LA EVALUACION DE LA DOCENCIA MIR Y SU PROCEDIMIENTO La necesidad de la evaluación, tanto del aprendizaje que los residentes adquieren durante su periodo de formación como de la docencia que los Servicios/Unidades les proveen, es una absoluta obviedad. Ambos aspectos son complementarios, requiriendo por ello, una aproximación integrada. Además del interés de todos en mejorar simultáneamente el aprendizaje de los residentes y la docencia que ofrecemos en los Servicios/Unidades, tenemos unas obligaciones establecidas por ley, que hace especial énfasis en el primero de dichos aspectos, es decir, en la evaluación de cada residente. Estas obligaciones consisten en la realización de las evaluaciones anuales y finales, basadas en un proceso de evaluación que debe ser continuo. A. Evaluación de la formación de los MIR Como es bien conocido, dicha evaluación tienen dos componentes: 1. Las hojas de evaluación de cada rotación realizada, firmados por el staff con el que cada rotación tiene lugar o por el tutor de la especialidad propia de la rotación. 2. Las memorias, que sustituyen al oficial “Libro del Residente”. Los informes de evaluación tienen algunas limitaciones menores, bien conocidas y criticadas, tales como que la escala de calificación en uso, 0 a 3 (no apto, apto, destacado y excelente) no sigue unos tramos “regulares” (los que habitualmente usamos de 0 al 10) y la definición de cada unos de ellos es algo equívoca. Además, bastantes evaluadores en los pasados años no han sido estrictos con las calificaciones, adjudicando la máxima nota de manera casi habitual. No obstante, las calificaciones en nuestro hospital son cada vez mucho más ajustadas a la realidad. Es infrecuente calificar con 3 de modo rutinario, y los tutores y evaluadores son conscientes de que el procedimiento precisa ser riguroso. La pregunta tan frecuente entre los miembros de los comités anuales de evaluación de cada especialidad, ¿para que vale en realidad esta evaluación?, tiene cierto fundamento. En la práctica todos los residentes salen de los centros con las especialidades finalizadas y el mercado de trabajo de los especialistas no suele tener en cuenta la calificación del final de la residencia. No obstante, internamente asumimos la obligación de discriminar si cada residente progresa en su formación, en qué grado y si hay alguno que no lo esta haciendo bien. En este sentido, aconsejamos que cada residente incluya la calificación final de su formación en el c.v. Además, la Jefatura de Estudios certifica la calificación final y somos partidarios de darnos crédito a nosotros mismos, al menos en lo que nos corresponde. El debatido tema de un examen voluntario al acabar la residencia está pendiente aún de ser resuelto, y en cualquier caso, no parece estar en el horizonte más cercano. Las Memorias ha sido un requerimiento en nuestro hospital desde hace años, y afortunadamente, va calando la utilidad de hacerlas bien. Las Memorias tienen un formato normalizado, con unos apartados establecidos esencialmente a partir de los items claves del libro del residente. Las memorias no son solo un requerimiento obligado para la evaluación de cada año. Por parte de la Comisión de Docencia, del jefe de estudios y de los tutores se hace énfasis en sus aspectos positivos: 1.- Son un ejercicio de elaboración y reflexión sobre el aprendizaje realizado en el año, con las fortalezas y debilidades del mismo. Se insiste en detallar algunos apartados que son fáciles de cuantificar. Por ejemplo, es muy sencillo para los cirujanos describir las intervenciones realizadas, agrupándolas según técnicas (ej. esplenectomía, nefrectomía, etc) y grado de responsabilidad (cirujano principal, 1er ayudante, etc.). Este abordaje es también fácil para otras técnicas propias de las especialidades medicas (ej. nº de toracocentesis, caterización de subclavias, Swan-ganz, etc) y los de servicios centrales (nº de estudios polisomnográficos, nº de resonancias, etc). De igual manera se recoge el aprendizaje de muy diversas técnicas especiales, propias de centros como el nuestro, apenas disponibles en otros hospitales, que “añaden valor” a la formación como residente el Hospital Ramón y Cajal (ej. Análisis mediante HPLC, técnicas de Biología Molecular, etc.). 2.- Es un material especialmente rico para discusión con el tutor/tutores de la especialidad, si se cumplen o no las obligaciones docentes del año, y se identifican lagunas de la formación. No se trata de que el tutor firme mecánicamente una memoria y de que al residente se la dé por puro trámite, sino de que valga para su análisis por ambas partes. De hecho, algunos residentes incluyen comentarios particulares sobre su aprendizaje en temas “intangibles” durante sus rotaciones, o sobre la docencia recibida en sus rotaciones, es decir, tienen elementos cualitativos de evaluación muy valiosos sobre los Servicios/Unidades. 3.- La suma de las memorias anuales constituye el curriculum vitae al finalizar la residencia. Lógicamente, esta suma no es automática, pues requiere cierta reelaboración, quitando algunos apartados, que no son pertinentes en un documento formal como es el c.v. En los comités de evaluación insistimos repetidas veces que el c.v. no debe formarse solo a partir de los apartados de publicaciones, comunicaciones a congresos, cursos realizados, etc., sino que la descripción juiciosa de la formación adquirida durante la residencia constituye un apartado absolutamente clave del mismo. Informar que, por ejemplo, un residente de C. Ortopédica ha colocado como cirujano principal 40 prótesis de cadera es muy distinto al que ha participado como 2º ayudante en 5 de ellas de cara a la objetivación de su competencia. Tal como antes se insistía, aconsejamos que se incluya la calificación final de la residencia en el c.v. ya que la Jefatura de Estudios certifica dicha calificación final. B. Tareas de los residentes, los tutores y la jefatura de estudios Con objeto de mejorar el procedimiento de evaluación, explicitamos las tareas de cada uno: 1. Tareas para los residentes: • Responsabilizarse de que cada rotación es evaluada cuando se finaliza • Elaborar la memoria anual 2. Tareas para los tutores • Estar al tanto de que los residentes de su propia especialidad y de que los rotadores son evaluados por el staff correspondiente al acacbar cada rotación. Las evaluaciones han de ser remitidas directamente a Docencia con objeto de respetar la confidencialidad de las mismas. 3. Tarea para la Jefatura de Estudios • Seguimiento de que las evaluaciones son realizadas correctamente y que cada tutor dispone de ellas • Convocar y constituir las comisiones de evaluación de cada especialidad • Informar a la Comisión de Docencia de los resultados 4. Tareas para todos: • Incorporar el concepto de que mejorar la calidad de la docencia es una responsabilidad colectiva y que cada uno tiene su propia y específica tarea. C. Evaluación de los residentes sobre la docencia recibida en los Servicios/Unidades El instrumento tradicional para este “otro lado” de la evaluación es la encuesta denominada “Actividad docente de los Servicios. Evaluación de los residentes”, que cada año se pide, y que los residentes debieran cumplimentar de cada una de las rotaciones realizadas. La cumplimentación de estas encuestas es muy baja y seguro que hay diversas razones para ello. Como alternativa, ocasionalmente algún residente, de modo particular o bien el conjunto de ellos de una especialidad concreta, tiene una entrevista con el Jefe de Estudios para comunicarle algún problema de su formación. En otras ocasiones, residentes comunican por escrito sus quejas. Algunos Servicios, particularmente este año, el de Cirugía General y Digestivo y el de Rehabilitación han realizado por su propia iniciativa evaluaciones detalladas a modo de auditorías internas de sus actividades docentes, que son muy útiles para iniciar acciones de mejora. No hay duda ninguna que debemos hacer mas énfasis en la evaluación sistemática de la docencia que los Servicios proveen, y ello será un objetivo prioritario para el curso 2003-04. La próxima incorporación de un “Jefe de Residentes” facilitará notablemente trabajar en este objetivo. Comisión de Docencia. Jefatura de Estudios Junio 2003