011 01:51:28 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, N° 115 Santo Domingo, 17 de octubre de 1548 Ilustrísimo señor: 1- En los navíos que se partieron de este puerto por el mes de julio pasado, escribí a vuestra señoría lo que al presente se me ofreció y supliqué me hiciese merced de mandar que yo fuese pagado de mi salario al respecto de mil ducados que su majestad fue servido de mandar acrecentar desde el día que se proveyó, porque de justicia se me debe y ahora lo vuelvo a traer a la memoria de vuestra señoría. 2- Lo que además se ofrece que significar a vuestra señoría por que no va en la carta que esta Real Audiencia escribe a su majestad y al de su Real Concejo y conviene a su real servicio que vuestra señoría lo sepa para mandarlo proveer como convendrá, es que en esta isla mueren algunos españoles que dejan hijos menores con muchos bienes raíces y haciendas que ganaron sus padres en esta tierra. Y como hay tantos mercaderes aquí y tan prácticos e industriosos para adquirir haciendas los llevan consigo a España y [roto] parientas suyas, pobres y de su ralea y tienen formas como ellos se proveen de curadores y envían acá sus poderes y los bienes se venden y mal abaratan contra la voluntad y disposición de los padres de estos menores que dejan mandado que vivan y permanezcan en estas partes donde ganaron los bienes que les dejan. Sería cosa muy conveniente y necesaria para la población que esto se proveyese de manera que cesasen las cautelas y formas que estos tienen para ganar lo ajeno. (Margen izquierdo: que el presidente y oidores conforme a derecho provean lo que más convenga en los casos que ocurrieren.) 3- También hay otra cosa y es que los clérigos y frailes en estas partes tienen mucho atrevimiento para hacer y cometer delitos, entre los cuales diré a vuestra señoría algunos de que tengo memoria. En días pasados iba un alguacil mayor de esta Chancillería en seguimiento de uno que había muerto a otro, y habiéndolo acusado y prendido en la calle pública junto al Monasterio de Santo Domingo de esta ciudad salieron el prior y frailes de este convento y se lo quitaron y metieron en su Monasterio y aunque se buscó no se pudo hallar y se fue sin castigo. Después de esto un fraile del monasterio de la Merced, sacerdote, hubo ciertas palabras con un canónigo de esta Iglesia y una noche, armado y sin hábito de lego, (folio 1v) fue a la iglesia y dentro de ella saliendo el canónigo de [roto] le dio una cuchillada en la cabeza y cara y le dejó [roto] viendo que quedaba muerto y así estuvo en este [roto] de la herida y se volvió a su monasterio donde [roto] que celebró públicamente y que el comendador y [roto] lo aprobaron porque dicen que el canónigo había dicho [roto] cosa en su ofensa. Ahora de pocos días a esta parte dicen que dos frailes del mismo Monasterio de la Merced hubieron cierta pasión y que el uno dio al otro una cuchillada por la cara y desde hace ciertos 61 CartasAudienciaII20111205.indd 61 05/12/2011 01:51:28 p.m. Genaro Rodríguez Morel días el herido mató al otro y así lo tienen aquí por cierto porque no hay persona que lo haya visto en el Monasterio ni fuera y el de la herida por la cara está preso en un brete. Y también un canónigo, mancebo de esta iglesia, hijo de un vecino de aquí, habrá cinco o seis días, dio estando en el coro con una mano de apuntar al Chantre de la misma iglesia un golpe en que le dio una herida en la cabeza con efusión de mucha sangre. Además de otras muchas cosas y cada día se ofrecen de esta calidad y aunque en todo yo he dicho lo que conviene al provisor y jueces eclesiásticos y ofrecido el favor necesario de parte de su majestad, no ha bastado para frenar estos atrevimientos, antes más desvergonzada [roto] cometen cada día más atroces delitos por la negligencia y omisión de sus jueces [roto] nosotros no tenemos comisión de su majestad para poner la mano en mi sede ajena, convendría que se nos enviase a mandar lo que en esto debemos hacer cuando casos semejantes se ofrecieren y especialmente desacatos contra la real justicia. Y suplico a vuestra señoría me haga merced en que la reciba yo de su mano si alguna cosa se suplicare en ese Real Consejo en mi nombre, cuya vida e ilustrísimo estado Nuestro Señor acreciente como vuestra señoría lo desea. En Santo Domingo, a 17 de octubre de 1548 años. (Añadido: Al Arzobispo y provinciales y lo de los tormentos de los negros. Vista, respóndase.) Ilustrísimo señor, Besa las manos de vuestra señoría ilustrísima, su servidor. El licenciado Grajeda 62 CartasAudienciaII20111205.indd 62 05/12/2011 01:51:28 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 18, No 116 Santo Domingo, 17 de octubre de 1548 Sacra cesárea católica majestad: 1- Habrá 20 días que por la vía de la isla de San Juan se recibió en está su Real Audiencia un pliego de cartas que vuestra majestad mandó despachar de Valladolid el mes de junio pasado y por una su real cédula que en él venía vimos lo que se nos manda acerca de que estemos apercibidos por la nueva que se tenía que corsarios de Francia eran pasados a estas mares y en la hora visitamos la fortaleza de esta ciudad y se puso en orden la artillería y refinó la pólvora y aderezaron todas las armas y municiones que en ella había y se dio noticia a toda la gente de la ciudad para que tuviesen prestas sus armas y caballos. Incontinente despachamos mensajeros a toda diligencia a los puertos de la isla para que se apercibiesen y procurasen de no solamente defenderse, pero ofenderles si por allí llegasen, con que se les prohibió que por ninguna vía entren con ellos en trato ni rescate, ni les dejen tomar agua ni leña ni carne como otras veces lo han hecho de que ha redundado alguna más osadía para pasar por acá. 2- En esta visitación que hicimos de la fortaleza hallamos en ella poca cantidad de pólvora, y pues acá hay muy buen carbón para hacerla convendría que vuestra majestad mandase a sus oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla que provean en los primeros navíos de alguna cantidad de salitre porque en la fortaleza hay piedra azufre. (Margen izquierdo: a los oficiales de Sevilla que envíen diez quintales de salitre.) 3- Hace más de ocho meses que no ha venido a esta isla derechamente navíos de esos reinos salvo algunos que de camino han tocado en este puerto para la Nueva España y Nombre de Dios, de que ha sucedido que hemos estado sin pan ni vino (folio 1v) y sin otros proveimientos que de allá se traen en tanto que ha llegado a valer una pipa de harina podrida a 60 y 70 castellanos, y una pipa de vino bajo 40 y 50 pesos y el arroba de aceite a cuatro y cinco pesos y así a este respecto todo lo demás. Dicen que la causa de esta tan grande falta ha sido que se ha prohibido el pasaje y navegación de acá a las carabelas de las Islas Canarias y del Condado por cierta prohibición antigua de tiempos de las guerras de Francia en que se mandó que navíos de menos de 80 toneles que no pudiesen venir acá siendo la cosa que más ha sustentado esta tierra, así en el proveimiento que han traído como en llevar a esos reinos los azúcares y cueros lo cual está al presente todo en calma porque no hay en qué cargarlo, y si se han de esperar a los navíos que vienen de Sevilla téngase por cierto que la tierra recibirá mucho daño porque para traer los mantenimientos que son menester cada año bastan 10 navíos y para llevar las granjerías de la isla no bastan 40. 63 CartasAudienciaII20111205.indd 63 05/12/2011 01:51:28 p.m. Genaro Rodríguez Morel 4- Y de aquí ha venido que las rentas reales de esta isla que solo el almojarifazgo, según nos informan los oficiales de ella, valía cada año de 15.000 castellanos arriba no ha valido este presente 3000. 5- Parece que convendría que vuestra majestad fuese servidor de mandar que en esto no se hiciese innovación alguna tan en perjuicio de toda esta tierra y del trato y comercio de ella y además que dejasen venir libremente a esta isla todos los labradores y trabajadores que quisieren pasar a residir en ella, pues estos son los verdaderos pobladores porque nos dicen que por el defendimiento pasado a causa del alzamiento del Perú no se deja pasar ninguna gente, y pues Dios Nuestro Señor fue servido que todo ello se redujese al servicio y obediencia de vuestra majestad como siempre lo tuvimos por cierto que así había de suceder y sin batalla, suplicamos a vuestra majestad que a lo menos para esta isla se dé licencia general a todos los que a ella quisieren pasar y mande que en todo sea favorecida y ayudada pues fue la primera que en éste mar Océano se descubrió y de donde todo lo demás se ha descubierto y poblado. (Margen izquierdo: para todos.) 6- Acá se ofrecen algunas veces que para la navegación de estas mares es menester examinar los pilotos que en ellas andan y navegan y en tiempos pasados tuvo comisión para ello el licenciado Zuazo, oidor de esta Real Audiencia, y así convendría que vuestra majestad lo mandase cometer acá a esta su Real Audiencia, o a quien fuese servido, el examen de los tales pilotos que (folio 2r) con otros se podría fácilmente hacer porque la navegación y trato no se impidiese. (Margen izquierdo: que como está mandado que los pilotos vayan examinados, que al que pasare sin llevar cédula de examen hagan justicia.) 7- A vuestra majestad se ha hecho muchas veces relación de los trabajos, daños, quemas de ingenios y muerte de españoles y otros robos que los negros cimarrones que andaban alzados han hecho y de cada día hacían, y los grandes gastos y costas que para su seguimiento se gastaban, todo ello por averías sobre cuanto entra y sale en esta isla. Y que el capitán de ellos se decía Lemba, negro demasiadamente diestro y muy entendido en las cosas de la guerra y a quien todos obedecían y temían, y aunque de 140 que se juntaron los dejamos en menos de 20 que todos los demás fueron presos y muertos y hecho justicia de los más principales de ellos. Este Lemba con los pocos que le quedaron inventó de andar a caballo él y ellos y llegó a tanto su atrevimiento que ya salía a los caminos adonde ha hecho muchos robos y daños. Puesto que jamás se ha dejado de andar en su seguimiento una cuadrilla de españoles y negros ligeros, la cual cuadrilla lo siguió de tal manera que este mes de septiembre pasado viniendo todos ellos a caballo mató al dicho Lemba y a otros cuatro principales, sus capitanes, y escaparon seis o siete de ellos que se metieron y escondieron en los montes, tras los cuales anda una cuadrilla que no cesa hasta que los prendan o maten. Ha sido la muerte de este Lemba tan necesaria para la seguridad de la isla y para ejemplo de los negros mansos que certificamos a vuestra majestad que se tiene por una de las cosas que más convenía a la población de ella porque no osaban castigar los negros ni aun mandarlos estando éste en el campo. 64 CartasAudienciaII20111205.indd 64 05/12/2011 01:51:28 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) 8- El primero que le dio una lanzada fue un negro ligero, esclavo del cabildo de esta ciudad, al cual se le dio la horría y libertad y licencia para traer armas porque pareció que así convenía para ejemplo de los demás. (Margen izquierdo: que está bien.) 9- No obstante la muerte de este capitán y de los de su compañía, ya que pensábamos que quedaba todo seguro y allanado, se ha ofrecido la semana pasada que en el partido de La Vega se ha levantado otra cuadrilla de 15 negros los cuales han muerto un español que estaba en su hacienda y a dos negros que con él tenía, y han venido al camino real y hecho en él cierto robo y despojo. Nos escribieron de aquellos pueblos pidiendo les socorriésemos (folio 2v) con gente, armas y calzado y, aunque las sisas que corren para esta guerra están empeñadas en más de 5000 pesos de oro por la poca entrada y salida que ha habido este año en la isla, todavía se les socorrió con todo lo que pidieron porque no acaezca como en lo pasado que de pocos se junten muchos. (Margen izquierdo: ídem.) 10- En días pasados, como yo el licenciado Grajeda hice relación a vuestra majestad, estando solo en esta su Real Audiencia se ofreció un Cristóbal Jiménez de Pineda de ir a descubrir minas de oro en la costa de la Tierra Firme, en la provincia de los Caracas que cae cerca de la gobernación de Venezuela, porque se tenía noticia por indios que las había muy ricas y que se le había concedido licencia para ello guardando los capítulos que vuestra majestad manda en las ordenanzas. Estando aderezando para hacer este descubrimiento ha venido navío de aquella gobernación que trajo nuevas cómo la gente de ella ha poblado en aquellas caracas a efecto del coger oro en las minas y quedaban entendiendo en labranzas y fundando un pueblo a la mar, de manera que ha cesado la ida de Pineda a la dicha gobernación. Se escribirá con el primer pasaje encargándoles aquel descubrimiento de las minas por el servicio que de ello redundará a las rentas reales y por lo que toca a la población de aquella tierra. (Margen izquierdo: que está bien y tengan cuidado de advertirlos que guarden las leyes en el buen tratamiento de los indios.) 11- Muchas veces se ha platicado los trabajos y gastos que se hacen en ir y venir al Nuevo Reino por los largos y malos caminos que se pasan por mar y tierra, a causa de lo cual aquel reino no está poblado y los moradores de él se proveen de lo que han menester a excesivos precios. Y junto con ello se tiene por cierto que si se hiciese un pueblo en la culata de la laguna de Maracaibo, que ya esta andada y caminada por mar y tierra así por los del dicho Nuevo Reino como por los de Venezuela en cuya gobernación cae, que sería camino muy provechoso y sin ninguno de los trabajos que por este otro se padecen, y que el reino se poblaría y los vecinos serían abastecidos a muy poca costa y tendrían salida las granjerías de aquella tierra porque se averigua que desde la dicha laguna no hay más de 50 leguas al Reino y todas ellas de tierra llana muy poblada de gente doméstica y abundante de mantenimientos. Además que se descubrirán grandes minas de oro y otros metales de que tienen noticias y por aquel camino se iría al Dorado de quien tanta relación se tiene y el camino por mar y tierra sería desde este puerto en menos de 20 días ordinariamente con que se podrá excusar otra Audiencia que dice que para aquella provincia se quería proveer, pues no hay en toda ella 200 65 CartasAudienciaII20111205.indd 65 05/12/2011 01:51:28 p.m. Genaro Rodríguez Morel vecinos, sin otros muchos beneficios que de andarse (folio 3r) este camino redundarían. Y como en aquella gobernación al presente no hay persona que la gobierne, porque el licenciado Tolosa que residía allí por juez de residencia es pasado al Cabo de la Vela, se ha ofrecido que es venido del dicho Nuevo Reino a esta ciudad el capitán Jerónimo de Aguayo que con gente de aquel reino descubrió aquella tierra y tiene asaz noticia y experiencia de todo ello además de ser persona en quien parece que concurre todo lo que para este efecto se requiere con el cual está en plática la parte de los Bélzeres para que vaya a hacer esta población en la dicha laguna de Maracaibo y de allí prosiga al Nuevo Reino, allanando y asegurando el camino como cosa que tanto conviene a su gobernación. Creemos que se concertarán para ello y siendo así por lo que toca al real servicio de vuestra majestad se hará con él todo lo posible y de lo que se asentare y concertare acerca de ello se hará relación en los primeros navíos. (Margen izquierdo: para todos.) 12- Si vuestra majestad no hubiere mandado prorrogar la merced del labrar de la moneda de plata, conviene a su real servicio la mande despachar por la grande falta que la tierra tiene de la dicha moneda para el trato de ella. (Margen izquierdo: para todos.) Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 17 de octubre de 1548. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita 66 CartasAudienciaII20111205.indd 66 05/12/2011 01:51:28 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 117 Santo Domingo, 23 de enero de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- En todas las naos que de este puerto de Santo Domingo parten hacemos relación a vuestra majestad de lo que se ofrece y lo que al presente nos ocurre es: Por el mes de octubre recibimos en la carabela de aviso la cédula real de vuestra majestad en que nos manda dar noticia de la pasada a estas mares de naos del reino de Francia a título de rescatar y contratar para que si por acá aportasen procurásemos de prenderlos y no se permitiese contratación con ellos como ya de ello hicimos relación a vuestra majestad. Luego por el mes de noviembre llegaron al puerto de San Germán de la isla de San Juan tres navíos del dicho reino de Francia, el uno de más de 200 toneles y el otro de cien y una carabela latina adonde procuraron de contratar y no fueron admitidos y así se bajaron a esta isla y se pusieron en la costa de ella entre las islas de la Saona y Santa Catalina donde estuvieron más de 20 días, creemos que esperando de hacer presa, y como no la pudieron haber se vinieron sobre este territorio donde anduvieron cuatro días a nuestra vista poco más de una lengua de esta ciudad y porque en este territorio a la sazón no había navíos ni carabelas para hacer armada contra ellos y de cada hora se esperaban las naos de Castilla y de otras partes temiendo que harían daño en ellas, como en la verdad lo hicieran si a aquella sazón llegaran. Procuramos de asegurarlos y entretener por la mejor vía que nos pareció y así se envió a ellos un bergantín para que nos hiciesen saber el efecto de su venida a estas partes pues vuestra majestad tenía mandado asentar paz con su rey, y nos respondieron por escrito que venían a contratar en estas tierras y que traían muchos vinos y harinas, paños, sedas y lienzos y otras cosas, que se les diese seguro para surgir a la boca de este territorio y vender sus mercaderías. Y deseando que entrasen en el puerto para efectuar lo que vuestra majestad nos había enviado a mandar, se tuvo manera cómo sugieran cerca del río a tiro (folio 1v) de lombarda de la ciudad y, como se vieron surtos, reconocieron la fuerza del puerto y descubrieron el artillería. Fue tanto su temor que en volviendo el viento a la tierra y siendo de noche se hicieron a la vela y se fueron sin querer más esperar, y así se bajaron por la costa abajo a un puerto de un ingenio a 16 leguas de esta ciudad y aunque procuraron de contratar no se les dio lugar a ello y luego avisamos que los detuviesen en palabras porque ya en este puerto había tres navíos con que comenzamos a hacer armada contra ellos y como lo sospecharon se fueron de allí, creemos que a la costa de la Tierra Firme y pues están avisados no pensamos harán daño ninguno y porque a la continua no han de faltar por acá de estos franceses y alguno parece que en entrando en rescate con ellos se podrían prender. Vuestra majestad 67 CartasAudienciaII20111205.indd 67 05/12/2011 01:51:28 p.m. Genaro Rodríguez Morel mande lo que en esto es servido que se haga. (Margen izquierdo: que se junte todo lo que hay sobre esto y se vea.) 2- Muchas veces se ha hecho relación del alzamiento de los negros de esta isla y principalmente de una cuadrilla de más de 140 de que era su capitán uno de ellos que se llamaba Lemba y de los daños, quemas y robos que hicieron y los grandes gastos que para su seguimiento se echaron por sisas y de cómo se trajeron a tal estado que no les quedaron más de 15 con el dicho su capitán porque todos los demás fueron muertos en la guerra y presos de que se hizo justicia y que el mes de octubre pasado fue muerto este Lemba y cuatro de los principales que no quedaron más de 10 que se escaparon en los montes. Fueron seguidos de tal manera que se han venido de paz con que se les dé la vida y los echen de la tierra. Por ellos hemos enviado, venidos que sean se hará lo que fuere justicia de manera que totalmente queda acabado lo de estos negros alzados que ha sido gran bien para la isla y para los otros mansos que ya conocen que no les conviene alzarse. (Margen izquierdo: que lo han hecho bien y que se les responda graciosamente así que se tiene en servicio.) 3- Grande fue la necesidad que se tuvo de pan y vino y otros mantenimientos de esos reinos en tanto que por el mes de noviembre llegó a valer una arroba de vino bajo seis o siete castellanos, y en cosa de harina vino a tal extremo que apenas se hallaba para celebrar y así por estos términos todo lo demás. En este trabajo nos socorrieron seis carabelas de las islas de Canarias cargadas de vinos y harinas y otros proveimientos de manera que con razón clama esta tierra (folio 2r) por aquellas carabelas y por las otras del Condado, para qué vuestra majestad tiene dada licencia, las cuales dice que se impiden por ser de porte de menos de 80 toneles. Vuestra majestad provea en ello lo que fuere su servicio que aquello se cumplirá. (Margen izquierdo: que se mire esto del porte de estas carabelas y se haga al tiempo que se viere lo que se ordena lo de la navegación de las ordenanzas.) 4- En este puerto la semana pasada ha entrado una urca de Flandes que según parece salió de Lisboa fletada para el Brasil, y con tiempos contrarios no pudo tomar aquella tierra y arribó a esta isla y como son vasallos de vuestra majestad todos los que la navegan y de sus señoríos de Flandes pensamos que debajo de fianzas y con maestre y piloto de los naturales de Castilla remitirla a los oficiales de la Casa de la Contratación para que hagan de ella lo que vuestra majestad les envíe a mandar. 5- Muchas son las quejas que han venido y de cada día vienen del licenciado Chaves, gobernador de la isla de Cuba, de muchos agravios y desafueros que dice que les hace y que no les deja escribir ni pedir juez de residencia puesto que tenemos cartas de particulares que con grande instancia piden les socorramos en la necesidad en que están, y que se envíe juez de residencia a su costa de ellos mismos. Y porque todo lo de aquella isla está muy despoblado no ha parecido de proveer al presente cosa ninguna sin primero hacer relación de ello, y para saber la razón que tienen de quejarse se remitió al capitán Jerónimo de Aguayo, que está junto de aquella isla, la pesquisa de lo que pasa, tomando por testigos a los alcaldes y regidores y vecinos principales y la envíe a esta Real Audiencia para que, vista, se provea lo que convenga, dejando proveído que todos acaten y obedezcan al gobernador y si pudiere los 68 CartasAudienciaII20111205.indd 68 05/12/2011 01:51:29 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) deje en toda paz y conformidad pues esto es lo que más conviene. (Margen izquierdo: que ya está proveído juez de residencia.) 6- Un vecino de esta ciudad que se dice Esteban de Ávila, por intercesión de amigos suyos, vecinos de Portugal, parece que ha habido del maestre de navíos don Jorge un hábito de la orden de San Benito que es como los de Calatrava de nuestra España el cual le invistió habrá 15 días un comendador de la misma orden que aquí está entendiendo en la venta de los negros y así lo trae, y porque nos ha parecido cosa nueva suplicamos a vuestra majestad mande lo que en esto se hará. (Margen izquierdo: que se vea lo que acerca de esto hay.) 7- En esta Real Audiencia se tuvo relación que los vecinos del puerto de la Yaguana, que es al cabo de esta isla, habían rescatado y contratado con los (folio 2v) franceses todas las veces que allá habían llegado, que era cosa que les daba avilantez para pasar a estas mares. Y para saber la verdad de lo que en esto había pasado se envió al capitán Jerónimo de Aguayo que hiciese la pesquisa y prendiese los culpados, el cuál fue allá e hizo información por la cual parecieron culpados todos los vecinos o los más de aquella villa o y así los prendió. Y porque si se trajeran a esta Real Audiencia era despoblar aquel puerto nos ha parecido de por el presente sobreseer en ello y se mandaron soltar debajo de fianzas hasta que vuestra majestad provea en ello lo que su real servicio sea, porque aunque hayan delinquido contra lo que les estaba mandado que parece que en algo se perjudica a la población, en especial que dicen que no pudieron hacer otra cosa porque les llevaban sus navíos y haciendas y les querían quemar el pueblo como otra vez lo han hecho. 8- Una nao de Matamoros que venía de la Tierra Firme tocó en este puerto la cual traía dos presos que se dicen Juan de Herrera, natural de Sevilla hijo de Hernán Darias correo mayor de aquella ciudad, y otro Francisco de Robles que era de los que ha desterrado del Perú el presidente de la Gasca, para que sirviesen en las galeras. Luego que llegasen les llevaron a la cárcel de esta Chancillería donde han estado presos hasta ayer, que se tornaron a meter en la nao con sus grillos porque esta mañana se habían de hacer a la vela. Parece que esta noche a la medianoche se quitaron los grillos y se fueron al monte. Tras ellos se ha enviado gente de pie y de caballo para prenderlos, y así se hará en su seguimiento todo lo que conviniere. (Margen izquierdo: que bien, y que los envíen a recaudo.) 9- Habrá 20 días que llegó a este puerto una carabela de las islas de Canarias donde venía un pasajero que tomó en la Gomera el cual se nombraba Pedro Sánchez. Y por aviso que tuvimos de un maestre de Sevilla diciendo que era de los criados y amigos de Gonzalo Pizarro y que lo había sido en España de Hernando Pizarro y que se decía por su nombre Vicencio Corzo o Paulo y que había estado preso en la cárcel de esa corte y se había huido de ella y pasaba a estas partes fugitivamente, se prendió y puso en la cárcel real para remitirlo a los oficiales de Sevilla. Y estando para efectuarlo con sus (folio 3r) prisiones y el recaudo que convenía, las quebrantó y se huyó de noche de la cárcel él y un negro esclavo suyo, y por ello está el alcaide de la cárcel y portero de ella presos y se anda en su seguimiento para prenderlo, porque el negro se sacó del monasterio de Santo Domingo, donde 69 CartasAudienciaII20111205.indd 69 05/12/2011 01:51:29 p.m. Genaro Rodríguez Morel le tenían escondido. Se tiene entendido que los frailes de Santo Domingo le han procurado de salvar porque el mismo día que se fue, y otros antes, parece por la información que estuvieron dos frailes hablando con él en secreto, como de todo en los primeros navíos se enviará particular relación. (Margen izquierdo: que lo envíen a él y al negro presos y a muy buen recaudo por manera que no se puedan ir.) 10- A vuestra majestad se ha hecho relación por esta Real Audiencia de muchas quejas que a ella han venido del licenciado Miguel Díez de Armendáriz, de agravios que pretendía haberles hecho, para que vuestra majestad mandase lo que en ello se había de hacer. Después son muchos los querellosos del dicho licenciado y, por los procesos que hasta ahora se han visto en esta Real Audiencia de los querellosos que en ella están, consta muy a la clara de agravios y sin injusticias notorias que les ha hecho y parece que no ha guardado ni guarda las leyes y ordenanzas nuevas que se mandaron hacer y así son tantas las cosas que se dicen, que tenemos por cierto, vuestra majestad habrá mandado proveer de juez de residencia que en la verdad hay necesidad de él. Y porque podría ser que se dilatase el proveimiento, aquella tierra tiene mucho riesgo porque ya andan alzados españoles e indios si la cosa fuere adelante esta Real Audiencia proveerá lo que más conviniere al real servicio de vuestra majestad. Nuestro Señor la vida y muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 23 de noviembre de 1549. 11- Lo duplicado de esta relación enviamos a vuestra majestad en una flota de cinco navíos que salieron de este puerto en fin del mes de enero pasado de los cuales los cuatro se volvieron a este puerto por cosas que se les ofrecieron de cosas de la mar y al uno que quedaba en la isla de la Mona tomando una agua que hacía, le tomó un corsario francés que por allí ha andado muchos días y la gente se quedó en tierra en la dicha isla y llevaron el navío cargado de azúcares y cueros y oro y otras cosas que según se dice valía más de 20.000 ducados, y tomaron otro navío que iba a Puerto de Plata de manera que según las presas por acá hacen, se tiene por cierto que no han de faltar a la continua por estas mares corsarios del reino de Francia. Y así al presente tenemos nueva que al Cabo de la Vela son pasados dos navíos y sobre la isla de Jamaica andan otros dos y sobre el puerto de la Yaguana hace más de tres meses (folio 3v) que andan los tres navíos de que en esta carta hacemos relación, que llegaron a la boca de este territorio y por allí han hecho algunas presas y siempre han trabajado de rescatar en aquel puerto y tomar agua y carne y no se les permitió hasta ahora que nos dicen que por fuerza saltaron en tierra e hicieron con los vecinos que les comprasen de los lienzos y vinos y otras cosas que traían y que constreñidos de necesidad lo hicieron. No sabemos lo cierto de lo que en ello ha pasado, cada día esperamos nueva de ello y según lo que hubiere sucedido así se proveerá lo que convenga conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado. Y pues en estos tiempos, teniendo vuestra majestad mandado asentar paz con el Rey de Francia, se hacen estos robos, de creer es que habiendo guerra se tendrá más trabajo con ellos lo cual a nuestro parecer se podrá buenamente remediar mandando 70 CartasAudienciaII20111205.indd 70 05/12/2011 01:51:29 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) vuestra majestad que acá haya armada, la que convenga, que con lo de acá se podrá socorrer y bastará para que no osen venir los dichos corsarios. Vuestra majestad mande proveer en ello lo que sea su real servicio. (Margen izquierdo: véase lo que está proveído y visto o falta.) 12- La urca de Flandes se ha despachado con esta flota de naos que sale de este puerto. En ella se puso maestre y piloto castellanos y va debajo de Capitana remitida a los oficiales de la contratación de Sevilla para que hagan de ella lo que vuestra majestad les enviare a mandar y en ella se envían tres portugueses que traía presos del reino de Portugal que iban desterrados por delitos al Brasil, para que asimismo los entreguen a los dichos oficiales de Sevilla para que hagan relación de ello a vuestra majestad y haga lo que fuere servido de ellos. 13- Ahora nuevamente ciertos vecinos del Nuevo Reino han tornado a clamar en esta Real Audiencia por juez de residencia contra el licenciado Miguel Díez de Armendáriz, y han dado capítulos muy recios contra él acerca de los cuales ha recibido cierta información cuyo traslado autorizado se envía a su Real Consejo de estas Indias y porque nos parece que haya mucha necesidad de proveimientos para aquella tierra antes que sucedan más trabajos en ella, hemos acordado que si venida la flota que se espera de esos reinos, en la cual viene el licenciado Juan Hurtado de Mendoza por oidor a esta Audiencia, vuestra majestad no hubiere mandado proveer de juez de residencia contra el dicho Miguel Díez que es uno de todos tres oidores que aquí estamos proveídos vaya a tomársela. (Margen izquierdo: que ya está.) 14- Vuestra majestad tiene mandado acrecentar el salario de los oidores que en esta Audiencia residen a 375.000 maravedíes cada año, que según la carestía de esta tierra certificamos a vuestra majestad (folio 4r) se ahorra muy poco de ello y cuando vine yo con el licenciado Zurita, en mi provisión se me señaló el mismo salario y así se me ha enviado y pagado. Y porque a mí, el licenciado Grajeda, no se me ha enviado el despacho de este acrecentamiento, suplico a vuestra majestad se despache y que corra desde el día que vuestra majestad lo mandó despachar así. (Margen izquierdo: duplíquese lo proveído.) 15- Al licenciado Cervantes, oidor que fue de esta Real Audiencia, se le notificó la sentencia que en su Real Consejo de Indias se dio contra él por lo que resultó de su residencia, el cual suplicó de ella y en seguimiento de esta causa se va con su mujer y casa en esta flota a esos reinos. 16- Algunas personas que no convienen que estén en la tierra para el sosiego de ella, se envían a esos reinos y otros por delitos desterrados a galeras, y así algunos casados que hace mucho tiempo que están acá para que vayan a hacer vida con sus mujeres y acontece que por deudas son embargados en las cárceles donde están de manera que es algún impedimento para lo que se manda. Suplicamos a vuestra majestad mande en esto lo que fuere servido porque se tiene por entendido que algunas veces son las deudas fingidas y procuradas por los que se quieren enviar y como son tratos que pasan entre ellos no se puede bien averiguar. (Margen izquierdo: que haga justicia con brevedad, por manera que se guarde justicia a las partes sin fraude ni cautela.) 71 CartasAudienciaII20111205.indd 71 05/12/2011 01:51:29 p.m. Genaro Rodríguez Morel 17- Platicando en la defensa que sería menester para esto de los corsarios franceses como cosa que tanto importa a la seguridad de estas mares y al trato y navegación de ellas, ha parecido que una de las cosas que más convendría para ello y que con menos costa y trabajo se podría proveer sería que vuestra majestad mandase a sus oficiales de la Casa de la Contratación que luego enviasen dos zabras artilladas y amarinadas con recaudo suficiente de todas municiones y principalmente de pólvora, porque con ellas y con los navíos que acá se podrían armar, bastaría para hacerles mucho daño y la costa que en esto se hiciere se podrá echar por avería como mejor pareciere y así lo suplicamos a vuestra majestad. (Margen izquierdo: consulta.) 18- Lo de la residencia que se ha de tomar al licenciado Miguel Díez, conviene mucho que sea con brevedad por el riesgo que se temen en las cosas de aquel reino a causa de los grandes agravios y muchos desafueros que parecen probados que se han hecho y cada día se hacen en él, y así en el capítulo de esta relación se dice que venido el oidor que de próximo esperamos, si con aquella flota no se tuviere nueva de proveimientos que vuestra majestad en ello haya mandado hacer, que uno de todos tres, los oidores de esta Real Audiencia, (folio 4v) irá a efectuarlo. Después platicando en este negocio y visto como el que se esperaba viene nuevamente de esos reinos y que conviene que vaya persona que tenga noticia de las cosas de acá, ha parecido que vaya yo el licenciado Zurita y así se cumplirá. A vuestra majestad suplicamos si cuando ésta recibierais no fuere ya salido de allá otro juez para ello, se suspenda aunque esté proveído, por excusar los inconvenientes que de ello se podrían seguir que con la relación que yo, el dicho licenciado Zurita, hiciere de las cosas de aquella tierra vuestra majestad podrá mandar proveer para ella lo que su real servicio sea. (Margen izquierdo: cédula al juez Mercado que si hallare tomando residencia al licenciado Zurita, oidor de Santo Domingo, o acabada o en la tierra para quererla hacer que es de esto más y él entienda en su Audiencia y el licenciado la envíe al Consejo y cédula a Zurita de esto y que se notifique al escribano que está nombrado que vaya con Mercado.) De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita 72 CartasAudienciaII20111205.indd 72 05/12/2011 01:51:29 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 117a Santo Domingo, 23 de enero de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- En todas las naos que de este puerto de Santo Domingo parten hacemos relación a vuestra majestad de lo que se ofrece y lo que al presente nos ocurre es: por el mes de octubre recibimos en la carabela de aviso la cédula real de vuestra majestad en que nos manda dar noticia de la pasada a estas mares de naos del reino de Francia a título de rescatar y contratar para que si por acá aportasen procurásemos de prenderlos y no se permitiese contratación con ellos, como ya de ello hicimos relación a vuestra majestad. Luego por el mes de noviembre llegaron al puerto de San Germán de la isla de San Juan tres navíos del dicho reino de Francia, el uno de más de 200 toneles y el otro de cien y una carabela latina adónde procuraron de contratar y no fueron admitidos y así se bajaron a esta isla y se pusieron en la costa de ella entre las islas de la Saona y Santa Catarina donde estuvieron más de 20 días, creemos que esperando de hacer presa, y como no la pudieron haber se vinieron sobre este territorio donde anduvieron cuatro días a nuestra vista a poco más de una lengua de esta ciudad y porque en este territorio a la sazón no había navíos ni carabelas para hacer armada contra ellos y de cada hora se esperaban las naos de Castilla y de otras partes temiendo que harían daño en ellas, como en la verdad lo hicieran si a aquella sazón llegaran. Procuramos de asegurarlos y entretener por la mejor vía que nos pareció y así se envió a ellos un bergantín para que nos hiciesen saber el efecto de su venida a estas partes pues vuestra majestad tenía mandado asentar paz con su rey, y nos respondieron por escrito que venían a contratar en estas tierras y que traían muchos vinos y harinas, paños, sedas y lienzos y otras cosas, que se les diese seguro para surgir a la boca de este territorio y vender sus mercaderías. Y deseando que entrasen en el puerto para efectuar lo que vuestra majestad nos había (folio 1v) enviado a mandar, se tuvo manera cómo sugieran cerca del río a tiro de lombarda de la ciudad y, como se vieron surtos, reconocieron la fuerza del puerto y descubrieron la artillería. Fue tanto su temor que en volviendo el viento a la tierra y siendo de noche se hicieron a la vela y se fueron sin querer más esperar, y así se bajaron por la costa abajo a un puerto de un ingenio a 16 leguas de esta ciudad y aunque procuraron de contratar no se les dio lugar a ello. Luego avisamos que los detuviesen en palabras porque ya en este puerto había tres navíos porque comenzamos a hacer armada contra ellos y como lo sospecharon se fueron de allí, creemos que a la costa de la Tierra Firme, y pues están avisados no pensamos harán daño ninguno y porque a la continua no han de faltar por acá de estos franceses y alguno parece que en 73 CartasAudienciaII20111205.indd 73 05/12/2011 01:51:29 p.m. Genaro Rodríguez Morel entrando en rescate con ellos se podrían prender vuestra majestad mande lo que en esto es servido que se haga. 2- Muchas veces se ha hecho relación del alzamiento de los negros de esta isla y principalmente de una cuadrilla de más de 140 de que era su capitán uno de ellos que se llamaba Lemba y de los daños, quemas y robos que hicieron y los grandes gastos que para su seguimiento se echaron por sisas y de cómo se trajeron a tal estado que no les quedaron más de 15 con el dicho su capitán porque todos los demás fueron muertos en la guerra y presos de que se hizo justicia y que el mes de octubre pasado fue muerto este Lemba y cuatro de los principales que no quedaron más de 10 que se escaparon en los montes. Fueron seguidos de tal manera que se han venido de paz con que se les dé la vida y los echen de la tierra. Por ellos hemos enviado, venidos que sean se hará lo que fuere justicia de manera que totalmente queda acabado lo de estos negros alzados que ha sido gran bien para la isla y para los otros mansos que ya conocen que no les conviene alzarse. 3- Grande fue la necesidad que se tuvo de pan y vino y otros mantenimientos de esos reinos en tanto que por el mes de noviembre llegó a valer una arroba de vino bajo seis o siete castellanos, y en cosa de harina vino a tal extremo que apenas se hallaba para celebrar y así por estos términos todo lo demás. En este trabajo nos socorrieron seis carabelas de las islas de Canarias cargadas de vinos y harinas (folio 2r) y otros proveimientos de manera que con razón clama esta tierra por aquellas carabelas y por las otras del Condado, para qué vuestra majestad tiene dada licencia, las cuales dice que se impiden por ser de porte de menos de 80 toneles. Vuestra majestad provea en ello lo que fuere su servicio que aquello se cumplirá. 4- En este puerto la semana pasada ha entrado una urca de Flandes que según parece salió de Lisboa fletada que para el Brasil, y con tiempos contrarios no pudo tomar aquella tierra y arribó a esta isla y como sean vasallos de vuestra majestad todos los que la navegan y de sus señoríos de Flandes pensamos, que debajo de fianzas y con maestre y piloto de los naturales de Castilla, remitirla a los oficiales de la Casa de la Contratación para que hagan de ella lo que vuestra majestad les envíe a mandar. 5- Muchas son las quejas que han venido y de cada día vienen del licenciado Chaves, gobernador de la isla de Cuba, de muchos agravios y desafueros que dice que les hace y que no les deja escribir ni pedir juez de residencia puesto que tenemos cartas de particulares que con grande instancia piden les socorramos en la necesidad en que están, y que se envíe juez de residencia a su costa de ellos mismos. Y porque todo lo de aquella isla está muy despoblado no ha parecido de proveer al presente cosa ninguna sin primero hacer relación de ello, y para saber la razón que tienen de quejarse se remitió al capitán Jerónimo de Aguayo, que está junto de aquella isla, la pesquisa de lo que pasa, tomando por testigos a los alcaldes y regidores y vecinos principales y la envíe a esta Real Audiencia para que, vista, se provea lo que convenga, dejando proveído que todos acaten y obedezcan al gobernador y si pudiere los deje en toda paz y conformidad pues esto es lo que más conviene. 6- Un vecino de esta ciudad que se dice Esteban de Ávila, por intercesión de amigos suyos vecinos de Portugal, parece que ha habido del maestre de navío don 74 CartasAudienciaII20111205.indd 74 05/12/2011 01:51:29 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Jorge un hábito de la orden de San Benito, que es como los de Calatrava de nuestra España, el cual le invistió habrá 15 días un comendador de la misma orden que aquí está entendiendo en la venta de los negros y así lo trae, y porque nos ha parecido cosa nueva suplicamos a vuestra majestad mande lo que en esto se hará. 7- En esta Real Audiencia se tuvo relación que los vecinos del puerto de la Yaguana, que es al cabo de esta isla, habían rescatado y contratado (folio 2v) con los franceses todas las veces que allá habían llegado, que era cosa que les daba avilantez para pasar a estas mares. Y para saber la verdad de lo que en esto había pasado se envió al capitán Jerónimo de Aguayo que hiciese la pesquisa y prendiese los culpados, el cuál fue allá e hizo información por la cual parecieron culpados todos los vecinos o los más de aquella villa y así los prendió. Y porque si se trajeren a esta Real Audiencia era despoblar aquel puerto nos ha parecido de por el presente sobreseer en ello y se mandaron soltar debajo de fianzas hasta que vuestra majestad provea en ello lo que su real servicio sea, porque aunque hayan delinquido contra lo que les estaba mandado que parece que en algo se perjudica a la población, en especial que dicen que no pudieron hacer otra cosa porque les llevaban sus navíos y haciendas y les querían quemar el pueblo como otra vez lo han hecho. 8- Una nao de Matamoros que venía de la Tierra Firme tocó en este puerto la cual traía dos presos que se dicen Juan de Herrera, natural de Sevilla hijo de Hernán Darias del correo mayor de aquella ciudad, y otro Francisco de Robles que era de los que ha desterrado del Perú el presidente de la Gasca, para que sirviesen en las galeras. Luego que llegasen les llevaron a la cárcel de esta Chancillería donde han estado presos hasta ayer, que se tornaron a meter en la nao con sus grillos porque esta mañana se habían de hacer a la vela. Parece que esta noche a la medianoche se quitaron los grillos y se fueron al monte. Tras ellos se ha enviado gente de pie y de caballo para prenderlos, y así se hará en su seguimiento todo lo que conviniere. 9- Habrá 20 días que llegó a este puerto una carabela de las Islas de Canarias donde venía un pasajero que tomó en la Gomera el cual se nombraba Pedro Sánchez. Y por aviso que tuvimos de un maestre de Sevilla diciendo que era de los criados y amigos de Gonzalo Pizarro y que lo había sido en España de Hernando Pizarro y que se decía por su nombre Vicencio Corzo o Paulo y que había estado preso en la cárcel de esa corte y se había huido de ella y pasaba a estas partes fugitivamente, se prendió y puso en la cárcel real para remitirlo a los oficiales de Sevilla. Y estando para efectuarlo con sus prisiones y el recaudo que convenía, las quebrantó y se huyó de noche de la cárcel él y un negro esclavo suyo, y por ello está el alcaide de la cárcel y portero de ella presos y se anda en su seguimiento para prenderlo porque el negro se sacó (folio 3r) del monasterio de Santo Domingo, donde le tenían escondido. Se tiene entendido que los frailes de Santo Domingo le han procurado de salvar porque el mismo día que se fue, y otros antes, parece por la información que estuvieron dos frailes hablando con él en secreto, como de todo en los primeros navíos se enviará particular relación. 10- A vuestra majestad se ha hecho relación por esta Real Audiencia de muchas quejas que a ella han venido del licenciado Miguel Díez de Armendáriz, de agravios 75 CartasAudienciaII20111205.indd 75 05/12/2011 01:51:29 p.m. Genaro Rodríguez Morel que pretendía haberles hecho, para que vuestra majestad mandase lo que en ello se había de hacer. Después son muchos los querellosos del dicho licenciado y, por los procesos que hasta ahora se han visto en esta Real Audiencia de los querellosos que en ella están, consta muy a la clara de agravios y sin injusticias notorias que les ha hecho y parece que no ha guardado ni guarda las leyes y ordenanzas nuevas que se mandaron hacer y así son tantas las cosas que se dicen que tenemos por cierto que vuestra majestad habrá mandado proveer de juez de residencia que en la verdad hay necesidad de él. Y porque podría ser que se dilatase el proveimiento, aquella tierra tiene mucho riesgo porque ya andan alzados españoles e indios si la cosa fuere adelante esta Real Audiencia proveerá lo que más conviniere al real servicio de vuestra majestad. Nuestro Señor la vida y muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 23 de noviembre de 1549. 11- Lo duplicado de esta relación enviamos a vuestra majestad en una flota de cinco navíos que salieron de este puerto en fin del mes de enero pasado de los cuales los cuatro se volvieron a este puerto por cosas que se les ofrecieron de cosas de la mar y al uno que quedaba en la isla de la Mona tomando una agua que hacía, le tomó un corsario francés que por allí ha andado muchos días y la gente se quedó en tierra en la dicha isla y llevaron el navío cargado de azúcares y cueros y oro y otras cosas que según se dice valía más de 20.000 ducados, y tomaron otro navío que iba a Puerto de Plata de manera que según las presas que por acá hacen, se tiene por cierto que no han de faltar a la continua por estas mares corsarios del reino de Francia. Y así al presente tenemos nueva que al Cabo de la Vela son pasados dos navíos y sobre la isla de Jamaica andan otros dos y sobre el puerto de la Yaguana hace más de tres meses que andan los tres navíos de que en esta carta hacemos relación, que llegaron a la boca de este territorio y por allí han hecho algunas presas y siempre han trabajado de rescatar en aquel (folio 3v) puerto y tomar agua y carne y no se les permitió hasta ahora que nos dicen que por fuerza saltaron en tierra e hicieron con los vecinos que les comprasen de los lienzos y vinos y otras cosas que traían y que constreñidos de necesidad lo hicieron. No sabemos lo cierto de lo que en ello ha pasado, cada día esperamos nueva de ello y según lo que hubiere sucedido así se proveerá lo que convenga conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado. Y pues en estos tiempos, teniendo vuestra majestad mandado asentar paz con el Rey de Francia, se hacen estos robos, de creer es que habiendo guerra se tendrá más trabajo con ellos lo cual a nuestro parecer se podrá buenamente remediar mandando vuestra majestad que acá haya armada, la que convenga, que con lo de acá se podrá socorrer y bastará para que no osen venir los dichos corsarios. Vuestra majestad mande proveer en ello lo que su real servicio sea. 12- La urca de Flandes se ha despachado con esta flota de naos que sale de este puerto. En ella se puso maestre y piloto castellanos y va debajo de Capitana remitida a los oficiales de la Contratación de Sevilla para que hagan de ella lo que vuestra majestad les enviare a mandar y en ella se envían tres portugueses que traía presos del reino de Portugal que iban desterrados por delitos al Brasil, para que asimismo los 76 CartasAudienciaII20111205.indd 76 05/12/2011 01:51:30 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) entreguen a los dichos oficiales de Sevilla para que hagan relación de ello a vuestra majestad y haga lo que fuere servido de ellos. 13- Ahora nuevamente ciertos vecinos del nuevo reino han tornado a clamar en esta Real Audiencia por juez de residencia contra el licenciado Miguel Díez de Armendáriz, y han dado capítulos muy recios contra él acerca de los cuales ha recibido cierta información cuyo traslado autorizado se envía a su Real Consejo de estas Indias y porque nos parece que haya mucha necesidad de proveimientos para aquella tierra antes que sucedan más trabajos en ella, hemos acordado que si venida la flota que se espera de esos reinos en la cual viene el licenciado Juan Hurtado de Mendoza por oidor a esta Audiencia, vuestra majestad no hubiere mandado proveer de juez de residencia contra el dicho Miguel Díez que uno de todos tres oidores que aquí estamos proveídos vaya a tomársela. 14- Vuestra majestad tiene mandado acrecentar el salario de los oidores que en esta Audiencia reside a 375.000 maravedíes cada uno, que según la carestía de esta tierra certificamos a vuestra majestad se ahorra muy poco de ello y cuando vine yo con el licenciado Zurita, en mi provisión se me señaló el mismo salario y así se me ha enviado y pagado. Y porque a mí, el licenciado Grajeda no se me ha enviado el despacho de este acrecentamiento, suplico a vuestra majestad se despache y que corra desde el día que vuestra majestad lo mandó despachar así. (Folio 4r) 15- Al licenciado Cervantes, oidor que fue de esta Real Audiencia, se le notificó la sentencia que en su Real Consejo de Indias se dio contra él por lo que resultó de su residencia, el cual suplicó de ella y en seguimiento de esta causa se va con su mujer y casa en esta flota a esos reinos. 16- Algunas personas que no convienen que estén en la tierra para el sosiego de ella se envían a esos reinos y otros por delitos desterrados a galeras, y así algunos casados que hace mucho tiempo que están acá para que vayan a hacer vida con sus mujeres y acontece que por deudas son embargados en las cárceles donde están de manera que es algún impedimento para lo que se manda. Suplico a vuestra majestad mande en esto lo que fuere servido que se haga. 17- Por una célula real despachada en [espacio en blanco] a [espacio en blanco] días del mes de [espacio en blanco] de [espacio en blanco] se manda a esta Real Audiencia que cuando a ella ocurrieren cualesquier concejos de esta isla por licencia para repartir los gastos que se les ofrecieren se les pueda dar hasta 50.000 y la cédula viene por cierto tiempo que ya es pasado y porque algunas veces vienen a pedir esta licencia para cosas que parecen muy útiles a los pueblos y por ser ya cumplido el término no se les da, y conviene que sea para más cuantía por la grande carestía de todas las cosas en esta tierra. A vuestra majestad suplicamos mande se envíe la dicha comisión hasta la cuantía que fuere su real servicio o que venga remitida a su presidente y oidores para en todas las cosas que se ofreciere necesarias para los pueblos y su población de ellos. 18- Platicando en la defensa que sería menester para esto de los corsarios franceses como cosa que tanto importa a la seguridad de estas mares y al trato y navegación de ellas, ha parecido que una de las cosas que más convendría para ello y que 77 CartasAudienciaII20111205.indd 77 05/12/2011 01:51:30 p.m. Genaro Rodríguez Morel con menos costa y trabajo se podría proveer sería que vuestra majestad mandase a sus oficiales de la Casa de la Contratación que luego enviasen dos zabras artilladas y amarinadas con recaudo suficiente de todas municiones y principalmente de pólvora, porque con ellas y con los navíos que acá se podrían armar bastaría para hacerles mucho daño y la costa que esto se hiciese se podrá echar por avería como mejor pareciere y así lo suplicamos a vuestra majestad. 19- Lo de la residencia que se ha de tomar al licenciado Miguel Díez, conviene mucho que sea con brevedad por el riesgo que se temen en las cosas de aquel reino a causa de los grandes agravios y muchos desafueros que parecen probados que se han hecho y cada día se hacen en él, y así en el capítulo de esta relación se dice que venido el oidor que de próximo esperamos, si con aquella flota no se tuviere nueva de proveimientos de vuestra majestad en ello haya mandado hacer, que uno de todos tres, los oidores de esta Real Audiencia, irá a efectuarlo. Después platicando en este negocio y visto como el que se esperaba viene nuevamente de esos reinos y que conviene que vaya persona que tenga noticia de las cosas (folio 4v) de acá, ha parecido que vaya yo el licenciado Zurita y así se cumplirá. A vuestra majestad suplicamos si cuando ésta recibierais no fuere ya salido de allá otro juez para ello se suspenda aunque este proveído, por excusar los inconvenientes que de ello se podrían seguir que con la relación que yo, el dicho licenciado Zurita, hiciere de las cosas de aquella tierra vuestra majestad podrá mandar proveer para ella lo que su real servicio sea. 20- Después de escribir esta relación, y estando a la vela la nao urca para esos reinos se ha ofrecido que Vicencio Paulo, y por otro nombre Pedro Sánchez, que se había huido de la cárcel de esta Chancillería se prendió, que se halló escondido en una carabela que iba al Nombre de Dios el cual ha estado hasta ahora metido en los montes. Se toma luego su confesión y ha declarado que él es el que estaba preso en la cárcel de esa corte real y el que se ausentó de ella. Queda al recaudo que conviene y se enviará en la mejor nao de las que se quedan aprestando en este río y no va ahora en esta urca porque como son flamencos no se ofrezca alguna cosa con él. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita 78 CartasAudienciaII20111205.indd 78 05/12/2011 01:51:30 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, Nº 118 Santo Domingo, 10 de mayo de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- Jueves que fueron dos del presente [tinta diluida] en este puerto, una nao donde vino el arcediano y el licenciado Grajeda, oidor de esta Real Audiencia, y de ellos se recibieron las cartas que vuestra majestad me suele enviar y despachos para esta su Real Audiencia, y la que venía para el concejo de esta ciudad se la dio luego, y las demás para el arcediano y conventos de frailes. Si de hoy más fueren remisos en el recogimiento y castigo de sus súbditos, hacer se ha saber a vuestra majestad para que con más rigor lo mande proveer como convenga. 2- Las que venían para los consejos de La Vega y Santiago y Puerto de Plata, se enviarán luego. 3- Lo que vuestra majestad mandó proveer acerca del salario de los oidores con cargo de visitar esta isla ha sabido mal a los licenciados Zurita y Hurtado y [tinta diluida] de suplicarme por el riesgo de la vida que se puede seguir y la poca o ninguna necesidad de la visita como de [tinta diluida] ver por la carta de esta Audiencia. 4- Ya vuestra majestad habrán visto por otras [tinta diluida] vela que vino a este puerto [tinta diluida] (folio 2v) [tinta diluida] preso y a recaudo se había salido llevando consigo a un negro suyo que trajo de esos vuestros reinos y cómo habiéndose sacado del monasterio de Santo Domingo el negro y que andábamos buscando al amo con toda la diligencia y promesas necesarias y como después de esto por ser cosa importante al servicio de vuestra majestad y a la pacificación del Perú porque éste no pasase a aquellas partes, una noche a la media noche fui avisado que estaba en una carabela que se partía la mañana siguiente al Nombre de Dios y le prendí con mucho trabajo y riesgo y que no se enviaba en la urca que de aquí partió por ser todos los más extranjeros. Y ahora los oficiales de esta isla nos dieron una cédula de vuestra majestad por la cual se encarece su prisión más de lo que acá se figuraban algunos y manda dar a quien lo prendiere 100 pesos. Yo no le prendí con esperanza de premio alguno, más de la memoria que vuestra majestad suele tener de los que bien le sirven, mas en verdad que además de 100 pesos que se habían prometido a quién dijese de él yo prometí al que me dio el aviso aquella noche otros 50 pesos y aunque hasta ahora no se ha dado cosa alguna no dejan de tener su fianza de ser pagados de mí de los 50 pesos además [tinta diluida] se cumplirá aunque no sea de la hacienda de vuestra majestad. Va este preso en la nao de Cosme Buitrón, maestre [tinta diluida], el cual se encargó de él para entregarlo (folio 2r) a los oficiales de Sevilla [tinta diluida] que es una toba y un pie de amigo [tinta diluida] y podrá ser que también lleve una cadena. Plega a Dios que en su guarda haya el cuidado que 79 CartasAudienciaII20111205.indd 79 05/12/2011 01:51:30 p.m. Genaro Rodríguez Morel yo he tenido en cumplir con el servicio de vuestra majestad. También va su negro a cargo de otro maestre que se dice Bartolomé Sánchez, aunque yo más quisiera que se vendiera acá pues por traerlo sin registro le tiene perdido y fuera más provecho de vuestra Real Hacienda. De 10 de enero pasado tengo cartas del Río de la Hacha donde me dicen que desde hace ocho días se partían a las minas de Bururata o Sierras Nevadas a poblar y que llevan 12 de caballo y 40 peones aunque llevan gran temor que Miguel Díez de Armendáriz les ha de estorbar mucho su buen propósito por decir que aquello entra en la gobernación de Santa Marta. Dicen que luego darán aviso del suceso y en el entretanto sería bien que vuestra majestad mandase lo que los unos y otros deben hacer porque según [tinta diluida] de este gobernador podría ser que en algo se perdiese el servicio de vuestra majestad en el descubrimiento y aprovechamiento [tinta diluida] pues también escriben que el Obispo [tinta diluida] y el licenciado Tolosa gobernador de Venezuela se han muerto [tinta diluida] convendría de proveer en todo lo [tinta diluida]. (Folio 2v) Vuestra majestad mandó a sus oficiales me pagasen mi salario en lo que se asentó en las cédulas de esta Audiencia que conforme a lo que hubo de [tinta diluida] hizo a la vela en el puerto de Santiago [tinta diluida] guardando todo lo contenido en la cédula de la visita [tinta diluida] hasta que ésta vino llevó conforme a su título [tinta diluida] y los oficiales dicen que no me pueden pagar [tinta diluida] más de a razón de 900 ducados y me parece que de presente tienen razón y si lo pasado no fuese igual recibiría yo notorio agravio. A vuestra majestad suplicó mande en esto lo que se debe hacer pues en lo que digo a ninguno se puede importar culpa. Nuestro Señor el muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y acreciente como su real corazón desea. En Santo Domingo de la Española, a 10 de mayo de 1549. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 80 CartasAudienciaII20111205.indd 80 05/12/2011 01:51:30 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 119 Santo Domingo, 13 de mayo de 1549 Sacra cesárea católica majestad: A principios de este mes de mayo con las naos donde vino el Arzobispo de esta isla recibimos el pliego de cartas que vuestra majestad mandó despachar desde Valladolid el mes de febrero pasado y en ésta se responderá con lo que de más se ofrece. 1- En la nao urca que fue la postrera que de este puerto salió hicimos relación que Vicencio Paulo Corzo, que por otro nombre se llamaba Pedro Sánchez, que se vino huyendo de la cárcel de esa corte real que también se había huido de la cárcel de esta Audiencia, se había prendido y estaba a recaudo, y que en las primeras naos se enviaría. Después con este despacho se recibió una cédula real de vuestra majestad por donde nos manda que con grandísima diligencia y especial cuidado se procure de prender al dicho Vicencio Corzo, porque se ausentó estando preso por graves delitos y que se tenía nueva era pasado en estas partes y que de su Real Hacienda se diese 100 ducados al que lo prendiese. Y así se envía en esta flota en la nao de Cosme Buitrón a cargo del mismo maestre porque ha parecido persona bastante para llevarlo a recaudo además de ser muy abonado y vecino de Sevilla y se le ha entregado con proveimiento suficiente de prisiones para de día y de noche, porque según la persona de este delincuente parece que todo es menester. El maestre se ha obligado de entregarlo a sus oficiales de la contratación y va registrado en el registro para que luego lo envíen a la cárcel real de su corte. Y en otra nao, de que es maestre Bartolomé Sánchez, va el esclavo negro que traía, que también pareció que se debía remitir así para que se haya castigado si es partícipe en sus delitos, como porque dicen que es travieso y no conviene que esclavos de esta calidad queden en la tierra. El proceso e informaciones que contra él se han acá recibido, así de venir sin licencia como de mudarse el nombre y la fuga de la cárcel, con su confesión por donde consta ser el mismo Vicencio Pablo. Se envía para que se mande acumular con lo que allá hubiere y así se envían otras ciertas escrituras que le fueron tomadas cuando se prendió. 2- (Folio 1v) El licenciado Juan Hurtado de Mendoza que vuestra majestad mandó proveer por su oidor, llegó a esta ciudad en fin del mes de abril pasado y luego fue recibido en esta Real Audiencia donde sirve en ella. 3- Recibimos una cédula real por donde se nos manda que, juntados el cabildo de esta ciudad y el de la Iglesia Catedral y los religiosos de los monasterios y los mercaderes, se platique acerca de lo que se pide, que se prorrogue el término para que se labren reales de plata en la Casa de la Moneda y que si conviene que valgan a 44 maravedíes cada uno. Luego que se recibió los hicimos juntar en esta Real Audiencia 81 CartasAudienciaII20111205.indd 81 05/12/2011 01:51:30 p.m. Genaro Rodríguez Morel a donde se platicó este negocio y a todos, unánime y conformes, pareció que se debía mandar prorrogar a esta ciudad la merced que vuestra majestad le tiene hecha para que se labren los reales en la Casa de la Moneda de ellas y que tengan el mismo valor de 44 como hasta aquí han corrido, sin que se haga innovación alguna como vuestra majestad mandara ver por el testimonio que con la presente se envía. 4- Tres cédulas se recibieron asimismo en este despacho, la una acerca de una torre que se edifica en esta Iglesia Catedral de que parece se ha hecho relación que no conviene que se haga, la otra sobre los asientos de los ganados y pastos comunes, y otra sobre ciertas preeminencias porque se ha suplicado en favor de los ingenios, para que en ellas se envíe el parecer de esta Real Audiencia y porque son cosas de calidad y que conviene bien platicarlas y estas naos se hacen a la vela, no se envía en ellas el despacho pero con las que quedan en este puerto se hará la relación de lo que pareciere que conviene en todo ello se provea. 5- Vuestra majestad manda dar de salario a los licenciados Zurita y Juan Hurtado de Mendoza, oidores, a razón de 1000 ducados cada año y otros tantos al licenciado Grajeda desde el día que el licenciado Zurita se hizo a la vela del puerto de Sanlúcar de Barrameda. Y con este despacho se recibió una cédula de vuestra majestad por donde se nos manda que uno de nosotros los oidores visitemos cada año todos los pueblos de la isla y los ingenios y estancias y que así vayan por su tanda y que el oidor que así fuere lleve de salario 300 ducados de más de su ordinario, los cuales se quiten cada 100 ducados del salario de todos tres oidores y que no se nos libren más de a razón de a 900 ducados y porque los que de esto informaron no tuvieron consideración a la que convenía y qué era necesario a la isla, sino solamente a sus (folio 2r) pasiones, porque esta justicia nos sabe a todos bien. Luego que recibió la dicha cédula real se suplicó de ella expresando las causas que vuestra majestad mandará ver porque aunque trae alguna imposibilidad poderse hacer téngase por cierto que si fuera necesario no se hubiera dejado de efectuar como se ha hecho cuando alguna cosa de calidad se ha ofrecido que ha ido uno de los oidores a ello en alzamiento de negros u otros alborotos sin salario ni ayuda de costa y lo mismo se hará toda las veces que fuere menester sin tener respeto a trabajos ni gastos que en ello se ofrezcan. 6- A vuestra majestad suplicamos sea servido de mandar se nos libren los 1000 ducados que por sus reales provisiones tiene proveído, que osamos certificar que con ellos tenemos tasados los alimentos según la gran carestía de todas las cosas en esta tierra, que en la verdad importan más 100.000 en esos reinos que 500.000 acá. 7- Muchas veces por esta Real Audiencia se ha hecho relación a vuestra majestad de los corsarios de Francia que a la continúa pasan a estas mares, y de los robos y presas que en ellas han hecho y hacen, y últimamente de la venida de tres navíos que llegaron a la boca de este río y de lo que con ellos se pasó el mes de diciembre pasado. Para que se mandase proveer de dos navíos de remos o dos carabelas de armada, artilladas y aderezadas, para que con la ayuda de navíos gruesos que acá se les daría, serían parte para hacerles todo daño y además que sabiendo que vuestra majestad ha mandado hacer armadas no osarían de venir acá, y pues al presente que se tiene 82 CartasAudienciaII20111205.indd 82 05/12/2011 01:51:30 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) paz con el dicho reino de Francia se atreven, está cierto que en guerra será mucho más. Tenemos nueva que hace más de cuatro meses que aquellos tres navíos que aquí estuvieron andan en el paraje del puerto de la Yaguana, que es el cabo de esta isla, esperando hacer presa en los navíos que vienen de la Tierra Firme y de las otras provincias. Y aunque se ha platicado de hacer armada contra ellos no se ha hallado aparejo a causa que la vuelta desde aquel paraje a este puerto es muy dificultosa por la navegación de ella y así los navíos no osan bajar, que en seis meses no tornan. Además que la gente que en ella se podría enviar son todos vecinos y oficiales que, a dejar sus casas y oficios se perdieran sin otros grandes inconvenientes que tiene, lo cual cesaría porque teniendo navíos de remos fácilmente pueden volver. (Folio 2v) A vuestra majestad suplicamos sea servido de mandar que con toda brevedad se provea de las dos carabelas o de los navíos de remos porque tenemos grande trabajo que se vea a vista de ojos el daño y desvergüenza y no se pueda remediar. Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 13 de mayo de 1549 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita El licenciado Hurtado 83 CartasAudienciaII20111205.indd 83 05/12/2011 01:51:30 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 120 Santo Domingo, 17 de mayo de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- Yo vine a servicio en este oficio de que vuestra majestad me hizo merced y llegué a esta ciudad a 29 de abril, en 50 días de navegación, con mi mujer e hijos, y aunque con trabajos de tan largo viaje todos llegamos en salvamento. Luego fui recibido al oficio en el cual procuraré servir como leal vasallo de vuestra majestad como espero será de ello siempre informado [roto] lo que de acá hay que avisar se escribe por esta su Real Audiencia, solamente diré como hombre que de presente ha pasado por ello que los que andamos en este viaje traemos nuestras vidas y haciendas muy a peligro de estos corsarios como a vuestra majestad se avisa convendría mucho que hubiese en este puerto una buena galera o dos navíos pequeños de remos porque como vuestra majestad la mandase hacer y proveer de artillería esta ciudad daría la [roto] de negros siempre que fuesen menester porque es lo que acá hay más en abundancia. Porque en un día de calma con navío de remos desbarataría cualesquier navíos de corsarios, juntamente con otros que de aquí irían si fuesen menester, y aún para ejecutar la justicia en todo el distrito de la Audiencia haría muy gran provecho porque hay partes donde van en cinco días y no vuelven en dos meses, lo cual cesaría con navío de remos. Vuestra majestad lo provea como esta tierra salga de tan gran peligro y sujeción. Esta ciudad está muy bien edificada, si se poblase y quisiesen parar en ella. Esta cara, como debe de ser la más de las Indias, porque un cuarto aquí no vale lo que en España un maravedí. 2- Después de estar en el servicio de vuestra majestad lo más que este oficio me da contentamiento de la buena compañía que he hallado. (Folio 1v) Suplico a vuestra majestad que el presidente que nos envíe se procure sea el que convenga a esta tierra porque hasta ahora yo pienso que no ha hecho falta ni lo hará hasta que vuestra majestad sea servido de enviarlo. Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 17 de mayo de 1549 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, muy humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 84 CartasAudienciaII20111205.indd 84 05/12/2011 01:51:30 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 121 Santo Domingo, 23 de julio de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- La provisión de vuestra majestad se recibió en esta su Real Audiencia por la cual nos envía a mandar que los oficios de factor y veedor se consumasen en muriendo los poseedores. Y también las dos cédulas, la una para que enviemos a descubrir una isla despoblada que está a la parte del norte de esta isla a 40 leguas de Puerto de Plata por la sospecha que se tiene que hay allí gente perdida de la nao de Benito de la Feria que venía de Tierra Firme; y otra para que los oidores de esta Audiencia no traten ni contraten ni tengan rancherías, y en todo se hará como vuestra majestad lo envía a mandar aunque en lo del contratar y tener granjerías la Audiencia escribe a vuestra majestad y hace larga relación de todo lo que en ello hay para que se mande ver y se provea lo que fuere vuestro real servicio. 2- Otra cédula de vuestra majestad habíamos recibido antes para que diésemos orden en el sembrar del pan de Castilla y aquí se ha comenzado a dar, lo cual se hizo con acuerdo del cabildo de esta ciudad y personas que saben de este menester, y se hizo cierto repartimiento a personas que lo puedan sufrir para que la sementera que viene siembre cada uno lo que le cupo. Y para la ejecución y cumplimiento de ello se nombró una persona que lo hará bien, creemos mediante Dios que se (folio 1v) acertará. Lo que sucediere se hará saber a vuestra majestad. 3- Del Río de la Hacha me han escrito de 30 de abril pasado. Dicen como la gente que habían enviado a poblar las minas de Buratara o Sierras Nevadas con un temporal que les dio habían ido a parar a Santa Marta y que si no se hallaran con una carabela en que las socorrieron, perecieran todos. Y que habían vuelto sobre la empresa y hallaron que no hay mejores minas en las Indias, aunque esto no se manifiesta por la muestra porque no envían sino 19 pesos de oro para fundir para que vuestra majestad lo vea, el cual envío en estos navíos a los oficiales de Sevilla porque ellos lo envíen luego a vuestro Real Consejo de estas Indias. 4- Nos han dejado los negros alzados por los castigos que en ellos se han hecho, y no se sabe sino de una cuadrilla de ocho o diez que andan por el Bahoruco sin hacer mal a nadie que no procuran sino huir y hurtar lo que pueden para comer. Tenemos preso en la cárcel de esta corte a un su capitanejo y hace muchos días que lo hemos entretenido para ver si estos se nos venían y como se han tardado tanto le hemos condenado a hacer cuartos y ha de ejecutarse en él porque no se tiene esperanza que éstos han de venir de paz. Un indio que había andado mucho tiempo alzado por La Vega y Santiago en compañía de un negro que se decía Dieguillo de Ocampo que se hizo justicia de él, se ha juntado ahora con 20 o 25 indios en aquella 85 CartasAudienciaII20111205.indd 85 05/12/2011 01:51:30 p.m. Genaro Rodríguez Morel provincia y ha hecho algún daño. He enviado en su seguimiento dos capitanes con gente y rastreros. Creo que darán con él, Dios mediante, el suceso se hará saber a vuestra majestad. 5- Muchos pasan por este puerto con licencia de vuestra majestad a la provincia del Perú que no los aseguran las fianzas que dan de volver (folio 2r) dentro de algún término porque como es gente suelta cuanto se pueda seguir pospondrá, y haciendo algún mal no se tomará entera satisfacción de sus fiadores y convendría que vuestra majestad lo mandase mucho mirar por la seguridad de aquella tierra. 6- El navío en que enviaba a Vicencio Paulo volvió a arribar a este puerto y ahora se envía en una nao de que es maestre Martín García. Él va con un pie de amigo y unas esposas y un brete y una toba y con todo esto tengo temor que se ha de ir. Yo quisiere mucho que acá quitáramos de cuidado a los de vuestro Real Consejo en la determinación de sus causas de éste y porque podría ser que se quisiera hacer alguna averiguación con él, se acordó de enviarlo. Hace muchos días que vino a esta isla un don Lorenzo de Figueroa, criado que dicen haber sido de esa Casa Real de vuestra majestad y porque a la sazón venía sin licencia y me pareció que no convenía al servicio de vuestra majestad y a la quietud de esta tierra que tal hombre viviese en ella. Lo quise enviar a Castilla y no fue en mi mano. Después sucedió que éste se casó por amores con una hija de un hombre rico de aquí y ha salido tan inquieto y desaforado y desacatado contra vuestra real justicia que no lo sabría figurar como ello es. Ha estado y está preso por muchos insultos especialmente porque dicen que en España mató malamente a un guarda del bosque de Aranjuez y que le culparon en la muerte de su madre y aún también porque un negro suyo dijo que le había sometido a cometer con él el delito nefando aunque después se ha desdicho. Lo hago saber a vuestra majestad para que sepa lo que por acá hay y porque no conviene que tal como éste viva en tierra tan quieta aunque se liberase (folio 2v) de cuantos delitos le oponen. Guarde Nuestro Señor la vida y casa de vuestra majestad con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos como vuestro real corazón desea. En Santo Domingo de la Española, a 23 de julio de 1549. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 86 CartasAudienciaII20111205.indd 86 05/12/2011 01:51:30 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 121a Santo Domingo, 27 de julio de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- Recibimos una cédula por donde se manda que cuando vacare cualquiera de los oficios de factor o veedor que se consuma en el que de ellos quedare para que aquel sirva ambos cargos con el salario de uno de ellos, y porque en esta isla a día que vacó el oficio de factor el cual no se ha proveído por la poca necesidad que de este oficio hay, no resta sino el veedor en el cual cuando vacare vuestra majestad mandara proveer lo que fuere su real servicio porque a la verdad tan poca necesidad hay del uno como del otro. 2- Se recibió asimismo otra cédula real por donde nos manda que ninguno de los oidores de esta Real Audiencia tengamos indios, y está se nos debió enviar a imitación de lo que se había mandado proveer en las otras Audiencias de estas partes donde hay repartimiento de indios en encomiendas y regimientos de ellos, armadas y descubrimientos, porque no hay ninguna cosa de esto aquí. Y para lo que toca a los indios naturales de esta isla no ha quedado en toda ella ninguno salvo unos pocos de los que de antes se tenían por esclavos de fuera de esta isla que se han puesto en libertad conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado. Y de estos algunos de ellos, menos de 10, se han acogido a nuestras posadas para ampararse de extorsiones y malos tratamientos que se le han intentado de hacer y en nuestro poder son muy bien tratados para ejemplo de los demás y así han servido en cosas de poco trabajo como en labrar y coser y pajes, dándole su salario ordinario y cuando no están contentos se van donde quieren. Y si a esto se extiende la cédula real mándelo vuestra majestad declarar que luego los echaremos de nuestras casas que no será poca crueldad la que ellos sentirán. (Margen izquierdo: que no los tengan sino que los pongan con sumo gracioso.) 3- (Folio 1v) Por la dicha cédula se manda que no tengamos ninguna hacienda ni granjería ni tratemos ni contratemos, y aunque hasta aquí no lo hemos tenido ni tenemos y menos hemos tratado, este proveimiento parece que para en esta tierra es muy recio y así es bien que vuestra majestad sepa lo que en esto se ofrece. Con el salario que se manda dar a sus oidores, según la carestía de todas las cosas, es imposible poderse sustentar ninguno de ellos aunque vivan lo más pobremente que acá se pueda imaginar, pues a lo más corto no se puede dejar de tener una casa y una mula y dos mozos y otro servicio honesto que por ninguna manera se puede excusar, pues si para esto se ha de comprar todo de la plaza donde toda las veces no se halla. Considérese si es posible poderse tolerar en especial que este juzgado, tan lejos de su real persona, conviene que tenga la autoridad que se requiere para que sus 87 CartasAudienciaII20111205.indd 87 05/12/2011 01:51:31 p.m. Genaro Rodríguez Morel oidores sean tenidos en lo que representa y no vivan más pobremente que ningún vecino de la tierra y para poderse medianamente llevar. Y aún para hacer buena la moneda, que se les paga en mala, de sus salarios la envían a esos reinos en cosas de la granjería de ella, pues no la han de enviar en cuartos a efecto que les provean de pan y vino y otros proveimientos para sus casas que si acá los hubiesen de comprar ha llegado muchas veces a valer una arroba de vino 10 castellanos, y una libra de pan un real de plata y así todo lo demás por estos términos. Véase cómo se podría sufrir sin que no haya vecino, por pobre que sea, que para sustentar su casa no tenga una estancia con media docena de esclavos negros donde se proveen del pan de la tierra, que es cazabe y maíz y aves y verdura, agua y leña y otras cosas que no se venden que a prohibirse a los oidores no se podrían sufrir sin grande trabajo y así por este tenor lo de las otras granjerías del campo las cuales nunca se quitaron a los oidores que han sido en esta Audiencia ni a los de las chancillerías de esos reinos, pues no es justo que por servir a vuestra majestad seamos de menos condición que los otros sus vasallos. Vuestra majestad lo mande ver que lo que en ello se nos mandare se cumplirá sin exceder un punto. (Margen izquierdo: que cumplan lo contenido y que se les pague en oro.) 4- Recibimos otra cédula real por donde se nos manda que se envíe un bergantín a la banda del norte de esta isla a buscar lo que (folio 2r) hay es una de las islas de los Lucayos donde dice que una nao que iba a esos reinos vio muchas ahumadas y se cree que debe ser la gente de la nao de Benito de la Feria que el año pasado faltó. Y porque la cédula dice cabe la isla de la Yaguana, estuvimos algo confusos que no hay tal isla y así se entendió que es una isla que está en los Lucayos que se llama Maiaguana. Luego que se recibió la cédula se enviaría un bergantín con todo despacho sino que estos meses de julio y agosto son en estas mares peligrosos de tormentas y huracanes, y así lo dejamos para el mes de septiembre en el cual se enviará un bergantín al recaudo necesario y de lo que en ello se hallare haremos relación a vuestra majestad. 5- En el despacho último hicimos relación cómo en la nao del capitán Cosme Buitrón enviáramos preso y al recaudo necesario a Vicencio Pablo Corzo, esta nao desde hace 15 días que salió del puerto se volvió a él por mucha agua que hacía y así lo tornamos a enviar en la nao de Martín García que va por Capitana de esta flota a mucho recaudo, y el esclavo suyo se envió en la nao de Bartolomé Sánchez. 6- Los días pasados hicimos relación de cómo por las muchas querellas y pedimentos que en esta Real Audiencia se dieron del licenciado Chaves, gobernador de esta isla de Cuba, de agravios, fuerzas y sin justicias que en aquella isla hacía, para que se les mandase tomar residencia. No lo proveímos por estar muy a canto de o se despoblará aquella tierra y también esperando lo que vuestra majestad fuese servido que en ello se proveyese. Y porque a aquella sazón se hallaba muy cerca de aquella isla el capitán Jerónimo de Aguayo, persona muy entendida y de asaz experiencia en las cosas de estas partes se le cometió que recibiese información de los oficiales de vuestra majestad y alcaldes y regidores y personas principales de lo que allí se ofreciere y de cómo el dicho licenciado gobernaba aquella tierra y la trajese a ésta 88 CartasAudienciaII20111205.indd 88 05/12/2011 01:51:31 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Real Audiencia para que se proveyese lo que conviniese y que entretanto dejasen muy encargado a todos que obedeciesen al licenciado como a su gobernador y le acatasen y cumpliesen sus mandamientos como vuestra majestad lo tenía mandado. El dicho capitán Jerónimo de Aguayo lo hizo así (folio 2v) como se le cometió y es venido con una información de 300 y tantos capítulos que contra él le dieron. Y porque el doctor Angulo, que vuestra majestad ha mandado proveer por gobernador y juez de residencia de aquella isla, se espera cada día en este puerto de camino para su viaje, a él se le entregará todo lo que de allá se ha traído y hablaremos sobre ello para que haga justicia a las partes a quien toca. 7- La carta que vuestra majestad nos mandó escribir para que se tenga mucho cuidado en lo del trigo, pues tan buena muestra ha tenido. Luego que se recibió, juntados el cabildo de esta ciudad y algunos vecinos de la isla, se dio orden cómo este mes de octubre que parece según la experiencia lo ha mostrado que es la verdadera sementera, se siembren hasta 20 fanegas, que sea recogido de lo que se recogió el mes de mayo pasado la cual se pondrá en diversas partes que se están desde ahora aparejando. Tenemos por cierto que se ha de dar abundantemente, que será mucha parte para la población de esta tierra que tiene necesidad de ser muy ayudada y favorecida para que se pueble. 8- El gobernador de Tierra Firme nos escribe el trabajo que pasa en defender el pasaje del Perú y que de esta isla y de todas estas partes y de esos reinos va cada día mucha gente al Nombre de Dios y para lo que toca a esta isla no se da licencia a ninguna persona para que salga de ella, y si alguno se va es escondido sin licencia puesto que en el registro se pone mucho recaudo, pero los maestres son tan atrevidos que por sus intereses no dejan de hacer cualquier cosa. Convendría que en la Casa de la Contratación se tuviese mucha advertencia porque en los navíos que pasan por este puerto se ve y conoce, según la gente traen, que debe haber muchos fraudes en esto de las licencias. 9- La principal cosa de la sustentación de esta tierra está en el trato de ellas así en la entrada como en la salida y si se les quitase la venida a ella de las carabelas de las islas de Canarias y del Condado y navíos pequeños de cien toneles, como dice que se ha intentado de hacer a petición de los mercaderes de Triana, se recibiría en extremo mucho daño que faltarían las más veces los proveimientos de pan y vino y otras cosas que de aquellas partes les traen y no tendrían navíos (folio 3r) en qué llevar los azúcares y cueros, porque para las cosas que de Sevilla se cargan bastan cuatro naos cada año, y para sacar las cosas de la granjería de la tierra son menester 40. Como de esto ya se tiene mucha experiencia parece que convendría que por ninguna manera se les prohibiese la venida de las dichas carabelas y navíos pequeños con que solamente lleven los azúcares y cueros, y que en las naos grandes vaya el oro y plata y perlas en flotas como vuestra majestad lo había mandado ordenar. (Margen izquierdo: para las ordenanzas.) 10- El año pasado vino a este puerto un don Lorenzo Suárez de Figueroa, y porque en esta Real Audiencia se dio noticia que venía desde las islas de Canarias, sin licencia, ausentado por cierto pasquín que dice había hecho en la Corte de 89 CartasAudienciaII20111205.indd 89 05/12/2011 01:51:31 p.m. Genaro Rodríguez Morel vuestra majestad, se le prohibió que no pasase al Perú para donde venía porque pareció que no era coyuntura para ello. Y así se le mandó que se volviese a esos reinos y a aquella sazón estuvo preso por ciertas palabras que se le opusieron que había dicho contra los oidores de esta Audiencia y principalmente que en cierta plática dice que dijo que si los cronistas del rey don Pedro estuvieran bien con él expresaran en su crónica las causas por qué mandó ejecutar las justicias que en su tiempo se hicieron y no le notarán de tan cruel, y que lo mismo con más razón podrían decir de vuestra majestad no manifestando las justificaciones de ello. Y estando en esto se casó con hija de un vecino de esta ciudad que se dice Francisco Díaz de Pravía de manera que con el privilegio de casado no hubo efecto de tornarlo allá conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado que los casados puedan pasar a estas partes libremente. Después de su casamiento se han ofrecido entre el suegro y él muchos pleitos y diferencias de diversas cosas que le acusa, diciendo que fue causa de la muerte de un hijo suyo y que les afrentó de palabras y que tiene familiar y libros de aquelarre que están prohibidos y que había muerto un guarda del Soto de Aranjuez y que fue condenado por ello a muerte en Toledo, o su comarca, por un pesquisidor que para ello se envió, y de otros delitos sobre qué se han recibido ciertas informaciones por las cuales le tenemos preso. Y de las que tocan al Pravia, él sigue las causas y las demás el fiscal, a quien se dio la voz, y penden sus pleitos ordinariamente en esta Real Audiencia en los cuales se hará lo que fuere justicia. 11- (Folio 3v) Y porque este Pravia ha hecho y hace muchos pedimentos sobre que se le den los procesos de estas causas para enviar ante vuestra majestad y se le ha respondido lo que ha convenido conforme a las ordenanzas de esta Real Audiencia y podría ser que se enviase a quejar de ello. Pareció de hacer relación de esto para que en su Consejo se tenga noticia del estado de este negocio y provean en ello lo que fuere su real servicio. Y en lo que toca a la muerte del guarda se nos mande enviar la razón que hay contra él y si vuestra majestad fuere servido que se remita allá el dicho don Lorenzo, lo enviaremos luego. (Margen izquierdo: hágase justicia.) 12- Se recibió una cédula real dirigida al comendador del monasterio de Nuestra Señora de la Merced de esta ciudad a efecto que castigase y corrigiese ciertos religiosos suyos por algunos delitos que se habían ofrecido, así como la muerte de uno de ellos y una herida que habían dado al canónigo Madrid. Se le dio licencia al padre fray Amador de Aguilar, comendador de la Casa, y se le habló sobre ello y según parece ya los tenía castigados con la honestidad que la calidad de ellos lo requería. Y a los culpados desterró a partes remotas y en la verdad en lo que de este comendador hasta ahora se ha visto es buen religioso y que lo trae todo recogido y concertado y al presente entiende en acabar un edificio muy bueno de su iglesia la cual trae en buenos términos con solo limosnas y para acabarlo tiene mucha necesidad que vuestra majestad le mande hacer la limosna que fuere servido como se ha hecho con los otros monasterios de Santo Domingo y San Francisco de esta ciudad que nos parece será muy bien empleada y que por sus manos de este religioso se gastará con toda fidelidad. (Margen izquierdo: bien.) 90 CartasAudienciaII20111205.indd 90 05/12/2011 01:51:31 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo, a 27 de julio de 1549 años. Escribiéndose ésta llegó aquí el doctor Angulo, gobernador de Cuba, a hacerse con él lo que decimos del licenciado Chaves. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita El licenciado Hurtado 91 CartasAudienciaII20111205.indd 91 05/12/2011 01:51:31 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, N° 122 Santo Domingo, 27 de julio de 1549 Sacra cesárea católica majestad: 1- Recibimos una cédula por donde se manda que cuando vacare cualquiera de los oficios de factor o veedor, que se consuma en el que de ellos quedare para que aquel sirva ambos cargos con el salario de uno de ellos, y porque en esta isla a día que vacó el oficio de factor el cual no se ha proveído por la poca necesidad que de este oficio hay, no resta sino el veedor en el cual cuando vacare vuestra majestad mandara proveer lo que fuere su real servicio porque a la verdad tan poca necesidad hay del uno como del otro. 2- Se recibió asimismo otra cédula real por donde nos manda que ninguno de los oidores de esta Real Audiencia tengamos indios, y ésta se nos debió enviar a imitación de lo que se había mandado proveer en las otras Audiencias de estas partes donde hay repartimiento de indios en encomiendas y regimientos de ellos, armadas y descubrimientos, porque no hay ninguna cosa de esto aquí. Y para lo que toca a los indios naturales de esta isla no ha quedado en toda ella ninguno salvo unos pocos de los que de antes se tenían por esclavos de fuera de esta isla que se han puesto en libertad conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado. Y de estos algunos de ellos, menos de 10, se han acogido a nuestras posadas para ampararse de extorsiones y malos tratamientos que se le han intentado de hacer y en nuestro poder son muy bien tratados para ejemplo de los demás y así han servido en cosas de poco trabajo como en labrar y coser y pajes, dándole su salario ordinario y cuando no están contentos se van donde quieren. Y si a esto se extiende la cédula (folio 1v) real mándelo vuestra majestad declarar que luego los echaremos de nuestras casas que no será poca crueldad la que ellos sentirán. 3- Por la dicha cédula se manda que no tengamos ninguna hacienda ni granjería ni tratemos ni contratemos, y aunque hasta aquí no lo hemos tenido ni tenemos y menos hemos tratado, este proveimiento parece que para en esta tierra es muy recio y así es bien que vuestra majestad sepa lo que en esto se ofrece con el salario que se manda dar a sus oidores, según la carestía de todas las cosas, es imposible poderse sustentar ninguno de ellos aunque vivan lo más pobremente que acá se pueda imaginar, pues a lo más corto no se puede dejar de tener una casa y una mula y dos mozos y otro servicio honesto que por ninguna manera se puede excusar, pues si para esto se ha de comprar todo de la plaza donde toda las veces no se halla. Considérese si es posible poderse tolerar en especial que este juzgado, tan lejos de su real persona, conviene que tenga la autoridad que se requiere para que sus oidores sean tenidos en lo que representa y no vivan 92 CartasAudienciaII20111205.indd 92 05/12/2011 01:51:31 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) más pobremente que ningún vecino de la tierra y para poderse medianamente llevar. Y aún para hacer buena la moneda, que se les paga en mala de sus salarios, la envían a esos reinos en cosas de la granjería de ella, pues no la han de enviar en cuartos a efecto que les provean de pan y vino y otros proveimientos para sus casas que si acá los hubiesen de comprar ha llegado muchas veces a valer una arroba de vino 10 castellanos, y una libra de pan un real de plata y así todo lo demás por estos términos. Véase cómo se podría sufrir sin que no haya vecino, por pobre que sea, que para sustentar su casa no tenga una estancia con media docena de esclavos negros donde se proveen del pan de la tierra, que es cazabe y maíz y aves y verdura, agua y leña y otras cosas que no se venden que a prohibirse a los oidores no se podrían sufrir sin gran trabajo y así por este tenor lo de las otras granjerías del campo las cuales nunca se quitaron a los oidores que han sido en esta Audiencia ni a los de las chancillerías de esos reinos, pues no es justo que por servir a vuestra majestad seamos de menos condición que los otros sus vasallos. Vuestra majestad lo mande ver que lo que en ello se nos mandare se cumplirá sin exceder un punto. 4- (Folio 2r) Recibimos otra cédula real por donde se nos manda que se envíe un bergantín a la banda del norte de esta isla a buscar lo que hay es una de las islas de los Lucayos donde dice que una nao que iba a esos reinos vio muchas ahumadas y se cree que debe ser la gente de la nao de Benito de la Feria que el año pasado faltó. Y porque la cédula dice cabe la isla de la Yaguana, estuvimos algo confusos que no hay tal isla y así se entendió que es una isla que está en los Lucayos que se llama Maiaguana. Luego que se recibió la cédula se enviara un bergantín con todo despacho sino que estos meses de julio y agosto son en estas mares peligrosos de tormentas y huracanes, y así lo dejamos para el mes de septiembre en el cual se enviará un bergantín al recaudo necesario y de lo que en ello se hallare haremos relación a vuestra majestad. 5- En el despacho último hicimos relación cómo en la nao del capitán Cosme Buitrón enviáramos preso y al recaudo necesario a Vicencio Pablo Corzo, está nao desde hace 15 días que salió del puerto se volvió a él por mucha agua que hacía y así lo tornamos a enviar en la nao de Martín García que va por Capitana de esta flota a mucho recaudo, y el esclavo suyo se envió en la nao de Bartolomé Sánchez. 6- Los días pasados hicimos relación de cómo por las muchas querellas y pedimentos que en esta Real Audiencia se dieron del licenciado Chaves, gobernador de esta isla de Cuba, de agravios, fuerzas y sin justicias que en aquella isla hacía, para que se les mandase tomar residencia. No lo proveímos por estar muy a canto de o se despoblará aquella tierra y también esperando lo que vuestra majestad fuese servido que en ello se proveyese. Y porque a aquella sazón se hallaba muy cerca de aquella isla el capitán Jerónimo de Aguayo, persona muy entendida y de asaz experiencia en las cosas de estas partes se le cometió que recibiese información de los oficiales de vuestra majestad y alcaldes y regidores y personas principales de lo que allí se ofreciere y de cómo el dicho licenciado gobernaba aquella tierra y la trajese a esta Real Audiencia para que (folio 2v) se proveyese lo que conviniese y que entretanto dejasen muy encargado a 93 CartasAudienciaII20111205.indd 93 05/12/2011 01:51:31 p.m. Genaro Rodríguez Morel todos que obedeciesen al licenciado como a su gobernador y le acatasen y cumpliesen sus mandamientos como vuestra majestad lo tenía mandado. El dicho capitán Jerónimo de Aguayo lo hizo así como se le cometió y es venido con una información de 300 y tantos capítulos que contra él le dieron. Y porque el doctor Angulo, que vuestra majestad ha mandado proveer por gobernador y juez de residencia de aquella isla, se espera cada día en este puerto de camino para su viaje, a él se le entregará todo lo que de allá se ha traído y hablaremos sobre ello para que haga justicia a las partes a quien toca. 7- La carta que vuestra majestad nos mandó escribir para que se tenga mucho cuidado en lo del trigo, pues tan buena muestra ha tenido, luego que se recibió juntados el cabildo de esta ciudad y algunos vecinos de la isla se dio orden como este mes de octubre, que parece según la experiencia lo ha mostrado que es la verdadera sementera, se siembren hasta 20 fanegas, que sea recogido de lo que se recogió el mes de mayo pasado la cual se pondrá en diversas partes que se están desde ahora aparejando. Tenemos por cierto que se ha de dar abundantemente, que será mucha parte para la población de esta tierra que tiene necesidad de ser muy ayudada y favorecida para que se pueble. 8- El gobernador de Tierra Firme nos escribe el trabajo que pasa en defender el pasaje del Perú y que de esta isla y de todas estas partes y de esos reinos va cada día mucha gente al Nombre de Dios y para lo que toca a esta isla no se da licencia a ninguna persona para que salga de ella, y si alguno se va es escondido sin licencia puesto que en el registro se pone mucho recaudo, pero los maestres son tan atrevidos que por sus intereses no dejan de hacer cualquier cosa. Convendría que en la Casa de la Contratación se tuviese mucha advertencia porque en los navíos que pasan por este puerto se ve y conoce, según la gente traen, que debe haber muchos fraudes en esto de las licencias. 9- La principal cosa de la sustentación de esta tierra está en el trato de ellas así en la entrada como en la salida y si se les quitase (folio 3r) la venida a ella de las carabelas de las islas de Canarias y del Condado y navíos pequeños de cien toneles, como dice que se ha intentado de hacer a petición de los mercaderes de Triana, se recibiría en extremo mucho daño que faltarían las más veces los proveimientos de pan y vino y otras cosas que de aquellas partes les traen y no tendrían navíos en qué llevar los azúcares y cueros, porque para las cosas que de Sevilla se cargan bastan cuatro naos cada año, y para sacar las cosas de la granjería de la tierra son menester 40, como de esto ya se tiene mucha experiencia parece que convendría que por ninguna manera se les prohibiese la venida de las dichas carabelas y navíos pequeños con que solamente lleven los azúcares y cueros, y que en las naos grandes vaya el oro y plata y perlas en flotas como vuestra majestad lo había mandado ordenar. 10- El año pasado vino a este puerto un don Lorenzo Suárez de Figueroa, y porque en esta Real Audiencia se dio noticia que venía desde las islas de Canarias, sin licencia, ausentado por cierto pasquín que dice había hecho en la Corte de vuestra majestad, se le prohibió que no pasase al Perú para dónde venía porque pareció que no era coyuntura para ello. Y así se le mandó que se volviese a esos 94 CartasAudienciaII20111205.indd 94 05/12/2011 01:51:31 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) reinos y a aquella sazón estuvo preso por ciertas palabras que se le opusieron que había dicho contra los oidores de esta Audiencia y principalmente que en cierta plática dice que dijo que si los cronistas del rey don Pedro estuvieran bien con él expresaran en su crónica las causas por que mandó ejecutar las justicias que en su tiempo se hicieron y no le notarán de tan cruel, y que lo mismo con más razón podrían decir de vuestra majestad no manifestando la justificaciones de ello. Y estando en esto se casó con hija de un vecino de esta ciudad que se dice Francisco Díaz de Pravía de manera que con el privilegio de casado no hubo efecto de tornarlo allá conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado que los casados puedan pasar a estas partes libremente. (Folio 3v) Después de su casamiento se han ofrecido entre el suegro y él muchos pleitos y diferencias de diversas cosas que le acusa, diciendo que fue causa de la muerte de un hijo suyo y que les afrentó de palabras y que tiene familiar y libros de aquelarre que están prohibidos y que había muerto un guarda del Soto de Aranjuez y que fue condenado por ello a muerte en Toledo, o su comarca, por un pesquisidor que para ello se envió, y de otros delitos sobre qué se han recibido ciertas informaciones por las cuales le tenemos preso. Y de las que tocan a Pravia, él sigue las causas y las demás el fiscal, a quien se dio la voz, y penden sus pleitos ordinariamente en esta Real Audiencia en los cuales se hará lo que fuere justicia. 11- Y porque este Pravía ha hecho y hace muchos pedimentos sobre que se le den los procesos de estas causas para enviar ante vuestra majestad y se le ha respondido lo que ha convenido conforme a las ordenanzas de esta Real Audiencia y podría ser que se enviase a quejar de ello. Pareció de hacer relación de esto para que en su Consejo se tenga noticia del estado de este negocio y provean en ello lo que fuere su real servicio. Y en lo que toca a la muerte del guarda se nos mande enviar la razón que hay contra él y si vuestra majestad fuere servido que se remita allá el dicho don Lorenzo, lo enviaremos luego. 12- Se recibió una cédula real dirigida al comendador del monasterio de Nuestra Señora de la Merced de esta ciudad a efecto que castigase y corrigiese ciertos religiosos suyos por algunos delitos que se habían ofrecido, así como la muerte de uno de ellos y una herida que habían dado al canónigo Madrid. Se le dio licencia al padre fray Amador de Aguilar, comendador de la Casa, y se le habló sobre ello y según parece ya los tenía castigados con la honestidad que la calidad de ellos lo requería. Y a los culpados desterró a partes remotas y en la verdad en lo que de este comendador hasta ahora se ha visto es buen religioso y que lo trae todo recogido y concertado y al presente entiende (folio 4r) en acabar un edificio muy bueno de su iglesia la cual trae en buenos términos con solo limosnas y para acabarlo tiene mucha necesidad que vuestra majestad le mande hacer la limosna que fuere servido como se ha hecho con los otros monasterios de Santo Domingo y San Francisco de esta ciudad que nos parece será muy bien empleada y que por sus manos de este religioso se gastará con toda fidelidad. Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo a 27 de julio de 1549 años. 95 CartasAudienciaII20111205.indd 95 05/12/2011 01:51:31 p.m. Genaro Rodríguez Morel Escribiéndose ésta llegó aquí el doctor Angulo, gobernador de Cuba, a hacerse con él lo que decimos del licenciado Chaves. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita El licenciado Hurtado 96 CartasAudienciaII20111205.indd 96 05/12/2011 01:51:32 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, N° 123 Santo Domingo, 28 de julio de 1549 Sacra cesárea católica majestad: Después que aquí llegué en los primeros navíos hice saber a vuestra majestad cómo habíamos arribado a esta ciudad. Después acá he estado bueno, gracias a Nuestro Señor, y toda mi casa, y siempre he entendido en mi oficio en lo que toca al servicio de vuestra majestad como siempre lo pienso hacer de la manera que yo mejor supiere. Y como a lo menos la intención no vaya errada, la cédula que vuestra majestad nos envía recibimos en éstas naos que ahora vinieron en que se nos manda que no tengamos granjerías que, y a la verdad yo no lo seré tanto ésta cuánto la otra en que vuestra majestad nos manda quitar 100 ducados de nuestro salario, porque no tengo granjería ni la pienso tener ni aún creo soy para ello porque tengo puesta toda mi esperanza en las mercedes que vuestra majestad me ha de hacer y mi principal granjería tengo puesto en hacer bien mi oficio para que con esto vuestra majestad me mejore porque yo certifico a vuestra majestad que hay harto trabajo para sustentarnos con el salario y que quien ha informado que lo tenemos suficiente, según vuestra majestad nos dice por su cédula, se engaña. Y que si no hiciésemos lo que a vuestra majestad por esta Audiencia se le escribe, que para abonar la moneda enviamos a España por lo necesario empleando lo que puede montar en mercadería, no nos podríamos sostener. Y que si vuestra majestad no nos manda que no lo hagamos, como todos los pasados lo han hecho, no sé como nos podamos sustentar con la autoridad que el oficio requiere. Para ayuda a sustentarme envío a suplicar a vuestra majestad me socorra para ayuda de costa de una casa que vuestra majestad tiene en esta ciudad, de que ha hecho merced del usufructo mientras durare la cerca (folio 1v) con otras que aquí tiene. Y para la cerca le hace poco al caso 40 o 50 pesos que renta, y a mí mucho. Por mi parte se pedirá a vuestra majestad esta merced que suplico a vuestra majestad me conceda para ayuda a sustentar mi mujer e hijos que acá tengo. A vuestra majestad avisé los días pasados la necesidad que esta tierra tiene de un navío o dos de remos para la seguridad de los franceses, y aún para la ejecución de la justicia, y con que vuestra majestad mandase hacer el navío y proveerlo de artillería, esta ciudad lo proveería de la gente y bastimento cuando fuese necesario. A vuestra majestad lo torno a avisar porque me parece que convendría mucho. 97 CartasAudienciaII20111205.indd 97 05/12/2011 01:51:32 p.m. Genaro Rodríguez Morel Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 28 de julio de 1549 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 98 CartasAudienciaII20111205.indd 98 05/12/2011 01:51:32 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, No 123a Santo Domingo, 28 de julio de 1549 Sacra cesárea católica majestad: Después que aquí llegué en los primeros navíos hice saber a vuestra majestad cómo habíamos arribado a esta ciudad. Después acá he estado bueno, gracias a Nuestro Señor, y toda mi casa, y siempre he entendido en mi oficio en lo que toca al servicio de vuestra majestad como siempre lo pienso hacer de la manera que yo mejor supiere. Y como a lo menos la intención no vaya errada, la cédula que vuestra majestad nos envía recibimos en éstas naos que ahora vinieron en que se nos manda que no tengamos granjerías que, y a la verdad yo no lo seré tanto ésta cuánto la otra en que vuestra majestad nos manda quitar 100 ducados de nuestro salario, porque no tengo granjería ni la pienso tener ni aún creo soy para ello porque tengo puesta toda mi esperanza en las mercedes que vuestra majestad me ha de hacer y mi principal granjería tengo puesto en hacer bien mi oficio para que con esto vuestra majestad me mejore porque yo certifico a vuestra majestad que hay harto trabajo para sustentarnos con el salario y que quien ha informado que lo tenemos suficiente, según vuestra majestad nos dice por su cédula, se engaña. Y que si no hiciésemos lo que a vuestra majestad por esta Audiencia se le escribe, que para abonar la moneda enviamos a España por lo necesario empleando lo que puede montar en mercadería, no nos podríamos sostener. Y que si vuestra majestad no nos manda que no lo hagamos, como todos los pasados lo han hecho, no sé como nos podamos sustentar con la autoridad que el oficio requiere. Para ayuda a sustentarme envío a suplicar a vuestra majestad me socorra para ayuda de costa (folio 1v) de una casa que vuestra majestad tiene en esta ciudad, de que ha hecho merced del usufructo mientras durare la cerca con otras que aquí tiene. Y para la cerca le hace poco al caso 40 o 50 pesos que renta, y a mí mucho. Por mi parte se pedirá a vuestra majestad esta merced que suplico a vuestra majestad me conceda para ayuda a sustentar mi mujer e hijos que acá tengo. A vuestra majestad avisé los días pasados la necesidad que esta tierra tiene de un navío o dos de remos para la seguridad de los franceses, y aún para la ejecución de la justicia, y con que vuestra majestad mandase hacer el navío y proveerlo de artillería, esta ciudad lo proveería de la gente y bastimento cuando fuese necesario. A vuestra majestad lo torno a avisar porque me parece que convendría mucho. 99 CartasAudienciaII20111205.indd 99 05/12/2011 01:51:32 p.m. Genaro Rodríguez Morel Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 28 de julio de 1549 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 100 CartasAudienciaII20111205.indd 100 05/12/2011 01:51:32 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramos 19, Nº 124 Santo Domingo, 7 de octubre de 1549 Sacra césarea católica majestad: Habrá cuatro días que recibimos un pliego de cartas que vuestra majestad nos mandó despachar desde Valladolid por el mes de junio de este año y así en esta se responderá a todo lo que vuestra majestad nos manda escribir. Recibimos una cédula real por donde se nos manda que revoquemos a Montalvo de Lugo los poderes que se le dieron para el descubrimiento de El Dorado porque su residencia se quedaba. Viendo en su Real Consejo y que hasta ser determinada no se ha de proveer cosa ninguna y que de aquí adelante no se provea en esta Audiencia cosa de esta calidad sin lo primero consultar. Lo que en esto pasa es que por las nuevas leyes y ordenanzas de estas Audiencias de las Indias vuestra majestad en un capítulo de ellas da facultad al presidente y oidores de ellas que cada y cuando se quisiere hacer cualquier descubrimiento que se les pueda dar licencia para ello por la forma y orden que así se declara y así este Montalvo de Lugo pidió licencia para ello y dio información suficiente de como era muy valioso y provechoso y conforme a la dicha nueva ley se le dio la por lo visión para que como capitán pudiese hacer el descubrimiento y de lo que en ella hallarse hiciese relación a vuestra majestad para que proveyese en ello lo que su real servicio fuere y aunque pidió se le diese Comisión para que como gobernador y justicia pudiese entrar en lo que así descubrieron que no se le concedió más de que ocurriese a su real persona y a quién pertenecía el procedimiento de ello. Y lo mismo pasó en lo de su residencia que se presentó con ella en esta Real Audiencia y como no era gobernador (folio 1v) sino de teniente, fue aquí oído y se determinó lo que pareció que era justicia que fue darla por ninguna con ciertas declaraciones que venían en consecuencia y mandarla que de nuevo la hiciese ante el juez de residencia que vuestra majestad para aquel reino proveyese que por que traía muchas nulidades y faltas de sustancia y de orden y para que la diera de nuevo se le mandó diese fianzas en veinte mil pesos de bueno oro. Pero visto en lo uno y en lo otro lo que vuestra majestad por su real cédula manda a la hora que se residió este despacho se mandó dar provisión para que se le tome la carta ejecutoria y se suspenda el efecto de ella hasta que vuestra majestad provea lo que fuese justicia y en lo del descubrimiento de El Dorado se les revocaron los poderes y se mandó despachar provisión para que las justicias se la tomen y la entre en todo con la carta ejecutoria al presidente y oidores del dicho reino. Y porque este mes pasado se había despachado de este puerto un Diego Hernández Serpa para hacer cierto descubrimiento en la costa de Tierra Firme en el paraje 101 CartasAudienciaII20111205.indd 101 05/12/2011 01:51:32 p.m. Genaro Rodríguez Morel de la Margarita que era cosa que no estaba sujeta a gobernación alguna y lo hacía a su costa y tenía grande parejo para ella y yo información del bien que resultaba a vuestros real servicio y visto lo que vuestra majestad manda por esta su real cédula se repuso este proveimiento y se le enviaba a notificar con el primer pasaje que no entienda en ello y ningún otro que pida semejante cosa se le dará licencia ni se usará más de la dicha nueva ley y ordenanza. Por otra cédula real se nos manda que veamos la obra que se hace en una torre que se edifica en la Iglesia Catedral de esta ciudad sobre la plaza principal y nos informamos del daño y perjuicio que se puede seguir si se acabase y hagamos relación de ello. Este edificio cada día lo vemos y es cabe la puerta del perdón que la dicha Iglesia Catedral en el cual se labra y edifica y estará de estado y medio de alto lleva principio y fundamento de ser cosa muy fuerte y lavará desde esta torre (folio 2) a la fortaleza un buen tiro de ballesta. Parece que recogiéndose en ella delincuentes sería impedimento para las ejecución de la justicia vuestra majestad mande en ello lo que fue servido y enviase la pintura de ello a vuestra majestad. Asimismo por otra cédula real se manda que veamos ciertas casas de piedra que están cabe la calle de la fortaleza a la parte de la mar cabe la entrada del río porque disque recibe de ellas perjuicio la fortaleza que se le quita la vista de la entrada de los navíos. Vimos las dichas casas y las paseamos todo lo que está edificado y el sitio de ellas que son tres pares de casas donde viven vecinos de la ciudad todas ellas de edificios bajos y que antiguamente están allí poblada, así mismo va la pintura de ellas con la de la torre. Vuestra majestad manda por otra cédula real que no consintamos ni demos lugar que ningún las personas de las que vinieren de esos reinos ni acá estuvieren pasar al Perú sino solamente los que trajesen licencia expresa de vuestra majestad o fuesen casados con sus mujeres y mercaderes. Así sea hecho en esta isla más ha de cuatro años y lo mismo se hace de aquí en adelante porque así conviene a vuestros real servicio y algunos que ya han intentado pasar secretamente han sido castigados por esta Real Audiencia y lo mismo los maestres que lo han llevado, en tanto que los navíos que de este puerto salen son visitados algunas veces por nuestras mismas personas sin fiarnos de alguaciles y otros ministros y asimismo se hubiera hecho no se prendiera pueblo corso y otros pocos menos alterados que él y siempre lo visitan los oficiales de vuestra majestad y alguaciles y lo mismo cuando con viniere lo haremos por más personas. Pocas son las relaciones que vuestra majestad se hacen por esta Real Audiencia que no se acuerda los daños y robos que a la continua hacen en estas mares corsarios de Francia para que se mandase remediar por la vía que sea publicado. (Folio 2v) Después, ahora este mes de agosto pasado vino un patache, navío pequeño, pero al propósito de esta tierra que traía 30 remos por banda y llegó sobre la isla de la Mona a donde el robó tres carabelas, la una de la isla de San Juan y la otra que venía del Cabo de la Vela. Y estando en tendiendo en esto, pasaban para esos reinos seis navíos y una carabela que habían cargado en este puerto y se dio de tal manera que tomó la dicha carabela que valía la presa de 102 CartasAudienciaII20111205.indd 102 05/12/2011 01:51:32 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) ella de cueros y azúcares más de 12.000 ducados la cual luego de allí despachó con gente suya a Francia y a la que iba en dentro echó en tierra. Sucedió otro día según que llevó en aquel paraje una carabela con 120 negros que venían de Santo Tome para este puerto y la tomó y llevó consigo al Cabo de la Vela a donde halló una carabela de un vecino de esta ciudad que venía del Nombre de Dios y la aprobó y tomó oro y plata más de 10.000 ducados y ahora nos dicen que este corsario anda sobre el puerto de la Yaguana esperando hacer más presas y a nos convendría para el remedio de esto que vuestra majestad mandase que de su Real Hacienda se ayudarse a esta ciudad para hacer dos navíos de remos y una casa junto al río donde están varados con de él artillería necesaria para ellos o que la pudiésemos tomar de la que hay en esta fortaleza volviéndose le acabada la jornada. Y que para equipar estos navíos de remos se puedan tomar de los vecinos los negros remeros que fuere menester porque acá los hay muy diestros en ello, que aún que en los barcos de la pesquería y en otros servicios de la mar. Al tiempo que se comenzó las cerca de esta ciudad a más de siete años, que por cédula real se hecho sisa en la carne de vaca, un maravedíes sobre cada arroba, porque pareció que allí había más lugar, no valiendo cada arrelde como no vale más de dos maravedíes y para echarla parece que se junto el Presidente de esta Audiencia que entonces era obispo de esta isla y ahora es arzobispo de ella. Y ciertos (folio 3) beneficiados de la Iglesia Catedral y los prelados de los monasterios y vecinos principales de esta isla y de acuerdo y conformidad de todos se hecho la dicha sisa para la cerca y así ha corrido y corre. Y de dos años a esta parte los clérigos han pedido en esta Real Audiencia que a ellos no se les lleve esta sisa sobre que se ha seguido pleito con el fiscal y con el cabildo de esta ciudad en el cual alegan que la sisa no se pudo echar sin licencia del Papa. El cual está visto y no lo habemos querido determinar por qué si los dichos clérigos se eximiesen lo mismo pretendería los monasterios y otras personas privilegiadas que es la mayor parte de esta población y así no habría sisa y estaría la obra de las cerca que tan encaminada está. Y visto como la dicha sisa se hecho por cédula la de vuestra majestad a pedimiento de la isla y en consentimiento y conformidad del Obispo y beneficiarios y de todos los demás como cosa tan necesaria y en que según él no hay ninguno exento y no hemos determinado en este negocio cosa ninguna y así no tenemos suspenso y por qué podría ser que el prelado quisiese proceder por censuras a vuestra majestad, suplicamos mande lo que en ello se hará cuando lo tal intentase por excusar las diferencias que sobre ello se podría ofrecer. En las últimas cartas se hizo relación de los procesos que en esta Real Audiencia se trataban entre Francisco Díaz de Pravía y don Lorenzo Suárez de Figuereda y después ha hecho muchos requerimientos el dicho Pravía para que enviemos a su Real Consejo de estas Indias los dichos procesos y para que en este de todo ello se envía en estas naos al dicho su Real Consejo la relación de todos ellos sacada de los procesos criminales y están pendientes y se siguen y se hará justicia. 103 CartasAudienciaII20111205.indd 103 05/12/2011 01:51:32 p.m. Genaro Rodríguez Morel Nuestro Señor, la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo, a siete de octubre de 1549 años. De vuestra sacra césarea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Zurita El licenciado Hurtado 104 CartasAudienciaII20111205.indd 104 05/12/2011 01:51:32 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, Nº 125 Santo Domingo, 10 de octubre del 1549 Sacra cesárea católica majestad: Porque esta Audiencia escribe a vuestra majestad largo sobre todo lo que se ofrece, tendré yo poco que decir en esta. 1) En las cartas que ahora últimamente recibimos nos reprende vuestra majestad porque estando presentada la residencia de Montalvo de Lugo en su real cuenta y sin haberse visto le dimos comisión para el descubrimiento de El Dorado y lo que en esto pasa es que este se vino a presentar en esta su Real Audiencia con un gran volumen de proceso de la residencia que se le había tomado de teniente de gobernador del Nuevo Reino y tratándose si se había de ver aquí como yo siempre fui de parecer que se remitiese a los de vuestra real cuentas de estas Indias y sobre este artículo se tomó un tercero porque estábamos dos oidores el cual se conformó con el voto del licenciado Zurita. Y vista aquí la residencia también discordamos sobre la sentencia y el que se tomó por tercera también se conformó con el dicho licenciado y se sirvió el negocio en cierta forma que aunque le mandó hacer otra vez residencia, hubo restitución de repartimiento de indios y demoras y aprovechamiento y grandes condenaciones de cosas que el licenciado Miguel Díez y así pareceré si vuestra majestad mandare parecer (folio 1v) la sentencia y votos de cada uno y estando despachado de la manera que digo y teniendo su ejecución de la sentencia se trató el descubrimiento de El Dorado. Y por la información que se tomó parecía cosa cumplidera al servicio de vuestra majestad y conforme con mis compañeros en que se le diese para ello como a capitán general y sobre la jurisdicción ocurriese a vuestra majestad y pues ha parecido que aquello no han venido solo darse a este yerro, con hacer luego lo que vuestra majestad nos envía mandar, que era enviarle a tomar la provisión y la ejecutan y que no use de ello hasta que vuestra majestad provea en ello lo que a su real servicio y lo mismo se hace a un Diego Hernández de Serpa sobre otro descubrimiento para que se le había dado comisión y que el uno esta en Santa Marta y el otro en la Margarita. 2) Yo quisiese mucho que el licenciado Zurita fuera a tomar la residencia al licenciado Miguel Díez como vuestra majestad se lo envió a mandar por ser cosa en que vuestra majestad fuera servido y cesaran las opresiones de aquellos pobladores que tanto se han quejado pues ello había procurado y esa instancia se escribió a vuestra majestad y aunque le he dicho y persuadido lo que ha sido necesario hasta ahora no se ha determinado, antes por su derecho ha habido negaciones muy acusadas y entre de la una suplicación del cabildo de esta ciudad y una petición de particulares con muchas razones sin razón y de lo que conviene al oficio de oidor 105 CartasAudienciaII20111205.indd 105 05/12/2011 01:51:32 p.m. Genaro Rodríguez Morel que tiene (folio 2) y aunque de estas amistades de pueblo y cumplimientos y visitas y conversaciones yo pudiera decir mucho, solamente dije que por ser siempre de parecer que se cumple lo que vuestra majestad que envía mandar como celoso de este servicio, no esto que bien insisto con los que procuran su contentamiento y particulares intereses que en estas partes es mal común y es la verdad muy aborrecida. 3) En fin del presente se enviará a recorrer con la gente que está en una de las islas de los Lucayos, cuarenta leguas de Puerto Plata como vuestra majestad lo envió a mandar, porque hasta ahora el miedo de los huracanes no ha dado lugar. Guarde Nuestro Señor la vida y muy alto estado de vuestra majestad con aumento de reinos y señoríos como vuestro real corazón desea. De Santo Domingo de la isla Española, a 10 de octubre de 1549. Lo que determinare el licenciado Zurita de esa y ello escribirá a vuestra majestad porque hasta ahora yo no lo sé. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 106 CartasAudienciaII20111205.indd 106 05/12/2011 01:51:32 p.m. Archivo General de Indias. Santo Domingo 49, Ramo 19, Nº 126 Santo Domingo, 11 de octubre de 1549 Sacra cesárea católica majestad: Después de haber escrito a vuestra majestad la que va con esta acordó el licenciado Zurita de hacer la jornada que se le envió a mandar porque le pareció grande yerro seguir el parecer de estas lisonjeras que se dicen sus amigos, y para ese efecto fue necesario que esta Audiencia le mandase acudir con el salario de oidor a su mujer que creo la deja aquí o a la persona que tuviere su poder y así se mandó dando el fianzas de lo volver si vuestra majestad de otra cosa fuere servido, y también se le dio provisión para que tenga en sí las gobernaciones de que tomaré la residencia hasta que vuestra majestad otra cosa mande con el mismo salario que tenía el licenciado Armendáriz. El escribe a vuestra majestad y aún creo que los que dice porque pretenden tenerle muy prendido por adelante. Guarde Nuestro Señor la vida y muy alto estado de vuestra majestad con aumento de reinos y señoríos como vuestra real corazón desea. De Santo Domingo, a 11 de octubre de 1549. De vuestras sacra césarea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Zurita 107 CartasAudienciaII20111205.indd 107 05/12/2011 01:51:32 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, Nº 127 Santo Domingo, 12 de octubre de 1549 Sacra cesárea católica majestad: Habrá diez días que en las naos que entraron en este puerto de Santo Domingo recibí el pliego que vuestra majestad me manda despachar en Valladolid al fin del mes de julio pasado por el cual se me manda que vaya a la provincia de Cartagena y Santa Marta y nuevo reino de Granada a tomar la residencia al licenciado Miguel Díez de Armendáriz lo cual parece se mandó proveer por lo que esta su Real Audiencia escribió en días pasados y a causa de las grandes querellas que a ella vinieron de los pobladores de aquellas tierras de cosas muy recias sobre que se recibieron en esta Real Audiencia muchas informaciones demás de los procesos que a ella vinieron y porque nos pareció aquella sazón que era grande la necesidad que aquel reino tenía de proveimiento se hizo aquella relación y me ofrecí yo de ir a servir en ello. Y ahora visto que vuestra majestad mandó proveer aquella tierra de Audiencia Real que es lo que enteramente satisface a todo lo que es menester luego que recibí este despacho estuve suspenso en el hilo mismo los oidores, comos mis compañeros, porque nos pareció que con la ida de la Audiencia se suplicó y que aquí sabían también a vuestra majestad y así ocurrieron a esta Real Audiencia el cabildo de esta ciudad y los vecinos principales de ella y por escrito suplicaron de la provisión para ante vuestra majestad expresando algunas causas para que no saliese de esta isla y lo mismo me requirieron a mi en particular y que aguardase segunda jución, pero después de visto como vuestra majestad había mandado suspender el despacho que se había dado al licenciado Mercado para tomar esta residencia y como se me envía a mandar que luego yo me parta y vaya a tomarla y como de cada día van en crecimiento las quejas de este juez y que son muchos los que esperan la residencia no obstante lo dicho y los grandes gastos y trabajos que se me ofrecen así por mar como por tierra, (folio 1v) y aún parece que será todo doblado por estar ya allá la Audiencia, presupuesto todo esto y otras muchas cosas que en ello hay yo voy a hacer lo que vuestra majestad me manda y así me partiré mediante Dios en el primer navío que se pudiere aparejar en este puerto que será de aquí a veinte o treinta días a lo más largo, y llevaré conmigo los oficiales más suficientes que me pareciere que convienen para poder mejor servir a vuestra majestad sin tener ningún respeto en trabajos ni gastos ni enfermedades que se puedan recibir, que cuando sea de posponer por servir a vuestra majestad y este es mi deseo pues no se puede mejor acabar la vida. 2) Porque la ciudad quiere suplicar a vuestra majestad me envíe a mandar que con toda brevedad fenezcan estos negocios y me vuelva a servir el oficio de oidor en esta Real Audiencia creo que dejaré aquí mi casa con mi mujer y familia como 108 CartasAudienciaII20111205.indd 108 05/12/2011 01:51:33 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) hasta aquí la he tenido. A vuestra majestad suplico con el primer despacho se me envíe a recordar que acabada la residencia general y determinado lo de la secreta y de las otras comisiones me vuelva a servir a esta Real Audiencia si de otra cosa vuestra majestad no fuere servido y que los pleitos de entre partes que aquella sazón no estuvieren conclusos ni determinados que en él estado que estuvieren los remitan a aquella Real Audiencia para que en ella se fenezcan y determinen. 3) Por las cédulas que vuestra majestad me mandó enviar se me manda que tome las provisiones que se dieron al licenciado Mercado y que sean y se entiendan y las guarde y cumpla como si a mí fueran dirigidas y asimismo cumpla y use de las provisiones que por esta Real Audiencia me fueron dadas y por virtud de esto sea proveído que ya vaya a tomar la dicha residencia conforme a lo que vuestra majestad manda y que para ello se me den provisiones y que pasado el término de la residencia use de la gobernación hasta tanto que vuestra majestad otra cosa provea. 4) Asimismo se proveyó que gane el salario que gana el gobernador que ahora está de este el día que me hiciere a la vela. Suplico a vuestra majestad humildemente se ha servido demandar que esto así se cumpla (folio 2) atento a que los gastos han de ser grandes por la mucha distancia que hay hasta el reino y lo que se ha de pasar en andar estas provincias. Nuestro Señor la vida en muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve, con aumento de más reinos y señoríos. De Santo Domingo, dos de octubre de 1549. Sacra cesárea católica majestad, Muy humilde vasallo y criado de vuestra majestad que sus reales pies besa. El licenciado Zurita 109 CartasAudienciaII20111205.indd 109 05/12/2011 01:51:33 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 19, Nº 128 Santo Domingo, 8 de diciembre de 1549 Sacra cesárea católica majestad: Por octubre pasado escribí a vuestra majestad dándole cuenta de unas cédulas que recibí el postrero de septiembre por donde se me manda que vaya a tomar residencia al licenciado Miguel Díez a las provincias de Cartagena y Santa Marta y Nuevo Reino de Granada y decía que en ella que me partiría dentro de un mes, porque en breve se esperaba una carabela que iba a Cartagena y después tardó más de mes y medio que no vino y no ha habido otro navío para aquella costa sino ha sido un bergantín pequeño que compró una viuda que se iba a vivir al reino en que iba ella y sus hijos y toda su casa y no había disposición en el para poder yo ir. Y al tiempo que salió, que a poco, ya estaba fletado en otro que he hecho que cargue para el Cabo de la Vela porque me lleve, y aunque pensamos salir antes de Pascua no ha podido ser porque no tiene aún toda la carga que ha menester. Y a esta causa me he concertado con el que con la que tiene nos vamos el tercero o cuarto día de pascua de Navidad y que demás de mi flete le pague lo que faltare de carga, y así se hará y luego subiré de río arriba para comenzar en el reino la residencia y acabada bajaré a tomar la de la costa y primero que suba el río pondré en ella justicia nueva. Por una de las cédulas que vuestra majestad mandó enviar se me manda que guarde y cumpla las provisiones que se dieron al licenciado Mercado y las (folio 1v) que por esta Audiencia me estuvieren o fueren dadas y conforme a esta facultad esta Audiencia me da su provisión en que se me manda que vaya a tomar esta residencia conforme a lo proveído y mandado por vuestra majestad y que acabada quede con la gobernación hasta tanto que por vuestra majestad hasta tanto que por vuestra majestad otra cosa se provea. Y que gane el salario que gana el gobernador y que ahora está desde el día que me hice a la vela y que así mismo gane el salario de oidor de aquí y acuda con el y que en mi poder hubiere con que de fianzas que si vuestra majestad otra cosa mandare lo volviere y me mandaron dar quinientos pesos luego del salario de aquí para ayuda a mi aviamiento con que así mismo diese fianzas. Que si no lo ganare vuestra majestad me lo mandase volver y los volvería y que se descontasen desde el día que me hicieron a la vela. Y como esta tierra estaba tan falta de ropa, cuando me hube de proveer de lo necesario para mi jornada valía todo muy más caro que suele. Aunque siempre vale bien caro y como he hecho casa de nuevo para llevar, y vestido y aderezos mi persona y criados ha sido mucho lo que he gastado porque demás de lo que se gasta para mi, dejo aquí mi mujer y casa, que no me determiné de llevarla por lo que en otra que a vuestra majestad escribí digo y así quedó muy gastado y empeñado porque como a poco que vine no he podido 110 CartasAudienciaII20111205.indd 110 05/12/2011 01:51:33 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) acabar de salir de las deudas y cambios que tomé en servicio cuando de allí salí demás de los cuatrocientos ducados de que vuestra majestad me hizo merced para en cuenta de mi salario. Que la hacienda que allá dejé quedó toda empeñada para esto. Demás que la costa ordinaria de aquí es tanta que es menester para ello lo que vuestra majestad nos manda dar de salario. Y para subir el río arriba se hace muy gran costa. Que me dicen personas que lo saben que cuesta de flete un barco, trescientos pesos y más y que la costa que se hace en lo que hay que andar por tierra es muy excesiva porque toda la ropa se lleva con indios cargueros y cada uno lleva cuarenta libras y se hace todo líos de este tamaño y cada carga sale puesta en Bogotá en doce pesos sin lo que se gasta en enhebrados y breados para los líos y la costa ordinaria es grande porque como (folio 2) cuesta tanto llevar, vale todo lo que de Castilla a muy subidos precios y pues todo esto es así y yo salgo de mi casa con intención de servir a vuestra majestad en esta jornada suplico a vuestra majestad sea servido de mandar que se confirme lo que esta Audiencia proveyó que es que gane el salario de oidor y el que gana el gobernador porque de esto me he de sustentar yo y mi mujer y casa y de quitar los quinientos pesos que digo que he recibido y desempeñarme de otras deudas y que quedo obligado y casi todo se me ha de ir en costas que no puedo excusar. Y pues esto que está proveído es conforme a derecho y en las otras Audiencias de esos reinos de vuestra majestad cuando algún oidor o alcalde de ella sale con alguna comisión, gana su salario de oidor o alcalde y el de la comisión y lo mismo se hace con otro cualquier juez y así lo gana todo el oidor que va a tomar la residencia de Sevilla. Y así mandó vuestra majestad que lo ganase el licenciado Hurtado cuando se le mandó que fuese a Cuba a tomar la residencia al licenciado Chávez aunque después no hubo efecto. Y pues la jornada que yo he de hacer no es de menor trabajo que la demás ni en ella mediante nuestro señor se hará menos servicio a vuestra majestad. Suplico se me conceda la merced que tengo pedida. Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad conserve con aumento de más reinos y señoríos. De Santo Domingo de la Española, 18 de diciembre de 1549 años. Sacra césarea católica majestad, Muy humilde vasallo de vuestra majestad que sus reales pies besa. El licenciado Zurita 111 CartasAudienciaII20111205.indd 111 05/12/2011 01:51:33 p.m. Archivo General de Indias. Santo Domingo 49, Ramo 20, Nº 129 Santo Domingo,14 de enero de 1550 Sacra cesárea católica majestad: Por cartas de esta Real Audiencia y mías, ha sabido vuestra majestad como vino a esta isla un don Lorenzo Suárez, que dicen avecindado criado de esta casa real de vuestra majestad y como se había casado en esta ciudad con una hija de un poblador antiguo y rico que se decía Francisco Díaz de Pravía, la cual como por formas que tuvo y malos terceros contra la voluntad de su padre de donde entre ellos se habían seguido muchos pleitos y debates porque como le tomó la isla le quería tomar la hacienda y al uno y al otro habíamos tenido presos algunas veces y que este don Lorenzo era hombre muy alterado y atrevido y quien no convenía al servicio de vuestra majestad y quietud de estas tierras que de estos pasasen muchos a ella por los inconvenientes y daños que adelante se podrían seguir. Creció tanto su soberbia y atrevimiento con algunos favores que acá le daban todos que el viernes pasado que se contaron a diez de este presente y entre las tres y las cuatro horas de la tarde estando su suegro a caballo hablando con uno de los escribanos de esta Audiencia por una reja baja de su oficio, junto la cara a la reja el dicho don Lorenzo y a traición y alevosamente le dio una cuchillada en la cabeza de que lo derribó del caballo y después decaído le dio en la misma herida otras dos cuchilladas y le dejó por muerto y se retrajo a la alcaldía mayor de esta ciudad, que estando de allí a 50 pasos y algunos de los que allí se hallaron vinieron a mi casa a darme cuenta de lo que pasaba y yo salí luego y yendo para la Iglesia mayor le vi atravesar por una calle la vía del Monasterio de San Francisco y fue en su seguimiento y entróseme en un hospital de San Nicolás de esta ciudad y subió a lo alto de él por un boquerón pequeño que tenía una escalera elevadiza y allí se defendió contra mí y contra los licenciados Zurita y Hurtado que allí sobrevinieron tirando muchos ladrillos de la obra del hospital y tablas y todo lo que por allí hallaban hasta tanto que uno de los que allí vinieron a su favor (folio 1v) de vuestra real justicia hicieron una saeta que le tiró desde muy lejos y de la sangre de que le caía desmayó y así se prendió y aquella noche lo llevamos a la cárcel donde se le hizo cargo de la culpa y quiebratamiento de tregua que le estaba puesta con su suegro por esta Audiencia en nombre de vuestra majestad y se le mandó que dijese y respondiese hasta las ocho del sábado siguiente y se recibió por prueba y notificaronse los testifique y se hicieron los autos jurídicamente hasta la conclusión y a las 12 horas del dicho día siguiente murió el dicho su suegro de la herida que le dio y fue la más cruel que se puede pensar porque aunque le dio otras heridas y estocadas no muriera de ellas, y hechas las averiguaciones de la muerte lo sentenciamos a cortar la cabeza y ese día a las cinco horas de la tarde se le corto en 112 CartasAudienciaII20111205.indd 112 05/12/2011 01:51:33 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) la plaza pública después de haber confesado y comulgado el día antes. Todo se hizo con la autoridad y calor que a la ejecución de vuestra real justicia conviene. Y ahora el Arzobispo procede con rigor contra las personas que allí fueron en vuestro favor, no embargante que yo le dije que en aquellos se había de tener templanza pues aquellos son vasallos de vuestra majestad y no pueden dejar de obedecer y que la penitencia que por el desacato, si alguno se cometió, contra la Iglesia se nos había de imponer a nosotros y no vejar al pueblo con penas pecuniarias como lo hace y haya apelado el fiscal de las censuras y entredichos hacerse a lo que convenga sino se quisiese poner en la razón. El licenciado Zurita no se ha partido porque ha tenido negocios que lo han impedido y también los tiempos no han sido muy derechos para navegar. Pártese el lunes que viene que le contará a 20 de este presente. A Puerto de Plata se escribió para que de aquí enviase a reconocer la gente de que hicieron a vuestra majestad relación que estaba en una isla de los cayos porque allí vive un hombre que tiene mucha práctica de todos aquellas isla que por acá no lo pudimos hallar y hemos sabido que se le perdió un barco en que andaba en aquel trato y que presto le darían recibido para que hiciese la jornada lo que sucediere se hará saber a vuestra majestad cuya vida y muy alto estado Nuestro Señor acreciente con mayores reinos y señoríos, como vuestra real corazón desea. De Santo Domingo, a 14 de enero de 1550 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 113 CartasAudienciaII20111205.indd 113 05/12/2011 01:51:33 p.m. Archivo General de Indias. Santo Domingo 49, Ramo 20, Nº 130 Santo Domingo, 9 de marzo, de 1550 Sacra cesárea católica majestad: En todos los navíos que de este puerto han salido he tenido cuidado escribir a vuestra majestad lo que conviene a su real servicio así por lo que soy obligado, como por no dar ocasión que no haya de mi memoria para hacerme mercedes como de vuestra majestad la he recibido y espero recibir, y en partes de ella recibí una letra de vuestra majestad de 17 de septiembre del año pasado que por muchos que hubiesen sido mis servicios es mayor la merced acordarse vuestra majestad de favorecer a su vasallo. Por la carta que vuestra majestad nos escribe se reproche que el atrevimiento que tuvimos de suplicar de la cédula de vuestra majestad, que cuando yo vine llegó aquí en que se nos mandaba que cada un año visitarse un oidor la tierra y que nuestro salario fuese 900 ducados cada año y que el año que se empiece a visitar nos diesen 1200 y yo llegaba nuevo sin saber cosa de la tierra y parecióles a mis compañeros que se hiciese así y esto me disculpa que no mirarse también lo que hacía y principalmente la mohindad mía, que en el acabándome de recibir en el oficio de que vuestra majestad me hizo merced con la provisión en que vuestra majestad me mandaba dar 1000 ducados de salario cada un año se abrió luego un pliego de vuestra majestad en que venía esta su real cédula por la cual se nos acortaba a 900 y como tengo dicho y aún que entonces avisé a vuestra majestad por relación los inconvenientes que había (folio 1v) ahora por experiencia digo lo mismo que yo prometo a vuestra majestad a fe de hombre de bien y cristiano, que casi no hay hombre que ha esta isla entre la tierra adentro que no muera o llegue muy cerca porque como la tierra es despoblada y los soles muy recios y muchos los aguaceros y esto no solo a los chapetones como aquí dicen, por los advenedizos, pero a los isleños y naturales, y es me Dios testigo que ninguna pena tuviera de esto ni me fuera estorbo si fuera hombre soltero, pero tengo mujer mosa y tres niños y sin cosa que les dejar antes, con más de 1000 pesos de deuda y los que así están en estas partes a la sombra de su persona se sustenten tal o demás y todo esto propondría se pensase que se hacía servicio a vuestra majestad en ello, pero Dios se lo perdone a quien ha informado a vuestra majestad que no es como porque en 200 leguas de tierra a y hasta 200 chozas y vale más esta ciudad y puerto, quitada la Nueva España y el Perú y sus confines, que todo lo demás junto de todas las Indias, así islas como Tierra Firme y importa más estar aquí tres oidores para que se gobierne y administre justicia forzado por concedido de dos de ellos que todo lo demás, porque andando bueno lo que es cabecera se anda todo el distrito pues éste ha sido el fin de haber hecho vuestra majestad tantas Audiencias porque a la verdad esta ciudad está tan honrada y bien edificada que yo 114 CartasAudienciaII20111205.indd 114 05/12/2011 01:51:33 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) no he visto en España otra tal de su tamaño ni dos veces mayor, y en todo lo demás que tengo dicho no hay en nadie ni cosa de que hacer cuenta especial en las islas y porque pienso que algo muy mayor servicio vuestra majestad en estar en la ciudad y en especial no estando aquí el licenciado Zurita y haber de quedar uno solo en la ciudad se ha dejado de poner en obra la visita y también porque si todavía vuestra majestad mandare que se haga sin embargo de que no quede más de un oidor en esta Audiencia suplico vuestra majestad se tenga atención a que el licenciado Grajeda a más de seis años que está ya en esta tierra y por esto está ya hecho a ella y muy rico y yo nuevo y ruin. Por esto mejor para quedar aquí estoy porque en estas partes los jueces cuanto más frescos son mejores y en esto no tengo yo de hablar pero espero en Dios (folio 2) que en mi intensión se habrá conocido en esta tierra de manera que vuestra majestad sepa la verdad y si no con satisfacerle yo a él solo, pues vuestra majestad está tan lejos, me contento y suplico a vuestra majestad visto esto me envíe a visitar lo que más fuere servido porque aquí estoy como muy humildes vasallos para lo que vuestra majestad me hubiere a mandar y lo que se ha hecho o se tenga en de servicio porque sintiéndolo yo así como escribo el derecho me obliga a visitar a vuestra majestad los inconvenientes y guardar a otra jurisdicción después de escritos y por no lo haber hecho así muchos de los que por vuestra majestad han gobernado en estas partes se han crecido mucho daño en estas partes y los que lo han hecho servido muy bien a vuestra real corona gran forma que ya que se ha de hacer a él necesidad que vuestra majestad mande que la isla se reparta en cuatro partes según se escribe por esta Audiencia porque visitarla toda uno es imposible y porque si vuestra majestad no lo declarase por ventura no se tendría por cumplida la visita, y si para hacer lo que vuestra majestad manda como para que se mandase dar los 300 ducados por su trabajo de los cuales el oidor que fuere a sola la cuarta parte traerá a bien muy poco ahorrado habiendo de ir como es razón y pues mi intensión ha sido y es muy firme en el servicio de vuestra majestad suplico a vuestra majestad se juzgue así y se tenga me moría de me hacer merced pues no tengo de otra parte tener segura la vida sino de las mercedes que vuestra majestad recibiese porque como tengo tres veces escrito, ni tengo ni tendré otra granjería y para esto y todo lo demás que he escrito por testigo a Diego López de las Roelas, que según me dijo irá a dar cuenta a vuestra majestad de lo de acá y como caballero cristiano que bastantemente demuestra ser dará verdadera relación a vuestra majestad de lo de aquí. Otras cosas pensaba escribir a vuestra majestad, que convenían mucho a esta tierra pero por no ser más largo en esta lo dejaré para otros navíos que se partirán muy presto solamente suplico vuestra majestad nos envíe con toda brevedad presidente y si fuere letrado u hombre que tenga experiencia en las cancillerías de España y esté allí aprobado y ser caballero sin letras, como acá se dice hombre que sea cuerdo y de conciencia y si se pudiese hallar de la marca del general Diego López de las Roela (folio 2v) porque yo no soy de los que pretenden mandar sino solo de gozarme que se haga justicia y esto suplico a vuestra majestad se provea porque ya hay necesidad y si esto no se pudiere proveer tan presto nos envíe un tercero como estábamos como cuando yo aquí vine porque para cuando el licenciado Zurita venga podrá haber hecho vuestra 115 CartasAudienciaII20111205.indd 115 05/12/2011 01:51:33 p.m. Genaro Rodríguez Morel majestad mudanza conforme a lo que viere que conviene. Nuestro Señor la vida de muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la isla Española, a nueve de marzo de 1550 años. De vuestra sacra cesárea cátolica majestad, Muy humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 116 CartasAudienciaII20111205.indd 116 05/12/2011 01:51:33 p.m. Archivo General de Indias. Santo Domingo 49, Ramo 20, Nº 131 Santo Domingo, 7 de abril, de 1550 Sacra cesárea católica majestad: Demás de lo que por esta Audiencia se escribió a vuestra majestad que son cosas que convienen mucho a su real servicio y bien común de esta isla y de los vecinos de ella se ofrecen algunas cosas que particularmente me parecen ser necesario avisar yo de ello a vuestra majestad, por lo que debo y por lo que deseo acertar hacer mi oficio y lo que son obligado al servicio de Dios y de vuestra majestad. Y es lo primero lo que muchas veces yo he suplicado a vuestra majestad se ha servido enviarnos a esta tierra presidente cual convenga para ella y si esto se dilatarse nos envíen un tercero compañero general. Vuestra majestad fue servido de enviar de esta tierra al licenciado Zurita que no hace poca falta, lo otro innecesario es que en esta isla y en los puertos de ella se han perdido muchos navíos y las cosas y mercaderías que de ellos se salvó se hacen beneficiar y vender para algunas personas a quien se comete a esta Audiencia y se cobra el dinero, y porque es imposible después saber aquí la parte que de ello puede pertenecer a los dueños de las dichas mercaderías y principalmente a los aseguradores o están muchos dineros por cobrar y es imposible que se cobren sino es de esta manera que vive para descargo de mi conciencia y es que vuestra majestad nos dio a mandar que enviemos a la Casa de la Contratación el traslado o traslados de todos los actos y se han hecho de los navíos y se han perdido y de los que de aquí adelante se perderán donde eran las almonedas y lo que de ellas monta y lo que se gasta en beneficiar y lo que de ello resta para quien lo ha de haber y envíe vuestra majestad a mandar a sus oficiales de la Casa de la Contratación que visto el recaudo que de acá se envía y lo que resta para los aseguradores lo manden distribuir entre ellos por la proporción o resta de lo que a cada uno aseguró y con el (folio 1v) testimonio de la distribución que se hizo por los dichos oficiales de vuestra majestad cada uno enviará por lo que le cabe de esta ciudad librándolo a las personas a quienes ellos se responden de como a ellos mejor les parezcan que como todos los aseguradores y recaudos de los seguros están en Sevilla pueden se fácilmente juntar para hacer la distribución como tengo dicho, lo cual en esta tierra es imposible ni en 20 años no se podría hacer y aunque también se podría remediar con enviar a la Casa de la Contratación todo el dinero que resta para que allí se hiciese la distribución como tengo dicho. Hay en ello dos inconvenientes, el uno el riesgo de la mar y el otro la falta de moneda corriente que hay en esta tierra que si no es enviando mercaderías o comprando oro con mucho interés no se puede de otra manera enviar dinero de Castilla y así me parece que no ha y otro remedio, sino el que tengo dicho los indios de la tierra se han perdido todos y los que quedan, 117 CartasAudienciaII20111205.indd 117 05/12/2011 01:51:33 p.m. Genaro Rodríguez Morel que son los que eran esclavos y traídos de fuera a esta isla se van cada día perdiendo de manera que si no se pone algunos remedio en breve tiempo se perderán todos impuesto que vuestra majestad mandó que los amparasen en haber toda razones que se trae de ampararles las vidas y para esto hay necesidad que se pongan por obra lo que vuestra majestad ha mandado que es que haya una persona de gran conocimiento que les ponga a soldada por un año o dos con personas que los traten bien y que sean mujeres las que pongan a servir en cortes honestas y que no puedan estar con hombres solteros para evitar el pecado que ordinariamente hay en estos y para esto los hagan las escrituras las cuales hagamos cumplir por ambas partes y esto tenga cuidado de cobrarles la soldada y emplearla en destruir los bienes y tenga copia y razón y muy gran cuenta con ellos porque demás de los que se mueren por andar perdidos sospecho que son muchos los que se llevan hurtados los navíos que de aquí salen y teniendo copia y razón por ante mi escribano y la persona con quien se pone a soldada dar cuenta cada año del indio o indios que tuviere a su cargo y porque tenga gana de hacerlo y no podamos compeler a que excepto estos oficio me parece que se le debía mandar dar de cada indio un peso el cual se podía sacar de su soldada y les quedaría a todo una más de lo que les dan ahora y como digo había de ser persona de muy gran confianza y no habiendo negocio en nombrarlos ni querer nosotros aprovechar a nadie no faltarían personas que fuesen tales para ello a aunque me pareciese sería necesario compelerlos con personas (folio 2) y paréceme que si vuestra majestad me lo quisiere cometer con acuerdo del Arzobispo y Obispo de San Juan todavía acertaríamos con algunas personas que hiciese lo que debiese en ello todo esto que he avisado a vuestra majestad es tratar de que informe la libertad que también la podría tener como cada uno por hacer lo que debo al servicio de Dios y de vuestra majestad y suplico con vuestra majestad mi intención juzgue por tal y haga en todo ello lo que más fuere servido. Nuestra vida y muy alto y real estado de Nuestro Señor guarde y conserve con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos como su real corazón desea. De Santo Domingo de la isla Española, a siete de abril de 1550 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Muy humilde siervo y vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 118 CartasAudienciaII20111205.indd 118 05/12/2011 01:51:34 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 20,Nº 132 Santo Domingo, 30 de diciembre de 1550 Sacra cesárea católica majestad: Mediado de este mes de diciembre recibimos los pliegos que vuestra majestad los mandó despachar desde Valladolid a 23 de agosto de este año y a todo lo que por ellos se nos manda se hará en esta respuesta. El despacho para el gobernador de Cartagena acerca de lo que se manda restituir de los indios que estaban en aquella provincia puestos en la corona real se le enviará esta semana con una carabela que está apuesta para allá y se le escribirá y si alguna cosa se le ofrecía de esta Real Audiencia sea menester para efectuar lo que vuestra majestad manda que nos lo hagan saber para que luego se le envíe pues ordinariamente a la continua van y vienen carabelas por toda aquella costa de la Tierra Firme. Y así a este propósito se dice lo que después que esta su Real Audiencia se fundó en esta isla Española que fue la primera que se asentó en estas Indias siempre aquella provincia de Cartagena estuvo sujeta a ella y que aún que al presente se haya sentado Audiencia Real en el nuevo reino que es sin comparación mucho más trabajo y dificultoso subir con sus apelaciones y negocios que se les ofrecen al reino que viniera a esta ciudad de más de ser tras dobladas las costas y gastos que se les seguiría y sobre todo el convenía acá a seguir sus causas llevan y se proponen de retorno de todas las cosas que han menester para aprovisionamiento de sus casas y haciendas. Y lo mismo acá ese día en lo del Nombre de Dios y Panamá se hubiesen de caer debajo del distrito de la Audiencia del Perú o de los (folio 1v) confines a donde ahora está porque con mucho menos trabajo y costo de los vecinos de aquellas provincias y aprovechamiento de esta isla vendrían a esta su Real Audiencia como ya de esto se tiene relación. En su Real Consejo de estas Indias a donde se tiene tanta y tan particular noticia de todo lo de estas partes y de las navegaciones y caminos de mar a tierra que parece demasiado informar. En esto vuestra majestad lo mande todo ver y proveer como su real servicio sea. Lo que vuestra majestad nos manda que cuando hubiese número de tres oidores o dos de ellos con el presidente, que es uno de nosotros, vaya visitando la isla se cumpliría como se nos manda y para ello será necesario se declare que la visita sea por provincias como ella está dividida en cada año la suya por la grande distancia de tierras y caminos que solo para la andar sería menester y gastarse todo el año sin fruto ninguno. A vuestra majestad suplicamos lo mande declarar como ya de esto tenemos hecha relación y que lo que el oidor que así fuere a visitar proveyere y ordene en el tiempo de su visita se cumpla y efectúe, el cual conozca por donde anduvieron 119 CartasAudienciaII20111205.indd 119 05/12/2011 01:51:34 p.m. Genaro Rodríguez Morel en todos los casos que se ofreciera como si toda la Audiencia allá residiese puesto que haya lugar suplicación para el Audiencia y si esto no hubiese lugar se lo mande enviar jurisdicción de lo que han de hacer en la visita si han de conocer como ordinarias o delegados o se remita todo a esa Real Audiencia para que conforme a la justicia que les diere conozcan. La provincia que vuestra majestad mandó dar acerca de la orden que se ha de tener acerca de la cobranza cuentas y buen recaudo de los bienes de los difuntos se recibió y luego se pregonó porque fuese notoria a todos y se cumplirá en todo cómo se nos manda porque en la verdad había de ello alta necesidad. Los prelados de los monasterios de Santo Domingo y San Francisco y la Mercedes de esta ciudad se le dieron luego las cartas que vuestra majestad le mandó escribir para que entendiesen con los indios en les enseñar la doctrina cristiana y nuestra lengua castellana y ellos las recibieron con el acatamiento (folio 2) debido y con gran voluntad de efectuar en cuanto a ellos fuere posible todo lo que se les manda, pero sepa vuestra majestad que en esta isla Española ya no hay casi indios ningunos de los naturales de la tierra y de los otro que estaban a título de esclavos que se pusieron en libertad y los que quedan se han ido los más de ellos a la tierra adentro porque les es aborrecible la compañía de españoles que será dificultoso para ellos recoger para este efecto y los que han quedado en esta ciudad son tan ladinos y entendidos en nuestra lengua Española que ninguna necesidad hay de tomar este trabajo con ellos y aunque tuviera lugar no se para ello podría ser a su costa porque ninguno de ellos tiene capacidad para hacer haciendas y tener caudales, y lo que ganan a soldadas luego lo gastan y emplean en sus vicios de beber y comer y en cosas de esta calidad y si alguno hay que no sean tan ladinos estos están en sus hatos de vacas y ovejas y otras haciendas muy lejos de esta ciudad que es imposible juntarse para lo dicho. La cédula que vuestra majestad nos mandó enviar acerca de lo tocante al oro y plata que falta de lo que se perdió en la nao de Pedro de la Torre que venía de la Nueva España y dio al través en la costa de la Florida. Se recibió y estando entendiendo en despachar un pesquisidor para ello ha entrado en este puerto la gente de una nao que venía de La Habana y arribo con tormenta al puerto de Montecristi en esta isla donde se ha tenido noticia que el doctor Angulo, gobernador de aquella isla quedaba allí, el cual tenía preso a un teniente de gobernador que es el que parece culpado por la información que se nos envió y a otras personas por este mismo caso y que los remitía a los oficiales de vuestra majestad de la contratación de Sevilla como pareciera por la información que es cerca de ellos recibimos que con la presente se envía a cuya causa cejó este proveimiento. Y en otro navío que venía de esos reinos hemos hallado dos marineros que venían en la dicha nao de Pedro de la Torre los cuales se prendieron y se recibieron sus confesiones (folio 2v) y a sí se envían presos en estas naos remitidos a los dichos oficiales de Sevilla para que pues allá están los demás delincuentes se haga en ello justicia. Las demás cartas que venían en los pliegos de vuestra majestad para el Arzobispo y Almirante y otros particulares se les dieron luego. 120 CartasAudienciaII20111205.indd 120 05/12/2011 01:51:34 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) En esta ciudad se edifica un monasterio de Nuestra Señora de las Mercedes que será uno de los buenos edificios de Iglesia, claustro y aposentos y para acá que se pueda edificar hacerse demandas y limosnas de particulares porque toda esta tierra tiene gran devoción en esta casa. Reside en ella por comisionado un religioso que se dice el fray Amador de Aguilar que lo que de él hasta ahora se ha conocido es persona de gran recogimiento y ejemplo y que ha sido y es muy provechoso en lo espiritual y temporal y de quien toda la ciudad tiene grande contentamiento y que podría ser que el provincial de Andalucía de esta orden aquí en este monasterio está sujeto quisiese remover alguna, cosa a vuestra majestad suplicamos mande se provea a lo menos hasta que este edificio sea acabado no allá novedad ninguna que se daría ocasión a que tan buena obra se estorbase y presumirse quedará atento a esto la codicia que allá se tiene de repartir entre sí estas limosnas antes que gastar las en edificios como acá se ha dicho algunas veces y se ha conocido en algunos que han recogido esta casa. Muchas veces se ha hecho relación por esta Real Audiencia de los daños y robos que estas partes han hecho y hacen corsarios de reino de Francia y principalmente se envió relación con vuestra majestad nos lo mandó con el general Diego López de las Roelas de lo que parecía que convendría se mandase proveer para la seguridad de estos mares que dos carabelas con cada 60 hombres bien artillados, con un patache de remos para que a la continua anduviesen acá como en particular se abra visto en su Consejo Real de estas Indias lo mismo nos parece ahora y que con toda brevedad lo mande vuestra majestad despachar porque de cada día se va aumentando la maldad y atrevimiento de los dichos corsarios en tanto que desde este mes de octubre pasado (folio 3) hasta ahora han pasado sobre esta isla cuatro armadas de los dichos franceses en esta manera. A principio de octubre, luego que supieron que la armada de vuestra majestad de que vino por general Sancho de Biedma iba a vacada de esta isla al Nombre de Dios como tienen tan entendida esta navegación y conocieron que estaba en parte donde no les podía hacer daño ninguno vino una nao grande con una carabela donde suelen que es al pasaje entre esta isla y la de San Juan y se estuvo en la isla de la Mona esperando a ser presa y hasta aquí vino un temporal que dio con la carabela al través y ahí se perdió y se salvó la gente que la tomó la nao la cual arribó y no se sabe hasta ahora dónde fue a parar. Desde 15 días vino otra nao gruesa con un patache y como no halló en la costa de la isla de San Juan y en esta donde a ser presa se bajó hasta el Cabo de Tiburón que es lo último de esta isla donde tomó un navío de un vecino de la Yaguana que venía del nombre de Dios y robo en el más de 6000 pesos de oro y plata y mucha cantidad de ropa de que venía cargado y con esta presa se fue al puerto de la Yaguana donde procuró de contratar por vía de rescate y porque no lo admitieron por la prohibición que vuestra majestad tiene mandada hacer, se pasó a otro puerto, 6 leguas de la villa a tomar agua y leña y estándola tomando les mataron en tierra a los dichos corsarios cinco hombres e hirieron no otros muchos y visto por ello se hicieron a la vela y se fueron como parece por la carta que el Consejo nos escribió y como por ella parece conviene mucho para la seguridad de toda aquella provincia 121 CartasAudienciaII20111205.indd 121 05/12/2011 01:51:34 p.m. Genaro Rodríguez Morel se mande efectuar lo de la fortaleza que vuestra majestad tiene mandado que allí se edifique, que ha poca costa y de lo que se cobrare de deudas viejas se hará. (Folio 3v) este mes de noviembre pasado vino a la dicha isla de la Mona otra nao grande con un pataje y porque tuvo nueva que de este puerto a la sazón se despachaban naos para esos reinos esperó para ser presa en ellos y así se encontró con la flota que había salido, que eran nueve naos y dos de ellos que vio que iban apartados de su reserva, arribó sobre ellos y los tomaron si la capitana no les socorriera y como conoció que no era parte para ofenderles, se bajó por la costa de esta isla y se fue a Puerto Hermoso,14 leguas de esta ciudad y se abasteció de agua y leña y se fue al puerto de la Yaguana donde halló surto un navío de la misma flota que había allí arribado cargado de cueros y azúcares y lo tomó con otro navío que venía a este puerto que en ambos robó valor de más de 20.000 pesos sin el mismo navío que consigo llevó la vuelta de Francia. Ahora, en este mes de diciembre ha pasado por encima de este puerto, otro corsario que va corriendo la costa de la isla. Tampoco se sabe dónde va a parar y así tenemos por cierto que cada mes ha de haber de estos corsarios que han de hacer mucho daño en estas tierras todo lo cual se atajará con el armada porque sea suplicado. Nuestro Señor el muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo (folio 4) de la isla Española, 30 día del mes de diciembre de 1550 años. De vuestras sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Hurtado 122 CartasAudienciaII20111205.indd 122 05/12/2011 01:51:34 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 21, Nº 133 Santo Domingo, 28 de abril del 1551 Sacra cesárea católica majestad: Por febrero del año pasado escribí a vuestra majestad desde Santa Marta dándole cuenta de mi venida en cumplimiento de lo que por vuestra majestad me era mandado y de lo sucedido hasta allí y después por agosto del mismo año escribir a vuestra majestad desde Santa Fe del mismo reino dándole cuenta a vuestra majestad sumaria del suceso de la residencia y sucesos del reino y ofrecerme a dar la más larga desde esta carta y haber ido a ella no puedo por ahora en esta alargarme tanto como quisiera y convenía al servicio de vuestra majestad porque en este navío en que escribo viene con tanta prisa que no nos da lugar para escribir y para enviar algunos negocios por donde vuestra majestad viera lo que convenga proveerse para descargo de su Real Audiencia y para él pro y hostilidad de los naturales de estas gobernaciones. Pero hacerlo en la flota que se espera que en breve vendrá del Nombre de Dios a esta ciudad. Y porque no es justo aunque sea muy en breve dejar de dar a vuestra majestad alguna relación de lo que he hecho y conmigo se ha hecho lo diré en ésta. Yo salí de Santa Fe porque antes no paré a siete de octubre ni aún me dejaron aunque quisiese iría allí fui a los paraches donde aguardé unos barcos que se estaban haciendo para venir al río abajo donde me embarque a 20 de noviembre y llegamos a Mompox a dos de diciembre donde me detuve 10 o 12 días porque mi ropa y libros se me habían todo mojado y tuve necesidad de remediarse allí y también porque los barcos tenían necesidad de repararse y como no se hubo recaudo para ello me metí en una canoa y me fui a Santa Marta donde llegue a 20 de diciembre y luego entendí en enviar por los pueblos de aquella gobernación a pregonar la residencia y en hacer los interrogatorios y aunque convenía no comenzarla tan presto para que hubiese lugar devenir los de los dichos pueblos así a la residencia como a pedir su justicia y para qué en tiempo me trajesen las informaciones que por allá envié hacer, la comencé a 13 de enero (folio 1v) porque andaban urdiendo algunos que por procesos y contra ellos otros jueces habían hecho estaban culpados de marañarlo de corte que no se pudiese averiguar nada y sobornando a los que contra ellos podían deponer en la secreta y trataban de tomar los procesos al escribano para que yo no los viese y un alcalde que había hecho de su mano y en todo hacía lo que estos le mandaban pidió al escribano que le diese los procesos y como se los dio un mandamiento para que si luego no los diese a quien el mandaba leer que hacen después en el cepo y a esta sazón fui yo avisado de ello y luego aquel día aún que era tarde y no estaban acabados los interrogatorios porque Peña había llegado a Santa Marta siete 123 CartasAudienciaII20111205.indd 123 05/12/2011 01:51:34 p.m. Genaro Rodríguez Morel u ocho días después que yo con todos los papeles de lo que se había hecho en el reino. Hice juntarse al cabildo y presidente las provisiones que de vuestra majestad tenía con ellas les requerí para que me hiciesen por juez de residencia y las viesen ante mi como vuestra majestad lo mandaba y dejado aparte lo que sobre esto pasó fui recibido y comencé la residencia a 14 de enero y de las pesquisas secretas que se tomaron resultaron algunas culpas de malos tratamientos de indios contra algunos tenientes del licenciado Miguel Díaz y contra algunos de los alcaldes ordinarios por lo cual los aprendí y entre ellos el factor de vuestra majestad en aquella gobernación que se llama Juan Ortiz de Serrato e inconcluso sus procesos di sentencia en cada uno de ellos conforme a lo que alcance que era justicia y por los negocios eran graves remití algunos de ellos a vuestra majestad y mande que fuesen traídos presos a esta ciudad y de aquí los llevasen presos a España y los presentase en su Real Consejo de Indias para que se hiciese en todo lo que a vuestra majestad fuese servido y para que por las informaciones que se tomaron en Santa Marta parece que en esta gobernación el dicho factor y un Luis de Mingures (sic) yendo con comisiones del licenciado Miguel Díaz a ciertas entradas habían hecho malos tratamientos y muertes a indios y tomándoles muchas cantidades de oro y lo contrataron sin quietarlo reservé la disminución de esto para la residencia que había de tomar en esta ciudad y que hasta tanto que la residencia de aquí se acabase no fuesen estos llevados a España para que estuviesen presentes de lo que se hiciese y que en sus descargos. Y así se lo notifico y no fue esto poco mofado y reído entre ellos por lo que adelantaré y diré. Y estando presos como he dicho por dar las cárceles y prisiones muy flacas y las guardas aquí encomendaba que velasen y por estar mas criados ausentes porque no tenían otros de quien fiarme que veía que todos me eran contrarios los había enviado a negocios que tocaban a la residencia (folio 2) eran los demás de muy poca confianza y todos aliados y hechos una, de manera que pretendían que no se averiguase verdad ni pudiesen hacer justicia que es a lo que vuestra majestad me envió. Y una noche, ya casi al cabo de la residencia un clérigo sacó al factor de la cárcel con sus grillos y fueron las guardas también que callaron hasta que sintieron que ya estaría a salvo, y aunque hice mis diligencias en todo lo más posible no pude hallar rastro del factor ni averiguar cómo se había soltado más de lo que tengo dicho y aunque detuve al clérigo en una casa uncha (sic) no pude sacarle cosa a ninguno y si acertara a aquella sazón como yo lo deseé a venir un navío lo enviará a vuestra majestad con los demás españoles para que su manera de vivir donde quiera que ha estado es muy perjudicial y no de clérigo sino de hombre muy de su luto y de mercader muy codicioso, el cual se llama Juan González, y para ser como el dicho no lo pudieron sufrir en Mompox y lo echaron de allí, y vino a Santa Marta a la sazón que ello allí estaba porque la gente es conforme a su condición y hay mejor disposición para tratar sus mercaderías por su puerto y dicen que los auditores del reino le han hecho cura de aquella ciudad y han despedido a otro harto buen clérigo y de buen ejemplo. Antes que el factor saliese de la cárcel habían hecho tres o cuatro allegados suyos que se fuesen al monte y cada noche viniese al pueblo a intentar de salir de la cárcel y algunas noches mi alguacil los corrió, y porfiaron tanto que hubieron de 124 CartasAudienciaII20111205.indd 124 05/12/2011 01:51:34 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) hallar oportunidades y voluntad en el clérigo que ha dicho y se llevaron a factor y estuvo escondido hasta que yo salí de Santa Marta. Y luego otro día volvieron a ella muy de reposo y los que andaban al monte de la manera que he dicho andaban induciendo los indios por sus pueblos para que se alzasen diciéndoles que yo era malo y tenía presos a los cristianos y luego había de prender a ellos y ahorcarlos y si yo no tuvieran tan buen gusto entre los indios porque todos me conocían, y me habían visto y sentido de mi que procuraba de que los tratasen bien y yo asimismo les hacia todo buen tratamiento. Causará esto algún alboroto según lo que les andaban diciendo que los malos tratamientos que le hacían y quiso Dios que aunque es gente que ha menester poca ocasión para alzarse no lo hicieron. Antes, cada día me venían a ver y a decirme lo que aquellos españoles les decían y como le daban de palos y les tomaban sus comidas, y no contento con esto y como otras muchas desvergüenzas, que un amigo usaron el manjares (sic) que tiene por encomienda un pueblo que llaman de la Ciénaga que es el paso para esta gobernación hizo esconder todas las canoas y canaletes (folio 2v) con que las hagan porque trataba con los otros presos que yo había mandado a que ellos viniesen a esta ciudad a dar residencia y que los quería enviar a España y que sería como ellos quisiesen, y que acabada la residencia no había de salir de allí sino cuando a ellos les pareciese y que habiendo de prender a Peña y tomarle las residencias del reino de Santa Marta y enviarlo a él y a los papeles ante los oidores del reino porque decían que tenían provisión para ello y que también la tenían para aprenderme a mi y como yo fui avisado de esto y conocí de ellos que es una gente poco temerosa de Dios y que no conocen a vuestra majestad ni a sus justicias y mostrados como obedecer sus provisiones y a maltratar todos los jueces que vuestra majestad envía no quise poner los negocios en términos que se desvergonzasen conmigo como han hecho como otros jueces y por esta causa hice a Peña que cuatro o cinco días antes que se me acabase el término tomase sus papeles y se viniese a esta ciudad, y así lo hizo y trataron de salir al camino y tomárselos todos y prenderlos como he dicho. Según parece por una información que después enviaré a vuestra majestad, y cuando supe que me escondían las canoas envié a la ciénaga un teniente mío y las halló todas escondidas cada una por sí y cada comalete (sic) por si, por manera que con gran dificultad halló por entre los manglares algunas bien apartadas unas de otras y con un mandamiento mío quedó allí un hombre a guardarlas y tres días antes que se me acababa el término salir de Santa Marta y viene a la Ciénaga y de allí a esta ciudad sin ejecutar en todo mis sentencias porque vi que no tenía posibilidad para ello y que pues se desvergonzaban a hablar y hacer lo que he dicho. Podría ser que se desmandaran a más y acorde de venirme a esta ciudad y a ser lo que abajo diré. Y llegue a ella viernes antes de Ramos que se contaron 20 de marzo y de Santa Marta había salido miércoles en la tarde a uso del mismo y el término de la residencia se cumplía sábado a 14 y pasada pascuas jueves a dos de abril por ante Peña, escribano de la residencia requerí al adelantado Heredia, gobernador de esta ciudad que por que yo había venido a Santa Marta por mandado de vuestra majestad a tomar residencia al licenciado Miguel Díaz y sus tenientes y oficiales y por lo que de ella había resultado había dado sentencia contra 125 CartasAudienciaII20111205.indd 125 05/12/2011 01:51:34 p.m. Genaro Rodríguez Morel muchos de aquella ciudad y les había condenado en cierta forma a que algunos de ellos fuese llevados presos ante vuestra majestad y que fuesen (folio 3) castigados de los delitos que habían cometido y que por no haber tenido posibilidad no había ejecutado mis sentencias, y porque convenía al servicio de vuestra majestad y al de sosiego de su real conciencia ejecutarse yo quería ejecutarlas y que le requería me diese favor y ayuda para ello. Y el primer día de Pascua, 29 de marzo, había visto una cédula de vuestra majestad por la cual manda a los oidores del reino que me den todo el favor y ayuda que fuere necesario para tomar las dichas residencias y que no se entrometan en ellas ni a conocer en grado de apelación de los negocios que tocare a licenciado Miguel Díaz y a sus tenientes y oficiales, y requerirle asimismo por el traslado de estas cédula que había quedado en mi poder autorizada y no por bien y servicio de Dios y de vuestra majestad hubiera sido que estas cédula hubiera venido al tiempo que aprovechara para lo del reino y Santa Marta y por ventaja los negocios hubieran tenido mejor suceso y si hubieran averiguado muchas cosas que se quedaban confusas como adelante. Y yo no hubiera sido tan maltratado y tan perseguido y abatido de todos no por otra causa sino porque en todo he procurado hacer muy limpiamente mi oficio e igual justicia a todos para que vuestra majestad fuese informado de cómo han vivido y pusiese el remedio que conviene para que nuestro señor y vuestra majestad no serán tan ofendidos y deservido. Pero como ellos no pretenden esto sino vivir con toda libertad no quieren juez que haga justicia, y al que la hace lo persiguen y difaman y el que disimula sus vicios y delitos quieren y aman, y sabe Dios el por qué lo hace. Pero creo que una verdad no se puede sustentar en esto que he visto de Indias que aborrecen y persiguen toda virtud, y veo que se sustentan millones de mentiras y maldades y que tienen por bueno y justo al que es de esta opinión y por mal cristiano y tirano al juez que hace justicia. Y dejado esto aparte que habrá mucho que decir en ello el adelantado respondió a mi requerimiento como buen servidor y vasallo de vuestra majestad, y aún que estaba en la cama manso y puro grado de aquel día, dijo que iría conmigo y haría todo lo que así fuese, y luego enviamos un hombre a la Barranca de Malambo que es el puerto del Río Grande para que no dejase pasar a persona ninguna para que no diesen aviso en Santa Marta de lo que quería hacer. Y domingo en la tarde cinco de abril, yo salir de esta ciudad con mis criados y otras siete u ocho hombres y me fui por tierra, y el lunes siguiente el adelantado como otra gente se fue por la mar y después (folio 3v) por falta de tiempo saltaron en tierra y nos juntamos en un pueblo de indios que se llama Paluato, que es de vuestra majestad, y que está cuatro leguas de la barranca y llegados a la barranca de Malambo halle que el hombre que habíamos enviado de delante tenía allí detenido a cuatro o cinco de Santa Marta y que iban a reino, y entre ellos estaban parte de los que atrás he dicho que andaban por los pueblos de indios alborotando los incitando los para que se alzasen, y los dos de ellos eran de los que yo había sentenciado en la residencia, y el uno había quebrantado la carcelería en que yo le dejé, y ambos no habían guardado las sentencias que contra ellos di, y allí supe que asimismo las habían quebrantado los demás que en Santa Marta quedaban y que todos los que había sentenciado por los malos tratamientos de in- 126 CartasAudienciaII20111205.indd 126 05/12/2011 01:51:34 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) dios y a que fuesen a España se había juntado y hecho contra mi un libelo informatorio en que me ponían tantas y tales cosas, que aún que yo fuese un hombre muy vil no se atrevieron a decir tales cosas y como si no hubiera Dios ni Rey que no castigara me levantarían muchas maldades y muy feas. Y pusieron en mi persona muchos objetos con tanto deshonor mío que no se que paciencia basta para sufrirlo y no se contentaron con hacerlo y tratarlo entre sí sino que cada día a la mañana y a la tarde según traban delante de todo el pueblo y de mucha gente de unos navíos que allí estaban y lo leían públicamente vituperando y abatiendo mi persona y oficio y lo traía por las plazas y por las calles y cantones leyéndolo y dándolo a quien lo quisiese leer y sacando traslados de él y cada uno hacía informaciones contra mí muy en perjuicio de mi honra y los unos testificaban por los otros y todo era y es muy al contrario de la verdad y así halle en poder de los que digo que estaban en la barranca que cada uno llevaba su información contra mi y llevaban a los que digo que habían andado al monte para comprobar con ello ante los oidores lo que quisiesen porque por aquella vía decían que luego los había dados por libres y por ninguno lo que yo había hecho y echaron en el río las cartas misivas que llevaban procuradas con mañas y cautelas, como parece por información. Y uno que las halló a la orilla del río donde las había echado un indio por su mandado me las dio y aunque estaban bien mojadas y maltratadas las impugnó a la lumbre de manera que se puedan leer y por ellas parece claro (folio 4) la intención con que las escriben y con la que hicieron las informaciones y libelo que he dicho que es para agrandar a Miguel Díaz para que le fuese buen tercero con los oidores que piensan que esto basta y creo que no se engañan para que los den por libres de sus delitos y por ninguno lo que yo he hecho y sentenciado y aquellos que hallé allí envié a esta ciudad y el adelantado y yo con la gente que con nosotros iba nos fuimos a Santa Marta y llegamos de noche fue y prendimos el factor y a Manzanares y aún Hernán Álvarez de Acevedo, harto perjudicial y revoltoso en aquel pueblo y el que los incita a todo el mal que hacen y da orden a ello, y por ser de esta condición ha sido echado de Venezuela y de Cubagua, y de la Margarita, y los oidores por lo mismo, a él y a otros que se han juntado contra mi por ser perjudiciales y difamadores. En Santa Marta trataba de echarlos de allí y tomaron por medios para volver en su gracia publicarse por mis enemigos y hacer contra mi lo que tengo dicho y así parece por sus cartas y por informaciones. Y con un Iñigo López, que está muy culpado por malos tratamientos de indios se fue que no lo pudimos prender y hallé que todo lo arriba dicho se había hecho contra mi en Santa Marta, luego que de allí salí y mucho más y que habían hecho después de bien publicado el libelo infamatorio ciertas preguntas por él y un mozo del factor sin juez y sin escribano y seguramente tomaba los testigos que quería y andaba de casa en casa a que dijesen sus dichos contra mi y algunos testigos viendo la maldad y lo que me levantaban de ponían al contrario de lo que las preguntas contenían y éstos querían examinarlos cuando conocían que no deponían a su gusto y esta información se hacía públicamente delante cuantos querían estar presentes, y dos o tres criados del factor y el escribiente estaban presentes y citando a los testigos a que dijesen conforme a las preguntas que ya no me habían de ver más en su vida, y pues no les 127 CartasAudienciaII20111205.indd 127 05/12/2011 01:51:34 p.m. Genaro Rodríguez Morel tomaba juramento que bien podrían decirlo y si el testigo de ponía algo en mi favor decían que no le preguntaban aquello y no lo querían sentar buena esta mi honra pues anda en poder de personas de tan poca conciencia, todo a fin de salir ellos con su maldad pero confío en Jesucristo que conoce bien el celo que he tenido y la voluntad de hacer justicia y de servir a vuestra majestad que no permitirá que con (folio 4v) tan gran maldad yo se ha difamado porque he hecho lo que era obligado y no he andado a su gusto y voluntad de los que merecen el castigo como parecerá por sus procesos no sé que juicio me ha bastado para sufrir lo que conmigo se ha hecho que es cierto han sido cosas muy feas e infames y en gran deshonor mío pero dame gran consuelo que vuestra majestad y los de su Real Consejo me desagraviarán sabida la verdad y esto me da esperanza y aún que más hagan, ellos y el enemigo de virtud para hacerme desmayar no a devastar mediante Nuestro Señor que conocido tengo que estas son redes y lazos que arma para que vuestra majestad no pueda ser informado de lo que esta tierra pasa porque no se remedie muy firme estado en las dos residencias que tomado aún que no me han faltado grandes descontentos y así lo estaré con el ayuda de Dios para acabar esta que me queda y no menos trabajar en ella, que lo he hecho en las demás. Bien creo que no ha venido a Indias juez que tan maltratado haya sido como yo, ni que más trabajó haya tenido y sobre todo haberme empeñado decirle que en mi vida saldré de deuda y que hasta aquí para sustentarme con todo y vendiendo mi hacienda y hasta las camisas y sábanas ya no tengo que vender sino es mis libros y vestidos y todo lo he de vender y salir con esto al cabo pues en ello y hago lo que vuestra majestad me mandó y le sirvo con tan entera voluntad que ninguno hay que me haga ventaja aunque el servicio de otros por la calidad del negocio que le fue encomendado haya sido un mal calificado. Lo que digo que aprendí con los demás que estaban en la Enramada que por mi habían sido sentenciados están presos en esta ciudad y los dos de ellos quicieron luego enviar a vuestra majestad porque no tiene aquí residencia para dar y lo he dejado hacer porque sus procesos no se pueden sacar, que son muchos y los otros tres tienen de dar aquí residencia por oficios que aquí han tenido acabada, que sea la residencia de aquí los enviaré con sus procesos para que vuestra majestad provea lo que fuese servido y me desagravie de tantas afrentas e injurias que me han hecho. Todo trataban de no venir a dar la residencia que aquí eran obligados y por gran ofensa mía murmuraban de lo que atrás dice y que les hice notificara a (folio 5) para que se hallasen presentes a darla como vuestra majestad lo manda y todos trataban irse a la Audiencia del reino con las informaciones que he dicho y ninguno quería sacar proceso si no se contentaban con la vueltas de lo demás, hacer información de que habían apelado ni aquí los quieren sacar todo lo hacen manera para que no se sepa como han vivido y el factor procuraba de que le diesen la jornada de Tairona, porque por esta vía decía que se remediarían de las necesidades en que yo le había puesto por haberles hecho pagar 1600 pesos poco más o menos, de bienes de difuntos que halle que tenían en su poder detenidos de cuatro y cinco años a esta parte y muy olvidados de pagarlos aunque vuestra majestad había dado cédulas atrevimiento de algunos de las partes para qué lo llevase a la dicha Casa de la Contratación de 128 CartasAudienciaII20111205.indd 128 05/12/2011 01:51:35 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Sevilla. Yo se los hice pagar, que no fue menester poco y los deposité en un vecino en Santa Marta. Y después en un vecino de Cartagena que aquella sazón se halló en Santa Marta y los tiene aquí en su poder. No los envió en este navío, por ir como vasallo y por el riesgo que podría haber de aquí a un mes se espera aquí una flota del Nombre de Dios para España y allí los enviaré repartidos en tres o cuatro navíos. Una flota que salió de aquí llegó a esta ciudad miércoles a ocho del presente después de haber salido el adelantado y yo a lo que dicho y se fue lunes siguiente a 13 de este mismo mes por manera que no pude como por mi ausencia, escribirla vuestra majestad ni enviar los dineros de difuntos que digo que están aquí. Desde Santa Marta hice a Peña que aumentarse a trasladar la residencia del reino para enviarla a vuestra majestad, y aunque él se excusó por no haberla pagado a Miguel Díaz le compelí a ello y se sacó buena parte de ella. Venido a esta ciudad le he hecho que la acabe y asimismo la de Santa Marta que toca a Miguel Díaz, aún que también se excusaba de ello y se tiene de mi por muy agraviado porque conviene mucho que vuestra majestad las vea y sea en ello informado le he hecho que las traslade y las he concertado lo mejor que he podido y las envío a vuestra majestad en este navío. Y porque no se dejase de hacer y porque sé y he visto la razón qué pena tiene y cual mal ha sido pagado de todos porque me pidió que le mandase dar alguna ayuda, y vista cierta información que sobre ello dio les mandé dar las conversaciones que se hicieron para penas de Cámara y gastos de residencia 300 pesos con que hizo primero una obligación y fianzas que si vuestra majestad no hubiese por bueno lo volvería y se sirve el derecho a salvo el fiscal de vuestra majestad para (folio 5v) que en esto y otros gastos que se han hecho sobre las diligencias que convino hacerse en la residencia. Pido lo que tiene que conviene como todo parecerá por el proceso de la residencia de Santa Marta. Miguel Díaz y otros muchos de sus oficiales que eran obligados a venir y dar residencia a esta ciudad y Santa Marta y estar presentes como vuestra majestad lo manda. No vinieron aunque muchas veces se le hizo notificar y todos apelaron de ello porque este era el escudo que tenían, en todo lo cual mandaba. Y en lo que toca a licenciado Miguel Díaz pronunciaron los oidores una auto, que yo no lo he visto, más de que es así público y a ellos lo hay en que mandaban que se presentase ante vuestra majestad dentro de ocho meses y porque no le dieron tanto término como él quería, suplicó de ello y dicenme que después le dieron un año dilatado a su salida del reino, todo cuanto ha podido y aunque yo mandé notificar a los oficiales de vuestra majestad que no le pagase en salario me dicen que los oidores se lo mandaron pagar todo lo que montó el año que le dieron, y para mí nunca hubo que darme ni lo quisieron proveer aunque me vieron pasar harta necesidad. Me han dicho que después acá ha pedido le hagan los caminos llanos porque dice que tengo puesta en el río gente para prenderle, y yo no las tengo ni creo que se excedieron mucho en tenerla. Y de aquí y de otras novelas que han escrito, los que quieren excusarme de dar sus residencias y que piensan ganar por decir mal de mí. Me dicen que lo mandó ocasión el licenciado Góngora, oidor de aquella Audiencia, para venir a asegurarle el camino y pública que viene a allanar aquella tierra que está alzada y a 129 CartasAudienciaII20111205.indd 129 05/12/2011 01:51:35 p.m. Genaro Rodríguez Morel deshacer los agravios que yo he hecho y que viene muy indignado contra mi, y a ser informaciones. Bien creo que serán como las demás, los agravios que he hecho parece en por los procesos. En lo que toca a estar la tierra alzada todos ellos dicen que desde que se descubrió no ha estado más pacífica, así los indios como los españoles han nacido esto que contra mi se ha hecho y las desvergüenzas que conmigo se han usado por lo que arriba he dicho y porque vayan que dentro de 60 días expiraba mi jurisdicción de bajeles poco de darme descontento antes procuraban desgravarme en todo lo que podían por lo que quedaban (folio 6) en la tierra querían contentar y por consiguiente al licenciado Miguel Díaz, que tienen por opinión que todo lo que quiere puede y es el agente de esta tierra de tal calidad que se someten a quienes ha de aprovechar y se levantan y ensoberbecen contra quien les quiere hacer vivir en orden y regla especialmente si sienten que les faltan los poderes y se le acaba el término. Visto sea por experiencia que los que traen cumplidos poderes de vuestra majestad lo han hecho señalados servicios porque de ellos depende el ser de cada uno y los que los han traído muy limitados no han hecho nada y han sido enfrentados e injuriados como haya acontecido tres veces en Santa Marta y dos en el reino. Después de haber yo venido a los Panches, que es en el reino de donde me iba a embarcar, envié una carta de edicto a Santa Fe, para que se pregonase y mandé que se fijase en la puerta de la Iglesia en Santa Fe y lo mismo que Tunja y así se hizo y en Santa Fe otro día después que se fijó amaneció la carta de edicto colgada sobre los dos clavos bajos y tal y tan sucia de ambas partes que no había quien llegase a ella por estar tan sucia y hedionda, y ya que no tuvieron comedimiento para no hacer esto para averla enviado un jueves de vuestra majestad en cumplimiento de sus reales provisiones me parece que fuera justo que tuvieran acatamiento al lugar donde estaba fijada, pero ni le teme a Dios ni le teme a vuestra majestad ni le temen a sus jueces si sale de lo que ellos quisiesen. Públicamente dicen los que vienen del reino que es notorio que por parte del licenciado Miguel Díaz se hizo y así se dice en toda esta costa y lo dicen los que vienen de Popayán, pero sobre ello se hizo tan poca diligencia como se ha hecho sobre otras cosas que tocaban al que dicen que lo hizo y mandó hacer. Allá envió una información que sobre esto y tomarse por donde serán los descomedimientos que conmigo se han usado. Bien creo que visto todo por vuestra majestad nos dan lugar a que otras veces se atrevan con sus jueces a hacer cosas semejantes. Peña salió huyendo del reino porque le querían tomar la residencia original como él lo había ya a vuestra majestad escrito. Pareceme que no lo acertó en venirse porque demás del agravio que se le hacía en quitársela habiéndole vuestra majestad hecho merced del oficio si allá estuvieran se hubieran quedado con los demás papeles y procesos que se quemaron como vuestra majestad habrá sabido. A Peña y a mí nos mandaron notifican los oidores (folio 6v) que no saliésemos de Santa Fe so pena de cada 500 pesos sin saltar y sin entregar la residencia original a Alonso Téllez y el traslado a Miguel Díaz y Peña se vino de la manera que tengo dicho, y yo cuando ellos quisieron y cuando envíe mis petaca de libros a los Panches y hicieron ir al camino un alcalde y un escribano a cuatro y cinco leguas de Santa Fe me las 130 CartasAudienciaII20111205.indd 130 05/12/2011 01:51:35 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) abrió y cataron todas y revisaron todos mis papeles que no menos afrenta fue para mí que otras muchas que me hicieron. Me parece que ya que de mi no se confiaban que montara tanto hacer esta carta en mi posada al tiempo que salía con mis libros y ropas y no enviar a los amigos a hacerlo, yo no sé el intento que tenían, pero de las obras se conocerá la voluntad de cada uno y quien ha hecho mejor lo que al servicio de vuestra majestad toca. La noche antes que se comenzó la residencia, que fue domingo en la noche, primero de junio, o que yo la tenía pregonada para otro día siguiente, se juntaron los tenientes y escribanos y oficiales del licenciado Miguel Díaz y otros que había de dar la residencia con bocinas y cencerros y otras cosas semejantes y con gran grito burlando de la residencia anduvieron por toda la ciudad dando pellizco y difamando a mujeres y a quien se les antojaba, y puesto que me quejé de ello sé disimular como lo demás como parecerá por la información que sobre ello tome que va al cabo de la residencia del reino. Porque tuve aviso que en unos despachos que estaba en esta ciudad en poder del teniente un pliego y otro en poder del contador, pedir al teniente ante un escribano que los hiciese abrir para que ello hubiese lo que para mí venía porque iba sobre escritos para los oidores del reino y si hubiere de ir allá y después traerme a mi las cédulas que vuestra majestad me enviaba, vinieron tan tarde que ya no me hallaron aquí y no habían efecto lo que vuestra majestad por algunas de ellas manda. El teniente, en presencia del contador y ante un escribano los hizo abrir y se halló en cada uno de ellos unas cédulas duplicadas por donde vuestra majestad me manda que no me entremeta en lo de la gobernación y otras en que se manda al adelantado Heredia que de los casos de justicia, así civiles como criminales que tocaren al licenciado Miguel Díaz (folio 7) y sus criados no conozca el de sus tenientes de ellos durante el tiempo de la residencia y otra para el presidente y oidores del nuevo reino por donde se les manda que no se entremetan en la residencia y que me ven todo el favor y ayuda que fuera necesaria y que no conocerán en grado de apelación en los negocios que tocaren al licenciado Miguel Díaz y sus tenientes y oficiales. Y asimismo les encarga y manda el buen tratamiento de mi persona y venía allí unas cédulas por donde se da la orden que se ha de tener en pagarme el salario de que vuestra majestad me hace merced. Por todo beso infinitas veces los reales pies de vuestra majestad. Hasta ahora no se me ha pagado más que 700 pesos, 200 que me dieron en Santa Marta para que me avise para subir a reino y en Santa Fe busque quien prestarse a los oficiales de vuestra majestad 500 pesos de mi salario y ellos se obligaron a pagarselos a cierto plazo, y aún esto decían que me lo daban porque habían lástima de la necesidad que pasaba porque a los dos es notorio cómo andaba a vender de lo que tenía en mi casa para vender y aquí no se si había que darme porque en el reino y en Santa Marta y aquí dos oficiales de vuestra majestad publican que no hay en la caja un real, pero como tengo dicho ya que todo me falte vender en mis libros y las tropas que me restan por sustentarme y acabar de tomar esta residencia. Todo me ha sido contrario y se me ha hecho muy al revés que a otros que para acá han venido. Confío en Dios que los fines serán buenos porque vuestra majestad no permitirá otra cosa. Lo que yo he 131 CartasAudienciaII20111205.indd 131 05/12/2011 01:51:35 p.m. Genaro Rodríguez Morel gastado ha sido mucho porque andando como he andado cada día con mi casa a cuestas río arriba y río bajo y de unos pueblos a otros pagando fletes y costeando y padeciéndoseme muchas cosas con tantas mudanzas de creeré es que no me había costado poco. La residencia de aquí no la he comenzado por despachar las demás que he tomado. En lo que toca al licenciado Miguel Díaz porque vuestra majestad me manda que acabada cada una las envíe a su Real Consejo y así he procurado de hacerlo y en todo no salir de lo que vuestra majestad manda. Resta ahora sacar lo que toca al factor Juan Ortiz y a Manzanares y aunque se les ha requerido saquen sus procesos no lo han querido ni quieren hacer por no pagar a Peña sus derechos y aquí donde están presos para dar la residencia que son obligados y después enviarlos a vuestra majestad como por mi está mandado. Tienen tan larga lengua que tratan de mi persona con tanta osadía y no con menos vituperio que lo (folio 7v) hacían en Santa Marta. No entiendo esta gente ni sé que son sus pensamientos sino que creo que lo hacen para formar enemistad y dicen que son mis enemigos que es este un bondosillo muy osado entre los de estas partes. Haré que se saque su residencia porque si fuere posible vayan en la flota primera y aquí se espera y enviaré a pregonar la residencia de aquí en los pueblos de esta gobernación en el entretanto para que haya lugar de venir a tiempo los que quisieran y lo que por ella quisieren y por lo dicho arriba y por estar tan ocupados los escribanos y yo asimismo para despachar las residencias del licenciado Miguel Díaz no se ha podido hacer lo demás y acá este navío vino con tanta prisa y nos ha dado tan poco lugar por alcanzar en La Habana la flota que aún restan algunas cosas de ponerse en estas residencias, no en lo que toca al licenciado Miguel Díaz sino de cosas y desacatos que contra mí se han hecho enviarse con los demás y relación de lo que ha pasado en la residencia pública y secreta. Vuestra majestad me remitió un proceso que el adelantado Heredia hizo de malos tratamientos de indios con un Luis Cristóbal Coscozel y un capitán madroñero y de otros. Y porque estos están algunos en el reino, que por haber sido tenientes de Benalcázar han ido a la Audiencia de allí en grado de apelación y otros están en Popayán. Envío al reino a los oidores y a Popayán al licenciado Lucino. Mis cuentas de justicias con el auto de la remisión y con las informaciones que contra estos va inserta la cédula por donde vuestra majestad declara que a los de su Real Consejo pertenece el conocimiento de los tenientes en grado de apelación conforme a las nuevas leyes y la cédula que tengo por donde vuestra majestad me manda que entienda yo en todos los negocios que estaban cometidos al licenciado Mercado así de oficio como apedimiento de mi parte y envió dos escribanos para que el uno vaya a la una parte y el otro a la otra parte para que los requieran que me envíen estos presos para que yo haga justicia conforme a lo que vuestra majestad me manda. No sé lo que se declara en todo procuraré hacer lo que debo al servicio de vuestra majestad y daré aviso de ello en ese Real Consejo. Asimismo envió el proceso que en Mompox se hizo sobre la muerte del licenciado Mercado para que se vea en ese Real Consejo luego que le hice sacar cuando por allí pasé de camino para enviarlo a vuestra majestad como por otra mi carta (folio 8) 132 CartasAudienciaII20111205.indd 132 05/12/2011 01:51:35 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) lo prometí. Dieron aviso de ello al reino y los que de allá han venido me dicen que Antonio de Vera, el boticario, que le dio la purga es deudo o cuñado de Alonso Téllez, luego como lo supo, procuró de pasarse al Perú y que se le había dado licencia, y aunque era procurador de aquella Real Audiencia y tenía unos buenos indios en los Panches determinó de irse, y me dicen que vendió sus indios. Según por acá se ha tratado y tratan de mi no dejarán de enviar a su Real Consejo sus capítulos e informaciones y sus fungidas querellas. Suplico a vuestra majestad que se les de el crédito que merecen porque vistos sus procesos se conocerán claro quienes son y su manera de vivir y si yo he hecho rectamente lo que se debía y en verdad que antes temo ser reprendido inculpado por haber quedado corto en las sentencias que de seguro y apasionado como ellos me publican pero si viviendo como he vivido y usando con ellos de la piedad que he usado me han tan osadamente difamado y erguido tan falsas cosas y procurando de cargarme algunas que ellos han hecho que hicieron se usara y ejecutara en ellos el castigo que merecen me acuerdo haber escrito vuestra majestad desde Santa Marta por sobre el año del cincuenta como tenían las lenguas de esta gente y su poca conciencia y me parece que ha salido cierto mi temor y que al verificado en mi lo que de ellos sospeché y [roto] mucho más pero huélgame en que se que vuestra majestad y los de su Real Consejo tienen bien entendidas las cosas de Indias y están muy puestos en hacer muy cumplidamente a todos justicia y que no valdrá los favores que por acá algunos de ellos publican. Y aunque había muchos más sobre qué escribir lo dejo porque no me dan más lugar. Nuestro Señor guarde y acreciente la vida y real estado de vuestra majestad con aumento de más reinos y señoríos como los vasallos y criados que vuestra majestad lo deseamos. De Cartagena, 28 de abril de 1551. Sacra cesárea católica real majestad, Humilde criado y vasallo de vuestra majestad que su real pies besa. El licenciado Zurita 133 CartasAudienciaII20111205.indd 133 05/12/2011 01:51:35 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 21, Nº 134 Santo Domingo, 30 de junio del 1551 Sacra cesárea católica majestad: Después que a esta isla vine siempre he avisado a vuestra majestad de algunas cosas que a ella convenían y por carta del solicitador de esta ciudad se ha sabido que sobre muchas de ellas vuestra majestad tiene hecha merced a esta isla y aunque ninguna cosa me toca en mi propio interés porque ni lo tengo, como es notorio, ni en escribirlo a vuestra majestad lo he pretendido pero por lo que toca al bien común y por parecerme que vuestra majestad me ha dado crédito me he holgado infinito en especial en dar orden como limpié esta mar de corsarios, que es lo que más importa en estas partes y con la esperanza que tenemos de este remedio hicimos la justicia que por esta Audiencia se escribe a vuestra majestad en unos franceses que aquí se perdieron y me parece que si este remedio nos faltase habría sido inconveniente la justicia pública porque se querían vengar en los que topasen. Suplico a vuestra majestad lo mande remediar de la manera que hemos pedido y dimos relación a Diego López de las Roelas o de la que vuestra majestad mandare. Una por provisión de vuestra majestad se recibió en estos navíos sobre que echásemos de esta isla todos los moriscos que había en ella y me han dicho que por una carta que vuestra majestad envió al licenciado Cerrato y al licenciado Grajeda había vuestra majestad mandado suspender esta provisión y aunque yo no la he visto conforme a esta relación se escribe a vuestra majestad por esta Audiencia nos envíe mandar lo que fuere servido y así suplico a vuestra majestad que si pareciere convenir a su real servicio que se ejecute esta provisión nos lo envíe a mandar no importándoseme a mi el escribir sobre esto porque como digo yo no vi tal carta porque dicen que el licenciado Cerrato se la llevó de todo lo demás que a esta isla conviene el Almirante que va a esa corte dará entera relación a vuestra majestad como persona que tiene obligación a procurar el bien de esta isla. Nuestro Señor el muy alto y muy real estado de vuestra majestad prospere con acrecentamiento de mayores reinos y señoríos. De Santo Domingo, a postrero de junio del 1551 años. De vuestra sacra católica real majestad, Humildes vasallos que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 134 CartasAudienciaII20111205.indd 134 05/12/2011 01:51:35 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 21, Nº 135 Santo Domingo, 24 de septiembre del 1551 Sacra cesárea católica majestad: Por el mes de julio pasado hicimos relación de cómo sobre las costas de esta isla Española a la banda del Norte de esta isla se perdió la nao en que el virrey de la Nueva España don Luis de Velasco pasó a aquellas partes y de la cantidad de oro y plata que se traía y de ello que de este puerto habíamos proveído para sacarlo y salvarlo. Después se ha sacado toda la mayor cantidad del dicho oro y plata y entre ello lo de vuestra majestad sin se perder cosa ninguna de esta partida según de allá nos lo han escrito. Aunque de particulares hasta ahora falta y todavía andan los buzos sacando todo lo que se pudiere salvar y con ellos recaudo de gentes de fidelidad para que no se pueda hacer ningún fraude y presto se traerá a esta ciudad lo que se ha sacado porque lo de vuestra majestad y toda la principal suma ya la hemos hecho traer por tierra a poder de sus oficiales y con ello el registro original el cual viene tan maltratado y mojado y sin sino ni otra autoridad que en la verdad nos pone en mucha confusión, de manera que parece que convendrá que todo así como esta con lo que se ha recogido y se salvare de lo que están sacando vuestra majestad lo mande llevar a su Casa de la Contratación de Sevilla para que allí se dé a cada uno lo que le perteneciere quitado los gastos y costas que hasta ahora se han hecho con los demás que se hicieren. Que todo ello va bien empleado pues de cuatro mil pesos poco más o menos que vienen en el registro no faltará tanto como se pensaba. Vuestra majestad por las nuevas ordenanzas de su Consejo y audiencias reales manda que las apelaciones que se interpusieren (folio 1v) de los jueces de residencia en las causas de los gobernadores y sus tenientes que venían a su Real Consejo de estas Indias y porque al presente, por comisión de esta Audiencia se toma la Residencia en la isla de la Margarita que había necesidad de ello y aquella tierra es más pobre que no tiene ninguna moneda y si las apelaciones se hubiesen de diferir para el dicho su Consejo las partes no tienen posibilidad para irlas a seguir, demás que son causas de poca calidad y menos cantidad vuestra majestad mande declarar sobre ello lo que fuere servido o que fuere servido que se haga. Cuando se remitieron a las galeras los franceses que acá se tomaron hicimos relación como quedaban un muchacho y otro, su compañero que dijeron la verdad del negocio por donde se descubrió su viaje y lo que en el habían hecho y ambos a dos los enviamos en estas naos a los oficiales de la Contratación con la relación de sus confesiones para que vuestra majestad mande proveer lo que fuere servido que de ello se haga. 135 CartasAudienciaII20111205.indd 135 05/12/2011 01:51:35 p.m. Genaro Rodríguez Morel De unas carabelas que han venido de las islas de Canaria por cartas de particulares se ha dicho que se tiene sospecha de guerra con Francia y así estaremos sobre aviso para que si de allá por acá redundare alguna cosa no nos tome descuidados. Suplicamos a vuestra majestad nos mande avisar todo lo que en esto hubiere y favorecer con una armada porque esta isla ha suplicado. A vuestra majestad hemos hecho relación de lo que conviene que se mende declarar acerca de la visita que uno de nosotros ha de hacer en los pueblos de esta isla para que el oidor que así visitare provea todo lo que le pareciere que conviene para la buena población de la tierra pues que ello ha de ser por vista de ojo sin esperar consultar con los otros oidores y que basta que se visite cada año (folio 2) una provincia de la isla pues que sería imposible andarla toda por la grandeza de ella y también y también (sic) porque no hay tanta necesidad de correrla toda por la grandeza de ella y también porque no hay tanta necesidad de correrlo todo por la causa que se ha hecho relación a vuestra majestad nos mande declarar lo que en ello sea servido que se haga. Nuestro Señor el muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón. De la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, a veinte y cuatro días del mes de septiembre de 1551 años. Vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Hurtado 136 CartasAudienciaII20111205.indd 136 05/12/2011 01:51:35 p.m. Archivo General de Indias. Santo Domingo 49, Ramo 22, Nº 136 Santo Domingo,10 de abril de 1552 Sacra cesárea católica majestad: Como siempre haya tenido por costumbre después que aquí vine de avisar a vuestra majestad de lo que esta isla tiene necesidad de más de lo que por esta Audiencia se escribe parece que ahora hay más obligación porque en el tiempo de alteraciones este puerto es el blanco a donde se teme que han de encarar los enemigos y para remedio de esto fue muy gran merced la que vuestra majestad hizo a esta isla en mandar que armásemos cuatro navíos aunque fuera muy conveniente para poderse mejor hacer y para ahorrar mucho más de la mitad del gasto que de los navíos que venían cargados de España vinieran señalados los que mejores fueran para ello con todos los bastimentos y municiones necesarias con 100 hombres o más a sueldo y con capitanes y generales que fueran diestros en las cosas de la mar y que hubieran en ello mostrado sus personas y que lo demás de gente y otras cosas necesarias de esta isla nosotros proveyésemos. Pero como pudiéramos, procuraremos de hacer armada como vuestra majestad lo manda, lo mejor y más presto que se pueda despachar porque es lo que más importa a estas partes, y aunque por más que lo trabajemos se ha de hacer a mucha costa y con muchas faltas a los oficiales de vuestra majestad de la Casa de la Contratación de Sevilla escribimos de lo que nos parece que es necesario que nos lo envíen también se escribe a vuestra majestad por esta Audiencia que los lugares que hay en esta isla en la costa de ella sería muy gran defensa que en cada uno de ellos hubiese una fortaleza o casa fuerte porque como todas las casas sean de paja entran los franceses en ellos y roban y queman todo y por esta causa se han despoblado muchos lugares en esta isla y en la de San Juan y si hubiese una casa fuerte que costaría muy poco metería en ella sus haciendas en tiempo de necesidad y defenderse y en ellas con algunas artillerías que tuviesen no osarían entrar en el lugar. Y si vuestra majestad de ello fue servido, yo tengo decir este año como vuestra majestad lo manda a visitar pasado los calores y aguas cero de esta tierra y venido el (folio 1v) licenciado Zurita, porque también se nos ha mandado que hasta que estemos tres ninguno de nosotros vaya. Se me podría someter para que los mandase hacer en el lugar o como mejor me pareciese porque ya que me tengo de poner en trabajo querría que mi ida fuese de mucho fruto y este podría ser uno de los mayores y para mejor cumplir el deseo que tengo de servir a vuestra majestad querría que se me hiciese merced de una su real cédula en que se me mandase que en todo lo que no fuese por vía ordinaria de justicia entre partes sino para el buen gobierno y sustentación de la tierra no tuviese apelación ni suplicación para esta Audiencia si no que enviase a vuestra majestad y a los de su consejo 137 CartasAudienciaII20111205.indd 137 05/12/2011 01:51:35 p.m. Genaro Rodríguez Morel la relación de ello y se ejecutase lo proveído porque sería gran sin sabor que vaya a trabajar y aventurar la salud y vida y se revocaré lo proveído por mis compañeros. Y a cuanto no haya lugar que en estas cosas que tengo dicho se ejecute sin embargo lo proveído para que venido de cuenta a mis compañeros de lo que he hecho y de la razón que tuve para ello suplico a vuestra majestad que para lo que tengo dicho y para lo que más de mí fuere servido se me envíen sus reales cédulas o provisiones con la brevedad posible porque con ayuda de Dios por noviembre de este año me partiré hacer la visita me mueve a pedir esto y avisar de lo demás el gran deseo que tengo de que vuestra majestad sea de mi persona servido. Nuestro Señor el muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y prospere con aumentación de mayores reinos y señoríos. De Santo Domingo, a 10 de abril de 1542 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 138 CartasAudienciaII20111205.indd 138 05/12/2011 01:51:35 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 22, Nº 137 Santo Domingo, 20 de abril de 1552 Sacra cesárea católica majestad: En unas naos que han venido de esos reinos habrán veinte días vino un oficial, maestro de hacer estribos, naturales de Córdoba, que ha hallado según el dice, junto a la cerca de esta ciudad plata. Que afirma que se sacará en gran cantidad y que toda la tierra que él ha visto en esta comarca está llena de este metal y se echó a fundir obra de dos libras de la tierra que ha traído por manos de plateros y se ha sacado poco más de una ochava de ella. Y porque esta flota está a la vela hoy de la echa que es postrero día de Pascua de Resurrección no se ha entendido más en ello idas estas naos desde mañana se le dará todo aparejo para que prosiga en su descubrimiento y con naos que quedan en este río que saldrán de hoy en dos meses se hará relación a vuestra majestad de lo que en estos se haya y se enviará la muestra de la plata que por ser tan poca esta de que se ha hecho la experiencia no se envía. El que ha descubierto o comenzado a descubrir por mejor de este negocio se llama Bartolomé de Avía que vino a poblar con su mujer e hijos (folio 1v) se teme que en estas naos irá alguna persona a hacer relación a vuestra majestad de ello en su Real Consejo y a procurar que se le haga merced por su aviso. Suplico a vuestra majestad que hasta que se vea lo que en esto verdaderamente se haya mande se suspenda cualquier proveimiento pues más justamente lo merece este que acá queda que no cualquier otra que allá fuere. Nuestro Señor la vida y muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo a 20 de abril de 1552 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humildes vasallos y criados que sus reales pies y manos besan. El licenciando Grajeda El licenciado Hurtado 139 CartasAudienciaII20111205.indd 139 05/12/2011 01:51:35 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 22, Nº 138 Santo Domingo, 22 de septiembre de 1552 Sacra cesárea católica majestad: Después que a esta isla vine siempre he avisado a vuestra majestad de las necesidades de ella y ahora más forzoso representar la mía porque por la carta que esta Audiencia escribe a vuestra majestad se hace saber como por los pecados de lo que en ella estamos ha sido Dios servido de enviar un castigo que durara hartos días estando ya hartos y afligidos con la falta de los navíos de España que con estas guerras ha seis meses que no ha venido ninguno de donde a todos a alcanzado parte y puedo decir con verdad que a ninguno tanto como a mi porque a ninguno le tomó tan dejando y porque yo certifico a vuestra majestad que publicó mi secreto no tengo otra cosa sino solo mi salario y aunque hasta ahora me he sustentado con trabajo de aquí adelante es imposible poderlo hacer y que sea verdad que de el solo el salario no nos podamos sustentar de todos los otros será vuestra majestad con verdad informado pero que no tenga otra cosa sino solo el salario ninguno lo puede ninguno lo puede decir en las Indias con tanta verdad y pues es así suplico a vuestra majestad sea favorecido y socorrido en esta necesidad pues vine de España con mi mujer e hijos y no puedo granjear con otra cosa ni lo se hacer sino con solo las mercedes que vuestra majestad me hiciere y si libre me hallara de ellos yo me contentaría con lo que tengo y con el premio de Dios que se que no me puede faltar pero teniéndolos no me puedo dejar de afligir en verme desterrado por acá sin poder adquirir con que con honra mediana me pueda volver a España. Del suceso de la Armada esta Audiencia escribe a vuestra majestad y antes que se lo hiciese escribí yo mi parecer el cual iba como de criado y vasallo que ningún interés se pretendía como lo he hecho en todo lo que se ha ofrecido y bien se me parece en la ropa y me atrevo a escribir esto porque acá se dice que viene el licenciado Maldonado por presidente de esta Audiencia el cual sabrá que es verdad lo que escribo. Nuestro Señor el muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y prospere (folio 1v) con aumentación de mayores reinos y señoríos. De Santo Domingo, a 22 de septiembre de 1552 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 140 CartasAudienciaII20111205.indd 140 05/12/2011 01:51:35 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo, Ramo 22, Nº 139 Santo Domingo, 23 de septiembre de 1552 Sacra cesárea católica majestad: Por ofrecerse ahora este navío para Castilla quise escribir esta a vuestra majestad y por ser tan breve su partida, que se va esta noche, o por la mañana no podré dar cuenta en esta a vuestra majestad de algunas cosas que había de quedarla y hasta ahora no he tenido lugar de escribir por algunas ocupaciones que se han ofrecido y por la poca salud que en mi casa ha habido después que vine. En otros navíos que saldrán de aquí presto me alargaré más. Yo llegué a esta ciudad, domingo veinte y ocho de agosto de este presente año y tuve tan malo y largo viaje que tardé desde Cartagena casi cuatro meses, porque salí de allá a principios de mayo y no pude salir antes porque no se ofreció navío que viniese a esta isla y en fin hube de venir a La Habana en un navío que había venido de Nombre de Dios y venía con intención de si le hiciese tiempo de venir a Santo Domingo y como el tiempo fue contrario hubo de ir a La Habana y tardamos treinta y cinco días, que suele ser viaje de quince. Y de allí quiso irse a Castilla y me fleté en un barco que venía a Puerto Rico y aguardé allí quince días para que se reparase y tardamos hasta Puerto Rico treinta y seis días, que suele ser viaje de en buen tiempo de veinte y un día que el navío era muy viejo y ruin y que hacía mucho agua y el barco pequeño para haber de atravesar más de seiscientas leguas del golfo como atravesamos desde La Habana a Puerto Rico porque (folio 1v) nos pusimos a la altura de la Bermuda me metí en el uno y en el otro porque estaba desesperado de que se dilatase tanto la venida a mi casa y fue Dios servido de hacernos en salvamento en Puerto Rico me detuve veinte días en cargar y en hacer otras cosas de que tuvo necesidad y de allí a esta ciudad tardé seis días, que suele ser un viaje de tres porque en la Mona que es una isla que está entre esta isla y la de Puerto Rico hallamos unos navíos surtos y creyendo que eran franceses porque pocos días antes habían robado en San Germán dimos la vuelta a la mar huyendo de ellos y salieron en nuestro seguimiento y nos corrieron desde la mañana hasta la noche que les aguardamos porque nos pareció que no nos podíamos ir y nos lombardearon creyendo que el barco en que yo venía según después dijeron era patache de franceses e hicieron todo lo posible por echarnos a fondo y arribaron todos tres navíos uno tras otros sobre nosotros y conocimos que era la armada de vuestra majestad que había salido de este puerto en busca de los franceses y conocidos se fueron ellos y yo me vine a Santo Domingo. El otro día lunes después que llegué comenzó a hacer un viento desabrido que los navíos en el río no se podían valer y el barco en que yo vine había surgido fuera porque le faltó el tiempo y a esta causa no pude sacar mi ropa y en la 141 CartasAudienciaII20111205.indd 141 05/12/2011 01:51:35 p.m. Genaro Rodríguez Morel noche hizo una tempestad tan grande de viento y agua de la mar que casi cuantos navíos había se perdieron y fue el daño que hizo muy grande y el barco en que vine, como era pequeño, se salvó a un reparo del río donde pudo llegar aquel día atoando aunque quedó harto maltratado y otro día saqué mis libros y ropa toda mojada y perdido y a causa de haber cargado este barco en Puerto Rico había metido una caja de libros y (folio 2) parte de mi ropa en una carabela que allí llegó estando para nos partir de las islas que venían para Santo Domingo y había tomado fiado de un mercader más de trescientos pesos de algunas cosas para mi casa y para vestirme a mi y a mi mujer porque fui avisado que había mucha falta en Santo Domingo y lo metí asimismo en la carabela y porque le faltó el tiempo se quedó en este puerto más afuera que el barco y como la tomo la tormenta desabrigada la sacó luego a la mar a ella y a otros cuatro navíos y se los tragó de manera que ni la gente ni la ropa que en ellas había se pudo escapar y así perdí todo lo que metí en la carabela. Y por tomarme con hasta necesidad y deudas me ha puesto en trabajo y tengo por gran merced la que vuestro señor me hizo enviarme a salvamento que si hasta otro día me detuviera que no saltara en tierra pareciera con todo lo demás no me han faltado trabajos así de cuerpo como de espíritus después que de mi casa salí y he sido poco aprovechado en mi hacienda pues quedé tan adeudado del viaje que no podré pagar lo que debo y sigo muy perjudicado en mi honor como por otras de lo uno y de lo otro he dado a vuestra majestad cuenta y todo lo doy por bien empleado y quedo muy contento porque se, aunque más me lo calumnien porque sé que he servido muy limpia y rectamente a vuestra majestad y que he hecho de mi parte todo lo que en mi ha sido y no deseo más sino que vuestra majestad sea informado de la verdad de todo lo que ha pasado y sabido. Espero que vuestra majestad me hará toda merced. Por otras mis cartas he hecho relación a vuestra majestad del suceso de la residencia que por mandado de vuestra majestad tomé al licenciado Miguel Díaz y como entre otras personas a quien la tomé en Cartagena la tomé a Alonso López de Ayala, teniente que allí había sido y como por la culpa que contra el resultó lo prendí y se me soltó de la cárcel con otro sobrino y se vino a presentar a esta Audiencia (folio 2v) y sin embargo de una cédula de vuestra majestad que estaba presentada ante ellos por la cual se mandaba a los oidores del reino que no conociesen de las apelaciones del licenciado Miguel Díaz ni sus tenientes, lo recibieron a este y contándoles por los testimonios que él trajo como lo tenía yo preso y me había quebrantado la cárcel el día que se presentó sin ver proceso ni la culpa que contra él había le dieron luego viciado contra las leyes y pragmáticas de estos reinos y después por tiempo contrario yéndose como se iba Peña el escribano de residencia a Castilla arribó a esta isla y le hicieron venir a esta ciudad y traer los procesos y se los tomaron como el allá habrá dado a vuestra majestad cuenta y habiéndoles hecho relación de la culpa que contra este teniente había lo dejaron andar suelto contándoles que estaba por mi sentenciado a galeras y en ciertas condenaciones pecuniarias y mandado llevar preso a ese Real Consejo y en vez de llevarlo como era razón escribieron a vuestra majestad suplicando se le remitiese el negocio a fin de favorecerle en la sentencia como se ha hecho en todo lo demás y en la armada que se hizo le proveyeron juntamente con 142 CartasAudienciaII20111205.indd 142 05/12/2011 01:51:36 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) don Cristóbal Colón por Capitán General de ella en cierta forma habiendo vuestra majestad reprendido de nos porque proveímos a Montalvo de Lugo por capitán de la conquista de El Dorado antes de verse y de terminarse su residencia en su Real Consejo no embargante que estaba vista y determinada en esta Audiencia y en esto todo lo que he dicho no ha sido ambos oidores sino el uno de ellos como vuestra majestad de ello y de otras cosas será avisado. Que pocas personas veo que entera y cumplidamente haga lo que toca al servicio de vuestra majestad sino que huelga de contestar a cualquier particular por no se que respetos. Si nuestro señor ha llevado en salvo a Peña ya vuestra majestad será informado de la culpa que contra este hay contra otros que tenía remitidos y mandados llevar presos a ese Real Consejo que asimismo (folio 3) se me soltaron con el cuando quebrantó la cárcel y de ellos vinieron aquí y de ellos se fueron a Santa Marta sin saber lo que contra ellos hay por cierto. Tengo que no los dejará vuestra majestad sin castigo y así conviene para que otros escarmienten que están mostrados a enmarañar las residencias que se les toman y salirse con ello y todos procuran que sus negocios no vayan a ese Real Consejo porque les parece que por acá se hacen más livianos. Vuestra majestad proveerá en todo lo que fuere servido. Díaz, a quien enviaba de Cartagena preso a la Casa de la Contratación de Sevilla para que de allí lo llevasen a ese Real Consejo a un Luis de Manjarrés, vecino de Santa Marta y estando ya en el navío ya que se hacía a la vela, como a vuestra majestad lo he escrito, se soltó porque todos son en estorbar e impedir lo que al servicio de vuestra majestad toca y en que la justicia no se ejecute. Y en el mismo navío envié la relación de sus delitos y las sentencias que contra él había y aunque a más de un año que salió de Cartagena no se ha sabido que sea llegado a Castilla y en el mismo navío envié preso a Juan Ortiz de Zárate, factor de vuestra majestad en Santa Marta y el testimonio de su culpa y de las sentencias y el testimonio de lo que había contra Álvaro Ballesteros y Hernán Álvarez de Acevedo, vecinos de Santa Marta que teniéndolos presos en Cartagena se soltaron con los que más he dicho a vuestra majestad. Suplico si no se ha visto lo que contra estos hay se mande ver porque conviene a su real servicio y a la quietud de aquellas tierras en que viven para que todos se esfuercen en decir que como ellos no vayan ante vuestra majestad sus negocios se olvidan y así quedan con osadía para ser adelante peores como se ha visto por experiencia en estos que he dicho como parecerá (folio 3v) por sus procesos. Vuestra majestad tiene proveído que el licenciado Miguel Díaz no fuese a esos reinos hasta que diese residencia personalmente como era obligado y aunque ello está muy justo y santamente proveído no dejaré de avisar a vuestra majestad de lo que siento por lo que he visto y conocido de estos negocios. Yo escribí a vuestra majestad de este reino en suma avisándole de lo que en aquella residencia había pasado y que para descargo de su real conciencia convenía que se tornase a tomar así la secreta como la pública por lo que entonces escribí y como esta vía del licenciado Miguel Díaz tardó tanto en proveerse faltaban ya muchos de los testigos y agraviados porque a los unos habían echado de la tierra y otros se habían ido y los que esperaron a pedir su justicia visto que todo andaba en el reino delante que a vuestra 143 CartasAudienciaII20111205.indd 143 05/12/2011 01:51:36 p.m. Genaro Rodríguez Morel majestad he escrito unos no osaron jurar y los que juraron no osaron decir ni muchos agraviados pedir porque algunos que dijeron algo y pidieron algo amenazaron de parte de Miguel Díaz y a otros molestaron los oidores con prisiones y por otras vías por manera que tuvo el suceso que a vuestra majestad he escrito y otros habrán informado. Visto que después que le dieron licencia para irse a Castilla desmayaron todos y así los que quedaban comenzaron a derramarse. Unos se fueron del reino y otros los echaron y los enviaban por fuerza a jornadas que han mandado hacer por manera que no quedan aquellos que sienten que han de ser en favorecer a Miguel Díaz y sus tenientes y se les torna a tomar la residencia todo se hará en su favor y como el lo quisiere y los procesos son tomados por manera que no hay más de lo que yo he enviado y lo mismo es en Santa Marta y Cartagena y al principio pensose que luego se proveyera sobre esta tierra y como la armada de Sancho de Viedma en que fueron las cartas y avisos se detuvo tanto se ha dilatado el remedio y así desgastados los que esperaban y por lo que he dicho se han ido a otras partes y asimismo en Cartagena se quedaron los procesos que no hay más de lo que envié con Peña y he oído a muchos (folio 4) que aunque venga real cédula que ya no le pedirán porque no tienen que gastar esto pasa. Vuestra majestad proveerá lo que fuere servido. A un Bartolomé de Porras que fue alcalde de Cartagena remitía ese Real Consejo por lo que por otra mi carta he dicho aquí tomaron su proceso a Peña, harto convenía verse con los demás para algunos cargos que a otros hice y así lo acumulé con ello no se si se llevó allá traslado yo se que acá todo se hará bien y más a su gusto porque como por otra he dicho no se estiman acá es tanto la muerte de los indios como en ese Real Consejo este se me soltó asimismo con Alonso López y se vinieron aquí y murió en esta ciudad quieren sus herederos seguir el negocio para que las condenaciones que yo le hice se revoquen. Creo que si en ese Real Consejo se ven sus procesos que no le sucederá como piensan. Lo demás que hay de que avisar a vuestra majestad en el primer navío lo haré. Nuestro Señor la sacra cesárea católica persona de vuestra majestad guarde y prospere con aumento del universo como sus vasallos y criados deseamos. De Santo Domingo, 23 de septiembre de 1552 años. Por vuestra majestad me fue cometido cierto negocio para que metiesen en la posesión de unos indios en la villa de (tinta diluida) a un Nicolás Beltrán y tasase las demoras que le habían de dar. Yo fui a ello y le hice con todo lo demás (roto) navío se enviare la relación de todo ello. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo y criado que sus reales pies besa. El licenciado Zurita 144 CartasAudienciaII20111205.indd 144 05/12/2011 01:51:36 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 22, Nº 140 Santo Domingo, 8 de noviembre de 1552 Sacra cesárea católica majestad: Después que a esta isla vine he avisado a vuestra majestad de las necesidades de ella y ahora me esfuerzo representar la mía porque por la carta que esta Audiencia escribe a vuestra majestad se hace saber como por los pecados de los que en ella estamos ha sido Dios servido de enviar un castigo que durará hartos días estando ya hartos y afligidos con la falta de los navíos de España y con esta guerra ha ocho meses que no ha venido ninguno de donde todo ha alcanzado parte y puedo decir con verdad que a ninguno tanto como a mi para que a ninguno le tomó tan desnudo porque yo certifico a vuestra majestad que público ni secreto no tengo otra cosas sino mi salario y aunque hasta ahora me he sustentado con trabajo, de aquí adelante es imposible poderlo hacer y que es verdad que de solo el salario no nos podemos sustentar. De todos nosotros será vuestra majestad con verdad informado pero que no tenga otra cosa sino solo el salario ninguno lo puede decir en las Indias con tanta verdad y pues es así. Suplico a vuestra majestad sea favorecido y socorrido en esta necesidad pues vine de España con mi mujer e hijos y no pienso granjear con otra cosa ni lo se hacer sino con solas las mercedes que vuestra majestad me hiciere y si libre me hallara de ellos yo me contentara con lo que tengo y con el premio de Dios que se que no me puede faltar pero teniéndolos no puedo dejarme de afligir en verme desterrado para acá sin poder adquirir con que con honra mediana me pueda volver a España. Del suceso de la armada esta Audiencia escribe a vuestra majestad y antes que se hiciese escribí yo mi parecer el cual iba como de criado y vasallo que ningún interés pretendía como lo he hecho en todo lo que se ha ofrecido y bien se me parece en la ropa y me atrevo a escribir esto (folio 1v) porque acá se dice que viene el licenciado Maldonado por presidente de esta Audiencia en cual sabrá que es verdad lo que escribo. Nuestro Señor el muy alto y real estado de vuestra majestad guarde y prospere con aumentación de mayores reinos y señoríos. De Santo Domingo a 8 de noviembre de 1552 años De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Hurtado 145 CartasAudienciaII20111205.indd 145 05/12/2011 01:51:36 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 22, Nº 141 Santo Domingo 10 de diciembre de 1552 Sacra cesárea católica majestad: Como yo sea el más pequeño criado y siervo de vuestra majestad no tendrá de mi vuestra majestad memoria pero aunque mis servicios no hayan sido tantos la voluntad de servir a vuestra majestad ha sido y es muy grande y esto me ha dado atrevimiento para escribir la presente a vuestra majestad. Yo a tiempo de ocho años y medio que estoy resido en esta ciudad de Santo Domingo donde he servido a vuestra majestad en esta su Real Audiencia de su fiscal y Juez de Residencia en la isla de Cuba contra el licenciado Juanes y es todo lo que se me ha encomendado que haya tocado y toque a su real cámara y fisco y ejecución de vuestra real justicia lo eché como hombre que pretendo más honras en ser servidor de vuestra majestad que ni dineros no otras riquezas, como todo es notorio en esta isla. Este oficio tenía un licenciado Frías y ha mucho tiempo que de aquí se fue donde dice fue muerto en Honduras y se fue por no poder sustentar y moría de hambre y dejó muchas deudas. Al dicho licenciado se le daban cincuenta mil maravedíes y diez mil de ayuda de costa y que abogase y a mi no se me dan más de los cincuenta mil y no se me han dado los diez mil de ayuda de costa y no abogo ni ayuda en dos pleitos en todo el año porque los más pleitos criminales y sobre1 (folio 1v) cobranzas y cosas que convienen y toca a vuestra majestad mayormente que habiendo pedido servir este oficio limpiamente como conviene como yo lo he servido y sirvo no tengo de abogar porque debajo de el abogaría hay fraudes y colusiones. Habrá tiempo de dos años que yo supliqué a vuestra majestad se me hiciese la merced de este oficio y que del tiempo que yo he servido se me mandase pagar los diez mil maravedís de ayuda de costa que se daban al licenciado Frías y de aquí adelante se acrecentase el salario por manera que honestamente se sustentase el que se proveyese teniéndose respeto a la carestía y gastos de esta tierra que son excesivos. Que vale una mediana casa de alquiler 80 pesos, una libra de pan 32 maravedíes, un cuartillo de vino 24 maravedíes, un esclavo bozal 220 pesos, unos navietes (sic) 50 pesos. Y de comer por año, una vara de paño 7 pesos y por este orden todas las cosas otras cosas necesarias. Y teniéndose aquí todos los salarios se dan en estas partes más que doblados de los de España y el fiscal de vuestra majestad en España tiene más de cien mil maravedíes. Y esto en el dicho tiempo vuestra majestad prevé que en esta Real Audiencia informase de todo yo di de todo muy bastante información y de la calidad de mi persona. Yo soy natural de la Parra, condado de Feria, hijo de García 1 Después de esta carta el Consejo mandó que se le dieran las ayudas de los diez mil maravedís. 146 CartasAudienciaII20111205.indd 146 05/12/2011 01:51:36 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Estévez y de Catalina Diosdado, sobrina del licenciado Figueroa vuestro oidor que fue en Valladolid, cristiano viejo e hidalgo, oidor en Salamanca ocho años, hombre de edad de treinta y seis años. Fue casado en esta ciudad de Santo Domingo y tengo mi casa, mujer e hijos con información de todo lo dicho (folio 2) muy bastante y parecer de esta Real Audiencia a tiempo de año y medio que lo tengo enviado a vuestro Real Consejo y no se me ha traído cosa alguna y como haya tanta instancia recelo no haber ido la persona a quien fue encomendado. Suplico a vuestra majestad atento todo lo dicho y que no celebre que se hallara decir cosa fuera de la verdad se me haga la merced del dicho oficio con salario conveniente conforme a la relación verdadera que tengo hecha. De lo que tengo dicho hago saber a vuestra majestad cosas que convienen a vuestra real servicio y al bien y población de esta isla como hombre celoso de cosas semejantes y hallará vuestra majestad que no solo diré que diré uno que se hallara otra cosa ni por mi propio interés y que se ha decir ni hacer cosa indebida las cuales suplicamos mande proveer pues conviene a su real servicio. Lo primero es que vuestra majestad mande tener muy gran vigilancia en el dar testimonios de escribanos de vuestra majestad como se da y son tantos los que acá pasan y con las grandes necesidades que traen, que comenten muy infinitas maldades y falsedades, que sería mejor no haber ninguno, que sería menos mal pues debajo de su pluma están las vidas, obras y haciendas de los hombres pues tienen más réditos que un Obispo y vienen más muchachos, que por dos maravedís le hará decir lo que cada uno quisiere. Vuestra majestad mande que en esto se tenga gran cuidado y que no se de testimonio si no fuere con gran información de calidad y habilidad y conciencia y que sea hombre de veinte y cinco años para arriba. Ítem, que en todos los oficios de vuestra majestad y oficios públicos que vacaren, como tesorero, contador y escribanía o regimiento, no se de lugar a que por dinero direte ni (folio 2v) in direte se vendan y se hagan renunciaciones en personas a quien no conviene porque de aquí viene mucho daño a vuestra majestad y a vuestros súbditos y perdimiento total de la tierra mayormente en estas partes que teniendo uno o dos maravedíes quiere tener y comparar oficios de vuestra majestad honrosos y oficios públicos y aquel que de dinero no siendo para servirle como al presente todas las escribanías públicas de esta ciudad que están en poder de muchachos que ni la edad ni la habilidad lo merecen provéanse las personas y no los oficios pedidos y los vecinos padecen gran necesidad y lo que es peor siempre semejantes oficios los procuran cristianos nuevos que son siempre ambiciosos y todo lo quieren tener y mandar por los que tienen las escribanías públicas. Un Gaspar de Rivera, muchacho que la compró y un Juan Bautista Aguilera que se le dieron en dote y un Hernán de León que la compró y otras es un procurador de esta Real Audiencia y la probé siendo procurador y la pasó a un muchacho, su hijo para escribir un conocimiento, así que son oficios donde vuestra majestad a de proveer que no padezcan las vidas y honras y haciendas de sus naturales y que los oficios se den a personas que los merezcan y que vaquen y aunque estén proveídos no los mereciendo se les quiten y no los sirvan sino hombres de quien se tenga noticia muy grande y no se mire a las 147 CartasAudienciaII20111205.indd 147 05/12/2011 01:51:36 p.m. Genaro Rodríguez Morel informaciones que llegan de sus personas que allá los tres que quiere para hacerlo a su voluntad y prueba lo que quieren. (Folio 3) Asimismo los oficios de tesorero, contador y regidor se provean como mi particular noticia de persona que no tenga más de dos oficios juntos, como el de tesorero y regidor, secretario y regidor, ni contador y regidor y no están aquí porque es muy gran perjuicio porque no proveen sino sus intereses propios y no los de el común y de aquí viene perderse la tierra y padecer gran necesidad y quieren avasallar y supeditar a los vecinos y hacerles mil molestias. Ítem, aquí vino por vuestro tesorero un Alonso de Peña y no viniendo firmada la merced del oficio de Presidente y oidores de vuestro Real Consejo fue recibido por tesorero debiendo ser obedecida y no cumplida vuestra real cédula real conforme a vuestras leyes reales mayormente siendo notorio haber sido muy importuno y negociar el dicho oficio, el dicho Alonso de Peña conviene a vuestra majestad y a su real servicio y hacienda que no se cumpla ni se reciba por tal tesorero para que los oficios han de consonar a las cualidades de las personas y de los merecimiento y servicios lo cual cesa en el dicho Alonso de Peña mayormente que no es hombre de negocio, ni sabe de cuentas ni tiene pluma ni habilidad para ejercer el dicho oficio. Ítem, hay en esta isla una perdición muy grande en los alguaciles y ejercicio de la justicia para mandarlos cada día el Almirante por alguacil mayor en toda la isla y es como quien trae las varas en almoneda a una vara por ochocientos pesos y que quitando la vara los vuelva al que los dio. Otro día le da novecientos y la quita y la y la otra por cien pesos más y así las varas son tenidas y por tres pesos de esto no se ejecuta la justicia y no se tiene respeto a persona que lo merece sino a quien damos dinero. Vuestra majestad (folio 3v) mande proveer que a los que tuvieren las dichas varas de alguacil, habiendo sido nombrados una vez por el dicho Almirante no habiendo de méritos para se le quitar, que no se le quite. Ítem, sabrá vuestra majestad que en esta isla entran en cada un año dos mil piezas y más de esclavos negros y vienen con licencias de mercaderes a quien vuestra majestad tiene hecha merced y vienen de Cabo Verde y San Tome y otras partes sin traer registro ni claridad de las piezas y cargazón más de lo que quieren decir los que las traen y es cautela muy grande para defraudar los derechos de vuestra alteza porque si traen doscientas piezas manifiestan cien y encumbren las demás y hay gran aparejo que las sacan de noche por los montes y si se hallan dicen por las licencia de fulano ha de pasar y que no se las ha de tomar por perdidas y dice que mientras está en el navío y no salido en tierra que no son perdidas y así mismo muchas otras mercaderías y es gran robo a vuestra Real Hacienda y en gran perjuicio y en gran suma. Y los oficiales de vuestra alteza cuando entran los tales navíos debiendo ir en persona a visitarlos y asimismo cuando salen no lo hacen, así antes envían sus mozos y criados por donde encubren muchas cosas. Y conviene a vuestro real fisco y hacienda que el fiscal de vuestra majestad que pidiera en esta real corte con vuestros oficiales en persona visiten los dichos navíos a la entrada y salida y no los unos sin los otros pues así se hace en Sevilla para evitar fraudes y (folio 4) engaños y encubiertas y que las visitas sean por sus personas y no por sus criados y para ello pedí vuestra real 148 CartasAudienciaII20111205.indd 148 05/12/2011 01:51:36 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) provisión y se dio otra vuestra provisión real para que los negros que a estas partes vinieren de cualesquier partes traigan registro de donde los cargaren y los traigan registrados y con licencia de vuestra majestad y que no trayendo el dicho registro y licencia luego que estén surtos en el puerto sin haberlos descargados en tierra sean pedidos por vuestra real cámara y fisco, y asimismo otras cualesquier mercaderías viniendo registradas se tomen por perdidas aunque no los hallan sacado en tierra para evitar los dichos fraudes y robos que aquí se hacen. Ítem, ya sabe vuestra majestad como esta isla ha sido llave y puerta de todas estas vuestras Indias y conviene que esté poblada y muy favorecida de vuestra majestad y por esto no crea vuestra majestad que se ha de poblar de los que de Castilla vinieren sino de los que a Castilla entren. Porque de los que de allá vienen, vienen pobres y con gran necesidad y la tierra es muy enferma y no sufre trabajar los hombres como en Castilla porque luego son muertos y aún sin trabajo se mueren de ciento, los noventa, mayormente al campo por los grandes calores y lluvias y los alimentos de poca sustancia. Y en los tiempo pasados se sufría porque había indios que les daban de repartimiento a los que venían a poblar, que les daban de comer, ahora no hay indios y cuesta un negros doscientos pesos y más y es menester un hombre trabajar toda la vida para le ganar, y primero se muere como se han muerto (folio 4v) todos los pobladores que trajo el procurador de esta ciudad Alonso de Peña, que merecía que pagara lo que gastó en traerlos por hacer gastar a vuestra majestad sin propósito en pasarlos y en que se le diese a cada uno doce vacas y un toro de los de vuestra majestad y en lugar de labradores trajo barberos y taberneros y sastres y otros que le habían servido y no hubo hombre que supiese del campo sino de los que acá poblaban y llegados morían de hambre que no había quien les diese un jarro de agua y no falto quien luego les compró todas las vacas para aprovecharse de ellas y no vieron vacas ni toros. Los pobladores ni poblaron sino las sepulturas. Que todos son muertos. Así que conviene que a los que acá están y tienen sus haciendas, mujeres e hijos y hechos a la tierra se les haga merced y se encomiende a esta Real Audiencia tenga todo favor y buen tratamiento en lo que se ofreciere a los tales vecinos y que si alguno se quisiere ir de la tierra les ruegue que no se vaya porque una casa es pueblo y diez no lo es y dejar ir de aquí y deshacer casas y haciendas muy principales. El uno por le haber ingenio y el otro por haber las vacas y casa y lo otro por envidia y esto se ha de mandar proveer para sustentar esta tierra que es otra gente como la que trajo el dicho Alonso Peña sin gastar a vuestra majestad su Real Hacienda y los traer se vienen diez mil cada día y se van de aquí que los (folio 5) podrían detener en esta isla y no dejarlos ir conforme a lo que vuestra majestad tiene mandado que estén los que pasaren adelante en esta isla primero tres años pero no son sino para poblar hospitales y para no hacer nada y de esta gente no ha menester la tierra muchos. Y vuestra majestad manda que los vecinos que de aquí salieren no sean sino fuere para Castilla y que las haciendas no se transporten sino que estén en pié, mayormente de menores para que la tierra no se despueble. Ítem, sabrá vuestra majestad que desea ver mandado que los indios no sirvan ha venido gran necesidad y en lugar de los indios han sucedido los negros y como 149 CartasAudienciaII20111205.indd 149 05/12/2011 01:51:36 p.m. Genaro Rodríguez Morel las haciendas son muchas y gruesas hay gran necesidad de ellos por manera que ha subido a precios excesivos de doscientos pesos un negro bozal comúnmente de cuya causa los pobres ni ahora los ricos no se pueden sustentar por no alcanzar tanto dinero y por esto se despuebla la tierra por no poder vivir sin ellos y nosotros estamos pobre y los portugueses están ricos, que todos van tras los negros. Que vuestra majestad mande poner una casa general en todas las Indias [para] que no se pueden vender negros sino fuese a veinte o veinte y cinco mil maravedíes, y con esto se remedian las Indias y tendremos de comer y haciendas y estará la tierra poblada e vuestra majestad tendrá provecho en su Real Audiencia. Y de valer los negros tan caros todo vale caro al respecto de los negros (folio 5v) por ser la principal causa donde depende todo lo demás en estas partes. Ítem, Para el bien y población conviene a esta isla que vuestra majestad hiciese merced de tres mil licencias de negros que los trajese la isla para saber partir a todos los pueblos y vecinos para que se traigan a precios moderados teniendo las dichas licencias. Ítem. Para el bien y población y seguridad de la isla conviene que vuestra majestad mande que ninguno pueda hacer ingenio de azúcar ni de agua ni de caballos si no fuese labrándola de piedra con una casa fuerte para que viendo como esta isla hay poca población conviene que los ingenios estén de esta suerte como haciendas tan principales como son por el peligro que tantos negros como hay y de otros enemigos y con los dichos edificios de piedra pues las haciendas son tan gruesas y de tanto provecho que renta un ingenio cada un año diez mil ducados y por estos edificios les manda vuestra majestad dar a cada ingenio una legua de término como dehesa adehesada. Que pastos y leña no le entre otro ninguno sino fuere otro ingenio cercano que estos tengan las dichas leguas compartidas a vista e buenos hombres que de (folio 6) ingenio a ingenio no tenga más el uno que el otro para su hacienda que no sufre otra cosa y para una casa grande y muy principal en la tierra. Item. Una de las principales haciendas que sustenta la tierra son los ganados vacunos que se crían y es gran dañó a la tierra y perjuicio el mucho matar las vacas para quitarles los cueros para llevar a Castilla y matan las vacas nuevas y paridas y hembras y preñadas y más de treinta mil cueros cada un año y se va destruyendo el ganado y cría y va la carne a puercos y falta en las carnicerías. Que vuestra majestad mande que no se mate vaca nueva ni parida ni preñada sino fuere vaca vieja ni se dará carne a puercos sin parecer de esta Real Audiencia con pena que le sea puesta y para ello pide vuestra real cédula. Item. Manda vuestra majestad que uno de vuestros oidores de esta Real Audiencia visite la tierra en cada un año y que abra y aderece los caminos y malos pasos y un género de monte que ha nacido de poco tiempo como son guayabos que destruye la isla. Que se mande remediar y que cada uno y sus tierras y sitios los harán que limpien, que es una cosa muy principal de que la isla recibe notables daños y se mande a esta Real Audiencia lo remedie. (Folio 6v) Item. Para [que] se pida y haya efecto lo que tengo dicho y suplicado a vuestra majestad y para ello se me envíen los tres criados y provisiones que conviene así los que toca a vuestra majestad y bien de esta isla como míos particulares. Suplico 150 CartasAudienciaII20111205.indd 150 05/12/2011 01:51:36 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) a vuestra majestad se mande dar está a su fiscal para que lo pida y envíe los recados que convienen. Ítem. Suplico a vuestra majestad recomienda esta carta y secreto porque muchas veces acá hay grandes pasiones sobre si algunos acá avisados de semejantes cartas por no le estar bien y se provea diciendo que por parte de su fiscal fue pedido sin que se haga disminución. Guarde Nuestro Señor la vuestra sacra cesárea católica majestad y le acreciente en muy mayores estados, reinos y señoríos. De Santo Domingo y de diciembre a 10 de 1552 años. De vuestra sacra cesárea católica majestad, Humilde y leal siervo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Estévez 151 CartasAudienciaII20111205.indd 151 05/12/2011 01:51:36 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 142 Santo Domingo, 13 de noviembre de 1553 Ilustrísimo señor y muy magnífico: Yo llegué bueno a esta isla. Entre en ella, primero del presente. Tuvimos buen tiempo hasta las islas de Canarias y hasta llegar allí perdimos dos naos, la una tomaron franceses porque desde el día que nos hicimos a la vela, se quedó atrás. Que era muy mala de la vela y gobernaba muy mal y así caminaba muy poco. El general no tuvo cuenta con ella y la dejó sola, y así vino solo hasta las islas donde salieron a él dos navíos franceses y dos pataches y la tomaron sin haber ninguna resistencia. Tomaron cuanto iba en el navío. A las mujeres y hombre que iban en el hicieron buen tratamiento echándolo en tierra en la isla de Lanzarote. Llevaron consigo dos personas que pareció que tenía la posibilidad para rescatarse. Otro navío se fue a fondo, que hacía tanta agua que no se pudo sustentar salvo la gente que se recogió a otros navíos. De las islas de Canarias salió toda la armada después de haber navegado cuatro días en seguimiento de nuestro viaje. Arribamos a las islas mismas con tiempo contrario y harto trabajo. Estuvimos allí algunos días que no pudimos salir por falta de tiempo. Después que salimos con buen tiempo siempre lo trajimos hasta llegar a esta isla. Tardamos de las islas aquí treinta y tres días. El general con las naos de Tierra Firme, se aparto para allá de las primeras islas que reconocimos. En el golfo se quemo la Capitana y toda la gente que iba en ella que escaparon mas de veintitrés personas y el general con ellas. Se escapó esta gente en una chalupa que llevaba la nao por popa que a no llevarla ninguna gente se escaparía. En esta armada el general a traído mala orden en todo y está en Gran Canaria al tiempo contrario que la armada arribó allí con tiempo contrario. Teníamos cada día nuevas de los franceses que habían tomado la nao que he dicho y vinieron un día de Gran Canaria y dos pataches se metieron entre lo de la armada y comenzaron a lombardear nuestros navíos. Nunca pudimos acabar con el general que fuese a ellos que se pudieron tomar sin recibir daño ninguno. Don Rodrigo Manrique que estaba entonces en la gobernación de Gran Canaria dirá a vuestra señoría lo mal que el general lo hizo en esto. Si fuera otra persona que tuviera más sangre en el ojo no los dejara allí. Fue gran cobardía y gran afrenta de todos los que veníamos en aquella armada y su majestad fue muy des servido en aquello habiendo tomado una nao de nuestra compañía y habiendo saqueado la isla de Lanzarote. Vuestra señoría en las armadas que salieron debe nombrar capitán caballero y no marinero que si en esta armada viniera caballero su majestad fuera muy servido y aquellos franceses no tomaran y no vinieran (folio 1v) acá como han venido y no se fían de hacer algún daño en las naos que van a la Nueva España y en esta tierra hasta ahora no han tomado ningu- 152 CartasAudienciaII20111205.indd 152 05/12/2011 01:51:36 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) na, están en este puerto y en el puerto de Ocoa, que es en esta isla para seguir su viaje a la Nueva España. Irán a buen recaudo y todas juntas con dos que venían a tomar este puerto se lombardearon y como hallaron resistencia en ellas las dejaron. Los navíos que aquí habéis visto son los mismos que dejamos en Gran Canaria. Tres navíos grandes y dos pataches caminaron más que nuestra armada, que como veníamos muchas naos y entre ellas algunas muy perezosas de la vela cada día amainamos para esperarlas y así llegaron primero que nosotros a esta tierra donde nos estaban esperando ver si podían coger alguna nao desbandada y así tuvieron rendida una nao que va a Honduras. Después de haberla lombardeado y si no amainaran otras que iban delante para esperarla la llevaron la llevaron en esta nao que digo que se quemó, pereció García de Busto que iba por gobernador de Popayán y su mujer e hijos, que no escapó sino un hermano de García de Busto. La armada que su majestad tiene mandado hacer en esta isla se hizo. Se armaron tres navíos y un patache. Se metieron trescientos hombres en ellas. Salieron de este puerto el día de Santiago y se perdieron con un huracán muy recio que hubo el 29 de agosto que pasó. Se ahogaron ciento treinta hombres y entre ellos un hijo de Diego Caballero que iba por capitán de una nao. Por general iba don Cristóbal, hermano del Almirante. Se escapó. Fue gran desastre y gran daño para esta tierra. Se perdieron algunos tiros, queda esta fortaleza muy desproveída de todo. Suplico a vuestra majestad mande que se provea que hay gran necesidad de ello y sea en los primeros navíos. Lo de La Habana no ha habido como está. Suplico a vuestra majestad mande proveer como aquello está a buen recaudo que importa mucho y si franceses señoreasen de aquello no tenía su majestad Indias. Aunque aquí queramos tornar a armar de nuevo no habrá posibilidad porque ni hay gente ni artillería ni municiones y si de allá no viene acá no se puede proveer y los navíos también es necesario que vengan también de allá hechos para este propósito. Han de ser dos navíos. Como vuestra señoría lo entenderá mejor y dos pataches, navíos livianos que sin estos no valen nada los grandes. Suplico a vuestra señoría lo made proveer, que importa mucho. Con el huracán que he dicho a quedado esta isla muy pedida que no dejó en ella árbol en pié y ha estado tan enferma después de aquel huracán que han muerto más de quinientas personas según me han informado. Con estos y con los ahogados hasta falta de gente para querer armar. En esta isla hay falta de vacas. No la podemos haber para comer que es cosa que se ha hecho mal. Yo prometo a vuestra majestad que hay tanta prisa en la carnicería como la podría haber en Sevilla y mucha gente no puede haber carne. Esto ha sido que con el mucho valor que han tenido los cueros se han dado tanta prisa en matar novillos que ahora no hay sino vacas y becerros. Y los obligados no pueden comer carne que cada uno reusa de matar sus vacas. Está en esta isla todo tan caro que no se puede sustentar la gente. Son los precios de todos los que van en una memoria que envió vuestra señoría. Mande dar aquí los dos mil ducados y quinientos de ayuda de costa y prometo a vuestra majestad que según hallo la tierra que en ninguna manera puedo vivir con ellos. Suplico a vuestra majestad se me mande cumplir a tres mil, que 153 CartasAudienciaII20111205.indd 153 05/12/2011 01:51:37 p.m. Genaro Rodríguez Morel con esto no podré comer y servir a vuestra majestad y no es razón que sirviendo en este cargo no se me de con que pueda sustentarme conforme al cargo y no tengo de estar tan solo como lo han estado (folio 2) algunos que lo han tenido pues en Indias siempre he vivido honradamente y no sería razón que al fin viviese de manera que me tuviesen apocado y si todavía vuestra majestad fuere servido mandarme que sirva con lo que se me da, suplico a vuestra majestad me mande que no tenga más personas en mi compañía y servicio de las que pudiera sustentar con lo que se me manda dar, que con esto cumpliré con los que tuvieren cuenta conmigo. Y pues tengo mujer e hijos de necesidad tengo de gastar más que otros que aquí han estado y no lo han tenido. Prometo a vuestra majestad que no pretendo ahorrar dineros en este cargo. Hasta ahora no he entendido en la residencia que antes me he querido informar de algunas cosas. De aquí a cinco o seis días la comenzaré. Al licenciado Miguel Díaz hallé aquí y le he notificado la provisión de su alteza para que vaya al nuevo reino a hacer su residencia ante el licenciado Montaño. Partirá lo más presto que pueda. Al licenciado Zurita di la provisión para que vaya a Guatemala acabada su residencia. Luego recibió mucha penaron salir de aquí y mudar su casa y mujer tan lejos. En los navíos que se armaron aquí se gastaron diez y seis mil pesos sin la artillería y municiones que se pedieron. Suplico a vuestra majestad siempre se me mande responder a lo que pareciere debo ser respondido. La carabela que su alteza mandó venir a dar aviso de los navíos que salen de Francia que partió poco antes de la armada tomaron franceses en la isla de la Mona. Con esta envío a vuestra majestad relación de la artillería que se ha perdido y de la que queda en la fortaleza. Suplico a vuestra majestad mande que en esta fortaleza esté muy bien proveído porque de aquí se podrá proveer a otras partes que tienen necesidad y concurren a esta Audiencia para que lo provea que todos los puertos de esta isla temen cada día ser robados de los franceses. Si venían algunos despachos en la carabela de aviso que tomaron franceses suplico a vuestra majestad me los mande enviar duplicados que yo ninguno he recibido, aunque Juan de Samano me dijo que me había de enviar algunas cosas que se me mandaban que hiciese acá y creo debían venir en la carabela. También se perdieron con el huracán que he dicho dieciséis navíos que estaban cargados en este puerto para España y se ahogaron hartas personas. Nuestro Señor guarde la ilustrísima persona de vuestra señoría y con acrecentamiento de Estado como sus servidores deseamos. De Santo Domingo, 13 de febrero de 1553. Ilustrísimo señor, Besa las manos a vuestra señoría ilustrísima. El licenciado Maldonado 154 CartasAudienciaII20111205.indd 154 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 143 Santo Domingo, 18 de febrero de 1553 Muy alto y muy poderoso señor: Doscientas leguas de esta isla está otra que se dice la Margarita está de paz y cerca de Tierra Firme. Los indios de Tierra Firme que no se han conquistado ni están pacíficos vienen a la Margarita a contratar con los indios de allí y con los españoles que están en aquella isla. Según soy informado recibirían religiosos holgarían de llevarlos a sus tierra. Fray Lorenzo de Bienvenida que ahora lleva religiosos a Yucatán holgaría de entrar en aquella tierra y emplearse en ella en servicio de Dios y de su majestad y de vuestra alteza y no faltaría religiosos que lo siguiesen servir a vuestra majestad sobre ello y envía relación de aquella tierra sería muy buena obra y en que Dios y su majestad se podría mucho servir. Suplico a vuestra alteza le mande favorecer y mandar que para la jornada se les de aquí lo necesario. Nuestro Señor guarde a vuestra alteza por muchos años con aumento de mayor Estado. De Santo Domingo, 18 de febrero de 1553. Muy alto y poderoso señor, Humilde criado de vuestra alteza que sus pie y manos besa. Licenciado Maldonado 155 CartasAudienciaII20111205.indd 155 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 144 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 Muy alto y poderoso señor: En trece de febrero escribí a vuestra majestad diciéndole sobre dos naos que están hurtas en este puerto aprestadas para ir a Sevilla y la una de ellas que pareció ser más velera y bien aderezada comenzó a navegar y prosiguiendo su viaje fue tomada de franceses corsarios y la otra porque tuvo necesidad de volver a este puerto a repararse de un mástil que se le quebró y otras cosas escapó de los franceses porque no llegó a vista de ellos y quedó en este puerto para salir con otras que se aderezan para ir a esos reinos. Después que servía a vuestra alteza el pregón que con esta va, que es el mismo que enviaba en este navío que digo que volvió a repararse a este puerto duplicado de otro que enviaba en el navío que fue tomado de franceses han sido grandes los robos y tomas de navíos que estos corsarios y están tan poderoso que en esta mar no se les puede ir nave sin ser vista y los navíos que a ella han asomado y estaban surtas en los puertos de esta isla y aún de las comarcanas las han tomado con muy buena artillería que en ella había en especial una urca grande que estaba cargándose en la Yaguana, villa y puerto de esta isla, la cual villa quemaron y robaron y cautivaron algunos vecinos de ella porque para ello echaron en tierra muy en orden buena gente, arcabuceros y piqueros y corrieron por la tierra adentro, y son tan señores de esta mar e isla y de las haciendas que en ellas hay, que según lo que por ahora se entiende por relación de los vasallos de su majestad que han sido presos y se rescatan. Estos corsario piensan permanecer porque dicen que esperan una armada de Francia y aunque esta no venga, según el mal aparejo que aquí en esta isla y en las comarcanas hay y los muchos navíos y buena gente de que ellos están proveídos sin dificultad se podrán sustentar si vuestra alteza nos manda que seamos proveído de lo necesario y de que aquí hay gran falta porque aunque vuestra alteza por su cédula manda que para la armada que aquí fuere necesario hacerse para la seguridad de esta isla y de las comarcanas y de los navíos que a ella fueren y vinieren se gaste lo que pareciere y da entera facultad para ello y se pudo dar orden para salir a resistir a estos corsarios antes que engrosasen y fortaleciesen sus armadas, porque visitando la fortaleza de esta ciudad vi la gran falta que había de pólvora porque no había más en esta que veinte quintales a causa de haberse perdido y gastado mucha en una armada que aquí se perdió con tormenta el año pasado con parte de la artillería como en el pliego duplicado que con esta va podrá vuestra alteza mandar ver y con que en esta fortaleza quedó buena y gruesa artillería con que se pudiera salir nos hizo así por esta falta como por que dejando esta fortaleza sin munición que tenía que era 156 CartasAudienciaII20111205.indd 156 05/12/2011 01:51:37 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) poca esta (folio 1v) ciudad y toda la isla pudieran correr gran riesgo por manera que después que aquí resido estoy afrentado porque como conviene que en general se entiende la falta que aquí hay porque dañaría teniendo aviso de ella los franceses algunos podrán hacer, que es en la provincia y no por la falta que hay y todo redunda en daño de la hacienda de su majestad y de su reputación y de vuestra alteza y yo lo he sentido tanto cuanto es razón porque después de las Indias se descubrieron esta isla y los vecinos de ella no han sido tan molestados con guerra como ahora en mi tiempo lo son y visto esto y que esta isla es escala de todo lo de acá y platicado sobre el remedio en esta Audiencia se tomó la resolución con acuerdo de los oficiales de su majestad que aquí residen de enviar a avisar a vuestra alteza con esta carabela, que es mensajero propio para que vuestra alteza entienda que si con brevedad no somos socorridos podría ser el daño muy grande. De todo doy más larga relación en el Consejo Real de las Indias y del daño que se sigue de no venir a esta isla naos con bastimentos y mercaderías tan continuamente como otra veces para que informen a vuestra alteza de ello. Suplico a vuestra majestad lo mande ver y despachar con la brevedad que se requiere porque no habiéndola todos correrán gran riesgo que sin dificultad no se podría remediar si se perdiese esta coyuntura por ser esto la escala y fuerza de toda las Indias descubiertas como podrá vuestra alteza ser informado. Cuya real persona guarde Nuestro Señor y acrecentamiento de sus reinos y señoríos. De Santo Domingo, 15 de mayo de 1553. Muy alto y muy poderoso señor, Muy humilde criado de su alteza que sus pies y manos besa. Licenciado Maldonado 157 CartasAudienciaII20111205.indd 157 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 145 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 Sacra cesárea católica majestad: Vuestra majestad fue servido de mandar que presidiese en la Audiencia que en esta isla Española reside, donde llegué primero de febrero pasado de este año y luego por relación de la gente de esta isla y de la comarcanas entendí que por esta mar había franceses corsarios que hacían daño y porque me pareció que era gente no muy bien apercibida y que su gran dificultad se podrían tomar y hacerse alarde de la gente y munición que había en esta ciudad y fortaleza para salir de ellos y procurar de desbaratarlos y visitando la fortaleza vi que no había en ella sino veinte quintales de pólvora a causa de haberse perdido y gastado mucha en una armada que aquí se perdió con una tormenta por el mes de agosto del año pasado con cierta parte de la artillería que se había sacado de la fortaleza y así fue necesario suspender y armar contra ellos hasta tener mejor aparejo porque dejando esta fortaleza sin la munición que tenía que era poca esta ciudad e isla pudieran correr gran riesgo. Estos corsarios han andado esta costa y las demás islas comarcanas donde han hecho grandes robos y daños y tienen al presente su armada tan engrasada que con ella acometen y hacen daño donde quieren y han entrado la tierra adentro lo que los otros vecinos osaban hacer como vuestra majestad podrá mandar ver por la relación que con esta va y por ser esta isla cala de todas las Indias y que tanto importa el servicio de vuestra majestad la guarda y conservación de ella. He conversado de esto a su alteza para que mande que seamos proveídos de navíos y municiones para hacer armada y defendernos y limpiar esta mar de corsarios. Y envío ahora una carabela de aviso a su alteza dándole cuenta de las cosas de acá para que con más brevedad lo mande proveer pues a la reputación de vuestra majestad y al buen remedio de su Real Hacienda no conviene que deje de haber aquí aparejo para resistir y ofender y evitar los daños y robos que se hacen a los vasallos de vuestra majestad que lo que hasta ahora se ha hecho me han dado tanta pena que no le es razón. Y después que aquí vine he vivido afrontado por parecerme que en mi tiempo ha sido esta isla muy vejada de estos corsarios porque no conviene que en general se entienda la falta que aquí hay de munición y otros pertrechos de guerra para que no venga noticias de estos corsarios algunos podrán y hacer que la culpa es mía y no por la falta que digo que hay. Al tiempo de España a servir a vuestra majestad en este oficio di noticia en el Consejo de Indias lo que importaba que La Habana estuviese proveída y a punto de guerra porque pocos días antes había estado yo en ella y vi la poca defensa que tenía y porque aquel pueblo es la llave de todo (folio 1v) lo de allí adelante porque todos los navíos que van a castilla tocan en aquel puerto. Conviene que vuestra majestad sea servido de mandar escribir a los del Consejo que con toda brevedad, muy parti- 158 CartasAudienciaII20111205.indd 158 05/12/2011 01:51:37 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) cularmente entienda en el reparo y defensa de aquel puerto, porque habiendo allí la guarda que se quiere, habrá seguridad en lo demás y no la habiendo se podría correr gran riesgo y tendrá vuestra majestad poca parte en las Indias. Yo he avisado para que no haya descuido a la guarda y defensa de aquel puerto y he tenido carta de allí de vuestra majestad, que allí reside el cual, como hago esta consulta a vuestra majestad y doy noticia a su alteza y al Consejo de lo que conviene proveerse para fortaleza de aquel paso. Está la isla muy tocada de lo que ha sido a causa de un viento huracán que en ella hubo por agosto del año pasado con que se perdió la armada que aquí había y otros diez o doce navíos de personas particulares y quemó todos los árboles y mantenimientos que la tierra producía y como ha sobrevivido la guerra se padece harto trabajo, en espacial, que a causa de ella no vienen tan cotidianamente de Castilla con mantenimientos y mercaderías como se hacía antes. También está mal fortificada porque en toda ella no hay pueblo que pueda resistir los corsarios que allí vinieren, salvo esta ciudad y aunque vuestra majestad a mandado que en la Yaguana y en Puerto de Plata se haga fortaleza en cada un pueblo, la suya no se ha efectuado. Suplicamos a vuestra majestad envíe mandar que luego se efectúe esto porque no haciéndose todas las veces que vienen corsarios podrán hacer los daños y robos que ahora han hecho. Nuestro Señor la imperial persona de vuestra sacra cesárea católica majestad guarde. De Santo Domingo, a 15 de mayo de 1553. Sacra cesárea católica majestad, Muy humilde criado que sus pies y manos besa. El licenciado Hurtado 159 CartasAudienciaII20111205.indd 159 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 146 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 Sacra cesárea católica majestad: En un navío que salió de este puerto por la navidad pasada, escribí a vuestra majestad dando cuenta de mi llegada a esta ciudad de vuelta de viaje que por mandado de vuestra majestad hice a la Tierra Firme a tomar la residencia al licenciado Miguel Díaz. Y después que escribí en otro navío que salió de aquí habrá tres meses y allí decía como había recibido las provisiones que vuestra majestad me hizo merced de mandarme enviar en que me hace merced de mi proveer por su oidor en Guatemala. Y beso los reales pies de vuestra majestad por tantas y señaladas mercedes como es servido de mandarme hacer. Esta será para dar aviso como he escrito lo que aquí digo y como la residencia vaya al cabo que me dan más de cinco días y hasta ahora no se me ha puesto demanda ni querella alguna ni hay quien se haya quejado de mi aunque no han faltado solicitadores para incitar a algunos que lo hiciesen, echados por Miguel Díaz. El tiempo que aquí tuvo que fue más de los sesenta días de ella y después del otro que dejó en su lugar aunque no se ha declarado, pero siempre vence la verdad y Dios no da fuerza a la maldad y ya que permita que algunas tenga a los principios por algunos fines al cabo desfallecer los cargos no se nos han puesto por no se que impedimento confío en Nuestro Señor que los que contra mi habrá serán livianos y fingidos y procurados por lo que digo que y qué ha de redundar en honor mío porque mi intención y deseo ha sido y es siempre muy grande y firme de acertar a y seguir a Dios y a vuestra majestad y de hace justicia y no tengo jamás atención a otra cosa ni me pone otra cosa delante. Pasado el término de la residencia que vuestra majestad me manda que esté presente me iré lo más presto que pudiere y porque no hay navíos ni espera haberlos tan presto he procurado que unos mercaderes y otros que están (folio 1v) aquí detenidos por falta de pasajes que van a aquella tierra compren un navíos y en esta mediante nuestro señor ni pienso ir y creo que por todo el mes que viene saldrá de aquí y en este oficio pienso servir a Dios y a vuestra majestad mejor que en el de aquí porque habrá aparejo para ello y porque aficionadamente deseo que se cumpla lo que vuestra majestad tiene proveído y provea sobre los naturales de esta tierra y he visto la necesidad que hay de ello. Los vecinos de aquí trataron de suplicar de esta provisión y me hablaron algunos sobre ello y yo no lo consentí y trataron de que guardase respuesta. Y la ciudad escribió a vuestra majestad sobre ello y se tiene sospecha que tomaron el navío franceses y sin embargo de todo esto y del trabajo que se me ofrece y costas y gastos por ser el camino tan largo y el riesgo que hay por los muchos franceses que andan yo me 160 CartasAudienciaII20111205.indd 160 05/12/2011 01:51:37 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) iré con toda mi casa con la brevedad que digo y nuestro señor haga lo que fuere servido. De Cartagena he tenido aviso que un Nicolás Beltrán a quien yo metí en posesión de unos indios de Tolu, que es en aquella provincia de Cartagena se fue escondidamente a Castilla y quejoso de mi parte porque no hice todo a voluntad en la tasación y porque no le di facultad para que se pudiese aprovechar de los servicios personales de la gente de aquellos pueblos y fue a ello por el y por otros muy importunado y visto que no pudieron acabar conmigo porque les decía que no había de exceder de lo que vuestra majestad tenía ordenado y proveído en ello acordó de irse con quejas y falsedades que así acostumbran hacer si les vana a la mano y no les da lugar para seguir su voluntad y que desuellen aquella pobre gente que no es otra su gloria ni deseo. Y me escriben que pidió con cautela el proceso al escribano y que tomó de el lo que quiso y sacó de el lo que quiso y que otro escribano se lo signó, que está mal conmigo porque le mandé que se fuese a Castilla a hacer vida con su mujer y le hice dar fianzas para ello y como expiró mi oficio se quedó allí. A vuestra majestad suplico se tenga atención a la pasión con que ese va que de sus palabras se conocerá y que en el proceso que lleva falta mucho y creo que de Cartagena lo habían enviado, aunque menos de que es séquito del que a mi me lo enviaron a pedir y les envié el traslado porque tengo en mi poder el proceso y no lo envío ahora pero en la flota que saldrá presto irá porque esta carabela va a mucho riesgo de franceses y por allí se verá que hice lo que vuestra majestad me mandó y lo que (folio 2) convenía al descargo de su real consciencia y al bien de aquella mísera gente y para ir a ello ir a ello fleté un barco a mi costa y lo llevé a él conmigo y lo saqué de la cárcel y le busqué fiador para que volviera a ella que estaba preso por cierta ejecución y por no se que delitos y lo hice para que hubiese efecto lo que vuestra majestad mandaba que si yo no entendiera en ello no se como se hiciera y quejase de mi por lo que digo y porque acá tienen por buen juez al que manda a su voluntad y por malo y tirano y que destruye y da [roto] la tierra al que sirve a vuestra majestad y mirar por aquella gente [roto] por manera de poblar que les dejen a ellos robar y esto he conocido muy de cierto de la condición de los que acá están. Estando en Cartagena comencé a tomar la residencia. De allí vino de Santa Marta a hablarme un fraile Franciscano que había venido del reino con el licenciado Góngora y el licenciado Miguel Díaz y me dijo que tenía en su poder un libro luterano que le había prestado el licenciado Miguel Díaz y que aunque se lo había pedido no se lo había querido volver y que había denunciado de ello ante un alcalde del reino y que se lo había tornado a depositar y que no se hacía sobre ello cosa alguna y tomé lo susodicho e hice otras diligencias y envié por el libro al reino porque el fraile declaró que estaba allá en su convento y al tiempo que vino era ya ido Bartolomé García de la Peña, escribano de la residencia y lo dio a un Gonzalo de Herrera que fue a negocios suyos y a ese Real Consejo y allá le dio la información que digo. Peña que se vieron en Sanlúcar. Suplico a vuestra majestad si no lo ha dado se le mande que lo de con la información para que vuestra majestad provea en ello lo que fuere 161 CartasAudienciaII20111205.indd 161 05/12/2011 01:51:37 p.m. Genaro Rodríguez Morel servido y en la flota enviaré otras averiguaciones que después hice. Nuestro Señor la sacra católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere en su santo servicio con aumento del universo como su real corazón lo desea y como sus vasallos y criados lo habemos menester. De Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 años. De vuestra sacra cesárea y católica majestad, Humildes vasallo que sus reales pies y manos besa. El licenciado Zurita 162 CartasAudienciaII20111205.indd 162 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 147 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 Ilustrísimo señor y muy magníficos señores: Su majestad, por su cédula manda dar de salario a cada uno de los oidores que siguen en esta Audiencia en cada un año novecientos ducados y por otra se les prohíbe el servicio de indios e indias que no tengan granjerías y según la gran carestía que aquí hay en los mantenimientos y subido precio que tienen los esclavos y las otras cosas sin las cuales no se pueden sustentar me parece que el salario es muy poco porque ni tendiendo granjerías ni pudiéndose servir de indios habiendo de comprar de los novecientos ducados de salario, esclavos para su servicio a doscientos pesos cada un esclavos bozal que es el menor precio está claro que no se podrá sustentar y a mi ver es darles que no guarden lo que cerca de esto está proveído, porque aunque públicamente no lo hagan, secretamente lo podrían hacer y esto suele ser más dañoso en los jueces como vuestra majestad sabe. Y para evitar este daño y quitar la ocasión tendría por menos inconveniente y acertado que se les acrecentase el salario porque certifico a vuestra señoría que según el precio que ahora tienen todas las cosas en esta isla no se sufre otra cosa. Aviso de ello a vuestra majestad para que mande proveer en ello lo que fuere servicio. Nuestro Señor guarde a vuestra señoría por muchos años y con mucho acrecentamiento. Santo Domingo, 15 de mayo de 1553. Ilustrísimo señor, Besa las manos a vuestra señoría ilustrísima. El licenciado Maldonado 163 CartasAudienciaII20111205.indd 163 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 148 Santo Domingo, 12 de junio de 1553 Muy alto y muy poderoso señor: Por mandato de su majestad se proveyó en esta Audiencia que se dijesen en ella cada semana dos misas, martes y viernes, y porque demás que es justo que el presidente y oidores oigan cada día misa es acrecentar la autoridad de la Audiencia. Suplico a vuestra majestad sea servido de mandar que en esta Audiencia se digan cada día misas y que el capellán que en esto se ocupare se le pague de pena de estrados y cuando estas no hubieren se cumpla de pena de cámara pues lo que en esto se gastare será poca cantidad. Guarde Nuestro Señor la vuestra alteza por muchos años y con mucho acrecentamiento. De Santo Domingo, 12 de junio de 1553. La cédula en que su majestad prohíbe al presidente y oidores el servicio de los indios y de tener granjerías y otras cosas, aunque ha día que aquí se recibió no parece que aquí se haya notificado ni se haya enviado el testimonio de ellos como por la cédula se manda y yo la he hecho notificar y envío el testimonio de esta. Muy alto y poderoso señor, Muy humilde criado de vuestra alteza que sus pies y manos besa. El licenciado Maldonado 164 CartasAudienciaII20111205.indd 164 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 23, Nº 149 Santo Domingo, 13 de junio de 1553 Ilustrísimo señor y muy magníficos señores: Después de escritas las que con estas van, recibí una carta del Consejo y vecinos de la Yaguana en que refieren los daños que han recibido lo cual envío para que vuestra señoría lo mande ver. Yo les he escrito animándoles para que vuelvan a reedificar aquel pueblo y que no hagan mudanza de allí y les doy esperanza que su majestad mandará proveer brevemente como sean defendido. Suplico a vuestra majestad mande que se vea y provea como más convenga al servicio de vuestra majestad. Nuestro Señor la ilustrísima persona de vuestra señoría guarde. De Santo Domingo, 13 de junio de 1553 Ilustrísimo señor, Besa las manos de vuestra señoría ilustrísima. El licenciado Maldonado 165 CartasAudienciaII20111205.indd 165 05/12/2011 01:51:37 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 24, Nº 150 Santo Domingo, 27 de julio de 1553 Muy poderosos señores: En cumplimiento de lo que vuestra alteza tiene mandado que diese cuanta de lo que me pasa y entendiese la significare con la mayor brevedad que pudiere de lo que me ha sucedido desde que salí de España y sintiere ser necesario al servicio de vuestra alteza. Luego que vuestra alteza me proveyó por su fiscal y protector de los indios en la Chancillería del Nuevo Reino y juez de residencia de esta gobernación y de cuantas de los oficiales y tasador de los tributos y ejecutor de otras cosas me apresté y vine a embarcar a la villa de Sanlúcar donde estuve dos meses y gasté muchos y pasada la flota se hizo a la vela postrero de enero de ese año. Puesto en la mar navegó con trabajo la mayor parte de la gente por extrema necesidad de agua y poca y mala tomada de charcos y arroyos sucios en Sanlúcar que estando en alta mar son los maestres tan absolutos que no tienen cuenta con los tres cuartillos de las ordenanzas ni que el agua sea de la condición dicha ni que se haya echado en vasija que la conserve ni que se haya proveído la cantidad necesario conforme al número de personas presupuesto que a ellos no les falta y que les importa llevar toneladas de ropas de que se les pague flete en lugar de ella y como allende del trabajo que la navegación trae grandemente lo acrecienta lo que dicho es, suceden enfermedades y muertes allegados a los puertos y es de tanta importancia remediarse a que esto que lo estimo por principalísimo negocio que vuestra alteza lo provea mandando muy encarecidamente a los visitadores de las naos que tengan especialísimo cuidado de ello. A los 17 de abril llegamos a Santa Marta a donde Luis de Villanueva, alcalde mayor, sabiendo que el general Farfán y el capitán Granillo traían cada uno un pliego de vuestra alteza para el presidente y oidores de la dicha chancillería que habían recibido de los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla y dejándoles conocimiento que los entregarían al gobernador de Cartagena que los encaminase le dijo que se los diesen a el, y porque el general le respondió que me daría noticia de ello como al letrado y yo entendiendo (folio 1v) lo que dicho es le avisé que no saliese un punto de la instrucción que se le había dado en entregar los dichos despachos y así lo hicieron y cumpliendo la orden dicha los dieron al Adelantado de la provincia de Heredia y lo mismo hicieron otros capitanes que también le trajeron otros los cuales pliegos todos fueron seis y el dicho Adelantado me los dio a mi e informando yo de la mejor orden que le acostumbraba y podía tener para los encaminar cierta y prestamente los envié a los alcaldes de Mompox, pueblo de esta gobernación para 166 CartasAudienciaII20111205.indd 166 05/12/2011 01:51:37 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) que lo entregasen a personas ciertas que fuese a Santa Fe y así se hizo, lo cual, todo parecerá si fuere necesario por información y escrituras públicas que quedan en mi poder. Lo digo porque si algo no bien intencionado tratare de ello esté vuestra alteza certificado de la verdad fuera de la cual jamás supe hablar. Llegué a esta ciudad 23 de abril y presenté la provisión de vuestra alteza en el regimiento que fue recibido por juez de residencia del Adelantado y sus tenientes y oficiales y los demás y luego otro día la pregoné y envié a un escribano que lo hiciese en los pueblos de esta gobernación y que tomase las informaciones de que le avisé y procedí guardar de ello por tal traza que entrándolos en el grado que en estas partes se estima mansamente vine a saber tarde parte de sus excesos que solo al Adelantado hice doscientos ochenta y nueve cargos a donde hay muchas muertes y muy ásperos tratamientos de indios y encomiendas de pueblos de vuestra alteza y otros muy atrevidos casos y tales, que aunque se le dio traslado de todo y presentó gran número de testigos y escrituras e hizo todo lo que entendió que le convenía sin que se le negase cosa que bien le estuviese que bien le estuviese ni darle causa para poderme recusar el ni otro no se pudo defender de todos tanto que dejase ser muy culpado y por constarme ser lo mucho le condené a privación perpetua de gobernador ocho veces y en gran cantidad de pesos de oro y remito a vuestra alteza muchos hechos dignos de no menor castigo y le mando ir a España y que se presente ante vuestra alteza y el apelo y yo con que depositase le concedía la apelación y estando este mi auto para se le notificar. Y siendo buscado para ello no parece y se tiene por cierto que se ha ausentado y escondido para que no se le notifique y se pueda ir a España sin dejar procurador en las demandas públicas que le han sido puestas ni dar fianzas de pagar lo juzgado y si no pareciere todavía usare de los remedios que el derecho da y se usan en prejuicio. Sus tenientes también han tenido casos graves porque les condené, de los cale unos han consentido y otros apelaron. (Folio 2) La relación de las demandas públicas que el dicho Adelantado y sus oficiales sean puesto irán con el proceso de la residencia secreta. Las cuentas del patrimonio real de vuestra alteza tomaré a los oficiales por la orden que me están cometidas y a los mayordomos las de los propios y ejecución de justicia y obras públicas. Acabadas las dichas cuentas luego haré la tasación de los tributos de los indios como vuestra alteza lo manda. Una cédula de vuestra alteza que había años que estaba acá sobre que no hubiese falta y se proveyese lo que fuese necesario al servicio del culto divino he hecho cumplir como a vuestra alteza dirá por su carta al deán Juan Pérez Materano, persona de gran austeridad y celo en lo dicho en quien hay mérito de cualquier acrecentamiento. Otra en que se me cometió que pusiese en la Corona el pueblo de Tubara, que es el principal de indios de esta gobernación. También he ejecutado y dado tal posesión del el a los oficiales de vuestra alteza. Otra que envié a Alonso de Montalbán, teniente del Adelantado, a hacer vida con su mujer después de tomada la residencia y también cumplida en esta manera 167 CartasAudienciaII20111205.indd 167 05/12/2011 01:51:37 p.m. Genaro Rodríguez Morel que lo tengo condenado y por el consentido y pena de dos mil pesos. Que tomadas las cuentas de propios y obras públicas y ejecución de justicia en el libro como teniente que es parte de residencia y las que como contador que ha sido de vuestra alteza a de dar luego sin se más detener se embarque en el primer navío que en este puerto estuviere que vaya a España. Y en la cédula en que se me mandó que ejecutase al Adelantado en cierta cantidad de alimentos que debía a doña Constanza, su mujer, la ejecute por cinco años corridos a respecto cada uno de sesenta mil maravedís, que son trescientos mil, de los cuales le envío ciento cincuenta y tres marcos y ciertas onzas de plata corriente que los montan registrado en el navío San Miguel de que es maestre Alonso Pérez Granillo. La otra que la ciudad esté apercibida para que no sea ofendida de los franceses he hecho cumplir en todo lo que conforme a la disposición de ella ha sido posible porque de parte de haber poca gente y no tener fortaleza y haber muchos puertos y entradas está sujeta a trabajos. Y la otra cédula para que se enviase a Sevilla lo procedido de las mer (folio 2v) caderías y cosas que se salvaron de la nao de Domingo Alonso, maestre que dio al través, también está suplida. La cédula sobre que los oficiales tomaren por perdido se venda en almoneda a lo más que se pueda hallar. Se la hice notificar. Y las que los pasajeros que vienen a estas partes usen sus oficios, también se cumplió en hacerse la diligencia que vuestra alteza mandó que hagan el gobernador y oficiales casados en España envió todos lo que a mi noticia vino y lo que era. El pliego de vuestra alteza para fray Juan Velázquez se lo di y responde. Un repartimiento de indios en Mompox vaco por muerte de García de Herrera de que ha habido muchos pretendientes y regulado las calidades de todos me ha parecido que tiene mucho un Francisco de Ayllón a quien vuestra alteza da entretenimiento de cincuenta pesos y treinta fanegas de maíz por ser hijo de conquistador y casado y con hijo y pobre y virtuoso y por todas ellas y quitar el dicho entretenimiento entiendo encomendárselo conforme a la cédula que vuestra alteza tiene dada al gobernador de esta provincia de poderlo hacer si no pareciere otro que tenga más portes que el dicho. De la Chancillería del Nuevo Reino se me envió a mandar recibiese preso al capitán Martín Galeano y que los enviase a España a vuestra alteza al cual lleva el capitán Batista prevé que lo es de un navío de la flota que va. Y también se me envió a mandar de la dicha chancillería que recibiese y tuviese a recaudo al licenciado Miguel Díaz hasta que viniese el licenciado Montaño se lo entregué y me requirió obediencia y cumpliese la provisión que tenía para ello y yo la obedecí y en cuanto al cumplimiento diré que hiciese según que en ella se contenía y de derecho debía y podía porque a mi entender quedaría corto si no avisase a vuestra alteza lo que de él he oído y visto. Certifico como a mi Rey que nunca de hombre oí en dichos ni hechos todos los que lo han tratado y muchos agraviados (folio 3) que van a vuestra alteza, lo que he visto es de hombre muy suelto y peli- 168 CartasAudienciaII20111205.indd 168 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) groso achacoso y deshonesto que según habla y obra que ha de dar cuenta a vuestra alteza de lo que hace y sobre todo estima en tanto su retórica ligera que con ella quiere fundar cuanto hace. Finalmente es tal a mi ver que basta desasosegar no las Indias que más que otras provincias requieren jueces mayormente superiores muy aplomados sino a todo lo descubierto del mundo y ha venido su rotura a tanto que por acá entendido de mi que me desagrada su traza por en deservicio de vuestra alteza y los súbditos desasosegarse a título de justicia me ha amenazado hablando con muchos y me lo han dicho para cuando suba al resino y lo tengo por tan absoluto que por desgonzar mi entallamiento celoso en servicio de Dios y de vuestra alteza y bien de los naturales y sosiego de los españoles que intentarán hacer de mi lo que quisieren sin respetar mi oficio y calidad y no tengo más que decir en esto. Que cada momento suplico a vuestra señoría me confíe el gran sufrimiento que he tenido a las manifestaciones que para impaciencia me ha dado como parte de ella. Vuestra alteza verá por los despachos de esa ciudad. Lo que he trabajado ha sido tanto que casi se puede igualar este tiempo de tres meses que ha que estoy aquí con dos años de doce que aquí sirvo a vuestra alteza para España aunque la limpieza que allá usé en los corregimientos no es mayor que la que acá se ha visto y verá, pues solamente me sustento de los gajes de vuestra alteza sin haber gozado ni tener fin de aprovecharme de otra cosa más de lo que vuestra alteza fuere servido de hacer amigo considerando que he tenido gran costa desde que me aparejé por mandado de vuestra alteza para venir a estas partes y que aquí no hay trigo y en el reino si y que es muy ordinario que cuando vuestra alteza manda a un su oidor otro que lleva acostamiento situado ir a tomar residencia que goce y lleve también el salario que se daba a quien la toma. Suplico a vuestra alteza lo mande mirar y proveer de manera que se me haga merced y honor por aquella vía. Que vuestra alteza fuere servido que de cualquiera me tendrá por acrecentado cuyo poderosísimo estado guarde y aumente Nuestro Señor. De Cartagena, a 26 de julio de 1554 años. Besa los pies de vuestra alteza. El licenciado Maldonado 169 CartasAudienciaII20111205.indd 169 05/12/2011 01:51:38 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 24, Nº 151 Santo Domingo, 29 de agosto de 1554 Sacra cesárea católica majestad: En la flota que entró en esta puerto de Santo Domingo en diez de abril pasado recibimos las cartas que vuestra majestad nos mandó enviar y habiendo visto lo que se nos manda lo que hay que responder es: Que lo que vuestra majestad nos manda se envíe relación que forma han tenido en esta isla y en las otras islas a ella comarcanas los indios de ella cerca de el aprovechamiento y uso de la sal. En ello se ha hecho la información que con la presente se envía para que vuestra majestad lo mande ver. Asimismo en lo que se nos manda enviemos las yerbas y plantas y flores que hay en esta isla. En estos navíos se envían todas las que de presente se han podido haber y así se enviarán en los navíos, que después salieren todas las que más hubieren y se pudieren hallar. Y lo que vuestra majestad manda que hagan dos zabras o carabelas de remo y anden en esta costa para cuando venga a esta isla el capitán Mendenchaga. En la isla de San Juan de Puerto Rico se mandó hacer a este propósito un navío y enviamos provisión para que el gobernador de aquella isla lo envíe luego que se acabase y el otro lo tiene a cargo de (folio 1v) hacer los oficiales de vuestra majestad y para cuando llegue el armada a este puerto se cumplirá todo como vuestra majestad lo manda y porque la venida de esta armada es la costa que más importa a esta parte para la seguridad de todas. Suplicamos a vuestra majestad con toda brevedad mane se envíe. Y en lo del aviso que vuestra majestad nos envía a mandar que se diese a los pueblos de esta isla para seguridad de ellos y de que no le ofendiesen los corsarios franceses, luego se les envió la instrucción que vuestra majestad nos mandó enviar para que conforme a ella se rigiesen lo en ella contenido. Vuestra majestad nos ha hecho merced que nuestros salarios se nos paguen en oro, de manera que no tuviésemos pérdidas, el cual oro no hay en esta isla, ni plata ni reales. Y si se nos ha de pagar en cuartos por no haber otra moneda es perderlo todo, porque vale la labranza para Castilla hoy en día en esta isla, sobre las mercadería de ella corriendo el riesgo a más de sesenta por ciento de manera que para enviar algunos dineros para Castilla para proveer a nuestras casas y otras cosas necesarias se pierde la mitad. Suplicamos a vuestra majestad mande que sus oficiales de Nombre de Dios y de la Veracruz envíen a esta ciudad en cada un año el salario que habemos de haber en oro o en plata ensayada de manera que no se nos pague en la moneda que vuestra majestad tiene mandado y por que al presente había en poder de los oficiales de vuestra majestad de esta isla a cierta cantidad de plata que 170 CartasAudienciaII20111205.indd 170 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) había venido de la Nueva España en una nao que se perdió en esta isla se nos pagan de allí nuestro salarios. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de ello y mande a sus oficiales que habiendo en su poder oro o plata, aunque sea de fuera de esta isla (folio 2) se nos pague en ello y porque esto acaecerá pocas veces vuestra majestad lo mande proveer como lo suplicamos. En esta Real Audiencia han ocurrido muchas querellas contra el doctor Luis de Vallejo, gobernador de la isla de San Juan y por se haber allí casado y asimismo contra el doctor Angulo, gobernador de la isla Fernandina y por otras causas que nos han movido habemos proveído jueces de residencia conforme a la facultad que vuestra majestad nos da por sus nuevas leyes y ordenanzas. En la isla de San Juan al licenciado Quirós Dávila el cual se partió luego y creemos que está allá y por la noticia que hay de su persona tenemos entendido que hará lo que se debe y para la isla Fernandina hemos nombrado al licenciado Bernardo Bernáldez y porque se tuvo nueva que vuestra majestad había proveído gobernador en aquella isla por estar tan a trasmano y ser la vuelta a esta isla tan trabajosa no se ha atrevido a mudar su casa hasta saber si vuestra majestad lo tiene proveído y así se suspendió el efecto de ello. Suplicamos a vuestra majestad envíe a mandar lo que en esto es proveído se haga. El licenciado Bernáldez es hombre honrado y abogado en esta Audiencia y casado y tiene muchos hijos y ha tenido oficios en España y vive con necesidad. El cabildo de esta ciudad envía a Alonso de la Peña, tesorero de vuestra majestad por procurador de esta isla a suplicar a vuestra majestad le haga merced de mandar proveer algunas cosas de que tiene necesidad las cuales comunicaron con nosotros y nos mostraron la instrucción de lo que así envían a suplicar y porque todo ello es para el remedio de esta tierra y que verdaderamente hay gran necesidad de que sea oída y favorecida. Suplicamos a vuestra majestad lo mande ver y proveer como más su real servicio sea. Se le dio licencia para hacer (folio 2v) la jornada por parecer que convenía su ida y así nos lo pidió el cabildo por haber comenzado los negocios y tener noticias de ello con que traía aprobación de vuestra majestad y queda en su lugar Francisco Dávila en el oficio de tesorero, que es hombre muy rico y honrado a quien vuestra majestad antes lo había mandado servir. Nuestro Señor el muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve como su real corazón desea. De Santo Domingo de la isla Española, a 29 de agosto de 1554 años. Sacra cesárea católica majestad, Muy humildes criados de vuestra majestad que sus imperiales pies y manos besan. El licenciado Maldonado El licenciado Hurtado 171 CartasAudienciaII20111205.indd 171 05/12/2011 01:51:38 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 25, Nº 152 Santo Domingo, 10 de junio de 1556 Sacra cesárea católica majestad: En la flota que entró en este puerto de Santo Domingo a 8 de enero de este año de mil y quinientos cincuenta y seis se recibió en esta Audiencia un pliego de carta de vuestra majestad y lo que se ofrece de presente hago relación. Por una cédula de vuestra majestad se nos manda enviemos relación de lo que vale el oficio de carcelero de esta Real Audiencia y si se puede servir sin salario de la cuarta parte de las penas que salen dado hasta aquí y quien provee el dicho oficio y si lleva derecho conforme a los que se llevan en esos reinos lo que en esto pasa es que vuestra majestad tiene proveído por real servicio a Gonzalo Gil Gamarra por alcalde de esta Audiencia juntamente con la cárcel de esta ciudad el cual al presente sirve estos oficios porque están juntos en una misma cárcel y demás de veinte y cinco años a esta parte siempre ha servido estos oficios la persona a quien vuestra majestad ha hecho de ellos merced porque nunca otro lo ha puesto y han sido los que los han servido. Cristóbal Pérez, Bernabé Ramírez, Cristóbal de Cerezo, Juan Pérez y ahora el dicho Gonzalo Gil Gamarra y todos estos con título de vuestra majestad. Y en cuanto a los derechos que llevan es de cada preso que se suelta cuarenta maravedís de la moneda de cuartos que corre en esta isla conforme al arancel de esta Audiencia y más la cuarta parte de las condenaciones de pena de que vuestra majestad le hizo merced por tiempo de seis años con que no se exceda en cada un año de ochenta pesos, los cuales ochenta pesos no llegue en cada un año para que se le paguen y habiendonos informado de lo que pueden rentar estas dos cárceles que así andan juntas será hasta (folio 1v) ciento cincuenta pesos por año y solo lo de la Audiencia valdrá cien pesos por año y según la gran carestía de esta tierra parece que dificultosamente se puede sustentar el carcelero, especialmente siendo casado y con hijos como lo es el que ahora lo sirve con solo los derechos de los carceleros sin la dicha cuarta parte de que vuestra majestad le ha hecho merced. Por otra carta de vuestra majestad se nos manda que enviemos relación de lo que se hizo sobre que el capitán Peña y a Francisco Dávila, regidor de esta ciudad les pareció que era bien echar un muro cerca del río sin ser necesario en que se han gastado más de dos mil pesos y habiendo sido contradicho en el regimiento y que ya que se hubiese de hacer fuese conforme a una provisión de vuestra majestad lo cual no se había hecho y que se hacía repartimiento en los vecinos, de negros o que se pagasen por cada uno dos reales y lo que en esto hay que en esta ciudad se juntó la justicia y regimiento de esta ciudad y oficiales de vuestra majestad y se platicó sobre la necesidad que en este río y puerto había de reparo para la defensa de la causa de 172 CartasAudienciaII20111205.indd 172 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) los corsarios franceses y por la mayor parte se acordó se hiciese el muro lo cual se cometió a Francisco Dávila y al tesorero Alonso de la Peña, regidor de esta ciudad para que entendiese en ello y nunca hubo contradicción por escrito ni por palabra y lo que se gastó en el edifico de el fue a costa de la sisa que está impuesta para la cerca de esta ciudad por mandato de vuestra majestad y los vecinos no pagaron cosa alguna excepto que en aquella sazón algunos de su voluntad por la brevedad dieron algunos esclavos que sirvieron tiempo de un mes y no más por parecer que convenía darse prisa en este muro por la nueva que cada día se tenía de franceses. Asimismo manda vuestra majestad por la dicha cédula enviemos relación que es la causa porque las salinas de esta ciudad, de veinte y cinco años a esta parte han valido tan poco que no ha valido la ciudad mil pesos de provecho y si es por aprovecharse de ella los regidores y si de poco tiempo acá se han rentado en tres mil pesos por tres años a razón de mil pesos por año y si por adelante podrán valer más de lo que hasta ahora están arrendadas en cuanto a esto lo que parece que podría haber más de treinta años que a vuestra majestad hizo merced (folio 2) a esta ciudad para propios de ella de unas salinas doce o quince leguas de esta ciudad donde dicen Puerto Hermoso las cuales desde este tiempo acá ha estado arrendada y no rentaban en cada año de cien pesos porque son salinas que no se pueden beneficiar como las de España y con las muchas aguas, pocas veces cuaja la sal y no se coge. Y que a causa de las guerras con Francia y estar los tratos cerrados así de España como de las tierras comarcanas donde se suele traer sal para el proveimiento de esta isla, por no venir sal llegó a valer la fanega a cuatro pesos y un vecino de esta ciudad la arrendó por tres años a mil pesos por año y se obligó a dar a la ciudad, medio peso por fanega, el cual ha pedido en el arrendamiento muchos dineros y se tiene entendido que de aquí adelante no rentará tanto. Por otra cédula de vuestra majestad se nos manda que si el capitán Peña no hubiere pagado a esta ciudad los dos mil ducados de que vuestra majestad hizo merced para los gastos de seguir los negros alzados que luego se cubre de el y de sus bienes y se entreguen a los oficiales de vuestra majestad de esta isla para que se gasten en lo susodicho, los cuales dos mil ducados el dicho capitán Peña los tiene pagados a esta ciudad y de ellos está hecho cargo a Juan de Leguizamón, receptor de la sisa de esta ciudad como vuestra majestad mandará ver por los testimonios que con la presente se envían y de esto se ha gastado lo que ha sido necesario en la guerra de los negros alzados como vuestra majestad manda. Por un capítulo de una carta de vuestra majestad en que dice que los inconvenientes que decimos que resultaron e no haber moneda en esta isla después que vuestra majestad mandó que el precio de los reales de ella fuesen a treinta y cuatro maravedíes, como lo es en los reinos, debió de nacer de no estar justificado el precio de los cuartos que se labraron en esta isla con el valor y precio de los reales de a treinta y cuatro y se nos mandase que el precio de los dichos cuartos se justifique teniendo ellos el valor que se deben tener según el precio del real, de tal manera que si el pagare en cuartos, gane más que si pagase en reales, ni el que recibiere los cuartos pierda en ello y que los dichos cuartos sean moneda que puedan correr en 173 CartasAudienciaII20111205.indd 173 05/12/2011 01:51:38 p.m. Genaro Rodríguez Morel todas partes y se haga ensayar a ver la ley que tienen como más largo se contienen en el dicho capítulo. (Folio 2v) Luego que se recibió se juntaron en esta Audiencia, el cabildo y regimiento de esta ciudad y oficiales de vuestra majestad y de la casa de la moneda y monederos y plateros y se proveyó que cesase el labrar de los cuartos y hasta aquí se labraban. Y platicando en este negocio dicen ser dificultoso el labrar esta moneda, que venga justificada al valor de la moneda de España porque dicen que vale la plata a cien por cien que sale el marco a doce ducados y la libra de cobre a seis reales y los salarios de los oficiales y triplicados de lo de España provisto de lo que vuestra majestad nos manda se hará la experiencia para ver si puede justificar esta moneda y de todo se enviará y de todo se enviará a vuestra majestad relación y convendría que vuestra majestad mandase a pregonar en Sevilla y en otras partes que valiesen los cuartos de esta isla en todos sus reinos y que se nos envíe cédula para el mismo efecto porque creemos que se justificará como vuestra majestad lo manda. Ya por otro hemos suplicado a vuestra majestad mande favorecer esta isla y ahora tiene más necesidad que nunca porque son las guerras y daños que franceses han hecho en ella y con los años contrarios que ha habido ha venido mucha disminución. Y pues esta isla no tiene más de indios que las islas de Canarias porque no se saca oro ni plata y que solamente hay la granjerías de la tierra de azúcares y cueros. Recibiría muy gran merced que se hiciese con ella lo que vuestra majestad manda que se haga con las islas de Canarias que es que puedan venir a esta isla libremente de todas las provincias de los reinos de vuestra majestad pagando los derechos y de esta manera tenemos entendido que esta isla se reformará y poblará y los derechos de vuestra majestad se asentarían mucho. En esta ciudad está fundado un monasterio de monjas de la orden de Santa Clara con licencia y aprobación de vuestra majestad el cual, después que se fundó ha sido de gran ejemplo porque en el se celebran los divinos oficios con mucha devoción de que los vecinos tienen mucho consuelo y las monjas que en el hay, así las que vuestra majestad manda enviar de Castilla como las que acá han entrado, que la relación han pasado y al presente pasan necesidad por ser pobres y porque ahora (folio 3) los religiosos de la Orden de Santo Domingo de esta ciudad pretenden fundar otro monasterio de monjas de su orden en esta ciudad y este pueblo es de poca población y en el hay tres monasterios de frailes y uno de monjas y dos hospitales que con gran dificultad se sustentan. Parece que por ahora basta que en esta ciudad haya este Monasterio de Santa Clara porque si más hubieren no se podrían sustentar y habrían otros inconvenientes. A primero días del mes de mayo de este año entró en este puerto una carabela de que venía por piloto Francisco Martín con el aviso con el que vuestra majestad nos manda enviar de que de Francia habían salido ocho galeones y dos zabras con gentes de guerra para estas partes y quedaban reformándose otros diez galeones por mandado del Rey de Francia. Luego que se recibió esta nueva se envió el piloto a que siguiese su viaje a las otras provincias de estas Indias conforme a la instrucción que traía y acá se comenzó a dar orden procurando la defensa de la tierra y se dio 174 CartasAudienciaII20111205.indd 174 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) aviso a los demás puertos de esta isla para que estuviesen apercibidos como vuestra majestad lo envió a mandar. Y estando en este estado donde a siete días siguientes entró en este puerto otra carabela de que venía por piloto Pedro Gallego el cual de camino había tocado en la isla de San Juan y según nos dijo no traía comisión para entrar en este puerto y nos dio aviso de la paz y tregua hecha entre vuestra majestad y el Rey de Francia por tiempo de cinco años de lo cual mostró un testimonio firmado del teniente de escribano del cabildo de la ciudad de Sevilla y como ella estaba pregonada la paz demás que traía certificación de esto de los jueves oficiales de vuestra majestad de la Casa de la Contratación de Sevilla y visto esto fue sin comparación la alegría que todos recibimos y así esta ciudad se pregonó y publicó la paz y se hicieron las alegrías y fiestas que convenían a semejante nueva. Nuestro Señor el muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y acreciente muy mayores reinos y señoríos. De Santo Domingo de la isla Española, a diez de junio de 1554 años. Sacra cesárea católica majestad, Muy humildes criados de vuestra majestad que sus pies y manos besan. El licenciado Maldonado El doctor Beltrán El doctor Escobar 175 CartasAudienciaII20111205.indd 175 05/12/2011 01:51:38 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 25, Nº 153 Santo Domingo, 19 de julio de 1556 Sacra cesárea católica majestad: Después de la muerte del Arzobispo de esta ciudad, los beneficios de esta santa Iglesia han venido muy sin orden y han tenido entre si muchas diferencias y se han ofrecido cosas en que han tenido poco respeto a esta Audiencia como vuestra majestad mandará ver por las informaciones que se envían y hasta ahora no se ha dado aviso a vuestra majestad de esto porque habiéndoles reprendido sus cosas hayamos que hubiera enmienda en ellos no la ha habido, antes cada día se han mostrado más desasosegados e inobedientes y esta Audiencia nos ha parecido que para la quietud y sosiego de la iglesia y para que entiendan la obligación que tienen agradar a la autoridad de esta Audiencia y cumplir sus mandamientos que lo que aquí se les puede mandar de enviar a vuestra majestad al arcediano don Antonio de Salinas, que demás de lo de arriba dicho fuimos informados que al tiempo que vuestra majestad lo nombró por arcediano de esta iglesia estaba irregular por la muerte de un hombre y que vino a esta ciudad en la misma irregularidad y estuvo en ella sin decir misa año y medio y más hasta que hasta tanto que procuró un Breve de Su Santidad según dicen para la absolver. El cual vino sometido a su confesor y que luego lo rompiese como parece por la información que a vuestra majestad se envía. Enviamos también al racionero Juan de Medrano por hombre inquieto y perjudicial y mal clérigo como vuestra majestad mandará ver por las informaciones que contra el se envían y antes de ahora se le habían mandado saliese de esta isla por las causas contenida en la informaciones y el entendiendo que esto se había de cumplir. (Folio 1v) En estas naves se aprestó para ir en ellas y aunque había causas para enviar otros viéndose como parece por las informaciones no se envían teniendo respeto a que esta iglesia quedaría sin servicio y creemos que bastará enviar estos para que los que aquí quedan tengan más sosiego y más respeto a lo que tocare a esta Audiencia. De todo esto a lo que entendemos ha sido causa la dilación que ha habido en la venida del Arzobispo. Suplicamos a vuestra majestad le mande que en brevedad venga a residir a su iglesia que lo que toca a los beneficiados que allá van y acá quedan mande proveer lo que más sea servido teniendo respeto a la autoridad de esta Audiencia que ninguna cosa más importa al servicio de vuestra majestad que la autoridad de la Audiencia que en estas partes residen por estar tan lejos de la persona de vuestra majestad. Pedro Sanz Venesa, capitán que vino con las naos que arribaron a esos reinos que van a la Nueva España nos entregó dos clérigos que se dice el uno Alonso de 176 CartasAudienciaII20111205.indd 176 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Ojeda y el otro Francisco Ruiz de Rojas porque en los registros venía mandado que ningún maestra lo trajese a estas partes. Luego que se nos entregaron se dieron al provisor para que los tuviese a recaudo hasta que saliesen las próximas naos y el Francisco Ruiz de Rojas se le fue al provisor en una carabela que vino de aviso que pasó al Nombre de Dios, de que era piloto Francisco Núñez y se ha dado noticia de ello a los oficiales de vuestra majestad de Sevilla para que vuelto el Francisco Núñez hagan justicia en esto. Y el Alonso de Ojeda ha pedido en esta Audiencia que por su pobreza no se envíe hasta las urcas que están en este puerto y partan de aquí por agosto y en ellas irá y hasta entonces queda en poder del provisor como siempre él y el que se fue han estado. Dase noticia a vuestra majestad de estas porque acá hemos entendido que los venerados de esta iglesia dicen que nosotros lo hemos tenido presos y pasa lo que se ha dicho y también se ha dado noticia de Francisco Ruiz de Rojas que se huya al gobernador de Tierra Firme para que si haya (folio 2) se pudiere haber lo envíen a la Casa de la Contratación de Sevilla. El arcediano don Antonio de Salinas ha pedido que se le de tiempo de cierta recusación que al gobierno de los venerados de esta iglesia hicieron a mi el presidente y ha hecho requerimiento al escribano de la causa que se lo de y porque esto de recusación es cosa secreta se mandó al escribano que no se le diese sin mandarlo esta Audiencia cuando vuestra majestad fuere servido de mandarlo ver se enviará todo. Nuestro Señor el muy alto y muy real estado de vuestra majestad guarde y conserve con acrecentamiento de mayores reinos. De Santo Domingo de la Española, a 19 de julio de 1556 años. Sacra cesárea católica majestad, Muy humildes criados de vuestra majestad que sus reales pies y manos besan. El licenciado Maldonado El doctor Escobar 177 CartasAudienciaII20111205.indd 177 05/12/2011 01:51:38 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 26, Nº 154 Santo Domingo, 19 de junio de 1559 Yo, Juan Antonio de Vílchez, escribano de su majestad real y escribano de la residencia que al presente se toma en esta isla Española por el muy magnífico señor, licenciado Juan López de Cepeda, juez de residencia en la Audiencia y Chancillería Real que por mandado de su majestad en ella reside. Doy fe y verdadero testimonio a los que la presente e vieren, que en la presente residencia que así se ha tomado y toma al licenciado Alonso Maldonado, presidente que ha sido y a los demás oficiales de ella. Mendo Ramírez, presentó ante el dicho señor juez de residencia cierto capítulos generales contra el licenciado Maldonado y sobre ellos se hicieron por ambas partes informaciones y vistas juntamente con lo alegado el dicho señor juez de residencia pronunció sentencia en ella, su tenor de la cual es este siguiente: Visto por mi el licenciado López de Cepeda, juez de residencia por su majestad en esta isla Española, los cuarenta capítulos generales en este proceso contenidos. Que Mendo Ramírez puso al licenciado Alonso Maldonado, presidente, que la presente residencia y probanzas que sobre ellos contra el dicho Mendo Ramírez dio. Falló en cuanto al primer capítulo que el dicho Mendo Ramírez pone al dicho presidente diciendo que doña Catalina de Montejo, su mujer, ha comprado en esta ciudad muchas mercaderías y las ha tornado a vender según más largo en el dicho capítulo se contiene atento no estar probado lo doy por libre y quito de él. Ítem, en cuanto al segundo capítulo que se expone diciendo que en público y en secreto ha recibido presentes y dádivas de por menudo según en el dicho capítulo más largo se contiene. Porque lo en él contenido se trata que el último cargo de la pesquisa secreta de esta residencia y en ella hay sentencia lo remito a ella. En cuanto al tercero capítulo que se expone diciendo que todos los más días de la semana se la ha andado (folio 1v) banqueteando en esta ciudad con todos los más vecinos de ella según más largo en el dicho capitulo se contiene atento no estar probado le doy por libre y quito de él. Ítem, En cuanto al cuarto capítulo que se expone que el dicho presidente, cuando se corrían toros, andaba en el coso a caballo. La capa debajo del brazo y una garrocha en la mano en gran desautoridad del oficio que tenía. Doy le por libre y quito de él. En cuanto al quinto capítulo que se le pone diciendo que el licenciado Sanabria, a quien he proveído por juez de la residencia de la Margarita le envió desde la Margarita muchas gallinas y pavos y papagayos y micos y otras cosas en cantidad de más de doscientos pesos atento a nos está probado. Le doy por libre y quito de él. En cuanto al sexto capítulo que se expone diciendo que el dicho presidente sacó una menor que se decía Beatriz Adames de casa de Juan Daza, su tutor, y la trajo a su 178 CartasAudienciaII20111205.indd 178 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) casa y la hizo casar por la fuerza con un hijo de Ana Márquez según más largo en el dicho capítulo se contiene atento que no está probado lo doy por libre y quito de él. En cuanto al séptimo capítulo que se expone diciendo que teniendo doña Aldonza Manrique una menor hija de María de Mores en su casa el dicho presidente se la envió a pedir para casarla con un criado suyo y porque la dicha doña Aldonza no se la quiso dar le escribió una carta diciéndole que sin no se la daba, se la sacaría por fuerza según más largo que en el dicho capítulo se contiene. Atento a que no está probado le doy por libre y quito de él. Ítem, en cuanto al octavo capítulo que se le expone (folio 2) diciendo que cuando Esteban Dávila murió dejó por albaceas y tenedores de sus bienes y tutores de sus hijos al contador Álvaro Caballero para que entre tanto que Lázaro Bejarano a quien mandaba que se le diese la tutela y curaduría de sus hijos venía luego que murió el dicho Esteban Dávila contra la voluntad de sus tutores y por fuerza envió a la Nueva España por un cuñado suyo que se decía Juan de Montejo y le casó por fuerza con la dicha doña Elvira Dávila a pesar de sus deudos y tutores. Atento que no está probado le doy por libre y quito de él. En cuanto al noveno capítulo que se expone diciendo que teniendo el dicho presidente despachada una armada para ir contra los franceses, iba por capitán un sobrino suyo que se decía don Juan de Guzmán la dejó de despachar por ir a un banquete que se le hizo en Guibia según más largo en el dicho capítulo se contiene. Y atento que no está probado le doy por libre y quito del dicho capítulo. Ítem, en cuanto a los diez capítulos que se exponen diciendo que doña Catalina de Montejo, su mujer, dio a Alonso Pérez Martel, trescientos pesos en cuartos para que se los enviase de allá en oro fino, el cual se los envió y la dicha doña Catalina a ciento treinta por ciento según más largo en el dicho capítulo se contiene. Y visto que no está probado le doy por libre y quito del dicho capítulo. En cuanto a los once capítulos que se exponen diciendo que por lo dicho en el cargo precedente y por otras cosas que del dicho Alonso Pérez Martel se había aprovechado le mandó dar espera por cierto tiempo por deuda (folio 2v) que debía a su majestad. Visto que no está probado le doy por libre y quito del dicho capítulo. Ítem, en cuanto a los doce capítulos que se le hacen cargo diciendo que porque el deán y cabildo de la Santa Iglesia de esta ciudad recusaron al dicho presidente les hizo por fuerza traer el libro de su cabildo para ver aquellos que habían sido en el voto de le recusar y los trató mal de palabra según más largo en el dicho capítulo se contiene y los condenó a cada uno en cierta pena. Visto que no está probado le doy por libre y quito del dicho capítulo. Ítem, en cuanto a los trece capítulos que se expone diciendo que todo el tiempo que ha tenido en el dicho oficio de presidente ha sido muy remiso y negligente en no echar a los vagabundos de esta ciudad y por lo haber sido se han hecho grandes daños. Pongo le algunas culpas por ello la cual remito a su majestad y los señores del muy alto Consejo. Ítem, en cuanto al catorce capítulos que se exponen diciendo que doña Catalina de Montejo, mujer del dicho licenciado Maldonado y doña Leonor Verdugo, mujer 179 CartasAudienciaII20111205.indd 179 05/12/2011 01:51:38 p.m. Genaro Rodríguez Morel del doctor Escobar, fueron una noche a casa de Luis Sánchez Mercader, a mercar ciertas cosas y el dicho Luis Sánchez Mercader les dio gran colación y las mercaderías a muy gran parte menos que lo que valían. Visto que no está probado le doy por libre y quito del dicho capítulo. En cuanto a los quince capítulos que se exponen diciendo que el dicho presidente ha sido muy parcial en esta ciudad mostrándose a muchos muy íntimos amigos y a otros muy íntimo enemigos y que a los que sabían que escribían contra él al Rey procuraba por todas las vías que podía destruirlos. Visto que no está probado, le doy por libre y quito del capítulo. (Folio 3) En cuanto a los dieciséis capítulos que se exponen diciendo que habían escrito a su majestad, el cabildo y regimiento de esta ciudad que enviase residencia porque había muchos quejosos del dicho presidente los llamó a cada uno particularmente tomándole sus confesiones y diciéndoles deshonestos, palabras según más largamente se contiene en el dicho capítulo. Se ha visto que no está probado. Le doy por libre y quito del capítulo. Ítem, en cuanto a los diecisiete capítulos que se exponen diciendo que el dicho presidente ha procurado tomar las cartas que se envían a su majestad y las ha tomado y que de este miedo, muchas personas las han enviado en barrilitos de conserva y en otras cosas para que no se las tomasen. Le pongo alguna culpa por ello, la cual remito a su majestad y a los señores de su muy alto Consejo. En cuanto a los dieciocho capítulos que se exponen diciendo que el dicho presidente andaba con muchas mujeres casadas a quien él públicamente las tenía por amigas y que algunas personas que sabía que querían tener parte con algunas de ellas los mandaba prender especialmente a un León, escribano, y a Villafaña que andaba de noche disimulado con su espada y capa para el dicho efecto difamando las mujeres casadas. Visto que no está probado el dicho capítulo, le doy por libre y quito de él. En cuanto a los diecinueve capítulos que se exponen diciendo que ocho días antes de la navidad que ahora pasó del año de cincuenta y seis que jugaron en sus casas y de cada baraja de naipes que daban, sacaban cuatro pesos contado a dos reales. Según más largo en el dicho capítulo se ha visto que no está probado le doy por libre y quito de él. (Folio 3v) En cuanto a los veinte capítulos que se exponen diciendo que siendo preso en la cárcel un Lope Amado, escribano de su majestad, y Obregón, sastre, porque eran culpados en ciertos negros que faltaron de la nao de Francisco Carnero y siendo Melgarejo el que más culpa tenía de ello le nombró por fiscal según más largo en el dicho capítulo se ha visto que está probado. Le doy por libre y quito de él. Ítem, en cuanto a los veintiún capítulos que se exponen diciendo que Juan de Rojas, vecino de La Habana envió a doña Catalina de Montejo, más de dos mil pesos en oro y en reales de vino y otras mercaderías que le envió. Visto que no está probado le doy por libre y quito de él. En cuanto al veintidós capítulos que se exponen diciendo que el dicho presidente y doña Catalina de Montejo, su mujer, eran absolutos señores en lo espiritual 180 CartasAudienciaII20111205.indd 180 05/12/2011 01:51:38 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) yendo temporae y que un provincial de la orden de San Francisco quiso llevar consigo a fray Andrés de Manzanedo, que era confesor de la dicha doña Catalina y ella concertó con Pedro Menéndez, capitán que fue de la armada con Juan del Junco que le quitasen el dicho fraile y así se lo quitaron en un batel según más largo que el dicho capítulo se contiene. Visto que no está probado le doy por libre y quito de él. En cuanto al veintitrés capítulos que se le exponen diciendo que muchas personas les fueron a decir al dicho presidente, como Francisco de Pineda, escribano del cabildo, era casado en castilla y tenía mujer viva y le mostraron carta de ello siendo como era aquí casado y que por dádivas que le dio no le castigó , según más largo en el dicho capítulo se contiene. Declaró el dicho presidente haber tenido remisión en castigar al dicho Pineda. Remito a su majestad y a los señores de su muy alto Consejo. En cuanto a los veinticuatro capítulos que se exp (folio 4) ponen diciendo que el dicho presidente, y Alonso Hernández Melgarejo, han tenido una estancia de compañía con ciertos negros. Visto que no está probado le doy por libre y quito de él. En cuanto al veinticinco capítulos que se le ponen diciendo que el dicho presidente, un año, por el mes de julio del año cincuenta y seis fue con su mujer y el doctor Escobar, fiscal que fue de su majestad en casa de don Cristóbal Colón y le dio una muy brava colación. Visto que no está probado le doy por libre y quito de él. En cuanto al veintiséis capítulos que se expone diciendo que Pedro Vázquez de Ayllón dio a doña Catalina de Montejo, mujer del dicho presidente una cuenta de oro que no estaba acabada de hacer y lo que estaba hecho de la dicha cuenta valía más de doscientos pesos y se la dio sin hechura para que lo favoreciese en el pleito criminal que el dicho Mendo Ramírez trataba con el según más largo en el dicho capítulo se contiene. Visto que no estaba probado le doy por libre y quito de él. En cuanto a la veintisiete capítulos que se exponen diciendo que envió una provisión a Puerto Rico para sacar de poder de Luis Pérez de Lugo, contador, una menor que tenía hija de su mujer para traer a esta ciudad para casarla con un pariente suyo según más largo en el dicho capítulo se contiene. Visto que no estaba probado le di libertad y quite de él. En cuanto a los veintiocho capítulos que se le exponen diciendo que dijo en esta ciudad el año pasado que iba a visitar la tierra y se fue Nuestra Señora de la Altagracia, donde se le hicieron muy bravos banquetes según y como más largo en el (folio 4v) dicho capítulo se contiene y doy por libre y quito de él. En cuanto a los veintinueve capítulos que se exponen diciendo que por poner tasa a las mercaderías y las personas que la tenían no las querer dar los prendió y por eso y otros malos tratamientos que hacía a los mercaderes se han ido según más largo en el dicho capítulo se contiene doy por libre y quito de él. En cuanto a los treinta y un capítulos que se exponen diciendo que trajo a esta ciudad cuando vino un esclavo morisco que ahora tiene en casa y le tenía puesta tienda de herrador a la puerta de la casa real y lo pasó a esta parte sin licencia según más largo en el dicho capítulo se contiene. Doy le por libre y quito de él. En cuanto a los treinta y dos capítulos que se exponen diciendo que los reales que Juan de Rojas le envió de La Habana los vendió a quince cuartos más ha de dos 181 CartasAudienciaII20111205.indd 181 05/12/2011 01:51:38 p.m. Genaro Rodríguez Morel años y porque Jerónimo de Pedrálvarez los vendió a tomín hizo proceso contra el y lo condenó a cierta pena. Visto que no está probado le doy por libre y quito de el. Ítem, en cuanto a los treinta y tres capítulos que se exponen diciendo que teniendo el dicho Alonso Hernández Melgarejo y el dicho presidente una estancia y junto a ella tenía Diego de Aguilar cierta hacienda y los criados del dicho presidente con su favor le quemaron la casa y bohío que allí junto tenía. Visto que no está probado le doy por libre y quito del dicho capítulo. (Folio 5) En cuanto a los veinticuatro capítulos que se exponen diciendo que el dicho presidente ha sido remiso en la gobernación de la isla dejándola regir y gobernad a doña Catalina de Montejo, su mujer, y por ello ha venido a la tierra disminución y pérdida y porque sobre este caso está señalado en el capítulo trece de estos dichos capítulos le remito a él. En cuanto al treinta y cinco capítulos que se exponen diciendo que el licenciado Grajeda, oidor que fue de esta Real Chancillería presentó un cédula real ante el en que mandaba su majestad que no habiendo caso de residencia notables le volviese a dar la vara de oidor y el licenciado Grajeda no tuvo ninguno de los dichos cargos según más largo a dicho capítulo se contiene. Visto no estar probado dio por libre y quitó de él. En cuanto a los treinta y seis capítulos que se exponen diciendo que el dicho presidente por un delito a los unos condenaba y a los otros por el mismo delito los daba por libres por ser como ha sido uno de los más apasionados hombres que ha habido en estas partes y que ha regido y gobernado más por interés que no por leyes según más largo en el dicho capítulo se contiene. Remito a los veintitrés y treinta y cuatro capítulos antecedentes porque por ello está sentenciado en lo tocante a este capítulo. En los treinta y siete capítulos que se exponen diciendo que una noche fue a prender a Juan Lebrón y halló con el a un hermano de Iscar, el carnicero, y les llevó a la cárcel y les tomó las espadas sin haber cometido delito con ellas y dio la una de ellas a Miranda, un criado suyo y la otra a otro según que en el dicho capítulo más largo se contiene. Visto que (folio 5v) no está aprobado lo doy por libre y quito de él. En cuanto a la treinta y ocho Capítulos que se le ponen diciendo que Antón de la Torre le fue mandado por el dicho Alonso Maldonado y el doctor Escobar que so pena de mil pesos para la cámara de sus majestades no hubiese pasión ni enojo con Juan Gutiérrez porque habían habido muchas pasiones y porque quebrantó el dicho mando le condenó en los dichos mil pesos y en cierto destierro y el dicho Antón de la Torre después de esto le hizo un banquete en el acto de doña Aldonza y por esta causa le condenó en doscientos pesos y el alzó el destierro según más largo en el dicho capítulo se contiene. Visto que no está probado le doy por libre y quito de él. En cuanto a los treinta y nueve capítulos que se exponen diciendo que todos los pleitos y causas que se han tratado ante el dicho presidente contra Alonso Hernández Melgarejo ha tenido formas y maneras que nadie pudiese cobrar lo que el dicho Alonso Hernández Malgarejo debía proveyendo autos y sentencias contra todo derecho según más largo que en el dicho capítulo se contiene. Atento que no está probado doy por libre y quito de él. 182 CartasAudienciaII20111205.indd 182 05/12/2011 01:51:39 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) En cuanto a los cuarenta capítulos que se exponen diciendo que Jerónimo López le dio al dicho presidente y a doña Catalina Montejo, su mujer, cien cajas de azúcar de las que tenía cargadas en el navío Santi Espíritus ni al dicho Álvaro Díaz de Villalobos según más largo en el dicho capítulo se contiene. Visto que no está probado le doy por libre y quito de él. Ítem, en los cuarenta y un capítulos que se exponen diciendo que porque supo que los regidores (folio 6) escribían a vuestra majestad pidiendo residencia contra el como más largo en el cargo se contiene. Remito a los diez y seis capítulos porque en lo tocante a este capítulo está signado va acrecentado este capítulo porque se ha numerado el capítulo diez y ocho porque se había testado por impertinente y después a pedimento del dicho presidente fue mandado que el dicho Mendo Ramírez diese información. Y declaró el dicho presidente Alonso Maldonado haber dado buena cuenta y ejemplo con rectitud y buena vida y fama y así lo declaró por esta mi sentencia definitiva, juzgando el licenciado Zapata. En la ciudad de Santo Domingo que es en la isla Española en diez y siete de junio de 1559 años fue pronunciada esta sentencia por el dicho señor juez de residencia, siendo testigo don Cristóbal Colón y el capitán Pedroso y Alonso Suárez de Toledo vecinos de esta ciudad. Juan Antonio de Vílchez, escribano. Y después de lo que dicho es en el dicho día, mes y año dichos, yo el presente escribano notifique la dicha sentencia al dicho licenciado Maldonado en su persona el cual dijo que la oía, siendo testigo Juan Francisco de Rojas y Luis de Fuentes y Pedro Vázquez de Ayllón vecinos de esta ciudad. Juan Antonio de Vílchez, escribano. En este dicho día, mes y año dichos, yo el presente escribano notifique la dicha sentencia al dicho Mendo Ramírez en su persona el cual dijo que la oía, siendo testigo Rodrigo de Bastidas y Juan Lebrón y Juan Morán, vecinos y están en esta ciudad. Juan Antonio, escribano. Y de pedimento del dicho licenciado Alonso Maldonado y por mandato del señor licenciado Juan López de Cepeda, juez de (folio 6v) residencia de este testimonio y siendo presente por testigo y verlo sacar, corregir y concertar con el dicho original Juan de Salvartierra y Francisco Carrizo y Cristóbal Hernández, vecinos y estantes en esta dicha ciudad de Santo Domingo que se hizo en esta dicha ciudad de Santo Domingo, a 19 días del mes de julio del año de 1559. Y yo, Juan Antonio de Vílchez, tesorero de su majestad real, según que dicho es y por ende hice este mi signo. Juan Antonio Vílchez 183 CartasAudienciaII20111205.indd 183 05/12/2011 01:51:39 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 27, Nº 155 Santo Domingo, 6 de junio de 1561 Álvaro Caballero, contador general de su majestad en esta isla Española de la indias el mar océano, que por su mandado reside en esta ciudad de Santo Domingo. Doy fe y verdadero testimonio a los señores que la presente vieren como a 11 días del mes de mayo de este presente año de 1561 años entró y surgió en el río y puerto de esta ciudad la urca nombrada San Juan Bautista, maestre, Antonio de Paulo Corso y en las espaldas de dicho registro está una partida del tenor siguiente: Registró el dicho maestre Antonio Paolo Corso, que recibió y lleva en su poder de los muy magníficos señores, jueces y oficiales de su majestad de esta Casa de la Contratación de las Indias, tres pliegos de cartas signados y sellados. Que en el sobrescrito del uno de ello dice: Por el Rey a su presidente y oidores de la Audiencia Real de la isla Española y en el otro; por el Rey al licenciado Cepeda que por su mandado preside en la Audiencia Real de la isla Española. Y en el otro, por el Rey al licenciado Echagoyan, oidor de la Real Audiencia de la isla Española. Y el dicho maestre se obligó de llevar en las dicha su nao. Y que llevándole Dios en salvamento los dará y entregará a las personas a quien van y traerá certificación del entrego dentro de un año que corre desde el 25 de febrero de esta año so pena de 50 mil maravedíes Para la cámara y fisco de su majestad. Lo contrario haciendo y formó de su nombre: Antonio Paolo Corso. De lo cual, de pedimento del señor licenciado Juan de Echagoyan, oidor de su majestad y juez de residencia di la presente fe. Fecha en Santo Domingo, a 6 del mes de julio de 1561 años. Álvaro Caballero 184 CartasAudienciaII20111205.indd 184 05/12/2011 01:51:39 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 49, Ramo 27, Nº 156 Santo Domingo, (sin fecha) Los capítulos que parece se han de tomar y asentar con las personas que arrendare la cañafístola son los siguientes: Primeramente, que los vecinos y moradores de esta isla sean obligados a lealdato de la cañafístola que cogieren por estar en esta ciudad de Santo Domingo que la casa que el señalare para ello buena y lealdada que tal que se ha de dar y tomar excepto que los vecinos más cercanos de la villa de Puerto Plata y Santa María del Puerto estos la den en los dichos puertos a la persona que el arrendador allí señalare por tiempo de cuatro años primeros siguientes. Ítem, que se le den pesada con romana y con peso de labranza como el más quisiere y que los derechos que hubieren de llevar el lealdador por el lealdar y pesar lo pague el dueño de la dicha cañafístola. Ítem, que el precio que hubiere de pagar por la dicha cañafístola se lo han de dar en dinero contado, la mitad luego que se le entregue y la otra mitad dentro de cuatro meses a del corte siguiente. Ítem, que ningún vecino ni morador no pueda vender la dicha cañafístola a otra persona alguna ni la carga ni trocar ni cambiar ni enajenar so pena que haya perdido la cañafístola que así vendiere o cargare y más pague de pena veinte pesos de oro por cada vez (folio 1v) que lo hiciere la mitad para la cámara y fisco de su majestad y la otra mitad para el dicho arrendador. Ítem, que no le dará cañafístola ni aunque esté represada y vieja de otros años antes sino la que se hubiere cogido aquel año primero así los otros tres adelante y siguientes a lo que el arrendador se ha de obligar. Primeramente que recibirá en esta isla toda la cañafístola que cogieren los vecinos y moradores de ella en esta ciudad y en los otros puertos señalados y señalará a personas en casa donde se entregue por tiempo de cuatro años cumplidos primeros y siguientes que tomen cierta y lealdada y otra que sea de dad y tomad. Ítem, que asimismo recibirá toda la cañafístola que enviaren en las islas de San Juan y Cuba y Jamaica en esta isla dándosela y entregando en la casa que tuviere señalada para ello. Y si por caso no la trajere a esta isla y la llevare a la ciudad de Sevilla, que allí la reciba puesta en la casa y para ello tuviere señalada dándosela buena y lealdada y tal que sea de dad y tomad. Ítem, que si no hubiere de pagar por el quintal de la cañafístola lo dará y pagará de esta manera la mitad luego que recibiere la (folio 2) dicha cañafístola en dinero o descontado en la moneda que corriere y la otra mitad descontado de nuevo de cuatro meses adelante siguientes y que la cañafístola que así recibiere en Sevilla de las islas de San Juan y Cuba y Jamaica la paguen en la dicha ciudad de Sevilla de 185 CartasAudienciaII20111205.indd 185 05/12/2011 01:51:39 p.m. Genaro Rodríguez Morel contado de la manera dicha y más paguen y negocien quien la reciba los fletes de leal precio y según fueren concertado con los nuestros por los dueños de la dicha cañafístola. Ítem, que la persona que así arrendare la dicha cañafístola de fianzas llanas y abonadas en la dicha ciudad de Santo Domingo en cantidad de veinte mil pesos de oro a contento de los regidores de ella para que reciba la dicha cañafístola y pagará lo que montare cada año a los plazos y según va declarado so pena que si no lo cumplieren se tome a cambio sobre ellos para que lo pague en la ciudad de Sevilla y si en sevillano lo pagaren se tome a cambio para esta isla. Ítem, que si por cosa el dicho arrendador o la persona que en su nombre estuviere nombrado para recibir la dicha cañafístola no la quisiere recibir por alguna causa o nombrase que en tal caso depositando los dichos vecinos y moradores o a cualquiera de ellos la dicha cañafístola que así hubiere cogido y trajeren la dicha cañafístola que así hubiere cogido y trajere a la dicha casa del depósito lealdada que otra cualquier cosa del pueblo y sacándolo (folio 2v) por fe del escribano por virtud de la dicha se pueda escribir por lo que así montare que los bienes del dicho arrendador y de los oficiadores sin otras más diligencias y ellos sean obligados a los pagar. 186 CartasAudienciaII20111205.indd 186 05/12/2011 01:51:39 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo, I, Nº 1 Santo Domingo, 5 de septiembre de1561 Yo, Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad y de su Real Audiencia, que reside en la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, doy fe y verdadero testimonio a todos los señores que la presente vieren, cómo el muy magnífico señor, licenciado Juan de Echagoyan, oidor de su majestad en la Real Audiencia y juez de residencia en los negocios tocantes al licenciado Juan López de Cepeda, que por su majestad ha presidido en la Real Audiencia, mandó a mí, el dicho escribano de cámara, leyese intimase al muy magnífico señor el licenciado Pedro Sánchez de Angulo, oidor en la Real Audiencia, el requerimiento que de yuso se hace mención, el cual yo, el dicho Escribano con licenciado del dicho señor oidor le leí, al cual respondió que su tenor, uno en pos de otro, es el que sigue: Yo, el licenciado Echagoyan, oidor de su majestad en esta Real Audiencia de la Española y juez de residencia por comisión de su majestad, para lo tocante al licenciado Juan López de Cepeda, que en la dicha Audiencia ha presidido como oidor más antiguo, mando a vos, Antón Núñez, escribano de cámara de la Real Audiencia hagáis saber y lea al muy magnífico señor, licenciado Sánchez de Angulo, oidor de la Real Audiencia, que por cuanto bien sabe su merced que le he pedido y requerido así por escrito como de palabra que, pues, yo tomo la dicha residencia por comisión especial de su majestad, cuyo discurso ni ejecución no puede ni debe ser perturbado, ni impedido, ni por ninguna razón ni causa el dicho señor licenciado Angulo no se debe entremeter en ella, salvo de las sentencias que en la residencia pública se dieren, las cuales fueren a la Audiencia en grado de apelación; y sin embargo, de su majestad no ser juez competente, ni pertenecerle al conocimiento de esta causa, ha proveído y mandado a pedimento del dicho licenciado Cepeda acerca de los capítulos que Juan de Villoria de Quiñones puso, en que pidió el dicho licenciado Cepeda que los capítulos, que contuviesen lo mismo que los cargos que yo el dicho licenciado Echagoyan les hecho que se quitasen, y se hiciese solo un cargo como se contiene más largamente en la dicha petición, de cuya relación se colige que el dicho pedimento y proveimiento es de lo tocante a la dicha residencia secreta, porque caso negado que los capítulos puestos por el dicho Juan de Villoria, que por ser criminales y por procederse cerca de ellos no tuviesen la misma naturaleza que la residencia secreta para proveer cerca de lo pedido por el dicho licenciado Cepeda, es necesario conocer y ver es tocante a la dicha residencia secreta, a cuya causa y por otros proveimientos que antes de éste ha hecho el dicho señor licenciado Angulo yo soy perturbado e impedido para proceder en la dicha residencia, y no se cumple lo que su majestad manda, a 187 CartasAudienciaII20111205.indd 187 05/12/2011 01:51:39 p.m. Genaro Rodríguez Morel donde yo tengo necesidad de ocurrir a dar noticia; por tanto dijo que no haciendo alguno, lo que es en sí ninguno, apelaba y apelo del dicho señor licenciado Angulo y de todo lo por su merced proveído y mandado, y proveyere y mandare, en la dicha razón, apelando asimismo de haber mandado por la dicha causa y razón prender a Rodrigo Peláez, escribano de la dicha Real Audiencia, interponiendo (folio 1v) apelación para ante su majestad y para ante quien y con derecho deba, ante quien protestaba y protesto decir y alegar todo lo demás que convenga al servicio de su majestad, que había ya aquí por expreso, y del dicho proveimiento y proveimientos mandando a mí, el presente escribano, se lo de por testimonio so pena de mil pesos para la cámara de su majestad, ante quien se quejará y dará relación, en caso de que se le deniegue y no dándole los dichos testimonios; y lo pidió por testimonio el licenciado Echagoyan. En la ciudad de Santo Domingo, en la Real Audiencia de ella, a cinco días del mes de septiembre de mil y quinientos y sesenta y un años, yo Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad y de la dicha Real Audiencia de ella, y mandado del muy magnífico señor licenciado Pedro Sánchez de Angulo, oidor más antiguo de la Real Audiencia, y que como tal preside en ella, la cual yo, el dicho escribano, le pedí, notifiqué y leí al dicho señor licenciado Angulo el requerimiento arriba contenido, de pedimento y mandado del muy magnífico señor licenciado Juan de Echagoyan, oidor de la Real Audiencia y juez de residencia del licenciado Juan López de Cepeda, el cual, habiéndolo entendido, respondió que él hasta ahora no se ha entremetido en impedir la ejecución de la comisión, que tiene el señor licenciado Echagoyan para tomar residencia al licenciado Juan López de Cepeda, que por mandado de su majestad presidió en ésta Real Audiencia; ni tal cosa se debe presumir de quien manifiesta noticia tiene en todo dado de verdadero y fiel criado de su majestad y celoso de cumplir, con sus pocas fuerzas y saber, los mandamientos reales; y que en cuanto el señor licenciado Echagoyan afirma ser su intención desobedecerlos e impedir la ejecución de ellos, no es verdadera; lo cual dice por estos términos, defendiéndose en la forma que el derecho permite; y que su merced es el que se impide, pues a cabo de tres meses que se publicó la Residencia, o cerca de cuatro, no ha hecho más que dar los cargos, en lo cual se refiere a la dicha Residencia y proceso de ella, y que lo que él tiene proveído, que el señor licenciado llama impedir, es mandar que el escribano de residencia venga a hacer relación a esta Real Audiencia de cierto agravio, de que apeló el licenciado Cepeda en una acusación criminal de muchos capítulos, que por criminal acusación puso, contra el licenciado Cepeda, Juan de Villoria, vecino de esta ciudad; de la cual se dio traslado al dicho licenciado, y él respondió, y el pleito se recibió a prueba; de manera que es de [demanda] criminal entre partes, en las cuales la apelación está remitida a esta Audiencia, como consta por una Provisión Real del año de mil y quinientos veintiséis, que está en el libro de las Ordenanzas de esta dicha Audiencia, a hoja cincuenta y una, cuyo tenor mandó a mí, el dicho escribano, vaya juntamente con esta su respuesta, y que no se de sin (folio 2) el dicho tenor so pena de suspensión de oficio de escribano de cámara por cuatro años, y que 188 CartasAudienciaII20111205.indd 188 05/12/2011 01:51:39 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) en el proveimiento que hizo declaro que no trajese el escribano en relación cosa que fuese de la Secreta Residencia, el cual proveimiento, so la dicha pena, mando que en esta su respuesta fuese una fe y testimonio; y que, si siendo la apelación de la definitiva en semejantes demandas y acusaciones para la Audiencia, lo será de autos interlocutorios, que el derecho habla, que es a todos tan notorio; y esto dijo, que daba por su respuesta, y pidió de ello testimonio y en pública firma ante que salga de la Audiencia hoy, seis de septiembre de mil y quinientos y sesenta y un años; de lo cual fueron puestos por testigos Pedro Núñez Arias y Nicolás López y Diego de Herrera, escribanos de cámara y de esta Real Audiencia; el licenciado Pedro Sánchez de Angulo. Pasó ante mí, Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. Y yo, el dicho Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad, en cumplimiento de lo respondido y mandado por el dicho señor, Pedro Sánchez de Angulo, licenciado, oidor de su majestad susodicho, hice sacar del dicho libro de la Real Audiencia la dicha provisión contenida en la respuesta del dicho señor, licenciado Angulo, que está en el dicho libro de provisiones, a hoja cincuenta y una, y de los dichos proveimientos a las dichas peticiones su tenor de lo cual, uno en pos de otro, es esto que se sigue: Yo, Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad y de esta Real Audiencia, que por su mandado reside en la ciudad de Santo Domingo, de la isla Española, doy fe y verdadero testimonio a todos los señores, que la presente vieren, cómo en un libro, donde se asientan las cédulas y provisiones reales de su majestad, que hablan en las cosas tocantes a su real servicio, que está en poder de los señores presidentes y oidores de la dicha Real Audiencia, entre las otras cédulas y provisiones que en el dicho libro están asentadas, está una cuyo tenor es este que se sigue: Don Carlos, por la Gracia de Dios Rey de romanos, emperador semper augusto, doña Juana, su madre y el mismo don Carlos por la misma gracia, reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de los reinos de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canarias, de las Islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano; condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina; duques de Atenas y de Neopatria; condes del Ruisellón y de Cerdenia, marqueses de Oristán y de Gociano; archiduques de Austria; duques de (folio 2v) Borgoña y de Bravante; condes de Flandes y de Tirol, etc. Por cuanto Nos hubimos mandado dar y dimos una nuestra carta, firmada de mí, el rey, y sellada con nuestro sello, su tenor de la cual es este que se sigue: Don Carlos, por la gracia de Dios Rey de romanos, emperador Semper Augusto, doña Juana, su Madre y es mismo don Carlos por la misma gracia, reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de los Reinos de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canarias, de las Islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano; condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina; duques de Atenas y de Neopatria; 189 CartasAudienciaII20111205.indd 189 05/12/2011 01:51:39 p.m. Genaro Rodríguez Morel condes del Ruisellón y de Cerdenia, Marqueses de Oristán y de Gociano; archiduques de Austria; duques de Borgoña y de Brabante; condes de Flandes y de Tirol, y otros; por cuanto a nos es hecha relación que a causa de venir todas las apelaciones, que se interponen de los jueces de residencia, que para las Indias del mar Océano se han proveído y se proveen para tomar Residencia a los gobernadores y justicias que en ellas han sido y son, al nuestro Concejo en grado de apelación, para que allí se vean y fenezcan los vecinos y pobladores de las dichas Indias reciben mucho agravio y daños, porque por ser muchas las demandas, que se ponen a los dichos jueces y justicias en las dichas residencias, de poca cantidad y la distancia del camino larga, aunque claramente conocen haber justicia, por las muchas costas y gastos que se les ofrecen, dejan de seguir las dichas causas y así su justicia parece de que los dichos vecinos reciben mucho agravio y daño y nos fue suplicado y pedido por merced mandásemos proveer en ello de remediación justa o como la nuestra merced fuese; lo cual, visto en el nuestro Consejo de las Indias, queriendo proveer en ello de manera que los nuestros súbditos y naturales sean desagraviados y alcancen justicia fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra carta en la dicha razón, y nos tuvímoslo por bien, para la cual queremos e mandamos y la nuestra merced y voluntad que de aquí adelante todas las apelaciones que se interpusieren en casos de Residencia a los jueces de residencia, que por Nos han sido y fueren proveídos para las dichas islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano hasta seiscientos pesos de oro y desde abajo vayan a la nuestra Audiencia y Chancillería que está y reside en la isla Española, para que allí se vea por el nuestro presidente y oidores de ella, y hagan lo que sea justicia, a los cuales cometemos y damos poder cumplido para determinar (folio 3) los dichos casos de apelación, que en caso de residencia se interpusieren hasta la dicha cuantía de los dichos seiscientos pesos de oro; esto se manda también en las demandas que hasta ahora han sido puestas ante los jueces, que han sido por nos proveídos, que no estén fenecidos ni determinados, como de los que adelante se proveyeren; y porque esto venga a noticia de todos, mandamos que esta nuestra carta sea pregonada en las dichas Indias de la mar Océano e islas y Tierra Firme del mar Océano. Dada en la villa de Valladolid a diez días del mes de junio, año del nacimiento de nuestro salvador Jesús Cristo de mil y quinientos y veintitrés años. Yo El Rey y yo Francisco de los Cobos, secretario de su cesárea y católica majestad, lo hice escribir por su mandado. Hernando de Vega, comendador mayor. Carvajal. El doctor Beltrán. Registrada Juan de Samano; Urbina, por canciller, y porque la nuestra voluntad es que la dicha provisión no se entienda en lo que toca a las condenaciones que se hicieren por los dichos jueces de residencia, a pedimento de nuestro procurador fiscal, ni de oficios, mandamos dar esta nuestra carta en la dicha razón; por la cual mandamos y declaramos que, sin embargo de la dicha provisión las apelaciones que se interpusieren de los dichos nuestros jueces de residencia en los pleitos y negocios y causas, así civiles como criminales, que procedieren o a pedimento de nuestro público fiscal en nombre de nuestra cámara y fisco, o de oficio, vengan 190 CartasAudienciaII20111205.indd 190 05/12/2011 01:51:39 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) al nuestro consejo de las Indias y no a la dicha Audiencia, ni a otra parte alguna; pero en las apelaciones de causas entre partes se guarde la dicha provisión como en ella se contiene, porque lo susodicho sea notorio y ninguno de ello pueda pretender ignorancia, mandamos que esta nuestra carta sea pregonada públicamente en las plazas y mercados y otros lugares acostumbrados de las ciudades, villas y lugares de las dichas islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano por pregonero ante escribano público. Dada en Granada a diez y siete días del mes de noviembre, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesúcristo de mil e quinientos veinte y seis años; Yo El Rey; Yo, Francisco de los Cobos, secretario de su cesárea y católica majestad. La hice y escribí por su mandado, escribano público. Registrada, Juan de Samano, Antón Gallo, Chanciller. La cual, dicha provisión real, hice sacar del dicho libro de su majestad, a que me refiero, la cual está cierta y verdadera y concertada con el dicho original del dicho libro de donde la saqué, siendo presentes por testigos Gaspar Pérez y Agustín Bernáldez y Juan Castellanos, vecinos y estantes en esta dicha ciudad, en testimonio de lo cual lo firmé de mi nombre, Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. (Folio 3v) Asimismo, doy fe yo, el dicho Antón Núñez, que a tres peticiones que presentó el dicho licenciado Cepeda, que por su majestad presidió en la dicha Real Audiencia, en acuerdo ante los señores presidente, oidores e por ante mí, el dicho escribano de cámara, se proveyó lo siguiente: Vista esta petición por los señores presidente y oidores, dijeron que siendo acusación pública la de Juan de Villoria, venga el escribano a hacer relación el jueves al acuerdo, mandose que venga luego a hacer relación a la sala; y así lo proveyeron y mandaron a veinte de agosto de mil y quinientos sesenta y un años; Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. Vista esta petición y lo en ella pedido por los señores presidente y oidores dijeron que venga el escribano a hacer relación de esta querella pública en este artículo el primero día de Audiencia, so pena de veinte castellanos y que cualquiera, que por él fuere requerido, intimé al juez de residencia los requerimientos que el licenciado Cepeda le quisiere hacer tocantes al despacho de su residencia, so pena de cincuenta pesos; fue proveído por los señores presidente y oidores en veinte y cinco de agosto de mil y quinientos y sesenta y un años. Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. Vista esta petición por los señores presidente y oidores mandaron que venga a hacer relación como está proveído, solamente de los autos de la querella pública, que Juan de Villoria puso en residencia contra el licenciado Cepeda; y sea para la primera, y no viniendo, póngase un alguacil en la cárcel, lo cual fue proveído por los señores presidente y oidores en dos de septiembre de mil y quinientos y sesenta y un años, en acuerdo donde la presentó. Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. Los cuales dichos proveimientos con las peticiones, que sobre lo susodicho [pedimento], el dicho licenciado Cepeda quedan en mi poder originalmente a que me refiero en testimonio de lo cual lo firme de mi mano en Santo Domingo a cinco 191 CartasAudienciaII20111205.indd 191 05/12/2011 01:51:39 p.m. Genaro Rodríguez Morel de septiembre de mil e quinientos e sesenta y un años; Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. Y yo, Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad lo hice escribir según que ante mi pasó y lo (folio 4) hice sacar del original que queda en mi poder con el cual lo corregí y concerté a que me refiero de pedimento y mandado de los señores presidente y oidores de la Real Audiencia. E hice aquí este mi signo que es a tal. En testimonio de verdad. Antón Núñez, escribano de cámara de su majestad. 192 CartasAudienciaII20111205.indd 192 05/12/2011 01:51:39 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo, I, Nº 1a Santo Domingo, 18 de marzo de 1562 Testimonio que envía el licenciado Echagoyan en lo que toca a la residencia que toma al licenciado Cepeda. Para agregar a la residencia del licenciado Cepeda, presidente que fue de la Audiencia de Santo Domingo. En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo, del puerto de esta isla Española de las Indias del mar Océano, en diez y ocho días del mes de marzo, año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mil quinientos sesenta y dos años; de pedimento de Alonso Hernández de Segura, procurador de cortes y procurador que dijo ser del señor licenciado, Juan López de Cepeda, yo, Diego de Medina, escribano público de esta dicha ciudad, notifiqué un escrito de requerimiento al muy magnífico señor, licenciado Echegoyen, oidor en la Real Audiencia que por su majestad está e reside en esta dicha ciudad, y juez de residencia de el dicho licenciado Cepeda, la cual le toma por mandado de su majestad, su tenor del cual dicho requerimiento con un escrito, que presentó el dicho Alonso Hernández de Segura en el dicho nombre ante el dicho señor licenciado; el cual fue presentado ante Rodrigo Hernández, receptor de su majestad y de su Real Audiencia de esta dicha ciudad, su tenor del cual con las dichas respuestas e autos, que sobre ello se mandaron poner por testimonio, uno en pos de otro, es esto que sigue: Yo que presente estáis: dadme por testimonio en manera que haga fe, como debajo de las protestaciones, recusaciones y apelaciones por mí hechas e repetidas en esta mi residencia, que aquí e por expresas, pido e requiero al muy magnífico señor, el licenciado Echagoyan, oidor de esta Real Audiencia, a quien su majestad tiene cometida mi residencia, juntamente con el muy magnífico señor doctor Cáceres de Ovando, oidor asimismo (folio 1v) de esta dicha Real Audiencia, que por cuanto ayer martes, que se contaron diez y siete días del presente mes de marzo, yo le pedí y requerí con una petición que presenté para el efecto en ella contenido una cédula de su majestad, que juntándose con el dicho señor doctor Cáceres, procediese en la dicha mi residencia debajo de las dichas protestaciones y en ejecución de la dicha real cédula, me señalase término competente para mis descargos, como su majestad por ella manda; e así mismo señalase hora para mi audiencia, a lo cual el dicho señor licenciado respondió: que no quería oír la dicha mi petición diciendo que tenía escribano de residencia, ante quien se había de presentar, usando contra mí debajo de impertinentes excusas de las vejaciones acostumbradas, para que acabe de consumir y gastar lo que me queda, y a fin que no vaya a servir a su majestad e ganar el salario, de que me tiene hecho merced por 193 CartasAudienciaII20111205.indd 193 05/12/2011 01:51:39 p.m. Genaro Rodríguez Morel su oidor más antiguo de la Audiencia Real del Nuevo Reino de Granada; ahora le torno a pedir e requerir debajo de las dichas mis protestaciones, apelaciones e recusaciones e nulidades por mí alegadas, que, en ejecución e cumplimiento de la dicha real cédula, me señalase, juntamente con el dicho señor doctor Cáceres, escribano sin sospecha, ante quien se prosiga mi residencia, atento que Rodrigo Peláez, a quien su merced nombró por escribano de ella, está legítimamente recusado por causas y razones que totalmente le quita el uso y ejercicio de el dicho oficio; e así está declarado por el (folio 2) dicho señor doctor Cáceres suyo es acompañado de más de lo cual porque el dicho Rodrigo Peláez anda ausentado por delitos de desacato que ha hecho e cometido contra esta Real Audiencia, cuyo delito no es justo que redunde en tanto cause daño de mi persona y hacienda; y así mismo, debajo de las dichas mis protestaciones, le pido y requiero que, juntamente con el dicho señor doctor Cepeda, me señale término competente para los dichos mis descargos y hora para el audiencia, que se me debe dar porque, haciendo lo por mi pedido e requerido, así mismo hará justicia; y haciendo lo contrario, seré y soy notoriamente agraviado; y como persona que recibe el dicho agravio y molestia, protesto contra su merced del dicho señor licenciado Echagoyan las costas, daños y intereses y menoscabos, que me siguen y en cualquier manera se me siguieren por la denegación de la justicia, que pido; y si, como así lo pido y requiero, vos el dicho escribano darme testimonio en forma; y a los presentes ruego que sean de todo testigos, el licenciado Lorenzo Bernáldez. Visto el dicho requerimiento por el dicho señor juez de residencia, dijo que pedía y pidió traslado de él, e que responderá; siendo testigos Agustín de Echagoyan y Miguel de Luzón. Muy magníficos señores: Alonso Hernández de Segura, en nombre de el licenciado Cepeda, que por mandado de su majestad presidió en esta Chancillería, digo que ha diez meses que mi parte comenzó a dar su residencia, y pasado el término de la pesquisa secreta, todo el cual se (folio 2v) consumió en hacerme cargo y en tomar la dicha pesquisa, Rodrigo Peláez, escribano nombrado para ella por el señor licenciado Echagoyan, juez de residencia contra mi parte, ha estado ausente por delitos que cometió de desacatos contra esta Chancillería, y lo anda al presente, de suerte que no ha podido ni puede ser habido, para dar cuenta de muchos papeles que en su poder tiene, que hace al propósito de esta residencia, y que mucho importan a la justicia de mi parte; y en todo este tiempo, que han sido más de ocho meses, vuestra merced no me ha querido oír, ni señalar escribano ante quien me descargase, de que he recibido notable daño; y al derecho de mi parte conviene que el dicho Rodrigo Peláez parezca ante vuestras mercedes a dar cuenta de los dichos papeles para que pueda mi parte proseguir sus descargos y fenecer su residencia. A vuestras mercedes pido en público, debajo de las protestaciones, apelaciones y recusaciones y nulidades por mí hechas y alegadas, manden al dicho Rodrigo Peláez que aparezca personalmente ante vuestras mercedes, a dar cuenta de los dichos papeles y recaudos, que en su poder tiene y ante él han pasado; y no lo haciendo sea llamado por pregones; y desde luego, se nombre otro escribano 194 CartasAudienciaII20111205.indd 194 05/12/2011 01:51:39 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) ante quien pasen mis descargos, como pedido tengo; e pido justicia, el licenciado Lorenzo Bernáldez. En la ciudad de Santo Domingo, en diez y ocho días del mes de marzo de mil quinientos sesenta y dos años (folio 3). Ante el muy magnífico señor licenciado Echagoyan, juez de residencia y oidor por su majestad y en esta su Real Audiencia pareció Alonso Hernández de Segura, procurador de corte, y procurador que dijo ser del licenciado Cepeda, y presentó esta petición; y leída y vista por el señor oidor y juez de residencia, dijo que antes diga ejercer de secretario y ante escribano real la parte del licenciado Cepeda tiene presentadas dos peticiones y a ninguna de ellas se ha respondido, que se junten todas y que él responderá a todo, y se hará en el caso justicia. Rodrigo Hernández, escribano e receptor. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a veinte y siete días del mes de septiembre de mil e quinientos e sesenta e un años, Pedro de Alceybar, alguacil de esta corte dio y entregó a mí, el infrascrito Nicolás López, un jarro de plata redondo con un asa y por medio tiene una cenefa cincelada, el cual me dio que lo tuviese en depósito, por mandado del muy magnífico señor, el licenciado Pedro Sánchez de Angulo, oidor de su majestad, que era una prenda que se había sacado y Rodrigo Peláez, escribano de la residencia del señor licenciado Cepeda, que por mandado de su majestad le toma el señor licenciado Echagoyan, oidor de su majestad, por treinta pesos de oro de pena, en que había incurrido el dicho Rodrigo Peláez, y lo firmó aquí el dicho Alguacil y yo, el dicho secretario, Nicolás López. Después de lo susodicho, en la ciudad de Santo (folio 3v) Domingo a dos días del mes de octubre de mil quinientos sesenta y un años, los señores presidente y oidores mandaron que el dicho jarro de plata se vendiese en pública almoneda y los dineros de los dichos treinta pesos de pena puesta contra el dicho Rodrigo Peláez se pusiesen en depósito en poder de mí el de dicho secretario, Nicolás López, para los dar a las partes y a las personas que por los dichos señores me fuere mandado proveerlo en este auto los muy magníficos señores, el licenciado Pedro Sánchez de Angulo y el doctor Cáceres. En este dicho día, mes y año susodichos, en cumplimiento de lo proveído y mandado por los señores presidente y oidores, Juan de Santa María, pregonero público de esta ciudad, trajo en venta y pública almoneda a el dicho jarro de plata, de suso contenido, y estando presente Gaspar de Medina, lo puso en treinta pesos de oro como está, y por no haber otro mayor ponedor se le remató en los dichos treinta pesos de oro; y luego recibió en su poder el dicho jarro de plata de mano de mí, el dicho secretario, y lo firmó de su nombre; y quedó y se obligó de me dar luego los treinta pesos de oro; testigos: el dicho pregonero y Agustín de Quirós y el secretario, Antón Núñez, Gaspar de Medina; pasó ante mí, Nicolás López, escribano de cámara de su majestad. Nos, el presidente y oidores de esta Real Audiencia y Chancillería, que en esta ciudad reside, mandamos a vos, el Alguacil Mayor de esta Corte, o vuestro lugarteniente, que luego llevéis a casa del bachiller Alonso (folio 4) Rodríguez a Rodrigo Peláez, escribano de la residencia, y allí entregue a Diego de Herrera, receptor de 195 CartasAudienciaII20111205.indd 195 05/12/2011 01:51:40 p.m. Genaro Rodríguez Morel esta Real Audiencia, el proceso que se ha hecho en la dicha residencia contra el dicho Juan Antonio de Vílches, de que está para ante nos apelado; y si luego no lo diese le pones en la cárcel real de esta corte con un par de grillos y no hagáis ende al; hecho a diez y seis de septiembre de mil quinientos sesenta y un años; el licenciado Pedro Sánchez de Angulo, el doctor Cáceres; yo Diego de Herrera, escribano de su majestad, lo hice escribir por mandado de su presidente y oidores. En la ciudad de Santo Domingo, a diez y siete días del mes de septiembre de mil quinientos sesenta y un años, Pedro de Alceybar, teniente de Alguacil Mayor de esta corte, en cumplimiento de este mandamiento, de esta otra parte contenido, requirió a Rodrigo Peláez, escribano en la residencia que se toma al licenciado Juan López de Cepeda, con facultad de su majestad por el señor licenciado Echagoyan, oidor de esta Real Audiencia, que entregase el proceso, que esta manda me hace mención, ordenó que lo pondría en la cárcel como su majestad lo manda por este mandamiento, y habiéndoselo requerido, el dicho Rodrigo Peláez dijo que por un mandamiento, de que hizo demostración, firmado de el dicho señor licenciado Echagoyan, le está mandado que no entregue el dicho proceso, so pena de mil pesos, según se contiene en el dicho mandamiento; y que quiere obedecer lo mandado por los dichos señores presidente y oidores como lo mandan por su mandamiento (folio 4v) y en cumplimiento de ello, el dicho Pedro de Alceybar lo hizo en la cárcel real de esta corte, y le hizo unos grillos, y lo encomendó al alcaide de esta cárcel real, de que yo, el escribano yuso escrito, doy fe, de lo cual fueron testigos Ruy Fernández de Fuenmayor y Hernando de Brenes, escribano público, y Diego de Enciso, vecinos y estantes en esta dicha ciudad; pasó ante mí, Rodrigo Peñalosa, escribano. Y yo Diego de Herrera, escribano de su majestad e de la su Real Audiencia, que por mandado en esta ciudad de Santo Domingo, de la isla Española, reside, doy fe cómo ante mí pareció el muy magnífico señor, el licenciado Juan López de Cepeda, y presentó una cédula real de su majestad, con una petición, su tenor de lo cual dice en esta guisa: Muy magníficos señores: el licenciado Cepeda, que por mandado de su majestad presidió en esta Real Audiencia, con protestación que en todas cosas hago de no me apartar como no me aparto de la notoria nulidad que tengo alegada contra todo el proceso de residencia, que contra mí se ha hecho; antes afirmándome en ella y si necesario es protestándola de nuevo, como lo protesto, digo que su majestad a mi suplicación y pedimiento mandó despachar esta real cédula, de que ante vuesas mercedes hago juntación, por la que se manda que ambos a dos juntamente procesan en la dicha mi residencia, dándome término competente para mis descargos, como por su tenor parece que me refiero, a vuesas mercedes (folio 5 ) pido y suplico la hayan por presentada e la manden poner en el proceso de la mi residencia, dejándome un traslado de la dicha real cédula en pública forma; y administrándome justicia me asignen y den término suficiente para mis descargos; y señalen hora y lugar para recibir los testigos, que por mi parte fueren presentados; y para hacerme audiencia, en la cual pueda pedir y pida ante vuesas mercedes justicia, para lo cual y 196 CartasAudienciaII20111205.indd 196 05/12/2011 01:51:40 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) en lo necesario, el muy magnífico oficio de vuesas mercedes imploro y pido justicia y las costas; el licenciado Cepeda. En la ciudad de Santo Domingo de la Española, diez e siete días del mes de marzo de mil quinientos sesenta y dos años; la presentó el señor licenciado Cepeda con la cédula de su majestad ante mí, Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad, y pidió lo lea y represente ante los muy magníficos señores, el licenciado Echagoyan y doctor Cáceres, a quien viene dirigida, y de su pedimiento, yo, el dicho escribano de cámara, se lo mostré al dicho señor licenciado Echagoyan, el cual lo tomó en su mano y lo leyó; el oidor dijo que lo presente ante el escribano de la residencia, que para ello tiene, y que responderá; testigo, el secretario López y el general Juan de Ojeda. En este día y en el año, de cámara de su majestad lo presentó ante el muy magnífico señor doctor (folio 5v) Cáceres de vuesa merced el dicho señor licenciado Cepeda, y pidiólo en la petición y cédula de su majestad contenido, y el dicho señor doctor Cáceres dijo que lo oía. El Rey Licenciado Echagoyan, oidor de la nuestra Audiencia Real de la isla Española; por parte del licenciado Juan López de Cepeda, que por nuestro mandado ha presidido en esa Audiencia, me ha sido hecha relación que vos, por virtud de la comisión que se os envió, le habéis comenzado a tomar residencia del tiempo, que ha servido del dicho su oficio, el cual le tomaba tan apasionadamente que si no lo mandábamos remediar recibiría muy gran daño y sería injustamente molestado; porque para hacer la dicha residencia procurabades de buscar los testigos, que eran sus enemigos y que le querían mal e le tenían mala voluntad, por haber hecho justicia en sus causas, a los cuales persuadíades que dijesen en sus dichos más de lo que sabían y podían decir con verdad; y habiendo de tomar los que no tuviesen pasión ni enemistad; y que viendo que tan claramente mostrabades la enemistad que teníades con él y los agravios que le hacíades, os había recusado y pedido que os acompañase con personas sin sospecha, conforme a la ley, para que pudiese dar sus descargos, lo cual habíades querido hacer sino con sus enemigos y con un bachiller Tostado (folio 6) abogado y deudor de sus enemigos, según había sido en orden de capítulos contra él, y que sobre ello había concurrido a su Audiencia para que lo mandase remediar e proveyesen que tomasedes, acompañado conforme a la ley con persona sin sospecha; y que, aunque ello habían mandado, no lo habíades querido hacer hasta el punto que se querían partir los navíos para estos reinos; que nombraste al doctor Cáceres, oidor de esa Audiencia por tener ocasión que si se quejase, constase que le teníades nombrado, y poder enviar ante nos los cargos, que le habíades hecho sin estar probados, y antes que él diese sus descargos, como todo dijo constaba y parecía por ciertos testimonios de que ante los del nuestro Consejo de las Indias fuese hecha presentación, suplicándome porque ante vos no esperaba alcanzar justicia, mandásemos cometer la dicha residencia a otra persona sin sospecha, que se la tomase sin 197 CartasAudienciaII20111205.indd 197 05/12/2011 01:51:40 p.m. Genaro Rodríguez Morel pasión, para que pudiese ante él sus descargos dar; o lo demás que le conviniese; o que os acompañasedes con el dicho doctor Cáceres, que es persona sin sospecha, porque entrambos se la tomasedes, y no el uno sin el otro; y acabada, la enviasedes al nuestro Consejo de las Indias, y le entregase devuelta sus despachos para que pudiese ir del Nuevo Reino a servir su oficio, o como la mi merced fuese; lo cual, todo visto por los del nuestro Consejo de las Indias, fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra cédula para vos; y yo lo tuve por bien, porque vos mando que (folio 6v) veáis lo susodicho, y juntamente con el dicho doctor Cáceres, a quien tomaste por acompañado, procedáis en la dicha causa y residencia, y recibiendo sus descargos a el dicho licenciado Cepeda y dándole término para descargarse, que para ello por la presente vos doy poder cumplido, y si es necesario comisión de nuevo no embargante, que sea pasado el término que se os dio para tomar la dicha residencia, e no hagáis más de allá, por alguna manera; dada en Madrid a veinte y tres de noviembre de mil quinientos sesenta y un años; Yo, el Rey; por mandado de su majestad, Francisco de Eraso. En fe de lo cual di lo presente, que es fecha, en el dicho día, mes y año susodicho; va testado para entrambos, a dos no le empezca; yo, Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad. Muy magnífico señor: el licenciado Cepeda, que por mandado de su majestad ha presidido en esta Real Audiencia, debajo de las protestaciones, apelaciones y recusaciones y nulidades por mí alegadas en esta residencia, digo: que muchas veces he pedido y requerido a vuesas mercedes tome mis descargos con su acompañado ante escribano sin sospecha, pues el señor doctor Cáceres ha declarado como recusado a Rodrigo Peláez, escribano que ha sido en la dicha residencia e inhibido en el dicho oficio, por la enemistad y demás causas que tengo expresadas; y vuesa merced ha mandado que pasen mis descargos ante el dicho Rodrigo Peláez y no ha querido admitir petición alguna (folio 7) sino ante él y ansí lo ha proveído por auto, de todo lo cual, salvo el derecho de la nulidad, tengo apelado; y no embargante que por los señores presidente y oidores se ha mandado que se lleven los autos en relación para proveer justicia en la causa, vuesa merced ha tomado los autos y los tiene en su poder y no los quiere dar a efecto de me molestar, como en todo lo ha hecho e hace; y porque yo no me descargue, y esté haciendo aquí muchas costas detenido y no vaya a servir a su majestad en el oficio, que me tiene proveído; por tanto, le pido y requiero, una y dos y tres veces y todas las demás que de derecho soy obligado, luego entregue todos los autos de que tengo apelado a uno de los secretarios de esta Real Audiencia para que haga relación de ellos, conforme a lo que está proveído; y no lo haciendo ansí protesto contra vuesa merced y sus bienes de más de lo que tengo protestado. Todo lo que en esta ciudad gastare en todo el tiempo que esta causa me dilatare por semejantes vías y expediciones; y protesto más los salarios que pierdo y dejo de ganar en mi oficio de la moneda, que me es mandado pagar, y protesto todo lo que más pueda y protestar me conviene, y pídolo por testimonio, el licenciado Cepeda. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a veinte y tres días del mes de septiembre de mil quinientos sesenta y un años, visto este escrito por el muy 198 CartasAudienciaII20111205.indd 198 05/12/2011 01:51:40 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) magnífico señor, el licenciado Juan de Echagoyan, oidor de su majestad y juez de residencia, dijo que en respuesta de el dicho es- (folio 7v) crito, que por mí, Juan de Angulo, escribano público de esta ciudad le fue leído al señor licenciado, cuyo original queda en poder de mí, el dicho Escribano, dijo que muchas veces ha respondido el dicho señor licenciado Echagoyan a los pedimentos hechos por el dicho licenciado Cepeda de cómo tiene escribano de residencia nombrado, que es a Rodrigo Peláez, y que antes el y su acompañado presentase sus descargos; y esto ha respondido muchas veces, tanto que se le ha pasado a el dicho licenciado Cepeda el término y términos, que se le han dado; el dicho Rodrigo Peláez recusó al señor doctor Cáceres; y el dicho señor licenciado Echagoyan proveyó un auto, juntamente con el licenciado Alonso Estévez, fiscal de su majestad, a quien tomó por acompañado en este artículo, en que declaró que no había lugar que el dicho Rodrigo Peláez fuese removido de escribano de residencia, pues de derecho se cumplía con dadle acompañado; y en esto se hizo justicia y lo que convino al servicio de su majestad; y así torna a dar por respuesta y manda que se notifique a el dicho licenciado Cepeda que todas las diligencias que conviene a su justicia y descargo lo hagan ante el dicho licenciado Echagoyan y su acompañado, y ante el dicho Rodrigo Peláez con apercibimiento que es contumacia y rebeldía se sentenciara la causa; y en lo demás que dice de la apelación, que interpuso de el dicho auto para esta Audiencia, dijo que para ella no hay apelación de cosas tocantes a residencia, sino para ante su majestad y su Real Consejo de Indias; e que los señores licenciado Angulo (folio 8) y e doctor Cáceres sin tener jurisdicción en este caso han querido conocer de cosas tocantes a la residencia y las cosas que en esta petición se hacen mención; en tanto que a pedimiento de el licenciado Cepeda por dilatar esta residencia, ocurre y ha ocurrido a las dicha Audiencia; y los señores oidores han mandado prender al dicho Rodrigo Peláez, escribano de residencia, el cual está ausente por esta causa, de todo lo cual el dicho señor licenciado Echagoyan ha dado relación a su majestad, para que en todo su majestad provea justicia; y que los autos de que tiene apelado no tiene obligación de darlos, para que se vean en la dicha Audiencia porque esta no haría el dicho señor licenciado Echagoyan, lo que su majestad le manda, antes iría contra ello e no conviene a el servicio de su majestad; de suerte que el dicho licenciado Cepeda, por su parte e los dichos señores oidores, han dilatado y dilatan esta residencia, según todo consta por los pedimientos y requerimientos e respuestas; de todo lo cual, como dice, se ha enviado a quejar a su majestad; e ansí dice, que el dicho licenciado Cepeda signa su justicia y la prosiga conforme a derecho, usando y pidiendo por vía jurídica aquello, que viere que le conviene, y no por las vías, que lo pide e intenta, las cuales, pues, no son tales, y es justa la negación que se hace a ella; está claro que el susodicho es el que dilata y ha dilatado esta residencia, para que no se determine ni sentencie; y que el dicho señor licenciado Echagoyan debe hacer y administrar justicia; y es todo por su respuesta, no consintiendo en las (folio 8v) protestaciones en contrario hechas; e que por lo que dicho tiene y antes de ahora tiene respondido no ha lugar y mandó ante el dicho escribano público, que so pena de mil pesos para la cámara y fisco de su majestad no de testimonio de el dicho escrito, si no fuere con 199 CartasAudienciaII20111205.indd 199 05/12/2011 01:51:40 p.m. Genaro Rodríguez Morel esta respuesta; todo debajo de un signo y no de otra manera; el licenciado Echagoyan. Yo, Juan de Angulo, escribano público de esta dicha ciudad de Santo Domingo, presente fui a lo que dicho es; y hice aquí el mío signo y soportes; testigo Juan de Angulo, escribano público. En la ciudad de Sano Domingo, en el dicho día, veinte y tres de septiembre de el dicho año. Yo, Juan de Angulo, escribano público de esta ciudad, doy fe que notifiqué lo proveído e mandado por el señor licenciado Echagoyan al licenciado Juan López de Cepeda en su persona; testigos, el secretario Antón Núñez y Pedro Martínez de Clavijo, vecinos de esta ciudad; Juan de Angulo, escribano público. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, en veinte días del mes de marzo de mil quinientos sesenta y dos años. El muy magnífico señor licenciado Echagoyan, oidor de su majestad en esta su Real Audiencia y Chancillería, que reside en esta dicha ciudad, y juez de comisión por su majestad para tomar residencia al señor licenciado Cepeda, que por mandado de su majestad ha presidido en esta Real Audiencia como oidor más antiguo, habiendo visto y se yéndole leídos por mí, Rodrigo Hernández, escribano de su majestad y su secretario en su Real Audiencia y por Diego de Medina, escribano público de esta dicha ciudad (tinta borrosa), firmados de el licenciado (folio 9) Lorenzo Bernáldez del tenor siguiente, dijo que el dicho señor licenciado Echagoyan siempre ha estado presto de hacer y cumplir lo que su majestad le tiene mandado, tocante a la dicha residencia; y así, en cumplimiento de ello, la comenzó a proseguir y queriéndola acabar y cumplir lo que su majestad le tiene mandado, el licenciado Cepeda, agraviándose de algunos autos e cosas que tiene proveídas en los capítulos, que Juan de Villoria de Quiñones tiene puestos a el dicho licenciado Cepeda, cerca de los que le procedió juridicamente y con lo mismo derecho ocurrió el dicho licenciado Cepeda a esta Real Audiencia para que lo desagraviasen de lo que había proveído, no pudiendo ocurrir a ella ni por la dicha Audiencia se pudo oír, ni entremeterse en lo tocante a la dicha residencia y capítulos; y como los dichos capítulos sean criminales y sean de la misma naturaleza; y que de los cargos, que el dicho señor licenciado Echagoyan ha hecho al dicho licenciado Cepeda, más ni menos como por derecho y leyes de estos reinos en la dicha Real Audiencia no se puede ni debe conocer de la residencia secreta, ansí, ni más ni menos, ni de lo tocante a los dichos capítulos del dicho Juan de Villoria de Quiñones mayormente que el dicho licenciado Cepeda pidió en esta Real Audiencia; que el dicho señor licenciado Echagoyan le hacía cargo de los mismos que él había puesto por capítulos el dicho Juan de Villoria de Quiñones, no debiendo de haber sobre una cosa más de un cargo, puesto que sea verdad; que por esto no se excluye que no se deba recibir más probanzas dándola o ofreciéndola el dicho Juan de Villoria; y ansí es que por los muy magníficos (folio 9v) señores, el licenciado Pedro Sánchez de Angulo y el doctor Cáceres, oidores de esta Real Audiencia, a pedimento de el dicho licenciado Cepeda, se han proveído autos recibiendo las apelaciones interpuestas por el dicho licenciado Cepeda, e oyéndolo en la dicha razón, mandando que Rodrigo Peláez, escribano de la dicha residencia fuese a hacer relación de los dichos capítulos ante vos, los dichos señores oidores, de donde 200 CartasAudienciaII20111205.indd 200 05/12/2011 01:51:40 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) se sigue claro que, de más de que en la dicha Real Audiencia no hay conocimiento de causas en la dicha razón, bien se sigue que, caso negado que hubiere el dicho conocimiento de causa, que para determinar lo susodicho, también se había de ver e conocer de la residencia y pesquisa secreta; en ansí es que, sin embargo de los muchos requerimientos y protestaciones que el dicho señor licenciado Echagoyan hizo a los dichos señores oidores cerca de los susodichos, ni anduvieron sin embargo de lo prender a el dicho Rodrigo Peláez, escribano de la dicha residencia; y le mandaron ejecutar en el susodicho las penas puestas por los dichos señores oidores, por no ir el dicho Rodrigo Peláez a poner la dicha relación, como parece e consta por un testimonio firmado e signado de el secretario, Nicolás López, escribano de esta Real Audiencia, cuyo traslado mandó el dicho señor licenciado Echagoyan a nosotros, los dichos escribanos presentes pusiésemos juntamente con esta dicha respuesta, e diesen fe de cómo el dicho testimonio es de letra de el dicho secretario, Nicolás López, y firmado de su nombre y demás de lo susodicho (folio 10) es así que el dicho señor licenciado Echagoyan mandó prender a Juan Antonio de Vílches, escribano de su majestad y escribano de la residencia, que el dicho señor licenciado Cepeda tomó al licenciado Maldonado, presidente que fue de esta Real Audiencia por ciertas falsedades, que hizo en la dicha residencia, como parece por los autos de proceso; y es ansí que el dicho Juan Antonio de Vílches acudió a la dicha Real Audiencia en grado de apelación, diciendo que el dicho señor licenciado Echagoyan no era juez de aquella causa, ni era tocante a la dicha residencia; y puesto que el dicho señor licenciado Echagoyen era juez de ella por la pragmática de Toledo, por la cual, así mismo fue juez para conocer de aquellos casos, de los cuales tuvo comisión y negligencia en la residencia, que el dicho licenciado Cepeda tomó al licenciado Alonso Maldonado; y ansí por la misma razón, contra el dicho Juan Antonio de Vílches, escribano de la dicha residencia; y habiéndose respondido en la dicha Audiencia Real por vos los dichos señores oidores que se remite el negocio dicho, tocante a el dicho Juan Antonio de Vílches, a el dicho licenciado Echagoyan porque tocaba a la dicha residencia y por ser juez de ella; sin embargo de todo lo susodicho, los dichos señores oidores mandaron prender a el dicho Rodrigo Peláez porque no daba el proceso de la causa tocante al dicho Juan Antonio, el cual siendo preso y apremiado por ello en el dicho proceso como parece (folio 10v) por un mandamiento firmado de los dichos señores oidores y de Diego de Herrera, escribano de cámara, y por un testimonio a las espaldas de dicho testimonio, firmado de Gonzalo de Peñalosa, escribano de su majestad; todo lo cual mandó el dicho señor oidor, el licenciado Echagoyan, a nosotros los presentes escribanos pongamos en esta respuesta un traslado del dicho mandamiento e testimonio, y con fe y conocimiento de vos, los dichos escribanos; y es ansí, que a mayor abundamiento y justificando más el servicio de su majestad, el dicho señor licenciado Echagoyan, e la brevedad e buena expedición de el dicho licenciado Cepeda por Juan de Angulo están bajo el procurador de esta ciudad le mando notificar al dicho licenciado Cepeda para que el dicho licenciado Cepeda prosiguiese sus descargos, y lo que viese que convenía a susodicho por los términos jurídicos, según y como están por derecho, e no 201 CartasAudienciaII20111205.indd 201 05/12/2011 01:51:40 p.m. Genaro Rodríguez Morel ocurriendo a la dicha Real Audiencia en la dicha razón, pues por lo suso contenido no había en ella conocimiento de causa, como parece por los testimonios, cuyos hasta dos mandó a nosotros los presentes escribanos, vayan juntamente con esta respuesta; y sin embargo, de todo lo susodicho, el dicho licenciado Cepeda hasta hoy ha insistido en las dichas apelaciones interpuestas para la dicha Real Audiencia y en la ejecución de lo por él pedido; y el dicho Rodrigo Peláez, escribano de la dicha residencia, por temor de la dicha prisión y molestias ha estado y está retraído por las iglesias y monasterios de esta ciudad, porque el dicho Rodrigo Peláez (folio 11), aunque contra el derecho no se podía proceder por las razones de suso contenidas, los papeles e autos de la dicha residencia no los tiene el dicho Rodrigo Peláez, escribano, sino el dicho señor licenciado Echagoyan; y siendo como es ansí todo lo susodicho y no puede el dicho señor licenciado Echagoyan, como persona que está impedida, que no puede hacer ni ejecutar lo que su majestad le tiene mandado, proseguir la dicha Residencia, que es procediendo en ella y en su semejante, que es en los capítulos de el dicho Juan de Villoria y por el consiguiente en todo por la misma razón que está dicha; y estando como está impedido y retraído por ello, el dicho Rodrigo Peláez, escribano de la dicha residencia, cerca de todo lo cual el dicho señor licenciado Echagoyan tiene dado relación y noticia a su majestad y a los señores de su Real Consejo de Indias, y enviándose a quejar, cuya respuesta e remedio se aguarda con toda brevedad; y es toda por respuesta a una cédula real de su majestad, librada por los señores del su muy alto Consejo de Indias, en Madrid a veinte y tres de noviembre de mil quinientos sesenta y un años, que le fue notificada a el dicho señor juez por Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad, cuyo traslado e respuesta mandó que fuese juntamente con esta, y el dicho señor licenciado Echagoyan dijo que a la relación que el dicho licenciado Cepeda hizo a su majestad, contenida en la dicha cédula real, que sin embargo que su majestad está satisfecho de que el dicho licenciado (folio 11v) Echagoyan le sirve como fiel criado y en la dicha residencia no ha hecho cosa que no deba, porque todo ha sido por servicio de Dios y de su majestad e bien de esta tierra; e de los testigos de que se quiso informar en la dicha residencia son caballeros alcaldes y regidores de esta ciudad y personas religiosas y oficiales de su majestad; y aunque otra cosa fuera, no cabe la dicha relación en el dicho señor licenciado Echagoyan; ni el dicho señor licenciado Echagoyan no ha tenido ni tiene enemistad alguna con el dicho licenciado Cepeda, antes le ha querido y quiere mucho y le pesa de sus trabajos; y demás de esto, respondiendo a otro requerimiento que le fue notificado por mí, el dicho Rodrigo Hernández, receptor, dijo en ello lo que dicho tiene; y que el dicho Rodrigo Peláez, escribano de la dicha residencia, no está por Iglesias; más de por lo que dicho tiene, porque el dicho Rodrigo Peláez no ha cometido delito alguno contra esta Real Audiencia, ni contra otra persona alguna, y la que se le pone contra el muy magnífico señor licenciado Pedro Sánchez de Angulo, ésta le está perdonada por el dicho señor licenciado, como es público y notorio, y de ello hay bastante información; y si ahora se trata de que el dicho Rodrigo Peláez está retraído por otra causa y no por la que dicho tiene, es nueva manera de insistir en impedir la dicha residen- 202 CartasAudienciaII20111205.indd 202 05/12/2011 01:51:40 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) cia, para que no se haga lo que su majestad manda; de lo cual el dicho señor juez dijo que ansí mismo protestaba de se quejar a su majestad y dar de todo ello entera noticia, y esto dijo, que daba e dio por su respuesta a los (folio 12) requerimientos y escritos presentados por el licenciado Cepeda, no consintiendo en las protestaciones en contrario hechas, que no ha lugar y mandó a cualquier de nuevos escribanos, so pena de mil pesos de oro para la cámara de su majestad, no demos testimonio alguno a el dicho licenciado Cepeda, ni a otra persona sin esta respuesta con los dichos traslados y testimonios como de suso se contiene, todo debajo de un signo, a lo cual fueron presentes por testigos: Cristóbal de Tapia y Toribio de Badillo y el licenciado Gutiérrez, vecino de esta ciudad, y lo firmo de su nombre: el licenciado Echagoyan. Muy magnífico señor: el licenciado Cepeda, que por mandado de su majestad presidió en esta Chancillería, digo que mi parte ha presentado ante vuesa merced una cédula real por la cual se manda a vuesa merced que, juntamente con el señor doctor Cáceres, oidor de su majestad acaben mi residencia y me oigan mis descargos; y he pedido se obedezca y cumpla y hasta ahora no se ha obedecido ni cumplido ni respondido derechamente; a lo que pido, si obedece la dicha cédula o no, de que recibo notable daño. A vuestra merced pido, debajo de las protestaciones, recusaciones y nulidades y apelaciones que tengo interpuestas, y en ellas de nuevo me afirmo, responda a la dicha cédula [tinta borrosa] (folio 12v) testado y protestar me conviene; y pídolo por testimonio, el licenciado Lorenzo Bernáldez. En la ciudad de Santo Domingo en veinte y un días del mes de marzo de mil quinientos sesenta y dos años. En presencia de mi, Rodrigo Hernández, escribano y receptor de esta Real Audiencia, pareció el licenciado Cepeda y presentó esta petición y pidió a mí, el dicho escribano y receptor, la lea y notifique al muy magnífico señor licenciado Echagoyan. Y yo, el dicho Rodrigo Hernández, escribano y receptor, leí y notifiqué esta petición al dicho señor oidor y juez de residencia, el cual dijo que tiene obedecida la dicha cédula real de su majestad, e si es necesario ahora de nuevo la obedece, y que está presto de hacer justicia acerca de la dicha cédula, que es lo mismo que su majestad de antes le tiene mandado; y que para cumplimiento y ejecución daba y dio por su respuesta la que tiene dada; a los demás pedimientos y requerimientos hechos por el dicho licenciado Cepeda, en razón de la dicha cédula real, por ante mí, el dicho receptor y ante Diego de Medina, escribano público y de su majestad, y mandó que esta respuesta se junte con la que tiene dada, y se dé en la misma forma que tiene mandado; testigo Juan Rodríguez Faín y Diego de Medina, Rodrigo Hernández, escribano y receptor. Y yo, Diego de Medina, escribano público de esta dicha ciudad de Santo Domingo. El cual dicho oficio lo hice firmar ante mi y puse este mío signo en testimonio de verdad. Rodrigo de Medina, escribano público. 203 CartasAudienciaII20111205.indd 203 05/12/2011 01:51:40 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo, I, Nº 1b Santo Domingo, 29 de abril de 1562 Yo, Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad de su Real Audiencia y Chancillería, que en esta ciudad de Santo Domingo del Puerto de esta isla Española reside, doy fe como de derecho, el día que el muy magnífico señor licenciado Echagoyan comenzó a tomar la residencia por mandado de su majestad al señor licenciado Juan López de Cepeda, hasta hoy no se ha seguido ni sigue ante mí pleito ninguno civil ni criminal, tocante a la dicha residencia, ni cosa concerniente ni dependiente de ella, excepto un pleito que se trató contra Juan Antonio de Vílches, escribano que fue de la residencia que tomó el dicho señor licenciado Cepeda al señor licenciado Alonso Maldonado, presidente que fue de esta Real Audiencia, el cual vino en grado de apelación a la dicha Real Audiencia, de cierta sentencia que dio el dicho señor licenciado Echagoyan e la testó e pronunció cierto auto, de lo cual todo apeló el dicho Juan Antonio de Vílches, y en ella se conoció del dicho pleito en vista y en grado de resulta; y sentenció definitivamente e otro ninguno ha pasado ante mí, en fe de lo cual da la presente, porque de ello sean ciertos y certificados, que está fecha en esta ciudad de Santo Domingo a veinte e nueve días del mes de abril de mil quinientos sesenta y dos años. Yo Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad, lo hice escribir y por ende, hago y estampo mi signo a tal. Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad 204 CartasAudienciaII20111205.indd 204 05/12/2011 01:51:40 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo I, Nº 2 Santo Domingo, 22 de abril de 1562 En la muy noble ciudad de Santo Domingo del puerto de la isla Española de las Indias del mar Océano. Veintidós días del mes de abril de 1562 años. Los señores presidente y oidores dijeron que a su noticia ha venido que habiéndose proveído en acuerdo y en secreto votado que Pedro Carrillo fuese preso por haber traído doscientas y tantas piezas de esclavos sin licencia de su majestad que bastante fuese y los metió en esta isla y que para averiguación de ello fuese un alguacil a tomar todas las escrituras e intenciones y otros recaudos que el dicho Pedro Carrillo traía de los Jorges y compañía por donde constaba traer por instrucción que trajese esclavos sin licencias demás de las licencias de su majestad y que fuese al puerto de Ocoa y fue avisado el dicho Pedro Carrillo que escondiese los dichos papeles y para averiguar quien le avisó y proveer en ello justicia, mandaron a mi Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad reciba información sobre ello y se tomó la siguiente: En este día fue recibido juramento en forma de derecho del capitán Pedro Carrillo so cargo del cual dijo que lo que sabe es que el señor licenciado Echagoyan, estando este testigo preso en la fortaleza por mandado de los señores presidente y oidores que son el señor licenciado Pedro Sánchez de Angulo y el señor doctor Cáceres, sobre los negros que trajo en la compañía de los Jorges le vimos decir a Gonzalo Peñalosa que decía el dicho señor licenciado Echagoyan que tuviese buen ánimo, que todo era aire lo que le pedían y que él lo llevaría a su casa y que diese alguno a esos señores y que luego estaba acabado porque no eran más que molestias y que esto le dijo el dicho Gonzalo de Peñalosa y otras cosas a este propósito (folio 1v) y que decía asimismo el dicho señor licenciado Echagoyan que mirase no le engañasen esos señores y que no mostrase papel ninguno que se tuviese bien, que el lo haría soltar y que lo mismo le envió a decir con Diego Hernández y que el no tenía culpa, que Juan Gutiérrez la tenía en haber hecho exhibir la instrucción de los Jorges y que no tuviese poco ánimo que presto vendría el presidente y lo remediaría y con Hernando de Palma le envió a decir que dejase que los libros y los papeles eran falsos y que los había manifestado con temor y que no había traído ningún negro más de los que había traído registrados y con licencia de su majestad y otras muchas palabras a este propósito para que no se mostrasen los dichos papeles y recaudos y que estos le dijeron esto de parte del dicho licenciado Echagoyan, pero que si el los envió a decir lo que dicho tiene o no que lo sabe y que asimismo le envió con Pedro de Ledesma, relator, que tuviese ánimo y se hiciese amigo de los dichos señores doctor Cáceres y licenciado Pedro Sánchez de Angulo y les dijese mal del dicho licenciado Echagoyan porque todo era aire y él lo remediaría y que bien sabía este testigo 205 CartasAudienciaII20111205.indd 205 05/12/2011 01:51:41 p.m. Genaro Rodríguez Morel que lo había todo causado Juan Gutiérrez y que el le escribiría a los Jorges sobre ello y le haría dar testimonio para su descargo y que esto le dijo el dicho relator diciendo que lo enviaba a decir el dicho licenciado Echagoyan pero que este testigo no sabe si lo dijo él o no. Y que antes que fuese preso muchas veces habiéndole tomado sus libros quejándose este testigo a Gaspar de Medina delante de Hernando de Palma y Juan Gutiérrez le dijo este testigo que le dijesen al dicho licenciado Echagoyan que pensaba que le hacía mal a este testigo y que todo el mal redundaba contra los Jorges y que le mandaba volver sus libros y el dicho Gaspar de Medina le dijo que le hablaría y daría la respuesta y a otro día (folio 2) se la dio delante de los dichos Palma y Juan Gutiérrez y le dijo que decía el dicho licenciado Echagoyan, que a la hacienda de los Jorges el sabía lo que le convenía y que estuviese cierto de eso. Que lo que pretendía no era sino lo que tocaba a la parte que este testigo tenía en el negocio. Preguntado delante de quien le dijo Gonzalo Peñalosa lo que dicho tiene que delante del licenciado Lorenzo Bernáldez y de Jerónimo Pedrálvarez. Preguntado delante de quien le dijo Ledesma, relator, lo que dicho tiene, dijo que no, delante de nadie sino solo en la fortaleza habrán dos días, un día en la tarde y le dijo que no lo dijese sino que se lo diría que no era verdad y que lo vio estar hablando con este testigo Diego Hernández y le apartó que no oyeron lo que le decía y que esto es verdad para el juramento que hizo y lo firmó Pedro del Castillo. Y después de lo susodicho, en 23 días del mes de abril del dicho año, fue recibido juramento en forma de derecho de Diego Hernández de Cabrera, estante en esta ciudad, so cargo del cual dijo que lo que sabe es que yendo este testigo a visitar al licenciado Echagoyan el martes pasado de esta semana le dijo este testigo, señor, que esto que piden a Pedro del Castillo y respondió el dicho licenciado y los señores harán justicia en esto porque el presto saldrá y el dicho Pedro Castillo tiene la culpa por haber mostrado la instrucción y que no le dijo otra cosa y que esto es verdad por el juramente que hizo y lo firmó de su nombre y asimismo dijo que el licenciado Echagoyan que rico eran los Jorges, que lo pagasen si lo debían. Diego Hernández de Cabrera. (Folio 2v) El dicho Gonzalo de Peñalosa, vecino de esta ciudad, testigo recibido para la dicha información so cargo del cual dijo que lo que pasa y sabe del caso es que el dicho señor licenciado Echagoyan envió a llamar a este testigo con Jerónimo Pedrálvarez y un criado suyo que fuese a su casa y este testigo fue y entre otras cosas que con este testigo trató le dijo que buscase a Pedro Carrillo y le animase diciendo no tuviese pensado lo que esos señores de la Audiencia hacían ni le atemorizasen que el haría por el todo lo que pusiese y que si algo les había dado que lo dijese para la residencia que el le ofrecía de le recibir en su casa y darle un aposento muy entapizado con su voluntad y que el no tenía la culpa sino Juan Gutiérrez y otras cosas le dijo a este propósito de que no tiene memoria más de que este testigo le dijo que no era hombre Pedro Carrillo y que había de decir nada de aquello y que el dicho licenciado le dijo por amor de mi y rogándoselo vos no le diría y este testigo le dijo si diría si algo supiere y con esto se despidió de él y que esto es verdad para el juramento que hizo. Y lo firmó Gonzalo de Pañalosa. 206 CartasAudienciaII20111205.indd 206 05/12/2011 01:51:41 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Que se de lo que él determinó de los señores presiente y oidores di la presente fe para que de ello sea ciertos certificados que es hecho en el dicho día, mes y año justo dicho. Y yo, Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad lo hice escribir según que han tenido tiempo y hallen de hacer este mi signo. Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad 207 CartasAudienciaII20111205.indd 207 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 2, Nº 4 Santo Domingo, 13 de diciembre de 1565 Sacra cesárea católica majestad: Porque habrá veinte días que la Audiencia escribió a vuestra majestad largo y yo también di relación de lo que a la sazón había de que poder darla en esta no diré más de hacer saber a vuestra majestad como envío en ella la residencia del licenciado Angulo y le [roto] a Dios que tenga mejor dicha de llega allá que la vez pasada porque ella y el navío se quedaron en la mar perdidos en ella se tomó con toda la diligencia y cuidado posible porque lograron con hombre, el más solícito del reino y que de los mayores enemigos y a quien más males había hecho y llevándoles sus dineros los volvió mayores amigos que los que el tenía ganados de antes metiéndoseles por sus causas y postrándoseles a sus pies y ciertamente era gran lástima verlos perjurar notoriamente diciendo susodicho que la residencia y no me maravillo si yo porque el lo acostumbraban a hacer así y es negocio muy usado que entre ellos a trueco de una botija de aceite con que los absuelvan. Dio lo perdone porque en esto tiene gran cuenta que darle la residencia como digo, se tomó con toda diligencia posible lo que en ella va fue sacado a una de caballo porque era demasiado la solicitud del licenciado que tenía con los testigos en procurar de saber quienes eran y hablarles aunque de mi parte se hicieron todo el secreto posible que me fue forzado muchas cosas muchas cosas venirlas a averiguar por los libros de los mercaderes por ver los testigos perjurar tan notoriamente (folio 1v) en principio de la perdición de este lugar como por otras he significado a vuestra majestad estuvo en las disensiones y diferencias que hubo entre el licenciado Angulo y el licenciado Echagoyan y así el lugar quedó en parcialidades. Si cuando yo vine trajeron comisión por conocer contra ambos con echarlos de la tierra quedaba sosegada toda ella pero pues ya están ambos a dos fuera de ella sería razón que todo lo que oliese a cosa de ambos a dos saliese de ella y no queda su Ramo de ninguno de ellos. A la mujer del licenciado Angulo ando por echar de aquí. No se si ha de haber quien me lo autorice. Yo procuro de hacer en ello el deber porque conviene así que esta mujer salga de la tierra, así porque se puede hacer justicia libremente como es razón, como por otras cosas de que no habrán faltado gente que hayan dado relación a vuestra majestad. Nuestro Señor la sacra católica y real persona de vuestra majestad guarde con aumento de mayores reinos y señoríos 208 CartasAudienciaII20111205.indd 208 05/12/2011 01:51:41 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) como los vasallos de vuestra majestad los deseamos y hemos menester. De Santo Domingo de la Española, a 13 de diciembre de 1565 años. Sacra cesárea católica majestad, humilde criado de vuestra majestad que sus reales pies besa. El licenciado Herrera 209 CartasAudienciaII20111205.indd 209 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 5 Santo Domingo, 4 de junio de 1565 Traslado de un capítulo de carta que el presidente y oidores de la Audiencia Real de la isla Española escribieron a su majestad. De la ciudad de Santo Domingo, a 4 de junio de 1565. En los navíos que salieron de este puerto el año pasado de 1563 años, escribimos a vuestra majestad como a la banda del norte de esta isla había llegado un capitán inglés con dos naos inglesas y una carabela y otra más pequeña y un patache con cantidad de negros que decían haber rescatado en Guinea y pidieron licencia a la justicia para los vender y que se les mandó que ninguno rescatase con ellos y que procurasen de los prender y se envió persona de esta Real Audiencia para que prendiese y castigase a los que hubiesen rescatado con ellos y ahora hemos tenido aviso de la isla Margarita y de Lázaro Bejarano, gobernador de la isla de Curazao y que aquí vino como este capitán inglés ha vuelto a esta parte con una armada de Inglaterra de cinco navíos pujantes y aderezados y bastecidos (sic) de mercancia que parece armada real y no de corsarios y ha llegado a la isla Margarita y de allí ha corrido la costa de Tierra Firme y en la provincia de Venezuela y puertos de ella ha robado mucha cantidad de oro y plata, joyas y perlas por fuerza y entra socolor de que quieren registrar y pagarlo y en las islas de Curazao ha hecho lo mismo y tomado cantidad de cueros vacuno y tomado y destruido los ganados mayores y menores de la tierra y se tiene nueva que es ido al Cabo de la Vela donde está la ranchería de las perlas por saber que allí hay cantidad de oro y perlas. La información que de ello se ha tomado con la siguiente se envía a vuestra majestad. Y luego que se tuvo noticia de este corsario por carta de la Margarita enviamos aviso al Cabo de la Vela y a Santa Marta y Cartagena y a Nombre de Dios para que estuviesen avisados y no pudiesen recibir daño y lo mismo a los puertos de esta isla. 210 CartasAudienciaII20111205.indd 210 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 5a Santo Domingo, 28 de mayo de 1565 En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo de la isla Española de la isla del mar Océano. Lunes, 28 días del mes de mayo, año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de 1565 años. Los señores presidente y oidores de la Audiencia y Chancillería Real de su majestad. Siendo informados que a la isla de Curazao, que es en la costa de Tierra Firme y en los puertos de la provincia de Venezuela habían llegado un capitán inglés con cuatro naos gruesas de armada de guerra de mucha gente y tiros de bronce y de otros géneros de artillería y con otras armas y municiones y que habían robado aquellos puertos y sacado de ello por fuerza mucho oro y plata y joyas y perlas y cueros vacunos y que querían ir al Cabo de la Vela y costa de Tierra Firme y lo mismo y para informar a su majestad real de lo que pasa en este negocio, mandaron hacer la información siguiente: Fue recibido juramento en forma de derecho de Lázaro Bejarano, vecino de esta ciudad de Santo Domingo y gobernador de la isla de los gigantes, que son Bonaire, Curazao y Aruba, que son en la costa de Tierra Firme, el cual, habiendo jurado su segundo derecho dijo que estando en la dicha isla de Curazao de partida para venir a esta isla Española en una carabela que a la dicha isla había venido a cargar en siete (folio 1v) días de este presente mes de mayo en que estamos, llegó un capitán inglés que dijo que se llamaba Juan Hawkins, y llegó con cuatro navíos armados de guerra. Los tres navíos de ellos por la banda del norte de la dicha isla y el otro navío por la banda del sur y se vinieron a juntar en la punta del poniente de la dicha isla y surgieron en la costa de la dicha isla, los tres navíos de ellos, salvo la nao Capitana, que este, por ser navío muy grande y poderoso no pudo seguir con los otros y luego como surgieron los tres navíos echaron a tierra un hombre natural, vecino de Jamaica que se llamaba por nombre Cristóbal de Llerena, el cual decía que los dichos ingleses se lo habían tomado en Guinea y el dicho Cristóbal de Llerena llegó a un bohío y aposentó donde este confesante estaba durmiendo, porque fue cuando llegó casi media noche y le dijo como aquellos navíos eran de una armada de Inglaterra y que el capitán que en ellos venía era un caballero muy honrado y que no hacía mal a nadie y que él venía de parte del dicho capitán a decirle que fuese a ver con el y le traía cartas de Burburata y que estuviese muy seguro porque no hacían mal a nadie. Y luego, otro día por la mañana este declarante y el dicho Cristóbal de Llerena y otro hombre español que estaba con el (folio 2) dicho Bejarano, todos tres se fueron a donde estaba los dichos navíos surtos debajo de la seguridad que el dicho 211 CartasAudienciaII20111205.indd 211 05/12/2011 01:51:41 p.m. Genaro Rodríguez Morel Cristóbal de Llerena le había dado en nombre del dicho capitán. Y aunque no se le diera no podía dejar de hacer otra cosa y al tiempo que llegaron a vista del dicho navío, vino un batel grande que salió de la nao Capitana que todavía andaba a la vela dando bordos con veinticuatro remos por ambas bandas y dentro del dicho batel venía el dicho capitán y traía consigo fuera de los que venían remando, una docena de arcabuceros y otra de flechero y una guardia de doce o quince lombarderos los cuales traían todas las armadas tendida debajo de los bancos de batel, que no parecía cosa ninguna hasta que saltaron en tierra. Y saltó en tierra el dicho capitán con la dicha gente y el dicho capitán le dijo ¿es vuestra merced el capitán Bejarano?, y el dicho Llerena le respondió, sí señor, y el dicho capitán le abrazó y le dio una carta que traía de Burburata firmada de su nombre que decía, Bartolomé Romero, vecino de la ciudad de Coro, la cual carta parecía ser hecha y notada por el dicho capitán porque venía alabándole mucho de que era hombre de paz y buen caballero y el dicho capitán le dijo que venía informado de Burburata, que tenía mucha cantidad de cueros vacunos, que eran ocho mil cueros y que se los diese porque se los quería comprar y llevar en sus navíos y asimismo que tenía mucho oro de lo de Burbrata, que le hiciese mío de ello. Y este declarante le dijo que no tenía tal y que en ello le habían informado mal porque los cueros que tenía eran (folio 2v) muy pocos y el dicho capitán le dijo que pusiese precio en ello que no quería sino pagárselos y este declarante le dijo que los dichos cueros no los tenía para vender sino para cargarlos en la carabela que allí estaba, que había venido por ellos. Y todavía el capitán le importunaba mucho y muy enojado, que le pusiese precio. Y visto el dicho Bejarano que no podía hacer otra cosa estando cerrado de la gente del dicho capitán, que eran arcabuceros y alabarderos y flecheros, le dijo que le diese un peso de oro por cada un cuero, a lo cual el dicho capitán muy enojado habló a su gente en inglés para que lo tomasen y lo metiese en el batel y así le echaron mano un negro ladino que con el venía y hablaba muy bien castellano y otro inglés y lo metieron en el batel en brazo, y este declarante le decía al dicho capitán, pues era caballero, que le guardase la palabra que le había dado de la seguridad y no aprovechando nada le llevaron a la nao Capitana y juntamente con el se embarcó el dicho capitán y toda la demás gente que había salido en tierra con otros tres bateles que habían venido a tierra de la otras naos, los cuales todos fueron cargados demás de doscientos carneros de los que este declarante tiene suyos en la dicha isla y dentro de dicho navío capitana le tuvieron por prisionero aquel día y aquella noche y otro día hasta puesto el sol que el dicho capitán lo mandó que viniese al batel con el que iba a tierra y en el dicho tiempo que le tuvieron preso en la dicha nao el dicho capitán le mostró su cámara (folio 3) y el abrió un cofre grande de Flandes en el cual traía muchas ropas de martas y sedas y otras cosas de su vestir, y mucha cantidad de barras de oro de Burburata y del reino y algunas perlas y joyas de oro. Todo lo cual dijo que traía de Burburata y de la costa de Tierra Firme. Y acabado de mostrarle lo susodicho, le mostró una cédula escrita a su parecer en pergamino con un sello muy grande de casi un palmo y redondo, de cera blanca y le dijo que era el sello y licencia que traía de la reina de Inglaterra. Y salidos de la dicha cámara le mostró el dicho navío y la 212 CartasAudienciaII20111205.indd 212 05/12/2011 01:51:41 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) fuerza el cual el dicho navío era de más de ochocientas toneladas al parecer de este testigo. Y el dicho capitán le dijo que hacía más de mil toneladas y traía por cada banda tres andanas de artillería, la más de ellas de bronce, piezas muy gruesas y otras muchas piezas de hierro colado que a su parecer de este declarante eran entre chicas y grandes más de cien piezas de artillería y dentro de este dicho navío Capitana venían a su parecer más de trescientos hombres de guardia de la dicha nao y además de esto enseñó muchas municiones de bombas de fuego y alcancías, coseletes, arcabuces y piquería en mucha cantidad y el dicho capitán le dijo que todos los otros navíos venían de aquella misma manera. Y luego el dicho capitán lo trajo en el dicho batel costa a costa, más de dos leguas de camino, bogando hasta el puerto donde estaba surta las dicha carabela que había ido allí para cargar para esta isla. Y en el dicho puerto saltó el dicho capitán en tierra con la dicha gente que tiene dicha. Y llegado en tierra el dicho capitán, mandó cargar en los dicho bateles. Que habían venido seiscientos cueros que habían (folio 3v) traído para el rescate del dicho Lázaro Bejarano y embarcador queriendo este declarante quedar en tierra el dicho capitán le dijo que había de volver con el navío hasta que cumpliesen con los dos mil cueros. Y este declarante que no tenía allí más cueros que fuesen ocho leguas de allí que tenía otros mil y tantos cueros y que se los daría para que le soltara y así, otro día por la mañana fueron al puerto de Santa Bárbola donde tenía a los mil y tantos cueros y que se los daría y allí los embarcaron y se los llevaron con los demás y entonces el dicho capitán le dio largura debajo de su palabra y le pidió que le enviaría este declarante carneros y ovejas y novillos, yeguas y puercos y cebo y gallinas y otras cosas y así se lo envió, todo muy cumplidamente porque no podía hacer otra cosa. Y que por un día estuvo declarante y no les envió carne saltaron en tierra más de cincuenta soldados y entraron la tierra adentro más de una legua y demás de dos mil ovejas que recogieron por la isla le mataron y dejarretaron la mitad de ellas y al acabo de diez días que allí estuvieron se fueron luego y dijeron que iban al Cabo de la Vela y le parece a este declarante que iban con intención de pedir lo que quisiesen a donde llegasen y si no se lo diesen de buena gana, tomarlo por fuerza y le dijeron que del Cabo de la Vela habían de ir por los cueros a la isla de Jamaica y que habían de volver a la Yaguana y el dicho capitán le dijo a este declarante como había estado ahora dos años en la banda del norte de esta isla Española donde llevó muchos cueros (folio 4) y que este declarante supo de la gente de su compañía como en Burburata el dicho capitán había echado doscientos hombres armados en tierra y tirado ciertas piezas de artillería al pueblo y esto sabe de este caso para el juramento que hizo y firmó lo de su nombre. Lázaro Bejarano. Fue recibido juramento en forma de derecho de Antonio Barbudo, piloto vecino de esta dicha ciudad de Santo Domingo. Testigo tomado y recibido para la dicha información. El cual y habiendo jurado según derechos dijo que estando este confesante en la isla de Curazao donde había ido con una carabela a cargar a la dicha isla para traer carga a esta dicha ciudad en siete días de este presente mes de mayo en que estamos, vio este confesante cuatro navíos que venían por la mar junto a la dicha isla. Los tres navíos de ellos venían por la banda del norte y el otro navío 213 CartasAudienciaII20111205.indd 213 05/12/2011 01:51:41 p.m. Genaro Rodríguez Morel por la banda del sur de la dicha isla y les vio como tomaron tierra. Que fueron los tres navíos que eran pequeños surgieron y el otro por ser navío muy grande nunca surgió sino siempre andaba barloventeando y al cabo de tres días surgió con los otros navíos. Y andando la dicha nao grande a la vela hecho que el batel que traía por popa un hombre castellano, que era natural de la isla de Jamaica el cual dicho hombre se decía que lo habían traído de los ríos de Guinea, que lo habían rescatado de entre los negros, que lo traían cautivo el cual dicho hombre y la gente que dentro de él venían lo echaron en tierra y el dicho hombre fue a dar al aposento donde Lázaro Bejarano (folio 4v) estaba durmiendo porque cuando llegó fue a media noche y este confesante, como vio los dichos navíos y que habían surgido junto a la dicha isla, este declarante se salió fuera de su carabela y se fue a dormir al monte y al tiempo que dicho hombre llegó al aposento del dicho Bejarano, el dicho Lázaro Bejarano envió a llamar a este confesante al dicho monte donde estaba durmiendo y luego como lo llamaron fue donde estaba el dicho Lázaro Bejarano y que era lo que quería y llegado que fue el dicho Bejarano le dijo que aquí está un hombre de aquellas naos y me dice que todos son ingleses y el capitán de ellos es un caballero muy noble y muy honrado y que trae cuatro naos y que la una de ellas es muy poderosa y que trae trescientas pieza de artillería y que entre ellas trae cincuenta cañones de bronce y que traía dentro de la nao Capitana doscientos cincuenta hombres de guerra y muy bien armados y muy aderezados y la ha preguntado por el porte de los navíos y me dice que es la mayor de ellas que es la Capitana de novecientas toneladas y las otras desde sesenta a ochenta toneladas y que todas traen muy buena gente y que venían muy bien armados y que venían de Guinea y que traían cantidad de negros y el capitán general de estos ingleses se llamaba Juan Hawkins, natural de la ciudad de Londres en Inglaterra y que la reina de Inglaterra lo había tomado y dado licencia para ello y que era un hombre muy honrado y noble y no hacía mal a nadie ni robaba a nadie su hacienda sino que traía aquellos negros y que quería que se los comprasen y que había estado en Burburata y que no había hecho mal a nadie y que el dicho capitán (folio 5) le enviaba a decir con el dicho hombre que le pedía y rogaba que se fuese a ver con el al navío y el dicho Lázaro Bejarano le pidió a este confesante que le diese sobre ello su parecer que qué era lo que haría y este confesante le dijo que si todo eso que ese hombre dice a vuestra merced es verdad más vale contestarle que no enojarlo porque si se enoja el señor de toda esta tierra y no tenemos poder para resistirle y hacernos todo el mal que quisiere porque está en su mano. Y visto esto el dicho Lázaro Bejarano fue por tierra adonde estaba surto el batel de la nao Capitana que todavía andaba barloventeando y las otras naos estaban surtas. Y así, el dicho Lázaro Bejarano se fue en compañía de un español que estaba en la dicha isla que estaba en compañía del dicho Bejarano en donde estaba surto el batel para ver lo que el capitán quería. Volvió en la tarde el hombre que estaba en compañía del dicho Bejarano y le dijo a este testigo como Lázaro Bejarano quedaba preso en la nao Capitana y que el capitán inglés le había dicho que le vendiese todos los cueros vacunos que tenía hechos, porque le habían avisado en Burburata que tenía hechos ocho mil cueros y ocho mil pesos en barra de oro y que no quería de él 214 CartasAudienciaII20111205.indd 214 05/12/2011 01:51:41 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) sino que le vendiese mil cueros y esto por concierto entre ambos a dos hecho y que a como le havía de dar por ello y que el dicho Bejarano le había pedido a peso de oro por cada cuero y que el inglés se enojó de ello porque le pidió a peso de oro por cada uno (folio 5v) y que lo mandó luego tomar por un negro que presente estaba y rodeado de gentes de armas y lo mandó meter en el batel y llevar a la nao y que en la dicha nao quedaba preso y que el dicho hombre y que el dicho hombre veía a gran prisa a hacer llevar los cueros a la playa para ver soltar al dicho Bejarano diciéndole que como le diese los mil cueros, que luego lo soltaría y se los pagaría y el dicho hombre le dijo a este confesante que no pareciese delante de ellos porque el dicho Lázaro Bejarano le había padecido a un indio suyo, que era piloto de toda la costa de Tierra Firme de que también venia informado y este confesante como lo supo cabalgó en un caballo y se fue por la isla delante y después de haber dado dicho capitán los mil cueros y como el dicho Lázaro Bejarano supo que el dicho capitán había enviado un navío al puerto de Santa Bárbola a tomarle a otros setecientos cueros que tenía en el dicho puerto dijo que se fuese con los diablos, que no quería ir allá a verlo ni que le pagase por ello cosa ninguna. Y sabe este testigo que nunca pues que le había faltado su palabra dos veces y que no y que no quería ir allá ni recibir paga ninguna y sabe este testigo que nunca volvió allá ni más vio al dicho capitán porque siempre. Y después oyó decir al dicho hombre anduvo con este declarante y después oyó decir al dicho hombre que estaba en compañía del dicho Bejarano, que el dicho capitán inglés le había dado un poco de lienzo al dicho hombre y otras cosillas para en pago de los cueros que le había tomado y del ganado que le había muerto y tomado y dice que lo supo el dicho Bejarano se enojó mucho con el dicho hombre y le dijo (folio 6) que se lo volviese porque no quería nada de ellos y que si el dicho hombre se lo volvió o no o lo que le dio, que este declarante no lo sabe ni lo vio y a cabo de diez días se fueron los dichos ingleses y decían que iban al Cabo de la Vela con intención de tomar al pueblo del Cabo de la Vela y hacerlas que por fuerza o por grado le compraban los negros y ropas que llevaban y que cuando no lo pudiesen prender a ninguno que les había de rescatar el pueblo quemárselo y que llevaba memoria de todos los señores que tenían canoas en las rancherías de las perlas por donde había de hacer su mal propósito y que todo lo que dicho tiene se lo oyó decir a este español que estaba en compañía del dicho Bejarano y ahora al presente está en Coro porque se había de ir en una canoa desde la isla de Curazao a Coro y de allí el dicho hombre se había de ir al reino y este dicho hombre se decía por nombre Arturo Núñez y de este dicho hombre este confesante supo la fuerza que traían los dichos navíos lo cual dirá y declarará el dicho Lázaro Bejarano porque lo vio y estuvo preso en la dicha nao Capitana dos días y una noche. Y esta es la verdad para el juramento que hizo. Y lo firmó Antonio Barbudo, Nicolás López, escribano de cámara de su majestad. 215 CartasAudienciaII20111205.indd 215 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6 Santo Domingo, 4 de junio de 1565 Sacra católica real majestad: En otra carta que a vuestra majestad se envía en estos navíos, hemos hecho relación de cómo Antón Núñez, escribano de cámara de esta Real Audiencia ha fallecido, que lo mataron franceses yendo en servicio de vuestra majestad a la isla de Cuba a ciertos negocios que en esta Audiencia se le cometieron y que su oficio estaba vaco y que los años pasado, por cédula de vuestra majestad se había vendido y acrecentado en esta Real Audiencia un oficio de escribano de cámara de ella. Y porque en oficios acrecentados vuestra majestad es servido que con el primero que vacare se consuma y reduzca el número. Primero, siendo de ello vuestra majestad servido se podrá consumir y quedaren dos y siendo servido proveer el oficio, suplicamos a vuestra majestad haga de él merced a la mujer y herederos de Antón Núñez y hermano, en quien él renunció en tiempo que de aquí partió pues lo mataron franceses yendo en servicio de vuestra majestad. Que demás de la cantidad que el oficio le costó, han perdido el esclavo que le mataron y en plata de servicio y otras cosas que llevaba, que todo junto valía más de veinte mil pesos y es justo que vuestra majestad le haga esta merced para que hallemos acá con más facilidad quien haga las cosas que tocaren a este servicio de vuestra majestad. Nuestro Señor la sacra católica real persona de vuestra majestad guarde y conserve con aumento de más reinos y señoríos. De Santo Domingo de la isla Española, a cuatro de junio de 1565 años. De vuestra sacra católica real majestad, Humildes criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Alonso de Herrera El licenciado Grajeda El licenciado Alonso Muñoz El doctor Cáceres 216 CartasAudienciaII20111205.indd 216 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6a Santo Domingo, 4 de junio de 1565 Traslado de un capítulo de una carta que el presidente y oidores de la Audiencia Real de la isla Española escribieron a su majestad de la ciudad de Santo Domingo a cuatro de junio de 1565. Ahora que se espera el despacho de la venida de Antón Núñez, que tuvimos nueva que a los ocho días que salió de este puerto yendo su viaje a la isla de Cuba. llegando donde dicen el Cabo de Tiburón, que es junto a la Yaguana de esta isla, se toparon con una carabela y una chalupa de franceses de los mismos que estaban poblados en la Florida, porque desde la Florida a aquel puerto del Tiburón, viniendo entre esta isla y la de Cuba vienen con facilidad. Y habiendo barloado con la carabela en que iba Antón Núñez, cuatro veces se defendieron todos ellos y al cabo le tiraron ciertos tiros y mataron a Antón Núñez y a un negro que llevaba y entraron y tomaron la carabela y un vecino de Jamaica que iba en ella se concertó con los franceses que lo echasen de Jamaica y cargasen la carabela y lo demás y les daría por ello trescientas cargas de cazabe y doscientas arrobas de carne porque lo que ellos decían van a buscar era mantenimientos para sustentar la gente y llegados a la dicha isla de Jamaica, el gobernador y gente de la isla tuvieron forma como tomaron la carabela de los franceses con treinta o treinta y un franceses y el patache que traían se les huyó con veinticuatro franceses. Tenemos mucha que el gobernador de Jamaica lleva preso los franceses para que vuestra majestad sea su real servicio. 217 CartasAudienciaII20111205.indd 217 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6b Santo Domingo, 2 de octubre de 1565 Católica real majestad: En cinco del mes pasado escribimos a vuestra majestad y avisamos cómo en la isla de Jamaica se había tomado una carabela con cierta cantidad de franceses de los que estaban poblando la provincia de la Florida y lo que de nuevo se ofrece es que por carta del presidente y oidores de la Audiencia Real de la isla Española que vino en uno de cuatro navíos que de aquella isla han llegado a Sevilla hemos tenido aviso más particular de lo que en ello ha pasado y de cómo los dichos franceses se envían acá como lo podría vuestra majestad mandar ver por un capítulo de la dicha carta y por un dicho de un testigo que se halló presente a todo, que va con esta. Llegados que sean los dichos franceses a Sevilla daremos aviso de su venida a vuestra majestad para que mande proveer lo que fuere servido cerca de ello. Asimismo enviamos a vuestra majestad los dichos de otros dos franceses que se tomaron de los que estaban en la Florida por ellos. Entenderá vuestra majestad el estado en que están las cosas de aquella tierra. También escribí a aquella Audiencia como por aquellas costas andaban cinco navíos de corsarios ingleses bien armados y en orden de guerra haciendo muchos daños como en particular lo mandara vuestra majestad ver por otro capítulo de carta y una información que con esta enviamos y por habernos por caso negocio de importancia damos aviso de ello para que vuestra majestad sea servido mande escribir sobre ello al embajador de Inglaterra y se hago lo que [roto] de vuestra majestad. Por otra carta de 4 de julio de este año que la dicha Audiencia escribe, parece que Antón Núñez, escribano de cámara de ella, yendo con su comisión a la isla de Cuba en servicio de vuestra majestad le tomaron franceses y le robaron su hacienda y la dicha Audiencia suplica que pues aquel oficio era acrecentado se consuma porque no haya más de dos escribanos de cámara o se haga merced de él a la mujer y herederos del difunto en gratificación de lo que en la jornada perdió. A nos ha parecido enviar a vuestra majestad la carta original de la dicha Audiencia para que tenga relación de lo que pasa mande en ello y en todo lo demás lo que fuere su real servicio. Nuestro Señor, la católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere con aumento de más reinos y señoríos, como desea. Madrid, dos de octubre de 1565 años. De vuestra católica real majestad, Humildes criados que sus reales manos besan. El licenciado don [roto] El licenciado Alonso Muñoz El doctor Luis de Salina 218 CartasAudienciaII20111205.indd 218 05/12/2011 01:51:41 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6c Santo Domingo, 14 de marzo de 1565 En la muy noble y leal ciudad de Santo Domingo de la isla Española, a 14 días del mes de marzo de 1565 años. Los muy magníficos señores licenciados Grajeda y Echagoyan, oidores de su majestad en esta Real Chancillería, fueron a la cárcel real de esta corte donde fue traído preso de la villa y puerto de la Yaguana de esta isla, un francés que andaba en compañía de otro francés en una chalupa que decían que venían de la Florida del cual recibieron juramento en forma de derecho y le hicieron las preguntas siguientes: presente el licenciado Cabrera por intérprete que sabe la lengua francesa. Preguntado cómo se llama dijo Esteban de Rujamont. Preguntado que de donde es natural dijo que de París de Francia. Preguntado qué tanto tiempo ha que está en estas partes de las Indias, dijo que ha ocho meses. Preguntado que cuyo hijo es, dijo que de Reymedo de Rujamont, vecino de París de Francia, de la Puerta de San Miguel en la misma ciudad de París. Preguntado qué oficio tenía su padre dijo que mercader de paños y sedas. Preguntado que si ha tenido su padre tratos en estas partes de las Indias y si ha venido, dijo que no ha tenido trato ni venido a ellas. Preguntado qué oficio tiene este declarante dijo que ha estudiado gramática de Cicerón y Terencio y otros libros de gramática y que es mercader como su padre. Preguntado que quién lo trajo a estas partes de las indias dijo que lo trajo un capitán francés que se nombra Cardoniel, natural de la ciudad de Guitierres junto a la ciudad de Ranjes de Francia. (Folio 1v) Preguntado que a qué pasó este capitán a estas partes y en qué navío y con quién y en qué lugar de estas partes de Indias hizo escala y de dónde salió de Francia. Dijo que salió el dicho capitán de Abrant Gracia o Abranoba, puerto del río de París. Y salió de allí a 22 de abril del año de sesenta y cuatro y salió en una nao que era capitana de porte de cientos toneles y esta capitana no tenía nombre y con ella otros dos navíos de porte, el uno de 150 toneladas y el otro de 80. Y el uno de ellos, el mayor, se llamaba el Broque y el otro pequeño, El Bretón. Y que todos tres navíos traían entre soldados y marineros y gente de servicio, hasta trescientos hombre y era capitán general el que tiene nombrado Odonel y de la Broca venía por capitán Pierres, natural de la ciudad de Ruán, y del otro navío pequeño era capitán el Vasor, natural de Diepa y el piloto de la nao grande, capitana se nombraba Tetú, piloto real y era normando y el piloto de la otra nao mediana no sabe su nombre salvo que era normando y el piloto de la nao pequeña era hermano del capitán de 219 CartasAudienciaII20111205.indd 219 05/12/2011 01:51:41 p.m. Genaro Rodríguez Morel ella que se decía El Vapor, natural de Diepa y no venía entre la gente de estas naos españoles ni portugueses ni flamencos porque todos eran franceses de Normandía. Preguntado si las gentes de estas naos y capitanes y pilotos de ellas si eran católicos o luteranos dijo que todos los capitanes que tiene nombrado eran luteranos y los pilotos también lo eran y a partir de los marineros y otros eran católicos a lo que este declarante entendía, porque los luteranos hacían aparte sus juntas y los católicos lo mismo y que salidos del dicho puerto que tiene dicho del río de Parias, vinieron derechamente sin hacer escala en las islas de Canaria y a la isla de Tenerife e hicieron aguada en Las Palmas de Tenerife abajo del pico de tierra que tiene la Gomera y Tenerife. Preguntado si en este viaje toparon algunos navíos y ropas de (folio 2) españoles dijo que el capitán general tomó una carabela abajo el pico de Turia, que allí estaba surta en la cual habían tres o cuatro hombre blancos y tres negros muchachos y que era navío portugués que traía lozas de Portugal y decía que iba a la isla de Hierro y que tomó de este navío algún bizcocho y cargó luego el navío y la gente porque entendió del capitán que la reina de Francia que nombra la reina madre le mandó que hiciese aquel viaje con el menor daño que pudiese hacer a los españoles porque así lo decía el mismo capitán. Preguntado si después que partieron del pico de Turia, que a qué parte de esta Indias y puertos de ella fueron e hicieron escala. Dijo que de allí partieron y vinieron derechamente a una isla que dicen la Dominica a donde había muchos indios los cuales vinieron de paz y les daban gallinas y cazabe e iguanas y allí hicieron aguardar y estuvieron allí tres días y de allí fueron derechamente a la Florida. Preguntado que si en este viaje hasta la Florida y en el camino toparon algún navío de españoles o de otro y lo tomaron y se aprovecharon, dijo que cerca de la costa de la Florida apareció un navío de españoles y no quiso el capitán que se tomase y los marineros le persuadían que fuese allá y lo tomasen porque estaba cargado de oro el cual le llevaría la derrota de España que venían de Tierra Firme y decía el capitán que no se tomase por no ser descubierto y que no se tomó otro navío ninguno y el dicho navío, una madrugada mediado del mes de junio del año pasado amaneció entre todos los tres navíos franceses y lo pudieron tomar y no se tomó por lo dicho. Preguntado que si este declarante a pasado otra vez a estas partes, dijo que no. Preguntado que como este declarante habla en lengua castellana tan claro (folio 2v) en tan poco tiempo como dice que llegó de Francia. Dijo que cuando le trajeron preso a la Yaguana de esta isla Española, que fue por enero de este presente año, no sabía hablar castellano y que hablaba en latín con el prior de Santo Domingo y que después, como este declarante sabe muy bien la lengua italiana y otras lenguas porque su padre lo crió en Italia y en Venecia tratando en sus mercaderías leía bien los libros españoles y de allí tomó la lengua. Preguntado que qué munición y artillería traían estas naos y quien las armó en Francia y para qué efecto. Dijo que la nao capitana traía doce piezas de bronce entre chicas y grandes y de hierro, media docenas diversos y mucha pólvora y municiones 220 CartasAudienciaII20111205.indd 220 05/12/2011 01:51:42 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) y otras armas y mantenimientos y que el navío mediano traía diez piezas de bronce chicas y grandes y media docena de versos de hierro y municiones y todo lo demás. Y traían corseletes y picas y arcabuces todos tres navíos y una trompeta y un tambor y un pífano y que estos tres navíos los armó la reina de Francia. Y el almirante que se dice Gaspar Columí, mousier de Jatilón y que todas las armas y municiones que tiene dicha las tomaron y se las dieron del almacén del Rey de Francia del dicho puerto de Habla Noba, del río de París y lo dio todo por mandado de la reina el gobernador de Habla Noba que se dice mousier de Sarlabuque, natural de Gascona y que los dieron al general Martiminon por dos años el dinero para que los comprase y no compró más que para tres meses y se aprovechó de lo demás y por esto lo querían matar los soldados en la Florida y le querían llevar preso a Francia y que la Reina y Almirante de Francia mandaron al General y los demás que fuesen con esta armada a poblar a la Florida en treinta y un grados en un río que se llama el río de May, en lengua francesa y no sabe en castellano como se llama y (folio 3) que llegaron a este río en veinte y cuatro de junio del año pasado y luego subieron el río arriba, dos leguas e hicieron un fuerte de tierra y madera junto al río de la banda del oeste y pusieron allí siete piezas gruesas de bronce y que la dos tiraban pelotas más gruesas, como naranjas y los otros eran cuatro falcones y una culebrina, todo esto de metal y dieciocho versos de hierro y picas y arcabuces en cantidad en más de trescientas y asimismo muchas municiones de pólvora y pelotas y pocos mantenimientos y quisieron poblar allí y vinieron allí los indios de la tierra de paz y tuvieron con ellos como tres meses en junta, que duro la comida y los indios les traían pescados y maíz y uvas como las de Francia. Preguntado que después de poblada en la Florida cual lugar que dicho tiene que les fue mandado que hiciesen y allí dijo que el no lo sabe porque el general lo sabía salvo que les mandaba que hiciesen guardia toda la noche y de día no los dejaba salir del fuerte más de que los indios llevaron a este declarante más de ciento cincuenta leguas de recorrido porque se quiso ir con ellos porque en el fuerte moría de hambre y estuvo con ellos tres meses y que el cacique y los demás indios le hicieron muy buen tratamiento como si fuera su natural y le daban de comer el mantenimiento que ellos tenían y era pan de maíz y pescado y uvas y gallinas de guinea como pavos y le dieron a este declarante el cacique una barra de oro que pesaba más de tres libras y que tenían las flechas las puntas de ellas guarnecidas de oro y plata y decían que estaba una sierra como tres jornadas y que toda era de oro y plata y de allí sacaban aquel oro y plata y que este cacique tenía gran cantidad de piezas de oro. (Folio 3v) Preguntado que qué vestían estos indios, dijo que andaban desnudos y que sus vergüenzas las tapaban con pellejo de venado y las mujeres andaban vestidas de bejuco y es como cáñamo todas vestidas de esto hasta abajo. Y que acabo de estos tres meses su general fue en busca de este declarante y lo halló entre los indios y lo trajo al fuerte y le tomó la dicha barra de oro y dijo que la había de enviar a la reina pero que cree que no la envió porque un camarero suyo le dijo que la tenía en su cámara y el capitán general no rescató cosa ninguna con los indios porque no saltó en tierra por miedo de ellos y tiró un tiro y entonces le dieron a este declarante los indios. 221 CartasAudienciaII20111205.indd 221 05/12/2011 01:51:42 p.m. Genaro Rodríguez Morel Preguntado qué se ha hecho de este capitán general y de las naos y gentes. Dijo que las dos naos mayores volvieron a Francia con los marineros y la gente quedó en el fuerte con los capitanes y la nao pequeña quedó en el río con la artillería que traía y con treinta marineros. Y que esta gente se está ahora en aquel fuerte de la Florida y estarán al presente hasta ciento treinta hombres por todos, porque los demás se han muerto y huidos en dos barcos o chalupas que hicieron allí en la Florida y vinieron a la Yaguana, puerto de esta isla Española sin venir a otro puerto que venían a buscar comida porque morían de hambre. Y este declarante se huyó de los franceses en el Caha (sic) y terminó en la Yaguana y se vino a los españoles y se encomendó al padre prior de Santo Domingo que allí estaba y por amor a Dios le salvase y pusiese de donde no le hallasen los franceses y que sacó consigo un cáliz de plata con su patena que un luterano de los franceses había tomado allí en el Caha (sic) y este (folio 4) confesante le dio al padre prior de Santo Domingo y así se fueron los franceses en sus chalupas aunque mataron los españoles cinco de ellos y no sabe de ello donde se fueron los dichos franceses y que este declarante le envío preso la justicia de la Yaguana a esta corte. Preguntado que las dos naos que dice que se fueron qué intento o presentimientos llevaban para hacer, dijo que dijeron que iban a Francia por más gente y mantenimientos y que habían de volver por todo este mes de marzo allí a la Florida. Preguntado que cuántas leguas hay del fuerte que dice a la Yaguana a donde este confesante dice que dejó los dichos franceses. Dijo que el piloto que los trajo decía que estaba a trescientas leguas y el piloto se decía Vasor. Preguntado que si este declarante sabe que hay otra población de franceses en aquel paraje de la Florida o en otro paraje, dijo que no lo sabe más de que decían que en la punta de Santa Elena, en la misma tierra de la Florida, que el hacía la banda del norte que estaba un francés poblando la punta de Santa Elena y que cree que todos son perdidos de hambre. Preguntado que desde el dicho río de Haya a donde hicieron el fuerte estos franceses que tanto de la isla colonial que se dice de Bahamas por donde navegan los que van a España. Dijo que los pilotos decían que hay treinta leguas, y esta es la verdad. Y lo firmó de su nombre de Rongemont. Nicolás López, escribano de cámara de su majestad. Nicolás López, escribano de cámara de su majestad 222 CartasAudienciaII20111205.indd 222 05/12/2011 01:51:42 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6d Santo Domingo, 27 de mayo de 1565 En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, a veintisiete de mayo del año de 1565 años. Por mandado de los señores presidente y oidores fue recibido juramento en forma de vida de derecho, Juan de León Pie, francés, preso en la cárcel real de esta Audiencia que fue enviado a ella por la justicia de la Yaguana y le fueron hechas las preguntas siguientes: Preguntado cómo se llama dijo que Juan de Ampiés. Preguntado de dónde es natural, dijo que de Oton, tierra de Normandía, en Francia. Preguntado que de cuánto tiempo a que está en estas partes de las Indias dijo que a veintidós de abril del año pasado de 1564 años salió de Francia para venir a las indias a la Florida. Preguntado cuyo hijo es. Dijo que de Lavidio Lave, natural de Oton, tierra de Normandía que tiene dicho, el cual, Oton es una villa de Normandía. Preguntado qué oficio tiene su padre. Dijo que es caballero y hace servicio al Rey cuando le es mandado. Preguntado si su padre ha hecho algún trato en estas partes de Indias y si ha venido de ellas. Dijo que no y que no había visto la mar. Preguntado qué oficio tiene este declarante. Dijo que es soldado y sirve a su Rey cuando es mandado con sus caballeros. Preguntado qué quién le trajo a estas partes a este declarante. Dijo que lo trajo un capitán francés que se nombra Laudoniel y que es francés y que no sabe de donde es natural. Preguntado a qué pasó a este capitán a estas partes de Indias y en qué navíos y con qué gente. Dijo que este capitán pasó a estas partes para poblar la Florida y pasó con tres navíos y doscientos hombres entre marineros y soldados y que salió de Francia de un puerto que se llama Abra de Gran u Obranova y que el dicho capitán Laudoniel venía en la nao capitana y de otra nao de las tres venía por capitán Pierres, natural de Ruán y que del otro navío venia por capitán Vasor, natural de Diepa, y que el piloto real de la nao capitana se llamaba Tetu, no sabe de qué tierra. Y que el piloto de la nao de que era capitán Pierres no sabe su nombre salvo que es normando y que el piloto de la nao de que es capitán Vasor era su hermano del dicho Vasor y se llamaba Vasur y que en esta armada no venían españoles ni portugueses ni flamencos porque todos eran franceses. Preguntado si la gente de estas naos y los capitanes y pilotos de ellas si eran católicos o luteranos. Dijo que los capitanes y pilotos decían que eran luteranos y que 223 CartasAudienciaII20111205.indd 223 05/12/2011 01:51:42 p.m. Genaro Rodríguez Morel entre la gente venían luteranos algunos de ellos aunque no sabe sus nombres y otros eran católicos y este declarante era católico porque lo es su padre y su madre y sus deudos y el quiere vivir y morir en la fe de Jesucristo. Preguntado que salidos que fueron del puerto de Francia que en qué partes y lugares hicieron escala. Dijo que vinieron a las islas de Canarias a tomar agua y no supo de los nombres de las islas. Preguntado si en este viaje tomaron algunos navíos y ropa de españoles. Dijo que en Canarias a donde hicieron el aguada tomaron una carabela con cinco o seis hombres entre blancos y negros y decían que eran españoles pero que este declarante no los vio porque venía en el navío del capitán Pierres y que lo que traía (folio 1v) eran ajos y cebollas y que después el capitán les dejó el navío y lo que traían. Preguntado que después que hicieron el aguada que a qué partes de Indias hicieron escala. Dijo que de allí vinieron a la isla de Dominica a donde salieron muchos indios y les dieron casa y gallinas y piñas e iguanas y de allí fueron a la Florida. Preguntado si en esta viaje hasta la Florida si en el camino tropezaron con algunos navíos y los tomaron. Dice que cerca de la costa de la Florida toparon un navío y le dieron casa dos o tres horas y los marineros decían que lo tomasen porque traía oro y plata del Nombre de Dios y qu el capitan dijo que lo tomaron porque la reina de Francia lo había mandado que fuese a la Florida con todo secreto y que no hicieron ningún daño a navíos de españoles y así no lo tomaron y lo dejaron porque muy bien lo pudieron tomar si quisieran. Preguntado si este declarante ha pasado a estas partes de las Indias otra veces. Dijo que no, que este es el primer viaje. Preguntado que qué municiones y artillerías traían estas naos y quien las armó en Francia y para qué efecto. Dijo que la nao capitana traía doce piezas de bronce, chicas y grandes y traía versos y arcabuces y mucha munición y el navío de la capitana Pierres le parece que traía dos piezas de bronce y el navío pequeño dos piezas pequeñas de bronce y estos tres navíos traían coseletes y picas y alcabuces y pólvora y todas municiones de guerra. Y traían dos trompetas y dos tambores y pífanos. Todo a punto de guerra y que esta armada la mandaron hacer la madre Reina de Francia y el almirante de Francia que se llama Gaspar de Columí, musieur de Jatelón y que toda esta artillería y municiones se las dieron del almacén del Rey de Francia del puerto de Abranova y que se la dio musieur de Sarba buque Gascón y que al capitán le dieron dineros para mantenimiento para dos años, que no los gastó sino por tres meses, porque lo cual los soldados estuvieron para matarle o prenderle y llevarlo a Francia para que le castigasen por lo que había hecho. Y que la Reina madre de Francia y el dicho Almirante mandaron al dicho general que fuese a poblar la Florida y a descubrir las tierras si había minas oro y plata y así llegaron a la Florida por el mes de junio del año pasado y llegaron y surgieron en un río que se dice de May que decían los pilotos de treinta y un grado y que salieron con los barcos el río arriba más de sesenta leguas y junto a este río, dos leguas del mar, hicieron una fortaleza y fuerte de 224 CartasAudienciaII20111205.indd 224 05/12/2011 01:51:42 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) tierra de madera a la banda del sur porque cuando venía el viento norte les daba en el rostro del fuerte y en este fuerte pusieron siete piezas de bronce gruesas y muchos versos y piezas y arcabuces y todo género de municiones y pólvora y que allá tuvieron comida de pan y vino por dos meses y que allí vinieron muchos indios de paz y les traían maíz, pescado y uvas a manera de las de Francia y que estuvieron en este fuerte como cinco o seis meses. Preguntado qué hecho el fuerte que tiene declarado que entendían y qué les mandaba el capitán que hiciese que el tiempo que allá estuvieron y si les mandaba velar el fuerte que el dicho tiempo. Dijo que el capitán les mandaba velar y así velaban (folio 2) como la fortalezas revelan de enemigos cada noche y que el capitán mandó a cincuenta soldados que fuesen a un pueblo de indios y trajesen comida y así fueron. Que poca distancia que hay desde aquel fuerte a donde están los pueblos de los indios y les tomaron por fuerza maíz, pescado, y porque no les hallaron otra cosas y los trajeron al fuerte. Preguntado si estos pueblos de los indios se tenían los indios oro o plata y si les dieron algunas cosas de ello. Dijo que los indios tenían oro y plata que podían valer como tres mil pesos y el capitán decía que los quería enviar a la Reina madre de Francia y al Almirante de Francia y así decía que se lo envió y que los indios de la Florida decían que aquel oro y plata lo habían sacado de navíos que se habían perdido en aquella costa cerca del canal y otros decían que de unas sierras que allí habían lo sabían. Preguntado si los indios de la Florida andaban vestidos o desnudos dijo que andaban desnudos los hombres y solamente se vestían de unos pellejos de venados y las mujeres de unas hiervas como cáñamo que nacen en los árboles. Preguntado qué se ha hecho este capitán y de las demás gentes de esta armada y de estas naos. Dijo que las dos naos mayores volvieron a Francia por mandado del capitán, el cual se quedó en la Florida y fueron por estas naos para traer más gente y mantenimientos para volver con ellos a la Florida. Y quedó allá el navío pequeño en el río y los marineros fueron con las naos y quedaban en la Florida por todos como doscientos soldados y que de estos porque tenían hambre salieron en dos chalupas como sesenta soldados al Cahar (sic), término de la villa de la Yaguana de esta isla a donde saltaron una noche en tierra quince franceses a tomar comida y la gente dormía y como los sintieron dieron en ello y prendieron a este declarante y mataron a otros tres o cuatro y que otro, su compañero, que se dice Rujamonte, que está preso en esta cárcel se vino a los españoles y se encomendó a ellos y que los dichos franceses no sabe lo que fue que se halla hecho de ellos salvo que ha oído decir que los tomaron en Jamaica. Preguntado si sabe esta declarante que haya otra población de franceses en aquel paraje de la Florida o en otro paraje. Dijo que no lo sabe. Preguntado si sabe que en la punta de Santa Elena, en la misma Florida haya habido o hay otra población de franceses. Dijo que ha oído decir que en La Habana habían llevado un francés que era de los que habían poblado en la punta de Santa Elena. 225 CartasAudienciaII20111205.indd 225 05/12/2011 01:51:42 p.m. Preguntado que desde el dicho río de May que está a donde hicieron el fuerte estos franceses que tanto hay hasta el canal de Bahamas. Dijo que no lo sabe porque no entiende las cosas del mar y esta es la verdad por el juramento que hizo y que dijo que no sabía escribir. Y dijo que es de edad de veinte y tres o veinticuatro años Nicolás López, escribano de cámara de su majestad 226 CartasAudienciaII20111205.indd 226 05/12/2011 01:51:42 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6e Sevilla, 15 de septiembre de 1565 En Sevilla, a 5 días del mes de septiembre de 1565 años. El señor Juan Gutiérrez Tello, tesorero y juez de su majestad de la Casa de la Contratación de las Indias dijo que por cuanto a su noticia ha venido un hombre que se dice que viene de La Habana el cual fue preso en la mar por ciertos franceses y que salieron de la Florida a robar y tomar los navíos que viniesen de las Indias de su majestad y porque a su servicio conviene saber y averiguar que es lo que en razón de ello ha pasado para dar de ello cuenta en el Real Consejo de las Indias de su majestad para este efecto. Tomó y recibió juramento en forma de derecho de Martín Rodríguez, maestre, vecino de la villa de Lepe, estante en esta ciudad de Sevilla so cargo del cual prometió de decir verdad de lo que supiese y le fuese preguntado al cual hizo las preguntas el cual respondió en la manera siguiente: Preguntado de qué parte de las Indias viene y en qué navío. Dijo que venía de La Habana en el navío de que es maestre Luis de Palacios que llegó al puerto de Sanlúcar el lunes próximo pasado por pasajero en el dicho navío. Preguntado qué tanto tiempo que partió de la dicha Habana dijo que aquel navio en que este testigo vino partió de La Habana. Tres meses poco más o menos. Preguntado qué nueva había en la dicha Habana de los franceses que dice que están en la Florida y si hay algunos corsarios en aquellas partes. Dijo que lo que este testigo sabe es que por el mes de febrero próximo pasado de este año, este testigo salió del puerto de Santo Domingo de la isla Española por piloto de un barco que de allí salió para Santiago de Cuba que es en la misma isla de La Habana en el cual iba un juez de comisión que le proveyó la Audiencia Real de Santo Domingo para ir a la dicha isla de Cuba en el cual dicho barco iban hasta doce hombres entre marineros y pasajeros y yendo navegando (folio 1v) en demanda de la dicha isla de Cuba. A los dieciséis del dicho mes de febrero, llegando al cabo de Tiburón, una noche, serían las once horas, poco más o menos, llegó al dicho barco un patache con remos y una nao de franceses. Y visto por la gente del dicho barco, se pusieron en huida y el dicho patache los alcanzó y pelearon con ellos porque este testigo y los demás se pusieron en defensa y los dichos franceses mataron al dicho Juez de Comisión y un negro suyo e hicieron a esta testigo y a otros cuatro o cinco que entraron en el dicho barco y los saquearon de vinos y azúcares y ropas y mercaderías y esclavos que llevaban y a este testigo y a los demás los llevaron al dicho navío grande de los dichos franceses y los prendieron debajo de cubierta y allí los tuvieron ocho días y en esto hablaron el capitán de los dichos franceses y otros de ellos y este 227 CartasAudienciaII20111205.indd 227 05/12/2011 01:51:42 p.m. Genaro Rodríguez Morel testigo y le dijeron como eran de los que estaban en la Florida y que allí tenían amistad con los indios de la tierra y la entrada a ella era por un río que tiene tres brazas y media a la boca y dentro muy hondo y que tiene a la boca del mismo río una ciénaga hecha de palizada, y que es muy fuerte y en ella tiene veinte piezas de bronce u cuatrocientos hombres y que estaban aguardando diez naos de socorro de Francia sin mujeres y muchachos para poblar la tierra y mantenimientos y armas para defenderla. Que habían salido de la Florida a buscar de comer porque no tenía que comer y morían de hambre y así en dicha nao no tenían mantenimientos para dos días. Y preguntaron a este testigo que como irían a Jamaica para que allí en rescate de este testigo y di los demás que habían prendido y de las ropas le diesen de comer y este testigo con presupuesto de que idos a Jamaica los prenderían a ellos y tendrían libertad le aconsejó que fuesen allá y así fueron y antes da saltar en tierra y tomar puertos enviaron dos marineros de los presos con este testigo con carta de este testigo y de un vecino de Jamaica que venía preso para el gobernador y para amigo que allí tenían y den respuesta de ellas trajeron carne y cazabe y otras cosas (folio 2) o refrescos para detener a los dichos franceses y así surgieron en el en la boca del mismo puerto la dicha nao gruesa y patache y el barco que habían tomado donde este testigo salió de Santo Domingo y de una a tres días sería el cuarto del alba el gobernador y otros de la tierra armaron una fragata y dos navíos y vinieron sobre la nao de los dichos franceses y la comenzaron a lombardear y del primer tiro le mataron dos franceses y visto por la gente del patache huyó y se hizo a lo largo y la dicha fragata envió al gobernador y gente de Jamaica vinieron sobre la nao de los dichos franceses y los franceses cortaron las amarras y huyeron y por ser viento calma y la fragata de los de Jamaica tener remos alcanzaron al dicho navío y visto por el capitán franceses llamó a este testigo que estaba debajo de cubierta y le dijo que el gobernador lo había hecho mal, que le faltó la palabra que se le había dado de seguro y este testigo le dijo que el no sabe nada y el dicho francés le dijo que tratase con el gobernador, que los tratase bien y con aquella condición se rendirían y así se rindió y le entregó las armas a este testigo y llegando abordo el dicho gobernador le entregó a los dichos franceses presos y el navío y después se trataba entre el gobernador y los oficiales del Consejo si se había de hacer justicia de ellos o si se traerían a España y de esta manera los dejó presos y el dicho navío en el puerto y el patache como dicho tiene, se huyó y este testigo no sabe que lo que pasó porque se vino y los dejó en este estado. Preguntado si el dicho navío y patache y franceses eran de guerra y si estaban bien apercibidos y armados dijo que en el dicho navío grueso venían treinta y tres hombres que quedaron presos en jamaica, todos arcabuceros y bien apercibidos aunque el navío no traía más de un tiro de bronce y cuatro o cinco versos porque era navío que ellos habían tomado en Baracoa estando cargado de Palo Negro el cual tomaron dos chalupas que salieron (folio 2v) de la Florida en la cual dijeron los dichos franceses que tenían hecha una galera de remos para correr la costa y en 228 CartasAudienciaII20111205.indd 228 05/12/2011 01:51:42 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) el dicho patache iban veinte y tres hombres, así mis arcabuceros y esto es lo que este testigo sabe y la verdad por el juramento que hizo. Y lo firmó de su nombre el cual es de edad de treinta y seis años y no les tocan ningunas de las preguntas generales. Martín Rodríguez, escribano. Preguntado qué otras personas hay en esta ciudad que sepan lo declarado en esta declaración o alguna cosas o parte de ello dijo que en esta ciudad no hay persona alguna que pueda declarar en razón de ello por no venir en la nao en que este testigo vino ninguna persona. Martín Rodríguez, Francisco Rodríguez, escribanos. Por mandado del señor Juan Gutiérrez saqué esta declaración y se la entregué en veinticuatro días del mes de septiembre de 1565 años. Francisco Rodríguez, escribano 229 CartasAudienciaII20111205.indd 229 05/12/2011 01:51:42 p.m. Genaro Rodríguez Morel Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 6f (Sin fecha) Lo que escribe el Consejo de Indias por carta de dos de octubre de 1565. Que en 5 de septiembre pasado avisaron a su majestad como en la isla de Jamaica se había tomado una carabela con cierta cantidad de franceses de los que estaban poblando en la Florida y que después han tenido aviso particular de lo que en ello ha pasado por carta de 4 de junio de este año de la Audiencia de la isla Española y es que ha sido enviado a Antón Núñez, escribano de aquella Audiencia a la isla de Cuba a ciertos negocios, una carabela y una chalupa de franceses de lo que como dicho es poblaban por la Florida encontraron con el y le tiraron ciertos tiros y lo mataron le tomaron la carabela en que iba y llegados los dichos franceses a la dicha isla de Jamaica que iban por bastimentos al gobernador de allí le tomó la dicha carabela con 30 franceses y el patache se les huyó y por el dicho de uno de estos franceses que después aportó en Sevilla consta ser así lo de Antonio Núñez y que estos franceses se traen a Sevilla y que en llegando darán aviso de ello. Por el dicho de otros dos de estos franceses parece que por abril del año de 1564 salieron tres navíos del puerto de Abra en Francia por parte de la Reina y del Almirante para que fuesen a poblar a la Florida en 31 grados en el río de May donde llegaron por junio siguiente y dicen que iban en los dichos navíos entre soldados y marineros hasta 300 hombres y que algunos son luteranos y otros católicos y que llegaos a la isla dominica estuvieron allí tres días y los indios venían de paz y les traían mantenimientos y llegados al dicho río de May subieron dos leguas arriba e hicieron un fuerte y quisieron poblar allí y los indios venia de paz y que dejando allí 200 hombres de guarda y un navío se volvieron a Francia por más gente y que oyó decir que otros franceses habían poblado a la punta de Santa Elena, que es en la dicha Florida. La cual dicha Audiencia escribe por carta de 4 de junio e este año como el año de 1563 escribieron a su majestad que a la banda de aquella isla había llegado un capitán inglés con cinco bajeles y cantidad de negros que decían haber rescatado en Guinea y que ahora han tenido aviso que el dicho capitán inglés ha vuelto allá con una armada de cinco navíos muy bien artillados y abastecidos y que ha llegado a la isla Margarita y de allí ha corrido la costa de Tierra Firme y en la provincia (folio 1v) de Venezuela y puertos de ella ha robado mucha cantidad de oro y plata, joyas y perlas por fuerza con color de que quieren registrarlo y pagarlo. Y en la isla de Curazao han hecho lo mismo y han tomado cantidad de cueros vacunos ganados mayores y menores. Y que había nueva que habían ido al Cabo de la Vela por entender que allí hay cantidad de oro y perlas a donde y a Santa Marta y Cartagena y Nombre de 230 CartasAudienciaII20111205.indd 230 05/12/2011 01:51:42 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Dios avisó de ello la dicha Audiencia para que estuviesen prevenidos. Por el dicho de dos testigos que el uno de ellos, indio, por engaño el dicho capitán diciendo que le pagaría lo que le diese consta ser así lo susodicho y que le dijo que dicho capitán que aquella hacía por orden y licencia de la reina de Inglaterra y le mostró una provisión suya para ello. El Consejo de Indias dice que sería bien escribir sobre ello al embajador de Inglaterra. La dicha Audiencia de la isla Española escribe suplicando a su majestad, que por que el oficio del dicho Antón Núñez era acrecentado y vaco por su muerte se consuma para que no haya más de dos escribanos y se haga merced de él a la mujer y herederos del difunto en gratificación de lo que en la jornada dio. 231 CartasAudienciaII20111205.indd 231 05/12/2011 01:51:42 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 7 Santo Domingo, 13 de noviembre de 1565 Juan Carlos López, escribano de cámara de su majestad y de la su Real Audiencia y Chancillería que por su majestad reside en la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. Doy fe que en cumplimiento de lo que su majestad manda por su real cédula que se envió relación y testimonio de los pleitos que están pendientes en la dicha Real Audiencia tocantes a su Real Hacienda en el estado en que están, hice sacar y saqué la relación de ello en la forma y manera siguiente: El fiscal de su majestad de la dicha Real Audiencia por el mes de julio del año pasado de 1563 años denunció contra el capitán Pedro Carrillo que siendo portugués y casado en Lisboa había traído y metido en un puerto que dicen de Ocoa, que es en esta isla en un navío y armazón de esclavos que había traído so color de cierto registro que decía traer que había metido en otro navío y carabela escondidamente mucha cantidad de esclavos negros y mercadería sin registrar ni licencia de su majestad, que todo está perdido y pertenece a la cámara y fisco de su majestad sobre lo cual le dio cierta información y se hicieron ciertas averiguaciones y estando el pleito concluso vos sus señorías y oidores dieron sentencia que vista por la cual su efecto al dicho capitán Pedro Carrillo en pedimento de la carabela nombrada Santome y más en el valor de ciento diez piezas de esclavos negros al precio de como se vendieron los demás esclavos de que traía licencia de su majestad y más en el valor de dos alfombras y dos colchas que trajo, asimismo sin registrar, todo lo cual aplicaron para la cámara y fisco de su majestad de la cual dicha sentencia suplicó al dicho capitán Carrillo y expresó ciertos agravios y fue recibido a prueba con cierto término ultramarino el cual es pasado y de suplicación del fiscal está hecha publicación de testigo de una probanza que presentó la parte contraria fecha en el reino de Portugal por requisitoria de la dicha Real Audiencia y con este estado está el dicho pleito pendiente en la dicha Real Audiencia según que esto y otras cosas por el consta y por eso ha que me refiero y en este pleito el dicho Pedro Carrillo tiene dadas fianzas para estar a derecho y pagar lo juzgado y sentenciado. Otrosi doy fe que [este] pleito está pendiente en la dicha Real Audiencia entre el fiscal de su majestad de la una parte y Baltasar Balboa, maestre del navío Santi Espíritus de la otra, el cual dicho pleito se trató ante el gobernador de la isla de San Juan de Puerto Rico en el año pasado de 1562 años ante el cual, habiendo procedido ciertos autos y licencia que fue dada al dicho Balboa para que entrase en el puerto a pedimento del procurador de la ciudad diciendo haber en el gran falta de mercaderías y mantenimientos. Después de esto fue denunciado por el factor de la dicha isla haber venido el dicho maestre sin registro ni licencia de su majestad con 232 CartasAudienciaII20111205.indd 232 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) el dicho navío cargado de vinos y otras cosas demás de ser portugueses y venir de reino extraño sobre lo cual se procedió en la causa y el gobernador dio sentencia por la cual se condenó en pedimento del navío vinos y mercaderías que metió que parece que montaron seis mil y ciento doce pesos y tres tomines y ocho granos de moneda corriente y tres pipas de vino que están depositadas en la dicha isla de la cual sentencia apelo y se presenta en esta Real Audiencia la parte de el dicho Barbosa con el proceso de la dicha causa a donde por un auto los dichos señores presidente y oidores pronunciaron por desierta la dicha apelación y la sentencia del dicho gobernador habéis pasado en cosa juzgada y le condenaron en costa del cual dicho escrito está suplicado por parte el dicho Baltasar Balboa y en este estado está al presente el dicho pleito pendiente. Otrosi, doy fe que por el mes de febrero del año pasado de mil quinientos sesenta y tres años entró en este puerto el navío Santi Espíritus, maestre Gaspar Álvarez que (folio 1v) parece que salió del puerto de Lisboa para el Brasil y arribó a este puerto con tiempo forzoso de que se recibió información y el dicho maestre pidió licencia para fondear su navío y volverse a donde llevaría su derrota para lo cual se le dio cierto término y lo cumplió conforme a lo cual su majestad tiene mandado se le mandó tomar el navío y las mercaderías y dos esclavos y todo se vendió en almoneda, que serán diez mil pesos poco más o menos de moneda corriente de esta isla de lo cual les está hecho cargo a los oficiales de su majestad de esta isla para que hecha relación a su majestad provea lo que sea su real servicio de lo cual se envió relación a su majestad con el proceso de la causa por el año pasado de 1563 años y en este estado está este negocio. Otrosi doy fe que por el mes de abril del año pasado de 1563 años entró en el puerto de esta ciudad un navío nombrado Nuestra Señora de la Esperanza de que vino por maestre Benito Martín la cual fue visitada por los oficiales de su majestad y pareció no traer registro ni licencia de su majestad y los dichos oficiales hicieron inventario del dicho navío y negros que traía y todo ello lo platicaron por perdido para la cámara de su majestad y después en la dicha Real Audiencia ante los señores presidente y oidores de ella pareció Juan de Espinosa por sí y en nombre de Gregorio de Espinosa su hermano y con su poder que presento y por su petición dijo que la dicha carabela traía hasta cien piezas de esclavos negros, la mayor parte de la cual armazón dijo pertenecerle a él y al dicho su hermano por los haber comprado en Guinea para llevarlos a España a la ciudad de Sevilla y que la dicha carabela con tiempo contrarios y forzosos y por falta de mantenimiento por haber sido seguida por ingleses corsarios que andaban por aquellas partes pirateándoles convino huir a los de la dicha carabela por librar sus personas y salvar la dicha armazón y no pudieron volver a España sin gran riesgo de perder sus vidas y hacienda, por lo cual, les convino arribar a esta isla de manera que la entrada a este puerto fue forzosa y fortuita para aderezarse y fornecerse y volver a España a entregar la dicha armazón al dicho Gregorio de Espinosa por lo cual y por otras causas que dijo y alegó era ninguno lo proveído por los dichos oficiales como tal se debía anular y revocar y siendo necesario apelación del dicho auto apeló de ello para 233 CartasAudienciaII20111205.indd 233 05/12/2011 01:51:43 p.m. Genaro Rodríguez Morel ante su majestad según que esto y otras cosas en la dicha petición se contiene de lo cual los dichos señores presidente y oidores mandaron dar traslado al fiscal de su majestad y que diesen información y sobre lo [que] parece que la parte del dicho Juan de Espinosa dio cierta información y sobre ello parce que la parte del dicho Juan de Espinosa dio cierta información de testigos y se procedió adelante en la causa. Y visto por los dichos señores, presidente y oidores pronunciaron autos en vista y en grado de revista por los cuales en efecto mandaron que todo lo precedido de los dichos esclavos y el dicho navío se pusiese en poder de los oficiales de su majestad de esta isla y se les hiciese cargo de ello como hacienda de su majestad hasta que vistos estos autos por su majestad provea lo que sea servido y del auto de revista por parte del dicho Juan Gregorio de Espinosa fue suplicado segunda vez para ante la persona real de su majestad y es pasado ciertas causas y por los dichos señores le fue otorgada la dicha segunda suplicación en cierta forma y con cierto término estando primero (folio 2) hecho cargo a los oficiales de su majestad de lo procedido de la dicha armazón de los dichos esclavos y navíos todo lo cual fue vendido en pública almoneda y les está hecho cargo que parece que montó todo ello casi setenta mil pesos en cuartos según que más largamente consta y parece por el dicho proceso y autos a que me refiero. El cual dicho proceso se llevó originalmente ante su majestad en el dicho grado de la segunda suplicación conforme a su real cédula. Otrosi, doy fe que pleito sea tratado en la dicha Real Audiencia entre el fiscal de su majestad de la una parte, y Benito Rodríguez, portugués, de la otra Vicente Fraile, maestre del navío San Antonio y Roque Báez, piloto y Felipe Botello, portugueses. Sobre razón que se les opuso que por el año pasado de 1564 el dicho Benito Rodríguez y los demás sus consortes con un navío y negros habían ido a la isla de Jamaica con cierta cantidad de negros so color de cierto registro de la Casa de la Contratación de Sevilla que había sido falseado y que los habían allí metido y contratado y vendido siendo como eran portugueses y habiendo venido y pasado a estas partes sin licencia de su majestad sobre lo cual se procedió contra ellos y fueron dado sentencias en grado de vista y en grado de revista por las cuales el dicho Vicente, Roque Báez y Felipe Botello fueron condenados en perdimiento de todos sus bienes aplicados para la cámara y fisco de vuestra majestad y que fueron presos y registrados en la Casa de la Contratación de Sevilla con el proceso de esta causa para que su majestad hiciese de ello lo que fuere su real servicio y el dicho Benito Rodríguez fue condenado en rebeldía y declarado por hechor y perpetrador del dicho delito y que donde quiera que fuese hallado en todos los reinos y señorías de su majestad fuese preso y traído a la cárcel real de esta corte donde fuese enviado preso y registrado a Sevilla y entregado a la Casa de la Contratación para que su majestad hiciese de su persona lo que fuese servido y más le condenaron en perdimiento de todos sus bienes aplicados para la cámara y fisco de su majestad. Y parece por el proceso de esta causa que de la ciudad de Santiago de la isla de Cuba por bienes de los dichos portugueses, fueron traídos en plata corriente y en plata ensayada y en piezas de plata y en una partida de oro hasta tres mil y novecientos 234 CartasAudienciaII20111205.indd 234 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) y sesenta y dos ducados, poco más o menos de los cuales está hecho cargo a los oficiales de su majestad de esta isla según que todo lo susodicho consta y parece por el dicho proceso a que me refiero. Todo lo cual hice escribir y sacar de los dichos procesos en cumplimiento de lo que su majestad mandó por su real cédula. De Santo Domingo de la isla Española, a trece días del mes de noviembre de 1565 años. Y por ende, yo el dicho escribano de cámara de su majestad hice aquí este mi signo. En testimonio de verdad. Nicolás López, escribano de cámara de su majestad 235 CartasAudienciaII20111205.indd 235 05/12/2011 01:51:43 p.m. Genaro Rodríguez Morel Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 3, Nº 8 Santo Domingo, 13 de noviembre de 1565 Yo Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad y de su Real Audiencia y Chancillería real que en esta ciudad de Santo Domingo por su mandato reside. Hago saber y doy fe como en mi oficio se tratan los pleitos tocantes a la Real Hacienda de su majestad siguientes: Primero, un pleito que trata el fiscal de su majestad contra el licenciado Cabrera y los oficiales de la Margarita el cual es sobre sesenta negros que se tomaron a Antonio Gómez de Acosta el cual vino a esta Real Audiencia el 20 de julio de 1560 años y fue puesto acusación al dicho licenciado Cabrera y a los oficiales de la Margarita. Fue el pleito concluso y recibido a prueba y las partes hicieron sus probanzas y fue hecha publicación y concluyó proceso definitivamente y fue dada sentencia en que condenaron al dicho licenciado Cabrera y consortes en los dichos sesenta negros o su valor y en el valor de las mercaderías y otras cosas que vinieron en la nao sin registro descontando en ello lo que pareciere haber recibido y entrados en la caja de su majestad en la isla de la Margarita y en la provincia de Cartagena y el Nuevo Reino de Granada según que en la dicha sentencia más largamente se contiene. De lo cual fue suplicado por el fiscal y por las partes fue concluso y fue recibido en prueba y fueron hechas probanzas y concluso el pleito y está en este estado el proceso. En el pleito que trata el fiscal con Cristóbal Rodríguez Garrucho sobre (folio 1v) la carabela y negros que traje de Magarabonua (sic) sin registro, los cuales le fueron tomados y perdidos y el navío ha vendido y hecho cargo de ello a los oficiales de su majestad y el alegó caso fortuito y fiel oído y sentenciado el piloto en vista y revista en que le condenaron por perdidos los dichos negros suplicó segunda vez para ante su majestad y está en este estado y este pleito se empezó el 24 de abril de 1562 años y sentenciado en revista a 22 de agosto de 1564. El pleito que trata el fiscal con Francisco de Boto sobre el navío Magdalena que vino a este puerto en 23 de marzo de 1563 yendo a canarias y por caso fortuito vino a esta isla le fue mandado entregar las mercaderías. Suplico el fiscal segunda vez ante la persona real se le otorgó y el Soto dio fianzas y se ejecutó la sentencia y el proceso fue originalmente en el navío de Barrotarán. Miguel Alfonso, portugués, yendo del Brasil a Lisboa aportó en este puerto el 26 de febrero de 1563 años el cual venía cargado de Palo de Brasil y algodón y algún azúcar, se mandó descargar y vender y poner los despachos en poder del tesorero y lo procedido de ello entretanto entre tanto que viniesen sus dueños y se hizo relación a su majestad y se envió el testimonio de lo que pasaba. 236 CartasAudienciaII20111205.indd 236 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) El navío nombrado Nuestra Señora de la Misericordia que aportó en este puerto por caso fortuito y yendo a Brasil el 3 de agosto de 1562 años fuele tomada la carabela (folio 2) y mercaderías por perdidas hasta que su majestad proveyese lo que fuese servido y se metió en la caja de tres llaves y se envió testimonio de ello. El pleito del fiscal con Jerónimo Bautista sobre ciertos negros que compró del navío de Garrucho. Le fue puesta a la sazón respondió a ella y se recibió el pleito a prueba y esta a estado. El pleito del fiscal contra Francisco de Acosta sobre un navío cargado de sal que trajo sin registro se puso el acusación por el fiscal en dos de mayo de 1565 como se tomó su confesión y se dio enfado y está en este estado. Asimismo trata pleito con el fiscal por este mismo tiempo con los oficiales de su majestad de Puerto Plata sobre no haber tenido este navío de suso y respondieron a ello y está el pleito recibido a prueba y correctísimo probatorio. Trata otro pleito el fiscal con dos negros que trajo Blas de Merlo, gobernador de Jamaica los cuales pide por perdidos por haberlos vendido sin registros parte de ser libres esta concluso dicho pleito se empezó el año pasado de 1564. El fiscal trata pleito con Diego Hernández de Ocampo sobre ciertos cuartos en pesos de oro fino que depositó Antonio Delgado, juez que fue por esta Real Audiencia. Dicen ser bienes del marino portugués. Está puesta demanda de ello porque se lo desembaracen. En 7 de octubre de 1561, respondió el fiscal (folio 2v) que anduvo y recibió la prueba y esta en este estado. El fiscal pidió los bienes a Cristóbal de Tapia por estar confiscados por la sentencia que mandó sean de no en rebeldía. Está en poder del relator. El fiscal trata pleito con Pedro de Segura, vecino del Puerto Real sobre ciertos derechos perteneciente a su majestad que dice haber llevado a que pidió a 13 de julio de 1565 y este mandó que dé información. En fe de lo cual por mandado de su majestad y en cumplimiento de su real cédula dí la presente para que de ella sean cierto en certificados. Que es hecho en la ciudad de Santo Domingo de la Española, de las Indias del mar Océano a 13 de junio de 1565 años. Y yo Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad y de su Real Audiencia presente fui a sacar dicha relación y por ende hice este mi signo en señal de verdad. Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad 237 CartasAudienciaII20111205.indd 237 05/12/2011 01:51:43 p.m. Genaro Rodríguez Morel Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 4, Nº 9 Santo Domingo, 18 de abril de 1566 Muy poderos señor: Agustín de Echagoyan, en nombre de licenciado Echagoyan, mi hermano, vuestro oidor de la Audiencia y Chancillería que recide en la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. Digo que el licenciado Ortegón, vuestro oidor asimismo en la dicha Real Audiencia por comisión de vuestra alteza ha tomado la residencia el dicho licenciado Echagoyan y en la dicha residencia le ha hecho muchas molestias y vejaciones, así en haberlo prendido a frentosamente como en no quererle recibirle sus descargos y en no le querer administrar pensiones que presentaba sino antes se las rompía según que esto y otras cosas con esta más largamente por esta información que presento cerrada y sellada. A vuestra alteza pido y suplico la mande ver dar su cédula y provisión real para que le dicho licenciado Ortegón reciba al dicho licenciado Echagoyan todos sus descargos para que no le rompa sino que le admita y reciba todas sus peticiones que por el dicho licenciado Echagoyan y por otra cualesquier persona que en su nombre le fuesen presentadas para que todo ello se traiga ante vuestra alteza sobre que pido justicia e imploro vuestro real oficio. Ante si, digo que el licenciado Ortegón, conforme (folio 1v) a lo que resulta de la dicha información proveído que le dicho licenciado Echagoyan diese fianzas en cuantías de cincuenta y cuatro mil pesos para que se venga a presentar ante vuestra alteasen esta corte y al dicho licenciado Echagoyan tiene dadas las fichas fianzas y se teme que el dicho licenciado Ortegón le querré enviar en una nao sola sobre invierno para que le acontezca algún riesgo para que no pueda seguir su justicia ante vuestra alteza. Pido y suplico a vuestra alteza le han de dar su provisión o cédula real para que le dicho licenciado Ortegón, vuestro presidente y oidores de la dicha Audiencia no envíen al dicho licenciado Echagoyan en nao sola ni sobre invierno, sino con flota en una de las naos de la flota primera que de Santo Domingo salieren y que juntamente con su persona en la propia nao envíen debajo de registro todo el proceso de su residencia y que no lo detengan por las demandas particulares que cualesquier persona le hayan puesto y pusieren sobre que pedimos justicia. Otrosi, porque al derecho del dicho licenciado Echagoyan y a mi hermano conviene que él o su estrado que para ello nombrare otra persona que él mismo pusiere se halle presente al ver sacar y corregir y concertar el proceso de la dicha residencia. A vuestra alteza pido y suplico mande dar su cédula y provisión real para que así se haga sobre que pido justicia y las dichas cédulas y provisiones. Vuestra alteza las mande dar con cláusula que si el dicho licenciado Ortegón no lo quisiese hacer y 238 CartasAudienciaII20111205.indd 238 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) cumplir lo hagan y cumplan y vuestro presidente y oidores de la dicha Audiencia y cualquier de ellos. Juan Sánchez. (Folio 2) El licenciado Echagoyan Juan de Echagoyan pide se mande al licenciado Ortegón a quien está sometido, le tome residencia y le reciba todos sus descargos y no la rompa las peticiones y no le envíe solo libre en las naos de invierno, y que juntamente venga la residencia y que se halle presente en la corregir y concertar y que el Presidente y Audiencia lo cumpla si él no lo cumpliere. Cédula para que el licenciado Ortegón guarde justicia a la parte y no le envíe en navío solo y en tiempo de invierno sino viniendo alguna flota en conserva. 239 CartasAudienciaII20111205.indd 239 05/12/2011 01:51:43 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 4, Nº 9a Sevilla, 18 de abril de 1566 En la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, jueves, 18 días del mes de abril de 1566 años. Ante el muy noble señor Juan Illescas Orejón, alcalde ordinario en esta ciudad de Sevilla. Por su majestad y en presencia de mi, Lázaro López, escribano de su majestad y su notario público en su corte y reinos y señoríos y escribano que soy en la Audiencia y juzgado del dicho señor Alcalde pareció un hombre que se dijo por su nombre Agustín de Saboya y presentó un poder y un escrito de pedimento en su tenor del cual es este que se sigue: Sepan cuantos esta carta vieren como yo Francisco de Urrutia vecino que soy de la ciudad de Sevilla en la colación de Santa María en nombre y en voz del licenciado Juan de Echagoyan, oidor en la Audiencia y Chancillería Real de la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. Y yo en virtud del poder que detengo, que pagó (folio 1v) y se otorgó en la dicha ciudad de Santo Domingo ante Gaspar de Ribera, escribano de su majestad en 21 días del mes de abril del año pasado de 1565 años. Otorgo y conozco que sustituyo el dicho poder y hago procurador sustituto en mi lugar y en el dicho nombre doy y otorgo todo mi poder cumplido cuan bastante de derecho en tal caso se requiere a vos Agustín de Echagoyan que estáis presente generalmente para todas las cosas y cada una de ellas en el dicho poder contenidas sin aceptar ni reservar en mi cosa ninguna, porque el poder que yo tengo para lo susodicho tal vos lo otorgo y sustituyo con toda sus cláusulas en derecho necesarias y con libre y general administración y vos recibo según que yo soy relevado y para haberlo por firme obligo la persona y bienes a mi obligados por el dicho poder habido y por haber hecho la carta. En Sevilla, estando en el oficio de escribano público yusoscrito, 18 del mes abril de 1566 (folio 2) años. Y el dicho otorgo al cual yo, el presente escribano doy fe que conozco lo firmó de su nombre en el registro, siendo testigo Diego de Villaverde y Francisco de Cáceres, escribano de esta villa. Y yo Baltasar Delgado, escribano público de Sevilla la hice escribir e hice aquí mi signo y soy testigo. Magnífico señor: Agustín de Echagoyan, en nombre del licenciado Echagoyan, mi hermano, oidor de su majestad de la Audiencia Real de Santo Domingo de la isla Española en las indias del mar Océano. Digo que al derecho del dicho mi hermano conviene hacer una información sobre lo que de uso será sometido para presentarla ente su majestad y donde a el derecho del dicho mi hermano convenga. 240 CartasAudienciaII20111205.indd 240 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Vuestra merced pido y suplico la mande recibir y lo que dijeren y dispusieren los testigos me lo mande dar autorizado en pública forma y en manera que haga fe para lo cual y pido justicia y las preguntas que se han de hacer a los testigos serán las siguientes: (Folio 2v) Primeramente si conocen al dicho licenciado Echagoyan, oidor de su majestad en la Audiencia Real de Santo Domingo. y si conocen asimismo al licenciado Ortegón, oidor en la dicha Real Audiencia y Juez de Comisión de su majestad para tomar residencia al dicho licenciado Echagoyan. Ítem, si saben que el dicho licenciado Ortegón tomó la residencia al dicho licenciado Echagoyan y en el tiempo de la dicha residencia le hizo muchas afrentas y muy grandes molestias y vejaciones y así es cosa pública y notoria. Ítem si saben que a los testigos que el dicho licenciado Ortegón se tomaba y examinaba contra el dicho licenciado Echagoyan si no decían y testificaban contra el dicho licenciado Echagoyan y no decían y testificaban lo que dicho licenciado Ortegón quería lo que dijesen y testificasen los prendía y echaba a prisiones hasta que viéndose preso y molestados decían todo lo que quería que dijesen y luego los soltaba y lo saben los testigos porque lo vieron como la parte lo dice y es público y notorio. (Folio 3) Ítem, si saben que el dicho licenciado Ortegón buscaba y examinaba testigos que fuesen capitales enemigos del dicho licenciado Echagoyan porque el dicho licenciado Echagoyan siempre fue y es muy recto y que trabajó de servir en su relación a su majestad con toda rectitud y fidelidad, defendiendo y aumentando la hacienda de su majestad y procediendo contra extranjeros y condenando por perdidas muchas piezas de esclavos y mercaderías, así de los Espinosa en cuya casa fue hospedado el dicho licenciado Ortegón como de otras personas, y por esta razón el licenciado Echagoyan tenía muchos capitales enemigos y con ellos el dicho licenciado Ortegón tiene muchas amistades y parcialidades y los tomó y examinó por testigos y así es público y notorio. Ítem, si saben que asimismo en la dicha residencia el dicho licenciado Ortegón a los testigos del dicho licenciado Echagoyan, si alguna cosa decían en su favor los maltrataba de obra y de palabra y como dijesen alguna cosa a favor del dicho licenciado Echagoyan no los quería examinar ni recibir sus derechos y mandaba que no se escribiese lo que decían y así es público y notorio. Ítem, si saben que el dicho licenciado Echagoyan daba peticiones ante el dicho licenciado Ortegón para alegar de su justicia (folio 3v) y para poner testimonio y para otras cosas. Y el dicho licenciado Ortegón se las rompía y no había escribano que quisiese recibir las peticiones ni proveérselas ni tampoco había procurador que las quisiese presentar. Y el dicho licenciado Ortegón los prendía y tenía amedrentados a todas las personas que daban ayuda y favor al dicho licenciado Echagoyan y así es público y notorio. Ítem si saben que el dicho licenciado Echagoyan viendo y entendiendo los dicho agravios comenzó a escribirlos por cartas para dar noticias de ellas a su majestad y a los señores de su Real Consejo de las Indias. Y el dicho licenciado 241 CartasAudienciaII20111205.indd 241 05/12/2011 01:51:43 p.m. Genaro Rodríguez Morel Ortegón envió dos alguaciles a la fortaleza donde tenía preso al dicho licenciado Echagoyan y le tomaron las cartas que tenía escritas y estaba escribiendo y las llevaron al dicho licenciado Ortegón el cual se quedó con ellas y luego fingiendo que el dicho licenciado Echagoyan había hecho resistencia a los dicho alguaciles lo hizo sacar de la dicha fortaleza y lo mandó llevar preso a la cárcel pública del Consejo, pública y afrentosamente en medio del día delante de mucha gente y se fuese asentado por preso y que se le echasen grillos y le hizo otras muy grandes injurias y afrentas de hecho y de palabras. (Folio 4) Ítem, si saben que el dicho licenciado Ortegón por destruir al dicho licenciado Echagoyan y para hacerle molestias y vejaciones salió y consideró con el doctor Alonso de Cáceres, oidor de la dicha Real Audiencia y con doña Brígida, que fue mujer del licenciado Angulo, que fue oidor de la dicha Audiencia, que son capitales enemigos del dicho licenciado Echagoyan y así es público y notorio. Ítem, si saben que el dicho licenciado Ortegón por imposibilitar al dicho licenciado Echagoyan que no pudiese venir a España para seguir su residencia y para dar noticias a su majestad de las cosas que convienen a su real servicio. Le mandó que diese fianzas en contra de cincuenta y cuatro mil pesos y con haber dado las dichas y hecho depósitos otros mil pesos de condenaciones lo ha entretenido en la cárcel y prisiones y no lo ha querido enviar y todos entienden y es público y notorio que es traca y orden después sobre el invierno en una nao sola que haga agua para que se ahogue para que no pueda dar noticias a su majestad de las cosas que tocan a su real servicio. Ítem, si sabe que todo lo suso dicho es pública voz y fama y el licenciado Juan Sánchez. (Folio 4v) Y presentado el dicho escrito de impedimento y preguntado el señor Alcalde habiendo visto con acuerdo y parecer del señor licenciado Santiago de Ugarte, su asesor, dijo que mandaba y mandó que el dicho Agustín de Echagoyan en dicho nombre traiga y presente los testigos de que s entiende aprovechar. Y por que él está ocupado en otros negocios tocantes al servicio de vuestra majestad que cometa y cometió a mi el dicho escribano, testigo y así lo proveyó y mandó. El licenciado Santiago de Ugarte, Juan de Illescas Orejón, alcaldes. Después de lo susodicho en este día, mes y año susodicho, el dicho Agustín de Saboya, en el dicho nombre fue presentado por testigo en la dicha razón al licenciado Pedro Ruiz Delgado, médico y a Francisco Dávila y a Luis Guerra de Abreu y a Luis Mateos y a Juan de Espinosa de los cuales y a cada uno de ellos fue tomado y recibido juramento en forma de derecho por Dios y por Santa María y por la señal de la cruz que hicieron con los dedos de su mano y que y que pusieron su mano derecha corporalmente y prometieron decir la verdad y la confesión del dicho juramento dijeron, sí juro, y amen. Lázaro López, escribano de su majestad En lo que los dichos testigos dijeron y dispusieron es lo siguiente, Lázaro López, escribano de su majestad. (Folio 5) El licenciado Pedro Ruiz Delgado, médico vecino de la isla de San Juan de Puerto Rico, estante al presente en esta ciudad de Sevilla, testigo presentado por 242 CartasAudienciaII20111205.indd 242 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) el dicho Agustín de Echagoyan y en el dicho nombre. Habiendo jurado y siendo preguntado por el tenor del dicho pedimento y preguntado dijo lo siguiente: A la primera pregunta dijo que conoce al dicho licenciado Echagoyan, de cuatro años a esta parte y que no conoce al licenciado Ortegón más de haberlo oído nombrar. Fue preguntado por las preguntas generales. Dijo que es de edad de treinta y dos años y que no le tocan ninguna de las preguntas que le fueron hechas. A la segunda pregunta dijo que este testigo recibió cartas de Santo Domingo del licenciado Céspedes, fiscal de su majestad y del obispo de San Juan don Rodrigo de Bastidas y otras cartas que vio en poder del gobernador de la isla de San Juan las cuales le había escrito enemigos del dicho licenciado Echagoyan, las cuales y cada uno de ellos contaba como contado rigor (folio 5v) y afrentosamente le tomaba la residencia el licenciado Ortegón y en todo procuraba darle pesadumbre y que para esto no se apartaba una hora del doctor Cáceres, enemigo del licenciado Echagoyan las cuales y cada una de ellas contaba como con todo rigor. Y esto sabe y responde a la pregunta. A la tercera pregunta dijo que no la sabe más que lo oyó decir por público en la isla de San Juan de Puerto Rico a un fulano Pacheco que vino de la ciudad de Santo Domingo. Y esto sabe de esta pregunta. A la cuarta pregunta dijo que lo que sabe de esta pregunta, que las personas que tienen declaradas en la segunda pregunta por sus cartas le escribían a este testigo que los capítulos que ponían en contra del licenciado Echagoyan sus enemigos, los ponía en la secreta y examinaban y examinó a todos sus enemigos. Y que este testigo sabe que el dicho licenciado Echagoyan era muy mal querido de los oficiales del Rey y de los Espinosas y de los demás ricos de aquella ciudad porque era juez recto y celoso del servicio de Dios y de su majestad y de su Real Hacienda. (Folio 6) Así este testigo sabe lo que dicho tiene porque trató cierto pleito de la Real Hacienda de su majestad de la isla de San Juan contra los oficiales de ella y siempre vio que el dicho licenciado Echagoyan ponía toda diligencia y cuidado, aunque el doctor Cáceres ayudaba y favorecía a los dichos oficiales. Y descubrió el dicho licenciado Echagoyan en la dicha ciudad de Santo Domingo que ciertos factores que se dicen los Sepúlveda, de los dichos Espinosa, habían cubierto cierta cantidad de esclavos los cuales, por buena diligencia que en ello puso el dicho licenciado Echagoyan los halló en poder de las haciendas de un yerno del contador de Santo Domingo por lo cual sabe este testigo porque se halló en aquella ciudad entonces. Y sabe que por razón de esto, el dicho contador, junto a los demás regidores de la dicha ciudad en su cabildo y enviaron a pedir residencia a su majestad contra el dicho licenciado Echagoyan. Y este testigo oyó en la dicha ciudad de Santo Domingo a Gonzalo de Peñalosa, allegado del dicho contador, decir que juraba a Dios que habían de seguir (folio 6v) al dicho licenciado Echagoyan hasta destruirles. Que antes que a aquella ciudad viniese venían navíos de portugueses sin registro y no los tomaban por perdidos y daban todas las mercaderías muy baratas y negros sin licencia y que todo se hacía muy bien hecho a provecho de la tierra. Y que después que 243 CartasAudienciaII20111205.indd 243 05/12/2011 01:51:43 p.m. Genaro Rodríguez Morel el dicho licenciado Echagoyan había venido por oidor a la dicha ciudad de Santo Domingo y había tomado el oficio de fiscal les tomaba las haciendas para su majestad para su majestad y los dejaba a los que las traían perdidas y que con otros oidores se podía negociar. Que hiciesen virtud y que con el licenciado Echagoyan no había quien le osase hablar sino que había de henchir la ley. Y que por esto sabe que estaba mas quieto con muchas personas de Santo Domingo y que sabe este testigo por la cartas como dicho tiene y por personas que venían de allí que el licenciado Ortegón tiene por grandes amigos y gran parcialidad con los enemigos del dicho licenciado, Echagoyan, especialmente con el doctor Cáceres, oidor de aquella Audiencia. Y esto sabe de la pregunta. (Folio 7) A la quinta pregunta dijo que sabe que en la isla de San Juan de Puerto Rico donde este testigo es vecino, por carta que a Diego de Acebedo, regidor de la ciudad de Santo Domingo, hombre sin pasión porque trataba bien de los negocios del licenciado Echagoyan diciendo que un tan buen juez como el le trataban así el prendió el dicho licenciado Ortegón y no le soltó y hasta que le dio la palabra que se iría de la ciudad hasta tanto que tomase la residencia al dicho licenciado Echagoyan. Y esto sabe y responde a la pregunta. A la sexta pregunta dijo que este testigo habló en la isla de San Juan de Puerto Rico con un Pedro de Fonseca que vino de la ciudad de Santo Domingo y que le dijo que andaba de mano tomada por las calles todos los enemigos del licenciado Echagoyan diciendo de el cosas muy afrentosas y delante del mismo oidor Ortegón no había hombre que osase hablar a favor del dicho licenciado Echagoyan. Y que esto sabe y responde de esta pregunta. A la séptima pregunta dijo que lo que de ella sabe es que este testigo ha oído decir al dicho Pedro de (folio 7v) Fonseca, que el dicho licenciado Ortegón trataba muy mal de palabras al dicho licenciado Echagoyan y decía de el muy malas palabras, injuriosas y afrentosas. Y que esto sabe de esta pregunta y lo demás en ella contenido, no lo sabe. A la octava pregunta dijo que es público y notorio en la isla de San Juan de Puerto Rico que pasa así que la mayor amistad y conversación que tiene en la dicha ciudad de Santo Domingo el dicho licenciado Ortegón es con el dicho doctor Alonso de Cáceres y con doña Brígida, mujer que fue del dicho licenciado Angulo, sus capitales enemigos del dicho licenciado Echagoyan. Y esto sabe porque en la dicha isla de San Juan se dice que este testigo sabe que buscaban favor los que tenían negocios en la Audiencia Real con la dicha doña Brígida, porque se dice que los dichos dos oidores no hacen más de lo que la dicha doña Brígida manda. Y esto sabe y responde a la pregunta. A la novena pregunta este testigo dijo que tiene por cierto que todo el mal y daño que el dicho licenciado Ortegón le pudiere hacer al dicho licenciado Echagoyan por dar contentos a sus amigos y enemigos del dicho licenciado Echagoyan porque se dice públicamente que su majestad mejor juez no ha enviado a las Indias (folio 8) ni más celoso de su servicio que el dicho licenciado Echagoyan y que ha sido grandísimo el agravio y afrenta que el dicho licenciado Ortegón le ha hecho 244 CartasAudienciaII20111205.indd 244 05/12/2011 01:51:43 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) y que se tiene por cierto que si juez de esa pasión de tomarle la residencia que lo diera por buen juez y no le condenara en un peso por haber sido como ha sido, juez limpio de todo interés. Y esto es lo que sabe a esta pregunta. A la décima pregunta dijo que dice lo que dicho tiene en que se afirma y ratifica y es la verdad para el juramento que hizo. Y lo formó de su nombre el licenciado Ruiz Lázaro López, escribano de su majestad. Gaspar Dávila, vecino de la ciudad de Salamanca, estante al presente en esta ciudad de Sevilla. Testigo presentado por el dicho Agustín de Echagoyan en el dicho nombre. Habiendo jurado y siendo preguntado por el tenor del dicho pedimento y preguntas dijo lo siguiente: A la primera pregunta dijo que conoce al dicho licenciado Echagoyan desde dos años y medio a esta parte y al dicho licenciado Ortegón de ocho o diez meses que ha que llegó a esta ciudad de Santo Domingo. (Folio 8v) Fue preguntado por las preguntas generales. Dijo que es de edad de veinticinco años y que no le tocan ninguna de las preguntas generales que le fueron hechas. A la segunda pregunta dijo que sabe y vio que el dicho licenciado Ortegón tomo la residencia al licenciado Echagoyan, oidor de la dicha Audiencia de Santo Domingo y al tiempo que tomaba la dicha residencia le maltrataba así de palabras como por obras y aprisionarle y tratarle mal y esto sabe este testigo como persona que se halló presente a ello y esto sabe de esta pegunta. A la tercera pregunta dijo que sabe y vio este testigo que el dicho licenciado Ortegón buscaba testigos que dijesen contra el dicho licenciado Echagoyan y que si el testigo que tornaba a decir a favor del dicho licenciado Echagoyan le molestaba y maltrataba porque favorecía al dicho licenciado Echagoyan y le echaba preso por ello. Y este testigo vio que el dicho licenciado Ortegón procuraba a testigos enemigos capitales del dicho licenciado Echagoyan parta que jurasen contra el como persona que tenía odio y enemistad grande contra el dicho licenciado Echagoyan y esto fue público y notorio (folio 9) entre todas las personas de la ciudad de Santo Domingo mientras le tomaban la residencia al dicho licenciado Echagoyan. Y este testigo vio que el dicho licenciado Ortegón tomó por testigo contra el dicho licenciado Echagoyan enemigos suyos. Y esto sabe de la pregunta. A la cuarta pregunta dijo que sabe y vio que el dicho licenciado Ortegón, como dicho tiene, buscaba, buscaba testigos contra el dicho licenciado Echagoyan. Y que sabe que el dicho licenciado Echagoyan era muy buen juez y recto y celoso de la justicia y miraba y procuraba por la hacienda de su majestad y que no consentía que ningún extranjero viniese allí y si allí venía le tomaba las mercaderías y piezas que traía y las condenaba por perdidas y las aplicaba a su majestad y todo lo que hacía era procurando y aumentando la hacienda de su majestad y por esto estaban algunas personas mal con el dicho licenciado Echagoyan. Y por causa de ser el dicho licenciado Echagoyan buen juez y usar bien su oficio estaban con el muy mal y el dicho licenciado Ortegón procuró de tomar como testigos que dijesen contra el dicho licenciado Echagoyan enemigos 245 CartasAudienciaII20111205.indd 245 05/12/2011 01:51:43 p.m. Genaro Rodríguez Morel capitales suyos. Y esto sabe este testigo como persona que a todo ello se halló presente y esto vio ser (folio 9v) como dicho tiene y que por ser buen juez está perdido y no tiene un maravedís. A la quinta pregunta dijo que como dicho tiene sabe este testigo que el dicho licenciado Ortegón no quería examinar el testigo que decía a favor del dicho licenciado Echagoyan ni que se le escribiese su dicho y se decía en su favor el dicho licenciado Ortegón lo trataba muy mal y le echaba preso y sabe que a un regidor de la ciudad de Santo Domingo diciendo al dicho licenciado Ortegón que porqué trataba mal a un tan buen juez lo tuvo preso y no lo quiso soltar hasta que le dio la palabra en no entender a favor del dicho licenciado Echagoyan y de irse fuera del reino. Y que a un Santos, platero, que estaba preso por casado en España para enviarlo, porque fue contra el dicho licenciado Echagoyan, el dicho licenciado Ortegón le echó fuera de la cárcel. Y esto sabe y vio este testigo como persona que a todo ello se halló presente. Y esto es lo que responde a la pregunta. A la sexta pregunta dijo que sabe y vio este testigo, que estando el dicho licenciado Echagoyan preso en la cárcel pública y este testigo también el dicho licenciado Echagoyan (folio 10) daba y enviaba peticiones al dicho licenciado Ortegón alegando de su justicia y defendiéndose y no las quería oír y las rompía y si algún procurador la llevaba le amedrentaba y maltrataba y los prendía porque hacían a favor del dicho licenciado Echagoyan y no quería que nadie le ayudase ni favoreciese y esto sabe como persona que en todo ello se halló presente y lo vio ser y pasar como la pregunta lo dice. A la séptima pregunta dijo que sabe y vio este testigo que el dicho licenciado Ortegón en medio del día envió preso a la cárcel pública de la dicha ciudad de Santo Domingo al dicho licenciado Echagoyan con dos alguaciles y este testigo preguntó que porqué le traían tan maltratado y todos decían que porque el dicho licenciado Echagoyan escribía a su majestad ciertos capítulos de lo que se hacía contra el. Por eso el dicho licenciado Ortegón lo trataba tan mal como dicho tiene. Y vio este testigo que asimismo en la dicha cárcel procuraba que nadie le ayudase ni favoreciese. Y esto sabe y responde a la pregunta. A la octava pregunta dijo que (folio 10v) oyó decir por público y notorio que la dicha ciudad de Santo Domingo que el dicho licenciado Ortegón, por destruir al dicho licenciado Echagoyan se alió y confederaron con el doctor Cáceres y con doña Brígida, mujer que fue del licenciado Angulo, enemigos capitales del dicho licenciado Echagoyan. Y el dicho licenciado Ortegón no hacía más de lo que la dicha doña Brígida le decía y el doctor Cáceres. Y que el dicho licenciado Ortegón muy a menudo visitaba a la dicha doña Brígida. Y estos oyó este testigo decir por muy público y notorio en la ciudad de Santo Domingo y que se decía y pasaba de la forma que la pregunta dice. A la novena pegunta dijo que sabe que el dicho licenciado Ortegón procuró de que no viniese el dicho licenciado Echagoyan a España, y aunque le había condenado y mandado que diese ciertas fianzas, y las dio, y depositó todo en que fue condenado. Y aunque lo depositó no lo quiso soltar de la cárcel porque pretendía dar 246 CartasAudienciaII20111205.indd 246 05/12/2011 01:51:44 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) orden de cómo se ahogase y no viniese a España para que no diese noticia a su majestad de lo que pasaba. Y esto sabe este testigo ver y pasar así como lo dice y declara. (Folio 11) A la décima pregunta dijo que dice lo que dicho tiene en que se afirma y ratifica y es la verdad para el juramento que hizo y lo firmó de su nombre. Gaspar Dávila. Lázaro López, escribano. Luis Guerra de Abreu, vecino de esta ciudad de Sevilla en la colación de Santa María, en la calle de los Catalanes. Testigo presentado por el dicho Agustín de Echagoyan en el dicho nombre habiendo jurado y siendo preguntado por el tenor del dicho pedimento y preguntado dijo lo siguiente: A la primera pregunta dice que conoce al dicho licenciado Echagoyan, oidor de su majestad en la ciudad de Santo Domingo y que conoce al licenciado Ortegón, oidor de la dicha Audiencia que fue a tomar residencia al dicho licenciado Echagoyan. Fue preguntado por las preguntas generales. Dijo que es de edad de 28 años y que es cuñado del dicho licenciado Echagoyan pero que por eso no dejará de decir la verdad. A la segunda pregunta dijo que el dicho licenciado Ortegón tomó residencia al dicho licenciado Echagoyan y en el tiempo de la dicha residencia le hizo muchas molestias y vejaciones al dicho licenciado Echagoyan y asimismo este testigo porque le ayudaba y favorecía y esto sabe y vio porque se halló presente y al tiempo que se le tomaba la dicha residencia al dicho licenciado Echagoyan y esto responde a la pregunta. A la tercera pregunta dijo (folio 11v) que sabe y vio este testigo que el dicho licenciado Ortegón tomaba y examinaba testigos contra el dicho licenciado Echagoyan y testificaban contra el y si el testigo no decía contra el dicho licenciado Echagoyan le molestaba y echaba preso hasta tanto que dijese su dicho contra el. Y porque decían dichos en su favor Gaspar de Medina y Gonzalo Gil Gamarra, alcaide de la cárcel de la dicha ciudad de Santo Domingo, los tuvo presos con grillo en la dicha cárcel porque no decían sus dichos contra el dicho licenciado Echagoyan. Y como odio y enemistad con ellos oyó decir este testigo a Tomás Justinián y a Pedro de Ledesma relatos y a Juan Daza y a otros muchos y tratando el dicho licenciado Echagoyan con ellos que como no decían sus derechos le respondían que como los tenían de decir que empezando a decir en su favor y no en contra del dicho licenciado Ortegón no quería que se escribiese y los trataba mal de palabras. Y esto vio este testigo y oyó decir a los susodichos y sabe de la pregunta. A la cuarta pregunta dijo que vio este testigo que el dicho licenciado Ortegón buscaba y examinaba testigos contra el dicho licenciado Echagoyan como dicho tiene en la pregunta antes de esta. Y sabe este testigo y vio que el dicho licenciado Echagoyan todo el tiempo que fue oidor en la dicha ciudad de Santo Domingo fue muy recto juez y tenía y usaba su oficio con rectitud y fidelidad defendiendo y aumentando la hacienda de su majestad. Y que si a la dicha ciudad de Santo Domingo venían (folio 12) algunas naos de portugueses cargadas de mercaderías y esclavos 247 CartasAudienciaII20111205.indd 247 05/12/2011 01:51:44 p.m. Genaro Rodríguez Morel sin registrar los prendía y les condenaba las dichas mercaderías y piezas de esclavos por perdidas y las aplicaba a su majestad conforme a las dichas ordenanzas de la dicha ciudad. Y porque hacía lo susodicho tomaron gran odio y enemistad con él. El contador Álvaro Caballero y don Antonio, su yerno y Pedro Serrano, su hijo, por haberles hallado en su ingenio de la Jagua gran cantidad de esclavos que habían metido escondidos sin registrar, los cuales traía y metía fulano de Sepúlveda y Cristóbal Enrique Latorre y llegados de los Espinoza a los cuales el dicho licenciado Echagoyan les hacía justicia en sus cosas tomándoselas por perdidas como hizo a los negros y los vendió para su majestad y otros muchos indiferentes veces el tiempo que tuvo la vara. Y así, cuando el dicho licenciado Ortegón fue a tomar residencia al dicho licenciado Echagoyan se confederó con los dichos Espinoza para que le diese testigos que dijesen contra el dicho licenciado Echagoyan para destruirlo y llevó he dicho licenciado Ortegón en su compañía al licenciado Lorenzo Bernaldes, enemigo capital del licenciado Echagoyan por haberle siempre ido a la mano a cosas que quería hacer el dicho Lorenzo Bernaldes contra la (folio 12v) hacienda de su majestad por favorecerles como le favorecía el presidente Alonso Arias de Herrera. Y asimismo llevo en su compañía a Juan Juárez de Cepeda, sobrino del licenciado Cepeda a quien el licenciado Echagoyan tomó residencia que fue el que puso los capítulos al dicho licenciado Echagoyan y a quien todos sus enemigos los daba y el los presentaba y eran los que procuraban destruir al dicho licenciado Echagoyan. Y esto sabe este testigo como persona que se halló presente a todo ello. A la quinta pregunta dijo que sabe y vio este testigo que Miguel de Laguna, criado del licenciado Echagoyan y Alonso Sáez de Gamboa los querían prender y lo procuraron por lo cual se vinieron a retraer sobre que presentaban testigos y favorecían la residencia y al dicho licenciado Echagoyan y los testigos que presentaba el dicho licenciado Ortegón los trataba mal de palabra que no quería que se escribiese nada porque decían que sus dichos a favor del dicho licenciado Echagoyan. Y esto sabe como persona que estuvo preso por el dicho licenciado Ortegón por favorecer al dicho licenciado Echagoyan todo el tiempo que duró la residencia con unos grillos sin dar causa de su prisión aunque ella pidió muchas veces. (Folio 13) A la sexta pregunta dijo que sabe la pregunta como en ella se contiene porque este testigo vio que la parte del dicho licenciado Echagoyan presentaba peticiones ante el dicho licenciado Ortegón alegando de su justicia y defendiéndose y las rompía y trataba mal al dicho licenciado Echagoyan de palabras en su ausencia y amedrentaba a sus procuradores y los que hacían por el dicho licenciado Echagoyan prendiéndoles y molestándoles y amotinándose con el dicho licenciado Echagoyan porque después de pasado el término de la residencia en las particiones que les enviaba no le decía. Pido y suplico y por esto decía que no era oidor no lo había sido sino un pleiteantillo que todo era, el rey, el rey, y de esto se podía hacer bastante información de ello en Santo Domingo y de otras cosas que convienen al servicio de su majestad. A la séptima pregunta dijo que sabe que el licenciado Ortegón, teniendo noticia que el licenciado Echagoyan estaba escribiendo para su majestad y para los 248 CartasAudienciaII20111205.indd 248 05/12/2011 01:51:44 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) señores de su muy alto consejo por estar un navío o dos de partida que salían otro día, envió a Juan Francisco de Rojas, alguacil mayor de Chancillería y a otro alguacil, y le tomaron cartas que tenía para su majestad escritas de ellas cerradas y otras abiertas y aunque el dicho licenciado Echagoyan dio voces diciendo que eran cartas del rey, que no se las tomasen todavía, las tomaron y las (folio 13v) llevaron al dicho licenciado Ortegón y todos cuantos papeles tenía en el escritorio, donde tenía muchos que le importaban, escritos los cuales llevaron sin inventariar. Y pareciéndole al licenciado Ortegón que había cometido delito en tomar los papeles y cartas quiso dar color diciendo que Echagoyan había resistido al Alguacil Mayor y a los otros alguaciles por la cual causa, en medio del día delante que lo hallaron si dejarle poner otra cosa ninguna, lo trajo a la cárcel real y le echó unos grillos y otro día en visita de cárcel salió en la memoria de los presos he dicho licenciado Echagoyan donde se le oyó públicamente. Y esto vio este testigo ser y pasar como dicho tiene y sabe. A la octava pregunta dijo que sabe que el dicho licenciado Ortegón por destruir al dicho licenciado Echagoyan se alió y confederó con el doctor Cáceres y con doña Brígida Daza, mujer que fue del licenciado Angulo enemigos capitales del dicho licenciado Echagoyan y el dicho licenciado Ortegón hacía más de lo que los dichos doctor Cáceres y doña Brígida Daza le mandaban porque quien tiene favor de ella tiene toda la Audiencia por ser como es pública voz fama de enemiga del dicho licenciado Echagoyan. Y esto sabe de esta pregunta. (Folio 14) A la novena pregunta dijo que sabe que el dicho licenciado Ortegón ha recibido las fianzas en la cantidad que las pidió en más de mil pesos y que condenó al dicho licenciado Echagoyan para costas de residencia a los cuales ante todas costas pagó de contado y no embargante esto no lo quiere soltar. Y esto sabe de esta pregunta. A la décima pregunta dijo que dice lo que dicho tiene en que se afirma y ratifica y es la verdad para el juramento que hizo. Y lo firmó de su nombre. Luis Guerra de Abreu. Lázaro López, escribano de su majestad. Luis Mateos, vecino de la ciudad de Santo Domingo, estante al presente en esta ciudad de Sevilla. Testigo presentado por el dicho Agustín de Echagoyan en el dicho nombre. Habiendo jurado y siendo preguntado por el dicho pedimento y preguntas dijo lo siguiente: A la primera pregunta dijo que conoce al dicho licenciado Echagoyan de ocho años a esta parte y al dicho licenciado Ortegón de un año a esta parte. Fue preguntado por las preguntas generales y dijo que es de edad de 33 años y que no le tocan ninguna de las preguntas generales que le fueron hechas. (Folio 14v) A la segunda pregunta dijo que sabe que el dicho licenciado Ortegón tomó la dicha residencia al dicho licenciado Echagoyan y estando en ella oyó decir este testigo públicamente que el dicho licenciado Echagoyan había recusado el dicho licenciado Ortegón y después de sentenciado lo llevó a la cárcel pública de la dicha ciudad. Y eso sabe de esta pregunta. A la cuarta pregunta dijo que este testigo oyó decir públicamente en la dicha ciudad que el dicho licenciado Echagoyan había tachado ciertos testigos que contra 249 CartasAudienciaII20111205.indd 249 05/12/2011 01:51:44 p.m. Genaro Rodríguez Morel el había jurado por capitales enemigos y que este testigo tienen al dicho licenciado Echagoyan por un buen juez y que hacía bien su oficio y que siempre procuró por la Hacienda Real y que siempre que iban allí navíos a aquella isla y a otras partes donde tuviesen jurisdicción que fuesen sin registros o de portugueses, procuraba tomarlos por perdidos y aplicarlos a la Hacienda Real y enviar donde quiera que estuviesen para que se tomasen y a esta causa cree este testigo que tenía enemigos en la dicha ciudad. Y esto sabe y responde a la pregunta. (Folio 15) A la décima pregunta dice que dijo que dijese lo que dicho tiene y que se afirma y ratifica y s la verdad para el juramento que hizo. Y no fue preguntado por más preguntas porque la parte lo pidió así. Y lo firmó de su nombre. Luis Mateos. Lázaro López, escribano. Juan de Espinosa, mercader vecino de la ciudad de Santo Domingo. estando al presente en esta ciudad de Sevilla. Testigo presentado por el dicho Agustín Echagoyan, en el dicho nombre. Habiendo jurado y preguntado por el dicho pedimento y preguntado dijo lo siguiente. A la primera pregunta dijo que conoce a los dichos licenciado Ortegón y al dicho licenciado Echagoyan de ocho años a esta parte y al licenciado Ortegón de ocho meses a esta parte. Fue preguntado por las preguntas generales y dijo que es de edad de más de 25 años y que no le tocan ningunas de las preguntas generales que le fueron hechas. A la segunda pregunta dijo que sabe que el dicho licenciado Ortegón tomaba residencia al dicho licenciado Echagoyan y que oyó decir que le hacía agravios y malos tratamientos. Y esto sabe de la pregunta. (Folio 15v) a la tercera pregunta dijo que no la sabe. A la cuarta pregunta dijo que sabe que el dicho licenciado Echagoyan era buen juez y recto y que miraba por la hacienda de su majestad y que si algunos extranjeros venía a la dicha ciudad con mercancías y piezas de esclavos sin registrar que se las tomaba y las aplicaba a su majestad y que tiene entendido que por hacer la justicia de esta suerte algunos del pueblo no están bien con el y que cree que tiene enemigos en la dicha ciudad. Y esto sabe y lo demás contenido en la pregunta lo sabe. A la quinta pregunta dijo que no la sabe . A la sexta pregunta dijo que oyó decir este testigo que el dicho licenciado Ortegón había dicho que no se le recibiese al dicho licenciado Echagoyan petición ninguna firmada de su nombre si no fuese firmada de su letrado y esto oyó decir y no se acuerda quien. Y esto sabe y lo demás contenido en la pregunta lo sabe. A la séptima pregunta dijo que lo que de ella sabe es que este testigo oyó decir a Brenes, escribano de la residencia del licenciado Ortegón que el dicho licenciado Ortegón había mandado que el dicho licenciado Echagoyan depositase mil pesos para gastos de justicia y que no los depositó y lo trajeron de la cárcel pública de la dicha ciudad. Y esto sabe de lo demás contenido en la pregunta no lo sabe. (Folio 16) A la octava pregunta dijo que no la sabe porque no se halló allá porque era venido de España. 250 CartasAudienciaII20111205.indd 250 05/12/2011 01:51:44 p.m. A la novena pregunta dijo que dice lo que tiene en la pregunta antes de esta. A la décima pregunta dijo que dice lo que dicho tiene y que se afirma y ratifica y es la verdad para el juramento que hizo. Y no lo firmó porque dijo que no sabía escribir. Lázaro López, escribano de su majestad. Así, tomados y recibidos los dichos testigos y visto por el dicho señor Alcalde dijo que mandaba y mandó que se le de al dicho Agustín de Echagoyan en el dicho nombre, un traslado de la dicha probanza a los que quisieren para presentarlo a donde su derecho convenga en lo cual dijo que interponía e interpuso su autoridad y decreto judicial para que valga y haga fe doquier que pareciere justicia y fuera de él. Y yo el dicho escribano de pedimento del dicho Agustín de Echagoyan y por mandado del dicho señor Alcalde di el presente testimonio que es hecho en Sevilla en el dicho día, mes y año susodichos a lo cual fueron testigos Juan de Morales y Andrés de la Losa, escribano de su majestad y vecino de Sebastián Rodríguez de Ortiz. El licenciado Santiago de Ugarte, Juan de Illescas Orejón, alcalde. Y yo, Lázaro López, escribano de su majestad lo hice escribir e hice aquí mi signo. Lázaro López, escribano de su majestad 251 CartasAudienciaII20111205.indd 251 05/12/2011 01:51:44 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 4, Nº 10 Santo Domingo, 5 de junio de 1566 Sacra católica real majestad: Esta no servirá de otra cosa más de hacer saber a vuestra majestad como yo llegué a esta ciudad de Cartagena en seguimiento de mi viaje a Panamá a los cinco del presente y hallé tan de partida la flota de que vino por general don Cristóbal de Eraso que solo el estaba por embarcar porque toda la gente y lo demás que llevaba lo estaban y el quiso esperar que entrase lo cual había un día que no podía hacer por ser mal tiempo contrario porque pensó que yo le diera algunas nuevas de España y así se volvió a embarcar luego en hablándome. Yo llevo conmigo al fiscal y pienso de embarcarme luego de aquí ir a seguir mi viaje. Llegado allá dará luego noticias a vuestra majestad de lo que poder darlo. Nuestro Señor, la católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere con aumento de más reinos y señoríos como sus criados deseamos y hemos menester. De la ciudad de Cartagena, de junio de 1566 años. De vuestra sacra católica y real majestad, Humilde criado que sus muy reales pies y manos besa. El licenciado Alonso de Herrera 252 CartasAudienciaII20111205.indd 252 05/12/2011 01:51:44 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11 Santo Domingo, 16 de febrero de 1568 Muy poderoso señor: El licenciado Santiago, vuestro fiscal, dijo que yo tengo necesidad que se me de un traslado de las comisiones que se dieron al licenciado Montemayor, de las instrucciones y lo demás por el hecho y han tratado en la villa de la Yaguana de la banda del norte con las peticiones en que contra las ventas y remates de esclavos por el hecho y lo demás hecho y ha mostrado. Pido restitución para lo escribir todo a vuestra real persona. A vuestra alteza pido y suplico me lo mande dar y de cómo lo pido se me de testimonio y para ello. Otrosi digo que yo tengo necesidad que vuestro contador tesorero y factor me de una [roto] como los negros bozales que eran de la misma armada de los que el licenciado Montemayor recibió se remataron a ciento treinta y cinco pesos de oro fino de ellos a de ir [roto] ducados de buena moneda de los [roto] y menos. A vuestra alteza le pido y suplico mandeme de dos o tres testimonios para presentar ante los procesos en que pido la restituciones y para ello. El licenciado Santiago (Folio 1v) En la ciudad de Santo Domingo a 16 días del mes de febrero de 1568 años. Ante los señores, presidente y oidores la presentó el contenido, y leída los dichos señores mandaron que se escribiese en el acuerdo. 253 CartasAudienciaII20111205.indd 253 05/12/2011 01:51:44 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11a Santo Domingo, 12 de abril de 1568 En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo de la isla Española. A doce días del mes de abril de 1568 años. Ante mi Francisco de Zúñiga del Castillo, escribano de su majestad y receptor de esta Real Audiencia. Pareció el licenciado Santiago, fiscal de su majestad y presentó un escrito de requerimiento su tenor del cual es este que se sigue: Escribanos que presente estáis. Dadme por testimonio a mi el licenciado Santiago, fiscal de la Real Audiencia que por mandado de su majestad reside en la isla Española, como pido y requiero a Diego de Herrera, secretario de la Real Audiencia que conforme a vuestras cédulas reales de su majestad las cuales le pido y requiero guarde y cumpla me de un testimonio de todos los autos hechos por el licenciado Montemayor en la villa de la Yaguana por virtud de las comisiones y provisiones de esta Real Audiencia junto con lo demás hasta el día presente que se cuenta a 12 día del mes de abril del presente año de 1568 años y de cómo lo pido. Ruego a los presentes, me sean de ellos testigos el licenciado Santiago. Y luego, el fiscal de su majestad me pidió y requirió lo lea y notifique a Diego de Herrera, escribano de cámara de la dicha Real Audiencia que presente estaba y de ello y de su respuesta le de testimonio. Testigo Juan Caballero de la Puebla, alcalde ordinario de la susodicha ciudad y Juan de Zebreros y Santiago de Balmaseda, vecino y estante en la dicha ciudad. Y en dicho día leí el dicho escrito de requerimiento al dicho secretario Diego de Herrera en su persona de verbo adverbun como en el se contiene. El cual habiéndolo oído dijo que dándole las provisiones reales conte (folio 1v) nidas en el dicho requerimiento por donde su majestad mandelo en el contenido está presto de dar los dichos testimonios. Y fueron testigos Juan Caballero de la Puebla, alcalde ordinario, y Santiago de Balmaseda y Juan de Zebreros, vecino y estante en esta dicha ciudad. Y para que de ello conste di el presente testimonio de parte del fiscal de su majestad y fue hecho en el dicho día, mes y años dichos y en fe de ello lo escribí e hice mi signo en testimonio. Francisco de Zúñiga del Castillo, escribano 254 CartasAudienciaII20111205.indd 254 05/12/2011 01:51:44 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11b Santo Domingo, 13 de abril de 1568 En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo del puerto de esta isla Española de las Indias del mar océano. En 13 días del mes de abril del año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de 1568 años. Ante mi, Alonso de Medina, escribano de su majestad real y de los escritos y yusoscritos pareció presente el licenciado Diego de Santiago, fiscal de su majestad y de la Real Audiencia y chancillería que por su mandato reside en esta dicha ciudad. Luego el dicho fiscal dio a mi el dicho escribano donde escrito al requerimiento firmado y su nombre para que lo lea y notifique a Diego de Herrera, escribano de cámara de su majestad y de la dicha Real Audiencia que presente estaba su tenor del cual dicho escrito de requerimiento es este que se sigue. Escribano que presente estáis dad por testimonio a mi el licenciado Santiago, fiscal de la dicha Audiencia Real que por mandado de su majestad reside en esta isla Española. Como pido y requiero a Diego de Herrera, secretario de esta Real Audiencia que pues bien sabe que debe saber como secretario (folio 1v) de ella y por mandato de su majestad y cédulas firmadas de su real nombre está proveído que el fiscal que es o fuere se le den los testimonios que pidiere que en cumplimiento de ellos me den un testimonio como por otro requerimiento le tengo pedido de todos los autos hechos por el licenciado Montemayor en la villa de la Yaguana y su término por provisiones de esta Real Audiencia a mi pedimento despachas con traslado. Asimismo de las dichas provisiones porque de todo ello tengo necesidad para informar a su majestad de cosas que tocan a su real servicio y tal como lo pido y requiero en nombre de la Audiencia Real del rey don Felipe, nuestro señor, me lo da por testimonio y a los presentes ruego me sean de ello y del licenciado Santiago. Y así presentado el dicho escrito de requerimiento en la manera que dicho es. Luego el dicho fiscal pidió a mi el dicho escribano que lea y notifique el dicho escrito de requerimiento al dicho Diego de Herrera que presente estaba y luego fue el ido y notificado el dicho escrito y requerimiento (folio 2) al dicho Diego de Herrera, secretario todo ello de verbo adverbun según y como en el se contiene en su persona el cual y con respuesta del dicho requerimiento porque no sabe de las cédulas ni las ha visto más de lo que dice el dicho fiscal y que dándole las dichas cédulas está presto de darle testimonio y cumplir lo que por ellas se le mandare y lo firmó de su nombre estando presentes por testigos Diego de Ozuna, depositario general de esta ciudad e isla Española y Diego Sánchez de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecino de esta Audiencia y Chancillería de esta dicha ciudad de Santo Domingo. 255 CartasAudienciaII20111205.indd 255 05/12/2011 01:51:44 p.m. Genaro Rodríguez Morel Y luego el susodicho fiscal pidió a mi el susodicho escribano y los susodicho se lo diese así por fe y testimonio para guarda de su derecho. Y yo el dicho escribano di su pedimento le di lo de susocontenido según que de susocontiene. Y ante mi paso. En la dicha ciudad de Santo Domingo en el dicho día, mes y año susodichos a lo cual fueron presentados por escrito el dicho depositario Diego de Ozuna y Diego Sánchez de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecinos de esta dicha ciudad. Pasó ante mi Alonso de Medina, escribano de su majestad. Y yo, Alonso de Medina escribano de su majestad real y su notario público esta carta hice escribir según que ante mi pasó e hice aquí mi signo que es a tal en testimonio de verdad. Alonso de Medina, escribano de su majestad 256 CartasAudienciaII20111205.indd 256 05/12/2011 01:51:44 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11c Santo Domingo, 13 de abril de 1568 En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo del puerto de esta isla Española, de las Indias del mar Océano. Lunes, 13 días del mes de abril, año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de 1568 años. Ante mi, Alonso de Medina, escribano real y de los escritos y de yusoscrito por ello presente el licenciado Diego de Santiago, fiscal de su majestad y de su Real Audiencia y Chancillería que por su mandado residen en esta dicha ciudad. Luego el dicho fiscal dio a mi el dicho escribano va escrito de requerimiento firmado de su persona que lo lea y notifique a Francisco de Espinosa, escribano público de su majestad y su receptor en la dicha Real Audiencia que presente estaba su tenor del cual trajo requerimiento es este que se sigue: Escribano que presente estáis dad por testimonio a mi el licenciado Santiago, alcalde de la Audiencia Real que por mandado de su majestad reside en esta isla (folio 1v) Española. Como pido y requiero una, dos y tres veces y cuantas de derecho deban en nombre de la majestad real del rey don Felipe, nuestro señor, y Francisco de Espinosa, receptor que de presente sirve al oficio de secretario Nicolás López, que sea en gloria, que luego, sin embargo, de la respuesta que otro dicho día dio a otro requerimiento que de parte de su majestad es hecho se en de un testimonio de todos los autos hechos por el licenciado Montemayor en la banda del norte por provisiones reales de esta Audiencia emanadas a mi pedimento con un traslado asimismo signado de las dichas provisiones porque todo ello ha de ir en este navío que de presente está de partida para informar a su majestad de cosas que tocan a su real servicio y de cómo lo pido y requiero me lo dar por testimonio y como protesto de quererme de ella delante de su majestad como de hombre que no hace su oficio (folio 2) bien y como debe en lo que toca a su real servicio estando mandado por provisiones y cédulas reales a mayor abundamiento que los escribanos den todo lo que les fuere pedido por poder del fiscal de su majestad los testimonio o testimonios que les fueren pedidos y de cómo lo pido y requiero y protesto. Ruego a los presentes me sean de ello y del licenciado Santiago. Y así presentado el dicho escrito de requerimiento en la manera que dicho es, luego y lo del dicho fiscal pidió a mi el dicho escribano que le envíe el dicho escrito de requerimiento al dicho Francisco de Espinosa que presente estaba y luego le fuese ido y mandó el dicho escrito de requerimiento al dicho Francisco de Espinosa en su persona el cual dicho Francisco de Espinosa en respuesta del dicho requerimiento dijo que el tiene respondido a lo que se le ha requerido por otro requerimiento y que el negocio no pasó antes y que no pasando antes no está 257 CartasAudienciaII20111205.indd 257 05/12/2011 01:51:44 p.m. Genaro Rodríguez Morel obligado a dar testimonio de ellos. Lo firmó de su nombre a lo cual todo que dicho es fueron presentes por testigos. Diego de Ozuna, depositario general en esta ciudad e isla Española y Diego de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecinos de esta dicha ciudad de Santo Domingo. Y luego el dicho fiscal pidió a mi el (folio 2v) dicho escribano que lo susodicho se lo diesen por fe y testimonio para guarda de su derecho. Y yo el dicho escribano di su pedimento le di lo de susodicho contenido según que de suso se que ante mi pasó que es fecho en esta dicha ciudad de Santo Domingo en el dicho día, mes y año susodichos a lo cual fueron presentes por testigos. Los susodichos Diego de Ozuna, Diego de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecinos de esta ciudad. Pasó ante mi, Alonso de Medina, escribano de su majestad Y yo, Alonso de Medina escribano de su majestad real y su notario público esta carta hice escribir según que ante mi pasó e hice aquí mi signo que es a tal en testimonio de verdad. Alonso de Medina, escribano de su majestad 258 CartasAudienciaII20111205.indd 258 05/12/2011 01:51:44 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11d Santo Domingo, 13 de abril de 1568 En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo del puerto de esta isla Española, de las Indias del mar Océano. Lunes, 13 días del mes de abril, año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de 1568 años. Ante mi, Alonso de Medina, escribano de su majestad real y de los escritos y de yuso escrito pareció presente el licenciado Diego de Santiago, fiscal de su majestad y de su Real Audiencia y Chancillería que por su mandado residen en esta dicha ciudad. Luego el dicho fiscal dio a mi el dicho escribano un escrito de requerimiento firmado de su nombre para que lo lea y notifique a Francisco de Espinosa, escribano de su majestad y su receptor en la dicha Real Audiencia que presente estaba, su tenor del cual trajo requerimiento es este que se sigue: Escribano que presente estáis, dad por testimonio a mi el licenciado Santiago, fiscal de la Audiencia Real que por mandado de su majestad reside en esta isla Española. (folio 1v) Como pido y requiero a Francisco de Espinosa, receptor que de presente sirve el oficio de secretario, Nicolás López, que sea en gloria, que me de una fe y testimonio del día en que se dio despacho entre el fiscal de su majestad y Juan Daza sobre la fianza de los diez mil pesos, porque de él tengo necesidad para los enviar a la majestad real del rey don Felipe, nuestro señor y de cómo lo pido y requiero. Ruego a los presentes me sean de ello escritos. El licenciado Santiago. Y así presentado el dicho escrito de requerimiento en la manera que dicho es. Luego el dicho fiscal dijo a mi el dicho escribano que el dicho requerimiento que lo lea y notifique al dicho Francisco de Espinosa, que presente estaba, y luego incontinente fue leído y notificado el dicho escrito de requerimiento todo ello de verbo adverbun según y como en ello se contiene al dicho Francisco de Espinosa receptor en su persona el cual, en respuesta del dicho requerimiento dijo que dijo que el dicho proceso y porque no pasó ante el ni sabe cuando (folio 2)se vio ni lo que hay en el dicho proceso y que no es obligado a dar testimonio de lo que no pasó ante el y que el dicho fiscal a llevado testimonio de ello y que demás de esto no puede dar testimonio sin licencia y mandado de los señores presidente y oidores. Y lo firmó de su nombre a lo cual fueron presentes por testigo, Diego de Ozuna, depositario general de esta ciudad e isla Española, y Diego Sánchez de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecino de esta ciudad de Santo Domingo. Francisco de Espinosa, escribano de su majestad y receptor. Y luego el susodicho fiscal pidió a mi el susodicho escribano y los susodicho se lo diese así por fe y testimonio para guarda de su derecho. Y yo el dicho escribano di su pedimento le di lo de susocontenido según que de suso contiene. Y ante mi paso. 259 CartasAudienciaII20111205.indd 259 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel En esta dicha ciudad de Santo Domingo en el dicho día, mes y año susodichos a lo cual fueron presentados por escrito el dicho depositario Diego de Ozuna y Diego Sánchez de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecinos de esta dicha ciudad. Pasó ante mi Alonso de Medina, escribano de su majestad. Y yo, Alonso de Medina escribano de su majestad real y su notario público esta carta hice escribir según que ante mi pasó e hice aquí mi signo que es a tal en testimonio de verdad. Alonso de Medina, escribano de su majestad 260 CartasAudienciaII20111205.indd 260 05/12/2011 01:51:45 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11e Santo Domingo, 13 de abril de 1568 En la muy noble y muy leal ciudad de Santo Domingo del puerto de esta isla Española, de las Indias del mar océano. Lunes, 13 días del mes de abril, año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de 1568 años. Ante mi, Alonso de Medina, escribano de su majestad real y de los escritos y de yuso escrito pareció presente el licenciado Diego de Santiago, fiscal de su majestad y de su Real Audiencia y Chancillería que por su mandado residen en esta dicha ciudad. Luego el dicho fiscal dio a mi el dicho escribano un escrito de requerimiento firmado de su nombre para que lo lea y notifique a Francisco de Espinosa, escribano de su majestad y su receptor en la dicha Real Audiencia y Chancillería que presente estaba, su tenor del cual dicho escrito de requerimiento es este que se sigue: Escribano que presente estáis, dad por testimonio a mi el licenciado Santiago, fiscal de la Audiencia Real que por mandado de su majestad reside en esta isla Española, como pido y requiero (folio 1v) a Francisco de Espinosa, receptor que de presente sirve el oficio de secretario. Nicolás López, que me de un testimonio del día en que se dio despacho entre el fiscal y el dicho Pedro Carrillo porque de esto tengo necesidad para enviarlo a la majestad real del rey don Felipe, nuestro señor y de cómo lo pido y requiero. Ruego a los presentes me sean de ello escritos. El licenciado Santiago. Y así presentado el dicho escrito de requerimiento en la manera que dicho es. Luego el dicho fiscal pidió a mi el dicho escribano que lea y notifique el dicho escrito de requerimiento al dicho Francisco de Espinosa, receptor que presente estaba, y luego incontinente fue leído y notificado el dicho escrito de requerimiento todo ello de verbo adverbun según y como en ello se contiene al dicho Francisco de Espinosa receptor en su persona el cual, en respuesta del dicho requerimiento dijo que el dicho proceso no pasó ante el ni sabe cuando se vio ni lo que hay en el dicho proceso y que no es obligado a dar cuenta de lo que (folio 2) no pasó ante él y que el dicho fiscal a llevado testimonio de ello y que demás de esto no puede dar testimonio de ello y el dicho Francisco de Espinosa lo firmó de su nombre a lo cual fueron presentes por testigo, Diego de Ozuna, depositario general de esta ciudad e isla Española, y Diego Sánchez de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecino de esta ciudad de Santo Domingo. Francisco de Espinosa, escribano de su majestad y receptor. Y luego el susodicho fiscal dijo a mi el susodicho escribano que lo susodicho se lo diese así por fe y testimonio para guarda de su derecho. Y yo el dicho escribano di su pedimento le di lo de suso contenido según que de suso contiene. Y ante mi paso. 261 CartasAudienciaII20111205.indd 261 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel En esta dicha ciudad de Santo Domingo en el dicho día, mes y año susodichos a lo cual fueron presentados por escrito el dicho depositario Diego de Ozuna y Diego Sánchez de Angulo y Pedro Vázquez de Ayllón, vecinos de esta dicha ciudad. Pasó ante mi Alonso de Medina, escribano de su majestad. Y yo, Alonso de Medina escribano de su majestad real y su notario público esta carta hice escribir según que ante mi pasó e hice aquí mi signo que es a tal en testimonio de verdad. Alonso de Medina, escribano de su majestad 262 CartasAudienciaII20111205.indd 262 05/12/2011 01:51:45 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 11f (Sin fecha) Muy poderos señor: El licenciado Gamboa, vuestro fiscal. Digo que por cartas un testimonios que envía el licenciado Santiago, vuestro fiscal de la Audiencia de Santo Domingo de la isla Española y de los oficiales de ella y de la provisión de cuanto conviene que se provea lo siguiente: Lo primero, que se de vuestra carta y provisión real sobre cédula de esta que presento para que el dicho fiscal se le den testimonios de todo lo que pidiere en nombre de vuestro fiscal para presentarlo ante vuestra alteza y darle cuenta de lo que en la dicha Audiencia pasa y que la dicha cédula hable con los secretarios y escribanos de la dicha Audiencia e isla de Santo Domingo. Ítem, se mande dar cédula para que el dicho presidente y oidores determinen con brevedad los pleitos fiscales que tienen vistos, en especial dos pleitos. Un[o] con Juan Daza, sobre una fianza de diez mil pesos y lo otro con Pedro Castillo. Ítem, otra cédula y provisión de vuestra alteza dirigida al doctor Antonio Mejía, presidente de esta dicha Real Audiencia para que vea la comisión que el licenciado Vera, presidente que fue de la dicha Audiencia, dio al licenciado Montemayor, para que fuese a la villa de la Yaguana y su término en la banda del norte sobre ciertos esclavos y mercaderías y otras cosas que trajeron extranjeros por registrar y contra vuestras leyes y ordenanzas y asimismo vea los [roto] que el dicho licenciado Montemayor hizo en la hacienda de vuestra majestad y provea en ello lo que convenga hacerse y proveerse de manera que se sepa, sobre todo la verdad y se haga de nuevo justicia. Y asimismo sobre los días y salario [roto] demasiadamente el dicho licenciado Montemayor. Ítem, porque el dicho licenciado Vera ha hecho algunos malos tratamientos al dicho licenciado Santiago, vuestro fiscal, de palabras y obras porque pedía justicia de los pleitos y cosas tocantes a vuestra Real Hacienda y ha hecho muchos excesos en su oficio y pues y pues de presente dejó de ser presidente de la dicha Audiencia y de hacer conforme a derecho residencia y dar cuenta de su administración. Pido y suplico a vuestra alteza mande dar vuestra provisión real para que el dicho doctor Antonio Mejía, presidente de la dicha Real Audiencia, como al licenciado Santiago que va por oidor de ella tome visita o residencia del tiempo que ha administrado el dicho oficio de presidente. Y para que conste de esto hago presentación de la cartas 263 CartasAudienciaII20111205.indd 263 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel del dicho fiscal y oficiales de vuestra Real Hacienda y en todo vuestra alteza mande proveer con que esta convenga a vuestro real servicio. (Al margen derecho dice: Cédula para que el doctor Mejía le envíe personas para la residencia y la tome y envíe al Consejo. Y en lo que toca a lo que el dicho presidente haga la información y la envíe al Consejo. 264 CartasAudienciaII20111205.indd 264 05/12/2011 01:51:45 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 12 La Yaguana, 28 de febrero de 1568 Muy magníficos señores:2 Por haber escrito a vuestra majestad largo con su negro esta no será más de avisar a vuestra majestad como en su negocio de vuestra majestad con Beatriz Núñez de hacer y se harán todas las diligencias posibles y alegamos excepciones a la demanda el otro día y en lo demás que hubiere que hacer se hará con todo el cuidado posible porque así me lo ha mandado mi señora doña Isabel por cuyo respeto y aunque vuestra majestad no estuviera de por medio estaba obligado. Habrá muy pocos días que estos señores vieron las culpas de vuestras mercedes y la información que yo allá hice y sobre los rescates y con hacer yo en ello todas las diligencias posibles el fiscal, como tiene mala voluntad a este pueblo quiso poner faltas en ello y decir que no recibí por testigo a un Martín Rodríguez y a un Juan Rodríguez y a otros y los negros bozales por interpretar y porque no habían mandado prender al señor Juan Fernández y otras complicidades demasiadas y el presidente por mi respeto ha favorecido y defendido a ese pueblo con la información que yo le he hecho y creo que se remediará que vuestras majestades no vengan acá (folio 1v) aunque vuestras mercedes me pagan muy mal lo que acá trabajo en su servicio pues estando esa negra mía en ese pueblo y no ser posible menos sino que alguna vez la tenga escondida no parezca y se me envíe he recibido tanta pesadumbre de esto que he alzado ya la mano del negocio de vuestras mercedes pues pidiéndome hacer merced en esto no me la hace y de vuestra majestad más particularmente me quejo que teniendo a vuestra majestad por más señor que nadie y sabiendo yo que es cosa de querido no haberme hecho la merced. Ya por otra he avisado a vuestra majestad como todos los negros que traje los he entregado a sus dueños y a los oficiales de su majestad y por cada uno de estos negros han pagado sus dueños 50 pesos por costas y gastos y por el trabajo de sacarlos de donde estaban porque así lo mandaron estos señores y no envió a vuestra majestad el testimonio de ello porque está malo el secretario. Lo digo porque vuestra majestad no entregue los que allá hay sin que primero los buenos le paguen a vuestra majestad las costas que se hicieron por los mandamientos que yo di allá repartiéndolos entre todos los que allá hay porque lo que aquí se ha pagado ha sido solamente por las de acá y vuestra majestad me hará merced de borrar y romper la obligación que hay allá mía pues yo se los he entregado todos a los oficiales y a sus dueños y por mandado de estos señores. Al parecer, esta carta fue enviada a Jerónimo Dávila. 2 265 CartasAudienciaII20111205.indd 265 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel El caballo llegó muy flaco y lo tengo en Haina a engordar. El navío de aviso lo tomaron franceses en Puerto Rico y se salvó Hernán Vázquez de México, mercader de Sevilla, y el maestre con algunas cartas. No hay otra cosa que visar de nuevo al señor Juan (folio 2) Fernández. Besa las mano de su majestad y las de esas nuestras señorías. De Santo Domingo, 28 de febrero de 1568 años. Muy magnífico señor, A servicio de vuestra majestad. El licenciado Diego de Montemayor 266 CartasAudienciaII20111205.indd 266 05/12/2011 01:51:45 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 13 La Yaguana, 23 de abril de 1568 Muy magnífico señor: Pordre decir yo que mi carta será para vuestra majestad como fruta nueva y por tal pasará aunque la extrañe vuestra majestad por ser a tal coyuntura y porque la ocasión que a ello me mueve a hacer esto nace de que vuestra majestad le sea y esté encargado por su majestad en cargo que tiene en esa Real Audiencia y no obedeciendo el celo de vuestra majestad ser el que defiende las cosas que tocan a su servicio y Real Hacienda me atrevo por esta mía a dar cuenta de todo lo que por acá hay y pasa y esto con verdad aunque para decirla toda no se bastará. Ya vuestra majestad sabe los trabajos que en este pueblo pasamos con los franceses y aunque ellos sean muchos merecemos más por nuestros pecados y también por las ocasiones que por estas partes se les de, mayormente con estos rescates y con ellos hay que hoy nos quejamos todos. Que de esa Real Audiencia nos envían jueces sobre ello y no conocemos tanta merced como nos hacen esos señores en nos lo enviar piadosos de donde nace mayor ocasión a que vueltos sin castigar los culpables se atrevan a cometer otra cosas más arduas todo con dejar como dicen, que dineros lo acaban todo y con estos hechos se engendran tales casos y tan escandalosos que acá los unos con los otros no tenemos ninguna concordia ni tampoco se presume haberla. Si su majestad no lo provee con justicia y si duele de los vecinos, mayormente de los que pueden y tienen poco en especial que lo tocante a estos rescates porque los trabajos y velas y defención de la tierra compelen al pobre por justicia y los penan y al tiempo que hay algún mediano provecho no hay memoria de ellos y en esto concluyo porque el grande come al chico y les manda que nadie parezca porque todo quede sin ojos. (Folio 1v) Dígolo señor que a la fecha de esta se trabajó hacer este mensajero para que vuestra majestad esté advertido de lo de por acá así alguna tardanza el mensajero hiciere no será a mi cargo sino las ocasiones del camino y es que vuestra majestad sabrá que habrá seis semanas y más que por esta villa se ha dicho públicamente que estas estancias de Guaba, término de este pueblo, llegó un navío portugués el cual navío los franceses lo robaron y llevaron porque se escapó toda la gente portuguesa y con ello cien esclavos y más los cuales hasta ahora han estado allí habrá siete leguas del pueblo de aquella población. En todo este tiempo, ni por la justicia ordinaria ni por los oficiales del Rey se ha hecho diligencia sobre ello ni saben la verdad, aunque esto de verdad si sabían que era que traían negros pero en no hacer diligencia ninguna ellos lo saben el por que 267 CartasAudienciaII20111205.indd 267 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel más de que se de que por esta sonada iban y venían algunas personas a verse con ellos donde estaban. Ahora de nuevo que fue por Semana Santa sucedió esto que estando toda la gente del pueblo y del campo congregada para oír las oras y oficios divinos el Jueves Santo de madrugada debajo de confederación que entre tesorero y contador y escribano de esta villa, se fueron a la dichas estancias de Guaba donde estaban los portugueses y estos alzaron vara de justicia haciendo alguacil entre ellos y sin de ello saberlo los alcaldes de esta villa los cuales dieron que los portugueses con los cuales se conformaron los unos con los otros y se vinieron con los dichos portugueses y negros a media legua de este pueblo. Los dichos oficiales han sido también partidos con su majestad que de la masa copia de negros que hallaron que fueron cincuenta y tantos y se entregaron de todos. Dieron a su majestad dieciocho, de los cuales los cinco se han hecho invisibles, los demás se han vendido de ellos por bienes de su majestad. Solo este agravio hicieron a su majestad que le dieron pocos y todos niños de siete años y doce por lo que parece por su aspecto, los cuales vienen defectuosos con almas en boca. Los demás se les quedan porque de ellos tienen necesidad y porque tienen edad para trabajar luego. Después de llegados a este pueblo lo dichos oficiales dijeron no haber hallado ni visto más negros que estos trece niños como parecería por un testimonio que el escribano les dio de ello. De esto hubo en este pueblo murmuraciones claras sobre no haber traído los portugueses presos a esta villa. (Folio 2) Luego anduvo por el pueblo que estaban cuarenta negros en la Isleta de la Cana, que dicen que es media legua de esta villa, los cuales estaban allí por los oficiales, porque los querían repartir entre ellos y otros amigos y sobre esta partida riñeron las comadres, y esto porque cada uno quiso para si la más parte. Llegó ante ellos tal codicia que aquella propia noche fueron a dar sobre los portugueses negros y les tomaron forzosamente los esclavos. Otro día, que fue miércoles después que la pascual pasó, amaneció en esta plaza el capitán portugués y a voces dijo que en este pueblo debía de haber vecinos y no justicia que como se sufría tal que los oficiales del Rey le hubiesen robado sus negros y a la justicia a voces decía que más quería que el Rey gozase su hacienda que no perros fariseos judíos y que pidiesen cuenta a los oficiales y alcalde mayor diciéndolo por el Alguacil de cincuenta y tantos esclavos que estaban en su poder sobre lo que el dicho portugués y tesorero llegaron por ante la justicia con muchas malas y feas relaciones. Tanto que el Ávila, tesorero, le desmintió y le dijo que tales negros no hallaron más de los que trajeron y se vendieron como parecería por el testimonio que dio el escribano a los dichos oficiales. El dicho portugués le respondió que tan gran ladronera el escribano como el y los demás pues tal tratamiento dio que mentían que diese el robo que tenían hecho a su majestad de los dicho cincuenta negros. Sobre esto digo que ambos alcaldes hacen informaciones. El uno con este propio escribano no se que tales serán siendo el hechos y el otro crío otro escribano para hacer las dichas informaciones y tener preso a los dichos portugueses y sobre 268 CartasAudienciaII20111205.indd 268 05/12/2011 01:51:45 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) ello le tengo hechos ciertos requerimientos y que mire el servicio de su majestad y lo que aquí va que todavía por lo que se nos trasluce había mas negros tenemos que se aprovechará a su Real Hacienda de hasta diez mil ducados trabajase sola por lo más que le puede de esto. Por tanto en este caso haga vuestra majestad de manera que los señores de esa Real Audiencia sepan esto luego pues importa tanto y se provea de juez que sea persona tal y que haga justicia y como parece con estos negros pues a ojos vistas y tan desvergonzadamente van contra la Real Hacienda, sus propios oficiales no escriban tanto a vuestra majestad cuanto hay y si es necesario de provisión se envíe para que los (folio 2v) dichos alcaldes no suelten los dichos portugueses hasta que esa Real Audiencia provea justicia y sepa de ello la verdad porque acá se presume que andan por libres demás para que se vayan por que ya aquí esto es público de estos cincuenta y tantos negros por lo demás no se sepa quien ni como ni a donde están porque cierto se dice son cien negros y más. También se dijo a vuestra majestad como después que esto ha pasado debajo de tener grandes maneras y prometimiento de paga han hecho con el dicho capitán portugués que diga que no les entregó tal y algunos lo han confirmado a los dichos oficiales y al portugués por contado esto y a no bastar de mañas para con el rey. He querido dar esta cuenta a vuestra majestad como con persona que con celo de servir a su majestad hará la diligencia que sobre ello fuere necesario y para que con brevedad se provea por esos señores de juez como he dicho que sea persona tal y ponga el remedio, asimismo a tantos escándalos como aquí tenemos mayormente si saliesen con esta, porque de otra manera se de a vuestra majestad que muchos están en voluntad de servir y dejar el pueblo a los oficiales pues salen con todos y hacen lo que quieren. No se ofrece otro que de derecho sino que si por acá hay alguna cosa en que vuestra majestad sea servido nos lo mande que cierto lo hará con la voluntad que debo y cada que se ofreciere de que vuestra majestad sea avisada lo haré. Nuestro Señor como puede la muy magnífica persona de vuestra majestad acreciente en más estados. De la Yaguana, a 23 días del mes de abril de 1568 años. Muy magnífico señor, Besa las manos a vuestra majestad. Esta carta se escribe con el licenciado Santiago. Luis de Cervantes 269 CartasAudienciaII20111205.indd 269 05/12/2011 01:51:45 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 5, Nº 14 Santo Domingo, 26 de abril de 1568 Ilustrísimo señor: Con los navíos que de aquí salieron por febrero pasado de este años escribí a vuestra majestad remitiéndome cerca de lo que me parece convenía al servicio de su majestad se proveyese al cual consejo escribía que había una merced de ver y en otras muchas antes había escrito muy largo a su predecesor de vuestra majestad que entiendo habrá merced por su muerte recibido. Y así, cerca de aquello que realmente conviene a mi parecer proveerse con los escritos me remito porque son tantas que repetirlo ahora en esta otra vez cesaría y así en la cual consejo escribo otra vez me remito a las pasadas. Lo que de nuevo hay es que aquí se ha tratado y trata pleito con un Bautista Núñez, sobre delitos que ha cometido entre otros por haber hecho un escrito falso por virtud del cual ha curado y cura de medicina y cirugía y ha sido causa de muchas muertes. Está recibido a prueba en este reino ultramarino y envió el escrito mismo para que el mismo escribano declare si lo hizo viendo vivo y que si era quitado cuando yo partí y si fuere muerto vuestra majestad mandará hacerlas demasiado la cual se envía la primera sospecha lo cual las envían de suerte de la buena moneda de Castilla requiriendo y consignados al fiscal de la dicha Casa de la Contratación para que él los envíe a vuestra majestad si no fuera con el pliego del [tinta borrosa] vuestra majestad avisará en Sevilla que luego enviará con esta letra de vuestra majestad [roto] cerca de lo (folio 1v) que han de decir o podrá deponer dirá el doctor Gutiérrez protomédico a que yo también escribo y el licenciado que es médico del Rey y de la general inquisición y todos esos médicos de la casa del Rey con quien trata como escribano el Damián de Rojas, escribano. Y ellos dirán de otros. También envié con otros navíos pasados otra receptoría para que en Ávila se hiciese cierta información contra un Diego López Gallo y envié dineros para ello si la diligencia no está hecha vuestra majestad mandaré hacer porque el término se pasa y es negocio de importancia. Aquí me han sucedido muchos desabrimientos con presidente y oidores por hacer el oficio que su majestad me mandó servir aquí libremente sin acepción (sic) [excepción] de personas que toquen a las mismas personas de los que gobiernan en lo íntimo. Y últimamente me ha sucedido un caso que a mi parecer es regio con el presidente y conviene que por menos de un año venga el remedio porque de otra manera la hacienda del Rey y justicia yo las doy por idas al fondo, para lo cual ha de saber vuestra majestad que un sobrino del presidente que llama el licenciado Montemayor fue por juez de comisión a pos pueblos de la banda del norte y a la Yaguana 270 CartasAudienciaII20111205.indd 270 05/12/2011 01:51:45 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) a ejecutar ciertas sentencias dadas a favor del fiscal y a tomar por perdidas muchas piezas de esclavos y mercaderías. Llevó de salario cinco ducados de buena moneda cada día y un alguacil ocho pesos de moneda corriente y un escribano cinco. (Dejó el excesivo salario). Llevó del reino para entender en ello y otras cosas doscientos y diez días como aparecerá por las [tinta diluida] los esclavos [tinta borrosa] su majestad cincuenta ducados y a cincuenta y a sesenta algunos pocos más o menos valiendo en la isla comúnmente doscientos ducados de buena moneda y [roto] inconveniente ciento cincuenta y (folio 2) lo que peor es el mismo juez y escribano y alguacil trajeron de ellos, doce o trece esclavos los cuales como lo supe los hice sacar de noche y los vendimos aquí los oficiales del Rey y yo, a doscientos ducados de buena moneda de ellos a ciento cincuenta y ninguno menos y los mismos jueces y escribanos escribieron tornaron a sacar algunos de ellos al precio dicho habiéndoselos a ellos mismos rematado, asimismo interpuestas personas a los precios bajos que arriba dije y hecho y no pedí restitución contra las demás ventas y remates por haber habido tanto desorden y fraude y siguió el negocio de que el presidente y su sobrino han estado y están desabridísimos. Resultó asimismo de la ida que hizo el juez que hizo ciertas informaciones contra personas que habían rescatado en la villa de la Yaguana y siendo culpados los más principales de ella en especial los tenientes y oficiales del Rey, el juez se fue a pasar en casa del uno y allí le hicieron regalos en abundancia. Fueron tales que ni contra él ni contra los consortes hizo cosa bien hecha como parecerá por las informaciones que irán con los demás autos a ese Real Consejo porque los, ni se hizo diligencia conveniente ex profeso ex instituto a sabiendas digo a sabiendas porque como verá vuestra majestad por esa carta del juez que envió a la corte para que el más culpado donde el paso en la Yaguana él solicita y procura hacer sus negocios con gran calor y abomina lo que yo hago y dije cuando penséis que le paga mal lo que [roto] (el cual lenguaje no entiendo) (sic) y así digo que a sabiendas no hizo el deber así en el recibir de los testimonios como en (folio 2v) no tomar por perdidas los esclavos que después por las mismas informaciones señalaron tomar por perdidos no le hizo tan poco en tomar de los bienes pertenecientes a su majestad doscientos veintisiete pesos que como parecerá por mis peticiones que irán con los autos pedí se volviese a la caja del rey. No trajo fe conforme a las provisiones de cómo lo procedido de los esclavos lo había metido en la caja del Rey porque yo abominé de esto y clamé porque dije que era maldad y que lo había de pedir y lo pedirán por sus muchos capitales [tinta borrosa] y aunque yo me templaba lo posible porque pedía se tornase a hacer de nuevo todo lo que había hecho el juez no pedía se hiciese su costa puesto que los jueces lo debían mandar conforme a razón y justicia pues no era razón que a los culpados pagasen dos veces lo que habrá pecado una. Y que habiendo pagado mil quinientos ducados a un juez volviese como vuelve ahora a pagar otro que iba a hacer lo que el otro debió hacer con el mismo salario, el cual partió ayer veintitrés del presente a ello pidiendo yo que estos jueces no fuesen señores que fuese, sino que fuese un oidor. De esto como digo, me cobro odio mortal al presidente. Y lo que se sigue lo confirmo decirle que prorrumpió a los que luego diré. 271 CartasAudienciaII20111205.indd 271 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel El Presidente favorecía iure vel (sic) injuria al Bautista Núñez, médico que arriba dije. Y con ser los delitos de que le tengo acusado gravísimos, andaba enfriado la ciudad por cárcel y viendo que mal se podía escapar de los dichos delitos determinó de irse de la isla para lo cual se concertó con un capitán de un navío que iba a la Nueva España. Venido a mi noticia pedí le volviese a la cárcel y se me mandó dar información y la di y pedí se trajese a la sala. El Presidente lo estuvo por las vías posibles en tanto que trayéndolo un día el relator dijo que no (folio 3) hiciese relación de ella y que si algo yo dijese que respondiese que no lo traía visto. Me trajeron en estas dilaciones muchos días hasta que yo mismo lo entregué al relator para que hiciese relación y no la queriendo hacer dije en estrados públicamente que hiciese de aquello relación. El Presidente dijo que dijese adelantó otra causa. Yo entonces (y suplicó a vuestra majestad advierta a este es el delito que cometí gravísimo) dije a se de ver que es negocio del Rey y a más de treinta días anda en dilaciones por esto sin haber otra cosa me trató muy mal de palabras públicamente y en bajado de los estrados trató con los compañeros me llevase a la cárcel y que me echase unos grillos. Y viendo los compañeros que por aquello no se lo merecía castigo pero premió por pedir comprensión los negocios del Rey le fueron a las manos y ya no se lo consintieron y el presidente enojado de esto yendo luego incontinente a visita de cárcel sábado, ordenamos porque le dije que me diese su señoría licencia que tenía por sospechoso que le de recusar me mandó quedar en la cárcel y que me echasen unos grillos. Y llamó al secretario a gran furia para que lo hiciese hacer y diciendo los compañeros el licenciado Grajeda y el licenciado Ortegón que en ninguna manera vendría en ello su enojo y exaspero porque le pasará la mano en cosa tan mal hecha si al fiscal por que hace los negocios del Rey libremente le han de tratar de esta arte no se yo quien ha de volver por los negocios del rey, que aunque todos los vean ir a fondo ha de osar hablar quien se ha de oponer en nombre del Rey a exorbitancias si el fiscal por temor de tantas molestias no osa pues ha llegado la desenvoltura a más que dice el presidente y algunos de los oidores que por otro tanto es más enemigo que me [roto] prender y castigar y ser mis jueces cuando yo (folio 3v) en algo me excediese. Y aunque yo espero en la misericordia de Dios y su infinita bondad que me dará gracia para que no pueda venir ellos a ejecutar su mal propósito pero con todo eso a quien tan indignados están, bastaría cualquier testimonio falso, que en esta tierra se usa mucho, o alguna zancadilla, y por esta vía cuando les diesen disgusto y viese que yo aportaba un negocio u otro de importancia que les tocase me podría atajar yo en el como he vivido y vivo a ellos mismos quiero por testigos aunque son mis capitales enemigos porque no haya conciencia y viendo bien no ayuda en tener sino de aquella vejación a la cual al remedio de todo lo dicho incumbe a vuestra majestad salir porque su majestad sea mejor servido y los cuales hagan mejor sus oficios. Y así suplico a vuestra majestad que con el calor que el caso requiere a vuestra majestad insista que quede el hecho no pasare a la letra como lo pinto. Yo quiero que como al consejo escribo que me mande castigar imperiosamente. Por cédula de su majestad que está en el libro de las cédulas que tiene el presidente está mandado de al fiscal de esa Audiencia todos los testimonios que pudiere. 272 CartasAudienciaII20111205.indd 272 05/12/2011 01:51:45 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Yo pedí se me diese lo que vuestra majestad verá por esos testimonios que con esta envío y el secretario ni el receptor Espinosa por requerimientos que les hice en nombre de su majestad no lo quisieron hacer por sus cosas que tocaban al presidente envío los recados par que vuestra majestad de orden y haga que semejante bellaquería se castigue. Que acá antes les dan premios por ello y porque siendo otros castigados, los demás en lo adelante harán bien y como deben su oficio y porque (folio 4) esta no es para más. Nuestro Señor la ilustre persona de vuestra majestad guarde. De Santo Domingo, 26 de abril de 1568 años. Vuestra majestad perdone la larga carta que los negocios no dan lugar a más. Ilustrísimo señor, Besa las manos de vuestra majestad, su servidor. El licenciado Santiago del Riego 273 CartasAudienciaII20111205.indd 273 05/12/2011 01:51:45 p.m. Genaro Rodríguez Morel Archivo General de Indias Santo Domingo 50 Ramo 5, Nº 15 Santo Domingo, 10 de mayo de 1658 Muy poderoso señor: El licenciado Cristóbal de Arcolta, vuestro oidor de la Audiencia Real de la isla Española. Por mi y en nombre de vuestro presidente y los dichos oidores de la dicha Real Audiencia digo que por haber falta de buena moneda de oro o plata en aquella isla los salarios que vuestra alteza manda pagar en oro y plata al presidente y oidores se pagan en cuartos de la mala moneda que en ella corre lo cual es en tal y tanto notorio daño de los dichos presidente y oidores. Que de cinco parte del dicho salario que se les da, aún no guarda en una sola parte de la dicha buena moneda y no le resta a uno de vuestros oidores cien mil maravedís de la buena moneda, con lo cual es imposible poderse sustentar. Y la tierra es tan costosa y cara que aún con darse el salario en buena moneda como por [borroso] se de, no se pueden los dichos vuestros presidente y oidores sustentar sino con gran trabajo. En especial que a nuestros gobernadores de la isla de San Juan de Puerto Rico, que es distrito y jurisdicción de la dicha vuestra Audiencia donde corre el mismo género de moneda de cuartos. Y en la dicha isla Española vuestra alteza ha mandado por sus reales cédulas se les de como se les da su salario en buena moneda de Castilla de oro fino o en reales de plata de treinta y cuatro maravedís cada real y en efecto de no haber la dicha buena moneda de oro y plata se les pague de los cuartos de mala moneda en tanta cantidad que valga en buena moneda el dicho salario e igualen tanto como se les pagase en buena moneda como consta por estas dos cédulas de vuestra alteza dada la una a favor del dicho licenciado Caraza gobernador que fue de la dicha isla de San Juan de Puerto Rico y la otra en favor de Francisco Bahamón de Lugo, gobernador que hoy es de la dicha isla. Se le hizo esta merced y se le manda pagar y el día de hoy paga por la orden dicha. Es justo que vuestro presidente y oidores de la dicha Real Audiencia se les haga la misma merced pues no pueden ni quieren más de aquella que vuestra alteza les tiene señalado de salario (folio 1v) y ellos sirven en plaza más principal y superior y de más costa y gasto. Porque pido y suplico a vuestra alteza mande dar su real cédula en favor de la dicha Audiencia y de vuestro presidente y oidores como la que se dio en favor de los dichos gobernadores de la isla de San Juan de Puerto Rico y que mande que vuestros oficiales de la dicha isla Española den y paguen al dicho vuestro presidente y oidores los salarios por vuestra alteza señalados en buena moneda de oro fino y si no en plata de treinta y cuatro maravedís el real y en defecto de la dicha buena moneda de oro o plata se les de y pague de los cuartos que en aquella tierra corren en tanta cantidad iguales y que valga tanto como en el dicho salario se les pagase en la dicha buena moneda con lo cual vuestra real conciencia 274 CartasAudienciaII20111205.indd 274 05/12/2011 01:51:45 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) está segura y se paga enteramente el salario que vuestra alteza manda dar a vuestro presidente y oidores porque haciéndose lo contrario es cierto que el dicho salario viene a disminuirse tanto que no vale ni los dichos vuestros presidente y oidores no se le da de las cinco partes la una del salario por vuestra alteza señalado en lo cual recibiré bien y merced. Otro digo, que si de lo poco que vale la dicha mala moneda en que se da el salario a los dichos vuestro presidente y oidores es necesario dar información en esta corte, esto y presto la dará. El licenciado Cristóbal de Arcolta 275 CartasAudienciaII20111205.indd 275 05/12/2011 01:51:45 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 17 Santo Domingo, 29 de julio de 1569 El Rey y nuestros virrey y el presidente y oidores de las nuestras Audiencias Reales de las nuestras Indias, islas y Tierra Firme del mar Océano y nuestros gobernadores y alcaldes y otros jueces y justicias y nuestros oficiales de la nuestra Real Hacienda que reside en las dichas Indias y cada uno de cualesquier de vos y vuestros lugares y jurisdicciones a quien esta mi cédula fuere mostrada y su traslado signado de escribano público salvo que en cierto asiento e impedimento que mandamos hacer con Pedro Luis Torregrosa, vecino en veinticuatro de la ciudad de Sevilla sobre el almojarifazgo que nos pertenece en las dichas nuestras Indias y se cobra en la dichas ciudad de Sevilla y otras partes de estos nuestros reinos entre otros capítulos del dicho asiento hay tres capítulos que están firmados de Hernando de Laguna que sirve el oficio de nuestro Escribano Mayor de rentas que son del tenor siguiente: Yo Hernando de Laguna que sirvo el oficio de la Escribanía Mayor de rentas, doy fe que en Agustín Espínola, genovés, estante en esta corte, se remató de todo remate la renta del almojarifazgo de Indias y nuevos crecimientos del para los seis años de quinientos sesenta y siete y quinientos sesenta y ocho y quinientos sesenta y nueve y quinientos setenta y quinientos setenta y uno y quinientos setenta y dos en ciertos precios y dineros para en cada un año y con ciertas condiciones entre las cuales hay tres del tenor siguiente: Otrosi, condición que le dicho Pedro Luis de Torregrosa cobre los derechos que le pertenecen conforme a este arrendamiento de las mercaderías y otras cosas que se cargaron en estos reinos para llevar a las Indias durante los dichos seis años conforme a las relaciones que los mercaderes e otras personas (folio 1v) que cargaron con mercaderías para las Indias dieron juradas y firmadas de sus nombres de las que envían a ellas y de lo que les cuesta cada cosa sin les pedir y demandar otra razón ni testimonio de él según y de la manera que se haga en tiempo que la dicha renta a estado en administración a cargo de Francisco de Mayor y Juan López de Zubizarreta, que sino no dijeren y declararen en las dichas relaciones que dieren la verdad de los precios que les cuesta cada cosa constando de ello pierdan las tales mercaderías por descaminadas y sean para el dicho recaudador y que asimismo sobre los derechos de las mercaderías que vinieren de las Indias por los valores que tuvieren cuando se descargaren las dichas mercaderías y para que en la cobranza de los dichos derechos no pueda haber fraude ni encubierto se pone por condición que se lleven las cédulas y cartas que fueren menester para los oficiales de la Casa de la Contratación de las Indias que residen en al ciudad de Sevilla y Cádiz y que se les mande que no reciban registros que ninguna persona les diere y registrare de cosas para llevar a 276 CartasAudienciaII20111205.indd 276 05/12/2011 01:51:46 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) las Indias sin que en el vaya puesto y firmado del dicho Luis de Torregrosa como ha cobrado los derechos de las tales mercaderías se debieren pagar conforme a lo susodicho y asimismo se les den las cédulas y cartas que fueren menester para que los visitadores que visitan y despachan las naos que parten de Sanlúcar para ir a las Indias no les den licencias para que partan sin haber mostrado ante ellos los dichos registros y traslado de ellos firmados de los dichos oficiales por donde parece que el dicho Luis de Torregrosa cobre los derechos que las tales mercaderías (folio 2) se debieren pasar. Y que si al tiempo que las citaren las dichas naos en Sanlúcar se hallaren en ellas algunas mercaderías que no vayan puestas en los dichos registros porque esto parece que les hizo por defraudar los derechos de ellas que estas tales sean habidas por descaminadas y seña para el dicho Pedro Luis de Torregrosa y que si alguna persona estuviese en Sanlúcar algunas mercaderas para cargar en las dichas naos y no mostraren haber pagado los derechos de ellas al dicho Pedro Luis de Torregrosa no las puedan ni se las dejen cargar los dichos visitadores sin mostrar como se lo han pagado. Otrosi, se manda a los dichos oficiales de la Casa de la Contratación que den al dicho Pedro Luis de Torregrosa los traslados de los registros de lo que viniere de las Indias durante los dichos seis años firmado y de sus nombres y descontados de la dicha casa. Luego, como llegaren los tales registros a la dicha ciudad de Sevilla para que el dicho Pedro Luis de Torregrosa cobre los derechos que le perteneciereis de haber y que no deje descargar ni sacar las mercaderías de las naos donde vinieren sin licencia del dicho Pedro Luis de Torregrosa so pena que sean habidos por descaminadas y sean para el dicho Pedro Luis de Torregrosa y que lo mismo se haga en las mercaderías que vinieren a descargarse en la ciudad de Cádiz. Otrosi, con condición que todas las mercaderías que se cargaren para las Indias fuera de los puertos de la dicha ciudad de Sevilla y de las partes donde se puedan y deban cargar sean habidas por descaminadas (folio 2v) y pertenezcan todas al dicho Pedro Luis de Torregrosa tomándose en los puertos de Castilla y en las mares de ella, pero si se tomaren en las Indias que el dicho Pedro Luis de Torregrosa lleve la tercera parte de ellas y la otra tercera parte sea para su majestad, demás del precio de este arrendamiento y la otra tercera parte sea y se aplique para el denunciador y juez que lo sentenciare por mitad y que de la misma manera se repartan y apliquen las mercaderías que se llevaren por registrar en las naos que partieren de la dicha ciudad de Sevilla y de los otros puertos donde se puedan y deban cargar para llevar a las Indias cuando se descargaren en ellas y se pusieren y averiguare allá como no van registradas. Y para que lo susodicho haya efecto se pone por condición, que demás de lo susodicho el dicho recaudador pueda poner en cada uno de los puertos de Indias y los que de ella quisiere, personas que tengan cuenta con ello y que los jueces y oficiales de su majestad y justicias admitan y den favor y les acudan y hagan acudir con lo que vieren de haber de los dichos descaminados conforme a lo susodicho y que lo mismo sea y se haya de llevar de las mercaderías que las indias aportaren que se hubieren cargado fuera de este reino pues está prohibido poderse llevar y que contra esto no se dispensen licencias y que si se 277 CartasAudienciaII20111205.indd 277 05/12/2011 01:51:46 p.m. Genaro Rodríguez Morel dieren que sea sin perjuicio de este arrendamiento. Que para todo estos se den las cédulas y cartas que fueren necesarias, así para las justicias de estos reinos como para los virreyes y Audiencias y otros oficiales y jueces de su majestad que residan en las Indias pero declararse que por razón de lo (folio 3) contenido en esta condición no se ha visto ni se entienda que se le da ni haya de dar licencia para que pase ninguna persona a las Indias las cuales dichas tres condiciones que de suso van incorporadas se corrigieron desconcertaron las originales que quedaban en mi poder. En Madrid, en siete días del mes de junio de 1567 años. Va entre renglones: Y de so pena que sean habidas por descaminadas restante para decir y testado ni enmendado al margen y sean para el dicho Luis de Torregrosa y Hernando de Laguna y ahora por parte de Agustín Espinosa en quien se retó de postrero remate y a cuyo cargo de presente está la renta del dicho almojarifazgo de las Indias me ha sido suplicados que ha que los dichos capítulos fuesen guardados cumplidos y ejecutados en esas partes y mandásemos dar nuestras cartas y provisiones para ello y como la mi merced fuese. Lo cual visto por los del nuestro consejo de las Indias, justamente con el dicho asiento que lo susodicho se hace mención fue acordado que debíamos mandar dar esta nuestra cédula para vosotros y yo lo tuve por bien porque vos mandó a vos y a cada uno de vos según dicho es que veáis los dichos capítulos que de suso van incorporados y a los que vosotros tocan e incumben lo guardéis y cumpláis y ejecutéis y hagáis guardar y cumplir y ejecutar que todo y por todo de cómo en ello y en cada uno de ellos se contienen y declara y contra el tenor y forma de ellos y de lo en ello contenido no vais ni paséis ni consintáis ir ni pasar por alguna manera so pena de la nuestra merced y cincuenta mil maravedís para la nuestra cámara a cada uno que lo contrario hiciere. Hecha en Madrid (folio 3v) a primero día del mes de julio de mil quinientos sesenta y siete años. Yo el Rey. Por mandado de su majestad Martín de Gaztelu. En la muy nombre y leal ciudad de Santo Domingo del puerto de esta isla Española a 19 días del mes de abril de mil quinientos sesenta y nueve años. Visto por los señores, presidente y oidores los autos de Agustín de Espínola y Ortuño de Avendaño sobre las mercaderías que pide y se le entreguen por descaminadas. De la una parte el licenciado Santiago, fiscal de su majestad. De la otra dijeron que mandaban y mandaron que Ortuño de Avendaño se muestre parte, primeramente para lo que pide y se consulte con su majestad para que declares si se ha de acudir con esta tercera parte a Agustín de Espínola y a Pedro Luis de Torregrosa. Fue pronunciado el auto de los dichos señores presidente y oidores de suso contenido en audiencia pública en el dicho día, mes y año susodicho en el contenido en hacer del licenciado Santiago, fiscal de su majestad y le fue notificado por el relator Pedro de Ledesma, Francisco de Galdamez, portero y Gaspar de Rivera, escribano. En la muy nombre y leal ciudad de Santo Domingo del puerto de la Española a veintinueve días del mes de julio de mil quinientos sesenta y nueve años. Visto por los señores presidente y oidores el pleito que es entre Agustín de Espínola de la una parte y el licenciado Santiago, fiscal de su majestad, de la otra sobre las mercaderías descaminadas dijeron que debían confirmar y confirmaron el auto en esta causa 278 CartasAudienciaII20111205.indd 278 05/12/2011 01:51:46 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) dado y pronunciado en diecinueve días del mes de abril pasado de este año en que mandaron que Ortuño de Avendaño se muestre parte enteramente (folio 4) para lo que pide y en lo demás le revocaron y dijeron que se consultara con su majestad sobre el cumplimiento de lo contenido en la cédula real y así lo mandaron. Pronunciose este auto de suso contenido por los señores presidente y oidores estando haciendo audiencia pública el dicho día, mes y año en el contenido. 279 CartasAudienciaII20111205.indd 279 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 18 Santo Domingo, 25 de agosto de 1569 Muy magnífico señor: Siempre doy cuenta a vuestra majestad de mí. Tengo más solicitud que hasta aquí loado Dios para con todo no ando bueno porque me persiguen unas calenturillas y estas porque no basta para que yo haya faltado un solo día de Audiencia ni de cuando mi mujer está buena y besa las manos de vuestra majestad y ella y yo las de la señora María Ruiz, nuestro hijo Bautista y nuestra hija Mónica están bonitos. La tierra es cara y con mil ducados no acabaré lo que he gastado demás de mi salario. Con todo esto tengo mi oficio por muy bueno honroso y todavía recibiría gran contentamiento si su majestad me pasase a otra presidencia porque está aquí un oidor Cáceres que siempre ha traído y trae toda esta Audiencia al retortero y ha prevalecido contra los dos presidentes pasados y aunque en las cosas de justicia solo su voto hace Audiencia en las demás siempre yo procuro conservar mi derecho y autoridad, pero paso trabajo porque están todos coadyuvados contra mí y no solo los oidores pero aún el Arzobispo y los que para este efecto usa entre ellos el oficio de presidente y el que había de ser fiscal del Rey lo es de ellos contra mí en atrevimientos y descomedimientos públicos y secretos en estados y acuerdos. Y como tienen las espaldas seguras no solo no se reprimen, antes le crecen por ello cada día las alas. Deseo ensayar que su merced del señor licenciado Gamboa lo entendiese como pasa y no se creyese de cosas no verdaderas que entiendo le escribirá él y los oidores y arzobispo que le componen y sustentan para estos fines, que de sus mismos escritos (folio 1v) y autos se da a entender ser esto así, algunos de los cuales envié al consejo con la carta que escribo. Suplico a vuestra majestad los vea e informe a su merced, porque como el dicho deseo su contentamiento más en particular que de ninguno de estos señores. Mande vuestra majestad dar las que van con esta para Andrés López y Santander y avíseme vuestra majestad contra los y de sus cosas y si ha dado vuestra majestad estado a las señoras doncellas y por remitirme a las que he escrito a vuestra majestad en las dos flotas y urcas que salieron de aquí por principio de marzo y fui en mayo y a las que también escribirá a vuestra majestad mi hermano. De Santo Domingo a 25 de agosto de 1569. Besa las manos de vuestra majestad. Antonio Mejía 280 CartasAudienciaII20111205.indd 280 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 18a Santo Domingo, 7 de junio de 1569 En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, de las Indias del mar Océano. Siete días del mes de junio del dicho año de 1569 años. El muy ilustre señor el doctor Antonio Mejía, presidente por su majestad en esta Real Audiencia que por su mandato reside en esta dicha ciudad. Por ante mi Gaspar de Ribera, escribano de su majestad que al presente sirvo de secretario en la dicha Real Audiencia por enfermedad de Diego de Herrera, secretario de ella. Dijo que a su noticia es venido que el licenciado Santiago, fiscal de su majestad en esta dicha Real Audiencia habiendo dado en ello ciertas peticiones con ciertos desacatos y habiéndose proveído que adelante usase de mejores palabras enmendase algunas que había dicho y que fuese reprendido por otras que dijo en otra petición y avisado que si no se enmendaba sería gravemente castigado. Dijo el fiscal ciertas palabras en que dio a entender que el era parte con su majestad para hacer quitar toda la Audiencia junta, presidente y oidores de ella y el mismo también dentro de un año y que lo haría así con su majestad para que así los quitasen a todos y para averiguación de ello mandó hacer la información siguiente: El dicho Pedro Ledesma relator de esta Real Audiencia y vecino de esta ciudad de Santo Domingo, testigo recibido la información de los susodicho juró según derecho y habiendo jurado en este dicho días, mes y año susodicho y siendo preguntado por el tenor de lo susodicho dijo que hoy el dicho día estando los señores presidente y oidores en acuerdo, el licenciado Santiago que por su majestad es fiscal de esta Real Audiencia, saliendo del dicho acuerdo fue a donde este testigo estaba y delante de Gaspar de Ribera que al presente sirve el oficio de secretario en esta dicha Real Audiencia por enfermedad de Diego de Herrera, secretario de ella, dijo a este testigo que le parece a vuestra majestad que les andamos pues yo escribo a su majestad y bien creo que de ellos sabe el presidente y si no sépalo como enemigo capital y juró a Dios y a esta cruz que me lo pueda dar por testimonio vuestra merced si de hoy en un año, él y los demás oidores estuvieren en la silla y yo con ellos porque yo informo a su majestad sobre ello y de una cosa me huelgo que mal de mucho gozo es y todos veremos la cuenta que damos y otras cosas a las cuales este testigo respondió que mejor sería que no hubiese nada de lo que le decía porque de ello y de lo que él trataba no resultaría ningún servicio a Dios ni a su majestad y esto ya sé que es la verdad y lo que sabe de este caso para el juramente que hizo y lo firmó de su nombre. Pedro Ledesma. Y luego el dicho señor presidente atento que el dicho relator declaraba en su dicho que yo el dicho escribano Gaspar de Ribera estuve presente a lo que (folio 1v) 281 CartasAudienciaII20111205.indd 281 05/12/2011 01:51:46 p.m. Genaro Rodríguez Morel el dicho fiscal dijo al dicho relator como lo tiene declarado mandó que yo el dicho Gaspar de Ribera, escribano susodicho diga mi dicho so pena de cien pesos. El doctor Mejía. Y después de lo susodicho, en la dicha ciudad de Santo Domingo, en este dicho día, mes y año susodichos en cumplimiento de lo proveído por su señoría el dicho señor presidente. Yo el dicho Gaspar de Ribera, escribano de su majestad susodicho juró en forma de derecho de decir verdad y habiendo jurado y siendo preguntado por el tenor de lo susodicho digo que lo que pasa es que estando hoy dicho día los señores presidentes y oidores en acuerdo salió de la sala donde se haría el dicho acuerdo el dicho licenciado Santiago, fiscal de su majestad y estando hablando con el dicho relator Pedro de Ledesma en el corredor junto a la sala donde se hace el dicho acuerdo dijo que le parece cual andamos todos pues yo escribo a su majestad y si no lo sabe el presidente sépalo y envío testimonio de cosas y de cómo es mi enemigo capital escribo a su majestad y yo le prometo que a de ver como antes de un año el dicho presidente ni los demás oidores no han de quedar en la silla ni el dicho fiscal tampoco porque yo escribo a su majestad y le informo sobre ello y de una cosa me huelgo que más de muchos gozo es y todos veremos la cuenta que damos y otras cosas que pasaron y que el dicho relator y este testigo respondieron a lo susodicho que adelantaron y que asimismo dijo que qué podría escribir del que pedía que al uno y al otro condenasen para el Rey que esto era en servicio de su majestad y pasaron otras cosas a que este testigo no advirtió ni tiene memoria. Y este testigo y el dicho relator dijeron al dicho fiscal que mejor fuera que hubiera toda conformidad y que esto pasa y esto es lo que sabe de este caso y lo que de ello me acuerdo para el juramento que hice. Y lo firmé de mi nombre. Gaspar de Ribera, escribano. Va enmendado de derecho y enmendase donde decía si ha saliendo en este registro que no le parece. Fe de lo cual demandaron del dicho señor presidente lo hice escribir según que ante mi en el dicho día, mes y año susodichos y su señoría del dicho señor lo firmó de su nombre. El doctor Antonio Mejía, Yo Gaspar de Berrio, juez de su majestad lo hice escribir según que ante mi e hice aquí este mi signo en testimonio de verdad. Gaspar de Ribera, escribano de su majestad 282 CartasAudienciaII20111205.indd 282 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 18b Santo Domingo, 2 de junio de 1569 En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española Indias del mar Océano, a dos días del mes de junio de 1569 años. El muy señor el doctor Antonio Mejía, presidente por su majestad en esta Real Audiencia y su juez por comisión particular y luego en el negocio entre el fiscal de su majestad y Jerónimo Bautista, sobre la muerte de Juan de Olvera Aguayo y los demás en la dicha causa culpados, dijo que mandaba y mandó notificar al fiscal de su majestad que siga esta causa y se haga en ellas las diligencias que convinieren al servicio de su majestad y ejecución de su real justicia con toda brevedad, porque ha muchos días que no se sigue y la quiere determinar y enviar razón de ello a su majestad y así lo mandó el doctor Mejía por mandado de su señoría antes y Gaspar de Ribera, escribano. En Santo Domingo en tres días del mes de junio del dicho año, yo Gaspar de Ribera, escribano de su majestad, notifiqué el dicho auto y mandé de su señoría del señor presidente al licenciado Santiago, fiscal de su majestad en su persona el cual dijo que como estando señalado en revista sobre otro negocio por la Audiencia y que estaba condenado en destierro le vio fuera de la cárcel pública y mudarse para ir paseando públicamente al dicho Jerónimo Bautista debiendo estar preso encarcelado, siendo el delito de que está acusado tan atroz y tan escandaloso para dar cuenta a su majestad de esto antes que se determinase como cosa que ha causado escándalo en esta ciudad dilataba el negocio porque tenía determinado de suplicar a su majestad lo mandase llevar (folio 1v) a España para determinarlo porque aquí no piensa que este negocio se le ha de guardar enteramente con el rigor necesario. La justicia al fisco real para que pues ahora su señoría lo manda que esté presente de lo concluir con brevedad para que su señoría lo determine y esto dijo que daba y dio para su respuesta. Y lo firmó de su nombre siendo testigo Pedro de Ledesma, relator y Ortuño de Avendaño, el licenciado Santiago. Ante mi Gaspar de Ribera, escribano. Fue presentado y corregido y concertado así el dicho auto original y respuesta a el por el dicho fiscal en diez días de junio de 1569 años y lo saqué yo, Gaspar de Ribera, escribano de su majestad que al presente sirvió el oficio de secretario en esta Real Audiencia por enfermedad del Diego de Herrera, secretario de ella demás de su señoría del dicho señor presidente. Y va cierto y verdadero y corregido con el original contestado donde decía dicho presentado entre renglones y su señoría lo firmó. El doctor Antonio Mejía 283 CartasAudienciaII20111205.indd 283 05/12/2011 01:51:46 p.m. Genaro Rodríguez Morel En fe de lo que yo el dicho Gaspar de Ribera, escribano de su majestad susodicho lo escribí y firmé e hice aquí mi signo que es a tal como éste [aparece un signo] que es a tal común. En testimonio de verdad. Gaspar de Ribera, escribano de su majestad 284 CartasAudienciaII20111205.indd 284 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 18c Santo Domingo, 10 de junio de 1659 En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española de las Indias del mar Océano. En 10 días del mes de junio de 1569. El muy ilustrísimo señor el doctor Antonio Mejía, presidente por su majestad en la Real Audiencia y Chancillería que por su mandado residen en esta dicha ciudad de Santo Domingo mandó a mi Gaspar de Ribera, escribano de su majestad que al presente sirve el oficio secretario en esta dicha Real Audiencia por enfermedad de Diego de Herrera, secretario de ella y saqué por fe este testimonio y que dice fue el postrero, auto por parte del licenciado Santiago, fiscal de su majestad en esta Real Audiencia en el pleito que trata con [Juan Caballero de Bazán] [esto está tachado] Jerónimo Bastidas, sobre la muerte de Juan Olvera y por ello mandó que se vea dicho proceso y le dio el dicho testimonio de ello en pública forma y manera que haga fe. Y yo el dicho escribano, en cumplimiento de los susodichos mando por su señoría del dicho señor presidente. Doy fe que hojeé el dicho pleito y proceso y lo vi y miré y por el parece que postrera petición que en este dicho día presentado por el dicho licenciado Santiago, fiscal y que pide se pongan en este dicho proceso las dichas que dijo el dicho Juan Olvera en la residencia del licenciado Angulo, oidor que fue de esta Real Audiencia ante el muy ilustrísimo señor el licenciado Alonso Arias de Herrera, presidente que fue de esta Real Audiencia pide que para ello se le den en pública forma. En este dicho escrito hace asimismo el dicho fiscal presentación de un dicho y dispusieron a doña María Peraza y pidió se haya el dicho escrito a que me refiero el cual por el parece haberse presentado por el dicho licenciado Santiago, fiscal antes su señoría del dicho señor Mejía por auto escrito al pie de la dicha provisión. A catorce días del mes de junio de 1568 años. Y después del dicho escrito no parece haberse escrito otro auto que el del proceso por parte del dicho fiscal que está en el dicho proceso y porque de lo susodicho sean demás (folio 1v) ciertos en cumplimiento de lo mandado por su señoría del dicho señor, el doctor Antonio Mejía di la presente que es hecha en el día mes y año susodichos. Y lo firmó e su nombre, su señoría. Va testado de Juan Caballero de Bazán. Entre renglones dice: El doctor Antonio Mejía En fe de lo cual lo escribí y firmé e hice aquí mi signo que es a tal como éste [aparece un signo] que es a tal común. En testimonio de verdad. Gaspar de Ribera, escribano de su majestad. 285 CartasAudienciaII20111205.indd 285 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 19 Santo Domingo, 30 de diciembre de 1569 Muy magnífico señor: Relación de vuestra merced 10 de julio y con ella muy contentamiento de lo que podría decir en saber de su salud y de la señora María Ruiz de Mercado a quienes doña Beatriz y yo besamos las manos toda esta casa ha tenido siempre salud loado a Dios yo solo he andado y ando enfermo. Entiendo que mis compañeros harán lo que suelen contra mi informando mal y buscando otros que lo hagan sea vuestra majestad cierto que con el favor de Dios no se podrá decir con verdad cosa fea y si informo yo de lo que pasa y hacen es porque entiendo que tengo obligación a ello. Una cosa tengo por perjudicialísima que de ese consejo se les han enviado papeles que han sido contra ellos y aún carta escritas para su majestad lo cual ha sido y es causa para que con pequeñas ocasiones hayan destruido a los que han escrito obligado contra ellos y así me tienen preso dos escribanos con quien yo he hecho mis negocios sin que yo como solo pueda remediarlo si allá vuestra merced entendiere que haya cosa particular de que yo sea avisado me hará merced de avisarme teniendo gran cuenta con lo que me tocare. El fiscal de aquí es alguacil de los oidores y so color de recusaciones me hace libelos e informatorias se halla vuestra merced aviso que en pocas cosas dicen verdad. Mi hermano fue a Guatemala lo procuré porque el licenciado Peralta y él andaban a malas y porque el Arzobispo que es el que más se muestra contra mi no se vengase en el, yo le mostré el capítulo de vuestra merced y con esta va su respuesta. Dios con todo. De Santo Domingo, 30 de diciembre de 1569. Ahora va don Antonio de Cabrera al descubrimiento de las perlas y se cree que será muy acertado. Y siendo así, los oficiales que allí fueren de su majestad serán muy aprovechados. Yo escribo a Pedro Vázquez de Ibáñez Domingo, que negocie la contaduría de la Margarita, para Pedro Vázquez, su hijo. A vuestra merced le haga de ser padrino en ello para que mediante el favor de vuestra merced se alcance. Besa las manos de vuestra merced. Antonio Mejía 286 CartasAudienciaII20111205.indd 286 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 20 Santo Domingo, 31 de diciembre de 1569 Muy magnífico señor: La contaduría de la Margarita no ha valido cosa hasta aquí ni han sido nombrados allí por su majestad sino por la justicia de allí o por esta ciudad. Ahora que van a sacar perlas se espera que será cosa muy próspera. Yo pensé que Pedro Vázquez, mi criado, la parte diera con más calor que había que no la hubiera de servir se pudiera haber de conforme al buen suceso lo hube así o que vuestra majestad se procure que no puede dañar y podría aprovechar quien en más de cinco mil ducados vuestra merced lo verá mejor y eso se haga. La que va para el contralor mande vuestra merced se dé o envíe a recaudo y la que va para el doctor Vázquez y el licenciado Barrionuevo y sus manos mismas que importa. Avíseme vuestra merced siempre de lo que me conserva. (Folio 1v) Con esta va una carta de su majestad en su mano, vuestra merced da orden como se le de en su mano y que los que van para el contralor se le de o se le envíe a las personas para el doctor Vázquez y para el señor licenciado Barrionuevo se les de en sus manos. Y a los señores Santander y Andrés López los que van por ellos. Dios con todos, amén. De Santo Domingo, a 31 de diciembre de 1569. Besa las manos de vuestra señoría. Antonio Mejía 287 CartasAudienciaII20111205.indd 287 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 6, Nº 21 Santo Domingo, 31 de diciembre de 1569 Muy magníficos señores: En la nao capitana que es de Juan Aguijón escribo a vuestra majestad largo y así con esta no diré más es suplicar a vuestra merced mande dar a Sebastián de San Andrés o Andrés López los que van con esta para ellos y les avise que den cuenta de los recados. Va una carta de cincuenta ducados y que no van en esta flota los recados de Francisco de Espinosa alguna merced demandó. Doña Beatriz y yo besamos las manos. Dios con todos. De Santo Domingo, 31 de diciembre de1569 Besa las manos de vuestra majestad. Antonio Mejía Procure vuestra merced se dé al Rey en su mano la que va con esta para el que importa. 288 CartasAudienciaII20111205.indd 288 05/12/2011 01:51:46 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 7, Nº 22 Santo Domingo, 25 de marzo de 1570 En la muy noble ciudad de Santo Domingo de la isla Española, a 25 días del mes de marzo de 1570 años. El muy ilustre señor doctor Mejía, presidente de la Chancillería por su majestad dijo a mi Francisco de Espinosa escribano de cámara de su majestad de esta Real Audiencia que ahora le fue enviada una cédula Real de la majestad del rey don Felipe, nuestro señor, por parte de fray Rodrigo Manrríquez, comisario de la Orden de San Francisco y con ella juntamente le envía decir como a causa de él estar preso y encarcelado en el monasterio de las Mercedes no la venía él a presentar, que le pedía a su señoría que la cumpliese. El Rey Doctor Mejía, nuestro presidente de la Audiencia Real de la isla Española. En el nuestro consejo de las Indias se han visto ciertas escrituras e informaciones por donde a parecido que el provisor de el Arzobispado procedió contra Francisco Rodrigo Manrique, comisario de la Orden de San Francisco en esa isla sobre cosas tocantes a la visita que estaba haciendo injustamente. Y como no debía ir contra otros frailes de su Orden y porque no conviene ni es justo que se entremeta en cosas semejantes vos mando que luego que esta recibáis, hagáis parecer ante vos el dicho provisor y le digáis de nuestra parte que de aquí en adelante no se entremeta a proceder sobre cosas semejantes contra ningún comisario ni prelado ni religioso de ninguna Orden sino sobre aquellas cosas y sobre aquellos casos que según derecho se pudiere y debiere conocer con apercibimiento que si así no lo hiciere mandaremos proveer sobre ello lo que convenga y sea justicia. Fecha en El Escorial, a 29 de junio de 1568 años. Yo El Rey. Por mandado de su majestad. Francisco de Eraso. Su señoría, en presencia de mi el dicho escribano tomó la dicha cédula y la besó y puso sobre su cabeza como cédula y mandato de su señor y rey natural y dijo que la obedecía y obedeció y que estaba presto de la cumplir y ejecutar como en ella se contiene y en cumplimiento de ella mandó a mi el dicho Francisco de Espinosa, escribano de cámara de la dicha Real Audiencia vaya a casa del reverendo señor don fray Andrés de Carvajal, obispo de San Juan de Puerto Rico y electo arzobispo de esta ciudad como a persona que al presente usa el oficio de provisor y juez eclesiástico por nombramiento y comisión del cabildo de esta Santa Iglesia se de vacante y le muestre la dicha cédula real y la dicha de parte del dicho señor presidente que para cumplir y efectuar lo que en la dicha cédula real de vuestra majestad manda conviene se junten sus señorías y el dicho señor pre (folio 1v) sidente lo cual se po- 289 CartasAudienciaII20111205.indd 289 05/12/2011 01:51:46 p.m. Genaro Rodríguez Morel drá hacer en las Casas Reales donde el dicho señor presidente está y recibe y firma de su nombre. El doctor Mejía pasó ante mi Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a 25 de marzo de 1570. Por mi, Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad fue notificado el auto del señor Presidente y la cédula real de su majestad al señor arzobispo don Francisco Andrés de Carvajal en su persona, el cual tomó la dicha cédula real y la besó y puso sobre su cabeza como a carta y mandado de su señor y rey natural y que en cuanto al cumplimiento de ella que si se le presentara en tiempo él alzará las manos del negocio pero que su señoría sabe que ha nueve meses que se trata este pleito con Manrique y que no ha hallado en ello ni mostrado la cédula hablando muchas cosas que no había de hablar y no ha mentado la cédula hasta ahora 25 de marzo de 1570, y que ahora no ha lugar de poderse entremeter en este negocio por cuanto está la causa del Manrique remitida al consejo de la inquisición de España para que allá se determine. Ítem, que la cédula de su majestad parece por ella haber informado falsa y malamente a su majestad que por el provisor Marinas, cuando procedió contra el dicho Manrrique nunca pretendió como la cédula lo dice, estorbarle que no hiciese su oficio de prelado y comisario, sino prenderle y castigarle por blasfemias que había dicho por casos tocantes al Santo Oficio de la inquisición y que si de esto informaran a su majestad no se diera semejante cédula. Y que esto está aparejado para probárselo como constará por el proceso y que esto da por su respuesta. Y lo firmó de su nombre. Fray Andrés, archiepíscopus. Asimismo dijo que la cédula no habla con el sino con el provisor que de antes era y que se llama Sancho de Marinas, que era provisor del Arzobispo pasado que le llame su señoría y que le reprenda como dice la cédula y que no se entremeta en lo que no dice la cédula. Archiepíscopus. Ante mi Francisco de Espinosa escribano de cámara de su majestad. Y después de lo susodicho, en la dicha ciudad de Santo Domingo a 30 de marzo de 1570 años. El muy ilustre señor presidente, habiendo visto la dicha notificación y respuesta dijo que sin embargo de la dicha respuesta para que se cumpla y ejecute lo que su majestad en la dicha cédula real mandaba y mandó notificar al dicho señor reverendísimo como a provisor y vicario que es de este cabildo se de vacante parezca. (Folio 2) Ante su señoría del dicho señor Presidente como su majestad lo manda en la dicha su cédula real so pena de las temporalidades y de ser habido por ajeno y extraño de estos reinos y son las demás penas en que incurren los que no obedecen los mandamientos de su majestad y del dicho señor presidente en su real nombre y para que mejor le conste al dicho señor reverendísimo de que la voluntad de su majestad es que el dicho fray Rodrigo Manrique use su oficio de tal comisario y visitador de sus frailes y monjas de esta provincia. Mandó mostrar juntamente con este auto el dicho señor reverendísimo la dicha real cédula de su majestad. Originalmente y lo firmó de su nombre. El doctor Mejía. Ante mi Francisco de Espinosa escribano de cámara de su majestad. 290 CartasAudienciaII20111205.indd 290 05/12/2011 01:51:47 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) El Rey Presidente y oidores de la nuestra Audiencia Real que reside en la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. Por parte de fray Rodrigo Manrique, de la Orden de San Francisco, me ha sido hecha relación que estándole cometido y dado comisión que visitase a los monasterios y conventos de su Orden de esa dicha ciudad de Santo Domingo y religiosos de ellos vosotros sin ninguna causa os entremetéis en cosas de su comisión y en otras tocantes a la visita y reformación de los monasterios de monjas no lo pudiendo ni debiendo hacer. Y me ha sido suplicado mandase proveer en ello lo que fuésemos servido. Lo cual visto por los del nuestro consejo de las Indias fue acorado que debíamos mandar dar esta mi cédula para vos. Por ende, yo vos mando que no os entrometan en ninguna manera en impedir al dicho fray Rodrigo Manrique la visita y reformación de los dichos monasterios de la ciudad de Santo Domingo ni en otras cosas algunas tocantes a ellos ni en lo demás contenido en la dicha su comisión. Antes se lo dejaréis hacer y administrar libremente y le daréis todo favor y ayuda para que mejor pueda entender en la reformación de los dichos monasterios y religiosos de ellos y no fagades endeal. Fecha en Madrid a 19 de junio de 1568 años. Yo El Rey. Por mandado de su majestad Francisco de Eraso. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a 30 de marzo del dicho año. por mi, Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad fue notificado este auto y mandamiento del dicho señor presidente al reverendísimo señor fray Andrés de Carvajal, arzobispo de este Arzobispado y le fue mostrada la cédula real de que en este auto se hace mención. El cual dijo que a la primera cédula ya tiene respondido y que esta segunda habla con la Audiencia y no con el solo y que ya lo tiene recusado y que no es juez de esta causa cuanto más que el dicho señor Arzobispo tiene cometido ya este pleito de Manrique remitido al (folio 2v) Consejo Supremo de la Santa Inquisición que sirve el que le conviene que se tome con ella porque con su señoría no tiene que hacer porque es de la inquisición y que esto da por respuesta y pide de todo, se le de testimonio así de lo uno como de lo otro. Y en cuanto a esta cédula postrera que no habla con su señoría reverendísima sino con los señores presidente y oidores y que no entren en el monasterio de las monjas de Santa Clara. Como su señoría entró sin tener licencia apostólica, por lo cual está excomulgado y no está absuelto y ha oído misa y esto es de derecho y cuanto aquí responde y que es toda por su respuesta. Y lo firmó de su nombre, fray Andrés, archiepíscopus, ante mi Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. En Santo Domingo a 30 de marzo de 1570. Ante su señoría del señor Presidente presentó esta petición de parte del Arzobispo de esta ciudad y de sus señorías del señor presidente proveyó auto abajo contenido: Muy ilustre señor Espinos, el secretario de esa Audiencia me han sido presentadas dos cédulas reales por parte de vuestra señoría a las cuales y a los escritos de vuestra señoría que con ellas venían yo he respondido y firmado de mi nombre y pedí al mismo secretario en mis respuestas que me diesen traslado así de las cédulas reales como los escritos por vuestra señoría y de lo de mi respondido y el me 291 CartasAudienciaII20111205.indd 291 05/12/2011 01:51:47 p.m. Genaro Rodríguez Morel prometió dármelo como es obligado. Ahora, pidiéndoselo responde que vuestra señoría le ha mandado que no lo de sin petición mía para vuestra señoría y así suplicó a vuestra señoría mande que se me de traslado, así de las cédulas reales como de lo que vuestra señoría mandó que notificase como de mis respuestas porque todo lo he menester para enviarlo a su majestad y a su Real Consejo para que allá sepan como se trata la iglesia y los prelados de ella y para que me hagan justicia esto pido y suplico y acá queda otra como está para enviar al Rey. El Arzobispo. Que se le de todo como lo pide con que al pie del testimonio vaya inserto lo que dice estar descomulgado su señoría no pasa así porque no está descomulgado ni ha entrado al monasterio de las monjas más de una vez que fue donde está el torno a informarse de cosas que convenían al servicio de Dios y de su majestad. Y si otra cosa han dicho al señor Arzobispo, no le han dicho verdad ni tiene razón de poner mácula en su presidente por sola su sospecha. Y todo esto debajo de un sino se le podría dar. (Folio 3) Y después de lo susodicho, en la dicha ciudad de Santo Domingo, a 30 de marzo de 1570 años, el dicho señor presidente habiendo visto que su señoría reverendísima como tal provisor no ha querido obedecer lo que su majestad manda y el dicho señor presidente en su nombre, mandó a mi el dicho secretario que meta allá en el primer acuerdo a los dichos señores presidente y oidores los dichos autos y cédulas en ello contenido por ser negocio de importancia para que en acuerdo se trate y vote en la ejecución de las dichas penas. Y lo firmó de su nombre y que si necesario era para ello les pedía a el que convenga en nombre de vuestra majestad. El doctor Mejía. En el dicho día, mes y años susodichos, el dicho Valera , portero de esta Real Audiencia dio fe que por mandato de su señoría del señor presidente dijo que hoy a todos los señores oidores y a cada uno de ellos que se juntasen al acuerdo en las Casas Reales con su señoría para firmar las cartas de su majestad y para tratar de un negocio de una cédula real que está concedida por su majestad al dicho señor presidente los cuales dijeron que venían a esta hora, que son las cuatro, poco más o menos, lo fue otra vez a decir por mandado de su señoría a los señores doctor Cáceres, el licenciado Peralta y el señor doctor se excusó diciendo que estaba malo de una muela y el dicho señor licenciado Peralta no le respondió palabra lo cual dijo ante mi y luego incontinente vinieron los dichos señores oidores, salvo el señor doctor Cáceres y estuvieron en acuerdo. Francisco de Espinosa, escribano de cámara. Este dicho día, mes y año susodichos en el dicho acuerdo ante los dichos señores presidente y oidores leí y relaté este proceso y todo lo en el cometido hasta este punto y lo dejé originalmente en la mesa del acuerdo. Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. 292 CartasAudienciaII20111205.indd 292 05/12/2011 01:51:47 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 7, Nº 22bis Santo Domingo, 25 de marzo de 1570 En la muy noble ciudad de Santo Domingo de la isla Española a 25 días del mes de marzo de 1570 años el ilustrísimo señor doctor Antonio Mejía, presidente de esta Chancillería por su majestad dijo a mi Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad de esta Real Audiencia. Y ahora le fue enviada una cédula real de la majestad del rey don Felipe, nuestro señor. Por parte de Francisco Rodrigo Manrique, comisario de la orden san Francisco y con ella juntamente le envía a decir como a causa de el estar preso y encarcelado en el Monasterio de las Mercedes no la venía él a presentar, que le pedía a su señoría la cumpliese. El Rey Doctor Mejía, nuestro presidente de la Audiencia Real de la isla Española. En el nuestro Consejo de las Indias se han visto ciertas escrituras e informaciones por donde a parecido que el provisor de este Arzobispado procedió contra fray Rodrigo Manrique, comisario de la Orden de San Francisco en esa isla sobre causas tocantes a la visita que estaba haciendo injustamente y como no debía y contra otros frailes de su Orden. Y porque no conviene ni es justo que se entremeta en cosas semejantes. Vos mando que luego que esta recibáis hagáis parecer ante vos el dicho provisor y le diga de nuestra parte que de aquí adelante no se entremeta a proceder sobre cosas semejantes contra ningún comisario ni prelado ni religioso de ninguna Orden si no en aquellas cosas y sobre aquellos casos que según derecho pudiere y debiere conocer con apercibimiento que si así no lo hiciere mandaremos proveer sobre ello lo que convenga sea justicia. En El Escorial a 29 de junio de 1568 años. Yo El Rey. Por mandado de su majestad Francisco de Eraso. Su señoría, en presencia del dicho escribano tomó la dicha cédula y la besó y puso sobre su cabeza como cédula y mandato de su señor y rey natural y dijo que la obedecía y obedeció y que estaba presto de la cumplir y ejecutar como en ella se contiene y en cumplimiento de ella mandó a mi el dicho Francisco de Espinosa escribano de cámara de la dicha Real Audiencia vaya a casa del reverendísimo señor don fray Andrés de Carvajal, obispo de San Juan de Puerto Rico y electo arzobispo de esta ciudad como a persona que al presente usa el oficio de provisor y juez eclesiástico por nombramiento y comisión el cabildo de esta dicha iglesia sede vacante y le muestre la dicha cédula real y le diga de parte del dicho señor Presidente (folio 1v) que para cumplir y efectuar lo que en la dicha cédula real su majestad manda conviene se junten su señoría y el dicho señor Presidente lo cual se podrá hacer en las 293 CartasAudienciaII20111205.indd 293 05/12/2011 01:51:47 p.m. Genaro Rodríguez Morel Casas Reales donde el dicho señor Presidente está y reside. Y lo firmó de su nombre, el doctor Mejía. Pasó ante mi Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a 25 de marzo de 1570 años. Por Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. Fue notificado el auto del señor Presidente y la cedula real de su majestad al reverendísimo señor arzobispo don fray Andrés de Carvajal en su persona, el cual, tomó la dicha cédula real y la besó y puso sobre la cabeza como a carta y mandato de su señor y rey natural y que en cuanto al cumplimiento de ella que si se la presentara en tiempo él alzará las manos del negocio pero que su señoría sabe que a nueve meses que se trata este pleito con Manrique y que no ha hablado en ello ni mostrado la cédula hablando muchas cosas que no había de hablar y no ha mentado la cédula hasta ahora,25 de marzo del año setenta. Y que ahora no ha lugar de poderse entremeter en este negocio por cuanto está la causa del Manrique remitida al Consejo de la Inquisición de España para que allá se determine. Ítem, que la cédula de su majestad parece por ella haber informado falsa y malamente a su majestad que por el provisor Marinas, cuando procedió contra el dicho Manrique nunca pretendió como la cédula lo dice, estorbarle que no hiciese su oficio de prelado y comisario, sino prenderle y castigarle por blasfemias que había dicho por casos tocantes al Santo Oficio de la Inquisición y que si de esto informaran a su majestad no se diera semejante cédula. Y que esto está aparejado para probárselo como constará por el proceso y que esto da por su respuesta. Y lo firmó de su nombre. Fray Andrés, archiepíscopus. Asimismo dijo que la cédula no habla con el sino con el provisor que de antes era y que se llama Sancho de Marinas, que era provisor del Arzobispo pasado que le llame su señoría y que le reprenda como dice la cédula y que no se entremeta en lo que no dice la cédula. Archiepíscopus. Ante mi Francisco de Espinosa escribano de cámara de su majestad. Después de lo susodicho en la dicha ciudad de Santo Domingo en treinta (folio 2) días del mes de marzo de 1570 años. El muy ilustre señor Presidente, habiendo visto la dicha notificación y respuesta dijo que sin embargo de la dicha respuesta para que se cumpla y ejecute lo que su majestad en la dicha cédula real mandaba y mandó notificar al dicho señor reverendísimo como a provisor y vicario que es de este cabildo se de vacante parezca ante su señoría del señor Presidente como su majestad lo manda en la dicha su cédula real so pena de las temporalidades y de ser habido por ajeno y extraño de estos reinos y son las demás penas en que incurren los que no obedecen los mandamientos de su majestad y del dicho señor presidente y su real nombre. Y para que mejor le conste al dicho señor reverendísimo de que la voluntad de su majestad es que el dicho fray Rodrigo Manrique use de su oficio de tal comisario y visitador de sus frailes y monjas de esta provincia mandó mostrar juntamente con este auto al dicho señor reverendísimo la cédula real de su majestad originalmente y lo firmó de su nombre el doctor Mejía. Ante mi Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. 294 CartasAudienciaII20111205.indd 294 05/12/2011 01:51:47 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) El Rey Presidente y oidores de la nuestra Audiencia Real que reside en la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. Por parte de fray Rodrigo Manrique, de la Orden de San Francisco, me ha sido hecha relación que estándole cometido y dado comisión que visitase a los monasterios y conventos de su Orden de esa dicha ciudad de Santo Domingo y religiosos de ellos vosotros sin ninguna causa os entremetéis en cosas de su comisión y en otras tocantes a la visita y reformación de los monasterios de monjas no lo pudiendo ni debiendo hacer. Y me ha sido suplicado mandase proveer en ello lo que fuésemos servido. Lo cual visto por los del nuestro consejo de las Indias fue acorado que debíamos mandar dar esta mi cédula para vos. Por ende, yo vos mando que no os entrometan en ninguna manera en impedir al dicho fray Rodrigo Manrique la visita y reformación de los dichos monasterios de la ciudad de Santo Domingo ni en otras cosas algunas tocantes a ellos ni en lo demás contenido en la dicha su comisión. Antes se lo dejaréis hacer y administrar libremente y le daréis todo favor y ayuda para que mejor pueda entender en la reformación de los dichos monasterios y religiosos de ellos y no fagades endeal. Fecha en Madrid a 19 de junio de 1568 años. Yo El Rey. Por mandado de su majestad Francisco de Eraso. (Folio 2v.) En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a 30 de marzo del dicho año. por mi, Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad fue notificado este auto y mandamiento del dicho señor presidente al reverendísimo señor fray Andrés de Carvajal, arzobispo de este Arzobispado y le fue mostrada la cédula real de que en este auto se hace mención. El cual dijo que a la primera cédula ya tiene respondido y que esta segunda habla con la Audiencia y no con el solo y que ya lo tiene recusado y que no es juez de esta causa cuanto más que el dicho señor Arzobispo tiene cometido ya este pleito de Manrique remitido al Consejo Supremo de la Santa Inquisición que si ve el que le conviene que se tome con ella porque con su señoría no tiene que hacer porque es de la Inquisición y que esto da por respuesta y pide de todo, se le de testimonio así de lo uno como de lo otro. Y en cuanto a esta cédula postrera que no habla con su señoría reverendísima sino con los señores presidente y oidores y que no entren en el monasterio de las monjas de Santa Clara. Como su señoría entró sin tener licencia apostólica, por lo cual está excomulgado y no está absuelto y ha oído misa y esto es de derecho y cuanto aquí responde y que es toda por su respuesta. Y lo firmó de su nombre, fray Andrés, archiepíscopus. Ante mi Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. En Santo Domingo a 30 de marzo de 1570. Ante su señoría del señor Presidente presentó esta petición de parte del Arzobispo de esta ciudad y de sus señorías del señor Presidente proveyó auto abajo contenido: Muy ilustre señor Espinosa, el secretario de esa Audiencia me han sido presentadas dos cédulas reales por parte de vuestra señoría a las cuales y a los escritos de vuestra señoría que con ellas venían yo he respondido y firmado de mi nombre y pedí al mismo secretario en mis respuestas que me diesen traslado así de las cédulas reales como los escritos por vuestra señoría y de lo de mi respondido y el me prometió 295 CartasAudienciaII20111205.indd 295 05/12/2011 01:51:47 p.m. Genaro Rodríguez Morel dármelo como es obligado. Ahora, pidiéndoselo responde que vuestra señoría le ha mandado que no lo de sin petición mía para vuestra señoría y así suplicó a vuestra señoría mande que se me de traslado, así de las cédulas reales como de lo que vuestra señoría mandó que notificase como de mis respuestas porque todo lo he menester para enviarlo a su majestad y a su Real Consejo para (folio 3) que allá sepan como se trata la iglesia y los prelados de ella y para que me hagan justicia esto pido y suplico y acá queda otra como está para enviar al rey. El Arzobispo. Que se le de todo como lo pide con que al pie del testimonio vaya inserto lo que dice estar descomulgado su señoría no pasa así porque no está descomulgado ni ha entrado al monasterio de las monjas más de una vez que fue donde está el torno a informarse de cosas que convenían al servicio de Dios y de su majestad. Y si otra cosa han dicho al señor Arzobispo, no le han dicho verdad ni tiene razón de poner mácula en su presidente por sola su sospecha. Y todo esto debajo de un sino se le podría dar. Y después de lo susodicho, en la dicha ciudad de Santo Domingo, a 30 de marzo de 1570 años, el dicho señor presidente, habiendo visto que su señoría reverendísima como tal provisor no ha querido obedecer lo que su majestad manda y el dicho señor presidente en su nombre, mandó a mi el dicho secretario que meta allá en el primer acuerdo a los dichos señores presidente y oidores los dichos autos y cédulas en ello contenido por negocio de importancia para que en acuerdo se trate y vote en la ejecución de las dichas penas. Y lo firmó de su nombre y que si necesario era para ello les pedía a el que convenga en nombre de vuestra majestad. El doctor Mejía. En el dicho día, mes y años susodichos, el dicho Valera, portero de esta Real Audiencia dio fe que por mandato de su señoría del señor presidente dijo que hoy a todos los señores oidores y a cada uno de ellos que se juntasen al acuerdo en las Casas Reales con su señoría para firmar las cartas de su majestad y para tratar de un negocio de una cédula real que está concedida por su majestad al dicho señor presidente los cuales dijeron que venían a esta hora, que son las cuatro, poco más o menos, lo fue otra vez a decir por mandado de su señoría a los señores doctor Cáceres, el licenciado Peralta y el señor doctor se excusó diciendo que estaba malo de una muela y el dicho señor licenciado Peralta no le respondió palabra lo cual dijo ante mi y luego incontinente vinieron los dichos señores oidores, salvo el señor doctor Cáceres y estuvieron en acuerdo. Francisco de Espinosa, escribano de cámara. Este dicho día, mes y año susodichos en el dicho acuerdo ante los dichos señores presidente y oidores leí y relaté este proceso y todo lo en el cometido hasta este punto y lo dejé originalmente en la mesa del acuerdo. Francisco de Espinosa, escribano de cámara de su majestad. 296 CartasAudienciaII20111205.indd 296 05/12/2011 01:51:47 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 7, Nº 23 Guatemala, 1 de diciembre de 1570 Muy poderos señor: En los navíos que salieron de esta provincia el mes de marzo pasado, escribí a vuestra merced en tres o cuatro pliegos dándole cuenta de mi venida en ella por lo cual y por ir esta a la venta y no se ofrecer cosa nueva no me alargaré ni servirá demás que no perder costumbre e que no se vaya navío sin carta. Yo me he detenido en esta ciudad más de lo que pensé porque los negocios del doctor a que vine no han tenido mejor expedición y he tenido aún la dicha de haberme venido de Santo Domingo por hurtar el cuerpo a las defenciones y desasosiego de aquella Audiencia y ciudad pues estando el Arzobispo de por medio me había de alcanzar mi parte. Bien creo que tendrá vuestra merced para en las noticias de todo lo que ha pasado y así no lo refiero. Yo pienso siendo Dios servido salir de aquí para México dentro de dos meses y luego a Santo Domingo y allí duraré aquellas cosas y me volveré a mi casa. No se ofrece otra cosa sino que a mi señora María de Mercado vi sola muchas veces. Nuestro Señor la muy magnífica persona y casa de vuestra majestad guarde y prospere como yo deseo. En Guatemala, 1 de diciembre e 1570. Muy magnífico señor, Besa las manos de vuestra majestad. El tesorero Mejía 297 CartasAudienciaII20111205.indd 297 05/12/2011 01:51:47 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo, Ramo 8, Nº 24 Santo Domingo, 3 de julio de 1571 Católica real majestad: En el mes de mayo y junio escribimos a vuestra majestad y dimos larga cuenta de lo que se ofreció y había y suplicamos en ello a vuestra majestad fuese servido de remediar algunos inconvenientes que de la orden que el licenciado de Valdivia llevaba en la visita resultaban y de hacernos merced señalarle tiempo en que la acabe pues a tantos días que la pudiera haber hecho para lo que aquí había que hacer en visitar una sala mayormente no habiendo en la caja real de que pueda ser pagado en buena moneda su salario ni el de esta Real Audiencia y que su salario y el de su escribano montan más que vuestra majestad tiene en esta isla de almojarifazgo de quinientos y que fuese servido de mandar que se nos diese traslado de los dichos y deposiciones de los testigos y de los nombres de ellos por muchas razones y particularmente declaramos concurrir en este caso y mandase nombrar persona desapasionada ante quien pudiésemos dar nuestros descargos con libertad y ahora en esta suplicamos lo mismo que cierto cada día vemos en el ocasiones grandes para entender que de cosas mínimas y de ningún ser ha de hacer y hace grandes encaramamientos y que no ha de admitir la defensa ordinaria porque su imaginación que aprehende vehementemente no se doblega y aunque gloria a nuestro señor de vuestra majestad para que por ella, siendo con ánimo recto y desapasionado tomada constará haber nosotros servido a vuestra majestad muchos años con gran rectitud, limpieza y cuidado y pues estamos tan lejos de vuestra real persona que ha de constar por escrito no escrito que el celo de quien ahora comienza por atribuirse así algo nos lo querrá quitar y haber crecer nuestros servicios y horras de tantos años y querer que no lo probemos y que con algún dicho de algún falsario que de a vuestra majestad alguna siniestra sospecha. En 14 de este mes el relator hizo en los estrados en negocios y procesos del fiscal con los que habían rescatado con franceses y extranjeros relación en un negocio diciendo que la sentencia de vista estaba notificada al reo y que estaba pasada en cosa juzgada no siendo ni pasando así y en otros tres, porque Real Audiencia proceso hecho con más de cuarenta personas. Hizo relación en revista que las sentencias de vista no estaban notificadas y suplicando de ellas y concluso con ellos en revista y con otro hizo relación que no le estaba notificada la sentencia en persona y la sentencia pasada en cosa juzgada y dejó de hacer relación de otras cosas importantes y señaladas en favor del fisco y de leer testigos de otras cosas importantes y señaladas a favor del fisco decían los cuales fiscal sabía apuntado en un memorial y pareció que 298 CartasAudienciaII20111205.indd 298 05/12/2011 01:51:47 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) estudiosamente para hacer esto el relator había quitado el proceso y ocultado ciertos autos y notificaciones algunos días (folio 1v) antes y de lo primero fue allí luego en los estrados convencido y el lo confesó y no pudo menos por ser evidencia aunque muchas veces lo había porfiado y luego se le hizo cargo y se le tomó la confesión en 9 de este mes y para que en lo demás no pareciese por escrito y firma suya la falsedad rompió. Luego del proceso, una hoja donde estaba escrito el caso y relación de su letra y firma e hizo otra nueva falsedad de escribir otros pocos renglones en otra hoja para su descargo y procediéndose contra el viendo ser tan mal negocio y que había otras falsedades que antes se le habían puesto y por haberle favorecido el presidente Mejía no se habían seguido por huir el juicio, él y otros trataron con el visitador que porque el había dicho su dicho ante el en la visita cerca de aquel proceso y mandase que la Audiencia no conociese de este negocio y el visitador pronunció un auto en que dice que su escribano torne este proceso a la Audiencia y no le de porque lo a de ver vuestra majestad y dice en el auto que el antes había tratado de aquel negocio siendo imposible que el pudiese tratar de lo porvenir y que había de acaecer como acaeció. Después, adelanten en 14 de este mes y aunque se le había dicho para esta Real Audiencia que se le diese un traslado de todo no quiso sino tomarle original y habiéndole prendido al Audiencia le soltó el libremente sin carcelería sin que nos atrevamos a hacer en el negocio lo que sea justicia porque no tenga ocasión de poner algún achaque y por esta razón no se procede en otros negocios porque él los favorece. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de lo mandar mediar. En otra dimos cuenta a vuestra majestad, de cómo el Arzobispo, habiendo número de clérigos pone en los beneficios de los pueblos de esta isla a frailes y los hace vicarios y de los desórdenes en que proceden estos frailes contra legos ha habido cartas de cómo en San Juan de la Maguana un fraile procedió contra un negro y sin proceso ni culpa le hizo azotar y poner en la Iglesia hasta que allí murió. Como se había enviado a hacer la información para proceder en ello y proveer lo que conviniese. La información se hizo, que es la que aquí se envía no osamos proveer en ello cosa alguna y porque el visitador ha dicho que como saliese tal cosa contra el Arzobispo y porque le favorece a él mucho las cosas del Arzobispo se ha amparado en ello porque tememos que tomará el proceso y porque sería dar del todo ocasión que todos la tomasen de no obedecer como deben a la Real Audiencia viendo quitarle los procesos y causas queremos más esperar a que vuestra majestad lo remedie. Por estos negocios constará a vuestra majestad la necesidad que hay de lo que suplicamos y que se nos de traslado y persona desapasionada ante quien podamos hacer mercedes descargos demás de las razones que en el pasada suplicamos a vuestra majestad. Y asimismo porque habiéndose de probar para merced del cargo la aspereza orden y forma que examinaron los testigos tuvo y el favor que después de haber dicho les hizo en sus negocios y otras cosas, de que resultan contra el culpa no habrá testigos que quieran ni osen decir su dicho, mayormente que luego los aprisiona y como no tienen a donde apelar ni ocurrir pasar desagraviados nadie osa dejar de hacer lo que el quiere. 299 CartasAudienciaII20111205.indd 299 05/12/2011 01:51:47 p.m. Genaro Rodríguez Morel Y asimismo y porque como vuestra majestad consta, el presidente Mejía estuvo apasionado con nosotros e hizo alunas informaciones ante el escribano y con testigos muy sospechosos y quien escribió e hizo escribir a los frailes del monasterio de las Mercedes una carta para su majestad sin que los frailes viesen lo que afirmaban y por hacer más número de frailes hizo poner firmas de negros de la casa por frailes y otros de frailes ausentes como lo envió averiguado a vuestro Real Consejo fray Mateo Gracia, visitador del dicho convento. Poca confianza se puede tener de que hubiese hecho estas transformaciones con rectitud. (Folio 2) Y asimismo hemos visto que en dos negocios de vuestra majestad le cometió, tocantes al licenciado Peralta fuera de la visita, nunca le ha querido oír y le tiene fuera de esta Real Audiencia y no le dejas servir a vuestra majestad en ella y que porque dio una petición pidiendo su instancia le prendió y tuvo preso muchos días y después, porque usando su derecho le recusó porque le oyese le tornó a prender afrentosamente en la cárcel pública y vemos que no le quiere oír ni dar lugar a que pruebe sus descargos. A vuestra majestad humildemente suplicamos pues tantas razones en este cargo concurren para que se nos de traslado y seamos oídos y que se nos reciban nuestros descargos por personas desapasionadas sea servido lo mandar proveer y hacemos esta merced en remuneración de lo que hemos servido. En la caja real no hay de que de que poderse pagar de lo cual y del alcance de las cuentas hemos en otra dado cuenta a vuestra majestad y no tratamos de cobrar de que hay de alcance en mala moneda hecho a los oficiales con rigor como vuestra majestad lo manda porque el visitador las ha de visitar y no diga que se le quita lo que el quiere hacer. Nicolás de Cardona, almirante de la armada que trae el Adelantado Pedro Menéndez de Avilés, llegó al puerto de Montecristi, que es en la banda norte de esta isla en 10 de este mes y de allí nos dio aviso de los navíos que había sacado de la Rochela el conde Ludovico y que traía designo de pasar a estas partes. En esta ciudad se tiene cuidado de tener la gente avisada y en disciplina de guerra y apercibida. Toda la fuerza de esta ciudad está en la entrada del puerto y teniendo bien apercibida la fortaleza estará segura siempre esta con necesidad de pólvora porque no es puerto frecuentado hace demostraciones en que se gasta. Y también en el fuerte de Puerto Plata es menester ya que los años pasados la que se envió fue muy poca. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de mandar a los oficiales de la Contratación de Sevilla que provean de pólvora y salitre, así para la fortaleza como para el fuerte de Puerto Plata. También tenemos necesidad de artilleros porque solo hay uno y no con salario competente para poderse sustentar aunque sea miserablemente. Y hay necesidad que haya a la continua dos, porque para cuando haya algún rebato de la ciudad hay señalados ocho personas que sirven de artilleros y estos dos son menester para tener en orden y con limpieza y guardar la artillería que es muy buena y bastante y para ello hay necesidad que vuestra majestad señale a otros artillero con salario. 300 CartasAudienciaII20111205.indd 300 05/12/2011 01:51:47 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Nuestro Señor la católica y real persona de vuestra majestad guarde por muchos años con más reinos y señoríos. En Santo Domingo de la Española, 30 de julio de 1571. Católica y real majestad, Vuestra católica y real majestad, humildes criados que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El doctor Cáceres El licenciado de Vera 301 CartasAudienciaII20111205.indd 301 05/12/2011 01:51:47 p.m. Genaro Rodríguez Morel Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 26 Santo Domingo, 10 de enero de 1572 Católica real majestad: En los navíos que partieron de aquí por el mes de agosto pasado respondió esta Audiencia a las últimas cartas y cédulas que hasta entonces había recibido de vuestra majestad. Lo que después acá se ofrece que avisar a vuestra majestad es que por el de agosto el licenciado Valdivia, visitador de esta Audiencia suspendió al doctor Cáceres, oidor, y al licenciado Santiago del Riego, fiscal en cuyo lugar se nombró al licenciado Tostado de la Peña, persona suficiente y bien bastante para el oficio y a los 3 de enero murió Juan Francisco de Rojas, alguacil mayor de esta Chancillería. Los negocios que aquí hay son pocos y muy menudos y si no fuese porque no se acaba de despoblar esta isla parece que vuestra majestad podría encajar el tenor en esta Chancillería. Ha habido hasta aquí un presidente y cuatro oidores siendo vuestra majestad servido podría mandar consumir las dos audiencias porque con solo tres jueces que haya se conseguirán todos los efectos que se puedan pretender de que haya Chancillería porque (folio 1v) ni la isla por esta ocasión se menoscabará ni los negocios dejarán de tener entero y cumplido despacho. Como esta isla está tan pobre y a ella no acuden navíos en tanta cantidad como solía, las costas son tan excesivas que afirmamos a vuestra majestad que apenas nos podemos sustentar. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de que se nos haga algún acrecentamiento. Ítem, como vuestra majestad habrá ya sabido, en la caja real no hay ya recaudo para podernos pagar los salarios. Y así de algunos años a esta parte se ha hecho la paga de ellos de lo procedido de los decomisados. Advertimos a vuestra majestad que conviene que no se haga así pues es justo que los jueces, en especial, superiores están libres de todo género de partes, y así cristianisimamente ha mandado vuestra majestad por sus nuevas leyes que los jueces superiores no puedan llevar ni lleven parte de las penas y achaques y si a los que tienen salario bien pagado se les veda y prohíbe que no puedan llevar el dicho aprovechamiento, con cuanta más razón se tiene de ejecutar que los salarios no se cobren de condonaciones. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de poner remedio en ella. Ítem, vuestra majestad tiene dada orden cerca de los bienes de los muertos en estas partes abintestato y es así que sucede morir algunos clérigos y el Arzobispo de esta (folio 2) ciudad pretende que él tiene que ser el distribuidor y administrador 302 CartasAudienciaII20111205.indd 302 05/12/2011 01:51:47 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) de los reales bienes. Suplicamos a vuestra majestad nos mande avisar lo que cerca de lo susodicho tiene y debe de hacer. Ítem, esta isla está tan pobre, mísera y descaecida que si vuestra majestad no trata de su remedio y reparo, brevísimamente acabará de destruirse y despoblarse. Y así nosotros deseando el servicio de vuestra majestad y la conservación y aumento de esta isla hemos considerado que entre otros reparos no se le podrán hacer y dar son dos. El primero, que esta isla da y produce con mucha facilidad algodón y jengibre, lo uno y lo otro tan bueno como lo que se lleva y gasta en España y como ha sido mercadería que hasta ahora no ha tenido salida y la gente está tan descaminada, han sido pocos los que han dado a ello, y así convendría que vuestra majestad mandase que cada uno fuese obligado a sembrar en su estancia o ingenio una aranzada de lo uno y de lo otro y porque así por el temor de la pena que se les pusiese como por codicia de la ganancia se animasen a lo hacer mejor y más cumplidamente sería cosa conveniente que vuestra majestad fuese servido de concederles que pasados seis años vuestra majestad no consentirá ni dará lugar a que de reinos extraños se metan en estaña las dichas mercaderías. (Folio 2v) Lo segundo, que porque el servicio general de esta isla y lo que labran y cultivan y benefician las haciendas son negros, los cuales acuden ya pocos, y los que se traen se venden tan caros y a tan excesivos precios, que como la gente está tan alcanzada, no tienen fueros ni posibilidad para los poder comprar a cuya causa las haciendas se van consumiendo y los pobladores van faltando lo cual cesaría si la merced que vuestra majestad tiene hecha a esta isla para que puedan conquistar y capturar los indios de las islas comarcanas, que son Caribes de la costa de Tierra Firme, lo que les fuesen capturados en la forma y con la limitación y orden que vuestra majestad mandó dar para los moros rebelados del reino de Granada. Ítem, en las últimas que escribió esta Audiencia a vuestra majestad iba un capítulo del tenor siguiente: Nicolás de Cardona, almirante de la armada real que trajo el adelantado Pedro Menéndez llegó al puerto de Montecristi de esta isla en diez días del mes de julio y nos dio aviso de la armada que el conde Ludovico había sacado de La Rochela y que traía designio de pasar a estas partes y aún de poblar en ellas y envió el traslado de un capítulo de carta que don Juan de Acuña había enviado a vuestra majestad y después llegó a este puerto un piloto que venía en un barco el cual salió de Lagos por orden de los oficiales de la contratación en una carabela la cual (folio 3) se perdió en la isla de la Antigua y ellos se salvaron en un batel y llegaron a la isla de San Juan de Puerto Rico donde se les proveyó el barco y con el vinieron aquí y prosiguieron su viaje a La Habana con el despacho que llevaban para el adelantado Pedro Menéndez. Con esta nueva guerra y mandato de vuestra majestad quien se nos manda estar apercibidos hemos hecho alistar muy particularmente toda la gente y ver y examinar las armas y aparejos y municiones que tienen y hemos puesto velas cinco leguas de aquí a una punta de mar que llaman Caucedo para que cuando descubriesen navíos hagan almenaras y porque en el desembarcaron del río de esta ciudad a la punta de las Atarazanas, estaba la punta por hacer y desde allí estaba por hacer un lienzo de la cerca, el más importante de todo cuanto está hecho ni se puede hacer 303 CartasAudienciaII20111205.indd 303 05/12/2011 01:51:47 p.m. Genaro Rodríguez Morel para poder defender y desembarcar los enemigos. Visto la mucha necesidad que de presente había y que para lo de adelante era menester, hemos acordado de hacer la puerta lienzo del muro y que se haga y gaste de los pesos que hay de la sisa la cual se impuso con licencia de vuestra majestad para hacer la cerca, porque después se hizo relación a vuestra majestad que la cerca no era necesaria y que convenía se gastase el dinero de la dicha sisa en traer agua a la ciudad (folio 3v) del río de Haina vuestra majestad lo proveyó así y así es que el agua es imposible traerse con menos de quinientos mil pesos y pues esta sisa se impuso para la cerca nos pareció que era justo y necesario que de ello se pagase y fortaleciese la ciudad de una vez para que la gente no se desanime y huya no teniendo defensa. Suplicamos a vuestra majestad tan necesaria obra es y tan provechosa lo mande aprobar y dar por bien gastado. Y por ser lo susodicho tan importante al servicio de vuestra majestad y bien de esta República se ha vuelto a referir el dicho capítulo. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de mandar a dar aviso de lo que en lo susodicho se debe y tiene que hacer. Ítem, vuestra majestad por una su cédula real manda con todo cuidado y diligencia se busque y prenda un Bartolomé Bayón, y se envíe preso a este Real Consejo. Aquí se han hecho todas las diligencias necesarias para que tuviese efecto lo que vuestra majestad manda y no se ha podido descubrir ni entender que tal hombre está en esta isla. Ítem, sepa vuestra majestad que los oidores de aquí hacen provincia por su turno cada uno cuatro meses y el que la hace nombra escribano. Los negocios son tan pocos y menudos que aunque se han hecho diligencias para venderse las dos escribanías de provincia que vuestra majestad ha mandado no ha habido quien las quiera comprar. Ha parecido que sería cosa conveniente que la escribanía de provincia y (folio 4) de bienes de difuntos estuviese en una persona porque así habrá aparejo para que la tal persona se pueda sustentar y aún será necesario que vuestra majestad mande que se haga así porque como los procesos andan discurriendo de escribano en escribano no se tiene la cuenta y cuidado que es razón en la cual los pleitos de bienes de difuntos padecen muchos daño y detrimento. Ítem, se hace saber a vuestra majestad que en esta ciudad se nombran cada año dos alcaldes ordinarios y un alcalde de la Hermandad y un fiel ejecutor los cuales eligen los regidores en esta forma: Que se juntan en su cabildo el día de Año Nuevo y votan públicamente. Y los que tienen más votos salen por tales alcaldes y fiel ejecutor, en lo que hay y pasa gran desorden de sobornos y perjuros y aún de desasosiego y escándalos y este año los vio en tanto extremo que fue necesario que el licenciado Valdivia, visitador, se hallase en la dicha elección y porque por entonces no se pudo tomar resolución por la variedad y contradicción grande que había. Esta Audiencia comentó al licenciado Castillo que se hallase presente y para que para lo adelante cesen los dichos inconvenientes y ha parecido ser cosa importante muy necesaria que haya nueva forma y orden en hacerse la dicha elección, lo cual , siendo vuestra majestad servido se podría hacer en la forma y manera siguiente: (Folio 4v) Primeramente, que los regidores y alcaldes ordinarios se junten el día del Año Nuevo por la mañana en la capilla del hospital de San Nicolás donde 304 CartasAudienciaII20111205.indd 304 05/12/2011 01:51:47 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) se les diga una misa del Espíritu Santo y después de dicha se les tome el juramento ordinario. Ítem, que cada uno de los dichos alcaldes y regidores nombre cuatro personas que sean hábiles y suficientes y que los nombrados por el voto no se puedan nombrar por otro, por manera que si fueren 10 votos, sean cuarenta los nombrados, el cual nombramiento se asiente en un libro y después de asentado y, escrito se hagan tantas cédulas cuantas fueren los nombrados. Las cuales se metan cada una de por si en una pelotilla de plata que partida con su tornillo en medio para que se pueda volver a cerrar las cuales dicha pelotas se metan en un cántaro y de allí saque un niño cuatro cada una de por si. Las dos que salieren primero, sean alcaldes ordinarios y el de la primera tenga el mejor lugar y la tercera sea alcalde de la Hermandad y la cuarta, fiel ejecutor. Ítem, que para que los tales alcaldes haya libertad de podérseles pedir sus excesos en residencia y para que todos los vecinos puedan gozar de los dichos oficios parece que conviene que el que hubiere sido tal alcalde y fiel ejecutor no pueda ser nombrado ni entraren suertes en los dos primeros años siguientes. Ítem, que no pueda ser nombrado ni entrar en suerte de los (folio 5) dichos oficios ninguno que no sea actualmente vecino y habitante en esta ciudad ni el que fuere tratante público ni oficial mecánico ni tan pobre que no tenga mil ducados arriba de hacienda. Ítem, porque los alcaldes ordinarios tienen voto cerca de las dichas elecciones y los que ellos nombrasen no habrá quien determinase si son suficientes y no parece será cosa conveniente que un oidor de esta Audiencia se hallase presente, lo cual se haga por su turno comenzando del más antiguo. Nuestro Señor guarde y prospere la católica y real persona de vuestra majestad con su excelentísima prosapia con acrecentamiento de más reinos y señoríos como los criados y súbditos de vuestra majestad deseamos. En Santo Domingo, a 10 de enero de 1572 años. Besamos los reales pies de vuestra majestad. Sus criados. El licenciado Grajeda El licenciado Santiago de Vera El licenciado 305 CartasAudienciaII20111205.indd 305 05/12/2011 01:51:48 p.m. Genaro Rodríguez Morel Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 26a Santo Domingo, 10 de enero de 1572 Relación de una carta que escribe a su majestad su Real Audiencia de la isla Española. De Santo Domingo, 10 de enero de 1572. Que tiene respondido a las últimas cartas que recibió. Que el licenciado Valdivia suspendió al doctor Cáceres, oidor y al licenciado Santiago de Riego, fiscal, en cuyo lugar se nombró al licenciado Tostado de la Peña, personas suficientes y en 3 de enero murió el Alguacil Mayor de la Audiencia. Que según los pocos negocios bastaría haber allí el presidente y dos oidores que bastaría para todo lo necesario. Que conviene mandar que su salario les sean pagados en partes acomodadas porque no es justo lo cobren de condenaciones como se ha hecho hasta ahora. Que se les avisa lo que deben hacer sobre la cobranzas a bienes de clérigos difuntos porque el Arzobispo pretende la distribución de ellos. (Que guarde el derecho y leyes del rey). Que para remedio de la extrema necesidad que en la isla está, conviene hacer dos cosas: la una mandar que cada uno siembre en su heredad una parte del algodón o jengibre que en aquella tierra se da muy bien y que en España no se metan estas dos cosas de reinos extraños por algún tiempo. La otra, que por la falta que hay de negros de servicio, se les permita que hagan esclavos los Caribes de Tierra Firme como los de las islas, con lo cual se remediará el creciente daño que la mucha miseria que hoy amenaza. (En esto no hay que responder). (Folio 1v) Suplicamos a su majestad se permita se continúe la fortificación de la ciudad, pues fue la principal intención para que la sisa se impuso porque tratar de traer agua es imposible y cuando no lo sea, costará más de 500 mil ducados y la fortificación es de mayor importancia. (tráigase lo proveído). Aunque se ha buscado con diligencia a Bartolomé Bayón, no se ha podido hallar rastro de él. Que por ser los negocios pocos y menudos no hay quien quiera comprar las escribanías de provincias y así es necesario para poder sacar algún dinero que se haga por la una de provincia que tenga también los negocios de difuntos lo cual, demás de lo dicho con el poder que los procesos no anden de mano en mano. Que en la elección que los regidores hacen de los alcaldes ordinarios, alcalde de la Hermandad y fiel ejecutor suele haber grandes desórdenes, perjuros y sobornos y para ello conviene poner el remedio en la forma que escriben en unos capítulos de esta carta. 306 CartasAudienciaII20111205.indd 306 05/12/2011 01:51:48 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Los capítulos. Que los regidores se junten en un hospital y después de haber oído una misa del Espíritu Santo, hagan el juramento. Que cada regidor y alcalde nombre cuatro personas idóneas y no nombren dos o más una misma, por manera que los nombrados sean cuatro, tanto que los votos y de ellos se hagan otras tantas cedulillas y de ella saque un niño cuatro de un cántaro en que estén todos plegados y barajados, una a una. Que los dos primeros sean alcaldes ordinarios y el de la primera preceda. La tercera sea alcalde de Hermandad y la última fiel ejecutor (folio 2) que no pueda entrar en fuertes el que hubiese sido un año alcalde por los dos seguidos para que su escrúpulo se les pueda tomar residencia. Que no pueda entrar en fuerte que no fuere vecino y habitante en la ciudad ni el que fuere tratante o tuviere oficio de mecánico o fuere tan pobre que no tenga mil ducados o de ahí arriba de caudal o hacienda. Que un oidor por su turno se hallase siempre a esta elección comenzando del más antiguo. 307 CartasAudienciaII20111205.indd 307 05/12/2011 01:51:48 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 27 Santo Domingo, 12 de enero de 1572 Ilustrísimo señor: Si en todo tiempo y lugar he ocurrido con mis necesidades y trabajos al favor de vuestra señoría, ahora que vuestra señoría está por protección y amparo general de todos y yo los tengo ahora mayores, no podré dejar de dar cuenta de ello a vuestra señoría y suplicar por el remedio. El licenciado Juan Dávila, se cometió la visita de esta Real Audiencia por las querellas que el fiscal de esta Real Audiencia escribía del presidente Mejía las cuales con su muerte se acabaron si quedar rastro de ellas porque el solo las causaba. Y llegado a esta ciudad aun antes que comenzase la visita mostró su intento que fue y ha sido siempre destruir el ser y autoridad de la Audiencia y que se entendiese que en todo negocio no había de haber otra sino la suya y su voluntad y así comenzó a huir de todos negocios y proveer en ellos desde la hechura de una capa que pide un sastre hasta los demás negocios de mucha importancia y los que estaba pendientes en la Real Audiencia. Y así todos se han ido y van y el primero que venga a la Audiencia y le informan letrados y el lo pide como si los hubiese desenterrar los que en la Audiencia sirven y en efecto al Audiencia siendo su ambición y terribilidad de condición que tiene ninguna cosa provee sin saber de el lo que quiere porque los tiene tan amilanados aniquilados que no se osa hacer otra cosa. Y esto es en tanto grado que habiendo dejado un hombre que fue embarcado condenado a galeras tres pesos de esta mala moneda en poder de un platero y otra cantidad más y dejó dicho y librado que los tres pesos se diesen a un pobre hombre de la cárcel que con el estaba preso la Audiencia mandó que el platero diese los tres pesos al pobre hombre el cual platero sin decir ni alegar cosa alguna en la Real Audiencia se fue al visitador el cual le mandó que su petición y luego proveyó un auto en que mandó notificar al presidente y oidores que dentro de dos días parezcan ante el a dar cuenta y razón de cómo ordenaron o mandaron pagar al platero los tres pesos sin oírle y así se notificó a todos. Vea vuestra señoría si sobre tres pesos de esta mala moneda, que son tres reales de 34 maravedís de Castilla era justo que una Audiencia litigase ante el sobre tres reales que aún no estaba determinado que se diesen ni definido y que aquí fuera cosa que importara podía el platero lo que dijo ante el dejarlo en la Real Audiencia y de esto está testimonio en ese Real Consejo que en los navíos que partieron por mayo o junio se envió fe de ello y por este ejemplo podrá vuestra señoría entender los demás desorden que cierto es harta y tanto que cada hombrecillo que da en la Real Audiencia una petición y no se le provee como el quiere sale diciendo mil bellaquerías porque ven que el licenciado Valdivia gusta de ello. 308 CartasAudienciaII20111205.indd 308 05/12/2011 01:51:48 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Para comenzar la visita se juntó y salió con siete u ocho hombres famosamente malos en toda la isla, enemigos de todos, presidente y oidores que ahora son y de todos los que han sido de treinta años a esta parte a quien habíamos condenados por falsarios y otros delitos en penas graves y que tienen de costumbre de juntarse en residencia y fuera de ellas para imponer culpas y levantarlas a los que sirven a su majestad y lo han hecho muchos daños y con esto ha hecho y guiado toda la visita de generalidades y oídas y sospechas e imaginaciones y a estos y a otros porque fuesen testigos (folio 1v) los ha favorecido para que no sean castigados de sus delitos y a otros alzados destierros que estaban cumpliendo en ejecución de sentencias de revista y así, todos los delincuentes han llegado a el y andan sin castigo y lo que más es que se ponen delante los oidores que los sentenciaron y dicen que aunque les pase han de estar aquí y aún se pasan sin quitar la gorra y otros mil atrevimientos que para no cansar a vuestra señoría no particularizo. Ha tomado testigos viles y todos los condenados a galeras los tomaba luego su dicho y los tenía que no se embarcasen para las galeras y como veían que los detenían entendían librase diciendo contra la Audiencia y le cubría con papeles desde la cárcel y otras veces iban a su casa que se lo mandaba él a su ruego cuando el testigo decía cosa a favor de algún oidor o cosa que deshacía y daba claridad de la verdad del negocio y le preguntaba en comprobación unas veces no quería que se escribiese y otras afrontaba al testigo y decía que no veía por verdad y otras le examinaba, primero sin escribano, y si decía contra, lo escribía y sino lo enviaba y otras veces decía que no se escribiese, que no le preguntaba más de aquello y que dijese si o no, que el oidor a quien tocaba se descargaría de ello y le podría presentar. Y de esto hay testigo en esa corte que de aquí han ido. En 27 de agosto dio los cargos iglesia a nuestro señor que ninguno de ellos contiene fealdad ni cosa grave ni notable y como en esta isla no hay buena moneda para pagarse sus salarios y en aquella sazón que dio los cargos había venido a la caja real un poco cantidad de moneda y si la Audiencia se pagaba de sus salarios netamente con el prorrata lo que hubiese en la caja no se le venía a el ni a ninguno a pagar la mita del salario corrido y por pagarse el solo de ello porque un mercader le pedía veinte y un mil y tantos pesos que le había prestado en ropa dentro de cuatro meses que aquí llegó para comprar mil ochocientos pesos de oro fino que envió a Sevilla en los navíos que parieron por mayo, proveyó un auto en que mandó que no se pagasen los salarios a los oidores con ocasión que dice y que el capitán de corregidores dicen que los corregidores den fianzas y aún sin mandar que las diese porque era su intento cobrar él. Por aquella sazón había dado en la Audiencia petición ver en persona particular en que decía que el licenciado Valdivia conocía de pleito suyo que se mandase que no conociese de él o que se viniese a hacer relación del en grado de apelación y visto esto por la Audiencia mandó a un secretario que fuese a decirle como se habían dado aquellas peticiones en la Audiencia, que viese lo que era servido y que sistema cédula de vuestra majestad para conocer de negocio de particulares que lo dijese y asimismo para suspender la paga de los salarios. Y el secretario no quiso ir sin que se le diese por escrito lo que había de decir porque le temía y siempre le decía que cómo sabría el que se lo mandaban y así se le dio me- 309 CartasAudienciaII20111205.indd 309 05/12/2011 01:51:48 p.m. Genaro Rodríguez Morel moria de lo que había de decir y porque en la memoria que el secretario tomó para si solo porque él en palabra le habría de decir, no decía al señor visitador y porque con aquello le pareció que se impedía y dilataba el cobrar todo su salario, cobrando también prorrata a Audiencia se aireó en tanta manera que dio voces y dijo, espera, que yo responderé a eso y luego incontinente sin divertirse a otro a esto mi palabra por respuesta del mensaje ordenaba un auto en que suspendía a toda la Audiencia. Y siendo este exceso tan grande le fue a la mano el escribano y le rogó que no lo hiciese y decía que no quería sino que quedase todo a los alcaldes ordinarios y en fin, vino a quebrar en que yo fuese el suspendido, y el fiscal, porque sabe y es notorio que es hombre el fiscal que había de seguir el negocio del fisco real en gran cuidado y celo como lo ha siempre hecho sin temor de él ni de persona alguna. Y a esto a servido mucho que el ha tenido intento de darme en esta Real Audiencia a presidir y en aquella sazón en los navíos del adelantado Pedro Menéndez unos frailes por algunos intentos que tuvieron dieron por nueva que su majestad me había hecho merced a mi de la dicha presidencia y con esto me tuvo más (folio 2) odio y procuró suspenderme y porque no quedase quien mirase por la autoridad de la Real Audiencia ni osase hacerlo porque no hiciese con el otro tanto y por el licenciado Grajeda es tan viejo y los demás muy muertos y atemorizados ha sido cierto notable cosa y a todo el pueblo notario enemistad que me tiene y aún gano amistad. Iglesia a Dios, que sacados siete u ocho malos hombres y robadores de la Hacienda Real en gran cantidad a quien he quitado en gran cantidad que a su majestad robaban de los demás todo se que estoy bien quieto, aunque estos malos aunque pocos son tal litigiosos y tienen tales formas y astucias, que estos quieren prevenir y buscan para ello con el visitador trucos porque les va sus intereses y a su majestad roban y están con el tan favorecidos que todo cuanto imaginan intentan y hacen todo cuanto quieren y la Audiencia no les osa ir a la mano ni castigarlos por verlos de el tan favorecido. Estoy cierto notabilísimamente agorado de ver que habiendo yo servido a su majestad aquí once años más que todos los presidentes y oidores en esta Real Audiencia, han estado muertos porque siempre llevé el trabajo, todo y de todos los negocios como lo de la guerra y fortificaciones y obras y armas y servido siempre como esclavo sin holgar y entendiendo los negocios de la Audiencia y despacho de ellos y cuentas de la Hacienda Real y llevado todo el trabajo, al cabo de tanto tiempo que he servido venga un hombre y ahora comienza a deservir a su majestad, a querer oscurecer mis servicios. Por amor de Dios suplico a vuestra señoría y por quien vuestra señoría es se duela de un hombre de bien que a servido a su majestad como vuestra señoría verá por la visita en este destierro sin haber tenido un día bueno ni comodidad para poder seguir mi honra y tanto agravio que cierto los que en estas partes sirven a Dios y a su rey y no conciente maldades ni robos en la Hacienda Real son notablemente odiados pero, espero en Dios Nuestro Señor que es suma justicia, y después en la que vuestra señoría siempre a administrado y en su clemencia. Que por mano de vuestra señoría tengo de ser desagraviado y mejorado y gratificado de lo que he servido. Y teniendo yo el favor de vuestra majestad estoy muy animado. Yo envío a 310 CartasAudienciaII20111205.indd 310 05/12/2011 01:51:48 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) suplicar algunas cosas para el remedio de tantos agravios como por horas me hace. Suplico a vuestra majestad que en el proveimiento de ellas se halló favorecido, que como está acá tan lejos y hace lo que su voluntad le dicta y su ira sin tener consideración a otra cosa es mucho menester. Y acierto que para esta tierra no era visita por la grande libertad que la gente tiene y por el gran número de testigos falsos y ya que se proveyera habrá de ser hecha por hombre muy cristiano y muy conocido y experimentado y no con facultad de poder suspender pues ningún riesgo sacaría en esperar a que se viera en ese Real Consejo. El lleva designio de gozar del salario y no acabar en mucho tiempo porque no hace casi nada. Que en cuatro meses y medio que ha que se me hicieron los cargos, no me ha querido recibir más de tres testigos, y aunque la acabé, dice que no la ha de enviar porque no quiere que se vea y que aunque haya cédula de su majestad para que la envíe, soy certificado que ha dicho que no la ha de enviar y que ha de suplicar de ella diciendo que no conviene hasta que él acabe lo de los oficiales y regidores y del Cabo de la Vela, que no la han de enviar por destruirnos y porque le parece que diciendo el algo de palabra o de suplir lo escrito. Suplico a vuestra majestad mande que luego la envíe. Sin embargo, porque no es justo que tan a la clara quiera destruir a los que sirven a su majestad. Yo estoy con muy poca comodidad porque el salario de aquí es tan poco y aún de esa miseria he partido con una hermana mía y lo que aquí hay es esclavos y servicio de casa que y como no hay buena moneda no se puede tener en otra cosa y que para ir en seguimiento de este agracio hubiese de ir, iría muy afrontado en ir tan pobre y agraviado y habría de deshacerse de estos esclavos de mi casa y servicio que tengo conocidos y jamás podría tornar a los hacer y aún para esto es menester venderlos (folio 2v) fiados y quedarme sin servicio y después de cobrados comprar azúcar o cueros porque no hay buena moneda y en esto se pasarían dos años y así por esto como porque temo morirme en la mar porque me hace notabilísimo daño y que conforme la venida acá tan buena y más corto viaje y traer muy lindo tiempo cien veces entendí que me echaran a la mar y aún después de llegado a tierra porque venía muy malo de la mar y la vuelta a España es muy trabajosa por ser contra vientos y crecientes y más larga y hay peligro grande de franceses y así esperaré aquí la merced que de mano de vuestra majestad espero. El licenciado Valdivia por temor se que ha ido él de aquí al Cabo de la Vela. Y quedando yo aquí y aún estando el, yo he tenido que hacer informaciones de los agravios y cosas que ha hecho y de otras cosas para informar a su majestad de ello creo que me a de dar mandar ir a esa corte y aún sin la visita a vuestra señoría. Por amor de Dios suplico sea servido de mandar despacharme cédula real para que no me mande parecer porque cierto no sería sino parecer yo y mi justicia y el no pretende otra cosa y le estaría bien, que yo tengo muchas cosas que tratar y averiguar aquí, las cuales estando el no puedo ni hay libertad para ello. Su majestad, a pedimento de un visitador libró una real cédula para que si persona alguna quisiese pedir alguna cosa a algún oidor que le debiese le pudiese poner demanda ante él y con ocasión de esta cédula aunque nadie pide deuda todos los litigios son por molestar y por tener ocasión de recusar a los oidores diciendo que 311 CartasAudienciaII20111205.indd 311 05/12/2011 01:51:48 p.m. Genaro Rodríguez Morel no en pleitos con ellos, ponen demandas de pleitos sentenciados y de mal y la intención de su majestad no fue que se pudiesen demandar de mal sentenciado porque si esto se diese lugar ningún pleito habría sentenciado ni los que adelante se sentenciasen de que no hubiese demanda y tendría cada oidor tantos pleitos cuantos hubiese sentenciado. Y en una Audiencia donde hay un pleito y cuatro oidores no se puede decir del mal sentenciado habiendo habido a lo menos tres votos conformes y el suyo no ha de valer más que el de todos ellos. Y para que vuestra majestad vea el desorden que en ello hay es así que habiéndose vendido azúcar en precio de seis mil pesos de cuartos que son otros tantos reales. Y habiendo el curador recelado el azúcar que compró y el vendedor el dinero por solo ciertos yerros que dicen de cuenta en el entrega del azúcar se han puesto demanda a la Audiencia, la una parte del comprador de sesenta mil pesos de oro fino, que valen noventa mil ducados, y la parte contraria que es el vendedor de veinte mil pesos que son veinticuatro mil ducados, de manera que sobre seis mil reales recibidos se piden a los jueces, ciento doce mil ducados por solo el yerro de cuenta y por todo esto pasa y gusta de ello y sentenciará como quisiere. Suplico a vuestra majestad que se declare que lo que se puede pedir por virtud de la dicha cédula real no se entienda de mal sentenciado sino de otras cosas como la cédula real lo quiere y siente claramente. En esta tierra están muy acostumbrados los hombres a ser testigos falsos y otros de paso. Como es isla se han de ir, otro día tienen ocasión de los hace y quedar sin castigo y ahora en esta visita, como entendían se había de saber lo que dijesen y con esto los animaba inducía diciéndoles que no lo había de saber hombre del mundo sino su majestad han tomado mayor atrevimiento y tanto que se hacen muchos cargos derechamente contrarios a sentencias y autos y escrituras públicas y de cosas que pasaron muchos años antes que viniese a esta isla todos los oidores que en ella hay y porque no es justo que queden sin castigo y quede para adelante ejemplo de perjuros sin castigo. Suplico a vuestra señoría sea (folio 3) sea servido se mande castigar tantos perjuros y testigos falsos. Y porque espero en todo remedio y favor de mano de vuestra señoría, quedo muy consolado. Nuestro Señor la ilustrísima persona de vuestra señoría guarde muchos años como los servidores de vuestra majestad lo hemos menester y todas estas partes y reinos. Santo Domingo de la Española, 12 de enero de 1572 años. Ilustrísimo señor, Besa las manos de vuestra señoría. Su menor servidor. El doctor Cáceres 312 CartasAudienciaII20111205.indd 312 05/12/2011 01:51:48 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 28 Santo Domingo, 13 de enero de 1572 Católica real majestad: Esta Real Audiencia escribe a vuestra majestad todo lo que convino después de lo que escribimos por el mes de agosto del año pasado y o que a mi particularmente toca es que después de la muerte de Juan Francisco de Rojas, alguacil mayor que fue de esta Real Audiencia, Diego de Guzmán, mi yerno a pretendido y pretende que vuestra majestad le haga merced de este oficio pues tiene todas las calidades que para ello se requieren y constará por la información que esta Real Audiencia mandó hacer de la calidad de su persona ser caballero hidalgo e hijo y nieto de tales y que su madre fue hija de hermano de Antonio de Villegas, secretario que fue de vuestra majestad y demás de lo que digo está bien acostumbrado que en virtudes y buenas costumbre ninguno en esta tierra le hace ventaja y que su padre, Diego de Guzmán fue el primer alcaide que hubo en esta isla como todo constará por la información que vuestra majestad mandará ver. Y siendo así y teniendo casa y mujer e hijos y familia no será justo que el pierda los servicios que el y sus pasados han hecho a vuestra real corona por tenerme a mi por su suegro pues que yo no lo he desmerecido en servir a vuestra majestad con tantas limpieza y cuidado. A vuestra majestad suplico le haga esta merced pues también empleada será a su persona. Antes de ahora he escrito a vuestra majestad el desorden que hasta ahora se ha tenido en los pareceres queda a pedimento de las personas que pretenden haber alguna merced de vuestra majestad especialmente cuando se entiende y tiene por cierto que los testigos que se toman de parecer falsamente como se ha visto algunas veces por experiencia que (folio 1v) siendo algunos descendientes de judíos prueban por testigos como ellos que son cristianos viejos y demás calidad de las que hay en sus personas y se da parecer conforme a lo que prueban como ahora se a hecho por algunos que pretenden que vuestra majestad le haga merced de este oficio de Alguacil de esta Chancillería, especialmente de un Juan López Melgarejo, que yo conocía sus abuelos, ambos de padre y madre y a sus bisabuelos de parte de su persona que se decía el jurado Alonso Hernández y de padre y madre descendientes de judíos y esto es cosa muy notoria en Sevilla, de adonde son naturales y los méritos que tiene en servicio de vuestra majestad es que su padre del que digo vino aquí habrá diez y ochos años pocos más o menos y ha usado ser mercader de toda suerte y banquero público y de estos tratos contrajo muchas deudas a particulares y puede haber tres años poco más o menos que se hizo clérigo después de viudo para librearse de lo que tan justamente debía y este su hijo 313 CartasAudienciaII20111205.indd 313 05/12/2011 01:51:48 p.m. Genaro Rodríguez Morel fue de aquí a Tierra Firme con cierto empleo y lo vendió allí. Yo no siento que tenga otros méritos más de lo que digo. Vuestra majestad mandó por su real cédula o carta que esta Real Audiencia informase de la razón porque desaparecían algunos pliegos de cartas y lo que yo siento es que los oficiales de vuestra majestad tienen guardas del río que van a los navíos luego que llegan se apoderan de las cartas y las reparten ellos o los oficiales contra las costumbres que antes se tenía, que iba el Alguacil Mayor en llegando el navío y traía las cartas al presidente y allí se repartían y daban a quien venían dirigidas. Y como estas guardas son personas de poca calidad y tratan de cumplir con mucho antes se a de presumir contra estos y contra otros. Esta Casa Real donde yo al presente vivo después de la muerte del doctor Mejía está muy perdida y asolada, que no hay pieza en ella que no se llevase y está para venirse al suelo si no es dos o tres piezas que hicimos en ella el licenciado Cerrato y yo. Mande vuestra majestad a los oficiales de esa Real Hacienda que gastasen en ella hasta dos mil pesos y entienden los oficiales que han de se de esta mala moneda que corre en esta isla, que serán doscientos ducados. Vuestra majestad sea servido de mandar a los oficiales lo que le pareciere convenir a su real servicio. Cuya vida y real estado Nuestro Señor acreciente con aumento de mayores reinos y señoríos como vuestro real corazón desea. De Santo Domingo de la Española, a 13 de enero de 1572 años. De vuestra católica real majestad, Humilde criado que sus reales pies y manos besa. El licenciado Grajeda 314 CartasAudienciaII20111205.indd 314 05/12/2011 01:51:48 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 29 Santo Domingo, 31 de enero de 1572 Ilustrísimo señor: Si en todo tiempo he recurrido con mis necesidades y trabajos al favor de vuestra señoría, ahora que vuestra señoría está por protección y amparo general de todos y yo los tenga ahora mayores no podré dejar de dar a vuestra señoría cuenta de ello y suplicar por el remedio. Al licenciado Valdivia se sometió la visita de la Real Audiencia por las querellas que el fiscal de esta Real Audiencia escribía del presidente Mejía las cuales con su muerte se acabaron sin quedar rastro de ellas porque el solo las causaba. Y llegado a esta ciudad aún antes que comenzase la visita mostró su intento que fue y ha sido siempre destruir la autoridad y ser de la Audiencia y que se entendiese que en todos los negocios no había de haber otra sino la suya y su voluntad. Y así comenzó de oír de todos los negocios y proveer en ellos, desde hechura de una capa que un sastre pide hasta los demás negocios de mucha importancia y los que estaban pendientes en la Real Audiencia. Y así todos han ido y van a el primero que vengan a la Real Audiencia y le informan de todo y el lo pide como si los hubiese de sentenciar los que en la Audiencia se ven. Y en efecto, la Audiencia viendo su ambición y terribilidad de condición que tiene ninguna cosa provee sin saber de el lo que quiere porque los tiene tan atemorizados y aniquilados, que no osan hacer otra cosa y esto es en tanto grado que habiendo dejado un hombre que fue embarcado condenado a galera tres pesos en poder de un platero y ora cantidad más y dejado mandado que los tres pesos se diesen a un pobre hombre de la cárcel que con el estaba preso y la Audiencia mandó que el platero diese los tres pesos al pobre hombre el cual platero sin decir ni alegar cosa alguna en la Real Audiencia se fue al visitador y luego el visitador proveyó un auto en el cual mandaba rectificar al presidente y oidores que dentro de tres días parezcan ante él a dar cuenta y razón de cómo condenaron a manda a pagar al platero los tres pesos sin oírle. Y así notificó a todos en el acuerdo. Vea vuestra señoría si sobre tres pesos que son tres reales de 34 maravedís de Castilla era justo que vuestra Audiencia litigas ante el sobre tres reales que aún no estaban determinados que se diesen ni definido y que podía el platero lo que dijo ante el decirlo y alegarlo en la Real Audiencia y de esto está el testimonio en ese Real Consejo que en los navíos que partieron en el mes de mayo o junio pasado se envió fe de ello y por este ejemplo podrá vuestra señoría entender de los demás desórdenes. Que cierto es hasta tanto que cada hombrecillo queda en la Audiencia una petición y no se le provee como el quiere sale diciendo mil bellaquerías porque ven que el licenciado Valdivia gusta de ello. Y para comenzar la visita se junto y alió con siete u ocho hombre famosamente malos en toda la isla, 315 CartasAudienciaII20111205.indd 315 05/12/2011 01:51:48 p.m. Genaro Rodríguez Morel enemigos de todos, presidente y oidores que ahora son y de todos los que han sido de treinta años a esta parte a quien habíamos condenados por falsarios y otros delitos en penas graves y que tienen de costumbre de juntarse en residencia y fuera de ellas para imponer culpas y levantarlos a los que aquí sirven a su majestad de muchos años y con estos ha hecho toda la visita de generalidades y oídas e imaginaciones y a estos y a otros porque fuesen testigos los ha favorecido para que de sus delitos no sean castigados y a otros a alzado destierros que estaban cumpliendo en ejecución de sentencias de revista, y así todos los delincuentes se han llegado a el y andan sin castigo y lo que más es que se ponen delante de los oidores y los sentenciaron y dicen que aunque les pese han de estar aquí y aún se pasan sin quitar la gorra y otros mil atrevimientos que por no cansar a vuestra señoría no particularizo. Examinaba testigos viles y todos los condenados a galeras los detenía, que la Audiencia no los embarcase y los tomaba a sus dichos y como veían que los detenía entendían librarse ante el diciendo contra la Audiencia y le enviaban recaudo y papeles de la cárcel y otra veces iban a su casa y hacía él llamarlos. Cuando e testigo decía cosa a favor de algún oidor o cosas que deshacía y daba claridad de la verdad del hecho o negocio que le preguntaba en comprobación unas veces no quería que se asentase y otras le afrontaba y decía que no era verdad y otras le examinaba primero sin escribano y si decía contra el oidor lo escribía y sino lo enviaba y otra veces decía que no se escribiese que no le preguntaba más de tal cosa que dijese si o no y el oidor a quien tocaba se descargaría de ello y le podría presentar por testigo. Y de esto hay testigos en esa corte que de acá han ido. En 27 de agosto dio los cargos iglesia a nuestro señor que ninguno de ellos contiene fealdad ni cosa grave ni notable. Y como en esta isla no hay buena moneda para pagarse de sus salarios y en aquella sazón que dio los cargos había venido a la caja real un poco de moneda y si la Audiencia se pagaba de sus salarios netamente con el prorrata de lo que hubiese en la caja no se venía el ni a ninguno a pagar de la mitad de los salarios corrido. Y por pagarse el solo de ello que lo deseaba porque un mercader le pedía veinte y un mil y tantos pesos que le había prestado en ropa dentro de tres meses que aquí vino para comprar mil ochocientos pesos de oro fino que en los navíos de mayo envió a Sevilla con su mujer. Proveyó un auto en que mandó que no se pagasen los salarios a presidente y oidores con ocasión que dice y que un capitán de corregidores dicen que den fianzas los corregidores y aún sin mandar que las diesen porque era su intento cobrar en el. Y en aquella sazón había dado en la Real Audiencia petición persona particular en que decía que el licenciado Valdivia conocía de pleito suyo que se mandase que el escribano viniese a hacer relación del en grado de apelación o que no conociese de él. Y visto esto por la Audiencia mandó a un secretario que fuese a decirle como aquellas peticiones se había dado en la Audiencia que diese lo que era servido y que si tenía cédula de su majestad para conocer de negocios de particulares que lo dijese y asimismo para suspender la paga de los salarios. Y el secretario no quiso ir sin que se le diese por escrito lo que había de decir porque le temía y le decía 316 CartasAudienciaII20111205.indd 316 05/12/2011 01:51:48 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) que como sabría él que (folio 2) se lo mandaban y le deshonraban siempre que iba a negociar y se le dio memoria de lo que había de decir. Y porque en la memoria que el secretario tomó para si solo, porque él en palabra le habría de decir, no decía al señor visitador y porque con aquel recaudo le parecía que se impedía y dilataba de cobrar el todo su salario, cobrando también prorrata a Audiencia se aireó en tanta manera que dio voces y dijo al secretario, espera, que yo responderé a eso y luego incontinente sin divertirse a otro acto mi palabra por respuesta del mensaje ordenaba un auto en que suspendía a toda la Audiencia y viendo este exceso tan grande le fue a lamano el escribano de la visita y decía que no quería sino que quedase a los alcaldes ordinarios y en fin, vino a quebrar en que yo fuese el suspendido. Y el fiscal, porque sabe y entiende como es notorio que es hombre el fiscal que había de seguir el negocio del fisco real en gran cuidado y celo como lo ha siempre hecho sin temor de él ni de persona alguna. Y a esto ayudó mucho que el ha tenido intento de darme en esta Real Audiencia a presidir y en aquella sazón en los navíos del adelantado Pedro Menéndez unos frailes por algunos intentos que tuvieron dieron por nueva que su majestad me había hecho merced a mi de la dicha presidencia y con esto me tuvo más odio y procuró suspenderme porque no quedase en esta Real Audiencia quien mirase por la autoridad de la Real Audiencia ni osase hacerlo porque no hiciese con el otro tanto y por el licenciado Grajeda es tan viejo y los demás muy muertos y atemorizados ha sido cierto notable cosa y a todo el pueblo notaría la enemistad que me tiene y ha tenido, gracias a Dios, y sacado siete u ocho malos hombres y no robar de la Hacienda Real en muy gran cantidad a quien el quitado gran suma que a su majestad robabande los demás todos se que estoy bien quieto aunque estos malos, aunque pocos, son tal litigiosos y tienen tales formas y astucias que estos quieren prevenir y buscan para ello con el visitador trazas porque les va sus intereses que a su majestad roban y están con el tan favorecidos que todo cuanto quieren hacer y la Audiencia no les osa ir a la mano ni castigarlos por verlos de él tan favorecidos. Y estoy cierto notabilísimamente acongojado de ver que habiendo yo servido aquí a su majestad once años más que todos los presidentes y oidores que en este tiempo en esta Real Audiencia han recibido puntos porque siempre lleve el trabajo todo y de todo y así de los negocios como de la guerra y fortificaciones y otras armadas y servido siempre como esclavo sin holgar. Y habiendo entendido los negocios de la Audiencia y cuentas y de la Hacienda Real y llevado todo el trabajo, al cabo de tanto tiempo que he servido, venga un hombre que ahora comienza a servir a su majestad a querer oscurecer mis servicios. Por amar a Dios suplico a vuestra señoría y por quien vuestra señoría se duela de un hombre de bien que ha escrito tanto a su majestad como vuestra señoría verá por la visita en este destierro sin haber tenido un día bueno ni comodidad para poder servir y honrar y tanto agravio y cierto, los que en estas partes sirven a (folio 2v) a Dios y a su rey y no consienten maldades ni robos en la Hacienda Real son notablemente odiados. Pero espero en Dios Nuestro Señor que es suma justicia, y después en la que vuestra señoría siempre administró y en su 317 CartasAudienciaII20111205.indd 317 05/12/2011 01:51:48 p.m. Genaro Rodríguez Morel clemencia que por mano de vuestra señoría tengo de ser desagraviado y mejorado y gratificado de lo que he servido. Y que de este agravio tengo que sacar el saberse lo que yo he servido y teniendo yo el favor de vuestra señoría, estoy muy animado para poder pasar tantos trabajos. Yo envío a suplicar algunas cosas para el remedio de tantos agravios como por momentos me hace. Suplico a vuestra señoría que en el proveimiento de ellas sea yo favorecido, que como está acá tan lejos y hace lo que su voluntad irá interese le dicta sin tener consideración en otra cosa. Y cierto que para estas partes no era visita por la grande libertad que la gente tiene y por el gran número de testigos falsos y ya que se proveyera habrá de ser hecha por hombre muy cristiano y muy conocido y experimentado en cosas de estas partes y no con facultad de suspender pues ningún riesgo se corre en esperar a que se vea en ese Real Consejo, y de lo contrario queda un hombre destruido sin remedio y obligado a navegaciones y cosas donde se pierde la vida, honra y hacienda. Y en esta visita se ha ido de visita y residencia y de pesquisidor y de juez ordinario precediendo de oficio y admitiendo querellas de mal sentenciado y demandar de lo mismo y precediendo a prisiones y secretos y esto todo contra los sindicados y solo se procede como visita para que los sindicados no se puedan descargar ni entender su justicia ni el hecho ni osen pedir cosas les convenga y todos son oídos sino los que sirven a su majestad. El lleva de signo de gozar del salario y no acabar en mucho tiempo porque no hace casi nada. Y que en cuatro meses y medio que oí que se me hicieron los cargos, no me ha querido recibir más de tres testigos, y aunque la acabé, dice que no la ha de enviar porque no quiere que se vea y que aunque haya una cédula real para que se envíe, soy certificado que ha dicho que no la ha de enviar y que ha de suplicar de ella diciendo que no conviene hasta que él acabe lo del Cabo de la Vela y de los regidores y oficiales de esta ciudad por destruirnos y porque le parece que diciendo él algo de palabra o de suplir lo escrito. A vuestra señoría suplico mande que luego la envíe. Sin embargo, porque no es justo que tan a lo claro quiera destruir a los que sirven a su señoría. Yo estoy con muy poca comodidad y pobre, porque el salario de aquí es tan poco y aún de esa miseria he partido con una hermana mía doncella. Lo que aquí hay es esclavos y servicio de casa. Que como no hay buena moneda no se puede tener en otra cosa y que para ir en seguimiento de este agravio hubiese de ir, iría muy afrentado en ir tan pobre y agraviado y habría de deshacerse de estos esclavos de mi casa y servicio que tengo conocidos y jamás podría tornar a los hacer y aún para esto es menester venderlos fiados (folio 3) y quedarme sin servicio y después comprar azúcar o cueros porque no hay buena moneda y en esto se pasarían dos años y así por esto como porque temo morirme en la mar porque me hace notabilísimo daño que con ser venida tanto mejor y más corta y traer cuando vine lindo viaje y tiempo cien veces entendí que me echaran a la mar y aún después de llegado a tierra porque venía muy malo de la mar y la vuelta a España es muy trabajosa por ser contra vientos y mares y por otros rumbos muy malos y hay peligro grande de franceses y así esperaré aquí la merced que de mano de vuestra señoría espero. 318 CartasAudienciaII20111205.indd 318 05/12/2011 01:51:48 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) El licenciado Valdivia por temerse que ido al Cabo de la Vela y quedando yo aquí y aún estando, tengo yo de hacer informaciones de los agravios y cosas que ha hecho y de otras cosas para informar a su majestad de ello para que como le haber hecho tiene por hecho haber hecho información y aún esto ayudo a la suspensión, creo que me mandará ir y sin la visita. Suplico a vuestra señoría por amor de Dios sea servido de mandar despacharme cédula real para que no me mande ir ni parecer en España porque cierto no sería sino parecer yo y mi justicia y el no pretende otra cosa y yo tengo muchas cosas que tratar aquí, las cuales estando el no puedo ni hay libertad para ello. Su majestad, a pedimento y por orden y aviso de estos con quien se alió y juntó le mandó librar una real cédula para que si alguna persona quisiese pedir a algún oidor alguna cosa que le debiese le pudiese poner demanda ante él como por ordenanza lo pueden hacer ante los alcaldes ordinarios y con ocasión de esta cédula aunque nadie deuda la pide, todos los litigiosos que digo con quien se juntó por molestar con pleitos y hacer sonido y por tener ocasión de recusar a los oidores diciendo que no tienen pleitos con ellos, ponen demandas de pleitos sentenciados por la Audiencia y la intención de su majestad en la dicha real cédula no fue que le pudiesen pedir demandar de mal sentenciado y de la dicha cédula real y del tenor de ella se ve claramente porque si a esto se debiese lugar ningún pleito habría sentenciado ni de los que adelante se sentenciasen de que no se pusiese demanda y in infinitum se procedería y tendría un oidor tantos pleitos como hubiese sentenciado pues en una Real Audiencia donde hay cuatro oidores y un presidente no se puede decir de mal sentenciado pues por lo menos hubo tres votos conformes y el suyo no ha de valer más que ellos. Y para que vuestra señoría vea el desorden que en ello hay es así que habiéndose vendido azúcar en precio de seis mil pesos de esta mala moneda, que son otros tantos reales y habiendo el comprador recibido el azúcar que compró y el vendedor el dinero por solo ciertos yerros de cuenta que en ello dizque hubo, de que hubo pleito han puesto demanda a la Audiencia, el uno de sesenta mil pesos de oro fino que son noventa mil ducados de monedas de Castilla y el otro su contrario de veinte mil pesos de buena moneda, que son veinticuatro mil ducados. De manera que sobre seis mil reales los cuales recibieron solo por el error que dice que hubo en las pagas se piden a los jueces ciento doce mil ducados y por todo esto pasa y gusta de ello y sentenciará como el quisiere. Suplico a vuestra señoría remediar tanta confusión y mande que se declare que lo que se puede pedir por virtud de la dicha (folio 3v) cédula real no se entienda de mal sentenciado sino de otras cosas como la dicha cédula real lo quiere y siente claramente. En esta tierra están muy acostumbrados los hombres a ser testigos falsos y otros de paso. Como es isla se han de ir, otro día tienen ocasión de los hacer y quedan sin castigo. Y ahora en esta visita, como se entendían que no se había de saber lo que decían y con esto los animaba e inducía el visitador diciendoles que no lo había de saber hombre de mundo sino solo el y su majestad han tomado mayor atrevimiento 319 CartasAudienciaII20111205.indd 319 05/12/2011 01:51:49 p.m. Genaro Rodríguez Morel y tantos que se hacen muchos cargos directamente contra señores y autos y escrituras públicas y aún de cosas que pasaron muchos años antes que viniesen a esta isla todos los oidores que en ella hay y porque no es justo que queden sin castigo y queden para adelante ejemplo de perjuros sin castigo, suplico a vuestra señoría sea servido se mande castigar tantos perjurios y testigos falsos. Y porque espero en todo remedio y favor de mano de vuestra señoría, quedo muy consolado. Nuestro Señor la ilustrísima persona de vuestra señoría guarde casa y estados y acreciente. En Santo Domingo, 13 de enero de 1572 años. Ilustrísimo señor, Besa las manos de vuestra señoría su menor servidos. El doctor Cáceres 320 CartasAudienciaII20111205.indd 320 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 29a Santo Domingo, [sin fecha] 1572 La gran necesidad que esta isla y vecinos de ella tienen de ser gobernados y tratados por quien tenga noticia de ella y de ellos y los inconvenientes que de la venida del licenciado Valdivia se han seguido nos ponen en necesidad de significarlo a vuestra majestad y pedir remedio pues a cargo de vuestra señoría está el darlo. El licenciado Valdivia con ocasión de su visita no ha pretendido sino hacerse señor de todos los negocios de esta isla, no solo de los que en litigio estaban, pero aún de los particulares y negociaciones extrajudiciales y pasiones que cada vecino tenía y así para cualquier conveniencia entre partes y van todos a darle cuenta y tener gana de su gracia y para presentarse en la cárcel o no, lo mismo sin que se haga caudal de los jueces y porque ellos no le hacen de si ni de otra cosa sino de lo que el quiere. Y con este desorden y ambición han padecido y padecen muchos vecinos y están agraviados de el y en la Real Audiencia hay despachos en negocios que lo requieren por momento y el que hay es muy sin orden ni justicia y porque no hay libertad para hacerla esto es tan notorio que los mismos oidores lo dicen y confiesan a las partes que se quejan ir porque no quedase en la Audiencia quien la entendiese ni osase informar de la verdad y servicio de su majestad suspendió al doctor Cáceres porque estaba en el gobierno de la Audiencia y de toda la isla y distritos y así no hay quien de el [tinta borrosa] en despacho ni gobernación que el licenciado Grajeda está muy viejo y enfermo y pocas veces va a la Audiencia. Y así el licenciado Valdivia ninguna cosa de pro común a tratado y muchas de daños y enemistades e injurias de vecinos honrados y principales a quien tiene agraviados, y convendría que se proveyese juez ante quien se pudiese pedir sus agravios y no fuesen compelidos a ir a esos reinos porque les es imposible. Y así lo suplicamos a vuestra majestad lo provea y encargamos la conciencia y si el salario que ha llevado el y su escribano y otras costas sin fruto hiciera suma merced (folio 1v) de esta República hubiera recibido hartos beneficios y merced y así le ha llevado el solo para hacer daño. Suplicamos a vuestra señoría ilustrísima sea servido de mandarlo dar y remediar como seamos desagraviados. Y es tanta su ira y saña en que se enciende que no osamos escribir ni declararnos ni firmar esta porque nos destruya y porque se buscan y toman las cartas y está confederado con un regidor y otros dos o tres hombres litigiosos que con su favor hacen sus pleitos, que no se alcanza justicia contra ellos y mediante estos hace que el cabildo escriba lo que el quiere y a su modo y gusto y que vaya procurador de esta isla a corte el que el quiere. Y es así que habiéndose proveído procurador de esta isla a Alonso de Encina fue el regimiento a su casa todos juntos para ver que quería que se pidiese a su señoría en su favor o e otra cual quiera persona y allí se 321 CartasAudienciaII20111205.indd 321 05/12/2011 01:51:49 p.m. Genaro Rodríguez Morel trató que se le diese y por instrucción que no pidiese nada a favor del doctor Cáceres ni del fiscal. Y porque un alcalde respondió que no había necesidad e tratar de ello, que el fiscal había servido también que no tenía en nada lo que el procurador podía hacer. Hubo allí delante del dicho visitador y del regimiento alboroto en su casa y dio al Alcalde de una reprehensión no honesta y así no tenemos libertad de escribir ni dar aviso a vuestra señoría de cosa alguna y porque que no nos destruya. Suplicamos a vuestra señoría ilustrísima lo mande remediar y que esta república y Audiencia vuelva al ser que tenía y libertad en administrar justicia porque no tenemos otro bien sino este. Y habiendo quiebra en él, lo hay en todo. Nuestro Señor la ilustrísima persona de vuestra señoría guarde por largos tiempos, casa y Estado acreciente. En Santo Domingo de la Española. Ilustrísimo señor, Besan las manos de vuestra señoría ilustrísima. Sus servidores. 322 CartasAudienciaII20111205.indd 322 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 30 Santo Domingo, 2 de abril de 1572 Católica real majestad: En los navíos que han salido de este puerto este año por los meses de enero y febrero, esta Audiencia a respondido a las cartas y cédulas que de vuestra majestad tenía hasta enterezas y [roto] por ello se daba aviso a vuestra majestad de alguna cosa especial de la prisión y negocio de Nicolás de Cardona, almirante de la armada que traía a su cargo Pedro Menéndez de Valdés en el cual se han hecho las diligencias que con estas van y de las demás que se hicieron y dan aviso a vuestra majestad. Algunos navíos de los que van a Nueva España, a Tierra Firme o al Brasil por hacerlas tiempo contrario o por venir derrotados arriban a este puerto donde los maestros hacen dejación de las mercaderías y cargas que en ellos traían y porque las mercaderías no se entreguen ni pierdan se mandan vender y es así que por venir quiebran los depositarios y [roto] o por sus muertos y sus haciendas pasar de heredero en heredero o por si algunas partidas de las dichas mercaderías de personas pobres y miserables que no tienen posibles para enviarlos a cobrar. A acaecido muchas veces venirse a perder los tales depósitos o la mayor parte de ellos, todo lo cual cesaría si vuestra majestad fuese servido de mandar que luego se (folio 1v) acuda con lo procedido de las tales mercaderías a los oficiales de la Casa de la Contratación donde estaremos seguros y los dueños lo podrán cobrar con más facilidad y que para el dicho efecto se enviará mala moneda se compre oro o plata. Ítem, en la costa de esta isla, catorce leguas de esta ciudad está un puerto que llaman de Ocoa donde ninguna población hay donde los más de los navíos que van de las islas de Cabo Verde con muchísimos negros y otras mercaderías a la Nueva España surgen y paran en aquel dicho puerto y ordinariamente [roto] antes que lleguen se tiene noticia de su venida donde acudan gentes a comprar y contratar. Y como es lugar yermo hace entendido que se hacen grandes fraudes y encubiertos así en lo que traen y llevan sin registro como en llevar muchas personas de esta isla sin licencia y aunque algunas veces en esta Audiencia a enviado con uno de los oficiales para que en el cargo hagan lo que convenga no se ha tenido por remedio bastante y solamente se hará en que vuestra majestad sea servido de mandar que en el dicho puerto no puedan seguir los tales navíos, pues este está tan cerca y es más acomodado para el reparo de los navíos y alivio de los que en ellos tienen. Ítem, por el mes de marzo del año pasado de setenta a la banda del norte dieron franceses con un navío de invernadero, el cual habiéndole acometido se defendió y la [roto] las diligencias que pudo y al cabo la rindieron y mataron a su dos marineros y tomaron toda la carga los franceses y para asegurar el navío o por hacer alguna 323 CartasAudienciaII20111205.indd 323 05/12/2011 01:51:49 p.m. Genaro Rodríguez Morel satisfacción dieron al ver mandaron dos fardos de ruan el cual habiendo aportado a esta isla se denunció de el por traer los fardos sin registrar. Y aunque probó bastantemente lo que está dicho sin embargo se (folio 2) mandaron vender y que lo procedido de ello se depositase en la caja real. Suplicamos a vuestra majestad sea servido de mandarlo que a este caso y en los semejantes se tiene y debe de hacer. Ítem, un Cristóbal de Tapia, vecino de esta ciudad, hombre rico, por haber muerto a otro de dieciocho años a su mujer y como su cuñado, en ausencia y rebeldía fue condenado a muerte e impedimento de todos sus bienes y en lo que toca a la condenación de muerte vuestra majestad le hizo merced y en lo de la hacienda se lo denegó y tratando de querer ejecutar la sentencia los tres meses que esta tuvo por más y mayor para desaparecer el proceso sobre lo cual está preso y se van haciendo diligencia y para que mejor se puedan hacer vendrá que vuestra majestad manda al fiscal envíe un traslado, proceso que se llevó para pregunta ante vuestra majestad para que el dicho efecto de alcanzar perdón juntamente con lo que conjuntar el dicho perdón. Ítem, por el mes de enero de este año cantidad de seiscientos indios dieron hasta Nueva Córdoba, que es en la provincia de Cumaná donde mataron al teniente y a otros tres e hirieron algunos y quemaron cuatro casas y como vuestra majestad tendrá ya noticias poco antes irán las de la misma provincia. Muerto el gobernador Diego Liz de Surpa y [roto] ochenta españoles que llevaba consigo, esta Audiencia ha proveído para ir al entretanto que vuestra majestad es servido de proveer en ello a un Adriano de Portillo, que solía ser el juez del grupo para que vayan a la dicha provincia y administre justicia y la defienda y no haga guerra ni entrada alguna. Los indios de allí se sabe que son caribes indómitos y muy belicosos y así habrá necesidad que vuestra majestad provea con brevedad de remedio muy bastante. (Folio 2v) Esta isla había suplicado a vuestra majestad sea servido de hacerle merced de lo contenido en la instrucción que llevaba un Alonso de Encina, procurador nombrado para el dicho efecto algunos de los cuales parece que son importantes al bien y reparo de esta isla. Pero en cuanto a la renunciación de los oficios en lo que toca a los regimientos no conviene que vuestra majestad les haga la merced que suplica antes sería cosa muy conveniente al servicio de Dios y de vuestra majestad y bien universal de esta isla que los regimientos fuesen anuales y no perpetuos porque de ser perpetuos se ha visto y ve por experiencia los grandes daños e inconvenientes que resultan. Ítem, en cuanto pretenden suplicar a vuestra majestad revoque la merced que vuestra majestad han hecho a los mercaderes de aquí para que vendan sus postura no conviene que haya en lo susodicho la novedad, porque si la hubiese faltarían del todo los bastimentos. Ítem, en lo que asimismo pretenden de que el cabildo pueda nombra alcalde de la mesa, tampoco conviene, porque vuestra majestad tiene proveído de remedio bastante en el oidor ni alcalde mayor, que es obligado a salir cada año a visitar la isla. Ítem, en lo que pretenden que se les de la sisa para la emplear en mantenimientos, no conviene que vuestra majestad le haga la dicha merced. Esta sisa mandó 324 CartasAudienciaII20111205.indd 324 05/12/2011 01:51:49 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) vuestra majestad poner para la cerca de esta ciudad y después por la falta grande que aquí había de agua. Mandó vuestra majestad que se gastase en traer el agua del río de Haina y por la dificultad grande que había en traerse dejó de ejecutar y después por el temor que se hubo de la venida del conde Ludovico, se gastó en acabar de hacer la cerca de que había gran necesidad. Convendría si vuestra majestad es servido (folio 3) que la cerca se acabe y que en ella y en el reparo de la cárcel de que también hay gran necesidad se gaste lo que fuere menester de lo habido de la dicha sisa. Nuestro Señor la católica real persona de vuestra majestad guarde con su excelentísima prosapia con acrecentamiento de más reinos y señoríos como los súbditos criados de vuestra majestad deseamos. En Santo Domingo, en 2 de abril de 1572. De vuestra católica y real majestad, Humildes criados y vasallos que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Santiago de Vera El licenciado Castillo 325 CartasAudienciaII20111205.indd 325 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 31 Santo Domingo, 17 de abril de 1572 En la parte superior izquierda dice: Esta es la petición porque el presidente trató mal al fiscal de su majestad. Lo dice en la carta que escriba a su majestad. En la parte superior derecha dice lo siguiente: Traslado de las dos últimas peticiones que dio el fiscal de Santo Domingo sobre el crecimiento de las monedas. Muy poderosos señores: El doctor Diego de Villanueva Zapata, vuestro fiscal en la causa del crecimiento de la moneda de que tengo suplicado y alegado por tres peticiones, no ser cosas convenientes al bien de la República y servicio real. Digo que en los pocos días que sea usado y tratado de esta moneda se ha visto que cada día de nuevo habran más y mayores inconvenientes. Porque a cesado la mayor parte de la contratación de cuya causa no solo se siente notable daño pero se dilata y casi imposibilita el despacho de esta flota por estar el dinero recogido y no poderse usar del especial en el tiempo más necesario de se avisar en lo cual se arriesga la Hacienda Real y de los particulares y cargan en utilidad de esta República dilatándose su partida y con esto, poniéndose lo que en ella a de ir en notorio y evidente peligro. Ítem, todos los bastimentos están en mas crecidos precios y lo mismo las mercaderías, oro, perlas, azúcar, y así todos los vecinos gastan en su sustento el tercio más que solían por no tener la baja moneda que usaban con que compraban lo necesarios a muchos menores precios de donde infaliblemente se ha de despoblar la isla yéndose de ella la gente pobre, que es la mayor cantidad y así es el clamor general del daño que se siente por cuya causa vuestra alteza debería no proceder en este negocio considerando cuanto desea su majestad la conservación de esta tierra y cuanto le importa. Demás de lo cual ha de haber infinita multitud de pleitos en que los vecinos se han de consumir en razón de la reducción de esta moneda y las que se usan y es causa de estimación y les será forzoso a todos los demás que tienen censos dejan perdidas sus haciendas y los ingenios que es el fundamento de esta tierra sacando lo que ellos pudieren para irse con ellos pues ven infaliblemente haberse de perder a solas y destruido. Ítem, la Hacienda Real recibe notable daño como por mi y vuestros reales oficiales sea dicho y ofrecido a probar particularmente. 326 CartasAudienciaII20111205.indd 326 05/12/2011 01:51:49 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Demás que en señalar esta moneda cosa que por la real cédula no se manda se gasta y gastará gran cantidad de dinero lo cual no es justo paguen los que no deben cosa alguna. Demás de lo cual es cosa infalible como ya por la experiencia se ve, que esta moneda en muy breve tiempo vendrá a tener el valor estuviese lo bajo que tenía antes que se pregonase el auto de vuestra alteza pues ha de haber extinción en la plata, oro, azúcar y cueros sin que para esto baste diligencia pues la hubo en las cuantas se han labrado mejores y de más valor que esta habiéndose tenido diligencia en excusarlo y así no se habrá conseguido otro efecto sino haber causado un general daño en excesiva cantidad de vuestros súbditos y vasallos en gran servicio vuestro. (Folio 1v) Y el derecho de los que tienen tributos impuestos puede cada uno de estos seguir y vuestra alteza administra justicia en ellos. Y quien tiene más tributos antiguos, que es la iglesia de esta ciudad, tiene suplicado de lo por vuestra alteza mandado y hecho porque conoce que en muy breve tiempo perderá la principal con la pérdida de todas las haciendas del lugar por consiguiente de sus diezmos, que es su principal sustento. Porque pido y suplico a vuestra alteza mande hace en todo siga y como por mis peticiones lo tengo suplicado mandando se sobresea este negocios [tinta borrosa] devolviendo al punto que estaba hasta consultarlo con su majestad dando a cada uno la cantidad de dinero que hubiere metido con fianzas devolverlos su sus majestad otra cosa mandare y su Real Consejo y así casare el incontinente del que sobra pues con esto se asegura para cualquier suceso y fianzas a procurar lo aquí referido y en las demás peticiones. Y pido se señale mande vuestros oidores que reciba la información y de esta mi petición. Pido se me mande dar testimonio con las demás de esta causa presentadas y para ello etc. El doctor Diego de Villanueva y Zapata Otrosi, digo que la cédula por donde se ha alterado la moneda en tanto daño de la República como en efecto a más de tres años que se envió a pedimento de particulares y por sus intereses la cual habiendo sido vista por presidente y oidores la obedecieron y no cumplieron porque como tenían noticia cierta habiendo para ello juntado todos estados y oficios y la más gente popular de ser daño notable les pareció y de ello se dio noticia a su majestad y le dijeron que si se había de ejecutar de menos lo mandase porque de otra fuese no lo habían de hacer por no convenir a su real servicio. Después de lo cual su majestad no ha mandado cosa alguna ni enviado sobre cédula ni encargado a la Audiencia que ahora vino en general ni particular de donde le colige no haber querido que pase delante de cuya causa vuestro presidente en toda la residencia que ha tomado no hizo cargo a la dicha Audiencia de no haber cumplido la dicha cédula. Otrosi digo que para que todo punto cesase lo comenzado en el crecimiento de la moneda y se volviese a su ser en que estaba bastaba entender que su majestad no 327 CartasAudienciaII20111205.indd 327 05/12/2011 01:51:49 p.m. Genaro Rodríguez Morel solo no recibe provecho pero notable daño y que toda falta de gente lo contradice y se queja y de todos estados y que había parte de los interesados, como he referido, no lo quieren. De suerte que se ha procedido sin segundo mandato de vuestra alteza en daño general y sin petición de parte faltando justificación de derecho necesario para alterar y trocar el trato de muchos años usado. Se presentó el 17 de abril de 1572 años. Se proveyó, póngase en el proceso con los demás autos y se proveerá justicia. (Folio 2) Muy poderoso señor: El doctor Diego de Villanueva Zapata, vuestro fiscal. Sobre lo que tengo alegado acerca del crecimiento de la moneda. Digo que por el último auto de vuestra alteza habiendo tornado a alterar la moneda de lo que primero se había mandado se declaró que en la dicha razón acudiesen los interesados a la real persona y alegar y pedir lo que su justicia les pareciere convenir. Y porque de haber declarado que el cuarto valiese un maravedís, como valía dos sin mandar volver el negocio a su propio estado como estaba por toda esta República por mi parte y de vuestros oficiales reales pedido se siguen los mismos inconvenientes. Especialmente que lo obedientes en traer los dineros a la sala del tesoro han quedado sin su cantidad que tenían y los que no lo han traído, que son muchos, según se cree, han quedado ricos y también todos los de la tierra adentro los cuales ya no exhibirán el dinero que tuvieren ni se puede hacer con efecto lo que acá en recogerlo se ha pretendido. Y porque para informar a la real persona a de ser con informaciones de testigos antiguos y fidedignos que tengan de este negocios y sus inconvenientes entero conocimiento y hasta ahora no se ha declarado sobre el artículo de haberme ofrecido aprobar. A vuestra alteza suplico mande que uno de vuestros oidores reciba la información en este caso que por mi parte y de los oficiales reales y República de esta ciudad se diere para que junto con todo lo que se me de en pública firma como está mandado para ocurrir a vuestra real persona a que en el caso provea como más sea de su servicio bien y utilidad universal de esta isla y para ello etc. Y pido testimonio de esta mi petición con lo a ella proveído según que de las demás se me tiene mandado dar. El doctor Diego de Villanueva Zapata Se presentó en acuerdo de 22 de abril de 1572 salió proveído que se reciba información que dieren y de lo contrario se haga información de oficio la cual se remite al licenciado de las Cabezas. A de mandar vuestra majestad advertir que las últimas palabras de la cédula por donde se a alterado esta moneda corriente son estas: Y que la mala moneda que hubiere en esta dicha isla valga y corra en ella en la misma ley que ahora tiene. La cédula tiene dos partes. La primera, que se labre buena moneda de plata y 328 CartasAudienciaII20111205.indd 328 05/12/2011 01:51:49 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) vellón como en Castilla, cuartos y medios cuartos. Siendo así no habría porqué reducir la mala que andaba a cuartos y medios cuartos y si se había de reducir tampoco habría para que labrar cuartos y medios (folio 2v) cuartos de vellón. Antes se cree que fue el intento de la cédula que los cuartos de mala moneda anduviesen por la ley que ahora tienen, que era una blanca poco menos cada uno porque si quisiera vuestra majestad otra cosa pudiera de que claramente que esta mala moneda corriese por la ley que tuvo al tiempo que se hizo porque constándole del valor bajo que tenía y mandar que corriese por la ley de ahora siguiese que en la que comúnmente el comercio universal de la tierra le había dado por el cual se vivía sin inconvenientes y cómodamente lo cual no es como está referido en lo que ahora se ha hecho. 329 CartasAudienciaII20111205.indd 329 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 32 Santo Domingo, 12 de mayo de 1572 Católica real majestad: A los dos de mayo recibió esta Audiencia un pliego de vuestra majestad por el cual vuestra majestad le hace merced de avisar del bienaventurado alumbramiento de la reina, vuestra señora y de la felicísima victoria que tuvo el señor don Juan de Austria de que esta Audiencia a dado muchas gracias a Dios y se ha negociado conforme a lo que tan altas nuevas merecían. Y en cumplimiento de lo que vuestra majestad manda luego se dio aviso a esta ciudad y a los demás lugares de esta isla así comenzando a hacer regocijos y se continuarán por algunos días. Que lo que vuestra majestad manda que se haga averiguación y aviso de los corsarios y robos que se han hecho en estos mares donde el año de 1556 a esta parte cerca de ello se están haciendo diligencias hechas se dará aviso a vuestra majestad de lo que hubiere. La cárcel de esta ciudad está vieja y mal tratada y muy desacomodada de aposentos tiene necesidad grande de repararla y por lo hacer esta Audiencia no tiene (folio 1v) con que, ni menos la ciudad. Hay aquí una sisa que concedió vuestra majestad para acabar de hacer la cerca siendo vuestra majestad servido se podría de lo procedido de ella socorrer esta necesidad. Por el mes de noviembre del año pasado esta Audiencia recibió una carta de Pedro Menéndez de Avilés por la cual avisa que por el mes de enero sería en esta ciudad y por el mes de febrero sea entendido que viniendo de la Florida para La Habana se anegó y por no tener certeza de ello no se había dado antes aviso a vuestra majestad. Y en vista de que había tanto tiempo y que no se sabía de el se acordó de hacer la información que va con esta para que vistas por vuestra majestad provea lo que más a su real servicio convenga. Nuestro Señor la católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere con aumento de más reinos, estados y señoríos con su excelentísimo prosapia como los criados y súbditos de vuestra majestad deseamos. En Santo Domingo, 12 de mayo de 1575. Católica real majestad, Besamos los reales pies de vuestra majestad. Sus humildes criados. El licenciado Santiago de Vera El licenciado Castillo 330 CartasAudienciaII20111205.indd 330 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 9, Nº 35 Santo Domingo, 10 de agosto de 1572 Católica real majestad: Ayer siete del presente llegó a este puerto un navío con un despacho de vuestra majestad para esta Audiencia por el cual vuestra majestad avisa de la sospecha que se tiene que acudirán enemigos a estas partes y en cumplimiento de lo que vuestra majestad manda se alistare la gente y pertrechara la fortaleza y se harán las demás diligencias que convengan. El licenciado Valdivia, como vuestra majestad habrá ya tenido noticia, suspendió a dos oidores los cuales habían por escrito votando algunos pleitos que aún no están sentenciados que han redundado sobre los tales votos valdrán y harán sentencia habrá necesidad que vuestra majestad se servido de mandar avisar con brevedad de la resolución que en esto se debe de tener porque no importará para la determinación de algunos pleitos fiscales de mucha importancia. Ítem, a los catorce de abril de este año llegó a este puerto un navío de Galicia en el cual un Gaspar de Ribera, piloto del dicho navío y Arias Pinto y Melchor Díez, marineros, trajeron cierta cantidad de paños lienzos y tocas que evaluado todo montó ciento noventa y tres ducados los cuales luego que llegaron por venir sin registro manifestaron (folio 1v) y se ofrecieron a pagar los derechos. Los oficiales los tomaron por perdidos y así andan estos apelando. Esta Audiencia suspendido la determinación hasta consultarlo con vuestra majestad y se proveyó que en el entretanto se los entregase la ropa pagando los derechos y dando para los depositarios el móvil que se hubo. Es que esta isla esta tan pobre y descaecida como vuestra majestad le es notorio a cuya causa aportan a ella muy pocos navíos y sin con lo que a ella vienen se usa de rigor es cierto que acudirán muy menos y así la isla se acabaría de destruir. Mediante lo cual parece que sería cosa conveniente que vuestra majestad fuese servido que en cosas menudas de marineros y oficiales de navíos habiendo manifestación de su parte y pagando los derechos se disimulan con ellos. Suplico a vuestra majestad mande avisarnos de lo que este caso y en caso semejante se tiene y debe de hacer. Nuestro Señor la católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere con su altísima prosapia y con aumento de más reinos y señoríos como los criados susodichos de vuestra majestad hemos menester y deseamos. En Santo Domingo, 10 de junio de 1572. De vuestra católica real majestad, 331 CartasAudienciaII20111205.indd 331 05/12/2011 01:51:49 p.m. Genaro Rodríguez Morel Humildes vasallos que sus reales pies y manos besan. El licenciado Grajeda El licenciado Santiago del Valle El licenciado Castillo 332 CartasAudienciaII20111205.indd 332 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 10, Nº 36 Santo Domingo, 2 de julio de 1574 Católica real majestad: Desde que aquí llegó el licenciado Francisco de Vera entró con presupuesto que en esta Audiencia no había de haber más voluntad ni más voto que el que yo. Y entendiendo que la experiencia o al menos la conciencia hicieran andemos advertidos que si algunos días han temporizado con el, y visto que iba en crecimiento su pretensión mandamos de usar de la libertad que dios nos da el cual, a sentido tan grandemente esta mudanza que a hecho y [roto] de hacer informaciones y [roto] cada día amenaza que nos [roto] (folio 1v) y enviar presos a vuestra majestad otras veces dice que nos ha de cortar las cabezas y que para ello tiene cédula de vuestra majestad. Uno de los mayores cargos que nos hace no habernos abstenido en una recusación de un Francisco González sobre lo cual entendemos a enviado a vuestra majestad algunos testimonios. Lo que en este negocio pasa es que por estar vaca una secretaría esta Audiencia nombró a este Francisco González para que sirviese el dicho oficio hasta que vuestra majestad proveyese de otra persona. Después pareció el acuerdo que no convenía que este usase más el oficio por haber hecho cierta falsedad por ser casado en España este nos recusó al licenciado Francisco de Vera solo sin acompañarse de la recusación y nos dio por recusación en el negocio otras exorbitantes que en el mismo proceso de la causa siendo vuestra majestad servido se podrán ver el cual enviamos con esta [roto] a vuestra majestad haya por bien de mandar al dicho licenciado Francisco de Vera se contente con ser (folio 2) presidente y que a nosotros nos deja de oidores, que con solo esto cesarán todos los inconvenientes. Nuestro señor la católica real persona de vuestra majestad guarde muchos años con aumento de más reinos y estados como los vasallos y criados de vuestra majestad deseamos y habemos menester. En Santo Domingo, a 2 de julio de 1574. Besamos las manos y pies de vuestra majestad sus muy humildes criados. El licenciado Castillo El licenciado Diego de Ribera 333 CartasAudienciaII20111205.indd 333 05/12/2011 01:51:49 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 10, Nº 37 Santo Domingo, 28 de mayo de 1574 Muy poderoso señor: Rodrigo de Agustín, procurador, en nombre del licenciado Castillo, vuestro oidor de la Real Audiencia que reside en esta isla Española. Digo que por una vuestra cédula real está proveído y mandado que el presidente que fuere de la dicha Audiencia dé orden como uno de los oidores comenzando del más antiguo salió a visitar la dicha isla y que en defecto de no lo hacer mande a vuestros oficiales reales que no le acudan con el salario y es así que por virtud de la dicha cédula real el licenciado Francisco de Vera, vuestro presidente que a la sazón es de la dicha Audiencia ahora por el mes de junio de este presente año de 1574 , estando mi parte indispuesto y muy fatigado de una brava y peligrosa enfermedad le hizo notificar un auto por el cual le mandaba que luego saliese a visitar la dicha isla y que asimismo mandaba a los dichos vuestros oficiales que no le acudiesen con su salario y porque a la sazón que ha dicho mi parte se le notificó el dicho auto estaba con una gran calentura respondió que el día siguiente si no estuviese tan fatigado daría respuesta el mismo día sin aguardar a que mi parte respondiese. Hizo llamar a los dichos oficiales a su casa y allí les hizo notificar dicho auto y luego, el día siguiente mi parte respondió quedándole los dos de acuerdo. La instrucción que por la dicha vuestra cédula real se manda que se halla de llevar para hacer la dicha visita y parte estaba presto de hacerla. Y visto por el dicho vuestro presidente el hierro grande que había hecho en mandar que n le acudiese con el dicho salario pues no se había dado a mi parte la dicha instrucción proveyó otro signado auto por el cual le mandaba que para el primer día de acuerdo los oidores fuesen percibidos para dar la dicha instrucción el cual dicho auto se notificó a mi parte (folio 1v) estando en la cama de la dicha enfermedad sangrado dos veces y purgado otras dos y mi parte respondió que cuando Dios por su misericordia le diese salud él cumpliría lo que en el dicho auto como todo consta y parece por el testimonio signado y firmado de Gaspar de Ribera, secretario de la dicha Real Audiencia, el cual juró a Dios que de manera de mi parte que es cierto y verdadero y como tal me entiendo aprovechar de el. Pido y suplico a vuestra alteza pues mi persona ha tenido culpa en cumplir vuestra cédula real y por tan justa causa e impedimento la ha dejado de cumplir y está presto dentro de este año de hacer la dicha visita. Mande dar a mi parte vuestra cédula real por la cual se manda a vos el dicho fiscales que sin embargo que sin embargo de lo proveído por el dicho presidente acudan a mi parte con todo su salario y para ellos. El licenciado Castillo. 334 CartasAudienciaII20111205.indd 334 05/12/2011 01:51:49 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Que sin embargo de lo proveído por el dicho presidente de Santo Domingo le vuelvan su salario al licenciado Castillo y luego, en teniendo disposición para ello salga a hacer la visita de la dicha isla como le está mandado. En Madrid, a 6 de octubre de 1574 años. El licenciado Vázquez 335 CartasAudienciaII20111205.indd 335 05/12/2011 01:51:50 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 11, Nº 37a Santo Domingo, 28 de mayo de 1574 (Folio 2) El Rey, presidente y oidores de la nuestra Audiencia Real que reside en la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. Bien saber como el emperador y rey nuestro señor de gloriosa memoria. Mandó a dar y dio dos cédulas suyas, la una dirigida a vosotros y la otra a los nuestros oficiales de esta isla. Firmada de la serenísimos reyes de Bohemia, nuestros muy caros y muy amados hermanos, gobernadores que a la sazón eran de estos reinos, por su ausencia de ellos y asimismo nos mandamos dar otra nuestra cédula dirigida a los dichos nuestros alcaldes cerca de la orden que es y habrá de tener en sala en cada una. Como valen nuestros oidores por vuestro turno a visitar los pueblos y estancias e ingenios de esa isla. Sobre el salario y ayuda de costa que por razón de ello y de vuestros oficiales habéis de llevar y gozar, que su tenor de ellas es como se sigue: El Rey, nuestro presidente y oidores de la Audiencia Real de la isla Española. Nos somos informados que al servicio de nuestro señor y nuestro y ejecución de vuestra justicia y ennoblecimiento de esa isla, vecinos y moradores de ella. Conviene que esa isla y pueblos de ella sean visitados cada año una vez y para que esto mejor se haga a parecido que uno de vosotros por navidad la visiten porque en esto se excusarán muchos años que se hace y se remediarán muchos daños que se hacen y se remedirán y proveerán las cosas convinieren proveerse. Visto y platicado cerca de ello por los del nuestro Consejo de las Indias fue acordado que se debimos mandar dar esta mi cédula para vos y yo la tuve por bien. Porque vos mandó que luego que establezcáis vos el presidente nombréis (folio 2v) uno de los oidores que les pareciere que parece que debe de comenzar a hacer la dicha visita aún y más singular a donde se parta luego y visite todos los pueblos de la isla y los ingenios y estancias que pareciere que convine y se dar para en ello todo el tiempo que fuere necesario remediando y protegiendo las cosas que le pareciere y tengan necesidad de remediar conforma a la instrucción que para ello viene dada por esa Audiencia y cumplida la dicha visita el año luego siguiente vuelva otro oidor por su tanda cada uno por su año de visitar vuelva de nuevo a la dicha visita el que primero fue, por manera que cada un año visite un oidor la dicha isla como dicho es y porque hasta aquí los oidores de ella no han tenido de salario en cada un año con los dichos oficiales más de trescientos mil maravedís y considerando el trabajo que se les acrecienta y vuestra merced que hayáis y tengáis en cada una merced vos los dichos nuestros oidores novecientos ducados de salario ordinario y demás de aquello el año que cumpliere la dicha visita cualquier de vos que así fuere a allá haya y lleve con su salario ordinario mil doscientos ducados aquel año que hiciere la dicha visita lleve trescientos ducados más por razón de ella y mandamos a los nuestros oficiales 336 CartasAudienciaII20111205.indd 336 05/12/2011 01:51:50 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) de esta isla que asienten esta nuestra cédula en nuestros libros que ellos tienen y que más embargante que (folio 3) para alguno de los títulos que vos los dichos oidores tenéis os está mandado dar mil ducados en cada un año no os den ni paguen más de los dichos novecientos ducados y que al que de vos los dichos oidores que cupieren en cada un año la visita de la dicha isla con certificar y libremente de vos el presidente y de los otros oidores de ella le den y paguen el mismo que así fuere a la dicha visita los mismos mil doscientos ducados que con esta mi cédula y carta de pago del oidor a quien así le hicieren la dicha paga y de quien su poder hubiere y certificación de vos el dicho presidente y oidores de cómo sea ocupado en la dicha visita. Mando que le sea recibido y pasado en cuenta lo que así les dieron. Fecha en Valladolid a catorce días del mes de diciembre de 1548 años. Maximiliano, la reina por mandado de su majestad su alteza en su nombre, Juan de Samano. El Rey, nuestros oficiales que residís en la isla Española. Ya sabéis como en la provisión y título que mandamos dar al licenciado Zurita, oidor de la Audiencia Real de esa isla os mandamos que le diese en cada un año todo el salario todo el tiempo que sirviese el dicho oficio trescientos y sesenta y cinco mil maravedís desde el día que saliese a la vela en el puerto de Sanlúcar de Barrameda. En adelante y ahora por parte del licenciado Grajeda, oidor de la dicha Audiencia me ha sido hecha relación que hace mucho tiempo que sirve en ella y que hasta ahora no a llevado (folio 3v) de salario con el dicho oficio más de trescientos mil maravedís y me suplicó que pues habíamos sido servidos de acrecentar los salarios a los oidores de la dicha Audiencia le hiciésemos merced de mandar que desde el día que el dicho licenciado Zurita gozó de su salario gozase el también del crecimiento que llevaba hecho y que desde el dicho día y en adelante le diese de él en cada un año con el dicho su oficio de oidor otro tanto como el dicho licenciado Zurita en los otros oidores de la dicha Audiencia, no embargante que en su título no tuviese más de trescientos mil maravedís o como la nuestra merced fuere porque otra nuestra cédula enviamos a mandar que en cada un año visite esa isla uno de los nuestros oidores y que hayan y tengan de salario cada uno de ellos novecientos ducados cada año no embargante que se les haya señalado más que por sus títulos o algunos de ellos y que el año que visitare lleven demás del salario ordinario trecientos ducados como por la dicha cédula veréis. Yo vos mando que desde el día que el dicho licenciado Zurita comenzó a gozar de este salario que con el dicho oficio de oidor le mandamos cumpláis al dicho licenciado Grajeda los trecientos mil maravedís que tiene de salario y trescientos treinta y siete mil quinientos maravedís que al respecto de los novecientos ducados de salario ordinario. Que es vuestra voluntad que tengan cada uno los dichos oidores y darles y yo por lo que se les restaré debiendo desde el dicho día hasta que con esta mi cédula fuere del requeridos desde el día del dicho (folio 4) requerimiento en adelante en cada un año todo el tiempo que sirviere el dicho oficio le paguéis otros tantos maravedís de salario como por la dicha mi cédula mandamos dar al dicho licenciado Zurita y a cada uno de los otros oidores de esta su Real Audiencia cumpliendo ellos cerca de la visitación de esta isla que por la dicha nuestra cédula se manda fecha en la villa de Valladolid a 15 días del mes de diciembre de 1548 años. Maximiliano. La 337 CartasAudienciaII20111205.indd 337 05/12/2011 01:51:50 p.m. Genaro Rodríguez Morel Reina, por mandado de su majestad el Rey y nuestros oficiales de la isla Española que residís en la ciudad de Santo Domingo. Sabed que a nos se ha hecho relación que a causa de valer en esa tierra las cosas caras no se pueden sustentar los oidores de esa Audiencia Real que residen en esa ciudad con los novecientos ducados que tienen de salario y ayuda de costa en cada un año con sus oficios y nos acatando lo susodicho y que no han de tener genero ninguno de trato ni otros aprovechamientos más de solo su salario como por nos está mandado. Nuestra merced y voluntad es de les mandar dar otros trescientos ducados más por manera que tengan por todo cuatrocientos y quinientos mil maravedís en cada un año. Por ende, yo vos mando que desde el día que con esta mi cédula fuere requeridos en adelante en cada un año deis y paguéis a cada uno de los nuestros oidores de esa Audiencia Real demás de los novecientos ducados que tienen de salario ordinario y ayuda de costa los (folio 4v) dichos ciento y diez mil quinientos maravedís de que así les hicimos merced de ayuda de costa de manera que ayuden y tengan en cada un año con los dichos oficios y los cuatrocientos y quinientos mil maravedís y dárselas y pagádselas según y como y a los tiempos que les parare des los dichos novecientos ducados, todo lo cual les pagareis en moneda que realmente y con efecto los vengan los dichos cuatrocientos y quinientos mil maravedís y tomad las cartas de pago y de quien su poder hubiere con las cuales y con esta merced que vos se ha recibido y pasados en cuento o lo que así les diere des. Fecha en Toledo, a 22 de septiembre de 1574 años. Yo el Rey. Por mandado de su majestad Juan Vázquez de Molina. Porque somos informados que lo contenido en las dichas reales cédulas suso incorporadas no se guardan ni cumple y vos los dichos nuestros oidores queréis salir a visitar los pueblos y estancias e ingenios de esa isla habiendo como hay en ella necesidad de ello y de proveer y ordenar muchas cosas tocante al bien y conservación de esa isla y de los habitantes en ella, de que se ha seguido algunos daños y es esencia del diciendo que los trescientos ducados de ayuda de costa que por razón de la dicha visita se os mandan dar demás y a bien de vuestros salarios y ayuda de costa ordinarias nos era bastante respeto (folio 5) de los gastos que en ella se hacían y a nuestro servicio conviene que las dichas nuestras cédula suso incorporadas se cumplan y guarden. Vos mando que las veáis y no embargante que vos los dichos nuestros oidores vos excuséis de hacer las dichas visitas las guardéis y cumpláis y hagáis que se guarden y cumplan en todo y por todo según y como en ella se contiene. Y guardándolas y cumpliéndolas y vos el dicho nuestro Presidente proveáis como los dichos nuestros oidores por vuestro turno comenzando desde el más antiguo y por el mismo orden hasta el más moderno salga en cada un año a visitar las tierras, pueblos y estancias e ingenios de esta isla y os cumplir en ello por el tiempo que fuere necesario remediando y proveyendo todas las cosas que os pareciere que tengan necesidad de remedio conforme a la instrucción que por esa Audiencia fuere dada para ello y a la dicha cédula suso incorporada que trata sobre lo tocante a las dichas visitas y si el que de vosotros los dichos nuestros oidores a quien cupiere salir a la dicha visita no saliere a entender en ella vos el dicho nuestro presidente nos avisaréis para que mandemos proveer lo que convenga a nuestro servicio o bien de 338 CartasAudienciaII20111205.indd 338 05/12/2011 01:51:50 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) la dicha isla y les quitaréis y mandaréis que no se les pague el salario ordinario que tenéis con los dichos vuestros oficios desde el día que fuere des recibido para que vais a hacer (folio 5v) las dichas visitas hasta tanto que salgáis a hacer las que durante el tiempo que entendiere des en ellas es nuestra voluntad que conforme a la dicha nuestra cédula suso incorporada hayáis y gocéis a razón de trescientos ducados en cada un año demás y aliende de los mil doscientos que tenéis de salario y ayuda de costa ordinaria los cuales dichos trescientos ducados mandamos a nuestros vuestros oficiales de esa isla los paguen a los que fueren a hacer la dicha visita de cualquiera hacienda nuestra que fuere a su cargo según y de la manera que os pagan el salario y ayuda de costa ordinaria lo cual así hacen cumplir con apercibimiento que de lo contrario nos tenemos por desapercibido y mandaremos proveer en ello lo que convenga. Fecha en Madrid a 21 de junio de 1570. Yo el Rey. Por mandado de su majestad. Francisco de Eraso. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, 28 de mayo de 1574 años. El muy ilustrísimo señor Francisco de Vera, presidente de esta Real Audiencia dijo que por cuanto, por cédula de su majestad está mandado que los señores oidores de esta Real Audiencia por su turno salgan a visitar e visiten esta isla, hatos, ingenios y estancias de ellas, comenzando del más antiguo y que el Presidente lo haga así guardar y cumplir (folio 6) conforme a las dicha cédulas. Su señoría proveyó que el señor licenciado Castillo por la mucha y gran necesidad que hay de la dicha visita saliese luego a hacer la dicha visita y se le notificó el cual dio ciertas respuestas y no a salido, ni sale a hacerla aunque a muchos días que le fue notificado por auto que haciendo lo que su majestad le tiene mandado y cometido por su real cédula fecha en Madrid, a 21 de junio de 1570 años y usando de ella dijo que mandaba y mandó que se notifique a los oficiales de cumplir la dicha cedula y que no libren al dicho señor licenciado Castillo ni acudan ni paguen de salario ordinario que tiene su persona desde 28 días del mes de abril próximo pasado que en el día que le fue notificado hasta que salga a hacer la dicha visita y la acaba, tenga acabada conforme a la dicha cédula de su majestad, so pena de mil ducados y que demás de esto, lo que de otra manera le dieren y pagaren lo pagarán de sus haciendas y para que el señor licenciado Castillo con más brevedad cumplo lo que su majestad manda, dijo que mandaba y mandó a mi Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad y de esta dicha Real Audiencia le muestre y torne a notificar la dicha cédula de su majestad y este auto y se le notifique para que luego salga a hacer (folio 6v) la dicha visita y cumpla lo que su majestad pos su cédula tiene mandado y lo que su señoría por este auto y los demás tiene proveído y así se le proveyó. Y viendo el licenciado Francisco de Vera, ante mi Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. En la ciudad de Santo Domingo de la Española, en este dicho día 28 de del mes de mayote 1574 años podría ser la hora de las tres y media hora de la tarde, después de medio día poco más o menos, yo el dicho Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad, notifiqué el dicho auto del señor presidente susodicho la dicha cédula real de su majestad de que en el se hace mención al señor licenciado Gaspar del Castillo, oidor de su majestad en su persona. Estando en las casas de su morada 339 CartasAudienciaII20111205.indd 339 05/12/2011 01:51:50 p.m. Genaro Rodríguez Morel dijo que estaba indispuesto y con calentura y que el responderá en fe de lo que lo firmó de su nombre, Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. En Santo Domingo de la Española. En este dicho día 28 de mayo de 1574 años. Estando en la sala real, estando presente su señoría del señor Presidente, yo Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad, leí y notifiqué por mandado de su señoría del señor Presidente el auto y mandado de su señoría de suso contenido y proveído por su señoría hoy dicho día, en la dicha (folio 7) cédula real de su majestad de que en ella se hace mención al tesorero Diego Giménez de Peralta y al factor Pedro de Bazán y el contador Ruy Fernández Fuenmayor y oficiales de su majestad en sus personas siendo testigo Pedro de Méndez de Vera y Fernando Pastor, piloto y Diego Martín de Ribera, portero de esta Real Audiencia. Gaspar de Ribera, escribano de cámara. Y luego el dicho Ruy Fernández de Fuenmayor, contador dijo que lo ofrece y que se le den los autos para responder lo que conviene al servicio de vuestra majestad y esto dio por respuesta. Ruy Fernández de Fuenmayor. Y luego el dicho factor, Pedro de Bazán dijo que se guarde y cumpla lo que su majestad manda y lo firmó Pedro de Bazán. Y luego el tesorero Diego Giménez de Peralta dijo que se guarde y cumpla lo que su majestad manda y lo firmó de su nombre, Diego Giménez de Peralta. Gaspar de Ribera, escribano cámara. Y después de lo susodicho en la dicha ciudad de Santo Domingo, el sábado 29 días del mes de mayo del dicho año podrían ser la hora entre las seis y siete de la mañana el licenciado Gaspar del Castillo me mandó venir a su casa para dar la respuesta al auto y mandó de su señoría del (folio 7v) presidente que ayer por mi el dicho Gaspar de Ribera le fue notificado y venido a la dicha hora su merced dijo, respondiendo a ello que habrá un mes, poco más o menos que por mandado del señor presidente se le notificaron tres cédulas a su merced que hablan cerca del salir a visitar las cuales van dirigidas al presidente y oidores y así su majestad respondió que vistas las dichas cédulas en el acuerdo se trataría lo que era más conveniente al servicio de su majestad y bien de esta isla y que la real cédula de que ahora se trata nunca su merced la ha visto ni jamás se le ha notificado tal cédula. Y así por hablar la dicha real cédula con solo el señor Presidente y ahora con responderá más en particular el cual dijo que lo que pasa es que desde el mes de febrero que ahora pasó de este dicho año su merced trató de que en cumplimiento de la dicha cédula real es salir a hacer la dicha visita y a la dicha sazón entrando ya a punto de salir llegaron a este puerto cuatro navíos de España los cuales trajeron nueva como estaba proveído por oidores de la dicha Real Audiencia, los señores Salazar y Robledo y visto que su venida sería muy breve y que venidos quedaría tiempo bastante para que dentro de este año se pudiese hacer la dicha visita, por no dejar mudanza el Audiencia y falta de jueces por (folio 8) no haber a la dicha sazón las presenté más que tres cuando le parece que era cosa conveniente al servicio de vuestra majestad de hacer la dicha jornada hasta que los dichos señores viniesen mayormente, que demás de lo susodicho al presente no hay tanta necesidad para que con tanta aceleración sea menester 340 CartasAudienciaII20111205.indd 340 05/12/2011 01:51:50 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) hacer la dicha salida porque habrá tres años que un Rodrigo Fernández de Ribera salió por alcalde mayor y anduvo y visitó toda la isla y les conocía en primero y según hay instrucción conforme a la real provisión que para lo susodicho hay y después habrá un año que venga y mande por alta por comisión de esta Real Audiencia fue a la villa de la Yaguana a proceder contra los que regatean contra los extranjeros. Y últimamente habrá nueve o diez meses que el licenciado Peralta, oidor que fue de esta Real Audiencia asimismo por comisión de los dichos señores presidente y oidores que la proceden contra los que rescatan el cual visitó y anduvo toda la isla sino que la dicha villa de la Yaguana y al presente está en la dicha villa un Luis Mallarte, por juez de bienes de difuntos y por razón de ello susodicho la dicha isla cuidada y visitada que habrá poco que remediar pero que sin embargo de todo lo susodicho su merced dice que esta pregunta. Luego, incontinente, salir a hacer la dicha visita (folio 8v) porque lo que pretende y desea es cumplir en todo y por todo lo que su majestad por sus provisiones y cédulas reales manda pues por esta dicha real cédula que ahora se le notifica se manda que el oidor que hubiere de salir a la dicha visita el presidente y oidores den instrucción de la orden que tiene de la orden que tienen de tener en hacer la dicha visita. Por tanto, suplica a los señores del acuerdo que en cumplimiento de la dicha real cédula se le de luego la dicha instrucción pues sin ella no puede salir a hacer la dicha visita. Que dada esta presentó de no detenerse un solo día y porque hay algunos pleitos remitidos y de mucha importancia y calidad y si su merced saliese antes de dejar determinados los dichos negocios sería hacer algún daño a las partes. Su merced mandó a mi el dicho secretario que se informe de los negocios que hay remitidos y notifique a los estrados que los tienen que envíen sus votos al acuerdo y eso dijo quedaba y dio por su respuesta a lo cual fueron testigos el alcaide Rodrigo de Bastidas, alguacil mayor de esta Chancillería y el y el licenciado Balboa, médico, vecino de esta dicha ciudad. En su nombre lo firmó de su nombre el licenciado Castillo, ante mi Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. (Folio 9) En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, en tres días del mes de junio de 1574 años. El muy ilustre señor licenciado Francisco de Ribera, presidente de esta Real Audiencia ha visto lo que el señor licenciado Castillo respondió a la cédula de su majestad y a la carta de su señoría que le fue notificada acerca de la dicha visita y como va a salir a hacerla pide se le de instrucción de esta Real Audiencia. Y porque a muchos años que la dicha isla no se a visitado y como es notorio conviene al servicio de Dios y de su majestad el cumplimiento y ejecución de la reales cédulas y porque el dicho señor licenciado Castillo cumpla luego lo que su majestad demandó dijo que mandaba y mandó a mi Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad avisar a los señores oidores les diga de parte de su señoría que mañana, primero día del acuerdo, traigan apunte de lo que les pareciere dar por instrucción para que ordenara se le de y entregue al dicho señor licenciado Castillo y se cumpla lo que su majestad manda así lo proveído y mandó el licenciado Francisco de Vera por mandado de su señoría del señor Presidente. Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. 341 CartasAudienciaII20111205.indd 341 05/12/2011 01:51:50 p.m. Genaro Rodríguez Morel En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española. En el dicho día, mes y año susodichos (folio 9v) Yo Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. Fui a la casa de la morada del ilustre señor licenciado Juan de Ibero [Ribero], oidor de su majestad y le di parte de lo contenido en el auto que mandó de su señoría del señor presidente de esta otra parte y se lo leí todo como en todos los demás procura hacer su deber de lo que vieren que convienen al servicio de Dios y de su majestad. Y así dijo que estado bueno libre de la enfermedad que tiene el señor licenciado Castillo se podrá tratar por todos en el acuerdo lo que conviene a este negocio y pues para esto está presto en todo tiempo no había necesidad que su señoría lo pidiese por auto que les de lo que informe de mi por merced del señor oidor lo señalo por ante mi Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. En la ciudad de Santo Domingo de la isla Española a 4 días de junio del dicho año. Yo el dicho Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad susodicho, fui a su casa de la morada del ilustrísimo señor licenciado Castillo, oidor de esta Real Audiencia y le di parte del dicho auto proveído por el dicho señor presidente y se lo leí todo como en el según la merced el cual dijo que el a trece días que estaba muy fatigado de unas tercianas que n se levantó de una (folio 10) cama y de ello yo el dicho escribano de cámara di fe que he visto así en tres o cuatro veces que le he venido a visitar enfermo y echado en cama y fatigado. Asimismo dijo su merced que cuando nuestro señor fuere recibido de darle salud que el cumplirá lo contenido en el dicho auto y su merced lo señaló de su seña y lo firmó de su nombre. El licenciado Castillo. Por ante mi Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. Yo Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad susodicho. Hice escribir y sacar estos autos del original que quedó en mi poder y doy fe que el dicho señor licenciado Castillo, oidor de su majestad en esta Real Audiencia de la enfermedad que se declara en la respuesta que su merced dio al auto que le fue notificado del dicho señor presidente estuvo muchos días enfermo en cama y purgado dos veces y llegó a estar muy enfermo de calenturas y de cuatro a seis ha que va a la Audiencia estando flaco y muy debilitado. Su merced y fe de ello hice mi signo en testimonio de verdad. Gaspar de Ribera, escribano de cámara de su majestad. 342 CartasAudienciaII20111205.indd 342 05/12/2011 01:51:50 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 11, Nº 38 Santo Domingo, 3 de abril de 1575 Ilustrísimo y reverendísimo señor: Aunque de lejos y llegaran tarde no puedo dejar de dar a vuestra señoría ilustrísima las buenas pascuas las cuales de Dios a vuestra señoría ilustrísima muchas y muy buenas como en esta su casa de vuestra señoría se desea con todos los navíos que salen de esta isla que yo tengo noticia escribo a vuestra señoría así por haber lo que soy obligado como por la necesidad que hay de dar aviso de lo que en esta tierra pasa y aunque escribo largo al consejo, algunas cosas de las que más importan escribiré a vuestra majestad y por la duda que hay si las cartas han llegado repetiré algunas que muchas veces he escrito a vuestra majestad conviene remediar que importan mucho al servicio de vuestra majestad. En toda mis carta, como vuestra señoría ilustrísima habrá visto y escrito en desorden grande que en la Real Hacienda hay y como corre grande riesgo luego como vine de ella estaba el contador Fuenmayor preso porque dice no daba curso y testimonio que se le había dado para enviar al Consejo acerca de las diligencias que había hecho en la cobranza de la Real Audiencia y pasó harto trabajo dio infinitas peticiones diciendo no había blanca en la caja y que corría gran riesgo la Real Hacienda por desecharlo de parte que instaba tanto mandaron dar la vez al fiscal y yo la tomé. Entendido el negocio rogué muchas veces al tesorero metiese el alcance y me lo trajo en palabras muchos días y quisiera mucho acabarlo por bien, porque puesto en rigor de justicia había de parar en lo que paró y por descargarme daba de cuanto en cuanto algunas peticiones y no se proveyó cosa alguna porque como vuestra majestad mucha veces ha servido al Presidente de esta dicha Audiencia le favorece notablemente y ya que se pudo el acuerdo y se votó el dicho Presidente, jamás quiso firmar el auto y como se sonaba venían dos oidores yo aguardaba por momentos para que con su venida se cobrase la Real Hacienda que cierto tiene harto riesgo y quiso Dios llegó el licenciado Eugenio de Salazar, el cual es primo del dicho tesorero había dicho que metería prendas de plata y oro y que valiesen la cantidad. Venido que fue, dio petición al dicho tesorero para la Hacienda Real no se podía cobrar y que se tomase información. Vista la burlería y que no tenía remedio acorde de recusar al presidente y al licenciado Salazar para la dicha cobranza y se dieron por recusados y dada por mi petición que prendiesen al tesorero se prendió y con pronunciar un auto que metiese prendas de oro y plata que volviesen la cantidad por el alcance no lo pudo hacer sino acuerdo de recusar al licenciado Castillo e Ibero oidores por el dicho licenciado Castillo estaba enfermo y el Presidente y Salazar 343 CartasAudienciaII20111205.indd 343 05/12/2011 01:51:50 p.m. Genaro Rodríguez Morel nombrasen jueces que conociesen de la recusación cual ellos quisiesen y hecho y dicho que sin ralle votar al dicho licenciado Ibero nombraron los jueces que quisieron los cuales eran compadres y amigos del dicho tesorero y si por mi no fueran recusados en un día lo soltaran. Dije de nulidad y nombrasen otros jueces y estando pendiente la recusación le tomaron el pulso a los jueves y visto que no acudían como quisieran acuerda el dicho Presidente y Salazar de tomarle las cuentas juntamente con el licenciado Castillo y aunque por mi fue muchas veces pedido el dicho Presidente no tomó las cuentas pues estaba recusado, nunca lo quiso hacer. Y siendo como eran tres jueces de cuantas hacen el dicho Presidente y Salazar un auto como lo pintara el tesorero y envían que lo firme el licenciado Castillo el cual como no debía nada dijo que lo llevasen al acuerdo. Llevado se trató de ello y aguardar cosa ninguna, y estando recusados y sin firmar el dicho auto mandan soltar (folio 1v) al dicho tesorero y porque el Alcalde no lo quiso soltar mandan al Alguacil Mayor que vaya a la cárcel y eche al alcaide en el cepo y suelo al dicho tesorero y a más de las diez de la noche fue con más de cuarenta hombres y sacó por fuerza al dicho tesorero yo no se más que hacerme porque luego como salió de la cárcel recusó a los jueces que estaban nombrados. Pido a vuestra señoría que es la fama de lo que pasa por no pagar a nadie sino con cueros y en azúcar y un tercio más de lo que vale y se traen la hacienda de su majestad empleada y gastada. Ya no valen leyes ni razón sino fuerza y violencia. Dios lo remedie y vuestra señoría la burla y el embaimiento en lo de la Hacienda Real, que cierto es muy grande y corre mucho riesgo y pasan gran trabajo las personas a quien su majestad manda pagar alguna cosa. Suplico a vuestra señoría ilustrísima mande ver todos los autos y traslados de procesos que envío porque por ellas se entenderá el trabajo que pasó y cuanta razón tengo de escribir lo que escribo y lo mucho que se pasa en servir. Bien estado tan lejos la justicia por estas y otras semejantes que me fue forzado recusar al dicho presidente en todos los negocios fiscales porque se había con ello como se llevará el salario que deba por ser abogado contrario y cierto que se sentía tanto que no se podrá sufrir porque cosa que se pidiese jamás salía sino aptos que no tenía efecto y me trataba tan mal que a un procurador no le dijera lo que a mi me decía. Yo entiendo cierto que en recusarlo he servido a vuestra majestad con mucha cantidad de ducados que se podrán muy bien contar, que si el no estuviera en la saladuchos días antes se hubieran sacado me remito a la dicha recusación la cual envió duplicada por mandado de la Audiencia y aunque los testigos decían con miedo y no osaban soltarse todavía la verdad tiene gran fuerza pues es cierto que si pudiera pintar el esbirro como el papagayo que vuestra señoría entendía muy cierto convenir mucho la dicha recusación por ella vuestra señoría verá cual [tinta diluida] me he ha dicho que si la Audiencia no me hubiera defendido me ha mandado poner en la cárcel con dos pares de grillos cuatro o cinco veces llamándome a vos quitando el dosel de mi asiento y poniéndome una silla vieja en los estrados hasta ir a la iglesia donde mi mujer iba y mandar quitarle el asiento y quitarlo de allí poner su mujer el sillón no creo hay persona ni oidor ni oficial a quien no haya [tinta diluida] al licenciado Ibero en días en estrados porque dijo al relator que porque no traía un pleito que 344 CartasAudienciaII20111205.indd 344 05/12/2011 01:51:50 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) había que lo tenía algunos días se volvió contra el diciéndole que los oidores no habían de mandar en esta sino votar y callar y porque le dijo que aquel era fiscal y que estaba recusado en el le llamó veinte veces a vos y alguaciles [tinta diluida] en un barco y les hacer llevar a España. Es cierto que no se como me lo diga que no se si fueron mis [tinta diluida] que con estas cosas me trae tan desasosegado, que deseo salvar de su compañía aunque sea para mi casa. Como vuestra señoría verá, yo he sacado de condenaciones de penas de cámara más de treinta y cinco o cuarenta mil ducados. He servido con mucha diligencia y cuidado por lo cual el dicho presidente anda como un león bramando contra mi. Hace informaciones con sus criados y con quien quiere bien el revés de lo que pasa hasta decir que lo topo por las calles y no le quito la gorra. Y es cierto que es tan al revés cuanto se verá cuando vuestra señoría mandare en esto de hacer informaciones se desvela de día y de noche y no entiende en otras cosas. Suplico a vuestra señoría ilustrísima por amor de Dios me eche de su compañía a donde yo pueda servir como deseo y se entienda con cuanta limpieza y felicidad vivo, que según de el se entiende me he temido no haga alguna información como imaginaré por cosas que he visto. Asimismo he escrito a vuestra señoría como las canoas del Cabo de la Vela vinieron hacia lo de Cubagua y han descubierto grandes ostrales. Dicen que es cosa gruesa porque todas las canoas del Río Hacha se han pasado a estas nuevas pesquerías que están en la Margarita. Hay dos oficios puestos en esta Audiencia. Muchos días ha dicen habrá necesidad de algún amparo porque por el mes de diciembre los franceses tomaron una canoa y las demás se escaparon huyendo y tomaron otras personas vecinos de la isla de la Margarita a los cuales dieron por grande rescate. Asimismo he escrito a vuestra señoría reverendísima como el socorro que la isla podrá hacer es de más de treinta mil ducados porque hay dieciséis mil pesos de oro que valieron los negros de Puerto Plata que se tomaron a los Espinosa y falta once negros y treinta pipas de vino por vender y otros diez negros y hay más ciento diez mil pesos de mala moneda que aunque no hay blanca en la caja, valían cada uno cuatro reales al tiempo que los recibió y hay cuatro mil ducados de buena moneda pero no se como se cobrarán venida comisión algún juez que lo haga con buen celo se podrán llevar a España que a la Audiencia no hay (folio 2) remedio porque es cierto a un año se me dio un libramiento por cien ducados para gastos de pleitos fiscales y que no se me ha dado ni una blanca y tengo ya gastado la mitad de mi casa. Una pobre mujer dijo, estando con unas niñas tocando la oración y levantándose las niñas a rezar a una imagen donde vais a rezar al cielo, que allí está Dios, que las imágenes son de palo. Esta mujer advertida que había dicho mal fue al provisor y dijo que ella había dicho aquella palabra y que no sabía lo que había dicho y que ella se sujetaba a lo que la santa madre iglesia tenía y sin otra cosa ninguna condenarla por hereje y echarle un San Benito y hace auto de inquisición con las órdenes y como si hubiere mil herejes esta dicha mujer apeló y se presentó por vía de fuerza y nunca le impartieron la ordinaria, que mientras servía el negocio no ejecutase y dijo que la Audiencia ponía duda. Salí a la causa por defensa de la jurisdicción a la Audiencia nunca a osado determinar. Pedía se me mandase dar traslado del proceso 345 CartasAudienciaII20111205.indd 345 05/12/2011 01:51:50 p.m. Genaro Rodríguez Morel para enviarlo a el Real Consejo y menos me lo dieron. Quebró el corazón a todo el pueblo porque por sola aquella palabra le hecha San Benito a una mujer. Suplico a vuestra señoría mande remediar este caso que yo envío al Consejo las diligencias que yo hice, que cierto es de gran compasión y verá vuestra señoría las cosas de Indias y los negocios del Santo Oficio que tan mirados y tan estimados son en España que de esta manera se traten en estas partes. Y no me espanto del ordinario, sino de la Audiencia que nunca quiso conocer por vía de fuerza por decir que era caso de inquisición y tiene la culpa la cabeza que gobierna. Como vuestra señoría habrá entendido yo siempre alegué y defendí que podía conocer por vía de fuerza pues el Arzobispo conoce como ordinario y como inquisición, mayormente que nunca le despacharon la ordenanza y es cierto que diciendo un oidor que se mandase no la dejase el alcaide salir de la cárcel porque se escondía el notario por venir a hacer relación salió el dicho presidente con gran enojo diciendo que no se podrá hacer y el fue causa del agravio. Como arriba toqué, por entender me desbarataba los negocios fiscales y lo veía por vista de ojo no queriendo dejar el dicho proceso traer pleito fiscal a la sala sino cuando el lo mandase no habiéndolos más días arriba de una hora de una Audiencia y algunos días media hora me fue forzado recusarle porque visto que había puesto todo su empeño en que no saliese con ninguno y lo que más sentía era en pleitos de importancia que para fulminar de tal manera los trataba que de qué se había de proveer alguna cosa y tan tarde que no obraba principalmente en un pleito que se trata de mucha calidad sobre trecientos negros que metieron con licencias falsas en este que importaba gran suma de ducados y castigar con grave delito hizo cosas no creederas y tanto que porque hubiese lugar de que se ausentase cierto testigo viniendo el servicio a haber relación lo prendió y no quiso haber acuerdo. Suplico a vuestra señoría ilustrísima que demás de la dicha recusación que envió duplicada se vea una información que se hizo que después que se dio por recusado no quería dejar ver pelitos fiscales y porque un día los trajo el relator cual lo paró y asimismo los autos que han pasado en la cobranza de la Real Hacienda y lo que se proveyó y como estando recusados él y el licenciado Salazar soltaron al tesorero con un embaimiento grande y no tenga vuestra señoría que es poca la Hacienda Real de esta isla que cierto su majestad ha sido muy damnificado y los oficiales que ha habido muy aprovechados porque al tiempo que le tesorero que hoy es, entró en el oficio se le entregaron 150 mil pesos de esta moneda los cuales al tiempo que se pagaron valdrían como de buena moneda al tiempo que se entregaron al tesorero valían cuatro reales cada uno. Estos gastos el tesorero porque nunca metió blanca en la caja y quiere que se le tomen en cuenta conforme al valor que hoy tienen. Que tres pesos y medio valen cuatro reales y si el diese los pesos en la moneda aunque sea aprovechado de ellos sacará su majestad el interés porque cada peso tiene una libra de cobre que vale en esta isla cinco pesos sin la liga que la moneda tiene. Y de esta manera, fundiendo los dichos cuartos y vendiéndolo por cobre gana vuestra majestad más de trescientos por ciento y en las cuentas que este año ha tomado el dicho presidente a procurado descargar al dicho tesorero de toda la mala moneda y reducirla a razón 346 CartasAudienciaII20111205.indd 346 05/12/2011 01:51:50 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) de tres pesos y medio por un real de cuarto. En todo es muy contrario como vuestra señoría si es servido mandará ver y tan claramente que no hay cosa más notoria en la isla. Suplico a vuestra señoría ilustrísima me perdone ser tan largo, que los negocios no dan lugar a otra cosa. Desde que vine a esta isla que ha ya casi dos años he sacado más de cuarenta mil ducados de descaminados y de cosas que han venido sin registro. Sirvo cierto con diligencia y templanza y con el cuidado posible pasase mucha pobreza y trabajo principalmente con las (folio 2v) cosas del Presidente de la Audiencia. Suplico a vuestra señoría ilustrísima pues yo no tengo otro amparo ni de quien recibir merced sino de vuestra señoría. Sea servido de mandarme a esta isla porque creo que no se puede ahorrar nada y es grande su esterilidad. En Panamá me dicen hay plazas vacas en el reino a cualquiera parte recibiría gran merced y yo la espero de mano de vuestra señoría ilustrísima doña Antonia y su madre besan los pies de vuestra señoría ilustrísima mil veces y suplican lo mismo y pasan gran trabajo que a tres meses que polvo de harinado hay en la isla. Nuestro Señor la ilustrísima y reverendísima persona de vuestra señoría guarde y prospere en estado como puede. De Santo Domingo 3 de abril de 1575. Ilustrísimo y reverendísimo señor, Muy humilde criado de vuestra ilustrísima señoría. El licenciado Pinedo 347 CartasAudienciaII20111205.indd 347 05/12/2011 01:51:50 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 11, Nº 39 Santo Domingo, 8 de abril de 1575 Católica real majestad: La necesidad que hay de dar aviso a vuestra majestad de la cosas de esta tierra y de lo que conviene remediar me he hecho escribir tantas veces así saber lo que soy obligado como por lo que conviene a su real servicio y por la duda que hay si llegara algún despacho de los que se envían. Por otras he avisado a vuestra majestad como por no hallar perlas en el Río de la Hacha dos canoas vinieron en busca de ellas había lo de Cubagua y otra cabeza de la punta de coche (sic) descubrieron grandes hostiales. Después acá se han se han venido todas las canoas que andaban en el Río de la Hacha y Cabo de la Vela y han descubierto otros muchos hostiales. Escriben tienen necesidad de oficiales porque los que hay son vecinos de la dicha isla de la Margarita y quintan allí los cuales, antiguamente fueron puestos por esta Real Audiencia. Por el mes de junio de 1574 entraron en este puerto un navío, un patache y una barca grande con trescientos negros de registro por Canaria ante el licenciado Nava, juez de registro por virtud de trescientas licencias que vuestra majestad hizo merced al tesorero Juan Fernández de Espinosa que pudiese navegar por Canaria. Estando vendidos sus negros llegó a Puerto Plata otro navío de los de Espinosas que decía llevaba a La Habana ciento cincuenta negros y por no traer registro los oficiales los embarazaron y enviaron los autos a esta Audiencia y con ellos vino el factor de los Espinosas el cual estando hablando de sus negros conmigo vino a decir como los Espinosas habían ya navegado las licencias que los navíos de arriba traían. Se tomó información y pareció así. Está recibido a puesta este pleito contra ultramarino porque conviene presentar el registro que el dicho Juan Fernández primero hizo. Envío provisiones receptorias a la Casa de la Contratación de Sevilla y Consejo, es negocio de mucha importancia, porque demás de averiguarse una falsedad tan grande. Importa a vuestra majestad cincuenta mil ducados que valen los trescientos negros y armazón. Suplico a vuestra majestad se envíen cédula a Canarias y a la Casa de la Contratación para que las provisiones las cumplan y hagan las demás diligencias que en ellas van y se me envíe. Asimismo, convendrá enviar iniciativa a la Audiencia y que se envíe el provecho a vuestra majestad sentenciado con brevedad. A esta isla ha venido el año pasado un navío con ciento veinte negros y este año otro con doscientos cincuenta. Dicen que vinieron arribados y como no hay otra probanza sino los mismos del navío juran lo que quieren. El del año pasado ha vendido sus negros y se va cargado. El otro, creo hará lo mismo. Si navíos de negros se dan por arribados no habrá año que no vendrán, porque son todos portugueses y 348 CartasAudienciaII20111205.indd 348 05/12/2011 01:51:51 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) saben bien la carrera. Vuestra majestad tiene bien proveído acerca de los arribados, que no vendan y salten en tierra. En estos navíos de negros hay ocasión de haber gran presunción venir con dolo porque son solo lo que vuestra majestad pagan de licencia hacen toda la armazón en Guinea y aunque acá pagan las dicha licencias es grande el interés de pagarlas acá o allá. El navío que arriba dije de los Espinosas traía 150 negros y 30 pipas de vino. Este se condenó por perdido por venir sin ningún registro. Se han vendido los dichos negros menos once en diez y seis mil pesos de oro y más. Por otra he escrito a vuestra majestad la enemistad que el dicho Francisco de Vera, presidente de esta Audiencia me tenía sin causa solamente por hacer lo que estoy obligado. Que cierto no pasa poco trabajo el fiscal que en esta Audiencia (folio 1v) sirve a vuestra majestad fielmente porque son grandes embustes que en ella hay acerca de negros y mercancías sin registro. Dio en afrentarme e injuriarme gravemente y en verme tan contrario en cuanto podía como si los negocios fueron míos y salió todo de pedir se cobrare la Hacienda Real y se metiese en al caja porque la parcialidad que tiene con el tesorero es muy grande pues por defecto no metía la hacienda en la caja real ha hecho cosa que si no enviase tan bastantes informaciones creo no se me diera crédito. Entiendo el grande daño que la Real Hacienda recibirá y que no hacía lo que era obligado a mi oficio lo recusé en todos los negocios como vuestra majestad si es servido mandará ver por la dicha recusación que por mandado de la Audiencia envió duplicada. Suplico a vuestra majestad lo mande ver y por ella se verá y entenderá como sirve a vuestra majestad y cuanta razón tiene de recusarlo, que cierto yo no podía acabar negocio. Y asimismo suplico a vuestra majestad par a mayor colaboración y para lo que se entienda lo que pasa mandé ver una información que a mi pedimento se hizo de las palabras que dijo al relator por traer negocios fiscales y lo que ha pasado en la cobranza de la Real Hacienda porque entendí que dado por recusado se cobraba porque ya el tesorero estaba preso y ya que habían intentado y hecho lo posible para soltarlo sin pagar, que más no puedo. El dicho presidente y el licenciado Salazar, que es primo del dicho tesorero dan mantenimiento solo para solearlo y porque el alcaide no quiso lo echaron en le cepo, por esto solo verá vuestra majestad lo que pasa. El tesorero debe a vuestra majestad gran cantidad de hacienda no paga blanca ni la quiere meter. Yo he hecho las diligencias posibles por cobrarlas y no habrá remedio si no hay juez de comisión. Hay gran engaño en la Real Hacienda porque al tesorero se le entregaron ciento cincuenta mil pesos que al tiempo del entrego valía cada uno cuatro reales y hoy no valen 39 maravedís y nunca ha entrado blanca en la caja y pues se aprovechó del dinero y lo gastó, es justo pague el interés de la dimisión y sino dado los mismos pesos que debe pues vuestra majestad tiene enviado cuño para que se labre moneda. Fundiendo esta se ganarán 300 por ciento pues una libra de cobre vale cinco pesos y cada peso tiene cerca de una libra. Es mucho el daño y agravio que se hace en no meter el dinero en la caja porque a las personas a quien algo se libra nunca les pagan sino en ropa y en negro la mitad más de lo que vale. Con la venida del licenciado Salazar entendí se sosegará más el Presidente y se hicieron menos agravios y como fue de su tierra y 349 CartasAudienciaII20111205.indd 349 05/12/2011 01:51:51 p.m. Genaro Rodríguez Morel casado con prima hermana del dicho presidente se ensoberbeció tanto que en otro día me mandó no estuviese en el acuerdo y quitó el dosel de la silla de los fiscales y para los hacer asesorado canes de las vigas de la otra parte de la sala y me mandó prender con diez grillos en la cárcel pública muchas veces, y si la Audiencia no le fuera de la mano ya habían venido alguaciles, todo dice es de acuerdo por pedir yo testimonio de lo que pasa llamarme de vos y otras mil injurias hace me ponga en estrados una silla vieja pequeña y remendada, cierto, yo he pasado mucho trabajo y es menester paciencia del cielo para sufrirlo pero esperando vuestra majestad lo remediara y pasar esto por escribir a vuestra majestad no lo tengo en lo que fuera justo sentirlo si esto no se pusiera delante. Suplico a vuestra majestad lo mande remediar mandado se ponga el dosel donde antes ha estado desde que esta Audiencia es Audiencia y se temple en sus palabras que vuestra majestad no le dio el oficio para injuriar a nadie. Hay necesidad de remedio porque cierto hay quince recusaciones pendientes de los pleitos principales que hay en esta isla. Hasta el dicho Presidente recusó a los oidores y les requirió con tres peticiones que no conociesen de la recusación que yo hube al dicho Presidente no ha bastado recusarlo porque sino es en algunos negocios de pleitos que se abstiene, en lo demás vota todas las veces que quiere como vuestra majestad verá en las cuentas y soltura del tesorero. Por cédula de vuestra majestad está mandado a los oficiales que no hagan almonedas sin estar presentes los fiscales ya viendo yo hallándome yo siempre cuando se vendieron los esclavos de Puerto Plata enviándome a llamar los oficiales dijo que no me llamasen y no queriendo estar el contador presente y los demás oficiales le dio a entender que yo no me había de hallar presente por la nueva instrucción y así se hizo el almoneda. Yo lo pedí en la Audiencia y no estaba presente el licenciado Castillo, que estaba enfermo saló proveído que no tenía obligación de hallarse presente. Aviso a vuestra majestad que cierto conviene los oficiales se hallen y tengan voto en el remate. Los fiscales, por cédula de vuestra majestad visitan los navíos, que es uno de los grandes trabajos que hay. Entrado un día un navío, iban dos barcos a entrar en el antes que se visitase. El contador y yo que estábamos en el (folio 2) río aguardando el navío mandamos aun algunos alguaciles fuese en un barco a decir no entrasen en el navío hasta ser visitado y el dicho Alguacil no lo quiso meter y dijo otras desvergüenzas. Hicimos llevar a la cárcel al dicho Alguacil y el dicho presidente hace saber información al licenciado Salazar y a media noche mandó prender al contador en la cárcel pública y a mi mandaban poner en la cárcel pública con dos pares de grillos. El dicho Presidente envió la información de lo que pasó y suplicó a vuestra majestad mande enviar cédula para sacar del libro del acuerdo lo que sobre esto se votó y mande remediar tantas exorbitancias y agravios. Una mujer dijo a unas negrillas teniendo a la oración que se levantaran para ir a rezar a una imagen reza al cielo que allí está Dios y no recéis a la imágenes que son de palo. Entendiendo había dicho mal fue al provisor y consejo suplicando y pidió penitencia. La tiene un año presa y al cabo la condenó por hereje y le echó un San Benito y esta apeló por vía de fuerza y nunca la quisieron oír. Yo salí a la causa por 350 CartasAudienciaII20111205.indd 350 05/12/2011 01:51:51 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) defensa de la real jurisdicción e hice muchas diligencias porque fue cosa lastimosa y quebró le corazón a todo el pueblo, no me ha querido dar el traslado del proceso par enviarlo a vuestra majestad no hay más culpa de la que he dicho y fue ella a manifestarla. Yo entiendo la Audiencia podría conocer que el Obispo procede como ordinario y no como inquisidor formaba súplica a vuestra majestad mande dar cédula para que se envíe el proceso porque el consejo de inquisición deshaga tan grande agravio que cierto, a mi parecer tal fue el su corrección de la santa madre iglesia. Desde que vine a este oficio, que habrá dos años, por le mes de agosto he sacado para vuestra majestad, más de cuarenta mil ducados de descaminados y de cosas que han venido sin registro. Yo soy casado y con hijos y suegra y pobre, que no me he podido desempeñar de los fletes. Suplico a vuestra majestad sea servido de hacerme merced de mandarme a otra parte y si esto no hubiere lugar igualar el salario del fiscal con el del oidor pues cierto, tengo más gasto que ellos por ser casado. Y asimismo el dicho presidente hace mil condonaciones contra quien se le antoja y no gasta el tiempo en otra cosa y con sus criados y otras personas que tiene, ha hecho algunas contra mi. Cierto son tan al revés de lo que sonarán cuando se verá que vuestra majestad fuere servido verificarlas. Nuestro Señor la católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere en estados como yo deseo. De Santo Domingo, 3 de abril de 1575. Católica real majestad, Besa los reales pies de vuestra majestad, su humilde criado. El licenciado Pinedo 351 CartasAudienciaII20111205.indd 351 05/12/2011 01:51:51 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 11, Nº 39bis Santo Domingo, 8 de abril de 1575 Católica real majestad: La necesidad que hay de dar aviso a vuestra majestad de las cosas de esta tierra y de lo que conviene remediar me hace escribir tantas veces, así por hacer lo que soy obligado como por lo que conviene a vuestro real servicio y por la duda que hay si llegara algún despacho de los que se enviaron. Por otras he avisado a vuestra majestad como, por no hallar perlas en el Río de el hacha, dos canoas vinieron en busca de ellas hacia las de Cubagua y en la Cabeza de la Punta de Coche descubrieron gran cantidad de hostiales. Después acá se han venido todas las demás que andaban en este Río de la Hacha y Cabo de Vela y han descubierto otros muchos hostiales. Escriben tienen [tinta diluida] los muchos franceses que surcan aquellas costas. Asimismo hay necesidad de oficiales porque los que hay son vecinos de la dicha isla de la Margarita y quintan allá los que les antiguamente fueron puestos por esta Real Audiencia. En el año de 1574 entraron a este puerto un navío, un patache y una urca grande con trescientos negros de registro por Canarias ante el licenciado Nava, juez de registro por virtud de trescientas licencias que vuestra majestad hizo merced al tesorero Juan Fernández de Espinosa que pudiese navegar por Canaria. Estando vendidos sus negros llegó a Puerto Plata otro navío de los de Espinosas que decía llevaba a La Habana 150 negros y por no traer registro los oficiales los embarazaron y enviaron los autos a esta Audiencia y con ellos vino el factor de los Espinosas el cual estando hablando de sus negros conmigo vino a decir como los Espinosas habían ya navegado las licencias que los navíos de arriba traían. Como se tomó información y pareció así está recibido aprobar este pleito contra ultramarino porque conviene presentar el registro que el dicho Juan Fernández primero hizo. Envío provisiones receptorias a la Casa de la Contratación (folio 1v) de Canarias es negocio de mucha importancia, porque demás de averiguarse una falsedad tan grande. Importa a vuestra majestad cincuenta mil ducados que valen los 300 negros y armazón. Suplico a vuestra majestad se envíen cédula a Canarias y a la Casa de la Contratación para que las provisiones las cumplan y hagan las demás diligencias que en ellas van y se me envíe. Asimismo, convendrá enviar iniciativa a la Audiencia y que se envíe el provecho a vuestra majestad sentenciado con brevedad. A esta isla ha venido el año pasado un navío con 120 negros y este año otro con 250 dicen que vinieron arribados y como no hay otra probanza sino los mismos del navío juran lo que quieren. El del año pasado ha vendido sus negros y se va cargado. El otro, creo hará lo mismo. Si navíos de negros se dan por arribados no habrá año 352 CartasAudienciaII20111205.indd 352 05/12/2011 01:51:51 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) que no vendrán, porque son todos portugueses y saben bien la carrera. Vuestra majestad tiene bien proveído acerca de los arribados, que no vendan y salten en tierra. En estos navíos de negros hay ocasión de haber gran presunción venir con dolo porque son solo lo que vuestra majestad pagan de licencia hacen toda la armazón en Guinea y aunque acá pagan las dicha licencias es grande el interés de pagarlas acá o allá. El navío que arriba dije de los Espinosas traía 150 negros y 30 pipas de vino. Este se condenó por perdido por venir sin ningún registro. Se han vendido los dichos negros menos once en 16 mil pesos de oro y más. Por otra he escrito a vuestra majestad la enemistad que el dicho Francisco de Vera, presidente de esta Audiencia me tenía sin causa solamente por hacer lo que estoy obligado. Que cierto no pasa poco trabajo el fiscal que en esta Audiencia sirve a vuestra majestad fielmente porque son grandes embustes que en ella hay acerca de negros y mercancías sin registro. Dio en afrentarme e injuriarme gravemente y en serme tan contrario en cuanto podía como si los negocios fueron míos y salió todo de pedir se cobrare la Hacienda Real y se metiese en al caja porque la parcialidad que tiene con el tesorero es muy grande pues por defecto no metía la hacienda en la caja real ha hecho cosa que si no enviase tan bastantes informaciones creo no se me diera crédito. Entiendo el grande daño que la Real Hacienda recibirá y que no hacía lo que era obligado a mi oficio lo recusé en todos los negocios como vuestra majestad si es servido mandará ver por la dicha recusación que por mandado de la Audiencia envió duplicada. Suplico a vuestra majestad lo mande ver y por ella se verá y entenderá como sirve a vuestra majestad y cuanta razón tiene de recusarlo, que cierto yo no podía acabar negocio. Y asimismo suplico a vuestra majestad par a mayor colaboración y para lo que se entienda lo que pasa mandé ver una información que a mi pedimento se hizo de las palabras que dijo al (folio 2) relator por traer negocios fiscales y lo que ha pasado en la cobranza de la Real Hacienda porque entendí que dado por recusado se cobraba porque ya el tesorero estaba preso y ya que habían intentado y hecho lo posible para soltarlo sin pagar, que más no puedo. El dicho Presidente y el licenciado Salazar, que es primo del dicho tesorero dan mantenimiento solo para solearlo y porque el alcaide no quiso lo echaron en le cepo, por esto solo verá vuestra majestad lo que pasa. El tesorero debe a vuestra majestad gran cantidad de hacienda no paga blanca ni la quiere meter. Yo he hecho las diligencias posibles por cobrarlas y no habrá remedio si no hay juez de comisión. Hay gran engaño en la Real Hacienda porque al tesorero se le entregaron ciento cincuenta mil pesos que al tiempo del entrego valía cada uno cuatro reales y hoy no valen 39 maravedís y nunca ha entrado blanca en la caja y pues se aprovechó del dinero y lo gastó, es justo pague el interés de la dimisión y sino dado los mismos pesos que debe pues vuestra majestad tiene enviado cuño para que se labre moneda. Fundiendo esta se ganarán 300 por ciento pues una libra de cobre vale cinco pesos y cada peso tiene cerca de una libra. Es mucho el daño y agravio que se hace en no meter el dinero en la caja porque a las personas a quien algo se libra nunca les pagan sino en ropa y en negro la mitad más de lo que vale. Con la venida del licenciado Salazar entendí 353 CartasAudienciaII20111205.indd 353 05/12/2011 01:51:51 p.m. Genaro Rodríguez Morel se sosegará más el Presidente y se hicieron menos agravios y como fue de su tierra y casado con prima hermana del dicho Presidente se ensoberbeció tanto que en otro día me mandó no estuviese en el acuerdo y quitó el dosel de la silla de los fiscales y para los hacer asesorado canes de las vigas de la otra parte de la sala y me mandó prender con diez grillos en la cárcel pública muchas veces, y si la Audiencia no le fuera de la mano ya habían venido alguaciles, todo dice es de acuerdo por pedir yo testimonio de lo que pasa llamarme de vos y otras mil injurias hace me ponga en estrados una silla vieja pequeña y remendada, cierto, yo he pasado mucho trabajo y es menester paciencia del cielo para sufrirlo pero esperando vuestra majestad lo remediara y pasar esto por escribir a vuestra majestad no lo tengo en lo que fuera justo sentirlo si esto no se pusiera delante. Suplico a vuestra majestad lo mande remediar mandado se ponga el dosel donde antes ha estado desde que esta Audiencia es Audiencia y se temple en sus palabras que vuestra majestad no le dio el oficio para injuriar a nadie. Hay necesidad de remedio porque cierto hay quince recusaciones pendientes de los pleitos principales que hay en esta isla. Hasta el dicho presidente recusó a los oidores y les requirió con tres peticiones que no conociesen de la recusación que yo hube al dicho presidente no ha bastado (folio 2v) recusarlo porque sino es en algunos negocios de pleitos que se abstiene, en lo demás vota todas las veces que quiere como vuestra majestad verá en las cuentas y soltura del tesorero. Por cédula de vuestra majestad está mandado a los oficiales que no hagan almonedas sin estar presentes los fiscales ya viendo yo hallándome yo siempre cuando se vendieron los esclavos de Puerto Plata enviándome a llamar los oficiales dijo que no me llamasen y no queriendo estar el contador presente y los demás y los demás oficiales le dio a entender que yo no me había de hallar presente por la nueva instrucción y así se hizo el almoneda. Yo lo pedí en la Audiencia y no estaba presente el licenciado Castillo, que estaba enfermo salió proveído que no tenía obligación de hallarse presente. Aviso a vuestra majestad que cierto conviene los oficiales se hallen y tengan voto en el remate. Los fiscales, por cédula de vuestra majestad visitan los navíos, que es uno de los grandes trabajos que hay. Entrado un día un navío, iban dos barcos a entrar en el antes que se visitase. El contador y yo que estábamos en el río aguardando el navío mandamos aun algunos alguaciles fuese en un barco a decir no entrasen en el navío hasta ser visitado y el dicho Alguacil no lo quiso meter y dijo otras desvergüenzas. Hicimos llevar a la cárcel al dicho Alguacil y el dicho Presidente hace saber información al licenciado Salazar y a media noche mandó prender al contador en la cárcel pública y a mi mandaban poner en la cárcel pública con dos pares de grillos. El dicho Presidente envió la información de lo que pasó y suplicó a vuestra majestad mande enviar cédula para sacar del libro del acuerdo lo que sobre esto se votó y mande remediar tantas exorbitancias y agravios. Una mujer dijo a unas negrillas teniendo a la oración que se levantaran para ir a rezar a una imagen reza al cielo que allí está Dios y no recéis a la imágenes que son de palo. Entendiendo había dicho mal fue al provisor y consejo suplicando y pidió penitencia. La tiene un año presa y al cabo la condenó por hereje y le echó un San 354 CartasAudienciaII20111205.indd 354 05/12/2011 01:51:51 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Benito y esta apeló por vía de fuerza y nunca la quisieron oír. Yo salí a la causa por defensa de la real jurisdicción e hice muchas diligencias porque fue cosa lastimosa y quebró le corazón a todo el pueblo, no me ha querido dar el traslado del proceso par enviarlo a vuestra majestad no hay más culpa de la que he dicho y fue ella a manifestarla. Yo entiendo la Audiencia podría conocer que el Obispo procede como ordinario y no como inquisidor formaba súplica a vuestra majestad mande dar cédula para que se envíe el proceso porque el consejo de inquisición deshaga tan grande agravio que cierto, a mi parecer tal fue el su corrección de la santa madre Iglesia. (Folio 3)Desde que vine a este oficio, que habrá dos años, por le mes de agosto he sacado para vuestra majestad, más de cuarenta mil ducados de descaminados y de cosas que han venido sin registro. Yo soy casado y con hijos y suegra y pobre, que no me he podido desempeñar de los fletes. Suplico a vuestra majestad sea servido de hacerme merced de mandarme a otra parte y si esto no hubiere lugar igualar el salario del fiscal con el del oidor pues cierto, tengo más gasto que ellos por ser casado. Y asimismo el dicho presidente hace mil condonaciones contra quien se le antoja y no gasta el tiempo en otra cosa y con sus criados y otras personas que tiene, ha hecho algunas contra mi. Cierto son tan al revés de lo que sonarán cuando se verá que vuestra majestad fuere servido verificarlas. Nuestro Señor la católica real persona de vuestra majestad guarde y prospere en estados como yo deseo. De Santo Domingo, 3 de abril de 1575. Católica real majestad, Besa los reales pies de vuestra majestad, su humilde criado. El licenciado Pinedo 355 CartasAudienciaII20111205.indd 355 05/12/2011 01:51:51 p.m. Archivo General de Indias Santo Domingo 50, Ramo 11, Nº 40 Santo Domingo, 14 de abril de 1575 Católica real majestad: Porque vuestra majestad se sirve de ser avisado de lo que por acá hay y de lo que conviene remediar se presentará en esta lo que se ofrece para que vuestra majestad me ha de proveer en todo lo que más a su servicio sea. La pesquería de perlas de la Margarita se va cada día prosperando y se han mudado allá todas las canoas desde el Río de la Hacha y otras que se van haciendo de mucho y se espera que a de ser una cantidad de importancia. La historia del descubrimiento [tinta diluida] notable de esta isla que vuestra majestad por su real cédula mandó servir se encomendó a personas suficientes y curiosas que la tenían en buen estado y se podía enviar en los [tinta diluida]. Don Rodrigo de Bastidas, alcaide de la fortaleza de este puerto y alguacil mayor de esta Audiencia nombrado por ella y confirmado por vuestra majestad para que en el entretanto que llega a estado legítima el alguacil propietario, considerando que para servir muy bien a vuestra majestad en la tenencia de dicha fortaleza convenía estar exonerado de otros cargos se desistió de la vara y de la Audiencia teniendo la misma consideración le hubo desistido, tratábase de buscar persona cual conviniese para el uso de este oficio en el dicho ínterin y con la merced que acá se ha certificado que vuestra majestad a hecho a don Íñigo Cesara. La consulta de la visita de esta Audiencia que tomó el licenciado Valdivia envió el general Diego Flores de Valdés, de Tierra Firme por fin del mes de agosto pasado la cual, vista por esta Audiencia se mandó ejecutar. Las cuentas que se han tomado por principio de este año a los oficiales de vuestra Real Hacienda se envían con esta por ellas constará a vuestra majestad del estado de ella. Los conventos de esta ciudad, a Dio gracias, viven en mucha observancia y procede de ellos mucha doctrina y buen ejemplo. Que aunque en días pasados en el Convento de Santo Domingo hubo entre los religiosos de el algunas diferencias al presente está muy quieto y deformado mediante Dios y el buen celo y gobierno de fray Diego de (folio 1v) de Carbajal, principal que poco la eligieron, el cual con gran cuidado y calor procura lo que conviene para que Dios sea en aquella casa servido en la cual, asimismo residen otros santos predicadores doctos y de buena vida. Todos estos conventos, así de frailes como de monjas padecen necesidad y se sirva nuestro señor de vuestra majestad les mande hacer limosna y de que por ahora no se delimitan acá más religiosos, que bastan y más de los que se pueden sustentar. 356 CartasAudienciaII20111205.indd 356 05/12/2011 01:51:51 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) En otra representó la Audiencia a vuestra majestad el gran daño que ha resultado a esta isla de haberse quitado vuestra real licencia a los navíos de Galicia para venir a ella y de la nueva orden que vuestra majestad mandó dar en los despachos de los navíos de la isla para que no puedan salir sino en conserva de las flota que vienen de Sevilla al año es tan grande que no se pueden dejar de repetir a vuestra majestad la representación, porque es cierto que por las dichas causa falta en esta isla el pan la mayor parte del año y el vino viene muy de tarde en tarde y muy poco y muy caro y el lienzo y ropa y todas las demás cosas necesarias para el uso de la vida humana apenas se hallan y son caras. Todos estos inconvenientes y otras que por evitar prolijidad no se representa. A vuestra majestad mandase abrir este estanco a los unos y a los otros navíos en lo cual nuestro señor sería servido y esta República muy socorrida. Los galeones de vuestra majestad del cargo de Pedro Menéndez y de Diego Flores de Valdés tomaron en la Yaguana una nao grande de franceses que venía con setenta hombres y en toda ella no había sino armas y artillería y municiones [tinta diluida] soldados de los nuestros no se halló allí. Diego Flores, que era ido con un galeón a Cartagena hiciera harto daño antes que fuera y no encontrar con ellos porque no venían más galeones de a robar y no contratar. Vuestra majestad envió a mandar el año pasado avisásemos cuanto regimientos eran los que había vacos y que personas había para ellos y se envió después acá a vacado otro, porque muerto Baltasar García, regidor, entre las personas que fueron nombradas fue Rodrigo Hernández de Ribera que su padre fue de los conquistadores en esta isla y de los primeros pobladores de ella y capitán y sirvió muy bien a vuestra majestad, y es hombre muy honrado y buen cristiano muy cuerdo y muy asentado y rico y él a servido de Alcalde Mayor de toda esta isla a quien muy justamente se puede dar un regimiento y demás de esto está casado con una nieta del licenciado Salmerón que fue de vuestro Real Consejo de Indias. Nuestro Señor la católica real persona de vuestra majestad guarde con aumento de mayores reinos y señoríos. De Santo Domingo de la Española, a 14 de abril de 1575 años. Católica real majestad, Besan los reales pies de vuestra majestad, sus criados. El licenciado Grajeda El licenciado Eugenio de Salazar 357 CartasAudienciaII20111205.indd 357 05/12/2011 01:51:51 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 358 05/12/2011 01:51:51 p.m. Índice onomástico A B Acebedo, Diego de 244 Acosta, Francisco de 237 Acuña, Juan de 303 Adames, Beatriz 178 Aguayo, Jerónimo de 60, 66, 68-69, 74-75, 88-89, 93-94 Aguijón, Juan 288 Aguilar, Diego de 182 Aguilar, fray Amador de 90, 95, 121 Agustín, Rodrigo de 334 Alceybar, Pedro de 195-196 Aldonza 179, 182 Alfonso, Miguel 236 Alonso, Domingo 168 Álvarez, Gaspar 233 Álvarez de Acevedo, Hernán 127, 143 Ampiés, Juan de, 24, 223 Angulo, Diego de 258 Angulo, Juan de 199, 200-201 Antonio (don) 248 Arcolta, Cristóbal de 274-275 Arias de Herrera, Alonso 7, 248, 285 Astudillo, Gaspar de 23 Austria, Juan de 330 Avendaño, Ortuño de 278-279, 283 Avía, Bartolomé de 139 Ávila, Esteban de 69, 74 Ayllón, Francisco de 168 Badillo, Toribio de 203 Báez, Roque 234 Bahamón de Lugo, Francisco 274 Balboa, Baltasar 232-233 Ballesteros, Álvaro 143 Balmaseda, Santiago de 254 Barbudo, Antonio 213, 215 Barrionuevo (licenciado) 287 Bastidas, Jerónimo 285 Bastidas, Rodrigo de 183, 243, 341, 356 Batista (capitán) 168 Bautista Aguilera, Juan 147 Bautista, Jerónimo 237, 283 Bayón, Bartolomé 304, 306 Bazán, Pedro de 340 Beatriz (doña) 286, 288 Becerra, Juan 13 Bejarano (capitán) 212 Bejarano, Lázaro 179, 210-211, 213-215 Beltrán (doctor) 19, 175, 190 Beltrán, Nicolás 144, 161, 175, 190 Bernáldez, Agustín 191 Bernáldez, Bernardo 171 Bernáldez, Lorenzo 194-195, 200, 203, 206, 248 Berrio, Gaspar de 282 Biedma, Sancho de 121 Bienvenida, fray Lorenzo de 155 Boscan (capitán) 27 Botello, Felipe 234 Boto, Francisco de 236 359 CartasAudienciaII20111205.indd 359 05/12/2011 01:51:51 p.m. Genaro Rodríguez Morel Brenes, Hernando de 196, 250 Buitrón, Cosme 79, 81, 88, 93 C Caballero, Álvaro 179, 184, 248 Caballero, Diego 15, 153 Caballero, Hernando 13-14 Caballero de Bazán, Juan 285 Caballero de la Puebla, Juan 254 Cabezas, de las (licenciado) 328 Cabrera (licenciado) 219, 236 Cabrera, Antonio de 286 Cáceres (oidor) 280 Cáceres, Francisco de 240 Cáceres de Ovando, Alonso 193-200, 203, 205, 216, 240, 242-244, 246, 249, 292, 296, 301-302, 306, 312, 320-322 Cansino, Antón 15 Carbajal Galicia, fray Diego de 356 Cardona, Nicolás de 300, 303, 323 Cardoniel 219 Carnero, Francisco 180 Carrillo, Pedro 205-206, 232, 261 Carrillo Mejía 13 Carrizo, Francisco 183 Carvajal, fray Francisco Andrés de 289291, 293-295 Casas, fray Bartolomé de las 12 Cassá, Roberto 9 Castellanos, Juan 191 Castillo, Gaspar del 304, 325, 330, 332-335, 339-344, 350, 354 Castillo, Pedro del 206, 263 Ceballos, Francisco 13 Ceballos Aragón, Isabel 7 Centurión, Gaspar 15 Cerezo, Cristóbal de 172 Cervantes, Luis de 71, 77, 269 Cervantes de Loaysa, Íñigo 18-19 Cesara, Íñigo 356 Cicerón, Marco Tulio 219 Cobos, Francisco de los 190-191 Colón, Cristóbal 143, 153, 181, 183, Colón, Diego 9-12, 15-16 Colón, Luis 32 Columí, Gaspar 221, 224 Conchillos, Lope de 9, 12 Constanza (doña) 168 Contreras 55 Corso, Antonio Paolo 184 Corzo, Vicencio (Paulo) 69, 75, 78, 81, 86 Coscozel, Luis Cristóbal 132 Chaves (licenciado) 68, 74, 88, 91, 93, 96 Chez Checo, José 9 D Darias, Hernán 69, 75 Dávila, Elvira 179 Dávila, Esteban 179 Dávila, Gaspar 245, 247 Dávila, Jerónimo 265 Dávila, Juan 308 Dávila Quirós, Francisco 36, 142, 171-173 Daza, Brígida 242, 244, 246, 249 Daza, Juan 178, 247, 259, 263 Delgado, Antonio 237 Delgado, Baltasar 240 Díaz, Miguel 105, 124-127, 129-132, 142144, 154, 160-161, 168 Díaz de Pravía, Francisco 90, 95, 103, 112 Díaz de Villalobos, Álvaro 183 Díaz y Peña Miguel 130 Díez, Melchor 70, 331 Díez, Miguel 105, 110 Díez de Armendáriz, Miguel, 32, 37, 70-72, 75, 77-78, 80, 105, 108 Diosdado, Catalina 147 E Echagoyan, Juan de 184, 187-188, 193-197, 199-203, 205-206, 219, 238-241, 244 Echagoyan Ortegón, Agustín de 194, 238, 240, 242-243, 245-251 Encina, Alonso de 321, 324 Enciso, Diego de 196 Eraso, Cristóbal de 252 Eraso, Francisco de 198, 289, 291, 293, 295, 339 Escobar (doctor)175,177, 180-182 360 CartasAudienciaII20111205.indd 360 05/12/2011 01:51:51 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Espínola, Agustín de 276, 278 Espinosa, Alonso de 20 Espinosa, Francisco de 257, 259, 261, 288-296, 273 Espinosa, Gaspar de 20 Espinosa, Gregorio de 233 Espinosa, Juan Gregorio de 233-234, 242243, 250 Estévez, Alonso 199 Estévez (licenciado) 151 F Farfán (general) 166 Feria, Benito de la 85, 88, 93 Fernando el Católico 11 Fernández, Juan 265-266 Fernández de Espinosa, Juan 352, 348 Fernández de Fuenmayor, Ruy 196, 340, 343 Fernández de las Varas, Juan 15 Fernández de Oviedo, Gonzalo 18-19 Fernández de Ribera, Rodrigo 341 Figueroa, fray Luis de 12, 17 Figueroa (licenciado) 147 Figueroa, Lorenzo de 86 Figueroa, Rodrigo de 15 Flores de Valdés, Diego 356-357 Fonseca, Pedro de 244 Forne, Valián de 25 Fraile, Vicente 234 Frías, Juan de 18, 146 Fuenmayor, Alonso de 17-19 Fuentes, Luis de 183 G Galdámez, Francisco de 278 Galeano, Martín 168 Gallego, Pedro 15, 175 Gallo, Antón 191 García, Baltasar 357 García, Martín 86, 88, 93 García de Busto 153 García de Herrera 168 García de la Peña, Bartolomé 161 García de Rozales 13-14 García Estévez 146-147, 151 Gasca, Pedro de la 24, 27, 31, 37, 39, 41, 69, 75 Gaztelu, Martín de 278 Gil, Juan 9 Gil Gamarra, Gonzalo 172, 247 Giménez de Peralta, Diego 340 Ginés de Sepúlveda, Dr. Juan 55, 248 Gómez de Acosta, Antonio 236 Gómez de Porras, Hernán 47, 50 Góngora (licenciado) 129, 161 González, Francisco 333 González, Juan 124 González, Raymundo 9 Gorjón, Hernando 18, 24, 28, 41, 46, 49-50 Gracia, fray Mateo 300 Grajeda, Alonso de 34, 38, 46, 49, 50, 54, 56, 59-60, 62, 65-66, 71-72, 77-80, 82-83, 86, 91, 96, 104, 106, 113, 115, 122, 134, 136, 139, 182, 216, 219, 272, 301, 305, 310, 314, 317, 321, 325, 332, 337, 357 Guerra de Abreu, Luis 242, 247, 249 Guevara (doctor) 19 Guevara, Íñigo de 17-19, 26 Gutiérrez (doctor) 270 Gutiérrez Pilo, Juan 46, 49 Gutiérrez Tello, Juan 227 Gutiérrez, Juan 182, 205-206, 229 Gutiérrez (licenciado) 203 Gutiérrez Escudero, Antonio 9 Guzmán, Diego de 313 Guzmán, Juan de 179 H Hawkins, Juan 211, 214 Heredia (adelantado) 125, 131-132, 166 Hernández, Alonso 313 Hernández, Cristóbal 183 Hernández, Diego 205-206 Hernández, Gonzalo 37 Hernández, Rodrigo 193, 195, 200, 202-203 Hernández de Cabrera, Diego 206 Hernández de Ocampo, Diego 34, 237 Hernández de Ribera, Rodrigo 357 Hernández de Segura, Alonso 193-195 361 CartasAudienciaII20111205.indd 361 05/12/2011 01:51:51 p.m. Genaro Rodríguez Morel Hernández de Serpa, Diego 101, 105 Hernández Melgarejo, Alonso 180-182 Herrera, Alonso de 209, 216, 252 Herrera, Diego de 189, 195-198, 201202, 204-205, 207, 236-237, 254-255, 281,283, 285 Herrera, Gonzalo de 161 Herrera, Juan de 69, 75 Herrera, Pedro de 13 Hinojosa (general) 31 Hurtado de Mendoza, Juan 71, 77, 79, 8184, 91, 96, 98, 100, 104, 111-112, 116, 118, 122, 134, 136, 138-140, 145, 159, 171 I Illescas Orejón, Juan de 240, 242, 251 Isabel la Católica 9, 11, 265 Iscar (carnicero) 182 J Jaén, Fernando de 13 Jiménez de Cisneros, Francisco 12 Jiménez de Pineda, Cristóbal 53, 59, 65 Jiménez Fernández, Manuel 14 Jorges (don) 69, 75 Juana I de Castilla189 Juárez de Cepeda, Juan 248 Junco, Juan del 181 Justinián, Tomás 247 L Laguna, Hernando de 276, 278 Laguna, Miguel de 248 Latorre, Cristóbal Enrique 248 Laudoniel (capitán) 223 Lave, Lavidio 223 Lebrón, Juan 15, 55, 182, 183 Ledesma, Pedro de 205-206, 247, 278, 281-283 Leguizamón, Juan de 173 Lemba, Sebastián 29, 35, 52, 58, 64, 68, 74 León (escribano) 180 León Pie, Juan de 223 León, Hernán de 147 Liz de Surpa, Diego 324 Llerena, Cristóbal de 20, 211-212 Lope, Amado 180 Lope de Concillos 12 López, Alonso 144 López, Andrés 287-288 López, Íñigo 127 López, Jerónimo 183 López, Juan Carlos 232 López, Lázaro 240, 242, 247, 249-251 López, Nicolás 189, 195, 201, 215, 222, 226, 235, 257, 259, 261 López, Pedro 19 López, Rodrigo 19 López Dávila, Alonso 20 López de Ayala, Alonso 142 López de Cepeda, Juan 7, 178, 183-184, 187-188, 191, 193-204, 248 López de Cerrato, Alonso 7, 18, 26, 30, 34, 38, 40, 42, 44, 47, 51-52, 55, 134, 314 López de las Roelas, Diego 115, 131, 134 López de Zubizarreta, Juan 276 López Gallo, Diego 270 López Melgarejo, Juan 313 López Ruiz, Lázaro 245 López Terreño, Bartolomé 14 López y Santander, Andrés 280, 287 Losa, Andrés de la 251 Lucino (licenciado) 132 Ludovico (conde) 300, 303, 325 Lugo, Montalvo de 101, 105, 143 Luzón, Miguel de 194 M Maldonado, Alonso 7, 140, 145, 154-155 157, 163-165, 169, 171, 175, 177-179, 182-183, 201, 204 Mallarte, Luis 341 Manjarres, Luis de 143 Manrique, Aldonza 179 Manrique, Francisco Rodrigo 152, 289-291, 293-295 Manso, Rodrigo 13 362 CartasAudienciaII20111205.indd 362 05/12/2011 01:51:52 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Manzanares 127, 132 Manzanedo, fray Andrés de 181 Marinas, Sancho de 290, 294 Márquez, Ana 179 Martín, Benito 233 Martín, Francisco 174 Martínez de Clavijo, Pedro 200 Mata, Juan de 30 Mateos, Luis 242, 249-250 Mayor, Francisco de 276 Medina, Alonso de 255-262 Medina, Diego de 193, 200, 203 Medina, Gaspar de 195, 206, 247 Medina, Rodrigo de 203 Medrano, Juan de 176 Mejía, Antonio 7, 263-264, 280-283, 285290, 292-294, 296-297, 299-300, 308, 314 Mendenchaga (capitán) 170 Méndez de Vera, Pedro de 340 Menéndez de Avilés, Pedro 181, 300, 303, 310, 317, 323, 330, 357 Mercado Ruiz, Bautista 280 Mercado Ruiz, Mónica 280 Mercado (licenciado) 72, 108-110, 132 Mercado, María de 297 Merlo, Blas de 237 Mingures, Luis de 124 Mira Caballos, Esteban 9 Montaño (licenciado) 154, 168 Montejo, Catalina de 178-183 Montejo, Juan de 179 Montemayor, Diego de 253-255, 257, 263, 266, 270 Morales, Diego de 15 Morales, Juan de 251 Morán, Juan 183 Mores, María de 179 Moscoso, Rodrigo de 13 Moya Pons, Frank 9-10 Muñoz, Alonso 216, 218 N Nava (licenciado) 348, 352 Núñez, Antonio 230 Núñez, Arturo 215 Núñez, Bautista 270, 272 Núñez, Beatriz 265 Núñez, Francisco 177 Núñez, Antón 187-189, 191-192, 195, 200, 216-218, 230-231 Núñez Arias, Pedro 189 O Obregón (sastre) 180 Ocampo, Dieguillo de 34, 85 Odonel 219 Ojeda, Alonso de 176-177 Ojeda, Juan de 197 Olvera Aguayo, Juan de 283, 285 Orellana, Francisco de 26, 31 Ortegón, Diego de 238-239, 241-250, 272 Ortiz, Juan 132 Ortiz de Matienzo, Juan 10-15 Ortiz de Serrato, Juan 124 Ortiz de Zárate, Juan 143 Ots Capdequí, José María 10 Otte, Enrique 15 Ovando, Nicolás de 9 Ozuna, Diego de 255-256, 258-262 P Palma, Hernando de 205-206 Pasamonte, Miguel de 9-17 Pastor, Fernando 340 Pedrálvarez, Jerónimo de 182, 206 Pedro I 90, 95 Pedroso (capitán)183 Peláez, Juana de 19 Peláez, Rodrigo 188, 194-196, 198-202 Peña, Alonso de 36, 123, 125, 129-130, 132, 142-144, 148-149, 161, 171-173 Peñalosa, Gonzalo 201, 205-206, 243 Peñalosa, Rodrigo 196 Pérez, Cristóbal 172 Pérez, Gaspar 191 Pérez, Juan 172 Pérez de Angulo, Dr. Gonzalo 89, 91, 94, 96, 120, 171 363 CartasAudienciaII20111205.indd 363 05/12/2011 01:51:52 p.m. Genaro Rodríguez Morel Rojas, Juan de 180-181 Romero, Bartolomé 212 Romero, Pedro 14 Rongemont 222 Ruiz, María 280 Ruiz de Mercado, María 286 Ruiz de Rojas, Francisco 177 Ruiz de Tapia, Pedro 13 Ruiz Delgado, Pedro 242 Rujamont, Esteban de 219, 225 Rujamont, Reymedo de 219 Pérez de Lugo, Luis 181 Pérez Granillo, Alonso 166, 168 Pérez Martel, Alonso 179 Pérez Materano, Juan 167 Pierres (capitán) 219, 223-224 Pineda, Francisco de 181 Pinedo (licenciado) 347, 351, 355 Pinto, Arias 331 Pizarro, Hernando 69, 75 Pizarro, Gonzalo 27, 31, 39, 69, 75 Porras, Bartolomé de 144 Porras, Fernando de 13 Portillo, Adriano de 324 S Q Quirós, Agustín de 195 Quirós, Dávila 171 Quirós, Toribio de 19 R Ramírez, Bernabé 172 Ramírez, Mendo 178, 181, 183 Ramírez de Fuenleal, Sebastián 17, 19-20 Ribera, Ana de 14 Ribera, Diego de 333 Ribera, Diego Martín de 340 Ribera, Francisco de 341 Ribera, Gaspar de 147, 240, 278, 281-285, 331, 334, 339-342 Ribero, Juan de 342-344 Riscón 15 Riego, Santiago del, 273, 302, 306 Robles, Francisco de 69, 75 Rodríguez, Alonso 195 Rodríguez, Benito 234 Rodríguez, Francisco 229 Rodríguez, Juan 265 Rodríguez, Martín 227, 229, 265 Rodríguez de Fonseca, Juan 9, 12 Rodríguez de Ortiz, Sebastián 251 Rodríguez Faín, Juan 203 Rodríguez Garrucho, Cristóbal 236-237 Roja, Juan Francisco de 183, 249, 302, 313 Rojas, Damián de 270 Saboya, Agustín de 240, 242 Sáez de Gamboa, Alonso 248, 263, 280 Salazar, Eugenio de 340, 343-344, 346, 349350, 353-354, 357 Salina, Luis de 218 Salinas, Antonio de 176-177 Salvartierra, Juan de 183 Samano, Juan de 19, 190-191, 337 San Andrés, Sebastián de 288 Sanabria (licenciado) 178 Sánchez, Bartolomé 50, 80-81, 88, 93 Sánchez, Juan 239, 242 Sánchez, Pedro 69, 75, 78, 81 Sánchez de Angulo, Diego 255-256, 259-262 Sánchez de Angulo, Pedro 187-189, 195196, 199-200, 202, 205, 208, 242, 244, 246, 249, 285 Sánchez Hurtado, Antonio 14 Sánchez Mercader, Luis 180 Santa María, Juan de 195 Santiago, Diego de 255, 257, 259, 261, 263, 269, 278, 281, 283, 285 Sanz Venesa, Pedro 176 Segura, Pedro de 237 Serrano, Pedro 248 Suárez de Figuereda, Lorenzo 89, 94-95, 103, 112 Suárez de Toledo, Alonso 183 T Tapia, Cristóbal de 203, 237, 324 Téllez, Alonso 130, 133 364 CartasAudienciaII20111205.indd 364 05/12/2011 01:51:52 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Terencio 219 Tetú (piloto real) 219, 223 Toledo, María de 15 Tolosa (licenciado) 60, 66, 80 Torre, Alonso de la 40 Torre, Antón de la 182 Torre, Pedro de la 120 Torregrosa, Pedro Luis de 276-278 Tostado de la Peña, Francisco 15, 197, 302, 306 Trejo 27 U Ugarte, Santiago de 242, 251, 253-254 Urbina (canciller) 190 Urrutia, Francisco de 240 V Vaca de Castro, Cristóbal 37 Vadillo, Juan de 17-19, 23, 25-26 Valdivia (licenciado) 298, 302, 304, 306, 308309, 311, 315-316, 319, 321, 331, 356 Valera 292, 296 Valle, Santiago del 332 Vallejo, Antonio de 13 Vallejo, Luis de 171 Vasor (capitán) 219, 222-223 Vayón, Bartolomé 306 Vázquez (licenciado) 335 Vázquez de Ayllón, Lucas 10-11, 13-15 Vázquez de Ayllón, Pedro 181, 183, 255256, 258-262 Vázquez de Ibáñez Domingo, Pedro 286 Vázquez de Molina, Juan 338 Vázquez, Hernán 266 Vázquez, Pedro 181, 286-287 Vega, Hernando de 190 Velasco, Luis de 135 Velázquez, fray Juan 168 Vera, Antonio de 133 Vera, Diego de 7 Vera, Francisco de 7, 263, 301, 333-334, 339, 341, 349, 353 Vera, Santiago de 263, 301, 305, 325, 330 Verdugo, Leonor 179 Vílchez, Juan Antonio de 178, 183 196, 201, 204 Villafaña 180 Villalobos, Marcelo de 10-15 Villanueva, Luis de 166 Villanueva y Zapata, Diego de 326-328 Villaverde, Diego de 240 Villegas, Antonio de 313 Villoria de Quiñones, Juan de 15, 187-188, 191, 200, 202 Z Zapata licenciado 183 Zebreros, Juan de 254 Zuazo, Alonso 11-16, 20, 58, 64 Zúñiga del Castillo, Francisco de 254 Zúñiga, Catalina de 19 Zurita (licenciado) 55, 60, 66, 71-72, 77-79, 82-83, 91, 96, 104-107, 109, 111-113,115, 117, 133, 137, 144, 154, 162, 337 365 CartasAudienciaII20111205.indd 365 05/12/2011 01:51:52 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 366 05/12/2011 01:51:52 p.m. Índice temático A Abadía 17 Abogado 171 Aceite 57, 63, 208 Acémilas de carga 32 Adulterio 13-14, 19 Agua 33, 57, 63, 70, 76, 88, 93, 121-122, 141142, 149-150, 152, 166, 173, 224, 304, 306-307, 325, Aguada 220, 224 Ahorcarlos 125 Ajos 224 Alabarderos 212 Albacea 179 Alboroto 37, 82, 125, 322 Alcabala 24 Alcaide 30, 37-39, 50, 69, 75, 196, 247, 313, 341, 344, 346, 349, 353, 356 Alcalde (s) 11, 23, 68, 74, 88, 93, 111, 123, 130, 144, 161, 166, 172, 202, 242, 251, 257, 268-269, 276, 305-307, 322, 324, 344 Alcalde de Hermandad 304-307 Alcaldes de corte 23 Alcaldes Ordinarios 124, 240, 254, 304-307, 310, 317, 319 Alcalde Mayor 10, 166, 268, 324, 341, 357 Alcaldía Mayor 112 Alfombras 232 Algodón 236, 303, 306 Alguacil (es) 24, 102, 124, 148, 191, 195, 205, 242, 246, 249, 268, 271, 286, 313, 345, 350, 354, 356 Alguacil Mayor 61, 148, 195-196, 249-250, 302, 306, 313-314, 341, 344, 356 Alimentos 82, 89, 149, 168, Almenara 303 Almirante 9, 12, 15, 25, 27, 37-38, 120, 134, 148, 153, 221, 224-225, 230, 300 Almojarifazgo 24, 58, 64, 276, 278, 298 Almoneda 41, 46, 49, 117, 148, 168, 195, 350, 354 Alzados 33, 35, 52 Alzamiento 35, 58-59, 68 Amancebado 19 Amancebamiento 13, 19, Aposento 214 Aquelarre 90 Arancel 42, 172 Aranzada 303 Árboles 226 Arcabucero (s) 156, 212, 228-229 Arcabuces 32, 213, 221, 224, 225, Arcediano 79, 176, 177 Armada (s) 27, 31, 32, 43, 67, 87, 92, 121, 140, 152-154, 156, 158-159, 170, 179, 181, 210-211, 301, 303, 317 Armas 27, 31-32, 35, 57, 59, 63, 65, 211, 310 Arrendador 185-186 Arroyo 166 Artículos agrícolas, 16. Artillería 27-32, 57, 63, 67, 73, 97, 103, 153154, 158, 211, 213, 222, 224, 300 Artillero (s) 30, 32, 37 367 CartasAudienciaII20111205.indd 367 05/12/2011 01:51:52 p.m. Genaro Rodríguez Morel Arzobispo 81, 103, 113, 118, 120, 176, 280286, 290-297, 280, 286, 299, 302, 306 346 Audiencia 12, 16-19, 23, 25-27, 33, 38-40, 45, 48, 51-52, 55, 57-59, 63-65, 68, 7072, 74-79, 81, 84, 87-90, 92-94, 101, 103, 107-108, 110-111, 114-115, 117, 120, 129, 132, 134, 137, 140, 142-143, 145- 147, 149, 162, 164, 171-172, 174, 187-191, 193, 195-197, 199-201, 203-204, 206, 208, 210-211, 216- 218, 224, 228, 231, 233-235, 237-239, 241-242, 248, 255-256, 258, 260, 262, 264, 268, 270, 275, 279, 281-282, 284, 286, 290, 294, 299-301, 303-304, 309, 311, 313-316, 320-321, 323, 327, 330-331, 334, 337-341, 343, 345, 352-354 Aves 88, 93 Azotar 299 Azúcar 16, 24, 57, 63, 70, 76, 89, 94, 103, 122, 150, 174, 183, 236, 311-312, 318-319, 326-327, 344 Azufre, piedra de 57, 63 B Bajel (es) 230 Ballesteros 35 Banda del norte 93 Banderas 27 Banquete 181-182 Banqueteando 178 Barberos 149 Barco (s) 28, 37, 43, 55, 103, 111-113, 123, 141-142, 161, 222, 228, 303, 345, 350, 354 Barrancas 126-127 Bastimentos 31, 55, 99, 137, 157, 324, 326 Batalla 58 Batel (es) 43, 181, 212-215, 303 Bautismos 34, 44 Becerro (s) 153 Bejuco 221 Bellaquería 273, 315 Bergantín (es) 32, 55, 67, 88, 93 Bizcocho 220 Blasfemar 37 Bocinas 131 Bohíos 35, 182, 211 Borrachos 29 Boticario (s) 133 Bronce 211, 213-214, 221, 224, 228 Burocracia 12 Buzos 135 C Caballo (s) 27, 31, 35, 57-58, 63-64, 69, 75, 80, 112, 150, 178, 208, 215, Caballos de caballeriza 32 Cabildo eclesiástico 18 Cabildo 55, 108, 124, 321, 324 Caja Real 298, 309, 316 Cáliz 222 Calores 149 Calzados 59, 65 Caminos 58-59, 65, 119, 150 Camisa, 29, 41, 128 Campo 36, 149 Canaletes 125 Canoa (s) 37, 125, 215, 345, 348, 352 Canónigo 62, 90, 95 Canonjía 26, 47, 50 Cantones 127 Caña 41 Cañafístula 185-186, Cáñamo 225 Capellán 164 Capitán (es) 35, 52, 64, 68, 86 Capitanejo 85 Capitanía de peones 35 Carabela (s) 27, 31, 39, 40, 55, 57, 63, 67-69, 73-75, 78-79, 82-83, 89, 94, 102-103, 110, 121, 136, 142, 158, 170, 174-175, 177, 210-214, 217-218, 224, 232-233, 236-237 Carbón 57, 63 Cárcel 69, 75, 77-78, 81, 124, 142, 172, 182, 196, 219, 223, 246, 247, 250, 283, 300, 308-309, 316, 321, 325, 330, 344, 350 Carcelero 172 Carestía 71, 77 Cargazón, 148 Carne 41, 57, 70, 76, 103, 153, 217, 228 Carneros 212-213 Carnicería 153 368 CartasAudienciaII20111205.indd 368 05/12/2011 01:51:52 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Carnicero 182 Casa cerrada 50 Casa de alquiler 146 Casa de depósito 186 Casa de la Contratación 12, 57, 63, 72, 74 Casa de la Moneda 81-82, 174 Casa Grande 150 Casado (s) 39, 43, 71, 90, 95, 102, 112, 172, 181, 350, 354-355 Casas de paja 137 Casas de piedra 35, 102, 150 Casas Reales 296 Casas 50, 87, 102, 149 Casas, alquiler de 146 Castellanos de oro 42 Castigo 61, 85, 309, 316 Católico (s) 220, 224, 231 Caudillo 52 Causas criminales 52 Cazabe 88, 93, 217, 220, 228 Cebo 213 Cebollas 224 Cencerros 131 Cenefa 195 Censo 28, 41, 46, 49, 326 Cepo 123, 344, 349 Cera 212 Chalupa 152, 217, 219, 223, 225, 228 Chantre 62 Charco 166 Chozas 114 Cimarrones 34, 36, 58 Cirugía 270 Clérigo (s) 26, 29, 33-34, 42, 50, 61, 103, 124125, 176, 299, 302 Cobre 174, 346, 349 Coces 25 Codicilo 28 Cofrade 13 Cofre 212 Cohecho 13 Colchas 232 Comedia 20 Comendador Mayor 190 Comendador 61, 95, 190 Comer 36, 150, 154 Comercio 58, 64, 329 Comida 36, 125, 226 Comisiones apostólicas 34 Condenaciones 172 Confesor 176, 181 Consejo de Indias 53 Contrabando 20 Convento (s) 161, 295, 300 Corseletes 221 Coro 62 Corsario (s) 27, 32, 40, 43, 57, 63, 70-72, 76, 82, 84, 102, 121-122, 134, 156, 158-159, 170, 173, 210, 218, 330 Corsarios franceses 55, 77, 173 Corsarios escoceses 31 Coser 92 Criado (s) 43, 69, 75, 86, 110, 146, 148, 150, 179, 182, 188, 345 Criollo 20 Cristianos (as) 29, 35-36, 42, 44, 114, 125126, 147, 311, 313, 315, 318, 357 Cronistas 90, 95 Cruel 44 Cuadrilla 29, 34, 52, 58-59, 74 Cuchillada 61, 112 Cuentas 50 Cuernos 14 Cuero (s) 57, 63, 70, 76, 89, 150, 153, 174, 211-215, 230, 311, 318, 327, 344 Culebrina 32, 221 Cuño 349 Cura 18 Curadores 61 D Deán 19, 25-26, 33, 36, 179 Degollado 39 Delincuente 81, 102 Delito nefando 86 Delito 126, 143, 309, 316 Desacato 25 Descubrimiento (s) 59, 87, 92, 101, 105 Desobediencia 25 Despoblado (s) 32, 68, 74, 114, 137 Despoblar 69, 75, 302-303, 306, 326 Despojo 59 369 CartasAudienciaII20111205.indd 369 05/12/2011 01:51:52 p.m. Genaro Rodríguez Morel Desterrar 71, 77 Destierro 284, 310, 317 Deuda (s) 23, 38, 122 Diezmos 17-18, 43, 327 Difuntos 129 Dignidades 26 Dinero 27, 129, 326-327 Dormir 35 E Eclesiástico 47, 50 Economía azucarera 16 Edificios bajos 102 Edificios de piedra 150 Edificios 50, 102 Embargar 71, 77 Enaguas 29 Encomenderos 42 Encomiendas 10, 16, 87, 92, 125, 167 Enfermedad (es) 166, 281, 285 Enterramientos 29, 34 Esclavo bozal 146, 163 Esclavo morisco 181 Esclavos (as) 29, 50, 54, 65, 87, 92, 118, 120, 163, 205, 227, 233-234, 247-248, 250, 253, 263, 267, 271, 306, 310-311, 318, 350 Esclavos del cabildo 59, 65 Esclavos indios 15, 145 Esclavos negros 6, 53, 69, 81, 88, 93, 148, 233 Escudos 129 Espada 180 Esposas 86 Estancia (s) 82, 88, 93, 181-182, 303, 336, 338-339 Estancieros 43 Extranjeros 79, 263, 298 F Factor 24, 85, 87, 92, 125, 340, 348, 352 Falcones 221 Falconetes 32 Fiscal (es) 10, 17-18, 38, 50, 90, 95, 103, 113, 129, 148, 146, 151, 166, 180-181, 199, 232, 234, 236-237, 243-244, 252, 263, 258-259, 261, 264-265, 270-272, 278, 280282, 284-286, 298, 302, 306, 310, 315, 317, 322, 324, 326, 328, 345-346, 349, 351, 353-355 Flamencos 78 Flecheros 212 Flete 53, 111, 166, 351 Flores 170 Flota 70-72, 76, 122-123, 129, 132, 139, 166, 168, 170, 239, 252, 326 Fortaleza 30, 32, 37, 57, 63, 102-103, 122, 137, 153-154, 156, 158-159, 205-206, 225, 242, 300, 331 Fortaleza, calle de 102 Fortificación 306, 310, 317 Fragata 228 Fraile (s) 12, 16, 29, 33, 61, 70, 75, 79, 161, 174, 181, 289, 291, 293, 299-300, 310311, 318 Fraudes 135, 149, 323 Frutales 32 Fuga 81 G Galeones 174 Galera 71, 75, 77, 84, 135, 228, 309 Gallina(s) 178, 213, 221, 224 Gallinas de Guinea 221 Ganado (s) 28, 82, 208 Ganado Mayor 210, 230 Ganado vacuno 150 Garrocha 178 Gente a caballo 75 Gente blanca 43 Gente de a pie 75 Gente de caballos 35 Gente de guerra 31, 174 Gente de mar 53 Gente doméstica 59 Gobernación 54, 65 Gobernador (es) 10, 19, 33, 89 Gramática 219 Granjería 53, 57, 63, 87-88, 92-94, 97, 163, 174 Grillos 69, 75, 124, 162, 164, 196, 242, 248249, 350, 354 370 CartasAudienciaII20111205.indd 370 05/12/2011 01:51:52 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Guarida 35 Guayabos 150 Guerra 27, 63-64, 68, 76, 83, 140, 174, 300, 317, 324 H Hacienda (s) 23, 28, 36, 38-39, 45-46, 49, 61, 65, 75, 87, 92, 112, 148-149, 156, 182, 218, 305, 310, 318, 324, 326-327, 339, 344, 349, 353 Halcones 15 Harina 57, 63, 67-68, 73-74 Hatos 26, 120, 339 Herejes 29, 345, 350, 354 Herrador, tienda de 181 Herramienta 41 Hierro colado 213 Hierro 222 Hijos 149, 171-172 Holgazanes 43 Hombre de ingenio 43 Hombre soltero 114, 118 Hombres de caballos 39 Hombres principales 39 Horros 36 Hospital (es) 112, 149, 174, 307 Huracán (es) 88, 93, 153, 159 Hurtar 85 Hurtos 14 I Iglesia Catedral 81-82, 102-103 Iglesia Mayor 112 Iglesia 61-62, 65, 90, 121, 130, 176-177, 179, 289, 293, 296, 299, 310, 316, 327, 345, 355 Iguana (s) 220, 224 Indias hurtadas 41-42 Indios (as) 28-30, 35, 39, 41-43, 52, 54, 56, 59, 85, 87, 117-120,124-125,127,130, 133, 144, 149, 155, 161-164, 167, 170, 174, 220-221, 225, 303, 324 Indios cargueros 111 Indios de la tierra 117, 221, 228 Indios naturales 87, 92, Indios, en libertad 25, 29 Indios, muerte de 144 Indios, repartimientos de 92, 105, 168 Ingenio (s) 17-18, 28, 35-36, 41, 45, 45, 46, 48, 49, 50, 64, 67, 82, 149, 150, 326, 336, 338, 339 Ingenios, quema de 58, Inquisición 290-291, 294-295, 345-346 J Jengibre 303, 306 Joyas 210-211, 230 Judío (s) 268, 313 Jueces de Apelación 10, 14, 16 Jueces de la Audiencia 12, 14, Jueces eclesiásticos 62, 289 Jueces, 10-13, 25, 29, 30, 32-33, 39, 45, 62, 115, 123, 125, 130, 163, 169, 184, 190, 246-248, 251, 267, 271, 276, 278, 302, 312-313, 319, 321, 344 Juez de Comisión 270 Juez de Residencia 60, 68-69, 124, 167, 178, 191 Juez Pesquisidor 11-12, Juicio de Residencia 11, 13, 18 L Labradores 32, 41, 53, 58, 64, 149, Labranza 59, 65, 170, Labrar 87, 92, 329 Ladinos 120 Ladrillo 112 Lanzada 59, 65 Lealdador 185 Legos 300 Lengua castellana 220 Leña 57, 88, 93, 121-122, 150 Letrado 52, 250 Libelos 286 Libertad de escribir 322. Libros de aquelarre 95 Libros luteranos 161 Libros 90, 123, 128, 130, 205, 208 371 CartasAudienciaII20111205.indd 371 05/12/2011 01:51:53 p.m. Genaro Rodríguez Morel Libros, caja de 142 Lienzos 67, 70, 73, 76, 303-304, 331 Limosna 95 Lombarda 67, 73, 152 Lombardero (s) 141, 212, Loza (s) 220 Luteranos 221, 223-224, 231 M Madera 221 Madroñero 132 Maestre de navío 69, 74 Maestre 53, 76, 80, 86, 94, 102, 166, Maíz 88, 93, 168, 221-225 Malas mujeres 29 Maldades 37, 310, 317 Malos tratamientos 39, 44, 87, 124-125 Mancebo (a) 13, 19, 43, 62 Mantenimiento (s) 31, 57, 59, 63, 65, 68, 74, 159, 163, 217, 221, 224, 227-228, 230, 232-233, 324, 349, 353 Maravedís 37 Marcos de perla 38, 42, 46, 50 Marcos de plata 49 Marinero (s) 43, 120, 152, 219-220, 222, 225, 228, 230, 323, 331 Mayordomo 35, 41, 167 Medicina 270 Médico 242, 270, 272, 341 Mensajeros 57, 63, 157, 267 Mercader (es) 16, 32, 53, 61, 81, 89, 94, 102, 124, 142, 148, 160, 181, 208, 219, 250, 266, 276, 309, 313, 324 Mercadería (s) 32, 67, 73, 97, 99, 117, 124, 148-149, 157, 159, 168, 170, 178, 180181, 210, 220, 227, 232-233, 236, 241, 243, 245, 247-248, 250, 263, 266, 271, 276-278, 303, 323, 326 Metale (s) 53, 59, 65 Micos 178 Mina (s) 24, 53, 55, 59, 65, 80, 85, 244 Misa (s) 164, 176 Monasterio 61-62, 69, 75, 79, 81, 90, 95, 103, 112, 120-121, 174, 202, 289, 291-293, 295-296, 300, 326, 346 Moneda 60, 66, 88, 93, 97, 99, 117, 135, 170, 172-174, 185, 233, 253, 270- 272, 274-276, 292-293, 296-301, 308- 312, 314-320, 323, 326, 329, 338, 345-346, 350, 354 Moneda, labrar 60, 66, 349, 353 Monederos 174 Monja (s) 174, 291-292, 295-296 Montañas 52 Montes 58, 64, 68, 74, 78, 148 Morador (es) 43, 65, 59, 185-186, 336 Moriscos 134 Moros 303 Mozo (s) 87, 92, 148 Muchacho, 35, 135, 147, 220, 228 Mudanza 40, 132, 165, 333 Muelles 43 Muerto 30, 33, 35-36, 58-59, 61, 64-65, 68, 74, 80, 90, 95, 112, 146, 149, 153, 215, 222, 270, 302, 317, 323-324, 357 Mujer (es) 25, 32, 34, 39, 43, 71, 77, 102, 107, 108, 110, 118, 131, 142, 149, 152, 154, 218, 221, 225, 228, Mujer casada 180 Mujer presa 14 Mujeres hurtadas 41 Mula (s), 27, 87, 92 Munición (es) 32, 57, 63, 72, 78, 137, 153154, 158, 211, 220- 222, 224-225, 303, 357 Mutilación 52 N Naipes 180 Nao (s) 24, 31, 36, 38, 40, 42-44, 46, 49, 50, 55, 67, 69, 71, 73, 75-76, 78-79, 81-82, 86, 88-89, 93-94, 97, 99, 103, 108, 120, 122, 134-135, 139, 152-153, 156, 166,168, 171, 176-177, 180, 184, 210, 212-215, 220-225, 228, 236-237, 239, 242-243, 247, 277, 288, 357 Navegación 50, 52, 57-58, 63-64, 68, 72, 77, 83-84, 121, 166, 199, 318 Navidad 110, 160, 180, 336 Navío (s) 23, 31, 42, 50, 53, 55, 57, 59, 60-61, 63, 65-67, 69, 70, 72-76, 78, 82-86, 89, 94, 97, 99, 102-103, 108, 110, 114-115, 117- 372 CartasAudienciaII20111205.indd 372 05/12/2011 01:51:53 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) 118, 120, 124, 127, 129, 132, 134, 137, 140-145, 148, 152-154, 156, 158-160,168, 170, 183, 197, 208, 210-216, 218-221, 223-225, 227-228, 230, 232-234, 236-237, 239, 243, 249-250, 257, 266-267, 270, 272, 297, 300, 302-303, 308-310, 314, 317-318, 323, 331, 340, 343,348-350, 352-354, 357 Negociantes 45, 48 Negocios 32, 36, 46, 49, 52, 108, 113, 119, 123-126, 131-132, 143, 161, 171, 187, 190, 216, 230, 242, 244, 271, 273, 286, 297, 300, 302, 304, 306, 308, 310, 315317, 321, 327, 346 Negrillo 35, 350 Negro bozal 149-150, 253, 265 Negro ladino 212 Negros (as) 29, 30-36, 42, 58-59, 64-65, 68-69, 75, 79-80, 86, 103, 149-150, 172, 180-181, 205, 210, 214-216, 225, 234-235, 237-238, 249, 269-270, 300-301, 304, 307, 323, 345-346, 348-349, 352-353. Negros alzados 24, 35-36, 45, 48, 52, 58, 64, 68, 74, 85, 173 Negros cimarrones 29-30, 33, 36, 42, 58, 64 Negros desnudos 41 Negros mansos 24, 36, 58, 64, 68, 74 Negros remeros 103 Negros, alzamientos 52, 74, 82 Negros, castigos 58 Negros, cuadrilla 29, 34, 42, 58-59, 64-65, 68, 74, 85 Negros, ligeros 36, 58-59, 64-65 Negros, presos 70 Negros, valientes 36 Novelas 129 Novillo (s) 36, 41, 153, 213 O Obispado 17, 18, 26, 33 Obispo 17-19, 23, 26, 33, 80, 103, 118, 147, 243, 289, 293, 351, 355 Obras públicas 167, 168 Oidor (es) 23, 50, 53, 55, 71, 77, 79, 82, 87, 87, 88, 95,110, 119, 129, Ordenanza (s) 33, 52, 53 Órdenes militares 11 Oro 38, 53, 56, 65, 70, 76, 89, 94, 103, 110, 117, 124, 135, 170-171, 180-181, 190, 210-212, 214-215, 222, 226, 231, 275, 310, 313, 326-327, 343 Oro, minas de 59, 65 Oro, pesos de 59, 65, 85, 167, 185, 190, 253 Ostiales 348, 352 Ovejas 213 P Paja, casas de 35, 137 Pajes 87 Palo Brasil 237 Palo Negro 236 Pan de la tierra 88, 93 Pan 32, 57, 63, 68, 74, 85, 88, 89, 93-94, 146, 225 Pan, sembrar 85 Paño (s) 67, 73, 219, 331 Papagayos 15, 178, 344 Parroquias 17 Pasaje 53, 57, 94 Pascual de resurrección 139 Pasquín 89 Pastor de la iglesia 18 Pastos comunes 82 Pastos 150 Patache 102, 121, 141, 152-153, 210, 217, 227-230, 348, 352 Patena 222 Pavos 178, 222 Pena de muerte 52, 54 Peones 80 Pergamino 212 Perlas 15, 42, 89, 94, 210, 212, 215, 230, 326, 348, 352 Pertrechos de guerra 158 Pescado 221, 225 Peso de labranza 185 Pesquería 103, 345 Pesquisa 74, 124 Pesquisidor 90, 95 Picas 32, 221, 224 Piedra azufre 32 Pífano 221, 224 373 CartasAudienciaII20111205.indd 373 05/12/2011 01:51:53 p.m. Genaro Rodríguez Morel Pilotos 58, 64, 222 Pintura 102 Piñas 224 Piqueros 156 Plantas 170 Plata 53, 89, 94, 103, 120, 135, 139, 168, 170171, 174, 210-211, 225, 216, 274,323, 327, 343 Plata jarro de 195, 224 Plata reales de 81, 88, 93 Platero (s) 139, 174, 246, 308, 315 Pleitos criminales 52, 146 Pleitos fiscales, 263, 331, 345-346 Pleitos 52-53, 95, 112, 312, 316, 321, 326, 341, 354 Población 59, 60, 69, 77, 323 Poblado 58-59, 112 Pobladores, 58, 108, 149, 190, 304 Poblar 33, 149 Pobres 61, 149-150, 174, 318, 331 Pólvora, 24, 27, 32, 57, 63, 72, 78, 120, 156, 158, 220-221, 224-225, 300 Portero 69, 75, 340 Potro 36 Precios 149, 150, 153, 163, 277, 326 Pregonero 195 Prelado 17, 103, 120, 290, 295, 297 Preso (s) 24, 33, 58, 62, 64, 68, 69, 70-71, 74, 76, 78-79, 81, 85-86, 88, 90, 93, 95, 112, 120, 124-126, 128, 132, 142-143, 156, 161, 168, 172, 177, 180, 188, 205-206, 212, 215, 217, 220-221, 223-225, 227, 229, 232, 234, 241-242, 245- 247, 249, 268, 283-284, 286-290, 293, 304-305, 308, 315, 324, 333, 349, 353 Prior 61 Prisión (es) 69, 124, 144, 212, 242, 248, 318 Procesos criminales 103 Procurador (es) 15, 39, 44, 45, 171 Protector de indios 166 Protomédico 270 Pueblo 77,82, 123, 125-126, 132, 150, 161, 165, 166-167, 170, 225, 270, 338 Puente de plata 44 Puercos 213 Puerta del perdón 102 Puerto (s) 27-28, 30, 32, 54-55, 57, 61, 63, 65, 67, 71, 73, 76, 79, 89, 81-83, 86, 88-89, 9394, 101, 103, 106, 108, 113-114, 117, 120, 122, 124, 126, 135, 137, 141-142, 149, 153-154, 156, 158, 160, 166, 168, 170, 172, 174-175, 177, 184-185, 193, 205, 210-211, 213, 215, 217, 219-220, 224, 227-228, 230, 232-233, 236-237, 255, 257, 259, 261, 277-278, 300, 303, 323, 331, 337, 340, 348, 352, 356 Puñal 14 Putilla 19 Q Quemar pueblo 69, 75 Quemar 69, 75 R Racionero 176 Rancherías 85, 210, 215 Rastreros 86 Real Consejo 61 Real Hacienda 16, 49, 103, 148, 158, 237 Rebeldes 24, 41 Regidores 11, 17, 68, 74, 88, 93, 173, 183, 186, 202, 243, 304, 307, 311, 318 Religioso (s) 12, 81, 90, 95, 121, 155, 174, 291, 293-295, 289, 311-312, 318, 321, 356 Remos 55, 82-84, 97, 99, 102-103, 121, 212, 227-228 Rentas reales, 10, 17,57, 59, 64, 65, 92, 105, 168, 172 Repartimiento 33-34, 85, 87, 149, Rescatar 67, 70, 73, 76, 215, 341 Rescate 54, 57, 63, 67, 73, 121, 152, 213, 228, 265, 267, 268, 345 Residencia 48, 50, 105, 107-111, 123, 125126, 128-132, 142, 144, 154, 160-161, 249 Rezar 345, 350 Robos 58-59, 64, 68, 74, 76, 82, 102, 121, 149, 156, 158-159, 310-311, 317-318, 330 Romana 185 Ropa (s) 32, 35, 110-111, 121, 123, 131, 140142, 145, 166, 212, 215, 220, 224, 227, 229, 309, 316, 331, 349, 353, 357 S Sábanas 128 Sacerdote 61 374 CartasAudienciaII20111205.indd 374 05/12/2011 01:51:53 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) Saeta 112 Sal 170 Salario (s) 24, 38, 55, 71, 77, 79, 82, 87, 92-93, 97, 107, 110-111, 145-146, 163, 171-172, 174, 302-303, 306, 309, 311-312, 316-318, 334, 337-338, 355 Salina 173 Salitre 32, 57, 63, 300 Santo Oficio 291, 346 Santos sacramentos 29 Sastre 36, 149, 180, 315 Seda (s) 67, 73, 212, 219 Sementera 85, 89, 94 Sepulturas 149 Sierras 52 Sisa 26, 34, 59, 65, 68, 74, 103, 173, 304, 306, 324, 330 Sobornos 304, 306 Solares 33 Soldado (s) 31, 213, 219, 221, 223- 226, 230-231 Suegro 90, 95, 313 T Tabaquería 39 Taberneros 149 Tablajero 36 Tambor (es) 221, 224 Tempestad 142 Temporal 121 Teniente de gobernadores 33 Tesorero 10-11, 23, 46, 49,147-148, 171, 173, 183, 268, 343, 349, 353 Testamento 28 Tierra Adentro 28, 32-33, 37, 39, 53, 65, 114, 120, 156, 158 Tierra alzada 130 Tiro de ballesta 102 Tiros de bronce 32, 211 Tiros de campo 32 Tiros 32 Títulos nobiliarios 11 Toneles 43, 57, 63, 67-68, 73-74, 89, 92, 219 Tormentas 88, 93, 142, 156, 158 Tormento 53 Toros 149, 178 Torre 41, 82, 102 Trabajadores 58 Tributo (s) 42, 166, 327 Trigo 53, 89, 94 Trompeta (s) 221, 224 Troneras 27 U Urca 68, 71, 74, 76, 78-79, 81, 177, 184, 352 Uvas 221, 225 V Vaca (s) 41, 149-150, 153 Vaca vieja 150 Vacas hembras 150 Vacas paridas 150 Vacas preñadas 150 Vagabundos 43, 179 Vaqueros 43 Vasija 166 Vecino (s) 25-26, 29,33, 36, 43, 53, 59, 66, 94, 150, 165, 185, 268 Veedor 85, 87, 92 Velaciones 34 Venado 221, 225 Verdura 88, 93 Vestido 110, 128 Vestir 41 Vino 32, 57, 63, 67-68, 70, 73-74, 76, 88-89, 93, 180, 225, 228-229, 233-234, 243-244, 345 Vino, arroba de 68, 74, 88, 93-94 Vino, cuartillo de 146 Vino, pipa de 57, 63, 233-234, 345, 349, 353 Visitador 290, 294, 299-300, 302, 304, 308, 310-311, 315, 317, 319, 322 Viudas 110 Y Yeguas 213 Yerbas 170, 226 Z Zabras 72, 78, 170, 174 Zapatero 25 Zaragüelles 29, 41 375 CartasAudienciaII20111205.indd 375 05/12/2011 01:51:53 p.m. CartasAudienciaII20111205.indd 376 05/12/2011 01:51:53 p.m. Índice general Presentación............................................................................................................... 7 Los orígenes del despotismo colonial: Gobierno y autoridad local en Santo Domingo. Siglo XVI............................................................................. 9 Santo Domingo, 25 de enero de 1547 ..................................................................... 23 Santo Domingo, 19 de marzo de 1547 .................................................................... 27 Santo Domingo, 19 de marzo de 1547 .................................................................... 31 Santo Domingo, 5 de octubre de 1547 .................................................................... 35 Santo Domingo, 8 de octubre de 1547 .................................................................... 39 Santo Domingo, 18 de diciembre de 1547 .............................................................. 41 Santo Domingo, 22 de diciembre de 1547 .............................................................. 43 Santo Domingo, 10 de enero de 1548 ..................................................................... 45 Santo Domingo, 7 de marzo de 1548 ...................................................................... 48 Santo Domingo, 27 de mayo de 1548 ...................................................................... 52 Santo Domingo, 23 de junio de 1548 ...................................................................... 54 Santo Domingo, 16 de octubre de 1548 .................................................................. 57 Santo Domingo, 17 de octubre de 1548 .................................................................. 61 Santo Domingo, 17 de octubre de 1548 .................................................................. 63 Santo Domingo, 23 de enero de 1549 ..................................................................... 67 Santo Domingo, 23 de enero de 1549 ..................................................................... 73 Santo Domingo, 10 de mayo de 1549 ...................................................................... 79 Santo Domingo, 13 de mayo de 1549 ...................................................................... 81 Santo Domingo, 17 de mayo de 1549 ...................................................................... 84 Santo Domingo, 23 de julio de 1549 ....................................................................... 85 Santo Domingo, 27 de julio de 1549 ....................................................................... 87 Santo Domingo, 27 de julio de 1549 ....................................................................... 93 Santo Domingo, 28 de julio de 1549 ....................................................................... 97 Santo Domingo, 28 de julio de 1549 ....................................................................... 99 Santo Domingo, 7 de octubre de 1549 .................................................................... 101 Santo Domingo, 10 de octubre del 1549 ........................................................... 105 Santo Domingo, 11 de octubre de 1549 .................................................................. 105 Santo Domingo, 12 de octubre de 1549 .................................................................. 108 377 CartasAudienciaII20111205.indd 377 05/12/2011 01:51:53 p.m. Genaro Rodríguez Morel Santo Domingo, 8 de diciembre de 1549 ................................................................ 110 Santo Domingo,14 de enero de 1550 ...................................................................... 112 Santo Domingo, 9 de marzo, de 1550 ..................................................................... 114 Santo Domingo, 7 de abril, de 1550 ........................................................................ 117 Santo Domingo, 30 de diciembre de 1550 .............................................................. 119 Santo Domingo, 28 de abril del 1551 ...................................................................... 123 Santo Domingo, 30 de junio del 1551 ..................................................................... 134 Santo Domingo, 24 de septiembre del 1551 ........................................................... 135 Santo Domingo,10 de abril de 1552 ........................................................................ 137 Santo Domingo, 20 de abril de 1552 ....................................................................... 139 Santo Domingo, 22 de septiembre de 1552 ............................................................ 140 Santo Domingo, 23 de septiembre de 1552 ............................................................ 141 Santo Domingo, 8 de noviembre de 1552 ............................................................... 145 Santo Domingo 10 de diciembre de 1552 ............................................................... 146 Santo Domingo, 13 de noviembre de 1553 ............................................................. 152 Santo Domingo, 18 de febrero de 1553 .................................................................. 155 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 ...................................................................... 156 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 ...................................................................... 158 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 ...................................................................... 160 Santo Domingo, 15 de mayo de 1553 ...................................................................... 163 Santo Domingo, 12 de junio de 1553 ...................................................................... 164 Santo Domingo, 13 de junio de 1553 ...................................................................... 165 Santo Domingo, 27 de julio de 1553 ....................................................................... 166 Santo Domingo, 29 de agosto de 1554 .................................................................... 170 Santo Domingo, 10 de junio de 1556 ...................................................................... 172 Santo Domingo, 19 de julio de 1556 ....................................................................... 176 Santo Domingo, 19 de junio de 1559 ...................................................................... 178 Santo Domingo, 6 de junio de 1561 ........................................................................ 184 Santo Domingo, (sin fecha) ..................................................................................... 185 Santo Domingo, 5 de septiembre de1561 ............................................................... 187 Santo Domingo, 18 de marzo de 1562 .................................................................... 193 Santo Domingo, 29 de abril de 1562 ....................................................................... 204 Santo Domingo, 22 de abril de 1562 ....................................................................... 205 Santo Domingo, 13 de diciembre de 1565 .............................................................. 208 Santo Domingo, 4 de junio de 1565 ........................................................................ 210 Santo Domingo, 28 de mayo de 1565 ...................................................................... 211 Santo Domingo, 4 de junio de 1565 ........................................................................ 216 Santo Domingo, 4 de junio de 1565 ........................................................................ 217 Santo Domingo, 2 de octubre de 1565 .................................................................... 218 Santo Domingo, 14 de marzo de 1565..................................................................... 219 Santo Domingo, 27 de mayo de 1565 ...................................................................... 223 Sevilla, 15 de septiembre de 1565 ............................................................................ 227 378 CartasAudienciaII20111205.indd 378 05/12/2011 01:51:53 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575) (Sin fecha) ................................................................................................................. 230 Santo Domingo, 13 de noviembre de 1565 ............................................................. 232 Santo Domingo, 13 de noviembre de 1565 ............................................................. 236 Santo Domingo, 18 de abril de 1566 ....................................................................... 238 Sevilla, 18 de abril de 1566 ....................................................................................... 240 Santo Domingo, 5 de junio de 1566 ........................................................................ 252 Santo Domingo, 16 de febrero de 1568 .................................................................. 253 Santo Domingo, 12 de abril de 1568 ....................................................................... 254 Santo Domingo, 13 de abril de 1568 ....................................................................... 255 Santo Domingo, 13 de abril de 1568 ....................................................................... 257 Santo Domingo, 13 de abril de 1568 ....................................................................... 259 Santo Domingo, 13 de abril de 1568 ....................................................................... 261 (Sin fecha) ................................................................................................................. 263 La Yaguana, 28 de febrero de 1568 .......................................................................... 265 La Yaguana, 23 de abril de 1568 .............................................................................. 267 Santo Domingo, 26 de abril de 1568 ....................................................................... 270 Santo Domingo, 10 de mayo de 1658 ...................................................................... 274 Santo Domingo, 29 de julio de 1569 ....................................................................... 276 Santo Domingo, 25 de agosto de 1569 .................................................................... 280 Santo Domingo, 7 de junio de 1569 ........................................................................ 281 Santo Domingo, 2 de junio de 1569 ........................................................................ 283 Santo Domingo, 10 de junio de 1659 ...................................................................... 285 Santo Domingo, 30 de diciembre de 1569 .............................................................. 286 Santo Domingo, 31 de diciembre de 1569 .............................................................. 287 Santo Domingo, 31 de diciembre de 1569 .............................................................. 288 Santo Domingo, 25 de marzo de 1570 .................................................................... 289 Santo Domingo, 25 de marzo de 1570 .................................................................... 293 Guatemala, 1 de diciembre de 1570 ........................................................................ 297 Santo Domingo, 3 de julio de 1571 ......................................................................... 298 Santo Domingo, 10 de enero de 1572 ..................................................................... 302 Santo Domingo, 10 de enero de 1572 ..................................................................... 306 Santo Domingo, 12 de enero de 1572 ..................................................................... 308 Santo Domingo, 13 de enero de 1572 ..................................................................... 313 Santo Domingo, 31 de enero de 1572 ..................................................................... 315 Santo Domingo, [sin fecha] 1572 ............................................................................ 321 Santo Domingo, 2 de abril de 1572 ......................................................................... 323 Santo Domingo, 17 de abril de 1572 ....................................................................... 326 Santo Domingo, 12 de mayo de 1572 ...................................................................... 330 Santo Domingo, 10 de agosto de 1572..................................................................... 331 Santo Domingo, 2 de julio de 1574.......................................................................... 333 Santo Domingo, 28 de mayo de 1574 ...................................................................... 334 Santo Domingo, 28 de mayo de 1574 ...................................................................... 336 379 CartasAudienciaII20111205.indd 379 05/12/2011 01:51:53 p.m. Genaro Rodríguez Morel Santo Domingo, 3 de abril de 1575 ......................................................................... 343 Santo Domingo, 8 de abril de 1575 ......................................................................... 348 Santo Domingo, 8 de abril de 1575 ......................................................................... 352 Santo Domingo, 14 de abril de 1575 ....................................................................... 356 Índice onomástico .................................................................................................... 359 Índice temático ......................................................................................................... 367 380 CartasAudienciaII20111205.indd 380 05/12/2011 01:51:53 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. I Vol. II Vol. III Vol. IV Vol. V Vol. VI Vol. VII Vol. VIII Vol. IX Vol. X Vol. XI Vol. XII Vol. XIII Vol. XIV Vol. XV Vol. XVI Vol. XVII Vol. XVIII Vol. XIX Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1944. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. I, C. T., 1944. Samaná, pasado y porvenir. E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1945. Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II, C. T., 1945. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II, Santiago, 1947. San Cristóbal de antaño. E. Rodríguez Demorizi, Vol. II, Santiago, 1946. Manuel Rodríguez Objío (poeta, restaurador, historiador, mártir). R. Lugo Lovatón, C. T., 1951. Relaciones. Manuel Rodríguez Objío. Introducción, títulos y notas por R. Lugo Lovatón, C. T., 1951. Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1846-1850. Vol. II. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1947. Índice general del «Boletín» del 1938 al 1944, C. T., 1949. Historia de los aventureros, filibusteros y bucaneros de América. Escrita en holandés por Alexander O. Exquemelin, traducida de una famosa edición francesa de La SireneParís, 1920, por C. A. Rodríguez; introducción y bosquejo biográfico del traductor. R. Lugo Lovatón, C. T., 1953. Obras de Trujillo. Introducción de R. Lugo Lovatón, C. T., 1956. Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1957. Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, García Roume, Hedouville, Louverture, Rigaud y otros. 1795-1802. Edición de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1959. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1959. Escritos dispersos (Tomo I: 1896-1908). José Ramón López. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005. Escritos dispersos (Tomo II: 1909-1916). José Ramón López. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005. Escritos dispersos (Tomo III: 1917-1922). José Ramón López. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005. Máximo Gómez a cien años de su fallecimiento, 1905-2005. Edición de E. Cordero Michel, Santo Domingo, D. N., 2005. 381 CartasAudienciaII20111205.indd 381 05/12/2011 01:51:54 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. XX Lilí, el sanguinario machetero dominicano. Juan Vicente Flores, Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXI Escritos selectos. Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXII Obras escogidas 1. Artículos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXIII Obras escogidas 2. Ensayos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXIV Obras escogidas 3. Epistolario. Alejandro Angulo Guridi. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXV La colonización de la frontera dominicana 1680-1796. Manuel Vicente Hernández González, Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXVI Fabio Fiallo en La Bandera Libre. Compilación de Rafael Darío Herrera, Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXVII Expansión fundacional y crecimiento en el norte dominicano (1680-1795). El Cibao y la bahía de Samaná. Manuel Hernández González, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXVIII Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño. Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXIX Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXX Iglesia, espacio y poder: Santo Domingo (1498-1521), experiencia fundacional del Nuevo Mundo. Miguel D. Mena, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXI Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. I: 1492-1501. fray Vicente Rubio, O. P., edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo I: Hechos sobresalientes en la provincia). Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo II: Reorganización de la provincia post Restauración). Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII. Compilación de Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894). Tomo I. Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894). Tomo II. Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIX Una carta a Maritain. Andrés Avelino, traducción al castellano e introducción del P. Jesús Hernández, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XL Manual de indización para archivos, en coedición con el Archivo Nacional de la República de Cuba. Marisol Mesa, Elvira Corbelle Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño, Jorge Macle Cruz, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLI Apuntes históricos sobre Santo Domingo. Dr. Alejandro Llenas. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLII Ensayos y apuntes diversos. Dr. Alejandro Llenas. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLIII La educación científica de la mujer. Eugenio María de Hostos, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XLIV Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546). Compilación de Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. XLV Américo Lugo en Patria. Selección. Compilación de Rafael Darío Herrera, Santo Domingo, D. N., 2008. 382 CartasAudienciaII20111205.indd 382 05/12/2011 01:51:54 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. XLVI Vol. XLVII Vol. XLVIII Vol. XLIX Vol. L Vol. LI Vol. LII Vol. LIII Vol. LIV Vol. LV Vol. LVI Vol. LVII Vol. LVIII Vol. LIX Vol. LX Vol. LXI Vol. LXII Vol. LXIII Vol. LXIV Vol. LXV Vol. LXVI Vol. LXVII Vol. LXVIII Vol. LXIX Vol. LXX Vol. LXXI Vol. LXXII Años imborrables. Rafael Alburquerque Zayas-Bazán, Santo Domingo, D. N., 2008. Censos municipales del siglo xix y otras estadísticas de población. Alejandro Paulino Ramos, Santo Domingo, D. N., 2008. Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo I. Compilación de José Luis Saez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo II, Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo III. Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilinarias. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Prosas polémicas 3. Ensayos. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. Autoridad para educar. La historia de la escuela católica dominicana. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Relatos de Rodrigo de Bastidas. Antonio Sánchez Hernández, Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 2. Ensayos. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961). Tomo I. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961). Tomo II. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Legislación archivística dominicana, 1847-2007. Archivo General de la Nación, Santo Domingo, D. N., 2008. Libro de bautismos de esclavos (1636-1670). Transcripción de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Los gavilleros (1904-1916). María Filomena González Canalda, Santo Domingo, D. N., 2008. El sur dominicano (1680-1795). Cambios sociales y transformaciones económicas. Manuel Vicente Hernández González, Santo Domingo, D. N., 2008. Cuadros históricos dominicanos. César A. Herrera, Santo Domingo, D. N., 2008. Escritos 1. Cosas, cartas y... otras cosas. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Escritos 2. Ensayos. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Memorias, informes y noticias dominicanas. H. Thomasset. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Manual de procedimientos para el tratamiento documental. Olga Pedierro, et. al., Santo Domingo, D. N., 2008. Escritos desde aquí y desde allá. Juan Vicente Flores. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. De la calle a los estrados por justicia y libertad. Ramón Antonio Veras (Negro), Santo Domingo, D. N., 2008. 383 CartasAudienciaII20111205.indd 383 05/12/2011 01:51:54 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. LXXIII Escritos y apuntes históricos. Vetilio Alfau Durán, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXIV Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. Salvador E. Morales Pérez, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXV Escritos. 1. Cartas insurgentes y otras misivas. Mariano A. Cestero. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXVI Escritos. 2. Artículos y ensayos. Mariano A. Cestero. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXVII Más que un eco de la opinión. 1. Ensayos, y memorias ministeriales. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXVIII Más que un eco de la opinión. 2. Escritos, 1879-1885. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXIX Más que un eco de la opinión. 3. Escritos, 1886-1889. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXX Más que un eco de la opinión. 4. Escritos, 1890-1897. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXI Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano. Angel Moreta, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXIII Perlas de la pluma de los Garrido. Emigdio Osvaldo Garrido, Víctor Garrido y Edna Garrido de Boggs. Edición de Edgar Valenzuela, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXIV Gestión de riesgos para la prevención y mitigación de desastres en el patrimonio documental. Sofía Borrego, Maritza Dorta, Ana Pérez, Maritza Mirabal, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXV Obras, tomo I. Guido Despradel Batista. Compilación de Alfredo Rafael Hernández, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXVI Obras, tomo II. Guido Despradel Batista. Compilación de Alfredo Rafael Hernández, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXVIIHistoria de la Concepción de La Vega. Guido Despradel Batista, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. LXXXIX Una pluma en el exilio. Los artículos publicados por Constancio Bernaldo de Quirós en República Dominicana. Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XC Ideas y doctrinas políticas contemporáneas. Juan Isidro Jimenes Grullón, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCI Metodología de la investigación histórica. Hernán Venegas Delgado, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCIII Filosofía dominicana: pasado y presente. Tomo I. Compilación de Lusitania F. Martínez, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCIV Filosofía dominicana: pasado y presente. Tomo II. Compilación de Lusitania F. Martínez, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCV Filosofía dominicana: pasado y presente. Tomo III. Compilación de Lusitania F. Martínez, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCVI Los Panfleteros de Santiago: torturas y desaparición. Ramón Antonio, (Negro) Veras, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCVII Escritos reunidos. 1. Ensayos, 1887-1907. Rafael Justino Castillo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCVIII Escritos reunidos. 2. Ensayos, 1908-1932. Rafael Justino Castillo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. XCIX Escritos reunidos. 3. Artículos, 1888-1931. Rafael Justino Castillo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. C Escritos históricos. Américo Lugo, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo, D. N., 2009. 384 CartasAudienciaII20111205.indd 384 05/12/2011 01:51:54 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. CI Vindicaciones y apologías. Bernardo Correa y Cidrón. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. CII Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas. María Ugarte, Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. CIII Escritos diversos. Emiliano Tejera, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CIV Tierra adentro. José María Pichardo, segunda edición, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CV Cuatro aspectos sobre la literatura de Juan Bosch. Diógenes Valdez, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CVI Javier Malagón Barceló, el Derecho Indiano y su exilio en la República Dominicana. Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CVII Cristóbal Colón y la construcción de un mundo nuevo. Estudios, 1983-2008. Consuelo Varela, edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CVIII República Dominicana. Identidad y herencias etnoculturales indígenas. J. Jesús María Serna Moreno, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CIX Escritos pedagógicos. Malaquías Gil Arantegui. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CX Cuentos y escritos de Vicenç Riera Llorca en La Nación. Compilación de Natalia González, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXI Jesús de Galíndez. Escritos desde Santo Domingo y artículos contra el régimen de Trujillo en el exterior. Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXII Ensayos y apuntes pedagógicos. Gregorio B. Palacín Iglesias. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXIII El exilio republicano español en la sociedad dominicana (Ponencias del Seminario Internacional, 4 y 5 de marzo de 2010). Reina C. Rosario Fernández (Coord.), edición conjunta de la Academia Dominicana de la Historia, la Comisión Permanente de Efemérides Patrias y el Archivo General de la Nación, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXIV Pedro Henríquez Ureña. Historia cultural, historiografía y crítica literaria. Odalís G. Pérez, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXV Antología. José Gabriel García. Edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXVI Paisaje y acento. Impresiones de un español en la República Dominicana. José Forné Farreres. Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXVII Historia e ideología. Mujeres dominicanas, 1880-1950. Carmen Durán. Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXVIII Historia dominicana: desde los aborígenes hasta la Guerra de Abril. Augusto Sención (Coord.), Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXIX Historia pendiente: Moca 2 de mayo de 1861. Juan José Ayuso, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXX Raíces de una hermandad. Rafael Báez Pérez e Ysabel A. Paulino, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXI Miches: historia y tradición. Ceferino Moní Reyes, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXII Problemas y tópicos técnicos y científicos. Tomo I. Octavio A. Acevedo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXIII Problemas y tópicos técnicos y científicos. Tomo II. Octavio A. Acevedo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXIV Apuntes de un normalista. Eugenio María de Hostos. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXV Recuerdos de la Revolución Moyista (Memoria, apuntes y documentos). Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010. 385 CartasAudienciaII20111205.indd 385 05/12/2011 01:51:54 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Vol. CXXVI Años imborrables (2da ed.). Rafael Alburquerque Zayas-Bazán, edición conjunta de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias y el Archivo General de la Nación, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXVII El Paladión: de la Ocupación Militar Norteamericana a la dictadura de Trujillo. Tomo I. Compilación de Alejandro Paulino Ramos, edición conjunta del Archivo General de la Nación y la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXVIII El Paladión: de la Ocupación Militar Norteamericana a la dictadura de Trujillo. Tomo II. Compilación de Alejandro Paulino Ramos, edición conjunta del Archivo General de la Nación y la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXIX Memorias del Segundo Encuentro Nacional de Archivos. Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXX Relaciones cubano-dominicanas, su escenario hemisférico (1944-1948). Jorge Renato Ibarra Guitart, Santo Domingo, D. N., 2010. Vol. CXXXI Obras selectas. Tomo I, Antonio Zaglul, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXII Obras selectas. Tomo II. Antonio Zaglul, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXIII África y el Caribe: Destinos cruzados. Siglos xv-xix, Zakari Dramani-Issifou, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXIV Modernidad e ilustración en Santo Domingo. Rafael Morla, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXV La guerra silenciosa: Las luchas sociales en la ruralía dominicana. Pedro L. San Miguel, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXVI AGN: bibliohemerografía archivística. Un aporte (1867-2011). Luis Alfonso Escolano Giménez, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXVIILa caña da para todo. Un estudio histórico-cuantitativo del desarrollo azucarero dominicano. (1500-1930). Arturo Martínez Moya, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXVIII El Ecuador en la Historia. Jorge Núñez Sánchez, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXXXIX La mediación extranjera en las guerras dominicanas de independencia, 1849-1856. Wenceslao Vega B., Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXL Max Henríquez Ureña. Las rutas de una vida intelectual. Odalís G. Pérez, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLI Yo también acuso. Carmita Landestoy, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLII Memorias de Juanito: Historia vivida y recogida en las riberas del río Camú. Reynolds Pérez Stefan, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLIII Más escritos dispersos. Tomo I. José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLIV Más escritos dispersos. Tomo II. José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLV Más escritos dispersos. Tomo III. José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLVI Manuel de Jesús de Peña y Reinoso: Dos patrias y un ideal. Jorge Berenguer Cala, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLVII Rebelión de los capitanes: Viva el rey y muera el mal gobierno. Roberto Cassá, Santo Domingo, D. N., 2011. Vol. CXLVIII De esclavos a campesinos. Vida rural en Santo Domingo colonial. Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2011. 386 CartasAudienciaII20111205.indd 386 05/12/2011 01:51:54 p.m. Publicaciones del Archivo General de la Nación Colección Juvenil Vol. I Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007 Vol. II Heroínas nacionales. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. III Vida y obra de Ercilia Pepín. Alejandro Paulino Ramos. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. IV Dictadores dominicanos del siglo xix. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. V Padres de la Patria. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. VI Pensadores criollos. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008. Vol. VII Héroes restauradores. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2009. Vol. VIII Dominicanos de pensamiento liberal: Espaillat, Bonó, Deschamps (siglo xix). Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2010. Colección Cuadernos Populares Vol. 1 Vol. 2 Vol. 3 La Ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte. Juan Isidro Jimenes Grullón. Santo Domingo, D. N., 2009. Mujeres de la Independencia. Vetilio Alfau Durán. Santo Domingo, D. N., 2009. Voces de bohío. Vocabulario de la cultura taína. Rafael García Bidó.Santo Domingo, D. N., 2010. 387 CartasAudienciaII20111205.indd 387 05/12/2011 01:51:54 p.m. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575), de Genaro Rodríguez Morel, terminó de imprimirse en los talleres gráficos de Editora Búho, S. R. L., en el mes de diciembre de 2011, con una tirada de 1,000 ejemplares. CartasAudienciaII20111205.indd 388 05/12/2011 01:51:55 p.m.