2.‐ Neuroamor y Culturnaturaleza Humana. FranciscoGomez‐MontAvalosLevy NeurohumanitiesResearchCentre‐TlalpanMexico El amor de pareja es la más intensa y prolongada experiencia vital interpersonal de los seres humanos. Es programado por la biología con fines reproductivos y también es programado por el poder político como módulo básico de la sociedad. Así, la fenomenología amorosa involucra a todo el sistema nervioso y a todo el cuerpo y también a toda la sociedad y a la cultura. En el modelo psicológico de individuación del psicoanalista Erik Erikson, la cuestión fundamental de las personas entre los 20 y los 24 años es contestarse la pregunta “¿puedo amar?”. Estudios muy preliminares, llevados a cabo en unas cuantas docenas de enamorados, utilizando técnicas de imágenes cerebrales cuando estos observan fotografías del ser amado, han definido tres circuitos amorosos: el sexual/lúbrico, el romántico/idealizador/caballeresco y el de compromiso a largo plazo; y tres sistemas hormonales asociados: el de los estrógenos y la testosterona; el de la dopamina y la serotonina; y el de la oxitocina y la vasopresina. A continuación presentamos estos circuitos: EL DESEO SEXUAL Y EROTICO. La lujuria en una relación humana intima es descrita por Shakespeare en el soneto CXXIX: “The expense of spirit in a waste of shame Is lust in action; and till action, lust Is perjur´d, murderous, bloody, full of blame, Savage, extreme, rude, cruel, not to trust;” Enjoyed no sooner but despised straight; Past reason hunted; and no sooner had, Past reason hated, as a swallowed bait, On purpose laid to make the taker mad. Mad in pursuit and in quest to have extreme; A bliss in proof, and proved, a very woe; Before, a joy proposed; behind a dream. All this the world well knows; yet none knows well To shun the heaven that leads men to this hell.” “El gasto del espíritu en una pérdida de la vergüenza es la lujuria en acción: la acción y hasta la lujuria, Es pérjuro, asesino, sangrienta, llena de culpa, salvaje, extremo, grosero, cruel, a no confiar; Saciado, pero no antes despreciado recta; cazado allá de la razón, y no tenía antes, Allá de la razón odiada, como cebo swallow´d, a propósito establecido para que el Tomador de locos Mad en la búsqueda y en la posesión que, hubiera, tener y en la búsqueda, tener extrema; A la felicidad en la prueba, y prov´d un hay muy antes, una alegría propos´d detrás de un sueño. Todo esto en el mundo bien sabe, sin embargo, nadie sabe bien para rechazar el cielo que conduce a los hombres a este infierno” Aquí, Shakespeare usa la metáfora del “gasto de espíritu” como análogo a la secreción de material genético en forma de unos 500 millones de biorobots nanobiológicos, conocidos como espermatozoides y hace alusión al sentimiento de vacío que queda muchas veces en el varón después de la eyaculación. Como dice San Agustín “postcoitum omne animale triste”. La liberación de la excitación del circuito cerebral de la lujuria en el varón apaga a las amígdalas cerebrales y muchas veces lleva a “la vergüenza” de la impotencia temporal. Los adjetivos que describen el estado mental antes de que la concupiscencia encuentre su satisfacción, describen los bien conocidos efectos de la estimulación amigdalina, la agresión, que puede volverse sanguinolenta, asesina y salvaje . Shakespeare está haciendo alusión al comportamiento del primer circuito de Helen Fisher, el de la lujuria, pero además nos está empezando a hablar de la conectividad cerebral después del momento del orgasmo masculino. “Enjoy´d no sooner but despised straight; Past reason hunted; and no sooner had, Past reason hated, as a swallow ‘d bait, On purpose laid to make the taker mad: Mad in pursuit, and in possession so; Had, having, and in quest to have, extreme; A bliss in proof, ‐ and prov´d, a very woe; Before, a joy propos´d; behind, a dream. All this the world well knows; yet none knows well To shun the heaven that leads men to this hell.” Dos siglos después, la novela romántica francesa somatiza las emociones y le devuelve al cuerpo su elocuencia; según François Kerlouegan, la carne reina en las novelas de Balzac y en las pinturas de Girodet y Delacroix. La verdad del cuerpo es lo sexual. Aquí, la belleza física es efecto de energía, no de armonía. El cuerpo, lugar excepcional de manifestaciones afectivas, concentra la carga emocional de la historia; y en novelas como las de Borel, Gautier, Hugo, Balzac, Merrimeè, Nerval, Sand, Musset y Stendhal surgen los sentimientos humanos en toda su verdad. Gracias al cuerpo, estas novelas permiten que aflore la carga primitiva y arcaica del humano que tanto el discurso neurocientífico como el discurso histórico tienden a ignorar. EL AMOR CABALLERESCO Y ROMANTICO Aquí brilla el sentimiento de lo especial único e instituible del ser amado, así como la tendencia a solo pensar en eso. Según Marie de France: “ni yo sin ti ni tu sin mi”. Dice la canción popular de “ The Platters”: “ sólo tú”. Las novelas románticas inglesas del siglo XIX escritas por mujeres, encarnan este sentimiento de amor platónico idealizado, cuyas áreas de procesamiento cerebral han sido descritas por investigadores de la Universidad de Rutgers, de la Universidad de Chicago y del University College, utilizando cámaras de resonancia magnética. EL COMPROMISO A LARGO PLAZO EN UN PROYECTO DE VIDA COMPARTIDO Muchos cuentos infantiles terminan las peripecias amorosas con las palabras “y fueron felices para siempre”. Un refrán ingles nos recuerda que “la magia del primer amor es ignorar que puede terminarse un día” En novelas y operas, en poemas y pinturas, en mitologías, en cuentos infantiles y esculturas, hay formas idealizadas de las narrativas y de los trayectos existenciales que viven las parejas en este espacio tridimensional abstracto, deslindado en las neurociencias cognitivas por Semir Zeki, Helen Fisher y los Cacciopo. Sexo, lealtad romántica y permanencia oscilan en el tiempo vital cotidiano y fluctúan acordes a las circunstancias históricas y la proacción/retroalimentación entre los enamorados. Shakespeare no solo distingue claramente entre la lujuria y el amor romántico, entre el circuito estrona/testosterona y el circuito dopamina alta/ serotonina baja, sino que le da valoración negativa al sexual y valoración positiva al amor del trovador. En” Venus y Adonis” relaciona a lujurias con engaños y al amor caballeresco con lo verdadero y auténtico: “Love is all truth Lust full of forged lies”. ” La sudorosa lujuria” es una usurpadora que ha obligado al amor obsesivo a huir al cielo: “Love to heaven is fled Since sweating lust on earth usurped its name”. Cuando usa la palabra “love”, el amor en Shakespeare es el de la dopamina y la serotonina y es sagrado, una planta eterna enraizada en tierras de virtud: “his love was an eternal plant Wereof the root is fix´d in virtue´s ground”. El genio ingles tiene clara la idea de que en el uso se calibran los circuitos cerebrales: ”mi amor es para que tú me lo eduques” “mine love is thine to teach”. Advierte también que ese amor romántico es ciego a defectos sociales “if you love her you cannot see her.‐ why? Because Love is blind “. Nos recuerda que el amor es un “atractor extraño” que estabiliza turbulencias “ I do love thee and when I love thee not, Chaos is come again”. En contraste, los lujuriosos empeñan y empañan su amor romántico “pawning his honour to obtain his lust”; derriten su honor en sudorosa y lúbrica carnalidad “ with such love as its now… shall never melt Mine honour into lust”. La luz y la lujuria son aquí enemigos mortales. La lujuria forma un trío con la belleza y la brujería “ let witchcraft join with beauty, lust with both”. “Beauty is a witch Against whose charms faith melteth into blood”. Debemos recordar que en esos tiempos, la belleza juvenil femenina era considerada como evidencia de contacto con el demonio. Innumerables jovencitas fueron condenadas bajo estos absurdos criterios por el tribunal de la santa inquisición. En Shakespeare el caos amoroso a veces está al borde del orden: “ serious vanity !Mis‐ shapen chaos of well‐seeming forms!” En la novela inglesa “Pamela” de Richardson (1689‐1761) leemos de Míster B. actos y actitudes que permitirían inferir, si sucedieran en la vida real, activación predominante del circuito cerebral sexual, energizado por su testosterona y sus estrógenos; y en Pamela poco a poco, la activación y calibración de los circuitos cerebrales de involucramiento casto y de enamoramiento a largo plazo. La novela griega “Dafnis y Cloe” de Longo (siglo III) está casi totalmente dedicada a describir la forma como la mutua proacción y retroalimentación despierta, desarrolla y calibra en los pastores el circuito romántico de especificidad‐fidelidad‐lealtad y el circuito que subyace los proyectos de vida en pareja. El desarrollo de sus castas pasiones neuroeduca al lector en el desarrollo de las propias. En las representaciones del trágico drama “Romeo y Julieta “de Shakespeare (1564‐1616), vemos como de la vista nace el deseo y como el pensar, tocar e imaginar constantemente al ser amado lleva a los enamorados a su trágico fin. Sus procesos de empatía, filiación y permanencia son dificultados por odios históricos entre los familiares de los enamorados y es eso lo que, eventualmente, los lleva a la muerte. En la película “siete y medio semanas” se observa una retroalimentación sexual, cada vez mayor, entre los apasionados enamorados. Como todo proceso de retroalimentación positiva, con su exponencial amplificación, el exceso erótico del uno incrementa el exceso erótico del otro, escalando la intensidad sexual y derivando en los obscuros placeres de lo que Mario Praz llama “el vicio ingles”, es decir, la activación sadomasoquista, ya no sólo de los circuitos cerebrales del placer amoroso sino también del dolor y la violencia. Mucho del arte occidental describe, ante situaciones iniciales diversas, simulaciones de la forma cómo evoluciona las trayectorias amorosas en este espacio neurotridimensional abstracto. En nuestro mundo relativista, morfoclástico y morfogenètico de la postmodernidad, la retroalimentación constituye un fenómeno de primerísimo interés. Entendemos mejor como el amor correspondido crece, se amplifica y se expande en forma exponencial. Sin embargo, “una república de enamorados es ingobernable”. Ya desde la cultura romana decía Boecio (480‐524) que “el amor no conoce leyes” y la misma idea es cantada en la ópera “Carmen” de Bizet (1838‐1875) Si bien a lo sociopolítico le interesan los efectos reproductivos y demográficos de la sexualidad, el aislamiento amoroso y el consumo restringido a pasiones, deseos y sentimientos mutuos carece de participación política o de impacto económico. Lo amoroso no es del interés profesional ni de los economistas, ni de los banqueros, ni de los empresarios, ni de los políticos. “El amor solo se paga con amor” nos dice Fernando de Rojas en “La Celestina” (1499). Este tipo de “pago” antagoniza los valores de la sociedad neoliberal. En este sentido, la neurociencia social, que se ha desarrollado mucho y que cuenta con miles de referencias en internet debe ser complementada con una “neurociencia existencial” que Marco Iaccoboni describe como “un modelo del cerebro humano que necesita de un cuerpo humano para existir en un mundo de normas sociales compartidas en el cual el sentido se origina de un estar‐en‐el‐mundo. Este modelo es reminiscente de temas que recurren en cuando menos una variedad de lo que se llama fenomenología existencial”. (Martin Heidegger. Ser y Tiempo. 1927). Así, la intimidad de la intencionalidad en la voluptuosidad amorosa, la vibración en común simpatía, las afinidades electivas y la creciente interdependencia empática derivada de compartir espacios, narrativas y caricias es parcialmente mediada por el sistema frontoparietal de “neuronas en espejo” de la corteza cerebral, mismo sistema que es el responsable de la generación de las metáforas poéticas que alimentan al amor de los ilusionados y de la estructura de las ecuaciones matemáticas. En la confluencia de los lóbulos parietales, temporales y occipitales esta otra convergencia entre lo numérico de las matemáticas y lo humanístico de las metáforas, prominentes en la filosofía de Nietzsche, de Paul Ricoeur y de Richard Rorty. No olvidemos que la mamá del Don Juan de Lord Bayron era matemática. Lo metafórico es la esencia de la poesía y una de las propiedades más encantadoras del lenguaje. ¿Es que el cerebro humano maneja las ecuaciones matemáticas con la misma maquinaria y reglas que las metáforas? De ser así, las implicaciones educativas serían enormes. Toda función psíquica implica la activación de algunos circuitos cerebrales y la inactivación de otros. Semir Zeki ha identificado en el amor romántico una red cerebral relacionada con la desactivación de la red neuronal del juicio social: “las amígdalas, los polos temporales, la frontera parieto‐temporal y la corteza prefrontal mesial se han consistentemente asociado a emociones negativas y a actividades sociales, morales y de la predicción de la intencionalidad ajena. La amígdala es consistentemente activada en estudios de neuroimagen que involucran emociones negativas, agresión y miedo, y los estudios de lesiones evidencian su involucramiento en los juicios emocionales y sociales. La corteza prefrontal mesial, la frontera temporo parietal y los polos temporales constituyen una red de áreas invariablemente activas en la “mentalización“ ó “ teoría de la mente”, es decir, la habilidad para determinar intenciones y emociones en otras personas. Estas mismas áreas también están activas en la evaluación de que tanto se puede socialmente confiar en otra persona; en la evaluación de las expresiones faciales; en juicios morales y durante la atención a las emociones de uno mismo”. Los doctores Bartels y Zeki concluyen que en el amor romántico “la necesidad de evaluar las jerarquías sociales de esa persona está disminuida”. En la vida cotidiana y en las narrativas literarias es fácil constatar este fenómeno de discrepancia social ignorada en aras del amor. A principios del siglo XX un rey de Inglaterra (Jorge V) abdicó para casarse con una dama que no era de la aristocracia. El ateniense Pericles, el emperador Bizantino Justiniano, Napoleón, los actuales príncipes de Asturias y de Gales, todos ellos se relacionaron con mujeres de otra condición social. En las novelas “Pamela” o “Cumbres Borrascosas” se repite este evento. El correlato neurobiológico de este asunto psicosocial nos permite conocer otra dimensión de este fenómeno que causa tanto desasosiego en comunidades individualistas donde no son los padres los que deciden quienes deben matrimoniarse. A veces el conflicto no es por discrepancia social. En “Romeo y Julieta“ el conflicto se da por rivalidad política entre familias igualmente poderosas. Los niños comienzan a calibrar sus circuitos cerebrales del amor con cuentos como “la cenicienta” y es el mismo mensaje el que reciben si de adultos presencian la opera “la cenerentola” Correlatos Neurobiologicos del Amor Romántico En todas las sociedades estudiadas, el cortejo de novios, la atención constante y la atracción intensa, comúnmente conocidas como amor romántico, están presentes. Hay mucha variación en los detalles; pero hay una constelación específica de motivaciones y emociones que es un invariante cultural, y por lo tanto, parte de la naturaleza humana. Dice Helen Fisher: “el amor romántico se inicia cuando una persona comienza a considerar a otra como especial, única. El amante enfoca la atención en el ser amado, gozando de los rasgos valiosos del amado e ignorando o minimizando las fallas de la persona. El enamorado expresa energía aumentada y éxtasis cuando el romance va bien y cambios de ánimo, la desesperación en tiempos de adversidad. Las barreras aumentan la pasión romántica, en lo que ha sido referido como una “atracción/frustración”. La amante sufre ansiedad de separación cuando separada de su amado y frecuentemente también un conjunto de reacciones del sistema nervioso simpático cuando está con el amado, incluyendo sudoración y palpitaciones. Los amantes dependen emocionalmente uno del otro, tienden a cambiar sus prioridades y hábitos cotidianos para permanecer en contacto o impresionar al ser amado. Exhiben empatía por la novia; muchos están dispuestos a sacrificarse, incluso a morir por ese otro especial. El/la amante expresa deseo sexual por el/la amada al igual que posesividad sexual intensa. Sin embargo su deseo intenso (craving) por unión emocional sobrepasa sus deseos de unión sexual. Característicamente, la amante piensa obsesivamente sobre el amante. Los amantes rechazados generalmente protestan y tratan de recuperar al ser amado, así como expresar “furia de abandono” y desesperación. La pasión romántica es también involuntaria, difícil de controlar, y generalmente impermanente”. Los estudios de imágenes cerebrales han encontrado activación del área tegmental ventral y del núcleo caudado en personas con amor romántico y esta actividad ha sido asociada con la dopamina. Tanto el doctor Zeki como la doctora Fisher en sus estudios con tomografías cerebrales reportan una activación de las vías dopaminergicas de premios como responsables centrales en la atención enfocada y la motivación asociada al amor romántico. Se plantea una actividad disminuida de los circuitos cerebrales que se comunican con serotonina en el amor romántico intenso, que podría estar relacionado con el pensamiento incesante y obsesivo sobre el ser amado. Se postula que el amor romántico no es una emoción sino un sistema motivacional diseñado para que la pareja construya una relación íntima que sólo incluya a dos personas. En casi todas las culturas se distingue el amor romántico del apetito sexual pero la activación de alguno de estos dos circuitos puede estimular la activación del otro. Tanto los estrógenos como la testosterona, elixires de la lujuria, pueden promover la liberación de dopamina. En un artículo, la doctora Fisher plantea la posibilidad de que individuos que están tomando medicamentos antidepresivos de la clase del Prozac pudieran tener problemas, es decir, imposibilidad para enamorarse. Esta hipótesis debe ser evaluada, pues muchas personas están deprimidas por la pérdida de la persona amada, y es de conocimiento común que la forma de solucionar el problema es volver a enamorarse, pero al elevar farmacológicamente los niveles de serotonina, esto imposibilitaría que se volviera a enamorar. Volviendo a “Romeo y Julieta”, que recuerdan a Los clanes rivales en tiempos de Chaovet hace 30 mil años, adolescentes intoxicados de testosterona, activan sus circuitos cerebrales de rivalidad y de violencia, de comunidad e identidad de grupo, de sexualidad lujuriosa y enamoramiento. Shakespeare nos presenta el conflicto entre “neuronas amorosas” y “neuronas comunitarias”. Vemos como se inhiben los módulos “sociales” de Romeo y de Julieta al excitarse los circuitos dopaminérgicos y el amor romántico. Ya lo decía Empedocles: “la vida es amor y odio”. Los circuitos cerebrales del amor romántico y la empatía pueden ser antagonizadas por circuitos cerebrales recientemente descritos relacionados con la venganza. Como dicen los italianos “donde hay amor hay dolor”. Matrimonio. Fiestas. Ensoñaciones. Músicas. Vestimentas glamorosas. Bailes con sus movimientos de manos que tanto excitan a las neuronas en espejo. Recatos. Provocaciones. Bebidas intoxicantes. Rivalidad en el cortejo. Rivalidad en el estatus social. Invitaciones a renegar del padre y del nombre del padre, 400 años antes que Freud y Lacan. Neuroamor y Teoría de Catástrofes El modelo abstracto de un espacio neurotridimensional con una trayectoria en el tiempo para el varón y otra para la dama puede ser enriquecido si hacemos el esfuerzo de pensar en un espacio de seis dimensiones con una sola trayectoria temporal. Este espacio puede imaginarse y ser conceptualizado como heterogéneo en el sentido de la teoría de las catástrofes de René Thom, lo que permite entender un poco mejor los cambios súbitos que se dan en la vida sentimental de los enamorados. Al entrar la trayectoria de la pareja en ciertas regiones de este espacio abstracto, es decir, al darse ciertas constelaciones en la calibración y en el funcionamiento de los circuitos cerebrales de lo sexual, lo románticamente idealizado y lo planeado a futuro, súbitamente pueden apagarse circuitos (“ el amor vive del ayuno y muere de la alimentación”: Alfredo de Musset( 1810‐1857); o involucrarse otros como el de los celos: (“los celos son el tirano en el reino del amor”) Cervantes (1547‐1616); o el del odio y de la desilusión: “el placer del amor no dura más que un momento; la pena del amor dura toda la vida”). Recordemos que el cerebro, como todo sistema complejo, funciona holísticamente y está ampliamente interconectado. La activación de los microcircuitos de la frustración amorosa implica la desactivación de otros. Por ejemplo, y en las palabras de Helen Fisher: aquellos recientemente rechazados evidencian actividad en el putamen ventral/globus pallidus y núcleo accumbens derecho. Estas regiones han sido asociadas con premios, especialmente con la probabilidad de grandes ganancias y grandes pérdidas en los casinos de juego, sea ante la ruleta o comprando y vendiendo acciones en Wall Street. Estas mismas zonas, activadas en las fases de enojo y esperanza de reconciliación, se desactivan en la fase siguiente de la decepción amorosa, la de resignación/desesperación, según los estudios de Najib. Estas investigaciones pioneras del grupo de la doctora Fisher, basadas en imágenes cerebrales de 19 mujeres y 5 hombres, deberán ser complementadas con estudios longitudinales y con la presencia física de los dos involucrados. ¡No es lo mismo estar ante otro ser humano que ante una fotografía! Genealogía del Neurodeseo “el elemento corporal es el asidero con el cual uno puede aprehender lo espiritual” Nietzsche Los dos milenios de cristianismo Sólo han producido odio a la vida Y una indexación de la existencia Basada en renuncia Moderación Prudencia Economía de sí Sospecha generalizada En cinco palabras La filosofía de la escasez. Occidente como una gigantesca máquina para reprimir el gozo. La dureza del ascetismo neoplatónico cristiano Engendra y genera Sufrimientos Dolores Penas Y frustraciones. Terapeutas médicos sexólogos lo atestiguan La miseria de la carne y la soledad en la cama gobiernan al mundo El sueño de un cuerpo glorioso Llevado a su pináculo Conduce inevitablemente al cuerpo real A la pornografía A los prostíbulos O al diván de los psicoanalistas No hay agenciamientos hedonistas Ni lúdicos Ni jubilosos Ni voluptuosos. La celebralización del amor La activación del segundo circuito del amor de Helen Fisher En su devenir platónico Vuelve paradójicamente vulgares Las prácticas sexuales. Proclamamos el advenimiento De una erótica Sin culpabilidad Como en el Oriente. Ese es el categórico imperativo de hoy Declaración de guerra A toda forma de pulsión de muerte En las relaciones sexuales Los pseudogozos del logofalocentrismo. Estigmaticemos el contubernio Entre el monoteísmo Y la misoginia. El orden falocratico. Proclamamos el advenimiento de la serenidad de una vida trasfigurada Resacralizando al cuerpo. Existe un íntimo parentesco Entre los placeres en reposo De Epicúreo Y los placeres en movimiento De los filósofos Cirenaicos La única riqueza es la libertad En el cuerpo del otro Y a pesar de patéticas tensiones El epicureísmo hedonista Autoriza la excarceración De las soberanías Realizadas Ó recuperadas En la visión dominante del amor La Platónica La androginia se presenta Como un modelo Forma ideal de la pareja Destinada a esta potencia libidinal Un dualismo promotor del alma Y negador del cuerpo El deseo es exceso Huevo cósmico primordial órfico Desear Procede De la necesidad De una dinámica fisiológica Y de una inmanencia corporal. Teoría de fuerzas Contra Mitología de formas Afrodita alada. En materia de libido Las figuras tutelares Del materialismo hedonista No llaman a las potencias angelicales y celestes Sino a emblemas Encarnados y terrestres El futuro de la humanidad reposara en sonrisas Que con su armonía Implosionen los cielos Existe una profunda dualidad en el funcionamiento neuronal, cerebral y psicoafectivo. En muchos varones predominan procesos cognitivos digitales. Lo ven todo en blanco y negro; como dice Woody Allen explicando por qué filmo su película Manhattan en blanco y negro, dice que es una ciudad donde la gente ve todo en términos de blanco o negro: ganancias y pérdidas económicas, ascenso social y descenso social, fuerza o debilidad. Las cosas son o blancas o negras y no hay término medio. Resulta entonces que en el pináculo del poderoso imperio norteamericano se ha instaurado una lógica binaria que se correlaciona con los procesos cognitivos del hemisferio cerebral izquierdo y con la actividad “digital de las neuronas”, que a través de sus “axones” transmiten señales todo o nada. El mundo de los políticos, de los abogados, de los contadores y de los empresarios. En cambio, la actividad analógica de las dendritas, que hoy sabemos puede importantemente influenciar el final de la transmisión digital axonica, se guía por cambios Fluctuantes más a fin a la lógica de los conjuntos borrosos que a la lógica aristotélica. La lógica analógica, la del hemisferio cerebral derecho y la de muchas mujeres puede ser representada por “lógicas no monotónicas”. Es por eso que un gesto, un “lapsus linguae”, un retardo en alguna cita importante, un perfume o algún comentario banal, puede radicalmente cambiar la actitud de una dama hacia el que antes consideraba un caballero. Leonard Schlain se volvió muy famoso con un libro “arte y física” donde relaciona las investigaciones del electromagnetismo cerebral con el estilo pictórico impresionista de Monet, Pizarro, y Degaz. Su segundo libro “el alfabeto contra la diosa” fue un impacto a nivel mundial en círculos feministas y en estudiosos de la comunicación humana de la tradición de Harvard Innis, Marshal McLuhan y Walter Ong. Su tercer libro no fue bien recibido pues postuló que había una profunda relación entre los valores del eterno femenino en su manifestación más pura e inocente con los procesos del hemisferio cerebral derecho. Cuerpo, Cerebro y Exceso Los circuitos cerebrales son constantemente calibrados y recalibrados por las experiencias vitales. La diferencia entre las culturas es a qué nivel calibran los diversos circuitos cerebrales. Por ser la esencia de la naturaleza humana, los circuitos cerebrales descritos aquí son los similares en un 99.99% en todos los seres humanos, pero cada cultura los ajusta según la edad, el sexo y el nivel social. La enorme variedad dentro de cada cultura y entre las culturas se deriva de la plasticidad cerebral que nos hace muy diferentes; y de las diversas ecologías naturales y culturales que frecuentamos. Para cada cultura y para cada momento histórico existe un rango de actividad de los diferentes circuitos que se considera “normal”, toda calibración por arriba de esta media o por debajo de ella se considera excesiva. Los tres circuitos cerebrales del amor de pareja pueden calibrarse a lo bajo, como es el caso de la tradición budista en cuanto al circuito sexual. Es más, el cristianismo como neuroestrategia del tipo de seres humanos que quisiera generar, funda mucho de sus consejos en un mensaje de alerta en contra de los placeres carnales y de la voluptuosidad del cuerpo. Comparado con la riqueza de la mitología griega en cuanto a Diosas arquetípicas de lo femenino (Artemisa, Hestia y Palas Atenea: Diosas Virginales; Hera, Deméter y Perséfona: diosas relacionadas con lo maternal y con la relación madre‐hija; Afrodita: la voluptuosa diosa del amor), el cristianismo en su única gran figura femenina que es la Madre de Cristo, paradójicamente la llama Virgen, exaltando así los valores de la pureza y de la inocencia sexual. Tres de las siete diosas del Olimpo griego exaltan la pureza sexual, es decir la calibración de las jovencitas de su circuito sexual a la baja. Pero, en Afrodita existe también una figura arquetípica femenina que se vuelve ejemplo a seguir para mujeres con más edad en cuanto a que el comportamiento de la diosa invita a excesos sexuales. Esto no sucede en el cristianismo. Un ejemplo de alguien que calibró a la baja su módulo cerebral de amor romántico sería Fernando Pessoa. La calibración de este circuito a lo excesivamente alto se produjo en Occidente , en el Sur de Francia, hace unos 900 años cuando las cortes de los trovadores, muy influenciados por la dulzura de la presencia femenina, comenzaron a exaltar esta entrega caballeresca de un amor ilusionado e imposible de aristócratas que por ejemplo se iban a morir en Jerusalén en alguna cruzada por el honor de una dama de la cual se habían enamorado y a la cual quizá solo habían visto una vez. La corte del rey trovador Guillermo de Aquitania, y sobre todo las prácticas que instituyó su hija Leonor de Aquitania, una noble medieval francesa nacida en 1122 en la ciudad de Poitiers, reina de Francia por matrimonio con Luis VII de Francia durante 1137‐1152 y luego reina de Inglaterra en el periodo 1154‐1189. constituyen un ejemplo históricamente bien estudiado de cómo este amor selectivo de pareja puede irse poco a poco desarrollando y cambiando en base a prácticas culturales. Vemos aquí un buen ejemplo de retroalimentación amplificadora. Leonor de Aquitania instituyo unas “cortes del amor”, en donde, en forma parecida a las cortes de abogados que juzgaban crímenes, aquí se juntaba un grupo de notables damas para dirimir cuitas amorosas y dar opiniones sobre como debieran comportarse los enamorados haciendo honor a esta nueva “tradición caballeresca”. Desde hace cinco años, la Galería Neuroestética “Giordano Bruno” Ha venido recuperando esta idea de las “Cortes del amor”, estimulando la discusión De grupos exclusivamente femeninos sobre temas relacionados con el amor En el desencantado siglo XXI. Se utiliza poesía romántica iberoamericana Escrita por mujeres para aprovechar los recientes descubrimientos con Relación con la femenina cognición en red. Historiadores como Norbert Elias y Werner Sombart le dan mucha importancia a este refinamiento femenino de los groseros instintos sexuales de los barbaros guerreros masculinos que hubo que educar en el buen comportamiento para que Europa saliera del caos y comenzara a civilizarse. Esta tradición neurocaballerezca duró varios siglos y es en la novela del Quijote de Cervantes donde logra al mismo tiempo su máxima expresión (el amor de don Quijote por Dulcinea del Toboso) pero también ya una cierta burla (la realidad un poco vulgar de Aldonza). Quizá el mejor ejemplo de amor de pareja en la España de hace 500 años sea el amor que le tuvo la hija de los reyes Fernando e Isabel (los católicos) a su esposo Felipe el hermoso. Al morir este, Juana conservó su cadáver cerca de ella y anduvo deambulando durante muchos años con el féretro y los restos de su marido. Esto fue aprovechado por su hijo, el futuro rey Carlos V, para considerarla “loca” y quitarle el poder lo que lo convirtió en el primer rey Occidental con grandes extensiones territoriales en la recién invadida América. Su general más capaz, el Marqués de Pescara, vencedor de la batalla de Pavia (1524) y consolidador del poder español en el norte de Italia durante 300 años me recuerda otro ejemplo. Su esposa, Vittoria Colonna le fue fiel a muchos años después de la muerte del conyugue. Ella tenía treinta años cuando murió el Marqués y le permaneció fiel a su memoria durante 32 años hasta su muerte. Ella, la principal poetisa del renacimiento italiano, nos legó Sonetos que testifican este amor por el esposo que no pudo separar ni siquiera la muerte. La mejor amistad femenina del escultor y arquitecto Miguel Ángel fue Vittoria Colona. Bajo su influencia él dejó de esculpir durante largos periodos para dedicarse a escribir y a largas discusiones filosóficas con Vittoria Colona sobre temas estéticos y espirituales, forma notable de sublimar el amor de un artista gay con una mujer de sensibilidad extraordinaria, fiel a la memoria de su ya largamente desaparecido marido. El exceso según Magali Tirel (leído en la sesión de biohumanidades del IV C :N 2009) Fui alumno de Magali Tirel, profesora del Departamento de Filosofía de la Universidad Iberoamericana. En la Universidad de Niza, ella presentó una tesis de Maestría y otra de Doctorado sobre la dialéctica de la moderación y del exceso. Sus ideas influenciaron algunos temas de los Coloquios: Neurohumanidades. Hoy le rendimos un reconocimiento público Con la esperanza que vuelva a impartir Cátedra en las aulas De la Universidad Iberoamericana, siempre y cuando esta disminuya los trámites burocráticos excesivos que se le exigen a los profesores extranjeros, aprovechando que el pasado conflicto entre los presidentes Calderón y Zarkosi ha sido superado por los múltiples convenios educativos firmados con Enrique Peña Nieto y Francois Hollande. Transcribimos aquí algunas de sus ideas en relación con el exceso: El amor es exceso. El exceso nos religa carnalmente a la naturaleza y al cosmos. El exceso es el movimiento del ser en nosotros mismos. El exceso es la modalidad misma del ser. El exceso es expresión de un deseo de ser que se puede manifestar con intensidad y violencia. El valor, la generosidad, la libertad son excesivos; y es el exceso lo que les da nobleza a estas pasiones. El exceso es el régimen específico de nuestra vitalidad. El exceso es portador de una posibilidad de transmutación, de transformación existencial. Casi todo exceso es en sí mismo angustiante. El exceso es “pharmakon”, veneno y remedio. La angustia ante la muerte es exceso al revés. Todo ser excesivo es un peligro para la sociedad. El exceso es el signo carnal de un deseo metafísico de calma. El exceso es lo real. El exceso es la vida en todas sus formas. El exceso es parte integral de la realidad humana. El exceso es un espejo ardiente que debe impulsarnos hacia lo central de nuestro ser. El exceso no es un objeto sino un punto de vista. En el exceso nos volvemos como un espejo de lo real; nos muestra una imagen vacía. Hay una positividad en el exceso que reside en la experiencia de lo neutro. El exceso es el medio más eficaz para liberarnos. Los paroxismos del exceso son propicios a la emergencia de energía. Todo exceso es un acto de soberana libertad. Conceptos relacionados serian: riesgo, erotismo, desmesura, pasión, delirio, perversión, gozo, angustia, violencia, transgresión, entusiasmo divino, opacidad luminosa, atención sin intención, la idea de que el centro está en todos lados; la felicidad no está en ti, sino mas bien eres tú quien reposas en ella; el centro es el vacío y el vacío es el sí mismo; sólo aquel desvinculado de su realidad puede alcanzar el dominio de sí; la consciencia consciente de ella misma es vigilancia; el fin de la vida es unificar ser, consciencia y beatitud; la atención regenerada es una consciencia testigo desinvolucrada de estructuras psicofisiológicas. Según los textos occidentales, hinduistas y budistas revisados por Magali Tirel: “Nada desarrolla más la energía espiritual que el silencio; el conocimiento puro escapa las determinaciones de las palabras; las cosas que destruyen son las mismas que perfeccionan; hay que saber transformar el veneno en elixir; transgredir significa trascender; encadenado por las pasiones, el mundo solo puede ser liberado por las pasiones; el deseo de ser es potencia de ilusión y potencialidad de iluminación; el ser neutro se reconoce en todo lo que ve y en todo lo que es y por eso es tolerante; nadie es capaz a la larga de soportar su propia moderación; la negación de mi mismo como negación de la negación; la consciencia de la vibración cósmica primordial (espanda); el utilizar emociones fisiológicas fuertes para reunirse con la consciencia intima; el arte de transformar la angustia en delicia; amar es asumir la desmesura de lo real en el ser; el amor es neutralización del límite entre el adentro y el afuera; el amor interhumano es un circuito en bucle; el amor es el misterio de la conjunción; el amor hace cambiar de mundo; la mesura de toda cosa es propiamente la desmesura; el estado de Shiva consiste en absorberse en la consciencia e identificarse con ella”. En los libros de Magali Tirel que ojala pronto sean publicados en español, se maneja la idea de un renacimiento iniciático, de una voluptuosidad fijada y de un orgasmo sutil permanente; para ella, el centro es el vacio y el vacio es el sí mismo; sólo aquel desvinculado de su realidad puede alcanzar el dominio de sí mismo; la consciencia consciente de ella misma es vigilancia. En resumen, lo que los humanistas llaman exceso y transgresión puede ser conceptualizado desde la cibernética como procesos en circuitos cerebrales de dos o más personas que presentan, no una tendencia hacia la estabilización omeostácica, sino una amplificación, retroalimentación positiva o hesterostacís . el dios griego de la omeostasis sería Apolo y el dios Trasio de la heterostasis sería Dionisios. Indudablemente que en estos circuitos de retroalimentación amplificadora están involucradas la dopamina, la oxitocina y las endorfinas. NEUROTRAGEDIAS En la postmodernidad poco a poco se ha llegado a degradar tanto esta imagen de amor cortes que muchas veces cuando un joven extrema sus atenciones hacia una dama, se vuelve objeto de burla. Hoy se considera que este circuito cerebral debe estar calibrado a la baja y que el que opina lo contrario es un idealista obsoleto, hundiéndose en los pantanos del romanticismo fuera de época y no muy inteligente. El cristianismo alaba muchísimo la figura de la Madre. En México esta calibración a lo alto de amor maternal se encuentra además aumentada por la devoción a la Virgen de Guadalupe y por la generosidad de las mamás mexicanas. Es famosa la frase del político Carlos Hank Gonzales en el sentido de que este ambiente maternal de lo mexicano es un factor que inhibe las rebeliones sociales… ****************************************************************************************************** LoscircuitoscerebralesdelamorenIfigenia La tragedia de Eurípides, magistralmente llevada a la pantalla cinematográfica por Michael Cacoyannis representa lo más noble de la naturaleza humana, confrontada con el engaño, la traición y la infidelidad marital. Ifigenia se da perfecto cuenta y lo dice: que el problema es que su tía Helena se fugó con otro señor de otro imperio situado al otro lado del mar Egeo. Se da cuenta también que el papá la hizo viajar de su casa prometiéndole una boda con el más valiente y valioso de los soldados griegos, Aquiles, y que Aquiles no sabía nada de esto. En la interpretación de Cacoyannis, de la mirada entrecruzada de Ifigenia y Aquiles, nace tal amor romántico, que el héroe ofrece enfrentarse a todo el ejército griego, incluyendo a sus propios soldados, los Mirmidones. Como ella va a morir, así lo dictaminan las leyes de los Dioses, no hay tiempo para la activación del circuito cerebral de la fidelidad a largo plazo. Tampoco se activa el circuito cerebral lujurioso. Si Ifigenia hubiera sido como Julieta, hubiera pedido una noche de amor y una boda antes de ser sacrificada. También Aquiles hubiera podido usar su carisma de héroe, el del mejor soldado de las tropas pan‐helénicas para pedir doce horas de aplazamiento del sacrificio bestial para que la flechada por Cupido pudiera gozar de la experiencia humana carnal límite del ser humano, el éxtasis erótico entre enamorados. A fin de cuentas, Palas Atenea no le puso fecha y hora a la ejecución del “cervatillo” expiatorio. Del punto de vista de la realidad física, el guión gira alrededor de los vientos que llevarán a las mil naves griegas de Grecia a Troya, en Turquía. Quizá a la flota le convenía mejor salir al amanecer que sería cuando los vientos empezarían a soplar después del sacrificio de Ifigenia. Así, hubiera salido ganando Ifigenia, al conocer algo importante de la existencia humana antes de morir. Hubieran salido ganando Clitemnestra y Agamenón, Festejando en la fiesta de la boda, y conservado la vida de su hija doce horas más. Es ineludible la conclusión que lo que querían los griegos era sacrificar a una mujer no sólo joven y virgen, sino inocente de toda maldad humana, capaz de despedirse pidiéndole a sus ejecutores que no se odien los unos a los otros. El mensaje de amor a Aquiles: “%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%% Vemos aquí como la cultura de las princesas cretenses, femenina, aristocrática y refinada es poco a poco invadida por la agresiva masculinidad de los Arios indoeuropeos micénicos que descendieron de las montañas. La devaluación de lo femenino, de lo maternal hogareño, se plantea en la obediencia de Clitemnestra y de Ifigenia a la “ley‐del‐padre‐autoritario”. Tiempo después, Clitemnestra asesinará a su marido; y dos de sus hijos, es decir hermanos de la ya desaparecida Ifigenia, mataran a su madre en venganza por el asesinato del padre. Ellos dos, Electra y Orestes, son juzgados por los dioses en cuanto a si existió o no crimen. Hay un empate en la votación de los dioses y el voto definitivo dado por **** es que no hubo crimen cuando Orestes mató a su madre, porque lo femenino es sólo un recipiente de la esencia vital que es masculina y que por lo tanto está bien castigar a los que osaron matar al varón; y que es más importante esa venganza que la ley de la prohibición del asesinato a tu madre. En las narrativas de las tragedias griegas, de Esquilo, a Sófocles, a Eurípides, vemos como progresivamente lo femenino es devaluado ante lo masculino. Palas Atenea nace y sale de la cabeza de Zeus. El golpe más grotesco a la sagrada fertilidad femenina lo da el mito del nacimiento de Afrodita (aphros=espuma) donde ella nace de la espuma de las olas, espuma conformada por los espermatozoides de Urano, que fue castrado por su hijo Cronos, y los genitales arrojados al mar. En resumen, en Ifigenia vemos representada la activación de los circuitos cerebrales del amor hacia la madre, del amor hacia el padre, y del amor‐flechazo al varón. Con técnicas de imágenes cerebrales Helen Fisher ha descrito cómo los circuitos cerebrales del amor romántico son muy similares a los circuitos cerebrales del amor de una madre hacia su hija. Después de ver los ciento veinte minutos de la tragedia de Eurípides muchos de los circuitos cerebrales se han activado en el espectador. Mis neuronas en espejo, al identificarse con Ifigenia, establecen una comunicación empática con lo más puro de la bondadosa inocencia femenina juvenil. Cuando las neuronas en espejo del espectador se activan con Menelao o con Agamenón, núcleos de agresividad masculina, como la amígdala o el hipotálamo, casi seguramente se activarán (aunque todavía no se hacen los estudios tomográficos pertinentes). Los circuitos del engaño, las redes de la neurosacralidad y del respeto a los dioses y a las diosas, los circuitos de causalidad (para que se muevan los barcos de vela necesita haber viento), todos son activados. Aprendemos cómo Ifigenia es capaz de cambiar su enojo por ternura, es decir, apagar su amígdala, aceptar lo inexorabilidad del destino que marcan los dioses cambiando la justa indignación por una actitud previsora al futuro donde aceptando su muerte, simula en su cerebro la vida cotidiana de los padres después de asesinarla; con su “teoría de la mente” se imagina y predice el odio de la madre al padre, y activando el sistema límbico del espectador, le pide a su madre que perdone a su padre. Que lo haga por ella. Vemos aquí el nacimiento vía el imperio griego y el imperio romano el concepto cristiano de la resignación femenina. Vemos también el nacimiento de la idea del perdón que posteriormente será institucionalizado por los sacerdotes de la iglesia en el mecanismo de la Confesión, que transforma a la vergüenza en lo obscuro del confesionario en la culpa individual y privada. Esta es la maldición de la casa de Atreo: la venganza que genera más venganza; del odio que genera más odio y tanto más que se es capaz de violentar las cuerdas más profundas de la naturaleza humana, al asesinar a la hija, al esposo ó a la madre. Vemos aquí representada con plena lucidez la retroalimentación amplificadora de emociones masculinas relacionadas con la guerra violenta. Ante tal ambiente de masculinización, potenciados siglos después por la arrogante actitud militar de Roma, resulta esclarecedor simular en nuestros cerebros, el efecto bondadoso de la dulce figura de Cristo, con sentimientos ya no de soldado sino de alguien que al ser insultado pone la otra mejilla, en vez de prender su amígdalas cerebrales y agredir. La figura mitológica de Cristo se relacionaría más con la empatía de lo femenino que con la agresividad competitiva de lo masculino. Eurípides refleja aquí un conocimiento profundo de cómo ligar narrativas verbales a estados emocionales y cognitivos que nos dicen algo a todos los seres humanos. Desgraciadamente, el Canon Literario Occidental comienza con las narrativas violentas de la Ilíada, la Odisea, las tragedias de Esquilo/Sófocles/ Eurípides; con “la Eneida”, que es el mito fundador de Roma, donde el héroe Eneas regresa de la guerra de Troya. La civilización occidental es violenta desde sus inicios y quizá es por esto que Nietzsche decía hace mas de cien años, que no es que Occidente esté en decadencia, sino que Occidente es la decadencia ; y, si se dejan, va a llevar a la decadencia a todas las otras culturas de la humanidad. En este sentido Fernando Pessoa decía que el cristianismo no es la continuación del imperio romano, sino el imperio romano. Es gracias a las lecturas recientes de ojos sensibles a lo femenino, como el de Leonard Schlain, que nos hemos comenzado a dar cuenta de cómo el lenguaje alfabetizado, al ser solo enseñado en el pasado a varones, poco a poco elimino a la mujer de los ámbitos intelectuales y políticos. La superioridad del hemisferio cerebral izquierdo masculino para vincular las narrativas verbales con la creación de instituciones políticas llevo a la mujer a una marginación cognoscitiva de la que poco a poco comenzamos a salir. APENDICEBIBLIOGRAFICO El varón que odia a la mujer es un varón castrado (Crítica a la misoginia de Otto Weininger en el decadente imperio austro‐húngaro) - La característica más segura del genio es la memoria universal El deseo de ser absorbido por las aguas de Leteo (el deseo de olvido) es un rasgo de vulgares Sólo los hombres superiores llegan a escribir los recuerdos de su vida Los hombres superiores evitan hallarse a lado del lecho de los agonizantes Para el hombre superior, el lejano pasado y los acontecimientos reales son igualmente reales El genio es el que tiene una necesidad más intensa de inmortalidad Sólo el hombre genial conoce el amor completamente privado de sensualidad Todo gran erótico es un gran genio La misoginia es angustia de miedo a la castración La misoginia es el síndrome de la castración en el varón Toda célula del organismo está caracterizada sexualmente y tiene un determinado tono sexual La vida psíquica de la mujer es indiferenciada La memoria triunfa sobre el tiempo La mujer absoluta no tiene yo La ondina sin alma es la idea platónica de la mujer La mujer no sigue el principio de identidad: asociaciones vagas y sinestesia El pensamiento masculino requiere de formas precisas. El femenino no La duda es femenina La mujer vive siempre en un estado de amalgama con todas las personas que conoce La envidia es la cualidad antisocial por excelencia La familia es la cumbre de lo antisocial La prostituta absoluta sólo piensa en el hombre; la madre absoluta en los hijos El hombre está totalmente penetrado del pensamiento masculino de la fidelidad, que presupone la continuidad y el yo inteligible Para la mujer, el adulterio es un juego retozón sin moralidad Dos predisposiciones innatas femeninas: la madre absoluta y la prostituta absoluta La época del matriarcado es la época de la poliandria Ninguna institución jurídica tiene origen femenino El derecho deriva del hombre. Las costumbres de la mujer El pezón eréctil de la mujer provoca contracciones uterinas La madre está dominada por la finalidad de la especie, la reproducción; la prostituta se encuentra fuera de la especie La madre comprende la ingenuidad y simplicidad del hombre. La hetaira comprende sus finezas y refinamiento La madre desea instruir al hijo; la prostituta desea que un hijo se le imponga - El amor materno es inmoral pues da igual cómo es el niño o la niña Toda musa es prostituta Los hombres eminentes únicamente han amado a las prostitutas Lo concreto excita a la madre; lo inseguro a la prostituta Las prostitutas prefieren truhanes, ociosos, despreocupados, ex ‐presidiarios. No se concibe la existencia de una mujer criminal: no puede llegar tan alto La mujer no es inmoral sino amoral El origen de la prostitución es indescifrable. No existe en animales Hay una relación entre la necesidad erótica y el placer de viajar Sólo los hombres muy compasivos son capaces de una erótica violenta El amor y el deseo se contraponen Cuanto más erótico es un individuo, tanto menos le importunará su sexualidad Sólo existe el amor platónico Todo verdadero amor, al igual que toda verdadera compasión, es pudoroso Los individuos sucios no tienen sentimientos nobles En la compasión soy el dador; en el amor el mendigo Los celos son el reverso del amor El amor es la necesidad de redención En el momento en que un hombre ama a una mujer no puede penetrarla El coito tiene analogías con el homicidio Solamente el amor produce la belleza. Lo bonito es lo general; lo bello es lo particular Las mujeres masculinas representan un progreso Las formas intersexuales son una forma normal en todos los organismos La mujer nunca es tan tonta como puede serlo a veces el hombre La mujer es astuta, calculadora y cuerda, en un grado superior y más constante que el hombre, siempre que la mueva un fin egoísta Las mujeres tienen una marcada aversión por la soltería de los hombres El hombre tiene que transformar a la mujer para poder amarla Sólo se contempla aquello que se valora positivamente El único interés vital de la mujer es que tengan lugar muchos coitos La prostituta pretende que toda mujer quede preñada La mujer se siente en coito constante con todo su cuerpo La feminidad es deseo ilimitado de sexualidad universal La mujer tiene una gran capacidad de impregnarse de opiniones masculinas siempre y cuando no atenten contra la ley del coito universal La única convicción innata de la mujer es la suma valoración del coito La histeria es la intensidad de un deseo que aumenta cada vez que se le reprime El hombre afeminado puede llegar a la histeria, lo que lo conduce a la purificación El grado de pudor de una mujer equivale a su grado de histerismo La meguera absoluta jamás se siente culpable El carácter moral de la mujer se construye fragmentariamente - Lo que la mujer observa en sí misma es simplemente el hombre que se ha adueñado de ella En el paroxismo desaparece esa auto‐observación artificial ante la irrupción de la verdadera naturaleza femenina La mujer no tiene posibilidades de desarrollarse como no sea a través del hombre El sentido de la mujer es el de ser la negación del sentido. Representa la nada, el polo opuesto de la divinidad, la otra posibilidad de la especie humana El temor a la mujer es el temor a la falta de sentido, el temor ante el abismo de la nada que le relaja En el mundo existe una tendencia radical hacia la sexualidad general En la afirmación del falo está lo antimoral El judaísmo es una dirección del espíritu, una constitución psíquica posible a todos los hombres El socialismo es ario y el comunismo judio (Nota: no es de sorprenderse que con estas ideas, lo único que le quedaba a Weininger a los dos años de publicar este libro, fue suicidarse a los 22 años. Lo genérico y lo sexual poseen enigmas no menos insondables que la forma o la materia. La mujer es tan infinita como el hombre. La nada tan eterna como el ser) Weininger es parte del interés que se dio por la sexualidad reprimida y el erotismo desbocado en la sociedad de viena anterior a la primera guerra mundial. No sólo están los estudios de Sigmund Freud sobre la importancia de la sexualidad en el desarrollo del psiquismo humano, sino también el primer libro de psicopatología sexual escrito por Craft‐Ebbing; la novela de Robert Musil “el hombre sin cualidades” cuya segunda parte narra las vicisitudes del amor platónico/incestuoso entre un hermano y una hermana; la representación pictórica de mujeres gozosas en su vida erótica de Gustav Klimt y Egon Schaiele, etc. Elogio de la mujer histérica “la histeria es el descubrimiento poético más importante de finales del siglo XIX” André Breton La histérica nos enseña que para lograr el estado de gozo, es necesario privarse del placer con el que a veces se confunde el gozo. El placer es el enemigo del gozo. En la histérica su sombra le hace perder la presa. Para no soltar la sombra, ella renuncia al placer y se consagra a un gozo situado en el futuro. Según el profesor de psiquiatría y psicoanálisis Lucien Israel (1925‐1996), la histérica salvaguarda lo erótico de las amenazas obsesivas del varón así como que el asedio y acoso del varón transforme lo sexual en mercantil. La histérica quiere decir algo pero no puede. Hay en su discurso un agujero análogo a todos los cortes y heridas que reencontraremos en sus vidas, en sus comportamientos y en sus tentativas de expresión histérica. Lo que aparece en este agujero es el cuerpo. La teoría de la falta en psicoanálisis está vinculado con el pensamiento religioso. La falta en psicoanálisis no es un correlato del cuerpo, sino un correlato del discurso, en particular la fisura que hay entre el cuerpo y el habla. Hay momentos… Estos momentos son los del amor y el deseo, del sexo y la muerte (49). La histérica desea algo y ese algo es ser fecundada. Sufre de no estar fecundada y este sufrimiento se manifiesta por el comportamiento que tanto llamo la atención de Sigmund Freud. En los días premenstruales hay pequeñas tristezas y algo de mal humor. Esta distimia… Es en la histeria donde se ancla el discurso psicoanalítico y toda la problemática de acciones posibles por la palabra. ¿Puede uno por medio de la palabra comandar el gozo del otro? Los síntomas histéricos nacen de la fisura que ellos reproducen. El origen de esta fisura es la ruptura que aparece entre el sujeto y su imagen en la “etapa del espejo de Lacan”. El sujeto se quiere fusionar con su imagen lo que es imposible por el vidrio. Esta imposibilidad de fundir el cuerpo y su imagen ejemplifica muy bien la fisura que camina a todo lo largo en la vida de las histéricas. Esta fisura entre el cuerpo y su imagen en espejo es una variante del corte entre el cuerpo y la palabra. La fisura imaginaria entre el cuerpo y su imagen especular, es una metáfora de la fisura que existe entre el cuerpo y la palabra. Se distinguen tres tipos de “parole” (habla): la comunicación, la palabra circulante, que circula como mercancía; y la palabra creatriz, el habla poética en el sentido fuerte del término. Antes de que el sentido del síntoma histérico pueda ser restituido al sujeto se vuelve necesario que el sujeto recobre la dimensión creatriz de su hablar, ya que es a partir de esta dimensión de autenticidad que se puede restituir la integridad del sujeto. La crisis histérica es a veces una pantomima de una crisis epiléptica, y a veces la simulación de un orgasmo. La crisis es antes que nada un “darse a ver”, un espectáculo, una representación. La crisis histérica es una tentativa de identificarse a la imagen, a una imagen visible, representable, una tentativa de encontrar en el ojo del espectador una confirmación de la identificación exitosa entre la imagen de la mujer presa de una crisis orgásmica, y el sujeto que la representa. La histérica busca la perfección y ella está preparada a hacer sacrificios para adquirir la perfección. El sacrificio del síntoma, de la misma manera que sacrificar el placer sexual, es un sacrificio propiciatorio. La histérica esta lista a sacrificar, a separar de ella lo que la vuelve imperfecta. De gran interés para los modelos actuales de la forma como se calibran y recalibran los circuitos cerebrales, la histérica no sabe si su imperfección es por exceso o por déficit. Ella no sabe dónde buscar un modelo a seguir. A veces este modelo toma la forma de una mujer celebre, a la que las histéricas se vinculan. La mujer celebre es una imagen en espejo donde la imperfección es por exceso. La dinámica se enfoca entonces a imitar los logros eróticos de mujeres celebres en la literatura, la política o las artes. La inquietud de perfección es una inquietud de perfección corporal, física; y este cuerpo perfecto no está destinado sólo al consumo contemplativo. Este modelo perfecto está destinado a ser entregado bajo la forma de un “don”. La histérica se da. Este cuerpo perfecto está destinado a ser dado a algún afortunado que la histérica va a designar como un maestro: maestro al que la histérica pretenderá ofrecer la posibilidad de un amor perfecto. El problema es que el gozo del otro no hace gozar a la histérica. El amor narcisista, amor que busca la fusión con el otro especular, es un amor que disminuye la diferencia entre los sexos. El amor normal va a suprimir el narcisismo, el que queda excluido en la experiencia pasional… (154) Marsilio Ficino y el Neoplatonismo Renacentista Marsilio Ficino (1433‐1499), humanista y filósofo. Tradujo a latín los textos de Platón y los de Plotino. Veía una conciliación y quizá una asimilación entre los triángulos de Platón y los átomos de Epicúreo. Según él, el cristianismo podía asimilarse a la pureza de Platón y a la tranquilidad y ascesis de Epicuro. A continuación citamos algunos párrafos del libro “Sobre el amor”: comentarios al Banquete de Platón. “Suelen los mortales, las cosas que hacen generalmente y a menudo, después de una larga costumbre hacerlas bien; y hacerlas aún mejor cuanto más las reiteran. Y sin embargo esta regla, por nuestra necedad y para nuestra miseria, falla en el amor. Todos amamos continuamente de algún modo; pero casi todos amamos mal; y cuanto más, tanto peor amamos. Y si uno, entre cien mil, ama rectamente, como esta no es usanza común, no se le cree”. “Se sabe que entre los antiguos, tanto los dioses como los hombres se enamoraron; cosa que enseñan tanto Orfeo como Hesiodo, cuando dicen que las mentes de los hombres y de los dioses son domadas por el Amor. Dícese además que es digno de admiración, porque cada quien ama aquello cuya belleza sosita en él la maravilla. Ciertamente los dioses, o bien ángeles, como quieren llamarlos nuestros teólogos, maravillándose de la belleza divina, la aman; y lo mismo les sucede a los hombres respecto a la belleza de los cuerpos. Esta, por cierto es alabanza de Amor, que se deriva de la excelencia presente, que lo acompaña; después, por las partes que lo preceden, Fedon alaba el Amor cuando afirma que es el más antiguo de todos los dioses; por cuya razón la nobleza de Amor resplandece cuando se narra su primer origen. Después lo alabara por las cosas que le siguen: de donde aparecerá su maravillosa utilidad. “El aproximarse a Dios es el ímpetu del Amor: su formación es perfección de Amor; y a la reunión de todas las formas e ideas los latinos la llaman mundo y los griegos cosmos, palabra que significa ornamento. La gracia de este mundo y de este ornamento es la belleza, hacia la cual, inmediatamente después de que el Amor naciera, se sintió atraída la mente angélica, la cual, siendo fea, por mediación de la belleza se torno bella. Por esto tal es la condición de Amor, que arrebata todas las cosas hacia la belleza, y que conjunta las feas con las bellas…De modo que de tres clases es la belleza, y son estas: la de las almas, la de los cuerpos y la de las voces. La belleza del alma sólo se conoce mediante la mente; la de los cuerpos se conoce por los ojos; la de las voces tan solo se comprende por medio de los oídos…que tanto sea el Amor cuanta sea la belleza; y allí donde no el alma, sino tan solo el cuerpo fuere bello, a este, como asombra y acaduca imagen de la belleza apenas y ligeramente, amaremos; en tanto que, allí donde solamente el alma fuere bella, ardientemente hemos de amar este perpetuo ornamento del alma; y allí donde concurran tanto la una como la otra belleza, vehentisimamente sentiremos admiración. Y procedente de este modo, demostraremos que somos, en verdad, familia platónica: la cual, por cierto, no en otra cosa piensa sino en cosas gozosas, celestiales y divinas. “De aquí que el ímpetu del amador no se apaga por la vista o tacto de cuerpo alguno; porque no desea este cuerpo o aquel; sino que desea el esplendor de la majestad suprema, que refúlge en los cuerpos: y ante el se asombra…También de esto deriva el que los amantes sientan temor o reverencia ante la vista de la persona amada; y esto les acontece inclusive a hombres fuertes y sabios en presencia de la persona amada, aunque esta sea muy inferior…aquel fulgor de la divinidad, que resplandece en un cuerpo hermoso, constriñe a los amantes a asombrarse, temer y venerar a dicha persona, como a una estatua de Dios. Y por la misma razón el amador desprecia, por la persona amada, riquezas y honores…Con razón sienten frio quienes su propio calor pierden. Y también sienten calor, al ser encendidos por el fulgor del supremo rayo. De frigidez nace timidez; de calidez nace audacia; por esto, los enamorados en ocasiones son tímidos, y en otras son audaces” “Venus es de dos tipos: una es aquella inteligencia que hemos colocado en la mente angélica; la otra es la fuerza generadora que se atribuye al alma del mundo. Tanto la una como la otra tienen al Amor por semejante, y por acompañante. Porque la primera es llevada por Amor natural a considerar la belleza de Dios; la segunda es llevada, también por su Amor a crear la divina belleza en los cuerpos mundanos…Una de sus dos Venus es celeste, la otra pandemica. “…es posible concluir que el Amor se encuentra presente en todas las cosas, y que en relación con ellas es su autor y conservador, señor y maestro de todo arte…De modo que con buena razón se puede decir que el Amor es lazo perpetuo y vinculo del mundo, e inmóvil sosten de sus partes, y firme fundamento de la máquina universal”. “Antiguamente los hombres tenían tres sexos: masculino, femenino y compuesto; y eran hijos del sol, la tierra y la luna respectivamente. Entonces los hombres estaban enteros; pero queriendo por su soberbia igualarse con Dios, fueron divididos en dos; y de nuevo serán divididos, si una vez más los asalta la soberbia. Después que fueron separados, cada una de las mitades fue atraída por Amor hacia la otra mitad, para restaurar el entero; y cuando este sea restaurado, la estirpe humana será dichosa” “Solemos llamar masculina en los hombres a la fortaleza causada por la fuerza y la audacia; femenina a la templanza, por su natural mansedumbre; y a la justicia, compuesta del uno y del otro sexo. Masculina, porque no deja hacer injuria a nadie; femenina, porque ella misma no hace injuria. Y porque al varón pertenece el dar, a la hembra el recibir, llamamos al sol macho, pues da luz a otros y no la recibe; a la luna compuesta del uno y el otro sexo, porque recibe la luz del sol, y la da a los elementos; a la tierra hembra, porque de todos recibe y a nadie da. Porque sol, luna, tierra; fortaleza, justicia, templanza, con buen derecho se llaman varón andrógino y hembra. “…la belleza resulta ser una cierta gracia, vivas y espiritual. La cual por el rayo divino se infunde primero en los angeles, después en las almas de los hombres, después de estos en las figuras y voces corporales; y esta gracia, por medio de la razón y del ver y oir mueve y deleita nuestra alma; y al deleitar nos arrebata; y arrebatándonos nos inflama de ardiente Amor”. “Finalmente, el signo más manifiesto de la singular fuerza de Amor es este: que todas las cosas le obedecen, y el no obedece a ninguna. Ya que los habitantes del cielo aman; y aman los animales, y aman todos los cuerpos: los hombres ricos y reyes potentes someten la cabeza al imperio del Amor; pero el Amor a ninguno de ellos se somete. Porque los dones de los ricos no compran el amor; las amenazas y las violencias de los poderosos, no nos pueden obligar a amar, o a hacer que nos alejemos del Amor. Amor es libre, y nace espontáneamente en la libre voluntad. “Todo Amor comienza con la vista; pero el Amor del contemplativo, de la vista se eleva hacia la mente. El Amor del voluptuoso, de la vista desciende hacia el tacto; el Amor del contemplativo se acerca más al demonio supremo que al ínfimo. El del activo se aproxima igualmente tanto al uno como al otro. Estos tres amores toman tres nombres. El amor del contemplativo se llama divino; el del activo, se llama humano; el del voluptuoso, se llama bestial…la presencia de la persona amada despierta su imagen, que antes dormía, en el alma del amante, y la ofrece a los ojos del alma; y soplando, vuelve a encender el fuego que yacía bajo las cenizas. Por esta razón el Amor se llama inmortal…el Amor es petito de engendrar en el sujeto bello para conservar vida perpetua en las cosas mortales…Asi, por beneficio del Amor, el cuerpo y el alma del hombre parecen quedarse entre los demás hombres para siempre”. ____________________________________________________________________ Segun Zeki, fotos de pinturas bellas activan la corteza orbito‐frontal, las feas activan corteza izquiera pre‐motora. Según camilo jose cela (PNAS feb 24 09) La belleza en mujeres activa lóbulo parietal izquierdo. En hombres ambos parietales. Según Rizzolati, la belleza objetiva activa la insula, la belleza subjetiva la amígdala derecha. Los arquitectos en el proyecto “neurotopographics”…