DÍA 20 DE MARZO DE 1833, SfiGUNDA ÉPOCA. NUMERO 116, . BOLETIIV DE H « . CIRUGÍA Y FARIHACU. PERIÓDICO OFICIAL I>£ L A S O C I E D A D MÉDIC/L G E N E R A L DE SOCORROS M U T U O S . ABVERTE.líCIA. — I-os s e ñ o r e s isnscrltores c a y o a b o n o c o n c l u y e e n fin d e l p r e s e n t e m e s , s e servlri&n renovarle con oportunidad, si no .quieren e s p e r l m e n t a r r e t r a s o é n e l r e c i b o d e l o s núiniieros s u c e s i v o s . A l o s d e Sladrid, s e l e s l l e v a r á e l r e c i b o á s u s casas. : PATÍTE OFICIAL, setrelaría g e n e r a l . - C L Í N I C A QUllíüIÍGICA de la Facultad de medicina de Santiago, por el Dr. D. José González Olivare^. — FAHIUCIA : estado de la farmania en Alemania. — CLASES MEDICAS. —Proyectos de reforma. — Variedad de opiniones sobreesté asunto. — VARIEDADES; charlatanismo de la prensa. _ NOVEPADES. - VACANTES. - FOLLETÍN. PASSTE OFICIAIi. S e c r e t a r i a g^encral. ANUNCIOS DE ADMISIÓN. —D. Juan Marsillahc y Pareza, natural de Barcelona, de 23 años de edad, de estado casado, prqfesor de medicina y cirugía, residente en Riiidecols, provincia de Tarragona.' , (3) —D. Benigno Alonso de Torres, natural de Salamanca , de 27 años de edad, de estado casado, profesor de medicina y cirugía, residfente en Miranda del Castañar, provincia de Salamanca. : (3) —D. Francisco Maria Vincuejra, natural de Saviñan, provincia de Zaragoza, de 33 años de edad, de estado casado, profesor de medicina y cirugía, residente en Valdelorres, provincia de Madrid. (3) —D. Salvador Labordeta Sánchez, natural de Talamaraes , provincia de Zaragoza , de 29 años de edad, de estado viudo, profesor de cirugía, residente en Torralba de Ribota , de la m'isma provincia. (1) —D. Juan Antonio Yebra y Almolda , natura! de Samper de Calanda, provincia de Teruel, de 32 años de edad , dé estado casado , profesor de cirugía, residente en Escatrou; provincia de Zaragoza. (1) —D. Juan José González Bachiller, natural de Avila, de 26 años de edad, de estado casado, profesor de medicina y cirugía, residente en El Tiemblo, déla misma provincia, correspondiente á la Comisión de Madrid. (I) Lo que se anuncia por término de Lreinta días, contados desde la fecha de esta publicación, según el art. 12 del Reglamento vigente, para que en el espresado plazo puedan los socios dirigir á la Central, por esta secretaria, las reclamaciones qué convengan sobre la aptitud de los interesados para el ingreso. I Madrid 17 de.marzo de 1853. — i«¿« Colodron, vicesecretario general. ANUNCIOS DE PENSIÓN. —D.' Maria de la Concepción Estovan, huérfana del socio D. Paulino Estevan, profesor de medicina, que residió en Zaragoza, solicita el goce de la peasiou á que se considera con derecho; remitiéndose el espediente por la Comisión provincial de Zaragoza á que corresponde. • El referido socio ingresó en la Sociedad en 16 de de febrero de 1838, y falleció en 15 de enero de 1853. —D.' María Milagros de la Concha , viuda del socio D. Antonio Blanco y Benitez, profesor de medicina y cirugía, que residió en el Puerto de Sania Maria, provinéia de Cádiz, solicita el goce de la pensión á que se considera con derecho. - El referido socio ingreso en la Sociedad en 17 de junio de 1843; se casó con la que solicita en 14 de enero de 1838 ,.y falleció en, 19 de febrero de 1855. Lo qué se anuncia por término de treinta dias, contados desde la fecha de esta publicación, según el art. 60 del Reglamento vigente, para que en el espresado plazo puedan los socios dirigir á la Central, por esta secretaria, las observaciones que convengan para la justa resolución de los espedientes. Madrid 17 de marzo de 1833. —Liíis Colodron, vicesecretario general. ocho en punto de la noche, se reunirá en la oficina general, calle de Sevilla, núm. 14, cuarto principal de la 2.* escalera, la Junta general de socios de este distrito, con objeto de darse cuenta de una proposición de la Central relativa á la rehabilitación ordinaria y estraordinaria de los mismos, y nombramiento de una comisión que ha de informar sobre ella, según la circular inserta en el Boletín último. Madrid 17 de marzo de 1855.—Gregorio Uriarte, secretario. ^ CARTAS FILOSÓFICAS SOBBB LA MEDICIM EN EL SIGLO XIX, POR BL DOCTOR P . V. ítEIVOVAR». OCTAVA CAETA. RESPUE.STA Á ALGIISAS OBJECIONES RELATIVAS k lA DOCTRINA EMPIHI-METÓDICA. Conclusión.—(I). %. IIt. — Segunda objeción. Si todas las teorías flsio-patológicas no son mas que hipótesis ilusorias , propias solamente para estraviar al práctico, es preciso escluirlas enteramente de la ciencia , como ficciones peligrosas ó por lo menos inútiles. Sin embargo, la esclusion absoluta de las teorías y del razonamiento parece (I) Véase el número anterior. TOMO IIl. . 1 - I „• I ., . III- — ,- i-.ii,—111.-^ ^.CLIMCAOümülieCA de la FACULTAD DE MEDICINA DE SANTIAGO , POR EL DR. D. JOSÉ GONZÁLEZ OLIVARES. CÁNCER. (CONTmUACIOX.) —(1). La esperiencia y la observación nos tiene manifestado que los procedimientos quirúrgicos que el arte posee para curar el cáncer se reducen á la ablación por el instrumento cortante y á la estirpacion por los cáusticos. E s tos dos medios dividen entre sí solos el campo de la terapéutica quirúrgica. Séanos, sin e m bargo, permitido decir que siempre que está en nuestra mano el elegir uno de ellos y que COMISIÓN PROVINCIAL DE MADRID. Él martes 22 del corriente , á las (1) Véanse los números 113 y 115. ' í?(£)aa2®asjo * — , - „ - , — • • -^— • ,- - ' ' ,,. ^ j a una cosa imposible; y de la cual no existe ejemplo sus medicaciones. Se los llama empíricos por antíen ningún tratado de medicina. De donde se sigue frasis , pues que todos poseen un fisio-patologísmo que una doctrina que se apoye sobre esta esclu- á su manera. sion , que haga de ella un precepto formal, reposa Queda establecido que no se trata apuí sino del sobre un imposible , es decir, sobre un error. empirismo ra7onado, metódico, tal cual lo profeTal es la objeción que se repite sin cesar, bajo saron algunos médicos -filósofos, de la antigua esmil formas, contra el empirismo: y con esto todos xuela de Alejandría , y tal, sobre todo, cual le he se consideran dispensados de estudiarle, de pro- espuesto en estas cartas. Ahora bien: yo pregunto fundizarle (1). Se le acusa de proscribir el razona- á todos los que tienen la menor noción de esta miento,, porque quiere reprimir su abuso; de des- doctrina. ¿Se escluye de él acaso el razonamieíito? echar todas tas teorías, porque quiere encerrarlas I No está fundado , por el contrarío , sobre razoen sus limites naturales. Tiempo es ya de hacer namientos muy especiosos, sí es que no muy justicia , de desvanecer esta preocupación,, nacida ciertos? i Qué he hecho yo mismo en todo el curso de la Ignorancia y de la irreflexión. de estas cartas, sino establecer principios de la mas Respuesta.—^e supone desde luego que cuando alta filosofía y deducir de ellos consecuencias? Que hablo del empirismo, no me ocupo del empirismo nuestros adversarios nieguen estos principios ó las de plazuelas , ni del que se ostenta en un gabi- consecuencias que de ellos hemos sacado, nada nete , ni del que ensalza sus grandes habilidades tiene de particular, están en su derecho; pero en anuncios, en prospectos; esos comerciantes de que nos acusen de proscribir el razonamiento, esto drogas, estos posesores de remedios secretos, de es inconcebible'; porque es negar la luz del sol, tratamientos específicos, que se designan ordina- es manifestar una ignorancia profunda de la historiamente bajo la denominación de empíricos, no ria de las doctrinas médicas. conocen del empirismo sino el nombre. Mas cuando En cuanto á la acusación de destruir las teorías se les trata de cerca , bien pronto se percibe que fisio-patológicas , si no es enteramente fundada, no omiten jamás el atraer la credulidad del público tiene por lo menos alguna apariencia de verdad. por medio de alguna teoría físio-patológíca , por la Sí, el empirismo proscribe la intrusión de esas teoque pretenden esplicar los maravillosos efectos de rías en la terapéutiea; sí, él declara esta intrusión perjudicial , ilegitima. En él hay un dogma fundamenta! cuya demostración he dado en mi cuarta (I) Brou^sais, en su examen de las doctrinas médicas, carta, de un modo que no puede dejar duda alno-cons.igra al de este sistema mas que (wi párrafo de a l guna á los lectores atentos. Pero el eiiiDirísmo ragunas linea».—Voyez chap. J!, page 33, edition de 1821. 12 • — 90 ]os ciíusticos puodeii ser apHeaWes , dañaos la , Aunque ios cánceres del labio son tan disprulerencia al ciíustico: sin embargo, en el tintos qué jamas sé presentan dos iguales , y 'cáncer (lo ios labios ninguno nos parece-tan por consiguiente cada enfermo exige modos pronto , oíica/; y seguro en sus resultados diferentes: en los cortes tiene este método la como la ablación. La movilidad dtd órgano, incalculable ventaja de acomodarse á todos por una parte, la dilicultad que ofrece el im- los casos. pedir que la abundancia de la saliva deslia el Bien sea que se estirpe la totalidad del lacáustico y cauterice mayor estension q;ie bio", desde una á otra comisura, y desde el la que debe circunscribir el mal no profundi- borde libre hasta el de la mandíbula, como se zando todo lo necesario, nos ha impulsado verificó én eí enfermo que ocupaba la cama siempre á seguir el método cortante. Solo en riúmero 11 de la sala do Santa Isabel, que dos casos, en (pe^dÓs^^epíertiMI repJjgWaí&H -déscribii'emós luego, ó que so separen los tres toda operación cruenta, nos decidimos a apli- quintos, los dos tercios, la mitad ó menos, la car el cauterio, permaneciendo al lado del diferencia está en la mayor ó menor estenenfermo todo-el tiempo que eonsid^ramos-ne- sion de iasincisiones quB han de separar todo cesario para egercer su acción cáustica en los el tegido alterado. Fijémonos en un caso de límites que nos habíamos trazado. cáncer que ocupe toda la estension del labio: Hemos dielio antes que procurábamos se- se hace una incisión curva que empiece en la parar muchos tegidos sanos y alejarnos bas- comisura derecha, pues esto es indiferente, tante de los límites del mal. En los cortes no la cual circunscribía por este lado la alteraadoptamos el método de incisiones rectas, re- ción hasta inmediatamente por debajo del borpresentando, según aconsejan la mayor parte de de la mandíbula inferior; otra igual le cirde los prácticos, la figura V: prescindiendo cunscribe en el lado opuesto y viene á unir-r de que en toda operación creemos mucho mas se con la estremidad inferior de la primera: ventajoso dar á las incisiones la figura curva otros corte» en el centro de estos dos separan que la recta, en el caso presente hay la ne- completamente todos los tegidos enfermos, sé cesidad de dar á la cicatriz una forma y di- legra el hueso si hubiere necesidad y se ligan rección que-se acomode á la de las fibras del algunos vasos que por su volumen ó por la orbicular para que no sufra tirantez en los escesiva cantidad de sangre quedan molestan continuos y variados movimientos del labio. para continuar la operación. Sinlevaritar maGuando el cáncer no ocupa mucha estension no, otra incisión curva, que empieza en uno en la dirección vertical, aunque la tenga en délos bordes de la herida que resultó déla la horizontal, damos la preferencia al método ablación de los tegidos enfermos , y que tammodificado de Richerand : sacrificamos , en bién es indiferente que sea al lado derecho ó esta ocasión, el buen parecer á la seguridad, al izquierdo , camina inmediatamente por dey-con tanta mas razón, cuanto que la época bajo del borde de la mandíbula inferior y sien que este mal aparece es aquella de la vida gue la dirección de la rama de este hueso en que el hombre y la muger tienen menos hasta su ángulo, ó se queda antes, ó se conpretensiones de agradar. Decíamos que no nos tinúa mas según que lo requiera la porción atenemos estrictamente al método del |iutor de tegidos que sea necesario suplir. Dado este .citado, no nos hacemos la ilusión de que ef corte se desprende toda la porción que cirlabio crece ; es este un error que nos cuesta cunscribió de sus ataduras á la rama de lá trabajo creer hubiera podido incurrir en ^él mandíbula , dejando esta completamente al un práctico tan distinguido , pues solamente descubierto y se corta toda la membrana niupuede padecerlo el que jamás hubiera visto cosa hasta por detrás de la tei-cera muela: Este colgajo tiene anchura, longitud y grouna operación de esta clase. sor igual al labio qne se ha separado. í^os buSiendo el mal de tanta estension que exijj cinadores , los cigomáticos y algunas fibras la ablación de una mitad á lo sumo, el rnétoda del orbicular le dan un movimiento tan marautoplástico suple con primor los tegidos es- cado que se le ve levantar cuándo se le deja tii'pados sin que se aumenten los sufrimientos caido por delante del cuello: aunque se corte del enfermo. El método operatorio que me la maxilar esterna tiene el contingente de vapertenece, y que después de algunos a"ños jamás ha desmentido su escelencia y la superio- j sos necesario para sostener en él la vida. Sin ridad que debe gozar sobre todos los conoci- la menor violencia se le conduce á la comidos hasta el dia , por la sencillez, facilidad r sura opuesti ó al sitio que ésta ocupaba: jalos'felices resultados que con él se obtienen. mas se gangrenó , porqiíe: reúne todas las cional, o el empiri-metodjsmo , de ninguna manera esoluye las,teoriasrfisiológicas y patológicas de su douiinjo natural; es decir", de la fisiología y de la patología. Estoy lejos de participar de la opinión de Laennec, que trataba estas creaciones del genio de vanos pasatiempos de la imaginación. Los considero , por mi parte, como invenciones etninenlemeiite útiles, como auxiliares indispensables del entendimiento humano. Las teorías fisio-patológicas no lian sido perjudiciales en medicina, sino por el abuso que de ellas han hecho los dograalistas, trasportándolas del dominio de la fisiología y de la patología al de la terapéutica. Algunos ejemp'os nos van a mstruíi sobre el uso de las teorías en las ciencias;, y sobre el perjuicio de su escesiva estension. Primer ejemplo. Una manzana se desprende espontáneamente de su rama y cae al suelo. Un péndulo , desviado de la Iniea vertical, oscila por espacio de eierto tiempo. Los planetas describen .alrededor del sol ecUpses cuyo foco es este astro. He aquí hechos que parecen no tener entre si nin.guna relación , que, asi aislados, no dejan en la menaoria sino una huella fugitiva. Pero un hombre de genio concibo la feliz idea de referir estos fenómenos á una causa única : supone que la.manzana ha descendido hacia la tierra, movida poruña fuerza invisible que él llama atracción: que el péndulo se mueve bajo la misma; influencia : que los planetas .son retenidos en sus órbitas por una fuerza enteramente igual. Se emprenden observaciones, espe- cimentes, cálculos sin número, para probar esta ; hipótesis: todo parece confirmarla, todos.se doljle-? gan á esta interpretación. Entonces: llaman la atención de los sabios una multitud de fenómenos que aníes pasaban desapercibidos porque no,tenían entre SI ninguna conexión ; se graban en su memoria por medio de ese lazo artificial, y constiluyen una de las mas bellas conquistas de la ciencia. Mas , sí, abandonando el dominio de la física.general, qué-, remos lleveír la teoría de la atracción á la química;', si pretendemos csplicar por ella las afinidades elementales , entramos en el caos , abusamos de la: hipótesis. En efecto, la teoría de Newton no supone dilerencia alguna entre las partículas materiales; mientras que las afinidades químicas están basadas; precisamente sobre estas diferencias. Segundo ejemplo. La hipótesis de un agente interior llamado principio vifal, ó mejor fuerza vital, que, dotado de un instinto admirable y no de conciencia , da impulsión á todos los movimientos del cuerpo organizado, los dirige hacía un fin, según un pian muy ingeniosamente combinado: esta hipótesis , emitida por Hipócrates, exagerada por Van-Helmont, colocada en sus verdaderos términos y elevada casi al estado de verdad demostrada por los modernos , es, sin contradicción, una de las mas bellas creaciones de la ciencia fisiológica; sin ella permanecerían. incomprensibles, y sin lazo alguno entre sí, una infinidad de fenómenos de la economía viviente. .Mas si se quiere introducir esta teoría en la te- condiciones que deben tener los colgajos su-^ pletorios. Colocado en el punto qué sé le destina; resulta en la parte anterior y algo lateral del cuello una pérdida de sustancia que se repara fCon,prontitud , facilidad y sin-ningún compromiso. Para esto se hace una incisión perpendicular á la longitud del cuello, la cual empieza dohíié concluyeron las dos primeras, y se prolonga hasta el cartílago cricoides ó mas abajo si hubiere necesidad : con este corte queda circunscrito un colgajo triangular cu ya^hásée^ladtlléjie lio , y su punta se la lleva á unirse al mentón, donde se acomoda exactamente al espacio triangular que resulta de la unión, en este sitio, del colgajo lateral con el borde opuesto de la herida primera. El cuello tiene tegumento sobrante y es muy fácil poner cu contacto sin esfuerzo los labios de la herida que se hizo para separar el segundo colgajo. El primero se mantiene unido por medio de [¡untos de sutura entortillada, y el segundo se une al borde inferior del [)ritncro con puntos de sutura entrecortada. Colocados de esta manera ambos colgajos, no sufren tirantez ni queda deformidad. Se cubre todo con un parcho |)erforado de cer.ato, interponiendo una porción de esto entre el nuevo labio y el arco dentario , se colocan encima planchuelas secas, una compresa hendida, y se contiene este aposito con una fronr da poco apretada. A las 48 horas se levanta el aposito , se quitan todos los alfileres , se dejan loS puntos de sutura entrecortada y se aplica el mismo aposito y vendaje, que se remuda todas las 24 horas , y en algunos casos dos veces al dia, cortando en cada cura sucesiva loa puntos de sutura que se hablan dejado el primer dia, según que adelante la cicatrización : generalmente quedan ya cortados hacía el quinto ó sesta dia. La curación siempre ha sido rápida y sin deformidad. No usamos de las tiras emplásticas : hemos dicho ya que tiene razori Mr. Sauson en decir que el diaquilon gomado irrítala herida y dispone á las erisipelas traumáticas.; Por el mismo motivo se deja el vendaje flojo; en algunos casos, y particular-i mente en él Citado número 11, se desarrolló una erisipela que el mismo enfermo hizo notar al alumno, que se la hacia producir la dema-r siada compresión del vendaje. Desde este dia S3 le contuvo el aposito con un pañuelo triangular, y esto fué bastante para que desapareciese la erisipela. Para hacer bien patente este efecto de la compresión del vendaje se le volvió ^colocar la fronda del mismo modo rapéutica, se llega lógicamente, áf.la negación del arte de curar; se reduce el papel del médico á una pura contemplación de la muerte, como decja Asclepi'ades á los hipocratístas de su tiempo. Sí, por el contrario, se quiere que el médico pueda intervenir alguna .vez activamente-eq las ; enfermedades ,' es forzoso ponerse en'CotitrádiCcion consigo mismo, como Stahl, Barthez y otros (1). Tercer ejemplo. Pinel había colocado las fiebres intermitentes de tipo tercianario en el órtferi'de las fiebres biliosas,; que él Jlamaba también meningo-gástrícas ; las de tipo cptidí.apo ó. cuartanario en el órd-en de las píiuítosas, que llamaba adenomeníngeas; en fin, las-intermitentes y remitentes perniciosas estaban clasificadas por él en el orden de las atáxicas. En cuanto á las hemorragias , á las neuroses y otras afecciones periódicas las, había diseminado en diversas secciones. Broussais' refiere todas estas formas mórbidas á las flogosis, y en particular á la gastritis. Sin embargo, el uno y el otro no titubeaban en combatir todas estas afecciones por las sales de quinina,.en contradicción con sus teorías patológicas; mas por no renunciar á ellas, calificaban esta medicación benéfica de irracional, i Ah ! perdón, mis ilustres maestros; no es la indicación la que en este caso era irracional; sois vosotros mismos que no tenéis lógica, pretendiendo unir la enfermedad al remedio por el lazo de la inducción; mientras que no (I) Véase nuestra tercera caru, §. II; y nuestra Histoire de la medicine, tome l i , pág. 414. —-gf: ~ ol inferior; dándose con un poco de sebo se le curaban: jamás habia tenido enfermedad, ni heredara disposición á ninguna, y meses antes de su entrada en el hospital sintió un dolor agudo en la articulación tibio-tarsiana, de carácter reumático, que se presentaba y desaparocia en los cambios atmosféricos. Dos meses después, tres, antes de su entrada en la clínica, en el sitio en que solía presentarse inia grieta, se formó un tumorcito duro que no le daba mas incomodidad que un ligero Iiormigiico; mes y medio permaneció estacionario, al cabo do cuyo tiempo empezó á crecer, y en poco mas do un m(>s adquirió el lamaño de un garbanzo. Sin inílamacion alguna adyacente, asentaba sobre una base dura, la parte masestcrior estaba ulcerada y el resto era do una superficie áspera y resquebrajaba; dolores lancinantes á largos intervalos, líntró Redúcense á dos los métodos generales.para en el hosiiital el dia 7 de fehriíro, y el i.° la ablación de los cánceres del labio inferior. de marzo se hizo la estirpacion, circunscriCuando el cáncer ó el cancroides, que yo ios biéndole entre dos incisiones en forma de Y'. creo prácticamente hablando una misma cosa, Se pusieron en contacto los bordes , sujetánes muy limitado, ocupa muy poca superficie, dolos con la sutura ensortijada. Al tercer una incisión curva, cuya concavidad corres- dia, según costumbre, se quitaron los alfileponda al borde libre del labio, circunscribe y res, auxiliando la unión con las suturas de separa toda la parte alterada. No se ponoii diaquilon y la fronda. A pesar de estas prelos bordes en contacto, la cicatrización se eje- cauciones, al quinto dia se separáronlos borcuta por la segunda intención. De este modo des y fué preciso dejarlos cicatrizar con algi.se tarda algo mas, pero el éxito es mas segu-. na desunión, quedando al enfermo una ligera roy la recidiva es menos probable ó por lo me- imperfección en el bordo libre del labio. nos tarda mas tiempo en verificarse, fin tales casos, si el enfermo repugna la acción del insEn el número 20 de la misma enfermería se trumento cortante, puede tratársele con los colocó el dia ." de junio del año pasado, Telipe cáusticos; entre ellos, jo siempre lio preferido Vázquez, del partido judicial de Betanzos, de la pasta arsenical de F r . Cosme, otras veces •5.J años de edad, de oficio carpintero, de muy la de cloruro de zinc, llamadadeCangoin, una buena constitución, de morijeradas costumvez solamente la pasta deViena. lüste cáus- bres; ha gozado siempre de buena salud y sus tico tiene graves inconvenientes : la pasta se padres no padecieron cánceres. Sin causa cocorre con facilidad y casi siempre se forma iii- nocida se le presentó en el borde libro del lamodiatamente |)or debajo de ella una capa de bio una vejigiiita que se rompió por sí sola, sangre negra, coagulable , sumamente albu- hace cinco años: repetidas veces la cauterizó minosa, la cual se interpone entre el cáusti- con el sulfato, sin que por e>o la úlcera cicaco y la parte afecta, é impide la acción del trizase, ni aumentara de dimensiones hasta cáustico. Mas de una voz be tenido que re- pasados cuatro. En el curso del quinto año novar las ca¡)as unas detrás de otras y en días adquirió toda la ostensión que tenia á su endiferentes, sin conseguir (jiic llegara ¡a caute- trada en la clínica. La úlcera ocupaba ¡os dos rización hasta donde era necesario, por lo que tercios do la estension del labio , elevándose fué preciso valemos de otro cáustico de los en el centro sobre un tumor duro del tamaño mencionado;, f.os casos siguientes patentizan de una pequeña nuez: desde entonces desapala verdad de lo que dejamos espuesto. recieron los dolores lancinantes, <juo se repe.Tusé Novo, del lugar do Cabanela, partido tían con mas frecuencia por las noches y en judicial do Noya, provincia de la Coruña, de los días húmedos y fríos que en otras é¡)ocas. 62 años de edaii, labraílor, constitución fuerte El dia íj de junio se hizo la ablación del y robusta, nunca fumó ni habia hecho uso de luinor circunscribiéndole con una incisión los licores y vinos. En los cambios atmosféri- curva , según el método general (jue indicacos se le agrietaban los labios, especialmente mos. Se desprendió la membrana mucosa, y .se la hizo montar por sobre el borde del la-i bio, sujetándola á la piel con doce puntos do sutura entrecortada formando el bordo libro del labio. El 18 del mismo mes, doce dias des-puesde la operación, el enfermo salió completamente curado y sin deformidad. El núin. 19 lo ocupaba Lorenzo Paz, natural dolos baños tpineralcs de Cuntís, de 35 años de edad, conslitucion robusta, de muy buenas costumbres, fumaba alguna vez, de conducta a r reglada; ninguno de sus mayores ha padecido afecciones cancerosas. Sin causa conocida, empezó asentir un dolor quemante en la mitad izquierda (lul bordo libre del labio inferior, p r e cursor de una exulceracion , la cual se cubría de una costra áspera y resquebrajada, que so renovaba cayenilo espontáneamente ó con el roce. A pesar do haber usado diferentes medios, entro ellos los caterclicos, la ulcerita no se eautorizó , con lentitud adelantó hasta comprender la cuarta parte de la estension del borde libre del labio. El dolor quemante del' prÍHCi¡)io so habia hecho lancinante, y el mal no solo incomodaba mucho al enfermo , sino que su rebeldía le puso en cuidado. El 15 de marzo entró en la clínica, y el 18 se hizo la ablación de la parte afectada, circunscribiéndola con una incisión serni-elíptica. Se disecó cuidadosamente la mucosa; se subió sobre el borde libro del labio en la estension en que se habia cortado; se la sujetó á la piel con ocho puntos de sutura y solo con la fronda y p a r che de cerato, y el enfermo salió completamente curado á los 13 dias de la operación. se puede unirlos sino por la observación y la esperiencia. Cuarto ejemplo. La inflamación, en latín inflanimatio, en, griego flegmasía ófiof/ósis, es un objeto que no ha escitado menos discusiones entre los médicos , que la presencia real i la gracia suficiente entre los teólogos ; con la diferencia, sin embargo , de que las disputas de los hijos de Esculapio no han encendido hogueras ni.persecuciones. Por lo demás, no han sido ni menos vivas, ni menos pertinaces; y aun en el dia estamos tan lejos de entendernos, que al paso que-ciertos autores niegan Ja existencia de la flogosis, otros ven este modo de iesion en toda la patología. La verdad, para nosotros, no está en ninguna de estas opiniones estremas. . . Kn efecto, si nos remontamos al origen de la ciencia, vemos que las vocesflegmasía,flogosis,inflamación, han sido empleadas á causa de la semejanza que se ha creído notar entre los efectos de estaenfermedad y los del calórico. Pues hé aquí to que se observa en este último caso: si una parte, cualquiera, de nuestro cuerpo se halla espuesla á una distancia moderada de un foco incandescente, esperimentamos al principio lin calor suave. Bien pronto esta sensación se hace incómoda, y la parte empieza á ponerse encarnada. Después el calor produce dolor, escoíor; la coloración adquiere un rojo mas su-; biiio; hay tumefacción. Mas taidé, la piel se .cubre de flictenas ó ampollas.llenas de serosidad; el tegido celular subcutáneo siente la acción del caló- del análisis fisico-química, de las disecciones, etc.se ha podido establecer, eri alguna manera , una escalado gíadacion fenomenal desde la simple irritación, hasta la flegmasía confirmada. Se ha.visto el calibre de los "vasos capilares estrecharse al principio bajó la influencia de los irritantes físicos ó químicos, y dilatarse después; disminuir el movimiento de los líquidos en estos mismos vasos, después de una aceleración momentánea, y detenerse luego completamente. Se ha visto trasudar el suero de la sangre al través de las paredes vasculares, arras- ' trando consigo la materia colorante dísuelta; se ha visto.deformarse los glóbulos sanguíneos. Se ha asistido, por decirloasí, ala generación delpus, etc., etc. Mas cuándo se ha querido pasar de esta patogéínia ala terapéutica, se ha conocido que los hechos de que se ocupan estas dos ramas de la ciencia médica, no .están unidos 'entre si por ningún lazo racional,; perceptible á 'nuestro entendimiento. Se ha adquirido ia convicción de que el conocimiento mas •exacto, el.más profundo de una serie de fenómenos patológicos, no podía sugerir directamente la indicación del remedio mas conveniente , mas "eficaz; no podía reemplazar, en una palabra , la esperimenta-. ;cion terapéutica. Los observadores mas hálales no 'vacilan en hacer esta confesión .cuando no se hallan obcecados por alguna teoría preexistente: .Desgraxíiadamente no sé puede aun , dice Mr.Lebert, construir la terapéutica sobre las bases- de la medicina científica; y con la mejor voluntad del mundo no puede considerarse la mayor parte de su^ que la tenia el dia que se presentó este accidente, la erisipela apareció por segunda vez; se volvió á quitar toda compresión , cesando la enfermedad definitivamente , porque con este convencimiento no se le puso otro vendaje que el pañuelo triangular. Por lo que ha sucedido en este enfermo no pretendo sostener que el pañuelo triangular tenga ventajas isobre la fronda : estamos muy distantes de creerlo asi. El pañuelo no contiene con exactitud las piezas de aposito , ni contribuye á sostener en contacto los labios de la herida, circunstancia indispensable, sobre todo después que stí quitan los alfileres. La fronda sin estar apretada no solo llena estas condiciones, sino que impiílc los movimioiilos de la mandíbula, no la puedo quitar el cnferirto y estíín las partes mas abrigadas. rico. E-n fln, la iñortiflcacióñ invade las capas superficiales de nuestros legidos y se estíende sucesivamente á las mas profundas. Has si la'acción del calórico cesa antes de querhaya determinado la mortificación, entonces la'parte atacada vuelve á su estado normal, con supuración- ó sin ella, con pérdida de sustancia ó sin ella, según el'grado de la quemadura. ' • Tal es, en resumen, y omitiendo muchos detalles !a succesion de los fenómeno.s producidos por la acción del calórico esterior sobre una parte cualquiera dé nuestro cuerpo. Asi, pues, como otras muchas causas, internas ó esternas, pueden provocar en el Oí'ganísnio esta misma serie de fenómenos, se ha dado prim:tivamente,el nombre de iiiflamacíon á la reunión de tres ó cuatro de los síntomas siguientes: calor, riibicundez. dolor, tumefacción. Se han eriiitido una (nultitud de teorías sobre el fenómeno inicial y sobre el modo de generación de la serie fenomenal ilamada inflamatoria; y los autores ó partidarios de estas teorías, tienen todos la pretensión de basar sobre cada una de ellas, un tratamiento antiflogístico;:lo que hace que este haya, sufrido tantas variaciones. En fin, en éstos últimos tiempos so han emprendido considerables investigaciones, se han-hechó'observaciones y esperimentos de una paciencia y delicadeza superiores á todo elogio, para apreciar -las trasformaciones intimas, moleculares que los tegidós y los líquidos vivientes esperimentan en su paso del estado normal al estado flegmásieo. Con ayuda del microscopio, D, } . L., comerciante, de muy buena fortuna, eminentemente nervioso, estatura alta, hipocondriaco, fumador, habia padecido síntomas venéreos, primarios y secundarios, loa ([lie combatiera con los mercuriales interior y esteriormente; p.idecia una erupción herpética en todo el sitio que ocupa la barba, que tenia muy poblada, fuerte y negra. En el borde libre del labio se le presentó una ulcerita que combatió metódicamente sin conseguir el menor alivio; continuó creciendo, y á los seis meses tenia el tamaño de un real de plata; su fondo d u r o , perfectamente circular, de color oscuro, negruzca; dolores lancinantes repetidos con frecuencia. Los síntomas y el cursó de la úlcera nos hicieron creer que su carácter era canceroso. .Aconsejamos la cstirpacion, poro no accediemlo el enfermo por el esjianto que le causaba el bisturí, fué ()rec¡so cauterizarlo y preferimos la pasta de Viena; después que se cayó la ¡irimera escara, la s u perficie que resaltó no tenia las condiciones 92 - Al farmacéutico no le es permitido esUiblecer el médico: no hay, como en los industriales ordinarios, precio de sus medicamentos á un gradó inferior al la posibilidad de chalanear (permilase la éspresion) que marca la tarifa. La ley rio jo admite una vez fi- susproductos, de obligar al consumo de los medijada por la farmacópeala composición de cada medi- camentos bbjo la apariencia de un buen negocio, camento y él modo do prepararle; aún cuando ella ha y compensar con un gran despacho el beneficio consignado el valor de la sustancia medicamentosa nimio qUe de él resultase. (Se eontinuará.) ; Se concibeque el mejor mercado de únatela au* que debe llevar el farmacéutico por remuneración razonable de su trabajo, el que pueda este vender- menta elconsumo, y que esto sea una razón para los á un precio mas ínfimo del que marca la tarifa: aplicarla á mayor número de usos y de individuos; TA'B.mAClA. mas no se lo prohibe aquella (la ley), la beneficencia pero el mejor mercado de un medicamento jamás y la caridad; pero exíjequeen.el ejercicio de su pro- será un atractivo suficiente para que se haga de él fesión no cometa acto que induzca sospecha, y que mas consumo qiie el puramente necesario. Aún ESTADO DE LA FABÍIACIA EN ALEMANIA. no eslablezea ninguna disminución en el valor, pues cuando los ínedicamenlós mas heroicos se ofrecie(Continuación.)—(1),' ^ él resultado inevitable y definitivo seria la mala ó sen casi graluitamehle, no se consumiría ni ah'espor lo menos la deteriorada calidad dé los medi- crúpulo mas ni menos. Por otra parte, el farmade ié tanfa de los medicamentos. '• céutico no tiene el derecho de vender sus produccamenlos. tos al primer recien llegado que se le presente di El número fijo de oficinas de farmacia implica Semejante tarifa, que existe también en oirás por necesidad que se fijé el precio ó valor legalde naciones (1), parecerá á buen seguro exorbilantey comprarlos, ni aun puede espenderlos sin la preslos raedicameulos, el que se establece y regular- monstruosa para las ideas que los franceses leñe- cripción correspondiente del médico; es decir, en menle se revisa lodos los años por una comisión mos sobre la libre concurrencia en materia de in-r el caso de absoluta necesidad. nombrada adtóc por el gobierno. Si alguna droga Es imposible ver la menor analogía entre las y de comercio. Pero si se examina la cuesimpórtame sufre en su precio variaciones nota- duslria obligaciones impuestas á la farmacia y las cóndí-: cion. fuera del principio de libertad que domina bles, la comisión la fija de nuevo , a.sl como los me- en nuestra legislación, comériJÍal; si se.trata, sin cionescón que se ejerce cualquier industria ordidicamentos preparados con ella: semejantes varia- prevención alguna, de examinarla esclusivamenle naria: nada hay qué pueda motivarla aplicación de ciones se publican por el gobierno, quien está bajo el punto de vista práctico y de interés públi- los mismos principios. ; • también obligado á su vez á trasmitir á la comisión co, fácil será convencerse qUe el sistema de liberNosotros no fiemos examinado la libre concurlos precios corrientes de las droguerías, los de las tad restringida, adoptado en Alemania para la ven- rencia sino por la parle mas favorable : pero pre.^ fábricas de pi'oductos quim"icc)s, y lodos los ele- la de los medicamentos, es preferible á la libertad senla también cierlos inconveníenles que le son mentos que pueden y deben: servir de base á la que reina én otros países: efectivamente, inherentes. Nadie pontlrá en duda que la depreciatarifa-fí),' y los farmacéuticos se hallan obligados á abs^aluU: libre concurrencia, tal como se practica en el ción de los valores óo sea consecuencia ineviconformarse estrictamente con lo que estamarque, la en general, de ningún modo es aplicable table de la concurrencia, y; que ella no arrastre cuya obligaqion en lo general la llenan con fideli- ácomercio la farmacia, no puede producir, cuando llega á forzosañiente una baja én la cualidad de los prodad; ademas de que seria muy fácil comprobar introducirse, ductos : causa la mas eficaz de todos los fraudes y sino resultados desaslrosos. cualquier error ó equivocación que hubiese, loila de lodos los malos productos de que el farmacéuvez que el farmacéutico, estando obligado % inscriLas ventajas que se atribuye á la concurrencia tico honrado y.de buena f& se está quejando á cabir de una manera clara, terñíiuante y auténtica tíl en materia de industria y de comercio, son el me- da instante y con razón. Estos fraudes; culpables precio del medicamento ai pié dé la receta (3);'es- jor y mas abundante mercado, asi como la perfec- bajo el punto de vista de la probidad , es verdad cribiriá'Sü propia condena. En el casó de que el far- ción en los productos. Pero la posibilidad de dar á que no tienen siempre una grande importancia pa« macéutico se; equivocare en beneficio suyo, se halla mejor mercado que susconcurrentes, cuando aquel ra el comprador cuando versan sobre legidos ú obligado ásatisfacer una suma que está en relación no existe, cpmq sucede con frecuencia, el reisul- otros artísticos eii general: lodo se redoce á una con la, cuota de la equivocación.. Esta especie (le tado del fraude ó déla falsificación, necesariameale diferencia en la duración del objeto ó én su valor malla varia en los diferentes Estados: pero siempre supone la comjileta libertad de disponer de sus ÍHiríhseco; diferencia que puede ser compensada es tanto mas fuerte, xuantó mas considerable,es el medios de'fabricación, de pódér emplear tal mate- en lodo ó en parte por el mas ó menos despacho. error; Mas ektaá mullas casi siempre son muy ra^ ria que se juzgare conveniente, y tal procedimiento Pero cuando el fraude alcanza á las sustancias aliras, pues'sé deja comprender fácilmente el interés que se le creerá mas económico: • • menticias y especialmente á los medicamentos, en, iiinienso que tiéneel facultativo de no' faltar á sas los que es tan iacil practicarle como dificil el reco-^ Ninguno de estos elementos, esto es, de una deberes a-la vista de una comprobación tan fácil y concurrencia racional y honrada existen para la nocerle; entonces toijia tal carácter de gravedad é de una represión que pudiera llegar hasta hacerle ciencia farmacéutica: la composición de los medi- importancia, que no permite adinítir ninguna comperder la concesión para tener botica. camentos está reglada por el Godex ó por la; Far- pensación cualquiera que ella sea: la administramacopea: el farmacéutico debe conformarse á éi, ción debe poner lodos los medios posibles para (f) Véanse l o s . n u m e r o s H 3 , H 4 y ,M5.; no solo para la calidad, número y cantidad de las evitarle. • (3; -La tarifa-comtiréBde'no solo el precio de tos medisuslancias que emplea, sino también para el modo camentos simples, sino el de los compuesios corrías maLas cuestiones dé industria y comercio son eú de prepararlas. Es, pues, materialmente imposible iiípul.-iciones que á ellos dáñ orige.n: la tarifa prusiana de que hablamos no se baila adoptada en toda la Alemania, que realice en su elaboración ninguna econo- définiliva cuestiones de dinero: "pero las que versan yaria en cada Estado como sucede,con la farmacopea, y mía lícita y beneficiosa al mismo tiempo. Esta ne- sobre los medicamentos, son sobre lodo cuestiones muchas veces aun en localidades muj inmediatas. Estas dimédicas que interesan al público mas que por el ferenciasen elpfecioyen-lacoinposicionde los medies— cesidad de conformarse al Codex, que escluye mentes han llamado, laatencióná los farmacéuticos alematoda idea de cambio, escluye también toda idea de dinero, por su salud y hasta por su existencia. nes en estos últimos tiempos. En un congreso farmacéutico La legislación prusiana, subordinando en el ejermejora y de perfección de la que el farmacéutico celebrado en Francfort él 23 de setiembre de 1832, al que cicio de la farmacia la cuestión comercial á la estaban convocados todos los farmacéuticos de Alemariia, pudiera prevalerse para su cliente: la perfección se trató como una cuestión de suma,importancia, de geslio-^ para él en la práctica de su arte, es conformarse cuestión médica, evitando la concurrencia hasta el ñar con los diferentes gobiernos que aquella comprende á exactamente ál Codex: es cumplir sin limitación y eslremo, que produce inevitablemente la mala cafin do que se establezca una tarifa y: una farmacopea idéncon una exaplilud absoluta las prescripciones del lidad de los medicamentos y estipulando el precio ticas y uniformes para toda la Alemania. de las drogas para el enfermo que no conoce • (3) Bn muchasde las boticas de está corte se llena esla formalidad, importante y necesaria en machos casos., (I) En Espafia. . ; , su valor ,, ni cualidad, sirve con mas utilidad los para ana buena Gicatrizacion.- Se volvió á aplicar la pasta dé Vipna,y coilesta segunda cauterización bastó para que mejorase -y curase completamente, sin que despueá de cuatro años tenga el menor síntoma de reproducción. preceptos sino como el resultado del empirismo (1). aesplicar esta, ni la clase de modificación queespe'_ Contal ocasión, haré observar, sobre este pasaje rimenta... La inapetencia se cura unas veces con el que desde hoy, la,terapéutica está constituida cien- agua, otras con el vino; otras purgándose ó ayunantificamente,, no sobre la;flsiológia.p'atológica, según do; otras comiendo alimentos mas copiosos ó masesél voto de Mr. Hébert.sino sobre otra base mas fir- citantes que de ordinario , etc. ¿Qué hacer pues? Si me, mas amplia,, la única sobre la que pueden apo- no se quiere razonar ó formar teoría para conocer á yarse sus precepto?, á saber: la . esperiencia ó em- cual de éstos medios se debe recurrir, no resta mas pirismo razonado, llamado de otra manera, erapiris- que ensayar sucesivamente los unos y ios otros (1).» Esta objeción me parece de tan poco valor, que no mo-metodismb. No hayuna sola regla de la terapéutica que pueda justificarse dé otro modo que por los la hubiera éspuesto sino emanase de un honabre que ha ejercido una influencia incontestable sobre la -resultados de su e.sperimentacion. Se.ha citado como, un ejemplo de terapéutica racional el aproximar las medicina contemporánea; pero el nombre de Brouspartes divididas. Ola, bien ! este precepto no es ui sais me impone la obligación de no pasarla complemas ni menos racional que el de dar .quina-aun indi- tamente en silencio. Sin embargo, seré corto e,n mi viduo atacado de fiebre intemiténte. ¿Porqué se ;refutación, porque no quiero aprovecharme de todas aconseja aproximar las partes divididas?—. Porque las ventajas que me ofrece la debilidad del a;aque. se sabepúr la observación que, en ciertos casos, las Respuesta.— Decís que la inapetencia se cura unas partes divididas soa,susceptibles de reunirse. Mas veces con el agua, otras con el vino, etc., etc. Vo también hay casos desgraciadamente muy numero- pregunto; ¿cómo habéis aprendido que esta afección, sos, que solo Ja observación nos hace conocer,,en los, ó.si queréis, este síntoma, podría tratarse por mecuales las partes divididas no pueden ya reunirse. dios tan diversos y aun tan opuestos? ¿No es por En estos casos, pregunto yo, i el precepto de aproxi- la observación, y. solamente por, la observación? mación será todavía racional?—No, ciertamente;; ¿Qué teoriafisio-patológica-hubiera podido siigerir la idea de una variedad tan grande da tratamientos porquela esperiencia lo reprueba; , aplicados á una enfermedad , siempre la misma en apariencia? — Ninguna; la observación clínica úni$.W. — Tercera objeción. camente ha podido daros esta noción. . Añadís: «si no, se quiere razonar ó formar teoria . «El empirismo, dice: Broussais, consiste en hallarr un remedio apropiado á la enfermedad,, sin meterse para conocer á cuál de estos medios se debe recurrir, .(I) Physiol.palhol, tome I, page Í06, París, 1845. . (i) Déla irritation et de la folie; page 56. no resta mas que ensayar sucesivamente los unos y los otros." Dejo aun lado la acusación trivial de no razonar, dirigida á los sectarios :del empirismo; acusación indigna de Broussais, que sabia muy bien que los empiristas de ninguna manera se privan de razonar: acusación que ha sido ya reducida á su justo valor; es decir, á la nada. Voy á la conclusión final de que habrá necesidad de ensayar todos los medicamentos sucesivamente, sino se.tiene por guía una teoria fisio-patológica; y respondo: sí, ciertamente; será preciso ensayar todas las medicaciones si, á ejemplo de ciertos reformadores, no se tienen en cuenta para nada las observaciones, de nuestros antecesores; si se pretende renovar la. ciencia desde sus cimientos hasta su fin; pero jamás ha sido tal la pretensión de los empirí-metodistas, y los primeros médicos de la escuela de Alejandría que tomaron el titulo de empiristas, nos han déjalo reglas muy sabias para discernir el grado de confianza que se debe concederá las observaciones de otro; lo que prueba que ellos no las desdeñan en su práctica. Así, pues, bajo cualquier punto de vista que se considere la terapéutica , en las generalidades como en los, detalles, siempre ven todas partes la inducción debe de estar subordinada á la esperiencia; las reglas de tratamiento deben haber recibido la sanción de la esperimentacion clínica, antes de obtener derecho.de domicilio en la ciencia. (Se continuará.) -.- 93 — verdaderos intereses del público que si ella le hubiera abandonado sobre la fe que puede dar el principio de iibcrlad y la libre esiilol.acion de los industriales. Apáralo de las oficinas de farmacia. Se estarla mny distante de la verdad si se digera que el régimen a que está sometida la farmacia en Alemania, debe dar porresulladod>;bilitar la emulación entre aíjuellos farmacéuticos c introducir la negligencia en los estudios y el abandono en el aparato de las ollcinas. IJajo el aspecto practico, dificd es formar una idea, sin haberlo visto, del orden, de la calma y del recogimiento que hay en una botica alemana. Es verdad que no se \é ál eslerior ese lujo de decoraciones {[ue en otros países llama la atención de los curiosos y paseanics: una sencilla inscripCÍDU, algnnas veces un emblema colocado encima de la puerta de entrada, apenas es bastante para hacer distinguir la oficina do las casas inmediatas: en el interior lodo es severo y se halla en relación con la gravedad de la profesión: muchos ayudantes trabajan silenciosamente en ejecutar lo que se les manda: tan solo uno t|ue por lo general es el administrador , está para el despacho del público: él recibe las prescripciones de los médicos y las dislribuycentreios que las d.'ben componer: cuando lo están las comprueba con la formula, reúne las recetas, y entrega las preparaciones al publico. En algunas oficinas de farmacia, el publico no es recibido directamente en la pieza en que se ejecutan las prescripciones: se le admite en tina e-ípccie de vestíbulo o en otra habitación separada en dondi; espera á que los medicamentos se ¡¡reparen. En las boticas de poca importancia hay siempre íin pequcíío espacio, especie de cuarto reservado, para reunir los medicamentos que deben entregarse al publico. Los reglamentos prescriben escribir al pió de cada receta el nombre de la persona, la fecha y el modo de enijilear el medicameiilo. Kn algunos Estados se han ado|)tado rótulos y papeles de color |)ara ios medicamentos destinados para usoestcrno, lo cual produce un resultado mas positivo ydá lugar á muchas menos equivocaciones. prescripciones. Los comisionados ó regentes de la oficina tienen que presentar su certificado de pasante y residencia , responderá las preguntas que se hagan sobre la farmacia y la química, y esi)licar cualquier pasnge de la farmacopea: los practuantes o pasantes son examinados para apreciar debidamenie, con arreglo al tiempo que lleven de estudio , su capacidad y sus conocimientos. Por lo general estas visitas durau muchos (lias, y asi se deja conocer que suced.i: pues la ins|)eccion, ademasde los objetos que dejamos consiauados, tiene que versar también en esiminar y <inalizar cuanto sea posible por los inspectores todos los medicamentos de tarifa : para lo cual lltvan consigo aquellos todos los reactivos necesarios. Los farmacéuticos pagan por la visita y para gastos de reactivos dos thalers (1), los cuales también satisfacen para las vi.->ilas esüaordinanas que cioan oportuno hacer los m.-ipectores, formándose ¡tara unas y otras una especie de espediente en el ijue se consignan las observaciones (¡ue de aquellashayan llegado á surgir. Estos espedientes se tras,nimiten ala autoridad médica (.(/fif/Jcina/ ras/y, juc es la encargada de según' los procedimientos lonIra los farmacéuticos que han delinquido en alguna cosa, lo que no sucede sino rarisimi vez : en lodos los casos el Mcdictual rasli rem.le al farmacéutico visitado un oficio, que contiene un resumen del informe dado por los inspectores, con los elogios, consejos, advertencias o amonestaciones que crea ojionuno consignar. Las observaciones de los insi)ectores son algunas veces muy miuiicíosas, pues niJiiiliestan hasta donde se estcnjió el examen y cuidado que ellos tuvieron, lie leído en un documento oficial dirigido por el Mcdxmal ra.ú a un farmacéutico, con motivo de la visita ñocha a su oficina, lo signiento : «El acido sulfúrico concentrado no marcaba mas «que l,8;J2 de densidad: el estrado de dalcanura »no es soluble compliílamente en el agua: el hidra»lo de peróxido de hierro contieno una pequeña «cantidad de cloro: el loduro potásico contiene vcs»ligios de iodato : la cámara para secar las plan,as »no está suficientemente ventilada, se necesita «abrir una ventana mas: ei herbaniim vivum no «esta conservado ni clasificado de una manera ade«cuada y conveniente: los inspectores no han visto «en vuestra oficina la farmacopea militar: vueslro »l)racticante no poseo suficientemente la lengua la«tma; tenilréis que vigilar su instrucción acerca Je «este punto » Semejantescitassuministran una idea déla atención con que proceden los inspectores en las refundas visitas, no solo respecto a los medicamentos prü|)iamente dichos, sino u todo lo que se refiere al serviciü y buen régimen que debe haber en uua oficina... La legislación prusiana es igualenun todo en las visitas délas boticas.ala que rige en Francia; pero presenta eú su'aplicacion y en algunos de sus detalles , Ciertas.particularidades que fácilmente podrían introducirse entre nosotros con ventaja. La ley francesa no hace mención sino de los medicamentos: omite todo lo que es relativo á los practicantes, y al modo de llevar en general la oficina y el laboratorio. La creación de un herbario en cada botica, exigida en Alemania, seria cosa de desear que se introdugera entre nosotros, pues estimularía á los discípulos al estudio dé la botánica, que en el día esta muyabandonadOi ademas de llevar en su misma creación un objeto deutílídad práctico. Un herbario bien clasificado, dé plantas oficinales muy escogidas, como tipo, podría servir al farmacéutico, para determinar con toda exactitud las planlas usuales que adquieíe dei Comercio, y no se enconlraría con tanta frecuencia como ahora sucede en lasbotícas, en lugar de las verdaderas especies medicinales, especies ó variedades que llegan á aproximarse mas ó menos á aquellas, porque la comparación seria fácil y elérror prontamente descubiertoCon frecuencia sucede ser consultados los farmacéuticos para conocer el nombre de una planta a l a que se, atribuye: propiedades medicinales, ó cuya administración ha producido algún accidente: no es raro tampoco ser los clientes quienes se presentan con fracmentos de una planta cortada, cuyo nombre ignoran, y que por otra parte les interesa conocer. Compréndese la utilidad que en estos diferentes casos se reportaría en consultar el heri'a- Los farmacéuticos se hallan obligados á preparar en sus oficinas la mayor parte de los productos que espenden, y en la generalidad de las boticas ei> las ciudades populosas, siendo establecimientos muy importantes, se encuentran laboratorios muy bieii organizados, en los cuales se emjilca el vapor libre o comprimido con mucha inteligencia, como medio de combustión para las estufas o para hacer infusiones, cocimientos, evaporaciones, aguas destiladas, extractos, en una palabra, tudas las operaciones que exigen la intervención del calor. También se encuentran en abundancia los aparatos químicos y mecánicos mas bien entendidos y mejor perfeccionados. La dificultad de crear nuevas oficinas de farmacia, retiene, especialmente en las grandes, á muchos hombres instruidos que encuentran en ella una posición decorosa, lo que asegura el personal y la clientela de estos establecimientos. Por loque llevamos espuésto acerca del modo de hacer los estudios, posición délos farmacéuticos en Alemania y su reválida en Prusia, se tendrá una idea aproximada de que los conocimientos farmacéuticos en estos países de ninguna manara son in« feriores, ni desmerecen en nada á los que se exigen en otras naciones. Inspección ó visita de las oficinas de farmacia, Semejante inspección se halla proscripta por la ley prusiana: toda oficina se la debe visitar por lo menos una vez cada tres años: sin embargo, pueden serlo con mas frecuencia y en épocas indeterminadas si los inspectores lo consideran oportuno y necesario. _ Estas visitas se hacen ,á presencia del Kreis phi^ sicus por uno ó dos farmacéuticos, residentes por lo común fuera de la,localidad en quéla Glicina se halla establecida. Se halla obligado el farmacéutico que recíbela visita á presentar á los inspectores su acta de concesión , su diploma, el libro de ía farmacopea, la tarifa de los medicamentos, los reglamentos relativos al ejercicio de la profesión con todas las modificaciones que á ellos se hayan hecho, el diario de las operaciones del laboratorio, los documentos recibos de los venenos que hubieran espendido, un herbario di; las plantas oficinales indígenas (I) Cada tbaler equivale poco mas ó menos 4 16 rs. de {herbarium vivum), y ua cuaderno de tasas de las nuestra moneda. rio y comparar los tipos de.él con los fracmentos, siendo estos medios de comparación todavía mas útiles y necesarios en las localidades que están distantes de las escuelas y de los centros, dé iiistruccion. ' ' {' La formación dé semejante herbario seria poí" otra parte de un T,osto insignificante, y qué tan solo exigiría orden y cuidado ; el discípulo de far> macia podría recoger todos los elementos del her-r bario durante sus estudios botánicos, que adquirirían de esta manera y á su vista un carácter de ulilidad practica de que hasta ahora por lo común suelen carecer; urta vez hecho farmacéutico , í á necesidad de v igilar este herbario y de sostenerle, le suministraría ocasiones de recordar Conocimientos que le son indispensables, pero que se olvidan fácilmente cuando se deja de cultivarlos. Poro la mas importante de todas las disposicio-^ nes tomadas en Prusia coii motivo de las visitas, es sm duda la que confia á la autoridad médica eí cuidado de dirigir a los farmacéuticos las observacioneá que ella juzgue oportunas una vez verificada dicha inspección : las amonestaciones y los elogios dados oficialmente de este modo , por una autoridaJ suj)ertor, competente y esperta, son un medio mucho mas seguro de mantener al farmacéutico en su deber, que una ley inflexíl)le que no deja á los inspectores masque la elección de las penas,y que no ofrece ningún intermedio entre ó la aprobación tacita o la [)olicia correccional. Sin embargo, hay tal multilud de cosas en el régimen interior de una botica y en la cualidad de los medicamentos , que pueden dar origen á observaciones, negligencias iiuoluntarias que , si llegan á tolerarse , concluirían por perjudicar el servicio público ocasionando accidentes, y por los cuales, no obstante, con dificultad puede delatarse á un farmacéutico á los tribunales, ni intentar contra él procedimientos que no darían resultado, mientras no sé comprobase el hecho o se consumara el accidente. , iSo hay duda que las advertencias no faltan por parte de los inspectores en estas circunstaucias: pero semejantes advertencias verbales dadas durante la visita, en medio de las esplicaciones y de los debates que esta produce, no tienen desde luego ninguna autorización legal,; no tienen en realidad sino una muy débil inlluencia sobre los que quieren recibirlas. Poco mas ó menos lo propio sucede con los elogios: pueden lisongear á aquel de que son objeto; pero en realidadno son siuo palabras li^ongeras pronunciadas en una conversación que no produce consecuencia : elogios que no le reportan ningún beneficio, y que tampoco les ¡iroducen ningún honor: denunciado ante los tribunales por cualquier error, cometido por un discípulo ó practicante,- treinta.años de ejercicio en su profesión no llegarán á disminuir la severidad de la ley. • Otra cosa seria, si las observaciones verbales sugeridas á los iuspectores durante la visita llevasen elí si,el carácter de una medida oficial é imponente, y.si.se lashicíese consignar, con los detalles de los hechos, en un Boletín dirigido por la autoridad, al farmacéutico cuya oficina se ha inspeccionado. ,'fodos los farmacéuticos procurarían evitar semejantes amonestaciones, y con especialidad los que ya hubiesen incurrido en algunas faltas; y en los casos, por desgracia siempre demasiado harto frecuentes, en que á pesar do la vigilancia mas severa sobreviníeracualquier desgracia, la prueba irrecusable y fácil de procurar de una conducta profesional honrada que hubiera merecido los elogios de la administración, no dejaría de influiren gran manera en la balanza de la justicia á favor del farmacéutico que se hubiese hecho acreedor por estos buenos antecedentes. (Se concluirá.) CLASES MEDICAS. P r o y e c t o s d e r e f o r m a . — Varieilad d e o p i n i o n e s s o b r e e s t e asutito. —Nuestro apreciable colaborador D. R o tnualdo Saenz Quintanilla nos ha dirigido un artículo en que contesta al Sr. Medrano, y que no hemos podido insertar íntegro por lo directas de sus alusiones. En él reclama alguna facilidad mas de la que se daba eu el proyecto del Sr. Méndez Alvaro , no ya tan g i í — •• solo para adquirir la consideración de Bacliiileres, sino para completarlos estudios y hacerse médico-ciruj.anos. No le parece justo que deje de permitírseles el estudio privado de la filosofía por la imposibilidad que muchos ¿endrian de abandonar sus familias, y porque no les agradaría reunirse con los níño&á declinar musa muses. —Con el título «Clases médicas» nos ha remitido D. Mariano Martin, desde Cariñena, un escrito cuyos párrafos mas notables son estos: «El nivelarse la inmensa mayoría de médicos puros.con los médico-cirujanos por el medio escliisivo de cursar en las universidades lo que les falta , es moralmeuíe imposible ; y eu esto me conformo con los señores Gallego y Araal. »EI hacerse la nivelación por examen en unegerctcio ligero, lo tengo por una decepción ; y en eslo estoy conforme con el 6r. Medrano. En efecto : al médico cirujano improvisado de tal manera le faltara al raeno&la pracUca necesaria que no se adquiere sino es mel<)dicameule en las* escuelas, con vocación ad hoc , y con una disposición particular de cuerpo y alma. Pero que el nií'dico puro renuncie á pedir una indemnización, como eu medio de -SU despecho parece insinúa el. Sr. Amat, ciertsmenle es cosa dura. »E1 médico puro no debe aspirar á una sola especie de reparación determinada, smo a que se le indenauice , sea com'o quiera : afuera los pujos de Girujanizarse y redúzcase a pedir se le considere en la misma calegoria que a los médico-cirujanos, con opción á todos los destino* y honores facultativos , escepto aquellos para cuyo desempeño sea necesario el egercicio y conocunientos especiales de la cirugía. Conténtense con esto los médicos puros, y nada envidien a los que mucho abarquen en lo de ars tonga et vita brernt. Todo' sm perjuicio de que los que se consideren aptos para sufrir un examen teórico y practico no ligero, sino rigoroso, encuentren la puerta para poder llegar á disfrutar él doble titulo » —Uno de nuestros mas constantes suscritores, D. Julián Moreno, nos diiigió desde Berlanga , en enero último , .un artículo que no hemos podido insertar hasta ahora ni en estracto, suscrito por los profesores de medicina D. Francisco Delgado, D. Joaquín Ansuátegui, D. Benito Galán y Benítez, D. Francisco Alsina, D. Julián Moreno y D. Manuel Beato. En él se lamentan del abatimiento á que las fac*ultades médicashan venido á parar, de la indiferencia y falta de consideración con que se las mira, y por añadidura, como si no fuera poco, de las variaciones en los planes de enseñanza, perjudiciales con harta frecuencia á intereses creados y dignos de respeto. Los perjuicios que el cambio de 1827 produjo á la clase de médicos puros dicen que son incalculables , 5 añaden : «Sin embargo, en medio de tantos elementos propios solo a producir la general desanimación, vemos con placer que aun existe el espíritu facul> tativo : aun podemos concebir esperanzas de que mejore nuestra situación : continuamente surjen de la prensa médica destelíos de luz que puedan iluminar la mente de los que, colocados en muy ventajosa posición, pueden con medidas salvadoras contribuir en mucho á elevar nuestras profesiones á la calegoria de que son dignas. Estas esperanzas, siquiera sean maso menos remotas , son de suyo lísongerás, y nos las hacenconcebic esos proyectos que vemos con frecuencia, y cuya tendencia en nuestro favor es marcada. »Los, que suscribimos, licenciados solo en medicina, asi que vimos el número del BOLETÍN, correspondiente al i í , de .octubre último, acordamos remitir á .Vdg. algupas/reflexiopes sobre la .especial, ahórnala y'désvéñtajosá posiciíín á que no"s fian . Iraido circunslíin,cias'en.quB ninguna, parlicipacjou hemos tenido, y de que no debemos ser resppnsar bles. Pero,¿q.úé podreinos decir que no sea pátiddal lado del luminoso escrito que han dirigido k-Tdí. nu'estros comprofesofes de Almeria?'Náda, absolutamente nada; pues que to'can la cuestión -en todos sus terrenos, y lo hacen d.e una manera brillante é incontestable.. En efecto, ¿por qué h.ejnos de su- frir los rigores y las consecuencias de unas medi' das que nos hace bajar algunos grados de la categoría con que se nos brindo en nuestros primeros años, y esto solo por haber nacido algunos después? ¿Por qué se le dá ese efecto retroactivo a las leyes o estatutos en virtud de los cuales empezamos y concluimos nuestras carreras? No sir\e decir que para salvar estos inconvenientes, tenemos espedila una vía; porque esta se halla tan erizada de espinas, que serán muy escasos en numero los que hayan podido atravesarla. /Quién, como dicen muy bien los señores de Almena, abandona su" clientela, su crédito adquirido á costa de tantos afanes, y sobre lodo unafamiliaj cuy! Subsistencia solo pende de la conservación de aquella clientela, dé aquel crédito ? ¡ Oh ! No saben, nó, los que se hallan en alta posición los riesgos, los disgustos, los afanes con que hay que Incluir y hny que vencer para pi'ocurarse y sostener algunos elementos que proporcionen alguna indeoeiidencia ! «Ademas, ¿somos de peor condición que los que se aprovecharon de aquella determinación tan efímera , autorizados por la cual y mediante la presentación de una memoria científica se les habilitó para ejercer ambas facultades, y se les colocó a la misma altura que a los afortunados modernos? Pero no queremos, sin embargo, se nos arguya con que proponemos un medio que puede calificarse de ligero para optar á la situación que deseamos. Nos» otros aspiramos a ser dignos del nuevo titulo que reclamamos; y para ello, salvando los escollos que ligeramente indicamos, y que no ampliamos, ya por haberlo hecho los comprofesores de Almería, y ya también por cumplir con el laconismo posible la indicación que Vds, hacen, diremos, para concluir, que aun cuando estamos conformes con las ideas emitidas en el comunicado de que vá hecho mérito, no son sin embargo suficientes en nuestro concepto á cubrir el vacio en que nos hallamos La medida que indican dichos señores cStá muy bien para los licenciados en medicina que residan en las capitales; estbs pueden muy bien sujetarse al sistema que se propone; pero, ¿y el gran número de los que hemos tenido la absoluta necesidad de vivir en pueblos mas o menos pequeños? Para salvar, pues, lodos los inconvenientes , nos parecía que debía fijarse un termino de uno, dos, tres años, lo que pareciera; pero que se marcara, para que trascurrido que fuese, ninguno tuviera derecho á producir queja alguna. En dicho periodo se podían marcar ¡as asignaturas convenientes, obligar, si se quena, a justificar algún tiempo de practica; y después, y dentro del término señalado, sufrir un rigoroso examen en las respectivas capitales de pro\incia. »Llevadoá cabo esleplan, que nos parece muy aceptable, se nos haría solo justicia, y se nos reparaba en parte de los perjuicios que se nos irrogaran á consecuencia de la nueva reforma, de cuyas fatales consecuencias, repetimos, no debo hacérsenos responsables i llevaría también dicha medida el ssilo de ia eijuidad, pues nos nivelaba a los que, mas afortunados que nosotros, se colocaron a la altura de los médico-cirujanos mediante la píoseniacion de una memoria científica: se nos sacaría de esta posición anómala en que nos hallamos, y de esa postergación tan poco digna que estamos sufriendo. Masque ninguna otra circunstancia, el móvil que nos guia á hacer estas reflexiones, es el lustre y dignidad de nuestra profesión, pues somos de' aquellas cualidades firmes sostenedores s . —D. V. A. y T. nos escribe desde Segó vía lo siguiente: «Increible parece poder decir ya nada nuevo en cuestión tan debatida como lo esta esta. Tamjioco lo pretendo; solo \oy á ver si puedo indicar un medio que concibelosinlereses de todos, ó al menos de la mayor parte. Convengo con mi amigo el Sr. Medrano, que en rigor absoluto el estudio solo,' y nada mas que el estudio, debía facilitar la adqui» sicion de un nuevo titulo; pero , ¿conviene, ó nó, •reducir á una ó dos (1) clases las diferentes que hay de facultativos? Sí lo segundo, escusado es cuanto se ha escrito; pero sisequiel-e, si e& conducente y aun necesario que cesen de una vez para siempre (anlas'gradaciones en los profesores de una ciencia única; por los niales tantos y tan gra•vesque esto ocasiona, desengáñese mi apréciable jamigo, jamás se,eonseguirá,,exijiendo para ello á (1) Esta es otra cuestión de que no trato de ocuparme iahora, p.ero en laque estoy oompletampnle de acuerdo con ícl Sr Méndez Alvaro. los interesados abandonar sus respectivas colocaciones, sus casas y sus familias, para asistir a una cátedra por dos ó tres años, esponiéndose en ello los mas a sumergir en la desgracia y la miseria, por mas o menos tiempo y acaso para siempre, a los objetos mas .caros y atendibles, esposa é hijos. Por supuesto, que lodo esto es así mismo aplicable al proyecto de los profesores do Almería, pues a la verdad, las mismas'dificultades encuentro en abandonar un partido para ir a cursara la capital de provincia que para la corle; esto solo es favorecer ios intereses de los que tienen la suerte ó desgracia de ejercer en dichas capitales, y la gracia ha de ser, ó se ha de procurar hacer lan general como Sea posible. »ÉI proyecto del Sr. Méndez Alvaro es , ó por lo menos yo le juzgo, mas realizable; y aun diré mas, él ú otro equivalente será el único camino por el que se llegaf.i al objeto que tan deseado de lodos parece. Sin embargo, para conciliar en lo posible estos dos pareceres lan diamelralmenle opuestos, yo propondría que á lodo profesor que quisiera mejorar de clase se le eligieran absolulaniefile todos los años que para ello le fallasen, pero de enseñanza privada ; es decir, se les obligaría á matricularse, aunque no personalmenle, en una Facultad, se les exigirían las matrículas, los grados (1), los libros de texto, y al fin de cada curso presentarse en donde se hubieren matriculado á sufrir un examen tan rigoroso como se quisiera de las materias del año, sin que pudiera pasar al siguiente, sino después de ser aprobado en ellas. De este modo creo quedarían llenos en lo posible los deseos del Sr. Medrano, sin ninguno do los inconvenientes que enumera en su escrito; porque es menester que se desengañe: todo profesor de partido, círujaUo'ó médico, o está soloo asociadoáotro compañero médico ó cirujano, y en ambos casos puede tener una clínica que con los autores le podra ser tanto ó ritas útil. Como la que pudiera tener en ese colegio, donde acaso ni vería tantos enfermos, ni lan detenidamente, ni con lanío interés. »una escepcion haíia sin embargo,que creo muy del caso, en favor de los hombres encanecidos en el ejercicio de la profesión; los que llevasen, por ejemplo, 20 años de practica (m¡iS o menos, según se creyera convenieuiej, á eslos los dispensaría de lodo, y con solo una prueba de suficiencia, la que se creyese oportuna, pero que no les rebujase, los daría el título que les faltase, siquiera en honor de su larga esperiencía (que lodos sabemos lo que en nuestra ciencia vale), desús canas, y también para evitarles el disgusto y acaso el sonrojo de someterse al dictamen de otros acaso mas noveles y menos csperimentados que ellos. Y aunes preciso no olvidiir otra cosa. Los médicos y los cirujanos anteriores alreglamenlo del año 18-27 concluyeron su carrera fiados en poder aspirar, si querían, á las canongías de sus respectivas profesiones (permítaseme esta frase que aquí la hago colectiva); derecho que después se les ha usurpado ilegal y arbitrariamente. ' «Respecto a los profesores que ejercen donde hay Eacullad, los obligarla á asistir á las cátedras » —Asi se esplica sobre la cuestión que tanto ocupa á las clases médicas, nuestro suscritoF y corresponsal de Cervera , D. José Carrera; «Por ahora no conviene á la ciencia, á la clase ni a la humanidad la refundición de las categorías médico>quirurgicas. No siendo posible que los actuales profesores de medicina y de cirugía de los partidos vayan a aprender á las universidades Jos conocimientos de que carecen, hecho por todos reconocido , á cualquier otro medio que se apele para conceder el titulo que les falle, se crearan nías médicos y mas cirujanos de derecho pero no dé hecho , y como no hacen falla por el presente, supuesto ahora ya sobran muchos, sino llegaban á duplicarse poco le fallaría si.se accediese a lo qué muchos proponen. Hay ademas en el egercicio de la medicina y de laciVugia mas que los conocimientos teóricos un quid particular que solo con la mucha prácücaó por disposición particular se llega á adquirir. La mayoría de csédicos con el semblante , la posición y actitud del enfermo diagnoslícafán su-dolencia, ylá de cirujanos con lafinura ylíábitode los sentidos conocerán enfermedades que olro ni siquiera liegafa á sospechar ; y auii dejando esto aparte., sí se concede ,.i los^nédicos el titulo de cirujano ¿ egerceran la cirugía? , [1) Aun esto es tauclio pedir, atendida la precaria suer« le dé la generalidad dií'los profesores. ~ 95 — No: porque-liea-e-fun campo tan dilatado como-la medicina, j no basta para recorrerle una voluntad VARIEDADES. no por'eso dejo de sostener con caloroso empeño decidida, el estudio y un docuraonto que autorice los mas vuos debates sobre todas aquellas que para ello ; se requiere ademas como en medicina pueden afectar al decoro, al porvenir y a los inCHARLATANISMO DE LA P8ESSA. aptitud, constancia y espenmentacion. La ciencia tereses de la clase; pero en todas estas discusiones es única, se me dira : convengo en ello; pero la (REHÍItDO.) y en medio de los mas vigorosos arranques de la practica de cada una de sus partes se egercera selíace mucho tiempo, Sres. Redactores, que me pasión o del convencimiento, notábase entonces e! gún la inclinación y hábitos del individuo con mas espíritu modesto del escritor que, no tanto preo menos provecho! Coiivencidos sin duda de esta atormenta el deseo de dirigir á Vds. y suplicarles tende como sabio y dominar la inteligenverdad la mayoría de médicos, la parte mas sen- que publiquen las reflexiones que á continuación cia de aparecer los demás, como esponer sus opiniones y sata de la clase na quiso aprovecharse del real de- \oy a esponer; pero el temor de aparecer inmo- escuchar las agenas con el deseo de encontrar I4 creto de 10 de octubre (¡e I8i3, persuadidos por desto o intolerante, defectos ambos en que no luz y aumentar el caudal de sus conocimientos. otra parte qup ninguna oliiidad real les reportaría quisiera incurrir, me ha contenido hasta el preel titulo de doctor en ciencias médicas , y los mas sente. Sm embargo , el abuso que me propongo Mas de poco tiempo á esla parte han empezado que lo hicieron con memorias nropias o ageuas es- combatir va adquiriendo ya tan colosales propor- [ á abandonarse eslos hábitos de discusión tan protán egerciendo la ineiiicina pura, sea por conve- ciones y puede influir tan desventajosaraenle en el 'píos de la cultura de la clase , y la prensa medica niencia o por otras causas, y estos y ios que con ciédiCo y porvenir de las clases medicas, que ao' española se ha visto invadida por ese funesto conlauto afán proponen medios para colocarse a su ni- es posible permanecer por mas tiempo indiferente tagio de la época que, convirliendo el libre exa." vel, solo desean unir al titulo dg medico eJ de ciru- sin procurar oponerle el uoico correctivo de que men en una-atrevida licencia y la facultad de jano ad honorem , y en lodo caso pata egorcer al- en mi concepto es susceptible : la critica iraparcial comunicar el pensa.miento en la de propalarlas mas guna pcqueíia parte do la cirugía , es decir, esco- y deiap<ístonada si, pero también severa e laíleii- 'falsas y ridiculas estravagancias, ha llegado a meger las llores y deiar las zarcas y los espinos para nle. Tal vez habrá pocos menos a proposito que yo recer el nombre de CHARLATÍNÍSMO LITEKAIÜO. Verlos demás. Lo propio se puede decir de ia mayoría para desem|ieiiar esla tarea; pero al observarla dad es que no es este un mal nuevo en la república mal entendid.i tolerancia con que Vds , asi como de medico-cirujanos. otros escritores médicos , miran esta cuestión por de las letras, y que hace muchos años se desary vive aun en medio de las mas útiles y mas »Lo que resultarla de la reunión de profesiones, motivos sin duda de delicadeza u otros que no ae rolla meditadas publicaciones que diariamente produce ademas de aumentar consideraDlementc el numero, es lícito calificar ni censurar, rae he decidido por la prensa política y aun la literaria; pero esto se distraer del estudio y de la practica las especiali- fin a tomar la iniciativa en este pénate para mi ja esplica f cilmenle por ios pingues beneficios que dades de pueblos de orden inferior, toda vez que mescusable, abrigándola esperanza ue que plu- ese ha llegado a producir a muchos la parte de ciencia que egerccn tiene sus dihcul- mas mejor cortadas que la mía veugan a conti- de loscharlatanismo que han sabido aprovechar la oportunidad tades siu ninguna utilidad positiva. JNo solo vemos nuarle y llevarle al lenumo feliz que me propongo: de esplotarle en ese terreno. Lo que si es nuevo, en las grandes ciudades separada la medicfua y entremos en materia. a lo menos para mi, lo que nunód había visto ni cirugía en su egercicio, sinp que en altas regiones Tan luego como en España desato una mano beimaginado hasta'que se ha presentado a mis del poder se le da una preferencia , y los hechos néfica las trabas del pensamiento y desapareció la había en España, es el charlatanismo de la prensa demuestran diariamente los beneficios que reporta censura previa en las publicaciones científicas, OJOS medica, bien diferente por cierto en sus medios y la humanidad; y si no ¿ por qué en los hospitales fueron los médicos los primeros en aprovecharsi en tendencias del charlatanismo en el egercicio en vez de salas especiales para determinadas en- de esta nueva facilidad para promover el cultivo del sus arte o de las aplicaciones de esla ciencia. Y fermedades, especialmente divididas en medicas y de la ciencia y la propagación de los inmensos y efectivamente se concibe muy bien el chailatanisquirúrgicas, no se confian a cada profesor cierto aplicado a esto egercicio, porque las mas veces numero de enfermos, tengan la dolencia que quie- vanados conocimieulos con que diariamente se iba mo tiene por objeto una especulación lucrativa y no ran ? porque por habito, por conveniencia o por enriqueciendo. Si no estoy equivocado , el primer pocas efecto de una necesidad imperiosa ; peí o no estar aun bien resuelto el problema, por mas periódico científico que apareció entonces en nues- lo que es no era fácil de concebir ni esplicar es que (Jue la profesión medica sea única en su estudio, tro país fue el que Vds. sostienen con tan laudable haya quien presentarse como sabio siendo sera siempre dividida en la practica Si eslo es una constancia, acompañado de otro también médico, un Ignorantequiera y como maestro cuando lo que neceverdad, déjese para mejor ocasión el arreglo pro- de cuya corta duración no puede cierlamente acu- sita es aprender , sin mas resultado probable que fesional , y supuesto a los cirujanos no se les ha de sarse a los talentos y esmerado celo de sus redac- : esponerse á ser el objeto del escándalo de unos; dar el titulo de médicos ui á medias , porque no lo tores. Algunos años trascurrieron después sin que del escarnio de otros, y de la compasión de los mas apareciese ninguna otra publicación periodi.co-cienmerecen ni les conviene por su propio ínteres, no tolerantes Aquí no puede decirse que el móvil de lifica, lo cual no tanto debe atribuirse a'falta de puede haber concesiones para una clase mientras esta conducta sea el ínteres o el aun sacra fames, celo y entusiasmo, como al imperio de las tristes no se compense á la que se perj'udica. y aflictivas circunstancias en que por entonces se porque a nadie se oculta que el publicar en España libros o periódicos médicos, AO solo no enriquece ai «Dése vida propia a la clase quirúrgica (supuesto encontraba el pais. Pero no bien había desapare- que a ello se dedica , sino que ni aun basta para la medica ya la tiene), refúndanse en una las di- cido este poderoso obstáculo a toda mejora y per- cubrir las mas perentorias atenciones de la vida. versas clases con medios fáciles de realizar y difí- feccionamiento, cuando la mayor parle de las pro- Es pues otro el móvil, son muy distintas las causas ciles SI se quiere de conseguir, ábranse las puer- fesiones científicas, la literatura, las ciencias exac- del mal que lamento. En primer lugar es necesatas a los médicos y a los cirujanos de todos los tas y hasta las artes se apresuraron a tomar una rio tener presente, que en las aciagas circunstandestinos públicos y de los pueblos que se den por parte activa en el movimiento intelectual que el cias porque hemos atravesado, ha sido casi imposioposición 6 por elección , y no se requiere por su nuevo orden de cosas había producido, procurando ble a la juventud, que durante ellas se ha educado, Índole especial la reunión de ambas profesiones o cada cual tener su representación en la prensa pe- adquirir una instrucción solida y oidenada, empedel doctorado en ellas, y se verá a esa juventud riódica española. Los médicos , que habían sabido zando por los estudios literarios, siguiendo después falta ahora de toda esperanza o ciegos en utopias dar como siempre el egemplo de abnegación y los filosóficos para elevarse en seguida al conocique no han de ver realizadas, dedicarse al estudio amor al progreso , no tardaron en multiplicar sus miento de las ciencias, cuja posesión exige la y practica de su profesión con mas entusiasmo, periódicos, quedando desde entonces arraigada en educación intelectual piuívia que dejo indicada. dar consuelo y alivio á la humanidad , brillo a la España ésta nueva planta, trasportada de otros paí- ¿ NI como podría ser otra cosa , cuando el tiempo ciencia y utilidad a los que la egerceu ; y el tiem- ses mas adelantados en los medios de publicidad. que los jóvenes debieran haber destinado a tan impo y la espeiienna serán los mejores jueces para Importa mucho a mi proposito el consignar aquí: portantes estudios se han visto precisados á «fe detei minar si conviene o no la refundición y en que a todas estas publicaciones cienliücas presidio plearlo en el manejo de las ai mas, y su atenciorP* que términos; si es mas uiil a la ciencia y a la hu- desde luego esa modesta desconfianza que es pro- ha sido arrastrada a los graves conflictos que las manidad que se cgefzan la medicina y cnugia por pia de lodo el que emprende una senda descono- lachas políticas habían ocasionado ? A estos pouno o dos individuos, y si ha do haber una o mas cida y sabe apreciar la inmensa dificultad de des- derosos motivos generales hay que añadn, en las categorías para el sei vicio publico Jíslas son mis empeñar un magisterio publico tan importante , sm clases medicas, la funesta influencia que en su educonvicciones, de las que no me ha separado lo mu- hauer adquirido antes los hábitos y demás elemen- cación han tenido necesailamente esos continuos y cho que se ha escrito en contra en algunos peiio- tos necesarios para llenar su misiou de un modo contrapuestos arreglos de categorías y csOs múltidicoá. util y digno. Sin salir del circulo medico, que ts ples y vanados planes con que la ira de Dios ha »En el Ínterin no esperen los facultativos mejo- el objeto de estas reflexiones, he tenido el placer querido probarlas. No es pues de estrañar que eu ras de parte del gobierno, de los pueblos, ni de los de ver presentarse en el palenque periodistico- estas desventuradas clases se encuentren indniduos partioulares; porque el mal reside en la clase, y médico a casi todas las notabilidades de esta profe-- persuadidos de que saben, porque ignoran hasta solo ella lo puede echar de si con un sincero amor sion, a todos los hombres que, a su amor ala lo que estudiar debieron, y que engteidos con á la ciencia", a la humanidad y a sus hermanos de ciencia, unían largos estudios y profundos conoci- su piopia y bien escusable ignorancia , al par que profesión, lilla sola ha sido la que ha descendido mientos; pero todos han tenido la modestia de en- alucnudos por el deseo de adquirir nomhiadia y al grado de abyección en que se encuentra, y ella trar en el terreno de la publicidad poseídos de tal alguna popularidad , ya que no riquezas y bien sola puede ascender otra vez aun a un gratlo de desconfian/.a de si mismos, que la mayor parte han estar, so dediquen a esenbir cuando apenas saben esplendor mayor (¡ue el que jamas haya tenido La preferido ocultar sus nombres bajo el misterio del leer, y para servirnos de una espresion feliz de ciencia mas benelica de la humanidad sera recono- anónimo, a incurrir en la nota de inmodestos y va- uno de nuestros criiicostnodcinos, rfíyen/o^ eit'idioí cida universalniente como tai, cuando los encar- nagloriosos, notándose en su lenguaje y en el modo y se nielan a predicado) es. Nada mas natural en gados de difundirla en vez de profanarla sean sus de eaponer sus ideas, no ese tono magistial y jac- su inocente sencillez que aspirar al insulso placer mas ardientes adoradores, en vez de ridiculi- tancioso tan • propio de.la ignorancia, sino el mo- de ver sus nombres reproducidos en gruesos cazar á sus comprofesores los veneren como herma- desto y comedido del verdadero saber. Tales han racteres de imprenta, persuadidos de que solo coa nos , y en vez de prosternarse, ante viles caciques sido los principios.de la prensa módica española, eso conseguirán ser sabios. lo sacrifiquen tojo á la ciencia y a la humanidad. principios enteramentaconibrmes al carácter grave Penosa ha de ser la tarea, pero el premio será su- de la nación, al pensamientoque la dirigía y a la perior á los dispendios: y sacrificios.» .He querido estendertne algo en estas consideraescasez de los elementos con que en su principio contaba para desarrollarle. No por eso dejó de agi- ciones, porque solo asi pudiera esplicar el singular (Se coatíQuará.) tar con entusiasmo y hasta con impaciencia las mas y aflictivo fenómeno que de algunos años a está espinosas cuestiones oientiílcas que abraza este parte vamos presenciando, y que consiste en la aparamo importante, de los, conocimientos humanos; ricion;de algunas publicaciones médicas escritas con tal lenguaje y tal escasez de ideas, que parece — 96 — imposible sean hijas de quien haya recibido los primeros rudimentos de una educación cienlifica.y en las cuales se presentan sus autores con tan altas aspiraciones y tan ridicula arrogancia, que solo puede atribuirse al delirio de una imaginación estraviada, ó á una completa ignorancia de las mas triviales reglas del buen sentido. Asi y solo así puede esplicarse la aparición do ciertos folletos , hojas sueltas y aun tratados médicos, que de cuando en cuando vemos repartirse con una profusión lastimosa, aconipailados a veces de pomposos elogios, escritos por la propia mano de los autores, é inser^ tos en los periódicos por una incalificable condescendencia. Solo de este modo se concibe la publicación de periódicos qué, afectando la manía de una esfcdusiva y ridicula nacionalidad, se ven precisados á llenar sus columnas con la reproducción ds escritos ya publicados, alternando con artículos de fondo en los que no se sabe qué admirar mas, si lo ampuloso, afectado y oscuro de la frase, ó la vaciedad y vulgaridad del concepto ; solo á las causasque llevo indicadas puede atribuirse la costumbre que vá introduciéndose de publicar con grande aparato y dándoles importancia, memorias, discursos y otros trabajos tan triviales, tan fallos de novedad é interés, que solo pueilen pasar como débiles ensayos de un estudiante aplicado, ó como raquíticos esfuerzos de una prematura impaciencia. ¡Pero no es este charlatanismo candido y hasta desinteresado el que mas perjudica .al crédito déla prensa médica: de algunos aíi'os áesta parle se han visto aparecer publicaciones dirigidas por personas imperitas, que no han saludado la ciencia ó qpenas han pisado los umbrales de su templo, y que sin embargo se presentan al publico con las mas exageradas pretensiones, ofreciendo lo que ni aun la mas solida instrucción puede cumplir, snblev<ándose contra el menor síntoma de contradicción q censura y empleando los insultos, las amenazas y todo los recursos de lá inmodestia para sostenerse en el puesto que con tan poca aprensión han, escalado. De este modo so intenta ahogar toda discusión, sustituyendo la censura de U fuerza bruta a la que antes ejercían las leyes, y pretendiendo imponer la mas violenta é injustiíioable servidumbre al verdadero y modesto saber. ¿Puede darse un sistema de publicaciones mas perjudicial al crédito de la clase que las tolera , ni menos á propósito para ilustrarla y morigerarla ? No creo haber exagerado el sombrío cuadro que en el día presenta'el campo de la prensa médica; por lo menos no ha sido esa mi intención. Solo he querido describirle con su natural colorido y mas graves accidentes, con el objeto de llamar la atención de todos los amantes de la verdadera ilustración, del crédito de la prensa, y de las instituciones médicas hacia esa nueva calamidad que las amenaza sobre las muchas que ya las aflijen; y es preciso conocer, que sí á la concesión de títulos sin previos estudios, á la intrusión en el ejercicio dO; las profesiones médicas por hombres á eüas esiraños, se añade esta nueva intrusión en el magisl^m público que ejerce la prensa, ya no queda á j ^ m é d i c o s ningún terreno'que no se halle inva'ííiüo ni medio alguno de evitar que sus derechos lleguen á ser el patrimonio de! primero que quiera usurparlos y que se convierta su profesión altamente moral, en una industria libre como la del zapateroóel espendedor de fósforos .afortunadamente aun es tiempo de oponer un dique á ese torrente de luces fatuas con que se nos pretende deslumhrar. Basta el concurso de algunos hombres ilustrados y decididos para hallar en la prensa misma el correctivo del mal que por su medio se' nos intenta causar. Que una critica impárcial y decorosa, pero severa é infatigable, recaiga sobre lodos esos productos de una imaginación enfermiza ó de una ignorancia y pedantería intolerables: que doquiera que aparezcan ésos escritos, tan inmodestos cómo insustanciales, encuentren una pluma ilustrada dis» puesta á descubrir su vaciedad y patentizar sus monslrosos errores, y el charlatanismo desocupará muy pronto ese lerrenoque no prodúcelos mas opimos frutos, y que ni siquiera le permitirá entonces el inocente desahogo de lucir sus relumbrones, •ya que la indiferencia é imprevisora tolerancia de los hombres instruidos ha dejado- tomar vuelo y envalentonarse á esospseudo-sabiosde nuevo curio, justo es que ahora reparen el daño que han consentido hacer y se presenten animosos en esa noble lucha, no solo indispensable, sino útil y entretenida, y en la cual se ejercitarán las facultades intelecluaies de los unos, y aprenderán otros el arte de encontrar la'verdad, y desenmascarar el error cualesquiera que sean las apariencias bajo que se oculte. Yo, que he tenido la impaciencia de provocar el combate, estoy en el deber de dar también el primer ejemplo; y por eso rae propongo inaugurar esa serie de trabajos críticos que aconsejo, sin que me arredren insultos, fieros, ni bravatas, por(]ue hace tiempo que estoy curado de espantos. Pero este escrito va haciéndose ya demasiado largo, y yo soy demasindoviejo y holgazán para prolongarle. Continuaré en el BOLETÍN inmediato, si Vds., señores redactores, tienen la amabilidad de acoger estos borrones, y hasta tanto soy siempre su afectísimo servidor y constante sUscrítor. — Madrid 18 de marzo de 183"3. N. ü: y R. S e s n n l a C a c e t a m é d i c a d e París del 12, han sido acometidos de pulmonía grave los Drs. Louis y Orííla: añade que el príniero esiá en convalecencia, pero que el segundo inspira todavía muchas inquietudes. — Después de escrito esto, hemos visto en la España que nuestro célebre compatriota falleció el 11. F e n ó m e n o . Acaba de comunicar el doctor Roberto King Slone á la Sociedad médica de Colombia (América), el siguiente caso estraordinario.—Se trata de un niño de 4 años: su altura era de mas de cuatro pies; su peSo pasaba de 70 li« bras, presentando ademas un sistema muscularmuy desarrollado. Pero lo que llamaba mas la atención era que sus órganos genitales se hallaban tan desarrollados como en un joven de 16 a 20 años. Por último, solo tenia 20 díenles procedentes de la primera dentición. Sociedad de m e d i c i n a d e IVaney. Tenemosá la vista el resumen de los trabajos en que se há ocupado esta Sociedad durante el año de 1830 y .'il —Este documento que se ha publicado, fué leído en la sesión inaugural por su secretario el Dr. Levyllier, y dá principio con una memoria del Dr. Blondiot que versa sobre la debatida cuestión de sí la bilis es un producto puramente escremenlicio, ó si juega uno de los papeles mas principales en la digestión.—Pasando de la fisiología á la medicina, se observa que el número de los enfermos asistidos en dicho año en el hospital de S. Carlos por su médico el Dr. Nese, ha sido el de 470: entre los que hubo 331 hombres, y 139 mugeres. Las defunciones ascendieron á 52; lo que arroja un muerto por cada nueve enfermos, ó sea el l l p . g . — E l Dr. Víctor Chalelain, después de consignar numerosas observaciones que le son propias, emite la opinión de que la vida no siempre es incompatible con ciertas lesiones orgánicas. Para comprobar este aserto cila, entre diferentes observaciones, á un farnidcéulíco castrense, quoilesde la primera guerra con nuestra Península (1808) padecía del estomigo: que durante la campaña de 1823, aunque se le agravó dicho padecimiento presentando los síntomas mas graves y característicos de un cáncer en el estómago, sin ernbargo, no sucumbió hasta el año de 1826. —- El Dr. Uenaudin en el citado resumen hace curiosas reflexiones acerca de algunas relaciones que dice existen entre los intervalos lúcidos de los enagenados y los epilépticos.—Mr. Morel hace la historia de una de sus enfermas atacadas de lipemanía con tendencia al suicidio.—Por último, dicho opúsculo concluye con un largo discurso científico. NOVEDADES. ISstado s a u i t » r i o d e n5»di*id. —El temporal duro que reinó en los dos últimos días de la semana anterior, siguió arreciando cada vez mas en la presente En efecto, á los vientos huracanados del S. O y del N. E.,que soplaron el domingo y el lunes,,siguió el martes'un N. O. tan fuerte que cubriendo la atmosfera de nubes densas, produjo un grande aguacero acompañado de nieve: cayo resultado volvió á reproducirse el jueves toda vía con mas intensidad, pues hace muchos años que no se ha visto en Madrid poí- estos días una nevada tan copiosa. Entre tanlo se mantuvo el termómetro entre los 2 y l'á''de la escala de lleaumur, y el barómetro de 25 pulg. y 11 a 26 pulgadas y 3 lineas. Escusado es adv_erlir que la atmosfera se la vio cubierta de nubarrones, lluvias y nieves, como varia y revuelta. -..OÍ h Principian a presentarse.^Igarjas calenturas inflamatorias: continúan las calaVrafts y las gástricas: siguen predominando las tUMrasia's de los órganos contenidos en las cavidades del pcclio y del vientre: no es raro observarse algún caso de congestión al cerebro y de flujos sanguíneos; pero, sobre todo, lo qué mas abundan son los catarros, las fluxiones a la boca y oídos, las toses mas ó menos pertinaces, las ronqueras, algunas de ellas neruosas, los reumatismos y las pleurodinias y pleuresías. Respecto á las enfermedades crónicas, siguen presentándose en primer término los catarros de todas las membranas mucosas, las pleuro-ncumonias las tisis, las parálisis sostenidas en lo general por lesiones mas ó menos profundas de la médula espinal, las artritis y las gaslro-enteritis. Ullimamenle, el numero de las defunciones ha variado muy poco del que acostumbra haber por este tiempo, a pesar de la estación cruda que está VACANTES. reinando. La plaza de medico-cirujano de la villa de VillarI^ambrantieinto. Ha sido nombrado , dotada con 6U00 rs. anuales , pagados médico supernumerario de Cámara de SS.M.\I. deciervos fondos municipales y por mensualidades venciD. José llovíralla: con este profesor son ochólos de das.—Las documentadas se dirigirán al facultativos que se hallan encargados de la asisten- presidente solicitudes del ayuntamiento, del 13 de abril cia de tan augustas personas. ==Tanibien ha sido próximo, día señalado para suantes provisión. nombrado profesor clínico de la Facultad de medi— Dos plazas de médico-cirujano de Tórredoncina de esta corle p . José Bagés. jimeno (Jaén), dotada con 400 ducados anuales , y níBuisioBi. Parece que el Sr. D. Barto- otra de cirujano puro, con la asignación de 100 mé Obrador, catedrático de Historia natural mé- ducados , también anuales: ambas con la precisa dica de la Facultad, ha renunciado dicha cátedra circunstancia de asistirá lodos los enfermos pocon motivo de haber pasado de vocal á la Junta de bres que por el ayuntamiento se les designen.— Sanidad militar. Las solicitudes en lodo el presente mes. C o l e g i o de f a r m a c é n i i c o s d e S e ^ i —Médico titular de Castillo Locubín (Jaén), doUa. Esta antigua é ilustre corporación, que ya há tada con 3,300 rs. de los fondos de propios, una muchos años arrastraba una existencia precaria, gratificación del Hospital de Madre de Dios, y el se ha reanimado en el día, habiendo entrado á for- igualado voluntario de los vecinos, y en defecto de mar parle de ella casi todos los farinacéutícos de este los honorarios de costumbre.—Las solicitudes Sevilla, y tratando de volver ó emprender sus ta- hasta fin del presente mes. —La plaza de cirujano titular de la villa de Alreas con él mas noble interés y entusiasmo. Lo primero de que se ha tratado ha sido el de reorgani- mendral, provincia de Toledo, partido de Talavera zar la junta de gobierno que marcan sus estatutos, de la Reina, cuya población es sana, con buenas y para ello han sido nombrados los sugetos si" aguas, y de 130 vecinos. Su dotación consiste en 3,800 rs., pagados por trimestres, por dichos veguíenles : cinos y casa que dá el ayuntamiento; siendo de D. Antonio M. Favié Presidente. cuenta ó cargo del cirujano la barba. Los aspiranD. Juan de Mata Castro. . . . Vice-presidente. tes dirigirán sus solicitudes al presidente del ayunD. Ramón Chacón Consiliario 1.° tamiento, francas de porte, en el término de ocho días, pasados los cuales se proveerá la plaza. D. José Mnria de la Cuadra. . id. 2," —Cirujano de la villa de Páganos, partido judiD. Itemigio Campos Fiscal. cial de La Guardia : su dotación 40 fanegas de Irigo D.Antonio García Itodriguez . Depositario. de muy buena calidad, 80 cántaras de vino en mosto, 9 ducados en dinero en recompensa de D. Pablo La Llana . Secretario i.° renta de casa, y otros emolumentos.-Las solicitu]}. Juan l^arra id. 2." des hasta el 27 del actual. Nosotros abrigamos la esperanza de que el celo y laboriosidad que anima á los señores que componen ' MADUID: 1Ü53. —IMPRE.Tl'A M D. M. DELtíUAS. la citada junla, sabrán elevar el distinguido co%ío de farmacéuticos Je Sevilla á la altura á que en 1 Oirás circustancias se ha sostenido.