Revista Terral nº21 – Editorial-Índice - Editorial www.revistaterral.com Acudo al folio en blanco con las trágicas noticias de un nuevo atentado. “Ahora ha golpeado al corazón de Europa”, escucho en las noticias. Y añado: "y de nuevo, a hombres y mujeres que nada tienen que ver con los entramados de la política, ni con la firma de tratados que solo alcanzan a definir la enfermedad, pero que no aciertan con el diagnóstico ni con la medicina.” En lo concerniente a nuestro país –tras este paréntesis vacacional–, preparémonos para los acuerdos y desacuerdos a los que nuestros políticos nos tienen acostumbrados, y que, me temo, seguirán protagonizando con resultados tan imprevisibles como la lluvia primaveral. Concluyo esta triste editorial, uniéndome, junto al equipo de Terral, al sentimiento de dolor que aflige a tanta gente que ha visto destrozada su vida por la sin razón de la barbarie, del fanatismo, de la intolerancia, de la inacción… ¡Ojalá pueda empezar la próxima editorial con la esperanza de que otro mundo sea posible! La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero (Mahatma Ghandi) Lola Buendía López– Directora de la Revista Terral - ISSN 2253-9018 www.revistaterral.com Revista Terral nº21 – Editorial-Índice - Revista Terral Número 21 ©Todos los derechos reservados - ISSN 2253-9018 Edición: Lola Buendía López – Enrique Bodero Moral Equipo de redacción: Ramón Alcaraz – Enrique Bodero – Lola Buendía – Erena Burattini Diseño de portada: Enrique Bodero. Imagen de portada: Main. Grabado. Autor: Dante de Virginy. http://dantedevirginy.com/ Editorial y maquetación: Lola Buendía – Juan Canales Colaboradores en este número: Cine: Ramón Alcaraz – ¿Sabías que la actriz Bette Davis pidió trabajo anunciándose en prensa? Ricardo J. Gómez Tovar – La sombra de Nick Charles Ángel Silvelo – Carol, de Todd Haynes: La mirada del otro y el deseo en un mundo infeliz Opinión/ Reflexiones: Erena B. Burattini – Misceláneas de Chile Crítica literaria: Ricardo Guadalupe – El Rey de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez Anna Rossell - Renovarse o morir. Lenguaje cinematográfico y holocausto Revista Terral nº21 – Editorial-Índice - Poesía: Coordina: Aurora Gámez Enríquez (ALAS) Poetas: Manuel Gahete –José Sarriá–Pilar Quirosa Cheyrouze–Rachida Gharrafi- Nisrin Ibn Larbi–Sali Fares–Oldubai–Aurora Gámez Relatos: Isabel Jiménez Romero – El lugar más bonito del mundo Mar Solana – Fortepiano Francisco Martos – Noche de reyes Ser escritora: Mar Solana – Los personajes de un escritor: Los Malos (III) Flamenco: Rafael Silva Martínez – Sobre el origen de la denominación “Flamenco” (V) El viajero: Pepa J. Calero – Tromso, Noruega. La puerta del Ártico Emy Luna – Un paseo por la sierra de Monchique. El Algarve, Portugal Arte: José Manuel Velasco - Arte para recomendar La otra realidad: Mariano J. Vázquez – Figuras históricas del esoterismo (III): “El enigmático conde de Saint – Germain” Diseño web: Juan Canales Molina Revista Terral nº21 – Cine - Cinexplicable Ramón Alcaraz García www.tallerliterario.net ¿Sabías que la actriz Bette Davis pidió trabajo anunciándose en prensa? Y no, esto no sucedió cuando empezaba, sino en sus últimos años de vida. Su nombre en realidad era Ruth Elizabeth Davis. Ha sido considerada la segunda mejor actriz de la historia del cine, detrás de Katherine Hepburn. También fue la primera mujer presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. Nació en 1908, descendiente de familia de ascendientes ingleses, galeses y franceses. Se puso Bette por la novela de Honoré de Balzac titulada La prima Bette. Su infancia fue muy dura, sus padres se separaron cuando ella tenía 7 años y fue internada 6 años con su hermana en un severo internado, hasta que su madre se las llevó a Nueva York. Su vocación como actriz nació por influencia de Rodolfo Valentino y Mary Pickford; pero sobre todo cuando con 18 años asistió a la representación de la obra teatral El pato silvestre de Henrik Ibsen, que despertó por completo su vocación. Se presentó a pruebas y actúo con pequeños papeles en algunas películas, hasta que obtuvo un papel en La oculta providencia. Después, vio su oportunidad en papeles que rechazaba la mayoría de actrices, los de personajes de mujeres antipáticas, atormentadas, perversas, perturbadas…. Ganó dos Revista Terral nº21 – Cine - Oscar, con las películas Peligrosa y Jezabel: 1935 y 1938. Siempre dijo que a las estatuillas las llamaban Oscar por un comentario suyo, cuando dijo que la parte trasera de la figura se parecía a su entonces marido Harmon Oscar Nelson; pero sobre eso sigue habiendo debate. Superó la participación en 100 películas, además de 50 papeles en televisión, y eso que en cine rechazó muchos. Fue famosa su enemistad con Joan Crawford, especialmente a partir de la película ¿Qué fue de baby Jane? Como el marido de Crawford era un alto ejecutivo de Pepsi Cola, Bette exigió que le instalaran una máquina expendedora de coca colas. En la escena de la pelea, a Crawford le tuvieron que poner puntos de sutura; y se vengó cargándose de pesas en los bolsillos en la escena en que Bette la tenía que arrastrar. A Crawford le dedicó algunas frases, entre ellas: “Uno nunca debe decir cosas malas sobre los muertos, sólo se deben decir cosas buenas... Joan Crawford está muerta, ¡qué bien!". Pese a su fama de “malvada” en sus películas, y su rivalidad con Crawford, fue una gran persona en la vida real. Durante la Segunda Guerra Mundial, frente al inmovilismo y la falta de implicación de algunos magnates de las productoras, vendió bonos de guerra, visitó fábricas de armamento y animó a los trabajadores y a las tropas. En solo dos días recaudó más de 2 millones de dólares en bonos. Además, fue cofundadora de lo que se llamó la Cantina de Hollywood, un antiguo club donde se animaba a los militares con la presencia de estrellas del cine y cantantes. Realizó una gran labor hasta que finalizó la guerra, e inspiró la película del mismo nombre, La cantina de Hollywood, interpretada también por ella misma. En 1980 recibió la Medalla al Servicio Civil del Ejército, uno de los Revista Terral nº21 – Cine - más grandes reconocimientos que un civil puede obtener. También obtuvo otros muy importantes, entre ellos nada menos que la Legión de Honor de Francia. Tuvo el valor al inicio de su carrera para enfrentarse nada menos que a la Warner Bross, incumpliendo un contrato que ella calificó de “esclavitud”. Rodó en Londres dos películas incumpliendo su contrato y huyó a Canadá para evitar las citaciones judiciales, por eso la Warner llevó su demanda a los tribunales del Reino Unido. Durante el juicio, recibió el apoyo de la prensa inglesa. Bette volvió a Estados Unidos endeudada y sin ingresos, pero libre las “películas mediocres” de la Warner, que se vio obligada a darle grandes papeles. A partir de 1949, inició una carrea independiente de gran éxito. Fue la primera actriz en tener 10 nominaciones a los Oscar. Fue una persona de altibajos, con una vida muy intensa tanto en lo personal como en lo laboral. En un momento de declive, puso el siguiente anuncio en prensa: "Se ofrece actriz con 30 años de experiencia en el cine y todavía animosa. Con dos Oscar". Suyas son otras frases célebres: “He llegado a la cumbre a fuerza de mucho arañar, e incluso habría recurrido al asesinato para conseguirlo". "Hollywood siempre me quiso para que fuese bella, pero yo luché por el realismo". "Yo fui el Marlon Brando de mi generación". "La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontramos las pastillas que nos aliviarán". "No me retiraré mientras siga manteniendo mis piernas y mi caja de maquillaje". Y en su epitafio dice: “Lo hizo a la manera difícil”. Revista Terral nº21 – Cine - Cine LA SOMBRA DE NICK CHARLES Ricardo J. Gómez Tovar http://www.ricardogomeztovar.blogspot.com/ Decía Paul Valéry que “lo negro no es tan negro”. Esta aseveración se revaloriza tras el visionado de cualquiera de las películas que integran la serie La cena de los acusados (The Thin Man), brillante adaptación cinematográfica de las andanzas del detective creado por el novelista Dashiel Hammett a principios de los años 30. Lejos del violentísimo panorama que ofrecían las películas de gángsters pre-código más populares del momento, como Scarface, El enemigo público o Hampa dorada, la llegada a las pantallas de La cena de los acusados en 1934 introduce una nota de alta comedia en las bases argumentales del cine negro, sin que de ello se resienta el enredo policiaco que se plantea a los espectadores. El tándem detectivesco que forman Nick y Nora Charles, interpretado con perfecta química de celuloide por William Powell y Myrna Loy, un encantador matrimonio que se desplaza continuamente entre San Francisco y Nueva York para resolver casos criminales, la mayor parte de ellos mientras se encuentran de vacaciones, resulta de una eficacia irresistible gracias a su intercambio de diálogos chispeantes y su afición a degustar Revista Terral nº21 – Cine - Martinis y otros cócteles en suntuosos decorados art Déco. Pero los acaudalados Charles no están solos en sus quehaceres de investigación. Les acompaña en todo momento un perro de raza Terrier llamado Asta a quien tratan como un miembro más de la familia, y que se encarga de aportar el toque de diversión familiar que diferenciaría a la serie de la “negrura” vertida en otras producciones del género. La tercera entrega, Otra reunión de acusados (1939), añadiría una grata sorpresa a la trama: la irrupción en escena de Nicky, el retoño nacido del matrimonio de sabuesos, quien vendría a confirmar definitivamente el sello “para todos los públicos” que la Warner Bros quería imprimir a estas aventuras policiacas sin precedentes. El éxito de La cena de los acusados daría origen a otras 5 entregas protagonizadas por la “divina pareja”, la última de ellas estrenada en 1947 con el título La ruleta de la muerte (Song of the Thin Man). Todas ellas contaron con la estilizada dirección de W. S. Van Dyke, excepto las dos últimas, que firmaron Richard Thorpe y Edward Buzzell con no menos notables resultados. Tampoco debe caer en el olvido la estupenda serie de TV homónima (titulada en español Ella, él y Asta), basada en los personajes del film original, que la MGM emitió entre 1957 y 1959 con protagonismo de Peter Lawford y Phyllis Kirk, y en cuyo episodio piloto aparecía el famoso robot Robby del clásico de ciencia ficción Planeta prohibido. El estilo interpretativo del actor William Powell, con su elegancia relajada, su sonrisa jovial y su divertido bigotillo, se ajustaría como un guante a las características del personaje concebido por Hammett. Un ex detective de renombre, casado con una esposa rica, que, a pesar de dedicar buena parte del metraje de la película a trasegar bebidas alcohólicas, nunca pierde esa lucidez que consigue revelarle finalmente, para asombro de la policía, la identidad del culpable en los complejos casos de asesinato que se le presentan. Hay quien dijo acertadamente de Powell que era el “Astaire de los diálogos”, y a juzgar por la ligereza con que soluciona entuertos en plena era del jazz, da la sensación de que obedece a movimientos coreografiados. Por su parte, Myrna Loy, apodada la “Reina de Hollywood”, y con quien Powell rodaría hasta 14 películas, prestaría sus agraciadas facciones a la heredera de la alta sociedad que se las ingenia como puede para no quedarse al margen de las actividades de su marido, muchas veces no exentas de verdadero peligro, mientras Revista Terral nº21 – Cine - muestra una actitud permisiva ante los (inofensivos) flirteos de Nick o enseña su lado más snob cuando aquel le presenta a sus viejos amigos, casi todos ellos relacionados con el mundo del hampa. Y es que Nick se codea con las altas esferas, pero prefiere contar con la cooperación de personajes de dudosa reputación a los que envió a la cárcel tiempo atrás y que, actualmente arrepentidos o en vías de arrepentimiento, se muestran ansiosos de prestarle sus servicios al otro lado de la ley. El hedonismo del matrimonio Charles, a quien vemos mezclar una sucesión de burbujeantes combinados mientras no cesan de recibir visitas, bienvenidas o no, armadas con pistolas cargadas o botellas de champán, en su lujoso ático de Manhattan es un poderoso “negrura”, antídoto la contra provocada la otra por las consecuencias del Crack de 1929. Su glamuroso estilo de vida y el ocurrente sentido del humor que hilvana todas sus conversaciones ejercerían, además, una palpable influencia en posteriores experimentos de parejas detectivescas, como las series televisivas McMillan y esposa, con Rock Hudson y Susan Saint James, o Hart y Hart, con Robert Wagner y Stephanie Powers, que estuvieron en antena en las décadas de los 70 y 80. La sombra de Nick y Nora Charles sigue siendo alargada transcurridas más de ocho décadas desde su debut. Si os encontráis en Manhattan y paráis un taxi, tened bien abiertos los ojos. Puede que salga de su interior un simpático Terrier seguido de sus dueños: el hombre del bigotillo y la mujer de nariz respingona y sombrero chic. Revista Terral nº21 – Cine - Cine CAROL, DE TODD HAYNES: LA MIRADA Y EL DESEO EN UN MUNDO INFELIZ Ángel Silvelo Gabriel Una de las válvulas de escape de la naturaleza humana es el deseo, ese incómodo compañero de viaje que nos dibuja líneas en nuestro interior sin pedírselo, y que nadie entiende más que uno mismo. Ese gen inspirador de la felicidad y el tormento, de la lujuria y la pasión, del cielo y el infierno, se puede sustentar en múltiples manifestaciones, y una de ellas es la mirada; una mirada que es un perfecto cómplice del juego de lo invisible, pues invisible es el deseo, sobre todo, en un mundo infeliz en el que ya casi nadie entiende de aquello que no es obvio y banal. El deseo se convierte así en un territorio virgen donde poder explorar nuestra propia libertad, y ahí, donde cada uno de nosotros debe enfrentarse a sí mismo para llegar a conocerse mejor, es donde surge la inestabilidad de nuestros sentimientos y el miedo a romper esos hilos que, nos mantienen unidos, a un universo tan frío como desalentador. Todd Haynes conoce todo esto muy bien, pues sustenta su película, Carol, en la mirada y el deseo en un mundo infeliz. La sociedad americana de principios de los cincuenta no se caracterizaba, precisamente, por ser un espacio de libertades, aunque caminaba poco a poco hacia esa universal proclama de los derechos civiles que, a pesar de su importancia, aún no ha conseguido derribar una buena parte de sus barreras raciales Revista Terral nº21 – Cine - y sociales. Esta circunstancia, como tantas otras, está presente en Carol de una forma muy sutil —si exceptuamos los comportamientos del marido de Carol—, pues Todd Haynes ha tratado de llevar al cine la novela de Patricia Highsmith mediante leves pinceladas donde lo más importante es sugerir a imponer, en contraposición con la atmósfera exterior que lo circunda todo, porque Carol, es la invitación a un viaje de experiencias interiores basadas en la intensidad de aquello que no se dice, de ahí, la importancia de las miradas; un juego donde Rooney Mara gana por goleada a Cate Blanchett. Carol es un juego inocente, pero sólo en apariencia; un juego donde además subyace una vez más el concepto de viaje como sinónimo de huida, pues es fuera de nuestro hábitat cotidiano, donde somos más propensos a manifestar esa necesidad de libertad en un mundo cerrado por los convencionalismos, y, que todavía, en la década de los cincuenta, no estaba preparado para asumir la carga moral que entonces conllevaba aceptar la relación amorosa entre dos mujeres. En este juego soterrado del deseo sin más, Todd Haynes ha adoptado la decisión de mostrárnoslo bajo la omnipresente lupa de los primeros planos de dos actrices que ejecutan muy bien ese doble reflejo que representan, la seductora (Carol), y la exploradora de nuevas sensaciones (Rooney), pues en ningún caso estamos ante un juego de sumisión, sino más bien de necesidad de encontrarse a sí mismas, en ambos casos. Para ello, Haynes utiliza el poder de una fotografía granulada y casi obsesiva en el rodaje de los interiores, con la que intenta reflejar esa nebulosa de una luz que se posa sobre los personajes como una manta de papel cebolla. Esa forma opresiva de expresión, se realza todavía más por la contraposición que supone la intensidad de la luz con la que están rodados los exteriores, como si Haynes, jugara con el espectador de Revista Terral nº21 – Cine - cara a resaltar las habilidades de un hábil fotógrafo, lo que unido a su forma de narrarnos la historia, donde el flashback es su mejor arma, hacen de Carol una experiencia diferente, pues estamos ante una película en ocasiones lenta y de cortos diálogos para la forma de entender el cine en la actualidad, lo que la convierten en un rara avis de la industria de Hollywood, cada día más pendiente de las catástrofes y las muertes colectivas sin sentido. Sin embargo, el gran hecho anecdótico que planea sobre Carol está directamente relacionado con la autora del mismo, Patricia Highsmith, pues esta historia de amor entre dos mujeres, está basada en un hecho real que le aconteció a la propia autora de la novela en su juventud, y que bajo el seudónimo de Claire Morgan, publicó esta novela por primera con el título de El precio de sal —vendiendo un millón de ejemplares de la misma—, no siendo hasta treinta años más tarde, cuando se volvió a editar con el título de Carol, revelándose en su epílogo las verdaderas razones de su anonimato inicial. Además, se dice que era el único libro de Patricia Highsmith en el que no había un muerto, pero no es así, pues a los tres meses después de su publicación, murió la mujer coprotagonista de esta historia lésbica. Sea como fuere, la adaptación cinematográfica de Carol, es la necesidad de encontrar el deseo en un mundo infeliz; un deseo sustentado mediante un profundo juego de miradas que siempre nos invitan al misterio y al desconcierto, como la búsqueda de la propia libertad. Revista Terral nº21 – Opinión - Opinión Misceláneas de Chile Erena B. Burattini Cada año viajo a mi tierra, Chile, para escaparme del frío del invierno, lo que solo consigo a lo largo del día: el clima es continental y por las noches las mínimas estivales son similares a las mínimas malagueñas invernales aunque en Santiago las diurnas sobrepasen los 30º. En la sureña Región de los Ríos donde nací, a unos 850km de la capital, llueve menos que antes por el cambio climático, donde con temperaturas inferiores a 30º el calor se puede hacer insoportable, con unas noches bastante gélidas debido a la gran variación térmica. Por supuesto que no solo esto es Chile, esa larga y estrecha franja de tierra, que por el norte arde de calor y por el sur tirita de frío. Leo la prensa chilena, escucho comentarios y me siento como en casa, España: el tema de la corruptela, los privilegios de los políticos, la problemática de la educación, de la sanidad, en fin, estos temas recurrentes, son los mismos solo que a menor escala. No hay tanta riqueza para desviar con disimulo. De aeropuertos sin aviones, ni de autopistas solitarias no he oído, pero sí se da el caso de un puente convertido en monumento de interés turístico en la sureña ciudad de Valdivia. Un puente levadizo, que debía evitar los atascos de entrada a la ciudad rodeada por ríos, al tiempo que dejar paso a los barcos de la naviera cercana. La constructora española Azvi, debió terminarlo hace dos años, pero ¡ay!, qué despiste, los dos brazos del puente fueron puestos al revés, más otros errores tan sutiles como éste. Discovery Channel Revista Terral nº21 – Opinión - se enteró de este grave error de ingeniería y aprovechó para filmar un documental dando a conocer urbi et orbe esta bochornosa situación. A la espera de que las demandas cruzadas entre Ministerio de Obras Públicas y la constructora se resuelvan, los brazos del puente permanecen alzados al cielo como pidiendo clemencia. Eso sí, la fruta chilena sigue sabiendo a gloria: las sandías de Paine, jugosas y dulces como la miel; los melocotones y las fresas me devuelven a mi juventud cuando los frutos de la tierra no habían sido intervenidos todavía. Siendo una ciudad pequeña, con un desarrollo económico limitado, Valdivia se destaca por sus actividades culturales y científicas, campos que al parecer no son rentables, al menos de momento. Cuenta con un Centro de Estudios Científicos (CECs) independiente, sin fines de lucro, dedicado al desarrollo, fomento y difusión de la investigación científica. Cuenta con 3 áreas: Biofísica y Fisiología Molecular, Física Teórica y Glaciología y Cambio Climático. Hace unos años el científico Stephen Hawking honró con su presencia este centro. Unas palabras para el Metro de Santiago. Me parece admirable por su limpieza, con una frecuencia de escasos minutos, y sus letreros con normas de seguridad, de civismo. Sin embargo, en las horas punta se convierte en una lata de sardinas a presión. A lo largo del tramo de la zona central de la antigua Panamericana, hoy Ruta Sur, se mantienen los puestos que venden frutas tentando a los viajeros con esos productos directos del agricultor y sus desgastados letreros que anuncian la refrescante tentación del huesillo con mote (bebida o refresco -difícil de definir-, de melocotones secos y trigo hervido con ceniza que recibe el nombre de mote). A pesar de las mejoras de la pseudo autopista sin barreras continúan impertérritos estos puestos a pie de carretera. La gente en Chile, país en vías de desarrollo, mantiene todavía una actitud humanista que hace la vida agradable, a pesar de su mentalidad menos abierta, pero más confiada que en grandes países desarrollados. Revista Terral nº21 – Crítica Literaria - Crítica Literaria El Rey de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez Ricardo Guadalupe “Su suerte y su desgracia es que vivía exactamente en el minuto presente. Olvidaba con precisión el minuto anterior y no se anticipaba ni un segundo al minuto próximo. Hay quien vive al día. Rey vivía al minuto. Sólo el momento exacto en que respiraba. Aquello era decisivo para sobrevivir y al mismo tiempo lo incapacitaba para proyectarse positivamente. Vivía del mismo modo que lo hace el agua estancada en un charco, inmovilizada, contaminada, evaporándose en medio de una pudrición asqueante. Y desapareciendo”. Rey es Reynaldo, “un mulato delgado, de estatura normal, ni feo ni bonito, no recordaba haber comido carne jamás”. Criado en la calle San Lázaro, en Centro Habana, un barrio que el autor conoce bien, pues allí es donde Pedro Juan Gutiérrez reside, y así es como lo describió en una entrevista: “Es el downtown, una zona marginal, agresiva, violenta. Me la conozco bien. Lo que he hecho es escribir de mis alrededores, de la gente que me rodea, de mi propia vida aquí”. Lo cual viene a confirmar que la novela está basada en hechos reales, por muy duro que signifique aceptarlo. Yo personalmente lo que recuerdo de Centro Habana, recorriendo precisamente la calle San Lázaro, es la sensación de estar cruzando una zona cero, esqueletos de edificios víctimas de un terremoto o un bombardeo. Más tarde me informé de que San Lázaro también se llamó calle del Basurero, nombre perfectamente adecuado para la idea que el protagonista de El Rey de la Habana tiene de hogar. Revista Terral nº21 – Crítica Literaria - Hambre, mendicidad, jineteras, santería, droga, el “tanque” (la cárcel), peleas, balseros, hurto, timo, mercado negro, “bisnecitos” ilegales, muerte violenta, mugre, miseria congénita y sexo, mucho sexo. Todos ellos ingredientes de una novela representativa del realismo sucio. Aderezada además con la jerga cubana de la calle: “Oye, acere, ¿qué volá?”, “No es candanga, papito”, “Qué repinga te pasa”… De “pinga” es de lo único que Rey puede presumir, con ella seduce a su amor, Magda, “una descraneá loca”, jinetera y vendedora de maní. El Rey de La Habana es un título que funciona como antítesis de la vida del joven Reynaldo, a quien la peor de las suertes le lleva a ser un sin papeles fugado de un correccional. Se le podría rebautizar como El Nihil (nada) de La Habana. No es nada, no es nadie. Y su forma de pensar y actuar es del todo nihilista, niega un sentido superior de la existencia: "¡Pinga Dios! ¡Pinga Dios! Dios no existe ni un cojón. Tú porque vives como una reina. Claro que tienes que creer en todos esos santos y en tus barajas y toda esa mierda. ¡Yo no creo en nada! ¡No creo ni en mí!". En cambio sí es favorable, tal como plantea el nihilismo, a las experiencias puramente lúdicas sin otra perspectiva que el ahora. Reynaldo no sabe nunca en qué día vive. “¿A cómo estamos hoy?”, pregunta varias veces un día por si acaso es su cumpleaños. Rey personifica la afirmación de Heráclito sobre el devenir: panta rei (todo fluye). De manera que esta novela se puede considerar una crítica social contraria a cualquier tipo de autoridad o artículo de fe. Aunque de igual modo refleja el comportamiento autodestructivo de sus personajes. Quizás sobre todo pretenda reivindicar a los nadie y contradecir su última frase: “Y nadie supo nada jamás”. Revista Terral nº21 – Crítica Literaria - Crítica Literaria RENOVARSE O MORIR. LENGUAJE CINEMÁTOGRÁFICO Y HOLOCAUSTO Por © Anna Rossell (Publicado en: Quimera. Revista de Literatura, núm. 386, enero 2016, p. 61) Aarón Rodríguez Serrano, Espejos en Auschwitz. Apuntes sobre cine y Holocausto Libro de referencia este ensayo de Aarón Rodríguez Serrano, profesor de la Universidad Jaime I (Castellón), especializado en comunicación audiovisual del Holocausto. Autor de numerosos artículos sobre el tema, Rodríguez Serrano nos ofrece en este ensayo un estudio serio y pormenorizado de la escritura audiovisual del genocidio nazi desde sus comienzos en 1945, a partir de los documentales de los aliados sobre la liberación de los campos de exterminio, pasando por el cine dentro de los campos, hasta nuestros días, incorporando todo tipo de registros. Partiendo de la famosa máxima de Adorno, “Escribir poesía después de Auschwitz es una aberración”, que, aun rompiendo la prescripción, condicionó de modo extremo todos los lenguajes de acercamiento a la representación del Holocausto en nombre de la ética durante muchos años, Rodríguez Serrano hace un recorrido por la historia audiovisual dedicada a la Shoa en todos los registros abordados. Revista Terral nº21 – Crítica Literaria - El libro no se limita a diseccionar asépticamente los íconos fílmicos relacionados con el tema, sino que, al tiempo que lo hace, plantea su propia tesis relativa al carácter (ir)representable del horror y nos obliga a reflexionar profundamente sobre una cuestión difícilmente agotable. Poniendo el documental de Claude Lanzmann (Shoa, 1985) como referente del purismo a ultranza de la representación holocáustica, Rodríguez Serrano muestra la imposibilidad de mantenerse fiel a los propios principios teóricos de la ortodoxia por la imposibilidad de sustraerse a la subjetividad. Especialmente interesante en este sentido resulta el capítulo dedicado a la construcción de la figura del judío en la película nazi El judío eterno (Fritz Hippler, 1940), en la que claramente se manipularon las imágenes al servicio del tópico, pero también dos cintas sobre la liberación de los campos, rodadas por los ejércitos aliados, Memory of the Camps (1985) y La liberación de Auschwitz (1986), en el que se muestra el vínculo más o menos explotado, pero siempre existente, entre cine e ideología, lo cual ha sabido aprovechar el negacionismo en beneficio propio. Destacable también la disección que hace Rodríguez Serrano, en su defensa, de la película de Steven Spielberg La lista de Schindler (1993): denostada por los defensores de la inefabilidad como producto típicamente hollywoodiense por subjetiva y sensiblera, el autor muestra con argumentos bien fundados y convincentes hasta qué punto Spielberg supo conseguir un lenguaje cinematográfico-poético transmisor de verdad a través del montaje como técnica para transmitirla. La tesis que sostiene el ensayo es la de que, si bien la actitud purista de la inefabilidad de los campos –aun insostenible en su momento- pudo servir a una generación determinada para acercarse al Holocausto, el enrocamiento en ella estuvo a punto de abortar para las generaciones más jóvenes el acceso a este horror histórico de mediados del siglo XX, un horror al que ellas tienen el derecho de acceder y sus mayores el deber de transmitirles. Rodríguez Serrano aborda en su libro la integración del tema holocáustico en la cultura pop, en los videojuegos HBO, en los videoclips de YouTube y en las películas de las Tortugas Ninja. Lejos de defender la banalización de aquel horror o de apostar por el “todo vale”, el autor se muestra abierto al desarrollo de nuevos lenguajes para plasmar el Revista Terral nº21 – Crítica Literaria - Holocausto, como la única manera de mantener viva su herencia para las generaciones posteriores, que deben tener la libertad de acercarse a aquellos aberrantes acontecimientos históricos a partir de sus propios íconos culturales. Espejos en Auschwitz es un ensayo de lectura obligada para todos aquellos que se interesen no sólo por la relación entre cine y Holocausto, sino también para quien desee reflexionar sobre la representación del horror en general. El libro está extraordinariamente bien documentado, con remisión a textos especializados a través de numerosas notas a pie de página y ofrece una amplísima bibliografía sobre el tema. Se echa de menos, al final del libro, una relación de las películas visionadas y mencionadas. POESÍA: COORDINA: AURORA GÁMEZ JOSÉ SARRIA MANUEL GAHETE CÓDEX SILENCIOS “El silencio es la más elocuente manera de mentir” (BEBE) Cuando me haya de morir pon en mi cuerpo de tierra un beso de cera gris y préndelo con tu fuego para que quede de mí la ceniza de tu aliento cuando me haya de morir. OFICIO DE ESCRIBIR Escribo ser como si escribo nada, con la sangre apretada por un puño creciendo sobre el hueco de la carne. Ella le preguntó si aún la amaba. Él traspasó con finos hilos de oro sus labios para dar aspecto de hermosura a su silencio. NO DIJE QUE TUS LABIOS No dije que tus labios rimaran con los míos. Tan solo aseguré que los besos no saben Escribo amor como si escribo lluvia para saberme vivo y que tú existes en el húmedo adiós del horizonte. Escribo paz como si escribo llanto, sé que la sed del labio no contiene tanto dolor de un hombre a la deriva. Escribo Dios como si escribo muerte para sentir así que no estoy solo, que funde el mar mi voz en lo infinito. igual si no es tu boca la que intenta en la mía componer un poema. PILAR QUIROSA-CHEYROUZE gotas de azahar en la piel, la más leve, la más dulce DE ÁMBAR Y ALMIZCLE Apareció, exhalando aromas de sándalo, al doblar la cintura por el esbelto talle. ¡Cuántas veces me sirvió, aquella oscura noche, en agua cristalizada, rosas líquidas! (Al-Mu´tamid. Siglo XI) para tus labios. Dulzainas y rabeles acompañaban las horas del gozo, hábil regate al sueño, fértil deseo desde el mirador de la aurora. Acariciabas un tiempo esplendoroso en el viaje, unido a su cintura, traspasando planos, crecidos en la hoguera Otrora encontraste que unía, ya vencidas, vuestras sombras. espacios gestados con sílabas de luz, instantes revividos Aquel dulce de almendra y miel más allá de la memoria. fusionado al calor de su mano, Vigilabas la hoguera mientras en la tuya crecía en propuesta de sol, el olor a canela y cilantro, mientras Jasmina, solícita, confituras cubiertas de alcorza. acudía para adecentar la mesa, Y ella, Jasmina, acrecentaba en el vientre donde esperaban, suculentas, la danza que evidenciaba el futuro, las viandas y las rosas. mientras el vino corría por la vereda de los días, junto al manantial de agua, Otrora también, hoy recuerdo, que era mucho más veraz, escanciabas el vino más dulce y eterno, y te miraras en sus ojos, entrelazadas vuestras manos, cerca de la torre henchidos de alegría. alberrana, después del mediodía. Era el sabor de otro tiempo cuando los fogones respiraban olor a yerbabuena y eneldo, mientras degustabais rellenos alcanciles y tiernas promesas. Las sábanas expandían RACHIDA GHARRAFI NISRIN IBN LARBI EL FETICHISTA LA MAR Voló el pensamiento efímero El mar, solo la mar lánguido se posó en sus dulces piececitos El mar nos nace libres tal tintineo se escuchó que ni las ricas mazurcas de un negro zumbón. Anclados en las olas somos bruma y jazmín blanco El mar, solo la mar Que no se rompa el hechizo, no. El mar nos hace libres Amarrados a un navío Entre dedo y dedo, entre suaves suspiros somos aire y espejo azul cantan los rutilantes besos, su hálito. El mar nos hace libres. A tal cumbre ascendió, que en delirio se El mar, solo la mar. hundió. Que no se rompa el hechizo, no BÁILAME EL AGUA Su adiestrada lengua en deliciosos empeines se enrolló y, por un instante, pareció que todo el azul índigo del cielo en éxtasis, le habló. Báilame el agua y siente mis besos en tu piel. Recuerda mis caricias. No las olvides. Protégelas en tu piel. Báilame el agua y siente mis suspiros en tu boca. Que no se rompa el hechizo, no. Recuerda mis labios. No los olvides. Bésalos hasta dejarme sin aliento. Ya sólo cabe soñar Báilame el agua y déjame morir en tus abrazos. SALI FARES Para un relato, un ensayo O una novela. AIT BEN HADU, LA CIUDAD FORTIFICADA Permitir que el periódico se muera de aburrimiento Y el suelo se llene de noticias de otoño. es allá donde se unen riqueza, belleza y tradición Aparecer en la tertulia sin haber terminado el mi ciudad fortificada libro mi kasba Ait Ben Hadu , la señora Ver desmayarse las hojas lacias silenciosa fuerte: una rosa del Sahara de las plantas con sed rodeada de fina arena y una muralla sufrir la muela de arcilla, palmeras valles infinitos horizontes sin tiempo de llamar al dentista donde los vientos desvelan el secreto misterioso escondido de las estrellas Terminar cada día en números rojos. saharianas y las esbeltas dunas mis coloridos recuerdos el dorado y el rosa beduino ¡acreditan mi suerte mi fortuna! allá donde nací, el sur emite al mundo magia paz y armonía AURORA GÁMEZ De “Haikus a tres voces”, versión inglesa de Alba Mª González Gámez. OLDUVAI Perfil del aire SUSPENSION DE PAGOS AL TIEMPO amiga del silencio espectadora Vivir en déficit diario Comenzar todos los días con deudas No tener ropa planchada Ni haber escrito ningún poema. Dejar perder una idea ─que pudo ser grande, pudo ser buena─ The air’s silhouette a companion of silence quiet spectator Revista Terral nº21 – Relato - Relato EL LUGAR MÁS BONITO DEL MUNDO Isabel Jiménez Romero Las bombas también han destruido la escuela. En medio de los escombros, asoma el mapa del mundo. He cogido un trozo y me lo he guardado en el bolsillo. Samir no ha querido nada; este año iría por primera vez a la escuela. Protesta. Yo le digo que esto pasa porque estamos en guerra. Al llegar a casa, mamá y papá nos reciben cariñosos. En el umbral se encuentran los bultos. «¡Daos prisa, niños; se nos hace tarde!». Papá dice que debemos estar tranquilos porque vamos a un país donde siempre hay bonitas escuelas, y cuenta maravillas de ese país. Yo me lo imagino lleno de jardines y campos de futbol. Según mamá, dormiremos en camas blanditas sin el ruido de los aviones. «Ya veréis, niños… es «el lugar más bonito del mundo», repite. Me da pena tener que dejar nuestra casa y los libros que me regalan por los cumpleaños. «No te preocupes, Lina: ¡vais a tener muchos libros interesantes!». Y de pensar en los libros nuevos y en ese país tan bonito, casi se me olvida la escuela rota. Mamá ha cogido en brazos a Samir. En cambio, yo, que soy mayor, debo portear un hato. «Tú eres fuerte, Lina, seguro que podrás». Papá prefiere llegar a cualquier parte antes de que aparezca la luna. Samir tiene suerte: al menos no tiene que llevar peso ni caminar todo el tiempo. Poco a poco nos vamos alejando… No me importa: ya no me gusta mi ciudad. Antes, Revista Terral nº21 – Relato - las personas bailaban y se gastaban bromas. Ahora… nadie pasea tranquilamente por las calles, las tiendas están cerradas, los niños no juegan... Y, sin escuela, es una ciudad fea y oscura. * * * El sol ha aparecido muchas mañanas y la luna se ha vuelto a esconder. Mamá se queja de la espalda, y a mí me hacen daño los zapatos. Papá insiste en que no vale quejarse porque así perdemos fuerza. Y sin fuerza no podemos pasar la frontera. Mi hermanito duerme o llora según le viene; él no se imagina cómo es una frontera. Al fin llegamos. Papá saca su dinero y se lo entrega a unos hombres. Y los hombres nos indican hacia dónde tenemos que ir. Seguimos caminando; no dejamos nunca de caminar…, hasta que mi hermano y yo nos caemos de sueño. Y así un día tras otro. Cada mañana, al despertarme, lo primero que hago es mirar el mapa que guardo en el bolsillo. «Mira, Lina, ves este puntito. Pues ahí se encuentra el país adonde nos dirigimos», indica papá dibujando con su dedo una cruz sobre el mapa. Por el camino nos unimos a otros hombres y mujeres y niños. Se nota que están cansados, igual que nosotros. «Papá, ¿por qué no cogemos el tren?»… «No preguntes, Lina, y haz lo que te digo». Y él me ha ayudado a subir al camión. Los hombres se pelean apartando a los demás, y las mujeres esperan cuidando de sus niños. Al final, hemos conseguido un espacio entre las cajas. Papá se ha quedado fuera. «¡Papá, papá!», lo llamo. Huele mal: Samir tose. Dentro está oscuro y casi no puedo respirar. Solo tengo ganas de salir, y ya no me interesa ese país tan bonito. Tan pronto se detiene el camión, doy un salto sin esperar a mamá. ¡Lina!, escucho una voz: ¡es papá! Sucio, no parece él. No te asustes, solo tengo la cara tiznada. Me abraza y me deja sus besos marcados. «He viajado en el motor», me revela al oído. Y enseguida se pone a ayudar a los otros. Mamá baja con Samir en su regazo. No llora, pero su cara Revista Terral nº21 – Relato - está pálida. Papá se abraza a mamá y deja caer su cabeza sobre el pecho de Samir. «Ha sido la voluntad de Dios», susurra mamá. Mamá no llora; se golpea el pecho y su cara se ha vuelto blanca de luna. «Saca tu mapa, Lina —me indica papá—. Ya solo nos queda este poquito…». Mamá no pone atención ni se queja de su espalda, y yo no quiero saber nada de mapas ni de ese país. Al final, se me han roto los zapatos y mamá me ha vendado los pies con las tiras sacadas de su pañuelo. Papá camina delante. Mamá y yo lo seguimos, siempre mirando al cielo; puede que por Samir aparezca entre las nubes, igual que hace el sol. * * * El sonido del tren viene de lejos, y el aire huele a hierba fresca. El tren nos espera. Largo y de color azul, va sonando su silbato. «El tren con destino al país más bonito del mundo permanece estacionado en vía tres…», se oye por el altavoz. De pronto, a mamá le ha vuelto el color de sus mejillas, papá ha soltado un «viva». Y yo me encuentro alegre, también por Samir. El mapa es grande, es un mapa casi nuevo donde cabe todo el mundo. Me gusta la pizarra y los pupitres y el patio y los demás niños y el maestro… Seguro que Samir estaría contento de venir a un colegio como este. Y aunque yo también lo estoy, conservo mi trozo de mapa por si algún día nos da por regresar a nuestra casa cuando la guerra haya terminado. Y sin guerra y con escuelas para los niños, mi país volverá a ser «el lugar más bonito del mundo». Isabel Jiménez Romero Revista Terral nº21 – Relato - Relato Fortepiano Por Mar Solana El día que la muerte llovió del cielo, Mariana acariciaba algunos acordes de su fortepiano, lo único que hasta ahora permanecía en pie. Aquella mañana, muy temprano, avisaron del ataque de los pájaros de acero, de las aves de hierro forjadas en el infierno. Mariana no quiso huir al refugio cuando las sirenas comenzaron a ulular con urgencia y desaliento. No, no lo iba a abandonar. Si su fortepiano caía, ella también… El cielo se convirtió en un manto de plomo y la tierra empezó a temblar. Mariana lo cubrió con la vieja y raída manta, se hizo un sitio debajo del teclado y se acurrucó. No, no lo dejaría allí, al albur de un futuro que se derrumbaba. Había cuidado de ella como un hermano; recordó aquella tarde, no muy lejana, la suavidad de su fuerza… Dos soldados, igual que animales en celo, surgieron de la nada con los bajos instintos desatados. Mariana, aterrorizada, se sentó al fortepiano y sus teclas comenzaron a repiquetear Mon grand amour est près de. Mientras ella llevaba el alma a cada uno de sus trémulos dedos, los soldados se alejaron de allí hipnotizados; uno de ellos lloraba sin consuelo y el otro se volvía a mirar al instrumento como si estuviera endemoniado. La tierra seguía temblando y, en la oscuridad de su pequeño refugio, Mariana pensó que sus brazos eran los de su gran amor, la rodeaban para protegerla y por eso se prendió a sí misma aún con más fuerza. ¿Y si todo era un mal sueño? Sí, quizás era eso, una inoportuna y densa pesadilla. Su hermano Julio levantaría la manta y la encontraría allí, aterida, con la frente perlada por el terror de tanta destrucción. «Vamos, pequeña, no tengas miedo, el desayuno espera… Los malos sueños son como la mantequilla, Mariana, se derriten con los primeros rayos del sol…». Pero hacía mucho tiempo que el sol no Revista Terral nº21 – Relato - descollaba por tan pardusco horizonte. Abrió los ojos, todo seguía oscuro y el temblor era cada vez más fuerte y cercano… ¿Y si aquello era un tenaz y angustioso ensueño? Al despertar bajaría al comedor y sentados a la mesa de haya estarían todos, esperándola para comenzar el desayuno. Su madre y su hermana Rosa no habrían desaparecido en la cola del almacén donde aún se conseguía algo de comida. No, nadie las había secuestrado, violado y torturado porque estaban allí, sentadas a una mesa colmada de bollitos calientes, mantequilla y café. Le sonreían, impacientes por el hambre, nimbadas por la claridad del más espléndido sol que Mariana recordaba. La fuerte mirada azabache de su hermano Julio la invitaba a sentarse a la mesa, mientras retiraba su silla con la suavidad de un soplo de aire. «Princesa, he aquí su trono». Y todos prorrumpían en estridentes carcajadas mientras su padre le decía que era más cursi que una niña. «Tú no tienes alma de soldado, hijo…», profería sin dejar de reír… Sí, su padre y su hermano Julio también seguían allí, no se los habían llevado a empellones, con las armas en ristre, para alistarlos a las filas de la muerte con carácter urgente y obligatorio. Todo seguía igual, se despertaría y nada habría cambiado. De repente, Mariana sintió el impacto de algo muy pesado cerca de su fortepiano. Se abrazó con tal fuerza que hundió las uñas en su espalda. No temía a la muerte, sólo le horrorizaba que todo acabara de golpe, sin más, sin haber conocido al gran amor de su vida: Mon grand amour est près de, la fuerza de sus abrazos, la suavidad de sus besos… Tras un instante de oscuro y denso silencio que a Mariana le pareció una eternidad, abrió los ojos… Una maraña de rizos del color del trigo en agosto la escrutaba con curiosidad. «¿Quién era el caballero que la rescataba esta vez de sus malos sueños?» —¿Estás bien? —le interrogó una voz que sonaba igual que su fortepiano. Una sonrisa de arcoíris le tendía una delicada mano de dedos gráciles. Mariana se agarró a ella como lo hacía con la de su hermano. —Sí, creo que sí… ¿Y usted? ¿Quién es usted? Revista Terral nº21 – Relato - Mariana comprobó con alegría que su vetusto refugio de música, testigo incólume de varias generaciones, seguía en pie. Parecía estar todo en su sitio; sin embargo, percibió algo plúmbeo en el ambiente de la estancia. Se respiraba una terrible sensación fría y aquel lugar aparecía teñido de un gris azulado y metálico. Sólo su fortepiano despedía una luz intensa, un halo que resaltaba sus colores de forma especial, distinta… —Perdone mis modales, mademoiselle; soy Eduardo Dreamen, de las primeras filas de intendencia a las órdenes del general Vistela. Estaba en mi trinchera y… no sé… Sentí una fuerte explosión… Y lo siguiente que recuerdo es su rostro, un piano reluciente… y este extraño lugar, frío y gris. Pero no consigo recordar cómo se unen todas estas cosas de forma ordenada. ¿Y usted?... disculpe mi indiscreción, ¿vivía aquí? —Me llamo Mariana Fleaubert y… ya no sé lo que es real, ni siquiera si éste era mi hogar—las últimas sílabas se quebraron como ramas secas y la muchacha rompió en sollozos. Él se acercó y sin mediar palabra la abrazó, fuerte y suave, eran los acordes de un espacio sin tiempo. A lo lejos, muy distantes, llegaban sonidos de muy abajo o desde una frontera etérea, fantasmagórica, infranqueable, quizás inexistente. Se escuchaban los ecos inmisericordes de las explosiones, los silbidos de las balas, inevitables y certeros, cruzando la sinrazón de las líneas de la muerte… Y el continuo ulular de las sirenas, siempre alertando de ese peligro que aguardaba agazapado en cualquier esquina. El aire arrastraba un olor rancio a humedad lejana y a sangre reseca… Y aunque todas esas sensaciones quedaban muy atrás, la densidad del aquel frío lugar las seguía plasmando en los sentimientos. De pronto, Mariana notó una mano grande y tibia en su cintura. Su hermano Julio la cogía con dulzura por el talle: «Ven, hermanita, te estábamos esperando. Vaya, parece que has traído a otro invitado a la mesa…». Y Mariana, sin soltar la delicada mano de su caballero de rizos del color del trigo en agosto, vio a su madre, a su hermana Rosa y a su padre sentados alrededor de la fragante mesa de haya; colmada de bollitos calientes, mantequilla y café. Le sonreían, impacientes por su llegada y rodeados por una luz aún más Revista Terral nº21 – Relato - esplendorosa que cualquier recuerdo. La mirada segura y azabache de Julio la invitaba a sentarse al fortepiano: «Princesa, deléitanos con L'enfer, les morts vivants… ahora que ya sabes esos amargos acordes…, los de allá abajo…». Todos aplaudieron con entusiasmo. Su padre se levantó y abrazó a su hijo mayor mientras susurraba: «Tu alma descansa en la música, Julio, en su abrazo incondicional… Sólo el amor puede ayudarnos a nacer a esta vida, la de verdad. Ahora tu hermana está con nosotros merced a este gentil caballero que decidió acompañarla…». Sin necesidad de rozar apenas las luminosas teclas de su fortepiano, Mariana comenzó a moverse por ellas con una soltura inaudita; desconocía esa pieza, sin embargo era como si la hubiera guardado siempre dentro de su memoria: La muerte de los vivos, el despertar de los muertos… Tocan fúnebres acordes que ignoran estar viviendo en el que creen su único mundo… Ellos… en realidad… son los muertos. Revista Terral nº 21 – Relato - Relato Noche de reyes Francisco Marcos Daniel salió de su casa a todo correr bajarlas con sobrecogido respeto cuando persiguiendo pensamientos. Surcó el las tres figuras pasaron por su lado. paseo de plátanos y acacias para después torcer a la derecha por la Avenida del Delante del altar, tres pomposos Casino hasta el Paradero, bajar por la sillones figurando tronos daban la espalda Calle Mayor hasta la Plaza de España y a las curiosas miradas. Una parte de su luego torcer a la izquierda por la Calle de capa, su pelo, sus coronas era todo lo que las Damas, subir hasta la Plaza de la los niños veían. No hubo discurso ni Alhóndiga y por su lado más cercano sonaron las palabras. Mosén Santiago llegar hasta una breve calle en subida que con respeto se sentó a un lado del altar. le llevó a la Iglesia de San Pedro. Pasados unos minutos las tres sombras se levantaron y con andar majestuoso El templo estaba oscuro, débilmente volvieron sobre sus pasos. Nadie osó girar iluminado, apenas las tres primeras la cabeza, la ceremonia había terminado. bancadas a cada lado del pasillo central estaban ocupadas por chicos de su edad. Daniel baja la calle, cruza la plaza, Reinaba el silencio. Mosén Santiago otra calle y otra plaza, de nuevo una calle anunció la inminente llegada de los Reyes y la avenida y el paseo, el cierzo en los Magos. Pronto un rumor de túnicas, capas plátanos, el cielo níveo estrellado y para y pasos avanzaba por el eje de la nave siempre en su pensamiento, débilmente desde la entrada. Con timidez volvieron iluminado, rumor de túnicas, capas y los niños sus miradas para después pasos. Revista Terral nº21 – Ser escritora - Ser escritora Por qué (o para qué) Escribir sobre la Perversidad. Las Catarsis del Escritor. Los Malos (III) Mar Solana http://marsolana.blogspot.com.es «Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror y el pánico inherente a la condición humana.»Graham Greene Y al prender su luz interior, el hombre descubrió que tenía una sombra atada a él mismo. Y al perderse entre las sombras, descubrió que su luz interior brillaba como ninguna otra. «El mal, acecha este mundo Abraham... en muchas formas. Algunas conocidas, otras no. Debes detenerlo... todos debemos.»The Strain, Guillermo del Toro y Chuck Hogan. El sibilino álter ego de sir Arthur Conan Doyle, presunto autor de El sabueso de los Baskerville y padre del emblemático Sherlock Holmes, nos dejó pensativos en la anterior entrega: « ¿será sir Arthur otro malo-malísimo escribiendo sobre malos?» Todos portamos una parte sombría, el lado oscuro de la luna, que convive con aquella que hemos pulido y abrillantado para movernos con fluidez entre otras «lunas» y lunáticos. Se requiere un trabajo paulatino y concienzudo para equilibrar ambas partes, o como diría el maestro Gurdjieff, para que nuestro único Yo esencial, el que gobierna el Carruaje, siga al mando de esas riendas sin perder el control de la dirección. Revista Terral nº21 – Ser escritora - Es normal que a lo largo de nuestro recorrido vital se vayan sumando otros yoes (o pasajeros) que, provenientes de nuestro montículo sombrío, deseen derrocar (o aniquilar) al Dueño del Carruaje, al que lleva la batuta, para hacerse con el mando. Algunas veces dejan al amo fuera de juego, secuestrado y sin trono, solo por un tiempo. Otras veces, consiguen aniquilarlo de forma permanente inaugurando la locura o un estado de tiranía sine die. There Will Be Blood («Habrá sangre») —en español se tituló Pozos de Ambición—, es una película estadounidense del año 2007, dirigida por Paul Thomas Anderson, y que fue galardonada con numerosos premios. El desarrollo de la trama siguió un guión del propio director basado en la novela Oil, escrita en 1927 por Upton Sinclair. Todavía bajo las influencias del Lejano Oeste y ambientada en el estrellato del petróleo, en la frontera californiana a principios del siglo XX, la historia nos cuenta el éxito de Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis), un minero pobre que cría a su hijo sin ninguna ayuda. En poco tiempo Daniel se convierte en un magnate del petróleo en un pequeño y perdido pueblo del Oeste. Allí conoce al carismático pastor Pentecostalista, Eli Sunday (Paul Dano), con el que rivalizará de forma inmediata… A medida que el petróleo le va haciendo cada vez más rico, emerge su umbría de corrupción, mentiras, envidia y egoísmo que pondrá en serio peligro valores humanos como el amor, la esperanza, la solidaridad, la confianza y el valioso vínculo entre padre e hijo. El Yo Esencial —el Cochero— del magnate es derrocado y su Yo Sombrío se hace con la dirección, conduciéndole hacia un torbellino de violencia y autodestrucción personal que terminará con el cruel asesinato del pastor Sunday. Y en medio de este frágil y milagroso equilibrio está el que crea malos-malísimos sin perder el gobierno de su ser: escritores y actores, seres humanos que realizan una verdadera catarsis cada vez que se meten en la piel o agarran los hilos del perverso de turno. Porque en el acto de escribir o encarnar personajes y tramas oscuras, existe un verdadero trasfondo afectivo encargado de mantener limpio el Carruaje. Y en lugar de proyectar esa especie de oscura «indigestión» sobre el mundo, provocando daños irreparables igual que una lengua de fuego, se producen las catarsis: el vómito de las Revista Terral nº21 – Ser escritora - vivencias que arrastran consigo esas emociones que moran en las simas más umbrías de nuestro ser. Milan Kundera decía que «La Novela es una meditación sobre la existencia vista a través de personajes imaginarios.» Y es que cuando nos metemos en la piel o escribimos sobre el lado más oscuro de la existencia, creamos al malo-malísimo para disfrute de otros y para provocar más «limpiezas» y transformaciones. Facilitamos que otros Cocheros continúen al mando de sus bridas, sacando a la superficie personajes y urdes oscuras que también viajan en el Carruaje. Desfilan delante de nuestras narices, los arrostramos, pero no les permitimos que depositen ni uno solo de sus tentáculos en nuestro timón, o que quizás sus lenguas viscosas nos arrullen. Algunas veces—quiero pensar e imaginar que aún son minoría—, estas creaciones constituyen alimento indiscutible de otras almas perversas que llevan mucho tiempo viajando sin Cochero. True Detective es una serie de televisión estadounidense dramática de género policíaco. En España solo han emitido la primera temporada durante las tórridas noches del verano pasado. La serie constituye un claro ejemplo de cómo puede campar el mal a sus anchas a lo largo de casi dos décadas y traer a la poli de cabeza. Mediante varias líneas de tiempo, se cuenta la historia de la caza durante diecisiete años de un asesino en serie por una pareja de detectives, Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin "Rust" Cohle (Matthew McConaughey),en la planicie costera del sur del estado de Luisiana. Los dantescos asesinatos están ligados a supercheros rituales y elementos de brujería. Y lo que en un principio parece culto, retorcido y elaborado, obra de un malo-malísimo sofisticado y excéntrico, no es más que el trabajo de una perversa criatura corta de hervores y sobrada de sordidez, y además con la suficiente pericia como para ocultar durante tanto tiempo las piezas del más ruin de los puzles. La gran mayoría de las veces las personas necesitamos hacer comparaciones para comprender la realidad que nos rodea, sobre todo los conceptos más abstractos e intangibles, esos que no podemos tipificar o, como diría un científico, «cosificar». Para que una cualidad se desarrolle y evolucione necesita de su «contraria» en el ring. Es decir, entiendo que algo es malo porque existe su contrario: el bien. ¿Cómo podríamos Revista Terral nº21 – Ser escritora - entender la bondad de algo si en el mundo solo existiera lo bueno, excelente, brillante o inmejorable? Todo ello me lleva a afirmar que el malo-malísimo es un individuo nublado que ha optado por olvidar la existencia del sol. El equilibrio estriba en que los «espejos» sigan conformándose bajo el resuello de una cadena artística y literaria. El arte es capaz de modular la ruindad humana. Leemos, vemos películas u obras de teatro para experimentar nuestras propias catarsis al identificar (confrontar) nuestras oscuridades con las de los personajes o argumentos de turno. Nos evadimos de un entorno hostil al tiempo que estamos nutriendo nuestro ser (Cochero) para estimular el proceso de escritura que podrá crear más catarsis en otros. Es un hecho terapéutico, íntimo que, al tiempo que nos permite desahogarnos y curarnos de un mundo irritante y bastardo, también facilita que otros lo hagan a través de nuestro propio trasfondo emocional. Yo me nutro y así puedo nutrir. Somos madres e hijos, de forma completa y alternativa. Por eso la literatura, el teatro y el cine han sido capaces de sanar tantas heridas y de acunar tantas almas afligidas a lo largo de la historia del arte. Como cualquier aspecto humano, el mal también está sujeto a evolución. Y lo que quizás comenzó desarrollándose al estilo de un tumor, motu proprio, egoísta, alejado de toda clase de gobierno y a la sombra de una tiranía demente y sin Cochero; poco a poco y al contrario que el alma humana, va organizándose en numerosas recuas manejadas por la única voluntad de un amo o Conductor perverso. Así nos lo ha querido transmitir Guillermo del Toro, director de cine y escritor mexicano, cuando decidió convertir su novela Nocturna (The Strain, de la Trilogía de La Oscuridad), coescrita con Chuck Hogan, en una brillante serie sobre vampiros para televisión; mezclando el drama, el terror y la ciencia ficción de forma magistral. The Strain (La Cepa en español) se estrenó en 2014 y ya han emitido dos temporadas. Para el lector que guste de este género, creo que merece la pena ver la serie completa. Por mi parte, concluyo esta breve trilogía sobre «Los Malos», con la frase que abre la primera temporada de esta magnífica serie de del Toro, The Strain: «El hambre —dijo una vez un poeta— es el deseo más intenso que conocemos, la primera lección que aprendemos... pero el hambre puede calmarse fácilmente, saciarse con facilidad... existe otra fuerza, un tipo diferente de hambre, una sed insaciable que nunca puede calmarse, su existencia misma es la que nos define... la que nos hace humanos, esa fuerza es el amor.» Profesor Abraham Setrakian. New York, tiempo presente. Revista Terral nº21 – Flamenco - Flamenco Rafael Silva Martínez SOBRE EL ORIGEN DE LA DENOMINACIÓN “FLAMENCO” (V) Nos habíamos quedado en el número anterior planteando un dilema aparentemente difícil de resolver, en el sentido de que mediaba demasiado tiempo, en torno a unos tres siglos, entre la entrada de los “flamencos” (de Flandes) y los “germanos” (de Alemania) en nuestro territorio, y los primeros registros históricos de la palabra “flamenco” asignado a nuestro arte andaluz. El musicólogo Manuel García Matos lo explicaba en los siguientes términos: “No aparece por ningún lado, en los primeros siglos del gitanismo en nuestro suelo, el apelativo flamenco designando al gitano. Mal pudo, pues, creer el pueblo español que las gentes de tal casta tuvieran nada que ver con Flandes. ¿Y si dicho apelativo no surge, según todas las probabilidades hasta fines del siglo XVIII o principios del XIX, qué pudo decidir al pueblo a sustituir ocasionalmente el primitivo y tradicional nombre por aquél otro extraño? ¿Y cómo al hacerlo pudo relacionarlo con Flandes o sus nativos, con el soldado que allí combatiera, o con los árabes o los moros, si todo ello era ido hacía centurias y sólo lo recordaba la historia impresa?”. Como puede observarse, los términos e inquietudes que plantea García Matos se parecen mucho a los expresados por Blas Infante. Por su parte, el investigador Pedro Camacho abunda en las objeciones del mismo género: “La hipótesis podría tener Revista Terral nº21 – Flamenco - fundamento si no le salieran al paso objeciones serias entre las que destaca el hecho de no haberse utilizado este epíteto –aplicado a los cantaores y al cante—sino hasta los comienzos del siglo XIX o finales del XVIII, fecha muy posterior a la de la llegada de los gitanos a España y a la de la convivencia del pueblo andaluz con las gentes de los Países Bajos. Es difícil pensar que a más de tres siglos de distancia el pueblo se acordase de la supuesta procedencia flamenca de los calés –que por otra parte se seguían llamando a sí mismos gitanos o egipcianos y pregonaban su ascendencia egipcia—ni, menos, recordase las características raciales de los verdaderos flamencos, para parangonarlos, con afinidad o contraste, con aquéllos”. El problema, pues, creo que queda claro en sus nítidos enunciados. Tenemos, dirémoslo así, un problema de correspondencia histórica, en cuanto a la posibilidad de asignación de las diversas denominaciones y asociaciones conceptuales, que nos tirarían por tierra todas las teorías que realizaban y explicaban dicha asignación. Bien, ¿tenemos respuesta para dicho problema? Parece ser que sí. El problema es cubrir una laguna temporal de unos tres siglos aproximadamente, y para ello, vamos a exponer la teoría que nos sugiere un insigne investigador y flamencólogo, como es Ángel Álvarez Caballero, recientemente fallecido. Esta teoría está documentada en su obra enciclopédica “Arte Flamenco”, y en sus diferentes obras relativas a la historia del cante flamenco, a las cuales remito a los lectores interesados en obtener más información. Bien, vamos a continuación a exponer el contexto histórico necesario para comprender la teoría de Álvarez Caballero: en 1767, reinando ya en nuestro país Carlos III (quizá el mejor rey de su época) e imperando el Despotismo Ilustrado, fue propiciada, al más alto nivel gubernamental, la colonización de grandes zonas de nuestra geografía sureña virtualmente despobladas, en la operación que se denominó como “Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía”. Revista Terral nº21 – Flamenco - Bajo este rimbombante nombre tuvo lugar una serie de asentamientos, adaptaciones y recolonizaciones de nuestro territorio, por parte de habitantes traídos del extranjero, lo cual es también origen y explicación para muchos fenómenos que se han dado históricamente en nuestro pueblo, como la presencia de ciertos apellidos extraños entre nuestro acervo cultural. Tal repoblación se hizo desde Almuradiel, en la provincia de Ciudad Real, hasta La Luisiana, provincia de Sevilla, atravesando tierras de Jaén y Córdoba, a lo largo del camino que comunicaba Madrid con Andalucía, “antiguos parajes de la violencia, del saqueo y del asesinato” (en referencia al fenómeno del bandolerismo, que estudiaremos próximamente), mediante bandas de bandoleros que practicaban el pillaje de forma continua, y eran prácticamente los dueños de toda la región, ante la impotencia de las autoridades para acabar con dicho fenómeno. Esta vasta operación de recolonización poblacional supuso que fueran traídos un total de 7.764 colonos extranjeros, de procedencia alemana, flamenca, suiza, alsaciana, francesa e italiana, que fueron distribuidos –“a fin de que formasen grupos homogéneos, se favoreciera entre ellos una mayor solidaridad y se les pudiera facilitar sacerdotes de su propia lengua”—en cuatro naciones: suizos, saboyanos, alemanes y flamencos. Todo ello, sin embargo, no fue rigurosamente cumplimentado, ya que Pedro de Olavide, el primer intendente de las Nuevas Poblaciones, “tiene en su mente la idea de la más pronta asimilación e hispanización de todos los nuevos pobladores”. La colonización, como es lógico en un proceso de adaptación humana de estas características, se llevó a cabo con no pocos problemas, debido principalmente a la mala fe de quienes obtuvieron las diversas concesiones para localizar y traer a los colonos mediante el pago de una cantidad por persona, el más notorio de los cuales fue un oficial de oscura biografía llamado Juan Gaspar de Thurriegel. El escritor Palacio Atard señalaba que “entre los individuos llegados a las Nuevas Poblaciones había un aluvión de desechos humanos reclutados en cualquier parte”, y que por ello el visitador Pérez Valiente insistía en que “Thurriegel ha inundado con un número muy considerable de tunantes toda la Baja Andalucía”. Esta figura del “visitador” era como una especie de gestor institucional delegado, que supervisaba y controlaba que los procesos de llegada, asentamiento, Revista Terral nº21 – Flamenco - convivencia y distribución del personal se realizaban conforme a los preceptos establecidos para tal “experimento social”. Tenemos diversos testimonios históricos que nos cuentan sus vivencias y experiencias sobre lo que encontraron en estas “Nuevas Poblaciones”, como el viajero Juan Francisco Peyron, quien anduvo por España entre 1772-1773, insistiendo igualmente en que Thurriegel “había prometido cultivadores, y el mayor número de los hombres que proporcionó eran vagabundos”. Otro problema fueron las bajas (hay autores que recogen graves epidemias de tercianas) y las deserciones. Los huecos que dejaban todas ellas fueron cubiertos por colonos españoles, pese a la prohibición expresa de los primeros tiempos, con lo que surgieron rivalidades y conflictos entre nativos y extranjeros, ya que éstos consideraban que las autoridades daban siempre un trato de favor a los habitantes autóctonos. La situación social fue poco a poco agravándose, y los conflictos enconándose hasta tal punto, que en el verano de 1777 se había pasado a la agresión directa, al altercado y a la violencia física, todo lo cual culminó en graves revueltas populares, como la sucedida en la localidad de Guarromán, donde ardió prácticamente todo el pueblo. Continuaremos en el próximo número. Revista Terral nº21 – El viajero - El viajero Tromso, Noruega. La puerta del Ártico Pepa Calero http://www.pepajcalero.com/ La noche estaba encima cuando el avión tomo tierra en Tromso. Eran las 16,45 de la tarde de un jueves de febrero. Apenas puedo ver las calles, los copos de nieve llenan el aire de suaves gotas de algodón. Situada en una de las islas de los fiordos noruegos, muy cerca del círculo polar ártico, antaño fue la capital de Noruega, durante la segunda guerra mundial. Hoy es una de las ciudades más importantes y dinámicas del país, llena de universitarios que conviven alegremente con los noruegos o los descendientes samis o aborígenes de Scandinavia. Amanece sobre las seis y media y el aire se llena de una tonalidad azulada que envuelve el horizonte y el paisaje nevado como un abrazo. Una fría claridad que se irá diluyendo conforme pasan las horas, hasta aparecer de nuevo como un hada madrina al atardecer. Hace frío, mucho frío, al menos para mí, que vengo del Mediterráneo. Sin embargo, la ciudad de Tromso, con sus casitas bajas, sus gentes afables que amablemente me acompañan cuando pregunto una dirección, sus cafeterías con sus velas encendidas y la quietud nívea del paisaje, consigue que el ambiente resulte acogedor y hasta cálido. Revista Terral nº21 – El viajero - Aquí hoy es Día de la Madre. Ellos lo celebran el mismo día que los enamorados. Qué gran verdad. A pocos metros de una tienda de lanas, unos pajaritos blancos y negros de cola larga caminan por la nieve dando saltitos, danzando. Pasear por sus calles es como caminar sobre una postal navideña. Los colores claros de sus casas; verdes pastel, rosa pálido, gris perla, beige, amarillos tibios, salmón cristalinos… acompañan como una bella sinfonía el paisaje nevado. Se respira orden y paz por doquier. Hasta los coches circulan con lentitud, deslizándose por las calles nevadas, como patos sobre el agua. El centro es pequeño y acogedor. En la parte más alta, una plaza abierta, la plaza principal o Torget, muestra su antiguo ayuntamiento del siglo XIX, junto a un templete de música y la estatua del rey Haakon VII de Noruega, conocido por su defensa de la libertad ante la invasión nazi. En medio de ella, la estatua del cazador ártico o Fangstmonument; sobre un bote, armado con su arpón, observa a un incansable turista tomar fotografías. Los tejados cubiertos constantemente con un par de palmos de nieve parecen dar la bienvenida a sus gentes enfundadas en ropas especiales. Pequeños trineos de madera esperan en las puertas de las casas los fines de semana, momento en el que los niños salen a jugar a la calle. Un lunes por la mañana pude contemplar una preciosa estampa; un grupo de cinco niños pequeños jugando con unos diminutos esquís en el patio de la guardería. Enternecedor. Las gaviotas forman parte del paisaje blanco. Grandes bandadas vienen y van del puerto a las calles, a pocos metros del mar. En la entrada de su espectacular biblioteca, Revista Terral nº21 – El viajero - bibliotek, una pareja de aves camina por el suelo limpio de nieve mirando a la gente entrar y salir. Dejo el acristalado edificio poblado de libros para acercarme hasta la casita blanca de madera, sede del centro de información y turismo, junto al puerto. Diez minutos caminando. Junto a ella, cubierta de nieve hasta las caderas, la estatua del explorador noruego Roald Amundsen mira al mar y a la impresionante montaña nevada que parece querer escalar. Cerca de la madrugada escucho un bello concierto de canciones populares noruegas y música clásica en la Catedral del Ártico o Ishavskatedralen. Un imponente edificio blanco, iglesia protestante, que sobresale elegante y majestuosa al otro lado del puente que cruza la isla a la zona continental, donde se encuentra. Una asombrosa seña de identidad. Caminando por sus calles alejadas del centro, donde vivo por unos días, tengo la sensación de que en cualquier esquina voy a encontrarme con papá Noel y su mirada afable, sus gestos bondadosos, su calma, sus manos enguantadas y esa paz inmensa que irradia. Y realmente creo que lo he encontrado, lo he visto entre el calor de estas gentes acogedoras y amables, cubiertas de gruesas ropas, que sueñan bajo un cielo coloreado de auroras, un cielo que danza en la noche con un latido incesante de luces verdes, un inimaginable cielo surcado de estrellas. "Una isla emerge del crepúsculo que avanza hacia nosotros en formidables oscilaciones, serenas y orgullosas, como únicamente una isla ancestral puede ser. Ella nos contempla, reflexionando, luego se detiene en absoluto silencio, como únicamente una isla puede ser tan silente". Isla, Jon Fosse Revista Terral nº21 – El viajero - El viajero Un paseo por la sierra de Monchique. El Algarve, Portugal Emy Luna A medida que soy mayor, me resulta más necesario el contacto con la Naturaleza. De entre todas las rutas campestres que he conocido últimamente, me ha gustado de manera muy especial la que hemos hecho mi marido y yo el pasado fin de semana por la Sierra de Monchique, en el Algarve portugués. El primer acierto fue el hotel que elegimos, Vilafoia, un edificio moderno de cemento, acero y cristal, en el corazón de la sierra. Confieso que me apasionan los Pousadas portuguesas, casi siempre enclavadas en lugares magníficos en el centro de las ciudades. Edificios con historia que nos sumergen con sólo atravesar sus puertas señoriales, en otra época, otro mundo. Sin embargo, he encontrado acertadísima la estética geométrica de este hotel y justificada, aún más, si tenemos en cuenta que a veces es más conveniente sacrificar la estética en beneficio de la comodidad. Un bloque de forma cúbica como caído del cielo en medio de una naturaleza sobrecogedora en la que encaja a la perfección, sin agredir el medio ambiente. Once habitaciones cálidas gracias al suelo radiante, con vistas al bosque en primer término y con la silueta de la ciudad de Portimão, fundiéndose en la lejanía con el Atlántico. Una vista maravillosa para disfrutar desde la terraza del hotel con una buena copa de vino de Borba con el telón de fondo del gorjeo de los pajarillos que en cantidades inimaginables pueblan las ramas de los alcornoques. El trato del personal del hotel es acogedor y muy efectivo. Te dejan la llave de la puerta principal del hotel junto a la de tu Revista Terral nº21 – El viajero - habitación porque terminan muy temprano la jornada de trabajo. El desayuno es magnífico y la habitación es confortable y funcional. El viernes a mediodía comimos en un restaurante estupendo, El Charrette, donde tomamos un bacalao grehlado regado con una buena cerveza del país, Sagres o Súper Bock. Para los amantes de los dulces, recomendaré que no olviden terminar la comida con cualquiera de los postres que ofrecen normalmente. La repostería portuguesa es famosa en general por la materia prima que utiliza. Pocos ingredientes pero combinados de manera magistral para conseguir resultados asombrosos. Famosos en la zona la torta de almendra y el típico Morgado, un rico pastel de yema, calabaza y almendra. Al terminar la comida dimos un paseo por el pueblo de Monchique, disfrutando de la amabilidad y la tranquilidad de sus gentes. No olvidemos que una de las cosas que mas caracterizan al portugués es el reposo en su actitud, nunca tienen prisas, saborean la vida en las cafeterías y en las terrazas de los bares como si el reloj no fuera con ellos. Y lo bueno de esto es que, transcurridas unas horas desde nuestra llegada, también nosotros nos contagiamos de esta tranquilidad. El sábado desayunamos a las 9 de la mañana, que para los españoles son las 10. Tengamos en cuenta que en Portugal llevan una hora de adelanto y que la jornada de tarde termina sobre las 7. Después de esta hora, es como si el día hubiera tocado a su fin. Cierran los comercios y las calles y las plazas se quedan vacías. Comenzamos la mañana, después de un abundante y variado desayuno, ascendiendo a la picota, el pico más alto de todo el Algarve y que está muy cerca del hotel Vilafoia. Elegimos de entre las rutas más interesantes, una que duraba cuatro horas y que tenía un nivel medio de dificultad. El día amaneció soleado y ligeramente frío y el camino fue bastante variado. Atravesamos bosquecillos de eucaliptos, alcornoques y castaños, zonas húmedas que acogían nuestros pasos entre alfombras de hojas y ramas reblandecidas por las recientes lluvias. Subidas y bajadas que ofrecían vistas estupendas de los pueblos de la costa, como Lagos y Portimão, y a veces del litoral Vicentino. Un Revista Terral nº21 – El viajero - paseo que nos permitió comprobar la amabilidad de las gentes sencillas de la zona, la forma en que ordenan sus cultivos en terrazas verdes y frondosas, su amor al campo... Una mañana entre balidos lejanos, ladridos de perros en las granjas y el rumor de algunos arroyos. Tranquilidad y satisfacción en la quietud. Un silencio apenas interrumpido por los zumbidos de los moscardones, los cencerros de las cabras y el canturreo de algún pájaro desde la umbría. A lo lejos, las siluetas algodonosas de las montañas de la sierra que se esconden tras unas nubes límpidas y transparentes. Los alcornoques con sus troncos manchados de musgo, el matorral mediterráneo con la misma floresta que adorna nuestros bosques. El mismo olor a jara silvestre y a lavanda. Higueras, naranjos, almendros y limoneros. Aromas a pino y a eucalipto. Tras una caminata que nos dejó exhaustos, tomamos rumbo a Lagos, una ciudad costera alegre y bulliciosa en verano pero que ahora se presenta tranquila, disfrutando de un merecido descanso en espera de que vuelvan los días de sol y playa. Después de un paseo y de visitar sus atractivas tiendas, nos sentamos al sol, en la terraza del restaurante "Imperio do mar", lugar muy aconsejable para tomar, también sin prisas, un buen pescado y un excelente arroz al tamboril. Terminamos la estancia en Lagos con una excursión en coche a la playa de Santa Ana donde, tras bajar una escalera de madera de cien escalones, recogimos conchas de ostiones y caracolas. Acto seguido, iniciamos un fugaz recorrido por los alrededores hasta llegar a, parada obligatoria, la Punta de la Piedad. Es quizás de los lugares más bellos que haya visto jamás. Monumentales bloques de roca se levantan majestuosos sobre la arena, creando fantasmales cuevas inundadas por el mar, dando lugar a un paisaje caprichoso e inolvidable. Como enormes muelas de un gigante marino. Revista Terral nº21 – El viajero - Se acercaba la noche cuando iniciamos el camino de vuelta. Decidimos parar en Silves, factoría fenicia y sujeta a la posterior romanización, con una catedral (Sé) en la zona alta muy interesante. Era demasiado tarde para hacer un paseo cultural, por lo que decidimos conocerla mejor en otro momento. El domingo por la mañana emprendimos el viaje de vuelta a casa con la sonrisa en los labios, sin prisas, parando en el camino para coger limones silvestres y trompetas del campo. Calculando con el almanaque en la mano la próxima ocasión para organizar otra excursión a Portugal. Aunque lo de volver a casa no es la expresión adecuada en este caso, porque estar en Portugal es siempre como estar en casa. Revista terral nº 21 – Arte - Arte para recomendar José Manuel Velasco www.velascocom.com veslascocom@hotmail.com Va a comenzar la primavera y todavía los políticos no se han puesto de acuerdo para formar gobierno, el tiempo va pasando y a este paso está claro que habrá nuevas elecciones en junio, espero que esta situación no afecte mucho a la cultura de este país, que es lo que en este caso nos interesa. Viendo el aumento de visitantes y de volumen de negocio de ARCO, parece que las buenas expectativas de compras realizadas antes del inicio de la feria se han cumplido. Aunque, como en años anteriores, desde ARCO-Madrid, no se ha aportado ninguna cifra de negocio, y han vuelto a emitir el ya clásico comunicado que recoge impresiones y algunas informaciones relativas a quien ha comprado en la feria. Este año ha habido un incremento de presencia latinoamericana con nada menos que 47 galerías de 10 países, que suponen el 26% del segmento internacional, lo que consolida a ARCO como punto de encuentro e intercambio entre Europa y Latinoamérica. Con esto, así como con la gran cantidad de ofertas culturales que se siguen ofreciendo por todos los rincones de la geografía española, creo que no debemos preocuparnos. Aunque de forma lenta, también en esto vamos mejorando poco a poco. Así que, sin dar más rodeos, comenzaré mis recomendaciones por Madrid. En el museo Thyssen Bornemisza podemos admirad la gran exposición de Andrew Wyeth (1917-2009) y su hijo Jamie (1946). Es la primera retrospectiva que se hace en Europa de estos representantes del realismo americano del siglo XX. Se exponen más de 60 obras procedentes de instituciones públicas y colecciones privadas, algunas de ellas nunca antes expuestas en público. En ella se ofrece al visitante la oportunidad de conocer la obra de estos dos artistas, así como detalles de su vida y de su capacidad creativa. Se podrá ver hasta el 19 de junio de 2016. Revista terral nº 21 – Arte Además, coincidiendo con esta exposición, el Museo Thyssen presenta la muestra The Secret Sits (Wyeth Wonderland), de la fotógrafa francesa Joséphine Douet. Seguidora de los pasos del pintor realista y regionalista estadounidense Andrew Wyeth (es uno de los más conocidos del siglo XX, comúnmente se le llama el "Pintor del Pueblo" debido a su popularidad entre el público estadounidense)en el sentido de retratar los lugares y motivos que le inspiraron en su ciudad natal (Chadds Ford, Pensilvania). Se muestra una selección de 27 fotografías que constituyen una recreación de la producción del pintor y, a la vez, una variación, ya que tanto la visión de lo cotidiano que plantea cada uno de los artistas como los secretos que revelan en sus obras son diferentes. Se podrá ver hasta el 19 de junio. Y sin salir del Museo Thyssen tenemos una magnífica oportunidad de deleitarnos con la exposición dedicada a un grupo histórico de pintores y escultores realistas que han vivido y trabajado en Madrid: Amalia Avia, Francisco López, Julio López, María Moreno, Esperanza Parada, Isabel Quintanilla y el propio Antonio López, que ya contó con una muestra monográfica en el Museo en el año 2011, aquí presenta nuevas obras. La exposición incluye unas 90 piezas entre óleos, esculturas, relieves y dibujos, procedentes de las colecciones de los propios artistas, de instituciones internacionales y de colecciones particulares, sobre todo de España. Se podrá ver hasta el 22 de mayo. Y desplazándonos a otro de los vértices del Triángulo de Oro de Madrid, en el Museo del Prado, la pinacoteca madrileña ha conseguido reunir 31 obras de Georges De La Tour (Vic-sur-Seille, 1593-Lunéville, 1652) procedentes internacionales como de el prestigiosas instituciones Museo Louvre, del el Metropolitan de Nueva York o el Fort Worth de Texas. Georges De La Tour es uno de los grandes maestros del barroco y también, uno de los más olvidados. Estas treinta y una obras son una suma extraordinaria, si pensamos que solo se conservan 40 pinturas de su mano. Esta muestra permite escenificar la evolución de su obra pictórica. Se podrá ver hasta Junio de 2016. Revista terral nº 21 – Arte También decir que el Museo del Prado conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Enrique Simonet (Valencia, 1866-Madrid, 1927) con la presentación, de una selección de obras donadas recientemente por la familia, junto a la obra más destacada del artista Flevitsuperillam. Se podrá ver hasta mayo de 2016. Y sin salir de Madrid, otra exposición interesante que no debéis perderse es la exposición “Miró y el objeto “, en Caixa Forum Madrid. La muestra explora, por primera vez de forma específica, la presencia del objeto en la obra del artista, revelando cómo Miró evoluciona desde la representación pictórica del objeto hasta su incorporación física en la obra a través del collage y el assemblage para explorar, posteriormente, nuevas técnicas como la cerámica o la escultura. La exposición, presenta más de un centenar de obras entre pinturas, cerámicas y esculturas, procedentes del fondo de la Fundación Joan Miró y de las principales colecciones públicas y privadas de Europa y América, además de una selección de objetos originales que el artista coleccionó a lo largo de su vida. Se podrá ver hasta el 22 de mayo. Y, finalmente, en el Matadero de Madrid (Sala AVAM), una interesante exposición cuyo título es “Mundo a la deriva”, de Rufino de Mingo y de Carmen Pages. Ambos abordan temas interesantes y actuales, apareciendo así, vallas separadoras de seres humanos, desnudos masculinos, llegadas de pateras etc... Según los autores este montaje es una reflexión sobre una realidad trágica y cotidiana que no queremos ver ni analizar sumidos, como estamos en un entorno consumista y frívolo. Abandonamos Madrid y nos vamos al norte. En el Museo de Bellas Artes de Bilbao se presenta la exposición “El Divino Morales”, que profundiza en el trabajo de Luis de Morales (1510/1511-1586) a través del núcleo de obras de este autor y su taller pertenecientes a la colección del Revista terral nº 21 – Arte Museo del Prado. Esta exposición ofrece a través de 54 obras una cuidada revisión de la obra del Divino. Se podrá ver hasta el 16 de mayo. Viramos el rumbo hacia el este y nos vamos a Teiá que es un municipio de la comarca del Maresme, provincia de Barcelona. En el espacio cultural Ca L`Àntiga expone, bajo el título“ Jocs de Llum”, un magnífico pintor y amigo, se trata de Paulí Josa (Barcelona ,1963).Paulí Josa o Animal de pintor cómo el mismo se cataloga es profesor de la Facultat de Belles Arts de la Universitat de Barcelona. Y el mismo nos comenta: “Una de las características principales de mi obra es la consciencia absoluta de que los materiales son una expresión de los sentimientos, y eso me lleva a la experimentación constante con nuevos materiales, algunos recogidos en mis viajes y otros que conviven de manera permanente con nosotros, pero que en muchas ocasiones nadie relacionaría con el arte”. Se podrá ver hasta el 24 de abril de 2016. Bajamos al sur, nos vamos a Andalucía para recomendar en Contemporáneo el de Centro Málaga de la Arte primera exposición individual en España del artista camerunés Pascale Marthine Tayou, cuyo título es “Miracle”. El artista reúne 24 trabajos en los que se aprecian las diferencias culturales entre África y Europa, además de emplear diferentes materiales: madera, acero, cristal, cerámica, incluso elementos reciclados. En su obra, el artista enfrenta términos antagónicos: lujo/pobreza; poder/sumisión; pureza/corrupción, etc... Se podrá ver hasta el 12 de junio de 2016. Y para terminar imprescindible: Retrospectiva una exposición “Paco (1960-2015)”, Jurado una retrospectiva muy merecida en las salas de La Coracha del Museo del Patrimonio Municipal, del magnífico creador y artista Paco Jurado. Esta muestra está compuesta por más de 200 obras y recoge la evolución del Revista terral nº 21 – Arte artista a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria, donde se observan los estilos que va tomando y el trabajo directo en hierro dentro de la escultura, de donde ha obtenido sus mayores reconocimientos artísticos. Dibujos, carteles y esculturas en bronce, alpaca, hierro y barro. Las obras están divididas en tres salas. En la primera se encuentran sus esculturas más importantes, en la segunda bajo el título “Compartiendo” se encuentra el detalle más peculiar de la exposición: 24 lienzos en blanco que pintarán compañeros de generación de Paco Jurado. En la tercera sala hace un recorrido por la pintura desde sus comienzos hasta sus trabajos más actuales. Se podrá ver hasta el 27 de marzo. Me gustaría desde aquí agradecerle a Paco no solo su gran contribución al arte malagueño sino también, desde su cargo como presidente de la asociación de artistas plásticos (APLAMA), la gran labor de difusión, promoción y ayuda a los artistas de Málaga. Gracias Paco. Creo que este agradecimiento a un artista que lucha por el arte de todas las formas a su alcance es el mejor final a esta pequeña aportación a la difusión del arte que yo realizo, además de con mi obra, a través de mí arte para recomendar. Revista Terral nº21 – La Otra Realidad - La Otra realidad Mariano José Vázquez-Alonso Figuras históricas del esoterismo (III) “El enigmático conde de Saint – Germain” Continuando con las peripecias del inefable conde de Saint Germain diremos que después del éxito obtenido ante Luis XV, éste quedó convencido de las portentosas dotes del misterioso conde. Para aprovechar semejantes capacidades se le envió a Inglaterra en misión oficial, un cometido que no llegó a cumplir satisfactoriamente en esta ocasión. Tras esta misión, más o menos fallida, permaneció Saint Germain algún tiempo en Holanda, protegido por sus compañeros rosacruces, dirigiéndose posteriormente a Rusia. Se sabe con certeza que en 1762 se encontraba en San Petersburgo. Esta etapa de su permanencia en el país de los zares está llena, una vez más, de suposiciones fantásticas en las que se le hace participar en maquinaciones políticas en las que, con toda seguridad, nada tuvo que ver. Continuando sus andanzas europeas Saint Germain se instaló en la ciudad belga de Tournai, en donde se hizo pasar por conde de Surmont. Protegido, una vez más, por encumbrados aristócratas locales quiso dedicarse nuevamente al negocio de la tintura de sedas, empresa a la que por segunda vez tuvo que renunciar, abandonando al mismo tiempo Bélgica y partiendo hacia Italia. Tras una corta estancia en Venecia visitó numerosas ciudades italianas y, posiblemente, también viajó a Malta. Revista Terral nº21 – La Otra Realidad - En el año 1773 se pierde su rastro. Varios de sus comentaristas aseguran que en esta ocasión el viaje que emprendió Saint Germain fue a tierras mucho más lejanas. Sin duda, Oriente; unas latitudes en las que, según afirmaba, ya había estado. Tres años después, en 1776, reapareció en Leipzig, tratando de llevar una existencia que pasara desapercibida. A partir de ese momento parece ser que las cosas no le rodaron muy bien. Terminó instalándose en Schleswig, buscando el apoyo del príncipe Carlos de Hesse, con el que llegó a tener una buena relación. Pero en 1783 se encontraba ya muy achacoso, falleciendo un año después. Como suele ocurrir con ciertos personajes enigmáticos, que al parecer están dotados de indiscutibles poderes paranormales, tras la muerte de Saint Germain se creó una leyenda plagada de hechos fantásticos. Se dijo que el conde nunca había muerto y que, simplemente, había desaparecido. Se afirmó también que sus reapariciones fueron sonadas: las primeras algunos años después de su presunta muerte, en otras, muchos años después. Se le "vio" en diversos lugares de Francia entre 1835 y 1845, y hasta hubo quien aseguró haberle encontrado en Roma, en 1901. Incluso se llegó a decir que había participado en importantes sucesos políticos anteriores a la Primera Guerra Mundial. Del mismo modo se asoció al misterioso conde con personajes vinculados con el hermetismo, que habían vivido muchos siglos antes que él. Las leyendas sobre Saint Germain no parecen tener fin. Lo que sí es cierto es que el hombre constituyó un personaje muy singular, dotado de indiscutible capacidad para el hermetismo y, por supuesto, para la sugestión. “Fin de las andanzas de este enigmático personaje”