UNIVERSIDAD DE OVIEDO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTE DE HISTORIA DEL ARTE Y MUSICOLOGÍA. HÉROES DEL SILENCIO Y LOS ESTILOS DEL ROCK DE FINALES DE SIGLO SARA ARENILLAS MELÉNDEZ MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN PATRIMONIO MUSICAL POR LAS UNIVERSIDADES DE OVIEDO, GRANADA E INTERNACIONAL DE ANDALUCÍA 2011-2012 DIRECTOR DEL TRABAJO FIN DE MÁSTER: DR. JULIO RAÚL OGAS JOFRE Oviedo, Julio de 2012 UNIVERSIDAD DE OVIEDO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTE DE HISTORIA DEL ARTE Y MUSICOLOGÍA. HÉROES DEL SILENCIO Y LOS ESTILOS DEL ROCK DE FINALES DE SIGLO SARA ARENILLAS MELÉNDEZ MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN PATRIMONIO MUSICAL POR LAS UNIVERSIDADES DE OVIEDO, GRANADA E INTERNACIONAL DE ANDALUCÍA 2011-2012 DIRECTOR DEL TRABAJO FIN DE MÁSTER: DR. JULIO RAÚL OGAS JOFRE Oviedo, Julio de 2012 Fdo.: Julio Raúl Ogas Jofre Fdo.: Sara Arenillas Meléndez ÍNDICE Pág. INTRODUCCIÓN 1 1. HISTORIA DEL GRUPO 1.1. INICIOS 1.2. PRIMERAS REUNIONES Y ACTUACIONES 7 9 2. DISCOS 2.1. CONTRATO Y GRABACIONES 2.2.1. El mar no cesa 2.2.2. Senderos de Traición 2.2.3. El Espíritu del vino 2.2.4. Avalancha 12 13 16 22 27 3. RECEPCIÓN 3.1. GIRAS 3.2.CRÍTICAS 31 37 4. SONIDO, ESTILO Y EXPRESIÓN 5.1. EL MAR NO CESA 5.2. SENDEROS DE TRAICIÓN 5.3. EL ESPÍRITU DEL VINO 5.4. AVALANCHA 48 55 61 70 CONCLUSIONES 78 BIBLIOGRAFÍA 82 ÍNDICE Pág. ANEXOS 1. GIRAS 85 2. LETRAS 87 3. DISCOS 3.1. Instrumentación y tempo 3.2. Elementos 3.2.1. El mar no cesa 3.2.1.1. Síntesis 3.2.1.2. Estructura 3.2.1.3. Tonalidad 3.2.1.4. Tablas 92 94 96 100 106 124 3.2.2. Senderos de Traición 3.2.2.1. Síntesis 3.2.2.2. Estructura 3.2.2.3. Tonalidad 3.2.2.4. Tablas 133 136 142 156 3.2.3. El Espíritu del vino 3.2.3.1. Síntesis 3.2.3.2. Estructura 3.2.3.3. Tonalidad 3.2.3.4. Tablas 164 168 178 199 3.2.4. Avalancha 3.2.4.1. Síntesis 3.2.4.2. Estructura 3.2.4.3. Tonalidad 3.2.4.4. Tablas 210 214 223 244 INTRODUCCIÓN 1. Justificación y objetivos. El grupo zaragozano Héroes del Silencio ha destacado por ser, quizás, el que de entre todas las bandas de rock españolas que surgieron en las décadas de los 80 y 90 ha gozado de mayor proyección internacional. El éxito que alcanzaron en países como Alemania, donde el disco Senderos de traición (1990) llegó a vender medio millón de copias 1, constituye un hecho inusual para un grupo nacional que, además, escribía sus letras en castellano. Por otro lado, el fenómeno fan que se articuló en torno a ellos tiene unas características particulares que se asemejan a las del fanatismo que despertaron en su momento bandas anglosajonas como U2, Police o Queen. Así pues, la carrera de esta banda es un caso paradigmático y su estudio desde una perspectiva musicológica aportaría, sin duda, una mayor comprensión de cómo el campo de las músicas populares urbanas se ha desarrollado en nuestro país en las últimas décadas. La mayoría de las publicaciones que han surgido en torno a la formación abordan la cuestión desde un punto de vista periodístico, con referencias a la música, pero sin entrar en un análisis exhaustivo y crítico de la misma. En este sentido, nuestro trabajo aportaría una visión diferente y necesaria para comprender adecuadamente el fenómeno que se generó alrededor de Héroes del Silencio, ya que, al fin y al cabo, la música es la piedra angular de su discurso. Por consiguiente, un estudio elaborado según estas premisas es decir, centrándonos en la producción sonora del grupo y analizando sus perfiles estilísticos, aportaría rigurosidad a la comprensión de su producción, su trayectoria y su, hasta cierto punto, inusual proyección internacional. El objetivo principal de este trabajo es, por tanto, llegar a comprender cuáles son los rasgos y las estrategias musicales del grupo y qué diferencias y similitudes presentan con las del resto de las bandas europeas y españolas de la época. Para tal fin, hemos elaborado en primer lugar una síntesis biográfica atendiendo principalmente a la sucesión cronológica de los hechos más relevantes en la historia del grupo valiéndonos de las principales publicaciones sobre el mismo. A continuación, nuestra intención ha sido la de atender a las particularidades musicales de los temas que componen los 1 GODES, Patricia. Héroes del Silencio: Guía para fanáticos, adictos y admiradores. Valencia: La Máscara, 1993, pp. 64. 1 álbumes de estudio (El mar no cesa, Senderos de Traición, El Espíritu del vino y Avalancha) con el fin de establecer una clara línea evolutiva del grupo que más adelante pudiéramos relacionar con el panorama musical del momento, ya que creemos que su aceptación fuera de España se debe a su capacidad de absorción y adaptación al lenguaje del pop/rock predominante en el mercado discográfico de los años ochenta y noventa. Asimismo, también hemos querido prestar atención a la recepción del grupo y a la descripción de las sucesivas giras que realizaron, ya que la gran cantidad de conciertos que ofrecieron contribuyó enormemente a la difusión de su música. 2. Estado de la cuestión. Debido al interés que tiene la trayectoria de Héroes del Silencio tanto para sus fans como para la historia del rock en nuestro país, son varias las monografías que se han publicado hasta el momento sobre el grupo. La mayoría de ellas abordan la evolución y la historia de la banda desde un punto de vista periodístico, aunque existe puntualmente algún trabajo de índole musicológica que aborda aspectos concretos de su producción2. Uno de los primeros libros que se publicaron en España sobre Héroes del Silencio fue la Héroes del Silencio: Guía para fanáticos, adictos y admiradores (1993) elaborada por Patricia Godes. El trabajo aborda de forma bastante escueta la descripción cronológica de la trayectoria de la banda hasta ese momento e incluye capítulos poco útiles para nosotros como el que describe el tipo de vestimenta a adoptar para ser un “correcto” fan de Héroes del Silencio o una sección de anécdotas sobre los miembros de la formación. Además, en el momento de editarse el libro la banda aún no había sacado a la luz su tercer disco, por lo que en este sentido la información aportada resulta insuficiente. Existe, asimismo, otra publicación similar escrita por Arturo Blay y titulada, simplemente Héroes del Silencio de la misma editorial (La Máscara) que se editó en 1997 cuando ya el grupo se había disuelto. Igualmente, un año más tarde se puso a la venta otra biografía sobre el líder de la banda, Enrique Bunbruy (1998), que seguía la misma línea y que fue redactada por el mismo autor y editada por la misma empresa. Con motivo del retorno de Héroes del Silencio en 2007 se realizaron varios libros que desarrollaban con acierto y rigurosidad periodística la descripción de la historia del 2 Referencia a VIÑUELA SUÁREZ, Eduardo. El análisis del videoclip desde una perspectiva musicológica: el caso de Entre dos tierras de Héroes del Silencio. Cuadernos de música iberoamericana Vol. XXIII, 2007, pp. 157-178. 2 grupo. Así, el periodista del Heraldo de Aragón, Matías Uribe, que fue una de las personas que apoyó a Héroes del Silencio en sus primeros pasos hacia el éxito, elaboró El sueño de un destino (2007) que relata minuciosamente la vida de la banda. En el libro incluye numerosos recortes de prensa procedentes de su periódico, el Heraldo de Aragón, que resultan útiles como recurso hemerográfico pero que no hemos usado en nuestro trabajo. Igualmente, la biografía elaborada por Michel Royo Antes de ser héroes (2007) también sigue una línea periodística y presenta abundante información sobre los primeros grupos en los que estuvieron los miembros de Héroes del Silencio, así como gran cantidad de material visual. Por otra parte, Héroes del Silencio: Un fenómeno contado en primera persona (2007) de Raúl Minchinela narra la trayectoria de la banda desde un punto de vista personal a través de su propia experiencia como fan de la banda y ciudadano de Zaragoza, lo cual le permitió vivir en primera persona el ambiente en el que se gestó su formación. Finalmente, Burbujas de Sangre hirviendo de Carlos Molina (2006) se sustenta sobre la realización de numerosas entrevistas a individuos relacionados de una u otra forma con Héroes del Silencio, desde locutores de radio, como Julián Torres, a antiguos componentes de clubes de fans, como Las Líneas del Kaos. En este sentido resulta muy interesante su trabajo al contener gran cantidad de testimonios y opiniones sobre la música y la carrera de la banda. Asimismo, existen varias biografías centradas en el carismático líder de la formación, Enrique Bunbury. La primera de ellas, titulada Diván. Conversaciones con Enrique Bunbury (2000), fue elaborada por el periodista Javier Losilla y consistió en una extensa entrevista al cantante. En este sentido, la información contenida en ella es muy valiosa, ya que nos permite contar con la perspectiva que del fenómeno tuvo uno de los miembros más destacados del grupo. Por otro lado, Luis Videla publicó Enrique se escribe con N de Bunbury (2005) en el cual incluye un capítulo sobre la trayectoria de Héroes del Silencio y recopila un gran número de entrevistas realizadas a su líder en diferentes medios. Por último, la única biografía autorizada hasta el momento sobre Enrique Bunbury, titulada Enrique Bunbury: Lo demás es silencio, ha sido llevada a cabo por Josep Blay y contiene información rigurosa y bien escrita sobre los años que el artista pasó en Héroes del Silencio. Sin embargo, ninguno de estos libros atiende expresamente a la cuestión musical, todo lo más que llegan a efectuar son comparaciones y valoraciones sobre el sonido y la evolución del mismo en los discos, pero sin entrar en detalles ni agregar ejemplos concretos. 3 Finalmente, cabe hacer referencia a la colección de discos del 2007 en la que el diario El País recopiló y reeditó todos los discos de la banda y de la carrera en solitario de su cantante. Igualmente, existen ciertos materiales audiovisuales que resultan imprescindibles para una completa realización del estudio, como el Dvd El Ruido y la Furia3, que recoge varias actuaciones de la formación en los años 1993 y 1995 respectivamente, o el incluido en la serie editada por EMI denominada The Platinium Collection4, que aglutina todos los videoclips de la banda, así como diferentes entrevistas que realizadas a la banda durante su trayectoria. Por otra parte, existe también información sobre Héroes del Silencio en diversos manuales, enciclopedias o diccionarios, dedicados a trazar un panorama general del rock en España o en el extranjero. De todos ellos quizá el más interesante sea el de Salvador Domínguez (2004) Los hijos del rock: los grupos hispanos 1975-1989 que dedica un capítulo completo a describir la escena musical aragonesa de aquellos años, incluyendo, por supuesto, a Héroes del Silencio entre las formaciones más destacadas. Asimismo, la Guía universal del rock: de 1970 a 1990 (2009) de Jordi Bianciotto contiene un apéndice sobre el rock en España en el que menciona brevemente a Héroes del Silencio calificándolo de grupo de masas de rock duro épico. Otros libros de síntesis en los que se cita al grupo son, por ejemplo, la Historia del pop español: 1959-1986 de José Ramón Pardo (2005) o el Vol. III de la Canciones de Oro: Antología Audiovisual de la Música Moderna (2005). Por último, conviene mencionar el libro Polvo, niebla, viento y rock (2003), publicado por el periodista del Heraldo de Aragón Matías Uribe en el que se retrata la vida musical urbana y popular de la región en aquellos años, y en el cual el autor incluye varios apartados dedicados exclusivamente a Héroes del Silencio. También nos han resultado de especial utilidad para el encuadre de la formación en uno o varios estilos concretos el libro de Katherine Charlton Rock music styles: a history (1998), el Diccionario del rock y la música popular editado por Roy Shuker (2005) y Rock & Pop: la historia completa confeccionado por Bob Allen (2007). Igualmente, el trabajo editado por Juan Manuel Corral (que incluye un apéndice sobre el panorama español) New wave & Post-Punk (1978-1984): de Depeche Mode a Franz 3 4 Héroes del Silencio (grupo musical) El ruido y la furia [videograbación]. Madrid: Diario El País, 2007. Héroes del silencio: The Platinum Collection: los videos [videograbación]. [Madrid]: EMI, D.L. 2006. 4 Ferdinand (2009) ha sido imprescindible para comprender mejor las principales corrientes que llenaron la actualidad musical europea y americana de los años ochenta. 3. Fuentes. Los libros que nos han servido de referencia para la confección de este estudio han sido, fundamentalmente, la biografía sobre Héroes del Silencio elaborada por Matías Uribe El sueño de un destino (2007) y la del exlíder del grupo, Enrique Bunbury, escrita por Josep Blay y titulada Lo demás es silencio (2007). Asimismo, también hemos consultado las publicación Antes de ser héroes (2007) de Michel Royo, la Héroes del Silencio: Guía para fanáticos, adictos y admiradores (1993) de Patricia Godes y Héroes del silencio: un fenómeno contado en primera persona de Raúl Minchinela (2007). De especial utilidad ha sido el libro Diván. Conversaciones con Enrique Bunbury (2000) de Javier Losilla y el especial que la revista Rockzone dedicó a Héroes del Silencio (s/f) elaborado por Ignacio Reyo (aunque conocemos la existencia de otros, como el elaborado por Popular 1 o Efeme, no los hemos podido consultar). Además de las biografías mencionadas, hemos utilizado para el apartado de la recepción las noticias de los archivos virtuales del diario ABC, El País y La vanguardia entre los años 1984 y 1996. Del mismo modo para la elaboración de los análisis musicales hemos seleccionado fragmentos del libro de partituras Parasiempre (1995) y hemos revisado diferentes materiales difundidos por sus seguidores de forma pública en páginas web como “Tab 911”5 con el objetivo de ofrecer la mayor cantidad de ejemplos posibles. 4. Metodología En primer lugar, hemos procedido a elaborar un pertinente repaso bibliográfico con el fin de elaborar una breve cronología de la historia del grupo, para lo cual hemos usado, fundamentalmente, las biografías mencionadas anteriormente. Asimismo, para lograr un adecuado marco contextual hemos consultado algunos libros sobre estilos e historia del rock mencionados en el estado de la cuestión como el titulado New wave & Post-Punk (1978-1984): de Depeche Mode a Franz Ferdinand (2009) editado por 5 <http://www.911tabs.com/> (consultada por última vez el 10-07-2012) 5 Manuel Corral. A continuación hemos elaborado una reseña de cada uno de los discos, y descrito el número de giras que Héroes del Silencio llevó a cabo y su recorrido. También repasamos brevemente noticias publicadas entre 1984 y 1996 (período en el que el grupo estuvo activo) para acercarnos a la visión que los críticos contemporáneos tenían de la banda. Asimismo, para la descripción de las líneas generales del estilo musical de Héroes del Silencio hemos elaborado, como paso previo, varios anexos en los que se describe canción por canción los siguientes puntos: temática de la letra, instrumentación, estructura, motivos musicales básicos, tonalidad y principales secuencias de acordes. Para la confección de este apartado hemos revisado las tablaturas oficiales y las realizadas por sus seguidores comparando su información con la grabación original a través de la práctica instrumental. Por otra parte, para la elaboración de los ejemplos musicales hemos utilizado el programa informático orientado a la interpretación de la guitarra eléctrica Guitar Pro 5, así como hemos extraído fragmentos del libro de partituras oficial Parasiempre (1995). Igualmente, la metodología de análisis principal que hemos utilizado para el apartado del estilo ha sido la confeccionada por Luis Tatiz6 que se basa en ideas básicas como la pasionalización, la figurativización y la tematización, que tienen en cuenta en la relación entre el texto y la melodía los cambios que se suceden en las duraciones, los saltos, y los finales de frase. Esta herramienta la hemos aplicado a algunas de las canciones más representativas del grupo, ordenadas según el disco en el que fueron incluidas. Finalmente, a partir de esta gran cantidad de material hemos intentado hilvanar una reflexión crítica sobre los diferentes discursos que presentaba la formación, procurando responder a la cuestión de cuáles fueron los rasgos estilísticos que permitieron a Héroes del Silencio tener una trayectoria destacada y cómo y de qué forma se produjo su evolución. 6 TATIZ, Luiz. Luiz. “Elementos para a análise da canção popular”, Cadernos de Semiótica Aplicada, nº 1. Sao Paulo: Atravez, 1989. Pp. 7 -24. 6 1. HISTORIA DEL GRUPO 1.1. INICIOS Los cuatro componentes de Héroes del Silencio (Enrique Bunbury, Juan Valdivia, Joaquín Cardiel y Pedro Andreu) comienzan sus carreras musicales por separado, en diferentes grupos. El más precoz de todos fue Enrique Bunbury, quien se compró su primera guitarra a los trece años y actuó con ella en el colegio en un grupo llamado Apocalipsis. Poco después, formaría con su hermano la banda Rebel Waltz (cuyo nombre procedía de una canción de The Clash), en la que tocaba la batería. Más tarde, aprendió a tocar el bajo a raíz de su admiración por Sting y el bajista de The Cream, y formó, de nuevo con su hermano y un batería llamado Javier Kuhnell, Proceso Entrópico. Con esta formación sería con la que actuaría en la “Muestra de Pop, Rock y Otros Rollos” celebrada en Zaragoza entre el 23 y el 25 de marzo (Blay, 2007: 97-98)7. Patricia Godes, en Héroes del Silencio: Guía para fanáticos, adictos y admiradores (Godes, 1993: 12-13), comenta que el primer grupo de Juan Valdivia fue Autoservicio, el cual se dedicaba a hacer versiones de Tequila y Peter Frampton. Posteriormente formaría, junto a su hermano Pedro, Zumo de Vidrio, grupo que más adelante se transformaría en Héroes del Silencio. Joaquín Cardiel, por su parte, cantaba y tocaba la batería en Edición Fría y Tres de Ellos. Cuando la “Muestra de Pop, Rock y Otros Rollos” se llevó a cabo, Pedro Andreu estaba como batería en la formación Punto Débil y, más tarde, pasaría a formar parte del grupo mod Modos, que realizaba versiones de los Beatles (Blay, 2007: 109). Según relata Bunbury en Diván. Conversaciones con Enrique Bunbury de Javier Losilla (Losilla, 2000: 16), los cuatro coincidieron en el citado festival. Cada grupo que tocaba en él recibía 10.000 pesetas al bajar del escenario, por lo que muchos grupos se crearon solamente para recibir esa pequeña cantidad de dinero (Minchinela, 2007: 9). Asimismo, en él actuaron cincuenta grupos y 7 Hemos optado por indicar, para los datos generales reiterativos en las distintas biografías, la referencia del último que ha sido publicado. Así pues, cuando no se menciona lo contrario, la información que se ofrece proviene de las siguientes publicaciones: BLAY BOQUÉ, Josep. Enrique Bunbury: Lo demás es silencio. Barcelona: Plaza & Janés, 2007, 352 p. GODES, Patricia. Héroes del Silencio: Guía para fanáticos, adictos y admiradores. Valencia: La Máscara, 1993, 64 p. LOSILLA, Javier. Diván. Conversaciones con Enrique Bunbury. Madrid: Ediciones Autor, 2000, 128 p. REYO, Ignacio. Especial Rockzone: Héroes del Silencio. (s/f) p. 82 ROYO, Michel. Antes de ser Héroes. Aragón: Prensa Diaria Aragonesa, 2007, 200 p. URIBE, Matías. El sueño de un destino Aragón: Heraldo de Aragón, 2007, 221 p. 7 seis invitados, entre ellos Gabinete Caligari y Decibelios. En la “Muestra de Pop, Rock y Otros Rollos”, Bunbury tocó el bajo en Proceso Entrópico, Juan Valdivia la guitarra en Zumo de Vidrio, y Joaquín Cardiel actuó con Edición Fría y Tres de Ellos en dos días diferentes. Pedro Andreu no participó con su grupo, pero estuvo como espectador. El evento nunca se repitió, aunque a él asistieron aproximadamente 25.000 personas. La actuación del grupo de Bunbury, Proceso Entrópico, debió ser bastante peculiar, ya que la formación hacía una especie de rock experimental progresivo, mezclado con influencias del cómic underground norteamericano y, además, salieron al escenario disfrazados de iguanas, con máscaras, y proyectando diapositivas mientras tocaban versiones de los Sex Pistols y Bob Dylan (Losilla, 2000: 12). Sin embargo, el grupo de Juan, según Bunbury, obtuvo buenas críticas. Poco después, Enrique se encontró con él en una fiesta de cumpleaños y éste le invitó a tocar con su grupo Zumo de Vidrio. Como Bunbury tenía bajo y amplificador propio, parece ser que ésto les impresionó y procedieron a incorporarlo de forma inmediata (por aquel entonces, era habitual que todos los miembros de una banda se enchufaran en un mismo amplificador). El cantante de Zumo de Vidrio era Javier Guajardo, primo de Juan, el cual, al parecer, no se tomaba el grupo demasiado en serio. Un día que éste no apareció, Bunbury se puso a cantar “Rock and Roll Suicide” del disco Ziggy Stardust de Bowie e inmediatamente Juan le ofreció el puesto de cantante (Blay, 2007: 103-104). El debut de Bunbury en Zumo de Vidrio tuvo lugar en la Apertura Paralela de la Universidad de Zaragoza del curso 84-85 y a juzgar por el testimonio del periodista cercano a la banda, Matías Uribe, fue un completo desastre. Por lo visto, Enrique apareció con el pelo teñido de rosa y disfrazado de vampiro (Minchinela, 2007: 10-11). La mayoría de los temas aún eran ejecutados por Javier Guajardo, exceptuando los que luego formarían parte del set list de los primeros Héroes del Silencio, “Olvidado” y “Héroe de Leyenda” (Uribe, 2007: 28). Tal y como cuenta el propio Bunbury fue en éste contexto en el que surgieron temas que al tener un tinte ligeramente más oscuro que los habituales de la formación, pronto pasarían a formar parte del repertorio de otra banda –paralela, por tanto, a Zumo de Vidrio formada por Juan Valdivia, su hermano Pedro y él. Dicho sonido se encontraba más en la línea de los grupos británicos de afterpunk del momento, alejándose del pop jovial que hasta entonces había facturado la banda (Losilla, 2000: 16). 8 1.2 PRIMERAS REUNIONES Y ACTUACIONES En diciembre de 1984 comienza a andar el trío (Juan Valdivia, Pedro Valdivia y Enrique Bunbury) que más tarde se convertirá en Héroes del Silencio. Con las nuevas canciones, “Héroe del silencio”, “Olvidado”, “Sindicato del riesgo” y “Hologramas”, grabaron una maqueta en los estudios Recording que les costó unas 15.000 pesetas. El nombre surge aproximadamente un mes más tarde, a raíz de una cita con el locutor Julián Torres, alias “Cachi” que era conocido de la hermana de Juan Valdivia en Radio Zaragoza, tomando como inspiración el tema “Héroe del Silencio” que luego pasó a llamarse “Héroe de Leyenda” (Blay, 2007:104-105). El primer concierto importante que ofrecieron, ya no como Zumo de Vidrio, sino como Héroes del Silencio, fue en el Cine Pax el 10 de marzo de 1985, junto a Boda de Rubias y el grupo madrileño Alphaville, dentro de un ciclo de conciertos matinales que pusieron en marcha Antonio Tenas (del grupo techno-pop Vocodover y mánager de Boda de Rubias) y el locutor de El Observador en Radio Popular, Emilio Velilla. Fue en esta época en la que el cantante, Enrique Ortiz, adoptó el nombre artístico de Bunbury, no tanto por la novela de Oscar Wilde (La Importancia de llamarse Ernesto) como por una antigua compañera suya de colegio, hija de un militar americano, que así se apellidaba (Blay, 2007: 101, 107). Uno los principales valedores del grupo durante esta primera etapa será el locutor de El Selector en Radio Zaragoza (Cadena Ser), Julián Torres “Cachi”. Éste acostumbraba a pinchar a Héroes del Silencio junto a grupos británicos de afterpunk y de la New wave como Bauhaus, The Cure, The Cult, U2 o The Smiths, que en aquella época eran las principales influencias del grupo (Minchinela, 2007: 20-21). Otras personas que les apoyaron fielmente en estos primeros pasos fueron los periodistas del Heraldo de Aragón y El día respectivamente, Matías Uribe y Javier Losilla, así como los asiduos al bar La Estación del Silencio, regentado, entre otros, por el bajista de Boda de Rubias, Antonio Giménez, apodado “Antonio Estación”. En este establecimiento trabajó, también, durante un tiempo de camarero el que llegaría a ser bajista de Héroes del Silencio, Joaquín Cardiel, y era habitual que Bunbury ejerciera de “pinchadiscos” y radiara a bandas británicas como New Order, The Smiths o los irlandeses U2 (Blay, 2007: 117-118). 9 La primera maqueta que grabaron, y que habían presentado a principios de 1985 a Julián Torres “Cachi” en la radio, sonó durante un tiempo en el resto de emisoras de Zaragoza, de tal forma que Héroes del Silencio consiguen ganar con ella la fase provincial del festival de Benidorm y actuar como teloneros de La Unión en agosto de ese mismo año en el Anfiteatro del Rincón de Goya (Uribe, 2007: 39). En octubre de 1985 Matías Uribe les entrevista para incluirles en el Suplemento Semanal del Heraldo de Aragón. Ese mismo mes graban una segunda maqueta que lleva por título La última daga, en el piso de Carlos Frisas y en condiciones no demasiado aceptables. Joaquín Cardiel, a la vista de su entrada inminente en el grupo, está presente durante el proceso para ver qué recursos técnicos utilizaba Bunbury en el bajo (Uribe, 2007: 39-42). Poco después comenzarían los cambios que darían a luz a la formación definitiva. El primero surgió como consecuencia de la necesidad que sentía Enrique de liberarse del bajo para poder realizar una representación más teatral y dramática en el escenario. El segundo derivó del abandono de la banda por parte del hermano de Juan Valdivia, que era el batería, debido a la gran cantidad de tiempo que le requerían sus estudios de medicina (Losilla, 2000: 18). Se integran, así, en la formación Joaquín Cardiel, que ensayaba cerca de ellos y que se inclinaba más por grupos de la onda siniestra británica como The Cure y Joy Division, como bajista, y Pedro Andreu, que tocaba en el mismo local con el grupo Modos, como batería. Así pues, entre el otoño de 1985 y la primavera de 1986 el grupo adquiere la plantilla que se mantendrá intacta hasta su separación, con excepción de la adhesión de Alan Boguslavski a partir de la grabación de El Espíritu del vino en 1993 (Blay, 2007: 109). Según Blay el grupo en esta etapa redactó una hoja de promoción en la que se declaraban como un grupo de “sonidos limpios”, que buscaba la conjunción entre “melodías frescas y bonitas con una potente base rítmica”. Añadían, además, que las letras reflejaban “estados de ánimo, no situaciones particulares”. Blay, asimismo, considera que su sonido “es el resultado de encontrar el punto equidistante entre la línea clara de Valdivia y Andreu, más pop, y la más oscura de Cardiel y Bunbury”. Además, las influencias de éste último eran muy variadas e iban desde el afterpunk de Bauhaus, The Cult o Killing Joke, hasta los nuevos sonidos de R.E.M o Talking Heads, pasando tanto por clásicos internacionales tipo Lou Reed o Leonard Cohen, como por los grupos españoles Gabinete Caligari, Radio Futura o La Dama se Esconde. También Blay señala 10 que las influencias comunes del grupo eran, entre otras, David Bowie, The Cure, Simple Minds, The Smiths o U2 (Blay, 2007:111-112). Por otra parte, Matías Uribe en la publicación sobre el grupo El sueño de un destino (Uribe, 2007:42) describe el sonido de la maqueta La Última Daga (que contenía los temas “La visión”, “Héroe de leyenda”, “La decadencia”, “La isla de las iguanas”, “Olvidado”, “El cuadro” y “Hologramas”) como más endurecido que en sus anteriores maquetas, a la vez que con determinados guiños a la onda siniestra de grupos como Gabinete Caligari o Parálisis Permanente, y la influencia palpable de Radio Futura. También el periodista Ignacio Reyo en el especial sobre la banda de la revista Rockzone (Reyo, s/f: 8) destaca el sonido de pop oscuro con referencias al post-punk británico de la banda. El propio Enrique Bunbury confiesa en Diván. Conversaciones con Enrique Bunbury (Losilla, 2000:18) que la sonoridad que sacaba Juan de la guitarra era limpia, debida en parte a los pedales que usaba (Delay y Chorus), mientras que su forma de cantar y tocar el bajo era más oscura. También el propio Julián Torres “Cachi” reconoce que le gustó la música de Héroes del Silencio “por la semejanza con lo que venía de fuera, Smiths, sobre todo.” (Uribe, 2007: 35). 11 2. DISCOS 2.1. CONTRATO Y GRABACIONES. En junio de 1986 sacan otra maqueta ya con la incorporación definitiva de Cardiel y Andreu con dos nuevas canciones, “El mar no cesa” y “No más lágrimas”. El 29 de ese mismo mes consiguen pasar la fase regional del concurso “Nuevo Pop Español” de la emisora Radiocadena. Asimismo, acudirán a la final que se celebrará entre el 11 y el 13 de septiembre en la ciudad de Salamanca, la cual no ganan. Sin embargo, esa actuación será crucial para su inminente contrato con EMI (Uribe, 2007: 49-52). Carlos Sanmartín, antiguo director general de EMI, en la entrevista que le realizó Ignacio Reyo para la revista Rockzone confiesa que: “El conocimiento de la existencia de Héroes a la compañía llegó por dos lados, uno, al departamento de A&R a través de Gustavo Montesano y otro, al departamento de Marketing (…) a través del periodista musical del Heraldo de Aragón, Matías Uribe (…) Ellos habían quedado finalistas del concurso anual de nuevas bandas organizado por Radio Cadena Española y cuya final se celebraba en la Plaza Mayor de Salamanca (…) la organización de dicho concurso había elegido como artista invitado al grupo inglés Talk Talk pertenecientes al catálogo de EMI. O sea que matamos dos pájaros de un tiro, rendíamos pleitesía al grupo inglés y de paso veíamos en directo y comprobábamos todas las excelencias de ese grupo aragonés del que tanto nos habían hablado desde diferentes frentes. Ese día, después de la actuación, decidimos dar los pasos oportunos para su contratación”. (Reyo, s/f: 25) No obstante aún tendrán que esperar hasta comienzos de 1987 para que dicho contrato se materialice. El 10 de Enero de ese año dan un concierto apoteósico en la sala En Bruto dentro del ciclo “Zaragoza sobre el escenario”, en el que 300 personas se quedaron sin entrada y al que asistirán sus productores en ciernes, Gustavo Montesano y Roberto Azorín. Anteriormente, Julián Torres “Cachi” le había enseñado una maqueta de Héroes del Silencio a Gustavo Montesano, que estaba en la discográfica EMI como integrante del grupo Óle Óle, en un concierto de Enfermos Mentales, grupo con el que Héroes del Silencio tenían cierta rivalidad, ya que eran las dos formaciones zaragozanas que más posibilidades tenían de salir adelante (Losilla, 2000: 8). Montesano, junto con Roberto Azorín Durruty, firma con ellos esa misma noche, después de la actuación, un precontrato que meses más tarde se hará definitivo con EMI (Uribe, 2007: 59-62; Blay, 2007: 113-114). 12 Al principio el grupo se sintió algo decepcionado, ya que la compañía les exigía que, antes de grabarles un LP, debían sacar un maxi-single y vender, al menos, 5.000 copias. Dicha grabación no salió a la venta hasta el 25 de febrero de 1888 y consiguió vender aproximadamente unas 30.000 copias, lo cual resultaba inaudito para un grupo que acababa de salir al mercado. El maxi-single contenía dos versiones de la canción “Héroe de Leyenda”, más los temas “La lluvia gris” y “El mar no cesa” (Blay, 2007: 124). 2.2.1 El mar no cesa Producción Dirección y realización Año de grabación Estudios Ingeniero de sonido El mar no cesa (1989). EMI-Odeón Gustavo Montesano y Roberto Durruty 1988 Excepto "La lluvia gris" y "Héroe de leyenda" que se grabaron en 1987 Grabación: Kirios (Madrid) Mezcla: Metrópolis (Londres) Keith Bessey Compositores Enrique Bunbury Juan Valdivia Joaquín Cardiel Pedro Andreu Intérpretes Voz: Enrique Bunbury Guitarra: Juan Valdivia Bajo: Joaquín Cardiel Batería: Pedro Andreu Gracias a la sorprendente acogida del maxi-single El Héroe de Leyenda la discográfica EMI les ofreció la oportunidad de grabar un LP (algo que para los grupos de aquella época constituía un fin en sí mismo) en los estudios de Hispavox en Torrelaguna. El nombre de este primer álbum de Héroes del Silencio deviene de una confusión de Enrique Bunbury que al ir a una tienda a comprar el disco Mar Otra Vez del grupo español Corcobado pidió en su lugar el de “el mar no cesa” (Uribe, 2007: 72; Blay, 2007: 128). El álbum fue producido conjuntamente por Roberto Azorín Durruty (locutor de Radio Vinilo) y Gustavo Montesano, quienes además se encargaron de buscar un mánager para la banda. Montesano había conocido a Ignacio Cubillas alias “Pito”, quien por aquel entonces tenía una oficina llamada 10/Diez Management en la que llevaba la gestión de grupos como Golpes Bajos, Alaska, Loquillo, Nacha Pop o Gabinete Caligari, a través del teclista de su grupo, Olé Olé. Ignacio Cubillas, a su vez, ya había conocido personalmente a Héroes del Silencio porque el ingeniero de sonido Steve Tylor que había grabado el maxi-single Héroe de leyenda en el `88 trabajaba para su cliente Loquillo (Blay, 2007: 121-123). Asimismo, él ha declarado que aceptó gestionar la carrera de Héroes del Silencio no por el dinero, sino porque vio que el 13 grupo tenía material musical y actitud para hacerse un hueco en el panorama del rock nacional de entonces (Blay, 2007: 124). La relación entre él y el grupo fue estable hasta que en 1995, poco antes del comienzo de la grabación del cuarto álbum de la banda, se rompió, según Bunbury, por la adicción de éste a las drogas (Losilla, 2000: 76). Por otra parte, a lo largo de los años ha habido cierta polémica con la producción del disco: el sonido es totalmente ochentero, en la línea de grupos anglosajones del tipo de The Smiths o los primeros U2, razón por la cual, según Bunbury es el que peor ha envejecido y no refleja, a juicio de algunos de sus seguidores, la energía que la banda desprendía en sus directos (Losilla, 2000: 40). El estilo de esta primera grabación está, por tanto, más cerca del pop que del rock, ya sea por el tratamiento técnico de la producción o porque realmente ése era su sonido de entonces; lo que sí es cierto es que esta circunstancia provocó que muchos periodistas y espectadores les tacharan de “blandos”, etiqueta que no pareció halagarles demasiado (Uribe, 2007: 76). Existe, asimismo, una cierta confusión en cuanto a la fecha de salida del disco: Patricia Godes (1993: 19) cree que fue en octubre del 88, al igual que Ignacio Reyo (Reyo, s/f: 8), mientras que Ignacio Cubillas “Pito” dice que salió al mercado en enero del 89 (Blay, 2007:127) y Matías Uribe (2007: 74-79), apoyándose en las crónicas que él realizaba para el Heraldo de Aragón, está convencido de que la presentación oficial era el 6 de febrero de 1989. Además, Uribe explica que “el vinilo tenía que haber salido a mediados de 1988, pero la EMI lo había ido retrasando por cuestiones de estrategia promocional (…)” (Uribe, 2007: 72). El álbum incluye once temas: “Mar adentro”, “Hace tiempo”, ”Fuente esperanza”, “No más lágrimas”, “Olvidado”, ”La lluvia gris”, “Flor venenosa”, ”Agosto”, “El estanque”, “Héroe de leyenda”, “La isla de las iguanas” y “…16”. La edición posterior en CD contiene también las canciones “Olvidado” y “La visión de nuestras almas”, lo que harían un total de trece pistas. La mayoría de ellos tienen un tempo ágil, a caballo entre el andante8 y el allegro9. Asimismo, tres aceleran la pulsación desde un compás más lento y emotivo hasta uno más dinámico y potente (“No más lágrimas”, “El Estanque” y “…16”). En cuanto a la instrumentación, es frecuente que la guitarra aparezca en limpio (en siete temas) y la distorsión puede aparecer en momentos 8 ( = 82) 9 ( =114) 14 puntuales de las piezas para añadir dramatismo o tensión (“Hace tiempo”, “No más lágrimas”, “La visión de nuestras almas” y “…16”). Sólo hay un tema en el que la guitarra esté distorsionada durante todo su desarrollo: “Olvidado”. Otro de los aspectos polémicos de la producción fue la inclusión, por un lado, de guitarras no tocadas por los integrantes del grupo y, por el otro, de sonidos de sintetizador, ya sean ritmos (“La Isla de las Iguanas”, “Héroe de leyenda” y “La lluvia gris”) o melodías (sólo de teclado de “Mar Adentro”, introducido por Gustavo Montesano y “…16”) (Reyo, s/f: 15,17). También hay un tema en el que se refuerzan ciertas secciones con guitarra acústica (“Flor Venenosa”) y otro en el que ésta está siempre presente para acompañar a la eléctrica (“El Estanque”). Las letras siempre han sido uno de los elementos más llamativos del discurso de Héroes del Silencio. A través de una retórica poética y de la creación de imágenes simbólicas y abstractas, el cantante y escritor de las mismas, Enrique Bunbury, ha conseguido imprimir un personal estilo en ellas que las hizo diferenciarse de las del resto de formaciones españolas. Como no presentan una narrativa lineal resulta difícil concretar en ocasiones su verdadero argumento y, quizá, sería más apropiado hablar de significados, símbolos, ideas o sentimientos. Además es frecuente que los textos al ser de carácter relativamente poético tengan numerosas interpretaciones, todas igual de válidas. No obstante, si realizamos un breve análisis de los términos que aparecen con más frecuencia en la letras de El mar no cesa, encontramos que la palabra más utilizada es “recuerdo/s” (cuatro veces). Ello, unido a “recordar” (una vez), “olvido” (dos veces) y “olvidado” (una vez) nos hace ver que la memoria del pasado y su evocación es una de las cuestiones que están más presentes en la temática del disco. También son numerosas las palabras que hacen referencia al agua, bien sea como un elemento capaz de asfixiarnos o ahogarnos (mar, estanque), bien como un instrumento de purificación (fuente) o de cobijo (río subterráneo). Otro de los sentimientos protagonistas de este disco es el “amor” (aparece dos veces y “corazón” tres), casi siempre asociado al “deseo” (dos veces) y a la pasión irrefrenable del acto sexual (“…y nadar mar adentro y no poder/querer salir”10). Así pues, la incapaz para controlar los propios impulsos, ya sean de carácter sexual, lúdico (consumo de drogas) o rebelde (el “dejarse llevar” por la ira y la rabia) es el eje central 10 Del primer tema “Mar Adentro” de El mar no cesa (1989) 15 de todas las temáticas del disco. Esta ausencia de voluntad aparece, también, asociada a la inexorabilidad del paso del tiempo y a la creencia en un destino premeditado e inamovible. Esta última idea se expresa de diferentes maneras: en primer lugar, el intento de rescatar la experiencia vivida a través del recuerdo y, en segundo, la visión de un camino pre-escrito en nuestra existencia que nos invade y nos aprisiona cual castigo sobrenatural. Esto se aprecia claramente, por ejemplo, en “Héroe de leyenda” en donde el texto de la segunda estrofa dice “encerrado en el tiempo, ha perdido el valor, para escapar de su celda” o en los inicios de “Olvidado” donde el narrador dice ir “…sin rumbo, hacia la luz, y cegado por mi [su] destino”. La religión es otro de los recursos simbólicos que aparecen en las letras del disco, asociado a veces al acto sexual y a su carácter “prohibido” desde el punto de vista cristiano (es fácilmente apreciable en el tema “Olvidado” donde dice: “Y no puedo recordar, la visión de nuestras almas al pecar”). En consecuencia, podría hablarse de toda una serie de imágenes y conceptos que nos muestran las divagaciones y los pensamientos de una persona pasional a la vez que con tendencia al pesimismo (las referencias a la asfixia, la oscuridad, el vacío, las lágrimas, etc.) y poco preparada para controlar sus deseos e impulsos. Por otra parte, el disco resultó ser un éxito, llegando a vender 80.000 ejemplares desde su salida hasta octubre de 1990 (Uribe, 2007: 87). Con el tiempo alcanzará las 150.000 copias, todo un logro para el debut de una banda primeriza como eran entonces Héroes del Silencio. La gran acogida que tuvo este LP hizo que empezaran a ser conocidos a nivel nacional, llevándoles ello a actuar durante ese año en diversos lugares de la geografía española. En uno de ellos, concretamente en el concierto del 10 de agosto en Calatayud, acudirá como espectador el ex-guitarrista de Roxy Music, y futuro productor de Héroes del Silencio, Phil Manzanera (Blay, 2007: 14). 2.2.2. Senderos de Traición Senderos de Traición (1990). Producción EMI-Odeón Dirección y realización Phil Manzanera Año de grabación 1990 Estudios Grabación: Kirios (Madrid) Mezcla: Metrópolis (Londres) Ingeniero de sonido Keith Bessey Compositores Enrique Bunbury Juan Valdivia Joaquín Cardiel Pedro Andreu Intérpretes Voz: Enrique Bunbury Guitarra: Juan Valdivia Bajo: Joaquín Cardiel Batería: Pedro Andreu 16 El mar no cesa convirtió a Héroes del Silencio en el grupo revelación de 1990, lo cual les hizo recibir varios premios como, por ejemplo, el de Iberpop. Sin embargo, la energía y la imagen roquera que desprendían en sus conciertos no se correspondía con el sonido de este primer disco y ésta fue la principal razón por la que la discográfica decidió cambiarles de productor. Por otra parte, la banda ya había intentado reflejar esta realidad con el lanzamiento a finales de 1989 de un mini LP, titulado En directo, de edición limitada que contenía las canciones “Mar adentro”, “No más lágrimas”, ”La visión de nuestras almas”, “El estanque” y “Olvidado” grabadas en una actuación en Jaén en septiembre de ese mismo año (Blay, 2007: 142-144). Asimismo, su mánager, Ignacio Cubillas, a la vista de los acontecimientos, decidió ponerse en contacto con diferentes productores con el objetivo de contratarlos para la producción del siguiente álbum. Finalmente, tuvo la oportunidad de conocer en Londres (a raíz de la grabación del primer disco de Fangoria) a Phil Manzanera. Éste, cuya madre era de origen colombiano, hablaba perfectamente castellano y, por ello, Cubillas no dudó en decantarse definitivamente por él. Manzanera había trabajado con personajes tan destacados del mundo del rock como David Gilmour (Pink Floyd), John Cale (Velvet Underground), Steve Winwood o Robert Wyatt. A partir de 1974 supo combinar su labor de intérprete con la de productor editando discos como Taking tiger mountain by strategy, del también ex-Roxy Music Brian Eno; Fear, de John Cale; y Manifiesto, Flesh and Blood y Avalon de los propios Roxy Music. Senderos de Traición fue su primera producción importante para una banda española, la cual surgió poco después de producir el álbum Revolucionario de la formación malagueña Los Mosquitos. A raíz del exitoso trabajo con Héroes del Silencio ha seguido produciendo a algunos grupos hispanos como Gabinete Caligari, Elefantes o Aterciopelados, y a solistas como Antonio Vega, Fito Páez o al propio Enrique Bunbury en su debut en solitario con Radical Sonora (1997) (Blay, 2007: 142-145). El objetivo principal de Phil Manzanera fue, desde un comienzo, captar el sonido que Héroes del Silencio exhibían en directo, ya que poseían una fuerza que, en su opinión, los anteriores productores no habían logrado plasmar en el proceso de grabación. Además, en el concierto en Calatayud observó con atención la intensa conexión que se producía entre el grupo y sus seguidores durante las actuaciones, comprendiendo, así, que ésa era la verdadera esencia del éxito de la banda. El resultado fue un disco ligeramente más roquero, con aires oscuros y con ocasionales matices 17 psicodélicos. Así pues, Senderos de Traición consiguió conjugar, gracias a la nueva producción, el sonido del pop y rock de los 80, mostrando una potente base melódica a la vez que un perfil claro y definido de las líneas instrumentales. Manzanera, en la entrevista que le realizó Josep Blay11, comenta que para la grabación se trajo de Londres al ingeniero de sonido Keith Bessey que había colaborado con gente como Tears for Fears o Police. La idea que tenía el ex-componente de Roxy Music acerca de Héroes del Silencio era que poseían, en esencia, el sonido de la clásica formación roquera compuesta por bajo, guitarra, batería y voz. Para lograr que, efectivamente, el disco sonara con la misma potencia que la banda reflejaba en directo, Manzanera usó una mesa de mezclas analógica de la marca Neve: “Entonces vi en el estudio una mesa de sonido vieja, analógica, una Nif [Neve] 12. EMI trabajaba en todas sus delegaciones con una fábrica que era la misma que hacía las mesas para el estudio de los Beatles, Abbey Road. Ahora las Nif [Neve] tienen un valor enorme, las han comprado Noel Gallagher o Mark Knopfler como los que coleccionan Rolls Royce o Mercedes antiguos. Por eso, cuando Keith y yo vimos esa mesa, dejamos los estudios modernos y fuimos encantados a por ella.” (Blay, 2007: 147-148) Este tipo de mesas, al ser analógicas, permitían un control más exhaustivo y puntilloso de todas las pistas. Así pues, Phil Manzanera ordenó al grupo que tocara todas las canciones del disco sin interrupción, aún previendo que iban a cometer fallos. Su intención era “…conseguir una grabación con una misma dinámica, con los cuatro músicos yendo en la misma dirección y a la misma velocidad (…)”, ya que “lo más importante era capturar el ambiente del conjunto (…)” (Blay, 2007: 148). Dicha técnica la aprendió de Chris Thomas, autor de obras maestras como The dark side of the moon de Pink Floyd o el White Album de los Beatles. Manzanera también comenta en esta entrevista que optó por grabar cinco o seis tomas de la voz y escucharlas palabra por palabra junto a Enrique Bunbury para escoger las que posteriormente aparecerían en el disco. Blay apunta que, en contraposición a esta técnica, en El mar no cesa la parte vocal se había grabado verso por verso (Blay, 2007: 149). Por otro lado, cabe destacar 11 Pág. 141-151 del capítulo 9, titulado “Llamada a Phil “, de la 2ª parte del libro Lo demás es silencio (Blay, 2007) 12 Aunque Josep Blay trascribe así el nombre de la marca, la escritura correcta no es “Nif” sino “Neve”. Asimismo, no especifica qué gama de Neve era, lo que nos impide saber exactamente el modelo, ya que, efectivamente, ésta era una empresa conocida y fabricó muchos tipos de mesa diferentes a lo largo de la década. 18 que el álbum fue concebido como un continuo sonoro, lo que hizo que muchas canciones fueran enlazadas directamente de una pista a otra sin silencios. El nombre del disco, además, se tomó de la película de Costa Gavras Betrayed, traducida para su emisión en España como El sendero de la traición (Blay, 2007: 150). El álbum se grabó en Madrid en los estudios Kirios, mientras que la mezcla se realizó en los estudios Metrópolis de Londres. Asimismo, el LP consta de doce temas: “Entre dos tierras”, “Maldito duende”, “La carta”, “Malas intenciones”, “Senda”, “Hechizo”, “Oración”, “Despertar”, ”Decadencia” y “Con nombre de guerra”. En la posterior edición en CD se incluyó el tema “El Cuadro”. El álbum se convirtió, nada más salir al mercado, en todo un récord de ventas, puesto que en dos meses y medio superó las 150.000 copias (Blay, 2007: 147-154). El tempo de las canciones de Senderos de traición se mueve de nuevo entre el andante y el allegro, pero sin llegar a alcanzar una velocidad exagerada. Además hay dos temas de ritmo lento: “Oración” y “Con nombre de guerra”. En cuanto a la instrumentación, parece evidente que el productor intentó mantener el sonido original de banda de cuatro miembros (voz, guitarra, batería y bajo), al estilo de formaciones como The Beatles, Rolling Stones, Police o los propios U2 con quien a veces se comparó a Héroes del Silencio, ya que la mayoría de los temas tienen este número de instrumentos, con excepción de “El Cuadro” (donde se añade un sintetizador que imita el sonido de un clave) y la pista de enlace “Sal”. Asimismo, la guitarra se presenta sin distorsión en la mitad de los temas (en seis), combinándose con el modo limpio o clean en “Hechizo”, “Oración”, “El Cuadro II” y “Entre dos tierras”. En todo el álbum sólo hay un tema en el que la guitarra esté siempre con distorsión: “Decadencia”. Cabe destacar, también, que la mayoría de las veces este efecto de introduce sólo en la parte final (“Oración” y “El Cuadro II”) o en el solo de guitarra (“Hechizo”, “Oración” y “El Cuadro II”). El refuerzo de la base armónica mediante el acompañamiento con acústica se realiza en dos temas: “Oración” (donde sólo se incluye en una sección) y “Con nombre de guerra”. Las letras de este disco se muestran algo menos simbolistas que en el anterior, ya que en algunas es posible identificar con eficacia a que situación, sentimiento u objeto se está refiriendo el narrador (sobre todo en la especie de balada pop “Con nombre de guerra”). Así, podemos dividirlas en tres grandes bloques según su temática: en primer 19 lugar se hallan aquellas que describen la ira, rabia, angustia o hartazgo ante un conflicto con otra persona (“Entre dos tierras”, “Malas intenciones” y “La carta”); en el segundo se sitúan las canciones que hacen referencia y relatan los estados de enajenación causados por la ingesta de algún tipo de droga (“Maldito duende”, “Hechizo” y “El Cuadro II); y, por último, están las piezas con textos abstractos que parecen ser producto de una crisis existencial interna o una búsqueda mística del sentido de la vida (“Senda”, “Oración”, “Despertar” y “Decadencia”). Estos últimos suelen tener una retórica similar a la de los temas de El mar no cesa: por ejemplo, en “Despertar” se hace alusión de nuevo al mar y a la incapacidad del ser humano para controlarlo (el estribillo termina diciendo: “…sólo puedo soñar/entre arena y espuma”). Asimismo, en el primer grupo que hemos señalado encontramos los temas “Entre dos tierras”, “Malas intenciones” y “La carta”. Son comunes en ellos las frases de rechazo al otro del tipo “¡déjame!, que yo no tengo la culpa de verte caer” (“Entre dos tierras), “quisiera no pensar más de un segundo en ti” (“Malas intenciones”) o “siempre he escuchado y ya no te creo/ porque no te entiendo” (“La Carta”). Por otro lado, en la segunda categoría entrarían las canciones “Maldito duende”, “Hechizo” y “El Cuadro II”. La descripción de los estados sensoriales que comporta la ingesta de drogas es ambigua y rara vez se hace alusión directa su causa. De esta forma, en “Maldito duende” que según el propio Bunbury hace alusión a la cocaína (Blay, 2007:155) es difícil llegar a concluir que efectivamente se está haciendo referencia a un estupefacientes, salvo quizás a través la interpretación de frases como “las estrellas te iluminan (…) te sientes tan fuerte que piensas/que nadie te puede tocar”. En “Hechizo” y en “El cuadro II” sí parece estar clara la referencia a un tipo de alucinógeno (probablemente el LSD) en versos como “se nublan los ojos/ todo de un mismo color” o “las figuras danzan/ me miran fijamente y se agrandan”. Las piezas que pertenecen a la tercera clasificación son las más abstractas y su mensaje suele ser abierto y ambiguo, de forma que cada espectador pueda ajustarlo a sus propias vivencias. Los temas que se enmarcan en esta categoría son: “Senda”, “Oración”, “Despertar” y “Decadencia”. En “Senda” se vuelve a divagar sobre la búsqueda del propio destino (comienza: “he de encontrar/una senda que me lleve a un lugar…”) y la dificultad para afrontarlo con entereza (la primera estrofa continua: “…y no me siento capaz/de iniciar/ nueva vida sin más”). Igualmente, es probable que estas 20 crisis existenciales sean provocadas por el paso desde la adolescencia a la edad adulta. Por otro lado, tanto en “Oración” como en “Decadencia” está presente un misticismo religioso (“Y no hay oración/capaz de decidir por mí/ ¡oh, señor! No queda otra opción…”, dice el estribillo de “Oración”), en ocasiones claramente emparentado con los símbolos del Cristianismo (“nunca podré saber/ si la cruz es salvación”, declama el puente de “Decadencia”). “Con nombre de guerra” (aparte de “Sal” que simplemente es un track de enlace) pone la nota disonante al estilo de los textos de este disco y del grupo, en general. De carácter narrativo ya que describe lo acontecido en un período acotado de tiempo (en este caso una noche, puesto que la letra comienza “entra despacio/que nadie oiga tus pasos…” y termina “…por esta noche/nos podemos despedir”) relata el encuentro con una prostituta (“…y dejemos los besos/para los enamorados/ y pensemos en lo nuestro/ que por eso te he pagado…”) y los sentimientos de empatía hacia la dureza de su profesión que finalmente se despiertan en el imaginario cliente (la tercera estrofa comienza: “pienso en los años/que llevas guerreando/con un nombre por bandera…”). La historia está narrada en primera persona y va acompañada de una música triste, de tempo lento y con aires de balada pop. Senderos de Traición se publica a comienzos de diciembre de 1990 y es promocionado dentro de los medios más influyentes del panorama nacional, como los 40 Principales y su revista El Gran Musical. El trabajo tiene gran acogida pero, a pesar de ello, ciertos sectores de la prensa siguen sin valorarles positivamente. Algunos les critican por parecerse demasiado a los grupos británicos de afterpunk como The Cult o The Mission UK, mientras que otros detestan la pedantería y la prepotencia que la actitud del grupo (y, sobre todo, la del cantante) desprendía tanto dentro como fuera del escenario (Uribe, 2007: 100; Blay, 2007: 162-164). Por otro lado, mientras el álbum es lanzado al mercado, el grupo realiza una pequeña gira por cuatro ciudades europeas entre el 23 de noviembre y el 2 de diciembre de 1990 (Uribe, 2007: 96). Después de la promoción del álbum se toman unas breves vacaciones durante las que alcanzan el número uno en las listas de ventas (Blay, 2007: 157). A continuación, en abril de 1991, emprenden la gira “Senderos” con un presupuesto que les permite mejorar su puesta en escena y añadir elementos visuales que la imprimen magnificencia. Mientras tanto, el álbum ya ha alcanzado las 250.000 copias vendidas. Durante el verano de 1991, Héroes 21 del Silencio ofrecen numerosos conciertos por todo el país: actuarán prácticamente a diario y ahorrarán gran parte de los beneficios para su salida al extranjero (Uribe, 2007: 110). Sin lugar a dudas, Senderos de Traición fue el disco que les proporcionó un cierto éxito en Europa, lo cual les llevó a ofrecer numerosos conciertos por el continente durante el año 91 y 92. El empeño del grupo por hacerse un hueco en este mercado les llevó incluso a experimentar con la adaptación al inglés de los temas “Entre dos tierras”, “Maldito duende” y “Malas Intenciones”. No obstante, parece ser que el resultado no convenció a nadie y, debido a ello, estas grabaciones jamás vieron la luz (Blay, 2007: 157). Al mencionado éxito en Europa contribuyó, indudablemente la difusión en la cadena de televisión MTV de los vídeos de la banda, especialmente el de “Entre dos Tierras”. Con el tiempo Senderos de traición llegará a vender medio millón de copias en Alemania, 200.000 en Italia y cerca de 20.000 en países como Suiza o Bélgica, hecho que en aquel momento tuvo gran importancia, habida cuenta de la poca cobertura que tenían en esos momentos el resto de grupos españoles fuera de nuestras fronteras (Blay, 2007: 171). 2.2.3. El espíritu del vino El Espíritu del Vino (1993). Producción EMI-Odeón Dirección y realización Phil Manzanera Año de grabación 1993 Estudios Gallery Studios (Londres) Ingeniero de sonido David Nicholas Compositores Enrique Bunbury Juan Valdivia Joaquín Cardiel Pedro Andreu Intérpretes Voz: Enrique Bunbury Guitarra: Juan Valdivia Bajo: Joaquín Cardiel Batería: Pedro Andreu * Guitarra: Phil Manzanera *Copy: piano y hammond Antes de sacar su tercer LP, EMI decidió publicar el 4 de febrero de 1992 el disco Senda´91 que contiene ocho canciones (“Hace tiempo”, “Maldito duende”, “Decadencia”, “Con nombre de guerra”, “Oración”, “El mar no cesa”, “El cuadro III” y “Hologramas”) grabadas en directo durante el concierto ofrecido en Las Rozas de Madrid en octubre de 1991. Dentro del libreto se incluyen algunas de las críticas más feroces que les había dedicado la prensa de aquel entonces (Blay, 2007: 169-171). El siguiente álbum de la banda vuelve a ser producido por Phil Manzanera y fue grabado entre diciembre de 1992 y marzo del 1993 en los Gallery Studios de Inglaterra 22 que eran de su propiedad. Asimismo, las mezclas se realizaron en los estudios Metrópolis de Londres. Existe cierta confusión con respecto a la localización de los Gallery Studios de Phil Manzanera: según Matías Uribe se ubican en Londres (Uribe, 2007: 133, 138), mientras que el propio productor explica que estaban “a las afueras” de dicha ciudad (Reyo, s/f: 29). Finalmente, Josep Blay explica que están en Surrey, que es un condado de Inglaterra cercano a Londres (Blay, 2007: 193). Por otra parte, en varias entrevistas el productor expresa su desacuerdo con la idea que tenía el grupo de grabar un disco doble, ya que consideraba que este tipo de álbumes siempre corrían el peligro de contener demasiadas canciones, afectando con ello a la visión final de conjunto (Blay, 2007: 193-197; Reyo, s/f: 28-31). Asimismo, explica la caótica y, hasta cierto punto, desorientada situación que vivía el grupo entonces como consecuencia, en gran medida, del éxito y de las largas y agotadoras giras. El propio Bunbury en Diván. Conversaciones con Enrique Bunbury (Losilla, 2000: 25) reconoce que no tenían ninguna canción montada al llegar al estudio y que aún así, contradictoriamente, decidieron hacer un disco doble. También menciona, al igual que Phil en las citadas entrevistas, el constante uso y abuso de las drogas que el estilo de vida de “estrella del rock” les había llevado a cometer. Manzanera deseaba llevar al grupo a sus estudios de Londres porque en él tenía muchos más materiales (tenía una gran sala de control) para experimentar y mejorar su sonido. No obstante, además de las condiciones en las que se encontraba el grupo y su falta según él de autocrítica a la hora de querer grabar un disco doble, el ingeniero de sonido David Nicholas (que había trabajado para Elton John e INXS) era nuevo y, al parecer, su ritmo de trabajo era algo más lento de al que estaba habituado Manzanera. Señala, igualmente, que añadió algunas guitarras puntuales, aunque no indica exactamente en qué temas. El productor menciona, también, el cambio de estilo en la forma de tocar de Juan Valdivia: “…quería que su guitarra sonara más heavy, más Guns´N´Roses, más Iron Maiden.”(Blay, 2007: 194). Ello no pareció convencer demasiado a Manzanera, ya que piensa que su inicial y original forma de tocar era una de las señas de identidad que había hecho que el grupo lograra el éxito. Por otra parte, mientras el grupo se encuentra inmerso en el proceso de grabación, Senderos de traición alcanza en abril las 210.000 copias vendidas en Alemania; a la vista de la situación, la compañía y el grupo se plantean realizar la presentación del 23 siguiente disco en Berlín. Asimismo, en mayo EMI edita un maxi-single promocional con dos mezclas distintas de “Nuestros nombres”, la versión del tema del grupo zaragozano Más Birras “Apuesta por el rock´n´roll” y la canción “Flor de loto”, surgida a raíz de las experiencias vividas por Bunbury en su viaje a Nepal a principios de1992. Al parecer, según la noticia publicada en el Heraldo de Aragón el 18 de marzo de 1993, este adelanto iba a ser editado a mediados de abril, mientras que el disco se presentaría oficialmente el 19 de mayo en Berlín coincidiendo con un concierto del grupo en esa ciudad (Uribe, 2007: 138-142). El disco finalmente es presentado el 3 de junio de 1993 en la capital alemana rodeado de un gran despliegue mediático. En Alemania, gracias al éxito del tema del anterior álbum “Entre dos Tierras”, llegan al número nueve en la lista de ventas. Es, por tanto, el disco de Héroes del Silencio que más éxito tuvo en ese país. La prensa española se hace eco de la presentación valorando positivamente al grupo, al contrario de lo que había ocurrido cuando la banda saltó repentinamente a la fama en 1990. La fecha de salida al mercado del álbum en España, Alemania, Francia, Italia y Holanda es la del 14 de junio, ofreciéndose éste en los dos formatos, el vinilo y el CD, que en ese momento coexistían. El diseño del disco corre a cargo, como en Senda `91, de Pedro Delgado, quien explica su simbología en el libro de Patricia Godes (Godes, 1993: 3233). Asimismo, el LP incluía los temas: “Nuestros nombres”, ”Tesoro”, “Los placeres de la pobreza, “La herida”, “La sirena varada”, “La apariencia no es sincera”, “Z”, “Culpable”, “El camino del exceso”, “Flor de loto”, “El refugio interior”, “Sangre hirviendo”,” Tumbas de sal”, “Bendecida 2”, “Bendecida” y “La alacena”. Es un álbum más ecléctico y experimental que en varios de los temas y muestra un sonido más roquero y endurecido, derivado de géneros como el hard-rock o el heavy-metal. El tiempo de las canciones vuelve a situarse entre el allegro y el andante, si bien la mayoría de las que se mueven en un tiempo rápido son también las que se acercan al género del hard-rock (“Nuestros Nombres”, “Los Placeres de la Pobreza” y “Camino del Exceso”) Del mismo modo, los temas en los que se añade una segunda guitarra de refuerzo (que siempre se presenta con distorsión) suelen ser los que contienen más elementos musicales procedentes del rock duro (“Nuestros nombres”, “Los placeres de la pobreza” , “El camino del exceso”, etc.) Por otro lado, “La alacena”, “Tesoro” y la primera sección de “La Herida” presentan un tiempo lento, así como la extraña “Bendecida 2” (consistente en un conjunto de cuatro versos entonados por Bunbury sin 24 acompañamiento instrumental). “Sangre hirviendo” es la pieza más rápida de todo el disco y “La Herida” tiene un aceleramiento del tiempo en su segunda sección. Estilísticamente la mayoría de los temas se hallan a medio camino entre la acuciante influencia del hard-rock en la manera de tocar de Juan Valdivia y el estilo pop-rock de los inicios del grupo. Aún así, temas como “Sirena varada” o “Tesoro” se inscriben dentro de esta última línea. Como novedades instrumentales destaca la inclusión de un sitar en la exótica “Flor de Loto” y una armónica en “La Herida”. El uso del efecto del delay en la guitarra también es frecuente con (“Nuestros nombres”) o sin distorsión (“Tesoro”), pero no tanto como en el anterior disco. Asimismo, la inclusión de la distorsión en la parte de la guitarra durante su solo algo que ocurría en varias de las piezas de los otros álbumes se efectúa en “La sirena varada y “Culpable”, mientras que “Tesoro” es la única canción en la que la guitarra se mantiene en el modo clean (sin distorsión). Destaca también la inclusión de efectos de sintetizador o teclados en piezas como “Culpable”, así como su preeminencia por encima del papel del resto de instrumentos en “La Alacena” (tema que recuerda un poco en el estilo a “El Cuadro II” de Senderos de Traición). En este último se incluye, además, un acompañamiento ejecutado por un cuarteto de cuerdas. Por otra parte, en la cuarta estrofa de “Los placeres de la pobreza” y en “Tumbas de sal”, la voz de Bunbury suena como si lo hiciera a través de un megáfono, efecto al que se seguirá recurriendo en algunos tracks del cuarto disco (Ej.: “Días de borrasca”). Asimismo, en “La Herida”, “Sirena Varada”, “Flor de Loto”, “La Alacena” y “Bendecida” se añade una segunda guitarra acústica para reforzar el acompañamiento armónico. Como podemos observar en este breve resumen, la instrumentación es bastante más heterogénea que en Senderos de Traición o El mar no cesa, lo que les llevó a plantearse la contratación de un segundo guitarrista. Por lo que respecta a las temáticas, en general la mayoría de las canciones pueden inscribirse en alguna de las tres categorías descritas en la clasificación de Senderos de Traición: aquellas que reflejan un sentimiento de odio, ira o hartazgo (“Nuestros nombres”, “La apariencia no es sincera”, “Culpable” y “Sangre hirviendo”); las que versan sobre las drogas o sus efectos (“Los placeres de la pobreza”, “Sirena varada”, “Camino del exceso” y “La Alacena”); y, por último, las que parecen surgir producto de una crisis existencial o de una búsqueda filosófica personal que en ocasiones se mezcla 25 con el misticismo y la religión (“Tesoro”, “La herida”, “Tumbas de Sal” y “Flor de loto”). Por otra parte, se añaden dos temas (“Bendecida 2” y “Bendecida”) que expresan un amor no-físico por otro ser humanoambas están dedicadas a la que, por aquel entonces, era la novia del cantante, la italiana Benedetta, aunque el deseo sexual sigue estando presente (en el estribillo de “Bendecida” se dice: “…y el perfume que emane del sexo…”). La iconografía religiosa de carácter cristiano se muestra, de nuevo, en algunas canciones (por ejemplo en “La apariencia no es sincera”, cuyo estribillo dice: “…dame tantas rosas/como espinas me clavé…”). Por último, hay que mencionar aquellas piezas que no tienen texto ni parte vocal: “Z” (pequeña canción a cargo de una guitarra acústica) y “El refugio interior” (que es prácticamente un solo de batería). Después de la publicación del álbum el grupo inicia la larga gira titulada “El Camino del Exceso” que comenzó el 9 de junio de 1993 en Granada y que les llevó por España y parte del extranjero. Para ella incorporan al guitarrista Alan Boguslavsky, a quien habían conocido en 1992 durante una visita promocional a México. La razón de su adhesión es, por un lado, el aumento de la complejidad de las guitarras en El Espíritu del Vino y, por el otro, la aparición de tensiones internas dentro del grupo, especialmente entre Juan Valdivia y Enrique Bunbury. El mismo Alan le reconoce a Josep Blay que él servía “…como válvula de escape para el grupo porque entre ellos ya había mucha tensión, sobre todo entre Enrique y Juan” (Blay, 2007: 238). Poco después de empezar la gira, asisten a una audiencia en el Palacio de la Zarzuela con el príncipe Felipe el 20 de julio de 1993 que era el día siguiente a la finalización del rodaje del videoclip de “La Herida”. En septiembre, EMI anuncia que Héroes del Silencio han vendido en total dos millones de copias en todo el mundo, lo que les convierte en una de las principales bandas españolas de la compañía. Aparecen entonces los primeros clubes de fans, tales como el autodenominado Fieles en Exceso (Uribe, 2007: 155-157). La larga gira promocional finaliza el 5 de Enero de 1994 en su ciudad natal, Zaragoza, en un concierto al que acuden cerca de 5.000 personas. Después, el grupo se toma unos meses de vacaciones hasta abril, fecha en la cual está prevista que comience su primera gira por Latinoamérica. Unos días antes, en la Semana Santa de 1994, fallece asesinado el hermano de Bunbury en Salou, a pesar de lo cual se sigue adelante con las fechas programadas (Blay, 2007: 231-233). El 16 de julio acaban definitivamente el tour en Finlandia y, a continuación, se toman otro necesario período de descanso durante el 26 cual Bunbury viaja de nuevo a la India (Uribe, 2007: 165). Por su parte, la discográfica EMI publica en julio del 94 un pack, consistente en un Cd, un vídeo y un libro, que contiene la actuación del grupo en Madrid, emitida por TVE, el 16 de junio de 1993. A finales de año, entre octubre y diciembre aproximadamente, se encierran en un hotel en el valle de Benasque (en el Pirineo de Huesca) con el objetivo de preparar las canciones del siguiente disco y suavizar las tensiones entre los componentes de la banda que se habían agravado a raíz del despido de Ignacio Cubillas, su mánager (Uribe, 2007: 168; Blay, 2007: 242). 2.2.4. Avalancha Avalancha (1995) Producción EMI-Odeón Dirección y realización Andrew Jackson Bob Ezrin Año de grabación 1993 Estudios Gallery Studios (Londres) Ingeniero de sonido Andrew Jackson Ayudante de sonido: Christopher Roberts Compositores Enrique Bunbury Juan Valdivia Joaquín Cardiel Pedro Andreu Alan Boguslavsky Intérpretes Voz: Enrique Bunbury Guitarra: Juan Valdivia Bajo: Joaquín Cardiel Batería: Pedro Andreu * Guitarra: Alan Boguslavsky Como consecuencia de la larga gira del Espíritu del Vino, el grupo necesitó un tiempo para descansar y compartir espacio fuera de la vorágine de actuaciones y excesos en que se habían sumergido. El lugar que escogen es, como ya hemos señalado, el parador turístico de Benasque, en el cual graban demos de canciones que incluirán en su próximo disco, Avalancha, y en Rarezas, que saldrá a la luz dos años después de su separación. Al salir del retiro deciden renovar a casi toda la plantilla de su equipo, empezando por su mánager, quien es sustituido por Claire King, mientras que el puesto de “tour mánager” lo ocupará Tomás Mateos (Uribe, 2007: 172). A raíz de este cambio de rumbo los Héroes del Silencio se plantean también relevar al productor. Así pues, inician los trámites para contratar a Bob Ezrin quien trabajó en The Wall de Pink Floyd, Berlín de Lou Reed y Destroyer de Kiss para que sustituya a Phil Manzanera. El antiguo componente de Roxy Music le explica a Josep Blay que Héroes del Silencio estaban pasando por un momento de cambio y que buscaban un enfoque distinto, algo que les permitiera introducirse de lleno en el mercado americano, y para ello Ezrin y su asistente Andrew Jackson (que también había sido ingeniero de sonido en discos de Pink Floyd) eran, sin duda, las personas adecuadas (Blay, 2007: 245). 27 Después de Benasque viajan a Londres para encontrarse con Ezrin teniendo ya bastante avanzada la composición de las doce piezas del nuevo álbum. No obstante, cuando se las enseñaron éste decidió hacer cambios en casi todas y, por ello, la banda se planteó ampliar el plazo de grabación en los estudios de Los Ángeles para poder dedicar los primeros quince días a pre-producción. Ezrin perseguía un sonido más directo y potente, con menos efectos y más dinamismo. Además, quería que todas las partes sonaran al mismo nivel y, por lo tanto, una de las primeras cosas que hizo fue bajar el volumen de la voz porque pensaba que estaba “subida de plano” (Blay, 2007: 246). Además, grabó los temas en bloques de tres, lo que permitía eliminar tiempos muertos, ya que mientras uno grababa la voz otro podía estar dedicándose, por ejemplo, a arreglar la parte de la batería (Uribe, 2007: 174). Finalmente en agosto de 1995 se lanza el primer single del disco, “Iberia sumergida”. Éste delata, ya, lo que será la tónica general del álbum: un sonido americano, cercano al hard-rock (lo cual no es extraño, teniendo en cuenta que Ezrin había producido, entre otros, a Alice Cooper o The Kiss), con un tratamiento de la guitarra más heavy, con distorsiones, solos elaborados, y unas líneas sonoras duras y apelmazantes. Las primeras entrevistas promocionales se ofrecen en Madrid a principios de septiembre, aunque el disco no saldrá al mercado hasta el día 19 de ese mismo mes. A continuación se realizará la presentación mundial del álbum en su ciudad natal, Zaragoza, en el Centro Cultural Delicias. Matías Uribe comenta que ésta sucedió el 20 de septiembre, aunque probablemente fue el día 19, ya que la noticia que incluye en la página 182 de su libro El sueño de un destino (2007) está fechada, efectivamente, el miércoles 20, pero explica que el evento tuvo lugar el día anterior. Asimismo, Josep Blay coincide en situar el acontecimiento en el 19 de ese mes (Blay, 2007: 254). El álbum se publica en 27 países, entre los cuales se encuentran Japón y Estados Unidos. Avalancha se convierte, así, en el cuarto y último álbum de la banda y, probablemente, el más polémico. El disco contiene los temas “Derivas”, “¡Rueda, Fortuna!”, “Deshacer el mundo”, “Iberia sumergida”, “Avalancha”, “En brazos de la fiebre”, “Parasiempre”, “La Chispa Adecuada”, “Días de Borrasca (Víspera de Resplandores)”, “Morir todavía”, “Opio” y “La Espuma de Venus”. En general, la mayoría de los que han analizado el resultado sonoro del disco coinciden en señalar como rasgo principal la dureza del sonido y la ausencia de las atmósferas melódicas tan características del estilo inicial de Héroes del 28 Silencio. La mayoría de las canciones de Avalancha tienen un tempo rápido y la cuarta parte de los mismos es de carácter lento. “Parasiempre”, con una pulsación muy movida y enérgica, es la más veloz de todas. Por otro lado, la instrumentación sigue la línea del anterior disco, siendo habitual la adición de la parte de una segunda guitarra interpretada por el mexicano Alan Boguslavski. Del mismo modo, los temas que estilísticamente se encuentran más cercanos al hard-rock son también aquellos que tienen un tiempo más rápido y la adición de una segunda guitarra (como es el caso, por ejemplo, de “Iberia sumergida”, “Avalancha” o “Parasiempre”). La guitarra solista suele presentarse con distorsión o durante toda la canción (en cinco temas, cuatro de los cuales se acercan sonoramente al rock duro“Iberia sumergida”, “Avalancha”, “Parasiempre” y “¡Rueda, fortuna!”) o en fragmentos puntuales (en tres piezas), como por ejemplo en el solo final de “En brazos de la fiebre”. También vuelve a incluirse el efecto que provoca que la voz parezca estar proyectada a través de un megáfono en “Días de borrasca (Víspera de Resplandores)” y “Parasiempre”. Por otra parte, el refuerzo armónico con acordes rasgueados ejecutados por una guitarra acústica vuelve a realizarse en “En brazos de la fiebre”, “La chispa adecuada” y “La espuma de Venus”. Varios de estos temas poseen un sonido cercano al expuesto en los primeros discos del grupo, como es el caso de “En brazos de la fiebre”. El sitar vuelve a hacer acto de presencia en la emotiva balada (dedicada, igual que otros dos temas del anterior disco, a la novia de Enrique Bunbury, Benedetta) “La chispa adecuada”, cuya división en dos mitades (una primera lenta y una segunda en la que se acelera el tiempo y se añade potencia al sonido) recuerda a otras como “Flor de loto” o “La herida”. La armónica es otro de los instrumentos novedosos en el anterior disco que vuelven a aparecer, en este caso en “Iberia sumergida”. Por lo que respecta a los efectos de la primera guitarra, hay que decir que el delay sigue usándose en varios temas (ej.: “Morir todavía”) y que en el que cierra el disco, “La espuma de Venus”, se usa un aparato denominado E-bow para imitar la pulsación producida por el arco en los instrumentos de cuerda frotada. Por lo que respecta a la temática, conviene hacer hincapié en la inclusión de cierta crítica política y/o social en temas como “Iberia sumergida”, “¡Rueda, fortuna!” o “Avalancha”. El resto de piezas pueden encajar en alguna de las habituales categorías: expresión de rabia, hartazgo o ira (“Parasiempre”, “Días de borrasca”); crisis existencial 29 o reflexiones introspectivas de carácter filosófico (“Deshacer el mundo”, “En brazos de la fiebre”); y drogas (“Opio”). Algunos temas pueden ser susceptibles de incluirse en varios de estos grupos, como puede ser el caso de “Iberia sumergida” que contiene, además de ciertas frases de crítica política (“descreo del abrazo de la mayoría/ y sus abrazos propietarios sin salida…”), alguna que otra divagación poética sobre la personalidad propia y ajena (la letra comienza:“amanecí con los puños bien cerrados/ y la rabia insolente de mi juventud” y continúa “la ingenuidad/ nos absuelve de equivocarnos/ que cada uno aporte lo que sepa”). Matías Uribe dice que “el camino de la purificación llegaba también a las letras, más sociales y hasta políticas” (Uribe, 2007: 174). También el propio Enrique Bunbury en el libreto que acompaña a la reedición de Avalancha en la colección editada por el periódico El País en 2007 (20-21), declara que hay un fuerte contenido político y social en varias canciones del disco, debido al momento de corrupción política que estaba sufriendo el PSOE por escándalos como el de los GAL. El amor es, por otro lado, el tema central de “La chispa adecuada”, que versa, con un elaborado lenguaje simbolista y metafórico, sobre el sentimiento trágico, semejante al de duelo, que comporta la ruptura de una relación, y “La espuma de Venus”, en la que éste se mezcla de forma indirecta con el deseo o acto sexual a través de la imagen del mar (“nadé/ desnudo tu oleaje”, dice en algunas estrofas). Por último, hay que destacar la aparición de un tema que versa sobre la muerte (en este caso, propiciado por el asesinato del hermano de Bunbury en abril de 1994), “Morir todavía” (el estribillo dice: “no se puede encerrar/ el sol bajo una campana/ no se puede aplazar/ la hora señalada”). Como resultado del cambio de sonido (que conllevó una pérdida, como hemos visto, de algunas de las características estilísticas más esenciales del grupo), el disco obtiene éxito en lugares como Latinoamérica, pero no consigue mantener el nivel de ventas de sus álbumes anteriores en países europeos como Alemania. Además, la larga gira de promoción a la que se verán abocados en total el grupo realizó 134 actuaciones en España, Europa y Latinoamérica, entre el 22 de septiembre del 95 y el 6 de octubre del 96 (Blay, 2007: 263), unida al estado de tensión latente que persistía desde el maratoniano tour de El Espíritu del vino, terminará por reabrir las heridas entre los componentes del grupo y desembocará, finalmente, en su disolución en octubre de 1996. 30 3. RECEPCIÓN 3.1. GIRAS La primera gira que realizan Héroes del Silencio es producto de la promoción de su primer disco El mar no cesa. Ésta se inicia en Carlet el 4 de marzo de 1989 y finalizará el 14 de octubre del año siguiente, es decir, 1990, en Zaragoza. Este tour estará dividido en dos etapas: una primera entre el 4 de marzo de 1989 y el 3 de enero de 1990, y una segunda comprendida entre el 20 de abril de 1990 y octubre de ese mismo año. En total ofrecen unos 154 conciertos en toda España, recorriendo tanto ciudades grandes como pequeñas. Una de las actuaciones más destacadas de esta gira fue la que ofrecieron el 22 de junio en la discoteca Jácara de Madrid ante aproximadamente 2.000 personas (Uribe, 2007: 79-83). Asimismo, el 10 de octubre de 1989 actúan en las fiestas del Pilar de su Zaragoza natal ante 15.000 seguidores. En ese momento, El mar no cesa ha vendido ya 80.000 copias (Uribe, 2007: 87). El 3 de enero de 1990 actúan ante 3.000 personas en el festival riojano Iberpop y después se toman un descanso de cuatro meses para ensayar e ir perfilando las canciones de su próximo disco. El 20 de abril de 1990 retoman la gira de El mar no cesa, que continuará sin descanso hasta octubre. El 12 de mayo actúan en Madrid de nuevo junto a Los Romeos y Loquillo en el Auditorio de la Casa de Campo, recibiendo críticas no demasiado buenas por parte de la prensa generalista. El 29 de junio vuelven a tocar en el Palacio de los Deportes de su ciudad natal. Entre los lugares en los que actuaron en esta segunda parte de la gira se encuentran Almería, Huesca, Ávila o Barbate (Uribe, 2007: 93-98). A finales de año, una vez terminada la grabación de Senderos de Traición, el grupo sale por primera vez a realizar varios conciertos en Europa, los cuales son gestionados por una asociación de hijos de exiliados entre el 23 de noviembre y el 3 de diciembre de 1990. Los lugares elegidos son Zurich, Berna, Bruselas y Lieja. A pesar del escepticismo de la compañía, Héroes del Silencio quieren ir a toda costa aunque no les proporcione ningún beneficio económico (Uribe, 2007: 96; Blay, 2007: 174-175). Asimismo, la gira del disco Senderos de Traición, presentado en diciembre de 1990, comienza en abril de 1991. La gira española de promoción de este nuevo disco contendrá unas 102 fechas. Durante el verano de 1991 actúan prácticamente a diario. Además, el grupo ahorra gran parte de los beneficios de los conciertos para su salida al extranjero, ya que la compañía de discos les había animado a pensar en una inmediata 31 incursión en el mercado latinoamericano. En este período ofrecen conciertos en ciudades tanto grandes como pequeñas (Santander, Avilés, Guardamar del Segura, La Coruña, etc). Algunos de las fechas más importantes de este tour tienen lugar en Madrid por ejemplo, el del 21 de junio de 1991, junto a Gabinete Caligari y el Último de la Fila, que retransmite Canal Plus, donde la crítica sigue sin valorarles. Igualmente, en julio de 1991 actúan en Nueva York invitados por la SGAE en el New Music Seminar con Seguridad Social, Jaleo y Azúcar Moreno; al concierto acuden unas 3.500 personas. Lo más importante de esta primera visita al continente americano fue la obtención de ciertos contactos, como los de la famosa cadena televisiva de música MTV (Uribe, 2007: 108-110; Blay, 2007: 175). Después del verano, concretamente el 26 de octubre, son invitados por el líder del grupo alemán Plan B Johnny Haeusler a participar en un festival contra el racismo en Berlín llamado “Ich Bin Ein Auslander” (Reyo, s/f: 10). Además, Haeusler tenía un programa de radio en el canal 4 que era muy importante dentro de los circuitos de música independiente y en el que había hecho sonar el tema “Entre dos tierras” de Héroes del Silencio. La actuación tuvo muy buena acogida, tanta que después de la misma el empresario Lottar les ofreció dos conciertos más en una reducida sala de la capital germana (Blay, 2007: 175). La consecuencia inmediata de esta inesperada acogida en Alemania fue el cambio de dirección en las miras hacia el extranjero: los ahorros que habían estado reservando para Latinoamérica servirían, ahora, para sufragar el lanzamiento del grupo en Europa. Así pues, viajando en una furgoneta y con un equipo de luces y sonido reducido, planearon una pequeña gira por ocho ciudades de Suiza, Bélgica, Alemania y Francia entre el 20 de noviembre y el 5 de diciembre de 1991 (Blay, 2007: 176). Blay recoge los pensamientos de Bunbury sobre la nueva puerta que se le estaba abriendo al grupo: los clubes que han recorrido tienen una capacidad para entre 200 y 1.000 personas, y se han llenado con público mitad español y mitad extranjero. Su idea es crear un circuito de salas que les permita volver año tras año, creando de este modo una pequeña facción de seguidores fiel a la banda. La estrategia da sus frutos, de tal forma que en febrero de 1992 la revista alemana Coolibri nombra a Senderos de traición el LP del mes (Blay, 2007: 176-177). Asimismo, es también Josep Blay el que 32 mejor recoge los datos relativos a esta inesperada inserción en el mercado europeo13. Héroes del Silencio dedicó el año 1992 a continuar sus actuaciones en Europa con el objetivo de crear el circuito estable de salas y pubs antes mencionado. Tanto fue así que la única actuación que realizaron en España14 ese año fue para presentar el LP en directo Senda ´91 el 4 de febrero en Madrid (Uribe, 2007: 120). La incursión en Europa de ese año se llevó a cabo mediante tres giras cuidadosamente planificadas y estudiadas. La primera tuvo lugar entre el 30 de marzo y el 14 de abril15, iniciándose en Copenhague y cerrándose en Milán. En total ofrecieron unos doce conciertos en Dinamarca, Bélgica, Holanda, Alemania, Suiza e Italia. La segunda se desarrolló poco después, y en ella telonearon a grupos como Marillion o The Cult, además de tocar en dos nuevos países, Austria y Gran Bretaña. De hecho, ofrecieron una actuación el 28 de junio en el famoso Marquee de Londres con no demasiado éxito16. Por último, emprendieron una gira más larga que las anteriores entre el 17 de julio y el 5 de noviembre que les llevó por ciudades como Amsterdan o París, aunque la mayoría de los conciertos se celebraron en Alemania17. Igualmente, gracias al éxito palpable que el grupo estaba teniendo por el viejo continente, la discográfica comenzó a ofrecerles cierto soporte promocional y publicitario. Además, las críticas alemanas comparaban a Héroes del Silencio de nuevo con bandas como U2, The Smiths, the Cure o Simple Minds. Así pues, poco a poco la prensa española comenzó a mostrar interés por la proyección que estaba teniendo la formación en el viejo continente, sobre todo a raíz de su concierto en el Tiergarten de Berlín el 14 de junio de 1992. Otro de los países en los que Héroes del Silencio tuvo gran acogida fue en Italia. Allí comparaban a su líder con Jim Morrison o Bon Jovi y destacaban su imagen transgresora, así como la potente voz del cantante. Cabe señalar, por último, que Héroes del Silencio también tuvo gran acogida en Bélgica, donde les 13 BLAY, Josep. Un Bon Jovi a la paella. Lo demás es silencio. Barcelona: Plaza & Janés, 2007, pp. 172-181. A excepción de la realizada en la sala En Bruto en Zaragoza el 1 de julio avisando por sorpresa con dos días de antelación (Uribe, 2007: 129) 15 Según Matías Uribe (2007: 122) esta gira europea comienza el 2 de abril y menciona que el grupo actúo durante ella en las siguientes ciudades: Bruselas, Amsterdam, Hamburgo, Berlín, Frankfurt, Bonn, Zúrich, Berna, Basel, Múnich y Milán. 16 Matías Uribe (2007: 129) comenta que no llenaron la sala y que todo el público que acudió estaba formado por españoles. 17 Matías Uribe (2007: 132) dice que la quinta gira Europea tuvo su parada final el 10 de octubre en París y que la propia EMI recoge recortes y datos de estas giras en un folleto de 16 páginas; las fechas de esta incursión en Europa, por tanto, no están demasiado claras. 14 33 situaban por encima de grupos españoles como Mecano, Duncan Dhu o el último de la Fila. Como consecuencia de este inesperado giro en la carrera del grupo, la compañía decidió presentar el siguiente álbum titulado El Espíritu del Vino el 2 y 3 de junio de 1993 en el Tempodrom de Berlín. El mes previo a este lanzamiento, el grupo actuó en Bamberg, Constanza, Zúrich y en el Rock am Ring, festival de reputación internacional que en esa ocasión se celebró el 29 y 30 de mayo de 1993, en Alemania y Austria respectivamente (Blay, 2007: 179-182). Sin embargo, 1992 también les sirvió para realizar una pequeña visita promocional a México en la que conocerían al futuro segundo guitarrista del grupo: Alan Boguslavsky. Las fechas de este viaje no están claramente especificadas en ninguno de los libros de referencia que hemos utilizado para elaborar este trabajo: Ignacio Reyo (s/f: 10) la menciona y sitúa en 1992, así como el propio Alan cuando Josep Blay le entrevista para la biografía de Bunbury (Blay, 2007: 233), especificando, además, que fue en el mes de octubre; asimismo, Patricia Godes dice textualmente que 1992 “será el año que los Héroes dedicaran a conquistar Europa y México” (Godes, 1993: 23), y Matías Uribe de nuevo menciona que conocieron al guitarrista en una visita promocional a México en el 92 (Uribe, 2007: 142). No obstante, a pesar del hincapié que hacen las monografías del grupo y su cantante sobre su conquista del continente europeo en 1992, no describen en ningún momento está incursión en el mercado latinoamericano. El tercer álbum se gestó durante los primeros meses de 1993 en Gran Bretaña. Cuando el disco aún no había salido a la calle en nuestro país, el grupo ofreció el 9 de junio en Granada un concierto con el que iniciaran la larga gira de promoción de El Espíritu del Vino titulada “El Camino del Exceso”, que les llevará por España y el extranjero (Uribe, 2007: 152; Blay, 2007: 211, 219). Como ya hemos señalado en el párrafo anterior, debido a la instrumentación (ligeramente más compleja) del nuevo disco deciden incorporan al guitarrista mexicano Alan Boguslavsky a la agrupación. Seguidamente actúan el 16 de junio en el Palacio de los Deportes de Madrid, concierto que la crítica nacional recoge de nuevo no muy positivamente (Uribe, 2007: 152) A continuación, dedican el período estival a realizar numerosos conciertos por la geografía española. Asimismo, los últimos meses del año los dedicaran a actuar por Europa. Algunas de las ciudades por las que pasarán serán Hamburgo, Bremen, Estocolmo y Berlín; la visita a esta última tiene lugar durante los días 2 y 3 de noviembre con alguna 34 crítica poco favorable (Uribe, 2007: 156-157). Además, el 5 de noviembre ofrecen un concierto en París en el Elysée Montmatre en el cual el cantante, Enrique Bunbury, se queda sin voz (Uribe, 2007: 157). Después de este percance, el grupo se toma dos semanas de descanso y el 22 de noviembre de 1993 vuelven de nuevo a la carretera para iniciar una mini-gira en la ciudad germana de Friburgo, en la que pasan de nuevo por la capital francesa el 9 de diciembre y a la cual ponen punto final el 21 de diciembre en Bilefeld, también en Alemania. Después ofrecen una serie de conciertos en locales más reducidos en varias ciudades españolas (Barcelona, Oviedo, Valencia, Vigo y Madrid) entre el 23 y el 30 de diciembre. Finalizan la gira española y europea de El Espíritu del vino el 5 de enero en su ciudad natal, Zaragoza. Poco antes, la noche del 31 de diciembre fallece su “road manager”, Martín Druille, acontecimiento que les afectará profundamente y aumentará las rencillas internas entre los miembros del grupo (Uribe, 2007: 160-162). Los primeros meses del nuevo año, 1994, los dedican a tomarse un tiempo de descanso por separado. A continuación, emprenden una gira por Latinoamérica de aproximadamente dos meses (del 4 de abril al 12 de junio de 1994) que les llevará por México, Argentina y Chile. Sin embargo, no será hasta el 16 de julio que terminen definitivamente la gira de “El Camino del Exceso” en Kerhsatz (Finlandia), después de casi dos años dando conciertos con pocos intervalos de descanso que les hayan permitido reflexionar y alejarse del frenético ritmo al que estaban sometidos (Uribe, 2007: 164-165). Debido, pues, al agotamiento en el que les deja este largo tour, pasará casi un año antes de que Héroes del Silencio se embarquen en otra gira. El siguiente disco cuarto y último de la banda, Avalancha, será producido por Bob Ezrin y Andy Jackson. Asimismo, cambiarán también de mánager y contratarán al hermano del guitarrista de Police, Miles Copeland, quien se encargará a través del sello IRS de la promoción y la gira norteamericana del disco. Lo cierto es que Héroes del Silencio querían conquistar Estados Unidos siguiendo una estrategia parecida a la que habían utilizado en Europa de formar poco a poco un grupo estable locales de reducido tamaño al que acudir habitualmente (Uribe, 2007: 177; Blay, 2007: 273-277). La presentación del nuevo disco, Avalancha, tiene lugar el 19 de septiembre de 1995 en Zaragoza, en el Centro Cultural Delicias. A continuación, el 25 de ese mismo mes comienzan una gira de dos meses por España y Europa que tiene previsto finalizar el 5 35 de diciembre en Sevilla. Es entonces cuando Enrique, desorientado y frustrado por la situación de tensión en que se encuentra de nuevo el grupo, en parte como consecuencia del intenso ritmo al que se ven sometidos, redacta el diario que dos años más tarde mandaría publicar en la revista editada por el club de fans Las Líneas del Kaos. Además, Juan Valdivia empieza a sufrir molestias al tocar, problema que más adelante le impedirá volver a coger el instrumento durante un año por prescripción médica (Uribe, 2007: 183-186; Blay, 2007: 262-269). A principios del 96 concretamente el día 23 de enero actúan en el Midem de Cannes (Francia) junto a grupos como Mártires del Compás o Navajita Plateá y es allí donde reciben un doble disco de platino por haber vendido medio millón de copias de Avalancha. Después, inician otra larga gira por el continente americano que les acabará por desestabilizar completamente: Valdivia sufre dolores de muñeca al tocar, Andreu se halla en un período de recuperación después de que le realizaran una operación de corazón el 4 de enero y Bunbury continúa dentro del grupo más bien por obligación, puesto que está pensando ya en cómo hilvanar su futura carrera en solitario. El 10 de febrero en Tijuana, cuando apenas llevaban unos cuantos conciertos, Bunbury reúne a los integrantes de Héroes del Silencio con la intención de dar un nuevo rumbo a la banda. El cuarteto no se pone de acuerdo y Enrique decide dejar la agrupación. No obstante, el “road manager” Tomás Mateos consigue convencerle de que no lo haga todavía, ya que hay mucho dinero invertido en la gira. Como consecuencia de todos estos conflictos, parece bastante certero afirmar que durante 1996 Héroes del Silencio fueron un grupo “ficticio”, en el sentido de que mantenían la formación por las obligaciones incluso en contra de la voluntad de algunos de ellos que tenían con la discográfica (Uribe, 2007: 188, 192). Finalmente la situación se vuelve insostenible y en el último concierto de la gira en Los Ángeles el 6 de octubre de 1996, Bunbury, y después Juan Valdivia, abandona el escenario habiendo interpretado tan sólo tres canciones. Poco después, cuando vuelven a España el 10 de octubre de 1996, hacen oficial la ruptura en una rueda de prensa en Madrid, al tiempo que EMI saca al mercado un recopilatorio (grabado los días 7 de junio en el Palacio de los Deportes de Madrid y el 8 en la plaza de toros de Zaragoza) del grupo titulado Parasiempre (Blay, 2007: 276, 288, 291; Uribe, 2007: 192-193). 36 3.2. CRÍTICAS Para la elaboración de este apartado nos hemos centrado en la revisión hemerográfica de tres periódicos nacionales ABC, El País y La Vanguardia durante el período comprendido entre 1984 y 1996, fecha en que el grupo procedió a su disolución. Entre 1984 y 1989 apenas encontramos material más allá de pequeñas reseñas o anuncios de sus conciertos, con la excepción de breves reportajes cuyo objetivo era publicitar la salida al mercado de su primer LP, El mar no cesa. Tal es el caso de la noticia del 26 de marzo de 1988 de La Vanguardia, en la que se dice que “…Los Héroes del Silencio componen canciones que tienen la doble virtud de su construcción bien estructurada y de su poder de captación del público, con una cuidada ejecución al actuar en directo.” Como vemos, la opinión es de carácter neutral y destaca un elemento que será muy valorado a lo largo de su carrera: la capacidad de conectar con el público a través de los conciertos. El 19 de marzo de 1989 encontramos, también en La Vanguardia, un pequeño artículo sobre el grupo bajo el lema “Héroes del Silencio: ≪No nos ha tocado la lotería≫” realizado por Mª Jesús Cañizares, en el que se subraya, de nuevo, su directo y se menciona que la banda va camino de ser el “grupo revelación” del año (La vanguardia 19/ 03/ 1989: 46). Asimismo, encontramos en El País el 25 de junio de ese año una crítica de su actuación del día 22 en la sala Jácara de Madrid realizada por Javier Pérez de Albéniz. La opinión del periodista sobre la actuación del grupo es, en general, positiva, aunque dice que musicalmente son poco originales y que recuerdan demasiado al sonido de determinados grupos británicos: “(…) En sus grabaciones, Héroes del Silencio se muestran como una banda demasiado estándar, con poco carácter y con un sonido que recuerda en exceso al de determinados grupos británicos. En directo son bastante más atractivos. Haciendo simplemente música pop de calidad, son un buen grupo, con personalidad en las melodías, conjunción en todas sus líneas y un excelente grado de profesionalidad.” (El País 25/06/1989)18. Con la llegada de 1990 la presencia de la banda en los medios de comunicación aumenta. En enero de ese año se celebra en Logroño el festival Iberpop en el que Héroes del Silencio es nombrado el grupo revelación de 1989; la noticia es recogida por La Vanguardia, ABC y El País. Por esta época la banda ya tenía como mánager a Ignacio Cubillas, quien les programaba como teloneros de otras formaciones de su 18 En las referencias de las noticias extraídas de El País no hemos señalado el número de página debido a que el archivo del periódico almacenado en Internet no contiene dicha información. 37 oficina como Loquillo o Gabinete Caligari. Así, el 14 de mayo de 1990 aparece una crítica en el ABC titulada “Loquillo suma y sigue”, firmada misteriosamente por M.M.C, que analiza el concierto de Héroes del Silencio junto a Loquillo en el Auditorio de la Casa de Campo de Madrid. De ellos dice que fueron “…sin duda un buen aperitivo” y que son “…una de las pocas bandas españolas que se inspiran en los grupos siniestros y neopsicodélicos británicos, con claras referencias al rock épico”. Añade que su estilo musical es una conjunción entre “infatigables guitarras ≪atmosféricas≫” y la “arrolladora personalidad de su vocalista”, aunque objeta que este último resulta un tanto “monótono y grandilocuente” (ABC 14/05/1990: 104). Podemos observar que el parecido estilístico de la banda con el afterpunk, el pop alternativo y el rock épico británico de entonces ya era manifestado por los entendidos en las primeras crónicas. También comienzan los reproches y las críticas negativas al exceso musical y literario de la banda, y especialmente de su cantante, quien siempre levantó ampollas entre la prensa especializada. De ese mismo concierto aparece otra crítica en El País con resultados similares: “(…) El grupo Héroes del Silencio demostró que lo suyo es el directo, y la calidad de sus recitales le ha permitido vender 125.000 ejemplares de sus discos. (…) Dominan la utilización del sonido, creando una ambiente que envuelve la música del grupo y sobre el que la voz de Enrique Bunbury se desarrolla con expresividad y fuerza (…) Con canciones grandilocuentes, épicas y desgarradas -encuadradas en ciertos tópicos que afectan a los grupos de culto- Héroes del Silencio demostró su profesionalidad sin que los lugares comunes de su música impidieran un éxito importante ante un público que había acudido a escuchar a Loquillo. (…)” (El País 14/05/1990). Con la salida al mercado de Senderos de Traición en diciembre de 1990 la fama de la banda comienza a alcanzar unos límites algo desmesurados para lo que la mayoría de la prensa musical consideraba un grupo aceptable o “pasable”, pero desde luego no excepcional. Comienzan a aparecer, entonces, las primeras críticas negativas, que en ocasiones rayan el insulto, como por ejemplo las publicadas el 30 de marzo en el ABC y El País (por Pablo Carrero y Nacho Saénz de Tejada, respectivamente) a raíz del concierto que Héroes del Silencio ofreció en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid el domingo 28 de ese mes: “Desde la música de la propia banda -épica y ampulosahasta la fervorosa entrega del público (…) todo en el Palacio de los Deportes fue exagerado (…) La música de los Héroes del Silencio está escrita a la sombra de bandas como Simple Minds y, sobre todo, U2, y es, como la de ambas 38 formaciones británicas, grandilocuente y un tanto pretenciosa. (…) su voz [la de Enrique Bunbury] es tan potente como monótona y al rato de estar escuchándolos se tiene la impresión de haber oído la misma canción unas cuantas veces seguidas. (…)” (ABC 30/04/1991: 99). “(…) Lejanos los tiempos de sus comienzos en 1984, Héroes del Silencio ofreció una producción espectacular y un sonido confuso. La claridad que requiere su música no existió, y la cuidada labor del guitarrista Juan Valdivia -se convirtió en algo borroso que, junto a la bola sonora creada por el bajo y la batería, impidió que la voz de Enrique Buribury tuviese la claridad precisa. Todas las canciones de Héroes del Silencio parecen cortadas por el mismo patrón, pero han logrado atraer a un sector del público que está entre el heavy y U2, y al que parece no asustar la monotonía de un grupo del que siempre se espera algún desarrollo nuevo en sus canciones que, finalmente, jamás se produce. (…) Enrique Bunbury se mantiene como centro y canta, grita, salta, se arrodilla y se arrastra en una entrega que potencia el carácter épico del cuarteto. (…) ” (El País 30/04/1991). Varias son las conclusiones que se desprenden de estas dos críticas. La primera es que el grupo estaba obteniendo un éxito masivo que la mayoría de los críticos ni se esperaban, ni se explicaban, ni por supuesto justificaban. La segunda es que, efectivamente, el parecido con otros grupos de rock épico anglosajón como U2 era evidente para todos ellos y valorado negativamente. Por último, que la exageración y la grandilocuencia en las letrasque en ocasiones rozaban la pedantería, en la música (especialmente en la parte vocal) y en la puesta en escena era la base del discurso del grupo. En la misma línea despectiva y peyorativa continúan varias noticias del ABC de ese mismo año: en la crítica titulada “Héroes del Silencio, modestia a parte”, elaborada por Mar Martín y publicada el 24 de agosto del ´91, se dice que Héroes del Silencio “…tras las bambalinas se erigen dueños de lo que no les corresponde (…)” y que “…atienden a sus incondicionales desde un Olimpo ilusorio (…) con ese orgullo maño del que hacen gala…” y con el que “…se aferran al poder que han sabido conquistar del público (…)” (ABC 24/08/1991: 79). Debido a este aluvión de críticas negativas, el grupo comienza a tener una posición más agresiva y arrogante, si cabe, hacia la prensa. A propósito del cierre de su gira con un concierto en el Palau d´Esports de Barcelona, se publica en La vanguardia el 31 de noviembre de´91 una entrevista al grupo, titulada “Héroes del Silencio: ≪Nuestro grupo no puede ser ignorado≫”, en la que declaran: "Nuestro grupo es demasiado bueno para que pueda pasar desapercibido (…) Creemos que hemos llegado a un equilibrio entre ambos extremos. Sabemos que somos un grupo que irrita y lo asumimos, pero lo que no deja de molestarnos es que desde cierta prensa se juzgue al grupo no 39 por su propuesta musical, sino por el público que acude a vernos (…) Nuestra banda es demasiado buena para que pueda ser ignorada". (La vanguardia 31/11/1991: 63). Ante afirmaciones de este tipo, no es de extrañar que la crítica, lejos de apaciguarse, continuara echando “más leña al fuego”. Así, el 3 de noviembre del ´91 el periodista de La vanguardia “Karles Torras” expone en una crítica titulada en alusión al hit “Entre dos tierras” “Yo no tengo la culpa de verlos caer” los siguientes argumentos en contra del grupo (que más tarde serán contestados histéricamente por los fans de la banda en la sección “Cartas al director” del mismo periódico): “(…) Escribió Wilde que ≪las peores obras están hechas siempre con las mejores intenciones≫, y no caben dudas al respecto en lo tocante a Héroes del Silencio. Mucha ilusión, buena fe, un curro que no veas, "look" atractivo, todo lujo de reverberaciones, sonido impecable, efectos luminotécnicos mil, profesionalidad a raudales, pero ni una gota de arte en las venas. Pertinaz sequía de talento, suplida magníficamente por un implacable plan de marketing capaz de limar resistencias, acallar reticencias y acabar con paciencias. (…) En un par de años, estos chicos han dejado de ser unos Héroes del Comercio, laboriosos y aplicados, para convertirse en los nuevos dioses del marketing. Han elevado su grandilocuencia al cubo;(…)” (La vanguardia 3/11/1991: 72). En 1992, a pesar de que la proyección internacional del grupo comienza a intuirse gracias a la participación el año anterior en el New Music Seminar de Nueva York y en un festival contra el racismo en Berlín, las opiniones peyorativas y ofensivas continúan. El 1 de febrero de ese año en el ABC aparece una reseña de M. Martínez Cascante, a propósito del disco en directo Senda ´91, en la que el periodista escribe que Héroes del Silencio es un “…grupo con tantos seguidores como tipos arrugan el morrón cuando les ponen un disco suyo delante”. En el citado álbum, según él, “…se encuentran desde mensajes ≪subliminales≫ a arengas mesiánicas de su carismático líder, Enrique (¿Fosbury?)”, y que “los menos convencidos podrán descubrir que el sonido registrado en la mesa es más compacto y vibrante que esa indescifrable muralla sonora que suele deparar la banda aragonesa en sus conciertos” (ABC 1/02/1991: 84). Asimismo, en La Vanguardia aparece una breve reseña el 25 de agosto del ´92, titulada “Héroes del Silencio protagonizan el mayor éxito masivo del Popkomm de Colonia”, sobre un concierto ofrecido en tierras germanas por la banda en la que el autor, “Mingus B. Formentor”, recoge su sorpresa por el éxito que el grupo está obteniendo en dicho país, el cual, en su opinión, se debe al intenso trabajo de promoción y programación de conciertos que han llevado a cabo. 40 “(…) Héroes del Silencio arrasa en tierras alemanas. Valoraciones musicales al margen, su línea de trabajo ha sido ejemplar, aleccionadora para todo aquel que deje de soñar gambusinos para bajar al mundo real y mojarse a la espera de un buen cesto de cabriolantes peces. Héroes del Silencio se han pateado el germánico solar cual auténticos jabatos, héroes del trabajo y enemigos del falso boato. (…) Pero si hemos de ser sinceros su loable ejemplo no parece haber cundido entre los músicos de nuestro país. Apenas podemos censar otros compañeros de filosofía profesional entre nosotros, El Último de la Fila. Todo lo demás es escaparate y purpurina, bolo señorial a cargo de la SGAE (…)” (La vanguardia 25/08/1992: 27). Mientras tanto, en nuestro país parece ser que el boom protagonizado por Héroes del Silencio ha hecho que este estilo “épico” de música esté llenando la mayor parte del panorama artístico nacional. En una crítica realizada al grupo Malas Artes ese año en El País a raíz de una actuación en Madrid se dice que: “El rock épico ha hecho mella en España y en Europa, en su aspecto comercial y masivo, con el cuarteto zaragozano Héroes del Silencio. Su manera de ver la música y su imagen se trasladaron a la sala Revólver con un nuevo grupo, Malas Artes, que presentó un escenario repleto de candelabros, espejos y un par de botafumeiros que desprendían un intenso olor a incienso (…)” (El País 2/07/1992). La llegada de 1993 supone la confirmación del asentamiento del grupo en los mercados europeos y especialmente en el alemán, razón por la cual el tercer álbum de la banda, El espíritu del vino, es presentado el 3 de junio de ese año en el Tempodrum de Berlín. Al evento son invitados varios medios españoles, entre ellos el periódico ABC, que publica dos días después un reportaje a cargo de José Manuel Costa titulado “La epopeya germana de Héroes del Silencio” que expresa lo siguiente: “En España resulta duro de creer que este grupo haya conseguido transformarse en una de las sensaciones del año en Alemania. Que hayan vendido más de doscientosmil LPs y un respeto que en España aún están lejos de lograr (…) La prensa española invitada por la casa de discos no daba crédito a sus ojos, sobre todo cuando veían a tipos que parecían clónicos de Enrique Bunbury y la abundancia, no sólo de ≪niñas≫, sino de mujeres hechas y derechas para quienes el grupo debe reunir un indudable atractivo sexual. (…) Muchos de los defectos que se les achacan en España, como pedantería o grandilocuencia se registran aquí de otra forma: es rock de aquel que habitualmente sólo se puede escuchar en estadios, pero al alcance de la mano. Y, además, exótico. (…) Se trata de todo un milagro, quizás de un misterio”. (ABC 13/06/1993: 97). Entre las ideas que se desprenden del texto encontramos la de sorpresa ante la evidente confirmación del éxito de Héroes del Silencio en este país y la conclusión de que ello puede deberse, primero, al atractivo “sexual” de sus componentes, segundo, al 41 rock épico de estadio adaptado a pequeños escenarios que ejecutaba el grupo y, tercero, el componente exótico derivado de su procedencia de un lugar “mediterráneo” o latino. A raíz de este mismo evento de presentación se publica en la La Vanguardia el 15 de ese mismo mes una reseña titulada “Héroes del Silencio: ≪El Espíritu del vino será el disco que reconciliará a público y crítica≫” en la que se expresa lo siguiente: “(…) Lo cierto es que Héroes del Silencio han sido protagonistas de una de las trayectorias más atípicas del panorama roquero nacional. Artífices de una música que se escapa a las fórmulas comerciales al uso, su proyección nacional e internacional ha ido expandiéndose con la misma rotundidad con que la crítica española les ha negado una y otra vez su beneplácito. (…)” (La vanguardia 15/06/1993: 48). En el mismo tono cordial de neutralidad se publica en el ABC un día más tarde el artículo “Héroes del Silencio vuelven de la epopeya europea y se tiran al ruedo madrileño” elaborado por Pablo Carrero para informar de la presentación de El espíritu del vino en Madrid: “…una puesta en escena vistosa, una imagen comercial, unos cuantos estribillos pegadizos y una forma de entender la músicaambiciosa, casi megalómana y un tanto idealistaque les ha puesto en contacto directo con las jóvenes generaciones pop-rockeras. (…)” (ABC 16/06/1993: 96). Asimismo, un día más tarde, a raíz de un concierto del grupo celebrado en el Palacio de los Deportes de Madrid, se publica una revisión de la trayectoria de la banda algo más positiva bajo el rótulo “Héroes del Silencio, como hijos pródigos” en la que se afirma que “(…) Los últimos pasos de Héroes del Silencio no han podido ser más firmes (…)” y se los vuelve a comparar con U2 y a remarcar su éxito en Europa. Únicamente se ponen objeciones a la aridez de sus letras (ABC 17/06/1993: 125). Sin embargo, sobre ese mismo concierto aparece una crítica anónima en El País al día siguiente, 18 de junio del ´93, titulada “Una propuesta por confirmar” en la que se describe la propuesta del grupo en unos términos bastante duros: “(…) En su reaparición ante su parroquia madrileña, el cuarteto maño, reforzado con un guitarrista mexicano, padeció un sonido espantoso a lo largo de casi toda su intervención. La convencida afición, que no alcanzó a llenar al completo el local, vibró con las palabras, gestos y contorsiones de Bunbury, incuestionable centro de atención. (...) Para un espectador distante, la escena de Héroes del Silencio pasa por ser excesiva y un tanto pesada. La tremenda confusión sonora agravó esa sensación. (…) Héroes del Silencio ganan, merced a El espíritu del vino, un mayor y merecido respeto crítico, como grupo que sube enteros y procura evitar la molesta y exclusiva etiqueta de grupo para quinceañeras. En el cotarro europeo la banda alcanza 42 distinciones de otro calibre: se juega con la curiosidad por su procedencia española, pero además se valora una personalidad propia que se afianza paso a paso. (…)” (El País 18/06/1993). Los halagos vienen, como se puede comprobar, del lado de la facturación musical del nuevo disco, El espíritu del vino, algo más complejo y elaborado que los anteriores. Se subraya, también, el evidente intento del grupo por desmarcarse de las etiquetas que los tildaban de grupo para adolescentes de trayectoria efímera y el extraño éxito que estaban conseguido en Europa gracias en parte, según el autor, a su carácter “exótico” para el público extranjero. En este sentido, aparece una reseña en ese mismo mes de junio en el ABC de Pablo Carrero sobre El espíritu del vino en que dice: “(…) No es descabellado decir que ≪El espíritu del vino≫ es su mejor álbum, (…) Sin embargo, los ≪tics≫ que vienen repitiendo desde sus primeras grabaciones, la pretenciosidad de su actitud (…), las aparentes ganas de apabullar por encima de todo y la escasez de melodías realmente inspiradas deslucen un puñado de canciones que (…) muestran buenas maneras instrumentales pero no acaban de convencer” (ABC 28/06/1993: 100). Por lo tanto las opiniones positivas aumentan, pero se les sigue reprochando cierta monotonía en su hacer compositivo y la exageración desmesurada tanto de su puesta en escena como de sus letras. El 21 de julio de 1993, Héroes del Silencio son invitados a una audiencia con el príncipe Felipe que consigue amplia cobertura en casi todos los medios. Un ejemplo de ello es el reportaje “Reconciliación rockera en la Zarzuela” llevado a cabo por Jimena Villegas en el que se percibe cierta ironía a la hora de relatar el encuentro, sobre todo en lo que respecta a las contradictorias opiniones ideológicas esgrimidas a los cuatro vientos por el líder de la banda: “Ellos asistieron como son: chupa de cuero, pelos largos, cadenitas colgadas al cuello. Él les recibió como corresponde a un encuentro oficial: protocolariamente efusivo y enfundado en un traje clásico. Quince minutos duró la visita. Y aunque hace un mes uno de sus integrantes ponía en duda "verdades establecidas" como la Constitución, la democracia y la Monarquía -"el Rey ni pincha ni corta", decía su cantante, Enrique Bumbury-, ayer el grupo Héroes del Silencio se reunió con el príncipe Felipe en el palacio de la Zarzuela.(…)” (El País 21/07/1993). El año concluye con una serie de conciertos del grupo en nuestro país; especialmente relevante, como no podía ser de otra manera, fue el celebrado en Madrid a finales de diciembre. Sobre él, aparecen dos críticas fechadas el 29 de ese mes: una en el ABC, elaborada por Pablo Carrero, y otra en El País, por Nacho Sáenz de Tejada (rotulada irónicamente “Mejor al desnudo”). La primera, titulada “Héroes del Silencio, la llama encendida del rock”, expresa lo siguiente: “…un grupo desmedido, excesivo, 43 expansivo, explosivo, un grupo de masas, de grandes masas (…) se lo curran, trabajan como pocos otros grupos… y le sacan rentabilidad a todo ello. (…) …pero su música, bien hecha, bien pensada y bien interpretada continúa resultando algo insulsa, y, en cualquier caso, sigue sobrando esa especie de aureola épica, grandilocuente y hasta pretenciosa de salvadores del rock de la que parecen enorgullecerse” (ABC 29/12/1993: 89). La segunda continúa también en una línea similar: “(…) El cuarteto de cinco envuelve su música con una mezcla de gótico-psicodélico-oscuro, que lleva su sonido a una ampulosidad catedralicia, que a veces, pocas, recuerda a The Cure. (…) A distancia corta, lo que no parece cierto es su pretendida arrogancia. Con una postura escénica muy natural, la conexión del grupo con el público no es precisamente distanciada (…) Esta comunicación [con el público] también tiene sus peros. Entre otros, el disimular la monotonía, rítmica y armónica, de las canciones del grupo, siempre sujetas a un mismo patrón que acaba por cansar y hacer monótono un recital. (…)” (El País 29/12/1993). De los dos artículos se desprende lo siguiente: Héroes del Silencio, a pesar de su éxito palpable en España y en Alemania, seguían sin tener el favor de la prensa especializada. Las influencias o el parecido con otros grupos anglosajones como U2 es constantemente remarcado, como también sus exageraciones interpretativas y discursivas. En la mayoría de los casos se tacha a su estilo de grandilocuente, oscuro y con pretensiones místicas (se alude también al “discurso/mensaje mesiánico” de los textos), en la línea del rock y el pop épico que parecía estar en auge por aquel entonces y que no era demasiadoapreciado por los críticos. En cualquier caso, los dos concluyen que el éxito de Héroes del Silencio se debe, fundamentalmente, a un público joven y adolescente que se desvive por ellos y al que se puede leer entre líneas no le importa tanto su calidad musical como su atractivo estético y la identificación ideológica y personal que fácilmente pueden llevar a cabo con ellos. Al año siguiente, 1994, la banda se embarca en una larga gira por tierras europeas y americanas, razón por la cual son escasas las noticias que aparecen en la prensa revisada sobre el grupo. El 4 de abril se menciona brevemente el asesinato del hermano del cantante Enrique Bunbury en la localidad de Salou y el 19 de diciembre aparece una crítica de un concierto del grupo mexicano llamado Caifanes, de los cuales se dice que “… siempre fueron así, un poquito pretenciosos” y que “…coincidiendo con el punto álgido de su ya larga carrera, se dejaron caer por nuestro país, para demostrarnos que lo de los Héroes del Silencio es tan contagioso como un herpes” (El País 19/12/1994). 1995 es otro de los años en los que el grupo adquiere mayor difusión mediática, 44 fundamentalmente por la publicación de su cuarto álbum, Avalancha, presentado oficialmente el 20 de septiembre en Zaragoza. En ese mismo mes se publica en el ABC el artículo “Héroes del Silencio: ≪Fuimos el enemigo público número 1≫”, elaborado por Ángel Orive. En él expresa que durante mucho tiempo fueron uno de los grupos más criticados de España, pero que con su tercer disco y la obtención del éxito fuera de nuestras fronteras consiguieron acallar a gran parte de sus detractores:”A pocos grupos se les ha puesto tan a caldo como a los Héroes del Silencio. Todavía son menos los que, como ellos, han conseguido exportar su música fuera de nuestras fronteras y alcanzar éxitos incuestionables en mercados tan difíciles como el alemán, donde casi venden más que en el nuestro (…)” (ABC 7/09/1995: 80). En la misma línea, el crítico del ABC Pablo Carrero quien, como hemos visto, durante mucho tiempo dedicó al grupo opiniones despectivas escribe a propósito de la presentación de su nuevo disco: “Así son los Héroes del Silencio, y sobre todo, así es su público: entregado, entusiasta, exagerado…lo mejor en lo que un grupo de rock puede apoyarse. (…) lo que les ha llevado tan alto a los Héroes del Silencio es su actitud para con sus seguidores. (…) Anoche ganaron una nueva partida en su decidida carrera (…) probablemente no aporten al rock nacional mucho más que arrogancia y actitud, pero su postura ante su propio público les ha valido para ganarse una posición que está al margen de críticos y comentaristas. (…) Algo habrá que se escape a la crítica que tanto les ha negado.” (ABC 20/09/1995: 95). Aún así, sus argumentos favorables siguen sustentándose, fundamentalmente, en el fervor de su público y no en su valía como compositores e intérpretes musicales. El 16 de noviembre aparece una crítica en el ABC (a raíz del concierto de arranque de la nueva gira la noche anterior en Barcelona) de María A. Molina que recalca de nuevo el cambio favorable que ha supuesto este nuevo disco y lo destacado del éxito en tierras germanas. “No son héroes ni se están calladitos (…)”, dice ella, “Héroes del Silencio han atravesado por fin la barrera del sonido aburrido (…)”. Añade, además, las opiniones de Enrique Bunbury respecto a las letras del álbum, más comprometidas y críticas socialmente que las del los anteriores: “≪El disco es una invitación al movimiento, queremos animar a la gente para que abandone la queja vacía y se comprometa≫ (…)” (ABC 16/11/1995: 86). El 19 de noviembre se publica en El País otra noticia, a cargo de Fernando Íñiguez, debido a que las entradas para un próximo concierto en la sala Riviera de Madrid se agotaron tan rápidamente que el grupo hubo de ofrecer una segunda fecha. El periodista recuerda de nuevo la posición enfrentada entre la crítica especializada y la banda y la facilidad que tiene esta última para 45 convocar a las masas. Asimismo, valora positivamente su cuarto trabajo, a pesar de no obviar el carácter críptico, oscuro y exagerado de su discurso. La segunda continúa en una línea similar: “(…) Héroes del Silencio, a pesar de ser el grupo que más filias y fobias despierta entre el público español, es el que más discos vende ahora. Los aspavientos de Enrique Bumbury, su líder, en escena, gustan tanto como feroces críticas cosecha en su contra. En cualquier caso, semejantes poses nunca pasan desapercibidas. Avalancha, su último trabajo, tiene el título más adecuado de cuantos hasta la fecha ha grabado el grupo de Zaragoza. El rock de mensaje, de música apabullante, de imágenes góticas más que de historias entendibles, está llevado con experiencia y sabiduría. (…)” (El País 19/11/1995). Sobre esos dos conciertos, celebrados el 20 y el 21 respectivamente, hay dos críticas (bastante negativas, de nuevo) publicadas una en el ABC por Pablo Carrero y otra en El País por Berta Herrera. La primera, titulada “Héroes del Silencio: el síndrome de la estrella de rock”, se muestra despectiva e irónica con la actitud y el conjunto del grupo en general, aunque reconoce también que, por extraño que le parezca, han llegado más lejos que muchos de sus coetáneos: “(…) Con un pie en el ≪after-punk≫ británico y otro en el rock americano más convencional, ha ido construyendo un repertorio un tanto irregular pero en el que abundan canciones cuanto menos dignas. (…) Lo más cargante de Héroes del Silencio es esa especie de actitud mesiánica y grandilocuente que se gastan. (…) Enrique Bunbury lleva ya unos cuantos años haciendo exactamente lo mismo, y por el momento no se sabe de ningún ≪fan≫ que le haya reprochado semejante derroche de egocentrismo y pretenciosidad.” (ABC 21/11/1995: 90). La segunda, destaca de nuevo el seguimiento histérico y fanático de sus seguidores, así como la monotonía y la pretenciosidad arrogante del grupo que tanto irritó a ciertos sectores de la sociedad. “(…)Y la exaltación fue la nota dominante durante la velada; el público entregado como entregado estuvo Enrique Bunbury, manejando la soberbia de su actitud con destreza mientras cantaba y con algo menos de esa misma destreza cuando se dirigía al público en sus arengas repetitivas de un discurso propio de ciertos políticos y contradictorio en un artista del rock.(…) demostró el dominio perfecto de una voz potente aunque repetitiva en sus acordes, que fue capaz de lograr que todas las canciones sonaran sin distinción.” (El País 22/11/1995). Durante ese año recibieron el Premio Ondas al mejor videoclip por “Iberia sumergida” noticia que también fue recogida ampliamente por la prensa. En 1996 el grupo anuncia su disolución después de recorrer gran parte de Latinoamérica y de grabar el disco en directo Parasiempre. El 8 de junio de ese año Pablo Carrero publica un artículo titulado 46 “Héroes del Silencio: recorriendo el camino del exceso” en el ABC en el que vuelve a mantenerse firme en su opinión de que musicalmente son mediocres, pero que han sabido gestionar una actitud, un directo y unas sonoridades que han logrado llegar fácilmente a un público de masas. Concluye que serán recordados, no por su calidad musical ni artística, sino por el fenómeno ≪fan≫ que despertaron inesperadamente en nuestro país y parte del extranjero: “(…) Héroes del Silencio no van a cambiar la historia del rock de este paíssu música es un no demasiado original compendio de influencias de algunos de los grupos de mayor éxito del rock británico de los años ochentapero ésta sí les va a acoger probablemente como uno de los grandes fenómenos populares del rock español” (ABC 8/06/1996: 95). En esas fechas aparece otra crítica de un concierto en Madrid de la banda (del de saldrá el mencionado álbum en directo, Parasiempre) en El País titulada “Doctrina para rato” y realizada por Fernando Martín. En ella afirma y compara la conexión entre el público y el grupo con una especie de comunión religiosa digna de los más fervorosos integrismos. “Para las ingentes huestes -teutones incluidos- de iniciados en el cuasi religioso doctrinario de su líder y cantante, Enrique Bunbury, los Héroes del Silencio son la Summa Teológica. Para los otros, que tampoco son pocos, escucharlos en directo o disco resulta tan entretenido como traducir a Kierkegaard al euskera (…) dio comienzo un rito de mutua entrega, que habría de durar cerca de dos horas y en el que ríase usted de cualquier otro tipo de integrismo religioso (…)” (El País 9/06/1996). Finalmente, tras largos meses de gira se anuncia a mediados de octubre de 1996 la disolución temporal que luego sería definitiva del grupo. Así, el 11 de ese mes aparece en el ABC una noticia que resume la trayectoria de la banda titulada “Héroes del Silencio: ≪Parasiempre≫” elaborada por Antonio Moreno. En ella se destaca el fenómeno fan que desataron y la proyección que tuvieron fuera de España en países como Alemania: “(…) El secreto de su éxito ha consistido en un potente directo, una aparente puesta en escena, una imagen comercial sobre todo la de su vocalista, Enrique Bunbury y un aire idealista y épico. Pronto conectaron con las generaciones más jóvenes y sus conciertos se convirtieron en expresión multitudinaria del fervor de sus fans (…) “. Añade, por último, que “el éxito de público no siempre fue acompañado del favor de la crítica”, pero que ellos “no cejaron en el empeño de seguir dando música” y añade que “con la constancia de la hormiga “consiguieron realizar su deseo de alcanzar una carrera musical de trayectoria internacional (ABC 11/10/1996: 81). 47 4. SONIDO, ESTILO Y EXPRESIÓN 4.1 EL MAR NO CESA El primer disco de Héroes del Silencio ha sido el que más críticas ha recibido por su sonido pop en algunos casos calificado de “blando” derivado, según la mayoría de los autores que hemos consultado, de la producción. Josep Blay dice que “es de ley reconocer que no les hizo justicia ese sonido primerizo, parco, que les deparó la producción” y que “es un álbum esencialmente pop” que “podría pasar como un apéndice semioscuro de la movida española” (Blay, 2007: 130-1). Asimismo, Michel Royo dice que adolece de una producción “blanda” y que el grupo presentaba por aquel entonces un estilo de “pop melancólico, pastoral y muy ligero instrumentalmente” (Royo, 2007: 94). También Ignacio Reyo remarca que “el mayor reproche que se le ha hecho a este disco [la producción] es un pecado más de época que de los productores que ayudaron a Héroes del Silencio a grabar”, ya que las ideas de producción estaban estancadas y todas las grabaciones de los 80 sonaban (y suenan) de forma similar (Reyo, s/f: 13). Los grupos con los que más se compara a Héroes del Silencio son U2, The Cure y The Smiths por el sonido limpio, melódico y de texturas de las guitarras. Ignacio Reyo dice que son “una respuesta española al pop de guitarras inglés de los ochenta” y que, aunque salvaguardan “algún eco a The Cure, es en The Smiths e incluso The Waterboys donde más paralalismos podemos sacar” (Reyo, s/f: 13). Por su parte, Blay dice que “Mar Adentro” es “un tema de gran pegada cuyas guitarras beben directamente de los Smiths” (Blay, 2007: 130). Ninguno de los dos anda desencaminado, ya que el propio Bunbury explica que los grupos que escuchaba en esa época eran “The Cure, Joy Division, Bauhaus, The Cult…”, aunque “Juan [el guitarrista] estaba más por los Smiths” y que, no obstante, “a los dos nos [les] gustaban U2” (Losilla, 2000: 17). Daniel Cabezas en el libro New Wave & Post-punk 1978-1984 opina que el elemento común entre grupos de los ochenta como U2 o The Smiths era el “afán por recuperar las guitarras” en un momento de “auge de todas aquellas bandas que reverenciaban al sintetizador”. Así, el sonido de los comienzos de U2 está marcado por “el característico sonido de guitarra de The Edge y su manera de usar la reverberación”, así como su “capacidad para crear texturas reconocibles a la primera escucha”, algo que, sin duda, tenían en común con el pop sofisticado y comprometido de The Smiths y el particular 48 estilo de su guitarrista Jonhy Marr. Además, añade que en los tres primeros discos de U2 (Boy de 1980, October de 1981 y War de 1983) Dave Evans usó “una caja de ecos Echoplex y el mítico Memory Man, con las que conseguía el particular delay de tres repeticiones que impregna gran parte de las composiciones”. Tanto a ellos como al pop basado en la vuelta a la simplicidad de los Smiths los incluye dentro de los últimos coletazos de la New Wave británica (Corral, 2008: 289). Por otra parte, el término New Wave es complicado, ya que abarca gran cantidad de propuestas con rasgos comunes difusos. En el Diccionario del rock y la música popular en la voz “new wave” se explica que está expresión fue más bien fue una etiqueta empleada “por las compañías de discos para evitar las connotaciones negativas del punk” y añade que “musicalmente eran innovadores y progresivos, aunque no necesariamente amenazadores “y que “habitualmente, la New Wave era más melódica y asequible” y “en algunos casos con un mayor énfasis en las letras” (Shuker, 2005: 222). La voz de Bunbury, sin embargo, busca un timbre dramático y engolado que intenta imitar el estilo melódico y penetrante de artistas como Bowie o Nick Cave. Esta característica también es común a los grupos del denominado rock gótico, afterpunk o dark wave. Catherine Charlton en Rock music styles: A history en el apartado dedicado al rock gótico de los ochenta dice que “el timbre profundo y dramático de Bowie fue copiado por muchos de los cantantes masculinos del movimiento Gótico que lo oscurecieron al cantar en un registro vocal más grave19”. Ejemplos de ello son, por ejemplo, Perter Murphy (líder de Bauhaus, una de las influencias manifiestas de Héroes del Silencio) y Andrew Eldritch, cantante de The Sisters of Mercy (grupo que más adelante dará lugar a la creación de The Mission UK con quien muchas veces comparaban a Héroes del Silencio) (Charlton, 1998: 249). La mayoría de las canciones de El mar no cesa pueden englobarse dentro del de la New Wave británica en la línea, sobre todo, del pop alternativo de The Smiths y los primeros U2. Asimismo, “Hace tiempo”, “No más lágrimas” y “Héroe de leyenda” son las que más influencia muestran del afterpunk, tanto por el protagonismo de los graves como por el carácter depresivo de las letras. Por otra parte, se puede apreciar ciertos 19 Texto original (traducción propia): “David Bowie´s very deep and dramatic vocal timbre was copied by many of the male singers in the Gothic movement, except the Gothic singers deepened the effect by singing at lower pitch levels” 49 tintes progresivos en “El estanque”, ya que la estructura de la pieza resulta atípica y experimental (la primera mitad del tema consiste en un largo solo de guitarra). Finalmente, “Olvidado” y “16” son los temas más roqueros y épicos del disco que, no casualmente, usan power chords con distorsión. La estructura de las canciones suele estar basada en un fragmento introductorio que muchas veces contiene una sección de arpegios melódicos ejecutados por la guitarra que sirve de material para los enlaces entre las diferentes secciones, para la coda e incluso en algunos casos como tema a desarrollar por la guitarra en el solo. Sin embargo, así como los enlaces suelen basarse en el material de la introducción, los puentes suelen presentar fragmentos con elementos nuevos. Asimismo, la utilización de rasgueos en limpio es una característica común entre los temas “Mar Adentro”, “Agosto” y “Flor venenosa”. Por su parte, “No más lágrimas” introduce distorsión en un único estribillo final, al igual que “Hace tiempo” mantiene el modo limpio (clean) hasta el solo de cierre. Este método de llegada al clímax mediante el cambio de modo del sonido de la guitarra para añadir más potencia y, por tanto, tensión lo veremos en muchos temas de discos posteriores (“Oración”, “En brazos de la fiebre”, etc.) Muchas de las piezas del álbum contienen solos de guitarra pero estos suelen ser de carácter melódico y con poco virtuosismo técnico. Gran parte de las canciones del disco están en tonalidades menores (siete frente a seis que se hallan en tonos mayores) y las más frecuentes son Re menor (“Mar adentro”, “Flor venenosa” y “El Estanque”) y La menor (“No más lágrimas” y “Héroe de leyenda”). Dentro de las piezas suele haber modulaciones parciales (que se utilice solamente una tonalidad durante unos pocos compases) o totales (que una parte por ejemplo, el estribillo esté enteramente en una nueva tonalidad), y lo más habitual es que sean al relativo (en seis canciones) o al II (en cinco), aunque también las hay al tono del V, IV y VII ↓20. Normalmente suelen realizar el cambio a través del III (ej.: ver más adelante la secuencia del rasgueo principal de “Mar adentro”) y el VII aparece casi siempre rebajado, como subtónica y no como sensible. Uno de los temas más recordados de El mar no cesa es, sin duda, “Mar adentro”. Su característico rasgueo inicial de guitarra sustenta musical e instrumentalmente casi toda la pieza, de tal forma que las estrofas siguen armónicamente su secuencia de acordes. 20 VII ↓ es la nomenclatura que vamos a usar para referirnos al séptimo grado rebajado o subtónica de una tonalidad. 50 □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Estribillo A + Estrofa 2 + Estribillo A´ + Solo 1 +Estrofa 1 (con variaciones) + Solo 2+ Estribillo A´ □ Rasgueo inicial de “Mar adentro” (Re menor): Ritmo: □ La secuencia de acordes oscila entre la tonalidad principal y su relativo mayor: Re menor Fa Mayor I (III) I VI IV (V) (III) I □ Inicio de la primera estrofa sobre el rasgueo de la introducción: Como vemos, la batería acentúa en el agudo las partes débiles, haciendo que la melodía tenga un aire ligeramente bailable. Por otra parte, la melodía de teclado que se incluye en los enlaces entre las estrofas y el estribillo está basada en la secuencia de acordes del rasgueo inicial, al igual que los solos de guitarra. □ Inicio de la melodía del piano del enlace entre las estrofas y el estribillo: □ Inicio del solo 1, basado en la melodía de los teclados de los enlaces: □ Inicio del Solo 2 en el que se introducen ritmos sincopados: 51 Por su parte, el estribillo se presenta por primera vez tímidamente en el primer verso de la segunda estrofa y poco a poco va creciendo en sucesivas repeticiones. □ Primera aparición del estribillo: □ Segunda aparición, final ascendente y caída en tónica: □ La secuencia de acordes que sigue se mueve entre Re m y Do Mayor (tono de la subtónica): Re menor Do Mayor VII ↓ I II (III) IV V II La primera frase del estribillo (“en la prisión del deseo estoy…”) alarga la última sílaba y acaba ascendentemente. Si atendemos a lo que Tatit denomina “figurativización”21 vemos como este fragmento podría asemejarse a un grito o una llamada de atención. La letra, asimismo, habla del deseo amoroso o sexual personificado o a través de la metáfora del mar. Siguiendo la teoría de Tatit 22 comprobamos que mientras que en la presentación inicial de la primera estrofa la mayoría de las frases acaban descendentemente, en su repetición con variaciones las melodías se amplían produciéndose una “pasionalización” que añade tensión y expresividad al fragmento. □ Fragmento de la melodía de la primera estrofa: □ Fragmento de la misma frase en la re-exposición de la primera estrofa en la que se incluyen saltos melódicos y ampliación de la duración: 21 La figurativización es la valoración de una pieza melódica en función de su semejanza con el habla. Así, las melodías descendentes implican asentimiento, relajación y estabilidad, mientras que las ascendentes tendrían asociadas las emociones contrarias. 22 Según Tatit, la pasionalización se caracteriza por una ampliación melódica centrada en la extensión de las notas musicales. 52 En conclusión, se podría apuntar que la canción describe el deseo sexual como un impulso que el narrador es incapaz de controlar y que le “ahoga” hasta asfixiarle (como lo haría un mar embravecido) y es visto, por ello, como una “prisión”. Dicha situación le produce un desequilibrio que es plasmado a lo largo de la pieza a través de la ampliación melódica (pasionalización) y las terminaciones ascendentes (figurativización). Asimismo, el tema tiene un sonido y un carácter marcadamente pop, melódico y cuya principal característica es el sonido limpio y envolvente del rasgueo con delay de la guitarra. El último tema del álbum, “Héroe de leyenda”, fue probablemente la primera canción de éxito del grupo. Compuesta durante sus primeros años, cuando aún no habían firmado el contrato discográfico con EMI, refleja muy bien el sonido oscuro y melódico de sus comienzos, además de tener el honor de ser la que de alguna forma dio nombre al grupo (Blay, 2007: 105). La letra está llena de simbolismos épicos pseudomedievales, que hacen referencia a la incapacidad para controlar el propio futuro/destino y la soledad de la depresión que esto produce. En realidad es una idea similar a la contenida en “Mar adentro”: la imposibilidad de dominar nuestros propios impulsos y las acciones derivadas de ellos. Es por ello que autores como Ignacio Reyo han apuntado que quizás es necesario ser adolescente para sentirse de alguna forma identificado con las letras de El mar no cesa, ya que esa necesidad de buscar una forma de autocontrol es más acusada en este período de indefinición personal e inestabilidad emocional (Reyo, s/f: 13). Tonalmente la pieza se mueve entre Sol menor y La menor, siendo sustentada, además, sobre una melodía que se repite a modo casi de leitmotiv a lo largo de toda la obra. □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Estribillo + Estrofa 2+ Estribillo + Solo + Estribillo + Coda □ Melodía 1 de la guitarra en modo limpio (Sol menor): ■ Esta melodía será transportada a La menor en el enlace entre el primer estribillo y la segunda estrofa y servirá de material de cierre para la coda: 53 Asimismo, la primera estrofa está en Sol m, mientras que la segunda modula a La menor a través del Enlace. Sin embargo, ambas realizan la misma secuencia de acordes: I - VI – V. Los estribillos, a su vez, están en Si menor y se componen de dos partes: una primera en la que la guitarra acompaña a la voz con arpegios y una segunda en la que rasguea acordes con ritmo sincopado. Ambas secciones presentan una sucesión de acordes similar: Secuencia de acordes de la primera parte del estribillo (Si menor): I VI I VI VII↓ Secuencia de acordes de la segunda parte (La Mayor): I VI VII↓ I de La menor. Por otra parte, podemos observar cómo, siguiendo la teoría de la figurativización de Tatit, la sección más significativa del texto se sitúa en el inicio de la primera estrofa, ya que es el único sitió donde hay dos frases seguidas que acaban ascendentemente, lo cual como ya hemos visto implica tensión e inestabilidad. No obstante, el clímax de la pieza estaría en la variación del último estribillo en donde la melodía sube al agudo y las palabras “clave” se alargan. □ Fragmento del primer estribillo: □ Mismo fragmento en la variación del estribillo al final: □ Fragmento final del último estribillo en el agudo con los rasgueos de la guitarra: La batería enfatiza los tiempos débiles al igual que hacía en “Mar adentro” y en otros temas del disco como “La lluvia gris” y “Hace tiempo”. □ Batería de la estrofa de “Héroe de leyenda”: □ Batería de “La lluvia gris”: 54 “Héroe de leyenda” es, por tanto, un tema atmosférico, en el que prima el sonido en limpio de la guitarra que alterna melodías arpegiadas con acordes rasgueados con eco, en un estilo similar al de Jonhy Marr (The Smiths) o Dave Evans (U2). 4. 2. SENDEROS DE TRAICIÓN El siguiente álbum de Héroes del Silencio es, para muchos, el más destacado de toda su carrera. Producido por Phil Manzanera, profundiza en la línea anterior de la banda perfeccionándola y endureciendo ligeramente su sonido. Así, en Senderos de Traición encontramos, por un lado, canciones que adolecen, de nuevo, de la influencia del afterpunk británico (“Maldito duende”, “La Carta” y “Malas Intenciones”), y otras de corte más roquero con tintes épicos y, en ocasiones, psicodélicos o progresivos (“Entre dos tierras”, “Decadencia”, “Hechizo” y “Senda”). Por otro lado, el tema “Despertar” muestra un pop ligero y amable, heredero del sonido de la New Wave alternativa de The Smiths y semejante al de piezas del anterior disco como “La lluvia gris” o “Fuente esperanza”. Igualmente, “Oración” continúa con el método de incluir distorsión y power chords23 en la parte de la guitarra en sus últimas secciones para añadir mayor dramatismo, mecanismo presente ya en “Hace tiempo” y “No más lágrimas” del anterior álbum. Finalmente, los dos últimos temas del disco son atípicos dentro de la línea compositiva que había seguido el grupo hasta entonces: la balada “Con nombre de guerra”, dominada por rasgueos de guitarra y con un texto de carácter narrativo fuera de la línea habitual de las letras del grupo, y la experimental con tintes barrocos derivada de la influencia de los Nuevos Románticos y el uso de sonidos de sintetizador “El Cuadro”. Ninguna de las dos tiene estribillos, aunque por razones diferentes: la primera por la narratividad de la letra y la segunda porque debido a su carácter experimental o progresivo se basa en un desarrollo orgánico de las estrofas a través de la variación instrumental y la adición de nuevos elementos melódicos en el acompañamiento. Las fuentes de donde bebieron los componentes de Héroes del Silencio para alcanzar esta amalgama sonora son iguales a las de El mar no cesa, con la excepción de que en esta ocasión el cambio de productor provocó que la facturación del disco fuera más acertada en su conjunto y que el sonido del mismo fuera más atemporal. Así, Phil Manzanera opina que el eco de las guitarras de Juan Valdivia recordaba claramente al 23 Los power chords (traducidos como “acordes poderosos”) son una sucesión de acordes sin tercera o intervalos de quinta. Son muy utilizados en todo tipo de rock por su potencia y energía. 55 sonido de U2, así como mantiene que David Bowie era una referencia común entre él y los miembros de la banda (Blay, 2007: 149). De igual forma, Ignacio Reyo compara el álbum con los mejores discos del género oscuro británico de los ochenta de bandas como The Mission UK o The Cult, así como también destaca la incipiente influencia de los Guns´N´Roses en los solos guitarrísticos de Juan Valdivia (Reyo, s/f: 27). En esto último coincide con Josep Blay, quien señala que Valdivia en este trabajo comienza a adoptar ciertos punteos y distorsiones usados con frecuencia por Slash (guitarrista de los Guns´N´Roses). Asimismo, destaca el paralelismo entre la pose del cantante de Héroes del Silencio durante la interpretación en directo del tema “Decadencia” y la del fallecido líder de los Doors Jim Morrison (Blay, 2007: 159-160). Igualmente, cuando en febrero de 1992 la revista alemana Coolibri nombra a Senderos de Traición el LP del mes, cita como principales referencias a la New Wave de comienzos de los ochenta y a grupos como The Mission UK o Fields of Nephilim, aunque destaca la originalidad del grupo y su gran capacidad para el dramatismo y la creación de atmósferas (Blay, 2007: 177). Por otra parte, Bunbury dice que ellos veían que su evolución lógica pasaba por un endurecimiento progresivo, derivado del hundimiento de sus raíces en el lado oscuro del rock que comenzaba en el blues del Mississipi y terminaba en el grunge de las bandas estadounidenses de los noventa (Losilla, 2000: 22-23). Todos los temas de este disco tienen introducción y la mayoría de ellos incluyen arpegios en ella. Igualmente, los enlaces entre diferentes secciones siguen sustentándose en su mayoría sobre el material del inicio. Asimismo, la canción con rasgos del pop barroco “El Cuadro” tiene cuatro estrofas en compensación por la ausencia de estribillo. Por otro lado, “Oración” incluye power chords con distorsión en el último estribillo: Muchas de las canciones continúan incluyendo una fragmento solista a cargo de la guitarra poco antes del cierre y con frecuencia aquellas de corte más “roquero” lo ejecutan con distorsión (“Entre dos tierras”, “Decadencia”, “Hechizo”, la épica “Oración” y la experimental “El Cuadro”), mientras que las de carácter pop o influenciadas por el afterpunk lo realizan en modo limpio y suele ser de carácter 56 melódico (“La Carta”, “Despertar”, “Senda” y la balada “Con nombre de guerra”). La utilización de power chords también se realiza en las piezas de sonido más duro y potente (“Entre dos tierras”, “Decadencia”, el final épico de “Oración” y “Hechizo”) y normalmente la guitarra suele introducir distorsión al ejecutarlos. Por otra parte cabe señalar que todas las piezas están en 4/4, a excepción de la balada “Con nombre de guerra” que se inscribe en un 3/4. “Senda”, “Hechizo” y “Decadencia” tienen una introducción en la que los arpegios son breves, repetitivos, en limpio, con delay y un ritmo sincopado que contrasta con la pulsación binaria de la batería, y quizás por ello presentan un cierto aire psicodélico. □ Fragmento de la introducción de “Senda”, “Hechizo” y “Decadencia”: Tonalmente la inmensa mayoría de los temas (ocho de once) están en modalidad menor. La tonalidad más utilizada es Si menor (“Entre dos tierras”, “Malas intenciones” y “Oración”), seguida por La menor (“Senda” y “La carta”) y Re menor (“Decadencia” y “El cuadro”). Es habitual que las piezas modulen, especialmente al relativo mayor y habitualmente en el estribillo. Además continúan haciendo un uso abundante de la subtónica y realizando las modulaciones a través del III. Ej.: □ Acordes del estribillo de “Maldito duende”: □ Acordes del estribillo de “La Carta”: Mi menor Sol Mayor I (III) VII↓ V I V La menor Do Mayor VI (III) I I VI “Entre dos tierras” es el tema que abre el disco y el que logró, en buena medida, que el grupo tuviera éxito en Alemania. El videoclip, además, fue difundido por la MTV, lo cual contribuyó a aumentar la fama del cuarteto. La pieza comienza con un riff pegadizo basado en la imitación del efecto del delay (cada nota se repite tres veces en forma de eco) en la guitarra. □ Inicio de “Entre dos tierras” (con delay): □ Construcción del riff 1 imitando el efecto del delay: 57 Después el tema continúa con la exposición del siguiente arpegio en Si menor por la guitarra sin distorsión: I V VII↓ VI Esta secuencia de acordes continúa exponiéndose en el acompañamiento de las estrofas. Asimismo, el primer estribillo utiliza los power chords de Si5, Re5, Sol5. Dicha secuencia podría considerarse en Re Mayor (VI I IV) o en Sol Mayor (III V I), lo cual pone de manifiesto el carácter modal del fragmento debido al uso de acordes sin tercera que eliminan la posibilidad de hablar de tonalidades mayores y menores. El segundo estribillo modula a Do menor a través del power chord de Sol5, que es, a la vez, V del modo mayor y menor (de Do Mayor y Do menor) al carecer de la tercera nota del acorde. □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Estribillo 1 + Estrofa 2 + Estribillo (1 y 2) + Estrofa 3 + Estribillo (1 y 2) + Solo + Estribillo (1 y 2) Por otro lado, si realizamos un breve análisis de la letra, comprobamos cómo todas las frases de las estrofas acaban descendentemente. Así, la frase inicial del estribillo 1 (“¡Déjame!/ que yo no tengo la culpa de verte caer…”) es la única que finaliza ascendentemente lo que produciría la sensación de “grito” de rabia o enojo. □ Inicio del estribillo 1: Asimismo, en el segundo estribillo se producen varios saltos y alargamientos de las sílabas, por lo que podemos considerar que es en esta sección donde se acumula la tensión dramática de la pieza. □ Inicio del estribillo 2: 58 □ Comparación de la segunda y la última frase del estribillo 2 para observar la subida al agudo: □ Letra del estribillo 1: “¡Déjame!/ que yo no tengo la culpa de verte caer/ si yo no tengo la culpa de verte caer.” La batería, por su parte, realiza varios cambios a lo largo de la pieza; no obstante siempre realiza en las partes débiles de la subdivisión del compás el golpe en la tesitura aguda. □ Patrón de la batería en la introducción: □ Patrón de la batería en las estrofas: □ Patrón de la batería en el estribillo 1: □ Patrón de la batería en el estribillo 2: La pieza es de carácter roquero y presenta un sonido más enérgico y potente que el de los temas del anterior disco y de parte de éste. Los fragmentos melódicos arpegiados de la guitarra recuerdan, de nuevo, al sonido de grupos alternativos de los ochenta tipo The Smiths o R.E.M. Sin embargo, el solo de guitarra (con distorsión, largo y con cierto alarde de virtuosismo) ya no es tan típico de estas bandas y se encuentra más cercano a otros géneros como el hard-rock de Led Zeppelin o Aerosmith. Esta simbiosis de estilos recuerda al rock épico de la primera etapa de U2, The Mission UK y The Cult. La siguiente pista de Senderos de Traición contiene otro de los temas por los que el grupo es habitualmente recordado: “Maldito duende”. El principio del tema es lento y con la llegada del primer estribillo el pulso se acelera levemente. La instrumentación continúa en la línea del rock alternativo de la New Wave y el afterpunk británico de los ochenta, mezclada con el particular estilo de cantar de Bunbury, que está a caballo entre la exageración del engolamiento de cantantes como Rafael y el profundo lirismo dramático de David Bowie. El texto de la letra podría interpretarse como el relato de la sensación producida por ciertas drogas (Blay, 2007: 155), no obstante, al ser de carácter metafórico conlleva cierta ambigüedad, lo que permite que sobre él puedan hacerse 59 interpretaciones muy diversas. La guitarra se mantiene durante toda la canción en limpio y a menudo con el marcado efecto de eco del delay. Asimismo, la voz parece estar grabada más alta que el resto de instrumentos y es, sin duda, la protagonista de la pieza. La tonalidad de la pieza es Mi menor, aunque en el estribillo utiliza el relativo mayor (Sol Mayor). □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Estribillo + Puente + Estrofa 2 + Estribillo + Puente + Estribillo + Coda (sobre material del puente) La instrumentación se sustenta en la creación de arpegios derivados del material de la introducción: □ Fragmento del arpegio de la introducción sobre el acorde de Si m (V de Mi menor): □ Fragmento del arpegio guitarra correspondiente al primer verso de la primera estrofa: En el estribillo se añaden acordes rasgueados para añadir dinamismo al fragmento, al igual que en “Héroe de leyenda”. □ Fragmento de la guitarra del inicio del estribillo: En el puente la batería ayuda a crear tensión con sus incisivos golpes de bombo y la voz realiza melodías sobre las vocales “o” y “u” (práctica usada por el cantante del grupo en numerosos temas). □ Fragmento guitarra 1 del inicio junto □ Fragmento de la melodía sobre la vocal “u”: al patrón de la batería (pentagrama de abajo): La batería en el resto de secciones continúa golpeando en el agudo los tiempos débiles. □ Patrón de la batería de las estrofas y el estribillo: 60 La melodía de la voz acaba siempre en sentido descendente a excepción de una frase del estribillo (“las estrellas te iluminan…”). Sin embargo, esta sección comienza con un salto de 7ª y con un alargamiento de las sílabas de las primeras palabras (“amanece tan pronto…”). Así pues, el máximo punto de pasión se alcanza en este fragmento, especialmente en su épico final que enlaza con el puente y el cambio de la percusión. □ Letra del estribillo: “Amanece tan pronto/ y yo estoy tan solo/ que no me arrepiento de lo de ayer/ las estrellas te iluminan/ y te sirven de guía/ Te sientes tan fuerte que piensas/ que nadie te puede tocar” □ Inicio del estribillo: □ Final del estribillo: 4. 3. EL ESPÍRITU DEL VINO El tercer álbum de Héroes del Silencio supone un cambio de dirección en lo que respecta a los objetivos estilísticos del grupo. Así, El Espíritu del vino es un álbum ecléctico y experimental, en el que hay algunas canciones cercanas al género hard-rock, como “Nuestros nombres” o “El camino del exceso”, otras deudoras del pop melódico de sus primeros discos en la línea de la New Wave y el afterpunk de los ochenta, como “Tesoro” o “Sirena Varada” y, finalmente, un tercer grupo en el que se enmarcarían aquellas piezas que mezclan estas dos vertientes sonoras, como “Bendecida” o “La apariencia no es sincera” . Todo ellas conservan ciertos matices épicos (como, por ejemplo, el juego con la introducción de la distorsión en el solo y estribillo final) habituales en las composiciones de la banda. Según Matías Uribe el álbum muestra un sonido más endurecido, maduro y con ciertos tintes de experimentación que les llevaran a introducir nuevos instrumentos “exóticos” como el sitar (Uribe, 2007: 138, 150-151). Enrique Bunbury, por su parte, lo 61 compara con el White Album de los Beatles, ya que cada componente del grupo desarrolló sus inquietudes musicales por separado (supuestamente los temas más “roqueros” serían fruto de la afición del guitarrista Juan Valdivia por grupos como Guns´N´Roses o Aerosmith). También cree que “…hay canciones excesivamente largas que tienen estructuras equivocadas” (Losilla, 2000: 41). Asimismo, Ignacio Reyo explica que en esa época Guns´N´Roses habían sacado dos discos dobles (Use Your Illusions I y II, en 1991) y que ésto pudo ser uno de los factores que hicieron que Héroes del Silencio decidieran hacer un álbum de esa duración. Añade, también, que el disco se divide en dos mitades una para oriente y otra para occidente y que, en su opinión, los mejores temas son aquellos de tempo moderado y predominancia de la melodía como, por ejemplo, “Sirena Varada” (Reyo, s/f: 63). Por su parte, Josep Blay cree que el disco se debate entre la espiritualidad y el hedonismo, a la vez que considera que la mejor prueba de su menor importancia en comparación con Senderos de Traición es el hecho de que en el recopilatorio Canciones 84-96 es el álbum que menor representación tiene. También añade que: “…en esa época Bunbury solía defender su pasión equidistante entre Metallica y The Smiths, entre Faith No More y Suede. Es decir, entre el pop británico de bellas melodías, temas melancólicos y voces afectadas, y el metal innovador, contundente y algo oscuro” (Blay, 2007: 199-200, 214). El propio Bunbury explica lo siguiente: “…a raíz del éxito de Senderos de Traición en Europa, empezamos a enroquizar el sonido del grupo. Supongo que eso vino dado también por la revitalización del rock´n´roll en los primeros noventa. Gente como Aerosmith o Guns´N´Roses hace los mejores discos de sus carreras. Metallica saca el álbum negro, Iggy Pop vuelve a sacar discos de rock y en América aparecen cientos de grupos que devuelven el pulso a una música denostada durante una década. Aparece el grunge con Nirvana, Pearl Jam, Alice in Chains, Soundgarden y Mudhoney al frente; el noise neoyorquino de Sonic Youth… Todo eso ayuda a sanear el rock, y en la Europa comunitaria empieza a sentirse la necesidad de reflejar lo que ocurre a través de las diferentes lenguas de distintos países. De repente, la MTV, las radios comerciales y los medios de comunicación en general radian rock´n´roll, algo nada habitual antes y después del boom.” (Losilla, 2000: 22). Aún así, El Espíritu del vino sigue manteniendo algunas características compositivas de anteriores álbumes, como, por ejemplo, la inclusión de una sección de introducción que sirva más adelante como material de enlace. Sin embargo, al contrario que en El 62 mar no cesa y en Senderos de Traición, muchos de estos fragmentos iniciales no incluyen material arpegiado en limpio, sino riffs con distorsión y, a veces, construidos con power chords. Comienzan, también, a variar la cuarta estrofa de algunos temas, método que repetirán en el siguiente disco (“Nuestros nombres”, “La sirena varada” y “Culpable”). También comienza a ser habitual la creación de estribillos con varias partes, en un intento por añadir complejidad a la estructura de los temas (responden a esta característica, por ejemplo, “Los placeres de la pobreza”, “La apariencia no es sincera” y “El camino del exceso”). Por otra parte, cabe destacar, como muestra del proceso de endurecimiento del sonido que afrontó el grupo en este disco, que casi todas las canciones tienen solo (menos “Tesoro”, cercana al pop alternativo, “Bendecida” que tiene tres tipos de estribillo, “Tumbas de sal” de cierto aire country y “Alacena” que está en la línea del pop barroco de “El Cuadro” y tiene tan sólo una guitarra acústica que realiza rasgueados de acompañamiento en la última sección) y todos ellos están ejecutados con distorsión. Algunos de los temas tienen coda, la cual normalmente retoma o utiliza material de la introducción, ya sea un riff, en el caso de piezas como “Nuestros nombres”, o un arpegio o material melódico, como en “Bendecida”. Por su parte, la batería sigue enfatizando los tiempos débiles de la subdivisión del compás. □ Fragmento de la primera estrofa de “Tesoro” con la batería enfatizando los tiempos débiles: Cuando se introducen secciones de rasgueo muchas veces sirven como material de enlace, al igual que ocurría en algunos temas de otros discos. □ Fragmento del rasgueo del enlace 2 de “Flor de loto” (El Espíritu del vino): □ Fragmento del rasgueo del enlace 1 de “Oración” (Senderos de Traición): □ Fragmento del rasgueo del enlace 2 de “La chispa adecuada” (de Avalancha): 63 Como consecuencia del proceso de endurecimiento del sonido es frecuente que muchas de las canciones introduzcan un riff, normalmente compuesto con power chords y con distorsión. □ Riff 1 de “El camino del exceso” sobre Mi: □ Riff 1 de “Sangre hirviendo” sobre La5: □ Riff 1 de “Los placeres de la pobreza” sobre Mi5: Asimismo, muchos de los temas suelen tener dos guitarras y cuando se introducen power chords éstos suelen ejecutarse con distorsión y no casualmente aquellas piezas más cercanas al hard-rock los usan durante todo su desarrollo (“Nuestros nombres”, “Camino del exceso”, “Sangre hirviendo” y “Los placeres de la pobreza”). Además, “Flor de loto” y “La herida” los utilizan en la segunda parte del tema, más rápida y enérgica. Todas las piezas están en tonalidades menores a excepción de “Culpable” que está en Mi Mayor, y “Z” y “Los placeres de la pobreza” están elaboradas sobre acordes sin tercera, por lo que es difícil en ocasiones definir su modalidad. La tonalidad más usada es La menor (en cinco temas: “Sirena varada”, “La herida”, “Sangre hirviendo”, “Tumbas de sal”, “La alacena” y la segunda parte de “Flor de loto”), seguido de Mi menor que es utilizado en aquellas canciones más cercanas al rock duro por la potencia del power chord de Mi5 (“Los placeres de la pobreza”, “La apariencia no es sincera”, “Z” y “El camino del exceso”), y Si menor (“Nuestros nombres” y “Bendecida”). Armónicamente los temas presentan mayor complejidad que los de anteriores álbumes, ya que suelen modular brevemente a varias tonalidades en lugar de cambiar por completo la armadura en una sección concreta. Los grados a los que suelen cambiar son al VII↓ y al IV o al relativo de la tonalidad. Igualmente, las modulaciones siguen produciéndose a través del III y sigue habiendo un abundante uso de la subtónica. □ Ejemplo de modulaciones a través del III del estribillo de “Nuestros nombres”: Sol menor Mi menor Si menor (III) VI I (III) V VII↓ I (III) VI I También suelen realizar cadencias plagales del tipo IV-I, VI–I o VII↓ I. □ Final de la segunda parte del estribillo B de “La apariencia no es sincera”: VIVI. □ Final del estribillo de “La sirena varada”: III VI I. □ Final del estribillo de la segunda parte de “Flor de loto”: IV VII↓ I. 64 Por último, cabe añadir que el viaje realizado por Enrique Bunbury a Nepal poco antes de la grabación del disco hizo que varias canciones del disco tuvieran referencias a la India o a un Lejano Oriente místico y primitivo, ya sea a través de la inclusión de instrumentos exóticos (como, por ejemplo, el sitar en “Flor de loto”) o de referencias veladas en los textos (por ejemplo, el estribillo de “Tumbas de sal” dice: “Occidente cargado de miedo, podría tratarse de magia chamán…”). “Sirena varada”, además de ser uno de los temas más emblemáticos de este disco, es considerado por muchos de los seguidores de Héroes del Silencio como la mejor canción de la banda. Quizá a ello, además de la composición musical y literaria, haya contribuido el rumor de que fue compuesta por los miembros del grupo bajo los efectos de las drogas (Blay, 2007: 196, 201). La canción está compuesta en La menor, aunque en el estribillo modula al relativo mayor (Do Mayor) y la cuarta estrofa a Mi menor (tono de la Dominante) y Re menor (subtónica de Mi menor y subdominante de La menor). La pieza comienza con la presentación de un arpegio en limpio por la primera guitarra que servirá de enlace entre la estrofa 1 y 2 (como era frecuente en los temas de anteriores discos). □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Estrofa 2 + Estribillo + Estrofa 3 + Estrofa 4 (diferente) + Solo + Estribillo □ Fragmento del arpegio de la guitarra con la batería, el bajo y la entrada de la voz: 65 Como podemos observar, la batería combina el compás de 4/4 con el de 5/4, creando una asimetría que hasta ahora no había sido utilizada en ninguna otra pieza d la banda. Del mismo modo, comprobamos cómo la percusión sigue enfatizando los tiempos débiles realizando en ellos los golpes en la tesitura más aguda. Las estrofas están, a su vez, divididas en dos secciones: una con un acompañamiento basado en el arpegio de la introducción y otra con rasgueados en limpio y con delay, en un estilo similar al del estribillo de “Héroe de leyenda” y “Maldito duende”. □ Acordes y ritmo de las estrofas (en La menor): ■ Primera parte: Compás: I VII ↓ I VII ↓ 5/4 4/4 5/4 4/4 ■ Segunda parte: VI I V VII ↓ I Ritmo del rasgueado de guitarra: Ritmo de la batería: (Se puede apreciar una síncopa entre el ritmo de la batería y el del rasgueo). La letra de Bunbury en este caso es especialmente críptica o, más bien, simbolista. El texto expone divagaciones, imágenes de sueños y alguna crítica social encubierta (segunda estrofa: “… y el mendigo siempre a tu lado/ tu compañero de viaje/ cuando las estrellas se apaguen tarde o temprano/ también vendrá tú.”) Este tipo de letras tan sugerentes son típicas de grupos como The Mission UK, The Cure o Sisters of Mercy, que también recurren con frecuencia al tema del mar o del agua (los textos de The Smiths y de U2 suelen ser, aunque crípticos, mucho más aleccionadores moralmente y hablar veladamente de cuestiones concretas de la realidad social). Por otro lado, si nos 66 centramos en su análisis comprobamos cómo los afectos expresados en las estrofas transmiten inseguridad, ya que se alternan constantemente los finales ascendentes y descendentes. Sin embargo, en el estribillo la mayoría de las frases acaban descendentemente, a excepción de la primera que sube al agudo. Asimismo, el salto realizado sobre la palabra que da título a la canción (“sirena vuelve al mar…”) es un elemento que produce, según la teoría de la pasionalización de Tatit, tensión y que expresa desequilibrio e inestabilidad emocional. □ Único final ascendente del estribillo y salto al agudo: Sin embargo, si observamos atentamente la cuarta estrofa, comprobamos cómo sus dos últimas frases acaban ascendentemente, en el agudo y largando ciertas palabras, lo cual, unido a la modulación al tono de la dominante y la subdominante, y los golpes desincronizados con la voz de la batería, nos inclina a situar el punto máximo de tensión en esta sección. □ Final de la cuarta estrofa y muestra del contraste entre el ritmo sincopado de la guitarra y el final de la frase en el que la batería cambia la acentuación24: 24 “-“ representa los tiempos débiles y “>” los fuertes. 67 □ Secuencia armónica de la cuarta estrofa (las primeras dos frases se sitúan entre La menor y Mi menor). Primeras frases: La menor (III) V I (III) V Mi menor VI I IV VI I ■ Últimas frases (en Re menor): I IV V (se repite) El solo de guitarra está en el tono general de la obra, La menor, y con distorsión para añadir mayor tensión a la sección, alternando, asimismo, el 4/4 y el 5/4. Poco antes se incluye una pequeña melodía de violines de sintetizador. □ Fragmento de los violines de sintetizador antes del solo: Así pues, la instrumentación en su conjunto recuerda a la de los primeros discos del grupo, ya que el guitarrista Juan Valdivia vuelve al sonido limpio tan característico de Héroes del Silencio en su primera etapa y a sus dibujos en el estilo de Jonnhy Marr o Dave Evans, abandonando los riffs potentes con progresiones de quintas y la pesadez de las guitarras distorsionadas de otros temas del álbum. Además, se añade puntualmente el sintetizador que recuerda al movimiento de los Nuevos románticos y al synth pop de los ochenta. Destaca, igualmente, el efecto de la distorsión en el solo de la guitarra eléctrica para añadir color y dramatismo. “Nuestros nombres” es la pieza que abre el disco y una de las que mejor representa el cambio de estilo de Héroes del Silencio en él. El tema muestra elementos del hardrock o el heavy-metal, como la inclusión de un contundente riff al inicio que se va repitiendo durante toda la canción, la adición de una segunda guitarra de refuerzo o la distorsión constante del sonido. La segunda guitarra estaría ejecutada, supuestamente, por Alan Boguslavski, aunque éste se incorporó al grupo después de que el álbum fuera grabado. Asimismo, la parte correspondiente a la primera guitarra estaría interpretada por el miembro habitual de Héroes del Silencio, Juan Valdivia. De esta manera la banda adquiere una formación similar a la de grupos de rock duro como AC/DC o Metallica que tienen a un guitarra encargado de realizar las partes más melódicas y elaboradas (por ejemplo, los solos) y a otro que se ocuparía de los riffs y rasgueos (es decir, de los fragmentos más rítmicos). La distorsión, al contrario que en los dos anteriores discos en los cuales se usaba más bien de forma puntual, se añade durante todo el tema. La forma 68 de cantar de Bunbury no se ve apenas alterada, aunque se muestra algo más agresiva y menos engolada que en otras piezas, mientras que el bajo se mantiene en un marcado segundo plano apenas perceptible. La pieza, a pesar de estar compuesta con power chords, podría enmarcarse dentro de la tonalidad de Si menor y comienza con un fragmento introductorio en el que se expone el riff 1, primero por la primera guitarra en solitario y luego con el apoyo de la segunda. La batería contribuye con cambios de ritmo a dar énfasis a esta sección y a elaborar un pequeño crescendo hasta el inicio de la primera estrofa. □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Estrofa 2 + Estribillo + Estrofa 4 + Estribillo + Solo + Estribillo + Coda □ Fragmento del inicio con la entrada de la segunda guitarra, el Riff 1 y uno de los cambios del patrón de la batería: El riff 1 está basado en el power chord de Si m. Por otra parte, las estrofas se hallan construidas también sobre este mismo acorde y cambian en el último verso a los de La5 y Do5. El estribillo también está construido sobre power chords (Si5, Mib5, Sol5, etc.) por lo que muestra cierta ambigüedad tonal por el carácter modal de estas estructuras. La letra, a su vez, expresa hartazgo, rabia, agresividad y desesperación, describiendo impresiones y sensaciones similares a las expuestas en el tema “Malas Intenciones” de El Mar no cesa. Quizás pueda referirse, de alguna forma, al ambiente algo tenso que en esos momentos se estaba empezando a vivir en la convivencia del grupo. Por otra parte, tanto las estrofas como el estribillo tienen algún final de frase ascendente, pero no hay 69 ningún sitio concreto en el que esto se dé con mayor frecuencia. Sin embargo, si observamos la instrumentación vemos cómo en la cuarta estrofa se pierde densidad instrumental (se dejan de hacer power chords para realizar breves arpegios en modo clean) que se retoma con la vuelta al estribillo, por lo que podemos considerar que el último verso de ésta es el momento de mayor tensión. □ Fragmento de la cuarta estrofa en donde se observa el cambio de instrumentación: 4. 4. AVALANCHA El cuarto álbum de la banda es el que presenta un sonido más roquero y endurecido, dejando a un lado definitivamente el pop de melodías por el hard-rock y el rock épico de tintes oscuros. Tanto Matías Uribe como Josep Blay opinan que en este disco ha tenido mayor poder de decisión musical el guitarrista Juan Valdivia que el cantante Enrique Bunbury, ya que era este primero quien más se sentía inclinado hacia el heavy y el hard-rock (Uribe, 2007: 177; Blay, 2007: 249). De igual forma, Raúl Minchinela cree que Avalancha “…es directamente un disco de heavy metal, porque era lo que quería hacer Valdivia y la consecuencia de querer convencer a todos esos críticos que seguían tachándolos de blandos” (Minchinela, 2007: 86). Sin embargo, el batería del grupo Pedro Andreu cree que estas afirmaciones son exageradas y que, según él, Juan Valdivia hacía gala de admiración hacia grupos como Guns´N´Roses “…porque era una manera de reivindicarse a sí mismo frente a los demás” (Blay, 2007: 285). Blay, por su parte, afirma que el disco es técnicamente impecable, con un sonido a la altura de las grandes bandas del rock internacional, aunque también piensa que la musicalidad de Bunbury no concuerda con esta nueva dirección estilística que había tomado el grupo. Asimismo, explica que Avalancha es un álbum con “…canciones muy duras como “Rueda fortuna”, “Días de borrasca” o “Parasiempre” y en el que “(…); la voz tiene un tratamiento casi exagerado…”. Coincide con otros autores en que musicalmente bebe, fundamentalmente, del hard-rock de los noventa, lo cual hace que su sonido pierda “…oscuridad y densidad para dar paso a una mayor claridad y contundencia rítmica” (Blay, 2007: 248). 70 Por otra parte, Matías Uribe compara el nuevo sonido de Héroes del Silencio con el de grupos como Bon Jovi, Kansas o Meat Loaf, a la vez que les dedica una crítica bastante negativa, ya que cree que con este cambio de dirección la banda ha perdido la esencia de su estilo (Uribe, 2007: 177-178). En este mismo sentido, Ignacio Reyo opina que, efectivamente, el disco suena como una “versión americana” del grupo, siendo un álbum de rock “básico” gracias a la labor de Bob Ezrin y Andy Jackson con influencias del grunge de Alice in Chains y el hard-rock monolítico de raíces setenteras, así como de cierto experimentalismo tipo Pink Floyd, presente en temas como “La Espuma de Venus”. Añade, además, que ése disco era el único que podían hacer en aquel momento, ya que, dada la situación de conflicto personal que se vivía, aquel era el único estilo en el que los cuatro miembros de la banda convergían (Reyo, s/f: 73) De igual forma, el antiguo director de EMI Carlos Sanmartín está de acuerdo en que la producción de Andrew Jackson y Bob Ezrin, con la perspectiva de los años, parece no haber sido la más adecuada (Reyo, s/f: 25). Por último, Enrique Bunbury opina que Avalancha es “lo opuesto a El Espíritu del vino” y que “frente a la discrepancia musical que existía en el grupo, buscamos esa área común donde trabajar a gusto, (…): el rock´n´roll”. Además, cree que, de hecho, es un disco de rock “ortodoxo” y que “el hecho de que lo produjese Bob Ezrin eliminó ese sonido europeo que tenía Héroes” y les “…americanizó demasiado” (Losilla, 2000: 41). La mayoría de los temas de Avalancha se encuentran estilísticamente a caballo entre el rock duro americano y el rock épico de los ochenta; en este sentido, temas como “¡Rueda fortuna!”, “Avalancha” o “Parasiempre” tienen un marcado protagonismo de las guitarras distorsionadas y los riffs compuestos a base de power chords (acordes sin quinta, habitualmente usados en el rock por su potencia y aridez de sonido, lo cual ciertos autores como Robert Walser han relacionado con la representación del género masculino en este tipo de música). Por otra parte, las piezas “Deshacer el mundo” e “Iberia sumergida” conservan ciertos elementos épicos (los crescendos, la contraposición de texturas instrumentales, etc.), así como “Opio” (que incluye un largo solo de guitarra al inicio) y “Días de borrasca (víspera de resplandores)” (que comienza con una introducción psicodélica en la línea de temas como “Hechizo”) conservan cierto aire progresivo. “Morir todavía” y “En brazos de la fiebre” (que comienza con un arpegio en limpio y termina con un solo con distorsión) presentan rasgos del estilo de sus primeros discos. Finalmente, “La chispa adecuada”, además de ser uno de los temas 71 más conocidos del disco, es una balada dividida en dos partes (como “La herida”o “Flor de loto” de El Espíritu del vino) y con cierto carácter exótico al incluir un sitar en la instrumentación. “La espuma de Venus”, por su parte, tiene elementos de experimentación y uso de la eléctronica que adelantan, en cierta forma, la línea compositiva que seguirá Enrique Bunbury en su debut en solitario en Radical sonora. □ Arpegio de la introducción de “En brazos de la fiebre”: Todos los temas, menos “Deshacer el mundo”, tienen introducción; dos de ellas consisten en un largo solo de guitarra (“Opio” y “Espuma de Venus”) lo que da a estas piezas un eventual aire progresivo. Igualmente, aquellos temas de sonido más duro suelen tener un inicio en el que exponen el riff central (por ejemplo, “¡Rueda, fortuna!” o “Parasiempre”) y los más melódicos y derivados del anterior estilo de la banda presentan arpegios en limpio en dicho fragmento (tal es el caso de “En brazos de la fiebre” o “Morir todavía”). Por otra parte, muchas de las piezas tienen dos tipos de enlace y éstos, en general, o bien toman material de la introducción o bien desarrollan uno nuevo. Asimismo, aproximadamente la mitad de los temas tienen una sección de puente y casi todos tienen un solo de guitarra con distorsión, aunque éste no siempre se presenta antes del último estribillo (por ejemplo, en “Avalancha” es ejecutado por debajo de las repeticiones finales del estribillo). No es habitual, sin embargo, que las piezas tengan una sección de cierre o coda y aquellas que la tienen reutilizan material de los enlaces o la introducción. Por otra parte, la inclusión de rasgueos se hace en aquellos temas menos roqueros, como “La chispa adecuada” o “En brazos de la fiebre”. En sentido inverso, aquellas canciones de sonido más potente y enérgico incluyen dinámicos riffs en su estructura, normalmente construidos sobre power chords. □ Riff 1 de “¡Rueda, fortuna!”: □ Riff 2 de la primera estrofa de “Deshacer el mundo”: 72 □ Riff 1 del estribillo de “Avalancha”, □ Riff 1 de “Parasiempre” ejecutado por la ejecutado al unísono por las dos guitarras: segunda guitarra: La batería, por su parte, continúa siguiendo patrones que enfatizan los tiempos débiles similares a los expuestos en anteriores álbumes. □ Patrón de las estrofas de “Parasiempre”: □ Patrón de la introducción de “Morir todavía”: Todas las piezas están en tonalidades menores y las más usadas son: Si menor, Re menor y La menor. También sigue siendo habitual que las modulaciones se realicen o al relativo o a la subtónica y que acontezcan o en los estribillos o en el puente y persiste en uso del III para realizarlas. Como novedad, “Días de borrasca” utiliza el II rebajado en la introducción y modula en el primer estribillo y en la tercera estrofa al V disminuido (la pieza está en La menor y cambia a Mib Mayor). También sigue siendo frecuente el uso de cadencias del tipo VII↓ I o IV – I. □ Ejemplo de modulación por el III (secuencia del estribillo de “Deshacer el mundo”): Re menor Fa Mayor I (III) VI V I IV □ Ejemplos de cadencias VII↓ - I: Secuencia final de las estrofas de “Parasiempre” (en Re menor): II VII ↓ I. Secuencia del estribillo de “Avalancha” (en Re Mayor): I II IV (III) VII ↓ I. El primer single del disco fue “Iberia sumergida” y su impactante videoclip, con los miembros de la banda situados en una escenografía de catacumbas, fue galardonado con el premio Ondas. El tema posee un aire pesado de hard-rock influenciado por las nuevas corrientes del rock de los noventa, como el grunge, que perseguían la obtención de un sonido más sucio en la guitarra a través de la distorsión. Asimismo presenta ciertos tintes folk, fundamentalmente debido a la adición en determinadas secciones de un instrumento tan asociado a este estilo como la armónica y al carácter del motivo principal de la guitarra solista en la introducción que recuerda sonoramente a géneros como el country o el blues clásico. Además, la batería utiliza más las secciones graves durante las estrofas y las dos guitarras están siempre distorsionadas, aunque la primera a 73 veces suena más limpia que la segunda. La tonalidad principal es Re menor, aunque el puente está en Do Mayor (tono de la subtónica) y el enlace en La menor (tono de la Dominante). La canción comienza con una larga introducción en la que se exponen varios riffs compuestos sobre power chords y una melodía ejecutada por la armónica. □ Estructura: Introducción + Estrofa 1 + Puente + Enlace (intr.) + Estribillo + Enlace + Estrofa 2 + Puente + Estribillo + Coda □ Fragmento de la introducción con la melodía de la armónica (toda su sección descansa sobre la Tónica de Re menor y la ejecución del segundo riff): □ Fragmento de la melodía de aire country interpretada por la guitarra solista después de la presentación de la armónica, junto con uno de los cambios del patrón de la batería en el crescendo hacia la entrada de la primera estrofa: Asimismo, las estrofas descansan sobre un tercer riff que tiene que tiene dos formas para Re m, una para Fa M y otra para Do M y La m. Se crea, así, un proceso de “tematización”, según el método de Luiz Tatit, al construir las diferentes secciones sobre pequeños motivos melódico-rítmicos que se repiten en un tiempo acelerado25: 25 La “tematización” se centra en el análisis de las duraciones y las reiteraciones de motivos melódicorítmicos. 74 Si observamos la letra comprobamos cómo la canción realiza encubiertamente una crítica social y política a la España del momento; por ejemplo, en alusión a los políticos de su tiempo en la segunda estrofa el texto dice: “formulas preguntas/con semilla de respuesta/ y conozco cuál es tu camino/ de memoria”. Más adelante, en esta misma sección el mensaje se muestra en confrontación con el sistema de elección y de gobierno: “descreo de la razón de la mayoría/y sus abrazos propietarios/ sin salida”. Igualmente, el final del estribillo nos ubica geográficamente en nuestro país:”…Iberia sumergida/ en sus rumores clandestinos”. Algunas de las frases más agresivas concluyen ascendentemente o alargan la última, produciéndose, con ello, un aumento de la tensión dramática. Sin embargo, el momento de mayor tensión se encuentra en los puentes, podemos considerar que el clímax de la pieza se halla en los puentes, ya que el cambio en el patrón de la batería, la subida al agudo de la voz, los alargamientos de las palabras y la terminación ascendente de las frases construye un crescendo expresivo que culmina con la entrada del estribillo. □ Inicio del primer puente con la subida de tesitura y el cambio de patrón en la batería: □ Letra del primer puente: “Te hicieron pan/ y ahí te consumimos/ y la venganza es un trasto/ tan inútil.” Asimismo, en el estribillo se vuelve a Re menor y se cambia de riff. □ Inicio del estribillo con la presentación del riff 4 con acordes picados: 75 Sin embargo, el tema que seguramente será más recordado de Avalanca es la balada de pop-rock épico, con aires de psicodelia y orientalismo (principalmente por la introducción del sitar en la instrumentación) “La chispa adecuada”. La pieza comienza con un ostinato melódico ejecutado por la guitarra acústica que ejercerá de leitmotiv a lo largo de todas las estrofas. □ Estructura: Introducción + Estrofa 1+ Enlace 1 + Estrofa 2 + Estribillo + Enlace 2 + Estrofa 3 + Estribillo + Coda □ Ostinato que se presentará como acompañamiento de las estrofas: □ Inicio de la primera estrofa en la que se aprecia el acompañamiento del ostinato: Igualmente, la configuración tímbrica varía constantemente y persigue el aumento o la disminución del volumen y el contraste de texturas y densidades entre las diferentes secciones. Después de la primera estrofa se presenta el enlace 1 con el añadido de una línea melódica de sitar; dicho fragmento, que modula, además, al homólogo mayor del tono general de la pieza (Re menor), servirá de base para la ejecución del estribillo. □ Fragmento inicial del Enlace 1 (Re Mayor): □ Inicio del estribillo (el patrón de la batería también es igual que el del Enlace 1): 76 Este mismo método de reutilización del material presentado en los enlaces para la construcción del estribillo se utilizará para la elaboración de la coda, que está compuesta sobre el enlace 2 que en su segunda repetición es reforzado por motivos del bajo: Por otra parte, la guitarra eléctrica no introduce distorsión hasta el apoteósico final en la coda en el que, además, debido al cambio de patrón en la percusión el tiempo parece acelerarse. Ello, unido al mecánico ritmo de la batería, la cual se ha mantenido en un marcado segundo plano durante el resto de secciones, contribuye a crear un crescendo final realmente dramático e impactante. El texto de la letra, por su parte, mezcla el amor pasado (la letra comienza: “las palabras fueron avispas/ y las calles como dunas/ cuando aún te espero llegar…”) con las imágenes místicas (” y tu vientre sabe a pan/ la catedral es tu cuerpo”), simbólicas (“eras verano y mil tormentas/ yo el león”) y metafóricas (“si miramos la laguna como llaman a la eternidad/ de la ausencia”). En general parece expresar de forma poética la sensación de luto que se tiene tras una ruptura sentimental en la que todavía no se han apagado del todo los sentimientos (“y ahora estás en mi lista/ de promesas a olvidar/ todo arde si le aplicas la chispa adecuada”). Si atendemos al análisis de la simbiosis existente entre el texto y la melodía vemos que el clímax literario-musical (ya que el sonoro se encuentra, sin duda, en la coda) se halla en el final de la tercera estrofa donde las palabras se alargan y las frases acaban ascendentemente: 77 CONCLUSIONES El presente trabajo nos ha permitido constatar que, efectivamente, Héroes del Silencio tuvieron una trayectoria particular dentro del panorama de la música pop/rock de su época. Así, mientras que la mayoría de los grupos de rock español de los ochenta como Duncan Dhu apenas tenían cobertura fuera del país, esta formación logró hacerse un pequeño hueco dentro de la escena europea y latinoamericana. Dicha situación fue posibilitada, en gran medida, por el ascenso de corrientes alternativas en el rock, como el grunge y el pop-rock independiente de R.E.M y U2, que abrieron un mercado para aquellas músicas que a nivel internacional se veían como minoritarias. En este sentido, Héroes del Silencio constituían una propuesta underground al hacer un tipo de música que sonoramente estaba muy cerca de estilos procedentes del Reino Unido pero que no abandonaba el idioma propio ni la entrega emocional y cálida de que en ocasiones carecían los grupos anglosajones. Por otra parte, en España lograron atraer en poco tiempo a un gran número de seguidores y, contrariamente a lo que en un principio podría parecer, hoy son uno de los principales referentes del rock español, como lo prueba la gran afluencia de público que hubo en la docena de conciertos que ofrecieron en 2007. Héroes del Silencio se pueden incluir genéricamente dentro del movimiento de los años 80 y 90 que rompía o se alejaba de la cultura del sintetizador (que incluía a grupos tan destacados como Depeche Mode o New Order) y que perseguía una vuelta a la simplicidad y a la “autenticidad” asociada con el rock de los años 50 y 60. De hecho, grupos como The Smiths o U2, con quienes a menudo se ha comparado el sonido de Héroes del Silencio, no usaban sonidos electrónicos ni distorsión en las guitarras como forma inconsciente de alejarse del mito del progreso tecnológico y de volver a los valores románticos de la vida rural. Esta característica va siempre unida, de forma indiscutible y al igual que en otros grupos como U2, al matiz épico, logrado a través de la exageración y la grandilocuencia de las letras y de la voz de Bunbury, y de los constantes juegos de dinámica, procedentes, también, de bandas anglosajonas como The Cult o The Mission UK. Los dos pilares sobre los que se sustenta el sonido de Héroes del Silencio son, por un lado, la característica voz engolada de Bunbury, heredera del dramatismo de cantantes como David Bowie, y, por el otro, el sonido de la guitarra de Juan Valdivia 78 que, aunque bebía de bandas como The Smiths o U2, poseía un estilo propio, más oscuro y melancólico. Asimismo, el bajo tiene cierto protagonismo en los primeros discos e incluso hay algunos temas, como “Decadencia”, en los que ejecuta un solo, mientras que la batería, por su parte, resulta fundamental a la hora de construir los crescendos de las piezas y utiliza las mismas estrategias rítmicas de forma invariable a lo largo de los cuatro discos. No obstante, Héroes del Silencio supo añadir un toque propio, empezando por su negativa a dejar de cantar en castellano. Así, mientras que los ecos de la New Wave se aprecian en los ritmos bailables y desenfadados de las piezas, la ola siniestra está presente en el carácter abstracto, simbólico y depresivo de las letras. Por otra parte, esta complejidad y seriedad de las partes vocales se contrapone a la claridad de texturas de la guitarra que, aunque al usar mayormente tonalidades menores producen cierta sensación de tristeza y melancolía, persiguen la simplicidad y la ausencia de artificio. Así, mientras que la voz de Bunbury está siempre acompañada de un engolamiento poco natural, la guitarra de Valdivia, al menos en los dos primeros discos, busca siempre lo contrario al rehuir del virtuosismo y del añadido del efecto de distorsión. Sin embargo, existe una excepción: el uso abundante del pedal de delay, siendo precisamente el continuo de eco que éste provoca lo que añade dimensión y carácter épico a las piezas. Como hemos ido viendo a lo largo del trabajo, la producción musical de Héroes del Silencio ha ido evolucionando a medida que avanzaba su carrera. De esta forma, mientras que los primeros discos tienen un claro acercamiento al estilo pop, al menos en cuestión de sonoridad, los últimos han ido aproximándose a géneros como el rock duro, aumentando el uso de power chords y de los efectos de distorsión. Ello es consecuencia, en primer lugar, de la crítica que los tachaba de “blandos”, procedente de la facción más integrista del rock, que no veía con buenos ojos la simplicidad técnica de la forma de tocar de Valdivia. De hecho, la gran habilidad de éste no se hallaba en la exhibición de una gran destreza a través de unos solos largos y complicados, sino en la composición de melodías expresivas y cantables. En este sentido, el carácter de su forma de tocar no exhibía en modo alguno masculinidad ni energía a través de la potencia de sonido, sino afectos sensibles y matizados, lo cual lo alejaba, claramente, de los estereotipos tradicionales del rock. En segundo lugar, hay que señalar que la actitud de Héroes del Silencio siempre estuvo más cercana al rock que al pop, tanto por su aspiración a una 79 cierta originalidad o distinción frente a la masa de grupos, supuestamente, comerciales o fáciles de escuchar, como por su actitud arrogante, agresiva y, en definitiva, rebelde. Así pues, en el tercer y, sobre todo, en el cuarto disco se produce un viraje hacia un sonido roquero y masculino. Esto provocó reacciones desiguales: por un lado, aquellos seguidores que valoraban, en cierta forma, su acercamiento al afterpunk y el pop-rock épico dejaron de sentirse tan identificados con su sonido, pero, por el otro, gran parte de la crítica comenzó a valorarles más positivamente. Quizá ello se deba, precisamente, al mayor ajuste a los parámetros o cánones sonoros del rock tradicional y, también, al aumento del intento de exhibición técnica por parte del guitarrista. En este sentido, cabe señalar que la guitarra, especialmente la eléctrica, se presta particularmente a este tipo de problemas, ya que normalmente la validez de un intérprete de dicho instrumento se mide por su capacidad de rapidez y de adorno, mientras que cuestiones como el fraseo o la variedad de matices quedan de lado (quizás, también, por la propia naturaleza del instrumento que no permite fácilmente variar el volumen). Personalmente creo que el cambio de técnica conllevó una pérdida de expresividad al eliminar muchos de los matices dinámicos y de textura que presentaba el grupo. Sin embargo, la personal voz de Bunbury y las letras de éste permanecieron inalterables, por lo que a pesar de ello considero que el grupo no perdió, en exceso, personalidad o carácter propio. Otra de las cuestiones en la que no nos hemos aventurado en exceso es la de la recepción. Resulta cuanto menos curioso que lo que comenzó siendo, fundamentalmente, un fenómeno de masas adolescente, se ha convertido hoy en día en un grupo prácticamente de culto. Lo cierto es que la imagen y la actitud provocativa de la banda conectaron rápidamente con la juventud del momento y ello, unido a un cierto atractivo físico de sus componentes, hizo que se produjera un fenómeno fan de considerable alcance. Esta masificación fue lo que causó, también, el rechazo que muchos de los críticos especializados tenían hacia el grupo, ya que consideraban que simplemente era una copia de la moda que estaba aconteciendo en Europa del rock épico y alternativo. Dicho conflicto nos hace reflexionar sobre el carácter elitista de ciertos aficionados y eruditos del rock, que no ven siempre con buenos ojos que un grupo tenga un repentino gran éxito, especialmente si va acompañado de cierta facilidad de escucha. 80 No obstante, aunque es cierto que la música de Héroes del Silencio no resultaba excesivamente compleja, sí lo intentaban ser las letras, las cuales presentaban algunas referencias a poetas cultos como los simbolistas franceses, William Blake o Baudelaire. Por lo tanto, podría decirse que el carácter críptico de los textos compensaba, en cierta forma, la facilidad de escucha. No resulta extraño, por tanto que gran parte de los adolescentes que buscaban diferenciarse de la masa que escuchaba grupos como Mecano (más cercanos al synth pop o a los Nuevos Románticos) ingenuamente se vieran identificados con la banda. A ello se suma la facilidad con que Héroes del Silencio absorbió las corrientes del pop-rock británico del momento, algo que quizá logró también en menor medida La Dama se Esconde sin tanto éxito. Asimismo, la cobertura que recibieron Héroes del Silencio en países como Alemania se debió, además de al intenso trabajo de “carretera”, a la simbiosis que efectivamente mostraban entre elementos mediterráneos y anglosajones. De hecho, lo que para los oyentes españoles suponía una reminiscencia de los sonidos británicos, para el resto del continente significaba la adición a éstos de un carácter apasionado y latino, lo cual les convertía, sin duda, en un grupo inusual y, por tanto, original o “auténtico”. Así pues, es acertado reconocer que la síntesis y la reinterpretación que realizaron Héroes del Silencio del pop y el rock extranjero fue, cuanto menos, eficaz y que pusieron en juego toda una serie de recursos musicales y visuales que lograron hacer que un público muy numeroso se identificara fuertemente con ellos. De hecho, aunque en este estudio no hemos podido abordarlo, el análisis del material visual de la banda, tanto en lo que se refiere a la estética del vestuario como a la realización de videoclips y del diseño de los discos, resulta fundamental para comprender el fenómeno de Héroes del Silencio en su totalidad. No en vano buena parte de sus seguidores emulaban los ropajes de los miembros de la banda como forma de identificación con ellos, y de exhibición y defensa de su devoción al resto de la sociedad. Finalmente, conviene recordar que este trabajo no es un estudio acabado, ya que solamente el análisis de la recepción del grupo podría constituir otro aparte por sí mismo. No obstante, esperamos que de alguna forma hayamos contribuido a rellenar parte del vacío en torno a las características del estilo musical del grupo y que nuestra investigación pueda ser útil para futuros trabajos sobre la banda y, en general, sobre el panorama de la música popular en España. 81 BIBLIOGRAFÍA ALLEN, Bob (ed.) (2007). Rock & Pop: la historia completa. Barcelona: Ma Non Troppo, 361 p. BLAY BOQUÉ, Josep (2007). Enrique Bunbury: Lo demás es silencio. Barcelona: Plaza & Janés, 352 p. BIANCIOTTO, Jordi (2008). Guía universal del rock: de 1990 hasta hoy. Barcelona: Robinbook, 361 p. (2009). Guía universal del rock: de 1970 a 1990. Barcelona: Robinbook, 361 p. CORRAL, Juan M. (ed.) (2008). New wave & Post-Punk: (1978-1984): de Depeche Mode a Franz Ferdinand. Madrid: T&B, 383 p. CHARLTON, Katherine (1998). Rock music styles: a history. Boston: McGraw-Hill, 292 p. CHATTERTON, Mark (2005). U2: más que una banda de rock. Barcelona: Ma Non Troppo, 251 p. 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