EL PERIODISMO ARGENTINO DE INTERPRETACION EN LOS ´60

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(Ponencia presentada en el IV Congreso ALAIC, Recife, septiembre 1998)
EL PERIODISMO ARGENTINO DE INTERPRETACION EN LOS ´60 y ´70. EL ROL
DE “PRIMERA PLANA” Y “LA OPINION”.
Jorge Luis BERNETTI
Parte I
PRIMERA PLANA: LA MODERNIZACIÓN SEMANARIA
El investigador norteamericano Gerald Stone observa que "la industria de los medios de
comunicación presta poca atención a la investigación académica en la que existe gran cantidad de
información con poco uso. Entre otras razones porque a su juicio gran parte del objeto de
investigación es ininteligible no sólo para los no idóneos, sino para aquellos que no trabajan la
misma área y porque la decisión acerca del tipo de estudio está muy influída por lo que trabajan
los propios colegas. Se diría que sobra teoría y faltan análisis pormenorizados. Más que distancia
hay un abismo entre la preocupación académica y la preocupación profesionali". Es al calor de
esta preocupación que el estudio de medios (gráficos, radiales, televisivos y ahora informáticos)
tanto nacionales como internacionales, se convierte en un imperativo demandado no solamente
por "la industria" sino por los estudiantes de periodismo y comunicación. Un caso que demanda
mucho mayores esfuerzos que los desplegados hasta el presente es el de la revista semanaria
bonaerense Primera Plana.
La aparición a fines de 1962 del semanario Primera Plana significó un punto de inflexión en el
proceso de modernización del periodismo argentino; de manera significativa en el universo de la
gráfica y específicamente en el de los semanarios; pero su influencia afectó al conjunto de los
medios masivos nacionales. Constituyó, al mismo tiempo, una expresión del complejo y
contradictorio clima cultural de la época signado contradictoriamente por fuertes giros regresivos
y ascendentes movimientos revolucionarios. Su nacimiento quedó inscripto, entre otras
condiciones estructurales, "en el marco de las nuevas inversiones de capitales extranjeros, de la
vigorosa movilización del mercado publicitario, de la internacionalización de los contenidos y
ténicas gráficas". Así, junto al desarrollo de las revistas de impacto gráfico, como Gente o Siete
Días, se produjo "el de los semanarios de opinión e información que se inspiran en las fórmulas
de Time o L´Express, como Primera Plana, Confirmado, Panorama, etc. destinados de manera
preferente a una franja de público más restringida y con mayor nivel socioeconómico".ii
El impacto real y mítico de Primera Plana condujo a múltiples interpetaciones acerca de su
papel periodístico, sobre todo a la luz de su influencia en los acontecimientos políticos previos al
derrocamiento del presidente Arturo Illia en junio de 1966.
Algunas de ellas condujeron a
ciertos críticos de la cultura a diseñar apocalípticas críticas a su ejercicio del periodismo. En
muchas de ellas se escuchan los ecos inspiradores de quienes, a veces paradójicamente
ejercedores del oficio, afirman que "no tener una idea y poder expresarla: eso hace al periodista"
o que "los periodistas escriben porque no tienen nada que decir, y tienen algo que decir porque
escriben"iii O de los que, con tanta ferocidad como lo previamente consignado proclaman
disgustados que "el genio de la época es el periodismo. El periodismo llena cada grieta y cada
fisura de nuestra conciencia (..) Articula una epistemología y una ética de la temporalidad espuria
(..) Todas las cosas tienen la misma importancia; todas son sólo diarias (..) La enormidad política
y el circo, los saltos de la ciencia y los del atleta, el apocalipsis y la indigestión, reciben el mismo
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iv
tratamiento". Es probable que, sin haber leído ninguna de las feroces embestidas contra el
periodismo del siglo XX que Karl Kraus y George Steiner desarrollan con un sarcasmo
exasperado, algunas de estas observaciones estuvieran explícitamente vigentes en el exigente
criterio editorial del fundador de Primera Plana, el experimentado periodista Jacobo Timermanv,
al gestar un producto claramente diferenciado de los generados hasta ese entonces en la
Argentina.
Es necesario puntualizar, en primer lugar, que existe un sólo título y productos múltiples.
Primera Plana nació con Timerman como director e inspirador el 7 de noviembre de 1962, con
John Kennedy en la tapa - durante la presidencia títere de José María Guido - luego del
enfrentamiento militar de azules y colorados de septiembre de ese año. La revista nació
defendiendo de manera explícita al vencedor bando azul. Una ya clásica declaración de
Timmerman al investigador francés Alan Rouquié, consignada en Poder Militar y Sociedad
Política indica que se pensó en denominar con ese color a la publicación. Primera Plana se
expandió durante toda la administración radical de Arturo Illía, civil pero ilegítima, por la
proscripción del peronismo. A mediados de 1964, Timerman se alejó de la revista cuya dirección
formal fue asumida por el hasta entonces solo administrador del medio, el empresario Victorio I.
S. Dalle Nogare. Esta segunda etapa es cerrada forzadamente el 5 de agosto de 1969 por la
dictadura militar de Juan Carlos Onganía con la clausura de la publicación. Estas dos sub-etapas
(con Timerman y sin él, pero con prácticamente el mismo equipo convocado por éste) conforman
el universo de la Primera Plana con los perfiles luego consagrados como clásicos. Después,
diversos intentos de continuidad (los semanarios Ojo y Periscopio) implicaron un proceso de
decadencia que fue expresado por el desgranamiento del brillante equipo profesional que
Timerman había convocado y que su propia salida del medio, (para formar otra publicación
competitiva con Primera Plana, el semanario Confirmado) no había desarmado.
A partir de entonces- la revista reapareció con su nombre original el 8 de setiembre de 1970 - y
hasta 1973 se sucedieron dos administraciones que vincularon progresivamente al título Primera
Plana con el peronismo que conducía a su líder del exilio. El empresario Alberto Gabriellivi, en
primera instancia y luego representantes del empresario justicialista Jorge Antonio, como Félix
Borgonovo, asesor de la dirección y el abogado Manuel Urriza, condujeron a la publicación con
ese nombre y, luego de una nueva clausura, con el de Nueva Plana, hasta 1973vii.
Marcos y Antecedentes
Plantea Diezhandinoviii sustentándose en Thomas Griffithix y Robert Lichter y Linda Rothmanx
que el newsmagazine, la categoría que engloba a los semanarios norteamericanos Time,
Newsweek, y U.S. News and World Report, constituye "el fin de la cadena alimenticia del
periodismo" y que "la revolución de la televisión ha producido el acercamiento del periódico y el
newsmagazine. Les ha forzado a centrarse en el reportaje en profundidad, por razones de
competitividad y por la nueva atmósfera creada por la televisión, a buscar el dramatismo de la
imagen".
Esta descripción cuenta el final del proceso, tanto en Estados Unidos como en la Argentina, de
la imposición hegemónica de la televisión en el sistema mediático social. En 1962, estaban
establecidos los cinco canales de aire de la zona metropolitana argentina –Buenos Aires - (7, 9,
11, 13, 2), pero el desarrollo masivo en la población del consumo televisivo era
proporcionalmente escaso. La tecnología y las prácticas de la televisión estaban atrasadas. En
1962, el periodismo radial comenzaba a ser afectado por el despliegue de la televisión pero
todavía no había encontrado la respuesta con la que hoy compite contra la imagen. Los diarios
porteños y provinciales se estancaban en un prolongado proceso de auto-censura, censura y
limitaciones técnico-profesionales.
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El perfil mismo de los semanarios estaba notablemente atrasado.
En ese universo local se va a insertar el modelo norteamericano del newsmagazine a partir de la
experiencia de Timerman con Primera Plana. El estilo Time adoptado concebía las noticias como
"historias", desechó el uso obligatorio del lead, inició el llamado "reportaje interpretativo" y
generó un estilo sobrecargado de adjetivos, utilización de nego-logismos, inversión sintáctica y
mezclas diversas. xi Al nacimiento de Time en 1923, le continuó el de Newsweek en 1933 y de
US News and World Report en 1948. Los tres grandes norteamericanos han tenido diversos
europeos como L´Express francés, Der Spiegel alemán o Panorama de Italia.
El desarrollo de las revistas semanarias de interés general, pero con énfasis en lo político y
cultural remite a antecedentes locales directos e indirectos de Primera Plana, como la ya
mencionada Qué (primero piloteada por Baltasar Jaramillo y en una segunda etapa previa al
gobierno de Arturo Frondizi, por su inmediato colaborador Rogelio Frigerio), Usted (dirigida por
el periodista Luis González O´Donell), Ché (encabezada por Pablo Giussani, en el marco de la
primera etapa de la Revolución Cubana), la más tradicional Leoplán; la sucesora de Mayoría en
las manos de los hermanos Bruno y Tulio Jacovella, Esto Es y hasta la paralela durante cierto
tiempo al nacimiento de PP, el semanario Todo de Bernardo Neustadt, establecido en 1963.
Pero, a diferencia de todas ellas, Primera Plana consiguió construir de manera significativa el
modelo de Time, aunque con una variante significativa que algunos de quienes trabajaron con
Timerman más tarde se encargaron de subrayar. Señala Horacio Verbitsky que "Timerman hizo
Primera Plana, pero la revista se le escapó de las manos. A Primera Plana se la devoraron los
barrocos, los (Ramiro de) Casabellas, los (Osiris) Troiani, el propio Tomás Eloy Martínez, que
convirtieron ese producto en una especie de ejercicio literario". Y añade HV respecto del diario
gestado por Timerman uno años después :"Era claro que en La Opinión, no tenía que pasar
eso"xii
No existe medio sin profesionales y Primera Plana funcionó adecuadamente de acuerdo a ese
principio por el incesante cuidado de Timerman por constituir un equipo adecuado de periodistas.
La elección de éstos, su retribución por encima del nivel del mercado y, sobre todo, la
personalización de su trabajo contribuyeron a incrementar la eficacia del producto, elevar el
prestigio de la publicación entre los trabajadores de prensa y promover a éstos social y
profesionalmente.
Al respetar y promover la firma de los profesionales en Primera Plana, Timerman avanzó hacia
una reivindicación profundamente sentida entre aquellos. Aunque su trato con los propios
periodistas nunca fué complaciente y, más aún, dió probadas muestras de su dureza, su
consideración hacia los mismos implicó
un trato que distaba de tener muchos antecedentes en la industria comunicacional argentina. Así,
por ejemplo, el semanario informó el 19 de mayo de 1964 acerca de la incorporación de una
joven periodista (Silvia Rudni). En la "carta del editor", la revista señalaba :"La srta. Rudni, de
18 años, inicia en periodismo una carrera de la tercera generación de su familia; su abuelo Leo
Rudni, puntal de Crítica, en la década del 20, consagró más tarde su firma con la columna
financiera que publicó Noticias Gráficas desde 1931; en este diario, ya desaparecido, se entrenó
cuando era un adolescente Alberto Rudni, su hijo y padre de nuestra nueva colaboradora; a los 47
años, después de haber ejercido altas funciones en Crítica,El Nacional y La Razón, desempeña la
jefatura de redacción de El Mundo, con la misma voz sonora y el intermitente devorar de
cigarrillos que han hecho inconfundible su fisonomía".xiii
Individualizar y reconocer, también responsabilizar a los periodistas en sus crónicas, juicios y
viajes, constituyó una originalidad en el periodismo argentino. También una forma de presión
indirecta sobre el resto de la industria periodística argentina.
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El origen del proyecto
Para un sector considerable de analistas culturales Primera Plana expresa " un fenómeno típico de
voluntad de modernización a ultranza en regiones en las cuales, helas, la modernización no
aparece como un logro obvio".xiv Pero en definitiva parecería que la revista se convertía en "un
síntoma" de una modificación profunda del consumo de los argentinos. Pero ese cambio no
constituye el estandarte de un modelo de transformación. Ocurre que "Primera Plana promueve la
modernización económica y social al propugnar una mayor racionalidad y eficiencia para
potenciar la productividad industrial o al enfatizar fenómenos como la urbanziación y la
importancia de los medios de comunicación de masas" pero "por otra parte aparece escasamente
moderna toda vez que se trate de ampliar el ámbito de la ciudadanía política en los términos
reales en que esta cuestión estaba planteada por la proscripción del peronismo".xv En términos
políticos, Primera Plana no trascendía los límites de un “gorilismo desarrollista” procesado con
una elegancia exasperada, enmarcada en el enfrentamiento sin concesiones a Perón y a los
sectores duros del justicialismo, en tanto que mostraba una complacencia evidente por los
realistas, sobre todo sindicales aunque también políticos, del teorema del peronismo sin Perón.
Esta posición quedó claramente enfatizada en las definiciones editoriales que su columnista
político Mariano Grondona planteó en 1966 al exaltar el derrocamiento de Arturo Illía y significar
al dictador militar como "caudillo". Según recordaron los que eran niños en 1966 y militantes un
quinquenio después, Grondona escribió en Primera Plana del jueves 30 de junio de 1966: "El
poder sseguía allí, en torno de un hombre solitario y silencioso (..) un hecho mudo e irracional,
inexplicable y milagroso. Siempre ha ocurrido así con el poder de Urquiza o de Roca, de Justo o
de Perón. Alguien, por alguna razón que escapa a los observadores, queda a cargo del destino
nacional"xvi. Pero Onganía no era sino un "déspota beato y burocrático" según la filosa pluma del
periodista Rogelio García Lupo, disuelto por el poder movilizador de rebeliones obreras,
populares, estudiantiles y guerrilleras, un hombre de turno pronto olvidado con indiferencia
militante.xvii
Las ilusiones conservadoras de Primera Plana se marchitaron
prontamente, pero nunca dejaron de fijarse con claridad las posiciones económicas dotadas de un
elevado grado de optimismo acerca de la naturaleza del capitalismo argentino.
Dirigido al público de ejecutivos que era un segmento importante, pero no el más significativo
numéricamente que la consumía, Primera Plana supo definir con energía posiciones laudatorias
no ya del supuesta o realmente ineficiente propietario de tierras pampeano, sino de los
eventualmente pujantes industriales argentinos modernizadores "desde arriba", según el modelo
bismarkiano. La revista sostuvo una polémica indirecta con la publicación marxista a-partidaria
Fichas la que criticó una tesis del economista Eduardo Zalduendo vinculado a sectores que
apoyaron a Onganía. Zalduendosostuvo que el empresariado argentino era partidario de vender
muchos productos a bajo precio, es decir, la filosofía del ensanche del mercado interno y de una
agresiva política exportadora. Por el contrario, los hiper-críticos marxistas de Fichasxviii la
emprendieron con los empresarios criollos afirmando que ellos se caracterizan por su "falta de
deseos de aceptar riesgos y por prevalecer en ellos la filosofía de los grandes beneficios por
unidad vendida".xix Quedó claro años después quién había tenido razón, cuando la burguesía
nacional se subsumió dentro de los intereses de los grandes grupos que terminaron controlando la
economía en la Argentina, en acuerdo con las transnacionales.
Conservadorismo político, pretendida modernización de los industriales, estos dos rasgos fueron
tan ínsitos de su perfil editorial como la construcción de un más coherente marco cultural en
donde tuvieron cabida las vanguardias estéticas, la industrial editorial de punta, las innovaciones
científicas y los problemas universitarios, en los que la publicación mantuvo desde el comienzo
del régimen de Onganía una clara diferenciación respecto de la política intervencionista en las
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altas casas de estudios. Pero si Primera Plana fustigó la "noche de los bastones largos" en la que
a días del golpe de junio del '66, Onganía había tomado el control de las universidades moliendo a
golpes a estudiantes y profesores nacionales y extranjeros, nunca pudo establecer una relación de
correspondencia con el proyecto de dictadura de largo plazo, que incluía la restricción gremial, el
catolicismo trasnochado y la liquidación de la “política universitaria”. Esta ideología de ocasión
(ejecutada por la dictadura de la “revolución argentina” de 1966 a 1973) con la que se creía
posible conducir la dirección de los asuntos argentinos hacia un proclamado "destino de
grandeza" ( utopía conservadora –nacionalista que recorre la historia de la Nación desde que
Bartolomé Mitre escribiera en 1857 el prólogo a su biografía de Manuel Belgrano hasta la
aventura irredentista de Leopoldo Galtieri en Malvinasxx) con la articulación del autoritarismo
antidemocrático, la acumulación en manos de los sectores dominantes de la expansión del capital
y la promoción de una cierta modernización cultural, fracasó estrepitosamente en la realidad,
aunque no en su fascinante poder de convocatoria como política editorial.
Pero Primera Plana convocó a los flamantes sociológos que formaba en la Universidad de
Buenos Aires el fundador de la carrera Gino Germani y a Enrique Pichon Riviere, el gran
propulsor del análisis psicoanalítico grupal, entre otros especialistas. Exaltó el mundo del
Instituto Di Tella – la vanghuardia estética de la década - y el de la Facultad de Filosofía y Letras.
Empero progresivamente quedó atrapada entre las escisiones de los "realistas" versus los
"esteticistas" y sobre todo por el progresivo crecimiento de la figura del intelectual orgánico,
identificación gramsciana del intelectual comprometido fuertemente vinculado al peronismo
revolucionario, a la izquierda, y en términos generales, a los movimientos guerrilleros que
impugnaron el periodismo de Primera Plana en el que, parte de esos militantes ejercitaron algunas
de sus armas.
Para el investigador Jorge Rivera los modelos de periodismo cultural implantados en la
Argentina por Caras y Caretas, Plus Ultra, El Hogar, Mundo Argentino, Leoplán, Vea y Lea, no
fueron modificadas "sustancialmente" por los semanarios de la década del ´60 como Primera
Plana, Panorama, Confirmado, o Análisis.xxi
Pese a este juicio, Rivera apunta una distinción significativa que cambia cualitativamente el
carácter de los mismos y atraviesa, sustantivamente, a Primera Plana, el líder de éstos. "Si es
verdad que Primera Plana conserva la típica departamentalización de las secciones fijas, a la
usanza de la vieja escuela, el conjunto del semanario- evalúa Rivera - está cruzado por la
impronta de la alusión, la remisión, la cita o la mera atmósfera de lo "cultural", y no es extraño
tropezar en las notas sobre economía o actualidad política con referencias literarias que operan
más como toque de color intelectual que como alusiones temáticamente pertinentes".xxii
Rivera evalúa que "a diferencia de lo que ocurría con las viejas revistas semanales, interesadas
periodísticamente en la producción de un flujo cultural de carácter fuertemente informativo, y por
lo tanto más abarcativo que discriminatorio, los nuevos semanarios de los ´60 saturan sus
secciones fijas con un recorte que tiende a priorizar estéticas, autores, movimientos, líneas u
obras más características del impulso renovador y modernizador de la década (...) Desde la
perspectiva del género podría decirse que los semanarios realziaron un periodismo cultural de
fuerte entonación actualizadora, que contribuyó de manera muy destacada a la renovación de las
agendas y los repertorios culturales de la época, aunque se los pueda incriminar también como
responsables de la explotación de cierto esnobismo y del voluble argumento de cierta premiosa
fugacidad de los fenómenos propuestos".xxiii
Golpe a golpe
El análisis gestado por Mazzei acerca del compromiso golpista de Primera Plana contra el
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gobierno de Arturo Illia en 1966, contribuye a subrayar no solamente el rol de este medio,
paradigmático aunque no excluyente en esa materia en el periodismo argentino de entonces, sino
a dibujar el clima de época. En él primaba una utilización de medio y no de fines de la perspectiva
democrática. La exclusión de los actores adversarios, el menosprecio por los mecanismos
institucionales y por las garantías de la libertad de prensa y asociación, venía siendo generado por
varias generaciones. Y, en ese sentido, el peronismo en el gobierno - por otra parte, legitimado
claramente en su origan mayoritario y popular - no había más que el continuador de prácticas de
diverso tono vigentes desde 1930 y continuador de otras anteriores. Que muchos de los jóvenes
lectores de Primera Plana tomaran el camino revolucionario replicaba a este modelo autoritario
esquizofrénico que les proponía, entre otros, la revista de moda.
Esta esquizofrenia en la que el gobierno radical del pueblo de Illia se proponía (por el ejercicio
de su mandato) tratar de superar las taras de su origen viciado de nulidad por la proscripción del
peronismo, era claramente aprovechada y sustentada por Primera Plana. "Semana a semana,
desde las páginas de la sección "El País",- señala Mazzei- Primera Plana atacaba los pilares en los
que se basaba el prestigio del gobierno radical ante la opinión pública: el respeto del gobierno por
la libertad de expresión, y la honestidad del presidente Illia y sus colaboradores".xxiv
Golpear sobre las presuntas limitaciones o agresiones del gobierno del radicalismo del pueblo en
materia de libertad de prensa se convirtió en un arma formidable en manos de los golpistas.
"Estas acusaciones alcanzaron su punto culminante en marzo de 1966, con las denuncias sobre
supuestas presiones de la Secretaría de Industria sobre los anunciantes de medios opositores y
una denuncia del Ministerio de Justicia contra Primera Plana, Confirmado, Atlántida e Imagen,
entre tanto los columnistas (Mariano) Grondona y (Mariano) Montemayor eran acusados de
instigación a la rebeldía, y de participar en la creación de "un clima sicológico propicio " al golpe
de Estado".xxv
La actitud de la publicación fue pasar a la defensiva, convocar a las citas de la prensa extranjera
prestigiosa (Time L´Express, Newsweek y Le Monde) para fortalecer su posición y recurrir a la
vieja metáfora del médico culpabilizado por la aparición de la enfermedad que diagnostica en su
paciente.
La revista utilizó también la ridiculización del presidente Illía por su presunta morosidad en la
resolución de los asuntos públicos, ridiculizó a la esposa del presidente Silvia Martorell
y exaltó las denuncias acerca de la infiltración comunista en las Fuerzas Armadas. "El
sobredimensionamiento del fantasma comunista se originaba en las declaraciones de altos
oficiales"xxvi
Por otra parte, la crisis en la industria azucarera de la
norteña provincia de Tucumán se convirtió en otro de los temas favoritos para desacreditar al
gobierno entonando la opereta de la falta de "seguridad nacional". "La cobertura del tema ocupó,
poco a poco,mayor centimetraje, así como un tono apocalíptico. En noviembre, Primera Plana
sólo se ocupaba de la situación de la industria azucarera. La adjetivación subrayaba la idea de
caos y vacío de poder. En marzo de 1966, Tucumán era "la bomba de tiempo" a punto de
estallar".xxvii
El rumbo editorial de la revista fue tan notorio que uno de sus periodistas estrellas, el subdirector Ramiro de Casasbellas produjo en 1992 una fuerte autocrítica sobre aquellas políticas
editoriales :"Es obvio que obraba en nosotros el ejemplo de los semanarios estadounidenses y
europeos y de ciertos diarios tales como Le Monde y The New York Times. Lamentablemente
no tomamos de ellos lo más preciado para todo periodismo político que se precie de serlo : la
defensa de las instituciones democráticas. Por presumir de independientes acabamos por serlo del
destino de nuestra sociedad y ayudamos como casi todas las publicaciones de la época
(subrayado en el original), al derrocamiento del gobierno de Illia. Cuando reaccionamos, al
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menos en Primera Plana, el general usurpador que ocupaba la Casa Rosada cerró la revista. Tal
vez hizo bien".xxviii
Forma y fondo
¿Cómo construyó Primera Plana esta compleja oferta cultural? ante todo con lo que un pequeño
clásico en el análisis de la revista denominó "la modernización del discurso periodístico". Según
Maite Alvarado y Renata Rocco-Cuzzi, "la apertura disgresiva y ficcionalizada que caracteriza al
discurso político de Primera Plana plantea una quiebra de la convención tradicional, según la cual
las notas periodísticas se estructuraban en un orden fijo que respondía a las preguntas qué, cómo,
cuándo y dónde"xxix. En esta enumeración en la que falta el porqué para concluir con los cinco
pilares del tradicional lead de la "pirámide invertida" se sitúa buena parte del efecto Time vigente
en Primera Plana. Alvarado y Rocco-Cuzzi apuntan también que el uso de la raya de diálogo para
transcribir relatos de informantes "es también señal de contaminación con el discurso literario".xxx
Las autoras citadas enumeran también en perfil del discurso periodístico de Primera Plana : la
abundante adjetivación, la utilización del discurso de la publicidad, la puesta en pretérito del
relato y la transmisión de información "disfrazada de chisme".
Según Alvarado y Rocco-Cuzzi la "toma de posición de Timerman en contra del mito de la
objetividad, va seguida de una serie de ejemplos, en los cuales la interpretación periodística de los
hechos les confiere un sentido, otra "dimensión"(...) La interpretación del semanario se evidencia
en la selección de los discursos que cita, así como en el orden de aparición que les asigna en el
interior de las notas; los discursos parecen responderse unos a otros, neutralizándose en la
confrontación. Existe siempre un discurso privilegiado que cierra la nota ". Ese remate
periodístico conduce a la conclusión objetivizada por la publicación porque "la función del
periodismo sería para Timerman, esa interpretación que, al conferir coherencia a los hechos,
construye una realidad".xxxi Y será ese estilo el que con mayor coherencia se impondrá también en
la competencia Primera Plana, su símil Confirmado y, sobre todo, desde el primer número en el
desarrollo del diario La Opinión a partir de 1971.
En la construcción del discurso periodístico pesa también el desarrollo del lenguaje textual que
"estaba planteado como una gran diversión, en la que contaba el desafío de saber quién inventaba
o encontraba adjetivos, sustantivos o modos de decir las cosas que fuesen muy precisos y a la vez
insólitos para el lector. La actitud general de la revista era provocar la complicidad con el lector a
través de la sorpresa. ¿ De qué manera? : mediante la explotación del esnobismo del lector
porteño, sujeto a modas (..) creo que las dos personas que contribuyeron más concretamente a la
constitución de ese lenguaje fueron Ernesto Schoo y Roberto Aizcorbe. Uno en el área cultural y
el otro en el área política. Basta leer sus materiales para advertir que el lenguaje se llena de
arabescos y crea un estilo que se diferencia del conjunto del periodismo de esos días".xxxii
¿ Con que otras armas periodísticas estaba cargado el arsenal de la revista ? Para Casasbellas, la
revista asume en profundidad características de renovación que estaban en esbozo desde 1956 en
diarios como La Razón, El Mundo, La Nación, Clarín, porque "el periodismo político había sido
sepultado en la década del 30 y, salvo algún retorno durante la efímera presidencia de Ortiz,
volvió a la oscuridad en los tiempos de Castillo y hasta 1955"xxxiii. ¿ Cuáles eran aquellas armas ?:
la indagación noticiosa en el interior de los partidos que no practicaba; el trazado de panoramas
de actualidad previsores de lo inmediato ; la búsqueda de informaciones ocultas o desconocidas esbozo de la hoy casi redundante investigación periodística; el seguimiento permanente de las
actividades sindicales y militares; el diálogo casi permanente con los líderes partidarios; el ojo
atento a los episodios provinciales y municipales; el rastreo de los hechos históricos y la aparición
de los columnistas políticos.xxxiv Para Schoo "la revista estableció, por primera vez en la
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Argentina, el sistema de investigación por equipos de informantes y escritura del texto definitivo
por las mejores plumas de la redacción".xxxv
Aquellos hombres y mujeres
Esa redacción agrupó un equipo singular, relativamente fluctuante de profesionales consagrados
y otros jóvenes. Luego de la partida de Timerman de la redacción en 1964 el director-editor fue
el empresario Victorio I.S. Dalle Nogare, al cual Timerman había vendido su parte. Su cargo real
podría denominarse "presidente del consejo de accionistas". La dirección periodística en realidad
estaba a cargo del "director ejecutivo", Ramiro de Casasbellas, a cuya indudable capacidad
profesional se unía en ese entonces un fuerte desprecio por el sistema democrático. Como
asesores de la dirección estaban ubicados Roberto Soccol y Julián Delgado. Delgado era el
responsable de la información económica. su formación y orientación ideológicas eran
derechistas. Tomás Eloy Martínez consignó la participación de éste en el veto del reportaje
elaborado por el escritor peronista católico Leopoldo Marechal favorable a la Revolución
Cubanaxxxvi. Empero, años más tarde, Delgado siendo editor del diario empresario El Cronista
Comercial va a ser secuestrado y desaparecido por los servicios represivos de la dictadura
procesista. La jefatura de redacción correspondió a Tomás Eloy Martínez, proveniente del
periodismo tucumano, incorporado a partir de 1970 al semanario Panorama, del que deviene
director. De ese cargo fue despedido en 1972 al publicar la desmentida a la historia oficial de la
Masacre de Trelew, donde fueron asesinados una veintena de guerrilleros detenidos en una base
de la Armada. Durante la dictadura de Videla se exilió en Venezuela, donde organizará junto al
hoy importante dirigente de la Unión Cívica Radical Rodolfo Terragno, El Diario de Caracas, un
producto de similares características a La Opinión. Los secretarios de redacción eran -en 1969 Osiris Troiani - experto en política internacional-; Ernesto Schooxxxvii, responsable del área
cultural y Roberto Aizcorbe, quién encabezaba el área política. Como coordinador se
desempeñaba Ricardo Frascara; el prosecretario de redacción era Julio Algañarazxxxviii Los jefes
de redacción fueron : Hugo Gambini y Oscar Caballero.xxxix la redacción del número 332 (6 de
mayo de 1969) contaba con : Juan Carlos Algañaraz, Julio Ardiles Gray, Rodolfo Arizaga, Ilda
Barbot de García, Aída Bortnik, Enrique Bugatti, Edgardo Cozarinsky, Fanor F. Díaz, Jorge
Elorza, Roberto García, Francisco N. Juárez, Julio Landívar, Alberto Laya, Jorge Listosella,
Felisa Pinto, Silvia Rudni, Carlos Russo y Félix Samoilovich. La revista disponía de numerosos
colaboradores que no aparecían identificados en el staff, entre ellos puede mencionarse a Andrés
Zavala (luego jefe de la sección educativa de La Opinión y jefe de prensa del ministerio de
Educación encabezado por Jorge Taiana en los gobiernos de Cámpora, Lastiri y Perón en 1973 y
1974) y María Victoria (Vicky) Walsh, hija del escritor Rodolfo Walsh.xl
El equipo de columnistas esta integrado por los humoristas Jordán de la Cazuela y Art Buchwald,
el famoso periodista norteamericano; el premio Nobel de Economía Paul Samuelson y Stewart
Alsop, también norteamericanos y el político y analista francés Jean Jacques Servan Schreiber,
durante largos años director de L´Express. Como columnistas nacionales se desempeñaron
Mariano Grondona y el propio director ejecutivo Casasbellas. Los servicios exclusivos del
exterior eran: L´Express, Enterprise, L´Expansion, Newsweek, Vita (Italia) y la Agencia de
Prensa Novosti. Como corresponsales se disponía de : Mario Vargas Llosa (Londres), Armando
R. Puente (Madrid9, César Fernández Moreno (París), Alberto Giovannini (Roma) y Kurt
Doning (Berlín Occidental).
El equipo de ilustradores comprendía a: Flax,
Kalondi, Sábat y Sempé. Ellos compensaban la grisura de la diagramación y de la impresión de
una época en la que los recursos gráficos en la Argentina no estaban muy desarrollados y las
posibilidades económicas de Primera Plana, una mediana empresa eran débiles.
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Surgida en una época donde el peso de la televisión no es todavía dominante, Primera Plana
utiliza el color en la tapa y en algunas bandas rojas en su interior.(Será la competidora Análisis la
que intentará, con resultados desiguales, utilizar color en páginas interiores). Primera Plana no
utiliza en general cuadros estadísticos ni nada parecido a la infografía. Los textos cubrían un 60
% de cada página y nada parecido a la infografía asomaba en sus páginas. Su impresión se hacía
en los talleres ROTOG-ARG de Buenos Aires, donde 20 años después se imprimía otro
semanario significativo : El Periodista.
En 1969, la revista costaba 150 pesos por número y 7.000 anuales por suscripción; era editada
por la Editorial Primera Plana S.R.L. que declaraba un capital de 10 millones de pesos. Se incluía
en una amplia panoplia de asociaciones empresarias : el Instituto Verificador de Circulaciones
(IVC) - lo que implicaba falta de preocupación por las bajas ventas-; y estaba afiliada a la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas
(ADEPA) y la Asociación Argentina de Editores de Revistas (AAER). En su breve existencia
careció de una formal comisión interna sindical, lo que sin duda estuvo influído por la
intervención al Sindicato de Prensa de la Capital Federal efectuada por la dictadura de Onganía
inmediatamente de producido el derrocamiento del gobierno radical.
Más allá del mito, los valores y las excrecencias de Primera Plana forman parte de la historia
grande y la trágica, escrita y no escrita todavía, del periodismo gráfico argentino. Constituye hoy
un objeto de investigación de y para la cultura argentina contemporánea. Hay marcas de ella en
los medios y en las escuelas y facultades de periodismo argentinos. Tiene razón Ernesto
Schoo:"Pudieron clausurarnos, pero no borrar nuestra huella".
10
PARTE II
El diario argentino de los años '70, pionero en análisis e interpretación.
“UN INSTITUTO DI TELLA PERIODISTICO"
1
El periodismo de opinión en la Argentina reconoce un punto de inflexión decisivo en la década
del '70. La aparición del matutino La Opinión, dirigido por Jacobo Timerman, constituye una
referencia reiteradamente citada. Sin embargo, existe escasa producción de investigación xli y
pocas referencias testimoniales. La intención de este trabajo es aportar elementos para la
interpretación de su propuesta original y su desarrollo (desde 1971 hasta el advenimiento del
gobierno de Héctor Cámpora en 1973) en el marco de una investigación más amplia.
El proyecto surge de las manos del periodista-editor fundador de Primera Plana y Confirmado,
los dos semanarios de noticias que en los años '60 habían transformado el desarrollo del
periodismo nacional. Sin embargo, estos antecedentes distaron de generar en La Opinión una
mera continuidad. En J.T. existe "una cultura acerca del periodismo, no una perspectiva de
repetición -afirma Pasquini Durán - El tenía una visión de la producción informativa muy a la
americana, al estilo de Tom Wolfe y su nuevo periodismo. Timerman trata de iniciar en La
Opinión una etapa, más acabada, más completa de la que había insinuado en Primera Plana. El
puente entre ambos procesos estaba construído sobre una cultura periodística, más allá de la
repetición de un modelo específico".xlii
Este es también el juicio del principal colaborador de Timerman en la confección del proyecto, el
investigador periodístico Horacio Verbitsky. "Timerman hizo Primera Plana, pero la revista
se le fué de las manos. A Primera Plana - evalúa Verbitsky - se
la devoraron los barrocos los (Ramiro de) Casabellas, los (Osiris) Troiani, el propio Tomás (Eloy
Martínez), que convirtieron ese producto en una especie de ejercicio literario. Era claro que en
La Opinión no tenía que pasar eso". Allí no habría lugar para "los manierismos en el lenguaje y se
tiraría 'a la basura- como sostenía Timerman- la primera y la última página de cada nota', ésas
donde los cronistas perdían el tiempo antes de llegar al tema y constituía la práctica habitual en
Primera Plana, en donde era casi lo único que contaba".xliii
Había llegado el momento cultural para "hacer un diario como Le Monde, que era la referencia
internacional planteada por Timerman".xliv El diario francés tenía en 1970 el prestigio de ser uno
de los más calificados en el mundo después de la Segunda Guerra Mundialxlv aunque su modelo
editorial era tan singularmente riguroso en la densidad de su información y su perspectiva
analítica, como en la soledad de su propuesta aún en la Europa Occidental de posguerra.
"Un diario en Buenos Aires de características similares a Le Monde deberá adaptarse a las
posibilidades de su mercado. Después de 27 años Le Monde ha alcanzado un tiraje de medio
millón de ejemplares y compite en un pie de igualdad con los demás diarios de París. Es un primer
1
11
diario, que se ocupa de todos los temas, y cuyo lector no necesita comprar otro- escribía
Verbistky para Timerman en 1971 - En Buenos Aires es impensable un diario semejante a Le
Monde que a la vez pueda enfrentar a Clarín o La Razón. Sería necesaria una empresa de la
envergadura de las que editan esos diarios."xlvi
Verbitsky estimaba que "para financiar una empresa de ese tipo hace falta un diario como Clarín y
La Razón, y no como Le Monde.
Ese esquema, en la Argentina, solo puede alcanzar a un público minoritario (sub. de JLB).xlvii
¿ Cómo definía H.V. el programa editorial del medio por
nacer ? :"Deberá ser entonces un
diario más barato en los costos y de tiraje menor. No un primer diario sino uno de complemento,
para lectores que ya han comprado otro y no necesitan enterarse superficialmente de todo, sino a
fondo de algunas cosas que les importan".xlviii
El diagnóstico sobre el periodismo gráfico argentino de la época consignaba: "Hay muchas
noticias, pero poca información. Por ello, la idea fuerza del proyecto proponía que al lector había
que darle todas las fuentes, pero también ayudarlo a ordenar y encuadrar esa información. Estas
cosas son obvias hoy en el periodismo argentino -reflexiona Verbitsky- pero entonces no lo eran
".xlix
El programa periodístico que Verbitsky propone a Timerman -y éste acepta- realiza un
diagnóstico severo del atraso periodístico en una sociedad en plena demanda de modernización y
cambio. "Los diarios (de 1970, JLB) satisfacen relativamente la avidez de información y las
revistas cada vez con menor eficiencia la necesidad de interpretación, análisis, opinión y datos
adicionales del público de Buenos Aires - evalúa Verbistky - Los anticipos o primicias han caído
en desuso para los grandes diarios porteños. Se refirieron al nombramiento de (Juan Esteban
Nicolás) Iavícoli (un general de la dictadura de Juan Carlos Onganía, JLB) cuando se produjo el
comunicado oficial. En El Diario, de Mendozal, se publicó el anteproyecto de ley de
universidades privadas ocho días antes que en La Nación. No compitieron para lograr el primer
reportaje al nuevo gobernador de Neuquén. Los que informaron con algún detalle del plenario
radical (La Razón), omitieron toda consideración política que diera sentido a esas anécdotas. Los
que lo analizaron políticamente (La Nación), lo hicieron una semana más tarde y sin datos sobre
su desarrollo y antecedentes. Estos ejemplos muestran vacíos a llenar".li
Este modelo tuvo también severas exigencias planteadas por el procesamiento industrial. "En esa
época, como ahora- observa Pasquini Durán - el tema de la imprenta para sacar un diario era
gravísimo y la que se tenía a mano era la de Aleman.lii Este era un taller muy deficiente e
incorporarle fotos iba, seguramente, a arruinar la estética del diario que, de por sí, era bastante
limitada cuando nació".liii
El matutino nació el 4 de mayo de 1971 con 24 páginas, tamaño tabloid y una edición dominical
más extendida, por su luego famoso suplemento cultural.
Su diseño gráfico distó de ser el elemento de punta, dado el peso del texto y la poca amistad del
patrocinador - sobre todo- y el organizador del proyecto con la problemática del diseño. Con
ironía, Verbitsky planteaba por escrito a Timerman la necesidad de definir las necesidades básicas
fundamentales y proceder luego a contratar "un diseñador de primera".
"Yo sé que el señor director no comparte este criterio - observaba el organizador periodístico que ni siquiera cree en los diseñadores y piensa que el lápiz solo se usa para escribir. Un islote
cavernícola que matiza su osada e innovadora personalidad. Cada cual es cada cual y yo tengo
gran fe y respeto por los creadores gráficos".liv El diario debía caracterizarse con mucho texto,
excluyendo las fotografías. "La tendencia que alentaba Timerman -apunta Verbitsky - es la
opuesta a la que plantea USA Today en nuestros días".lv Sin embargo, la dureza del modelo
original condujo a la contratación del dibujante uruguayo Hermenegildo Sábat, cuyo trazo se
convirtió en una marca de fábrica del producto. lvi
12
Ello fue tanto así como el estilo textual adoptado por el diario.
La crítica al estilo Primera Plana fue incluída de manera enérgica en los principios y ello se
transmitió a la redacción. Y en ese sentido, proponía Verbitsky, "Le Monde es un buen modelo.
Fría objetividad. Desprejuicio para tratar cualquier tema, pero auténtico desprejuicio que no
significa adhesión encubierta. El lenguaje no es una hipótesis, ni un campo de experimentaciones
literarias, sino un vehículo para comunicar hechos, ideas, opiniones (sub. JLB). El estilo Time
que inspiró a los semanarios argentinos deberá ser severamente reprimido en un diario argentino
inspirado en Le Monde".lvii
La Opinión no iba a salir los lunes para descartar el ya intrincadamente complejo mundo de la
información deportiva.lviii
Se formó una redacción en la que fueron convocados a partir de la relación personal y una
jerarquización profesional destacada, "un equipo de 40 profesionales de calidad, seleccionados
entre el personal de los medios más importantes del país".lix
Esa selección conformó un equipo de trabajo de características muy significativas.lx Y la política
empresaria fue, sobre todo en sus primeros tiempos, la de cambiar las condiciones económicas de
los periodistas. Estos pasaron a ganar, en algunos casos como
los de los secretarios y pro-secretarios de redacción y jefes de sección, el doble de lo que
percibían en su anterior trabajo. Engarzado con este incentivo se planteaba un doble movimiento
de seducción convocante: el del prestigio profesional ganado por Timerman con sus experiencias
renovadoras en Primera Plana y Confirmado y el de la personalización del trabajador de prensa
que pasó a firmar sus notas. Esta individualización (al tiempo, jerarquización y
responsabilización) del periodista, rompía con el anonimato practicado en los grandes diarios de
la época como La Nación, La Prensa, La Razón y Clarín. La firma de las notas constituyó
durante largos años una aspiración personal de Timerman, el director-empresario de La Opinión
que había desarrollado como redactor y columnista su carrera profesional en diarios como
Crítica, Noticias Gráficas, y La Razón pasando luego a participar de los primeros programas de
periodismo político en la incipiente televisión argentina.lxi
La Opinión era un diario con problemas técnicos severos, como se ha dicho, por las dificultades
de su taller. Por ello, "se comenzaban a cerrar páginas desde las 2 de la tarde y se continuaba ese
proceso cada hora; lo último que quedaba para producir eran la tapa y la contratapa y se dejaba
ese espacio para las noticias que se deben seguir durante toda la jornada con el máximo alcance
temporal posible ".lxii Ello implicaba un esfuerzo personal muy fuerte del personal periodístico, lo
que se generaba su entusiasmo por colocar la propia producción, más allá del tiempo que
demandara y de las condiciones que exigiera porque "se producía una disputa, una competencia
entre los redactores por el espacio a utilizar en la edición y no por la duración de la jornada
laboral".lxiii Pero esta vocación periodística se insertaba en un momento histórico-social de amplia
combatividad sindical - la época de la CGT de los argentinos, el Cordobazo y fuertes
movimientos de democratización sindical - que tuvieron su presencia en el gremio de prensa.lxiv
Una interpretación acerca de ese proceso estima que "la agitación sindical tenía objetivos
políticos y por ello trataba de no obstaculizar el funcionamiento del medio porque, de última, lo
que buscaba era recibir ese medio en sus manos. Nunca hubo gravísimas complicaciones, hasta
ese pequeño momento de ruptura en que se produce la ocupación del diario. Durante una semana
Timmerman realiza un lock-out y tira todas las noches el material que producía la redacción".lxv
Es en ese marco del justicialismo (y el camporismo) en el gobierno -junio de 1973, los días del
segundo retorno de Juan Domingo Perón a la Argentina - el conflicto sindical mencionado
conduce a Timerman a una dura explosión anti-peronista y de exaltada defensa de la propiedad
privada. Y así el director-empresario afirma en una solicitada publicada en un diario tradicional
que "para quienes desde el 25 de mayo de 1973 viven con el miedo a que sus vidas se vean
13
amenazadas por grupos provocadores, y que sus empresas sean expropiadas (subr. de JLB),
les digo que no tengo miedo, que no hay ningún motivo para tener miedo y que me acompañen
en esta batalla".lxvi
Timerman suponía que ese conflicto superaba el plano de las reivindicaciones sindicales y temía
que los periodistas liderados por el agrupamiento político-gremial montonero y unidos a diversos
sectores de izquierda no-peronista gestaran un proyecto de cooperativización de La Opinión. (El
director del medio ya había dado muestras de la profundidad a la que podía llegar en sus
diferencias político-periodísticas cuando expulsó del diario a Verbitsky lxvii). En realidad, un
comportamiento poco feliz del personal pareció dar pie al exhibido temor de Timerman, según
memora Gelman.lxviii
Empero, la organización sindical de prensa montonera nunca se planteó la expropiación de La
Opinión, un medio materialmente no dotado de talleres y ni siquiera de oficinas de propiedad de
la empresa editora, por lo que la reacción de Timerman pareció exagerada y motivada por la
nueva temperatura política.lxix Los zigzageos del titular de La Opinión en su orientación política
durante la breve historia del medio ilustran la compleja y contradictoria relación de la
comunicación social argentina y la perspectiva democrática. En el origen de La Opinión la
posición del editorial del medio fue definidamente anti-lanussista. Paradójicamente, el liberal
Lanusse a cargo de la presidencia era enfrentado por La Opinión que insinuaba su apoyo al luego
frustrado golpe que orientaba el general nacionalista Eduardo Labanca. En esa batalla de liberales
(conservadores) y
nacionalistas (reaccionarios), típica de la interna de aquella
dictadura, en la que los primeros liderados por Lanusse intentaban una salida electoral para
integrar al peronismo sin Perón, o con Perón subordinado, y los segundos buscaban alargar
el tramo autoritario militar en aras de una vaga profundización
de la revolución, Timerman había optado al comienzo por los segundos. Sin embargo, las
presiones de los mecanismos de distribución de diarios - favorables a Lanusse - bloquearon el
desarrollo del proyecto y forzaron la mano de Timerman para girar hacia el presidente propulsor
del llamado Gran Acuerdo Nacional.lxx Esa fue entonces la segunda etapa del diario
comprometido en un periódico que apoyaba el GAN de Lanusse pero, al mismo tiempo, es el
momento más brillante del diario con el pleno desarrollo de su producción en el área cultural y
rica descripción de las múltiples posiciones del peronismo y la izquierda. El anti-peronismo de
Timerman se compromete con el proyecto de Lanusse y lucha por la derrota de Perón. Apuesta a
su permanencia en España. El regreso de Perón y la victoria electoral de Cámpora modifican el
cuadro político y dejan a Timerman sumamente enfrentado al gobierno que arriba.lxxi
Es en
esa circunstancia en que Timerman procura primero establecer algún puente con el ala
radicalizada del peronismolxxii. Pero, sin embargo, entre las profundas diferencias entre ese sector
y el editor de La Opinión y el inicio del conflicto entre la izquierda peronista y el jefe del
justicialismo, la elección de Timerman fue otra. Privilegió las relaciones con el equipo económico
de Cámpora y Perón, el empresario José Ber Gelbard. Se produjo el conflicto con sus redactores
progresistas y de allí siguió el desplazamiento de muchos de ellos en el conflicto mencionado.lxxiii
Timerman realiza un intento por colocarse en el marco de la política del Perón conciliador que
desde el 20 de junio de 1973 y hasta su muerte en el ejercicio de la Presidencia modera su
discurso y su política. Pero luego de la desaparición líder justicialista, el gobierno de Isabel Perón
va a ser enfrentado por Timerman y su política editorial reprimida por la viuda de Perónlxxiv. Esta
cuarta etapa "empieza con la Triple A, momento en el que Timerman se siente amenazado como
judío".lxxv De allí
que la política de La Opinión se coloque progresivamente en auspicio de la llegada de los
militares al poder para superar el caos peronista. Luego de marzo de 1976, la dictadura militar
14
cayó sobre Timerman, lo secuestró, torturó, incautó La Opinión y luego, forzadamente, lo
liberó - previo quite de la ciudadanía- expulsándolo del país.lxxvi (El enfrentamiento de Timerman
con los militares, la represión de la dictadura del proceso, la acción represiva del entonces
coronel Ramón Campslxxvii, jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, exigen un
tratamiento específico que excede a este trabajo. También la última etapa de La Opinión bajo
control militar, que demanda una investigación acerca del comportamiento de la prensa bajo la
dictaduralxxviii.)
El signo distintivo del medio fue su capacidad de interpretación
y también, por ello mismo, el eje de sus conflictos. "La idea central del diario era que opinaba
sobre todo - analiza Verbistky- y por allí se explican los conflictos, porque opinaban todos pero
eso no reflejaba necesariamente la línea del director".lxxix Esa tensión entre el director y la
redacción tenía efectos diversos :"El estimulaba este opinionismo, lo que creo que es un mérito
de él - como toda la empresa de realizar ese medio - pero lo que pasaba también era que luego se
le iba de las manos. Tenía el enorme mérito de suscitar cosas quede golpe no podía controlar"lxxx.
Y de allí que se planteara un alto grado de autonomía de la redacción respecto de la dirección. La
instancia de mayor riqueza de ese opinionismo se planteó durante la primera etapa cuando la
joven redacción, férreamente opuesta a la dictadura militar y mayoritariamente partidaria de
opciones políticas que iban desde el peronismo revolucionario hasta la izquierda no-peronista
realizaba un frente único contra el gobierno castrense y se unía en el voto por la candidatura de
Cámpora. "Timerman tuvo siempre la convicción de que la pluralidad era la ventaja del diario,
por eso buscó la colaboración de Mariano Grondona, trabajó los extremos posibles para este
medio. E insistió mucho en esa pluralidad, no como un principio ético sino cuasi comercial, una
estética periodístico-editorial que debía sustentar al diariolxxxi". Ese curso tuvo su instancia más
elevada hasta la victoria del peronismo en los
comicios del 11 marzo de 1973. En esa ocasión Timerman realizó una acción periodística inédita
entonces, y hasta hoy, en el periodismo argentino. Ese día en primera plana, una nota sin firma,
titulada "La Opinión frente a los comicios"lxxxii informaba que " 78 ciudadanos del personal de
redacción, incluyendo jerárquicos y el director manifestaron en votación sus preferencias
electorales ". El resultado era una abrumadora victoria del endurecido candidato peronista Héctor
Cámpora quién obtenía 45 votos. El resto se distribuía así: Oscar Alende 12, Ricardo Balbín 4,
Juan Carlos Coral 3, Jorge Abelardo Ramos 3, Américo Ghioldi 1, Francisco Manrique 1,
Chamizo 1, en blanco 3 e impugnados 4. En un texto que perfila a "Jacobo de cuerpo entero",
según Verbitsky, La Opinión-Timerman juzgaba que el New York Times había apoyado pública
y expresamente a George Mc Govern, candidato demócrata a la presidencia de los EEUU
contra Richard Nixon y que el paradigmático Le Monde lo había con Francois Mitterand frente a
Valery Giscard'Estaing. Y valoraba que "la realidad nacional, en cambio, no aceptaría una
conducta similar de La Opinión: sería incapaz de absorberla (...) porque en la Argentina todavía,
definirse, como medio de difusión, aparece como un desafío a las buenas costumbres".
¿ Cómo influyó y se comparó La Opinión con Clarín y La Nación ?
"Había una diferencia entre esos diarios y La Opinión - opina Verbitsky - pero no era ideológica.
Cada nota era, de alguna manera, un ensayo - o simulaba serlo - sobre el tema en cuestión".lxxxiii
En cambio, para Pasquini Durán "la distancia era muy grande, tanto de forma como de
contenido". Esas diferencias comenzaban por la ausencia de las firmas en los medios de la
competencia. La Nación comenzó a utilizar la volanta que no usaba hasta ese momento. "Y se
abrió el espacio temático que estaba muy consolidado en las fronteras de la agro-exportación de
La Nación y el industrialismo desarrollista de Clarín". De tal modo un periodismo transgresor de
las normas establecidas que es incorporado "a ese conjunto sistémico que forman los medios y no
queda nunca en posición absolutamente marginal "lxxxiv.
15
Quizás la autonomización de la redacción producto del estilo de conducción aplicado por
Timerman para incentivar la polémica y
las voces diversas, se manifestaba como una redacción "horizontal" frente a las "verticales" como
La Nación y Clarín.lxxxv
Momento peculiar de los '70, La Opinión constituye uno de los momentos ejemplares de una
cultura progresista, con sus contradicciones fuertes entre conducción y bases, entre aperturas
temáticas e ideológicas audaces y graves limitaciones para respaldar perspectivas democráticas
consecuenteslxxxvi. Al mismo tiempo se encuentra un nexo entre las experiencias más radicales del
periodismo de la época y el diseño de este diario interpetativo. El fenómeno político-cultural de la
CGT de los Argentinoslxxxvii generó una significativa experiencia comunicativa, el semanario
CGTlxxxviii dirigido periodísticamente por Rodolfo Walsh. "Yo apliqué para la elaboración del
proyecto de La Opinión toda la experiencia que había hecho con ese semanario -señala Verbitsky
que integraba el equipo redactor dirigido por el autor de Operación Masacre, publicado
originalmente en ese medio - Ese medio muy pobre de recursos gráficos y muy rico
conceptualmente. para mí fue el ensayo general para todo lo que hice después".lxxxix También para
Pasquini Durán "La Opinión fue posible en el período de la CGT de los argentinos" y construye
una metáfora sugestiva:"Creo que La Opinión fue una especie de Instituto Di Tella periodístico
que condensa a un determinado núcleo cultural-político y generacional alrededor de un proyecto.
Sería irrepetible antes o después: la prueba es que muy pocos de sus periodistas se volvieron a
encontrar en una redacción"xc.
Antecedida por el trabajo de los semanarios de información político-cultural que formaron un
públicoxci, sobre todo en Buenos Aires, La Opinión constituye el antecedente de un diario
claramente renovador del periodismo argentino de los años '80 como Página/12xcii y, en general,
uno de los puntos de partida tanto del llamado periodismo de investigación como del periodismo
de interpretación en sus variantes argentinas.
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iv
.Jacobo Timerman nació el 6 de enero de 1923 en Bar, un pequeño
pueblo de Ucrania asolado por los pogroms antisemitas de la Rusia
zarista y llegó a la Argentina el 11 de octubre de 1928, el dia
antes de que Hipólito Yrigoyen asumiera, por segunda vez, la
presidencia de la República. Luego de una infancia de privaciones
económicas, terminado el colegio secundario, se trasladó por breve
tiempo a La Plata para estudiar fugazmente en el curso de admisión a
Ingeniería en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde tuvo
como profesor a Ernesto Sábato. Abandonó la carrera y desempeñó
diversos oficios manuales en varios puntos del país. Su primer
contacto relevante con el periodismo fue la participación en el
primer elenco de la revista semanal Qué, una publicación que, entre
otras, puede considerarse antecedente de Primera Plana. Fue cronista
de turf en el vespertino porteño Noticias Gráficas, y entre otros
medios colaborador de la agencia de noticias France Presse. Luego
del golpe militar de 1955 que derrocó a Juan Domingo Perón, Timerman
comenzó a trabajar en el vespertino La Razón, y allí se desempeñó
como periodista político, donde consiguió ser el primer periodista
en firmar sus notas. Ingresó con posterioridad a Clarín, cotidiano
en el que, también como columnista político, sostuvo un fuerte
contrapunto periodístico y personal con Bernardo Neustadt que está
vigente desde entonces. Se desempeñó luego en el diario frondicista
El Nacional. Pasó luego a dirigir El Mundo y fundó también en la
editorial Haynes, el vespertino El Siglo.
En 1962 fundó Primera
Plana y en 1965, su competencia Confirmado. Instalada la dictadura
organizó en Mendoza El Diario, un antecedente de su creación de La
Opinión, un diario interpretativo sobre el modelo del Le Monde
francés (Con esta última empresa JT fundó también con menor suceso
La Tarde). Timerman fue secuestrado, torturado y juzgado por un
Consejo de Guerra en 1977 durante la dictadura militar de Jorge
Videla. Como preso reconocido, su libertad fue dispuesta en 1979 por
la Corte Suprema del régimen del proceso y por los conflictos
internos de las Fuerzas Armadas fue expulsado del país y privado de
sus ciudadanía argentina, amén de ver su diario expropiado. Regresó
al país con el restablecimiento democrático y dirigió La Razón,
medio que transformó - con poco éxito - en matutino. Vive
actualmente retirado en Punta del Este, Uruguay, y colabora
esporádicamente con Newsweek, The New York Times, y El País. Es
autor de libros sobre Cuba y Chile y de Preso sin nombre, celda sin
número, su texto más célebre, en el que narra su secuestro, tortura
y exilio.
v
.SAMAAN,Yamila, Peronismo en los años '60. Primera Plana: una
mirada oblicua, Tesina para optar por el grado de Licenciada en
Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1995, inédito, pp.34-35.
vi
.La época peronista de Primera Plana-Nueva Plana, integró
circunstancialmente a varios sectores en su redacción, entre ellos a
los Comandos Tecnológicos Peronistas (CTP), conducidos por el
teniente -retirado- Julián Licastro a través del sociólogo Jorge
Luis Cavodeassi y al periodista Leonardo Bettanin, luego diputado
nacional por la Juventud Peronista (desaparecido por la dictadura
militar de 1976). El autor de este trabajo (JLB) redactó durante el
desarrollo de la campaña electoral presidencial del verano de 1973,
las notas de la misma paralelamente a su trabajo en el semanario
Panorama y como vocero de prensa en la gira electoral del ´73 de
Héctor Cámpora, candidato presidencial peronista.
vii
.DIEZHANDINO, op.cit., pp.116-117.
viii
.GRIFFITH, Thomas, Newsweek, june, 26, 1989.
ix
.LICHTER, S. Robert, y ROTHMAN, Linda,
Adler Publishers Inc., 1986.
x
The Media Elite, Adler &
.DIEZHANDINO, op. cit. p.117.
xi
.BERNETTI, Jorge Luis, "La Opinión era un Instituto Di Tella
periodístico", revista Oficios Terrestres nro.1, FPCS-UNLP, La
Plata, 1995, p.12.
xii
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xiii
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1991, p.81.
xiv
.TERAN, op. cit., p.82.
xv
.En CAPARROS, Martín y ANGUITA,
Buenos Aires, marzo de 1997, p.37.
xvi
Eduardo,
La
Voluntad,
Norma,
.GARCIA LUPO, Rogelio, Contra la ocupación extranjera, Editorial
Centro, Buenos Aires, 1991, p.8.
xvii
.La revista marxista Fichas de breve pero rico desarrollo teórico
periodístico fue dirigida por Manuel López Blanco y sy junta de
editores estaba integrada por Daniel Horacio García, el propio López
Blanco, Alfredo Parera Dennis, Gustavo Polit, Daniel Speroni, Víctor
Testa. Críticos de los "partidos burgueses" fueron independientes de
la izquierda clásica tanto como de la nacional y publicaban a León
Trostky, Isaac Deustcher, Henri Lefebvre y Charles Wright Mills,
entre otros.
xviii
.TERAN, op. cit., p.83.
xix
.Esta teoería ha sido desarrollada por el investigador (Instituto
"Emilio Ravignani"-UBA) Fernando Devoto.
xx
.RIVERA, Jorge B., El periodismo cultural,
Comunicación, Buenos Aires, 1995, p.96.
xxi
Paidós-Estudios
de
.RIVERA, op. cit., p.97.
xxii
.RIVERA, op. cit.,p.98.
xxiii
.MAZZEI, Daniel H., Periodismo y política en los años ´60:
Primera Plana y el golpe militar de 1966, en revista Entrepasados,
año IV, nro.7, Buenos Aires, fines de 1994, p.30.
xxiv
.MAZZEI, op. cit., p.30.
xxv
.Ibidem, p.31.
xxvi
.Ibidem, p.31.
xxvii
.CASASBELLAS, Ramiro de,
Clarín, 29 de octubre de 1992.
xxviii
Presumíamos
de
independientes,
en
.ALVARADO, Maite y ROCCO-CUZZI, Renata, Primera Plana: el nuevo
discruso periodístico de la década del ´60, en Punto de vista,
nro.22, diciembre de 1984, p.27.
xxix
.ALVARADO, M. y ROCCO-CUZZI, R., op. cit., p.29.
xxx
.Ibidem, p.30.
xxxi
.ELOY MARTINEZ, Tomás, Los argentinos podemos competir en el
mercado internaciona, en RIVERA, Jorge y ROMANO, Eduardo, Claves del
periodismo argentino actual, Ediciones Tauro, Buenos Aires, 1987,
pp. 61-62.
xxxii
.CASASBELLAS, op. cit.
xxxiii
.Ibidem.
xxxiv
.SCHOO, Ernesto, Cambiamos las rutinas, en Clarín, 29 de octubre
de 1992.
xxxv
.ELOY MARTINEZ, op. cit.
xxxvi
.Ernesto Schoo trabajó luego de la clausura de Primera Plana en
Panorama, junto con varios de los miembros del equipo de conducción
de aquella. Lo hizo también en los diarios Convicción, Tiempo
Argentino, La Razón, y El Cronista. Ha sido colaborador de numerosos
medios, entre ellos La Nación. Ha publicado diversos
ensayos y novelas y de desempeña en la dirección del Teatro
Municipal San Martín de la ciudad de Buenos Aires desde 1996.
xxxvii
.Julio Algañaraz y su hermano mellizo Juan Carlos, que también
trabajó en Primera Plana constituyen una pareja antológica del
periodismo argentino. Militaron como integrantes de la vieja
Juventud Universitaria Peronista (JUP), previa a la montonera de
igual nombre, en los años sesenta en la Universidad de Buenos Aires,
donde publicaron la revista 4161, denominación que identificaba el
decreto que castigaba como delito la mención del nombre Perón, o
Evita o cantar La Marcha Peronista. Luego los mellizos, eran
xxxviii
conocidos en esa época trabajaron en la agencia noticiosa ANSA
Buenos Aires. Ingresaron en Primera Plana. Luego continuaron
carrera en La Opinión. Exiliados durante la dictadura, Julio
estableció en Roma, donde es corresponsal de Clarín y Juan Carlos
Madrid donde cumple similares funciones para el mismo diario. Se
desempeñado en altos niveles directivos en la revista Cambio/16 y
Diario/16.
en
su
se
en
ha
en
.Gambini también trabajó en Panorama a partir de 1970. Luego
fundó la revista Redacciòn. Escribió una de las primeras biografías
del Ché Guevara. En los últimos años participó en la televisión de
la llamada Mesa de Café del animador, libretista, empresario y exfuncionario público Gerardo Sofovich.
xxxix
.María Victoria Walsh, Vicky, se inició en el periodismo en Primera
Plana como colaboradora y luego fue redactora de La Opinión. En ese
diario se convirtió en integrante de la comisión interna gremial que
condujo un fuerte conflicto sindical con el diario, con ocupación de
la redacción del mismo. Vicky era integrante del Bloque Peronista de
Prensa, la agrupación sindical de prensa de los Montoneros.
Integrada al aparato militar de esa organización guerrillera se
suicidó en 1976, antes de entregarse a un grueso contingente del
Primer Cuerpo de Ejército que rodeaba la casa donde se realizaba una
reunión de la conducción nacional de Montoneros. Esas drmáticas
circunstancias fueron consignadas por su padre, Rodolfo Walsh, en la
Carta a mi Hija.
xl
.En este caso son referencias obligadas las entrevistas realizadas
a protagonistas significativos del diario por Jorge Rivera y Eduardo
Romano en Claves del periodismo argentino actual, Ediciones Tarso,
Buenos Aires, octubre 1987.
xli
.PASQUINI DURAN, José María, Entrevista con JLB, Buenos Aires,
junio de 1995. Pasquini Durán fue el secretario de redacción de la
sección política de La Opinión en su primera y más característica
etapa. Es uno de los principales analistas políticos argentinos. Ha
sido jefe de redacción de Página/12, integrante y conductor de
numerosos programas de radio y televisión. Es también analista y
consultor internacional de comunicación.
xlii
.PASQUINI DURAN, José María, Entrevista..., op. cit.
xliii
.VERBITSKY, Horacio, Entrevista con el autor, Buenos Aires, julio
de 1995. Verbitsky es probablemente el más destacado periodista de
investigación política de la Argentina. Sus testimonios citados en
este trabajo registran su trabajo como principal y, en el comienzo
del proyecto de La Opinión, único diseñador periodístico del mismo.
Verbitsky trabajó en diversas oficinas del centro de Buenos Aires
analizando y midiendo, con regla y lápiz, los diarios de la ciudad.
Ofreció a Timerman conclusiones y proposiciones que se encuentran
formalizadas en La Opinión-Documento Fundador (título de JLB), un
texto de proposiciones y programa periodístico dirigido a un único
lector. Precisamente, Jacobo Timmerman. Agradezco a su redactor
facilitar una copia de este inédito tan revelador como singular.
xliv
."Le Monde nace en diciembre de 1944, en el encuentro de tres
circunstancias mayores : el vacío creado por la supresión de Temps,
xlv
que decidió el gobierno provisional, la impaciencia de un equipo
redaccional sin empleo, ardientemente deseoso de reencontrar un
diario donde trabajar, y por último la voluntad política del general
De Gaulle y de los suyos de ver surgir un gran órgano de calidad y
de prestigio". JEANNENEY, Jean-Noel y
JULLIARD, Jacques, Le Monde de Beuve-Mery ou le metier d'Alceste,
Editions Du Seuil, Paris, 1979. (traducción de JLB). Un diario
desprestigiado por su posición ambigua durante la ocupación alemana
durante la Segunda Guerra y suprimido por el Gobierno de la
Resistencia que encabeza el general De Gaulle, sirve de base para un
ambicios proyecto encabezado por el periodista Henry Beuve-Mery: un
periódico de interpretación de los grandes sucesos del mundo de
acuerdo a la óptica francesa, asentado en una redacción organizada
empresariamente como cooperativa y con el apoyo del poder aunque
luego tomara distancia del general y de los gobiernos sucesores.
.VERBITSKY, Horacio, La Opinión. Documento fundador, Buenos
Aires, 1970, mecanografiado, p.1. Este texto, cuya copia fue
facilitada por su autor a JLB, constituyó el resumen de las
recomendaciones planteadas por Verbitsky a Timerman para la
elaboración del nuevo producto.
xlvi
.VERBITSKY, Horacio, op. cit.
xlvii
.Ibidem, p.1.
xlviii
.VERBITSKY, Horacio, Entrevista, op. cit.
xlix
.El Diario de Mendoza constituye un antecedente inmediato de
La Opinión según Verbitsky (Entrevista).
Cuando Timerman vendió (circa 1967) su participación en la revista
Confirmado, forzado paradójicamente por los militares que tomaran el
poder en 1966 con su ferviente apoyo, organizó un diario en Mendoza
con financiamiento de un empresario de la construcción cuyano.
Verbitsky, que con 22 años había sido el jefe de redacción estrella
de aquella revista, se convirtió
primero en el jefe de la
corresponsalía porteña de El Diario y luego, por un breve tiempo, en
coordinador técnico del cierre periodístico de este medio. Recuerda
a Timerman cuando le anticipara en el curso de aquellos trabajos
provincianos: "Prepárese, éste es el pre-calentamiento para hacer un
diario en Buenos Aires". La historia de El Diario constituye un
trabajo pendiente de los investigadores del periodismo y la
comunicación argentinos.
l
.VERBITSKY, Horacio, La Opinión-Documento..., op. cit.
li
.Los talleres Aleman son propiedad de la familia homónima
conducida en términos comerciales por Roberto y Juan Aleman.
El primero fue ministro de Economía del gobierno de Arturo Frondizi
y del gobierno del ex general Eduardo Viola durante la dictadura del
proceso. Juan ocupó el cargo de secretario de Hacienda en el equipo
de economía de José Alfredo Martínez de Hoz durante la etapa
presidida por el ex-general Jorge Videla durante la mencionada
dictadura. La familia Aleman es editora del diario en idioma alemán
Argentinisches Tageblat.
lii
.PASQUINI DURAN, José María, Entrevista, op. cit.
liii
.VERBITSKY, Horacio, La Opinión- Documento Fundador, op. cit.
liv
.IBIDEM. H.V. recordó en el proceso de diseño su experiencia en el
semanario CGT editado por la CGT de los argentinos, durante 1968 y
parte de 1969. En esa circunstancia el modelo había preparado por
Jorge Sarudiansky y Oscar Oso Smoje, futuro diseñador éste último
del diario Noticias en 1973. Este modelo ascético tiene cierta
economía de elementos que lo emparenta con el de La Opinión.
lv
. Sábat procedente de Montevideo donde había llegado a ser
secretario de redacción del diario El País, había trabajado en
Primera Plana. Verbitsky lo convocó a La Opinión donde trabajó hasta
su pase a Clarín.
lvi
.VERBITSKY, Horacio, La Opinión-Documento fundador, op. cit.
lvii
.PASQUINI DURAN, J.M., Entrevista..., op. cit. y VERBITSKY, H.,
Entrevista, op. cit.
lviii
.TIMMERMAN, Jacobo, Una carta del director, Buenos Aires, 1971.
lix
. Además de Verbitsky como organizador, fueron convocados luego,
Julio Algañaraz, primers sub-director del diario; su hermando Juan
Carlos; Marcelo Capurro, jefe de redacción; Pasquini Durán,
secretario de redacción política; Alcadio Oña (economía); Julio
Nudler
(economía),
Juan
José
Ascone
(economía;
periodista
desaparecido); Eduardo Raboy (jefe de economía); Luis Guagnini
(política nacional; periodista desaparecido); Juan Gelman (jefe del
suplemento
cultural);
Francisco
Urondo
(cultura;
periodista
desaparecido); Mabel Itzcovich (sección cultural); Edgardo da Mommio
(secretario de redacción, sección internacional); Silvia Rudni
(sección internacional); Carlos Ulanovsky (espectáculos); Agustín
Mahieu (cine); Kive Staiff (espectáculos); Eduardo Crawley (prosecretario de economía). De los que arribaron de Primera Plana en el
origen del diario estuvieron Hugo Gambini (información general ),
Fanor Díaz (política), Osvaldo Soriano (suplemento cultural). Luego
se incorporó Tomás Eloy Martínez en la sección cultural. También
participaron en la sección política Osvaldo Tcherkaski y Miguel
Bonaso. En la mesa de noticias trabajaron Carlos Quito Burgos y Ana
Villa. Julio Bornik y Jorge Harold Elorza en gremiales. Eduardo
Negro Suárez (universitarias, periodista desaparecido). Andrés
Zavala (jefe de educación). María Victoria Vicki Walsh (en secciones
diversas). La denominada primera redacción del diario, que dura
hasta el conflicto de mayo de 1973 fue depurada. "Esa redacción que
Ramiro de Casabellas y Enrique Jara- recuerda Verbitsky - dijeron
que tenían que limpiar porque estaba llena de subversivos". También
participó de esa redacción el político uruguayo Zelmar Michelini
(sección internacional;periodista desaparecido); Diana Guerrero
(sección internacional; periodista desaparecida); Eduardo Cereti
(sección internacional, periodista desparecido). Lilia Ferreyra
(archivo). Eduardo Molina y Vedia.
También Edgardo Sajón (periodista despararecido); Julio Ramos
(economía), Roberto García (sindicales), Heriberto Kahn (política).
Dante Panzeri, Horacio Chávez Paz, Daniel Muchnik, Horacio Finoli,
Oscar García Rey, Leopoldo Moreau, y Mauro Viale.
lx
.PASQUINI DURAN, J.M. y VERBITSKY, H., Entrevistas con el autor,
lxi
op. cit. Según Pasquini, Timerman " personalizó al periodismo al
incorporar la firma. Esto cambió las condiciones laborales. El
redactor adquría una entidad pública que hasta
ese momento no tenía. Lo que había sido un sueño de él. Porque había
sido el primero en estampar su firma en una crónica en el que fuera
el más importante vespertino porteño durante muchos años: La Razón.
Timerman le hacía trampas a Félix Laiño, el secretario general, al
colocar cotidianamente en su columna Balcarce 50 la fórmula (...) 'y
dijo a éste periodista, Jacobo Timerman'(...)". Un original ejemplo
de lucha por la hegemonía en el interior de la redacción.
.PASQUINI DURAN, J. M., op. cit.
lxii
.Ibidem. "En el plano de la producción existió una enorme
colaboración de los redactores, desde la anticipación de temas
periodísticos hasta el horario y la programación de trabajo. Mi
problema como secretario de redacción -observa Pasquini- nunca fué
empujar a la gente a trabajar, sino ordenar el tumulto de trabajo
que me proponían".
lxiii
. En el inicio de la dictadura de la revolución argentina, el
Sindicato de Prensa de la Capital Federal y la Federación Argentina
de Trabajadores de Prensa (FATPREN) - encabezados por los
periodistas Emilio Jáuregui y Eduardo Jozami, fueron intervenidos
por el gobierno nacional. La combatividad gremial se encaminó dentro
de la Asociación de Periodistas de Buenos Aires (APBA), donde
convivieron - con disputas por la línea gremial - trabajadores de
prensa montoneros, comunistas y clasistas. Los primeros, agrupados
en el Bloque Peronista de Prensa (fusión de las agrupaciones 26 de
enero y 26 de julio), hegemonizaban la comisión interna de La
Opinión. La misma fué integrada en sus orígenes por Andrés Zavala,
Lilia Ferreya y Carlos Quito Burgos. En 1989, Quito Burgos participó
como miembro del Movimiento Todos por la Patria (MTP) en el ataque
al cuartel
de La Tablada, luego de lo cual fue declarado desaparecido o
asesinado.
lxiv
.Ibidem.
lxv
.TIMERMAN, Jacobo, Solicitada en La Nación, 2 de junio de 1973,
pag.8, citado en SIDICARO, Ricardo, La política mirada desde arribaLas ideas del diario La Nación (1909-1989), Editorial Sudamericana Historia y Cultura, Buenos Aires, mayo de 1993, p.372.
lxvi
. A partir de la aparición de La Opinión, la orientación del
diario condujo a un fuerte conflicto entre Timerman y Verbitsky, su
organizador del proyecto, quién dejó la jefatura de política para
pasar a conducir la sección de información general. A fin de año, la
diferencia entre ambos se convirtió en inconciliable. La dureza del
choque se puede testimonear en el memorándum (fechado el 26 de
noviembre de 1971) dirigido por el director del diario a "los
señores miembros de la Comisión Interna" :"Habiendo sido informado
de la resolución del personal de efectuar paros escalonados en
oportunidades que no han sido específicadas, con motivo del despido
del señor Horacio Verbitsky, deseo informar a mi vez que la empresa
ha resuelto que si por este motivo, el personal concreta cualquier
movimiento de fuerza, el diario La Opinión dejará de aparecer
lxvii
simultáneamente con dichas medidas y la editorial Olta entrará en
liquidación. Fdo. Jacobo Timerman".
.El poeta y periodista Juan Gelman realizador del suplemento
cultural del medio apuntó que "Timerman aprovechó una boludez
nuestra para echarme del diario, poco después del triunfo de
Cámpora, echar luego a varias decenas más y convertir el conflicto
en algo anti-camporista, tan temprano como entonces".
En carta desde México a JLB, en julio de 1995.
lxviii
.En cambio, un numeroso grupo de periodistas integrantes del
Bloque Peronista de Prensa, entre los que figuraba el autor, visitó
en el verano de 1973 en su domicilio particular al secretario
general del Movimiento Peronista, Juan Manuel Abal Medina, quién
aludió a la posibilidad de que se modificara la propiedad del diario
La Razón. En definitiva, se especulaba con la posibilidad de
revertir lo sucedido desde 1955 en ese medio
clásicamente
consignado en El caso Satanowsky por Rodolfo Walsh.
Obviamente, lo conversado entre Abal Medina y los periodistas, que
por cierto entusiasmó a éstos, se desparramó velozmente en las
empresas de comunicación.
lxix
.Según el mencionado testimonio de Gelman "el diario estaba
acosado por la dictadura de entonces: se perdían gracias al Cholo
Peco (el recientemente desaparecido líder de la poderosa Sociedad
Argentina de Distribuidores de Diarios y Revistas -SADDRA-, JLB)
camiones enteros de la edición del día o se mandaban muchos a
puestos de barrios populares donde nadie lo compraba y poquitos al
centro, donde estaba su público". En este sentido, la vigencia de la
deliberada distribución anómala es confirmada en la citada
entrevista de Pasquini Durán.
lxx
.PASQUINI DURAN, J. M., op. cit.
lxxi
. El administrador del diario, Jorge Rottemberg, solicitó y
obtuvo a través del autor de este artículo, una entrevista con Juan
Manuel Abal Medina, todavía secretario general del justicialismo
antes de la profundización del conflicto entre Perón y Cámpora.
lxxii
.Allí salieron del diario entre otros José María Pasquini
Durán, Juan Gelman, Carlos Ulanovsky y Silvia Rudni, entre otros.
lxxiii
."Ocurrió así que por explicar una información aparecida en un
diario provincial cinco días antes sin que se hubieran tomado
medidas contra ese diario, la presidente Isabel Perón clausuró La
Opinión por diez días".TIMERMAN, Jacobo, Preso sin nombre, celda sin
número, Random Editores, Nueva York, 1981, p.23.
lxxiv
.PASQUINI DURAN, J. M., op. cit.
lxxv
."El 15 de abril de 1977, en horas de la madrugada, el periodista
Jacobo Timerman fue detenido en su domicilio por un grupo de
personas de civil que dijeron pertenecer al Ejército. No exhibieron
orden de detención alguna. Ese mismo día su señora esposa, con mi
patrocinio letrado, promovió el correspondiente habeas corpus. Este
fue definitivamente resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación el 17 de setiembre de 1979; el Alto Tribunal ordenó la
lxxvi
libertad del detenido". CARRIO, Genaro R., El caso Timerman, EUDEBA,
Colección Temas, Buenos Aires, 1987, p.7.
."El coronel, y luego general Ramón Camps se caracterizaba
también por algo frecuente en los hombres de formación militar
de esa época: un acentuado espíritu racista que aplicó Jacobo
Timerman, que era judío". RAMOS, Julio A., Los cerrojos a la Prensa,
Editorial Amfin S.A., agosto de 1993, p. 179. El profundo antisemitismo de los secuestradores de Timerman fue relatado por éste en
su citado Preso sin nombre... al consignar la obsesión de sus
interrogadores castrenses durante su secuestro por su condición de
"judío" y "sionista".
lxxvii
.En este aspecto resulta significativo el testimonio de Luis
Gregorich, director del suplemento cultural de La Opinión desde
agosto de 1975 hasta julio de 1979, La prensa durante el proceso: un
testimonio, en RIVERA, Jorge y ROMANO, Eduardo, Claves del
periodismo argentino actual, Ediciones Tarso, Buenos Aires, octubre
1987, p.67.
lxxviii
.VERBITSKY, H., Entrevista ...
lxxix
.Ibidem.
lxxx
.PASQUINI DURAN, J.M., op. cit.
lxxxi
.La Opinión, 11 de marzo de 1973, p.1.
lxxxii
.VERBITSKY, H., op. cit.
lxxxiii
.PASQUINI DURAN, J.M., op. cit.
lxxxiv
."En La Opinión en su primera etapa todos, incluído el cadete,
tuteaban al director. Las jerarquías enfrentaban la burocracia y los
lugares eran más elásticos". PASQUINI DURAN, J.M., op. cit.
lxxxv
.Un ejemplo del fuerte debaste inconcluso acerca de la
personalidad periodística y política de Timerman, más allá de La
Opinión está presente en la fuerte polémica desarrollada en medios
en el año 1992. Ver URIARTE, Claudio, Biografías No AutorizadasJacobo Timerman, revista Somos (819), 8/junio/92;
ARES, Carlos, "Lo que hace Memen es inmoral". Jacobo Timerman habla
de periodismo y política, revista La Maga (22), 10/junio/92; GRECCO,
Jorge, Para quien juega Timerman, revista Somos (821), 22 /junio/92;
LANATA, Jorge, Papa no corras, en Página/12, 23/junio/92.
lxxxvi
.La CGT de los Argentinos constituyó el agrupamiento sindical
fundado el 1 de mayo de 1968, liderado por el dirigente gráfico
Raimundo Ongaro en abierta disputa con el sindicalismo burocratizado
orientado por el metalúrgico Augusto Vandor y el albañil Rogelio
Coria. Se convirtió en un eje de oposición político-gremial a la
dictadura de Onganía y es un antecedente
de la gran movilización del Cordobazo en 1969.
lxxxvii
.CGT apareció legalmente entre mayo de 1968 y junio de 1969 en
que la organización sindical fue intervenida y clandestinamente poco
lxxxviii
tiempo más.
.VERBITSKY,H., Entrevista, op. cit.
lxxxix
.PASQUINI DURAN, J.M., Entrevista, op. cit. El Instituto Di Tella,
fundado en 1959, constituyó una fundación organizada a partir de la
empresa metalúrgica Di Tella fundada por el industrial de origen
italiano Torcuato Di Tella. Congregó a artistas de vanguardia y dió
espacio para el trabajo de investigadores sociales como Gino
Germani. La galería del Instituto, espacio de expresión de los
plásticos, fue clausurada por la dictadura de Onganía. Ver TERAN,
Oscar, Nuestros años sesenta, Puntosur, Buenos Aires, 1991, 193 p.
xc
.Se trata de
competencia de
César Civita
Morduchowicz y
desde fines de
xci
Primera Plana, Confirmado -fundado por Timerman como
la anterior-, Panorama - de la editorial Abril de
- y Análisis - del grupo liberal de Fernando
Julio César Cueto Rua - que extendieron su actividad
1962 hasta mediados de 1975.
.Sobre el tema ver: ULANOVSKY, Carlos, La Opinión-Página\12, un
análisis comparativo, revista Medios y enteros, publicación teorica
de la Escuela de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias
Políticas de la Universidad Nacional de Rosario, nro.2,
Rosario, 1991.
xcii
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