Leonardo Boff en la Ibero Puebla

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Foto por: Jorge Ortega
No. 69
Verano 2016
Una producción de Ibero Prensa
Leonardo Boff en la Ibero Puebla
CONTENIDO
Informe Campaña de acopio 2016 3
¿Qué me llevo del servicio? 3
No perder las esperanzas 4
Desde el CIDEL 6
La última y nos quedamos 7
La McDonalización de la música 10
Asambleas: Vitamina de la inclusión 11
No perder las esperanzas
N
adie podría haberme advertido lo que significaría dejar
una vida universitaria convencional, para embarcarse en
un avión hasta el lejano país de México y realizar mi práctica profesional en el contexto de un Servicio Social. Nadie podría haber previsto los cambios que esta experiencia generarían
en mi vida, tanto profesional como personal, en el fortalecimiento de muchas convicciones y en el rechazo aún más fehaciente
hacia las injusticias y la violación de derechos humanos, ciudadanos y comunitarios.
Continúa en pág. 14
En la Ibero
Dirección General del Medio Universitario
Ma. Covadonga Cuétara Priede
Centro de Participación y Difusión Universitaria
Jorge Eduardo Basaldúa Silva
Coordinación de Difusión Universitaria
Carolina Martínez de la Peña
Colaboradores
Ana Karla Albisua Bermúdez
Catalina Cano Delgado
Macarena Cifuentes Tapia
Raymundo Cruz Miguel
Valeria De León
José Alejandro Gallardo López
Yoselin Ivette Gamez
Pedro Rivera Martínez
Colaboración especial
Marlene Proskawer Espinosa - CIDEL
Ibero Prensa
Cuauhtémoc Cruz Isidoro
Diseño Gráfico
Ariana Román González
Formación
Andrea Ramírez Martínez
E
stimada Comunidad:
El verano ya inició y para todo el equipo de Contratiempo es un gusto reencontrarnos con ustedes a través de estas páginas con una nueva edición.
En este, nuestro número 69, traemos para ustedes los resultados de la Campaña de Acopio 2016
realizada en beneficio de la mujeres internas del Cereso de San Miguel, ubicado en la ciudad de Puebla; la experiencia de dos compañeras chilenas de
nuestra universidad hermana Alberto Hurtado, que
hicieron su servicio social de inserción en Oaxaca;
los detalles del Día de la Interculturalidad; así como
dos reflexiones en torno a la McDonalización de la
música y sobre las asambleas como medios para la
inclusión social.
En especial, los invitamos a leer la carta de despedida de una integrante de Contratiempo que este
semestre egresa de la universidad. A ella y a todos y
todas las que se gradúan este año, les deseamos lo
mejor para la nueva etapa que iniciarán a nivel profesional. ¡Muchas felicidades!
Y hablando de etapas. Queremos compartirles
que desde el semestre pasado en Contratiempo estamos preparando sorpresas para ustedes con el
objetivo de seguir creciendo y adaptarnos al nuevo
contexto del periodismo digital.
Estamos en un proceso de transición de la versión impresa, como la que está en tus manos, a una
versión digital que nos permita aprovechar de mejor
manera las tecnologías de información y comunicación para ofrecer contenidos multimedia, dinámicos y
con mayor rapidez, además de incorporar otras secciones a las que ya conocen.
En breve les tendremos más noticias, espérenlas. Nos dará gusto que formen parte de este nuevo
ciclo.
¡Que tengan un buen verano!
Contratiempo es una publicación hecha por estudiantes y dirigida a toda la comunidad universitaria. Los
textos son responsabilidad de sus autores y no reflejan, necesariamente, la postura de la Universidad Iberoamericana Puebla. Toda colaboración queda sujeta a los criterios del Consejo Editorial para su publicación.
Tiraje: 1000 ejemplares de distribución gratuita.
Contacto: iberoprensa@iberopuebla.mx
Informe Campaña de acopio 2016
Por Valeria de León | Estudiante de Ingeniería en logística y voluntaria de ASIbero
D
el 11 al 29 de abril se llevó a cabo la campaña de acopio
a beneficios de mujeres reclusas del Centro de Rehabilitación Social de San Miguel, la cual se realizó con el propósito de generar consciencia en la comunidad acerca de este
tema y visibilizar a un grupo tan vulnerable como las mujeres
privadas de libertad.
La campaña se realizó con el apoyo de diferentes Consejos
Estudiantiles de Representantes (CERs) y alumnos pertenecientes al programa Acción Social Ibero (AS Ibero) quienes estuvieron al frente de las diferentes actividades de difusión para la
campaña.
Para esto, fue necesaria una capacitación para conocer
el contexto y la problemática del Sistema Penitenciario Nacional, para lo cual asistimos a una charla con especialistas en el
tema. A partir de esa experiencia, planeamos y diseñamos la
estrategia de promoción, de las cuales resaltaron las siguientes
actividades: la recreación de una celda de cárcel en el área del
cenicero, un mural en donde los estudiantes expresaban lo que
sería estar privados de su libertad, un concurso por redes sociales, la conferencia de una ex convicta, boteo y otras actividades
que facilitaran nuestro objetivo.
Como resultado se obtuvieron 364 kits de higiene para
las internas, los cuales contaban con toallas sanitarias, jabón,
shampoo, rollo, pasta y cepillo dental. Algunos voluntarios realizaron la entrega de los donativos el 12 de mayo directamente
en el Cereso ubicado en la ciudad de Puebla, dándole a cada
mujer un kit.
Rous, alumna de la universidad, comentó sobre esta experiencia: "Salí del Cereso con esa gran enseñanza, de ver a cada
ser humano con semejanza a mí. Mirar y contemplar para así
reconocer y sentir al otro, entenderlo y amarlo."
Gracias a todos los colaboradores y participantes en la campaña que hicieron posible una vida más digna para estas mujeres y sobre todo, que se comprometieron a contribuir por un
mundo más solidario, justo y humano.
Foto por: Acción Social Ibero
Rector
Fernando Fernández Font, SJ
¿Qué me llevo del servicio?
Por Catalina Cano Delgado | Estudiante de la Universidad Alberto Hurtado de Chile
Realizó su servicio social en Oaxaca
E
l salir de viaje siempre tiene un montón de cosas buenas
y también dificultades, pero salir a otro lugar a trabajar es
aún más intenso. Te obliga a crecer, pensar, actuar de otra
manera, te llena de nuevas experiencias que te acompañarán
desde ese momento en adelante, sobre todo en una etapa formativa como es el término de una carrera universitaria.
Trabajar dentro de la organización en la que realicé mi servicio social fue extremadamente enriquecedor en muchísimos
sentidos. De partida, el equipo de trabajo y el grupo humano
que la conforma te demuestra día a día las ganas y la convicción de hacer un cambio en la sociedad y el país. Conocí a gente
con vocación que a pesar del cansancio, nunca baja los brazos
y no pierde las ganas de seguir buscando maneras de ayudar.
Pero aún más importante fue mi experiencia dentro del
trabajo de campo. Tuve la suerte de conocer muchísimas realidades diferentes, estuve recorriendo once comunidades indíge-
3
En la Ibero
En la Ibero
Fotos por: Servicio social
nas zapotecas dentro de la región de la Sierra Sur en Oaxaca.
Trabajando a la par con señores, mujeres, niños y jóvenes, y de
cada grupo pude aprender más.
De las comunidades aprendí que no es necesario tener una formación o instrucción política para vivir de manera organizada. El
sentido de pertenencia, la reciprocidad, la
vecindad y el amor a la comunidad son
cosas que no se aprenden en la universidad, se aprenden en la práctica
cotidiana de vivir con el otro, de regalarle unas verduras cuando le faltan,
o ayudarle a sembrar cuando necesita
manos extra. Una de las claves está
en el conversar los problemas y tomar
decisiones en conjunto y en cosas tan
simples como saludarse.
De las mujeres aprendí que no es suficiente con ser amas de casa y mamás, que
también trabajan la tierra y el campo a la par de
sus esposos, que no se cansan. Que aunque aún no
puedan formar parte de algunos cargos políticos o participar en
las asambleas, si realizan otro tipo de servicios, en los cuales
dejan ver que aún sin estudios, tienen todas las herramientas
para asumir tareas importantes para la comunidad, trabajando
en escuelas y centros de salud.
De los niños y jóvenes aprendí que siempre
existen otras formas de ver la vida, que aunque no son tomados en cuenta en muchos
momentos, tienen muchas cosas que decir, tienen ideas, sueños y críticas que
pueden contribuir a construir pueblos
más democráticos y justos.
Si bien hay mucho con lo que podemos aportar con nuestro trabajo en
organizaciones así, es mucho más lo
que esta experiencia te aporta a ti mismo. Si me preguntan si recomiendo el
servicio social de inserción, respondería
con un rotundo sí. Sobre todo a aquellas
personas que no han tenido la posibilidad
de conocer otras realidades tan distintas a la
propia. Esta experiencia no sólo te hace crecer
como profesional, sino como persona. Te inyecta esas
ganas de seguir trabajando para cambiar el mundo en la búsqueda de una transformación social.
No perder las esperanzas
Por Macarena Cifuentes Tapia | Estudiante de la Universidad Alberto Hurtado de Chile
Realizó su Servicio Social en Oaxaca
N
adie podría haberme advertido lo que significaría dejar
una vida universitaria convencional, para embarcarse en
un avión hasta el lejano país de México y realizar mi práctica profesional en el contexto de un Servicio Social. Nadie podría haber previsto los cambios que esta experiencia generarían
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en mi vida, tanto profesional como personal, en el fortalecimiento de muchas convicciones y en el rechazo aún más fehaciente
hacia las injusticias y la violación de derechos humanos, ciudadanos y comunitarios.
Mi paso por la organización EDUCA A.C., ubicada en la ciudad de Oaxaca de Juárez, se ha transformado en uno de los
puntos de inflexión en mi vida, pasando a ser un hito que marca
un antes y un después acerca de cómo concibo mi proyección
profesional y lo que quiero hacer una vez que me titule.
La asociación civil Servicios para una Educación Alternativa
EDUCA, es una organización que tiene por objetivo defender y
promover los derechos humanos y ciudadanos de los pueblos,
pero que en los últimos años ha enfocado sus esfuerzos en el
trabajo territorial con comunidades que sufren situaciones de
despojo de sus territorios, especialmente ante proyectos extractivos y energéticos.
No es casualidad que estos proyectos quieran instalarse
en territorio zapoteco, mixe, mixteco, chontal, e ikoot; por lo
que el trabajo directo es con personas de estas comunidades,
asesorando y acompañando procesos organizativos de base y
resistencia; procesos que a la vez están atravesados por cos-
tumbres, formas de autonomía, procesos de comunalidad, y un fuerte sentido
identitario.
Es en este contexto que me inserto
en un trabajo totalmente enraizado en la
realidad de los pueblos oprimidos de México, por lo que el componente número
uno que caracteriza a cada integrante de
Educa, es la vocación, el convencimiento
por las causas justas y la convicción por
construir una sociedad que respete las
diferencias.
Fue el contacto cotidiano con personas totalmente comprometidas con la
realidad social, con la lucha contra las
injusticias y la defensa de los territorios,
lo que me permitió visualizar y a la vez
cuestionar la propia labor antropológica,
cómo es que realmente desde mi carrera puedo aportar de manera concreta a
la sociedad.
Al mismo tiempo, el ver en primera
persona las formas de organización comunitaria, el convencimiento de quienes se ven vulnerados por instituciones del Estado y entidades privadas, y la fortaleza y perseverancia de pueblos que no bajan los brazos ante ninguna amenaza, me generó
un profundo tambaleo de las categorías que muchas veces se
nos imponen sobre cómo debemos ver a las comunidades y a
los pueblos indígenas. Además, fue ver que los pueblos siguen
más vivos que nunca, que a pesar de todos los intentos de empresas y gobiernos, no dejarán nunca de luchar por lo que les
pertenece; territorios que son los cimientos de la vida social de
los pueblos y que a la vez afirman creencias, solidaridades, identidades y formas de sustento cotidiano.
Al ver de cerca la realidad de los pueblos, renació en mí el
orgullo de tener una gran parte de sangre mapuche en mis venas, conectando las grandes luchas que emprenden los pueblos
indígenas del mundo para torcer la mano de quien intenta imponerse desde la trinchera de la violencia, desalojando a aquellos
que no desean vivir acorde a las formas impuestas por el capitalismo individualista; sino que buscan las formas de fortalecer
la vida comunitaria y las bases de la solidaridad comunal, en
perfecta relación con su historia, sus costumbres, su territorio y
los vínculos que generan en él.
Con respecto a lo que esta experiencia significó para mi vida
diaria, es que me di cuenta cómo al sumergirnos en nuestra cotidianidad y en nuestros problemas personales, es que muchas
veces nosotros mismos contribuimos a la invisibilización de todo
lo que sucede a nuestro alrededor, pero que al estar tan inmersos en la vorágine urbana, capitalista y neoliberal, es que no
reflexionamos acerca de nuestro rol en los procesos de cambio
social. No nos cuestionamos como ciudadanos ni como estudiantes, no ponemos en tela de juicio nuestros comportamientos ni cómo pretendemos construir desde nuestros conocimientos académicos, nuevos mundos que integren a cada miembro
de una sociedad tan plural como es México.
Por otra parte, esta experiencia fue un golpe de realidad
que remece hasta la fibra más profunda del espíritu humano.
Fue dejar de lado la seguridad de un ambiente universitario totalmente estable e inamovible, donde al estar encerrados en
salas de cuatro paredes es muy difícil comprender realmente
cómo es la cotidianidad de personas que viven fuera del mundo
urbano tan ensalzado por la sociedad occidental.
Esta situación me abrió los ojos en cuanto a la gravedad
de los acontecimientos sobre el desprecio que tienen las autoridades hacia las comunidades indígenas y el nulo respeto que
profesan hacia sus costumbres y formas de autonomía, por lo
que no les importa pasar por alto todos sus derechos e imponer
proyectos que atentan directamente con las formas de vida de
los diferentes pueblos de México.
Todos estos aprendizajes me llegaron de manera paulatina
al trabajar diariamente en Educa, donde lo profesional y teórico
pasa a segundo plano en comparación a todo el enriquecimiento personal que se obtiene, tanto de las comunidades con las
que trabajan, como del mismo grupo humano que compone a la
organización. Es mucho más que poner en práctica lo aprendido
durante cuatro años en la universidad, sino que es cuestionar
profundamente cómo quiero utilizar mi vida y mi profesión para
el bienestar de la sociedad.
Siento que de vuelta a mi país ya nada será igual; no podré ver la realidad de la misma manera que lo hacía antes y
no podré quedarme de brazos cruzados nunca más. Es una total inyección de energía y conciencia sobre lo que sucede en el
mundo, la relación con nuestros territorios y el respeto por cada
pueblo y cultura.
No me queda más que agradecerle a cada persona con la
que compartí estos meses y a cada integrante de Educa por
mostrarme que aún quedan personas que luchan por un futuro
más justo y libre para todos, y por no permitirme perder las esperanza en la humanidad y de que sí se pueden cambiar las cosas.
5
En la Ibero
En la Ibero
Desde el CIDEL: Día la Interculturalidad 2016:
Refugiados y Diversidad Lingüística
Por Ana Karla Albisua Bermúdez | Estudiante de Ingeniería Mecánica y Eléctrica
Por Marlene Proskawer Espinosa | Coordinadora del Área Intercultural de Lenguas
E
l pasado 15 de abril se llevó a cabo
el Día de la Interculturalidad, evento organizado desde hace ya varios
años por el Área Intercultural de Lenguas,
que se ha convertido en emblema del
proyecto de formación integral de nuestros estudiantes al hacerlos partícipes
de la problemática social actual y de las
soluciones posibles desde una mirada intercultural.
En esta ocasión, dando respuesta a los acontecimientos globales que
hemos atestiguado recientemente, se
tocó el tema “Refugiados y Diversidad
Lingüística” donde alrededor de 1,600
estudiantes inscritos en las diversas lenguas extranjeras impartidas en el CIDEL,
abordaron la situación actual de 28 países que se encuentran en los primeros
lugares de expulsión de refugiados, las
razones principales que provocan este
fenómeno y las ventajas que resultan del
mismo, tales como la diversidad cultural y
lingüística en los países receptores.
En su discurso de inauguración, el
Dr. Francisco Valverde, Director del Centro
Intercultural de Reflexión y Acción Social
(CIRAS), enfatizó que los millones de refugiados que existen en el mundo son testimonios vivos de un modelo civilizatorio
que afecta negativamente a millones de
personas y grupos sociales que son ofendidos, agredidos y victimados a través de
injusticias, dominaciones y opresiones.
Con la muerte de Alan Kurdi en septiembre del año pasado, el mundo volteó
la mirada hacia la situación en Siria y la
crisis de refugiados que está afectando
a millones de personas en Medio Oriente
y Europa, la cual da cuenta de los flujos
migratorios en todo el mundo que se han
agudizado como resultado del fallido modelo neoliberal.
La Convención de Ginebra sobre el
Estatuto de los Refugiados define como
refugiado a “una persona que, debido a
fundados temores de ser perseguida por
motivos de raza, religión, nacionalidad,
pertenencia a un determinado grupo so-
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La última y nos quedamos...
Foto por: Jorge Ortega
cial u opiniones políticas, se encuentre
fuera del país de su nacionalidad y no
pueda o, a causa de dichos temores, no
quiera acogerse a la protección de su
país; o que careciendo de nacionalidad
y hallándose, a consecuencia de tales
acontecimientos fuera del país donde
antes tuviera su residencia habitual, no
pueda o, a causa de dichos temores, no
quiera regresar a él”.
El Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR) establece que “un refugiado tiene derecho
de asilo en condiciones de seguridad.
Sin embargo, la protección internacional
incluye algo más que la propia seguridad
física. Los refugiados deberían recibir al
menos la ayuda básica y los mismos derechos que cualquier otro extranjero que
sea residente legal. Así, los refugiados tienen derechos civiles básicos, incluyendo
la libertad de pensamiento, de movimiento, y el derecho al respeto como persona.
De igual forma, los derechos económicos
y sociales se aplican a los refugiados al
igual que a otros individuos: derecho a
asistencia médica, derecho a trabajar
para los adultos, y derecho a la escolarización para los niños”.
Sin embargo, la realidad es otra. La
realidad es que, a finales
de 2014, el número de personas
desplazadas
por la guerra había
alcanzado
un impactante nuevo récord,
llegando a
59.5 millones de personas, un nivel
nunca visto desde
la Segunda Guerra Mundial.
De los 59.5 millones de personas
desplazadas forzadamente hasta el 31
de diciembre de 2014, 19.5 millones
eran refugiados (14.4 millones bajo el
mandato del ACNUR y 5.1 millones registrados por la Agencia de la ONU para los
refugiados de Palestina (UNRWA por sus
siglas en inglés)), 38.2 millones desplazados internos y 1.8 millones solicitantes
de asilo. Además, se calcula que la apatridia afectó al menos a 10 millones de
personas en 2014, aunque los datos recabados por los gobiernos y comunicados
al ACNUR se limitaban a 3.5 millones de
apátridas en 77 países .
La realidad es que el mundo está
en crisis y nuestros estudiantes deben
compenetrarse con los sucesos mundiales que forjarán las sociedades futuras y,
sobre todo, contar con las competencias
interculturales y lingüísticas que les permitan contribuir a la mejora de las mismas AMGD.
Concluyendo con palabras del Dr.
Valverde “tenemos derecho de ser iguales cuando la diferencia nos inferioriza y
tenemos derecho a ser iguales cuando la
igualdad nos des caracteriza […] Defender la dignidad en medio de la barbarie, la
impunidad y el cinismo es una asignatura
del nuevo modelo cultural que debemos
generar desde las bases de la sociedad,
desde los que sufren la historia a partir
de la esperanza y del reconocimiento recíproco de las diferencias”.
Fotos por: CIDEL
C
omo todo en esta vida, lo que un día empieza algún día
debe de terminar. Me llena de nostalgia pensar que hace
cinco años –y vaya que suena a mucho tiempo– iniciamos
nuestros estudios universitarios. Puedo acordarme de la incertidumbre que tenía al iniciar las clases.
Me preguntaba si me costaría mucho trabajo pasar las
materias, ¿habría chavos guapos en la uni?, ¿qué iba a hacer
cuando terminara la carrera?, ¿seguiría viendo a mis amigas de
la prepa?, ¿qué tal si al final ninguna empresa quisiera contratarme?, ¿y si me equivoqué de carrera y luego tengo que cambiarme? Hoy gracias a Dios, todas esas inquietudes tienen una
respuesta, pues finalmente llegamos a la meta.
Los amigos que hicimos en la prepa y que hemos conservado durante años, seguirán siéndolo mientras los mantengamos
cerca de nosotros y les prestemos atención. No cabe duda de
que los mejores amigos se cuentan con los dedos de las manos,
y éstos llegan a sobrar. Por eso mismo, ahora que ya salgas de
la uni, no olvides a tus amigos que conociste mientras estuviste
ahí, porque los lazos que formaron, al igual que con los amigos
de la prepa, son irrompibles, pues viste tus sueños profesionales madurar junto a los de ellos.
Acerca del amor, no sé si pueda hablar por todos respecto a
este ámbito. Muchos encuentran al amor de su vida incluso antes de entrar a la uni, otros en su intercambio, otros lo encuentran en las aulas, con los cuales acaban casándose, y muchos
otros no saben si ya lo han encontrado. ¿Qué tal si estuvo todo
este tiempo frente a nuestros ojos? Pudimos haber tenido clases con él/ella y aun así nos cuestionamos si será posible que
esa persona especial siga deambulando por el mundo tratando
de encontrarnos.
Sea como sea, si tuviste la dicha de conocer a alguien durante tus años de universitario y ésta pasó a ser una persona
muy importante en tu vida, no importa en qué haya acabado la
relación, si sigan juntos o si no, lo importante es que crecieron y
fueron felices por el tiempo que tuvieron que serlo. Los noviazgos de la universidad suelen marcarnos fuertemente, nos hacen
crecer y nos impulsan a plantearnos metas cada vez más altas.
Dejando de lado las relaciones humanas que, para bien o
para mal, le dieron sabor a nuestra experiencia universitaria,
ahora que ya somos prácticamente recién graduados, no nos
enfrentaremos más a aquel nerviosismo que sentíamos antes
de presentar un examen o un proyecto final. Ahora nos ponemos de frente a esta sensación de peligro que sentimos al
haber concluido los estudios. Es como estar parado frente a
un precipicio sintiéndote vulnerable porque no sabes qué va a
pasar a continuación.
La vida real empieza, es tiempo de mantenerte a ti mismo,
a tu manera de entender y con los muchos o pocos recursos
que tengas, a la vez que te aventuras a darle las primeras pinceladas a tu proyecto de vida. Y darle forma a ese proyecto de
vida no es nada sencillo. No se trata de elegir en qué o cuál
empresa trabajar, o si vas a ser independiente y abrir tu propio
negocio o consultorio. Más allá de las banalidades productivas,
recordarás que en algún momento de tu carrera escuchaste
mencionar, en más de una ocasión, que somos más que sólo
profesionistas; somos seres humanos en los que la filosofía ignaciana ha apostado para que busquemos la dignificación del
otro, por medio del servicio a los demás.
¿Pero qué significa eso? Significa darle un sentido mucho
más humano y más profundo a todos los talentos que conseguimos desarrollar a lo largo de nuestra carrera universitaria.
Significa no quedarse callado, ni mirando frente a las injusticias
cotidianas que vivimos día a día. Significa armarse de valor y
emplear los conocimientos adquiridos para servir al otro y así
poco a poco, crear un mundo donde quepan muchos mundos.
Dice el Papa Francisco: “Aquel que estudió con Jesuitas no puede esconder la cabeza”.
Después de pasar cuatro o cinco maravillosos años de
nuestra vida en esta institución, donde aprendimos de libros
y de personas, donde aprendimos de las consecuencias de
nuestras acciones, y de personas cuyas realidades se alejan
a las nuestras, va a ser muy difícil que nos despidamos para
siempre de ésta que será siempre nuestra segunda casa, nuestra ahora Alma Mater, teniendo en mente que saber crecer es
saber decir adiós y es necesario hacerlo.
Demos gracias a nuestros padres, que sin su apoyo no estaríamos aquí. Demos gracias por pertenecer a un grupo de
personas que tienen el privilegio de estudiar y que tienen la
posibilidad de hacer algo trascendente con lo que aprendimos.
Sepamos dar gracias a la vez que hacemos llegar estos conocimientos a aquellos que no los tienen al alcance.
Gracias a todos nuestros profesores por su apoyo y sabiduría incondicional en todo momento. Gracias a nuestros amigos
y personas cercanas que nos han acompañado en este crecer y
que nos han hecho ser quienes somos hoy en día, desearles a
todos el mejor de los éxitos y dichas para toda su vida.
Y finalmente, gracias a la Ibero Puebla por enseñarnos que
no tenemos que ser los mejores profesionistas del mundo, sino
para el mundo.
7
Arte y Cultura
Arte y Cultura
Por Rayo Cruz
El peor susto de mi vida
C
onocí a Mario cuando vivía en la Roma. Él rentaba un
depa en el mismo edificio que yo, pero más pequeño. Me
cayó bien la primera vez que platiqué con él. Era una tarde
de septiembre cuando los dos salimos casi al mismo tiempo de
la casa. El sábado había sido mi cumpleaños por lo que mis amigos me habían festejado hasta la madrugada. Había dormido
tarde y no me hubiese levantado si no fuera por la terrible resaca y un hambre bárbara que me dio. Nos quedamos mirando un
segundo, luego él se me acercó:
— ¡Hola! Soy Mario Armando Lizárraga Preciado, de Sinaloa.
Cuando oí Sinaloa me quedé petrificada. Era el mismo año
que Joaquín Guzmán Loera se fugó por primera vez. Me hice mil
películas en la cabeza: “seguro que es un sicario o un narcotraficante haciendo negocios en esta ciudad”. Estaba nerviosa; quise evadirlo, pero al fin controlé mi angustia y pude responderle
— Yo soy Margarita — y caminé hacia la calle Monterrey. Él me
siguió y no tuve otra alternativa que conversar con él. Era curioso oír ese acento norteño del mushasho, es muy pegajoso. Por
cierto, hablaba a gritos, con voz fuerte que parecía que estabas
a 10 metros de él. Después de caminar unos minutos decidimos
ir a comer a La Condesa y luego por unas cheves. La pasamos
chilo, platicamos un montón de cosas y a la media noche terminamos en la cama.
Al principio fue un encuentro casual, pero me divertí tanto
con él la primera vez que decidí pasar otros fines de semana
a su lado. Fue algo raro. Para mí debía vestir jeans ajustados,
camisas de manga larga a cuadros, botas picudas y sombrero. Y
no. Vestía como un chilango normal y tenía buenos gustos musicales; era más fan de Joaquín Sabina que yo. Con él puedo
pasar horas y horas hablando de literatura: Dostoyievski, Tolstoi, Mastretta. En fin, compaginamos en muchas cosas que después de unos meses de salir nos hicimos novios formalmente.
Mis amigos estaban sorprendidos, mis padres no aceptaron totalmente nuestra relación, pero tampoco la impidieron. Mi
mamá pegó el grito en el cielo cuando lo supo.
— No sabes mucho de él, puede ser un traficante de drogas
manejando sus negocios por aquí.
Otras personas cercanas me sugirieron terminarlo porque
yo corría el riesgo de caer en malos pasos.
Aunque no quería, me afectaban las críticas. Casi todos los
días pensaba que podrían venir por él sus rivales. Vivía estresa-
8
Por Pedro Rivera Martínez
Estudiante de Psicología
Sobre papel
da con eso, pero tampoco me atrevía a hablarle de esas cosas.
En realidad no tenía indicios de andar por el camino equivocado,
pero era imposible sacarme de la cabeza que probablemente
me había enamorado de un criminal.
Cuando cumplimos un año de noviazgo decidimos vivir juntos así que nos mudamos al Pedregal. Rentamos una casa pequeña, sin muebles y sin jardín. Él quería que compráramos la
propiedad y fue por eso que volvió la paranoia a darme vueltas
en la cabeza.
Un día se fue temprano; se levantó un poquito antes del
amanecer y salió sin decirme a dónde iba. Yo me levanté tarde;
me metí a bañar, luego me puse a preparar mi desayuno sin
poner atención a su ausencia. En eso estaba cuando de pronto
se oyó una voz de trueno en el pasillo:
— ¡Mario Armando Lizárraga Preciado! — gritó un hombre
cerca de la puerta. Afuera se oía el motor de un carro encendido,
— ¡Mario Armando Lizárraga Preciado! — volvió a decir con una
voz que rebumbaba en las paredes.
Sentí que la respiración se me cortaba. Empecé a temblar
de pies a cabeza. Me quedé inmóvil por un segundo mientras
pensaba: “¡Dios mío, ya lo encontraron! Era cierto, debí escuchar a mis amigos”. Era casi medio día, pero Mario no se aparecía en la casa. “¡Me van a matar, me van a matar!” me decía a
mí misma en mi interior.
— ¡Mario Armando Lizárraga Preciado! — dijo de nuevo aquel
hombre desde afuera. Alcancé a oír más pasos y voces acercándose a la puerta; “seguro es todo un ejército el que viene por él”.
Respiré profundo para despejarme la mente, luego pensé
hacer frente a los visitantes, decirles simplemente que Mario ya
no estaba conmigo y yo no sabía dónde diablos se había metido.
Me serené, caminé despacio y abrí la puerta con mano trémula.
— ¡Buenos días, señorita! Hemos venido a entregar los muebles que adquirió el señor Mario Armando Lizárraga Preciado, él
ordenó entregarlos en esta dirección.
Primero me dieron ganas de reírme de mi propio espanto;
pero me contuve y atendí, nerviosa, a los señores. Lo que pasó
fue que Mario quería darme una sorpresa para festejar nuestro
primer mes viviendo juntos, y resultó que yo con mi sugestión
me había llevado el peor susto de mi vida.
La danza de la tinta no se piensa
nada que razone
nada que quede en un sentimiento
no es “pensé”, sino “sentí”
es dejar que el cuerpo se deshaga bajo la lluvia
y fluya en el cielo con hálitos de viento
y suspiros de la tierra
la electricidad en los dedos
al tocar una sinfonía o una sonata
es el corazón bombeante de amores juveniles
promesas eternas para tontos soñadores
es la caricia de la madre
y la fuerza del padre
son las frustraciones sin voz
los romances no correspondidos
es mi solipsismo
y es mi nada
es ser Yo
Por Pedro Rivera Martínez
Estudiante de Psicología
Un millón de kilómetros
El primer reflejo de mis mañanas
la primera luz contra mis retinas
tu respiración suave y pacífica expira vida por el comunicador
el aroma de tu tacto virtual
en la trivialidad del inicio de un nuevo día
pero ni así puedo abrazarte
camino este suelo maldito, tan lejano y foráneo de otro ciclo
cuando la estrella quema el espíritu, acaricias la mente y el
cuerpo
con frases de eternas promesas
risas y gestos de sabor vainilla
a través de una pantalla de sueños
dejamos huellas en salones escolares y bulevares familiares
pero ni así puedo besarte
arranco el papel del calendario
y consigo otra experiencia perdida
con ágiles palabras alivias la realidad
para cenar tranquilos el grano de tierras distintas
con las manos del alma entrelazadas, suspiramos agotados
el morir de otra oportunidad
y en el océano de nuestras ambiciones y miedos
navegamos a aguas más oscuras
solo así puedo sentirte
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Opinión
Opinión
La McDonalización de la música
Las asambleas: vitamina de la inclusión social
Por José Alejandro Gallardo López | Estudiante de Comunicación y conductor de Núcleo en Ibero Radio
Por Yoselin Ivette Gamez | Estudiante de Relaciones Internacionales
L
a música ha formado parte del ser
humano por miles de años y ha sido
un pilar esencial en la evolución de
las sociedades. Desde rítmica para rituales hasta conciertos en salas elegantísimas, este conjunto de vibraciones juega
con el sentimiento y la energía de los escuchas. Esto último fue descubierto muy
pronto y se comenzaron a crear distintos
géneros musicales para satisfacer un
gusto o una necesidad.
Poco a poco, y con el avance tecnológico, la música comenzó a formar parte
de industrias gubernamentales, religiosas, educativas, etcétera. La industrialización de la música hizo que ésta se empaquetara y se mandara a todos los oídos
que quisieran escucharla.
La McDonalización de George Ritzer
se basa en cuatro principios: eficiencia,
cuantificación, previsibilidad y control.
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Estas características las encontramos
en las industrias musicales contemporáneas. La eficiencia se puede observar en
la cantidad de programas de producción
y edición musical; la cuantificación se observa en la combinación de productos audiovisuales o en rankings como Billboard
o Top 40; la previsibilidad es uno de los
factores más importantes de la música
actual ya que repite los mismos patrones
rítmicos y melódicos, podemos englobar
una gran cantidad de canciones con cuatro acordes; y, por último, las disqueras
mantienen el control de la industria lanzando a los artistas, géneros y música
que ellos quieren.
La música y la industria están completamente mcdonalizadas. La teoría de
George Ritzer puede ser adaptada a casi
cualquier parte de la sociedad. Hubo un
tiempo en el que los avances tecnoló-
gicos hicieron que se controlara mucho
más la industria musical y se pudieran
reproducir las características que hacen
que la música se venda masivamente.
Sin embargo, hoy en día se está confrontando al fuego con fuego. Mientras
más avanza la tecnología, se desarrollan
más plataformas y herramientas en las
que se puede “desmcdonalizar” a la industria. La descarga ilegal de música ha
hecho que se vuelva mucho más sencilla
la difusión del arte. En ocasiones podemos descargar álbumes completos después horas de haber sido lanzados.
No cabe duda que la Mcdonalización
de la música seguirá rigiendo a una gran
parte de los consumidores, sin embargo
hay que reconocer la lucha de artistas,
críticos y escuchas que buscan refrescar
una forma de arte milenaria que siempre
estará cambiando.
E
n el marco de la inauguración de la Campaña Universitaria
2016 para Pensar, Imaginar y Construir el Buen Convivir, el
pasado 2 de junio, se presentó el libro Reconstrucción del
Tejido Social: Una Apuesta por la Paz, coordinado por Gabriel
Mendoza Zárate S.J. y Jorge Atilano González Candia S.J .
La presentación del libro versó en torno a la experiencia de
autoridades de nuestra universidad en torno al libro y sus 14 zonas geográficas analizadas de diversas características respecto
a su reconstrucción del tejido social en los últimos años.
Jorge Atilano González Candia S.J señaló que en la actualidad, las sociedades se encuentran expuestas a la imposición
de temas por parte de los medios de comunicación, derivado
de lo anterior, apuntó que la gente se encuentra en riesgo de
compartir, opinar y únicamente reflexionar en torno a lo presentado por los medios, y un contrapeso a lo anterior es impulsar la
conversación. El coordinador del texto propone la recuperación
de la asamblea como una herramienta para lograr posicionar
en la consideración de la población temas alternos a los propuestos por los medios o en su caso, ahondar en los detalles y
singularidades que se omiten en la exposición mediática de la
problemática.
Lo cual ha causado inquietud en mi persona y me ha llevado
a la siguiente teoría: las asambleas son vitaminas en la inclusión de la sociedad, alimentan la autogestión y brindan energía
a las causas nobles de la organización pacífica ciudadana, además de nutrir significativamente el tejido social.
En las próximas líneas se entenderá por asamblea el conjunto de personas que se reúnen en un escenario común para
expresar opiniones y soluciones cuya igualdad e importancia tienen un impacto significativo en la construcción de identificación
del individuo con su comunidad
De entre las diversas modalidades que pueden emanar de
la asamblea, rescato dos ejemplos -asamblea comunitaria de
seguridad y asamblea escolar- que han demostrado tener un
impacto favorable en su contexto y un futuro prometedor en la
organización civil debido a tres características compartidas: Armonización con usos y costumbres de las comunidades en las
que son implementadas; Desarrollo del sentido de pertenencia
en el individuo; e Inclusión de todos los actores del escenario o
problemática.
Asamblea comunitaria de seguridad: Rama de la asamblea
que ha implementado Ecuador con el fin de compilar las peticiones vecinales en materia de seguridad pública. Las asambleas
comunitarias de seguridad reúnen a vecinos y policías de los
tres diversos órdenes, la policía de jefatura, la nacional y el Gestor de Seguridad del Ministerio Interior. Por parte de los ciudadanos, además de exponer sus inconformidades y solicitudes,
adquieren el compromiso de colaborar con los elementos de la
policía a quienes después del ejercicio constante de las asambleas reconocerán como integrantes elementales en su comunidad, lo que representa no sólo un avance en integración social,
sino también en la legitimización de la fuerza pública que reside
en el Estado ecuatoriano.
Por parte de los policías entre sus tareas a llevar a cabo durante las asambleas, se encuentra la exposición de escenarios
en los que se considera de primera necesidad la intervención
de la sociedad, por ejemplo la prevención de violencia intrafamiliar, drogadicción, etcétera, pero además, se hace un especial
énfasis en la presentación de los resultados a partir de la realización de las asambleas. El Capitán Villamarín Granda, a cargo
del Circuito Sauces, es citado por la Policía Nacional de Ecuador:
“desde la primera quincena de septiembre (2014) los índices en
el microtráfico y el robo de personas han bajado”. Lo anterior,
sin duda, ha impactado en la adhesión de más ciudadanos en
la organización de programas de seguridad y prevención vecinal
como Escuela Segura o Barrio Seguro.
Asamblea escolar: Modalidad implementada por UNICEF
México, el Consejo Estatal de los Derechos de los Niños, Niñas y
Adolescentes (CEDNNA) de Oaxaca y la Dirección de Educación
Indígena de dicha entidad a nivel telesecundaria, en diversos
municipios oaxaqueños con una mayoría de población indígena,
convocando a padres de familia, docentes y alumnos.
La finalidad del encuentro es la exposición de opiniones, experiencias y propuestas de los distintos actores con referencia
a un tema en común, el cual puede versar en torno al ambiente escolar, como mejoras en la infraestructura de la institución,
hasta violencia familiar, matrimonio infantil, entre otros muchos
tópicos más. Las bases de la metodología de orden pedagógico
residen en el ejercicio de las asambleas comunitarias que presentadas con antelación, poseen la capacidad de integrar en
igualdad de circunstancias a los miembros de una comunidad,
reconocer las problemáticas y demandas comunes. Chapela
(2009), citada por UNICEF México, considera que este ejercicio
es “la generación de un tejido comunicativo horizontal” aludiendo al intercambio oral de expresiones colectivas y consideradas
igualmente enriquecedoras en la formación de docentes, padres de familia y alumnos.
La Secretaría de Educación Pública de la capital del país en
su publicación Estrategias de Intervención para la Atención a la
diversidad en el marco para la convivencia escolar reconoce que
la asamblea escolar ejercita las competencias para el aprendizaje permanente, para el manejo de situaciones, convivencia y
la vida en sociedad, asevera que ha demostrado ser eficaz en la
manutención del comportamiento pro-social.
La autogestión, emprendimiento de actividades y el respeto
a la opinión de los demás son algunos de las enseñanzas que
las asambleas dejan en los individuos. ¿Son la única forma en la
que se puede favorecer la inclusión social? La respuesta se desconoce, sin embargo las propias asambleas van vislumbrando
un camino: si hay creatividad en los actores, las herramientas a
hacer uso para brindar respuesta a las peticiones se multiplican.
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