RESUMEN La objetividad ha constituido una de las pretensiones que durante mucho tiempo sostuvo el paradigma positivista. La pureza perceptiva del sujeto y la nitidez del objeto se constituían en dos eslabones fundamentales de la cadena con que se pretendía reproducir la realidad. Desde esta perspectiva el conocimiento no es mas que un representar de la realidad en la mente, con una buena adecuación a la misma, para ser objetivos. El sujeto, de esta manera, se reduce a una cámara fotográfica. Con esta analogía el positivismo se entronizó radicalmente en el siglo XIX y parte del siglo XX, en la actualidad, se asiste a una racionalidad diferente, a un cambió radical de la concepción anterior, pues epistemológicamente se admite que el sujeto da la forma, moldea o estructura al objeto percibido de acuerdo con sus características idiosincrásicas por consiguiente la mente construye su objeto. Por esta razón el conocimiento es el resultado de un diálogo entre dos componentes fundamentales: sujeto y objeto, por lo tanto es conveniente advertir que estamos en presencia del ocaso de la objetividad en la investigación científica. Palabras Claves: Objetividad, Positivismo, Postpositivismo, Interacción Sujeto- Objeto Autor: Radamés Guzmán G radjhesus@gmail.com Universidad Arturo Michelena Valencia Estado Carabobo Venezuela. Recibido: 09/10/06 Aprobado 06/12/07 Lic. en Educación. Mención Lengua UNESR. MSc. en Educación. Mención Investigación Educativa UNERG. Dr. en Educación UCV. Director General del Instituto Venezolano de Investigación y Servicios Educativos (IVISED).Profesor de Postgrado Universidad Arturo Michelena UAM. ARTÍCULO EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Radamés Guzmán G. p.p 201-211. The decline of objectivity in scientific research. ABSTRACT Objectivity has been one of the claims that have long held the positivist paradigm. The purity of the subject of perception and sharpness of the object is constituted by two key links in the chain with which sought to reproduce reality. From this perspective, knowledge is nothing but a representation of reality in mind, with good adaptation to it, to be objective. The subject in this way is reduced to a camera. With this analogy is enthroned radical positivism in the nineteenth and the twentieth century, today we are witnessing a different rationality, a radical change from the previous design, epistemologically it is accepted that the subject gives form, shape the perceived object or structure in accordance with their idiosyncrasies, therefore, the mind constructs its object. That is why knowledge is the result of a dialogue between two key components: subject and object, therefore it should be noted that we are witnessing the decline of objectivity in scientific research. Keywords: Objectivity, Positivism, Postpositivismo, Subject-Object Interactions EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA El “paradigma de la simplificación”, formulado por Descartes, que ha sido rector del saber occidental desde el siglo XVII, postuló como principio de toda verdad las ideas “claras y distintas” (Descartes, 1637) y la búsqueda de reglas fijas para descubrir verdades. Este pensamiento disyuntor, terminó por entorpecer el camino de la ciencia hacia su propio conocimiento, coartándole la posibilidad de reflexionar sobre sí misma. Permeando todo el pensamiento cartesiano, pueden distinguirse dos importantes principios: el de separación y el de reducción, teniendo este última una doble articulación: por una parte, la reducción del conocimiento del todo, al conocimiento de la suma de las partes; y por la otra, la limitación de lo cognoscible a lo mensurable, donde lo verdadero es lo evidente y lo evidente a su vez, debe estar definido por la claridad y la distinción. La historia del pensamiento moderno estuvo signada por este esfuerzo de comprender la naturaleza de las cosas y los sucesos, simplificando permanentemente los fenómenos para su mejor comprensión. Y fue, 202 REVISTA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Segunda Etapa / Año 2009 / Vol 19/ Nº 33. Valencia, Enero - Junio. precisamente, bajo el manto de este pensamiento mecanicista, que se produjo la reducción de lo complejo a lo simple y la hiperespecialización, fragmentando profundamente el entramado complejo de la realidad hasta llegar a la ilusión de admitir que una mirada reducida sobre lo real, puede llegar a tomarse por la realidad misma. En el amplio y controvertido mundo de la investigación científica se ha suscitado una problemática que se ha extendido durante muchos años en la historia del quehacer científico y el clásico debate entre lo objetivo y lo subjetivo lo cual ha tenido implicaciones en los planos filosóficos, literarios, psicológicos, artísticos y por supuesto en todas aquellas actividades donde esté involucrado el problema del conocer. Desde tiempos remotos, desde Platón y Aristóteles, hasta nuestros días se han desarrollado variadas teorías y concepciones que buscan desde ángulos distintos definir y caracterizar la objetividad y subjetividad en el proceso de conocimiento. Así nos encontramos con tendencias como el realismo formulado inicialmente por Platón y Aristóteles y posteriormente por los precursores del idealismo objetivo (Peirce, Schelling, Whitehead y Otros) el cual sostiene que tanto el sujeto como el objeto de conocimiento son iguales y ambos son igualmente manifestaciones de un absoluto o idea. También en la obra de Max Weber existe un criterio interesante sobre la objetividad. Este autor sostiene que la base de la objetividad puede encontrarse esencialmente en la actitud que adopte un sujeto para conocer la realidad social. Weber plantea que el conocimiento científico no se encuentra en las grandes visiones o interpretaciones de lo social sino en el conocimiento que es empíricamente verificable. Por otra parte, los filósofos de la ciencia con orientación positivista siempre han puesto un marcado énfasis en la objetividad de sus procedimientos, en la objetividad de sus resultados y en la objetividad de sus conocimientos. El positivismo surge a finales del siglo XIX a partir de dos fuentes originarias: la concepción del espacio de Newton, absolutamente mecanicista, y la idea de Descartes sobre un dualismo entre la mente y la materia, lo cual permitió la creencia de que el mundo material existe objetivamente, prescindiendo del sujeto. Según Martínez (2001) hay una idea generalizada de que ´´ fuera de nosotros existe una realidad totalmente hecha, acabada y plenamente 203 EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Radamés Guzmán G. p.p 201-211. externa y objetiva y que nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que la refleja dentro de sí ´´. Esta realidad va a estar referida a un espacio, a un tiempo, a una masa. Por ello es posible, bajo esta perspectiva, investigar sólo aquello susceptible de experimentarse, observarse o verificarse. Se defiende que el mundo natural tiene una existencia propia que es independiente de la persona que lo estudia. El mundo social, el de la enseñanza, existe como un sistema de variables. El conocimiento científico es una copia del funcionamiento del mundo. Las proposiciones que no puedan ser confirmadas por datos empíricos, además de no ser científicas carecen de sentido. El conocimiento científico es objetivo porque describe la realidad tal cual es. Esta descripción no implica inferencia alguna ni presupuestos filosóficos de ningún tipo. Esta neutralidad ontológica defiende que los hechos son independientes de interpretaciones y teorías. Epistemológicamente, el positivismo asume una postura de racionalismo analítico para conocer la realidad, es decir, la razón como única autoridad. La realidad, por tanto, puede ser destrozada en partes, a partir de las cuales puede ser reconstruida. El conocimiento se funda en los hechos, de allí que la experiencia sea la fuente de todo conocimiento. La única forma de obtener el conocimiento es la objetividad, o lo que es lo mismo, practicando la neutralidad valorativa. Ortega y Gasset (1981) refieren que antiguamente, se concebía que las cosas del universo estaban ahí fuera por sí mismas, en forma ingenua, apoyándose las unas a las otras, haciéndose posible las unas a las otras. Y el sujeto no es sino una pequeña parte de ese universo y, su conciencia un espejo donde los trozos de ese universo se reflejaban. La función del pensar no consistía más que en un encontrar las cosas que ahí estaban, un tropezar con ellas. Así, el conocimiento no era sino un re presentar esas cosas en la mente, con una muy buena adecuación a las mismas, para ser objetivos. No cabía situación más humilde para el yo, pues lo reducía a una cámara fotográfica. El abordaje positivista privilegia al objeto o al hecho, haciendo desaparecer al sujeto en pro del objeto. En otras palabras, el positivismo da preeminencia al objeto, insistiendo en que la realidad objetiva es capaz de hablar por sí misma. Al respecto, Sánchez (2001) acota que el positivismo supone que el objeto real y el objeto del conocimiento permanecen reducidos 204 REVISTA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Segunda Etapa / Año 2009 / Vol 19/ Nº 33. Valencia, Enero - Junio. a la representación del primero sin permitir la interacción del sujeto, en consecuencia, supone también que la relación sujeto/objeto es una relación de duplo empirismo entre un individuo concreto y aislado (investigador) y un pedazo de realidad también concreta. El carácter factualista/ objetivista, según Téllez (1991) se estructura como efectuación del supuesto según el cual la ciencia se ocupa de particulares dados en tanto que observables; dados, bien en el momento de las observaciones fácticas o experimentales,bien en el momento del controlverificación de hipótesis y teorías. En este supuesto arraiga el entendimiento del discurso científico social como discurso que referido a lo que es en cuanto observable, ha sido empíricamente contrastado y comprobado o es empíricamente contrastable y comprobable. Y, con ello, la consideración de dicho discurso como opuesto al discurso valorativo; oposición en la que se sitúa la exigencia de excluir todo valor y todo juicio de valor. Al factualismo /objetivismo responde, también, el predominio de procedimientos analíticos, consustancial al propósito que le es asignado a la investigación social: el logro de conocimientos relativos a conexiones causales de orden funcional. Tal privilegio comporta la anulación de la síntesis, como reconstrucción teórica de la complejidad constitutiva de los fenómenos sociales y, con ello, la restricción de la actividad investigativa al estudio de variables y al establecimiento de relaciones de causalidad funcional entre ellas; variables que se definen sin vínculo alguno con categorías de análisis y que ocupan el lugar de estas en el estudio de lo real social. De tal manera, el análisis deviene atomismo, propio de una concepción para la cual los objetos de investigación son sólo objetos dados atomísticamente, objetos en sí, total y absolutamente descontextualizados respecto de las redes de relaciones sociales de las que forman parte. El objetivismo epistemológico sostiene que todo lo aprehendido es independiente del sujeto que aprehende. Esta perspectiva epistemológica defiende que la realidad y el significado de la realidad existen independientemente de la operación de ninguna conciencia sobre ellas. Así, la verdad y el significado residen en los objetos independientemente de ninguna conciencia. Esta idea tiene sus orígenes en la antígua filosofía griega y fue incorporando al realismo escolástico a lo largo de la Edad Media, alcanzando su cenit en la época de la ilustración. La idea de que existe una verdad objetiva que 205 EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Radamés Guzmán G. p.p 201-211. podemos conocer a través del uso adecuado de métodos de investigación y obtener determinado conocimiento de esa verdad, ha sido el fundamento epistemológico predominante de la ciencia occidental. En ocasiones se ha tendido a identificar esta perspectiva epistemológica exclusivamente con los supuestos que subyacen al positivismo y por extensión a lo que de forma general podemos denominar metodologías de investigación cuantitativa o empírico- analíticas. De esta manera, hacer ciencia bajo el paradigma positivista, se relaciona con la concepción de causalidad. Conocer los fenómenos por sus causas, explicarlos por los antecedentes o condicionantes es el objetivo de la ciencia bajo esta forma de ver el juego científico. Así, la racionalidad científica exige un proceso hipotético deductivo que se fundamenta en datos de origen empírico, en la formulación de hipótesis, en la comprobación o falsación de las mismas, generalmente, vía demostración matemática y en conclusiones o deducciones lógicas, a partir de los datos y comprobaciones anteriores. El objeto es así un todo previamente delimitado, aislado y de ser posible, como lo apunta Sánchez (2001) disecado. Es un todo dividido en partes o variables. Una vez delimitado el universo empírico de la observación, el proceso camina en dirección a las partes que lo integran (método analítico); identifica las partes (variables) y las relaciona entre sí siguiendo los principios de la determinancia o causalidad. La nomenclatura utilizada para identificar esa causalidad, como variables independientes (causa o estímulo) y variables dependientes (efecto, respuesta) indican ese camino que debe ser recorrido. El entorno o contexto (variables intervinientes) son despreciados, separados o controlados. El camino es recorrido en la dirección del todo a las partes, pretendiendo de esta forma explicar la realidad. Con el racionalismo de la ciencia moderna, se ha impuesto, como modo de racionalidad justificado, un tipo de discurso que procede por hipótesis, evidencias y conclusiones, siguiendo las leyes de la lógica o de la inducción; y relega al ámbito subjetivo toda la dimensión de expresión de experiencias. Este tipo de investigación convencional no sólo fracasa al tratar las experiencias vividas, sino que éstas son rechazadas como posible objeto de investigación, al entrar en el ámbito de lo subjetivo, que debe ser excluido de la investigación científica (Van Maanen, 1990). El supuesto de partida de este tipo de racionalidad -como decía Kant en el referido lema- 206 REVISTA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Segunda Etapa / Año 2009 / Vol 19/ Nº 33. Valencia, Enero - Junio. es que cuanto menos subjetivo y más objetivo sea, habrá mayor grado de cientificidad. De esta manera el positivismo privilegia, valora, defiende y propugna la objetividad, el determinismo de los fenómenos, la experiencia sensible, la cuantificación aleatoria de las medidas, la lógica formal aristototélica y la verificación empírica. La tesis positivista sostiene que para garantizar la objetividad del proceso científico, es necesario separar la ciencia de la conciencia; los hechos de los juicios de valor; el conocimiento científico de los intereses humanos. Al respecto, cabe preguntarse si existe una dimensión ética en la opción del investigador por un determinado abordaje teórico metodológico. Considero que el investigador no es axiológicamente neutro; como ciudadano de una determinada sociedad, como ser político, como hombre de su época y también como sujeto de la historia, debe tener conciencia clara de los intereses que comandan su investigación, por lo tanto, no debe ahorrar esfuerzos para aclarar las implicaciones filosóficas e ideológicas de sus opciones epistemológicas. El paradigma positivista ganó status y prestigio y ha dado muy buenos resultados en el campo de las ciencias naturales debido a que el método y el objeto tienen alto nivel de adecuación, en especial, cuando se trabaja con cuerpos que se pueden percibir a través de los sentidos. En este campo la interacción sujeto- objeto, constituye un error, una circunstancia nada pertinente dentro de estas coordenadas. No obstante, cuando los físicos iniciaron investigaciones en el mundo microfísico y sub- microfísico, en donde muchas entidades no son observables ni cuantificables y mucho menos contrastables, se vieron obligados a abandonar el modelo positivista, descubriendo así otras físicas: La Relativista y La Cuántica . Por supuesto todo ello obliga a los físicos a estudiar filosofía. El eminente físico y Premio Nóbel Eugene Wigner refiere: ´´ Hubiera sido imposible formular de manera coherente las leyes de la Teoría de los Cuantos sin hacer referencia a la conciencia´´ (Capra, 1985 p. 196). Por su parte Martínez (2002) en su libro La Nueva Ciencia, indica que Niels Bohr había dicho a Heinsenberg: ´´ Cuando se trata de átomos, el lenguaje sólo se puede emplear como en poesía. Al poeta le interesa, no tanto la descripción de hechos, cuanto la creación de imágenes´´ (p.203) 207 EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Radamés Guzmán G. p.p 201-211. Por otra parte, cuando el sujeto percibe una determinada realidad, hace una lectura de la misma según sus intereses, de acuerdo con una óptica determinada y una perspectiva de interpretación. El resultado de esta relación no es igual al fenómeno empírico observado, ni es la simple imagen leída o percibida por el sujeto. Al contrario, el resultado es la síntesis de esa relación, es una construcción que podemos llamar objeto. Todo lo anteriormente señalado viene a corroborar el derrumbe, el desmoronamiento de la gran ilusión positivista: La Objetividad. La Epistemología actual pronuncia una serie de postulados irrenunciables como los siguientes: Einstein: Toda observación es relativa al punto de vista del observador. Heinsenberg: Toda observación afecta al fenómeno observado. Nietzsche: No existen hechos solo interpretaciones. Merleau- Ponty: Estamos condenados al significado. Morán: La pregunta ¿Que es la Ciencia? No tiene una respuesta científica. Las ideas matrices anteriores constituyen una plataforma lógica conceptual que nos obliga a pensar en una nueva narratividad de la ciencia. El siglo XXI clama por una Epistemología profundamente antropológica, basada en enfoques sistémicos de comprometida integralidad. Ese es un dictado que proviene de las propias características que ha venido adquiriendo el desarrollo de las ciencias y del conocimiento. Se trata de saltos del saber en casi todos los campos del quehacer científico. Esos saltos además, registran severos impactos en todo el andamiaje social de sus entornos directos e indirectos, locales y globales. Se comprende entonces, que ahora como nunca antes, el avance del conocimiento registra connotaciones éticas, económicas, jurídicas, políticas y por supuesto, ideológicas. Y no es que estemos politizando o ideologizando campos del saber en nada vinculados a la política o la ideología. Es que el avance del conocimiento ahora registra matices de importancia trascendental para toda la concepción de la vida, del hombre, de lo humano, de la convivencia social. (Renau, 2000) 208 REVISTA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Segunda Etapa / Año 2009 / Vol 19/ Nº 33. Valencia, Enero - Junio. Desde las posiciones de la epistemología contemporánea no se acepta que el conocimiento científico refleje y describa la realidad del objeto tal cual es, y que ello se deba a que se halle libre de valores. Hoy en día se acepta que es un error defender que los enunciados observaciónales son en su origen totalmente independientes de las interpretaciones teóricas que se les pueda aplicar. La observación, como cualquier otra forma de acción social, sólo puede entenderse relacionándola con el contexto donde aquélla tiene lugar. La cultura, en sentido antropológico, nos aporta, de modo implícito, las conexiones ignoradas u ocultas entre nuestras percepciones y los conceptos disponibles y compartidos socialmente a través de los cuales aquellas cobran sentido. Hoy día es ampliamente aceptado que no conocemos hechos puros, sino que esos hechos al entrar a formar parte de nuestro conocimiento ya son vistos de cierto modo. Lo que un observador ve, depende en parte del objeto de observación, pero también de lo que su experiencia perceptual anterior le obliga a ver. Cuando intenta captar un sistema implícito en los hechos de la naturaleza, todo observador está influido por los instrumentos que utiliza, las teorías que conoce o sus prejuicios epistemológicos, entre otros factores, los cuales le obligan a ver las cosas de una determinada manera, siéndole imposible desembarazarse de esos esquemas de percepción. Las recientes posiciones epistemológicas de la ciencia enfatizan el grado en que el conocer está siempre insertado en una historia y en un contexto cultural y social. Desde este punto de vista la epistemología construccionista rechaza la idea de que exista una verdad objetiva esperando ser descubierta. La verdad, el significado, emerge a partir de nuestra interacción con la realidad. No existe el significado sin una mente, por consiguiente el significado no se descubre sino que se construye. Desde este ángulo se asume que diferentes personas pueden construir significados diversos en relación a un mismo evento o fenómeno. Es importante tener presente que el conocimiento es contingente a prácticas humanas, se construye a partir de la interacción entre los seres humanos y el mundo, y se desarrolla y es transmitido en contextos esencialmente sociales. En su interacción con el mundo que interpreta los seres humanos construyen el conocimiento. Desde esta perspectiva, cobra especial relevancia el concepto escolástico de intencionalidad: el ser humano 209 EL OCASO DE LA OBJETIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Radamés Guzmán G. p.p 201-211. es un ser-en- el- mundo. Por consiguiente no entra en juego la famosa distinción de Descartes entre cuerpo y mente, entre cuerpo y mundo. La in tencionalidad remite a una activa relación entre la conciencia del sujeto y el objeto de la conciencia del sujeto. En consecuencia la intencionalidad no puede mantener la dicotomía sujeto- objeto, puesto que aunque puedan ser distinguidos, estos siempre están unidos. Desde el construccionismo se defiende la ínter-subjetividad compartida y la construcción social del significado y del conocimiento, hacia la generación colectiva del significado tal y como se perfila por las convenciones del lenguaje y otros procesos sociales. Vemos así, que sostener la objetividad del conocimiento es el resultado de un pensamiento que, en términos de Morín (1993) compartimenta, recorta, aísla y que extiende sobre la sociedad y las relaciones humanas, las restricciones y la visión determinista, mecanicista, cuantitativa y formalista que ignora, oculta o disuelve todo lo que es subjetivo, afectivo, libre y creativo. En la actualidad la nueva narratividad científica rechaza el presupuesto de objetividad (sujeto separado del objeto) y propone el de reflexibilidad, es decir, el objeto como producto de la actividad interpretativa del sujeto. Por otra parte, se busca dejar a un lado las plataformas teóricas, que en la investigación positivista son el punto de partida y de llegada, para pasar a unas ecológicas mediante las cuales el conocimiento y las teorías emergen de la interacción dialógica entre los actores sociales y en donde tienen voces múltiples locutores: económicos, sociales, biológicos, culturales y políticos. 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