El Laboratorio de Sistemática Humana de la UIB inicia su aventura africana a la búsqueda de los primeros rastros de cultura material en homínidos Durante 2006 el equipo de investigadores que dirige el doctor Camilo Cela Conde llevará a cabo excavaciones en Tanzania Introducción Homo habilis fue considerado tradicionalmente la primera especie del género Homo, al que pertenecemos los humanos actuales. El motivo para su inclusión en el género radicaba en que con él parecía haberse iniciado la cultura material, es decir la producción de herramientas, la manufactura de útiles, una frontera que teóricamente no traspasaron otros homínidos. H. habilis trabajaba cantos rodados y las primeras pruebas de esa cultura material se hallaron en Olduvay (Tanzania), por cuya razón se ha dado en llamar a esa primera cultura lítica como cultura Olduvayense, cultura de los guijarros o Pebble Culture. Sin embargo, el hecho de que algunos primates superiores hagan uso de herramientas (caso común en chimpancés), ha abierto el debate sobre si es posible la existencia de una cultura material preolduvayense, es decir una rudimentaria manufactura lítica situada a medio camino entre los primeros ensayos de algunos primates y la elaboración que ya se evidencia en Homo habilis. Esta pregunta es la que intenta responder un proyecto de investigación liderado por el doctor Camilo José Cela que, con el título "Proyecto de localización de los orígenes de la cultura material en el Miceno superior africano", ha recibido financiación de la Dirección General de Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación del Govern de les Illes Balears. PALABRAS CLAVE: evolución humana. cultura preolduvayense Baringo. Orrorin tugenensis KEYWORDS: human evolution, pre olduvaian Culture, Baringo,Orrorin tugenensis El "Millenium man" Community Museums of Kenya de Nairobi. Los yacimientos de Kada Gona, en Tanzania, Del estudio de sus huesos se pudo comprobar que en mostraron a la comunidad científica los restos de los Orrorin tugenensis se amalgamaban características de utensilios más antiguos que se conocen. Debidos a primates y de homínidos: había sido un ágil trepador, las manos de Homo habilis, esos restos de piedra pero en el suelo se había erguido sobre sus trabajada tienen una edad aproximada de 2,5 extremidades inferiores. Los caracteres intermedios millones de años. Son, por tanto, muy recientes si también se presentaban en otros ámbitos: con unos se compara su edad con los 6 millones de años que caninos más pequeños que los de un primate actual tienen los restos del primer homínido: Orrorin pero mayores que en el humano moderno, el estudio tugenensis, presentado públicamente por sus de su dentición parecía indicar que se alimentó de descubridores, los paleontólogos Martin Pickford y frutas de corteza dura. Brigitte Senut, con el sobrenombre de Millenium Man. En la evolución de los homínidos hasta el hombre actual hay tres puntos de inflexión determinantes: la Esta nueva especie, hallada en 2001 en la región bipedia, la aparición de una cultura material que puede montañosa de Tugen, en la provincia keniata de traducirse como una primera manipulación del Baringo, fue localizada en un yacimiento que ambiente y los inicios de un pensamiento abstracto; y contenía cinco individuos, machos y hembras, del finalmente el aumento gradual del cerebro. tamaño de un chimpancé, pero con la particularidad El doctor Camilo José Cela en la formación de Lukeino. de que, a través del análisis de sus fémures, pudo Según afirma el doctor Cela, "de acuerdo con los deducirse que caminaban erguidos. El análisis de secuencias de ADN, la separación entre el descubrimiento se produjo durante una expedición linaje de los pánidos, que incluye a los chimpancés y organizada por el Collège de France de París y la los bononos, y el de los homínidos parece encontrarse entre unos 7 y 8 millones de años atrás. El rasgo distintivo del linaje de los homínidos es la bipedia y se da en el género Praeanthropus,". Los trabajos del doctor Cela y sus colaboradores consideran al Orrorin tugenensis como una especie del género Praeanthropus, concretamente la más antigua del género. El resto de los primeros homínidos son más recientes, datados entre 3 y 4 millones de años atrás. Hasta transcurridos tres o cuatro millones de años no se produjo una nueva clara escisión de linajes de aquellos homínidos. Es entonces cuando parecen separarse los australopitecinos de mandíbulas y dientes cada vez más robustos por una parte; y, por otra, los antecesores directos del género Homo, que ya habrían iniciado un gradual aumento de su volumen cerebral. Evidentemente todo ello no sucedía en un proceso de avance unidireccional, sino como una parte de un proceso general caracterizado por una gran diversidad, en el que muchas especies iniciaron caminos evolutivos distintos y que tuvieron éxito o no en función de su capacidad para adecuarse a las condiciones cambiantes del medio. La querencia por la dicotomía y el afán compartimentador de nuestro cerebro moderno nos hace olvidar a menudo que la realidad suele ser continua. Esta característica se demuestra claramente al querer establecer una línea divisoria clara entre Homo y sus predecesores, cuando en realidad, como ha apuntado el propio doctor Cela, no encontraremos más que una gradación. El profesor Cela ha propuesto la convención de considerar species germinalis a aquellas especies que se encuentran en una posición "próxima al nodo". un millón de años antes de que un cambio climático obligara a unos y a otros a tener que adaptarse a una sabana en expansión. Si la hipótesis fuera cierta,el escenario que contempló esa adquisición gradual por parte de algunos homínidos de la facultad de manipular el medio ambiente, primero mediante la utilización de piedras y ramas encontradas al azar para determinadas funciones y posteriormente su fabricación para mejorar su efecto, podría contener pruebas materiales. En cualquier caso, considerando esa gradación, se ha establecido un rasgo funcional como principal característica en la adaptación de aquellas especies que condujeron al linaje de Homo: la fabricación de herramientas. Desechada la hipótesis de Homo habilis como iniciador del nuevo linaje, los trabajos del doctor Cela apuntan a que las species germinalis que protagonizaron la escisión entre el linaje de los robustos Australopithecus, comedores de fruta de cáscara dura, y ese linaje frágil con nuevas funcionalidades que supusieron los antecesores de Homo, habrían vivido hace unos 3,5 millones de años, Las dos primeras escisiones El pasado mes de noviembre el doctor Camilo José Cela, junto con el doctor Jordi Serrallonga, ambos participantes en el proyecto financiado por el Govern de les Illes Balears, viajaron a Kenia como miembros de la expedición Tugen Anthropological Research a las órdenes del descubridor de Orrorin tugenensis, Martin Pickford. El objetivo era visitar los yacimientos de Lukeino en cuyos depósitos fueron localizados los medio camino de esa evolución de los australopitecos, unos 3,5 millones de años atrás, se habría producido la segunda gran escisión. Por una parte algunos australopitecos desarrollaron grandes mandíbulas y fuertes dientes, quizás por mantener una alimentación muy específica centrada en frutas de cáscara endurecida. Otro grupo, sin embargo, debió alimentarse de una dieta más variada, vegetariana en su mayor parte pero con cierto consumo de carne. Al sobrevenir los cambios de vegetación inducidos por el cambio global climático que tuvo que afrontar el planeta un millón de años después, los dos grupos presentaban adaptaciones muy distintas para hacer frente a los cambios que sufría su entorno". El primer grupo, que el doctor Cela incluye en el género de los Paranthropus, estaría bien adaptado para alimentarse de las raíces y plantas esclerófilas de la sabana entonces en expansión. El segundo grupo, los Kenyanthropus, menos fuertes físicamente y estructuralmente menos preparados para alimentarse de la vegetación de la sabana, habrían optado por el carroñeo y su cerebro, ya en expansión, les habría capacitado para aprender a manipular el ambiente, a servirse de él, convirtiendo los objetos de la naturaleza en artilugios para sus necesidades. Sería la línea evolutiva de los Kenyanthropus la que llegaría al género Homo, y en definitiva, al hombre moderno. El proyecto planteado por el Laboratorio de Sistemática Humana de la UIB en África no se centra en la última parte de la historia de los homínidos, sino huesos que informan de un primer homínido erguido. La doctora Brigitte Senut, una de las descubridoras del Orrorin tugenensis que se concentra en la búsqueda de rastros de cultura material en los antecesores de Homo, especialmente El proyecto del Laboratorio de Sistemática Humana en los Kenyanthropus, el linaje débil que conecta con que dirige el doctor Cela prevé poder visitar Kenia y la famosa Lucy (un A. affarensis) cuyos restos se Tanzania el próximo año 2006 con el objetivo de encontraron en Hadar, con el género Homo, que un excavar en busca de pruebas de una posible cultura millón de años después, como muestran los material en los primeros homínidos africanos. yacimientos de Olduvay, ya trabajaba la piedra. Según el doctor Cela, "Orrorin es un género muy Durante millones de años la expansión cerebral del próximo al momento de la separación entre el linaje linaje débil de los Kenyanthropus, parece haber sido primate y el linaje homínido. Sería por tanto una dirigida al desarrollo de ciertas áreas, las parieto- species germinalis. En nuestra opinión, a partir del temporal y la prefrontal, áreas que están asociadas a Orrorin el linaje homínido evolucionaría hasta los funciones ejecutivas como la planificación o la australopitecos (desde 4,4 millones de años a 2,5 asociación.. millones de años atrás). Sin embargo, más o menos a Al contrario de lo que ocurre en los primates en los que la utilización de herramientas depende de ser aprendida de una generación anterior, todas esas capacidades del nuevo tejido neuronal en los homínidos, como la de manipular el entorno aprendiendo a utilizarlo en beneficio propio, fueron heredadas y favorecidas por la selección. En este sentido, la hipótesis de que entre Orrorin tugenensis y Homo habilis, puedan existir pruebas de una evolución de la cultura material asociada a la evolución del cerebro homínido ha impulsado al Laboratorio de Sistemática Humana a emprender su aventura africana. Arriba: vehículo del paleontólogo Martin Pickford. Izquierda: Imagen de la sabana africana Abajo izquierda: equipo de investigadores de la expedición a la región de Tugen. Abajo derecha: el equipo por el camino de Kapsomin. Proyecto financiado Proyecto de localización de los orígenes de la cultura material en el Mioceno superior africano Referencia: PRIB-2004-10057 Entidad financiadora: Dirección General de Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación de la Conselleria de Economia, Hacienda e Innovación del Govern de les Illes Balears Inicio: 2004 Final: 2006 Investigador responsable Doctor Camilo José Cela Conde, catedrático de Filosofía, Moral y Política. Departamento de Filosofía y Trabajo Social de la UIB. Director del Laboratorio de Sistemática Humana Edificio Ramon Llull Teléfono: 971 17 30 29 E-mail: camilo.cela@uib.es Otros miembros del equipo Jordi Serrallonga Atset. Licenciado en Geografía e Historia (esp: Prehistoria) Doctor Jordi Nadal Lorenzo, Geografía e Historia (esp: Prehistoria) Jordi Galban Casals Licenciado en Biología Lucrecia Burges Cruz Licenciada en Filosofía Marcos Nadal Roberts Licenciado en Psicología Miquel Angel Capó Licenciado en Filosofía Publicaciones Schwartz, J.H., Collard, M. & Cela-Conde, C.J. (2001). Systematics of "Humankind". Evolutionary Anthropology, 10: 1-3. Cela, C.J. & C. R. Altaba (2002). Multiplying genera vs. moving species: a new taxonomic proposal for the family Hominidae. South African Journal of Science, 98: 229-232. Cela-Conde, C.J.; Ayala, F.J. (2003). Genera of the Human Lineage. Proceedings of the National Academy of Sciences USA, 100: 7684-7689. Cela Conde, C.J.& Ayala, F.J. (2004) El concepto de especie y la paleontologìa humana. Pasajes,14:15-21. Libros Cela Conde, C.J. y Ayala F.J. (2001). Senderos de la evolución humana. ISBN 84-206-6782-X. Madrid: Alianza. Capítulos de libros Cela Conde, C.J. (2001). Hominid Taxon and Systematics of the Hominoidea. En P.V. Tobias, M.A. Raath, J. Moggi-Cecchi y G.A. Doyle (Eds.), Humanity from African Naissance to Coming Millennia. (pp 271-278) Firenze University Press & Witwatersrand University Press