DEL FOLKLORE AL MECANISMO MOLECULAR: EL EJEMPLO DE AJOENE ELIADES LEDEZMA y RAFAEL APITZ-CASTRO Ancient traditions, when tested by the severe processes of modern investigations commonly enough fade away into mere dreams; but it is singular how often the dream turns out to have been a half-waking one, a presaging reality. T. H. Huxley parte del interés científico puro, las plantas, históricamente, han servido como fuente y modelo en el desarrollo de drogas, fundamentalmente por tres razones: 1. En los últimos 30 años, no menos del 25% de las drogas que se prescriben en los países desarrollados contienen compuestos bioactivos que todavía son extraídos de plantas. 2. Compuestos, extraídos de plantas que pueden ser tóxicos o con poco poder farmacológico, sirven como modelos estructurales para el desarrollo de nuevas drogas. 3. Un creciente número de compuestos naturales son de gran utilidad como herramientas bioquímicas y/o farmacológicas para elucidar procesos biológicos relevantes. Básicamente, se utilizan tres enfoques generales para el desarrollo de drogas derivadas de plantas: 1. Evaluaciones fitoquímicas en búsqueda de constituyentes que contengan determinados grupos químicos de compuestos (alcaloides, triterpenos, glicósidos, etc). 2. Selección de plantas que contengan determinados compuestos químicos, y evaluación por bioensayos. 3. Selección de plantas basadas en el Folklore, es decir en la “sabiduría popular y en la tradición oral”. Este último enfoque es el que proporcionalmente ha dado los mejores resultados. Un ejemplo interesante los constituye el Allium sativum, denominado en castellano Ajo. Las leyendas y simbolismos en el folklore del ajo son numero- sos, variables y a menudo ricos en hechos y fantasías. El ajo fue domesticado por lo menos hace siete mil años en los bien regados deltas del Nilo y el Ganges. Desde entonces, en muchas culturas su uso culinario se ha extendido como condimento y como preservativo. Debido a su olor penetrante y su aroma persistente, el ajo, como condimento, evoca emociones y respuestas sociales variadas. Probablemente ningún otro alimento ha sido visto con mayor ambivalencia y como fuente de sarcasmo y prejuicio como el ajo en la cultura occidental, y en especial la anglosajona. Ya Horacio, en su Tercera Epoda escribía: PALABRAS CLAVE / Ajoene / Plantas Medicinales / Antiplaquetario / Elíades Ledezma: Licenciado en Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela en 1984. Magister Scientiarum en Biología, mención Bioquímica en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) en 1992. Profesor fundador de la Cátedra de Bioquímica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente (UDO) y fundador del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Salud (CICS) en el cual es Investigador activo en la actualidad. Es Colaborador Visitante del Laboratorio de Trombosis Experimental del Centro de Biofísica y Bioquímica del IVIC. Ha sido reconocido como Profesor Meritorio por la Comisión para los Beneficios Académicos (CONABA) y por el CNU en las dos convocatorias realizadas. Es miembro del Programa de Estímulo al Investigador (PEI-UDO) y del Sistema de Promoción al Investigador (SPI-I) del CONICIT. Recibió en 1996, como co-autor, el premio al mejor trabajo cient(fico de la UDO en el área de Ciencias de la Salud. Sus áreas académicas de interés están centradas en epidemiología de la leishmaniasis, epidemiología del escorpionismo y en las potencialidades terapéuticas del ajoene. Dirección: Centro de Investigaciones en Ciencias de la Salud, Instituto de Investigación y desarrollo Anzoátegui, Universidad de Oriente, Núcleo de Anzoátegui, Apartado 4327 Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, Venezuela, Tel.: + (58 081) 679381/680430 Fax: 679381. Rafael Apitz-Castro: Dr. en Ciencias Médicas de la Universidad Central de Venezuela (1962). Ph. Sc. mención Bioquímica, (IVIC 1972). Estudios postdoctorales en el Instituto Max Planck de Química Celular (Prof. Feodor Lynen), Munich, Alemania (1964-68). Investigador en el Centro de Biofísica y Bioquímica del IVIC desde 1969. Actualmente Investigador Titular, Emérito, Jefe del Laboratorio de Trombosis Experimental del Centro de Biofísica y Bioquímica del IVIC. SPI-III desde 1994. Premio Lorenzo Mendoza Fleury otorgado por la Fundación Polar, 1989. Fellow de la Fundación John Simon Guggenheim, 1989. Areas de interés académico: Fisiología y farmacología plaquetaria, factores de riesgo aterotrombóticos, anticoagulantes naturales. Dirección: IVIC, Ap. 21027, Caracas 1020-A, Venezuela. Tel. +(582) 504-1218/ 1207, Fax: 504-1093, e-mail rapitz@ivic.ivic.ve. JUL - AUG 1998, VOL. 23 Nº 4 0378-1844/98/04/227-05 $ 3.00/0 227 El ajo es el manjar de los labradores…! Para mí resulta un veneno, el obsequio de alguna hechicera perversa! Abrasa mi organismo como el sol de Apulia, igual que la prenda de Neso destruyó a Heracles. Oh, Mecenas, si por capricho probáis alguna vez esta hierba, que vuestra amante se niegue a besaros y escape de vuestro abrazo para refugiarse en el rincón más apartado del lecho. Varios siglos después de Horacio, Anthony Burgess, en un artículo publicado en la revista Gourmet (Burgess, 1995), a diferencia de Horacio escribió: For a light luncheon I eat garlic cloves with salted tomatoes and British cheese (preferably Cheddar). Garlic has become part of my life. Any woman who breathes it, specially if she is elegantly dressed for the evening, her freshly washed black hair in a torrent vaguely redolent of woodsmoke, exudes a powerful erotic attraction. I have come a long way from the days when I thought garlic was something for Greek sailors and lepers. La publicidad sobre la eficacia terapéutica del ajo es abundante. Probablemente, en ausencia de algo mejor, en los últimos cuatro mil años, algunas de las pociones utilizadas, si no han curado, por lo menos han suministrado solaz y confort a millones de usuarios. Algunas de las pretensiones han sido descartadas en base a modernos métodos de estudio, mientras otras han encontrado bases moleculares firmes. Alrededor del 80% de estas investigaciones han sido publicadas en las ultimas dos décadas (Agarwal, 1996), y, en varias de ellas, se sugiere que diversos extractos de Ajo son útiles para prevenir la hipercolesterolemia, incrementar la actividad fibrinolítica e inhibir la agregación plaquetaria (Bordia, 1975, 1977, 1978; Bagursth, 1977; Samsom, 1982). Uno de los temas recurrentes en el Folklore del ajo gira alrededor de los efectos beneficiosos sobre el corazón y la sangre de una variedad de preparaciones alcohólicas. Esta creencia popular fue substanciada por estudios epidemiológicos de riesgo cardiovascular en grandes poblaciones, en la India (Sainani, 1979). Estos estudios indicaban claramente que realmente existía algo en el ajo a lo que valía la pena dedicar un esfuerzo serio de investigación. A comienzos de la década de los años ochenta, en el Laboratorio de Trombosis Experimental del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) se realizaban investigaciones bioquímicas, fisiológicas y farmacológicas 228 Fig. 1. Extructura planar de los isómeros E y Z del Ajoene. en plaquetas humanas en la búsqueda de conocimientos que permitieran entender los distintos mecanismos que a nivel molecular son responsables de la activación y la agregación de estas células durante la respuesta hemostásica primaria, que, en determinadas condiciones, pueden conducir a la formación de trombos y a la generación de procesos patológicos severos. Comprender estos mecanismos facilitaría la definición de estrategias para el desarrollo de agentes con potencialidades terapéuticas, en la prevención y en el manejo de los pacientes trombóticos. De allí el interés que se originó por los reportes antes mencionados, iniciándose entonces una investigación sistemática orientada a obtener e identificar el principio activo responsable de la actividad antiplaquetaria reportada para los extractos de ajo. Para el año 1982, se habían logrado purificar tres fracciones (F1, F2 y F3) con actividad antiplaquetaria, todas derivadas de extractos alcohólicos de Ajo; de ellas, la fracción F3 resultó ser significativamente la más activa, y, en 1983, se atribuyó su acción a un efecto a nivel de la membrana plasmática de la plaqueta (Apitz-Castro, 1983), lo que es confirmado posteriormente en plaquetas intactas (Rendú, 1989) y en membranas artificiales utilizando resonancia paramagnética de spin (Debouzy, 1989a). No transcurrió mucho tiempo para que la identidad química de F3 fuera dilucidada, y, en 1984, a través de un esfuerzo conjunto con M. K. Jain de la Universidad de Delaware y E. Block de la Universidad de Nueva York (Albany), quedó establecida la estructura química definitiva como [(EZ ) 4-5-9 tritiadodeca-1-6-11 triene 9-oxido] (Fig. 1) y se logró por primera vez su síntesis orgánica. Desde ese momento la fracción F3 es conocida por la comunidad científica mundial bajo la denominación popular de AJOENE (Block, 1986), un potente antiplaquetario capaz de bloquear la respuesta plaquetaria inducida por todos los agonistas conocidos [Colágeno, Difosfato de Adenosina (ADP), Epinefrina, Acido Araquidónico, Factor Activante de Plaquetas (PAF), Ionóforo A23187, Trombina, Forbol Miristato Acetato (PMA), Fluoruro de sodio (FNa,) etc.], siendo reconocido como el más potente antiplaquetario que se halla derivado del Ajo. Como acotación interesante, vale la pena destacar que el uso de la raiz castellana “AJO” fué una decisión unánime de todos los autores, mientras la terminación “ENE” indica la presencia de dobles enlaces en la molécula. Algunos autores utilizan la traducción “Ajoeno” cuando escriben en castellano, sin embargo, nosotros, en esta revisión, nos apegaremos al nombre trivial original de Ajoene. A partir de 1986, múltiples estudios sobre la actividad antiplaquetaria de Ajoene han sido realizados y en ellos se ha demostrado que la acción de este compuesto puede ser potenciada sinergísticamente por otros agentes antiplaquetarios como Prostaciclina y Forskolin (Apitz-Castro, 1986); así, también pudo verificarse que el efecto observado “in vitro” era reproducible “in vivo”: concentraciones de 15 a 20 mg/kg de peso en perros y conejos resultaron suficientes para suprimir la respuesta plaquetaria in- JUL - AUG 1998, VOL. 23 Nº 4 ducida “ex vivo” por Colágeno y ADP, (Ledezma, 1992); cuando la vía utilizada para la administración de la droga era la vía intravenosa el efecto era casi instantáneo, y cuando se usaba la vía oral, el efecto se comenzaba a visualizar despues de transcurrida media hora. A diferencia de lo observado “in vitro”, donde el efecto es prácticamente irreversible, “in vivo” la respuesta plaquetaria se recupera cuatro horas después de la administración de la droga. Estos resultados hacen del Ajoene un antiplaquetario potencialmente ideal para ser utilizado en aquellas circunstancias, generalmente agudas, donde se requiere de sistemas de circulación extracorpórea, ya que las superficies artificiales (oxigenadores, dializadores) inducen activación plaquetaria, formación de trombos, y disminución del número de plaquetas circulantes (trombocitopenia), conduciendo a trastornos hemostáticos primarios que prolongan el sangramiento y comprometen seriamente la recuperación del paciente. Diversos experimentos fueron realizados para evaluar la efectividad de Ajoene en este tipo de circuitos. Estudios “in vitro” demostraron que Ajoene permitía la recuperación de más del 90% de las plaquetas circulantes después de tres horas de contacto continuo con las superficies artificiales y, además, disminuía drásticamente la hemólisis inducida por estos circuitos (Apitz-Castro, 1986). Estos experimentos preliminares constituyeron la base para diseñar experimentos “in vivo”, utilizando perros mantenidos en circuito de circulación extracorpórea. Estos protocolos demostraron que también “in vivo”, el contaje plaquetario era preservado; además, la función plaquetaria se recuperaba entre la tercera y cuarta hora después del postoperatorio (Apitz-Castro, 1988). Los estudios “in vivo” continuaron y el efecto sinergístico encontrado “in vitro” también se reprodujo en perros: la combinación Ajoene-Dipiridamol a dosis que no ejercían ninguna modificación en la respuesta plaquetaria, logró disminuir hasta en cinco veces la dosis de Ajoene necesaria para bloquear la respuesta de agregación plaquetaria inducida “ex vivo” (Ledezma, 1992). La demostración del potencial antitrombótico de Ajoene se hizo utilizando el modelo porcino de trombosis experimental desarrollado por Lina y Juan Badimon, en la División de Investigaciones Cardiovasculares del Hospital Mount Sinai (NY). Se pudo evidenciar la efectividad “in vitro” y “in vivo” de Ajoene en la prevención de la formación de trombos dependientes de plaquetas en pared vascular moderada y severamente dañadas (Apitz-Castro, 1992, 1994). Simultáneamente, los mecanismos moleculares responsables de JUL - AUG 1998, VOL. 23 Nº 4 la acción del compuesto también estaban siendo estudiados, y se pudo demostrar siendo estudiados, que el Ajoene inhibía la unión de la molécula de Fibrinógeno a su receptor específico ubicado en la cara externa de la membrana plaquetaria (GP IIb-IIIa) sin modificar su afinidad y sin afectar la expresión de otros receptores, ni la interacción de ellos con su ligando (Colágeno, Epinefrina), ni los eventos bioquímicos en el interior de la célula (movilización de Calcio, metabolismo del Acido Araquidónico, etc.), lo que constituía un importante descubrimiento ya que para ese momento era la única molécula distinta a un anticuerpo monoclonal que podía ejercer este efecto (posteriormente se describrieron los péptidos RGDS que actúan por competencia con el fibrinógeno) (Apitz-Castro, 1986). Estos y otros estudios moleculares realizados han permitido la formulación de nuevas hipótesis para explicar el funcionalismo plaquetario. A este respecto, se ha postulado que la exposición de los receptores de fibrinógeno son el resultado de un evento exclusivo en la membrana plasmática, el cual esta asociado a la ocupación por su agonista de otro receptor en la membrana, (Apitz-Castro, 1991). Así mismo, otros autores han indicado que la unión del fibrinógeno a la GPIIb-GPIIIa inicia un proceso de tirosin fosforilación en las que están implicadas las tirosinquinasas (PTKs) y que precede a la agregación plaquetaria (Bachelot, 1992); a esta ruta que también es afectada por Ajoene, se le ha denominado segunda vía de activación (Villar, 1995, 1997). El hecho de que sólo el número de receptores de fibrinógeno activamente expuestos y no su afinidad sean afectados por el compuesto Ajoene, así como el de que no afecte las respuestas intracelulares anteriormente descritas, además de la potenciación sinergística que presenta con otras drogas antiplaquetarias, le confiere a esta molécula un carácter antiplaquetario muy especial que la convierte en un producto cuyas potencialidades deben ser plenamente evaluadas para ser utilizado en la farmacología antitrombótica en situaciones clínicas de carácter agudo (p. ej., cirugía con circulación extracorpórea). Considerando que la actividad antitumoral, citotóxica, antimicótica, antibacteriana y antiviral de diversos extractos de Ajo había sido documentada en la literatura, el interés de la comunidad científica por el ajoene no se hizo esperar. Diferentes grupos de investigadores alrededor del mundo, iniciaron estudios sistemáticos de la actividad biológica de Ajoene en diversos sistemas. En 1989, Debouzy demostró la actividad inhibitoria del compuesto Ajoene en el crecimiento de diversos tipos de células, como Streptococcus lactis, Escherichia coli, Saccharomyces cerevisae y en células de la línea HL60 y U938, reportando que las células más sensibles resultaban ser aquellas que presentaban un metabolismo más activo. Utilizando ratones como modelo experimental, se demostró un efecto inhibitorio en la promoción de tumores de piel inducidos por diversos agentes cancerígenos (Belman, 1989). Sharfenberg, en 1990, reportó que este novel compuesto ejerce un efecto citotóxico y citostático en la proliferación de cultivos celulares derivados del linfoma de Burkitt, enfermedad maligna que presenta una alta tasa de crecimiento. Aunque el mecanismo de acción citotóxica en estas células no ha sido claramente establecido, se ha sugerido que está relacionado con los efectos oxidativos que ejercen ciertos compuestos cuyos mecanismos de acción han sido descritos en términos de una ampliación en los constituyentes oxidativos, o en la interferencia de la homeóstasis del poder reductor (grupos SH), debido a efectos directos en el ciclo del glutatión (Sharfemberg, 1994). Sin embargo, la citotoxicidad de Ajoene en líneas celulares normales es sólo alcanzada en concentraciones que superan por lo menos en un orden de magnitud las requeridas para este mismo efecto en células con crecimiento desordenado, sugiriendo un efecto citotóxico selectivo que puede ser de gran relevancia para su utilización con fines terapéuticos (Sharfemberg, 1990). En 1991, Tadi demostró la inhibición producida por Ajoene en la aparición de carcinomas hepáticos inducidos por Aflatoxina B1 y, en 1996, Ishikawa reportó sus efectos antimutagénicos. Recientemente se ha demostrado que Ajoene es un potente modulador de funciones celulares dependientes de la integridad de la membrana, en células del sistema immunológico (Romano, 1997). En los laboratorios de la Compañía Farmacéutica de Wakunaga en Japón, racionalizaron la creencia popular sobre el efecto antifúngico de diversos extractos de Ajo demostrando, por primera vez, la actividad antimicótica de Ajoene en varias especies de hongos, incluyendo Candida glabrata, Candida tropicalis, Trichophytum mentagrophytes, Tricosporum beigelii, Saccharomyces cerevisiae, (Yoshida, 1987). A partir de entonces, diversos trabajos han sido publicados donde se reporta la capacidad que este novel compuesto posee para inhibir tanto “in vitro” como “in vivo” el crecimiento y la proliferación de distintas especies de hongos; especies como: Paracoccidioides brasilienses, Coccidioides inmitis, Fon- 229 secae pedrosi, Cladosporium carrioni, Aspergillus niger, Cladiosporum fulvum, Verticillium dahlie, Oidium lycopersicum, Sphaerotheca fuliginea, Sphaeroteca pannosa, Alternaria dauci, Alternaria solani, Alternaria tenuissima, Alternaria triticina, Colletotrichum sp, Curvularia sp, Fusarium lini, Fusarium oxysporum, Fusarium semitectum, Fusarium udum , Aschochyta sp, Botrytis cinerea, Phoma limgan, Phytophthora cinnamomi, Phytium ultimum, Ulocladium cucurbitae, Rhodoturula minuta, Crytococcus albidus. (San Blas. 1989, 1993; Sánchez. 1993, 1995; Reimers, 1993; Singh 1990) son inhibidas por Ajoene, la gran mayoría de ellas son agentes patógenos en humanos (micosis superficiales y profundas), animales y plantas. El mecanismo de acción como agente antimicótico parece estar asociado a perturbaciones que se originan en la integridad de la membrana plasmática, al inducir cambios en su composición lipídica, incrementando el contenido relativo de los esteroles e induciendo fuertes cambios en la composición fosfolipídica. La amplia analogía existente entre las rutas biosintéticas de fosfolípidos y esteroles de diversos eucariotes inferiores indujo a Urbina y col. a estudiar los efectos del compuesto en la proliferación de Trypanosoma cruzi encontrando que impide el crecimiento, y produce la lisis de las formas epimastigotes y amastigotas del parásito, a través de la inhibición de la síntesis de fosfatidilcolina y la consiguiente acumulación de fosfatidiletanolamina, generando además una dramática alteración de los ácidos grasos esterificados a esta fracción lipídica, que se enriquece con ácidos grasos saturados reduciendo marcadamente su contenido de linoleico (Urbina, 1993). Los cambios en la composición fosfolipídica observados en Trypanosoma cruzi guardan gran similitud con los encontrados por estos mismos autores en Paracoccidioides brasilensis donde la ruta de metilación de Greenberg parece ser la predominante en la síntesis de la fosfatidilcolina, a diferencia de los eucariotes superiores donde predomina la ruta alterna de Kennedy (Merchan 1994); la diferencia en el predominio de las rutas de síntesis coloca al Ajoene como un tóxico que podría actuar selectivamente en contra de estos patógenos y permite la formulación de ensayos terapéuticos en sistemas “in vivo”. Con base en estos resultados, Ajoene ha sido evaluado en su capacidad para ser utilizado como un agente antimicótico de uso tópico en la terapéutica clínica en humanos (Ledezma, 1996); los resultados permitieron ampliar el espectro de acción de la molécula a 230 dos nuevas especies de hongos patógenos como lo son Epidermophytum fluocosum y Trichophytum rubrum, y aportaron elementos importantes que demuestran su relativa inocuidad, al no presentar los pacientes efectos colaterales de importancia, dándole un buen margen de seguridad para su utilización tópica, y mostrando una efectividad por lo menos comparable a la presentada por 1% Terbinafine, cuando Ajoene es utilizado típicamente a concentraciones del 0,4% y muy superior a la presentada por otros antimicóticos tópicos comúnmente usados. Estos resultados preliminares colocan al compuesto Ajoene como una alternativa eficiente y de bajo costo en la terapia de corta duración para la Tinea pedis que debe ser evaluada exhaustivamente para su uso clínico definitivo. Otro estudio “in vivo” fue realizado en ratones infectados con Plasmodium berghei el agente causal de la malaria en los roedores. En este estudio se utilizaron hasta 50 mg/Kg de peso de Ajoene sin observar ningún tipo de toxicidad en ratones BALB/C, dosis que fue capaz de suprimir el desarrollo de la parasitemia. Quizás el hallazgo más importante de este trabajo fué que la actividad antimalárica de la Cloroquina fué sinergísticamente potenciada por Ajoene: la combinación de Ajoene con Cloroquina, a dosis no terapéuticas, tubo como resultado la prevención completa del desarrollo de la parasitosis (Pérez 1994). La actividad tripanolítica y antimicótica mostrada por el compuesto, así como las analogías bioquímicas anteriormente comentadas condujeron a evaluar su efecto en el crecimiento y proliferación “in vitro” de distintas especies del parásito Leishmania, como lo fueron Leishmania mexicana amazonensis (Lma: M1112, IFLA / Br / 67 / PH 8), Leishmania mexicana venezuelensis (Lmv: MHOM/VE / 80 / H16) y Leishmania donovani chagasi (Ldch: MHON /BR / 74 /PP75). Los resultados mostraron una potente actividad leishmanicida para todas las especies estudiadas; la incubación de los cultivos de parásitos axénicos por 24 horas con 100µM de Ajoene resultó en la lisis celular, tanto para las formas promastigotes como para los amastigotes. Concentraciones de 10µM fueron suficientes para producir la lisis de los parásitos después de 48 horas y la destrucción total a las 96 horas, ubicándose la ID50 alrededor de 1µM para todas las especies estudiadas (Ledezma, 1994). Estos resultados preliminares sugieren que Ajoene debe seguir siendo evaluado en este tipo de sistema, más aún cuando su actividad letal “in vitro” es observada a concentraciones menores (2,32 ug/ml) a las observadas por drogas comúnmente usadas como Glucantine y Pentamidine las cuales, además, presentan un importante grado de toxicidad. Ajoene podría inicialmente resultar una alternativa válida para el tratamiento de la leishmaniasis cutánea localizada. Finalmente, su actividad antiviral ha sido demostrada “in vitro” en Herpes simple Tipo 1 y Tipo 2, Virus de la Parainfluenza Tipo 3, Virus Vaccina, Virus Estomatitis Vesicular, Rhinovirus Tipo 2 (Weber y col 1993) y en la proliferación del virus HIV, agente etiológico del SIDA, (Tatarintsev 1992, Walder 1997). En este (último caso, el efecto de Ajoene no sería realmente “virucida”, sino mediado por su actividad, ya reportada sobre procesos dependientes de integrinas (Apitz, 1991; Romano, 1997). Evidentemente el estar frente a una molécula como ésta, que ofrece tantas potencialidades interesantes, conduce necesariamente a la formulación de muchas interrogantes, varias de ellas relacionadas con los posibles efectos tóxicos que se puedan generar de la multiplicidad de efectos observados. Si bien es cierto que no existe un estudio toxicológico completo para el Ajoene, sí se conoce gran parte de su farmacodinamia, sus insignificantes efectos colaterales agudos y su efectividad en los modelos humanos donde ha sido evaluado en forma tópica. El descubrimiento de este compuesto no sólo ha representado un aporte importante para la investigación Biomédica, sino que además, en el campo de la Química ha permitido, la formulación de un nuevo grupo de compuestos, cuyas fórmulas estructurales (RS(O)CH.C2H5SSR) son análogas a la del compuesto Ajoene. Este nuevo grupo de organosulfurados se conoce a partir de 1988 como CEPAENOS, término propuesto para denominar los disulfuros, alfa-sulfinilos derivados de la cebolla (Allium cepa) (Block, 1992) los cuales poseen una diversidad de aplicaciones potenciales en el campo terapéutico. Ajoene ha sido objeto de dos patentes internacionales (ApitzCastro, 1987; Davidson, 1997), sin embargo su potencial clínico solo está siendo explorado sistemáticamente como antimicótico de uso tópico (Ledezma, 1996). REFERENCIAS Agarwal, K,C. (1996): Therapeutic Actions of garlic constituents. Medicinal Research Reviews . 16: 111-124. Apitz-Castro, R.; Cabrera, S.; Cruz, M.R.; Ledezma, E. y Jain, M.K. (1983): Effects of JUL - AUG 1998, VOL. 23 Nº 4 garlic extract and three pure components isolated from it on human platelet aggregation, arachidonate metabolims, release reaction and platelet ultrastructure. Thrombosis Research 32: 155-169. Apitz-Castro, R.; Escalante, J.; Vargas, R. y Jain, M.K. 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