Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País

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Fecha de Publicación: 31 de agosto de 2016
Análisis
Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País: Colombia
Contactos analíticos:
Alfredo E. Calvo, Ciudad de México 52 (55) 5081-4436; alfredo.calvo@spglobal.com
Jose M. Pérez-Gorozpe, Ciudad de México 52 (55) 5081-4442; jose.perez-gorozpe@spglobal.com
Analista del soberano:
Lisa M Schineller, PhD, Nueva York 1 (212) 438-7352; lisa.schineller@spglobal.com
Principales factores de calificación
Fortalezas
•
•
•
•
A pesar de que los precios más bajos del
petróleo han desacelerado el crecimiento de
la economía, Colombia aún se encuentra
entre los países con las mejores expectativas
de crecimiento en América Latina durante
2016 y 2017.
Su sistema bancario tiene estándares de
originación al menos conservadores y un
moderado apetito al riesgo.
La industria bancaria es moderadamente
estable, con adecuados indicadores de
rentabilidad y calidad de activos.
La moderación en el ritmo de crecimiento del
crédito y los precios de la vivienda
estabilizándose contrarrestan en cierta
medida los desequilibrios económicos.
Debilidades
•
•
•
El debilitamiento de la posición externa de
Colombia hace que el sistema bancario sea
más vulnerable a shocks externos
La desaceleración en el ritmo de crecimiento
de los depósitos--en relación al crédito--junto
con la participación relativamente baja de los
depósitos minoristas en el sistema reflejan una
mayor dependencia hacia el fondeo mayorista.
El débil historial regulatorio.
Las reglas de capitalización aún rezagadas
respecto a los estándares internacionales.
Fundamento
S&P Global Ratings clasifica al sector bancario de la República de Colombia (moneda extranjera:
BBB/Negativa/A-2; moneda local: BBB+/Negativa/A-2) en el grupo '6' de acuerdo con su Análisis de
Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés). Otros países en el grupo
'6' incluyen a Brasil, Guatemala, Italia, Turquía y Tailandia (vea la gráfica a continuación).
Nuestros criterios para calificar bancos utilizan nuestras clasificaciones de riesgo económico y riesgo
de la industria del BICRA para determinar el ancla de un banco, que es el punto de partida para
asignar una calificación crediticia del emisor. El ancla para los bancos que solo operan en Colombia es
'bb+'.
Nuestra evaluación de riesgo económico de Colombia refleja la desaceleración de su economía y el
deterioro de la balanza comercial del país, lo cual se debe principalmente a los bajos precios del
petróleo y del carbón. Consideramos que la posición de deuda externa y de pasivos del país
continuará debilitándose en medio de la mayor dependencia de deuda durante los próximos dos años
con el fin de financiar en parte el creciente déficit de cuenta corriente. Como resultado de esto, los
mayores riesgos de desequilibrios económicos, en nuestra opinión, presionarían a las instituciones
financieras colombianas. Por otra parte, los bajos niveles de ingreso de las familias (se proyecta que el
PIB per cápita se mantenga por debajo de US$6,500 durante 2016 y 2017), junto con una expansión
crediticia potencialmente rápida, podría elevar el riesgo crediticio en la economía. La depreciación del
peso, la elevada inflación, el impacto de los bajos precios del petróleo en la economía local y las
crecientes tasas de interés podrían aumentar la presión sobre la capacidad de ingresos de las
familias. Dados los menores precios mundiales de las materias primas básicas, estimamos que el
crecimiento del PIB de Colombia se desaceleró a 3.1% en 2015, y probablemente estará en 2.3% en
2016 y en 3.0% en 2017, nivel inferior al 4.5% de 2014. Consideramos que la desaceleración de la
economía podría ser un lastre para el crecimiento del crédito local. En general, esperamos que la
cartera total de crédito crezca entre 10% y 11% en 2016 y entre 12% y 13% para el cierre de 2017, en
comparación con la tasa de crecimiento anual compuesta de 20% de los últimos seis años.
El moderado apetito al riesgo y la ausencia de distorsiones en el sector bancario colombiano
respaldan nuestra evaluación del riesgo de la industria. Los depósitos han mostrado ser estables
incluso durante periodos de inestabilidad en los mercados; sin embargo, el crédito se está
expandiendo más rápido que los depósitos totales en el sistema, y la participación de los depósitos
minoristas como porcentaje del total de los depósitos sigue siendo baja (se estima que está por debajo
de 30% de los depósitos totales). Lo último podría incrementar los riesgos del sistema debido a una
mayor dependencia de las fuentes de fondeo mayoristas, que consideramos menos estables en
tiempos de dificultades económicas y de mercado. Desde 2016, el banco central está centralizando
todos los excedentes financieros de las entidades gubernamentales y los bancos comerciales han
tenido que encontrar fuentes alternativas de fondeo para compensar la salida de esas fuentes baratas
de recursos. Adicionalmente, las empresas relacionadas con el sector petrolero y las entidades cuyas
materia primas están denominadas en moneda extranjera han estado expuestas a los menores
precios del petróleo y a la significativa depreciación del peso frente al dólar. Esas entidades han tenido
menores flujos de efectivo y recursos financieros para canalizar al sistema financiero en forma de
depósitos. Con el fin de reemplazar esos fondos, los bancos han aprovechado el mercado local de
deuda y capitales, el cual ha demostrado ser lo suficientemente amplio y profundo para permitirle a las
entidades con grado de inversión y sin él acceder a fondos con vencimientos de mediano a largo
plazo. Más aún, a pesar de los recientes cambios regulatorios para fortalecer la capitalización del
sistema, todavía consideramos que existe margen para mejorar el marco regulatorio y su trayectoria.
No obstante, la transparencia en el sistema financiero de Colombia es, en general, mayor que la de
sus pares en la región.
Tendencias del riesgo económico y de la industria
La tendencia del riesgo económico se mantiene estable. Esto, debido a que la perspectiva negativa de
Colombia refleja riesgos de que su que su posición externa podría deteriorarse aún más. Sin embargo,
consideramos que nuestra evaluación de riesgo económico ya refleja una vulnerabilidad moderada
respecto a desequilibrios en la cuenta corriente, lo que influye en las instituciones financieras.
Además, consideramos que la resistencia económica de Colombia (niveles de ingreso, expectativas
de crecimiento y diversidad económica) debería mantenerse estable durante los próximos 12 meses.
La clasificación más alta de riesgo económica para el BICRA de Colombia ya captura un deterioro
potencial para el riesgo de crédito, derivado de los crecientes desequilibrios económicos.
La tendencia en el riesgo económico se mantiene estable. También consideramos estable la tendencia
de riesgo de la industria en Colombia. En nuestra opinión, la moderación en la expansión crediticia
observada durante los últimos 12 meses es una consecuencia de los prudentes estándares de
originación ante las condiciones económicas desafiantes. Junto con la ausencia de distorsiones en el
mercado, estos factores aliviarán la presión en términos de dinámicas competitivas. Aunque
esperamos que el crédito se modere este año, los depósitos en el sistema crecerán probablemente a
un ritmo aún menor. Este crecimiento, junto con la participación relativamente baja de depósitos
minoristas en la industria bancaria, podría hacer más vulnerables a los bancos colombianos a los
shocks externos que podrían exprimir los mercados de fondeo mayorista. Sin embargo, consideramos
que el mercado de deuda y capitales de Colombia neutralizará el fondeo a nivel del sistema, ya que ha
demostrado ser moderadamente amplio y profundo al proporcionar fondos de mediano a largo plazo a
entidades con grado de inversión y de grado especulativo.
Riesgo económico | 7
Los factores clave que respaldan nuestra evaluación de riesgo económico de Colombia son la
desaceleración de la economía y el deterioro de la balanza comercial del país, lo cual responde
principalmente a los bajos precios del petróleo y del carbón.
Resistencia económica: Dados los menores precios de commodities a nivel mundial, se
proyecta el crecimiento del PIB en 2.3% en 2016
Estructura y estabilidad económica. En 2015, el PIB de Colombia creció 3.1% —menor al de los
últimos años—dado el menor crecimiento general de los sectores económicos. La construcción, los
servicios financieros y el comercio lideraron el crecimiento, aunque la construcción creció más
lentamente que en 2014. El sector de minería fue impactado por los menores precios de las materias
primas internacionales (commodities) y una menor rentabilidad, aunque se recuperó del declive
observado en 2014. El consumo, la inversión y el gasto gubernamental se desaceleraron. Para 2016,
esperamos una mayor desaceleración de la economía, con un crecimiento de 2.3%; dado los bajos
precios globales del petróleo. El ajuste monetario del banco central y las restricciones al gasto del
gobierno impiden un crecimiento más fuerte. El gobierno anunció recortes adicionales al gasto público
de $6 billones de pesos colombianos (COP) (0.7% del PIB) este año con el fin de cumplir con la meta
de déficit de la regla fiscal de 3.6% del PIB. También prevemos un crecimiento más lento en el
consumo privado así como a la inversión en 2016, lo que refleja mayores precios de importación,
condiciones de crédito más ajustadas y un crecimiento modesto en los salarios reales.
Sin embargo, también esperamos una recuperación modesta en el sector manufacturero dado que la
refinería de Cartagena operaría a toda su capacidad, después de que comenzó a operar parcialmente
en noviembre de 2015. El sector de refinación representa actualmente 12% de la industria
manufacturera y, una vez que la refinería opere a toda su capacidad, debería contribuir al crecimiento
del sector. Sin embargo, la competencia externa así como los altos costos locales limitarán su
desempeño.
Esperamos que la inversión en industrias extractivas siga bajando en 2016 debido al bajo precio de los
commodities. Las estimaciones de precios de Standard & Poor’s suponen un precio de petróleo de
US$40 por barril durante 2016 y de US$45 por barril en 2017. Además, no es probable que la
producción de petróleo sobrepase su nivel actual de alrededor de un millón de barriles diarios, debido
a que no se han logrado grandes descubrimiento y al impacto en la inversión dados los menores
precios del petróleo. De hecho, es probable que la producción de petróleo baje porque alrededor del
mundo las compañías petroleras, incluida Ecopetrol, están recortando costos.
La inversión en infraestructura, conforme avance el programa 4G, así como el acuerdo de paz con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), deberían crear un ambiente de negocios más
boyante durante los próximos años. Esperamos que el crecimiento repunte y promedie 3.5% anual
entre 2017 y 2019.
La inflación al cierre del año pasado se ubicó en 6.8%, muy por encima del objetivo del banco central
de 3% con un margen de +/- 1%. El incremento en el nivel de precios generales derivó del fuerte
impacto del fenómeno climatológico El Niño y su efecto en los precios de los alimentos. Además, la
depreciación del peso colombiano aumentó los costos de importación y de los insumos industriales. A
principios de 2016, la inflación siguió aumentado, y alcanzó 8.6% en junio. Esperamos una inflación
anual promedio de 5.8% en 2016. Sin embargo, esperamos que se reduzca gradualmente en 20172018, a un promedio de 3.7% al cierre del año, a medida que se desacelere la depreciación del peso
colombiano y que el impacto del reciente ajuste monetario haga efecto.
El Banco de la República decidió aumentar la tasa de interés de referencia como respuesta a la
elevada inflación. El banco central aumentó su tasa de política en una serie de movimientos que
sumaron 125 puntos base entre septiembre y diciembre de 2015, y alcanzó 5.75% como respuesta al
aumento repentino de la inflación. Este año, el banco ha aumentado seis veces las tasas, las cuales
se ubicaron en 7.75%. El banco central ha reafirmado su compromiso para ajustar la tasa de política
como sea necesario con el fin de mantener la inflación dentro del objetivo y para adherirse a los
planes fiscales consistentes con el plan del marco fiscal de mediano plazo.
Flexibilidad de la política macroeconómica. El marco de política fiscal del gobierno prioriza una
regla de presupuesto estructural. El gobierno de Santos fortaleció aún más el marco de política fiscal
de Colombia al aprobar leyes que aumentaron la base de ingresos, que redujeron los impuestos a la
nómina, y que introdujeron una regla fiscal que establece un límite para el déficit estructural del
gobierno central, que permite un gasto contracíclico limitado. La regla fiscal busca una reducción
gradual en el déficit del gobierno central durante la próxima década, con un déficit estructural de 1%
del PIB para 2022. La regla de déficit estructural está basada en dos aspectos clave: Crecimiento
potencial del PIB y del precio del petróleo. Un grupo de expertos independientes determina estas
variables. Adicionalmente, la inclusión del concepto de sostenibilidad fiscal en la Constitución podría
limitar posibles impactos fiscales adversos de futuras sentencias de las cortes sobre el gasto
gubernamental.
El gobierno también implementó reformas sobre las regalías del sector de energía y de minería para
los gobiernos locales, creando un fondo de estabilización que ahorra ingresos extraordinarios con el
fin de reducir eventualmente la volatilidad del gasto público a nivel local. Una implementación
apropiada de la reforma podría fortalecer la estabilidad económica y la flexibilidad fiscal durante los
próximos años. Sin embargo, los ahorros acumulados en el fondo de estabilización desde su origen en
2012, siguen siendo bajos, de cerca de 1% del PIB. En 2015, el fondo creció unos US$570 millones, o
0.2% del PIB.
El déficit fiscal de Colombia se incrementaría en 2016. En junio de 2015, el Ministerio de Hacienda
presentó al congreso el marco fiscal de mediano plazo para 2016, que también sienta las bases para
la política fiscal de los próximos 10 años. Este implicó una ampliación mayor del déficit, consistente
con la opinión de corto plazo de que el crecimiento y los precios del petróleo se desviarían de las
expectativas originales y de las tendencias de largo plazo (según lo estableció el comité de expertos).
Incluyendo las revisiones subsecuentes, el objetivo del déficit fiscal del 2016 para el sector público no
financiero es de 2.7% del PIB, con el objetivo de déficit del gobierno central de 3.6% del PIB, que es
superior al 3.0% de 2015. La ampliación del déficit fue ocasionada por la caída de los precios del
petróleo, más que por el crecimiento por debajo de potencial. De acuerdo con las estimaciones del
gobierno, los ingresos del petróleo solo representarán alrededor del 1% de los ingresos totales del
gobierno central en 2016, inferior al casi 20% (el reciente record histórico) de 2013. Para compensar
las pérdidas, el gobierno espera cierto incremento en los ingresos fiscales, como resultado de los
esfuerzos para reducir la evasión fiscal, pero el componente clave serían los recortes al presupuesto
discrecional. En febrero, el gobierno anunció recortes presupuestales adicionales por COP6 billones
(aproximadamente 0.7% del PIB). Esto está en línea con nuestro escenario base, que incorpora la
capacidad y voluntad de recortar el gasto para cumplir con el objetivo fiscal del gobierno central este
año. Lo que a su vez, es consistente con nuestra proyección de un déficit del gobierno general de un
3% del PIB en 2016.
Después de 2016, suponemos que el gobierno reducirá el déficit en línea con los lineamientos de
presupuesto estructural incluidos en el marco fiscal de mediano plazo. Esto, a pesar de que las
presiones en el ingreso y gasto se presionarían. El acuerdo de paz debería implicar gastos
adicionales. Además, el impuesto a las transacciones fiscales y el impuesto sobre el patrimonio
expirarán al cierre de 2018. Por último, cualquier reevaluación de los precios estructurales del
petróleo, dadas las tendencias mundiales, podría presionar aún más el ritmo de ajuste. Los dos puntos
anteriores subrayan la importancia del diseño y aseguramiento de medidas de ajuste compensatorias.
Si bien la reforma, particularmente del lado de los ingresos, se ha pospuesto en varias ocasiones
dadas las diversas consideraciones políticas, Colombia ha incrementado en repetidas ocasiones los
ingresos según sea necesario, ya sea cuando expiran impuestos, o para fondear mayores gastos de
seguridad. Las medidas tributarias que el gobierno posiblemente pueda considerar, de acuerdo con la
sugerencia de una comisión de expertos independientes, incluyen la reforma del impuesto al valor
agregado además de los impuestos sobre la renta y corporativos. Nuestras proyecciones y
calificaciones incorporan nuestro escenario base de que las medidas necesarias, ya sea en el gasto o
en los ingresos, avanzarán, y el déficit del gobierno general se moderará a cerca de 2% del PIB hacia
2018.
Riesgo político. Los partidos políticos están de acuerdo en políticas sólidas, a pesar de cierta
polarización reciente. Colombia tiene un historial establecido de ejecución de políticas sólidas sin
importar el partido político, con una firme tradición democrática. No ha incumplido en su deuda
soberana, ni ha experimentado hiperinflación, a diferencia de muchos de sus pares latinoamericanos.
Durante años, el poder se alternó entre los partidos liberal y conservador, hasta que el expresidente
Álvaro Uribe reunió el apoyo de una coalición de varios partidos más pequeños. Él consolidó el apoyo
entre figuras políticas (incluidos los anteriores partidos tradicionales) y de la población para enfrentar
las condiciones adversas de seguridad de larga data, trabajó con Estados Unidos y el ‘Plan Colombia’
(un esfuerzo conjunto entre ambos gobiernos, con ayuda financiera y respaldo técnico de Estados
Unidos) para combatir el tráfico de drogas y la violencia asociada a este. El presidente Santos, anterior
ministro de Defensa del presidente Uribe y su protegido político, atrajo el apoyo inicial de estos
partidos para fundar el Partido de la U. Posteriormente, Uribe fundó el Centro Democrático, que
actualmente es el principal opositor del gobierno de Santos.
En nuestra opinión, con las altas posibilidades de un acuerdo de paz, el conflicto interno con la
guerrilla ya no restringe nuestra evaluación de efectividad institucional y de gobierno. La amenaza a la
seguridad ha disminuido sustancialmente en los últimos años y no es probable que regrese de manera
repentina.
Un acuerdo de paz representaría un paso importante para reducir la violencia, pero los retos
continúan. Una mayor y constante disminución de la violencia, que ha plagado a Colombia durante
más de medio siglo, tendría muy probablemente un efecto económico positivo sustancial de largo
plazo, que incluye un importante elemento social. Sin embargo, un acuerdo con las FARC no
significaría necesariamente el final inmediato de los problemas de seguridad de Colombia. El gobierno
y el otro movimiento guerrillero, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), anunció el 30 de marzo los
planes formales para iniciar negociaciones de un acuerdo de paz después de dos años de diálogos de
acercamiento. El gobierno continuará enfrentando a las ‘bandas criminales’ (BACRIM, grupos
criminales que se formaron tras la desmovilización de grupos de guerrilla derechista) y grupos de
tráfico de drogas. El crimen organizado también ha extendido sus actividades al contrabando y a la
minería ilegal de oro, lo cual presenta un desafío adicional para las fuerzas de seguridad de Colombia.
Tabla 1. Resistencia económica
(%)
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016P
2017P
PIB nominal (miles de millones US$)
287
335
370
380
378
291
271
300
PIB per cápita (US$)
6456
7458
8126
8260
8117
6190
5697
6238
Crecimiento del PIB real (%)
4
6.6
4
4.9
4.3
3.1
2.3
3
Tasa inflacionaria (IPC) (%)
2.3
3.4
3.2
2
2.9
5
7.7
6
Cambio en deuda general del gobierno como % de PIB
3.8
2.4
0.5
2.8
5.4
6.6
5
3
Deuda neta general del gobierno como % de PIB
32.6
30.7
29.3
28.7
31.4
36
36.4
36.5
P—Proyectado.
IPC—Índice de precios al consumidor
Fuente: S&P Global Ratings.
Desequilibrios económicos: Posición externa de Colombia cada vez más débil debido a la
dependencia esperada de deuda durante 2016-2017
Fase expansiva. En nuestra opinión, la economía de Colombia está en una fase expansiva. El total de
los créditos en el sistema bancario creció 14% en 2015 y, aunque esperamos un ritmo de crecimiento
menor en 2016 (en torno a 10% - 11%), consideramos que el crecimiento de la cartera de crédito
seguirá mostrando doble dígito. Consideramos que la economía colombiana está por desacelerarse
nuevamente este año debido a las bajas de los precios mundiales del petróleo, que esperamos tengan
un efecto más fuerte en la demanda interna en 2016. Colombia reportó un crecimiento del PIB real de
3.1% en 2015, el cual se debilitará a 2.3% en 2016, solo para repuntar a 3.0% en 2017. Para 2017, la
expansión crediticia podría ser de aproximadamente 12% - 13%, considerando mejores expectativas
de crecimiento económico y la implementación de proyectos de inversión asociados con el programa
de infraestructura 4G del gobierno. Esperamos que el crédito al sector privado crezca 2% del PIB, en
promedio, en los próximos dos años. El ritmo de crecimiento de crecimiento de los precios de las
viviendas nuevas se están moderando—crecimiento anual real de 5.7% durante los últimos cinco años
en promedio—y 6.3% en el caso de las viviendas usadas. En nuestra opinión, también refleja que el
ritmo de crecimiento de los créditos hipotecarios se está moderando, el cual aumentó en 15.1% en
2015, el nivel más bajo observado en los últimos seis años.
En 2015, los créditos corporativos y comerciales (que representaban 61% del total de la cartera,
incluyendo los microcréditos) fueron el principal motor del crecimiento del crédito, ya que aumentaron
en 15% respecto a 2014. Los créditos al consumo (que representan 27% del total de la cartera)
mantuvieron su ritmo de crecimiento estable en 12%. Las hipotecas, que aún tienen una participación
relativamente baja (12%), desaceleraron su crecimiento a 15% desde 17% en 2014 y 19% en 2013.
Crecimiento del crédito en el sector privado. El crecimiento económico se moderó en 2015 a 3.1%
desde 4.3% en 2014 y el crédito al sector privado como porcentaje del PIB aún es relativamente bajo
en comparación con los de otros países; sin embargo, consideramos que una rápida expansión del
crédito podría añadir riesgos al sistema financiero a medida que la deuda corporativa y personal
aumenta. Si el crecimiento de la cartera rebasa nuestras expectativas podría aumentar los riesgos en
el sistema financiero.
Esperamos que el crecimiento del crédito se ubique entre 10% y 11% en 2016, con un repunte entre
12% y 13% en 2017. Nuestro escenario base refleja nuestra expectativa de una demanda interna más
lenta debido a un consumo privado más débil, además de una inversión menor en obras públicas
durante 2016. Sin embargo, la inversión actual bajo el financiamiento del Plan de Concesión 4G (como
parte del ambicioso plan de infraestructura del gobierno) debería aparecer en los balances de los
bancos en 2016. Para este año, esperamos un mayor dinamismo en la cartera de crédito hipotecaria
respecto a los créditos comerciales y de consumo. En nuestra opinión, los bancos comerciales han
mostrado un menor apetito por créditos de consumo en años recientes debido al creciente
apalancamiento de los individuos. La penetración bancaria en Colombia también ha aumentado de
manera constante, y esperamos que el crédito al sector privado se ubique entre 46% y 48% durante
2016 y 2017.
Precios de los bienes raíces. Colombia publica datos adecuados respecto a los precios de la
vivienda. Prepara y publica índices separados de precios de viviendas nuevas y usadas, además de
los indicadores para las principales ciudades. Todos estos índices siguen tendencias similares; sin
embargo, tomamos el índice de viviendas nuevas como nuestro indicador principal.
En 2015, el índice colombiano de precios de viviendas nuevas reflejó un crecimiento sin cambio en
términos reales, mientras que el de viviendas usadas aumentó en 8% en términos reales respecto a
2014. En el caso de las viviendas usadas, el índice muestra una tasa de crecimiento anual promedio
de 6.28% durante los últimos cuatro años, mientras que para las nuevas viviendas, el índice cayó al
margen de 5.72% desde la estimación de 7.14% de 2014. En nuestra opinión, estas tendencias
reflejan una menor demanda ante las condiciones económicas desafiantes en el país (mayores costos
de fondeo potenciales, actividad económica en desaceleración y una tasa inflacionaria relativamente
alta). Las hipotecas en el sistema bancario están orientadas principalmente a las familias de ingresos
medios y bajos. Estos créditos aumentaron en un 15% en términos nominales en 2015, por debajo del
promedio de 18% para 2013 y 2014. Considerando la tendencia de los últimos tres años, este
crecimiento podría seguir desacelerándose, y esperamos que se mantenga en torno a 14%-14.5% en
los próximos dos años. En nuestra opinión, las adecuadas políticas de originación y los límites
regulatorios del índice de valor de mercado (LTV, por sus siglas en inglés) de los créditos hipotecarios
deberían seguir mitigando el riesgo.
Precios en el mercado accionario. Las exposiciones del sistema bancario al mercado accionario
local son moderadas, las tenencias locales de acciones representaron aproximadamente 2.5%-3% de
los activos del sector bancario al 31 de diciembre de 2015. Los bancos tienen reglas específicas para
la inversión de capital, en las que se prohíbe el intercambio activo o las posiciones especulativas de
tales instrumentos.
Balanza de la cuenta corriente y posiciones de deuda externa. La posición externa de Colombia
es una vulnerabilidad moderada; por lo tanto, tiene un impacto en nuestra clasificación inicial de
desequilibrios económicos. El déficit de la cuenta corriente aumento a 6.5% del PIB en 2015, desde
5.2% en 2014 y un promedio de 3.1% durante entre 2010 y 2013, lo cual refleja un deterioro
significativo en la balanza comercial. El déficit comercial de Colombia en 2015 fue de US$14.0 billones
(o 4.8% del PIB), más de tres veces que en 2014. El deterioro fue el resultado de una caída en las
exportaciones de petróleo, las cuales bajaron cerca de 50%, así como menores exportaciones de
carbón, las cuales cayeron más de 30% frente a 2014. Al mismo tiempo, otras exportaciones también
cayeron en cerca de 10%, puesto que la depreciación del peso todavía no se ha traducido en un
impacto positivo para las exportaciones. Los mayores déficits comerciales y de cuenta corriente como
porcentaje del PIB también reflejaron el impacto de la significativa depreciación monetaria al PIB.
La mayor dependencia hacia la deuda externa para financiar el mayor déficit de la cuenta corriente, en
combinación con menores ingresos de la cuenta corriente entre 2015 y 2018, explican el deterioro de
la posición externa de Colombia. Estimamos que la deuda externa neta en sentido estricto se ubicó en
77% de los ingresos de la cuenta corriente, por encima del 52% en 2014 y 42% en 2013. También
esperamos que este deterioro continúe durante los próximos dos años, y que la deuda externa neta en
sentido estricto se estabilice después de 2017, alrededor de 105% de los ingresos de la cuenta
corriente. Las tenencias de no residentes siguieron creciendo, y totalizaron COP36,664 billones al final
de 2015, un incremento de 23% frente a 2014. Sin embargo, en términos de dólares, bajaron a
US$11.5 billones; esperamos que estos aumenten tanto en dólares como en pesos colombianos
durante el periodo 2016-2018. Esperamos también que las necesidades de financiamiento externo
bruto se mantengan ligeramente por debajo de 100% de la suma de ingresos de la cuenta corriente y
las reservas utilizables de 2016 a 2018.
Tabla 2. Desequilibrios económicos
(%)
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016P 2017P
Cambio anual en crédito interno al sector privado & NFPEs como % del
PIB
3
2.2
2.7
2.1
3
3.4
0.2
1.5
Cambio anual en los precios de la vivienda residencial (real): nacional
14.9 5.8
8.7
8.5
5.6
0.1
2.1
3.8
Cambio anual en el índice de acciones (ajustado por inflación)
31.3 (21.7) 13
Balanza de la cuenta corriente como % del PIB
(3.0) (2.9)
(3.1) (3.2)
(5.2)
(6.5)
(6.1)
(5.1)
Deuda externa neta como % del PIB
1.2
(0.7) (0.8)
(1.7)
0.1
3.1
4.9
1.9
(13.2) (13.9) (31.5)
NFPEs—empresas no financieras del sector público.
P—proyección.
Fuente: S&P Global Ratings
Riesgo crediticio en la economía: Economía en desaceleración, crecimiento modesto en
salarios reales, altos niveles de inflación y crecientes tasas crediticias están poniendo presión
en la capacidad de endeudamiento de los hogares
En nuestra opinión, los bancos colombianos afrontan un riesgo elevado debido a los bajos niveles de
ingreso de las familias aunado al rápido crecimiento del crédito observado en años recientes. Sin
embargo, el sistema bancario ha mantenido indicadores de calidad de activos sólidos y estables. A
mayo de 2016, el índice de activos improductivos (cartera con vencimiento mayor a 90 días más
activos adjudicados) se ubicó en un adecuado 2.0% (1.9% al cierre de 2014 y 2015), con una
cobertura con reservas de 2.1x (2.2x al cierre de 2014 y 2015). Los activos improductivos aún se
mantienen por debajo del nivel máximo de 2.7% que alcanzaron en 2009.
Para el periodo de 2016 a 2017, las difíciles condiciones económicas en el país (el lento crecimiento
de la economía, la alta inflación y la depreciación del peso colombiano) junto con la desaceleración en
el crecimiento del crédito podrían deteriorar los indicadores de calidad de activos. También
consideramos que los bajos precios del petróleo podrían contribuir a tal deterioro, no porque existiera
una elevada exposición de los bancos al sector de petróleo y gas—de hecho, consideramos que la
exposición de los bancos colombianos al sector de energía no representa un factor significativo en sus
balances—sino debido al impacto negativo que tendría una mayor probabilidad de golpear el
crecimiento económico del país y, por lo tanto, la demanda interna. Las pérdidas crediticias se
ubicaron en 1.9% al cierre de 2015 y han promediado 1.5% en los últimos cinco años. Prevemos que
las pérdidas crediticias respecto al total de la cartera en el sistema podrían mostrar un ligero deterioro
en 2016 y 2017 respecto al de años recientes. Actualmente, estimamos que las pérdidas crediticias se
ubicarán entre 2% y 2.5% de los créditos totales.
Capacidad de endeudamiento y apalancamiento del sector privado. En nuestra opinión, los
bancos comerciales colombianos aún tienen margen para crecer en los próximos años, considerando
la todavía relativamente baja penetración bancaria en el país, que medimos como crédito al sector
privado al PIB, y esperamos que este índice se ubique en torno a 48% en promedio durante 2016 y
2017. Sin embargo, esperamos que las estrategias de crecimiento de los bancos sigan moderándose
durante los próximos dos años considerando los bajos ingresos de los hogares (se proyecta que el
PIB per cápita se mantenga por debajo de US$6,500 durante 2016 y 2017, nivel muy bajo) y la
presionada capacidad de deuda debido a un modesto crecimiento en los salarios reales. Los bancos
también moderarán su crecimiento para aminorar el impacto de una desaceleración en la economía
colombiana, incluso la elevada inflación—proyectada en 5.8% en 2016 y reduciéndose hacia un
promedio de 3.7% anual durante 2017-2018—y la depreciación del peso colombiano (sobre 30%
contra el dólar el año pasado). Además, las crecientes tasas crediticias también están presionando la
capacidad de deuda de las familias. En nuestra opinión, es probable que estos factores sigan siendo
las principales limitantes en nuestra evaluación de riesgo crediticio elevado de Colombia en los
próximos dos años.
Al 30 de junio de 2016, la deuda de los hogares en Colombia estaba compuesta por créditos al
consumo (68%) e hipotecas (32%). La deuda de los hogares aumentó en 13% en 2015 y esperamos
que crezca en torno al 12%-13% en 2016-2017. En 2015, el servicio de deuda de los hogares
representó 22.2% de su ingreso total, lo que refleja niveles mayores de endeudamiento respecto a
2014 y 2013, cuando este índice se ubicó en 20.9% y 21.2%, respectivamente. Esta información
proviene del Banco de la República (banco central colombiano) y CIFIN (Central de Información
Financiera).
El apalancamiento del sector corporativo se mantiene moderado, este representó 28.5% del PIB de
Colombia al 31 de diciembre de 2015 (México 25%, Brasil 29%, Chile 122%, Perú 29% y Panamá
42%). Esperamos que este sector mantenga su nivel de apalancamiento moderado, ya que
proyectamos que la deuda corporativa a PIB se mantendrá por debajo de 30% en 2016 y 2017.
Estándares de originación y otorgamiento de crédito. Colombia tiene estándares de originación y
otorgamiento de crédito moderadamente conservadores cuando menos, en nuestra opinión. Respecto
al mercado hipotecario, que sigue siendo pequeño (aproximadamente 13% del total de los créditos en
el sistema; el 93% está en manos del sistema bancario, el resto está titularizado), los índices de valor
de mercado (LTV, por sus siglas en inglés) están regulados. Los bancos no pueden prestar más del
70% del precio de una vivienda (y 80% en caso de vivienda de interés social). A marzo de 2016, 70%
de los créditos hipotecarios del sistema bancario colombiano eran para viviendas diferentes de interés
social y 30% para vivienda de interés social. Más aún, las hipotecas vinculadas a la inflación han caído
significativamente desde 2007. A abril de 2016, los créditos hipotecarios denominados en unidades de
valor real (UVR, unidades que se ajustan de acuerdo con la inflación) representaban el 19.7% nivel
menor que el 65.5% de 2007. En nuestra opinión, esto reduce el riesgo en el portafolio hipotecario,
dadas las características de amortización negativa de los créditos denominados en UVRs.
En nuestra opinión, las condiciones anémicas para las entidades relacionadas con el sector petrolero y
aquellas expuestas a un peso cada vez más débil representan un riesgo para el sector bancario. Sin
embargo, su exposición manejable a estas entidades es un factor atenuante. La exposición de los
bancos colombianos al sector de petróleo y gas también es baja. Al 31 de diciembre de 2015 era de
COP3,815 billones (equivalente a US$1,200 millones), alrededor de 1.8% de los créditos comerciales
totales y 1.1% del total de créditos en el sistema. Este monto también es manejable en relación al
capital total del sistema bancario, el cual representa un 5%. A marzo de 2016, los créditos al sector de
la construcción--que podría ser vulnerable en medio de condiciones económicas desfavorables-representaron alrededor del 8% del total de créditos. En términos de concentraciones en un solo
cliente, los 50 clientes principales en el sistema bancario representaban el 19% del total de los
créditos comerciales y el 11% del total de los créditos al 31 de diciembre de 2015. La exposición del
sistema bancario colombiano a los préstamos denominados en moneda extranjera es limitada, menos
de 6% a junio de 2016.
Otro factor que podría impedir que los indicadores de calidad de activos se deteriore significativamente
ante difíciles condiciones económicas es la importante participación que tienen los créditos de nómina
dentro de la cartera de consumo, 37% a abril de 2016. De hecho, este producto presenta el índice de
cartera vencida más bajo (créditos con un vencimiento mayor de 90 días) de la cartera de consumo
(1.35% vs. 2.44%).
Cultura de pago y cumplimiento de la ley. La cultura de pago y el cumplimiento de la ley en
Colombia son débiles, y generan un mayor peso en el riesgo crediticio, en nuestra opinión.
Observamos que los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial para "el cumplimiento de la ley"
y "control de corrupción" al cierre de 2014 seguían siendo débiles en un promedio de 0.37 negativo.
Por otra parte, la corrupción sigue siendo un problema, ya que, de acuerdo con Transparencia
Internacional (TI), el país clasifica en el lugar 83 de 168 en 2015, con lo que se compara
desfavorablemente con muchos de sus pares de la región, como Chile (23), Costa Rica (40), El
Salvador (72) y Brasil (76). Aunque Colombia se compara favorablemente con Perú (88), México (95)
y Argentina (107), todavía está muy por detrás de los países desarrollados, como España (36).
Consideramos que hay un margen de mejora en el marco jurídico de Colombia, en particular, en la
capacidad de los acreedores para recuperar el colateral.
Tabla 3. Riesgo crediticio en la economía
(%)
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016P 2017P
PIB per cápita (US$)
6,456 7,458 8,126 8,260 8,117 6,190 5,697 6,238
Crédito interno al sector privado & NFPEs como % del PIB
33.5
35.6
38.3
40.4
43.3
46.7
46.9
48.4
Deuda personal como % del PIB
12.7
13.7
15.0
16.0
17.1
18.3
18.6
19.3
Deuda de empresas como % del PIB
20.8
22.0
23.3
24.4
26.2
28.5
28.4
29.3
Activos improductivos como % de los préstamos totales (al cierre del
año)
1.8
1.6
1.8
2.0
2.0
2.0
2.3
2.5
Préstamos en moneda extranjera (% de los préstamos totales)
5.6
6.5
6.3
6.1
6.8
6.8
6.0
6.0
NFPEs—empresas no financieras del sector público.
P--Proyección. Fuente: S&P Global Ratings.
Escenario base de pérdidas crediticias
Esperamos que las pérdidas crediticias en los próximos 12 a 18 meses se mantengan entre 2% y
2.5% sobre los créditos totales, con base en los siguientes supuestos:
•
•
•
•
•
El crecimiento del PIB de Colombia se desacelerará a aproximadamente 2.3% en 2016 y
repuntará a 3.0% en 2017, debajo del 4.3% en 2014 y 3.1% en 2015, debido a los menores
precios de los commodities a nivel mundial. Consideramos que la exitosa implementación del
ambicioso plan de infraestructura del gobierno debería impulsar las expectativas de
crecimiento en los próximos años, lo que contrarrestaría potencialmente el impacto de los
menores precios del petróleo.
En nuestra opinión, la cartera vencida podría deteriorarse en 2016-2017 debido a las
desafiantes condiciones económicas (economía en desaceleración, altos niveles inflacionarios
y la depreciación del peso, entre otros factores) y los mayores niveles de endeudamiento de
los hogares. La tasa de desempleo en crecimiento (proyectada en torno a 9.5% en 2016-2017)
podría presionar la cartera vencida, también.
Proyectamos que el crecimiento del crédito se modere en torno a 10%-11% en 2016 y en
torno a 12%-13% en 2017.
Consideramos que el mantenimiento de prudentes políticas de originación, junto con
limitaciones regulatorias sobre los índices de LTV de los créditos hipotecarios y la importante
participación de los créditos de nómina dentro del total de créditos minoristas (que
representan un riesgo bajo respecto a otros créditos de consumo) deberían limitar en cierta
medida un deterioro potencial en los indicadores de calidad de activos.
Los riesgos clave que podrían presionar las estimaciones de pérdidas crediticias en nuestro
escenario base son un marcado incremento en las tasas de interés y de desempleo. Estas
podrían incrementar el riesgo de un aumento significativo en las pérdidas crediticias de los
bancos.
Tabla 4. Escenario base de pérdidas crediticias
Porcentaje de créditos totales
2013
2014
2015
2016P
2017P
1.50
1.50
1.90
2.25
2.35
P--Proyectado. Fuente: S&P Global Ratings.
Riesgo de la industria | 5
Los factores clave que respaldan nuestro riesgo de la industria de Colombia son su moderado apetito
al riesgo y la ausencia de distorsiones en el mercado. La creciente dependencia del fondeo mayorista
está compensada en cierto grado por su mercado de deuda y capitales que consideramos
moderadamente amplio y profundo, que provee fondeo de mediano y largo plazo a los participantes
del mercado.
Marco institucional: Cumplimiento regulatorio razonable con estándares internacionales
Regulación y supervisión bancaria. Evaluamos la regulación y supervisión bancaria de Colombia
como intermedia, ya que, en general, están en línea con los estándares internacionales. La
Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) supervisa a los bancos, instituciones financieras no
bancarias, aseguradoras, fondos de pensiones y de inversión, y corredores de bolsa. En este sentido,
el país tiene una extensa cobertura y una supervisión bastante efectiva. El cumplimiento regulatorio
con los estándares internacionales es razonable, pero consideramos que tiene oportunidades de
mejora. Consideramos que la regulación y la supervisión han mejorado gradualmente desde la crisis
financiera de finales de los 90 y continuará haciéndolo. Desde 1999, las autoridades han desarrollado
aún más su régimen de resolución, estándares de originación, gobernabilidad, transparencia, liquidez
e indicadores de capitalización. La capitalización sigue siendo el principal desafío regulatorio, pero
esperamos que las modificaciones realizadas recientemente a la regulación fortalezcan la
capitalización en el largo plazo.
El índice actual de capitalización regulatoria de Colombia tiene muchas carencias referentes a la
calidad de capital y de activos ponderados por riesgo. Colombia no tiene planes claros para
implementar completamente las reglas de Basilea III. Sin embargo, el regulador colombiano cambió su
definición de capital Tier 1 en 2012 con el fin de apegarse más a los estándares propuestos de Basilea
III. Aun, una gran cantidad de intangibles e instrumentos subordinados mantendrán el contenido de
capital de los bancos colombianos para evitar un impacto inmediato sobre los índices de capital básico
Tier 1. Sin embargo, en el futuro, los intangibles – como el crédito mercantil– tendrán que cumplir con
las nuevas reglas para que los órganos reguladores de Colombia los consideren como capital. Por
consiguiente, la efectividad de estas nuevas reglas no será palpable durante muchos años. En 2014,
el Ministerio de Finanzas modificó la ley respecto a los instrumentos que componen el capital
regulatorio fundamental (core) para los bancos. Bajo la nueva ley, los instrumentos de capital híbrido
(con capacidad para absorber pérdidas) se incluyen en los índices de capital, lo que está en línea con
los estándares internacionales.
De acuerdo con las reglas que entraron en vigor en agosto de 2013, el índice de suficiencia de capital
mínimo regulatorio se ubicó en 4.5% para el capital básico o Tier 1 y en 9% para el capital técnico. Las
autoridades publican un reporte mensual que sigue el índice de solvencia del sistema bancario y, a
mayo de 2016, el índice de capitalización del sistema promedió 16.0% (mientras que el índice Tier 1
se mantuvo en 10.1%). Por otro lado, nuestro marco de capitalización ajustada por riesgo (RACF, por
sus siglas en inglés) muestra que los principales bancos en Colombia se ubican dentro de los niveles
de débil a moderado, y es uno de los más bajos entre sus pares regionales. Consideramos que esto
deriva de una calidad de capital relativamente débil, con varios intangibles considerados como capital
(por ejemplo, créditos mercantiles) y una diferencia en la forma de medir los activos ponderados por
riesgo, incluyendo la ausencia de un cargo por riesgo operativo. Muchos de estos intangibles
continuarán siendo reconocidos como capital, y no esperamos que Colombia implemente un cargo por
riesgo operativo en el futuro cercano.
Consideramos que el manejo de la liquidez de Colombia es sólido. Los reguladores dan seguimiento a
la liquidez del sistema cada dos semanas a través de dos índices: el cálculo de una brecha de liquidez
y un índice de los activos líquidos sobre los requerimientos de liquidez, que se miden en grupos de
siete, 15, 30 y 90 días. Una brecha negativa en el grupo de siete o 30 días disparará de manera
inmediata acciones regulatorias. La regulación colombiana también establece límites adecuados
respecto a exposiciones a monedas extranjeras, transacciones con partes relacionadas y
concentraciones en un solo cliente.
Historial regulatorio. Nuestra evaluación como débil incorpora los eventos que causaron la crisis
bancaria colombiana a finales de los 90 y la postura reactiva de las autoridades ante esta. En ese
momento, varias instituciones financieras incumplieron y la mayoría de aquellas que sobrevivieron
requirieron inyecciones de capital del gobierno. Las principales causas detrás de la crisis fueron la
rápida expansión del crédito en los años anteriores a la crisis, los inadecuados estándares de
originación– particularmente en el mercado hipotecario – y una burbuja del precio de vivienda. Durante
los últimos años de la década de los 90, a nivel mundial hubo una la aversión al riesgo hacia los
mercados emergentes, la cual se tradujo en fugas de capital. En respuesta, el banco central tomó
medidas para defender la moneda local, y las tasas de interés repuntaron, lo que generó el deterioro
severo de la calidad de activos y la caída de los precios de la vivienda. La consecuencia fue una
realineación total del sistema financiero y varias reglas nuevas para evitar que volviera a suceder.
Las autoridades han dado varios pasos hacia una regulación más preventiva y una supervisión activa.
Consideramos que el régimen de resolución de Colombia es riguroso y que los detonadores para la
intervención, o arreglos de administración especial, son adecuados y preventivos. Estos incluyen
prácticas sospechosas de gobierno y déficits de liquidez y capitalización. Durante la desaceleración
económica de 2008-2009, no hubo quiebras de bancos en el sistema financiero colombiano y las
autoridades actuaron rápida y efectivamente para reforzar la liquidez a través de una flexibilización
monetaria y la relajación de los requerimientos de reservas bancarias. Al mismo tiempo, Colombia
tomó medidas para bajar el ritmo de crecimiento del crédito en segmentos riesgosos. Aunque la
calidad de los activos se deterioró durante el ciclo económico adverso, se mantuvo en niveles
manejables; los activos improductivos alcanzaron 2.7% y los castigos netos se ubicaron en 1.8%.
Además, Colombia fortaleció los estándares de aprovisionamiento y los índices de liquidez después
del ciclo económico adverso. Las autoridades también revisaron sus estándares de capitalización.
Gobernabilidad y transparencia. Evaluamos la gobernabilidad y la transparencia como al menos
adecuada. Colombia tiene adecuados controles y reglas para evitar prácticas sospechosas y fraudes
potenciales. El incumplimiento a estas reglas podría conducir a la intervención regulatoria. En nuestra
opinión, la transparencia del sistema financiero es fuerte y se compara favorablemente con otros
sistemas financieros de la región. Todas las entidades reguladas deben proporcionar reportes
mensuales, que incluyen estados financieros e información detallada de la calidad de activos. Más
aún, el regulador reporta de manera periódica sobre otras variables importantes, como la liquidez, la
concentración de la cartera, la cartera de tarjetas de crédito, las cosechas, la capitalización, la
composición de la base de depósitos (minorista/mayorista) y exposiciones a moneda extranjera.
Información sobre LTVs de las carteras hipotecarias, índices de precios para viviendas nuevas y
usadas y niveles de deuda personal está disponible. La estandarización de las cuentas financieras es
adecuada y, en 2015, las instituciones financieras reguladas adoptaron las Normas Internacionales de
Información Financiera (IFRS, por sus siglas en inglés).
Dinámica competitiva: Sin distorsiones significativas en el sistema bancario colombiano
Apetito al riesgo. En nuestra opinión, el apetito al riesgo en la industria bancaria colombiana es
moderado. Durante los últimos cinco años, la rentabilidad promedio de los bancos ha sido
moderadamente más alta que la de los otros sectores económicos. Nuestra evaluación como
moderada también considera la tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) de los créditos totales
en el sistema bancario durante los últimos cuatro años, que se ubica en 15%. Por otro lado, la
rentabilidad de los bancos colombianos está en línea con otros sistemas bancarios en la región: el
retorno a capital (ROE, por sus siglas en inglés) promedio para los últimos tres años fue de 13%,
comparado con el 18% promedio para Brasil, México y Panamá.
Nuestra evaluación como moderada está mitigada parcialmente por una originación razonablemente
conservadora, el uso limitado de titularizaciones y la ausencia de productos complejos o con mayor
riesgo. Por ejemplo, los productos de bajo riesgo, como los préstamos de nómina, representaban 37%
del total de créditos al consumo del sistema bancario a abril de 2016; la cartera vencida de los créditos
de nómina se ubicó en 1.35% a abril de 2016, comparado con el 2.44% de la cartera al consumo en
general. En nuestra opinión, las prácticas de compensación recompensan la adopción de un riesgo
prudente y existe una probabilidad muy baja de que el sistema bancario incremente su apetito al
riesgo u otros productos complejos en el futuro cercano. Además, nuestra evaluación moderada para
el apetito al riesgo refleja el enfoque conservador del sistema bancario en términos de hipotecas. Los
índices de LTV están regulados y los bancos no pueden prestar más del 70% de los precios de una
vivienda (y 80% para las viviendas de interés social). A marzo de 2016, los LTVs para viviendas
diferentes de interés social se ubicaron en 48.7%, mientras que para las de interés social se ubicaron
en 59.5%.
En nuestra opinión, la tendencia de moderación en la expansión crediticia observada durante los
últimos 12 meses, como consecuencia de los prudentes estándares de originación ante las
desafiantes condiciones económicas, también refleja un apetito moderado al riesgo en el sistema
bancario de Colombia.
Estabilidad de la industria. Evaluamos la industria bancaria de Colombia como al menos
moderadamente estable. La participación de mercado de los bancos se ha mantenido razonablemente
estable durante los últimos cinco años, después de la consolidación entre 2004 y 2007. El sistema
bancario colombiano está conformado por 25 entidades, los cinco primero bancos mantenían
alrededor del 60% del total de créditos y depósitos totales al 31 de mayo de 2016. La consolidación
siguió a la crisis financiera de finales de la década de los 90, tras la quiebra de muchos bancos y la
relativa debilidad de varias instituciones a partir de entonces. Los bancos estatales que fueron
nacionalizados durante la crisis después fueron privatizados gradualmente y el mercado pasó por una
consolidación adicional en 2004-2007, lo que redujo el número de instituciones a 16 desde 30 en
1997.
La regulación en Colombia no presenta barreras de entrada significativas, en comparación con otros
sistemas de la región. Sin embargo, la preponderancia de los bancos colombianos más grandes
dificulta a los participantes pequeños y medianos ser competitivos – pero el sistema bancario de
Colombia está atrayendo a participantes extranjeros. Por ejemplo, el banco Itau Unibanco Holding S.A.
(BB/Negativa/B) ubicado en Brasil a través del acuerdo de fusión con Banco Itau Chile con
CorpBanca, actualmente tiene presencia en Colombia. Itau Corpbanca está clasificado como la sexta
institución financiera más grande de Colombia con una participación de mercado de 6% en términos
de créditos y la quinta con una participación de mercado de 6.7% en términos de depósitos.
En nuestra opinión, los nuevos participantes podrían incrementar la competencia entre los bancos
locales. Además, consideramos que esto no debería debilitar la estabilidad de la industria, ya que los
principales participantes están bien consolidados. No obstante, no descartamos la posibilidad de que
entren nuevos participantes extranjeros al sistema a través de la adquisición de bancos pequeños o
medianos, aunque esto no debería afectar la dinámica competitiva en el país o cambiar la composición
actual del sistema bancario en términos de la participación de mercado.
En los últimos años, grandes bancos colombianos como Bancolombia, Banco de Bogotá y Banco
Davivienda, empezaron a expandirse hacia Centroamérica. Bancolombia fue el pionero con su
adquisición del Banco Agrícola (B+/Estable/B), ubicado en El Salvador. Bancolombia incrementó
recientemente su presencia en Centroamérica a través de la adquisición del banco HSBC Panamá y a
través de su participación mayoritaria de 60% en el Grupo Financiero Agromercantil ubicado en
Guatemala. El Banco de Bogotá adquirió BAC International Bank Inc. (BBB-/Negativa/A-3), uno de los
conglomerados financieros más grandes en Centroamérica, con operaciones en Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Más recientemente, el Banco de Bogotá
incrementó su presencia en Centroamérica a través de las adquisiciones del Banco Reformador
ubicado en Guatemala y BBVA Panamá. En 2012, el Banco Davivienda, S.A., el tercer banco más
grande en Colombia (por activos) adquirió las subsidiarias de HSBC en Costa Rica, El Salvador y
Honduras. El Banco GNB Sudameris (no calificado) de Colombia también está buscando diversificarse
geográficamente, pero busca crecer en Sudamérica a través de la adquisición de subsidiarias de
HSBC en Colombia, Paraguay y Perú.
Los bancos colombianos han tenido éxito en su expansión, en nuestra opinión, y es probable que
estas entidades consoliden sus adquisiciones de manera conservadora como lo han hecho en el
pasado. Bancolombia y el Banco de Bogotá aprovecharon las bajas tasas de interés para financiar sus
recientes compras. Sin embargo, las tasas de interés están sujetas a cambio, y consideramos que es
poco probable que haya adquisiciones adicionales durante los siguientes 12 a 24 meses si aumentan
las tasas, especialmente si los bancos se enfocan en consolidar las recientes adquisiciones.
Distorsiones en el mercado. Consideramos que no existen distorsiones relevantes en el sistema
financiero colombiano. Solo existe un banco comercial propiedad del gobierno, que tiene una
participación de mercado de 3% por total de créditos. Hasta el momento, este banco no se ha
involucrado en prácticas agresivas de fijación de precios de productos o en estándares de originación
de mayor riesgo. Aún más, el gobierno no ha utilizado al banco como herramienta de política pública.
Existen otras instituciones financieras propiedad del gobierno, pero son principalmente bancos de
desarrollo y bancos de segundo piso. Las autoridades colombianas han establecido límites sobre las
tasas de interés para ciertos créditos (Tasa de Usura). Hasta ahora, estos techos tienen un efecto
limitado sobre el crédito, debido a que las tasas máximas se fijaron relativamente altas. En nuestra
opinión, los límites en las tasas de interés son efectivos para las tarjetas de crédito y el otorgamiento
de microcréditos. Por lo tanto, la originación está ajustada al riesgo para que corresponda a estas
tasas, lo que limita la expansión crediticia entre estos productos. Consideramos que estos topes
controlan el riesgo, en lugar de crear distorsiones importantes en el mercado. No esperamos que el
gobierno incremente su participación en el sistema. Consideramos que los incentivos para tal
escenario son muy limitados, ya que la penetración bancaria ha ido aumentando gradualmente, junto
con prácticas sanas de originación y tasas de interés adecuadas sobre los créditos.
A mayo de 2016, los cinco bancos principales de Colombia controlaban aproximadamente 60% del
mercado de depósitos. Excepto por BBVA Colombia, S.A., que controla una participación del 10.5%,
los cinco bancos principales de Colombia son de propiedad local. Los siguientes cinco bancos más
grandes controlan aproximadamente 21.8% del mercado; dos de estas entidades pertenecen a
controladoras extranjeras. La participación de mercado entre los 10 bancos principales en Colombia
se ha mantenido bastante estable desde la consolidación en 2004-2007.
La competencia de las instituciones financieras no bancarias (IFNBs) es moderada en Colombia y
todas las entidades están sujetas a regulación. Estas entidades incluyen uniones de crédito y
compañías financieras (principalmente empresas de arrendamiento financiero). Estas entidades están
dentro del alcance del superintendente bancario; por lo tanto, deben cumplir con los estándares de
elaboración de reportes similares a los de los bancos. Tomando en cuenta el tamaño de estas
compañías, consideramos que no presentan una amenaza competitiva para los bancos y que no
causarán distorsiones significativas en el mercado.
Tabla 5. Dinámica competitiva
(%)
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016P 2017P
Retorno a capital de bancos locales
16.7 16.4 14.7 12.8 13.1 14.4 12.0
Retorno a capital del sector de empresas
10.2 11.3 12.4 12.0 12.0 12.0
Retorno a activos promedio en todo el sistema para el sector bancario
2.4
2.3
2.1
1.9
1.6
1.9
1.9
1.9
Margen financiero neto a activos productivos promedio para el sector
bancario
5.6
5.4
5.5
5.5
5.3
5.1
5.0
5.0
Participación de mercado de los tres bancos principales
42.4 42.7 44.3 44.6 46.4 48.8 47.0
Participación de mercado de los bancos propiedad del gobierno y bancos sin
3.8
fines de lucro
Participación de mercado de instituciones no bancarias en el total de activos
de todo el sistema
12.0
47.0
3.4
3.3
3.4
3.3
3.1
3.0
2.9
10.0 7.5
8.8
8.6
8.6
8.2
8.5
8.5
P--Proyección.
Fuente: S&P Global Ratings.
Fondeo del sistema: Creciente dependencia de las fuentes de fondeo mayorista internas
compensada en cierto grado por el mercado local de deuda y capitales, ya que provee
financiamiento de mediano a largo plazo
Durante los últimos 12 meses hemos señalado las debilidades potenciales de fondeo para el sistema
bancario colombiano debido a la mayor dependencia de fuentes de financiamiento mayoristas, lo cual
se refleja en depósitos altamente concentrados en comparación con sus pares regionales. Sin
embargo, el continuo desarrollo y la profundización del mercado local de deuda y capitales deberían
proveer mayor capacidad para que el sector privado busque localmente fondeo estable de largo plazo
en caso de perturbaciones en los mercados externos. En nuestra opinión, el mercado de deuda local
es un factor mitigante en términos de riesgo de fondeo.
Depósitos de clientes. El fondeo del sistema bancario en Colombia ha estado respaldado por una
base estable de depósitos de clientes, incluso durante la crisis mundial de 2008-2009 y la crisis
financiera interna de 1999-2001. Sin embargo, el crecimiento de los créditos del sistema financiero
colombiano—el cual ha venido desacelerándose—es más rápido que el crecimiento total de depósitos,
y la participación relativamente baja de los depósitos minoristas, reflejan una mayor dependencia de
las fuentes de fondeo mayorista. Consideramos que dicho fondeo es menos estable durante los
tiempos de dificultades económicas y de mercado. Esta situación se hizo más evidente después del
cierre de 2015, cuando el banco central comenzó a centralizar los superávits financieros de todas las
entidades del gobierno y los bancos comerciales debieron buscar fuentes alternas de financiamiento
para compensar la salida de tales recursos baratos. En tal sentido, esperamos que los depósitos de
los clientes locales (considerando 100% de los depósitos minoristas y 50% de los depósitos de
empresas) representen menos de 60% del total de la cartera de crédito en el sistema, mientras que la
deuda externa neta a créditos locales representaría alrededor de 1.7% durante los próximos dos años,
muy por debajo del 10%.
Durante 2016, el sistema bancario colombiano ha tenido desafíos importantes en términos de fondeo.
En primer lugar, desde el 1 de enero de 2016, el gobierno transfirió los superávits de liquidez de las
entidades públicas que habían sido depositados en bancos comerciales colombianos al banco central,
el cual centralizará tales recursos en la Cuenta única nacional en adelante. Este es un cambio
estructural importante para la dinámica de fondeo, que redujo los recursos de fondeo estable para los
bancos comerciales. Además, las corporaciones colombianas relacionadas con el sector petrolero y
las entidades cuya principal materia prima está denominada en moneda extranjera han estado
expuestas a los bajos precios del petróleo y a la significativa depreciación del peso colombiano frente
al dólar. En este sentido, tales entidades han tenido menores entradas de efectivo y recursos
financieros para canalizar al sistema financiero en forma de depósitos. En consecuencia, actualmente
existe una mayor competencia en la captación de depósitos que ha derivado en mayores costos de
fondeo. Además, el banco central aumentó su tasa de política en una serie de movimientos, con los
que totalizó 125 puntos base (bps) entre septiembre y diciembre de 2015, a 5.75%, en respuesta a la
creciente inflación. Este año, el banco ha aumentado siete veces sus tasas a 7.75%. Estas alzas
también aumentan los costos de fondeo de los bancos comerciales.
En nuestra opinión, el crecimiento cada vez más lento de los depósitos totales en el sistema bancario
colombiano—reflejado en crecientes índices de créditos a depósitos, y por lo tanto en la creciente
dependencia del fondeo mayorista—y la participación relativamente limitada de los depósitos
minoristas dentro de los depósitos totales en la industria hace a los bancos más vulnerables a los
shocks externos que podrían exprimir los mercados de fondeo mayorista. Sin embargo, el desarrollo
constante de los mercados locales de capitales, que actualmente son una fuente alterna de fondeo
para las instituciones financieras, podría compensar en cierto grado este efecto.
Fondeo del exterior. El fondeo neto del exterior del sector bancario es bajo, con un promedio de
2.38% de los créditos totales internos durante los dos años pasados, y esperamos que este indicador
se ubique en torno a 2% durante los próximos dos años. En nuestra opinión, la baja dependencia
actual en el fondeo del exterior refleja la adecuada estabilidad de los depósitos y una limitada cartera
de crédito en moneda extranjera (menos de 6% del total de créditos al 30 de junio de 2016), dados los
límites regulatorios. La deuda externa neta del sector bancario bajó en 2015 respecto a 2013 y 2014,
debido a que en esos años dos bancos comerciales adquirieron entidades extranjeras (en Guatemala
y Panamá) y financiaron tales adquisiciones a través de fondeo externo, aprovechando los costos de
fondeo relativamente bajos en los mercados extranjeros de deuda en ese momento. La deuda externa
bruta del sistema financiero colombiano alcanzó US$12,700 millones, un moderado 9% de los pasivos
totales del sistema en 2015. En nuestra opinión, esta cifra caerá gradualmente durante los siguientes
dos años mientras esperamos que disminuya el apetito por las adquisiciones debido a menos
oportunidades atractivas en el extranjero y tomando en cuenta los crecientes costos de fondeo en los
mercados extranjeros de deuda.
Mercados locales de deuda y capitales. En nuestra opinión, la disponibilidad o la ausencia de un
mercado local de deuda y capitales en buen funcionamiento puede hacer una significativa diferencia
para las posibilidades de financiamiento del sector bancario. En términos de estabilidad relativa, el
fondeo proveniente del mercado local de deuda y capitales es más estable que el fondeo del exterior,
pero menos estable que los depósitos de los clientes.
El mercado de deuda y capitales de Colombia está evolucionando, y actualmente lo clasificamos como
moderadamente amplio y profundo. Consideramos que el continuo desarrollo y profundización del
mercado local de deuda y capitales del país debería proporcionar una mayor capacidad de buscar
fondeo localmente al gobierno y al sector privado en caso de distorsiones en los mercados externos.
Consideramos que el mercado local de deuda y capitales representa una fuente alterna de fondeo
para las instituciones financieras y empresas al proporcionarles financiamiento de mediano (de tres a
cinco años) a largo plazo (más de siete años) y constituye un factor atenuante en términos de riesgo
de fondeo. En consecuencia, revisamos nuestra tendencia de riesgo de la industria a estable de
negativa.
Aunque el mercado local es relativamente pequeño (menos de 10% del PIB), es activo en la emisión
de deuda de grado de inversión y, hasta cierto punto, de deuda de grado especulativo para el sector
privado. Teniendo en cuenta las necesidades del programa de infraestructura 4G (el cual requerirá
recursos de largo plazo), esperamos que los bancos estén más activos en el mercado, orientados
hacia fondos de mediano a largo plazo. De las emisiones realizadas durante el primer semestre de
2016, 23% estuvieron entre cuatro y nueve años, 32% fueron hasta 10 años, 24% fueron superiores a
10 años; el 22% restante fueron de uno a tres años. En ese sentido, consideramos que el mercado
local de deuda y capitales contribuiría de manera importante para que los bancos comerciales
incrementen su participación de fuentes de fondeo estables (mediante recursos financieros de
mediano a largo plazo) para afrontar sus necesidades futuras de fondeo estable.
Los fondos de pensiones colombianos y las entidades fiduciarias locales administran grandes montos
de recursos que los colocan como los inversionistas más importantes en el mercado local de deuda y
capitales. Al 31 de diciembre de 2015, los fondos de pensiones administraban alrededor de COP194
billones, mientras que las entidades fiduciarias mantuvieron alrededor de COP357 billones, lo que
representó alrededor de 24% y 45% del PIB de Colombia en 2015, respectivamente. En nuestra
opinión, considerando los grandes montos que estos inversionistas institucionales manejan, aún hay
un gran margen para realizar aún más emisiones de instituciones financieras y empresas en los
próximos años.
Rol del gobierno. Consideramos el rol del gobierno en el sistema de fondeo como fuerte. El gobierno
tiene un largo historial de proporcionar liquidez al mercado ante condiciones estresantes. Colombia
tiene un régimen de resolución bien definido y el banco central funciona como un acreedor de último
recurso. El país tiene también una entidad de seguros de depósitos, Fondo de Garantía de
Instituciones Financieras (FOGAFIN) y seguros que cubren hasta COP20 millones de pesos
colombianos (aproximadamente US$7,000) por depositante, por institución. Esta institución también
forma parte de la red de seguridad de los bancos y tiene un rol significativo en los variados
mecanismos de resolución del país.
Tabla 6. Fondeo del sistema
(%)
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016P 2017P
Depósitos de clientes locales en todo el sistema/créditos locales de todo el
sistema
60.2 58.4 60.1 61.4 59.1 58.0 59.2
59.4
Deuda externa neta del sector bancario/créditos locales de todo el sistema
0.8
1.6
Créditos locales de todo el sistema/Activos locales consolidados de todo el
sistema
67.4 67.8 68.3 67.0 68.1 68.6 66.8
66.2
Bonos y CPs en circulación emitidos por el sector privado en los mercados
locales/PIB
6.8
7.4
2.1
1.7
6.8
6.9
2.9
7.1
2.8
7.3
2.0
7.5
1.8
7.4
P--proyectado.
Fuente: S&P Global Ratings.
Calificaciones de pares de BICRA
El resumen de las clasificaciones muestra que los pares más cercanos del sistema bancario
colombiano son Brasil, Guatemala e Italia. Evaluamos a estos países con una clasificación de riesgo
económico de ‘6’ y de riesgo de la industria de ‘5’, lo que se traduce en el grupo ‘6’ de BICRA (vea la
Tabla 7). También incorporamos a Tailandia y Turquía como pares adicionales, estos países tienen
riesgos económicos similares, con algunas divergencias en el riesgo de la industria. La mayoría de los
pares de Colombia comparte bajos niveles de ingreso per cápita, lo que limita sus evaluaciones de
riesgo económico.
Tabla 7. Clasificaciones de pares de BICRA
Colombia
Brasil
Guatemala
Italia
Turquía
Tailandia
Grupo BICRA
6
6
6
6
6
6
Clasificación de riesgo económico
7
7
7
7
6
7
Clasificación de riesgo de la industria
5
5
5
5
6
4
Brinda
respaldo
Brinda
respaldo
Incierto
Brinda
respaldo
Respaldo
importante
Clasificación del soberano para respaldar Brinda
a los bancos
respaldo
Fuente: S&P Global Ratings.
Respaldo del gobierno
Clasificamos al gobierno de Colombia como uno que brinda respaldo al sistema bancario.
Consideramos que el gobierno respaldará a los bancos con importancia sistémica durante periodos de
estrés. Colombia ha definido varios mecanismos de resolución que incluyen fusiones, transferencias
de activos y pasivos, disolución progresiva, capitalización parcial y nacionalización.
Tabla 8. Cinco instituciones financieras más grandes de Colombia, por activos (al 31 de diciembre de 2015)
Activos (millones de COP)*
Importancia
sistémica
Bancolombia, S. A. y Compañías Subordinadas
116,533,024
Elevada
Banco de Bogotá S.A. y Subsidiarias
76,677,492
Elevada
Banco Davivienda S.A.
63,102,687
Elevada
BBVA Colombia
50,183,849
NC
Banco de Occidente
33,078,788
NC
*Fuente: Superintendencia Financiera de Colombia.
NC—no calificado.
Criterios y Artículos Relacionados
Criterios
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Bancos: Metodología y supuestos de calificación, 9 de noviembre de 2011.
Metodología y supuestos para el Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País
(BICRA), 9 de noviembre de 2011.
Sovereign Government Rating Methodology And Assumptions, 24 de junio de 2013.
Artículos Relacionados
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Banking Industry Country Risk Assessment Update: August 2016, 10 de agosto de 2016.
Condiciones crediticias: Débil economía de Brasil y volatilidad mundial empañan perspectivas
crediticias de América Latina, 8 de julio de 2016.
Para los bancos colombianos ¿de qué tamaño es la amenaza del sector de petróleo y gas?,
25 de abril de 2016.
Financiar el ambicioso programa de infraestructura de Colombia podría presentar riesgos y
oportunidades para los bancos, 1 de febrero de 2016.
Republic of Colombia, 31 de marzo de 2016.
S&P To Publish Economic And Industry Risk Trends For Banks, 12 de marzo de 2013.
Analytical Linkages Between Sovereign And Bank Ratings, 6 de diciembre de 2011.
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