·JORGE ALBERTO MANRIQUE: recuento personal del affaire guadalupano una entrevista de Rogelio Vizcaino/Armando Castellanos/o Paco Ignacio Taibo 11 "... Yo defendía, no mi puesto, si no lo que esta renuncia significaba. l\1/e sugirió que lo presentara como una renuncia voluntaria. Yo dije que no tenía porque faltar a la verdad,. este país está aportar nuestro grano de arena ... n '.=..: I=i ¡ = ;::. 1: CARLOS MONSIVAIS O EL ENCUENTRO DEL CRONISTA y SUS PERSONAJES EN UN ESTAC10NAMIENTO y Luis Hernández: la ruta de lo social y de nuevo sobre la Universidad Francisco Pérez Arce: EL CONGRESO VA Núm 1355 México DF 23 de marzo de 1988 35 exposición mexicana en Frankfurt y después en París en la reunión del Patrimonio Mundial en representación de México; de tal modo que no estuve presente en el montaje, ni siquiera en la inauguración que se produjo el día 10 de febrero. El montaje de Rolando de la Rosa tenía unas características que podían hacer suponer que eventualmente traerían problemas al museo. No imaginé qué tan grandes, pero sí pequeños actos de vandalismo. Hablé con el artista para saber si era consciente de este riesgo, él me contestó que no creía que pasara gran cosa, pero decidió poner un letrero que decía: "si le molesta el manejo de las imágenes religiosas, no entre a este espacio. Mi intenció- no es agredir sino criticar". No hubo ningún afán de censura de mi parte, y me limité a tener esta conversación con él, insistiendo en qU4? yo como director no lo censuraba ni retiraría nada, ni siquiera le pedía que pusiera el letrero. Las salas del museo son redondas. La sala tres ofrecía a la obra de De la Rosa un sector hacia la parte central no totalmente aislado, su espacio se componía de una serie de montajes donde se combinaban imágenes tradicionales con imágenes correspondientes a una iconografía moderna y actual de una cultura muy popular. Por decir algo, lo que más se ha citado, una virgen de G1}adalupe cuyo rostro era el de Marilyn Monroe, con un le.-o que decía "ni mi madre ni mi hermana", o bien un niño dios cuya cabeza estaba substituida por una pelota de ~ o bien una última cena donde la cabeza de ~ estába substituida por una cabeza de Pedro Infante. Este era el tipo de material realizado en fotomontajes, con una calidad de realizaciÓD muy menor; los jurados- iDcIuso me comentaron que el trabajo .. final desmerecía el proyecto presentado. El artista, Y esto es una interpretación personal, conjugaba estos elementos de una manerá'Yhuy común en nuestra sociedad. Como en cualquier taller mecánico o de reparación de bicicletas o peluquería. en donde en una misma pared se encuentran una virgen de Guadalupe o un sagrado BU corazón junto a las chivas del Guadalajara o Hugo Sánchez y junto a Jorge Negrete y Pedro In. fante o El Santo y siempre rodeado todo aquello entrevista de Rogelio Vizcaino / Armando Castellanos / de chamacas encueradas. Esto es absolutamente ~orm~. ~! idea es q~ Paco Ignacio Taibo II . la intención de De lf. Rosa, con quien no he hablado más largo sobre esto, era JJKJSt:rar esta imagineria, sólo ~ las imágenes se presentarían DO contiguas sino sobrepuestas, con un sentido más realización de la obra. Conocí los proyectos, pero orge Alberto Manrique, a un mes de de constatación que de crítica; tendría yo que suno intervine para nada en la selecciÓD de la obra. su despido como director del MAM, poner que a él le parece mal que se den estos reta- . Esta la hizo un jurado basándose en la calidad con la tranquilidad que da el paso de blos populares y que se mezclen sentimientos que propos~tiva, la novedad de los proyectos y el es101 dÚl8, con la tensi6n que produce el a él le parecen diversos.· • pacio disponible. El jurado lo compusieron Hilda. que la agresí6n a la libertad de erpreEl manejo de imágenes ~ligiosas es algo roCampillo, Santiago Espinoza de los Monteros y lión protagonÚtJda por grupos ftJ8CÍ8toidesmún en el arte contemporáneo en México y fuera Luis Rius. Hilda es una artista con una larga exclericales haya triunfado ante la debilidad de las de México. El arte chicano tiene un amplio maperiencia como jqrado, y los otros dos son eso que autoridades, nos recibe en su cosa de Coyoacán, nejo de la virgen de Guadalupe. El Instituto Cullas gentes de mi edad llaman jóvenes críticos, que dispuesto a contar con detalle los hechos que lletural de Arte Contemporáneo, una institución tienen ya una carrera y experiencia en este tipo varon a su "voluntaria renuncia"; por cierto, la privada, hizo una exhibición de la imaginería de labores. Fue propuesto por el Museo y aceptasegunda en estos últimos años, porque en 83 fue guadalupana al paso de los siglos, y en la parte do por las instancias de Bellas Artes, se trataba de "renunciado" de la direcci6n del Museo Nacional más moderna se encuentran cosas como una banuna jurado normal. Nuestra tendencia había sido de Arte por negane a"permitir que una serie de dera gringa en la que las barras y las estrellas estenía su correspondencia en incluir jóvenes. Esto obros ~an trasladadas a la mansión presidentán substituidas por una virgen de Guadalupe, ) el hecho de que los Salones que viene organizancial sin cubrir 101 requerimientos obligados. dos muchachos haciendo el amor con un texto • do hace diez años el Instituto de Bellas Artes son que dice "gracias virgencita" como un exvoto con -¿Puedes reconstruir anecdoticamente el conconcurridos fundamentalmente por jóvenes artisla virgen de Guadalupe. En este sentido, lo de De flictivo guadalupano, con tanta precisión como tas, por razones naturales; una gente muy esla Rosa tampoco es tan importante cOrno para sea posible? tablecida en el medio tiene poco que ganar y justificar la respuesta que se produjo. -El Instituto de Bellas Artes-a través del Museo mucho que perder concursando. Habría que añaVuelvo al relato: se había inaugurado la expo- _ convocó a un concurso de los llamados Salones de dir quizá, que lo que se ha llamado Espacios Alsición, había hablado yo con el artista. No se proArtes Plásticas, en este caso de la sección de Espaternativos es una sección en sí un tanto irreverendujeron quejas, ni actos de vandalismo; una mícios Alternativos. El museo redactó unas bases te, destinada a formas de expresión no comunes y nima cosa, un rayoncito, pero sin importancia; para este concurso con características especiales, realizadas por jóvenes, con nuevas maneras de una afluencia de gente con el habitual aumento como la de que la p~era !Selección se realiza manejar el hecho artístico. del público popular en sábados y domingos q~e sobre proyectos y el jurado procede a partir de ésEl jurado, analizando los proyectos, con absotuvo el respeto normal ante la obra de arte. Se luta independencia del museo, hizo su selección y tos, en que los concursantes envian un tex!o, didio la presencia de visitantes especializados, bujos, etc. Señalo esto, PQrque es común que los artistas con sus propios recursos, aunque con críticos extranjeros, directores de museos foráneapoyo museográfico nu....ao, comenzaron a monentre el proyecto y la realización haya una difeos, y su respuesta, no a la parte de De La Rosa sitar la obra. Coincidtl esto conque yo salí de Méxirencia, por que los artistas imaginan un .espacio no al conjunto, fue muy halagadora. co, para estar presente en la inauguración de la diferente al que utilizan y por las variantes en la ----Jorge Alberto Manrique, ex director del MUlleo de Arte Modemo~ cuenta minuci08tlmente el "contencioso guadalupano" que lleVÓ a "renuncia" . 36 No fue sino una semana antes del ataque al museo cuando se publicó un artículo de un señor Iñigo Laviada en el Excélsior que insultaba al museo y me insultaba personalmente. Era un artículo que no se limitaba a mostrar su desacuerdo con el montaje de De La Rosa, sino que iba más allá, a un ataque personal e institucional; luego, el jueves de la semana anterior al ataque al museo, también en Excélsior, se publicó una entrevista de la periodista Guadalupe Apendini con una monja de una congregación cuyo nombre no sabría repetir, que reflejaba una actitud iracunda... Yo, la verdad, no tuve otras noticias; más tarde me enteraría que a partir del domingo se repartieron en las iglesias unos volantes que me hacen suponer que los articulos formaban parte de una campaña orquestada, una preparación al ataque. Más tarde, a la luz de las entreYistas publicadas con Serrano de Pro Vida, nos pudimos enterar de que el cardenal llamó a Serrano para preguntarle qué era lo que pensaba hacer su organización. Esto se sabe por las entrevistas del propio Serrano y no es mi versión. El viernes, el subdirector del museo me dijo que le había llegado la noticia de que se estaba . convocando una manifestación frente al museo para el sábado. Esto ya me produjo una cierta preocupación. Yo tenía planeada una salida con mis estudiantes de Estéticas de la UNAM relacionada con mi curso habitual, y pese a que me intranquilizó un poco, no cancelé el viaje porque ya estaban los vehiculos preparados y no había manera de avisar a los estudiantes, Y simplemente recomendé al subdirector que pidiera refuerzos de seguridad por lo que pudiera pasar. Lo que sucedió después lo conozco por las narraciones de mis colaboradores presentes y por el acta que se levantó. Según me dicen, el núcleo original de manifestantes era de unas 500 personas; hacia las 11 de la mañana, cuando entraron al museo eran unas tres mil... El museo tiene unas seis, ocho personas., .. cargo de seguridad; habían llegado otras dos personas, insuficientes para controlar a un grupo de ese tamaño que tenía la intención de entrar. Cuando el subdirector del museo Luque vio todo este lIlOVImiento,llamó a la policía, llegó una patrulla y hasta donde yo sé no hizo nada. Ya los manifestantes adentro comenzaron a rezar. El grupo agresor estaba compuesto por dos tipos muy diversos de personas, unas eran mujeres de edad media, como gente de iglesia, con rosarios y traúm letreros: "perdónalos virgeocita" y cosas de esas; pero la gran mayoría eran jóvenes de cl.ase media alta, I.acilmente identific.ab1es por el documento que entregaron, pertenecientes a organizaciones clericales de educación media y superior, muchas de ellas de la zona de Satélite y acaudillados por el grupo Provida. Estos eran los peligrosos. Las señoras, engañadas por los volantes repartidos en las iglesias son gente de buena voluntad; en cambio estos jóvenes fascistas son verdaderamente peligrosos... Entrando allí se les pidió que no rezaran, se les explicó que en un lugar público como ése no se podía rezar y entonces empezaron a insultar a la autoridad del museo representada por el subdirector y a exigir que se descolgara la obra de De La Rosa y se quemara. No hubo ninguna posibilidad de dialogar porque todo era a gritos y en un tono francamente agresivo. El subdirector del museo se comunicó entonces con el subdirector de Bellas Artes, Víctor Sandoval, de quien depende el museo. Lo localizó en su casa, comentó con él la situación y decidieron informarle a los agresores que se cerraría la sala hasta el martes y se daría tiempo para discutir sus peticiones. Ellos se negaron, exigieron que se descolgaran en ese momento las obras. El tono de violencia seguía subiendo. Nueva comunicación con Sandoval. Luque sentfa que l.a situación se calentaba en exceso, los insultos directos eran graves, y él temía por la situación del museo, de la exposición y de las otras exposiciones. Supongo que si yo hubiera estado allí habría actuado de la misma manera. Luque le dijo que pensaba que lo mejor era descolgar las obras para evitar un incidente mayor, y Sandoval dio la orden de descolgarlas, lo cual se hizo sin que a la sala penetrara la masa, sino tan solQ unos representantes y miembros de la prensa junto con el personal del museo. Tras esto se retiraron las gentes y se cerró el museo sábado, domingo y lunes. El martes se reabrió, pero con las obras en cuestión descolgadas. A mi regreso de la excursión el sábado en l.a noche, supe lo que había sucedido. Para colmo, mi teléfono no funcionaba. Tenía un recado del propio Sandoval pidiéndo~ que me comunicara. Me comuniqué al museo para saber si todo estaba en paz y quedamos en vernos el domingo para conversar sobre el asunto. Uegamos entonces a la conclusión de que el museo tenía que hacer una declaración repudiando este ataque... -¿Se habló en ead reuni6n de ooloer a colgar la obra? -Se habló de la posibilidad de volver a colgarla. Que yo recuerde no se llegó a ninguna conclusión en ese momento. El lunes siguiente, más o menos temprano, nos reunimos Víctor Sandoval. Luque y yo. Tenía un texto preparado, yademás circulaba ya un pequeño manifiesto denunciando la agresión, al que se habían adherido ya ciertos artistas y trabajadores de la cultura... Hicimos un recuento de los hechos. y las .autoridades ofrecieron un apoyo irrestricto al Museo. Después de esa reunión intercambiamos varios telefonazos y me quedó claro que no sólo el director de Bellas Artes, sino también el secretario de Educación apoyaban los términos de mi declaración, que es conocida, donde se establecía el repudio al ataque y se planteaba que las obras deberían volverse a colgar. Terminaba la declaración diciendo que se pondría en manos de las autoridades los elementos para que se procediera jurídicamente contra los responsables del ataque. -¿Al reabrirse el museo volvieron a colgarse la3 obras? -Yo no había podido comunicarme con De l.a Rosa, pero Luque lo había hecho. Cuando reabrimos el martes, se había hablado ya con él. De la Rosa estaba muy asustado, lo que por otra parte me parece normal, porque frente a estas actitudes de fuerza uno tiene derecho a tener cierto miedo, y él insistió repetidamente en que de ninguna manera quería volver a colgar su trabajo. El incidente parecía darse por concluido, con la salvedad de que las obras no estaban colgadas como deberla haberse hecho. -Queda claro de que fue por decisi6n del autor y no del mweo. -Así es... Después de esto la actitud de las autoridades de la SEP empezó a cambiar, pasaron los días y no tenía noticia de que se estuviera procediendo contra los culpables. Esto me preocupaba, porque yo había declarado ampliamente a la prensa que se procederia contra los culpables de una agresión a la libertad de expresión. Finalmente se me informó que no se procedería legalmente, que esto rebasaba el ámbito de Bellas Artes y la SEP... Sucedieron entonces un par de rosas preocupantes. Se produjo un intento de censUYa a una exposición que montaba el museo... -¿Por párte de quién se produjo e8e intento? - Del director de Artes Plásticas del Instituto. El fue a Visitar la exposición que aún no estaba montada yen esta visita previa dijo que "éste sí se podía permitir, éste no". A lo q~le contesté que se colgarían todos... Días después me llegó un ofic!o señalando que las otras exposiciones de los Salones de Artes Plásticas ya no las organizarla el museo, sin ninguna explicación, a excepción de que se trataba de una orden superior. Para mí el Instituto ele BeIlu Artes no estaba correspondiendo a su primera actitud sino que cedía a la presión y comenzaba la censura. Muy poco después vino la llamada del director de Bellas Artes para decirme que diversas personalida- des oficiales pensaban que yo DO debería seguir en el cargo, por lo tanto él me pedfa mi renuncia. Le dije que me corriera si asf era. Esto era un jueves, la víspera del f8lDOlO acto de "desagravio" Y yo defendía no II'j puesto sino lo que esta renunda significaba. Me sugirió que lo pl'eleDwa romo una renuncia voluntaria. Yo dije que no tenía porque faltar a la verdad, este paú ~ excesivamente lleno de mentiras para aportar nuestro grano de arena. En segundo lugar babia razones de dignidad personal. Sería como si yo me sinüera culpable de algo Yno el'a el cuo. El problema que se estaba planteando tema que ver con l.a libertad de expresión y renundar era 101ap8;l' a los apeIOreI. Para la causa de la libertad de expresión me pareeia importante hacer notar que le me corria del MUIeO aceptando presiones de la reacción y no que yo renundaba voluntariamente. Por lo tanto mi renuncia claramente estableda que no en voluntaria. Varios periodistAs me contaron después que l.a SEP había distribuido un boletín con una supuesta renuncia voluntaria mía. -Se inicia una bataUa en México que parecí4 innece3tlt'ÍQ hace unos meses, la batalla por la deJema de la libertad de erprmón. ¿C6mo valoras este hecho? -Todos debemos estar preocupados, pero quizá tenga la virtud de hacemos conscientes de que algo que suponíamos ganado no lo está. Los ataques a la libertad de expresiótl de estos grupos no son más que una mínima parte de su acción. En México:con una situación como la actual de crisis a la que se suma la etapa electoral, se tia un espacio que ni pintado para este tipo de actos. El fascismo historicamente aparece_ en época de crisis, de gran descontento general y debilidad del estado. La experiencia es que un ataque a la libertad de expresión siempre será una cosa grave, así se trate de un pintor joven y de poca experiencia, y de un funcionario de cuarta o de quinta al que "renuncian". Nos engañam~ si pensamos que el hecho de que se haga una concentración religiosa en el Zócalo, ~unque sólo sean 40 mil personas las que reunieron y no las 000 mil que anunciaron; y que hagan una peregrinación-marcha a la basílica que remate en un fervorin del cardenal... tiene que ver con seis o siete obras colgadas por un pintor desconocido. en un espacio que era uno de 27 en una exposición colectiva, en uno sólo de los museos del estado que simultáneamente-tenía otras cuatro exposiciones colgadas, me parece ingenuo. Esto iba a tener su lugar de todos modos. El pretexto fue ese. Eso es lo que nos debe preocupar. Nos debe preocupar que lo l~on, lograron descolgar la obra de un artista. De ahí se seguitá para adelante: libros, persecusión de judíos, de homosexuales, cierre de obras teatrales... Juárez se revuelve en su tumba. - Una nota tan s610 para el registro: Toda esta conversación se ha llevado a cabo con Jorge Alberto Manrique, ex director del Museo de Arte Moderno sentado en un sillón gris con cojines rojizos y con una virgen de Guadalupe del siglo XVIII tras de él. ¿Pod.emo3 interpretar esto como que tú crees que la virgen de Guadalupe está a Javor de la libertad de exprmón? -Yo supongo que sí. No soy religioso, pero la historia de México muestra a una virgen de Guadalupe en el estandarte de Hidalgo, que había sido perseguido por el alto clero por defender entre otras cosas la libertad de expresión. 37 __________DOSTEXTOS AUTOBIOGRAFICOS: Joan Baez • • • • • • • • • • • • • •_ • • • • • • •_ . _ A fines de 1987, loan Baez, a sus 47 años volvió a grabar un disco tras seis años de silencio; era el resultado de una nueva serie de giras y el contacto con un público que no la había olvidado en Estados Unidos. En ese mismo año dio a las prensas su autobiografía Y una voz para canttw, que pronto será editada en México por Seix Barral. Estos son dos breves capitulos de la biografía de la cantante neoyorquina. 38 Woodstock oodstock fue drogas y sexo y 7'Ock-androllo Woodstock fue Janis «Coitus Interruptus» Joplin y Jímmy «Genius» Hendrix, y el soberbio torso sudoroso de Roger Daltrey de The Who. Woodstock fue «Country» Joe McDonald, tan guapo como un indio salvaje. «Venga, uno, dos, tres; no me preguntes por qué luchamos, me importa un rábano. La próxima parada, Vietnam». Woodstock fue Dirty Sly y la Family Stone alucinándose con medio millón de personas. Woodstock fue el chiflado de Joe Cocker, con el cuerpo doblado como un espantajo paralítico pero cantando como Ray Charles. Woodstock fue lluvia y barro, soldados disfrazados y policías que dejaban las pistolas y se ponían a preparar perros calientes para unos hippies hambrientos. Woodstock fue blancas damiselas del lago envalentonadas por los controles de carretera colocados entre la ciudad dorada de la libertad y sus hermandades universitarias, apartando de los ojos el cabello empapado mientras el agua del lago tes chorreaba por el codo, no del todo ajenas a las cámaras que rodaban en la orilla, enfocándoles los hermosos pechos. Woodstock fue Wavy Gravy y su granja porcina. «¿Hay desayuno para cuatrocientos mil?», y sus palabras a los listos «No toméis el ácido marrón, ¿entendido?» Woodstock fue Abbie Hoffman gritándome al oído para ahogar el sonido de Creedence Clearwater Revival, que le regalaba su navaja, y yo diciendo que no porque se burlaba de mi pacifismo, o así me lo parecía... . ¿Woodstock? Caramba, yo ya estaba abusando de mi buena suerte. Llevaba diez años en el mundo de la música y todavía no me drogaba ni había recurrido al soporte de un conjunto. Pero Woodstock también fui yo, Joan Baez, la morigerada, embarazada de Seis meses, esposa de un antimilitarista que no se cansaba de pr~dicar la no violencia. Yo tenía mi sitio allí. Yo pertenecía a los sesenta y era ya una uperviviente. llegamos por el aire, volando por el norte del estado de Nueva YorK. En el helicóptero v~nían mamá y Jaois Joplin. Volamos sobre la cuadrícula de los campos de cultivo y las hordas de caminantes de mochila. Janis agarraba con fuerza su botella de licor y todo el mundo se asomaba a la puerta. El viento nos despeinaba dándonos aspectos de salvajes. Delante y alrededor, nubes amoratadas. ¿Era sólo aquel tiempo revuelto lo que nos excitaba o intuíamos que se iba a hacer historia? Me pusieron en la suite nupcial del Holiday Inn. ¡La gente se amontonaba en los pasillos y en el vestíbulo y a mí me daban la suite nupciall Yo debí de cederla, porque a la mañana siguiente estaba en otra habitación. Oí un estruendo y vi que un helicóptero aterrizaba en el estacionamiento situado bajo mi ventana. Mordí la tostada y agité los brazos al piloto que sonreía mirando al interior de la habitación y asentía para indicar que esperaría. Yo me fui con los periodistas y no recuerdo quién más. Todo aquello me excitaba de tal modo, que no me importaba volar en un pequeño helicóptero entre cumulonimbos cargados de electricidad. Nuestro vuelo fue el último que llegó a la ciudad de oro aquel día. Mamá no llegaría hasta el día siguiente, por culpa del barro. Scoop, el chiflado vagabundo de la flauta, metió el coche en un lodazal y no se cansaba de repetir a mamá que todo se arreglarí~. Hasta que se paró, se fumó un c~rrujo y todo se arregló (por ló menos, para él). Woodstock fue Manny animando a mamá a darse un toque, pero sin conseguirlo, porque ella dijo que le daba miedo. A veces, los famosos nos reiamos de los halagos. A veces, ser famoso es más molesto que divertido. ¡Pero a veces es maravilloso! Woodstock fue una de estas veces. Yo tenía acceso preferente a todo aquel inmenso parqué de atracciones; incluído el escenario, comida y bebida en abundancia E' invitaciones para descansar. Cuando una de las grandes tormentas descargó (después de que la gente hubiera cantado a coro «¡Que no llueval ¡Que no Ilueval»), me llevaron inmediatamente a un remolque, el de Joe Cocker. Yo, «la morigerada», me quedé con su banda de drogados y estuvimos charlando y bebiendo cerveza y sintiéndonos important-es, aunque -ellos no me conOcían lo suficiente GOmo para entender mis chistes. Un tramoyista asomó la cabeza al interior del remolque. -¿Estás bien, Joan? -Sí; muy bien. -¿Seguro?' -¡Segurol -¿No necesitas nada? -Nada, muchas gracias. Resultó que había circulado el rumor de que estaba a punto de parir. Sí; en Woodstock nacieron dos criaturas y murieron tres personas. Woodstock era una ciudad. Sí; fueron tres extraordinarios días de lluvia y de música. No; no fue una revolución. Fue un reflejo de los años sesenta, con mucho color y mucho barro. Yo canté en plena noche. Estaba de pie, delante de los habitantes de la ciudad de oro que dormían en el barro y unos en brazos de otros, y les di todo lo que entonces podía darles. y ellos aceptaron mis canciones. Fue un momento de humildad, a pesar de todo. Yo nunca había cantado ante una ciudad. -¿Saben ustedes lo que hizo «Live Aid», el concierto monstruo en favot de los pueblos hambrientos? Demostrar lo que he venido diciendo a la prensa en cada aniversario de Woodstock desde hace diez años. Nunca podrá haber otro Woodstock. Woodstock, con todo su barro y toda su gloria, pertenece a los años sesenta. Aquella época escandalosa, añorada, exaltada, trágica, loca, de barbas y collares, se fue para no volver. No la echo de menos. Pero, a veces, los ochenta me irritan. Guerreros del Sol Yl o conocí al embajador Harold Edelstam en una fiesta al aire libre organizada por Amnistía Internacional en 1973 para recaudar fondos. Era embajador de Suecia en Chile cuando se produjo el golpe de estado de 1973. Y yo había oído contar de ét la siguiente anécdota: Una noche, durante las sangrientas semanas que siguieron al asesinato de Allende, en que las call estaban llenas de miedo, de d peranza y de cadáveres, alguien comunicó a Edelstam que los tanqu de la Junta se dirigían a la embajada de México con orden de abrir fuego si los que allí se refugiaban no se entregaban. Por las ventanas de la embajada asomaban cañones de fusil e iba a organizarse una resistencia decidida pero inútil. Desde los tanques, se daban ultimátums por megáfono y, puesto que aquél era un golpe de estado totalmente ilegal, no cabía la menor duda de que la gente que se encontraba en la embajada corría peligro de muerte. Con la bandera sueca en alto, el embajador y varios miembros del personal de su embajada pasaron por delante de los tanques y entraron en la embajada de México, hicieron salir a todos los refugiados y, bajo la protección de su bandera, los escoltaron a la embajada sueca, donde permanecieron hasta que se tramitó su marcha a México.. -¿Así sucedió? -pregunté. -Más o menos- dijo él, con su cantinela escandinava. El embajador es alto, delgado y aristocrático, y tiene unas manos blancas y pulcras. -¿Por qué lo hizo?- pregunté. El se echó a reír, como si yo aca1?ara de contarle un ehiste. -Muy sencillo -dijo-o No tolero la injusticia. Y yo no he podido olvidar esta sencilla declaración. Mi recital de 1974 en Venezuela tuvo un comienzo muy accidentado. El rector de la universidad, quizá para ganarse el favór de los estudiantes o quizá porque no quería tener que col1)prar puertas nuevas, a la vista de la entusiasta multitud, mandó abrir el estadio con bastante antelación. La promotora, una joven izquierdista, inteligente y valerosa, llamada María, estaba indignada porque, naturalmente, la arbitrariedad del rector iba a hacerle perdér dinero. Las normas que regían para el re:. cital, que debía celebrarse en el estadio univeTSitarío, eran: En el campo, nadie; todo el mundo en el graderío. Yo sabía por experiencia que las normas eran pura utopía, y a mí me gustaban tan poco como a mi auditorio de seis mil personas, estudiantes la mayoría.. Las gradas fueron llenándose 39 -Gracias, señor rector, por la luz -dije en mi pobre español-. Estudiantes no crear problemas aquí a mi lado. Yo quiero decir gracias con una canción. Si le gusta JTIi canción, deje sonido. Nosotros mu~has gracias a usted. Quizá pensó que una mujer tan ignorante como yo no podía causar mucho daño. El sonido siguió funcionando y todos pasamos una velada maravillosa, el público y yo, disfrutando de una extraña victoria en nombre del pueblo. El rector de la universidad acabó siendo una especie de héroe de la noche. Yo dediqué muchos números del recital a los refugiados y prisioneros del sanguinario régimen de Chile, ya que sólo había transcurrido un año desde el golpe de estado, y muchos chilenos habían huido a Venezuela para salvar la vida. Yo todavía no sabía qué eminente representante estaba sentado en la tribuna al lado del rector. Yo estaba invitada a una cena mientras actuaba una cantante folk privada, después del recital, en casa venezolana, con acompañamiento de u~a escritora venezolana llamada de gritos, silbidos y pataleo. Sus can- Frezia Barría. Sólo asistían unas diez ciones tenían carácter político y el persqnas, incluidos sus hijos y un público estaba muy politizado. Su hombre llamado Orlando Letelier. actuación fue seguida de un breve Yo había oído hablar de Orlando intermedio. Luego fui anunciada, y como se oye hablar, inevitablemencrucé el campo acompañada de un te, de las personas excepcionales, con pequeño grupo de personas y subí al anécdotas que se cuentan con cariño estrado. A la primera nota, el públi- y con respeto. El antiguo embajador co empezó a saltar al campo, y el de Chile en Estados Unidos había simovimiento fue incrementándose do encarcelado durante el golpe y hasta que era ya una verdadera mu- era una fuente de moral para todos chedumbre la que venía corriendo los que le conocían. Cuando llegó. y fuimos presentahacia mi pequeño estrado. Las caras de los muchachos estaban animadas dos, me sorprendió ver que era pey hermosas. Se entabló entre el esce- lirrojo. Si a Goya le hubieran encarnario y el campo una conversación a gado que pintara el retrato de un pegrito pelado. A este paso, antes de lirrojo pecoso y jovial, no habría poque t~rminara la segunda canción, dido ser otro que Orlando Letelier. aquello se convertiría en una reu- Porque Orlando tenía el empaque de nión familiar. la aristocracia latina que con tanta Yo había empezado la segunda maestria retrataba Goya. La ~ano canción cuando se apagaron las lu- de Orlando todavía no se había cura~. Se alzó un griterío de protestas, do del desgarron que se hizo con la seguido de gran confusión y estruen- cerca cuando él y sus compañeros de do en el equipo de sonido. Yo me pu- cárcel eran conducidos, a la carrera, se en cuclillas en el borde del escena- de un patio al otro. A pesar de que la rio, charlando con varias personas mano tenía que dolerle, él se empeñó del público en su inglés de colegio y en tocar la guitarra y cantar. Tammi rudimentario español de la Ber- bién bailó la cueca, un baile chileno. litz. El problema de la electricidad Estaba con amigos de antaño y se no se resolvía, pero nadie parecía to- sentía contento y expansivo, cantaba marlo muy a peclto. La velada avan- canciones y contaba chistes. Entre zaba sosegadamente, al ritmo latino. risas y palmas, me obligaron a salir a Empezó a correr el rumor de que bailar la cueca con él, sin que imporel rector' de la universidad había tara que yo sólo súpiera agitar el pamandado quitar el sonido hasta que ñuelo en el aire e imitar los pasos de los muchachos volvieran a las gra- Orlando sonriendo como una pava das. Manny se abrió paso a codazos en medio de aquel jolgorio. hasta el pie del estrado. Al fin, desEl baile fue haciéndose más lento pués de mucho gritar, entendió lo a medida que menguaban las fuerzas que yo quería proponer al rector a y Orlando empezó a hablar más secambio de un minuto de electrici- riamente y en tono más formal. Los dad. Yo seguí charlando con los chi- niños se fueron a la cama y los grillos cos, levantándome de vez en cuando hacían coro en el aire húmedo de la para probar el micro. Llegó presuro- noche. Como mi español era 10 que so un emisario a decirme que el rec- era, tuve que conformarme con estor estaba de acuerdo en dar un mi- cuchar las sílabas, aquellas erres dunuto de electricidad, pero sólo para ras y aquellas eses sibilantes, y penque yo dijera que todo el mundo te- sar en la feroz estupidez y alevosía de nía que volver a sus asientos. Me pa- encarcelar a un hombre como Orlanreció encontrarme en una función de do en las heladas islas de su propio colegio de mis tiempos de bachille- país. De milagro no se habia muerto. rato elemental (el director nos decía Había resistido el frío y el hambre, que, si cada cual no se sentaba en su las palizas, las humillaciones, las prisitio, mandaría desalojar el audito- vaciones y el terror a fuerza de enterio). Entonces dieron la electricidad. reza y autodisciplina. Era un mila10 gro que no hubiera sido asesinado, que estuviera aquí, convaleciente y risueño, contando anécdotas a media voz. De vez en cuando, casi se le saltaban las lágrimas y sus amigos se enjugaban los ojos y yo sentía que me estallaba el corazón de cariño por este hombre. Luego, en un momento de silencio, algo cambiaba en la habitación, como si todos hubiéramos aspirado la misma bocanada de aire al mismo tiempo y todos comprendiéramos de pronto, intensamente,_ las atrocidades que Orlando acababa de dejar atrás. En aquel momento, conteníamos la respiración, en el silencio de la madrugada, mientras se perpetraban otros crímenes y sonaba un grito largo, y nosotros nada podíamos hacer para detenerlos. Cuando regresé a mi casa, decidí escribir un libro. Hacía muchos años que no escribía y, sin saber a ciencia cierta lo que quería decir, me encontré dando vueltas al tema del grito largo. Una mañana de 1976, mientras me peleaba con las palabras delante de la máquina de escribir, al mirar por la ventana, vi a mi secretaria que, sin anunciar su visita, se acercaba por el camino de las adelfas, cabizbaja y con el entrecejo fruncido. Era una mujer muy eficaz, muy sensible y muy buena, y en su actitud todo daba a entender que traía malas noticias. Se sentó delante de mí y me habló con voz controlada pero temblorosa, y sus ojos se llenaron de lágrimas, anticipando mi reacción a sus palabras. Lo siguiente que recuerdo es estar sentada en la cocina, viendo baílar el café en la taza y oyendo el castañeteo de mis propios dientes. Yo acababa de regresar del Este, dOnde había cantado en beneficio de los prisioneros chUenos y había vuelto a ver a Orlando, al que había encontrado tan singular, tan espontáneo y tan especial como aquella primera vez en que siendo dos perfectos desconocidos, iDichamos y sellamos una amistad bailando la cueca. Tomé el avión para ir a Washington, D.C., y asistir al funeral de Orlando, y canté·en un parque, a la cabeza de la marcha que discurría por entre una creciente multitud de diplomáticos, académicos, poetas, funcionarios, exiliados, trabajadores, estudiantes y políticos, aturdidos y vivam~nte apenados. Fue una marcha solemne y muy triste. Una voz profunda dijo por el alta voz, al sol tibio de la mañana brumosa: 4(¡Compañero OrlandoLetelierl>' Ylos mUes de asistentes respondieron: 4(¡Presentel»Lavozdijo:~¡Ahoral.,yla multitud:«¡Y siemprel.Los que !levábamos flores nos adelantamos y las depositarnos en el lugar en que había muerto Orlando. Su coche había estallado en Embassy Row, matándole a él y a su joven colaboradora Ronni Moffitt. El asesino era una profesional de la policía secreta chilena (DINA), que hizo un trato con la justicia, se declaró c\Jlpable y se ofreció en calidad de testigo de cargo. Dos funcionarios de la DINA fueron acusados, pero no se les juZgó, y dos exiliados cubanos fueron .;entenciados. La posición del gobierno de Estados Unidos era, en el mejor de los casos, ambigua, ya que la CIA había ayudado a financiar el golpe militar y apoyó el derrocamiento de Allende, así como la entronización del más eficaz de los dictadores que ha tenido Latinoamérica hasta este momento: el general Augusto Pinochet. La marcha terminó en la catedral de San Mateo. Antes del oficio, ayudé a acomodar a la gente, y tuve que enfrentarme con unos repelentes miembros del partido comunista que trataban de ocupar la primera y segunda filas. Yo les hice retroceder, utilizando toda mi firmeza, como si ésta fuera la misión que se me había asignado, diciendo que aquellas filas estaban reservadas para la familia. Ellos me miraron con más antipatía de la habitual y yo les devolví la mirada, sabiendo que trataban de incautarse del espíritu de este diplomático brillante. Pero Orlando era más grande que un partido político. Su espíritu ha de formar con los poetas. Yo canté en el oficio. Al miiar aquella iglesia abarrotada, vi a Isabel, la esposa de Orlando, y a sus cuatro guapos hijos. Los ojos de gacela de Isabel estaban irritados de llorar. Yo canté "Gracias a la vida mirando al techo, porque mucha gente había empezado a llorar. Recuerdo que el joven marido de Ronni Moffitt trató de hablar desde el púlpito, ahogado por el furor y la pena, y sus lágrimas y sus palabras se confundian y se hacían una misma cosa. Cuando llegué a casa, me puse a pensar en Isabel y en sus cuatro hijos y soñé que DO podía salir de delante del arzobispo que iba de un lado al otro del altar, durante el funeral. Vi a Orlando en su ataúd, pero ~a su cara era una calavera con unOs jirones de carne ensangrentada y relu- _ cieñte. Cuando traté de darle un beso, mis labios quedaron mojados y la calavera se volvio hacia DÚ, corno p-ara pedirme algo, pero sin poder hacer más que gemir de desesperación. Durante varias semanas, seguí tratando de escribir mi libro, pero luego lo dejé y no volví a tocarlo hasta diez años después..- la cultura e ~~~~~ra Direclor ~ J- r... LIerp . DirwdDr. hco . . . . Taibo U Jge.~ CennIo de la Torre DiIdar BelIIriz Mira JWocciISR: FnociIco Páwz ARe, Mauricio Ciec:IunJ...., . . . . Vizcaiao, EmilfaCruz. Lua BemWe:z, ec.me Omelas, Jorp leIarmfao Fe...... T. . . . J-8oIIque, Aad" Raiz, 0ÑDd0 Ortiz, Vid« RonquiDo, J- MaDuel Payán, Bédor •• Vep. Cub hi& hiel Valtierra, Pilar V'-I... Araaa.Io Cad n Ciro c-.. Leyva, MipeI , EcluanIo "'Na Ana,. a. .. Mon~ AJaIa n-rbes n.....ÍISoi: F.... Gonri'" fIMPa. Celia F_JaI, Rkanto PeI6a -1 __CARLOS MONSIVAIS: la ruta de lo social _ _ _ _ _ _ Luis Hemández ___CARLOS MONSIVAIS EL ENCUENTRO DEL CRONISTA Y SUS PERSONAJES EN UN ESTACIONAMIENTO------¡Que bajel ¡Que bajel- gritan los que no han podido entrar a la presentación de Entrada libre, presionando a Carlos Monsiváis y al resto de los presentadores del libro que se encuentran en una sala abarrotada en la planta alta de la Libreria del Sótano, en Coyoacán. Abarrotadas están también las escaleras y el café de la planta baja, y buena parte del estacionamiento donde nos concentramos los gritones, que nos negamos a oir la presentación a través de una bocina sacada por la ventana. -¡El pueblo, callado, jamás será escuchadolgrita la plebe. -¡Baja, Carlos, baja! _ En este país donde las presentaciones, salvo algunas honrosas excepciones, suelen ser un acto familiar, se han reunido cerca de 1500 personas a recibir el nuevo libro de Monsiváis. La presión surte efecto y Gilly es portavoz de "los de arriba": "Ahora bajamos". Las mesas se colocan al aire libre, ahí se reinstalan los micrófonos y en tomo a los presentadores se sienta la multitud en un circulo ampliado que culmina con las filas de los que no se quieren manchar los pantalones y se apoyan en los autómoviles. Las luces del noticiero cultural del canal II iluminan el insólito acto. Ceuístas en reposo momentáneo, organizadores barriales y sindicales propietarios de mil bistorias de fracasos y otras tantas de lucha; los cachorros del nuevo periodismo mexicano, ecologistas vapuleados por el smog del OF,lectores de Monsiváis, asistentes a manifestaciones que ni siquiera salen en La Jornatla... buenos representantes de la generación de resistentes que origina el 68, y que en estos últimos años realimenta la reacción ante el temblor, el movimiento estudiantil, las peleas con ring metropolitano de superbarrio. No se trata de un público mitinero, a pesar de su iud extracción vital. No vienen .tampoco a emocionarse con las intervencio Vienen a rendir justo homenaje a su cronist. tenen a saludar al contador de sus historias, al narrador de sus gestas. Son los personajes que vienen a testimoniar su entrañable relaciÓD con su autor. Monsiváis. visiblemente emocionado, fuera del babituallugar del observador comprometido. como dirfa Pozas en su viejos cursos en Ciencias Poüticas, les cóntaba al sonriente y amorosO público las razones de su adhesión a los que DO se callaron en estos tres últimos años, las razones de su optimismo político ante el cotidiano abuso y cinismo del poder. ··La despoütización es la memoria histórica diluida de todos los que intentaron organizarse al margen de los poderes cerrados y la politización que intentan los movimientos sociales, es, se verbalice o no, el intento de recuperar esa memoria... Cada movimiento recoge usos y libertades de los anteriores, experiencias sedimentadas y juicios y opiniones que tienen que ver con la percepción del sistema de la opinión pública de la resistencia interna, de la comprensión de la realidad; y cada movimiento aprende también dolorosamente por cuenta propia..... y esta era la historia que Carlos venia a contar a 1500 lectores habituales que sabían que Carlos había sido y er, pieza fundamental en el mantenimiento de la buena memoria, en la construcción de ese gran espejo que día a día desmiente la versión disneylandia que la combinación televisa-pri nos da por desayuno. No era un público eufórico ni aplaudidor el que siguió las intervenciones de Luis Hernández sobre Monsiváis cronista de las luchas magisteriales, o la de Adolfo Gilly sobre Monsiváis eroDista de los nuevos espacios, o la de Carlos Pereyra (¿de qué habló ?) o el genial remate de Elena Poniatovska, que nos recordó a todos que Carlos hizo de todo en los días del temblor recorriendo los escombros y rescatando las palabras y los actos para unirlos en la historia que todos estábamos haciendo, la historia absolutamente extra-oficial de la que Carlos Monsiváis es maestro. Elena que.recordó que se acerca el cumpleaños 50 de Carlos y que terminó pidiendo una M y luego una O y luego una N... y al fin y. al cabo, Entnda libre nacla como lo que era, un libro sobre la resistencia mexicana, presentado en medio de los resistentes. Un libro al que sus personajes habían venido a rendir hamenaje. . carros Monsiváis, el maestro y jefe de la crónica, el narrador de los tiempos ~ y 101 tipos bueaos, recibía - ' el mej« ~ . (pIT U) n un articulo poco conocido en México, publicado en una revista argentina, Carlos Monsiváis señalaba: "Frente a la lentitud y a la inercia de la izquierda tradicional, una izquier<h distinta, autogestionaria, obsesiva en sus planteamientos democráticos, surge en las colonias ~ pulares, en los grupos ecologistas, en los pequeños sindicatos, en las cooperativas de barrio, en las comunidades eclesiales de base, en las agrupaciones campesinas, en las secciones magisteriales. Aún no se advierte su impulso desde una perspectiva nacional y ciertamente las organizaciones partidarias no son ahora sustituibl&, pero esta izquierda diferente prueba la vitalidad de las actitudes radicales y la urgencia de nuevos proyectos nacionales, regionales, locales. Quizá Brecht tenga razón, y los pequeños cambios sean los enemigos de los grandes cambios, pero en esos pequeños cambios se depositan hoy muchas de las esperanzas y de las posibilidades de una salida racional a la peor crisis económica de la historia de México". Tiempo después, al realizar un balance del suplemento cultural de la revista Siempre!, se expresaba de la misma manera sobre la izquierda social. Yo no se si Carlos esté de acuerdo, pero con alevosía y ventaja, quiero proponer este párrafo como hilo conductor de Entrada Libre en lo general y del capitulo sobre la disidencia magisterial -objeto principal de mi comentario- en particular. E Lo oportuno Como otras partes del libro uLos apóstOles se cansaron de serlo" está escrito rehaciendo algunos artículos publicados inicialmente en la revista. Proc:ao. Aunque realiza referencias significativas acerca del inicio del movimiento, el centro de sus relatos se concentra en 1986-87. Para ese momento la insurgencia magisterial tema siete años de vida, y, a pesar de serios golpes, sobrevivía. Sin embargo, 86 y 87 DO eran buenos años. Las movilizaciones y los paros no teman ya la extensión de las primeras oleadas de lucha y la opinión pública parecía haberse acostumbrado a la presencia de miles de maestros del Sur en la capital. En ese contexto de relativo aislamiento, el 17 de febrero de 1986 apareció en la revista hocao la crónica titulada "Por encima de los engaños, los maestros de Ouaca desafían el poder del SNTE": a ella le siguió ellO de marzo: "Defensa de la democracia sindical 00m0 ÚDico patrimonio", y luego: '"El aprendizaje de la democracia libeló a los maestros ouaque60s". Todos eran artículos de MoDSÍvtis. Con ellos, con el prestigio de su pluma. ayudaba allDOYÚDiel1to a romper el cerco y. de paso, fl • proporcionaba a los maestros un espejo provisional para mirar su lucha y una serie de materiales para alimentar su memoria. Centenares de revistas Proceso pasaron de m~o a mano entre los profesores durante aquellos días. La lectura del semanario. antes reservada a los activistas. se convirtió en,Jjll aeto de masas. No importaba que no se tuvieraii recursos económicos. el dinero para comprar la literatura se conseguía. Así. después de horas de lectura. las pastas perdían su COa _ lor a fuerza de SUdOI y dobleces. y las páginas interiores parecían perder sus textos a golpes de mi:radas y más miradas. Unas cuantas revistas sobrevivieron a la sobrelectura y se encuentran guardadas cerca de la foto matrimonial o los retratos de los hijos, en las casas de decenas de profesores oaxaqueños, que las conservan como testimonio de su hazaña. como material para documentar la resistencia. El primero de mayo de ese mismó año, a bordo de un destartalado camión, se vendieron 5 mil ejemplares del libro "Ataca Oaxaca", en una calle cercana al Zócalo de la tierra de ]uárez. Allí estaban junto a artículos de Adolfo Gilly. Paco Ignacio Taibo 11 y otros, las crónicas de Monsiváis, retratos de una batalla por la dignidad. Algo similar ocurri6 con las cr6nicas que narran las luchas de los maestros chiapanecos y su alianza con los productores de maíz de ese estado. Allí están narrados el asesinato del maestro Celso Wenceslao L6pez, el encarcelamiento de Manuel Hemández, el campamento de la Dignidad, que, más allá de su valor como instrumentos de informac;ión y de denuncia Cl,lentan por la oportunidad con que fueron escritos, por darles voz a los que difícilmente la tienen, y porque son un testimonio efectuado por alguien de una intachable calidad moral, en un momento en el que uno de las componentes fundamentales de la legitimidad del movimiento era mostrar la veracidad de sus denuncias y de ser capaz de fundar una nueva moralidad ante la corrupción de los dirigentes vanguardistas y los funcionari~ públicos. ficativos de esta historia en constJ::ucción y le devuelve el habla a sus actores en lugar de mantener el monopolio de los intermediarios que beatifican o satanizan. En este país, en donde tantos y tantos intelectuales padecen de estatolatria y juzgan como realmente existente sólo aquello organizado en relación al Estado, y no ven a lo social en nacimiento. al sujeto transformador en proceso de construcclon, contar la historia reciente de 150 mil maestros. significa abrir brecha y devolverles una materia prima elaborada con la'que pueden seguir trabajando sus sueños. El texto de Carlos ayuda a todo ello, de una manera muy significa• tiva. Monsiváis es un autor conocido y reconocido entre los maestros democráticos. Las peticiones para que escuche y hable, para que escriba y opine sobre su lucha son incesantes. No sé si Carlos tenga noticias de todos los requerimientos, que se le hacen pero de seguro no puede atenderlos todos. "Queremos que Carlos Monsiváis venga a Macumatzá" dicen los alumnos de la normal rural. "¿No habría forma de que Monsiváis regresará a la cárcel de Cerro Hueco?" preguntan los maestros presos. "¿No querría escribir sobre nuestra lucha?" se interrogan maestros bilingües de Oaxaca. La lista es larga. Tanto como lo son los pliegos petitorios presentados a la SEP y al SNTE para resolver carencias ancestrales. Así las cosas, Entrada Libre será un libro leído en este sector social. que por esas ironías de nuestra patria, está tan poco acostumbrado a leer. Sin embargo, no son muchos los maestros con posibilidades de gastar el 6 % de su salario mensual en un libro. Sabemos que ni el editor, ni mucho menos el escritor, son responsables ni del alto precio de los libros ni de los bajos salarios de los maestros. Por eso. mientras esperamos a que la SEP lo publique en "Lecturas Mexicanas" o lo distribuya a través del Correo del Libro, se ha comenzado a hacer una edición pirata del capítulo destinado a la disidencia magisterial para distribuirlo masivamente entre los profeso Material de sueños Pequeños ajustes Mientras fue director del suplemento .. ~ cultura en México", Monsiváis abri6 sus páginas para publicar en ellas distintas crónicas del movimiento magisterial. Algunos de esos textos fueron retazos de una historia en construcción. En un país como el nuestro, donde la historia de las luchas populares es, salvo escasas excepciones, un largo rosario de derrotas, un movi· miento como el magisterial, vivo y en parte triunfante a lo largo de casi diez años y a punto de coexistir con tres presidentés, es un ejemplo vivo para otros sectores. Recoger esa historia y devolvérsela a sus actores. es una necesidad inmediata. No hay futuro viable sin apropiación social del pasado, sin reconocimiento de triunfos y derrotas, de errores y aciertos.' En una prensa como la-nuestra, en dónde la editorial precede a la noticia y se opta por escribir sobre el deber ser en lugar de narrar lo que es, la crónica recoge y recrea los episodios más signi42 Aunque desde el prólogo el autor nos advierte que «me propuse acercarme a movimientos sociales. no para registrar la historia sino algunos fragmentos significativos..... uno quisiera más. Quisiera, por ejemplo, que todo ese periodo en el que los vanguardistas atacaban a los democráticos acusándolos de ser "hijos de Reyes Heroles -o de Reyes Herodes, para ser más exacto-, Reyes Heroles le pegaba al movimiento una y otra vez. Quisiera que recreara el día aquel en que el regente sacó los pertos guardianes a golpear normalistas. y tomó la Normal Superior con granaderos porque el edificio estaba sobre una falla sísmica. Quisiera que nos contara como cientos de maestros, intelectuales campesinos, se han ligado a la lucha de éstos y son ya un fermento de organización alternativa en diversas regiones del campo. Pero basta de pliego petitorio. Me conformo con que siga escribiendo sobre lo que va avenir. Lo que no se ve El mo.vim!ento t:Dagiste~~ sigue vivo. Ni López Portillo ni Miguefde [a Madrid acabaron con él. Tampoco el gobernador de Chiapas. que piensa que gobernar un estado es como mandar en un cuartel. Mucho menos Carlos longitud Barrios que ha declarado difunta a la ll;lcha cada vez que un periodista lo interroga al respecto. Ya Salinas de Cortari viQ de cerca a la disidencia magisterial. Incluso se entrevistó con algunos de sus dirigentes en Chiapas y Oaxaca aunque después se haya apresurado a declarar que Vanguardia Revolucionaria era su aliada. Porque la Coordinadora no tomará partido en las futuras elecciones, no formará, CQmo hace Vanguardia, brigadas promotoras del voto a favor del PRI. Cada uno de sus miembros es libre de votar por quien quiera o por no hacerlo. Con ello se muestra como una fuerza plural. Después de todo, los maestros en su mayoría. ni son priístas. ni panístas, ni de partido político alguno. Lo que no significa que sean apolíticos. Mientras tanto las demandas de la disidencia son las mismas. No se han resuelto. Así en Chiapas y Oaxaca se sigue pidiendo la realiza· ción de Congresos sindicales; en todo el país se exige aumento salarial. La represión sigue COa brando víctimas. La lista de muertos, heridos y encarcelados crece día a día. Pero la capacidad de movilización se sostiene. Apenas ayer los chiapanecos entraron al paro indefinido y en Abril lo harán los ouaqueños. Hace pocos días. aquí en el DF, los profes salieron a la calle junto con los de la CONAMUP y otros para ratificar la formaci6n del Frente Nacional de Organizaciones de Masas y protestar contra el Pacto. Sin embargo, lo más importante es lo que no se ve, lo que sucede día tras día en el salón de clases y en las comunidades. Poco a poco se experimentan con pedagogías alternativas. Cada vez se crean con mayor rapidez organizaciones rurales. El sábado pasado se reunieron en San Cristóbal de las' Casas representantes de 75 comunidades y maestros para discutir sus experiencias y mejorar la coordinación. En ese tercer encuentro campesino-magisterial acordaron realizar un congreso Tzeltal y otro Totzil para discutir la problemática de estas etnias. Lo mismo sucede en Tlacolula. Yalalag o en la Huasteca hidalguense. Irónicamente, mientras los que hablan de política moderna se alían a las fuerzas más retrógradas n el terreno educativo y fomentan el corpora'vismo, el nuevo México va emergiendo en esas experiencias. Crónicas de la sociedad que se organiza da cuenta de este proceso de modernización que, desde abajo, están impulsando los de abajo. Sean maestros, colonos, estudiantes o indígenas, Monsiváis nos cuenta como se está procesando esta ebullición. No es exagerado decir que muchas de sus páginas han sido simultáneamente recuento y programa de acción. Esperemos que muy pronto aparezca un ~gundo tomo en todo lo que, sin lugar a dudas, está a punto de suceder. y donde se narre cómo esos pequeños cambios se han convertido en la gran esperanza. Please note: An unrelated section of four colored pages was not scanned. Although there is a break in pagination, no text is missing. Atención: Una sección adicional de cuatro páginas de publicidad en colores no ha sido escaneada. Aunque hay un lapso en la paginación, no falta ningún texto. _____EL IMPERIO DE LAS NOTICIAS I Antonio Haas ace ya más de 30 años, después de la segunda guerra mundial pero antes del rocanrol, vino a México una señora inglesa que escribió un peql;leño y luminoso libro sobre sus viajes en este país. Su nombre es Sybille Bedford; doña Sibila, le decían sus amigos mexicanos. Como tantos de sus compatriotas, ella tenía arranques de temeridad en sus viajes y no le pareció locura venir a Mazatlán, Sinaloa, en el mes de agosto y hospedarse en el antiguo Hotel Belmar. Su relato es realista en extremo. Eran los tiempos en que el itinerario del ferrocarril parecía adivinanza. Ella llegó a Mazatlán un sábado pero en el tren del jueves, y se marchó el siguiente martes en el tren del domingo anterior. Con ese solo dato, la autora conquistó mi confianza y demostró una indiscutible credibilidad. Recuerdo ahora a doña Sibila porque en Cuernavaca, tras visitar el cascarón de los Jardines Borda, se enteró de la aventura imperial de Maximiliano y Carlota en México. Se pregunta en su libro por qué es tan fascinante esa historia cuando sus ingredientes son tan insoportablemente románticos que ningún escritor serio la tocaría con una garrocha. y dicho eso, procedió ella mismo a tocar el asunto, aunque en taquigrafía. En seis páginas hace un relampagueante resumen de la política decimonónica que desde Europa urdió los líos del Segundo Imperio Mexicano. Comienza por' el elenco del melodrama: Pío Nono, Napoleón III y la Emperatriz Eugenia, Víctor Hugo en su destierro; el Emperador de Austria y Hungría, Francisco José de Habsburgo y su Emperatriz de belle- . za legendaria, Sisí. Los mexicanos emigrados en Biarritz y en París. La Reina María-Amelia, abuela de Carlota, que en su lecho de muerte gritó, "¡Pobres criaturasl ¡las van a asesinar!" La archiduquesa Sofía, madre de Maximiliano. Y presente siempre el recuerdo del Aguilucho, hijo único de Napoleón I y su.princesa austríaca. El Aguilucho, que fue Rey de Roma desde su nacimiento, Napoleón II durante los Cien días del retorno de Elba, Duque de Reichstadt despues de Waterloo y según las malas lenguas, el verdadero padre.de Maximiliano. De ellos dice nuestra Sibila que "Pocos eran tontos. Varios eran astutos; cuando menos tres, brillantes. _ H ,\ \ : ~' ~, \\~ 1 ,. '; ; :'~'\ ! l •• 't i 1 , , I . .; I Eran estadistas y conocían su mundo. Todos eran calculadores; algunos, bien intencionados. Pero ninguno de ellos sabía la primera cosa ~cerca de México" ~ A partir de este dato demoledor, hasta un párvulo sabría que la historia tiene que terminar mal, Desde ahí comienza a tañer el Cerro de las Campanas. Concluye la señora Bedford: "A pesar de sus arreos, la historia no es un romance sino una tra~edi~ de incomprensión ... ; " lamentable, a menudo sórdida, extraordinaria sólo en el barroquismo de sus detalles y en la vanidad que a todos impulsaba. Ma- .. ximiJiano y Carlota no .tenían ningún encanto especial. Fueron dos seres abandonados. Para escribir acerca de ellos, debe uno alejarse de las s.ombras de Hollywood y Mayerling, y tratarlos como Lytton Strachey -el iconoclasta destripador de victorianos eminentes- .....como Lytton Strachey trató al general Cordon y a Florencia Nightingale". Me he extendido en este preámbulo porque tal parecería que Fernando del Paso, ~ quien hoy se le otorga el Premio Mazatlán de Literatura por su libro "Noticias del Imperio", siguió al pie de la letra esta recomendación de doña Sibila. Muy lejos de Hollywood y Mayerling llevó a cabo sus investigaciones, y en ningún momento permitió que sus sombras embetunaran las pági .AS de esta obra monumental. Me resisto a llamarla "novela" por~ que podría con ello despertar vanas esperanzas. "Noticias del Imperio" es un libro que -rebasa los géneros tradicionales. Sin ser del todo una .novela, es al mismo tiempo mucho más. Se nos presenta como una alta vitrina de curiosidades historiográficas acomodadas con el criterio de alguien que arma un rompecabezas sin permitirse chapuzas. No hay prejuicios ni se les da entrada a afinidades electivas. El saldo político final, por ejemplo, es un triunfo del equilibrismo, un empate que logra exonerar de cualquier culpa excesiva tanto a Juárez como a Maximiliano, al presidente de México y al que se decía su Emperador. Tanto me hizo pensar este ambigú literario que me a repasar las literaturas que mas o menos conozco en busca de antecedentes que me permitieran identificar con precisión el género al que pertenece "Noticias del Imperio". No lo encontré. Existen, sí, casos aislados igualmente inclasificables, mas no son tantos, ni se parecen tanto entre sí como para componer un género aparte. En ese sentido son obras mostrencas, aunque no por eso menos admirables. Un lector que disfrute el ensayo, la investigación, y aun la parodia, igual que la novela, encontrará las páginas de este libro llenas de encanto. Estaba todavía cavilando sobre este problema de clasificación que de hecho nada tiene que ver con los méritos del libro -cuando por fin la luz me pegó de frente. Es que su género no corresponde a la literatura sino a la música. Esa ambivalencia es lo que me traía perplejo. Lo que Fernando del Paso nos ha presentado con "Noticias del Imperio" no es una novela sino una ópera, la gran ópera seria mexicana que jamás se ha escrito porque nunca tuvimos un Verdi o un Puccini que le hiciera justicia. Nos quedamos en pura música incidental: "La Paloma" como obertura y "Adiós Mamá Carlota" para el fin del tercer acto. La música que el asunto requiere sigue inédita, pero el guión definitivo ahora ya existe. Tal ha sido el gran acierto de Fernando del Paso. Intuyendo el carácter esencialmente operístico de la historia, él desarrolló el texto de \Jna manera musical, intercalando reci47 ruse . \.. .~~\ \\tJ ~ . iI f,'j ~. .t # • t \ ..... .' t:';'~~Jtr:',l·" ( '.,. .•... f tativos y coros con reflexiones de una densidad sinfónic~ y arias de gran lucimiento para sus agonistas. El papel estelar es, sin lugar a duda, el de Carlota. Suya es la primer aria y suya también la última. Su rollo está que ni mandado hacer para una caloratura de amplio espectro como María Callas en "Norma" o "Lucía de Lamermoor". En la memoria veo los viejos libros de ópera de la RCA Víctor y en ellos una foto de Amelita Galli-Curci en batilongo blanco, mesándose los cabellos y cantando el aria de la locura con un puñal en la mano. Así debe hacer su entrada Carlota en la primera escena -el puñal no es necesario- para decirnos con los tonos graves de una Claudia Muzio: . "Yo soy Maria Carlota de Bélgica, Emperatriz de México y de América. Yo soy Maria Carlota Amelía, prima de la Reina de Inglaterra, Gran Maestre de la Cruz de San Carlos y Virreina de las provincias del Lombardovéneto acogida por la piedad y la clemencia austriaca bajo las alas del águila bicéfala de la Casa de , Habsburgo.·· Y luego sí: soltar el jilguero... ¿Se imaginan qué manera más' teatral de levantar el telón? El personaje de Maximiliano, desde luego, es para un tenor, de esos que hasta dormidos pueden cantar el papel del malhadado don José en la ópera de "Carmen". Tienen mucho en común los dos personajes, sobre todo su mal fario. De eso precisamente lo acusa Carlota en uno de sus orgasmos de locura. No es la sífilis contraída de una negra en Brasil lo que ha infectado retroactivamente a toda la familia de los Austrias, llenándola de locos, suicidas y degenerados. No es la sífilis, dice ella, "sino tu perra mala suerte,Maximiliano..... El problema para encontrar el tenor es físico, porque Maximiliano era muy alto, muy rubio, muy' esbelto, y, misteriosamente, este tipo somático es más frecuente entre los ba- 48 jos profundos que en los tenores. De Pavarotti solo saldrian tres Maximilianos. Quizá Plácido Domingo, en rigurosa dieta y bien peroxidado. Aquí debo decir que hay una singular contradicción en esa vida de torta que llevó Maximiliano. Porque fue torta de su hermano el Emperador y de su mamá la Archiduquesa Soña, torta de la aristocracia mila- nesa cuando fue Virrey del Lombardovéneto, torta de Napoleón III y, finalmente, torta también de Juárez. Sin embargo, a nadie, por republicano o anticlerical que fuera, le podía caer del todo mal. Si era fatuo y protocolario, si su puntillo y su vanidad chocaban, la espontaneidad de su sonrisa lo borraba todo. Y en lugar de corona se ponía sombrero de fl1 :\"l't1f\ • \ charro. ¿A quién le puede caer mal un archiduque europeo que se viste de charro? ¿Y quién le puede guardar rencor a un monarca, por espurio que sea, que a la hora de las Campanas en el cerro le cede a su general el puesto de honor? Y que se despide, además, como los hombres. "Voy a morir por una causa justa", dijo: "la causa de la independencia y libertad de México. Ojalá que mi sangre ponga término a las desdichas de mi nueva patria". Y aún tuvo aliento para echarle un último ¡vival a México. No puedo concluir sin mencionar algo que no esperaba encontrar en este libro. Fernando del Paso escribió ahí un capítulo que, sin estar versificado es un verdadero poema... Me refiero al monólogo del jardinero de la Casa Borda en Cuernavaca, donde Maximiliano solía refugiarse de su propio Imperio. Ese hombre que parecía tenerlo todo le robó al jardinero lo único que él tenía, el amor de su muy bella mujer, Concepción Sedano. Para ocultar su devaneo, el Emperador lo hizo mandar muy lejos a estudiar otros jardines y otra flora en lugares que el no conocía. Al regresar a la Casa Borda ya no encontró a su mujer. No encontró más que rumores del amorío imperial y noticias de un hijo que, por el tiempo pasado, sólo podía ser del Emperador. En la óN'a que me he imaginado, el monólogo del jardinero sería el aria de la soledad, del amor perdido. Un aria, si ustedes quieren, como la que canta Mícaela en "Carmen", con la cual se suele robar la noche cuando los protagonistas no son de su altura... y es que un jardinero enamorado y no correspondido puede ser el símbolo más apto de la condición humana: de Maximiliano, de Carlota, y de los aquí presentes que estamos festejando el triunfo de Fernando del Paso, porque finalmente todos tenemos un jardín perdido y un jardín anhelado. Aparecida, al amparo de la Peratroib, en el número de enero de la revista literaria ZnamitJ, la obra de, MijaU Chatrov ha desatado una polémica que va más allá de la literatura y el teatro para adentrarse en la historia y en el cuestionamiento crítico de los principales participes de los primeros años de la revolución soviética. __LOS BOLCHEVIQUES DE NUEVO EN LA ESCENA SOVIETICA Fragmento de la polémica obra Más lejos, _ más lejos, más Iejos Mijail Chatrov Primera parte Se obre el telón. En semicírculo hoy 22'mlas que ocuparán los protagoni8to& al!dlir a erceno. Uno tros atTo $e van ~tando. KORNILOV: Yo, general Konúlov, en la hora aciaga de la revuelta y el desbarajuste general' producido por los liberales ociosos, dirigí las tropas contra Petrogrado para encerrar al rebaño en el establo, y no lo logré por la traición de Kerensley. Por la presente, declaro: No me arrepiento, no me reprocho mi acción, sino haber sido demasiado blando y no haberla llevado hasta sus últimas consecuencias. El 24 de octubre del 17 estabe yo en Buíjov, en una escuela para señoritas convertida en prisión para generales del ejército ruso fuera de serie, compañeros míos en la operación. SVERDLOV: Yüov Sverdlov, bolchevique. Muerto al segundo año de la revolución por una casualidad estúpida: la gripe "española"... Tenía 34 años... El 24 de octubre estaba en el Smolny. Creo recordar que aquel día no llegué a salir a ningún lado, aunque mi deseo vehemente era trasladarme a la calle Serdobólskaya, a casa de Fofánova donde teníamos escondido a Vladímir llich. En el comité central no .había un criterio único respecto a ~ insunección· y el conteo era de segundos. KERENSKY: Yo, Alexandr, Fiódorovich Kerensley, quiero hablarles desde la altura de mis 89 años vividos. ¡Lástimal Celebré ese aniversario en completa soledad. En 1970 ningún participante de los excesos de octubre quedaba vivo, sólo yo, en Nueva York y Mólotov, en Moscú. Yo sobreviví a Lenin medio siglo y pude ver con mis propios ojos lo que significó para Rusia la muerte de la revolución de febrero, de la demoeracia de febrero, cuya encarnación yo era a los ojos del pueblo ruso. Sí, sí, yo representaba las esperanzas y anhelos que el pueblo ruso había puesto en la democracia. Yles diré que si la revolución de febrero triunfó fue porque en Petrogrado estaba yo y no Lenin, y que si fracasó .. .(Se vuelve hocio Kornílov) fueporque Kornílov,esa marioneta en manos de círculos industriales irresponsables, ese general de ,ejército com~n y corriente a quien yo encumbre tan alto... se Imaginó ser el salvador de Rusia. El fue quien cometió un verdadero crimen cuando rompió el frente único del ejército y el poder contra el bolchevismo... Lo digo con amargura y sinceridad. TROTSKY: Bronstein, Lev Davydovich, seudónimo partidario, Trotsley, hijo, probablemente, del único terrateniente judío de Rusia. En 1918, mi padre, que había perdido toda su fortuna, me visitó en el Kremlin. Para ello tuvo que recorrer 200 kilómetros a pie de Jers6n a Odesa. Todo lo que pensaba de mi lo expresó en una frase: "Los padres trabajan y trabajan para acumnJar algo para la vejez, y después los hijos hacen la revolución.. :· Participé en el movimiento revoluciona- ,lO rio desde 1896 cuando tenía diecisiete años. Participante del 11 .congreso del partido.. con los mencheviques, después vino la polémica con Lenin que duró quince años... En 1905 fui uno de los dirigentes de la primera revolución rusa, presidente del soviet de Petrogrado de diputados obreroo; fui detenido, juzgado, condenado a destierro perpetuo en Siberia; escapé y emigré. En el 17, después de febrero, regresé, pensé que tendría que aprender de la revolución, pero re-sultó que había pocos maestros y yo mismo tuve que enseñar revolución. En agosto ingresé al partido bolchevique, en el VI congreso fui elegido miembro del comité central. En otoño nuevamente me converti en presidente del soviet de Petrogrado, después de Octubre fui comisario del pueblo de relaciones exteriores, comisario del pueblo de guerra, presidente del consejo militn revolucionario de la república... Sí, existieron profundas divergencias con Lenin sobre cuestiones básicas de teoría y política, las cuales más tarde se manifestarían' en su frase sobre mi "no bolchevismo". También son una realidad las profundísimas divergencias con Stalin y el partido que posteriormente tendrían como resultado mi expulsión del país. Mi actividad en el extranjero para crearla IV Internacional en contraposición a la 111 no es una invención, todo ello existió como existieron muchas otras cosas en este plano. Soy soldado de la revolución mundial y sin DÍD- guna vacilación me entrego al juicio de la ~ ridad. Lo único que no existió y no pudo existir jamás y rechazo con desprecio fueron los servicios de inteligencia ni los contactos 'de ninguna clase con servicios especiales, a excepcion, quizás, con uno solo... (TrO& un momento deliktacio) El 20 de agosto de 1940, estando en mi gabinete de trabajo fui mortalmente herido en la nuca con un golpe de piolet por un 'tal Jackson, bajo cuyo nombre actuaba el español Ramón Merca .•. Cumpli6 su cometido el sentido satánico de venganza. STAUN: El castigo no es venganza, el castigo siempre es justo. Nosotros, bolcheviques, siempre nos atuvimos a esta categoría moral. Por lo que respecta a nuestro camarada espaOoJ Ramón Mercader, su papel es sencillo y claro. él cumpli6 la condena del juicio proletario. TROTSKY: Usted Stalin, me mató Sin siquiera un simulacro de juicio. I STAUN: No estamos dispuestos a maniatamos con consideraciones y categorías morales burgue-sas cuando se tratade una banda sin ideologí~ de espías y criminales que hace mucho dejaron de ser una corriente polftica en el seno de la clase obrera. (Dirigiéndole o lo !dio) No necesito presentarme. Las etapas de mi camino no han sido olvidadas. La principal es que yo gané la guerra que jamás conoció la historia deja humanidad, con- 'DJ8'Iy~ ,__ -Stalin, RykoV, ~ 49. servé el legado de Lenin, construí el socialismo. Y les ruego partir de ello. KERENSKY: Señor Generalisimo, el 7 de noviembre 'de 1918, en el primer aniversario de los excesos de octubre, en el periódico Pravda usted escribió que "toda la labor en la organización práctica de la insurrección transcurrió bajo la dirección inmediata del camarada Trotsky, con quien el partido está en deuda antes que nada y -en primer lugar". En -el año 24 ust-ed afirmaba que Trotsky en general no desempeñó ningún papel importante en el levantamiento de octubre ni lo podía desempeñar. Yen el 38, en el Compendio de historia del partido comunista bolchevique usted se proclamó el verdadero dirigente de la insurrección. ¿Dónde está la verdad, señor Generalísimo? STALIN: Cuanto antes olvide el proletariado ciertos servicios que le prestó este señor,tanto mejor. PLEJANOV: Plejánov, Gueorgui Valentínovich ... Toda mi vida, hasta el último suspiro, la entregué a la clase obrera rusa, a la idea del socialismo. El 24 de octubre... fue la víspera del día más trágico de mi vida, cuando Lenin condu- jo a los obreros a la aventura. Para un hombre que había entregado su vida a la propaganda del marxismo en Rusia, aquello fue el fracaso ... Después de lo ocurrido no viví ni un año... Sóft> tenía 62... ORDZHONIKIDZE: Ord~honikidze, Grigori Konstantinovich. En el partido desde 1903. A partir del 26 fui candidato y después miembro del buró político. Amigo de Stalin. En el 22, cuando estábamos ocupados en la creación de la URSS y yo representaba a Moscú en Georgia, perdí los estribos de la manera más tonta y abofeteé a mi compañero de partido: fue el famoso caso georgiano. Lenin propuso expulsarme del partido por dos años, para que a nadie se le fuera a ocurrir convertirse en matón. Stalin me salvó del - castigo. La cuestión que hoy me preocupa es el problema de la resistencia del bolchevique a la mentira; ¿hasta dónde es permisible salirse de los marcos del bolchevismo? DZERZHINSKY: (Con acento polaco): Félix Dzerzbinsky, polaco, de la nobleza, en el movimiento revolucionario desde el año 1892. El pleno del comité central del año 26 fue para mi el último. Los médicos me habían prohibido categóricamente intervenir... Pero Trotsky, Zinóviev, Kámenev querían retorcer el cuello a la NEP tan abiertamente que era imposible quedarse callado, cruzado de brazos... Cuando bajé de 50 la tribuna temblaba de pies a cabeza... Y así fue Tres horas después sucedió... Tenía yo 49 años No hubiera tenido ninguna probabilidad de vivir más... De no haber sucedido en el 26 habría sido en el 29 o después con los demás... ¿Por qué? Porque no hubiera podido soportar ninguna labor de zapá contra Lenin... Recuerdo con dolor, con inmenso dolor nuestra última conversación el 14 de diciembre del año 22, cuando torpementetrat~de abogar por Ser-g6 yK-oba-en la toria georgiana y Lenin me miraba con tanta tristeza comprendiéndolo todo. Precisamente después de aquella conversación se sintió definitivamente mal y ya nunca volvió al consejo de comisarios del pueblo... ZINOVIEV: Zinóviev, Grigori Evséevich. KAMENEV: Kámenev, Lev Borísovich. ZINOVIEV: En nuestra vida existió no sólo el episodio de octubre. Hubo cosas de las que no tenemos que arrepentimos... y otras dolorosamente vergonzosas. KAMENEV: Es vergonzoso y doloroso que nosotros, colaboradores de Vladímir llich, al confesar haber colaborado con la Gestapo, participado en el asesinato de Kírov... haber deseado restaurar el capitalismo... nos matábamos no sólo a nosotros... ZINOVIEV: Por supuesto, antes de ser detenidos pudimos haber evitado todo eso, pero el1 o de diciembre por la noche, después del asesinato de Kírov, en todo el país surgieron mítines y reuniones espontáneas... Yo como miembro de la dirección de la unión central sindical debía de intervenir ante las masas, pero no pude hablar, las palabras se ahogaban en mi garganta... Estaba profundamente conmovido porque conocía bien a Kírov y porque comprendía perfectamente lo que nos esperaba... KAMENEV: Pero adoptar la única decisión correcta posible... como lo hicieron después Tomsky, Sergó, Gamarnik... No tuvimos agallas para hacerlo. ZINOVIEV: Si lo hubiéramos hecho, a los ojos del pueblo hubiéramos firmado nuestra propia condena. KAMENEV: Sí. Seguramente. Pero no nos hubiéramos profanado... El 24 de octubre yo estaba en el Smo1ny, tomé parte activa en los acontecimientos del día. El error relacionado con nuestra intervención contra el levantamiento había quedado olvidado. ZINOVIEV: Yo aquel día andaba todavía clandestino, escribía artículos para Pravda. En el número del 25 de octubre aparecieron dos materiales míos: el editorial y otro más. DENIKIN: Denikin, Antón Ivánovich, teniente general. Si, si ese mismo Denikin... En el año 42, cuando Hitler estaba a las puertas de Stalingrado, yo rechacé con desprecio la proposición de ir a vivir a Alemania. Krasnov se fue con los alemanes, pero yo me negué porque hasta el final de mis días, hasta mi muerte en 1947 en los Estados Unidos nunca dejé de ser un patriota ruso. STALIN: Yo me imagino que el pueblo soviético recuerda no al Denikin que coquetea con su renuncia a pelear contra su patria, sino al Denikin general-aborcador que abogó a Rusia en la sangre de obreros y campesinos rusos. KRUPSKAYA: Krúpskaya, Nadezhda Konstantínovna, trabajé en el partido en el campo de la educación. Esposa de Uliánov. El 24 de octubre estaba en el distrito de Vyborg a donde Fofánova me traía los recados de Ilich y yo los reexpedía al Smolny. BUJARIN: Bujarin, Nikolai Ivánovich, nací en 1888, en Moscú, de padres maestros. En el movimiento revolucionario desde los 17 años. En el VI Congreso fui elegido al comité central del que formé parte hasta mi detención en 1937. Entre las etapas más importantes de mi vida política creo necesario mencionar el periodo de Brest cuando cometí el más grande error político. Pero lo que m'ás me reprocho como bolchevique y co- ros- mo persona es no haber podido impedir aquel "gran viraje", aquella "revolución desde arriba", como la llaman, que tuvo lugar en nuestro país en 1929. STALIN: La formulación es mía. Y no pienso renunciar a ella. LENTN: Uliánov-Lenin. Hacer la revolución es mucho más interesante que escribir o hablar de ella. Por eso, vayamos al grano. ,1 SMOLNY. 08 horas 15 minutos Sverdlov, Kámenev y Stalin están ~erando a que Tiotsky termine de h4blar por teléfono TROTSKY: La confrontación es inevitable y es resultado de la orden dada para llevar la guarnición al frente. Ha sido una noche crítica, no hemos dormido. Aparece apresuradamente Dzerzhinsky. DZERZHINSKY: Hace media hora los cadetes han destruido la imprenta. jRabochi put no ha salido I STALIN: Lo sabemos. DZERZHINSKY (Emocionado): Se lo aseguro, la destrucción de la imprenta es el comienzo. ¡No tenemos derecho simplemente a contestarl Hay que aprovechar el momento, detener inmediatamente al gobierno -junto al Palacio de Invierno están apostados nuestros carros blindados- y desarrollar el éxito. TROTSKY: ¡De ninguna maneral¡La detención del gobierno provisional como tarea independiente hoy no se nos plantea ni se nos puede planI ' STAliN: Es prematuro. No podemos exponer su vida. TROTSICY: Tomaremos el poder y entonces VIadímir llich entrará al Smolny con una escolta de honor (sonrie) y montando un caballo blanco... Así pues, no caemos en la provocaci6n de actuar, no nos dejamos arrastrar, sólo contestamos y... STALIN: Esperamos el congreso. (Al irse). Volveré en un minuto. . TROTSKY: Si, indudablemente, esperamos el congreso. te... como decía Goethe: weíte1', weíte1'... ¿Cuándo volverá usted? FOFANOVA: Alrededor de las ocho. LENIN: Por el camino entregue a Nadezhda IConstantínovna esta misiva. DZERZHINSKY (Se siento ¡unto a Soerdlov) ¿Por qué no dices nada? SVERDLOV. No puedo olvidar ese grito suyo de la última carta: "La defensa es la muerte de la insurrecci6n armada." STALIN: Los camaradas me han pedido que les describa la situaci6n conformada en la ciudad en ese momento. En el comité militar revolucionario hay dos tendencias. La primera está por la insurrecci6n inmediata. La segunda, por acumular primeramente las fuerzas. Debo informarles que el comité cent:t:al de nuestro partido se atuvo a la segunda: seguir concentrando nuestras fuerzas. Confiamos en que el pueblo presione sobre el congreso de los Soviets. El viejo gobierno cederá su lugar al nuevo tanto más pacíficamente cuanto más fuerte, organizada y poderosa sea la ae: APARTAMENTO DE FOFANOVA 8 boras 25 minutos FofánooG Y Lenin, rodem:lo de periódicos, desayunan tearl Utilizar para ello nuestros carros blindados sena un error; en cambio quitarles a los cadetes la imprenta y publicar el periódico... Precisamente es lo que voy a proponer ahora mismo al comité central, aunque ya di todas las 6rdenes preliminares. KAMENEV: La precipitaci6n es uno de los errores más característicos del parti o revolucionario. DZERZHINSKY: ¿Y tú propones nuevamente ir a la zaga? Estoy harto de escucharlo. Así COOS&guirán que los obreros nos vuelvan la espalda y se lancen solos. STALIN: Tranquilo, Félix, ahora se reunirá el comité central y decidiremos. TROTSKY: Félix Edmúndovich, todo es tan sencillo: todo depende del congreso, de su firme política. DZERZlUNSKY: ¿Está usted seguro de ella? Yo no. TROTSICY: A eso debemos orientar nuestros esfuerzos. Mañana el congreso proclamará el paso del poder a nuestras manos... DZERZHlNSICY: ¿Y si no lo proclama? ¿Si vacila? De momento sólo tenemos 300 delegdos de 670... TROTSKY (Con convicción): La mayoría votará con nosotros. Kerensky, por supuesto, no acatará esta decisi6n y entonces su liquidaci6n será una cuesti6n policial y no política. Mediante un simple paso táctico -la toma del poder por decisi6n del congreso dé los soviets- daremos soluci6n al problema de trascendencia hist6ricomundial sin derramamiento de sangre. Sencillo y . hermoso. STAliN: ¿Para qué ~ar a la calle las cuestionés que pueden resolverse por simple votaci6n? DZERZHINSICY: Quiere decir que todo lo que ahora hacemos... TROTSICY: Es defensa, Félix, defensa y nada más. Pero de ninguna manera significa que todas nuestras unidades no deban estar movilizadas al máximo y listas. Si quieres, llámala defensa activa. DZERZHINSKY: ¡Qué defensa ni qué demonio, cuando el gobierno ya dio la orden de detener al comité militar revolucionario! (Dirigiéndose a Sverdloo) Andrei, ¿por qué callas? TROTSKY: Si al gobierno se le ocurre detenernos, instalaremos ametralladoras en el tejado del Smolny. Lo dispondré ahora mismo. Pero no espero del gobierno esa prontitud. Está paralizado y sólo espera que se ~evante la escoba de la historia para ceder el poder. DZERZHINSICY: Necesitaríamos a Lenin, hay que pedirle consejo. Enviemos una compañia de confianza a buscarle... ya es hora de que esté aqm. SMOLNY. 11 horas 30 minutos Stalin seJie al pn»cenio. FOFANOVA: En ningún puesto de periódicos encontré Rabochi puto Incluso fui a la estaci6n de Finlandia: tampoco allí lo había y nadie sabe nada. LENIN: Qué raro. ¿Qué hay en la calle? FOFANOVA: Lo de siempre... La vp.nte se apresura a su trabajo... LENIN: ¿No ha visto tropas? FOFANOVA: Parece que no... No se preocupe, VIadímir llich, todo se arreglará... LENIN: Una situaci6n tan favorable como la de hoy puede no darse en cien años... Convinimos comenzar hoy... Pero si alli volvi6 a prevalecer el deseo de esperar el congreso, eso es una idiotez absoluta o una traici6n total. FOFANOVA: Bueno, qué traici6n ni qué... ¿romo puede decir eso? LENIN: Estoy nervioso. ¿Cree usted que-me es fácil permanecer en este aislamiento cuando nos estamos jugando todo a una carta? ¿Por qué no quieren que yo esté en el Smolny? FOFANOVA: Porque lo están buscando para detenerle. LENIN: En el Smolny no me capturarían... Lo que pasa es que las revoluciones no toleran interrupciones. Hay que ir siempre adelante, profundizar, siempre adelante... no adelantarse, pero tampoco ir a la zaga... No detenerse... adelanci6n de las masas... (Se aparto). Y ahora quiero protestar categ6ricamente contra esta maniobra hostil y antipartido del teatro. Yo nunca pude tener una posici6n común con Trotsky. Esto es ~a violación, aquí no tenemos libertad, nos obligan a decir el diablo sabe qué en apoyo de criterios dudosos y estamos obligados a obedecer. ¡Protestol DZERZHINSICY: Stalin. deje en paz al teatro. Son sus palabras, su posici6n, todo esto fue publicado en el afio 22 en la revista Revolución Proz' taria y entonces usted no protest6. ¿Por qué? ¿Porque todos nosotros vivíamos todavía? STALIN: En general, a mí no me gusta que aquí empiecen a hurgar demasiado en la ropa sucia, que busquen matices y maticitos en nuestras opiniones, en nuestras relaciones. La fuetza motriz de la historia es el pueblo. ¿Por qué no está qui presente nuestro heroico pueblo? ¿Por qué no nos muestran a las masas, no sacan a escena a quienes realizaron la hazaña hist6rica en octubre del 17? JUna obra sobre la revoluci6n sin el pueblo! Supongo que esto no es casual. SVERDLOV: Hablamos de otra cosa: de cuánto depende en la vida, en la revoluci6n sobre todo de quienes están en el puente de mando. Es el problema que a todos interesa.. BUJARIN: Menos a quienes están en el puente de mando. . 51 ...._UNIVERSIDAD y POLIT CA: EL CONG E VA Francisco Pérez Arce• • • • • • • • • • • • • L 52 a crisis se desató cuando 25 delegados abandonaron la Comisión Organizadora del Congreso (COCU). Era un freno brusco al inminente inicio de los foros, primera fase del congreso. Se sabía de una lucha sorda entre posiciones, pero se pensaba que dominaria una línea de conciliación de última hora. Este rompimiento parecía un golpe definitivo: el tono de las declaraciones _ de ~os funcionarios Oosé Narro, por ejemplo) mal ocultaba su deseo de cancelar las posibilidades del congreso; se apresuraba a dictaminar que no habla condiciones y que había otros caminos para la superación académica. Algunos lo interp~ taron como una prueba de fuerza -que, en las hipótesis del momento buscaba: a) desatar una reacción de mítines, maoñestaciones, paros y huelga, que por su radicalidad alejara las posibilidades políticas del congreso; b) polarizar las posiciones para buscar un nuevo punto de concertación, habiendo medido fuerzas y alianzas. La respuesta inmediata del CEU, o para mejor decirlo, de algunos de sus dirigentes, fue una irreflexiva huelga de hambre. La posición oficial del rector tardó un par de días, creó expectativas sobre su función conciliadora, pero al final fue de apoyo irrestricto a la actitud de los 25 delegados (ocho eran los nombrados directamente por él, otros ocho por el Consejo Universitario, y el resto, los rep~ sentantes de las AAPAUNAM). El rector Carpizo emitió un documento de ?:l puntos: era una posición polar. Quienes esperaban una intervención medida y conciliadora se vieron decepcionados. La del rector fue una posición tajante, incluso agresiva, y muy fuera del estilo liberal que mostró en el pasado. sejo Universitario, que evitó su discusión cuidadosa). Un rector liberal El movimiento estudiantil, o quizá sea mejor decir universitario, La respuesta de Carpizo sorprendió porque muy pronto se unieron contingentes numerosos de maestros, porque su política anterior había tedio un salto enorme gracias al emnido otro signo. Desde que ocupó el pleo de la difusión por radio. Por fin sexto piso, diagnosticó un bajísimo nivel académico. En efecto, desde un "diálogo público". En el estrado del Auditorio Justo Sierra de la Falos días de Soberón el nivel académicultad de Filosofía, que por esos co había sufrido una caída libre cutiempos retomó su nombre del bauyas causas complejas combinan una tismo del 68, "Auditorio Che Guevaexcesiva burocratización, on crecira", se colocó una mesa larga: de un miento desmedido y desordenado, y una disminución de sus recunos «O- lado los oeu.ístas, del otrolos eWe:nsonómicos. Carpizo se propuso atacar res nombrados por rectoría. En meel problema. El resultado fue (des- dio, los micrófonos de Radio UNAM. pués de una insuficiente consulta a la Abajo del estrado, unos dos mil universitarios, o los que ~abfan ocaapática comunidad universitaria) una serie de reformas que inme- panda hasta el último rincón. Y con diatamente fueron cuestionadas o la radio encendida, muchos otros, rechazadas por amplios sectores,- estudiantes y maestros y trabajadoprincipalmente y con más energía res y exalumnos y radioescuchas por el estudiantil. Se rompió la inesperados. Los oradores del CEU apatía. Así nació el movimiento del atacaron y los de rectoría se defenCEU. Los estudiantes despertaron y dieron mal. El resultado fue la exse pusieron a pensar en la universi- pansión del movimiento. Entonces dad que querían. El asunto no termi- las manifestaciones fueron enormes, na en el problema académico, sino salieron de los recintos universitaque se conecta por muchas puntas rios, tomaron el Zócalo y repitieron con los problemas nacionales: no ~ una exigencia: congreso. lo por la dependencia del presupuesto estatal, sino por la función que la universidad nacional cumple o se Todos ganan quiere que cumpla. Aqui no basta con repetir las viejas fórmulas, más adecuadas a un periodo de creci- El rector, Radio UNAM, el CEU, ya miento económico sostenido, como entonces también el CAU (los maeslas de ""coadyuvar al desarrollo del tros que estaban contra esas reforpais". Palabras como ésta (coadyu- mas), habían logrado despertar a var), de alto contenido fonético, no una universidad aletargada. Podían dan respuesta a los problemas de los estar contentos, ahora podían contar estudiantes que empiezan en una con la participación amplia de todos mala educación primaria y secunda- los sectores y discutir y proponer reria, y concluyen en perspectivas de formas efectivas. Incluso retomar desempleo determinadas más por aquellas que muchos rechazaron más una economía deficiente que por una por su forma que por su contenido. defectuosa formación académica. Siguieron buenas noticias. El rector Esa realidad compleja en la que vive mostró su sensibilidad y su vena dela UNAM, desde luego, no invalida mocrática. El Consejo Universitario el diagnóstico del bajo nivel aca~ aceptó la sugerencia del rector: hamico, ni justifica eludir la necesidad gamos un congreso. Se formó una cade mejorarlo, de "buscar la excelen- misión de 16 miembros que a su vez cia". Pero quien se proponga esto, convocó a la elección, mediante la tiene que recordar aquello. votación directa de estudiantes y En el movimiento nació la idea del maestros, de una comisión organicongreso, entendido como la partici- zadora (la COCU). pación democrática de la comunidad Las elecciones del tres de diuniversitaria en la discusión y solu- ciembre (1987) fueron ejempl~es. ción de sus problemas. El congreso se T~os contentos, menos la organizaconvirtió en la demanda principal de ción estudiantil que nació para opaun movimiento creciente que se ma- nerse al CEU, porque no tuvo votanifestaba en mítines y marchas. No ción suficiente para estar representasólo rechazaba las reformas propues- da en la COCU. El CEU demostró en tas que calificaba de ineficaces y eli- las ~, lo que antes había c» tistas, sino que criticaba el método mostrado en mítines y manifestapriísta empleado en su adopción ciones: ser el representante indiscu(una votación apresurada en el Con- tible de la enorme mayoría de los estu- diantes. El CAU obtuvo más votos de los que esperaba. Las AAPAUNAM siguieron representando a la mayoría de los maestros, aunque ahora ,era una mayoría no tan cómoda. La rectoría mostró una universidad capaz de regirse con' métodos democráticos. La UNAM daba un ejemplo de madurez y civismo, precisamente cuando el país iba a entrar en un a~: tado periodo electoral. Así nació la COCU. Empezó a trabajar. Llegaban ecos de discrepancias polares en su seno. A nadie le extrañó. La COCU seguía llegando a acuerdos, difíciles, pero oportunos. y de pronto: según 25 delegados, una gota derramó el vaso. Supuestamente se había roto toda posibilidad de diálogo, según ellos dominaba un clima de violencia. La gota del vaso se le achacó a la intervención virulenta de un representante estudiantil. Nadie podía tomarse en serio que la intervención de un rep~ntante est.......til, por mM ofensiva qUII púdieta biaba" sido para la penoIIa del ftdDr, eBtldMn de tajo l . po6i11dades de UD coepe80 que bab.... decidkJo mili de P) mJ1 t1DiwrsitariOl. N-.... cnIJ&e,.teafa que -r . . p»- . del"" ledo. V.tRtbco 1Ib" douJoo la COCU ClOn deeiaraalo. . ~ 0. . . . . . muchas guas de DO ......-.. Dos dfas-despuél elteeter ...w.• Jo.. y . COIIIUIIfca.Io,.. ..... 00Ilt. Et la decisI(m poIfttta de DO hacer el ooagJ.a. Fue coMO UD vidrio roto. Uu cubetac:t. de .... frla. Un rayo en cielo intranquilo No fue precisamente un rayo en cielo tranquilo. El cielo estaba cualquier cosa menoS despejadQ. El país empezaba a viyir un cálido ambiente electoral: el neopanismo vociferante y la dividida pero animada centro-izquierda, representaban una fuerte oposición de amplitud nacional. La inflación se hacía hiper. Los jefes del control obrero no hallaban cómo avalar el permanente congelamiento salarial. Trascendían las dificultades prUstaS por conservar la unidad y la discíplina (recuérdese como título para un capítulo posible: "La Quina y sus desplantes". O también: "Del Mazo tiene ganas de viajar a Europa". O también: "Aguas con las alianZas, dijo el candidato"). Los gremios universitarios estallaban huel&.as por reivindicaciones salariales. El famoso Pacto de Solidaridad Económica (El "pacto Donald" le llamó un ami;go) atraía más dudas que simpatías. Todo eso sucedía en febrero..El cielo estaba cualquier cosa menos tranquilo. Precisamente por eso sorprendía la actitud del rector. Era como echar más leña al fuego. El año pasado la política liberal de Carpizo se abrió camino en medio de una coyuntura caliente. El congreso ponía a los universitarios a discutir sus problemas académicos, y al mismo tiempo le bajáb, presión a la caldera nacional. Como la autonomía en 1929, entonces los universitarios ni siquiera la demandaban, pero les llegó y fue bienvenida. Portes Gil, político habilidoso y entonces presidente interino, dejaba contentos a los estudiantes y de paso le quitaba clientes ruidosos a Vasconcelos. (El mismo José Vasconcelos, en plena campaña política, tuvo que aplaudir la decisión del gobierno). Esta vez era el congreso, demanda exigida con fuerza. La política de Carpizo podía avanzar en esta coyuntura y apoyarse en un movimiento de base y alcanzar ventajas y beneficios para la universidad. A cambio, el sistema obtenía calma en ese sector (que a veces es tan sensible), en un año que se esperaba difícil, como está siendo este 88. Por eso sorprendía el rayo en cielo intranquilo. ¿Qué buscaba la provocación <te los 25? Porque su resultado inmediato fue arrojar a mUes de ma. nifestantes a las calles, demandando congreso, pero también confluyendo con manifestaciones contra el pacto, por aumento salarial, y todo esto con vínculos múltiples con los candidatos de la oposición.' Un lenguajé inesperado El documento La respuesta del rector fue agresiva. Reeditaba un lenguaje que parecía El documento del rector busca polaerradicado de la política universitarizar, irritar. Se apoya en un falso ria. Satanizaba a tres organizaciones antagonismo: lo académico contra lo de la izquierda. Condenaba toda inpolítico. Recurre a la amenaza, no tención política en supuesta contratan velada. No es el documento de dicción con lo académico. Intenun rector liberal preocupado por el cionadamente desataba una campanivel académico, sino el de un ña de prensa apoyada en las conocipolítico que busca un efecto político: das y gastadas imágenes que oponen aislar al CEU y al CAU; atribuirles, a los buenos estudiantes (que en estos por adelantado, la culpa de abortar casos resultan ser los porros a los que el congreso. Dice en el punto 9: "Esde pronto les entran. muchas ganas toy en contra de un congreso -politide estudiar, y están dispuestos a forco, un congreso que lesione la vida mar asociaciones estudiantiles, por académica de la Universidad, un supuesto culturales, y hasta echar congreso que haga caer a toda la golpes para evitar paros y huelgas) y Universidad al nivel académico que los agitadores (que siempre son poya tienen algunas de nuestras faculcos, profesionales y oscuros). Televitades, un congreso que se vista de ropaje universitario pero sólo persiga sa entra al juego y, con un guiño glala dogmatización de la casa de estumuroso y priísta, editorializa. Las dios. En fin, un congreso que conestaciones de radio sacan a sus locuvierta a la Universidad en sucursal tores de voz profunda a explicar lo de grupOs o partidos políticos". bueno y lo malo, los que estudian y los que hacen política; los que La ambigüedad es un recurso quieren prepararse para ser gente de impropio: ¿contra quiénes combete? bien y los alborotadores de intenNadie acepta un congreso así. En el ciones inconfesables. El conformispunto diez ataca: ··El CEU y el CAU mo clasemediero como inspiración están violentando la legislación unieterna de las opiniones sensatas. Javersitaria". Y otra vez en el 14 acusa cobo Zabludovslcy, en el mismo nivel al CAU de amenazar con paros en que RaUl Velasco, aspira a expresar caso de no ser atendidas sus demanla mediocridad prevista. La sociedad das de retabulación. Pero que algupara Televisa es aquella que responnos miembros del CAU encabecen de con aplatisos rítmicos a la solicitambién reivindicaciones económitud de las animadoras en el estudio, • cas de los maestros, puede tratarse o la respuesta del otro lado de la pande una falta de tacto político, pero talla al guiño anticeuísta, o las aflicnada más. Ni invalida su función cociones c1asemedieras más simplonas roo delegados en la organización del . congreso, ni nadie puede condenar y hogareñas recogidas por Guillermo (ni tampoco es ilegal) a los maestros Ochoa. El rector hace una convocapor demandar mejoras salariales en toria lamentable a la sociedad a ocueste momento de drástica reducción parse de la universidad, y quienes de los salarios reales. responden son los medios. El rector En otras partes, el documento hamerecería mejores aliados. El ala dece referencia a que líderes del CEU recha de su administración parece realizan actos fuera de la le2alidad haber ganado la batalla de rectoría. / 53 universitaria. Se r~fiere al movimiento que surgió en la Facultad de Ciencias Políticas contra el nombramiento del nuevo director. El rector acusa a un dirigente del CEU, que también es delegado a la COCU, -de dirigir ese movimiento; independientemente de que las acciones pueden ser criticables, no son atribuibles a una persona, sino a un movimiento; y lo que ahí se está poniendo en evidencia es el mecanismo que impuso a un director impopular. Ello no 'tine'por'qué'ser un pretexto para cancelar el congreso. Eñ todo caso, subraya la necesidad del congreso. Escribe en el punto 18: "El Consejo Universitario orde~ó un Congreso académico yel CEU está propiciando un foro político y el desquiciamiento y la ruptura del orden jurídico universitario. Sería irresponsable dejar que la Universidad se debata en el caos y la anarquía para beneficio de específicos grupos políticos". En el punto 21 menciona por su nombre a los grupos políticos que condena: "Congreso político no y mil veces no. Lo he dicho y lo reitero: no entregaré por ningún motivo la Universidad a los gru~ que Se la sociedad? ¿A qué batalla convoca? ¿La sociedad entera debe ir al campus a evitar la anarquía? ¿Los padres de familia reconvenir a sus revoltosos hijos? ¿Los gobernantes estar preparados para enviar a las fuerzas del orden? ¿Hacer una manifestación de no universitarios y tomar rectoría? Un punto como ese 27 del documento del rector, o contiene un mensaje entre líneas que no logro descifrar, o es una advertencia recordando los límites de la autonomía, o es demagogia. _---3 PREMIOS INTERNACIONALES 3 Desde Argentina, Cuba y España se convoca a tres premios internacionales de literatura. Premios Crisis de Novela El no a la huelga La posición del rector era fuerte. La respuesta del CEU fue la movilización y la convocatoria al paro. Las asambleas en las escuelas se realizar~n en auditorios repletos. Un paro de 24 horas resultó exitoso. Vna marcha recorrió la avenida Insurgentes desde el Parque Hundido y culminó 'con un mitin en la explanada de rectoría. Eran ,otra vez los contingeñtes duros, los cecehaches y las enep, las frases corajudas, más allá de l~ academia, más allá del congre- Podrán participar los narradores que envíen una obra inédita en español antes del 31 de marzp. Las obras deberán tener una extensión de entre 140 y 300 cuartillas. La novela ganadora será publicada por la editorial Crisis y su autor recibirá, por adelantado, los derechos correspondientes a la primera edición. Los organizadores (Editorial Crisis) informan que el jurado está integrado por reconocidos escritores, pero se reserva el derecho de informar de quiénes se trata. Los interesados deberán hacer llegar sus trabajos mecanografiados (un original y tres copias), firmados con seudónimo y agregando los datos particulares en sobre anexo a avenida Caseros 925 (1152), Buenos Aires, capital federal, subrayando Premio Crisis de Novela. Tercer Premio José Martí ~ disputan como botín pblítico; ellos son varios y de los más diversos matices pero señalaré tres de los principales y de cuya participación existen pruebas: Partido Revolucionario de los Trabajadores, Organización Revolucionaria Punto Crítico y Convergencia Comunista 7 de Enero". En estos párrafos y a todo lo largo del documento, se asocian, con una notoria carga negativa, todo lo que suene a intereses políticos con todo lo que está fuera de la legislación universitaria, y a la hora de menCionar los nombres de los grupos políticos, advierte que hay más. Pero sólo menciona a tres, los tres de izquierda. ¿Creerá sinceramente el rector que el PRI no tiene intereses políticos en la universidad? ¿Pretenderá que le creamos? El documento termina con un lamentable punto 27: "Defender la Universidad en estos momentos es tarea no exclusiva de los universitarios, es tarea de la soc:EJ' edad entera: La Universidad perten México ya todos nos corresponde d ~ batalla para que salga adelante". Oñ'6- no tiene más remedio que preguntarse SI el llamado es en serio, porque entonces ¿qué espera el rector que haga la 51 I so. El CEU y el CAU. demostraron que seguían contando con apoyo amplio, que no habían sido aislados. La movilización se mantenía en el campus mientras afuera los medios y los políticos del sistema condenaban, rechazaban, reconvenían, Las posiciones más polarizadas que nunca estaban a punto de rebasar un punto irreversible. ,Rectoría condenaba, acusaba de ilegales a los dirigentes estudiantiles. El movimiento se desbordaba y señalaba la huelga como el punto de llegada. El jueves 25 de febrero, las asambleas decidirían si se estallaban o no las huelgas. La decisión fue no, y el panorama cambió completamente. El mismo día el rector hizo un llamado a la conciliación. Se abría una puerta para la reinstalación de la COCU, se eliminaban condiciones inaceptables. Carpizo volvía a ser el rector liberal, el del diálogo público y la conciliación. La decisión de no ir a la huelga mostró a un movimiento estudiantil maduro y político. El viraje del rector lo mostró, otra v.ez, político y sensible. Y el Congreso va. (4 de marzo de 1988) Se trata de un premio de periodismo. Convoca la agencia Prensa Latina con el fin de rendir homenaje a "quien convirtió su pluma en un arma al servicio de la independencia y la unidad de lo que é! llamó Nuestra América". Pueden concursar todos los periodistas de América Latina y el Caribe que hayan tratado en sus trabajos la realidad social de la región, su crisis actual y sus contradicciones. Cada concursante podrá enviar un trabajo único, de cualquier género, o un conjunto que integre una serie. Se otorgarán tres premios de igual jerarquía a los mejores trabajos periodísticos sin distinción de género. Cada premio consistirá en 500 dólares y un viaje a Cuba por una semana con todos los gastos pagados. El jurado, además, concederá cuantas menciones de hOQor estime necesarias. Podrán ser enviados a concurso los reportajes, artículos, entrevistas y crónicas que hayan sido publicadas entre el primero de enero y el 31 de diciembre de 1987. El plazo de admisión cerrará el 30 de junio de 1988 yel fallo del jurado será dado a conocer en septiembre. Las obras deben remitirse en original y seis copias acompañadas de un currículum a las corresponsalías de Prensa Latina o directamente a sus oficinas centrales: calle 23 esquina N, Vedado, La Habana, Cuba. El jurado estará integrado por destacados periodistas de América Latina y el Caribe. Concurso Internacional de Relatos Policiacos Este concurso es convocado por el Ateneo Obrero y el ayuntamiento de la ciudad de Gijón, España. Su nombre es Gijón, Semana Negra. Podrán participar relatos policiacos inéditos o de serie negra con una extensión máxima de diez cuartillas a doble espacio. Los relatos finalistas serán publicados en el periódico de la Semana Negra. El primer lugar se llevará 250 mil pesetas, y habrá seis segundos lugares que recibirán 20 mil pesetas cada uno. Los relatos deberán ser enviados por duplicado a la dirección del Ateneo Obrero de Gijón: CI Covadonga No. 7, indicando el nombre completo del autor (si quiere publicarlo bajo seudónimo, lo puede hacer). La recepción de origina'l~ cerrará el 20 de mayo de 1988. El jurado estará integrado por personalidades relacionadas con el género y una representación del Ateneo Obrero. ~.