,.""., ... , ... . , I So/edad Reo¿¡f{JJde 8ampep .. r lI?/EreUERJI)())S 11HOMENRJES H SU MEMORln I . SOLEDAD MAYO 5 DE AOOSTA 1833 DE MARZO SAMPER 17 VE 1913 República de Colombia-Ministerio de Instrucción Pública-Sección 1.a-Número 775-Bogotá, 15 de abril de 1913. Señorita doña Blanca Samper Acosta-E. S. M. Señorita: Al transcribir a usted el decreto por el cual honra el Gobierno la memoria de su digna madre, señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, cumplo un deber grato y dolloroso a la vez; por una parte se hace justicia en dicho documento a los méritos de una dama ejemplar, como Yofue la señora madre de usted; pero por otra, hallo nueva ocasión de lamentar-como lo hacen la sociedad y el Gobierno -la muerte de esa misma dama, cuyas virtudes ha-cen irreparable su pérdida. La providencia a que me refiero es del tenor siguiente: «DECRETO NUMERO 273 DE HH3 «(MARZO 18) «por el cual se honra la memoria de la señora doña SOLEDADACOSTADE SAMPER. «El Presidente de la Repúhlir.o¡ «en uso de sus facultades legales, y «CONSIDERANDO: «Que en esta fecha ha fallecido la virtuosa matrona señora doña SOLEDADACOSTA DE SAMPER, quien conquistó en el campo de las letras hispanoamericanas lugar prominente por la diversidad de trabajos tanto literarios como históricos, que hacen honor a la literatura nacional, ¡i J 4 «DECRETA: «El Gobierno de Colombia deplora la muerte de la sefiora doña SOLEDADACOSTA DE SAMPER, y presenta sus eminentes virtudes, su intensa y eficaz labor intelectual y su acendrado patriotismo, como ejemplo que honra y enaltece a la mujer colombiana. "Copia del presente Decreto se enviará a la señorita hija de la ilustre finada. «Comuníquese y publíquese. «Dade en Bogo!? a 18 de marzo de 1913. «CARLOS E. RESTREPO "El Ni.inistro de Instrucción Pública, -:;C. CUERVO lvll-\RQUEZ» Con sentimientos de profunda consideración, cribo de usted atento, seguro servidor, me sus- C. CUERVO MÁRQUEZ F?ejJúblicade Coiombia-Asomólea sidencia-Número 26-Bogotá, de Cundinamarca-Pre- marzo 25 de 1913. Señorita doña Blanca Samper-Presente. Me es honroso hacer llegar a conocimiento de usted, por medio de la comisión designada al efecto por esta Presidencia, la proposición aprobada unánimemente por la Asamblea, en la sesión del día 18 del corriente mes: «La Asamblea lamenta la muerte de la señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, noble matrona cristiana, descendiente de próceres e ilustre escritora, honra de las letras colombianas. ,- 5 «La Asamblea presenta a sus deudos sentida manifestación de pesar, y ordena que por una comisión nombrada por la Presidencia se ponga en manos de su hija, la señorita Blanca Samper, una copia auténtica de esta proposición» . Séame permitido agregar la manifestación de mi personal condolencia y las expresiones de respeto con que tengo el honor de suscribirme de usted muy atento y obsecuente servidor, JOSE VICENTE CONCHA República de Colombia-Departamento Norte de Santander-Asamblea Departamental-Presidencia-N.o 91San José de Cúcuta, marzo 26 de 1913. Motivo de especial complacencia y de muy señalada honra para mí, es cumplir la voluntad de la Honorable Asamblea Departamental del Norte de Santander, apresurándome a enviar a usted la inclusa copia auténtica de la Resolución número 2 dictada con fecha de ayer por la corporación que presido, como justísimo tributo a la memoria de la ilustre escritora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, que honró las letras patrias y es timbre de legítimo orgullo para la distinguida familia de quien es usted digna 1t::prt::seniación; como también para la familia colombiana, a cuya educación y engrandecimiento consagró la egregia extinta las no comunes dotes intelectuales y morales con que plugo a Dios enriquecerla. Con sentimientos de respetuosa consideración y aprecio, soy de usted atento servidor y compatriota, JOSÉ JOAQUíN VILLAMIZAR A la señorita doña Blanca Samper y Acosta-Bogotá. ...• _------------------------·ill 6 La Asamblea del Departamento Nort:! de Santander CONSIDERANDO: Que el día 18 del presente mes falleció en la capital de la República la eminente escritora colombiana doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER; Que desde su florida juventud la ilustre compatriota consagró las iniciativas fecundas de su personalidad al perfeccionamiento de nuestros sistemas de educación, al cultivo de las bellas letras y de los estudios históricos, conquistando puesto de honor entre las glorias literarias rlel país; Que es deber de las corporacioJies representativas perpetuar en la mente y en el corazón de los pueblos el recuerdo de los buenos hijos de nuestra Patria, haciendo pl1b1ica su admiración ante la obra del talento y su respeto ante los triunfos de la mujer colombiana, RESUELVE; La Asamblea del Departamento Norte de Santander rinde un tributo de respetuosa admiración a la memoria de doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER y recomienda a todos los colombianos guarden y veneren tan esclarecido nombre. Copia de esta Resolución será transcrita, en nota de estilo, a la distinguida familia de la señora ACOSTA DE SAMPER. Cúcuta, 25 de marzo de 19 13. El Secretario de la Asamblea, Jorge de jesús Prada J f=' ===;'1 " ~=~==="""""""'~~'""""""7 ~~~OO~a'&l~$'fJ D!l~rn~oo~~e$ . 1 ======================"""""= , I ! República de Colombia-Academia Nacional de Historia. Secretaria-Bogotá, abril 5 de 1913. Señorita Blanca Samper Acosta-E. S. M. Me honro en transmitir a usted eB Acuerdo que aprobó la Academia, por unanimidad, en la última sesión 0(dinaria: , «La Academia Nacional de Historia «CONSIDERANDO: «1.0 Que el día 17 del mes próximo pasado falileció en esta ciudad la dignísima y distinguida matrona, señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMIPER. «2.0 Que la señora ACOSTA DE SAMPER, miembro de esta Corporación, fue asidua y constante escritora de episodios nacionales. «3.0 Que la mencionada señora, viuda del distinguido publicista doctor José María: Samper e hija del iiustre historiador General don Joaquín Acosta, honró con sus ]uces y trabajos las letras colombianas, muy especialmente en lo referente a la historia nacional, \ i I i1 ,[ ¡ «RESUELVE: 11 ,,1.C Lamentar de la manera más sentida el failecimiento de la señora SOLEDAD ACOSTA DE SAMPJER; «2.0 Presentar sus virtudes y sus obras a la veneración de los colombianos, como ejemplo de amor a la patria y de rara actividad intelectual; «3.0 Comisionar al señor Secretario perpetuo para que en el informe reglamentario de este año tribute singular elogio a la esclarecida malrooa, digno de su memoria; y I j {;""'-----------------8 ,<4.° Enviar copia del presente Acuerdo, por medio de una comisión plural, a la señorita Blanca Samper Acosta, hija de la ilustre finada». La Academia confió la comisión al señor Presidente, General Ernesto Restrepo Tirado, y a los miembros de número señores doctores Adolfo León Gómez, José Dolores Monsalve y Roberto Cortázar. Con sentimientos de aHa consideración y respeto tengo el honor de suscribirme de usted respetuoso servidor muy atento q. b. s. p. PEDRO M. :-----------------------.--, IBÁÑEZ r~ \t=~""",UJ~=. ¡r=~~"",,$onmWo==ill~~~rnonm{' ~mm' ~_ínonm~e"",,$"""""","""""",,,,,,,,,,,,,,,,,,,",,,,,,,,,,9,,,,,,, ,= ..====u=~: i I ! I I l®:l ~~~@r~ $@U!.t@a@~(@$t@) S~mper ~e I'J ~¿¡¡ d~umd4'lun~oli) W@l1IlillmmlJlll;hli'iil@]éil p~ La Asociación de beneficencia denominada Infancia Desamparada, en su sesión del 8 de los corrientes, aprobó, por unanimidad, la siguiente lPROPOSHCIÓN: lEI Consejo Superior de la Infancia Desamparada rep;istra en en acta de esta fecha, con na más profundcs pena, la muerte de la señora SOLEDAD ACOSTA DE SAM.iP:ER, acaecida el 17 del próximo pasado mes de marzo en esta ciudad. A las altísimas dotes de inteligencia y de asidua labor literaria, que la colocan entre las más eminentes escritoras de su época, unía la señora DE SAM.PERel espíritu de verdadera caridad, que es, sin duda, la más alta expresión de la piedad cristiana bien entendida; toda vez que, según eH testimonio del apóstol Santiago, «la religión verdadera e inmaculada consiste en aliviar a los huérfanos, visitar a las viudas y preservarse deH contagio de este siglo». (Epístola Catholica, S. Jacobi, 1-27). Que tal espíritu animaba a la señora DE SAMPlER,pruébaio, entre otros, el hecho siguiente, íntimamente relacionado con la Infancia Desamparada y que hace de esta caritativa señora una de las más insignes bienhechoras de dicha institución: En el año de J 902, venciendo graves dificultades y confiando únicamente en la Providencia de Dios, se empezó la construcción del edificio de San Antonio. TaR era la pobreza de la ñnstitución en aquel entonces, que a duras 2 I I I!"1 ':: 1 I :/ I I :1 i I &--------------------------- penas y con exquisitas tan colosal pesos empresa papel la suma moneda. de San Pedro acostumbraba vorosamente doctor y que sería pezada de San puesta en un arranque tica exclamó: cuchan Antonio bajo «¿No habrá alguna alma tora '¿" Tales entre noble lié' palabras modo de propiedad ción en la ciudad eficaz a la venta, en aqueilos primeros la plá- q!..!e me es- ganarse a esta estériles: em- fácilmenobra reden- ese mismo día en manos del s~fícr Cura va- de unos lotes de Guaduas, diatamente visto de San An- las personas no fueron que para que ayuhabía y al terminar que quiera la senara DE SAMPER ponía rios títulos C., hoy excitó fer- la protección de entusiasmo te el ciclo ayudando nero Maldonado Cierto día, en la plática a una obra que en días anteriores tonio; la parroq uia en la misa de los martes, a los devotos para de cincuenta a la sazón Eduardo de Tunja. hacer se había reunido insignificante Gobernaba el señor muy digno Obispo dasen diligencias, debían de área de pobla- los cuales, puestos proporcionar momentos ••• algún de dificultades inmerecurso de todo gé- que el D~d:~nortropiezo era la increduJjdad de las gcntes o D1ás bien la persua.sión general de que Sen1e]anj {~n te empresa era incompatible por tanto, Nada gratitud niños menos más justo, pues, y de profundo huérfanos, con los recursos y del país, que imposible. que tributar reconocimiento, a la memoria factora que supo ayudar un homenaje en nombre de aquella tan eficazmente insigne de de los bene- la obra de la In- fancia Desamparada. En consecuencia, el Consej o RESUELVE: 1. Dejar tu altamente durante ~ toda constancia benéfico en el acta que animó de este día, del espíri- a la señora DE SAMPER su vida; • J 11 11. Unirse al duel9 general con que la nación ha lamentado la desaparición de esta matrona; 111.Finalmente, el jueves próximo, 17 de abril, día trigésimo de su muerte, celebrar honras fúnebres en la iglesia de San Antonio, con comunión de todos los niños asilados en el establecimiento, por el descanso eterno de su insigne- bienhechora; y IV. Nombrar a la señora Magdalena Mier de Umaña para que se sirva poner en manos de la señorita hija de la extinta la presente resolución. B9gotá, abril 8 de 1913. El Director, MANUEL MARrA CAMARGO Presbítero . La Presidenta, Mariana Rubio-La Secretaria, Clementina de Restrepo-La Tesorera, Magdalena Carrizosa. 'j)oña Soledad llcosta de Samper El repentino ataque de que anteayer fue víctima doña SOLEDAD ACOSTADE SAMPER, ie causó ia muerte en las primeras horas de anoche. El mal se presentó desde el primer instante con caracteres gr~vísimos y' fueron inútiles los esfuerzos hechos para salvar!a. Muere la señora ACOSTA DE SAMPER a los setenta y nueve años de edad, dejando para ilustrar su nombre una rica producción literaria, superior en número a la de nuestros más fecundos escritores. 12 Soltdad .11('0$'"dt Samptr La señora ACOSTA DE SAMPER fue hija del historiador don Joaquín Acosta y esposa de don José María Samper, escritor y político que en su época fue raro ejemplo de actividad. El nombre de la señora ACOSTA DE SAMPERera admirado y conocido en todos los pueblos de habla española, adonde llegaron las producciones de su rica fantasía. Su fallecimiento enluta numerosos hogares amigos, y priva a la literatura colombiana de uno de sus cultivadores más asiduos y afortunados. Como un homenaje a su memoria, reproducimos-aunque incompleta acaso-la lista de sus obras literarias más conoCidas. Durante muchos años fue conocida en la prensa bogotana con los seudónimos de Aldebarán, Bertilda, Andina y Renato. Fundó La Mujer, revista quincenal, redactada exclusivamente por señoras y señoritas, bajo su dirección. Duró desde ell.o de septiembre de 1878 hasta el 15 de mayo de 1881. En esa revista, que consta de cinco tomos, publicó los siguientes trabajos históricos: La mujer en la civilización, Los misioneros en el Nuevo Reino de Granada, Literatas francesas y Galeria de mujeres virtuosas, Las desdichas de Aurora, comedia en cuatro actos, y Un viajero, en un acto .. En Bélgica publicó, en 1869, un volumen de cerca de 500 páginas intitulado Novelas y cuadros de la vida sudamericana, COh varios cuentos, articulas de costumbres y tres novelas: Dolores, Teresa la limeña y El corazón de la mujer. Es autora de las siguiente novelas: José A. Galán, Constancia, Laura, Los hidalgos de Zamora, Gil Bayle, Una holandesa en América, Alonso de Ojeda, La juventud de Andrés, La familia del tío Andrés, Las dos reinas de Chipre, El talismán de Enrique, Historia de dos familias, Una catástrofe, Historia de dos mujeres, Anales de un paseo, Los 13 tres asesinos de Eduardo, El tirano Aguirre, Balboa, Buen corazón quebranta mala fortuna y Una reina del siglo VI. Sus recuerdos de Suiza, España y otros países de Europa forman varios volúmenes. Desde hace treinta años la señora ACOSTA DE SAMPERse dedicó especialmente a investigacion.es y a estudios históricos. De esos trabajos recordamos las siguientes obras: Biografia del General Joaquín París, Biografias de hombres ilustres o notables, Los piratas en Cartagena, Los conquistadores, Una familia patriota, Las víctimas de la guerra, Cien lecciones de Histária Patria y una importante biografía de Nariño. Redactó La Familia, lecturas para el hogar, y El domin- go de la familia cristiana. El Gobierno colombiano la nombró Representante al Congreso de american'istas que, con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América, se reunió en Huelva. En un periódico de París publicó una novela en francés intitulada El esclavo de Juan Fernández. (Gaceta Republicana) De setenta y nueve años de edad falleció anoche en la capital esta eminente compatriota, nacida en Guaduas, hija del historiador Joaquín Acosta y esposa que fue dei doctor José María Samper. Durante muchos años fue conocida en la prensa bogotaná con los seudónimos de Aldebarán, Bertilda, Andi- na y Renato. Fundó La Mujer, revista quincenal, redactada exclusivamente por señoras y señoritas, bajo su dirección. Duró desde elLo de septiembre de 1878 hasta el 15 de mayo de 1881. En esa revista, que consta de cinco tom9s, publicó los siguientes trabajos históricos: La mujer en la civilización, Los misioneros en el Nuevo Reino de Granada, Literatas francesas y Galería de mujeres virtuosas, Las desdichas de Aurora, comedia en cuatro actos, y Un viajero, en un acto. En Bélgica publicó, en 1869, un volumen de cerca de 500 páginas intitulado Novelas y cuadros de la vida sudamericana, con varios cuentos, artículos de costumbres y tres novelas: Dolores, Teresa la limeña y El corazón de la mujer. Es autora de las siguientes novelas: Jose A. Galán, Constancia, Laura, Los hidalgos de Zamora, Gil Bayle, Una holandesa en América, Alonso de Ojeda, La juventud de Andrés, La familia del tío Andrés, Las dos reinas de Chipre, El talismán de Enrique, Historia de dos familias, Una catástrofe, Historia de dos mujeres, Anales de un paseo, Los tres asesinos de Eduardo, El tirano Aguirre, Balboa, Buen corazóa quebranta mala fortuna y Una reina del siglo VI. Sus recuerdos de Suiza, España y otros países de Europa forman varios volúmenes. Desde hace treinta años la señora ACOSTA DE SAMPER se dedicó especialmente a investigaciones y a estudios históricos. De esos trabajos recordamos las siguientes obras: Biografía del General Joaquín París, Biografías de hombres ilustres o notables, Los piratas en Cartagena, Los conquistadores, Una familia patriota, Las victimas de la guerra, Cien lecciones de Historia Patria y una importante biografía de Nariño. Redactó La Familia, lecturas para el hogar, y El domingo de la familia cristiana. 15 El Gobierno colombiano la nombró Representante al Congreso de americanistas que, con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América, se reunió en Huelva. En un periódico de París publicó una novela en francés intitulada El esclavo de Juan Fe~nández. Con la señora ACOSTA DE SAMPERdesaparece la escritora más notable de Colombia, uno de los cerebros femeninos mejor organizados en América. (El Nuevo Tiempo) 1)oña Soledad 1\costa de Sarnper Anoche murió en esta ciudad la esclarecida colombiana señora doña SOLEDADACOSTA DE SAMPER,distinguida dama que a las más señaladas virtudes unió dotes de inteligencia no comunes, y consagró su vida a las labores del bién en sus diversas manifestaciones. Escritora distinguida, propagandista incansable, su vida fue fecunda para la patria, a la cual amaba con entusiasmo, y a la que consagró su pluma páginas que vivirán . .... pe.scans~ en_paz la noble colombiana. modelo de matronas y de patriotas .. A la señorita doña B,lanca Samper y a su familia toda presentamos el homenaje de nuestra sentida condolencia. (El Pais) Soledad llcosta de Samper ...... Acaba de morir, a edad muy avanzada, esta distinguida señora, publicista notable, esposa de don José María Samper. De su vida literaria son interesantes estos datos: . Fundó La Mujer, revista quincenal, redactada exclusivamente por señoras y señoritas y que se publicó desde elLo de septiembre de 1878 hasta el 15 de mayo de 1881. En esa revista, que consta de cinco tomos, publicó los siguientes~trabaJ.oshistóricos: La mqjer en la éivilización, Los misioneros en el Nuevo Reino de Granada, Literatas francesas y Galería de mujeres virtuosas,. Las desdichas de Aurora, comedia en cuatro actos, y Un viajero, en un acto. En Bélgica publicó, en 1869, un volumen de cerca de 500 páginas, intitulado Novelas y cuadros de la vida sudamericana, con varios cuentos, artículos de costumbres y tres novelas: Dolores, Teresa la limeña y El corazón de la mujer. Es autora de las siguientes novelas: José A. Galán, Constancia, Laura, Los hidalgos de Zamora, Gil Bayle, Una holandesa en America, Alonso de Ojeda, La juventud de Andrés, La familia del tío Andrés, Las dos reinas de Chipre, El talismán de Enrique, Historia de dos familias, Una catástrofe, Historia de dos mujeres, Anales de un paseo, Los "tres asesinos de Eduardo, El tirano Aguirre, Balboa, Buen corazón quebranta mala fortuna y Una reina del siglo VI. Sus recuerdos de Suiza, España y otros países de Europa forman varios volúmenes. Entre sus estudios históricos merecen recordarse: Biografía del General Joaquín París, Biografías de hombres ilustres o notables, Los piratas en Cartagena, Los conquis- Rtttt~rdo$ V bom~nalu 17 dores, Una familia patriota, Las víctimas de la guerra, Cien lecciones de Historia Patria y una importante biografía de Nariño. Redactó La Familia, lecturas para el hogar, y El domingo de la familia cristiana. El gobierno colombiano la nombró Representante al Congreso de americanistas 'que, con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América, se reunió en Huelva. En un periódico de París publicó una novela en francés intitulada El esclavo de Juan' Fernández. La muerte de la señora ACOSTA es una pérdida muy sensible de la literatura nacional. El Tiempo se descubre respetuoso ante sus restos mortales. (El Tiempo) Anoche a las ocho y media de la noche descansó en la paz del Señor la distinguida dama y notable escritora señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. Ejemplo de esposas, dechado de madres fue doña SOLEDAD. Educada en los principios de cristiandad e hidalguía, llevó una vída digna de las almas grandes y justas. Las letras colombianas pierden con la señora ACOSTA DE SAi'viPER un miembro que ías honraba. La historia cuenta con páginas ilustres emanadas de la pluma de la célebre e'scritora. Damos nuestro sincero pésame a todos los deudos de doña SOLEDAD, muy especialmente a su distinguida hija. (La Crónica) 18 SOltdad Jfcosta dt Samptr "Duelo social i- A las ocho y media de la noche del día lunes, exhaló el último suspiro la señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. No por haber previsto el fatal desenlace nos ha sorprendido menos tan doloroso acontecimiento. El nombre de la señora ACOSTA DE SAMPER has era familiar desde la infancia; crecimos apacentándonos en la amena lectura de sus libros, y cuando, ya hombres, tuvimos el honor de estrechar la mano de la ilustre escritora, pudimos ahonGar más y mejor en aquel bondadoso corazón que palpitaba siempre a impulsos del más acendrado amor a la patria; que se dolía de las desgracias de Colombia y templaba las energias de aquel cerebro que supo pensar sin perder la delicadeza femenina, y se aventuró en fatigantes investigaciones iluminado por la Fe y sostenido por la Esperanza. La obra literaria y científica de la señora SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER llegará a remotas edades representada por algunos de los volúmenes con que su infatigable laboriosidad enriqueció las letras patrias, y es seguro que entre éstos vivirá siempre aquel sustancioso y ameno libro en que vemos desfilar la fisonomia de la mayor parte de los heroicos conquistadores, evocada por el corazón de la señora DE SAMPER, con el relieve enérgico y la precisión de línea de un verdadero historiador. Fue la señora DE SAMPER compañera amante de aquel ilustre republicano que actuó tan intensamente en un largo y atormentado período en nuestra vida política; reina y señora de un hogar modelo, una de cuyas flores exhaló en los claustros todo el intenso perfume, toda la luz de un espíritu selecto, joya y ornato de la sociedad bogotana. i9 Las palmas académicas, los honores de toda clase que supo conquistar su previlegiado talento, no fueron parte a que su espiritu sintiera la atracción de la soberbia. Alma sinceramente religiosa la suya, cultivó en el huerto interior la violeta blanca de la modestia cristiana; su acendrado amor a Dios la llevó siempre a colocarse en situación de servir al prójimo con eficacia, y de ahí que dedicara gran parte de sus -actividades a la propaganda de las verdades religiosas, a la enseñanza de los principios morales y a la vulgarización de toda clase de conocimientos útiles. Tan sólo la muerte hizo que la pluma cayera de sus .manos, y su tránsito de la vida mortal a la eterna fue apacible como su vivir, ejemplar como su existencia y consolador como la Fe que la sustuvo siempre. Sobre la blanca losa que cubre sus restos, no se sentará el olvido, y en tanto que su alma inmortal recibe el premio del buen Padre de familia, porque amó y trabajó mucho, su memoria vivirá unida a la obra por ella realizada y en medio de la luz de las virtudes de que fue ejemplar y entusiasta cultivadora. (El País) 'j)oña Soledad llcosta de Samper A la avanzada edad de setenta y nueve años falleció en esta ciudad la distinguida escritora doña SOLEDAD AcosTA DE SAMPER. Enviamos a todos sus deudos nuestro sentido pésame. (El Republicano) 20 SOltdad Jlcosta dt Samptr Soledad llcosta de Samper Bajo la impresión de profundo sentimiento y dolor sincero escribimos estas cortas líneas para comunicar la muerte de la ilustre dama SOLEDADACOSTA DE SAMPER,acaecida ayer. Murió rodeada de todos los auxilios de la Religión, acompañada de su numerosa familia y fortalecida y confortada en. su última agonía por el virtuoso sacerdote Canónigo doctor Manuel María Camargo. Alcanzó doña SO..• u LEDAB una~edadavanzada-setentay nueve años,~y di~ riamos que SU vida fue larga, si no fueran siempre cortas las existencias consagradas al bién y que derramaron a su paso cariño y felicidad para los suyos, bondad, caridad inagotable para el prójimo. Hija del General Joaquín Acosta, prócer de la Independencia, historiador y humanista; esposa de José María Samper, tan eminente república como orador y literato, supo doña SOLEDADmantenerse a la altura de su estirpe y acrecentar la herencia literaria, el lustre del nombre recibido de su padre y de su esposo. Pero ante todo y por sobre todo fue ella tipo y modelo de la mujer cristiana; austera para consigo misma, severa en el cumplimiento estricto de sus deberes, rígida y extremada en sus palabras y en sus actos; llena de bondad, de benevolencia, de dulzura infinita para los demás; tan dura para con su persona como suave para con sus semejantes. Y por ese extraño conjunto de virtudes fue hija amantísima, esposa modelo, madre incomparable. y por eso también fue un prototipo de la gran señora, de la dama distinguida, que miró siempre arriba, que nunca descendió a pequeñeces y nimiedades, mantenién- 21 dose siempre a la altura de su sangre, de su abolengo, de su posición y de la elevación de su carácter. Dotada de talento claro, de rica imaginación y de sentimiento vigoroso, supo emplear esos dones y cualidades excepcionales como motivo de estudio y de solaz, ge reflexión y de esparcimiento; y llevó a cabo obras (ae la más alta importancia para la literatura y para la historia patrias. No cabe aquí su elogio: sólo apuntaremos que'el nombre de la ilustre liter~ta era saludado con respeto y guardado con cariño no sólo en Colombia sino también en España y en las Repúblicas de Hispanoamérica. De trato ameno y franco, sencilla, amable, de una corrección y cultura que revelaban a un mismo tiempo su cuna, su educación y el constante cultivo del entendimi~nto, fue la casa de doña SOLEDADcentro social donde se rendía culto a la virtud, al buen gusto y a la inteligencia, y de donde surgían, a la continua, obras importantes para la caridad o para la patria. La República y con especialidad su capital están de duelo, y los amigos de la señora DE SAMPER,los que disfrutámos de su cariño, gozámos de su trato, recibímos' sus bondades y fuimos honrados con su amistad tan leal y tan noble, hemos sufrido pérdida irreparable, pesadumbre que no podrán mitigar nunca ni el tiempo ni el olvido. Reciba nuestro pésame la familia Samper, y el más vivo sentimiento, de dolor y pesadumbre, como Cúmpélñ~ros suyos en esta hora de lágrimas y de dolor inconsolable, la señorita Blanca Samper y Acosta, hija de la ilustre difunta. L. M. (El Centro) Soledad llco$ta de Samper Entre todos los acontecimientos que más profundamente han conmovido a la República en los primeros meses del presente año, ninguno nos ha herido con tánta rudeza ni ha dejado huella tan sensible y duradera, como la muerte de la insigne escritora colombiana. Ella con su saber había dado días de gloria imperecedera a las letras hispanoamericanas: con su pluma fácil y fecunda había enriquecido el magno tesoro de nuestra literatura,ycQI1 su talento comprensivo y luminoso había iniciado un nuevo rumbo en la educación de la l11Ujer colombiana, cuyo espíritu está listo así a las batallas de la vida como a los esparcimientos y goces del arte y de la literatura; ella había resuelto sabiamente el eterno problema de su sexo, y supo ser hija, esposa y madre, artista, sabia y escritora; para doña SOLEDAD no era un imposible ayudar en las faenas domésticas y recordar al propio tiempo algún pasaje de los clásicos, tejer la trama de una novela sentimental y mecer la cuna del pequeñuelo soñoliento, explorar el campo sugestivo de nuestra historia patria y servir al esposo con aquella mansedumbre y suavidad de las antiguas damas que brillaron en los primeros días del cristianismo. Pensaba la esclarecida matrona cosas útiles y sabias y enseñaba siempre con garbosidad y elegancia supremas; discípula de Fernán Caballero, quiso simplificar la dura condición de la mujer con la práctica sencilla de las añejas máximas cristianas; heredera de las glorias de su familia y unida por el amor a un varón ilustre cuyo potente cerebro brilló con luz de gloria y cuya elocuencia fulgurante movía a las multitudes hacia un horizonte de li- tII------------------------ .• , 23 bertad y justicia, supo ser, en verdad, la mujer fuerte que guardó y acrecentó sus tradiciones y la mujer prudente y decidida que así se recogía en su modestia bajo el sol de la popularidad, como presentaba su pecho a los rudos golpes de la desgracia en cuanto principiaban a correr los días aciagos. Pero si doña SOLEDAD fue modelo de hijas y ?e esposas, no menos ha de bríllar en la historia como madre, ya que supo sembrar y cultivar la fina inteligencia y el angélico corazón de su hija Bertilda, la inmortal poetisa que cantó en estanzas deliciosas los más suaves movimientos del amor divino; de aquella virgen iluminada con lumbre sobrenatural y que a ejemplo de la Madre Castillo, encerróse en la austeridad de un monasterio, desde donde cantó con voz conmovedora las excelencias de Dios y los milagros de que es objeto el alma enamorada de la Divinidad; de aquella mística que vivirá la vida de la gloria, ya que dijo y miró cosas que Dios había reservado solamente a Santa Teresa de Jesús. Cuando murió doña Silv,eria Espinosa de Rendón, egregia dama que fue ejemplo y norma de las mujeres de su tiempo, hubo una grave tristeza que a todos cobijó; hoy mismo se repite el triste acontecimiento con la muerte de la señora ACOSTA, a quien nosotros debemos el alto favor de su amistad. De ella sólo guardamos recuerdos placenteros y delicados, y nunca olvidaremos a la sabia mairona, ~ya~que Dios, después de haber mirado con ojos de complacencia los años de su sierva, la ha llamado para sí, 'en una melancólica tarde del mes de marzo. OUVERIO (La Unidad) 24 Soltdad Jlcosta dt Sampn La señora llcosta de Samper r La señora doña SOLEDAD ACOSTADE SAMPER,viuda del eminente político y tribuno doctor José María Samper, juntaba, como la Marquesa de Sevigné, a una perfecta educación social, la cultura literaria del espíritu. Muere a los setenta y nueve años de edad, dejando en pos de sí el perfume de una conciencia pura, de una vida luminosa, después de haber conservado, hasta pocos momentos antes de la muerte, un vigor intelectual y físico fenomenales entre nosotros; sostenida en su vejez por inquebrantables convicciones religiosas, no perdió jamás un ápice de su serenidad ni de su energía. Aquí en este diario publicámos el último de sus escritos, referente a la cuestión americana. -Hasta las mujeres tenemos el deber de hablar de este asunto-nos dijo al entregarnos las cuartillas con su fina mano temblorosa. El drama de la vida-que es igual para todos-no logró arrebatarle el fuego por las ideas y por la patria a esta noble anciana. Aquí, en este mismo diario, dio ella la primera voz de alarma contra la fiebre tifoidea. Era un prodigio de entusiasmo por todo lo que se relacionaba con la cultura y con las letras. Perfecta cristiana y madre amantísima, la señora AcosTA DE SAMPER deja una hija heredera de sus grandes virtudes, a quien nosotros enviamos nuestro senti~o y respetuoso pésame. (La Crónica) 25 Soledad llcosta de Sarnper <> A los setenta y nueve años de edad ha muerto la ilustre escritora, hija del historiador General Joaquín Acosta, y esposa que fue del notable publicista y orador tribunicio doctor José María Samper. La vida de doña SOLEDAD fue como pocas, fecunda, útil y meritoria. Con excepcional talento, alta posición, actividad admirable, sólida instrucción, laboriosidad y patriotismo, tenía que dar su privilegiada pluma esa multitud de obras literarias e históricas, todas buenas, todas moralizadoras e instructivas, que hicieron tan conocido y tan apreciado el nombre de la señora ACOSTA y que harán su memoria inolvidable. Era doña SOLEDAD miembro de número de la Academia Nacional de Historia y de muchas otras corporaciones literarias y científicas, que pierden hoy su colaboración valiosísima. La muerte de la señora ACOSTA DE SAMPER es una verdadera desgracia nacional, porque deja un vacío incolmable. Ojalá que multitud de hombres públicos, considerados como ilustres porque siempre han vivido del Tesoro en encumbrados puestos, tuvieran los méritos que tuvo y dejaran iainmen-saobra que deja doña SOLEDADpara honra de su familia y de su nombre y para el bién y la gloria de la patria. La Academia de Historia está en el deber de hacer algo extraordinario en honor de esa dama que fue en Colombia extraordinaria. Además de los periódicos y revistas que redactó doña SOLEDAD, publicó, entre otras, estas obras: 1Ii------------ 4 -J 26 Soltdad Reosta dt Samptf José A. Galán, Constancia, Laura, Los hidalgos de Zamora, Gil Bayle, Una holandesa en América, Alonso de Ojeda, La juventud de Andrés, La familia del tío Andrés, Las dos reinas de Chipre, El talismán de Enrique, Historia de dos familias, Una catástrofe, Historia de dos mujeres, Anales de un paseo, Los tres asesinos de Eduardo, El tirano Aguirre, Balboa, Buen corazón quebranta mala fortuna, Una reina del siglQ VI, Novelas y cuadros de .la vida sudamericana, con varios cuentos y artículos de costumbres y tres novelas: Dolores, Teresa la limeña y El corazón de la mujer, Biografía del General Joaquín París, Biografías de hombres ilustres o notables, Los piratas en Cartagena, Los conquistadores, Una familia patriota, Las víctimas .de.la guerra, Cien lecciones de Historia Patria y una importante biografía de Nariño. Fue miembro del Congreso de americanistas que se reunió en Huelva. Sur América, que ha tenido especial empeño en enaltecer y popularizar las glorias nacionales, tributa este modesto homenaje a una de las más legítimas y más brillantes, y envía sentido pésame a la distinguida familia de la esclarecida escritora. (Sur América) El lunes de la presente semana falleció en esta ciudad la muy distinguida dama s-eñora doña SOLEDAD AcosTA DE SAMPER, quien, por sus eminentes virtudes y por su copiosa erudición literaria, dio honra y lustre al suelo patrio. Acompañamos en estas horas de dolor a todos los deudos de la extinta. (El Liberal) 27 . Muerte de doña Soledad llcosta de Samper Anoche a las ocho y media falleció la ilustre escritora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, tras corta enfermedad que le quitó la vida, fecunda en gloria para las letras nacionales. Velaron anoche el cadáver de la señora ACOSTA DE SAMPER, la señora doña Ana Vergara de Samper, doña Emilia Herrera de Samper, doña Soledad Gutiérrez de Corredor y los señores Tomás Samper, Rodolfo Samper, Silvestre Samper Uribe, Antonio Samper Brush, Bernardo Samper y otras personas cuyos nombres se nos escapan inv:oluntariamente. Esta mañana, en el templo de San Ignacio, severamente adornado, se verificaron las exequias por el alma de la finada escritora. Habían invitado al acto por carteles: la "Academia Nacional de Historia, los señores Jorge Holguín, Luis María Isaza, Eugenio Umañ.a, Joaquín de Mier, Juan B. Pérez y Soto y Francisco Fonseca Plazas, a quienes vimos asistir a los oficios religiosos. Además de los caballeros cuyos. nombres acaban de leerse, estuvieron en las exequias los siguientes señores: Antonio Gómez Restrepo, José Joaquín Pérez, presbítero Carlos Vmaña, presbítero Rosas, presbitero Marroquín, señores Enrique W. Fer- nández, Rafael Cárdenas· Piñeros, Ernesto Restrepo Tirado, Pedro Miguel Samper, Tomás Samper, Bernardo Samper, Alberto Samper, Manuel Samper, Antonio Samper V., Silvestre Samper, Antonio ·Samper B., General Carlos Cuervo Márquez, J. M. Cordobés Moure, Leonidas Posada Gaviria, Daniel Arias Argáez y Ramón Lago. (Gaceta Republicana) 28 Sol~d4d }I('0$t4 d~ S4ml'~r Poña Soledad llcosta de Samper Anteanoche murió en esta ciudad, después de breve dolencia, la venerable matrona doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, quien por su edad y sus merecimientos ocupaba el decanato de los escritores colombianos. Fue hija la finada del General Joaquín Acosfa, ilustre historiador de la conquista de la Nueva Granada. De él heredó la grande afición a los estudios históricos. Era de raza inglesa por su distinguidísima madre, y del carácter británico tuvo la eneq~ía de la voluntad, el orden y la constancia en las empresas; la afición a lo sólido más bien que a lo brillante; un espíritu de independencia que se amalgamaba muy bien con profundas creencias religiosas. Esposa del ilustre hombre público doctor José María Samper, a cuyos múltiples talentos 110 se hace hoy plena justicia, formaron los dos un hogar que fue infatigable taller de producción intelectual. Fue caso raro que los lazos del amor vinieran a unir a los dos más fecundos escritores que tal vez ha tenido nuestra literatura. Y es de notarse que uno y otro ejercitaron su actividad en los más opuestos géneros literarios; tuvieron espécial predilección por los trabajos periodísticos, y no se limitaron a las manifestaciones del arte puramente literario, sino que quisieron ejercer influencia social y política sobre sus contemporáneos y enseñar por medio de las artes del ágrado. Es admirable el espectáculo que ofreció la señora AcosTA DE SAMPER en el curso de una larga vida, enteramente consagrada al cultivo de las más austeras disciplinas del espíritu. En un medio poco propicio a la exhibición de la intelectualidad femenina, esta ilustre compatriota se impuso al respeto y a la consideracíón de la sociedad; y 30 chos y eruditos trabajos de historia nacional e hispanoamericana, unos publicados ya, otros que guardaba inéditos. No se distingue en estas obras por la brillantez del estilo ni por la vida del relato, sino por el 'estudio de los documentos y el orden y la claridad de la exposición. Son libros sólidos y austeros, que revelan el predominio de la inteligencia sobre la imaginación: cosa muy natural en obras compuestas en la segunda mitad. de la vida y ..aun en la extrema ancianidad. Se complacia en estudiar ciertos períodos críticos de nuestra historia que le ofrecían lecciones oportunas, de aplicación práctica para la orientación de la política nacional. Fue, en suma, la señora ACOSTADE SAMPER una formidable trabajadora, una propagandista desinteresada de ideas de progreso y de cultura; una mujer de vida concentrada y severa, que consagró muy pocos instantes a las vanidades mundanas y empleó dignamente sus vigilias en la meditación y el estudio; una ejemplar matrona cristiana y un elemento de civilización en nuestra sociedad. Sólo la muerte pudo arrancarle la pluma de la mano: pocas veces hubo un reposo más merecido. Hace pocos años la había precedido en el eterno viaje una de sus hijas, la que en religión se llamó Hermana María Ignacia, alma de elección entregada desde los primeros años a las dulzuras de la contemplación mística y a los rigores de la mortificación; poetisa delicada y gentil, cuyos versos son como nubes de incienso, como perfume de flores inmaculadas. Al morir la señora ACOSTADE SAMPER deja en el mundo otra hija, la distinguidísima señorita doña Blanca, ornato de la alta sociedad bogotana y ante cuyo. profundo dolor nos inclinamos con el mayor respeto. (La Sociedad) R~tu~rdo$ y bom~nal~$ 33 'Poña Soledad llcosta de Samper Anteayer entregó e] alma a su Creador,' en medio de todos los consuelos que a los dolientes prodiga ]a santa Iglesia católica, esta virtuosa matrona e ilustre escritora, gloria de Colombia y de Sudamérica. A ]a edad de setenta y nueve años muere tal señora, procera por ]a sangre, por ]a virtud, por el temple del alma y por la mente. Viuda del insigne repúblico, publicista, diplomático} pe_riodista y literato colombiano don José María Samper, parece que los dos hubieran competido en honrar a su patria y honrarse e] uno a] otro con ]a armirab]e fecundidad de su pluma incansable. Cada uno de los dos publicó mucho más de medio centenar de libros, descendencia espiritual que quizás no ha dejado ningún otro hijo de Colombia ni de ]a América Latina. Fue digna hija del sabio y prócer don Joaquín Acosta, cuyo espíritu heredó ella, tanto como su sangre; y con su muerte, desaparece el último descendíente directo de la familia de ese patricío, que fue admirado hasta en Europa, donde compartió ]a amistad de los grandes sabios. Era la culta y sociable dama de un carácter más varoni! qne-e!- de-muchos varones fuertes. yiajó, estudió y trabajó en gran manera, dejando en todas partes huellas indelebles de su imponente personalidad. Fundó muchas revistas periodísticas, escribíó, ilustrando siempre las columnas que ocupaba,en numerosos periódicos nacionales y extranjeros, colaboró en multitud de obras patrióticas y caritativas, y sería necesario escribir q • 34 SOJ~d4dJI~OSt4d~ S4mp~r un libro voluminoso para hacer siquiera un boceto biográfico de ella. Puede decirse que a la sombra de su hogar crecieron los laurele~ que llenaron de gloria a muchos de nuestros más precIaros escritores de otros tiempos. Por hoy apenas podemos desahogar el profundo dolor que su fallecimiento nos causa. Ahora habla el amigo apasionado. Esperamos que luégo hablará el escritor reflexivo y minucioso. iGoce de Dios el grande espíritu, cuya ascensión viene a continuar el éxodo que de Colombia han emprendido los inmortales! No damos pésame a toda su larga y honorable familia ni, en particular, a su hija doña Blanca Samper, flor, regocijo y corona del gentil hogar hoy dos veces huérfano; eso, con ser mucho, por referirse a tales vivientes, sería aún poco, por tratarse de tal muerta; nuestro pésame es para la ciencia, para la historia, para la literatura, para el patriotismo, para Colombia toda, que perdió la más egregia de sus hijas, entre las contemporáneas nuestras. Toca al Gobierno nacional hacerle apreciar al país la magnitud de la pérdida sufrida, honrando la memoria de . la señora ACOSTA DE SAMPER, la cual, en la dignidad de su sexo, eclipsa los méritos de muchos generales, de muchos escritores, de muchos patriotas oficialmente enaltecidos. BETIS (La Sociedad) 35 Rtcutrdos V,bomtnalts / Soledad 1\costa d, Samper La muerte de la ilustre escritora colombiana doña SoLEDAD ACOSTA DE SAMPER, acaecida anoche, cubre con un velo de riguroso luto a la sociedad y las letras de la patria. ,Ese venerado nombre que brilla con fulgores de excelsitud y de alto poderío intelectual en el cielo de la literatura latinoamericana, es para Colombia y de modo especial para esta Atenas, emblema luminoso de las más aquilatadas virtudes, del talento potente, engrandecido por la ilustración sólida y la laboriosidad sin punto de reposo, y deja en pos de sí una fulgurante estela de laureles inmarcesibles, de generosas enseñanzas, de altísimos ejemplos de amor por todo 10 bueno, por todo 10 bello y por el engrandecimiento de la sociedad, de la familia y de la patria. Que todo eso llevaba en su barca, piloto fuerte y generoso, la noble hija de Bogotá, cuya alma grande se aparta hoy del mundo terreno, para seguir brillando en los cielos abiertos de la fama, de la gratitud y del recuerdo que no muere ni morirá. La eximia fundadora y sostenedora por largos y benéficos años de La Mujer, revista de gran vuelo y de altísimas mir3s¡ la escritora atildada, de culto y elegante i~genio, que espigó con hoz de oro en los fecundos campos de la historia, de la novela, del teatro, de la propaganda' cientííica, cristiana y artistica, marca huella imperecedera en los fastos de la literatura nacional; su cifra se grabará con piedra diamantina en las páginas de la historia intelectual contemporánea, y su lamentada muerte dejará un vacío incolmable entre los cerebros femeninos de esta patria, si escasos, brillantes, entre los cuales se destaca como maestra nobilísima y estre.lla de luz propia' y de primera magnitud. (La Tribuna) 36 La señora Soledad llcosta de Samper La noble matrona, gloria de las letras suramericanas, con cuyo egregio nombre enlutamos las columnas de esta revista, rindió el alma a su Creador el 17 del mes próximo pasado, rodeada de los auxilios de nuestra santa Iglesia, cual convenía a lá apologista y virtuosa cristiana. ~ Viuda del señor doctor don José María Samper, quien terminó sus últimos años abrazado de la cruz, la señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, de notable ilustración religiosa, puso en buena hora gran parte de su influencia de amorosa esposa en el retorno a la fe católica del eminente político y publícista. Conciliados ya los consortes en ese común campo de ideas, se disputaban después la una y el otro, con santa emulación, la defensa de las doctrinas y dogmas cristianos, y ambos con sus científicos escritos cimentaron el pedestal del monumento de su pensil conyugal, en que se educaron las flores de su amor; una de las cuales, cual modesta violeta, ocultó su hermosura moral en un claustro, desde donde exhalaba su virginal fragancia en dulces y místicos poemas de acendrado amor divino, con el cual se eclipsó en el sueño eterno. Nuestra ilustre colaboradora, que honró con los frutos de su numen las páginas de los Anales Será/iras, dedicó siempre su vida a la iniciación de magnas obras literarias, patrióticas y de caridad, cuya estabilidad alimentaba con su pluma y sus recursos. En las clásicas efemérides se ponía a la cabeza de las más connotadas damas de la capital para rendir glorioso homenaje a los próceres de la patria; asi como en las cruentas calamidades de esta madre, era la columna luminosa que guiaba la aristocracia femenina en cuerpo colegiado para aplacar, con su 37 influyente respetabilidad, el desborde de las pasiones políticas, o para impetrar con súplicas cristianas gracia humanitaria para seres extraviados, sentenciados al cadalso. Como fecunda escritora enriqueció la literatura nacional con cúmulo de obras que, por ~u ático lenguaje y profunda ciencia, son el elogio de sabios académicos. Fundó varias revistas que gozaron de larga vida, y cuyas lecturas forman todavía el encanto de los hogare~. Propúsose en aquellas ejercer eficaz acción social ilustrando a las familias en hábitos de piedad, buenas costumbres y amor a la patria, con luminosos temas didácticos que, a la vez que recreativos, informan en altos sentimientos a aquellos que, como jefes de hogar, deben educar con Sil ejemplo hijos creyentes y útiles a la sociedad. Si la señora DE SAMPER no tuviera otros blasones, esta sola labor social le habría bastado para dejar imperecedero renombre en los anales de la patria. Singulares son las figuras que recorren la vida haciendo el bién en tan variadas formas, como lo hizo la señora SOLEDAD-DE SAMPER; por eso el duelo que causa su pérdida ha sido nacional. ¡Que su alma goce el premio de los justos! (Anales Seráficos) C •.•I_AA • . .,,"'.'WI.IIGU .I I "' ll._ )'t\;u::ua ae ;::)cUl1P er .1- "'"- . Esta respetable dama bogotana, orgullo de la sociedad en que vivió y gloria de las letras colombianas, dejó de existir antier en esta ciudad, víctima de un repentino ataque cerebral. Enviamos a sus deudos nuestra sincera expresión de condolencia. (Gil Bias) 38 Sol~dadJlcosta d~ Samp~r Soledad 1\costa de Samper Un duelo de la patria, un duelo especialísimo de la mujer colombiana, envuelve la desaparición de la egregia escritora cuyo nombre encabeza estas líneas. Hacía largo tiempo que esta ilustrada dama empuñaba el cetro de la supétioridad intelectual y de la ilustraGión femenina, no sólo en nuestro país sino quizá en todas las naciones hispanoamericanas. Desde que se fundó nuestra nacionalidad, ninguna mujer ha ceñído más preciada corona que la señora DE' SAMPER, ni ha llevado más alto la gloria de su sexo, con un brillo• de tan finos quilates que escasamente se hallará igual en las escritoras mundiales. No se crea que me refiero sólo a sus talentos literarios, que con ser tan notables, no merecerían tánto elogio, si no estuvieran realzados por el carácter y la vida iñtachable de esta dama modelo. Raramente se juntan, por desgracia, el cultivo de la mente femenina y la conservación intacta de la dignidad de la mujer, que, antes que escritora, debe ser dama distinguida, mujer cristiana en la verdadera acepción de la palabra. El haberse reunido estas condiciones de un modo tan especial en la señora DE SAMPER sin que con ello se perjudicaran su vasta ilustración y su extensa y útil labor literaria, es lo que la hace presentar como modelo digno de imitarse y deplorar como una desgracia nacional su desaparición. Duerma en paz esta gloria de las letras patrias que tánta honra dio a las mujeres colombianas. HERMINIA GÓMEZ JAIME DE ABADíA (Páginas Marianas) 39 Soledad 1'tosta dé Samper " Descanse en paz la ilustre matrona que, después de ser el ornamento de su patria durante setenta y nueve años, se qespidió para la eterna morada el 17 de marzo, dejando en pos de si una estela luminosa de virtudes y de glorias. Las coronas más hermosas que puede conquistar un alma grande sobre la tierra embeIlecen su tumba. El bri~ 110 inmortal que irradió su genio con relámpagos de gloria será la luz que ilumine su nombre en el porvenir. Las generaciones que se suceden, cual olas del torrente, admirarán sus excelsas cualidades y seguirán sus ejemplos. Las Páginas Marianas, que intentan poner delante de las almas generosas de las señoras y señoritas modelos que imitar, ven en la señora SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER una de las vidas más llenas de atractivos y más fecundas en .obras imperecederas del espíritu, que bien pudiera acomodarse a eIla el sentido misterioso" del texto del Exocto, 25-40, para decir a las almas juveniles: «Ins- pice et lac secundum exemplar quod tibi in monte monstratum est». Mirad hacia la altura y copiad el modelo que se os presenta. En efecto, la hija del General Joaquín Acosta, prócer de la Independencia, filántropo cristiano, sabio geólogo y escritor ude las ·glorias· de" Coíorí1oiél., deb"ia tener el reflejo de esas cualidades y honrar más tarde el.ya ilustre nombre de su padre, para emular la fecundidad del amplio genio de su esposo, el doctor José María Samper, célebre publicista, poetá y orador tribunicio. Sigamos brevemente sus pasos. *** 40 SOltd"d Jltosta dt Samptr La señorita SOLEDADACOSTA, a los doce años de edad, abandonó el cielo de su apacible villa de Guaduas, donde pasó los años de su infancia, poco después que en Bogotá vio la luz primera. Fue luégo con su madre, de origen inglés, a vivir a la sombra de su abuela materna, señora venerable, radicada en Halifax de Nueva Escocia. Allí permaneció un año y comenzó su educación, que debía continuar en París por el espacio. de cinco afíos en los colegios católicos más florecientes. En la capital francesa trató, en los meses de vacaciones y en compañía de su padre, a los sabios que París se gloriaba de mostrar al mundo cual portentos de sabiduría, tales como Humboldt, Zomard, Arago, Boussingault, Edwars, Beaumont, los hermanos Deville, Bertrand y otros muchos académicos franceses; ellos le inspiraron, no ya la fatuidad del vano orgullo cientifico que termina en los límites de las leyes de la materia, sino que, superior a ellos por la solidez de su educación cristiana, levantó su vuelo a las esferas sublimes del infinito, y amó a su patria y a su religión con más puro anhelo que aquellos sabios presuntuosos, varios de los cuales obscurecieron su nombre con la fea mancha de la incredulidad y el egoísmo. Al volver a su país natal unió su suerte con la del doctor José María Samper, en 1855; mas no permaneció sino el breve espacio de dos años al calor del nuevo hogar y en compañía de sus compatriotas, pues se vio en la precisión de tornar a Europa con su distinguido esposo y permanecer alli por otros cinco años. Durante las continuas jiras por países extranjeros, no se crea que, a la manera de los turistas de oficio, sólo gastaba su tiempo en la contemplación de embelesadoras bellezas panorámicas, o en satisfacer su curiosidad visitando los monumentos que ha respetado la inclemenci.a de los siglos en el antiguo mundo; no: dotada su alma de espíritu observa- 41 dar y de temple varonil, se nutría con la savia espiritual de la ciencia en las grandes bibliotecas de las primeras capitales europeas, y dilataba sus nobles facultades y privilegiado talento con el precioso tesoro que habían allí acumulado las edades. Así se explica cómo, después de pasar por Lima, a fines de 1862, para detenerse luégo en su patria por más de diez y ocho afios, hubiese podido escribir sobre tántas y tan' variadas materias, y tan bien, que llamó la atención de los más ilustres escritores hispanoamericanos. Durante algunos años' ocultó su nombre con los pseudónimos de Aldebarán, Bertilda, Andina y Reizato para publicar notables revistas del extranjero en los periódicos de la prensa capitalina, o bien, sus populares artículos y novelas, en los cuales el ánimo del lector descansa en las sólidas instrucciones o percibe el casto aroma de la moral más pura. Las primicias de sus labores literarias fueron sus recuerdos de Suiza y sus viajes por Europa, que forman una serie de interesantes artículos publicados en la Biblioteca de señoritas, de Bogotá, y luégo en el Museo, con el pseudónimo de Andina. *** En Bélgica publicó, en 1869, un volumen de cerca de 500 páginas, intitulado: Novelas y cuadros de la vida sudamericana, con varios cuentos, articulas de costumbres y tres novelas: Dolores, Teresa la limeña y El corazón de la mujer. En los folletines de La Prensa, , La Ley, La Unión Colombiana y El Deber aparecieron luégo: José Angel Galán, episodios de la guerra de los Comuneros; Constancia, Laura, Los hidalgos de Zamora. Gil Bayle, Una holandesa en América, Alonso de Ojeda, La juventud de Andrés, La familia del tio. Andrés, Las dos reinas de Chipre, El I 6 ",---------------_._----" Sol~dad Jlcosta d~ Samp~r 42 talimán de Enrique, Historia de dos familias, Una catás~ trofe, Historia de dos mujeres, Anales de un preso, Los tres asesinos de Eduardo, El tirano Aguirre, Balboa, Buen corazón quebranta mala fortuna y Una reina del siglo VI. Fundó La Mujer, revista quincenal, redactad,,! exclusivamente por señoras y señoritas, bajo su dirección. Duró desde elLo de septiembre de 1878 hasta el 15 de mayo de 1881. En esa revista, que consta de cinco tomos, publicó los siguientes trabajos históricos: La mujer en la ci;. vilización, Los misioneros en el Nuevo Reino de Granada, Literatas francesas y Galería de mujeres virtuosas, Las des~ dichas de Aurora, comedia en cuatro actos, y Un viajero, en un acto. La Biografía del General París apareció en 1883. Esta obra fue premiada en el «Concurso histórico-literario abierto en Bogotá con ocasión del primer Centenario del libertador Simón Bolivar». De gran mérito son las Biografías de hombres ilustres o notables, duranle la época del descubrimiento, conquista y colonización del Nuevo Reino de Granada. En 1886 publicó en Bogotá Los piratas en Cartagena, Crónicas histórico-novelescas, donde campea singularmente el estilo claro y preciso de la escritora castiza, embalsamado con la suavidad de los afectos que inspira la piedad cristiana. Con este mismo espíritu redactaba por este tiempo La Familia Cristiana, o sean Lecturas para el /zogar. I *** Cuando en 1888 sufrió el golpe más violento de su vida con la desaparición de su idolatrado esposo, supo enjugar SllS lágrimas con la resignación cristiana, feliz ya con haber visto a la cara mitad de su alma militar denodadamente bajo el estandarte de la cruz, iluminado su espíritu por el sol de los dogmas católicos y confortado el co- 43 razón con el suave bálsamo de las prácticas cristianas. Como para poner fin al triste luto y encontrar un lenitivo a su dolor intenso dedicóse a redactar El domingo de las familias, pero p.sta publicación terminó pronto, en marzo de 1890, por haberse trasladado con sus hijas y su señora madre a París, desde donde seguia asiduamente honrando la prensa de su amada patria con el tributo de su inteligencia. Cuando residía en Francia fue elegida por el Gobierno de Colombia con el nombramiento que le hizo para que concurriese oficialmente como representante al Congreso de Americanistas, con ocasión del cuarto Centenario de Colón, que debía celebrarse en Huelva. Allí presentó sus Memorias, que contienen las monografías de Los aborígenes que poblaron 44 Sol~dadJltosta dt Sam.,~r hechos más importantes de su historia y los hombres que más han contribuído a trazarla». Para conmemorar el Centenario de la Independencia, y celebrar la gloriosa fecha del 20 de julio de 1810, cedió a la ciudad de Pasto la facultad de publicar allí la importante Biografía de Nariño. Sabemos que hay aún inéditas algunas obras de la celebrada escritora. Hemos hecho una sucinta enumeración de más de cincuenta obras. *** La inocente hija que había sido la gloria más pura de un prócer, y había he~ho de Colombia la segunda patria de la que recibió la vida; la tierna y delicada esposa de un gran poeta, escritor y tribuno que fincó en ella su mayor felicidad; también fue la madre solícita que infundió en el corazón de sus hijas todas las virtudes y el casto amor de las almas que siguen al divino Dueño, por jardines poblados de rosas y azucenas. Así Bertilda abandonó las pompas mundanales para cantar, inspirada por ella, desde el misterioso retiro del claustro de La Enseñanza, con angélica suavidad, en tiernas y enamoradas estrofas, la divina nostalgia del paraíso. Desde 1896 ya no se apartó un momento la señora SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER de su amada patria. Había gastado toda su portentosa actividad en narrar, con pluma de oro, a las generaciones futuras las maravillosas hazañas llevadas a cabo en el suelo de la Gran Colombia; había terminado su labor. Buscaba ya el calor de su antiguo hogar, la sonrisa de sus nobles parientes y de sus admiradores y amigos compatriotas; anhelaba ya por la dulce paz en que se meció su cuna, y revivir allí la esencia vivificadora de sus ejemplos: presentía ya la solemne quietud de la tumba. Pero imitando a los últimos destellos del sol en el Ocaso que brillan con mayor inten- Rttutrdo$ V bomtnajts . 45 sidad al hundirse en las sombras del infinito espacio, la ilustre matrona se esmeraba por practicar, hasta en los últimos años de su larga y meritoria carrera, todo el bién de que era capaz su alma generosa y grande. Las congregaciones de matronas católicas y de señoritas vieron en ella brillar su singular piedad adornada de su clásicacompostura y de sus señoril es modales; las instituciones de beneficencia de la capital del Funza sintieron su auxilio de madre; y todas las revistas y periódicos católicos se honraton a porfía con llevar los escritos de su docta pluma. Las Páginas Marianas, en particular, sintieron un benéfico impulso al apropiarse el nombre y la palabra llenos de lucidez y de prestigio de la cristiana autora, y concibieron esperanzas de que ese nombre, por mil títulos ilustre, les sirvieran de apoyo seguro en las múltiples dificultades, de reclamo y atractivo para las escritoras que desearan como eIta inmortalizarse en las lides del pensamiento. La señora SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER allí poseerá siempre su sitio de preferencia, como ocupará un lugar eminente entre las escritoras más ilustres de todos los tiempos y países, no .solamente por la asombrosa fecundidad con que su pluma de historiógrafa inmortalizó las hazañas de los hombres homéricos que nos dieron patria y libertad, sino porque con sus cualidades excepcionales pudo glorificar a su patria, siendo la rival aventajada de las sobresalientes aut.oras de otros países) así como Ma-dama Cottin 'y Madama Stael o Jorge Sand. Una sola observación en prueba de este aserto: la América española había podido ufanarse de haber producido poetisas sentimentales de rica fantasía y escritoras de primer orden como la AveIlanena y Carolina Coronado; hoy puede decir al presentar los escritos de la señora ACOSTA: observad la austera penetración, el severo juicío, el grave y reposado análisis de los l}echos históricos; así sólo escri- bieron la historia César, Tito Livio u otro de los clásicos modelos de la antigtiedad o del Renacimiento. En este ligero esbozo de las eximias cualidades y virtudes de la señora SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, no pretendemos, atrevidos, internamos en el dilatado horizonte que abren sus escritos a la crítica; sólo apuntamos las que pueden servirnos para señalar un hermoso sendero a las interesadas en seguir las luminosas huellas de la brillante luz que se extingue, dejando recuerdos imperecederos en el cielo de las almas colombianas. *** Un rasgo característico de la que pudiéramos llamar la porta-estandarte y maestra de las escritoras suramericanas no quisiéramos dejar de notario, porque lo juzgamos como el más hermoso, ya que se trata de trazar un modelo a las escritoras juveniles y de hacer que aparezca con todo su brillo y majestad: la señora SOLEDAD AcosTA DE SAMPER fue una escritora cristiana. En los más bellos pasajes de sus obras dejó consignada la gloriosa protesta de su carácter decidido y franco, «de haber siempre en toda ocasión defendido con su humilde pluma y con energla la Religión Católica, Apostólica, Romana". Hay más. y Cuando un celebre polemista español, animado por la estimación profunda que la profesaba, como a la decana de las letras patrias, le envió, antes de publicar una obra de crítica literaria, el juicio que de sus escritos había formulado, indicándole que no estaba conforme con todas las afirmaciones y opiniones acerca de ciertos hechos trascendentales de la historia, ella permitió ver por última vez más grande su corazón inflamado con el radiante fuego de las almas heroicas que aspiran a la inmortalidad: «Obro de buena te, le replicó prontamente, y si llegara a convencer- me de que mis libros son perjudiciales y no pudiera cam- 47 biar de ideas, abandonaría la carrera de las letras, y n.o volverla a trabajar en defender (por ese medio) la santa fe católica, como lo he hecho hace cincuenta años». j Cuánto heroísmo y acendrada virtu,d se necesita para lanzar' esta frase cincelada con diamante en el oro purísimo de su bondadoso corazón! Con ella escribia, sin pretenderio, el' hermoso epitafio que debía quedar grabado sobre su tumba. Admiradora de la verdad y de la justicia dondequiera que las encontraba, no supo ocultar ni menos aminorar, el mérito ante la faz del mundo. Véanse, si no, las brillantes apologías que a menudo re cuenta en sus obras, de las titánicas empresas y lanores de las diversas órdenes religiosas en las misiones entre salvajes. iCómo se detiene extasiada ante las grandiosas y providenciales figuras que a cada paso se destacan en la historia colombiana, para pagarIes el tributo de adñ1iración y de justicia que se merecen, tales como San Luis Beltrán,el Beato de Vero, de San Pedro Claver y de tántos otros sabios y virtuosos obispos y arzobispos que legaron sus bienes y su vida en pro de la felicidad de las nacientes colonias españolas 1 Las Páginas Marianas, como nacidas al impulso benéfico de la Compañía de Jesús, anhelan también pagar la deuda de gratitud santa, consagrando este pálido recuerdo, que sirva para demostrar lo mucho que estima esos preciosos. monumentos del genio, en donde consigna con piadosa mano los hechos de sus heroicos hijos para que nunca- caiga sobre ellos el olvido y la ingratitud de los' hombres. En varias de sus numerosas obras consagra capítulos enteros, en los que se despliega toda la galanura de su varonil lenguaje, a encarecer el celo y la abnegación de los misioneros jesuítas colombianos, de lo mucho que les deben la fe, la moralidad, la ciencia, y en una palabra, la civilización. Cómo se lamenta, por ejemplo, con honda expresión de sentido y verdadero cariño, al contemplar 111-------.----------------- ••• 48 SoltdadJlcosta dt Sampn los funestos estragos que causó en Colombia la expulsión de los jesuitas en 1767. «Infinidad de tribus indígenas, dice, casi civilizadas por los jesuítas, volvieron a la barbarie cuando ellos tuvieron que abandonar el país, y en. realidad la civilización dio un paso atrás en la vía del progreso, que a la institución del Virreinato había formado en unión de la Compañía de Jesús». Inspirada por el espjritu del católico ferviente, que no señala límites a su bondad, reconoce sin ambages la acción benéfica y civilizadora al par que llena de sacrificios, de las comunidades religiosas y de todo el clero, cuando pinta de relieve, con singular naturalidad, los efectos de la epidemia que se cebó particularmente en los indígenas pobladores de la sabana del Funza, y tronchó la preciosa existencia del santo y paciente Arzobispo Almánzar. «Solamente los religiosos, dice, los jesuítas y los sacerdotes atendían a los enfermos y los auxiliaban; toda la gente huía de los enfermos, salvo un escribano llamado Santos Gil, el cual iba de casa en casa ofreciendo sus servicios». Ninguna escritora ha logrado, como la señora DE SAMPER, penetrar con tánto agrado en todos los hogares cristianos de la Oran Colombia; ninguna tan conocida y justamente admirada por su asombrosa fecundidad y el grande acierto con que ilustró los intereses vitales de la América española; ella «espigó con hoz de oro en los fecundos campos de la historia, del teatro, de la propaganda cientifica, cristiana y artística; la escritora atildada, de culto y elegante ingenio, marca huella imperecedera en los fastos de la literatura nacional»; «con ella desaparece la escritora más notable de Colombia, uno de los cerebros femeninos mejor organizados de América»; «la obra literaria y científica de la señora DE SAMPER llegará a las remotas edades representada por alguno de sus volúmenes con que su infatigable laboriosidad enriqueció las letras R~cundo$ y bom~nalu 49 patrias»; por eso su repentino adiós enluta los hogares amigos y entristece tántos corazones agradecidos. *** Elevemos el pensamiento a la sublime altura de la Religión y completemos los anteriores justisimos conceptos: el amado recuerdo de la señora SOLEDADACOSTADE SAMPER traspasará los límites del tiempo, el brillo de la fama. y las glorias de la literatura, con el exquisito perfume de su conciencia pura y el resplandor de su inquebrantable fe que siempre llevó en pos de sí hasta en sus postreros momentos. «Las palmas académicas, los honores de toda clase que supo conquistar su privilegiado talento, no fueron parte a que su espíritu sintiera la atracción de la soberbia. Alma sinceramente religiosa la suya, cultivó en el huerto interior la violeta blanca de la modestia cristiana; su acendrado amor a Dios la llevó siempre a colocarse en situación de servir al prójimo con eficacia, y de ahí que dedicara gran parte de sus actividades a la propaganda de las verdades religiosas, a la enseñanza de 10l¡i principios morales y a la vulgarización de toda clase de conocimientos útiles. «Tan sólo la muerte hizo que la pluma cayera de sus manos, y su tránsito de la vida mortal a la eterna fue apacible como, su vivir, ejemplar como su existencia y consolador como la Fe que la sostuvo siempre. Sobre la blanea losa que cubre su~ restos no se sentirá el olvido, y en tanto que su alma inmortal recibe el premio del buen Padre de familia, porque amó y trabajó mucho, su memoria vivirá. unida a la obra por ella realizada, y en medio de la luz de las virtudes de que fue ejemplar y entusiasta cultivadora». E. O., S. J. u· _ .. - - ~ -- (Páginas Marianas) 7 ~oña Soledad 1lcosta de Samper La Revista del Colegio del Rosario registra con profunda pena el fallecimiento de su generosa colaboradora, la distinguida dama, ilustre escritora, fervorosa cristiana y fidelisima amiga, cuyo nombre queda inscrito a la cabeza de estas líneas. La señora ACOSTA DE SAMPER fue hija del General Joaquín Acosta, prócer de nuestra independencia, historiador de la conquista, geógrafo y naturalista estimado no sólo en su patria sino en las naciones del antiguo mundo; y fue esposa de don José María Samper, el más fecundo de nuestros escritores, polígrafo en toda la extensión de la palabra. La señora ACOSTA· DE SAMPER fue digna hija del historiador y del sabio; digna esposa del literato, heredera y partícipe del patriotismo de entrambos. La señora ACOSTA DE SAMPER no sólo aventajó a todas (as literatas colombianas en el número y variedad de 51 honestidad y de recato. El ejemplo de la señora ACOSTA DE SAMPER basta a desmentir' aquella preocupación insensata. No obstante su mérito intelectual, valía ella más como esposa que como historiadora, como madre que como novelista, como cristiana que como literata. Existe hoy una tendencia social a conceder a la mujer derechos e importancia superiores a los que se le había otorgado en edades anteriores. Ese propósito ha recibido el nombre de feminismo. El cristianismo encontró a la mujer convertida en esclava del hombre, en instrumento vil de sus caprichos y pasiones; casi en una cosa más bien que en una persona. Nuestro Señor Jesucristo, que vino a restaurarlo todo, eligió a una mujer, a su Madre Santísima corredentora del linaje humano; y la Iglesia levantó a la mujer a un puesto encumbrado de honor y dignidad. La Edad Media, empapada en la doctrina del Calvario, hizo de la esposa, de la madre, de la hija, un objeto de admiración y de respeto; y la estirpe castellana, en frase tan cristiana como galante, dio a la mujer casada el título de señora de su marido. Hoy se pretende levantar aún más a la mujer. El socialismo quiere concederle los mismos derechos q,ue al hombre. ¡Utopía vana!' Los derechos son correlativos de los deberes. Si la mujer no puede desempeñar los propios deberes que el varón, no puede tener idénticos derechos. La señora ACOSTA DE SAMPERse preocupó por la glorificaci6n de su sexó: Móstró con su ejemplo que las mujeres no son inferiores intelectualmente a los hombres; reclamó para ellas la plenitud de los derechos que naturalmente les corresponden, pero jamás pretendió hacer de las señoras militares, sacerdotisas y jueces. El mayor elogio de la señora ACOSTA DE SAMPER es la familia que supo educar con sus palabras y con sus ejemplos. Bertilda, la mayor de sus hijas, fue dulce e ins- 52 S~I~4a4JI~osta 4~ Samp~r pirada poetisa mística y supo arrancarse al canno materno, a la ternura del h~gar, para dedicarle a Dios la vida abrazando el estado religioso en el monasterio de La Enseñanza, donde tomó el nombre de Hermana María Ignacia, vivió haciendo el bién y murió embalsamando el claustro con el aroma de las más heroicas virtudes. El doctor José María Samper fue el más fiel, el más cariñoso amigo de don Ricardo Carrasquilla. Su esposa se creyó en el deber de conservar aquella herencia, y ya que el legatario había muerto, entregó su amistad a la viuda y a los hijos del finado. La muerte de la señora AcosTA DE SAMPER ha producido hondo duelo en la familia del señor Carrasquilla. Doña SOLEDAD comulgó por la mañana el día en que cayó herida de muerte, en la iglesia de San Ignacio. No supo que había recibido el Viático sagrado. Jesús Sacramentado, a quien ella amó tánto, la condujo al tribunal de la justicia eterna. Y ¿quién temerá la sentencia cuando el padre que la lleva en sus brazos es el mismo juez que ha de pronunciar el eterno fallo? Los letras patrias, la República entera, la América Latina están de luto. Las obras de la insigne escritora no han muerto, ni su alma tampoco. Concédale Dios el eterno descanso y que la luz perpetua la alumbre. R. M. C. (Revista del Colegio del Rosario) 53 Soledad 1\costa de Samper El día 17 de marzo del presente año ha venido a ser un día de luto para la culta y distinguida familia Samper, para todo lo más selecto de nuestra sociedad, para las letras colombianas y para toda la República. Es la fecha en que se extinguió, como antorcha apagada por el huracán, la vida de la virtuosa y eminente colombiana señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. En ninguna ocasión podría decirse con mayor motivo que las musas se echaron sobre la frente el negro velo de crespón y suspendieron las arpas del follaje de un ciprés. Fue la señora DE SAMPER viuda del eminente jurisconsulto, literato y república doctor don José María Samper, que tánto se distinguió entre las notabilidades colombianas, y al propio tiempo la mujer que en Colombia ha honrado mejor a la patria y al sexo de que fue ornato y gala por sus eminentes virtudes y por sus preciaras energías intelectuales. Hija del prócer de la Independencia General Joaquín Acosta, uno de nuestros historiadores y hombres científicos que honraron a nuestra nacionalidad en la sabia Europa, de él heredó su acendrado amor a la patria y ese aquIlatado valor moral de que dio las más relevantes pruebas. - Cuando ios- anaiespatrios inscriban en la nómina de sus esclarecidas personalidades el nombre de esta distinguida escritora, que tánto aventajó a las damas señaladas entre nosotros por su potencia intelectual, tendrán que hacer una biografía de la que en el feminismo colombiano ocupó el más alto puesto por la brillantez de su inteligencia, por la fiustración de su criterio, por sus virtudes y honorabilidad, por su cultura y edificantes sentimientos re- ligiosos, distintivos de ella, que fueron honor colombiano dentro del país y en las naciones extranjeras. Escritora de castizo, terso y bien pulido estilo, las obras de la señora DE SAMPER fueron, además de muy provechosas y útiles, dignas de ser leídas por las personas de mayor escrúpulo moral y amigas de recrear el espíritu en cuanto se relaciona con la historia de nuestros antepasados y con las costumbres que revelan las condiciones étnicas y sociales de nuestro país: sus novelas, sus biografías de hombres ilustres de la Conquista y de la Colonia y de próceres de la Independencia; sus periódicos, sus revistas, todo cuanto brotó de su áurea pluma son manifestaciones de la belleza de su espíritu, de la ternura de su corazón, de la potencialidad de Sll cerebro, de un amor exagerado al trabajo, de un patriotismo adamantado y de un genio literario casi único entre las señoras, aun entre las que más han figurado en América como publicistas. La belleza de su alma, nacida para el bién y destinada para irradiar con suaves fulguraciones, la han de reconocer y pregonar quienes hayan apreciado toda la luz reflejada por el grande y sobresaliente genio del doctor José María Samper, que en esa nobilísima mitad de su alma encontró luz para transitar por los ásperos senderos de la vida, amor para embellecer su existencia y esperanza para buscar en Dios los efluvíos de sus inspiraciones y para dirigir hacia EL los sentimientos y las satisfacciones del deber cumplido. El más fiel de los discípulos del doctor Samper y amigo y admirador de la ilustre señora, al presentar a la distinguida familia los más profundos sentimientos de condolencia por pérdida tan lamentable, se complace en reproducir en esta Revista la proposición aprobada unánimemente en la Academia Nacional de Historia, que dice así: 1} .,....----------------------- •• 55 «La Academia Nacional de Historia, «CONSIDERANDO: «1.° Que el día 17 del mes próximo pasado falleció en esta ciudad la dignísima y distinguida matrona señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. «2.° Que la señora ACOSTADE SAMPER, miembro de esta corporación, fue asidua y constante escritora de episodios nacionales. «3.°' Que la mencionada sefíora, viuda del distinguido publicista doctor José María Samper e hija del ilustre historiador General don Joaquín Acosta, honró con sus luces y trabajos las letras colombianas, muy especialmente en lo referente a la historia nacional, «RESUELVE: «1.0Lamentar de la manera más .sentida el fallecimiento de la sefíora SOLEDAD ACOSTA.DE SAMPER; «2.° Presentar sus virtudes y sus obras a la veneración de los colombianos, como ejemplo de amor a la patria y de rara actividad intelectual; «3.° Comisionar al sefíor Secretario perpetuo para que en el informe reglamentario de este año tribute singular elogio a la esclarecida matrona, digno de su memoria; y «4.G Enviar copia- del presente Acuerdo, por medio de una Comisión plural, a la señorita Blanca Samper Acosta, hija de la ilustre finada». (Revista de la Academia Colombiana de jurisprudencia) 56 'Doña Soledad 1\costa de Samper Cuando se supo en, Guaduas la muerte de esta ilustre colombiana nacida en Bogotá, el doble funerario fue dado en la campana especial que tiene el reloj de Guaduas, reloj regalado hace como sesenta años por el General don Joaquín Acosta, padre de la señora ACOSTA DE SAMPER. Al oír tal doble, que no se verifica sino en casos excepcionales, la población se alarmó, y cuando Guaduas en masa supo la muerte de la egregia dama, hubo general consternación. Fuéra de la admiración que en Guaduas se le tributaba a doña SOLEDADACOSTA DE SAMPER, debe saberse que don Joaquín Acosta regaló también a esa ciudad los sitios donde fueron edificadas las escuelas de niños y las tres plazas allá llamadas de Acosta, de Herrán y de Po- ¡¡carpa Salavarrieta. (La Sociedad) 1)uelo social El lunes 17 de los corrientes falleció en esta capital la ilustrada y distinguida escritora, señora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. Las letras colombianas han perdido con el fallecimiento de tan notable literata uno de sus más preciados miembros. El Resumen presenta su testimonio de sincero pésame a sus bonorables deudos. (El Resumen) 57 1)oña Soledad 1\costa de S~mper Los grandes hombres y las grandes personalidades constituyén la gloria y el espíritu característico de las naciones; por eso cuando uno de esos personajes ha desaparecido, se lamenta y todos nos condolemos. Colombia ha tenido una sensible pérdida: acaba de desaparecer una de las prímeras y más notables damas, que refirió muchas veces las glorias de su patria y de sus grandes hombres. Dotada de un corazón lleno de nobleza y de sentimiento, no podía menos de luchar por la consecución de la verdad, y en efecto, actuó con gran lucimiento en el difícil campo de la historia. Ya que ha muerto la noble dama bogotana que se lIa-. mó doña SOLEDADACOSTADE SAMPER, no podré menos de bosquejar algunos r.asgos de su vida y algunos de sus triunfos !iterar.ios, lo cual constituirá tan sólo un pequeño recuerdo elevado a la más célebre historiadora colombiana. Nació en Bogotá del matrimonio del caballero don Joaquín Acosta y de la honorable dama angloamericana CaroJina Kemble. Allí en la ciudad capitolina permaneció hasta la edad de quince años, edad en que fue llevada a HaHfax,- donde a-la sazón residía su abuela materna. Mas su carácter no se amoldaba al espíritu escocés, y por esto su padre hubo de lIevarla a la capital de Francia. Allí en una s.ociedad formada por casi todos los miem- bros de la Academia francesa, revelÓ la extraordinaria inteligencia y las maravillosas dotes que le habían de producir lucidos triunfos. ' Poco después de la muerte de su generoso padre re8 58 gresó a su país natal, donde formó hogar con el no menos importante caballero don José María Samper Agudelo. Este matri.monio, verdaderamente feliz, dio a la sociedad cuatro hermosas niñas, dos de las cuales, Carolina y Pepita, murieron en temprana edad, Bertilda, que honró dichosamente los claustros de una Asociación Mariana, y Blanca vive todavía. Con dos de sus encantadoras hijas y con S\! e~poso hizo nuestra historiadora un viaje a España, del cual regresó en 1896, año en que murió don José María ... o;¡o Después de tan terrible y lamentable desgracia, vivió doña SOLEDAD en Bogotá, dedicada, por espacio de quince años, a estudios literarios. Muchos son sus escritos insertados en revistas de varios países. Para tener una idea de su fecundidad literaria, me permito transcibir lo que acerca de ella apareció en la Biblioteca Histórica: «Ha redactado, casi sola, varias revistas, como La Mujer (1879 a 1882), La Familia (1884), El domingo de la familia cristiana (1889 a 1890), El Domingo (1898) y Lecturas para el hogar (1905), sin perjuicio de su colaboración en otros periódicos, principalmente en los que dirigió su esposo». Mas no solamente aplicó sus facultades a este género de escritos; son también notables sus varias traducciones, Estudios sobre la mujer, etc. Entre sus obras sobresalen de manera especial Historia de Colombia, Historia Universal, Historia de la América Latina, la Biografia del Mariscal Sucre y la del General París, estas dos últimas premiadas, la primera en un concurso de Caracas y la segunda en o~ro concurso histórico celebrado en Bogotá. Todo esto ha contribuído de una manera especial a rodearla de gloria y a hacerla acreedora de las simpatías de todos los colombianos. Murió en edad avanzada. Manifestó siempre y en todos los períodos de su vida esas emociones, producidas 59 tan sólo por la posesión del verdadero·y sano razonamiento. Ya que toda la prensa del país y las personas dignas han elogiado a la dama bogotana, nosotros a la vez' colocamos una flor sobre su tumba, para que su recuerdo permanezca siempre. LUIS EDUARDO NARANJO (La Juventud. MedelIín). El Magdalena se asocia al duelo nacional que ha causado el fallecimiento de la señora doña SOLEDAD AcosTA DE SAMPER, matrona de las más dignas y escritora de las más ilustres de Colombia. Con motivo de tan lamentable pérdida nos permitimos insinuar la idea de levantar una suscripción entre los periodistas colombianos para costear un monumento que represente a la insigne escritora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER y que se erigirá en el Cementerio de Bogotá como homenaje de la prensa de Colombia a la inteligencia y a la virtud personificadas en aquella ilustre dama. (~l. Magdalena. Santa Marta). 60 Sol~dad Jlcosta d~ Sam,,~r La señorallcosta de Samper Esta distinguidísima matrona que tánto honraba al hogar cristiano y a las letras colombianas, ha muerto en edad más que septuagenaria. Hija única del General don Joaquin Acosta, que era u~ militar fiel defensor del poder civil, a la vez que docto geógrafo, matemático, físico, historiador y hombre de Estado, y dotada ella misma de excelente capacidad mental y de exquisita índole, recibió esmerada educación alIado de su bena madre, doña Carolina Kemble, señora angloamericana, que aunque pertenecía a una religión protestante, era de arraigada fe cristiana y cooperó a la educación moral de su amada hija, de conformidad con el credo católico. Casada doña SOLEDAD, desde temprana edad, con el doctor José María Samper Agudelo, sentó plaza de excelente y ejemplar esposa, y fue madre de cuatro niñas: Carolina y Pepita, que murieron de crup; Bertilda, que murió religiosa de la Compañía de María bajo el nombre de la Madre María Ignada, y Blanca. Es de advertir que cuando doña SOLEDAD contrajo matrimonio, su esposo, si bien figuraba por la actividad intelectual, el brío periodístico y la facilidad de la pluma, navegaba todavía en los alborotados y peligrosos mares de la duda y de la negación, tenía a honra llamarse librepensador, buscaba con ahinco la verdad en el campo religioso y en el político y social, desplegaba con gallardía las alas de la investigación, cultivaba asiduamente la amistad con literatos espiritualistas y honrados, tales como MarroqUín,CarrasquilJa, Vergara y Manuel Pombo, y poseía sinceridad suficiente para afrontar de lleno la discusión seria y 61 el estudio sostenido sobre asuntos relacionados con los fundamentos de la revelación cristiana. ¿Qué hacía entre tanto la prudente esposa? Callar, valerse de la mañosa insinuación, de la palabra cariñosa y comedida y sobre todo de la ferviente oración. Ella tuvo siempre en su favor los vínculos nunca relajados de la sólida .amistad conyugal, la atención delicada del amante y caballeresco compañero de su vida. En su Historia de una alma nos habla lo suficiente el doctor Samper de aquellas afectuosas relaciones y de los gustos comunes de los dos esposos, que tuvieron en sus viajes aficiones comunes, un punto obligado de contacto: el campo de las letras, el interés por las bellas artes. y si él era elocuente y fecundo escrit<?r, ella sabía ejercitar la pluma con maestría, de lo cual dio muestra cabal en varios periódicos sostenidos exclusivamente por ella y destinados a cooperar a la instrucción y cultura femeninas, entre ellos La Mujer. Poseía dofia SOLEDADgran caudal de instrucción, no sólo en literatura, sino también en historia hispanoamericana, y particular criterio en todo lo que se roza con lq biografía de los grandes caudillos políticos y militares de la Conquista y de la Emancipación. En su trato no se revelaba la mujer bachillera, pedante y fastidiosa; distinguíase, por el contrario, por la sencillez y la modestia, por esa agradable facilidad que la mujer verdaderam~l1te. civilizada emplea de continua en el trato con sus huéspedes, por poco letrados que sean. Era una señora de piedad nunca desmentida. (La Familia Cristiana. Medellín). ".----.--------------------""lh 62 'j)oña Soledad llcosta de 5amper En el horizonte colombiano acaba de desaparecer esta estrella de primera magnitud, el 17 de los corrientes. Contaba la señora SOLEDAD ACOSTA setenta y nueve años de edad, y es acaso la joya de mayor valía de que en su sexo haya podido ufanarse nuestra patria durante todos'los siglos de su existencia. Su ilustración y su piedad forman el pedestal de su grandeza y sellan su pasaporte para la inmortalidad. No ha habido entre nosotros escritora tan fecunda, y lo que más realza su mérito es que todas sus obras fueron inspiradas por el patriotismo, el interés por la educación dt1 la mujer y el amor a la virtud. No son, pues, las suyas, sólo monumentos de literatura, sino producciones de una alma eminentemente cristiana y deseosa en gran manera del engrandecí miento y prosperidad de su patria, cuyas glorias se complació en dar a conocer al mundo. Desde la Madre Francisca del Castillo, la Santa Teresa colombiana, no registran nuestros anales escritora más correcta ni que más compitiera con ella en fluidez y galanura. Apasionada imitadora de los clásicos, su estilo no se contaminó con los vicios que marcan la decadencia de la literatura patria, sino que se mantuvo siempre a grande' altura. La Providencia la dotó de un entendimiento vigoroso y de un juicio recto que hacen de,ella una singularidad entre las notabilidades de su sexo y la colocan al lado de los pensadores más ilustres. Pero la verdadera grandeza de la mujer debe buscarse en el hogar. Allí fue la señora SOLEDAD ACOSTApor muchos conceptos la mujer fuerte que supo labrar la felicidad de su esposo y de sus hijos, la matrona cristiana Rttutrdos y 63 bOttUUilltS que embalsamó el recinto sagrado de la familia con el aroma de sus virtudes y cimentó en él la verdadera paz, la que se funda en unas mismas aspiraciones y cree"ncias y une los corazones con un mismo amor bajado del cielo. Colombia le debe en mucha parte la conversión al seno de la Iglesia de uno de sus más distinguidos literatos, publicistas y políticos, don José María Samper.j Tánto pueden las oraciones y lágrimas de una esposa cuando sus acciones virtuosas son a un mismo tiempo constante apo-' logía del cristianismo de irresistible elocuencia! Así lo reconoció su afortunado y digno esposo, quien al hacer el relato de su vida encarece· cuánto influyeron, en el cambio de ideas que se obró en su espíritu, las cualidades morales que la piedad atesoró en el alma de su amable compafiera. Muy bien hubiera podido sostener con él polémicas religiosas, pero no es por este medio por el que se conquistan las almas, y acaso con ellas hubiera impedido el triunfo que obtuvo con sus silenciosas plegarias y mudos ejemplos. Su caridad dejó entre los menesterosos recuerdos imborrables y gratitud eterna, y no cabe dudar que sus obr.as de beneficencia le han merecido una corona inmarcesible, infinitamente superior a la que su nobleza, il~stración y demás títulos pudieron conquistarle. Entre sus muchas larguezas merece especial memoria la donación que hizo para la Casa de San Antonio de Bogotá de la cuantiosa herencia que le deiaron sus oadres en el Municipio de Ouaduas. Siempre es prematura la muerte de los buenos. Colombia jamás deplorará demasiado la pérdida de esta gloria nacional, ni la Iglesia dejará de sentir hondamente la desaparición de tan esclarecida y virtuosa hija. _____ •. __ • __ •• _ ... _ •• v •• (Boletín Diocesano. Tunja) 64 Soltdad JltQsta dt Samptr 1)ofia Soledad ~c;osta de Samper Murió el 17 de los corrientes en Bogotá esta distinguidisima señora, cuyo nombre se dilató por todos los ámbitos del país y aun fuéra de él, como escritora de gran mérito y dama de excelsas virtudes religiosas y sociales. Hija de un ptócerehistoriador ilustre, esposa y viuda de un orador y escritor eminentísimo, di gnamente supo llevar sobre su frente las dos dia demas haciéndolas refulgir con la luz de su propio genio, y hermoseando y enalteciendo con la realeza de su pensamiento y la bondad de su corazón la pluma que de uno y otro recibiera para emplearIa en el bién y en la gloria de la nación. Más que un duelo social, la muerte de la señora DE SAMPER es duelo de la literatura, y duelo no solamente de Colombia sino de las naciones suramericanas, de cuya historia fue narradora insigne. o (El Doctrinario. Bucaramanga) La señora Soledad llcosta de Samper La escritor.a más fecunda y de más vasta ilustración que haya tenido Colombia, ha colmado de luto la República de las letras patrias con su eterna despedida. La ac... tividad en el trabajo de la señora DE SAMPER era asombrosa y ejemplar. Las veces que tuvimos la suerte de acercamos a su casa la encontramos siempre con la pluma en la mano escribiendo Iibros~ Rtcutrdo$ V bomtnaju 65 Nos hablaba en tono tan convencido y de manera tan agradable acerca del tema que tenía entre manos, que gozábamos en oírla, y sólo nos despedíamos por el convencimiento de que le hurtábamos su precioso tiempo, que tánto valía para aumentar el caudal de las letras colombianas. El Campesino le debe muchos estímulos a la ilustre dama bogotana, y hoy va a colocar sobre su tumba la fresca corona de abundantes siemprevivas, y fervoroso va también a agregar a su epitafio esta sencilla frase : «Felices los que mueren cumpliendo su deber y dejan obras monumentales que inmortalicen su memoria». (El Campesino. Tabio) tolombia Doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, matrona virtuosa e ilustre escritora colombiana, falleció en Bogotá el 17 de marzo último, a la avanzada edad de setenta y nueve alios. Dolia SOLEDAD escribió más de cincuenta libros, fundó muchas revistas y periódicos y colaboró en numerosos periódicos de su patria y del exterior. Su-faíiecimfento es motivo de justo duelo para las letras españolas. ¡Paz a su tumba! (El Hogar Cristiano. Guayaquil). 9 66 Soltdad Jlcosta dt Samptr 1)uelo de las letras Honda sensación de pena ha causado en nuestra culta sociedad la muerte de la ilustre escritora colombiana dofía SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, tan conocida como celebrada en los centros literarios americanos. Esposa del eminente literato colombiano sefíor doctor José María Samper, honró el nombre de su difunto esposo sosteniendo en alto la bandera de la moral y de la justicia, con clara inteligencia y fortaleza de alma. Los estudios históricos cautivaron los días de su meritoria existencia, difundiendo la luz de sus interesantes trabajos, en libros, folletos y en la hoja periódica, todos encaminados a doctrinar a las familias, culminando en sus escritos el más puro sentimiento de amor a nuestra heroica tradición y el más fervoroso culto de reverente admiración a nuestro excelso Libertador y al olímpico gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. La sefíora ACOSTADE SAMPERfue laureada por la Academia Nacional de la Historia en la justa literaria que se celebró en el centenario del ínclito cumanés, y era miembro correspondiente de la misma Academia, en la República hermana. La muerte, pues, de tan notable escritora, que fue gala de la sociedad bogotana y apóstol incansable en la, difusión de las verdades históricas, es motivo de justo duelo para las letras americanas. Unidos nosotros a la distinguida escritora por comunidad de sentimientos y de ideales, depositamos esta rama de ciprés sobre la tumba que guarda s.us despojos mortales. (El Tiempo. Caracas) .----------,-------------" 67 Soledád ilcosta de Samper Acaba de morir en Bogotá esta insigne escritora, la más fecunda-no sólo de Colombia sino de todo el Nuevo Mundo. La muerte la ha sorprendido en plena actividad, cuando daba la última mano a la Historia de América, que será, sin duda, la de mayor aliento de sus producciones, que pasan de medio centenar. La señora ACOSTA había nacido en la mencionada capital, setenta y nueve años atrás. Fue hija del sabio don Joaquín Acosta, General de ingenieros, naturalista, geógrafo, historiador, diplomático y una de las figuras más eminentes de los primeros tiempos de la República. Muy niña se trasladó con sus padres a Europa, desde donde empezó a enviar correspondencias para los p'eriódicos y revistas de Colombia, en los cuales siguió colaborando asiduamente, con los seudónimos de Aldebarán, Bertildá, Andina y Renato. De regreso a la patria contrajo nupcias con don José María Samper, literato, periodista, poeta, jurisconsulto y político, que por el número de las obras de todo género que escribió y publicó no. ha tenido rival en Colombia y es el Tostado de esa nación. Samper fue Ministro colombiano en Chile, en 1884, y -durante- su permanencia- enSaniiago c'ontribuyó a ia fundación de la Academia chilena correspondiente de la Real española de la lengua. Los esposos Samper-Acosta se trasladaron en 1857 a Europa, en donde él estuvo, por espacio de cinco años, de primer Secretario de la Legación de Colombia en París. El 1862 regresaron a América y fijaron, por un año, su residencia en Lima. donde el doctor Samper tuvo ac- 68 Soltdad Jlcosta 4t Samptr tiva participación en la redacción de El Comercio, y con la sola colaboración de su esposa redactó la Revista de América. Vueltos a Colombia, ambos continuaron dedicados de lleno a labores intelectuales. La señora ACOSTA DE SAMPER escribió numerosas novelas, la mayor parte de carácter histórico, publicó varias revistas, y desde 1880 se entregó con empeño a las investigaciones históricas. Poco tiempo después de haber quedado viuda, en 1891, se trasladó de nuevo a Europa, con sus hijas; y fijó su residencia en París, para continuar allí su infatigable labor de escritora. Con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América, fue nombrada por el Gobierno de Colombia Delegado oficial a los diversos Congresos históricos que por entonces se celebraron en la Madre Patria, y publicó un tomo de las memorias presentadas por ella en esas eruditas asambleas, sobre asuntos relacionados con la historia del continente americano, con la aptitud de la mujer para ejercer todas las profesiones y con el periodismo hipanoamericano. Desde hacía quince años residía nuevamente en Bogotá, embebida en la noble tarea de enriquecer la bibliografía americana. Era miembro correspondiente u honorario de diversas sociedades literarias, científicas e históricas de Europa y de América. Su enorme producción literaria comprende veinticinco novelas, casi todas de carácter histórico o legendario, historia, biografía, viajes, cuadros de costumbres, crónlcas, dramas y comedias, cuentos, etc., y además, tres publicaciones periódicas y varias traducciones de novelas. La mayor parte de sus escritos constan en volúmenes separados, editados en Bogotá, Curazao, París, Madrid, Bruselas y otros centros y en periódicos y revistas. 69 Entre sus novelas figuran algunas de costumbres sudamericanas, como Teresa la limeña y El esclavo de Juan Fernández, que fue publicada en París, en lengua francesa. (El Mercurio. Santiago de Chile). Lamentamos tener que anotar la desaparición de la escena del mundo, en el mes de marzo, en Bogotá, de la señora doña SOLEDÁD ACOSTA DE SAMPER, una de las damas más ilustres de las tres Américas. Hace mucho tiempo que esta insigne señora se conocía como talentosa y erudita escritora, y sus obras, así como los artículos que publicaba en las revistas, se han leído con verdadera avidez en todos los países hispanoparlantes. Colombia, 'su patria natal, ha lamentado especialmente la pérdida de una hija tan ilustre y venerable, y aunque ya había llegado a la avanzada edad de setenta y nueve años, sus innúmeros amigos y admira.dores esperaban sinceramente que su preciosa vida se prolongara todavía más. La señora ACOSTA DE SAMPER era hija del historiador don Joaquín Acosta, de quien heredó la vocación y gusto literarios. Contrajo matrimonio con el señor don José M. ~am~er, distinguido es~~it_or_y. político, y, como era na- . tural, su habilidad se ensanchó y aumentó cada día más por virtud del simpático y estimulante medio ambiente en que se hallaba. Después de su enlace fundó una revista intitulada La Mujér, la cual dirigió y publicó desde 1878 hasta 1881. En esta revista aparecieron algunos de sus trabajos, tales como La mujer en la civilización, Los misioneros en el Nuevo Reino de Granada, Una holandesa en América y otros 70 SOltdad .Reosta dt Sam))tr muchos libros de índole histórica, así como novelas que son verdaderos cuadros de costumbres sudamericanas, todos los cuales tuvieron gran aceptación y le dieron a la esclarecida escritora imperecedera fama. La triste realidad es que la república de las letras ha perdido a una notable literata, pero sus obras siempre serán un recuerdo de su gran talento, y su ejemplo podrá seguirlocon provecho la juventud de ambos sexos, no sólo de Colombia sino también de toda la América Latina, donde tiene tántos lectores y admiradores (Boletín de la Unión Panamericana. Washington). Soledad ilcosta de Sarnper En Bogotá (Colombia) ha fallecido a los setenta y nueve años la ilustre escritora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, esposa que fue del gran tribuno colombiano don José María Samper. Dicha señora tenía gran cultura y talento, y había publicado infinitas obras de literatura, historia y crítica. En Bogotá y en toda la América Latina su nombre gozaba de gran popularidad. Pertenecía a la Academia colombiana de la Historia, y vino a España formando parte de la comisión americanista que, hace ya algún tiempo, se reunió en Huelva. La muerte de esta eminente escritora ha producido gran sentimiento en toda la América del Sur. (El Liberal. Sevilla) 71 Soledad 1\costa de Samper Los periódicos de Bogotá nos traen la noticia: de la muerte de SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, la eximia es,critora colombiana, ocurrida en aquella capital el 17 de marzo último. Muere SOLEDADACOSTAa los setenta y nueve años; había nacido en Bogotá; era hija del historiador Joaquín Acosta y esposa del doctor José María Samper. Se dedicó SOLEDADACOSTAa la vida literaria desde los albores de su juventud. Fundó en Bogotá un periódico: La Mujer, en cuyas columnas publicó numerosos trabajos, que transformó en volúmenes, muy leídos en su patria y en el resto del continente. Viajó mucho por el viejo mundo, publicando numerosos volúmenes de sus impresiones. Ha publicado varias decenas de novelas; una de ellas, El esclavo de Juan Fernández, en francés. Hacía treinta años que la señora DE SAMPERse había consagrado a la historia, escribiendo no pocos y muy interesantes volúmenes. El- gobierno de Colombia la nombró representante al Congreso de americanistas que se reunió en España en conmemoración del cuarto centenario del descubrimiento de América. ., Dentro y fuéra de su patria tenía SOLEDADACOSTAuna granrepuÍación, bien merecida por cierto. Su actividad era extraordinaria y hasta sus últimos años trabajó con laboriosidad incansable, sin que se notara la me~or perturbación ni el más mínimo cansancio en su espíritu privilegiado. Con SOLEDAp ACOSTADE SAMPER desaparece la más notable escritora de Colombia y una de las más gloriosas figuras de la intelectualidad femenina de América. (El Comercio. Lima). .(I-----------------------~ 72 Soltdad Jlcosta dt $amptf Soledad 1\costa de Samper Esta eminente historiadora colombiana ha dejado de existir en Bogotá, rodeada del respeto y de la admiración de todos. La literatura, la poesía, la historia le deben páginas brillantes. En esos campos descolló su inteligencia, que era muy grande, y dio a conocer su ilustración vastísima. Colombia pierde una de sus glorias auténticas; la sociedad una de sus mejores galas. Deshojamos las rosas de nuestro respeto ante la tumba de SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER y enviamos a sus deudos nuestro sincero saludo de pésame. (Colombia. Cádiz, España). Soledad llcosfa de Samper En Bogotá (Colombia) ha fallecido a los setenta y nueve años la ilustre escritora doña SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER,esposa que fueIdel gran tribuna colombiano don José María Samper. Dicha señora tenía gran cultura y talento, y había publicado infinitas obras de literatura, historia y crítica. En Bogotá y en toda la América Latina su nombre gozaba de gran popularidad. Pertenecía a la· Academia colombiana de la Historia, y vino a España formando parte de la comisión americanista que, hace ya algún tiempo, se reunió en Huelva. La muerte de esta eminente escritora ha producido gran sentimiento en toda la América del Sur. (FIgaro) .•------_._---------------- ..•. R~cu~rdosy bom~1tal~s 73 Muerte de una colombiana ilustre En Bogotá (Colombia) ha fallecido, a los setenta y nueve años de edad, la ilustre escritora doña SOLEDADAcosTA DE SAMPER,hija del hombre de Estado colombiano, historiador y geógrafo don Joaquín Acosta y esposa del conocido escritor don José María Samper. Durante muchos años fue conocida en la Prensa bogotana con los seudónimos de Aldebarán, Bertilda, Andina y Renato, y. se deben a su pluma los siguientes trabajos históricos: El Nuevo Reino de Granada, Literaturas' francesas y Galería de mujeres virtuosas. Publicó en Bélgica un volumen titulado Novelas y cuadros de la vida sudamericana, y tres novelas: Dolores, Te-· resa la limeña y El corazón de la mujer. Ta¡pbién es autora de otras numerosas novelas, entre las cuales figuran Los hidalgos de Zamora, Historia de dos familias, Las dos reinas de Chipre y Constancia. Sus trabajos históricos y biográficos son numerosos. La señora ACOSTA DE SAMPER estuvo en España en 1892, representando al Gobierno de su país en los Congresos americanistas, literario y pedagógico, celebrados en ocasión del cuarto centenario del descubrimiento de América. Perteneció a la Academia de Caracas. L¡¡- niuertede tán precIara mujer ha producido en Colombia gran sentimiento, acordando el Gobierno se tributaran a su cadáver honores extra.ordinarios. Al sobrino de la señora ACOSTA DE SAMPER, el colombiano don Max Gutiérrez Rubio, nuestro querido amigo, residente en Sevilla, en·viamos el testimonio de nuestro pesar por tan dolorosa pérdida. (Sevilla)