LA LEY DEL TALÓN Javier Aramburu Monllor peregrino a pie 2 BENDICIÓN DEL PEREGRINO "En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, recibe este morral hábito de tu peregrinación para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por todos los siglos Amén. Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos Amén" . 3 4 INDICE INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 7 1.- CONSIDERACIONES GENERALES ................................................................ 9 2.- LA PEREGRINACIÓN PENITENCIAL............................................................ 11 3.- LA PEREGRINACIÓN PENITENCIAL A SANTIAGO........................................... 17 4.- LA PEREGRINACIÓN COMO PENA CIVIL ...................................................... 21 4.1.- PENAS POR EL INCUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA 4.2.- RESCATE DE LA PENA CIVIL DE PEREGRINACIÓN / LA PENA CIVIL DE PEREGRINACIÓN 22 23 VICARIA 5.- LA LEGISLACIÓN ................................................................................. 25 5.1.5.2.5.3.5.4.5.5.5.6.5.7.- L OVAINA (BÉLGICA) L IEJA (BÉLGICA) MAASTRICH (BÉLGICA) MECHELEN (BÉLGICA) SAINT-TROND (BÉLGICA) T ONGRES (BÉLGICA) YPRES (BÉLGICA) 25 25 26 26 26 27 27 6.- LAS CONDENAS .................................................................................. 29 6.1.- L A PEREGRINACIÓN FORZADA A SANTIAGO Y LAS CIUDADES 6.1.1.- AIRE-SUR-LA-LYS (FRANCIA) 6.1.2.- BRUJAS (BÉLGICA) 6.1.3.- CAUMONT (FRANCIA) 6.1.4.- GANTE (BÉLGICA) 6.1.5.- NAMUR (BÉLGICA) 6.1.6.- NEUBOURG (FRANCIA) 6.1.7.- PARÍS (FRANCIA) 6.1.8.- SAINT-TROND (BÉLGICA) 6.1.9.- YPRES (BÉLGICA) 6.2.- L A PEREGRINACIÓN FORZOSA A COMPOSTELA COMO SUSTITUTA DE OTRAS PEREGRINACIONES 6.3.- L A PEREGRINACIÓN FORZOSA IMPUESTA A FUNCIONARIOS PÚBLICOS 6.4.- ALGUNOS CASOS ESPECIALES 29 29 29 29 30 30 30 30 31 31 31 32 33 7.- LA PEREGRINACIÓN FORZADA EN LA ACTUALIDAD ....................................... 35 7.1.- E L PROYECTO OIKOTEN 7.2.- E L PROYECTO CHISTOPHORUS-JUGENDWERK OBERIMSINGEN 7.3.- L A ASOCIACIÓN SEUIL 7.4.- CUMPLIMIENTO DE PENAS Y CAMINO DE SANTIAGO EN ESPAÑA 7.4.1.- ANTECEDENTES 7.4.2.- LA ASOCIACIÓN “SAN GUILLERMO DE ARNOTEGUI”. 35 38 38 39 39 40 CONCLUSIÓN .......................................................................................... 43 BIBLIOGRAFIA......................................................................................... 45 5 6 INTRODUCCIÓN La obligación de abandonar la propia tierra para ir en busca de otras, como castigo por alguna conducta desviada, se pierde en la noche de los tiempos. En el ámbito de la cristiandad, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se recogen muchos ejemplos. A lo largo de las Edades Media y Moderna, la peregrinación forzada a la tumba de Santiago “El Mayor”, superó con creces a todas las demás. Incluso, hoy es la única que permanece en el empeño de transformar a unos hombres que se salieron del camino. Y, parece que, en un buen número de casos, lo consigue. Aquellas peregrinaciones obligadas, constituian uno mas de los castigos incluidos en el catálogo penal de las ciudades de media Europa. Hoy, son fruto de un contrato establecido entre partes. Por tanto, la pena de peregrinación del pasado podría rebautizarse hoy, peregrinamente hablando, como la “Ley del Talón”. La idea de esta exposición sobre la peregrinación forzada surgió en las tertulias del Ultreya -conocida taberna jacobea madrileña- donde semanalmente se reúne un nutrido grupo peregrino. En adelante, trataré de explicar la evolución histórica de la peregrinación, planteada como una pena, desde sus origenes penitenciales hasta el siglo XXI. ¡Ojalá lo consiga! 7 8 1.- CONSIDERACIONES GENERALES La mayor parte de las veces la decisión de peregrinar respondía a la necesidad de satisfacer un acto de devoción individual. No obstante, muchos fueron los peregrinos que a lo largo de las Edades Media y Moderna iniciaron su caminar a Compostela obligados por una penitencia eclesiástica o por una sentencia civil, según se hubiese pronunciado la pena de peregrinación por un tribunal canónico, administrativo o penal, castigando, en cada caso, un delito de su competencia jurisdiccional. A veces, incluso, el viaje a Santiago se imponía por una sentencia que era el resultado de la concertación de mas de uno de esos poderes. Ya en los albores de la Edad Media -existen datos que se remontan al siglo VI- algunos tribunales eclesiásticos solían imponer como pena pública la peregrinación a lugares donde se veneraban los cuerpos de ciertos mártires. Este tipo de peregrinación era incluida entre las modalidades de las penitencias públicas. Desde el siglo IX, los lugares a los que se deben encaminar estos “peregrinos penitenciales” suelen ser los santuarios más de moda del momento. En esa época los recorridos impuestos suelen ser simples, es decir, recorridos de ida y vuelta a un solo santuario. Algunos siglos después, las peregrinaciones penitenciales serán mucho más complejas. Del canónico, la pena de peregrinación pasa al derecho comunal. Originariamente este proceso se dio en los principados eclesiásticos como Lieja, en donde la influencia canónica, común a todo el derecho medieval, se hacía sentir con más fuerza. Hasta comienzos del siglo XIV, no se acredita la aparición definitiva de las peregrinaciones en las disposiciones legales o estatutarias del derecho penal de Lieja. La peregrinación, además de las ventajas de índole espiritual que comportaba –para la comunidad, la 9 víctima y el victimario-, facilitaba, tanto la tarea de asignar al penado a la nueva modalidad de destierro, un destino concreto, asi como la de comprobar que el viaje, la condena, se había cumplido. A partir de la primera mitad del siglo XVI, van perdiendo importancia paulatínamente, tanto las peregrinaciones impuestas por la autoridad eclesiástica como por la civil. No obstante, en ciertos lugares, muy pocos, duraron hasta la revolución francesa, en 1789. La costumbre penal de la peregrinación forzada tuvo su mayor desarrollo en zonas de las actuales Francia, Alemania, Bélgica y Holanda. En España, donde siempre es infrecuente, desaparece prácticamente a partir del siglo XII, después de que la Inquisición Española tome el relevo de ese tipo de penalizaciones. En la actualidad, la peregrinación a Compostela como condonación de la pena impuesta, se sigue manteniendo en Bélgica, donde jóvenes condenados por delitos menores evitan ir a la cárcel o acceden a la redención definitiva de su pena, a través de lo que se conoce como proyecto Oikoten. 10 2.- LA PEREGRINACIÓN PENITENCIAL Peregrinación penitencial es aquella sanción que se impone por las autoridades eclesiásticos, como pena por la realización de determinadas conductas tipificadas como delito o de especial gravedad en el ámbito religioso. En tiempos donde no estaba muy definida la división entre lo religioso y lo secular, el pecado suponía delito y el delito era pecado. El origen de este tipo de condena se encuentra en el propio derecho canónico, ya que estaba incluida en las tablas o catálogo de penas impuestas por los tribunales religiosos o autoridades eclesiásticas.1 Según Schmitz, se impuso en el régimen penitencial eclesiástico, por influencia del derecho romano, que castigaba el delito de incesto con el confinamiento en una isla. Es un tipo de pena indeterminada y, por tanto, similar a un destierro o extrañamiento. No es tema baladí el que la pena de peregrinatio cumplía un fin práctico, alejando al culpable en los delitos de sangre y honor, de la familia de la víctima, contribuyendo de manera importante a evitar la venganza privada, aún con fuerte raíz en todos los estamentos sociales. Asimismo, los beneficios espirituales logrados a través de la peregrinación eran aplicados a los deudos. También la identificación, a lo largo de la ruta, del peregrino como penitente, a través de sus ropas u otros signos, hacía que este se viese obligado a aceptar un papel en consonancia con el acto sagrado que estaba realizando. Esta situación ejercía un influjo positivo sobre una gran cantidad de estos romeros. Pueden distinguirse tres tipos de peregrinación penitencial: “paenitentia publica solemnis”, “paenitentia publica no solemnis” y 1 La peregrinación como penitencia puede tener influencias bíblicas como consecuencia del castigo de Caín. 11 “paenitentia privata”, diferenciadas según la gravedad de los pecados.2 La primera afectaba a los laicos. Tan solo podía imponerla el obispo una vez en la vida y se tenía que hacer necesariamente al principio de cuaresma. En el siglo XIV ya no estaba en uso. La segunda la imponía el obispo a un prebítero o a quien cometía un pecado grave. La privada estaba destinada a expiar los pecados ocultos, independientemente de su naturaleza y del sujeto activo. Era semejante a la confesión actual.3 La pena podía incluir un tiempo extra de alejamiento del lugar del crimen. Así, en 1515, un criminal de Gante, peligroso y especialmente odiado por los ciudadanos, recibe la condena de peregrinar a Santiago de Galicia y demorar un año el regreso. La creencia, cada vez más arraigada, de que la intercesión de los santos tenía una gran eficacia para obtener el perdón de los pecados, hizo que, de una forma natural, la peregrinación penitencial sin meta determinada se convirtiera, poco a poco y motu proprio, en la obligación de visitar algún célebre santuario, donde, además de poder buscar las intercesiones supraterrenas más poderosas, tenía más facilidades de lograr limosnas que facilitasen su sustento, procurando que tanto la distancia como la dificultad del viaje fuesen proporcionales a la gravedad del pecado cometido.4 2 En Las Partidas de Alfonso X El Sabio se distinguen tres tipos de peregrinos: por propia voluntad, por voto o promesa y por penitencia. 3 Vease: MARTÍNEZ ABAJO, Gregorio, El Camino de Santiago, puente hacia una nueva Europa. Ayer: Auge y decadencia. Hoy: Problemas y búsqueda de soluciones, Actas del VII Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas y GONZÁLEZ – VARAS IBÁÑEZ, Alejandro, La protección jurídico-canónica y secular de los peregrinos en la Edad Media: Origen y motivos, Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 2003. 4 Estas visitas a santuarios aun cuando no hubiesen sido impuestas específicamente, lo vemos en un salvoconducto, citado por Etienne van Cauwenbergh, dado por un obispo a un penitente reo de haber dado muerte a un pariente, y condenado por ello a una peregrinación de siete años. Aquellos que le auxilien, no deben retenerle, sino dejarle pronto reanudar el camino de los santuarios: "Vos ei nullo modo teneatis, nisi tantum, quando ad vos venerit, mansionem ei et focum et aquam largiri dignemini et postea sine detentione liceat ei ad loca sanctorum festinare”. Vease: Les pèlerinages expiatoires et judiciaires dans le droit comunal de la Belgique au Moyen-Age, Lovaina, 1922. 12 Las primeras apariciones de penas de peregrinación acontecen en las comunidades cristianas irlandesas y de otras islas cercanas, extendiéndose con posterioridad al continente. Se escribían y se especificaban claramente en los Libros Penitenciales –que recogen el conjunto de faltas graves y leves en que puede incurrir un cristiano, para ayudar a los confesores a fijar equitativamente la duración y el sacrificio de las penitencias– detallando que peregrinación concreta corresponde al número y gravedad de las faltas cometidas. Será una penitencia catalogada o tarifada, con paso a penitencia pública por su aplicación. La mención mas antigua de peregrinatio como sanción es en la Collectio Canonum Hibernensis del siglo VIII, donde se señala como pena a los ladrones de dinero perteneciente a la Iglesia.5 La peregrinación penitencial es una de las penas mas graves dentro de la disciplina de la Iglesia en la Edad Media. Distintos Libros Penitenciales la imponen para los autores de diversos delitos, indistintamente de que fueran cometidos por clérigos o por seglares. Así, el penitencial llamado "de los treinta capítulos" la señala “por todos los días de la vida al obispo que cometiese un homicidio”. Con él coinciden el Vallicellanum primum y el Civitatense; el Sangallense reduce la pena a doce años, acompañándola de la degradación. De una duración variable son las penas impuestas al clérigo que mata a su hijo o a su prójimo, siendo perpetuo el extrañamiento cuando el culpable hubiere hecho voto de perfección. También se castigan con las mismas penas los pecados de lujuria, la violación del secreto de confesión y el robo sacrílego, cometidos por personas de condición eclesiástica. Se reservaba, además, para los pecados de adulterio y fornicación, y se veía agravada si existía vínculo espiritual como resultado del bautismo o la confirmación. En el caso de seglares se aplica, específicamente, en pecados considerados de una 5 La de peregrinación es una de las penas mas graves, junto con el destierro, el ayuno y las penitencias corporales. 13 gravedad excepcional: delitos graves cometidos contra parientes o personas sagradas.6 A partir de la reforma del proceso penitencial del siglo XIII, cuando concluye el periodo de auge de los libros penitenciales, la Iglesia empieza a imponer con profusión la peregrinación como penitencia. Hasta el “Decreto de Graciano” el concepto de delito y de pecado y, la penitencia como sacramento y la jurisdicción penal canónica, estaban confundidos.7 La peregrinación penitencial fue una práctica muy frecuente entre los prelados. Ende de Rigaud, arzobispo de Ruán entre 1248 y 1279, opinaba que la peregrinación constituía la mejor forma de castigar las insolencias y rebeldías de los clérigos de su archidiócesis. 6 Sobre la variedad de autoridades y territorios donde se imponía la peregrinación como pena, sirvan estos ejemplos: Pedro Damiano, legado pontificio, impone en 1059 a unos clérigos simoníacos peregrinaciones a Roma y a Tours. Por medio de carta recuerda al conde Reniero su obligación de cumplir la peregrinación a Jerusalén, que le había impuesto como penitencia. En 1186, una constitución de Federico Barbarroja deja a elección del obispo el imponer como pena a los incendiarios una peregrinación al sepulcro del Salvador o a Santiago de Compostela, la Jerusalén de Occidente. La peregrinación a Compostela es impuesta por John Pecham, arzobispo de Canterbury, cuando al girar una visita oficial a la diócesis de Chistester en 1283, descubre en la parroquia de Hamme que el párroco Rogelio había fornicado con varias mujeres, y, después de arrependirse había vuelto a su pecado. El arzobispo le condenó a peregrinar, en tres años, a tres santuarios continentales (el primer año a Santiago. El segundo a Roma y el tercero a Colonia). 7 Graciano, fue un monje camaldulense, jurista y profesor de teología de Bolonia. Su vida transcurre a lo largo de los siglos XII y XIII. Su biografía está sujeta a especulación. Se dedicó a la enseñanza del Derecho en el monasterio de San Félix en Bolonia, consagrando su vida a estudiar los cánones eclesiásticos y elaborar su Decreto. Según parece utilizó la ayuda de sus discípulos, especialmente de Paucapalea, que continuaron su obra. Sus logros en el campo del Derecho Canónico le convirtieron en una eminencia en la época y situaron a Bolonia en el centro del estudio del Derecho. La fecha, causa y lugar de su muerte también se desconoce. Probablemente sobreviene antes del III Concilio de Letran (1179), ya que según las crónicas, "se siente la ausencia del Maestro", como le llaman entonces. El Decreto de Graciano, Decretum de Gratiani o Concordia discordantium canonum, también conocido en español como "Concordancia de las Discordancias de los Cánones", "Armonía de los Cánones Discordantes" o "Concordia de los Cánones Discordantes", trata de conciliar la masa de cánones existentes desde siglos anteriores, muchos de ellos opuestos entre sí. Fue redactado entre 1140 y 1142. Pese a que el Decreto no fue promulgado oficialmente, alcanzó gran difusión en la práctica no sólo por su indudable utilidad, sino por la autoridad propia de los textos recogidos en la misma: cánones pertenecientes a concilios tanto ecuménicos como locales, europeos, africanos o asiáticos, así como textos de las Sagradas Escrituras, de la Patrística y de algunas fuentes romanas. Además la obra fue comentada mediante glosas, destacando en este punto la labor del Papa Alejandro III. Vease http://es.wikipedia.org/wiki/Portada 14 Muchas veces las peregrinaciones que debía cumplir el penitente eran múltiples, como en el caso de Guillermo de Nogaret, a quien Clemente V, como condición para levantarle la excomunión que pesaba sobre él por la parte que había tenido en la lucha entre Felipe el Hermoso de Francia y Bonifacio VIII, le obliga a participar en la próxima cruzada, y entre tanto a peregrinar a Notre-Dame de Yauvert, Notre-Dame de Rocamadour, Notre-Dame de Puy en Velay, Notre-Dame de Boulogne-sur-Mer, Notre-Dame de Chartres, Saint-Gilles en Provenza, Saint-Pierre de Montmajour y Santiago de Compostela. A veces, con el fin de agravar la penitencia y ser la pena de carácter infamante, los condenados habían de cumplir la peregrinación portando algún tipo de distintivo: algunos llevaban cruces, grilletes o iban encadenados, especialmente los homicidas, cuyos hierros se forjaban en algunas ocasiones con las armas con que habían cometido sus crímenes. En muchos casos – especialmente los condenados a grandes penas- debían viajar así encadenados, de santuario en santuario, hasta que el uso o un milagro les librasen de sus cadenas. Otras veces, y hasta tiempos relativamente recientes, cumplían la peregrinación vestidos con determinados colores o completamente desnudos; esto sólo los hombres, siendo su equivalente en las mujeres las vestiduras blancas.8 También los tribunales de la Inquisición establecida en el mediodía francés, Provenza y Languedoc, contra cátaros y valdenses hizo una amplia utilización de la peregrinación como pena. A ellos se debe la primera distinción entre peregrinaciones mayores y menores -dependiendo de la gravedad del delitocontándose entre las primeras la de Tierra Santa, Santiago, Roma, Santo Tomás de Canterbury y los Tres Reyes de Colonia. De todas ellas, la jacobea parece haber sido la preferida. Esta 8 En los tiempos más antiguos parecen haberse unido frecuentemente los dos tipos de peregrinación, encadenada y desnuda, en los "nudi cum ferro"; más tarde aparece preferentemente como signo de devoción o cumplimiento de un voto. El catedrático medievalista don Luis Suarez, manifestó en una reciente conferencia sobre el Camino de Santiago que los peregrinos forzados estaban privadosno de dormir en lecho. 15 peregrinación habían de ejecutarla en traje de penitentes, y en algunos casos podía rescatarse en dinero u otras buenas obras.9 Al ir perdiendo competencias los tribunales eclesiásticos a favor de los civiles, los jueces han de adaptarse a la enorme jurisprudencia eclesiástica en la aplicación de las mismas cargas. Bélgica fue el primer país donde las peregrinaciones penitenciales eclesiásticas pasan a las disposiciones legales del derecho penal civil. Entre los siglos XIII a XVI, la peregrinación penitencial se convierte en peregrinación expiatoria al ser adoptada por los tribunales laicos, generalmente para resolver causas penales relacionadas con conflictos civiles, homicidios, injurias… 9 En la novela “La catedral del mar”, ambientada en la Cataluña del siglo XIV, Joan el inquisidor, hermano del protagonista, condena a varios autoinculpados a cumplir una peregrinación a la catedral de Gerona, considerándola una pena menor. Vease: FALCONES DE SIERRA, Ildefonso, “La catedral del mar”, 21ª edición, Grijalgo, Barcelona, 2006. 16 3.- LA PEREGRINACIÓN PENITENCIAL A SANTIAGO El Camino a Santiago de Compostela, a la tumba de Santiago “El Mayor”, fue, de siempre y entre las peregrinaciones a cualquiera de los numerosos santuarios del mundo cristiano, un destino preferente como sanción impuesta a los castigados por la Iglesia o las autoridades civiles. Era la ruta elegida con mayor asiduidad sobre el resto. Se da así, una prueba mas de la preeminencia de Compostela en la devoción del mundo cristiano, hasta el punto de que Dante llegó a sostener que “no se considera peregrino sino a quien va a la casa de Santiago, ya que esta santa sepultura se halla más lejos de su patria que la de cualquier otro apóstol”. Esa predilección puede deberse a varias causas. En primer lugar, los peregrinos escogían santos de los denominados “auxiliadores”, es decir, aquellos que se invocan en momentos de especial dificultad. “El Hijo del Trueno” era considerado un interlocutor de especial categoría y eficacia, por su cercanía a Cristo. Otra causa puede ser que al no ser la peregrinación a Compostela tenida por infamante, muchos condenados a acercarse a otros santuarios pedían cambiar el lugar asignado por Santiago.10 La peregrinación penitencial a Compostela fue generalizándose y, a la par, introduciendo una serie de ritos propios. Al llegar a la ciudad del Apóstol, tras su presentación al Arzobispo y la emisión por este de un certificado acreditativo de la romería -que solo se obtenía después de realizadas las ofrendas y de haber confesado y comulgado- los penitentes quedaban libres de sus pecados o de la pena canónica impuesta. Ya, podían considerarse “hombres nuevos”. 10 La Iglesia podía imponer peregrinaciones penitenciales, pero se obligaba a la vez a velar por la suerte de los peregrinos a los largo de las distintas rutas. Esa obligación facilitó la creación de un auténtico “Estatuto del peregrino”. 17 Peregrinar a Santiago se fue convirtiendo en una forma especial de devoción cristiana con una organización, infraestructura y significado propios. A Compostela se va, en general, por una decisión personal del peregrino y con sentido penitencial. A veces, se camina para solicitar una gracia o para cumplir un voto. En ocasiones se peregrina obligadamente, cumpliendo una penitencia o expiando una pena impuesta. Todo esta variedad de peregrinaciones pueden ser públicas o privadas, vicarias o propias e individuales o colectivas.11 El Códice Calixtino ya recoge estas peregrinaciones en plena Edad Media (siglo XII), "…el peregrino alejándose de su domicilio es enviado a la peregrinación por un sacerdote, en pena de sus pecados, como a su destierro …". La peregrinación como pena y penitencia consigue, también, templar el animo de quienes cometen algún pecado “vergonzoso”. A los peregrinos forzados por pecados de la carne les esperaba, en la Portada de Platerías de la catedral compostelana, una representación de las penas de adulterio que el “Calixtino” describe asi: “Y no se ha de echar en olvido que junto a la escena de las tentaciones del Señor, está representada una mujer que sostiene en sus manos la cabeza putrefacta de su amante, arrancada por el propio marido, quien la obliga a besarla dos veces por día. ¡Grande y admirable castigo para contárselo a todos el de esta mujer adúltera!”. Era un duro recuerdo de la causa de su peregrinación. Aunque, una imagen cercana de la mujer, nos demuestra que la adúltera no esta triste. La Iglesia de acuerdo con el poder civil reprimía a los adúlteros alejándoles entre si, condenándoles a peregrinar hasta Compostela o, incluso, al mismo Jerusalén. Esta pena, que hoy puede parecer pintoresca, era bastante frecuente. La represión alcanzaba, también, a quienes facilitaban alojamiento a los 11 Vease GARCÍA COSTOYA, Carlos, El Camino de Santiago. Año Santo 1993, ABL Editor, Madrid, 1993. 18 adúlteros, como fijaban las ordenanzas de 1499 de los señores y de la magistratura de Saint-Trond.12 No deja de ser curioso, a los ojos del hombre actual que, durante siglos, la pena de peregrinación a Santiago es la que mas comunmente se aplicaba en Europa a los incendiarios: Inician este castigo el concilio de Clermont en 1130 y los de Reims en 1131 y 1148. El II concilio de Letrán en 1139 los condena a ir como cruzados durante un año a Jerusalén o Santiago. El concilio de Valladolid de 1143 castiga a los incendiarios con la permanencia de un año en España al servicio de Dios en la lucha contra los paganos. La peregrinación penitencial acabó desapareciendo debido a los escandalos que producía: vagabundeo, algaradas, disturbios… 12 E. van Cauwenbergh, en la obra citada anteriormente, recoge múltiples ejemplos. 19 20 4.- LA PEREGRINACIÓN COMO PENA CIVIL La peregrinación como pena impuesta a civiles se origina en el derecho eclesiástico de los Países Bajos. Los primeros rastros escritos de peregrinaciones expiatorias se hallan en forma de relaciones en los registros de los escabinos, muy propios de esa zona, como el de Lieja, que en el siglo XV, al autor de golpes o heridas poco graves en el interior de una iglesia o a quien hubiera intentado echar a un hombre del templo, se le castigaba con dos peregrinaciones a Santiago, una a beneficio de la iglesia en cuestión y la otra a favor de la parte perjudicada. Para Van Cauwenbergh en “Les pèlerinages expiatoires et judiciaires dans le droit comunal de la Belgique au Moyen-Age”, la evolución habría sido la siguiente: primeramente mediante una composición puramente privada, reparación ofrecida por el culpable de homicidio, heridas o injurias a la parte ofendida, sin intervención de la autoridad; más tarde interviene ésta como testigo para evitar abusos, y, por último, la comuna y el señor se consideran directamente interesados y fijan la pena legal. Antecedentes de la pena de peregrinación como pena civil, son las romerías impuestas como consecuencia de un tratado de paz entre el señor y sus siervos o, entre dos familias enemistadas por un homicidio. A veces, como consecuencia de esos tratados los caminantes constituían auténticas muchedumbres. Así sucede tras el tratado de paz de junio de 1305, cuando el rey de Francia se reserva el derecho de enviar en peregrinación a tres mil habitantes de Brujas y del Franc (mil de ellos a Ultramar y dos mil al interior). Se produce un hecho similar en la ratificación de la Paz de Arques por Charles le Bel, en abril de 1326, cuando en su virtud, cien habitantes de Courtray irán a Compostela, cien a Saint-Gilles en Provenza y otros cien a Rocamadour. Es difícil precisar cuando se introduce la peregrinación como pena del derecho civil pero, no cabe la menor duda de que 21 fue en los países flamencos donde fue usada en primer lugar y con mayor profusión. También se conocen casos en los que fue aplicada en Francia y Alemania. Desde luego era una pena común en los Países Bajos a fines del siglo XIII, siendo considerada ya entonces como costumbre muy antigua. A principios del siglo XIV es una pena impuesta con bastante asiduidad en el viejo continente.13 El número de las penas de peregrinación dictadas irá creciendo hasta formar en el siglo XVI una larga serie de viajes como castigo a imponer por distintos delitos, desde el homicidio hasta un incumplimiento menor de las ordenanzas municipales. Los santuarios de destino, fijados específicamente para los distintos delitos, son muy variados, desde algunos belgas hasta la India. Los más frecuentes son: Compostela, cuya peregrinación es impuesta por 25 comunas, seguida por Rocamador, Chipre, Heures-Saint Josse, Vendome, San Pedro y San Pablo en Roma, Bari, Tours, Colonia y Saint-Gilles. Esta manera de proceder fue calificada como de “higiene social” e impuesta por Tribunales principalmente urbanos. A partir del siglo XVI, a raíz de la Reforma Protestante, comienza el declive de las peregrinaciones forzadas. 4.1.- Penas por el incumplimiento de la sentencia Que el penado a la peregrinación forzada intentase eludir la sentencia, podía acarrearle graves consecuencias. El año 1405, reinando Juan “Sin miedo”, un tal Pierrot "Le porteur", que había herido gravemente a Anthoine Donneur, "Le procureur", fue condenado en Namur a un viaje a Compostela. Pierrot, en lugar de acometer el viaje, se refugió en Jambes, pensando que al 13 A veces, el peregrino era obligado a ir a recoger bordón y morral públicamente en el lugar donde había cometido el delito o en el de residencia de la víctima. Asi, se consideraba que realizaba un acto de humildad y otro de reconocimiento al ofendido. Algunas veces completaba los anterior confesando en público y participando en una procesión previa a su partida. 22 encontrarse fuera de la jurisdicción de las autoridades de Namur podría librarse del cumplimiento de la pena. Tras un largo pleito, fue extraditado y condenado a ser decapitado, siendo cumplida la sentencia a la entrada de Herbat. Esta severidad era, sin duda, excepcional y consecuencia de las circunstancias especiales que concurrieron en el caso. No obstante, Los Estatutos de la ciudad de Lieja de 1328, fijaban en su artículo 59, la pena de destierro y privación definitiva de la burguesía a quienes se les probase que habían traído certificaciones ("lettres de voiages") falsas de su peregrinación. Se conoce que los escabinos de esa ciudad establecieron en mayo de 1540 que quien fuera condenado a un viaje y no lo hiciera, debía ser condenado, de nuevo, al mismo viaje y a una mitad más a beneficio del Señor. 4.2.- Rescate de la pena civil de peregrinación / La pena civil de peregrinación vicaria Muchos de los peregrinos condenados a viajar a Compostela forzados por penitencia canónica o por la obligación de cumplir una pena civil, tras admitirse el principio de la sustitución del sujeto activo de la peregrinación, sustituyeron su romería por peregrinos retribuidos, peregrinos vicarios o, simplemente, por dinero. Estas modalidades de realización de una peregrinación son aplicables, lógicamente, a los que visitaban cualquiera de los numerosísimos santuarios del mundo cristiano, que por causas muy diversas se convirtieron en centros de peregrinación. La Iglesia, contempló en todo momento la posibilidad de rescatar la pena con dinero u otras buenas obras. De hecho, fue práctica bastante habitual tras los conflictos religiosos sostenidos con cátaros y valdenses. Son conocidas las varias tarifas que fijan los precios del rescate de las diferentes peregrinaciones forzadas. La jacobea es igual a la de Roma.14 14 En la tarifa de Audenarde de 1338 se fija en doce libras. En el siglo XVII, las tarifas de Hasselt (Limbourg) y de Lieja, fijaban, respectivamente, el rescate de la peregrinación a Compostela en 20 y 10 florines de oro. Las dos tarifas son de la misma época y se refieren a la misma moneda. 23 La autoridad civil, sobre todo en Bélgica y Holanda, también hizo uso de la posibilidad de redimir la pena de peregrinación con dinero -poco tiempo después de aparecer en los catálogos penales– ofreciéndosela al condenado en todos los casos, siempre que no tuviese cáracter infamante y fuese equivalente a una multa u obligación civil. El rescate en dinero debió ser cada vez más frecuente. Incluso. en ocasiones, la peregrinación impuesta esconde una multa económica por la imposibilidad material de cumplir la condena. En tal caso, parece que quiere imponerse el pago dinerario. En algunos casos, sólo el rescate hace posible el cumplimiento de la sentencia, como en el caso de Willen van Waihoven, a quien los escabinos de Saint-Trond condenaron a 16 viajes a Compostela y otros 16 a Chipre, por un delito de injurias a la magistratura de la ciudad. Amberes entre 1414 y 1430 realizó 21 peregrinajes forzados y entre 1430 y 1445, once. Constituye el 57 % de los impuestos. Leyden, entre 1445 y 1470, realizó 415. El 72 % de los impuestos. En el supuesto de no redimir la pena con dinero, la leyes especifican que el culpable ha de ejecutarla personalmente, eliminando, por el momento, la peregrinación vicária. Posteriormente pasa a ser admitido, en algunos casos, el envío de un sustituto, que en ciertas ocasiones había de ser una persona concreta, estipulada en las leyes.15 15 El derecho municipal de Lieja estipulaba que una mujer casada, condenada por un hecho anterior a su matrimonio, podía, cumpliendo determinadas condiciones, si así lo quería el marido, hacerse sustituir en la peregrinación por éste, pero no por otra persona cualquiera. 24 5.- LA LEGISLACIÓN La peregrinación a Compostela es recogida por una gran parte de las legislaciones europeas en las Edades Media y Moderna. Son de suma importancia las procedentes de las administraciones penales belgas. Los ejemplos son muy numerosos y el procedimiento va racionalizándose con el paso del tiempo: a principios del siglo XVI, mas de 25 ciudades flamencas contemplan la peregrinación como una alternativa a otras penas. La peregrinación a Santiago era impuesta como condena en distintos casos: 5.1.- Lovaina (Bélgica) Esta municipalidad, en 1513, castigaba a los condenados por agresión a peregrinar de acuerdo con la importancia de la herida: superficial, a Estrasburgo; profunda, a Milán; mutilación, a Compostela. 5.2.- Lieja (Bélgica) En la Paix d’Angleur de 1312 se estipula a beneficio de la comuna, para determinada clase de delitos. Una disposición de los “Estatutos de la ciudad de 1328” condena a peregrinar a Compostela al raptor de la mujer o hija, siendo la peregrinación a beneficio de la parte ofendida. En 1366 se promulgan, los “Estatutos de Jean d’ Archel”, donde la peregrinación a Santiago figura en muchas de la penas impuestas, señalándola, incluso, para el juez o escabino culpable de indelicadeza en la compra de bienes o créditos en litigio. La romería a la tumba del Hijo del Trueno se contemplaba en el Nouveau Ject de 1394 a beneficio de la comuna para los culpables de tumulto agresivo y a mano armada ante el domicilio de un burgués. 25 La “Paix de Saint Jacques” de 1487, condena a un viaje a Santiago al raptor de la mujer o de la hija de otro, en este caso, la peregrinación ha ser a beneficio de la parte ofendida.16 5.3.- Maastrich (Bélgica) Los “Estatutos de 1380” castigaban a los violadores de la Tregua de Dios con una peregrinación jacobea a beneficio de la comuna. También a quien ante el juez eclesiástico incurra en el delito de acusación falsa. Asimismo, fijan la pena de peregrinar a Santiago para algunos tipos de prevaricación. 5.4.- Mechelen (Bélgica) Según las leyes de esta ciudad, provocar un altercado que ocasionase ruido por la noche, era suficiente para que quien lo hubiese ocasionado fuese enviado en peregrinación a Santiago. 5.5.- Saint-Trond (Bélgica) Los “Estatutos de de 1366” fijaban para los raptores dos peregrinaciones, una a beneficio de la comuna, otra a favor de la parte agraviada. Una ordenanza de 1393 castiga con el mismo viaje las injurias entre burgueses con motivo de los rencores producidos por los disturbios revolucionarios en tiempos de Juan de Baviera. En el siglo XV, el castigo de amputación de la mano derecha iba unido al de viajar a Compostela para el que de noche provocase a un burgués al salir de su casa, doblándose la pena, a beneficio del señor y de la ciudad, si la provocación se dirigía, contra un tabernero, de noche. En 1423 merecía la misma condena quien se opusiera al pago de rentas o alquileres debidos a la villa. 16 En ciertos casos, Lieja estipuila una tercera peregrinación, siendo la última a beneficio de la parte perjudicada. 26 En 1486, eran condenados a peregrinar a Santiago los culpables de distintos atentados contra la propiedad. Según lo estipulado en la Paix de S. Jacques, de 1487, algunas injurias, como llamar a otro "avorton, bâtard, sorcier, voleur, assasin, incendiaire”, podían acarrear a quien las profiriese una peregrinación jacobea, si el injuriado era de mejor condición que el ofensor. En 1499 una ordenanza de los señores y la magistratura de esta localidad condena al mismo peregrinaje al que dé alojamiento a personas que vivan públicamente en adulterio. Son curiosas las medidas estipuladas en esa ciudad el 23 de marzo de 1523 contra los adúlteros: cuando la situación era pública y notoria, los culpables eran obligados a peregrinar a Saint-Martín de Tours; si quince después de su regreso no se habían separado, tenían que ir a Santiago de Compostela; y si tras un nuevo plazo de quince días no habían roto su unión ilegal, eran condenados a destierro perpetuo y además a la amputación de un pie o una mano.17 5.6.- Tongres (Bélgica) El artículo 27 de la Charte de 1502, castiga con dos peregrinaciones a Santiago, una a beneficio del señor y otra para la ciudad, a quien sacase espada o cuchillo contra el prójimo. 5.7.- Ypres (Bélgica) Esta ciudad, castigaba con la pena de peregrinación la prostitución, la blasfemia, la brujería y la falta de práctica religiosa. Incluso llegó a castigar con esta pena la infracción de 17 En la vida de san Gerlac se relata el caso de un peregrino de esta ciudad que, llegado a Santiago, en el momento de entrar en el santuario, se vió impedido por una fuerza sobrenatural, sus pies se le quedaron pegados al suelo mientras que todos sus compañeros pudieron entrar. El hombre, un adúltero no arrepentido, aconsejado por un sacerdote, regresa a su pais, vuelve a encontrar a la esposa repudiada, regresa con ella a Compostela, y sin dificultad alguna puede franquear la puerta de la basílica.. 27 ordenanzas de policía, como bañarse en los estanques de la ciudad o vender flores a la puerta del Concejo.18 18 El ofrecimiento de flores era considerado un pretexto para proposiciones inmorales. 28 6.- LAS CONDENAS Son numerosas las condenas en aplicación de la legislación señalada anteriormente. Dato significativo es que a criterio del juez, el condenado, podía ir acompañado de un alguacil o persona delegada que le custodiaba hasta el cumplimiento total de la pena que, unas ocasiones era la llegada a Compostela y otras la vuelta a la ciudad de origen. 6.1.- La peregrinación forzada a Santiago y las ciudades Hasta nuestros dían han llegado un buen número de sentencias que contemplan la peregrinación por el “Iter Sancti Jacobi” como condena por delitos de carácter civil. Siguiendo a Van Cauwenbergh a continuación se enumeran algunos casos concretos: 6.1.1.- Aire-sur-la-Lys (Francia) En 1328 fue condenado a caminar hasta la tumba del Hijo del Trueno el cómplice de un atentado contra el preboste de esta localidad. 6.1.2.- Brujas (Bélgica) El 29 de julio de 1391, el Consejo Privado del conde de Flandes, condenó a Sohier Scaec y a cuatro cómplices por golpear a varios funcionarios del príncipe en Brujas. La sentencia les obligó a peregrinar a Nuestra Señora de Nápoles y, un mes después de su regreso, a Compostela. 6.1.3.- Caumont (Francia) En 1307, la condesa Matilde de Artois y el condestable Gautier de Cantillon, en su papel de jueces, condenaron a Juan de Varennes a visitar las sepulturas de Tomás de Canterbury y del 29 Apóstol Santiago en Compostela, por haber maltratado de palabra y obra al señor de Caumont. 6.1.4.- Gante (Bélgica) La mas antigua condena a peregrinar a Compostela que se conoce en esta ciudad data de 1306. Se refiere a uno de los cómplices del homicidio de un ciudadano gantés, Pieteruten Boengarde, en el transcurso de los sangrientos desórdenes sucedidos entre 1294 y 1306. La mayor parte del resto de condenados peregrinaron a Chipre. 6.1.5.- Namur (Bélgica) En 1369, Godofredo y Amoldo de Bertichamps –nobles, no burgueses– son obligados a peregrinar. Deben hacer, para recobrar la gracia del conde de Namur, Guillermo I, las peregrinaciones de Chipre y Compostela. El delito cometido era haber incendiado una casa en una guerra de familia. Sus cómplices en la acción -los bastardos de Trazegnies y de Sombreffe– han de realizar únicamente la peregrinación a Santiago. En 1450, los escabinos de esta localidad otorgan un salvoconducto a tres ciudadanos a quienes previamente habían condenado a peregrinar a la tumba de Santiago. 6.1.6.- Neubourg (Francia) En 1334 es asesinado el abad de Neubourg por personas de lugares cercanos. Dos de los culpables son obligados a peregrinar, primero a Roma y, al año siguiente, a Compostela. 6.1.7.- París (Francia) Una sentencia del Parlamento de París de mayo de 1284 condena a peregrinar a Compostela a los dos hijos de Herbert, llamado “El escribano”, por haber vilipendiado a Girat le Boucher de Compiégne. 30 6.1.8.- Saint-Trond (Bélgica) Peter Tutelers, culpable de blasfemia, es sentenciado en abril de 1445 por la magistratura de Saint-Trond a un viaje a la tumba de Santiago El Mayor y otro a Roma, con obligación de presentarse al Papa. 6.1.9.- Ypres (Bélgica) Por heridas ocasionadas a Víctor de Dixmude fueron condenados a distintas peregrinaciones, el 6 de enero de 1370, varios ciudadanos de Ypres. El, tuvo a su vez que cumplir una peregrinación a Le Puy en Velay, a beneficio de un tal Nicolás, contra quien había delinquido y otra a Santiago de Compostela, a beneficio del conde.19 6.2.- La peregrinación forzosa a Compostela como sustituta de otras peregrinaciones A veces, la peregrinación jacobea unida a otras puede sustituir a la de Tierra Santa, difícil de acometer por las guerras con los infieles u otras causas. - Así sucedió con Robert le Roulx, señor de Morialmé, quien se comprometió con Guillermo II, conde de Namur, el 27 de noviembre de 1402, a ir a Jerusalén en un plazo de cuatro meses, a partir del momento en que su señor le requiriese a ello. Si no pudiese llegar allí, iría a Chipre y después a Compostela. - Un tal Thirion, condenado por herir de gravedad a su paisano Andrion, se compromete ante los escabinos de Namur a ir en peregrinación a Santiago, si Andrion sanaba de sus heridas, y a Chipre y Rocamador, en el caso de que muriese.20 19 En caso de que la peregrinación fuese motivada por unas heridas, variaba el destino según que fueran más o menos graves y hubiese o no acaecido la muerte de la víctima a consecuencia de ellas. 20 También parece que unas peregrinaciones tenían a los ojos del pueblo un carácter infamante, del que carecían otras. En el principado de Lieja, ya en 1207, la Paix des Clercs distingue las siguientes clases de heridas: "plaie 31 - Hacia 1473, Joos Pietersseune, fue penado por los escabinos de Ypres a peregrinar a Rocamador. Recurrió ante el Gran Consejo de Malinas, creado recientemente por Carlos el Temerario, por considerar vergonzosa la condena, que, según el, había estado motivada por "meurdre et non pour choses vilaines et honteuses". El Gran Consejo no admitió los motivos argüidos como válidos, pero Pietersseune, al cabo de dos años, logró que le fuese conmutada la peregrinación a Rocamador por otra a Santiago de Compostela. 6.3.- La peregrinación forzosa impuesta a funcionarios públicos También los funcionarios podían verse expuestos a una peregrinación involuntaria a Santiago por negligencias o extralimitaciones en el ejercicio de su cargo. Incluso el intento de renunciar a sus funciones por motivos no justificados comportaba ese peligro: - Un cargo público de Wosterloo es condenado en 1422, a peregrinar a Santiago y Roma por su falta de diligencia en perseguir a unos extranjeros que habían cometido desafueros en su jurisdicción. - El mayordomo y el guardabosques de Meerhout son declarados culpables de haber llevado sobre un caballo atado de pies y manos a Sinte Petersman de Lovaina y son condenados a viajar, uno a Compostea y otro a Rocamador. - En 1434 los escabinos de Saint-Trond amenazan con una peregrinación a Compostela al recaudador de dicha villa que pretendía renunciar a sus funciones por motivos no justificados. - En 1447 la Hansa germánica, bajo el patronazgo de Santiago, condena al “Asyer” de Brujas a una multa, a pagar una indemnización y a peregrinar a Compostela, por haber ouverte; bature a sanc sens play e ouverte; bature sans sanc", que son castigadas, respectivamente, con peregrinaciones a Compostela, Rocamador y Vendome. 32 ordenado encarcelar injustamente a un comerciante alemán en vinos. 6.4.- Algunos casos especiales La condena a la peregrinación jacobea, era impuesta en ocasiones por causas que, hoy día, pueden parecer de escasa gravedad. En 1408, el magistrado de Tournai prohíbe a los feligreses de Saint-Brice volver a representar los misterios del Santo Sacramento bajo advertencia de que su incumplimiento ocasionaría una peregrinación a Compostela. El motivo de tal aviso era, sin duda, debido a las sátiras hacia los eclesiásticos que se incluían en la obra. El mismo año, una mujer brabanzona es condenada a peregrinar hasta Santiago, acusada de haber echado unos maleficios en el umbral de una vecina suya. La sentencia especificaba que el Camino sería por tierra y que se abstuviera durante el mismo de aprovecharse económicamente del mismo. A menudo, los conflictos comerciales también ocasionan peregrinaciones forzadas a la tumba de Santiago. Asi sucedió en 1391 tras ser molestado un mercader por flamencos. Estos, se vieron obligados a enviar dieciséis peregrinos a Roma, otros tantos a Compostela y cuatro a Jerusalén. Algunos investigadores consideran que la “peregrinación expiatoria” es una solución sustitutoria de la pena de destierro. De este modo se entiende mejor la pena impuesta a un personaje llamado Esteban, a petición de Margarita, esposa de Ponsardo de Larrabis: el Parlamento le condena, por maltrato, a una satisfacción pública consistente en viajar a Santo Tomás de Canterbury, a Reims y a Santiago de Galicia, permaneciendo en cada uno de estos lugares un año por su cuenta. Esteban regresó, una vez cumplida la totalidad de la pena, con las acreditaciones correspondientes. 33 34 7.- LA PEREGRINACIÓN FORZADA EN LA ACTUALIDAD Actualmente, peregrinar a Santiago o a otros santuarios, como medida alternativa a la pena de prisión o para evitar una condena, se continúa practicando en Bélgica y Alemania, donde jóvenes delincuentes evitan ser juzgados, ir a la cárcel o acceden a la redención definitiva de su pena, a través de los conocidos como proyectos Oikoten y Chistophorus-Jugendwerk Oberimsingen. En España, todos los años, desde hace casi quince, internos acompañados por distintos funcionarios realizan parte de la Histórica Ruta desde varios centros penitenciarios. Es contemplado como una actividad mas de las programadas de la prisión. 7.1.- El proyecto Oikoten Esta organización intenta recuperar la tradición citada a fin de que la peregrinación sea un instrumento para el tratamiento de jóvenes del mundo delictivo. Su filosofía se basa en una “pedagogía emancipatoria”. 21 Oikoten es una palabra con un doble significado: por un lado puede significar “lejos de casa” (entendiendo casa como patria de origen) y, por otro, “por tu propio esfuerzo”. El nombre de la organización define perfectamente la intención y las consecuencias perseguidas con la peregrinación. Se inspiró en las “Caravanas de la Última Oportunidad”, de la asociación Visión Quest (Busqueda de la Claridad) de Estados Unidos. El proyecto se inicia en 1982. Ese año caminan de Vezelay a Santiago (2500 kilómetros), dos menores de una institución cerrada belga y un acompañante. Tardaron 4 meses. Los menores no han vuelto a tener contacto con instituciones penales. 21 Término acuñado por Laurie Dennett, vicepresidenta honoraria de la Confraternity of St. James del Reino Unido. Vease: DENNETT, Laurie, El Camino de Santiago: Unos modelos europeos de la práxis de la transformación, Actas del VII Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas . 35 En 1987, el proyecto se abre a chicas y se fijan nuevas rutas: en bicicleta, de Argelia a Santiago, Africa Central o la India. En el año 1992 trabajaron con 25 jóvenes de los que 8 hicieron el Camino (7 chicos y 1 chica), otros 8 trabajaron en la India, 4 hicieron un curso de navegación y caminaron en Escocia y el resto trabajaron en otras tareas como la construcción de un refugio en los Pirineos, la vuelta a Portugal en bicicleta… Las edades de los jóvenes eran: 15, un chico; 16, tres chicos; 17, trece chicos y chicas; tres chicas y un chico de 18 y un chico de 21 años. El programa lo terminaron con éxito 13 chicos y 5 chicas, lo interrumpieron 3 chicos y una chica y continuaban realizándolo 2 chicos y una chica. Estos jóvenes habían cometido pequeños delitos contra la propiedad (con o sin intimidación), tenían problemas con las drogas, fugas… De los 25, quince procedían de instituciones estatales, 3 de privadas, 6 del domicilio familiar y una de una institución psiquiátrica. Concluído el programa, 4 ingresaron en instituciones públicas o privadas, 18 hacían una vida normal, solos o en casa, algunos con seguimiento de Oikoten pero integrados socialmente, los 3 restantes abandonaron el proyecto. Los años 1990 y 1991, también participaron 25 jóvenes en los diversos proyectos, de los que 10 hicieron el Camino. La preselección de los futuros peregrinos la suelen hacer los propios jueces o los responsables de las instituciones de internamiento. Es recomendable que no tengan menos de 16 años, por la dureza de la peregrinación. La selección corre a cargo de Oikoten. El futuro peregrino ha de escribir una carta demostrando una adecuada motivación. De ellas, no se tienen en consideración 36 las de aquellos que sufren problemas psiquiátricos o de adicción a las drogas. Una vez elegidos, los menores tienen que comprometerse al proyecto por medio de un contrato en el que destacan cuatro normas: andar cada paso del camino, respetar la ley, no usar Ipod, sistemas de almacenamiento masivo y teléfono móvil, y evitar cualquier comportamiento que pueda poner en peligro la peregrinación. Además, pasaran una o dos semanas en el Centro Oikoten a fin de prepararse físicamente, conocerse entre ellos y conocer las reglas bajo las que van a peregrinar. Han de realizar un examen médico. Desde el punto de vista jurídico el proyecto exige un acuerdo mutuo entre las tres partes implicadas: joven, sistema judicial y Oikoten. Caminan una media de 25 kilómetros diarios, descansando cada 8 o 10 días. Tardan unos 4 meses en cubrir la distancia. Se evita el paso por los grandes centros urbanos, salvo los de relevante carácter histórico. Los peregrinos han de transportar todo el material en mochilas, pernoctan en tienda de campaña y se preparan su comida. Se cuenta con un presupuesto global. Los grupos cuentan con un máximo de 6 personas. La fórmula mas satisfactoria es de dos jóvenes y un acompañante, cuya función es la de asumir la responsabilidad del cumplimiento de los planes previstos y el control del comportamiento de los jóvenes. Han de ser mayores de 25 años y son contratados específicamente para cada Camino a través de anuncios en la prensa. Durante la peregrinación se constituye un grupo de colaboradores “en casa”, que realizan el seguimiento a distancia. Incluso, a veces, se desplazan al Camino. Este grupo continúa comprometido con la recuperación del joven tras su vuelta a Bélgica. 37 7.2.- El proyecto Chistophorus-Jugendwerk Oberimsingen Tiene su sede en la Archidiócesis de Friburgo, Alemania, bajo la advocación de Cáritas. Sus fines son de asistencia a la educación. La organización ve su tarea como labor asistencial, lo que implica la transmisión de valores cristianos. Ofrece su asistencia a menores de 16 o 17 años a quienes ofrece su ayuda raramente han tenido contacto con la iglesia. A veces ninguna. Chistophorus-Jugendwerk Oberimsingen, desde sus comienzos, ha creído que los proyectos de la peregrinación debían unirse a acciones laborales. Con la participación del Deutsche Sankt Jakobus Gesellschaft, y los Padres Palotinos en España y Alemania, grupos de menores construyeron un albergue de peregrinos en la casa parroquial de Hospital de Órbigo, entre 1991 y 1993. La operación se repitió en Santibáñez de Valdeiglesias entre 1994 y 1997. Se reconstruyó la iglesia ruinosa de Foncebadón como albergue, entre 1998 y 2000. Mas de 100 menores de la órbita de la organización alemana participaron en esos proyectos de reconstrucción junto a gente joven de la diócesis de la zona. Las peregrinaciones de Chistophorus-Jugendwerk Oberimsingen, en las que han participado mas de 1000 jóvenes en 13 años, se dividen en etapas anuales de unos 14 días cada una. Entre 1992 y 1999 realizaron el Camino Breisach-Santiago y entre 2001 y 2008, realizaran Oberimsingen-Compostela (por la ruta de Arlés). El primer proyecto se llamo “Peregrinaciones de Pentecostés” y, el actual se conoce como “El futuro Camino de los hombres”.22 7.3.- La Asociación Seuil 22 En el mes de abril de 2007, ha sido visto un grupo de jovenes dependientes de esta asociación entre Carrión de los Condes y Sahagún. 38 En Francia, Bernard Olivier (n. 1938), periodista político, decidió al cumplir 60 años crear la Asociación Senil (Umbral) para ayudar a jóvenes delincuentes a encontrar una salida a sus problemas a través de la marcha. Los jóvenes tienen que realizar una travesía de dos mil kilómetros, a una media de unos treinta kilómetros diarios, acompañados de dos "animadores" que se ocupan del itinerario y del dinero. La Asociación ha realizado marchas por varios países del mundo y ha incluido el Camino de Santiago y otras rutas por España en sus itinerarios. 7.4.- Cumplimiento de penas y Camino de Santiago en España 7.4.1.- Antecedentes El éxito de la iniciativa en Bélgica ha llevado a algunos jueces y abogados españoles a defender que el Camino de Santiago se convierta también en España en una medida alternativa a la prisión de jóvenes delincuentes. Durante el IV Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas, celebrado en Carrión de los Condes, del 19 al 22 de septiembre de 1996, se presentaron dos comunicaciones propugnando la realización del Camino y la colaboración en tareas auxiliares en el mismo en relación con la nueva pena de trabajo en beneficio de la comunidad (TBC) o como parte del computo de la pena de prisión. Pablo Arribas Briones, profesor asociado de la Facultad de Derecho de Burgos y Joaquín Giménez García, miembro del Tribunal Supremo, al calor del nuevo Código Penal y de la Ley del Menor, se proponen impulsar la colaboración de jovenes delincuentes en tareas de “utilidad pública o social” en el Camino, dada la “probada virtud renovadora” del mismo. Entre las actividades propuestas por Arribas Briones se encuentran la colaboración en la señalización con flechas amarillas del itinerario jacobeo, el adecentamiento y limpieza del 39 propio Camino, en especial áreas de descando, arbolado y fuentes, la realización de tareas auxiliares de hospitaleros y de actividades animadoras. Antes de la iniciación de esa colaboración, se propone la realización del Camino desde Roncesvalles, Jaca o algún otro punto mas lejano. Giménez García propone a la Federacion de Asociaciones del Camino la creación de un organo ad-hoc para negaciar con la Dirección General de Instituciones Penitenciarias un convenio de colaboración en materia de TBC. Asimismo esboza ideas sobre como las características del Camino a realizar, selección de candidatos, acompañantes... También se presentó una comunicación titulada “El Camino de Santiago. Búsqueda y Cambio. Programa Psicopedagógico alternativo a la pena privativa de libertad en jóvenes delincuentes”. En octubre de 2003, el Colegio de Abogados de Sabadell, a través de su decano Manuel Hernández Martín, dirigió a la Consejería de Justicia de Galicia y a distintos parlamentos autonómicos, una propuesta en la que se contemplaba la posibilidad de que delincuentes jóvenes no reincidentes puedan redimir su pena en España realizando el Camino de Santiago. La propuesta recibió distintos apoyos, entre ellos el de los consejeros de Justicia de Andalucia y de Galicia, miembros de los dos grupos parlamentarios mas fuertes de las Cortes Generales. El VII Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas, celebrado en Ponferrada en 2005, donde se presentaron distintas comunicaciones que hacías alusión al tema de la peregrinación forzada, hizo un llamamiento en sus conclusiones a la reutilización del Camino como iter paenitentialis moderno, como instrumento de inserción. 7.4.2.- La Asociación “San Guillermo de Arnotegui”. 40 En España, a mediados de octubre de 2007 se fundó la Asociación “San Guillermo de Arnotegui” cuyo fin primordial es retomar el espíritu de las otrora peregrinaciones forzadas a Santiago e investigar en las cuestiones relacionadas con este tema. La Asociación, también, tratará de promover y favorecer las acciones necesarias para que ese fin se conozca y utilice, e intervendrá, también, en actividades culturales, educativas y recreativas encaminadas a ayudar en los planos cultural, intelectual y físico a los peregrinos a Santiago de Compostela que participen en sus proyectos. La Asociación nace con el compromiso de contribuir a la revitalización, conservación y defensa de las rutas y elementos jacobeos a través de su trabajo intelectual y/o físico. La acción de la Asociación se dirigirá, fundamentalmente, a jóvenes de bajo perfil delictivo. Con los penados en Instituciones Penitenciarias o sometidos a medidas de internamiento promoverá peregrinaciones de corta duración ya que se encuentran limitadas por la duración de los perrmisos. Con los usuarios que no se encuentren internados se procurará la realización de peregrinaciones de una duración próxima a los 30 días. A través de la relación con las Administraciones Públicas y las Asociaciones Jacobeas trata de colaborar en la recuperación y conservación, por medio del trabajo, de elementos de servicio al peregrino en los Caminos a Santiago.23 La Asociación ha tenido una excelente acogida por parte de Autoridades, Administraciones, Asociaciones Jacobeas… Durante 2008 y 2009 le asociación ha realizado 6 peregrinaciones completas a Santiago con notable éxito. 23 Asimismo, tratará de colaborar en tareas de restauración, en actividades auxiliares de arqueología y de consolidación y ornato de edificios situados en las proximidades del Camino y vinculados históricamente con el mismo. 41 Paises como Italia y Gran Bretaña, apuntan proyectos de índole similar. 42 CONCLUSIÓN El Camino Francés se encuentra cuajado de elementos penales y penitenciarios: hay cárceles, depósitos municipales, juzgados, rollos, picotas e, incluso, alguna horca. Varios de estos elementos se encuentran íntimamente ligados al Camino, como el rollo de Boadilla o la cárcel de Triacastela. Además, todos aquellos que, desde el mismo origen de la peregrinación a Compostela, se vieron forzados a cumplir una penitencia, una pena o han tratado de evitar esta caminando hasta la tumba de Santiago el Mayor, ya forman parte de el. O bien no cumplieron con su peregrinación, muriendo en la andadura y quedando para siempre a lo largo de la ruta, o volvieron a sus lugares de origen transformados y convertidos en personas distintas. Hoy, la tradición de enviar al Camino a personas – fundamentalmente jóvenes- que se salen de la senda marcada vuelve a ser un instrumento penal en uso. Probablemente le ayude el auge de las penas alternativas, tan necesarias por distintos motivos. Prueba de ello puede ser la excelente acogida que ha tenido la idea de crear la Asociación San Guillermo de Arnotegui en distintos ámbitos relacionados con el mundo de la pena. 43 44 BIBLIOGRAFIA - ARRIBAS BRIONES, Pablo, Consideraciones sobre el Camino de Santiago y la sustitución de penas privativas de libertad en la nueva legislación penal española, Actas del IV Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas, Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León, Valladolid, 1997. - ARRIBAS BRIONES, Pablo, Picaros y picaresca en el Camino de Santiago, 3ª ed., Librería Berceo, Burgos, 1999. - BANGO TORVISO, Isidro G., El Camino de Santiago, Espasa Calpe, Madrid, 1993. - BRAVO LOZANO, Millán, Guía del peregrino medieval “Codex Calixtinus”, 11ª edición, Centro de Estudios Camino Santiago Sahagún, Valladolid, 1997. - CORRIENTE CÓRDOBA, José Antonio, La protección jurídica del peregrino y del Camino, De Madrid al Camino, Revista de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid, número especial, Madrid, 2005. - DENNETT, Laurie, El Camino de Santiago: Unos modelos europeos de la práxis de la transformación , Actas del VII Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas, Asociación Amigos del Camino de Santiago del Bierzo, Ponferrada, 2006. - FERNÁNDEZ DE BUJÁN FERNÁNDEZ, Antonio, El Camino de Santiago: Estatuto jurídico del peregrino compostelano, Derecho y Opinión, Revista de la Universidad de Córdoba, número 7, Córdoba, 1999. - GALLEGOS VÁZQUEZ, Federico, Estatuto jurídico de los peregrinos en la España medieval, Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 2005. - GARCÍA COSTOYA, Carlos, El Camino de Santiago. 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