La Nota Laical en JMV. 1. Preludio. La Iglesia ha ido profundizando cada vez más en la importancia del laicado como fuerza de renovación y transformación del mundo. La comprensión negativa de su papel en este “teatro de operaciones” que es el mundo cambió radicalmente a partir del Concilio Vaticano II ya que el laicado, sin pertenecer al orden sagrado ni al estado religioso, por su incorporación a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes a su modo del oficio sacerdotal, profético y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a ellos les corresponde1. Una poderosa forma de afirmar la plena pertenencia de los fieles laicos a la Iglesia y a su misterio, resaltando a la par el carácter peculiar de su vocación: buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios2. En sintonía con el pensamiento conciliar y como reflejo de los Estatutos de JMV Internacional que ya la recogían, en la Asamblea extraordinaria de 2004 JMV España introduce en sus estatutos una nueva Nota que, junto con las cuatro tradicionales de 19803, definirá su identidad en diálogo con el mundo de hoy: la Nota Laical. Esta Nota de la Asociación pone de manifiesto, en primer lugar, el compromiso y el empeño del JMV, a raíz de su condición de bautizado, en la transformación del mundo y la creación del Reino desde el carisma vicenciano. Además es invitación necesaria para que, haciendo vida los valores propios de la Asociación, el joven dé testimonio de vida evangélica, siendo testigo en la vida cotidiana, en los ambientes en los que se desenvuelve, de una vida renovada en Cristo y de un amor preferencial por los pobres4. Transcurridos diez años desde aquella Asamblea extraordinaria parece oportuno hacer un alto en el camino y así evaluar el alcance y repercusión de esta Nota en la vida de JMV en cuanto a los objetivos marcados en su contenido (“que el joven laico de JMV llegue a una maduración integral de la fe, buscando que pueda llegar a alcanzar, desde la formación, la celebración, el servicio y el diálogo con la persona que lo acompaña en su proceso, el discernimiento y la conversión personal que lo signifique en el mundo como testigo de Jesús de Nazaret, evangelizador de los pobres”5) y en cuanto a la meta a la que se aspiraba (“llegar a crear comunidades cristianas que sean exponentes de la presencia de Dios en el mundo”6). Los puntos que a continuación se desarrollan son el resultado de esa evaluación exhaustiva a la que ha ayudado sobremanera el Proceso de Reflexión de JMV. 2. Una mirada agradecida al pasado. Sabiendo que la Iglesia, reunida en Concilio, había definido a los jóvenes como la “esperanza de la Iglesia”, en la exhortación apostólica Christifideles Laici san Juan Pablo II, parafraseando al evangelista san Juan, les dirige estas palabras de aliento y 1 Constitución Dogmática Lumen Gentium, 31. Ibid. 3 Notas Mariana, Vicenciana, Misionera y Eclesial. 4 Cf. Estilo de Vida y Organización. Art. 6-10. 5 Proceso de maduración en la fe. Pág. 15. 6 Ibid. Página 1 2 elogio: Os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijos míos, porque habéis conocido al Padre (...). Os escribo, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios habita en vosotros. […]Como han dicho los Padres sinodales, “la sensibilidad de la juventud percibe profundamente los valores de la justicia, de la no violencia y de la paz. Su corazón está abierto a la fraternidad, a la amistad y a la solidaridad. Se movilizan al máximo por las causas que afectan a la calidad de vida y a la conservación de la naturaleza. Pero también están llenos de inquietudes, de desilusiones, de angustias y miedo del mundo, además de las tentaciones propias de su estado”7. Con mirada realista, la Christifideles Laici no escatima elogios a esta juventud creyente que es capaz de lo mejor cuando vive profundamente los valores evangélicos y que se llena de angustia y de miedo hundiéndose en las aguas del mundo cuando, como Pedro, pierde de vista al Señor. En esta línea de reconocimiento de sus logros, de elogio de sus posibilidades y de constatación de sus fragilidades, el Proceso de Reflexión que la Asociación ha vivido durante dos años ha puesto de manifiesto por un lado las FORTALEZAS y por otro las DEBILIDADES en la vivencia de la Nota Laical. El resultado es una Asociación que promueve la participación de los jóvenes en la vida, fruto de su compromiso cristiano y vicenciano. De hecho, la mayoría de los jóvenes de JMV se muestran conscientes de que para ser un cristiano comprometido, y estar presentes en la vida pública, deben llevar un estilo de vida coherente con la fe, dar testimonio, vivir el evangelio y tener sensibilidad hacia los más pobres, participando en distintos foros sociales8. Compromiso y responsabilidad son palabras que definen al joven de JMV, quien no sólo las vive en los distintos foros sociales sino también en el interior de la propia Asociación, alentado por la presencia de las Hijas de la Caridad, los Misioneros Paúles y los numerosos catequistas adultos que enseñan el camino a seguir con el testimonio de su vida. Pero también se constata que aunque se promueve la participación en la vida pública, no es suficiente. Parece que se trabaja más el nivel interno, es decir, el que se preocupa casi en exclusividad de la propia Asociación y sus actividades más que de otras realidades sociales, con el consiguiente riesgo de aislamiento. Para mantener esta dinámica interna de JMV se distribuyen responsabilidades entre los jóvenes sin tener en cuenta la debida preparación (formación) o vinculación (identidad-pertenencia) a la Asociación. Quizás esto explique que, ante la invitación a posicionarse como cristianos en la vida pública, la respuesta por parte de los jóvenes sea escasa: parece que hay un cierto temor a mostrarse como cristianos en medio de la sociedad y falta convicción interna, entusiasmo, motivación y disponibilidad. Esta escasa implicación en la vida pública quizás se deba a que la Asociación es, mayoritariamente en su composición, infantil y juvenil y que los jóvenes tienen pocos referentes adultos por la escasa implicación de Christifideles Laici, 46. Sindicatos estudiantiles, Consejo de la Juventud, Foro de Laicos, Radio María, Cáritas, Cruz Roja, Parroquia, Manos Unidas, Familia Vicenciana, ONG’s, plenos de Ayuntamientos, foros sociales y económicos, plataformas de asociaciones juveniles, etc. 8 Página 2 7 las Hijas de la Caridad, los Misioneros Paúles y los adultos en la fe como acompañantes, catequistas y asesores en JMV. 3. Una mirada apasionada al presente. Ante las dificultades de la misión de evangelizar, a veces tendréis la tentación de decir como el profeta Jeremías: “¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño”. Pero Dios también os contesta: “No digas que eres niño, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene” (Jr 1,6-7). Cuando os sintáis ineptos, incapaces y débiles para anunciar y testimoniar la fe, no temáis. La evangelización no es una iniciativa nuestra que dependa sobre todo de nuestros talentos, sino que es una respuesta confiada y obediente a la llamada de Dios, y por ello no se basa en nuestra fuerza, sino en la suya. Esto lo experimentó el apóstol Pablo: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros” (2Co 4,7)9. La Nota Laical es una invitación al joven a vivir su fe en medio de la sociedad, dando testimonio de Jesucristo de palabra y obra. Es tanto una exigencia como un desafío de fe, más urgente que nunca cuando el mundo busca saciar su sed de plenitud y felicidad de espaldas a un Dios que es Amor. Como dijo el Papa Benedicto XVI a los jóvenes que iban a participar en la JMJ de Río de Janeiro en el año 2013: el hombre que se olvida de Dios se queda sin esperanza y es incapaz de amar a su semejante. Por ello es urgente testimoniar la presencia de Dios, para que cada uno la pueda experimentar10. Esta urgencia de un testimonio que haga presente el amor de Dios en medio del mundo JMV la asume como propia, y es que la vivencia de la Nota Laical quema de tal manera que el joven que se identifica con ella no puede sino exclamar como Pablo “ay de mí si no anuncio el Evangelio” (1Co 9,16), más allá de las dificultades y AMENAZAS que surgen en el camino. El Proceso de Reflexión ya puesto de manifiesto las siguientes: En cuanto al estar presentes en el mundo de una manera significativa, JMV vive bajo el riesgo de un continuo activismo que termina por descuidar la dimensión espiritual. Los riesgos de tal opción no son pocos: autoexclusión de la vida de la iglesia y la sociedad, que el joven pueda terminar “quemado”, pérdida de ilusión, desvinculación, incoherencias, y sobre todo, que el joven acabe diluido en la masa, o indiferente y sin criterios evangélicos ante los distintos problemas que acucian a la sociedad, con el añadido de no ser conciencia profética ni tomar postura ante las injusticias. 9 Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud 2013. Ibid. 10 Página 3 Otra de las amenazas que se cierne sobre la vivencia responsable y coherente de la Nota Laical es el notorio desequilibrio de edad en la Asociación, pues la balanza se inclina más hacia el lado de los Infantiles y Juveniles que hacia el de los Jóvenes. Que la mayoría de los que componen la Asociación tengan menos de 16 años genera desconfianza para delegar y asumir responsabilidades. Además se percibe que el joven experimenta cierta desorientación vocacional por la ausencia de modelos de compromiso vicenciano o por la reducción de la opción vocacional a un único modelo: la familia cristiana. Las amenazas son serias y aunque el itinerario de fe que propone JMV apunta a que el joven se inserte en el mundo y en la Iglesia desde opciones basadas en el evangelio y el carisma vicenciano, esta mentalidad que tiende a excluir a Dios o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social, puede llegar a permear toda la Asociación y a hacer estériles sus esfuerzos. Por este motivo, queridos amigos, os invito a intensificar vuestro camino de fe en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Vosotros sois el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Como escribía el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, es vital tener raíces y bases sólidas11. Cuando Cristo es la roca sobre la que se construye la fe, las amenazas pierden toda su fuerza paralizante porque terminan convertidas en OPORTUNIDADES de crecimiento. JMV es lo que ha hecho en su Proceso de Reflexión y he aquí las oportunidades que, bien trabajadas, lanzarán a la Asociación hacia un futuro bien distinto al panorama gris que algunos presagian. La creciente sensibilidad de los jóvenes a participar en los asuntos públicos encuentra su mejor cauce de expresión en la Comisión de participación social, eclesial y vicenciana. JMV no es un ente aislado y desconectado sino en relación con otras asociaciones juveniles comprometidas de igual manera en la transmisión del evangelio, este trabajo en red es una verdadera fuente de riqueza. Además, las Redes Sociales se han convertido en un eficaz cauce de información (se puede llegar a todos los miembros de la Asociación) y presencia pública, aunque exijan un uso responsable. Los desafíos del mundo son, antes que nada, una llamada a despertar en el joven la necesidad de una sólida formación sobre la doctrina de la Iglesia en temas de actualidad (sexualidad, aborto, Doctrina Social de la Iglesia, etc.). También un adecuado acompañamiento personal le ayudará a vivir un compromiso cada vez mayor, asumiendo responsabilidades dentro y fuera de la Asociación. La propia desembocadura del proceso catecumenal de JMV coloca al joven ante una opción vocacional de vida, ya en Familia Vicenciana, ya en otras instancias eclesiales. Queridos amigos, construid vuestra casa sobre roca (...). Intentad también vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Escuchadle como al verdadero Amigo con quien compartir el camino de vuestra vida. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos12. Ese es el camino, poner la confianza en el Señor para que, conscientes de las amenazas que surgen, seamos capaces de convertirlas en punto de apoyo para seguir creciendo hacia Dios. 4. Una mirada esperanzada hacia el futuro. 11 12 Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011. Ibid. Página 4 Queridos amigos, abrid los ojos y mirad en torno a vosotros. Hay muchos jóvenes que han perdido el sentido de su existencia. ¡Id! Cristo también os necesita. Dejaos llevar por su amor, sed instrumentos de este amor inmenso, para que llegue a todos, especialmente a los que están «lejos». Algunos están lejos geográficamente, mientras que otros están lejos porque su cultura no deja espacio a Dios; algunos aún no han acogido personalmente el Evangelio, otros, en cambio, a pesar de haberlo recibido, viven como si Dios no existiese. Abramos a todos las puertas de nuestro corazón; intentemos entrar en diálogo con ellos, con sencillez y respeto mutuo. Este diálogo, si es vivido con verdadera amistad, dará fruto13. La invitación del Santo Padre a los jóvenes que participarían en la JMJ de Río de Janeiro, y por extensión, a todos los jóvenes en la Iglesia, es la de ser instrumentos y presencia del amor de Dios en todos los ambientes, propiciando una cultura del diálogo que, cuando está basada en el amor, siempre da sus frutos. JMV entiende que ése es el contenido de su Nota Laical y por tanto acoge esta invitación con agradecimiento, sintiéndose llamada, desde la humildad y sencillez propias de su herencia vicenciana, a realizar su pequeña contribución para que este amor de Dios sea conocido y experimentado por el hombre. Con tal fin, la Asociación se ha marcado los siguientes RETOS y COMPROMISOS: 4.1. En cuanto a la presencia pública. a. Desde un firme posicionamiento eclesial y sabiendo que el estilo de vida cristiano es significativo en la sociedad, trabajar como creyentes vicencianos por la dignidad del pobre, tanto en plataformas eclesiales como sociales. - Conociendo los distintos foros de participación social y eclesial de nuestro entorno, discerniendo en cuáles estar presentes. Abriendo los ojos a las necesidades más cercanas e involucrando a los jóvenes en proyectos sociales que respondan a esas necesidades. b. Vivir coherentemente, con un estilo de vida evangélico, nuestra fe cristiana en medio de la sociedad. - Defendiendo aquello en lo que creemos. Dando testimonio con nuestras vidas de la fe que profesamos. c. Comprender que la dimensión espiritual de nuestra vida es necesaria para vivirla en plenitud y responder a las exigencias que conlleva nuestra opción por los pobres. - 13 Cultivando y marcando tiempos de oración personal y comunitaria. Convirtiendo el proyecto personal de vida en la mejor herramienta de crecimiento espiritual. Llevando una vida sacramental activa (eucaristía y penitencia) participando en las actividades de la comunidad parroquial. Cuidando el acompañamiento personal y que cada joven tenga su propio grupo de referencia. Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud 2013. Página 5 - d. Fomentar la participación de los jóvenes en todos los ámbitos de la vida pública y estar abiertos a las programaciones ofertadas desde los distintos niveles de la Iglesia (diocesano, nacional). - - Participando como asociación vicenciana en ámbitos eclesiales (parroquias, otros movimientos juveniles) y sociales (universidad, instituto, trabajo…), enriqueciendo nuestra programación, sin perder nuestra identidad, con las actividades que ofertan y acogiendo a jóvenes que quieran interesarse por la Asociación. Fomentando la comunicación entre asociaciones y colaborando en sus actividades. e. Incrementar la presencia de la Asociación en las redes sociales utilizándolas como vehículo para dar a conocer la identidad, el carisma y las actividades propias. - Utilizando las redes sociales como medio de difusión de las propias actividades, haciéndonos visibles en la sociedad. f. Conocer en profundidad el mensaje evangélico y los documentos del Magisterio Ordinario y Extraordinario que recogen la Doctrina de la Iglesia. - Estudiando en los grupos tanto textos evangélicos como documentos de la Doctrina de la Iglesia para abordar temas de actualidad, analizando su influencia en nuestra vida diaria y teniéndolos como criterio de comportamiento. g. Seguir fomentando la formación a todos los niveles: catequético, espiritual, doctrinal, pastoral, vicenciano… - Facilitando textos adecuados según la edad sobre cuestiones de actualidad desde una perspectiva cristiana. Motivando a la participación en los distintos momentos que la Asociación ofrece: Agentes Dinamizadores y Escuela “Benagalbón”. 4.2. En cuanto al liderazgo. - - Conociendo el estilo de vida de la Asociación reflejado en los documentos existentes (Proceso de Maduración en la Fe, Estatutos, Estilo de vida y Organización, Vocalías…). Fomentando las Vocalías como espacio donde crecer en corresponsabilidad, acompañando al joven en su discernimiento. Aceptando las responsabilidades en la Asociación viéndolas como don de Dios y tarea nuestra para la construcción del Reino. Página 6 a. Animar y acompañar a los jóvenes para que asuman gradualmente compromisos y responsabilidades dentro de la Asociación en todos los niveles. b. Fomentar la identidad, el sentido de pertenencia y la participación dentro de la Asociación. - Acompañando a los jóvenes en sus distintos momentos, valorando su trabajo y mostrándoles los servicios que se realizan en la Asociación. Delegando responsabilidades en los jóvenes, introduciéndolos de manera progresiva tanto en servicios a la Asociación en sus distintos niveles (Asambleas, Consejos...) como en el compromiso social. 4.3. En cuanto a presencia y testimonio. a. Valorar la presencia de Hermanas, Padres, catequistas y adultos que, con su testimonio de vida, acompañan a la Asociación siendo referentes para los jóvenes. - Presentando a los jóvenes testimonios de vida de aquéllos cuya presencia sea alentadora y motivadora en el proceso de discernimiento vocacional. b. Dar a Conocer todas las Ramas de la Familia Vicenciana. - Creando espacios donde compartir y convivir con las diferentes realidades de la Familia Vicenciana, experimentando su gran variedad. Buscando personas que sean modelos de compromiso dentro de las diferentes Ramas vicencianas. c. Cuidar los procesos de crecimiento en la fe de los jóvenes, siendo rigurosos tanto en su seguimiento como en su acompañamiento desembocando en una opción vocacional que sea signo de haber finalizado el proceso. - - Elaborando un proyecto personal de vida (cf. Doc. proceso de maduración en la fe de JMV). Prestando atención a la Etapa de Compromiso y Misión como etapa de discernimiento. Dando importancia al discernimiento vocacional para llegar a realizar una opción seria y estable de vida más allá de los reduccionismos a una única opción. Optando por la formación y descubriéndola como regalo y oportunidad, más que obligación. Viendo el ministerio de la catequesis como verdadero servicio a la Iglesia y a la Asociación, vivido en coherencia y fidelidad a la Iglesia. El camino es largo y hay que andar bien equipados. El testimonio auténtico nace y se alimenta siempre de la oración. Es por eso que pondremos todo nuestro empeño en cultivar un ambiente de diálogo frecuente con el Señor, donde los sacramentos de la Página 7 5. Coda final. Eucaristía y la Reconciliación sean el mejor acicate para no flaquear al caminar y poder ser, para el mundo y el hombre de hoy, testigos de su amor. Como dijo el Papa Benedicto a los jóvenes, si seguís por este camino, Cristo mismo os dará la capacidad de ser plenamente fieles a su Palabra y de testimoniarlo con lealtad y valor. A veces seréis llamados a demostrar vuestra perseverancia, en particular cuando la Palabra de Dios suscite oposición o cerrazón. En ciertas regiones del mundo, por la falta de libertad religiosa, algunos de vosotros sufrís por no poder dar testimonio de la propia fe en Cristo. Hay quien ya ha pagado con la vida el precio de su pertenencia a la Iglesia. Os animo a que permanezcáis firmes en la fe, seguros de que Cristo está a vuestro lado en esta prueba. Él os repite: “Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo” (Mt 5,11-12)14. 14 Ibid. Página 8 Corresponsables de la misión de la Iglesia, no guardemos nuestros talentos en el pañuelo de los miedos, antes bien, pongámoslos a funcionar para que allá donde exista un joven vicenciano exista testimonio del amor de Dios y construcción del Reino.