Temas CóRDOBA. DOmingO 3 De ABRil De 2011 La Voz del Interior |3|F Antonio MAríA Hernández Presidente Honorario de la asociación argentina de derecHo constitucional. La limitación del poder E l derecho constitucional en su versión clásica fue el resultado de una larga evolución en la filosofía política y del triunfo de tres revoluciones: la inglesa, de 1688; la norteamericana, de 1776, y la francesa de 1789. Tuvo dos objetivos fundamentales: asegurar los derechos del hombre y dividir el poder, a través de constituciones que tenían el carácter de leyes supremas. La limitación y control del poder mediante su división fue el aporte fundamental de notables pensadores como Locke, Montesquieu, Madison y Hamilton. Las técnicas constitucionales para dividir el poder fueron y son varias: 1) la distinción entre poder constituyente (el que establece la Constitución o la reforma) y poderes constituidos (los creados por la Constitución), subordinados al anterior; 2) la división horizontal del poder en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, que se controlan recíprocamente; y 3) la división vertical del poder, por medio de estados federales, regionales o descentralizados, con distintos niveles de gobierno con relación al territorio. Además de ello, se han establecido limitaciones en relación con el tiempo de ejercicio del poder, por intermedio de la periodicidad de los mandatos y de la prohibición de las reelecciones indefinidas, como regla general, aunque ello admite excepciones. Estas limitaciones han surgido de la observación de los males producidos por el ejercicio del poder absoluto en los regímenes despóticos y también de las convicciones sobre la naturaleza humana. En tal sentido, Hamilton –el segundo convencional más influyente en la redacción de la Constitución norteamericana de 1787– escribió en el Federalista, Nº VI, que “los hombres son ambiciosos, vengativos y rapaces”. Y por eso junto a Madison, tuvieron tanto cuidado en distinguir la democracia y la república, poniendo el énfasis en las limitaciones y controles del poder y de los representantes. Podemos agregar la recordada frase de Lord Acton: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. En América latina, no obstante que el constitucionalismo se ha difundido muy tempranamente, hemos tenido éxitos parciales en el cumplimiento de sus objetivos, ya que existe una lamentable tendencia a la anomia, a la violación de los principios republicanos, a los gobiernos personales y a las democracias de baja calidad institucional por su carácter “delegativo” (O’Donnell) y “corporativo” (Nino). Prueba de ello ha sido el vano intento del constituyente guatemalteco de limitar el poder y el nepotismo, mediante la prohibición de la sucesión presidencial por parte del cónyuge, que ha sido grotescamente burlada por el divorcio planteado, en desconocimiento del espíritu y norma constitucionales. Desafortunadamente, aunque en el orden federal tenemos claros principios republicanos y algunas normas similares a las de aquél país, –en constituciones provinciales como la de Córdoba en su artículo 129 y en cartas orgánicas municipales–, también padecemos penosos ejemplos de nepotismo que denotan nuestra decadencia institucional y la imperiosa necesidad de elevar la calidad de nuestra democracia republicana y del sistema político. También en Uruguay, el actual presidente, José “Pepe” Mujica, tiene como segunda en la línea sucesoria a la senadora Lucía Topolansky, su esposa. En Perú, Alberto Fujimori fue presidente entre julio de 1990 y noviembre de 2000. En medio de un escándalo, su esposa, Susana Higuchi, pidió el divorcio en 1994 y en 2000 ganó un escaño en el Congreso representando a un partido opositor. Keiko, hija de ambos, es ahora candidata a presidenta por el partido Fuerza 2011, para las elecciones que se realizarán el 10 de abril. A ella también la salpican los escándalos que envolvieron a los gobiernos de su padre: aparentemente sus estudios fueron pagados con fondos públicos. Ferdinand Marcos fue presidente en Filipinas entre 1965 y 1986. Imelda, su mujer, ejerció más que como primera dama como una reina, canciller o celebrity, viajando por el mundo y comprando todo lo que se le cruzara. No fue presidenta, pero tuvo una enorme influencia. Acumuló fortuna (más de la que tenía antes de casarse con Marcos) y muchísimo poder. Tanto, que el gobierno de su marido fue denominado por los filipinos como “dictadura conyugal”. Cuando Marcos advirtió que su fin estaba cerca, pretendió darle un giro democrático a su autocracia y la nombró candidata a presidenta, pero ganó Corazón Aquino, viuda de Benigno, principal opositor del dictador. Benigno III, hijo de Aquino, es hoy presidente. En la lista podrían figurar Mao Tse Tung y su tercera mujer, Jiang Quing, condenada a muerte por pertenecer a la Banda de los Cuatro. O los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presidente y primer ministro de Polonia entre 2005 y 2010. El segundo falleció en un accidente de aviación. También podrían entrar Jawaharlal Nehru e Indira Gandhi (padre e hija), ambos primeros ministros de India y sin parentesco con Mahatma Gandhi. Son personajes diversos y con historias particulares. Algunos alcanzaron estatura de estadistas; muchos, lamentablemente, hicieron pagar a sus pueblos el costo brutal de su ambición. Matrimonios y algo más en la política argentina La presidenta inesperada. Isabelita, con Juan Perón. ¿Perón — Perón? Dos terremotos sacudieron a la Argentina en enero de 1944. El 15, un sismo arrasó la ciudad de San Juan y sus alrededores. El 22, en el Luna Park, durante un acto solidario con las víctimas de la catástrofe, el coronel Juan Domingo Perón compartió por primera vez un espacio público con la actriz Eva Duarte. Nacía la pareja política que estremecería la política argentina hasta hoy. La mujer del futuro líder político convertiría su personalidad avasallante en el sello que distinguió su corto pero contundente paso por el poder. Perón gobernaba y Evita construía la obra social que todavía hoy es el sostén de la fuerza que crearon. Muchísimo más que una primera dama, Eva cobró una dimensión política tan extraordinaria que cuando en 1951 Perón debió decidir quién sería candidato a vicepresidente, una multitud convocada por la CGT, el 22 de agosto, le impuso a Evita. Pero Evita tenía cáncer y el 31 habló por radio para comunicar su renunciamiento histórico. En Santa Evita, Tomás Eloy Martínez ficciona un pasaje de la intimidad de la pareja tomando esa decisión bajo la apariencia de que el peluquero Julio Alcaraz escuchó a Perón gritarle: “Tenés cáncer, no podés ser candidata”. Eva Perón murió el 26 de julio de 1952. Había sido durante siete años la segunda esposa del fundador del justicialismo. La primera mujer de Perón, Aurelia Tizón, también había fallecido de cáncer de útero sin haber nunca violado la infranqueable línea de la vida hogareña impuesta a la mujer de los militares de la época. Perón — Perón José López Rega, mayordomo de Perón en la residencia de Puerta de Hierro, pretendió trasladar el espíritu de Evita a María Estela Martínez usando sus artes esotéricas. El cuerpo embalsamado había sido secuestrado por los militares que derrocaron a Perón en 1955 y ocultado con un nombre falso en un cementerio de Milán. López Rega no concretó sus intenciones, pero colaboró activamente con el entorno del envejecido Perón, que en 1973 optó por su mujer como compañera de fórmula. Otra vez Eloy Martínez, ahora más como periodista que como novelista, narró un diálogo con el luego ministro de Bienestar Social y fundador de la tenebrosa Triple A. “Con Isabel (nombre político) nos quedamos con el poder si al general le pasa algo”. Al general le pasó la muerte el 1º de julio de 1974 y López Rega disfrutó un sangriento veranito que pronto terminó con su fuga. Sola, con su esposo muerto y con su secretario exiliado, Isabel expuso su incompetencia hasta el trágico golpe militar del 24 de marzo de 1976. aLternancia. Un período para cada uno, indicaba la estrategia. Plan K Casi 30 años después, con la sorpresiva irrupción de Néstor Kirchner en la presidencia llegaba otra mujer al poder. Cristina Fernández, su esposa, sería la única fuente de consulta de sus decisiones en su mandato 2003-2007. Con la reelección en la mano, el santacruceño imaginó un esquema para eternizar su ciclo en el poder y nominó a su esposa como candidata presidencial. La muerte encontró a Kirchner, en octubre del año pasado, cogobernando con su esposa y con el proyecto de reemplazarla este año. Salvo el voto adverso de los argentinos, ninguna ley o norma constitucional le hubiera impedido al llamado matrimonio presidencial postularse alternativamente hasta la eternidad. Amor y odio Cuando José Manuel de la Sota y Olga Riutort hicieron pública su relación, ambos tenían recorrido un largo camino político propio. Se habían conocido en la segunda mitad de la década de 1980 en la Cámara de Diputados, ella en representación de San Juan, él como parte del lote de legisladores del peronismo cordobés. Ya en Córdoba, la ex dirigente del peronismo cuyano ganó un espacio preponderante en el delasotismo. De la Sota llegaría a la gobernación a mediados de 1999 y Olga Riutort ocuparía desde el primer momento la decisiva Secretaría General. Fue en los días en que se registró una marca: fue la mujer que ocupó y ejerció el espacio de poder más importante en la historia política de Córdoba. Hacia fines de 2002, el apogeo de Riutort se había apagado. Cuando De la Sota ganó la reelección, a mitad de 2003, ya había sido relegada a un segundo plano. Luego se conocería que las diferencias políticas se habían convertido en divorcio. Por fin, el 10 de diciembre de 2007 De la Sota saldría de la gobernación acompañado por su nueva pareja, la hasta ese momento ministra de Producción, Adriana Nazario. Juntos en el peronismo, separados en la vida privada, De la Sota y Riutort tienen todavía un camino político por recorrer. Juro por vos En la ciudad de Córdoba, los continuos cambios de gabinete del intendente Daniel Giacomino, llevaron a ubicar a su esposa, Gabriela Almagro, en cargos de gran influencia, al extremo de descomponerle añejas relaciones políticas. Al jurar como directora general de Escuelas de la Municipalidad, Almagro dijo frente a su esposo: “Por esta fórmula y por vos, sí juro”. Días atrás, pasó a ocupar un puesto más modesto en la Secretaría Privada. Telón lento.