EDITORIAL Estimados lectores de la revista Terral: El número 9 de la revista Terral aparece con el nuevo año 2013 –año preñado de malos augurios y pesimistas perspectivas: crisis económica, desempleo, desahucios, violencia de género, violaciones a los derechos humanos, guerras…; que no son acontecimientos nuevos, sino que venimos arrastrando de atrás, desgraciadamente–. ¿Qué hacer ante tal cúmulo de penosas realidades? ¿Cómo editar una revista literaria y cultural que no permanezca ajena a estos problemas? En la sección de opinión algunos de nuestros colaboradores, tanto en verso como en prosa, han mostrado su punto de vista en estos tiempos convulsos. Y otros seguimos empeñados en que las letras y las artes se hagan visibles para que la palabra sea un arma de presente y siembra de futuro. En las habituales secciones encontraréis conocidos autores y nuevos creadores: en Teatro, Denis Rafter, actor y director teatral; en la sección Trazos, la muestra de pintura de nuestro colaborador José Manuel Velasco, que ilustra la portada de este número con su obra “cambio climático”; y preciosos relatos, cuentos para los más pequeños, poesía, trabajos de cine, estudios de flamenco…, que deseo os interesen y os animen a seguir participando con nuevos trabajos. El equipo de redacción cuenta, desde este número, con dos personas más, conocidas por la mayoría: Erena B. Burattini y Ramón Alcaraz García. Nos alegramos por el apoyo y asesoramiento que nos aportan. Agradezco la aportación económica que algunos habéis hecho para que la revista Terral continúe en la red. Igualmente damos las gracias a los que con vuestro trabajo hacéis posible esta publicación. Os dejo este correo para los que deseen confirmar su aportación voluntaria. Después se les facilitarán los datos necesarios para efectuar el ingreso. Consejoderedaccionbenal@hotmail.com Lola Buendía Directora de la Revista Terral www.revistaterral.com Larga vida a terral, el viento que modela las nubes Revista Terral N. 9 ©Todos los derechos reservados ISSN 2253-9018 Edición: Lola Buendía López _ Enrique Bodero Moral Equipo de redacción: Enrique Bodero_Lola Buendía_Ramón Alcaraz_Erena Burattini Colaboradores en este número: (Página 1) Cuadro de portada: José Manuel Velasco Diseño de portada: Enrique Bodero Editorial: Lola Buendía López Cine: Ramón Alcaraz _ José Luis Casado _ Cine club Mas madera Opinión: Erena B. Burattini_ Ximo Tejado _Esperanza Liñán Crítica literaria: Ricardo Guadalupe Poesía: Teresa Oteo_Silvia Gallego_Rebeca Alvarez Revista Terral N. 9 ©Todos los derechos reservados ISSN 2253-9018 Colaboradores en este número: (Pagina 2) Relatos: María Monjas_Inmaculada García Haro_Rafael Borrás_Maritza Ramirez_Carlos A. Torres_Emy Luna_Teresa Oteo_ Carla O´Donnell_Esperanza Liñán Infantil: Mar Solana_Erena B. Burattini Flamenco: Rafael Silva Martínez Trazos: José Manuel Velasco Teatro: Denis Rafter El viajero: Lola Buendía_Pablo Gutierrez Guy_Pepa J. Calero_María José Moreno Diseño digital : Lola Buendía_Carmen Guerrero_M. José Moreno Maquetación: Lola Buendía López Diseño Web: Ana García – 644 26 28 80 CINEXPLICABLE (Ramón Alcaraz García. www.tallerliterario.net) ¿Sabías que Marlene Dietrich fue el primer mito erótico creado para el cine? Sin ser una gran belleza, como Greta Garbo, Ingrid Bermang, Rita Hayworth o Ava Garner…, Marlene Dietrich fue convertida en el primer gran mito erótico del cine clásico gracias a una elección cuidada de sus papeles, que se fueron mezclando con hechos de su vida real. A ello contribuyó además su increíble fotogenia, su mirada, el uso adecuado del maquillaje y el empleo adecuado de los claroscuros del blanco y negro. Su nombre completo era Marie Magdalene Dietrich von Losch, y nació en Berlín en 1901. Quien la lanzó al estrellato fue el director Josef von Sternberg, en la primera película sonora europea: El Ángel Azul, en donde interpretaba a una cabaretera; en ella, Marlene fue una de las primeras mujeres que mostraba a la cámara los muslos descubiertos, lo cual causó un enorme revuelo en los años 30. Sternberg `fabricó’ para ella el papel de diva, del que no se desprendería durante el resto de su vida. En sus primeras obras ya interpretaba papeles de mujer fatal. Su papel de mujer española resuelta y desenfadada en El diablo era mujer motivo la protesta de la II República Española, que la prohibió en nuestro país. Recibió el calificativo de “la mujer de las piernas perfectas”, que ella aseguró por un millón de dólares. En su época, fue la única capaz de hacer sombra a la ‘divina’ Greta Garbo, la gran estrella. Entre ambas hubo un trato distanciado y frío, rivalidad que parecía venir de una relación lésbica que habían mantenido en su juventud. En la película Marruecos, su primera en Hollywood, dejó su famosa escena luciendo frac y sombrero de copa, en la que además besaba en la boca a otra mujer. Por esta actuación recibió su única nominación a un premio Oscar. En 1937 se nacionalizó norteamericana y se convirtió en un símbolo para las tropas estadounidenses en el frente. Popularizó en inglés la famosa canción alemana “Lili Marlene”, que nada tenía que ver con su nombre pero que le vino muy bien para que la asociaran con ella; un tema que trascendió a las barreras de la guerra y que conocían y gustaba a los dos bandos. Entre los años 50 y 70, recorrió los teatros de diversos países con un espectáculo de cabaret, conservando su imagen de seducción hasta avanzada edad, ya que se mantuvo en el escenario hasta ya pasados los 70 años, cuando se rompió una pierna en escena. Murió plácidamente en París con 90 años y fue enterrada en su ciudad natal, en el cementerio de Berlin-Schöneberg; tal como fue su deseo tras la reunificación de Alemania. Una de sus últimas frases la dirigió a un amigo: «Lo quisimos todo, y lo conseguimos, ¿no es verdad?». Los estadounidenses siempre la consideraron extranjera, y ante la falta de interés de su legado y sus pertenencias, todo fue vendido a la Cineteca de la Fundación Alemana. Marlene fue, además, un icono de la moda, que popularizó el uso entre las mujeres de los pantalones, entre otros detalles. También se generalizaron los rumores sobre su vida sentimental y su bisexualidad. Su leyenda de mujer fatal, enigmática y seductora en el cine se avivó en la realidad con una lista interminable de amantes. Lo que más le gustaba a Marlene Dietrich era hacer el amor con hombres y mujeres, cocinar para sus amantes y tocar la sierra musical. La frase: "Necesité muchos hombres en mi vida para llamarme Shanghai Lili", es perfectamente aplicable a ella. Cuando una vez alguien criticó su bisexualidad, la actriz dijo tajante: "En Berlín importa poco si se es hombre o mujer. Hacemos el amor con cualquiera que nos parezca atractivo." Una vez le escribió Ernest Hemingway: "La muerte es algo que a ti no te concierne, Marlene. Tú eres inmortal". SESIÓN DE CINE. PASE A CIEGAS José L. Casado Toro Dicen que, en esto del cine y la publicidad, está casi todo inventado. Nada más incierto pues, en el día a día, comprobamos, para nuestra ilusión o desencanto, nuevas posibilidades a fin de controlar la voluntad de ese público consumidor. Vayamos, sin la mayor dilación, a esta curiosa historia de la que hemos sido participantes. Una poderosa cadena de exhibición cinematográfica oferta, vía on-line, entradas gratuitas para la proyección, en pre-estreno, de una película. El reclamo publicitario atiende por la enigmática frase de “PASE A CIEGAS”. Efectivamente, el espectador sólo conocerá el título de este film, cuando comience a vídeo-proyectarse en pantalla. Fue en el 12-12-12. Ese miércoles soleado en diciembre, reúne, en la sala 11 del complejo Yelmo Vialia en Málaga, a unos 400 asistentes, citados para las 7,30 aunque la proyección no se inició hasta una hora más tarde. La mayoría de los presentes en la sesión eran parejas de jóvenes, ya que se facilitaban dos entradas por gestión en Internet. También había algunas madres que iban acompañadas de sus hijos, menores de edad. Pero nadie sabía qué película íbamos a presenciar. El lector de estas líneas se estará preguntando si, aquéllos que asistimos, intentamos conocer con anterioridad el título de la obra fílmica que, como regalo sorpresa, íbamos a disfrutar. Por supuesto que muchos lo hicimos. Pero todos nuestros intentos resultaron baldíos. Porque, ni en la página Web, ni en la taquilla de los multicines, ni el personal de atención al público, soltaban prenda alguna o pista indicativa acerca de lo que nos esforzábamos e interesáramos en conocer. Sólo teníamos en nuestro poder un dato. Se trataba de un pre-estreno. De ahí que las cábalas indagatorias resultaran ciertamente jugosas. Cada cual aportaba su opción, débilmente sustentada en la información que ofrecen las páginas especializadas de cine, en ese mar inmenso para la vida cultural que es la red de redes. La espera, como ya se ha comentado, se hizo larga en el tiempo y tensa en la curiosidad. Un porcentaje sustancial de parejas portaban en sus manos esos paquetes enormes de palomitas. El menú se completaba con los no menos grandes recipientes de cartón, llenos de ese atrayente refresco que se hermana universalmente al maíz suculento, cuando contemplamos una película. Los precios del “bolsón” de palomitas con la Coca Cola oscilan, en el ambigú de la entrada, entre 6 y 9 euros. Sí, las dos entradas por participante eran gratuitas. Pero entre aguas, refrescos y “rosetas blancas” la venta, en euros, fue de un importante nivel. Hagamos un simple cálculo aritmético. Las butacas estaban prácticamente ocupadas en su totalidad. Y el número de compras de esos “menús” cinematográficos era visualmente elevado. Y tras un anuncio del universal refresco de Cola, con el mensaje explícito de las palomitas, se inicia la proyección. ¡Al fin el título! LAS SESIONES, dirigida por Ben Lewin (Polonia, 1946) y protagonizada por John Hawkes (Minnesota, 1959) y Helen Hunt (California, 1963), cine independiente USA, 2012. Se trata de una comedia dramática sobre la discapacidad, con sendas nominaciones a los Globos de Oro para sus dos actores principales y premiada ya en Sundance y en San Sebastián. Ofrece una fase de la vida de Mark O´Brien, un periodista que ha de vivir vinculado a un pulmón de acero, a causa de un problema de polio en su infancia (el director de la cinta, también sufrió esa enfermedad a los seis años de vida, por lo que ha de usar muletas de manera permanente). A sus treinta y ocho años, Mark quiere perder la virginidad, para lo que es ayudado por una terapeuta o suplente sexual, Cheryl, en un proceso físicamente complicado, dada la mayoritaria inmovilidad física del paciente (sólo puede mover su cabeza) pero exitoso en sus resultados. Las escenas de sexo explícito son numerosas, aunque tratadas con especial delicadeza. El personaje del Padre Brendan (Willian H. Macy, Miami, 1950) tiene también una significativa y simpática participación en una historia que habla de superación y fuerza en la voluntad, ante las tragedias físicas y psicológicas que se presentan aleatoriamente en nuestras biografías. Sin duda, muchos de los asistentes a la sorpresiva proyección esperaban otra película. A los 18 minutos desde la iniciación del metraje, habían abandonado ya la espaciosa sala 18 personas (28 lo hicieron antes de su finalización). Entre éstos, hubo algunas madres con sus hijos pequeños. Era más que evidente que determinadas escenas resultaban inapropiadas para los niños que estaban presentes ante la inmensa pantalla. El control (o advertencia) que hoy se realiza, acerca de la asistencia a películas no adecuadas para menores, por parte de las empresas de exhibición, es absolutamente inexistente. La responsabilidad de la asistencia o no de los niños a estas películas se deja al control discrecional de sus progenitores. Por otra parte, dentro de las salas no hay responsable alguno por parte de las empresas cinematográficas durante la proyección. Los que, tradicionalmente, llamábamos “acomodadores” ya no existen. Cuando se apagan las luces, muchos han de usar la luz de sus móviles, a fin de no rodar por las escaleras de las salas. Sólo vemos al personal de limpieza que cumple limitadamente su función (por la premura del tiempo), antes de que comience de nuevo a rodar la película. ¿Se han fijado como quedan algunos asientos y el propio suelo cuando se encienden la luces, tras el The End? Es un grave problema de educación cívica, dentro y fuera de los cines o de otras salas para espectáculos. De todas formas, esta carencia de control o vigilancia, prácticamente inexistente, es lamentable e injustificable, especialmente cuando el espectador está pagando un coste significativamente elevado por su asistencia. De viernes a domingos, o vísperas festivos, 8,40 € por una entrada de cine, aquí en Málaga. La experiencia de PASE A CIEGAS resultó interesante, cómo no. Imaginemos otras modalidades para la ficción. Puedes ir a una librería a comprar un libro del que sólo conocerás título, autor y contenido, cuando lo abras en la comodidad de tu hogar o sentado en un banco del parque cuando la primavera nos sonríe y gratifica. O aquel billete de tren o bus, que te va a llevar a un lugar “misterioso” cuyo destino sólo sabrás a la llegada. Y en el cine, pues igual. Te sientas en la butaca y ¡oh sorpresa! ¿Qué me van a poner en “la gran pantalla de la sábana blanca”? Resulta lúdicamente estimulante esta última posibilidad. Especialmente, cuando se te ofrece de forma gratuita. Y Ahora sería el momento de profundizar en el análisis de la película. Pero apenas queda ya espacio para la misma. He querido centrarme en el contexto social y subliminal de la experiencia. Fue un miércoles prenavideño, en el mágico idilio del cine, cuando… http://www.jlcasadot.blogspot.com/ Programación de invierno ENERO 10 ¿Y SI VIVIMOS TODOS JUNTOS? Dirección y guion: Stéphane Robelin. Interpretación: Guy Bedos, Daniel Brühl, Geraldine Chaplin Francia y Alemania. 2011. 97 min. En “¿Y si vivimos todos juntos?” conoceremos a Annie, Jean, Claude, Albert y Jeanne, amigos desde hace más de 40 años. Cuando la memoria falla, el corazón se descontrola y aparece el fantasma de la residencia de ancianos, pero ellos se rebelan y deciden irse a vivir juntos. A todas luces, una locura. Pero aunque la falta de espacio moleste y despierte viejos recuerdos, empieza una genial aventura: compartir casa a los 75 años. 17 MARTES DESPUES DE NAVIDAD Dirección: Radu Muntean. Interpretación: Mimi Branescu, Mirela Oprisor, Rumania 2010. 99 min Paul lleva 10 años compartiendo su amor, amistad y complicidad con Adriana, su mujer. Tienen una simpática hija de 8 años y en general llevan una vida tranquila y bien avenida en un Bucarest liberal de gente acomodada. Sin embargo, Paul lleva una doble vida, ya que desde hace seis meses mantiene una relación paralela con Raluca, la dentista de su hija, de la que está apasionadamente enamorado. Los días de Paul pasan entre los equilibrios que debe hacer para repartir el tiempo entre su familia y su amante. Un día lleva a la niña a la consulta dental y por una casualidad se produce un encuentro entre Raluca y Adriana. Es entonces cuando la realidad cae pesadamente sobre Paul. 24 TEATRO DE HUMOR 31 MIEL DE NARAJAS Dirección: Imanol Uribe. Interpretación: Blanca Suárez, Iban Garate, España 2012. 101 min. La historia de “Miel de naranjas” nos traslada a los años 50 en Andalucía. Por aquel entonces, Enrique y Carmen son una joven pareja de novios. Carmen consigue, gracias a su tío Eladio, que su novio se quede a prestar el servicio militar en un juzgado de la ciudad. Enrique, a la vista de las injusticias que presencia cada día, se da cuenta de que para cambiar el rumbo de las cosas tiene que actuar. Pronto se verá involucrado en arriesgadas acciones que pondrán en peligro su vida y la de sus compañeros. FEBRERO 7 AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO Dirección: Zhang Yimou. Interpretación: Zhou Dongyu, Shawn Dou, China. 2010. 121 min. “Amor bajo el espino blanco” nos cuenta la historia de Jing, una colegiala ingenua de la ciudad que debe trasladarse a un remoto pueblo en la montaña para su “reeducación” durante la Revolución Cultural. Su padre ha sido encarcelado por “derechista” y su madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento en opinión de las autoridades. Bastaría con un error para arruinar sus vidas. 14 LAS NIEVES DEL KILIMANJARO Dirección: Robert Guédiguian. Interpretación: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin Francia. 2011 107 min. A pesar de haberse quedado sin trabajo, Michel es feliz con Marie-Claire. Hace 30 años que se aman. Sus hijos y sus nietos les miman. Tienen muy buenos amigos. Se enorgullecen de sus luchas políticas y sindicales. Sus conciencias son tan transparentes como sus miradas. Pero su felicidad se hará pedazos cuando dos hombres armados y enmascarados les agreden, les arrebatan los anillos de boda y huyen con las tarjetas de crédito. 21 EL HAVRE Dirección y guion: Aki Kaurismäki. Interpretación: André Wilms, Kati Outinen Finlandia, Francia 2011. 93 min. Marcel Marx, escritor y conocido bohemio, se ha autoexiliado en la ciudad de El Havre, donde siente que está más cerca de la gente después de adoptar el honrado —aunque no muy provechoso— oficio de limpiabotas. Ha enterrado el sueño de convertirse en un reconocido autor y vive felizmente dentro de un triángulo compuesto por su bar preferido, su trabajo y su esposa Arletty. Pero el destino provoca que se cruce con un inmigrante menor de edad llegado del África negra. MARZO 7 EL IRLANDES Dirección y guion: John Michael McDonagh. Interpretación: Brendan Gleeson, Don Cheadle, Irlanda. 2011. 96 min. En “El irlandés” conoceremos a Gerry Boyle (Brendan Gleeson), un policía de un pequeño pueblo irlandés que posee una personalidad conflictiva y un sentido del humor subversivo. Su madre se está muriendo, si bien ello no le impide disfrutar de su principal “afición”: las prostitutas. No es de extrañar que, cuando su camino se cruce con el del agente del FBI Wendell Everett (Don Cheadle), quien quiere capturar a una importante banda que trafica con drogas, a Boyle le importe bien poco la resolución del caso… al menos al principio. 14 EL PROFESOR Dirección: Tony Kaye. Interpretación: Adrien Brody, Marcia Gay Harden USA. 2011. 100 min. En “El profesor (Detachment)”, Adrien Brody interpreta a Henry Bathes, un profesor que posee un auténtico don para conectar con los alumnos. Pero Henry prefiere ignorar su talento. Al trabajar como profesor sustituto, nunca permanece bastante tiempo en un centro como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus compañeros. Cuando llega a un instituto donde una frustrada administración ha conseguido volver totalmente apáticos a los alumnos, Henry no tarda en convertirse en un ejemplo a seguir para los adolescentes. 21 EL ARTISTA Y LA MODELO Dirección: Fernando Trueba. Interpretación: Jean Rochefort, Aida Folch, España. 2012. 104 min. “El artista y la modelo” cuenta la historia de un viejo escultor de fama, cansado de la vida y de la locura de los hombres, que reencuentra, gracias a la llegada de una joven española escapada de un campo de refugiados, el deseo de volver a trabajar y esculpir su última obra, en la Francia ocupada de 1943. Mientras trabajan, la modelo y el artista hablan con sencillez y cercanía de todo lo que les rodea: la vida y la muerte, la sinrazón de la guerra, la juventud y la vejez, la búsqueda de la belleza en tiempos de horror, el sentido y la necesidad del arte… Todas las proyecciones se realizarán en la Casa de la Cultura de Arroyo de la Miel a las 21:00h. Opinión EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES Ximo Tejado Ya lo escribió un poeta cubano hace muchos años: Hay que sembrar un árbol, un ansia, un sueño, un hijo. Por que la vida es eso: sembrar, sembrar y sembrar. Elzeard Bouffier, el personaje de este cuento corto llamado El Hombre que plantaba árboles, dedicó toda su vida a plantar semillas, a levantarse cada día y, a pesar de las inclemencias del tiempo y de la vida que le rodeaba, crear un mundo menos malo. Crear, sin esperar nada a cambio, un mundo menos cínico, menos cruel y menos absurdo. Qué duda cabe que se trata de un cuento con moraleja, pero si tengo que explicarla o significarla es que aún queda mucho camino por leer, ver y escuchar. Podría hablaros de cómo despertar una conciencia y tal vez, tocando las fibras del arpa, llegar incluso a zarandearla y privarla de su inconsciencia, pero apenas serían unos segundos y al cabo volvería a dormirse. Lo verdaderamente difícil, y eso es algo que le compete a uno mismo, es mantenerla despierta. ¿Qué cómo se hace? No lo sé. Podría hablaros de las verdades físicas y palpables que rodean nuestro mundo consumista, de la violencia (en general), del hambre y sus hemisferios, de la injusticia social y judicial, la desigualdad y la imposición de clases, del mangoneo político, del paro, del sin sentido común, de los pobrecillos bancos (los del parque y que no sean de color naranja, claro; por que los otros, en los que estáis pensando, son unos hijos de su madre). Podría hacerlo. Pero no lo haré. Pasar hambre no es comer dos horas más tarde de lo habitual; amar al prójimo no es poseerlo y privarle de su libertad; el que paga no descansa ni bajo tierra pues aún muerto seguirá pagando y el que cobra, además de cobrar, se queda con tu casa y con los huevos y el futuro de tus hijos… en fin…De todo eso que ya sabéis. Podría contaros tantas y tantas cosas que deberían cambiar, girar o, directamente, erradicar que de poco serviría si primero no cambiamos nosotros mismos. Esto lo dijo alguien y sería fácil buscarlo en Internet. Ese es el problema, que todo es demasiado sencillo. Pero no lo voy a hacer. Voy a luchar por recordarlo aunque no lo consiga. Al hilo de lo que os hablaba al principio, este cuento, un medio metraje que podéis encontrar en Youtube, trata de un ermitaño que le dio, al margen de su labores diarias, por plantar diferentes tipos de semillas a lo largo y ancho del territorio que rodeaba su casilla y, la verdad, poco más. Una vida sencilla pero sin banda ancha. Este cuanto para adultos habla de la naturaleza y de los valores del ser humano (y su naturaleza). Algo que en estos tiempos queda como muy arcaico, medieval. ¿Valores? Mucho chocolate respondería alguno. Ganó un Oscar en su categoría en el año ochenta y siete y esta vez acertaron los de la academia. Pero antes de eso fue un pequeño relato escrito por Jean Giono, que sabía y era consciente de que la temática no pasaría de moda. En las ediciones más cercanas a nosotros el prólogo viene a cargo del mismísimo José Saramago, que también lo sabía. En media horita de nada lo tenéis visto y es recomendable hasta para el que no lo es (ciertos políticos, ciertos banqueros y empresarios con garras en lugar de manos). Espero que os guste y este año que empieza (me cago en los Mayas) suponga para todos un año distinto, mejor. ¡Coño, qué no es tan complicado! Eso sí, hay que despertar ya, beber dosis de cafeína social y mantenerse despierto. P.E: Recomiendo, primero leer el cuento y después visitar Youtube y visionarlo. Y segundo, y esto es opcional, hacérselo llegar al Conde de Salvatierra (o a su madre) gran amante de la naturaleza y del trabajo bien hecho, de sol a sol y no remunerado. Gracias. P.E (2): Pues sigo sin recordar al susodicho que dijo la célebre frase. Manda huevos. ¿Me habrán privatizado la memoria y ahora tengo que pagar por recordar? Sección: Opinión LA PALABRA EN RETROCESO Al principio fue el verbo Erena B. Burattini Estamos llegando a un nivel de comunicación casi inimaginable (virtual, claro). Y mientras más se expande y diversifica, más se empobrece nuestro lenguaje. Cuán lejana me resulta la primera frase de la Biblia que sirve para reflejar la importancia de la palabra. Sí, nos estamos olvidando del potencial del pensamiento cuando éste se hace audible. Ayer me detuve a pensar en la cantidad de tiempo y energía, junto al dineral que se tiende a gastar para mantener en forma el cuerpo, así como para borrar las huellas del tiempo. En general, más que el buen funcionamiento del cuerpo, lo que nos mueve es la misma obsesión de Dorian Grey: la eterna juventud o, más bien, el narcisismo. Está claro, nos estamos dejando obnubilar por los mandatos mercantiles. Del contenido poco nos preocupamos. Nos basta con saber lo suficiente como para tener acceso a todo eso que se supone debemos consumir. Me pregunto, ¿y qué pasa con la palabra, esa necesidad humana de comunicarnos con nuestros semejantes? Es verdad que de pequeños nos iniciamos en el aprendizaje de uno o más idiomas. Hasta aquí todo muy bien. Solo que después, mientras sepamos darnos a entender, poco más nos preocupamos, ni siquiera la sociedad nos empuja a ello. Al contrario, el poder de la palabra asociada al pensamiento es un arte peligroso. Estudios de comunicación existen, faltaba más. Solo que en general van dirigidos a la publicidad, al logro de ciertas metas, en el campo de la política, etc. ¿Y en el cada día? Me pregunto, una vez más, ¿qué es lo que nos lleva a perder el interés por el uso de la palabra en el mejor de los sentidos? Me refiero al acercamiento hacia el otro, al placer de la conversación, a la transmisión clara de ideas, a ese intercambio que nos hace más humanos, y por tanto más comprensivos, más tolerantes, y más… personas. Por fortuna nos quedan poetas y escritores, e instituciones que salvaguardan el lenguaje, aunque no parece que sea suficiente. Ojalá esta burbuja narcisista se pinche pronto (como tantas otras burbujas), y volvamos a tocar de pies al suelo, con más tiempo y perspectiva para recuperar el goce y el poder de la palabra. 1 Cuento en clave de crisis TRAPECIO RICARDO HERNÁNDEZ DIOSDADO Tuvo la sensación de que la barra cilíndrica le iba a segar los ojos. Fue sólo un instante, una milésima de segundo antes de que la aferrara con fuerza y, dejando a su cuerpo caer hacia adelante, como en el vacío, quedó suspendido de ella, balanceándose hasta alcanzar el piso seguro de la plataforma elevada en la que se posó como un ave en una alta rama. Los aplausos sonaron abajo tal que en la lejanía de un sueño ignoto, de un sueño de otro. Desenganchó el nuevo trapecio y lo apretó con sus dedos firmes y seguros antes de concentrase para iniciar el ejercicio más arriesgado: el triple salto mortal, que algunas veces, y ésta era una de ellas, realizaba sin red, en una imposición inicial que el director tuvo que aceptar como condición para poder anunciar entre sus atracciones la más solicitada por el público, la que llenaba su circo día tras día y sobre todo aquellos en que la proeza tenía lugar sin protección como tributo a la morbosidad de las gentes. La música enmudeció tras un redoble. El silencio se cortaba. Su abstracción duró el tiempo de un relámpago; al instante arqueó su flexible cuerpo hacia atrás, tomó impulso y se elevó muy alto hasta rozar la oscura cúpula entoldada, proyectándose de inmediato en busca del portor, después de ejecutar, con tal rapidez que casi no podían vislumbrarse, las tres vueltas preceptivas en el aire denso, casi viscoso por la concentración de tantas respiraciones ahora contenidas, de tanto aliento vaporoso en el frio navideño de la fría ciudad continental. Vio las manos del receptor preparadas como garras para recogerle en su celérica caída y abrió las suyas para asirlas, para aferrarlas como un náufrago a su salvador. Y en ese decisivo y fugaz milisegundo su pensamiento voló lejos, se distrajo, se evadió, perdió la conciencia del mortal peligro y no logró sino rozar unos milímetros de piel humana, antes de comenzar a caer de espaldas hacia el vacio desprotegido, a la espera de que su cuerpo se estrellara contra el duro suelo. Entonces pensó, como en un chispazo de su imaginación, si no había llegado al fin el castigo divino por sus acciones casi perdidas en el olvido, por su pecado, en el caso de que aquello que hizo en el cercano pasado lo hubiera sido. 2 …………………………… Curro de la Vega nació en Málaga. Su padre era un pescador de El Palo al que llamaban Paco el Jabegote, porque de joven había sido marengo. Curro, hijo único, fue un niño despierto y sano, al que antes de cumplir los diez años, y por su insistencia, Paco el Jabegote le dejó acompañarle en su barca de mediano tamaño, que patroneaba durante las noches de pesca junto a sus hombres en la idílica, no siempre, bahía malacitana. Curro se aficionó y al menos dos veces por semana participaba en aquella singular aventura piscatoria, que había iniciado años atrás, apenas con seis, ayudando, con sus aún escasas fuerzas, a coger el copo, a arrastrar la red en las cálidas madrugadas de las playas paleñas. Así transcurrió feliz su primera infancia, truncada a los trece con la muerte lenta de su madre por un cáncer de mama, que se la llevó en un año escaso entre el dolor de Paco y el hondo hueco que dejo en el alma de su hijo. Sin embargo, su habitual alacridad le permitió superar el trance y, no cumplidos los quince, volvió a ser de nuevo un muchacho despierto, extrovertido y feliz. Y también al tiempo responsable, obediente, más apegado ahora a su padre por el consuelo y los cuidados que de él recibía. Inteligente y sagaz, de constitución fuerte y muy aplicado, era al mismo tiempo desprendido con los demás, sociable en extremo y muy dado a muestras de generosidad más allá de lo habitual a su edad. No era extraño que regalara sus juguetes o los libros en los que había estudiado a niños que los necesitaban más, en aquellas zonas deprimidas en que la pobreza hacía serios estragos entre la población. Con la edad esos regalos se prodigaron y aumentaron en valor, alcanzando no sólo a pequeñas dádivas, sino a más sustanciosas donaciones: de parte de la pesca recogida y obsequiada a algunos a los que la penuria no los dejaba ni con qué alimentarse, y a otros con entregas de su escaso y propio dinero, para ayudar a familias enteras que vivían en la calle de la caridad pública. Se excedió, o así lo consideró Paco el Jabegote, quien por esa época ya poseía tres barcos, y con el que comenzó a tener pequeñas discusiones, que luego fueron tomando el cariz de disputas y enfrentamientos, a consecuencia de los cuales, a los dieciocho años, Curro se marchó de casa, embarcándose en un velero escuela para aprender el oficio de marino. Durante las travesías por los mares del mundo, pudo alardear de ser un ágil y diestro marinero, con singular facilidad para subir por los obenques y escalar las flechaduras sin el menor atisbo de vacilación, como si toda su vida hubiera practicado esa actividad. “Parece un mono”, decían sus compañeros cuando lo veían descolgarse por alguna de las jarcias como si fuera un acróbata, o un equilibrista al correr por las botavaras desafiando la ley de la gravedad. Al año y medio regresó a casa de su padre. Paco era ya don Francisco y su progreso le había llevado a poseer una pequeña flota pesquera, que ahora 3 patroneaba desde un despacho en el centro de la ciudad. Allí se incorporó Curro olvidadas las desavenencias y con el título de piloto. Hizo caso a su padre y no se embarcó; por el contrario cursó con aprovechamiento estudios económicos y empresariales, al tiempo que otros de informática, en la que ya había hecho algunos pinitos en el barco escuela. Tenía un especial don y tres años después era un experto conocedor de los secretos de un ordenador en todos los sentidos. Amistó durante este periodo con el que luego sería su inseparable amigo Diego Jiménez, afincado en Málaga pero de origen madrileño. Coincidieron en todo: en caracteres, gustos, aficiones, en su visión de la vida, en sus inquietudes por las injusticias sociales y hasta en la edad, pues habían nacido el mismo año con pocos meses de diferencia a favor de Curro. Diego era de familia burguesa venida a menos económicamente y Curro le ayudó muchas veces en que pasaba malos momentos, y con frecuencia le invitaba su casa o a salir para divertirse cuando a Diego no le alcanzaba su modesto peculio. Éste era también un experto en la informática y asimismo había cursado junto a Curro estudios de economía. Las conversaciones entre ambos no tenían desperdicio, y su inteligencia y preocupación por los problemas sociales les hacia incidir en estos de manera casi continua; se podía decir que era casi una obsesión para ellos. Curro, ahora manejando más recursos propios por su sueldo en la empresa y algunos beneficios adicionales en actividades paralelas que su padre le proporcionaba, podía atender muchas necesidades de gentes próximas, o no tan próximas, a su persona o al entorno de su amigo. A éste le hubiera gustado hacer lo mismo, pero sus limitados recursos no se lo permitían. —Estoy pensando en afiliarme al partido comunista —le decía Diego un día a su amigo—. Ya está bien de contemplar sin hacer nada tanta injusticia social. Es preciso actuar, pero no sé bien si éste es el camino. —En teoría —contestó Curro —el comunismo proclama la igualdad social, pero allí donde se ha aplicado y se aplica ha fracasado o lo está haciendo. Los magnates han sido sustituidos en sus privilegios por los dirigentes comunistas y las desigualdades han continuado. Acaso haya más empleo, pero los trabajadores no están motivados, su escasa productividad no les proporciona satisfacción y sus países no salen del subdesarrollo. La caída de la URSS y sus satélites ha sido el mejor ejemplo. —Pues tampoco —aseveraba Diego —la social democracia, de que eras tan partidario, es la solución. Y ahora, tras una época de logros en España, parece haberse entregado en manos del capital y cada vez colabora más, cuando gobierna, a acentuar y ahondar en el capitalismo salvaje importado de los Estados Unidos y que señorea la Unión Europea. Las crisis se multiplican y son más frecuentes y profundas. Aquello, que dijo Marx, de que el capitalismo lleva en sí el germen de su propia destrucción por la acumulación de capital en menos manos, parece ser cierto. Cada vez hay menos ricos, pero lo son más, y más pobres y también lo son más. Las clases medias en España tienden a 4 desaparecer y la miseria se extiende como mancha de aceite. Últimamente también te veo muy desanimado del socialismo, con el que coqueteaste. —Cierto Diego. Estuve a punto de entrar en el partido socialista, pero me abstuve y ahora no se me ocurriría. Lo mejor, pienso, es mantenerse al margen de los partidos y así estar libre de criticar cuando y cuanto sea menester. Y también de actuar en algún sentido si ello es posible. —¿Y crees que lo será, Curro? —Esperemos que sí. Veremos si hay algún resquicio por donde hacerlo. Conversaciones semejantes a ésta se repetían con cierta frecuencia entre ambos, mientras Curro, con más posibles, continuaba favoreciendo a aquellos que le rodeaban. Había colocado en la empresa a varios empleados, entre los conocidos o no tan conocidos, pero ésa era sólo una gota en el mar y era consciente de ello. Él se ocupaba de la parte informática en la que nunca quiso entrar Diego, no obstante sus reiterados ofrecimientos, pero su amigo trabajaba en otra empresa y siempre le dijo que esa faceta la cubría Curro en la suya tan bien o mejor que él. Su amistad se estrechaba y también sus deseos de hacer algo y no quedarse con las manos cruzadas ante tanta injusticia. Cuando se produjo la última crisis, con una recesión que golpeó a todo el mundo desarrollado y en especial a Europa, con mayor intensidad en los países mediterráneos, sus conversaciones eran casi cotidianas. Por ese tiempo, de nuevo Curro se separó de su padre, dejando la empresa tras la postrera pelea de las que últimamente eran frecuentes. Paco ya no era el Jabegote y el lucro y el beneficio constituían su prioridad, y por ello no veía con buenos ojos las prodigalidades de su hijo, que, si bien no ponían en riesgo la estabilidad de la empresa, sí afectaban en pequeñas dosis a los beneficios, los cuales, aún así, se mantenían estables y por el momento no estaban muy disminuidos por la crisis. A pesar de todo, Curro se fue. Los dos amigos tenían novia, pero no pensaban casarse de inmediato, así es que Curro, que pronto encontró otro empleo en la empresa informática de su amigo, marchó a vivir con éste a su apartamento, compartiendo gastos y dejando un margen para ayudar a otros, lo que a todas luces seguía siendo insuficiente para calmar su desasosiego por la situación, que por momentos se agudizaba en el país y era ya claramente dramática y sin visos de mejorar, a causa de las desacertadas medidas que tomaban los gobernantes sucesivos, fueran del color que fueran, más preocupados por los reajustes y el ahorro que por invertir y desarrollar la economía. El paro era espantoso y el hambre alcanzaba a quienes nunca habían imaginado padecerla. Y lo peor era que el horizonte estaba negro, lleno de nubes oscuras, y sin ninguna luz ni una señal de que mejorara, en lontananza. —Mientras Alemania siga siendo la que dirija en este sentido la economía europea no puede haber reactivación en España —aseguraba Curro 5 —Y al final le alcanzará a ella misma. Si los demás nos hundimos por completo, la arrastraremos en la caída. La economía mundial está interrelacionada y todos en el fondo dependemos de todos, y más aún en Europa. —Ya, pero el capitalismo feroz lo dominan los especuladores, los grandes financieros, las multinacionales, los poderosos banqueros y sus corifeos: los políticos sean del signo que sean, que les hacen el caldo gordo y se aprovechan del agua revuelta con corrupciones constantes. Lo han hecho siempre, tanto en periodos de bonanza como en los malos tiempos. Quizá más en estos, en los presentes. La justicia hace poco o no hace casi nada; las leyes son insuficientes para castigar o no se aplican bien, en muchas ocasiones porque aquella también está corrompida —Pues habrá que hacer algo al respecto, y pronto ¿No te parece? A Diego así se lo parecía. Tanto que se reunieron dos veces y trazaron un plan basado en sus excepcionales capacidades informáticas. Tras un esbozo previo, le dieron forma en unas horas, pendientes de determinar objetivos con mayor detalle y tras más amplios estudios. El resultado se pudo constatar unos meses después: Un especulador, anónimo como la mayoría, pero no para los dos amigos capaces de entrar en los sistemas informáticos de cualquier persona o entidad, vio desaparecer varios cientos de millones de euros de su cuenta en un paraíso fiscal, los cuales se perdieron en un entramado de sociedades que Curro y Diego habían creado con ayuda de ciertos colaboradores, que desconocían el origen de todo aquello y tan sólo eran sabedores de parte de la maraña empresarial, pero no de donde procedían los medios. No trascendió, mas pronto empresas radicadas en países extranjeros invirtieron en España en sectores a los que no afectaba la crisis, y fueron recibidos con los brazos abiertos por las autoridades municipales, autonómicas y centrales, porque con su inversión hacían disminuir el paro. Al tiempo, diversas organizaciones españolas no gubernamentales y otras religiosas, que atendían a menesterosos sin hogar ni medios, fueron recibiendo donaciones anónimas cuantiosas. El suceso inicial no fue conocido más que por el afectado, que no quiso denunciar un hecho que lo hubiera llevado a la cárcel por evasión de impuestos y exportación fraudulenta de capitales. Tras ésta siguieron otras distracciones de numerario, en paraísos fiscales, de financieros, traficantes de drogas o armas y políticos corruptos, que tampoco pudieron denunciar. Pero comenzaron a trascender los hechos, pues los dos amigos se encargaron de filtrar, anónimamente, algo a la prensa, de momento como rumores sin confirmar, pero acompañados de datos fidedignos de otras cuentas y personas, que los periodistas investigaron y consiguieron sacar a la luz, llevando a varios políticos, traficantes y banqueros ante los tribunales. 6 Llegaron a detraer dinero de las cuentas de varios bancos, entre los más significativos del país, que se vieron comprometidos ante sus corruptos clientes, quienes desde luego lo eran y de eso se cuidaban mucho Curro y Diego. Eso sí trascendió y, entre las entidades bancarias, las aseguradoras y los clientes desposeídos, se organizó un buen rifirrafe, del que la prensa se hizo sonoro eco, con repercusiones de toda índole y comentarios para todos los gustos. Los periódicos y los políticos, de puertas afuera, condenaron el hecho, pero en los corrillos del Congreso y en otras instituciones hubo más de uno que aplaudió. Y desde luego entre la opinión pública la mayoría a favor fue amplísima cuando se hicieron encuestas. Aquello las gentes afectadas por la crisis lo consideraron un hecho insólito y muy bien recibido. Ahora todos los sucesos interiores y exteriores, no sus consecuencias ni su monto de muchos miles de millones en euros o dólares ni el entramado empresarial que seguía siendo secreto, fue saliendo a la media luz y las gentes, ignorantes de quién o quiénes eran los autores, los compararon con Robin Hood, Curro Jiménez o El Coyote, entre otros. —¿Te has fijado —le decía un amigo al otro —que por casualidad, tal vez no tan casual, nuestros nombres y apellidos, Curro y Diego y de la Vega y Jiménez, están cruzados con los de Curro Jiménez y Diego de la Vega (El Coyote)? Singular y curioso, ¿no? Curioso o no, el hecho fue que aquellos sucesos siguieron prodigándose durante dos años más, al cabo de los cuales no se habían solucionado el paro y el hambre, pero se había paliado el primero en varios puntos, con sus inversiones en empresas de variados sectores y su efecto multiplicador sobre la economía, y mitigado casi por entero la segunda con ayudas de todo tipo, a las que llegaba parte de los beneficios de esas empresas, menos lo normal para invertir de nuevo en otras, pero quedándose sus autores sólo con lo imprescindible para su gastos normales. No obstante, ambos coincidían en que la caridad no era la solución. Se inclinaban por la justicia social como medio de combatir la crisis y las desigualdades. También estaban de acuerdo en que el capitalismo, tal como era ya entendido, debería desaparecer. —Hay quien confunde —decía Diego, ante la aquiescencia de Curro — capitalismo y democracia, y no es lo mismo. Es más, la democracia, como gobierno del pueblo, está reñida con el capitalismo salvaje. El pueblo no está de acuerdo con él. Se lo imponen y le engañan los políticos elección tras elección, en las que la participación ciudadana, con los sistemas electorales de listas cerradas, está tan prostituida que no resulta representativa más que de la voluntad y el amiguismo, o clientelismo, de los partidos. Pero en esto no sé si podemos hacer algo. Quizá podamos intentarlo. Y lo intentaron, pero no lo consiguieron. “Tanto va el cántaro al fuente…”, dice el refrán. Y el cántaro se rompió, o al menos se quebró en parte. Alguien del entorno cercano les traicionó, no tal vez por dinero, acaso por envidia, quizá a cambio de algún favor. O bien las investigaciones de toda índole, que el gobierno tenía en marcha, dieron algún fruto. 7 Un día fue registrado uno de los diversos locales alquilados en que efectuaban su labor los amigos. Apenas lograron encontrar nada en los ordenadores, pues ellos tenían otros locales y otros aparatos, y la mayor parte de la información la guardaban en discos exteriores y pendrives, a salvo en cajas privadas de aquellos mismos bancos de los que descargaban en ocasiones alguna cuenta. Parecía un regodeo. Sin embargo, fue un toque de atención y algo más, pues, en el progreso de las pesquisas, otros detalles se descubrieron. No el entramado de empresas, ni claramente sus nombres, pero sí lo suficiente para que ambos decidieran dar por terminado el asunto: no extraer más dinero de ninguna cuenta y continuar con la maraña de sociedades en diferentes países, prosiguiendo con el funcionamiento de las diversas empresas, cuyos beneficios seguían siendo sistemáticamente distribuidos, lo mismo que antes al final de la cadena, por ambos amigos, entre la gente que lo precisaba y también invirtiendo en nuevas actividades empresariales. Pero ellos determinaron desaparecer y esconderse. Diego prefirió retirarse, con pasaporte falsificado, a un país sin extradición de Sudamérica. Curro no quiso abandonar España, cambió ligeramente de aspecto y obtuvo documentación nueva, cosa nada difícil con los recursos de que disponían. Le llegaron entonces alarmantes noticias: era posible que su identidad anterior fuera descubierta; había sido previsor. Pero el laberinto de sociedades era tan perfecto que resultaba indetectable y podía proseguir, pues en la lejanía y el anonimato uno u otro lo controlaban. Para mejor ocultarse, y tal vez por afán de aventura y probar cosas nuevas, Curro consiguió que uno de los mejores trapecistas del mundo, ya retirado por edad, le enseñara el oficio para el que tenía especial predisposición desde su época de marinero, y así logró en poco tiempo hacerse un nombre – el Cóndor se llamaba en el mundo circense- que se fue prestigiando hasta ser considerado como el más hábil y arriesgado del momento. ……………………………… Y ahora, mientras caía de espaldas desde lo alto de la carpa de aquel circo de provincias, Curro –el Cóndor- pudo alcanzar a pensar que no se arrepentía de nada, que aquellos hechos, por algunos humanos calificados de delitos, si es que lo fueron, no los consideraba pecados y sí una forma de justicia social, quizá sui generis, tal vez limitada, pero ciertamente positiva. No, no se arrepentía ni tenía que pedir perdón a Dios por ello. Él le juzgaría y por tanto estaba tranquilo e iba a morir en paz. ……………………………….. 8 El aliento contenido de cientos de personas y el silencio absoluto ante la inminente tragedia deviene instantáneamente en un casi mudo susurro o asombro de incredulidad. Bajo el cuerpo, casi a punto de tocar el suelo, del trapecista, aparece, como salida de la nada, una espesa malla o red entrelazada de filamentos o hilos de oro, o tal semejan, mientras una música que parece provenir desde las alturas –la orquesta está tan atenta al suceso como el público- desgrana los acordes del Aleluya de Häendel. Al lado del trenzado, que ahora soporta indemne y en posición tumbada al trapecista, unas aves bellísimas y exóticas lo transportan suavemente, como si descansara en la alfombra mágica de una fantástica escena oriental, y se lo llevan fuera de la pista por la amplia puerta de artistas hacia el interior. Poco a poco se quiebra el silencio y menudean los murmullos, los comentarios sotto voce, nadie alza la voz, no hay gritos ni expresiones estentóreas. El estupor es total entre los asombrados espectadores, que no saben bien si han asistido a un truco extraordinario del ilusionista, que actuara antes con números muy manidos y nada espectaculares, o lo que han presenciado es un milagro, como si aquella función, que terminaba así, fuera más bien la escenificación de un cuento de Navidad, en que el protagonista principal había sido el impar artista del trapecio al que todos conocían como el Cóndor y nadie como Curro de la Vega. Sección: Crítica Literaria El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina Ricardo Guadalupe ¿Cómo alguien que escribe tan abrumadoramente bien puede llegar a resultar aburrido? Esta es pregunta que me he estado haciendo mientras leía la novela. Porque si escogiéramos al azar cualquiera de sus páginas, nos encontraríamos la mayoría de las veces con textos de una calidad literaria formidable, por la habilidad del autor para manejar el lenguaje, por su indudable conocimiento del mismo y por la precisión artesana con la que describe personajes, situaciones y el alma de vivencias en las que consigue que nos reconozcamos aún sin haber vivido el lector algo parecido. Pero como ya adelantaba con mi pregunta al inicio, esas páginas escogidas de forma aislada no serían más que un espejismo. A una novela se le pide que haya un hilo que tense y dé forma y cohesión a ese conjunto de islas que son las páginas, por algo éstas van cosidas una detrás de otra. En El jinete polaco es como si un costurero hubiera juntado todo aquello que le llegaba a las manos mientras miraba distraído la televisión. Carece de ganchos que promuevan la intriga en el que lee. Las idas y venidas en el espacio temporal de la historia, volviendo a temas ya tratados, tampoco favorecen la tensión narrativa, más bien transmiten la sensación de que no se avanza, y esto en una novela que en su edición de bolsillo tiene 608 páginas se puede hacer especialmente pesado. Y fijaos que el argumento no tiene mala pinta, todo lo contrario, presenta la evolución de un personaje desde su nacimiento hasta la edad adulta. Teniendo en cuenta que tal personaje está fuertemente inspirado en el propio Antonio Muñoz Molina, el interés de dicho argumento resulta notable. Reconozco mi debilidad por las historias pseudoautobiográficas, sobre todo si son de escritores. En concreto, el alter ego de Muñoz Molina toma el nombre de Manuel, aunque no es escritor sino traductor. Por tanto el autor no nos va a hablar de su despertar literario y de su posterior oficio de escritor, lo va a hacer de sus orígenes y de su tierra natal, se va a tratar principalmente de un relato familiar. A Úbeda, ciudad de donde es natural Muñoz Molina, la va a llamar Mágina. Por ahí deambularán desde el bisabuelo de Manuel hasta él mismo, pasando por padres y abuelos. La primera de las tres partes de la novela, de unas doscientas páginas cada una, está dedicada a sus ascendientes. Una saga familiar que por el modo en que está contada, con vicisitudes propias del realismo mágico, pareciera que tuviera como modelo a la saga de la novela Cien años de soledad, en un intento de convertir así a Mágina en la versión patria de Macondo. Mucho me temo que se queda muy lejos. Su relato se acerca más al territorio de lo que popularmente se conoce como “los cuentos de la abuela”. Y casi consigue el mismo efecto, que nos durmamos. El primer punto de inflexión será el nacimiento de Manuel, de cuya adolescencia se va a ocupar la segunda parte del libro. Mención especial merece la descripción de su parto, violenta, desagradable y sucia, de lo mejorcito del libro, de veras. De hecho hay otro parto más adelante en el que de nuevo el autor va a demostrar su talento para describir de forma descarnada este tipo de acontecimiento. Otros clímax literarios son el retrato que hace de la gélida relación amorosa de sus padres, para lo cual además de talento hace falta valentía, y las páginas que cuentan el descubrimiento del mundo a través de sus ojos de niño. La voz narradora es la de Manuel, que hace memoria de su pasado junto a su amante, de nombre Nadia. Puede que el principal problema de la novela sea que relata un espacio temporal demasiado amplio y con demasiados personajes. La historia se centra en un pasado que parece que nunca llega a ser presente. En cambio el narrador es más presente que pasado. Es decir, lo que cuenta ya pasó, no lo está viviendo. Y de algún modo el que lo lee tampoco. Apenas comenzada la tercera parte, en la que toma protagonismo la relación con Nadia, el estilo narrativo da un vuelco muy favorable. Se impone el tiempo presente, de manera sostenida. Y gana en modernidad, algo que se echaba en falta en la prosa de la novela hasta ese momento. Igual que se echaba en falta el humor o la ironía. O al menos un humor e ironía modernos. Lástima que este cambio de registro no dure hasta el final. La narración no tarda en volver por sus fueros, a su cansino vaivén entre presente y pasado sin dirección ni sentido. A veces uno tiene la sensación de que en El jinete polaco no se piensa en el lector. En mayor medida al principio del libro, donde ni siquiera se cuida el ritmo de las frases, que se suceden sin prácticamente puntos, inundando de palabras los párrafos como el que se deja un grifo abierto. Y no estoy poniendo en duda la categoría de Muñoz Molina, quien ganó por esta novela el Premio Nacional de Narrativa, además del Premio Planeta. Su capacidad frente al papel es portentosa, se diría que nació para escribir. Simplemente sigo buscando respuestas a la pregunta del inicio. La novela no acaba de funcionar. Seguramente su extensión es tan excesiva como innecesaria. Y a los problemas ya apuntados habría que sumar la escasa o nula presencia de lirismo. La redacción es de corte netamente realista. No facilita ese espacio paralelo a la historia que a tantos lectores nos gusta crear y sobrevolar a partir, por ejemplo, de una metáfora. El jinete polaco pone fin a sus páginas con una bonita declaración de amor de Manuel a Nadia. Quizás un último intento por conquistarnos. Sin embargo, como el jinete de la pintura de Rembrandt de la que el libro toma su título, será mejor partir y abrir nuevos caminos. Crítica literaria La luz es más antigua que el amor Manuel Martín Miras Nos encontramos en Sansepolcro, en la Toscana italiana, en el año 1420 y nace Piero di Benedetto de Franceschi, al que el primer historiador de arte italiano, Vasari, lo cita en 1550 como Piero della Francesca. Desde entonces este será el nombre por el que el pintor renacentista será conocido en los ámbitos artísticos. Olvidado durante mucho tiempo y recuperado en el s. XX, Piero della Francesca fue un pintor que proporciono una nueva orientación en la búsqueda del lenguaje clásico en cuanto a proporción y simetría y le dio un enfoque propio a la representación de figuras, donde el tratamiento de la luz es capaz de dar continuidad a las figuras y vida a las transparencias con que viste a sus personajes. No es casualidad que el castillo de esta ciudad, le sirva a Ricardo Menéndez Salmon de nexo de unión para articular su obra “La luz es más antigua que el amor” (2010). En ella nos traza episodios claves de la vida de tres pintores de distintas épocas, dos inventados (Adriano de Robertis y Vsevolod Semiasin) y uno real (Mark Rothko), que en distintos momentos y circunstancias visitan o viven en el castillo y se ven atrapados por sensaciones que alteran su vida y su pintura. Considerado por él mismo como un escritor de obsesiones y después de haber publicado la llamada “Trilogía del mal” (La ofensa, Derrumbe y El corrector), en esta novela –ensayo Menéndez Salmon nos presenta un autentico tratado de estética, donde la visión de tres pintores en la búsqueda de la belleza y el amor, le permite tratar sobre la pureza del arte y su contaminación por el mal, y la autonomía de las obras artísticas frente a normas y poderes externos. Sigue a M. Foucault cuando nos dice que la locura es una categoría inventada por la sociedad burguesa para tener vigilados a los que ponen en peligro sus prerrogativas y la relaciona con la capacidad del creador, que modifica la realidad, preservando un resplandor de esperanza para la condición humana. Y esa es el término donde se consumen los tres pintores protagonistas, la locura y el suicidio, y la imposibilidad de reflejar en sus lienzos la realidad. La luz es más antigua que el amor (lux antiquior amore) es el tema de la redacción escolar que al narrador (en todo momento alter ego de Menéndez Salmon) le permite adentrarse en el mundo de la literatura y que le lleva, junto con algunas referencias reales, propias de la autoficcion anticipativa, a recibir el premio nobel en 2040. A lo largo del libro la evolución estética queda en evidencia cuando de las normas y las reglas se pasa la gusto subjetivo donde todo vale ( no solo la belleza sino además la fealdad) y solo queda la mirada del espectador que es el que dirimirá la validad de la obra de arte. La construcción de la novela es fragmentaria y difusa al principio, con episodios que se superponen pero que se van ensamblando conforme el narrador nos describe su experiencia creadora (la gestación de su propia obra). A destacar la riqueza lingüística y estilística puesta al servicio de la inmersión estética que realiza el libro. Poesía CUANDO ACABE TODO Teresa oteo Cuando acabe todo lo que conocemos, y el todo sea la nada perdida en la nada, la soledad disuelta en cenizas, el vacío intangible de la no existencia. Cuando ya no tenga sentido la vida, ni el poder, ni el más fuerte, ni el futuro, ni el éxito. Y nos quede tan solo un instante fugaz en el que aferrarnos a lo que más queremos y apretarlo tan fuerte contra nuestro pecho que apenas quede espacio para ese frío suspiro que nos arranca el alma y hace dulce la muerte. Cuando acabe todo lo que conocemos, Quedaremos tú y yo para siempre y un amor eterno. Poesía Silvia gallego Teclea mi piel con asteriscos. ¡No imprimas tu dolor! Que tu mensaje de texto Déjalo atrapado en el Word, sea voz en mi hueco. que no cobre vida. Que tu número anuncie Ni http:// ni 3Ws. besos de almohadilla. No des a tu angustia La web hoy se hace cómplice formato .jpg o .ppt en la línea que te busca. Este final repetido Adivinas mi textura te anuba y te llueve. con tu escáner. La sonrisa pasó a mueca. Si aparezco en tu pantalla, no cierres la ventana que SOY. El cosquilleo a vacío. Poesía Brindis Rebeca Álvarez Casal del Rey Mi juguetito rosa es un muñón, no podría entregarse aunque quisiera. No puede amar (y no solo de ser de plástico viene su incompletud). Pero tú estás vivo. Me ofreces tus órganos, los que palpitan. Todos. Nunca ofreces solo un trozo-península de ti. Déjame acariciar la víscera que mueve tu sangre, vulnerable eres tan hermoso que casi da vértigo. Ofréceme corazón y sexo a un tiempo. Dame a beber tu sangre más blanca. Entrégate sin rendirte. Mis dos muñecas caben en tu mano; esposada a tu cuerpo me excitan tu fuerza y tu estatura. Ofrécete, ven. Entra. Labios-dientes-paladar-garganta. En el papel yo doy las órdenes, pero tuyo es el cetro en este tálamo (y nuestros goces son tan complementarios que colman todas las copas de mi cuerpo). Relato Cada noche María Monjas, Madrid a 28 de noviembre de 2012 El día de la Amistad en Bolivia, 23 de julio, es un día realmente especial. Este año organizamos un encuentro en la casa de acogida de mujeres, el Pahuichi, al que se unieron muchas chicas con ganas de compartir y pasarlo bien. Uno de los juegos que preparamos consistía en una serie de preguntas que debían responder casi sin pensar, con las que tratábamos de conocerlas y que se conocieran un poco más entre ellas. La tercera cuestión proponía lo siguiente: “Elige entre la luna y las estrellas”. Una por una fueron respondiendo a esta pregunta; y una por una, todas y cada una de ellas eligieron las estrellas. Podría parecer un detalle sin importancia, pero a mí, que soy lunática por naturaleza, me extrañó tan grande coincidencia. Aún más cuando la luna, allá, en el hemisferio sur, dibuja una bonita forma de sonrisa. Ahora que he vuelto a Madrid, ahora que el tiempo se traga las horas, que los paseos son de asfalto y el éxito de las pequeñas cosas se pospone para después, a veces intento mirar al cielo para recuperar un poco de frescura y azul; pero casi siempre es éste un cielo plomizo y gris que se esconde entre la contaminación y los malos humos. Regresan de golpe pedazos de Santa Cruz, instantáneas y momentos guardados en la libreta de las emociones y es entonces cuando comprendo por qué las chicas eligieron las estrellas… Aquellos días de julio, cuando regresaba de la ciudad a la casa del voluntariado en Mi Rancho, con el pelo lleno de polvo de arena y el corazón fatigado de sorpresas, siempre salía a recibirme un pacífico mar de estrellas. Pequeñas estrellas rutilantes, estrellas que chispeaban secretos al oído, estrellas que improvisaban una canción de cuna para niñas grandes, estrellas que se posaban sobre los toborochis, que se ordenaban costurando el cielo de patujús y tiluchis, estrellas que relampagueaban como pequeños curucusís, saltando de sueño en sueño, estrellas cómplices, amigas, traviesas, sencillas, valientes, atrevidas. Estrellas que acompañan, que iluminan los caminos tortuosos, los lugares sombríos, que están ahí, que no se van, que repiten butaca en el cielo, que son las mismas y diferentes cada vez, que lo llenan todo, que lo alumbran todo, que regresan cada noche (la luna debería tomar nota), para brindar a las chicas una nueva luz cargada de amistad y de esperanza. “Háblame de la lluvia” es su primer poemario. Relato EL OBJETIVO Inmaculada García Haro Cuando aquella modelo de expresión hermética entró en la sala supo al instante que sería imposible el más mínimo atisbo de relación con ella, lo que no menoscabó la enorme atracción que sintió al verla sino todo lo contrario. Haciendo gala de su profesionalidad, Laura Higgins, se desenvolvía con total naturalidad bajo los focos, iluminadores y fotógrafos. Para ella todos eran instrumentos de su profesión, incluso el gato que se utilizó para la sesión; lo manejaba con un mimo especial al que el animal se rendía sin reservas. Por eso en aquella campaña publicitaria que realizaban para una cotizada marca de ropa de abrigo tomó más fotos de las habituales y en casa las observaba durante horas. Pero hubo una imagen que le atraía más que otras. No sabía por qué. Tal vez fuese por el insinuante escote arropado por pieles de astracán que se confundía con su oscura melena y con el pequeño felino. Sobre aquella oscuridad destacaban los glaucos ojos del gato. Tal fue su obsesión con aquella foto que llegó a ampliarla en numerosos formatos hasta casi forrar las paredes de su estudio. Sumergido entre aquellas imágenes se sentía arropado por una sensualidad casi lasciva. Paulatinamente su carácter cambió. Sus compañeros de trabajo se extrañaban de la forma tan compulsiva con la que usaba su cámara y la rapidez con la que se despedía. En aquel estado permaneció durante meses. Perdió la noción del tiempo hasta que un día supo que no podría tener las fotografías allí por más tiempo. La policía andaba haciendo preguntas. Las destruyó todas menos una copia en cartón pluma a tamaño natural que quiso esconder. No supo cuánto tiempo tardó en llegar allí. Con la foto envuelta torpemente en una manta atravesó las calles. Salió a las afueras y se adentró en el bosque hasta encontrar el camino que le condujo a las ruinas de la antigua abadía. Empujó la puerta de la iglesia, en el interior del recinto, y no tuvo dificultad para entrar. Bajó las escaleras mientras reconocía el olor a moho que subía por sus pies y accedió a la cripta sin ninguna dificultad. Sintió un escalofrío al penetrar hacia el interior del habitáculo. Apoyó la imagen sobre el muro desnudo y la despojó del sudario. La luna llena le permitió observarla por última vez. Pero algo faltaba en la foto. Al principio no sabía qué era hasta que cayó en la cuenta de que el gato ya no estaba allí. En ese momento oyó un movimiento en el aire. Supo que era él que de un salto se colocó junto al arco ojival que daba entrada a aquel conjunto mortuorio. Le miró desafiante y rápidamente desapareció. Marck, aterrorizado, ocultó su rostro con las manos al tomar conciencia de su extraño hechizo. Recordó todas las modelos que había fotografiado durante ese tiempo dudando si estarían también allí. Su cámara se convirtió en un arma muy peligrosa desde que fotografió aquel gato. Relato LA PISTOLA Rafael Borrás Tal vez el último disparo que salió de su cañón lo hiciera nada menos que a la altura de 1938. Una pistola Browning del 7,65. Estuvo sin ver el sol más de cuatro décadas; dormía el sueño de los cachivaches inútiles desde que mi madre la heredó, guardándola después en la casa de labranza de mis abuelos, allá por los años sesenta del siglo pasado. Antes, mi padre la había llevado a inutilizar, un armero le extrajo no sé qué pieza y finalmente quedó relegada al fondo de un armario de pared en el patio cubierto del corral, junto con algunos otros retales de la nostalgia: una biblioteca obsoleta de libros y enciclopedias mohosos, los sombreros de fiesta de mi bisabuela, las llantas para cocer madalenas y tortas, las espuelas de mi tío Arturo el caballista, unos juegos de mantelerías portuguesas, un par de cajas con fotos de bordes ondulados y el arsenal de aparejos para ganado de tiro. Después de muchos años mi octogenaria madre me sorprendió un día pidiéndome que la conservara yo, como heredero de pleno derecho, puesto que soy el mayor de los nietos. La tenía guardada en una bolsa de terciopelo marrón y me la enseñó como quien muestra un diamante que ha sacado de la caja de caudales. La miré con reserva antes de tomarla, apenas la recordaba y jamás me han interesado las armas de fuego, ni siquiera en las películas del Séptimo de Caballería. Me llamó la atención su peso para un objeto tan reducido. Según la versión -llamémosle benigna- de cuando mis primos y yo éramos unos críos, la pistola la encontró en medio del monte mi abuelo, recién terminada la guerra civil, cuando caminaba escopeta en ristre detrás de las perdices. Un razonamiento realista y adulto nos conduciría a una interpretación más acorde con aquellas circunstancias tormentosas, crueles y beligerantes, en los que poseer un arma para defenderse podía significar la frontera entre vivir o morir. Fue ésta una conclusión a la que llegué por casualidad no hace demasiado tiempo. En el momento de sopesarla, el tacto con el mango diminuto me puso la carne de gallina y la cabeza bordeando el vértigo. Una superficie rasposa y fría, de acero 1 desgastado y algo corroído, con el número de serie casi ilegible; en la culata un cargador con capacidad teórica para matar a diez personas. Un fantasma enano de metal en el que acaso latieran episodios de dolor y amarguras. Un objeto sobrio y rudo que representaba una minúscula fracción de la historia de insensateces humanas. No obstante, como no quise eludir mis responsabilidades dinásticas, y mi madre, a su edad, no entendía de remilgos, me hice cargo de su custodia. Si bien acogiéndome luego a una solución salomónica. Para cumplir con mis antepasados, y con el pleno convencimiento de que a mis descendientes directos el asunto les iba a rebotar –para mis hijos la guerra civil española es un asunto de cariz prehistórico, preocupante sólo como posible pregunta de examen-, una mañana de invierno di sepultura a la pistola en una sencilla ceremonia sin testigos, discursos ni pesadumbres. Sin un solo remordimiento. Dentro de la bolsa de terciopelo a modo de sudario, bajo un grupo de eucaliptos que crecen a unos metros de mi casa. Como no he dejado cartografía de su ubicación, esperaré a que se me olvide dónde la enterré exactamente o a que el óxido la corroa del todo. Ha sido mi humilde tributo a la convivencia de las dos Españas. Que buena falta nos haría alcanzarla, y de una maldita vez por todas. Me temo que no bastará como remedio a tanta monserga política como nos inunda, pero al menos a mí, como consuelo, me sirvió. Estoy convencido de que las ideologías, como las patrias, en realidad no existen, son un invento. Lo único que existe son los lugares donde hemos sido felices. Como el corral de mis abuelos; por el que reímos, jugamos y corrimos, tan cerca y sin saberlo, de un objeto que simbolizaba la desgracia. 2 Sección relatos Amor en píxeles Maritza Ramirez Suarez Durante meses me dediqué con esmero a entregarle un poco de afecto, sería injusto, me dije, desperdiciar todo ese amor que aún guardaba en mi. Su abandono y sus nuevas aventuras, me tenían sin cuidado. Lo más difícil fue hallar la foto exacta, pero luego de revisar las casi trescientas publicadas en su Facebook, di con ella. Era perfecta. Con el cursor agrandé el tamaño para que cubriera cada milímetro de la pantalla y me pregunté entonces con un poco de envidia de cuantos píxeles sería la cámara. Por fin su rostro de tamaño natural estaba conmigo y sin derecho a fuga. El ritual duraba algunas horas de la noche, primero yo acercaba mi cara al computador y me quedaba allí, mejilla con mejilla por unos minutos; él sintiendo mi piel ardiente de deseos y yo, la fría pantalla. Recuerdo que me miró con un poco de inquietud, siempre fue muy desconfiado. Ahora tengo claro que comenzó a temer, pero entonces no reparé en su esquiva mirada. El rito continuaba con la yema de mis dedos acariciando las líneas que nacían cerca de sus ojos y se perdían en la zona de las sienes. A menudo mis dedos tropezaban con las marcas de esa peste cristal que tuvo a los cinco años, entonces yo contaba cada huella, tal como hacía cuando estábamos juntos. Los tres cráteres diminutos, dispuestos a morir con él, seguían en su lugar. Por el comentario de un amigo supe que la fotografía era del último verano en Buzios. De seguro tomada los primeros días, no había rastros de sol ni arena en esa piel clara. Qué poco había cambiado desde nuestro último encuentro, y al recordar su bello rostro sobre mi almohada, unas lágrimas porfiadas caían de mis ojos y mojaban el teclado. Pero mis manos, ávidas por retenerlo un poco más, continuaban su recorrido. En las noches siguientes, descubrí una incipiente espinilla en la parte izquierda de su frente; él las odiaba, y hasta reparé en un pelito desprolijo asomado por una de sus narinas, que me incitó a buscar unas tijeritas y cortarlo, pero nunca llegué a tanto. Otras veces masajeaba su cabello, le acomodaba la polera, lo peinaba con las manos y le recomendaba la mejor hora para tomar el sol. Discutíamos hasta la madrugada sobre bossa nova. Así nos pasamos el otoño: yo frente y él dentro del computador, mientras sus ojos me miraban resignados, hasta que hurgando en su Facebook lo supe. Una depresión lo tenía al borde del colapso: el hombre bello y vanidoso se debatía entre la fatalidad y el asombro, recorriendo todo Santiago, de clínica en clínica, de dermatólogo en dermatólogo, gastando fortunas, por una psoriasis aterradora que lo mantenía con el rostro cubierto de eczemas, escamado y con unas llagas que se abrían, sin dar con ningún tratamiento que sirviera. Me pregunté entonces, qué oscuras intenciones escondía ese ritual nocturno de acariciar hasta el cansancio su rostro pixelado, y por primera vez, yo, una joven católica y de buena familia, dudé de la generosidad de mi amor. 1 Relato KARMA Esperanza Liñán Gálvez Nació y la bautizaron con unos nombres que sus padres, fieles devotos del santoral católico, consideraron los más indicados para la niña, sin ser muy conscientes de la importacia que puede tener un nombre para caminar por el mundo. Le pusieron María Angustias, Remedios, Dolores del Perpetuo Socorro; posiblemente con las mejores intenciones y para quedar bien con abuelas y bisabuelas; pero salir de fábrica con ese marchamo no le alegró la niñez a esa pobre chica, aunque celebrara cinco veces al año los días de su santo. Sus apellidos eran: Cruz Santamaría; en el colegio para abreviar la llamaban capicúa. Unos nombres y apellidos con coincidencias nefastas para una criatura que fue creciendo con la sensación de llevar a cuestas un enorme peso. Se hizo mayor y seguía firmemente convencida de que aquello no era fruto de la casualidad, sino el producto de una velada intención, y no se equivocaba. Los padres tenían la secreta esperanza de que su hija ingresara en un convento, daba igual la orden, pero querían que fuera monja. Las creencias de María Angustias, Remedios, Dolores del Perpetuo Socorro jamás tuvieron esa inclinación; era muy devota, pero a los temas paranormales, esoterismo, mancias y todo lo relacionado con el Más Allá. Cuando estuvo completamente segura de su vocación y después de pasar toda la vergüenza posible, a costa del nombrecito, cada vez que se inscribía en un curso de tarot, astrología, runas o quiromancia, decidió cambiárselo; creía que no podía tener un buen karma con un nombre lleno de sufrimiento como el suyo. Debía hacerlo en secreto, como secretas eran las dotes que ya había advertido en su interior para el mundo de lo oculto; nada acorde con la religiosidad de sus progenitores. Después de varias visitas al registro y engañando a sus padres, consiguió cambiárselo por uno sencillo y que desde niña le había gustado, Estrella, mondo y lirondo. Ya había estado muchos años quedándose sin renglones en todos los impresos que tenía que rellenar para cualquier trámite, ahora le sobraría sitio; ésa fue su primera satisfacción. Estaba decidida a abrir una consulta de tarot y astrología, para lo que se consideraba muy experta e intuitiva. Los arcanos mayores, las cartas astrales y la posición de los planetas ya no tenían secretos para ella. Muchos amigos buscaban sus consejos y no solía equivocarse. Se había corrido la voz en la facultad, donde para conformar a sus padres, estudiaba Psicología como alumna aventajada. 2 Llegó una tarde a casa después de las clases y encontró a su madre mirando antiguas fotos, con una expresión nostálgica que se acentuaba cada vez que sacaba alguna de la vieja lata vacía de galletas, donde guardaba el pasado. ─Mamá, te veo muy triste, deberías dejar las fotos si te traen malos recuerdos. ─Solo estaba mirando la foto de tu bisabuela Dolores, porque cada día te pareces más a ella en todo. ¿Nena, es verdad que te gusta el mundo del Más Allá? ─Si, pero qué tiene que ver éso con la bisabuela Dolores. Nunca escuché nada que la relacionara con el tema. ─Claro que no, eran otros tiempos y muchas cosas se silenciaron; no creo que fuera feliz en el convento, allí la llamaron Sor Estrella de María. ─¿Convento? Nunca me dijisteis que se había metido monja; pero entonces la abuela..., y el celibato. ─Eso fue después de que su hija, tu abuela, se casara. Ya estaba viuda y entró con las Teresianas cuando en el pueblo empezaron a hacerle la vida imposible. Primero predijo la muerte de dos campesinos y después, creyendo hacerles un favor, avisó a sus familias de los mensajes que los fallecidos querían darles; desde entonces se convirtió en la bruja oficial, con las connotaciones que eso suponía en aquella época. ─Entonces, mamá, por lo que me dices era vidente y médium. ─Sí, y de las buenas. Supe de mayor que guardó ese don en secreto toda su vida, salvo en aquella ocasión que no pensó en las consecuencias, sino en ayudar a sus vecinos. ─¿Mamá por qué nunca me habías contado esta historia? ─Tu abuela me dijo que se repetía el don cada tres generaciones... ─¿Y tú creías que me tocaría a mí? Pues...no lo tengo, pero si así fuera, jamás me metería a monja para expiarlo. Son otros tiempos, he estudiado mucho esos temas porque me gustan y unidos a mis estudios voy a convertirlo en mi futuro profesional, porque me siento capaz de ayudar a muchas personas. Besó a su madre en la frente y le dijo bajito al oído: ─Por cierto mami, le he dado un empujoncito a mi karma, ahora me llamo Estrella y te prometo que brillaré... Se fue corriendo a su dormitorio, dejando a su madre sin palabras, cerró la puerta y, mientras encendía una vela blanca, exclamó al aire en tono de reproche: ─Así que eres tú, siempre te has presentado como mi guía. ¿Cómo debo llamarte: Dolores o Sor Estrella de María? Llevo viéndote con tu hábito desde los siete años a los pies de mi cama, y ahora me entero por mi madre del parentezco. ¡Eso no se le hace a una biznieta heredera! microrrelatos Anatomía de una venganza CARLOS ALBERTO TORRES Se propagó entre los matorrales como un reguero de pólvora; pisoteó la hierba de los prados y, mofándose de todo cuanto abrasaba a su camino, se dirigió hacia las casas. Al llegar, se encaramó a una de las paredes lechadas, ascendió sigiloso por la escaleras y acarició con sus manos la madera de las puertas. Desde allí, bajó al salón, donde bailó de seguidas con una mujer hasta que la depositó extenuada sobre el lecho más cercano. Cuando el cuerpo exhaló su último aliento, se adentró en el patio y rompió cual tenaza el alambre del corral, segando las vidas de los animales que yacían en su interior. Acto seguido, continuó su danza por las veredas de la noche, riendo a carcajadas y buscando entre los tejados de las viviendas un sitio donde descansar. Su memoria ardió ruidosamente y en la combustión de sus entrañas solo quedaron cenizas de odio y rencor. Desde que tú estás Emy Luna Desde que tú estás, Diciembre no es tan triste como antes. Aunque no soy una niña, disfruto como si lo fuera. Paseo por la Cornisa mirando entusiasmada las grúas del puerto, porque desde que tú estás, no son simples estructuras de acero: son árboles de Navidad; y sus luces de colores, bolas y adornos que cuelgan del cielo como columpios de ángeles. Dibujando una sonrisa sobre el Estrecho lloroso de Diciembre. Los barquitos de pesca fabrican espumillones de nieve sobre las aguas de la bahía para adornar nuestro abeto. Hasta las rocas de la playa de Los Ladrillos parecen montañas de cartón piedra de un imaginario Portal de Belén. Desde la costa, nuestro árbol tiende generoso sus ramas hacia los que llegan a nuestra ciudad, guiándoles con las luces de la solidaridad en medio del temporal. Este año, aún estás conmigo. Es Navidad. Primer premio Cuento de Navidad "La ventana" Cadena Ser 2010 Microrrelatos CORTE Y CONFECCIÓN Teresa Oteo “Se hacen todo tipo de arreglos” - leí en la puerta – y sin pensarlo más entré con paso decidido. - Tengo los pespuntes descosidos, sueltos los hilvanes, las costuras abiertas, el forro hecho jirones, deshilachado y varios rotos para zurcir … - ¿cree que lo podrá arreglar?- pregunté - Tardará unos días, nos trae una prenda delicada. Aquí tiene el resguardo, en una semana puede pasar a recoger su corazón. Crisálida al alba Carla O´Donnell Dentro de mí está flotando, siento su aleteo constante y su zumbido. Cuando balanceo las caderas al caminar, se mueve conmigo, la escucho y la miro. Me acaricio la tripa con temor y ternura, sin olvidar que ahora somos dos. Antes del alba, en las horas de incertidumbre…, le canto una nana. Como cada mañana, llega el hombre de blanco; nos miramos sin hablar y trata de abrazarme pero no puede. Me quedo aturdida mirando por la ventana agujereada. Veo los árboles danzar con el viento, me escapo de la habitación de cristal y vuelo por el bosque mágico: soy la mujer mariposa. Cuento La memoria de Tatú. Por Mar Solana. Muy enfadado, Tatú barritaba y sacudía la cabeza hacia todas partes. Sus patas, unas gruesas moles, se movían sin control y temblaban igual que columnas en un terremoto. Los rincones más cercanos a la gran carpa retumbaban con un «tam-tam» muy parecido a los distantes redobles de un tambor gigante. El público pateaba el suelo y arrojaba a la pista todo tipo de objetos para demostrar su impaciencia. Querían ver a Tatú, el legendario elefante y a Marla, su equilibrista. Por desgracia, sobre todo para el dueño del circo, hacía tiempo que sucedía aquello y además, desconocían los motivos. La trompa de Tatú, larga como una soga, se extendía y plegaba lo mismo que un acordeón descontrolado. De pronto, en una de sus sacudidas, cayó al suelo con gran estruendo un hermoso cenicero blanco que brillaba igual que una perla en el mar. De manera sorprendente, no se rompió. Rebotó y dio unos cuantos tumbos por la estancia escupiendo todas las colillas y la ceniza, parecía un dragón con un ataque de tos. Marla comenzó a recoger todo lo que Tatú había tirado, ella sabía —lo conocía hace muchos años—, que su elefante estaba muy enfadado por algo, pero… « ¿Por qué se alteraba tanto Tatú minutos antes de salir para realizar su número circense?». El señor Pika Josso, dueño y director del circo, acudió rápido al camerino de la equilibrista al escuchar de nuevo los ruidos y el retumbar. ─ ¡Oh, qué desastre! —exclamó con las manos en la cabeza—. ¿Qué pasa con su elefante, my lady? ¿Aún fumas tu cigarrillo? ─ ¡No, señor Pika, ni siquiera lo he encendido! Tal y como quedamos usted y yo, hoy no he fumado el de antes de salir a la pista… No es el humo de mi cigarro lo que irrita así a Tatú… —contestó Marla confusa y contrariada por no tener aún una solución al comportamiento de su elefante. ─ ¡Pero no podemos seguir así, my lady!, ¡el público se enoja y pide su dinero al final de la función! ¡Pagan por ver a Tatú! ─dijo el Sr. Pika Josso con el semblante encendido y sin dejar de realizar aspavientos con las dos manos─. ¡Quiero que controle usted a su elefante, señorita Marla, y debe solucionarlo hoy! De lo contrario… me veré obligado a despedirla, muy a mi pesar, créame… ─conminó, furioso, el dueño del circo; ahora sus mejillas eran dos cerezas. ─Intentaré solucionar esto hoy mismo, señor Pika, se lo prometo… Por favor, ¿podría dejarme sola un momento con Tatú? ─. El director se marchó de allí murmurando palabras incomprensibles… Marla se acercó a Tatú; aunque ya no estaba fuera de sí y bufaba con menos estruendo, todavía daba pisotones con sus patazas, extendía y plegaba la trompa y se movía inquieto. Le acarició su enorme y arrugada frente y se abrazó por unos instantes a su gran cabezota. Tatú parecía ahora mucho más tranquilo. Fue al otro extremo de la estancia y encendió un cigarrillo, todavía se sentía nerviosa por las palabras del señor Pika, y las suyas, prometiéndole una solución que aún ignoraba. Miró a Tatú, a pesar del humo de su cigarro permanecía en calma. Observó su extraordinaria belleza y se fijó en los colmillos, esas curiosas protuberancias que se abrían paso a cada lado de su «trompa-nariz» de un precioso y radiante marfil; hoy lucían de una manera especial. De repente, y cuando se disponía a sacudir la ceniza, el brillo del cenicero iluminó sus recuerdos y le dio algunas pistas. Lo cogió entre sus manos como si fuera un trofeo y se dirigió hacia Tatú, el animal comenzó de nuevo a mover sus patas con violencia y a barritar sin control. Cuando Marla consiguió tranquilizarlo otra vez, limpió los restos de tabaco acumulados en ese curioso objeto que hacía muy pocos meses le había regalado su madre… Mientras lo vaciaba, recordó su rostro emocionado y feliz el día que le contó su romántica luna de miel en Kenia, su visita a aquella enorme manufactura de marfil y cómo su padre le compró aquel souvenir. Marla hizo un gesto a su elefante para que le siguiera y juntos salieron de la estancia. Tatú con su caminar ceremonioso y elegante, y Marla con los ojos humedecidos por la emoción. Cogió una rosa roja del rosal que crecía en la valla que delimitaba el circo. Y allí mismo cavó un pequeño y profundo hoyo, depositó el cenicero en su interior, volvió a echar toda la tierra dentro y lo allanó antes de poner la rosa y dedicar una pequeña plegaria al cielo de los proboscidios. Ese día, Tatú hizo la mejor actuación de su vida. Nota: Gema García Ingelmo ha ilustrado este cuento. Es amiga personal de Mar, y ambas autoras han querido compartirlo con vosotros como regalo de Año Nuevo. Esta artista madrileña lleva desde los dieciocho años dedicándose al mundo de la animación e ilustración. “Gema es el ‘Eduardo manos tijeras’ del mundo del dibujo, en lugar de dedos tiene pinceles y lápices…” “El Rincón de garza”: http://gemagarciaingelmo.blogspot.com.es/ Leyenda El Caleuche, un barco fantasma Adaptación de la leyenda chilota, Chile. Por Erena B. Burattini Mi tío Gabriel acostumbraba a contarme historias algo extrañas; decía que eran leyendas. Un día me contó una de los mares de Chiloé. Me dijo que quería que la conociera por si alguna vez, cuando fuera grande, viajara por esa zona sureña. Y esto es lo que me contó mi tío: “Hay una leyenda de la que nadie sabe sus comienzos, que habla de un barco fantasma llamado Caleuche. Todos los que han oído hablar de él le temen porque dicen que es un barco tripulado por brujos poderosos, y que trae mala suerte. En noches oscuras sin luna, se puede ver este barco iluminado envuelto en niebla que él mismo produce. Desde la costa se alcanza a oír una música que pone la piel de gallina”. -¿Y cómo es esa música? -quise saber. -No sabría explicártelo -repuso-. Dicen que en el barco celebran fiestas muy animadas con música, claro que ésta no suena como la que nosotros conocemos, es como si viniera de ultratumba. Mi tío Gabriel continuó con la historia. “Se dice que el Caleuche navega bajo las aguas y va recogiendo a todos los que se ahogan. Son los sirvientes del barco. Se cuenta también que los tripulantes andan a saltitos, y eso es porque llevan una pierna doblada que se la amarran a la espalda. Y además, a veces…” Como no me explicaba por qué llevaban esa pierna amarrada le interrumpí para preguntárselo. -Vaya uno a saber las razones de lo que puede ocurrir en un barco fantasma -contestó resoplando. Y como si eso no tuviera importancia siguió con la leyenda en el mismo punto donde le había interrumpido. “Además, en ocasiones recogen a personas vivas que se les acercan en alguna embarcación pequeña. Son las que se interesan en hacer tratos con los tripulantes a cambio de parte de los tesoros que poseen en el fondo del mar. Hay personas que se han vuelto muy ricas de la noche a la mañana. Si al regresar a tierra contaran lo que han visto y lo que han recibido, en un posible reencuentro les dejarían la cara tan revirada que serían incapaces de mostrarse en público”. -Y ahora viene lo importante, lo que quiero que recuerdes -me dijo cambiando el tono de voz. “El Caleuche no navega de día en la superficie del mar, solo aflora por la noche cuando se acerca a la costa. Ya sabes que la tripulación no quiere que nadie sepa lo que ocurre a bordo. Si te descubre mirando hacia el barco, hará que la cara o la cabeza te queden torcidas. Son sus malas artes brujeriles”. Al oír esto clavé mis ojos en el rostro deformado de mi tío, y creo que la sangre se me heló. Siempre pensé que él había nacido así, con parte de su cara mirando al este y la otra hacia el oeste. Mi tío Gabriel supo ver la ansiosa pregunta en mis ojos, y sin decir nada solo movió la cabeza afirmativamente. Entonces supe que mi tío había visto y observado al Caleuche con desparpajo. En cuanto la tripulación se dio cuenta de su osadía, le aplicaron la brujería de siempre. ¡Y así quedó mi pobre tío Gabriel! Denis Rafter Teatro “Siempre tengo mucha fe en el público” Denis Rafter es irlandés y se formó como actor en elAbbeyTheatre, teatro nacional de Irlanda y en elGuildhall, la prestigiosa Escuela de Música y Drama de Londres, donde se licenció como profesor de Voz y Drama. Es doctor en Teoría, Historia y Práctica del Teatro por la Universidad de Alcalá de Henares (Suma Cum Laude, premio extraordinario). Ha vivido gran parte de su vida en España trabajando en diferentes aspectos del teatro. Como director se ha hecho cargo de más de cincuenta obras incluyendo a los clásicos españoles, ingleses e irlandeses y a los autores contemporáneos. Fue nombrado comisario general de Irlanda en la Expo 92 de Sevilla por el Gobierno de su país, ofreciendo al mundo lo mejor de la cultura irlandesa. Durantetres años ha sido maestro de actores con la Compañía Nacional de Teatro Clásico y dirigido y colaborado en varias ocasiones con dicho Centro. Es autor de varios monólogos: Ha versionado a Brian Merriman "TheMidnightCourt", Joyce "Ulises", Dickens "Canción de Navidad" y a varios autores irlandeses en su denominada "Antología del Amor". Como actor destacan sus papeles en obras de Synge, O'Casey, Stoppard, Chejov, Simón, Carroll, Wilde y Shakespeare. Con sus proyectos ha viajado por medio mundo y participado en varios festivales internacionales: Festival de Edimburgo donde se alzó con el premio al mejor actor de Monólogos, Mérida, Elche, Almagro, Sitges y Waterford -premio al mejor bailarín-. En la actualidad dirige La decisión de John, de Mike Bartlett, con la Compañía Teatro del Noctámbulo. Además tiene en cartel La Comedia de los Errores de Shakespeare, El Pájaro Solitario de José María Rodríguez Méndez, Bienvenidos a la Realidad, una obra escénica sobre la Guerra de la Independencia en Ciudad Rodrigo y Caravana, de la Compañía Katua y Galea de Salamanca. Sus trabajos más recientes como Director han sido entre otros "Las Cabeza del Dragón" de Valle Inclán, una nueva versión de "Sueño de Noche de Verano" en el Festival de Mérida, una nueva versión de "El Camarero Ausente" de Harold Pinter y ha dirigido "Esperando a Godot" de Samuel Beckett en el Centro Penitenciario de Aranjuez y ha estrenado su nueva obra-monólogo "Actor Busca Trabajo". Denis Rafter aúna un profundo conocimiento de los recursos técnicos del actor, una perspectiva constante de la función impactante y mágica del espectáculo teatral y un especial talento para dar humanidad y llaneza a los personajes. Es, además, un artista que encuentra en la sencillez del trabajo diario la genialidad y grandeza que acapara el aplauso y el entusiasmo del público en el escenario. En la última edición del Festival de Mérida ha dirigido con éxito de crítica y público la obra Áyax de Sófocles con versión de Miguel Murillo y música de Roque Baños. Denis Rafter y Vicente Mirón obtienen el premio a la mejor dirección y al mejor actor del ciclo en el Certamen Garnacha de La Rioja. (el correo.com) La puesta en escena de Áyax, planteada por Denis Rafter como un espectáculo visual marcado por el ritmo en los movimientos, convirtió a Noctámbulo en el ganador del Certamen Garnacha de Rioja. ( el correo.com) www.denisrafter.com SECCIÓN FLAMENCO Rafael Silva Martínez SOBRE LA APORTACIÓN GITANA AL FLAMENCO (y III) Vamos a ir concluyendo en esta tercera entrega lo relativo a la aportación gitana a nuestro Arte Flamenco, después de los antecedentes ya expresados en los artículos anteriores. Recogiendo todo lo anterior, y a nuestro juicio, el Flamenco debe poseer en sus orígenes, tanto de Andalucía como del pueblo gitano, sin que se puedan o se deban deslindar netamente ambos factores. Ya hemos dicho que debemos desconfiar por injustas de las posiciones absolutistas a favor de una u otra postura, que reivindican el flamenco desde una posición muy estrecha, y donde los componentes de exclusión y de racismo se entreveran muy frecuentemente. Pero lo cierto es que aún quienes se encuentran poco inclinados a admitir el carácter protagonista de los gitanos en esta tarea fundacional, de manera más o menos velada se ven obligados a reconocer que las influencias debieron ser mutuas, y que algo de mérito, o de aportación propia, hay que reconocerle al pueblo calé. Recojamos algunas declaraciones de varios autores, que han expresado bastante bien este resultado de la interacción payo-gitana en cuanto al Arte Flamenco: por ejemplo, en palabras de Rafael Cansinos Assens, “Se diría que toda la tradición artística de Andalucía estaba aguardando al gitano para ser plenamente comprendida y superada”. Para este autor, el fenómeno de integración cultural y gestación del Flamenco supone una especie de simbiosis entre ambos pueblos, en la que cada uno aporta lo suyo para la confluencia de valores y expresiones que hacen único a este universal arte. Por su parte, Fernando Quiñones afirma literalmente que “El gitano andaluz, su peculiar y agitado mundo constituyen la médula del flamenco serio, y ya pueden obstinarse en demostrar otra cosa los artistas payos que, empeñados por conveniencia en que no sea así, tratan de sustituir con gesticulaciones, minucias y acaloramientos su falta de argumentos fehacientes (…). Discutir la preeminencia del gitanismo en el flamenco y en su desarrollo, sería como discutir la existencia del flamenco mismo”. Como se ve, son posturas muy afines entre sí, que abordan la idea de una interacción mutua, no excluyente, sino complementaria, entre la etnia gitana y el pueblo andaluz en la gestación primigenia de este arte. Los hermanos Carlos y Pedro Caba, ya referidos también en artículos anteriores, tampoco ofrecen muchas dudas en esta materia, pues afirman textualmente que “Una oscura simpatía atávica, efectivamente, debió hallar el pueblo gitano en el andaluz para incorporarse en urgente metabolismo a su espíritu, a pesar del odio que desde la pragmática citada ha venido informando los textos legales españoles (…). Y ese metabolismo gitano-andaluz, simbiosis si se quiere, es innegable. Porque no sólo se agitana el acervo musical andaluz y se habla (…) sino que también se rastrean sus huellas y sus costumbres en el pueblo andaluz, amasado ya con levadura africana, hebrea e islámica y gitanos de remota cronología (…). Encontró el gitano viejas resonancias de costumbres atávicas y milenarias que reincorporó, y en cambio, él trajo otras que se generalizaron pronto en toda Andalucía”. Quizá hayan sido estos autores los que hayan ofrecido un estudio más serio y completo de todo el carácter y la idiosincrasia del gitano (andaluz) y del andaluz mismo, repasando un rosario de actitudes, prácticas y creencias comunes, que se plasman en multitud de ejemplos, tales como la quiromancia, el temor a los ofidios, las supersticiones, su rebeldía ante la vida, su orgullo como pueblo, la ingeniosidad de sus gentes, o el culto a los muertos, aspectos todos ellos que están presentes en las letras primitivas de los cantes flamencos. Y frente a todos los demás autores, Ricardo Molina, junto a Antonio Mairena, son los más firmes defensores de esta teoría de gestación mixta. Recojo algunas de sus afirmaciones textuales en relación al tema: “Conviene aclarar el valor y el sentido de la acción “creadora” de los gitanos referida a los primitivos cantes flamencos (…). Cuando hablamos de la “creación” del cante por los gitanos bajoandaluces (…) el plano en que se mueve nuestro pensamiento es el más humilde y complejo de los hechos humanos. Los gitanos no crearon el cante ex−nihilo. El sentido aproximado de su creación creemos que lo da un término, bien expresivo por cierto: forja. Creación o forja del cante. Pues ellos no trajeron el cante consigo porque en ese caso quedarían rastros itinerantes. Tampoco lo encontraron porque entonces quedarían reliquias isleñas. Ni creemos surgiera casualmente, porque (…) los hechos de la cultura (…) se traducen siempre por integración, al menos en su base. El cante (…) es fruto de la integración de varios elementos. Pues bien, el medio en el que tal integración se consumó fueron los gitanos bajoandaluces. Así, el término “crear” no debe asustar a nadie, ni alarmar el acendrado patriotismo andaluz, porque no excluye, ni mucho menos, la participación indígena de Andalucía. Los gitanos crean o forjan el cante primitivo: son los agentes creadores. Pero lo forjan con metales en su mayoría andaluces. Eso explica el fenómeno de que sólo los bajoandaluces, y no los gitanos de otras regiones españolas o del mundo, sean sus cultivadores y sus depositarios fieles”. Continúan su razonamiento del siguiente modo: “…el primitivo cante flamenco se ha debido formar lentamente (siglos XVI al XVIII) en las provincias de Sevilla y Cádiz. En trescientos años, la aclimatación de los gitanos sedentarios fue total. Es probable, por no decir seguro, que las tierras bajas de Andalucía conservasen un numeroso porcentaje de moriscos, pese al decreto de expulsión, y en todo caso, la entrañable tradición musical arábigo-andaluza pervivió con fuerza y pureza en el campo. Los gitanos procedían de la India, y en los cantes “propios”, muy alterados por sus seculares errancias, latían melodías, ritmos, giros ornamentales, procedimientos característicos del folklore oriental. En Andalucía encontraron un folklore hermano, que les recordaba y refrescaba el suyo. Entonces, con su innata capacidad de asimilación, absorben los cantos y danzas diseminados en el pueblo. Refunden elementos dispersos y crean algo por completo nuevo: el flamenco primitivo…Ellos aportaron su apasionamiento, su sentido trágico de la vida, su tradición cantora llena de reminiscencias hindúes, su nativo don del ritmo, y sobre todo, su arte supremo de la forja, de la musical en este caso”. Y concluyen: “Hasta que no empiezan a cantar los gitanos por seguiriyas, soleares, cantes festeros, corridas o romances, no se puede hablar, en rigor, de cante flamenco. Pero hasta que no llegan a Andalucía y se asientan dos siglos en Sevilla y Cádiz, los gitanos no cantan nada parecido. Son, pues, dos términos que mutuamente se exigen, y ello explica el hecho, nada sorprendente, de que los gitanos de ninguna otra parte de España, ni del mundo, tengan nada parecido siquiera al cante flamenco”. Efectivamente, compartimos al cien por cien esta visión del origen de nuestro arte, y de la aportación de ambos pueblos para conducir la génesis de esta original manifestación artística. Manifestación que, como decíamos en los primeros artículos dedicados al Folklore, rebasa dicha dimensión, y se constituye en un Arte de primer orden. El viajero La vida en otra parte Lola Buendía ¿Quién no ha creído, al menos una vez, que la vida estaba en otra parte y que otra existencia más generosa y más intensa nos estaba esperando a la vuelta del camino? Gustave Flaubert contemplando en Ruán el obelisco procedente del templo de Luxor, que ascendía en un buque por el Sena, con destino a París, para ser ubicado en su lugar actual de la Plaza de la Concordia, ansiaba viajar a Egipto. Proyectaba sus fantasías orientales en el libro “Rabia e impotencia”. Soñaba con las mujeres de piel morena, con el colorido, los sonidos y el perfume de Oriente. ¿Por qué conmovía tanto a Flaubert el caos y la exuberancia que adivinaba en Egipto? Tal vez porque sentía gran insatisfacción de la vida en Ruán, la ciudad donde pasó sus primeros años de adolescente y estudiante en una buhardilla de la Calle de los Tintoreros. En ella, asomado a la ventana, veía correr los arroyuelos teñidos de púrpura de sus aguas. Todo en esta preciosa villa de la Normandía francesa, le resultaba aburrido y provinciano: “No doy una mierda por Normandía ni por la belle France”-era la opinión que le merecía. Incluso París, cuando marchó para proseguir sus estudios de Derecho por mandato de su padre, le pareció tediosa. Flaubert va a ser influido por escritores viajeros, amantes del exotismo de Oriente, como Víctor Hugo (poemas orientales), Byron y Walter Scott, que describen el colorido, la exuberancia y la sensualidad de países exóticos; por el pintor Delacroix, que en 1832 realiza un viaje de seis meses a Marruecos y Argelia, donde descubre la deslumbrante luz y color de sus paisajes y la sensualidad y el misterio de sus gentes, que luego reflejará en su obra. En Argel consigue, en secreto, entrar en un harén, lugar en el que realiza varios dibujos sobre la forma de vestir de las mujeres musulmanas. Delacroix, con sus bellas odaliscas, consigue exacerbar el deseo de Flaubert por viajar a esos países. Pero, probablemente, fue Charles Baudelaire con su poema El viaje quien influyó más en su apetito por viajar a Oriente: “Algunos dichosos al huir de una patria infame; Otros, del horror de sus orígenes, y unos contados, Astrólogos sumergidos en los ojos de una mujer, La Circe tiránica de los peligrosos perfumes”. Flaubert, con este cóctel explosivo, escribirá en su libro “Memorias de un loco” la añoranza que le provoca Oriente: Me imaginaba joven, a los 20 años, rodeado de gloria; soñaba con viajes lejanos a las regiones del sur; veía el Oriente y sus arenas inmensas, sus palacios hollados por camellos y sus campanitas de bronce; veía las yeguas dando saltos en el horizonte enrojecido por el sol; contemplaba las olas azules, un cielo puro, una arena de plata; olía el perfume de esos Océanos tibios del mediodía; y después, cerca de mí, debajo de una carpa, a la sombra de un aloe con hojas largas, alguna mujer, que me rodeaba con sus brazos y me hablaba en el idioma de las huríes. La única manera que encontró el escritor de evadirse de la realidad fue actualizar realidades primarias, violentas, bárbaras, en una época en que el realismo alicorto daba demasiado la razón a una circunstancia asfixiante. Él se estimulaba con ruidos, sonidos, con voces naturales, cuando el desencanto y la desesperanza lo apartaban del verdadero sentido de la vida. Su sueño se cumplirá al morir su padre dejándole una gran fortuna. Tenía 25 años y ahora disponía de sus propios recursos. Con su mejor amigo, Máxime du Camp, recorrió Italia, Grecia, Egipto, Jerusalén, Constantinopla…Este viaje, de 1849 a 1851, causó una gran impresión en la imaginación de Flaubert. Se atiborró de colores, sabores, olores… y mantuvo relaciones con mujeres que le parecieron sensuales –muy diferentes de las estiradas y estrechas burguesas provincianas-. En realidad, Flaubert nunca fue muy afortunado en asuntos amorosos. A su regreso escribe una novela histórica, Salambó, escrita en 1862, con personajes tanto históricos como ficticios; la acción transcurre en la ciudad fenicia de Cartago, en el siglo III, a.C. El libro es largo, sensual, violento y cargado de exotismo. Para escribir esta novela, se desplazó en dos ocasiones a visitar las ruinas de Cartago para empaparse in situ de aquella cultura. En 1872 perdió a su madre, y su buena situación económica empeoró. A partir de entonces envejeció rápidamente y parecía un anciano cuando murió en 1880, a la edad de 58 años. Está enterrado en el panteón familiar del cementerio de Ruán. Este rudo gigante estuvo secretamente corroído por la misantropía y el disgusto por su ciudad. Soñó con una vida mejor, lejos de su tierra. Acaso la alcanzó por un breve tiempo; pero al fin vino a encontrarse con la muerte en su patria, Ruán. Sección: El viajero "Si tienes frío, el té te calentará. Si tienes calor, el té te refrescará. Si estás deprimido, te animará. Si excitado, te calmará". William Gladstone, primer ministro de la Reina Victoria de Inglaterra. La hora del té María José Moreno En 1658, un comerciante de Londres llamado Thomas Garraway, propietario de una tienda situada en Exchange Alley, en la City, publicó en el periódico Mercurius Politicus el siguiente anuncio: “La excelente bebida de china aprobada por todos los médicos y llamada Tcha por los chinos, Tay por otras naciones, o más conocida como Té, de venta en Sultaness Head, Café situado en Sweetings Rents, cerca del Royal Exchange, Londres. En 1662, la consorte de Carlos II, Catalina de Braganza, portuguesa de nacimiento, la instauró como bebida oficial en la Corte, signo distintivo de Inglaterra y más tarde bebida popular. Cuentan que en el año 1791 se consumieron más de seis mil toneladas de esta deliciosa infusión. Se tomaba a cualquier hora del día y en especial, en la noche. A principios del siglo XIX Anna, duquesa de Bedfor y dama de la reina Victoria, llevaba tiempo sintiéndose indispuesta. Su estómago protestaba con un ronroneo gatuno todos los días sobre las cinco de la tarde. Había consultado con el médico de la corte sin que hallara nada anómalo que justificara ese malestar estomacal. Aquel día, tumbada en la cama para aliviar las molestias, más que dolor lo que experimentó fue una desagradable sensación de desfallecimiento. Llamó a su criado y ordenó que le sirvieran en sus aposentos un ligero tentempié. Le subieron una taza de té, bollos y pequeños emparedados de pepino. La duquesa pasó la tarde mucho mejor y su dolor desapreció; desde ese día, a las cinco tomaba siempre lo mismo. De esa manera se instauraba tan tradicional ceremonia. Con el tiempo invitó a sus amistades, incluso a la reina Victoria, que pronto adoptó esa nueva hora de tomar el brebaje. El hábito se extendió a todos los hogares ingleses, se convirtió en costumbre y se inmortalizó en el Afternoon Tea. En un viaje tradicional a Londres, además de pasear por las famosas calles, Picadilly, Oxford Street, ver el Big Ben y la abadía de Westminster, navegar por el Támesis o montar en el London Eye, se debe tomar el té de las cinco. Dependiendo del poder adquisitivo, se podrá reservar mesa en alguno de los famosos hoteles como el Ritz, el Savoy, el Claridge o el Lanesborough; también es muy conocido el té de Fortun&Mason y algunos lugares de moda últimamente como The Vintage Emporium Café, o el café Museo Alberto y Victoria. En esta ocasión me gustaría enseñaros un lugar poco conocido al que me llevaron mi hija y su marido, que descubrieron gracias a una Guía secreta de Londres. El lugar se llama Soho’s Secret Tea Roon, y está situado en la parte de arriba de un famoso pub, The Coah & Horses, en el Soho londinense. Al entrar en el pub tienes que preguntar al camarero si hay mesa disponible. Si ese es el caso, te levanta una parte de la barra de madera y por detrás de la barra llegas una estrecha escalera de acceso a la primera planta que desemboca directamente en el salón de té. Lo primero que adviertes es la sensación de retroceder a los años 40. La decoración del saloncito, así como por el atuendo, peinado y maquillaje de las camareras, crean una atmósfera retro-vintage. De fondo, suave sin estridencias, se escucha la voz de Bing Crosby que mana del vinilo que gira en una antigua gramola. Tazas, teteras y tarteras de delicada porcelana china descansan sobre lindos manteles de hilo y encaje junto a pequeños relojes de arena que marcan con precisión tres minutos, necesarios para que las hojas de té suelten su apreciado extracto. La ceremonia completa del Afternoon Tea se compone de la famosa bebida de los tipos Earl Grey, el aromatizado con bergamota, un Darjeeling o Ceylan o una mezcla de tés negros, con una jarrita de leche o unas rodajas de limón para aromatizarlo, servido acompañado de los usuales pequeños sándwiches de pan de molde de pepino, berros y huevo, salmón y crema, roastbeef y mostaza, queso y tomate. En el apartado dulce se sirve algún tipo de pastel como el pastel de café y nueces o pastelillos glaseados, y los famosos scones, unos panecillos acompañados de mermelada de fresas o frambuesas y la excelsa clotted cream, literalmente crema coagulada originaria del condado de Devon, cuya cremosidad está entre la nata y la mantequilla y que, una vez probada, no se olvida jamás. Había almorzado mucho y tarde, no llegué a tomar el té completo. Es más, ni siquiera tomé té, escogí una digestiva infusión de rosas. Me sorprendió su delicado sabor. Extasiarse con la música de fondo entre agradables aromas, contemplar la belleza de la vajilla, una amena charla y un descanso para los pies después de una intensa jornada turística en este establecimiento es algo imposible de olvidar. Os lo recomiendo. Sección: el viajero EN ORIHUELA Pepa. J. Calero “Toda la poesía de Miguel Hernández es un viaje de vuelta a su pueblo”. Francisco Umbral En la Vega baja del Segura se alza Orihuela, junto a un lecho de palmeras, huertas y montes, las mismas sierras que recorrió el universal poeta de las desdichas. Se acercaba el otoño, la estación en la que vino Miguel al mundo, cien años atrás. En la glorieta, junto al templete de música, unas inquietas palomas blancas corretean detrás de unos niños buscando unas migajas. Junto a ellos, una fuente baila al son del arco iris. Dejo el agua mientras camino en busca de los escenarios que habitó el bardo. En el casino, aún huele a tertulia, a fiestas de azahares y, cómo no, al sabor de los primeros versos que el ilustre trovador recitó en una regia sala tras las grandes vidrieras. Cerca de allí se halla la casa del canónigo D. Luis de Almarcha, el alfa y omega del artista, de cuya biblioteca Miguel tomaba los libros que llevaba en su zamarra en su etapa de pastor. Camino pensando en el hombre integro, de mirada franca y gesto leal, hasta alcanzar su casa museo, donde vivió a partir de los cuatro años, la calle de Arriba número 73. Por la puerta entra una corriente de aire que atraviesa el umbral con su comedor a la entrada, los tres dormitorios, la salita y la cocina. Las cortinas del dormitorio de su ventana volaban, igual que el sueño que el joven vencía, leyendo a escondidas del padre, un padre que nunca aceptó el extraordinario talento de su vástago. En las paredes, reposan fotografías de su infancia, niñez y mocedad. El hijo, el maestro, el soldado, el hermano, el novio, el padre, el preso, el creador de versos; junto a pinturas, bocetos, cuadros y recuerdos. Puebla la casa el ajuar doméstico de la época y el único mueble de los Hernández, un lavabo de madera y palangana blanca. Sobre una silla descansa la maleta dormida y las alpargatas del genial y cabal oriolano. Salgo al patio, con su pozo, su pila y su pileta, donde su madre lavaba la ropa rodeada de pensamientos, geranios, prímalas, azucenas. Subiendo unos escalones, tras una portezuela azul se llega a los corrales, unos pasos más y alcanzo el pequeño huerto con sus tres higueras. 1 A la salida, un tímido sol inunda de colores ocres las humildes fachadas de la calle. Una pareja de turistas se detiene ante las puertas cerradas a cal y canto de la sala de exposiciones Miguel Hernández. A mi lado, un niño persigue un balón por los adoquines de la desvalida calle. “Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra”. Pablo Neruda Cerca de allí se halla el colegio de Santo Domingo, antigua universidad del siglo XVII, donde Miguel consiguió estudiar con una beca para pobres, hasta cumplir los quince años, edad en la que tuvo que regresar para conducir el ganado. Miro los hermosos claustros pensando en el zagal que escribía sus versos en papel de estraza sobre el lomo de sus cabras. Me detengo en la portada de la universidad para mirar la figura alegórica, en piedra, de la sabiduría. En la Plaza del marques de Rafal, el poeta leyó la conmovedora elegía a su amigo del alma Ramón Sijé. Siguiendo la calle Mayor, se halla el templo donde bautizaron a Miguel, la catedral. Un latido perenne de estilos góticos, renacentistas, barrocos y neoclásicos confluye en el vetusto templo de las tres puertas: la de Loreto, la de las Cadenas y la de la Anunciación. Tres entradas y salidas, como sus tres heridas: Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor Ay, el amor, el amor que buscaba cuando iba a la casa de su amada Josefina. Llamada Casa del Paso, hoy sede de la universidad que lleva su nombre, en cuyos sótanos se encuentra el museo de la muralla. Junto al río Segura, en el que se bañaba, levanto los ojos al cielo siguiendo el vuelo de las águilas y allí, en lo alto, se ven restos de la muralla en el Monte San Miguel, donde se encuentra el seminario en cuyos sótanos Miguel estuvo preso. Un puñado de nubes oculta el sol que apenas calienta. En las esquinas, calles y plazas brotan abundantes, como naranjos, los palacios. La ciudad es un remanso de iglesias, monasterios, colegios, conventos, murallas y escudos heráldicos que huelen a limones y a jazmín. Un ramillete de culturas desde la fenicia, romana, musulmana, cristiana y oriolana. La Olaza de Gabriel Miró. El venerado pueblo del soldado y poeta. Orihuela. Si queréis el goce de visión tan grata que la mente a creerlo terca se resista; si queréis en una blonda catarata de color y luces anegar la vista; si queréis en ámbitos tan maravillosos como en los que en sueños la alta mente yerra revolar, en estos versos milagrosos, contemplad mi pueblo, contemplad mi tierra. Miguel Hernández 2 Sección: El viajero ¿MIEDO YO? Pablo Rodriguez Guy Soy muy poco dado a los relatos y películas de miedo. Es más creo que no siento miedo ni lo mínimamente aconsejable, rozando, a veces, lo imprudente. Por eso tienen más importancia, para mí, los hechos que relato a continuación. Estaba yo viajando por el sur de la India, solo, con mochila al hombro y deambulando donde los pasos me llevaran. Una tarde calurosa del mes de febrero, en una ciudad del dravídico y maravilloso sur indio, tal vez era en Trivandrum, no recuerdo bien, me encontré con un festival de música india y me quedé. Fueron cinco o seis horas entre cantos religiosos, danzas y músicas autóctonas. Eso sí, a un volumen ensordecedor y aumentado por la algarabía de un grupo de jóvenes alegres y zorongazos, que en más de una ocasión tuve que lidiar con ellos. Al ritmo de las músicas se hizo noche entrada y decidí irme a mi hotel. En esa ocasión y como mis existencias económicas iban mermando, (en esa época no había cajeros automáticos como los hay ahora) había elegido un hotel modesto y sencillo. Cuando llegué a mi hotel, el mozo nocturno me dio mi llave y me ofreció algo en forma de susurro. Como no entendí bien lo que me decía, pero por si acaso, le dije que no. El insistía. Y yo que no. Incluso estando yo dentro de mi habitación cerrada por dentro con llave y cerrojo y rejas en las ventanas, el mozo aun insistía levemente y susurrando desde fuera con su ofrecimiento. Yo ya no respondí. Me metí en la cama y me dormí como un lirón. Pero hete aquí que a media noche me despierto en un duermevela con algo en la mano que no era capaz de identificar con nada, la “cosa” era como una serpiente con pelos, algo más grueso que un pene, rígido y blando a la vez, frío y absolutamente irreconocible. A oscuras y sin saber donde se enciende la luz, consciente de que estoy sólo en la India, con el susurro lascivo del mozo nocturno del hotel aun resonando en mi recuerdo y sin atreverme a soltar la cosa para buscar el interruptor de la luz. Sentí miedo. Era la primera vez que sentía miedo en mi vida. Bueno miedo no, pavor. Y cual no fue mi sorpresa al descubrir que lo que tenía agarrado con mi mano era mi brazo izquierdo completamente dormido, insensible y frío como el brazo de un muerto. www.rodriguezguy.com CAMBIO CLIMÁTICO JOSE MANUEL VELASCO Desde la firma del protocolo de Kyoto (1997) a Bali (2007) la inmediatez de las noticias que se suceden sobre el cambio climático en los últimos tiempos son una verdadera avalancha de información, en unas ocasiones alarmista o tenebrista, en otras banal o insustancial. Las diferentes miradas sobre el tema pueden hacer prevalecer los enfoques tecnológicos y las decisiones de política económica o energética, o bien las perspectivas jurídicas, ambientalistas, sociológicas, sociales y territoriales. Pero estas visiones ofrecen datos, fundamentos y recursos para formarse e informarse mejor ante el cúmulo de noticias del día a día, cuyo impacto mediático a veces no esta acorde con el rigor científico. El cambio climático no es un error de cálculo de determinados empresarios o políticos: es consecuencia de decisiones a las que se arriba en función de intereses muy particulares que privilegian la visión de ganancias a corto plazo en detrimento a lo que pueda afectar a la vida de generaciones futuras. Sus efectos directos e indirectos tienen dimensiones temporales y espaciales que impactan sobre la población, nuestras maneras y formas de entender la vida, y llegan a repercutir en todas las naciones, independientemente de sus sistemas políticos, desarrollados o no. Obviamente, no comprometen a todos los ciudadanos y países por igual. Como la guerra, el hambre, las desigualdades y la injusticia social o la falta de libertad, las amenazas del cambio climático se proyectan prioritariamente sobre los sectores más vulnerables y la población más expuesta. Hoy en día hay evidencias ciertas del calentamiento global, de sus importantes efectos geofísicos en glaciales y casquetes polares, y de la radicalización de determinados fenómenos meteorológicos, así como acerca del paralelismo entre el incremento de temperatura media del globo y el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmosfera como consecuencia del empleo masivo de los combustible fósiles. Sin embargo, la humanidad no ha abordado con decisión los cambios necesarios para enfrentarse a las amenazas que en todos los órdenes aparecen como consecuencia de una demanda de energía primaria incontrolada en cantidad y calidad, que emplea unos recursos cuyos residuos parecen estar contra su propia supervivencia. La personalidad narcisista, que no conoce límites entre ella misma y el mundo que exige la gratificación inmediata de sus deseos, así como de la erosión de la vida íntima tenida lugar en la sociedad del espectáculo, el “American way of life” aparece como el imperio de la seducción y de la obsolescencia decretada; un sistema que rinde culto al fetiche de la mercancía y la pornografía de la información , todo esto nos tiene que hacer ver que el consumo no es, en absoluto, la base en la que descansa el progreso, sino más bien la barrera que lo estanca o, al menos, lo lanza en la dirección contraria a la de la mejora de las relaciones sociales. Las soluciones pasan, en parte, por conseguir tecnologías alternativas a las actuales, limpias en la medida de lo posible, pero, sobre todo, es importante destacar que lo realmente necesario es un cambio gradual de la cultura colectiva. La perspectiva de que el consumo masivo de bienes y servicios es sinónimo de confort social debe ser sustituida por una visión del uso inteligente de los recursos. El problema del planeta no reside sólo en el cambio climático, el agua es un recurso escaso y se convertirá, según los expertos, en un eje de tensión social a escala planetaria. Y el propio desarrollo de un gran número de países es sin duda un reto de la misma dimensión ética y de la misma gravedad. No podemos, por tanto, ser superficiales y trivializar los problemas, tanto para minorarlos como para dramatizar su dimensión. El proceso de calentamiento del planeta tiene sin duda un potencial de peligro real, pero no explica todo, ni es el responsable de todas las calamidades humanas. Tampoco soluciones tácticas, parches o medidas coyunturales proporcionarán un atisbo de solución. En definitiva sólo una cooperación mundial en temas globales, como la lucha contra el cambio climático, la estabilidad en la seguridad de abastecimiento energético y la cooperación tecnológica entre países y regiones geográficas nos podrá llevar a algunas soluciones. Yo, como artista, analizo el mundo que me rodea y la realidad en que vivo, por tanto no soy ajeno a todos estos problemas, y lo reflejo en mí obra. Ya en mí trabajo anterior “RUPTURAS”, con un lenguaje nuevo, más abstracto de lo que había hecho hasta ahora, trate de reflejar mi visión e inquietud sobre los temas más candentes de la realidad social como la emigración, la integración, el hambre, la pobreza…y, ahora en “CAMBIO CLIMÁTICO”, sigo en esa línea, no de denuncia sino con el objetivo de llamar la atención para animar a una reflexión, meditación y cuestionamiento sobre todos los aspectos de este cambio climático. No trato de crear polémica. Es la mirada y expresión sensible sobre una problemática tan conocida pero no muy comprendida. En definitiva, como escribe Mariano de Blas sobre mi pintura: “ la obra de Velasco es una llamada de atención a este impoluto edificio global minimalista, de elegantes y puras formas que esconden bajo sus pulidas epidermis la más bajas pasiones humanas….Es por ello el honesto alegato de un artista cabal que se limita a reflejar el estado de la cuestión, independiente de lo políticamente correcto, ajeno a modas y tendencias, buscador de su verdad que, por ser sincera produce una pintura tan auténtica.” JOSÉ MANUEL VELASCO. Nace en Córdoba. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada. www.josemanuelvelasco.com velascocom@hotmail.com - RUPTURA Y CAMBIO. Sala de exposiciones del Centro Cultural Provincial. Diputación Provincial. Málaga. (DEL 13 AL 18 DE ENERO DE 2012) SELECCIÓN DE EXPOSICIONES ( DESDE LOS AÑOS 2007 -2012) 2012 - ARTEXPO MIAMI. Galeria Emma.Miami. (E.E.U.U). - ARTE MALACITANO 2012.Diputación Provincial. Málaga - VISION OF MEDITERRANEAN ARTISTS. Monserrat Contemporany Art Galery. New York. 2010 - REBIRTH FOR LIFE. SAEMANGEUN FLAG FESTIVAL 2010. Seúl. Corea - 4/18 OESTE. Itinerante: Museo Pérez-Comendador Leroux, Hervás y Centro Cultural Sta.Mª de Plasencia. Cáceres. - Espacio ARTE. Feria de Zaragoza - RADIOGRAFIA DE LA LOCURA. Gran Casino de Extremadura. Badajoz. - MIRADAS: de Goya a la Vanguardia. Castillo de Ayud. Calatayud. Zaragoza. - FUNDACION DE ARTE. Palacio Ducal de Medinaceli. Soria. - VIDA Y MUERTE. Museo de Arte Mazatlan. México D.F. 2009 - RUPTURA Y CAMBIO. Auditorio de Tarancón (Cuenca). - ARTE VS. MUROS. Galería Gloria Events. Berlín (Alemania). - I ARTEGAYMUNDIAL 2009. Caja Duero. Béjar. Salamanca - EL INSTANTE Y LA DIVERSIDAD. Sala Pedro Morillo. Villavieja de Lozoya. Madrid - MAESTROS Y EMERGENTES. Galería Jorge Ontiveros. Madrid. - Centro Cultural la Claras. Plasencia. Cáceres 2008 - CAMBIO CLIMÁTICO. Palacio de Villardompardo. Diputación de Jaén. - RUPTURAS. Galería a-rojo. Córdoba y Sala Municipal. Requena (Valencia). - IMPRESIONES. Sala Moreno Villa. Ayto. de Málaga. Málaga. - EL BLANCO Galería Solimán Crear-t. Córdoba. - HOMENAJE AL DOLMEN DE DALÍ, Museo Casa de la Moneda. Madrid. - CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO. Diputación-Cuenca. DONACIONES. OBRA GRÁFICA 1998-2002. Biblioteca Nacional Madrid. - TRÓPICO DE GÉMINIS. Itinerante: Museo del Pescador. Santiago del Teide. (Tenerife). Casa Colón. San Sebastián de la Gomera. 2007 - RUPTURAS. Galería Jorge Ontiveros. Madrid. - CAMINO A LA ABSTRACCIÓN. Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso. Torremolinos. (Málaga). Palacio Ducal-Fundación Casa Medina Sidonia. Sanlúcar de Bda.(Cádiz) - Galería ART & FER PUR. Paris; - MARBART O7. Galería dei Tempi. Barcelona-Italia. - MARBART O7. Galería EDEA. Buenos Aires. Argentina. - PRESENCIAS XII. El Bodegón en el Siglo XXI. Málaga - MAESTROS Y EMERGENTES. Galería Jorge Ontiveros. Madrid. MALAGA ARTE ACTUAL GENERACIONES 1950/2000. Edificio Rectorado de la UMA - EL DONCEL. Ermita de San Roque. Sigüenza. Guadalajara. MUSEOS Y COLECCIONES: .- Museo de Arte Contemporáneo Voluntariado de las Casas Reales. Sto. Domingo. República Dominicana. .- Diputación de Córdoba .- The Florida Museum of Hispanic and Latin American Art. .- Museo de Arte Contemporáneo. La Habana. Cuba. .- Colección “Fundación Banco Hispano Americano”. .- Fundación Casa Medina Sidonia. Sanlúcar de Bda. (Cádiz) .- Colección Arte Contemporáneo. Caja Postal. .- Feria de Exposiciones. Valencia. .- Museo Municipal de Castro del Río. Córdoba. .- Fondo Cubano de Bienes Culturales. La Habana (Cuba) ..........- Biblioteca Nacional de España. Madrid. MEAC. Madrid. Museo Pérez Comendador. Hervás (Cáceres). Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente. Requena (Valencia). Fundación Florencio de la Fuente. Huete (Cuenca). Diputación de Málaga. Fundación Unicaja. Málaga. Ayuntamiento de Torremolinos. Málaga. Museo del Pescador. Santiago del Teide. Tenerife. Museo de Arte de Mazatlan. Méjico PREMIOS Y OBRAS SELECCIONADAS: .- 1º Premio del VI Certamen Nacional de Pintura Grupo CL. Madrid. .- 1º Premio. II Certamen de Dibujo y Pintura Tivoli World. Benalmádena. Málaga .- 2º Premio del XVII Certamen de Pintura “Ciudad de Álora” .- 2º Y 3º Premio del XVII Certamen Provincial de Arte. Diputación de Cádiz. .- 3º Premio de Pintura “Primavera 2004”.Málaga. .- Accésit del IV Certamen Andaluz de Pintura Contemporánea “Ciudad de Torremolinos”. Málaga. .- II Certamen Internacional de Pintura Costa del Sol. Marbella. (Málaga). .- Seleccionado en el II Certamen Provincial de Artes Plásticas. Málaga. .- Seleccionado en el III Certamen Provincial de Artes Plásticas. Málaga. .- Seleccionado en el IV Certamen Provincial de Artes Plásticas. Málaga. .- Seleccionado en el V Certamen Provincial de Artes Plásticas (Obra adquirida). Málaga. Reseña libros “Cuentos que trajo el viento” Cuentos que trajo el viento es una entretenida colección de doce buenas historias para los niños. Los cuentos están envueltos en el humor, la fantasía, la ternura y la sorpresa disparatada, excelentes ingredientes para atrapar la atención de los niños lectores. Personajes inolvidables como un tal señor Corbatín acosado por sus corbatas liberadas; Picky, una paloma de un vuelo tan veloz; un pirata y una bruja tan desfachatados como divertidos; un pequeño besugo viviendo peligrosas aventuras; las penurias de un Trocito de Espejo o el inolvidable Minotauro, que aprende a vivir lejos de los oscuros pasajes de su laberinto, entre tantos otros personajes que impregnan de colorido, vitalidad y fantasía a este libro infantil. María Barrionuevo Almansa (Málaga, España). Licenciada en Periodismo en Madrid y Máster en Técnicas de Escritura de Guiones Audiovisuales. Es responsable de la sección infantil en la Librería Luces de Málaga. Compagina su actividad como librera con la realización de Talleres de Animación a la Lectura y a la Escritura, que desarrolla en la propia librería donde trabaja, en bibliotecas públicas y centros escolares de Málaga. Le encanta la naturaleza y todos los animales del mundo, salir al campo, dar paseos por la playa, jugar con los niños, reírse y conversar con su familia y amigos. Ha publicado un libro de cuentos en España: Piel de Nube y otros cuentos y en Chile, Cuentos que trajo el viento. Reseñas: http://www.editorialeldesvan.com Bajo los tilos, de María José Moreno. Primer libro digital editado por El desván de la memoria, que ha alcanzado el puesto número 1 de libros más vendidos en Amazon, y que lleva más de 6 meses en su Top 100. Su argumento: María está embarazada cuando muere su madre en circunstancias extrañas. Poco a poco reconstruye la vida de su progenitora, de atrás para adelante, y se lleva la sorpresa de su vida al descubrir poco a poco las razones que llevan a Elena, su madre, a morir entre dos continentes cuando estaba a punto de ser abuela. Novela breve, intimista, intrigante y de lectura amena y fluida. Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable, de Manuel de Mágina. Un poemario libre, prosa poética que atrapa en la lectura desde los primeros versos; original e intensa. Primer libro editado por El desván de la Memoria, una editorial que apuesta por la calidad a la hora de publicar y por el descubrimiento de autores noveles. El libro tiene una presentación sobria y elegante, y al abrirlo sorprende por la calidez de su textura y su acabado artesanal. Cuidado hasta el último detalle, ya solo la experiencia de tenerlo entre las manos nos despierta sensaciones. Un trabajo que, tanto por forma como por contenido, merece la pena conocer. Buenos días; primera novela de Alicia González, con la que fue ganadora del Certamen de Novela Corta Princesa Galiana. Una obra que nace de la estrecha relación como profesional en proyectos de apoyo a menores en riesgo social, de los duros relatos escuchados de los chavales y sus familias, de las confesiones a media voz, entre el miedo al reproche y la búsqueda del perdón por los errores cometidos. En 2012, la editorial El desván de la memoria la publica para dar difusión a la autora y a su obra premiada, y hacerla llegar al mayor número de lectores. Se ha valorado de ella su realismo, la cercanía y la original estructura narrativa que completa el conjunto como un puzle a través de lo que cuenta cada uno de sus personajes. Con Ojos de niña sobre el Estrecho, Emilia Luna Martín ofrece un mosaico de memorias de infancia. Un paseo nostálgico por la Algeciras de los años sesenta, donde la tristeza por una época perdida encuentra su bálsamo en la mirada tierna de una niña. Podría ser la mirada de cualquiera, en un viaje al interior del corazón. Sobre el escenario de una ciudad andaluza, recorrerás calles empedradas, casetas de playa y ferias antiguas. Recordarás objetos, hábitos, juegos y costumbres olvidadas. Historias que te harán reír, sentir, recordar, soñar, en un libro que te transportará al pasado, te ayudará a conocerte un poco mejor y a vivir con un poco más de optimismo. 63 claves para escribir buenos microrrelatos reúne los textos finalistas, ganadores y seleccionados del primer Certamen Internacional MundoPalabras de Microrrelatos. Cada microrrelato va acompañando de una clave o consejo para mejorar la creación y transmitir técnicas de este género de escritura breve. Este libro quiere ocupar un vacío que hasta ahora había en el estudio y exposición de los recursos para aprender y mejorar la escritura de este tipo de relatos, que tanto se han popularizado en los últimos años. Un libro imprescindible para todos los que desean dominar la técnica del microrrelato. I Antología poética de Pedro Jiménez de Castro. Primer libro publicado de este poeta de Talavera de la Reina, que vivió entre 1886 y 1938. Excepto sus textos en diarios y revistas de la época y algunas reseñas posteriores, la obra de este autor ha permanecido hasta ahora inédita, y la editorial El desván de la memoria la recupera en su apuesta tanto por dar a conocer a nuevos autores como para rescatar y dar a conocer obra literaria que ha quedado en el olvido. Justo homenaje a quien dedicó su vida a las letras. Programación Literaria Biblioteca Arroyo de la Miel Primer trimestre 2013 ENERO 8 Martes Club de lectura Biblioteca Arroyo de la Miel Read on! Fluent, coordinado por Elise Freedman 19:00 h. Club de lectura en inglés. Se comentará Lucky Jimde Kingsley Amis. Plazas libres hasta completar aforo. 10 Círculo de Cercle de l'Histoire Jueves 19:00 h. Historia Presentación de una tertulia sobre Historia en francés. Michel Gehin coordinará un debate en torno al tema “Verdun 1916, pourquoi Verdun”. En colaboración con UFE Costa del Sol. Plazas libres hasta completar aforo. 11 Foro de poesía Amigos de la poesía Viernes 19:00 h. Presentación de un foro dedicado a la poesía. Coordinado por Carmina Martínez. 15 Martes Club de lectura 22 Martes Club de lectura Costa del Sol Biblioteca Arroyo de la Miel Biblioteca Arroyo de la Miel Biblioteca Arroyo de la Miel Club de lectura "Zenobia Camprubí”, coordinado por Olga López de Lerma 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. Se comentará Sedade AlessandroBaricco. Plazas limitadas. Biblioteca Cercle de lecture Arroyo de la Miel 19:00 h. Tertulia literaria en francés en colaboración con UFE Costa del Sol. Se comentará La cathédrale de la merde Idelfono Falcones. Plazas libres hasta completar aforo. 29 Martes Club de lectura Club de lectura Encuentro con los clásicos, Biblioteca Arroyo de la coordinado por Jesús Majada Miel 19:00 h. Club de lectura en español donde se analizan obras de la literatura universal. Se comentará Pedro Páramode Juan Rulfo. Plazas libres hasta completar aforo. Club de lectura en finlandés “Minna Canth”, coordinado por Kimmo Shalman 31 Jueves Club de lectura Biblioteca Arroyo de la Miel 19:00 h. Plazas libres hasta completar aforo FEBRERO 1 Viernes Foro de poesía 5 Martes Club de lectura Amigos de la poesía 19:00 h. Presentación de un foro dedicado a la poesía. Coordinado por Carmina Martínez. Biblioteca Arroyo de la Miel Biblioteca Arroyo de la Miel Read on! Fluent, coordinado por Elise Freedman 19:00 h. Club de lectura en inglés. Plazas libres hasta completar aforo. 8 Viernes Presentación de libro Presentación del libro Abriendo caminos a la Biblioteca Arroyo de la libertad 19:00 h. Miel Abriendo caminos a la libertad es un libro de relatos escrito por varios autores con un nexo de unión: narrar las vivencias de personas represaliadas durante el régimen franquista. 12 Martes Club lectura de Club de lectura "Zenobia Camprubí”, Biblioteca Arroyo de la Miel coordinado por Olga López de Lerma 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. Se comentará El cielo protectorde Paul Bowles. Plazas limitadas. de Cercle de l'Histoire 19:00 h. Tertulia sobre Historia en francés. D. Sananes coordinará un debate en torno al tema “Jeanne d'Arc, mythem et légende”. En colaboración con UFE Costa del Sol. Plazas libres hasta completar aforo. de Cercle de lecture 14 Jueves Círculo Historia 20 Martes Club lectura Costa del Sol Biblioteca Arroyo de la Miel Biblioteca Arroyo de la Miel 19:00 h. Tertulia literaria en francés en colaboración con UFE Costa del Sol. Rosario Perucha Checa analizará “Chagrin D'école” de Daniel Pennac. Plazas libres hasta completar aforo. 21 Jueves Club lectura de Club de lectura en finlandés “Minna Biblioteca Arroyo de la Miel Canth”, coordinado por Kimmo Shalman 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. 22 Viernes Taller “Aprende a leerte” Biblioteca Taller “Iniciación al Tai chi chuan” 19:00 h. Arroyo de la Este taller se presenta dentro del programa de Miel actividades del centro de interés “Aprende a leerte”.Se basa en la práctica conjunta de unos ejercicios de qigongpara la salud, además de una introducción de Luis Molera sobre principios y bases del tai chi chuan, para finalizar con la práctica de algunos sencillos movimientos de aproximación al tai 26 Jueves chi,basados en la forma Yang de 60 movimientos de William C. C. Chen (Nueva York). Biblioteca Encuentro con los clásicos,coordinado por Arroyo de la Miel Club de lectura Jesús Majada 19:00 h. Club de lectura en español donde se analizan obras de la literatura universal. Se comentará La metamorfosisde Franz Kafka. Plazas libres hasta completar aforo. MARZO 1 Viernes Foro de poesía 5 Martes Amigos de la poesía 19:00 h. Foro dedicado a la poesía. Coordinado por Carmina Martínez Biblioteca Arroyo de la Miel Biblioteca Arroyo de la Miel Club de lectura Read on! Fluent, coordinado por Elise Freedman 19:00 h. Club de lectura en inglés. Plazas libres hasta completar aforo. 12 Martes Club lectura de Club de lectura "Zenobia Camprubí”, Biblioteca coordinado por Olga López de Lerm Arroyo de la Miel a 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca. Se comentará El niño con el pijama de rayasde John Boyne. Plazas limitadas. 14 Jueves Círculo de Cercle de l'Histoire Biblioteca 19:00 h. Arroyo de la Historia Tertulia sobre Historia en francés. Odile Miel Blanchard coordinará un debate en torno al tema “Les Acadiens”. En colaboración con UFE Costa del Sol. Plazas libres hasta completar aforo. 15 Viernes Conferencia Conferencia "Directoras de cine español: de Biblioteca Elena Jordi a Pilar Miró"a cargo de la Arroyo de la Miel historiadora Rosa Ballesteros. 19:00 h. A lo largo de febrero y marzo el cine ocupa un lugar destacado en la Biblioteca. La conferencia de la historiadora Rosa Ballesteros describe la experiencia de las primeras mujeres que se dedicaron profesionalmente a la dirección de cine. 19 Martes Club Biblioteca de Arroyo de la lectura Miel Costa del Sol Cercle de lecture 19:00 h. Tertulia literaria en francés en colaboración con UFE Costa del Sol. Se analizará “La soumission à l'autorité” de Stanley Milgram. Plazas libres hasta completar aforo. 20 Club Miércoles lectura 21 Jueves Club de lectura de Encuentro con los clásicos,coordinado por Biblioteca Arroyo de la Miel Jesús Majada 19:00 h. Club de lectura en español donde se analizan obras de la literatura universal de todos los tiempos. Se comentará El mercader de Veneciade William Shakespeare. Plazas libres hasta completar aforo. Club de lectura en finlandés “Minna Biblioteca Arroyo de la Miel Canth”, coordinado por Kimmo Shalman 19:00 h. Inscripción previa en la Biblioteca.