EL FIDEICOMISO Y LOS DERECHOS LABORALES Por: OMAR TOLEDO TORIBIO* OMAR TOLEDO CONTRERAS** (*) Juez Superior Titular, Presidente de la Cuarta Laboral Permanente de Lima encargada de conocer la Nueva Ley Procesal de Trabajo, con estudios en Litigación Oral Laboral en la Universidad de Medellín y en la Escuela Judicial “Rodrigo Lara Bonilla” de Colombia. Catedrático de Derecho Empresarial de la Facultad de Derecho –Unidad de Post Grado, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Catedrático de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas (Sección de pre y post grado) de la Universidad de San Martín de Porres. Profesor Principal de la Academia de la Magistratura. Asociado Ordinario de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional y Delegado en Perú de la Asociación Latinoamericana de Jueces de Trabajo. Ostenta la Condecoración con la Orden de Trabajo en Grado de Oficial otorgada el año 2010 **Estudiante de Derecho de la Universidad San Ignacio de Loyola - USIL El fideicomiso en el Perú se encuentra expresamente regulado en la Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros N° 26702, en adelante LGSF, específicamente en los artículos 241° a 274°, normas que han sido materia de reglamentación por la Superintendencia de Banca y Seguros mediante Resolución Nº 1010-99 de 11 de Noviembre de 1999. El fideicomiso es una relación jurídica por la cual el fideicomitente transfiere bienes en fideicomiso a otra persona, denominada fiduciario, para la constitución de un patrimonio fideicometido, sujeto al dominio fiduciario de este último y afecto al cumplimiento de un fin específico en favor del fideicomitente o un tercero denominado fideicomisario. Constituye un fenómeno que tiene difusión y práctica mundial y en el caso peruano existen numerosos casos de fideicomiso. Al respecto, una de las instituciones que ha desplegado esfuerzos en este rubro es la Corporación Financiera de Desarrollo. En efecto, COFIDE viene realizando sus funciones como fiduciario en operaciones vinculadas al sector energía, transporte, vivienda, industria, construcción e inmobiliario tanto con el sector privado como con el sector público. Algunas operaciones que administra son el Fideicomiso Mivivienda, Fideicomiso Fondemi, Fideicomiso Pame, Fideicomiso Fonam, Fideicomiso Gobierno Regional San Martin, Fideicomiso Red Vial 6 Expropiaciones, Fideicomiso Cofinanciamiento de Aeropuertos de Provincia y Aeropuerto Jorge Chávez, Fideicomiso Red Vial 6 Pago al Supervisor, Fideicomiso Enapu, Fideicomiso Canchaque, Asociaciones de Fondos contra Accidentes de Tránsito, Fideicomiso Fondo de Seguro Agropecuario, Fideicomiso Sedapal, Fideicomiso CETEN, Fideicomiso Minera Luren, Fideicomiso Estación Santa Margherita, Fideicomiso Petroperú Grupo VCC, Fideicomiso Petroperú Livomarket, Fideicomiso Petroperú G & K Inversiones, Fideicomiso Petroperú Siroco Holdings, Fideicomiso Cilugas, Fideicomiso Intraserv Cinco, Fideicomiso EUFASA-ETEUSA, Fideicomiso Inversiones SAN GOTARDO, Fideicomiso Revolutions Perú, Fideicomiso la Unidad de Villa, Fideicomiso Inversiones Turísticas de la Amazonia, Fideicomiso Empresa de Transportes y Servicios El Salvador, Fideicomiso INGETROL RENTAL DIVISION, Fideicomiso Empresas de Transportes Cinco Estrellas, Fideicomiso ETERSAC, Fideicomiso Aleluya Transportes SAC, Fideicomiso Envasadora Andina de Gas, Fideicomiso Chalacos Unidos, Fideicomiso Planta de Tratamiento de Aguas Residuales del Callao, Fideicomiso Empresa de Transportes y Servicios Múltiples Real Star, Fideicomisos de PFES, Fid. ETYSM Los Magníficos, Fideicomiso Los Viñedos de Chincha, Fideicomiso Empresa Municipal Inmobiliaria de Lima, Fideicomiso Infogas, Fideicomiso Protransporte, Fideicomiso Fondo Múltiple de Cobertura Mype, Fideicomiso Gobierno Regional de Ucayali, FOGEM, Comisión de Confianza Sepymex.1[1] La importancia de estudiar al contrato de fideicomiso radica esencialmente en que es una figura muy flexible, pues tiene una amplia variedad de objetivos, tales como permitir la conservación del patrimonio en las familias, propiciar la circulación de la riqueza a través de diferentes medios, como son el dinero, diversos títulos – valores, bienes muebles e inmuebles, así como derechos y la constitución de garantías cubiertas por hipoteca.2[2] 1[1]http://www.cofide.com.pe/fideicomisos/experiencia.html 2[2]Max Arias-Schreiber Montero, Angela Arias-Schreiber Montero, Yuri Vega Mere, Manuel Muro Rojo (1999): Pág. 179, Contratos Modernos, Lima. Citado por CHARLES ALEXANDER SABLICH HUAMANI “EL CONTRATO DE FIDEICOMISO: REGULACIÓN Y PERSPECTIVAS DE DESARROLLO EN EL PERÚ” TESIS, Ica, Perú, 2010, pag. 15 Se trata de un contrato mercantil, mediante el cual se realiza un negocio jurídico en virtud del cual una persona denominada fideicomitente transfiere uno o más bienes y/o derechos a otra persona, ya sea por mortis causa o acto intervivos con el cargo específico para aquella de administrarlos diligentemente o enajenados de acuerdo al contenido específico del convenio pero en favor de un beneficiario que en la eventualidad del caso podría ser el mismo enajenante. Hundskopf afirma que el fideicomiso es un contrato en el cual se produce la transferencia de un bien, a la cual se le adiciona un encargo, una gestión.3[3] En el presente artículo pretendemos dar una visión general de lo constituye el fideicomiso para luego analizar los efectos y las consecuencias de este fenómeno en lo relativo a los derechos de los trabajadores pues teniendo el carácter preponderante de éstos como derechos fundamentales necesitan ser protegidos y cautelados. Para ello resulta necesario utilizar las figuras propias del derecho laboral como es el carácter persecutorio de los derechos laborales. CONCEPTOS GENERALES. El fideicomiso es una relación jurídica por la cual el fideicomitente transfiere bienes en fideicomiso a otra persona, denominada fiduciario, para la constitución de un patrimonio fideicometido, sujeto al dominio fiduciario de este último y afecto al cumplimiento de un fin específico en favor del fideicomitente o un tercero denominado fideicomisario. El patrimonio fideicometido es distinto al patrimonio del fiduciario, del fideicomitente, o del fideicomisario y en su caso, del destinatario de los bienes remanentes. Los activos que conforman el patrimonio autónomo fideicometido no generan cargos al patrimonio efectivo correspondiente de la empresa fiduciaria, salvo el caso que por resolución jurisdiccional se le hubiera asignado responsabilidad por mala administración, y por el importe de los correspondientes daños y perjuicios. Están autorizadas para desempeñarse como fiduciarias, COFIDE, las empresas de operaciones múltiples a que se refiere el 3[3]Montoya Alberti Ulises, Montoya Alberti Hernando “ Derecho Comercial Tomo III”, Lima, 2006, Editorial Grijley, Pág. 306 inciso a) del artículo 16º de la LGSF, las empresas de servicios fiduciarios que señala el inciso b-5 del artículo mencionado, las empresas del numeral 1 del artículo 318º de la citada ley, así como las empresas o instituciones supervisadas por la Superintendencia, cuyo objeto es garantizar, apoyar, promover y asesorar directa o indirectamente a la Micro y Pequeña Empresa (MYPE) de cualquier sector económico. Para ejercer las funciones de fiduciario en fideicomisos de titulización4[4] a que se refiere la Ley del Mercado de Valores, las empresas del sistema financiero deben constituir sociedades titulizadoras.5[5] FORMALIDAD. La constitución del fideicomiso se efectúa y perfecciona por contrato entre el fideicomitente y la empresa fiduciaria, formalizado mediante instrumento privado o protocolizado notarialmente. Cuando el contrato comporta la transferencia fiduciaria de activos mobiliarios, debe ser inscrito en la Central de Riesgos de la Superintendencia, según lo considere el fideicomitente. Tiene también lugar por voluntad unilateral del fideicomitente, expresada en testamento. Para oponer el fideicomiso a terceros se requiere que la transmisión al fiduciario de los bienes y derechos inscribibles sea anotada en el registro público correspondiente y que la otra clase de bienes y derechos se perfeccione con la tradición, el endoso u otro requisito exigido por la 4[4]En el fideicomiso de titulización, una persona denominada fideicomitente se obliga a efectuar la transferencia fiduciaria de un conjunto de activos en favor del fiduciario para la constitución de un patrimonio autónomo, denominado patrimonio fideicometido, sujeto al dominio fiduciario de este último y que respalda Los derechos incorporados en valores, cuya suscripción o adquisición concede a su titular la calidad de fideicomisario y las demás obligaciones que asuma conforme a lo previsto en el artículo 291 de la Ley del Mercado de Valores . Únicamente las sociedades titulizadoras, salvo Los supuestos de excepción que establezca Conasev mediante disposiciones de carácter general, pueden ejercer las funciones propias del fiduciario en Los fideicomisos de titulización. (art.301 de la Ley del Mercado de Valores Dec. Leg. 861) 5[5]Titulización, es el proceso mediante el cual se constituye un patrimonio cuya finalidad es respaldar el pago de los derechos conferidos a los titulares de valores emitidos con cargo a dicho patrimonio. Comprende, asimismo, la transferencia de los activos al referido patrimonio y la emisión de Ios respectivos valores. (art. 291 de la Ley del Mercado de Valores Dec. Leg. 861) ley. Para los casos de fideicomiso en garantía, la inscripción en el registro respectivo le otorga el mismo orden de prelación que corresponde, en razón al tiempo de su inscripción. Para la validez del acto constitutivo del fideicomiso es exigible al fideicomitente la facultad de disponer de los bienes y derechos que transmita, sin perjuicio de los requisitos que la ley establece para el acto jurídico. Es válido el fideicomiso en beneficio del propio fideicomitente y el establecido en favor de personas indeterminadas que reúnan ciertas condiciones o requisitos, o del público en general, siempre que consten en el instrumento constitutivo las calidades exigibles para disfrutar de los beneficios del fideicomiso o las reglas para otorgarlos. Igualmente, el fideicomiso puede constituirse en beneficio de varias personas que sucesivamente deban sustituirse, por la muerte de la anterior o por otro evento, siempre que la sustitución tenga lugar en favor de personas que existan cuando quede expedito el derecho del primer designado. OBLIGACIONES, PROHIBICIONES EMPRESA FIDUCIARIA. Y DERECHOS DE LA Son obligaciones de la empresa fiduciaria el Cuidar y administrar los bienes y derechos que constituyen el patrimonio del fideicomiso, con la diligencia y dedicación de un ordenado comerciante y leal administrador, defender el patrimonio del fideicomiso, preservándolo tanto de daños físicos cuanto de acciones judiciales o actos extrajudiciales que pudieran afectar o mermar su integridad, proteger con pólizas de seguro, los riesgos que corran los bienes fideicometidos, de acuerdo a lo pactado en el instrumento constitutivo, cumplir los encargos que constituyen la finalidad del fideicomiso, realizando para ello los actos, contratos, operaciones, inversiones o negocios que se requiera, con la misma diligencia que la propia empresa fiduciaria pone en sus asuntos, llevar el inventario y la contabilidad de cada fideicomiso con arreglo a ley, y cumplir conforme a la legislación de la materia las obligaciones tributarias del patrimonio fideicometido, tanto las sustantivas como las formales, preparar balances y estados financieros de cada fideicomiso, cuando menos una vez al semestre, así como un informe o memoria anual, y poner tales documentos a disposición de los fideicomitentes y fideicomisarios, sin perjuicio de su presentación a la Superintendencia, guardar reserva respecto de las operaciones, actos, contratos, documentos e información que se relacionen con los fideicomisos, con los mismos alcances que esta ley establece para el secreto bancario, notificar a los fideicomisarios de la existencia de bienes y servicios disponibles a su favor, dentro del término de diez días de que el beneficio esté expedito, devolver al fideicomitente o a sus causahabientes, al término del fideicomiso, los remanentes del patrimonio fideicometido, salvo que, atendida la finalidad de la transmisión fideicomisaria, corresponda la entrega a los fideicomisarios o a otras personas, transmitir a la nueva empresa fiduciaria, en los casos de subrogación, los recursos, bienes y derechos del fideicomiso y rendir cuenta a los fideicomitentes y a la Superintendencia al término del fideicomiso o de su intervención en él. Es prohibido a la empresa fiduciaria afianzar, avalar o garantizar en forma alguna ante el fideicomitente o los fideicomisarios los resultados del fideicomiso o de las operaciones, actos y contratos que realice con los bienes fideicometidos. Son nulos el pacto en contrario así como las garantías y compromisos que se pacten en contravención a lo dispuesto en este artículo. La empresa fiduciaria está prohibida de realizar operaciones, actos y contratos con los fondos y bienes de los fideicomisos, en beneficio de la propia empresa, sus directores y trabajadores y, en su caso, los miembros del comité a cargo del fideicomiso, el factor o factores fiduciarios, los trabajadores de su departamento fiduciario y los contratados para el fideicomiso de que se trate, sus auditores externos, incluidos los profesionales socios que integran la firma y los profesionales que participen en las labores de auditoría de la propia empresa. La empresa fiduciaria que incumpla sus obligaciones por dolo o culpa grave debe reintegrar al patrimonio del fideicomiso el valor de lo perdido, más una indemnización por los daños y perjuicios irrogados, sin perjuicio de la responsabilidad a que hubiere lugar. Los derechos de la empresa fiduciaria consisten en cobrar una retribución por sus servicios, de acuerdo con lo estipulado en el instrumento constitutivo o, en su defecto, una no mayor al uno por ciento (1%) del valor de mercado de los bienes fideicometidos y, resarcirse con recursos del fideicomiso de los gastos en que incurriere en la administración del patrimonio fideicometido y en la realización de su finalidad. PATRIMONIO FIDEICOMETIDO. El patrimonio fideicometido no responde por las obligaciones del fiduciario o del fideicomitente ni de sus causahabientes y, tratándose de las obligaciones de los fideicomisarios, tal responsabilidad sólo es exigible sobre los frutos o las prestaciones que se encuentran a disposición de ellos, de ser el caso. En caso que la empresa fiduciaria no se oponga a las medidas que afecten al patrimonio fideicometido, pueden hacerlo el fideicomitente o cualquier fideicomisario. Uno y otros están facultados para coadyuvar en la defensa si la empresa fiduciaria hubiese hecho valer la oposición. La empresa fiduciaria podrá delegar en el fideicomisario o el fideicomitente las facultades necesarias para que ejerzan las medidas de protección del patrimonio fideicometido, sin quedar liberado de responsabilidad. Los bienes que integran el patrimonio fideicometido se encuentran afectos al pago de las obligaciones y responsabilidades que la empresa fiduciaria contraiga en ejercicio del dominio fiduciario por los actos que efectúe para el cumplimiento de la finalidad para la que fue constituido el fideicomiso y, en general, de acuerdo a lo establecido en el acto constitutivo. No se encuentran afectos a dicho pago, salvo disposición en contrario, los bienes que integran el patrimonio propio de la empresa fiduciaria, del fideicomitente, del fideicomisario y del destinatario del remanente. El fiduciario ejerce sobre el patrimonio fideicometido, dominio fiduciario, el mismo que le confiere plenas potestades, incluidas las de administración, uso, disposición y reivindicación sobre los bienes que conforman el patrimonio fideicometido, las mismas que son ejercidas con arreglo a la finalidad para la que fue constituido el fideicomiso, y con observancia de las limitaciones que se hubieren establecido en el acto constitutivo. Dependiendo de la naturaleza del fideicomiso, el fideicomitente y sus causahabientes son titulares de un derecho de crédito personal contra el patrimonio fiduciario. La empresa fiduciaria sólo puede disponer de los bienes fideicometidos con arreglo a las estipulaciones contenidas en el instrumento constitutivo. Los actos de disposición que efectúe en contravención de lo pactado son anulables, si el adquirente no actuó de buena fe, salvo el caso de que la transferencia se hubiese efectuado en una bolsa de valores. La acción puede ser interpuesta por cualquiera de los fideicomisarios, el fideicomitente y aún por la propia empresa fiduciaria. NULIDAD DE FIDEICOMISO. El fideicomiso es nulo si contraviene el requisito establecido en el artículo 243º de la LGSF, si su objeto fuese ilícito o imposible, si se designa como fideicomisario a la propia empresa, salvo en los casos de fideicomiso de titulización, si todos los fideicomisarios son personas legalmente impedidas de recibir los beneficios del fideicomiso, si todos los bienes que lo deben integrar están fuera del comercio. La acción para anular la transmisión fideicomisaria realizada en fraude de acreedores caduca a los seis (6) meses de publicado en el Diario Oficial, por tres (3) días consecutivos, un aviso que dé cuenta de la enajenación. En todo caso, esa caducidad opera a los dos (2) meses de la fecha en que el acreedor haya sido notificado personalmente de la constitución del fideicomiso. TÉRMINO DEL FIDEICOMISO. El fideicomiso termina por renuncia de la empresa, con causa justificada, aceptada por la Superintendencia, liquidación de la empresa fiduciaria, remoción de la empresa fiduciaria, renuncia expresa de todos los fideicomisarios a los beneficios que les concede el fideicomiso, pérdida de los bienes que lo integran o de parte sustancial de ellos a juicio de la empresa fiduciaria, haberse cumplido la finalidad para la cual fue constituido, haber devenido imposible la realización de su objeto, resolución convenida entre el fideicomitente y el fiduciario, con aprobación de los fideicomisarios en el caso del primer párrafo del artículo 250º de la LGSF, revocación por parte del fideicomitente, antes de la entrega de los bienes a la empresa fiduciaria, o previo cumplimiento de los requisitos legales, salvo lo previsto en el primer párrafo del artículo 250º de la LGSF y por ultimo por vencimiento del plazo. JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Respecto a la relación existe entre el fideicomiso y los derechos laborales no existen pronunciamientos jurisprudenciales conocidos que hayan sido emitidos por la judicatura laboral ordinaria. Sin embargo, a nivel del Tribunal Constitucional existe un pronunciamiento contenido en la sentencia de fecha 13 de agosto de 2009, emitida en elEXP. N° 00079-2008-PA/TC, seguido por Celso Leónidas San Martín Camacho. Se trata de una demanda de amparo interpuesta contra los integrantes de la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia del Santa, con el objeto de que se deje sin efecto la Resolución N.º 181, de fecha 30 de noviembre de 2005, en virtud de la cual los vocales emplazados, revocando la Resolución N.º 151, de 18 de abril de 2005, declararon fundada la solicitud de desafectación de la medida cautelar de embargo en forma de inscripción recaída sobre la embarcación pesquera San Juan, en el marco del proceso de ejecución de sentencia seguido por el accionante contra la Empresa Pesquera San Juan Bautista S.A. El demandante alega que la resolución judicial cuestionada presenta una motivación aparente por cuanto se encuentra basada en aspectos superficiales y hechos supuestos, no habiendo explicado el motivo por el cual está aplicando lo preceptuado por la Ley N.º 26702 en lugar de los principios previstos y desarrollados por el artículo 24º de la Constitución (preeminencia de los créditos laborales), contraviniendo el artículo 138º de la Constitución, que obliga al juez a preferir la norma constitucional sobre la norma legal a través del ejercicio del control difuso. En este caso el Tribunal Constitucional ha desestimado la demanda señalando que se ha observado y precisado los fundamentos de hecho y de derecho que sustentan la resolución judicial cuestionada, no advirtiéndose, por consecuencia que se haya vulnerado el derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales. Expresamente el máximo intérprete de la Constitución en el fundamento 13 de la sentencia indica lo siguiente: Es así como este Tribunal observa que no se presenta tal supuesto en el presente caso por cuanto los vocales emplazados, conforme se desprende de la Resolución N.º 181, de fecha 30 de noviembre de 2005 (folio 131), han fundado su decisión de revocar la medida cautelar de embargo en forma de inscripción concedida a favor del demandante en atención a los siguientes argumentos: - El artículo 241º de la Ley N.º 26702, Ley General del Sistema Financiero, establece que el fideicomiso es una relación jurídica por la cual el fideicomitente transfiere bienes a otra persona, denominada fiduciario, constituyéndose dicho patrimonio en un patrimonio fideicometido, sujeto al dominio fiduciario de este último y afecto al cumplimiento de un fin específico a favor del fideicomitente o de un tercero denominado fideicomisario. - Al amparo de dicha figura legal, por contrato de fecha 21 de enero de 2002, Pesquera San Juan Bautista S.A. constituyó fideicomiso en garantía a fin de respaldar las acreencias mantenidas con el Banco Sudamericano hasta por la suma de US $ 240,000, otorgándole a éste el carácter de fideicomisario y transfiriendo la embarcación pesquera San Juan a la Fiduciaria S.A. en calidad de dominio fiduciario, habiendo inscrito dicha transferencia en el Registro de Propiedad de Embarcaciones Pesqueras, en la Partida N.º 11353868, haciéndola oponible a terceros en virtud del artículo 246º de la Ley N.º 26702 con anterioridad al otorgamiento de la medida cautelar cuestionada. - El dominio fiduciario es un derecho real por cuanto tiene un carácter inmediato y absoluto y, de conformidad con los artículos 241º y 253º de la norma precitada, dicho derecho trae como consecuencia que el patrimonio fideicometido sea distinto al patrimonio del fideicomitentes, es decir, de la persona que lo constituyó, y no responde por las obligaciones de dicha persona. - Por tanto, siendo un patrimonio autónomo, tiene una existencia independiente para efectos contables y legales distinta a la del fideicomitente. En consecuencia, la embarcación objeto de la medida cautelar cuestionada no forma parte del patrimonio de la empresa Pesquera San Juan Bautista S.A.C., por lo que, en aplicación del artículo 623º del Código Procesal Civil, dicha medida debe ser revocada. Como se podrá apreciar de la sentencia en comento el Tribunal Constitucional ha considerado que las resoluciones judiciales cuestionadas se encuentran debidamente motivadas al haberse sustentado las mismas en la figura del fideicomiso, institución que se encuentra regulada en la LGFS. Sin embargo, nosotros consideramos que dicho instrumento de gestión empresarial debe ser analizado, en casos como el presente, tomándose en cuenta las instituciones propias y peculiares del derecho laboral como es el carácter persecutorio de los beneficios sociales respecto de los bienes de la empresa. El FIDEICOMISO Y EL CARÁCTER PERSECUTORIO DE LOS DERECHOS LABORALES El artículo 24° de la Constitución Política del Estado establece textualmente que:“(…) El pago de la remuneración y de los beneficios sociales del trabajador tiene prioridad sobre cualquiera otra obligación del empleador (…).El reconocimiento del carácter preferencial de los derechos laborales también ha sido materia de regulación por los instrumentos internacionales. Así el artículo 11 del Convenio de la OIT N° 95 prescribe que los créditos laborales tienen preferencia en los casos de quiebra o liquidación de una empresa y deberán ser pagados antes que los acreedores ordinarios. Si bien es cierto este convenio no ha sido ratificado por el Perú, el mismo tiene el carácter de recomendación. Sin embargo, en nuestro ordenamiento legal se ha consagrado no solamente la naturaleza privilegiada de los créditos de origen laboral, conforme lo manda el articulo antes citado, sino además el carácter persecutorio que tienen los beneficios sociales respecto de los bienes del negocio, lo cual además tiene directa vinculación con el principio laboral de despersonalización del empleador. Que, el establecimiento de los principios antes indicados tiene que ver con el carácter alimentario que se le otorga a los beneficios sociales de los trabajadores de manera que se considera en la doctrina laboral que debe cautelarse el cobro efectivo de dichos derechos y evitar que los mismos se conviertan en ilusorios por hechos que la legislación se ha encargado de precisar. En efecto, el inciso b) del artículo 3° del Decreto Legislativo número 856, establece que la preferencia o prioridad de los créditos laborales se ejerce con carácter persecutorio de los bienes del negocio, “ en los casos de extinción de las relaciones laborales e incumplimiento de las obligaciones con los trabajadores por simulación o fraude a la ley, es decir, cuando se compruebe que el empleador injustificadamente disminuye o distorsiona la producción para originar el cierre del centro de trabajo o transfiere activos fijos a terceros o los aporta para la constitución de nuevas empresas o cuando abandona el centro de trabajo” (sic) (lo subrayado es nuestro). En el supuesto contenido en la norma citada en párrafo que antecede se encontraría el fideicomiso, pues en el mismo el fideicomitente transfiere bienes a otra persona, denominada fiduciario, para la constitución de un patrimonio fideicometido, en cuyo caso podría operar el carácter persecutorio de los beneficios sociales respecto de los bienes transferidos. Sin embargo, el carácter preferencial reconocido en la Constitución no puede ser restringido legalmente de manera tal que se afecte los derechos laborales de los trabajadores al constituir un derecho alimentario, que merece protección ante la desigualdad existente frente al empleador, dado el carácter tuitivo del derecho laboral. La jurisprudencia se ha encargado de establecer la prevalencia de la norma constitucional en aquellos supuestos no previstos en la norma de desarrollo legislativo, en este caso, el Decreto Legislativo 856. Así, mediante Casación N° 2335-2003 de fecha 10 de noviembre de 2004, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República ha señalado en su quinto y sexto considerando que: “Quinto.- Pues bien, el artículo 24 de la Constitución Política establece, en su segundo párrafo, que ´El pago de la remuneración y de los beneficios sociales del trabajador tiene prioridad sobre cualquiera otra obligación del empleador´. Es decir, que dicha norma constitucional no establece ningún requisito o condición previa para que los trabajadores sean pagados de manera preferente a otros acreedores. Sin embargo, el Decreto Legislativo número 856, en sus artículos 3 y 4, establece condiciones no previstas por el legislador constituyente, es decir, el contenido del citado Decreto Legislativo resulta incompatible con lo normado en la Constitución. Consecuentemente con lo anterior, la aplicación de los artículos 3 y 4 del Decreto Legislativo número 856 importaría la violación de los principios de jerarquía del ordenamiento jurídico, de supremacía de la Constitución y del indubio pro operario, previstos en las normas constitucionales transcritas en el cuarto considerando de esta resolución.” En este mismo sentido en la Casación N° 1787-2002 La Libertad, la Corte Suprema ha determinado textualmente que: “(…) considerando que el artículo 24 de la Constitución Política del Estado es un dispositivo de jerarquía superior a cualquier otra norma legal vigente en nuestro país, resultando aplicable al caso de autos, sin interesar si el derecho del demandado Banco del Nuevo Mundo Sociedad Anónima empresa multinacional andina en liquidación se encuentre registrado, pues un derecho de carácter laboral siempre va a tener preeminencia frente a cualquier otro”. Por otro lado, la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema, en el Expediente N° 851-2001-Lima, al desarrollar el objeto del carácter persecutorio de los beneficios sociales ha destacado la naturaleza personal patrimonial del crédito laboral, afirmando: “Que, en lo concerniente al carácter preferente de los adeudos laborales, su naturaleza reposa en el hecho de que la relación laboral genera una vinculación de tipo personal y además patrimonial entre el trabajador y el empleador. La primera será referida a las condiciones laborales, mientras que la segunda, es una garantía que vincula el patrimonio del deudor al cumplimiento de las obligaciones convencionales y legales (…)que, la acción persecutoria tiene por finalidad apremiar los bienes del empleador o empresario deudor, pues estos constituyen la garantía para el pago de las acreencias laborales. No se trata de identificar quien o quienes ejercen actualmente la posesión de los bienes de la empresa originaria, o si hay algún vínculo familiar o personal de los terceros adquirientes con el empleador; de lo que se trata es de identificar los bienes, tener la certeza de que pertenecieron al empleador deudor y, eventualmente, realizarlos.” (la cursiva y la negrita es nuestra), términos en los cuales asimismo, se basó la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema al expedir pronunciamiento en la Casación N° 341-2001-Lima y la Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República en la Casación N° 1303-2003 Lambayeque (publicada en el Diario oficial El Peruano el 30 de noviembre de 2004). Igualmente, mediante la Casación N° 885-2001- La Libertad, publicada en el diario oficial El Peruano el 31 de marzo de 2002, la Corte Suprema de la República ha establecido que: “Por el derecho de persecución si el constituyente de la hipoteca procede a enajenar el inmueble hipotecado, el acreedor tiene el derecho de perseguir el bien, cualquiera sea su adquiriente, con la finalidad de hacerse pago con el precio que se obtenga en el remate.” Finalmente, el Tribunal Constitucional expediente N°00122-2007-PA/TC, proceso de amparo seguido por el Banco de Crédito del Perú ha señalado que 3. “Que, en tal sentido y a partir de los fundamentos reseñados en el fundamento precedente, el Juez a quo determinó que en el caso resulta de aplicación el artículo 3, inciso b), así como el artículo 4 del Decreto Legislativo 856, que desarrolla el artículo 24 de la Constitución, en el sentido de dar preferencia al cumplimiento de los créditos laborales; de otro lado, debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 26.2 de la propia Constitución, en cuanto al carácter irrenunciable de los derechos reconocidos en la Constitución y la ley, por lo que es posible la existencia de acciones persecutorias, de parte del trabajador, incluso cuando el empleador haya transferido la propiedad o los activos de la empresa a terceros, para evadir sus obligaciones frente a los trabajadores, como ocurre en el proceso de autos. 4. Que siendo ello así, la entidad recurrente no puede alegar la violación de sus derechos al debido proceso, toda vez que las instancias judiciales han actuado en el marco de la Constitución y la Ley a efectos de dar pleno cumplimiento a una sentencia judicial que declaraba derechos laborales que estaban siendo desatendidos por parte de la empresa emplazada en dicho proceso, lo que -no hay que olvidar-constituye también un derecho constitucional. Ello sin perjuicio de las acciones legales que corresponda al Banco contra la referida empresa, como consecuencia de la ejecución de la referida decisión judicial que, eventualmente, hubiere lesionado derechos de contenido patrimonial”. En tal sentido, en el caso del fideicomiso se tratará de determinar si se han transferido bienes que hubieren pertenecido a la empresa obligada los beneficios sociales, pudiendo afectarse los mismos en virtud del carácter persecutorio de los derechos laborales pues si bien hay que distinguir entre el carácter preferencial de los créditos laborales de la realización de los adeudos laborales con el derecho persecutorio, también es cierto que ambos actúan casi de manera inescindible, por cuanto la interpretación sistemática de las normas constitucionales y laborales conllevan el dotar al trabajador de las herramientas jurídicas necesarias a fin de que los derechos laborales reconocidos legalmente puedan concretizarse en la realidad. Sostener lo contrario implicaría vaciar de contenido el mandato constitucional contenido en el artículo 24 de la carta política respecto a súper privilegio de los créditos laborales así como al principio protector contenido en el artículo 23 de la misma.