95 • mayo junio 2015 • $3,36 - SmartLand

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Contenido
La basura y sus posibilidades
Nuestras ciudades acumulan miles de toneladas
de basura al día. La mayoría de ellas ha
optado por las soluciones más fáciles, pero
insostenibles y nocivas: los rellenos “sanitarios”
o la incineración. A través de un recorrido
por los caminos de la basura, Nicolás Cuvi
nos invita a reflexionar sobre estas prácticas y
cambiarlas por otras más eficaces e inteligentes.
La frontera vertical
Cientos de miles de personas en busca del
“sueño americano” han transitado la distancia
que separa Guatemala de la frontera entre
México y Estados Unidos. Muchos lo han
hecho de forma clandestina sobre “la Bestia”,
el tren que se traga a muchos de ellos.
Acompañado por su cámara, Felipe Jácome
se aventuró en este viaje para traernos una
historia de patente humanidad.
Colonso Chalupas
Tras los páramos de Chalupas, al oriente
del Cotopaxi, se descuelgan algunos de los
bosques más diversos del mundo. Es un manto
ininterrumpido de selvas que se extiende hasta
las afueras del Tena. Uno de los primeros
científicos en explorar estas regiones,
Leonardo Ordóñez, comparte con nosotros
impresiones de primera mano sobre la historia
y el futuro de esta flamante reserva biológica.
Además
Allimicuna: chamburada
Nuestra fauna: rana torrentícola de Tapichalaca
Publicaciones
¿Qué lugar es este?
Humor verde
Portada: La gitana/Magna, retrato hecho de
materiales recuperados de una minadora de
Jardim Gramacho, el botadero de basura de Río
de Janeiro. Foto: Vik Muniz / VAGA
2
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45
Colonso Chalupas
paraíso
de
montaña y selva
36
Desde luego, todo este bosque es genial para
un aficionado a las aves como yo. Jaime Grefa
–nuestro guía y guardaparque del área– explica
que las comunidades naporunas y colonas de
las inmediaciones del Colonso decidieron cuidar el bosque y que las decisiones colectivas se
respetan. Creen que este bosque y sus recursos
en algún momento brindarán nuevas opciones
de sustento. Ven al turismo como una alternativa productiva que, si se le pone las ganas
suficientes y se trabaja duro, puede ser cierta.
Tengo la impresión de que este bosque
protector tiene alguna deidad natural que lo cuida y que hasta ahora no lo ha hecho nada mal. Al
interés de las comunidades vecinas del bosque
por conservarlo se ha juntado la voluntad del
estado y de organizaciones de la sociedad civil
para mejorar su gestión y manejo. Así, la fundación Bosques para la Conservación, la oficina
regional del ministerio del Ambiente y comunidades como Santa Rita, Wambula, Colonso
y Ayapata se han dado a la tarea de construir
senderos y refugios, de formar guardabosques
capacitados y de incrementar la voluntad de las
comunidades por respetar y hacer respetar el
bosque. Su trabajo sirvió de base para que en el
año 2014 el estado reconozca la importancia de
Derecha. El tiranito de cola larga (Colonia
colonus) vive en márgenes de bosque y
anida en huecos de árboles viejos.
Murray Cooper
M
e despierto. Llovió toda la noche,
hace algo de frío. Son las cinco de
la mañana, hora ineludible para levantarse a escuchar y observar aves. Como en
los días anteriores, me vuelve esa placentera y
asombrosa sensación de descubrir cosas nuevas. En un lugar como este, es fácil sentirlo.
Tomo mis binoculares, grabadora, micrófono y
el libro de aves, compañero infaltable de todas
mis excursiones. Apenas abandono la carpa, me
adentro en el bosque.
Es noviembre de 2009, estoy dentro del
bosque protector Colonso, declarado como tal
en 1998, cuando se lo conocía poco o nada.
Llegué aquí porque soy parte del equipo de investigadores que está levantando información
biológica de la zona. Aunque el Colonso ha sido
poco explorado, se sospecha que alberga una
enorme biodiversidad y se sabe que tiene gran
importancia para las comunidades y ciudades
cercanas. Por ejemplo, el agua que se consume
en Tena y Archidona proviene en su mayoría de
los ríos que nacen en estas montañas.
Pese a estar muy cerca de una capital de
provincia –Tena–, me llama la atención la extensión de bosques que todavía permanecen en
pie, sin rastros de tala. Puedo caminar horas en
su interior sin dejar de sorprenderme con tanto
árbol imponente, con semejante envoltura de
lianas, musgos y epifitas de diferentes formas,
tamaños y colores, con tal cantidad de palmas.
Ivan Kashinsky
por Leonardo Ordóñez
Murray Cooper
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frontera agropecuaria y la colonización ilegal,
incluso en territorios de comunidades kichwas.
En los páramos, las presiones son otras: incendios premeditados, pérdida de biodiversidad,
desertificación.
Aunque gran parte de la reserva biológica
Colonso Chalupas todavía se encuentra inexplorada, en especial la porción norte y las zonas
más altas, sabemos que alberga casi trescientas
especies de vertebrados. Estoy convencido, sin
embargo, de que estas cifras se pueden duplicar
en el futuro, cuando el resto de la reserva sea
estudiado en detalle. En el sureste, es decir en
lo que corresponde a los ríos Colonso y Tena,
existen casi diez kilómetros de senderos que
deben visitarse con gente de las comunidades
vecinas porque resulta
fácil perderse en la vastedad de sus bosques, y
porque los senderos son,
en muchos casos, bastante exigentes. Uno de
ellos, por ejemplo, nace
en la captación de agua
de la ciudad de Tena.
Son tres kilómetros de
un sendero que asciende
desde ochocientos hasta
1 400 metros de altitud.
Al coronarlo se tiene una
espectacular vista de la
ciudad del Tena, más admirable si se la aprecia al
amanecer o cuando cae la
noche. Esos seiscientos
metros de gradiente altitudinal ofrecen también
un fantástico abrebocas a
la biodiversidad del área.
Con suficiente atención,
se pueden encontrar 120
especies de aves en una
mañana.
Dentro del bosque es
común escuchar al atardecer el inconfundible
canto de la pava carunculada (Aburria aburri) o
Rafael Cárdenas / Biographica
su conservación, decida incrementar el territorio
protegido y le otorgue una categoría de manejo
más apropiada. De esta forma se creó la novísima
reserva biológica Colonso Chalupas, que abarca
93 mil hectáreas desde los bosques piemontanos
hasta los páramos orientales. A más de la declaratoria de la reserva biológica, que de por sí es
relevante, existe otro elemento que permite verla
como un posible ejemplo de gestión a futuro: la
naciente universidad regional amazónica Ikiam
ha decidido tomarla como su área de investigación. Su creación es el paso inicial para la conservación del área, pero su consolidación tomará
tiempo. En la zona baja asedia la creciente
encontrar a la garza tigre barreteada (Tigrisoma
fasciatum) y a la majestuosa garceta sol
(Eurypyga helias) buscando crustáceos de agua
dulce en los torrentes. Primates como el chichico del Napo (Saguinus graellsi) o el chorongo (Lagothrix lagotricha) se observan con un
poco de suerte y mucho silencio. Una exploración nocturna ofrece la posibilidad de encontrarse con la impresionante coral ornamentada
(Micrurus ornatissimus) o con el raro y esquivo buhíto subtropical (Glaucidium parkeri).
En cambio, un atento recorrido por cuerpos
de agua, quebradas pequeñas y orillas de ríos
puede ponernos cara a cara con la ranita que ha
sido nominada como el símbolo de la reserva
biológica: la rana venenosa de líneas amarillas
(Ranitomeya ventrimaculata).
Para quienes gustan de los encantos más
apacibles del Colonso está su diversa flora, muy
distinta en cada sector de la reserva. Los páramos poseen gran cantidad de musgos, plantas
Arriba. En los páramos de Chalupas nacen
varios torrentes que drenan en el gran río
Napo. Izquierda. La enorme diversidad vegetal
del Colonso apenas se está descubriendo.
primitivas que actúan como esponjas y que
proliferan por la elevada humedad existente.
El interior del bosque, en cambio, alberga numerosísimos hongos. Los hay blancos, rosados,
rojos, anaranjados; de formas planas, espigados, en forma de taza, con grietas e intrincadas
estructuras, gomosos o diminutos. Quién sabe
si dentro de ellos se guarden fórmulas secretas
que pondrían fin a varios males que aquejan a
la humanidad.
Dentro del bosque, en especial en zonas
donde el dosel forestal se ha quebrado y permite el paso de la luz solar, abundan los helechos.
Hay tantos, que incluso dificultan el paso. En
estos mismos claros del bosque proliferan las
heliconias o platanillos. Sus singulares flores
atraen a colibríes como los tímidos ermitaños
del género Phaethornis o el inusual colibrí pico
de hoz (Eutoxeres aquila). Los picos curvos de
estos quindes calzan en las redondeadas estructuras que protegen a la flor y guardan el néctar.
¡Coevolución en directo!
Pablo Lozano, botánico lojano y amigo
personal, identificó más de 210 especies de
plantas, de las cuales sesenta y pico tienen diferentes usos a nivel local. Llama la atención,
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montanos de la cordillera de
Guacamayos. En estos páraVA E
CO LÓ G I C A A N T I S A N A
volcán
mos nacen varios riachuelos
Quilindaña
que forman los ríos Colonso,
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Tena y Chalupas, entre otros,
que al juntar sus aguas fora
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Cha
man el Napo, nuestro mayor
so
río amazónico. Además, la reArchidona
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serva está emparedada entre
Pano
Col
la reserva ecológica Antisana,
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al norte, y el parque nacional
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Tena
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Llanganates, al sur. Entre las
LL
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Tena
tres, forman un fantástico coG
rredor de selvas, montañas y
páramos protegidos que suman
Mu
Jatunya
o
latos
cu
más de 430 mil hectáreas. Un
poco más al norte están los
parques nacionales Sumaco
por ejemplo, la existencia de al menos cuarenta
Napo Galeras y Cayambe Coca. Esta zona pofrutos comestibles en el bosque, con aromas,
see el mayor conjunto de áreas protegidas y
texturas y sabores que complacen a los paladares
ecosistemas naturales remanentes del país.
más exigentes. Entre ellos, sobresalen los cacaos
He tenido la suerte de visitar esta reserva
silvestres, guabillas, guayabas y más. Según los
varias veces desde aquella primera exploradatos de Pablo, destacan también árboles de cuación en 2009. Una tarde, al final de un arduo
trocientos años o más, que superan los cuarenta
pero gratificante día de trabajo, me preguntaba
metros de estatura y varios metros de fuste. Y
en silencio cómo lograr que el Colonso, ludesde luego, están las palmas cuya importangar que atesoro gratamente, se conserve en el
cia para la economía local es enorme dados sus
largo plazo. Luego vino la iniciativa de decladiversos usos en la construcción, alimentación,
rarlo como reserva biológica y la posibilidad
como ornamentos o materia prima.
de que una universidad se encargue de investiLa parte alta de la reserva corresponde a los
garlo, ideas con las que congenio. Pienso que
páramos de Chalupas y parte de los bosques
la oportunidad está servida; aprovecharla es
responsabilidad de todos: el estado desde su
gestión, las organizaciones de la sociedad civil
a través de su capacidad de fortalecer al área
Cómo llegar. Desde Tena se toma
protegida y los habitantes locales a partir de su
un camino asfaltado por el antiguo
conocimiento del territorio.
aeropuerto hacia el oeste, en dirección a la
Espero pronto volver al Colonso, recorrer
universidad Ikiam. Lleva menos de veinte
sus
sendas conocidas, repasar las emociones
minutos llegar al barrio Alto Tena y luego a
vividas
y descubrir otros caminos. Anhelo la
la captación de agua de la ciudad, ya en la
oportunidad
de aportar con lo que hago al trabareserva. También se puede acceder desde
jo
que
ya
está
en marcha. Se lo debo al Colonso
el parque nacional Cotopaxi, por las vías de
y,
principalmente,
a sus comunidades, por hatercer orden que conducen a los páramos
ber
plantado
la
semilla
de este importantísimo
de Chalupas y al volcán Quilindaña.
proyecto
de
conservación
Qué llevar. Binoculares, botas de
caucho, cámara de fotos, camisa de
manga larga, cantimplora, protector
Leonardo Ordóñez es un biólogo lojano aficionado a
solar, ropa ligera, sombrero y gafas.
la observación de aves e investigador del departamento
de Ciencias Naturales de la Universidad Técnica
Ropa de abrigo para la parte alta.
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