Historia de los huevos de Pascua

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2012
Historia de los huevos de Pascua
Nombre y apellido
Para la cristiandad -y los ortodoxos lo son- , el domingo de
Pascua es una fiesta de júbilo. Y al tradicional cordero en la
mesa -símbolo de pureza- se ha unido otro símbolo: el huevo de
Pascua.
Colegio y Liceo Misericordista
Grupo
HUEVO DE PASCUA
Para la cristiandad -y los ortodoxos lo son- , el domingo de Pascua es una
fiesta de júbilo. Y al tradicional cordero en la mesa -símbolo de pureza- se ha
unido otro símbolo: el huevo de Pascua.
Éste constituye el signo la
resurrección, porque el huevo de
Pascua ha tenido siempre una venerable
historia, desde aquellos primeros
cristianos que le consideraron como
símbolo de la Resurrección de Jesús. En
la Edad Media, cuando llegaba la Pascua
los huevos se pintaban y tan
colorinescos objetos eran los presentes
más preciados durante esos días, hasta
el punto de que en el siglo XVII, el
Papa Pablo V bendijo al
humilde huevo en una plegaria, quizás
para olvidar la prohibición decretada
por la Iglesia en el siglo IX, de no
consumirlos durante toda la cuaresma.
La llegada de la Pascua suponía
el levantamiento de la norma y el fervor por los huevos se desataba, tanto en la cocina como en los
regalos entre familiares, amigos y sirvientes. Suponía desquitarse de la penitencia impuesta durante
cuarenta y seis días. Era el festín del huevo porque éste representaba el regocijo y la vuelta a la alegría.
Como la conservación de los huevos durante la cuaresma era problemática -no había frigoríficos-, lo
habitual era bañarlos en cera líquida. Así, la fina capa protectora que los cubría permitía mantenerlos
más frescos. De ahí vino la costumbre de colorearlos y decorarlos con ceras.
Con el tiempo, la Iglesia levantó el veto al huevo, pero eso no impidió la costumbre de celebrar
la Pascua consumiéndolos y regalándolos. Costumbre que ha perdurado hasta hoy, y con mayor auge en
los países del Este y en Centroeuropa.
En los de habla inglesa, al Domingo de Pascua se le llama 'Easter Sunday', porque según la
tradición teutónica, Eastre era la diosa de la primavera (la Pascua casi siempre cae muy próxima), y en
su homenaje se celebraba un festival pagano. Del nombre Eastre derivó Easter.
La costumbre de esconder huevos pintados en el campo o en los jardines de las casas, para la
alegría y regocijo de los niños que los encuentran, se sigue manteniendo en muchos países, entre ellos
Estados Unidos. Curiosamente en los jardines de la Casa Blanca el día de Pascua se desarrolla una
singular carrera de chicos que hacen rodar los huevos. Gana quien llegue más lejos y sin romperlos. En
Grecia todavía se siguen intercambiando huevos carmesí, para recordar la sangre de Cristo. Los
armenios los vacían y los decoran con imágenes de Cristo y de la Virgen. Y en Polonía y Ucrania por
Pascua, hacen verdaderas obras de arte con cera hundida sobre su cáscara.
El día del nacimiento de Alejandro Severo, quien sucedió a Heliogábalo en la antigua Roma, una
gallina puso un huevo de color rojo. La madre consideró esto como un vaticinio que su hijo vestiría la
púrpura. Desde entonces fue considerado prenda de buena fortuna los huevos teñidos.
En la Edad Media, el papa Julio III prohibió consumir huevos durante la Cuaresma. El domingo
de Pascua se levanta la veda y con gran alegría de todos, en especial de los niños salían al campo para
recogerlos, entonado cantos de aleluya. Esta costumbre se mantiene aún vigente en muchos países.
Hay huevos famosos, unos por su gran tamaño, otros por su originalidad. Como el que le
obsequió Luis XV a Madame Du Barry que estaba completamente recubierto de oro. Un caballero de la
corte exclamó: "¡Si lo comes pasado por agua, yo guardaré la cáscara!". El rey también obsequiaba entre
sus cortesanos huevos pintados o grabados. Watteau, Lancret y Boucher llegaron a realizar en ellos
verdaderas obras de arte. En el museo Lambinet, en Versailles, se encuentran dos huevos que se
consideran una maravilla y que fueron regalados el día de Pascua a Madame Victoria, tía de Luis XVI.
Todo comienza en Semana Santa y culmina con el Domingo de Pascua, que se presenta como
una de las más importantes fiestas religiosas. Más allá de los días no laborables, los kilos de chocolates
que se comen, los conejos y las roscas típicas, la Pascua tiene una historia digna de ser contada.
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, una de las conmemoraciones más
importantes para la cristiandad. Muchos fieles van a misa con ramos de olivo -símbolo del recibimiento
de Cristo en Jerusalén- para que sean bendecidos.
En esta semana se recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Con el Domingo de
Ramos se evocó la entrada de Cristo en Jerusalén. Según la fe católica, el pueblo judío le dio la
bienvenida agitando ramos de olivo.
A partir del jueves próximo -día que se conmemora la Ultima Cena- la liturgia religiosa adquiere
mayor importancia. El viernes santo se evoca el tormento de Cristo en su marcha hacia el Calvario y el
domingo, con la Pascua de Resurrección, se festejará el paso de la muerte a la vida del Hijo de Dios.
La Pascua constituye el fundamento sobre el cual se asienta y gira toda la vida del cristianismo.
Es festejada por 1200 millones de fieles en todo el mundo y el Papa da la bendición en una misa urbi et
orbi desde la Basílica de San Pedro.
Las tradiciones en esta fiesta han ido variando con el correr de los siglos hasta llegar a
convertirse, para la gran mayoría de la gente, en una semana donde no se trabaja y se comen los
famosos huevos de Pascua. De hecho, el Domingo Santo es uno de los dos días del año en el que se
consume más chocolates (el otro es la Navidad).
Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y
renacimiento. El huevo adquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el Ave Fénix se
quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio.
También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo.
Los huevos de pascua en la antigüedad eran de gallina y de pato, y en la Edad Media les eran
regalados a los chicos durante las celebraciones. Al tiempo, los cristianos comenzaron a obsequiarse
huevos durante la Semana Santa con regalos y al principio el siglo 19, en Alemania, Italia y Francia,
aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos adentro.
En cuanto a la decoración, los huevos de pascua siempre han representado un desafío para los
reposteros. Pero las diversas culturas fueron decorando de manera diferente los huevos. En sus
comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol. Los huevos
se hacían uno a uno con un molde prefabricado, lo que dificultaba mucho su elaboración masiva. Los
colores estridentes fueron apareciendo con las grandes producciones de huevos, por los años 20 y 30
del siglo pasado.
Y se transformó en chocolate
Un elemento infalible en la
Pascua es el tradicional Huevo de
Chocolate, relleno con confites y algunas
sorpresas que generalmente es un
Juguete, sin embargo no siempre los
huevos fueron de Chocolate, ni siquiera
tuvieron confites o sorpresas. Regalar
huevos decorados es una costumbre
que se originó en Europa y Medio
Oriente antes del cristianismo. En el
antiguo Egipto y en Persia los amigos
intercambiaban
huevos
decorados
cuando comenzaba la primavera, como
símbolo del renacer de la naturaleza.
En
Roma
las
mujeres
embarazadas cargaban con un huevo
porque se creía que con él podrían
conocer el sexo del niño al nacer. Como
la Primavera Europea prácticamente coincide con la Pascua, el huevo pasó a ser el signo del renacer de
Cristo; la resurrección. Y ya en la Edad Media se universalizó el uso de los huevos de pascua con este
sentido. En algunos países europeos, los huevos se decoran el Jueves Santo y se rompen el Domingo. La
cáscara representa la tumba en la que Jesús estuvo sepultado, y es por eso que el huevo se quiebra el
domingo de Pascua, pues Cristo resucitó y salió de su sepulcro. También existe un juego donde se hacen
rodar los huevos por el pasto tratando de no romperlos y está relacionado con rodar la piedra que
cubría la tumba de Jesucristo.
Especificaciones de formato:
Hoja A4, margen superior, inferior y derecho 2,0 cm, margen izquierdo 4,0cm
Imagen 1: Alto 14:85 cm y ancho 18.87 cm
http://imagenes.lapatilla.s3.amazonaws.com/site/wpcontent/uploads/2011/04/huevos7.jpg
Imagen 2: Alto 6,0 cm y ancho 8,0 cm (rectángulo sombreado)
http://www.campeche.com.mx/wp-content/uploads/2011/05/Huevo-Faberge.jpg
Imagen 2: Alto 6,0 cm y ancho 8,0 cm (rectángulo sombreado)
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Estilos:
Normal: fuente: Calibri, 10 pto, Sangría: primera línea: 1,25 cm, justificado
interlineado: sencillo, espacio después: 6 pto.
Sin espacio: fuente: Calibri, 12 pto, justificado, interlineado: sencillo, control de líneas
viudas y huérfanas.
Título 1: fuente: 18 pto, negrita, color de fuente: rojo, versalitas, expandido 3 pto,
sangría: primera línea: 0 cm, izquierda, espacio antes: 24 pto, después: 24 pto.
Título 2: fuente: 11 pto, negrita, color de fuente: azul, sangría: izquierda: 1 cm derecha:
1 cm, espacio Antes: 6 pto.
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