Rapaces de ciudad

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MARRUECOS. 23 MDH
Un ejemplar de halcón peregrino en un edificio de Madrid.
Rapaces de ciudad
Las siete parejas de halcón peregrino que anidan en los edificios de madrid han
tenido este año 11 pollos P La labor ciudadana es vital para tenerlas localizadas
ESTHER SÁNCHEZ, Madrid
La abogada María José Siñeriz salió corriendo al oír el grito de su compañera de despacho, Carmen Castañeda, en el piso 20º de un
edificio madrileño cercano al Bernabéu. Al
llegar a la cocina se la encontró con cara de
terror señalando un bulto que se adivinaba
a través del cristal biselado de la cocina.
“¿Qué es eso?”. “Pensamos que era un palomo, pero no, era un halcón peregrino precioso”. Pasada la sorpresa inicial, la pareja de
rapaces, que había anidado en una terraza
del piso de abajo, se convirtió en su acompañante habitual. Se instalaban en la ventana
y desde allí vigilaban el nido y a ellas “sin
asustarse lo más mínimo”.
“Es un privilegio. Y, aunque enseñes las
fotos, nadie se cree que en pleno Madrid
haya halcones”, comenta Siñeriz. No son los
únicos ejemplares de estas aves, calificadas
como vulnerables en el catálogo regional de
especies amenazadas y que prefieren los cortados artificiales que les ofrecen los edificios
altos de la capital a los del entorno natural.
La Sociedad Española de Ornitología
SEO/BirdLife tiene localizadas a siete parejas, que han tenido 11 pollos en 2014.
La especie ha sufrido un gran declive en
la región, sobre todo por el expolio de los
nidos y por el uso de insecticidas. En Madrid
viven en los cortados de los ríos Henares,
Jarama, Tajuña y Tajo, donde apenas queda
población reproductora. En la sierra del
Guadarrama reside otro núcleo al que le va
mejor. En 2011, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio censó 29
parejas reproductoras en el medio natural.
Desde ese organismo, informan de que en
los últimos años han introducido hasta 32
ejemplares en la ciudad mediante la técnica
la especie es calificada
como “vulnerable” en
el catálogo regional
de AVES amenazadas
del hacking (suelta de ejemplares criados en
cautividad). En 2011 habían sobrevivido 23,
pero ninguno de ellos se encuentra entre los
que anidan en los edificios. ¿Dónde están?
La Comunidad no tiene esos datos.
La falta de recursos hace que la colaboración ciudadana sea fundamental para
SEO/BirdLife. Gracias a ella han conseguido
averiguar dónde anidaba una de las parejas
habituales “que se había despistado”. Jesús
Sánchez García vive en la zona de Retiro. Un
día observó un pájaro que se lanzaba desde
la torre de una iglesia cercana. El halcón
peregrino es una de las aves más veloces del
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mundo: en vuelo picado puede llegar a superar los 300 kilómetros por hora. “Frenó en
seco al llegar a un saliente, se posó y pensé:
¿un halcón aquí?”. ¿Qué les gusta tanto de
Madrid? “Tienen comida y encuentran atalayas en las que se sienten seguros”, informa
un agente forestal que colabora con la sociedad ornitológica. Los halcones se alimentan
sobre todo de palomas, estorninos, vencejos
o cotorras. El sobrante de esta completa dieta se amontona, por ejemplo, en la terraza
que rodea el piso más alto del hospital Gómez Ulla: esqueletos, trozos de alas, picos de
cotorra... Allí cría desde hace años una de las
parejas. Y allí han encontrado a una de sus
mejores amigas y cuidadoras: sor Águeda,
exjefa de enfermería del centro. Ataviada
con su toca y su hábito, no se amedrenta a la
hora de recoger a algún pollo que, al lanzarse a volar, cae al suelo. “¿Dónde está nuestro
viudo?”, pregunta sor Águeda. “Buscando novia”, sonríe la bióloga Aurora Langa, que trabaja en el hospital. Este año esta pareja no
ha tenido suerte. La hembra puso cuatro
huevos, pero enfermó y murió. Cuando sor
Águeda se dio cuenta de que algo pasaba ya
era tarde. A pesar de que los trasladaron al
centro de recuperación de aves, no los pudieron salvar. Ahora el macho necesita encontrar nueva pareja, para que la caja-nido se
llene de vida la próxima temporada. Y allí
estará sor Águeda, a la espera y ojo avizor.
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