3 de noviembre de 2010 OBSERVACIONES PRELIMINARES Propuestas técnicas para la gestión de residuos sólidos urbanos – Ciudad de La Plata El presente documento realiza algunas observaciones generales sobre las propuestas técnicas presentadas por empresas y U.T.E. (Uniones Transitorias de Empresas) en el marco de la licitación pública nacional e internacional Nº 1/2010 “Contratación de la prestación del servicio público de tratamiento integral de residuos sólidos urbanos (RSU)”, de la Ciudad de La Plata, como miembros del Órgano de Consulta de la Comisión de preadjudicación del servicio que cubrirá a la Ciudad de La Plata y Municipios integrantes del Consorcio Región Capital. Destacamos no sólo la convocatoria para participar del proceso sino también el amplio abanico de organizaciones e instituciones convocadas para comentar sobre las eventuales soluciones a la gestión de los RSU. Debido al limitado tiempo para el análisis de las propuestas, este documento no pretende agotar todas las consideraciones sobre las mismas. Las siguientes observaciones se basan en los lineamientos generales establecidos en el pliego de licitación y las propuestas técnicas de los tres concursantes: Ecoservicios Urbanos (U.T.E), Construcciones Málaga S.A. y SANEA, Tratamiento de Residuos S.L.U; ESUR S.A. y Emprendimientos MGM S.A. (UTE). Observaciones generales Acorde a los criterios establecidos en el pliego de llamado a licitación pública para la prestación del servicio público de tratamiento de RSU y a las propuestas presentadas por las empresas, queremos realizar algunas observaciones generales, que hacen al contexto de la licitación, así como comentarios particulares sobre las propuestas: y BASURA CERO: La iniciativa para la construcción y operación de una planta de tratamiento de RSU se le ha dado el nombre públicamente de “Basura Cero” por el supuesto objetivo de buscar el “enterramiento cero” de residuos. Sin embargo, es necesario ser precisos en que “Basura Cero” es un modelo de gestión integral de residuos basado en “el principio de reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas, por medio de la adopción de un conjunto de medidas orientadas a la reducción en la generación de residuos, la 1 separación selectiva, la recuperación y el reciclado”. 1 Ninguna planta puede ser denominada en sí misma como “Basura Cero. Por otro lado, si se evita el enterramiento de residuos mediante la incineración o destrucción termoquímica de los mismos, tampoco puede considerarse ese desvío de residuos como un aporte a las metas de Basura Cero 2 . En este sentido, Greenpeace considera que la Ordenanza 10.661 vigente en la Ciudad de La Plata debe incluir metas específicas de recuperación de materiales para reinsertarlos en el circuito económico y evitar que sean enterrados o destruidos/incinerados. De este modo se convertiría a dicha Ordenanza en una verdadera normativa de “Basura Cero”. Fijar metas y plazos es fundamental para el diseño de políticas de largo plazo y en las que se hace necesario establecer una dirección clara hacia la cual distintos sectores deben confluir, como es el caso de los servicios de recolección y disposición de RSU, industrias de reciclado y recuperación, generación de mercados para insumos recuperados, etc. También permite ir comprobando, a lo largo del tiempo, si los esfuerzos que se realizan son suficientes o eficaces, si efectivamente contribuyen a reducir el enterramiento o la incineración, e introducir ajustes si fuese necesario. En un programa de “Basura Cero” es vital que las metas se adopten en términos de reducción de la cantidad de materiales que se envían a enterramiento o incineración, adoptando un año de referencia, y no en cuanto a cantidad de materiales que se reciclaron, para que sea realmente indicativa de los objetivos que se buscan: reducción en la generación, reciclado y recuperación. Conociendo lo ya avanzado en la implementación de la Ordenanza 10.661 es que consideramos sumamente muy importante dotar a la misma de metas claras de reducción de la disposición final de RSU. Proponemos el siguiente cronograma: adoptando como valor de referencia lo enviado a rellenos durante el año 2010, una reducción del 50% para el 2015, del 75% para el 2020 y que en el año 2025 no se envíen a enterramiento o incineración residuos aprovechables, reciclables o compostables. Sería esperable se impulsen ordenanzas semejantes en todas las localidades que conforman la región Capital, para potenciar el éxito de un modelo de gestión sustentables de los residuos. y PLANTAS DE SEPARACION MECÁNICA: Las plantas de separación mecánica de residuos como las que se proponen para gestionar en el futuro los residuos de la ciudad de La Plata y la región Capital por los próximos 20 años 1 Ley Nº 1854 de Basura Cero de la Ciudad de Buenos Aires. Noviembre de 2005. Por ejemplo, la Ley 1854 de Basura Cero de la Ciudad de Buenos Aires prohíbe la incineración y combustión hasta que no se haya logrado una disminución considerable, del 75% del enterramiento de los RSU. 2 2 (en algunos casos llamadas Plantas de Tratamiento Mecánico y Biológico -MTB, por sus siglas en inglés-) deben integrarse como un eslabón más en una política de Basura Cero. Son una opción viable cuando: 9 Constituyen un apoyo a las políticas y programas de minimización en la generación, reciclado y reducción de enterramiento de residuos, sin reemplazar o desviar fondos de estas políticas. 9 Se consideran como una alternativa para maximizar el reciclado de materiales, nunca como una política en sí misma. Resultan poco viables cuando no se ha alcanzado, como mínimo, un 50% de recuperación de materiales a través de separación en origen y recolección diferenciada. 9 Son de baja escala y forman parte de una estrategia integral cuyo objetivo es la reducción a cero en disposición final (enterramiento e incineración). 9 No generan RDF (Combustible Derivado de Residuos) o CSR (Combustible Sólido Recuperado) ya que es un insumo que luego será utilizado en plantas de incineración convencional, en otros procesos termoquímicos o plantas térmicas o cementeras. La incineración de residuos, con o sin recuperación de energía, no es una opción viable de gestión de residuos ya que genera emisiones de sustancias tóxicas que afectan al ambiente y a la salud de la población, supone un derroche de recursos, además de ser una modalidad ineficiente de recuperar energía y para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el RDF está compuesto mayormente por papel, plásticos, textiles y madera, por su mayor poder calorífico, todos materiales fácilmente reciclables con separación en origen. La experiencia internacional indica que este tipo de plantas de separación de RSU, con bajos niveles de separación en origen, sólo logran recuperar un porcentaje limitado de residuos inorgánicos y producen, a partir de ellos, un compost de baja calidad. Plantearse como objetivo para el primer año de funcionamiento de la planta un 70% de “recuperación” de residuos es algo muy poco probable. y GENERACION DE ENERGIA: Salvo en el caso de la generación de biogás a través del proceso de digestión anaeróbica, todas las alternativas para generar energía de los RSU, ya sea a través de la incineración convencional con recuperación de energía o con tecnologías alternativas de tratamiento termoquímico de los residuos, generan emisiones de sustancias tóxicas que impactan en el medio ambiente o no están debidamente probadas como tecnologías para el tratamiento de RSU. Además, poseen muy bajas chances de ofrecer un balance energético favorable y, por ende, en cuanto a reducción de gases de efecto invernadero. En el siguiente cuadro se puede observar las tecnologías actualmente existentes y otras en etapas de maduración para lograr energía a partir de residuos. Como puede verse, el grupo de tecnologías modernas plantean un interesante futuro asociado a insumos lignocelulósicos homogéneos. 3 El único modo de obtener energía limpia de los RSU es a través de la correcta separación en origen, obteniendo una buena separación de la porción orgánica (biomasa húmeda) y someterla a un proceso de fermentación anaeróbica para obtener biogás. Todas las otras tecnologías para obtener biocombustibles se aplican a residuos especiales y homogéneos, tales como los residuos de la industria maderera (lignocelulósicos). Incineración convencional de quema masiva de RSU con generación de energía. Debe alertarse que se generarán nuevos problemas ambientales y sociales, se desincentiva la minimización de la generación de residuos y es incompatible con programas de recuperación, reciclaje y compostaje que valoricen los materiales desechados. La incineración de residuos libera al medio ambiente contaminantes tóxicos gaseosos (a través de los gases de chimenea y de emisiones fugitivas), líquidos (efluentes de los dispositivos de lavado de gases) y sólidos (cenizas y filtros) y otras sustancias que todavía no han sido debidamente identificadas ni estudiadas. El monitoreo de emisiones tóxicas sólo controla algunas y no todas las emisiones tóxicas que producen las plantas de incineración. Además, las mediciones se realizan una vez al mes o al año, durante un momento del día y en condiciones óptimas. Los resultados no reflejan, entonces, el verdadero funcionamiento de las plantas durante todo el año. 4 Los dispositivos de control de contaminación de las nuevas plantas de incineración, como los filtros de aire, capturan y concentran algunos de los contaminantes, pero no todos, y además, no los eliminan. Por este motivo, deben contar con rellenos de seguridad para disponer estos desechos, por lo que no son una alternativa real a un relleno sanitario. Tecnologías de tratamiento termoquímico para obtener energía o combustibles. No han demostrado ser una opción viable desde el punto técnico, ambiental y económico en el caso de los residuos sólidos urbanos. Existen pocas plantas que operan comercialmente a escalas significativas, por las dificultades que plantea la composición física heterogénea de los RSU. A diferencia de los residuos homogéneos u orgánicos, esta variabilidad complejiza y obstaculiza el buen funcionamiento del proceso. Aunque estas tecnologías tienen hoy mucha publicidad, lo cierto es que en los últimos años muchas plantas no lograron superar la etapa de prueba o debieron cerrar por diversos problemas operativos tales como explosiones e interrupciones en el funcionamiento. Se pueden mencionar, además, las emisiones de sustancias tóxicas por encima de los valores prometidos por las empresas o de los niveles permitidos por la legislación, por ejemplo como sucedió en Alemania, Australia, Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Muchos anuncios y proyectos no prosperaron y fueron rechazados en ciudades de Estados Unidos y Europa por falta de evidencias de las supuestas ventajas, básicamente, en lo referido a la reducción de emisiones de sustancias tóxicas, su mayor eficiencia energética frente a la incineración convencional y la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Por otro lado, la propuesta realizada por una de las empresas para obtener diesel sintético de los residuos con la tecnología de despolimerización catalítica se encuentra en etapa de prueba. Los procesos en la despolimerización catalítica involucran complejas reacciones y mecanismos que según la bibliografía existente han sido utilizadas con éxito los últimos 60 años (por ejemplo, el cracking catalítico, reforming, etc.) pero por la industria petrolera. No hay antecedentes fuera del campo experimental que demuestren que estas tecnologías funcionan con residuos sólidos urbanos. No existen plantas operando con esta tecnología en una escala significativa con residuos sólidos urbanos. Tampoco hay antecedentes de tecnologías que puedan remover el 100% de contaminantes clorados y los metales, como para confirmar que se trata de opciones “limpias”. Según la información disponible, el resultado en término de emisiones siempre es el mismo aunque traten plásticos, residuos orgánicos húmedos o solventes clorados. Sobre todo si tenemos en cuenta que, por ejemplo, la formación de dioxinas y furanos es un complejo de reacciones, asegurar la no presencia de estos compuestos, cuando no se conoce la composición del insumo tratado, es más una expresión de deseo más que una certeza. 5 Ninguna planta o máquina hace desaparecer los residuos domiciliarios y los transforma mágicamente en energía sin impactos ambientales que afecten la salud de las comunidades vecinas. Los incentivos a la incineración o la combustión de RSU en cualquiera de sus formas, alientan la destrucción de los materiales que componen los RSU. En cambio, se debería invertir en prácticas probadas que resguardan el medio ambiente y recuperan los valiosos materiales que componen los RSU. Sólo las políticas y programas de minimización y reciclado de residuos no generan contaminación ni afectan a la salud, recuperan recursos que no deberían derrocharse, reducen el consumo de energía y disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero. 6