ARGAYA d e c u l t u r a 36 Monográfico dedicado a la villa del libro de Urueña segunda época r e v i s t a 36 ARGAYA r e v i s t a segunda época 36 d e c u l t u r a Donde la luz llora luz, por Antonio Colinas 2 Inauguración, por Joaquín Díaz 4 Urueña, cincuenta años, por Ángel Laso Ballesteros 8 Urueña, cuna y tumba del libro, por José María Giménez Ramos 12 Paseo comentado por Urueña, por Josemaría de Campos Setién 15 Memoria olfativa, por José Delfín Val 19 Convento de Villablín, exclaustración y leyenda, por Anastasio Fernández Sanjosé 22 Viaje a los pueblos de Valladolid, por Antonio Corral Castanedo 25 Urueña, una gran sorpresa, por Joaquín Díaz 28 En el camino hacia Urueña, por Antonio Corral Castanedo y Justino Díez 33 De Condado a «Villa del Libro», por Godofredo Garabito Gregorio 41 Si me pierdo, por Félix Antonio González 44 La historia del libro, la Historia del Hombre, por Paz Altés Melgar 46 Leer como vicio, por Luis Alberto de Cuenca 51 Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura, por Luis Miravalles 52 Urueña Villa del Libro, por María Luisa Álvarez Juarranz 57 E-LEA, un destino feliz, por Antonio Piedra 58 Librerías de Urueña 60 Contenido de la Villa del Libro 74 Argaya no se responsabiliza de las opiniones expresadas por sus colaboradores en los trabajos publicados ni se identifica con los mismos. Edita: Editora Provincial Diputación Provincial de Valladolid. 2ª 36 época Agosto 2007 «ARGAYA»: Arista de trigo que defiende el grano de la voracidad de los pájaros. Leer, leer, leer, vivir PENDIENTE PENDIENTE PENDIENTE?????? la vida que otros soñaron. Leer, leer, leer, el alma olvida las cosas que pasaron. Se quedan las que quedan, las ficciones, las flores de la pluma, las olas, las humanas creaciones, el peso de la espuma. Leer, leer, leer; ¿seré lectura mañana también yo? ¿Seré mi creador, mi criatura, seré lo que pasó? MIGUEL DE UNAMUNO LINEA EDITORIAL: Plural, abierta y sin adscripción política e ideológica, sin más limitaciones que las establecidas por la Ley, el rigor intelectual y la libertad de expresión. ARGAYA [1] Donde la luz llora Antonio Colinas Escritor. Premio Castilla y León de las Letras ¿CONOCÉIS EL LUGAR? ¿Conocéis el lugar donde van a morir las arias de Häendel? Creo que es aquí, en este espacio donde se invventa la infinitud de los amarillos; un espacio en el centro del centro de Castilla en el que nuestros cuerpos podrían sanar para siempre si tus ojos y mis ojos mirasen estos páramos con piedad absoluta y en donde hasta el espíritu suele arrodillarse para hacernos su ofrenda en rosales de sangre. En este espacio hay un fuego blanco en el que viene a expirar esa música que nos llega de lejos, ¡de tan lejos! ¿Conocéis el lugar donde van a morir las arias de Häendel? [2] ARGAYA Donde la luz llora luz Está aquí, en una tierra con más cielo que tierra, donde los ruiseñores serenan la alameda y la alameda serena a los ruiseñores, y con la emanación húmeda del tomillo más nocturno, acude un enjambre de estrellas a venerar la última espina de Cristo. Es el lugar donde la luz llora luz, y la catedral de los cardos alza su grito de silencio, y están solas, muy solas, las vírgenes anunciadas, y el pueblo amurallado y muerto asciende vivo sobre un horizonte de lágrimas, no sé si como un salmo o como una corona de piedras inciertas. ¿Conocéis el lugar donde van a morir las arias de Häendel? Está aquí, en el centro del centro de Castilla, donde por los linderos morados se tensa, como un arco, la luz; es un espacio en que la nada es todo y el todo es la nada, y en el que junio joven viene por los montes vertiendo de su copa oro líquido. Es un lugar en el que el espacio y el tiempo sólo son una hoguera que arde y que mantiene su combustión gracias a nuestras vidas (quiero decir: gracias a nuestras muertes). La música que más amáis aquí tiene su tumba. Es la música que, a través de la respiración de las espigas, viene a morir en la luz que respiran nuestros pechos. ARGAYA [3] INAUGURACIÓN Joaquín Díaz Director del Museo Etnográfico Momento de la inauguración de la Villa del Libro en Urueña. H oy es un día especial para Urueña. A partir de este momento, la Villa puede añadir a sus títulos el de «casa de los libros». El libro, todos lo sabemos, es un objeto que se deja leer de muchas formas, desde la simple contemplación o manejo que corresponderían a sensaciones estéticas, hasta la indagación en su contenido que tendría que ver con el lenguaje de los signos y de comunicación. Richard Aungerville, tutor del príncipe de Gales y amigo de Dante Alighieri, escribió hace casi setecientos años el primer elogio del libro como obra artística y lo tituló Tratado pulquérrimo de amor a los libros, confiriendo ya al continente la misma importancia que al contenido. Sin embargo para hablar del libro como reflejo de las ideas y como expresión de la mentalidad del individuo, que es su faceta más imprescindible a mi juicio, podríamos remontarnos mucho más y llegar hasta la China de Mencio, seguidor de Confucio, quien observó, pensó, escribió y reflexionó, para quedarse finalmente, entre todas esas actividades, con el bagaje de la mejor cualidad del pensamiento, el amor a la libertad: [4] ARGAYA Dos momentos del discurso de Joaquín Díaz. Herrera firmando en el libro de visitas de la Villa bajo la atenta mirada de Ruiz Medrano. «el cuerpo siempre debe soportar que le siga su propia sombra. En cambio el pensamiento es libre» –decía Mencio–. De esa época procede, precisamente, la idea de que el libro representa, con respecto a la vida del ser humano, la tercera edad, aquella en que el individuo se sienta a escribir lo que previamente ha observado y pensado, necesitando luego plasmar en signos todos aquellos conocimientos sobre los que finalmente reflexionará en su vejez. Hoy es un día especial para Urueña y por eso mismo, y contando con la benevolencia de todos, me gustaría hacer dos breves reflexiones en voz alta. La primera es personal y está teñida de pesimismo. Definitivamente, no creo que el progreso del ser humano esté en esa todopoderosa tecnología que nos proporciona actualmente exceso de información sin posibilidad de contrastarla o verificarla. Algo falla cuando es más importante tener opinión que tener criterio. La segunda es sobre lo que denominamos el contorno o el entorno y que tanto afecta al individuo desde el principio de los tiem- Antonio Colinas firma en el libro de visitas. Ruiz Medrano y Tomás Villanueva saludan al alcalde de Urueña, Manuel Pérez-Minayo. Inauguración Juan Vicente Herrera durante su discurso. ARGAYA [5] Colinas y Noriega mostrando al Presidente Herrera el libro del poema «Donde la luz llora». Inauguración pos: me gustaría reivindicar, cómo no, un crecimiento razonable y sostenible para Urueña en el que las iniciativas pública y privada se ayuden mutuamente; pero también, y además, me gustaría reivindicar la soledad y el silencio como generadores de esa atmósfera imprescindible para la serenidad del razonamiento y para la meditación, atmósfera que envolvió siempre y espero que siga envolviendo a este lugar. Cuando Mencio tenía justamente mi edad escribió en una tablilla que colgó a la puerta de su casa lo siguiente: [6] ARGAYA Cuando uno ha llegado a viejo Y ha cumplido su misión Tiene derecho a enfrentarse apaciblemente Con la idea de la muerte. No necesita de las personas: Las conoce y sabe lo suficiente de ellas, Lo que necesita es paz. No está bien visitar a este hombre, Hacerle sufrir con banalidades. Es menester pasar de largo Por delante de la puerta de su casa como si nadie viviera en ella. Las autoridades paseando entre el público asistente. Mencio vivió sucesivamente al lado de un cementerio, al lado de un mercado, al lado de una escuela y dentro de un palacio, pero acabó habitando dentro de sí mismo para madurar el pensamiento que luego inspiraría uno de los cuatro libros de la filosofía china. En él, sus discípulos trataron de reflejar, con breves sentencias extraídas de sus enseñanzas, hasta qué punto había llegado Mencio en sus reflexiones sobre la palabra escrita: «Es preferible –decía– no leer un Las autoridades ante la maqueta que representa la Villa del libro. Recorriendo el Centro e-LEA. libro a tener que aceptar incondicionalmente lo que en él se escribe». En otras palabras: si importante era leer, mucho más lo era el comprender lo que se leía; conocer al autor y conocer los motivos que le llevaron a escribir. Quiero pensar que la apuesta que hoy se hace en Urueña por el libro, al igual que la apuesta que hoy se hace en Urueña por el libro, al igual que la apuesta que hicimos antes desde nuestra Fundación por la tradición oral, es una apuesta plural: es decir, se apuesta por el texto pero también por el contexto; por el pensamiento pero también por el signo que lo representa; por la difusión del conocimiento pero también por el análisis; por la sociedad, pero también por el individuo que la origina y la alienta; por la economía, pero también, y principalmente, por ese tipo de cultura que tiene que ver con el cultivo de uno mismo; por el progreso de la Villa pero también por el respeto al entorno y al paisaje como elementos imprescindibles para comprender mejor su historia y poder hablar de futuro. El marco en el que se iba a desarrollar este acto me invitaba a terminar con un Amén. El cambio de ámbito me invita a terminar con un pirandeliano «así será, si así os parece»*. Inauguración Ruiz Medrano y Luis Minguela en una de las librerías de la Villa del libro de Urueña. * Discurso pronunciado con motivo de la inauguración de la Villa del libro. ARGAYA [7] cincuenta años Ángel Laso Ballesteros Director del Archivo Histórico Provincial de Valladolid Actualmente a muchos visitantes la localidad de Urueña nos transmite una gozosa sensación de inmutabilidad, la villa parece ajena al tiempo y sus sinsabores. Lógicamente es una apreciación sentimental y no menos superficial, todo lo humano está sujeto al tiempo y al espacio, es histórico. T ras un período de esplendor en el siglo XIV y cierta actividad artística en el XVI, la villa murada tuvo una historia semejante a la de la inmensa mayoría de las localidades pequeñas de la provincia de Valladolid, dependientes de una agricultura y una ganadería de ajustados rendimientos. Si acaso su expectativa de futuro se hizo más sombría con el incendio del año 1876 que destruyó medio pueblo, casa consistorial incluida. No era extraño pensar que sus signos de identidad «las ruinas de su fortaleza y muralla… están llamadas a desaparecer en tiempo no lejano»1. En el Archivo Histórico Provincial se conservan documentos de los años centrales del siglo XX que nos muestran los pasos de sus vecinos para salir del subdesarrollo y la pobreza de siglos. En 1953 el Ayuntamiento solicitó autorización para ceder gratuitamente un solar de sus bienes de propios, de 400 m2, para almacén o panera de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos. Al año siguiente el Ministerio de Gobernación autorizó la cesión2. En septiembre de 1956 terminó la obra la Hermandad, que contó con subvención del Servicio Nacional del Trigo3. ORTEGA Y RUBIO, Juan Los pueblos de la provincia de Valladolid, Valladolid, 1895, Vol. 2º, p. 22. AHPVa, Gobierno Civil, 34/36. 3 AHPVa, Organización Sindical, 1099/5. 1 2 [8] ARGAYA Urueña, cincuenta años Distintas calles de la villa de Urueña en la antigüedad. ARGAYA [9] Urueña, cincuenta años Urueña hace cincuenta años Una mejora espectacular fue llevar el agua potable al casco urbano. Hasta que se produzca «el pueblo se abastece de agua potable de un manantial situado en el fondo del valle que se encuentra al sur del pueblo, habiendo de salvar el mencionado desnivel de 100 metros mediante sendas o caminos tortuosos que, sobre todo en invierno con las heladas, son sumamente peligrosos por su acusada pendiente. Son numerosos los accidentes ocurridos aparte de la incomodidad y pérdida de tiempo y energía que supone este largo y difícil desplazamiento»4. El Instituto Nacional de Colonización redactó el proyecto de suministro de agua a partir de un manantial situado a 400 metros del casco en enero de 1954. Poco después se contrató al adjudicatario de las obras del depósito regulador y casa de máquinas, con su captación, depósito y desagües del abastecimiento de agua, la instalación de las tuberías de impulsión y distribución, y la obra de las dos fuentes con abrevadero, una junto al depósito y otra en el corro de San Andrés. La intervención terminó en mayo de 1955 con un coste de 262.869 pesetas, aportadas por el Instituto y la Comisaría Nacional del Paro5. Los 825 vecinos lo debieron agradecer6. Ahora podemos ver el diseño de las fuentes y dos fotografías hechas antes de comenzar las obras. Hace cincuenta años pasear por las calles de Urueña no era una actividad especialmente grata. Como nos dice Luís Cervera «en este primitivo núcleo urbano las calles estarían desprovistas de pavimento, consistiendo este en tierra endurecida por el paso de las personas y ganados, posiblemente mejorado con la adición de piedras rellenando baches»7. Para mejorar esta situación el alcalde Antonio Pérez-Minayo Tabares, nombrado en 1952 y continuador de una de las tres familias relevantes de Urueña desde el siglo XVII8, consiguió en marzo de 1957 una subvención de la Comisaría Nacional del Paro consistente en 55.860 pesetas para la pavimentación de las calles. Con esa subvención se dio trabajo a 34 vecinos del pueblo, se compraron el cemento, la grava, la arena y el morrillo, e incluso se pagó al fotógrafo de Medina de Rioseco Heraclio Barrios un reportaje fotográfico del estado de las calles antes de la pavimentación9. Aparte de legarnos un interesante testimonio gráfico, la intervención debió ser poco efectiva. En el año 1963 don Antonio informaba que las necesidades10 de los 670 habitantes y su coste, eran: – – – – – – – – – Pavimentación 1.500.000 Centro de enseñanza 200.000 Caminos locales y rurales 1.500.000 Casa consistorial y vivienda 200.000 Regadío 5.000.000 Centro sanitario 200.000 Matadero 200.000 Arreglo del cementerio 240.000 Puentes y similares 60.000 AHPVa, Jefatura Provincial del IRYDA, 134/7. AHPVa, Inspección del IRYDA, 947/1. 6 AHPVa, Gobierno Civil, 182/1. 7 CERVERA VERA, Luís La villa murada de Urueña, Valladolid, 1989, p. 49. 8 URREA, Jesús, Urueña Valladolid, Valladolid, 1991. 9 AHPVa, Gobierno Civil, 1371/42. La digitalización de todas las fotografías ha sido realizada por Joaquín Pérez García. 10 AHPVa, Gobierno Civil, 186. 4 5 [10] ARGAYA – Arreglo de la ermita 100.000 Las mejoras e inversiones se irían sucediendo en los años posteriores a pesar de la mengua del vecindario. Quizás pocos se percataron de su trascendencia pero en ese año 1963 el Ministerio de Educación Nacional reorientó el rumbo de Urueña, acordó tener por incoado el expediente de declaración de conjunto histórico-artístico a favor de la villa y la ermita de la Anunciada, desde entonces, todas las obras que fuesen a realizarse deberían ser sometidas a su autorización11. Once años después, con 380 vecinos, el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario, al conceder a la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Urueña una subvención de 93.000 pesetas para que adquiriese una báscula pública de 40.000 kilos12, indicaba que «Su carácter histórico y los aspectos artísticos del núcleo han determinado la preocupación de los organismos provinciales por resaltar estos aspectos y de este modo se puede afirmar que la infraestructura urbanística de la zona se encuentra en vías de solución, creados ya los servicios más importantes». Así se fueron dando los pasos para pasar de una tradición hija de la miseria y la necesidad a la tradición hermana del bienestar y la Urueña, cincuenta años «Los pueblos de la provincia de Valladolid (1895)», edición facsímil, Juan Ortega Rubio. Grupo Pinciano. 11 AHPVa, Gobierno Civil, 59/39. En 1955 el cura párroco comunicaba al gobernador el estado ruinoso de la ermita, ibidem 138/17. 12 AHPVa, Jefatura Provincial del IRYDA, 53/7. ARGAYA [11] URUEÑA, cuna y tumba del libro José María Giménez Ramos Escritor L os hechos más sobresalientes del género humano. Nacer… y morir. En el trayecto, formas y colores, paisajes, deseos, fantasmagorías, vaivenes materiales. Todo y según, así venga y se vaya, buscar y hallar. O despreciar. Urueña tiene el honor y la alta misión, desde hace dos años largos, de sentirse madre y reposo del libro. Villa del Libro. La Primera en España, y en concreto, desde el 15 de Marzo de 2007. O sea, hace cuatro días. Y ya parece casi eterna. Nada como el libro para hacer perenne el pensamiento, la razón de vivir, la solución al sentir, la inquietud del que será, la emoción de lo que fue. Quien iba a pensar, –dirían los primitivos Condes–, en ese destino del siglo veintiuno. Quien podía augurar, a una población que conserva, como único patrimonio de la humana génesis, unas doscientas cincuen- [12] ARGAYA Interior de una de las librerías de Urueña. todo lo que comunica sabiduría, sensaciones, pensamientos o deseos, a veces yerra, a veces es falso, a veces se equivoca. En eso no se distingue demasiado de los humanos. Hemos de ser tolerantes y comprensivos. No se olvide que un libro lo hace un hombre, lo edita un hombre, lo lee un hombre. O una mujer. O un niño. No se trata de género. El honor, repito, que tiene Urueña, la villa medieval amurallada de la provincia de Valladolid, en los confines de los Montes Torozos y Tierra de Campos, es uno de los mayores que le cupieran jamás. Mis plácemes y enhorabuenas a quienes han hecho posible esta magnífica realidad, única en España. Que crezcan a su sombra y amparo es cosa de tiempo. La Diputación de Valladolid puede y debe sentirse orgullosa de haber dado cabida y forma a proyecto de tal magnitud. Como bien dijo su Presidente, D. Ramiro F. Ruiz Medrano, las librerías (doce) que la Diputación ha levantado al abrigo de esas murallas, son las tapas con guardas de un hermoso libro con forma de piel de toro, que se nutre, se alimenta y se desarrolla en la villa de Urueña, sol de esplendorosa cultura de Castilla y de León. No es en balde que exhibe exultante la Fundación y Centro Urueña, cuna y tumba del libro ta almas. Pero del mejor calibre, del más noble estado. La gloria del libro está en su masa, en su materia, científicamente hablando. Y en su contenido, cuando de su espíritu, de su trascendencia se trata. Hoy, donde priva la informática y la cibernética, rige aún con majestad su destino, el libro. Nada como poseer entre nuestras manos un volumen. Nada como posar nuestra mirada en sus páginas, abriendo su vientre, removiendo sus entrañas a placer, aspirando ese tenue aroma de papel y tinta de impresor. Yendo y viniendo entre sus páginas. Leyendo, repasando, retrocediendo y avanzando cautelosa o vertiginosamente, en su texto. Y, de pronto, si precisa, extasiando nuestro ánimo predispuesto al gozo, al contemplar sus gráficas muestras de expresión, el indiscutible arte de sus dibujos o grabados, de sus incomparables testimonios visuales, que nos transportan al mundo que pretende. No olvidemos su peso. Es, casi diría yo, como tener un pequeñuelo entre nuestros brazos, que, aunque pesado y molesto, nos alegra el corazón con sus risas, gestos, mimos y carantoñas, y la humanidad reflejada en sus ojillos, en sus manos diminutas y soberanamente expresivas. Es pesado, sí, y molesto a veces… si no se lee, si no se le ama, si no se le acoge con cariño y deseo de permanencia entre nosotros. Como a un bebé. Como a cualquier ser humano que nos pide nuestra ayuda, nuestra complicidad. El libro nos da todo lo que es y tiene. Es generoso. Y, como ARGAYA [13] Urueña, cuna y tumba del libro Etnográfico Joaquín Díaz, el Museo de Instrumentos Musicales del mundo Luis Delgado; el Museo de Campanas, la Sala de Exposiciones Mercedes Rueda y el Centro de diversidades e-LEA. Nunca menos hicieron tanto. El libro, a partir de 2007, tiene su cuna permanente. Urueña. Puede nacer allí, puede llegar de otros lares, se aposentará y vivirá como si su hogar nunca hubiera sido otro. Y, llegado al fin de sus días, es decir, cuando apenas se consulten sus páginas por sabidas o remozadas, morirá. Mejor dicho, no caerá en la muerte absoluta jamás. Entrará en «dormición». Y será feliz pensando que, nadie que ame un libro de corazón, le olvidará del todo. Siempre, como en el fabuloso relato de la Bella Durmiente, si no un príncipe, un amante de su alma y de su cuerpo le acariciará, soplará levemente sus lomos y hará evaporar el polvillo de acumulación involuntaria que los años habrá aposentado en él. Quizá le bese antes de abrirlo. Quizá bendiga su estancia entre aquellos muros. Quizá, cuando le lea, transporte su gratitud a los que hicieron posible el tesoro de su existencia. Al pueblo que tuvo la feliz y honrosa iniciativa de su establecimiento. A Urueña. Esa localidad vallisoletana que, cuando amanece, saluda al Astro Rey con las mejores galas que darse puedan. Y el Sol lo agradece enviando sus benéficos rayos y posándolos en esa frase literaria que la ha de hacer, de ahora en adelante, más famosa si cabe. «URUEÑA, VILLA DEL LIBRO». La primera de España. [14] ARGAYA S oportan mis espaldas lo que al mundo es su ciencia, su amor, su religión. Su miseria de cabaña, su riqueza de salón. Su pensamiento profundo. Sus opiniones livianas, su pasión envilecida, su virtud escarnecida, sus frivolidades vanas. Sus convicciones, sus dudas, su indiscreción, su hermetismo. Nada es igual y es lo mismo vengas a mí o a otro acudas. Y pese a ser tantos años balanza registradora de sinceridad y traidora forma de amagar engaños, Soy quien soporta del mundo su fe y su bellaquería, sus instintos más inmundos, su imparcial sabiduría. Ténme piedad, no desprecies que me venda a tantos amos; Que es así mientras vivamos semejantes de mi especie. Paseo comentado por Urueña Josemaría de Campos Setién General de División y Catedrático La visita a Urueña, la Villa del Libro tan inteligentemente ideada y concienzudamente proyectada, me trae al recuedo aquellos años en que la Academia Nueva llevaba a cabo los «paseos comentados» por la ciudad y por la provincia. U n grupo digno de historia pero aún sin historiar, del que fui testigo, con José Luis de los Mozos, Enrique y Carlos Gavilán, Alfonso y Antonio Corral, Lucas Calvo, Amando Represa, Juan José Martín González, Luis Suárez, Daniel Benavides Llorente, Alfonso Guilarte, José de No, Vicente Bielza, José Luis Cano, Luis de Castro, Federico Watemberg, Juan y Santiago Benito Arranz , José Luis Martín Galindo, Luis Delgado Orbaneja, Manolo Basas, Federico Carrascal Antón, Olegario Ortiz Man- chado, José Antonio Medrano Ruiz del Árbol, Faustino Ramos, José Antonio Merino Muñoz, Ángel Pizarro y Miguel Carreras Díez, florida juventud, sementera de catedráticos y relevantes profesionales, y algún otro «senior», de cuando en vez, como Demetrio Ramos, Tomás Caro Patón, Justo González Garrido y Augusto Fernández de la Reguera. Y entre sus paseos comentados, uno de los preferidos era el que hoy quiero rememorar, con destino a Urueña, su hoy archifamosa Villa del Libro, y proponer como excursión ARGAYA [15] Paseo comentado a Urueña El osario de Wamba: Concejo abierto de huesos y de calaveras. [16] ARGAYA de un día, (y de los que el entusiasmo invite), un itinerario presidido por tal cúmulo de historia, de arte y de naturaleza, que bien promocionado constituirá una fabulosa ruta con el encanto que ofrece nuestra tierra castellana y su rico patrimonio cultural. Primera parada, Wamba. Evocación de la muerte, aquí, de Recesvinto y elección de Wamba. En la iglesia de Santa María nos sale al encuentro su fachada románica, del siglo XII, el ambiente mozárabe del ábside y el crucero y la incógnita del no sé cuantos espectacular osario. Seguidamente, Torrelobatón, con su castillo muy bien conservado utilizado como silo y actualmente reconvertido en Centro de Interpretación de la herencia del movimiento comunero, inaugurado en el pasado mes de abril. Continente y contenido merecen una pausa. El castillo, con su patio de armas casi cuadrado, en los ángulos tres cubos y la esbelta torre del homenaje en saliente, que protege a la puerta de medio punto. Es de ver la mudéjar, de un gótico tardío, iglesia de Santa María. Sus tres naves se separan por dos monumentales arcos de descarga de medio punto que llegan desde los pies hasta la cabecera. Dejamos Torrelobatón, no sin dedicar un recuerdo a su más famoso hijo, el iluminado padre Hoyos, promotor de la devoción al amor misericordioso del Sagrado Corazón de Jesús, que «reinará en España». San Cebrián de Mazote. Su iglesia, joya del mozárabe del s. X, afortunadamente restaurada, de planta basilical con las naves separadas por maravillosos arcos de herradura sobre columnas de mármol, con capiteles de variada talla vegetal, merece nuestro tiempo. Además admiraremos una Asunción, labrada en alabastro por Inocencio Berruguete y un Cristo yacente de la escuela de Gregorio Fernández. Más historia, en San Cebrián de paso para León para proclamarse rey y fundir para siempre los reinos de Castilla y León, Fernando IIII o IV el Santo fue reconocido, por los leoneses antes que en ningún otro lugar, como su soberano y señor natural. Torcemos a la derecha, pero no nos desorientamos, que vamos muy derechos al Monasterio de la Santa Espina, monasterio cisterciense, grave, imponente, solemne, asentado en pleno monte de Torozos erizado de matorrales con perfume de salvia, orilla del Bajoz. No escogió mal el lugar la infanta-reina Doña Sancha, hermana de Alfonso VII. A la vuelta, de visitar los monasterios cistercienses de Francia, Italia y Alemania, pide a san Bernardo monjes de Claraval para fundar este monasterio, custodio de la santa reliquia de la Espina de la Corona de Nuestro Señor. Su construcción se inicia en 1149, sigue en el XIII y sufre sucesivas reformas para adaptar enterramientos de los Vega, en el extremo de la epístola, en el siglo XIV, la ampliación de la capilla de la Santa Espina, de la mayor, las colaterales y el crucero, obra de fray Alonso de Orozco, del XVI-XVII. Y de la misma época, la tribuna de los pies del templo, para coro alto. La magnífica facha- Torrelobatón con su castillo. secuenciado la lectura, la escritura y sus diversos soportes, su área pedagógica y de investigación y documentación, su biblioteca y sus librerías, su interesante scriptorium Alcuino. Una forma innovadora, única en España, de enaltecer el patrimonio históricoartístico. Y fonda hemos dicho, por sus tentadores restaurantes. No es Urueña simplemente para visitarla de paso, sino para «vivirla». Y a un tiro de piedra, en la ladera, otra joya, la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciada, uno de los más interesantes ejemplos del románico catalán fuera de su área natural de expansión, de fines del siglo XI-comienzos del XII, con sus características bandas lombardas y decoración de arquillos. ¿Muestra de la influencia catalana por el casamiento del conde de Urgel con Doña Maria, hija mayor del conde Ansúrez? Después de repostar debidamente y admirar el museo de musical y etnológico de Joaquín Díaz, nos llegamos a Villagarcía de Campos. Nos aguardan bellas sorpresas para verlas con los ojos de la historia y del arte. Porque aquí está la colegiata de San Luis, diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón, modelo de todas la iglesias jesuíticas de los siglos XVI al XVIII, la de San Ignacio, hoy de San Miguel, de Valladolid, que es su copia casi exacta, la de la «Compañía», de Palencia y de Santander, la de los santos Juanes de Bilbao, la de San Felipe y Santiago, de Paseo comentado a Urueña da exterior se efectuó en el siglo XVIII yuxtaponiéndola al muro primitivo que por el interior se conserva intacto. Los cuatro grandes relieves de alabastro del retablo original, de Francisco Giralte (1525-1576), colaborador de Berruguete, se encuentran en el Museo Marés, de Barcelona. En su lugar se colocó otro, procedente del monasterio de Retuerta, de Diego Marquina, escultor del siglo XVI. También del siglo XVI es la magnífica cerca del monasterio y la puerta monumental que da entrada al compás, hoy jardín. Por su magnificencia, llaman la atención los dos claustros del monasterio, del siglo XVII uno y del XVIII el otro. Pero queremos llamar la atención sobre dos elementos magníficos no por su «monumentalidad» sino por su pureza cisterciense. El «armariolum» o «librería», importantísima pieza, original del siglo XII, uno de los ejemplares más interesantes en su género que subsisten en España y quizás en todo el mundo. Y la joya, definitivamente, es la sala capitular, donde lo constructivo, al más puro estilo cisterciense, sin «adorno» embellecedor alguno, es sublimemente bello, sencillo y severo. Difícilmente se hallará un «capítulo» que mejor cumpla a los austeros preceptos de la Orden. Tras la desamortización y exclaustración, «maravilloso caso de saña satánica y de idiotez colectiva» las calificaría Francisco Antón en su monumental «Monasterios medievales», que tanto afectarían a este monasterio; ya hemos apuntado la desaparición del retablo de Giralte, el cenobio quedó abandonado y se iba viniendo abajo poco a poco, hasta su reconversión en granja agrícola a cargo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Y allí está enterrado Rafael Cavestany, ministro de Agricultura, fundador de la Escuela de capataces y favorecedor del establecimiento. Y llegamos a Urueña. Parada y fonda. Hoy, fruto de una idea original y creativa, renombrada «Villa del libro», con múltiples alicientes naturales y culturales. Mirador de la Tierra de Campos, «Tierra de Campos infinitamente» que cantara Guillén. Con su «Espacio para la lectura, la Escritura y sus Aplicaciones» (e-LEA), con exposición interactiva de los elementos y utensilios que han ARGAYA [17] Paseo comentado a Urueña Monasterio de la Santa Espina.ensoñadas. [18] ARGAYA Segovia, la de Villafranca del Bierzo, en León, hasta la de Monforte de Lemos, de Lugo, todas a imagen y semejanza de Villagarcía, iglesia tipo del primer estilo jesuítico. Luego, a su vuelta a España tras la expulsión, en el XIX se aplicará el neogótico de ladrillo. Al entrar en la iglesia, a la mano derecha admiramos la capilla de las reliquias aportadas por Don Juan de Austria. Más joyas: el Cristo de Lepanto, y a su lado el Lignum Crucis, un pedacito de madera de la Cruz del Salvador, que envió San Pío V a Don Juan de Austria antes de la batalla de Lepanto y que éste llevó debajo de la coraza durante la pelea, el pendón que presidió la batalla, testimonios del cariño de Jeromín a su madre putativa Doña Magdalena de Ulloa, fundadora de la Colegiata y noviciado jesuítico. Y volvamos a los libros. Porque aquí escribió el padre Isla su célebre Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, y junto a tantos objetos valiosos por su mérito religioso, histórico y artístico, están las vetustas prensas de la imprenta del antiguo colegio, fundada por su rector el padre Francisco Javier Idiáquez en 1755, importando de Holanda los mejores tipos de letra griega y española, para surtir a los estudiantes de buenos libros, y en poco tiempo se editó una completa colección de clásicos latinos y griegos, que se difundieron por todo el mundo. No nos volvemos «directamente», porque tenemos que llegarnos a la ciudad de Medina de Rioseco. Ciudad, sí, y Muy Noble y Muy Leal, capital industrial y mercantil, con una población que doblaba a la de Madrid o y Bilbao en su tiempo, centro de los dominios del Almirante de Castilla Alfonso Enríquez, a orilla del Sequillo, río que la ha dado nombre. Con carácter castizamente castellano por donde se la mire. Plazas porticadas, calles con soportales, la Rúa, que nos lleva en primer lugar a la vieja parroquia de Santa Maria de Mediavilla, con su capilla de los Benavente, en cuyo retablo triunfa el esplendor dramático del juicio final, de Juan de Juni, considerada por la crítica como una de las obras más jugosas, abarrocadas y pletóricas de hispanismo de todo nuestro plateresco y «Capilla Sixtina de Castilla», y entre otras joyas, la renacentista custodia procesional de Antonio de Arfe. La iglesia de Santiago, muestrario de la evolución del arte español, iniciada en gótico el siglo XVI, renacentista puerta del mediodía, herreriana fachada, y afiligranado barroco de las bóvedas. Su interior de tres naves con espléndidos retablos que cubren por completo los testeros de las tres naves, sobresaliendo el mayor, de Churriguera. En su interior, también son admirables los pasos procesionales de su famosa Semana Santa, con la llena de emoción trágica imagen de la Dolorosa, de Juan de Juni. Nos despedimos de Rioseco (hemos de disfrutarlo más despacio) visitando, a la salida, el convento de San Francisco, fundado por el almirante don Fadrique, para servir de enterramiento a él y a su esposa, cuyas estatuas orantes, en bronce, fechadas en 1539, son obra del burgalés Cristóbal de Andino, restaurado y reconvertido recientemente en museo de arte sacro, digno verse. Ahora sí, directamente a Valladolid, con la tentación de pararnos a medio camino, en La Mudarra, para visitar a Godofredo Garabito en su Casa Grande, en un ambiente de paz y sosiego, de coral y oro, de violeta y plata cristalina, que nos vendrá muy bien para descansar un rato y disfrutar de su plática y del vinillo de este gran amigo cultivador del arte, de la amistad y de la poesía. José Delfín Val Periodista y escritor MEMORIA OLFATIVA M e gusta el olor de los libros. Soy un poco bibliófilo y por eso me gusta el olor de los libros. Algunas personas no se percatan de que los libros nuevos, recién comprados, tienen olor. El olor de la tinta de imprenta. Si el libro está retractilado conserva mucho mejor su olor personal e intransferible. Porque nada huele como un libro. Ni siquiera un periódico recién expulsado por la rotativa y listo para ser empaquetado. Imprimir un periódico requiere prisas, sosegadas prisas, que es como no sé quién definía el arte de torear, creo que Josep Daza. El olor de los libros debe ser cosa de las calidades. Las calidades a las que me refiero son la calidad del papel, la calidad de la tinta y la calidad del texto. Creo que la tinta sabe cuándo un texto es bueno y cuando no lo es para darle al ARGAYA [19] Memoria olfativa libro los aromas precisos que satisfagan al lector. Y luego está la elaboración. Reconozco que mi infancia está ligada a un periódico, es decir, a un diario, y a una imprenta en la que se tiraba ese periódico. Como la imprenta era de las mejores del lugar, hacía libros. Hacer libros es «darle forma» a las ideas plasmadas en cuartillas por un escritor. Afinando un poco más diríamos que un libro se engendra en el claustro materno del cerebro del escritor y la imprenta hace de comadrona sacándolo al mundo. Un escritor con elemental imaginación diría que Urueña, desde abajo, parece un nido de águilas. No es para tanto. Aunque las águilas suelen volar bajo cuando tienen que cazar corderos; y en Urueña, por aquellos años, había muchos corderos y alguna que otra águila cazadora. Todavía creo haber visto a alguna sobrevolar el valle a la querencia. La primera vez que subí a Urueña las calles estaban alfombradas de canicas negras denunciadoras del paso de los rebaños. Podía prescindirse del alfombrado, que no necesitábamos bajo nuestras plantas, pero era impensable en aquellos años. El ganado, especialmente el ovino, era un complemento de la agricultura que permitía sobrevivir con sacrificio y dignidad. Era estabulado en los corrales de las casas y pocos pensaban que sacarlo fuera resultaría ventajoso para todos. No sé si la desaparición del alfombrado de las calles de Urueña se debe a la reducción del ganado o al propio convencimiento de los ganaderos que han roto con la tradicional convivencia (es un decir) de gentes y ganado. [20] ARGAYA Memoria olfativa Pero ahora, transcurridos pocos años, la transformación de Urueña es notable y ejemplar. Aquella primera visita a Urueña fue muy gratificante y las incomodidades resultaron pasajeras. Había dónde echar un vaso y un pincho; y había dónde te hicieran una tortilla y un par de huevos fritos con patatas y un choricito frito, porque de esas comidas hemos degustado en muchos de estos pueblos vallisoletanos. Ahora las calles están limpias, el pueblo es conocido por cientos de miles de estudiosos del folklore por el Centro Etnográfico Joaquín Díaz instalado en la casona del antiguo obispo Minayo, se puede comer de restaurante y las casas que se habían arruinado han sido reedificadas por un grupo de artistas que han encontrado en Urueña su lugar de descanso y de creación y por otras personas que han hecho allí su refugio. Quizá todo surgiera en torno a la casona del mayorazgo de los Mena adquirida por la Diputación de Valladolid y donde se instaló el antedicho Centro Etnográfico Joaquín Díaz. Ignoro si habrá premios para los municipios que han experimentado (no me atrevo a escribir sufrido) mayor transformación en los últimos veinte años. Pero si hubiera un premio, éste sería para Urueña. Y si no lo hay, lo propongo. Nuestra felicitación a quienes lo han hecho posible desde las instituciones locales y provinciales. Urueña se ha convertido en un centro cultural, en un pueblo para ser estudiado. Iba camino de perder su antañona identidad, pero encontró la senda por la que venía el bien hacer y el bien estar y se encontraron en el camino. Lástima que El Bueso y el convento Villalbín sean ruinas irrecuperables de las que únicamente nos queda el recuerdo de lo que fueron y no pudimos mantener. Todo cuanto ha estado en manos de quienes tenían responsabilidades se ha recuperado. Nos felicitamos por ello. Eso y el olor a libros nuevos son el actual orgullo del pueblo. ARGAYA [21] CONVENTO DE VILLABLÍN EXCLAUSTRACIÓN Y LEYENDA Anastasio Fernández Sanjosé Escritor E ran tres los monasterios enraizados en tierras de Urueña que, tras irradiar dogmas y conocimiento como faros preponderantes de laboriosidad, doctrina y poder, fueron abrogados simultáneamente en el siglo diecinueve. Iglesia de Villanueva de los Caballeros que antes de ser villa fue barriada del convento de Villalbín. [22] ARGAYA El primero el monasterio de San Pedro y San Pablo de Cubillas, del que aún sigue erguida la iglesia románica con la denominación actual de ermita de la Anunciada. Segundo el monasterio del Bueso, cuyas resonancias perduran en la memoria del pueblo, mitificado su nombre en anastomosis con el del legendario don Bueso del romancero popular, si bien su fundación fue llevada a cabo por beatos desgajados de la disciplina monacal de Villalbín. Y tercero el convento de Villalbín, divulgado en menor medida pero más antiguo, esencial y significativo, al que este cronista recurre hoy por muchas razones. Siempre me han intrigado las ruinas del convento de Villalbín, tan desmoronado y nebuloso; asoladas las tapias a corto trecho de Villanueva de los Caballeros, las metálicas puertas cerradas sin un mal chirrido. Ahora recuerdo que nos asomábamos los chicos y dentro del cercado cuadrangular apenas había algunos árboles su- Puerta que aún guarda el solar y la memoria del desaparecido convento de Villalbín. tidos ajenos o contrarios a su incumbencia. Lo cierto es que el convento de Villalbín fue fundado en 1087 por doña Urraca, la infanta que había defendido bravamente Zamora del asedio que para arrebatarle la ciudad le puso la tropa de su hermano Sancho. Fundación a la que doña Urraca legó los diezmos de la iglesia de San Nicolás que pensaba erigir en dicho lugar, enclavado en tierras de Urueña, a orillas del río Sequillo. Regido en imprecisas etapas por ermitaños de la pobre vida, sacudida la comarca por guerras, despoblamientos y repoblaciones, la historia primitiva del convento de Villalbín hoy resulta tan oscura como inescrutable. En 1103, Alfonso VI donó al San Isidoro de León las posesiones que había retenido del infantado de sus hermanas doña Urraca y doña Elvira, entre ellas «in Campo de Toro Villam Albin cum suos barrios». (Valcarce. El dominio de la Real Colegiata de San Isidoro de León hasta 1189, pp. 95-97). Barrios cuyo caserío no puede ser otro que el embrión de la antigua Villa Nova de Campo de Tauro o Villanueva de los Caballeros según toponímico actual. A instancias de doña Sancha, hermana del emperador Alfonso VII y dueña de Urueña cuyas primitivas murallas ella también había ordenado reconstruir y fortalecer por ser enclave fronterizo y estratégico en el que se daban continuas luchas entre el reino de Castilla y el reino de León, en 1158 fueron trasladadas a Urueña unas reliquias de San Albino, siendo recibidas entre considerables muestras de fervor y volteo de campanas. Suceso éste que proporciona razonados indicios en cuanto a la etimología del nombre del convento de Villalbín. Frente a la entrada principal del convento de Villalbín, en la otra ribera del río, ya término municipal de Villanueva de los Caballeros, el terreno forma un altozano sobre el que se han hallado restos arqueológicos de la Edad del Hierro y cerámicas medievales. En la ladera del terra- Convento de Villalbín, exclaustración y leyenda pervivientes, la casecilla de los guardeses designados por la propietaria doña María Vázquez de Prada, determinados cultivos exóticos tal que la regaliz, y las vetustas ruinas que poco a poco eran devoradas por las cardenchas y los rosales silvestres. Mas seguíamos llamándolo el convento respetuosamente. La intriga subió de tono cuando escuché que, al son de las malas lenguas, el convento de Villalbín se había quedado sin frailes de repente, a consecuencia de ladina estratagema: decían que alguien que pudo hacerlo introdujo en el cenobio a un grupo de jóvenes prostitutas que soliviantaron el talante y los votos de castidad de los monjes. Según dicha versión, hasta los gatos escaparon del convento detrás del señuelo libidinoso de las desvergonzadas pirujas. ¿Otra leyenda más inventada para desdibujar el espejo de la cruda realidad? ¿A qué obedece sino la propagación oral y persistente de semejante conjetura historiada? Todo es relativo. «La peste negra que asoló Europa entre 1347-1350, fue la causa que obligó a los abades a permitir las salidas de los monjes para buscarse el sustento. Esto dio ocasión a que surgiera la figura del monje giróvago como en los tiempos de San Benito. Aun cuando cesó la peste, los que se habían acostumbrado a este tipo de vida no querían incorporarse a la vida de clausura» –escribe el historiador Luis Rodríguez Martínez, justificando así la reforma benedictina cuya meta era atajar la decadencia de la vida monacal y el deambular de religiosos con hábitos indecentes por las plazas y teatros mirando toros, cañas y comedias y ocupándose de come- ARGAYA [23] Convento de Villalbín, exclaustración y leyenda plén, de cara al Sequillo y próximas al molino de Las Cuatro Rayas, siguen existiendo tres cavernas de tiempos remotos denominadas Las Bodegas, de las que la leyenda cuenta que se comunican por el subsuelo con el castillo de Tordehumos. Nadie las ha explorado a fondo y lo verosímil es que estas cuevas fueran horadadas por los viticultores del entorno con el propósito de erigir allí sus bodegas, sin que llegaran a rematar la obra. Según las crónicas antañonas el convento de Villalbín llegó a poseer espléndidos viñedos, así como árboles frutales y uno de los mejores palomares de la comarca. Así pues, no es aventurado suponer que el cultivo de los majuelos y la elaboración del vino fueran el soporte fundamental de la economía del claustro. Me gustaría averiguar el paradero de la inconfundible imagen del Niño Jesús venerada antaño [24] ARGAYA en el convento de Villalbín por las gentes del Bajo Sequillo, imagen que según la tradición popular perseveraba con la cabeza inclinada desde el día que le habló milagrosamente a doña Ana María Velasco, quien en el oratorio suplicaba ayuda para su hijo primogénito, el joven y juerguista duque de Osuna, y la imagen del Niño Jesús forzó aquel mohín condescendiente en tanto replicaba: «¡Hija, ayúdese él!» Don Cristóbal Baltodano, obispo de Palencia, reformó en 1567 el convento benedictino de Villalbín, tan próximo y vinculado a Villanueva, sustituyendo a los beatos y monjes que lo habían habitado hasta entonces por frailes menores de la franciscana Santa Recolección. Recién instalados, estos recoletos procedieron a restaurar los edificios, incluido el deteriorado templo. Los condes de Urueña mostraron siempre muy especial predilección por el convento de Villalbín, pues en la capilla mayor de la iglesia estaban enterrados los restos mortales de don Pedro Téllez Girón, tercer duque de Osuna, séptimo conde de Urueña y segundo marqués de Peñafiel, quien en vida había servido a Felipe III como virrey de Sicilia y más tarde virrey de Nápoles, siendo leal secretario suyo el poeta Francisco de Quevedo y Villegas. En la misma capilla mayor había recibido antes cristiana sepultura doña Ana María de Velasco, madre del poderoso y linajudo don Pedro Téllez Girón, y así consta en documentos de los recoletos de San Francisco allegados al convento de Villalbín. Los cuarenta franciscanos que ocupaban el convento de Villalbín fueron exclaustrados por la desamortización de Mendizábal el año 1835, sentenciando así el fin y la ruina del cenobio. Viaje a los pueblos de Valladolid Antonio Corral Castanedo Escritor. Premio Provincia de Valladolid a la Trayectoria Literaria Las casas, en su mayoría de piedra, son murallas dentro de las murallas rotas, en las que el asalto de los años ha ido abriendo brechas o puertas nuevas. Unas puertas espontáneas y silvestres, junto a las dos oficiales: la de la Villa y la del Azogue. U rueña –piedras entre piedras– se contiene, a la vez que un aire diáfano la embrida, para no rodar desde la paramera de los Torozos; para no despeñarse, por la áspera pendiente del valle, hacia los campos llanos de la Tierra de Campos; hasta esas tierras que, a sus pies, inician un despliegue interminable de parcelas, formando un mosaico de verdes, de grises, de ocres hacia el oro viejo o regresando desde el rescoldo de unas tonalidades de arcilla. Urueña no se despeña. Permanece arraigada y firme allá en lo alto; aunque se le haya desprendido el eco redondo de algún palomar, con apariencia irregular de moneda romana, y que permanece quieto en la escarpadura de la ladera. Pero Urueña proyecta sobre la llanura –sobre los campos pelados, sobre los pueblos remansando ecos de voces– una etérea sombra, un aliento blanco, que fortalecen aún más a las glebas y a los sembrados en los que brota y grana la luz. Urueña es como un rebaño de nubes que se ha detenido allí para siempre: como un redil en el que se recogen unas nubes fosilizadas, como el monumento levantado a las ovejas, siempre distintas y siempre las mismas, que a lo largo de los siglos han ido patinando con sus balidos los ocres fatigados del páramo. Ha sido en estos días la fiesta, la romería de Nuestra Señora de la Anunciada, cuyo Santuario, buscando la oración del agua, se encuentra no muy lejos del pueblo. Urueña descansa de la fiesta. Y las piedras duermen un feliz sueño de cansancio, de paz y de calaveras. Mientras que ARGAYA [25] Viaje a los pueblos de Valladolid Tierras de Urueña. “ Urueña –piedras entre piedras– se contiene, a la vez que un aire diáfano la embrida, para no rodar desde la paramera de los Torozos [26] ARGAYA ” la muerte –menos muerte, casi resucitada– duerme un pacífico sueño de ovejas sin esquilar y de piedras esquiladas, entre las ruinas del antiguo castillo. Cementerio fortaleza, protegido para que la muerte no sienta tentaciones de regresar a la vida, atraída por las extensiones de esta Castilla llana, remansada, sin límites y sin orillas –aunque limitada y orillada– que busca la resurrección de unos horizontes lejanos, de unas lejanías por las que avanza lento el carro del horizonte. En este castillo, ahora cementerio, vivió algunos días María de Padilla, la amante de Pedro el cruel que, sin duda, cuando con ella estaba, cuando en ella pensaba, se quitaba las calzas de su crueldad para ponerse su jubón de enamorado. Un sonado y desastrado caso de calzas y jubones caídos o desabrochados y de una infanta destocada, trajo alteradas a Urueña y a Castilla. Y es que Don Pedro Vélez, que fue sorprendido deseoso y carnal con una prima carnal de Sancho III el Deseado, sufrió por ello encarcelamiento y tortura en el castillo. «Oiga, yo no sé quién sería más cruel o, para ser claro, más bestia, si don Pedro o don Sancho», nos comenta un hombre que se sabe el romance sobre este asunto de memoria y que nos le recita ahuecando la voz, igual que si pregonara alguna mercadería en el Azogue que ya no existe. «Oiga, si voy descarriado, páreme, pero ya se necesita que por un disculpable lío de faldas –que es algo, dentro de lo que cabe, natural– el rey don Sancho le condenara al desgraciado de Vélez a lo que dice el cantar y que es como sigue: «No le den cosa ninguna donde pueda estar echado y de cuatro en cuatro meses le sea un miembro quitado, hasta que con el dolor su vivir sea acabado». «Qué bestia que se era el maldito, oiga». El hombre descansa solitario en el banco corrido que hay en Dibujo de Urueña por Juan Palencia. seguir al hombre a donde fuera y de la forma que fuera, sin que sintiera la tentación de soltarle. Vaya usted a saber. Pero es una tradición y las tradiciones siempre son bonitas y no tendrían que perderse; aunque algunas, como ésta de la bajada, fueran una exageración a veces…». En Urueña se han construido algunos lienzos de la muralla porque el tiempo y los hombres les habían ido cercenando en parte; arrancándoles sus elementos o sus miembros, como si se tratara de aplicar una condena semejante a la que recayó sobre el pobre Vélez. Vélez murió. Y Urueña sigue viviendo, perfectamente bella, pese a esas mutilaciones que la ennoblecen; encaramada, sobria y austera, en lo alto, bajo el cielo que baja hasta ella. Urueña aparece casi blanca, como la humareda persistente de aquel incendio que medio destruyó el pueblo en el siglo pasado, aniquilando muchas casas y los papeles de su archivo. Pero esta humareda de piedra –grisada de pasado y los papeles de su archivo. Pero esta humareda de piedra –grisada de pasado, de historia y de legajos– recita su acontecer, nos le permite descifrar, en esta mañana de abril. En esta «mañanita fría» parecida a aquella en la cual –según el romance– madrugó don Bueso, al romper el día, caminando a tierra de moros, a buscar amiga… Este legendario don Bueso al que dicen también que mató Bernardo del Carpio y que dio nombre a un convento de benedictinos del que tan sólo permanece alguna ruina mínima. Urueña queda en lo alto. Pero sentimos, sin embargo, su peso y su vuelo, recostados sobre el caminar de nuestras sombras. Al llegar al Molino de las Cuatro Rayas –en donde confluyen los límites de Villagarcía, Urueña, Villanueva de los Caballeros y Villardefrades– el molinero, manchado de un polvillo blanquecino como de piedra, nos examina y nos sigue vigilante con la mirada. Yo pienso que para llamarnos la atención si pisáramos alguna de las rayas o para evitar que nos las llevemos. Porque, sin duda, el paisaje perdería con ellas su estructura, su médula; y terminaría por disolverse o por derrumbarse. Viaje a los pueblos de Valladolid el atrio de la iglesia. Leo sobre la puerta una inscripción algo borrosa e incompleta. «Lea, lea lo que precise –me dice el hombre–. Y verá que estoy bien asentado donde me encuentro. Porque sepa que en la iglesia a esta hora no hay nadie. Este letrero era para los mozos y los no tan mozos; para que no hicieran tertulia aquí, para que entraran y para que sus voces y sus risas no se mezclaran con el culto». El Letrero dice: «Durante el tiempo que se invierte en los actos religiosos, queda prohibida la estancia del personal en el portal y atrio de la iglesia, por la autoridad competente». «Y ¿quién es la autoridad competente?», nos interesamos. El hombre nos examina dudoso. «Me digo yo que el señor cura, porque la iglesia es la iglesia y éste es su terreno. Aunque también el señor alcalde, porque la iglesia está en el pueblo y en el pueblo, porque es de ley, es él el que manda…». El hombre nos habla de una vieja tradición de Urueña. Y es que los recién casados, todavía con los trajes de boda, descen dían corriendo la pendiente, desde el pueblo hasta el santuario de la Anunciada, la Virgen que nunca niega la lluvia a Urueña. El marido arrastraba a su mujer, agarrándola de la mano, en una carrera veloz y hasta violenta. «Sí –comenta el hombre–, era la tradición. ¿Y cuál era el objetivo o el motivo? Pues yo, cuando corrí con la mía, ni lo sabía. Pero tocaban a correr y bajé corriendo como el que más, llevando a la mujer casi a rastras… Hay quien machaca en que era para que la mujer demostrara que tenía agallas y valor para ARGAYA [27] URUEÑA, una gran sorpresa Joaquín Díaz Director Museo Etnográfico C on todas las reservas que cualquier hipótesis lingüística pueda suscitar –sobre todo cuando la etimología nos remonta a términos prerromanos– cabría suponer que la palabra URUEÑA está compuesta por dos sufijos de muy antiguo origen. El primero sería UR, con el significado de «agua» y el segundo UEÑA (de ONNA) supuestamente precéltico y preíbero, con el significado de «corriente de agua». Una de las primeras menciones conocidas de la villa se encuentra en la documentación del Monasterio de Sahagún, donde aparece como ORONNA. Los topónimos prelatinos relacionados con el agua no son infrecuentes en la provincia de Valladolid y no habría más que referirse a los ríos Duero, Pisuerga o Esgueva para comprobarlo. Por otra parte, hoy mismo, se puede comprobar que una enorme bolsa de agua se extiende por el subsuelo de Urueña con diferentes corrientes o venas que surten abundantemente a todos los pozos de la población y que, hasta hace unos años incluso, mantuvieron siempre alimentado el lavajo situado al pie del muro norte del castillo. Esta abundancia de agua, que confirmaría plenamente el sentido del topónimo, se ve ampliada o complementada con los numerosos topónimos que en el término de Urueña apuntan en la misma dirección. Los primeros asentamientos, hoy despoblados, incluyen en su etimología el concepto de acuífero: Pozuelos, ya mencionado en el año 954, de cuya existencia quedarían hoy los nombres de los pagos «pozolico», «pozuelo mediano», etc.; San Pedro y San Pablo de Cubillas (cuevillas u oquedades de donde fluía y fluye el agua), nombre de un antiguo monasterio Real cuya iglesia vendría a ser con el tiempo la actual ermita de la Anunciada, de donde partía el sendero de Valdefuentes; Marfeliz, otro despoblado situado en la parte norte del término y del que hoy sólo se conserva el topónimo y la certeza de que allí hubo una fuente. La leyenda de que existió un asentamiento llamado Marfeliz, llega hasta nuestros días. Parece probable incluso que dicho asentamiento fuese parroquia, pues en un documento de Fundación de Mayorazgo perpetuo en favor de la Anunciada otorgado por Don Blas Pérez Minayo en el siglo XVIII, se habla de una tierra «de la iglesia de dicho Mar». El teso de Marfeliz estaba a menos de un kilómetro al norte del camino de Villagarcía y a la misma distancia de la carretera que baja al molino llamado de las cuatro rayas porque estaba en el centro de cuatro términos. Por último, el pago denominado «la laguna del moro» nos hace sospechar que, al [28] ARGAYA Urueña, una gran sorpresa igual que en muchos otros lugares de la Península, el término «mor» –con el que se designa a pantanos o lugares oscuros en algunas lenguas prerrománicas– se convirtió, con el tiempo y el uso, en «moro». Esta abundancia de agua y bosques propició sin duda el establecimiento de monasterios en la Edad Media. Recordemos al menos los tres más importantes: Del primero de ellos, denominado de San Pedro y San Pablo de Cubillas, queda la iglesia (actual ermita de la Anunciada) edificada probablemente sobre los restos de una iglesia mozárabe y cuya fecha de construcción oscila entre los años 1120 y 1150. Fue monasterio Real y Fernando II creó un bastión circular para su defensa del que todavía se pueden observar las huellas de los cimientos en el llamado «pago de la torre», en un montículo que queda al lado norte de la ermita, en la finca denominada «La huerta». El segundo monasterio, llamado de Villalbín y dedicado a San Nicolás, fue mandado construir por la Infanta doña Urraca, hija del rey Fernando I y de la reina Sancha, quien en el 1087 hizo donación a tal efecto a la diócesis de Santiago de unos terrenos de su propiedad. En el siglo XVI vienen a habitarlo los franciscanos quienes lo ocupan hasta la desamortización del año 1835 en que fueron exclaustrados cuarenta frailes. Este monasterio fue protegido especialmente por los Condes de Urueña. Precisamente, acerca de uno de los primeros condes y duque de Osuna que fue enterrado allí, se cuenta la siguiente anécdota en una crónica franciscana escrita por Fr. Francisco Calderón: «Es tradición, así en este Convento, como en todo su contorno, que estando orando esta devota Princesa (la madre del conde y marquesa de Peñafiel) en su Oratorio en la Villa de Urueña media legua deste Santuario, delante de una Santissima Imagen del Niño Jesús, pedia al Señor con gran fervor diese a este su primogenito, Duque ya de Osuna, y gran sol- ARGAYA [29] Urueña, una gran sorpresa [30] ARGAYA dado, eficaces auxilios para su salvación; observando que peligraba mucho, viéndole divertido en vicios de Principe mozo y entre los estruendos de la milicia. Estando en este fervor la habló la santíssima Imagen y dijo: Hija, cuídese él. ¡Caso notable! al salir esta voz de la Santissima Imagen inclinó la cabeza, y asi persevera asta hoy; sin duda condescendiendo con la generosa oracion de su sierva, como se vio en el efecto, mejorando su vida el Duque; y con exemplo del mundo, que le avia visto ser poco para su fervor todo él, mando en su testamento le enterrasen en este Convento a los pies de su Santa madre, mirandose indigno de estar su igual en la sepultura. Asi se executo el año de 1625 que fue el siguiente a su muerte, que le sobrevino en Madrid. Esta milagrosa Imagen mando la Duquesa por su ultima voluntad se colocase en este Convento en el altar de enmedio, enfrente de su sepulchro, donde esta hoy con gran veneracion, y continuado milagro». El tercer monasterio, denominado del Bueso y consagrado a Nuestra Señora de la Anunciación, fue primeramente ocupado por beatos hasta que en el siglo XV pasa a pertenecer a la Abadía de San Benito en Valladolid. En tiempo del Catastro del Marqués de la Ensenada (1753) estaba atendido por tan sólo dos monjes. Acerca de la fundación de este recinto monástico se conservan curiosos documentos; el más detallado, debido a Fray Mancio de Torres que dejó escrita una historia de la Abadía de San Benito, dice así: «Primeramente, el dicho Domingo Rodríguez (comisionado por el obispo de Palencia para la fundación) entró en una parte de la dicha casa y oratorio hasta la huerta de arriba y vistiose de vestiduras y ornamentos sacerdotales pertenecientes al dicho acto fundación –y otros, asimismo vestidos, que le administraban las cosas necesarias para la dicha fundación– y tomó una cruz de palo en sus manos y púsola en el lugar de la dicha casa, donde había de ser hecha la iglesia y altar, y adoróla él y los que allí estaban; y tomó agua bendita según la costumbre eclesiástica y la derramó por aquel lugar donde estaba la dicha cruz, y dijo las oraciones y oficios pertenecientes, y acostumbrados a tal acto; y tomó después una piedra y bendíjola con ciertas oraciones y oficio según se contenía en un libro que ante sí tenía para hacer el dicho oficio de fundación: y derramó el agua bendita sobre aquella piedra, y con un cuchillo hizo ciertas señales de cruz santigüándola y diciendo sus oraciones y letanía y bendiciones y puso la otra piedra en cimiento y fundamento y diciendo siempre sus oraciones y tomó asimismo otras cuatro cruces de palo y púsolas la una hacia el oriente, la otra hacia occidente, la otra a septentrión, y la otra a meridión dejando grandes espacios en medio, así para la iglesia como para el Claustro, y ceminterio, y oficinas, y a cada cruz dijo sus oraciones y oficios según convenía a tal acto; y con la otra agua bendita derramándola con hisopo por todo aquel circuito y lugares que quedaban de dentro de las dichas cruces, diciendo las oraciones y salmos en tales actos acostumbrados, y tornose a la otra cruz primera, que había puesto en medio y diciendo su letanía y prefacio de las otras oraciones en tal acto necesarias, puso tres candelas de cera encendidas en la dicha cruz y asimismo otras tres en cada una de las demás cruces, y todavía continuando sus oraciones y agua bendita por todo el dicho campo y limitación que estaba de dentro de las dichas cruces: y señaló lugar para la iglesia, y Claustro y lo otro restante dentro del dicho circuito que fuese para cementerio, y sepulturas, y oficinas necesarias y de fuera de lo sobredicho señaloles y dioles cierto espacio de término dentro del que tuviesen su clausura, y señaloles asimismo en el dicho lugar que había de ser para iglesia dónde estuviese el altar, y erigió en él cruz para que perpetuamente allí fuese adorada, según el tenor y forma de lo a él cometido y mandado por el dicho Sr. Obispo, y en la dicha licencia y comisión. Y luego el dicho Domingo Rodríguez dijo Misa en el Altar que primeramente había sido hecho en el Urueña, una gran sorpresa dicho oratorio que de antes era y mandó e intituló que fuese llamado de aquí adelante el dicho Monasterio, de Santa María de la Anunciación del Bueso». Precisamente, uno de los tesoros más grandes con que cuenta Urueña es la imagen de la Virgen de la Anunciación, tal vez procedente de aquel Monasterio. Los Urueñeses la veneran con cariño y los forasteros admiran ese maravilloso templo en el que está entronizada y que, como he dicho, fue monasterio Real. Muy pocas personas, sin embargo, saben a ciencia cierta su antigüedad –hasta hace poco se habló de que era una talla del siglo XVIII– y pocas personas, asimismo, se han preocupado por estudiar y completar su historia. La costumbre de vestir a las Vírgenes es muy antigua (ya hay documentación sobre tal hecho en el siglo XV) y parece que procede del deseo de los feligreses de adornar a las imágenes con las mejores galas, dado su cariño hacia ellas, o de la necesidad de cubrirlas porque se habían deteriorado con el tiempo o las malas condiciones de conservación. Hay que decir que esta costumbre no siempre estuvo bien vista por la Iglesia, que intuía en esa práctica el peligro de adornar a la Virgen demasiado a la moda de cada época o con prendas inadecuadas y que además deseaba firmemente que los fieles reconocieran y apreciaran el valor artístico de las imágenes. Una buena talla de un buen escultor que hubiese plasmado con realismo un Cristo crucificado, por ejemplo, no sólo movía a devoción y a meditar sobre la Pasión y muerte de Jesús sino que permitía a cualquiera que se colocase ante la imagen mejorar su sentido estético y disfrutar con una auténtica obra de arte. En Urueña, la costumbre de vestir a la Virgen se inicia en el siglo XVIII. Previamente, y en concreto en 1677, el obispo del Burgo de Osma Antonio de Isla, urueñés ilustre, quiso arreglar a sus expensas la iglesia del antiguo monasterio de San Pedro y San Pablo de Cubillas, para entronizar en ella la imagen de la Anun- ARGAYA [31] Urueña, una gran sorpresa [32] ARGAYA ciación a la que él veneraba particularmente y que en ese momento estaba en la llamada Ermita Vieja, pequeño edificio situado a tres kilómetros de Urueña en el mismo valle donde está el llamado prado de la Villa o prado comunal. Seguramente Antonio de Isla mandó repintar la imagen y situarla en el altar mayor del presbiterio para demostrar su cariño por aquella talla antigua. En 1684 visita Urueña para comprobar el resultado de su encargo y toda la población le rinde público homenaje. Tres décadas más tarde, y siguiendo probablemente el ejemplo de don Antonio, Luis Pérez Minayo crea un Mayorazgo perpetuo en favor del santuario de la Anunciada. Tanto él como su hermano, Blas Pérez Minayo, fallecido un año antes, contribuyeron con donaciones testamentarias a realzar la veneración hacia la imagen y fueron con toda probabilidad quienes ayudaron a costear en buena parte la construcción del camarín, que se lleva a cabo a mediados del siglo XVIII. La devoción por la Anunciada aumenta más aún en la Villa a partir de ese momento y creo que de esta época procede la costumbre de vestir la imagen, ya que en el libro de visitas del obispo de Palencia, diócesis a la que pertenecía Urueña, que comienza en 1771 se pueden observar varias anotaciones aconsejando que «se quiten las cintas (de la imagen) que la ridiculizan» o que se evite vestirla pues se la da un aire demasiado «mundano». Urueña es una caja de sopresas. Tal vez la sorpresa del viajero sea grande cuando se acerca a sus muros y contempla los restos de un pasado de esplendor, o cuando se deja herir íntimamente por los atardeceres arrebolados en que se convierten el paisaje y sus cielos; pero aquella sorpresa aumenta cuando se descubre la documentación que su historia y sus personajes han generado, particularmente en los llamados siglos medios. La Edad Media fue –además del período en el que el ser humano comienza a darse cuenta del sentido de la vida, aspirando a que su nombre o su memoria permaneciesen en el recuerdo de las siguientes generaciones– un período de luchas y algaradas constantes. No es extraño, por tanto, que en esta tierra tan indefendible se levantaran muros que dejaran en su interior a hombres y mujeres, cuyo territorio, vidas y haciendas se pretendían proteger. La muralla, sin embarrgo, no es una fría sucesión de piedras. En ella sus constructores proyectan sus necesidades, utilizando la imaginación y creando puertas, portillos, poternas, adarves, barbacanas, almenas, saeteras y muchas otras alteraciones de lo que podría ser un simple muro, convirtiéndola de ese modo en una obra de arte. A la Edad Media, época de esplendor para Urueña, siguen varios períodos que yo calificaría como señorial (de influencia de señores y nobles), eclesiástico (el de los obispos urueñeses: hasta cinco sucesivos, que construyen nobles edificios en la Villa) y decadente (durante el siglo XIX y el XX hasta la fecha en que la Diputación de Valladolid adquiere una casona e inicia una revitalización cultural y monumental). La realidad parece superar, incluso, las primeras expectativas. Quien se acerque a Urueña podrá comprobarlo. La invitación está hecha. En el camino hacia URUEÑA Las tierras de pincelada amplia, de ritmos en fuga, de coloraciones variadas, se acercan, trenzando parcelas hasta Urueña. Tierras encendidas, en Urueña. FOTOGRAFÍAS: TEXTO FOTOS: JUSTINO DÍEZ ANTONIO CORRAL CASTANEDO ARGAYA [33] En el camino hacia Urueña Monte de La Espina. Monasterio de la Santa Espina, soñando entre leves atmósferas ensoñadas. [34] ARGAYA En el camino hacia Urueña La niebla inventando azules y ráfagas doradas para un palomar de Villanubla. San Cebrián de Mazote, interior de la Iglesia. ARGAYA [35] En el camino hacia Urueña Torrelobatón. Bajo un cielo de piedra rosada, el desarrollo en armonía de los verdes. Se escucha el silencio y el rebrotar de la soledad y de los trigos. [36] ARGAYA En el camino hacia Urueña Panorámica desde Urueña. Un ensamblaje de atmósferas resonantes y de matizadas y espirituales geometrías. ARGAYA [37] En el camino hacia Urueña Entre grisuras agitadas –entre verdes remansados, entre arboledas casi doradas «que hacen camino al andar»– el encalado palomar de Urueña, está ya preparado con su plumaje de paloma blanca, para albergar en su posada a la Primavera. [38] ARGAYA En el camino hacia Urueña Ermita de La Anunciada en Urueña, con la sorpresa de su románico pirenaico. Posiblemente porque aquí se detuvo cuando peregrinaba a Santiago de Compostela. ARGAYA [39] En el camino hacia Urueña El rebaño es como un lienzo vivo de muralla derruida, junto a las murallas de Urueña. Urueña amurallada e incendiada, hacia la anochecida. [40] ARGAYA DE CONDADO A Godofredo Garabito y Gregorio Escritor S upe de Urueña desde niño dado el interés que desde la infancia sentí por todo lo antiguo y artístico de la comarca de Torozos. Visité Urueña varias veces con «Las Mañanas de la Biblioteca Cervantina», siempre con su director, Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña, y de la mano de Lera de Isla, periodista, poeta e hijo de la villa. Así fui conociendo a Bidunza, la antigua fortaleza según la geografía de Claudio Ptolomeo que más tarde sería Urueña, realengo y cabeza de la Merindad del Infantado de Valladolid. Atrás quedaba la cultura vaccea, la dominación romana, el asentamiento visigodo, la ocupación musul- mana, el reino cristiano astur-leonés, así como el que fuera tálamo real o mazmorra de clérigos y nobles. A mediados del siglo XV, Enrique IV, el rey tan discutido, gobernó en una de las épocas de crisis más controvertidas que vivió la vieja Hispania. Este rey concedió el título y condado de Urueña a Don Alonso Téllez Girón, hijo primogénito del Maestre de Calatrava, Pedro Girón, y de Isabel Casas, una de las dinastías más ilustres desde el medievo. Esta merced real fue otorgada en Medina del Campo el día 25 de junio de 1445 y comprendía asimismo la villa de Tiedra. La importancia de Urueña en aquella época viene avalada por lo que suponía ser objeto de merced real a uno de los personajes que estaba llamado a ser imprescindible no solamente en la nobleza castellana, sino en todo el contenido histórico de España. Heredó el condado Juan Téllez Girón convirtiéndose en segundo conde, mientras que el Maestrazgo de Calatrava pasó a su hermano Rodrigo Téllez Girón. La capacidad de este noble apellido no tenía límites para su enriquecimiento y servicio a la corona, tanto es así que, el 20 de octubre de 1469, Enrique IV ordenó al Concejo de Gumiel que tuviera por señor a este segundo conde el cual en 1471 poseía Peñafiel, villa que se convertiría en marquesado de dicha familia en la época de Felipe II. ARGAYA [41] De Condado a «Villa del Libro» La relación del condado de Urueña con los Reyes Católicos no fue de total sumisión, ya que el segundo conde no asistió en Segovia a la proclamación de Isabel la Católica por encontrarse entre los partidarios de la Beltraneja. No obstante, pasado este incidente, la Reina Doña Juana de Castilla confirmó a Don Juan Téllez Girón su condado mediante facultad real otorgada el 13 de noviembre de 1510 en Tordesillas, que fue refrendada diez años más tarde en la Coruña por el Emperador Carlos. Este segundo conde de Urueña, don Juan, saboreó el esplendor andaluz a través de las incursiones de la Reconquista falleciendo ya en la villa de Osuna, lugar de su señorío, el 21 de mayo de 1528, a la avanzada edad de 72 años. A partir de estas circunstancias, la decadencia de Urueña fue sensible. El clima, la austeridad, la pobreza de la agricultura y el avance de la Reconquista fueron situando a la nobleza de mayor abolengo de Castilla en tierras andaluzas hasta encontrarnos ante el cuarto conde de Urueña quien, sucediendo tan nobiliaria casa y grandes estados, fue instalándose con todo su esplendor en Osuna. A éste le sucedió Don Pedro Téllez Girón y de la Cueva «uno de los caballeros de mayor valor y grandeza del reino siendo además Virrey y Capitán General de Nápoles, Notario Mayor de Castilla y Embajador Extraordinario en Roma». Este quinto conde sirvió fielmente a Felipe II. Ante tan estimables servicios, el Rey Prudente creó el ducado de Osuna el 5 de octubre de 1562. A partir de este momento, Urueña no solamente perdió la importancia de su lugar, sino que sacrificó su antigua grandeza histórica para quedar con derecho de primogenitura en la noble Casa de Osuna. Posteriormente, en 1568, el mismo rey, les concedería el marquesado de Peñafiel con igual derecho. De tal [42] ARGAYA manera que en nuestros días, desde el 29 de enero de 1931, ostenta el Ducado de Osuna Doña Ángela María Téllez Girón y Duque de Estrada; su hija primogénita el Ducado de Arcos y Marquesado de Peñafiel y su nieta, Ángela María Ulloa Téllez Girón, el Condado de Urueña. Me parece conveniente recordar que hace unos años, siendo huéspedes de mi casa de La Mudarra, acompañé a la Duquesa de Arcos y Marquesa de Peñafiel y a su hija, Condesa de Urueña, a visitar esta villa que ya gozaba de la presencia de un personaje como es Joaquín Díaz, quien nos recibió debidamente acompañado por el Presidente de la Diputación, Don Ramiro Ruiz Medrano, y del Diputado Provincial, Don Luis Minguela. La pre- uso real que proporcionará también comunicación virtual con el ámbito rural de la provincia, lo que sitúa este centro a la vanguardia pedagógica en términos culturales, donde leer, estudiar y profundizar en la historia y la literatura es fundamental. Hoy, en esta primavera del 2007, Urueña está cuidadosamente pavimentada, los geranios florecidos en sus ventanas y balcones difuminan con su colorido alegre la austeridad de su pasado, además ofrece un ambiente de acogida gastronómica y un paisaje magnífico que justifica plenamente su designación como balcón de la Tierra de Campos. Ante esta evolución tan acertada como necesaria, vienen a mi memoria poetas de todos los tiempos que se han ocupado de hechos y acontecimientos de la actual Villa del Libro. Por ello, se me va a permitir que desde el castillo recuerde la leyenda romanceada que nos cuenta que «el Conde don Pedro Vélez / en palacio fue hallado / con una prima carnal / del rey Sancho el Deseado» y mereció prisión y muerte por «haber holgado» con la ardorosa infanta. Y, en nuestros días, Sanz y Ruiz de la Peña cantaría como «la noche se va adueñando / de la tarde… los contornos / se aprietan en las encinas/ como lebreles furiosos… / invistiendo tempestades / entre Campos y Torozos. De Condado a «Villa del Libro» sencia de Joaquín Díaz en esta villa dio lugar a una serie de mejoras, convirtiendo a la villa en un referente y museo de todo cuanto supone el espíritu etnográfico de Castilla y León. Aquella villa que conocí de joven con modestas casas de adobe pegadas a la muralla y laberínticas calles llenas de barro, signada por el espíritu de honradez de sus habitantes, nunca pudo imaginarse que, durante los últimos años del siglo XX y primeros del XXI, se iba a convertir, como la Villa del Libro, en una de las experiencias de mayor calado intelectual que pudiera poseer algún pueblo de los Antiguos Reinos. La Diputación Provincial de Valladolid, desde que José Luis Mosquera como Presidente adquiriera la casa de La Mayorazga al actual presidente Ramiro Ruiz Medrano, que organizó y acaba de inaugurar la mencionada Villa del Libro, ha sido el verdadero colofón de una serie de eslabones que permiten a Urueña ser ejemplo de transformación intelectual de un pueblo instalado en los Montes de Torozos que tuvo una gran historia y, también, siglos de decadencia pero que, hoy por hoy, cuenta con un presente y proyecta un futuro esplendorosos. Dispone esta Villa del Libro de una exposición temática permanente que explica los elementos y utensilios que han secuenciado la escritura a lo largo de la historia desde la cultura mesopotámica de signos cuneiformes hasta Gutenberg y la más avanzada tecnología del momento actual, sin olvidar los códices antiguos debidamente mineados por la admirable labor de los monacatos. Todo ello inmerso en una atmósfera estética agradable en la que no falta un espacio ajardinado a la vera de la antigua muralla. Y ya a tono con estos tiempos, una recreación del libro en la memoria altamente visual. Completa esta última nota, una mediateca de ARGAYA [43] La historia del libro, La Historia del Hombre Paz Altés Melgar Escritora y periodista Una hora muerta para vivirla S Estatua del dios egipcio Tot, inventor de la escritura, y un escriba, c. 1340 a. C. [46] ARGAYA e dice que el Hombre entró en la Historia cuando descubrió cómo consignar por escrito el testimonio de su actividad, su pensamiento y los productos de su vocación literaria. Desde entonces –y han pasado ya más de 6.000 años–, escribir y leer lo escrito han sido, junto a la actividad estrictamente reflexiva y filosófica, los rudimentos básicos utilizados por los hombres para mantenerse en contacto con su dimensión trascendente. En el Antiguo Egipto –una de las primeras civilizaciones que superó la oralidad–, los textos escritos consignados sobre papiro para su conservación en el tiempo fueron denominados desde época muy temprana «remedios del alma». Los escribas y sacerdotes egipcios, exclusivos depositarios del arte de la escritura hierática, intuyeron, sin duda, sus cualidades intrínsecas y no dudaron en 1 La opinión de los especialistas está dividida a la hora de calificar el nacimiento de la escritura como una «invención» o como un «descubrimiento». En cualquier caso, lo cierto es que las civilizaciones mesopotámica (escritura cuneiforme), egipcia (escrituras jeroglífica, hierática y demótica) y china (escritura ideográfica) –de forma totalmente independiente– desarrollaron sus sistemas de escritura cuando el grado de desarrollo y complejidad de las respectivas sociedades resultó incompatible con la agrafia. Concebir la aparición de la escritura como un fenómeno derivado de una necesidad acuciante –personal y colectiva– injiere el acontecimiento en el proceso evolutivo del hombre, como uno de los episodios más claramente determinante de las opciones posteriores de la especie. Parte de La epopeya de Gilgamesh, que relata la escena del Diluvio Universal. Tableta asiria del siglo VII a. C. ramente simplificados en comparación con los jeroglíficos egipcios o los ideogramas chinos supusieron una clara evolución e hicieron posible una incipiente popularización de la escritura. Convertida en sustento esencial para la transmisión del pensamiento filosófico y científico, la escritura fue consolidándose como materia de enseñanza y estudio, hasta tal punto que el grado de desarrollo alcanzado por sociedades tan emblemáticas y decisivas como la griega, primero, o la latina, después, hubiese sido totalmente impensable de no haberse producido esta primera vulgarización de la cultura, de la escritura y del libro. A la caída del Imperio Romano de Occidente, la historia del libro retrocedió sobre sus pasos, para recluirse en los centros monásticos, al abrigo de la laboriosidad de los scriptorium, en una maniobra desesperada por sobrevivir al nuevo orden impuesto por los pueblos venidos del norte. Extramuros de estas comunidades la vida era ciertamente in- La historia del libro, la Historia del Hombre reverenciar su papel. Evidentemente, la invención 1 de la escritura y la aparición de los documentos y libros en sus formas más primitivas (tableta de arcilla, rollo de papiro, rollo de pergamino, códice, etc.) trajeron consigo la formulación de una nueva actividad humana que habría de resultar de gran trascendencia para el futuro de la historia racional: la lectura. Sin embargo, no conviene olvidar que durante más de cuatro milenios la escritura, los libros y la lectura continuarían siendo patrimonio exclusivo de unos pocos privilegiados, miembros de las castas sacerdotales o funcionarios de altísimo nivel en las diferentes administraciones. La democratización de la escritura, la lectura y, por lo tanto, el saber es un fenómeno más tardío, cuya «posibilidad» muchos hacen coincidir con la aparición, bien entrado el primer milenio a. C., de los primeros alefatos y alfabetos de 29 caracteres. El fenicio fue con toda probabilidad el primero; lo seguirían el arameo, el hebraico, el griego, el latino, el árabe, etc. Estos sistemas cla- ARGAYA [47] Un scriptorium medieval: San Jerónimo en su escritorio, del Maestro del Parral, c. 1500. La historia del libro, la Historia del Hombre hóspita: indefinición territorial, luchas políticas, hambrunas y epidemias, aculturaciones masivas... En Occidente, el Hombre había pasado a vivir la Historia sin protagonizarla realmente en El taller de Bernardo Cenini en el s. XVII, en el que vemos a un hombre utilizando la prensa. [48] ARGAYA un estado de hibernación cultural. Los libros no curaron ya más almas; sencillamente, dejaron de existir para el común de los mortales. El despertar brioso de las sociedades urbanas y cierto espíritu positivo tras la zozobra del Alto Medievo, pusieron fin a aquellos siglos oscuros. En los florecientes burgos encontraron hueco las escuelas, los estudios generales, las bibliotecas... Con respecto a la escritura y los libros, los monjes dejaron de ser los únicos amanuenses y la copia pasó incluso a ser practicada por la iniciativa «privada», mediante el sistema de pecias. Poco a poco, el individuo recuperó el protagonismo sobre su destino y el libro irrumpió con ímpetu en las nuevas estructuras sociales. El progreso tecnológico y la inquietud de pensamiento han demostrado en sobradas ocasiones ser excelentes compañeros de viaje. Y en la Europa de aquel convulso siglo XIV, la irrupción de la imprenta de tipos móviles fundidos en metal –ideada por Johannes Gutenberg en el último tramo de la centuria– fue el detonante de una primera revolución del conocimiento y la información, presentida y reclamada a voces por las sociedades del momento, afanadas en prepararse para tomar el tren de los tiempos y mentalidades modernos. Es muy difícil imaginar la revolución que aquello hubo de suponer en los procesos de transmisión del conocimiento en general, y también en los usos habituales de los individuos. En cierta ocasión leí que a mediados del siglo XVI, apenas 100 años después del big-bang de la galaxia Gutenberg, un lector ya po- El predicador Cornelis Claesz Anslo enseña a su mujer a leer la Biblia. Óleo de Rembrandt, 1641. Cuando Roma asignó el verbo «legere» (= aprehender) para representar la actividad lectora, estaba reconociendo y advirtiendo la complejidad que encierra su práctica. Más allá de sus rudimentos mecánicos, leer implica comprender lo que se lee, captar lo que un determinado escrito intenta transmitirnos. Y esto, en la mayoría de los casos, tiene muy poco de trivial. La cosa se complica aún más al considerar que no existe un único tipo de lectura (como tampoco existe un único tipo de lector); sino todo un abanico de posibilidades cuya tipología refleja la diversidad de objetivos a lograr, necesidades a satisfacer o expectativas a cumplir que pueden haberla motivado. Si entendemos la lectura como acto de comunicación, no es difícil identificar quién es aquí el emisor; qué el código, el mensaje y el canal; y quién el receptor. La psicología lingüística advierte, sin embargo, que el elemento denominado «canal de comunicación» hace referencia a varias La historia del libro, la Historia del Hombre día escoger entre más de ocho millones de títulos, probablemente «más de lo que todos los copistas de Europa habían producido desde que Constantino fundara su ciudad en el año 330». La pretensión de este somero repaso a los puntos más importantes de la historia común de los hombres y sus escritos, desde la aparición de la escritura hasta la invención de la imprenta, no es en absoluto simplificar el contenido epistemológico de una disciplina que he considerado fascinante desde mis años de formación universitaria. La reconstrucción de la historia del libro induce a la reflexión sobre la solidez de esta relación milenaria con el libro, jalonada por pisotones de acelerador a cuyo impulso el Hombre le debe casi todo. Esta relación que los más reduccionistas consideran condenada al ostracismo fetiche –cada vez son más quienes afirman que el futuro del libro pasa por su consideración como objeto de coleccionismo y placebo anti-neurosis– ni empieza ni acaba en su propia materialidad. Aun en el caso de que el libro como tal tuviese las décadas contadas (extremo que yo, por si a alguien le interesa, me niego a admitir) y sus formatos se diversificasen hasta hacerlo irreconocible, para adaptarse a los nuevos modos de difusión de la información, el conocimiento y la literatura, la lectura como forma de «aprehensión» del mundo platónico de las ideas tardaría mucho en encontrar un sustituto a la altura. La lectura es un fin en sí mismo y todo cuanto hagamos por potenciarla, enseñarla, animarla, premiarla e incentivarla siempre será poco. ARGAYA [49] La historia del libro, la Historia del Hombre Un retrato de lectora, de André Dérain, 1935. [50] ARGAYA realidades. En el caso que nos ocupa, el del proceso lector, el «canal de comunicación» puede hacer referencia a: Un libro en sí mismo; como objeto contenedor del mensaje. Una librería o una biblioteca; como entorno en el que se produce el traspaso «material» del libro, a un receptor potencial. O a la lectura propiamente dicha; como actividad intelectual de interiorización. Teniendo en cuenta que los grandes filósofos han admitido sin fisuras que la realidad humana es de naturaleza lingüística, la existencia de esta realidad al margen del hecho lector es inconcebible. Si permitimos el arrinconamiento y la anulación de la lectura como forma de comunicación de realidades objetivas y subjetivas estaremos incurriendo en un error de cálculo que nos pasará una factura inasumible. El imperio del borrego estará servido y la especulación inmobiliaria pasará a cebarse en los paraísos impersonales, fríos y previsibles del peor de los futuros imaginables. La lectura, además de una experiencia única e inolvidable, puede convertirse en remedio de muchos de los males más amenazadores de nuestros días. «La experiencia de la lectura cura la herida de la individualidad, sin socavar sus privilegios. Hay emociones colectivas que también curan esta herida, pero destruyen los privilegios. Porque, en ellas, nuestra identidad personal se funde con la de los demás y se diluye», dice C. S. Lewis en La experiencia de leer (Barcelona, 2000). Y Aurora Díaz Plaja abunda en esta misma idea: «Sólo el libro tiene el poder de individualizar al hombre, sustrayéndolo de todo y de todos, llenándolo de vida solitaria o envolviéndolo de íntima soledad fructífera». * * * Nos recibe en la Villa del Libro, una exposición permanente sobre la historia del libro (¡magnífica antesala a una visita inolvidable!) que sirve para preparar nuestro espíritu antes de recorrer las librerías de la acrópolis bibliográfica de Urueña. Y ahora sí, con el espíritu preparado y el alma dispuesta a dejarse sorprender, conscientes de la inherencia sagrada y permanente que existe entre cada uno de nosotros (lectores de cuna), el pensamiento escrito y los libros, entremos en cada uno de sus templos, hagamos la ofrenda y elevemos nues- Luis Alberto de Cuenca Poeta Quienes, desde pequeños, hemos utilizado la letra impresa para combatir la soledad, el aburrimiento y la angustia, no nos hemos planteado nunca si leer es bueno o es malo, si la cultura es positiva o perniciosa, si distraerse con un libro es mejor o peor que emborracharse, quitarle la novia al vecino o acudir al gimnasio con frecuencia. Leíamos, leemos y leeremos porque es lo único que sabemos hacer para combatir la melancolía, para olvidarnos de la muerte, y porque nos divierte leer, y el sabor del alcohol no acaba de gustarnos, y el ejercicio físico no nos consueela, y la traición no nos da morbo… Leer como vicio, no como urgencia personal. Esa es la lectura que nos hace más libres y mejores. ARGAYA [51] Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura Luis Miravalles Escritor y pintor 1. EL CÓMIC: Una nueva pedagogía de la expresión El cómic, relato completo de un texto, expresado en imágenes o viñetas es un producto más de nuestra época, una época donde casi todo lo visual está desbancando al texto, una época donde vence la ley del mínimo esfuerzo. Es obvio que ver una escena, exige mucho menos trabajo que leer una descripción, por maravillosa que sea. De ahí que los escritores, los amantes de la cultura, y muchos profesores también, proclamen que el cómic está fomentando el analfabetismo colectivo y contribuyendo aún más al abandono de la lectura. Sin embargo, no se puede ni se debe rechazar tan categóricamente un medio tan expresivo como el cómic, sin antes haber profundizado en este medio actual de comunicación que está alcanzando tiradas de millones de ejemplares y gracias al cual grandes obras de la literatura como El Quijote y hasta la misma Biblia, se han difundido universalmente. El cómic ya no es simplemente un mero entretenimiento, es otra forma de comunicación, que se inscribe en el contexto de la civilización, de la imagen. También es un sistema que podríamos aprovechar notablemente desde el punto de vista pedagógico, si somos consecuentes con los aspectos de una verdadera reforma de la enseñanza, planteados en el apartado anterior. En la reforma de la enseñanza y en sus objetivos del área del lenguaje, se fijan, entre otros, los siguientes objetivos: utilizar los diversos lenguajes empleados en los medios de comunicación escrita: redactando noticias, anuncios publicitarios, elaborando viñetas y textos cómics. [52] ARGAYA ARGAYA [53] Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura [54] ARGAYA La pobreza expresiva, actualmente, ya no es patrimonio exclusivo de los alumnos. El deterioro alcanza a todos los niveles, como se puede comprobar fácilmente a través de la simple comunicación. En la mayor parte de las ocasiones todo se reduce, en el mejor de los casos, al balbuceo o la confusión. Y sin embargo, resulta altamente paradójico que se dé esta mala calidad en la comunicación, precisamente cuando estamos inmersos en una civilización de la comunicación, de la palabra. La juventud actual ha sido engendrada y modelada por este mundo y si su expresión se deteriora es tal vez, porque no tiene casi nada que manifestar o porque no saben cómo hacerlo. En nuestra sociedad se habla, pero los escolares no hablan, no se manifiestan. Los modos de expresión impuestos son parte de la causa de los deterioros que aparecen en los ejercicios escolares. Sus faltas no les pertenecen por completo, son también del lenguaje social actual. Por el momento la escuela no mejora las deficiencias provocadas por el lenguaje social, ni se muestra capaz de proponer un modelo que haga fracasar su modelo impuesto. El alumno conocerá el inexorable desfile de horas y programas de los períodos lectivos, durante los cuales no aprenderá lo esencial: expresarse sin someterse a programas ni a ejercicios estereotipados. En lo referente a la enseñanza de la expresión, no pueden determinarse programas de conocimientos delimitados con precisión, como pueden hacerse con las demás ciencias del saber humano. Los ejercicios que se realizan nunca se refieren a las exigencias de las comunicaciones reales. Nuestra lengua se enseña como una lengua muerta y la verbalización se reduce al recitado de lecciones o al análisis sintáctico de interminables oraciones que casi nada les dicen ni despiertan su interés. Se impone, pues, una pedagogía de la expresión partiendo de las necesidades e intereses reales de los alumnos. La enseñanza de nuestra lengua debe ser principalmente «un entrenamiento para la comunicación». El cómic, al suponer una síntesis de dos áreas expresivas fundamentales: la del lenguaje y la de la expresión plástica, constituye uno de los medios más completos, y su práctica sistemática, un método pedagógico muy eficaz en la enseñanza de la lengua y de la literatura. Propuesto como tarea escolar, estimula el trabajo en equipo, siendo la participación del alumno mucho mayor, ya que no se limitan a escuchar o a tomar apuntes, sino que aprenden a contrastar ideas, a ver los temas desde distintos puntos de vista, y en definitiva, a colaborar estrechamente con los demás. Como es lógico, el tener que adaptar un relato escrito o un poema, obliga a una lectura previa muy detenida del texto, de modo que se lee y se relee más razonadamente, y obliga además a subrayar las ideas principales, seleccionando únicamente lo que más interese para la posterior elaboración gráfica. Con esta tarea no sólo se consigue que los alumnos aprendan a resumir, sino también a pensar, huyendo de todo lo superficial y a desarrollar la imaginación. Redactar los diálogos y el título de forma muy clara y personal, sin limitarse a copiar lo ya dicho por el texto, exige también un gran esfuerzo mental de comprensión y expresión. Se esté o no de acuerdo con este método, lo que podemos concluir, es que no supone ahorro de esfuerzo, sino todo lo contrario: leer y releer un texto, realizar un buen resumen del mismo, construir los diálogos con orden, lógica y claridad, supone una serie de trabajos duros, pero, sin ninguna duda, sumamente entretenidos, y, desde luego, estrechamente vinculados con la asignatura de lengua y literatura. En definitiva, toda búsqueda expresiva en función de una comunicación más eficaz, es una búsqueda muy legítima. El cómic es otro lenguaje, otro medio de comunicación, que se ajusta perfectamente a nuestros tiempos donde «el ver y el oír» son el hambre y la sed de las nuevas generaciones. A los profesores, cabe la tarea de encauzar hacia un futuro mejor teniendo siempre en cuenta que cualquier medio expresivo puede suponer también una riqueza espiritual si lo hacen con auténtica belleza. Los alumnos deben tener oportunidades frecuentes de hablar de sus lecturas en una forma interesante. Al hablar de los libros con escolares hay que hacer hincapié en el contenido y en el tema. De esta forma, el interés por la lectura parece surgir espontáneamente, y los alumnos que se interesan poco por los libros son los que sacan más provecho de estos debates a fondo. El ser humano, cada vez más alienado por la sociedad de consumo y de la imagen, apenas siente la necesidad de leer. La carestía del libro, una crítica mercantilista y desorientadora y una enseñanza poco atractiva, tampoco ofrecen estímulo suficiente al posible lector. El diálogo crítico y objetivo que aclare, que interrelacione, que haga pensar, puede ser un recurso muy eficaz si va acompañado de una auténtica participación. No se trata de informar, sino de ayudar a los alumnos a comprender su mundo, a reflexionar. En este contexto se inscribe nuestra metodología de la lectura que hemos denominado «BIBLIOTECA VIVA». El esquema de trabajo es el siguiente: partiendo de una encuesta, sondeo de lecturas entre los últimos cursos, los propios alumnos seleccionan diez libros (los más votados) que desearían leer. Seis alumnos se encargan de leer, entre los diez, el libro de mayor actualidad por el tema o su problemática, y eligen dos páginas cada uno para ensayar una lectura expresiva. Otro grupo de alumnos se encarga de preparar, con la debida antelación, un informe sobre el mismo libro que Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura 2. LA BIBLIOTECA VIVA: ARGAYA [55] Algunos recursos pedagógicos para fomentar la lectura [56] ARGAYA constará de unos breves datos biográficos del autor, una selección de toda su obra restante y unos breves fragmentos representativos del libro, es decir, una brevísima antología de sus pensamientos o frases más notables. El informe se distribuye en fotocopia entre los asistentes, con unos días de antelación. El día de la lectura-debate presentarán el libro uno o dos profesores, expertos en la temática central que plantea, exponiendo con brevedad y con la mayor claridad posible los temas que serán objeto de posterior debate. Seguidamente, los alumnos que ensayaron la lectura expresiva, leerán sus páginas seleccionadas por orden cronológico. Tras un breve descanso en el que se sortearán algunos ejemplares del libro, se pasa definitivamente al debate abierto en torno a los problemas que se han suscitado. Un moderador controla el coloquio. Los resultados de la experiencia son alentadores. Se suele celebrar la BIBLIOTECA VIVA los viernes por la tarde, con una asistencia voluntaria de unos cien alumnos de promedio y con una duración aproximada de dos horas debido a la prolongación del coloquio. Hemos advertido que el préstamo de libros ha experimentado un notable aumento y, asimismo, los diálogos entre los alumnos sobre las lecturas. Urueña Villa del Libro M.ª Luisa Álvarez Juarranz Investigadora Decir Urueña es igual a decir muralla, paisaje, horizonte infinito, días de niebla, puesta de sol, lugar «donde la luz llora luz», dice el poeta. E lla, Urueña, su Historia está en los libros desde hace siglos, y ahora ha sido elegida para ser la primera Villa del Libro de España, título que ostenta a partir del 15 de marzo de este año de 2007, al igual que otras veinte pequeñas localidades rurales de distintos países europeos, América y Asia. Lo cual tiene que llenar de contento y de orgullo, tanto a sus vecinos como a todos los que gustan o aman la lectura. Es un lugar perfecto, donde se unen naturaleza, historia, cultura…, en el centro mismo de Castilla. Su elección como Villa del Libro no tiene que sorprender a nadie. Tenía dentro de ella el germen necesario, gracias al esfuerzo y el trabajo de un grupo de gentes que apostaron por un lugar tan especial, entre otros Joaquín Díaz, escritor, músico, defensor de la cultura popular, Jesús de la librería Alcaraván, única durante muchos años, y dedicada a temas de Castilla y León, folklore y naturaleza. Así se fueron creando el taller de encuadernación artesanal, el Museo de Instrumentos de Música, la Colección de Campanas, alguna pequeña tienda… todo esto junto con sus gentes puso los cimientos, quizás sin saberlo, de lo que hoy es una realidad, La Villa del Libro. Las campanas tendrían que repicar a fiesta por haber sido elegida Urueña como foco del saber, por lo que será conocida de ahora en adelante en España y fuera de ella. Junto a diez librerías con aire de todos los vientos y dos talleres de Encuadernación se encuentra, en el denominado mirador del Cubo Nuevo de la muralla, el Centro e-LEA, creado por Diputación, como espacio para la lectura, la escritura y sus aplicaciones. Cuenta con biblioteca, sala de exposiciones, zonas ajardinadas donde celebrar conferencias, coloquios, presentación de libros… Destaca la Exposición Temática Permanente, en la que el visitante encuentra un moderno y virtual palimpsesto Entre líneas. Una historia del libro, un recorrido por la escritura, la impresión y la edición, desde Sumer hasta nuestros días, pasando por Egipto, del papiro al pergamino y al papel, al libro, al códice, luego la imprenta para terminar con la moderna impresión digital. El edificio está integrado en la muralla, armonizando con ella materiales como el cristal, el hierro o la madera, teniendo todas en común, la luz. Las vistas hacia extramuros son únicas, con más cielo que tierra y en intramuros tejados apiñados, patios con higueras y parras, calles estrechas, limpias, tranquilas, arquitectura en piedra y adobe, sus casas solariegas, bien conservadas, con curiosas ventanas y balcones… En principio, todo parece igual que siempre, pero se nota un aire renovado. En el acaecer diario de sus gentes se está asimilando una nueva época de su historia, unida a algo tan especial como la cultura del libro. De la muralla de Urueña, como algo mágico, al igual que si fuera el cráter de un volcán, fluye lava llena de letras en forma de libros, que se desparraman por sus laderas, cubriendo todo de literatura, historia, relatos, hazañas, amores… sin poner límites en su fluir por las tierras de Castilla y León hacia otros lugares y mundos. A los que han aportado su trabajo y su esfuerzo a este proyecto, suerte, mucha suerte, porque su éxito será el éxito de todos. ARGAYA [57] E-LEA, UN DESTINO FELIZ Antonio Piedra Escritor C omo editor y amante de los libros, encontrarse ante el armazón habitable del edificio e-LEA, el centro que activa «Proyecto de la Villa del Libro» de Urueña, equivale a encontrarse de bruces con un destino feliz. Hablo de destino feliz porque, sinceramente, así lo creo. Siempre que un gran hombre ha pisado en la historia los talones de la inmortalidad sueña con una biblioteca de Alejandría, con una Odisea escrita al ventalle de la aurora, o con una Villa inexpugnable –caso del infante Don Juan Manuel con Peñafiel– que recoja lo escrito para sellar lo vivido y servir de pedestal dorado para vivir una eternidad en libros. ¿Y por qué? Porque todo cuanto hacemos, pensamos o [58] ARGAYA amamos, si no acaba en un libro carece de existencia portentosa. Para algo parecido, pienso yo, se ha creado este edificio e-LEA. Una sigla, por cierto, extraña, como todas los acrósticos misteriosos, partida por un guión bien conformado, y que visto así, y leído con las dificultades acumuladas por la LOGSE, parece una advertencia de esas de grafiti matutero que le falta una hache adrede y que invita a la marcha rapera. De eso se trata en el fondo, aunque en realidad signifique algo muy concreto: «Escritura-Lectura y sus Aplicaciones». Se está hablando, por tanto, del libro y sus técnicas, de lecturas voraces o sosegadas, de composiciones alentadas, y de personas que se encuentran de sopetón con esa «medicina animi» y con sus procedimientos para hacer más placentera la aventura de vivir. Sí, una verdadera aventura. Jorge Guillén decía a este respecto que él había «vivido los libros con verdadera pasión, pues han sido vida, de ninguna manera una cosa fría, libresca, superficial». Esto, que me lo apuntó Guillén casi nada más conocernos, me había parecido siempre una descripción melancólica. Pero muy pronto supe que era verdad: que había una pasión por el libro y que podía ser tan desastrosa como un infarto. En cierta ocasión entré en una chamarilería de la provincia de Valladolid y, de repente, en un montón de libros viejos –el talismán de los lectores golfos y engolfados– asomaba uno diminuto, en cuero, de 1.600 y pico… «¡No, no puede ser!», pensé. Se me hacían los ojos chiribitas y el corazón una marmita desplazada. Idas y venidas, nerviosas comprobaciones y ternuras imposibles… ¡Era! Ahí estaba la joya perdida en un muladar insolente. Qué temblor de voz y de piernas al preguntar cuánto valía el libro de al lado. ¿Y este pequeñito? Y a peso, y a suspiros entrecortados, me lo llevé por una cantidad que hoy sería simbólica. Jamás he vuelto a pisar la chamarilería, ¡cualquiera! Pura pasión, adrenalina hasta en el aliento. Me pre- cuentran placeres ocultos y joyas naturales. El peor de los libros siempre revela una utilidad aseada, y esto le convierte, en consecuencia, en una meditación trascendente. De ahora en adelante todo esto será posible formalizarlo en la Villa del Libro y este edificio e-LEA, dos conceptos unidos que suenan a esfera creadora, a regalo con residencia. Y claro, todo esto ha sido posible porque, y no hay más remedio que apuntarlo, hay personas que creen en ello. Yo no puedo por menos de señalar este empeño que conduce a formar hombres de verdad con la conjura de los libros. Gracián, que no se andaba por las ramas cuando tenía que hacer picadillo a la política más pedestre, se paraba en seco cuando ésta se acompa- ñaba con un libro. Entonces el gran fustigador de las apariencias decía que en esto, precisamente, «no hay lisonja, no hay fullería para un ingenio», basta con la propuesta de «un libro nuevo cada día». La Diputación, con su presidente a la cabeza, es cuanto proponen con este gran proyecto. Aquí las fullerías deben cesar porque esto es propio de un temperamento armonioso y entonces la comprensión debe ser correspondida. De aquí, por tanto, un reconocimiento a los inspiradores y a los animadores de esta realidad. Unos y otros están haciendo algo muy importante: que no se agote nuestro ejercicio de la libertad. ¿Qué otra cosa es un libro sino el ingenio liberador que limpia el horizonte de cada día? E-LEA, un destino feliz gunto al contar la historia: ¿tendremos en este edificio e-LEA, y en las librerías que albergan el proyecto, esas sesiones de infarto? Sí, el libro es pasión y vida, y este edificio es el cofre de ese movimiento circulatorio. Cuando el 31 de agosto de 2005 el Presidente de la Diputación, Ramiro Ruiz Medrano, puso la primera piedra de este edificio para que arrancara el proyecto, no solo iniciaba una idea pionera en España –sabemos que en Francia y en Escocia hay dos proyectos semejantes–, sino que, ante todo, se estaba haciendo una invitación erasmiana al ejercicio del humanismo militante y congruente. Y cuando el 31 de octubre de 2006 se firmó con la Consejería de Cultura el convenio de colaboración entre instituciones para financiar el proyecto «Villa del Libro», los reparos de los escépticos se acallaron y la imaginación de los ilustrados utópicos se disparó, porque, al fin era posible aquello que diseñaban los prohombres de la realidad libresca cuando aseguraban que «Un armario de libros es lo más hermoso de los jardines. Y un paseo por sus estantes es el más dulce y el más encantador de los paseos». En la primavera de 2007, Urueña se convirtió de facto en la primera villa de España que forma parte de la red de villas europeas y americanas en torno a la trastienda del libro antiguo y del moderno. Se materializaba el destino feliz, pues estamos tan acostumbrados a pasar de corrida las hojas de los libros que pocas veces nos hemos parado en el placer de la manufactura y en la degustación sosegada. En esa cata del libro siempre se en- ARGAYA [59] 12 1 2 10 9 11 8 3 5 7 6 4 [60] ARGAYA Librerías de Urueña 1. LEX NOVA Lagares, 13 2. LIBRERÍA ALEJANDRÍA Lagares, 11 3. LIBRERÍA INSTITUCIONAL Diputación de Valladolid Santo Domingo, 2 4. ALCUINO CALIGRAFÍA Nueva, 19 5. LIBRERÍA EL 7 Corro de Santo Domingo, 15 6. LIBRERÍA SAMUEL Corrro de Santo Domingo, 15 7. ALVACAL Asociación de Libreros de Viejo de Castilla y León Corro de Santo Domingo, 15 8. BOUTIQUE DEL CUENTO Costanilla, 1 9. LIBRERÍA ALMADÍ Costanilla, 8 10. LA PUNTA DEL ICEBERG Costanilla, 10 11. LIBRERÍA ALCARAVÁN Corro de San Andrés, 13 12. ENCUADERNACIÓN ARTESANAL Oro, 5 ARGAYA [61] LIBRERÍA «LEX NOVA» ESPECIALIZADA EN TEXTOS Y FACSÍMILES JURÍDICOS Librerías de Urueña L [62] ARGAYA ex Nova no podía permanecer al margen de esta iniciativa única en nuestro país y, por ese motivo, está presente con su propia Librería –ubicada junto a la escalera de acceso al adarve de la muralla, en el número 13 de la calle Lagares; muy cerca del Arco de la Villa– donde podrá consultar nuestro amplio catálogo de facsímiles, en la planta baja, y conocer las últimas novedades bibliográficas en el primer piso. Allí ponemos a su disposición un amplio catálogo de ediciones facsimilares que reproducen muchos de los textos que forman parte ineludible de nuestro legado histórico y jurídico. Encontrará obras tan imprescindibles como Las Siete Partidas, uno de los llamados códigos universales porque abarca todas las ramas del Derecho; los seis tomos del Cuerpo del Derecho Civil Romano; las cuidadas ediciones que reproducen, con todo el esplendor de sus láminas y grabados, las Ordenanzas militares de Carlos III o La Historia de la conquista de México y curiosidades como Tres juegos de la baraja, de 1848, para que aprenda las reglas del mus, el solo y la malilla. Este libro incluye, gratuitamente, una baraja de naipes de Heraclio Fournier, diseñada expresamente para la Villa del Libro, y la adenda Derecho a jugar. Son cerca de cuarenta títulos que representan la esencia de un Derecho Histórico que aún conserva una indudable trascendencia; un reflejo de nuestro pasado que Lex Nova pone ahora al alcance del lector especializado y de todo aquel que desee acceder al conocimiento, como uno de los pilares básicos de la educación y la cultura. Finalmente, en nuestra librería podrá ver –y tocar– dos piezas clave de la historia jurídica de la Humanidad: Por un lado, el Código de Hammurabi, una estela realizada en poliéster y fibra de vidrio que reproduce a tamaño natural –más de dos metros de altura– el original del año 1750 a. C. conservado en el Museo del Louvre de la que, se considera, una de las leyes escritas más antiguas de la Historia: el famoso «ojo por ojo» de la Ley del Talión. Y, por otro lado, las XII Tablas, el primer código legal romano del 451 a. C. que sirvió para distinguir los delitos públicos de los privados y establecer que las normas, mostradas en el Foro a la vista de todos, debían aplicarse por igual a patricios y plebeyos. Estas dos obras, realizadas por Prometeo Representaciones Volumétricas, han sido cedidas para su exposición por la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) y la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF), a las que –desde aquí– queremos reiterarles nuestro más sincero agradecimiento. LIBRERÍA ALEJANDRÍA Librería Alejandría en Urueña es una librería visual y es esta posibilidad de creación la principal motivación del librero a la hora de instalarse en la primera villa del libro de España, habría que añadir que también como joven vallisoletano y castellano-leonés preocupado por la migración de tantos y tantos jóvenes amigos creadores a otras provincias pretende demostrar la posibilidad de que todavía es posible asentarse no sólo en Valladolid sino en el medio rural. Como guardián de las palabras y amplio conocedor de la literatura hispanoamericana nos encontramos en la librería a Enrique Alonso que no dudará en aconsejarnos algún libro o simplemente en contarnos sus aventuras ligadas en parte al mundo literario, que no son pocas, fruto de haber recorrido y vivido en toda Latinoamérica. Librería Alejandría apuesta por ser un lugar de encuentro, un espacio vivo, en el que todos aporten y a su vez sean beneficiarios. Después de su inauguración espera sentir el apoyo de las instituciones que han iniciado este proyecto para que no se quede en fotografías o meras palabras que acaban olvidadas en un baúl del «sobrao» o se lleva el viento que lame esta villa amurallada sino que sean una pincelada más a esta obra por y para los amantes de la cultura en general y de los libros en particular. Miguel Ángel es consciente de que hay todavía muchas preguntas, muchos problemas e interrogantes en el aire esperando hayar respuesta o encontrando solución, espera que Librería Alejandría siga por muchos años y sobre todo que continúe con el mismo espíritu con el que se inauguró este año dentro de la primera Villa del Libro de España. Librerías de Urueña E l joven librero Miguel Ángel Ortega Ruiz apostó en el 2002 por abrir la Librería Alejandría dedicada al libro antiguo y de ocasión en Valladolid a pesar de que todo indicaba que este tipo de comercios minoritarios estaban destinados a la extinción a causa de la repercusión que tenía y sigue teniendo la venta por internet. El romanticismo mueve cada uno de sus pasos y este romanticismo es el que le ha llevado a aventurarse en la instalación de la nueva sede de la librería en Urueña. A favor en este nuevo proyecto ha tenido y tiene el entorno, Urueña, pueblo, al que denomina como un «lienzo vivo en el que la naturaleza da sus pinceladas de color y el hombre enmarcó con la construcción de su hermosa muralla». Miguel Ángel se arriesgó a complementar más que a competir con la naturaleza con la Librería Alejandría en Urueña intentando aportar una visión estética y visual al mundo del libro. Cada uno de los ejemplares que se encuentran a la venta en Alejandría de Urueña ha sido comprado y seleccionado intentando en todo momento encontrar su lector, es amigo Miguel Ángel de las causas nobles e imposibles, busca y rebusca por España y todo el mundo aquellos libros raros y difíciles de encontrar esperando dar al lector la satisfacción de localizar entre los libros presentes en la librería aquel que tanto tiempo llevaba buscando. Por y para ello no se limita a la especialización en una temática en concreto sino que da cabida a todas las materias, desde arte, ciencias pasando por narrativa, poesía…, etc. De igual forma intenta que su visión estética y romántica de la vida tenga presencia en Alejandría para lo cual no duda en mostrarnos un «abanico de posibilidades teatrales» colocando obras de teatro de la editorial Escélicer (famosa en los años 60) en el suelo asemejando la forma de un abanico. Se podría decir que la ARGAYA [63] LIBRERÍA INSTITUCIONAL C on el nombre de Librería institucional existe en la Villa del Libro un local de dos plantas, con una superficie aproximada de 60 m2, que ha servido a lo largo de estos años como sala de exposiciones además de facilitar todo tipo de información de interés a los visitantes y viajeros que han pasado por Urueña y desde el año 2005 para informar particularmente del Proyecto Villa del Libro. En la actualidad se pueden comprar en sus dependencias los fondos propios de la Editora provincial de la Diputación provincial de Valladolid, que suman alrededor de cuatrocientos títulos clasificados en las siguientes categorías: Librerías de Urueña ACCIÓN SOCIAL Y ANIMACIÓN CULTURAL, ARQUEOLOGÍA, ARQUITECTURA, ARTE, CATÁLOGO FOLKLÓRICO, CATÁLOGO MONUMENTAL DE LA PROVINCIA DE VALLADOLID, CENTRO DE ESTUDIOS «JORGE GUILLÉN», CIENCIAS [64] ARGAYA NATURALES, COLECCIÓN AMERICANISTA, COLECCIÓN AUTORES CONTEMPORÁNEOS, COLECCIÓN AUTORES VALLISOLETANOS, COLECCIÓN CORTALAIRE(CENTRO DE ESTUDIOS J. GUILLÉN), COLECCIÓN DE FUENTES DOCUMENTALES PARA LA HISTORIA DE VALLADOLID, DEPORTES, ECONOMÍA, ENSAYO, ENSEÑANZA, ESCULTURA, ESTUDIOS GEOGRÁFICOS E HIDROLÓGICOS, ETNOGRAFÍA, FOTOGRAFÍA, FUNDACIÓN MUSEO DE LAS FERIAS DE MEDINA DEL CAMPO, HISTORIA, HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES, LIBROS SINGULARES, LITERATURA, MEDICINA, MONASTERIOS, MÚSICA, NATURALEZA Y PATRIMONIO, PINTURA, PREMIOS A LA TRAYECTORIA LITERARIA «PROVINCIA DE VALLADOLID», REVISTAS CULTURALES, SERIE DOCUMENTAL, SOCIOLOGÍA, TAUROMAQUIA, TEATRO, TEMAS DIDÁCTICOS, TEMAS DIDÁCTICOS DE CULTURA TRADICIONAL, TEMAS INFANTILES, TIERRAS DE VALLADOLID, TURISMO y URBANISMO. Dentro del proyecto de la Villa del Libro, se cree posible que en un futuro inmediato la Librería institucional pueda ser punto de venta de fondos editoriales de la Junta de Castilla y León, de la Universidad de Valladolid, de la Fundación Jorge Guillén y de las otras Diputaciones provinciales de la Comunidad, ofreciendo un servicio muy útil a los miles de visitantes que pasen cada año por la villa de Urueña. ALCUINO CALIGRAFÍA ASOCIACIÓN «ALCUINO» PARA LA RECUPERACIÓN DE LA CALIGRAFÍA ANTIGUA S betos, y artistas en cuanto a la recreación singular de cada obra. Aquellos primeros escribas, pendolistas, amanuenses, calígrafos, iluminadores, nos han cautivado a través del legado que dejó depositado tras los gruesos muros de piedra de los archivos, tras las viejas maderas de sus «armarios» («claustrum sine armario, castrum sine armamentario»), tras las labradas pieles y metales de sus encuadernaciones y, aún así, sujetos con fuertes cadenas a los cubículos de los que a ellos se acercaban para consultarlos. Pero los miembros de Alcuino no nos quedamos solamente en la reproducción de escrituras pasadas, alentados por calígrafos de reconocido prestigio en el ámbito internacional, algunos de los cuales han sido profesores nuestros y que a partir de ahora vendrán por Urueña para impartir cursos, también pretendemos ampliar la ubicación de la escritura a otros materiales y técnicas imperantes en las últimas corrientes de la creación artística y las artes decorativas. Librerías de Urueña on éstas unas tierras que van cambiando de color según las distintas épocas del año: verdes en primavera, doradas en el verano y, en los días de viento, los cereales cultivados a lo largo del Páramo se balancean imitando a las olas marinas de un Océano. Aquí, en esta villa y como para protegerse de lo que se ha dado en llamar la lectura en la era electrónica, se ha creado la primera Villa del Libro en España, dando cabida a varias librerías y un local-sede de la Asociación para la Recuperación de la Caligrafía Antigua «Alcuino». Ahora, desde Urueña, tierra de cereales y palomares, se quiere proyectar a toda España y, desde España, a todo el mundo, lo que se ha llamado la cultura en soporte de papel impreso. Los miembros de la Asociación Alcuino para la Recuperación de la Caligrafía Antigua nos movemos por el interés común de encontrar en la escritura la belleza que ha perdido, de recuperar un tiempo lejano en el que cada palabra, cada letra incluso, era una obra de arte, cada «escrito» (liber, codex, rollo, tableta, etc.) una aventura en cuanto a su ejecución, y cada copia del mismo, una misión sólo reservada a unos pocos, pacientes en el hacer, sabios en el entender de lenguas y alfa- ARGAYA [65] LIBRERÍA EL 7 Librerías de Urueña C [66] ARGAYA uando, LIBRERÍA EL 7 recibió el verano pasado la invitación de la Diputación de Valladolid para participar en este proyecto de la Villa del Libro. Lo primero que advertí es que todavía no había en España una localidad dedicada a esta actividad. Consagrar el pueblo de Urueña a la cultura del libro en todas sus vertientes: encuadernación, caligrafía, edición en diversos soportes, es una incomparable aventura cultural, de imprevisibles consecuencias en el futuro para el entorno rural en el que se desarrolla y que me atrajo nada más conocerla. Representaba, lo que siempre había soñado, lo que había deseado muchas veces, un proyecto que hermanaba la venta de libros con un entorno tan propio que convertía esta actividad económica en una aventura cultural. La voluntad de ser librero está acompañada por un interés en el mundo del libro y dejarse seducir por ese sentimiento que surge de su trato: observación, roce, olor, tacto, un inmenso amor al libro, que obliga a olvidar los aspectos más prosaicos ligados, obligatoriamente, a esta profesión. No podemos olvidar los numerosos conocimientos necesarios para desarrollar decorosamente esta actividad, no existe una formación que prepare para esta profesión en su compleja actividad, sólo la actividad comercial te dota de la suficiente experiencia para catalogar las diferentes ediciones y marcar su valor y te ayuda a decidirte en el segmento de mercado que dentro del entorno del libro de viejo existe, no todos los libreros ofrecen los mismos libros en antigüedad y calidad, sus conocimientos sobre determinadas épocas de edición y su valoración determinaran el tipo de libro que ofertará en su librería. Para mí, todo empezó, hace algunos años, un día movido por mi afición a los libros en general y en particular a los libros de tema taurino, comencé a poner anuncios, en diferentes medios, en los que compraba libros de tema taurino que inmediatamente amplié a libros en general. Desde entonces mi vida había dado un giro grande: me convertí en un librero en potencia. Me encantaba acudir a los avisos que me llegaban, empecé a disfrutar en la compra y posterior catalogación de las adquisiciones. Ante mí se abría un mundo lleno de nuevas sensaciones que me atraía y llenaba de satisfacción, comencé mi nueva profesión con una gran ilusión que me hacía sentir feliz y satisfecho con mi actividad. Cuando apareció la oferta de la Villa del Libro de Urueña, fue un momento memorable, que me lleno de ilusión y esperanza, representaba una idea novedosa plagada de desafíos pero que en la práctica una vez con el proyecto hecho realidad me ha llenado satisfacciones por el lugar, un pueblo de belleza incomparable y sus habitantes de una gran amabilidad y hospitalidad. Creo que nos encontramos en el camino adecuado para que nuestros rendimientos económicos alcancen un nivel óptimo. Trató de aumentar y diversificar mi oferta con libros infantiles y otro tipo de libros, no he conseguido obtener un nivel de ventas estable, variando de unas semanas a otras por diversas causas. Las visitas a la librería no sólo dependen de mi oferta, amplia en libros y diversa en cuanto a materias, aumentan o disminuyen dependiendo de valores tampoco controlables como el clima, su número varía de semana en semana aunque todos mantienen una envidiable curiosidad y respeto hacia los libros expuestos con un trato discreto y agradable. Generalmente acuden a conocernos habitantes del entorno cercano de la provincia de Valladolid, Zamora y Palencia aunque también vienen de Madrid y País Vasco. Tenemos visitantes de todas las edades, desde niños de temprana edad hasta sus abuelos y sus preferencias en el momento de elegir un libro no son uniformes haciendo nuestro trabajo entretenido y ameno. Espero que en un futuro no muy lejano nuestra situación se consolide y obtengamos junto a nuestra satisfacción personal unos rendimientos financieros sostenibles que nos permitan afianzarnos en esta Villa del Libro a la que deseo larga vida. José Jiménez Alonso LIBRERÍA SAMUEL bados antiguos, que estaban almacenados, con la eterna promesa de organización, en la galería de arte Samuel, que dirijo en Valladolid. Ahora parecía haberles llegado el momento y la ocasión de sacarlos a la luz, ya que nunca se llevó seriamente a cabo, un registro de épocas, procedencias, grabadores e impresores para su debida identificación y clasificación, debido a la gran cantidad y particularidad de éstos. Me informé sobre las condiciones y el proyecto, resolviendo que era una buena oportunidad para colaborar, con la ilusión en principio algo romántica que me une al lugar. Me arremangué y puse manos a la obra, con la intención de disponer de un lugar para organizar todo aquello. La sorpresa llegó cuando tras la inauguración oficial a finales de marzo, un poco precipitada como suelen ser todos estos eventos, el pueblo de Urueña se llenó de gente, ya que esta fecha permitía aprovechar los primeros días de primavera, las fiestas patronales, Villalar, y el día del libro inmediatamente después, a lo que se le unió una importante campaña de promoción, superando así las tímidas expectativas lógicas de cualquier inicio. Aunque creemos que lo más duro llegará en invierno, animamos a que el novedoso proyecto se consolide y mejore constantemente con las propuestas que entre todos podamos encontrar para llamar la atención de un público interesado en este fascinante mundo del libro. Finalmente creo que estamos ante una buena idea, con una proyección de futuro muy interesante, para la que espero el apoyo de todos, instituciones, librerías y principalmente el público. Librerías de Urueña C uando me enteré del proyecto de la Villa del Libro de Urueña, me interesé inmediatamente por el tema, el pueblo era un viejo conocido desde hace mucho tiempo. Era yo un crío cuando mi padre Fernando Santiago, con un grupo de artistas y pintores de la talla de: Félix Cuadrado Lomas, Pablo Prieto y los recientemente fallecidos, Gabino Gaona y Domingo Criado… llegaron a Urueña, compraron casa, y durante algunos años dejaron en sus obras algunas pinceladas de las mejores interpretaciones del paisaje castellano. Con estos precedentes y algunas anécdotas del rincón de mi memoria, cualquier excusa era buena para dar un paseo por sus murallas, y volver a recrearme con la gran variedad de cambios cromáticos que a lo largo del año nos ofrecen nuestras tierras castellanas. El inicio de mi actividad en el mundo del grabado antiguo se debe por entero a Fernando Santiago, que durante 40 años, en un momento en que se le daba escaso valor, había reunido una importante colección de grabados antiguos. Ésta selección de grabados, en cuanto a número y calidad, los adquirió en librerías, anticuarios, y diversos tipos de negocios y mercadillos, durante los viajes que con cierta frecuencia realizaba por toda España, Portugal, Inglaterra o Francia, entre los más comunes. Estas estampaciones unas veces aparecían ordenadas y otras en estantes amontonadas o entre objetos varios. Así fue como la experiencia, el conocimiento y el interés personal dieron como resultado una singular colección de grabados, postales, cromos, fotos, libros y todo tipo de curiosidades, siendo un avezado pionero en este tipo de coleccionismo. Cuando este otoño recibí la información sobre la Villa del Libro pensé rápidamente en la colección de gra- Samuel Santiago Paul ARGAYA [67] ALVACAL Librerías de Urueña L [68] ARGAYA os comienzos de ALVACAL, la actual Asociación de Libreros de Viejo y Antiguo de Castilla y León, donde se agrupan la práctica totalidad de los profesionales de la Comunidad Autónoma, se remontan a 1977, cuando algunos de los actuales socios organizaron la I Feria del Libro ocupando un lugar destacado dentro de la Feria: la exposición «Aleluyas de Villa del Libro» para regalar a los visitantes de la Feria, así como las bolsas con publicidad de Villa del Libro. Desde el primer momento, cuando Villa del Libro era todavía un proyecto, ALVACAL consideró la iniciativa como merecedora del apoyo de los profesionales del libro, como de toda la sociedad, por tratarse de una innovadora iniciativa que promovería eficazmente el libro y la cultura española. Por un acto público al que asistieron libreros, representantes de la Excma. Diputación Provincial, gentes del mundo de la cultura y medios de comunicación. El Premio Incunable es una distinción que anualmente conceden a los libreros de viejo de la Comunidad Autónoma a personas o instituciones destacadas en la promoción del libro español. Para la Asociación ALVACAL, Villa del Libro merece todos los apoyos públicos y privados posibles, muy particularmente el de los profesionales del libro viejo y antiguo de la Comunidad Autónoma. Por eso nos consideramos obligados a colaborar en todo con la puesta en marcha y con el desarrollo futuro de Villa del Libro. Por estos motivos, quisimos que las librerías de viejo y antiguo de la Comunidad Autónoma estuvieran representadas en Villa del Libro con una tienda a nombre de la Asociación ALVACAL, pero en la que participan cinco librerías de la Comunidad Autónoma, ofreciendo un amplio abanico de especialidades, desde el gran libro antiguo hasta el resto editorial, la segunda mano, o el facsímil de obras antiguas, raras o curiosas. Las librerías que han aportado libros a esta tienda colectiva son las siguientes: Librería Maxtor, de Valladolid. Librería Bibliomanía, de Laguna de Duero. Librería «El Camino de Santiago», de León. Libros Pariente, de Rueda (Valladolid). Librería Valdezate (Burgos). En el marco del Convenio para la promoción de Villa del Libro que ALVACAL mantiene con la Excma. Diputación, estamos contribuyendo de varios modos al desarrollo Villa del Libro, por ejemplo mediante la promoción en las Ferias del Libro Antiguo y de Ocasión que organizamos en toda la Comunidad Autónoma, y de otras formas, entre las cuales hay que destacar la próxima puesta en marcha del portal de librerías en Internet www.librohispano.com, que será la Villa del Libro Digital, y que nace a partir del actual portal de librerías www.librerosdeviejo.com, creado y gestionado por los libreros de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, pero en el que participan 170 librerías españolas y extranjeras, con 1.600.000 libros a la venta. En www.li- brohispano.com podrán afiliarse librerías españolas y extranjeras, tanto de libro «viejo» o antiguo como «de nuevo», en condiciones de gratuidad casi total. El pasado año, los directivos de ALVACAL encabezaron a la práctica totalidad de los Gremios y Asociaciones Libreros de Viejo españoles, en su calidad de Asociaciones Promotoras del Portal, en la recepción que SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias concedieron a www.librerosdeviejo.com. Los libreros de viejo de la Comunidad Autónoma sabemos que la Villa del Libro puede constituirse en uno de los principales referentes mundiales del libro español de todas las épocas, si ahora vinculamos a la joven Villa del Libro a los profesionales del libro español en todo el mundo (particularmente el viejo y antiguo, que es donde se halla «la profundidad y la anchura» del libro español, aunque el nuevo también debe estar), así como a los bibliófilos e instituciones relacionadas con el libro. Esto será posible por medio de la presencia física eventual de estas personas e instituciones en las actividades que se organicen en Villa del Libro, o articulando su participación bajo otras fórmulas. El Portal de Librerías www.librohispano.com será la ventana al mundo de la Villa del Libro, pero al mismo tiempo será la herramienta con la que el mundo podrá ver y participar en la actividad de Villa del Libro, y por tanto acceder a la cultura y el libro español, y a la provincia de Valladolid y sus riquezas turísticas y culturales. Felipe C. Martínez Prieto (Presidente de Alvacal) BOUTIQUE DEL CUENTO N uestra propuesta de intregar una librería infantil en el magno proyecto de la Villa del Libro tuvo el eco deseado y en consecuencia un reto inmediato. Es cierto que contábamos con el referente de nuestra Boutique del Cuento de Valladolid, si bien la propia filosofía del plan requería renovados esfuerzos en la programación de esta nueva sede; a saber, una coordinación necesaria con el centro e-LEA, una integración significativa en la morfología del municipio y en un sentido más propio la búsqueda de actividades culturales que dimanando de nuestra librería trascendieran al mero acto comercial. Vamos a reseñar algunos de los argumentos que justifican nuestra presencia: * La constitución de la «Villa del Libro» en una institución dinámica y generadora de potenciales lectores. * La creación de un espacio de convivencia entre padres, hijos, abuelos, etc. con el aliciente común de la lectura. * El hecho de que –siendo la «Villa del Libro» un referente en el que se integran distintas áreas: museística, pedagógica, investigadora, etc.– ésta se perciba como un ámbito susceptible de ser visitado por grupos organizados procedentes de colegios, institutos, etc. ACTIVIDADES Aprovechando el magnífico marco del enclave ofrecemos diferentes propuestas para revivir la historia como prototipo de villa medieval y como localidad propiamente dicha. A tal efecto pretendemos: – Habilitar una estantería con revistas científicas y bibliografía relativa a la villa y su entorno geográfico. – Creación del concurso anual de cuentos «Saturnino Calleja». – Muestra de cuentos antiguos. – Exposición de facsímiles. – Charla-coloquio con autores de cuentos en días por señalar. – Taller de dramatización en el que se ofrecen distintas pautas para la puesta en escena. – Bibliografía complementaria relativa a expresión corporal, mimo, etc. – Lectura del «clásico del mes»: El Quijote, Lazarillo, etc. o la recitación en turnos de adaptaciones de estas obras por parte de escolares invitados a tal efecto. Librerías de Urueña * La propia entidad del niño, que conlleva el derecho de acceso a un bien cultural. – «En busca del libro» o la introducción de los más pequeños en la dinámica de localización dentro de la librería dándoles una serie de pautas relativas a los diferentes temas, colecciones, etc. ARGAYA [69] LIBRERÍA ALMADÍ D Librerías de Urueña el proyecto sobre La Villa del Libro de Urueña supe en el mismo momento de constitución de Efecto Violeta Ediciones. Ello convirtió este conocimiento en una especie de confirmación mágica que interpreto como la visión de un sueño. El mismo día en que apareció en internet la información, me desplacé de Valencia a Urueña para no dejar pasar ni un instante la posibilidad de establecerme en ese magnífico lugar como editora, promotora de libros específicos y gestora cultural. El 15 de marzo de 2007 se inauguró la primera Villa del Libro de España; la muralla de Urueña contemplaba atónita la aparición de libros junto a sus húmedas piedras; los habitantes abrían los ojos ante la expectación creada y las cigüeñas rebajaban altura para ver de cerca a los nuevos intrusos. ¡Once librerías en un pueblo de 260 habitantes, qué barbaridad! –decían algunos–. Durante los meses previos a la inauguración me inundaron las dudas sobre la viabilidad del proyecto pero, de pronto, la figura honesta de Joaquín Díaz, la presencia invisible de Amancio Prada y los sonidos de oriente de Luis Delgado despejaron los miedos como quien confía ciegamente en la experiencia de un maestro. A ellos sumé la frase: «quien no posee una pequeña dosis de locura no está tan cuerdo como se cree» y el aprecio inmediato que me regalaron los que bien conocían los bellos atardeceres de esta tierra. Eso, y el apoyo incondicional de Marta R. Carrasco, hizo posible la puesta en pie de la LIBRERÍA ALMADÍ, una ventana al mediterráneo en el centro del centro de Castilla; un espacio de 150 metros donde ya habitan las ediciones más cuidadas de importantes instituciones que recuperan textos necesarios; como necesaria es la poesía, el teatro y la buena narrativa. Editoriales como las del Mediterráneo y del Oriente, Siruela, Pre-Textos, Alfons el Magnànim, Cátedra, Ñaque, y el bellísimo fondo de un editor único, Augusto Jurado tienen allí su casa. Pero también la música acompaña la lectura y así sellos como el de Resistencia, Barlovento, Picap, Fundación Joaquín Díaz... nos amenizan el encuentro con el papel impreso, desde el antiguo y usado al más nuevo. Pero algo que comenzó con el estruendo de toda inauguración y de la mano de quienes vieron en La Villa del Libro la posibilidad de dinamizar un pueblo necesita del cuidado permanente de sus creadores para que la decepción no se haga hueco en las ilusiones de quienes apostamos por ello. El centro e-Lea es el punto al que todos los libreros miramos porque su director, Pedro Mencía, mantiene el empeño de que en Urueña se lea. Aunque también el paladar y la vista pueden gozar en la visita. Pilar Algarra, librera-editora [70] ARGAYA LA PUNTA DEL ICEBERG L co que hay, los intentos por determinar el sentido de la vida… son una evidencia del anhelo de retomar el vínculo de nuestra alma». LA PUNTA DEL ICEBERG más que un proyecto empresarial esta planteado como un proyecto de vida, una vuelta a los orígenes sin perder la perspectiva de lo universal. Un acercamiento a conocimientos casi ancestrales que utiliza a la vez conocimientos universales de última generación para salir al mundo. Dos extremos de una misma realidad. LA PUNTA DEL ICEBERG desde Urueña, buscará la universalidad a través de Internet con su página web en preparación. En LA PUNTA DEL ICEBERG, también organizamos eventos y producciones, nuestra última producción ha sido la grabación de dos programas de Las Noches Blancas para Telemadrid, presentados y dirigidos por Fernando Sánchez Dragó. Esta grabación fue realizada en el centro e-LEA en Urueña. Las micro ediciones por encargo serán otra línea de negocio, autores noveles o poetas aficionados podrán ver su obra en formato libro en pocos días. Como una actividad más de LA PUNTA DEL ICEBERG, organizaremos cursos de distinta duración sobre diferentes temas: Radiestesia, geobiología, arquitectura sagrada, maestros canteros, Feng-Shui, etc. En nuestra librería, hemos buscado una ambientación que invite a entrar y de pereza el salir. La iluminación, la música, los sillones de lectura y un café o té mientras se ojean los libros, ayudarán al bienestar de nuestros clientes. Las prisas en la Villa de Urueña no deben existir y en LA PUNTA DEL ICEBERG menos. Librerías de Urueña «Los libros son la punta del iceberg de la cultura». Esta frase lapidaria, salida de la boca del escritor Fernando Sánchez Dragó en una cena informal con un grupo de amigos, una vez concluidas unas jornadas sobre la literatura templaria en Ponferrada, nos dio la clave a la hora de dar nombre a nuestra librería en la Villa del Libro de Urueña. En LA PUNTA DEL ICEBERG proponemos lecturas que aporten conocimientos sobre el cuidado del cuerpo, del espíritu y de nuestro entorno, como única forma de lograr el equilibrio necesario para nuestro enriquecimiento personal. Para el cuidado del cuerpo tenemos una amplia oferta de libros sobre dietética, alimentación saludable, salud natural, terapias alternativas, etc. Los huertos ecológicos, la geobiología, la radiestesia, la bioconstrucción y la importancia del agua son otros temas preferentes y muy presentes. Tanto nuestro cuerpo como el planeta tierra están compuestos de un 70% de agua y en ambos casos lejos de estar inanimada, está viva y consciente. Como el científico y estudioso del agua Masaru Emoto dijo: «el agua no sólo almacena información sino también sentimientos y conciencia, reaccionando ante cualquier estímulo externo». Aprendamos a conocer, valorar y cuidar nuestras aguas, son fuente de vida, son curativas y en un pasado muy remoto fueron nuestro habitat. Los libros sobre reiki, autoayuda, psicología y las diversas religiones, nos permitirán atemperar, cuidar y elevar nuestro espíritu. Como comenta el Dr. Wayne Dyer «la sensación de vacío, la idea de que debemos ser algo más, las dudas acerca de si lo que nos rodea es lo úni- ARGAYA [71] LIBRERÍA ALCARAVÁN Librerías de Urueña H [72] ARGAYA ace 15 años se fundó la Librería Alcaraván, ese es el tiempo que llevo viviendo en Urueña, tres lustros, muchas veces me han preguntado por qué me vine a vivir a este pueblo amurallado de Castilla, depende quien me preguntase daba un tipo de respuesta siempre según la persona que se interesase le contaba una historia o un motivo diferente y la verdad, pasados estos años todas esas historias y motivos eran válidos y reales; huyendo de la ciudad –en mi caso Madrid–, buscando paz y tranquilidad, tiempo disponible para uno mismo, vivir en la naturaleza, trabajar en lo que me gusta… La historia comenzó en el año 1990 cuando conocí personalmente a Joaquín Díaz, pues el conocimiento de su obra musical y escrita la llevaba siguiendo años antes, a través de un amigo común, Emilio Blanco, Etnobotánico, visitamos un día de octubre, Urueña y la Fundación Centro Etnográfico –entonces todavía no era Fundación, lo fue unos años después tras pasar una serie de vicisitudes–. Ese día conocí a Joaquín, me acuerdo que llegué antes que Emilio –él venía de Segovia y yo de Madrid– llamé a la puerta de la casona y me abrió el propio Joaquín Díaz en persona, ya en la forma de apretarte la mano noté la humanidad que desprendía alguien al que admirabas y profesabas un cierto respeto. Cuando pasamos a la biblioteca vi que estaba un viejo conocido, Avelino Hernández ¡qué sorpresa!, a partir de entonces y con amigos comunes hicimos una amistad que fuimos cultivando, yo con visitas frecuentes a Urueña, en una de esas visitas junto a Modesto Martín Cebrian y Sarvelio Villar, Modesto me comentó al saber que trabajaba en librería: «¿Es caro montar una librería?», respondí: «hombre si no fuese caro yo la montaría», Joaquín con esa socarronería que se gasta de vez en cuando dijo: «pues la montas en Urueña», el viaje de vuelta a Madrid –nunca mejor dicho– lo hice dándole vueltas al magín, se lo comenté al poco tiempo a Avelino, la idea le pareció fabulosa y tal como era El Avelino enseguida nos convocó a una serie de amigos comunes, de donde surgió la creación de una sociedad y la apertura de la librería la creamos seis socios: Joaquín Díaz, Luis de la Fuente y Elena Casuso, Ignacio Sanz, Jesús Herrero, Avelino Hernández y yo mismo, Jesús Martínez, de esos seis, Avelino ya no está con nosotros, nos dejó hace tres veranos. Poco a poco nos fuimos haciendo una clientela fiel y de calidad, sobre todo gente que venía atraída por el museo y a su vez interesada en los títulos ofertados en Alcaraván. Urueña empezaba a sonar cada vez más a nivel nacional, venía gente de cualquier lugar pero sobre todo Madrid, Castilla, Galicia, Asturias, País Vasco. Vinieron nuevos pobladores, todos de Madrid, Juan Antonio y Alison, Tienda La Real y estudio de diseño Tf media, Luis Delgado con su Museo de Instrumentos. Poco a poco el nú- cleo urbano recupera el aspecto que debió tener en el primer cuarto del siglo XX. Los clientes seguían haciéndose preguntas: ¿Cómo una librería en pueblo?, yo les decía que era el pueblo de España más pequeño –150 habitantes– con librería abierta, la única librería de Castilla y León especializada en temas de la tierra. También recuerdo que ponía el ejemplo de los pueblos librería que existían en Gales, Francia, Holanda, Italia… ubicados en pueblos parecidos a Urueña con sabor medieval, pequeños y con cierto encanto. ¡Quién iba a decir que con el tiempo nos convertiríamos en la primera Villa del Libro de España! 2003 a 2007, años de esperanza e ilusión, la librería cambia de ubicación, nos trasladamos a Corro de San Andrés, 13, en un local amplio y luminoso con una casa recuperada lo más fiel posible, suelos de barro, vigas de madera. Por fin la inauguración el día 15 de marzo del presente año, los primeros fines de semana son terribles de gente no se da a basto, los restaurantes llenos, coches aparcados en las eras, carretera… viene personal de todos los alrededores y de cualquier punto de España. La Villa del Libro bajo mi experiencia de 15 años en Urueña es de que se irá consolidando a medida de que los libreros crean en el proyecto y quieran vivir en el pueblo algo inseparable bajo mi punto de vista. ¿El futuro de Urueña?, en las manos de los que vinimos y los nacidos aquí está. Por nuestra parte seguiremos viviendo y disfrutando de esa increíble luz, del silencio de los atardeceres y del aire tan limpio que respiramos, todo un lujo en estos tiempos que corren. ENCUADERNACIÓN ARTESANAL UNA EXPERIENCIA VITAL EN LOS TOROZOS explicar con certeza por qué fueron seducidos y por qué ya no quieren irse. Uno ama a Urueña y no sabe porqué. Por causa del azar, hace cinco años que aparecí en Urueña invitado a realizar una exposición de fotografías. Inmediatamente quedé seducido, un año más tarde trasladé aquí mi estudio y desde entonces aquí vivo y aquí trabajo dedicado a la fotografía al grabado y a la ilustración, además de mantener abierto hace ya tres años un pequeño comercio donde vendo grabados, fotografías, dibujos y algunas pequeñas antigüedades. Creo haber encontrado el lugar donde se combina en justa medida la tensión con el sosiego, la soledad con la compañía, un punto de equilibrio que permite la introspección y el trabajo creativo. En Urueña , uno puede encontrarse a sí mismo, se puede sentir un silencio infinito como su adusto paisaje, la soledad invernal que invade los tuétanos, lo desabrido de un paseo por calles vacías, También se puede encontrar la gratificante charla con vecinos y la cálida compañía de los amigos. Son la belleza de su paisaje, la altivez vetusta de sus murallas y esta rara mezcla de factores humanos es la que confiere un atractivo especial a Urueña, algo que intuye el visitante atento, que queda encandilado por este pequeño pueblo castellano. Vive Urueña aún convulsa por la reciente inauguración de la Villa del Libro, un proyecto estimulante sin duda, pero que como los nuevos habitantes, es posible que necesite pasar por un período de adaptación, encontrar su lugar. Queremos expresar nuestros mejores deseos para que lo consiga contribuyendo a que el pueblo siga manteniendo esa atractiva identidad y sea un foco de cultura para el entorno y cita para un turismo diferenciado, ajeno a las masificaciones perturbadoras. Librerías de Urueña U rueña seduce. Además de la belleza de sus monumentos históricos y su paisaje, posee dos peculiaridades que la hacen singular: una arquitectura que se conserva sin demasiados desafueros inmobiliarios, sobria como sus habitantes y una combinación de las tradicionales actividades agropecuarias con una vida cultural insólita para un pueblo de tan pocos habitantes. Hace más de 16 años que la Fundación Joaquín Díaz, trabaja con perseverante denuedo por un pueblo con actividad cultural, respetuoso con lo tradicional y que sea visitado por un turismo sin estridencias. A esta labor hace también muchos años que contribuyen la librería Alcaraván (con su selecta clientela) y el Museo de Instrumentos Luis Delgado. Otra característica que se añade o es consecuencia de las anteriores, es el hecho de que se hayan establecido un número estadísticamente inusual de habitantes con profesiones liberales relacionadas con el arte y que desarrollan su actividad en el pueblo, de forma casi imperceptible a los ojos del visitante. Dicen que vivir rodeado por una muralla produce las mismas tensiones emocionales que vivir en una pequeña isla, Sea esto cierto o no, lo que sí es cierto es que los nuevos habitantes tardan años en encontrar su lugar en Urueña y son bastantes los que tienen que irse por no conseguirlo. También es cierto que los que lo encontraron no aciertan a ARGAYA [73] CONTENIDO DE a l l i V a L o r b i L l de [74] ARGAYA LAS VILLAS DEL LIBRO EN EL MUNDO El proyecto de la Villa del Libro de Urueña se basa en su concepción en el modelo aportado a la Diputación de Valladolid por las villas del libro existentes en otros lugares de Europa, tales como Montmorillon (Francia), Wigton (Escocia), Montereggio (Italia), en Asia, como Camping Buku y en América, como Stillwater (EE.UU.). I. Concepto La Diputación de Valladolid se ha propuesto como acción prioritaria el apoyo al medio rural; dicho objetivo moldea el esfuerzo continuado e innovador en proyectos de promoción local, con carácter cultural, medioambiental y turístico. En este marco se desarrolla el proyecto denominado Villa del Libro, una acción integral de cultura y turismo en el medio rural vallisoletano cuyo fiel es el libro y los diferentes sectores relacionados con él, de manera que, constituyéndose en un instrumento catalizador del desarrollo económico, turístico y cultural de la localidad seleccionada para albergar el proyecto y de la zona en que se inscribe, se fomente el empleo, el asenta- miento de población emprendedora, el desarrollo sostenible y la cooperación con otros proyectos ya consolidados o en curso. La provincia de Valladolid, dada su enorme riqueza en lo que se refiere a patrimonio histórico, artístico, natural y lingüístico, tiene aún interesantes posibilidades de promoción. La decisión sobre la propuesta del proyecto Villa del Libro y, en concreto, sobre su emplazamiento no ha obedecido a un embeleso repentino sino al minucioso análisis realizado de los antecedentes, planteamiento y prospectiva –así como de los objetivos tanto genéricos como específicos y de los criterios de ubicación y actuación–, cuyos favorables indicadores han dado argumentos bastantes para la determinación institucional. Para acoger beneficiosamente el proyecto de la Villa del Libro vallisoletana, se requería un emplazamiento que reuniese determinadas condiciones sociodemográfficas, patrimoniales –históricas, artísticas y paisajísticas–, de implicación municipal, de disponibilidad de suelo urbano, de accesibilidad viaria y de asentimiento por parte de profesionales del libro. Aparte de las raíces más remotas que lo inspiran, el modelo tiene numerosos antecedentes inmediatos que han avalado la viabilidad de su implantación en nuestras tierras. Con distintos nombres según su lengua de origen («book- Contenido de la Villa del Libro Panorámica de Urueña detrás de la iglesia. ARGAYA [75] Contenido de la Villa del Libro Joaquín Díaz en la muralla de Urueña. town», «village du livre», «buchdorf», «villaggio del libro»), existen hoy desde Norteamérica a Asia y a Australia –y en número creciente que, sólo en Europa, supera ampliamente la veintena– un conjunto destacado de pequeñas poblaciones que desarrollan de diverso modo ese producto cultural y turístico que toma al libro como eje articulador. La Villa del Libro que la Diputación de Valladolid ha realizado es la primera en España; lo que, sin duda, le da un valor añadido en su proyección nacional e internacional, independientemente del desarrollo diferenciado de la idea y de las innovaciones que introduce. II. Ubicación Tras los estudios y deliberaciones pertinentes, la Diputación de Valladolid determinó la ubicación del proyecto en Urueña. Desde la eñe que contiene este topónimo, puede advertirse [76] ARGAYA un guiño, si se quiere: la determinación del lugar declara su vocación de pertenencia y su consecuente proyección en el mundo de lengua española, entre las tres primeras tanto por número de hablantes como de países en que es lengua oficial y con una fuerte expansión en otros en que no lo es. El municipio de Urueña está situado al noroeste de la provincia de Valladolid –capital de la comunidad autónoma de Castilla y León–, a dos kilómetros de la AP-6 (Madrid-Coruña), una de las autovías nacionales más importantes. El no lejano aeropuerto de Villanubla acerca también otros puntos más distantes de España y del mundo. Esta provechosa situación le da un rápido y fácil acceso que se complementa alternativamente con recoletas carreteras y sendas que, con flora y fauna características, pespuntean pueblos y lugares de muy poderoso atractivo. Es Urueña una hermosa villa medieval situada escarpadamente en la plenitud de ese formidable baluarte natural de la paramera de los Montes de Torozos. Estos Montes de Torozos constituyen un relieve relicto que hace de charnela entre la campiña vallisoletana y una de las comarcas españolas de mayor abolengo –la Tierra de Campos, ya nombrada así en el Libro Becerro de las Behetrías de 1351– que ofrece sin confín un ecosistema de estepa cerealista de singular importancia mundial. Constituye una sorprendente tarjeta de visita para quienes aún permanecieran pasivamente instalados en una visión tópica en torno a la configuración homogéneamente aplanada de la provincia de Valladolid. Además de una historia rica en acontecimientos, posee hoy Urueña un imponente conjunto amurallado, una iglesia de extramuros –excepcional joya del románico de estilo lombardo catalán–, un notable caserío con edificios religiosos, civiles y populares, un espléndido paisaje y la representativa gastronomía de la comarca. Urueña cuenta con un acogedor paisanaje y con la presencia notable de bibliófilos y profesionales de la cultura. En esta villa de apenas doscientos habitantes se congregan algunos centros culturales con destacadas colecciones: la Fundación Joaquín Díaz –constituida como Centro Etnográfico de la Diputación vallisoletana–, el Museo de Instrumentos Musica- III. El proyecto Villa del Libro El libro tiene una presencia medular en la que hoy se denomina Sociedad del Conocimiento y es también, desde su compleja estructuración de intermediarios empresariales y socioculturales, una notable fuente de riqueza. El libro, además de su función genuinamente cultural, puede actuar desde la Villa del Libro de Urueña como un resistente hilo de cohesión que fortalezca la relación de pertenencia, establecer vínculos beneficiosos con la red internacional de ciudades– libro y, de modo particular, asegurar anclajes con países que, en América y en otras partes, sienten en español. La Villa del Libro de Urueña se constituye en un espacio en el que el libro es un imán para viajeros que, desembarazados de lo trivial, van a la búsqueda de goces menos trillados; un espacio de encuentro para un número importante de profesionales y de visitantes, especializados o curiosos, que han hecho del libro y de los sectores en él implicados una manera de vivir. Dicho espacio se concibe como una Villa del Libro cuya tectónica ofrece las vertientes, en faz y en paz, de la iniciativa privada y de la pública. A partir de la primera, discurre un emplazamiento de mercado expositor, promotor y depositario de libros en el que visitantes y establecidos tratan de ellos, que se ofrecen, se intercambian o se adquirieren como novedad o por su condición de antiguos, raros, viejos, des- Ruiz Medrano junto a Noriega. catalogados o de temas específicos; en el que hacen su labor de grabadores, calígrafos, iluminadores, impresores, encuadernadores, artesanos del papel y de otros materiales; en el que la pesquisa, el esparcimiento y el desahogo de la ciudad promueven el sosegado disfrute cultural como un objetivo sin instrumentalizaciones. Sin que su estado esté ultimado, la iniciativa institucional intervendrá como mediadora, intermediadora y asesora y actuará en la Villa del Libro de Urueña desde la convicción de que el propio valor de los contenidos engendrará una eficaz cooperación que, a su vez, incrementará la confianza. Y esto a través de dos criterios; uno, referido preferentemente a lo patrimonial, se orienta a la conservación y difusión; el otro, que mira al presente y al futuro, se aplica más al reconocimiento objetivo y a impulsar la creatividad. La Diputación de Valladolid impulsa en esta localidad vallisoletana de Urueña el proyecto Villa del Libro que, de manera sucinta, se configura en torno a dos vertientes: 1. El Espacio para la Lectura, la Escritura y sus Aplicaciones (el e-LEA, en denominación abreviada), cuyas líneas de acción se desarrollan a través de las áreas que la componen –más la de dirección y gestión– y que, al margen de la afluencia genérica de fines de semana y períodos vacacionales, permitirán llenar de contenido y presencia cualquier día del año. El e-LEA se articula en las siguientes áreas: Contenido de la Villa del Libro les del Mundo de Luis Delgado, el Museo de Campanas, la Sala de Exposiciones Mercedes Rueda. Todo un elenco que, desde su particular entidad, amplía la suma de posibilidades con el actual proyecto. No se debe olvidar que, a una distancia proporcionada de la capital vallisoletana, equidistante del resto de las provincias regionales, la posición geográfica de Urueña está muy próxima otros importantes núcleos de interés (como son, entre tantos, Tordesillas, Mota, Tiedra, Villagarcía, San Cebrián, Torrelobatón, La Espina, Montealegre, Villalón o Medina de Rioseco y –más allá del límite provincial– Toro, Ampudia o Sahagún) y bien a la mano del ramal madrileño del Camino de Santiago. ARGAYA [77] Contenido de la Villa del Libro a. Área expositiva. Con un espacio fijo para la muestra y explicación de elementos y utensilios que han secuenciado la lectura, la escritura y sus distintos soportes a lo largo de la historia y con otro espacio para conferencias y encuentros y para la exposición temporal de temas o asuntos relacionados con el libro y la lectoescritura, así como para estimular su producción, su intercambio y la cultura misma. b. Área Pedagógica. Orientada, a través de distintas propuestas –en red, publicadas o presenciales–, a facilitar al gran público la relación con el libro, la lectura y las actividades ramificadas y, de manera específica, a profesionales, especialistas y escolares. Equipada con una biblioteca y mediateca de uso real, proporcionará también comunicación virtual con el ámbito rural de la provincia.. c. Área de Investigación y Documentación. Establecerá una línea investigadora propia y abierta a las T.I.C. y sus aplicaciones, con proyección exterior, en torno a los temas y asuntos que dan nombre al Centro. d. Jardín de e-LEA. Patio ajardinado para la reunión de círculos literarios, presentaciones de libros, conferencias, coloquios y distintas actividades al aire libre. 2. Diez establecimientos para el ejercicio privado de la actividad comercial de libros, preferentemente antiguos, raros,viejos, descatalogados o de temas específicos y una librería institucional. Alguno de estos establecimientos se orienta hacia otras actividades relacionadas con el mundo del libro, tales como caligrafía, ilustración, encuadernación, papel artesanal, mapas, grabado, etc. Quienes se establezcan en esta fase de partida cuentan con un almacén independiente para almacenamiento de libros y materiales no expuestos en los establecimientos respectivos. ESTABLECIMIENTOS 1-LO 1: SITUACIÓN: Calle Lagares, 13 SUPERFICIE: 71,10 m2 2-LO 2: SITUACIÓN: Calle Lagares, 11 SUPERFICIE: 191,80 m2 3-LO 3: SITUACIÓN: LIBRERÍA INSTITUCIONAL (no está en alquiler). SUPERFICIE: 60 m2 4-LO 4: SITUACIÓN: Calle Nueva, 19 SUPERFICIE: 146 m2 5-LO 5-6-7 (Consta de 3 librerías): SITUACIÓN: Corro de Santo Domingo, 15 SUPERFICIE: Librería A: 52,36 m2 Librería B: 57,82 m2 Librería C: 56,46 m2 6-LO 8: SITUACIÓN: Calle Costanilla, 1 SUPERFICIE: 49,75 m2 9-LO 9: SITUACIÓN: Calle Costanilla, 10 SUPERFICIE: 191,80 m2 Establecimientos en la Villa del Libro de Urueña. [78] ARGAYA 8-LO 10: SITUACIÓN: Calle Costanilla, 10 SUPERFICIE TOTAL: 154,20 m2 BENEFICIOS DEL PROYECTO Y SERVICIOS QUE INCLUYE Para el buen fin del proyecto y una mayor proyección del mismo, la Diputación de Valladolid tiene previstas, entre otras, las siguientes actuaciones: PRESUPUESTO DEL PROYECTO El presupuesto global de la Villa del Libro de Urueña asciende a 3.016.675 euros aportados por la Diputación de Valladolid que desde el año 2004, 2005 y 2006 ha invertido 2.051.156 euros, la Junta de Castilla y León que ha destinado al proyecto 450.000 euros, el Ministerio de Administraciones Públicas que ha destinado 464.363 euros y la Fundación Telefónica de España que ha destinado 51.156 euros a través de un convenio con la Diputación de Valladolid para la mejora de la infraestructura de Telecomunicaciones en la Villa del Libro de Urueña con el fin de mejorar la red de internet y dotar de línea ADSL a los inmuebles construidos al amparo del proyecto. Este presupuesto queda abierto a nuevas anualidades. Urueña. LAS LIBRERÍAS: SUS TITULARES Y PROYECTOS Boutique del Cuento TITULAR: Dña. Esperanza Rodríguez Cabezón ESPECIALIDADES: Libro Infantil. Facsímiles. Castilla y León. PROYECTOS CULTURALES : Concurso anual de Cuentos «Saturnino Calleja». Librería Alejandría TITULAR: D. Miguel Ángel Ortega Ruiz ESPECIALIDADES : Libro Viejo de Arte, Historia, Humanidades en general y Poesía. Coleccionismo. Contenido de la Villa del Libro – Campañas de promoción del proyecto. – Señalización. – Alojamiento en el sitio web o portal Villa del Libro de los establecimientos adjudicados, a fin de que puedan también vender, facilitar consultas y promocionar sus libros o materiales a través de Internet. – Disponibilidad de un almacén para libros y materiales relacionados. – Programación en la Villa del Libro y el eLEA de distintas actividades culturales que potencien la presencia de visitantes a lo largo del año, tales como congresos, investigación, presentaciones, conferencias, lecturas públicas, salones, ferias, exposiciones, talleres, etc. – Expectativas de bibliófilos, amantes de los libros y de sus campos sectoriales, así como de viajeros en general y, particularmente, de la franja del denominado turismo cultural. – Relaciones externas con la red mundial de villas del libro. Librería El 7 TITULAR: D. José Jiménez Alonso ESPECIALIDADES: Viejo taurino. Cartelería. Librería Almadí TITULAR: Dña. Pilar V. Algarra ESPECIALIDADES: Ediciones del Mediterráneo y del Oriente. Teatro Clásico y Contemporáneo. ARGAYA [79] El Centro e-LEA que cuenta con 1.296 m2 de superficie se destina a las áreas museística, pedagógica, de investigación y jardín, y la instalación de una Muestra titulada «Entre líneas. Una historia del libro», que inicia al visitante en los arcanos y voluptuosidades del libro y le aproxima a sus egregios hacedores, guiándole a través de sus correspondientes períodos históricos, utilizando modernas e interactivas herramientas informáticas, con los siguientes contenidos: PRÓLOGO. EL LIBRO EN LA MEMORIA 1. EL ALBA DEL LIBRO 1.1. El nacimiento de la escritura. 1.2. El libro mesopotámico. 2. EL LIBRO 2.1. La formalización del libro. El códex. 2.1.1. El nacimiento de un nuevo concepto librario. El códex. 2.1.2. El pergamino. 3. ARS ARTIFICIALITER 3.1. Arte y oficio de la imprenta. 3.1.1. El tipo móvil. 3.1.2. Johann Gensfleisch zum Gutenberg. Contenido de la Villa del Libro Indicación de las distintas librerías en Urueña. Alcuino Caligrafía TITULAR: Dña. Concepción García García ESPECIALIDADES: Caligrafía e Iluminación. Encargo de manuscritos y ex libris. Material básico de caligrafía. La Punta del Iceberg TITULAR: Dña. Rosa Arias Merino ESPECIALIDADES: Libros antiguos, viejos descatalogados. Audio Libros. Microediciones. Accesorios e instrumental. Lex Nova TITULAR: Dña. Montaña Benavides Agúndez ESPECIALIDADES: Ediciones Facsimilares de textos jurídicos. Librería Samuel TITULAR: D. Manuel Santiago Paul ESPECIALIDADES: Libro y Grabado antiguo. ARGAYA [80] 4. EL LIBRO INDUSTRIAL 4.1. Maquinismo y producción. EPÍLOGO INAUGURACIÓN Y PRIMERAS ACTIVIDADES CULTURALES La Villa del Libro fue solemnemente inaugurada, el 15 de marzo de 2007, a las 12:30 horas por los presidentes de Castilla y León y de la Diputación de Valladolid, D. Juan Vicente Herrera Campo y D. Ramiro F. Ruiz Medrano. El Centro e-LEA inició su andadura cultural con una excepcional exposición del poeta Antonio Colinas y el editor José Noriega sobre el poema libro Donde la luz llora luz y, con unas Jornadas, que tuvieron como protagonistas a los Premios Trayectoria Literaria de la Provincia de Valladolid, intituladas El Libro: Lecturas y Realidades, organizadas por la Fundación Jorge Guillén. 36 ARGAYA r e v i s t a d e c u l t u r a Edita Diputación de Valladolid. Editora Provincial Director J. Manuel Parrilla Coordinador Anastasio Fernández Sanjosé Redacción Consejo de Redacción Área de Bienestar Social Foto portada Villa del Libro de Urueña, Valladolid Imprime Gráficas Andrés Martín, s.l. Depósito legal VA. 523.–1989 PAZ ALTÉS MELGAR / MARÍA LUISA ÁLVAREZ JUARRANZ / JOSEMARÍA DE CAMPOS SETIÉN / ANTONIO COLINAS / ANTONIO CORRAL CASTANEDO / LUIS ALBERTO DE CUENCA / JOSÉ DELFÍN VAL / JOAQUÍN DÍAZ / JUSTINO DÍEZ / ANASTASIO FERNÁNDEZ SANJOSÉ / GODOFREDO GARABITO GREGORIO / JOSÉ MARÍA GIMÉNEZ RAMOS / FÉLIX ANTONIO GONZÁLEZ / ÁNGEL LASO BALLESTEROS / LUIS MIRAVALLES / ANTONIO PIEDRA