México, D.F., a 20 de octubre de 2014 Panel I. Políticas Públicas de

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México, D.F., a 20 de octubre de 2014
Panel I. Políticas Públicas de Rendición de Cuentas: Un enfoque conceptual.
La política pública de transparencia en México.
Comisionada Areli Cano Guadiana
Introducción
A partir de las sugerencias para reflexionar en este panel, en esta exposición
abordaré los alcances y los retos de la política de transparencia en México, así
como su incidencia en el diseño e implementación de una política de rendición de
cuentas.
El argumento central de la exposición plantea que la transparencia y el acceso a la
información como política pública construye espacios para la interrelación entre
gobierno y sociedad. Esas interacciones evidencian las negociaciones entre los
diferentes actores sociales, políticos y económicos, los desacuerdos que algunas
decisiones de gobierno generan entre la sociedad civil, o bien las posibilidades de
cooperación y co-gestión entre gobierno y ciudadanos.
La exposición se estructura en tres partes. En la primera, trataré de describir
brevemente un estado de la discusión sobre política pública y señalaré la posición
que se asume en ese debate; posteriormente, abordaré la política de
transparencia, los alcances y sus limitaciones, y su relación con la discusión de
gobierno abierto; finalmente, haré unas reflexiones sobre la importancia de la
participación social en la implementación de la política de transparencia.
1. Estado de la discusión en la política pública.
La política pública son decisiones de gobierno destinadas a resolver un problema
o asunto de interés público que incorpora, en su definición y ejecución, la
participación u opinión de los ciudadanos (Aguilar, 1992a). El centro de interés de
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la política pública ha sido el análisis de las decisiones tomadas por el gobierno
para cumplir con sus funciones públicas (Aguilar, 2008).
Para explicar ese proceso decisorio existen diferentes enfoques teóricos, de los
cuales destaco lo siguientes:
1. La política pública vista como acción racional, donde las decisiones son
tomadas por actores racionales, estratégicos, con un conocimiento
completo de las alternativas y con capacidad de elegir, entre ellas, la opción
más óptima. Las políticas públicas se formulan a partir de un análisis
medios-fines en donde primero se definen los fines y después de evaluar
los medios se elige la alternativa más eficiente u óptima.
2. La política pública como racionalidad limitada, en la cual se considera
que el actor tiene limitaciones cognitivas para aprehender toda la
variabilidad del entorno. Además de que las decisiones están orientadas
por instituciones que son las reglas formales e informales de juego. Por ello,
las instituciones son de vital importancia pues establecen incentivos para la
acción económica, política y social al ser los marcos de las interacciones
cotidianas (North, 1993).
3. La política pública como forma de salir del paso, en la cual las
decisiones se toman pragmáticamente con ajustes incrementales mediante
comparaciones sucesivas de las decisiones tomadas anteriormente. Así, la
política pública es un incremento o sucesión de decisiones donde se
experimenta y se corrige a partir de las consecuencias de la decisión
anterior y cuyo propósito es “resolver un problema sin lograrlo cabalmente”
(Aguilar, 1992b:49).
4. La política pública como redes, parte del supuesto de que las políticas
públicas son producto de interacciones a niveles diferentes (macrosocial,
meso y microsocial) entre Estado y actores sociales (políticos, económicos
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y civiles), quienes desarrollan un proceso constante de negociación y
conflicto (Evans, 1998; Villarreal, 2009).
De los enfoques señalados asumo el último y resalto que una política pública es el
resultado de una serie de interacciones entre actores gubernamentales y no
gubernamentales, con posiciones distintas y capacidades diferenciales de
influencia y poder. Esas interacciones se desarrollan en un contexto sociopolítico
complejo y con base en ciertas reglas e instituciones que las estructuran, las
limitan o inciden en ellas.
Las políticas públicas por lo tanto, no son estáticas, sino como todo proceso
social, son dinámicas y contingentes. En su definición e implementación se
observan tanto avances o retrocesos constantes, como resultados no deseados o
no previstos en su elaboración. Por otra parte, dichos avances o retrocesos
coinciden con cambios fluctuantes en el equilibrio de poder de sus agentes que se
manifiesta en un patrón de relación entre Estado y sociedad.
2. La política pública de transparencia en México: alcances, limitaciones y
propuestas en torno al gobierno abierto.
La política de transparencia en México, revela las interacciones entre agentes
colectivos y personales -políticos, económicos, sociales y académicos- e
instituciones y representantes de órganos públicos, que han dado como resultado
un conjunto de normas jurídicas, procedimientos y cambios organizacionales para
que el gobierno transparente los actos públicos, y se garantice el derecho
fundamental de las personas a la información.
Se puede decir, que la información se constituye en el bien o capital que algunos
agentes tratan de controlar, otros de acceder y otros, en cambio, aún están
excluidos. En determinados momentos socio-históricos, los cuestionamientos al
3
régimen político, las movilizaciones sociales, el contexto internacional, han incidido
para que el sistema político realice modificaciones en sus instituciones o reglas, y
en su estructura organizativa, aunque como lo mencionaré más adelante, en el
caso de la transparencia, los procesos sociales, ante todo, se caracterizan por ser
paulatinos y muchas veces coyunturales. De ahí la importancia de que el análisis
retome la descripción sobre el contexto socio-político en el que se ha desarrollado
la política pública de transparencia.
En el caso de México, se ha observado, con altibajos, un proceso de transición
entre el sistema de concentración a otro de distribución del poder. Debido a este
proceso de democratización, temas como la transparencia o la rendición de
cuentas adquirieron una gran importancia en la agenda pública (Villarreal,
2009:10). En la etapa cuando el Presidente de la República tenía la hegemonía
en el sistema político, había un uso discrecional y de secrecía de la información.
Incluso, una vez que en 1977, en el contexto de la reforma política, se adiciona al
artículo sexto constitucional, que el derecho de la información será garantizado por
el Estado, se limitaron sus alcances mediante una interpretación hecha por la SCJ,
al establecer, sobre el sentido de la incorporación “… que no se pretendió
establecer una garantía individual consistente en cualquier gobernado, en el
momento en que lo estime oportuno, solicite y obtenga de los órganos del Estado
determinado información…” (Semanario Judicial de la Federación, 1992:44;
López-Ayllón, 2009).
En varios análisis se ha señalado (IFAI, 2007; López Ayllón, 2009), la importancia
de los movimientos de defensa de los derechos humanos como una garantía de
las personales ligado al derecho a la verdad. Se destaca aquella resolución que la
Corte emitió por el caso del asesinato de campesinos en Aguas Blancas en donde
establece que el derecho a la información está ligado al conocimiento de la
verdad, por lo que se considera una violación grave a la garantía individual cuando
el gobierno entrega “una información manipulada, incompleta, condicionada a
4
intereses de grupos o personas…” (Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, 1996:513).
Esta acción de defensa y promoción de derechos humanos, también llevó a
actores de la academia, de las organizaciones civiles y de medios de
comunicación a proponer en 2001, una iniciativa de Ley Federal de Acceso a la
Información Pública. Una vez promulgada la Ley, se estableció un procedimiento
específico para acceder a la información pública, criterios para clasificar
información, la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública
(IFAI), como el órgano responsable de promover el derecho de acceso a la
información pública, así como resolver los recursos de revisión derivados de una
negativa o inconformidad de acceso a la información pública y de datos
personales por parte de las dependencias públicas del gobierno federal.
Con la ley comienza la implementación en lo organizativo, normativo y
procedimental de una política de transparencia y acceso a la información pública,
aunque es de reconocer que en su inicio fue desordenado y limitado en las
constituciones estatales, leyes y reglamentos de los órganos del Estado.
Por lo anterior, en 2007 se hizo indispensable otra reforma constitucional al
artículo sexto constitucional, para establecer las bases y los principios mínimos; la
composición y naturaleza de los órganos responsables en materia de
transparencia, así como los procedimientos de acceso a la información y de
revisión que obligaron a los distintos niveles de gobierno a atender disposiciones
legales y reglamentarias que fomentarán una armonización legislativa coherente
con las necesidades del derecho de acceso a la información.
En este breve recorrido, se observa como la política de transparencia es resultado
de un proceso de resistencia, conflicto y negociación entre actores colectivos y
personales gubernamentales y no gubernamentales. Pero al mismo tiempo ello
nos obliga a explicar los alcances y limitaciones de este proceso.
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El sistema ha sufrido muchas transformaciones y un proceso positivo de
diversificación,
debido
a
la
capacidad
de
influencia
adquirida
por
las
organizaciones de la sociedad civil y por los cambios en los órganos del Estado,
donde los otros poderes públicos (Legislativo y Judicial) así como los órganos
autónomos han adquirido una capacidad real de contrapeso y control.
Finalmente, a principios de 2014 con la última reforma constitucional al artículo
sexto se define una nueva etapa que busca coherencia y la ampliación de los
alcances de la política de transparencia, incluso, que ésta contribuya a poner las
bases de un sistema de rendición de cuentas que fortalezca la gobernanza.
En esta breve descripción del proceso, resalto cambios en diferentes dimensiones:
a) En el sistema político hay una redistribución del poder, que en materia de
transparencia y acceso se muestra en la ampliación de actores participantes y
espacios de vinculación entre gobierno y sociedad. Al respecto, autores como
Felipe Hevia y Ernesto Isunza (2010:64) señalan que se constituyen diferentes
interfaces o espacios socioestatales en materia de transparencia, tales como la
interfaz donde la sociedad informa al Estado; la interfaz donde el Estado, por
medio de herramientas como el internet, informa a la sociedad y la interfaz donde
a través de mecanismos de acceso y transparencia, sociedad y Estado se
comunican. Sin embargo, en estos interfaces se mantienen relaciones asimétricas
entre los actores, incluso, hay sectores excluidos como en la interfaz donde el
Estado se comunica con la sociedad al carecer de las posibilidades del empleo de
herramientas electrónicas.
b) En instituciones, normas y procedimientos, en materia transparencia y
acceso a la información, lo cual se ha traducido por una parte, en la definición de
una normativa –que abarca desde artículos de la Constitución Política, una ley
federal, constituciones y leyes estatales, hasta reglamentos, criterios y
lineamientos-, y por la otra, en la formación y fortalecimiento de órganos garantes,
6
además
de
procesos
de
diferenciación
en
la
estructura
organizativa
gubernamental con la aparición de instancias especializadas para atender las
solicitudes de acceso, la organización de archivos y la transparencia de la
información pública.
c) En lo social, con la complejización y diversificación de organizaciones de la
sociedad civil, que fomentan y buscan garantizar el acceso a la información como
herramienta para conocer y supervisar decisiones gubernamentales, así como
para empoderar a sectores poblacionales en condiciones de marginación y
vulnerabilidad.
Sobre los aspectos señalados, detallo brevemente los alcances y límites de los
mecanismos institucionales-normativos:
La política de transparencia está destinada a atender el problema del ocultamiento
o secrecía de las actividades administrativas y el desempeño público. Se
considera que al hacer visible esa función pública y tarea administrativa, se genera
confianza, credibilidad y legitimidad en la sociedad.
La política de transparencia se integra por dos áreas de acción: por una parte, la
obligación de los órganos de gobierno, o entes públicos de publicar sistemática y
continuamente información confiable, veraz, completa y relevante sobre su
gestión, sus actividades, los resultados de sus decisiones así como su agenda;
por otra parte, el garantizar el derecho de las personas y los diferentes colectivos
a acceder a esa información pública.
Considero que en el diseño se han tenido logros concretos, destaco los siguientes:
1. Con la última reforma al artículo sexto constitucional se amplió la gama de
sujetos obligados. Prácticamente hoy cualquier ente, órgano público de todos los
niveles de gobierno, partidos políticos, fideicomisos, sindicatos o personas físicas
7
o morales que reciban recursos públicos están obligados a transparentar
información.
2. Al órgano garante se le otorgó autonomía técnica, normativa, de gestión y
presupuestal; se ampliaron sus facultades para conocer de asuntos relacionados
con el acceso a la información y protección de datos personales de cualquier
entidad pública, así como de las resoluciones emitidas por los órganos garantes
de las entidades federativas y ejercerá facultades de atracción que por su interés y
trascendencia así lo ameriten. Contará con un Consejo Consultivo.
3. Se establecen mecanismos de acceso a la información pública y procedimientos
de revisión expeditos que se sustanciarán ante organismos autónomos
especializados e imparciales.
4. Los sujetos obligados deberán preservar sus documentos en archivos
administrativos actualizados y publicarán, a través de medios electrónicos
disponibles, la información completa sobre el ejercicio de los recursos públicos y
los indicadores que permitan rendir cuenta del cumplimiento de sus objetivos y de
los resultados obtenidos.
5. Los órganos públicos deberán transparentar de manera continua información de
oficio en sus portales y, en la actualidad, ya se han empleado tecnologías de
información para facilitar la comunicación con la ciudadanía.
6. Se prevén cambios en el manejo de la información pública con la existencia de
archivos en los sujetos obligados que permitirá el registro, la actualización y la
clasificación de documentos sobre sus actividades. Sobre este tema, además se
contempla establecer un Sistema Nacional de Archivos.
7. La Constitución obliga al IFAI a coordinar sus acciones con la Auditoria Superior
de la Federación, el Archivo General de la Nación, el Instituto Nacional de
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Estadística y Geografía y, con los órganos garantes de los estados y el Distrito
Federal para fortalecer la rendición de cuentas del Estado Mexicano.
No obstante y a pesar de estos avances, se presentan varias limitaciones, tales
como:
1. En el servicio público-administrativo se mantienen ciertas resistencias para
transparentar información y evaluar su desempeño. Uno de los aspectos
fundamentales en esta materia, radica en la necesidad de homogenizar los
sistemas de información, particularmente a nivel estatal y municipal, con el diseño
de plataformas informáticas que contemplen el mismo tipo de información
dependiendo de la institución o gobierno.
2. Asimismo, derivado de las propias resistencias, los resultados en cuanto al
ejercicio para transparentar la información pública y, por tanto, del acceso que
pueden tener los ciudadanos han sido desiguales en términos regionales y de
sectores sociales.
3. Otro factor que tiene consecuencias en el derecho de acceso a la información,
es que aún falta diseñar mecanismos de promoción para que los ciudadanos
conozcan este derecho y lo ejerzan.
4. De igual forma, la fragmentación institucional y organizativa en transparencia,
archivos, y fiscalización de recursos repercute en los alcances y las limitaciones
para establecer controles efectivos y sanciones a la actividad públicaadministrativa.
5. Una limitación importante en la política de transparencia es que no se ha
logrado generar confianza y credibilidad de los procesos decisorios de gobierno en
la sociedad.
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Si bien los conceptos de transparencia, acceso a la información, incluso, el de
combate a la corrupción difieren al de rendición de cuentas, en términos del diseño
e implementación de una política pública no pueden desligarse el uno del otro. Por
esto, me parece que una forma de articular, de manera empírica estos conceptos
es mediante la propuesta de un gobierno abierto que genere las posibilidades de
un gobierno responsable.
La apuesta requiere de cambios institucionales y organizacionales y de una mayor
participación de los ciudadanos, lo que implica un cambio cultural de valores, de
percepciones y prácticas que como señala Oscar Oszlak, permitan romper con
“estructuras y mecanismo decisorios ancestrales” (2013:6). Precisamente, la
agenda del gobierno abierto abre, en el horizonte, oportunidades para generar
vínculos de confianza entre Estado y sociedad.
Siguiendo al mismo autor, el gobierno abierto es considerado como un nuevo
paradigma de gestión pública, es decir, de gobernanza, el cual contempla en su
formulación el empleo de tecnologías de información para ampliar las
posibilidades de establecer una comunicación constante, sencilla y fluida entre
gobierno y sociedad. Sin embargo, el gobierno abierto no se reduce al empleo de
herramientas tecnológicas debido a la existencia de sectores sociales que no
están en posibilidades de acceder a ellas (Oszlak, 2013).
Por eso, el supuesto central del gobierno abierto, es la apertura de canales de
diálogo e interacción entre el gobierno y ciudadanos para colaborar activamente
en los procesos de gestión pública. Para lograr esa colaboración, se requiere en
términos de implementación u operativos, superar al menos dos obstáculos
posibles: por una parte, la renuencia de los funcionarios y de la administración a
transparentar su gestión, y por otra, la indiferencia posible de la ciudadanía a los
asuntos públicos.
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El reto, por lo tanto, es ambicioso pero en México, es indispensable.
Recientemente, el país acaba de asumir la Presidencia del Comité Directivo de
Alianza para el Gobierno Abierto, y en cuyo Plan de Acción 2013-2015 se
establecieron cinco ejes para el desarrollo del país: 1) Gobierno centrado en la
ciudadanía; 2) Presupuesto abierto y participativo; 3) Datos abiertos para el
desarrollo; 4) Empoderamiento y participación ciudadana; 5) Gobernanza de
recursos naturales.
Algunas de las principales líneas de acción se refieren al tema de justicia y
seguridad. En este rubro, con la creación de un registro de detenidos y la base de
datos de personas desaparecidas se propone brindar a los ciudadanos la certeza
de que el gobierno cuenta con los mecanismos que garanticen sus derechos
humanos.
Asimismo, al hablar de política social, existe el compromiso de contar con un
padrón único y abierto de beneficiarios que permitirá identificar con mayor
precisión las poblaciones que requieren la atención y garantía de sus derechos.
Otro de los rubros más importantes en este Plan de Acción es el encaminado a
transparentar el presupuesto asignado al gobierno federal y a la obra pública,
debido a que se trata de recursos públicos.
Sin duda, el reto principal es precisamente, la construcción de esos espacios o
canales para la inclusión, y el diálogo con la sociedad civil.
Sin embargo, en una revisión hecha al portal de la Presidencia de la República, lo
relativo a la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA) se ubica en la sección de
acciones denominada México Digital donde el gobierno federal comunica su
estrategia de adopción y desarrollo de tecnologías de la información y
comunicación con el propósito de maximizar su impacto económico-social “en
beneficios de la calidad de vida de todos” (ver http://www.presidencia.gob.mx).
11
Debido a esa ubicación, da la impresión de que el gobierno abierto, se reduce a
una propuesta de gobierno electrónico. Asimismo, hasta el momento no se
encuentra información que detalle las acciones realizadas y los plazos definidos
para el cumplimiento de los compromisos establecidos en el Plan de Acción 20132015.
3. La participación social en el diseño e implementación de la política pública
de transparencia en México.
Uno de los debates vigentes sobre cómo mejorar los procesos de democratización
en los países de América Latina, sigue siendo el cómo fomentar los procesos de
participación ciudadana, pero más allá de ésta, se trata de definir las reglas y los
mecanismos institucionales que permitan la incidencia de los ciudadanos en el
diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas.
No cabe duda que las instancias tradicionales de representación política y social,
como los partidos políticos y los sindicatos, ya no son los únicos referentes
conceptuales y empíricos que permiten hablar de un sistema de contrapesos
frente a las decisiones gubernamentales. Actualmente, la participación social y la
conformación de redes de política pública, ofrecen nuevas herramientas analíticas
y metodológicas para comprender la diversidad de actores que convergen en el
espacio público.
Es así que una agenda de transparencia y rendición de cuentas sobre las
decisiones gubernamentales requiere de una sociedad civil que pueda monitorear,
evaluar y proponer alternativas a la acción de gobierno, pero también que cada
día, un mayor número de ciudadanos, ejerza su derecho de acceso a la
información e incida, desde sus diferentes espacios societales en el diseño de las
políticas públicas.
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Las políticas públicas desde los diferentes enfoques evidencian el contenido de la
interfaz socio-estatal, requieren que la fase de implementación, pase por un
proceso de evaluación, un ejercicio de monitoreo de cómo la política pública,
efectivamente se está llevando a cabo, por lo menos desde dos dimensiones, por
una parte, si llega a las personas para las que determinada política está diseñada
y, por otra parte, cómo llega, es decir, la necesidad de medir la eficacia y la
eficiencia.
En este sentido, el proceso de cómo se elaboran las políticas públicas, se vuelve
un aspecto fundamental, pero no suficiente, Christian Gruenberg al analizar la
nueva agenda de gobierno para la transparencia y la rendición de cuentas en los
programas focalizados (2010) explica que teórica y empíricamente existe un
consenso sobre la importancia que tienen la transparencia, la participación
ciudadana y la rendición de cuentas como procesos sinérgicos y, por tanto,
interdependientes para construir innovaciones democráticas que permitan un
ejercicio real, por parte de la sociedad civil organizada y los ciudadanos para
definir los temas de la agenda pública, establecer los controles sociales y de
contrapesos al poder político.
En este contexto, vemos que el sistema político mexicano ha logrado una gran
apertura. Ésta ha sido el resultado de una constante participación de los
ciudadanos, a través de acciones colectivas, movimientos sociales, pero también
por la construcción de grupos de interés con demandas mucho más acotadas.
El enfoque de redes de política pública es una herramienta de investigación que
nos permite evaluar la implementación de la política de transparencia y rendición
de cuentas para analizar cómo, en los distintos niveles de gobierno, se definen los
temas en la agenda pública, las necesidades de información de los ciudadanos y
de los grupos de interés, pero de una manera mucho más flexible que busca
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identificar cómo es que las demandas colectivas, y los propios actores estructuran
sus contexto sociopolítico y, al mismo tiempo, éste contexto los estructura.
Las redes de política pública tienen una estructura que se caracteriza por los
vínculos que se establecen entre los diversos actores de la red, es decir, las
instituciones políticas, los partidos políticos, los actores sociales y privados en
diferentes arenas de política o campos de acción. En dicha estructura observamos
las reglas tanto formales como informales que se construyen a través del marco
jurídico pero también por las fuerza de los vínculos que cada actor tiene frente a
las instituciones de gobierno, particularmente con el poder legislativo.
Pero como cada grupo de interés u organización de la sociedad civil posee cierto
capital (en este caso interesa el capital político) éste le permite elegir ciertas
opciones o cursos de acción, negociar los asunto públicos, desde su ingreso a la
agenda, hasta la implementación de leyes, políticas o programas, establecer las
necesidades de información y en muchos casos, entrar en conflicto con el poder
político, rompiendo redes o acuerdos previamente establecidos y construyendo
otros.
Visto así, y retomando a Gustavo Emmerich (2011), la transparencia de la acción
gubernamental no puede evaluarse solamente como una obligación impuesta a los
órganos del Estado para publicitar información periódica conforme a la norma, sino
como la obligación de que esta información sea accesible a todos y cada uno de
los ciudadanos, cuando ellos así lo soliciten, aunado a la existencia de
procedimientos por los cuales, los ciudadanos puedan cuestionar la negación de
acceso y obtengan una respuesta fundamentada en el marco jurídico.
En el análisis sobre el estado del arte del enfoque de redes de política pública, y
su relación con la transparencia y la rendición de cuentas se encuentra que la
construcción teórico-empírica de un gobierno responsable, requiere aun de
profundas transformaciones institucionales y organizacionales que tengan como
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ejes transversales: el grado de confianza ciudadana en las instituciones, la
aplicación de los mecanismos de partición ciudadana, más allá de los procesos
electorales, con la creación de mecanismos de seguimiento en todas y cada una
de las instituciones y, en particular en los organismos autónomos, además del
fortalecimiento de los gobiernos estatales y municipales.
Lo anterior implica un marco jurídico que dé certeza a los ciudadanos de que la
falta de responsabilidad de los representantes políticos y los funcionarios tiene
consecuencias legales y que en todo momento, los representantes y los
gobernados cuentan con los mecanismos para incidir en la hechura de las
políticas públicas porque conviven en campos sociales en donde la transparencia
y la rendición de cuentas formen parte de la ciudadanía.
Así se concluye con algunas sugerencias para incluir e incentivar la participación
social en la política pública de transparencia:
1. Establecer mecanismos de monitoreo y evaluación de la acción pública en
el gobierno y el desempeño administrativo.
2. Generar mecanismos para la accesibilidad de la información pública.
3. Ampliar los mecanismos de colaboración entre los órganos públicos y
autónomos
en
los
diferentes
niveles
de
gobierno
para
que
las
organizaciones jueguen un papel protagónico en la evaluación de la política
de transparencia.
4. Establecer acciones focalizadas a grupos excluidos para generar procesos
de ciudadanización.
15
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México: Miguel Ángel Porrúa, pp. 15-74.
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Seminario Internacional de Diseño de Política de
Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción
Ponencia presentada en el Panel I. Política de Rendición
de Cuentas: Un enfoque conceptual.
Comisionada Areli Cano Guadiana
20 de octubre de 2014
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