La orientación educativa desde la práctica. Sevilla

Anuncio
RECENSIONES
Lledó Becerra, Ángel I.
(coord.) (2007). La
orientación educativa desde la práctica. Sevilla:
Fundación ECOEM, 656 pág.
ISBN: 978-84-611-5166-0
Quizás lo más novedoso de esta obra sea que está pensada y escrita por
profesionales de la orientación educativa en activo. Suele ser más habitual que
el profesorado universitario, como parte de sus labores de docencia e
investigación, publique este tipo de “manuales” que han sido y siguen siendo de
referencia obligada en la profesión. A los “prácticos” se nos suele reservar el
complejo –y tanto- mundo de la realidad y de la acción, un mundo que por sus
requerimientos de inmediatez y decisiones inaplazables deja poco tiempo para la
reflexión sosegada, la escritura y la edición de materiales, si bien, en los últimos
años hay cada vez más colegas que se dedican a esta tan necesaria y hermosa
tarea. Tenemos la convicción de que la orientación del futuro dependerá sobre
todo de estos últimos; del análisis de las prácticas, del manejo de la realidad
compleja de los centros, de las investigaciones que seamos capaces de realizar y
de nuestra capacidad para comunicar y divulgar conocimientos, de compartir, en
suma, nuestras experiencias. Esta obra “coral” en la que participan catorce
profesionales de la orientación que trabajan en distintos ámbitos del sistema
educativo, nace, pues, con esa intención de dar a conocer a otros el estimulante
mundo de la orientación educativa como actividad profesional y que se erige hoy
como un factor primordial de calidad educativa que persigue mejorar todas
aquellas vicisitudes –educativas, personales, laborales…- que conforman la vida
de las personas. Un concepto amplio de orientación, pues, enmarcado en la
perspectiva europea del aprendizaje permanente.
La obra, compuesta por veintiséis artículos, una presentación –“Elogio de
la Insolencia”-y un CD de instrumentos básicos, presenta una doble lectura: por
un lado, está dirigida a profesionales de la orientación con experiencia en este
campo y, en consecuencia, presenta reflexiones y propuestas fruto de una larga
labor en los centros y que afectan a todos los artículos pero en especial a los de
la Parte I “Presupuestos básicos de la Orientación Educativa” y de la Parte IV
“Desarrollo Profesional de la Orientación Educativa”. Por otro lado, está dirigida
también a profesionales noveles y a todos aquellos titulados o personas
interesadas en conocer y/o formar parte de esta profesión. De este modo, con
2
http://www.ugr.es/local/recfpro/rev121REC.pdf
un lenguaje sencillo y divulgativo se presentan los artículos más relacionados
con la práctica habitual del orientador u orientadora, la Parte II -“La Orientación
en el sistema educativo”-, dedicada a realizar un recorrido por las distintas
etapas educativas hasta la universidad, la Parte III -“La Práctica de la
Orientación Educativa”- abordando temas básicos de la labor orientadora y la
Parte V titulada “Recursos para la Orientación Educativa” dedicada a recoger un
amplio abanico
de recursos bibliográficos, virtuales y legislativos,
imprescindibles para abordarla; recursos que se complementan con algunos
“materiales de supervivencia” incluidos en el CD que acompaña la obra, sin más
pretensión que sustentar mínimamente la labor inicial del profesional de la
orientación en un centro educativo.
Sorprende en una obra de extenso calibre -que procura una visión
amplia de la orientación educativa y que por tanto no puede profundizar en
todos los temas planteados-, que dedique dos artículos iniciales a explicitar los
planteamientos éticos e ideológicos que deben sustentar las tareas orientadoras,
y que no suelen aparecer en la literatura al efecto salvo en lo referente a la
necesidad de establecer “códigos deontológicos” que todavía hoy están poco
adaptados al perfil de un profesional de la orientación, comprometido con la
realidad, que forma parte de un centro educativo y que no se apoya en la mera
relación “clientelar” sino comunitaria, ecológica y social, tal y como se propone
en la obra. Seguidamente, se realiza una breve perspectiva histórica de la
Orientación Educativa pero no para redundar en lo que ya se encuentra bien
descrito en la literatura orientadora sino para alumbrar cuáles deberían ser los
elementos básicos que anticipen el futuro de la Orientación y permitan trabajar
inteligentemente por su presente. Artículo que se complementa con el de
principios y modelos que sintetiza lo hasta ahora dicho por distintos autores para
proponer un “modelo integrado” de Orientación, surgido de la práctica, que
articule de manera adecuada los modelos existentes en una propuesta potente
de intervención orientadora a medio y largo plazo basada en la
complementación de los modelos de intervención por programas –a cargo
primordialmente del profesorado en sus grupos de clase- y de asesoramiento
psicopedagógico o consulta –a cargo, sobre todo, del orientador/a del centro-.
A continuación se proyectan en la obra dos “miradas” sobre el sistema
educativo: una longitudinal (Parte II) que va desde la Ed. Infantil y Primaria
hasta la Universidad, pasando por la Formación Profesional, que propone realizar
un primer “aterrizaje” sobre la realidad para demostrar que los profesionales de
la orientación que trabajan en distintas etapas del sistema tienen más cosas en
común que diferencias y que, como dicen los autores, no interesa una
especialización que fragmente y separe, sino que integre y nos haga poseer un
cierto carácter polivalente, un lenguaje común y una visión sistémica de nuestra
profesión; y otra transversal (Parte III, que constituye la más extensa de la
obra) que afronta los principales campos de intervención práctica comunes al
quehacer diario del profesional de la orientación en diferentes contextos,
presentándolas de manera genérica: la intervención por programas, el desarrollo
de la carrera, la acción tutorial, la importancia del asesoramiento al profesorado,
a las familias y a la institución, la necesidad de la orientación individualizada a
alumnos y alumnas, la evaluación psicopedagógica o la atención a la diversidad
Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 12, 1 (2008)
3
entre otros, entendidos como escenarios de debate profesional sostenido y de
construcción permanente de instrumentos y recursos diversos.
Atención especial merece la Parte IV por la reflexión poco habitual que
promueve, compuesta por tres artículos interesantes. El primero, “Un artista del
trapecio”, en el que se dibuja el perfil profesional de un orientador u orientadora
contemplando factores deseables de personalidad, de formación académica y de
biografía profesional que permitan construirlo desde la práctica. El segundo,
relacionado con éste, que aborda la formación inicial y permanente de estos
nuevos profesionales todavía hoy por consolidar en gran medida y, el tercero,
que apuesta por la importancia del asociacionismo profesional en la construcción
de esta labor compleja como es la orientación educativa, cuyo desarrollo debe
trascender el marco localista o regional para ir más allá e insertarse en
proyectos nacionales e internacionales que son los que van a marcar el futuro
tanto de la orientación como de la educación en las próximas décadas.
Finalmente, la obra termina “tocando a ras de suelo” para proveer una
batería de recursos básicos: una selección de materiales bibliográficos y
virtuales para la orientación educativa, y una presentación actualizada de la
legislación existente a nivel del estado español en materia de orientación. La
intención de ambos artículos, que se complementan con el material del CD que
acompaña la obra, es servir de punto de partida para construir bancos de
recursos tanto en los Departamentos de Orientación como en los Equipos de
Zona y, por tanto, constituyen una selección básica, no exhaustiva, que va
dirigida, sobre todo, a aquellos profesionales noveles o titulados que pretenden
serlo en el futuro para hacer de la orientación educativa su profesión.
Slava López Rodríguez
4
http://www.ugr.es/local/recfpro/rev121REC.pdf
Marina, J. A. y Bernabeu, R. (2007). Competencia
social y ciudadana. Madrid: Alianza Editorial.
160 páginas.
ISBN: 8420684058 ISBN-13: 9788420684055
El principal objetivo que persigue este libro es la construcción de un
concepto de ciudadanía, desde la perspectiva de la inclusión de las competencias
básicas en el contexto escolar, dentro del marco que la Comisión Europea
estableció en 2004, mediante la formulación de las “competencias clave” que
debían iluminar la acción educativa. Para ello sus autores parten de las
diferentes concepciones de competencia, aportando diferentes definiciones
(DeSeCo, LOE, Eurydice), hasta llegar a justificar sobradamente, su papel en la
configuración del currículum escolar.
Se trata de un libro que nos acerca, mediante sus once capítulos, a
conocer en profundidad la competencia que la LOE establece como vehículo que
nos permite vivir en sociedad, comprender la realidad social del mundo en que
se vive y ejercer la ciudadanía democrática. Es una competencia básica para
poder convivir y para hacerlo de forma comprometida con los valores
universalmente aceptados, los derechos humanos y los valores constitucionales
y está asociada por ello a derechos democráticos de participación. Se persigue
con ello una ciudadanía del mundo compatible con la identidad local, formada
por individuos que participan activamente.
El interés por el tema de la ciudadanía se debe, entre otras cosas, a una
pluralidad de hechos políticos y cambios sociales muy dispares: desde la
pasividad los votantes, al resurgimiento de los movimientos nacionalistas; desde
la crisis del Estado de Bienestar, al hecho del multiculturalismo que inunda la
sociedad de una heterogeneidad antes inexistente. En nuestras sociedades
avanzadas y complejas, la educación es una actividad social tan fundamental e
importante para la dinámica social como el mismo trabajo. En primer lugar por
la importancia que tiene de cara al bienestar personal y la calidad de vida
particular de los ciudadanos. Pero también porque de ella se espera contribuya
de manera imprescindible y aporte las condiciones necesarias para el desarrollo
económico y para la cohesión y el progreso sociales.
A lo largo de todo el libro se van haciendo aportaciones esenciales para
analizar la necesidad de que la educación contemple, como una de sus metas, la
formación de ciudadanos. El proceso educativo ha de contribuir no sólo a
desarrollar las capacidades lingüísticas o matemáticas de los niños o de los
Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 12, 1 (2008)
5
jóvenes, sino también a que el educando adquiera el comportamiento propio de
un buen ciudadano, que en eso consiste la ciudadanía. Realizan una revisión que
comienza con la idea de reinventar la educación, a través de la introducción de
las competencias como marco de referencia en las diferentes materias del
currículum, continúan dedicando ocho de los capítulos a la descripción profunda
de los contenidos y virtudes que la competencia social y ciudadana requiere para
ser desarrollada y finalizan dedicando un capítulo a la asignatura de reciente
incorporación al currículum escolar español, Educación para la Ciudadanía.
Como la escuela constituye un catalizador de necesidades, se trata de
preparar a los jóvenes no sólo en la democracia y convivencia, sino en el saber
ser y actuar como ciudadanos. La ruptura de la organización tradicional de la
vida humana en período inicial de formación, período de trabajo y por último
jubilación, de manera que ahora una persona ha de cambiar de trabajo o
adecuar el mismo a las exigencias del cambio varias veces en su período de vida
activa, han hecho de la formación permanente (aprendizaje a lo largo de la vida)
un enfoque básico en la existencia de las personas. Esto exige una preparación
de los alumnos para que construyan la nueva sociedad, valorando la identidad
propia, abriéndose desde lo local a otras realidades supranacionales, y
aceptando lo diferente como elemento enriquecedor.
Es, por tanto, un momento clave y muy apropiado para que este libro,
Competencia social y ciudadana, vea la luz. Uno de sus autores, José Antonio
Marina es, ahora mismo, un referente en estas temáticas, ya que, uno de los
mayores estandartes de casi toda su extensa bibliografía es asumir que el logro
máximo de la inteligencia es la ética. Los autores vienen a recalcar la necesidad
de introducir las competencias sociales y ciudadanas en todos los niveles
educativos, tanto formales como no formales.
Los cambios que se están produciendo en la sociedad en que vivimos
hacen de la educación una referencia constante en las agendas y los discursos
de los políticos responsables de hacer frente a las nuevas situaciones. Por
ejemplo hoy no es imaginable el mantenerse vivo en profesión alguna sin
momentos más o menos continuos de reciclaje y renovación de ideas que nos
permitan mantener una capacidad de adaptación cada vez más valorada. Es una
de las consecuencias últimas de, por una parte, lo que llamamos globalización
que, al intensificar la competitividad en los mercados mundiales, llena la
existencia de incertidumbres, y por otra, de la sociedad de la información en que
continuamente nos dicen que vivimos. En este contexto, la educación se ha
convertido en un elemento central de las políticas activas de promoción del
empleo, de lucha contra la exclusión, de integración y de cohesión social. En el
momento actual nuestra sociedad reclama una educación que se proyecte y que
programe una formación actitudinal y ética. A estos efectos en el siglo XXI se
requiere que los ciudadanos sean personas altamente comprometidas, que
acepten el cambio, lo comprendan y primordialmente lo protagonicen. Para ello,
deberán ser competentes.
Marina y Bernabeu explican que numerosos estudios internacionales de
evaluación sobre la eficiencia educativa, como el informe PISA (Programa de
6
http://www.ugr.es/local/recfpro/rev121REC.pdf
Indicadores de la Educación, OCDE), se han interesado muy especialmente por
las competencias. La competencia ha sido definida por numerosos autores,
especificando la mayoría la dificultad que supone la conceptualización de un
término tan ambiguo. Se hace difícil, por tanto, aportar una definición única y
universal. Especifican los autores del libro reseñado que el término
“competencias” proviene de la educación, analizan su significado e intentan
precisar una definición, afirmando que representa una combinación de atributos
con respecto al conocimiento y sus aplicaciones, aptitudes, destrezas y
responsabilidades, que describen el nivel o grado de suficiencia con que una
persona es capaz de desempeñarlos. Hacen mención a la posible equivalencia
entre competencia y virtud, en cuanto ésta supone una relación de múltiples
conceptos que dan existiendo potencialmente, al ponerlos en práctica dan lugar
a destrezas concretas. Este concepto está estrechamente relacionado con otros
términos con significados similares como capacidad, atributo, habilidad y
destreza.
Los autores asumen las competencias como el conjunto de
conocimientos, destrezas y actitudes esenciales para que todos los individuos
puedan tener una vida plena como miembros de la sociedad. Es por esto que
defienden que la competencia cívica engloba a todas las demás, es decir, los
comportamientos que el individuo debe dominar para ser capaz de participar de
forma eficiente y constructiva en la vida social,
requieren de la previa
adquisición de todos aquellos conocimientos que le garantizan un bagaje cultural
adecuado. Con esta idea, en la que insisten claramente los autores, se aborda,
con un gran sentido didáctico, el análisis en profundidad de lo que denominan
“factores”, es decir, contenidos que son necesarios para la adquisición y
desarrollo de la competencia social y ciudadana como núcleo que incorpora
formas de comportamiento individual que capacitan a las personas para convivir
en una sociedad cada vez más plural, relacionarse con los demás, cooperar,
comprometerse y afrontar los conflictos. Los definen y distinguen sus círculos de
aplicación (familia, escuela, redes sociales), las edades en que se va
desarrollando y los recursos pedagógicos, así como los obstáculos para su
educación.
Adquirir esta competencia supone ser capaz de ponerse en el lugar del
otro, aceptar las diferencias, ser tolerante y respetar los valores, las creencias,
las culturas y la historia personal y colectiva de los otros, y para ello determinan
estos factores, que configuran una teoría de valores y, per se, un modelo de
sociedad: la conciencia de la vinculación; la autonomía personal; la
comunicación, comprensión y empatía; cooperación y colaboración; resolución
de conflictos; sentimientos prosociales (altruismo, solidaridad, compasión y
conductas de ayuda); respeto a todo lo valioso; conductas de participación
democrática.
Así, son de obligada presencia en el desarrollo de esta competencia los
aspectos relacionados con la necesidad de vincular al alumno a un proyecto
compartido (sociedad) sin necesidad de que renuncio a sus libertades
individuales, intentando evitar la tensión individuo-sociedad (“conciencia de
vinculación”). Esto, manifiestan los autores a través de la consideración del
Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 12, 1 (2008)
7
factor “autonomía personal”, no sería posible sin el adecuado desarrollo de
habilidades personales que le permitan avanzar en sus propios planes de vida y
sin la asunción de deberes y responsabilidades. En pro del avance hacia la vida
en sociedad, resaltan el resto de factores como la adquisición de habilidades que
favorezcan la relación con el medio y con los demás, la empatía, las estrategias
de cooperación y resolución de conflictos y el fomento de comportamientos
éticos que nos impulsen a ayudar a los demás.
En el mes de abril de 2007 se aprobó en el Parlamento la Ley Orgánica
de Educación (LOE), que introduce una serie de novedades en las asignaturas
obligatorias para el alumnado. La primera de estas materias, llamada Educación
para Ciudadanía y los Derechos Humanos, se impartirá en uno de los dos
últimos cursos de Primaria y en uno de los tres primeros de ESO. La segunda,
llamada Educación Ético-cívica, se impartirá en el último curso de ESO. Es a la
primera a la que dedican el último capítulo los autores de este texto, en la que a
partir de la reflexión sobre la persona y las relaciones interpersonales, el
conocimiento y la reflexión sobre los derechos humanos, desde la perspectiva de
su carácter histórico, se favorecerá que el alumnado valore que no están
garantizados por la existencia de una Declaración, sino que es posible su
ampliación o su retroceso según el contexto.
Desde este libro se aborda esta asignatura como un complemento a la
práctica democrática que debe inspirar el conjunto de la vida escolar y que ha
de desarrollarse como parte de la educación en valores con carácter transversal
a todas las actividades escolares. Así, en este capítulo, se pone de manifiesto
que una de las principales funciones de la escuela ha sido la transmisión de
información y/o conocimientos. En nuestros días, más aún en el contexto de la
educación para la ciudadanía, se insiste en el hecho de que la escuela ha dejado
de ser la única depositaria de la información, por lo que se requiere de una
redefinición de sus funciones, para potenciar más el desarrollo de las
capacidades que permitan un tratamiento reflexivo y crítico de la información
que se transmite, así como la necesidad de formación permanente a lo largo de
toda la vida. La educación moral no puede ser una asignatura concreta; es
inseparable de todo el proceso educativo mismo.
Los autores se amparan en las tareas, procesos y significados que se
ponen en práctica en la organización y estructura institucional de un centro
escolar para afirmar que, si todas éstas se desarrollan desde el ejercicio y
convicción plena de una ciudadanía activa y democrática, el aprendizaje de los
valores propios de una sociedad democrática se realizará en forma de vivencia y
no sólo de transmisión de conocimientos. Si queremos que los ciudadanos
ejerzan como tales en sociedad, será fundamental que el centro educativo en el
que pasan la mayor parte del tiempo durante su infancia y juventud esté
organizado bajo las premisas de una ciudadanía democrática.
Estamos ante una obra, escrita desde una posición real, eminentemente
práctica, aunque no exenta de fundamentación teórica. Es una obra oportuna y
acertada en el momento actual y, además, se nos presenta como un material
8
http://www.ugr.es/local/recfpro/rev121REC.pdf
muy útil para los docentes y para las necesidades de una escuela que pretende
preparar en y para la vida en sociedad.
El texto se lee con facilidad, desde el primer capítulo al último, y, sin
duda, es una herramienta muy útil en la actualidad para los profesionales de la
educación, ya que entendiendo la educación para y desde la ciudadanía, puede
guiar la redefinición de unas condiciones apropiadas para la vivencia y
aprendizaje de ésta en los centros escolares.
Mª Carmen Robles Vílchez
Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 12, 1 (2008)
9
Binaburo Iturbide, J. A. y Gijón Puerta, J. (2007).
Cómo elaborar una programación de aula en
enseñanza secundaria. Sevilla: Fundación ECOEM.
122 pp. ISBN 978-84-611-5168-4
Binaburo Iturbide, J. A. y Gijón Puerta, J. (2007).
Cómo elaborar unidades didácticas en enseñanza
secundaria. Sevilla: Fundación ECOEM. 124 pp.
ISBN 978-84-611-5171-4
La Fundación ECOEM (http://www.fundacion-ecoem.com/), centrada en la
educación y, de forma más especial, en la formación del profesorado no
universitario, ha iniciado recientemente la publicación de distintas colecciones
editoriales relacionadas con estos temas. De una de estas colecciones (la
denominada “divulgativa”) presentamos dos libros escritos por los mismos
autores: José Antonio Binaburo y José Gijón, relacionados con el trabajo de
planificación docente del profesorado y enfocados a sus aspectos más prácticos1.
Ambos volúmenes, relacionados y complementarios entre sí, pretenden
introducirnos –tanto a los profesores expertos como a los noveles o a los
aspirantes en formación- en el a veces complicado mundo de la planificación
docente, sobre todo para aquellos profesores cuya formación académica no ha
incluido formación pedagógica o didáctica –es decir, prácticamente todos-, o
para quienes quieren sistematizar y fundamentar de forma clara esta tarea de
diseño y reflexión sobre su propia práctica educativa.
1
Sobre los autores:
José Antonio Binaburo es profesor de Enseñanza Secundaria y actualmente
coordina la Red “Escuelas: Espacio de Paz” de la Junta de Andalucía. Elaboró el
currículo LOGSE de las asignaturas de Filosofía y Sociedad, Cultura y Religión para
la Comunidad Autónoma del País Vasco, donde fue asesor de la Consejería de
Educación. Ha publicado recientemente la obra Educar desde el conflicto. Guía para
la mediación escolar junto a Beatriz Muñoz Maya
José Gijón Puerta es profesor de educación secundaria y actualmente trabaja como
orientador en el IES Los Cahorros de Monachil (Granada). Ha sido asesor técnico
docente de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y es miembro
activo del Grupo de Investigación FORCE (Formación Centrada en la Escuela) de la
Universidad de Granada. Ha publicado obras como Bricolage Curricular, centrada en
aspectos prácticos de la elaboración de los proyectos curriculares.
10
http://www.ugr.es/local/recfpro/rev121REC.pdf
Como hemos indicado, estas obras tienen una estructura complementaria,
aunque se han publicado como volúmenes independientes. Tienen ambas de
esta forma, una parte inicial que establece elementos comunes de
programación, necesarios tantos para la realización de programaciones de aula
como para el diseño de unidades didácticas (como puedan ser el enfoque de la
evaluación), y que es común –con algunas diferencias-, y una parte de
desarrollo distinta para cada uno de ellos, centrada en los aspectos concretos de
la programación de aula y de la unidad didáctica en cada caso. Si bien quien
disponga así de ambas obras observará que algunos contenidos están
duplicados, esto hace sin embargo más ágil la consulta de la obra y permite
centrarse más en cada caso en el diseño y estructuración de la programación o
la unidad.
En cada volumen, encontraremos pues con una parte general, que
desarrolla los principios básicos de la planificación docente, y una parte muy
práctica, en la que abundan los ejemplos y referencias a las distintas
especialidades de la educación secundaria, para facilitar la comprensión del
texto y la utilización efectiva de las propuestas del mismo.
El volumen dedicado a la programación didáctica, en su primera parte, se
refiere a los aspectos generales de la programación didáctica, incluyendo de una
forma muy sucinta algunos conceptos básicos (tanto de la pedagogía como de la
psicología) necesarios para entender el modelo de programación propuesto,
desarrollándose las características del mismo. También se establece un ciclo
reflexivo que conforman las distintas fases de la programación y la relación de la
programación con el proyecto educativo.
En una segunda parte, se establece la estructura de una programación en
una parte de carácter general, una secuencia de unidades didácticas, la
descripción de una modelo general de unidad didáctica, la secuencia de
actividades que la conforman, la metodología que se propone y los indicadores y
herramientas de evaluación. También se incluyen en esta parte referencias
alumnado con necesidades de atención específica, los ejes transversales y los
distintos recursos que requiere el desarrollo de la programación.
Finalmente, una tercera parte se centra en el protocolo de elaboración de
una programación, con la elección de un eje rector, la descripción general de los
grandes bloques de contenidos, su estructuración en unidades didácticas, la
concreción de la metodología general y de los elementos de atención a la
diversidad y los elementos de la evaluación.
El volumen dedicado a las unidades didácticas, al igual que el anterior,
tiene una primera parte dedicada a los aspectos generales de la planificación
docente y, más concretamente, de la unidad didáctica, como son los niveles de
desarrollo de la programación o la formulación de objetivos y la selección y
secuencia de los de los contenidos, haciendo una “pausa” antes de centrarse en
la secuencia de actividades –como núcleo de la creación de unidades didácticaspara realizar una reflexión sobre el modelo de aprendizaje (la concepción
Profesorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 12, 1 (2008)
11
constructivita del aprendizaje y las bases psicopedagógicas de la práctica
educativa). El modelo de evaluación, completa los capítulos de carácter más
genérico, aunque con la inclusión de gran cantidad de ejemplos.
La preparación de unidades didácticas de carácter personal, ajustadas a
los contextos concretos y a las capacidades relevantes de cada profesor,
completa de una forma muy fácil de seguir el contenido de este volumen.
De esta forma, podemos decir que estos dos volúmenes se dirigen a un
público muy amplio, siendo quizá los opositores a los cuerpos de profesores
relacionados con la educación secundaria y los estudiantes de las facultades de
Ciencias de la Educación y afines, quienes encontrarán en estos libros una buena
guía para el trabajo práctico, relacionado con la planificación docente y, más
concretamente, con la elaboración de programaciones de aula y unidades
didácticas que se ajusten al modelo educativo español de las últimas décadas.
Sin embargo, podemos resaltar su utilidad para cualquier profesor de educación
secundaria, que encontrará en estas obras modelos y sugerencias para la
sistematización y fundamentación de su trabajo de planificación, y para una
redacción más precisa de las programaciones de aula y las unidades didácticas.
De forma global, se puede calificar esta obra de útil y eminentemente
enfocada a la práctica del aula para el profesorado y para quienes aspiran a
serlo algún día. El lenguaje es claro y los ejemplos abundantes, incluyéndose,
por ejemplo, listados de verbos y sustantivos que se pueden utilizar par la
redacción de objetivos y contenidos. De esta forma, también puede utilizarse
como obra de consulta para aspectos concretos de la planificación, a la hora de
seleccionar objetivos o contenidos de programación o para establecer
indicadores y técnicas de evaluación apropiadas. Por otra parte, su dimensión es
muy abordable y evita que nos perdamos cuando deseamos hacer una consulta
rápida en busca de algún aspecto concreto.
Antonio Burgos García
Vanesa Mª. Gámiz Sánchez
12
http://www.ugr.es/local/recfpro/rev121REC.pdf
Descargar