La barca sin pescador

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La barca sin pescador de Alejandro Casona
Por Laura Carolina Carrouché Silva
l.silva@itesm.mx
La obra de Alejandro Casona se distingue por la forma
en que adorna la realidad cruel con palabras e
imágenes maravillosas, incluso en presencia de la
muerte y el demonio.
Es precisamente el demonio uno de los personajes de
esta obra de teatro, en la que se aparece ante un
banquero, Ricardo Jordán, al cual le ofrece el milagro
de salvar sus intereses financieros al borde de la
quiebra a cambio de realizar un asesinato, el único
pecado que el banquero no había cometido en su larga
trayectoria de crímenes y comercio con el sufrimiento ajeno. El pacto se
realiza y Ricardo se compromete a asesinar a un hombre al que jamás ha
visto, con todas las facilidades para salir de ello sin consecuencias. Con ayuda
del demonio se transporta a un lejano puerto de pescadores donde observa
cómo el hombre desconocido cae a su muerte. Es en este punto cuando la
verdadera trama comienza; es el remordimiento lo que llevará a Ricardo
nuevamente al lugar del crimen, a ese pequeño puerto lleno de pobreza pero
también de sencillez y calidez. Es un viaje desesperado que llevará al
protagonista y al lector a reflexionar sobre el valor de la vida humana, del
trabajo honrado y sobre las decisiones que tomamos en la vida. Una buena
reinterpretación de la trama de Fausto, pero con un mensaje que, lejos de
provocar desconsuelo, pretende infundirnos esperanza.
CASONA, Alejandro. Flor de leyendas; La sirena varada; La dama del alba;
La barca sin pescador. Prólogo de Antonio Magaña-Esquivel. México :
Porrúa, 1988. 173 p. (Colección Sepan Cuantos…) ISBN 9683420000
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