Informe Técnico (R. Pesq.) N°53

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Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción
Subsecretaría de Pesca
Informe Técnico (R. Pesq.) N°53
VEDA EXTRACTIVA PARA
EL RECURSO ALGAS PARDAS
(L. nigrescens, L. trabeculata Y M. integrifolia)
EN LAS REGIONES I A IV
Valparaíso, Mayo 6 de 2005
GOBIERNO DE CHILE
SUBSECRETARIA DE PESCA
CONTENIDO
1. Objetivo
2
2. Antecedentes
2
2.1. De las especies que componen el recurso comercial
2
2.2. Importancia ecológica y económica de las algas pardas
5
2.3. Antecedentes de la pesquería
7
2.3.1. Biomasa (“standing stock”)
7
2.3.2. Esfuerzo
8
2.3.3. Desembarques
10
2.3.4. Mercado
14
3. Problemática del Manejo
16
4. Análisis
17
5. Conclusiones
18
6. Recomendaciones
18
7. Bibliografía
19
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VEDA EXTRACTIVA DE ALGAS PARDAS ENTRE LAS REGIONES II Y IV
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1.
OBJETIVO
El presente informe tiene por objetivo fundamentar la aplicación de una veda extractiva sobre el
recurso multiespecífico algas pardas (Lessonia nigrescens, Lessonia trabeculata y Macrocystis
integrifolia) en el litoral comprendido entre la II y IV Región por un periodo de 18 meses.
2.
2.1.
ANTECEDENTES
De las especies que componen el recurso comercial
El recurso algas pardas de importancia comercial está compuesto en la zona norte del país (II-IV Regiones)
por las siguientes especies:
-
Lessonia nigrescens
: Huiro negro o chascón
-
Lessonia trabeculata
: Huiro palo, huiro varilla
-
Macrocystis integrifolia : Huiro pato
- Lessonia nigrescens Bory 1826
Esta especie presenta un patrón de distribución subantártica, encontrándose desde Callao en Perú Central,
hasta Cabo de Hornos en Chile (Santelices, 1981). También se encuentra en las Islas Malvinas, Islas Heard y
Kerguelen (Santelices, 1989). L. nigrescens se distribuye en el intermareal en las costas rocosas expuestas y
semi expuestas, formando cinturones continuos interrumpidos sólo por la presencia de playas de arena. La
extensión de estos cinturones es variable dependiendo de la extensión del sustrato y el grado de acción del
oleaje (Alveal, 1995).
Lessonia nigrescens posee un ciclo de vida heteromórfico con dos fases de vida uno macroscópico
“cosechable” (esporofito), que puede vivir por varios años, y otro microscópico (gametofito). Los gametófitos
son dioicos. Luego de la fertilización se inicia el desarrollo del esporofito, los que producen esporas a partir de
esporangios uniloculares agrupados en soros de forma irregular, que se desarrollan en las láminas. Después
de liberadas las esporas, la zona de los soros se necrosa lo que contribuye a que el extremo distal de las
frondas se desgarre. Una vez asentadas las meioesporas dan origen a gametófitos microscópicos (Santelices,
1989).
Estudios de fertilidad indicarían que existen plantas reproductivas durante todo el año. Ojeda y Santelices
(1984) sostienen que la fertilidad es máxima en invierno. Sin embargo, las frondas fértiles se encuentran a
partir de octubre y alcanzan su mayor frecuencia entre enero y febrero, para desaparecer a fines de junio
(Hoffman & Santelices, 1997). El reclutamiento de juveniles es un fenómeno claramente estacional, que
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ocurre entre los meses de agosto y noviembre (Santelices, 1982; Santelices y Ojeda, 1984), por lo que si se
libera sustrato en forma experimental en cualquier época entre estos dos meses, éste es rápidamente
ocupado por plantas juveniles de L. nigrescens.
En la zona intermareal batida los ejemplares alcanzan una longitud de hasta 3-4 m de largo. El crecimiento de
las láminas se efectúa paulatinamente por un meristema de crecimiento basal en las láminas, persistiendo la
generación regular de nuevos tejidos (Alveal, 1995).
La velocidad de crecimiento ha sido medida tomando en cuenta varios caracteres de la planta: longitud de los
estipes, la distancia entre el disco y la primera dicotomía, el diámetro mayor del disco y el número de estipes.
Los meses de mayor crecimiento corresponden a invierno y principios de primavera (agosto-octubre). Durante
la parte final de la primavera y todo el verano la elongación de los estipes es menor, aparentemente influido
por dos fenómenos: destrucción del tejido cicatrizal luego de la descarga del tejido reproductivo y
deshidratación y decoloración, como consecuencia de la mayor radiación solar y altas temperaturas durante el
verano (Santelices, 1982).
En general, las especies del género Lessonia (L. nigrescens y L. trabeculata) presentan velocidades de
recolonización y de crecimiento relativamente lentos. Las tallas superiores a 1,5 m y discos basales grandes
se logran en unos 20 meses y en algunos casos, en que las frondas se han podado a nivel del disco no se
logra la regeneración de nuevas frondas, ya que no existe renovación a partir de los discos de tal manera que
la extracción de las láminas lleva a la desaparición total de los ejemplares. En cuanto a la recuperación a la
remoción y recolonización de sustratos para Lessonia nigrescens, Santelices (1982 y 1989) establece que en
Chile Central ambos eventos son altamente efectivos en invierno y primavera y más retardados hacia fines de
primavera y de verano. Por lo tanto, los procedimientos de cosecha aconsejarían dejar ejemplares fértiles sin
cosechar o extraer después de producidos los procesos de reproducción para permitir la renovación y
mantención de este recurso
En ciertos sectores del intermareal bajo, el crecimiento de la pradera de L. nigrescens es inestable debido a
que las plantas muchas veces se fijan sobre poblaciones de balánidos o mitilidos, que después de un tiempo
resultan ahogados por el exhuberante crecimiento del huiro y se desprenden del sustrato con el consecuente
desprendimiento de grandes porciones de alga. El desprendimiento del alga es además, el resultado del
efecto de poliquetos, crustáceos y moluscos que al buscar refugio y alimento horadan los discos debilitando su
adherencia al sustrato lo que facilita su desprendimiento por acción del oleaje (Alveal, 1995). Junto a lo
anterior, existen moluscos como Scurria scurra, que roen los estipes de Lessonia debilitando las frondas que
posteriormente se cortan por efecto del oleaje.
En general, para L. nigrescens, Santelices (1989) establece que sobre la base de velocidad y épocas de
crecimiento, fertilidad, asentamiento de juveniles y cantidad de producción de geles puede concluirse que la
mejor época de cosecha de estas plantas es en el periodo septiembre – diciembre en la costa central de Chile
ya que en ese periodo se producen el crecimiento y fertilidad máxima de las plantas. Los juveniles ya
aparecen en el sustrato y las plantas presentan su mayor contenido de geles (Figura 1).
Finalmente, es necesario considerar aquí la existencia de canalizos en zonas intermareales donde las
poblaciones de Lessonia nigrescens pueden llegara a estar estructuradas por cinturones de anchos mínimos
e incluso por escasos ejemplares. En tales lugares es necesario prohibir la remoción dado que esta
ocasionaría en el corto plazo la desaparición del recurso desde el sector. Este criterio debe ser considerado en
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las áreas de manejo que en estricto rigor deben ser los únicos lugares de remoción autorizada del recurso de
acuerdo a planes de manejo y explotación autorizados por esta Subsecretaría.
Figura 1. Procesos anuales relacionadas con algas pardas en la III y IV Regiones
Varazón (mortalidad natural)
Embancamiento
Dic
Ene
Mayor Nº de
extractores
informales
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Mayores
Reclutamientos
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Máximos
reproductivos
- Lessonia trabeculata Villouta y Santelices 1986
Esta especie ha sido encontrada desde Puerto Montt hasta el norte de Iquique. Sin embargo, es posible que
se extienda hasta Perú (Hoffman & Santelices, 1997). Lessonia trabeculata se distribuye en ambientes
submareales rocosos expuestos y semi expuestos hasta los 30 m de profundidad, formando cinturones
continuos interrumpidos sólo por la presencia de fondos blandos (Vásquez, 2004).
Esta especie forma extensos bosques submareales de densidad variable, sobre fondos rocosos, desde el
límite inferior de la zona intermareal en lugares semiprotegidos y desde 2 m en lugares expuestos al oleaje,
hasta 20 m de profundidad. La densidad de los individuos generalmente cambia con la profundidad.
Lessonia trabeculata posee un ciclo de vida heteromórfico con dos fases de vida uno macroscópico
“cosechable” (esporofito) y otro microscópico (gametofito). Los gametófitos son dioicos. Los soros
esporangiales se disponen en bandas longitudinales en ambas caras de la lámina (Hoffman & Santelices,
1997).
Según Vázquez (1991) existen correlaciones positivas entre el número de frondas reproductivas y el diámetro
basal del disco, evidenciando que la planta a medida que aumenta de peso y tamaño, aumenta su potencial
reproductivo.
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- Macrocystis integrifolia Bory 1826
Esta especie ha sido encontrada en Chile desde Arica a Concepción. También está presente en Perú
(Moquegua, Arequipa, Lima, Ancash, La Libertad, Piura) y en la costa del Pacífico de Estados Unidos desde
Columbia Británica hasta Baja California (Santelices, 1989). Batimétricamente, esta especie se distribuye
desde el intermareal bajo hasta 30 m de profundidad.
El recurso Macrocystis integrifolia posee un ciclo de vida heteromórfico con dos fases de vida uno
macroscópico “cosechable” (esporofito) y otro microscópico (gametófitos) que se desarrolla adosado al
primero. Los gametófitos son dioicos. Los esporangios uniloculares (30-60 cm de largo por 6-10 cm de
diámetro) frecuentemente se diferencian en láminas situadas cerca de la base de las ramas (esporofilos),
provistas o no de neumatocistos. Parte de las esporas fijas originarán filamentos microscópicos masculinos y
femeninos que formarán las estructuras sexuales, espermios y óvulos. Luego de fecundado el óvulo
desarrollará sobre sí mismo el esporofito (Hoffman & Santelices, 1997).
Considerando que para el género Macrocystis las estructuras reproductivas se ubican sobre frondas
específicas (Alveal, 1995), la estrategia de manejo aconseja la extracción del dosel 1-1,5 m bajo la superficie,
permitiendo con ello el crecimiento de renuevos, de las porciones inferiores de la planta o crecimiento de
nuevas plantas partir de esporofitos pequeños que se verán estimulados por la disponibilidad de luz al
despejarse los estratos superiores. Romo et al. (1984), probó que para Macrocystis pyrifera en el Canal
Beagle los procesos de poda efectuados a 1 m bajo la superficie posibilitan la regeneración del dosel, pero
cortes en la parte media y basal de plantas de 10 o más m de largo la inhabilitan para procesos de
recuperación posterior.
Respecto a renovación de bosques de Macrocystis spp., una buena estrategia consiste en despejar zonas
para que los ejemplares nuevos o propágulos que permanecen latentes bajo el dosel de las frondas más
viejas puedan crecer (Alveal, 1995).
2.2.
Importancia ecológica y económica de las algas pardas
Los huirales son reconocidos por su función estructuradora de hábitat de comunidades bentónicas, hábitat
exclusivo de algunas especies de invertebrados, áreas de desove, sustrato de asentamiento de larvas de
numerosas especies, sectores de crianza de juveniles y zonas de refugio contra la predación, corrientes de fondo
y el embate de las olas.
Habitualmente, los discos adhesivos de Lessonia nigrescens presentan numerosas cavidades internas, que son
utilizadas como hábitat por diversas especies de invertebrados, cuyo número está en relación directa con el peso
del disco y la biomasa de invertebrados. La diversidad de especies de invertebrados aumenta con el aumento de
volumen de las cámaras, sin que se produzca el reemplazo de especies que sería esperable en una sucesión
ecológica clásica. Cancino y Santelices (1984) determinaron la importancia ecológica de los discos de L.
nigrescens, estimando un número de 43 especies de invertebrados asociados a ellos (70% correspondientes a
juveniles).
Estos resultados fueron confirmados por Vázquez y Santelices (1984), quienes además, evaluaron la capacidad
de regeneración, la tasa de mortalidad, los cambios morfológicos y el reclutamiento en áreas experimentales,
concluyendo que la remoción de plantas puede generar cambios en los patrones de ocupación espacial, al
aumentar el número de herbívoros y en el peor de los casos generar áreas desérticas que tardan mucho tiempo
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en ser repobladas. Estos autores también sugieren que la remoción debería realizarse en ausencia de herbívoros
y en la época de mayor fertilidad (Vázquez y Santelices, 1990).
Los principales factores ecológicos que regulan el reclutamiento, supervivencia y crecimiento de L. nigrescens
son: la interferencia de las plantas adultas y la interacción con los efectos del ambiente abiótico. En el cinturón de
L. nigrescens el reclutamiento es máximo en aperturas que resultan del desprendimiento de plantas más viejas y
que la interferencia de frondas maternas hace poco accesible a los pastoreadores (Hoffman & Santelices, 1997).
En cuanto a las comunidades de organismos asociados a los discos de L. trabeculata estos son similares a las
“kelp communities” descritas para otros hábitats submareales de regiones templadas, con algunas diferencias en
la organización comunitaria, por ejemplo, no se encuentran especies codominantes. El disco es colonizado por
numerosas especies de invertebrados, así como peces, a medida que éste aumenta de tamaño (Hoffman &
Santelices, 1997).
En un estudio de algas pardas realizado entre I y IV Regiones, se corrobora la importancia de los huiros negro y
palo como reservorios de biodiversidad y estructuradores de ecosistemas. En dicho estudio se encontró que los
discos de fijación de L. nigrescens concentran el 81% del total de taxas observados en el sector intermareal
mientras los discos de fijación de L. trabeculata concentran el 68% de los taxa registrados en zona submareal
(González et al, 2002).
En el mismo estudio se comprobó que, en general, en zonas intermareales que presentan altos grados de
intervención producto de la remoción directa de plantas de L. nigrescens registraron los menores índices de
diversidad y riqueza de especies tanto dentro de los discos de fijación como en espacios interdiscos lo que
genera alta perturbación local de las comunidades afectadas por este método de extracción. Esta conclusión
había sido comprobada previamente en un estudio realizado por Vásquez y Santelices (1990), quienes
confirmaron que la remoción de L. nigrescens y L. trabeculata produce la muerte de flora y fauna acompañante.
En general, es posible asignar valor a estos recursos, el que puede ser determinado considerando sus funciones
que se asocian al tipo de hábitat que estructuran, las propiedades y procesos que cumplen en el sistema
biológico y los servicios que generan y que se refieren a los bienes que representan y son objeto de beneficio a
las poblaciones humanas que utilizan estos recursos. La Tabla 1 describe las funciones y servicios asociados a
las praderas de algas pardas.
Tabla 1. Servicios y funciones asociadas al recurso “huiro”
SERVICIOS
Extractivo
Pesca
Industria química producción de alginatos
Alimento natural en cultivos de abalones
No extractivo
Investigación
Educación
FUNCIONES
Estructurador de hábitat como praderas (refugio para
asentamiento y reclutamiento de mariscos de explotación
comercial).
Soporte global de vida.
Rol importante en la regulación de la dinámica física
costera y en el efecto erosivo las olas en la costa.
Refugio contra la predación, corrientes de fondo y oleaje.
Areas de desove
Areas de asentamiento larval.
Areas de crianza de juveniles.
Por otra parte, cabe considerar que estas macroalgas son altamente sensibles a los cambios de
temperatura superficial del mar, constituyendo especies que muestran altas mortalidades durante el
fenómeno del Niño.
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2.3.
Antecedentes de la Pesquería
2.3.1. Biomasa (“standing stock”)
Durante el 2004 se efectuó una pesca de investigación de algas pardas, en las costas de la III y IV
Región con el propósito de recopilar información sobre distribución, densidad y biomasa (“standing
stock”) de Lessonia trabeculata, Lessonia nigrescens y Macrocystis integrifolia a partir de evaluaciones
directas del recurso en estas regiones (Vásquez, 2004). Los resultados generados por este estudio son
comparados con aquellos provistos por González et al. (2002) quienes desarrollaron evaluaciones
directas, filmaciones aéreas en plataforma SIG y utilizaron información previa, para diagnosticar el
estado del recurso y proponer estrategias de explotación sustentable de las mismas especies.
De acuerdo a Vásquez (2004), para Lessonia nigrescens en la III y IV Región, la biomasa por sector
(entre transectas) fluctuó entre 0 (principalmente en playas de arena) y 4.000 toneladas, con mayores
concentraciones en la IV Región especialmente en el sur de la región. Pese a las altas densidades
detectadas durante los muestreos se detectó una baja biomasa en ambas regiones (14.842 ton en la III
Región y 42.015 ton en la IV Región) dado que, en general, las poblaciones muestreadas estuvieron
mayoritariamente conformadas por organismos juveniles. Sin embargo, el rápido crecimiento de estas
cohortes durante primavera verano auguran altas biomasas a lo largo de todo el litoral de la III y IV
Región. Estos valores son significativamente más bajos que aquellos obtenidos por González et al.
(2002), quienes estimaron una abundancia del recurso en peso de 224.402 ton y 124.179 ton, para la III
y IV Regiones, respectivamente (Tabla 2).
Según los resultados obtenidos por Vásquez (2004), para el recurso Lessonia trabeculata, en un
gradiente latitudinal, las mayores concentraciones de la biomasa en la III Región ocurren en la zona
centro-sur. Durante los muestreos se observó una alta prevalencia de individuos juveniles
especialmente en profundidades intermedias. En el corto plazo, dadas las condiciones de un período
frío con alta disponibilidad de nutrientes, deberá generar altas biomasas de Lessonia trabeculata en
ambientes submareales rocosos de la III y IV Región. Los valores de biomasa estimada de este recurso
para la III y IV Regiones fueron de 408.371 ton y 403.278 ton, respectivamente. A diferencia de lo que
ocurre para L. nigrescens, para L. trabeculata los valores de biomasa regional estimados por Vásquez
(2004) fueron bastante más altos que aquellos estimados por González et al. (2002) los que alcanzaron
133.238 ton y 181.112 ton para la III y IV Regiones, respectivamente (Tabla 2).
El estudio efectuado por Vásquez (2004) detectó que la distribución de Macrocystis integrifolia es
fragmentada a lo largo de la costa de la III y IV Regiones, con mayores concentraciones en el sector
centro sur de la III y sur de la IV Región. El efecto del movimiento de agua (oleaje y corrientes de fondo)
puede afectar significativamente la sustentabilidad de las poblaciones de esta especie. De hecho,
históricamente, esta especie ha sido una de las especies de algas más sensibles a los cambios de la
temperatura superficial del mar (El Niño). Los valores de biomasa estimada de este recurso alcanzaron
11.251 ton en la III Región y 32.394 ton en la IV Región (Tabla 2). Para el mismo recurso, el estudio
efectuado por González et al. (2002) no presenta estimaciones de biomasa dada la alta variabilidad
observada en las praderas estudiadas, coincidiendo esto con lo detectado por Vásquez (2004), éstas se
presentaron tipo parches con una alta dinámica anual.
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Tabla 2.
Biomasa de Lessonia nigrescens, Lessonia trabeculata y Macrocystis integrifolia estimada
por González et al. (2002) y a partir de la pesca de investigación efectuada entre marzo y
julio de 2004 (Vásquez, 2004).
Recurso
Lessonia nigrescens
Lessonia trabeculata
Macrocystis integrifolia
Biomasa (toneladas)
González et al. (2002)
III Región
IV Región
224.402
124.179
133.238
181.112
-
Biomasa (toneladas)
Vásquez (2004)
III Región
IV Región
14.842
42.015
408.371
403.278
11.251
32.394
Finalmente, cabe destacar que las marejadas pueden ser responsables del 25% de la mortalidad de
Lessonia nigrescens, del 12,8 % de Lessonia trabeculata y del 1,3 % de Macrocystis integrifolia, Estos
porcentajes pueden ser tremendamente variables en función de la intensidad y frecuencia de las
marejadas, las que tienen sus máximos estacionales durante otoño-invierno.
2.3.2.
Esfuerzo
La extracción de algas en países ribereños de América, cumple un importante rol ya que muchas familias de
pescadores obtienen ingresos relativamente regulares mediante su comercialización. Se estima que en Chile
no menos de 10.000 pescadores participan rutinariamente de esta actividad (Alveal, 1995).
Respecto de los requisitos para realizar la actividad extractiva, es exigible exclusivamente la inscripción en el
Registro Pesquero Artesanal conforme al Artículo 51 de la Ley de Pesca. La inscripción en la pesquería de
algas no se encuentra suspendida en conformidad con lo dispuesto en el Artículo 50 de dicha ley.
En general, la actividad de los algueros está condicionada por la dinámica de varado de las macroalgas, es
decir, desde una perspectiva pesquera sólo se realiza un aprovechamiento de la mortalidad natural de la
pradera que utilizan. Los algueros habitan junto a los varaderos naturales y los explotan individualmente o con
colaboración ocasional de familiares. Las algas recolectadas son apiladas en fardos y estos representan la
unidad de negociación en su comercialización.
En la zona norte del país, los algueros habitan “rucos” muy precarios junto a los varaderos naturales que
explotan individualmente, sin integrar organizaciones formales. Esta escasa o nula organización de los
orilleros o algueros, los lleva a actuar principalmente en forma solitaria o junto a algunos familiares, lo que
dificulta tanto su inserción en el sistema AMERB (destinadas a organizaciones legalmente constituidas) como
el logro de acuerdos y compromisos. Además, aproximadamente, el 68% en la III Región1 y el 90% en la IV
Región2 de estos usuarios no se encuentran inscritos como recolectores de orilla en el Registro Pesquero
1
En la III Región, la actividad de recolección se localiza en la Provincia de Huasco y Freirina y de estas localidades se obtiene el 54%
del desembarque nacional de estos recursos. Las algas pardas principalmente el huiro negro o chascón Lessonia nigrescens son
recolectados en varaderos naturales por algueros típicos que conforman asentamientos en estos lugares y representan un grupo
social vulnerable desde la perspectiva de sus sustentabilidad como pescadores de la actividad artesanal. En la actualidad estos
algueros conforman 3 asociaciones de derecho (El Totoral, El Bronce y Caleta Angosta) con un total de 200 socios activos.
2
En la IV Región, la explotación es realizada por 2 asociaciones de derecho en la Provincia del Choapa en la localidad de Los Vilos
denominada Sindicato de orilleros Los Vilos de la Caleta Cascabeles, que agrupa a 41 socios activos y en la Provincia del Elqui en la
localidad de Tongoy un Sindicato de orilleros que agrupa a 28 socios de la Caleta El Totoral.
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Artesanal del SERNAPESCA produciendo una subestimación del esfuerzo extractivo sobre las algas pardas
(Vásquez, 2004). Por otro lado, aparte de los usuarios tradicionales del recurso (algueros pemanentes), desde
hace algunos años, se han incorporado otros usuarios eventuales a las actividades de recolección y
extracción de algas pardas en la zona norte de Chile (I-IV Regiones), a saber, algueros esporádicos, con una
participación estacional (verano, vacaciones, cesantía) y algueros facultativos (buzos mariscadores) los cuales
han reorientado su actividad extractiva hacia las algas pardas dada la escasez de los recursos que
tradicionalmente explotan (González et al, 2002). A continuación se presenta un breve resumen de las
características de cada uno de estos agentes (ver también Figura 1).
-
Algueros tradicionales o permanentes: conforman cerca del 40% de la fuerza laboral total que trabaja
sobre el recurso. De ellos alrededor de un 30% no se encuentran inscritos como recolectores de orilla en
el Registro Pesquero Artesanal del SERNAPESCA y solo un 15% forma parte de algún gremio. En
general, se puede incluir en este grupo a aquellos pescadores artesanales que se dedican
tradicionalmente a la actividad de recolección de algas varadas o remoción de ellas. Las edades de este
grupo en su mayoría superan los 40 años y poseen un bajo nivel educacional.
-
Algueros esporádicos: grupo conformado por personas que se dedican a la recolección y/o extracción
de algas sólo en la época de verano o por un tiempo determinado, debido a que están cesantes, o bien
la actividad les reporta mejores ingresos, o porque están de vacaciones. En general, su participación en
el sistema es estacional (aumenta durante el verano) aunque no por ello es menos significativo el
porcentaje del desembarque proveniente de su actividad.
-
Algueros facultativos: categoría compuesta por agentes que pertenecen al sector pesquero artesanal
(buzos mariscadores) que reorientan su actividad extractiva hacia las algas pardas por que los recursos
pesqueros que tradicionalmente capturan ya no generan ingresos interesantes dado su nivel de
sobreexplotación. Este tipo de agentes salen del sistema cuando la extracción de recursos tradicionales
les reportan mayores beneficios.
Según González et al. (2002), el número de agentes que se dedican a las algas es fluctuante, estimando un
número cercano a los 1.150 algueros/as permanentes entre la I y IV Regiones, llegando a cerca de las 2.500
personas con el ingreso de algueros esporádicos y facultativos. De acuerdo al Registro Pesquero Artesanal
(RPA) mantenido por el Servicio Nacional de Pesca el número de inscritos/as en los recursos “huiros” por
categoría laboral es el indicado en la Tabla 3 (com. per. Consejos Zonales de Pesca I-II y III-IV Regiones)
Tabla 3. Inscritos/as en el RPA para el recurso “huiros” por especie y categoría laboral.
Región
2
3
4
Categoría
Alguero/a
Mariscador
Alguero/a
Mariscador/a
Pescador Artesanal
Alguero/a
Mariscador/a
Pescador Artesanal
TOTAL
Huiro negro
618
227
395
162
201
687
728
366
3.384
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Huiro
614
326
682
355
253
867
1.279
603
4.979
Huiro Palo
150
243
527
272
190
841
1.217
345
3.785
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Los principales conflictos que condicionan la actividad de los algueros de la I-IV Regiones son:
Interferencia con algueros esporádicos. Consiste en conflictos con terceros que realizan una
explotación ocasional y que utilizan métodos de explotación destructivos, desprendiendo sin control, con
utensilios (barretas) las plantas adheridas al sustrato. Esta actividad disminuye la ocurrencia de varado y
genera “efectos desertificadores” que alteran significativamente la función ecológica de los huiros.
Interferencia con algueros facultativos. Corresponden a conflictos de uso de explotación en áreas
comunes entre algueros y mariscadores de orilla.
2.3.3.
Desembarques
La pesquería de las algas pardas o “huiros” se concentra entre la I y IV regiones, aportando esta zona más del
90% del desembarque del recurso a nivel nacional. Esta actividad alcanza mayor relevancia aún para la III y
IV Regiones, donde constituye una importante fuente de recursos económicos, y que durante los últimos años
ha registrado un considerable aumento en los niveles de desembarque (Figuras 2, 3, 4 y 5). Este aumento se
explica por una creciente demanda de materia prima, coincidente con la incorporación de nuevas plantas de
proceso y centros de cultivo de abalón.
Al analizar la información desde el año 1997 hasta el año 2002, se puede apreciar que los niveles de
extracción se han mantenido alrededor de las 120.000 toneladas (Figura 2).
Hasta el año 1998, el alga desembarcada correspondía mayoritariamente a alga varada. Sin embargo,
durante los últimos años los niveles de desembarque se han mantenido en base a remoción directa o
segado del recurso desde el agua mediante buceo. Según estudios científicos realizados en huirales del
norte de Chile (Cancino y Santelices, 1984; González et al, 2002; Santelices, 1982; y Vásquez &
Santelices, 1990), este sistema de extracción intensiva afecta gravemente la recuperación de las
praderas/cinturones naturales de algas, impactando negativamente la integridad de la comunidad
biológica que estas praderas sustentan.
Actualmente y según lo afirma González et al., (2002), la pesquería de algas pardas puede considerarse
como una pesquería atípica de tipo secuencial, que combina dos formas de producción una pasiva
(recolección de alga varada) y en menor grado una activa (remoción directa), es decir, corresponde a una
pesquería sustentada sobre recurso varado (muerto) y removido directamente del medio (vivo).
González et al. (2002) afirma que aunque existen antecedentes de recolección de algas varadas en Chile
desde hace más de 50 años, solo desde del año 1980 SERNAPESCA comenzó a registrar los
desembarques. Sin embargo, estos siempre se han reconstruido a partir de la información entregada por las
plantas de proceso. Cabe considerar además, que para el recurso L. trabeculata no existe una estimación
precisa de la magnitud de extracción de esta especie, porque la información de desembarque oficial de este
recurso (SERNAPESCA), sólo fue diferenciada de L. nigrescens a partir del año 2000. El análisis de los
registros de desembarque disponibles, permiten establecer 5 fases en la pesquería de algas pardas. Sin
embargo, es necesario indicar acá que dado que este análisis está basado en los desembarques
reconstruidos a partir de la información entregada por las empresas compradoras, las fluctuaciones en los
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niveles no constituye un referente del estado del recurso, sino que refleja el efecto del mercado sobre la
demanda de algas pardas del país (González et al., 2002).
i.
1980-1982: Periodo de sostenido aumento en los niveles de desembarque.
ii.
1983-1987: En una primera etapa se detectó una disminución de desembarques
coincidente con la ocurrencia del Fenómeno del Niño, que tuvo un efecto sobre la
disponibilidad de alga varada y posteriormente una relativa estabilización de los niveles.
iii.
1988-1994: Nuevo aumento de niveles de desembarque asociado a la instalación de una
planta de proceso de algas pardas de mayor capacidad.
iv.
1995-2001: Al comienzo de este periodo se registran los mayores desembarques de algas
pardas de los que se tiene registro, lo cual es explicado por el ingreso a la actividad de tres
empresas en la III Región, que actualmente tienen una participación mayor al 90% del
mercado nacional. A partir del año 1999, comienza un descenso que es explicado por la
crisis asiática y el ingreso de China al mercado, con altos volúmenes de alginatos a bajo
precio, lo cual tuvo un efecto negativo sobre la demanda de algas pardas en Chile.
v.
2002 a la fecha: Nuevo incremento de los desembarques producto de la ampliación de
centros de cultivo de abalón existentes o instalación de nuevos centros.
Respecto de las características del recurso que es comercializado, el análisis de la talla promedio anual
de los desembarques de los últimos 4 años indica que un 80% de los individuos de Lessonia spp.
corresponden a tallas inferiores a 20 cm de diámetro del disco y con pesos medios que no superan los
10 kg.
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Figura 2.
Desembarque de “huiros” entre la I y V Regiones (1997-2003).
160000
140000
120000
100000
Huiro negro
80000
Huiro palo
Huiro
60000
40000
20000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Fuente: Servicio Nacional de Pesca, Anuarios Estadísticos de Pesca años 1997-2003.
Figura 3. Desembarque de huiro negro Lessonia nigrescens entre la I y V Regiones (1997-2003).
Huiro negro
90000
80000
70000
I
60000
II
50000
III
40000
IV
30000
V
20000
10000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Fuente: Servicio Nacional de Pesca, Anuarios Estadísticos de Pesca años 1997-2003.
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Figura 4.
Desembarque de huiro palo Lessonia trabeculata entre la I y V Regiones (1997-2003).
Huiro palo
40000
35000
30000
I
25000
II
20000
III
15000
IV
10000
V
5000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Fuente: Servicio Nacional de Pesca, Anuarios Estadísticos de Pesca años 1997-2003.
Figura 5.
Desembarque de huiro Macrocystis integrifolia entre la I y V Regiones (1997-2003).
Huiro
7000
6000
5000
I
4000
II
III
3000
IV
2000
V
1000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Fuente: Servicio Nacional de Pesca, Anuarios Estadísticos de Pesca años 1997-2003.
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2.3.4. Mercado
La demanda de algas pardas a nivel nacional es mayoritariamente generada por plantas de proceso (97%) y
recientemente se han incorporado actividades de cultivos de abalón (3%). Al analizar la misma demanda por
especie se observa que está compuesta en un 80% por L. nigrescens, 10% de L. trabeculata, 8% de M.
integrifolia y 2% de D. antarctica. De acuerdo a esta composición de la demanda y a la ocurrencia de estas
especies en la zona norte del país, en el análisis que sigue se consideran solamente las 3 primeras especies,
obviando a D. antarctica dada su participación marginal en el desembarque y su cobertura geográfica.
En general, L. nigrescens, L. trabeculata y M. integrifolia se cosechan para la preparación de alginatos y
durante los últimos años como alimento fresco en el cultivo de abalones. Además, también durante los últimos
años L. nigrescens se ha comenzado a cosechar como abono natural para cultivos terrestres (González et al.,
2002).
Hasta antes de la entrada de los centros de cultivo de abalón, la demanda de algas pardas para las plantas de
proceso estaba históricamente sustentada en la recolección de alga varada (mortalidad natural). La entrada
de centros de cultivo de abalón como demandantes de algas pardas, implicó requerimientos de algas frescas
como alimento de estos moluscos. Esto último, conllevó el cambio en el sistema de explotación combinando
tanto la recolección de alga varada como la remoción directa.
Respecto de la capacidad instalada, hasta el año 2000 existían 21 empresas autorizadas para funcionar entre
plantas procesadoras y picadoras de algas entre la I y V Regiones. Según información disponible en la III y IV
Regiones 6 de estas plantas picadoras concentran más del 95% de la demanda de algas pardas. Estas
empresas compran principalmente L. nigrescens y L. trabeculata, siendo significativamente menor el ingreso
de M. integrifolia la que proviene en su totalidad de plantas recolectadas en playa producto de la mortalidad
natural. Durante el desarrollo de la pesca de investigación, la biomasa proveniente de cosechas directas
(barreteo) fue considerable para Lessonia trabeculata (2.663 ton), no así para L. nigrescens. No obstante lo
anterior casi 10.000 ton de esta última especie se registra sin una proveniencia clara o simplemente sin
registro (Vásquez, 2004).
En cuanto a los cultivos a mayo de 2004, según el registro Nacional de Acuicultura existen 62 centros de
cultivo con autorización para cultivar abalón, 20 de ellos son centros en tierra distribuidos en la III Región (5),
IV Región (7), V Región (2) y X Región (6). Los cultivos suspendidos en el mar se encuentran autorizados
exclusivamente para la X Región. La demanda de algas frescas por parte de estos cultivos no radica
únicamente sobre algas pardas, de hecho en la III Región se han obtenido mejores tasas de crecimiento
utilizando mezclas de Gracilaria sp. y Ulva sp (Subpesca, 2004).
De acuerdo a las proyecciones efectuadas por la industria abalonera, se ha calculado la siguiente estimación
de los volúmenes de macroalgas necesarios para generar la producción propuesta en los plazos señalados
(Tabla 4).
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Tabla 4. Macroalgas requeridas como alimento para cultivos de abalones de acuerdo a la proyección de la
producción de estos moluscos.
Año
2003*
2006
2010
Producción abalón (toneladas)
100
500
1.000
Macroalgas requeridas (toneladas)
2.667
13.334
26.667
* Información de las cosechas de abalón rojo y verde, Servicio Nacional de Pesca.
A modo de referencia se puede señalar que según información del año 2003 (Anuario Estadístico
Sernapesca), el desembarque artesanal total de algas fue de 309.055 toneladas, de las cuales 241.682
toneladas corresponden a los grupos de algas que pueden ser usadas como alimento para abalones. De ellas
227.721, provienen de sectores de libre acceso y solo 1.875 toneladas provienen de AMERB.
Adicionalmente, se produjeron 39.924 toneladas de pelillo como parte de cultivos extensivos, lo que hace un
total nacional de macroalgas de aproximadamente 349.000 toneladas. De este total de desembarque
artesanal y de cultivo, 339.903 toneladas (97,4%) son utilizadas como materia prima para plantas de proceso,
por lo que quedan disponibles para alimentación animal y humana 9.105 toneladas (2,6%).
Se debe tener en cuenta que de este total disponible para usos distintos a las plantas de proceso, alrededor
de 8.239 toneladas corresponden a especies que pueden ser utilizadas como alimento de abalones en cultivo.
Sin embargo, se deben descontar de este valor final, los otros usos como el consumo humano, uso como
fertilizante y alimento a otros organismos hidrobiológicos en cultivo (erizos). Por lo cual, se hace evidente que
las producciones actuales no permiten asegurar el desarrollo de la actividad de manera sustentable.
Es preciso destacar, que sólo 1.875 toneladas provienen de praderas naturales manejadas (AMERB), por lo
que la cosecha antes señalada, sólo da muestra de la factibilidad de obtener materia prima, siempre que los
precios sean competitivos. Lo anterior sin hacer referencia a la forma en la cual se están obteniendo los
insumos. Este punto es de vital relevancia, tanto para la sustentabilidad de la actividad, como para las posibles
limitantes internacionales en la comercialización del producto final.
Un punto importante a considerar, es que si bien los volúmenes de macroalgas que necesita la industria de
geles es significativamente mayor, dada la calidad de las algas que necesita el cultivo de abalón, éste requiere
un esfuerzo extractivo diferente y que puede causar un significativo impacto sobre las praderas de algas, ya
que en la alimentación de los abalones el alga debe ser fresca y no varada o proveniente de mortalidad
natural.
En cuanto a la demanda de alga, cabe destacar que ésta se centra, actualmente, en la especie Lessonia
trabeculata (huiro palo), tanto por parte de los industriales de plantas de alginato como de los abaloneros. Al
respecto, la demanda de los primeros alcanzó durante el año 2003 sobre las 66.338 toneladas y se considera
estaría subestimada dado que estas empresas están utilizando solamente los estipes de las algas los que
contribuyen sólo 50-60 % del peso total. Estos antecedentes permiten estimar en 110.500 toneladas, el
verdadero volumen de desembarque del recurso algas pardas.
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3.
PROBLEMÁTICA DEL MANEJO
Actualmente, en nuestro país no existen medidas de administración del recurso algas pardas, basándose su
administración y manejo sólo en:
La recomendación de criterios de explotación específicamente en áreas de manejo y explotación
de recursos bentónicos (AMERB) para las cuales una o más de las especies que componen el
recurso constituye un recurso objetivo (descritos previamente),
La aplicación de una normativa de tipo general (Artículo 5 de la Ley General de Pesca y
Acuicultura). Hasta la fecha, y en un intento por resguardar las praderas de algas pardas de la
remoción indiscriminada, funcionarios del SERNAPESCA sancionan el “barreteo” y corte del alga,
requisando las barretas y procediendo a cursar el parte correspondiente, recurriendo a lo señalado
en el Artículo 5º de la Ley General de Pesca y Acuicultura que indica: “Prohíbense las actividades
pesqueras extractivas con artes, aparejos y otros implementos de pesca que afecten el fondo
marino en el mar territorial dentro de una franja de una milla marina”. Pese a que tal medida no ha
prosperado en los Juzgados de Policía Local, sí ha sido un incentivo para promover una mayor
conciencia en cuanto al cuidado del alga entre los/as algueros/as tradicionales, y,
La inscripción en el Registro Pesquero Artesanal, en la categoría correspondiente, por parte de los
usuarios/as, ya que por ser este un recurso de uso común no considera asignación de derechos
de uso. Sin embargo, la fiscalización de esta normativa es difícilmente aplicable en sectores
aislados o de difícil acceso, como son los sectores en que tradicionalmente se registra actividad
de los/as algueros/as entre la II y IV Regiones.
La inexistencia de otras medidas de administración y manejo complementarias para el recurso algas pardas a
mediano plazo ocasionará que el libre acceso al recurso ponga en serio peligro la conservación de las especies
que lo conforman y la alteración de las comunidades biológicas asociadas.
Cabe señalar que el enfoque geográfico en la administración pesquera constituye un virtual desafío, tanto a nivel
de las facultades e instrumentos legales para el ordenamiento de los/as pescadores/as artesanales que operan
sobre este recurso, así como también, para las instancias de asesoría técnica e investigación aplicada, en el
diseño de procedimientos y metodologías para cumplir con las tareas de seguimiento, monitoreo y evaluación de
las poblaciones de estos recursos con este enfoque espacial explícito.
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4.
ANALISIS
Cualquier medida de regulación debe considerar al recurso algas pardas en primer lugar como
estructuradores de hábitat más que como una pesquería, al menos en el sentido tradicional del término. En
este sentido se puede acoger la proposición de McLachlan et al (1986) en el sentido de homologar el recurso
a un sistema agrícola, visualizarlas como pastizales, ideando y proponiendo modelos básicos bajo este
concepto, que consideren más que una intervención fuerte en estos ecosistemas, utilizar sólo los niveles
naturales de producción (alga varada).
En este sentido, la implementación de AMERB ha constituido una alternativa de administración para el recurso
algas pardas, debido a que además de ser los más parecidos a la forma tradicional de explotación del recurso
(derechos históricos de uso de varaderos) generan una relación de dependencia y responsabilidad directa de
los usuarios sobre el recurso de su sector, asemejando esta relación hombre-recurso con aquella propia de
sistemas agrícolas. Paralelamente, la implementación de AMERB permite restringir la accesibilidad, regular
número de usuarios e incorporar prácticas de remoción y rotación de áreas de acuerdo a criterios de
sustentabilidad del recurso y ecosistema (González et al., 2002).
Además, dada la actual forma de operación administrativa de las áreas de manejo que considera la entrega
de informes anuales del desempeño del sector a la Subsecretaría de Pesca, es posible disponer de
información periódica de praderas naturales de algas pardas que permite evaluar el estado del recurso en
base a evaluaciones directas y planificar su manejo por ejemplo en base a la estimación de densidades
mínimas postcosecha, tamaños mínimos de extracción, etc.
En general, los PMEA de AMERB de algas pardas deben estar fundamentados en indicadores que dan
cuenta del estado del recurso más que en cuotas de extracción (evaluación indirecta en base a capturas).
Todo lo anterior se hace impracticable para las áreas de libre acceso dad su amplia cobertura geográfica y el
aún no dimensionado esfuerzo ejercido sobre ellas. Por lo tanto, en base a los antecedentes provistos y a
acciones adicionales3 que están siendo implementadas para el recurso multiespecífico por la autoridad
pesquera en conjunto con el sector industrial y el sector extractivo organizado, se concluye que la veda
extractiva es un factor fundamental para establecer una situación de “status quo” en la explotación del recurso
y planificar coordinadamente medidas de mediano y largo plazo para la pesquería.
3
Pesca de investigación con el propósito de efectuar la cuantificación del esfuerzo, los niveles de desembarque y la demanda, entre
otros, con miras a lograr el ordenamiento de la pesquería.
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5.
CONCLUSIONES
Considerando los antecedentes expuestos relativos a la creciente demanda del recurso, su importancia
económica-social, su importancia ecológica y la ausencia de medidas de administración se hace necesario
adoptar medidas de administración que tiendan hacia un ordenamiento de la actividad que no ponga en
peligro los stocks actuales del recurso.
Los objetivos de manejo que persigue la implementación de una normativa específica para el recurso huiros
son los siguientes:
Proteger praderas de huiros intermareales, para potenciar su condición de estructurador de
hábitat para el asentamiento y reclutamiento de mariscos de importancia comercial.
Contribuir a la sustentabilidad de explotación de una actividad de significativo impacto social y
económico para la zona norte del país (I-IV Regiones).
Promover la formalización de los algueros mediante su inscripción en el Registro Pesquero
Artesanal.
Promover mecanismos de asignación territorial, espacialmente explícitos, para el uso del recurso
algas pardas.
6.
RECOMENDACIONES
De acuerdo a los antecedentes provistos se recomienda implementar las siguientes medidas administración:
a)
b)
c)
Prohibir la remoción directa, segado y recolección de alga varada de las especies Lessonia
nigrescens, Lessonia trabeculata y Macrocystis sp. en todo el litoral de las regiones II a IV por
un periodo de 18 meses.
Exceptuar de la medida anterior la remoción directa de Lessonia nigrescens y Lessonia
trabeculata a las áreas de manejo que cuenten con Plan de manejo para estas algas aprobado
por esta Subsecretaría de Pesca.
Exceptuar de la medida individualizada en la letra a) el segado de Macrocystis sp. a las áreas
de manejo que cuenten con Plan de manejo para esta alga aprobado por esta Subsecretaría
de Pesca.
Cabe destacar que tanto la veda extractiva propuesta como la pesca de investigación a desarrollar, con el
propósito de efectuar un ordenamiento de la pesquería, constituyen parte de las acciones del Plan de
Administración del recurso (R. Pesq. Nº117/2005 DAP, Subsecretaría de Pesca) el cual fue consensuado en
la Mesa Técnica de Trabajo integrada por los diferentes actores vinculados con la conservación, explotación y
uso de las algas pardas. Además, es necesario señalar la importancia que reviste la implementación y
desarrollo simultáneo de ambas actividades con miras al ordenamiento de la pesquería.
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7.
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